Romancero General - Tomo I - Agustín Durán

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BIBLIOTECA

DE

AUTORES ESPAÑOLES
(TOMO X DE LA COLECCIÓN.)

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AUTORES ESP LJkJ7<

DESDE LA FORMACIÓN DEL LENGUAJE HASTA NUESTROS DÍAS.

ROMANCERO GENERAL

COLECCIÓN DE ROMANCES CASTELfcANOí


ANTI5RIORES A L SIGLO X V I I I ,

RECOGIDOS, ORDENADOS, CLASIFICADOS Y ANOTADOS

POR DON AGUSTÍN DURAN.

TOMO PRIMERO.

MADRID,
M. R I V A D E N E Y R A - E D I T O R .
ADMINISTRACIÓN : MADERA B A J A , NÚM. 8.

1877.
IMPRENTA, ESTEREOTIPIA Y GALVANOPLASTIA DE ARIBAU Y COMPAÑÍA (SUCESORES DE R I V A D E N E T R A )
IMI>KESORES DE CAMAHA DE s. M.— Calle del Duque de Osuna, nilm. 3.
,
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PROLOGO.

EN esta nueva edición de los Romanceros voy á seguir un plan análogo á la


publicada desde 1828 á 1832. Entonces y ahora me propuse formar una colección
de romances de todas las épocas, hasta los últimos años del siglo xvn, para que
reunidos resulte en una serie de composiciones el princjpio, progresos y retrocesos
de esta forma de poesía, que empezó por el inculto pueblo, se continuó por los
juglares, y mas tarde se aceptó por los poetas para devolverla á su origen mas
bella y perfecta, y aunque menos espontánea y natural, no privada del sello y ca-
rácter propio de los tiempos en que nació y de las épocas en que se fué modifi-
cando.
ÍJien quisiera ordenar los romances por su antigüedad, pero es casi impractica-
ble, puesto que en general se ignora la fecha de su composición, y solo puede va-
gamente conjeturarse observando su lenguaje, sus modismos y el carácter de sus
narraciones. Un plan así concebido diera margen á graves yerros, y excluiría la
posibilidad de cualquiera otro método, que por su sencillez, ya que no por su
erudición, fuese claro y practicable. En estas razones me he fundado para cla-
sificar los romances por series de materias y asuntos, en vez de hacerlo sobre
otros datos vagos é inciertos. No obstante, á riesgo de mil errores fáciles de
cometer y difíciles de evitar, en un apéndice que seguirá á este prólogo, adop-
taré por via de ensayo un método, que aplicaré á cada romance en el índice
de materias, designándole la clase y épocas á que presumo puede pertenecer,
atendiendo á su espíritu, carácter, construcción y lenguaje.
La primera edición fué benignamente recibida, con particularidad en la pa-
tria de los sabios eruditos Schlegel, Bouterweck, Grim, Huber, Depping, Wolf [\) y
otros tantos críticos alemanes que se dedicaron y dedican al estudio de la litera-
tura románica y de los siglos medios, para conocer á fondo el influjo de ella en
los adelantamientos y civilización del mundo. Los trabajos de los escritores ale-
manes que me precedieron, han influido en los míos; así como también los que
(1) Sin la publicación que elSr. Wolf ha hecho lente descripción bibliográfica en su Rosa de ro~
de aquellos romances de las Rosas, de Timoneda, manees, publicada en Leipsik, 1846, de la cual tuvo
que no están incluidos en otras antologías mas co- la bondad de regalarme un ejemplar. Ninguna de
muñes y conocidas, no hubiera podido insertarlos, las composiciones que contiene creo se haya librado
pues hasta hoy dia no se conoce mas ejemplar de tan de las reformas y alteraciones que á Timoneda le
precioso libro, que el que dicho señor halló en la plugo hacer en las que no son completamente suyas,
biblioteca de Viena. De él nos ha dado una exce
Vi PRÓLOGO.
después publiqué no han sido del todo estériles á los que me siguieron; suce-
diendo en esto, como era natural, que se cruzasen, se encontrasen y asimilasen
ideas de un mismo origen, y que influidas por el mismo espíritu, se forman so-
bre datos, hechos y estudios idénticos, aplicados al mismo fin.
Aunque el espíritu de reacción haya provocado el estudio de la historia de
la edad media para oponerse á los novadores que, rompiendo contra todo lo
pasado, han querido reconstruir á priori las sociedades; aunque este espí-
ritu, digo, no haya en modo alguno presidido á mis planes, es preciso con-
venir que la antorcha de la buena crítica emanada de él me guió en las ta-
reas comenzadas, y que el aprecio de los extranjeros á nuestra literatura me
la ha hecho mas interesante. Emprendí estas tareas cuando un poder arbitrario
dominaba nuestra patria, y por ello me fué imposible manifestar libremente
las ideasfilosóficasque abrigaba ; pero arrostré la dificultad bordeándola, de-
seoso de que la juventud amiga de las letras comenzase su emancipación om-
nímoda (2), rompiendo primero los estrechos límites que al ingenio y la inteli-
gencia habia impuesto una crítica empírica y exclusiva, que la obligaba á
imitar modelos indirectos de la naturaleza representada bajo formas ya muertas,
ó cercanas á espirar, aun en el mismo sitio de su cuna.
Después de mediar el siglo xvín fué moda en Europa, y mas en España, des-
preciar la patria literatura, sin haber estudiado y conocido la buena de nuestros
antepasados. Hacíase un vanaglorioso alarde de preferir lo extraño á lo propio,
%
y se tenia por ignorante y t>árbaro al que dudaba de la infalibilidad de los nova-
dores. Cundió y debió cundir el contagio, porque era mas fácil ser eco de los
pretendidos críticos, que estudiar bien lo antiguo para crear sobre ello ; porque
era mas cómodo traducir que inventar; porque costaba menos imitar lo hecho,
que reformar lo pasado y conformarlo á las variaciones que debia tener. En tal si-
tuación apenas hubo quien saliese al encuentro de tan extraviadas ideas, siquiera
para discutirlas. Perdido así el buen camino, nos quedamos reducidos á ser
debilitados ecos de lo que era bueno y acomodado á los paises donde nació, mas
que entre nosotros no podia producir creaciones espontaneas ni vivificador en-
tusiasmo. Nos sucedió lo que á aquel que escribe en papel rayado, cuya letra,
' aunque bella y acabada, siempre carece de soltura y elegancia, y jamas tiene
el carácter de originalidad.
También participé del mismo error general; también sacrifiqué en el altar de
la moda al temor de que se me tuviese por necio y ridículo; también tuve la au-
dacia de reprobar lo que me era poco conocido, y de despreciar en público lo que
en secreto admiraba. Pero llegó el tiempo de madurez y de reflexión, y conocí
que la red que circuía al ingenio nacional era muy estrecha, y que la tierra an-
siaba recibir en su seno la semilla de buenas y liberales doctrinas, para que brotase
briosa y fecunda. Mi único mérito en este caso fué conocer que era llegada la hora
de la emancipación literaria; el de atreverme á romper la primera malla de la
red que la impedia, y en fin, el de arrojar en el suelo ya preparado la semilla
que debia brotar. Apenas entonces teníamos un crítico que osase defender nues-
tra antigua literatura considerándola en sí misma, y como medio necesario pa-
ra recuperar la perdida originalidad é independencia que debiera nacer de la
unión de lo pasado con lo presente ; apenas uno que pensase en deducir de ella
(2) La emancipación del pensamiento en literatura su esencia, es su mejor auxiliar. Tal déspota manda
es la aurora de la independencia, y el síntoma mas quemar á un filósofo, y no se atreve á ofender á un
expresivo de nacionalidad. Como no inspira recelos, poeta. El primero pasa desapercibido, el segundo
como se introduce en las masas sin perturbación apa- suele ser el ídolo del pueblo/y el que eleva su inte-
rente del orden publico, aunque no es la libertad en ligencia á graves cosas,
PROLOGO. Vil

una teoría racional que la diese unidadfilosófica; apenas uno que quisiera pre-
sentarla bajo el aspecto de espontánea belleza que la caracteriza. El mas arroja-
do no era bastante audaz para defenderla en su propio terreno, y se contentaba
con colocarla en el lecho de Procusto, y haciendo salvedades tímidas y conce-
siones importunas la quería ajustar á un cuadro mezquino éincapaz de conte-
ner las nobles y grandiosas dimensiones del verdadero ingenio español y de su
nacionalidad. Deseoso de excluir tan falsos medios de defensa, sustituyéndoles
los verdaderos y fundados en altas y extensas consideracionesfilosóficas,y an-
siando rescatar los graves yerros que cometí por obedecer una incalificable
moda, publiqué un opúsculo sobre el drama español antiguo, varios artículos de
crítica escritos en el mismo sentido, y el discurso preliminar al Romancero de
caballerescos é históricos, los cuales ensayos, buenos ó malos como son, dieron
á la crítica un nuevo giro, y la sacaron del camino empírico y estrecho que tomó
al mediar el siglo xvm.
. Nunca me pesó haber acometido tamaña empresa, pues el tiempo y los hechos
han demostrado que la idea que la presidió era fecunda, favorable y digna de
que otros mas sabios la realizasen. Animado por esto, inducido por algunos ami-
gos , viendo ademas que después de tantos años ninguno de los que mejor que
yo podían , publicaron trabajos análogos á los que habia iniciado (3), y que nos
dejaban prevenir por los extranjeros, me pareció indecoroso esperar mas y con-
denar al olvido lo que desde 1832 á 1844 habia trabajado para, en su caso,
publicar una nueva edición de los Romanceros, mas abundante y completa que
la precedente, cuyos primeros tomos, empezados como por juego, elevaron des-
pués mi pensamiento á las miras serias y filosóficas que se observan en los
últimos (4).
El resultado que mis tareas, por su oportunidad,, alcanzaron, me animó á
continuarlas. A ello he sacrificado una carrera pública con que me brindaba mi
posición social. Reducido á voluntaria oscuridad, sin ambición de ninguna clase,
el poco renombre adquirido y la posición que ocupo, debidos son á estas tareas,
que, aunque constantes y continuas, no me han impedido cultivar otros estu-
dios mas serios, ni contribuir á la propagación de aquellas doctrinas generosas
que emancipan el pensamiento, ordenan las ideas, ensalzan la humanidad y le-
vantan el corazón y el ingenio á grandes cosas..
Doloroso es por cierto que una de las mayores dificultades que he tocado sea
(3) Mi mayorgusto fuera que otros mas aptos, ins- riquezas y dinero, que nunca tocó mis manos, sino
truidos y menos sujetos al error, se hubiesen encar- para gastarlo en libros, comprados ademas á costa de
gado de los mismos ó análogos trabajos á los que otros goces. El móvil de mis deseos ha sido ser tan
emprendí. Naturalmente desconfiado del acierto, útil al pais, como lo permitían mis cortos recursos
aceptara como un favor que cualquiera se encargase intelectuales, morales y materiales. Bien sé que nada
de una tarea, si no enojosa, penosa y difícil. En la de esto me librará, ni debe librar, de la justa critica
discusión, mis ideas, mis observaciones, han sido que merece una obra imperfecta ó mal hecha; pero
siempre comunes á todos, á nadie las escondí; en me da derecho á responder que no me era posiblu
el consejo fui franco y leal; en los hechos, mis l i - presentar otra cosa de lo que sabía ó pensaba.
bros, apuntes y recursos estaban á disposición, no (4) El nuevo giro que di á la obra, mas que á na-
solo de mis amigos, sino hasta de los indiferentes. da, se debió á los consejos de mi muy querido amigo
Todo esto es notorio, no habrá quien lo niegue, y D. Manuel José Quintana, á la afición que desde mi
prueba que deseaba hubiese quien se me antici- infancia me ha manifestado, y al tierno interés con
pase y ahorrase de continuar trabajos que creia no que me honró en todas las épocas y circunstancias
poder ejecutar con aquella perfección sin la cual, solo de la vida. Este sabio, noble y distinguido, me per-
a falta de otros mejores, pueden ser tolerables. Y en suadió que se esperaba de mí algo mas que una anto-
efecto, si bien se mira, ¿qué interés personal pudo logía mejor ó peor ordenada, mas ó menos completa
incitarme á un trabajo tan penoso y deslucido? No que las existentes, y que para que esta clase de tra-
el deseo de gloria y de renombre, que alcanzan mez- bajos presentase alguna utilidad, convenía acompa-
quinos y miserables á un editor de romances viejos; ñarlos de observaciones científicas, donde se halla-
no el anhelo de honores, distinciones y considera- sen los resultados de mis estudios sobre la historia,
ciones públicas, á que nunca aspiré ; no el ansia de la literatura y la civilización española.
Vftt
PRÓLOGO.
la de reunir los libros oportunos á mi plan. Apenas, á fuerza de grandes saénfi-
cios, logré adquirir la cuarta parte de aquellos que fácilmente se encuentran en
las bibliotecas de Londres, de Viena y de Paris, donde parece que á porfía se
han aglomerado los documentos literarios de España. La bibliografía es una cien-
cia mal apreciada y mal protegida entre nosotros : hay pocos que la cultiven, y
menos que á fondo la conozcan. Cuantos á ella se dedican ninguna recompensa
esperan, sino la de satisfacer su afición álos libros, que en general no tienen mas
uso que el de pasar apolillados de unos á otros estantes, ó de salir para el ex-
tranjero. Por eso las primeras antologías de romances regularmente concebidas
y bien pensadas se han hecho en Alemania. Alemanes son los que mejor han pu-
blicado la historia de nuestra literatura y teatro ; los que sabia y filosóficamente
han reimpreso , comentado y juzgado algunas de nuestras crónicas. Ingleses ó
anglo-americanos son los que hoy escriben ó han escrito las historias de Carlos V,
de los Reyes Católicos, de Colon, de Méjico y otras muchas. Para hacerlo bien
no escasean gastos ni viajes, ni los gobiernos les niegan los auxilios necesarios.
Entre tanto, condenados á un marasmo y apatía incalificable, miramos estupefac-
tos lo que pasa, y sumidos en la pereza dejamos la gloria para los otros, y nos
dormimos sin cuidado. ¿Cuándo despertaremos? Cuándo aquel brioso ingenio que
admiróla Europa sacudirá su letargo? Tiempo vendrá en que se levante, y pronto
sin duda le veremos desplegar sus entumecidas alas para recobrar el puesto que
le corresponde en la sociedad culta; así lo esperamos, así comienza á verificarse;
así sucederá, pues aparece una activa juventud que se lanza en la carrera, y á
quien solo le falta tener mas constancia en el estudio y menos ansia por los go-
ces materiales ó los de una desmedida ambición.
Sin embargo de tantas dificultades he podido reunir para esta segunda edición de
los Romanceros, y del Cancionero, si esta llegaá hacerse, ademas de los originales
que para la primera tuve presentes, algunos otros muy raros y preciosos, que solo se
hallan en pliegos sueltos, impresos ántesó poco después demediar el sigloxvi(5),
(f>) En estos pliegos, impresos casi todos antes hallan, pero mas ó menos modernizados y erudita-
de 1550; en el Cancionero de romances, en las Silvas mente desfigurados, en los romanceros de autores
y otras antologías impresas desde mediados del si- particulares, tales como Sepúlveda, Timoneda y
glo xvi en adelante, es donde se presenta lo mas otros poetas que se propusieron poner las crónicas
genuino y precioso de los romances viejos y ver- en verso, imitando los romances viejos, remendando
daderamente populares: es decir, de aquella poesía su lenguaje y conservando aquel espíritu antiguo que
que, ruda é inartificiosa, pero natural, sin colores en aquellos predominaba. Aunque privadas estas
prestados y libre de toda imitación erudita, nos da composiciones del carácter de espontaneidad y sen-
una idea de los esfuerzos que contribuyeron á per- cillez de sus modelos, sin embargo no carecen de
feccionar el idioma y á amoldarle para la expresión interés é importancia, pues representan el carácter
de los pensamientos. La mayor parte de estas com- de su época, conservan vestigios de las anteriores,
posiciones son anónimas, y sin fecha de tiempo cierto y contienen muchas tradiciones populares, que sin
que sirva para ordenarlas con exactitud cronológica. ellas fueran perdidas. También Gabriel Laso de la
Ninguna, tal como ha llegado á nosotros, puede Vega, Pedro de Padilla, Lúeas Rodríguez, Alonso
creerse anterior al siglo xv; pero muchas conservan de Fuentes, Juan de la Cueva, y otros mejores ó
profundos vestigios de ser reproducciones ó reformas peores poetas de "profesión, tuvieron la idea, en el
de otras mas antiguas, recibidas de la tradición oral ultimo tercio del siglo xvi, de reducir á romances
antes de haberse impreso. Mezcladas con estas, hay varios hechos de la historia antigua y moderna desde
otras del siglo xv, que parecen son primitivas y Adán hasta su tiempo: lo hicieron por su cuenta,
eontemporáneas á los hechos que refieren. Por tales teniendo en poco los romances viejos, despreciados
pueden considerarse varios romances que tratan de por los modernos, que aspiraban a mayor cultura.
las correrías y batallas que acaecían entre los moros Pero como en su tiempo predominaba el mal gusto,
y los cristianos fronterizos, que ciertamente se can- y dichos autores carecían acaso de las dotes del in-
tarían por los mismos jefes y soldados que intervi- genio necesarias para excitar el entusiasmo, lejos de
nieron en tan continuadas luchas. También pueden mejorar lo antiguo, no hicieron mas que sustituirlo
tenerse por primitivas, aunque mas modernas, y mas con obras un tanto pedantescas é hinchadas, que
bien trasmitidas al pueblo, que de él tomadas, aque- deslucían sus trabajos. Sobre todos, Juan de la Cueva
llas composiciones del siglo xvi y xvu, en que se se excedió á sí mismo, y es mucho decir, por los de-
narraban y consignaban hechos palpitantes y céle- fectos y exageraciones que se hallan en sus romances
bres de dicha época. Algunos romances viejos se históricos.
PRÓLOGO. •*
cuya mayor parte debí á la fina amistad de D. Jacobo María Parga, ilüslíé sabio
y noble caballero,cuya erudición, ciencia, libros, auxilios y consejos se antici-
pan siempre á los deseos de quien los necesita.
Estos son los únicos recursos de toda clase que he alcanzado para verificar mi
empresa. Si en la presente edición del Romancero general, así como en la de los
anteriores, se echan de menos las composiciones místicas y devotas, no es por
desconocer su importancia, sino por considerarlas á propósito para un trabajo
especial que contenga los pensamientos primitivos, y la idealidad poética que
los vivifica en las nacientes sociedades.
Refiriéndome en todo á lo que en el discurso preliminar al Romancero de caba-
llerescos é históricos he dicho sobre el origen de la combinación métrica llamada
romance, añadiré, para evitar dudas, que en el presente caso esta voz expresa
la idea de una composición de versos iguales, que, no excediendo de ocho sí-
labas cada uno, y siguiendo una misma rima desde el principio al fin, se com-
binan de suerte que los pares resultan rimados, y sueltos ó libres los impares.
Hay sin embargo algunos, en versos cortos pareados que se usaron ya en el
siglo xv, y otros de la última mitad del xvi, en los cuales para adorno y gala
se mezclan, con el texto vulgar, variedad de metros y combinaciones. A todos
estos, á pesar de su anómala construcción, los he considerado y clasificado
también como romances.
Para ordenar y metodizar este trabajo, he considerado los romances en tres
grandes series, á saber: la de fabulosos ó novelescos, la de históricos y la de
varios.
A la primera corresponden los moriscos, los caballerescos y algunos de los
vulgares; á la segunda, los de historia verdadera ó tradicional; y á la tercera
la de asuntos amorosos, satíricos y burlescos, que consideran las pasiones, las
virtudes y los vicios subjetivamente, ó según el sentimiento íntimo y moral para
expresar las unas, ensalzar las otras y castigar ó ridiculizar las costumbres y los
actos viciosos.

