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Friedrich Hölderlin

poeta alemán

Johann Christian Friedrich Hölderlin


(['jo:han 'kʁɪstjan 'fʁi:dʁɪç 'hœldɐlɪn]
Lauffen am Neckar, Ducado de
Wurtemberg, 20 de marzo de 1770 -
Tubinga, Reino de Wurtemberg, 7 de
junio de 1843) fue un poeta lírico
alemán. Su poesía acoge la tradición
clásica y la funde con el nuevo
romanticismo.
Friedrich Hölderlin

Información personal

Nombre en alemán Johann Christian


Friedrich Hölderlin

Nacimiento 20 de marzo de 1770


Lauffen am Neckar
(Alemania)

Fallecimiento 7 de junio de 1843 (73


años)
Tubinga (Alemania)

Lugar de sepultura Stadtfriedhof Tübingen


(Alemania)

Nacionalidad Alemana

Lengua materna Alemán

Familia

Madre Johanna Christiana


Gock

Educación

Educado en Universidad de
Tubinga

Información profesional

Ocupación Poeta, bibliotecario,


escritor, traductor,
novelista y filósofo

Años activo desde 1797


Movimiento Romanticismo

Firma

Web

Sitio web www.hoelderlin-gesellschaft.de…

Biografía
Hölderlin nació en Lauffen am Neckar
(Wurtemberg) en el seno de una familia
burguesa. Su padre (administrador del
seminario protestante de Lauffen)
fallece cuando él tenía dos años. Su
madre contrae segundas nupcias con
Johann Christoph Gock, concejal de
Nürtingen, donde Hölderlin se crio junto
con su hermana y su hermanastro.[1]
Su padrastro murió cuando Hölderlin
tenía nueve años, y de sus seis
hermanos sólo dos sobrevivirían a su
infancia: su hermana Rike, mayor que él,
y Karl, seis años menor.

Como su abuelo materno era pietista, su


madre lo destinó a seguir la tradición
familiar y en 1784 ingresó en un colegio
preparatorio para el seminario, en
Denkendorf; en 1788 entró como becario
para estudiar Teología en el Tübinger
Stift (seminario de la Iglesia protestante
en la ciudad de Tubinga, en
Wurtemberg), donde fue amigo y
compañero de los futuros filósofos
Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Friedrich
Schelling. En esas compañías sintió un
gran interés por la filosofía y leyó a
Spinoza, Leibniz y Kant. Hegel, Schelling
y Hölderlin se influyeron mutuamente y
se ha especulado que fue
probablemente Hölderlin el que presentó
a Hegel las ideas de Heráclito acerca de
la unión de los contrarios, que el filósofo
desarrollaría en su concepto de la
dialéctica. El caso es que de esta época
le vino su «idea panteísta de la unidad o
armonía del ser rota por el progreso
social de enajenación del ser humano
respecto a la naturaleza». En la Grecia
clásica veía una lejana imagen de la
armonía original entre ser humano,
sociedad y naturaleza.[2]

Estudió también literatura y filosofía


clásicas, tradujo al alemán algunas
tragedias griegas y escribió poesía. Muy
influido por Platón y por la mitología y
cultura helénicas, se apartó
sensiblemente de la fe protestante.
Además, «los ideales de la Revolución
francesa, la reivindicación de la libertad,
la igualdad y la fraternidad, despertaron
en él la esperanza del inicio de una
nueva época dorada para la humanidad».
Por entonces ocurrió la célebre anécdota
que pinta a Hegel, Scheling y Hölderlin
celebrando el culto a la diosa Razón en
Francia plantando un árbol de la libertad
en la plaza del mercado de Gotinga y
bailando en torno de él[3]

