Pensar Con Las Manos - Alberto Campo Baeza
Pensar Con Las Manos - Alberto Campo Baeza
Pensar Con Las Manos - Alberto Campo Baeza
ISBN 978-987-584-222-9
Director de la Colección:
Marcelo Camerlo, Arquitecto
Foto de portada:
En la Caja de Granada, en una visita de Kenneth Frampton, en el otoño de 2003:
De izquierda a derecha: A. Campo Baeza, R. Hernández Soriano, K. Frampton,
A. Jiménez Torrecillas y M. Blanco Lage
Diseño de portada:
Vanesa Farias
La reproducción total o parcial de esta publicación, no autorizada por los editores, viola derechos
reservados; cualquier utilización debe ser previamente solicitada.
I.S.B.N. 978-987-584-222-9
Junio de 2009
En venta:
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nobuko
Alberto Campo Baeza
Pensar con las manos
ÍNDICE
12 INTRODUCCIÓN
14 SOBRE ARQUITECTURA
16 EL ESTABLECIMIENTO DE LA ARQUITECTURA
Sobre la construcción del plano horizontal: el podio y la plataforma.
28 DE LA CUEVA A LA CABAÑA
Sobre lo estereotómico y lo tectónico en Arquitectura.
50 LA CIUDAD MACHACADA
Sobre la socialización del suelo.
62 LA ESTRUCTURA DE LA ESTRUCTURA
Sobre la estructura que establece el orden del espacio.
80 TEMPUS FUGIT
Sobre los instrumentos de dibujo.
86 DIBUJAR EN EL AIRE
Sobre el cómo los arquitectos dibujan en el aire.
90 SOBRE ARQUITECTOS
92 LA BELLEZA MISMA
Sobre la Arquitectura de Luis Barragán
126 VISIBILITY
Sobre la Arquitectura de Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla
Este Pensar con las manos está tomado prestado de la brillante imagen
expuesta por Saramago en su novela “La Caverna” cuando afirma que los
creadores tenemos como pequeños cerebros en la punta de nuestros dedos.
Qué mejor que este Pensar con las manos para encabezar una colección de
textos sobre Arquitectura.
Y así como en aquella introducción, un poco más larga, quise resumir todo lo
que en aquellos textos se decía, quiero aquí fiar a los propios textos la labor
de transmisión de mis ideas.
Y ya les adelanto que cuando estos textos son cortos en la forma, es porque
pretendo que sean certeros en su fondo. Pero que, cuando son más extensos,
no ha sido mi intención el usar más palabras sin más. Sólo que los temas
que allí se exponen han requerido una mayor dimensión que no querría yo que
estuviera exenta de la precisión de los textos más breves.
A Toshio Nakamura que publicó mis primeros textos en A+U, la más presti-
giosa publicación japonesa de Arquitectura de la que fui Correspondent en
Madrid durante muchos años.
A Donna Robertson, Dean del IIT de Chicago, que no sólo prologó el libro
que sirvió de catálogo a mi exposición de 2003 en el Crown Hall, sino que
también me invitó a dar unas clases apoyadas por la Fundación Morgenstern
que están contenidas en estos textos.
Introducción 13
SOBRE ARQUITECTURA
EL ESTABLECIMIENTO DE LA
ARQUITECTURA
Sobre la construcción del plano
horizontal: el podio y la plataforma
El hombre ha sentido siempre una especial fascinación por la línea del
horizonte. Donde se juntan, o se separan, el cielo y la tierra. Con Semper y
con Frampton diríamos que el horizonte es la misteriosa línea que separa el
mundo estereotómico ligado a la tierra pesante del mundo tectónico ligado al
cielo, a la luz.
Pero la línea del horizonte no es más que la imagen visible del plano horizon-
tal de la tierra que, aún siendo esférica, por razón de sus enormes dimensio-
nes en relación con el hombre, es horizontal.
LA HISTORIA ANTIGUA
Sobre arquitectura 17
La Acrópolis de Atenas, antes que la belleza inmensa de sus templos, es una
propuesta de un plano horizontal elevado, en lo más alto de aquella montaña
de los dioses, como bien lo entendieron los maestros cuando lo visitaron. Los
dibujos de Le Corbusier, de Kahn o de Schinkel son harto expresivos. Antes
que dibujar los detalles o los templos, dibujaron una vista general, suscri-
biendo aquella operación fundamental de crear el plano horizontal allá arriba.
Villa Rotonda, por encima de su brillante composición, nos habla del estable-
cimiento de un plano horizontal, lo que los italianos llaman significativamen-
te piano nobile, donde las potentes escaleras de acceso no hacen sino
subrayar esa idea de podio de la que estamos hablando.
En castellano hay una palabra muy expresiva tablao para definir una construc-
ción en madera de un plano en alto sobre el que se baila y se canta. Los
tablaos flamencos son bien conocidos de todos.
¿Qué es la casa Farnsworth sino un espacio definido entre dos planos hori-
zontales que flota? Mies van der Rohe hace flotar el plano horizontal de su
suelo. A la precisa altura de nuestros ojos, tan alta que necesita de otra pla-
taforma intermedia que nos haga posible el acceso de una manera más lenta,
más palpable. Y ya sobre la plataforma principal nos encontramos sobre una
balsa, como sobre una alfombra voladora. Con la calma y la serenidad que le
confiere no tanto el clasicismo de su composición como la decisión de la
altura a la que sitúa ese plano horizontal, tan horizontal que necesita inven-
tarse un mecanismo especial para que el suelo fuera perfectamente plano. Y
así bajo las losas de travertino hay unas pirámides invertidas de grava para
su desagüe. El maestro, tan celoso de la horizontalidad, no permitió ni la más
mínima pendiente bajo sus pies.
Sobre arquitectura 19
ma, su basamento, con un sentido quizás más primitivo. Y una vez definido
ese podio con piedra, piedra sobre piedra, levanta sobre él sus templos
también a la griega manera.
LA CUEVA Y LA CABAÑA
Cuando el hombre todavía habita en la cueva, busca en ella, o los crea, planos
diversos, horizontales, donde situar sus funciones. Busca un plano principal
donde desarrollar las funciones comunes, quizás donde colocar el fuego y
después un plano, un poco más alto, para sentarse. Busca luego unos planos
horizontales, más recogidos, capaces de dar cobijo a su necesidad de dormir.
Es fácil imaginar lo anterior, sabiendo la necesidad del plano horizontal, que
frena la gravedad, en la vida del hombre vertical. En el fondo es la búsqueda
de un plano estable para siempre: la casa permanente.
EL PODIO TECTÓNICO
Sobre arquitectura 21
MIES UP!
Todos los proyectos de Mies manifiestan su empeño en crear este plano hori-
zontal del que ya nunca se apeará. Y para ello utiliza dos vías de gran
eficacia, según trabaje con ese plano como límite superior de un podio o
como plano aislado flotante. En el primer caso podríamos hablar con termino-
logía tomada de Semper del podio estereotómico. En el segundo caso de
podio tectónico, o mejor todavía de plataforma. En ambos casos siempre nos
colocará este plano a la altura de los ojos, marcando desde el primer
momento una posición muy precisa de horizonte próximo donde el plano hori-
zontal se hace línea. Una razón más para comprender la importancia que
Mies da a cómo se accede a ese nivel, siempre por escalones y nunca por
rampa, en una operación espacial de gran interés.
Por otro, siempre que de una plataforma se trata, lo que hemos llamado podio
tectónico, accede de manera frontal. Los escalones de acceso a la Farnsworth
o al Crown Hall, son siempre frontales, y sueltos, ligeros, como flotando en el
aire.
El maestro nos pone el listón muy alto, a la altura de los ojos, donde el plano
se convierte en línea, para con gran sentido pedagógico acceder de su mano
al elevado mundo de su arquitectura.
Y se puso desde fuera frente a la forma cúbica, ante un cubo que era algo
mayor que él. El gran plano vertical cuadrado parecía dominarle. Anduvo
hasta la esquina y los dos planos verticales, ortogonales, le impresionaron
con su fuerza. Pero él quería ser el que los controlara. Imaginó que se
alejaba. Sabía que la figura cúbica la formaban seis planos y sólo veía dos. Y
aunque sabía que había un plano allá arriba, el techo, que formaba un triedro
con los dos planos que se erguían ante él, no tenía modo de dominarlo. Se
subió a un árbol enfrente y desde allí pudo por fin ver los tres planos.
Será una mera cuestión de dimensiones, se dijo, y buscó una figura cúbica
algo más pequeña que él, en un intento esperanzado de poder llegar a
controlar todo el espacio. Comprobó orgulloso que de un solo golpe de vista
podía dominar las tres caras que formaban el triedro. Una cara más que al
principio. Pero cuando dando vueltas al cubo intentaba atrapar una cuarta
cara y llegaba a ella, desaparecía una de las anteriores. Tras múltiples vueltas
que llegaron a marearle, dedujo que no conseguiría nunca ver más que las
tres caras del cubo de una sola vez. Y no le fue fácil calmarse.
Sobre arquitectura 25
pareció. Y quedó desconcertado. Alicia sonreía a su lado. Pasado el eclipse la
luz volvió. Y con ella las sensaciones volvieron a despertarse y el arquitecto
recuperó el dominio del espacio.
Miró hacia arriba para ver de dónde procedía aquella claridad, y se despertó
bajo la luz de un potente sol, sin Alicia, que se había quedado en su sueño, y
ahora ya en la realidad, ante aquellas figuras cúbicas que tanta guerra le
habían dado.
Sobre arquitectura 29
estereotómica, de la masa que trabaja a compresión, que cuando conforma un
espacio, lo hace por superposición de partes iguales. El término estereotómi-
co proviene del griego stereos que significa sólido, y tomia que significa
cortar.
Es obvio que Frampton se está refiriendo aquí a ese prodigio estructural que
es el gótico en el que un material claramente estereotómico como es la
piedra, adopta caracteres tectónicos en una situación limite, casi milagrosa,
constituyendo una estructura donde se distinguen los nervios de la plemente-
ría, como una premonición de lo que siglos mas tarde hará el Movimiento
Moderno en su desglose de pilares y cerramiento.
“Aunque estos hechos sean tan conocidos por todos, es necesario repetirlo.
Tendemos a no enterarnos de las consecuencias ontológicas de estas distin-
ciones, es decir, del modo en que el entramado de la estructura tiende hacia
lo aéreo, a la desmaterialización de la masa, mientras que cuando la forma de
la masa es telúrica, se asienta siempre en lo más profundo, dentro de la
tierra.
En efecto, estas formas deben servir para recordarnos, según Heigegger, que
los objetos inanimados también deben evocar el “ser”, y que a través de esta
Sobre arquitectura 31
GRAVEDAD
La G, la fuerza de la Gravedad.
Uno de los puntos claves del acero es el conjugar su máxima durabilidad con
su carácter ligero, además de su capacidad de resistir la concentración de
LA LUZ
La fuerza de la levedad
La arquitectura estereotómica busca la luz. Perfora sus muros para que, atra-
vesada por los rayos del sol, poder atrapar la luz en su interior. Las ventanas
serán aquí excavaciones en los muros para poder llevar al interior esa luz. Y
no se podrán abrir lucernarios en su plano superior hasta que no haga su
aparición el vidrio plano en mayores dimensiones. Sólo el Panteón, lugar
reservado a los dioses, se atreve a abrir ese hueco superior a cielo abierto.
Los patios serán entonces los mecanismos intermedios para poder llevar la
luz al interior de los edificios, siempre a través de las ventanas abiertas en
sus muros perimetrales verticales.
Sobre arquitectura 33
Por el contrario, una arquitectura tectónica, puro hueso, necesitará proteger-
se de la luz que la inunda. Si con el acero se había conseguido llegar a una
delicada osamenta al límite de la mínima expresión, será el cerramiento
vertical añadido el que sirva de mediador entre el espacio interior y la luz del
sol que ahora todo lo llena. Viene aquí a colación el bellísimo rascacielos de
vidrio que Mies van der Rohe nunca construyera. Pero que permanece para
siempre en nuestra cabeza. Una estructura pura con finísimos pilares que se
van superponiendo y libérrimo en la forma de su planta ondulada jamás
igualada. Y un acristalamiento que es un canto a la transparencia y cuyos
reflejos dan fe de la libertad formal de aquella planta. Pero todo reclama un
control eficaz de la luz. Lo que después hará Mies en su paradigmático
Crown Hall del IIT de Chicago: la primera mitad, la más baja de su acristala-
miento será traslúcido. Es ésta, la tectónica, una arquitectura que se defiende
de la luz, que para poder controlarla debe velar sus huecos.
CONCLUSIÓN
2 Los textos más básicos de Semper se traducen por primera vez al inglés en el muy
interesante libro de Wolfgang Herrmann: “Gotfried Semper. In search of Architecture”,
publicado por MIT Press en 1984. Su versión en castellano se publica como parte del
libro “La casa de un sólo muro” de Juan Miguel Hernández León, Catedrático y
Director de la Escuela de Arquitectura de Madrid.
