Un Par de Vueltas Por La Realidad de Juan Ramírez Ruiz
Un Par de Vueltas Por La Realidad de Juan Ramírez Ruiz
Un Par de Vueltas Por La Realidad de Juan Ramírez Ruiz
Quien está adherido a la confusión y a la corrupción será afligido por este libro. Quien da
tolerancia o cede ante la mierda de este tiempo será atormentado en este libro. Quien
nunca se ha violentado, quien no sabe groserías será iniciado, ejercitado en estos asuntos.
Y los que busquen su verdad con ágiles conversaciones, los que gusten de manzanas,
sandías, duraznos, naranjas jugosas, agua dulce, vientos, que lean este libro. Porque se
trasladarán a un ser humano y a la vida, a dos, a diez a mil, a millones; entrarán a una
música; a mi música, a mi danza y serán agitados, conmovidos por un vendaval y una
nueva velocidad los pondrá bajo el rescoldo de un conocimiento y de una comprensión. Y
éste será el ritmo para la construcción. El ritmo que enloquecerá a los miserables, a los
criminales, a los fósiles y ratas o chancos o reptiles regados sobre América. Este será el
ritmo para la construcción.
Y este libro prueba que la vida ha triunfado y triunfa. Y que el acto de vivir es poesía. Estos
poemas inauguran fluencias, flujos de una vida absoluta.
Entren,
entren, están entrando a mi libro y pasarán a través del agua, del viento, de los árboles, de
las alegrías y los horrores de este tiempo, de esta época mía y tuya o nuestra.
Pero los que no pueden seno celebrar a los muertos, hablar de los muertos, amar a los
muertos, esos nunca comprenderán ni entenderán este flujo vital, esta manera de
emerger a la vida libre y creadora, y de proclamarla indestructible aquí y en todos los ocho
costados del planeta.
Enero- 71
EL PUNTO SOBRE LA I
A nuestro pueblo las cosas que lo unifican son más numerosas que las cosas que lo
separan. Y éste es el tiempo de darle prioridad a todo lo que nos une y a las cosas que
compartimos.
Aquí el que tenga algo que decir que contribuya a la destrucción del enemigo, que lo
ordene y lo diga; el que tenga que hacer algo que lo ordene y lo haga.
La idea más loca, la más insensata, que sea ordenada y formulada si contribuye a la
destrucción del enemigo.
Saber lo que no se quiere y saber lo que se quiere, eso es lo que nos unifica.
Y nuestra función es aclarar, decir diez, cien, mil veces la verdad por encima de las
deformaciones; volver y volver a aclarar a decir la verdad hasta que se entienda que el
enemigo lucha por una causa bastarda e históricamente desplazada. Nuestra función es
decir la verdad a uno y a muchos. Porque sólo responderemos por lo que ocurre a partir
de ahora. Las situaciones establecidas no nos pertenecen, las debilidades anteriores no
son nuestras. No respondemos por ningún error que avasalle o aumente la duda, la
desesperanza o el desconcierto.
Y en este país entre otras cosas, también con palabras de ciertos escritores, se ha matado
vidas y conciencias. Y criminales son también aquellos que han confundido a las gentes,
criminales lo que han convertido este lugar en zona de desastre. Tratémoslos como tales.
Porque los artistas que mienten, los artistas que falsean un testimonio de este tiempo
cometen un acto abyecto y los que han falseado y falsean ese testimonio son monstruos,
criminales, sub-hombres, gusanos que deben ser ajusticiados sin contemplaciones. Por lo
tanto, si se pide su desaparición o su silencio, eso sólo es parte de la justicia de un pueblo
contra quien, en primera instancia, se ha cometido una vileza, un acto de traición. Y que
no quede duda, el momento de la ejecución de el veredicto habrá de llegar.
Porque el Imperialismo es un hecho concreto, un sistema sustentado por ideas y acciones,
y quienes sustentan esas ideas y acciones son individuos a quienes es necesario señalar y
nombrar abiertamente.
Nuestra función es destruir, y luego construir este instante lúcido en la misma dimensión
de nuestras urgencias. Y no hay serenidad, no hay tregua en esta guerra. Porque ésta es la
época de las respuestas, la época donde se dirán las cosas definitivas y se inaugurarán las
nuevas relaciones, las nuevas conversaciones, los nuevos estilos de los nuevos hombres. Y
nuestra lucha prueba hasta qué punto ha llegado la existencia, la vida a ser amada y a ser
requerida de manera diferente para nosotros y para todos.
