Los Tesoros Perdidos de Tutankhamón
Los Tesoros Perdidos de Tutankhamón
Los Tesoros Perdidos de Tutankhamón
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Tesoros recuperados
El tráfico de antigüedades en Egipto es algo que está a la orden del día incluso en las
esferas más altas del gobierno. Algunas piezas del tesoro de Tutankhamón pudieron
recuperarse con el paso de los meses o de los años. Uno de los casos más curiosos es
el suceso ocurrido con la polémica caja de vino de la Fortnun & Mason en donde
apareció la magnífica cabeza de Tutankhamón de madera estucada saliendo de una
flor de loto y que fue descubierta por los inspectores egipcios, sin ningún tipo de
referencia, ni catalogación en la antecámara de la tumba.
Howard Carter explicó que esta magnífica cabeza de 30 centímetros de altura no
había sido inventariada por las prisas, pero que efectivamente apareció en la
antecámara. Si observamos cualquier reconstrucción del aspecto de la KV62 tal y
como apareció en noviembre de 1922, observaremos que la cabeza en cuestión se
ubica efectivamente en la antecámara, frente al lecho funerario con cabezas de vaca
Hathor. Sin embargo, si nos fijamos en los dibujos hechos por los dibujantes Walter
Hauser y Lindsley Foote Hall, así como las excelentes fotografías de Harry Burton,
la cabeza no aparece por ningún sitio.
Lo mismo sucedió con la famosa cajita doble en forma de cartuchos coronados con
las plumas de Amón, en los que aparecía la representación de varios personajes
sentados. Se trata de un pieza de oro extraordinaria cuyas medidas son 16 cm de
altura, 8,8 cm de anchura y 4,3 de profundidad (Carter 240BIS). Fue utilizada para
albergar cosméticos y según Carter apareció en el interior de uno de los sarcófagos,
en la cámara funeraria.
Nada tendría de extraño esta hermosa caja de perfumes si no fuera por un sutil
detalle. Cuando Carter afirmó que había aparecido en el interior de uno de los
sarcófagos, más de uno se hizo esta pregunta. Si es así ¿cómo es que la caja estaba
sobre la mesa del despacho de Carter en su casa del Valle de los Reyes, a los pocos
días de que la tumba fuera descubierta? Si realmente apareció en la cámara
funeraria, tal y como así fue, no tendría que haber sido vista hasta pasado el mes de
febrero de 1923. Una vez más, Carter iba dejando pruebas de su furtiva entrada a la
tumba esa excitante noche del 23 de noviembre de 1922.
Además de estas piezas hay que mencionar otra media docena de ellas hoy
recuperadas por el Museo de El Cairo. La primera es un adorno de oro procedente
de un broche en el que aparece Tutankhamón lanzándose en su carro de guerra. El
objeto procede de un regalo hecho por lord Carnarvon al rey de Egipto Fuad (1868-
1936). En 1952, el hijo de éste, el entonces rey Faruk (1920-1965) se lo devolvió al
país antes de abdicar y marchar para Mónaco.
El mismo Faruk parece haber sido la vía de devolución de otro puñado de piezas,
cuatro o cinco anillos de oro y fayenza, que salieron de Egipto hacia Inglaterra. Más
tarde se devolvieron gracias al gesto de la sobrina de Carter. Al parecer, cuando
Phyllis Walker descubrió tras la muerte de Carter en 1939 que estos anillos llevaban
el nombre de Tutankhamón, se los envió inmediatamente a Faruk.
Posibles tesoros
Existen algunas piezas que sin lugar a dudas proceden de la tumba de Tutankhamón.
El tesoro de Highclere
En 1988 la prensa de todo el mundo se hizo eco de una noticia estremecedora.
Realizando el inventario de algunas piezas arqueológicas en el castillo de Highclere,
propiedad de lord Carnarvon, aparecieron en dobles fondos de las paredes algunas
piezas egipcias de cuya existencia se habían olvidado para siempre todos los
miembros de la casa a excepción de uno de los mayordomos. Esta historia que parece
de película, sucedió en la primavera del año 1988. Sirvió para volver a hablar de
Tutankhamón y cómo no, de la controvertida maldición que siempre rodeó a la figura
del Quinto Conde de Carnarvon y al Faraón Niño. Pero en Highclere nadie se
acordaba de esas piezas egipcias porque tras la muerte del conde en 1923, parece que
todo vestigio egipcio se quiso cubrir con el insondable velo del olvido. Y el tiempo
hizo el resto.
La mayor parte de la prensa, desinformada, habló del descubrimiento de los tesoros
perdidos de Tutankhamón. Sin embargo, todas las piezas que aparecieron en
Highclere detrás de paredes falsas, al mejor estilo de las películas británicas de
terror, eran realmente fragmentos de figuras y vasos de época saíta y ptolemaica, y
algún trozo de la dinastía XVIII, del período de Amenofis III o posterior. Pues bien,
es imposible que en el castillo mansión de los Carnarvon apareciera algo de
Tutankhamón, por la sencilla razón de que todo lo que tenían de este rey ya había
sido vendido hacía mucho tiempo.
A estos tesoros perdidos habría que añadir los desaparecidos o dañados después del
asalto al Museo de El Cairo en enero de 2011. Para más datos sobre este tema
https://nachoares.com/articulos/los-tesoros-perdidos-de-tutankhamon/