Siglo XVI: Moda Vestido Sombreros Guantes Cinturones Bolsos Zapatos Gafas

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Moda

La moda es un conjunto de prendas de vestir, adornos y complementos basados en gustos,


usos y costumbres que se utilizan por una mayoría durante un periodo de un tiempo
determinado y que marcaran tendencia según la duración del mismo.
La historia de la moda refleja la evolución cronológica de las prendas de vestir.
La moda es el arte del vestido, de la confección de prendas sobre la base de parámetros
funcionales y estilísticos, tanto en ropa como accesorios
(sombreros, guantes, cinturones, bolsos, zapatos, gafas). El vestido es una necesidad
básica para el ser humano, para protegerse del frío y de las inclemencias del tiempo.
Durante su evolución, el ser humano ha ido perdiendo el pelo, que ha tenido que suplir con
pieles de otros animales o, más tarde, con lana o productos vegetales como el lino y
el algodón. Sin embargo, partiendo de esta primera necesidad, con el tiempo el vestido ha
adquirido un carácter estético, por cuanto ha reflejado el gusto y el carácter de su portador,
y se ha ido convirtiendo en un adorno más de la persona, sujeto a los cánones de la moda
y del devenir artístico de cada civilización. Asimismo, en el vestido intervienen factores
climáticos y geográficos, así como sociales —el vestido como reflejo de una determinada
posición social—, religiosos o sexistas —el vestido ha servido a menudo como objeto de
diferenciación sexual—

Siglo XVI
En el Renacimiento italiano se acostumbraba, por parte del género masculino, el uso de
capa corta y sin capucha, birrete, sombrero con plumas y zapatos de punta roma y ancha.
Las mujeres por otro lado, llevaban bullones y acuchillados en las mangas, y una gorguera
rizada; además de faldas y sobrefaldas, jubones y corpiños, capas o mantos rozagantes y
una cofia para la cabeza.
A partir de la segunda mitad del siglo, la creciente importancia de la monarquía española
impone en Europa el estilo de la corte del emperador Carlos I de España, un estilo de gran
sobriedad, caracterizado por el uso de colores oscuros y prendas ceñidas, sin arrugas ni
pliegues y aspecto rígido, sobre todo en las mujeres, en las que se impone el uso del
verdugado. En el borde superior de la camisa se colocaba un cordón que dará lugar a
la gorguera o lechuguilla.
Siglo XVII
Durante esta época domina la moda francesa, tanto en hombres como mujeres. Se
utilizaban los calzones cortos con medias de seda, chupa y casaca que, a mediados del
siglo, se vuelve más reducida y con pliegues laterales hacia atrás y mangas estrechas.
Con la caída de la dinastía francesa, vuelve el traje simple y se llevan calzones ajustados
hasta media pierna, chaleco, corbata y casaca, faldones con cuello alto y vuelo, pelucas
empolvadas y rematadas por un lazo, e incluso sombreros de tres o dos picos.
Tras la revolución, el cabello se deja largo y liso, visten sombreros de copa alta cónica o
en tubo, con alas cortas y más tarde zapatos con tacón de color a los que se añaden lazos
o hebillas y botas altas con vueltas. La mujer viste con painers o verdugados anchos y
aplastados en los dos frentes, corpiño acorsetado y escote con gasas o encajes,
polonesas, batas con cuello de encaje y manga larga. El traje francés consiste en corpiño
puntiagudo, mangas abolladas, faldas rectas y abiertas, que son drapeadas con polizón y
larga cola, cuello doblado y mangas tirantes hasta el codo con chorreras. Junto con la
revolución, desaparece el vuelo de la falda y se imitan las vestiduras clásicas: talle alto,
chaquetilla corta con manga larga, falda con pliegues, grandes escotes, chales y guantes
largos. En cuanto al peinado, éste es hacia atrás con rizados que posteriormente se hacen
más altos y voluminosos con tirabuzones, lazadas y plumas, bonetes y sombreros de alas
anchas. El tipo de calzado normalmente son zapatos con tacón alto y punta estrecha,
aunque más tarde comenzaron a llevarse los bajos.

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