Trabajo Interpretacion Apocaliptica

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SEMINARIO EVANGELICO PENTECOSTAL (S.E.P.A.

D)
ASAMBLEA DE DIOS DE VENEZUELA
EL CALLAO M.A EL CALLAO

HERMENEUTICA II
LA INTERPRETACION APOCALIPTICA

Profesor:

CARLOS LORIELIS Alumno:


JOSE GOITIA

EL CALLAO 16/11/2019
INTRODUCCION

Dentro del campo de la interpretación Bíblica nos encontramos con dos


componentes indispensables para comprender las profecías y promesas
actuales que Dios había establecido y dado a su pueblo en el Antiguo
Testamento, las cuales son interpretadas por lo general en el Nuevo Testamento.
Estos dos focos de interpretación se dan para diferenciar y por ende explicar la
profecía clásica y la Apocalíptica.

Al leer la profecía del Antiguo Testamento principalmente muchos se ven


confrontados con textos interesantes que algunos los asocian con la tierra nueva,
pero estos están en discordancia con la teología de la tierra nueva. Esto se debe
precisamente al desconocimiento de la diferencia entre profecía clásica y
apocalíptica.

Es atreves de esta interpretación y a la vez explicación, buscar una


solución de diferenciación entre la profecía clásica, mostrando sus
características y focos interpretativos, y por ende dar el significado correcto al
texto Bíblico. Teniendo en cuenta que el autor de la Biblia es Dios mismo, su
verdadera interpretación nos llevara a conocer fielmente al rey de reyes y señor
de señores.

A continuación se dará un repaso esencial sobre lo que es la profecía el


cual nos introducirá para hablar acerca de sus ramas, a saber la clásica y la
apocalíptica.

Profecía

Es interesante el abordaje de Amós 3:7, cuando dice: “porque no hará


nada Jehová el Señor, sin que revele a sus siervos los profetas”. Nos deja ver
un manantial de ideas como para decir que la profecía es la anticipación del
cumplimiento histórico de la palabra divina, hablada por medio del profeta, los
profetas son los portavoces, mensajeros de Dios de modo que sus palabras
tienen autoridad en sí mismas y su mensaje se da a cualquier clase de público
que lo necesite.
Profecía Clásica

Las profecías clásicas se preocupan, o tienen su énfasis en los asuntos


éticos, los cuales están encaminados hacia la búsqueda del arrepentimiento y el
logro de la santificación. Además de esto sus mensajes fueron dados en voz alta,
es decir llamando la atención a las personas o naciones al arrepentimiento, la
profecía es local no prioriza en la universalidad, es decir “la profecía tiene hora y
lugar, no siendo doctrinaria o eternizaste, sino concreta y temporal”. A esto, se
le suma el principio de condicionalidad, el cual es explicado por el profeta
Jeremías cuando dice: “En un momento yo puedo hablar contra una nación o
contra un reino, de arrancar, de derribar y de destruir; pero si esa nación contra
la que he hablado se vuelve de su maldad, me arrepentiré del mal que pensaba
traer sobre ella. Y de pronto puedo hablar acerca de una nación o de un reino,
de edificar y de plantar; pero si hace lo malo ante mis ojos, no obedeciendo mi
voz, entonces me arrepentiré del bien con que había prometido bendecirlo”

Este principio es bien interesante puesto que es dependiente de la


respuesta humana como tal. Un ejemplo básico de esta clase de profecía es el
que se encuentra en el libro de Jonás, donde este personaje pronuncia una
profecía de destrucción sobre el pueblo de Nínive, pero dice la Biblia que Dios
se “arrepiente” y no destruye a Nínive. Es por esto que se ha dicho que la
profecía clásica depende del principio de libre albedrio el cual es indispensable
en la toma de decisiones principalmente de salvación en cuanto a se refiere a la
esfera humana.

Uno de los temas con los cuales se puede dar un buen ejemplo acerca de
las profecías clásicas y su forma de interpretarla es la referentes al reino de Dios
y las profecías entorno a Israel.

Cuando Dios llamo a Abraham para crear un pueblo para su reino se les
dictaron diferentes bendiciones y maldiciones (Lev. 26; Deut. 27, 28), las cuales
estaban condicionadas definitivamente a la fidelidad del pueblo de Israel, el
pueblo no cumplió con su fidelidad de modo que fue exiliado, pero aun así Dios
después de su venida de Babilonia tenía un plan preparado para ellos el cual es
descrito en los últimos capítulos del libro de Isaías. Mucho no se cumplió, y será
materializado, en principio bajo las condiciones que revela en Nuevo Testamento
(Israel espiritual/iglesia, Segunda Venida, cielo y tierra nueva). El plan no se ha
alterado desde el punto de vista divino; no existe un plan para Israel y otro para
la iglesia como enseña la teología dispensacionalista.

