Citologia Ginecologica. de Papanicolau A
Citologia Ginecologica. de Papanicolau A
Citologia Ginecologica. de Papanicolau A
GINECOLÓGICA
DE PAPANICOLAOU A BETHESDA
III
IV
AUTORES
COLABORADORES
V
PRESENTACIÓN
VI
PRÓLOGO
Este nuevo libro de César Lacruz y Juliana Fariña González representa una
aportación de gran interés para la citología en lengua castellana. Su título, Cito-
logía ginecológica de Papanicolaou a Bethesda, revela las intenciones de los
autores: cubrir todos los aspectos de la citología ginecológica de la manera más
completa posible con abundantes ilustraciones que incluso permiten utilizar
esta obra como un atlas.
El texto se encuentra dividido en nueve capítulos que abarcan no solamen-
te la citología cervical, sino también la endocervical, la endometrial y la vulvar.
Un primer capítulo, escrito por Javier Sáenz Santamaría e Inmaculada Catalina
Fernández, repasa los conocimientos de la citología cérvico-vaginal normal.
Todos los tipos celulares que se pueden hallar en un extendido son descritos y
ampliamente ilustrados. El capítulo termina con una sección dedicada a la cito-
logía hormonal.
En el siguiente capítulo, César Lacruz explica y debate las diversas no-
menclaturas tanto citológicas como histológicas que han sido utilizadas a través
del tiempo, terminando con la más moderna y aceptada actualmente, el Sistema
Bethesda 2001.
En los capítulos 3 y 4, César Lacruz describe, discute e ilustra los procesos
benignos y las lesiones escamosas intraepiteliales. El capítulo 5, de la pluma de
José Antonio López García-Asenjo y Juliana Fariña González, trata las lesiones
invasivas escamosas, cerrando así los capítulos que representan el núcleo central
del libro y la que, seguramente, será la parte más utilizada por estudiantes y citó-
logos, tanto por las excelentes fotos, como por las minuciosas y precisas des-
cripciones.
Un atinado capítulo trata de las difíciles lesiones endocervicales, que Cé-
sar Lacruz y Eduardo Vilaplana se esfuerzan en hacer asequibles con textos
claros e ilustraciones pertinentes, tanto histológicas como citológicas. Sigue un
capítulo muy completo sobre citología endometrial por Jorge Calvo de Mora Ál-
varez, tema en el que han sobresalido los citólogos españoles. Un capítulo so-
bre citología vulvar por César Lacruz y Juliana Fariña González combina acer-
tadamente la investigación clínica con la morfología celular.
El último capítulo, escrito por José Antonio Giménez Mas, trata del control
de calidad —tema de gran importancia, del que depende en gran medida el éxi-
to de la citología de rastreo— y de las nuevas tecnologías, con énfasis en las téc-
nicas que utilizan dispositivos automáticos, sus ventajas y su problemática.
VII
Cada capítulo contiene una extensa bibliografía y, en su caso, datos clínicos
relevantes y recomendaciones que pueden ayudar al clínico en su relación con la
enferma.
En resumen, se trata de un libro de gran utilidad práctica que deberá ocupar
un lugar privilegiado en todos los laboratorios de citología en el entorno de
habla hispana.
Alexander Meisels
VIII
A Luis Montalvo, Julio Rodríguez, Ramón Faus, José María
Mateu, Miguel de Arcos, Armando Martínez, Ramón Arderiú y
a todos los compañeros que nos han dejado y que dedicaron gran
parte de su vida profesional a combatir el cáncer ginecológico
mediante el método citológico.
IX
SUMARIO
6 CITOLOGÍA ENDOCERVICAL
César Lacruz Pelea y Eduardo Vilaplana Vilaplana
7 CITOLOGÍA ENDOMETRIAL
Jorge Calvo de Mora Álvarez
8 CITOLOGÍA VULVAR
César Lacruz Pelea y Juliana Fariña González
X
XI
XII
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
De Papanicolaou a Bethesda Citología cervico-
vaginal normal
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CITOLOGÍA
CÉRVICO-VAGINAL NORMAL
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
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La mucosa endocervical está revestida por una sola hilera de células cilín-
dricas mucosecretoras. El núcleo de estas células, localizado cerca de la me m-
brana basal, es ovoide, vesicular, de contornos lisos, con un pequeño nucléolo.
La cromatina es finamente reticular o granular. La mucosecreción tiene funcio-
nes específicas y está regulada por estrógenos y progesterona, formando un ta-
pón mucoide con efecto barrera que se cristaliza en el periodo ovulatorio para
permitir el paso de los espermatozoides.
Las células de reserva no son fácilmente visibles en las secciones histológi-
cas. Estas células se localizan por debajo del epitelio columnar y tienen la capa-
cidad d e multiplicarse y diferenciarse produciendo la deno minada metaplasia
escamosa.
CÉLULAS ESCAMOSAS
Figura 1. Grupo de
células escamosas.
Células superficiales
centrando a una célula
intermedia
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Figura 2. Grupo de células escamosas superficiales,poligonales, Figura 3. Células escamosas superficiales. Gránulos de quera-
con bordes citoplasma definidos. tohialina.
Células superficiales
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
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Células intermedias
Se originan en el estrato med io del epitelio (fig. 7 ) y so n las células má s
frecuentes en la fase postovulatoria. Representa la célula más constante y nu-
merosa en los frotis vaginales.
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Figura 8. Células intermedias
de un extendido
en fase luteínica
mostrando plegaduras y
tendencia al agrupamiento.
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Figura 10. Frotis citolítico. Abundantes bacilos de Dóderlein Figura 11. Frotis citolítico. Núcleos "desnudos", restos
y células intermedias con variable grado de disolución citoplasmáticos y bacilos de Dóderlein.
citoplasmática.
voca un p H bajo (pH: 4) que servirá de protección contra otras bacterias e in-
fecciones. P ar a q ue este efecto se produzca, las células intermedias so n des-
truidas por el bacilo de Dóderlein provocando un frotis citolítico. Estos frotis se
caracterizan por la presencia de abundantes bacilos de Dóderlein y células in-
termedias, muc has d e las cuales sufren u n grado variable d e disolución de su
citoplasma, mostrándose co mo núcleos desnudos (figs. 10 y 11).
Las células naviculares, llamadas así por Papanicolaou por aparentar
una característica for ma de barca, son variantes de las células intermedias. E n
un principio se las consideró exclusivas d e la gestación. Debido a su alto con-
tenido e n glucógeno, los citoplasmas p ued en adquirir u n color amarillento o
verde-azulado pálido con aumento d e la densidad periférica. Lo s núcleos son
excéntricos, d e aspecto vesicular, aunq ue en ocasiones p ued en exhibir hiper-
cromatismo o picnosis (fig. 12). Generalmente, esta variante de células inter-
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De Papanicolaou a Bethesda Citología cervico-
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dias se disponen en placas constituidas por un número variable de ellas, frecuentemente
por encima de diez. La exfoliación de estas células ocurre en ciertas condiciones como el
embarazo o la menopausia pero pueden observarse en todas las situaciones en las que se
produzca un buen desarrollo del estrato intermedio (fase luteínica del ciclo, quistes luteí-
nicos, bajo nivel de estrógenos, etc.).
Células parabasales
Células basales
Las células basales no aparecen en los frotis a menos que exista una hiperplasia de
las mismas. Son las células más pequeñas del epitelio vaginal (14-20 µ). El citoplasma es
escaso e intensamente cianófilo con bordes lisos y definidos. El núcleo es central, redon-
do, relativamente grande e hipercromático.
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Figura 14. Células
endocervicales. Su
morfología depende de
la perspectiva desde la
que se las observe.
CÉLULAS ENDOCERVICALES
En los extendidos, las células del epitelio cilíndrico endocervical pueden dis-
ponerse sueltas o formando hileras, empalizadas, grupos acinares o conglomera-dos. La
morfología depende de la perspectiva desde la que se las observe (fig. 14). Como conse-
cuencia de su marcada fragilidad citoplasmática, las células endocervicales aparecen
frecuentemente como núcleos desnudos.
Habitualmente expresan una morfología columnar o alargada (fig. 15 A). Si se
observan desde arriba, muestra una forma poligonal o cúbica, adoptando cuando se
agrupan una característica disposición en "panal de abeja" (fig. 15 B).
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Figura 16. Células endocer-
vicales.
Núcleos desnudos claros,
enmarcados por un anillo
nuclear condensado
("núcleos lavados").
Los citoplasmas son claros, microvacuolados o están ocupados por una gran
vacuola secretora. Ocasionalmente pueden observarse pequeños cilios en el
extremo libre d e la célula. Lo s núcleos o cup an u n a posición excéntrica, so n
redondos u ovales con una estructura cromatínica regular y frecuentemente
exhiben cromocentros, micronucléolos y, en ocasiones, puede identificarse la
croma-tina sexual y tienen u n ta maño similar al d e las células intermedias o
parabasales. N o es raro observar células binucleadas y multinucleadas. O c a -
sionalmente, coincidiendo co n la ovulación, los núcleos desnudos de las célu-
las endocervicales revelan una herniación, prominencia o botón nuclear en uno
de sus polos (nipplelike). Los núcleos desnudos pueden adoptar también una
apariencia clara, q ue impide la identificación d e la cromatina, y están enmar-
cados por un anillo nuclear condensado ("núcleos lavados") (fig. 16).
CÉLULAS ENDOMETRIALES
Entre los días sexto y d écimo , los fragmento s d e end o metrio menstrual
descamado suele adoptar una forma redondeada u oval y un tamaño variable.
Estos fragmentos pueden mostrar un núcleo central constituidos por células es-
tromales pequeñas, elongadas, mu y agrupadas, y una zona periférica formada
por células glandulares que a veces se ordenan concéntricamente alrededor del
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Figura 17. Células endome-
triales, día 8.° del ciclo
ovulatorio. Núcleo central
formado por células estroma-
les agrupadas y una zona
periférica de células glandula-
res.
núcleo central de células estromales (fig. 17). Otras veces pueden aparecer co-
mo grupos de células endometriales glandulares, sin células estromales. Estos
grupos son menos compactos y ofrecen la oportunidad d e observar individual-
mente estas células. Suelen adoptar una forma redondeada o ligeramente alar-
gada y frecuentemente revelan vacuolas citoplasmáticas q ue p ued en llegar a
desplazar el núcleo hacia la periferia (fig. 18). Ocasionalmente, estas vacuolas
contienen leucocitos polimorfonucleares. Lo s núcleos son regulares, redondos
u ovales y albergan finos gránulos de cromatina. Su tamaño nunca es mayor a
los núcleos de las células escamosas intermedias o parabasales. Eventualmen -
te, las células endometriales se presentan degeneradas, mostrando variaciones
en el tamaño nuclear más que en la forma y la cromatina puede estar conden-
sada en la periferia.
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Figura 19. Éxodo. Células
endometriales (A) junto a
un cortejo de células de
hábito histiocítico (B).
MACRÓFAGOS O HISTIOCITOS
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Figura 20. Histiocitos
gigantes multinuclea-
dos.
Papanicolaou se tiñe débilmente de color verde grisáceo. Los núcleos son ovales o arri-
ñonados, excéntricos, con cromatina finamente granular y membrana nuclear fina pero
bien definida. E n ocasiones pueden presentarse formando células gigantes multi-
nucleadas de tipo cuerpo extraño (fig. 20).
La presencia de histiocitos y células endometriales en citologías cérvico-vaginales
de mujeres postmenopáusicas constituye un marcador de patología endometrial. Sin
embargo, la aparición aislada de histiocitos multinucleados en frotis atróficos de la me-
nopausia es relativamente frecuente y no es indicativo de patología endometrial.
LEUCOCITOS
DIAGNÓSTICO HORMONAL
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lares relacionados co n la función ovárica q ue se presentan e n vulva, vagina y
cuello uterino a lo largo del ciclo menstrual. Estas aportaciones se consideran
las primeras en el diagnóstico hormonal por medio de la citología. Sin embargo,
la citología hormonal no se desarrolla hasta después del establecimiento d e la
citología cérvico-vaginal co mo método de detección y diagnóstico d e la pato-
logía cérvicouterina después de los trabajos pioneros de Papanicolaou.
Con ciertas limitaciones, la citología vaginal establece la situación hormo-
nal y la función ovárica desde la pubertad hasta la menopausia. También puede
ser utilizada para estimar la fecha de ovulación, la disfunción ovárica, la fun-
ción placentaria y la respuesta y seguimiento de un tratamiento hormonal.
La valoración hormonal se basa en las influencias de las hormonas esteroi-
des sobre el epitelio escamoso de la vagina y, por tanto, sobre las células desca-
madas.
Sobre el epitelio adulto, los estrógenos tienen una acción trófica de creci-
miento y maduración, propiciando extendidos citológicos mu y ricos en células
superficiales picnóticas, con tendencia a la eosinofilia, alcanzando cotas de has-
ta el 8 0 %. El frotis es limpio, sin leucocitos ni lactobacilos. L a progesterona
posee una acción más débil sobre la maduración que los estrógenos, manifes-
tándose en el frotis por la descamación d e los estratos intermedios, caracteri-
zados por células cianófilas, aumento d e glucó geno intracitoplasmático, ten-
dencia al agrupa-miento y a las plegaduras citoplasmáticas, junto con la apari-
ción d e las denominadas células naviculares, observadas frecuentemente d u-
rante el embarazo.
Para el diagnóstico hormonal, la muestra debe obtenerse en el tercio me-
dio de la pared lateral de la vagina, obteniéndose un frotis limpio y representati-
vo. N o se considera adecuada la to ma procedente del fondo d e saco vaginal,
general-mente contaminada, lo que dificulta la interpretación citomorfológica.
No deben aparecer células glandulares ni de metaplasia que indican que la to-
ma no pertenece a la cara lateral de la vagina. Para una correcta valoración de
la citología hormonal es imprescindible una detallada información clínica:
edad, día del ciclo menstr ual en q ue se t o mó la muestra, d uració n del ciclo,
tipo menstrual, si existe embarazo o menopausia, administración ho rmo nal y
tipo de tratamiento.
El méto d o d e tinción má s adecuad o es el d e Papanicolaou, eficaz po r sí
solo en la valoración citohormonal, o puede acompañarse de otros métodos
como el recomendado por Rakoff o el examen con microscopía d e contraste de
fases.
La evaluación citohormonal es una valiosa herramienta para el manejo de
pacientes con patología ginecológica d e base endocrina. A pesar de sus limita-
ciones y del exacto conocimiento actual d e los valores de las ho rmo nas este-
roideas en sangre, la citología sigue siendo una técnica rápida, de bajo coste y
relativamente fiable en la valoración hormonal.
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ÍNDICES DE VALORACIÓN HORMONAL
Índice cariopicnótico
Índice de eosinofilia
Índice de plegamiento
Índice de agrupamiento
Índice de maduración
Valor de maduración
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Índice de agrupamiento (Wied)
Relación de grupos de más de cuatro células con respecto a las células aisla-
das o agrupaciones menores. Este índice es siempre paralelo al de plegamiento e
indica estímulo progesterónico.
Índice de plegamiento Relación entre células maduras plegadas y extendidas sin tener
en cuenta la coloración citoplásmica ni el aspecto nuclear
Índice de agrupamiento Relación de grupos de cuatro o más células con respecto a las
aisladas o grupos menores
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PATRONES HORMONALES FISIOLÓGICOS
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Citología vaginal del ciclo sexual normal
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inicialmente agrupadas, plegadas y degeneradas, comienzan a partir del 4.°-5.° día a mos-
trarse menos agrupadas y con citoplasmas mejor conservados.
Los días 11 al 15 comprenden la fase ovulatoria caracterizada por frotis muy lim-
pios, sin leucocitos ni flora bacteriana. Hay un claro predominio de células superficiales
con amplios citoplasmas extendidos, acidófilos, con ocasionales gránulos de queratohiali-
na alrededor del núcleo y núcleos picnóticos (figs. 2, 3, 4). Las células tienden a disponer-
se de manera aislada. Estos hallazgos adquieren su máximo desarrollo coincidiendo con la
ovulación. En ocasiones se pueden observar hematíes (hemorragia microscópica inter-
menstrual o signo de Hartman) y cuando se acompaña de un discreto dolor abdominal es
sugestivo de ovulación. Justo antes o coincidiendo con la ovulación hay abundante moco
que cristaliza en forma de helecho y, ocasionalmente, se puede observar pequeñas promi-
nencias en los núcleos desnudos de las células endocervicales.
La fase secretora comienza alrededor del día 16 del ciclo. En plena fase lútea predomi-
nan claramente las células intermedias de citoplasmas cianófilos, densos y plegados, que
tienden a disponerse en conglomerados (figs. 7 , 8). No es raro observar ocasionales célu-
las naviculares. Cuando los niveles de progesterona empiezan a disminuir como conse-
cuencia de la degeneración del cuerpo lúteo y comienza la aparición de nuevos folículos en
desarrollo, se aprecia una ligera acción estrogénica. Por tanto, en esta fase el índice picnó-
tico desciende hasta cifra del 10% aunque, por lo anteriormente expuesto, antes de la
menstruación es frecuente observar una pequeña elevación del índice picnótico y eosinofíli-
co.
Al final del ciclo o fase progestacional final, el frotis alberga células inflamatorias,
gran cantidad de lactobacilos y citólisis que hacen difícil visualizar con detalle la celulari-
dad (fig. 10).
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Citología del embarazo
Durante el primer trimestre del embarazo, las hormonas provienen inicialmente del
cuerpo lúteo y después, a principios del 4.° mes, de la placenta (trofoblasto). La moderada
actividad estrogénica mantenida durante el primer trimestre disminuye gradualmente por
el efecto de la progesterona producida por la placenta.