De otro lado los diálogos creadores requieren de motivos. Y es necesario que nosotros
originemos los motivos de los diálogos.
Destruir, y dar la primera alegría, la fortaleza total, el júbilo total sobre la tierra. Destruir, y
dar la posibilidad de violentar al apacible y poner fuera del individuo la voluntad de
confusión, fuera del individuo la distracción de calcular giros a la temperatura. Fuera del
individuo la cobardía, el individualismo. Y esa catástrofe que ha constituido la
insensibilidad, la explotación, la miseria, la bellaquería.
¡¡ Ceder pues chocheras, fósiles, momias; ceder a la violencia pura de las capacidades,
ceder al ardor de una ola que destroza!!
Otra cosa
HORA ZERO es un mundo vital, mental, espiritual, es decir un mundo integral; plantea
fundamentalmente una ruptura con la Historia y se proyecta imprimiendo nuevas formas
de vida, nuevas formas de arte.
Y aquí tenemos dos leyes: construir lo nuevo – destruir lo viejo. Construir lo nuevo con lo
mejor de cada uno de nosotros, porque eso, lo mejor de casa uno reunido, será nuestro
aporte para el mundo de mañana.
Propiciamos un diálogo amplio para determinar la configuración del mundo que
corresponde a los nuevos seres humanos.
Y no queremos nada con las confabulaciones, con las grandes y pequeñas moñas, con las
complacencias amicales, con los elogios interesados; porque eso contribuye al
enmascaramiento, al debilitamiento de la lucha franca y vigorosa.
Y aquí esto es definitivo: nosotros creemos que el arte, la poesía, abre ríos, levanta
montañas, transforma a los individuos y es la potencia luminosa, el indestructible vigor,
la vitalidad más alta.
En este país repleto de incrédulos y débiles, reafirmamos nuestra fe, nuestra creencia
absoluta en la creación revolucionario. Somos y creemos.
Y esto es definitivo:
En estos momentos, ante estas circunstancias, nadie tiene derecho a vigilar la marcha del
mundo desde una habitación o una plaza. Nadie tiene derecho a ser simplemente testigo
o a encaramarse sobre un libro mientras los chorros de sangre cruzan por la avenida, y la
Historia dando alaridos pasa arrancando las puertas. Nadie tiene derecho a esconderse
detrás de un poema, de un cuadro o de una partitura. Esta lucha es nuestra y seremos los
protagonistas.
Entiendan, entiendan: un núcleo humano tiene la decisión de dar una imagen del mundo
vivo que nos corresponda como seres humanos de este tiempo. Y nadie lo va a detener.
Dejemos que los irresponsables, los cobardes y los ociosos se lamenten o regocijen en la
vida que eligieron.
Nosotros destruyamos.
HORA ZERO quiere significar este punto crucial y culminante que vivimos. Y es también un
punto de partida. Desde aquí empezamos a deslindar las situaciones literario-políticas del
país.
De un lado los jaleos políticos, domésticos, con sus líderes torpes e ignorantes y de otro
lado la sucia y poderosa mano del imperialismo norteamericano manejado a estos y
desquiciando la voluntad de un pueblo.
Queremos cambios profundos, conscientes de que todo lo que bien es irreversible porque
el curso de la historia es incontenible y América Latina y los países del tercer mundo se
encaminan hacia su total liberación.
De otra parte en lo que respecta a la otra labor que nos corresponde, fundamentalmente,
nos preocupa lo que le ocurre a un hombre solo y las cosas que le ocurren a todos los
hombres juntos.
Todo esto convierte a gran parte de la crítica latinoamericana en una crítica malévola y
apoteósicamente irresponsable. Pero tal cosa no nos preocupa básicamente.
La poesía en el Perú después de Vallejo sólo ha sido un hábil remedo, trasplante de otras
literaturas. Sin embargo es necesario decir que en muchos casos los viejos poetas
acompañaron la danza de los monigotes ocasionales, escribiendo literatura de toda laya
para el consumo de una espantosa clientela de cretinos.
Todo esto nos lleva a una conclusión: ellos no escribieron nada auténtico, no
emprendieron ninguna investigación, no descubrieron ni renovaron nada. No hubo
creación.