Otras de las características de la profecía clásica es llamada la conexión


tipológica, en la cual un evento local, geográfico y temporal como Isaías 13:6, 17
está conectada directamente con el juicio final, es más “el libro del Apocalipsis
nos asegura que todas las profecías antiguas de condenación y liberación
ocurrirán a escala mundial en ocasión de la segunda venida de Cristo”. Es así
como al estudiar las profecías clásicas y comprenderlas a raíz de
interpretaciones nuevas dadas por los escritos apostólicos es preciso mirar los
principios de universalidad y localidad en los cuales se verán raíces
hermenéuticas, no solamente aplicable al Israel literal, sino también al Israel
espiritual.

Es muy interesante que estas profecías fueron enviadas a personas y


contextos iguales a nosotros hoy, sus amonestaciones y reprensiones procuran
rescatar el pacto de Dios para toda la humanidad. Hoy es menester que
aprendamos del pasado y nos podamos proyectar a raíz de esa base a un futuro
glorioso al lado de Cristo Jesús. Este es precisamente el fin último de la profecía
clásica.

Profecía Apocalíptica

Es preciso decir que el término apocalíptica viene del griego apokalupsis


y tiende a designar los escritos proféticos relacionados o encausados hacia el
género literario del apocalipsis de San Juan, es interesante porque el término
griego tiene el sentido de correr el velo, desvelar de modo que algo se vea visible.
Los mensajes de los profetas no solo eran predicciones. Ellos eran responsables
de amonestar al pueblo de Dios e incluso a otras naciones. Sin embargo, las
profecías predictivas (que anticipan el futuro) ocupan hasta un 30% del Antiguo
Testamento.

Exploremos algunas características básicas de la apocalíptica Bíblica y


cómo manejarla hermenéuticamente:
En esta profecía el uso de visiones y sueños se da en grandes
proporciones, debido a que son los principales medios de comunicación divina.
(1 Rey. 22:19).

Se muestra una naturaleza incondicional y un determinismo de la profecía,


de modo que estas descansa única y exclusivamente en la soberanía divina. Es
interesante que este punto determinista esta dado en los apocalipsis judíos, en
los cuales se daba la idea de que los hechos estaban bajo la soberanía de Dios
dentro de un plan redentor y enfocado hacia al reino de Dios.

El gran uso de imágenes y lenguajes simbólico, con el fin de que al


relacionarnos con estos en nuestro contexto y vida diaria, los podamos recordar,
el señor utiliza una forma de comunicación humana con el fin de darnos a
entender su mensaje. También lo hace con el fin de que razonemos en la
búsqueda de la interpretación dentro de un marco conceptual bíblico y pasemos
tiempo de investigación con su palabra.

Además de estar centrada en el marco conceptual del Conflicto cósmico


la profecía apocalíptica se expresa como mesiánica, ya que a través de ella Dios
muestra el plan que ha establecido para su hijo, es decir el Mesías, quien como
el cumplimiento profético encarnado vence y encamina a su pueblo hacia su
reino sempiterno.

A raíz de estas particularidades de la apocalíptica Bíblica es importante


que consideremos principios vitales para su interpretación, entre ellos podemos
encontrar:

Una preparación espiritual que aliente al estudiante Bíblico a identificar la


interpretación correcta, dentro de la llamada lógica divina, dada por la sabiduría.

Uso de la recapitulación y los círculos de visiones en los cuales se amplía


lo que se ha dicho antes en los libros proféticos.

Mirar el contexto simbólico de la visión y la utilización de los números, si


el contexto inmediato no lo explica revisar el contexto testamentario, o bíblico
general. Mirar el uso de metáforas, buscando un significado conciso y unificado
bíblico.
Tener en cuenta su cumplimiento histórico y el principio día por año en los
diferentes echamientos proféticos.

Tener en Cristo el eje profético que mueva cualquier círculo hermenéutico.

La literatura apocalíptica: Descripción esencial

La palabra griega, apocalipsis significa “desvelar” o “revelar.” Lo que


principalmente se desvela en la escritura apocalíptica es el fin de la historia y la
eternidad que lo seguirá. En otras palabras, la escritura apocalíptica es
escatológica (tratando los tiempos del fin).