Durante el primer trimestre, la imagen citológica del embarazo normal prác-
ticamente no varía de la fase secretora del ciclo menstrual o de la imagen citológica
secundaria a la administración de progestágenos exógenos.
En general, el frotis del embarazo se caracteriza por el predominio de células inter-
medias dispuestas en grupos muy compactos y por una cantidad variable de células na-
viculares. La presencia de células naviculares no siempre es diagnóstica de embarazo ya
que pueden encontrarse en ciclos menstruales normales, frotis intermedios de la meno-
pausia y en situaciones que cursan con disminución de estrógenos o aumento de proges-
terona. Teniendo en cuenta que las células naviculares e intermedias son ricas en glucó-
geno, y por tanto predispuestas a ser lisadas por los bacilos de Döderlein, es lógico el
alto porcentaje (aproximada-mente el 30%) de frotis citolíticos durante la fase de estabi-
lización (segundo y tercer trimestre) del embarazo.
Cualquier cambio en la población celular puede indicar un signo de alarma. Así, un
incremento en más del 10% del índice cariopicnótico o eosinofílico aso-ciado a la des-
aparición de las células naviculares puede sugerir amenaza de aborto. Sin embargo, en
casos de amenaza de aborto o aborto en curso no se han observado cambios específicos
en el frotis citológico o se han expresado como extendidos inflamatorios, hemáticos y,
eventualmente, con elementos del sincitiotrofoblasto. En cambio, un frotis atrófico du-
rante el embarazo significa una insuficiencia placentaria, provocando una grave reper-
cusión fetal.
Durante el embarazo, las células endocervicales pueden estar aumentadas en número,
tamaño y, ocasionalmente, los núcleos pueden ser granulares y prominentes.
Alrededor de 10 días tras el parto, el patrón citológico se caracteriza por la presen-
cia de leucocitos polimorfonucleares e histiocitos, seguido por el predominio de células
parabasales redondas u ovales. Los citoplasmas de estas células son cianófilos y contie-
nen abundante glucógeno, los bordes citoplasmáticos están engrosados y los núcleos
son grandes, de formas variables, en posición excéntrica y menos densos que los de las
parabasales normales (células del post-parto). Después de la segunda semana, las células
postparto adquieren la apariencia de células parabasales normales. Estas células derivan
de la capa parabasal del epitelio que se hiperplasia durante el embarazo y se exfolia tras
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
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el nacimiento. Aproximadamente un tercio de los casos no muestra estas células y pue-
den observarse patrones muy distintos incluyendo cambios inflamatorios y reparativos
si el cérvix se ha dañado durante el parto.
Durante la lactancia y los meses antes del retorno de la menstruación, el patrón
citológico está dominado por las células parabasales. En general, el aspecto cíclico de la
citología vaginal se recupera aproximadamente antes del cuarto mes después del parto.
Un patrón atrófico pasado este periodo puede ser secundario a alteraciones hormonales
del postparto.
Células deciduales
Las células deciduales pueden identificarse en raras ocasiones, sólo cuando existen
cambios deciduales en el cérvix. Las células son grandes, mononucleadas, con abundan-
te citoplasma acidófilo o basófilo y núcleo único, vesicular y voluminoso, albergando
nucléolos fácilmente reconocibles. Ocasionalmente, el núcleo puede ser hipercromático
cuando proceden de células deciduales degeneradas. Este tipo de células pueden dispo-
nerse aisladas o en grupos.
Células trofoblásticas
Las células trofoblásticas de tipo sincitial muy rara vez pueden visualizarse en el
frotis de un embarazo normal, pero pueden aparecer en caso de aborto. Las células son
grandes, irregulares, acidófilas o basófilas, multinucleadas, con núcleos densos de textu-
ra granular. Células de morfología similar pueden observarse en el coriocarcinoma.
Células de Arias-Stella
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Células del vérmix caseoso
Citología de la menopausia
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Se han descrito durante la menopausia dos principales efectos sobre las células parabasa-
les: uno es el uniforme aumento del tamaño celular con una decoloración grisácea de los
núcleos degenerados, el segundo efecto consiste en la aparición de una marcada acidofi-
lia citoplasmática y cariopicnosis (atrofia roja). Los dos cambios celulares pueden apare-
cer simultáneamente; sin embargo, la aparición de uno u otro efecto por separado es la
norma. La denominada atrofia roja se asocia más frecuentemente con vaginitis.
En los frotis atróficos las células endocervicales son muy escasas o están ausentes.
Cuando aparecen se muestran de menor tamaño, conservando la configuración columnar.
El núcleo, aunque de tamaño normal, puede ser hipercromático.
Ocasionalmente, en la menopausia tardía, pueden observarse glóbulos redondeados
u ovales que se tiñen intensamente de azul oscuro con Papanicolaou (glóbulos azules).
En ocasiones el centro de los glóbulos es más denso que la periferia dando la falsa impre-
sión de una célula hipercromática y, cuando son numerosos, puede ser una potencial
fuente de errores diagnósticos al confundir-los con células neoplásicas. Los glóbulos azu-
les tienen un tamaño y una forma muy similar a las células parabasales y pueden corres-
ponder a células muertas, conglomerados de bacterias o acúmulo de moco denso, que se
tiñen intensa-mente con la hematoxilina. Histiocitos ocasionalmente multinucleados pue-
den estar presentes en frotis atróficos avanzados sin significado patológico.
En un porcentaje en torno al 9% de mujeres menopáusicas se mantienen moderados
niveles de actividad estrogénica y, por tanto, una descamación de células superficiales. El
hecho de que la ooforectomía no siempre produzca un patrón atrófico apoya el concepto
de que la corteza suprarrenal podría ser la responsable de la actividad estrogénica.
En resumen, la expresión citológica de la menopausia es variable y puede revelar:
Extendidos con actividad estrogénica.
Extendidos intermedios.
Extendidos atróficos.
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
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pueden llegar a causar una marcada citólisis. Los extendidos de tipo intermedio en la
mujer postmenopáusica oscilan entre un 30 y un 60% de los casos.
Los extendidos atróficos se caracterizan por una significativa disminución de la
maduración epitelial y están constituidos por células predominantemente para-basales.
Estas células, como se ha descrito anteriormente, tienen una morfología redondeada, con
núcleos voluminosos e hipercromáticos, alternando con otras células que exhiben eviden-
tes signos de degeneración nuclear, cariorrexis y picnosis. Las células se disponen aisla-
damente o en grupos sincitiales. Los frotis atróficos frecuentemente se acompañan de
abundantes elementos inflamatorios, restos celulares y, ocasionalmente, de flora micro-
biana patógena. La frecuencia de frotis atrófico en la población postmenopáusica oscila
entre el 25 y el 60%.
EVALUACIÓNCITOHORMONAL SEGÚNBETHESDA
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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De Papanicolaou a Bethesda Citología cervico-
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
De Papanicolaou a Bethesda Nomenclatura de las
lesiones cervicales
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NOMENCLATURA
DE LAS LESIONES CERVICALES
Concepto precursores
Sistemade displasia-carcinoma in situ (CIS)
Neoplasia intraepitelial cervical (NIC-CIN)
Lesión intraepitelial escamosa (LIP-SIL)
Sistema Bethesda (2001)
Cuadro comparativo de clasificaciones
Bibliografía recomendada
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
De Papanicolaou a Bethesda Nomenclatura de las
lesiones cervicales
CONCEPTOS PRECURSORES
En 1910, Rubin (Nueva York) habla de cáncer incipiente para nominar el con-
cepto de transformación neoplásica confinada al espesor del epitelio. En 1912, Schot-
tlánder y Kermauner (Berlín) utilizan el término de carcinoma temprano para designar
los cambios que observaban en el epitelio adyacente al carcinoma cervical invasor.
Veinte años mas tarde (1932), Broders (Nueva York), basándose en su experiencia en
Dermatopatología, emplea el de carcinoma in situ (CIS) al describir este cuadro histo-
lógico. Otros términos utilizados fueron el de enfermedad de Bowen cervical por Le-
céne (París), también en 1932, y el de carcinoma intraepitelial no invasor por Galvin y
Te Linde (Nueva York) en 1933. Pese a esta proliferación de sinónimos, el término
acuñado por Broders es el que ha permanecido para designar estas lesiones, caracteri-
zadas por la completa sustitución del epitelio por células anómalas semejantes a las
células del carcinoma invasivo. Es de resaltar que, de forma paradójica, en el trabajo
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
De Papanicolaou a Bethesda Nomenclatura de las
lesiones cervicales
inicial del afortunado Broders no figuraba la localización cervical dentro de los ejem-
plos de CIS.
Para solventar estos problemas, Richart (Nueva York), en 1967, propuso el término de
neoplasia intraepitelial cervical (NIC-CIN) con tres grados progresivos (1, 2, 3), inclu-
yéndose en el grado 3 la displasia grave y el CIS de la clasificación anterior. La ventaja
principal sobre ésta es el reconocimiento de la unidad del proceso patológico, lo cual
conlleva una relación con las técnicas terapéuticas. Esta clasificación ha sido considera-
da bastante adecuada durante más de 20 años y por lo tanto la más utilizada internacio-
nalmente. No obstante, un número creciente de publicaciones señalaron el hecho de la
sorprendentemente baja seguridad diagnóstica, tanto en material citológico como histo-
lógico, en la parte menos severa del espectro. Se sugirió, por lo tanto, que este siste-
ma de gradación debía ser modificado y sustituido por un sistema binario que segre-
gara los procesos con atipia celular muy discreta de aquéllos con atipia franca.
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LESIÓN INTRAEPITELIAL ESCAMOSA (LIP-SIL)
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lesiones cervicales
SISTEMA BETHESDA 2001
CALIDAD DE LA MUESTRA
Satisfactoria para evaluación
Agregar un "indicador de calidad" (presencia de material de la zona de trans-
formación, flora, etc.).
Insatisfactoria para evaluación
Muestra rechazada (especificar causa).
Muestra procesada y examinada pero insatisfactoria por... (especificar causa).
LECTURA AUTOMATIZADA
En caso de realizar lectura automatizada, especificar instrumento y resultado.
TÉCNICAS AUXILIARES
Breve descripción de las técnicas auxiliares empleadas e informe del resultado de ma-
nera que sea fácilmente comprensible por el clínico.
RESULTADO / INTERPRETACIÓN
Negativo para lesiones intraepiteliales o malignidad
Se utiliza esta categoría cuando no hay evidencia de neoplasia, independientemente de si
se observan, o no, microorganismos u otros hallazgos no neoplásicos.
Microorganismos
Trichomonas vaginalis.
Organismos micóticos morfológicamente compatibles con Candida.
Cambio en la flora sugestivo de vaginosis bacteriana.
Bacterias morfológicamente compatibles con Actinomyces.
Cambios celulares compatibles con virus herpes simplex.
Otros hallazgos no neoplásicos (es opcional el informarlos)
Cambios reactivos celulares asociados con:
• Inflamación (incluye reparación típica).
• Radiación.
• Dispositivo intrauterino (DIU).
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lesiones cervicales
En células escamosas
Células escamosas atípicas:
• De significado indeterminado (ASC-US).
• No puede excluirse H-SIL (ASC-H).
Lesión intraepitelial escamosa de bajo grado (L-SIL) comprendiendo:
• Displasia leve/CIN 1.
• PVH.
Lesión intraepitelial escamosa de alto grado (H-SIL) comprendiendo:
• Displasia moderada, severa y CIS/CIN 2 y 3.
• Con caracteristicas sugestivas de invasión (si se sospecha invasión).
Carcinoma epidermoide.
En células glandulares
Células atípicas:
• Endocervicales (NOS o especificar en comentarios).
• Endometriales (NOS o especificar en comentarios).
• Glandulares (NOS o especificar en comentarios).
Células atípicas, sugestivas de neoplasia:
• Endocervicales.
• Glandulares.
Adenocarcinoma endocervical in situ.
Adenocarcinoma:
• Endocervical.
• Endometrial.
• Extrauterino.
• No específico (NOS).
Otras neoplasias malignas (especificar).
Otros
Células endometriales (en mujer mayor de 40 años).
Recomendaciones (opcional)
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lesiones cervicales
Como se observa en la clasificación, el apartado "lesión de alto grado" incluye el
término de displasia moderada (CIN 2) y los de displasia severa y carcinoma in situ (CIN
3), recogiéndose, de esta forma, la premisa básica sugerida para simplificar el sistema de
tres grados propuesto por Richart. Por otra parte, el apartado "lesión de bajo grado" inclu-
ye la displasia leve (CIN1) y los cambios celulares asociados a infección por PVH (ver
cuadro), existiendo sólidos argumentos a favor de esta agrupación, ya que ambas lesiones
presentan la misma tasa de progresión y regresión y, también en ambas, los tipos de PVH
aislados son similares.
El término "lesión" en lugar de "neoplasia", aunque etimológicamente es poco espe-
cífico (significa "cualquier daño"), es utilizado para resaltar el potencial biológico incierto
del proceso.
Las consideraciones sobre otra de las aportaciones importantes del sistema Bethesda,
el término "atipia escamosa indeterminada-ASCUS", se comentarán en el capítulo de le-
siones intraepiteliales.
Como se comprueba también en el apartado de "anomalías celulares epiteliales", el
término AGUS (células glandulares atípicas de significado indeterminado) de la versión
anterior ha sido sustituido en la de 2001 por el de "células glandulares atípicas" solamente,
con ello desparece esta sigla de sonido gutural no demasiado eufónico, lo cual es un motivo
de satisfacción, evitandose la confusión con ASC-US.
Por último, es preciso comentar que aparte de la elaboración de este sistema de no-
menclatura, la opinión unánime de los expertos reunidos en Bethesda fue indicar que el
informe citológico es un acto médico cuyo responsable final es el especialista citopatólo-
go.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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De Papanicolaou a Bethesda Nomenclatura de las
lesiones cervicales
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2002.
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De Papanicolaou a Bethesda Citología de los cam-
bios celulares benignos
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CITOLOGÍA DE LOS CAMBIOS
CELULARES BENIGNOS
César Lacruz Pelea
Microorganismos
Bacilos de Dóclerlein
Tricomonas (Trichomonas vaginalis)
Organismos micóticos compatibles con Cándida
Bacterias morfológicamente compatibles con Actinomyces
Cambio en la flora vaginal sugestivo de vaginosis bacteriana
Cambios celulares asociados con virus herpes
Procesos infecciosos causados por otros organismos
Leptotrichia buccalis
Cocos
Chlamydia trachomatis
Citomegalovirus
Oxiuros (Enterobius vermicularis)
Cambios celulares asociados a inflamación
Cervicitis crónica folicular (linfocítica)
Reparación típica
Cambios atróficos
Cambios celulares relacionados con terapia (radioterapia, quimioterapia,
displasia postradiación, electroterapia, crioterapia y asa de diatermia)
Cambios celulares asociados a DIU
Alteraciones en células glandulares
Alteraciones en células escamosas
Alteraciones celulares de tipo indeterminado
Otros cambios celulares benignos
Hiperqueratosis y paraqueratosis
Alteraciones celulares en el embarazo
Bibliografía recomendada
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bios celulares benignos
MICROORGANISMOS
Tanto el cérvix uterino como la vagina, por sus especiales características de calor y
humedad, pueden albergar una gran variedad de microorganismos que abarcan toda la
escala microzoológica incluyendo protozoos, hongos, bacterias y virus. La mayoría se
comportan como patógenos produciendo inflamación e infección locales, mientras que
otros como el Iactobacillus (bacilo de Döderlein) se consideran flora habitual normal.
La tinción de Papanicolaou, pese a ser un método citológico y no bacteriológico, permi-
te la visualización de un determinado número de estos gérmenes o de las alteraciones
celulares producidas por ellos, lo que ha permitido hacer una clasificación morfológica
de infecciones cérvico-vaginales de gran utilidad clínica, ya que se calcula en un 15% la
tasa global de este tipo de infecciones entre la población ginecológica. En nuestro me-
dio las más frecuentes son las producidas por flora cocobacilar (vaginosis) y flora micóti-
ca, seguida en menor proporción de trichomonas y otros gérmenes. En ocasiones, va-
rios de estos microorganismos pueden coincidir ocasionando infecciones mixtas con
más de un germen causal. Son frecuentes las asociaciones entre vaginosis cocobacilar,
trichomonas y hongos. Existen también factores predisponentes para algunos tipos de
infecciones, tales como el embarazo y la diabetes para hongos y la presencia de DIU
para Actinomyces. Concretamente, este último germen sólo se encuentra en mujeres
portadoras de DIU u otro cuerpo extraño en el tracto genital. Asimismo, es preciso des-
tacar que el diagnóstico de infección cérvico-vaginal reviste una gran importancia ya que
algunos de estos casos, si no son tratados, pueden complicarse con procesos inflamato-
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bios celulares benignos
Figura 1. Bacilos de Döderlein. Típica morfología Figura 2. Frotis citolítico. Núcleos desnudos y res-
bacilar alargada en forma"palitos o bastones". tos citoplásmicos secundarios a la de acción citolí-
tica de los lactobacilos.
BACILOS DE DÓDERLEIN
Los bacilos de Döderlein —nombre del ginecólogo de Leipzig que los des-
cribió por primera vez en 1 8 9 2 — constituyen el componente principal d e la
flora vaginal normal durante el periodo reproductivo y no están incluidos como
una categoría específica en la clasificación de Bethesda. Constituyen un grupo
heterogéneo de bacilos gram-positivos, la mayoría de los cuales pertenecen a la
especie Lactobacillus acidophilus, aunque en algunos casos son de tipo Coryne-
bacterium con morfología difteroide.
