El Vocalismo Latino

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�DIACRONIA DEL VOCALISMO DEL ESPA�OL�

INTRODUCCI�N
En el presente trabajo de investigaci�n para la materia de Gram�tica Hist�rica I se
aborda la
diacron�a del vocalismo del espa�ol, es decir, la evoluci�n de las vocales a trav�s
del tiempo hasta
llegar a la composici�n voc�lica actual. El principal objetivo de la investigaci�n
es conocer y
reconocer la forma en la cual las vocales actuales se establecieron de manera
permanente, para
lograr conocer estas causas, la investigaci�n bibliogr�fica presentada a detalle
los aportes de
diferentes te�ricos que abordaron cada una de las partes a desarrollar dentro del
presente trabajo
investigativo.
Otro de los objetivos que ocupa es demostrar en las actuales vocales, su uso y
procedencia,
tomando en cuenta las influencias latinas, griegas y etruscas sin dejar a un lado
su uso com�n, es
decir el uso contempor�neo. Entre los diferentes apartados tambi�n se abordan las
diferentes
clasificaciones de las vocales, como lo son: vocales abiertas, vocales medias y
vocales cerradas.
Por otra parte tambi�n se explica y ejemplifica las combinaciones voc�licas del
espa�ol y el acento,
con el fin de reconocer la musicalidad y la inferencia de este dentro de las
palabras del espa�ol.
Se recalcan las formas m�s importantes de la fon�tica que interfirieron dentro de
la
conformaci�n actual del sistema voc�lico, fen�menos tales como el apocope, la
asimilaci�n, la
disimilaci�n, adem�s de su respectiva explicaci�n con respecto a las vocales �tonas
y t�nicas, todo
esto, con el fin de comprender de forma m�s clara los fen�menos de uso que
propiciaran los
cambios constantes a trav�s del tiempo en la conformaci�n de un nuevo sistema
voc�lico, que fue
m�s sencillo de usar, escribir y memorizar.
Como �ltimo punto, pero no por eso menos importante, se expone tambi�n la formaci�n
de las
semiconsonantes, su formaci�n y desarrollo, de igual manera a los temas anteriores,
de forma
diacr�nica y as� establecer la procedencia y el uso que se les da a estas formas
particulares del
idioma espa�ol. Si bien no se abordan estos fen�menos de forma dialectal propia,
esta investigaci�n
es una herramienta que m�s adelantes puede contribuir a la comprensi�n de la lengua
aut�ctona y
se espera que la continua investigaci�n se vea abonada con los presentes
planteamientos.
III4
1.0 DIACRON�A, FON�TICA Y FONOLOG�A
La diacron�a es el estudio de la lengua que abarca su evoluci�n a trav�s del
tiempo, Saussure
(1945) dice que ��la alteraci�n (de la lengua) en el tiempo adquiere formas
diversas: alterar m�s
o menos r�pidamente los signos ling��sticos�� (p. 100), es decir, que a trav�s del
tiempo la lengua
sufre cambios que en un inicio son fon�ticos y a continuaci�n, mediante la
arbitrariedad y el
car�cter hereditario de la lengua se vuelven morfosint�cticos. Por eso es de vital
importancia
entender los cambios que sufren las lenguas en su composici�n, especialmente en el
paso de las
vocales latinas a las espa�olas, que es el tema que ocupa esta investigaci�n.
Para comprender los cambios, es necesario estudiarlos desde la perspectiva
fon�tica; la
Fon�tica es seg�n Quillis (1993) �� estudia los elementos f�nicos de una lengua
desde el punto de
vista de su producci�n, de uso constituci�n ac�stica y de su percepci�n� (p. 23).
Es decir la forma
en la cual el hablante manifiesta lo sonidos, ya que no todos los hablantes de
reproducen los sonidos
de la misma manera; en cuanto a este fen�meno, es importante, ya que ayuda a
definir la forma en
la que los oyentes interpretan el sonido de las letras dentro de la cadena hablada.
Tambi�n, es
necesario estudiar los cambios diacr�nicos desde la fonolog�a, de la cual Quillis
(1993) expresa
que ��estudia los elementos f�nicos de una lengua desde el punto de vista en su
funci�n en el
sistema de la comunicaci�n ling��stica� (p. 23). Esto indica pues, que esta rama de
la ling��stica
estudia la funci�n de los fonemas dentro de la significaci�n ling��stica, es decir
el significado que
se le da a un fonema dentro de una cadena hablada y la forma en la cual este
influye para ser
interpretada por el oyente, as� mismo el uso dado al ser articulada y la
interpretaci�n al ser
escuchada.
Es de suma importancia, pues, tomar en cuenta los aportes de estas dos ramas de la
ling��stica
que si bien parecen muy diferentes, aportan una cantidad de conceptos b�sicos para
comprender
los fen�menos a estudiar. Betancourt (1987) apunta que �cuando pronunciamos
aisladamente los
sonidos de una lengua podemos abstraer sus caracter�sticas�pero en la cadena
hablada unos
sonidos influyen sobre otros contiguos hasta punto de modificar algunas de sus
caracter�sticas��
(p. 21). As� pues existen diferentes tipos de sonidos que influyen unos sobre otros
al ser expresados
forma continua, es decir dentro de la cadena hablada, donde los fonemas no son
particularmente
separables, sino m�s bien unidos en forma de palabras con sentido y es dentro de
este sentido en el
cual influyen los cambios fon�ticos y fonol�gicos.5
Existen cambios que a trav�s del tiempo son rastreables y para comprenderlos se
pueden
estudiar de forma diacr�nica o sincr�nica. Coseriu (1978) expresa que ��los hechos
sincr�nicos
son sistem�ticos; los diacr�nicos son particulares, heterog�neos, aislados y
exteriores al
sistema�nos ocupamos de fen�menos que no tienen relaci�n con los sistemas a pesar
de que los
condicionan�� (p. 238). As� pues los fen�menos que se realizaron para que se diera
el vocalismo
de la lengua latina al castellano, pasando por el romance, fueron fuera de un
sistema de reglas
establecido, concediendo el grado de particularidad que presenta el sistema
voc�lico actual y que
se volvieron heterog�neos en toda la lengua hablada, que no obstante sigue
evolucionando y
presentando cambios.