OBSERVACIONES '
SOBRE LOS BOMANCES MORISCOS NOVELESCOS.

Dos diversas modificaciones experimentaron las costumbres y literatura de


Europa por su trato y comercio con los pueblos de Asia y con los africanos. La
una, obrando mas particularmente desde el siglo xi sobre los hombres del Norte,
produjo la expresión feudo-oriental (6), contenida en los poemas y en los libros
inspirados por los sentimientos caballerescos propios de la época. La otra, fun-
dada sobre la civilización mas libre y democrática (7) que creó la necesidad de
(6) Llamamos feudo-oriental á la civilización y á de poderes aislados primero, que después adquirie-
la literatura que resultó de las comunicaciones entre ron la unidad necesaria para constituir un sistema de
los pueblos feudales del Norte, con los monárquicos gobierno. Los fueros adquiridos individualmente por
absolutos del Oriente. los señores en el Norte, formáronla monarquía feu-
(7) La democracia apareció entre nosotros bajo dal, mientras en Castilla los fueros de los Comunes
las aparentes formas del feudalismo, puesto que las produjeronlamonarquíademocrática.Igualfuépues
libertades y fueros adquiridos por los pueblos eran el principio de uno y otro sistema, diversos sus re-
de privilegio, asimiladas alas que se otorgaban á los sultados por la diferente aplicación de aquel; pero
señores, y no de derecho general y común. Pero co- su terminación fué la misma, supuesto que la mo-
mo cada ciudad, villa ó lugar privilegiados consti- narquía, vencedora de los señores en el Norte y de
tuía en su régimen interior un gobierno comunal y los pueblos en Castilla, se convirtió en un poder
democrático, luego que se extendieron y multipli- arbitrario.
caron los afueramientos, se vino á formar una suma
g PRÓLOGO.
reconquistar el país perdido, produjo en España la poesía de un caballerismo
especial, como se ve en los romances moriscos novelescos de que vamos á tra-
tar, y aun en muchos históricos ó mistos con fabulosos de que hablaremos des-
pués, y que fueron la iniciación de los mas modernos novelescos. Comenzaron
aquellos, ó á lo menos los que nos son conocidos, y tales como á nosotros han
llegado, en el siglo xv ; en el xvi y parle del xvn llegaron á su apogeo ya re-
vestidos de la parte de pompa oriental que aceptamos de los árabes directamente.
Luego que nuestros caballeros y poetas vieron el pais libre (8) de sus contrarios,
se apoderaron con frenesí de los recuerdos que habían dejado, de manera que
al leer los cantos de aquel tiempo nadie creería que los moros no ocupasen la
España y no la poseyesen todavía. Las guerras, los combates, lasfiestas,los
juegos, los amores, los celos y las pasiones, la expresión de los sentimientos y
de las ideas, las galas, los trajes y aun los nombres : todo, todo en los roman-
ces moriscos es una escena completa, un retrato vivo y brillante, un espejo fiel
de aquella parte de recuerdos que los moros nos dejaron cuando partieron á los
desiertos de Berbería, y que amalgamados con los elementos de nuestra antigua
civilización y los progresos de la nueva, formaron el sistema poético popular que
predominó en España desde las tres últimas décadas del siglo xvi, hasta el úl-
timo tercio del XVH. Aunque los asuntos de estos romances fuesenfingidos,su
espíritu era la misma verdad, no solo respecto á la época en que se inventaron,
sino aun al de la anterior que intentaban reproducir embellecida. A nadie que
los estudie filosóficamente se le ocultará la verdad moral que contienen, con solo
observar la fácil inspiración que los anima y vivifica. Allí se conoce desde lue-
go que se imita, no ya un modelo extraño é indirecto, sino una segunda natu-
raleza creada por haberse combinado y asimilado elementos que anteriormente
existieron aparte; allí se ve la manera cómo se modificaron é influyeron uno
en otro dos pueblos diversos; y en fin, allí se percibe el influjo que ejerció el
trato hostil, pero caballeroso y noble, en el espíritu de dos razas que muchos
siglos se combatieron, mas que habitaban el mismo suelo sobre que guerrearon,
y que á su pesar, y aun sin conciencia de ello,confundían y aunaban sus dife-
rentes civilizaciones en cuanto eran compatibles. -
La idolatría dedicada al valor individual bárbaro, pero generoso y en sí mis-
mo confiado; la afición á duelos y desafíos singulares; el culto místico y apasio-
nado rendido al bello sexo, eran las cualidades que caracterizaban á los descen-
dientes del Norte. Pues bien, las costumbres hijas de ellas, aceptadas por los
moros, templaron, á pesar del Alcorán, sus instintos celosos, modificaron sus
hábitos guerreros, y les impusieron un espíritu caballeresco que antes les era
desconocido. A la par que esto sucedía, nuestros contrarios nos comunicaron
una parte de su amor á las ciencias y á las artes : su ostentoso lujo, su ferviente
imaginación, su inspiración lírica, su sutileza ideal, y otra multitud de cualida-
des que, á pesar de obstinada resistencia sostenida por el fanatismo religioso, lle-
garon á corregir nuestra barbarie, y á formar entre musulmanes y cristianos
unais) casi identidad
Con efecto, de hábitos,
poco antes costumbres
de la conquista y literatura
de Gra- pueden provenir deque, si ellos
épocas míseros
anteriores des-
á las citadas.
nada, y quizá
terrados nohasta algunos años
pudieron después, seentre
conservar, hallan nosotros dejó
Sin embargo, un
si nos indeleble
atenemos á lossello,
romances,que ni
parece
pocos romances moriscos novelescos que tengau ves- cierto que solo después de la expulsión de los moros
los siglos
tigios ni los de
muy señalados cataclismos sociales
la poesía árabe. hansepodido
Varios de destruir.
desarrolló ¿Quién
con brio entre no percibe
nosotros en
aquella parte
los
losderomances
la primera sección se aproximan
moriscos la ricamas á ella, y de poesía
y abundante vena que
de nos
fantasía
dejaron.que nos comunicá-
PROLOGO. »
ion los árabes, y que aunada después de su expulsión á la ruda, áspera, fiera
v melancólica caballerosidad de los españoles, constituyó un género de literatura
mas análogo á la época en que nació, que no los elementos que le formaron? En
los romances moriscos novelescos ó mistos es donde existe mejor el tipo del
carácter y caballerismo propiamente español, modificado por los árabes, y tam-
bién la poesía que nació de tan feliz unión. En efecto, entre este y el producido
desde las Cruzadas por la fusión del orientalismo con las costumbres feudales,
cuyo reflejo recibimos de Francia, hay tanta diferencia como entre los sistemas
políticos predominantes en el Norte, y el monárquico liberal que mucho tiempo
nos fué propio y exclusivo. La Francia, algunos tiempos antes que nosotros,
produjo libros de caballería feudal, tuvo traducciones de las fábulas sánscritas de
la India, las acomodó á su carácter y costumbres, y formó con ellas aquellos
cuentos libres, punzantes y graciosos que propagaron sus troveras ó juglares.
Igualmente la Italia, empapada de las ideas francas, se nos anticipó en aceptarlas
y en fundirlas después con la poesía clásica, griega y latina, que antes que en
ninguna parte allí fué conocida, estudiada y aceptada con fecundísimos resulta-
dos (9). En este sentido y con estos modelos escribieron los italianos, con mas ó
menos felicidad, aquella multitud de poemas caballerescos precursores del Or-
lando furioso (10), en el cual se reasumieron todos los elementos compatibles de
la poesía clásica con la románica, hija del estado social de los siglos medios. Así
fué como la literatura europea empezó y completó el nuevo sistema poético que
reunia todos los medios de imitación conocidos é incrustados, por decirlo así,
en las modernas sociedades. Verdad es que en los primeros tiempos de la res-
tauración literaria, la poesía y las lenguas vulgares tuvieron que sostener una
obstinada lucha con los entusiastas de las bellezas de Homero y de Virgilio, y
de la perfección de sus idiomas. Pretendían nada menos que excluir todos los
modelos, todas las lenguas diferentes, ó que no perteneciesen á los poetas y
oradores que admiraban. Pero el instinto y necesidades de la nueva sociedad
los obligaron á desistir de su empeño; y las grandes, sublimes y magníficas crea-
ciones de la moderna civilización triunfaron alfindel espíritu reaccionario que
procuraba ahogarlas en la cuna. Era ademas imposible que el lenguaje de las
naciones que tenían obras como las Partidas, libros como los caballerescos, é
iniciados poemas como la Divina Comedia, fuese vencido y aniquilado por el
idioma latino, por mas que se le intentase reducir á su primitiva pureza, por
mas que se le volviese á corromper bajo otras formas, para darle la aptitud
necesaria á expresar el nuevo orden de ideas introducido por otra civilización.
Al tratar de los romances moriscos me ha parecido oportuno exponer, como lo
he hecho, mis conjeturas sobre los vestigios que conservan de la parte que los
árabes españoles nos dejaran de su espíritu oriental; pero ademas de ellos hay
otros con igual denominación , que no tomaron sus asuntos en nuestras guerras
con los moros , ni en los hábitos por ellas creados, sino en los poemas italianos
donde predomina el espíritu feudal modificado por el orientalismo. Mucho he
(9) Algunos siglos antes de la época de la restau- gen románico, exceptuando quizá la provenzala.
ración, ya eran conocidos en Europa, si no los libros (10) En este poema italiano y en todos los que le
clásicos eenuinos de la antigüedad, sí al menos los precedieron y tomaron sus asuntos de las fábulas car-
asuntos de que trataban. Acaso en esta época nos lovingias, se ve la civilización del Oriente en pre-
aventajamos los españoles en el estudio seno y pro- sencia de la feudal; pero no, como en los romances
fundo de algunas materias que tratan. Testimonio moriscos, la de un pueblo que modificó líMsuya bajo
irrecusable de esto son las Partidas del rey Don el influjo de costumbres muy democráticas un tiem-
Alfonso, que prueban no solo la ciencia adquirida po, aunque ya subyugado por la monarquía pura, ó
acerca del derecho, sino también que nuestra len- próximo á serlo,
gua se anticipó muchísimo en perfección á las de orí-
x „ - PRÓLOGO.
titubeado sobre si debia comprender estos romances entre los moriscos : muchas
razones me inducian á ello; pero al fin decidí incluirlos con los caballerescos,
porque lo son en efecto en su espíritu y en sus formas.
Ocurrióme también alguna duda para colocar otros varios romances. Tienen
tanta semejanza con los moriscos novelescos, y hay tanto de fantástico en mu-
chos de los que versan sobre las hazañas, duelos, amores y hechos individua-
les ocurridos durante nuestras últimas guerras contra los moros de Granada,
que casi debieran formar al lado de los mas fabulosos; pero al fin, en favor de
la verdad que contienen y de la fe que les da el vulgo, me decidí á incluirlos
entre los históricos. Pertenece quizá alguno á losfinesdel siglo xv, casi todos
al xvi y muy pocos al xvn: es decir, á aquellas épocas en que estaba vencida
la aristocracia, humillado el pueblo, y los grandes hombres próximos á conver-
tirse ó convertidos ya en cortesanos, no solo en España, sino en la Europa en-
tera (14).
Considerando.así los romances moriscos, y atendiendo á que su número es
limitado, he incluido en esta colección todos los que llegaron á mi noticia, aun-
que haya algunos bastante malos, y otros que con monotonía repiten los mis-
mos pensamientos y escenas.
Se han dividido en las secciones siguientes :
Primera. Romances moriscos sueltos : es decir, que no forman series de
historia fabulosas ó novelescas.
Segunda. Romances que son una sucesión de novelas mas ó menos completas.
Tercera. Id. satíricos, jocosos y burlescos.
Cuarta. Id. imitaciones de los comprendidos en las anteriores secciones.
Interesantísimos sobre todos parecen los de la primera sección, entre los
cuales hay muchos cuya fecha no es posible conocer, pero que pertenecen sin
duda á la época tradicional.
Pocos de ellos, á nuestro corto entender, como se conservan en su actual re-
dacción, se compusieron antes de mediar el siglo xv; mas no será extraño que
(11) La creación de ejércitos permanentes en el de Paredes, los duques de Alba, con otra multitud
Norte después de las Cruzadas, y en España al termi- de generales, gloriosos sí, pero sumisos palaciegos,
nar la guerra de Granada; el uso que de aquella y no ya fieros y nobles caudillos de un pueblo libre,
fuerza hicieron los monarcas contra sus propios sub- generoso é independiente. ¡Qué diferencia, en efecto,
ditos; las guerras extranjeras que diezmaban los entre estos, y el noble Rodrigo Diaz de Vivar! Aque-
pueblos, y que los reyes porsu ambición provocaron llos servían á un rey, este y sus iguales le defendian y
y sostuvieron; la ruina dé la aristocracia en unas ayudaban en nombre y en'interes de la patria; aque-
partes, y el olvido de las libertades públicas donde, llos prodigaban sus bríos caballerescos y su sangre
como entre nosotros, eran conocidas y practicadas; para lucirse en la servidumbre, el otro y sus seme-
la codicia desmedida de riquezas, cambiaron en po- jantes para engrandecer y libertar su pais.No parece
co tiempo la faz política de la Europa. Con la total sino que nuestros grandes del siglo xvi y siguientes,
expulsión de los moros se extinguió en España la in- con sus vanagloriosos esfuerzos empleados en obje-
mediata necesidad que los reyes tenian de los pue- tos de extraño y extraviado interés, trataban de ago-
blos ; se ahogó el estímulo que vivificaba al amor tar aquel inmenso manantial de verdadero, noble y
patrio, y que levantaba en los corazones el deseo de útil caballerismo, cuyo impulso sentían aun en sus
participar en las cosas públicas, tan desconocido en- pechos ; no parece sino que el pueblo, olvidado de
tre los siervos feudales, como practicado y sostenido la parte que tuvo en los negocios públicos, solo pen-
entre nosotros. Los proceres y el pueblo castellano, saba en el oro que del Occidente manaba, y que, de-
bajo los cañones de Cisneros y el águila austríaca, sertando de su industria y sus talleres, no tenia otra
aunque ya sin miras de conservar ó recuperar un po- idea que la de una fortuna aventurera y como caida de
der político, aunque sin esperanzas de enfrenar la los cielos, ó una arriesgada holganza que compraba
arbitrariedad, que de incógnito y cubierta de laure- con un mosquete para quemar los herejes de Flándes,
les se venía encima, á pesar de los esfuerzos facticios ó pelear en Italia contra los franceses que la oprimían.
y desordenados que, tarde ya, hicieron los comune- Entonces fué cuando pulularon en España los libros
ros , conservaron sin embargo aquel espíritu caba- de la familia de Amadis, á cuyas nobles pero extrava-
lleresco compatible con su nueva posición. En la gantes hazañas querían remedar las nuestras; enton-
época de decadencia política brillaron los Pulgares, ces fué cuando el inmortal Cervantes, admirador de
los Garcilasos, los Gonzalos de Córdova, los García los antiguos héroes, hirió de muerte á los nuevos, y £
XIV
PRÓLOGO.
sean reformas ó remedos de otros mas antiguos. Descúbrese en ellos cierto candor
primitivo, cierta expresión de sencillez semi-bárbara; un lenguaje tan en su in-
fancia ; tantas palabras, frases y giros de expresión anteriores á la reforma con
que se nos presentan, que es imposible no.considerarlos como de una muy re-
mota procedencia, y como hijos de un espíritu que se empleaba en asuntos e
invenciones de suyo muy populares, aunque ya impregnadas del colorido oriental
que los árabes nos iban lenta y escasamente comunicando.
Representan los de la segunda sección una época artística subjetiva y linca,
llena de cultura, pero políticamente corrompida; una poesía rica, brillante y
perfecta, inclinada y aficionada á la novela, pero caminando muy temprano á la
exageración y al mal gusto. Hay en ella multitud de composiciones inspiradas y
con un lenguaje puro, correcto, vigoroso, lleno de armonía y capaz de expresar
toda clase de pensamientos, y de describir con vivísimos colores todos los ob-
jetos físicos y morales que la naturaleza puede contener. Los romances de esta
sección son la idealización completa de los Histórico-fabülosos, tales como los
que tratan de las hazañas, empresas y hechos atribuidos á los Vargas, Pulgares,
Garcilasos, etc. El espíritu de moda influyó mucho en la boga que tuvieron, y en
la cansada monotonía que á muchos les impuso la necesidad de repetirlos por
acomodarse al gusto público y facticio de la época: Así se observa que entre los
romances moriscos novelescos hay muchos que solo lo son en sus aparentes
formas, cuando en realidad pueden, con mudar los nombres de los protago-
nistas, convertirse en otro género de los eróticos ó descriptivos. Pero esto no
impide que los genuinamente moriscos no sean descendientes y no contengan
todos los vestigios del orientalismo árabe que los caracteriza. Los cuadros que
forman los Romances moriscos novelescos no son ciertamente la poesía árabe
pura, ni la castellana primitiva, sino la fusión de ambas en las nuevas formas
que,adquirió la civilización por el roce y trato de ambos pueblos. Desde los
romances fronterizos, á los histérico-fabulosos, y desde estos á los moriscos
novelescos, se percibe una graduación continua que señala sus trasformaciones,

