5 Técnicas Contra La Preocupación Excesiva

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5 Técnicas contra la preocupación excesiva

Estamos de acuerdo en que hay veces en las que preocuparse es positivo. Denota interés y
responsabilidad hacia el asunto en cuestión.

Pocas personas se preocupan por placer. Suele haber razones para ello como, por ejemplo:
Encontrar la solución a un problema; evitar imprevistos; darle a las cosas la importancia que
merecen, etc. Éste sería el aspecto positivo de la preocupación.

Sin embargo, la preocupación excesiva y/o constante es perjudicial. Hoy seremos más
precisos. Aquí tienes 5 técnicas para contrarrestar la ansiedad que se deriva de la
preocupación:

1. Aceptar la incertidumbre

Tener controlados todos los aspectos de nuestra vida y de la vida de la gente que queremos es
una utopía. Por tanto, algo de tolerancia a la incertidumbre habrá que desarrollar para vivir
mejor.

La incertidumbre es muy dura. A veces llega a ser incluso peor que lo negativo que ocurra.
Habrás comprobado alguna vez que la imaginación puede ser más terrorífica que la propia
realidad.

Asumiendo esto y que hay pocas certezas en la vida, la alternativa más saludable para todos es
la de evitar preocuparse por hipotéticas situaciones del futuro: aceptar la incertidumbre
abandonar el análisis de situaciones hipotéticas tipo ¿¿y..si..???.

2. Establecer un tiempo para preocuparse

Este hábito, aunque suene artificial, es efectivo. Como todos los hábitos requiere de práctica,
pero una vez adquirido tiene ventajas considerables: la de reducir la ansiedad y la de aumentar
la sensación de autocontrol (haciendo un bien a la autoestima).

Preocuparse sólo por la mañana o sólo después de la siesta, por ejemplo (nunca antes de
dormir de noche) es más fácil que proponerse: “No me preocuparé más.”

Si, por ejemplo, yo elijo preocuparme de 4 a 5 de la tarde, aplazaré cada pensamiento negativo
hasta que llegue la hora o los minutos destinados a la reflexión. Ahí está el tiempo necesario
para analizar un problema o situación sin que abarquen el día completo.

Si decido postergar la preocupación unas semanas, podré estar tranquila durante más tiempo
hasta que llegue la hora de preocuparse. Todo está en fijar el momento para que la
preocupación no se adueñe de más tiempo de la cuenta.
3. Cuestionar los pensamientos negativos

Hay una serie de pensamientos que no tienen razón de ser; son irracionales. Éstos hacen que
veamos aspectos de la realidad o del futuro de un modo terrorífico, pesimista.

La manera de hacer frente a estos fantasmas es dándoles la cara; cuestionarlos. ¿Por qué
tiene que ocurrir eso? ¿Qué le diría a otra persona que se está preocupando por esto?… A cada
respuesta más desarmados estarán.

4. Aprender a relajarse

Las personas con tendencia a preocuparse en exceso tienen en la relajación un recurso para
descansar de tanto agobio.

Existen técnicas que, practicadas con constancia, son efectivas como, por ejemplo: ejercicios
de respiración (lenta y profunda), la relajación muscular progresiva y la meditación.

También hay otras actividades o ideas que ayudan a desconectar. La combinación perfecta
para relajarse bien podría ser una buena mezcla de varias opciones… A ti te corresponde
decidir su composición.

5. Cuidar de uno mismo

No basta únicamente con satisfacer las necesidades biológicas básicas (comer, dormir…); hay
que hacerlo bien. Los malos hábitos, nos hacen física y mentalmente más vulnerables a la
ansiedad.

Una dieta adecuada, un sueño reparador, la práctica de ejercicio físico… Sí, esos asuntos
relacionados con el bienestar de los que venimos hablando tanto por aquí no son compatibles
con la ansiedad.

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