Otro de los aspectos a rescatar de vital importancia para lograr conocer y
reconocer los cambios
de las lenguas es el estudio de la evoluci�n de los sonidos f�nicos y su
percepci�n, y es gracias a
la fon�tica hist�rica que se hace un mejor estudio de los mismos. Para Betancourt
(1987) la fon�tica
hist�rica es:
��el estudio de la evoluci�n de los sonidos de una o varias lenguas a trav�s del
tiempo. Siendo la lengua un producto social y, como tal, expuesta a las
contingencias
del proceso hist�rico, es apenas obvio que no s�lo cambie sino que, transcurrido un
tiempo suficientemente largo, pueda llegar a transformarse en otra� (p. 50).
Es bien sabido que los cambios son principalmente fon�ticos y por tanto, el
conocimiento del
sistema fonol�gico el que ayuda a reconocer los cambios que se dan de forma
evolutiva a trav�s
del tiempo, a tal punto, de retroceder hasta la lengua materna, es decir la lengua
de la cual surgen
los primero fen�menos y que propiciaron la continuaci�n paulatina que desembocara a
los cambios
m�s radicales, como por ejemplo la conformaci�n de la familia de las lenguas
romances
provenientes del lat�n.
2.0 NATURALEZA DEL CAMBIO LING��STICO
La lengua es un sistema vivo, en constante evoluci�n y sujeto a los cambios que el
ella se pueda
dar, estos cambios morfol�gicos, fon�ticos, fonol�gicos, etc. Como se sabe, el
espa�ol es una
construcci�n de diferentes lenguas evolutivas. Cano Aguilar (1992) se�ala que ��el
castellano es
una m�s de las variantes dialectales que la lengua latina import� a ciertos
hablantes de la Pen�nsula6
Ib�rica y que desarroll� y consolid� sus rasgos propios� (p. 12). Es decir que
cuando el lat�n llega
a la Pen�nsula Ib�rica se nutre de rasgos etruscos, vascos, griegos e it�lico y es
de todas estas
lenguas de donde se fijan importantes innovaciones a los dialectos del lat�n.
Se sabe bien que los cambios ling��sticos no son cambios repentinos, son procesos
lentos y
evolutivos que expresan no solo la evoluci�n fon�tica, sino los cambios sociales, y
de pensamiento
de las personas de una determinada regi�n donde se lleven a cabo los cambios
perceptibles, en ese
sentido, Neira (1980) expresa que �El destino de las lenguas no se decide en un d�a
m�s o menos
hist�rico, se est� decidiendo todos los d�as, el plebiscito es cotidiano�� (p. 52).
Con estas palabras
el autor se�ala la importancia de la percepci�n e incorporaci�n de nuevos fen�menos
a la lengua
por medio de la expresi�n del hablante; estos fen�menos al ser incorporados
paulatinamente
conforman una suma de caracter�sticas compartidas por la lengua que las adopta y la
lengua que
las posee, es decir, la lengua materna. As� fueron incorporados al espa�ol diversos
rasgos
caracter�sticos de su lengua materna, uno de ellos es el alfabeto, el cual
actualmente se compone
de dieciocho consonantes y cinco vocales.
3.0 LAS VOCALES
El alfabeto latino no se form� por s� solo, sino que fue un proceso evolutivo que
se bas�
principalmente en los alfabetos griegos occidentales, seg�n Costas & Trascasas
(2009) ��los
alfabetos griegos usados en Sicilia e Italia, pero no directamente, sino por
intermedio de los
etruscos� (p. 17). As� pues queda claro mediante las afirmaciones de estos autores,
que el alfabeto
latino, no solo estaba conformado por las letras que ellos usaban, sino por la
incorporaci�n de letras
griegas y etruscas, dando mayor riqueza a la cantidad de letras que formaban el
alfabeto y que
ayudaron a establecer palabras con sentido completo, este fen�meno se da tambi�n
gracias a la
evoluci�n fon�tica y fonol�gica, ayudando as� a la definici�n de nuevos caracteres
e incorporaci�n
de letras con nuevos sonidos; de igual manera la eliminaci�n de grafemas o la
evoluci�n de los
mismos para interpretar los sonidos nuevos que se incorporaban a la lengua.
Si bien no se tiene datos sonoros de la pronunciaci�n de las vocales en lat�n,
existen suficientes
pruebas escritas (del lat�n cl�sico) como para entender la forma en la que se
utilizaban y el papel
que jugaban dentro de la palabra tanto fon�tica como fonol�gicamente. Seg�n Costas
& Trascasas
(2009) existieron dos tipos de vocales, clasificadas en vocales y sonantes; las
vocales, se�alan7
Datos tomados de Betancourt 1997 (p. 316).
��pueden ser fuertes (a, e, o) y d�biles (i, u) que se pronuncian igual en espa�ol�
(p. 18). Es decir
que la caracter�stica de debilidad y fortaleza de las vocales del espa�ol data
desde las vocales
latinas y su pronunciaci�n. Las sonoras son, seg�n Costas & Trascasas (2009) ��las
vocales �i�,
�u� reciben el nombre de sonantes o semivocales, porque unas veces tienen el sonido
de vocal y
otras el de consonante (generalmente cuando van seguidas de otra vocal)� (p. 18).
As� se puede
observar que en ciertas ocasiones, las vocales al ser seguidas por otra vocal,
pueden tomar el papel
de consonantes, esto gracias a la composici�n sonora dentro de la cadena hablada.
Las vocales son seg�n Men�ndez Pidal (1985) son ��la vibraci�n de cuerdas vocales,
sin que
la columna de aire que produce esa vibraci�n halle en su salida obst�culo mayor, ni
por contacto,
ni por estrechamiento suficiente de las partes del tubo formado por el paladar,
lengua y labios� (p.
32). Esto indica, que la calidad de vocal la da la forma en la cual el aire pasa
por el canal fonador
y que se forman de manera diferente a las consonantes; tambi�n cabe destacar que
las vocales
espa�olas o castellanas se da mediante un ataque voc�lico suave, esto significa
seg�n Betancourt
(1987) que ��las cuerdas vocales al vibrar se aproximan de forma lenta� (p. 318).
Con esto se
diferencia principalmente el sonido r�pido de las consonantes o de las vocales de
otros idiomas
(como el alem�n o el ingl�s).