guisa de destruir los libros cabellerescos, encarnó el Francisco I, á Felipe II ó á sus guerreros cortesanos.
puñal de la sátira, ya seria, ya festiva, en el corazón Al escribir estas líneas nosotros no pensamos lo mis-
corruptor y corrompido del siglo xvi. El instinto, si mo; pero creemos que el gran poeta retrataba fiel-
acaso no la razónfilosófica,obrando sobre el ingenio mente los españoles de su tiempo que empleaban
divino del poeta, le hicieron adivinar los resultados sus fuerzas colosales en servicio y utilidad ajena,
que tendrían los increíbles pero mal empleados es- creyendo servir la propia.
fuerzos de sus compatricios. Cervantes caricaturó Cuantos lean y mediten la clase de romances que
en su obra el espíritu ridiculamente exagerado de las motivan estas observaciones, y los comparen conlos
altas clases, contraponiéndole el sesudo y razonable que son ó se refieren á épocas anteriores, conocerán
de las medias, y el prosaico de la gente vulgar,cuyo qué no del todo son infundadas estas conjeturas. Es
carácter tímido, receloso, desconfiado y egoísta, se preciso confesarlo de una vez: las glorias adquiridas
formó bajo el despotismo y la inquisición. Don Qui- por nosotros después de la conquista de Granada, y
jote , el cura y Sancho Panza forman la unidad com- las que de ella emanaron, no fueron todas de buena
plexa de la sociedad española en aquel tiempo: todos ley: llevaban en sí el germen de destrucción y deca-
los demás incidentes son el desarrollo y las combi- dencia , y nos cegaron hasta el punto de descuidar
naciones y graduaciones de los tres principales tipos. aquellos intereses que constituyen la verdadera y
Por esto, y porque no es una sátira individual, sino estable prosperidad de las naciones. Llevamos, sí,
un cuadro completo de costumbres, el libro no ne- la civilización á remotos y desconocidos países, mas
cesita de buscapié ni clave. Algunos han pensado lo nos estacionamos en la nuestra; nos llenamos de
contrario; pero aunque se les concediera la razón, metales preciosos, pero perdimos la industria indí-
todavía valdría la nuestra de que Cervantes no esgri- gena : como Midas, convertimos en oro cuanto toca-
mió su pluma contra el antiguo caballerismo que ban nuestras manos; pero hasta la camisa nos llegara
reconquistó la patria, sino contra aquel facticio y de á faltar, si en cambio del oro comprado con sangre
moda que se empleó después para turbar ó defender no nos viniese de las ajenas. Las conquistas, las glo-
a S
»? ,, £ -C a s a s N a d i e h a Á lcho
' u e D
q ° n Quijote fuese rias, los triunfos que hadamos ó ganábamos, se vol-
el conde Fernan-Gonzalez, ni el Cid Campeador; y vieron alfincontra nosotros, que adormecidos sobre
muchos han creído que representaba á Carlos V, á ellos, de ellos abusamos pródigamente.
x, T PRÓLOGO.
é indica lo que influyó en ellas el espíritu que las anima, y la moda que las aceptó
y corrompió. Esta clase de romances, y los de las dos siguientes secciones, repre-
sentan la época en que el pueblo, apartado enteramente de los negocios públicos,
abatido y sin un interés vivaz y heroico que lo animase, dejó á los poetas el cui-
dado de divertirle, ya que no podia'ni pensaba hacer otra cosa.
El título de la tercera sección indica bastante el objeto de las composiciones
que contiene. Parodias de los romances moriscos, sátiras contra la moda de ha-
cerlos , y exageraciones para ridiculizar sus formas y pensamientos : hé aquí lo
que en ella se encuentra.
La cuarta sección está llena de buenas y malas imitaciones de los romances
de la segunda, presentando algunas de mucho interés, que pintan el giro que die-
ron á nuestro espíritu las guerras contra los turcos. Sobre todo los deDragut, de
Ochali, ArnauteMahami, de quien fué cautivo Cervantes, conservan la memoria
de hechos gloriosos y retratan las costumbres de piratería de los berberiscos, el
trato que daban á los esclavos cristianos, y los sentimientos que en estos producía
su cautividad y el ansia de tornar á su patria. Su mayor número pertenece á los
heroicos ó amatorios.
El conjunto de estas cuatro secciones forma un cuadro bastante completo del
espíritu, origen y vicisitudes por que pasaron los romances moriscos fabulosos
desde la época de tradición á la artística inclusives, y en él podrá examinarse la
mayor ó menor probabilidad de nuestras conjeturas.
Algunos pensarán que, no por los romances moriscos, sino por los históricos
ó caballerescos, debería haber comenzado este ROMANCERO , suponiendo á estos
mas antiguos que los otros. No lo he ejecutado así, porque aunque es cierto que
el mayor número de los históricos sea mas de época remota y tradicional, entre
los moriscos se hallan algunos de igual clase y época. Así pues, y como cada
uno de los romanceros que componen la obra contiene romances viejos de tra-
dición y genuinamente nacionales , era indiferente, respecto á ese punto, el
comenzarla con uno ó con otro.

OBSERVACIONES
SOBRE LOS ROMANCES CABALLERESCOS.

