Pedagogia Maestros
Pedagogia Maestros
Pedagogia Maestros
1.- Esta primera dimensión está orientada a formar y educar para formar persona y
auténticos ciudadanos, con una educación en los valores de la convivencia,
Rodríguez estaba convencido de que era urgente emprender un proyecto educativo
diferente que, pues bajo retórica e principios y proclamas, seguía intacta la
vieja estructura de servidumbre. La independencia no había desmantelado el viejo
orden colonial, para ser eficaz este proyecto educativo tenía que ser propio, original,
hecho en la propia entraña americana.
El fin primordial de la educación es formar ciudadanos y es por eso que todos deben
tener acceso a ella, ya que, como decía Rodríguez "sin educación popular no habrá
verdadera sociedad…". Esta educación debe estar vinculada a la solidaridad que se
expresa en las múltiples y pequeñas dimensiones del vivir y convivir diario.
Abstract
During the 20th century in Venezuela the main manager of a philosophical educational
thought was the teacher Luis Betrán Prieto Figueroa. In the 1948 Organic Law Project
on National Education, he stated the principles of the educational philosophy with the
name of DEMOCRATIC HUMANISM which served as a base to his thinking. Since 1999,
with the Bolivarian Education his thoughts are revisited among the philosophical
postulates, which is why are dedicated to their analysis in order to determine the
ideological reach in the current education. Secondly, we make an analysis of the
results of the inclusion policy of the Bolivarian educational project inspired on Prieto
Figueroa’s ideas, in particular, the thesis of an education of caste to an education for
the masses. Finally, we remember that the teacher Prieto Figueroa bet on a political
project though being both socialist and democratic was also plural; today, when the
liniments of the 21st century socialism are discussed, we must remember his legacy.
La propuesta del Humanismo democrático fue retomada por el maestro Luis Beltrán
Prieto Figueroa (1946), en una conferencia dictada en la Escuela Normal Miguel
Antonio Caro para anunciar que el Estado debe ser el responsable supremo de la
orientación general de la educación de la república. Esa propuesta desarrolló una
filosofía educativa para conformar la conciencia de los ciudadanos, y fue denominada
Humanismo Democrático. Pero para comprender su legado debemos recordar que su
pensamiento iba de la mano con la lucha gremial que se remonta a 1932, cuando
fundaron la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria; y que hizo
propicia la Primera Convención Nacional del Magisterio en 1936. Durante el
denominado trienio octubrista (1945-1948) su liderazgo sirvió para incrementar los
beneficios sociales, tales como: creación de comedores escolares, casas cunas,
proyectos de alfabetización para obreros, fundación de escuelas normales para los
técnicos; estos fueron algunos de sus logros. En la XII Convención Nacional del
Magisterio celebrada en la ciudad de Mérida, el 9 de agosto de 1947, sirvió de
preámbulo a la propuesta fallida del Proyecto de Ley Orgánica de Educación de 1948.
Sin embargo, su pensamiento educativo no se puede reducir a una obra sino que
forman un conjunto orgánico, en particular destacaremos las siguientes: (1951) De
una educación de castas a una educación de masas; (1959) Humanismo democrático y
educación; y (1984) Principios generales de la educación.
La década del cuarenta se caracterizó por el debate entre el ministro Arturo Uslar Pietri
(1941) y la propuesta de Luis Beltrán Prieto Figueroa (1948). La diatriba estaba en
puntos como Educación de Élites o Educación de Masas, Educación Privada o Educación
Pública, Educación de Castas o Educación de Masas. La tesis de la educación de élites
fue liderada por Arturo Uslar Pietri: “selectivo fue el criterio que tuvo sobre el acceso
de los aspirantes a cursar los estudios universitarios y testimonios reveladores de este
criterio los hay en grado tal como para señalar que fue una tendencia por la constancia
en reiterarlo a través de su trayectoria.” (Fernández Heres, 2003, p. 306). Su frase
más memorable para la conciencia nacional es: la “siembra del petróleo”, enunciada
desde 1936 en el diario Ahora. La confrontación de los criterios antagónicos tuvo su
máxima manifestación en las protestas de calle a propósito del Decreto 321 del
ministro Humberto García Arocha, en el cual la educación privada se presentaba
evidentemente como de segunda categoría. Las protestas hicieron posponer la
aplicación definitiva del polémico decreto.