Es curioso el comentario de Herrmánn sobre el interés de Semper por difundir sus
ideas en inglés: “He gave at Marlborough House, written in English, incidentally a
language he never quite mastered”. Bien sabía el viejo revolucionario alemán de la
importancia de los medios, de la palabra, para difundir las ideas.
3“Labour work and architecture”. Kenneth Frampton. Phaidom Ed. Londres 2002.
(pág. 23).
Este texto es el mismo que apareció en 1990 en Architectural Design no 60/3/4/pp.19-25.
5Tienen los ingleses una curiosa expresión: “Gilding the lilly” para transmitir cómo la
Belleza es algo más que la sóla perfección de la creación. Ese “dorando la azucena”
que seria la traducción literal, quiere expresar el que todavía se puede hacer algo más
sobre la creación cuando es perfecta. Ese algo más que es la Belleza. La Venustas
Sobre arquitectura 35
exigida por Vitrubio. Pues entiendo que la Luz en la arquitectura desempeña un claro
papel actuando sobre la perfección conseguida con la sola Gravedad.
de la Sota, fascinado, nos dibujaba en la pizarra en el curso 1966-1967 a los que por
entonces éramos jovencísimos alumnos del primer año de carrera. Allí, en aquellas dos
partes de la casa, una enterrada y la otra emergente, estaban ya sin llamarlos así los
conceptos de lo tectónico y lo estereotómico.
Creo que el futuro está en una arquitectura más profunda que superficial,
más sabia que ocurrente, más lógica que ingeniosa. Soportada en estructuras
capaces de construir el espacio arquitectónico. Alumbrada por la luz capaz
de construir el tiempo. Una arquitectura que domine la gravedad y la luz.
Capaz de permanecer, de quedar en la memoria de los hombres, en la
historia.
MIENTRAS TANTO
Se rinde hoy culto a la piel del edificio sin considerar que el tiempo suele ser
cruel cuando sólo a esta cualidad fiamos la resistencia de nuestra arquitectu-
ra a dicho tiempo. Por muy brillantes que sean las soluciones.
Sobre arquitectura 39
Y también los críticos. Todo lo anterior y más que no cito por mor de la
brevedad, se aliña con palabras vanas y abundantes que no llegan nunca al
fondo de las cuestiones. Ingeniosa verborrea. Pero todo esto pasará. Siempre
ha pasado y ha pasado.
Se diría que se han materializado las imágenes referidas por el profeta Elías
en un bellísimo pasaje del Libro de los Reyes donde describe los signos
impetuosos que anuncian falsamente la llegada de su Señor. No estaba Dios
en “el viento fuerte e impetuoso que hundía las montañas y quebraba las
peñas” ni en “el temblor de la tierra” ni en el “fuego”. Sólo al final, tras el
fuego, en “el soplo de un aura suave” estaba Dios.4
SALTO AL FUTURO
Uno de los cimientos en los que se debe basar un creador al hacer su obra,
un arquitecto al concebir y levantar su arquitectura, es mirar al futuro
sabiendo descubrir las claves para su creación. Entendiendo bien el tiempo
en que vivimos que es también conocimiento profundo del pasado y con un
pie en el aire, y a veces los dos para saltar al futuro.5 Este salto lo considera
Italo Calvino la clave del futuro. Y lo materializa brillantemente en el salto de
Cavalcanti.
No se trata con nuestra arquitectura de dar gusto a los que nos rodean.
Nunca han sido los verdaderos creadores reconocidos totalmente en vida.
Todo lo contrario. Se trata de con nuestra arquitectura concebir, levantar y
construir la casa del hombre, la ciudad de los hombres. Crear y recrear el
mundo construyendo ideas.
ALGUNAS CLAVES
Querríamos saber, ¡ojalá tuviéramos las claves!, cuáles son los nuevos puntos
de apoyo que van a posibilitarnos seguir avanzando. Temas como la movilidad
Sobre arquitectura 41
Notas:
1Ésta y muchas de las ideas contenidas en estas líneas se recogen en el libro “La idea
construida” que escribí hace ya varios años y que va por su sexta edición. Las dos
primeras en la edición del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y las dos segundas
por la Universidad de Palermo (Argentina). Y las otras dos por libre. Pronto verá la luz
la edición en inglés que está ya ultimada.
2Merece la pena volver a leer este bellísimo episodio de la Odisea de Homero en que
Ulises, uncido al mástil, atraviesa el Estrecho de Messina. Utilicé ya esta ajustada
imagen para hablar de la resistencia de un maestro de la Arquitectura como es Fisac
en el escrito que hice con motivo de su Medalla de Oro de la Arquitectura.
4Es interesante transcribir este pasaje del Libro de los Reyes del Antiguo Testamento
(I Reyes 19, 11-12): Díjole el Señor: “Sal fuera, y ponte sobre el monte en presencia del
Señor”, y he aquí que el Señor pasó. Y hubo un viento fuerte e impetuoso, que hendía
las montañas y quebraba las peñas ante el Señor, pero el Señor no estaba en el viento.
Después del viento vino un temblor de tierra; pero tampoco estaba el Señor en el
temblor de tierra.
Tras el temblor de tierra, fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y tras el fuego un
soplo de aura suave”.
5Italo Calvino propone como imagen capaz de sintetizar todo lo que él quisiera para
sus propuestas para el nuevo milenio el salto de Cavalcanti, para representar el futuro
que él analiza en su “Seis propuestas para el nuevo milenio”.
Cuando analizo la muy interesante casa en Bordeaux de Rem Koolhas, y veo la plata-
forma móvil, el plano horizontal móvil, echo de menos el que ese cambiar de plano
fuese capaz de producir un más intenso cambio espacial. Y viene a mi memoria el plano
vertical del gran ventanal de la casa Tugendath en Brno, donde Mies van der Rohe,
hace ya casi un siglo, era capaz de cambiar la cualidad del espacio al mover los planos
que lo conformaban.
Al final, hay que construir con formas definidas por tres dimensiones. Con
proporciones, cuyo control lo dará la precisión de las medidas. De la misma
manera que el cálculo de la estructura acaba en algo tan concreto como su
dimensión precisa.
Hay que conocer las MEDIDAS con las que se va a levantar la arquitectura.
Hay funciones que son posibles con unas medidas, y que no lo son con otras.
Aunque la forma y las proporciones fueran correctas.
Sobre arquitectura 45
Hay construcciones que son posibles con unas dimensiones y con otras no.
Hay temas de LUZ que son eficaces con unas medidas y no lo son con otras.
La relación del hombre con sus medidas universales, con el espacio, con las
formas que lo conforman, es una relación de distancia numérica. De la medida
de las cosas. Y para poder trabajar sobre la arquitectura, es imprescindible el
mejor conocimiento sobre las medidas y su efecto sobre el hombre.
Y así como en la música, es el oído sobre todo el que la pone en relación con
el hombre, en la arquitectura es la vista la que principalmente permite esa
relación. Aunque todos los sentidos también colaboren a ello. De ahí que la
LUZ sea, la gran protagonista de la arquitectura.
Confines que bien definía Heidegger como el “límite a partir del cuál una
cosa comienza a venir a presencia”.
Y es que Mies van der Rohe era alemán. Y como se le metiera una idea en la
cabeza no había quien se le resistiera.
Sobre arquitectura 47
nica nave. Sentado en su silla Brno tapizada en cuero negro, se estaba
fumando un puro que no se lo saltaba un torero. Se le veía disfrutar dirigiendo
el artefacto espacial que, flotando, flotando, o eso al menos decía él, viajaba
triunfante a lo largo del tiempo y del espacio. No en vano le había costado
más de 6 años su precisa concepción y su perfecta construcción. Los estu-
diantes lo sabían todo sobre la casa Farnsworth. Sabían como solicitar los
permisos a Palumbo para poder visitarla. Casi todos ellos lo habían hecho.
Incluso alguno había vadeado el río Fox para acceder a aquella maravilla
espacial cuando, últimamente, los permisos eran más difíciles. Lo que ya se
sabían menos, pues le daban menos importancia, eran sus exactas medidas.
Las dimensiones del Panteón con sus 43,5 metros del diámetro de su esfera
interior y los 9,5 metros de diámetro del disco de su óculo hacen perfecta-
mente factible el que la casa Farnsworth que mide 9 metros de ancho entre
sin problema, volando, por aquel divino orificio.
En cualquier caso no sería mala conclusión de toda esta historia el que todos
los estudiantes de arquitectura, y todos los arquitectos, llevaran siempre
consigo una cinta métrica, o ese pequeño instrumento moderno capaz de
medir por medio de haces luminosos o sónicos. Y una brújula y una plomada
que, lejos de ser antiguas son, como la luz y la gravedad mismas, eternos
asuntos.
Sobre arquitectura 49
LA CIUDAD MACHACADA
Sobre la socialización del suelo
La Ciudad es el título de un pequeño libro de Hermann Hesse que comienza
así:
“Los campos ardían silenciosamente a la luz amarilla del sol y las altas
montañas llenas de bosques se erguían en el brumoso azul del horizonte.
El sonido de la primera garlopa rechinó estridente en la tierra asustada, el
primer disparo de escopeta tronó y retumbó en las montañas, el primer
yunque emitió su agudo sonido bajo los rápidos golpes del martillo. Surgió
una casa de hojalata, y al día siguiente una de madera y otras más, cada día
nuevas, y pronto las hubo también de piedra.”
Así de bien describe Hesse el comienzo de una ciudad, y termina, tras las
muchas peripecias que allí se narran, con la destrucción de la propia ciudad
por la naturaleza que acaba invadiéndola. Termina con el canto de un pájaro
que mira satisfecho el crecer del bosque y el espléndido y verdecido progreso
sobre la Tierra.
Leí este texto, mejor dicho, lo vi, en una edición con ilustraciones de Walter
Schmögner y caligrafía de Stella Wittenberg donde se hace patente a través
de los preciosos dibujos el paso de la naturaleza virgen a la ciudad y la vuelta
a la toda naturaleza.
Entiendo por SOSTENIBILIDAD algo tan sencillo como el intentar hacer las
cosas con LÓGICA, con SENTIDO COMÚN y con espíritu de SOBRIEDAD.
Sobre arquitectura 51
cabeza ha venido la canción de Los Sabandeños donde repetían machacona-
mente aquello de “es de los intermediarios en el negocio frutero”, de los
“expertos en intermediación” diríamos hoy. Y a la vez me venía a la memoria
un viejo amigo mío de tiempos de la Universidad, simpático y cuentista que
además de llenar sus apellidos de DE y de LAS, remataba con un “dos
grandes expresos europeos”. Y es que uno sigue teniendo una cierta preven-
ción al cuento y a los cuentistas.
1 SOCIALIZAR EL SUELO
Más de uno pensará enseguida que cosas tan imposibles de pensar como
socializar el suelo o cerrar las fábricas o levantar una utopía tienen poco que
Ya sé que como propuesta les puede sonar escandalosa. Escribí hace poco un
artículo con este significativo título de “SOCIALIZAR EL SUELO O MORIR”.
Me lo había pedido para publicarlo, una revista de enorme difusión del mundo
inmobiliario, que parece estuviera tratando de competir con el HOLA, por la
cantidad de fotos de actos sociales que publica a toda sonrisa y a todo color.
Aunque parezca mentira, fue publicado en ese medio. Como mentar la soga
en casa del ahorcado.
Porque el suelo es la clave del problema de la vivienda. ¿Cómo puede ser que
la vivienda, el bien más básico, siga siendo el principal y mayor problema de
nuestra Sociedad? ¿Cómo puede ser que la vivienda, el bien más necesario,
siga siendo la fuente principal del enriquecimiento de los ricos?
¿Dónde está el quid de esta cuestión tan peliaguda? ¿En el coste de la cons-
trucción? NO. Cualquier constructor honrado, que los hay, haciendo bien las
cosas y con buenos materiales y en los plazos precisos y con buena calidad,
pueden construir una vivienda hoy, en el año 2006, por 600 euros el metro
cuadrado. Y ganándolo bien ¿Por qué entonces debemos comprarlo por un
precio muchísimo más alto?
¿Será entonces cuestión del suelo? Pues SÍ. Es el dichoso suelo. La tierra, la
“buena tierra” de aquella hermosa novela de Pearl S. Buck se ha convertido en
el quid de la cuestión. Un suelo que no vale “nada” un día, al día siguiente, por
mor de una “declaración de suelo urbano” puede valer mil veces más. ¡MIL!
Claro que lo suele comprar por “nada” el mismo que luego consigue la declara-
ción de “suelo urbano”. Bueno, él directamente nunca. Siempre una Sociedad
donde suele estar su mujer ¡qué casualidad! Claro que no me estoy inventando
nada. Y luego lo vende, por mil veces más a los Bancos. Bueno, a los pobres a
través de los Bancos. Porque los Bancos acogen con sus hipotecas de todos
los colores a las pobres gentes que escrupulosamente pasarán el resto de sus
vidas pagando, eso sí, tacita a tacita, como nos enseñaba a todos Carmen
Maura en aquel viejo anuncio de cafés Monky.
