8 Escatologia Completa
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en estos días cuando estábamos entregando tratados me encontré con un señor y me dijo
que yo estaba perdiendo el tiempo que Dios es un misterio y que el hombre muere y quedo
en la historia y recuerdos......
la escatologia se habla de
1. LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES
2. LAS SETENTA SEMANAS (Profecía de Daniel)
3. LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
4. LAS RESURRECCIONES
5. LOS JUICIOS
6. EL MILENIO
7. EL TRONO BLANCO
8. EL INFIERNO
9. EL CIELO
INTRODUCCIÓN
Romanos 6:4
4
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó
de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Escatología
escatoloú gica de Dios mismo (cf. Malaquías, 3.1 con S Lucas, 1.76; 7.27).
Por el otro lado, eú l es, tambieú n, el Hombre escatoloú gico: no soú lo ha logrado
sino que define, en su propia humanidad resucitada, el destino
escatoloú gico de todos los hombres. De modo que ahora la afirmacioú n maú s
acertada en cuanto a nuestro destino es que seremos como eú l (Romanos.
8.29; 1ª Corintios, 15.49; Filipenses, 3.21; 1ª Juan. 3.2). Por estas dos
razones la esperanza del cristiano se centra en la venida de Jesucristo.
INTRODUCCIÓN
Los Tiempos de los Gentiles representan el largo períúodo que comienza
con la cautividad babiloú nica de Judaú , bajo Nabucodonosor (2º Reyes,
25:1-7; 2º Crónicas, 36:1-21; Jeremías, 39:1-18), Tiempo desde el cual
Jerusaleú n ha estado bajo el Dominio Gentil, y terminaraú con la destruccioú n
del poder mundial de los Gentiles por “la Piedra cortada, no con mano
(Daniel. 2:34, 35, 44), es decir, la Venida del Senñ or en Gloria y la Batalla
de Armagedoú n (Apocalipsis. 19:17-21), hasta ese tiempo Jerusaleú n
continuaraú políúticamente bajo el poder gentil (S Lucas, 21:24).
LA CABEZA DE ORO
"Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino,
poder, fuerza y majestad... tú eres aquella cabeza de oro" Daniel, 2:37-38.
El oro es el metal ideal para representar a este reino, el cual tuvo un gran
esplendor. Teníúa amplias avenidas y suntuosos palacios. Sus jardines
colgantes, eran una de las 7 maravillas del mundo antiguo. Sobre terrazas
escalonadas, habíúan colocado gran cantidad de tierra y crecíúan
gigantescos aú rboles.
La caída de babilonia
El rey Ciro, al mando del ejeú rcito Medo-Persa conquistoú primeramente la
ciudad de Cíúpara que estaba situada ríúo arriba junto al Eufrates. Allíú
existíúa un lago artificial y un sistema de compuertas para regular el curso
del ríúo. Este audaz conquistador, aprovechoú una noche, cuando los
babilonios se hallaban de fiesta, para penetrar inadvertidamente,
mientras que una mano divina escribioú la sentencia en los muros de la
sala del banquete real (Daniel, 5). En Cíúpara, desvioú el curso del ríúo
EÚ ufrates, y cuando bajoú su nivel, penetraron por debajo de los muros los
soldados maú s avezados, encontrando abiertas las puertas que protegíúan
ambas maú rgenes. Antes que los habitantes se percataran, ya estaba el
ejeú rcito en el palacio real. Asíú fue sustituido este reino por otro menor, tal
como la profecíúa lo habíúa senñ alado.
Los dos brazos, representan los dos paíúses que forman el reino, Media y
Persia.
El vientre de bronce
"...y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la
tierra" Daniel, 2:39. Representa al imperio GRIEGO (331-168 A.C.)
Las armas que usaban los griegos eran de Bronce. Los llamaban los
soldados de bronce.
Las armas usadas por los romanos eran las espadas cortas de hierro.
Y asíú fue como los romanos con sus cortas espadas conquistaron al mundo
con una crueldad sin precedentes y destrozaron todo lo que quedaba de
los tres imperios anteriores. La historia nuevamente dio un testimonio
exacto del cuadro panoraú mico de los sucesos del mundo.
Por ejemplo:
Bestias representan reinos. "La cuarta bestia será un cuarto reino en la
tierra" (Daniel, 7:23).