Más tarde, en 1948, el ministro de Educación Luis Beltrán Prieto Figueroa propondría
una nueva filosofía educativa con el nombre de Humanismo democrático. En el
Proyecto de Ley Orgánica de Educación Nacional (1948) planteaba en la exposición de
motivos los siguientes principios: “La filosofía de la educación nacional que fundamenta
este proyecto puede sintetizarse en una expresión de neto contenido: Humanismo
democrático. Formar al hombre en la plenitud de sus atributos físicos y morales,
ubicado perfectamente en su medio y en su tiempo como factor positivo del trabajo de
la comunidad, tiene que ser la meta de un sistema educativo moderno. La educación
venezolana ha de ser, por tanto, humanista, desde las escuelas primarias hasta los
institutos superiores.” (Proyecto de Ley Orgánica de Educación, 1948:4-5)
Podemos inferir también que los postulados teleológicos, de la educación propuesta por
el maestro Prieto Figueroa, no deben estar al servicio de enfoques parcelarios, que
conduzcan a la eliminación del pensamiento abierto y la diversidad. Los fines de la
educación en el sistema democrático no deben responder a manifestaciones
fundamentalistas, ya que todo fundamentalismo nos lleva a la unanimidad de opinión,
y en ese sentido, no estaríamos formando ciudadanos para una sociedad democrática
sino una secta. En una entrevista que le hiciera Peña (1979) también el maestro Prieto
Figueroa resalta el sentido de libertad de pensamiento de la democracia socialista, y la
define como “pluralista, donde tengan cabida todas las formas de opinión existentes
sin perseguir a nadie. Somos partidarios de la libre discusión, Nuestro socialismo
democrático es contrario al monopolio en términos de capitalismo interno y el capital
imperialista […] no puede concebirse un tipo de socialismo en donde el hombre
desaparezca como un ser pensante […] El socialismo es una doctrina humana de
realización plena del hombre, que no puede existir sino en libertad. La defensa de los
derechos humanos es el meollo del verdadero socialismo.” (Peña, 1979, pp. 172-175)
Los fines del Humanismo democrático apuntan hacia una educación prospectiva, en
donde propiciemos una formación para la comprensión del mundo actual; el desarrollo
de una conciencia crítica es vital en la formación docente. Y, en tercer lugar, el
principio de integralidad. Este quizá sea uno de los postulados más importantes de la
filosofía educativa de Prieto Figueroa, no sólo porque apuntaba hacia una función
administrativa que unificaba los diferentes subsistemas de educación, sino porque
establecía una antropología filosófica centrada en la formación integral. Por eso
manifestaba que “la preocupación dominante en los enunciados de los principios del
humanismo democrático se aplicaba a lo largo de todo el proceso educativo. Formar
hombres íntegramente capacitados para el desempeño útil dentro de las colectividades
era un objetivo no descuidado en ningún momento. No era el propósito que los
campesinos aprendieran a discurrir como Erasmo o como Bembo, sino que junto con la
capacitación para sus tareas específicas de sembrador o de criador, adquirieran
también las nociones indispensables para conservar la salud, mejorar su medio y
contribuir con sus vecinos a las obras exigidas por una vida solidaria y libre (...) más
que el aprendizaje de lectura y escritura, tiende a hacer del hombre una persona
humana, consciente de sus deberes y derechos y capacitada para ejercerlos, capaz de
integrarse conscientemente con su medio para transformarlo o para mejorarlo.” (Prieto
Figueroa, 1957)
La teleología educativa en don Simón Rodríguez apunta hacia una educación social, y
popular que permita ir avanzando en la conformación de una mejor sociedad, más
igualitaria y justa. La igualdad de los pueblos está en relación directa con la cultura de
los pueblos, un pueblo es pobre porque es ignorante, por eso solo una educación que