Todo esto debe ser por aquello de que los pobres “heredarán la tierra”. Yo
creo que los pobres heredarán otra cosa. Pero no la tierra. Pero no el suelo. Y
menos si es suelo “urbanizable”.
Sobre arquitectura 53
CERRAR LAS FÁBRICAS DE COCHES
¿Se imaginan ustedes una persona con tres o cuatro tubos digestivos?
Imagínense ustedes una persona que en vez de tomar dos platos en la
comida, tomara seis. Y como no podría resistir, pero tiene “derecho” a comer
lo que le venga en gana, se hiciera trasplantar o implantar tres o cuatro tubos
digestivos. Para poder comer más. Monstruoso. Sería más sencillo comer
menos. Lo justo.
¿Hace falta tanto coche? ¿No les parece a estas alturas que estamos
locos?
Habrá alguien que inmediatamente me hable de la libertad. De la libertad de
movimientos que da el auto-móvil, como su propio nombre indica. De la
libertad de poder fabricar lo que se quiera. Del problema que supondría los
puestos de trabajo de esas fábricas. Pues pongan a trabajar su imaginación.
Pero no me resisto a rematar con las expresivas palabras con las que García
Márquez empieza su “Cataclismo de Damocles” que es una fuerte pero
bellísima advertencia por si no somos capaces de hacer un mundo “sostenible”.
O mejor todavía, para ser más positivos, con las palabras con las que el
mismo García Márquez termina ese texto:
Sobre arquitectura 55
DE LAS MEDIDAS DEL HOMBRE
Sobre la precisión
En el juego de las “siete y media”, de La Venganza de Don Mendo, una obra de
teatro de Muñoz Seca, se jugaba con estas palabras para expresar la cruel
exactitud del juego.
Muchas veces he citado el último texto escrito por María Zambrano sobre la
poesía. Es bellísimo y a la vez enormemente sugerente y preciso. En la última
frase, su última frase escrita, define la poesía como “la palabra conjugada
con el número”. Y es que hay un paralelismo misterioso entre poesía y arqui-
tectura. La arquitectura en definitiva no es más que la conjugación de unos
materiales con el número. Levantar con esos materiales, con unas dimensio-
Sobre arquitectura 57
nes, unas medidas, unos números precisos, unos espacios que debido a las
proporciones establecidas a través de esos números, son capaces de
conmover al hombre. Como le conmueve la poesía.
Hay arquitectos que saben mucho de Historia, muchísimo. Otros que lo saben
todo sobre estructuras o sobre instalaciones. Otros, muy ingeniosos,
capaces de diseñar una barandilla-tubo de agua caliente-desagüe-manillón-
radiador. Otros que lo saben todo sobre los materiales. Pero si a cualquiera
de ellos le preguntamos sobre la dimensión (más o menos exacta, o más
exacta) de un espacio, casi nunca van a ser capaces de responder con
seguridad, ni con certeza. No lo saben.
La única medida fija es el hombre. Con sus propias medidas físicas: las
dimensiones de su cuerpo y el área de influencia de sus movimientos.
PROPORCIÓN
La decisión de unas medidas u otras, dependerá del “qué” y del “para qué”.
Dependerán de la función, de la construcción, del contexto, de la luz y de la
economía.
Plantear unas medidas a priori sin tener más datos, no tiene sentido. Es
imposible hacer un cuarto de baño completo en 1 metro cuadrado, por
ejemplo. A duras penas cabe un retrete y un lavamanos. Salvo que sea en un
tren o en un avión.
Empeñarse en que una vivienda con tres dormitorios hay que encajarla en 60
metros cuadrados es casi imposible. Máxime si se obliga a unas ordenanza
ridículas que producen caricaturas de la vivienda. Se construyen entonces
como casas de muñecas. Y malas casas de muñecas. En estos casos se
Sobre arquitectura 59
piensa que basta con la “proporción” entre las dimensiones. Y se llega a las
ridículas reducciones homotéticas de modelos que, con otras dimensiones,
funcionan perfectamente. Cuando un tenedor empieza a reducirse, a
reducirse, es preferible un palillo de dientes. Parecería que estas leyes, muy
extendidas, han sido dictadas por y para jíbaros. El hombre, el cuerpo humano
sólo se reduce de tamaño en el ataúd. Y aún así.
FORMA
En una forma cúbica, con distancias suficientes para que el hombre se mueva
en ella, para ser atrapadas por él (3mx3mx3m son medidas fáciles de
imaginar), las referencias son claras e inmediatas. Un delante-detrás, un
derecha-izquierda y un arriba-abajo son comprensibles de manera inmediata
y hacen relación a la constitución física del hombre en su captación fisico-
óptica del espacio.
FINAL
Sobre arquitectura 61
LA ESTRUCTURA DE LA
ESTRUCTURA
Sobre la estructura que establece
el orden del espacio
La Gravedad es uno de los temas centrales de la Arquitectura. La g, el 9,8
que estudiara Isaac Newton con tanto ahínco, esa fuerza imposible de evitar,
es una de las cuestiones clave de la Arquitectura.
Sobre arquitectura 63
Y este orden del espacio está desde el primer momento en la génesis de
cualquier proyecto. Como el esqueleto en el cuerpo humano. Recuerdo cómo
Alejandro de la Sota, el maestro, nos explicaba esto en aquellas clases ini-
ciáticas: “¿Se imaginan ustedes que cuando nace un niño su madre
exclamara ¡se han olvidado el esqueleto! Y hubiera que abrir en canal a la
criatura para introducirle el óseo esqueleto?”. Pues con aquellos clarísimos
ejemplos Sota trataba de convencernos de cómo tanto la Estructura como las
Instalaciones, tenían que estar desde el principio en la Idea del Proyecto. Lo
que llamábamos unidad del hecho proyectual. La estructura, la estructura
portante era por tanto no sólo la transmisora de las cargas de la Gravedad
sino, sobre todo, generadora del orden de la Arquitectura.
LA ESTRUCTURA DE LA ESTRUCTURA
El establecimiento del orden del Espacio es algo más que el sólo portar,
soportar las cargas de la Gravedad. Es poner en orden todo aquello.
A mis alumnos, para que lo entiendan bien, les digo que si Hally Berry está
bien, está muy bien, es porque tiene un muy buen esqueleto. Tiene muy bien
establecido el orden de su espacio corporal.
DE LA CUEVA Y LA CABAÑA
Más tarde el hombre construiría esa puerta móvil con las maderas de los
árboles. Y lo mismo para su “asiento”. Primero quizás en la piedra y después
con la madera. Y luego, el fuego con el que poder calentarse y hacer comesti-
bles aquellos animales que cazaba o aquellos frutos y hortalizas que
descubría. Y después, la “mesa”, un plano a la altura precisa para poder
desarrollar otras funciones diversas.
Tras estos primeros pasos, y cuando el tiempo fuera benigno, nuestro hombre
permanecería gran parte de su tiempo al aire libre. Y podemos con nuestra
imaginación pensar en que por su cabeza le pasara la idea de cambiar de
sitio, como lo hacían los animales voladores. Y a nuestra mente acude de
inmediato la imagen de la CABAÑA.
Sobre arquitectura 65
El espacio estereotómico buscará el abrirse y utilizará la SUSTRACCIÓN
como mecanismo del mismo modo que el espacio tectónico buscará el
cerrarse y utilizará como mecanismo la ADICIÓN.
LA MEMORIA DE LA HISTORIA
Sobre arquitectura 67
LIGHT IS MUCH MORE
Sobre la luz
Cuando un arquitecto descubre que la luz es el tema central de la
Arquitectura, es cuando empieza a ser un verdadero arquitecto. Cada día
que pasa estoy más convencido de ésto que escribí y publiqué hace ya
tantos años. Y aquel light is more que quería emular al less is more de Mies
van der Rohe me atrevo hoy a cambiarlo por este light is much more.
MATERIAL LUJOSO
La luz es el material más hermoso, el más rico y el más lujoso utilizado por
los arquitectos. El único problema es que se nos da gratuítamente, que está
al alcance de todos y que entonces no se valora suficientemente.
Los arquitectos antiguos usaban los mármoles y los bronces, y los arqui-
tectos más modernos usan el acero y los plásticos especiales y los vidrios.
Todos intentando hacer arquitecturas capaces de permanecer en la
memoria de los hombres, de permanecer en el tiempo. Y sólo los arquitec-
tos que han merecido la pena, los maestros, han entendido que la luz, pre-
cisamente la luz, es el principal material con el que la arquitectura es
capaz de vencer al tiempo. Así lo entendieron tanto Adriano cuando cons-
truyera el Panteón como Antemio de Tralles o Isidoro de Mileto cuando
levantaron Santa Sofía, o Mies van der Rohe cuando puso en pie la
Farnsworth House.
EMOCIÓN
Sobre arquitectura 69
Entendió perfectamente que la luz es el tema central de cualquier
Arquitectura.
CANTIDAD DE LA LUZ
Muchas veces he comparado en mis clases la luz con la sal. Cuando la luz
se dosifica con precisión, como la sal, la arquitectura alcanza su mejor
punto. Más luz de la cuenta deshace, disuelve la tensión de la arquitectu-
ra. Y menos la deja sosa, muda. Al igual que la falta de sal en la cocina
deja a los alimentos insípidos y el exceso de sal los arruina. En general no
es fácil para los arquitectos el uso justo de la sal de la Arquitectura, de la
luz.
CUALIDAD DE LA LUZ
Se podrían escribir miles de libros sobre la luz. Pero en estas breves palabras
de introducción yo no quiero más que, una vez más, reivindicar este valor de
la luz como material primero y principal con el que trabajamos los arquitec-
tos. Y que se nos concede gratuitamente cada día. Para permanecer en la
memoria y en el corazón de la gente. Para hacerles felices con la
Arquitectura.
Sobre arquitectura 71
SHARPENING THE SCALPEL
Sobres los dibujos del arquitecto
Se me propone hacer un libro con los diseños, con los dibujos “a línea”,
precisos, de los proyectos de mis casas. En una primera lectura a alguien le
podría parecer fútil este ejercicio. Entiendo que, lejos de ser un ejercicio
meramente formal, se trata de hacer un ejercicio de ANÁLISIS con el
máximo grado de precisión. Como si se tratara de una DISECCIÓN
ANATÓMICA con BISTURÍ. Hacer este ANÁLISIS a través de un dibujo muy
preciso habiendo pasado un largo tiempo desde la concepción y construcción
de estas casas, se manifiesta como un tema de enorme interés.
Sobre arquitectura 73
En los HORTUS CONCLUSUS se propone un espacio central arropado por
dos patios, uno delante y otro detrás, a los que ese espacio se abre con la
máxima privacidad. Son espacios INTRAMUROS. El mecanismo espacial es
el mismo que usa la casa andaluza en el campo. Se crea una secuencia de
abierto-cerrado-abierto de gran eficacia. El espacio resultante es horizontal
apoyado sobre el plano horizontal del suelo de piedra, contínuo dentro y
fuera. Los espacios servidores se desarrollan en ambos costados abriéndose
a los patios. Estas casa están siempre en terrenos planos. A este grupo per-
tenecen la Casa Gaspar y la Casa Guerrero ambas en Vejer-Cádiz.
En las casas podio, los BELVEDERE, las casas transparentes sobre el podio
cerrado, se traduce el tipo de la CABAÑA sobre la CUEVA. Se materializa
en ellas la doctrina de Semper a través de Frampton, de la arquitectura
TECTÓNICA, la caja de cristal ligera, sobre el podio ESTEREOTÓMICO, la
pieza sólida pesante. Estas casas siempre están en puntos altos con visión
de horizonte lejano. A este grupo pertenecen la Casa de Blas en Madrid, la
Casa Olnick Spanu en Garrison-Nueva York y la Casa Rufo en Toledo.
El dibujo a línea, más abstraído que sólo el dibujo real, no sólo tiene la
capacidad de facilitar la transmisión de la IDEA central sino también de
aclarar de una sola vez todo lo que nos proponemos transmitir. Plantas,
secciones y axonometrías limpias y precisas, despojadas de todo detalle,
ayudan a entender perfectamente cada propuesta.
Este dibujo preciso, repito, es como meter el bisturí para diseccionar anató-
micamente cada proyecto. Y que ahora hacemos con AUTOCAD con una
precisión inusitada. Es sorprendente usar ahora este instrumento sobre
proyectos que fueron dibujados en su día con aquellos Rotring 0,1 antes men-
cionados, pensando entonces, no hace tanto, que eran de una precisión insu-
perable.
Se acompañan estos dibujos a línea fina con los primeros croquis con los que
se generaron estos proyectos. El contraste entre ambos tipos de dibujo
ayudará a una mejor comprensión del completo hecho proyectual. Lo que
unos dibujos tienen de mayor tensión se compensa con la mayor precisión de
los otros.
En los breves textos que acompañan a cada casa, como en este mismo texto,
se ha tratado de explicar lo que ni en los dibujos ni en las fotos puede ser
traducido, y que como profesor, además de arquitecto, me gustaría poder
trasladar.