En el discurso que sobre estos y los históricos puse al frente de ellos, en la


primera edición, manifesté lo que me pareció conveniente para ilustrar la
materia , y á lo dicho me remito. Sin embargo voy á exponer lo que de nuevo
he pensado para completar aquel cuadro. No es culpa mia si la escasez de do-
cumentos gráficos me obliga á buscar, en los pocos que quedan, las verdades
que entreveo, mas bien hijas del sentido crítico, que de escrituras formales.
La índole, el carácter y los asuntos de que tratan los romances caballerescos,
propiamente dichos, proceden casi todos de los libros y novelas de su género,
escritos y propagados durante los siglos medios en los países feudales y en los
tiempos de las Cruzadas. De allí los tomamos y aceptamos los españoles desde el
principio, si no por el espíritu que los anima, casi extraño á nosotros, á lo menos
por las hazañas y valientes hechos que refieren y nos eran simpáticos. Las crónicas
caballerescas escritas, ya en verso, ya en prosa, eran los elementos de la epopeya
de los tiempos feudales, como las rapsodias lo fueron de la Riada y la Odisea en
los siglos heroicos de la Grecia. Circunstancias particulares á nuestro estado so-
PRÓLOGO. •»
cial multiplicaron entre nosotros hechos, hazañas y situaciones dignas de la
epopeya; pero aquellas mismas impidieron que se desarrollase un pensamiento
de unidad trascendente, propia del poema épico. En vez pues de este, los
romances primero, y luego el drama , suplieron su falta en cuanto era posible.
De todas maneras es preciso confesar que no tenemos otra cosa , y que nuestras
composiciones de aquel género, ya de origen clásico ó ya feudal, son malas ó
medianas copias.
Aunque revestidas las crónicas caballerescas de accesorios imaginarios, fan-
tásticos y fabulosos, así como hemos dicho lo están los romances moriscos, no
por eso carecen de cierta verdad histórica relativa. Los héroes de ellas podían
ser verdaderos respecto á los tiempos en que existieron, y las costumbres lo eran
respecto á aquellos en que se escribían. Así es que, despojadas de su parte ima-
ginaria y de sus adornos fantásticos, resulta luego un anacronismo expresado
con formas relativamente verdaderas.
Los libros y poemas del Ciclo caballeresco bretón, proceden de cantos y tra-
diciones populares, mucho mas antiguos que ellos, donde se celebran hazañas de
héroes reales, que los troveras desde el siglo xn revistieron á la usanza de su
época feudal y del espíritu aventurero de los normandos. Lo mismo puede decirse
de las crónicas novelescas de origen franco : Carlo-Magno y sus Pares, aunque
en realidad existieran, no fué ciertamente del modo con que se retrataron y pin-
taron en los tiempos mas crudos del sistema feudal, ni su colorido tan brillante
y fantástico como el que los cruzados importaron del Oriente.
La poesía del Norte, reformada por el trato con los asiáticos, llenó la Francia
de su espíritu y se exhaló en libros de caballería que cundieron por toda Europa,
mientras apenas eran conocidos en España, sino por unos pocos romances, y
eso privados de las brillantes bellezas orientales, y del picante, epigramático
y sabroso francesismo que les era propio.
En las bibliotecas de Francia existen numerosos códices de novelas y de ex-
tensos poemas sobre asuntos caballerescos, de los cuales apenas obtuvimos, que
sepamos, sino alguna traducción hecha en el siglo xv. El Amadis de Gaula,
del todo fabuloso, á diferencia de los anteriores, que participan de la historia,
pertenece á una serie que pudiera llamarse Greco-gala. Su origen, harto dudoso,
pudo ser para nosotros una imitación de fábulas anteriores, desconocidas del
vulgo hasta el siglo xvi, en que aparecieron reformadas. Así es preciso pensar-
lo, no solo porque es muy posterior á las de Artusy Carlo-Magno, sino porque,
aun siendo nuestro, sería, como lo fueron los libros de Esplandian y sus descen-
dientes, nacidos y muertos en España en el siglo xvi, producto de un espíritu
feudal facticio y falso, que si poco valió en su tiempo mas crudo, menos pudo
influir después que en toda Europa desaparecía como poder.
De las novelas bretonas, de las francas y de las greco-galas: es decir, de las
de la Tabla redonda, de las Carlovingias y de las de los Amadises, está tomado
el cortísimo número de romances caballerescos que poseemos; y de la escasez
y de la corta duración que, aun los tomados de las últimas, con decirse nuestras,
tuvieron, debe presumirse que no simpatizaron mucho con nuestro carácter, ni
alteraron gravemente nuestras costumbres populares. Si así sucediera entre los
italianos, ciertamente que no existirían aquellas obras maestras, aquellos ver-
daderos poemas épicos que nos admiran. Algo habia sin duda en el espíritu ca-
balleresco feudal, que le rechazaba del de nuestro caballerismo peculiar. Entre
otras muchas causas que pudieron influir para esto, no es quizá la menor la de
no sernos necesario. A la verdad, que durante la dominación goda comenzaron
& iniciarse entre nosotros los elementos sobre que luego en el Norte se asentó
xvi ¡PRÓLOGO.
el feudalismo completo. No hay duda que algo de él se trasladó á las Asturias;
pero muy pronto, por la necesidad de reconquistar la patria, desapareció tal en-
gendro, hasta tal punto que, á duras penas y bajo muy templadas formas, se
conservó en las provincias limítrofes de la Francia, y un tanto retoñó bajo el
mando de algunos monarcas de Castilla. No tuvieron igual dicha los paises mas
setentrionales, donde, como un gigante á un pigmeo, ahogó el feudalismo la
monarquía y el poder popular. Allí cada nación, hecha pedazos, fué repartida
entre cierto número de magnates y poderosos, que se consideraron como due-
ños absolutos del territorio, de sus habitantes cultivadores é industriales, y se lo
distribuyeron como botin. Con el dictado de feudatarios de la corona al prin-
cipio, y luego como adversarios y competidores del que la llevaba, ejercían en
sus estados, sin freno alguno, todas las atribuciones de una omnímoda sobe-
ranía. Guerreaban entre sí y contra el monarca, y hacían con él tratados que
le humillaban y empobrecían, despojándole de sus posesiones y derechos. En
los territorios feudales, cuantos no eran caballeros, eran siervos juntamente
con sus mujeres y sus hijos : sus bienes eran en último resultado del señor, así
como también la honra de sus familias. No habia otra ley que la fuerza ; y el
hierro, que cubría el cuerpo de los señores y sus satélites, sirvió solo para ul-
trajar los inocentes é indefensos siervos, rompiendo cada dia, cada hora, cada
instante, según la voluntad del señor, hasta las promesas hechas sobre la con-
servación de la vida. Por lo mismo que semejante arbitrariedad se ejercitaba en
multitud de divisiones y subdivisiones de terreno, pesaba el despotismo hasta
sobre el mas ínfimo y oscuro de la sociedad. Allí era preciso rescatar del señor,
á fuerza de dinero ó de servicios, la honra de las hijas y de las esposas, la con-
servación de los bienes, que como prestados se poseían , y en fin; hasta el de-
recho de vivir en la miseria. Preciso fué pues que surgiese un remedio, paliativo
al menos, que mitigase tanto desconcierto, tantos dolores como atormentaban
la humanidad esclavizada. Nació este remedio del mismo exceso de los males:
apareció con sus mismas formas, y aun con su mismo nombre. El derecho del
mas fuerte, aplicado por el instinto innato de la justicia, de la humanidad y del
Cristianismo, formó una especie de religión entre sagrada y profana. Sobre estas
bases se fundó lo que llamaron orden de caballería, que apoyado en la nece-
sidad y en la opinión, mas que en leyes positivas, fué poco á poco ganando
terreno y adquiriendo vigor para combatir y vencer la fuerza bruta inmoral con
otra también arbitraria como aquella, pues no tenia mas freno que la concien-
cia ; pero razonable y humanitaria. El íntimo sentimiento religioso y compasivo
por un lado, y por otro las costumbres propias de un valor individual y guerrero,
y las pasiones de amor y de gloria, se aunaron para producir el espíritu caba-
lleresco de donde procede la literatura, que generalizándole'y extendiéndole co-
municó á todos los paises, donde era necesario, su influjo benéfico y consolador.
Do quier que un caballero armado se presentaba en defensa del débil y oprimido,
surgia un poeta cantando sus proezas, ó un narrador trazando una crónica no-
velesca, no tan
(12) Aunque desnuda
en España de verdad
no encarnó tanto elque
feu- no participase de la historia; ni tan libre
mismas formas aparecieron los fueros comunales y
de ornatos imaginarios y fantásticos, quecomenzaron
dalismo como en otros paises, no por eso se crea que no se asimilase á lapúblicas,
las libertades fábula.adquiriendo
Hé aquí las
el
del todo carecimos de é l ; al contrario, bajo sus ciudades y villas privilegios feudales, como los go-
espíritu de los libros caballerescos escritos con colorido oriental, y propagados
en los pueblos feudales mucho antes del siglo xn.
Ahora bien, como por circunstancias particulares no encarnó en España hon-
damente el sistema social y político (12) que lo produjo; como fuertemente com-
PRÓLOGO. XVII
batido no triunfó decididamente; como los reyes á una con los pueblos lo hicie-
ron abortar; como teníamos leyesfijasy escritas en códigos mas ó menos gene-
rales (13); como la justicia se ejercía con poco constantes excepciones por los
zaban las personas. Hay mas: en los paisesjimítroles nistrativas que atajaron y contuvieron moralmente
con la Francia, tales como Cataluña, Navarra yAra- los desmanes é ímpetus de los bárbaros vencedores.
gon, se presentó el feudalismo con una fuerza sufi- Desde el punto que los árabes ocuparon la Península,
ciente, si no para ahogar del todo la libertad, á lo la aristocracia goda, fugitiva en las montañas, quedó
menos para ponerla en muy estrechos apuros. Tam» casi anulada, pues también desde entonces el pueblo
bien en Galicia y Portugal los borgoñones, que acu- solo se encargó, y podia encargarse, de recuperar la
dieron al llamamiento de Alfonso VI como nuestros patria y su independencia. En tan alta é inmarcesible
auxiliares en la reconquista, introdujeron y estable- empresa, sinriquezasni poder, los cortos restos do
cieron en gran manera las costumbres feudales á que los antiguos nobles tuyieron que confundirse con el
venían habituados. Ni aun la Castilla se libró del to- pueblo armado, de donde en adelante salieron los cau-
do de esta plaga, pues dicho monarca, dando el ejem- dillos y guerreros defensores del pais: todos fueron
plo de llamar en su auxilio, para recobrar á Toledo, soldados, y el pechero mas oscuro, que á su costa sos-
á los señores extranjeros que á ello le ayudaron, tenia armas y caballo, dejaba de pagar tributos y pe-
se inoculó de Ios-hábitos exóticos que traian de sus chos mientras cumplía aquellas condiciones. Elhom-
patrias, cuando casado con una princesa de Francia, bre de armas bastante rico para mantener á su costa
supeditado por ella, llegó á consentir que se faltase una mesnada, adquiría los fuerosy privilegios de alta
á las capitulaciones hechas con los moros; que el ri- nobleza ó de hidalguía, salvo el perderlos y descender
tual muzárabe fuese sustituido por el romano;y que de su estado si se empobrecía. Esto no era á la ver-
el Papa adquiriese derechos extraordinarios sobre la- dad muy común, porque la muerte le libraba de se-
iglesia española. Deseoso de recompensar á los ex- mejante riesgo, o los despojos de los enemigos le
tranjeros, y poderosamente influido por la Reina y daban riqueza y opinión. Con tales elementos, el del
su favorito francés el arzobispo D. Bernardo, quiso feudalismo no podia incrustarse hondamente en la
también introducir el sistema feudal en Castilla, y aristocracia castellana, forzada por las circunstan-
para ello repartió tierras y levantó señores con todos cias á armar al pueblo, á emanciparle de aquellos
los privilegios feudales que existían en Francia, y.aun restos de servidumbre que habian quedado mas
todavía mas exagerados. No fué el último en aprove- por hábito que por poder ni fuerza de continuarla.
charse de estas larguezas el arzobispo D. Bernardo, Los castellanos estaban todos armados, todos eran
alcanzando para los monjes de Sahagun tales dere- conquistadores, todos peleaban pro aris et focis :
chos sobre los terrenos que les fueron concedidos, y del seno del pueblo salían los jefes de la guerra, sin
tan duros y escandalosos, que muy luego los pueblos que la nobleza de raza por sí sola bastase á su eleva-
sometidos á ellos se alzaron y entablaron contra el ción ; el pueblo era en fin un ejército, mandado mas
monasterio una encarnizada lucha que duró algunos bien por un valiente caudillo elegido por el voto pú-
siglos. Lo mismo sucedió respecto a otros barones y blico, que por una ley de sucesión establecida. Las
monasterios; pero todos hallaron tan constante y du- villas y lugares eran ó habian sido fronterizos y pe-
ra resistencia, como era de esperar de aquellos que leado por su cuenta para atacar ó defenderse del ene-
acostumbrados á ser libres, se les imponia dura ser- migo, y por lo tanto, casi aislados de un poder cen-
vidumbre. El mal éxito de la idea que preocupó el tral, se constituían en comunes, concejos ó ayunta-
ánimo de Alfonso VI, y las causas porque de ella mientos; formaban de por sí una individualidad, y
triunfó, en Castilla particularmente, un sistema ligadas, una federación mas ó menos lata, mas ó
verdaderamente nacional arraigado en hábitos y menos independiente del poder general establecido.
costumbres hijas de circunstancias necesarias, se Este, que no podia acudir á todas partes, se veia
podrán deducir de lo contenido en la siguiente nota, forzado á confiar la defensa de los pueblos á los po-
donde hemos formado un cuadro de las vicisitudes bladores, y á consentir, á título de concesiones, fue-
sociales que condujeron nuestra civilización por un ros, derechos y ventajas á las ciudades y villas, tan
camino diverso del que siguió en otros países. democráticos en su esencia, cómo en sus formas
parecidos á los aristocráticos que se otorgaban á los
(13) Tan atrasados como estuvimos en obras de nobles y ricos hombres. Apenas se habia reconquis-
bella literatura durante los siglos medios, otro tanto tado algún territorio, acudían pobladores de todas
y mas nos adelantamos á la Europa en tener un sis- las clases para fundar villas y lugares fronterizos,
tema político y civil, que precedió á las ideas filo- que tenían que defender y disputar al enemigo con
sóficas modernas. Nuestra aristocracia, como en la incansables desvelos y riesgos crecidos y continuos.
anterior nota expusimos, no fué nunca desde el si- Los mismos señores que por parte de botín ó por otros
• glo vni, sin contradicción, completamente feudal; y títulos adquirían los terrenos conquistados, se puja-
como es muy curioso observar la marcha que siguió ban en ofrecer ventajas á los pobladores, y á costa
nuestra civilización desde que los árabes nos inva- de leves prestaciones estipulaban aquellos fueros,
dieron, no podemos resistir el deseo de formar un privilegios y cartas-pueblas tan democráticas, tan
cuadro que presente y reúna las ideas que acerca libres, que aun hoy día nos asombran. Los ayunta-
de ello nos ha sugerido el estudio de nuestra anti- mientos y concejos realengos, y aun los de señorío y
gua historia y literatura. behetría, llegaron á ejercer en sus respectivos terri-
La aristocracia en otros países ahogó el sistema y torios un poder administrativo, jurisdiccional y aun
el poder de los comunes, hijos y descendientes de los político tan lato como el de las antiguas repúblicas,
municipios. Al contrario sucedió en España, porque é igual al que los señores feudales ejercían en sus do-
el poder del clero, todo popular en su espíritu y minios. Tenían vasallos pecheros, y aun solariegos,
e; encía, aun en la época goda conservó y extendió los cuales á la verdad fácilmente se rescataban, eran
entre los vencidos costumbres y atribuciones admi-
T. X,
XVIII
PRÓLOGO.
merinos, en alzada y en nombre del rey, es claro que no necesitábamos caba-
lleros errantes y aventureros que anduviesen en cuesta de doncellas que am-
recibidos por miembros del común, y admitidos á y en fin, trabajos que bien ó mal meditados ya exis-
participar de todos los derechos políticos y forales, tían, que no buscar, reunir y declarar aquellos do-
incluso el de no pechar, sin consentimiento de la cumentos'que, aislados y parciales, en la apariencia
comunidad, mas tributos que los estipulados con ofrecían poco interés é infinitas dificultades en su
los reyes ó los señores. Así, y por estas causas y cir- estudio y en su aclaración. Sin embargo, los fueros,
cunstancias, adquirieron los pueblos los fueros y l i - ostumbres, privilegios y cartas-pueblas de las ciu-
bertades de privilegio y de costumbre, que en otros S ades, villas, lugares y comunes, contienen, mejor
países, arrancados por los señores á monarcas dé- que todo lo consultado hasta el día, la base y el orí-
biles, constituyeron el poder feudal. Extendidos gen, la historia verdadera denuestos costumbres
estos derechos tales como existieron en Castilla, públicas, de nuestras libertades, y del sistema polí-
mas no sin cruda resistencia de algunos señores, tico y de gobierno iniciado en los mas remotos tiem-
fueron, por decirlo así, la regla general opuesta, pos de la fundación de nuestra monarquía. Del estu-
aunque asimilada á los feudos individuales y perso- dio de la antigua literatura popular castellana pudi-
nales que obtenían ó usurpaban los grandes vasallos mos muy bien deducir conjeturas acerca del carácter
de la corona. Hé aquí cómo se alzó entre nosotros un histórico de la nación; pero siempre el acierto que- •
poder popular fuerte y vigoroso, al lado del feuda- dará dudoso si no hubiese comprobantes que las jus-
lismo que los señores franceses, auxiliares en la re- tificasen. En los documentos arriba dichos, aunque
conquista de Toledo, procuraron introducir; y cómo no los hemos examinado bien, es donde se hallarán
se formó un sistema social y político, que ahora ten- acaso pruebas para confirmar las ideas emitidas en
dríamos por imposible y anárquico; pero que, nece- esta nota, ó medios de desvanecer nuestros errores.
sario entonces, fué el escudo de la autoridad real, Hasta ahora tan preciosos papeles han estado desco-
salvó la institución monárquica, se ligó estrecha- nocidos unos, diseminados otros, y todos sin formar
mente con ella, la enlazó con las libertades públicas, un cuerpo de datos históricos. La empresa útilísima
reconquistó la patria y defendió muchas veces á los de reumrlos y publicarlos, comenzada por el oficial
monarcas de las usurpaciones de los grandes. Entre de la biblioteca de la real academia de la Historia,
nosotros puede decirse que los fueros conquistados D. Tomas Muñoz, si, como debe serlo, es protegida
por los comunes eran el poder feudal que se conver- por'el gobierno, llegará á producir útilísimos resul-
tía en democracia, y se oponía al feudalismo aristo- tados. Este apreciable sugeto, después de haber ter-
crático, conservando algún tiempo sus mismas for- minado con buen éxito su carrera literaria, y defen-
mas. No entendemos por lo expresado suponer que dido en lasfilas,como oficial, las libertades patrias,
estas ideas políticas dejaron de entreverse en otros víctima de la disciplina y de su propio honor, ahora
países: al contrario, considerándolas provenientes oscuro y postergado, se dedica a publicar una colec-
de la extensión dada á los municipios romanos, sos- ción de dichos preciosos documentos. El estudio de
tenidos y conservados mas ó menos por el clero, es ellos, hecho posible y fácil, debe ser muy impor-
muy uatural que algunas simpatías tuviesen entre tante. Allí se verán claros muchos errores come-
los pueblos del Norte. En estos, y en circunstancias tidos en la historia, la causa de ellos, y quizá la
análogas, el poder comunal, bajo cualquiera forma necesidad de considerarla bajo un aspecto diverso
que tomase, debió luchar contra el feudalismo per- del que hasta ahora ha tenido , allí aparecerá cómo
sonal ; debió ser sostenido por los reyes; pero en los siervos del antiguo régimen, llamados después de
todas partes débil y vencido, solo enEspañalogró un criation, y que siguieron á sus señores á las monta-
triunfo duradero, y constituyó un sistema comple- ñas astúricas, fueron adquiriendo derechos de patria
tamente desarrollado, cuyo influjo aun so deja sentir potestad y de dominioen las cosas; y cómo por con-
en nuestras costumbres. Estas observaciones y re- cesiones necesarias ó contratos libres llegaron á ser
flexiones instintivas, sugeridas en nosotros por el solariegos y á emanciparse de la gótica costumbrede
estudio de nuestra historia y literatura antigua, no accesión al terreno, bajo condiciones estipuladas, y
se hallan gráficamente estampadas en los libros, ni á veces sin ninguna. Aijí se aclarará cómo estos he-
erigidas en sistema; pero del conjunto de ellas no es chos, al principio aislados, hijos de circunstancias
imposible deducir lo que conjeturamos. Quizá muy particulares y no de un sistema á priori, mas ade-
pronto nuestras conjeturas hallen documentos que lante por agregación, y luego por asimilación, for-
las acrediten. En ello convenia nuestro amigo Don maron grupos de costumbres, que alfingeneraliza-
Rafael Llanos, hombre generoso y digno de esclare- das, se constituyeron en leyes, que repitiéndose^'
cerse por sus estudios históricos, y malogrado é in- copiándose en los fueros y cartas parciales, adqui-
justamente desatendido por causas leves y por espí- rieron aquella unidad que produjo todo un sistema i
ritu de partido, y que falleció en temprana edad político y civil. Allí se advertirá cómo las comuni-
cuando empezaba su noble carrera. dades, que á imitación de los municipios se forma-
Parécenos que hasta ahora no nos es completa- ron ó existían con atribuciones administrativas y
mente conocida la historia política y civil de nuestra económicas, las extendieron hasta las de adminis-
patria, porque hemos descuidado y prescindido de trar justicia, y aun á las de otorgar ó negar nuevos
los medios mas á propósito para su estudio, conten- tributos á los señores,según mutuas estipulaciones.
tándonos con registrar las crónicas y la historia ofi- Allí se verá que los beneficios en otros países com-
cial y erudita, sin hacer cuenta de otros documentos prados á dinero, entre nosotros se obtenían á precio
esencialísimos que, oscuros ó incógnitos, yacen en de sangre derramada en defensa de lo conquistado
los archivos, ó esparcidos y olvidados en algunas bi- por todos y para todos, obteniendo libertades en
bliotecas. Era mas cómodo, sin duda, registrar l i - cambio de batallas, y logrando alfinformar un sis-
bros hechos y códices coleccionados escritos en un tema de gobierno en que, cual en las guerras, cada
lenguaje fácil de comprender, códigos ya formados, uno tenia su parte correspondiente. En los citados
i l X
PRÓLOGO.
narar, de viudas que defender, m de huérfanos que proteger. Por eso, aunque
consignados en los códigos, los duelos del juicio de Dios, y los desafíos entre
castellanos, eran en España, después de la época goda y aun durante ella, mas
raros y menos frecuentes que en los países de! Norte; por eso y porque tales
costumbres fueron imitadas, mas bien que espontáneo producto de la situación
social del pais, no echaron en nuestra tierra profundas raices; por eso á los
bárbaros torneos y sangrientas justas sustituimos lasfiestasde cañas y sortijas,
tan agradables y lucidas; por eso nuestro espíritu guerrero empleado contra los
moros produjo un caballerismo especial y diverso del que creó el del Norte; por
eso, este, hijo de una guerra santamente popular, fué extensivo á todas las cla-
ses y no circunscrito á las aristocráticas; por eso cada español era un guer-
rero, cada guerrero un noble, cada noble un caballero de la patria, ya que no
un desfacedor de aquellos tuertos que juzgaban los tribunales; por eso el Cid
Campeador (14), elcómo
documentos se advertirá héroe característico
la necesidad de dis- lade nuestro
debilidad estado
de la socialqueenllegó
aristocracia, losá siglos
no dife-
ciplina y de mutua defensa contra los fuertes ligaron renciarse del pueblo sino en la riqueza de sus in-
al pueblo y á los monarcas tan estrechamente, que de dividuos. Bajo tales auspicios nació entre nosotros,
esta santa unión resultaron aquellas nobles costum- antes que en parte alguna, un gobierno representa-
