Caso Práctico Parálisis Cerebral
Caso Práctico Parálisis Cerebral
Caso Práctico Parálisis Cerebral
Es fundamental el compromiso de todos (paciente y familia). Si el niño no practica en casa todos los
días, no habrá avances. Además, el trabajo en casa no requiere esfuerzo, sino constancia.
Por ello, a la vez del tratamiento miofuncional, se va a realizar una técnica de modificación de
conducta, basada en los reforzamientos, que se denomina economía de fichas, en la que se va a
negociar previamente con los padres, cómo se le va a reforzar y cuándo, según una hoja de registro
que el niño deberá llevar siempre en su libreta.
El tratamiento, por un lado, va a ir enfocado a la toma de conciencia del patrón deglutorio habitual y
compararlo con el correcto, y por otro, a tomar conciencia de la posición lingual en reposo y
comprender la necesidad de modificarlo.
La primera sesión, por tanto, debe ser una sesión de concienciación del problema, comprensión del
programa y compromiso de cada una de las partes, niño y al menos uno de los padres.
DISTRIBUCIÓN DE LA SESIONES:
• Una sesión diaria de lunes a viernes durante el primer mes de unos 30 minutos
aproximadamente.
• Dos sesiones semanales durante el siguiente mes (30 minutos aproximadamente por
sesión).
Cada sesión constará de un número determinado de ejercicios, de los cuales, habrá unos con los que
se comience siempre cada sesión, y otros que se irán sustituyendo por unos nuevos cuando se crea
que algunos de los primeros ejercicios ya han conseguido su objetivo.
SESIONES DE LA 1ª A LA 15ª:
En estas primeras sesiones se llevarán a cabo los mismos ejercicios durante los primeros
15 días.
Ejercicio 1:
Praxias rítmicas:
Linguales:
Labiales:
Con la boca cerrada, proyectar los labios simulando dar un beso y a su vez,
estirarlos simulando una sonrisa.
Proyectar los labios hacia delante y elevarlos tocando la parte inferior de la
cavidad nasal.
Mover los labios proyectados hacia la derecha y hacia la izquierda.
Proyectar los labios emitiendo besos silenciosos en primer lugar y después
sonoros.
Proyectar los labios para silbar.
Hacer vibración con los labios.
Sostener una pajita, lápiz, bolígrafo, o cualquier objeto que se asemeje a la forma
de estos, entre el labio superior y la nariz durante un minuto.
Sujetar una cuchara de plástico entre los labios y moverla de arriba a abajo y de
izquierda a derecha, primero sin canica y luego con una canica encima.
Este ejercicio consiste en tirar de un botón mediante un hilo, mientras lo sujetamos
en la zona situada entre los labios y los dientes. El botón ha de estar en posición
vertical y ha de tener un tamaño lo suficientemente grande para que abarque la
máxima superficie labial, al mismo tiempo que permite el cierre la boca.
Tiraremos del hilo en todas direcciones dando suaves golpecitos y procurando que
el botón no se escape. Alternaremos los golpecitos con presión continuada tirando
del hilo hacia fuera y también en todas direcciones.
Según se vaya avanzando en fuerza, reduciremos el tamaño del botón para forzar
aún más el sellado y que tenga que hacer más presión. Debe repetir los
movimientos unas 5 veces
Sostener con los labios una cuchara de plástico con una canica encima todo el
tiempo que sea posible, sin utilizar la lengua.
Abrir y cerrar la boca sellando solo con los labios, y sin juntar los dientes.
Sujetar una pajita entre los labios durante un minuto.
Mandibulares:
Abrir la boca exageradamente y cerrarla contactando solo los labios entre sí,
proporcionando diferentes velocidades marcadas con un metrónomo.
Alternar la mordida, mordiendo labio inferior y labio superior.
Desplazar la mandíbula inferior en ambos sentidos, derecha e izquierda y
viceversa.
Rotar la mandíbula, manteniendo la boca cerrada, simulando que masticamos
chicle.
Hacer la posición de las vocales a, o y u, sin emitir el sonido correspondiente y de
manera exagerada.