Sobre arquitectura 75
CUANDO EL PLANO SE
CONVIERTE EN LÍNEA
Sobre algunos mecanismos de la
Arquitectura
MIES, EL VIEJO MAGO
Por mor del acero crea un plano horizontal de suelo ligerísimo que parece
flotar. Tan delgado aparece que, más que balsa flotante como tantas veces se
ha dicho y con razón, a mí me gustaría definir como de alfombra voladora. Tan
delgado parece el techo y tan delicados parecen los 16 pilares que lo
sustentan.
Y tan ligero es el suelo como el techo que, al estar pintado de blanco todavía
se hace más etéreo. Al pintar todo de blanco, da una vuelta más a la tuerca
en esa su divina obsesión por la levedad.
Y la casa está dispuesta en tal manera, con tal sabiduría, que sólo hay una
puerta doble que, al estar colocada en el centro del testero que queda
remetido bajo el porche, llega a pasar casi inadvertida. Y mira que es difícil
hacer desaparecer una carpintería practicable en una caja de vidrio. Bien lo
sabemos los arquitectos que construímos cuando materializamos nuestras
ideas.
Pero, y esto es bien sabido pero menos conocido, una de las cuestiones
centrales de la Casa Farnsworth, por no decir que la cuestión principal, es la
colocación del PLANO HORIZONTAL de su suelo a la altura de los ojos del
espectador. Está a una altura tal que el plano horizontal se convierte para el
espectador en una LÍNEA.
¿Qué más se puede pedir?. ¿Qué más puede querer quien busca la máxima
transparencia y la absoluta ligereza en la Arquitectura?, Mies van der Rohe
bien que lo consiguió. Y su lección magistral todavía no ha acabado de ser
bien aprendida.
DE SEMPER A FRAMPTON
Cuando Gotfried Semper hacía esa distinción clara y distinta, quasi cartesia-
na, entre lo tectónico y lo estereotómico en la Arquitectura, y tras la todavía
más clarificadora lectura que Kenneth Frampton hace de estas cuestiones, a
mí no me cabe más que entender que la línea divisoria entre esos dos
mundos es la línea del horizonte.
Sobre arquitectura 77
Euritmia, proporción, dirección. Medidas, proporciones, escala.
Las medidas, las proporciones, la escala de ese plano horizontal son cuestio-
nes tan importantes como la primera, en la consecución de un espacio capaz
de conmover a los hombres.
MATERIALIDAD Y MATERIALES
EN EL PRINCIPIO
Una Arquitectura puesta siempre al servicio del hombre que vive, que piensa,
que sueña.
Yo dibujé, y quizás ustedes todavía también, con los ROTRING. Parecía que
aquello era ya insuperable. Aunque yo me seguía poniendo perdido de tinta. Y
todos teníamos sospechosas marcas en las muñecas donde probábamos el
primer toque de aquella divina pluma, tan teutónica como el Graphos.
Y en las mismas cajitas de madera donde reposan los tiralíneas y los Graphos
y los Rotring, reposan los tinteros secos, y las gomas Pelikán de dos colores y
las cuchillas de afeitar algo melladas. ¿Antigüedades? Antiguallas que de tan
cercanas en el tiempo, nos asombra el pensar que ya han desaparecido.
He titulado este texto TEMPUS FUGIT, como el que fuimos hoy, que pasa tan
veloz, y lo que somos mañana porque el mañana ya está aquí. Y es que el
tiempo vuela, “TEMPUS FUGIT”, dice el precepto latino.
Sobre arquitectura 81
contrario? Yo no tengo coche, ni televisión, ni móvil, ni reloj. Pero no puedo
aunque bien quisiera, no tener ordenador, y página web y flickr. Y cuando
intento dejar todo cerrado un par de días, la vuelta es peor. Es tal la
avalancha que más vale claudicar y cumplir con el ordenador todos los días.
Como un buen marido.
YA NO HAY LIBROS
Hay, se editan muchísimos más libros que nunca pero la gente lee poco, muy
poco. Los Taschen y Phaidon nos inundan de imágenes brillantes quasi por-
nográficas, y sólo unos pocos nos refugiamos en los libros de poesía en los
que ¡todavía! dejamos caer nuestras lágrimas de cocodrilo.
Yo les puedo asegurar que en estos días estoy disfrutando como nunca con la
relectura de la Odisea de Homero en una magnífica traducción del año 51 de
Luis Segalá. Y como Ulises he desgajado con mano fornida una rama
frondosa para cubrir mis partes verendas cuando he oído los cantos de
Náusica y sus esclavas que tras despojarse de sus velos y jugando a la
pelota, me han descubierto dormido en la densa selva las hermosas hijas de
Zeus. Más de una vez mis lágrimas han mojado las páginas de esta sencilla
edición, buena, bonita y barata y más que recomendable. Editada en Austral
de Espasa Calpe. Y también es estupenda la versión de García Calvo. Son
como tesoros, como un regalo.
Y ¿qué hacen nuestros hijos? O mejor dicho, ¿qué hacen ustedes? Dedicar
miles de horas al año a este nuevo menester de la pantalla. Hagan por
curiosidad la cuenta y se quedarán sorprendidos. Y es que esto es
imparable.
Sobre arquitectura 83
Y aunque hace tiempo que tengo página WEB, www.campobaeza.com, como
creo que es mejorable, he contratado a un arquitecto sueco que trabajó hace
tiempo conmigo, para intentar poner en pie la mejor página web del mundo.
Tan grande es mi fe en estos medios. Tan clara tengo la importancia de la
COMUNICACIÓN.
Y tengo previsto en mi nueva página web el que haya LINKS con diversos
niveles de definición de todos mis proyectos. Desde los primeros esquemas
hasta los detalles constructivos más completos del Proyecto de Ejecución, e
incluso de los desarrollos posteriores.
Bien lo sabía Cervantes cuando acabada la primera parte del Quijote lo hace
traducir al inglés por Shelton, con lo que unos años después, Jefferson, que
además de ser Presidente de los Estados Unidos era Arquitecto, podía reñir a
su hija María por “no estar leyendo el Quijote”.
Sobre arquitectura 85
DIBUJAR EN EL AIRE
Sobre el cómo los arquitectos
dibujan en el aire
ESRIBIR EN EL AGUA, DIBUJAR EN EL AIRE
La primera vez que, todavía joven, leí a Keats, me emocioné con aquella defi-
nición de sí mismo de “aquí yace alguien cuyo nombre está escrito en el
agua” que él proponía como su epitafio. Y no podía imaginar que en muy poco
tiempo los arquitectos, por mor de la informática, estaríamos dibujando en …
el AIRE. Porque ya sea con Autocad o con otros sistemas que aparezcan,
nosotros estamos dibujando en el AIRE.
Y también es esto válido para los croquis y los pequeños dibujos que
hacemos los arquitectos cuando estamos gestando un proyecto, cuando
estamos dando forma, todavía en germen, a las ideas que generan nuestros
proyectos. En los últimos años yo suelo emplear para hacer esos dibujos y
escribir mis textos un Pilot 0,4. Hace poco escanearon todos mis dibujos de
Sobre arquitectura 87
la colección de libretas, pequeñas y grandes, en las que anoto y dibujo casi
todo. Y yo fui el primer sorprendido. Aquellos dibujos “míos y sólo “míos”
hasta entonces, pasaban al aire y estaban a disposición de todos. También a
mi disposición porque con este sistema puedo volverlos a ver de una manera
mucho más fácil y clara. Al pasar al aire, inmediatamente se han vuelto UNI-
VERSALES. Y uno a uno se mandan de manera sencilla con un simple email.
Y caben todos ellos, miles, en un CD que metido en un sobre y con un
sencillo sello, cruzan el mundo en un periquete. Y todo esto ¡cómo no! sirve
también, y con más razones que para los dibujos, para las palabras.
Si empecé de la mano de Keats, debería terminar con T.S. Eliot que en sus
FOUR QUARTETS, más concretamente en el comienzo del primero, Burn
Norton, a través del poema hace una interesante disquisición quasi filosófica
sobre pasado, presente y futuro. Se lo recomiendo vivamente, y a ser posible
en la perfecta edición de Faber&Faber de Londres que tengo sobre mi mesa.
Así quisiera yo que mis palabras sobre Barragán fueran capaces de desvelar
algo de lo más profundo de su obra, de descubrir lo más esencial, de
despertar más que la sola admiración por el maestro mejicano.
EL FACISTOL
Pero toda esta historia había comenzado mucho antes. En los primeros años
80, desde la cátedra de Carvajal, con Ignacio Vicens y la ayuda de un grupo
de alumnos entusiastas, habíamos invitado a la Escuela de Arquitectura de
Madrid a casi todos los más brillantes arquitectos que pululaban por
Sobre arquitectos 93
entonces en el firmamento de las estrellas de la arquitectura. Vinieron
Richard Meier y Peter Eisenman y Mario Gandelsonas que, tras el invento
de los Five, difundían su doctrina desde el IAUS de New York a través de los
Skyline y Oppositions, maravillosamente diseñados por Massimo Vignelli. Y
Alvaro Siza dio su primera conferencia en Madrid, al igual que Tadao Ando.
Y Silvetti y hasta Mario Botta. Y algunos más. Decidimos coronar aquella
avalancha de conferencias, siempre multitudinarias, con la venida de
Barragán a quien, además, le acababan de conceder el Pritzker.
Pues a nuestra cordial invitación contestó con una carta preciosa en la que
decía emocionado que le gustaría volver a España, ¡ay España! ¡ay la
Alhambra! pero que se encontraba mal, y que se estaba preparando “a bien
morir”. Toda una lección de vida. Mi respuesta no se hizo esperar: le mandé
aquella publicación encendida que debe seguir hoy todavía sobre el facistol.
Cuenta André Gide en sus “Conseils au jeune écrivain”5 que cuando Goethe
llega a Roma, exclama: “¡Por fin he nacido!”, expresando así cómo su
estancia en Italia le hacía tomar de manera especial una profunda conciencia
de sí mismo, de su existir.
Pues igual que a Goethe con Roma, a mí me pasó con Barragán, cuando
“llegué a Barragán” volví a tomar conciencia de mi existir como arquitecto.
Como ya me había pasado con Mies van der Rohe y con Le Corbusier. O con
Sota y con sólo muy pocos más.
Quizás a algunos de los que lean estas líneas pueda ocurrirles lo mismo, que
ahora a estas alturas “lleguen a Barragán” y que tomen conciencia de su
existir como arquitectos. Les estaría bien empleado. Y para llegar al maestro,
sería bueno señalar algunos aspectos que me parecen cruciales en su arqui-
Se diría que más que componer plantas, las recorre, las concibe para ser
recorridas. En una primera lectura de sólo la huella de sus plantas sobre el
papel blanco podrían parecernos hasta torpes. Ya desde sus primeras obras,
las más “regionalistas”, como en su segunda y larga etapa “funcionalista”, y
por supuesto en su última etapa, la más difundida, no es fácil entender sus
plantas de un primer golpe de vista. Casi siempre evita el plano único hori-
zontal. Siempre hay pequeños cambios de nivel en el plano del suelo, que se
conectan con pequeños escalones Se acentúa más el movimiento en el
espacio que la composición. Más la fluidez que la transparencia. Más el
recorrido sincopado que la continuidad visual. Y se abandonan mecanismos
clásicos como las “enfilades” y la simetría.
O bien, en una lectura más sencilla, Barragán hacía todo con la libertad que
provee la sabiduría. Tira por la borda los mecanismos clásicos de la composi-
ción, y hace con conocimiento y conciencia lo que le da la gana, con tan
buenos resultados. Pues tras el aparente desaliño de sus plantas, con la
tercera dimensión, la vertical, Barragán levanta unos espacios llenos de
belleza, de aquella belleza repleta de naturalidad que siempre tuvieron sobre
todo las obras del último período del maestro.
BARRAGÁN EN CÁDIZ
Para escribir un texto elogioso sobre Asís Cabrero, inventé una visita de Mies
van der Rohe a Madrid.6 Todo allí era posible y creíble, aliñado con datos
ciertos. A mí llegaron a contármelo sin saber que yo lo había escrito. Enlacé
aquella historia con la visita de Mies al Gimnasio Maravillas de Alejandro de
la Sota a quien tuve que dar cuenta del invento literario.7 No gustó a algunos
la fórmula tantas veces usada por muy buenos escritores, y se apresuraron a
desmentir aquello y a publicarlo. Como si alguien algún día nos avisara de
Sobre arquitectos 95
que, salvadas las distancias, todo el Quijote no es más que una invención de
Cervantes.
Es curioso descubrir cómo Barragán, ya desde sus primeras obras utiliza sis-
temáticamente la azotea como elemento fundamental. Y ya nunca dejará de
usarla. Lo que hacía posible la técnica moderna de cubrirse con un plano
horizontal capaz de expulsar el agua, daba la posibilidad de conquistar
aquella situación espacial privilegiada. La lección que Le Corbusier tan bien
transmitiera y tan bien Barragán aprendiera de él.
