Suelos Salinos
Suelos Salinos
Suelos Salinos
Causas de salinidad.
Por un ascenso capilar de sales hasta la zona de las raíces, ya sea por la naturaleza del
subsuelo o por existir una capa freática salina; por regar con agua salina; o por un manejo
inadecuado de la fertilización.
Suelo es salino
Ante todo si con el suelo seco se evidencian costras de cristales en la superficie, es un
suelo salino.
Si se observan síntomas en plantas: marchitez a pesar de no faltarle agua, ápices de las
hojas quemados por gutación de agua salada, falta de crecimiento, amarilleos,… es un
suelo salino.
Midiendo la conductividad eléctrica (CE) mediante un conductímetro. Valores
comprendidos entre 2-4 dS/m indican suelos ligeramente salinos, y a partir de 4
dS/m estamos ya ante un suelo con problemas de salinidad.
Con la mayoría de fertilizantes se están aportando sales, algunas más peligrosas que otras,
como ocurre con nitrato cálcico, fosfato sódico. La principal regla en fertilización de suelos
salinos es es fraccionar los abonados lo máximo posible. Especial precaución hay que
tener con los abonados de fondo y primeras coberteras, ya que las pequeñas plántulas son
muy sensibles a la salinidad.
Por último se debe optar por sembrar cultivos tolerantes y preferentemente en
caballones.
Para los suelos salinos las hay del tipo controlar el nivel de sales de los suelos; lavados de
las sales del suelo; utilizar cultivos, variedades y/o portainjertos más tolerantes a la
salinidad; instalación de drenajes superficiales o subterráneos; cambio de sistema de riego
a goteo; nivelar adecuadamente el suelo para mejorar la uniformidad de distribución del
agua de riego;
Realizar una plantación en mesetas que evite los niveles freáticos elevados; hacer una
distribución de la plantación en las zonas de la parcela donde la salinidad es menor;
mejorar las propiedades físicas del suelo que facilite el lavado de sales; mejorar la calidad
del agua de riego con la que realizar lavados de las sales de suelo; cubrir el suelo con algún
tipo de acolchado o mulching; utilizar fertilizantes con bajo índice de sal.
SUELOS ALCALINOS
En la agricultura se maneja un dicho muy común con respecto al tipo de suelo: "ni muy
ácido ni muy alcalino". Como agricultores, sabemos muy bien que no es idóneo trabajar
en un suelo con un nivel de pH menor que 5,6, pues se trata de un suelo fuertemente
ácido. De la misma manera, una situación a la inversa no es la ideal. En un suelo con un pH
elevado, es necesario llevar a cabo las prácticas más recomendadas para el manejo de
suelos alcalinos.
Antes hablamos sobre el manejo adecuado de suelos ácidos. Puedes consultar la entrada
aquí: Manejo de suelos ácidos: datos y recomendaciones.
En los suelos sódicos, las partículas de arcilla tienden a separarse. Este proceso de
disociación técnicamente se denomina dispersión. Las fuerzas que mantienen unidas a las
partículas de arcilla se interrumpen por los iones de Sodio.
Cuánto más pequeño es el radio hidratado, y cuánto mayor la valencia de un catión, mayor es
su poder de flocular el suelo. El calcio tiene un efecto floculante, mientras que el sodio
dispersa el suelo. El calcio es más efectivo que el sodio porque es bivalente y tiene un menor
radio hidratado. En presencia de sodio, los agregados del suelo se rompen.
Las partículas de arcilla dispersas se mueven por la estructura del suelo bloqueando sus
poros. Los resultados son que la infiltración del agua a través del suelo así como su
conductividad hidráulica, se reducen (la conductividad hidráulica es una medida de la
movilidad del agua por el suelo). Por lo tanto, el suelo puede anegarse y / o inundarse cuando
se moja por deficiencia del proceso natural de filtración.
Los suelos sódicos tienden a hincharse cuando se mojan, luego se endurecen y cuartean
cuando están secos. El suelo sódico una vez seco normalmente desarrolla y presenta una
costra dura, seca, cuarteada y agrietada en su superficie.
Los suelos sódicos son susceptibles a erosión. Esta genera pérdida de suelo y nutrientes. La
escorrentía contiene nutrientes y pesticidas que son adsorbidos por las partículas de arcilla. Al
no ser absorbidos adecuadamente, pueden llegar a fuentes de agua potable contaminándolas
(daño ecosistema local).
La Relación Entre la Salinidad y la Sodicidad
La salinidad y el Sodio tienen un efecto opuesto en la estructura del suelo.
La aglutinación de las partículas del suelo mejora las propiedades físicas del suelo. El suelo se
vuelve más permeable, aumenta su nivel de aireación y el crecimiento de las raíces mejora
considerablemente.
A pesar de que las sales evitan los efectos destructivos del Sodio en la estructura del suelo, la
salinidad excesiva es perjudicial para el crecimiento de las plantas.
La conclusión es que los efectos del Sodio sobre la estructura del suelo son más significativos
en los altos niveles del pH de suelo
Cambiar el tipo de cultivo: Cultivar plantas más tolerantes a la utilización de las enmiendas del
suelo.