La Brancaleone FINAL 11 Sep

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La Brancaleone

Teoría y práctica
desmanicomializadora

Río Negro, 2016


La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Kuruf ediciones está conformado por grupos editoriales y de


distribución de materiales autogestionados de distintos
lugares del país. Estamos construyendo día a día nuevas
formas de relacionarnos que permitan vislumbrar una
sociedad mejor .
Creemos que formas de producción alternativas tienen que ir
acompañadas de otras maneras de distribución. Ninguna
libertad vamos a encontrar en el mercado.
Si te interesa podés participar:
* aportando lo que producís
* difundiendo lo que otros grupos y personas hacen
* acercando textos interesantes para editar
* conformando grupos para distribuir
* si tenés la posibilidad de viajar podés transportar materiales
para ahorrar gastos de envío.
* o dando a difusión la idea.

Este es un camino largo y no hay prisa.


Para más información escribinos a:
[email protected]
www.editorialkuruf.wordpress.com

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

La Brancaleone
Teoría y práctica
desmanicomializadora

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

INDICE
SOBRE LOS AUTORES .................................................................................... 7

PROLOGO ........................................................................................................... 13
Graciela Natella , Hugo Cohen

HISTORIA DE LA SALUD MENTAL EN RIO NEGRO


1985-2015 …....................................................................................................... 21
Pablo Andrés Franco

FINALIDAD DE LOS TRATAMIENTOS. DE SALUD MENTAL


COMUNITARIA EN SU MODALIDAD RIONEGRINA……………………… 47
José Schiappa Pietra

TRES ESCRITOS ……………………………………………..……………………………………………… 91


Ana Lía Schachter Broide

MÉTODO DE TRABAJO
EN SALUD MENTAL COMUNITARIA. ..................................................105
Aníbal Gutiérrez

DEL TRABAJO DE SER ENFERMERO EN LOS PROCESOS DE


ROTULACIÓN/EXCLUSIÓN DESDE LA SALUD MENTAL
COMUNITARIA DE RIO NEGRO…………………………………………………………… 117
Fernando Cortes

JUNTOS… SALIR PARA ENCONTRAR-NOS………………………………………. 123


Andrea Mancardo

SINGULAR Y COLECTIVO.
REFLEXIONES SOBRE EL TRABAJO EN SALUD MENTAL
COMUNITARIA EN SIERRA COLORADA………………………………………..… 127
Dionisia Lausada, Claudia Baffo

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HUELLAS DE LA DESMANICOMIALIZACIÓN.
ESTUDIO CUALI-CUANTITATIVO DEL PROGRAMA DE SALUD
MENTAL COMUNITARIA RIONEGRINO
PERÍODO 2005- 2010.................................................................................... 141
Mariana Paulín Devallis, Claudia G Baffo

TRATAMIENTO DEL ALCOHOLISMO EN SALUD MENTAL


COMUNITARIA, EN LA SOBRIA VISIÓN DE RAÚL CALDERERO.
UN PROBLEMA “PARA TOMAR EN SERIO”……………………………....... 165
Mario Raúl Calderero, María Julieta Sanz, Roberto Hipólito
Irigoyen Testa

LA ESCUELA COMO ESPACIO DE VIDA Y HABILITADORA DE


SENTIDOS. ALGUNAS IDEAS ACERCA DE LA INCLUSIÓN SOCIAL
Y EDUCATIVA…………………………………………………………………………………………....... 193
Soledad de Caso

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

SOBRE LOS AUTORES

JOSÉ PEPE SCHIAPPA PIETRA.


Es psicólogo, egresó de la Universidad Católica de Córdoba a
principios de los años ’70. En 1978 ingresó a Salud Pública de
Río Negro y desde entonces ha trabajado en los hospitales de
Ingeniero Huergo, Allen, General Roca, San Antonio Oeste,
Lamarque y en Adanil, Instituto Nuestra Casa y Primera Zona
Sanitaria con sede en Roca, como supervisor de los Servicios
de Salud Mental de esa región sanitaria. Entre 2005 y 2007
ocupó el cargo de Director de Salud Mental de la Provincia de
Río Negro. Ha tenido una prolífica carrera como escritor. Sus
libros registran el trabajo en salud mental, modalidad
rionegrina según el enfoque comunitario. En 2009 funda
junto a otros profesionales ACER Vida.

PABLO FRANCO†
Licenciado en Psicología y Sociología, compañero de gran
recorrido desde los ’90 hasta 2016 en que fallece. Trabajó en
el programa de salud mental en Lamarque, en el Instituto
Nuestra Casa de General Roca, y en la Dirección provincial de
Salud Mental. Desempeñó funciones en el Ministerio de
Desarrollo Social (entre otros creador del programa de ECIS) y
en la Universidad Nacional del Comahue como profesor en la

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

facultad de Derecho y Cs. Sociales. Su enorme bagaje cultural,


espiritual y académico se ve reflejado en los libros que
publicó: “Vida Institucional”, “El Hombre Abatido”, “Los
Caminos del Sentido”, etc. Fue miembro fundador de Acer
Vida.

ANA LIA SCHACHTER BROIDE†


La médica fue fundadora y Jefa del Servicio de Salud Mental
Comunitaria de El Bolsón durante 27 años en los que trabajó
como psiquiatra comunitaria siendo coherente a su íntima e
insoslayable convicción: “NO al MANICOMIO”. Fue un
referente en la creación y ejecución de la Ley Provincial
rionegrina 2440. Asesora en Salud Mental en diferentes
provincias y países. Asesora de la OPS. Directora provincial de
Salud Mental. Participó activamente en el proyecto de Ley
Nacional de Salud Mental. Falleció en 2009. Una plaza de la
localidad donde ejerció como médica durante más de 30 años
lleva su nombre in memoriam.

SOLEDAD DE CASO
Licenciada en Psicología egresada de la Universidad del
Salvador. Profesora de Psicología del Instituto Superior Juan
XXIII. Egresada de la Residencia Interdisciplinaria en Salud
Mental Comunitaria de Río Negro. Actualmente se
desempeña en Equipos Técnicos de Apoyo Pedagógico (ETAP)
de la provincia de Río Negro. Integrante de ACER VIDA:

ANDREA ALEJANDRA MANCARDO


Licenciada en Servicio Social (UNCo, 2010).Especialista en
Gerontología Comunitaria e Institucional (UNMP, 2014).
Desde el año 2000 al 2015 se desempeñó en diferentes
programas del Ministerio de Desarrollo Social. Desde el 2013
trabaja en el Servicio de Salud Mental Comunitaria del
Hospital de General Roca. Miembro activa de la junta del
Colegio de Trabajadores Sociales del Alto Valle Centro.
Miembro de Acer Vida.
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

FERNANDO CORTES
Enfermero del servicio de salud mental comunitaria de
Lamarque Rio Negro, egresado de la RISAMC Rio Negro y de
la residencia de salud familiar de la Provincia de Córdoba,
docente adjunto de la cátedra de cuidados psicosociales en
Licenciatura de Enfermería UNCo. Fue coordinador de la
RISAMC entre 2014 -2016. Integrante de ACER VIDA

ANÍBAL GUTIÉRREZ.
Licenciado en Psicología. Egresado de la Residencia en Salud
Mental Comunitaria de Río negro. Parte del equipo de salud
mental comunitaria del Hospital A. P. Lamarque. Argentino
nativo. Miembro fundador de ACER VIDA.

MARIANA PAULÍN DEVALLIS


Lic. en Trabajo Social (UNC) Mag SM Comunitaria (UNLa),
Egresada RISAMC Rio Negro. Integrante del equipo SM de
Choele Choel durante varios años, coordinadora RISAMC.
Docente de la Tecnicatura en Acompañamiento Terapéutico.
Integrante de Acer Vida.

CLAUDIA GABRIELA BAFFO


Licenciada en Psicología (UBA) Egresada de la RISAMC
rionegrina. Magister en Epidemiología, Gestión y Políticas de
Salud (UNLa). Coordinadora del Servicio de Salud Mental
Comunitaria de Ingeniero Huergo. Docente e Investigadora de
la Universidad Nacional del Comahue, en la Facultad de
Ciencias Medicas y en la Facultad de Ciencias de la Educación.
Integrante de Acer Vida.

ROBERTO HIPÓLITO IRIGOYEN TESTA


Defensor de la Desmanicomialización. Médico generalista y
especialista en salud mental comunitaria. Realizó la
Residencia de Medicina General Integral en la Reg. VII A del
Ministerio de Salud de la Pcia de Bs As. , fue becario post-
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

residencia en el Proyecto de Residencias Integradas


Multidisciplinarias en Hurlingham, Bs. As., en 2003, realiza la
RISAMC y en 2004 es Jefe de Residentes junto al Lic. Aníbal
Gutiérrez. Junto a él, Schiappa Pietra y Pablo Franco† fundan
ACER VIDA, de la cual es miembro activo hasta la fecha.
Actualmente ejerce en El Bolsón (profesional del Servicio
SMC, Instructor de Servicio para la Residencia de Medicina
General, Presidente del Consejo Local de Abordaje Integral de
Adicciones) se considera un “efector provincial” ya que ha
recorrido múltiples localidades rionegrinas prestando
servicio. Ha realizado actividades fuera de la provincia y en el
exterior.

MARIO RAÚL CALDERERO†


Fue un iniciático del Servicio de Salud Mental Comunitaria de
El Bolsón, a finales de los 80´, cuando fue promovido por la
médica psiquiatra Ana Lía Schachter Broide† al rol de
Operador de Salud Mental, con función específica como
Coordinador de Alcoholismo. Él era alcohólico recuperado y
sostuvo el Grupo AA “San Cayetano” en el Hospital de El
Bolsón durante un lapso de tres décadas, abrió varios otros
en la Comarca andina del Paralelo 42°. Se formó en el Servicio
de Bolsón (Dra. Broide, su mentora, y resto del equipo) y en el
Servicio de General Roca (Dres. Pellegrini y Di Giacomo, Lic.
Schiappa Pietra, Coord. de Alcoholismo recuperado Sr.
Ricardo Antoli). Miembro del equipo de salud mental de El
Bolson desde los años 80 hasta el día de su muerte. Su
abnegación le llevaba a trabajar en horario hospitalario y
vespertino donde realizaba: visitas domiciliarias, gestión y
seguimiento de recursos ante el municipio y pensiones
nacionales, evaluación de internados, trabajo grupal e
individual en las esperas “de guardia” del alcohólico que
podría llegar... Cientos de personas le deben su recuperación
de esta letal enfermedad… y varios fallecieron entre sus
cuidados hasta el final. El 19 de febrero de 2016 mientras que
estaba acompañando a un grupo de usuarios que disfrutaban
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

de unos días de esparcimiento en el Balneario El Cóndor de


Río Negro, padece una muerte súbita a los 60 años de edad.

MARÍA JULIETA SANZ


La médica María Julieta Sanz fue compañera en el Servicio de
Salud Mental Comunitaria de El Bolsón de la Dra. Ana Lía
Broide y del Sr. Raúl Calderero, acompañándolos en el trabajo
con personas con sufrimiento mental severo durante los
últimos 15 años, con enorme calidad humana y técnica,
excelente humor, y capacidad de conectarse con las
personas. Se jubiló en el año 2015.

DIONISIA LAUSADA
Nació en La Plata, es Licenciada en Psicología por la
Universidad Nacional de La Plata. En 2004 se traslada a Sierra
Colorada donde funda el servicio de Salud Mental
Comunitaria donde trabaja desde ese momento hasta la
fecha. Es coordinadora local de la RISAMC, y docente invitada
en la carrera de psicología de la Facultad de Ciencias de la
Educación (Universidad Nacional del Comahue).

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

PROLOGO
Dra Graciela Natella Dr Hugo Cohen

Nos ha producido una gran alegría la convocatoria de los


compañeros rionegrinos para prologar este libro.
En primer lugar por el afecto perdurable que nos une con
muchos de ellos, con los que hemos trabajado en lo que
dimos en llamar “la desmanicomialización” y con los que
seguimosde una u otra forma siendo parte de aquella utopía
que fue el “Nunca más manicomios”, y que hasta la
actualidad desde nuestros ámbitos laborales, continuamos
impulsando.
Enarbolar esta causa, nos hizo compartir ideas, mucha acción
y un lenguaje común que incluíaun glosario de palabras que a
nuestro entender simbolizaban nuevas concepciones y
prácticas.
Algunos de los términos que cobraron mayor significación
fueron, por ejemplo, “sufrimiento mental” en sustitución de
enfermedad mental; “usuario” a cambio de paciente,
“reinserción social” hoy llamada inclusión; “crisis” en
reemplazo de brote y enfermedad; “estrategia terapéutica”
por el plan desde el que se construían los ejes primordiales
para intervenir en todos los planos de la vida de la persona.

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

También existió un cúmulo de frases que identificaban la


pertenencia a un grupo, como solíamos decir la “construcción
de un nosotros”. Algunas de las más emblemáticas eran: “con
el advenimiento de la democracia”, ya que fue necesario el
estado de derecho para iniciar la desmanicomialización; “hay
que cerrar la boca de entrada”, en referencia a la admisión al
hospital psiquiátrico; “hay que ver que va a pasar”, un
reconocimiento a la incertidumbre; “hoy por hoy”,
advertencia sobre el ahora o nunca como contracara de la
estructural burocracia que todo lo deja para mañana; “no es
pequeña cosa”, valorización de los pequeños logros; “la
desmanicomialización es mucho más que el cierre del
manicomio”, para significar el complejo proceso de
transformación de ideas y acciones hasta la sustitución de la
institución total por servicios territoriales de base
comunitaria.
Frases que resultaron a la vez instrumentos de avance y
protección, apoyadas en percepciones compartidas de la
realidad y en contenidos sólidos e irrenunciables que
perduran hasta el presente, probables de identificar en
nuestros escritos y exposiciones, mientras que en los
encuentros se reanuda ese estado de “deliberación-acción
permanente” que caracterizó los primeros años del proceso
desmanicomializador.
Esta producción de códigos comunes, tan natural y
confortablemente asumidos, parece ser parte constitutiva en
el desarrollo de los procesos de cambio, siendo frecuente su
uso por los grupos que los impulsan, algunos de los cuales son
reconocidos como “minorías activas” (Moscovici, 1979). Una
nominación que nos podría reflejar perfectamente, dado que
éramos una minoría que compartió una creencia firme, con la
convicción de resistir, tomar riesgos y transformar nuestra
vida construyendo esta alternativa.
Es probable que ese fervor que circulaba entre el pequeño
grupo de “militantes” que además contábamos con escasos –
y a veces “deteriorados”- recursos, y a los que nuestros
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

detractores llamaban misioneros, ejército de locos, doctores


de putas, locos y borrachos, haya contribuido a la irónica
autonominación de “Armada Brancaleone”.
Recuerdos que, son parte del acervo histórico de la reforma
rionegrina actualizada en este libro que, si bien trasciende y
supera lo testimonial, la base de un pasado cierto y
compartido legitima un acontecimiento que a más de treinta
años de su inicio aún resulta controversial, tal como ha sido y
es la desmanicomialización y su correlato legal: la ley 2440 de
“Promoción Sanitaria y Social de las Personas que Padecen
Sufrimiento Mental”. Ley que, en varias ocasiones y hasta
nuestros días, se ha intentado derogar o modificar con el fin
de decapitar la desmanicomialización y cada vez que esto ha
sucedido, se ha convocado una importante movilización
provincial, nacional e internacional -de la que hemos sido
parte- en defensa de su espíritu y contenido original.
Éste, ha sido un derrotero común a las legislaciones de salud
mental de avanzada. Basta recordar las embestidas que ha
sufrido en Italia la ley 180 y los ataques y cuestionamientos a
la ley nacional de salud mental 26657, despertando barreras y
resistencias similares, que constituyen comunes
denominadores para la mayor parte de las reformas del
mundo. En efecto, hemos comprobado desde la propia
experiencia, que los intereses creados, la deficiente decisión
política, la carencia de capacitación en salud mental pública y
comunitaria que es parte de la ausencia de experticia para
desmanicomializar, son factores comunes más allá de la
geografía y desarrollo de cada lugar. Argumentar que esta
experiencia se pudo desarrollar en Río Negro por tratarse de
una “provincia chica”, pareciera parte de un relato
resistencial y una oposición a un enemigo mayor: la
desinstitucionalización como sistema.
En Río Negro, sectores profesionales llegaron a afirmar que
no existía hospital psiquiátrico, negando el propio contexto y
la representación social del hospital de Allen como
manicomio local, que en voz de los propios pobladores
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

rionegrinos era significado como tal, al expresar: “estás para


Allen”, cuando intuían encontrarse frente a una problemática
de salud mental.
Otro cuestionamiento realizado al inicio de la reforma se
basaba en que se derivaban pacientes fuera de la provincia,
cuando en realidad permanecían aún aquellos que se habían
trasladado en épocas anteriores al nuevo sistema, y que una
vez promulgada la ley 2440 se intentó repatriar.
Años más tarde, sí hubo que lamentar el reinicio de una
derivación indiscriminada dentro del grupo etario de niñez y
adolescencia, a través de convenios sostenidos por
organismos por fuera de la competencia del sector salud, de
donde dependía el área de salud mental. Acuerdos por los
que fueron derivados niños y jóvenes que presentaban
discapacidades y consumo problemático de sustancias.
De todas formas, dar aquí testimonio de la épica rionegrina
no tiene valor en sí mismo en cuanto a reivindicar lo
acontecido, que por otra parte, está incorporado en el país y
en el exterior como un hito en la historia de una nueva salud
mental. Para guardar fidelidad con lo vivido, así como hubo
detractores, también existió un importante caudal de voces y
acciones que se alzaron apoyando los cambios, tanto de
autoridades sensibles del gobierno provincial y municipios,
legisladores, profesionales, académicos, sociedad civil; en la
provincia y fuera de ella.
Lo que parece oportuno ahora, es dar continuidad a la
discusión sobre las prácticas y condicionantes de una
reforma, los denominadores comunes identificados y la
reflexión sobre el sistema de salud mental vigente en el país y
los vasos comunicantes entre las jurisdicciones que lo
conforman, por lo que es bienvenido este libro y todos
aquellos que esperamos se produzcan con el ánimo de
aportar en esta dirección.
No se puede omitir, que a casi seis años de la promulgación
de la ley nacional de salud mental, que asumiendo estándares
internacionales establece la sustitución y cierre de los
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

hospitales psiquiátricos, no se han dado los pasos graduales y


progresivos para alcanzar este cometido en tiempo y forma.
No se ha producido –en la proporción requerida- la apertura
de internación en hospitales generales del país, en particular
en los grandes centros urbanos; la creación de casas de
medio camino y cooperativas de trabajo, ni de otros recursos
necesarios para integrar la red de servicios comunitarios.
Pues bien, en este libro, podremos encontrar valiosos aportes
para identificar obstáculos que hacen a esta imposibilidad y
alternativas para superarlos.
El propio índice expone con naturalidad una realidad
deseable y necesaria de multiplicar, tal como es el
desempeño de operadores y usuarios como parte de los
equipos tratantes de los servicios de salud mental, un aporte
trascendente de la desmanicomialización rionegrina a la
organización de servicios comunitarios en Latinoamérica.
En términos generales, son los grandes ausentes –junto a los
familiares y otros recursos no convencionales- de los sistemas
de salud mental tradicionales, de los que se excluye sus
destrezas y experticias.
Los artículos del libro transitan estas temáticas en voz de sus
protagonistas, que con tanta claridad se refieren al alcance de
la formación profesional en el país, la que aún tiene vedada
en términos generales, las prácticas en el contexto de las
personas, cuando en Río Negro hemos constatado que
constituyen el “camino regio” a su reinserción comunitaria.
Que el fin de la formación actual no es la inclusión social –tal
el desarrollo de uno de los capítulos-, se traduce en la mayor
parte de las prestaciones cuyo radio de acción es
“intramuros”. Los profesionales, en gran medida, se
encuentran “institucionalizados” en hospitales y consultorios
al igual que los usuarios que asisten, a quienes atribuyen las
causas y continuidad de sus padecimientos, sin cuestionar los
métodos implementados “sobre” ellos.

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Este libro, nos rescata y recuerda la gran premisa que muchos


abrazamos como base de las acciones para intervenir con un
usuario, con un grupo o entre nosotros mismos: ”Hay que
encontrarle la vuelta”; una consigna rectora dada su alta
eficacia terapéutica y que aún está a la espera de una
traducción académica.
Una espera, que es parte de la situación de gran tensión,
conflicto y movimientos del sistema de salud mental vigente
en el país, ya que nada es como era entonces y desde
distintos ámbitos se reconoce la necesidad incontestable de
cambios, y se identifican actuaciones determinantes en este
sentido desde varias instituciones y organizaciones.
En tanto, Río Negro, en niveles de planificación, gestión y
ejecución, tendrá seguramente que corregir rumbos, retomar
sus banderas y profundizar el trabajo territorial que lo llevó a
tener en la actualidad servicios de salud mental con
internación en los treinta y tres (33) hospitales generales de
la provincia, orientados por una propuesta alternativa al
encierro y la tutela. Aun hoy –con todos los obstáculos que
presenta el sistema rionegrino- en un pequeño pueblo de la
Línea Sur de la provincia, cuando llega una persona con una
crisis psicótica, el mismo director del hospital la interna en
una sala general.
En varias de las localidades rionegrinas se ha alcanzado un
alto grado de desarrollo del sistema de atención comunitaria,
mientras que en otras, esto no ha sucedido o se ha producido
un retroceso.
Estimamos que este libro, hará lo propio para cooperar con
los cambios provinciales y nacionales esperados, no sólo
aportando elementos para el abordaje del padecimiento
mental, sino -en boca de nuestro querido compañero Pablo
Franco, otro gladiador que partió recientemente-
denunciando el desgaste y deterioro del actual sistema
provincial a través de una dura crítica, que a su vez es un
llamado al compromiso con la desmanicomialización
rionegrina.
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Para concluir, quisiéramos trasmitir algunas reflexiones


finales probablemente fortalecidas por la distancia, ya que
residiendo a casi 1000 km de Río Negro desde hace ya varios
años, algunas apreciaciones cobran otra perspectiva.
Primero, resaltar que los capítulos de este libro se basan en
una práctica concreta, de un sistema de salud mental
funcionando sin manicomios, de actores integrantes de
equipos multidisciplinarios insertos en hospitales generales,
distribuidos en una amplia geografía. Es el contexto de los
riesgos de la libertad, el que da marco a la tarea.
Segundo, destacar el valor y la capacidad de los autores de los
trabajos, protagonistas cotidianos de la
desmanicomialización, coherentes entre un discurso y una
práctica, creando respuestas a las necesidades de los
usuarios, donde no las hay.
Tercero, el grado de institucionalidad alcanzado por la
desmanicomialización rionegrina -a pesar de las carencias de
recursos materiales y otros obstáculos mencionados- nos
obligan a redimensionar la noción de “Armada Brancaleone”
como un componente determinante de la labor cotidiana,
imprescindible toda vez que su presencia ha sido parte de la
construcción de institucionalidad.
Lo que en Río Negro se da por obvio, por ejemplo la
prohibición de aplicación de electroshock desde hace 25
años, en muchos lugares del mundo aún ni siquiera es
materia de debate. Esta prohibición fue instituída por la ley
2440.
Por último, la desmanicomialización rionegrina tiene un aval
científico, técnico y legal que no existía en sus comienzos. La
Declaración de Caracas (OPS/OMS, 1990); el Informe Mundial
de la Salud (OMS, 2001); la Convención Internacional de los
Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006), la
ley Nacional 26657 (2010) y el nuevo Código Civil (2014), le
otorgan una solidez sin retorno.

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Estas referencias, esta plataforma construida colectivamente


entre técnicos, usuarios, políticos y ciudadanos rionegrinos,
nos convoca, nos obliga a reiterar aquel vaticinio que ya
hiciera un compañero de lucha y con el que titulara uno de
sus libros (Schiappa Pietra, 2002): “La leyenda continúa” …

Graciela Natella - Hugo Cohen

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

HISTORIA DE LA SALUD MENTAL


EN RIO NEGRO 1985-2015

Lic. Pablo Andrés Franco

BREVES REFLEXIONES HISTORIOGRÁFICAS

¿Cómo relatar la historia? Apenas recibido el encargo de mis


colegas en la confección de este libro, surgió en mi la
pregunta. Seguramente el lector esta familiarizado con esta
dificultad. Ya sabrá que no hay una historia “objetiva”, en
donde lo único que puede decirse son los “hechos”. Si así,
fuese, sería una larga crónica irónica de aconteceres, similar a
la grabación de una reunión en donde aparecen todas las
ideas, todos los ruidos y todos los silencios en un mismo
plano. Sería como aquel mapa de Borges que, en su intento
de ser absolutamente fiel al territorio que describe, coincide
con él en su tamaño, tornándolo absurdo. Una historia
“subjetiva” seria, apenas, una opinión cargada
afectuosamente por los odios y amores del relator. Aun así,
habría en los medio infinitos caminos a defender ¿la historia
como progreso? ¿La historia como lucha de clases? ¿El eterno
retorno de lo mismo?, etc.… modestamente estas líneas solo
quieren esclarecer al lector benévolamente interesado en un
proyecto que, aun hoy, genera debates. Y lo suponemos
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

como alguien que visita nuestra provincia y desea entender


porque las cosas son como se ven al momento de escribirse
estas líneas (febrero de 2015). Más precisamente, cuales son
las historias que aquí se dijeron, cuales sus protagonistas sus
debates, sus peleas, sus odios y sus amores, las circunstancias
que llevaron al proyecto de la desmanicomialización a ser lo
que es hoy.

UN PANORAMA ACTUAL.

Si este viajero interesado viniera hoy a la provincia de Río


Negro y recorriera la mayoría de los Servicios de Salud Mental
que integra el sistema ¿Qué encontraría?
En principio, notaria una diferencia relevante entre los
Servicios ubicados en las principales ciudades (General Roca,
Cipolletti, Bariloche y Viedma) y los dispositivos en ciudades
medianas y pequeñas. Ha sido un rasgo de las primeras la
gran dificultad que encontraran en llevar los principios de la
desmanicomialización a fondo. Enclavados en hospitales de
mayor complejidad, los intentos de trabajar en la comunidad
se han visto dificultados por la intensa demanda ambulatoria
que debe afrontar la estructura del nosocomio, junto a una
mirada tradicional del trabajo en salud mental que hace
privilegiar la atención individual de usuarios en los
consultorios externos. Esto deja poco espacio para las
actividades interinstitucionales y comunitarias, que son los
que el proyecto requiere y privilegia. Nótese que en estos
ámbitos es donde deberían resolverse las nuevas
problemáticas públicas que refieren a los grandes problemas
sociales que aparecieron en nuestro país en los últimos 30
años.
Así, la violencia familiar, las adicciones, la marginalidad
agobiante, los psicóticos con abandono, las personas
declaradas inimputables por la justicia, los problemas de
conducta juveniles y una larga lista de padecimientos
empezaron a quedar fuera de la atención que estos servicios
22
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

debían brindar a la población. Más aun en ciudades con una


complejidad social mayor.
Las respuestas que estos servicios dieron a tales situaciones
fueron diversas. Algunos hicieron un esfuerzo sobrehumano
por cubrir lo que consideraban dos frentes de trabajo, el de la
demanda tradicional basadas en las clásicas derivaciones
sintomáticas de la ansiedad y el de las nuevas problemáticas
sociales complejas que aparecían como adicciones, violencia
social, marginalidad, etc.
Este esfuerzo supo terminar en la “implosión” de algunos
servicios o en el abandono liso y llano de las actividades extra
hospitalarias. Todo dentro de un feroz conflicto que duro
décadas donde ambas intenciones de atención, con sus
respectivas modalidades técnicas, lucharon en una suerte de
guerra que termino destruyendo todo intento serio de
organización, sea cual fuere la orientación triunfante.
Lamentablemente, nuestro viajero imaginario se encontrará
hoy con la paz de los cementerios.
Algo un poco más alentador sucede en los servicios medianos
y pequeños, en donde la desmanicomialización avanzó con
fuerza. Al principio, estas localidades no contaban con
servicios de salud mental en sus hospitales y fue este objetivo
una de los grandes logros del proceso. Hoy prácticamente no
hay ciudad o pueblo en nuestra provincia que no tenga al
menos un referente de salud mental en su hospital.
En los inicios del proyecto, estas comunidades empezaron su
camino con una evidente desventaja, ya que la atención de
las problemáticas en salud mental debían ser atendidas a la
distancia desde los servicios más grandes mediante las
recordadas “patrullas “. Pero a medida que se cubrían las
vacantes estos pequeños servicios son los que aun hoy se
manifiestan como la muestra más fiel de la
desmanicomialización. Verá allí el lector los mejores trabajos
interinstitucionales y comunitarios sostenidos con la fuerza y
el empuje de muchos trabajadores que han dedicado su vida
a mejorar las condiciones sanitarias de las comunidades que
23
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

los albergan. Y no es esto un elogio sobreabundante, sino que


la implicación de estos colegas en sus labores es digna de
encomio.
Más allá de esta distinción entre servicios grandes y
pequeños, el sistema como un todo está atravesado por
desafíos que hoy se han transformado en urgentes. La
desmanicomialización se caracterizó por un valiente y
sostenido esfuerzo por dar soluciones reales, mediante una
práctica renovadora y humanitaria, a los graves problemas
que decidió enfrentar. El primero, que dio origen a todo el
proceso, fue el cierre del manicomio y la atención en la
comunidad de los trastornos mentales que tenían destino de
institucionalización. Así, se logro el cierre del ala
neuropsiquiátrica del hospital general de Allen que
funcionaba como manicomio en 1988; la sanción de la Ley
2440 en 1992, la creación del Instituto Nuestra Casa en 1992,
la creación de Camino abierto en Bariloche, el Congreso
Nacional de Salud Mental realizado en 1994, la apertura de la
Residencia Interinstitucional en Salud Mental Comunitaria, la
creación de Servicios de Salud Mental en casi todos los
hospitales de la Provincia, etc.… pero en algún momento (ya
lo veremos) este proceso se detuvo. Una detención de
respuestas que no fue acompañada por una detención o
reducción en la aparición de nuevos interrogantes venidos de
la realidad.
Lo que a mediados y fines de los ´80 suponían los gestores de
la Salud Mental (y toda la sociedad) de lo que sería este país,
no fue lo que realmente sucedió en los ´90. Nadie, en estos
años iniciales de la republica reencontrada, pudo imaginar los
graves problemas sociales que aparecerían en esa década.
Cuando ya se había logrado generar un conocimiento, una
metodología y una mística de trabajo para resolver los
grandes enigmas que proponía la desinstitucionalización, el
alud de la marginalidad ahogó casi hasta la asfixia al sistema
de salud mental rionegrino. La violencia familiar, las
adicciones, las conductas delictivas, los intentos de suicidio
24
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

cotidianos, la vejez abandonada, las madres solteras, los


niños abusados y toda la galería del dolor imaginable
desfilaron por los servicios de Salud mental de toda la
provincia. Y el año 1995 marcó un profundo quiebre
institucional del que costó mucho recuperarse. Todos los
males citados, lejos de resolverse, se fueron agravando con el
tiempo.
Sea por razones externos o por propias dificultades, el
proyecto de la desmanicomialización se vio seriamente
puesto a prueba. Y, a pesar del tiempo transcurrido y de
algunos intentos más o menos exitosos de salir de esta
situación, todavía hoy este impacto económico y socio-
cultural resuena en los Servicios de la provincia.
Así, nuestro benévolo lector o inquieto viajero se encontrara
con un sistema todavía perplejo, detenido en elaborar
respuestas para resolver un enorme cumulo de tareas
pendientes. Mas notará que, aun así, contiene (retiene) un
estilo, hay todavía una manera de pensar optimista, un tesoro
de historias y acontecimientos sucedidos y firmes personajes
que son típicos de nuestra modalidad rionegrina.
Intentaremos explicar con más detalle lo que someramente
describimos.

LOS AÑOS HEROICOS 1985-2000

La efervescencia democrática de inicios de los 80´encontro a


la problemática de los derechos humanos como su primera
bandera. El enorme esfuerzo por recuperar la dignidad de los
habitantes de este suelo no solo se dedicó a las víctimas de la
represión militar sino que avanzó en todos los frentes. La
salud, la educación, la alimentación, acceso a la justicia, la paz
social, también se consideraron derechos humanos en
aquellos primeros días de la republica reencontrada. Se tenía
bien claro la real dimensión de la bandera popular. La salud
mental y su urgente revisión fue una de las caras de esos
derechos básicos del hombre. Un trato digno, responsable y
25
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

continuo para aquellos sufrientes mentales que más lo


requieren; fue, es y sigue siendo la gran tarea que asumió el
proyecto desmanicomializador.
El clima social acompañaba este deseo que era ya una
realidad urgente. Las prácticas de la institución psiquiátrica
tradicional negaban dignidad a los sufrientes mentales, y lo
que es aún peor, estaban vaciados de contenido. Ningún
referente sincero de salud mental podía y puede sostener que
en los manicomios se cura. Porque allí las prácticas sanitarias
se vuelvan un “como si”: los profesionales hacen como si
curaran y los usuarios hacen como si se recuperaran,
mientras la sociedad hace como si todo el sistema funcionara.
Así en un clima de renovación que se enfrentaba a un sistema
asistencial en crisis, se produjo la llama de la
desmanicomialización. Pero este proceso, como todos
necesitaba un líder, un grupo de convencidos dispuestos a
enfrentar todos los desafíos que se presentaran. Y una
ideología que los cohesionara, renovada y reforzada por ritos
y prácticas que fortalecían los espíritus.
El líder fue, sin dudas, el Dr. Hugo Cohen, jefe del
Departamento de Salud Mental en el periodo señalado. Este
notable ser humano fue quien catalizó las fuerzas
renovadoras que llevaron adelante el proyecto. Una clara
inteligencia, un carisma indudable, una solida cultura
democrática, dotes de gran negociador y una convicción
inamovible eran y son los rasgos que distinguen a un hombre
fuera de serie como el Dr. Cohen. Si me permiten la
confesión, es uno de las personas más destacables que pude
conocer en mi vida.
Lo cierto es que poco hubiera logrado Hugo sin el apoyo de
su esposa, la Dra. Graciela Natella y un grupo maravilloso de
personas que decidieron acompañar la iniciativa
desmanicomializadora desde el inicio. Algunos los trajo su
gestión, otras ya estaban, lo cierto es que en los principales
ciudades de la provincia hubo un referente de este histórico
grupo que llevo adelante las banderas de la ley 2440. El
26
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Bolsón, General Roca, Viedma, ChoeleChoel, Rio Colorado,


Cinco Saltos, Villa Regina y tantos otros servicios creados
posteriormente, tuvieron fuertes referentes que dieron un
estilo particular a cada uno de los Servicios de S.M. de esas
localidades. Todavía hoy resuena en toda la provincia los ecos
de esos días de mística y labor, de fuertes personalidades que
enfrentaron los prejuicios y las trabas que encontraron a su
paso. No eran héroes ni se sentían de esa manera, pero
crearon un camino. En general, este grupo se había formado
en los controvertidos años ´70. Los había marxistas,
peronistas, radicales, católicos o liberales, pero estas
diferencias se supeditaron a la creación de un modelo
sanitario que fuera digno de llevar ese nombre.
Si bien era indudable la autoridad del Dr. Cohen y del resto de
sus colaboradores, un sano espíritu democrático campeaba
toda esa agrupación. Aun ejerciendo importantes funciones
públicas, ninguno de ellos cayó en la soberbia o en el
autoritarismo. Los valores democráticos se transmiten con
ejemplos y solo desde allí se transmutan los valores sociales.
En este marco, las reuniones provinciales de equipo fueron (y
son) la gran herramienta del cambio, el ámbito donde se
discutían ideas, donde se llevaban los problemas para ser
resueltos, donde se acompañaba a los colegas en dificultades,
donde se consolaba a los caídos y se animaba a los
empeñosos. Toda mística necesito sus rituales, y las
reuniones provinciales eran la misa laica de la
desmanicomialización.
No crea el lector que quien escribe haya pertenecido a este
grupo. No son estas líneas una suerte de autoelogio o
remembranza de épocas mejores. Sencillamente, sucedió así.
Tómese el trabajo, nuestro esforzado acompañantes, de
visitar los lugares antedichos o charlar con alguno de los que
integraron aquel grupo (la mayoría todavía esta, otros ya se
mudaron de vecindario…) y verá que lo que aquí relatamos
es verosímil. Y me extiendo en reforzar la veracidad de lo que

27
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

aquí relato, porque es poco lo que hoy queda de toda


aquello, como iremos viendo en breve.
Procede de esta época heroica y en todos los servicios de la
provincia, el descenso notable del tiempo de internación
psiquiátrica, la cantidad siempre creciente de usuarios
atendidos, la calidad de los resultados, el regreso de usuarios
antes derivados a otros puntos del país, la atención en salud
mental en cada localidad, una lenta pero persistente
aceptación de la población general y del personal hospitalario
del nuevo modelo, capacitación de primera línea para los
efectores, reconocimiento internacional del proyecto, apoyo
de reconocidas figuras, la difusión del modelo al resto de las
provincias, etc.
Hubo avances importantes del trabajo en los centros de
salud, El Bolsón y Cinco Saltos organizaron empresas sociales
muy exitosas, Viedma se inicia en el manejo de una chacra e
innumerables experiencias, con mayor o menor resultado,
surgieron del empeño y la creatividad de los trabajadores.
Todo expuesto y debatido en las reuniones provinciales, cuna
también de grandes amistades, varios amores y algunos
odios.
Pero los años ´90 tocaron a la puerta. En 1995 la provincia
entro en una profunda crisis socio-cultural, económica e
institucional. El ajuste neoliberal entró sin permiso y comenzó
a apretar todos las clavijas del aparato estatal. Y entre ellas el
de salud mental. Fueron los tiempos de hacer sobrevivir a la
desmanicomialización y los debates giraron hacia la
racionalidad económica, el gasto del estado. Un tema a los
que pocos quisieron entrar por sentir que no correspondía
dar argumentos en ese sentido. Pero pudo haber habido
mucho para ganar si se comparaba el gasto que implica
mantener un manicomio con los que conllevaba la aplicación
de la Ley 2440. Las instituciones psiquiátricas no solo son
malas sino que son carísimas para dar un servicio paupérrimo,
indigno e inútil.

28
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

En esos años (95 al 97 aproximadamente) se discutió


seriamente en algunas reuniones la posibilidad de crear
apoyos a la salud mental provincial por fuera de las
estructuras del estado, como una suerte de ONG. Fueron
tiempos de andar entre los ruidosos éxitos del proyecto
desmanicomializador como entre la envidia y los recelos que
provocaba la figura del Dr. Cohen en la dirigencia provincial.
Tiempo que termina cuando Hugo debe pedir licencia para
realizar estudios en España, dejando en el cargo al referente
del servicio de Choele Choel quien se abocó a descomprimir
lo que se pudiera para permitir la supervivencia de la ley
2440.
El ocasional alejamiento tuvo un efecto positivo, pero
efímero. No solo había críticas a salud mental centrada en
Cohen, algo personal, sino que todo el país se desbarrancaba
en el agujero neoliberal. Era ya mucho pedir a los servicios
que elaboraran estrategias de inclusión social para una masa
cada vez mayor de marginados. Los trabajadores comenzaron
a pensar prioritariamente en proteger su fuente laboral. El
entusiasmo se enfrió y solo había caras de preocupación en
las reuniones provinciales, acompañadas de relatos y teorías
de corte persecutorio que poco bien hacían.
Así las cosas, en el año 2000 Hugo dejó la jefatura del
departamento de salud mental, puesto que había ocupado
casi 15 años. La decisión fue tomada con dolor y aceptada con
resignación y pena por la mayor parte de los equipos. Algunos
le reprocharon este supuesto abandono. Pero hubo que
aceptarlo: un ciclo extraordinario llegaba a su fin, más allá de
las decisiones personales. Otro momento comenzaba.

EL LUSTRO INFAME NACIONAL (2000-2005)

Los tiempos que ponemos son subjetivos. Alguien puede


decir que antes del 2000 las cosas ya se notaban obscuras o
también que después del 2003 ya empezaban a aclarar. Pero
sigamos.
29
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

La indudable autoridad moral del Dr. Hugo Cohen le permitió


sugerir a la persona que lo sucediera. La elección recayó en
un profesional que se había desempeñado en uno de los
tantos servicios pequeños de la provincia, en donde la
impronta desmanicomializadora había calado más hondo. Era
joven, no pertenecía al grupo histórico del proyecto, pero su
asunción fue saludada con gran beneplácito por todos los
equipos. Seria acompañado por uno de los referentes con
más trayectoria y de la más intima confianza del Dr. Cohen.
“Los muchachos”, como todos los llamaban, tuvieron una
dura tarea que enfrentar. El clima social y político no solo era
desfavorable, era destructor. El desafío era mantener la llama
prendida hasta que calmara el temporal. Muchos, en muchos
servicios, contribuyeron al esfuerzo al no ignorar las
dificultades a vencer. Pero a veces la voluntad no alcanza. Lo
más profundo de la crisis siempre estaba por venir. El terrible
´95 solo fue un ensayo de lo que vino después. El
hundimiento social de esos años iba arrojando a la
marginalidad a millones de personas. Y esto produjo un
estallido en la salud mental de los habitantes de este país. Así,
la palabra de moda pronunciada por los trabajadores fue
“desbordado”. Todos los servicios sociales colapsaron y la
salud mental se sintió situada en el frente del combate, en la
primera trinchera del cataclismo social más grave de nuestra
historia reciente. La fuerza, creatividad, el empuje, y las ganas
de los equipos se fue apagando.
Lógicamente todo esto fue aprovechado por las fuerzas más
reaccionarias que se mantenían latentes. En varias
localidades donde habían subsistido profesionales que nunca
aceptaron la desmanicomialización, se empezó a observar
esfuerzos por destruir el proyecto. Y se sumaron otros, a
veces por falta de conocimiento profundo del proyecto
desmanicomializador, por motivos personales o en algunos
pocos casos por razones ideológicas.
Aunque en esos años obscuros no lograron dañar nada
importante, su accionar corrosivo fue continuo y hasta me
30
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

atrevería a decir que aún hoy siguen presente sus efectos en


la estructura de salud mental.
Nadie elige los tiempos que le toca vivir y ningún general
tiene el ejército que desea al dar una batalla. Por eso es el
ejemplo y la actitud frente a la adversidad lo que suele
marcar la suerte de los verdaderos líderes. Lamentablemente
los directivos de salud pública y de salud mental no
presentaron en esos años, de manera clara, esa capacidad
requerida para enfrentar las horas sombrías.
En vez de adoptarse una política seria, comprensiva de la
situación, de acompañamiento a los que se comprometían en
luchas a favor de la desmanicomialización, se observó en las
autoridades una actitud complaciente. Como que lo logrado,
por ser mejor que lo existente en otros lados, era suficiente
para enorgullecernos.
Junto a eso, quizás por una leve soberbia o por un “dormirse
en los laureles”, o auto victimizarse, muchos alegaron que la
finalidad no cumplida era “culpa” de otros. Que los defectos y
fallas que se observaban en los Servicios eran causados por
envidias o por oscuros y ajenos intereses. Y aunque un poco
de todo eso pudo haber, no fue bueno el discurso resultante:
“no nos quieren pero somos los mejores”. Esa era la idea
circulante en esas épocas; claramente expresada o actuada
con disimulo. Un freno para la búsqueda de soluciones
apelando a la creatividad.
Esta justificativa fue tomando cuerpo. Y cuando prendía en
algún equipo operaba para el programa como un letal
veneno. Posiblemente haya sido tranquilizador para algunos
darse tales excusas, echar la culpa a otros, suponerlos
envidiosos, pero sea lo que sea, esta actitud aisló
políticamente al proyecto. Y alejó a sus técnicos de la gente
marginal y excluida. Se perdieron innecesariamente valiosos
aliados mientras se mantenían los viejos enemigos.
Pensar que somos los mejores y que los demás solo nos
quieren destruir por envidia u otra razón, no es el mejor
camino para que los trabajadores de salud mental de Rio
31
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Negro crecieran como grupo humano. Y si a esto le sumamos


los proyectos personales de “salvarse uno”, “ver como
permanecer” en la catástrofe socio-cultural que se vivía, nos
podemos dar una idea del riesgo que hubo de hacer
naufragar a la desmanicomialización.
Para el año 2001, el desanimo se hacía evidente y cada vez
mayor. Las reuniones provinciales se transformaron en una
mueca, una triste caricatura de lo que habían sido. Solo era
un espacio de catarsis y de manifestación de rencores varios.
Todo reflejo de la atención que se empezaba a dar en los
hospitales.
En esos años comenzó a arriarse una de las banderas más
preciadas del proyecto: la atención de todos los usuarios en
los servicios públicos de la provincia. Las derivaciones a
clínicas privadas y fuera de Rio Negro pasaron de ser una
dolorosa excepción a un mero trámite burocrático. Esto fue
especialmente notable con las problemáticas ligadas a las
adicciones. Y lo que debió ser un pequeño arroyo se
transformó en un aluvión, que también incluyó a los usuarios
símbolos del proyecto: los usuarios psicóticos. Los lazos de
solidaridad entre servicios se rompieron. Fue el reino del “que
cada cual se las arregle como pueda”.
Una sorda indiferencia se apoderó de algunos equipos. Hubo
técnicos que emigraron a otros destinos laborales. La
desmanicomialización, a algunos, comenzó a defraudar. Tal
vez lo peor fue constatar que dentro de los hospitales ya no
éramos una excepción, sino que nos cabían todas las
generales de la ley. Y todo esto abrió, porque no puede darse
de otra manera, una grieta entre los que conducían y los
conducidos. La amistosa confraternidad, el espíritu
democrático, los sanos debates dados en el inicio del
programa en las reuniones provinciales, dejaron paso a la
indiferencia, a servicios que dejaron de concurrir a las
asambleas provinciales. Empezó a predominar el
descompromiso.