No obstante es necesario saber, que las vocales tambi�n se definen de forma
fonol�gica, y
seg�n Betancourt (1987) se definen as�:
Fonema Vocal Apertura Timbre
/a/ M�xima Neutro
/e/ Media agudo
/i/ M�nima agudo
/o/ Media grave
/u/ M�nima grave
El valor fonol�gico de las vocales se determina por medio de la oposici�n de las
vocales, esto
mediante la conmutaci�n de los mismos en un trozo f�nico de la lengua espa�ola,
Quillis (1993)
expresa as� la conmutaci�n ��es el cambio de un elemento por otro dentro de un
paradigma� (p.
31). Es as� pues, cuando el cambio de un elemento de la cadena f�nica cambia el
significado de la8
Datos tomados de Betancourt 1987 (p. 316).
palabra, sin embargo, no es eso lo que se pretende demostrar, sino la forma en la
que un fonema
cambia sus caracter�sticas seg�n los dem�s elementos que lo rodean, as� pues, se
puede decir que
en mata y en meta la /a/ pudiera guardar diferentes caracter�sticas.
Existe tambi�n una definici�n fon�tica, seg�n Betancourt (1987) y se tienen en
cuenta:
? El modo de articulaci�n: alta, media y baja.
? El lugar de articulaci�n: anterior, central, posterior.
? La acci�n del velo del paladar: Oral u oronasal
? La acci�n de los labios: labializada, deslabializada
? El acento o intensidad: T�nica o �tona.
? La caracterizaci�n ac�stica: aguda, neutra, grave.
? La cantidad: vocales largas y breves (en el caso del lat�n) (p. 316).
En el lat�n la clasificaci�n voc�lica �nicamente consist�a en diez fonemas
divididos en dos
subsistemas con tres grados de apertura, seg�n Ariza (2012, p. 20) se divid�an as�:
Vocales largas: /i/ /u/
/e/ /o/
/a/
Vocales Breves: /i/ /u/
/e/ /o/
/a/
abertura localizaci�n Anteriores
(palatales)
Central Posteriores
(velares)
Cerradas i u
Medias e o
Abiertas a9
Sin embargo, en el lat�n tambi�n existi� la categor�a de semiconsonante, seg�n
Costas &
Trascasas (2009) se�alan que ��la �u� se pronuncia como consonante cuando va
seguida de
vocal= uirtus-uiuo (virtus-vivo)� la �i� como consonante, con el sonido de la �y�
espa�ola, en
principio de palabra cuando sigue una vocal: iam (yam)� (p. 19). O sea, que al
momento de la
pronunciaci�n de las palabras, las vocales tomaban un car�cter de consonante, a
este fen�meno en
es espa�ol se le llama semiconsonante.
Y a estas clasificaciones tambi�n habr�a que incluir los tres diptongos latinos:
-ae, -oe, -au. De
estos, menciona Ariza (2012) �se sostiene una discusi�n acerca de su naturaleza
monofonem�tica
o fonem�tica� (p. 20). Esto se�ala que dentro de las vocales latinas tambi�n se
inclu�an sus
diptongos m�s usados. As� pues se presentan las generalidades de las vocales
castellanas y las pocas
de las vocales latinas, las cuales a pesar de ser m�s, perdieron a la mitad de sus
compa�eras con la
evoluci�n del lat�n al castellano, esto sucedi� durante el periodo de la lengua
conocido como
�romance�. Para comprender este cambio es necesario abordar el acento latino.
4.0 EL ACENTO
En el lat�n, el acento era sumamente importante, ya que de esta manera se defin�a
si la vocal
era corta, larga o indiferente, tambi�n, se le llama cantidad al tiempo que dura la
pronunciaci�n,
Costas & Trascasas (2009) se�ala que �estos fen�menos ten�an su incidencia en el
verso que se
basaba en distintas secuencias de largas y breves� (p. 17). Como se�alan los
autores, el lat�n con
esas caracter�sticas era usado dentro del llamado lat�n cl�sico o el escrito debido
a la forma en la
que se escrib�an los versos era primordial la consecuencia correcta de los sonidos
sil�bicos y
voc�licos, para determinarlos, se utilizaba una clase espec�fica de signos sobre
las letras largas y
cortas y que se se�alaba de forma expl�cita en todo buen diccionario. Costas &
Trascasas (2009)
se�alan unas sencillas reglas para identificar estos fen�menos, estas son:
? Son largos los diptongos y las vocales que proceden de alguna contracci�n
(inquiro,
que procede de in-quaero);
? Son largas las vocales seguidas de dos consonantes (mosn) o consonante doble
(axis);
? Es breve toda vocal seguida de otra vocal: iustitia (p. 20).10
De esta manera, a los hablantes del lat�n se les hac�a m�s f�cil la identificaci�n
de las vocales
largas y cortas y su respectiva posici�n dentro de las palabras para, de esta
manera, poder completar
los requerimientos escritos necesarios y que se tuviera una mayor pureza al
escribir que al hablar.
4.1 Reglas de acentuaci�n del lat�n
En las lenguas modernas, es decir aquellas lenguas surgidas despu�s de las lenguas
romances,
o bien evolucionadas de las mismas, las reglas de la acentuaci�n son un tanto
diferentes a las
acentuaciones del lat�n, principalmente porque Costas & Trascasas (2009) se�alan
que ��en el
lat�n no existe el acento gr�fico� recordando que las s�labas tienen la cantidad de
su vocal�� (p.
20). Como argumentan los autores, la existencia de la acentuaci�n gr�fica mediante
la tilde se data
desde el per�odo de la consolidaci�n de las lenguas romances y es muy dif�cil
identificar la correcta
acentuaci�n de las palabras, no obstante, se cuenta con una serie de reglas b�sicas
que ayudan a la
correcta acentuaci�n de las palabras latinas. Costas & Trascasas (2009) las
clasifican de la siguiente
manera:
A. En el lat�n pr�cticamente no hay palabras agudas, por tanto todas las palabras
de dos s�labas ser�n llanas: amo, dico, ludus [�mo, d�co, l�dus].
B. En las palabras de tres o m�s s�labas:
? Si la pen�ltima s�laba es larga, el acento recaer� sobre ella: Senatus
[sen�tus].
? Si la pen�ltima s�laba es breve, el acento recaer� sobre la antepen�ltima:
equites [�quites].