- Cabezas y cuernos representan divisioú n de reinos, (Daniel, 7:24).
- Alas simbolizan velocidad, (Habacuc, 1:8).
- Vientos representan guerras, Jeremías 49:36-37.
- Aguas representan muchedumbres, Apocalipsis 17:15.
- En las profecíúas, un díúa equivale a un anñ o (Ezequiel, 4:6; Números,
14: 34).
- En Daniel, 7:2-3 leemos que aparecen cuatro bestias simboú licas en
medio de vientos subiendo del mar.
Útilizando las claves expuestas, seríúan 4 imperios que surgiríúan en medio
de guerras entre muchedumbre de gente.
La Biblia dice: "Estas cuatro bestias son cuatro reyes que se levantarán en
la tierra" (Daniel, 7:17):
¿Quieú n es ese poder, que surgiríúa sobre los escombros del Imperio
Romano? Seríúa diferente a los anteriores, hablaríúa blasfemias, perseguiríúa
a los santos -praú ctica de inquisicioú n-; cambiaríúa los tiempos -haríúa un
calendario nuevo-; y pensaraú en cambiar la ley -los mandamientos de
Dios.
"También hace señales, de manera que aún hace descender fuego del cielo a
la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra, con
las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia,
mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia..."
Apocalipsis 13:13-14.
"Y hacía que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se
les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno
pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la
bestia o el número de su nombre." Ver, 16-17.
"Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la
bestia, pues es número de hombre. Y su número es 666." Apocalipsis,
13:18.
¿A quieú n representa?
Las palabras "no con mano" significan que no se trata de un
acontecimiento humano, sino Divino.
"Y en los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que no será
jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y
consumirá a todos estos reinos, pero Él permanecerá para siempre" Daniel,
2:44-45.
cabeza del ángulo" Hechos, 4:11. "y la roca que los seguía era Cristo"
1ª Corintios, 10:4.
Introducción
Úna de las maú s grandes profecíúas de todos los tiempos corresponde a las
Setenta semanas de la visioú n de Daniel, se extiende desde el anñ o 20 de
Artajerjes (Nehemías, 2:1) hasta el establecimiento del Reino Milenial
en un lapso de 490 anñ os divididos en tres períúodos:
F Siete semanas - 49 anñ os
F 62 semanas - 434 anñ os
F Úna semana - 7 anñ os
Esto nos deja pensando en una semana que nos falta todavíúa, o sea 7 anñ os,
dicho de otra manera la semana setenta.
Al terminar la 69 semana Dios dejoú de tratar con Israel como nacioú n y
comenzoú un tiempo no contado el cual todos nosotros sabemos, la
Dispensacioú n de la Gracia.
Entre la 69 y la 70
Eventos de la tribulación:
F La manifestacioú n del anticristo.
F El anticristo y sus relaciones pactadas con los judíúos.
F El cruel reinado de la bestia que sube "del mar" (Apocalipsis, 13:1) y
quien al principio de los tres anñ os y medio quebrantaraú su pacto con
los judíúos (en virtud del cual ellos habraú n restablecido el culto del
templo, Daniel, 9:27), y se presentaraú personalmente en el templo
demandando ser adorado como si fuera Dios (S Mateo, 24:15; 2ª
Tesalonicenses, 2:4).
F La gran tribulacioú n “tiempo de angustia para Jacob” (Jer. 30:7).
F La activa intervencioú n de Satanaú s "con gran ira" (Ap. 12:12), y su obra
de impartir poder a la Bestia (Ap. 13:4, 5).
F La inusitada actividad de los demonios (Ap. 9:2, 11).
El rapto
El traslado de la Iglesia. La palabra griega de la cual tomamos el teú rmino
“rapto” aparece en 1ª Tes, 4:17 traducido “arrebatar”. La traduccioú n en
latíún de este versíúculo usa la palabra “rapuro”. La palabra griega que
traduce es “arpazo” que significa arrebatar o llevarse.
Trasladación.
a. Enoc traspuesto para no ver muerte antes del diluvio (Gn.5:24).
b. Elíúas subioú al cielo (2º Re.2: 11).
El rapto parcial significa que solo aquellos que esteú n velando y guardando
en cuanto a la venida del Senñ or seraú n dignos de escapar de los terrores del
porvenir.