32
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Bien decían los antiguos romanos que lo que nunca debe


perderse es la fe pública, la confianza de los que trabajan en
sus líderes. Y eso precisamente fue lo que en este lustro
desgraciado se fue deshaciendo, independientemente de las
intenciones de aquellos que conducían. “Los muchachos”
dejaron de ser sentidos por algunos servicios como
conductores de un proyecto común. Y hasta algunos de los
líderes históricos abandonaron su creatividad para
transformarse en una suerte de arcontados, o de miembros
de un consejo de ancianos o de notables que solo recordaban
con sus presencias los viejos tiempos.
Se aquietó, en muchos servicios, la creatividad. Parecía que
nadie se atreviera a plantar y llevar a cabo los urgentes
cambios requeridos ante la debacle producida por el
neoliberalismo. No se intentaba ni debatir nuevas
respuestas ante los nuevos y grandes desafíos del momento.
El incesante goteo de casos mal atendidos que ya venía
habiendo se transformó en un torrente. Los “turnos”,
costumbre medica que debería desterrarse de salud mental
comunitaria, cerraron aun más el acceso de los marginados a
su atención.
Hubo algunas, escasas, iniciativas en esos años que fueron
duramente combatidas por algunos sectores. Por ejemplo, en
el año 2001 se inauguro en una ciudad un dispositivo
destinado a alojar y atender a personas con sufrimiento
mental a cargo del poder judicial (art. 12 de la ley 2440), es
decir, personas que habían cometido un delito en estado de
alienación. Para ello, se había previsto el ingreso de
operadores de salud mental. La oposición a la iniciativa fue
feroz y el apoyo de las autoridades de salud mental fue
mínimo. Las críticas sostenían que estaban “desbordados” y
que no se podía atender a nuevos (a esos) pacientes.
Situaciones como estas se repetían en otros lados. Los
Servicios se cerraron sobre sí mismos en un intento de auto
protegerse. Defensa paranoide le dicen. Y una multitud de
marginados que esperaban respuestas de Salud Mental
33
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

quedaron expectantes, como voces no escuchadas que


ponían en severa tela de juicio a todo el proyecto de la ley
2440. Pero todavía no estaba dicha la última palabra.

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD (2005-2007)

Con el cambio de gobierno nacional y provincial en el año


2003 hubo una sensación de aire fresco, de un nuevo renacer
desde las cenizas. Lo peor de la crisis nacional había pasado y
había llegado la hora de barajar y dar de nuevo.
Las nuevas autoridades sanitarias comenzaron lentamente a
reconstruir el área. Observaron todas y cada una de las
direcciones, evaluando los caminos a seguir. Al llegar a Salud
Mental lo que vieron no les gustó para nada. Una conducción
desgastada, burocratizada, que no encontraba un modo de
hacer que coincidiera con el necesario compromiso con las
tareas que suponía debía tenerse, y con un discurso enancado
en aquello de “somos los mejores en Argentina”, cercado por
ideas conspirativas que explicaban el déficit que se hacía
notorio. Todo muy poco prometedor.
La tradicional jefatura de departamento era un escalón
burocrático con poco poder de decisión, escondido en la
maraña sanitaria. El Dr. Cohen había preferido ese lugar en la
estructura sanitaria provincial ya que lo ponía a salvo de los
cambios políticos, garantizando así la permanencia del
proyecto. Pero la gravedad de la situación económica, social y
cultural amenazaba ahora todo y solo desde una acción
política podía intervenirse en el curso de los acontecimientos.
Ya el viejo departamento, que siempre había sido una
pequeñísima oficina enmascarada donde Hugo recibía a todos
los que quisieran verlo en cualquier momento, también
estaba en crisis y en lista. Se temía una lisis de ella, afectando
a la desmanicomialización.
La Ministra de Salud decidió convocar a José Schiappa Pietra,
Pepe para todos, para que ocupe, ya no la oficina de un
departamento de salud, sino una nueva dirección provincial
34
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

de salud mental. La noticia fue un baldazo de agua fría para


algunos que conocían sus ideas. Parecían ignorar la
naturaleza profundamente humana de Pepe. Este
profesional, venido de Santa Fe en 1978, fue uno de los que
ya trabajaban en la provincia cuando el Dr. Cohen fue elegido
jefe de Dpto. Inmediatamente se unió al proyecto y fue uno
de sus sostenes en la ciudad de General Roca. Su capacidad
de trabajo, compromiso, inteligencia, infinita bondad,
hicieron de Pepe uno de los grandes referentes de la salud
mental rionegrina. Su designación en ese puesto era
inobjetable. Pero él no venía a “permanecer” en una crisis
sino a cambiar las cosas. Venía a hacer cosas, y si no podía
hacerlas, se iría.
Su bandera de trabajo fue “entrar a los servicios” con el
objeto de reformular las prácticas y poder enfrentar los
desafíos que se habían acumulado en el tiempo. Para eso
debía servir el cargo político. Ya no podía esperarse más para
trabajar con la violencia familiar, las adicciones, la
marginación social, las conductas violentas y todas las caras
de la miseria humana que nos dejó la segunda década infame.
Pepe propuso a todos los servicios unos “lineamientos” que
abrían un espacio serio de discusión para las practicas. Su
objetivo era readecuarlos a los desafíos que había que
enfrentar. La reacción no pudo ser peor en algunos,
lamentablemente importantes por la cantidad de población
que tenían a cargo. ¿Cómo van a cuestionar nuestro trabajo?
¿Encima que estamos “desbordados” tenemos que cambiar?
¿Si somos casi los mejores del país, porqué cambiar? Esta fue
la bandera que explícita o implícita enarboló cierta “reunión
de auto-convocadas” del año 2006, donde muchos,
paradójicamente liderados por algunos trabajadores que eran
los que mejor hacían las cosas, salieron con los botines de
punta (expresión futbolera).
Pepe no se sorprendió, sabía perfectamente que a nadie le
gusta que le digan que tiene que cambiar. Todo cambio es
doloroso aunque beneficie luego al que lo lleve adelante. Y
35
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

supo entonces que el camino a recorrer, si quería ser honesto


consigo mismo y con sus compañeros de siempre, implicaba
generar espacios alternativos para los tratamientos y nuevas
maneras de resolver los graves problemas que trajo la
marginación.
Pepe recorrió toda la provincia hablando con todos y cada
uno de los servicios, explicándoles las necesidades de la gente
y la urgencia en cambiar la modalidad de trabajo. Los diálogos
fueron especialmente intensos con los Servicios de las
ciudades mayores. Intensos, desagradables y como supone el
lector, infructuosos.
De todos modos cosas se conseguían. Como ejemplo de lo
logrado digamos que en una de esas ciudades mayores, a
pesar de la oposición a “cambiar”, el Gobernador de la
provincia destinó un complejo de casas en uno de los barrios
marginales de la ciudad para su uso en salud mental. Y se
invirtió una suma apreciable de dinero en refaccionarlas
como dispositivo comunitario (algo apreciable si se tiene en
cuenta lo que habitualmente se destina para salud mental).
Pero las reacciones de muchos miembros de los equipos
fueron de rechazo total a la iniciativa de cambio. A pesar de
que decían entender la necesidad de la gente.
Esta actitud, que no puede endilgarse a un solo equipo, según
mi entender, era por esa época algo generalizado venido
como herencia de los terribles años pasados. Los trabajadores
decían estar agotados, no querer saber nada de “nuevos
desafíos”, “reformas” o “nuevos modos o métodos de
trabajo”. Era una actitud a atender, respetable, porque
muchos agentes habían pasado por el “burnout”, el quemarse
en una constante exposición a los dramas generados en los
años anteriores. Era como querer que un grupo de tullidos
atendiera a una multitud de rengos.
Entrar a los servicios, se descubrió, requiere más que el poder
que pueda tener una dirección de salud mental. Es algo a
hacer con cargo de secretario de estado, con aval de ministro
y gobernador. Es algo que algún día habrá que hacerse.
36
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Más no se acabó en esta política de “entrar a los servicios” la


gestión de Pepe. También en esos años se establecieron
fuertes lazos de cooperación con la secretaria de promoción
familiar, liderada por la Lic. Maite Spina. El encuentro de
ambos funcionarios no pudo ser más feliz, una corriente de
mutua simpatía y respeto profesional unió a estas personas
en el momento en que más lo necesitaba la provincia.
Se realizó en Mayo de 2006, en el colegio Don Bosco de
Viedma, la presentación conjunta de un marco de
cooperación entre ambos ministerios (salud y familia),
invitándose a todos los efectores de salud mental y de
promoción familiar de la provincia. Era la primera vez que
había algo así. Un intento de coordinar tareas y, porque no
decirlo, superar desconfianza y enemistades sembradas en
años. Tampoco esta reunión generó mucho entusiasmo.
Quizás no se explicitó bien el objetivo de la misma o la actitud
resistente del sistema era muy fuerte para que de ella
surgieran acuerdos de trabajo intersectorial. Estaban
desbordados.
Pero no todo quedó en un mero intercambio ministerial de
ideas, sino que se dieron pasos hacia uno de los proyectos
más innovadores de los últimos años. El proyecto ECIS
(Espacio Comunitario de Integración Social), destinado a los
adolescentes en situación de riesgo social. Este proyecto
surgió de la integración de esfuerzos de la Nación, (que
aporto materiales didácticos, capacitación y monitoreo en los
primeros tiempos); Ministerio de salud, que aportó
profesionales; Ministerio de Familia, que sumó Operadores; y
los municipios que ofrecieron espacios físicos para que se
abrieran esos ECIS en Allen, Ingeniero Huergo, Villa Regina,
Catriel, Lamarque, San Antonio Oeste, Rio Colorado e
Ingeniero Jacobacci. Hasta hoy no hubo proyecto más
ambicioso.
Durante esos años 2007 y 2008 se trabajó coherentemente
con la población que concurría a los ECIS. El resultado no
pudo ser mejor. Estos dispositivos convocaban a los jóvenes
37
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

en riesgo social a asistir (visitar) a talleres de música,


deportes, apoyo escolar, oficios y cualquier inquietud que los
mismos adolescentes propusieran. A partir de ese contacto,
un equipo interdisciplinario compuesto de profesionales y
operadores se acercó a esos jóvenes para escucharlos y
acompañarlos en sus vidas atravesadas por el dolor y la
marginación social.
Todo aquello que Pepe había generado en el instituto Nuestra
Casa en 1992, sirvió de base teórica para el proyecto,
reforzado por los aportes del Lic. Alfredo Carballeda, quien
visito varias veces la provincia para acompañar el proceso.
Este saber teórico fue llevado a la práctica desde el Ministerio
Asuntos Sociales por la gestión de Maite Spina y la profesora
Alejandra Buyayisqui, quien estuvo, nominalmente a cargo
del proyecto ECIS, hasta el 2011.
Otra línea de trabajo durante la gestión de Pepe fue la
recuperación del Instituto Nuestra Casa. Por ese entonces, en
la disputa de 20 años por ese dispositivo, el control de ese
primer dispositivo de salud mental de la provincia había
quedado en manos de gente muy ligada al trabajo
meramente hospitalario (trabajos en guardia, consultorios y
en sala de internación). Con dependencia del hospital, eso
traía efectos: la cantidad y calidad del trabajo de inclusión
social perdió peso notablemente.
En un primer momento, se intento retomar la senda que
marca la desmanicomialización como política provincial,
reemplazando al jefe de servicio por un profesional
comprometido con los lineamientos de la ley. El director del
hospital se opuso, prefiriendo “proteger” (¿) a los
profesionales de su Servicio de salud mental. Parece mentira
pero un “gran jefazo” no se dio cuenta que atendiendo a
loables sentimientos de pertenencias grupales, se dejaba de
lado la política de salud mental. Finalmente, se acordó
separar nuevamente al instituto Nuestra Casa del Hospital y
ponerlo bajo la órbita de la zona Sanitaria, decisión que

38
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

permitió al instituto recuperar su estilo de trabajo, uno


acorde a la finalidad de inclusión social.
A pesar de los avances logrados en la generación de los ECIS y
en la recuperación del Instituto Nuestra Casa, en diseñar otro
dispositivo de inclusión social en una ciudad importante de
Rio Negro y en dotar a muchos servicios de personal
necesario, el desafío central de la gestión de Pepe estaba
empantanado. El triste legado del neoliberalismo,
acompañado por varios años de gestiones burocratizadas,
hizo su efecto. Nadie quería cambiar, nadie quería enfrentar
los nuevos desafíos, muy pocos colaboraron con promoción
familiar. Pepe no los culpó, siempre los entendió, pero
también supo que su gestión no tenía razón de ser. Como
dije, el había ido a Viedma a cambiar las cosas. Si no se
quería, no podía motivar y persuadir para un cambio o no
sabía cómo encontrar acompañantes, su decisión primera era
volver al llano. Los “anti” se frotaron las manos, habían
zafado. Y esperarían, como creo que esperan, hasta algún día
cuando alguien con “sus ideas” ocupe esa silla en el viejo
departamento ahora declarado Dirección (esto de la silla es
literal).
Haciendo honor a lo que es, Pepe volvió a lo que antes hacía.
Inicialmente pidió el pase al Servicio de San Antonio Oeste y
finalmente volvió a Lamarque, donde vive, rodeado del
respeto y cariño de sus compañeros, vecinos y familiares.
Años más tarde, en 2014, recibió un merecidísimo
reconocimiento y aplausos de todos los servicios de Salud
Mental de la provincia. Pero en 2007 y volviendo a esta
historia, la segunda oportunidad había terminado.

LA REACCIÓN DE LA MODERACIÓN 2007-2011

Luego de una muy breve gestión de la histórica referente del


El Bolsón Dra. Ana Lía Broide, brillante por donde se la mire,
todos los servicios acordaron que la persona que debía
continuar al frente de la dirección de salud mental era la jefa
39
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

del servicio de una de las grandes ciudades de Rio Negro. El


acuerdo fue unánime y aprobado por las autoridades
sanitarias. Como en las anteriores oportunidades de recambio
anteriores, una expectativa muy positiva se había generado
en torno a esta profesional de larga trayectoria en el
proyecto.
Históricamente, se había mantenido entre todos los
miembros de los equipos de Salud Mental una cierta
cordialidad, un respeto a las diferencias y un cuidado por la
unidad que había mantenido fuerte y cohesionada a la
entidad provincial desmanicomializadora. Si bien había
diferencias políticas o personales, las mismas se habían
tratado de limar en pro de un destino común. Y esto había
sido especialmente notable con Pepe, quien había
conservado en su gestión a “los muchachos”.
Como en ciertos Servicios había espíritu de revancha, esa
estrategia de conducción permitió que se pudieran disminuir
logros del periodo anterior. Los acuerdos con promoción
familiar fueron suprimidos inmediatamente. Y la
descalificación al trabajo de los técnicos de otros sectores
volvió a ser la marca que caracterizó el discurso de algunos
grupos de técnicos en salud mental. Ese espíritu de creerse
mejores, apropiarse de lo hecho por los fundadores de la
desmanicomialización en los años heroicos, se transformó en
algo generalizado. Y por supuesto nada de autocritica ante el
modo de trabajar de los servicios, nada de revisar las
metodologías, nada de apertura a otros sectores del estado;
salud mental siempre tuvo razón, siempre estuvimos en el
camino correcto, nadie sabe más que nosotros.
Lamentablemente, este camino fue apoyado desde el
Ministerio de Salud por funcionarios que habían ejercido
anteriormente el cargo de directores de Hospitales y que por
eso tenían buenas relaciones personales con los que ahora
estaban a cargo de los Servicios de Salud Mental.
Al Instituto Nuestra Casa volvieron a circular ideas propias de
los sectores resistentes a cambios en la modalidad
40
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

terapéutica. Y como poca simpatía tenían algunos


funcionarios ministeriales hacia la segunda oportunidad, fue
fácil anular en ese dispositivo lo que anteriormente se había
conseguido. Obviamente esa entidad volvió a la órbita del
hospital, acabando con la primavera de los años anteriores,
algo publicitado como la resolución del largo conflicto habido
en torno a ese desdichado dispositivo. Aren Cartago.
Algo similar sucedió en el servicio de S.M de Bariloche, en
donde el notable emprendimiento de “Camino Abierto” fue
dejado aparte de la política local de salud de su hospital
general. Una de las mejores cosas que tiene la Salud Mental
en Rio Negro es poco conocida por muchos trabajadores del
resto de la provincia. Este dispositivo ofrece un espacio de
arte e integración social a los usuarios menos favorecidos,
consiguiendo notables mejoras en sus tratamientos y una
presencia destacable en la comunidad, luchando contra los
prejuicios sociales y la marginación que siempre acompañan a
la locura.
El modelo fue el modo de funcionar del Servicio de alguna
ciudad grande, donde menos habían prendido los modos
desmanicomializadores de hacer las cosas. Aquella discusión
entre servicios hospitalarios resistentes y dispositivos extra
hospitalarios que ofrecieran modos alternativos a las clásicas
terapéuticas, se resolvió por la primera opción. El trabajo
intrahospitalario en consultorio gano el modo. Y con eso se
acalló la importancia de las alternativas técnicas que
empezaban a brotar en salud mental, en el instituto Nuestra
Casa y Camino Abierto por ejemplo.
Destino similar corrieron los ECIS. Se retiró todo apoyo al
proyecto, incumpliendo los compromisos asumidos desde la
dirección de salud mental y el Ministerio de salud. Se
boicotearon los ingresos de profesionales para esos equipos,
utilizando como excusa los celos que había provocado en los
servicios el accionar de estos nuevos dispositivos en las áreas
programas de salud.

41
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Los equipos ECIS perdieron todo contacto con salud mental,


quedando bajo la órbita de Promoción Familiar. Toda la
problemática de violencia y marginalidad juvenil, adicciones,
etc., que los Servicios pudieron haber trasladado para su
atención a esos dispositivos, quedó en la nada. Una visión
mezquina de la política sanitaria hizo perder al proyecto
desmanicomializador una amplia rama de trabajo fructífero
que hubiera beneficiado a los jóvenes de la provincia.
Mas las cosas no terminaron aquí. Lo peor fue la indiferencia
reinante en los equipos ante tal situación. Y la pérdida de
entusiasmo de los años heroicos se volvió especialmente
visible en las reuniones de equipo. Pero siempre se puede
estar peor.

EL DILUVIO 2011-2015

Todavía faltaba descender algunos escalones. Siempre se


temió un cambio de gobierno, un giro en el signo político del
estado provincial. Durante 28 años fue la unión cívica radical
el partido gobernante. Con sus altas y sus bajas el proyecto
siempre había sido apoyado, a veces con convicción y a veces
a regañadientes. Algunos se sentían incómodos por el hecho
de que un partido al que suponían poco revolucionario
hubiera sostenido este modelo durante tanto tiempo y
resistiendo todas las críticas que le tiraron. Pero así son las
cosas. Como alguien dijo, la única verdad es la realidad.
El advenimiento del peronismo al gobierno era una
posibilidad que muchos temían, no por las características
especificas de este movimiento sino por la actitud que podría
tomar frente a un sistema heredado del gobierno anterior. Ya
sabíamos internamente y en grado menos, lo que una actitud
revanchista podía generar. Por lo tanto, el año 2011 vino
cargado de expectativas.
El regreso de “los muchachos” al sillón de Hugo Cohen fue
recibido con una sensación ambivalente. Por un lado, el alivio
de saber que, a pesar de todo, eran “de los nuestros”. Sin
42
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

embargo, el recuerdo del lustro infame estaba todavía


presente, aunque a ellos no se les pudiera achacar el contexto
sociocultural en que debieron moverse.
La memoria histórica, por lo menos en Argentina, tiene una
flacura impresionante. El recuerdo de lo pasado en los 90 se
fue disolviendo en una nueva mayoría de jóvenes técnicos y
profesionales de salud mental que había ingresado a la
provincia hacía pocos años y no habían vivido gestiones
anteriores. Un lento pero persistente cambio generacional se
había producido. Muy pocos recordaban o habían vivido los
años heroicos, sea por su edad o porque el ámbito
privilegiado de encuentro que eran las reuniones provinciales,
prácticamente habían desaparecido.
Como todo gobierno tiene derecho a poner de funcionario a
gente de su confianza y dar una oportunidad a aquellos que
estaban en las segundas o terceras filas, cambios políticos en
la alianza que era el gobierno actuaron para una nueva
sucesión. “Los muchachos” volvieron a irse. Y llegó alguien
prácticamente desconocido para el resto de los servicios
provinciales. A pesar de su edad (ya peinaba canas) casi
nunca había participado en las reuniones provinciales ni se
conocía su voz. Era miembro marginal del equipo de salud
mental de Viedma y había pasado desapercibido muchos
años. A veces es bueno dar oportunidades a aquellos que no
las tuvieron, sea por experiencia o por sus opciones políticas,
pero este no tenía el carisma de Hugo, o la trayectoria
intelectual y el respeto que se le tenía a Pepe. Había que ver.
Lamentablemente, según mi opinión, la elección no fue feliz.
Y esta oportunidad de cambio se desaprovechó. Sea cual sea
la evaluación de su gestión, queda la impresión de que algo
deseado no se pudo con él concretar. Quizás el mal mayor fue
que los conflictos políticos de la coalición gobernante se
trasladaron al área de salud mental, cosa que no tenía
antecedentes. Para bien o para mal salud mental tenía cierta
autonomía ideológica y técnica que se respetaba.

43
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Lamentablemente esto también se perdió. Al elegirse como


director de salud mental a alguien “del pueblo” y sin
demasiados antecedentes conocidos, se instauró un
precedente peligroso para el proyecto: se ató ese lugar de
poder, directamente, con el partido gobernante y no con las
aptitudes técnicas que se requieren. Se era Director de Salud
Mental no por la capacidad técnica o por su trayectoria
desmanicomializadora, sino por la afinidad partidaria
evaluada por el Ministro.
Las prevenciones que el Dr. Cohen tomaba frente a este
punto, se volvieron especialmente ciertos en los últimos años.
Pero un día se cansaron de él y como Director fue
reemplazado por alguien que con buena formación
profesional habiendo sido trabajadora en varios servicios fue
designada por los funcionarios de la política de turno.

COROLARIO.

A pesar de todo lo que el lector puede entender como critica


volcada crudamente en esta historia, debe reconocerse que
Rio Negro sigue siendo una provincia que pudo cambiar
radicalmente su sistema de salud mental. La experiencia es
única e invalorable. Las discusiones, los desafíos, los amores y
los odios en algunos casos han sabido fortalecer a sus actores.
Si alguien quiere aprender sobre desmanicomializar, algo es
lo que nosotros, los de Rio Negro, podemos decir sobre ello.
Ya no es la época de la propaganda estridente sino la de
ofrecer humildemente nuestro saber. En estos últimos
tiempos se aprobó la ley nacional de salud mental que recoge
buena parte del espíritu de la ley 2440 rionegrina. Muchas
provincias están siguiendo este camino. La promocionada
lucha por la integración social de estos últimos años tiene un
importante antecedente en esta maravillosa tierra.
Encontrará aquí el visitante, si sabe buscar, una nueva
manera de hacer las cosas, una modalidad que se abre paso
frente a las adversidades.
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Las revoluciones de las que muchos hablan y pocos saben son


siempre dolorosas. No hay aquí héroes, simplemente
personas que se pararon y le dijeron ¡basta! al maltrato, no a
la marginación, no a los tratamientos inútiles y para unos
pocos.
Debemos entender entonces a la desmanicomialización como
una tarea en continua realización, de rectificación de
procesos sociales burocráticos y de transformación constante
de la organización sanitaria donde se lleva a cabo.
La desmanicomialización es una actitud ante el sufriente
mental, una mirada humanista, democrática e integradora del
sujeto humano. No se mide en logros o en estadísticas, se la
evalúa por gestos, conductas, por su ética de trabajo en
equipo, en el compromiso por el otro. Como una mística
laboral.
El visitante ocasional deberá observar como es el trato que se
da en Rio Negro al sufriente mental, más que las cosas
terapéuticas duras que le intenten mostrar.
La ley 2440 no solo es un papel escrito que ordena unas cosas
y prohíbe otras. Es una herramienta para construir un mundo
mejor desde el trabajo cotidiano. Allí donde vea alegría,
entusiasmo, compromiso, respeto por el usuario y el
compañero, allí estará la desmanicomialización marchando. A
pesar de los obstáculos. A pesar de las frustraciones. A pesar
de las derrotas. Quien quiera acompañarnos, deberá dejar
muchas cosas en el camino. Mucho de una formación
universitaria que no lo preparó para lo que se busca en Rio
Negro, una serie de prejuicios con respecto a la locura, a la
pobreza y a la marginalidad. Incluso deberá en parte resignar
el prestigio que pueden dar las prácticas “respetables” de la
profesión y aun de la clase social.
Deberá prepararse para el barro y las lagrimas. No es para
todos trabajar en esto, como tampoco es para todos, la
vocación por el arte, la ciencia o la política. Esto no implica
un espíritu elitista o sectario, sino que sencillamente trabajar

45
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

para la inclusión social es algo diferente. Requiere una serie


de cambios de mirada que no todos pueden realizar.
Quien vea que este no es camino para él, será siempre igual
nuestro amigo. Aunque no sea compañero de trabajo. Porque
el ejercicio de esta modalidad implica una actitud que no
puede exigirse a quien no quiera asumirla.
He aquí nuestra historia, espero que les sirva al lector para
entender esta maravillosa experiencia que ya lleva treinta
años.-

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

FINALIDAD DE LOS TRATAMIENTOS


DE SALUD MENTAL COMUNITARIA EN SU MODALIDAD
RIONEGRINA

Lic. José Schiappa Pietra

APERTURA

Algunos profesionales que conocemos, psicólogos,


psiquiatras, psicopedagogos, diversos técnicos psi, al concluir
los tratamientos que llevan a cabo nos han dicho que los
embarga la sensación de que algo sin hacer les ha quedado
pendiente. Una impresión de disconformidad difusa, aunque
hayan conseguido el objetivo que tradicionalmente se
persigue en lo que hacen. Sospechan o intuyen que en la
composición de esa cura hay cosas que no se “añadieron”.
Como que habiendo alcanzando lo que pretendían, el
resultado se les presentase inacabado, parcial o como quiera
decirse.
¿Qué pueden presentir habiendo más allá de lo que
normalmente se obtiene con esas prácticas?
Nosotros creemos que en general, aquello que sienten
faltarle a sus tratamientos, es algo social. Que debe buscarse
donde generalmente no buscan las terapéuticas clásicas, en el
contexto socio-cultural y en la vida cotidiana de los sufrientes
mentales que se atiendan.
47
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Empezamos diciendo esto porque es nuestra intención hablar


de inclusión social, de reinserción social, la que debe coincidir
con lo que llamemos cura al finalizar un tratamiento.
Desarrollaremos este tema, sobre la finalidad de nuestro
modo de trabajo en salud mental, apoyados
conceptualmente en una teoría comunitaria que quizás el
lector no conozca. Sepa pues disculparnos si por ello algunas
nociones se le presentan obscuras o si considera que nos
hemos detenido exageradamente en desarrollar algunas
cuestiones.
Pero aprovechando este paréntesis aclaratorio, apuntamos
que según nuestro entender esta teoría no viene a
contradecir las tradicionales, aquellas que ya ocupan un lugar
de privilegio en las academias. Si bien es cierto que en
algunos puntos difiere grandemente de estas, en lo esencial
parecen coincidir. Quizás sea en la práctica concreta que
propone donde más se noten diferencias.

SUJETO DE LA CULTURA

Desde nuestra teoría comunitaria y siguiendo a José Blejer,


postulamos un Yo complejo. Que somos grupo antes que
individuo. Digamos ahora también, que ese Yo es de la cultura
y que así caracterizado debemos entenderlo además como
Yo-grupo-contexto.
En los orígenes del proceso de desmanicomialización
rionegrino, allá por 1984, trabajamos cierta idea que ahora
creo conveniente retomar: que somos sujetos de la cultura.
Porque siendo también sujetos biológicos, de necesidad, de la
norma, de la ley y del deseo, para ayudar en procesos de
inclusión social nos es necesario atendernos (y entendernos)
desde todas estas perspectivas intelectuales. Y nunca
concebir a quien nos pide ayuda desde un solo y particular
enfoque clínico sino comprenderlo en su concreto vivir.
Ahora, al hablar de finalidad, rescatamos esa idea. Y
afirmamos que ser sujetos de la cultura es la más ajustada y
48
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

precisa definición de aquel que atendemos en el vivir


cotidiano. En el natural lugar donde haciendo lo que nos es
existente (y todo lo concebido y elaborado por el hombre es
producto cultural), nos hacemos personas con los demás.
Por lo dicho, si el sujeto que somos es de la cultura estamos
substancialmente imbricados con lo más propio que como
seres humanos hemos hecho, con el contexto socio-cultural.
Entonces debemos expandir nuestra idea de Yo: concebido
inicialmente como simple grupo, lo vamos concibiendo con el
todo de lo creado, con el contexto material, cultural y social.
Histórico y moral.
Como sujeto de la cultura el ser humano es alguien hacedor
del lugar en que se ha situado. Creador de ese fondo de
existentes que es nuestro escenario vital, donde nos
figuramos y representamos siendo). Y vivimos entre cosas
que serán, filosóficamente hablando, cosas en sí, pero que
como seres humanos las vivenciamos existiendo según la
cualificación que les hemos atribuido al captarles-adjudicarles
significados y sentidos.
En síntesis y conclusión, hay como una especie de “telón de
fondo” que también refiere a nosotros como sujetos de la
cultura. Un elaborado y personal tejido de realidades. Un
“escenario de vida” que construimos para figurarnos siendo
con él.
A esta idea de que somos sujetos de la cultura debemos
también sumar que exclusivamente poseemos entre los seres
vivos un modo comunitario-verbal de registro de lo existente.
Una manera simbólica. Y que por tal virtud, las cosas y hechos
captados mentalmente con un valor significativo que también
poseen los animales, ganan cualidades alegóricas.
Nuestro registro comunitario al que llamamos figurativo es un
registro simbólico. Nos permite enlazar lo ausente a lo que
apreciamos presente, algo notable. Sobre todo tramas
sociales vividas para con ellas captar-adjudicar en lo presente
lo histórico y moral. Así dar sentido a la realidad.

49
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

El lenguaje, recurso básico para el registro mental figurado, es


también esencial en la composición del sitio que nos damos
para vivir. Tanto que si a alguna cosa no podemos nombrarla,
aunque esté en el contexto objetivo, la ignoraremos.
De manera parecida al efecto que producen las rupturas de
enlaces entre representaciones en un espacio instituido (así
se anular el significado de algo y el Yo evita que sea iluminado
por la consciencia), el Yo ignora a lo que no damos palabra.
Pero como dice el refrán, parecido no es igual. Son dos cosas
distintas.
Como mecanismos de desatención de lo existente, la
ausencia de palabra que designa solo nos permite desestimar
aquello del contexto que no es necesario registrar
conscientemente en una situación dada. Algo diferente a la
ruptura de enlaces significativos que el Yo realiza en los
espacios institucionales para deliberadamente quitarles
posibilidad de hacerse consciente. Que tampoco ganarán
palabra, obviamente, pero por razones de tal rompimiento
perturbador.
Como esta ruptura de enlaces requiere un constante
esfuerzo (energía) psíquico, pueden terminar produciendo
esos estados patológicos que caracterizamos de neuróticos.

LOS TRATAMIENTOS.

Con las ideas básicas de ser sujetos de la cultura, poseer un


registro mental simbólico y una sociabilidad de origen,
tratemos de avanzar en la comprensión del para qué
hacemos los tratamientos en salud mental, la finalidad de los
mismos.
Siempre hay correspondencia entre los conceptos explicativos
y las técnicas, métodos y dispositivos que se utilizan para
llevar adelante los tratamientos de salud mental. Es algo que
cualquiera lo puede confirmar observando las concordancias
entre las teorías de base que se utilizan y él para qué y cómo
hacen las prácticas los innumerables técnicos.
50
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Y eso vale para nosotros. También la finalidad de nuestros


tratamientos guarda coherencia con el marco conceptual que
nos vimos obligados a desarrollar para orientarnos, con las
técnicas que aplicamos con mayor asiduidad y con los nuevos
dispositivos que fundamos para mejor operar.
Una característica del marco teórico comunitario que
sustenta nuestro hacer en salud mental, es que no hace una
abusiva referencia a datos aportados por la subjetividad de
los afectados. Registramos del “texto” y del contexto. Tan es
así que supieron “acusarnos” de que abordábamos la
problemática de lo mental solo desde la socialidad de los
hechos.
Aclaremos primero que no es lo mismo la socialidad de los
hechos que la sociabilidad que poseemos. Luego, agreguemos
que la sociabilidad tan descuidada en los estudios
psicológicos es sí, objeto de nuestro interés. Pero durante los
procesos de cura, no desdeñamos, ni mucho menos, lo
subjetivo. Esa cualidad del fenómeno mental es valorada en
su registro. Es información siempre pertinente y valiosa al
dar sentido a nuestras terapéuticas.
De todos modos, aunque nos haya traído críticas, debemos
decir que es al ser humano sufriente como sujeto de las
diversas agrupaciones donde concreta su existencia, al que
atendemos. Lo atendemos y entendemos en las agrupaciones
que integra, en lo social que lo determina y no solo por lo
que subjetivamente sienta propio.
Ante tal perspectiva terapéutica declarada, no es posible
desarrollar este tema de la finalidad de los tratamientos de
salud mental si apelar a explicativas sobre la macro-red
continente de interacciones humanas, en lo que
denominamos grupos, instituciones y comunidades.
Pero nunca dejamos de tener una perspectiva psicológica,
nuestros estudios atienden la conducta humana. No caímos
en el puro campo de la sociología; en el análisis,
conceptualización y entendimiento de las operaciones de las
supra-estructuras sociales. Y nuestros tratamientos se
51
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

orientan con una teoría que buen puede entenderse como de


psicología comunitaria.

Decir sobre la finalidad de las prácticas de salud mental o


sobre la finalidad de los tratamientos, es decir de lo mismo.
Veamos entonces que entendemos por tratamiento.
La palabra tratamiento proviene de trato. Señalaría una
relación. Pero como esa palabra ha ganado un valor
predominantemente sanitario-terapéutico, es necesario
aclarar que como tantas otras palabras que usamos
diariamente posee este término un significado dominante
según el lugar social en que nos representemos el hecho.
Inmediatamente de escuchado tendemos a representarlo en
el espacio institucional sanitario.
Dicho lo anterior, apuntemos que a nuestra noción de
tratamiento y la finalidad de su realización también le
hacemos corresponder un pretendido sitio instituido. Un
lugar donde podamos encontrar las condiciones específicas
que faciliten la cura coincidente con la inclusión social. En
nuestro caso, que permitan a las personas que nos demandan
ayuda ocupar sitios (lugares sociales) que consideren propios.
Lugares diferentes a los clásicos asistenciales donde se hacen
las terapias que llamamos reparativas.
Con nuestros tratamientos tratamos de salir de la búsqueda
del simple alivio o supresión de síntomas dolorosos, de la
funcionalidad conductual alterada. Y no decimos que esto no
sea conveniente lograrlo, al contrario, siempre se buscarán
tales cosas. Pero tenemos la profunda convicción de que no
debemos limitarnos ni ajustarnos a ese solo propósito. Y para
lograrlo hay sitios mejor dispuestos que otros.
Para alcanzar la finalidad de inclusión social hay que tratar de
situarnos en lugares que permitan movernos con holgura
para. Y también tener en claro que un trabajo comunitario de
salud mental recorrer con los sufrientes el amplio camino de
sus vidas. Y por eso los que a esto se dedican son técnicos y

52
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

profesionales dispuestos a destinar a ello parte de sus


tiempos.

EL CONTEXTO SOCIO-CULTURAL.

Debemos reconocer que en general los equipos terapéuticos


de salud mental poco trabajan sobre el contexto
sociocultural de los sufrientes que los demandan. Y aunque
hay excepciones, se considera a esos lugares como de
naturaleza “neutra”. Como si el contexto obrara a modo de
escenario inerte, sin producir dolor mental. Como si quedar
fuera de las entidades sociales que pueblan las comunidades
no fuera un resultado de complejos procesos culturales y
políticos. Como si los apartamientos dolorosos de las
agrupaciones dependieran solo de problemas intra-psíquico
(que seguramente los hay) o de cuerpos disfuncionales que
producen secundariamente alteraciones anímicas que
dificultan la integración social.
Muchas prácticas terapéuticas dan esa impresión, de basarse
en el supuesto de que el tejido de entidades comunitarias y lo
social-cultural donde nos desenvolvemos en la vida, no
tuviera nada que ver con el sufrimiento anímico. Casi como si
se dijera “en el sufriente están las únicas causas de sus
problemas, de su enfermedad y de la exclusión social que
padece”.
Creemos que estas creencias son de influencia dominante en
los sistemas sanitarios. Y que es por eso que parecen
fundados para no trabajar sobre los condicionantes sociales.
Sobre las concretas condiciones de existencia del ser humano.
Se desalientan algunas prácticas, dando por supuesto que no
son de la incumbencia de sus técnicos y profesionales. Y si
hay individuos o grupos que actúan en las comunidades sobre
desnutrición, abandono, prejuicios sociales, exclusiones di
versas, etc., se consideran a tales acciones simples correctivos
beneficiosos que algunos se agregan, pero no definitorias del
propósito de curar enfermedades.
53
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Aunque podamos parecer exagerado con esta descripción, lo


cierto es que para aquellos que tienen como finalidad la
inclusión social, la organización y algunas disposiciones
dictadas en los clásicos establecimientos sanitarios le
terminan siendo un problema más (y no el menor)para
alcanzar sus objetivos.
El psicoanálisis, obviamente, no es opuesto al fin de inclusión
social, pero su marco conceptual plantea que aquello exterior
que produce conflictos con el Yo, eso a lo que llaman
realidad, no tiene el valor pleno que nosotros le damos como
determinante sociocultural del dolor mental. No lo entiende
como parte de un Yo dinámico y concreto, operando en la
locura y resistiéndose a la cura. A lo sumo lo considera como
una “paradojal” cuarta instancia psíquica, capaz de ejercer
influencia perturbadora en el registro subjetivo.
Pero lo cierto es que todo lo existente, como creación suya, el
Yo siente parte de la persona. Y por eso, creemos que una
terapia que busque la inclusión social debe obligatoriamente
operar sobre el contexto físico y socio-cultural de aquellos
que nos demandan.

CLASIFICACIONES Y DISTINCIONES PARA ENTENDER LO QUE


DENOMINAMOS FINALIDAD.

Habiendo dicho que la finalidad de las prácticas de salud


mental comunitaria, aquellas que realizamos siguiendo la
modalidad de trabajo que llamamos rionegrina, es la inclusión
social, principiamos con una definición lo que debiera ser un
corolario. Como si empezáramos un cuento contando el final.
Tratemos entonces de explicar lo dicho.
Como debemos desarrollar el tema integrando conceptos de
la teoría comunitaria, la que nos orienta, habrá que andar
precisando términos que usemos. Los precisos significados
que le otorgamos a veces diferentes al que le dan otros
desarrollos psicológicos.

54
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Suele hablarse de lo que se persigue en Salud Mental como el


logro de un fin o finalidad. Saben usarse ambas palabras y
cualquiera de ellas pareciera señalar lo mismo. Dada esa
duplicidad en el uso vulgar de los términos, aprovechémoslos.
Tomémoslos para efectuar cierta diferenciación que
consideramos esencial.
Aunque en el decir “casero” se usan ambos de manera
indistinta, discriminémoslos y hagámosles corresponder
significados diferentes. Luego, a partir de los comentarios que
hagamos de ellos por separado, tratemos de avanzar en la
compresión de lo que consideramos es, o debería ser, la
finalidad de las prácticas de salud mental comunitaria.
Viendo como usan los profesionales y servicios de salud
mental tantos medios técnicos y explicativas distintas, dando
forma a prácticas totalmente diferentes, creemos que es
conveniente detenernos a reflexionar sobre el porqué se usa
así el recurso terapéutico. Y las consecuencias.
Empecemos diciendo que también nuestro modo de abordar
las curas opera con elementos y técnicas que suelen ser vistas
extrañas en algunos círculos sanitarios. Y cuando se nos
pregunta por ello respondemos en general que lo usamos
porque lo necesitamos. Por lo tanto no nos extraña el empleo
inusual de algo ni estamos haciendo una crítica a algún
“modelo” de atención.
Nosotros, en la nueva forma que proponemos de hacer
tratamientos, en la cotidianeidad de los sufrientes, sabemos
que cualquier cosa e idea puede transformarse en recurso
terapéutico o curativo si facilita a la cura buscada.
Son innumerables las ideas que en el amplio campo de la
psicología y psiquiatría se centran o rozan el tema de lo que
se hace y del para que se hace algo. Por eso veamos entonces
solo lo que nos parece importante.
Antes de que se hablara de enfermedad mental o de
tratamiento psíquico, también se hacían cosas con los
“locos”. Ello revelaba ciertas supuestas relaciones entre el

55
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

origen del mal que se creía aquejaba a las personas y un


resultado buscado con las prácticas empleadas.
Incluso la quema de aquellos sospechados de brujos o
“poseídos”, locos en gran medida, fueron consecuencias
crueles derivadas de la idea mítica de que había que proteger
(purificar) el espíritu . Y también el destierro (el barco de los
locos) o el encierro protector en torres o lugares aislados,
acciones de exclusión y reclusión de por vida, tendieron a dar
protección a una sociedad que no podía explicar ni aceptar
convivir con quienes se expresaran de manera,
aparentemente, “maligna”.
En esas quemas, expulsiones y encierros, el relato
comunitario dominante decía que el destierro era una
manera de morir y que el fuego, suprimiendo la carne,
purgaba al espíritu. O sea, no se aplicaban por especial y
perversa acción de gente puntual. Eran consecuencias de
ideas circulantes en las comunidades y estaban destinadas a
dar protección al todo social. Prácticas que hoy
consideraríamos descabelladas, indignas, no eran así juzgadas
en otros tiempos.
A lo que queremos llegar a que se vea con estas breves
acotaciones de tinte histórico, que ya han sido mejor dichas
por otros, es que también hoy lo que se hace con la locura
deriva de creencias asentadas en las comunidades. En este
caso basadas en teorías científicas que las academias operan
como dogmas.
Hay también, como ayer, discursos circulantes en las
comunidades. Y se mandan hacer cosas para supuestamente
anular causas-efectos de anomalías mentales, no siempre
eficaces aunque eso sea otro tema, requiriendo el
acatamiento acrítico al relato dominante.
Sin querer anular el valor de tantas teorías, creemos que lo
teórico prevalente en muchos casos opera no tanto como
elemento orientador de nuestro andar entre los hechos, sino
como mandato inapelable del recurso técnico a usar.