C. En lat�n no hay palabras sobreesdr�julas (p. 20).
Es bajo estas condiciones que se logr� determinar que la acentuaci�n de las
palabras latinas
proven�a de su construcci�n fonol�gica, dicho sistema no permiti� que la
acentuaci�n de las
palabras se cambiara y as� no se cambiar�a tampoco la significaci�n de la palabra;
en el espa�ol en
cambio, Penny (1998) sugiere en un principio que ��el acento en espa�ol se ha
mantenido en la
misma s�laba que ocupaba en el lat�n� (p. 35). Con esta afirmaci�n, se refer�a a
las palabras
heredadas directamente del lat�n, ya que m�s adelante contradice su propia tesis
afirmando que el11
espa�ol es muy cambiante en cuanto a los acentos y lo indica de la siguiente manera
��en el
espa�ol, en cambio la posici�n del acento es libre y tiene por ello valor
fonol�gico� (p. 36). No
basta con leer la teor�a para comprobar tal afirmaci�n, ya que es necesario
remitirse al
ordenamiento del corpus lexical para comprobar as� que en las palabras h�bito,
habito y habit� la
diferencia de significaci�n se ve macada por la colocaci�n del acento, representado
por la tilde
ortogr�fica.
5.0 CAMBIO CONDICIONADO
Como se constata en lo anterior, el cambio fonol�gico es innegable, constante y
permanente;
sin embargo estos cambios no son casualidades, al menos no al estudiarlos a fondo y
estos
corresponden a ciertas circunstancias las cuales pertenecen a una categor�a llamada
cambio
condicionado. Penny (1998) explica que �El cambio puede provocarlo un sonido o
sonidos que
est�n contiguos en la cadena hablada�� (p. 30). Este tipo de configuraciones
articuladas son
impulsadas principalmente por la economizaci�n de la lengua, Penny (1998) apunta
principalmente ��el ahorro de energ�a articulatoria� (p. 30). Esto indica, que al
momento de la
pronunciaci�n, la cadena hablada sufre fen�menos que le permiten al hablante
ahorrar energ�a
articulatoria y facilitar la consecutividad de las palabras, logrando ahorrar
movimientos sin alterar
el sentido de las palabras ni su significaci�n. Estos cambios tambi�n tienen
explicaci�n y obedecen
a diferentes formas, Betancourt (1987) se�ala las siguientes categor�as:
Asimilaci�n: se produce cuando dos sonidos vecinos adquieren caracteres comunes o
id�nticos.
Por ejemplo: summarino en lugar de submarino; pirinola en lugar de perinola.
Asimilaci�n progresiva: si el elemento asimilante precede al asimilado. Por
ejemplo: el grupo
mb del lat�n se redujo a m, pasando por mm: mb ? mm ? m (palumbu ? palomo; lumbu ?
lomo).
Asimilaci�n regresiva: si el elemento asimilado precede al asimilante. Por ejemplo:
los
cambios de articulaci�n que experimenta n en contacto con diferentes fonemas; as�:
se labializa
ante consonante bilabial, se labiodentaliza ante consonante labiodental, etc.12
Asimilaci�n doble: cuando un sonido es asimilado por los dos que lo rodean. Por
ejemplo:
aranea (lat.) ? ara�a; en el grupo ea en contacto con n se transform� en ia; la
consonante n en
contacto con la i [j] del diptongo (yod en lat�n) se transform� en �.
Apocope: perdida de un fonema en posici�n final de la palabra. Por ejemplo: aquelle
? aquel.
Disimilaci�n: es la alteraci�n de un sonido para diferenciarlo de otro semejante
que influye
sobre �l. Por ejemplo: (lat.) angelous > angelo > �ngel. (p. 348)
Una vez claros estos puntos b�sicos para comprender los cambio fon�ticos, es de
suma
importancia explicar de forma clara y concisa los cambios que perpetuaron el uso
actual de las
vocales.
6.0 CAMBIO O EVOLUCI�N DEL SISTEMA VOC�LICO
Los cambios en el sistema voc�lico del lat�n al castellano, son fundamentalmente
dos. El
primero de ellos es la p�rdida del n�mero de vocales que conformaban dicho sistema,
Penny (1998)
se�ala que ��en cuanto la cantidad dej� de ser distintiva, las diferencias de
aberturas preexistentes
(que hasta ese momento eran redundantes) se convirtieron en un �nico rasgo
distintivo�� (p. 40).
Es decir que dada la distinci�n de las vocales mediante su abertura del tracto
vocal, con el paso del
tiempo y la evoluci�n de las lenguas pas� a ser confuso, es decir que las vocales
largas y las vocales
breves �nicamente se distingu�an por una peque�a diferenciaci�n en la apertura,
esto volv�a confusa
su identificaci�n en el habla fon�tica, por tanto los hablante poco a poco fueron
asimilando ambos
tipos de vocales hasta convertirlos en uno solo.
Por otro lado, la naturaleza del cambio del sistema voc�lico guarda relaci�n con su
acento, es
decir que dependiendo de la posici�n en la que se encontraban las vocales en
diferentes partes de
la palabra, pod�a deducirse un uno diferente de cada una de ellas. As� pues, Penny
(1998) indica
que ��la posici�n t�nica, es la situaci�n en la que los fonemas mantiene el mayor
n�mero de
diferencias, en tanto en que las posiciones �tonas es donde las funciones voc�licas
se confunden
m�s� (p. 41). Esto indica, que es necesario que las vocales se estudien de
diferente manera
dependiendo si son �tonas o t�nicas.13
Cuadro demostrativo de la evoluci�n voc�lica del
lat�n vulgar tomado de Penny 1998 (p. 41).
Tambi�n es importante comprender que dentro de la atonicidad cuando las vocales
�tonas son
iniciales (es decir que se encuentran acentuadas en la primera s�laba de la
palabra) conservan m�s
distinciones que cuando el acento se halla en la s�laba final (que en lat�n puede
no llevar acento),
sin embargo estas categor�as son m�s distinguibles que cuando la el acento es
intert�nico (vocales
interiores de las que forman parte la pret�nica y post�nica) ya que es en �ste
punto donde las
confusiones son mayores, seg�n Penny (1998) ��son en el punto de intertonicidad tan
confusas,
que pueden debilitarse hasta desaparecer� (p. 41). Es decir que, en el lat�n las
vocales intert�nicas
eran las m�s dif�ciles de identificar, ya sea por la posici�n y la pronunciaci�n no
diferenciada de
las misma, es por esto que tend�an a debilitarse y a desaparecer, a�n a ser
ignoradas para facilitar
la comprensi�n de las palabras.