Esta teoríúa nacioú en el anñ o 1835, con Roberto Govett y prevalece hasta
hoy mayormente entre los Norte Americanos.
El parcialismo. Este contempla que el bautismo del Espíúritu Santo y
plenitud es soú lo para unos creyentes y no para todos. Como tambieú n que
los creyentes que no son vencedores seraú n resucitados despueú s del
milenio, incluyendo asíú en la segunda resurreccioú n a creyentes y a no
creyentes; ensenñ a que va haber varias ocasiones de raptos y
resurrecciones de vencedores.
El arrebatamiento es pretribulacional.
1. En naturaleza incluye a todos los creyentes (Rom. 5:9; 1ª Tes. 1:10).
2. Es mencionada la Iglesia hasta Apocalíúpsis 6.
3. Luego no aparece la Iglesia en la tierra (Apc. 4:1). Sube acaú .
3. Corona de vida (Santiago 1:12; Ap. 2:10), eú sta es la del maú rtir,
mencionada dos veces en la Biblia perdieron la vida y la hallaron “se
fiel hasta la muerte, y yo te dareú la corona de la vida”.
4. Corona de justicia (2ª Tim. 4:8; Lucas 12:31-40), Esta corona es para
los que esperan la venida de Cristo; muchos no pueden creer en su
venida personal, a pesar de su promesa “vendreú otra vez” asíú como se
fue ciertamente regresaraú . “en el se purifica asíú mismo” (1ª Jn. 3:3).
5. Corona de gloria (1ª Pedro 5:4), esta es la corona del anciano o del
Pastor, reservada para los que imparten fielmente y no han torcido las
escrituras con sus ensenñ anzas aquel Pastor que trabajoú con las
herramientas provistas como son: la revelacioú n, la iluminacioú n, y la
inspiracioú n en las Doctrinas fundamentales profeú ticas y Apostoú licas.
(Talentos y habilidades).
Esta será:
1. Postribulacional y premilenial
2. Su regreso es personal (ingreso) Zac, 14:4 al modo de su ascensioú n
Hec, 1:11.
3. Esta venida seraú visible y gloriosa. (Mt. 24:27; Hechos 1:11).
4. Esta venida seraú a la tierra
5. Los aú ngeles estaú n presentes estos acompanñ araú n juntamente con la
iglesia (Zac. 14:4; 1ª Tes. 3:10).
6. El propoú sito de la 2ª venida seraú juzgar las naciones y establecer su
reino en la tierra (Mt. 25:31).
7. Vendraú a liberar a los oprimidos de Israel que habraú n sobrevivido
(Rom. 11:26) “vendraú n a establecer el reino Davíúdico o milenial.
8. Para Israel, seraú el su juez, su libertador y el cumplidor de los pactos
que estaú pendientes con Israel.
9. Para los gentiles seraú la piedra que quebrantaraú y que da fin a la
autoridad gentil (Sal. 2:7-9; Dn. 2:44-45).
10. Pondraú fin al imperio de la bestia y lo destruiraú con el resplandor de su
venida (2ª Tes. 2:10-11).
Batalla de armagedón
Forma hebraizada de Har-magedoú n (Ap. 16.16), podríúa referirse al
distrito montanñ oso de Meguido, o al monte Gerizim, que domina la llanura
de Meguido, lugar en el que se cumplen las escenas apocalíúpticas
(Zacaríúas 12.11).
LAS RESURRECCIONES
Resurrección.
Accioú n de levantarse de la muerte:
1. Con un cuerpo fíúsico en el mismo estado previo a la muerte (Juan 11).
2. Con un cuerpo nuevo y transformado, como en el caso de Jesuú s (Mateo
28).
La muerte
a. Interrupcioú n irreversible de la vida.
b. Separacioú n del alma y el espíúritu del cuerpo bioloú gico.
BOSQUEJO
Antiguo Testamento:
1. Origen de la muerte. Gn 2.17; 3.19; Sab 2.24*.
2. Situacioú n despueú s de la muerte. Sal 6.5 (6)*; 49.17 (18).
3. Dios salva de la muerte Sal 33.18-19; 49.15 (16); Is 25.8.
4. Aspectos diversos. Sal 49; Ez 18.31-32; Eclo 41.1-4; Sab 3.1-9; 4.7-19.
Nuevo Testamento:
1. Origen de la muerte Jn 8.44; Ro 5.12,17; 6.23; 1 Co 15.21-22; Heb 2.14.
2. Muerte de los hombres Heb 9.27.
3. Muerte de Jesuú s Mt 27.50; Mc 15.37; Lc 23.46; Jn 19.30.
4. Valor de la muerte de Jesuú s Mt 20.28; 26.27-28; Jn 16.7; Ro 5.6-8; 1 Co
15.3; 2 Co 5.14-15; Col 2.14-15; 1 P 3.18.