56
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Anidan como creencias en los espacios comunitarias, relatos


que nos obligan a dar una forma determinada a las
terapéuticas. Incluso al diseño edilicio y funcional de los
establecimientos que disponemos para hacer las curas en
salud mental suelen ajustarse a opiniones que vaya a saberse
de donde vienen, a costumbres, a valoraciones de época, etc.
Habría entonces que aceptar que incluso (o también) la
finalidad buscada en los tratamientos nunca puede ser un
objetivo ajeno enteramente a lo ideológico (al sistema de
ideas que refieren a un orden en lo existente, para
conservarlo o restituirlo). Y que la ideología preponderante
manda también hacer, en algún grado, el cómo hacemos las
cosas en salud mental.
El sistema de ideas políticas, religiosas, económicas,
culturales, etc., que cruzan nuestra sociedad, seguramente
también afectan a nuestros equipos de salud mental cuando
beben dar forma y precisión a lo que usan, al diseño mismo
de las estrategias terapéuticas.

Digamos entonces que operan sobre nuestro modo de hacer


las cosas, sobre los recursos que usamos, los dispositivos que
disponemos y las ideas que cruzan en los equipos, dos fuertes
condicionamientos.
Por un lado algo que suele pasar desapercibido a quien
indague en estos temas pero que es muy eficaz. Refiere al
dolor. Este obliga a que se lo suprima; el que sufre nos
demanda e interpela con fuertes exigencias de ayuda. Y al
sentir que se tiene que responder de manera inmediata,
noble repuesta, solemos arrastrar los tratamientos de salud
mental en una dirección meramente asistencial, reparativa,
subjetiva, lejana a cualquier otro objetivo posible de dar.
Y está luego lo que vimos, el efecto de ideas referidas a la
locura y su atención que traída de las comunidades influye en
los equipos de salud mental. Ideas que enlazadas a marcos
teóricos terminan ordenando el tipo de práctica que se
realiza y los recursos a usar en los tratamientos.
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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

ENLACE ENTRE TÉCNICAS, TEORÍAS Y MODOS DE HACER LAS


CURAS.

Los tratamientos suelen tomar formas diferentes según se


piense que en la causa del dolor mental prevalece una
disfunción orgánica, que él sufrimiento remite a aspectos
psíquico o que se funda en causas sociales.
Esas posturas las sostienen diferentes corrientes de
pensamientos. Hay las que postulan al dolor mental como un
derivado neuronal, otras que lo consideran resultado de la
particular significación y sentido que se dan a los hechos que
en la vida les suceden a las personas. Y a veces se habla de
una suma de causas, lo bio-psico-social, aunque en la
terapéutica se descubre generalmente una predominante
creencia subyacente que valora más un aspecto de lo
humano.
Los motivos varios que se han atribuido a causales de
sufrimiento mental, derivaron en clasificaciones de
enfermedades. Y también arrastró a las terapéuticas a tomar
formas típicas según las supuestas etiologías.
Los que abrazan teorías que dan privilegio a lo corporal,
atienden a supuestas relaciones entre los síntomas que
aquejan a las personas y alguna “lesión” o disfunción corporal
presente en ellas.
Desde ya que muchas veces, efectivamente, se encuentran
relaciones de ese tipo. Pero también es cierto que se ha
llegado al extremo, por ejemplo en el pasado, de postular que
las depresiones serían males propios de personas de
contextura obesa y las esquizofrenias predominantes en
sujetos delgados.
Dejando de lado que ciertas enfermedades pueden
presentarse en sujetos con morfologías ajustadas a tal o cual
tipo, es imposible decir si ese tipo físico que presentan
predispone a alguna enfermedad mental o si es consecuencia,
precisamente, de su dolencia.
58
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Por guardar relación con lo antes dicho, no podemos dejar de


señalar que en estos momentos, quizás producto de las
expectativas con que se está estudiando el genoma humano,
hay toda una tendencia a considerar a las enfermedades
mentales como derivadas de lo heredado. Sería una variante
organicista-materialista, con esquemas explicativos donde la
esperanza de cura se centra en algún posible adelanto
científico futuro. Vaya a saberse como incidirá esta creencia,
cada vez más arraigadas en las comunidades, en las
terapéuticas que veremos de aquí en más.
El tipo de objetivo que se persigue en salud mental lo
denuncia las técnicas y procedimientos que se usan. Cuando
es sobresaliente la creencia en causas psicológicas, físicas o
sociales del sufrimiento mental, hay diferentes modos de
hacer las cosas. Se ajustan hasta los dispositivos a la manera
que se tenga de ver las problemáticas. Y se organizan las
tareas, se adaptan los espacios y se adoptan formas de trato,
según sea el supuesto base dominante.
Pero hay, aún en esa diversidad, algo para nosotros muy
notable: tanto si al sufrimiento mental se lo considera
derivado de algún “daño” o “ruptura” producido en lo
corporal o producto de malas interrelaciones, ciertas
costumbres adoptadas para atender parecen ajustarse a
formas parecidas. Por ejemplo con turnos, con esperas en
salas destinadas a eso, uso de ropa que diferencia a los
técnicos, etc.
Aunque ahora no podemos profundizar sobre el orden de
atención resultante de ello, digamos sintéticamente que son
todos facilitadores de tratos mandados establecer con
desigual distribución del saber y Poder, tal existe en nuestra
sociedad.
De allí seguramente se han tomado esas maneras de
mostrarse las ofertas de salud, independientemente del
predominio de creencias en lo corporal o psíquico causando
las patologías.

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

EL HACER EN LOS TRATAMIENTOS.

Los trabajos en salud mental aplicados al logro de fines que


calificamos reparativos, parecen ser dominantes en la gran
escena institucional sanitaria. Basta mirar el trabajo de los
técnicos y profesionales en consultorios, clínicas u hospitales.
Los tantos tratamientos parecen hoy día desplegarse para
realizar reparaciones, del tipo que sea.
Para la corriente “biológica”, la que considera a la disfunción
orgánica como principal causa del trastorno y dolor mental, la
reparación del daño en lo corporal es su objetivo primordial.
Y no se preocupan quienes eso suponen de otras cosas. Como
si por responsabilidad profesional no les correspondiera nada
más que arreglar lo “dañado” en los cuerpos.
Su hacer, naturalmente, se corresponde con una
interpretación etiológica: se consideran los trastornos
psíquicos simples derivaciones de lesiones o disfunciones
orgánicas. Y aun más ajenos les parecen los trastornos
sociales que siempre ven asociados: a la exclusión social la
piensan fuera de sus incumbencias, aunque puedan entender
su atención algo provechoso. Obviamente hecha por otros.
Por otro lado, los técnicos y profesionales adscriptos a las
escuelas sanitarias que denominamos “psicológicas”, de
donde provienen muchos de los que repiten convencidos que
la cura llega por simple añadidura después de alcanzado algo
en el tratamiento, consideran que básicamente deben
ocuparse en re-significar lo que vaya sucediendo durante las
sesiones psicoterapéuticas. Esperando que los sufrientes
encuentren solos en el contexto socio-cultural nuevos
sentidos (saludables) al vivir.
Pero todos estos trabajos que describimos muy
someramente, tanto los que buscan reparar en lo corporal
como aquellos que operando con interpretaciones y
señalamientos buscando completar (reparar) historias de
vida, repiten ciertas costumbres para atender.

60
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Lo que estamos diciendo se ve expuesto y no debe, por lo


tanto, ofender a nadie. Después de todo no caben críticas
duras a un tratamiento si se centran sobre el lugar que se use
para ayudar. Lo que hicimos fue una observación. No
obstante, diferencia nuestro modo de hacer las cosas en lo
cotidiano con lo que la tradición sanitaria parece haber
establecido para los establecimientos tradicionales de salud.
Y que se ha hecho creencia en las comunidades.
En los tradicionales tratamientos psiquiátricos y
psicoterapéuticos, al no operarse sobre las concretas
condiciones de existencia de los sufrientes que se atienden, el
trato en consultorio es suficiente. Y alcanza porque no se
trabaja, directamente, sobre el concreto ámbito en que las
personas desarrollan sus vidas. No se hacen las
curasayudando a que la gente ocupe lugares sociales.
También queremos dejar aclarado que no pensamos a las
terapéuticas que operan sobre lo corporal o en lo inter-
relacional como inservibles. No. Solo nos interesa mostrar
que las costumbres terapéuticas hoy imperantes, en general,
mandan evitar el desarrollo de operaciones directas sobre el
preciso contexto sociocultural donde las personas hacen su
destino.

Aclarado que no descalificamos a las acciónese terapéutica


clásicas (de consultorio, de internación, reparativas orgánicas,
interpretativas psicológicas, etc.), también debemos decir que
nos parece que tales ayudas no bastan. Que no son
suficientes en sus efectos al no operar directamente sobre las
innumerables resistencias socio-culturales que los sufrientes
mentales encuentran para superar lo que sobre ellos opera
marginante.
Este rumbo y modo técnico puede a algunos parecerles
desconcertante por su previa formación. Sobre todo a los
terapeutas que no ven posible establecer en lo cotidiano
parámetros significativos de orientación, encuadres

61
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

normativos como en los consultorios. Y entonces piensan


que se sentirán desconcertados, desorientados.
En nuestro modo de hacer las cosas no consideramos a los
encuadres explícitos, requisitos ineludibles para tener éxitos
en los tratamientos. Pero por otro lado, que no
establezcamos un marco normativo para comportarnos no
quiere decir que no existan previamente estructuras
comunitarias de mandatos-guías conductuales en el lugar
donde pretendemos realizar nuestros tratamientos.
“Encuadres” que si ineludiblemente los requiriéramos para
interpretar trasgresiones o desviaciones conductuales,
podemos usarlos al tenerlos a mano.
El encuadre que se usa para trabajar en comunidad, en los
tratamientos de vida cotidiana, es el que normalmente la
gente adopta para orientarse en comunidad.
Fundamentalmente lo marcan las costumbres. Pero en cada
situación instituida hay normas que se pueden hacer
explicitas si se necesitara desentrañar con ellas el sentido
regular o irregular de alguna acción.
Por lo tanto, será dentro de estos marcos donde
enfocaremos nuestra mirada técnica, sobre lo que ocurre al
querer discernir el efecto de las influencias mutuas que la
gente se ejerce al dar significados a lo existente y marcar el
sentido de sus vidas.
Aclarado algo tan polémico como esto del encuadre, digamos
también que en los tratamientos que catalogamos de
comunitarios, los que llevamos a cabo en la vida cotidiano
para alcanzar nuestra finalidad declarada, no hacemos un uso
exclusivo de aquello registrado de manera subjetiva. También
apelamos a manifestaciones que por su eficacia nos van
configurando sujetos de las diversas agrupaciones que nos
contienen, los que revelan nuestra sociabilidad.

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

FINES INTERMEDIOS Y LA FINALIDAD DE LOS


TRATAMIENTOS.

Actualmente se usa, predominantemente, técnicas y


dispositivos que dejan ver una predominante modalidad de
cura asistencial-reparativa. Lo decimos en general. Y acorde a
las ideas que ya son casi dogmas en las tradicionales escuelas
de medicina o piscología, donde abrevan los profesionales, la
asistencia en lugares artificialmente preparados se les impone
como condición necesaria para hacer sus prácticas.
Esta configuración de los lugares de cura, adecuados para la
asistencia y casi inservibles para llevar adelante trabajos de
otro tipo, promocionales por ejemplo o autogestivo, es un
estorbo mayor que encontramos dentro de las paredes de las
instituciones de salud cuando queremos realizar tratamientos
con finalidad de inclusión social.
Y volvamos a aclarar: no abjuramos de la asistencia ni de los
establecimientos que brindan lo que casi siempre
necesitamos para alcanzar (o mejor alcanzar) nuestra
finalidad. Además tampoco es problema insalvable que
muchos profesionales de salud mental no quieran hacer
trabajos por fuera de esos específicos lugares, consultorios y
salas de internación. Siempre se requieren alcanzar los fines a
los que se adhieren.
El verdadero problema está en la resistencia institucional a
valorar cualquier cosa que se haga fuera de tales ambientes.
Llegándose incluso a impedir que se realicen algunas
prácticas si implicaban operar fuera de esos sitios. Y se ha
hecho mayor, cultural, porque como idea ha prendido en las
comunidades.
La creencia ciega de que solo dentro de ciertas paredes y con
modos asistenciales se puede ayudar, es una de las mayores
resistencias que encuentra el modo de trabajo comunitario
que proponemos. Y sin particularizar, debemos decir que
conocemos directores de hospitales que pusieron trabas a la

63
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

salida a territorio a los miembros de su equipo de salud


mental.
Ese rigor fue aplicado bajo el supuesto de que es dentro de
las paredes del edificio hospital donde se “deben” realizar los
actos sanitarios efectivos. Como si solo allí pudieran cualificar
las acciones de sanitarias y no perdieran valor curativo o
terapéutico. Y por lo mismo, pero dado como creencia
comunitaria, las familias de los afectados suelen sentir que les
retaceamos atención si no los convocamos a consultorios, si
no se medica a un sufriente, si no se lo interna, etc.
Todo gana efecto mayor cuando advertimos que ahora el
sujeto que nos solicita cuidado ha pasado a ser, en gran
medida, un sujeto de derecho. Este tipo de sujeto se
comporta, se dirige a otros, exigiendo satisfacciones
inmediatas a sus necesidades. Llegando incluso a considerar
las normativas institucionales como demoras impertinentes. Y
a lo que se muestra por fuera de sus costumbres, un retaceo
a la satisfacción de lo que necesita.
Cuando los Servicios de Salud Mental de los establecimientos
sanitarios se apegan a formas tradicionales de ayuda, se
muestran conservadores, de alguna manera ya con eso
complace al demandante al acordar con los relatos
circulantes en las comunidades.
De modo contrario, si un equipo de salud mental trata de
operar reemplazando viejas formas establecidas, asistenciales
por ejemplo, por nuevos modos de ayuda, digamos
colectivas, a ese sujeto de derecho le producirá desconfianza
tal novedad. Se le puede imponer la sospecha de que se trata
de impedimentos o negaciones a lo que entiende es el
ejercicio de su derecho. Porque el sujeto de comunidad, de
derecho, solo considera verdaderamente legítimo aquello
que entienda coincidente a los relatos imperantes.
Esto mismo también lo saben sentir los funcionarios
hospitalarios. Autoridades que entonces, sin mucha reflexión,
pueden oponer resistencias a cualquier innovación que los

64
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

equipos de salud mental quieran hacer efectiva en sus


establecimientos.
Hay una diferencia básica entre tipos de tratamiento que
buscan ejecutar “reparaciones” y allí concluyen las tareas y
los que operan tales correcciones como pasos intermedios de
una terapéutica ordenada para alcanzar también la
integración social. Esas dos posiciones terapéuticas marcan
diferencias notables entre los profesionales y equipos de
salud mental. Veamos esto.
Ayudar a que las personas se integren a sus comunidades y
puedan vivir dignamente en ellas, requiere de los que
trabajan conformarse en equipos interdisciplinarios. De otro
modo, y como es sabido, los que operan solo reparaciones
suelen realizar sus trabajos de manera individual.
Disciplinariamente.
Otra diferencia que se observa refiere a lo que se dice
atender. Los que adhieren a modos terapéuticos
asistenciales, tradicionales, actúan solamente sobre el
concreto sujeto que estén tratando: en su cuerpo físico,
erógeno, como nudo de una trama vincular, de una entidad
grupal, institucional, etc. De modo diferente, los que tienen
como finalidad la inclusión social, suman a esos trabajos
actuaciones sobre el contexto socio-cultural e intervienen en
él.
Incluso cada modo diferente de trabajar posee léxicos
diferentes también. Sin que explícitamente lo digan, por el
lenguaje que usan es posible descubrirlos situados en una u
otra posición terapéutica. Por ejemplo, los trabajadores de
Salud Mental comunitaria que ajustaron su finalidad a la
inclusión social, si bien pueden usar la categoría de enfermos,
no se ciñen estrictamente a ella. Para referirse a ese ser
calificado vulgarmente de “loco” usan otros vocablos. Le
dirán sufriente mental o usuario, términos que se escuchan
repetidamente en salud mental de Rio Negro.
Sobre la categoría marginado hay que decir que raramente
aparece en las etiologías de la locura. Pero es importante
65
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

tenerla en cuenta ya que nos habla de personas con una


carenciada manera social de estar (de ser). De donde
generalmente no pueden salir si no reciben ayudas concretas.
Además de estas diferencias que se pueden notar entre los
trabajadores de salud mental, también se distinguen de los
asistenciales los que ayudan apelando a prácticas
promocionales. Los que inducen a ir en la vida lo más
autogestoramente posible.
Llevar esta dirección terapéutica, operar promocionalmente
en los tratamientos comunitarios, revela además lo complejo
de nuestros tratamientos al querer promover un auto-
equilibrio entre la naturaleza orgánica que somos, lo social y
psicosocial que también somos, y lo que está presente en la
dimensión sociocultural y que nos constituye.
Curar, desde esta perspectiva, sería ayudar al que nos
demandan a que logre auto-armonizar todos estos
componentes de su ser para un auto-cuidado que debemos
agregar como finalidad de nuestros tratamientos.

FINALIDAD Y RIESGO

Lo desarrollado hasta ahora debe haber ilustrado al lector


sobre algunos motivos del porqué hemos declarado como
finalidad de nuestros tratamientos a la inclusión social. Y
porque hubo necesidad de impulsar reformas en la
organización de los Servicios de Salud Mental.
Pero cualquier reforma de un sistema, más del sanitario, trae
problemas. Más si requieren que las comunidades acepten el
riesgo que conlleva la promoción social.
Sabemos que las entidades institucionales, del tipo que sean,
tienden a normatizar las conductas (como intercambios)
dadas en su interior. Aspiran a que todo lo que suceda en su
seno pueda ser predecible. Y con ello buscan evitar, superar,
controlar, cualquier situación que entrañe peligro. Persiguen
un estar sin riesgo al hacer todo previsible. Y precisamente el
prestigio social logran se corresponde con la naturaleza de
66
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

servicio y del convencimiento de éxito que sobre ese


cometido han sabido darse en las comunidades.
Pues bien, nosotros al decir que somos sujetos de riesgos y
que por lo tanto no debemos ordenar rígida y totalmente el
campo de trabajo de salud mental, que los lugares de salud
donde se hacen los tratamientos que tiendan a la inclusión
social debían tener parecidas características a los comunes
lugares que frecuentamos en nuestra vida diaria, ajustados a
las prevenciones y cuidados que en lo cotidiano nos
brindamos, nos hicieron sospechosos de atentar contra los
ordenes imperantes en nuestras organizaciones; extraños
subversivos portadores de oscuras (riesgosas) ideologías
sanitarias.
Aunque ese propósito, ejercer en lo sanitario un efectivo y
total control para aventar todo peligro, es inalcanzable, su
búsqueda constante (y fracasos diversos) no cesa y los
fracasos son causa de incontables crisis sucedidas.
Pero aunque la recurrencia del dolor, la locura y la muerte
nos diga que la condición de estar vivo es estar en riesgo, a
esta condición se la sigue negando en tales sitios. Donde cada
operación institucional además de buscar su fin declarado,
tiende también a tratar de anular, suprimir, el dolor anímico
de sabernos mortales.
Solemos decir: sin un necesario riesgo, institucionalizando
todo para evitar imprevistos, no se vive, se transcurre la
existencia. Y con eso solemos explicarnos la complacencia
que suelen sentir nuestros usuarios, sintiéndose libres y
responsables, cuando comparan el tipo de tratamiento que
llevan adelante en lo cotidiano con aquellos que supieron
realizar en lugares rígidamente normatizados.

Somos seres de riesgo. Y aunque con la estructura normativa


de los establecimientos sanitarios queramos negarlo, la
latente pero continua impresión de estar situados de manera
imprecisa en el mundo genera malestares diversos en las
agrupaciones sanitarias. Se intuye que a pesar de estar
67
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

rodeado de señales, advertencias y mandatos conductuales


para reasegurarnos, el imprevisto del ser humano está
siempre listo a burlarse de cualquier orden establecido.
Ante tales incertidumbres, algunas personas se aferran a un
estar normativo, aprueban nuevas reglas y buscan conformar
estructuras institucionales cada vez más llenas de mandatos
preventivos. Pero haciendo eso chocan con otros que
prefieren la espontaneidad y el libre juego de experiencias.
Esto suele dividir a los equipos cuando surgen subgrupos en
luchas, lo que no puede explicarse analizando los meros
acontecimientos ocurridos. Las diferencias conflictivas están
en las actitudes de los actores presentes ante el riesgo de
vivir y no en el guión.
Como no creemos que debamos quedar en una posición
contemplativa, el punto de vista que solemos tomar ante
estos dilemas que enfrentan a los miembros de los equipos se
basa en un principio: si la vida es riesgo y lo que buscamos es
una manera autónoma de vivir, el camino sanitario que
tomemos inevitablemente entrañará imprevistos que
deberemos enfrentar.
Pero saber que por naturaleza somos seres en (de) riesgo no
quiere decir que se deba buscar, deliberadamente, el peligro.
Nada de eso sino lo contrario. Trabajar de manera
promocional no es una invitación a la irresponsabilidad. En
cada caso hay que intentar calcular los riesgos para poder
superarlos. Y hacerlo con ciertas técnicas y metodologías.
Sobre todo con metodología. Por ejemplo con modos de
trabajo que posean tiempos de reflexión sobre el transcurrir
de las terapias. Operar en duplas para proteger a los técnicos.
Realizar acompañamientos reiterados. Cuidar en lugares
normatizados aunque con ello se restrinja algo la autonomía
buscada. Etc.
Cuando definimos nuestros tratamientos en pos de la
inclusión social con terapias en la vida cotidiana, sabíamos
que nuestros tratamientos no iban a realizarse repitiendo
formulas o actos cuasi-rituales. Aceptamos el riesgo de lo
68
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

cotidiano. Y lo hicimos porque entendíamos que solo es


posible ir haciéndonos personas sanas si padecemos, en el
grado necesario, los dilemas que entraña el vivir.
Por lo que estamos diciendo, la ayuda a dar a sufrientes
mentales para que encuentren un digno lugar social requiere
de técnicos capaces de transitar con ellos la existencia. Las
situaciones cambiantes, a veces imprevistas, en que nos pone
la vida. Y estar incluso dispuestos a sufrir o festejar junto a
ellos las vicisitudes negativas o los premios que traigan los
diferentes momentos que se compartan.
Nuestras terapias en lo cotidiano operan sin necesidad de
apelar a muchos contextos rígidos y sin adoptar más de lo
necesario encuadres disciplinarios psicoterapéuticos.
Tratamos de no colocarnos en lugares que sintamos
artificiales solo por evitar el riesgo de vivir. Creemos que no
sirven en general al logro de la finalidad de inclusión social los
lugares sociales protegidos e “higiénicos”, ámbitos diferentes
a los que todos los días ocupamos para darnos tratos.
Confesamos que esta postura técnica que estamos
desarrollando fue motivo de entredichos, conflictos y
padecimientos varios al declararla y querer llevarla a cabo en
los clásicos lugares sanitarios. Pero como dice el refrán, “no
hay mal que por bien no venga”. Las resistencias que
encontramos, explicables en parte, lógicas, esperadas, nos
motivaron a buscar otra manera y lugar donde hacer las
cosas. Y eso ayudó a que nos lanzáramos al desarrollo de
tratamientos, de prácticas, más acorde con nuestra finalidad
de reinserción social.
Así llegamos a concebir la terapia en la cotidianeidad. En ese
estar diferente al institucional rígido. Libres de los agobiantes
cuestionamientos a la realización de tareas que sabíamos
necesarias. Y sobre todo, sin las pesadas críticas y resistencias
al trato persona-persona que se nos descargaba en los
clásicos lugares de salud.

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La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Ayudar a los usuarios a desarrollarse como sujetos de


comunidades, o sea ligados a los Otros por ese lazo que
establecemos al ejercer y dirimir influencias significativas y de
sentido (el Poder), también expone a los técnicos y
profesionales.
Los que se aplican a tareas en el ámbito comunitario sin estar
advertidos de las exigencias emocionales que se les
presentarán, suelen caer en arbitrariedades. La más común es
buscar seguridad, circunscribiendo, limitando o anulando la
actividad creativa de aquellos a los que dicen ayudar. Y eso lo
pueden hacer muy fácilmente, con solo llevar lo institucional
a lo cotidiano. Transformando el estar cotidiano, comunitario,
en un estar institucional.
Para evitar ser afectados por los usuarios, coartan la
capacidad de influencia significativa y de sentido de los que
dicen atender. Los sitúan en perversas regulaciones (por
ejemplo “medicalizan” o “psicologizan” conversaciones para
no permitir ser influidos por opiniones de los que consideran
ignorantes del tema) que no tienen por objetivos el ejercicio
de derechos. Se los sitúa autoritariamente en el cumplimiento
de alguna función subordinada. En función de enfermos en
este caso que damos.
De esta manera es posible protegerse emocionalmente de
aquellos a los que se dice ayudar, pero los someten a otro
tipo de exclusión o encierro. Al evitar que se diriman las
significaciones y sentidos que se da a lo existente, se crea de
manera solapada una situación manicomial.
Esto que parece un desarrollo cuasi-filosófico, gana
importancia concreta y práctica cuando se busque establecer
el funcionamiento y trato a dar en dispositivos que trabajen la
inclusión social.
Sumemos que si a estas unidades terapéuticas las
ordenamos en su dinámica abusando de condicionamientos o
si tendemos a que todo funcione siguiendo el modelo
normativo de la institución base, el hospital, nada nuevo
desarrollaremos con los dispositivos. Repetiríamos viejos
70
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

modos de hacer las cosas, nos restringiríamos a tratos muy


útiles para reparar pero infructíferos para nuestra finalidad,
habría una manera de estar que nada aportaría, perderíamos
rumbo.
De cualquier manera, debemos estar advertidos de ciertos
males que una exagerada laxitud regulatoria puede traer.
Nada es sin cargo en estos asuntos.
Si bien es cierto que en el trato diario hay que facilitar el
ejercicio de las mutuas influencias de significado y sentido,
por ejemplo no jerarquizando el uso de la palabra, también es
cierto que se deben sostener algunas normas con mucha
firmeza para mantener consistente la institucionalidad que
nos ampara y desde donde hacemos las cosas. Porque si eso
no ocurre, se poner en peligro la misma existencia del
dispositivo de ayuda.
Como prevención de posibles problemas, aconsejamos a los
equipos de Salud Mental que trabajan en dispositivos
comunitarios habilitados para facilitar las tareas de inclusión
social, que en asambleas (con los usuarios y familiares y
amigos de los mismos cuando se pueda) traten sobre los
órdenes normativos y las costumbres a cumplir. Haciendo
hincapié en lo ético y moral subyacente y no sobre los fines
prácticos que se persiguen. Y si se adoptan resoluciones
plenarias, lo que puede darse, habrá que respetar lo
consensuado.

FIN (DE LAS PRÁCTICAS) Y FINALIDAD (DE LOS


TRATAMIENTOS)

El fin de las prácticas

El fin de las prácticas, lo que entendemos por ello, es lo


sucintamente buscado en los repetidos y puntuales actos
terapéuticos o curativos. Lo que concretamente se alcanza en
las terapias. Sería en la bio-medicina, ante una herida,
suturarla y detener la hemorragia. En los trabajos para
71
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

diagnosticar por imágenes sería la obtención de una


radiografía o una T.A.C., etc.
Podemos entonces decir que entendemos por fin de las
prácticas, en la sanidad, algo preciso conseguido al brindar
algún servicio.
En salud mental entendemos esto cuando se dice que se
pudo “reconstruir” la historia de un paciente, que se hizo
conscientes lo que como inconsciente operaba sintomático, o
en la psiquiatría medica que se “normalizaron” los flujos de
energía bio-neuronal transmitidos por los neurotransmisores;
estabilizar, equilibrar, el medio interno, etc. Asimismo sería
alcanzar un fin en lo psico-sanitario, restituir el goce a
cuerpos erógenos, reparar tal o cual trama vincular, re-
normatizar una institución u organización o re-significar una
situación conflictiva para que sea posible elaborarla. Eso
entre otros propósitos, pues es posible dar miles de
ejemplos.
Son todas restituciones o ajustes derivados de experiencias
que llamamos reparativas. Lo alcanzado de manera reiterada
por los servicios de salud mental con sus acciones clínicas
psicoterapéuticas o neuropsiquiatras.
Vistas así, como acciones tendientes a lograr objetivos
prefijados, aparecen los fines en salud mental con claras
características de productos institucionales. Tanto, que en
general lo buscado esta explícitamente normatizado.
Como productos de experiencias realizadas en espacios
formales, surgen de relaciones de intercambios operadas
entre sujetos sociales diferenciados por las funciones que
cumplen: médico-paciente, analizado-analizando, etc.

Ya advertimos en páginas anteriores que en los


establecimientos de salud parecen repetir los psicólogos,
psiquiatras y técnicos psi., ciertos modos de atención y trato.
Hay cierta similitud en el orden y manera como se preparan y
desarrollan la mayoría de las terapias. Eso, aunque cada una
de ellas busque fines distintos. Tanto los servicios de
72
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

medicina, de odontología, de bioquímica, hasta Trabajo Social


y en Salud mental, se repiten formulas de atención al público.
De tal fenómeno se dedujo que tantos fines distintos
ofrecidos de manera parecida revelaría un accionar
institucional común procediendo sobre todos ellos. Algo que
compromete a todas las terapéuticas. Hay en lo que se hace o
como se hacen en los hospitales, clínicas, etc., que son ajenas
a las especialidades y disciplinas que adoptan los técnicos.
Algo aparte se agrega y no debe ser un agregado
intrascendente dado el efecto general que muestra.
La institucionalidad, dice nuestra teoría comunitaria, aparece
como salida al “encierro” en el Yo-todo grupal. Y trata
primariamente de eliminar lo imprevisto. Como si el Yo sé
esmerara en crear lugares donde reine la previsibilidad.
Donde podamos mantenernos con sentimiento de seguridad
Por eso decimos que es tarea primera de cualquier
organización institucional mostrar que en su seno hay control
de lo imprevisto, de lo que pueda ser peligroso.
¿Y qué más temido que la muerte? Triste seria como seres
mortales no tener la ilusión de un tal reaseguro cuando
flaquea nuestra salud.
En los diversos tratamientos llevados a cabo por
profesionales o técnicos se estarían entonces cumpliendo
con dos fines. El explicito, que sería el resultado normalmente
reparativo, preciso y concreto, lo que se espera de la práctica.
Y el implícito que se delata en esos modos semejantes de
hacer las terapias, que buscarían siempre y en cada caso
darnos el reaseguro ante la muerte que hablamos antes.
Ese arcaico fin, la presencia de ese ingrediente institucional
primario, es el que da a los tratamientos de diferentes
profesionales y disciplinas sanitarias, presentaciones
semejantes.

Para concluir este punto digamos que es posible diferenciar


muy bien un hacer en lo institucional de un hacer en lo
comunitario. En el primer caso casi no se dirimen influencias
73
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

significativas y de sentido. Los influjos curativos o


terapéuticos que aparecen son intencionalmente
unidireccionales, del técnico-profesional al paciente-
sufriente. Y si llegaran a darse conscientes “corrientes”
inversas de Poder, siempre algo de eso está presente en las
relaciones humanas, eso suele ser inmediatamente
interpretado como “ruidos” indeseables o inconvenientes
para el trato médico-paciente. Quizás el psicoanálisis, sin
hacerlo como nosotros, sabe de esto y lo conceptualizó al
hablar de transferencia y contratransferencia.
Dicho de otra manera, para alcanzar los fines institucionales
no hace falta establecer relaciones horizontales entre los
involucrados en un tratamiento (trato) sanitario, ni considerar
aspectos históricos y morales. Estos se alcanzan con acuerdos
casi siempre “fríos”, a los que solemos calificar de
despersonalizados, establecidos casi obligatoriamente por las
normas imperantes.
En la búsqueda de fines, la información venida como registro
simbólico, interpretativo, suele ser considerado registro
superfluo o de segunda calidad. Se usa, pero se prefiere lo
objetivo. Por eso los fines se alcanzan con actuaciones
regladas, siguiendo pautas, con tratos establecidos siguiendo
signos, con conductas señaladas. Tomando distancia
emocional.
Entonces, si los fines es lo que se alcanza con un hacer
normatizado y produciendo algo esperado, un producto
institucional, ¿qué es y que entendemos por finalidad?

La finalidad de los tratamientos.

Explicar lo que llamamos finalidad de nuestros tratamientos


nos exige decir sobre nuestras actuaciones en el espacio
social comunitario. Y recordemos, si las instituciones son
mundo de señales, de signos que nos indican lo que está
concretamente ahí, se nos presentan de otra manera los
contenidos comunitarios.
74
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

El comunitario es el mundo de lo figurado, un universo de


existencias simbólicas, de entidades y hechos que solo
registramos como alegorías advertidas con palabras. Y si los
contenidos institucionales (lo representativo) ganaban
valores de realidades por el enlace que establecían con los
objetales, existencias profundas, incognoscibles, de lo real,
ahora hay que decir que lo que nos figuremos, los contenidos
comunitarios, solo se nos hacen conscientes si se nos
presentan con palabras adjuntas que traigan consigo el orden
y estructura de la lengua.
El registro comunitario es un registro simbólico. Refiere a algo
ausente. Y su captación, por eso, siempre será analógica,
metafórica, alusiva, que solo elípticamente refiera a lo que se
trata.
Lo comunitariamente existente son siempre otras cosas. De
ahí que lo terapéutico o curativo que nos figuremos buscando
(como finalidad) en su espacio, se dará siempre sobre otra
cosa ya que es lo nunca aprehensible, casi una imaginada
quimera. Eso es al fin nuestra finalidad de inclusión social. Un
horizonte hacia el cual caminamos.
En este ámbito (comunitario) donde todo lo que se
aprehende intelectualmente es otra cosa, la finalidad de un
tratamiento nos dice sobre él “para qué se vive”. A eso nos
remite la finalidad buscada. Un objetivo trascendente a
cualquier cosa que busque o quiera alcanzar una terapéutica
reparativa.
Por eso su logro no puede considerarse consecuencia de algo
que se anexa al sujeto tratado. Un tratamiento comunitario
como el desarrollado en la vida cotidiana, está imbricado
fuertemente a la vida del sujeto atendido. Se enlaza el
proyecto de vida que trazan las personas, su historia, con lo
que se persigue y hace en las terapias.

75
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Dificultades para registrar trabajos con fines de inclusión


social.

La diferencia en los trabajos que persigan solo fines con


aquellos que además suman la finalidad de inclusión social,
expone, si sabe mirarse, la mayor complejidad de los
fenómenos que se atienden en el segundo caso.
Que se intente ayudar a las personas en su estar cotidiano,
sin encuadres referenciales de significados fijos y teniendo en
consideración variables éticas y culturales, señala la gran
heterogeneidad de variables intervinientes.
Quizás por eso haya tan pocos registros de estas actuaciones.
Tantas variables y aspectos distintos dificultan la producción
de un registro. Además es casi lógico que resulte difícil
elaborar instrumentos para registrar hechos que no aparecen
como puramente objetivos sino mediatizados por
interpretaciones de lo existente, protocolos donde se haga
constar como cierto lo que aparece a modo de parábola o de
alusiones a otras cosas.
Ya el contexto socio-cultural cambiante y relativo, que como
se sabe tenemos en cuenta en nuestras tareas, nos ofrece
dificultades para especificar los registros. Y también porque
muchas cosas o situaciones, por cambiar de sentido en lo
cotidiano, precisan para registrarse de muchas aclaraciones.
Por ejemplo, se puede hacer el registro de un paseo como
acción de buscar algo en otro sitio, o como un irse de algún
lugar donde no se encontraba alguien a gusto.
Pero es sobre todo el registro del destino de las mutuas
influencias significativas y de sentido (el Poder) que las
personas se ejercen en el diario vivir, lo que complica
cualquier anotación que quisiéramos hace de ello. Porque
todo, desde un simple saludo, conlleva tal influencias
señalada.
Los que realizan tareas de salud mental en lo cotidiano
operan en situaciones vitales que poseen órdenes
cambiantes. Donde incluso lo que está dado como algo
76
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

existente aparece de pronto como “cosa nueva”. Y cuesta


entonces “encasillar” por escrito lo que se modifica
calidoscópicamente. Cuando incluso el significado de las
cosas presentes varían ante el ejercicio del poder significador
de las personas, se anda en un territorio de realidades
“movedizas”.
A esta suma de dificultades para un registro formal del hacer
comunitario con el que perseguimos nuestra finalidad,
debemos agregar que agreguemos que no es posible
entender al observador como no involucrado en lo que
estudia. Y que generalmente operamos con problemas casi
imposibles de abordar con una sola disciplina.

Se anota poco sobre tareas realizadas para alcanzar la


finalidad declarada de inclusión social. Pero si se saben buscar
podrán encontrarse referencias escritas hechas en forma
descuidada sobre trabajos de lecturas, deporte, de grupos
musicales, de teatro, de esparcimientos, etc. O sobre el buen
mantenimiento de dispositivos institucionales: sobre cocina,
lavado, limpieza, etc.
Todas estos escritos que suelen no ser muy valorados,
contrastan con las estimaciones que se hacen de los registros
sobre lo terapéutico clásico que realizan los Servicios de salud
mental.
Sabemos los que allí hemos trabajado que suelen llenarse
planillas y planillas de actividades. Listas siempre exigidas por
las autoridades sanitarias que reiteran sobre lo asistencial
reparativo.
Este contraste nos delata la mala apreciación existente, la
prejuiciosa valoración curativa o terapéutica, que se da a unas
u otras acciones. Y eso trae derivaciones.
El primer resultado es una desigual distribución de recursos.
Porque da la impresión de que el trabajo en comunidad y en
lo cotidiano requiere de pocos medios. Que por operarse en
el vivir diario de los sufrientes basta con lo que estos siempre

77
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

tienen “a mano”. Que es cosa simple, casi ajeno a los trabajos


sanitarios.
El ejemplo más claro se da en el acompañamiento que se
brinda en nuestros dispositivos de inclusión social. Dar así
apoyo humano, un reconocimiento que a los sufrientes
mentales generalmente se les niega.
Aunque esto sea difícil de transmitir a la burocracia de las
instituciones tradicionales o a los psicoterapeutas que
adhieran fuertemente al modo tradicional de atención, los
acompañamientos tienen para las personas marginadas un
valor curativo especial. Refuerza su autoestima y les permite
atreverse a los necesarios intercambios sociales como sujetos
de comunidades.
Nosotros mismos solemos desvalorizarlos. Estar charlando de
moda, de futbol o de un viaje, comentar con los usuarios
cosas que hacen en sus vidas mientras se escucha música o se
“hace nada”, son hechos a los que solemos quitar
importancia para asentarlos en un registro.
Sin embargo, sabemos que cualquier cosa puede usarse para
curar. Todo puede ser recurso sanitario si ajusta su uso al fin
terapéutico que perseguimos.
Es lamentable la poca o mala divulgación que se ha dado
sobre la eficacia que estas ayudadas brindan en el diario vivir.
Pero sabemos que hay escritas y guardadas observaciones,
crónicas, muy valiosas, que algún día deberían darse a
conocer. Y aunque en la mayoría de los casos sus autores
piensen que son simples relatos de acontecimientos menores,
desde nuestra teoría comunitaria podríamos demostrar la
gran complejidad y valor que tienen, terapéutico y curativo.

ADVERTENCIAS Y ACLARACIONES

Si bien afirmamos que la inclusión social es nuestra finalidad,


no exigimos un reemplazo de prácticas en los Servicios de
Salud Mental. No. Solo hacemos la propuesta de realizar un
nuevo enfoque terapéutico por cuestiones que
78
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

desarrollamos. Nada que ver con pedir que se dejen de


realizar tales o cuales terapias. Porque además, ya dijimos,
siempre es necesario tender y alcanzar fines instituidos al
operar en pos de la inclusión social.
Sería un absurdo querer dejar de lado las diferentes terapias
y técnicas que se han desarrollado cuando casi siempre (si no
siempre) para alcanzar una cura que coincida con la inclusión
social se requieren asistencias de varios tipos: corporales,
psíquicas o sociales.
Con la diferenciación que hicimos entre fin y finalidad solo
tratamos de advertir que más allá de la causa puntual de
consulta por un padecimiento mental, en la demanda de
ayuda siempre hay pedidos implícitos de colaboración para
superar dificultades e impedimento para encontrar un lugar
social propio.
Como tema anexo, pero no por ello menos importante,
digamos que esta modalidad terapéutica que toma como
finalidad la inclusión social, obliga a que los técnicos
intervinientes estén atentos y advertidos de ciertas fuertes
emociones que puedan embargarlos ante el inevitable
compromiso (involucración) que se siente con los que se
intenta cuidar.
Dicho directamente y sin muchas elucubraciones, eso se
produce porque los que operan las curas en lo cotidiano se
incluyen e integran a agrupaciones que también incluyen a
aquellos que quieren ayudar. El Otro (paciente) pasa a ser
uno del Nosotros. Y tomando como de responsabilidad propia
los proyectos de vida que estos elaboren, entra el trabajador
de salud mental en la historia de aquellos mientras siente que
esos otros entran en su propia historia. El que
supuestamente influimos para ayudar nos influye también
desde lo más profundo.
Reconocer al otro como persona y tratar de ayudarlo en su
diario vivir, lleva inevitablemente a un cierto grado de
indiscriminación. La necesaria para conformar una
grupalidad. Algo loable. Pero si no se trabaja adoptando
79
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

límites discriminadores (el necesario de uno mismo) y sin


tener a mano ciertos controles (implementar una
metodología), ese hacer puede llevar a mal puerto.
Es precisamente esta tendencia a comprometernos que brota
durante las relaciones de persona a persona, aunque no se lo
tenga tan claro en los servicios de salud mental, el principal
riesgo existente en sus trabajos.

Nuevas aclaraciones.

