Ensayo Cien Años de Soledad

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Instituto cultural

Jaques Delors

Proyecto: Cien Años De Soledad

Materia: español
Maestra: Lucia Elizabeth
INTRODUCCIÒN

En este trabajo me gustaría hacer un comentario sobre algunos puntos


que me llamaron la atención en la obra de Gabriel García Márquez, “Cien
Años de Soledad”.

Mi perspectiva personal, es que de alguna u otra manera Gabriel García


Márquez trata de expresar una realidad social conflictiva identificandola de
manera muy original.
CIEN AÑOS DE SOLEDAD

Hace mucho, mucho tiempo, Macondo fue fundado por José Arcadio Buendía, que
venía huyendo de un pasado tenebroso y conflictivo. Llegó con nuevas expectativas,
nuevos ideales e ilusiones acompañado de un grupo de personas que lo seguían
buscando un mejor porvenir. José Arcadio se convirtió en un líder.

José Arcadio Buendía era una especie de patriarca juvenil, que daba instrucciones para
la siembra y consejos para la crianza de niños y animales, y colaboraba con todos para
la buena marcha de la comunidad. Puesto que su casa fue desde el primer momento la
mejor de la aldea, las otras fueron arregladas a su imagen y semejanza.

Tenían una salita amplia y bien iluminada, un comedor en forma de de terraza con
flores de colores alegres, dos dormitorios, un patio con un castaño gigantesco, un
huerto bien plantado y un corral donde vivían en comunidad pacífica los chivos, los
cerdos y las gallinas”

Tenían a un padre ejemplar, con una esposa ejemplar y muy emprendedora. Todos
sabemos que familia es la célula básica de la sociedad. Muchos de los grandes
problemas sociales tienen su origen en el hogar ya que ahí se enseñan valores y
conductas.

Algo interesante que noto en los sucesos de Macondo, es un cambio negativo en la


actitud del padre del hogar, y el jefe civil, fundador del pueblo.

“Aquel espíritu de iniciativa desapareció en poco tiempo, arrastrado por la fiebre de los
imanes, los cálculos astronómicos. De emprendedor y limpio, José Arcadio Buendía se
convirtió en un hombre de aspecto holgazán”

Su mente empieza a divagar, y se encierra en una tristeza y soledad inigualable. Veo


que, a través de toda narración sobre los Buendía, aparecen hijos, nietos y bisnietos
tristes, solos, que van perdiendo el rumbo de la vida.

Melquíades, un ser mitológico, aparentemente sacado de alguna leyenda de magia,


experto estudioso de los designios y adivinaciones de Nostradamus, escribe en unos
pergaminos unas claves secretas y misteriosas.

Durante todo el libro puedo percibir como un designio negro, marcado de muy
antemano, a los descendientes de la familia, tristes, solos, infelices.
Se presentan permanentes conflictos familiares, infidelidades, rivalidades,
enfrentamientos entre esposos, padres, hermanos, hijos, nietos. No podría detenerme
en cada detalle, pero como dice el dicho, “para muestra vale solo un botón”.

“Amaranta decidió con espantosa frialdad que la fecha sería el último viernes antes de
la boda, y el modo sería un chorro de láudano en el café”

Amaranta estaba dispuesta a matar a Remedios. Ellas habían crecido bajo el mismo
techo. Realmente me parecen espantosas muchas cosas suceden en la maraña de
anécdotas familiares. Algunas pueden ser reales, otras un poco exageradas. Página
tras página pareciera que las relaciones se vuelven más difíciles. Hay más
distanciamiento. Hay más soledad.