5. Muerte con Cristo en el bautismo Ro 6.3-11; Col 2.20; 2 Ti 2.11.
6. Muerte al pecado Ro 6.10-11.
7. La muerte del creyente Jn 11.25-26; Ro 14.7-9; Flp 1.21-24; Ap 14.3.
8. Muerte espiritual causada por el pecado Ef 2.1; Col 2.13.
Estado intermedio
El sheol
El teú rmino hebreo LOEHS Sheol se traduce del A.T. al griego: hades, y
significa "el mundo invisible", se revela como el lugar donde se
encuentran, hasta el díúa de la resurreccioú n, los espíúritus humanos que han
partido de este mundo.
La palabra hades ocurre en (Mt. 11:23; 16:18; Lc. 10:15; Hch. 2:27, 31;
Ap. 1:18; 6:8; 20:13, 14) y es equivalente del teú rmino
antiguotestamentario, sheol (Hab.2:5).
Durante la presente era de la Iglesia los salvos que parten de este mundo
estaú n ausentes del cuerpo y "presentes con el Senñ or". Tanto los impíúos
que se hallan en hades como los justos que estaú n con el Senñ or en el
paraíúso, han de experimentar un díúa la resurreccioú n (Job 19:25; 1 Co.
15:52).
El purgatorio.
Seguú n la Iglesia de Roma las almas de aquellos que estaú n perfectamente
puros a la hora de la muerte, son por lo mismo, admitidos al cielo, o a la
beatíúfica visioú n de Dios, (Mt. 25:46; Fil. 1:23), pero aquellos que no estaú n
perfectamente limpios, que todavíúa estaú n cargados con la culpa de los
pecados veniales que no han recibido el castigo temporal merecido por
sus pecados y esta es la mayor parte de los fieles a la hora de la muerte,
deben someterse a un proceso de purificacioú n antes de que puedan entrar
en las suprema y bienaventuranza y a los goces celestiales. En lugar de
entrar al cielo de inmediato, entran al purgatorio.
El limbus patrum:
Limbus (franja) se usoú en la “edad media” para indicar dos lugares
situados en la franja o en los linderos del infierno, el limbus patrum y el
limbus infantum. El primero es lugar a donde, de acuerdo con las
ensenñ anzas de Roma, las almas de los santos del Antiguo Testamento
detenidas en un estado de expectacioú n hasta la resurreccioú n de Jesuú s.
El limbus infantum.
Esta es la morada de las almas de todos los ninñ os que murieron sin
bautizar. Seguú n la Iglesia catolicoromana los ninñ os no bautizados no
pueden ser admitidos al cielo, no pueden entrar al reino de Dios (Jn. 3:5),
teoú logos catoú licos Romanos dicen que tales ninñ os podíúan ser salvados
mediante la fe de sus padres de las torturas infernales, Dios puede
comisionar aú ngeles para bautizarlos. Que estaú n consignados a un lugar
de las maú rgenes del infierno, en donde las terribles llamas y fuegos no
llegan; permanecen en este lugar para siempre sin ninguna esperanza de
liberacioú n.
Aniquilación o aniquilamiento.
Definicioú n. Seguú n esta doctrina, no hay para los malvados despueú s de la
muerte una conciencia consciente. La teoríúa de la inmortalidad
incondicional carece de atractivos.
El aniquilasionismo ensenñ a:
1. Que el hombre fue creado inmortal pero que el alma continuú a en el
pecado.
2. En un acto positivo de Dios queda despojada del don de la
inmortalidad, y por uú ltimo destruida.
3. Privada para siempre de la conciencia, reducida a la inexistencia.
Estaú teoríúa fue ensenñ ada por Arnobio y por los socisianos y por filoú sofos
Locke y Hobbes, la idea de la inmortalidad del hombre fue importada al
pensamiento cristiano de la filosofíúa griega y es un caso de la corrupcioú n
de la verdad que se debe a la influencia pagana.