involucre todos los sectores de la sociedad será el punto de partida de la sociedad
igualitaria: “Cuiden de sus hijos; no sea que, por echarles a granel, en escuelas de
especulación o de caridad, los verán mañana sumidos en la ignorancia más crasa que
la que hoy consideran como inherente a la pobreza. El hombre no es ignorante, porque
es Pobre, sino al contrario.”h La naturaleza no es la responsable de la desigualdad
social, pues ésta es producida por los intereses políticos, así lo señala: “la naturaleza
no hace razas de estúpidos, de esclavos, ni de pobres, ni de ignorantes, LA SOCIEDAD
LAS HACE POR SU DESCUIDO O POR SU CONVENIENCIA […] Hace tiempo que se
disputa sobre la Libertad, Igualdad & C. i después de largos rodeos se ha venido a
quedar en que, no siendo iguales los hombres en APTITUDES no pueden serlo
políticamente que lo único que PUEDE HACER LA SOCIEDAD, a favor de los que
quieren hacerse aptos, es, poner a la disposición de todas la instrucción.” i
Esta filosofía educativa desarrollada por Simón Rodríguez en el siglo XIX, y renovada
por Luis Beltrán Prieto Figueroa en el siglo XX, tendrá su principal acicate en las
políticas educativas de la Educación Bolivariana en el siglo XXI; especialmente estarán
perfiladas en las Misiones Educativas, en particular, la Misión Robinson.
Los resultados de este proyecto generaron una revisión del concepto tradicional de
Sistema Escolar, en donde el punto más descollante es el haber logrado superar las
políticas de exclusión con altos índices de deserción que llegaron a superar el 57% a
nivel de la Educación Básica venezolana en la década de los 90. A continuación, para
su análisis, nos apoyamos en el interesante trabajo de Luis Bravo Jáuregui en la línea
de Gestión y Política Pública de la Educación, en la Escuela de Educación de la
Universidad Central de Venezuela.
“El programa bandera Liceo Bolivariano está dirigido a la atención educativa integral
para el desarrollo endógeno y soberano de los niños y jóvenes entre 12 y 18 años de
edad, que ingresan a la tercera etapa de Educación Básica o cursan estudios de
Educación Media Diversificada y Profesional. Tiene como objetivo principal garantizar el
acceso, permanencia y prosecución de los adolescentes y jóvenes en el Sistema
Educativo como un derecho humano y social, dando prioridad a la población rural,
indígena y de frontera. Durante el año escolar 2004-2005 brindó atención integral a
27.781 jóvenes y adolescentes en los 26 Liceos Bolivarianos pilotos, los cuales se
incrementaron a 320 liceos en el año escolar 2005-2006 para la atención de 282.017
alumnos. En el marco de este programa, se dotaron 26 Liceos Bolivarianos pilotos con
Laboratorios para el Desarrollo Endógeno. Además, se dotaron 296 Liceos Bolivarianos
de laboratorios integrales de física, química y biología y kits de Desarrollo Endógeno,
por un monto de 545 millones de bolívares. Asimismo, se dio inicio a la ejecución del
proyecto Unidades Móviles de Educación Bolivariana (UMIEB), que atendió áreas de
difícil acceso en los estados Anzoátegui, Aragua y Táchira, por un monto de 546
millones de bolívares.”
Los resultados se muestran muy exitosos según vemos del discurso ministerial y del
cuadro que representa en las estadísticas del MED al tercer nivel de la escuela
venezolana.
4. La formación por competencias del profesional universitario para colocar sus saberes
científicos, tecnológicos y técnicos al servicio del colectivo y de la localidad y en
función de la productividad y del desarrollo endógeno, lo cual implica la atención
sostenida de las dimensiones éticas, estéticas, sociales, culturales, ambientales y
económicas de su ejercicio (MES, 2005)
Como podemos observar se apuesta a una educación superior con criterio inter-
transdisciplinario, aspecto que se expresa también en las políticas de la Misión Sucre.