EL AFINADO
Y EL COLOR
Hace años hice la traducción al castellano del texto con el que Aldo Rossi
prologaba un estupendo libro de Benedetto Gravagnuolo sobre Adolf Loos.9 Y
Rossi allí decía que si aquellas paredes de la Secesión vienesa pintadas de
color rosa, hubieran sido blancas y se hubieran despojado de algún
ornamento, aquellas obras bien hubieran podido pasar por racionalistas.
Pues lo mismo con Barragán. Los falsos barraganes han proliferado. Creen
algunos que basta con pintar sus paredes de fucsia y de rosa y de rojo para
ser como el maestro.
El color en Barragán es tan justo, tan medido, tan estudiado, que a fuerza de
ser buscado parece casual. El nos relata la multitud de preguntas que hacía
hasta llegar al tono exacto, al matiz ansiado. No basta con etiquetarle de
mejicano porque sus intensos colores puedan evocar, que los evocan, los
colores que emplearan los aztecas. Abundan los ornamentos coloristas fol-
clóricos en Méjico, también en arquitectura, pero Barragán sólo hay uno, ini-
mitable.
Sobre arquitectos 97
Y LA LUZ
Hay una imagen que me impresiona siempre de los jardines del Pedregal. Un
muro blanco, altísimo a juzgar por el tamaño de los niños sentados a sus
pies, que recibe la sombra de las ramas de los eucaliptos cercanos. Aunque
es sólo una fotografía, y en blanco y negro, se ven en ella mecerse dulcemen-
te las sombras, como acariciando el blanco muro ennoblecido por el paso del
tiempo. Y esas sombras, como el cierto carácter reticente de toda su arqui-
tectura, son capaces de despertar nuestra sensibilidad a la belleza.
En esa misma línea, la luz radiante del desnudo retablo tocado en pan de
oro de la capilla de las Madres Capuchinas. Pan de oro que significa la
mínima cantidad imprescindible de oro para conseguir el riquísimo
resultado. Alvaro Siza, con esa profunda perspicacia que le caracteriza, en
su breve y sabroso texto sobre Barragán apunta que “el color que recuerdo
es el oro”10 con su capacidad de retener la luz y de devolvérnosla glorifica-
da. Muy Barragán.
Hablar de la otra luz de Barragán, de la que se cuela por las trampas que él le
va poniendo es más obvio. El, con sabiduría infinita, la tiñe algunas veces de
colores hasta llegar a la casa Gilardi donde al agua marina entre azules y
verdes, le mete un tizonazo de rojo que suspende el tiempo en el aire. O nos
tiñe el pasillo de un amarillo azafrán que nos embriaga. No hay arquitecto
capaz de copiarle.
Y LAS PALABRAS
SUSPENDER EL TIEMPO
Sobre arquitectos 99
FINAL
Terminaba José María Buendía su escrito con una emocionante coplilla que
ponía en boca de un corrillo de niñas: “Y ese Barragán ¿quién será? Que así
se aleja, y a los muros llorando deja, cuando se va”14 que no quiero dejar de
transcribir en mi texto, tan preciosa me parece para evocar al maestro.
Yo me vuelvo de la mano de Louis Kahn que en ese corto texto sobre
Barragán también decía: “su casa no es simplemente una casa, sino LA
CASA MISMA”. Así querría entender yo la arquitectura de Barragán. Por
encima del uso magistral del color o de la luz, o de su sublime entendimiento
de la sencillez, o de su atrapar el tiempo, creo que la arquitectura de
Barragán va al centro mismo de las cuestiones que la arquitectura plantea. A
su esencia. Parafraseando a Kahn, la arquitectura de Barragán no es simple-
mente arquitectura, sino la Arquitectura misma, LA BELLEZA MISMA.
Éste es el último libro publicado por Kenneth Frampton. Dedica un capítulo a Barragán.
Me hizo el honor de dedicármelo en este invierno al inicio de mi estancia en Columbia
University en N.Y.
6Alberto Campo Baeza “La Idea Construida” “Reflejos en el ojo dorado de Mies van
der Rohe” Universidad de Palermo Ed. Madrid, 2000
El libro ha tenido ya tres ediciones, las dos primeras en la colección editada por el COAM.
La tercera con una tirada grande ha sido editada por la Universidad de Palermo.
7Alberto Campo Baeza “La Idea Construida” “El día que Mies visitó a Sota”
Universidad de Palermo Ed. Madrid, 2000
8 Alfonso Alfaro “Voces de tinta dormida” Arte de México Ed. México D.F., 1994.
El libro, en una preciosa edición de “Libros de la Espiral” me lo regaló Eduardo Gómez
T., un estupendo arquitecto de Guadalajara.
11 AA.VV. “Luis Barragán. Obra construída 1902-1988” Junta de Andalucía Ed. Sevilla, 1989
12Italo Calvino “Seis propuestas para el próximo milenio” Siruela Ed. Madrid, 1989
Considero este libro como una lectura imprescindible para cualquier arquitecto. Es un
texto a la vez profundo, sugerente y bellísimo. Para leerlo mil veces.
13 Kenneth Frampton “Studies in Tectonic Culture” The MIT Press Ed. Cambridge.
Massachussets, 1995
14 AA.VV. “Barragán. Obra Completa” Tanais Ed. Madrid, 1995
Y añade:
“Las fachadas son tratadas, no como lienzos a decorar, sin como superficies
que limitan volúmenes”.3
En 1927, es llamado por D. Modesto López Otero, para formar parte del
equipo de arquitectos que redactará los proyectos de la Ciudad Universitaria.
Con él, trabajan Luis Lacasa, Miguel de los Santos y Agustín Aguirre.
En diciembre de 1928, hará, con Miguel de los Santos, un viaje de 3 meses por
Estados Unidos y Canadá para estudiar todos los edificios de tipo hospitala-
rio que ayudarán a una más perfecta concepción del gran Hospital Clínico.
En 1930, gana también, con Lacasa, el primer premio del Concurso del
Hospital Provincial de Logroño. En sus plantas, aparecen ya muchas solucio-
nes que desarrollará en el Hospital Clínico y que aparecerán idénticas, sin
ningún cambio, en el Hospital de San Sebastián.
En 1931, quedan redactados los planos de esa gran obra, que es el Hospital
Clínico. Así como en Toledo el Hospital se resolvía en varios pabellones de
poca altura, aquí se plantea un edificio concebido unitariamente. Con nueve
plantas, se desarrollan dos grandes cuerpos paralelos dedicados a medicina
y cirugía. Las plantas tienen una gran claridad compositiva.8 El edificio, cuya
construcción estaba muy avanzada al empezar la guerra, fue muy castigado
quedando enormemente destrozado. A pesar de ello, su estructura, obra de
Torroja, como la de toda la Ciudad Universitaria, siguió sirviendo como base
de la reconstrucción que se prolongó hasta el año 1960.
La postura de los críticos, que han identificado al arquitecto con esta obra,
sin analizar el resto de su trabajo, ha estado quizás algo desenfocada.
De él, se podría decir, que, además de ser un buen arquitecto, lo que él ponía
en boca de Atkinson en su respuesta a la Gaceta Literaria:
de 1928
Segunda República” lo fecha entre 1934 a 1936. Los planos originales evidencian que
esta obra es de 1931.
10 La fachada de la Central Térmica se utilizó como tema central del cartel con el que el
14 Los datos biográficos, a partir de su salida de España, de Sánchez Arcas, nos fueron
15 Enrique Castro Delgado “Mi fe se perdió en Moscú”. Ed. Luis de Caralt. Barcelona,
1964
Quiero agradecer a María Sánchez Arcas, hija del arquitecto, su amable acogida el
viernes 12 de junio de 1981, en su casa de la calle Velázquez de Madrid, y su interesante
conversación, con innumerables datos sobre su padre y los valiosos documentos que
pude consultar.
Tan esenciales, tan despojados, tan casi nada son que se diría que asemejan
ruinas. Como bien apunta el profesor Martínez Roger al describir las estrate-
gias de Appia: “se encamina hacia una simplifacción y estilización cada vez
más severa, un camino hacia la abstracción, donde la forma primará sobre el
objeto. Esos espacios cada vez más austeros cimentan su credo en la base
arquitectónica de las culturas primigenias que configuran el poso del saber
en Occidente, desde la antigua Mesopotamia hasta Pompeya. Del Zigurat a la
calzada romana. Y todo ello sugerido, todo ello atemporal”. En esos términos
a veces intento transmitir a mis alumnos cómo la Arquitectura que yo llamo
esencial está en esas claves. Cuando la Arquitectura se despoja, se desnuda
de todo lo accesorio, lo temporal, queda sin nada frente a la luz revelándose
su plena belleza espacial. Lo que tan bien expresaba el arquitecto Melnikov,
autor del Pabellón de Rusia en la Exposición de París de 1925, al final de su
vida: “Habiendo llegado a ser mi propio jefe, convencí a la Arquitectura de
que se despojara de sus vestiduras de mármol, se lavara su maquillaje y se
revelara como ella misma, desnuda como una diosa, grácil y joven. Y que
dejara de ser complaciente y agradable, como corresponde a la verdadera
Belleza”.
Tras una conversación con Martínez Roger convinimos en que era posible que
se hubieran conocido los dos maestros, tan cerca estaban. Mies nació en
1886, 24 años más tarde que Appia. Y pensamos que era posible que la
primera edición, en alemán, de “La música y la puesta en escena” estuviera
en la selecta biblioteca de Mies, pues este libro de Appia aparece el 30 de
marzo de 1899 en Munich publicado por Hugo Bruckman. Sin tener datos
fehacientes para avalar tal posibilidad, es sorprendente ver en algunas obras
de Mies tantas coincidencias. El mismo año 1928 en que muere Adolf Appia,
Recuerdo bien cómo en 1993, cuando planteé una rotunda solución para el
concurso de la Filarmónica de Copenhague, algunos arquitectos me
apuntaron que aquello era “puro Appia”. Debo reconocer que mi primer cono-
cimiento del escenógrafo suizo tuvo lugar en 1994, a través del libro de Jörg
Zutter editado por Payot en Lausanne, en francés, que me regaló el mismo
arquitecto que me hizo aquella observación, Rik Nys. Visto ahora es evidente,
y podría parecer que algún dibujo de Appia como el “Espace rythmique”, de
1909-1910, fuera una perspectiva de mi proyecto para la filarmónica danesa,
tan cerca estaba su mundo de aquel gran podio excavado al borde del agua.
O todas las obras de Adolf Loos (1870-1933), al que también debería haber
conocido Appia. Pues no sólo coincidió con el arquitecto vienés en el tiempo
sino en la manera de entender el espacio. Tengo ante mí una imagen de la
casa Möller, de 1928, que cualquiera diría que es del mismísimo Appia. Lo que
resume muy bien Benedetto Gravagnuolo en su libro definitivo sobre Loos
donde resalta en su arquitectura “el deseo de silencio y la gradual elimina-
ción de la mediación entre el lenguaje y las cosas, para volver a una suerte
de ‘primera denominación’ en la que las cosas mudas hablan”. Tan aplicable a
Appia.
Todos los ejemplos y maestros de la Arquitectura traídos aquí a colación y
Y la luz. ¿Cómo podríamos hablar sobre Appia sin hacerlo sobre la cuestión
que él consideraba central? He escrito por activa y por pasiva que la luz es
con la gravedad la materia central de la Arquitectura. La gravedad que
construye el espacio y la luz que construye el tiempo. Appia en sus teorías
adjudica el tiempo a la música y el espacio a la luz. No en vano son escena-
rios lo que él levanta. Lo mismo que hacemos los arquitectos. Pues Appia
nos plantea que el alma del teatro moderno es la luz.
Ha recibido numerosos premios a sus no muy numerosas obras, que han sido
expuestas en foros tan destacados como la Bienal de Venecia del año 2000.
1 Italo Calvino. “Six memos for the next millenium” Vintage Ed. Nueva York,
1993
4 Jesús Aparicio “El muro” Ed. CP67 y Universidad de Palermo Buenos Aires,
2000
3 Juan Carlos Sancho Osinaga. “El sentido cubista de Le Corbusier”. Ed. Munilla Lería.
Madrid, 2000.
Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla son arquitectos que piensan. Y publican
sus pensamientos. Es habitual leer textos suyos en los principales medios de
arquitectura. Y alientan a los demás a pensar: son los promotores del mejor
“fanzine” de arquitectura que sigue vivo y que se llama Circo. Me han hecho el
honor de llamarme y publicarme en él algunas veces. Y han superado hace
tiempo el número cien. Este Circo es un foro muy eficaz de pensamiento arqui-
tectónico, donde publican desde James Turrell a John Hejduk, desde Josep
Quetglas hasta Sancho-Madridejos, desde Rafael Moneo hasta Stan Allen.
Su filiación con Rafael Moneo, con el que ambos han trabajado unos años, es
clara. Pero esa justa admiración por el maestro, no les lleva a ninguna actitud
clónica. Han aprendido de él todo lo mejor que tiene, que es mucho. Y ahora
ellos solos hablan con voz propia y alta y fuerte en el mundo de la
Arquitectura.