Dejemos el riesgo a la iatrogenia que podemos provocar si no


controlamos metodológicamente la indiscriminación que
suele provocar el trabajo en lo cotidiano, y pasemos al riesgo
de perder la finalidad declarada en nuestros tratamientos.
Recapacitemos sobre algunas acciones curativas donde los
conceptos de fin y finalidad suelen confundirse y producir
desorientación.
Empecemos diciendo que muchas actividades promovidas por
los equipos de salud mental buscan con la aparición de “lo
nuevo” en grupo, que el ser humano se “rehaga” haciendo.
Para alcanzar tal objetivo, casi “ontológico”, se suelen
promover actividades colectivas o talleres diversos. Se utiliza
la creatividad surgente grupal para ir reconstruyendo o
afianzando el ser social que somos en talleres de arte, música,
danza o lo que sea. Se pretende con ese “hacer arte”, que
vaya haciendo el concurrente su salud con todos.
Fomentar encuentros es la mejor manera de promover la
salud mental. Y no importa tanto el motivo concreto
convocante, aunque para algo hay que convocar a una
reunión, sino que serán buenos los encuentros si permiten
establecer intercambios formativos-creativos.
Escribimos esto, por haber advertido que a veces quienes
están a cargo de estos lugares curativos suelen perder de
vista lo que llamamos finalidad de los tratamientos.
Obnubilados por lograr el fin para el que convocaron, se
aferran a su consumación. Olvidan que cada concurrente está
80
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

presente no solo por el mero deseo de saber música,


carpintería, costura, teatro o para lo que haya sido invitado,
sino porque teniendo dificultades para encontrar un lugar
propio en el mundo se entusiasmó al ver abierto un espacio
donde poder ser y hacer con otros.
En concreto, dejan de entender que la finalidad de sus tareas
es la inclusión social y se obsesionan por alcanzar fines
puntuales: musicales, artísticos, de lectura, literarios, algún
oficio, etc.
Aclaremos, otra vez, que no queremos con esto decir que es
algo vano desarrollar una capacidad artística, artesanal,
mecánica, etc. Al contrario, suele ser muy útil. Pero el
trabajador de salud mental comunitario que suponga la cura
enlazada a la inclusión social, debe tener siempre en cuenta
el verdadero para qué de sus acciones. Y entenderlo tanto
para el hacer en los talleres, como para lo que realice en los
lugares aparentemente informales o recreativos. Y hasta a las
mismas psicoterapias que podamos disponer con rigurosa
formalidad técnica-profesional les cabe este precepto.
En concreto, lo que se obtiene o produce en talleres, grupos
de encuentro, en situaciones recreativas o en actividades
domésticas, sean planificadas para desarrollar aptitudes,
producir objetos de uso o artísticos, aprender oficios, cultivar
artes, etc., deben siempre entenderse como fines parciales
que ayudan a la estrategia terapéuticas que hace coincidir la
inclusión social con la cura, la finalidad del tratamiento.

LOS FINES COMO RECURSOS Y CIERTOS ALCANCES FALLIDOS


DE LA FINALIDAD TERAPÉUTICA.

No vamos a mezquinar información a quienes se sientan


interesados en opera en salud mental comunitaria con
nuestra modalidad técnica. Deben saber, sobre todo y según
nuestra experiencia, que además de dominar alguna teoría,
método y técnica psicológica, les será requisito ineludible
saber conjugar recursos de otro tipo (artísticos, laborales,
81
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

deportivos, empresariales, etc.) en las ayudas que brindarán.


Y que su ensamble tendrá que ser presentado como
estrategia terapéutica.
Saber conjugar la finalidad de inclusión social con el logro de
otros diferentes fines, los que en las estrategias se consideren
necesarios alcanzar, es algo imprescindible. Y quien no sepa,
quiera o pueda ligar su producción (científica disciplinaria,
laboral, artística, etc.) a otras producciones, mucho a lograr
en momentos informales, podrá hacer lo suyo de manera
idónea, nadie duda de ello, pero tendrá que ser por fuera de
la manera que proponemos en nuestros equipos de salud
mental comunitaria abocados a trabajos de cura con inclusión
social.
No tenemos dudas que muchas corporaciones profesionales y
escuelas diversas de psicología y psiquiatría se opondrán a
que lo que ellos hacen sea considerado recurso auxiliar de
otro tratamiento. Pero no podemos desviarnos de nuestro
camino por tales consideraciones. Tengámoslas en cuenta
para tratar de no herir susceptibilidades, pero sepamos que
no es posible tomar como finalidad a un fin puntual, ni que
pueden declararse dos finalidades terapéuticas diferentes en
estos existenciales tratamientos.
Que el producto de las psicoterapias clásicas o de los
tratamientos psiquiátricos tradicionales pase a ser
considerados por nosotros recursos auxiliares, es y seguirá
siendo, por lo menos por un tiempo, una fuente segura de
conflictos. De conflictos de Poder.

A veces solemos creer, luego de que se satisfagan fines, que


por el bienestar resultante ya se alcanzó la finalidad
declarada: que aquellos a los que ayudamos ya ocupan de
manera solvente un lugar social propio en el mundo. Pero a
veces no es así. Sin ayudas y fuera del ámbito estricto de
nuestros dispositivos, sin nuestros acompañamientos, los
sufrientes fallan en sus desempeños.

82
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Lo que hayan alcanzado terapéuticamente y los logros o fines


obtenidos en sus terapias tradicionales, suelen permitir a
algunos usuarios comportarse de manera positiva con
nosotros y en nuestros dispositivos. Allí sí llevan a cabo
correctas interacciones y ejercen y dirimen como
corresponde, influencias significativas y de sentido. Pero en
otros lugares, cuando el contexto les es resistente y los
obstáculos a que ejerzan sus derechos son mayores, pueden
defeccionar y sentirse devueltos a estados de marginación.
Ante tales sucesos operamos siguiendo principios básicos. Si
algo caracteriza al modo rionegrino de trabajo en salud
mental es la intervención que hacen sus técnicos en la misma
comunidad para ayudar a desenmascarar y vencer las
resistencias socio-culturales que afectan a los usuarios.
Nuestra modalidad de trabajo suele reconocerse por ello. Y
probablemente no haya cumplimiento de nuestra finalidad de
inclusión social si no se atiende a las resistencias del contexto.
A diferencia de otros trabajos, en nuestra modalidad está
explícitamente marcado que hay que dar ayuda en el
contexto socio-cultural de los afectados: ante personas que
discriminan, instituciones expulsivas, creencias prejuiciosas o
el mismo marco de pautas socio-culturales.
O sea, debemos apoyarnos en un hacer en comunidad a los
fines de sostener al sufriente mental en sus concretas y
habituales condiciones de existencia.

Como tema complementario de los trabajos en territorio,


digamos que para poder alcanzar la finalidad planteada casi
siempre es necesario fundar nuevas entidades o lugares que
faciliten su alcance. Atendiendo al objetivo para el cual se
fundan, proponemos llamar a esos organismos dispositivos de
inclusión social.
Las problemáticas sociales complejas que aquejan
normalmente al sufriente mental, son difíciles de atender en
los clásicos lugares sanitarios. Por eso proponemos fundar
dispositivos nuevos donde se puedan establecer todo tipo de
83
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

lazos sociales, sobre todo los comunitarios, horizontales en el


ejercicio de Poder. Donde enmarcados entre normas y
siguiendo costumbres, se admita el ejercicio de mutuas
influencias significativas y de sentido.
Estas acciones, estas actuaciones comunitarias, son llevadas
a cabo por sujetos de derecho cuyos comportamientos
tienen características especiales. Se manifiestan en lo que
denominamos ámbito o situación comunitaria. Y aunque en
tales lugares no llame la atención su intolerancia cuando
busca el camino más fácil y rápido de satisfacción, si se
destaca en las entidades institucionales donde esos
comportamientos resultan extemporáneos.
En las organizaciones de nuestra sociedad, en los
tradicionales establecimientos sanitarios donde las normas
marcan el modo de estar y el camino para alcanzar lo que
satisface, este sujeto es ahora el principal reclamante en
nuestros hospitales. Pero le afectan hasta las demoras
reglamentarias establecidas para satisfacerse.
Este sujeto no desconoce las normas por perversidad. Actúa
de esa manera porque se sigue guiando por costumbres (las
de su comunidad), de un modo tribal, y no por marcos
normativos establecidos. A estos los toman como obstáculos
impuestos por el personal de salud que consideran otra
comunidad. Por eso no comprenden las demoras o
postergaciones que se les exige.
Este sujeto de comunidad al que describimos de manera muy
rápida, es alguien al que solo le puede imponer formas de
satisfacción una fuerza que él sienta venida del exterior y a la
que no sepa como oponerse. Y esa es la que opera la entidad
supra-subjetiva que llamamos estado. Es la Ley la que regula
el derecho.
El sujeto de derecho, operando en comunidad, es la
contracara de aquel sujeto de grupo que llamamos de
necesidad. De modo análogo el sujeto de la norma, el
institucional, es la contracara del sujeto de la Ley, el
ciudadano.
84
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Es notable la presencia de estos sujetos en los servicios de


salud mental, ahora que los estados aparecen defeccionando.
Hay un mundo de consumidores, no de ciudadanos.
Digamos para terminar, que ante este panorama nos vimos
en la necesidad de ejercitar a quienes acuden a nosotros
(como sujetos de derecho), en lo que denominamos ejercicio
de ciudadanía, a comportarnos como sujetos de la Ley.
Que los sujetos de derecho se “ajusten” a lo que marcan las
leyes es lo único por hacer si queremos erradicar la
intolerancia y violencia de las relaciones humanas. Solo la Ley,
como instrumento eficaz de una supra-estructura sociológica,
puede poner límites, regular, la satisfacción de tantas
genuinas necesidades que el sujeto de derecho busca en lo
social.
Pasemos pues este objetivo de afianzar ciudadanía, a la suma
de objetivos que venimos incluyendo a nuestra finalidad.

CIERRE

Finalidad, inclusión social y marginalidad.

Digamos algo ahora sobre lo que entendemos por inclusión


social. Una expresión, dos palabras, que nos deberían abrir el
camino explicativo. Porque inclusión sería poner adentro,
mantener adentro, sostener adentro. Y social el todo de las
relaciones humanas. Sean las que se establecieron en forma
intersubjetiva entre sujetos que representen grupos,
instituciones y comunidades, como también los enlaces entre
ellas.
Dicho escuetamente, inclusión social sería mantener al ser
social establecido dentro de las diferentes entidades que
vamos conformando. Enlazados, ligados a otros, por el
accionar de diferentes fuerzas sociales: tendencia social
primaria, normas, costumbres y el Poder.
¿Cómo es eso de poner adentro? ¿Estar adentro? ¿Poner o
estar adentro de qué? Desde ya nadie puede estar
85
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

totalmente fuera de lo social, eso sería estar muertos; somos


bio-psico-sociales. No obstante, nosotros mismos solemos
decir de la marginalidad como de una manera de estar fuera
de lo social. Si decimos ahora que no puede estar nadie fuera
del todo social mientras estemos vivos, ¿de qué entidad o
lugar se dice estar fuera cuando hablamos de marginación?
Marginal es estar solo fuera de alguna entidad social, o solo
impedido de satisfacerse en ella. O sea, solo estar afuera en
mayor o menos medida de lo social.
Ser marginado no significa estar fuera del todo social, algo
imposible, sino solo tener mayores o menores dificultades (o
impedimentos) para transitar algún grupo, institución o
comunidad. Y clasificaremos de marginal a alguien si
estimamos alto su grado o cantidad de lugares que ha sido
excluido o impedido de circular. Algo que de cualquier
manera todos sufrimos en alguna medida.
No pensemos en el marginado como en alguien aislado, solo,
así puesto o quedado. Ausente de los demás. Nada de eso. Y
ni siquiera como alguien extraño en todo tiempo. Al marginal
hay que concebirlo siendo solo ajeno de algunos ámbitos
instituidos. O en ciertos momentos.
Como ningún ser humano puede estar enteramente ajeno a
los otros, entendamos entonces al marginal como alguien con
dificultades para algo compartir o intercambiar.
Pero al mal que produce la marginalidad no lo
circunscribamos a no alcanzar los fines concretos de
satisfacción para los que se fundaron las instituciones. Lo
peor, creemos, es que repercute en nuestra capacidad para
operar psíquica y socialmente con algunas categorías. Nos
afecta en nuestro rendimiento mental, limita nuestra
capacidad significativa y simbólica. Hace que nuestro registro
de realidad y sobre todo las relaciones sociales que
establecemos para dirimir influencias significativas y de
sentido, sean defectuosas. Nos limita comunitariamente.
Imposibilitados o discapacitados para pensar desde lo
educativo, gremial, mecánico, etc., de donde nos sintamos
86
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

fuera, nuestras relaciones sociales se mostrarán torpes y


restringidas. Nuestro leguaje, sobre algunos temas, se
mostrará impreciso. No accederemos o no nos
consideraremos “con derecho” para hablar de ciertas cosas.
Mencionamos este tema de la marginalidad en este escrito
sobre la finalidad de nuestros tratamientos, porque en
general lo que hacemos durante los mismos es ayudar a que
las personas ganen u ocupen lugares sociales que mejoren su
rendimiento mental.
Subrayemos lo dicho. No buscamos con nuestros
tratamientos no es solo ayudar para que los sufrientes
accedan a satisfacciones concretas, sino que con nuestros
tratamientos promovemos la apertura de espacios sociales y
mentales para que en su tránsito nos vayamos haciendo
mejores personas, si así se quiere decir. Y trabajamos en lo
cotidiano, representándonos en el hacer (dando significados)
y figurándonos siendo (otorgando sentido a lo hecho),
buscamos la cura.
Todas estas tareas, por supuesto, hablan también de nuestra
finalidad.

Andando por las comunidades

Esto que ahora traemos, aunque no lo parezca, tiene relación


con el tema de la finalidad de los tratamientos que
realizamos.
Debido a las complejas conductas requeridas para
satisfacernos en lo social, todo un aprendizaje sobre como
“caminar las instituciones” suele ser necesario llevar a cabo
con nuestros usuarios. Decir a alguien reconocido como loco
en su barrio o ciudad: “vaya al hospital que usted tiene
derecho a que lo curen”, no es la mejor manera de ayudarlo
para que reciba atención. Además, si alguien estuvo mucho
tiempo impedido como sujeto de derecho, suele convencerse
(y los que lo rodean también) que su tránsito por los
establecimientos de la comunidad le está vedado.
87
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Por tal razón hay que preparar a estas personas para


enfrentar un “mundo” que inicialmente le será resistente.
Hasta el aprendizaje del uso de palabras (y categorías)
pertinente a las nuevas instituciones que transitará suele ser
necesario llevar a cabo. Por ejemplo sobre la sanidad,
ayudarlo a que tome conciencia de lo que es ser paciente,
enfermo, sobre la función del médico, enfermero, etc. Todos
desconocimientos que seguramente padecen quienes se
sientan marginados por ser locos.
En cualquier lugar de encuentro abierto para intercambiar
con otros, en la calle, durante acompañamientos, apelando a
visitas domiciliarias o con concurrencias a dispositivos de
promoción social, se deben ofrecer enseñanzas (y
experiencias si se puede) sobre el uso de las categorías
requeridas para interactuar en las entidades institucionales.
La concurrencia diaria a dispositivos de inclusión social sirve,
precisamente y ante todo, para que las personas estén al
corriente de que ninguna categorización que se haga de una
cosa o hecho (sea esta sanitaria, gremial, educativa u otra) le
está vedada usar para reflexionar. Que es su derecho, el
primero, poder opinar sobre las cosas que le incumben. Y la
amplitud temática que con ello vaya ganando, en
conversaciones cotidianas, en las asambleas a las que
concurra, en los talleres, etc., será el mejor indicador de los
progresos que va consiguiendo para su cura.
Viendo así estas cuestiones, desde la perspectiva de la
enseñanza-aprendizaje, lo que así se alcanza es otra manera
de entender la finalidad de tratamientos que hagan coincidir
la cura con la inclusión social.

Cierre

La finalidad de las prácticas de salud mental que


desarrollamos, la inclusión social, tendría entonces múltiples
facetas. Tantas que es difícil exponerlas todas. Expresaría un
tránsito por las instituciones de la comunidad, fluido y de baja
88
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

resistencia. Se revelaría como ejercicio de derechos y como


satisfacción de necesidades de manera autónoma.
También es posible decir que lo que como finalidad se busca
en nuestros tratamientos es una mejor adaptación al
contexto social y cultural. Dar un orden histórico y moral a la
vida.
Desde otra perspectiva, un estado de inclusión social es
poseer, experimentar, ver y sentir lo existente, con un
ganado y propio sentido de realidad.
Más cosas pueden decirse sobre este tema de la finalidad de
los tratamientos de salud mental. Pero dejemos aquí este
escrito. Y que cada uno siga sumando conceptos, sacando
conclusiones… si es que con lo leído pudo sacar algo, ¿no?

89
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

90
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

TRES ESCRITOS

Ana Lía Broide

1. HISTORIA DE LA CONSTITUCIÓN DEL EQUIPO DE


SALUD MENTAL DEL BOLSON. RESEÑA DE SUS
ACTIVIDADES1.

Mi inclusión en el Sector de Salud de la Provincia, se realiza


en Octubre de 1979, en el Hospital de Área El Bolsón. Ingreso
como médica generalista, para realizar tareas en el sector de
Tocoginecología. En el Hospital se desarrollan las cuatro
especialidades básicas (Clínica Médica, Pediatría y
Tocoginecología) a cargo de médicos clínicos.
En un primer momento se me niega la posibilidad de realizar
tareas en S.M., ya que desde el Consejo de Salud Pública, se
consideraba que estas actividades no eran necesarias en el
Área Programa El Bolsón; sin embargo comencé con atención
de consultorio externo, fuera del horario de trabajo donde
realicé Psicoterapias individuales y grupales, Coordinación en
Grupos de Alcoholismo y docencia de personal de enfermería
y agentes sanitarios, con elevación de estadísticas de
pacientes atendidos y tareas realizadas para justificar y
demostrar la necesidad e importancia del Sector, situación
que ocurre en Junio de 1982 quedando a cargo hasta la

1
Este texto fue escrito por Ana Lía Broide en la década de los ochenta.

91
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

actualidad. Al principio las tareas en Salud Mental eran


compartidas con las de Tocoginecología (L.M.V.Gineco., M.y J.
Salud Mental), hasta que a partir del 84 mi dedicación es
exclusiva al Sector de S.M.
En este primer período que transcurre durante el proceso
militar, hay una total desinformación sobre las tareas y
actores en todo lo atinente a actividades en el área. Me
encontraba totalmente aislada y desconociendo cuantos
equipos funcionaban en la Provincia, quienes eran los
profesionales y cuales los criterios de trabajo.
Recién en 1982 se me notifica que por la acreditación del
título capacitante (Residencia completa en Psicopatología) se
me trasladaba al Hospital de Allen, Neuropsiquiátrico de la
Provincia, a cambio del pase a planta permanente, ya que
hasta entonces, permanecía contratada mensual, sin
posibilidad de licencias ordinarias, ni por enfermedad o
maternidad, etc.; situación que se sostiene hasta mediados
del 83 al no aceptar este traslado.
Es en el año 83 que llega una primera comunicación de un
curso de Psicopatología Clínica que se realizó en el Hospital
Neuropsiquiátrico de Allen, dictado por profesionales del
Hospital Italiano, Dra. Noemí Chervinsky y colaboradores, al
cual concurrimos con el Lic. Julio Muslera, donde conozco a
profesionales del área, algunos de los cuales continuaron su
labor en Salud Pública hasta la actualidad (Lic. José Schiappa
Pietra, Ricardo Rosquin, Miguel Vera, Lidia Moretini, etc.).
Es a partir del advenimiento de la democracia que comienza
todo otro período, en lo atinente a la S.M. en la Provincia. Se
nombra al primer Jefe de Programa el Dr. Carlos Cornaglia,
quien luego de un reconocimiento personal de toda la
provincia comienza a producir trabajos (Hospital, una
propuesta a partir de la palabra, De la Institución iatrógena a
la Institución terapéutica, De la Descentralización en el
ámbito de las tareas de Salud Mental, todas Allen 1984) que
cimentaron las bases para los primeros lineamientos
programáticos, que conjuntamente con las conclusiones del
92
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Seminario Nacional de Recursos Humanos y Programación en


Salud Mental, en La Falda 1984, crearon en muchos de
nosotros la mística militante que posibilitó el proceso de
desmanicomialización, que luego llevamos a cabo.
Primero fue la mística y después la organización.
En el año 1985, llegó a la provincia el Dr. Hugo Cohen, a cargo
de la Jefatura de Programa de S.M., que a diferencia del Dr.
Cornaglia, fija su residencia en Viedma, dentro mismo de la
organización política del Consejo de Salud, imprimiendo un
cariz netamente estratégico-político al proceso.
Yo en un primer momento lo único claro y cierto que tuve es
el NO al manicomio. Esta era una certeza absoluta que nacía
de todo mi ser. En el 84 todavía no sabía cómo concretarlo.
En ese año externados de Allen y enviados a cada uno de sus
lugares de origen muchas personas, algunas con muchos años
de internación. A nuestro Hospital llegaron cuatro muy
deteriorados.
Esto también produjo una conmoción institucional.
Inmediatamente comencé a reunirme y discutir con
profesionales amigos, compañeros de trabajo y personas con
algún vínculo afectivo, donde también hubiese acuerdo
acerca de valores y visiones del mundo, (por ejemplo: respeto
por las diferencias, por la libertad de pensamiento, lucha
contra la marginación y el autoritarismo, respeto y cuidado
por la dignidad individual, etc.). Salíamos de una época de
terror y oscuridad, donde todos habíamos sufrido tantas
pérdidas, que no fue difícil rescatar estos valores. Esto
culminó en una reunión de Profesionales en la Dirección del
Hospital, donde había dos grupos bien diferenciados: los que
estaban a favor y los que estaban en contra de que éstos
pacientes continuaran en el Hospital y fueran apoyados para
una reinserción social. La discusión se hizo acalorada de
entrada. Se escuchaban planteos como… “con un paciente
tuberculoso sé que tomando distancia no pasa nada, pero
éstos se te acercan, te piden cigarrillos, te tocan y no sé qué
hacer, me siento en peligro”. Otros le contestaban…
93
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

“reaccionaria, quién sos vos para negarle su libertad y su


locura”, y ya eran todos gritos. El descontrol se había
apoderado de nosotros, un pediatra parado arriba de una silla
tirando bollos de papel a cada uno de los grupos, alguien se
puso a bailar la cueca entre ambos bandos, luego de
numerosos intentos de aquietar los ánimos y así poder
escucharnos. Y a todo esto el Director del Hospital estaba
acostado en un banco. La locura se había apoderado de la
Institución. Me detengo tanto en este momento porque de
aquí arrancamos. Porque fuimos capaces de atrevernos hasta
llegar a las últimas consecuencias de nuestras
contradicciones, aceptar ahondar en una crisis individual e
institucional y desde allí lograr una coherencia y una nueva
síntesis.
Demás está decir que estos pacientes se quedaron, en un
lento proceso hacia su reinserción que continúa aún hoy.
Nuevamente, primero la mística militante, el acuerdo
ideológico en un proyecto de desmanicomialización, luego el
cómo lograrlo.
Recuerdo el primer encuentro con el Dr. Cohen, en el Hospital
de Bariloche. Desde mí, muchas expectativas. ¿Se iba a
continuar con el proyecto que se llevaba en marcha?, y de
nuevo, primero acuerdo ideológico y luego el cómo, la
priorización de los objetivos. Al poco tiempo fueron llegando
al Hospital los primeros trabajos del Dr. Cohen (Lineamientos
Generales para el corto plazo_Viedma 1985_, Misiones y
Funciones de un Servicio de Salud Mental_Viedma 1985_,
Actividades e Indicadores_Viedma 1985_, etc.). Todos leídos y
releídos, discutidos y acordados, en los distintos y numerosos
encuentros de trabajo de Equipos de Salud Mental de la
Provincia y cursos de capacitación y estudio, que se fueron
sucediendo a lo largo de todos estos años. Primero con mayor
frecuencia, hasta cinco o seis encuentros anuales, luego
espaciándose un poco, para retomar con nuevos bríos, al
contarse nuevamente con recursos como para poder hacerlo.

94
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

En lo personal este “como”, fue cambiando en el transcurso


de los años, en un espiral dialéctico realimentado en y por el
trabajo cotidiano, especialmente con los usuarios y sus
evoluciones (estrategias que funcionaban o no), con los
compañeros y colegas del Hospital General, sin lo cual todo
hubiese sido imposible, y el intercambio permanente con los
compañeros, colegas y amigos del resto de los equipos de
Salud Mental de la Provincia, en donde cada encuentro
posibilitó una articulación, un entramado en red sutil, que
facilitó la concreción de este proceso en marcha, así como el
compromiso e intercambio y apoyo de los distintos
compañeros de mi equipo.

2. EXPERIENCIA EN EL BOLSÓN2

Voy a hablar de mi experiencia como médica psiquiatra en un


hospital general de un pueblo pequeño en la Prov. de R.N., El
Bolsón, y cómo es posible realizar la experiencia nuestra de
S.M. en un medio como este.
El equipo de S.M. está compuesto por 2 psicólogos, 2
auxiliares de S.M. (uno de ellos recuperado y coordinador de
grupos de alcoholismo) y yo.
Partí en la tarea, de la convicción profunda de no al hospital
psiquiátrico, apoyado esto en el rechazo a la marginación del
enfermo en crisis y como consecuencia, su inserción en su
medio.
Tomamos la enfermedad mental, como un producto social, y
al enfermo en crisis, como un emergente de una situación y
sociedad enferma y esta es la premisa fundante de nuestro
trabajo.
Así entendida, nuestra práctica está centrada y dirigida
simultáneamente al individuo, a su medio inmediato, la
familia, como así también a la comunidad que lo circunda.

2
Texto escrito en 1989

95
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Esta es la única manera de desanudar la madeja de la locura,


resignificando y otorgando a c/u lo que tiene de
responsabilidad en la crisis. Aislarlo de su medio, es cristalizar
en él, algo que tiene que ver con su entorno y que él actúa
como denunciante, y su dedo índice, es el delirio.
Es por ello, que cambiamos el punto de enfoque, en vez de
ver al enfermo como peligroso, entendemos que el mayor
peligro reside en su marginación.
Trabajamos entonces la desmitificación de la locura, en todos
los ámbitos y en cada etapa del tratamiento, intentando
abolir categorías tradicionales que etiquetaban al enfermo
como irreversible y crónico. Para ello, realizamos las
internaciones en salas generales, reconsideramos el concepto
de crisis como una categoría reversible y universal (todos
tenemos crisis vitales): y hablamos de sufrimiento mental, en
vez de categorías diagnósticas.
Desde un comienzo enfocamos el tratamiento cuidando de no
romper los lazos con el medio y evitando toda situación que
dificulte su reinserción futura. Esto se logra con internaciones
cortas, en el momento agudo, cuando la familia no es
continente, y cuándo sí lo es, con internaciones domiciliarias,
integrando y armando redes de contención de la persona en
su medio.
Al equipo de S.M. se integra cualquier persona más cercana a
la persona en crisis que pueda ser referente y continente. No
todas pueden servir para ello, a veces no hay ninguna en la
familia, pero siempre hay alguien, desde un vecino, o amigo,
o como en algunas experiencias, lo hemos vivido, una
Directora de escuela o un policía.
Otra situación que tratamos en lo posible de cuidar y sostener
son los vínculos laborales, cuando estos existen, o
incentivando y capacitando, cuando éstos no están.
Es tan importante la sesión individual, como la entrevista con
la familia, como el acompañamiento de la persona en su casa,
ayudándola a reconectarse con las labores cotidianas, que
apuntan a atender sus necesidades básicas, de alimentación e
96
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

higiene, y trabajos como cortar leña, colaborar a integrarse


en estas actividades junto a su familia, apuntando a su
independencia y autocuidado.
Respecto de la integración de esta tarea con el Hospital
General, la encaramos sumando a esta cruzada, a todo
trabajados, ya sea este chofer de ambulancia, o de
mantenimiento, administrativo, Enfermero, Director o
Profesional, respondiendo preguntas a dudas, reflexionando
juntos, desde una concepción, de capacitación a partir de la
tarea. Esta es la red a que hacía referencia antes. Todos
somos agentes de salud y corresponsables de lo que le pasa al
otro; y así es como el equipo de S.M. se extiende, abarcando
hasta llegar a que cada vez más la comunidad sea
contenedora; Y así es como llegan aportes, como p.ej.: la jefa
de cocina a la vuelta de un viaje mío me observa: -“Hoy lo vi a
Tito, me llamó la atención el brillo de su mirada, por qué no
habla con él a ver cómo está?”; o la enfermera de la guardia, -
“María está muy adelgazada, estará comiendo bien?”. O los
vecinos de otro Sr. que saben que cuando éste empieza a
decir –“O.k.”, está comenzando a descompensarse, y lo traen
al Hospital.
Una actividad que nos ayuda mucho con algunas personas
con serias dificultades de conectarse con actividades
laborales, es la realización de tareas en el hospital a cambio
de alimentos: paquetes de arroz, fideos, leche, carne, etc. que
es con lo que contamos como forma de pago, a falta de
dinero. Las tareas son cortar leña, entrarla en la cocina
(tenemos cocina a leña) hasta la huerta hospitalaria, que
hasta ahora y durante 3 años consecutivos, significó un
importante aporte a la institución. Ahora estamos pensando
cooperativizar la huerta entre los que trabajan.
Estas tareas son supervisadas, acompañadas y compartidas,
por el personal de mantenimiento que actúan como
acompañantes terapéuticos durante 3 horas de labor. De esta
manera el valor terapéutico del trabajo abarca distintos
aspectos de reconexión del paciente con él mismo, y su
97
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

entorno, de autovalorización y valorización dentro de su


medio familiar, nuevos lazos de compañerismo y amistad, en
fin, un nuevo rol social.
Por eso, así como decimos no a la marginación, también
decimos solos no podemos, solos el sector salud es imposible.
Porque la locura es un fenómeno social, y es allí donde
debemos producir el cambio, dentro de nuestro propio
imaginario y en el imaginario colectivo. La responsabilidad es
de todos. Así como dice Porquia -“Hágase c/u responsable de
sus propias culpas y no habrá culpables” yo digo hagámonos
todos responsables de nuestra propia locura y no habrá
marginación, ni hospital psiquiátrico, ni locos.

3. LA INCLUSIÓN EN LA COMUNIDAD DE USUARIOS Y


SUS FAMILIARES: EL DESARROLLO DE EMPRESAS SOCIALES
COMO RECURSO ESTRATÉGICO

Como dice el Dr. Benedetto Sarraceno “la rehabilitación no es


una sustitución de discapacidades con capacidades, sino un
conjunto de estrategias orientadas a aumentar las
oportunidades de intercambio de recursos y emociones. Es un
proceso que implica la apertura de espacios de negociación
para el paciente, para su familia, para la comunidad que lo
rodea y para los servicios que se ocupan de él”…
“El eje de la Reforma implica un giro sustancial: el negocio
precede al ocio; es decir, sólo a partir del derecho activo al
ejercicio del negocio (del intercambio de oportunidades
materiales) el sujeto se encuentra en condiciones de ejercitar
el derecho a las relaciones”…

Marco referencial. Evolución

Uno de los ejes fundamentales del Programa de


Desmanicomialización en la Provincia de Río Negro es la
Inserción Social de personas con sufrimiento mental.

98
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

En este marco la preocupación por la inserción laboral es


determinante del pronóstico de la evolución de la persona.

Entendemos al trabajo no sólo como un proceso que


promueve la articulación de intereses, necesidades y deseos;
sino una instancia que dignifica a la persona, dándole la
posibilidad de recuperar la pertenencia, de poseer recursos
para el intercambio social y para la consiguiente ciudadanía
social.
Esto es un gran desafío en un contexto político – social de
desocupación, pensar en la salida laboral de personas que
han sido marginadas del sistema, y no solo productivo.
En el transcurso del tiempo hemos realizado varias
aproximaciones a emprendimientos sociales (desde Grupos
Operativos, Grupos Preempresariales, Cooperativas hasta
finalmente conformar Empresas Sociales), con desaciertos de
los cuales hemos ido aprendiendo, pero teniendo en claro
que la intervención tenía que ver con ligar a grupos
vulnerables a una iniciativa económica (no asistencial). Pasaje
de sujeto pasivo a sujeto activo.
Entendemos entonces como Empresa Social una alternativa
organizacional para concretar objetivos sociales,
promocionales y comunitarios, que se basan en facilitar la
transformación de personas y grupos, de sujetos pasivos de
diversos tipos de asistencia o ayuda por su situación de
desventaja o exclusión, a una función activa por medio de la
cultura a emprender, que permite intercambios sociales y
económicos, vinculándose con el mercado en forma directa.
Esto no implicó solo una modificación en el usuario sino
también en los Operadores de Salud Mental. Debimos
transformar la relación con ellos en estas estructuras,
normalmente de protección, a relaciones dinámicas donde la
economía entra en juego.
Transitamos un proceso: de pensar al usuario como
emprendedor de la empresa social, hasta darnos cuenta que
solo algunos pocos son emprendedores (como pocas
99
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

personas no usuarias lo son). Pero sí todos deben ser


asalariados con los mismos derechos laborales entre sí o sea
que tengan una remuneración monetaria acorde.

Ejes diferentes. Principios en los que se basa. (2)

En las empresas sociales (E. S.) el recurso humano es el factor


preponderante y central. La economía centrada en el
hombre.
El objetivo es la distribución de las ganancias en forma
equitativa entre los integrantes de la misma. El producto
debe tener la posibilidad de competir en el mercado en
precio y calidad.
El Mercado como ámbito de intercambio: la relación entre
Productores y Consumidores sin la mediatización del capital.
Sin que el condicionante restrictivo sea la posesión del
capital.
La ganancia debe entenderse como restricción operativa, NO
como motivación fundante.
Debe ser instrumento para adquirir Derechos de Ciudadanía:
Derechos a tener Ingresos y a Consumir.
Se entiende por Cultura de Emprender como Generar
Oportunidades Vs. Esperar que las soluciones vengan desde
afuera. Estar dispuesto a correr riesgo económico.
La diferencia sustancial con la empresa comercial (E.C.) es
que el objetivo de esta última es la acumulación de ganancia
en una competencia sin límite. La economía centrada en el
capital.
La E.S. tiene como finalidad formar parte de una red social a
diferencia que a la E.C le interesa formar parte del emporio
económico.
Debemos diferenciar también a las E.S. de los talleres
protegidos (T.P.) Estos se constituyen como espacios
asistenciales donde el sentido de la producción está
orientado solamente a la terapia (ergoterapia). Aquí el status

100
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

social no cambia. El “loco del manicomio” al “loco que


trabaja”.
(…) de muy buena calidad. El cliente tiene que querer
comprar lo que vendemos. El producto debe ser también
competitivo en el mercado también en precio.
Para que esto suceda hemos aprendido que la mejor opción
es la creación de Empresas Sociales Mixtas (con personas
desocupadas de la comunidad y usuarios). Dada la realidad
que se está viviendo en nuestro país con una desocupación
de un 20% de la población activa, es una opción
absolutamente viable.

Objetivos

- El objetivo es generar una promoción laboral auto


sustentable que posibilite la autonomía de las personas.
- Facilitar el acceso al trabajo como factor esencial de
la conservación de la salud.
- Impulsar la cultura de emprender como enfoque
proactivo para resolver la marginación, buscando las
oportunidades, en lugar de esperar pasivamente las
soluciones.
- Promover los objetivos anteriores, en el marco de la
escasez de recursos del Estado.

Formas de trabajo – planteo estratégico

Se debe analizar la “ventaja” de cada “desventaja”. Ejemplo


saber “aprovechar” la sensibilidad de una persona que ha
tenido sufrimiento mental. La sensibilidad que ha provocado
el sufrimiento, es un facilitador de la detección y atención de
las necesidades para otros servicios, Ej.: en el mercado
turístico, atender a viajeros y huéspedes. Capacidades
artísticas para organizar espacios recreativos, etc.

101
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Lugar del Estado

Hasta ahora encontramos obstáculos en el contexto jurídico y


del mercado: En nuestro país la legislación laboral e
impositiva es desfavorable a este tipo de emprendimiento, lo
que hace imposible la organización de Empresas Cooperativas
ya que el pago de los impuestos de los socios cooperativos
hace inviable este tipo de organización.
Lo mismo ocurre con el Régimen Previsional; la falta de
Sistemas de Garantías Financieras y un Sistema rígido de
compras del Estado.
A esto se suma en el ámbito de la comercialización una
cultura del Capitalismo salvaje. Y en los ámbitos
promocionales, una cultura Asistencial.
Es por esto que como punto de partida, legalmente hemos
tenido que comenzar con Grupos Preempresariables (en
negro), hasta conformar con el tiempo, Asociaciones Civiles
como la Asociación Rionegrina y en algunas localidades
Fundaciones.
Esperamos del Estado que tome conciencia del beneficio
comunitario de este tipo de organización, deje de
implementar proyectos basados en el asistencialismo e
implemente el marco legal que facilite la concreción de
Emprendimientos Sociales.
Se hace necesario un apoyo de la Administración Pública que
no sea de protección sino dinamizante. Esto es poner a
disposición aquellas ”oportunidades” que sirvan para inducir
los procesos productivos, y no reservarlos estas a los Sectores
Comerciales Tradicionales dejando para los emprendimientos
sociales los “nichos” menos productivos.(5)
En El Bolsón uno de los emprendimientos que se llevan a cabo
es la concesión de la Confitería del Polideportivo, ganada por
licitación Pública Municipal.
En este caso un grupo de personas (mixto) se presentó para
ocupar un lugar (nicho económico) disponible en la
comunidad.
102
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Al principio hubo mucho apoyo del Equipo de Salud Mental,


acompañamiento para luego ir corriéndonos cada vez más, en
la medida que ellos podían hacerse cargo del negocio.
Al igual que la confitería también se ganó por licitación
pública municipal otro emprendimiento: La cartelería Urbana,
que la lleva a cabo como emprendedor, un familiar de un
usuario. Ocupa como mano de obra a usuarios del Servicio.
Como dijera el intendente en su inauguración: “Los locos nos
señalan el camino por dónde ir” haciendo doble alusión a la
utilización de la Empresa Social como recurso contra la
exclusión social.
Existieron en distintos momentos anteriores como grupos pre
-empresariales un Kiosco Buffet en el Hospital Local, un Taller
de Cestería, Vivero de Plantas autóctonas, Huerta, Cría de
Conejos.
Simultáneamente a estos emprendimientos se desarrolló un
salón de usos múltiples, espacio que se alquila para:
conferencias, fiestas privadas, Gimnasia, Trueque, reuniones
de Juntas Vecinales, Actividades Hospitalarias y Comunitarias,
etc.
En Viedma se organizaron emprendimientos de Confección
de Comidas para eventos y a domicilio, Huerta de Hortalizas,
Producción de Verduras a gran escala en una Chacra.
En la ciudad de Roca: Servicio de Limpieza de las Vías del
ferrocarril, un contrato Municipal.
En la ciudad de Cinco Saltos: un Hotel con contrato con Obras
Sociales y Sindicatos de Trabajadores del Estado.
En San Carlos de Bariloche la confección de Dulces Caseros de
Frutas del Bosque (Berrys, Frutillas, Mosquetas, etc.)(6)

103
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Los logros

Son significativos. Personas que habían quedado fuera del


ámbito laboral, volvieron a formar parte del mismo.
Usuarios que no sólo han mejorado la calidad de vida, sino
que utilizan menos los espacios de tratamientos asistenciales
(Psicoterapia y Psicofármacos) con un mínimo
acompañamiento del Equipo de Salud Mental.

“Si no actuamos en estos términos (valoración económica) no


nos quedaría más que administrar un residuo inerte: la
enfermedad, la incapacidad, la exclusión, la pobreza.”
Dr. Franco Rottelli.

104
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

MÉTODO DE TRABAJO
EN SALUD MENTAL COMUNITARIA
Lic. Aníbal Gutiérrez

Uno de los elementos centrales para la operatoria de


nuestra propuesta en cuanto al trabajo en salud mental
comunitaria, es el viejo y transitado método de Reflexión-
Acción. Esta forma de organizar los procedimientos (en
nuestro caso pensada como necesaria para acompañar a una
persona que padece exclusión social hacia la recuperación de
su capacidad de construir significaciones y sentido en la
realidad de la vida cotidiana) se nos presenta, por lo menos
hasta ahora, como la forma más pertinente y fructífera en
este devenir de una práctica que se intenta pensar, repensar
y conceptualizar mientras también la vamos haciendo. Una
concepción de la práctica y el pensamiento sobre ella en un
devenir de construcción y reconstrucción permanente, que
reconoce desde el inicio la ignorancia de cuáles serán los
caminos que habrán de transitarse para acompañar al que
padece sufrimiento mental hacia la recuperación de su
capacidad para habitar el espacio comunitario con el mayor
grado de fluidez y autogestión que se vaya haciendo posible,
desarrollando su proyecto vital.
105
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Para decirlo más en criollo: en nuestro modo de trabajar en


salud mental comunitaria no sabemos qué cosas exactamente
vamos a hacer cada vez que emprendemos la tarea de dar
respuesta a la solicitud de otro humano que padece. Y
justamente como no sabemos qué procedimiento serán
necesarios, la cosa se complica… tenemos que pensar qué
conviene hacer en virtud de la situación que se nos plantea.
Además, es exactamente eso: una situación en la que se
encuentra la persona que padece. Por eso la densidad del
conjunto de variables que confluyen es extraordinaria,
porque son las correspondientes nada menos que a la vida de
esa persona, que se desarrolla en un contexto
multinstitucional e intensamente activo.
En este punto, enfrentados a la complejidad de la vida
cotidiana (donde las cosas reciben sentido y el ámbito en el
que desempeñamos nuestro trabajo) es donde comenzamos
a valorar el método de Reflexión-Acción, con su posibilidad de
replanteamiento estratégico en función de los resultados.
Ante la incertidumbre de los efectos que tendrán nuestras
intervenciones que, aunque diseñadas con el mayor esfuerzo
y pertinencia disciplinar e interdisciplinar, siempre serán
tentativas a enfrentarse con la complejidad mencionada.
Cada tentativa es una apuesta para comenzar a recorrer
junto a otra persona que padece, un camino que no sabemos
si será el que nos llevará hacia dónde queremos ir. Por lo
tanto, debemos tener la posibilidad de reformularnos y
rectificarnos en cuanto al camino elegido. Otra forma de decir
lo mismo: debemos agenciarnos esta posibilidad de
reformulación del diseño estratégico, si los efectos de la
operatoria de un diseño anterior se valoran como contrarios
o no coincidentes con la finalidad que gobierna todo el
proceso. Y si los efectos están en línea con la finalidad,
también la posibilidad de ratificar la estrategia en marcha. No
sabemos de antemano si lo que se hará nos acercará a la
inclusión social o por el contrario nos alejará de ella. La
reconfiguración de la composición dinámica del conjunto de
106
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

variables implicadas, luego de la intervención fruto de la


estrategia construida, es imprevisible; justamente por ello es
menester ineludible que la intervención sea pertinentemente
orientada conforme a la finalidad.
Es cierto, como antes dijimos, que no sabemos con
antelación por dónde iremos (dominio estratégico) ni qué
cosa necesitaremos hacer para ir resolviendo los
acontecimientos mientras vamos (dominio técnico). Sin
embargo hay algo que debemos saber, saberlo lo más
claramente posible y no olvidarlo nunca, porque es aquello
que nos orientará en este asunto de las complejidades
sociales, mientras transitamos todo el proceso, esto es: el
saber hacia dónde queremos ir (dominio político).
Afirmamos que queremos ir hacia la Inclusión Social. Esta es
la finalidad del conjunto de nuestras prácticas en salud
mental comunitaria y denota algo muy definido en relación
directa con el poder entendido como la capacidad de la
persona de ejercer influencias significativas y de sentido. El
tener presente esto último es un elemento de uso práctico
cuando se trata por ejemplo, conforme al método que
utilizamos, de evaluar el resultado de alguna acción realizada.
Sirve para valorar los resultados de la aplicación en la
realidad social de un diseño estratégico y sirve mucho para no
extraviarse confundiendo la valoración de los fines parciales
operativos de algún componente de lo estratégico (por
ejemplo la mitigación de alguna sintomatología por medio
de un adecuado esquema psicofarmacológico) con la finalidad
última de la estrategia (que repetimos, siempre debe ser la
inclusión social) a la que tienen que obedecer todos estos
procedimientos.
Además, también sabemos que en los caminos que hemos de
transitar -a la vez que indeterminados de antemano y
rectificables en su andar- los procedimientos serán
enmarcados por la dignidad, la identidad y el respeto por la
persona sufriente mental.