Entre los objetivos de la Misión Sucre, seguimos los expresados por el Dr. Reinaldo
Rojas (2007), director del Despacho del Ministerio de Educación Superior:
- La Misión Sucre, se inició luego de la realización del primer censo nacional (2003)
para identificar a los bachilleres excluidos del subsistema de educación superior que
quisieran continuar sus estudios. En esta oportunidad se inscribieron 470 mil alumnos,
quienes aspiraban ingresar a las universidades.
- Las Aldeas Universitarias cuentan con: aula de informática, sala de usos múltiples,
dirección, secretaría, sala de espera, plaza cívica, estacionamientos, módulos de
servicios y sanitarios.(Rojas, 2007)
Estos índices nos arrojan excelentes resultados en las políticas de inclusión, pero los
logros académicos en términos de eficacia y eficiencia no son tan alentadores, y esta
es la debilidad mayor del proyecto Misión Sucre. Incluso ha llevado al distanciamiento
de los proponentes, en particular del Dr. Luis Fuenmayor Toro, ex ministro de
Educación Superior, quien disentía de una política educativa que “igualaba por abajo”,
argumentando que se seguía planteando una exclusión de la calidad.
Sin embargo, debemos advertir que este programa mantuvo líneas programáticas
descontextualizadas; p. ej. en la Cátedra de Historia de las ideas pedagógicas se
abordaron los pensadores cubanos, pero no los venezolanos. Obvio pensar que esta
visión debe ser superada para evitar los errores de una formación ahistórica y
descontextualizada.
El darwinismo social en la educación superior era tal que, el mismo Alberto Quiroz
Corradi en entrevista al Diario El Universal, el jueves 9 de marzo de 1995, afirmaba:
“solo 35 % de los candidatos potenciales ingresaban a este nivel educativo. Las causas
probables son: alta deserción en el ciclo de Educación Básica; poca oferta educativa
media en los sectores rurales.” En general la educación en la denominada IV República
(retomo la denominación aunque sea simplista para caracterizar al período histórico
venezolano 1958-1998) apostó por una política de calidad pero a costa de la exclusión,
por eso se entregaban en los brazos del Banco Mundial, y la Banca Multilateral; en
1995, se afirmaba que la inversión de estas instituciones estaba en el orden de los 430
millones de dólares. (Ascanio, 5 de marzo de 1995) No obstante el sacrificio de las
grandes masas los resultados en términos de calidad tampoco fueron sustentables,
como veremos más adelante.
• Programa de Apoyo Económico Financiero Estudiantil, con 9252 becarios. Entre ellos:
95 estudiantes internacionales y 119 estudiantes con discapacidad.
• Becas Misión Sucre: Actualmente comprende 84.728 becarios. Alcanzará 124 728
becarios para septiembre de 2007
Las becas otorgadas por las instituciones de educación superior oficiales alcanzan
actualmente 102.789 estudiantes y se expandieron en octubre de 2007 en un 10%,
para alcanzar un total de 113.067.
3. A manera de conclusión
Debemos recordar que el maestro Prieto Figueroa apostó por un proyecto político que
siendo socialista y democrático no dejaba de ser plural; hoy cuando se sigue
discutiendo sobre los lineamientos del socialismo del siglo XXI en la educación
venezolana debemos recordar su legado: “la democracia y el socialismo, que son una
sola y misma cosa –porque el socialismo es democrático o no es– como sistemas
políticos y de vida, plantean la cuestión del Humanismo en la teoría educativa de una
manera más amplia. Se trata de desarrollar las virtualidades del hombre, colocándolo
en su medio y en su tiempo al servicio de los grandes ideales colectivos.” (Prieto,
1984, p. 164) Este texto es fundamental para comprender que las posiciones sectarias
y fundamentalistas no son ni socialistas ni democráticas, por eso, como moraleja, si
queremos construir un país a dos y tres manos debemos revestirnos de pluralidad y
reconocimiento de la diferencia. Por otra parte, si bien los logros alcanzados por la
Revolución Bolivariana en materia de inversión e inclusión en educación son meritorios,
es necesario reflexionar ahora sobre cómo incorporar la calidad con modelo
sustentable que no sea ni el remedo de las políticas fracasadas soviéticas o cubanas ni
sean remedo de la políticas darwinistas del modelo neoliberal.