En 1793 salió del seminario provisto de


la licencia que le permitía ejercer el
ministerio evangélico, pero decidió no
seguir su carrera y durante los años
siguientes se dedicó a educar hijos de
nobles y de comerciantes ricos y,
huyendo de los deseos que su madre
albergaba para él, consiguió que el
dramaturgo y poeta del romanticismo
Friedrich Schiller le proporcionara una
plaza de preceptor del hijo de Charlotte
von Kalb, en Waltershausen, aunque
pronto abandonó su puesto, dada la
limitada influencia que ejercía sobre su
alumno. Se instaló luego en Jena, que
era por entonces uno de los principales
centros intelectuales del país y donde
tuvo encuentros con Goethe, Herder,
Novalis y, sobre todo, Schiller. Asistió a
clases impartidas por Fichte, y Schiller le
publicó un fragmento del Hiperión, o El
eremita en Grecia en su revista Thalia.[1]

Falto de recursos, volvió a Nürtingen en


1795 y en 1796 trabajó en casa de Jakob
Gontard, un comerciante y banquero de
Fráncfort del Meno, donde se enamoró
de Susette, la mujer de Jakob. A ella le
dedicó varios escritos, entre ellos el
Hiperión, refiriéndose a ella con el
nombre de Diotima (como el personaje
de El banquete de Platón que enseñó la
filosofía del amor a Sócrates). A pesar
de su trabajo y de los viajes que debió
efectuar con la familia Gontard a causa
de la guerra, fue una época de intensa
actividad literaria, y en 1799 concluyó
por fin su novela epistolar Hiperión, o El
eremita en Grecia.

La torre de Hölderlin en Tubinga, lugar en el que se


hospedó hasta su muerte.
En septiembre de 1798 tuvo que
abandonar la casa de los Gontard,
después de vivir una penosa escena con
el marido de Susette, con quien
mantendría posteriormente la relación
durante casi dos años de forma
clandestina. Se entrevistó varias veces
en secreto con ella hasta que se trasladó
a Homburg por consejo de su amigo el
diplomático Isaak von Sinclair, un
republicano convencido. De esta relación
amorosa ha subsistido un interesante
epistolario[1]

Emprendió entonces la redacción de su


tragedia La muerte de Empédocles e
intentó lanzar una revista intelectual y
literaria que fracasó. En 1800 fue
invitado a Stuttgart, donde tuvo tiempo
para dedicarse a la poesía y traducir al
poeta griego antiguo Píndaro, que
ejercería una gran influencia sobre sus
himnos. A finales del año aceptó otro
puesto como preceptor en Hauptwil,
Suiza.[1]

Se ignora por qué razones abandonó su


trabajo en abril de 1801 y volvió con su
madre a Nürtingen. Según se desprende
de una carta de marzo de 1801 a su
amigo Christian Landauer, Hölderlin era
cada vez más consciente de sus
problemas mentales, que ya desde su
época de estudiante se habían
presentado en forma de periódicas
depresiones. En invierno de ese año tuvo
una fuerte crisis.

Hasta enero de 1802, cuando obtuvo un


cargo en casa del cónsul de Hamburgo
en Burdeos, trabajó ininterrumpidamente
en su obra poética. Al aparecer los
primeros síntomas de su enfermedad
mental en abril, abandonó una vez más
su puesto. Sinclair le comunicó por carta
la muerte de Susette Gontard, el 22 de
junio de 1803, en Fráncfort del Meno.[1]

Tras un período de gran violencia, su


trastorno mental pareció remitir. Sinclair
lo llevó de viaje a Ratisbona y Ulm y, a la
vuelta, escribió El único y Patmos, dos de
sus obras maestras. Gracias a la
influencia de su amigo Sinclair, obtuvo
en 1804 una plaza de bibliotecario (que
el mismo Sinclair pagaba con su
fortuna) en el palacio del landgrave de
Hesse-Homburg.[1]

Como sus crisis mentales se hicieron


cada vez más frecuentes (profería
maldiciones como un poseso y andaba
sin rumbo mientras hablaba consigo
mismo), Sinclair decidió internarlo en
1806 en una clínica psiquiátrica de
Tubinga. Tras cuatro días de viaje, fue
recibido por Ferdinand Autenrieth (1772-
1835), responsable médico de una
clínica que había alcanzado fama desde
su apertura por los nuevos métodos
terapéuticos empleados.