El Iactobacillus muestra comúnmente una morfología bacilar alargada, co-
mo palitos o bastones (fig. 1), aunque pueden observarse formas más cortas o
por el contrario muy alargadas (pseudomicelios) por acoplamiento longitudinal
de varios de ellos. Se asocian a un pH vaginal ácido, con citólisis de las células
intermedias y transformación del glucógeno citoplásmico en ácido láctico. Las
células superficiales se muestran, no obstante, resistentes a la acción citolítica
bacilar. El predominio de células intermedias (embarazo, segunda mitad del
ciclo) pueden favorecer una citólisis exagerada, observándose un extendido de
núcleos desnudos, fragmentos citoplásmicos y abundantes bacilos denominado
frotis citolítico (fig. 2).
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espermicidas reducen dicha incidencia. Se asocia co n una prevalencia alta de
otras enfermedades d e transmisión sexual y facilita, asimismo, la transmisión
del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
La sensibilidad del métod o de Papanicolaou para su identificación es del
60-70%. Trichomona vaginalis es un protozoo de 15-30 milimicras y morfología
piriforme cuando está bien conservado, aunque una vez fijado adopta una forma
redondeada u oval. El citoplasma es cianófilo o grisáceo y p ued e mostrar un
fino granulado eosinófilo. El núcleo es pálido y situado excéntricamente adop-
tando una forma oval alargada. El flagelo, que le permite una gran movilidad en
preparaciones húmedas, rara vez se ve en material fijado (fig. 3). El aspecto gene-
ral del frotis es sucio, co n abundantes polinucleares y constantes alteraciones
celulares consistentes en pseudoeosinofilia, halos perinucleares y un aumento
moderado del tamaño nuclear (fig. 4). Cuando las alteraciones observadas son
más importantes y se sospecha una lesión intraepitelial, es aconsejable pedir una
nueva toma citológica tras tratamiento de la infección.
Desde el punto d e vista clínico, esta última se pone de manifiesto por in-
tenso prurito, dispareunia y disuria, junto con la presencia de leucorrea espumo-
sa. Las pacientes pueden ser también portadoras asintomáticas con reservorio en
vagina y glándulas periuretrales. En el varón, el organismo puede colonizar
próstata y vesículas seminales, habiéndose descrito la presencia del mis mo en
muestras citológicas de orina.
Figura 3. Trichomonas. En este caso se observa abun- Figura 4. Trichomonas. La presencia de un núcleo
dantes organismos con punteado rojizo citoplásmico. excéntrico, mal definido y de morfología ovoide, es
un dato de gran valor diagnóstico.
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Figura 5. Cándida. Obsérvese la presencia tanto de Figura 6. Cándida. Los esporos micóticos aparecen
pseudohifas como de esporos. rodeados de un característico halo claro.
Figura 7. Cándida.
Las células escamosas
aparecen agrupadas alrededor
de dos largos micelios
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Figura 8. C. Glabrata.
Esporos de pequeño
tamaño agrupados en
el centro de la imagen.
todo de Papanicolaou. No obstante, los esporos de C. Glabrata son de tamaño más peque-
ño, con tendencia a la agrupación, y no suelen acompañarse de formas miceliares (fig. 8).
Esta especie de candida, por ser más resistente a los derivados azólicos que C. Albicans,
puede estar implicada en episodios de candidiasis vulvo-vaginal recurrente.
Las vaginitis micóticas producen por lo general intenso prurito junto con leucorrea
espesa blanquecina cuyo aspecto se ha comparado con el de la leche fermentada.
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Figura 9. Actinomyces.
Colonia con típica
morfología en "grano de
azufre" de un absceso
tubo-ovárico. En raras
ocasiones estos
microorganismos
provocan invasión
tisular con el resultado
de graves inflamaciones
pélvicas.
"bolas de algodón") (fig. 10). El centro de los acúmulos es más denso y opaco,
observándose mejor la naturaleza filamentosa del organismo en la periferia (fig.
11). En ocasiones, estos acúmulos se asocian a un denso exudado inflamatorio
que se dispone en forma de corona alrededor de los mismos ("granos de azufre")
(fig. 12).
Figura 10. Organismos compatibles con Acti- Figura 11. Organismos compatibles con Acti-
nomyces en una extensión citológica de una nomyces. Obsérvese la disposión filamentosa
paciente portadora de dispositivo intrauterino. radial en la periferia de la colonia.
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Figura 12. Organismos
compatibles con
Actinomyces en una
extensión citológica con
acusada reacción
inflamatoria. La colonia
adopta una morfología
en "grano de azufre".
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Figura 14. Vaginosis
bacteriana y trichomonas.
Una de las asociaciones
microbianas más
frecuentes.
Figura 15. Numerosas células multinuclea- Figura 16. En este caso, puede observarse como
das con efecto citopático por herpes virus. en varios núcleos aparecen inclusiones intranu-
Obsérvese el aspecto esmerilado nuclear y cleares eosinófilas típicas de la infección herpéti-
el denso exudado inflamatorio. ca.
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Figura 17. Corte histológi-
co de una lesión herpética
cervical. Las células epite-
liales en la superficie de la
lesión muestran volumino-
sas inclusiones intranu-
cleares.
del 80% de los casos son producidos por el serotipo 2 (HVS-2), mientras que el serotipo
1 (HVS-1) es el responsable del 20% restante.
Las alteraciones citológicas diagnósticas consisten en cambios nucleares con dos
patrones: aspecto gelatinoso o en "cristal esmerilado" con refuerzo de la membrana nu-
clear por marginación de la cromatina; o inclusiones eosinófilas intranucleares rodeadas de
halo claro. Estos cambios nucleares son diagnósticos tanto en células mononucleadas como
en las típicas multinucleadas que no siempre se ven (figs. 15 y 16). En fase aguda, el exu-
dado inflamatorio de predominio polinuclear es muy intenso. A estas alteraciones celula-
res descritas pueden asociarse otras de carácter inespecífico, de tipo reparativo, originadas
por la regeneración epitelial de la ulceración (fig. 17) y que es preciso no confundir con
lesiones intraepitelilaes.
Una amplia variedad de organismos que no se incluyen dentro de una categoría espe-
cífica en la clasificación de Bethesda pueden ser también identificados en extensiones
cérvico-vaginales, aunque su escasa frecuencia o la poca fiabilidad de su diagnóstico mor-
fológico no han justificado su inclusión. A continuación se comentan los más importantes:
Leptotrichiabuccalis
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Figura 18. Leptotrichia.
Características estructura
filamentosas alargadas.
Cocos
Chlamydia trachomatis
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Figura 19. Cocos. Acúmu-
los de flora cocácea junto
con un denso exudado
inflamatorio de
polinucleares.
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Figura 21. Cuerpos
de inclusión cito-
plásmicos en célu-
las metaplásicas
sugestivos de infec-
ción por Chlamydia.
Citomegalovirus
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Figura 22. Citomegalovi-
rus. Células endocervica-
les mostrando típicas
inclusiones intranucleares
rodeadas de un halo claro.
Estas inclusiones son
mucho más grandes que
las asociadas a herpes
virus.
extendido entre la población escolar, donde se dan altas tasas de incidencia, pudiendo
afectar también a los adultos con falta de higiene. La hembra grávida alcanza al atarde-
cer la ampolla rectal y, franqueando activamente el esfínter anal, se fija a los pliegues
radiales de los márgenes del ano depositando sus huevos y produciento el típico e inten-
so prurito vespertino. En ocasiones, esta puesta alcanza también la región vulvar y vagi-
nal produciendo vulvovaginitis edematosas y purulentas.
En el extendido, y sobre un contexto inflamatorio, se identifican los característicos
huevos alargados, de 50-60 micras, asimétricos y con el embrión en su interior (fig. 23).
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CAMBIOS CELULARES ASOCIADOS A INFLAMACIÓN
VAGINITIS NO INFECCIOSAS
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CERVICITIS CRÓNICA FOLICULAR (LINFOCÍTICA)
REPARACIÓNTÍPICA
Figura 26. Cervicitis crónica folicular. Se observan Figura 27. Corte histológico de un proceso reparativo
numerosas células linfoides junto con dos macrófagos cervical. El epitelio, en este caso, adopta un aspecto
con restos fagocitados citoplásmicos en el centro de la sincitial con migración de polinucleares a su través.
imagen.
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Figura 28. Acumulo laxo celular procedente de un Figura 29. Cambios celulares típicos de proceso
proceso reparativo epitelial en una toma cervical. reparativo epitelial. Obsérvese el aspecto sincitial del
Obsérvese los núcleos voluminosos connucléolos grupo celular y la presencia de frecuentes nucléolos
prominentes. prominentes.
CAMBIOS ATRÓFICOS
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Figura 31. Vaginitis
atrófica con presen-
cia de células dis-
queratósicas.
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Figura 32. Cambios celulares postradiación. For- Figura 33. Cambios celulares postradiación.
mas celulares abigarradas y pleomórficas con Agrandamientos nucleares junto con bi y multi-
vacuolización y policromatofilia citoplásmicas. nucleación.
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Figura 34. Atipia glandu-
lar por dispositivo intrau-
terino. Pequeño grupo
de epitelio glandular con
vacuolización y agran-
damiento nuclear. Estas
alteraciones pueden
semejar un adenocarci-
noma.
Figura 35. Atipia glandular por dispositivo intrau- Figura 36. La presencia de un dispositivo in-
terino. En algunos casos, como puede verse, el trauterino se asocia en ocasiones con la apari-
acúmulo de moco da al grupo un aspecto hinchado ción de células de metaplasia inmadura con
o globoide
citoplasmas multivacuolados de aspecto espu-
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Figura 37. Atipia escamosa
por dispositivo intrauterino.
Célula escamosa de tipo
metaplásico con larga
prolongación citoplásmica
que le da un aspecto "en
cometa".
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en el tercero. Para distinguirlas de estos procesos, aparte del dato clínico de utilización de
DIU, es útil saber que aparecen en un número muy escaso de células y que pueden coexis-
tir, en un mismo extendido, tipos de alteraciones pertenecientes a cualquiera de estos tres
grupos. Por otra parte, la cromatina en todos ellos suele mostrar un aspecto borroso y de-
generativo, diferente del observado en las lesiones malignas o premalignas.
HIPERQUERATOSIS Y PARAQUERATOSIS
noFigura 39. Hiperqueratosis cervical en corte Figura 40. Paraqueratosis cervical en corte his-
histológico. Obsérvese una gruesa capa hiper- to-lógico con presencia de células superficiales
queratósica sobre la granulosa. queratinizadas y con núcleo.
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Figura 41. Evidencia de hiperqueratosis por la pre- Figura 42. Grupo compacto de células paraque-
sencia de escamas córneas en la extensión citológica ratósicas de núcleos picnóticos junto con células
cervical. intermedias normales.
gófilas por su alto contenido en queratina (fig. 41). Para asegurar el diagnóstico
es necesario descartar la contaminación con material vulvar.
La paraqueratosis, que es un proceso similar, puede darse de forma aislada
o coincidir con hiperqueratosis, caracterizándose por la presencia de placas la-
minares de células escamosas queratinizadas de pequeño tamaño y núcleo picnó-
tico (fig. 42). Estas células, agrupadas y sin alteraciones nucleares manifiestas,
no deben ser confundidas con las células disqueratósicas d e núcleo atípico aso-
cia-das a la infección por PVH.
Los cambios celulares que pueden ocurrir asociados a embarazo son, como
se ha comentado en el primer capítulo, la transformación decidual de las células
estro-males y la atipia deArias-Stella que afecta al epitelio glandular. Tanto uno co-
mo otro cambio ocurren fundamentalmente en el endometrio y por lo tanto con
pocas probabilidades de que aparezcan en una triple toma, pero pueden también
afectar al cérvix siendo más fácil en este caso su presencia en extensiones ruti-
narias.
Las células deciduales son grandes, poligonales, de abundante citoplasma y
núcleo también grande con nucléolo prominente. Suelen descamar en forma de
placas compactas (figs. 43 y 44). Este tipo de asociación celular, la ausencia de
hipercromatismo y la presencia d e nucléolos, son suficientes para distinguirlas
de las lesiones intraepiteliales. S u distinción con el epitelio reparativo puede ser
más difícil pero carece de significación clínica.
La reacción o atipia de Arias-Stella endocervical se caracteriza por la presencia
de células columnares atípicas de gran tamaño, con núcleos irregulares, grandes
e hipercromáticos, pudiendo confundirse fácilmente con adenocarcinoma. La
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Figura 43. Decidualización de las células estromales del Figura 44. Placa de células deciduales poligomales y de
cérvix durante el embarazo en corte histológico. núcleos amplios en extensión citológica.
BIBLIOGRAFÍARECOMENDADA
Figura 45. Atipia de Arias-Stella endocervical. Las células Figura 46. Atipia de Arias-Stella endocervical en extensión
prismáticas propias del epitelio endocervical aparecen celular. Típica célula transformada con morfología "en
transformadas mostrando citomegalia, morfología "en raqueta" que, en escaso número, aparecen entre células
raqueta" y núcleos voluminosos. intermedias de aspecto normal.
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
De Papanicolaou a Bethesda Citología de los cam-
bios celulares benignos
Gupta PK. Intrauterine contraceptive device: vaginal cytology, pathologic changes and
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De Papanicolaou a Bethesda Citología de las lesiones
intraepiteliales escamosas
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CITOLOGÍA DE LAS LESIONES
INTRAEPITELIALES ESCAMOSAS
César Lacruz Pelea
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intraepiteliales escamosas
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LESIONES INTRAEPITELIALES ESCAMOSAS (LIP/SIL)
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intraepiteliales escamosas
Figura 2. Biopsia cervical mos trando una lesión Figura 3. Biopsia cervical mostrando una lesión
intraepitelial d e alto grado (C IN 2). S e obs erva intraepitelial d e alto grado (C IN 3) con pérdida
que las alteraciones se extienden hasta estratos de la polaridad e hiperplasia y atipias celulares
intermedios. que abarcan todo el espesor epitelial.
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CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS E HISTOLÓGICAS DE LAINFECCIÓNPOR PVH
Los papilomavirus (PV) son virus DNA de la familia PAPOVA, designada así al
combinar las primeras letras de cada uno de sus géneros mayores (PApilomavirus, POlio-
mavirus y virus VAcuolizante de los simios). Todos los PV son virus pequeños que se
replican en el núcleo de las células susceptibles (epiteliales), siendo patógenos para dife-
rentes especies de mamíferos en los que producen tumoraciones que usualmente regresan
de forma espontánea. En la especie humana, los PV (PVH) producen una gran variedad de
proliferaciones neoplásicas cutáneo-mucosas tales como las verrugas vulgares, las verru-
gas planas, los papilomas plantares, los papilomas laríngeos, la epidermodisplasia verruci-
forme, etc. Dentro de estas lesiones producidas por PVH se encuentra el condiloma de
cérvix y vagina según demostraron Meisels y Fortin en 1976. Estos condilomas o
"verrugas genitales" son transmitidos de forma venérea, ocurren generalmente en adultos
jóvenes de ambos sexos y se asocian con hábitos promiscuos. Su importancia capital de-
ntro de la patología cervical viene dada por su papel protagonista en la carcinogénesis de
esta localización, habiéndose detectado la presencia de PVH tanto en lesiones precancero-
sas como en carcinomas invasivos.
En la actualidad se han identificado más de cien tipos distintos de PVH, aunque la
lista sigue aumentando, que se numeran correlativamente según un acuerdo internacional
si difieren entre sí en al menos el 50% de la secuencia de sus nucleótidos. Todos ellos se
dividen en cuatro grupos según su especialización: los que afectan preferentemente a piel
y producen verrugas y otras lesiones generalmente benignas; los que afectan preferente-
mente a las mucosas genitales produciendo los condilomas, las lesiones intraepiteliales y
los carcinomas; los que indistintamente afectan tanto a piel como mucosas; y los produc-
tores de la epidermodisplasia verruciforme o lesión premaligna cutánea. Dentro de los
más de cuarenta tipos de PVH que afectan a las mucosas genitales, se distinguen otros dos
grandes grupos: los que se han encontrado preferentemente en lesiones benignas y sólo oca-
sionalmente en carcinomas, considerados de bajo riesgo oncogénico, y los que se encuen-
tran preferentemente en los carcinomas y las lesiones intraepiteliales severas, que son con-
siderados de alto riesgo oncogénico. Existe un tercer grupo que se considera de riesgo
intermedio, aunque la tendencia creciente es incluirlos dentro de los de alto riesgo forman-
do un único grupo (ver cuadro).
Todos ellos tienen una cápsula icosaédrica, con un diámetro variable entre 44 y 55
nanomicras, compuesta de 72 capsómeros y con dos proteínas estructurales principales de
76.000 y 54.000 daltons respectivamente. Dentro de la cápsula se encuentra el ADN que
está constituido por una doble hebra circular de 5 x 10 6 daltons y que comprende 7.900
pares de bases. Este genoma está dividido en zonas de lectura abiertas (Open Reading
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Riesgo bajo: 2, 3, 6, 10, 11, 13, 32, 34, 40, 42, 43, 44, 54, 70 y 74.
Riesgo intermedio: 31, 33, 35, 39, 51, 52, 53, 58, 59, 66, 68, 73 y 82.