Paulo Freire
El contexto en el
que se inició Paulo
Freire
Pablo
Freire conoció desde
niño
la realidad del nordest
e brasileño, en el que
hasta hacía poco se
vivía en esclavitud y
que por aquellos
tiempos las clases
rurales vivían en
relaciones laborales de
opresión, marginadas
del proceso social,
político y
económico y sin
participación alguna
en las decisiones
importantes para el
país.
Es ahí donde se
introduce Paulo
Freire, que intenta
que sus coterráneos
rompan su pasividad
y silencio, que
reconozcan la fuerza
de su unidad
transformadora, que
adquieran la
capacidad crítica para
relacionarse con la
sociedad y que se
liberen de sus
ataduras, única
posibilidad de cambio
de la sociedad. Se
inserta en las
nuevas ideas
revolucionarias
que existían en
América Latina en los
años 60, imbuido del
lenguaje de liberación
surgido de de las
corrientes más
avanzadas del
catolicismo,
que provocaron la
teología de la
liberación, y utilizand
o elementos de la
dialéctica
marxista para la visión
y comprensión de la
historia.
«La
pedagogía del
oprimido,
como
pedagogía
humanista y
liberadora
tendrá, pues,
dos momentos
distintos
aunque
interrelacionad
os. El primero,
en el cual los
oprimidos van
desvelando el
mundo de la
opresión y se
van
comprometien
do, en la
praxis, con su
transformación
, y, el segundo,
en que, una
vez
transformada
la realidad
opresora, esta
pedagogía deja
de ser del
oprimido y
pasa a ser la
pedagogía de
los hombres en
proceso de
permanente
liberación» Pa
ulo Freire
El pensamiento de Paulo Freire
Deshumanizació
n
La «deshumanizaci
ón» es
la consecuencia de la
opresión, y afecta a
los oprimidos y a
quienes oprimen.
Los oprimidos, en
reacción contra los
opresores, a quienes
idealizan, desean
convertirse a su vez
en opresores. Es una
gran contradicción,
que desafía al
oprimido
proponiéndole una
nueva
fórmula, transformars
e en los restauradores
de la libertad de
ambos. De esta
forma, debería nacer
un hombre nuevo
que supere la
contradicción: ni
opresor ni oprimido:
un hombre
liberándose,
humanizándose.
Educación
Bancaria: el saber
como un depósito
En la concepción
bancaria, el sujeto de la
educación es el
educador el cual
conduce al educando en
la memorización
mecánica de los
contenidos. Los
educandos son así
una especie de «recipient
es» en los que
se «deposita» el saber.
El único margen de
acción posible para los
estudiantes es el de
archivar los
conocimientos,
convertidos
en objetos del proceso,
padeciendo pasivamente
la acción del educador.
De este modo, a
mayor pasividad, con
mayor facilidad los
oprimidos se adaptarán
al mundo y más lejos
estarán de transformar la
realidad. La educación
bancaria es, por
tanto, un instrumento de
opresión.
Educación
Problematizadora:
diálogo liberador
La propuesta de
Freire es
la «Educación
Problematizadora» q
ue niega el sistema
unidireccional
propuesto por
la «Educación
bancaria» ya que da
existencia a una
comunicación de ida
y vuelta, y elimina la
contradicción entre
educadores y
educandos. Ambos,
educador y
educandos, se
educan entre
sí mientras se estable
ce un diálogo en el
cual tiene lugar el
proceso
educativo. Con la
«Educación
Problematizadora»
se apunta claramente
hacia la liberación y
la independencia,
pues destruye la
pasividad del
educando y lo incita
a la búsqueda de la
transformación de la
realidad, en la que
opresor y oprimido
encontrarán la
liberación
humanizándose.
La dialogicidad:
Esencia de la
educación como
práctica de libertad
El diálogo es
un fenómeno
humano por el cual se
nos revela la
palabra, de
la que podemos decir
que es el diálogo
mismo. Por ello hay
que buscar la palabra y
sus elementos
constitutivos. Descubri
mos así que no hay «La noche de los pobres», de
Diego Rivera
palabra verdadera que
no sea una unión
inquebrantable entre
acción y reflexión y,
por ende, que no sea
praxis. De ahí que
decir la palabra
verdadera sea
transformar el mundo.