Del ámbito familiar podemos pasar al aspecto circundante. El pueblo de Macondo. Las
estructuras originales eran simples y sencillas, pero al formarse un gobierno central,
surgen fuerzas opuestas, que compiten por el poder. Por un lado, los Conservadores y
por otro los liberales. Estas fuerzas, creo, que tienden a sintetizar la mayoría de los
conflictos políticos y luchas de poder en Latinoamérica. Con gran asombro veo la
perspectiva política de García Márquez. Pareciera que nos está diciendo a gritos que
los partidos no tienen un andamiaje ideológico firme. Al igual que en Macondo, hubo
tiempos que todo conflicto se resolvía por las armas. Hoy todos somos “democráticos”.
Pero al parecer de García Márquez las democracias no pasaban de ser simples farsas.
Muchos acuerdos, pocas soluciones. A más abrazos, más dinero corriendo bajo las
mesas.

“Las elecciones transcurrieron sin incidentes…Esa noche… Don Apolinar


Moscote…ordenó al sargento romper la etiqueta para contar los votos. Había casi
tantas papeletas rojas como azules, pero el sargento sólo dejó diez rojas y completó la
diferencia con azules. Luego volvieron a sellar la urna con una etiqueta nueva y al día
siguiente a primera hora se la llevaron para la capital de la provincia”

“Los liberales estaban decididos a hacer la guerra…” “32 revoluciones…” pero “Los
líderes de la revolución empezaron a sentir “el hastío de la guerra”.

El coronel Aureliano Buendía se cansó “de la incertidumbre, del círculo vicioso de


aquella guerra eterna que siempre los encontraba a él en el mismo lugar, sólo que cada
vez más viejo, más acabado, más sin saber por qué, ni como, ni cuando…”
Y luego se enteraron a través de un noticiero que “… el gobierno conservador…con el
apoyo de los liberales, estaba reformando el calendario para que cada presidente
estuviera cien años en el poder. Que por fin se había firmado el concordato con la
Santa Sede, y que había venido desde Roma un cardenal con una corona de
diamantes y en un trono de oro macizo, y que los ministros liberales se habían hecho
retratar de rodillas en el acto de besarle el anillo

Podemos ver con claridad en “Cien años de soledad” realidades sobre conflictos en
familias, en la comunidad, y finalmente conflictos globales. Si usted no leyó el libro, o lo
leyó desde otro punto de vista, le propongo que haga fijándose en este enfoque
sociológico. Usted podrá comprender muchas cosas importantes.

Prácticamente en toda la obra pude notar que los conflictos sociales están relacionados
a conflictos de valores. Tratando de hacer una relación entre la obra y los principales
valores humanos tomé 3 de ellos:

El primero es el de absoluta igualdad o fraternidad entre los seres humanos. Cada ser
humano que existe es único e insubstituible, y de allí proviene su dignidad más
sublime. Si en la familia, en nuestro entorno, en cada ser humano con quien
contactamos pudiéramos ver a una persona insubstituible, creo, que muchos de los
conflictos que existen hoy, desaparecerían. Sin embargo, no prestamos atención a este
valor universal.

En Macondo, como en cualquier ciudad del mundo de hoy, se trata la vida humana
como si fuera una botella de gaseosa descartable. Hoy me caso, mañana te dejo. Hoy
te amo, mañana te odio. Me asusta en pensar en ejecuciones, en leyes marciales, y
todo eso, pero más me asusta el odio entre y la violencia entre amigos y vecinos, el
odio y la violencia entre familias, el odio y la violencia entre una madre y un pequeño
feto. Tanto a nivel familiar, a nivel de país, de región, a nivel mundial estamos
recibiendo antivalores que van contra la dignidad humana.

En Macondo encontramos algunos de esos antivalores: “3.000 muertos” porque sí. “17
Aurelianos” muertos, simplemente por una frase expresada en un mal momento. “Una
mulata” adolescente que debe acostarse con 70 hombres por noche, durante toda su
vida, como castigo por un incendio.