7.0 LAS VOCALES T�NICAS
La posici�n t�nica es la s�laba que recibe el acento m�s intenso dentro de una
palabra, este
sistema contaba con la cantidad de nueve vocales, luego de la p�rdida de las
oposiciones como
rasgo de cantidad este sistema de nueve vocales se volvi� demasiado inestable,
dando lugar a que
se realizaran f�cilmente cambios en �l. Penny (1998) se�ala que �probablemente la
diferencia
ac�stica era demasiado peque�a para que pudiesen ser diferenciados con absoluta
precisi�n� (p.
41). Es decir que gracias a la peque�a diferencia en la apertura del aparato
fonador humano no era
tan f�cil el identificar cuando se trataba de diferentes puntos de apertura,
volviendo confusa la
sonorizaci�n, lo cual no permit�a identificar a cabalidad los rasgos distintivos
entre uno y otro. As�
pues, nueve de los sistemas voc�licos se redujeron a siete en el sistema voc�lico
t�nico.
A este sistema voc�lico que constaba de solamente siete unidades del sistema
voc�lico, se le
llam� �sistema voc�lico del lat�n vulgar�, este pues, se utiliz� en gran parte de
la Pen�nsula Ib�rica,
y es desde este sistema que se da la creaci�n del sistema voc�lico de las lenguas
romances. Penny14
Tabla de contenido obtenida de la informaci�n de Penny 1998 (p. 43).
(1998) se refiere a las graf�as de la siguiente forma ��los fonemas escritos /i/ y
E habr�an
neutralizado la oposici�n, fundi�ndose en /e/ e, del mismo modo O y U escritos se
neutralizaron
en /o/� (p. 42). Sin embargo estos cambios tambi�n eran confusos, especialmente con
la escritura
menos culta y con los hablantes considerados incultos, esto conllevo a m�s cambios
en el sistema
voc�lico.
7.1 La metafon�a
La metafon�a puede entenderse desde un punto de vista como un recurso fon�tico-
fonol�gico
en el cual los hablantes de una lengua existen diferentes formas de mencionar una
misma palabra,
anteriormente se ha hablado de la confusi�n que llev� al uso de este recurso
hablado que Penny
(1998) define as�: ��cerraz�n asimilatoria de las vocales debido a la anticipaci�n
de la articulaci�n
de un fonema m�s cerrado que las segu�a, normalmente una vocal cerrada o una
consonante...� (p.
42). Como se�ala el autor, las vocales m�s cerradas no sufrieron un cambio mayor
con este
fen�meno, no as� con las semiconsonantes palatales [j] o [i], estas vocales
llamadas yod tambi�n
ejercieron su influencia sobre consonantes dejando as� libre a la vocal precedente.
Este fen�meno
fue el detonante para el siguiente cambio en el sistema de las vocales latinas: el
proceso de cierre
sobre las vocales t�nicas. A continuaci�n se presenta un cuadro con los cambios de
apertura
realizados en esta etapa:
Vocal del lat�n
vulgar
Vocal en la
que se cierra
Ejemplo
/e/ /i/ VINDEMIA? vendimia.
/e/ /e/ MATERIA? madera
/?/ /o/ FOLIA? hoja
/o/ /u/ CUNEA? cu�a
/a/ /e/ AREA? era
Sin embargo estos cambios gracias a la yod [j] no ocurren siempre con las mismas
condiciones
y Penny (1998) enumera ciertas reglas para comprender estos fen�menos:15
1. La vocal est� seguida inmediatamente de una [j] que se encuentra en su misma
s�laba
puede tener distintas procedencias: reducci�n de /i/ en el hiato; perdida de una
consonante entre la vocal y una /e/ o /i/ �tonas que autom�ticamente se convierte
en [j]
por el proceso precedente; met�stasis de una yod desde la s�laba siguiente;
palatizaci�n
de una consonante velar final de la s�laba. En cualquier caso la yod es absorbida
por la
vocal precedente y/o por la consonante siguiente.
2. El comienzo de la s�laba contiene una yod (procedente de /e/ o /i/ en hiato,
precedida
de una consonante /b/, /m/, /p/ o de un grupo como /rb/, /br/, /tr/, /mp/.
3. La vocal va seguida de [j] resultado de la evoluci�n de los grupos [gj][dj] en
el propio
lat�n vulgar. La consonante se mantiene o se ve absorbida por la vocal precedente,
�nicamente si es una palatal (p. 42).
Es as� como se logra observar que la formaci�n de las semiconsonantes no afectaba
en su
totalidad a todas las vocales y que las que sufren estos cambios son m�s propensos
a ocurrirles al
sistema voc�lico del lat�n vulgar y no en todas, sino �nicamente en cuatro de
ellas, ya que con
anterioridad se ha determinado que la /i/ y la /u/ extremas no sufren este fen�meno
por no contar
con mayor grado de apertura. Para comprender con mayor claridad este fen�meno Penny
(1998)
en las p�ginas 44 y 45 de su libro ofrece una serie de ejemplos, estos se presentan
a continuaci�n:
? Vocal latina vulgar /a/:
�nicamente se observa en el quinto rasgo distintivo de apertura:
(lat. Vulgar) CANTAVI ? [kant�i] ? cant�.
(lat. Vulgar) AREA ? [�ira] ? era.
(lat. Vulgar) BASIU ? [b�iso] ? beso.
(lat. Cl�sico) LACTE ? [l�ite] ? leche.
? Vocal latina vulgar /e/:
Se observa en cuatro de los rasgos distintivos apertura:
Grado de apertura 1: (lat. Vulgar) GREGE ? [gr?e] ? [gr?i] ? grey
(lat. Vulgar) CERESIA ? [ker?isa] ? (esp. Medieval) ceresa ? (esp. Moderno) cereza.
Grado de apertura 2: (lat. Vulgar) PRAEMIU ? [pr?mjo] ? premio.16
(lat. Vulgar) TEPIDU ? la formaci�n de la yod (por la p�rdida de la /d/) debi� de
realizarse demasiado tarde; por ello la /?/ no logr� cerrarse y tomo parte de la
diptongaci�n [tj��e�o] ? [tj��jo] ? tibio. Esta traducci�n podr�a deberse a ala
doble
influencia de la yod precedente y de la siguiente.