bres castellanas que constituyeron al monarca, no tivo cuyas raices encarnaron hondamente en la so-
solo en defensor, sino en promovedor de las liberta- ciedad sin darle nombre, y cuya base eran las cos-
des comunales. Veráse allí también, que si en todos tumbres, ya que no un pensamientofilosóficoni un
ios casos se acataba, respetaba y servia á los reyes, principio escrito ni discutido.
también con todo comedimiento se les decia la ver- Nuestra situación particular nos arrastraba inven-
dad, y se les necesitaba á contener su poderío ante ciblemente á establecer, consolidar y perfeccionar
una fuerza sumisa, pero con grandes medios de ha- una monarquía patriarcal, apoyada en una democra-
cerse respetar. Igualmente serán manifiestos los di- cia templada y prudente. Unidos estos elementos,
ques establecidos contra las arbitrariedades de los triunfaron del poder feudal que asomaba en algunos
prepotentes, y como cada soldado fuese antes peche- puntos, y que bajo los reinados deldébil Juan II y de
ro, solariego úoscuro,llevaba en la punta de su lan- Enrique IV, quisieron realizarse. Vencida y anulada
za ios medios de obtener nobleza ó hidalguía, que, la aristocracia, y libres los monarcas de los temores
al principio personal y después hereditaria, se ex- que les inspiraba, ya en los últimos años de los Reyes
tendió de modo, que apenas quedó un solo castella- Católicos, bajo el pretexto de perfeccionarla, se em-
no que no se creyese tan noble como un rey; y en fin, pezó á minar la antigua constitución, y al fin se la
el estudio y lectura de esta colección, que el Sr. Mu- anuló casi del todo cuando las comunidades fueron
ñoz va publicando, nos dará una idea ele las causas derrotadas. Si tal no sucediera, si el pueblo no se
que contribuyeron á enaltecer el noble, libre, deco- dejara arrebatar sus fueros,nuestro sistema político
roso, severo y constante pueblo, cuyos individuos, antiguo, arraigado en las costumbres y perfecciona-
por pequeños que fuesen, adornaban sus cabanas y do con el tiempo, cual ha sucedido en Inglaterra,
cubrían sus lechos con las banderas enemigas con- brillaría, no como el nuevo, con prestada luz, sino
quistadas en los campos de batalla. como el sol, con la suya propia. Aquel nos puso al
Considerando las circunstancias del pais donde frente de la civilización del mundo, mientras este
dos pueblos diferentes se disputan el terreno, es fá- nos arrastra en pos de ella, y quizá contra nuestras
cil conocer que todas las clases se confunden, no lia- necesidades naturales y espontáneas.
biendo ninguna sólidamente establecida, y mas Este cuadro histórico-político de nuestro estado
siendo multiplicados y frecuentes los medios de social y de sus progresos, servirá para'explicar lo
alternarlas. Donde las guerras y batallas eran conti- que he expuesto sobre las causas que presumo pu-
nuas y diarias, ya generales ó ya parciales, la hidal- dieron impedir entre nosotros el completo desarro-
guía se propagaba hasta tal punto, que el estado llo del espíritu feudal que dominó en Europa, y pol-
plebeyo pudó ser la excepción de la regla. Un pue- lo mismo de la literatura á que sirvió de base. Quizá
blo entero que parcial ó generalmente gozaba de las habré escrito una novela queriendo hacer una histo-
exenciones entonces concedidas á la nobleza, ¿qué ria. Pero si la colección de los fueros y costumbres
otra cosa podia ser mas que una democracia? Así su- que publica el Sr. Muñoz viniese á confirmar lo que
cedió entre nosotros, donde multitud de comunida- sospecho, ¿cuánto de fabuloso se hallaría en el espí-
des, ayuntamientos y concejos gozaban fueros latos ritu y aun en los hechos de lo que hasta ahora por
y libertades extensas. No pudiendo, por ejemplo, histórico se nos ha presentado ?
exigirles mas tributos que los estipulados en las car- (14) El Cid Campeador, nacido, criado y educa-
tas de población, ó en otros contratos especiales, era do bajo el influjo predominante en los reinados de
preciso su consentimiento para aumentar los anti- Fernando 1 y Sancho II, debió rechazar de sí las nue-
guos ú obtenerotros nuevos. De aquí la necesidad de vas costumbres que Alfonso VI quiso establecer en
reunirlos y convocarlos en cortes ó asambleas, de Castilla. Así lo concibieron y aceptaron los pueblos,
aquí la de oírles y hacer justicia á sus agravios, de y así ha llegado á nosotros su memoria, por mas que
aquí e tener que contentarles con leyes v medidas en algún corto número de romances se haya falseado
favorables á la libertad y al procomunal/y de aquí su carácter.
sx PRÓLOGO.
medios, es tan diverso de Roldan y los Doce Pares, que solo se les asemeja en
algunos accidentes; por eso el rey Don Pedro de Castilla, apoyado por la clase
media y la popular reprimia fuertemente á los grandes, y los castigaba remedando
á los califas del Oriente, mas bien que sucumbir ante ellos como los débiles mo-
narcas de los pais.es feudales. Silo que con mas ó menos exactitud hemos dedu-
cido del estudio histórico de las costumbres castellanas en la época que recor-
remos fuese cierto, resultará que la literatura caballeresca de los hombres del
Norte careció de base sólida y permanente en las costumbres y hábitos de los
españoles, y que fué facticio el furor con que en el siglo xvi se lanzaron nues-
tros poetas y narradores á la imitación y propagación de los libros de caballería,
cuyo tipo fué el Amadis de Gaula. Contando pues con lo expuesto, puede ex-
plicarse y concebirse muy bien que semejante extravío parcial debió ceder
ante el ingenio de Cervantes y del espíritu satírico y de parodia que predo-
mina en el Quijote, el cual es á la par el verdadero tipo de la sociedad española
de su tiempo, contrapuesto á la facticia situación representada por la exótica y
loca idealidad de los Esplandianes y Palmerines, que por sernos tan extraños
no hallaron un poeta privilegiado, un grande ingenio que, como el Ariosto, de
las fábulas y tradiciones carlovingias produjese una de aquellas epopeyas cé-
lebres que atraviesan las edades. Y en efecto, ¿qué épocas, qué circunstancias
de nuestra verdadera civilización retrataban los Amadises? ¿Qué tipo necesario
y popular de ellos existió entre nosotros? ¿Cómo, sin él, pudieran dar mas re-
sultados que serviles y disparatadas imitaciones ? El caballerismo exagerado é
inútil de los Amadises solo pudo representar á los hombres de corte cuya cari-
catura fué Don Quijote. Ademas, en prueba de que las expresadas fábulas no
tenían el sello de nuestra verdadera y arraigada civilización, de que no salían
de nuestras entrañas, basta considerar que, aun siendo nosotros los autores de
ellas, obtuvieron mas boga y celebridad en los países extraños. Así debió su-
ceder en aquellos donde, por ejemplo, representaban recuerdos de un sistema
civil y político, cuyos males y bienes habían experimentado muchos siglos.
Aceptadas estas conjeturas, fácil será adivinar la causa de ser tan corto el nú-
mero de romances viejos tradicionales que poseemos, cuyos asuntos proven-
gan de las crónicas caballerescas bretonas, carlovingias y greco-galas. Algunos
mas aceptamos de las segundas, sin duda, porque respiran odio, guerra sin
fin contra los moros; y porque presentan la parte que en ella tuvieron los fran-
ceses y la rivalidad de gloria entre naciones fronterizas, que existe siempre
por mas que los intereses y creencias sean parecidos. La crónica latina deTurpin,
cuyo autor, procedencia y época son inciertos, ya se la tenga por original, ó ya
por resumen y reunión de tradiciones populares, fué el manantial de donde
después surgieron tantas fábulas históricas como se ven en los libros y poemas
que tratan de Carlo-Magno. Escrita en sentido monacal, llena de aquellas su-
persticiones y de aquellasficcionespiadosas que desarrollan el fanatismo, ó el
vigor de las almas para esperar la victoria de Dios, ó para tranquilizar la con-
ciencia en la hora de la muerte ó del martirio, no solo fué simpática al pais
donde nació, sino á toda la Europa empapada en la fe y creencias que promul-
gaba. Así es que, á pesar del espíritu feudal que ella respira, por el religioso y
devoto que contiene, la prohijamos, mas que á otras, para servir de texto en
nuestros
héroe
esencia,
rado,
desfigurarromances,
extrañado
español
tan
á solo
nuestro
quedel
una yreino,
de elemento
contraponer
Cid,
vez conpero
desmentida,
tan
y separado
noble, que-inventar
al Roldan
tan
de de
su
puro
con
los
rey,
muy en Bernardo
yfranceses,
tan
este
justa
español
quiso
causa, del
talCarpió
yapoderarse
aun
encuando
su un
primitiva
vezde
dester-
para
sus
PRÓLOGO. "'
conquistas en Valencia y cobrar los tributos que el Cid por su cuenta y á su
costa y expensas habia ganado.
Si difícil nos ha sido construir un sistema conjetural acerca del influjo y de la
parte que tuvo el espíritu de la poesía caballeresca feudo-oriental sobre nuestra
literatura, no lo será menos entreverlas causas por qué los países del Norte, antes
que nosotros, se apropiaron las fábulas y la mitología del Asia (15). Los romances
moriscos, que nos parecen el resumen de la poesía arábigo-hispana, son muy
posteriores, no solo á los libros caballerescos franceses y á algunos poemas ita-
lianos de su clase, sino aun á los romances cuyos asuntos de ellos aceptamos (16).
(15) La invasión de las tribus caucasianas, se- bárbaro que se hablaba en las montañas de Asturias
tenta y tres años antes delnacimiento de Jesucristo, y de León? Aunque extraño, no es menos cierto que
bajo las banderas de Odin Sigeo, habia empezado á hasta muchos años después que comenzó el siglo xv,
onentalizar el norte de la Europa, que ante la inteli- no se hallan en nuestra literatura popular profundos
gencia superior y las armas vencedoras de aquel cau- vestigios de aquella poesía tan brillante en color, tan
dillo aceptó una religión llena de entusiasmo, que rica, pródiga y risueña en imágenes, tan audaz en
participaba mucho de las creencias y de la imagina- metáforas y comparaciones, tan llena de ensueños
ción asiática. Pero como la base de las modificacio- dulcemente melancólicos vagorosos y aéreos, y tan
nes aceptada por los pueblos escandinavos se funda- ferviente y luminosa como el sol que domina el suelo
ba en un estado salvaje, idolatra y sin cultura de donde nace. Verdad es que cuando trasportada del
ninguna especie, el espíritu oriental obró de otra Oriente á Francia é Italia por los cruzados, se inocu-
manera, y produjo efectos diversos que los que el laba en los libros caballerescos y en los poemas de
mismo espiritu creó en los tiempos feudales y cris- los troveras, nosotros aceptábamos aquella parte
tianos. Séase loque se quiera, y mírese la cuestión metafísica y sutil que se introdujo entre los trovado-
bajo cualquier aspecto, la Europa cristiana, sin la res catalanes y provenzales. Imitáronla felizmente
invasión de Odin, anterior á Cristo, sin las cruzadas los poetas cortesanos del rey D. Juan II de Castilla;
y sus efectos, como lo ha dicho y probado M. Vile- pero la rechazaron los cantores del pueblo. Mientras
main, estaba predestinada á aceptaren su literatura, la gente del común oia y escuchaba en boca de estos
en sus costumbres y en su civilización, los elemen- últimos los romances viejos, la trompa del Dante, la
tos del espíritu del Asia. Los libros sagrados, los lira del Petrarca no tenían eco fuera del palacio de
Evangelios, ¿ qué eran sino obras propagadas desde los reyes ó del círculo de sus grandes y cortesanos.
el seno del Oriente? ¿Y cómo los pueblos habían de Los libros de cuentos y fábulas sánscritas, trasmiti-
rehusar aquello mismo con que se educaban, aque- das por los antiguos persas idólatras á los moder-
llo mismo que creían y adoraban? nos mahometanos, pasaron á los árabes, que los
(16) Difícil, si no imposible, será explicar cómo refundieron y adaptaron á su nueva religión y cos-
habiéndonos visto en contacto inmediato con los ára- tumbres. Esta clase de literatura se introdujo en el
bes mucho tiempo ántesy algunos siglos después que Occidente por medio de traducciones ó remedos he-
las otras naciones; cómo habiendo vivido entre ellos chos en griego, hebreo ó latin. El Pantchatantra in-
la inmensa mayoría de la antigua nación; cómo ha- dio, conocido por el título de Fábulas de Pilpay ó
biendo esta aceptado la lengua de sus conquistado- Bidpay y por el de Calila y Dimna, pasa por dichos
res, asistido á sus escuelas, estudiado sus libros y trámites, ysu traducción ó imitación latina la publi-
participado de sus costumbres, solo tal vez en los có el judío converso Juan de Capua, en el siglo xm.
palacios délos reyes cristianos, y no en la poesía De esta traducción obtuvimos la castellana en el
popular, se hallan algunos vestigios de la ciencia que Exemplario contra los engaños y peligros del mun-
los moros cultivaban. Sin embargo, esta es laver- do, impresa en Burgos, ano de MCCCCXCVIII. Sospé-
'dad, si documentos perdidos para nosotros no apa- chase ademas que existe en el Escorial un códice del
recen para desmentirla (*). ¿No es, por ejemplo, un dichosiglo, quees una traducción del CalilaDimna,
fenómeno increíble que los libros sánscritos de la hecha sobre otra en latin, anterior bastantes años á
India, tan conocidos de los árabes, no los recibiése- la de Capua. Tenemos pues una prueba de que en
mos de ellos por medio de los cristianos muzárabes, este tiempo nuestros sabios conocían las fábulas sáns-
sino que se nos comunicasen por conducto de tra- critas, ya que no por conducto directo de los ára-
ducciones ó imitaciones confeccionadas en el norte bes, sí por el indirecto de las otras naciones de Eu-
de Europa? ¿Será que aquellos cristianos se olvida- ropa. Extraño es que ni aun así se vulgarizasen y
sen ó desdeñasen el latín degenerado y el romance popularizasen en España. Pero aun hay mas todavía:
antes que en otra parte, poseímos en latin una tra-
O Acaso pudiera inducir i creer en un sistema poético pro- ducción ó colección de dichas fábulas. El rabino es-
pio de los españoles-árabes, la existencia de algunos libros pañol Moisés Sephardo, natural de Huesca, llamado
escritos en caracteres árabes, que se supone haber en la bi- después de converso Pedro Alfonso, cuyo padrino
blioteca del Escorial. Ninguno de ellos he visto ni conozco ;
pero sí uno de igual clase que pertenece á la biblioteca Nacio- de bautismo fué el rey D. Alfonso VI, escribió una
nal de Madrid, el cual es un poema de Josef, el hijo de Jacob. colección de cuentos orientales con título deDiscipli-
Está escrito en versos de la misma-clase que el poema del Cid. nacleriealis, de la cual se aprovecharon los novelis-
El texto bíblico se halla convertido en fábulas del Alcorán.
Inverosímil fuera, pero podria también decirse que los árabes tas y poetas extranjeros, sin que ni directa ni indi-
y moros venidos á España eran tan ignorantes cuando la ocu- rectamente produjese en España el mas leve síntoma
paron, ó poco menos, que los españoles, en cuyo caso aun de afición popular á este género de literatura, si no
pudiera creerse que estos aceptaron de aquellos su poesía, tan
poco poética ; pero ¿y después que establecidas las escuelas que por tal se tengan las lejanas é indirectas imita-
árabes de Córdoba, etc., los españoles las frecuentaron? ciones de ella que produjeron en el siglo xiv al conde
tul PROLOGO.
En los históricos primordiales nada de árabe se percibe, nada de oriental, y son
tan puramente castellanos, tan sencillos y sin brillo ni colorido poético, que solo
tienen de poesía en su construcción material el número de sílabas y la rima imper-
fecta que se les percibe. La. mayor parte de ellos, excepto los fronterizos, ni aun
siquiera tratan de las guerras contra los moros. Fuera de dichas causas hay otras
muy poderosas, que sin duda nos impidieron crear una poesía análogaá la que
transpira en los libros caballerescos. Pudiera esto atribuirse á las diferentes cir-
cunstancias que presidian en la guerra que hacíamos á los moros, y las que
impelieron los pueblos feudales á intentar la conquista de la Tierra Santa. Igual
era el motivo religioso y devoto que incitaba la lucha; pero nosotros peleábamos
pro aris et focis, mientras los cruzados, seguros sus hogares, los dejaban como
aventureros para adquirir extrañas tierras, para enriquecerse, ó para morir
absueltos de los pecados cometidos, y de los crímenes que cometer se prome-
tían. Los cruzados dejando atrás la servidumbre iban á buscar esclavos; nosotros
aspirábamos á no serlo : aquellos querían gozar ; nosotros dejar de padecer.
Trasladados los unos desde ásperos climas á las magníficas regiones de la Siria
que los contrastaban, recibieron directamente los influjos de aquel suelo feliz,
observaron su rica naturaleza, imitaron sus costumbres y su lujo, aceptaron en
gran parte sus ideas, y hasta su poesía se apropiaron. Amarrados nosotros al
suelo natal reducido á un pequeñísimo círculo ; obligados á amurallarlo con
nuestros pechos, á ensancharle lentamente y á costa de sangre ; atentos á con-
servar lo ganado y á recuperar lo perdido, en ello y no en imitar el lujo, osten-
Lucanor y alas poesías del arcipreste de Hita, que antiguas, en extremo antiguas, y que no se halla
tación y cultura
se redujeron denolos
á circular, enemigos,
entre teníamos
el pueblo iletrado, quevestigio
de ellas emplear el tiempo
en libros, y las fuerzas.
ni en códices, ni en do-
sino entre
Los los hombres
cruzados al fin,cultos. Hasta en
aunque el siglo xvifuesen,
vencidos cumento escrito.
tenían ¿De dónde
detras de sínossu
vino el cuento
vieja de
patria,
se nota entre nosotros la escasez de las fábulas orien- la reina convertida en paloma? De dónde el del ne-
tales, y las pocas que obtuvimos fueron meras traduc- gro Gafitas de la Luz, cuya amada, perseguida por
ciones de los novelistas italianos, observándose ade- sus padres y sometida á trabajos imposibles, llamaba
mas que hasta el siglo x a no logramos mas de una sola á las aves, que con sus lágrimas lavaban y con sus
y única traducción de las célebres Mil y una noches, picos pfanchaban la ropa que la joven debía prepa-
que en el anterior ya corrían la Europa entera. Cuanto rar? El primero parece un remedo de un cuento ára-
mas se examina la propuesta cuestión sobre las cau- be', y el segundo una imitación del episodio de Psi-
sas de que recibiésemos tan tarde é indirectamente cbis y Cupido. Pero hay otros muchos de cuya
el influjo de las fábulas sánscritas, viviendo, como sustancia me acuerdo, yqueá pesar de mi mucha
viviamos al lado de un pueblo de una raza oriental, lectura y de mis investigaciones porfiadas, no me ha
mas difícil es el adivinarla. ¿Será que los cultos ára- sido posible hallar los tipos originales de que proce-
bes españoles despreciaron o desconocieron una lite- den. Varias veces he intentado formar una colección-
ratura tan acomodada á su carácter, como extendida cita de ellos; pero me ha desviado de esta idea la de
y cultivada entre sus hermanos y correligionarios que no podia prescindir de mi propio pensamiento,
del Oriente? ¿Será que ni entre aquellos ni entre nos- y que entonces mi obra sería poco menos que inútil
otros se escribieron los cuentos y novelas, ni las alfiná que aspiraba. Y en verdead esta obra no con-
poesías de aquel género, y que solo se conservaron tendría de antiguo y genuino mas que el argumento
oralmente? Pero ¿ cómo pudo así suceder, si son tan de cada narración; pero ¿y el estilo? Y los inciden-
amenas, tan divertidas, tan simpáticas con el espí- tes? Y los accesorios? ¿ A qué modelos acudiría para
ritu humano, tan llenas de creaciones maravillosas, imitarlos, cuando se ignora hasta las épocas de don-
tan dulces y entretenidas, que una vez lanzadas en- de proceden los originales? Narrar estos cuentos co-
tre el pueblo, es imposible que este no las acepte con mo lo hacen las ancianas, sería tener que repetirlos
entusiasmo? Yo me acuerdo que en mi niñez, en mi de mil maneras diferentes, pues aunque en sustan-
edad adulta, y aun ahora en mis viejos años, oia y cia el asunto esencial de cada uno sea el mismo, en
oigo en boca de las ancianas rudas una multitud de los accesorios y en la expresión, cada persona que
estas narraciones, con un inmenso placer, y que aun los cuenta se constituye en autora, y quita ó añade,
excitan mi anhelosa curiosidad. Pero ¿en qué tiem- ó tergiversa los hechos y las formas; rehacerlos á
po nacieron? ¿cuándo se popularizaron? ¿por qué mi modo, sería producir una obra mia, y privada del
no se convirtieron en romances, ni se han escrito? interés y espontaneidad antigua que los pudiera ha-
¿por qué solo se conocen por tradición oral de cer interesantes como populares y documentales. Lo
abuelos á nietos? Eso es loque yo no sabré decir; mejor parece pues renunciar á una empresa tan difí-
mas afirmaré desde luego que hay algunas muy cil , y así lo hago.
PRÓLOGO. **'«
y nosotros no vencedores carecíamos de asilo, perpetuábamos la esclavitud que
nos oprimía ó amenazaba.
Todo cuanto va expuesto, aunque en parte sea conjetural, es sin embargo
producto de un estudio comparado de la historia y de la literatura de aquellos
paises cuya lengua conozco. Acaso lo que digo respecto á la de nuestra patria
. pudiera comprobarse, observando que luego que cesaron las circunstancias que
impidieron el desarrollo de cierta clase de ideas; luego que poseímos tranquilos
el país donde recibimos el ser; luego que, aun olvidada la libertad política, em-
pleamos el vigoroso impulso que nos diera en cultivar las ciencias y las artes de
imaginación y de lujo, no solo entramos de lleno en la senda que antes desaten-
dimos, sino que igualamos y aun excedimos á las demás naciones que en ella
nos precedieron. Nuestro pais en los siglos xni y xvi no tuvo que envidiar á
otro ninguno en cultura, en civilización, ni en poderío.
Las secciones de este Romancero son "s
Primera. La de caballerescos sueltos y varios. Es la mas interesante, porque
casi toda se compone de romances de época tradicional; porque se aproxima mas
al orientalismo que recibimos inmediatamente de los árabes; porque aun así ca-
rece de pretensiones literarias; porque expresa bien y sencillamente las pasiones
íntimas y las creencias populares; porque está libre de exageración y de amplifi-
caciones estudiadas; porque es mas dramática que las otras, y enfinporque con-
serva ciertas tradiciones de creencias orientales que proceden, ó han dado origen
á aquellos cuentos maravillosos, que en el hogar doméstico entretenían largas
horas á nuestros antepasados. Algunos de sus romances son quizá los únicos
vestigios en que se presenta mas puro y menos modificado aquel espíritu narra-
dor, aquella necesidad, (an irresistible entre los pueblos del Oriente que carecen
de teatro, de pasar las largas horas de la vida escuchando cuentos poéticos que
las hagan apacibles. La mayor parte de ellos parecen fragmentos de largas histo-
rietas que no han llegado completas á nuestra época, si no que sea en las fábulas
orales, que las ancianas suelen referir aun á los niños y gente crédula : fábulas
en lodo muy semejantes en su esencia y en sus formas á los cuentos maravillosos
que los árabes nos han trasmitido, como los aceptaron de otros pueblos mas
antiguos del Asia.
Segunda. La de los romances de los libros caballerescos que tratan de los Galo-
grecos. Los tres primeros solamente se refieren á Amadis, y pueden tenerse como
compuestos en la primera mitad del siglo xvi. Es muy extraño que habiéndose
difundido tanto la lectura de estos libros, sean tan pocos los romances viejos
que se compusieron sobre ellos. El resto de los de esta sección son de muy
poca importancia bajo el aspecto histórico y literario : su utilidad se ciñe á
conservar fábulas y tradiciones que se perdieran por la escasez y rareza de los
libros donde están consignadas, y que contienen datos para juzgar de una época
de nuestra literatura.
Tercera. La de asuntos tomados de las crónicas bretonas. Solo hay en ella tres
romances : dos de Lanzarote y uno de la interesantísima novela de Tristan de
Leonis, tan bella, tan apacible, tan sentimental, como la de Lanzarote es alegre,
picante, festiva y profana. De estas composiciones ninguna, tal como es, parece
anterior al siglo xv. Las fábulas del Santo Grial, de Artus, deMerlin, de Isaías
el Triste y de otros muchos : fábulas amenas, divertidas, maravillosas y llenas
de interés, que casi desde el siglo x llenaban la Europa, no nos suministraron,
que sepamos, siquiera un romance; sin embargo de que algunas las teníamos
traducidas é impresas antes de acabar el siglo xv. Quizá,esta clase de. ficciones
no simpatizaba con el carácter serio, grave y profundamente devoto que nos
xxn? PRÓLOGO.

