Tarea 3 Analisis de Textos Dominicanos
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Como se
analiza
un UAPA CIBAO
ORIENTAL NAGUA
poema
R.D
PARTICIPANTE:ROSA
ANGELICA ROSSO
FACILITADOR:ELSON
RAMON VASQUEZ
MATRICULA:15-2603
Nombre del poema: hay un país en el mundo
Resumen
Hay un país en el mundo en el mismo trayecto del sol nativo de la noche en un pobre
archipiélago de azúcar y de alcohol sencillamente liviana como un ala de murciélago
apoyado en la brisa sencillamente claro como el rostro de besos en las sorteras antiguas
el día en los tejados sencillamente frutal perteneciente a los ríos y material sin embargo
sencillamente muy ardiente y pateado como un adolescente en las caderas sencillamente
triste y oprimido,
Faltan hombres paran trabajar las tierras y las vírgenes cordilleras entonando canciones
a la madre hortaliza del pan, del lienzo y madre del techo.
Faltan hombres que canten a la madre naturaleza y a la vida. Y entre tanto los
campesinos no tienen tierra de hay el país no es lo que aparenta ósea le canta también a
todo lo que se relaciona con los ingenios y con la azúcar.
Características
Figuras literaria:
Simil: sencillamente liviana como un ala de murciélago.
Vocabulario:
Inverosímil: que no tiene apariencia de verdad.
Acre: áspero
Comentario
Pedro mir poeta y escritor dominicano, en su extenso poema hay un país en el mundo su
intensión es describir minuciosamente la geografía del país, y la laboriosidad de sus
gentes dedicadas al cultivo de la caña de azúcar dentro de su pobreza y resignación.
También describe el país como una maravilla pues en un lenguaje figurado narra o
describe nuestro país con todo su esplendor, cómo sus bellezas naturales, sus
ríos,montañas,valles y sobre todo sus tierras fértiles donde abundan sus cañavelares de
donde se extrae a través de los ingenios y los laboriosos campesinos el azúcar pieza
clave en su narración asi como el cantar del campesino madrugador.
Hay
un país en el mundo
colocado
en el mismo trayecto del sol,
Oriundo de anoche,
Colocado
en un inverosímil archipiélago
de azúcar y de alcohol.
Sencillamente
liviano,
como una ala de murciélago
apoyado en la brisa.
Sencillamente
claro,
como el rastro del beso en las solteras antiguas.
o el día en los tejados.
Sencillamente
frutal, fluvial. Y material. Y sin embargo
sencillamente tórrido y pateado
como una adolescente en las caderas.
Sencillamente triste y oprimido.
Sinceramente agreste y despoblado.
En verdad.
Con dos millones
suma de a vida
y entre tanto
cuatro cordilleras cardinales
y una inmensa bahía y otra inmensa bahía,
tres penínsulas con islas adyacentes
y un asombro de ríos verticales
y tierra bajo los árboles y tierra
bajo los ríos y en la falda del monte
y al pie de la colina y detrás del horizonte
y tierra desde el cantío de los gallos
y tierra bajo el galope de los caballos
y tierra sobre el día, bajo el mapa, alrededor
y debajo de todas las huellas y en medio el amor.
Entonces
es lo que he declarado.
Hay
un país en el mundo
sencillamente agreste y despoblado.
No es eso solamente.
Faltan hombres
para tanta tierra. Es decir, faltan hombres
que desnuden la virgen cordillera y la hagan madre
después de unas canciones.
Madre de la hortaliza.
Madre del pan. Madre del lienzo y del techo.
Madre solícita y nocturna junto al lecho...
Faltan hombres que arrodillen los árboles y entonces
los alcen contra el sol y la distancia.
Contra las leyes de la gravedad.
Y les saquen reposo, rebeldía y claridad.
Y hombres que se acuesten con la arcilla
y la dejen parida de paredes.
Y hombres
que descifren los dioses de los ríos
y los suban temblando entre las redes.
Y hombres en la costa y en los fríos
desfiladeros
y en toda desolación.
Es decir, faltan hombres.
Y falta una canción.
Y éste es el resultado.
El día luminoso
regresando a través de los cristales
del azúcar, primero se encuentra al labrador.
En seguida al leñero y al picador
de caña
rodeado de sus hijos llenando la carreta.