Ejercicio 2:
Objetivo: coordinación del soplo, inspirando por la nariz y espirando por la boca.
Se ha de coger aire por la nariz en una cantidad suficiente para realizar varios soplos
continuados imitando el ritmo de un tren. Tres veces.
Ejercicio 3:
Con la ayuda de un depresor el sujeto debe empujar con fuerza hacia la izquierda,
mientras que el logopeda ejerce fuerza hacia el lado opuesto, y al revés. Este ejercicio
también se realiza hacia arriba y hacia abajo.
Ejercicio 4:
Ahora, con el palo colocado verticalmente contra los labios ejerciendo presión contra los
mismos, intentamos hacer un beso fuerte hacia delante protruyendo los labios, mientras
con el palito intentamos impedir ese movimiento.
3 veces.
Ejercicio 5:
Éste es uno de los mejores ejercicios para fortalecer y tonificar el músculo orbicular de
los labios. Si los labios son más fuertes y se desarrollan, el sellado anterior será más
competente.
Ejercicio 6:
El ejercicio consiste tomar aire por la nariz y pronunciar repetidamente los fonemas /n/ y
/l/, que son los más fáciles de articular y los que más se aproximan al lugar que nos
interesa hasta que se nos acabe el aire. Deberán articularse en combinación con todas las
vocales. Primero por separado cada uno de los fonemas ejemplo: nanana… nenene… etc
lalala… lelele… etc y posteriormente alternando, nalanala… nelenele… etc.
Ejercicio 7:
Del mismo modo que en el anterior ejercicio, pronunciar sílabas y palabras con los
fonemas /T/D/N/L/S/.
Repetir: TA TE TI TO TU
DA DE DI DO DU
NA NE NI NO NU
LA LE LI LO LU
SA SE SI SO SU
Igual que en el ejercicio anterior, pero con la boca cerrada, pronunciar kkk… durante unos
30 segundos.
Ejercicio 8:
Para realizar este ejercicio, durante unos 2 minutos, mientras hace cualquier otra
actividad, deje la lengua en el “lugar intermedio de la cavidad bucal”. La lengua debe
mantener la posición correcta sin tocar los dientes por ningún lado.
Ejercicio 9:
Este ejercicio consiste en encontrar el punto de apoyo del ápice lingual, que podemos
facilitárselo con la producción del fonema /n/ o /l/, producimos el fonema, introducimos
una porción de líquido con jeringa, se le pide al niño que pare, que se conciencie de la
posición lingual y del movimiento que debe realizar, que vaya apretando con la lengua de
delante atrás con un contacto suave de las arcadas, y trague.
Durante los próximos 15 días, las sesiones se centrarán sólo en los siguientes ejercicios:
Ejercicio 1:
Ejercicio 2:
Para hacer bien este ejercicio y en primera instancia, debemos practicar primero con
saliva y es conveniente apoyarnos con los dedos y colocar un dedo de cada mano entre
los premolares en el momento de tragar. Así nos aseguramos de que la boca va a
permanecer abierta para no mordernos y, además, podemos controlar también que la
lengua no se ensanche.
Este movimiento es bastante forzado y a la mayoría nos cuesta realizarlo bien al principio.
Normalmente, acompañamos con la cabeza el movimiento, se oyen ruidos al tragar y con
mucha agua se nos escapa fácilmente. Sin embargo, se trata de un ejercicio muy útil para
entrenar los músculos linguales, tanto los externos y elevadores como los internos de
adaptabilidad.
Para hacer bien este ejercicio, podemos practicar primero con saliva y asegurarnos de
que la boca va a permanecer abierta y controlar también que la lengua no se ensanche.
Repetir unas tres veces.
Ejercicio 3:
Pediremos al niño que trague primero saliva, luego semisólidos, sólidos y finalmente
líquidos enseñando los dientes. De esta manera, en primer lugar, evitamos que los labios
succionen o que haya contracciones peribucales y, en segundo lugar, podemos mirarnos
al espejo y controlar qua la lengua no aparezca entre los dientes ni que los toque de
ninguna forma. Le diremos al niño que, en el momento de tragar, enseñe los dientes y
vigile para que la lengua no los toque ni se salga hacia delante o hacia los lados.