era propio, ni teníamos preparada la imaginación para recibirlas, ni para com-


binar en ella los encantamientos del demonio con los milagros y brujerías. Pero
¿y después? ¿Por qué ni aun los libros traducidos ó imitados se vulgarizaron? Por
qué no se reimprimieron, y por qué se han hecho los artículos mas raros de nuestra
bibliografía? Fuera del Lanzarote, el Tristón y el Baladro deMerlin,no hemos visto
trasladada al español ninguna de las crónicas caballerescas de la Tabla redonda.
Cuarta. La de las crónicas de los francos ó carlovingias, que trata de los he-
chos fabulosos de Cario Magno y los Doce Pares. La Crónica de Turpin, el libro
de Los ¡inages reales de Francia, el de los cuatro hijos de Ay'mon, el de Re
de Montaban, el de Los encantos de Maugis, y otros diferentes, han dado asun
al corto número de romances viejos hechos por los juglares que poseemos sobre
tales fábulas : tampoco puede atribuirse ninguno, tal cual existe en su actual
redacción, á un tiempo mas remoto que la primera mitad del siglo xy, aunque
una parte de las fábulas de la primera, y sus continuaciones, está consignada en
la Crónica de Ultramar, que mandó redactar Alfonso X , el Sabio (4 7).
Quinta. Esta sección de romances caballerescos, cuyos asuntos se han tomado
de los poemas italianos, pertenece también al mismo ciclo histórico fabuloso que
la cuarta*, cuyos originales aceptaron los ingenios de Italia para componer el infi-
nito número de epopeyas que nos han legado. Nuestros romances de esta clase
se apoderaron de los hechos que en ellas se refieren, especialmente del Orlando
furioso de Ariosto, imitando la parte seria y desechando lo festivo, jocoso é
irónico que contiene. Todos pertenecen al último tercio del siglo xvi, ó á los
primeros años del xvn.
Sexta. Contiene los romances en que se trató de satirizar ó caricaturar los de
las series anteriores.