La palabra
inauténtica no puede
transformar la
realidad, pues privada
de su dimensión
activa, se
transforma en
palabrería, en mero
verbalismo, palabra
alienada y alienante, de
la que no hay
que esperar la
denuncia del
mundo, pues no
posee compromiso al
no haber acción. Sin
embargo, cuando la
palabra hace exclusiva
referencia a la
acción, se convierte en
activismo, minimiza la
reflexión, niega la
praxis verdadera e
imposibilita el diálogo.
Los hombres no se
hacen en el silencio,
sino en la palabra, en
el trabajo, en la acción,
en la reflexión. El
diálogo implica un
encuentro de los
hombres
para la transformación
del mundo, por lo que
se convierte en una
exigencia existencial.
Y no podemos
dejar de recordar que
para Freire, la palabra
tiene dos fases
constitutivas
indisolubles: acción y
reflexión. Ambas en
relación dialéctica
establecen la praxis del
proceso
transformador. La
reflexión sin acción, se
reduce al verbalismo
estéril y la acción sin
reflexión es activismo.
La palabra verdadera
es la praxis, porque los
hombres deben actuar
en el mundo para
humanizarlo,
transformarlo y
liberarlo.
4º Fase: Elaboración de
guías (Flexibles) que auxilien a los
coordinadores de debate en su trabajo.
Índice
1Descripción
2Diferencias entre Pedagogía de la liberación y Educación bancaria
3Véase también
4Enlaces externos
Descripción[editar]
La perspectiva de la educación de la liberación se ubica en una horizontalidad de
las relaciones humanas, y que, por tanto, implica el diálogo y la continua reflexión
acerca de la propia realidad a lo largo del proceso educativo. Se
considera liberación porque pretende una suerte de reencuentro de los seres
humanos con su dignidad de creadores y participantes activos en la cultura que
los configura. Por todo esto, en el método pedagógico freiriano, al mismo tiempo
que una persona adulta aprende a leer y escribir, recupera el dominio de la
propia vida y analiza, mediante una reflexión en común con otros seres humanos,
su realidad. En este análisis, se buscan las causas que inciden en un estado
determinado de la cultura, y se detectan las inercias y fuerzas que impiden la
expresión y realización de las personas. Se dice, entonces, que la persona en
cuestión ha tomado conciencia, o se ha concienciado. Es importante resaltar que
esto jamás puede ser producto de un adoctrinamiento o manipulación por
parte de otros, sino que el sujeto debe hallar por sí mismo su camino en
la vida [cita requerida].
La que Freire llamó educación bancaria nos aleja de la comprensión de nuestras
circunstancias sociales y genera pasividad y fatalismo en los sujetos. No en vano
decidió utilizar un término procedente del ámbito económico, pues la educación
bancaria ve en todo momento al alumno como una inversión la cual tarde o
temprano deberá entregar retribuciones, ya sea como mano de obra barata o
como sujetos productores y poco pensadores. Además de eso el proceso
educativo es reducido al grado de pesar en los estudiantes como cajas de
deposito, dejando de lado todos los procesos cognitivos y reflexivos que suceden
cuando de educación se habla. Esto ocurre debido a una escuela concebida
según una relación unidireccional (vertical) en la que uno enseña y otro aprende,
sin que los roles cambien. Se adquiere entonces la falsa idea de que hay sabios
absolutos e ignorantes también absolutos.
La educación liberadora parte de las ideas del constructivismo: con este tipo de
educación el educando aprende a comprender el mundo en su interacción con él,
es un sujeto consciente del mundo en evolución constante, su aprendizaje es más
duradero ya que propicia la reflexión y la crítica. La razón de ser de este tipo de
educación radica en su impulso conciliador educador-educando, ambos
simultáneamente educadores y educandos; esto permite que ambas partes logren
crear conocimiento. Y sobre todo que ambos busquen ser liberados de la
opresión.