Materialismo y Teoría:
El placer es el fin supremo del hombre.
El Ateísmo y su teoría:
1. La vida no tiene profundidad.
2. Es superficial. Su argumento, lo sustenta sobre la base bíública, Dios es
el uú nico que tiene inmortalidad (1ª Tm. 6:16).
La resurrección en la historia
En el Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento, la creencia en la resurreccioú n de los cuerpos al
final de los tiempos estaú basada en Is 26.19 y Dn 12.2.
En boca del profeta Isaíúas (Is. 26.19), y en (Daniel 12:2) “y muchos de los
que duermen en el polvo de la tierra seraú n despertados”, implicacioú n del
valle de los huesos secos (Ezequiel 37:1-14).
En el Nuevo Testamento
En el N.T. Jesuú s habloú de la resurreccioú n futura (Jn 5.25, 28–29) para
todos, asíú como de su resurreccioú n especíúfica despueú s de tres díúas (Mc
8.31). La resurreccioú n de Jesuú s y la futura resurreccioú n para vida eterna,
en el reino de los cielos, constituyeron elementos baú sicos de la ensenñ anza
apostoú lica (Hch 2.31; 4.2, 33; Flp 3.10–11).
Naturaleza de la resurrección
1. A Cristo se le llama las primicias de la resurreccioú n (1ª Cor. 15:20-
23)
2. El primogeú nito de los muertos (Col. 1:18; Ap. 1:5).
TIEMPO DE LA RESURRECCIÓN
Concepto premilenial:
A. La resurreccioú n de los santos estaraú separada de la de los malvados
por espacio de mil anñ os.
B. La final resurreccioú n estaú reservada para los malvados.
C. Todos los santos de las primeras dispensaciones juntamente con la de
la actual seraú n levantados en la parousia del Senñ or.
D. Aquellos que todavíúa vivan seraú n transformados en un momento.
1. Primera resurrección
2. Segunda resurrección
Resurreccioú n de Jesuú s:
Anuncios hechos por Jesuú s Mt 16.21; 17.22; 20.17-19; Jn 10.17;
14.19.
Narraciones en los evangelios Mt 28; Mc 16; Lc 24; Jn 20-21.
Proclamacioú n de los discíúpulos Hch 1.22; 2.24-36; 3.15; 4.2, 10,33;
5.30; 10.40; 13.30,37; 17.31.
En las cartas de Pablo Ro 1.4; 4.24-25; 6.4, 9-10; 8.11,34; 10.9; 1 Co
15; 2 Co 4.14; Gl 1.1; Ef 1.19-21; 1 Ts 1.10; 2 Ti 2.8.
En otros escritos Heb 7.25; 1 P 1.3, 21; 3.18,21-22; Ap 1.5,18.
Resurrección de otros:
- Hija de Jairo Mt 9.18-26.
- Muchos hombres santos Mt 27.52-53.
- Hijo de la viuda de Naíún Lc 7.11-17.
- Laú zaro Jn 11.1-44.
- Dorcas Hch 9.36-42.
- Eutico Hch 20.7-12.
LOS JUICIOS
Juicio,
Acto por el cual Dios y el ser humano procuran la vindicacioú n del inocente
y el castigo del culpable.
En Israel, Moiseú s, los ancianos, los jueces y los reyes presidíúan los juicios
entre las partes contendientes (Ex 18.13–26; Dt 1.16–18; 16.18–20; 1 R
7.7).
La Babilonia eclesiaú stica es "la gran ramera" (Ap. 17:1), y ella es destruida
por la Babilonia políútica (Ap. 17:15-18), con el fin de que la Bestia pueda
ser el uú nico objeto de adoracioú n (2 Ts. 2:3, 4; Ap. 13:15). El poder de la
Babilonia políútica es destruido por el Senñ or cuando El venga en gloria.
El Juicio de la Bestia
(Anticristo) (Ap. 19:20) Esta
"Bestia" es el "cuerno
pequenñ o" mencionado en
Dan. 7:24-26, y el "desolador"
de Dan. 9:27; "la abominacioú n
desoladora" de Mt. 24:15; el
"hombre de pecado" en 2 Ts.