Frames: ORF), con capacidad para codificar proteínas, y región no codificadora (Long
Control Region: LCR) que contiene las secuencias necesarias para regular la expresión de
las primeras. En estas zonas de lectura (ORF) se encuentran los genes encargados de la
codificación de las proteínas virales que, dependiendo de cuándo se expresan, se dividen
en precoces o E (early), responsables de las funciones reguladoras virales (E1, E2, E4, E5,
E6, E7) y tardías o L (late), responsables de la codificación de las dos proteínas estructurales
de la cápsula (L1, L2); en total ocho genes. Una descripción detallada de las funciones de
cada uno de ellos va más allá de nuestro propósito en esta obra pero, brevemente, en orden
a comprender la importancia del virus en la carcinogénesis cervical, diremos que los genes
E6 y E7, codifican proteínas que son capaces de inducir proliferación y transformación en
la célula infectada, siendo los únicos que se conservan y expresan en todas las patologías
cervicales asociadas a PVH.
Por lo que atañe a esta carcinogénesis, en lesiones benignas el ADN viral existe en
forma de plásmidos extracromosómicos, la mayoría como moléculas circulares monomé-
ricas. Por el contrario, en lesiones malignas, el ADN viral se encuentra en forma de molé-
culas circulares multiméricas, a veces con delecciones, o integrado en los cromosomas de
la célula infectada. Estas delecciones e integraciones del ADN viral lo alteran frecuente-
mente en la región E,-E2, donde se codifica la transcripción de proteínas reguladoras de
los otros genes. Se piensa que la pérdida de estas proteínas reguladoras es la base para la
liberación del potencial de proliferación y transformación de los oncogenes E6 y E7 lo que
induce un incremento de la capacidad de división celular originándose una proliferación
ya sin control. Estas lesiones hiperproliferativas, así originadas, tienen un riesgo mucho
mayor para la adquisición de errores genéticos adicionales (clastogénesis), bien por la
influencia de agentes mutágenos externos o bien por predisposición constitucional, lo que
finalmente concurriría en el desarrollo de un fenotipo celular plenamente maligno. La
capacidad de inmortalizar queratinocitos no es igual para todos los tipos virales. Se ha
comprobado que los cultivos celulares pueden mantenerse indefinidamente cuando están
transfectados por oncogenes de los tipos 16, 18, 31 y 33, pero no con los genes correspon-
dientes de los tipos 6 y 11, de ahí el diferente potencial oncogénico de unos y otros.
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De esta forma, son sólo 5 tipos de P VH -16, 18, 31, 33 y 4 5 — los conside-
rados responsables d e la mayoría de casos de cáncer cervical, aunque con ca-
pacidad oncogénica segura se reconocen también los tipos 35, 39, 51, 52, 56, 58,
59, 68, 73 y 82, y, probable los tipos 26, 53 y 66 (ver cuadro anterior).
Los diferentes aspectos clínico-histológicos de la infección genital por
PVH están íntimamente ligados al ciclo vital del virus, iniciándose con su trans-
misión venérea alcanzando la mucosa genital. U n a vez producido el contagio,
el virus puede permanecer en fase latente, en la q ue sólo se descubre por téc-
nicas de diagnóstico molecular sin que haya anomalías clínicas, citológicas o
histológicas; o puede iniciar su réplica originando los típicos efectos citopáticos
y los cambios histológicos reconocibles por citología y biopsia, con un intervalo
contacto-lesión d e tres semanas a ocho meses (media de tres meses). En este
estadio, el virus co mienza su replicación aprovechando la diferenciación pro-
pia del epitelio. D e esta f or ma y paralelamente a la maduración epitelial, los
virus expresan sus genes d e forma secuencial; e n primer lugar los tempranos
(E,-E 8 ) en las capas basales y, a continuación, los tardíos (L, y L 2 ) en estratos
intermedios y superficiales fo r mando la cápside y permitiendo el ensamblaje
de nuevas partículas virales que podrán repetir el ciclo. Debido a esta replica-
ción vira!, el epitelio experimenta los cambios característicos que consisten en
engrosamiento (acantosis), aumento de la actividad proliferativa en estratos
profundos (hiperplasia basal), cavitación citoplásmica en estratos intermedios
(coilocitosis) y queratinización anómala de estratos superficiales
(paraqueratosis) (fig. 4). Estos cambios se acompañan d e alteraciones nuclea-
res consistentes en aumento de su número (bi-multinucleación), variaciones de
tamaño (anisonucleosis) y características cromatínicas (aspecto borroso-dege-
Figura 4. Biopsia
cervical mostrando una
lesión intraepitelial de
bajo grado (CIN 1)
con
cambios por PVH
(condiloma). S e aprecia
basal ondulada e
hiperplasia y atipia
coilocítica e n estratos
intermedios y
superficiales
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Figura 5. Biopsia cervical
a gran aumento mostran-
do típicas alteraciones
citopáticas nucleares por
PVH (binucleación, au-
mento de volumen, cro-
matina borrosa, bordes
angulados).
Figura 6. Biopsia cervical mostrando una lesión in- Figura 7. Biopsia cervical mostrando una lesión
traepitelial de bajo grado por PVH. Al permanecer la intraepitelial de bajo grado por PVH de tipo acu-
superficie epitelial aplanada, la lesión es de tipo plano. minado con numerosas proyecciones papilares
superficiales.
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Figura 8. Biopsia
cervical mostrando una
lesión intraepitelial de
bajo grado por PVH de
tipo invertido con
crecimiento endofítico y
relleno de las luces
endocervicales
permanecen encima de la lesión intraepitelial (fig. 9), al lado (fig. 10) o entre-
mezcladas con ella (fig. 11). Es un hecho conocido, asimismo, que las lesiones
intraepiteliales pueden aparecer "de novo" sin ir precedidas obligatoriamente por
las alteraciones morfológicas propiamente condilomatosas.
La inmunidad es de tipo mixto (humoral/celular) y se sabe que en la mayo-
ría de casos de pacientes jóvenes es suficiente para hacer desaparecer la infec-
ción después de 1 ó 2 años. Esta regresión de las lesiones por vía inmunitaria es
lógicamente de tipo específico, desapareciendo solamente las producidas por un
tipo viral, si hay más de uno, y no confiriendo inmunidad para otros tipos. La
persistencia en el tiempo del A D N viral de los tipos oncogénicos así co mo su
cantidad, es decir una carga viral elevada, son un factor de riesgo importante
para desarrollar lesiones cervicales de alto grado.
Figura 9. Biopsia cervical mostrando una lesión in- Figura 10. Biopsia cervical mostrando una lesión
traepitelial de bajo grado en la que se asocian de intraepitelial de bajo grado en la que se asocian de
forma "vertical" las alteraciones displásicas y las forma "horizontal" las alteraciones displásicas y las
producidas por PVH. producidas por PVH.
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Dot Blot
Southern Blot
PCR (reacción en cadena de la polimerasa)
Captura híbrida
Secuenciación
Hibridación in situ
PCR in situ
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Figura 13. Biopsia
cervical mostrando una
lesión intraepitelial de
alto grado con técnica
de hibridación in situ
de ADN para PVH
utilizando una sonda
de alto riesgo
(tipos 16 y 18).
Obsérvese la
positividad nuclear.
CARACTERÍSTICAS CITOLÓGICAS
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Lesión intraepitelial escamosa de bajo grado (LIP-BG/L-SIL)
Comprende los cambios celulares de la displasia leve/CIN1 y los asociados
a efecto citopático por P V H , aunq ue en ocasiones no p ued en segregarse con
seguridad unos de otros.
—Célula coilocítica
Si b ien la existencia d e esta célula es co no cid a d esd e ha ce tiemp o,
habiendo sido descrita por Ayre (célula precáncer, 1949), Papanicolaou
(célula navicular con discariosis, 1954) y Koss (atipia coilocítica, 1956),
Figura 15. Citología cervical mostrando alteraciones Figura 14. Citología cervical mostrando lesiones
celulares compatibles con lesión de bajo grado. El compatibles con lesión de bajo grado. Se observan
aumento de tamaño nuclear y el hipercromatismo alteraciones nucleares evidentes pero con relación
son evidentes pero de grado moderado. núcleo/citoplasma no muy alterada.
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—Célula disqueratósica
Los disqueratocitos so n células escamosas queratinizadas, d e mediano
o peq ueño tamaño, q ue toman u n color naranja brillante y un aspecto ví-
treo con la tinción de Papanicolaou (orangofilia) recordando células super-
ficiales en miniatura. Estas células comparten junto con los coilocitos las
alteraciones nucleares virales. Su hallazgo tiene tanto valor co mo el de los
coilocitos e ignorarlo supone no diagnosticar un número importante de
casos (figs. 18 y 19).
Alteraciones nucleares
Aparecen tanto en células coilocíticas c o mo en disqueratocitos y consisten en
frecuente bi o multinucleación, tamaño variable y aumentado, bordes angulados,
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Figura 18. Citología cervical mostrando alteraciones Figura 19. Citología cervical mostrando alteraciones
celulares compatibles con lesión de bajo grado. Típi- celulares compatibles con lesión de bajo grado.
cos disqueratocitos con cito-plasmas pequeños quera- Disqueratocitos de citoplasma queratinizado, desca-
tinizados y alteraciones nucleares. mados en grupo formando una placa compacta.
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Figura 21. Citología
cervical mostrando alte-
raciones celulares com-
patibles con lesión de
alto grado. Regueros de
células escamosas con
relación núcleo/
citoplásmica muy altera-
da
Son células de menor tamaño que las de la lesión de bajo grado. Aparecen gene-
ralmente de forma aislada o en placas no cohesivas (fig. 21), o por el contrario, más
raramente, en agregados de aspecto sincitial. Esta última presentación es más frecuente
si la toma se ha realizado con cepillo (fig. 22). El citoplasma es de tipo inmaduro y as-
pecto delicado o, más rara vez, denso de tipo metaplásico (fig. 23). Ocasionalmente
puede estar queratinizado mostrando orangofilia y denominándose a estas células dis-
queratocitos de alto grado (fig. 24). El tamaño nuclear es comparable al de las células
de la LIP-BG, pero el descenso del área citoplásmica origina un marcado incremento en
la relación núcleo/citoplasma. El hipercromatismo es evidente con una cromatina
fina o groseramente granular. La membrana nuclear presenta claras irregu-
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Figura 23. Citología cervical mostrando alteraciones Figura 24. Citología cervical mostrando alteraciones
celulares compatibles con lesión de alto grado. Los celulares compatibles con lesión de alto grado. Algu-
citoplasmas son delicados o densos de tipo metaplá- nas células muestran citoplasmas homogéneos y
sico. orangófilos indicativos de queratinización.
laridades y los nucléolos, al igual que en la LIP-BG, estan ausentes (figs. 25 y 26).
En algunas ocasiones, especialmente en los casos de CIS, las células son de un
tamaño tan reducido que son difíciles de detectar si se utilizan pequeños aumentos
(fig. 27 y fig. 28). Es conveniente tener en cuenta esta posibilidad y realizar la lec-
tura de la citología con el objetivo de 10 aumentos, no con el de 4, para evitar fal-
sos negativos.
Metaplasia escamosa
Figura 25. Citología cervical mostrando alteraciones Figura 26. Citología cervical mostrando alteraciones
celulares compatibles con lesión de alto grado. Los celulares compatibles con lesión de alto grado. Ob-
núcleos son voluminosos, de superficie irregular y sérvese la cromatina granular, la ausencia de nucléo-
marcadamente hipercromáticos los y las irregularidades de la membrana característi-
cos de esta lesión
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Figura 27. Citología cervical mostrando alteraciones Figura 28. Citología cervical mostrando alteraciones
celulares compatibles con lesión de alto grado en celulares compatibles con lesión de alto grado en
células de muy pequeño tamaño. Compárese el células de pequeño tamaño asociadas en un grupo
tamaño de estas células con el de las superficiales laxo. En estos casos es precisa una atenta inspección
adyacentes de la extensión con medianos aumentos como míni-
mo para evitar falsos negativos
Reparación típica
En los procesos reparativos las células muestran nucléolos prominentes, lo que las
diferencia de las células de las lesiones intraepiteliales.
ATIPIA ESCAMOSA
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entre los cambios celulares benignos y la lesión intraepitelial, por lo que la catalogación
de un proceso como ASC-US debe realizarse por exclusión. En la clasificación de Bet-
hesda anterior, esto significaba que los cambios observados podían deberse a un proceso
benigno, pero intenso, o a una lesión potencialmente grave, por lo que en la práctica era
escasamente reproducible. En la clasificación de 2001, la definición varía transforman-
dose en: "alteraciones citológicas sugestivas de lesión intraepitelial pero cuantitativa y/o
cualitativamente insuficientes para una interpretación definitiva", eliminándose el ASC-
US reactivo.
Por lo que respecta a la aceptación internacional del término, algunos autores pien-
san que esta categoría diagnóstica es una invención norteamericana como parte de una
práctica citológica a la defensiva para evitar, en la medida de lo posible, diagnósticos
falsos negativos que puedan conllevar acciones legales. No obstante, al haberse compro-
bado que entre el 10 y el 20% de ASC-US tienen de base una LIP de alto grado que no
se manifiesta claramente en el extendido citológico, no parece prudente la eliminación
de esta categoría diagnóstica.
Por otra parte, debe intentarse que no se convierta en un escudo defensivo, una
especie de "Papanicolaou grado 11-111", que cubra nuestras deficiencias técnicas o dia-
gnósticas siendo exageradamente utilizado. Como guía de frecuencia, este diagnóstico
no debería exceder en 2-3 veces la tasa de LIP de un laboratorio determinado o ser inclu-
so menor con la nueva definición de ASC-US. Aparte de la relación ASC/LIP también
se recomiendan como factores de control el seguimiento cito-histológico, la compara-
ción con la búsqueda de PVH y la combinación de varias de las recomendaciones men-
cionadas.
Los cambios celulares pueden esquematizarse de la siguiente forma:
Cambios nucleares
Consisten en agrandamiento nuclear (dos o tres veces el tamaño del núcleo de
una célula intermedia) con ligero aumento de la relación núcleo/citoplasma. Puede
haber binucleación y variación en la forma y tamaño nuclear. La hipercromasia
debe ser moderada y con distribución uniforme de la cromatina. La membrana nu-
clear es lisa o ligeramente irregular.
Citoplasma
La mayoría de las veces los cambios celulares se dan en células esca-
mosas maduras de tipo superficial/intermedia (fig. 29). Pero también se pue-
de observar en células con morfología metaplásica (metaplasia atípica) (fig.
30), en células con morfología de reparación (reparación atípica), en células
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Figura 29. Citología
cervical mostrando
alteraciones celulares
compatibles con
ASC-US. Ligero
aumento de la relación
núcleo/citoplásmica y
discretas variaciones en
forma y tamaño
nucleares con
binucleación ocasiona
las con morfología atrófica (fig. 31) y en células con morfología paraqueratósica
(fig. 32).
Este término recoge aquellos casos en los que las alteraciones celulares son bastante
acusadas pero, bien por las características de la extensión (inflamación, hemorragia, etc.),
o por la escasez de estas células, no pueden considerarse total-mente conclusivas. Es de-
cir, cuando hay alteraciones no conclusivas pero muy sugestivas de LIP-AG (fig. 33).
Por contraposición, el término ASC-US debería reservarse para las alteraciones no
conclusivas pero sugestivas de LIP-BG, aunque esto último no está claramente definido
en el Sistema Bethesda 2001.
Figura 30. Citología cervical mostrando alteraciones Figura 31. Citología cervical mostrando alteraciones
celulares compatibles con ASC-US en células de mor- celulares compatibles con ASC-US en células de ex-
fología metaplásica (metaplasia atípica). tendido atrófico
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L a a tip ia e s c a m o s a d e o r i g e n i n d e t e r m i n a d o ( A S C U S ) p u e d e ser
controlada con dos citologías repetidas con un intervalo de 3-6 meses y, si per-
siste la atipia, examen colposcópico. Pueden hacerse también recomendaciones
específicas (tratamientos antiinflamatorios, estrogenoterapia) seguidos de con-
trol citológico para esclarecer sus resultados.
Recientemente, s e ha recomendado el control d e estas pacientes mediante
determinación d e P V H de alto riesgo oncogénico. Si muestran positividad con
esta prueba, la evaluación sera similar a la de las lesiones de alto grado; si son
negativas, se continúa con controles citológicos espaciados. Por lo que respecta
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CONSIDERACIONES TERAPÉUTICAS
Es necesario indicar que los términos alto y bajo grado, utilizados en el informe
histológico, reflejan únicamente la presencia de un riesgo estadístico o, dicho en otros
términos, el comportamiento biológico de estas lesiones es impredecible caso por caso,
ya que no todas las lesiones de bajo grado van a evolucionar bien, ni todas las de alto
grado van a terminar indefectiblemente en un proceso invasivo. Y esto es así tanto por
lo que respecta al grado histológico como al tipo de PVH implicado. De esta manera,
desde el punto de vista terapéutico, tan importante como el grado de la lesión es su ex-
tensión y localización. No obstante, en algunas publicaciones recientes, se ha puesto de
manifiesto que la carga viral sí puede tener una estrecha relación con la evolución de la
lesión. Así se ha comprobado que una carga viral elevada de PVH 16, muchos años an-
tes del diagnóstico de carcinoma, aumenta el riesgo de desarrollarle y, además, que aque-
llas pacientes con cargas virales persistentemente elevadas son las que tienen un ries-
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go mayor. Quizás sea en este grupo de pacientes, siempre que exista la posibilidad de de-
terminar la carga viral, en las que los esfuerzos terapéuticos y de seguimiento deban redo-
blarse.