Al mismo tiempo, la escritura apocalíptica como el que figura en los libros


de Daniel y Apocalipsis también retratan principios que son válidos a lo largo de
la historia: el conflicto espiritual entre el bien y el mal y el control soberano de
Dios sobre la historia y la naturaleza. La literatura apocalíptica tiende a ser
ampliamente visionaria en su naturaleza (ver el artículo sobre la escritura
visionaria). Las características más destacadas de la literatura apocalíptica son
las siguientes:

El dualismo: El universo se ve claramente dividido entre el bien y el mal.

El espiritismo: Los ángeles y los demonios son personajes importantes.

Un enfoque mesiánico: El protagonista es Cristo, el Mesías.

La simbología de los animales: Los animales como el león, el cordero, y el


dragón se encuentran entre el reparto de personajes, y simbolizan seres como
Cristo y Satanás.

La simbología de los colores: Los colores (p. ej., rojo, blanco y negro) tiene
significados simbólicos evidentes.

La simbología de los números: Ejemplos son el siete, el diez, y el doce


simbolizando lo completo, la perfección y la inmensidad; y el seis y la mitad la
calidad siniestra de quedarse corto de esas cualidades buenas.

Las imágenes cataclísmicas: En consonancia con el énfasis dual en la


escritura apocalíptica referente al juicio de Dios sobre el pecado y la escatología,
la literatura apocalíptica está repleta de imágenes del fin que retratan la
destrucción cataclísmicas de toda existencia terrenal (las estrellas caen del cielo,
ocurren terremotos, y finalmente el globo terráqueo entero es quemado).

Un escenario cósmico de la acción: La acción engloba toda la tierra y el


universo. El cielo arriba y el infierno abajo completan el campo de actuación.

La renovación del lugar de adoración corporativa, generalmente trazada


como un templo restaurado.

Un equilibrio entre advertencias a los no arrepentidos y consuelo para los


seguidores de Dios.

Dado que el método de descripción es simbólico y visionario, muchos de


los detalles en la escritura apocalíptica no están cerradas, es decir que siempre
se están cumpliendo y que serán cumplidas de manera definitiva al final de la
historia. La Babilonia del libro de Apocalipsis, por ejemplo, era el Imperio
Romano para la audiencia original de Juan, sin embargo ha tomado muchas
formas desde entonces. Debido a que los detalles vienen descritos en términos
indefinidos, los cristianos de cada era tienen razones para creer que el final de
la historia podría darse en su propio tiempo.

Interpretaciones Apocalípticas

Hay muchas interpretaciones diferentes de este libro. Todos entienden


que el propósito del libro es presentar el triunfo de Cristo. Es un canto de victoria
antes de la batalla. Pero difieren los intérpretes en cuanto a actitudes y detalles
del significado.

Los principios hermenéuticos a observarse en la interpretación de


apocalípticos son, en lo esencial, los mismos que aplicamos a toda profecía
predictiva. Pero, probablemente, a ninguna regla o exhortación debemos dar
mayor énfasis que a la de que el estudiante preste gran consideración a los
elementos de mera forma, a que antes nos hemos referido, y aprenda a
distinguirlos de los grandes pensamientos o verdades que mediante esos
elementos se expresan. El confundir lo substancial con la mera forma,
demasiado a menudo ha sobrecargado a la Revelación Divina con una carga
que nunca fue dispuesto que llevara; y el hábito de hacer tal cosa, con toda
seguridad, correrá tal velo sobre la mente que impedirá su comprensión correcta
de importantes partes, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento (comp. 2
Cor. 3:14). Los grandes Apocalipsis deben compararse unos con otros, notarse
bien sus elementos de forma y familiarizar la mente con sus métodos de
enunciación de grandes juicios y grandes triunfos. Estos principios sólo podemos
ilustrarlos mediante una aplicación prolija de los mismos a tales libros y parte de
libros que puedan servir al propósito de ejemplos.

En términos generales, hay tres clases o escuelas de intérpretes y en


todas ellas hay eruditos capaces y piadosos con grandes variantes dentro de
cada una. En los comentarios, estas interpretaciones generalmente se
denominan "preterista", "futurista" e "histórica".

METODOS DE INTERPRETACION DEL APOCALIPSIS

Existen tres principales métodos de interpretación del Apocalipsis.

Interpretación Futurista. Considera que la mayor parte del contenido del libro
es del futuro, y sucederá dentro de un corto tiempo inmediatamente anterior a la
venida de Cristo.