Grado de apertura 3: (lat. Vulgar) SEDEAT ? [s?ja] ? (esp. Medieval) ? seya ? sea.
Grado de apertura 4: (lat. Vulgar) VECLU ? [b?jo] ? viejo.
? Vocal latina vulgar /?/:
Se encuentra en cuatro de los grados de apertura:
Grado de apertura 1: (lat. Vulgar) NOCTE > [n?ite] > noche.
(lat. Vulgar) COXU > [k?iso] > (esp. Medieval) coxo > cojo.
(lat. Vulgar) OCTO > [?ito] > ocho.
Grado de apertura 2: OSTREA > [?istrea] > (esp. Medieval) ostria > (esp. Moderno)
ostra.
(Lat. Vulgar) NOVIU > [noviu] > novio.
Grado de apertura 3: (lat. Vulgar) PODIU > [podju] > (esp. Medieval) poyo > (esp.
Moderno) > pollo.
Grado de apertura 4: (lat. Vulgar) OCULU > [ojo] > ojo.
? Vocal latina vulgar /e/:
Se encuentra en un �nico grado de apertura:
Grado de apertura 2: (lat. Vulgar) VINDEMIA > [�end�mja] > vendimia.
(lat. Vulgar) VITREU > [��trjo] > vidrio.
? Vocal latina vulgar /o/:
Se encuentra en tres de los grados de apertura:
Grado de apertura 1: (lat. Vulgar) VULTURE > [��utore] > [��itore] > [��itre] >
buitre.
Grado de apertura 2: (lat. Vulgar) RUBEU > [r��jo] > rubio.
Grado de apertura 5: CUNEU > [cunjo] > (esp. Medieval) cu�o > (esp. Moderno)
cu�a.17
Como bien se ha observado en los ejemplos anteriores, la complejidad en la
pronunciaci�n de
las palabras es sumamente confuso, mas se han tomado en cuenta los ejemplos con los
cuales es
menos dif�cil comprender los fen�menos de la cerraz�n voc�lica. Cabe destacar
entonces, que la y
yod (/j/, /i/) tambi�n es responsable de la formaci�n de lo que Penny (1998)
describe como un
��diptongo decreciente� (p. 45). Este tipo de diptongos latinos ([?i], [�i]) pasan
a castellanizarse
con una formaci�n [we]. Por ejemplo:
(lat. Vulgar) CICONIA > [c�k?inja] > cig�e�a.
A pesar de la anterior afirmaci�n, esta evoluci�n no siempre fue la que se
represent� en los
escritos hisp�nicos debido al fuerte rechazo del diptongo decreciente y Penny
(1998) hace la
aclaraci�n que ��/?/ se cierra en /�/; /�i/ evoluciona a /u�/�� (p. 45). De este
sencillo modo,
cualquier influencia que hubiese tenido la /i/ sobre la /o/ precedente, es
claramente identificado y
anticipado, facilitando de este modo la interpretaci�n voc�lica de las letras. Esta
influencia de la
yod en el lat�n explica la conservaci�n y formaci�n de las semiconsonantes en
espa�ol, es decir,
que �stas provienen de las vocales t�nicas influenciadas y evolucionadas mediante
la yod, en parte
ejerciendo su efecto en las consonantes logr� perpetuarse as� en las vocales,
�nicamente dejando
libre de su rastro a la vocal /a/, aun as� existen lenguas romances en las cuales
esta herencia latina
es mucho m�s marcada que en el castellano, a pesar de esto, estos fen�menos dan
lugar a otro
fen�meno importante de la lengua: la diptongaci�n.
7.2 La diptongaci�n
Cuando la �poca de la lengua latina llegaba a su fin, en ciertas �reas se empezaban
a formar
las nuevas lenguas, entre ellas el castellano, que ya no solo ten�a rasgos que a
pesar de ser latinos
en su mayor�a, tambi�n inclu�a el griego. Gracias al paso de las tribus germ�nicas
cerca de estas
zonas, algunos miembros de estas sociedades empezaron a adaptarse a los latinismos
formando as�
un alargamiento de las vocales que solamente afect� a las t�nicas. Penny (1998)
sugiere que los
principales cambios que propici� este contacto fueron ��el cierre de la mayor�a de
las vocales
t�nicas�� (p. 48) por la dureza de las palabras de �ndole germ�nica, la fuerza
aplicada a la
mand�bula hacia que las vocales se pronunciasen de manera m�s cerrada afectando a
todas, menos
a la /i/ y a la /u/ que se ha mencionado, son y siempre han sido las vocales m�s
altas y m�s cerradas.18
Datos obtenidos de Penny 1998 (p. 49).
Esquema obtenido de Penny 1998 (p. 50)
Debido a la confusi�n que causaba dicho cambio, es decir la manera de pronunciar
los
diferentes tipos de vocales se volvi� tan confuso que a los hablantes no les qued�
otro remedio que
implementar un sonido complementario que les ayudar�a a distinguir los sonidos. De
esta forma,
se fueron creando diptongos que Penny (1998, p. 48) ejemplifica as�:
/i/ /u/
/e/ /o/
/e/ > [ee] [o?] < /?/
/a/
As�, estos diptongos �tempranos� dieron lugar a los diptongos que m�s tarde se
hallan ya
identificados como fonemas conformados por sonidos, es decir bifonem�ticos, los
cuales se
plasmaban as�:
[ee] > [ie] > [je] = /ie/
[o?] > [u?] > [wo] > [we] = /ue/
De �ste fen�meno tambi�n dependi� la formaci�n de la /y/, debido a que la yod no
pod�a ocupar
el lugar primero en la palabra Penny (1998) indica que ��la yod en posici�n inicial
se trasform�
en una secuencia de consonante fricativa, es decir, /j/ + /�/� (p. 49). As� pues
paso a sonar como
una /y/ al inicio de las palabras, adem�s, este fen�meno oblig� a que se redujeran
a cinco las vocales
castellanas t�nicas, debido a que las otras ya se interpretaban de forma
combinatoria. Y as� los
cambios antes mencionados se pueden resumir as�:19
Esquema tomado de Penny 1998 (p. 51).