Ejercicio 4:
En la misma posición que el ejercicio anterior, pediremos al niño que coja un palito o
depresor lingual y lo coloque en posición horizontal y entre los dientes incisivos, de
manera que la superficie del palito esté a unos milímetros en el interior de la boca. Se
trata de que la lengua no roce el palito cuando apoyamos y elevamos para tragar.
Ésta es una buena manera de forzar a la lengua a realizar los movimientos que se le exigen
durante la deglución normal. Si vemos que el niño toca o mueve el palito durante la
deglución, es que todavía no ha conseguido dominar su lengua. A algunos niños les cuesta
mucho este ejercicio y, sobre todo con líquidos, se les sale el contenido hacia delante. El
palito es una buena referencia y les anima a competir para conseguir elevar bien la lengua
sin empujarlo.
Ejercicio 5:
Este ejercicio consiste en encontrar el punto de apoyo del ápice lingual, que podemos
facilitárselo con la producción del fonema /n/ o /l/, producimos el fonema, introducimos
una porción de líquido con jeringa, se le pide al niño que pare, que se conciencie de la
posición lingual y del movimiento que debe realizar, que vaya apretando con la lengua de
delante atrás con un contacto suave de las arcadas, y trague.
En el momento de iniciar la deglución, tanto con sólidos como con líquidos, el niño
sujetará con sus dedos índice y pulgar el labio inferior, tirando de él muy ligeramente
hacia fuera y sin llegar a abrir la boca. Se trata de que tenga un control táctil sobre la zona
y que sea consciente de si el labio tira hacia dentro o no en el momento en que iniciamos
la elevación de la lengua para tragar.
Al principio, es conveniente que le ayudemos, puesto que los niños, la mayoría de las
veces, tiran demasiado del labio, no pudiendo así determinar si hacemos o no alguna
fuerza en el momento de la deglución. Debemos sostener el labio muy ligeramente para
que podamos notar si aparecen o no presiones hacia la boca.
Ejercicio 7:
Debemos dar instrucciones verbales constantemente al niño hasta que automatice en cada
movimiento:
• Labios juntos pero relajados
• Cierra los dientes
• Sube la lengua
Todo ello al mismo tiempo.
1-2–3
Ejercicio 8:
Este ejercicio consiste en tragar con la boca abierta. En esta posición, con un dedo de cada
mano colocado en cada lado de la cara, tomamos un sorbo de agua y. De esta forma,
realizamos correctamente la deglución. Para hacer bien este ejercicio, podemos practicar
primero con saliva y asegurarnos de que la boca va a permanecer abierta y controlar
también que la lengua no se ensanche.
Repetir unas tres veces.
Colocando una cuchara pequeña con agua entre los dientes, se trata de que la lengua no
roce la cuchara cuando tragamos.
Estos ejercicios se procurará su realización si se puede todos los días y a ser posible a la
misma hora. A ser posible en los momentos más relajados del día como a la hora de ver
la tele o de hablar simplemente. No hay que hacer todos los ejercicios necesariamente
todos los días, se irán escogiendo dos o tres por día y se irán cambiando con el tiempo:
Este ejercicio consiste en tragar con la boca abierta. En esta posición, con un
dedo de cada mano colocado apretando sutilmente a cada lado de la cara,
tomamos un sorbo de agua y tragamos de esta forma, realizamos correctamente
la deglución. Para hacer bien este ejercicio, podemos practicar primero con
saliva y asegurarnos de que la boca va a permanecer abierta y controlar también
que la lengua no se ensanche.
Lo que queremos conseguir es que al niño no se le olvide ningún día que debe seguir
prestando atención a los movimientos. Podemos utilizar cualquier agenda sobre la cual
firmará la persona responsable después de cada comida.
SEGUIMIENTO:
Es fundamental para asegurar el éxito. Nuestro trabajo suele finalizar antes que el de la
ortodoncista. Por eso, damos el alta provisional cuando las funciones se realizan
inconscientemente. Sin embargo, al retirar la ortodoncia hay que evaluar de nuevo ya que
pueden aparecer recidivas, por el cambio estructural que pueda producirse.