Por otra parte, es un hecho conocido que no existe un tratamiento médico efectivo para
este tipo de lesiones cervicales, por lo que la única vía terapéutica es su extirpación o des-
trucción local mediante las técnicas a nuestro alcance: electrocoagulación, crioterapia,
láser, etc. En la actualidad se está dando priori-dad al procedimiento con asa de diatermia,
debido a que este método suma a las ventajas terapéuticas las diagnósticas al no destruir la
lesión y permitir su procesado histológico. Estos tratamientos destructivos o de extirpa-
ción locales, donde debe incluirse la conización con bisturí si la lesión lo requiere, debe-
rán complementarse con el seguimiento de la paciente mediante controles periódicos en
los cuales la citología sigue jugando un papel preponderante. Se calcula que entre un 5% y
un 10% de las pacientes tratadas presentarán recidiva o persistencia lesional. Actualmente,
se está valorando la utilidad de la determinación de PVH oncogénicos en dicho segui-
miento, ya que se ha comprobado la ausencia de los mismos en lesiones completamente
extirpadas.
Por lo que respecta a la vacunación anti-PVH, están en fase avanzada los estudios en
humanos de vacunación preventiva con la proteína de la cápside Ll del tipo 16, obtenida
en grandes cantidades por manipulación genética de la levadura Saccharomyces cerevisae.
Esta vacuna al estar desprovista de ADN viral carece de capacidad infectiva y ha mostra-
do un gran poder de inmunización, aunque queda por averiguar hasta qué punto la inmuni-
dad conseguida es transitoria o permanente y si existe inmunidad cruzada con otros tipos
oncogénicos de PVH. Por otra parte, se podrían utilizar las proteínas no estructurales de
los oncogenes E6 y E7 como vacunas curativas en pacientes con lesiones intraepiteliales
de alto grado y carcinoma. En estos estudios, menos avanzados que los anteriores, los
resultados preliminares también son alentadores.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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invasivas escamosas
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CITOLOGÍA DE LAS LESIONES
INVASIVAS ESCAMOSAS
Etiopatogenia
Anatomía Patológica del carcinoma escamoso del cérvix
Carcinoma microinvasivo
Carcinoma invasivo escamoso
Características macroscópicas
Características microscópicas
Estadificación del carcinoma escamoso de cuello uterino
Citología de las lesiones invasivas escamosas del cuello uterino
Carcinoma microinvasivo
Carcinoma invasivo
Criterios de invasión
Criterios nucleares de malignidad
Criterios de diferenciación
Carcinoma epidermoide queratinizante
Carcinoma epidermoide no queratinizante de células
grandes
Carcinoma epidermoide no queratinizante de células pe
queñas
Diagnóstico diferencial de las lesiones invasivas escamosas
Eficacia de la citología cervical en la detección de lesiones invasivas es-
camosas
Bibliografía recomendada
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invasivas escamosas
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invasivas escamosas
este capítulo las causas de estos posibles "fracasos" en el diagnóstico precoz y las
características morfológicas que permiten el reconocimiento de dichas lesiones es-
camosas invasoras.
ETIOPATOGENIA
CARCINOMA MICROINVASIVO
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invasivas escamosas
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invasivas escamosas
Figura 2. Aspecto ma-
croscópico de carcinoma
escamoso de cérvix de
crecimiento preferente-
mente endofítico
Características macroscópicas
Las lesiones invasivas iniciales del epitelio escamoso muchas veces son claramente
reconocibles en el examen colposcópico pero, en la exploración a ojo desnudo, pueden
pasar desapercibidas o ser tomadas como zonas de ectopia.
En tumores más avanzados, los tumores que alcanzan la portio son clara-mente iden-
tificados en el examen con espéculo, sin embargo, los que permanecen en canal endocer-
vical no son visibles.
El patrón de crecimiento puede ser predominantemente exofítico en forma polipoide
o vellosa, o bien predominantemente endofítico, prácticamente sin crecimiento superficial
(fig. 2).
Características microscópicas
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invasivas escamosas
TABLA 1
TIPOS HISTOPATOLÓGICOS DE CARCINOMA ESCAMOSO DE CÉRVIX
Carcinoma queratinizante
Tipos frecuentes: Carcinoma no queratinizante de células grandes
Carcinoma no queratinizante de células pequeñas
Carcinoma verrucoso
Carcinoma escamoso acantolítico
Carcinoma fusocelular lar
Tipos poco frecuentes: Carcinoma basalioide
Carcinoma "linfoepitelioma-like"
Carcinoma escamoso queratinizante. Compuesto por células escamosas con puentes interce-
lulares, gránulos de queratohialina, queratinización citoplásmica y grupos arremolinados con
restos de queratina en su centro (fig. 3) (las células son grandes con citoplasma amplio eosinófilo
y núcleos grandes hipercromáticos).
Carcinoma escamoso no queratinizante de células grandes. En este grupo se reconoce su
diferenciación escamosa por la presencia de puentes intercelulares, gránulos de queratohialina y
queratinización citoplásmica individual sin formación de perlas córneas (fig. 4), con más alto
índice mitótico. Ésta es la forma más frecuente de carcinoma de cérvix.
Carcinoma no queratinizante de células pequeñas. Compuesto por células de pequeño tama-
ño con menos polimorfismo (fig. 5) cuya estirpe escamosa se reconoce por lugar de origen y for-
ma de crecer. Ocasionalmente muestra queratinización individual o remolinos celulares. El índice
mitótico suele ser elevado.
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Figura 4. Carcinoma no
queratinizante de células
grandes. Se observan
algunos signos aislados
de queratinización
.
grupo representa u n conjunto heterogéneo d e lesiones q ue incluyen casos de
carcinomas con diferenciación neuroendocrina muy similares al carcinoma
indiferenciado d e células pequeñas de pulmón. Estos casos deben ser reconoci-
dos ya que tienen un pronóstico mucho más desfavorable.
Estas tres variantes son, con diferencia, las más frecuentes y conviene re-
cordar en este mo me nto que la biología no siempre respeta estas nítidas divi-
siones que acabamos d e citar y son frecuentes las formas mixtas que compar-
ten características de más de uno de los grupos.
Carcinoma Verrucoso. Es una variante de carcinoma escamoso que se carac-
teriza por su crecimiento exofítico, patrón papilar y buena diferenciación con
mu y escasa atipia celular pero con evidente infiltración, aunque de bordes ro-
mos.
Figura 5. Carcinoma
indiferenciado de célu-
las pequeñas. Patrón
de crecimiento cordo-
nal de células de pe-
queño tamaño sin
rasgos diferenciales
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invasivas escamosas
Su diagnóstico exige una biopsia amplia que permita reconocer la infiltración. Si sólo se
observan capas superficiales, el diagnóstico puede ser imposible.
Otros tipos muy poco frecuentes de carcinoma escamoso son el carcinoma escamo-
so acantolítico, carcinoma fusocelular, basaloide y linfoepitelioma-like.
TABLA 2
ESTADIFICACIÓN DEL CARCINOMA DE CÉRVIX UTERINO (FIGO)
Estadio II….. Extensión fuera del cérvix pero sin extensión a la pared pélvica. La afectación de vagi-
na no llega al tercio inferior
Estadio IIA…. Sin afectación de parametrios
Estadio IIB…. Con afectación de parametrios
Estadio III…. Extensión a pared pélvica sin espacio libre entre el tumor y la pared en la exploración
rectal y/o extensión al tercio inferior de la vagina. Se incluyen los casos de hidronefrosis o riñón no
funcionante sin otra causa conocida
Estadio IIIA…. No extensión ala pared pélvica
Estadio IIIB…. Extensión a la pared pélvica y/o hidronefrosis o anulación funcional renal
Estadio IV…. Extensión fuera de la pelvis verdadera o invasión de la mucosa de vejiga o recto
Estadio IVA…. Ensión a órganos adyacentes
Estadio IVB…. Diseminación a distancia
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
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CITOLOGÍA DE LAS LESIONES INVASIVAS ESCAMOSAS DEL CUELLLO UTERINO.
CARCINOMA MICROINVASIVO
TABLA 3
CRITERIOS CITOLÓGICOS QUE SUGIEREN INVASIÓN
2. Agregados sincitiales
4. Nucléolo prominente
Figura 6. Restosnecróti
co-inflamatorios y hemá-
ticos que originan la
denominada diátesis
tumoral". Su presencia
constituye un signo que
hace sospechar la inva-
sión de la membrana
basal y la infiltración del
tejido subyacente
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
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invasivas escamosas
Figura 7. Agregados sincitiales de células escamosas Figura 8. Cromatina grumal en carcinoma mi-
atípicas. croinvasivo.
Figura 9. Presencia de
nucléolos en grupo de
células escamosas proce-
dentes de un carcinoma
microinvasivo.
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CITOLOGÍA GINECOLÓGICA
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CARCINOMA INVASIVO
Estas neoplasias muestran claramente invasión y destrucción tisular. Ya
hemo s citado la clasificación histopatológica y el diagnóstico citológico debe
intentar seguir la misma clasificación aunque no siempre será posible.
El diagnóstico citológico, en ocasiones, es más difícil que en las lesiones
intraepiteliales debido a que los restos necróticos y hemorrágicos presentes en el
frotis entorpecen su valoración. Además, buena parte de las células tumorales
descamadas muestran intensos cambios degenerativos que dificultan su evalua-
ción.
En líneas generales, el frotis de las lesiones invasivas muestra en primer lu-
gar signos de franca invasión con destrucción tisular como son fragmentos tisu-
lares o grandes grupos de células tumorales. Signos de malignidad evidente que
residen en el núcleo y rasgos d e diferenciación observados en citoplasma y a
nivel extracelular co n una población heterogénea d e células tumorales que en
general son más pequeñas que las células escamosas superficiales, con células
de formas aberrantes que confieren al frotis un marcado polimorfismo, mucho
más característico de las lesiones francamente invasivas que del carcinoma mi-
croinvasivo.
Criterios de invasión
En primer lugar hay que valorar la presencia de necrosis. En las extensio-
nes citológicas se caracteriza por la presencia de restos de sangre, fibrina y
fragmentos celulares de difícil tipificación. A este fondo sucio característico de
las extensiones malignas se le denomina diátesis tumoral. Contiene abundantes
células degeneradas que en algunos casos presentarán aún algunos rasgos reco-
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Figura 11. Células tumorales de un carcinoma Figura 12. Membrana nuclear irregularmente en-
escamoso no queratinizante con aumento de la grosada con depósitos de cromatina en su cara
relación núcleo citoplasma, engrosamiento y an- interna y hendiduras irregulares.
gulaciones de la membrana nuclear.
nocibles de malignidad (fig. 10). Aunque como hemos citado las lesiones microin-
vasivas pueden tener esta diátesis tumoral, es mucho menos constante y cuando
aparece lo hace en menor cantidad.
Tamaño
El área media nuclear d e las células tumorales es más del doble que el de
las células normales. Aunque en las displasias el tamaño nuclear en términos ab-
solutos puede ser mayor, no es así en términos relativos núcleo/citoplasma (fig. 11).
En general cuanto más indiferenciado es el tumor mayor es la relación núcleo/
citoplasma.
Forma
Se observan frecuentes angulaciones y escotaduras especialmente en los
núcleos opacos, negros como tinta china, resultado de la picnosis. Estos núcleos
suelen encontrarse en carcinomas epidermoides invasivos queratinizantes (fig.
10).
Membrana nuclear
La membrana nuclear muestra engrosamientos irregulares que corresponden
a grumos de cromatina adheridos a la superficie interna de la membrana nuclear
y hendiduras irregulares asimétricas (fig. 12).
Cromatina
La distribución irregular de la cromatina nuclear es el criterio individual más
importante de malignidad. La cromatina se distribuye en grumos gruesos, dejando
espacios aclarados, también irregulares que corresponden a la paracromatina.
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Figura 13. Núcleos picnóticos en carcinoma querati- Figura 14. Carcinoma epidermoide con presencia de
nizante. nucléolo.
Nucléolo
La presencia de grandes nucléolos es característica d e los adenocarcino-
mas, sin embargo, no se debe olvidar que los nucléolos pueden estar presentes en
un carcinoma epidermoide y de hecho lo está frecuentemente en el carcinoma
no queratinizante de células grandes (fig. 14). En general, en los carcinomas epi-
dermoides los nucléolos suelen ser múltiples y pequeños, mientras que en los
adenocarcinomas suelen ser únicos y de gran tamaño.
Criterios de diferenciación
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Orangofilia
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Figura 17. Depósitos
citoplásmicos de
grumos de queratina
Acúmulos eosinofílicos
Perlas córneas
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Células alargadas
Bajo esta denominación se agrupan las conocidas como células "en fibra" y las
células "en renacuajo".
Las "células en fibra" como su nombre indica son células muy alargadas y finas
con el núcleo muy picnótico (fig. 20). Son muy características de procesos queratinizan-
tes, sin embargo necesitan estar acompañadas de otros tipos celulares en los que se pue-
da reconocer la malignidad en el núcleo.
Las "células en renacuajo" muestran un extremo agrandado, como un bulbo o ca-
beza, donde se aloja el núcleo redondeado y una prolongación citoplásmica a modo de
cola (fig. 21 A, B y C).
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invasivas escamosas
Figura 22 B. Núcleo caracte-
rístico del carcinoma epider-
moide queratinizante
En los frotis de estos tumores se observan células de pequeño tamaño con núcleo
grande y escaso citoplasma cianófilo. Los núcleos pueden ser redondos u ovales pero ge-
neralmente son de forma irregular con cromatina en grumos gruesos y finos "en sal y pi-
mienta". El nucléolo puede ser prominente o bien estar oculto por el hipercromatismo
nuclear (fig. 23).
Figura 22 A. Carcinoma
no queratinizante de
células grandes con
núcleos de cromatina
vesicular y nucléolo
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invasivas escamosas
Figura 23. Carcinoma indife-
renciado de células peque-
ñas con marcada diátesis
tumoral y células pequeñas
muy indiferenciadas
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invasivas escamosas
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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invasivas escamosas
Swarzt PE, Hadjimichael O, Lowell DM, Marino MJ, Janerich D, Rapidly progresive
cervical cancer: The Connecticut experience. Am J Obst Gynecol 175:1105. 1996.
Vooijs GP: Benign Proliferative Reactions, Intraepitelial Neoplasia and Invasive Cancer
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WHO Collaborative Study of Neoplasia and Steroid contraceptives. Invasive squamous
cell carcinoma and combined contraceptives: results from a multinational study. Int
J Cancer 55:228-236. 1993
Zuher, M. Naib: "Exfoliative Cytopathology", 3. a ed., Little. Brown and Company. Bos-
ton/Toronto. 1984.
Página 110
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Citología endocervical
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CITOLOGÍA ENDOCERVICAL
Adenocarcinoma de endocérvix
Características clínicas e histológicas
Características citológicas
Diferenciación con otros procesos
Adenocarcinoma in situ (AIS) de endocérvix
Características clínicas e histológicas
Características citológicas
Displasia glandular endocervical
Atipia en células glandulares (ACG/AGC)
Procesos no neoplásicos relacionados con la presencia de atipia glandular dis-
creta
Artefacto de cepillado/escobillado
Pólipo endocervical
Procesos inflamatorios/reparativos relacionados con trauma/infección
Atipia por asa de diatermia
Atipia glandular asociada a DIU
Endometriosis cervical
Fístula recto-vaginal
Prolapso tubárico
Metaplasia tubárica
Hiperplasia microglandular
Atipia de Arias-Stella endocervical
Recomendaciones de control en caso de citología con células endocervicales atípi-
cas
Consideraciones finales
Bibliografía recomendada
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Citología endocervical
ADENOCARCINOMA DE ENDOCÉRVIX
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Citología endocervical
similar a lo que sucede con el carcinoma escamoso, la asociación d e adenocar-
cinoma d e endocérvix co n P V H es mu y acusada, encontrándose evidencia d e
A D N d e p ap ilo mavir us entre u n 3 0 y u n 8 3 % d e los casos c o n técnicas d e
diagnóstico molecular adecuadas. Lo s tipos de P V H predominantes son tam-
bién d e alto riesgo, 1 6 y 18, co n una ma yo r proporción d e casos, superior al
80%, asociados a P V H del tipo 18.
Histológicamente, co mo todos los adenocarcinomas, el de endocérvix pue-
de formar luces, papilas y moco, mostrando así su diferenciación glandular. De-
p end iend o d e su patrón arquitectural, d e la apariencia d e sus células y d e si
producen o no moco, la denominación de los adenocarcinomas invasivos es la
siguiente (ver cuadro):
Adenocarcinoma mucinoso
De tipo endocervical Variante con
mínima atipia (adenoma maligno)
De tipo intestinal
Adenocarcinoma endometrioide
Adenocarcinoma de tipo seroso
Adenocarcinoma villoglandular
Adenocarcinoma de células claras
Carcinoma adenoescamoso
Carcinoma de células esmeriladas (glassy cell carcinoma)
Carcinoma adenoide quístico
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Figura 3. Adenocarci-
noma de endocérvix de
tipo intestinal. El patrón
arquitectural es similar
al anterior pero el epite-
lio recuerda al que
tapiza el intestino
(hematoxilina-eosina).
Figura 4.
Adenocarcinoma de
endocérvix de tipo
intestinal. A mayor
aumento se comprueba
mejor la marcada
semejanza con el
epitelio intestinal con
presencia incluso de
células caliciformes
(hematoxilina-eosina)
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Figura 7. Adenocarcinoma
de endocérvix de tipo
villoglandular. Tumor bien
diferenciado con forma-
ción de estructuras cribi-
formes y papilas vellosas
bien conformadas en la
superficie (hematoxilina-
eosina
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Citología endocervical
(fig. 10). Por último, el carcinoma adenoide quístico muestra el mismo patrón histológi-
co al observado en otras localizaciones más clásicas de este tumor (glándula salival, árbol
respiratorio) (fig. 11).