Hölderlin ingresó en la clínica el 14 o 15


de septiembre de 1806 y estuvo
internado 231 días con síntomas de gran
agitación motriz, largos paseos sin
rumbo, escasa orientación espacio-
temporal, frecuentes accesos de ira y,
sobre todo, una incontrolable e
ininteligible verborrea, datos todos que
parecen indicar una esquizofrenia
catatónica.

Tras ser declarado enfermo incurable,


fue puesto en mayo de 1807 al cuidado
de un ebanista de la misma ciudad,
Zimmer, entusiasta lector del Hiperión,
quien lo acogió en su casa; la madre del
poeta se hizo cargo de los gastos de
manutención. Allí permaneció hasta su
muerte en unas condiciones de locura
pacífica que se prolongaron durante
treinta y seis años.

Obras

Hyperion
En su novela epistolar Hiperión o El
eremita en Grecia (1797-1799), Hölderlin
confronta sus deseos con la realidad
que experimentó en su tiempo. El
protagonista, Hiperión, a diferencia de
Werther, no escribe a su amigo
Belarmino desde la experiencia
inmediata, sino después de haberse
retirado en soledad a meditarla en medio
de la naturaleza idílica de Grecia. La
novela se ambienta en la segunda mitad
del siglo XVIII.

El joven Hiperión crece según los ideales


griegos de la paideia griega: el individuo
se considera parte de la totalidad y unido
a ella en armonía:
Ser uno con el todo
es la vida de la
divinidad, es el cielo
del ser humano.

En sus andanzas encuentra a Alabanda,


un patriota revolucionario, un hombre de
acción que quiere liberar a Grecia del
yugo turco (en este personaje Hölderlin
encarna la filosofía de Fichte, cuyas
clases había oído en Jena, del Yo que se
elabora a sí mismo). Pero aunque
Hiperión comparte el credo republicano
de Alabanda, condena su uso de la
violencia. Después se enamora de
Diotima, símbolo de su unión
armonizadora con la Naturaleza:
¡Oh vosotros que
buscáis lo más alto y
bello! [...] ¿Sabéis su
nombre? ¿El nombre
de lo que es el uno y
el todo? Su nombre
es belleza.

El estallido de la Guerra ruso-turca


(1769-1774) da fin a este idilio. Alabanda
lo convence para luchar por la libertad de
Grecia, pero el ideal y la realidad no son
compatibles y los luchadores recorren el
país devastándolo, sin que ambos
puedan ponerles freno, así que Hiperión
se retira resignado y, al enterarse de la
muerte de Diotima, vuelve a Alemania.
Pero ahí encuentra otro horror: un estado
de súbditos oprimidos y vuelve a Grecia
con la idea de mantener una idea de un
mundo mejor como poeta profético para
las generaciones futuras de la unión con
la divina naturaleza.

Hiperión es una novela en clave a


muchos niveles. Las figuras
protagonistas (Hiperión, Alabanda y
Diotima) son personificaciones de los
ideales de la Revolución francesa. «Y la
solución no es política (fracasaron los
intentos republicanos en Francia) sino
filosófica, o mejor, utópica. El Yo,
enajenado de la naturaleza por la
divinización de la Razón, ha de
reencontrar la armonía con la naturaleza;
esto es la premisa necesaria para una
nueva moralidad».[4]

La muerte de Empédocles es un
fragmento dramático en el que Hölderlin
trabajó desde 1797 y se funda en la
leyenda del suicidio del filósofo
presocrático Empédocles, quien se
habría arrojado al Etna para volver a las
entrañas de la Naturaleza. La explicación
que ofrece Hölderlin es política y la más
cercana a la tradición clásica: Una
muerte expiatoria alegórica por la que
los ciudadanos de Agrigento habían de
ser impulsados a la madurez política.
Empédocles, expulsado de Agrigento por
los sacerdotes corruptos, es exhortado
por el pueblo, una vez desenmascaradas
las maquinaciones intrigantes de los
sacerdotes, a tomar la función de rey;
pero él se niega, ya que: «Éste ya no es
tiempo de reyes». El pueblo soberano se
ha de regentar a sí mismo: «No hay
manera / de ayudaros si no os ayudáis
vosotros mismos». Y los exhorta a que
«cada uno sea / como todos». Pero para
ser un pueblo nuevo deben «resurgir» de
la «muerte depuradora», de la
purificación «como recién nacidos».[5]

De uno de sus poemas más célebres, la


oda «An die Parzen» existe una versión
de Luis Cernuda, «A las parcas».
Nur Einen Sommer
gönnt, ihr
Gewaltigen!
Und einen Herbst zu
reifem Gesange mir,
Daß williger mein
Herz, vom süßen
Spiele gesättigt,
dann mir sterbe.