En el cuadro anterior, se observa como en el lat�n arcaico y cl�sico se contaban
con trece
vocales (tres de ellas bifonem�ticas), las cuales a medida que la lengua
evolucionaba y los hablantes
manten�an contacto con otras lenguas, as� como la dif�cil comprensi�n de las
vocales m�s cultas
propici� que los fonemas voc�licos se redujeran a siete, pertenecientes al lat�n
vulgar, del cual
provienen las lenguas romances, en consecuencia el castellano. Sin embargo, estas
siete vocales
continuaban siendo confusas y con el paso del latinismo al romance, se reducen a
cinco vocales y
dos diptongos, constituyendo as� el sistema voc�lico t�nico del espa�ol moderno.
8.0 LAS VOCALES �TONAS
Las vocales �tonas son aquellas que no son acentuadas, es decir que no reciben una
mayor
fuerza de voz en cuanto a su pronunciaci�n y es debido a esta caracter�stica, que
su evoluci�n sufri�
diferentes a comparaci�n de la vocal t�nica. Estas vocales se confunden de forma
r�pida con sus
correspondientes breves y largas, pero, los hablantes no vieron la necesidad de
mantener aislados
los sonidos entre una y otra, decidiendo someterlas a la asimilaci�n, aun as�, su
comportamiento
era diferente dependiendo de la posici�n en la que se hallaban.
8.1 Vocales �tonas iniciales
Es sabido que no todas las vocales iniciales de la cadena hablada corresponden a la
vocales
t�nicas, existen palabras donde la primer vocal se halla en la primera parte de
estas, as�, Penny
(1998) las define como �� las vocales �tonas articuladas con mayor fuerza que las
dem�s vocales
�tonas� (p. 52). Esto indica que en la cadena hablada, existen vocales �tonas que
no se pronuncian
de la misma manera, si bien la diferencia es casi imperceptible es existente. Esta
diferencia tan
poco marcada entre las vocales �tonas largas y las breves, propicio que se
confundieran de forma
m�s temprana y no surge la necesidad de crear una diptongaci�n, lo cual permite que
este sistema
voc�lico evoluciones m�s r�pido que el sistema t�nico. A continuaci�n se presenta
un esquema con
los cambios presentados por este sistema voc�lico:20
Esquema tomado de Penny 1998 (p. 53).
La metafon�a tambi�n afecta las vocales �tonas iniciales, con la diferencia que no
se da la
necesidad de una diptongaci�n culminando con lo que Penny (1998) define como ��la
yod puede
provocar el cierre de /e/ y /o/ iniciales convirti�ndolas en /i/ y /u/
respectivamente�adem�s del
cambio inmotivado de /o/ a /u/ en la vocal inicial�� (p. 52). Es decir que si bien
la Yod no
influenci� este sistema de forma tan grande como en el sistema t�nico, si aporto
cambios que se
conservan actualmente, ya que su formaci�n y evoluci�n se marc� de forma permanente
en el lat�n
vulgar. Por ejemplo:
(lat. Vulgar) RENIONE > [renj�ne] > ri��n.
(lat. Vulgar) MULIERE > [molj�re] > (esp. Medieval) > mujere > (esp. Moderno)
mujer.
(lat. Vulgar) JOGAR > jugar.
(lat. Vulgar) ROIDO > ruido.
8.2 Vocales �tonas finales
Es con las vocales �tonas donde el marcador de genero /a/, /o/ se establece, esto,
sumado a la
reducci�n de la fuerza de las vocales origin� cambios que se dieron paulatinamente
a trav�s de
diferentes �pocas. Fueron solamente la /a/ y la /o/ las que se mantuvieron
pr�cticamente estables a
lo largo de los periodos de formaci�n del espa�ol, a excepci�n de algunos casos
donde la /a/
hiatizada se cerraba el /e/, algunas veces, este fen�meno es excusado mediante los
hiatos formados
de las terminaciones del imperfecto de los verbos /er/, /ir/. En cuanto a la
vocal /o/ �nicamente se
perdi� en algunas palabras que proced�an del nombre o adjetivo. En t�rminos
generales los cambios
de presentan as�:21
Penny (1998) expone los siguientes ejemplos:
(lat. Vulgar) M�A > (hiato con vocal t�nica cerrada) m�e > (convertida en vocal
cerrada) mi.
(lat. Vulgar) PRIMERO > primer.
(lat. Vulgar) MULTU > [muitu] > muy (p. 53)
Con respecto a la /e/ en posici�n final, el fen�meno fon�tico m�s com�n fue el
apocope, debido
a su inestabilidad se hallan pruebas de este fen�meno durante el periodo medieval
cuando esta
vocal era antecedida por una consonante dental o alveolar intervoc�lica. M�ndez
Pidal (1985)
expone los siguientes ejemplos:
(lat. Vulgar) MARE > mar (p. 186)
(lat. Vulgar) FIDELE > fiel. (p. 187)
Tambi�n se estima que gracias a la influencia del franc�s la /e/ final lleg� a
desaparecer del
todo en cualquier grupo conson�ntico que le precediera, a pesar de este fen�meno
esta regla no
logr� concretizarse. Penny (1998) explica que �las formas con /e/ segu�an
registr�ndose en
documentaci�n escrita, siendo reforzadas en los textos. Es as� como ha logrado
mantenerse� esto
indica, que a pesar de que fon�ticamente no se expresaba, mediante los textos
segu�a expres�ndose
y, gracias a esto �nicamente el apocope qued� marcado en algunas pocas palabras o
grupos de
palabras. M�ndez Pidal (1985) dice que:
? La vocal /e/ �tona del lat�n vulgar �nicamente sufre de apocope cuando el grupo
conson�ntico que le precede se simplifica al espa�ol medieval /ts/ > [?].
? Por vocalizaci�n o asimilaci�n de /-l/ o por asimilaci�n de /-s/ que tambi�n
pasaba a
ser una /ts/ > [?] (p. 189).
Con la puntualizaci�n de estas reglas o normas se pueden comprender de una mejor
forma los
siguientes ejemplos hallados en Penny (1998, p. 54):
(lat. Vulgar) CALCE > [co?e] > coz.
(lat. Vulgar) FASCE > [fa?e] > (esp. Medieval) faz > (esp. Moderno) haz.