107
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Bastante elucubración hasta este punto, pero no hemos


avanzado mucho sobre los que nos interesa compartir con
quien nos está haciendo la gentileza de prestarnos su
atención, y lo que nos interesa compartir viene a ser más que
nada el cómo hacemos para trabajar cotidianamente en
salud mental comunitaria, para promover la inclusión social
de un semejante.
Así que reformulamos el desvarío, enderezamos la nave y
nos ponemos más descriptivos con nuestra versión del
método de Reflexión-Acción aplicado al quehacer de salud
mental comunitaria.

Primeramente una versión esquemática del método

ESQUEMA DE MÉTODO DE TRABAJO


SALUD MENTAL COMUNITARIA

DISEÑO OPERATORIA Finalidad


ESTRATÉGICO

Producto

REFLEXIÓN ACCIÓN INCLUSIÓN SOCIAL

Información situacional de
los efectos producido por
las acciones

Campo
Núcleos de Operativo
Conocimientos Común
disciplinas Vida Cotidiana

108
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Como se puede ver se trata de una especie de diagrama de


flujo con relaciones de algunos elementos agregados, o al
menos esa era la intención cuando lo graficamos. Quedó este
dibujo provisorio, que nos va a servir para explicar cómo
solemos hacer cuando trabajamos. Y si nos sirve para ayudar
a explicarnos y a entendernos, lo daremos por bien logrado.
Si no llegara a servir invitamos a que se lo mejore
transformándolo o directamente a hacer otra metáfora
gráfica que dé cuenta mejor del asunto.
En este diagrama esquemático enseguida se hace notar su
condición de semejanza (bastante marcada) con uno de esos
sistemas que suelen denominarse realimentados, más
específicamente en el caso que nos ocupa se trata de una
realimentación negativa.
Esta organización de elementos para el control de un
proceso, se basa en introducir en la puerta de entrada del
sistema información resultante de la operación del mismo,
comparándola con la finalidad pretendida, con el efecto
buscado, para conocer la diferencia entre ambos elementos.
El sistema sigue operando hasta hacer coincidir el efecto o
información de salida con la finalidad buscada, que es lo que
se usa como referencia de comparación. Suele usarse para
mantener el equilibrio de un sistema; aquí nos figuramos un
esquema similar para perseguir la finalidad de la inclusión
social.
El devenir del proceso suele presentarse de la siguiente
forma: una vez establecida la situación de quien demanda
(cuales son los elementos que están afectando el ejercicio de
influencia significativa y de sentido en su vida cotidiana,
donde se ubican los condicionantes de la pérdida del relativo
equilibrio de esa vida) entonces se diseñan los caminos por
donde se ha de transitar para procurar recuperar la capacidad
de ese ejercicio, que es ejercicio de Poder. Se reflexiona en
reunión de equipo y se va construyendo la estrategia que el
conjunto considera más apropiada. Los diferentes elementos
componentes de la estrategia diseñada, a cargo de diferentes
109
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

efectores, se llevan al campo de la operación, en su sentido


de acciones dirigida a la transformación en el campo social.
En un segundo momento lógico, la información sobre el
resultado de estas acciones operativas (las transformaciones
producidas por los procedimientos aplicados) es llevada
nuevamente al espacio de reflexión, donde se la evalúa
nuevamente en conjunto. En esa evaluación, se definen
rectificaciones o ratificaciones de las actividades realizadas
en función de si nos alejan o nos acercan a la finalidad de
inclusión social. Luego, se vuelve a pasar al campo operativo,
cuyos resultados serán nuevamente evaluados en la reflexión.
Y así se continúa las veces y el tiempo que sea necesario.
En este aspecto del hasta cuándo y hasta dónde continuar
(definiciones de tiempo y espacio), las respuestas no se
organizan del mismo modo que en las disciplinas
terapéuticas asistenciales. Sobre todo porque al plantear el
trabajo en el medio de la vida cotidiana también planteamos
que el trato que se realizará será el de persona a persona, con
la consecuente familiarización de ese trato. Lo que exige un
gran esfuerzo, por ejemplo en el sostenimiento de la
disociación instrumental de los efectores y en el análisis de
las implicaciones, para poder transitar espacios familiarizados
grupales sin perder de vista su función sanitaria y a la vez la
finalidad de inclusión social.
Es frecuente que en situaciones de personas con
padecimientos mentales graves donde la exclusión social se
presenta con toda la fuerza de su contexto social activo, la
referencia de la persona con el equipo de salud mental
comunitaria, aunque vaya ganando espacios de poder, se
sostenga por períodos extensos de tiempo, incluso para toda
la vida. Así es que hay personas que aunque hayan logrado
superar los desequilibrios sufrientes y comenzar el desarrollo
de proyectos vitales propios en su comunidad, de vez en
cuando igual “pasan a saludar y tomarse unos mates” con
personas del equipo con quienes aquella vez el trato se
familiarizó. Esa vinculación de persona a persona permanece
110
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

porque está construida sobre bases de componentes


sincréticos grupales, que se diferencian netamente de las
funciones institucionales que encuadran los comienzos y fines
de las relaciones terapeuta-paciente.
De todas formas, el espacio de reflexión del equipo donde se
gobierna el diseño de la estrategia, es el ámbito pertinente
para la evaluación de lo que es necesario en las situaciones
mencionadas. Viene aquí en nuestro auxilio el recuerdo de
una ocasión, en la que una persona con padecimiento mental
grave se hallaba en tratamiento hacía cerca de tres años con
el equipo de salud mental, y en el transcurso de ese tiempo
había realizado progresos interesantes en el aspecto laboral y
afectivo. Si bien persistían algunas ideaciones un tanto
paranoides de vez en cuando, no presentaba nada que le
impidiese realizar su vida. En esta apreciación estábamos
todos de acuerdo, y los efectores sentían cierta satisfacción
por los frutos de la tarea de acompañarlo en este mejorar. Un
día, como tantos otros, vino a ver al equipo y cuando
estábamos reunidos nos dijo luego de un silencio: “Quiero
decirles algo… No quiero que se ofendan, pero estuve
pensando… y me parece que ahora, sin que ustedes me
acompañen me va un poco mejor…” lo hablamos, tenía
razón. Necesitaba nuestra ausencia y el resto del equipo
afinar la reflexión.
Es este equipo de salud mental comunitaria quien opera los
tratamientos en nuestro modo de práctica, que tiene la
capacidad de incorporar a quien demanda atención-
tratamiento al mismo.
Entendemos a este equipo como conjunto de efectores con
diversidad de disciplinas (cuanto mayor variedad mejor)
centrados sobre una tarea cuya finalidad se explicita como la
promoción de la inclusión social de quien padece sufrimiento
mental.
Este conjunto se compone como una grupalidad inmersa en
una matriz normativa institucional, verificándose fenómenos
correspondientes a ambos planos (grupal e institucional) en el
111
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

desarrollo su actividad. En realidad el plano comunitario


(ejercicio de poder) también es verificable en la interacción
cotidiana de un equipo, pero a los fines de esta descripción
esquemática nos centraremos en consideraciones de la
grupalidad que sustenta la creatividad necesaria para la
invención de caminos (estrategias) nuevos, junto a la
institucionalidad normatizante que define funciones
específicas y diferenciadas, ambos aportes hacen a la
conformación de lo que denominamos equipo.
Pareciera que el motor para la emergencia de lo creativo se
halla en esa área, tan difícil de aludir con palabras de este
mundo, que es de la de lo grupal, el grupo y que el orden
para que esa creatividad se encause por medios conocidos y
previstos hacia una operatoria (es decir hacia una
transformación de la realidad conforme a ciertos objetivos
prefijados) le corresponde a la cuidadosa y diferenciadora
institución.
Una vez trazado el bosquejo superficial del equipo diremos
que éste se encuentra primeramente con una demanda de
tratamiento. Dicha demanda puede provenir de una persona
individual o de un conjunto de ellas o incluso corresponder a
un nivel organizacional. Suponemos aquí la primera reflexión
sobre la situación de lo involucrado en esta demanda de
tratamiento y la puerta de entrada al esquema del método de
de acción- reflexión. No vamos a transitar por el sendero
sinuoso de discutir si en verdad primero está la acción o la
reflexión, si el reflexionar en sí mismo puede ser
considerado como una acción en su entidad verbal o si el
recibir la demanda no es acaso la primera acción de entrada.
Lo que nos interesa principalmente del método, es la
posibilidad que ofrece de rectificación o ratificación de la
estrategia construida, en virtud del resultado de la
experiencia analizada. Por lo cual proponemos en referencia a
esta temida controversia, que se le diga como mejor le
convenga a quien se enfrente a esa dura instancia de llamar a
las cosas por su nombre.
112
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

El primer elemento de reflexión entonces, sobre esta


demanda y teniendo en cuenta que la finalidad es que la
persona pueda realizar la significación de la realidad y la
construcción de sentido, tendría que ser sobre la ubicación de
los espacios sociales de donde esta persona fue excluida. De
todo este contexto que configura su situación en el mundo,
debemos preguntarnos qué espacios normatizados no
admiten su influencia, no lo reconocen como persona capaz
de significar y definirse a sí misma. Qué espacios del conjunto
de múltiples instituciones que constituyen lo comunitario, lo
han expulsado o directamente no lo admiten.
Trabajamos con la premisa de que una persona nunca está
excluida totalmente, porque entonces no estaría viva; y
nunca está incluida en todos los ámbitos, siempre algo queda
afuera (por suerte, así nos queda también un adentro).
Cuando una única institución totaliza la categorización de la
actividad de una persona, esta última pierda la posibilidad de
transitar fluidamente el espacio comunitario, ya que todo lo
que haga referirá en ese caso a un único marco normativo: el
paciente (el usuario, el loco) fue a comprar pan, el paciente
mira tele, el paciente conversa con la familia, hoy vino a
verme tu paciente etc., etc. Si esta categorización rotulante
se cierne sobre alguien, ese alguien estará encerrado
aunque camine por la calle y sin necesidad de los muros de un
establecimiento manicomial, porque lo manicomial
institucional es precisamente esa referencia rígida absoluta y
única.
Una vez establecidas las dinámicas contextuales que están
actuando, deberíamos comenzar a delinear qué hace falta
para que esa persona recupere o comience a recuperar poder
en esos espacios. Esto es bastante importante y requiere
cambiar ciertas costumbres que hacen primar el diagnóstico
disciplinar y en el campo de la salud mental generalmente la
psicopatología de la persona como punto de comienzo del
proceso de tratamiento.

113
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

En cuanto a la reflexión sobre lo que es necesario en la


situación, como antes dijimos, la realizamos en equipo. Dicha
reflexión se beneficia de la diversidad de disciplinas, que
aportarán cada una desde su núcleo profesional, al diseño de
una estrategia común para esa situación de esa persona en
tratamiento, compuesta de diversos procedimientos. Este es
el ámbito de la interdisciplina, donde todas deberían confluir
sin hegemonizar el campo organizando sus aportes en
función de la finalidad de la inclusión social. Es de la mayor
relevancia la pertinencia y capacidad de cada efector en su
propia disciplina, en cuanto más agudeza en su profesión u
oficio, mejores aportes y de mayor calidad podrá hacer a la
estrategia común.
Una vez determinadas las necesidades y las acciones
requeridas para operar sobre esas carencias
transformándolas en el medio social, lo siguiente es distribuir
la responsabilidad de llevar a cabo las actividades diseñadas
entre los efectores. Ello debe quedar bien claro, en referencia
a quien le corresponde realizar qué cosas, con qué medios lo
hará y en qué tiempo.
Estas actividades, en su mayoría, no requieren del saber
disciplinar sino de la persona como tal. Decimos en su
mayoría porque hay tareas que, aunque se definan en
equipo, son ineludiblemente disciplinares: por ejemplo una
indicación farmacológica. En este sentido, por ejemplo, si se
define que lo necesario es el acompañamiento de una
persona en una tarea doméstica, ese acompañamiento lo
podría realizar una persona más allá de su núcleo profesional
(lo podría hacer un trabajador social, un médico, un
enfermero, etc). No significa que no sea una tarea compleja,
por el contrario: de un acompañamiento en la vida cotidiana,
si quien lo realiza cuenta con los elementos necesarios de
análisis, puede extraerse información valiosa para el
tratamiento. Además, las operaciones terapéuticas que
pueden realizarse en este ámbito cotidiano son

114
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

verdaderamente potentes, de eso las experiencias nos han


dado muestras claras.
Se suma a todo lo anterior un punto más, que es
precisamente el acuerdo sobre el tiempo y el espacio en el
cual se llevará a cabo la evaluación de los resultados de la
operatoria diseñada. O sea la nueva reunión de equipo en
donde se evaluará lo sucedido en la experiencia y se relanzará
el proceso de reflexión-acción. Cuando no queda clara la
tarea, cuando no quedan determinadas las asignaciones de
las mismas a sus responsables o si no se plantea el nuevo
tiempo y espacio para el encuentro de reflexión, no
podremos avanzar hacia la finalidad, y probablemente se
consigan fines parciales correspondientes a cada disciplina,
recortada de una estrategia operativa. Como forma de juego
mnemotécnico (con escasa gracia verdaderamente) solemos
decir que al finalizar la reunión de reflexión de un equipo
deberían estar muy claras T.R.E. cosas:
1) la Tarea con sus requerimientos.
2) el Responsable de llevarla a cabo.
3) la E valuación futura con su tiempo y espacio
Esto claramente requiere de un esfuerzo de enfoque del
equipo, y sobre todo de un gran esfuerzo y pertinencia de la
coordinación de la reunión de equipo. Como dijimos más
arriba, los fenómenos correspondientes a un grupo o
agrupación normatizada (como consideramos al equipo)
corresponden tanto a elementos del plano indiscriminado de
lo grupal como al de lo normatizado institucional. Por lo tanto
quien ejerza la función de coordinación de la reunión de
reflexión y diseño, deberá trabajar con la suficiente atención
y habilidad como para promover la fluidez creativa de lo
grupal, y a la vez, sin descuidar los aspectos normativos
institucionales donde se enmarca el conjunto, sin nunca pero
nunca perder la orientación hacia la finalidad de la inclusión
social. Arduo desafío.
La reunión de quipo, el espacio de la reflexión, tiene otra
importantísima función además de ser la matriz de
115
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

generación estratégica. Es el ámbito para la tramitación de los


elementos de la vida afectiva de los efectores del equipo,
movilizados por el tipo de tarea que realizan, que conlleva el
encuentro con el malestar del padecimiento casi
cotidianamente. Es el espacio donde trabajar sobre la
implicación inherente a la tarea en salud mental comunitaria,
que toma un especial carácter al proponerse como un trabajo
que debe realizarse de persona a persona. Es allí donde se
puede -desde la mirada del compañero- evaluar por ejemplo
si nos estamos sobreinvolucrando, que es una forma de
extraviarse en la tarea, perdiendo los fines operativos
organizados estratégicamente. La familiarización del trato
persona a persona sin la presencia normatizada de lo
institucional perjudica el ordenamiento conforme a la
finalidad que venimos mencionando tantas veces. O también
por el contrario, los fenómenos de desinvolucración al
servicio de defenderse del malestar, también son posibles de
ser reconocidos en esta reflexión conjunta de equipo. Por
supuesto también es el espacio de reflexión dónde celebrar
los logros terapéuticos, donde valorarlos y hacerlo
reconocibles junto a otros dedicados a este asunto de la
inclusión social.
Pero más allá del método, las reuniones, las tramitaciones de
los afectos displacenteros, los logros operativos parciales o
generales; más allá de todo eso nos resuenan los vestigios
sigmunianos de una vieja frase cirujeada por nosotros y
transformada a nuestra conveniencia. La frase advierte, a
quienes se embarcan en encontrar y combatir las tendencias
excluyentes - esas que habitan mal domadas en el alma de la
comunidad humana - que han de hallarse preparados para no
salir indemnes de esa lucha.

116
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

DEL TRABAJO DE SER ENFERMERO EN LOS


PROCESOS DE ROTULACIÓN
/EXCLUSIÓN DESDE LA SALUD MENTAL
COMUNITARIA DE RIO NEGRO…
Enf. Fernando Cortes.

La modalidad de trabajo en Salud Mental Comunitaria en la


Provincia de Rio Negro es Inter/transdiciplinaria,
interinstitucional, intersectorial e interparadigmática. Es un
hacer entre diferentes disciplinas, entre sectores, entre
instituciones y con miradas diferentes pero que aun así,
confluyen en el objetivo final que es la Reinserción Social de
las personas que padecen sufrimiento mental. La práctica
está guiada por la modalidad de trabajo Acción –Reflexión3
centrada en la tarea, que se encuentra enmarcada por la
Estrategia Terapéutica, la misma se valorará, evaluará, se
ratificará y/o rectificará tantas veces como sea necesaria con
el objetivo de mejorar la calidad de vida del usuario.
Pensamos en una práctica profesional comunitaria y
promocional, ya que desde este Modelo Curativo

3
Schiappa Pietra, José. “Modo Rionegrino de Trabajo en Salud Mental. Río
Negro.2006
117
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Promocional4, dejamos atrás la interioridad de las


instituciones para aprovechar cada instancia como parte de
una estrategia terapéutica. Desde este lugar, un espacio
lúdico dependiente de otra institución, una caminata, arreglar
el jardín, o hachar leña para el invierno, pueden ser parte de
una Visita Domiciliaria y esta a su vez de una Estrategia
Terapéutica con lineamientos a corto, mediano o largo plazo,
teniendo como fin último, la reinserción socio-comunitaria
del sufriente mental.
La posibilidad de rescatar los recursos de salud presentes en
las personas necesitan un marco de respeto y confianza en
sus potencialidades, para la formulación de un proyecto de
vida acorde a su singularidad y le permita vivir en sociedad
“…La tarea de recuperación del sufriente mental ya no es
privativa de unos pocos especialistas, sino que corresponde a
la sociedad en su conjunto”.5
Desde este especial posicionamiento, enfermería tiene un
lugar privilegiado para poder participar de estrategias
terapéuticas y aportar en este complejo campo.
Abandonando el encuadre tradicional para posicionarse
desde una visión con características comunitarias6 netas,
conociendo el contexto en profundidad, promoviendo el
rapport con el usuario y las potencialidades salutógenas.
Dejándonos atravesar desde lo subjetivo que surge en ese
encuentro. Tratando de horizontalizar el poder,
convirtiéndose en un “Persona a persona” y con cada visita
domiciliaria el efector juega de “visitante” y el usuario de
“local”. Herramientas técnicas como la empatía y la alteridad
son visceralmente necesarias a la hora de pensar en una
praxis cotidiana objetiva. Siendo el objeto de nuestra ciencia
enfermera el cuidado, cuanto más técnica puede volverse una
praxis, a la hora de pensar en el cuidado de vulnerabilidades
4
ShiappaPietra, José.
5
Ibid. Hugo Cohen- Graciela Natella. “Trabajar en Salud Mental”
6
Shiappapietra José, “La Desmanicomialización” Ed. Fondo Editorial
Rionegrino.2008.
118
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

con tanta sensibilidad humana. Tomando palabras de


Collerie: “Cuidar es, mantener la vida, asegurando la
satisfacción de un conjunto de necesidades indispensables
para la misma, pero que son diversas en su manifestación”7
es así, que podemos pensar en la temática del proceso de
Rotulación-Exclusión, temática central a la hora de pensar en
Estrategia terapéutica, en calidad de vida, y en última
instancia, en promover la vida.

PROCESO DE ROTULACIÓN/EXCLUSIÓN

Nos presentamos siendo, trabajadores, pero también somos


hijos, padres, madres, abuelas, tíos y participamos de un
partido de futbol, hacemos cerámica, caminamos, andamos
en bicicleta; todas ellas, actividades dentro de instituciones
donde se esgrime el poder y tratamos de reposicionarnos
todo el tiempo para intercambiar con el otro. Pero podemos
ubicarnos de diferentes maneras dentro de ese interjuego y
seremos jugadores de futbol más avezados en algunos
lugares de la cancha, podremos hacer piezas de cerámicas
más altas o bajas, delicadas o rústicas y nuestro poder de
intercambio variará en función de las características deseadas
para ese contexto definido.
Y no podremos darle continuidad a una sola faceta de nuestro
hacer (ser/estar); ya que podremos ser buenos jugadores de
futbol, pero también transitaremos por otros espacios como
escuela, iglesia, taller de costura, etc. y en cada una de ellas,
trataremos de ganar un lugar de representación con el otro
en base al campo específico en el que nos encontremos y aún
así, no dejaremos de ser nosotros mismos. Y puedo ser un
trabajador de salud, pero a la vez soy hijo, tío y hermano.
Comparto un espacio en el taller de cocina, juego al ping pon,
voy a clases; y en cada una de esas instituciones voy cursando

7
Collerie, Marie Francoise. “Promover la vida” segunda Edición. Ed. Mc
Graw Hill. 2009.
119
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

en el ámbito comunitario por diferentes espacios. Entrando y


saliendo de las instituciones sin dejar de tener mis
características propias, paso a ser un actor participante en
cada una de ellas.
Son las instituciones que van marcando los formatos y el
contexto de cada uno de los espacios; pero si comenzara a
participar de las mismas y tuviera un formato de
representación, entonces comenzaría a estar rotulado.
Tendría un rótulo, que va diciendo una característica que
hace referencia solo a una parte de mí. Por cada espacio que
vaya compartiendo, en cada uno de ellos, solo pudiera tener
una sola referencia, una sola representación, una sola forma
de decir o hacer las cosas. Entonces, en el taller de cocina
hablaría de futbol, pensaría las actividades desde el futbol, y
cuando juego al ping pong, ocurriría lo mismo; y cuando
entrara en un negocio a comprar pan… ocurriría lo mismo…
Dejaría de ser una parte mía, una característica de mi
persona, y me convertiría solo en eso, entrando y saliendo de
instituciones y espacios con la referencia de solo un campo, el
ser “jugador de futbol”… Así podemos pensar en la
rotulación, cuando en todo momento la referencia hacia mi
persona se hace desde una sola mirada, y desde allí se me
pide que cumpla la función que desde ese lugar se me ha
asignado. Podemos ir al taller de cocina y ser talleristas,
participantes de ese espacio, pero tendremos el rótulo de
“loco”… de igual manera, si vamos a comprar el pan, jugar al
futbol, seguiremos siendo el rótulo, y se nos pedirá ante el
prejuicio, las ideas apriorísticas y todas las representaciones
negativas que respondamos a ese rótulo. Es allí donde
comienza la exclusión en el campo de la salud mental. Cuando
el rótulo es más fuerte, viene previamente la representación
de la locura y nos aparta, nos pide que cumplamos la función
de “loco”. Podremos estar en la institución educación, por
ejemplo, y al estar en una escuela, el rótulo sea más fuerte,
entonces comenzará la exclusión, pidiéndonos que nuestra
función sea la de paciente de salud mental, como cuando
120
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

comienza el temor a la locura, como cuando se niega la


palabra o la escucha… “porque es paciente de salud mental…”
como cuando se le quita valor o importancia a “decir” o
“hacer”…“porque es paciente de salud mental…” y no
importa lo que diga o haga, el rótulo de locura seguirá siendo
la representación más fuerte que la persona misma.
Porque el rótulo en este específico caso representa a una
función, la función de “paciente de salud mental”, dentro de
un organigrama institucional, como lo es el hospital. Y puedo
cruzarme muchas veces por el taller de costura, pero si el
rótulo es más fuerte, no existirá la misma posibilidad de
aprender, la escucha no será la misma, la capacidad de
participar, no será la misma y durante ese tiempo la
institución Educación me referirá a sostener la representación
de “enfermo de salud mental”, que proviene de la institución
Salud y así anular su voz, su presencia, su persona.
Cuando el rótulo impide a una persona transcurrir por alguna
institución se va sesgando el campo comunitario,
disminuyendo de esta manera la red de contención que tiene
la persona, y a su vez la participación y la contractualidad.
Cuando los espacios de intercambio se van reduciendo y el
proceso de rotulación-exclusión avanza, el número de
espacios que el usuario puede transitar van disminuyendo
drásticamente, ya que, al no poder participar del taller de
cerámica, al no poder participar de espacios lúdicos, de
espacios de deporte; la exclusión alcanza niveles de
aislamiento social que agrava y vuelve crónica la situación del
usuario.
Comprender el proceso de rotulación-exclusión nos brinda
herramientas a la hora de pensar en Estrategias Terapéuticas,
que necesitan un trabajo comunitario en campo de manera
previa, continua y con proyección para esa estrategia singular
y armada para esta situación individual. El trabajo en campo
previo, son los contactos con las diferentes instituciones,
espacios, profesionales, técnicos, vecinos, conocidos que
pueden aportar desde sus diferentes lugares y posibilidades.
121
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

El sostén cotidiano de la estructura que la estrategia necesita


para poder funcionar como tal, y la proyección a un futuro
cercano para posibilitar estrategias alternativas desde el
equipo de salud, se sostiene desde la acción-reflexión como
principal herramienta.

122
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

JUNTOS… SALIR PARA ENCONTRAR-NOS.


Lic. Andrea Mancardo.

Servicio de Salud Mental Comunitaria del Hospital zonal,


“Francisco López Lima”. General Roca, Río Negro.
Equipo participante: Profesionales, Operadores y Usuarios del
Servicio
Experiencia: Salidas al balneario municipal durante el periodo
estival.

Las salidas recreativas al río son planificadas, organizadas y


llevadas a cabo por los operadores en salud mental,
profesionales, residentes y usuarios.
Los diferentes actores involucrados en sus diferentes talleres
y en su cotidianeidad, despliegan diversas acciones durante la
semana para concretar la salida al río: planificación de juegos,
búsqueda de recursos materiales como leña, comida y
bebidas, gestionar diferentes movilidades, coordinar horarios,
etc. Como quien dice, un verdadero trabajo en equipo. Como
siempre sucede, están los que se ponen el equipo al hombro;
los que planifican; los que planifican y realizan; los que
ningunean su aporte, los bufones, etc.
Muchas de las acciones desarrolladas por los profesionales no
son las que en el imaginario social se le atribuye a tal o cual
123
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

profesión; y tienden a ser descalificados en algunos casos por


el colectivo profesional y por otras profesiones. No es raro
encontrarnos en los pasillos del hospital con frases como
“ustedes si que la pasan bien”, o irónicamente un “cómo
trabajan, hee”. En estas y otras expresiones, actitudes,
miradas despectivas; se palpa una desvalorización a las
actividades realizadas por fuera del ámbito hospitalario, y
más aun, en la vida cotidiana o comunidad.
Muchas de las críticas, se orientan argumentando la “perdida
del sentido especifico de la profesión. ¿Y cual es el sentido
específico de las profesiones, la tan mentada “incumbencia
laboral”, en el ámbito de Salud? Prevenir, Atender y
Promocionar la “Salud” dirán todos; en otras palabras,
mejorar la calidad de vida. Como es evidente, el lugar no
define la incumbencia laboral. La incumbencia la definen los
objetivos planteados, que si deben ser coherentes con la
profesión y el ámbito laboral.
Citando a Ana Lía Broide “Nuestra práctica está centrada y
dirigida simultáneamente al individuo, a su medio inmediato,
la familia y también a la comunidad que lo circunda. Esta es la
única manera de desanudar la madeja de la locura;
resignificando y otorgando a cada uno lo que tiene de
responsabilidad en la crisis. Aislarlo de su medio, es cristalizar
en él, la pesada carga que tiene que ver con su entorno y del
que él solo actúa como denunciante; siendo el dedo índice, su
locura”8
Se trabaja por un lado, en desmitificar la “locura”, los
problemas de salud mental; aboliendo categorías
tradicionales que etiqueten a la persona como enfermo
irreversible o crónico. Y por otro lado, abordando la situación
en el entorno cotidiano, con el entorno.
En el primer párrafo, del Capítulo 1 del primer libro de Jose
Schiappa Pietra extraigo una definición, de la cual, todo se

8
Dra. Ana Lía Schatchter Broide. Escrito inédito publicado en Revista de
divulgación Científica “Brancaleone” Año 1. N°1. Mayo 2013.
124
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

desencadena y cobra sentido: “El hombre es un ser social y


está siempre en interrelaciones. Es un ser histórico… lo que le
afecta, lo que le sucede, solo puede ser entendido por dentro
de su transcurrir de acontecimientos. La búsqueda de sentidos
o significados a sus conductas o sucesos deberá realizarse
entre las interminables conexiones de los hechos por él
vividos, y obviamente, por las demás personas y el mundo”9
Bajo la concepción de ser humano como eminentemente
social, que es y se hace con los otros; y que los problemas de
salud mental son eminentemente de origen social; es allí
donde debemos producir el cambio. Cambio en lo social, y
cambio en el individuo situado.
Como dice Schiappa Pietra “…aquellas maneras de estar, que
las personas llaman “vida cotidiana”, son las mejores para
desarrollar nuestro tratamiento. Donde nos permitimos
actuar en tratos de persona a persona y donde mejor se
alcanzan los fines de inclusión social. Cuando hablamos de
vida cotidiana, no hablamos de un lugar, sino una manera de
estar”10
Llegado el día, por diversos medios nos vamos arrimando al
balneario municipal “Apycar”. Algunos llegamos en autos
particulares, otros en movilidad gratuita, en La Balsa, en
bicicleta, en motoneta…. De a uno, de a dos, de a tres, en
malón… y así vamos llegando al río.
Para quien no conoce el lugar, es un camping con un enorme
piletón de 250 mts de longitud de hormigón, con frondosa
arboleda y parrilleros. El populoso balneario es muy
concurrido por los pobladores de la ciudad de General Roca y
alrededores.

9
José Schiappa Pietra. “Trabajos en Salud Mental. Modalidad Rionegrina”
Fondo Editorial “Fundación Valle Nuevo” El Bolsón. 1992. Pag.9
10
José Schiappa Pietra. “Teoría Comunitaria y dispositivos de Inclusión
Social”. PubliFadecs. Año 2012. Pág. 39-40.

125
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Los usuarios del servicio, como así también el resto del


equipo se acomodan en cualquier sector destinado al público
en general.
El calor sofoca. Están quienes se bañan y juguetean en el
agua. Esta quien duerme una siesta a la sombra de un árbol.
No pueden faltar acaloradísimas y otras veces risueñas
partidas de truco. El grupo de jóvenes organizan juegos para
todos, como carrera de embolsado, búsqueda del tesoro,
policía y ladrón, Puedo, dígalo con mímica, etc. No puede
faltar alguno que deambula en busca de una pitada.
Las tortas fritas y empanadas comienzan a aromatizar y darle
gusto a la tarde.
En forma respetuosa, todos comenzamos a acercarnos al
fogón, formando una ronda, y acomodándonos para deleitar
las exquisiteces que en un lugar así saben de otra manera.
Con el corazón contento, y luego de entablar largas charlas
sin rótulos ni diplomas; sin muros ni lazos; pero creando
nuevos lazos, los vínculos se siguen estrechando.
Mates y discusiones se eternizan y se comienzan a dar
distintos intercambios e interacciones sociales.
El marco es ideal para pasar momentos de encuentro. De
crear y recrear nuevos imaginarios sociales.
Guitarreadas y canticos, mediados por mates y tereres,
alegran y matizan la tarde.
“Y dale alegría, alegría a mi corazón;… es lo único que te pido
al menos hoy“. El coro suena cada vez más fuerte; y en poco
tiempo, casi una multitud se suma a las baladas y canciones
populares.
Los juegos reanudan, y con la confianza ganada, comienzan a
ser masivos. Los vecinos, compañeros de aquella tarde, se
vuelven pares.
La tarde cae. El calor ya no es abrazador, pero la piel y el
corazón están más calientes que antes. Quedan recuerdos,
conocidos y conocimientos.
Con el tiempo, nos fuimos apropiando de un espacio y lugar.

126
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Las jornadas terminan, y una nueva semana comienza con el


anhelo renovado de esperar la próxima salida al río.
Pasar un día en el río, como casi cualquier experiencia en la
cual nos rodeemos de pares, tiene un valor terapéutico y
curativo para quienes trabajamos en salud mental.
Al trabajar en la vida cotidiana, el trato de persona a persona
favorece para que los usuarios se conecten con el entorno,
haya autorrealización y se generen nuevos lazos de
intercambio, compañerismo, solidaridad y colaboración.
Si tenemos como horizonte lograr la inclusión social de las
personas, para lograr tal fin seguramente despleguemos
acciones que no hemos aprendido en la academia; sino
precisamente en el ámbito social.
Entonces el trabajar en Salud Mental pasa por ser y estar en
la comunidad. No lo realizamos por mero voluntarismo o
actitud caritativa. Ni tampoco es algo que no tenga nada que
ver con la profesión. Los actos están dirigidos hacia un fin
específico propio de la profesión y del ámbito laboral.
La metodología de trabajo se desarrolla bajo premisas
teóricas-metodológicas basadas en la reinserción social de las
personas con algún padecimiento mental, Teoría Comunitaria
que garantiza los derechos de las personas.
En este sentido, la nueva Ley Nacional de Salud Mental,
promulgada en el año 2010 “Ley Nacional de Salud Mental N°
26657”, como herramienta normativa viene a reafirmar el
trabajo que desde hace más de 25 años se viene
desarrollando en la Provincia de Río Negro a través de la “Ley
N° 2440 de Promoción Social y Sanitaria de las personas que
padecen sufrimiento mental”.
La nueva ley nacional basada en los nuevos estándares de
Derechos Humanos vigentes en la materia; contribuye a la
constitución de una agenda específica en Salud Mental como
afirma Martin de Lellis11. Fortalece el rol del Estado Nacional y

11Martin de Lellis. “A propósito de la nueva Ley Nacional de Salud


Mental” Revista diálogos Vol2-Nro2- Junio 2011.
127
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

se inscribe como una herramienta poderosa para emprender


las reformas que son absolutamente prioritarias, y que
sintéticamente se condensan en: A- Integración de las
políticas de adicciones en el marco de las políticas de Salud
Mental. B- Vigencia de Derechos en las personas con
trastornos mentales. C- Transformación del modelo de
atención que incluye el cierre progresivo de manicomios y la
habilitación de dispositivos asistenciales de base comunitaria
sustitutivos del régimen asilar. D- Aplicación del enfoque
epidemiológico como un insumo crítico para la toma de
decisiones. E- Capacitación de los recursos humanos en el
campo de la Salud Mental desplazando el eje profesional
desde el modelo restrictivo al modelo social expansivo.
A modo de cierre, quiero agradecer al grupo ACER VIDA del
cual formo parte, por darme esta oportunidad de compartir
una de las tantas experiencias de trabajo que se llevan a cabo
desde el Servicio de Salud Mental de General Roca.
El presente escrito fue posible desde mi rol como Lic. en
Trabajo Social. Sin dudas, una amplia posibilidad de análisis
teóricos se pueden extraer desde cada una de las
experiencias que se desarrollan en la comunidad. Sin
embargo, no era el fin del presente pequeño aporte. La idea
era que la teoría no tape la práctica en la vida cotidiana. Es
desde estas experiencias prácticas donde se aprende y
aprehenden nuevas formas de asumir nuestro rol como
agentes de cambio en el campo de la salud mental.

128
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

SINGULAR Y COLECTIVO12
REFLEXIONES SOBRE EL TRABAJO EN SALUD MENTAL
COMUNITARIA EN SIERRA COLORADA

Dionisia Lausada, Claudia Baffo

Antes de empezar la difícil tarea que nos convoca, a saber:


reflexionar teóricamente sobre una experiencia concreta de
trabajo, es necesario situarnos en la localidad de Sierra
Colorada y en el marco de reforma provincial que llamamos
desmanicomialización. Situarnos, ponernos en situación,
tanto geográfica como políticamente; disponernos a pensar y
a sentir desde una determinada posición, que nunca es
neutra ni objetiva.
La localidad de Sierra Colorada, escenario en el cual nos
ubicamos, es una ciudad poco conocida aún dentro de la
provincia. Vecinos cipoleños o roquenses con frecuencia la
confunden con otras ciudades de nombres similares pero
ubicadas en zonas bien diferentes de esta. Por eso

12
El presente capítulo es una versión revisada y ampliada, de una de las
clases del Seminario Electivo Obligatorio en la Orientación Clínica, de la
carrera de Psicología – Facultad de Ciencias de la Educación, de la
Universidad Nacional del Comahue. El Seminario estuvo a cargo de la
profesora Baffo Claudia en 2013 y 2014, y contó con la participación de la
Lic. Dionisia Lausada como docente invitada.

129
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

empezamos diciendo que Sierra Colorada no es “Río


Colorado” (zona del Valle Medio) ni es “Sierra Grande” (zona
Este o Atlántica). Por el contrario, es parte del amplio,
desértico y extraordinario territorio de la Línea Sur rionegrina.
Si referenciamos, muy básicamente, las localidades extremas
de Río Negro encontramos: Catriel al norte; Viedma al este,
Cipolletti al oeste lindando con Neuquén, y Bariloche al sur.
Entre las cuatro ciudades podemos trazar líneas de unión
imaginarias que nos darían, aproximadamente, la forma de
una cruz. En el centro de ese entrecruzamiento, está la
localidad de Sierra Colorada. Por eso se dice que “es el centro
geográfico de la provincia de Río Negro”. Supuestamente... al
menos hay una piedra que lo informa así que vamos a confiar
en ella.
El tren que hace Viedma-Bariloche pasa por Sierra Colorada a
la madrugada, si alguien hizo ese trayecto, seguramente
recordará que a eso de las 2 o 3 de la mañana, pasó por
Sierra. Es un lugar con unas características climáticas bien
particulares, dado que como decíamos, forma parte de la
línea sur o región sur provincial. Tiene un clima árido
patagónico, con temperaturas extremas que van de los 15
grados bajo cero que podemos tener en invierno, hasta 40 o
más grados en verano. No llueve casi nunca, exceptuando
ahora que se inundó, lo que constituye un evento inesperado
y muy extraño. Las particularidades de ese clima se vinculan a
la meseta de Somuncurá, que comparten Chubut y Río Negro.
Por otro lado hay que destacar (dato no menor) que tiene
1.800 habitantes, incluyendo la zona rural, donde
encontramos mayor cantidad de hombres que de mujeres.
Empezar este capítulo con una descripción geográfica y
ubicación de la localidad no es un mero tecnicismo. Por el
contrario, es central que nuestra manera de trabajar no se
piense fuera de contexto. Hace diez años, no había Servicio
de Salud Mental (SSM) en Sierra Colorada. Al llegar una de las
autoras - Dionisia - fue única efectora durante los primeros
seis años y hace cuatro se abrió la Residencia en Salud Mental
130
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Comunitaria. Muchos podrán preguntarse: “¿para qué un


servicio de salud mental en una localidad tan chica?”. Y se
podrían dar muchas respuestas, aquí elegimos la que va por
el carril de los derechos, la accesibilidad, la descentralización
del recurso humano que hace que cada habitante pueda ser
atendido en su lugar de origen, evitando así el desarraigo
que implica el traslado a las grandes urbes en donde los
códigos son otros y los tiempos también .
Ser única efectora tiene sus particularidades, dado que
implica realizar toda la gama de actividades previstas para un
servicio, pero hacerlas de manera personal. Por ejemplo:
guardias, visitas domiciliarias, atención en consultorio,
intervención en crisis... todo lo que imaginen debe hacerse en
el modelo comunitario, lo hace ese único efector de salud
mental. Claro que no hace en soledad, sino en compañía de
otros efectores de salud, como los médicos (que en nuestro
caso son dos), los enfermeros, la trabajadora social o agentes
sanitarios.
El agente sanitario es un trabajador de la salud, con
conocimiento del terreno, que tiene a cargo un área
determinada (puede ser un conjunto de barrios o sector), y
concurre a los domicilios de las personas y familias que lo
habitan. Su tarea es hacer prevención, promoción y asistencia
de la salud, es decir, que tiene funciones bien diversas:
entregar la pastilla para el perro (que es para evitar la
hidatidosis), detectar mujeres embarazadas, hablar sobre
prevención de caries, tomar la presión arterial, se encarga de
las campañas de vacunación. etc. O sea, es bastante amplio lo
que hace.
Ello es posible gracias a que cada hospital de la provincia, es
un hospital “Área Programa” lo que implica organizarse con
un criterio de territorialidad. Cada hospital cubre una
extensión determinada en kilómetros y una cantidad de
población en ese territorio.

131
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

El Área Programa del hospital de Sierra Colorada llega hasta el


límite con Villa Regina, o sea, que es muy extenso. Además
tiene caminos en malas condiciones, caminos vecinales en los
cuales no pasa una máquina. Y tiene una población bastante
dispersa y aislada. Conociendo esta realidad local, desde el
hospital se realizan semanalmente Salidas Rurales (visitas a la
zona rural). En esa salida participa el chofer, un agente
sanitario, un médico, y un efector de Salud Mental o de
Servicio Social.
Aquí vale la pena detenernos, porque es probable que el
lector se pregunte (como suelen preguntar siempre los
nuevos residentes) “¿para qué se va al campo?”. Esa pregunta
sólo puede ser respondida con una invitación a la acción.
Como hace Dionisia que simplemente les dice: "vayan al
campo y cuando vayan se van a dar cuenta para qué se va al
campo". Porque sólo yendo al campo se entiende a qué va el
psicólogo o personal de SM al campo. Intentaremos, sin
embargo, trasmitir un poquito de esas razones para continuar
con el relato.
Sabemos que para que haya Salud Mental tiene que haber
encuentro con otros, el encuentro produce salud. Y también
sabemos que hay personas que viven a 300 km de la ciudad,
en el medio de la meseta, que su contacto cotidiano es con
animales porque no hay otras personas con las cuales
contactarse. Entonces, afirmamos, ir al encuentro con ese
otro, es una manera de hacer - de construir, de promover - la
Salud Mental.

ACERCA DE QUÉ Y CÓMO

A la persona que vive en el campo, vamos a preguntarle cómo


esta, cómo anda, qué cocinó hoy. Pero ese diálogo referido
básicamente en los aspectos cotidianos de su vida, se logra
únicamente a condición de respetar la realidad del otro. Por
ejemplo: aceptando los tiempos de conversación del otro.
Porque en el campo, esos tiempos no son como en las
132
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

ciudades, donde encontramos personas hablando a toda


velocidad. ¿Saben a lo que nos referimos? Uno va al campo y
luego del "Buen día” hay que esperar varios segundos para
tener el “buen día" de respuesta. Ello no puede describirse
diciendo que tienen un tiempo de respuesta retardado. No,
porque ese es su tiempo de respuesta ¿por qué debería
responder a mi tiempo de respuesta?
Otro aspecto del respeto al otro como condición de una
conversación verdadera, es utilizar el lenguaje adecuado.
También puede parecer una cosa obvia, pero si lo olvidamos,
no hay encuentro posible. Recordamos una situación, durante
una vista a un señor que vivía solo y que era además
analfabeto, en la cual al momento de despedirse Dionisia, la
residente que la acompañaba dijo amablemente "Ante
cualquier inconveniente por favor acérquese al Servicio de
Salud Mental". Frente a la evidente perplejidad del señor,
Dionisia realizó rápidamente la traducción correspondiente:
"Si tiene algún problema vaya al hospital".