2:4-8; el uú ltimo y maú s terrible
tirano sobre esta tierra; el
instrumento cruel de la ira y
odio de Satanaú s contra Dios y
los santos. El es, quizaú ,
ideú ntico con el jinete del
caballo blanco en Ap. 6:2, quien comienza su obra con la conquista
pacíúfica de tres de los diez reinos en los que estaraú dividido entonces el
primitivo imperio Romano, pero que estableceraú pronto la tiraníúa
eclesiaú stica y políútica descrita en Dan. 7, 9, 11; Ap. 13. A eú l le concede
Satanaú s el poder que ofrecioú a Cristo en el desierto de la tentacioú n (Mt.
4:8, 9; Ap. 13:4). Cuando Cristo Venga en Gloria el anticristo seraú
apresado en la batalla de Armagedoú n y eú ste seraú el primero en ser lanzado
al Lago de Fuego (Dn. 2:35; Ap.19:17-20).
El Juicio del Falso Profeta (Ap.19:20) La primera bestia proviene del mar
mostrando su condicioú n como un monstruo marino, como el mismo
dragoú n y por lo tanto demoníúaco. La segunda bestia viene de la tierra. Esta
diferencia corresponde a la que hay entre el behemot, el monstruo
terrestre (Job 40:15–24) y el leviataú n, el monstruo marino (Job 41). La
segunda bestia tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero,
simulando el caraú cter de Cristo, pero sus palabras eran demoníúacas (cf.
Mat. 7:15). El hecho de que esta bestia hace que la tierra y sus habitantes
adoren a la primera bestia sugiere que representa el sacerdocio del culto
del emperador y las autoridades políúticas que lo apoyan. El Falso Profeta
seraú apresado y lanzado al Lago de Fuego juntamente con el Anticristo.
El juicio de los muertos impíos, con el cual termina la historia del mundo
presente. El juicio final. Los que compareceraú n en este juicio son "los
muertos"".- Como los redimidos resucitaraú n mil anñ os antes (v. 5), y
habraú n estado en gloria con Cristo durante el milenio, "los muertos"
pueden ser solamente los impíúos pertenecientes a todos los tiempos,
desde el principio de la historia humana hasta el establecimiento del gran
trono blanco en el espacio. Siendo que hay diferentes grados de castigo
(Le. 12:47, 48), los muertos seraú n juzgados seguú n sus obras. El libro de
vida estaraú allíú para responder a aquellos que deseen justificarse a base
de sus obras; por ej. Mt. 7:22, 23; con terrible angustia contemplaraú n allíú,
en las paú ginas del Libro, el espacio donde su nombre pudo haber sido
escrito.
EL MILENIO
1. EL TRONO BLANCO
En el Juicio Posmilenial no hay maú s que el gran trono blanco (Ap.20:11-
15). La Biblia ensenñ a con claridad, que Dios hasta el presente, visita el
mal con castigos, y recompensa el bien con bendiciones. Este
comportamiento es positivo (Dt. 9:5; Sal 9:16; Sal.37:28 y 59:13).
Los juicios de Dios en la vida presente no son los finales, el mal algunas
veces continuú a sin su debido castigo. El bien no siempre es
recompensado con las bendiciones de la vida presente.
El malvado en los díúas de Malaquíúas se envalentonaba diciendo ¿donde
estaú el Dios del juicio? Decimos, pues, ahora: bienaventurados son los
soberbios y los que hacen iniquidad no soú lo son prosperados, sino que
tentaron a Dios y escaparon (Malq. 3:15).
El juicio final es la respuesta definitiva de Dios a todos los impíúos, la
solucioú n, remocioú n y castigo del hombre por todos sus pecados (Mt.
25:31-32; Jn. 5:27-29; Rm. 2:5-11; Heb. 9:27; 2ª 3:7; Ap. 20:11-15). Estos
pasajes no son un proceso sino un evento muy definido en el fin del
tiempo.
La Biblia siempre habla del juicio venidero como evento, nos ensenñ a a
mirar hacíúa lo que esta adelante no a los díúas del juicio, sino el díúa del
juicio (Jn. 5:28; Hech. 17:3) Habla de un díúa “aquel díúa”
(Mt. 7:22) el díúa de la ira y de la revelacioú n del justo juicio (Rm. 2:5).