Son Tuñón y Mansilla una pareja de arquitectos que estando de moda nunca
son esclavos de ella. Estando muy al día, a la páge, su arquitectura no deja de
ser además de ágil e incisiva, profunda. Profundamente hermosa.
Las últimas casas son todas una colección de cajas llenas de cajas. Como si
de un juego de matriuskas rusas se tratara. Y aunque la figura retóricamente
es válida, no lo es aquí por cuanto lo fundamental en las operaciones espa-
ciales de los Aires Mateus es precisamente el aire “entre” las cajas conteni-
das y la caja continente. Con el mismo espíritu con el que Bernini colocó el
baldaquino de San Pedro para resolver aquel espacio demasiado grande y
desvaído. Que así quedó gloriosamente tensado.
Ellos son más nítidos. No toman el lugar como referencia para adaptarse a él,
sino como un ingrediente (material del proyecto, dicen ellos) para ese nuevo
producto.
En un magnífico texto analítico que Joáo Belo Rodeia escribe sobre ellos,
apunta con certeza: “Lo más interesante de su obra es que el objeto de expe-
rimentación y lo que ambicionan, son claramente disciplinarios en el desafío
a la corriente de normalidad nacional y de efervescencia internacional”. Creo
que es tan clara la posición, tan bien descrita por Belo Rodeia que casi
podríamos aplicársela a todos los arquitectos jóvenes valiosos que se
asoman en esta publicación.
¿MINIMALISTA?, NO GRACIAS.
Antes que nada tendré que decir que, en mi opinión, y quizás en la de van
Duysen también, a pesar de que le incluyan en todas las listas de minimalis-
tas, su arquitectura no es minimalista sino algo distinto, mucho más
profundo. Convertir el “less is more” miesiano en un “more with less” como
yo ya he escrito tantas veces, y como yo entiendo que es la Arquitectura de
van Duysen, es algo muy distinto al dichoso minimalismo.
Para mí los minimalistas son aquellos que no sabiendo qué decir, se callan. Y
en su misterioso mutismo, con sus gélidos espacios crueles y duros
pretenden hacernos creer que aquello es algo interesante. Como la mala
poesía. Pero nada más lejos de la realidad.
La arquitectura nueva nos hace el regalo de poder construir el plano más alto
como plano maravilloso, abierto al cielo, al sol y a la visión del paisaje en una
posición privilegiada. Una lección bien aprendida de Le Corbusier.
Y es que la arquitectura nueva, aquella del esprit nouveau del que hablaba el
viejo Le Corbusier, parece a veces que sigue inédita. Cuando desde lo alto de
mi terraza en Madrid, como si estuviera en el cielo, diviso los muchos planos
últimos sin utilizar, vuelvo a sorprenderme.
Los espacios que Vincent van Duysen consigue en lo más alto de su edificio,
son especialmente interesantes. Son como “manifiestos” de la transparencia
y de la radicalidad más gloriosa.
La caja traslúcida, rotunda y poderosa parece desde fuera como una blanca
nube geometrizada en blanco paralelepípedo. Una blanca nube posada en la
tierra de la que en cualquier momento podría emerger un sonriente San
Nicolás, feliz de habitar tan gloriosa morada.
Una caja divina, clara y luminosa que merecía haber sido construida.
En uno de sus últimos libros, Saramago crea una certera imagen para
expresar cómo gran parte de la creación de un artista que trabaja con las
manos está en ellas. Y dice que tenemos “como pequeños cerebros en la
punta de los dedos”, queriendo expresar cuánto debemos no sólo al
necesario pensamiento creador sino también a las manos que ejecutan
aquellas sublimes órdenes. En el caso de los arquitectos es patente. A una
idea brillante debe corresponder un desarrollo constructivo, manual, capaz de
poner en pie aquella idea con la máxima potencia. En la punta de los dedos
de Ignacio Vicens, no es que sólo haya pequeños cerebros. Son pequeños
cerebros repletos de una enorme cultura.
Luego vino la casa de las Matas que fue durante muchos años su pièce de
résistance. Una casa espléndida, esta vez llena de color y de recias texturas
que se hace con el paisaje extendiendo sus brazos en todas direcciones. La
casa no deja de permanecer en nuestra memoria.
De las obras mayores, ¿son mayores las obras por su mayor dimensión?, a mí
me gustaría destacar tres, dos construidas y una tercera, epifánica, a punto
de construirse.
Y no querría terminar sin apuntar algo sobre la figura de Ignacio Vicens como
uno de los más prestigiosos Catedráticos de Proyectos de la Escuela T.S. de
Arquitectura de Madrid. Docente desde hace ya más de 30 años, goza de un
gran predicamento entre los alumnos a los que entusiasma con su verbo arre-
batado. Sus clases son toda una lección de cómo pedagógicamente se pasa
con la mayor naturalidad de la Historia a los Proyectos, siempre a través del
tamiz de la cultura desbordante, de su “querencia por la sabiduría”, como
diría J.A. Cebrián. Sus alumnos están orgullosos de él. Carlos Ferrater,
testigo privilegiado, escribe que las clases de Ignacio Vicens son “encuentros
apasionantes de arquitectura”. Puedo dar fe de ello.
La del MOMA de Nueva York en 1976, viviendo todavía Barragán, fue alentada
por Emilio Ambasz y sirvió de eficaz plataforma para difundir la figura y la
obra del maestro, y que culminaría con la concesión del Pritzker en 1980.
Santa Sofía, donde la LUZ directa del sol que entra por sus altísimas
ventanas batalla con la no menos intensa LUZ reflejada en las profundas
jambas de esos mismos huecos de manera que parece como imposible ese
batirse de espadas de LUZ cruzadas que pone en tensión a los asombrados
espectadores.
Una vez escribí que podíamos imaginar que un día el sol no saliera, o que
hubiera un prolongado eclipse.
Y escribí todo esto para resaltar que sin LUZ no es posible la arquitectura. Y
yo no sé si mis dibujos de LE CORBUSIER se acabarían disolviendo sin la
LUZ o quedarían como imborrables testigos de la proclamación que el
maestro hace de la LUZ como el material, el tema central de la arquitectura.
Cómo podríamos no hablar de la LUZ cuando hablamos de LE CORBUSIER. Y
cómo podría no hablar LE CORBUSIER también de la LUZ en su “poema del
ángulo recto”. En ese bellísimo “poema del ángulo recto” que da ocasión a la
exposición que actualmente está en el Círculo de Bellas Artes de Madrid las
palabras con más intensidad repetidas son las que hacen referencia a la
LUZ. La edición maravillosa del libro de LE CORBUSIER que ha hecho el
Círculo de Bellas Artes es un regalo inesperado. Juan Miguel Hernández
León, como presidente de la institución, y Juan Calatrava, como su factotum,
pueden estar orgullosos.
Con los oídos y los ojos bien abiertos ha visto pasar todo y de todo.
Como al héroe troyano, las fascinantes sirenas le han tentado con su canto
seductor: el dinero, la fama y el poder.
Pero nada ni nadie pueden impedirle que llegue a su Itaca para volver con
Penélope.
Y así como Mies van der Rohe y Le Corbusier, viniendo de la vieja Europa
vencieron y convencieron en USA, ninguno construyó demasiado en el nuevo
continente, Richard Meier sí que ha construido grandes y significativas
piezas también en Europa: un arquitecto americano que ha triunfado en
Europa. Barcelona, París, Munich, Praga, Roma. Aunque no sea lo más impor-
tante de Meier el que haya construido varios e importantes edificios en
nuestro viejo continente. Meier es un arquitecto americano que ha triunfado
en Europa. Pues ni por esas. Parece que la crítica, tan variable como las
veletas y más efímera que las flores, hubieran olvidado que Richard Meier es
el gran arquitecto americano de la segunda mitad del siglo XX, como Wright
lo fuera de la primera mitad del siglo ya pasado.
TRASCENDENCIA
Quizás, y sin quizás, los críticos valoran en estos días más el experimento
que el resultado, más el proceso que la conclusión. La historia de la arquitec-
tura está llena de ejemplos. En el XVIII las arquitecturas efímeras se hacían
para celebrar acontecimientos y para asombrar a las gentes. En nuestro siglo
XXI, los pabellones de exposición. Tantas exposiciones que sirven de banco
de pruebas para experimentos que no llegan a ser más que notas a pie de
página de la Historia de la Arquitectura. Por muy sutiles y sugerentes que
sean. Y no se me diga que el Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe no
es un capítulo de esa Historia, que lo es. Otra cosa es que fuera imprescindi-
ble su reconstrucción. No sé qué habría pensado Mies si llega a verlo hoy
puesto en pie.
COMUNICACIÓN
El poeta español Federico García Lorca, aquél que paseara sus poemas por
Columbia University en la ciudad de Nueva York a la que dedicara un
poemario, resumía muy bien todo esto con un sintético “escribo para que me
quieran”. Y así podríamos decir que Richard Meier levanta su Arquitectura
“para que le quieran”.
HÁGASE LA LUZ
Las arquitecturas de Richard Meier trabajan sabiamente con esta luz transpa-
rente. Y su empleo del color blanco es resultado de un sabio juego que él
conoce mejor que nadie. Entiendo que su uso del blanco no es más que el
deseo de que nada perturbe estas certeras operaciones luminosas.
SMITH HOUSE
La casa Smith plantea una nueva visión espacial. Tiene algo que no tienen las
anteriores: frente y espalda. Un detrás y un delante. Un detrás por el que se
entra, comprimidos a través de un espacio de altura simple, para aparecer en
un gran espacio extraordinariamente luminoso, dramático, de triple altura,
que hace que la naturaleza que se aparece ante nosotros bien enmarcada por
la blanca estructura, se vea aún más hermosa. Y más que subrayarnos o
enmarcarnos el paisaje, acercándolo o alejándolo de nosotros, nos lo pone en
valor y hace que a través de la Arquitectura nos rindamos ante la Naturaleza.
Que el artificio de la arquitectura, en vez de imponerse a la naturaleza, la
magnifica. Un acertado logro de Meier, el maestro.
Parece mentira que Meier con sólo 30 años de edad, fuera capaz de destilar
en esta obra con tanta sabiduría gran parte de la Arquitectura contemporá-
nea.
Quizás fuera bueno apuntar como aquí en la Douglas House, como lo fuera
en la Smith House y como lo es en toda la obra de Meier, el esqueleto, la
estructura portante, es siempre muy clara, tan clara como el espacio que
ordena.
Pasados ya más de 33 años, la Douglas House nos convence más aún que el
primer día. Y es que el tiempo, como al buen vino, le pasa a favor.
Y LA PICCOLA GIOVANITTI
Personalmente tengo alguna deuda con esta pequeña gran casa de Meier.
Levantada muchos años después, en 1983, es la más pequeña y sencilla. Pero
en ella se pone en pie un viejo tema espacial de Le Corbusier, y de toda la
Historia de la Arquitectura: la concatenación en diagonal de dos espacios de
doble altura consiguiendo un espacio diagonal que si se tensa por la luz
tomada de lo alto, produce efectos sorprendentes. Así lo hice yo luego en mi
Turégano House, con menos medios y mayor radicalidad y muy buen
resultado.
Hay algunas catedrales que parecen meras iglesias e iglesias que parecen
catedrales.
ARA PACIS
Más difícil todavía. No era labor fácil diagnosticar el cómo poner en valor
y proteger el altar de Augusto. Cuando el alcalde de Roma decide llamar a
Richard Meier sabe bien lo que hace y Meier lo ha hecho muy bien.
Una arquitectura serena y callada, transparente y con una luz magnífica.
Ha sabido articular muy bien los elementos de esa hermosa caja. Ha
sabido muy bien atrapar la clara luz romana. Y ha levantado una pieza
bellísima.
MATERIALITY
Tras volver a leer con más atención si cabe los textos de Meier, pocos y
claros, hay uno especialmente certero y preciso: el que lee públicamente al
recibir el Premio Pritzker en 1984. Se titula “Arquitectura y Blancura”. En ese
In praise of Whiteness trata y lo consigue destilar lo más central de su pensa-
miento.
Además de hacer una defensa suscribible (yo la suscribo) del blanco como
color, remata con un “Mi meta es la PRESENCIA” queriendo volver a
defender la obra construida y su capacidad de transmisión del mensaje
arquitectónico. El constatar que Palladio nos llega y nos conmueve y nos
convence más a través de la Basílica de Vicenza que con sus 4 bellísimos
libros. El saber que para alcanzar la VENUSTAS vitrubiana es necesario
antes pasar por la UTILITAS y por la FIRMITAS. Sobre todo por la
Firmitas.
Poco tiempo después Meier volvió a Madrid. Yo había construido muy poco y
creía, lleno de vanidad, que muy bueno. No dudé en invitar a MEIER a que
visitara mi Casa Turégano. El maestro generoso aceptó y fue y la alabó en
exceso. Mucho había en esa casa de Le Corbusier y algo de Meier. Y su visita
quedó plasmada en unas fotos ante mi casa con su hijo Joseph, todavía un
niño. La historia se completa con la significativa presencia de Meier el día de
la inauguración de mi primera exposición en Nueva York en el Urban Center
junto a San Patricio en el 2004. Con Massimo Vignelli y Steven Holl y Kenneth
Frampton. Una vez más apoyándome generoso, Meier. Nunca se lo agradeceré
suficientemente.