Independientemente del tipo histológico y en ausencia de metástasis linfáticas, tres son
los factores de mayor incidencia pronóstica: un tamaño menor de 2 cm, una profundidad
de invasión inferior a 5 mm y un buen grado de diferenciación celular. Si el tumor cumple
estos tres requisitos, es muy difícil la existencia de metástasis ganglionares regionales que
son las que ensombrecen el pronóstico. Prácticamente todas las enfermas con extensión gan-
glionar regional mueren de metástasis a distancia y/o carcinomatosis abdominal. A la vista de
estos hechos no es necesario resaltar la importancia de un diagnóstico precoz o inicial.
Figura 10. Adenocarcinoma de endocérvix de tipo Figura 11. Adenocarcinoma de endocérvix de tipo
células esmeriladas (glassy cell carcinoma). Nido adenoide quístico. En cualquiera de sus localizacio-
de células tumorales de citoplasma bien delimitado y nes (cérvix, glándula salival, árbol respiratorio...) el
aspecto vítreo rodeado de estroma inflamatorio patrón cilindromatoso es característico del tumor
(PAS). (hematoxilina-eosina).
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6 Citología endocervical
Figura 12. Ejemplo de adenocarcinoma invasivo Figura 13. Ejemplo de adenocarcinoma invasivo
endocervical en extendido citológico. Fondo de diáte- endocervical en extendido citológico. Grupos com-
sis y abundante celularidad con placas, grupos pe- pactos de aspecto papilar y acusado hipercromatismo
queños y elementos sueltos. nuclear.
CARACTERÍSTICAS CITOLÓGICAS
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Citología endocervical
Figura 15. Ejemplo de adenocarcinoma invasivo Figura 16. Ejemplo de adenocarcinoma invasivo
endocervical en extendido citológico. En adición al endocervical en extendido citológico. Obsérvese los
acusado hipercromatismo, la anarquía arquitectural y núcleos voluminosos con nucléolos (citologia en
la superposición nuclear son factores determinantes medio líquido), con este método desaparece el fondo
en el reconocimiento de la naturaleza maligna de propio del convencional.
estas células.
Criterios comunes
Las extensiones suelen mostrar un fondo de diátesis tumoral pero en menor propor-
ción que el carcinoma escamoso. La celularidad suele ser elevada, en forma de grupos
planos irregulares, formaciones papilaroides, acúmulos tridimensionales o, más rara vez,
como células aisladas (figs. 12, 13). Los núcleos son grandes, más que los del adenocarci-
noma endometrial, y muestran una cromatina irregular-mente granular con aclaramiento
paracromatínico (fig. 14). Una característica destacada es su acusada hipercromasia debi-
do a un alto contenido en ADN (fig. 15). Puede haber presencia de macronucléolos en
Figura 17. Ejemplo de adenocarcinoma invasivo Figura 18. Ejemplo de adenocarcinoma invasivo
endocervical en extendido citológico. La presencia de endocervical en extendido citológico. En este caso se
moco extracelular se intuye por la especial disposi- observa producción de moco intracelular en algunos
ción de los grupos tumorales. elementos.
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ocasiones multiples (fig. 16). El citoplasma suele conservar la forma columnar con
una tinción eosinófila (80%) o basófila (20%), y contrariamente a lo que pudiera
pensarse, rara vez muestra vacuolas (figs. 17 y 18).
Variedades
Algunas de las variedades descritas pueden mostrar rasgos citológicos que su-
gieran el tipo histológico de adenocarcinoma, aunque evidentemente la misión de la
citología no es la de subclasificar por tipos estos tumores.
La variante villoglandular muestra la presencia de grupos papilaroides con cé-
lulas no muy grandes de características malignas (fig. 19). El carcinoma adeno-
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Citología endocervical
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cinoma de endometrio, los hechos que fundamentalmente deben ser valorados son: una
mayor riqueza celular, un mayor tamaño celular y la preservación de la morfología co-
lumnar propios del adenocarcinoma de endocérvix. También es de utilidad la presencia
de los característicos grupos celulares planos en contraposición a los tridimensionales
del adenocarcinoma endometrial, así como la escasa vacuolización citoplásmica del
tumor endocervical. Por lo que respecta al carcinoma epidermoide, y en ausencia de
queratinización citoplásmica o de formas celulares diagnósticas ("en fibra",
"caudadas"...), las características nucleares son las que poseen mayor valor. Los núcleos
de las células cancerosas escamosas suelen tener un patrón cromatínico muy denso y
opaco. Finalmente, el diagnóstico diferencial con procesos atípicos glandulares no neo-
plásicos se trata en el apartado correspondiente de este mismo capítulo (ver más ade-
lante).
Desde la descripción del CIS cervical era lógico pensar que los clínicos y patólo-
gos buscasen con ahínco el precursor no infiltrante del adenocarcinoma de endocérvix.
En 1952, Helper y colaboradores reconocen por primera vez la lesión, y un
año más tarde Friedell y McKay describen sus criterios histológicos. El AIS de
endocérvix queda definido por la "presencia de pequeños grupos glandulares
individualizados tapizados, total o parcialmente, por epitelio columnar atípico
sin evidencia de invasión estromal" (figs. 23 y 24). El AIS es una entidad de fre-
Figura 23. A denoc arci nom a i n situ (AIS) d e en- Figura 24. A denoc arci nom a in situ (AIS) de en-
docérvix. Obsérvese el límite abrupto entre el docérvix. Al aumentar la imagen anterior, s e
epitelio endocervical normal (arriba) y el epitelio comprueba la estratificación, hipercromatismo y
neoplásico que muestra hipercromatismo y seu- agran dam i ent os nuc l eares (hemat oxil i na -
doestratificación (hematoxilina-eosina). eosina).
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CARACTERÍSTICAS CITOLÓGICAS
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Figura 26. Ejemplo de AIS endocervical en extendi- Figura 27. Ejemplo de AIS endocervical en extendi-
do citológico. Obsérvese en este grupo la ausencia do citológico. Sobre un acúmulo de células escamo-
de diátesis, la disposición celular en empalizada y la sas se dispone una tira de epitelio glandular c on
protusión nuclear en el borde de la placa ("plumaje"). disposición en empalizada y acusada atipia nuclear.
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Si resulta difícil la diferenciación entre adenocarcinoma invasor y AIS, mucho más difícil, si
no imposible, es definir con precisión la lesión que precede al AIS. Algunos autores piensan que
la displasia glandular endocervical, constituída por células menos atípicas que las del AIS, es una
lesión preneoplásica precursora de éste, e incluso han llegado a subdividir esta displasia endocer-
vical en dos categorías: de alto grado y de bajo grado. En un reciente trabajo, Goldstein y colabo-
radores (1998) sugieren, por el contrario, que no hay evidencia morfológica suficiente para man-
tener la existencia de un espectro de cambios glandulares endocervicales que culminen en el AIS.
Así pues, desde el punto de vista citológico y con el estado de conocimientos actuales, esta lesión
debe incluirse también en el apartado de atipia en células glandulares (ACG) si se utiliza la clasi-
ficación de Bethesda.
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Figura 30. Ejemplo de atipia glandular (ACG). Tira Figura 31. Ejemplo de atipia glandular (ACG). Grupo
glandular seudoestratificada con atipia nuclear focal. glandular con agrandamiento nuclear e hipercroma-
tismo. Tanto en este ejemplo como en el de la figura
30 se conserva, aunque de forma parcial, la mucose-
creción.
en todas las mujeres con ACG, por definición, debe sospecharse la presencia de una neo-
plasia mientras no se demuestre lo contrario, estos casos deben ser conveniente-mente se-
leccionados considerándose que no pueden representar más del 1% del total de citologías
ginecológicas, con un promedio de 0,3% a 0,5%. Por lo que respecta a los criterios citoló-
gicos propiamente dichos son los ya descritos del AIS pero en una cantidad/cualidad insufi-
ciente para asegurarlo con certeza (figs. 30 y 31). En el seguimiento de estas pacientes se ha
comprobado que el 50% tiene como sustrato una lesión epitelial severa que incluso puede
ser de tipo escamoso.
ARTEFACTO DE CEPILLADO/ESCOBILLADO
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Artefacto de cepillado/escobillado
Pólipo endocervical
Procesos inflamatorios/reparativos relacionados con trauma/infección
Atipia por asa de diatermia
Atipia glandular asociada a DIU
Endometriosis cervical
Células intestinales en fístula recto-vaginal
Prolapso tubárico
Metaplasia tubárica
Hiperplasia microglandular
Atipia de Arias-Stella endocervical
PÓLIPO ENDOCERVICAL
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Citología endocervical
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Citología endocervical
Figura 34. Atipia por asa de diatermia. Grupo de Figura 35. Ejemplo de atipia glandular asociada a
células endocervicales con elongación y aspecto utilización de DIU. En el margen de la imagen se dispo-
borroso nuclear. ne un grupo de células endocervicales de aspecto
hiperplásico con mucosecreción.
Y a s e h a c o m e n t a d o e n el c a -
pítulo correspondiente l a asocia -
c i ó n d e D I U c o n la d e s c a m a c i ó n
d e células gla ndulares e n peq ue -
ño s grupo s tridimensio nales. És-
to s, a d i fe r e n c i a d e l a d e n o c a r -
c i n o ma , mu e s t r a n fr ec ue nt e me n te
vacuolizació n citoplásmica p r o mi -
nente (fig. 35).
ENDOMETRIOSIS CERVICAL
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Figura 37. Ejemplo del
endometriosis cervical
en extendido citológico.
Sobre un fondo hemático se
aprecia un pequeño grupo
de células endometriales
sin atipia nuclear.
PROLAPSO TUBÁRICO
D e s p u é s d e h i s t e r e c t o mí a s s i mp l e s , s o b r e t o d o si s e real iza n p o r v í a
vaginal, las tr o mp as p ue d en q ued ar atrap ad as en la cicatriz d el fo nd o vagi-
nal al prolapsarse. E n esta situación el epitelio prismático tubárico, c o n los
ca mb io s reactivos ló gicos a su situació n anó mala, p u ed e d esca mar se ind u-
ciendo a error.
Figura 38. Ejemplo de fístula recto-vaginal. Se observan Figura 39. Ejemplo de prolapso tubárico en extendido
acúmulos de moco junto con la presencia de frecuentes citológico. Gran placa papilar descamada de la mucosa
células caliciformes de tipo intestinal. Es necesario pensar en tubárica. La presencia de epitelio glandular en el extendido
esta posibilidad después de tratamientos radioterápicos de sorprende, ya que existe un antecedente de histerectomía, si
carcinomas cervicales. no se tiene en cuenta esta posibilidad.
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Citología endocervical
Nuevamente, la correlación clínica es fundamental para una correcta evalua-
ción del extendido (fig. 39).
METAPLASIATUBÁRICA
HIPERPLASIAMICROGLANDULAR
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Citología endocervical
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Citología endocervical
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Citología endocervical
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7 Citología endometrial
7
CITOLOGÍA ENDOMETRIAL
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7 Citología endometrial
La toma endometrial directa se puede obtener por diferentes métodos, que realizan un arrastre
o cepillado de las células de la cavidad endometrial. Sigue siendo, en manos de un citopatólogo
experimentado, una alternativa válida mínimamente invasiva frente a la dilatación cervical y legra-
do o a la histeroscopia. Actualmente, sobre todo en los países anglosajones, se usan también méto-
dos (aspirador Vabra y Pipelle) que, creando vacío y aspirando, permiten la obtención de biopsias de
endometrio de manera ambulatoria. El uso de la toma citológica endometrial directa reduce el
coste del correcto diagnóstico, evitando métodos mas complejos y caros en patología endometrial
banal.
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7 Citología endometrial
TÉCNICAS
Desde 1966 hasta hoy en día se han descrito numerosos dispositivos para obte-
ner material con resultados variables dependiendo de la técnica usada, del tipo de
patología y de la pericia del clínico que la realiza. La citología española ha colabo-
rado de manera significativa al desarrollo y a la difusión de la citología endometrial
aportando numerosos y valiosos estudios al respecto, de manera que se ha llegado a
hablar de una "escuela española de citología endometrial". Algunos de estos pione-
ros, como el Dr. M. Jiménez-Ayala, continúan hoy en activo, siendo sus trabajos un
referente indispensable en este campo.
Se han realizado aspirados con cánulas, lavados de la cavidad, incluso con pre-
sión negativa (jet wash) y cepillados del endometrio. Es esta última la técnica hoy
mas usada; han existido y existen numerosos tipos de cepillos (Ayre, Fox, Benaim-
Pinto, Medhosa, Milán-Markley, Endopap, Endocyte, de Isaac, Tao, Covaca...). La
gran mayoría de ellos dan resultados más que aceptables.
El cepillo se introduce en la cavidad endometrial suavemente y raspa ligera-
mente las paredes uterinas. La frecuente utilización de cepillos de plástico blando
ha minimizado el teórico peligro de perforación uterina de esta técnica. El material
puede extenderse sobre uno o dos portas evitando acúmulos y seguida-mente fijarse
como cualquier otro frotis. También puede introducirse el cepillo en un líquido fija-
dor directamente, lo que teóricamente produce una fijación más uniforme y preserva
cierto patrón arquitectural. Estas técnicas pueden ser realiza-das de manera ambula-
toria por el clínico con un mínimo gasto de tiempo y dinero, y con escasas molestias
para la paciente.
Indicaciones
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Contraindicaciones
Información clínica
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CÉLULAS ENDOMETRIALES
Células epiteliales
Tanto el epitelio superficial como las invaginaciones de éste que van for-
mando las glándulas están compuestos por células ciliadas, células secretoras
(que son las más frecuentes) y las intercalares dispuestas entre ellas. Se encuen-
tran en proporciones variables dependiendo del estado funcional y de la fase
del ciclo. En las extensiones tienden a aparecer en grupos que, dependiendo de
su disposición, tienen un aspecto oval, redondeado, cuboideo o columnar. Las
células ciliadas, denominadas así por tener cilios en el borde libre del citoplas-
ma, son prismáticas y tienen un núcleo central con pequeños cromocentros.
Las células secretoras, en la fase proliferativa, son de pequeño tamaño con es-
caso citoplasma, núcleo oval y con cromatina fina. Al avanzar en la fase secre-
tora, su tamaño se incrementa apareciendo un amplio citoplasma en el que pue-
den apreciarse vacuolas que tienden a desplazar al núcleo a la periferia. Éste
puede presentar pequeños pliegues y acaba degenerando.
Estroma endometrial
Estas células son similares a las del mesénquima. Las de la capa superficial
son más redondas u ovales con escaso citoplasma de bordes poco netos. Las
del estroma profundo tienden a ser fusiformes o estrelladas, más pequeñas y de
núcleo proporcionalmente más grande por su escaso citoplasma. Las superficia-
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7 Citología endometrial
les presentan cromatina más gruesa, citoplasma más abundante y vacuolizado conforme
avanza el ciclo, hasta alcanzar una apariencia epitelioide por decidualización al final de la
fase secretora. Entre estas células estromales pueden existir linfocitos, leucocitos e histio-
citos en proporciones variables.
TABLA 1
CLASIFICACIÓN DE TRABAJO DE LA CITOLOGÍA ENDOMETRIAL
El endometrio normal de la mujer en época fértil sabemos que sufre una serie de
cambioscambios cíclicos. Durante los primeros 14 días de un ciclo normal de 28 y hasta la
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ovulación, el endometrio prolifera, para poco a poco ir haciéndose más secretor hasta que
al final se descama. Todos estos cambios, tanto los que reflejan actividad como el endo-
metrio atrófico, los recogemos dentro del término genérico de "endometrio con cambios
cíclicos" para una mayor concordancia diagnóstica.
Obviamente el interés de la citología endometrial no es el de determinar con exactitud
en qué fase cíclica se encuentra el endometrio, pero sí es importante saber reconocer el
espectro morfológico del endometrio con cambios cíclicos para diferenciarlo del endome-
trio atípico patológico.
A pesar de ello, no es fácil fechar correctamente el endometrio y en ocasiones es pre-
ferible ser cautos a la hora de determinar la fase del ciclo. Sin embargo, junto con los da-
tos clínicos, sí podemos en la mayoría de los casos afinar más en nuestro diagnóstico; así,
podemos reconocer:
Los extendidos de endometrio proliferativo (figs. 1 y 2) presentan células epiteliales
glandulares dispuestas en placas densas, bien cohesionadas de tamaño variable. Las célu-
las de los extremos se aprecian mejor que las centrales y forman una empalizada más o
menos evidente, con los núcleos superpuestos en la parte central. Las células son unifor-
mes y regulares con poca variación de tamaño y forma. Tienen un núcleo hipercromático
con cromatina homogénea finamente granular, a veces un pequeño nucléolo y un citoplas-
ma azulado, escaso, mal delimitado, con la tinción de Papanicolaou. Las células del estro-
ma suelen estar sueltas en proporción variable; tienen un núcleo grande, alargado, de cro-
matina homogénea y citoplasma escaso mal definido de hábito histiocitoide. En el fondo
destaca una sustancia cianófila serohemorrágica homogénea.
El endometrio secretor (figs. 3 y 4) muestra grandes placas de células epiteliales, re-
dondeadas o columnares con citoplasmas amplios, hinchados, bien definidos y en ocasio-
Figura 1. Endometrio con cambios cíclicos. Endome- Figura 2. Endometrio con cambios cíclicos. Endome-
trio proliferativo. Sobre un fondo serohemorrágico se trio proliferativo. Las células epiteliales son uniformes
observan células estromales sueltas y una gran placa con núcleos hipercromáticos, densos y escaso cito-
epitelial. plasma mal delimitado.