El juicio del trono blanco seraú precedido,
Con relacioú n al juicio del gran trono blanco declaran las Escrituras “que
huyeron el cielo y la tierra y ninguú n lugar se encontroú para ellos” (Ap.
20:11). Cumplida la carrera de la historia de la humanidad tambieú n el
primer cielo y la primer tierra pasaron (Ap. 21:1) relacionado con (2ª Pe.
3:10-12), el cual se refiere a este acontecimiento dramaú tico de
destruccioú n y juicio.
Seguú n Apocalipsis 20:12 Juan vio:
1. Los muertos impíúos resucitados grandes y pequenñ os, de pie ante Dios.
2. (Ap. 20:3-13) el mar entregoú los muertos que habíúa en eú l.
3. El Hades entregoú los muertos que habíúa en ellos.
2. EL INFIERNO
Definición y concepto:
Hay tres meú todos diferentes con relacioú n al teú rmino Infierno y son los
siguientes:
a. Racionalismo.
El racionalismo con frecuencia se cubre con el manto de la ciencia de
Harold Bryson, el contenido de su ensenñ anza es que no existe Dios y por
lo tanto no puede haber infierno. Úsando el estudio cientíúfico de la
disolucioú n de los elementos quíúmicos del cuerpo niegan toda posibilidad
de una resurreccioú n corporal. Ademaú s, la teoríúa de la evolucioú n orgaú nica
intenta demostrar el origen comuú n del hombre con las formas inferiores
de la vida. La evolucioú n destruye la base para creer que el hombre tiene
un destino maú s elevado que el de cualquier otra criatura.
b. Burla.
“Puede que haya Dios”, seríúa vago especular a cerca de multitud de
espíúritus incorpoú reos ardiendo en el Lago de fuego literal en alguna parte
infernal, el ateo Roberto Ingersol dijo: La idea del Infierno nacioú de la
venganza y de la brutalidad por una parte, y de la cobardíúa por otra... No
siento ninguú n respeto por cualquiera que la predique...No me gusta esta
doctrina, la odio, la desprecio, la desafíúo.
c. Contenido de la Religión.
El Dios que existe, siendo que es amor, por lo mismo no mandaríúa a nadie
al Infierno. El Infierno seguú n Carl Barth y Pauú l Tilich, en gran parte la
teoríúa de la ciencia sectas del cristianismo tienen una cosa en comuú n: que
no hay infierno. La teoríúa de la ciencia religiosa cristiana define el
infierno como un error de la mente mortal.
Los testigos de Jehovaú consideran en su doctrina, que los malvados son
aniquilados.
Los mormones creen en el infierno pero no como una existencia sin fin,
estos ensenñ an que la vida tiene tres niveles:
El celestial
El terrenal
El teleste
Tendraú n su parte en el lago que arde con fuego y azufre que es la muerte
segunda (Ap. 21:8).
7. EL CIELO
El cielo cae en el concepto de los ateos en el mundo y ridiculizan negando
su existencia.
El doctor Wilbur Smith menciona dos citas negativas de un teoú logo y un
cientíúfico de renombre mundial acerca del cielo. “es imprudente que los
cristianos afirmen tener conocimiento o de los muebles del cielo o de la
temperatura del infierno. El doctor Reinhold Niebuhr dijo: ¿Se podraú
imaginar algo maú s espantosamente idiota que la idea cristiana del cielo?.
Ún enfoque comuú n del cleú rigo liberal es creer en un cielo y un infierno
literales en otras palabras, las buenas experiencias de la vida son “el cielo”
y los momentos malos “el infierno”.
El fundamento de la Ciudad
La ciudad descansa sobre doce cimientos de piedras que sirven de
fundamento, cada capa adornada con una piedra preciosa diferente, son:
El trono de la Ciudad
“Y al instante yo estaba en el espíúritu; y e aquíú, un trono establecido en el
cielo, y en el trono, uno sentado” (Ap. 4:2,3,6).
Podemos contemplar el cielo como tema general.
El reino de los cielos. Este se refiere al gobierno de Dios en la tierra. Al
gobierno Mesiaú nico que fue ofrecido a Israel y que fue rechazado por
ellos, este mismo reino seraú establecido sobre la tierra en su segundo
advenimiento.
Lugares celestiales. Úna designacioú n especial hallada en las epíústola de
los Efesios (1:3)
BIBLIOGRAFÍA
OTRAS FUENTES