FINALE
Meier ha bebido ya el licor del loto, y ha superado con brillantez el paso del
estrecho bien atado al mástil sin tapar sus oídos para oir el canto de las
sirenas sin ser atrapado por ellas. Ha atravesado ya el escollo entre Silla y
Caribdis que han tratado de sorberle con el olvido infinito. Y sigue, contra
viento y marea su homérica epopeya arquitectónica.
Pero los ritmos del tiempo de la Arquitectura y de la Historia son muy otros.
¿Qué son 50 años? Nada y menos que nada. Más de 500 años pasaron hasta
que Chapman tradujera por fin a Homero en el siglo XVIII, para nuestra
enseñanza y deleite. ¿Cuántos años se tardaron en levantar la Ópera de
Sydney? Y se hizo contra viento y marea. Y hoy está propuesta como una de
las Maravillas del Mundo Moderno. Y es que el tiempo de la Arquitectura es
más lento. El tiempo de la Arquitectura de Meier es el Tiempo de la Historia.
Parece que los pretendientes que están todos ellos juntos tratan de cautivar
a Penélope convenciéndola de que Ulises ha muerto. Y si Ulises en la impre-
sionante escena casi al final de la Iliada pudo con todos aquellos pesados
pretendientes, Meier que no es menos fuerte ni astuto que Ulises, podrá con
todos ellos. El tiempo y la Historia nos darán la razón. Meier el nuevo Ulises.
Meier, el maestro.
Mientras abro el sobre que me mandas con tus obras, suena el último trabajo
de Manu Chao, “Próxima estación, Esperanza”, que en mi estudio ponen con
fruición. Las canciones que contiene se van desgranando con una gracia y un
salero que sólo el cantante gallego-parisino-peruano tiene. Y en la cuarta
canción “promiscuity”, suena una y otra vez la palabra “flexibility” (en realidad
dice otras cosas, pero a mí me suena a eso). Y coincide con la “flexibility” que
tú proclamas en la memoria de tu estupendo proyecto y consigues en la
realidad en tu obra de la galería “My name is Lolita”.
Pero, la primera imagen, fascinante, que se ofrece a mis ojos es otra. Veo una pla-
taforma de hormigón flotando sobre el mar, como si de un pantalán se tratara. Y
en ese mar, palmeras generosas. Y un niño. Y una alberca todavía vacía excavada
en ese plano tan fuerte. Luego, sin perder ni una pizca de la fascinación de la
primera impresión, descubro que el mar no es mar. Que es el campo infinito. Y que
la casa, magnífica, es una casa que abre sus ojos asombrados al paisaje y, como
contrapunto, se establece una plataforma respaldada por unas gradas desde las
que contemplar ese paisaje infinito a cielo abierto. Una maravilla. Todo atravesado
por el aire de la mejor arquitectura. Estudiado luego con lupa el proyecto, se echa
de menos el costado inclinado acogedor. Todo de 10.
Pero en tu envío me sacas enseguida de aquel huerto para llevarme a ese otro
huerto de la galería que también está muy bien.
La galería es impecable. Lo que todo buen arquitecto debe hacer está allí. Con el
mínimo número de elementos sacas el máximo provecho. Cortas, quitas, limpias,
pones, añades, giras, etc. todo con una justeza perfecta. Todo con un criterio de,
ya lo dices en tu memoria, la máxima flexibilidad. Todo se puede abrir, todo se
puede cerrar. Un espacio único, blanquísimo, donde a base de giros y cambios de
planos, a base de introducir sombras, cambia sus cualidades.
Hace años me encargaron un texto que escribí muy a gusto, dándome como
pie forzado la palabra cubo. No sabía yo por entonces que el dichoso término
acabaría siendo tan usado en nuestros días para esgrimirlo contra cualquier
arquitectura que merezca la pena. Y en ese texto utilicé un sencillo truco
entre literario y matemático. Elevaba al cubo diez mil flores y éstas se con-
vertían por mor de las matemáticas en un millón de millones. Pues aquí yo
me atrevería, al hilo del efecto literario, a sugerir que cuando se inaugure el
nuevo edificio, todos los valencianos, de la misma manera que inundan de
flores a la Virgen de los Desamparados en su fiesta, desfilaran por las
alturas del cubo de Sejima + Nishizawa llevando allí cada año en el primer
día de la primavera, miles de flores blancas. Así, al elevar esos miles de
blancas flores al cubo, se multiplicarán en millones de flores maravillosas
que inundarán con su intenso aroma el aire todo de Valencia. Les aseguro que
yo estaré allí con un puñado de magnolias.
Había allí un edificio, el Patria, de relativo valor pero al que la ciudad, del que
era paisaje habitual, ya se había acostumbrado. Pareciera que el viejo
edificio, tras darle la vuelta como un calcetín, hubiera resucitado, obteniéndo-
se un resultado de primer orden.
La estructura espacial original, que estaba formada por dos cajas, una
exterior y otra interior que se convertía en patio, se ha reinterpretado de
manera muy ingeniosa. Se ha manipulado la caja exterior sin cambiar nada
esencial, y se ha utilizado la caja interior, ahora cerrada, como espacio
central de exposición en cada planta. En el espacio intradós, se colocan las
circulaciones y los elementos servidores. Lo preside y organiza una amplia
escalera atravesada por el aire. En la caja central cerrada se controla adecua-
damente la iluminación de los grandes cuadros de Guerrero en los que late
un cierto aroma de Rothko. En el arranque del edificio el arquitecto ha
escapado a la tentación de crear una entrada mayor. Ha sabido leer muy bien
el sistema seriado de arcadas sobre esa estrecha calle y ha potenciado esos
paños forrándolos de piedra. Hay detalles muy intencionados como el acha-
flanado de la esquina hasta sólo la primera planta.
Cuando tras el calmo recorrido por las salas del Guerrero lleguemos a ese
espacio en todo lo alto, que es como un trozo de cielo en el cielo, no
querremos ya nunca marcharnos.
Hay otras obras que son más lógicas y que también tocan nuestra cabeza de
una manera distinta, desde la razón.
Y hay otras obras que, además de tocar nuestra cabeza, también llaman a
nuestro corazón. Son obras que, además de ser impecables desde un
análisis puramente racional. Y tienen la capacidad de traspasar ese nivel y
expresar, siguiendo las palabras del poeta, lo inexpresable, y llegar a emo-
cionarnos.
Pero yo querría aquí poner el acento en lo que creo más certero. Su adecua-
ción al lugar. Su entendimiento profundo del papel de la arquitectura nueva
en la ciudad histórica. De cómo frente a la respuesta conservadora del
pastiche, la Arquitectura demuestra que está viva y es capaz de responder
con voz fuerte dando razón del tiempo en que se levanta.
Y si del arquitecto italiano Luigi Cosenza hubiera que elegir una obra capaz
de representarle, yo elegiría su Olivetti de Pozzuoli, en Nápoles. Y si de las
muchas cualidades que esta obra tiene, tuviera que destacar sólo una, yo
hablaría de su ejemplar implantación en el sitio, de su estupendo entendi-
miento del lugar. Quizás sea ésta la primera condición que se debe exigir a
cualquier arquitectura que, siempre está construída en un lugar concreto.
Cuando visité por vez primera la Olivetti de Cosenza, posada sobre la colina
que bordea la Via Domitiana, entendí todo esto perfectamente. E inmediata-
mente vino a mi mente la maestría con la que otro italiano, Bernini, en su
Plutón y Perséfone hace que la mano fuerte de Plutón toque la trémula carne
de Perséfone en esa prodigiosa escultura que siempre me conmueve profun-
damente. Tan bien colocada está.
Recuerdo con claridad cuando en uno de mis viajes a Roma fui por vez
primera a la Galleria Borghese. Algo que se debe hacer desde el primer día. Y
allí descubrí de una manera nueva, palpable, al Bernini escultor universal. El
mismo Bernini al que ya me había convertido como arquitecto hacía tanto
tiempo. Frente a aquel rapto de Perséfone por Neptuno sentí una emoción
difícilmente descriptible. ¿Cómo pudo aquel piadoso Gian Lorenzo Bernini de
los demonios hacer que aquel frígido mármol fuera capaz de latir con tan
cálido pálpito? Como en la Arquitectura, en la escultura hay siempre, debe
haberlo, un momento fuerte. El punto álgido, divino en que la mano derecha
de Plutón aprieta la mórbida carne del muslo izquierdo de la angustiada
Perséfone, es sin duda un punto culminante de la Historia de la Escultura de
todos los tiempos.
Y repito que todo esto me vino a la cabeza con claridad en mi primera visita
en directo a la Olivetti de Cosenza. Se despertó mi admiración por cómo
estaba colocado aquel conjunto de edificios sobre la colina de la Via
Domitiana. Con la misma sabiduría de Bernini. No en vano Bernini y Cosenza
habían nacido, los dos, en Nápoles. Claro que yo no sé si sería por eso por lo
que al igual que Bernini completa aquel grupo escultórico con un león,
tambien Cosenza en un período de su vida tuvo a sus pies también un león,
esta vez de verdad, en su propia casa.
Adriano Olivetti, tras el éxito del edificio de Milán que le hicieron con
tanto acierto Figini y Pollini, en vez de repetir con los mismos arquitectos,
le encarga a Luigi Cosenza en 1950 la nueva Fábrica de Ivrea. (A Napoli si
poteva fare bennissimo una fabbrica moderna). Tal era el prestigio de
nuestro arquitecto napolitano. Y Luigi Cosenza, con su habitual parsimo-
nia, proyecta y levanta entre 1951 y 1952 un edificio en el que no sólo
cuida los aspectos espaciales y constructivos sino que es también un
edificio modélico en su género desde el punto de vista funcional. Y logra
construir un edificio que es muy avanzado en todos sus aspectos. Incluído
el social.
La conclusión es que nos encontramos ante una de las figuras más impor-
tantes, imprescindible de la Arquitectura del Movimiento Moderno en
Y es que esta silla es tan esencial, que podría haber sido la primera silla para
Adán tras ser expulsado del Paraíso. Para la “Casa de Adán en el Paraíso”
de la que nos hablaba Joseph RIKWERT en su magnífico libro On Adam´s
House in Paradise.
La silla BOWIE es esencial. Por encima del Less is More de MIES van der
ROHE o del Ornament is a delit de ADOLPH LOOS o del More with less de
CAMPO BAEZA, esta silla es simplemente sencilla, elemental: unas patas y
una lámina de plywood con cuatro tornillos y nada más. Una silla estupenda.
La silla BOWIE está hecha como lo hacían los viejos magos en el Circo:
Nothing here, nothing there, y aparecía un objeto. Como unos nuevos magos
han hecho el prodigio de sacar de la nada una silla para el Tercer Milenio.
Una silla maravillosa, mi silla favorita.
La operación espacial que Fernando Hipólito ha hecho allí es tan certera que
parece casi obvia: un contenedor, una caja, un cajón, que antes era almacén,
se vacía y se colocan en él pequeñas cajas bien acordadas con espacios
llenos de aire y de color. Y casi nada más. Se podría decir que ha llenado de
vacíos una gran caja.
Las cajitas blancas, los lofts, siguen el orden dictado por la memoria
constructiva del antiguo almacén de arroz. Se afinan con las ventanas
y se colocan pequeños núcleos de baños y cocinas en los sitios
adecuados.
Los espacios son ajustados, que no pequeños, porque estos lofts son
espacios justos para vivir. Quizás para gente joven, de mentalidad joven. Y
como tienen una muy buena escala, parecen amplios y grandes.
Y repito que no sólo me gustaría vivir en ellas sino que también me hubiera
gustado el haberlas firmado. Y daré razones para ello: estas casas están bien
concebidas, bien acordadas, bien compuestas, bien construidas, bien plantea-
das, bien ordenadas y muy bien espaciadas.
Bien concebidas: la idea central de llenar un almacén antiguo con unas cajas
nuevas, una caja grande con unas cajas pequeñas, es una idea certera,
acertada: una casa hermosa llena de vacíos.
Bien espaciadas: se han proporcionado muy bien los espacios. Son especial-
mente interesantes los lofts con mezanina. En todos ellos el acierto espacial
es indudable.
Con todo ello, además de vivir aquí y querer firmarlos, si tuviera que calificar-
los como profesor de Proyectos, les daría la máxima calificación. Y es que en
este proyecto de Fernando Hipólito se cumplen de tal manera la conjunción
entre la Firmitas y la Utilitas vitrubianas que alcanzamos de la mano de
Vitrubio la belleza, la Venustas. Tan buena es esta obra y tan bueno el arqui-
tecto.
Yo podría decirles que si tuviera que calificar esta casa que he visto hoy, lo
haría con matrícula de honor porque es la casa más intensa que he visto en
mi vida. Pero no voy a hacerlo.