OBSERVACIONES GENERALES
SOBRE LOS ROMANCES HISTÓRICOS.

En extremo interesante es esta serie de romances, considerándolos como


origen de la poesía popular, si no es que se la posponga en prelacion á las com-
posiciones caballerescas. Los romances históricos importan mucho para el estudio
de la historia particular, literaria, política y filosófica de nuestros mas remotos
tiempos, pues apenas en otra parte se hallan vestigios del sentimiento íntimo
de la incipiente sociedad que los produjo. Hubo uno en que los romances viejos,
obra del pueblo, ó de los juglares por su espíritu inspirados, sirvieron de com-
probantes y de texto á las crónicas, tanto que en la General de España, atribuida
á Alfonso X, el Sabio, en la del Cid, en la del rey Don Rodrigo y en otras se
hallan débilmente convertidos en prosa ; y hubo otro en que las crónicas dieron
(17) Las series de libros caballerescos contienen el Mezquino, etc., etc. En desquite de las que nos
una multitud de novelas interesantísimas, de que no faltan, hay un libro caballeresco sui generis, que no
tenemos romances antiguos, pero sí cuentos é histo- puede colocarse en ninguna de las series conocidas,
rietas importadas de Francia, aunque se pretenden y que por ser puramente de invención nuestra, e s
calificar como obras de ingenios españoles. La histo- inexplicable que no haya prestado asunto á nuestro s
ria bellísima y tierna de Flores y Blanca Flor; las trovadores del siglo xv. Se duda si el Tirante el
apacibles y devotas de Genoveva de Brabante y deBlanco se escribió primero én catalán ó en caste-
Fierres y la linda Magalona; la maravillosa de Cía-llano ; mas si se atiende al espíritu que en él domino
mades y Clarernunda, y otras muchas de su especie,y el giro de las ideas que contiene, mas parece un
forman una numerosa biblioteca, en la cual se echan libro hijo de los narradores lemdftnos, creación del
menos, sin embargo, otras infinitas, como son la ingenio feudalizado de los trovadores, que no obra
historia de Hugon de Burdeos y Oberon, rey de las de la moda facticia que produjo los Amadises,
hadas; la de Guarino de Monglabe; la de Guarino
PRÓLOGO. XXV

el asunto y fueron el modelo á los poetas. En ambos casos, pero mas en aquel,
estas composiciones, ya originales ó imitadas, nos han conservado los hechos,
tradiciones y creencias que germinaban, crecían y se animaban al calor de las
masas populares, y que retrataban sus poetas rústicos, sí, pero saturados del
espíritu que les influia. Faltos de color, de brillo, de imaginación, de facilidad
en el lenguaje, de orden lógico en la expresión de las ideas, y de enlace en la
frase y en los pensamientos, nuestros romances de la época tradicional, que aun
no siendo primitivos se acercan mucho á los originales de esta clase que les
servian de pauta, ó en que solo algunas variantes se introdujeron, tienen un
carácter particular, una tendencia firme y vigorosa, propia de los tiempos rudos
en que nacieron, y el sello de una fe ciega , de una idea fija que se prosigue y
continúa hasta con terquedad; que no se discute, porque se cree; que se defiende
hasta el martirio, porque se ama ; y en fin, que mas que un tesoro se conserva,
porque suele ser la esperanza animadora y vivificante de todo un pueblo. Ajenos
estos romances de toda pretensión literaria, rimados solo para que mejor se
imprimiesen en la memoria, ni han llegado á nosotros cuales fueron en su pri-
mitiva redacción, ni existen en ningún códice, que sepamos, anterior al siglo xvr.
Los romances viejos, reformas de los primitivos, tales como los poseemos, pocos
parecen anteriores á la segunda mitad del siglo xv, aunque es de presumir que
muchos de ellos tienen su origen en otros de tradición oral, mucho mas antiguos.
Sin embargo la presunción no pasa.de serlo, pues no puede documentarse, aun-
que el sentimiento íntimo que deja el análisis de los pensamientos, formas y estilo
de estas composiciones lo puedan moralmente persuadir, y mas si se atiende á
las muchas locuciones y palabras y aun fragmentos que allí se conservan de un
lenguaje y de un tipo mas antiguo que el que corresponde á la época en que
se presume hecha la supuesta reforma. Trasmitidos á nosotros de memoria, y
sin escribirse, deben por lo mismo haber experimentado alteraciones propias de
cuanto se confía á ella (18.) El juglar ú hombre del pueblo, inventor ó improvi-
sador de un romance, hoy lo cantaba de un modo, mañana lo alteraba, ó lo
anadia, ó lo corlaba; y el pueblo y los otros juglares que lo oian, al repetirlo,
lo cambiaban á su antojo, llenando los huecos de lo que le faltaba á la memoria,
como Dios ó su ingenio les daban á entender. Tal sucedió sin duda con esta clase
de composiciones, que, pasando de boca en boca, hubieron de modificarse mas
ó menos prontamente, según las costumbres y el idioma se alteraban. ¿Y cómo
no habia de ser así, si aun después de escritas é impresas, al copiarse ó reim-
primirse, cada copiante ó editor, á pretexto de corregirlas ó completarlas, se creia
autorizado
(18) Ningúnácódice
glosarlas,
anterior ó
áá lo menos
la segunda á modernizarlas?
mitad No igual
res. Estas no hallaron fuéenlacódices,
cabida ni suertenideen
del siglo xvi hemos visto que contenga romances impresos que conozcamos, hasta que, según se dice,
los romances sobre asuntos de las crónicas, los cuales se escribían ó imprimían
primitivos ó viejos; ningún impreso de la primera, recogidas de la tradición oral, se publicaron poco
desde luego. Esta
si ¡10 el Cancionero modadede
general, remedar
1511, donde selos viejos
ha-antes cuando
y poco despuésya el pueblo,
de mediar faltoendel
el siglo xvi, plie-
llan ; los que hay en él son pocos, y aun en su mayor gos sueltos, ó en colecciones como el Cancionero y
espíritu
parte vivificador
no pertenecen quetradicional,sino
á la época le animaba, aylaseparado de los intereses
la Silva de Romances (*). públicos, ni los
artística
hacia del siglo
para sí,xv.ni
El tenia
Cancionero
sus es una antología
poetas peculiares que lo hiciesen : esta moda, deci-
dedicada á imprimir las obras délos poetas cultos y
cortesanos queflorecieronen los tiempos de Juanll, O Exceptuábase de esta regla general el códice todo de
romances , de cuyas reminiscencias se formaron los de la In-
de Enrique IV,yen particular de losReyes Católicos; fanta de Francia y el Príncipe ¡le Ungría; pero no nos atre-
por eso, sin duda, Hernando del Castillo, que lo pu- vemos á hacerlo porque se ha perdido, y éramos cuando lo
blicó, no hizo aprecio de las composiciones popula- examinamos demasiado jóvenes é imperitos para poder juzgar
con buen criterio de su antigüedad.
XXVÍ PRÓLOGO.
mos, nació á mediados del siglo xvi, y los autores de tales composiciones (19)
afectaban, sí, el estilo, lenguaje y ruda expresión de los romances primitivos y
de los viejos de tradición oral; exageraban sus barbarismos y solecismos, pero
los despojaban de la sencilla espontaneidad propia de los originales. A pesar de
todo, los romances de que vamos tratando, por mas que hayan sido alterados,
presentan medios muy á propósito para penetrar y discernir, mejor que en las
historias oficiales, el carácter moral y social del pueblo que los creó y trasmi-
tió , y que luego los aceptó reformados y alterados según lo exigía el espíritu
progresivo de la civilización que alcanzaba. Los romances viejos populares y
sus imitaciones popularizadas, debieran ser los elementos de nuestra epopeya
nacional, si nos fuese posible alcanzarla, porque allí se contenia, como dijimos
en otra parte, toda la ciencia, la fe, los hábitos y costumbres del pais, for-
madas en el trascurso de muchos siglos, y arraigadas en los corazones; porque
allí se veia el pueblo pintado á sí mismo, y retratados en los hechos sus senti-
mientos y sus glorias; porque allí se le presentaba su civilización, y porque era
el medio único que tuvo de conservar en la memoria, con lenguaje y formas al
alcance de su inteligencia, aquellos hechos y virtudes que amaba recordar, y
aquellos vicios que deseaba contener ó castigar. Estos elementos de un gran
poema, cuyos semejantes formaron los de otros paises y naciones, comenzaron
á germinar desde los primeros tiempos de la semi-monarquía asturiana, y se
completaron en el último tercio del siglo xvi, en cuya época, en vez de una epo-
peya, produjeron el teatro nacional, que Lope de Vega adivinó y realizó por el
pueblo y para el pueblo. El instinto y el ingenio de este gran poeta abrieron el
camino que tenian obstruido los eruditos y los trovadores que imitaban una
literatura de origen extraño; y la inspiración popular se apoderó del arte, de
la riqueza de la lengua, del colorido poético, y de todos los adelantamientos y
modificaciones que habíamos adquirido y experimentado en nuestra sociedad.
Desde entonces los romances reconquistaron su tipo característico, y se convir-
tieron en drama, como las rapsodias de los griegos se hicieron epopeyas ; desde
entonces los juglares y cantores se cambiaron en comediantes, y corrieron las
ciudades, villas, lugares y aldeas, representando farsas y dramas, cual habían
recitado y cantado los romances.
Pasemos á exponer el método y orden adoptado en el Romancero de los his-
tóricos.
Se han dividido, según los asuntos de que tratan, en secciones, y estas en
épocas históricas, cuando lo admiten.
Comprende la primera sección los romances referentes á la historia sagrada.
Es muy escaso el número de los viejos tradicionales que aquí se hallan.
La segunda es la de los tiempos mitológicos. Está dividida en la época griega
y la romana; las composiciones pertenecen casi todas al último tercio del si-
glo xvi, es decir, á la época artística.
La tercera sección contiene los romances concernientes á la historia de Asia y
las dos Grecias, con los que versan sobre dichos y hechos de algunosfilósofos:
igualmente corresponden sus composiciones á la misma época que las de la an-
(19) .Lorenzo de Sepúlveda, Timoneda y otros dujeron algunos, y aun puede decirse que muchí-
terior
de su clase crearon ó siguieron esta escuela, que simos, de los mejores romances del Cid,
La cuarta
seguida concierne
por otros ala del
mejores poetas historia depro-
siglo xvi Roma, y está subdividida en estas épocas: la
de los primeros reyes romanos, la de la República hasta las guerras Púnicas,
PRÓLOGO. "T«
la de dichas guerras hasta la destrucción de Numancia, la de las guerras civiles
hasta su fin, y la del Imperio Romano. Poquísimos romances viejos existen en
ella. Los imitados ó formados por poetas de la última mitad del siglo xvi, son casi
todos malos é hinchados, sin que por eso dejen de ser útiles á nuestro plan, pues
conservan tradiciones populares. Los romances de esta y de la segunda y tercera
sección son en general tan viciosos, tan faltos de buen gusto y tan pedantescos,
que á no ser porque entraba en nuestro plan el documentar todas las fases por
donde pasó nuestra literatura popular ó popularizada, se deberían haber omi-
tido del todo. Nos pesa gravemente la culpa de haberlos prodigado en demasía,
sin mas motivo que el de ser raros y escasos los libros donde se hallan.
La quinta sección, relativa á la historia de España desde los godos hasta des-
pués de mediar el siglo xvn, está dividida en tantas épocas como soberanos ha
habido. En la que corresponde á cada uno se ponen los romances que tratan de
los hechos, generales y particulares, acaecidos durante su dominación. Después
de las épocas de los godos se siguen las de los reyes de la raza asturiana direc-
ta , y allí se colocan los romances de Bernardo del Carpió, de los condes de
Castilla, de los Infantes de Lara, del Cid, de Garci Pérez de Vargas, de Don Al-
varo de Luna, etc., y mas adelante ios de las guerras de Granada, con los de
los hechos de Pulgar, de Garcilaso de la Vega, de Abindarraez y Narvaez, de los
maestres de Santiago y de Calatrava, y de muchos valientes moros que, aun
después de vencidos en la guerra, todavía combatían en batallas singulares con
los caballeros cristianos. En esta sección se comprenden ademas los romances
que versan sobre hechos contemporáneos á ellos : tales son los de las guerras
contra los moriscos de las Alpujarras, y las de Carlos V y Felipe II contra los
turcos. Entre estos se hallan los de la conquista de Túnez, los de la Santa Liga,
y de la batalla de Lepanto, etc. Los mas interesantes que hay en esta sección son
sin duda los viejos, que narran las incursiones que mutuamente hacían los al-
caides y soldados en los territorios fronterizos que guardaban. Su mayor parte
puede considerarse compuesta por los que intervenían en las acciones de guerra,
y en los tratos mutuos que se hacían, y que comunicados directamente por ellos
á los juglares, después de metrificarlos los propagaban en toda la nación.
La sexta se compone de romances que se refieren á diversas épocas de las
crónicas de los reyes de Castilla y de León, y que por no haber llegado ánues-
tra noticia las tradiciones que refieren, no hemos podido colocarlosconvenien-.
teniente en ninguna de las conocidas. Todos ellos corresponden á los que califi-
camos como primitivos, ó á la clase de los viejos, en que aparecen reformados.
La sétima, octava y novena corresponden á las dinastías de Navarra, de Ara-
gón y de Cataluña, que abundan en romances viejos. Se han colocado estas últi-
mas aisladas de la sexta, y entre sí, porque no interrumpan unas á otras la
marcha de los hechos particulares á cada una, causando mas confusión déla que
resulta ahora por el orden seguido.
La décima contiene los romances que tratan de asuntos de países extraños:
v. gr. de la historia de Portugal, de Italia, etc.; entre los cuales hay algunos
viejos y muy interesantes.
A diferencia de los caballerescos españolizados, considero los viejos romances
sobre la historia española de la edad media, como los solos originales y libres
de toda imitación extraña, inclusa la que pudiera venirnos de los moros. A esta
solo pertenece un corto número, ya de los novelescos, ó ya de los semi-históricos,
que tratan de las guerras contra los moros de Granada. Aun los que desde prin-
cipios áfinesdel segundo tercio del siglo xvi remedaron á los antiguos, parti-
cipan de la ventaja de ser puramente nacionales, pues su imitación recayó sobre
xxviu PRÓLOGO.

lo que nos era propio, y excluía todo lo que era extraño. Los romances poste-
riores á este tiempo, producidos por poetas de profesión, cuyos asuntos per-
tenecen á épocas mas remotas, no son el espejo que las refleja, no son los que
las caracterizan. Desviados en sus formas, en sus ideas y en su expresión ; car-
gados de adornos poéticos y declamaciones oratorias, ni aun puede decirse que
se propagaron en general entre el vulgo, sino en corto número. Sin embargo
son interesantes como expresión moral de su tiempo, como tristísima prueba
de la decadencia y marasmo á que caminaba rápidamente la nación mas grande,
mas extensa y mas poderosa del globo. No se crea por eso que todos los ro-
mances de la citada época participan de los mismos síntomas que los dedicados á
enmascarar con nuevo colorido los asuntos y hechos de nuestra antigua historia.
Aun en los tiempos de Carlos V y de Felipe II, obteníamos glorias que impresio-
naban á los pueblos, y cantos que sin mengua aceptaban. Los que celebraban
las victorias obtenidas en Ñapóles, las de Pavía, las de Túnez, las de Alemania,
las de San Quintín, las de las Alpujarras, las de Lepanto, encontraban aun sim-
patías entre el vulgo, aunque oscurecido y despreciado. Todavía guardaba ínti-
mos recuerdos de su antiguo poder : todavía se gozaba en oír ensalzado y pro-
clamado el valor español. Del seno de su patria salieron los grandes hombres
y los valientes soldados que conquistaron un nuevo mundo, los vencedores de la
Europa y de los enemigos de la religión. Aunque apartados de sus familias los
que peleaban en remotos países, hijos eran de españoles, y españoles también.
Hé aquí por qué los romances populares sobre las épocas de Garlos V y Felipe II
son para ellas lo que fueron para la suya los viejos y primitivos; hé aquí por qué
no los he desechado en un plan mas extenso y trascendente que el que se ciñe
á los orígenes de la historia y de la poesía. Diavendrá en que los siglos xvi y xvn
lleguen á ser tan antiguos para los venideros, como ahora lo son para nosotros
los anteriores, y en que las sucesivas generaciones procuren indagar el estado
social que los constituía. Entonces los trabajos que les trasmitamos facilitarán
los que se propongan hacer. Las antiguas colecciones, aunque publicadas sin
Orden, sin método, sin crítica y sin pretensiones filosóficas, nos han servido á
nosotros, y las que hagamos serán también útiles á los que nos sucedan.
Bien sea el espíritu de reacción, ó bien la esterilidad actual del ingenio, los
que hayan producido la mirada retrospectiva hacia los siglos medios, al cabo de
algunos mas volverá á reproducirse la misma necesidad que ahora existe. Pre-
venir para entonces los medios de satisfacerla, es una de las causas que mas
influyeron para que se emprendiese un trabajo tan árido, tan sin gloria, y cuya
utilidad no será conocida en nuestros dias. Si he sido largo y prolijo en la ex-
posición de mis ideas, si pródigo en los materiales que he reunido, cúlpese al
pensamiento de que nada sobra OBSERVACIONES
cuando se trata de conservar lo pasado para
ilustrar lo venidero.
SOBRE LOS ROMANCES VULGARES.