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Figura 3. Endometrio con cambios cíclicos. Endometrio Figura 4. Endometrio con cambios cíclicos. Endo-
secretor. Se mantiene el isomorfismo celular en las metrio secretor. Es posible apreciar la buena delimi-
placas. Los citoplasmas son más abundantes y están tación celular y los núcleos poco activos con cito-
mejor delimitados. plasmas amplios.
Figura 5. Endometrio
con cambios cíclicos.
Endometrio secretor.
Las células del estroma
aparecen sueltas o en
grupos laxos por el
mayor edema. Sus
núcleos renif ormes
presentan ocasionales
nucléolos y los citoplas-
mas amplios, mal deli-
mitados, les confieren
cierta apariencia epite-
lioide.
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escaso citoplasma de bordes bien definidos. Las células del estroma están sueltas o en
grupos dispersos con núcleos desnudos, identados, de cromatina condensada inactiva.
Todo ello sobre un fondo mucoide denso.
Hiperplasia de endometrio
TABLA 2
CLASIFICACIÓN DE LAS HIPERPLASIAS ENDOMETRIALES DE LA O M S
Hiperplasia simple
Hiperplasia compleja (adenomatosa)
Hiperplasia simple atípica
Hiperplasia compleja atípica (adenomatosa con atipia)
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ellas (0,2-20%) evolucionan sin tratamiento al carcinoma y, por otro lado, casi siempre
se benefician de un tratamiento hormonal con progesterona o derivados.
Características citológicas
Figura 8. Hiperplasia de endometrio. E n estr caso, Figura 9. Hiperplasia de endometrio. Grupo de célu-
aunque no puede ser tomado como criterio, existe las endometriales activas, de núcleos discretamente
abundante celularidad dispuesta er amplias placas y mayores pero uniformes, con células del estroma
células sueltas. sueltas de pequeño tamaño.
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Figura 10. Hiperplasia de endometrio. Grandes gru- Figura 11. Metaplasia escamosa. Grupo de células
pos de células endometriales uniformes. Las células con diferenciación escamosa sin atipia, adyacente a
sueltas presentan discreta atipia. una placa de endometrio.
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Neoplasia endometrioide
Últimamente se ha desarrollado el concepto de que existen al menos dos tipos de
carcinoma de endometrio. El tipo A, relacionado con el estronismo, se asocia a hiper-
plasia, es de tipo histológico endometrioide, presenta positividad para receptores hor-
monales, suele aparecer en mujeres obesas postmenopaúsicas, suele ser de bajo grado y
estadio al diagnóstico, y su pronóstico es bueno. Diferentes vías y mutaciones parecen
dar lugar a este tipo de tumores (ras, (3-catenina, PTEN). Suponen la mayoría de los
tumores del endometrio (75-80%) y son los que incluimos en esta clasificación. Al
igual que en el caso de la clasificación histológica de las biopsias y legrados endome-
triales, agrupamos bajo el concepto de "neoplasia endometrioide" tanto a la hiperpla-
sia atípica como al adenocarcinoma endometrioide de bajo grado, pues las caracterís-
ticas citológicas de ambas son superponibles.
El carcinoma de endometrio tipo B englobaría a los otros tipos histológicos sien-
do el prototipo el carcinoma seroso (tabla 3). Éstos no están asociados a estímulos
estrogénicos, no expresan receptores hormonales, no se asocian a hiperplasia y sí a
una lesión precursora denominada carcinoma intraepitelial. Incluso en estadios bajos
suelen tener mal pronóstico. La mutación del gen supresor de tumores p53 suele estar
presente en ellos.
Características citológicas
TABLA 3
CLASIFICACIÓN DE LOS CARCINOMAS ENDOMETRIALES DE LA O M S
Adenocarcinoma endometrioide
Subtipos: villoglandular
secretor
de células ciliadas
con diferenciación escamosa
Carcinoma seroso
Carcinoma de células claras
Carcinoma mucinoso
Carcinoma escamoso
Tipos mixtos de carcinomas
Carcinoma indiferenciado
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o papilas con células superpuestas y sueltas. Los núcleos son grandes, de aspec-
to vesicular, redondos u ovales, pleomórficos y con cromatina en grumos grue-
sos y con frecuentes nucléolos. Lo s citoplasmas están también aumentados d e
tamaño, aunque frecuentemente so n poco perceptibles, so n cianófilos y a ve-
ces tienen vacuolas que pueden llegar a ocuparlo por completo. El fondo
muestra, además de los hematíes por la microabrasión de la toma, la típica diá-
tesis tumoral que puede abarcar a todo el extendido o a parte de él.
El n ú me r o d e células neoplásicas, la atipia celular, la anisocariosis y la
diátesis tumoral se van incrementando según va aumentando la desdiferencia-
ción tumoral (fig. 14).
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Otros diagnósticos
Endometritis
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necrótico, proteináceo con fibrina, leucocitos polimorfonucleares neutrófilos
Citología endometrial
Figura 15. Endometritis granulomatosa sugestiva de Figura 16. Carcinoma de células claras de endo-
tuberculosis. Se observa un granuloma formado por metrio. Células tumorales con núcleos atípicos y
histiocitos epiteliodes con núcleos alargados y renifor- prominentes nucléolos. Los citoplasmas son amplios y
mes y fondo inflamatorio. de aspecto claro vacuolado.
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fertilidad y en el tratamiento de lesiones preneoplásicas y tumorales del endometrio
y de la mama.
Es cada día más frecuente que el citopatólogo se enfrente a cepillados endo-
metriales de pacientes que muestran los efectos de estos tratamientos. No debemos
olvidar que una de las indicaciones de la citología endometrial en nuestro medio es
la presencia de metrorragia en una paciente con tratamiento hormonal sustitutivo.
Prácticamente cualquier apariencia citológica del endometrio puede ser debida
al efecto hormonal exógeno, pero básicamente podemos predecir sus características
si conocemos los efectos de las hormonas esteroideas endógenas sobre el endome-
trio normal.
Estrógenos
Los estrógenos (estradiol, estrona, estrógenos equinos, mestranol, etinil estra-
diol...) inducen la proliferación de las glándulas y del estroma. Es bien sabido que el
tratamiento prolongado con estrógenos exclusivamente, al igual que los ciclos ano-
vulatorios por falta de progesterona en la premenopáusica, produce un cuadro clíni-
co de sangrado de apariencia menstrual. Sin embargo, el estudio citológico e histo-
lógico muestra un endometrio francamente proliferativo o cuadros intermedios que
incluso en biopsias son de difícil catalogación (endometrio proliferativo desordena-
do, endometrio proliferativo persistente...). El diagnóstico citológico de estos casos
suele ser el de "endometrio con cambios cíclicos" añadiendo, si se quiere afinar
"compatible con endometrio proliferativo". Si se continuase a largo plazo con una
exposición exclusiva de estrógenos, un número ele-vado de pacientes desarrollaría
una hiperplasia y en última instancia un pequeño número una hiperplasia atípica o
incluso adenocarcinoma que diagnosticaríamos citológicamente como neoplasia
endometrioide.
Progestágenos
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do, que más lentamente acaba también atrofiándose ter-minando en un cuadro similar al
de la postmenopausia.
Por tanto, citológicamente podemos encontrar un cuadro de "cambios cíclicos con
endometrio secretor" al principio del tratamiento y en última instancia con "atrofia en-
dometrial". Siendo de más difícil catalogación el cuadro intermedio en el que las glándu-
las atróficas coexisten con los cambios deciduales del estroma. Las células del estroma
son entonces de apariencia epitelioide con amplios citoplasmas y núcleos ligeramente
pleomórficos que, si disponemos de la adecuada información clínica, no deben preocu-
parnos. Nuestro diagnóstico entonces podría ser el de "endometrio con cambios cíclicos
secundarios a tratamiento con progestágenos", que es el conocido como "endometrio de
la píldora" en el estudio histológico, o "endometrio con cambios cíclicos probablemente
secundarios a tratamiento hormonal" si desconocemos el dato del tratamiento y sólo lo
sospechamos.
Anticonceptivos orales
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.
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Tamoxifeno
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Raloxifeno
Es un modulador selectivo de los receptores de estrógenos (SERM) con efecto bene-
ficioso sobre el hueso y a nivel cardiovascular. La experiencia clínica con el mismo es
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Análogos a la GnRH
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adenocarcinoma de
endometrio en triple
toma.
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cromatina con zonas claras nucleares y la existencia de macronucléolos parecen
ser los criterios más específicos del adenocarcinoma. Los citoplasmas vacuola-
dos y mal delimitados son, sobre todo, producto de la degeneración de los mis-
mos.
El fondo puede ser necrótico, con abundantes leucocitos, frecuentemente
dentro de los citoplasmas d e las células neoplásicas, e histiocitos; o en ocasio-
nes, sorprendentemente limpio. Las células escamosas y endocervicales presen-
tan cambios reactivos más o menos significativos.
Hormonalmente, puede aparecer en un frotis anormalmente estrogenizado,
pero también pueden existir en frotis atróficos, donde suele ser más difícil loca-
lizar las células tumorales. Al igual que en el caso de la toma directa, el número
de células, la atipia y la diátesis tumoral se van incrementando a mayor desdife-
renciación del tumor. Otros tipos histológicos menos frecuentes (papilar seroso,
de células claras, mucoso, escamoso...) darán agrupaciones celulares siguiendo
un patrón papilar o acinar, co n células atípicas co n llamativa alteración d e la
relación núcleo/citoplasma y otros signos nucleares de malignidad. Si no pode-
mo s sospechar en la citología el origen de esas células diagnósticas d e adeno-
carcinoma, siempre nos podemos quedar ahí, sin especificar el posible origen de
las mis-mas. Esto ocurre en ocasiones con los tumores ováricos q ue descaman
células en los frotis VCE. En otras ocasiones por su aspecto citológico sí pode-
mos sospechar un origen extrauterino del adenocarcinoma.
CONSIDERACIONES FINALES
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BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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8 Citología vulvar
8
CITOLOGÍA V U LV A R
Técnica
Vulva normal
Infecciones vulvares
Específicas (Condiloma acuminado, herpes genital, "molluscum contagio
sum", chancro sifilítico, chancroide, granuloma inguinal, linfo
granuloma venéreo)
No específicas (Oxiuriasis, candidiasis, tricomoniasis)
Terminología de las lesiones vulvares
Alteraciones epiteliales no neoplásicas (Liquen escleroso, hiperplasia epitelial
escamosa)
Neoplasia intraepitelial vulvar (VIN)
Tumores vulvares
Carcinoma epidermode
Hidradenoma papilífero
Enfermedad de Paget
Adenocarcinoma de glándula de Bartholino
Melanoma
Bibliografía recomendada
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8 Citología vulvar
TÉCNICA
Consiste en el raspado de la lesión, previo lavado vulvar con suero salino, me-
diante una hoja de bisturí o el canto de un portaobjetos seguido de la extensión
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8 Citología vulvar
cuidadosa procurando que el material quede en una capa fina. Puede realizarse tam-
bién la toma después de dejar cinco minutos en la zona una gasa empapada en sue-
ro. Todas estas maniobras humectantes tienen como misión ablandar la superficie y
poder obtener un material celular más rico debido a que la seque-dad del epitelio
vulvar hace que la exfoliación sea escasa. En aquellos casos en que la lesión mues-
tre una superficie gruesa, costrosa o hiperqueratósica, conviene raspar varias veces
para desprender dicha capa y obtener células de estratos más profundos. Algunos
autores recomiendan realizar un raspado sistemático en tres tiempos (superficial,
medio y profundo) que se extienden de forma individualizada. Por otra parte, en
lesiones erosivas y ulcerosas, puede obtenerse material con el método menos enér-
gico de la impronta, aunque se disminuye la seguridad al obtenerse un material más
escaso. El resto del procesado, fijación y tinción, es exactamente igual al utilizado
en cérvix.
VULVA NORMAL
INFECCIONES VULVARES
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8 Citología vulvar
B.- NO ESPECÍFICOS
PROCESO MICROORGANISMO MÉTODOS DIAGNÓSTICOS
ESPECÍFICAS
Condiloma acuminado
El término acuminado hace referencia a la forma espiculada de estas turno-
raciones que las hace semejantes al extremo afilado de las hojas del olivo. Son
pues lesiones espiculadas, de crecimiento exofítico, única o múltiples, que pue-
den llegar a alcanzar un gran tamaño. Los tipos de PVH que suelen estar impli-
cados en estos condilomas excrecentes son los denominados de bajo riesgo (6 y
11), por lo que la posibilidad de transformación maligna es muy escasa. El cua-
dro citológico no difiere esencialmente del ya comentado en cérvix, pudiendo
observarse coilocitos y disqueratocitos co n las características alteraciones nu -
cleares (figs. 1 y 2). Estas lesiones virales deben ser diferenciadas de la micropa-
pilomatosis vestibular, no relacionada con PVH, que se presenta como pequeñas
lesiones papilares, sin tendencia confluente, en introito y cara interna de labios
menores. En el raspado de estas lesiones no se observan las alteraciones citopá-
ticas por PVH.
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8 Citología vulvar
Herpes genital
El herpes simplex tipo 2 es el más
frecuentemente implicado en esta loca-
lización donde produce vesículas muy
dolorosas con tendencia a la ulceración.
En el líquido de estas vesículas y en el
raspado de las lesiones ulceradas pueden
identificarse los típicos efectos citopáti-
cos ya descritos en la infección cervical
Figura 1. Condiloma acuminado. Proliferación papi- (multinucleación, núcleos esmerilados e
lar del epitelio con atipia coilocítica de los estratos
más superficiales. inclusiones. (fig. 3).
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8 Citología vulvar
“Molluscum contagiosum”
NO ESPECÍFICAS
Oxiuros, hongos y tricomonas son
patógenos que ocasionalmente producen
cuadros de vulvitis intensa, con edema y
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8 Citología vulvar
Figura 6. Molusco
contagioso. Raspado
citológico en el que se
identifican los
característicos cuerpos
de molusco,
redondeados u
ovoideos, sobre un
fondo hemático con
escamas epiteliales.
acusado prurito. La identificación morfológica del agente causal se realiza con facilidad
en la extensión citológica siguiendo los mismos criterios ya descritos en el cérvix (figs.
7, 8, 9, 10 y 11).Características comunes al extendido inflamatorio vulvar son: la pre-
sencia de un fondo inflamatorio con leucocitos, el incremento de células paraqueratósi-
cas debido a un turnover celular elevado e, incluso, un cierto aumento en el tamaño nu-
clear que es preciso tener en cuenta para evitar confusiones con lesiones precancerosas.
Debido a que la mayor parte de la vulva está constituida por piel, una gran
variedad de procesos dermatológicos pueden afectarla. Este hecho, unido a las
Figura 7. Oxiuriasis vulvar. Obsérvense dos Figura 8. Oxiuriasis vulvar. Típico huevo de
hembras adultas sobre un fondo inflamatorio oxiuro e n el ángul o s uperi or junto c on células
intenso. superficiales y escamas anucleadas.
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Figura 14. Lesión intraepitalial (V IN). Lesión d e Figura 15. Lesión intraepitelial (VIN). E n varias
alto grado a nivel de vestíbulo, con atipia nuclear células del extendido se identifican alteracio-
y pérdida del gradiente madurativ o afectando a nes nucleares c on aumento del tamaño e irre-
todos los estratos. gularidades de la mem brana equivalentes a
una lesión de bajo grado.
TUMORES VULVARES
Muchos son los tipos de tumores que pueden afectar a la vulva, pero des-
d e u n p unto d e vista práctico los m á s frecuentes, o mej o r d icho, los m e n o s
infrecuentes, se pueden esquematizar d e la siguiente forma:
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Tumores escamosos
Papiloma escamoso
Carcinoma epidermoide
Queratinizante
No queratinizante
Basaloide
Verrucoso
Tumores glandulares
Hidradenoma papilífero
Enfermedad de Paget
Adenocarcinoma de glándula de Bartholino
Tumores melanocíticos
Nevus
Melanoma
Otros tumores
Linfomas
Tumores de partes blandas
De todos ellos, los tumores escamosos son, con gran diferencia, los más frecuentes,
bastante menos los glandulares y de rara aparición en esta localización melanoma y linfo-
ma. Los de partes blandas se dan sólo de forma ocasional en vulva y desde el punto de
vista citológico no tienen interés diagnóstico. A continuación describimos las característi-
cas de los menos infrecuentes incluyendo también el adenocarcinoma y el melanoma por
sus problemas de diagnóstico diferencial con éstos.
CARCINOMA EPIDERMOIDE
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Figura 17. Carcinoma epidermoide. Se observa, Figura 18. Carcinoma epidermoide. La extensión
sobre fondo sucio la abundante presencia de célu- procede de un tumor no queratinizante estando consti-
las escamosas malignas frecuentemente que- tuida por una placa de células neoplásicas con acusa-
ratinizadas. das alteraciones nucleares.
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HIDRADENOMA PAPILÍFERO
Figura 20.
Hidradenoma papilífero.
Se observa un espacio
quístico ocupado por
una proliferación
papilar compleja. En
algunas células se
evidencia diferenciación
celular apocrina.
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ENFERMEDAD DE PAGET
Figura 22. Enfermedad de Paget. Corte histológico Figura 23. Enfermedad de Paget. Extensión densa-
mostrando la invasión del epitelio escamoso por célu- mente celular con abundantes células de Paget de
las tumorales que alcanzan la superficie. núcleos voluminosos. En ocasiones estos núcleos
aparecen rechazados por moco intracitoplásmico.
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MELANOMA
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tumoral (fig. 25). En ausencia de este pigmento el cuadro citológico puede ser muy si-
milar al del Paget, siendo útil el recurrir a técnicas de inmunocitoquímica para diferen-
ciarlos (HMB-45, S-100).