Usar a las personas como objetos, como cosas, lleva como resultado graves conflictos
sociales. Me pregunto del porqué tantos millones en armamentos, habiendo tanta
hambre en el mundo. Me pregunto del porqué tantos secuestros y tantos asesinatos.
Me pregunto del porqué de tanto vacío, de tanta soledad en la familia Buendía. Tal vez
hemos perdido como habitantes del planeta tierra, el valor de la persona humana.
Una segunda apreciación sobre los conflictos de valores tiene que ver con el valor del
amor. Pareciera difícil definir hoy que hablamos cuando decimos amor.

Tanto en Macondo como en la actualidad, puedo percibir un sobre énfasis en la pasión


y los sentimientos fluctuantes. Muchas veces nos cuesta entender la diferencia. El
amor está basado en una decisión consiente de dar lo mejor de uno mismo. El camino
más fácil, la pasión y los sentimientos fluctuantes terminan con hastiarnos y
amargarnos. Cada vez que el ser humano se aleja más y más del verdadero amor, más
y más semejante se vuelve a los animales.

De esto podríamos hablar mucho, ya que mi principal observación sobre la obra de


García Márquez es que me parece que él tiene como que una constante obsesión con
el tema sexual (presenta en forma literaria todo tipo…, con prostitutas, entre familiares,
con adolescentes, y hasta con animales) Creo que los valores que hoy se transmiten
por TV, y otros medios de comunicación, tienden a incentivar la pasión y se está
perdiendo de lado el compromiso, la responsabilidad, la fidelidad, como características
del verdadero amor.

El último valor al que me referiré es el de la libertad. Aparentemente según la trama del


libro, nadie puede elegir su destino, ya todo está destinado mediante fuerzas
misteriosas, de las cuales nadie puede escapar. Pareciera que Nostradamus y
Melquíades lo determinaron todo. Las palabras finales del libro son:
“…en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que
todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las
estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre
la tierra”

Tal vez sea una perspectiva muy negativa del autor, tal vez sea un recurso para que
podamos pensar en el tema de la libertad. No sé cuál es su postura sobre este tema.
Pero dentro de los valores humanos que más aprecio luego de haber leído Cien años
es soledad, es el de la libertad.

No sé si muchos salen confundidos luego de leer su obra. Tal el clímax de la obra esté
justamente en “el instante prodigioso en que se revelaron las claves de Melquíades… y
vio el epígrafe de los pergaminos perfectamente ordenado en el tiempo y el espacio de
los hombres… La historia de la familia, escrita por
Melquíades hasta en sus detalles más triviales, con cien años de anticipación”
¿Pero por qué considera esto el clímax? Veo que, aunque este clímax pareciera no
tener nada sociológico, sí lo tiene. Creo que García Márquez pretende decir que luego
de cientos de años de dictaduras, de revoluciones, de sometimientos, de corrupción, de
falta de valores, algún día podremos descifrar los misterios y los porqués de los
conflictos del ser humano. No sé cuánto tardemos en descifrar los pergaminos. Tal vez
estemos empezando a hacerlo en este mismo instante. Tal vez no.
CONCLUSION

Seguir idea tras idea a García Márquez parece un poco dificultoso. Si uno desea
conocer bien los detalles de cada Aureliano, y seguir la trama de la obra literaria, debe
concentrarse bastante bien para no perder ningún detalle, y pasar por cambios bruscos
de lugar, de tiempo y circunstancias. Lo ideal es leer el libro varias veces, marcarlo y
poder seguir la secuencia de hechos. Usando un poco de tiempo, un poco de atención
y mucha imaginación, usted podrá entender y vivir muchas de las experiencias
relatadas por García Márquez.

Pero mientras tanto me reafirmo en mis convicciones sobre la libertad. Ojalá pudiera
algún día escribir de la forma como lo hacía García Márquez, pero para escribir un libro
sobre la Libertad en Latinoamérica. Ojalá pudiera escribir miles de palabras, varios
libros y ganar muchos premios de literatura, pero que todo eso sea fruto de decir: Soy
libre, puedo elegir mi destino. Eres libre, puedes elegir tu destino.

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