(lat. Vulgar) PISCE > [pe?e] > pez.22
8.3 Vocales �tonas intert�nicas
Desarrollando sus cambios principalmente en el lat�n vulgar las vocales �tonas
interiores o
vocales �tonas intert�nicas influyeron en la acentuaci�n del lat�n, todas sufrieron
cambios, sin
embargo seg�n Penny (1998) ��la /a/ es una de las vocales que m�s oposici�n ha
presentado a los
cambios, las intert�nicas latinas fueron eliminadas completamente� (p. 55). Es
decir que de las
vocales intert�nicas la �nica que no desapareci� fue la /a/. En algunos contextos,
desaparec�an en
contacto /r/ o /l/, a veces con /n/ o /s/, m�s tarde estos cambios tambi�n se
dieron en el castellano y
estos cambios se atestiguan seg�n Penny (1998) as�:
ANGULUS NON ANGULU
CALIDA NON CALDA
SPECULUM NON SPECLUM (P. 55)
Son ejemplos de la p�rdida de la pret�nica (p. 55):
(lat. Vulgar) CATENATU > cadenado > cad�nado > candado
(lat. Vulgar) LiMITARE > limedar > lim�dare > lindar.
Son ejemplos de la p�rdida de la post�nica (p. 55):
(lat. Vulgar) MANICA > manega > manga.
(lat. Vulgar) SANGUINE > sang�ne > sangre.
As� queda claro, los cambios m�s relevantes, la vocal /a/ intert�nica es la que m�s
duraci�n ha
tenido, sin embargo ha tenido casos de conservaci�n o perdida de la vocal
intert�nica final.
8.4 Los hiatos
A pesar que se se�ala la desaparici�n completa del hiato el cual consiste en la
formaci�n de
dos silabas diferentes mediante la uni�n de dos vocales, este hecho llev� a una
gran cantidad de
confusiones en el habla latina, especialmente porque en esta lengua no se ten�a el
acento marcado
como lo est� en las lenguas modernas.23
Algunas de las consecuencias de este fen�meno es la p�rdida de la vocal m�s d�bil,
especialmente si las vocales consecutivas son id�nticas. As� lo evidencia Penny
(1998) con el
siguiente ejemplo:
(lat. Vulgar) MORTUU > muerto (p. 56).
No obstante lo normal, era que el hiato se destruyera convirtiendo el elemento m�s
d�bil en
una semiconsonante, as� las vocales que estaban juntas, pero que no formaban una
sola vocal, es
decir volverlas homosil�bicas , para lograrlo, la vocal m�s cerrada se convirti� en
semiconsonante
y la otra mantuvo su rol de vocal. La semiconsonante que eligi� el hablante fue la
yod [j] cuando
se trataba de una vocal palatal (anterior), mientras que si era una velar
(posterior) el resultado fue
una labio velar [w] (wau). Quedando ejemplificadas seg�n Penny (1998) as�:
/i/, /I/, /E/, /E/ + Vocal > [j] + vocal.
/U/, /U/, /O/, /O/ + Vocal > [w] + vocal (p. 57).
Este cambio es evidentemente un cambio de neutralizaci�n, es decir que todas las
vocales
palatales llegaron a realizarse de la misma forma cuando una de ellas era el
elemento m�s debil de
la secuencia de vocales en el hiato.24
CONCLUSIONES
Con el culmen de esta investigaci�n bibliogr�fica se ha podido conocer de forma m�s
profunda
y completa la manera en la cual se llevaron a cabo los cambios que propiciaran la
existencia del
sistema actual de las vocales, gracias a esta informaci�n se han podido rescatar
las siguientes
conclusiones:
Las investigaciones diacr�nicas de las lengua son de vital ayuda para comprender
los hechos
concretos que han llevado a la formaci�n de las lenguas, en este caso de la lengua
castellana, la
cual como se ha constatado en la presente investigaci�n ha pasado por diversos
cambios,
esencialmente en el sistema voc�lico, el cual se encarga de dar sentido a las
palabras y
proporcionarles un mayor sentido a las palabras dependiendo del lugar donde se
hallen sus acentos,
cambiando estos sustancialmente el significado las palabras mediante sus variantes
�tonas y
t�nicas.
El sistema voc�lico ha pasado por al menos cinco cambios que se dieron a lo largo
de una l�nea
cronol�gica, empezando desde la formaci�n de las vocales griegas que fueron
retomadas en el lat�n
y abonadas por los alfabetos etruscos y vascos, tomando un total de diez vocales,
las cuales pasaron
a desarrollarse en siete en la edad media y en cinco desde el nacimiento de las
lenguas romances
en las cuales se conserva su uso, por ejemplo en el castellano. No obstantes estos
cambios se forman
independientemente dentro de los sistemas vocales t�nicos y �tonos.
Se concluye que estos cambios no solo fueron propiciados por la necesidad
caprichosa de
reducir las vocales, sino m�s bien por la confusi�n en el uso de los hablantes de
cada una de las
variantes de las vocales. As� pues, gracias a esto se realizaron diversos recursos
como la metafon�a,
la diptongaci�n y la hiatizaci�n adem�s del uso de apocope, especialmente en la
vocal /e/, lo cual
contribuy� a comprender mejor las palabras al ser expresadas dentro de la cadena
hablada, la
eliminaci�n de los sistemas largos y breves tambi�n facilit� de forma sustancial la
manera de
comunicaci�n, no solamente con la reducci�n de esfuerzo articulatorio y el desgaste
de los
hablantes por tratar de comprender el lat�n hablado. La conversi�n de las vocales
semiabiertas en
cerradas fue uno de los mayores fen�menos que trajo la yod, afectando el sonido de
las palabras
hasta convertirlas en las que se usan actualmente.25
El sistema voc�lico se compone de dos partes, vocales t�nicas y vocales at�nas, de
las cuales,
las primeras sufrieron mayor cambio gracias a la influencia de la metafon�a o el
uso de la yod que
si bien afecto a la segunda parte, no causo tantas confusiones y cambios como en el
primero, es
notable su influencia en la formaci�n, especialmente en la formaci�n de las
semiconsonantes y las
semivocales, las cuales apalearon un poco la confusi�n entre las vocales y
neutralizaron algunas,
lo que permiti� unificar sus variantes o distinguirlas del todo.
Gracias a las teor�as de Quillis, Penny, Trascasas y Costas, entre otros, se logra
comprender
con mayor facilidad los cambios fon�ticos y fonol�gicos al dividir en
conformaciones sonoras
cada uno de los fen�menos que en presente trabajo se presentan, llegando a la
finalizaci�n de este
proyecto con las claras ideas de la evoluci�n cronol�gica del actual sistema
voc�lico.

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