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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9
CONTROL DE CALIDAD
Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
José Antonio Giménez Más
Estrategias de calidad
Estrategias de reclutamiento y seguimiento
Calidad de la toma de la muestra citológica
Técnicas automáticas de extensión de la muestra
Control de calidad de la observación
Nuevas tecnologías
Métodos automáticos de visualización
Impacto económico de los dispositivos automáticos
Expectativas de los dispositivos automáticos
Bethesda 2001: Criterios sobre automatización
Conclusiones
Bibliografía recomendada
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la saturación de las secciones de diagnóstico citológico de los servicios de Anatomía
Patológica y con alguna frecuencia se han detectado demoras de varios meses (en el
mencionado plan integral se estableció que no debería superar los 30 días). Este
hecho, además de ser éticamente reprobable por las responsabilidades que entraña,
puede dar lugar a reclamaciones justificadas y además es absolutamente contradicto-
rio con la finalidad médico-preventiva que anima dicha oferta sanitaria.
Si bien el cáncer de cuello uterino puede aparecer a cualquier edad, la mayor
parte de los casos se presentan en la quinta y sexta década de la vida, mientras que las
lesiones precursoras aparecen preferentemente antes, alrededor de los 35 años, lo que
evidencia un prolongado periodo de latencia en la mayoría de los casos. Las relacio-
nes sexuales precoces, la promiscuidad, las inmunodeficiencias y el tabaquismo son
factores que aumentan el riesgo. España puede ser considerada área geográfica de
bajo riesgo de cáncer de cérvix: la probabilidad de que una mujer española desarrolle
un cáncer de cérvix antes de los 75 años es de 0,5 a 1%, es decir, una de cada 2 0 0
ó 100 mujeres. Por ello la expectativa de encontrar casos positivos es proporcional-
mente pequeña, lo que fuerza una tendencia a la rutinización del trabajo de lectura y
diagnóstico citológicos cuyo mayor riesgo es la aparición de los denominados falsos
negativos, es decir, que algunos casos realmente positivos pasen, por una u otra razón,
desapercibidos. El número de éstos constituye una cifra que ronda el 20-30% según
las casuísticas, lo que establece una tasa de sensibilidad del 70-80% el cual, sin cues-
tionar la eficacia del denominado test de Papanicolaou sí que evidencia que tiene sus
límites y obliga a establecer periodos de control ajustados. Puede aceptarse que los
programas de detección precoz se asocian a decrementos muy importantes en las tasas
de mortalidad del cáncer de cérvix pero tienen un coste organizativo y económico que
es preciso asumir con responsabilidad y con las debidas medidas de control de calidad
para las que las nuevas tecnologías pueden ser de considerable ayuda.
ESTRATEGIAS DE CALIDAD
Para mejorar la eficacia de los programas de cribado del cáncer de cuello uterino
se han establecido estrategias diversas.
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que, en principio, toda mujer que haya tenido relaciones sexuales está expuesta
al cáncer de cuello uterino, se debería marcar como principal objetivo extender
al máximo la población bajo control. Deberían revisarse los motivos
(sociológicos, culturales, sanitarios, etc.) por los que algunas mujeres rehúsan la
oferta de cribado, especialmente a partir de los 50 años, ya que es a partir de
esta edad cuando surgen los casos en los que la enfermedad está en una fase
más avanzada, y quizás instar a la administración a un seguimiento puntual de
las mujeres no controladas recordándoles y aconsejándoles periódicamente.
El concepto de coste-efectividad de los programas de cribado del cáncer de
cérvix está ligado a las estrategias de reclutamiento (población general, grupos
de riesgo, etc.) y seguimiento (periodicidad de las tomas en condiciones norma-
les y patológicas) de la población. El objetivo de estos programas es la preven-
ción del cáncer cervical invasivo y teniendo en cuenta que su estadio avanzado
está liga-do a bajas tasas de supervivencia (90% para el estadio 1 y 10-15% para
el esta-dio 4) y que al menos la mitad de las lesiones in situ progresan a formas
invasivas, cualquier programa que detecte lesiones incipientes sería efectivo.
Según Fash, los principales componentes de un programa de cribado son
los siguientes:
Nivel de organización.
Edad de inicio.
Edad de interrupción.
Intervalo de tomas.
Estrategias de control de los positivos.
En términos generales, propone una edad de inicio entre 25 y 35 años y
una edad de cese entre 65 y 70, siempre que haya un mínimo de tres citologías
negativas. Igualmente establecería una periodicidad de control en un intervalo
de 3 a 5 años. Ante recursos limitados es preferible ampliar la masa de pobla-
ción controlada (aunque sea una sola citología en su vida) que limitarse a un
control perfeccionista de una pequeña población.
No obstante, el intervalo recomendado es variable según los autores y estos
mismos varían sus criterios a lo largo de consecutivas publicaciones. Modelos
de frecuencia de cribado indican que incluso un control cada 10 años reduciría
la frecuencia de cáncer invasivo en alrededor de dos tercios, de hecho el grupo
más numeroso de mujeres que mueren de cáncer de cérvix procede de las que
nunca han seguido un programa de cribado y la mayoría tienen más de 50 años
de edad.
Por todo ello, el mayor nivel coste efectivo se alcanza controlando muje-
res de alto riesgo previamente no chequeadas. Para evitar el estigma social que
supone clasificar a las mujeres en alto y bajo riesgo es recomendable informar a
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las pacientes de los factores de riesgo y que ellas mismas decidan sobre la frecuen-
cia de los controles. Bristow recomienda control de todas las mujeres que sean o
hayan sido sexualmente activas a partir de los 18 años. Tras tres citologías nega-
tivas el control se puede realizar cada tres años a excepción de los casos con uno o
más factores de riesgo (historia de múltiples compañeros sexuales, multiparidad,
infecciones sexuales previas, especialmente HPV, Pap anormal previo, bajo nivel
socioeconómico, fumadora de hace tiempo). Las mujeres con histerectomía vaginal
sin antecedentes de displasia no precisan ser controladas. A similares consecuencias
llegan otros autores.
Para controlar la aparición de displasias es conveniente controlar la incidencia
de la infección por HPV pero la evolución a carcinoma infiltrante depende, ade-
más, de otros factores. Actualmente se propone monitorizar a las pacientes con sero-
tipos (HPV-PCR) de alto riesgo para evitar el desarrollo de cáncer invasivo.
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el porta-objetos. La muestra así fijada y preservada es procesada automáticamente para
que tras filtración (ThinPrep, CYTYC Corp., USA) o tras centrifugación en gradientes de
densidad (AutoCyte PREP System, Tripath Imaging, USA) se obtenga una extensión
celular monocapa que permite una mejor observación. Aunque existen algunas reticen-
cias derivadas sobre todo de la menor presencia de células endocervicales que reflejan
proporcionalmente la disminución total de células extendidas parece haber coincidencia
en señalar que mejora la detección de lesiones y se reduce el tiempo de observación.
Existe casi unanimidad en la valoración de estos equipos (ThinPrep y Autocy-
tePrep) respecto a que aportan una sustancial mejora en la calidad de las muestras, lo
que incrementa la sensibilidad de la lectura (74 frente al 67%), sin variación apreciable
en especificidad, lo que no impide que algunos autores vean inconvenientes derivados
de un necesario reentrenamiento ya que existen algunos cambios celulares derivados del
cambio metodológico, dudas sobre la representatividad de la muestra, etc. Los motivos
que justifican esta mejora son los siguientes: Los dispositivos de toma de la muestra
permiten obtener alrededor de 1 ó 2 millones de células, se estima que, de éstas, con los
procedimientos habituales (espátulas de madera, bastoncillos de algodón, etc.) se retie-
nen sin que pasen al porta entre el 38 y el 80%. Por el contrario, el sistema de toma ba-
sada en fijadores líquidos utiliza la totalidad de las células que son recogidas en el me-
dio fijador. Tras homogeneizarlo, unas 70.000 células de la muestra, cantidad que se
considera representativa, pasan al porta en inmejorable calidad de preservación, en ex-
tensión monocapa. Se reducen además elementos que dificultan la lectura como hematí-
es, células inflamatorias y conglomerados celulares. Este pro-ceder permite reducir al
menos cuatro veces los errores de muestreo, lo que junto con una mayor calidad de la
extensión citológica, determina una evidente reducción de falsos negativos. Este método
fue aceptado por la FDA para sustituir a la técnica manual de extendido citológico en el
cribado del cáncer de cérvix.
Parte del éxito de los programas de cribado del cáncer de cérvix estriba en el
control de los "falsos negativos". Se habla de cifras de 5 al 25% de "falsos nega-
tivos" pero en muchas publicaciones no se conceptúa el término. Se considera que
entre el 70 y 90% de los "falsos negativos" son debidos a errores de muestreo y
que las células displásicas de pequeño tamaño o las agrupadas en acúmulos son
más difíciles de detectar y, por tanto, la causa más frecuente de errores de inter-
pretación. La sensibilidad del sistema en su totalidad se considera entre el 50
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y el 90%. Sawaya considera que, de las mujeres que desarrollan cáncer de cérvix, el
50% no han sido estudiadas. Del 50% restante, el 10% no han sido bien seguidas. El
resto procede del grupo de mujeres sometidas a los programas de cribado y son la
consecuencia de tumores que surgen del periodo de intervalo, erro-res de la toma o
de interpretación citológica. Un tercio de los falsos negativos son atribuibles a erro-
res de detección. Si se tiene en cuenta que el número de casos positivos detectados
en el cribado sobre población general es escaso y que cada frotis citológico contiene
alrededor de 300.000 células, será fácil comprender que el proceso de lectura tienda
a convertirse en un trabajo en el que el cansancio, la rutinización y la noción pre-
concebida de normalidad sean factores muy adversos. Se ha considerado que un
examen atento demanda al menos entre 5 y 10 minutos de observación como media,
lo que significa no más de 60-80 citologías por día de trabajo y observador. En
1988, en un intento por controlar la rutinización, los Clínica/ Laboratory Improve-
ment Amendments establecieron como medida de control de calidad el reexamen
(contradespistaje) d e al menos un 10%, al azar, de los casos negativos en una pri-
mera observación. Como alter-nativa se ha propuesto el reexamen rápido (30 segun-
dos) de cada caso negativo en la primera observación.
NUEVAS TECNOLOGÍAS
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sencillo: microscopio autofocus motorizado, cámara de vídeo de alta resolución, placa
digitalizadora (o cámara digital), monitor de vídeo de alta resolución y un sistema de
almacenamiento en disco óptico o cinta digital. El software utiliza parámetros diversos
(simples, de análisis contextual o redes neuronales) que final-mente lleva al desarrollo
de una función discriminante que permite tomar decisiones clasificatorias.
En la bibliografía revisada se han detectado los siguientes equipos de visualización
y detección automática (entre paréntesis el nombre de la firma comercial).
"AutoPap" (Neopath)
Aprobado por la FDA para screening primario en 1998.
Trabaja sobre preparaciones convencionales (extendidas manualmente).
Evalúa tamaño, forma, densidad y textura nucleares.
Su argumento es que ahorra dinero y trabajo porque es capaz de clasificar
un 25% de los casos para "no-revisión".
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Establece niveles de anormalidad en las citologías clasificadas "para revi-
sión".
Incrementa la sensibilidad a costa de perder especificidad, es decir, reduce
"falsos negativos" a costa de detectar muchos casos sospechosos ("falsos
positivos").
Es capaz de procesar entre 8 y 12 preparaciones cada hora.
Cuenta con un módulo LGS (Location Guided System) desarrollado recien-
temente que permite localizar en el microscopio las células sospechosas.
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Consta de dos componentes principales: "Instrumento" o procesador de
preparaciones y "Workstation" o interface del usuario. El instrumento
posee un vídeo-microscopio, sistema computarizado de visión de campos
y algoritmos propios para identificar (código de barras), interpretar y cla-
sificar las preparaciones citológicas. Realiza un barrido panorámico pre-
vio que identifica campos para ser examinados a mayor aumento. Puede
detectar cambios morfológicos asociados con anomalías epiteliales, cali-
dad de la muestra (componente escamoso, componente endocervical e
inflamación/artefacto) y cambios celulares benignos e infección.
En función de la puntuación asignada, proporciona un resultado que indi-
ca las acciones que procede realizar: "no revisión", "revisión", "revisión
de control de calidad".
Los casos para "no revisión" pueden alcanzar el 25%, pero no superar esta
cifra, y pueden ser archivados como normales. Entre éstos puede haber un
pequeño número de casos anormales o insatisfactorios así como infecciones.
Del 75% restante, clasificado para "revisión", al menos un 15% está mar-
cado como con alta probabilidad de tener alteraciones. Entre los casos
marcados para "revisión", algunos identificados como normales (WNL:
within normal limits) pueden sustituir al 10% seleccionado aleatoriamente
para "revisión de control de calidad" (CLIA '88).
Cada ocho casos el equipo se recalibra comprobando la integridad de los
componentes eléctricos, ópticos, mecánicos e informáticos.
Complementariamente, cuenta con un dispositivo denominado "AutoPap
Guided Screening System" que combina la tecnología descrita con un mi-
croscopio automático que permite localizar rápidamente y con precisión
las células anormales.
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ThinPrep Review Station, que conectado por cable al ThinPrep
Image Procesor permite visualizar los campos seleccionados y
marcarlos físicamente sobre el porta.
Recientemente aprobado por la FDA.
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IMPACTO ECONÓMICO DE LOS DISPOSITIVOS AUTOMÁTICOS
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c o n v e n c i o n a l e s d e l 9 7 % ) ; e s d eci r , a e x p e n s a s d e la a p a r ic i ó n d e fal so s
positivos (casos q ue la máq u i na detecta c o m o sospechosos) q u e requerirían
u n co ntro l exh a us ti vo p o r p arte d e exp erto s, y s u co nsig uiente i ncre me n to
d el co ste, s o b r e t o d o si s e ma n t u v i e r a la n o r m a d e crib ar ind i scr i mi n ad a -
mente a toda la población p o r med io d e to mas citológicas anuales.
E n co nclusió n, la ma yo r sensibilidad ap o rtad a p o r las nu e va s tecno lo -
gías p od ría tal ve z resultar e n u n a mo d e r a d a me j o r a d e las expectativas d e
vida, pero a un coste m u y superior al del cribado co nvencio nal. Las n ueva s
tecnolo gías serían r ealmente coste-efectivas si d e ellas se obtuviera u n sus-
tancial a u m e n t o e n la d etecció n d e caso s invas iv o s o d e alto grad o , lo q u e
n o h a sid o d e mo s tr ad o . M u y p r o b ab lemente, e l m e r o incre me n to d e la po -
b l a c i ó n r e c l u t a d a y u n a m e j o r e d u c a c i ó n p a r a r ed u c i r fa c t o r e s d e r i e s g o
p o d r í a n te n er u n m a y o r i m p a c t o e n las tasa s d e m o r t a l i d a d q u e el u s o d e
los méto d o s auto máticos.
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BETHESDA 2001: CRITERIOS SOBRE AUTOMATZACIÓN
http://bethesda2001.cancer.gov
Se pregunta por las normas reguladoras del desarrollo y aplicación de estos equipos por
el DHHS (Department of Health and Human Services) de los Estados Unidos.
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CDC (Centers for Disease Control)
Desarrolla los estándares para los programas CLI A y analiza la inspección
CLIA de los laboratorios clínicos.
Otras organizaciones
Supervisión por organizaciones profesionales ajenas al Gobierno Federal.
Recomendaciones
Recomendaciones
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INFORMACIÓN DEBE SER INCLUIDA EN EL INFORME
Recomendaciones
Los datos crudos tal como los suministra un sistema de lectura automática no
deben figurar en el informe. Estos pueden ser utilizados, junto a datos clínicos o
analíticos, para formar un juicio diagnóstico en los casos en los que hay que realizar
observación manual. Se trata de datos no diagnósticos que deben ser diferenciados
de la interpretación diagnóstica dada por el citotécnico o citopatólogo que es lo que
sí debe figurar en el informe.
Cuando no se considera necesaria la revisión manual, un citotécnico debe veri-
ficar que los datos generados por la computadora sean acordes con el informe, así
como también debe controlar que no haya datos clínicos que puedan modificar los
requerimientos de revisión de un caso en concreto.
El laboratorio debe controlar internamente quién realiza dicha verificación de
igual modo que debe hacerlo con otros controles de calidad.
CONCLUSIONES
PRIMERA
SEGUNDA
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que precisen la intervención final del ojo humano experto. Por tanto, los equipos
existentes son semiautomáticos, con niveles diferentes de automatización. Los
equipos de nueva generación que están surgiendo actualmente incorporan tec-
nología de extensión citológica monocapa, detectores de células sospechosas y
localizadores guiados de las células sospechosas.
TERCERA
CUARTA
QUINTA
Sin embargo, se ha demostrado que las dificultades en la prevención del cáncer cervi-
cal invasivo radican más en la falta de seguimiento de los programas de cribado por parte de
la población, especialmente grupos de riesgo, que en la metodología de detección. Por tanto,
en el momento presente, las estrategias organizativas y los esfuerzos económicos deberían
dirigirse a configurar infraestructuras que sensibilicen a la población para ampliar el número
de mujeres controladas, especialmente grupos de riesgo, y garanticen óptimamente el se-
guimiento y control de la población.
SEXTA
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cuando alcanzados los objetivos prioritarios de una mayor cobertura, especial-
mente de la población de riesgo, se dé la doble circunstancia de un notable in-
cremento del número de casos y un sustancial avance en la madurez de los
equipos automáticos.
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