POR SUPUESTO, LA PREVIA

Parte del encuentro son los preparativos: la persona ya sabe


que el equipo de salud va a ir a su casa, y está esperando esa
visita. Puede ser que lo sepan porque se enteran escuchando
la radio. La radio es un medio de comunicación
excepcionalmente valioso en nuestro territorio: pasan los
avisos al poblador rural y dicen por ejemplo: "Se visitará el
campo de Juancito Pérez, por favor dejar la tranquera
abierta". Eso puede parecer hasta cómico, pero tiene un
profundo sentido: primero práctico, porque si no saben que
serán visitados, la gente cierra la tranquera y le pone
candado. Pero además tiene el sentido de anticipar la visita, y
generar ese tiempo de preparativos. Entonces, la gente está
esperando y recibe al personal de salud con la mejor silla, con
la mejor ropa… porque es como una gran visita.

133
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Decíamos recién que la radio tiene un valor excepcional,


teniendo en cuenta que es el único medio de comunicación
en ese territorio. Porque en el campo no hay señal de celular,
obviamente no hay internet, y no hay teléfono fijo. En la radio
pasan avisos muy variados como por ejemplo "Juan Pérez fue
al médico. Salió todo bien" o "Avisa Juan Pérez a Martita que
mande lo convenido".
Mientras sostenemos esa charla sobre aspectos cotidianos, el
agente sanitario puede tomar la presión, si por ejemplo es
una persona que tiene hipertensión, como podría pasar con
Ernesto. Esa tarea tiene su relevancia dentro de un planteo
de salud integral de la persona, e incluye que el agente
sanitario haga alguna recomendación al respecto. Pero en
cuanto a Salud Mental, el contenido de la charla no se centra
necesariamente en esa enfermedad. Sería un error pensar
que con Ernesto debemos charlar principalmente sobre los
riesgos de comer con sal o de no cuidarse lo suficiente. Eso
puede hacerlo el agente sanitario, si lo considera pertinente.
Pero sería un error centrar en eso nuestra charla, si ese día
Ernesto está preocupado por otra cosa, por ejemplo por el
clima.
Ningún tema o contenido de la charla tiene importancia en sí
mismo: sólo podemos tener en cuenta que debe ser
respetuoso de la realidad cotidiana significativa para la
persona que estamos visitando, según sus preferencias. Por
eso se trata, como siempre, más de saber escuchar que de
saber qué decir.
Las Salidas Rurales, así como las visitas domiciliarias, no son
una panacea o una técnica infalible para construir salud
mental. Mejor las pensamos como un modo de intervención
posible y valioso en determinado contexto. Frente a otras
necesidades o demandas, la intervención será otra.
Consideramos que esa flexibilidad, o singularidad en el modo
de actuar, es una característica destacable del proceso de
desmanicomialización. Cuando lo olvidamos, y pretendemos
aplicar técnicas o protocolos estereotipados, estamos
134
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

olvidando algo de eso esencial que significa sacarnos el


manicomio de la cabeza.
Vamos entonces a desarrollar otro modo de intervención que
fue posible en Sierra Colorada. En la experiencia que vamos a
desarrollar, lo que nos convocó a actuar fue la situación
problema de una persona, y por lo tanto podemos decir que
el nivel de abordaje, en principio, sería individual. Sin
embargo, vamos a desarrollar cómo ese abordaje aunque sea
clínico, siempre excede a la persona, cuando se piensa y se
actúa desde un modelo de salud mental comunitaria.

PAREMOS LA PELOTA…

En enero del 2014, llegó al hospital un joven, vamos a


llamarlo Juan, de 16 años, tras haberse realizado cortes
superficiales en ambos brazos. Luego de curar las heridas, el
médico generalista solicitó una interconsulta a Salud Mental,
manifestando que el chico estaba angustiado pero que no
quería hablar. Entonces lo que hacemos es tomar contacto
con el chico. Ir al encuentro, nuevamente.
En este caso, ya conocíamos a Juan, porque en los pueblos
pequeños es frecuente conocernos. Pero cuando nos
acercamos lo primero que nos dice es que lo dejemos, que no
quería hablar con nosotros, que no lo podíamos ayudar en
nada, que no servíamos para nada, etc. Que suceda esto es
algo esperable: no sólo no hay demanda de ayuda, sino que
nos encontramos con un franco rechazo. Sin embargo, nos
quedamos. Esperamos, y empezamos a hablar con él de otras
cosas (en este caso de una pulsera que tenía puesta)
precisamente porque Juan no quería hablar de lo que le
pasaba, de lo que le generaba dolor o sufrimiento.
Juan era un chico muy despierto, con variado contacto con
otra gente, con una vida familiar bastante complicada. Luego
supimos que lo que ese día le había pasado era que se había
peleado con la novia. Y aunque puede parecer una banalidad,
a los 16 años pelearse con la novia, novio o amante, es un
135
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

evento terrible (a otras edades también, claro!). Entonces se


había cortado los brazos. Además, una semana atrás él había
cometido un intento de robo, y por ello el servicio de SM
tenía un Oficio donde un Juzgado nos indicaba iniciar un
tratamiento con el joven. No vamos a detenernos en este
aspecto de la relación entre Salud Mental y Justicia, dado que
por su complejidad implicaría un desarrollo que no podemos
abordar en este capítulo. Señalamos, sin embargo, la
importancia y dificultad de la temática.
Nos dimos cuenta rápidamente que en consultorio, el uno a
uno no iba a servir, porque Juan se resistía a ser considerado
paciente y a iniciar tratamiento psicológico, por más que la
justicia se lo ordenara. Y en el caso de Juan, igual que cuando
hablamos de Ernesto, se trata básicamente de respetar al
otro con el que queremos encontrarnos: respetar sus
tiempos, su lenguaje, y también respetar los temas que le
interesan más allá de la obligatoriedad -¿indicada por qué
saber profesional?- de hablar sobre esto o aquello (sea
hipertensión, sea sus cortes, sea su conducta delictiva).
Esta convicción nos señaló un camino posible. ¿Qué hacemos
juntos? Juan observó que en la localidad faltaban actividades
para chicos como él, es decir: que no entran en un equipo de
fútbol porque no van a entrenar todos los días; que no entran
en un equipo de handball; que no quieren ir a la escuela.
Cabe aclarar que en Sierra Colorada se hace mucho deporte,
pero todo es competitivo (es para “ir a las ligas”) y por eso
tienen niveles de exigencia importantes. Entonces él, en
conjunto con Salud Mental, convocó a sus amigos para hacer
algo deportivo. Todos los amigos de Juan tenían alguna de las
problemáticas frecuentes de la adolescencia (se cortaban,
consumían sustancias legales o ilegales). Algunos también
habían realizado algún intento de robo.
Juan convocó a otros chicos, y se propusieron armar junto a
Salud Mental, un Campeonato de Futbol. Pronto se dieron
cuenta de que para hacer un campeonato, nos faltaba
conocimiento específico o técnico, y por eso también
136
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

convocaron a profesores de Educación Física. Eso fue muy


importante, porque si bien ellos sabían jugar a la pelota,
desconocían el reglamento. Entonces se reunían con los
profesores, y tuvieron que aprender varias cosas y tomar
muchas decisiones en conjunto. Armaron un gran equipo de
trabajo, hicieron cartelitos de “Comisión Organizadora” y se
pusieron de nombre Guelenech (usando las iniciales de varios
de los organizadores).
Entonces tuvieron que decidir entre todos, varias cosas. Por
ejemplo los requisitos: ¿quién se puede inscribir? Definieron
chicos de 14 a 19 años. Pero tienen que tener un veterano!
¿veterano de cuánto?. Y así. Juntos, armaron todo el
reglamento, detallando el funcionamiento de los equipos
(aunque después sobre la marcha decidieron hacer algunos
cambios).
Pusieron fecha de inscripción. Y ese día, estos chicos que eran
mal vistos por todos, considerados "unos vagos, unos
drogadictos”… estos chicos que según la opinión pública
nunca no se levantaban antes del mediodía, “los que nunca
hacen nada”… se levantaron a las 9 de la mañana a poner una
mesita para inscribir a la gente para el partido, acompañados
por un residente de salud mental. Se cobraba una inscripción
-para que haya un premio-. Y se anotaron 10 equipos.
Fue muy curioso porque uno de los equipos era el de la
Policía, y los organizadores tuvieron que hacer una excepción
porque eran todos veteranos. El Campeonato era de Fútbol 6,
y para inscribirse cada equipo debía ponerse un nombre. El
de la policía era paradójicamente “Los Juniors”. Los
organizadores se nombraron como “Los Malafama”. Como no
podía ser de otra manera, se jugó un clásico entre los Juniors
y los Malafama. Y fue emocionante, porque el futbol permitió
que esas personas tan lejanas entre sí, se encontraran en la
cancha… Algunos incluso habían arrestado a otros, y sin
embargo en la cancha pudieron jugar y encontrarse desde
otro lugar. De vuelta el encuentro ¿no? Y allí se produce salud
mental, y no sólo para Juan.
137
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Volviendo a Juan, pasó de ser “el que andaba robando” a ser


“Comisión organizadora” del encuentro de fútbol. Hoy sigue
vinculado al servicio de SM, viene regularmente pero no para
hacer psicoterapia. Viene y nos dice "Che, ¿cuándo nos vamos
a juntar para armar otro equipo de fútbol?” o “¿Cuándo
vamos a hacer taller de artesanías?” “¿Cuándo nos vamos a
encontrar de vuelta, porque yo ya les dije a mis amigos?". Y
eso es fantástico. Se refleja por ejemplo en la postura
corporal, desde que organizó los partidos está más erguido,
más seguro, tal vez porque logró pararse desde otro lugar.

Pensamos a Juan y a todas las personas como seres en


relación. Por eso los vínculos no son algo secundario. No
podemos decir que primero hay que estar bien con uno
mismo y así estaremos bien con los demás, como puede
afirmar el sentido común. Por el contrario, pensamos que las
personas nos enfermamos-y nos curamos!- en ese entramado
de relaciones inevitables, que nos hace humanos, nos hace
ciudadanos de un país, miembros de una comunidad, actores
sociales en algunos escenarios. Consideramos también que en
ese entramado de relaciones se apoya en intercambios:
básicamente de palabra, pero también de mutuas influencias
(ejercicio de nuestro poder). Y así, toma relevancia el hecho
de que Juan pueda participar de la toma de decisiones:
implica no sólo reconocer y respetar reglas; sino construir con
otros un reglamento particular, decidir las regularidades e
incluso determinar excepciones.
Por otro lado, observamos uno de los componentes centrales
del modelo comunitario: la necesidad de que el profesional se
corra del lugar de saber-poder absoluto, para dar lugar al
saber de la persona con sufrimiento mental. Ello no debe
confundirse con “preguntarle al paciente su opinión”. No es
meramente tener en cuenta lo que el paciente aprecia de lo
que yo le prepongo; sino reconocer su Saber –darle el lugar
que es suyo - y ello implica también reconocerle un poder en
el propio armado de la estrategia terapéutica. Dejar que
138
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

tenga influencia en el camino a seguir. Nótese que “correrse”


del lugar de saber-poder, no implica en lo más mínimo sacar
el cuerpo: todo lo contrario. La propuesta requiere de nuestra
presencia, para acompañar al paciente en los diversos
espacios. Y eso también tiene efectos: para el propio Juan, y
para el modo en que otros actores sociales perciben la
situación. Esto nos remite, claramente, a un posicionamiento
ético-político.
Esta experiencia también nos permite cuestionar la falsa
dicotomía entre un abordaje clínico-individual, y un abordaje
comunitario. Observamos cómo partimos de algo singular: un
problema detentado por un individuo, que requiere atención
de salud mental; y llegamos a una estrategia que trabaja en
simultáneo la cuestión comunitaria y la cuestión singular. Es
útil preguntarnos, si la misma consulta se hubiera abordado
desde otro paradigma ¿Qué hubiera pasado? ¿Qué hubiera
sido lo posible? Sin duda el abanico de posibilidades hubiera
sido otro (contención física o farmacológica, reclusión,
psicoterapia… son algunas de las opciones usadas en el
campo). Pero al abordar el problema singular desde el
modelo de salud mental comunitaria, se pudo ir un poco más
allá de esas actividades tradicionales. Esto nos remite a que el
proceso de desmanicomialización, ha posibilitado
implementar nuevas acciones, en consonancia con el
concepto de ampliación del tratamiento o tratamiento en la
vida cotidiana. Para que ese proceso sea genuino y no un
mero “como si” se torna necesario desmanicomializar
nuestras cabezas, nuestras prácticas cotidianas.
Pero existe otra falsa dicotomía que también queremos
mencionar: la que cree que el trabajo comunitario es
alternativo al trabajo hospitalario o sanitario. Desde esta
creencia, algunas personas que pretenden defender “lo
comunitario”, desvalorizan todo lo que surge del hospital
porque para ellos lo único verdaderamente comunitario es lo
que se genera en los barrios, plazas, clubes… Por eso nos
parece importante señalar que el hospital general (a
139
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

diferencia del manicomio) es también una institución


comunitaria. De hecho es la institución comunitaria desde la
cual hacemos centro, para organizarnos y trabajar en red. Allí
notamos la diferencia, entre hospitales que se cierran en su
propia lógica y se aíslan de su entorno, y otros hospitales que
se organizan sin olvidar que la salud la construímos entre
todos. Valoramos el trabajo en red y el trabajo comunitario,
del cual a veces el sector salud debe ser el promotor.

140
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

HUELLAS DE LA DESMANICOMIALIZACIÓN
ESTUDIO CUALI-CUANTITATIVO DEL PROGRAMA DE SALUD
MENTAL COMUNITARIA RIONEGRINO, PERÍODO 2005- 2010.

Mariana Paulín Devallis, Claudia Gabriela Baffo.

1. INTRODUCCIÓN

En este capítulo presentamos los resultados de una


investigación realizada en el Programa de Salud Mental
Comunitaria (PSMC) de Rio Negro, Argentina13.
Las autoras nos planteamos la necesidad de reflejar en el
campo científico algunas de las implicancias del proceso
provincial de reforma en SM. Consideramos que ello puede
aportar a un debate sobre la desmanicomialización basado en
hechos y argumentos, que pueda superar las meras opiniones
(a favor o en contra) sobre el mismo.
Esta investigación muestra lo que se practica día a día en los
32 servicios de SM de Rio Negro y lo que piensan algunos de

13
Dicha investigación contó con el aporte financiero de una beca Carillo –
Oñativia de la Comisión Nacional Salud Investiga convocatoria 2012.

141
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

los actores que están implicados en la atención. Por ello


hemos querido divulgarlo, para que cada lector con los
resultados cuantitativos y cualitativos que aquí presentamos
pueda formarse una idea propia.
En el estudio que exponemos se caracterizaron cuantitativa y
cualitativamente las prestaciones realizadas en el periodo
2005-2010 por los servicios de Salud Mental (SM) de toda la
provincia, y se identificaron los factores asociados al perfil de
prestaciones desde la perspectiva de los trabajadores del
programa.
El proyecto se fundamentó en la necesidad de conocer
sistemática y técnicamente, el proceso de reforma conocido
como desmanicomialización14. Se consideró que el mismo no
ha sido suficientemente evaluado, debido -entre otros
factores- al desafío teórico y metodológico que implica dicha
tarea. La evaluación de servicios y programas organizados en
un modelo de atención comunitaria no puede realizarse con
las herramientas tradicionales, dado que las prácticas difieren
de las consideradas clásicamente asistenciales.
Con el fin de posibilitar el monitoreo y evaluación del PSMC,
en el año 1993 se implementaron los instrumentos “Informe
Diario de Actividades y Consultas de Salud Mental” y
“Resumen Diario Mensual de Actividades y Consultas de
Salud Mental”. Si bien la finalidad de estos registros es la de
“contar con datos estadísticos para la descripción, evaluación
y programación del trabajo en salud mental”(1) los datos
producidos no se utilizaron suficientemente para estudiar la
evolución de su implementación, ni su impacto a nivel
provincial. Tampoco suelen analizarse a nivel local, es decir,
que los equipos generan datos que no recuperan como
insumo para reflexionar sobre su tarea. En esta dirección se
orientaron los propósitos y objetivos de la investigación
realizada.

14
En la provincia de Río Negro la atención de SM se realiza en Hospitales
Generales desde mediados de los años 80.
142
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

El objetivo general fue caracterizar las prestaciones de los


servicios de SM de Rio Negro en el periodo estudiado. Como
objetivos específicos se buscó: describir las prestaciones;
caracterizarlas en relación al modelo de atención propuesto
por el programa de SM rionegrino; e identificar a que factores
asociaban los trabajadores los tipos de prestaciones
predominantes.

Marco teórico de referencia

Nuestro marco de referencia se constituyó con cinco


componentes, reuniendo antecedentes, definiciones teóricas
y/o marco legislativos, a saber: 1) aportes de diversas
corrientes teórico-prácticas de reforma psiquiátrica en el
mundo, y de documentos internacionales sobre la
reestructuración de la atención a la salud mental; 2) aportes
relacionados a la evaluación de programas de SM
Comunitaria particularmente en el marco de reformas; 3) el
marco conceptual del Programa de SMC rionegrino 4)
antecedentes de investigaciones sobre el programa
rionegrino; y 5) Legislación Nacional y Provincial en SM.
Nuestro punto de partida fueron los movimientos de reforma
psiquiátrica, al reconocerlos como antecedentes
internacionales en la lucha por superar la realidad
manicomial. Mencionamos la Psiquiatría Democrática
Italiana, la Psiquiatría del Sector francesa y la Comunidad
Terapéutica de Inglaterra, entre otros.
En segundo lugar, en cuanto a la evaluación de programas de
SMC en el marco de reformas, Ardila et al (2) nos aportaron
su visión respecto a que, contrariamente a las evaluaciones
con características tecnocráticas, evaluaciones externas o
impulsadas desde niveles centrales, la evaluación en servicios
de tipo comunitario es posible sólo cuando los implicados en
su implementación y desarrollo la consideran necesaria.

143
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Para la evaluación de servicios de SM en dichos contextos,


también se plantea la necesidad de una triangulación
metodológica.

Respecto del marco conceptual del Programa provincial de


Salud Mental de Río Negro, destacamos que el mismo tiene
como propósito sustituir un modelo institucional por un
modelo de SM comunitaria. Seleccionamos cuatro ejes
fundamentales: la descentralización, el trabajo comunitario e
interdisciplinario, el mantenimiento de los vínculos del
sufriente mental con su medio, y la reinserción social del
sufriente mental (3).
Definimos la descentralización como una cualidad opuesta a
la centralización de recursos, espacios, saberes, etc. que
provocan los hospitales psiquiátricos. El modelo comunitario
permite la articulación de múltiples espacios y actores en la
promoción de la salud mental (4). Propone la redistribución
del saber y la utilización del potencial curativo presente en
todo ser humano, estableciendo como ámbito de actuación a
la cotidianeidad. Seleccionamos las siguientes características
del modelo rionegrino:

a) Internación como último recurso terapéutico: a utilizarse


cuando los demás recursos no resultaron eficaces. La misma
debe ser lo más breve posible para evitar efectos
perjudiciales para el usuario y debe tener como objetivo la
recuperación y resocialización de la persona (5).

b) Reinserción social como objetivo de toda práctica: dándole


prioridad a la reconexión con la vida en todas sus
dimensiones, particularmente la libertad de circular. Se
propone crear formas de recuperación y bienestar acordes
con las características de la persona y sus potencialidades. La
reinserción social se define como el logro de niveles de
autonomía crecientes (6).

144
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

c) Trabajo Intersectorial: el ámbito comunitario se define


como espacio interinstitucional. Se busca activar recursos que
la comunidad tiene para dar respuesta a las problemáticas y
no etiquetar a las personas con rótulos estigmatizantes (6).
Favorece la inserción social y disminuye la marginación y
exclusión (7).

d) Método reflexión –acción: Para el modelo comunitario el


actor que interviene es el equipo y no el profesional
individual o la suma de profesionales aislados, para ello se
vale del método de reflexión- acción que se centra en la tarea
y permite que se rectifiquen o ratifiquen las estrategias
terapéuticas en función de los resultados en la vida del
usuario, tantas veces como fuera necesario. (6)

Breve descripción del PSMC.

El subsector público de salud de Rio Negro está integrado por


6 zonas sanitarias con 35 Hospitales Área Programa y 161
CAPS. La organización por “áreas programáticas” implica una
responsabilidad territorial de cada institución sanitaria
pública sobre su población a cargo, que se delimita
geográficamente.
La red de servicios territoriales mediante la cual se lleva
adelante el Programa de SMC incluye equipos
interdisciplinarios de SM en cada hospital área programa, que
son los responsables de brindar todos los tipos de
prestaciones en su área programática. También forman parte
de la estructura del programa 12 Centros Comunitarios, 2
Casas Alojamiento, 2 Casas para el trabajo de atención y
resocialización con personas bajo jurisdicción judicial (Casa
Art. 12 Ley 2440) y 10 Empresas Sociales. Estos dispositivos
pertenecen a los Servicios de Salud Mental de los respectivos
Hospitales (9).

145
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

2. METODOLOGÍA

En este apartado presentaremos brevemente el camino o


decisiones metodológicas, que dan cuenta de cómo llegamos
a los resultados de la investigación. Nos propusimos realizar
un estudio sistemático, para ellos hicimos un diseño
descriptivo retrospectivo (período 2005-2010). Se adoptó una
estrategia de triangulación de métodos cualitativo-
cuantitativo dada la necesidad de caracterizar las
prestaciones tanto a nivel estadístico como a nivel de las
interpretaciones de los propios trabajadores sobre dichos
datos (7).
Para la dimensión cuantitativa se trabajó con fuentes
secundarias disponibles: los registros estadísticos mensuales
de los Servicios locales del PSMC. Estos registros son
realizados por efectores de SM diariamente y condensados en
un registro mensual; luego son elevados a nivel central-
provincial por los Servicios de Estadísticas de cada Hospital
Área Programa. El criterio de inclusión de las prestaciones de
SM fue que estuvieran informatizadas a través del sistema
estandarizado para el Programa de SMC y correspondieran al
período estudiado.
La dimensión cualitativa se trabajó a partir de fuentes
primarias mediante entrevistas semiestructuradas a
informantes claves. Se aplicó la entrevista a una muestra
intencional de trabajadores de SM seleccionada en base al
criterio de diversidad de actores e información (8). El criterio
de inclusión fue que el trabajador hubiera prestado servicio
dentro del programa de SM rionegrino en el período de
estudio y que aceptara participar en la investigación.
Quedaron excluidos los trabajadores que participaron de la
prueba piloto; y aquellos que formaban parte del equipo de
investigación.
Durante las entrevistas, a cada informante clave se le
presentaron los resultados del análisis cuantitativo de las
prestaciones, y luego se pidió que comenten esos resultados
146
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

en relación al Modelo Rionegrino de Salud Mental, siguiendo


los tópicos guía seleccionados15.

Población accesible y muestra

En cuanto a los datos estadísticos, se relevó y analizó el


universo completo de los resúmenes mensuales de
prestaciones de salud mental del período 2005-2010
disponibles a nivel central.
En relación a la información cualitativa, la muestra quedó
conformada por un total de 8 (ocho) entrevistados. La
antigüedad de los mismos varió entre 23 a 7 años. Se contó
con referentes de cuatro de las seis zonas sanitarias de la
provincia. La cantidad de miembros del equipo al que
pertenecían los entrevistados estuvo entre 22 a 3 miembros,
es decir que también cumplió con el criterio de
heterogeneidad. Finalmente, 3 de los entrevistadores eran
profesionales egresados de la RISaMC, 4 eran trabajadores no
egresados de la RiSAMC y 1 entrevistada estaba en su último
mes de residencia.

¿Qué quisimos conocer? La Variable estudiada fue


“Prestaciones de salud mental”.

Se la definió como las diferentes actividades que los equipos


de salud mental realizan para llevar adelante la estrategia
terapéutica de un usuario o de un grupo de usuarios.
Las actividades están definidas y estandarizadas para el PSMC
de la provincia de Río Negro. Las categorías estandarizadas se
agrupan en cinco tipos: A. Actividad Asistencial Individual; B.
Actividad Grupal; C. Actividad Institucional; D. Actividad
Comunitaria; y E.- Actividad en la Internación (1).

15
Los cinco tópicos utilizados se presentan en la sección de Resultados.
147
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Cada una de dichas categorías se desagrega en sub


categorías, que también están estandarizadas para todos los
equipos del programa.

¿Cuál fue el Plan de Análisis?

En un primer momento, se hizo un análisis cuantitativo de


tipo descriptivo, a través de medidas de tendencia central. En
un segundo momento del análisis se aplicó el “Análisis
Temático de Datos Cualitativos” a las entrevistas
semiestructuradas, sobre ejes seleccionados (ver resultados)
(10). Durante una tercera etapa se trianguló la información
cuantitativa y cualitativa para dar respuesta al objetivo
general de la investigación.

3. RESULTADOS

3.1. Descripción de las prestaciones del programa de


Salud Mental Comunitaria en el período 2005-2010

a) Frecuencia por años bajo estudio

En el período estudiado, el total provincial de prestaciones de


SM fue de 775.715 para todos los tipos de actividades, con un
promedio de 129.285 prestaciones anuales y 64.642
prestaciones mensuales. El año 2010 presentó la mayor
frecuencia (el 23,5% del total del período estudiado) y en el
año 2007 se registró la menor frecuencia, con 99.157 (el
12,8%).

148
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Tabla Nº 1 Total provincial de Prestaciones de Salud Mental.


(2005-2010) N=775.715

Año Total prestación


provincial
2005 125.215
2006 112.523
2007 99.157 Fuente: Paulín D – Baffo,
2012, elaboración propia
2008 123.834
en base a datos del
2009 122.633 Programa Provincial de
2010 187.710 SMC –Río Negro
Total 775.715

b) Distribución por tipos de prestaciones

La distribución por tipo de prestaciones en el período


estudiado, indica que el 46% de las mismas corresponden al
tipo “Actividad Asistencial individual” (n= 360.417); el 18% a
Actividades comunitarias (n=143.371); el 17% a actividades
institucionales (n= 130.680); el 13% a actividades de
internación (n=104.701); el 5% a las actividades de tipo
grupales (n= 36.546), tal como se observa en el Gráfico 1

Grafico 1.

Fuente: Paulín D- Baffo,


2012, elaboración
propia en base a datos
del Programa Provincial
de SMC –Río Negro

149
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Si bien el 46% del total de prestaciones corresponde al tipo


“Asistencia Individual”, las prestaciones de este tipo no deben
confundirse necesariamente con terapias tradicionales de
abordaje individual. Por el contrario, destacamos que el
carácter de comunitarias se vincula a una cualidad del
encuentro individual, que no puede quedar plasmada desde
lo cuantitativo.
Consideramos que el encuentro individual, por ser
insustituible para usuarios que requieren de un vínculo
prolongado con los servicios (3) debe valorarse en relación a
la accesibilidad a la atención y continuidad de los cuidados
dentro de un modelo de SMC.
La razón entre las prestaciones individuales y las grupales fue
de 10 a 1, mientras que la razón entre prestaciones
individuales y comunitarias fue de 2 a 1.
Al respecto, señalamos que los distintos tipos de prestaciones
no son comparables entre sí, puesto que reflejan diferente
carga de trabajo en términos de tiempo, esfuerzo,
complejidad y cantidad de destinatarios. Es decir, que el
trabajo que representan las diversas prestaciones no
permitiría la comparación entre ellas: por ejemplo, las
actividades grupales, conllevan mayor tiempo de preparación
y ejecución que el requerido por tareas de asistencia
individual.

c) Prestaciones en internación en hospitales generales

El total provincial de 104.701 prestaciones de internación


para el período estudiado, representa un promedio anual de
17.450, y un promedio mensual de 1.454 prestaciones de
internación en el territorio provincial.
La distribución de frecuencia por sub-tipos de prestaciones en
internación se observa en la tabla 3. Se evidencia que la sub-
categoría “asistencia individual en internación” tuvo la mayor
frecuencia, llegando al 51% entre las de su tipo.

150
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Tabla Nº 2. Distribución de las prestaciones de tipo E - Actividades


en Internación - en sub-categorías. 2005-2010

Sub-categoría de Frecuencia Frecuencia


Prestaciones en Internación absoluta Relativa
Asistencia Individual 54.157 51%
Interconsulta 4.049 4%
Intervención de Urgencia 3.541 3%
Actividades de Revinculación 13.264 13%
Tarea administrativa 7.916 8%
Acompañamiento 21.774 21%
Total 104.701 100%

Fuente: Paulín D – Baffo, 2012, elaboración propia en base a datos del


Programa Provincial de SMC –Río Negro

Dicha distribución indicaría la accesibilidad de los usuarios a


prestaciones de internación en hospitales generales, y
mostraría que el contacto individual usuario-efector es
fundamental como eje del trabajo de SM aún en contextos de
reforma. Ello puesto en relación a la importancia de la
asistencia en la crisis, como uno de los puntos esenciales para
la sustitución de los manicomios.

d) Frecuencia con relación al número de trabajadores de SM

El Programa provincial contó en el período estudiado con 192


trabajadores (promedio de efectores profesionales y no
profesionales para los seis años bajo estudio) resultando un
total de 4.040 prestaciones/ trabajador para el período
estudiado; o bien 673 prestaciones/trabajador-año.
Señalamos que muchos son los factores que influyen en
determinar la carga de trabajo de las diversas prestaciones,
no siendo la cantidad total un dato que permita sacar
conclusiones acerca de la productividad de un servicio o del
151
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

programa. De este modo, se destaca la importancia de


interpretar cualitativamente los datos, para evitar llegar a
conclusiones falaces y a tomar decisiones erróneas.

3.2. Caracterización cualitativa de las prestaciones según


ejes temáticos

EJE 1 Internación como último recurso terapéutico:

Los entrevistados valoraron que los datos obtenidos respecto


de las tareas de internación no serían auto explicativos, dado
que podría confundirse la cantidad de personas internadas
con cantidad de prestaciones realizadas. Por el contrario,
aclararon que una sola persona internada, podía requerir
muchas actividades. Este dato tampoco mostraría qué sucede
entre la internación y la externación, las actividades de
seguimiento o si hubo re-internaciones. Creyeron necesario
relacionar datos como: cantidad de pacientes internados en
el período y total de días de internación
Una parte de la muestra manifestó que les parecía alto el
número de prestaciones de internación y que se podría
interpretar como un indicador de que la misma no estaba
siendo utilizada como el último recurso terapéutico. Por el
contrario, otro grupo de entrevistados consideró que la
proporción de prestaciones de internación era pequeña, en
relación a la magnitud del trabajo realizado en el ámbito de la
internación. Poniendo en contexto que los datos se referían a
la internación en hospitales generales y no a internaciones en
una institución monovalente o psiquiátrica. Afirmaron que
había personas que necesitan estar cuidadas o contenidas
institucionalmente, y que la preocupación del modelo de
desmanicomialización no se reduce a no internar. Es tan
importante no prolongar innecesariamente las internaciones
realizadas, como disponer de espacio de contención en
internación, cuando fuera preciso.

152
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Las autoras destacamos esta última reflexión de los


trabajadores entrevistados, dado que consideramos es un
equívoco frecuente asumir que el objetivo o fin último de la
reforma provincial es no internar. Esa simplificación,
desatiende que el objetivo planteado es en realidad mucho
más complejo. Se parte de no internar en instituciones totales
por tiempo indeterminado. También se trata de evitar la
internación como única medida terapéutica (sin plazos ni
objetivos para dicha práctica). Y se promueve un cambio de
paradigma, sostenido por prácticas alternativas (14)
Así mismo, recordamos, una de las metas de OMS/OPS es que
los sistemas de Salud Mental sean parte del sistema general
de salud y logren internar en los Hospitales Generales cuando
el usuario requiere de ese tipo de prestación.

EJE 2: Reinserción social como objetivo de toda práctica

“No me pregunten si la prestación fue de reinserción social


Mejor pregunten qué tipo de actividad fue,
porque todas las actividades son,
16
en última instancia, de reinserción social”

Acerca del aumento de la frecuencia de las actividades


comunitarias, que recordemos se duplicó en el período en
estudio, los entrevistados afirmaron que se debía a la
creación de la Dirección Provincial de Salud Mental que
afectó fuertemente a los servicios, insistiendo en la
importancia de este tipo de actividades para legitimar el
modelo comunitario.
El incremento de trabajadores en el periodo fue considerado
como otro elemento imprescindible para duplicar este tipo de
actividades; mencionando también la capacitación en

16
Dichos de uno de los entrevistados en el marco de la colecta de datos de
la investigación.
153
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

estadísticas y salud mental comunitaria, desarrollada para


todos los servicios de la provincia en el periodo estudiado17.
Otro factor mencionado como causa posible del aumento de
actividades comunitarias, fue la sistematización de reuniones
de SM por zonas sanitarias, junto a la designación de
coordinadores de zonales de Salud Mental.
Por último, los entrevistados destacaron la complejidad de las
actividades de este tipo. Dijeron que requieren más tiempo y
habilidad en su planificación, organización y gestión, que las
actividades de tipo individual asistencial.

EJE 3: Modelo tradicional y modelo comunitario

Se pidió a los trabajadores que valoraran la mayor frecuencia


de prestaciones asistenciales individuales según se observó
en la fase cuantitativa (ver punto a). Al respecto, surgieron
distintos tipos de argumentos:

1) Las prestaciones asistenciales individuales son las


categorías mejor definidas, lo cual generaría un mayor
registro de este tipo de prestaciones en relación a otros tipos,
que serían sub-registrados.
2) La institución hospital general mantendría un modelo
tradicional, basado en la asistencia individual no
interdisciplinaria, con asimetría fuerte entre profesiones y
respecto de los usuarios, y con énfasis en la asistencia
reparatoria. Desde este modelo, las direcciones de los
hospitales generales y los miembros de otros servicios
hospitalarios, demandan que se realice atención individual a
los pacientes. Se juzgó como un logro a resguardar el hecho
de instalar los servicios de SM en los hospitales generales, y
por ello, acceder a este tipo de demandas podría ser visto

17
Escuela de capacitación para operadores socio-comunitarios, organizada
por nivel central del programa junto al ISOLE.

154
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

como parte de una negociación (lo que la institución quiere


vs. lo que el servicio de SMC considera necesario). De este
modo, la asistencia individual podría valorarse como una
tarea relacionada a la defensa del propio programa de SM en
su inserción hospitalaria.
3) Dificultades para el abordaje grupal: La tendencia social
poco favorecedora de lo grupal y la dimensión pequeña de la
mayoría de las localidades de la provincia, obstaculiza la
inserción de usuarios en dispositivos grupales. Los mismos
usuarios muchas veces requieren atención desde un modelo
tradicional. En ocasiones las familias no comprenden los
fundamentos de respuestas no tradicionales.
La formación profesional de grado predominantemente en el
modelo individual clínico también tendría un impacto en la
elección de actividades de asistencia individual en detrimento
de la asistencia grupal. Sin embargo, no se mencionó este
factor en torno a otras tareas, como las de reinserción social.

Evitar la tentación de simplificar

Según reflexionaron algunos entrevistados, vale la pena


alejarse de una lectura simplista al pensar en un “modelo
comunitario” de trabajo en salud mental. Dicha mirada nos
haría suponer que las prestaciones grupales y comunitarias
deben ser mayoritarias, minimizando la importancia y
frecuencia de las de tipo individual. Sin embargo, al
plantearse el modelo de reforma sustituir la atención
manicomial, no puede soslayarse la importancia de las
actividades individuales para establecer vínculos terapéuticos
con los usuarios, o para garantizar la continuidad de los
cuidados cuando ello sea pertinente.
Los entrevistados también explicitaron la particularidad de
algunas actividades individuales dentro del modelo
comunitario rionegrino, como las destinadas a la re
vinculación.

155
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Finalmente, se encontró que para los trabajadores no había


una relación lineal entre la frecuencia de los tipos de
prestaciones y los modelos de atención, dado que el modelo
se vincularía a la posición del trabajador.

“Los modelos conllevan prácticas. El nombre de la práctica no lo refleja,


sino la ideología de cada trabajador.”

EJES 4 y 5: Trabajo Intersectorial y Método reflexión –acción

La tarea intersectorial e institucional fue considerada


indispensable para el desarrollo de las prestaciones
comunitarias. Los entrevistados señalaron que ellas
implicaban actividades de variada naturaleza, duración y
complejidad.
En cuanto al peso relativo que poseían las actividades
“reunión de equipo de SM” (C3) y “capacitación equipo de
SM” (C2) consideraron que los datos no lo reflejaban, dado
que la reunión de equipo es valorada como un punto esencial
de la forma de trabajo del modelo de SM rionegrino.

4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

En cuanto a la pregunta de investigación ¿Cuál es la situación


de las prestaciones en el Programa de Salud Mental en la
Provincia de Río Negro? Se observó a nivel cuantitativo que
en la provincia se realizaron todos los tipos de prestaciones-
individuales, grupales, institucionales, comunitarias - en el
periodo estudiado.
Encontramos coincidencia en que al momento de registrar las
actividades, faltan datos de: tiempo empleado en la actividad;
cantidad de trabajadores involucrados; y usuarios
participantes. Sin esos registros, la comparación entre
categorías no puede ser auto-explicativa.
Además, se identificaron como faltantes: datos de los
usuarios, de la población del área programática, y de los

156
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

recursos de cada servicio de SM, para considerar


adecuadamente la información producida. Ello permitiría
valorar, tanto la cantidad y tipo de prestaciones, como el
perfil que asume la distribución de actividades en los
servicios.
Lo encontrado coincide con las conclusiones de una
investigación previa en la cual se estudió cuali-
cuantitativamente el Programa de SM pero a nivel de una
sola localidad, en la cual hallamos que para los miembros del
servicio de SM, los datos cuantitativos no reflejan con
precisión el tipo de trabajo realizado por ellos (11).
Cuando se trabajó sobre el tema de las prestaciones
Individuales -que representan el 46% del total de
prestaciones- los entrevistados dieron argumentos
coherentes con el modelo de SMC: el encuentro individual no
es sinónimo de modelo tradicional y seria insustituible para el
seguimiento de usuarios que como dice Basauri (13) van a
establecer un prolongado vínculo con los servicios de SM.
Tal como mencionan Ardila y otros (2) para que la evaluación
sirva como herramienta de legitimación, las particularidades
de cada reforma deben ser respetadas en el proceso de
evaluación. En el caso de la reforma de Río Negro, para los
trabajadores el insertar los servicios de salud mental en los
Hospitales General es un logro que merece la negociación
continua con el modelo del resto del hospital que demanda
fuertemente atención individual. Coincidente con los
hallazgos de Baffo (14) se mencionó que es necesario
negociar constantemente para mantener ese logro, a 21 años
de la sanción de la Ley 2440 seguía entendiéndose el proceso
de reforma como algo en construcción.
La demanda de la población, de la institución hospital general
y de otras instituciones se basaría en el modelo tradicional de
asistencia especializada, asimétrica, individual. Coincidente
con lo que afirma Menéndez el modelo médico hegemónico
no sólo en su accionar sino en el imaginario social tiende a

157
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

neutralizar los intentos de otros modelos, para cambiar las


instituciones de salud (15).
En la presente investigación se encontró en los trabajadores
de SM una postura que valora la frecuencia de prestaciones
de internación como un indicador de accesibilidad y del uso
efectivo del dispositivo de internación en hospital general.
Por un lado la cualidad de la internación es acorde al modelo
de SMC y la atención de la crisis es una de las prioridades del
programa en estudio. Coincidente con estos resultados, el
estudio IESSM (11) mostró que la media de internación es de
13 días y ello está dentro de los rangos aceptables por OMS
para programas de SM y se ajusta a lo encontrado por
Basauri para la reforma de España. (13)
Se halló un conjunto de argumentos que complejizan las
cualidades de lo “colectivo”, “comunitario”, “grupal” y
“reinserción social”. Tanto lo colectivo como lo individual
serían necesarios en un programa de SM y no se los
caracterizó como opuestos, a diferencia de los resultados
surgidos en la investigación de un equipo local, en el cual la
cantidad de prestaciones individuales fue observada
negativamente por los trabajadores (12). En la presente se
conceptualizó a ambos (colectivo-individual) como momentos
en la estrategia que dependían de la necesidad del usuario y
no de la preferencia metodológica del equipo, concordando
con los resultados de Paulín que encontró que para la
evaluación y diseño de las estrategias terapéuticas, el criterio
prevalente era el de necesidad de los usuarios y no el tiempo
de intervención ni las rutinas preestablecidas (16).
Se encontró que la imprevisibilidad y creatividad eran
atributos del trabajo en SM que no podía cuantificarse y que
además producía una relación producción/trabajador
diferente a la de otros servicios y un tipo específico de
desgaste. De manera similar, Baffo (14) concluye en otro
estudio que para los trabajadores el compromiso con una
tarea de naturaleza especial implica un desgaste y al mismo
tiempo una fuente de gratificación.
158
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Además, se describió que la capacitación y la orientación del


trabajo desde nivel central eran factores destacados en el
momento de explicar el perfil prestacional de las actividades
provinciales. En ese sentido, Baffo mostró que las reuniones
de equipo cumplían diversas funciones entre ellas de
transmisión del modelo (15).
Los resultados de Paulín coinciden con los de esta
investigación en que las reuniones de equipo son la
herramienta efectivamente utilizada para el diseño y
evaluación de ET y para la distribución de tareas. (16)
Recordemos que el trabajo en equipo es un concepto ausente
en las prácticas asilares tradicionales. Por el contrario, en un
modelo de reforma, el medio de trabajo es el equipo
interprofesional, que debe encontrar formas de intercambio
de sus visiones teóricas y de sus prácticas (18). En el modelo
rionegrino, según Schiappa Pietra (6) la interdisciplina y el
trabajo en equipo son la estrategia fundamental para lograr
un nuevo tipo de abordaje, superando la mirada
exclusivamente médico biológica.
Una dificultad recurrente para interpretar los datos
cuantitativos fue la falta de categorías para prestaciones que
son particulares de modelos de reforma de atención en salud
mental, aun cuando se le reconoce importancia. La
codificación del registro habría quedado sesgada hacia
prestaciones individuales y de internación, que estarían mejor
definidas, y faltaban categorías para registrar otras
prestaciones típicas. Inferimos en ello la impronta del
modelo individual clínico. Por su parte, Gerlero et al,
realizaron un relevamiento de la situación de la SM en
Argentina, y entre las conclusiones enfatizaron la necesidad
de contar con más y mejores datos en SM, dado la
insuficiencia de los datos disponibles (17).

159
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

RECOMENDACIONES

A partir de los resultados de esta investigación las autoras


(19) realizaron una seria de recomendaciones para la
elaboración de una nueva herramienta de registro para el
Programa de Salud Mental Comunitaria rionegrino, que
rescate las ventajas de la herramienta actual, y permita
construir una herramienta superadora. Sugerimos repetir el
proceso de construcción colectiva que originó el registro
actual, puesto que el consenso y la participación de los
efectores es fundamental para legitimar la implementación
de uno nuevo.
En la herramienta a elaborar sería relevante procurar la
subsistencia de categorías y sub-categorías vinculadas a la
particularidad del programa. No obstante dada la reciente
sanción de la Ley Nacional de Salud Mental y Adicciones,
sugerimos procurar que la herramienta posibilite la
comparación con el trabajo de otros programas provinciales.
Utilizar los avances tecnológicos para permitir el acceso a
información actualizada, sobre las prestaciones de cada
servicio y del total provincial. Que favorezca el cruce de
variables, de modo tal que se transforme en un verdadero
instrumento de planificación y gestión local, zonal y
provincial; y como insumo para reflexionar sobre la práctica y
el modelo de trabajo.
Por lo mismo, la herramienta debería generar datos que
permitan conocer las prestaciones realizadas con cada
usuario, frecuencia del contacto y tipos de dispositivos que
forman parte de la estrategia de atención.
A fin de mejorar la posibilidad de reflejar la tarea
desmanicomializadora de los servicios, recomendamos incluir
a los registros existentes: referencia a usuarios, con datos
demográficos de interés; tipo de sufrimiento psíquico - en
reemplazo del diagnóstico como criterio clasificador (20);
tiempo de duración de cada tarea; cantidad de usuarios
160
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

beneficiarios de cada actividad; y cantidad de efectores que


trabajaron en cada actividad.