La poesía mal denominada social fue practicada hasta la fatiga por una ruma de histéricos
insustanciales, perdidos en gritos inconsecuentes, y negada totalmente por sus formas de
vida, influenciados por Blas de Otero, Rafael Alberto y los poetas de la guerra civil
española, influenciados estos a su vez por Vallejo. Se Produce aquí la vuelta a américa del
poeta de Poemas humanos, mal digerido, mal imitado a través de esa masa de
irresponsables.
Martín Adán, su tenaz hermetismo y su vuelta a las formas clásicas, no tiene ninguna
justificación histórica, ni tampoco se ajusta a estos tiempos ni a esta realidad l amanera
como trata los elementos con que labora su poesía.
Nuestra respuesta ante esto es afirmar que sólo una gran poesía, una poesía que no invite
a la conciliación ni a pacto con las fuerzas negativas, una creación absoluta contrarrestará
la debacle de la poesía peruana contemporánea.
Actualmente un solo poema auténtico se trae abajo un libro u obra de poeta vivo o
muerto.
Y es aquí donde los nuevos clásicos nacerán. Aquí en los países sudamericanos.
Todas aquellas generaciones bastardas han encontrado este panorama que hoy hallamos,
y con su silencio, su cobardía y su reverenda flojera para la investigación o el estudio se
ayudó para que nada cambiara. Sólo se hizo el leve intento de escribir poesía efectista a
consecuencia de masturbaciones mentales, de lucubraciones, de gritos histéricos o
cosquillas para contentar a los burgueses al momento de la digestión.
Los nuevos1 (tuertos entre ciegos) que hoy forman parte de los viejos, nos han entregado
lo siguiente:
Hinostroza un vasto muestrario de sus influencias, de sus hábiles jugadas de mano. Aun
así Consejero del Lobo su libro primigenio anuncia la posibilidad de una voz importante.
Carlos Henderson sólo ha logrado un hallazgo: Los Días Hostiles. Es otra posibilidad en
medio de la debacle.
1
Los nuevos, antología que reunía la obra de hinostroza Henderson, lauer martos…
Lauer y Cisneros perdidos en el círculo de la problemática burguesa, oscilando dentro de
un intelectualismo helado y estéril. Y otros “jóvenes” dentro de pueriles rezagos
románticos o los propósitos de atrapar la realidad a partir de una experiencia personal,
dejando de lado la experiencia de clase que hoy pospone a ese remanido movimiento de
hace muchos años.
Frente a esto nosotros proponemos una poesía viviente. No queremos que escape nada a
nuestro trayecto de hombres momentáneos en la tierra. Todo lo que late y se agita tiene
derecho al rastro. No queremos que se pierda nada de lo vivo. Proponemos una poesía
“fresca”, que se enfrente con nosotros.
Y además para la labor poética proponemos orgías de trabajo. No se puede hacer poesía
en este tiempo sin poseer una nueva responsabilidad frente a la creación, porque el
estudio es inevitable, intenso y serio. Creemos también que el acto creador exige una
inmolación de todos los días, porque definitivamente ha terminado la poesía como
ocupación o jobi de días domingos y feriados, o el libro para completar el curriculum.
Definitivamente terminaron también los poetas místicos, bohemios, inocentones,
engreídos, locos o cojudos.
A todos ellos les decimos que el poeta defeca y tiene que comer para escribir.
Necesario es pues, dejar las nubes en su sitio. Si somos iracundos es porque esto tiene
dimensión de tragedia. A nosotros se nos ha entregado una catástrofe para poetizarla. Se
nos ha dado esta coyuntura histórica para culminar una etapa lamentable y para
inaugurar otra más justa, más luminosa.
Y somos jóvenes, pero tenemos los testículos y la lucidez que no tuvieron los viejos.
Tenemos también un poderoso deseo de permanecer libres, con una libertad sin
alternativas, que no vacile en ir más allá, para que esto siga siendo lo que es: un solitario y
franco proceso de ruptura.
Este documento fue suscrito por el autor Juan Ramírez Ruiz y por Jerónimo
Pimentel, al fundarse el Movimiento HORA ZERO (1970)
de las
Citas
de las citas.
“nosotros decimos”.
A Fita y José Ramírez Ruiz
“Un tren vale más que todos los que están dentro de él”
(PARADERO)