Interpretación Preterista. Considera que el libro trata principalmente de


eventos de sus propios tiempos, y que fue escrito para consolar a una iglesia
perseguida, en una clave que la iglesia de aquellos días entendería. Afirma que
el cumplimiento del libro de Apocalipsis se realizó en los 2 ó 3 primeros siglos
del cristianismo.

Interpretación Histórica. Esta considera que fue intención de Juan predecir un


panorama general de la época entera de la historia de la Iglesia, desde los días
de Juan hasta el fin. Según esta interpretación los eventos de nuestros días bien
pueden encajar en el cuadro como pasos preparatorios de algunos sucesos
mundiales. Se afirma que las profecías del Apocalipsis abarcan a toda la historia
de la Iglesia cristiana, desde sus inicios hasta el establecimiento del reino
universal de Cristo, después de su segunda venida.
Hasta la contrarreforma, siglos XVI y XVII, la interpretación del Apocalipsis
había sido por excelencia histórica. La Iglesia católica, a fin de desviar las fuerzas
de la Reforma y apartar el dedo acusador de las profecías, reaccionó de la
siguiente manera:

Fundó la orden de los Jesuitas, con un doble espíritu religioso y militar,


apto para contener los avances de la Reforma, por eso se llama Compañía.

Confeccionó acuerdos y decretos en el Concilio de Trento (1542-1563),


destinados a contener el protestantismo.

Elaboró un sistema de interpretación de las profecías, contraria a la


difundida por los reformadores, de esta manera, con la fiel colaboración de la
recién formada orden de los jesuitas, elaboró los sistemas de interpretación
futurista y preterista.

Revitalizó el sistema de persecución de los heterodoxos (hetero-diferente;


doxa-opinión) por medio de la Santa Inquisición.

Confirman el derecho de este libro a ocupar un lugar superior entre las


revelaciones bíblicas.
CONCLUSION

Del precedente estudio de apocalípticos bíblicos podemos legítimamente,


deducir las siguientes conclusiones:

1. Es de la mayor importancia el estudiar esta clase de profecías como un


conjunto y que se las ve a constituir una serie bien contestada e interdependiente
de revelaciones divinas corriendo al través de toda la Escritura.

2. En los apocalípticos, los elementos de forma no son de naturaleza tal


que admitan interpretación literal de todo el lenguaje empleado. En gran parte
las varias revelaciones se presentan en el lenguaje prolijo de la metáfora y del
simbolismo. La tarea del intérprete fiel consiste en apoderarse del gran
pensamiento esencial y distinguirlo de la mera ornamentación de que pueda
hallarse revestido. Se puede consentir en perder algunas partes incidentales y
reconocer francamente la incapacidad de determinar el significado exacto de
algún pasaje, tal, por ej., como el de "la primera resurrección", con tal de que,
realmente comprenda el objeto, plan y significado de la profecía tomada en su
conjunto.

3. No es posible dar demasiado énfasis al hábito de las repeticiones, tan


conspicuo en todos los grandes Apocalipsis de la Biblia. A nuestro juicio la falla
de la mayor parte de las interpretaciones corrientes acerca del Apocalipsis de
Juan, en notar que su segunda mitad (caps. XIIXXII), es, en gran parte, una
repetición de la primera (I-XI) bajo otros símbolos y considerando las cosas
desde otros puntos de vista, ha sido un obstáculo fatal a la interpretación
verdadera de este maravillosísimo libro.

Los apocalípticos bíblicos comprenden aquella serie completa de


revelaciones divinas que armonizan con la idea de un Apocalipsis divino como el
definido más arriba. Por consiguiente, su objeto es muy extenso. Desde el
período más primitivo en que Dios se revelase a sí mismo al hombre, las
manifestaciones apocalípticas de los propósitos divinos de justo juicio y de gracia
abundante sirvieron para alegrar los corazones de los piadosos y para
consolarles en los días de prueba. Se les comunicó en muchas porciones y bajo
múltiples formas y sirvieron con sus visiones impresionantes, para robustecer su
fe en Dios. Se permitió al vidente inspirado mirar por arriba y más allá de los
males de su propia época, contemplar, en el cercano horizonte, el "die crux" del
Señor y describir una época que se aproximaba, en la cual todos los agravios
serían recompensados y la justicia, la gloria y el gozo serían patrimonio
permanente del pueblo de Dios.

Además de su riqueza de tropos y de símbolos, de los que exhiben más


que cualquier otra clase de escritos, las profecías apocalípticas son notables por
la gran elaboración de su artístico arreglo y toques finales.

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