Y de la misma manera que Mies van der Rohe supo entender cómo el acero
era capaz de concentrar las cargas hasta conseguir la máxima transparencia
para dejar paso al paisaje, subrayándolo, así esta casa.
Y de la misma manera que Le Corbusier supo ordenar con los blancos pitillos
la blanca caja que navega en la que su fênetre en longeur enmarca la natura-
leza, así esta casa.
Y de la misma manera Antón García Abril ha intuído ¿ha sabido? que la tec-
nología actual puede y debe cambiar el concepto del espacio.
Ya sé que alguno dirá que exagero un poco en este texto. Lo hago con plena
conciencia y con la clara idea de que hay que apoyar a la gente joven y
valiosa que empieza. Conmigo lo hicieron en su momento arquitectos a los
que nunca agradeceré suficientemente su generosidad: Sota y Cano Lasso y
Cabrero en mis primeros pasos. Carvajal en mi carrera docente. Y Oiza. Meier
y Frampton y Vignelli y Dal Co en los años más recientes. Y tantos otros.
¡Gracias!
Pues yo creo que José María Lozano también tiene su huerto de rosas. Y
también tiene unas sólidas raíces racionales que hacen que ponga siempre
en pie esa arquitectura luminosa y serena que tan bien le caracteriza. Una
arquitectura de raíces racionales donde la “firmitas” y la “utilitas” bien des-
plegadas hacen que siempre aparezca en todo su esplendor la “venustas”
reclamada por Vitrubio. Una arquitectura luminosa como bien corresponde a
un muy buen arquitecto mediterráneo.
No nos sorprende ya, en los días que corren, el que al abrir una revista de
arquitectura uno se encuentre con el “más difícil todavía”. Y no tanto porque
aparezcan nuevas ideas materializadas, sino porque aparecen multitud de
formas extravagantes a las que no es fácil encontrar sentido alguno. Todo
está como invadido de aquello que cuando éramos alumnos llamábamos for-
malismo.
Claro que esta arquitectura que ahora vemos está en lógica continuidad con
la obra anterior de José María Lozano. Desde aquella impresionante y
luminosa Casa del Alumno para la Universidad Politécnica de Valencia, hasta
las prodigiosas viviendas sociales de Castellón donde la curva se alza con
fuerza y donde construye un garage con cartabones de hormigón muy
hermoso. Desde la nueva estación del Metro de Valencia-Carlet hasta el
nuevo Casino de Valencia. Todo coherente, todo de primera.
Una estupenda poetisa gaditana, Pilar Paz Pasamar dice que ella se dedicó a
la Poesía cuando “descubrí que las palabras tienen música”. Y yo creo que
José María Lozano con su Arquitectura ha descubierto hace mucho tiempo
que el aire tiene música. Que la música está en el aire y la Arquitectura no es
más que un instrumento para hacerlo sonar. Y vive Dios que el aire suena a
música divina en su Arquitectura. Música divina que resuena ahora de
manera sublime en este Museo Antonia Mir de Catarroja.
El vaso precioso medio lleno de vino era un diseño de Adolf Loos. Mies, tras
leer un agudo texto de Quetglas en “Circo”, se decidió a comprar una docena
de piezas y estaba encantado. Y cada vez que lo cogía entre sus manos sentía
el cosquilleo de las estrías en el cristal, tan bien descrito en su texto por el
arquitecto catalán.
El vaso Savoy estaba considerado por algunos como la mejor pieza de Alvar
Aalto. El maestro finlandés confesaba que se había inspirado en “la vuelta de
los pantalones de cuero de las mujeres esquimales”. Tengo un ejemplar ante
mí cuando escribo esto y debo confesar que sigue siendo fascinante.
Tomó un papel blanco sobre el que puso boca abajo el vaso de Aalto, y con
su grueso lápiz trazó el contorno. Y vió claro que la continuidad cristalina que
en el vaso era patente, podía ser trasladada casi literalmente a la tan
Una vez más, como no podía ser menos en Mies, la estructura estableciendo
el orden del espacio, y la luz que a fuer de convocar allí la transparencia
evidente, construye el tiempo. Y es que, como insistentemente repito a mis
alumnos, en Arquitectura “la gravedad construye el espacio y la luz construye
el tiempo”.
N.B.
¿Será posible escribir sobre esa lámpara maravillosa sin conocerla cuando yo
mismo estoy haciendo otra lámpara para FERRAM, el mismo productor, y que
quiero que sea también maravillosa?
¿Será posible descubrir sin conocerlos los datos concretos sobre una nueva
obra de un arquitecto de quien uno conoce y admira los ingredientes con los
que habitualmente compone su Arquitectura?
Será una lámpara RACIONAL, capaz de ser fabricada sin problemas, como
racional es toda la arquitectura de nuestro arquitecto.
Será una lámpara que tendrá un cierto aroma de MIES, como siempre lo ha
tenido, gran parte de la arquitectura de Eduardo Souto de Moura.
Será una lámpara realizada con materiales RICOS. Eduardo Souto de Moura es un
arquitecto que sabe usar como nadie los mejores materiales, y los pone en valor.
Será una lámpara que tendrá algo de SUIZA, no sólo por su perfección sino
porque su autor ha sido docente allí, en Lausanne, por un largo tiempo.
Será una lámpara INGENIOSA con una idea brillante capaz todavía de sor-
prendernos.
Así lo ha hecho Souto de Moura en todas sus obras. Sus obras no sólo son
capaces de permanecer en el Tiempo y de convocar a la Belleza, sino que per-
tenecen ya a la Historia de la Arquitectura. Desde la casa de Moledo (Un
plano horizontal sublime) hasta el Estadio de Braga (una grandiosa mano que
atrapa el aire). Desde las casas patio en Matosinhos (una impecable estruc-
tura de orden), hasta el Metro de Porto (con unos certeros boquetes en el
techo para que pase la Luz). Desde la caja traspasada de Cascais hasta el
delicado triedro de la Iglesia de la Misericordia.
Estructuralmente es, no podía ser de otra forma, una gran viga puente
triangulada que luego se elementa, se viste convenientemente. Con
cubierta y “vientre” metálicos. Los puntos de apoyo son muy claros: un
empotramiento fijo al centro, un apoyo en libre dilatación un lado y una
articulación al otro.
Al mismo tiempo que esta obra, en la que emplearon casi cuatro años, Pablo
Fernández Lorenzo inventaba, diseñaba, construia y le premiaban una
pequeña gran mesa desplegable que es como un trasunto del edificio que
comentamos: una mesa metálica de tapa y patas de acero que mide, cerrada,
70x140 centímetros y con 70 centímetros de altura. Cuando las alas de sus
costados se despliegan alcanza, lógicamente, las dimensiones de 70x280,
parece que fuera a echar a volar. Tan sorprendente y estupenda como el
edificio.
No era de mayor tamaño la arquitectura que Mies van der Rohe levantara,
también en el interior de un gran recinto cubierto, también en una Feria, en
1927 en Berlín para la Exposición de la seda. Y todavía resuenan los ecos de
aquel pequeño gran prodigio.
La caja roja de Raúl del Valle contenía en su interior, expuestas sobre los
luminosos paneles translúcidos, una colección de las mejores viviendas con-
temporáneas que los mejores arquitectos de Madrid acaban de construir.
Así se expresa un poeta amigo sobre esta casa esencial, tan esencial que es
posible reconocer en ella los cuatro principios fundamentales que, según los
filósofos primitivos, constituyen los cuerpos. El FUEGO y la TIERRA y el
AIRE y el AGUA de los que hablaba Empedocles y con él toda la Filosofía, se
hacen aquí presentes con toda la fuerza que les da la Arquitectura.
Es hermoso poder describir así una casa, de manera clara y distinta, como si de un
pensamiento, una idea, se tratara. Una casa que es la ópera prima de un arquitecto
joven por su edad y sabio por la profundidad de su conocimiento.
En el centro el FUEGO. Parecería que han olvidado los arquitectos que éste
es el foco y centro de la vida. Que a su alrededor, el hombre primitivo se
reunía con su gente para calentarse, para comer y para hablar largamente y
para cantar, al calor y a la LUZ que genera tan misterioso elemento. Y es que
no sólo el calor sino la luz y también el poder comer lo que el fuego es capaz
de transformar, hacen del fuego un elemento esencial en la vida. La del
hombre primitivo y la nuestra.
Las estancias de esta casa, más que habitaciones, son como si la misma
TIERRA arropara a todo lo que está alrededor del FUEGO. Parecería que se
ha excavado una cueva, que eso es esta casa. Y con la misma TIERRA se
construye el podio sobre el que la casa se asienta. TIERRA que se traduce
con el potente hormigón.
La casa, por delante, se abre toda ella al AIRE. Y se sustenta el techo con una
única columna principal que así, sóla protagonista, adquiere una gran fuerza.
Y el vidrio, transparente y limpio, desaparece.
Y al final, al borde, al límite del mundo como dice nuestro poeta, el AGUA.
Alberca más que piscina, conformada con los mismos muros de hormigón,
define el plano principal con radical precisión.
Suelo empezar todos los años mis clases, poniendo a mis alumnos el
ejercicio heredado de Alejandro de la Sota, el maestro, de una casa soñada.
Para que aprendan a soñar, para que sueñen, para que intenten hacer esos
sueños realidad. Pues se diría que Paulo Durao en su primera obra, hubiera
levantado una casa soñada, hubiera hecho realidad un sueño. Una casa her-
mosísima construida con sólo los cuatro elementos.
EL ESTABLECIMIENTO DE LA ARQUITECTURA
Estereotómico y Tectónico. ETSAM 2000-2001. Ed. Mairea. Madrid, 2001
DE LA CUEVA A LA CABAÑA
Sustancia y Circunstancia. ETSAM 2002-2003. Ed. Mairea. Madrid, 2003
LA CIUDAD MACHACADA
Babelia. ETSAM 2005-2006. Ed. Mairea. Madrid, 2006
Arquitectos 181. Ed. CSCAE. Madrid, 2007
LA ESTRUCTURA DE LA ESTRUCTURA
La línea del cielo. ETSAM 2007-2008. Ed. Mairea. Madrid, 2008
TEMPUS FUGIT
Inédito
DIBUJAR EN EL AIRE
Inédito
LESS IS MORE? MORE WITH LESS, MORE WITH LIGHT (Vincent van Duysen)
Vincent Van Duysen. Ed. Thames & Hudson. Londres, 2007
OLOR A MAR
Sobre la Galería de Martín Lejarraga en Murcia
VIA Arquitectura. COA Valencia. Valencia, mayo 2002
SIMPLY SIMPLE
Sobre la butaca Bowie de Claesson, Koivisto y Rune
My favourite chair. Ed. Callwey. Munich, 2008
UN HUERTO DE ROSAS
Sobre el MAM de José María Lozano en Valencia
MAM. Museo Antonia Mir. Ed. Grupo San José. Valencia, 2008
VOLAR EN EL ESPACIO
Sobre el Centro de Mayores de Pablo Fernández Lorenzo y Pablo Redondo en Zamora
Inédito
LIBROS DE TEXTOS
LA IDEA CONSTRUIDA
Alberto Campo Baeza
Ed. C.O.A.M. 1996 (1ª ed.). 1998 (2ª ed.)
Madrid 1996-1998
ISBN 84-7740-083-0
LA IDEA CONSTRUIDA
Alberto Campo Baeza
Ed. Universidad de Palermo-Nobuko Argentina 1999 (1ª ed.)
2000 (2ª ed.). 2004 (3ª ed.
ISBN 987-513-011-1 (1ª ed.)
ISBN 987-513-011-1 (2ª ed.)
ISBN 987 513-011-7 (3ª ed.)
A IDEIA CONSTRUÍDA
Ed. Caleidoscopio 2004 (1ª ed.). 2006 (2ª ed.)
Lisboa 2004-2006
ISBN 972 8801 22X
LA IDEA CONSTRUIDA
Marcelo Camerlo
Ed. Biblioteca Nueva
Madrid, 2006
ISBN: 84 9742 546 4
BARRAGÁN
Alberto Campo Baeza
Arquitectos de Cádiz.
Cádiz, 2003
ISBN 84-607-7281-0
TEXTOS EN LIBROS
TRAVELLING TO GREECE
10 Bienal de Venecia. Milán, 2006
BOÎTES A MIRACLES
Lección Curso 2007 CEU. Ed. CEU. Madrid, 2007
ATRAPAR EL CIELO
Universidad Laboral Almería. Ed. COA Almería. Almería, 2008
MIRANDO AL CIELO
JAE Jóvenes Arquitectos Españoles. Ed. Ministerio Vivienda. Madrid, 2008
RESISTEZ, MAUDITES!
Techniques et Architecture 452. Ed. T&A. París, 2001
UN PUÑADO DE AIRE
2G Aires Mateus. Ed. Gustavo Gili. Barcelona, 2002
TRAVELLING TO GREECE
Catálogo 10 ª Bienal de Venecia. Milán, 2006
3 LIÇOES DE ARQUITECTURA
Mais Arquitectura I. Lisboa, abril, 2006