Revisar la clasificación por tipos


Es importante la coherencia del instrumento con una visión
que tome lo individual y lo colectivo como dimensiones
complementarias y no como polos opuestos. Por ello
recomendamos revisar la clasificación por tipos de prestación,
modificando el título de las mismas, reemplazándolas
eventualmente por ámbitos de actuación.

Incorporar nuevas categorías.


Que permitan la codificación de tareas cotidianas y relevantes
para el modelo teórico del programa, como por ejemplo: las
entrevistas a familiares de usuarios

Finalmente, se recomienda implementar diversas estrategias


de capacitación de todos los efectores de la provincia, a fin de
unificar el criterio de registro.

Agradecimientos

A la Comisión Nacional Salud Investiga- Ministerio de Salud de


la Nación
Al Programa de Salud Mental Comunitaria Provincia de Rio
Negro. Dirección y Departamento Provincial de Salud Mental.
Ministerio de Salud de la Provincia de Rio Negro.
A la Directora de la beca de la presente investigación María
VandaIanowski
A los trabajadores de los servicios de salud mental que fueron
entrevistados.
A nuestras familias y amigos.

161
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1- Departamento de Salud Mental, 2005. Actividades del Equipo de Salud


Mental. Definiciones y registros. Ministerio de Salud de la Provincia de Río
Negro.
2- Ardila, S; Stolkiner, A, 2009. Estrategias de evaluación de programas y
servicios de atención comunitaria en salud mental: Consideraciones
metodológicas en AAVV I Congreso Internacional de Investigación y
Práctica Profesional en Psicología, V Encuentro de Investigadores en
Psicología del Mercosur. Buenos Aires.
3- Cohen, H; Natella, G, 1995. Trabajar en Salud Mental. La
Desmanicomialización en Río Negro , Buenos Aires, Lugar Editorial.
4- Natella, G; Cohen, H, 2013. La desmanicomialización. Crónica de la
Reforma del Sistema de Salud Mental enRío Negro. Lugar Editorial.
5 - SchiappaPietra, J, 2008. Desmanicomialización. Modo rionegrino de
trabajo en Salud Mental, Viedma, Fondo Editorial Rionegrino.
6 -SchiappaPietra, J, 2003. La leyenda continúa: temas y narraciones de
salud mental: modalidad rionegrina. , General Roca, Universidad Nacional
del Comahue. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Departamento de
Publicaciones.
7- Ulin, P, Robinson, E; Tolley, E, 2005. Investigación aplicada en Salud
Pública. Métodos cualitativos. Publicación Científica Técnica N° 614,
Washington, OPS
8 - Sautu, R, 1999. Estilos y prácticas de la investigación biográfica. Em
AAVV Sautu R. (Comp.) El método biográfico. La reconstrucción de la
sociedad a partir de los testimonios de los actores .Buenos Aires:
Fundación Editorial de Belgrano
9 - Departamento Provincial De Salud Mental, 2007. Informe a la Defensora
delpueblo de laProvincia de Río Negro. Ministerio de Salud de laProvincia
de Río Negro.
10- Magalhaes Bosi, M, Mercado, F (coord.), 2007.
InvestigacióncualitativaenlosServicios de Salud, Buenos Aires, Lugar
Editorial.
11 - Dirección Provincial Salud Mental Río Negro, 2009. Evaluación del
Sistema de Salud Mental de la Provincia de Río Negro (IESM-MS).
VandaIanowski coordinadora provincial de la aplicación del IESM-OMS.
Colaboración entre el Ministerio de Salud de la Provincia y la Oficina
Subregional de la Organización Panamericana de la Salud
12- Baffo; C, PaulinDevallis, M, 2011. Diagnóstico de situación de las
prestaciones de Salud Mental en el Hospital Área Programa IngHuergo. A
30 años de la reforma del modelo de atención. AAVV Dirección Nacional
de Salud Mental y Adicciones, 2013, Epidemiologia en Salud Mental
Experiencias de Sistematización de Información en Salud Mental y
Adicciones pp. 9-22.Bs As.
162
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

13.Basauri, V. Aparicio, 1993. La reforma Psiquiátrica de 1985 en AAVV,


Basauri, V (coord.). Evaluación de Servicios de salud mental Madrid,
Getafe Asociación Española de Neuropsiquiatría, pp. 127 -182
14. Baffo, C, 2012. Desmanicomialización en Río Negro: logros, obstáculos y
nuevos desafíos. La perspectiva de los trabajadores a 25 años de la reforma
en salud mental. Tesis de Maestría, UNLa, Observaciones no publicadas
15. Menéndez E, 1988. Modelo Médico Hegemónico y Atención Primaria.
En AAVV, Segundas Jornadas de Atención Primaria de la Salud, 1988,
Buenos Aires. pp. 451- 464.
16. PaulínDevallis, M, 2012 Las prácticas de salud mental con personas
que padecen trastornos mentales severos en el proceso de reforma del
modelo asistencial en la Provincia de Río Negro, año 2007. La perspectiva
de trabajadores de salud mental, usuarios y familiares. Tesis de Maestría.
UNLa observaciones no publicadas.
17. Gerlero S.; Augsburger AC. (Comp), 2012. La salud mental en Argentina:
Avances,
Tensiones y Desafíos. Laborde Editor. Rosario, 2012. ISBN 978-987-677-030-
9.
18. Costa Rosa, 2006. A. O Modo Psicosocial: Um paradigma das practicas
substitutivas ao modo asilar. En Amarante P. Compilador. Ensaios.
Sujetividade, saúde mental, sociedad. Río de Janeiro: Editora Fiocruz; 2006,
p 141-168
19. Baffo, C; PaulínDevallis, M, 2013, “Informe de Resultados para Socializar
entre los trabajadores rionegrinos”. Observaciones sin publicar
20. Augsburge A. C. De la epidemiología psiquiátrica a la epidemiología en
salud mental: el
sufrimiento psíquico como categoría clave. Cuadernos médico sociales 81:
61-75 (on-line)

163
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

164
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

TRATAMIENTO DEL ALCOHOLISMO


EN SALUD MENTAL COMUNITARIA,
EN LA SOBRIA VISIÓN DE RAÚL CALDERERO.
UN PROBLEMA PARA TOMAR EN SERIO.
Mario Raúl Calderero; María Julieta Sanz;
Roberto Hipólito Irigoyen Testa

“No voy a morir con alcohol o por alcohol”,


prometió Raúl. Y cumplió. (Un tal Eliseo, AA)

PENSAMIENTOS AFINES

“Ir al grupo es un bien para todos” (Participante de AA)


“Si tengo suerte, me muero, si recaigo” (Participante de AA)
“Raúl, cómo curándose, él curaba a los demás…” (Anónimo)
“Los imprescindibles, de esos era Raúl” (Norma, operadora)
“Se nos fue un amigo, la muerte de un hombre bueno”
(Eduardo, operador)
“Lo único y más importante para ser operador es ser buena
persona” (Bárbara, usuaria)

165
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

PRIMER DESARROLLO
Roberto Irigoyen Testa

Para trabajar en alcoholismo primero hay que priorizar dicha


intervención. Considerar que es esencial trabajar sobre ese
grupo poblacional, ya que la prevalencia del consumo
problemático de alcohol es muy alta sobre la
morbimortalidad en salud pública y otras instituciones
(justicia, ausencias laborales, familias con violencia, sociedad
con violencia, etc.).
Es la principal causa de daño, pérdida de la salud y
destrucción familiar. Y, aunque debería ser priorizado por
razones estadísticas no sucede así por diferentes motivos que
se relacionan con los prejuicios desde los cuales intervienen
muchas veces los profesionales y no profesionales de las
instituciones, que tienen su origen en las distintas
representaciones sociales que aún hoy influencian el accionar
institucional y que pasamos a enumerar:
1. Estos usuarios continúan siendo “el borracho” o “el
drogadicto” de segunda categoría (más bien de cuarta),
despojo descartado por nuestra sociedad.
2. “Delincuentes”; en los hospitales hace varias décadas
atrás (¿varias?) se llamaba a la policía para que los detengan
por la contravención “estado de ebriedad”
3. “Peligrosos”: no sabiendo cómo actuar o haciéndolo
desde el miedo ante la desinhibición que provoca el alcohol
(¡de nuevo se llama a la policía!)
4. “Vagos sin fuerza de voluntad”: "él decide seguir
tomando, si no pone voluntad, yo que voy a hacer!”
5. “Salud trabaja para vencer a la muerte”: como los
fracasos son frecuentes y los alcohólicos generalmente
terminan muertos tempranamente, los operadores de salud
tienen con estos usuarios bajo nivel de tolerancia a la
frustración; ya que no soportan que luego de un esfuerzo
establecido la persona tenga una recaída en consumo de
alcohol (¡cómo no la va a tener si la recaída es parte del
166
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

círculo de hierro de la propia enfermedad alcohólica!). Esto


hace que el seguimiento sea muchas veces igual a cero y que
los agentes de salud focalicen en otras patologías que, tal vez,
den más satisfacciones de acuerdo a este preconcepto.
6. Al borracho “no lo reclama nadie”: puede
reventársele el hígado o las várices esofágicas, colgarse de
una soga o darse un pistoletazo, matarse en un auto o recibir
una cuchillada, que cuando sucede algo de esto se produce
un alivio en su entorno (familiares, puertas del hospital que
golpeaba una y otra vez) acompañado por una lacónica frase
mortuoria: -“Y… Nunca quiso dejar de chupar, tarde o
temprano iba a terminar así…” Así esto también lleva al
profesional a inmiscuirse poco pues el riesgo que pesa sobre
su matrícula es mínimo.
Sin embargo lo que sufre el ciudadano que padece
alcoholismo es una enfermedad social compleja, una de las
más complicadas sobre la cual intervenir, que para dar
respuesta con alguna eficacia tensa a todas las disciplinas
hacia la transdisciplina. Es la más importante sobre la que
deberíamos intervenir debido a su alta morbimortalidad en la
provincia, en el país y en el mundo.

¿Qué hacer?

Creo que lo principal es avanzar, independientemente que


esté tomando o no alcohol, en la clave que da Pablo Franco:
“tratamos que las personas encuentren un para qué en sus
vidas”. Y ayudando al usuario con tan terrible adicción a
buscar un sentido para su vida. Pondremos en marcha las
múltiples estratagemas del enfoque comunitario, tendientes
a que encuentre su lugar (social) en el mundo.
 Trabajar mucho con su familia aunque él esté
ausente: este consejo me lo dio una Sra. que llevaba 43 años
consecutivos en ALANON (también lo encontré el cuadernillo
nro. 3 de ALANON: “Enfoque de la otra parte de la familia”).
Esto es porque si el individuo sigue chupando el seguimiento
167
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

caería cuando nos cierre la puerta o el desánimo cunda en


nosotros: ese es el momento clave para apostar al trabajo
(caso x caso o grupal) con su familia. Esto es arduo y
extenuante pues posiblemente ella también esté enferma por
el alcohol existente en el seno familiar. Pero será un trabajo
fecundo pues será la propia familia la que poco a poco
arreará de nuevo al usuario adicto a un nuevo intento de
cesación de consumo.
 Mejorar el entorno socio-laboral; p.ej. mediando ante
sus patrones, gestionando trabajo de unas pocas hs. con
alguna función específica en dispositivo favorable como
puede ser una empresa social, etc.
 Desnaturalizar por todos los medios posibles
(radiales, escritos, audiovisuales, en directo en asambleas
comunitarias, etc) el consumo de alcohol, para combatir el
nocivo efecto subliminal de las campañas publicitarias de
venta de alcohol y la naturalización que en muchas culturas
existe del consumo de alcohol. Esto ayuda a disminuir el
consumo y a reducir los riesgos del impacto del alcohol en
nuestra población (OMS). Estas acciones con impacto sobre
las políticas públicas podrían estar lideradas por los Consejos
Locales de Abordaje Integral de Adicciones (conformados por
todas las instituciones del pueblo, incluidos los grupos
específicos de ayuda mutua), que por normativa debieran
existir en cada localidad rionegrina.
 Posicionarnos desde el modelo de reducción de daños
para paliar los efectos deletéreos del tremendo tóxico que es
el alcohol etílico, intentando evitar sus efectos nocivos en las
personas que los llevan a la destrucción bio-psico-socio-
cultural y la muerte, antes del próximo intento de cesación.
Ha quedado demostrado en el mundo en las últimas décadas
(y en USA en las del ’20 y ’30) el fracaso y la ineficacia de las
políticas basadas en el Modelo Abstencionista Prohibicionista
(¡y muchas veces sin darnos cuenta operamos desde este
paradigma!).

168
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

 Conectar con grupos específico de rehabilitación


tanto sean GIA o AA (ver diferencias entre ellos al final de la
página). Dentro del Paso 12 de este último grupo dice que
“habiendo obtenido un despertar intelectual como resultado
de estos Pasos tratamos de LLEVAR EL MENSAJE a los
alcohólicos y llevar estos principios en todos nuestros
asuntos” y su 5ta. Tradición expresa que “cada grupo tiene 1
solo objetivo primordial de AA: es llevar el mensaje al
alcohólico que aún está sufriendo”. Teniendo en cuenta esto
creo que el sistema de salud pudiera trabajar codo a codo con
ellos, avisando previamente al enfermo que un compañero de
AA irá a visitarlo en compañía de un agente de salud (tanto a
la casa como en la internación hospitalaria).
Recomiendo leer el cuadernillo aprobado por la Conferencia
de Servicios Generales de AA: “Cómo cooperar los miembros
de AA con los profesionales – Cooperación pero no
Afiliación”. Cito algunas de sus textos:
-la pregunta 17 en la que se lee el concepto de “uniendo
orillas” donde los miembros de AA se ofrecen como
voluntarios para ser contactos temporales e introducen a los
nuevos miembros –dados de alta por los centros de
tratamiento- a Alcohólicos Anónimos. Muchos grupos y
comités locales han establecido este tipo de programas. Por
ende sería una tarea bastante agil establecer un protocolo
que implicará que ante una internación de una persona con
problemas de alcoholismo el servicio de salud mental de ese
hospital se comunique con AA de su localidad para informarle
de la necesidad de que participen durante su internación
realizando trabajo individual sobre conciencia de enfermedad
y en el alta ofreciéndole el ingreso al grupo.
-la pregunta 3 sobre Comités de Cooperación con la
Comunidad Profesional (CCP), donde destacan en el inciso e)
“el vivo deseo de AA de servir en la comunidad como recurso
para ayudar al alcohólico a recuperarse de la enfermedad del
alcoholismo”

169
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

(Ningún profesional puede llegar al corazón del sufriente de


alcohol como lo hace una persona que ha transitado la misma
experiencia…)
-la pregunta 4 ¿por qué es importante la actividad de C.C.P.?
Su respuesta dice que “el profesional puede ayudar al
alcohólico a querer oír el mensaje de recuperación de AA.
Aún hay profesionales que tienen poco o ningún
conocimiento de AA. Sigue siendo importante que se
mantenga la comunicación abierta en un espíritu de
cooperación amistosa”
- “cualquier cosa que ayude a la recuperación de los
alcohólicos es buena, trátese de hospitales, de centros de
rehabilitación, de centros estatales provinciales, de la
religión, de la psiquiatría o de AA”
Así es estéril la discusión sobre qué tipo de grupo para
rehabilitación de alcoholismo debe haber: si GIA o AA. GIA,
Grupo Institucional de Alcoholismo con profesionales dentro
de ellos. AA, Alcohólicos Anónimos, sólo con personas que
tienen problemas con el alcohol dentro de ellos, reuniones
cerradas generalmente y cada tanto pueden hacer una
abierta donde entran familiares y profesionales.
Lo importante es que haya al menos 1 grupo de alcoholismo
en el área programa de los Centros de Atención Primaria de la
Salud desde donde operan los efectores de salud. En caso de
ausencia de dicho dispositivo grupal dentro de la misma, es
función de salud generarlo con aporte de la comunidad que lo
circunda (por lo general es muy importante un recuperado
de más de un año sin consumo de alcohol en estado de
sobriedad que sea referente barrial y comunitario). Es
primordial tarea de salud comunitaria descentralizar dichos
referentes de alcoholismo, formando 1 referente local
recuperado por barrio.
Concluimos que como el consumo de alcohol entra por la
boca y generalmente es grupal, debe haber grupo disponible
para que de la misma forma en que fue penetrando la

170
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

enfermedad sea desarmada paso a paso en grupo pudiendo


salir por la boca (hablando).
 Operar desde los hospitales generales, que son los
más cercanos a la gente, tanto en acciones de guardia (para
las complicaciones), de internación (para desintoxicación),
como de seguimiento: operando en el territorio barrial donde
la crisis del usuario cobra sentido, en alianza del centro de
salud cercano con los profesionales “lejanos” –los del edificio
hospital- que en esta patología deben ser centrífugos,
estando en el territorio donde vive el enfermo alcohólico con
su familia. No es objeto de este capítulo general entrar en
detalles de esas 3 acciones, c/u de ellas per se daría para un
capítulo propio…

 Y ESTANDO.
El operador de salud comunitaria (sea cual sea su disciplina)
debe ESTAR para la demanda de un usuario con consumo
problemático de alcohol (abuso o adicción). Si decimos en el
enfoque comunitario que queremos influir (que como toda
acción tendrá su reacción y a su vez seremos influenciados)
sobre el ESTAR (y el SER) de una persona, operando sobre su
calidad de vida, ¿cómo no vamos a estar si nos necesita?,
¿cómo vamos a dirimir el poder con él/ella si no estamos para
ese intercambio? Así, además de lo pautado (turnos, visitas o
acompañamientos programados que él o ella podrían llegar a
no cumplir por estar borrach@), debemos estar prestos a
responder a las demandas que nos realicen, pues según el
concepto de la Atención Primaria de la Salud, no podemos
darnos el lujo de tener una “oportunidad perdida” ante una
enfermedad social compleja tan grave. Tal vez dándole una
mano justo ahí, sea el momento de la tan ansiada
recuperación. Esto significa explícitamente que un profesional
de la salud mental suspenda el turno de una persona
neurótica (que se lo va a reclamar, tal vez con nota al
Director) para seguir en un acompañamiento a un borracho
(que no lo reclama nadie si sigue alcoholizándose y se muere).
171
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Por lo tanto vuelvo al inicio de este texto: HAY QUE


PRIORIZAR esta terrible enfermedad del alcoholismo y para
que eso suceda el efector de salud (y la comunidad
hospitalaria y extra-hospitalaria) deberá tener en claro los
datos técnicos de su gravedad y de por qué es necesaria dicha
priorización, y el coraje para realizarla.
Finalizo con la esperanza del aserto técnico de la
inteligentísima y fiel defensora del Modelo Curativo
Promocional Comunitario, la Dra. Graciela Natella
(psiquiatra): “El pronóstico del usuario dependerá de la
expectativa, esperanza y optimismo que el terapeuta-
operador deposite sobre el usuario que atiende y sigue”.
Entonces su mejoría variará en forma directamente
proporcional con la cantidad y calidad de dichos atributos que
el operador coloque sobre dicho ciudadano.

EXPOSICIÓN de RAÚL CALDERERO (fragmentos) y JULIETA


SANZ (conceptos principales) en la localidad de Valcheta –
Río Negro – 11/11/11.

Un inefable 11/11/11 se alinearon los planetas en capicúa y la


Dra. María Julieta Sanz dio una clase magistral acompañando
al gigante Mario Raúl Calderero en su disertación en las “I
Jornadas Provinciales de Alcoholismo y otras Adicciones” que
con enorme esfuerzo realizó la comunidad de Valcheta - Río
Negro. La organización estuvo a cargo del Hospital local “Raúl
P. Fernicola”, liderada por la Lic. Silvina Fortunatti (Jefa del
Servicio de Salud Mental del Hospital Valcheta) y la Lic.
Gabriela Oviedo (trabajadora social, efectora del mismo
Servicio).
Agradezco a ellas el aporte de este material que pasamos a
desgrabar y transcribir para tener “en vivo” la palabra de
Calderero y Sanz. También le doy muchas gracias a la gestión
para conseguir el mismo que nos realizó la Lic. Fabiola
MacchiaCaschel, con amor desinteresado por la obra de Raúl
y Julieta.
172
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

(Nota: Las declaraciones de Raúl Calderero y Julieta Sanz


aparecen en letra común; pocas frases complementarias del
autor Roberto Irigoyen Testa en bastardillas o cursiva.
En “Acerca de los Autores” en este mismo libro, el lector
encontrará una presentación de ambos)

EXPOSICIÓN de MARIO RAUL CALDERERO

Fragmento 1
(…) Cuidado, voy a ser muy respetuoso, no es por querer
ponerle laureles al Hospital de Bolsón… Yo ando mucho, yo he
recorrido muchas localidades y ciudades importantes y
siempre busco donde hay un grupo donde se esté trabajando
en alcoholismo… y es digno de admirar cómo se trabaja en
alcoholismo en la localidad de El Bolsón. Es impresionante.
No es todo color de rosas, hay dificultades, ¡cuidado!, pero la
atención del alcohólico es muy, muy buena; la dedicación que
le dan los profesionales al tratamiento…y esto es algo como
que yo les puedo decir los resultados. Nosotros en Bolsón
tenemos un % muy bueno de alcohólicos en rehabilitación;
muchos dejaron de ir al grupo, como también les puedo decir
que hay compañeros que tienen 15 años de recuperación y
no faltan al grupo, no van todas las reuniones pero van. Y
como también tenemos aquellos que les cuesta la
rehabilitación. Entonces ahí quiero centrarme un poco y
trabajemos qué es el alcohólico. Nosotros muchas veces
encaramos la patología de la enfermedad del alcoholismo y
ponemos las 3 escalas ó las 3 etapas: USO, ABUSO,
DEPENDENCIA. La persona que a mí me decía: “-Vos sos un
alcohólico!! (dependencia)...” era un cuchillo que me
enterraban en el estómago… porque yo no lo aceptaba…
Entonces si a mí me preguntaban “- cuál es tu posición en
esas 3 escalas?” –Iba a estar siempre en la 1ra., en el USO…
No quería estar ni en la mitad, en el ABUSO…Es tan amplio
este tema que lo veremos más adelante (…)
173
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Fragmento 2
(…) Entonces la idea es a rajatabla sostener el grupo. Esas son
las bases principales de encarar este fenómeno. Entonces
cuando nosotros encontramos que se puede sostener esto,
hay una ventaja.
Se habla muchas veces que el coordinador del grupo tiene
que ser un alcohólico: yo he andado en muchas localidades,
en muchos grupos me he encontrado y he visto personas que
no son alcohólicas y que no han sido alcohólicas y están
coordinando el grupo. Y es según cómo le toque a cada uno
…a esta persona analizándola bien a lo sumo lo que me
podían plantear era “–¡Mirá!: hace la función típica de un
alcohólico en recuperación…”
Y como también están otros que confunden el sistema de
cómo encarar los recursos terapéuticos. Yo les voy a dar este
ejemplo para que no haya confusión, sí? Yo he frecuentado
muchos grupos, p.ej., y me he encontrado con “-Qué bárbaro,
qué manera de haber gente!” “-Cómo hacen éstos?” “-Cuánto
hacen que están en el grupo?” “-Y, no sé… 1 año…” Y uno es
zorro en esto…y yo veía a la gente que estaba sentada ahí y
no le veía aspecto o rasgos de alcohólicos… Porque ¡hasta eso
nos deja esta enfermedad a nosotros! Y era un grupo de
autoayuda de adicciones… Bueno, me dieron la palabra y
pude expresarme en lo mío, muy lindo todo, entonces la
compañera esta me dio la oportunidad que yo lo coordinara
al grupo un ratito; entonces le enseñé esto: no se confundan,
el coordinador CASI NO TIENE QUE HABLAR, el coordinador
tiene que expresar lo corto y lo preciso para que el grupo
pueda expresarse a través de los sentimientos de cada
participante…siempre! Pero claro, en ese momento me doy
cuenta que estaban todos en la misma en la misma bolsa:
había gente de ALCO (ALCO son aquellas personas que van a
un grupo de autoayuda para su obesidad), había 2 jugadores
compulsivos y había unos cuántos de adicción hacia las otras

174
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

drogas… y 2 ó 3 alcohólicos, nomás, los demás de otras


cuestiones… y ahí hay que tener cuidado!
Como también hay que tener mucho cuidado cuando
estamos en una reunión y decimos arrancamos abierta!, hay
que tener mucha experiencia en eso. Nosotros llegamos al
grupo, la implementación de la llegada del alcohólico al grupo
es que solos no podemos ir nunca, siempre nos trae alguien:
una madre, una esposa, un padre… Uds. saben lo que es estar
en la piel de esa persona, viene a través de su negación: lo
trajeron!
El primer paso tan importante para trabajar, yo como
alcohólico que soy (uds. se preguntarán “Pero sigue tomando
este?” “-Pero cómo es?”; yo siempre voy a llevar mi identidad
como borracho; yo padezco una enfermedad que la pude
detener; y ese es el problema de esta enfermedad: nadie se
cura del alcoholismo. Yo como alcohólico que soy, cuando
tenemos un principiante delante de mío, no le puedo decir a
esa persona “-Vos sos alcohólico”, le estoy faltando el
respeto; la evaluación de ella como profesional (señala a la
Dra. Sanz) sí la puede hacer; pero yo? Solo soy el que le tengo
que dar el mensaje, las sugerencias para las cosas que él va a
tener que poner en práctica… Siempre tengo que preguntarle
si EL TIENE PROBLEMAS CON EL ALCOHOL y si el alcohol le
causa problemas. Y saben cuál es la doble identidad que
tenemos como alcohólicos? Soy alcohólico y tengo dramas
que me ponen mal, soy alcohólico problema, esa es la
identidad que tenemos.
¿Qué es el alcoholismo? El alcoholismo es una enfermedad
que no respeta edad, que no respeta sexo, no respeta raza,
no respeta condición social. Y analicemos por qué somos
calificados como “ALCOHÓLICO PROBLEMA”. Bueno, el
primer problema que yo tengo es el alcohol; y entonces
entramos a analizar y lo tiramos sobre la mesa si el
alcoholismo a mí no me llevó a tener problemas más gravante
para mí que una ingesta; y sí, todos coincidimos que a todos
nos pasó lo mismo: tenemos problemas familiares, tenemos
175
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

problemas laborales, tenemos problemas económicos,


tenemos problemas con la justicia, tenemos muchos
problemas que nos preocupan (…)

Fragmento 3
(…) Muchas veces nosotros vamos para el grupo porque
tenemos problemas familiares; muchas veces asisto al grupo
porque tengo problemas laborales; son los problemas
terciarios pero son los problemas comunes los que yo
padezco. Y quiero que a través de unas reuniones se me
cambie el problema ese que yo estoy padeciendo, ese por el
que me pidieron que asista. Entonces nosotros lo que más
buscamos es que el individuo que padece la enfermedad la
reconozca, que se pueda reconocer como tal para que haya
rehabilitación, que haya recuperación. Y es tan así, es tan
cierto esto que en el que no se acepta como tal, no va a haber
recuperación. No hay recuperación. Y esto a medias no sirve.
El que toma esa actitud de querer recuperarse tomándolo a
medias…los entendemos, cuidado, eh!, quién de nosotros,
qué alcohólico no luchó y sigue luchando a veces por querer
lograr ser un bebedor social (uso)? Yo lo hice, eso! ¡¿Cuántas
veces yo me propuse ese desafío de que el alcohol a mí no
me iba a ganar?! Yo lo pasé, yo lo vivencié… ¡Y así me fue!.
Pero esto es lo bueno que hemos aprendido que se le ha
enseñado a cada compañero del grupo: uds. saben que
nuestro trabajo y la dedicación hacia lo grupal de la atención
al principiante hay que tener mucho cuidado. Por qué?
Porque lleva un proceso, porque ahí es donde yo les hago ver
que no vamos a tomar la actitud de creérnosla tan así como
por ahí la pensamos. No se olviden nunca de que la persona
principiante es la persona más importante de la 1ra.
reunión(a la que asiste)! Todos, todos tenemos que
dedicarnos a buscar la mejor de la calidad de expresión, para
que esa persona se sienta cómoda. Porque así nos recibieron
a nosotros!”

176
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Por eso es tan importante durante todos estos últimos años


cómo se ha desarrollado el trabajo en las distintas
localidades; a mí también por ahí me da mucha tristeza
porque soy uno de los fundadores que digan una mentira tan
grande como que nada se hace en adicciones –ver archivo
adjunto 1)-. Yo soy uno de los tantos que hemos andado en
esta provincia desarrollándonos donde había este problema.
Hoy tuve la oportunidad de decirle esto a Pepe, como se los
dije hoy: va a ser un desafío, así como tuvo el desafío en esta
oportunidad esta localidad de hacer esto. Hoy nos toca a los
que nos quedamos en la provincia y llevamos unos años
trabajando, esto de que estas jornadas se sigan haciendo
aunque sea 1-2 veces al año. Yo no quiero verlos en este
encuentro nomás, quiero verles las caras a través del
tiempo… y esa va a ser la pulseada, la lucha y el desafío de
nosotros para enfrentar este gobierno que está mandando.
Yo les voy a pedir encarecidamente sus teléfonos de cada
trabajador de cada localidad para yo poder decir que estuve y
que queremos seguir; pero no se olviden de esto que es muy
importante: yo he analizado durante el viaje que para uds.
gente que hizo esto, no es fácil; no es fácil hacer esto…
También quiero decirles que la Dra. hace sus machetes para
agregar cosas que hacemos en conjunto… Creo que a mí me
tienen ya hace mucho, querés agregar algo vos?”
JULY SANZ: En los adultos y en los grupos que Ud. coordina,
existe otra forma de tomar, la de las mujeres, les cuesta
mucho ir al grupo y no reconocen la dependencia; qué pasa
con el grupo o con las mujeres y el alcohol?
RAUL CALDERERO: Sí, bueno, nosotros actualmente en el
mundo Ud. sabe que en las mujeres la enfermedad del
alcoholismo (no es por discriminación) estos estudios lo han
hecho la ONU que ha estudiado las características en la parte
femenina; en la mujer le pega más en el sentido que es más
sensible… yo creo que al darse cuenta es más sensible al “-
Qué dirán?” o el “-¿Por qué a mí”, no?; hay mayor
incomprensión con ellas. Nosotros tenemos la oportunidad
177
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

de de tener alcohólicas que hoy están gozando de una buena


vida, p.ej. una compañera lleva 3 años sin tomar, una
principiante se está haciendo cargo de un grupo en la pcia. de
Chubut, en Lago Puelo; y otras que les cuesta reintegrarse
muchas veces… Que yo las entiendo, permanecer ellas solas
durante tanto tiempo en el grupo donde son todos hombres…
Claro acá hay cosas que, bien decía la Dra., Uds. se
preguntarán por qué las mujeres no se quedan en los grupos?
Y, muchas veces… ¡es tan confuso lo nuestro!, tan confuso…
¡y a los hombres les pasa lo mismo, saquémoslo de ser un
reproche para las mujeres! (…)

Fragmento 4
(…) Un camino hacia el ABUSO en la juventud… Entonces hay
que pensar las comparaciones y las diferencias, que es
preocupante, no deja de ser preocupante, cuidado, eh? No
comparemos entre el abuso y un enfermo; hay diferencia!
Uds. se preguntarán a través de esto cómo es el sistema
porque yo quiero orientar también de lo que es el sistema del
enfermo alcohólico (…)

Fragmento 5
(…) Nuestro sistema como alcohólicos es sostener y
mantenernos en pie por los cambios bruscos que ha hecho el
alcohol en nosotros. Y mantenernos ocupados para evitar la
tentación. Nosotros siempre vamos a recurrir al alcohol por
una necesidad; es una necesidad tan enfermiza (obsesión)
que ¡bueno!, los cambios varían. Hoy por hoy calificamos de
enfermos; acá tengo la oportunidad de tener a alguien (por la
Dra. Sanz) que me ayuda a diagnosticar las consecuencias que
acarrea esta enfermedad. Pero a través del tiempo la ciencia
humana (que sigue luchando, que sigue luchando), la ciencia
no ha podido lograr cosas positivas contra esta enfermedad;
sigue intentándolo… hasta aquí no ha podido. Y cuál es la
cuestión? Todos los alcohólicos nos conocemos.
Reconocemos, nos damos cuenta cuándo estamos entrando
178
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

hacia una mente despejada. Hoy yo personalmente lo puedo


decir. Uds. saben que yo hoy me olvidé de contarles que mi
madre con su alcoholismo ella pudo recuperarse por sus
propios medios. Dejó de tomar, dejó, no tomó más; creo que
lo hizo de vernos tan mal a nosotros… Mi madre se jugó
mucho conmigo, ¡qué no hizo para que su hijo menor dejase
de tomar! Me llevó al curandero… dónde no me llevó! Y más
chupaba yo…
Con el tiempo yo compruebo, me doy cuenta, a través de
trabajar con profesionales y de haber participado en
encuentros de alcoholismo cuando vinieron técnicos que
trabajan en la patología denominada “alcoholismo”; gente
que estuvo trabajando en Méjico, en los Estados Unidos.. y
nos orientaban en estas cosa tan importantes que nos daban,
la importancia hacia nosotros, cuidado que es respetuoso lo
que voy a decir. (ellos mismos dicen) –“Tráeme a los
psiquiatras y a los psicólogos y que me traigan un alcohólico
recuperado! ¡No te lo van a traer! La facultad de psicología les
enseña otra cosa, ellos van a aprender en el terreno a
trabajar con esta enfermedad… como nos pasa a nosotros.
¡Cuidado! –“Yo he trabajado”, él me decía, “con la ONU, y
ellos agarran a los pacientes de alcoholismo y los tratan como
chanchitos de India y les hacen una evaluación sobre la
enfermedad de la patología del alcoholismo, unos estudios
que les hacen”. Claro, esta persona nos transmitía algo tan
importante, que es tan cierto: nosotros los que caemos en
manos de salud, de los profesionales, les debemos algo tan
importante a salud sobre este fenómeno que padecemos:
¿saben por qué? Porque ese profesional clínico, ese médico
estudió, se capacitó para curar infecciones, curar tantas cosas
a partir de ese saber. Ellos hacen mucho por la parte de
nosotros. Esta enfermedad no hay alcohólico que el exceso
tan agresivo que le echamos a nuestro organismo no hay
parte que no esté afectada; y ellos a través de la medicación
tratan de hacer algo por nuestra rehabilitación. Cuidado!
Estamos hablando de rehabilitación orgánica del fenómeno
179
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

que afecta todo eso en el otro. Y acá está la cuestión: vemos


un psicólogo muchos de nosotros… o vemos un psiquiatra…
¿Y por qué se enfoca tanto en la parte de salud, los
profesionales clínicos y psicólogos y psiquiatras? Porque
lamentablemente el alcoholismo es una enfermedad que
afecta toda la parte orgánica física como la psicológica.
En la enfermedad del alcoholismo el despertar de la ansiedad
y esto de tomar, esto por lo que tomamos el vino, ES TODO
PSICOLÓGICO.
El orientar… acá está la parte que este profesional nos ha
orientado a nosotros –“Uds. los alcohólicos que tienen la
oportunidad de haberse dado cuenta de enfrentar el
fenómeno que padecen, qué se dieron cuenta con el
tiempo?¿Qué se dieron cuenta a través de todo lo que ha
hecho salud por Uds.?”.
Los que no tenemos recursos vamos a un hospital público; los
que tenemos plata nos bancamos, pagamos y si es una obra
social buena vamos y recurrimos a los privados. Y Uds. saben
que nos pasa a nosotros cuando vamos a lo privado? En el
privado cuando tenés el alta, te desintoxicaron y te mandan
para la casa NO te dicen: -“Vaya, cuídese!” Nooo…! Te
golpean la espalda y te dicen: -“Hasta pronto!” –porque
saben que vas a volver…
Y en lo que es salud pública, como él planteaba, siguen el
análisis del alcohólico y en ese seguimiento se hace algo tan
importante pero que llega hasta ahí, tiene un límite, la ayuda
profesional. Y saben por qué? ¡Qué hermosa expresión que
virtió ese técnico, no?!: me decía: -“Por qué el alcoholismo”,
exclusivamente él que trabajaba en la patología del
alcoholismo, me decía: “el alcoholismo es una enfermedad del
alma; y la medicina no cura el alma”.
Entonces nuestra función acá, el trabajo nuestro es orientar a
la persona a encaminarse hacia la aceptación y cómo sostener
la rehabilitación de la ingesta de alcohol. Tiene un precio:
todo alcohólico que se recupera… yo siempre les hago
recalcar esto: -“Cuando te den ganas de tomar, acordate de
180
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

tu última borrachera… cómo te fue?” Y esto es cotidiano! Y es


tan… nosotros. Esto yo lo aprendí otra vez de este profesional
que nos alentaba de que el alcohólico no necesita tener
problemas para ingerir y tener una recaída, que si no sabe las
consecuencias que tiene lo que ha generado esta enfermedad
en él, lo que genera esta patología del alcoholismo en su
mente y su organismo; si no intenta asesorarse y conocerla;
es común ser presa fácil de tener una recaída. –“Y no se
olviden de esto” -nos decía- “que uds. padecen una
enfermedad de la que no se curaron”. Claro, toda esta
orientación que nos dio este profesional coincide conmigo: yo
la sigo teniendo, es la herencia que nos dejó esta
enfermedad. Yo creí habiéndome hecho estudios que podría
ser otra cosa esta patología…pero no! Yo sigo sosteniéndome
a veces contra los síntomas de esta enfermedad. Les voy a dar
ejemplos: en nosotros la marcha de la recuperación consiste
en que vamos a tener borracheras físicas, borracheras secas
físicas. Qué es eso? Y… vas a andar desganado, es psicológico,
el cuerpo, el coco; no te olvides que la desintoxicación nos
lleva a nuestro físico a comprometerse… así va a pasar: vas a
tener borracheras secas psicológicas. Y eso cómo es? Vas a
ver confusiones, sensaciones de que estás y no podés
escuchar, tardío en acordarte cosas. –“Eh, qué es, una
demencia? No!, no… la borrachera seca es pasajera;
demencia es otra cosa! También forma parte del alcoholismo:
demencia, psicosis (trabajo acá de la Dra.; voy a ser breve así
ella puede hablar…). Y claro, otros ejemplos,uds. van a sentir
temblequeo en las piernas y ahí les va a doler un poco el
estómago… etc. (…)

Fragmento 6
(…) Qué calorías?” –“Y, cuántos años estuvieron uds. al
cuerpo echándole azúcar!?” –“Cómo azúcar?” –“Y, sí, ese
alcohol que tragás es azúcar…se transforma en azúcar.” “-A
ver, el que es alcohólico es diabético?” “-No; todo lo que uds.
consumían que era vino, cerveza, etc. es azúcar!” –“Y a ese
181
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

organismo vos lo desintoxicás de su ingesta y la va a seguir


pidiendo, el organismo pide esas calorías.” Por ello es útil que
ante esa ansiedad el enfermo “…y el cuerpo les va a pedir; y
esto a muchos les va a pasar, siempre va a haber un
despertar de ansiedad para tomar. Claro, uds. tuvieron su
organismo adaptado a unas calorías… Y uno está en
desventaja cuando no tiene conocimiento sobre este tema… -
“consuma dulce de membrillo o similar. Bueno… vieron como
a veces es clave el asesoramiento?
JULY SANZ: Permiso Raúl, quiero preguntarle específicamente
cómo trabaja Ud.; cómo se juntan, quiénes van, a quién
acompañan, como llegan a ese espacio grupal, lo que se habla
ahí; más todo lo que Ud. hace el resto del día aparte de lo del
grupo que es un momento: las pensiones, los
acompañamientos, las otras tareas, etc.?
RAUL CALDERERO: Muchas veces el sistema que uno arma…
Uds. saben que hay muchas personas que no quieren
frecuentar el grupo… y no porque no quieran frecuentar el
grupo les vamos a negar la atención. Yo tengo muchos
compañeros con los que lamentablemente me he enfrentado.
Yo digo: lamentable para él; que cuándo se va a decidir darse
cuenta que hay que encarar las cosas como hay que
encararla. Mucha gente que no quiere frecuentar el grupo yo
voy a la casa de ellos, que tengo las horas de la tarde para
eso. Muchas veces mi accionar es permitido ya que, como yo
hoy les explicaba, uno se ha ganado una reputación en estos
años y tantos trabajando esto (…)
‹fragmento 6›

APOSTILLAS de la DRA. MARÍA JULIETA SANZ

Solos los alcohólicos no vienen. Son escasísimos los casos que


vienen a querer dejar de tomar, generalmente lo trae la
familia. Pero hay casos de alcohólicos conocidos nuestros que
a veces parecen tomar esta decisión; siempre hay que
escucharlos. A veces esa decisión es muy mentirosa y a veces
182
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

de verdad. Y ahí hay que ayudarlos. Entonces lo importante


es que hay que escucharlos. Y ahí está lo complejo de ver su
nivel de decisión.
A veces están tan mal tomando que ni siquiera pueden ir a
comprar y hacen la abstinencia en su casa. Se sienten muy
mal por los síntomas de abstinencia y ahí piden internación.
Cuando están lúcidos hay que ver si hay decisión de dejar de
tomar. A veces es muy difícil cómo nos plantamos nosotros.
Pues si la decisión no está, la internación sólo sirve para que
coman mejor, se den una ducha de agua caliente, y después
salgan y consuman alcohol. ¿Y qué cambia? Y es un gasto
grande para salud, tanto económico como energético… e
ineficiente. Aunque por supuesto que es un ciudadano que
aunque vuelva a tomar evito morir prematuramente y el
dinero del pueblo merece ser gastado en el pueblo, verdad?
Con respecto al ABUSO de sustancias psicoactivas como el
alcohol etílico se necesitan políticas de APS + medidas
punitivas y legales. Con respecto a las primeras ponemos
como ejemplos talleres y charlas en la comunidad general y
en las escuelas, difusión de información y campañas
específicas en medios de comunicación, etc. Las mencionadas
medidas son recomendaciones de la OMS y se observó en el
primer mundo que son las que más redundan beneficios en la
reducción del consumo y menor impacto nocivo en la
población, como ser: que no pueda haber bocas de expendio
de alcohol muy cercanas entre sí, o que se venda sólo hasta
determinada hora; esto se logra debido al control de la venta
de alcohol.
Ahora voy a hablar de los distintos cuadros nosológicos que
se relacionan con el alcohol etílico:
EXCITACIÓN PSICOMOTRIZ. No sólo por el alcohol aparece;
hay gran cantidad de causas. Nos ayuda en pueblos chicos
que sabemos quién es el usuario que tenemos enfrente. Con
un desconocido es muy difícil, no sabemos qué le pasó (no
teniendo vecinos ni familia que nos diga que pasó, es muy
difícil). Los cuadros por el alcohol y otros cuadros se
183
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

entremezclan mucho y es difícil diferenciarlos. Hay que


interrogar a los compañeros que los traen. Ante una
excitación psicomotriz pensar en descartar síndrome.
confusional o delirium debido a:
Enfermedades Cerebrales: tumores, infecciones, ACV, tóxicos.
Insuficiencias de órganos: respiratoria, cardiovascular,
hepática, renal, adrenal, etc.
Traumatismos: ojo que los TEC se ven mucho en alcohólicos y
a veces no se diagnostica un hematoma subdural
confundiéndolo con la desinhibición de la conducta que
presenta un alcoholizado.
Infecciones generalizadas: con Síndromes Confusionales por
la noxa en sí o por el aumento de temperatura.
Alteraciones metabólicas: hiponatremias, hipoglucemias,
alteración del calcio, enfermedad tiroidea en + ó - no
compensada, etc.
Otras
Habrá que realizar en amplio espectro desde laboratorio
general hasta imágenes del SNC, etc. Pero lo que no se puede
dejar de hacer es pensar este diagnóstico diferencial y
descartarlo, si no es mala praxis.
COMA ALCOHÓLICO. Puede llevar a depresión y paro
respiratorio y muerte. Por aquella razón no dar
benzodiacepinas pues potencian el cuadro por sus efectos
como relajantes musculares. Son de manejo clínico complejo
en UCI. No los he visto en dependientes al alcohol. Sí se ve
frecuentemente en adolescentes y jóvenes con abuso de
alcohol e intoxicación aguda alcohólica.
INTOXICACIÓN AGUDA ALCOHÓLICA. Ante este cuadro en que
la persona presenta aliento etílico, incoordinación motora,
desinhibición y severos cambios conductuales hay que
realizar: hidratación, reponer los electrolitos que falten,
abrigarlo, colocarlo en ambiente protegido, fomentar una
actitud para que nos tenga confianza (acercarnos para
ayudarlo) no gritando y no dando sermones, cabecera a 45° y
posición lateral de seguridad (para que no se aspire vómito).
184
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

ENFERMEDAD DE WERNICKE. Cuadro neurológico agudo con


ataxia, nistagmus, etc. que se da por el déficit de absorción de
la vitamina B1 (tiamina) en el intestino delgado por el efecto
nocivo del alcohol sobre el mismo. Tratamiento: tiamina en
dosis de 500mg c/8hs por 3-5 días, luego 500mg/día por lapso
similar y luego de remitido cuadro dosis de B1 de
mantenimiento.
DEMENCIA KORSAKOFF. Demencia sin retorno con amnesias
lacunares con fabulaciones de relleno etc.
SME. DE ABSTINENCIA AL ALCOHOL. Hay que aportar
vitamina B1 (tiamina) para prevenir la aparición de Sme.
Wernicke-Korsakoff, en dosis de al menos de 100 mg/ día
comenzando parenteral. Dar carga de tiamina ANTES de
colocar plan de sueros con dextrosa pues ésta puede
precipitar en alcohólicos un cuadro agudo de Wernicke. En
caso de cuadro neurológico, sospecha de Wernicke o
consumidor muy pesado de alcohol se postula tratamiento en
dosis mayores como las que se usan para Enfermedad de
Wernicke La dosis de mantenimiento en alcohólicos se
sugiere 100mg/día vía oral durante un año. Además hay que
reemplazar los sitios cerebrales que ocupaba el alcohol a los
fines de prevenir la aparición de este síndrome de abstinencia
con benzodiacepinas (Clorazepatodipotásico droga de
elección, o Lorazepam –que no se metaboliza en el hígado
dañado de estos enfermos-) en dosis de (…)
Podemos resumir entonces que ante un paciente excitado en
guardia debemos descartar cuadro clínico u orgánico (ej:
pérdida de Na+ ó K+ con suero solucionamos el problema, sin
tener que dar drogas específicas psicolépticas como
haloperidol-lorazepam). Si está con excitación psicomotriz
tratar de ver la causa; si estamos seguros que es por alcohol
entonces de ser posible esperar un tiempo cuidadoso a que
se elimine el tóxico etílico. Si la ingesta fue reciente se puede
realizar lavado gástrico.
Le toca hacer esto al Médico Generalista o al Clínico Médico,
aunque desde salud mental tratamos de trabajar en conjunto
185
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

con ellos. A veces nos hemos peleado mucho que si las


primeras 48hs son de ellos o no; y ahora creo que hemos
llegado a un ideal: lo ingresa el que lo ingresa; si quiere pide
una interconsulta, lo atendemos en forma conjunta; si yo veo
que no necesito no los hago trabajar demás… nos hacemos
cargo todos. Pues NO es un problema de Salud Mental,
obviamente, ni siquiera dentro de un hospital! ¡Es de todos!
Por ello es imprescindible que el Hospital General en todas las
ocasiones responda a la atención del enfermo alcohólico,
siempre Salud Mental allí con la responsabilidad de provocar,
promover y coordinar las acciones del Estado brindando
equidad y garantías de derechos hacia los que más sufren,
muchas veces vulnerados por los prejuicios con que se tratan
en algunas guardias y otros ámbitos institucionales a los
alcohólicos… Se debe trabajar aun para poder hacer un
abordaje conjunto, pero sin perder la oportunidad de ingreso
cuando el que está operando ahí es el personal de la guardia
general activa (médicos y enfermeros).
Tratar (si se puede) de no dar ninguna medicina; pero si lo
tenemos rompiendo todo con un policía al lado, pegándole al
policía, elegimos como droga patrón Haloperidol I.M. …
‹fragmento 2, aquí se corta la grabación de estas jornadas…›

TESTIMONIOS

Adriana, psicóloga: Yo aprendí de Raúl a sacarse el ego de


encima y ponerse a escuchar al otro para ayudarlo en su
sufrimiento. Su compasión, sus ganas de ayudar siempre al
otro.

