Cuentos Cortos
Cuentos Cortos
Cuentos Cortos
Habia una vez un bosque donde pasaban cosas muy raras:los pajaros
maullaban,los lobos cantaban,las vacas,gruñian y los toros hacian un
sonido muy raro que se parecia a este:¡fre!,¡fre!
-¡¡¡¡Miaou!!!!¡¡¡Miaou!!!
Uga la tortuga
¡Caramba, todo me sale mal! se lamenta constantemente Uga, la tortuga. Y es que no es para
menos: siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas, casi nunca consigue premios a la
rapidez y, para colmo es una dormilona.
¡Esto tiene que cambiar! se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le
recriminaran por su poco esfuerzo al realizar sus tareas.
Y es que había optado por no intentar siquiera realizar actividades tan sencillas como amontonar
hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas de camino hacia la charca donde
chapoteaban los calurosos días de verano.
-¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis compañeros?
Mejor es dedicarme a jugar y a descansar.
- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta no es hacer el trabajo en
un tiempo récord; lo importante es acabarlo realizándolo lo mejor que sabes, pues siempre te
quedará la recompensa de haberlo conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren tiempo y esfuerzo. Si
no lo intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y siempre te quedarás con la duda de si lo
hubieras logrados alguna vez.
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda. La constancia y
laperseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos; por ello yo te aconsejo
que lo intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo necesitaba: alguien que me
ayudara a comprender el valor del esfuerzo; te prometo que lo intentaré.
Pasaron unos días y Uga, la tortuga, se esforzaba en sus quehaceres.
Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía porque era
consciente de que había hecho todo lo posible por lograrlo.
- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles metas, sinoacabar
todas las pequeñas tareas que contribuyen a lograr grandes fines.
FIN
Carrera de zapatillas
Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron temprano porque ¡era el
día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya estaban todos reunidos junto al lago.
También estaba la jirafa, la más alta y hermosa del bosque. Pero era tan presumida que no quería ser
amiga de los demás animales.
La jiraba comenzó a burlarse de sus amigos:
- Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta.
- Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo.
- Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga.
El zorro llevaba unas zapatillas a rayas amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con moños muy
grandes. El mono llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados.
La tortuga se puso unas zapatillas blancas como las nubes. Y cuando estaban a punto de comenzar
la carrera, la jirafa se puso a llorar desesperada.
Es que era tan alta, que ¡no podía atarse los cordones de sus zapatillas!
- Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto, todos somos diferentes, pero
todos tenemos algo bueno y todos podemos ser amigos y ayudarnos cuando lo necesitamos.
Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Y vinieron las hormigas, que
rápidamente treparon por sus zapatillas para atarle los cordones.
Y por fin se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus marcas, preparados, listos,
¡YA!
Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado una nueva amiga que además
había aprendido lo que significaba la amistad.
Colorín, colorón, si quieres tener muchos amigos, acéptalos como son.
FIN
Cuento sobre la amabilidad. Daniel y las palabras
mágicas
Daniel y las palabras mágicas, un cuento que fomenta la amabilidad a los niños
Te presento a Daniel, el gran mago de las palabras. El abuelo de Daniel es muy aventurero y este año le
ha enviado desde un país sin nombre, por su cumpleaños, un regalo muy extraño: una caja llena de letras
brillantes.
En una carta, su abuelo le dice que esas letras forman palabras amables que, si las regalas a los demás,
pueden conseguir que las personas hagan muchas cosas: hacer reír al que está triste, llorar de alegría,
entender cuando no entendemos, abrir el corazón a los demás, enseñarnos a escuchar sin hablar.
Es muy divertido ver la cara de mamá cuando descubre por la mañana un buenos días,
preciosadebajo de la almohada; o cuando papá encuentra en su coche un te quiero de color azul.
Sus palabras son amables y bonitas, cortas, largas, que suenan bien y hacen sentir bien: gracias, te
quiero, buenos días, por favor, lo siento, me gustas.
Daniel sabe que las palabras son poderosas y a él le gusta jugar con ellas y ver la cara de felicidad
de la gente cuando las oye.
Sabe bien que las palabras amables son mágicas, son como llaves que te abren la puerta de los
demás.
Porque si tú eres amable, todo es amable contigo. Y Daniel te pregunta: ¿quieres intentarlo tú y ser
un mago de las palabras amables?
FIN
El caballo y el asno
El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo,
suspirando dijo:
- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar
con todo, y hasta con la piel del asno encima!
Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo pide, sin que lo
notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando a ti mismo.