Die Seele, der im


Leben ihr göttlich
Recht
Nicht ward, sie ruht
auch drunten im
Orkus nicht;
Doch ist mir einst
das Heil’ge, das am
Herzen mir liegt, das
Gedicht, gelungen,

Willkommen dann, o
Stille der
Schattenwelt!
Zufrieden bin ich,
wenn auch mein
Saitenspiel
Mich nicht hinab
geleitet; Einmal
Lebt ich, wie Götter,
und mehr bedarfs
nicht.

Sólo un verano me
otorgáis, vosotras
las poderosas
y un otoño para dar
madurez al canto,
para que mi corazón,
más obediente,
del dulce juego harto
se me muera.

El alma que no
obtuvo en vida
derecho
divino, tampoco
abajo descansa en el
Orco;
pero si un día
alcanzó lo sagrado,
aquello
que es caro a mi
corazón, el poema,

bienvenido entonces,
oh silencio del reino
de las sombras.
Contento estaré,
aunque mi lira
allí no me
acompañe; por una
vez
habré vivido como
un dios, y más no
hace falta.

Bibliografía
Hiperión o el eremita en Grecia. Novela.
Traducción y prólogo de Jesús
Munárriz. Madrid, Ediciones Hiperión,
1976. 23. ed., 2005.
Los himnos de Tubinga. Traducción y
estudio introductorio de Carlos Durán
y Daniel Innerarity. Edición bilingüe.
Madrid, Ediciones Hiperión, 1991.
Las grandes elegías (1800-1801).
Versión castellana y estudio preliminar
de Jenaro Talens. Edición bilingüe.
Madrid, Ed. Hiperión, 1980.
Poesía última. Edición bilingüe e
interlinear con estudio preliminar y
anotaciones. Edición y traducción de
Marcelo G. Burello y Léonce W.
Lupette, Editorial El hilo de Ariadna,
Buenos Aires, 2016. ISBN 978-987-37-
6118-8.
Poemas de la locura, precedidos de
algunos testimonios de sus
contemporáneos sobre los «años
oscuros» del poeta. Traducción y notas
de Txaro Santoro y José María Álvarez.
Edición bilingüe. Madrid, Ed. Hiperión,
1978.
Ensayos. Traducción, presentación y
notas de Felipe Martínez Marzoa.
Madrid, Hiperión, 1983.
La muerte de Empédocles.
Presentación, traducción y notas de
Anacleto Ferrer. Prólogo de Michael
Knaupp. Edición bilingüe. Madrid, Ed.
Hiperion, 1997.
Emilia en vísperas de su boda.
Introducción, traducción y notas de
Anacleto Ferrer. Edición bilingüe.
Madrid, Ed. Hiperión, 1999.
Odas. Traducción y notas de Txaro
Santoro. Edición bilingüe. Madrid, Ed.
Hiperión, 1999.
El archipiélago. Estudio y traducción
del poema por Luis Díez del Corral.
Madrid, Editora Nacional, 1942.
Madrid, Alianza Editorial, 1979.
Der Archipelagus. Estudio y edición
bilingüe (traducción en hexámetros)
de Helena Cortés Gabaudan. Epílogo
de Arturo Leyte. Madrid, La Oficina
Ediciones, 2011.
Poemas. Las primeras traducciones al
castellano por Fernando Maristany
(1919) y Manuel de Montoliu (1921).
Edición de Anacleto Ferrer. Texto
bilingüe. Madrid, Ed. Hiperión, 2004.
Antología poética. Edición bilingüe de
Federico Bermúdez Cañete. Madrid,
Cátedra, 2002.
Correspondencia amorosa. Edición y
traducción de Helena Cortés
Gabaudan y Arturo Leyte Coello.
Madrid, Ed. Hiperión, 1998.