Malena Moreno, psicóloga: De Raúl aprendí el compromiso


de otorgar valor a la palabra del borracho. Dignidad.
De Raúl aprendí el compromiso de otorgar valor a la palabra.
Testimonio.
De Raúl aprendí el compromiso de otorgar valor. Alojar, dar
crédito, fortalecer.
186
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

De Raúl aprendí el compromiso de otorgar. Solidaridad.


De Raúl aprendí el compromiso. De aprehender y hacer en lo
comunitario.
De Raúl aprendí. Y seguiré aprendiendo.
Hasta siempre compañero.

Bárbara, usuaria: Yo llegaba y Raúl estaba sin llave de la


puerta, esperando. Después llegaba Silvia ponía la pava y el
mate y él “no!”, te decía, no te convidaba. Me dejó tomar
mate en el pasillo… Si no decía que había que ir a tomar mate
a la plaza. Para que los chicos reaccionen los sacaba de los
bancos donde dormían. Mirá si sería importante eso que
hacía que Juan Carlos lo copió en el tren y le pidió a un
compañero (profesional) que libere el pasillo… Raúl dejó
enseñanzas muy importantes a los alcohólicos. En vida y en
muerte. Ser escuchados hasta el final: murió trabajando. Al
morir trabajando deja una impronta de lo luchador y lo
perseverante y que las casualidades no existen.

Tito, usuario: 19/02/2016, en el tren de Viedma a Bariloche.


“Viajamos a Viedma. Subí al tren tomado, con mi amigo
Raulito. Él me dijo: -“Si vos no vas, yo no voy”. Subí al tren
con la esperanza de festejar mi cumpleaños y mi amiguito
Raúl me dijo: -“Si vos no vas, yo no voy”. Voy a hacer una
oración para que descanse en paz.

Ramón, operador: Raúl, estás en cada uno de nosotros, no


podemos pasar por alto tu legado, ignorando lo mucho que
dejaste de vos en cada intervención en grupo, en domicilios, a
solas con el otro, tus palabras, tus gestos, tus silencios, tu
mirada y aún tus ausencias dejan un claro mensaje y frases
como –“Es un enfermo” ó –“Es nuestro trabajo” ó -“Es
humano”. Esto habla de cuánto debemos poner nosotros
para con el otro. Y vos lo hiciste. Raúl, gracias por tus
intervenciones y por tu persona que entre lo enigmático y lo

187
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

ofuscado a veces, y lo permisivo en otras, generaste una


normativa en el tratamiento ambulatorio de los usuarios.

Felipe, residente: Tardó en habilitarse conmigo… y vi la otra


cara más chistosa y fraternal y de chascarrillos. Durante la
internación del sr. A.M. hubo que hacer una salida a su casa,
visita, 300-400 mts. hacia arriba… empecé a correr para llegar
a la casita ya que Raúl me mandó a ver dónde era. Luego de
averiguarlo empecé a bajar hasta donde estaba Raúl y llegué
al auto. Pensé que Raúl se volvió (no lo encontraba). Y
cuando estaba por llegar de nuevo al domicilio lo vi:
caminando lento, despacio, a su tiempo, para finalmente
llegar a la casa. Lo observé muy dedicado a lo que hacía. Lo
que hacía lo hacía, que no es poca cosa. Luego compartí con
él momentos recreativos (cartas, anécdotas, etc.). Era una
persona que comprendía muchísimo al otro. Era muchísimo
más bueno que lo q demostraba con la cara.

Aníbal, extraordinario trabajador de la SMC rionegrina: Si a


Raúl Calderero lo enterramos junto con Matilde18, habría que
ver cuáles son nuestras prioridades.

18
Nota del autor: Matilde fue su abnegada esposa, a la que Raúl no pudo dedicar
todo el tiempo que hubiese querido: en sus años mozos porque se alcoholizaba
constantemente; posteriormente por su ardua y prolongada tarea de ayudar a los
que padecían terribles problemas por el alcohol. Luego del fallecimiento de ella
ocurrido algunos años atrás Raúl estuvo desconsolado, navegando por la vida
como ánima en pena hasta que él mismo muere.

188
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

REFLEXIONES SOBRE CÓMO ENCARAR EL ALCOHOLISMO EN


LA PCIA. DE RÍO NEGRO19
Raúl Calderero: SAO, 12/03/2009
Compañero de redacción: Roberto Irigoyen Testa

1) RECURSOS: Presupuesto propio. RRHH de gente


dedicada a esto.
Hoy con qué recursos propios locales podemos contar? Los
grupos de alcoholismo pueden tener una caja chica donde se
colecten fondos para ayuda social y de otras índoles para los
integrantes de GIA (sugiero que ya tengan al menos base de
recuperación de varios meses a un año para recibirla pues
hemos construido casas para gente recientemente en
abstinencia que volvieron a chupar, quedándose con las casas
construidas por el grupo…).
2) FORMACIÓN: Retomar una formación recalcando algo
que perdimos: la contención e incentivos en Encuentros
Provinciales de coordinadores de alcoholismo, trabajadores
en alcoholismo, y recuperados que colaboren ad honorem.
Esta pérdida del encuentro la comento con el sentimiento
amargo y triste por ser uno del grupo de los primeros en
trabajar en esto… Si fuese necesario que cada GIA de cada
localidad genere sus propios recursos económicos (rifa, etc.)
para pagar el colectivo a un par de representantes para asistir
a estos eventos… vamos!, pero generen el espacio de
participación… Da bronca: porque es la unión de estrategias
de trabajo de un EQUIPO lo que puede darnos la fuerza y
eficacia en esta tarea dura de recuperar personas que
padecen alcoholismo.

19
El texto del Sr. Raúl Calderero queda a disposición en la Carpeta de artículos de
interés, analizados por ACER VIDA

189
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

3) PONER EL CUERPO en horas de estar en la situación


problema… y dejar los discursos baratos y de retórica que
reflexionan y elucubran “cómo” pero no hacen.
4) CÓMO ENCARARLO? Están los RRHH pero cómo los
activamos? Así como SAO se arremangó a través de un RRHH
con compromiso para abordar la patología del alcoholismo,
que se comprometan los distintos lugares que también
perdieron los grupos y que hagan 1 grupo de alcoholismo por
cada servicio de salud mental que exista en la provincia; que
si existe servicio de salud mental comunitaria,
ineludiblemente exista grupo de alcoholismo, que aborda la
patología de mayor prevalencia en salud mental.
5) COMPARAR… Los problemas de los individuos no se
comparan, son otros… Los profesionales tienden a
“comparar”, clasificar y agrupar… cuando el abordaje debe
ser individual, con lo que a esa persona le está pasando.
6) SOBRE LOS GRUPOS de ALCOHOLISMO: el espacio
grupal debe ser cuidado “a muerte”, no importa tanto si es
AA (modalidad que yo ejerzo) o GIA, o si tiene dentro
profesionales o familiares pero que esté. No puede dejar de
ser sostenido… el espacio siempre tiene que estar abierto y
funcionando al menos 1 vez x semana. SIEMPRE. Pues la
comunidad lo necesita y es clave su presencia para el
sostenimiento de la abstinencia, día a día. Idealmente es
importante que las personas que padecen alcoholismo
tengan instancias cerradas entre ellos (con o sin profesional
dentro) y que algunos encuentros se hagan abiertos con
participación de los familiares. También los familiares pueden
tener espacios de encuentro grupal entre ellos. Sugiero
separar en otro grupo las adicciones a otras sustancias, tipo
formar grupo de Narcóticos Anónimos (alguien del otro grupo
puede “apadrinarlo” para ayudar en su formación). Esto es
debido a que ambas adicciones transcurren por rectas
similares… pero paralelas… se encuentran en el infinito… y es
necesario que cada grupo tenga su tiempo de trabajo
específico en la temática que aborda… sino los discursos se
190
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

pisarían como en un gallinero, intentándose uno imponerse al


otro.
7) SOBRE LOS COORDINADORES DE ALCOHOLISMO: la
coordinación del grupo se puede ir rotando entre sus
integrantes (una reunión uno, otra otro) hasta que aparezca
un usuario recuperado con liderazgo para esa función con al
menos 1 año de base de abstinencia. Con todos los que están
en proceso de recuperación se puede ir a realizar visitas
domiciliarias para rescatar a otros con menor tiempo de
abstinencia al alcohol, ir a escuelas a dar ante los chicos su
testimonio, ir a los medios de comunicación (consultarles si lo
desean, no forzar a ninguno a la exposición pública)

Opinión sobre “Reflexiones sobre cómo encarar el


alcoholismo en la Pcia. De Río Negro?” de Raúl Calderero,
12/03/09 - Por A.C.E.R. “Vida”, 14/03/09

Estamos de acuerdo con su escrito en líneas generales. Ver


qué es lo que está sucediendo en los lugares donde no
existen grupos de alcoholismo. Sería oportuno que hubiese
un Programa Provincial de Alcoholismo con una persona
recuperada como Coordinadora.
Sería ideal que contase con presupuesto propio, aunque
vemos como un problema que no haya financiamientos de
este tipo.
Crear la figura de “Coordinador de Alcoholismo” (desde la Ley
de Salud, como un trabajador asistencial), que pudiese
trabajar en cada localidad. Preferentemente un recuperado
de dicha enfermedad. No debiera ser un obstáculo que no
posea o tenga incompletos los estudios secundarios.
En todas las Reuniones Provinciales de Salud Mental
Comunitaria que haya un espacio reservado para el
encuentro de los coordinadores de alcoholismo.

191
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

COLABORADORES del capítulo:

Fabiola MacchiaCaschel y Guillermo; Pablo Andrés Franco;


Eliseo; Guido; Norma Danielian; Eduardo Díaz; Bárbara
Claverie; Adriana Iribarren; Malena Moreno; Héctor Roberto
“Tito” Zúñiga; Ramón Domínguez; Felipe Lucarella; Aníbal
Gutiérrez; Pepe; Mariana Paulín

DEDICATORIA

Dedicado a los amigos fallecidos en la lucha por hacer un


mundo mejor mientras que escribíamos este libro: Mario Raúl
Calderero († 19/02/2016) y Pablo Andrés Franco (†
22/03/2016).

CIERRE FINAL

2016. Comenzado el 22 de febrero, 3 días después de la


muerte de Raúl. Finalizado el Viernes Santo, 3 días después
de la muerte de Pablo.

192
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

LA ESCUELA COMO ESPACIO DE VIDA Y


HABILITADORA DE SENTIDOS. ALGUNAS IDEAS
ACERCA DE LA INCLUSIÓN SOCIAL Y EDUCATIVA
Soledad de Caso

Dedicado a cada uno de aquellos de los voy aprendiendo un


poco acerca de la compleja tarea de vivir con las diferencias
(pareja, familia, amigos, compañeros, y otros “extraños”)

INTRODUCCIÓN

Conceptos como la integración, la locura, la discapacidad, la


diversidad y la inclusión han sido intensamente debatidos,
marcando diferencias en las miradas, posturas,
representaciones sociales, acciones y políticas entre otros.
Reconocer estas diferencias y el modo de organización de
nuestra sociedad en la actualidad supone un proceso, un
incansable trabajo que entraña mirar nuestra labor donde sea
que nos desempeñemos, y mirar la vida misma, mirarnos a
nosotros y a los otros, pensar, andar y desandar caminos,
inventar nuevos, discutir, analizar, consensuar, disentir.

193
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Este proceso implica transformaciones profundas internas y


externas, un trabajo de afuera hacia adentro y de adentro
hacia afuera, y viceversa, y nos exige observación, reflexión y
comprensión acerca de las realidades que nos acontecen y se
atraviesan. Constituye una tarea que se hace con otros…y,
estar y trabajar con otros requiere de un conocimiento
relativamente profundo acerca de lo que nos diferencia y lo
que tenemos en común, lo que nos acerca y lo que nos aleja
de los otros, lo que nos provocan esas diferencias y lo que se
puede generar en el encuentro, en ese “estar con otros”.
Sin duda, ese encuentro con “otros” y con sus diferencias no
puede hacer otra cosa que interpelarnos y modificarnos,
haciéndonos también “otros”.

¿Estudiantes… extraños?
¿Qué realidades acontecen hoy en las escuelas secundarias
rionegrinas?
Cada vez con más frecuencia recibimos la noticia de que
jóvenes “usuarios del Servicio de Salud Mental”, muestran
interés en completar sus estudios. Algunos de estos jóvenes
se encuentran en un entorno que no resulta ser muy
facilitador, con una red socio-familiar que por uno u otro
motivo no puede brindarles el acompañamiento o apoyo que
necesitan, al menos no solos. En ocasiones su nivel
socioeconómico resulta poco favorable y es probable que se
les dificulte considerablemente su posterior inserción en el
mercado laboral.
Por lo general cuando estos jóvenes comienzan su
escolaridad son considerados “usuarios de Salud Mental” y
cargan con una “mochila” que tiene nombre de patología.
No es raro que cuenten con pocos o ningún espacio para “ser
y estar con otros”, sin poder pensarse en un futuro,
resolviendo su porvenir, o construyendo una suerte de
proyecto de vida… más bien se encuentran bordeando la
muerte, el sin-sentido, el desamparo, el aislamiento; quizás
buscando alguna marca, alguna señal, algo a que asirse, algo
194
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

a que afiliarse, que los enlace y sostenga en este mundo que


hemos construido.
En un documento del Ministerio de Educación decía: “el
trabajo de enseñar, hoy más que nunca, se presenta como un
desafío que nos invita a reflexionar sobre los niños y jóvenes
que están en las escuelas. Pareciera que nada es como era... o
como imaginábamos que debía ser.”
Hace un tiempo atrás no era común que los jóvenes que
portaban un rótulo que los fijaba a la locura o la discapacidad
estuvieran en la escuela. Como ocurría con muchos otros
jóvenes, generalmente quedaban fuera del sistema educativo
o se los recluía en establecimientos especializados.
Las instituciones educativas pueden encontrar cierta
amenaza a su identidad en esos estudiantes que se ven
“extraños”. Cuando los que ingresan son muy diferentes a ese
“estudiante ideal” esperado se produce una tensión entre lo
que ese estudiante es y lo que la escuela espera o exige de él.
Comienzan a cuestionarse los viejos mandatos y presupuestos
respecto al rol del alumno y del docente, a cómo debe
mostrarse y que conductas deben tener en cada circunstancia
educativa, como debe funcionar una clase, cuáles son sus
características, lo prohibido y lo permitido, lo tolerable y los
inadmisible. Esta tensión que surge puede conducir a
resistencias y dificultades en la construcción de una relación
pedagógica saludable que dé lugar a procesos de enseñanza y
de aprendizaje.
Estas realidades, con frecuencia, pueden dejarnos sin
palabras, impactando en forma significativa en la capacidad
de pensar a los niños y jóvenes en un futuro, e imaginarles un
destino diferente.
Estos nuevos escenarios que irrumpen nos confrontan con la
necesidad de transformar nuestras miradas, construir nuevos
y diferentes vínculos, modificar estrategias pedagógicas e
institucionales, abrir caminos, y diseñar nuevas formas de
enseñar.

195
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

Dice Skliar “ ¿Qué significará estar preparado para trabajar


con niños psicóticos o con múltiples discapacidades?...
Y lo cierto es que el hecho de estar o sentirse preparado
constituye una ilusión, es imposible prever o estar preparado
para lo que surgirá, más bien, lo que sí se puede, es lograr
estar disponible y ser éticamente responsable para recibir a
quien sea, dejar de separar al diferente y comenzar a
vivenciar un nosotros, todos somos parte de la misma
comunidad, y todos somos el otro.

APORTES PARA CONSTRUIR NUEVAS MIRADAS DESDE LA


SALUD MENTAL COMUNITARIA AL MODO RIONEGRINO

Los seres humanos somos seres sociales, y solo podemos


concebirnos existiendo con otros. Y justamente, es de estos
otros que necesitamos las señales que nos permitan acceder
al conocimiento y la participación “en” y “del” mundo.
Desarrollar nuestro protagonismo en lo social y cultural es la
manera que quizás parece más ingenua… o más obvia… pero
es también la más acertada para promover y restituir algo de
la salud.
En el texto “Nuevos Trabajos en Salud Mental” de J. Schiappa
Pietra (2012) se hace referencia a la siguiente definición de la
salud mental (utilizada por los miembros del Instituto
Rionegrino de Salud Mental y pensada por Vicente Galli):
“…es una manera de estar, de ser, de relativo equilibrio e
integración de los elementos constitutivos de las personas -
sujetos de la cultura - y de los grupos, instituciones y
comunidades; con crisis previsibles e imprevisibles en las
cuales esas personas o agrupaciones participan activamente
de sus propios cambios y en el de su entorno social, a través
de una adaptación activa a la realidad”. Cuando nuestra salud
mental se encuentra afectada en forma significativa
comienzan a surgir obstáculos para aprender, aprehender y
vivir la cotidianeidad, vamos perdiendo la capacidad de
producir e inventar, de transformar y transformarnos, de
196
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

habitar lugares y ejercer funciones como seres grupales y


comunitarios. Nuestra capacidad de construirnos a nosotros
mismos como sujetos humanos sanos queda limitada y ya no
podemos proyectar, encontrar, crear e intercambiar sentidos,
dejando de aportar a la dinámica de las agrupaciones en las
que participamos.
Todo lo que nos acontece requiere de nuestro trabajo
personal para alcanzar cierto equilibrio y también, de alguna
manera, de la colaboración de otros que apoyen nuestros
esfuerzos.
Más allá de lo diverso de las subjetividades con las que
tratamos, cada persona ES en grupo, por lo tanto cuando
hablamos de la salud de un sujeto siempre nos estaremos
refiriendo a los grupos en los que participa, las instituciones
que lo organizan y las comunidades a las que pertenece.
Un espacio social es un espacio propicio para compartir, en el
que pueden generarse encuentros que podríamos definir
como “humanizadores”, dado que es compartiendo como
comenzamos a hacernos socialmente humanos. Se “ES” en
grupo, de acuerdo a lo que tal o cual espacio nos habilita a
ser.
La creación de espacios institucionales posibilita los
intercambios con aquellos otros considerados “extraños”,
“otros distintos a mí”, por lo cual, la escuela se constituye en
un espacio representativo para este tipo de intercambios. En
cada encuentro interpersonal, estamos obedeciendo a
normas de comportamiento, y generando transferencias
recíprocas de influencias.
Aquel que padece un apartamiento institucional y es privado
de estos intercambios cae en la marginalidad, y para la
comunidad, en algún aspecto, se volverá irremediablemente
extraño, ajeno, fuera de lo real, desconocido y quizás hasta
invisible… casi “inexistente”. Y en este punto cabe mencionar
que lo extraño también puede despertar una cierta vivencia
de lo siniestro… algo que se vive como angustiante,
espeluznante, amenazante generando ansiedades paranoides
197
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

y tendencias evitativas que aumentan la soledad y el


desamparo del que es apartado
De la marginalidad podemos salir solamente cuando somos
“vistos y reconocidos en nuestra mismidad”.20
Entonces… promover la salud mental puede reducirse, en
último término, a promover encuentros… encuentros
subjetivantes, encuentros que generen ligazón con la vida y
con los otros significativos, encuentros que otorguen sentidos
y existencia.
Uno de los objetivos primordiales de los que trabajan en
Salud Mental Comunitaria apunta a la recuperación de la
capacidad de construir significaciones y habitar el espacio
comunitario con el mayor grado de plasticidad y autogestión
posible, desplegando su proyecto vital en el devenir. Por lo
tanto, si la escuela es un espacio de encuentro con otros, un
espacio de aprendizaje donde los sujetos devienen alumnos, y
encarnan funciones institucionales ¿podemos pensar en la
escuela como un ámbito privilegiado para desarrollar
prácticas subjetivantes que promuevan la inclusión social y
educativa?

LA ESCUELA COMO ESPACIO DE INCLUSIÓN SOCIO-


EDUCATIVA

La Unesco señala que:


“Una educación es de calidad cuando logra la
democratización en el acceso y la apropiación del
conocimiento por parte de todas las personas especialmente
de aquellas que están en riesgo de ser marginadas”.
“La inclusión educativa se ve más como un enfoque de la
educación que como un conjunto de técnicas educativas”
“La educación inclusiva constituye una aproximación
estratégica diseñada para ofrecer una educación de calidad
para todos. Apunta a trabajar sobre las barreras para el

20
José Schiappa Pietra “Nuevos trabajos en salud mental”
198
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

aprendizaje, posibilitando la participación de todos los


niños/as y jóvenes en la vida y el trabajo dentro de sus
comunidades, disminuyendo y superando todo tipo de
exclusión desde una perspectiva basada en los derechos
humanos” (UNESCO 2005).
Según J. Schiappa Pietra, desde la teoría Comunitaria, la
inclusión social implica que la persona humana pueda ser
capaz de ejercer influencias significativas y de sentido, y esto
alude al ejercicio de Poder, a que las personas encuentren
espacios de poder que se sostengan en el tiempo, a que
puedan desarrollar proyectos vitales propios en su
comunidad, que puedan ser admitidas en diferentes espacios
sociales, que puedan ser reconocidas como personas capaces
de significar y definirse a sí mismas, que la puedan transitar
los espacios comunitarios con flexibilidad, que no queden
fijadas con un rótulo a una sola referencia rígida y absoluta,
que puedan vivir dignamente.
Enseñar en una escuela que propicie la inclusión socio-
educativa es una tarea que genera dilemas sumamente
complejos. Muchos de los problemas educativos que surgen
en la práctica no se resuelven con la sencilla aplicación de
alguna técnica determinada. (Schön, 1992). Justamente
porque estos no son ni unidimensionales, ni previsibles, ni
precisos, ni neutros éticamente hablando, sino que, por el
contrario, son multidimensionales (con implicaciones
psicológicas, biológicas, familiares, sociales, económicas y
morales entre otras), inciertos (en cuanto a la respuesta más
adecuada para resolverlos), y además se encuentran
frecuentemente subordinados a conflictos de valores (en
cuanto a poder definir lo que es bueno y deseable para cada
sujeto en particular), imprevisibles, únicos, poco
generalizables y aparecen en forma simultánea con otros
problemas.
Permanentemente, estamos siendo alterados y
desorganizados por variados estímulos (físicos sensoriales,
imaginarios, emocionales, etc.). La vida nos conduce a
199
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

construir y fijar un camino mientras intentamos responder y


acomodarnos a los mandatos de la naturaleza y de la cultura.
Toda intervención que afecta la vida de un sujeto genera
incertidumbre y ansiedades, trabajar con personas implica
trabajar con la complejidad, con la duda, con el
cuestionamiento constante, con lo inesperado.
La construcción de prácticas subjetivantes debe estar
sustentada en un posicionamiento ideológico, ético y político.
Una práctica humanizante, en cualquier ámbito, moviliza,
compromete y cuestiona nuestros valores morales, y conlleva
el establecimiento de una relación sensible entre los sujetos,
donde cada uno es reconocido como un semejante en un
encuentro dialógico en el que están presentes todas las
dimensiones de su ser histórico y social.
La educación es una práctica constructora, deconstructora y
reconstructora de cultura. El acto intencional de educar
apunta al desarrollo integral de los educandos y se concibe
como una “práctica social”, en el sentido de que la
producción y reproducción de conocimientos afectan y
pueden generar transformaciones en la vida de los sujetos,
sus valores, expectativas y creencias. Esta práctica transcurre
en un devenir en el que es necesario reconocer nuestra
propia ignorancia acerca de cuáles constituyen los caminos
que deberán recorrerse con aquellos estudiantes que inician
su trayectoria educativa. Los niños/as y jóvenes necesitan que
los acompañemos en el desarrollo de su capacidad de
construir significaciones y sentidos en la realidad de la vida
cotidiana. Como adultos interesados en la transmisión de
algunos saberes somos responsables de crear oportunidades
para habilitar la palabra en la definición de cada proyecto
educativo, gestando condiciones para el crecimiento de su
autonomía como sujetos que participan y pertenecen a una
comunidad particular
Para R. Baquero la educabilidad no es algo dado, sino que es
una construcción histórica y social. Devenir “alumno” implica
un proceso de subjetivación que se desarrolla con otros, y en
200
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

el que, paulatinamente, se intercambian saberes, y se


transmiten expectativas y normas institucionales. El educador
y el educando atraviesan juntos espacios de confrontación
entre lo instituido y lo instituyente, entre lo que se “trae de
casa” y lo que la institución propone, permite, tolera o
prohíbe. Los niños y jóvenes necesitan de un adulto que
medie para simbolizar la realidad, necesitan de un otro que
mantenga cierto grado de integralidad para situar en una
trama significativa aquello que surge y que les permita
vincularse con esa realidad sin sentirse arrasados por ella, un
otro que sostenga y posibilite el acceso a las pautas y normas
y que procure una enseñanza culturalmente relevante, que
habilite espacios de protección, en los que se puedan generar
las condiciones necesarias para subjetivar todo eso que
escapa a nuestra comprensión acerca de lo que nos acontece
en la vida, un otro que atempere el sinsentido, que aloje y
ampare.
Para Schön ser docente debe entenderse como una actividad
reflexiva y artística.
P. Zelmanovich expresa: “La organización de la escuela como
“lugar de vida” puede ayudar a los jóvenes a transitar sus
personajes. La escuela puede ofrecerse como resguardo
porque tiene la posibilidad de mediar los saberes, con los
pinceles, la puesta en escena de una obra de teatro, con la
cultura”.
El desafío, entonces, consiste en lograr que las escuelas
puedan ofrecer andamiajes significativos de referencia, para
vivir la experiencia de “hacerse alumnos”, de “hacerse sujetos
humanos capaces de un quehacer en su entorno y con los
otros”.
En relación a esto quiero destacar el siguiente extracto de un
encuentro con una persona que entre otras cosas es
estudiante y usuaria de Salud Mental:
Ayer hablamos con S.… nos miró tranquila, cómoda desde su
asiento en la sala de profesores donde estábamos reunidos
(nosotros, el equipo de apoyo pedagógico, y ella). Le
201
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

preguntamos que quería hacer cuando termine el


secundario… y con su mirada quizás un poco más brillante y
una media sonrisa nos dijo… “seguir aprendiendo”.
Entre tantas idas y venidas, contratiempos, dificultades,
diseño y construcción de adecuaciones, reuniones de equipo,
y “demases” no nos dimos cuenta que S. se había convertido
en estudiante. Un día comenzó a participar de otros espacios
y cumplir otras funciones, comenzó a tener otros “lugares
para ser y estar en el mundo”, comenzó a percibirse y
construirse como estudiante y también como compañera de
trabajo realizando pasantías, y a partir de allí pudo pensar en
un proyecto futuro apartando un poco la sombra del
desamparo y la exclusión. La comunidad educativa también
comenzó, un poco, a percibir a S. de esa forma.
S. ya no se dejaba definir o limitar por rótulos, podía ser y
hacer otras cosas, podía dejar de pensarse y ser pensada
exclusivamente como paciente o usuaria de salud mental
para transitar y jugar sus personajes en otros espacios. Y tan
solo había que hacerle lugar. Esto no significa que la escuela
deba cumplir una función asistencialista o sanitaria, la escuela
tiene encomendada una labor que le es propia ligada a la
transmisión de conocimientos, valores y experiencias y es
esta misma labor la que entraña el acto de alojar y cuidar.
¿Qué sería de la escuela y de los niños/as y jóvenes si
estuviera, como dice E. Antelo, atiborrada de descuidados,
colmada de ausentes e indiferentes?
Cuando S. nos respondió nos quedamos pensando… y ahí… en
ese instante… también descubrimos que nos encontrábamos
frente a un nuevo desafío… Ahora que S. podía ser estudiante
quería seguir aprendiendo… comenzamos a preguntarnos
¿qué propuestas habrá para ella en el nivel terciario o
universitario? ¿Cómo articular y que acompañamiento tendrá
en esos nuevos territorios? ¿Habrá otro allí que la espere, que
esté dispuesto?... ¿Años atrás habría podido realizar este
recorrido?

202
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

El acto de enseñar proporciona espacios y tiempos que


propician la tarea de hacernos conscientes de nuestra mutua
dependencia y de la responsabilidad que nos cabe para con
los otros, constituyendo una oportunidad para encontrar y
transmitir sentidos juntos y habilitar a los sujetos para asumir
un rol activo en la construcción de una comunidad que nos
permita realizarnos como sujetos humanos y vivir nuestras
vidas dignamente.
El objetivo de la enseñanza hoy apunta a facilitar el acceso de
todo conocimiento a todos, a fin de que los sujetos puedan
construir una visión del mundo, una visión de la realidad
social en la que viven, que puedan descubrir, que puedan leer
(“un libro o la vida”), que puedan reflexionar y formar parte,
que puedan ser protagonistas, crear y renovar, pensar y
hacer, significar y resignificar.
La construcción de una escuela que albergue y “haga lugar”
para todos los niños, niñas y jóvenes interpela la esencia
misma de la educación, cuestiona a quién se le enseña, qué
se enseña, para qué y cómo se lo hace; y conduce a
modificaciones substanciales de su estructura,
funcionamiento y propuesta pedagógica.
El proceso de enseñanza nos lleva a pensar en las escuelas
como lugares de potencia, como espacios privilegiados para
que los alumnos tengan experiencias de aprendizaje
significativas: “Enseñar para cuidar y proteger. Enseñar para
torcer destinos que se nos presentan como inapelables.
Enseñar para abrir nuevos horizontes. Enseñar para dar la
palabra y para hacer escuchar la voz. Enseñar para ayudar a
conocer el mundo y para hacer con él algo distinto. Enseñar,
en definitiva, como acto de justicia, porque aprender es un
derecho de nuestros niños y jóvenes.” 21
En síntesis, las escuelas podrían comenzar a reconocer las
diversas condiciones de partida de los alumnos no como
deficiencias, no como puntos de llegada, no como destinos

21
Documento de Ministerio de Educación de la Nación (2009)
203
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

irreversibles, sino como dimensiones para analizar y


considerar en la construcción de estrategias que “abran la
puerta a aquello ignorado, a lo desconocido, a lo inesperado,
al misterio… a lo extraño”.

EL ROL DE LOS EQUIPOS TÉCNICOS DE APOYO PEDAGÓGICO:


INTERDISCIPLINA, TRABAJO INTERINSTITUCIONAL, MÉTODO
DE REFLEXIÓN-ACCIÓN

En esta tarea de “hacerse alumnos y docentes” los equipos


técnicos de apoyo pedagógico cumplen un rol destacado. Por
este motivo es imprescindible que no pierdan de vista la
finalidad de su práctica: colaborar a la mejora de la calidad de
la enseñanza y acompañar en la construcción de “modos de
hacer y enseñar” que garanticen una educación para todos.
El asesor pedagógico, desde su núcleo profesional, aporta al
diseño de estrategias cuyo fin es garantizar el derecho a una
educación de calidad para todos (inclusión socio-educativa).
Cuando se forma parte de un equipo interdisciplinario de
apoyo pedagógico, cada disciplina debe converger
organizando sus aportes a fin de comprender a los sujetos y
las organizaciones-instituciones y sus complejas relaciones,
generar y favorecer condiciones para enseñar y aprender,
planificar y lograr continuidad en las trayectorias, tejer lazos
entre escuelas y familias, propiciar condiciones institucionales
que posibiliten pensar con otros nuevas formas escolares.
Piaget señala que “la interdisciplina hace referencia a la
cooperación entre varias disciplinas o sectores heterogéneos
de una ciencia que llevan a interacciones reales, implicando
una reciprocidad de intercambios que resultan en un
enriquecimiento mutuo”. En ese encuentro cooperativo se
activan y movilizan los diferentes saberes propiciando la
construcción de un saber-hacer común. Por esto, la
interdisciplina supone, permite y favorece el acercamiento de
esferas de conocimiento que antiguamente funcionaban
aisladas unas de otras. Es preciso que cada asesor y educador
204
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

se forme y actualice en su propio campo de acción, puesto


que cuanto mejor formación y experiencia desarrolle en su
profesión u oficio mejor preparado estará para realizar sus
aportes, contribuyendo al diseño de estrategias y dispositivos
de mejor calidad y eficacia.
Desde la institución educativa pueden construirse diferentes
condiciones de posibilidad (intra e interinstitucional y
comunitariamente) que optimicen las prácticas y puedan ser
compartidas y replicadas en otros contextos generando
nuevas formas de trabajo escolar y transformando y
enriqueciendo el lazo social y la subjetividad.
Si bien el trabajo interinstitucional y comunitario es una
práctica compleja debido a la numerosas variables
intervinientes: particularidades institucionales, tiempos,
espacios, ideologías personales, posicionamientos,
organización, propósitos, entre otros; es factible generar
espacios para pensar, diseñar y compartir estrategias con
otros, trabajando articuladamente, cada uno desde su
especificidad y marco normativo.
Como señala el Cuadernillo de Ministerio de Educación22: “Las
intervenciones y acompañamientos en estos espacios tan
diversos requieren de apoyos institucionales, de trabajo con
otros, de encuadres ordenadores, de escucha y circulación de
la palabra, de la aceptación del conflicto y de la búsqueda de
consenso”.
Los espacios de discusión en los que surgen diferentes modos
de pensar, de comprender y nombrar las situaciones y de
construir dispositivos, propician la búsqueda de
herramientas, habilitan nuevas miradas que se revelan y
construyen en el diálogo interdisciplinario (intra e
interinstitucional). Estas instancias promueven una dinámica
de trabajo situacional que permite evitar posibles
cristalizaciones en las relaciones de poder que se establecen

22
“Los equipos de orientación en el sistema educativo” (2014) - Greco,
Maria Beatriz, Alegre, Sandra; Levaggi, Gabriela
205
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

entre los integrantes y coartan e inhiben la posibilidad de


visibilizar, analizar e interpelar las estructuras y dinámicas
que regulan las interacciones e intervenciones.
A su vez, en estos intercambios, se ponen en evidencia las
peculiaridades de cada sujeto y los intereses que los
movilizan respecto de los propios campos de conocimiento.
En estos encuentros también se generan tensiones, de difícil
manejo, que no es necesario ocultar, negar o evitar. La
pluralidad de voces contribuye a desarrollar la capacidad de
escucha y la construcción cooperativa de un saber colectivo,
desde un diálogo crítico y constructivo y un posicionamiento
ético y de responsabilidad profesional. El diálogo interno que
se va tejiendo en forma simultánea con el intercambio
constituye un indicador de crecimiento personal y subjetivo,
que modifica nuestras construcciones y percepciones. Las
experiencias compartidas, las preguntas, las discusiones y
acuerdos, las objeciones de otros, así impresionen,
desconcierten, intranquilicen, asombren o generen malestar
quedan operando en la subjetividad de cada uno,
extendiendo las reflexiones y elaboraciones en el tiempo.
Como dice P. Freire “Si los hombres son seres del quehacer
esto se debe a que su hacer es acción y reflexión. Es praxis. Es
transformación del mundo. Y por ello mismo, todo hacer del
quehacer debe tener necesariamente, una teoría que lo
ilumine. El quehacer es teoría y práctica. Es reflexión y
acción”
Justamente el método de trabajo que se implementa desde la
salud mental comunitaria en Río Negro es el método de
“Reflexión- Acción”. Dado que se considera que dicha práctica
posibilita pensar, repensar y conceptualizar a la vez que se va
haciendo. De esta forma la intervención acontece en un
devenir de construcción y reconstrucción permanente.
Por lo tanto podemos confeccionar y continuar pensando en
una forma de trabajo que sustente nuestras prácticas como
asesores pedagógicos a partir de los siguientes elementos:

206
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

 Abordajes orientados a generar nuevas condiciones


institucionales que garanticen la calidad educativa y el
derecho de todos a la educación (inclusión socio-educativa)
 Construcción y fortalecimiento del trabajo en equipo
generando un clima laboral adecuado desde un
posicionamiento ético y profesional que promueva el respeto,
la aceptación y valoración de las diferencias, la solidaridad, la
cooperación, la comunicación, el crecimiento de sus
integrantes, la confianza para admitir el conflicto, expresarse
libremente, analizar las implicaciones y lograr acuerdos y
consensos.
 Trabajo interdisciplinario e interinstitucional: diálogo
entre disciplinas, construcción colectiva de un saber-hacer
común, intercambio de experiencias, articulación de acciones,
distribución equitativa y pertinente de tareas
 Formación y actualización profesional
 Registro de experiencias
 Implementación del método de Reflexión-acción

Dado que nuestra tarea linda con lo artístico y lo artesanal, y


no contamos con un saber-hacer previo desconociendo el
resultado que tendrán nuestras intervenciones en cada
situación que se presenta, debemos ejercitar la reflexión
acerca de nuestra práctica: interrogar nuestras maneras de
concebir a los sujetos, a la escuela, al sistema educativo,
nuestra formación profesional, nuestra implicación, nuestras
intervenciones, nuestros diseños y estrategias. De esta forma
podremos valorar los éxitos, evaluar los efectos y la
necesidad de realizar modificaciones o continuar con lo
programado, en función del objetivo que orienta siempre
nuestra acción (la inclusión socioeducativa, que todos puedan
acceder a una educación de calidad).
Desde el método de trabajo utilizado en salud mental se
considera que es válido recordar que al finalizar las reuniones
de reflexión de un equipo hay tres componentes que deben
quedar claramente definidos:
207
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

1) Qué es lo que se va a realizar y con qué objetivo (la tarea


con sus requerimientos),
2) Quién/es la va/n a desarrollar (o sea el/los responsables de
ejecutarlas),
3) Qué resultados, efectos, dificultades, se observan en su
realización y cuándo se realizará dicho análisis (la evaluación
futura con su tiempo y espacio)
Pensar con otros, trabajar en equipo con aquellos que
quieren contribuir a crear “espacios que alojan”, diseñar
estrategias, desarrollar métodos de trabajo, generar
experiencias, propiciar el encuentro desde el respeto al otro,
considerar las singularidades, abrir posibilidades, pueden
constituirse en pilares para la construcción comunitaria y
conjunta de una educación para todos. Skliar nos lleva a
pensarnos desde la incompletud, a percibirnos como
humanos en tanto y en cuanto somos incompletos,
considerando que la incompletud, la finitud, el límite, la
frontera, lo que nos falta, lo que no logramos aún (o nunca)
es justamente aquello que nos hace humanos.

Para finalizar y seguir pensando el camino transitado y a


transitar en la tarea de asesoramiento, comparto esta frase
de García Linera (2014): “…habrán victorias temporales y
derrotas hirientes que nos obligarán a conseguir nuevas
victorias y así hasta el infinito, hasta que el tiempo histórico
conocido hasta hoy se detenga, se quiebre y surja uno nuevo,
universal, de los pueblos del mundo en el que el bienestar de
la humanidad sea el producto consciente y deseado del
trabajo de todas y todos.”

208
La Brancaleone. Teoría y práctica desmanicomializadora

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https://www.youtube.com/watch?v=IPO8t2x0GKQ

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