Para que exista liberación, Freire (1972) informa que es necesario que tanto el
educador como el educando sean liberados en su pensamiento auténtico, ya que
los hombres se educan entre sí y si un educador no está liberado no podrá
promover la liberación de sus educandos.
La educación liberadora propicia la reflexión de la conciencia sobre sí misma, de
ahí que este tipo de educación sea un acto cognoscente que permite la superación
de educador-educando gracias al diálogo, el pensamiento y la acción. Gracias al
diálogo en este tipo de educación los educandos y el educador tienen la
posibilidad de expresar sus creencias, opiniones, y conocimiento; contribuyendo
con la discusión al pensamiento crítico que permite tener una posición frente a
diferentes temas. Es a partir del diálogo que tanto educandos como educadores
logran conocer las ideas de cada uno, respetándolas pero teniendo derecho a
criticarlas y cuestionarlas de forma respetuosa e inteligente.
Este tipo de educación parte de la historia de los hombres reconociéndolos como
seres inacabados con una realidad inacabada, implica la negación del hombre
abstracto, aislado del mundo, ya que propone una relación hombre-mundo
simultáneamente, que permite al hombre la comprensión del mundo en evolución.
Por ende el educador debe propiciar espacios donde todos los educandos estén
incluidos en las actividades escolares, se reconozcan y se relacionen con su
realidad y con la sociedad en la que están inmersos. La educación no se basa ya
en la transmisión de postulados abstractos, indiscutibles y exactos, sino en la
creación de conocimiento basado en la historia de los sujetos, en su presente, los
cambios que se deben realizar para la contribución al mejoramiento de este y la
creencia en un mejor futuro.
Además, la educación liberadora no acepta la existencia de un futuro
preestablecido sino que es futuridad revolucionaria, de ahí que se identifique con
los seres más allá de sí mismos —como proyectos— para quienes el mirar atrás
es la mejor manera de conocer lo que está siendo. Esto con la intención de
construir un mejor futuro. En este tipo de educación esto es posible cuando se
propone a los hombres su situación como problema; son capaces de apropiarse
de ella y de transformarla [cita requerida].
La tarea del educador en este tipo de educación no es otra que la de proporcionar,
conjuntamente con los educandos, las condiciones para que se dé el conocimiento
verdadero, el que se da a nivel de la acción (empirismo). La educación liberadora
implica un acto permanente de descubrimiento de la realidad y busca la emersión
de las conciencias de la que resulta su inserción crítica en la realidad. El educando
en este tipo de educación debe creer en los educandos y en la capacidad de estos
de crear conocimiento, debe concebir el error como algo natural en los procesos
educativos y no penalizarlo como falta grave. En este tipo de educación el
educador estaría al servicio de la liberación. Este tipo de educación se fundamenta
en la creatividad, no aceptando la suposición de un futuro preestablecido, sino que
es futuridad revolucinaria.
Del carácter problemático de los desafíos a los que los educandos sean expuestos
depende qué tan desafiados se sientan como seres en el mundo y con el mundo, y
cuanto más desafiados estén más obligados se ven a responder a los desafíos
que se les presenten, pues de esa forma comprenden los desafíos por medio de la
acción, reconociendo su compromiso. Por ende se entiende que la educación
liberadora implica la negación del hombre abstracto, aislado, suelto, desligado del
mundo, y de la suposición de un mundo como realidad ausente de los hombres.
Entonces, este tipo de educación propone la relación hombre-mundo
simultáneamente, relación que permite al hombre la comprensión del mundo en
evolución.
Por medio de la educación liberadora, tanto educandos como educadores
aprenden a percibir de forma crítica cómo están siendo en el mundo con el que y
en el que están. La educación liberadora se fundamenta en la creatividad viendo
en ella una forma auténtica de propiciar el conocimiento; el diálogo como acto
desvelador de la realidad. Para este tipo de educación, en tanto quehacer
humanista y liberador, la importancia de la educación radica en que los hombres
sometidos a la dominación luchen por su emancipación superando la falsa
conciencia del mundo; por ende este tipo de educación no puede servir al opresor.