Correspondencia completa. Traducción
e introducción de Helena Cortés
Gabaudan y Arturo Leyte Coello.
Madrid, Ed. Hiperión, 1990.
Poesía juvenil. Edición de Anacleto
Ferrer. Texto bilingüe. Madrid, Ed.
Hiperión, 2012.
Cánticos (Gesänge). Versión española
de Jesús Munárriz. Edición de
Anacleto Ferrer. Texto bilingüe. Madrid,
Ed. Hiperión, 2013.
Poemas. Traducción de José Vicente
Álvarez. Córdoba (Argentina),
Ediciones Assandri, 1955.
Edipo de Sófocles. Edición trilingüe
que incluye el filme de Pasolini Edipo
rey. Edición y traducción de Helena
Cortés Gabaudan y Manuel Enrique
Prado Cueva, Editorial La Oficina de
Arte y Ediciones, Madrid, 2012. ISBN
978-84-940078-0-4.
Antígona. Edición bilingüe que incluye
el filme de Jean Marie Straub/Danièle
Huillet, con la Antígona de Sófocles en
la versión de Hölderlin adaptada por
Bertolt Brecht. Edición y traducción de
Helena Cortés Gabaudan, Editorial La
Oficina de Arte y Ediciones, Madrid,
2014. ISBN 978-84-94-127038.
Sobre Hölderlin
Wilhelm Waiblinger: Vida, poesía y
locura de Friedrich Hölderlin, y otros
textos complementarios. Edición de
Txaro Santoro y Anacleto Ferrer.
Madrid, Ed. Hiperión, 2003.
Martin Heidegger: Aclaraciones a la
poesía de Hölderlin o Interpretaciones
sobre la poesía de Hölderlin, Alianza
Editorial, Madrid, 2005. Trad. de Helena
Cortés y Arturo Leyte / Editorial Ariel,
Barcelona, 1983. Trad. de José María
Valverde, prólogo de Eugenio Trías.
Anacleto Ferrer: La reflexión del
eremita. Razón, revolución y poesía en
el Hiperión de Hölderlin, Ed. Hiperión,
Madrid 1993.
Helena Cortés Gabaudan: Claves para
una lectura de Hiperión. Filosofía,
política, ética y estética en Hölderlin,
Madrid, Ed. Hiperión, 1996.
Poetas del poeta. A Friedrich Hölderlin
en el 150 aniversario de su muerte.
Textos recopilados por Anacleto Ferrer
y Jesús Munárriz. Madrid, Ed. Hiperión,
1994.
Steve Ayan, «Poesía y locura», en
Mente y Cerebro, 27, 2007, págs. 61-67.
Alberto García Ulecia: El fantasma de
Tübingen, Madrid, Ed. Hiperión, 2001.
Pau, Antonio (2008). Hölderlin. El rayo
envuelto en canción. Madrid: Editorial
Trotta. ISBN 978-84-9879-017-7.
Helena Cortés Gabaudan, La vida en
Verso. Biografía poética de Friedrich
Hölderlin, Madrid, Ed. Hiperión, 2014.
ISBN 978-84-9002-030-2.
En francés
Berman, Antoine. L'épreuve de
l'étranger. Culture et traduction dans
l'Allemagne romantique: Herder,
Goethe, Schlegel, Novalis, Humboldt,
Schleiermacher, Hölderlin. París,
Gallimard, 1984.

Referencias
1. Biografías y Vidas. «Friedrich
Hölderlin» . Consultado el 23 de
marzo de 2005.
2. Hans Gerd Roetzer y Marisa Siguán,
Historia de la literatura alemana I,
Barcelona, Ariel, 1990, p. 196.
3. Hans Gerd Roetzer y Marisa Siguán,
op. cit., p. 197.
4. Hans Gerd Roetzer y Marisa Siguán,
op. cit., p. 198.
5. Hans Gerd Roetzer y Marisa Siguán,
op. cit., p. 199.

Enlaces externos
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