Luego que por la completa expulsión de los moros faltó en España el inme-
diato estímulo de gloria nacional, y los trovadores que la cantaban; luego que
completamente fué ahogada la libertad, una parte del pueblo antes magnánimo
y generoso dejó de ser lo que fué en épocas mas felices. Envilecido y corrompido,
aunque un tanto mas culto y menos ignorante, por un despotismo que oprimiendo
PROLOGO. **«
el alma, lisonjeaba la pereza del cuerpo y la inacción del entendimiento, apenas
el español se atrevía á levantar sus ideas ni á usar de su inteligencia mas allá de
lo que una terrorífica superstición le permitía. Reducidos á una obediencia servil
y pasiva, ¡ desgraciado de aquel que levantaba su pensamiento una línea mas alto
que lo que permitía una inquisición política y religiosa (20)! Al punto á los pies
(20) La verdadera soberana de los pueblos es la imponga un contrapeso; que no lo rechace y sacuda?
opinión : la opinión es el resultado de las necesida- Dónde hay un pueblo que mas tarde ó mas tempra-
desfísicasy morales de los pueblos, es decir, de su no huyendo de un escollo no se estrelle en otro ?¿Que
modo de existir y de su fe. La necesidad de creer cansado de anarquía, no camine al despotismo, ó del
es invariable y constante, es -una ley precisa de la despotismo á revoluciones que, para dejar de ser
naturaleza humana, es un instinto invencible; pero anarquía, han de ser dictaduras, ya cuando comien-
las formas á que se adapta para realizarse en cada zan, ya cuando continúan, ya cuando acaban ? Hom-
situación son variables. Todos los hombres creen bres libres, verdaderamente libres, no han existido
y existen en todos los tiempos; pero ni creen lo mis- nunca reunidos, si no se llama libertad á la obedien-
mo, ni existen del mismo modo, ni bajo las mismas cia pasiva y á la abnegación de toda voluntad indivi-
formas. Las que generalizadas constituyen una ac- dual, comenzadas por la fuerza y continuadas por el
tualidad de fe y un modo de existencia, forman la hábito. La doctrina del derecho de las mayorías nu-
opinión, á la cual, bajo cualquier aspecto que se pre- méricas, aun suponiendo que no sea una fantasma
sentero solo no pueden contrastar los grandes hom- en la práctica, no es otra cosa que la supresión de la
bres que gobiernan á los pueblos, sino que tienen libertad absoluta y activa de las minorías.
que obedecerla, y aun participar é identificarse con Abrase él libro histórico de las situaciones huma-
ella, y seguirla, y organizaría para su completo des- nas, de los instintos de la naturaleza del hombre,
arrollo, y para el tránsito á su abdicación en manos y en todas partes se verá lleno de opresores y opri-
de otra que ha de sucedería. Las sociedades existen midos que cambiande bandera cuando de situación:
bajo cualquiera modo de fe ó de gobierno, y solo son en todas partes al que ayer pedia libertad y toleran-
imposibles bajo el imperio del ateísmo y de la anar- cia , hoy alzar patíbulos y encender hogueras en nom-
quía, que excluyen toda ley, toda razón de orden bre de la libertad y del amor al prójimo. Así es y ha
social. Digo esto porque, al haber hablado, como lo sido hasta ahora la humanidad: el bien no Se conoce
he hecho, de nuestros antiguos gobernantes, no ha sin el contraste del mal; la libertad no se percibe si-
sido mi ánimo exagerar sus culpas. Vejado el pueblo no al lado de la servidumbre. La traslación del poder
castellano por los desórdenes de una aristocracia arbitrario bajouna multitudde formas es el producto
turbulenta, y lleno de fanatismo religioso; partici-
pando sus reyes de los mismos sentimientos, y sien- de todas las revoluciones: estas establecen catego-
do ademas ventajoso á sus intereses personales, fácil rías de vencedores y vencidos, como resultados de
les fué minar la antigua constitución, que el pu eblo, una lucha; mientras esta dura, cada uno en su cam-
sediento de paz y de reposo, les abandonaba : fácil po defiende su libertad, y abriga la esclavitud á su
les fué sustituirla con un poder arbitrario, y fácil- manera. Decidida, el vencido sirve al vencedor, el
mente organizaron la persecución religiosa basada cual á su vez se cansa de la lucha; el cansancio pro-
en los deseos y tendencias populares. Los Reyes Cató- duce el abatimiento; el abatimiento, la inercia; la
licos y sus sucesores no hicieron, pues, otra cosa inercia, la sumisión pasiva, y la sumisión pasiva
que respirar la misma atmósfera contagiada que el entrega los pueblos al despotismo de uno ó mas hom-
pueblo; que obedecer la opinión de sus gobernados; bres. Esto es todo lo que hasta ahora dice la histo-
que participar de su fanatismo religioso, de su odio ria, y me parece que lo dirá siempre; porque las le-
ala anarquía, desús deseos de paz. Para lograrlas yes morales son tan constantes, tan inmutables en su
organizaron fuertemente el despotismo político y el esencia como las físicas. El justo medio se halla tam-
espíritu perseguidor: levantaron el poder inquisi- bién en aquellas, pero como un tránsito, y no como
torial, y en cambio de la libertad política y del pen- un término de la humanidad; porque el ansia de mu-
samiento dieron á sus pueblos el apetecido reposo. dar de estado es una condición del movimiento que
Verdad es que los males que prepararon sin prever- el hombre cree ejercer en línea recta sin fin, cuando
los fueron muy superiores al bien que consiguieron; solo es en un círculo, donde repite sus mismos pa-
pero por de pronto, obedeciendo la opinión, logra- sos. Así la piedra lanzada por una fuerza extraña
ron su objeto principal. Si Dios hiciera Jos gobernan- corre el espacio mientras le dura el impulso, para
tes naturalmente superiores á sus subditos en inteli- caer á su centro cuando le falta aquella; así la sal di-
gencia como en poder, entonces no tendrían que suelta en un vehículo, luego que esta se evapora, sí
someterse á las aberraciones de la opinión; entonces tranquilo se le deja, vuelve á cristalizarse según la
no se contagiarían de los errores populares, y enton- afinidad de sus moléculas. Trastornar las leyes físi-
ces fueran verdadera y necesariamente soberanos. cas, sería destruir el universo tal cual es; cambiar
No pretendo por esto eximir de toda culpa á nuestros las morales, sería destruirla humanidad bajo sus
monarcas, pues si obedecieron á las circunstancias, condiciones de existencia : ni una ni otra cosa le es
también con exceso las explotaron en su favor; tam- dado al hombre ejecutar, pero ni al mismo Dios le
bién su egoísta personalidad tuvo mucha parte en los es posible, sino reduciendo el universo á la nada, ó
males que irrogaron al pueblo; también en provecho formando otra nueva creación. Dios podrá hacer un
propio y daño universal abusaron de su poderío, y en ángel del hombre, pero así ya el hombre no será sino
vez de rectificarlos, extraviaron mas y mas los ins- ángel. El hombre podrá cambiar de manos la riqueza
tintos populares. Mas ¿dónde existe un poder que no y el poder, y distribuirlos á su antojo momentánea-
abuse de su fuerza? Dónde un gobierno, de cual- mente ; pero no formar una sociedad constante, don-
quiera forma que se revista, quevoluntariamente se de todos sean iguales en fuerza,-en talento, en inge-
nio, etc.; ni aunque se proponga suprimir los indi-
ixx PRÓLOGO.
del audaz, ó del imprudente, surgía una hoguera que sofocaba sus ideas, que
abrasaba sus escritos y que quemaba su cuerpo, haciendo rechinar sus carnes y
viduos á quienes la naturaleza aventaje ó deprima, Providencia, que en otra época para sus altos fines
y aceptar el ostracismo de los aventajados, como se se valió de los bárbaros del Norte, ahora parece que
inició en Atenas, y la muerte de los deprimidos, co- se inclina á tomar por instrumento las clases prole-
mo en Lacedemonia. tarias. ¿Y qué sucederá?Lo de siempre. La sociedad
Establecerla utopia de una igualdad absoluta entre cambiará do formas, no de esencia : habrá en ella
los hombres, es ir contra las leyes de su naturaleza, bienes y males diversamente compensados, habrá ks
es reducirlos al-sacrificio de toda individualidad, es mismas" cosas con diversos nombres. Los cataclismos
privarlos de toda libertad física y moral, es reducir- físicos y morales, si no producen una nueva creación,
los á sus necesidades puramente instintivas, es ma- se reducen solo á modificar las formas de la antigua,
tar su inteligencia, cuya condición de desarrollo obedeciendo ala ley providencial que las asignó su
consiste en el indefinido poder de crear nuevas ne- época necesaria. Solo cesarán cuando Dios en su
cesidades , y de combinar medios para satisfacerlas, mente lo haya decretado , cuando el bien y el mal
apropiándose cuanto presenta la naturaleza para dejen de ser condición el uno del otro; cuando el
asimilarlo á la humanidad. El hombre reducido por mundo y el hombre dejen de ser lo que son, y
una constitución social de esta clase á no excederse se conviertan en otra cosa; cuando este se cambie
de los instintos naturales de conservación del indi- en ser.puramente contemplativo, en quien el hábito
viduo y de la especie, en esto solo podría emplear su inutilice el uso de la libertad, y la perfección la ne-
trabajo, y entonces dejaría de ser inteligente y libre, cesidad del progreso. Miéntras'así no sea, mientras
y se convertiría la sociedad en una colmena. No sería el mundo no se convierta en cielo, mientras la con-
ya hombre, sino abeja, sino puramente animal. ¿Se- templación de Dios no absorba todas las facultades
rá esto posible? No lo sé; pero el hombre es como el del hombre, mientras este no se despoje de la con-
Judio errante, y tiene que andar siempre; puede dición terrenal con que en el mundo existe, siempre
trasportarse de la civilización á la barbarie, de la en desigual lucha entre el bien y el mal, caminará
barbarie á la civilización; mas nunca pararse mien- por las mismas vias. La suma del bien y del mal es,
tras no mate toda individualidad, toda libertad, to- como la de la materia, independiente de sus formas,
do progreso, toda inteligencia. ¿Es este el punto á siempre igual. Esta igualdad se constituye por com-
que se quiere reducirla especie humana? ¿Para lo- pensaciones inherentes á las diferencias : esta es la
grarlo se derraman en nombre de su perfección i l i - única nivelación que existe, no por la voluntad, no
mitada tanta sangre, tantos dolores? ¿Se ejercen tan por el poder humano, sino por la ley eterna de la •
diversas dictaduras y con tantos nombres para obte- creación. ¿Cómo pues ejercerá un hombre fruc-
ner una esclavitud perpetua; para llamar libertad á tuosamente el uso ele su libertad, para modificarse,
la mas omnímoda y forzosa negación de ella; feli- ya que no para hacerse de nuevo? Luchando íntima-
cidad , á la escasez de los bienes; igualdad, á la ex- mente con sus pasiones individuales, y sometiéndo-
tensión de los males, y progreso, á la limitación del las á la razón universal. La suma y generalización de
uso de la inteligencia? Conducir la humanidad por estas victorias forma el verdadero progreso de la hu-
tan errados caminos, puesto que el hecho de inten- manidad, y su retroceso empieza desde que el hom-
tarlo entre en las condiciones de la naturaleza, no bre lucha con la conciencia de otro, y quiere some-
me parece que entra el de conseguirlo, á no que sea ter por fuerza la voluntad y el pensamiento ajeno al
posible convertir al hombre en puro animal, some- propio.Desde este punto comienza la tiranía,triunfa
tiéndole á la mas estúpida obediencia pasiva, á la ti- la violencia, se provoca la defensa con el ataque, la
ranía mas ilimitada, coartando sus deseos con las fa- sangre baña la tierra, la verdad retrocede y el error
cultades de satisfacerlos. A esto no creo que alcance se ensalza. La idea fecunda y necesaria que nace,
el poder humano, mas no por eso son menos reales reemplaza sin violencia á la innecesaria que decae,
y efectivos los dolores y trastornos que producen los ofreciéndola víctimas, no verdugos; pero si luego
conatos empleados en realizar esta idea. Lo digo y lo se hace agresiva, opresora y deprimente de la liber-
repito : profesando estas doctrinas, no me es posible tad y de la tolerancia que para si imploraba, empieza
acusar anadie en particular del curso que se sigue á pervertirse, á decaer, á perder los medios de reali-
actualmente para verificar una utopia, á mi ver, irrea- zarse lógicamente, aceptando por condición la vio-
lizable. Estamos obedeciendo á la ley del movimiento lencia, que es para las ideas lo que el fruto vedado
que se impuso á la humanidad, de huir del mal pre- fué para el hombre: el dolor y la muerte. La doctrina
sente sin cuidarse mucho del venidero; al irresisti- evangélica hubiera ya fraternizado el mundo, si el
ble deseo de cambiar de situación, al de quitar la hombre no la extraviara tomándola por enseña de
espina que nos hiere, siquiera nos clavemos otra que los mismos crímenes que prohibía: si no devolviera
nos atormente mas, siquiera el arrancarla nos pro- como represalias á los verdugos de sus mártires, los
duzca mas grave y permanente dolor que el conser- mismos suplicios cuyo uso condenaba en sus contra-
varla. La civilización actual, después de llegar á su rios. ¿Qué fué la humanidad cuando el hombre se
punto culminante, ¿se halla en el de su descenso? constituyó en vengador de Dios? Un verdugo, tanto
Gastada ya, ¿no puede compensar sus males con sus mas cruel y temible, cuanto con segura pero extra-
bienes? No se basta á sí misma? Llevó la nivelación viada conciencia, en nombre de Dios, y por vengarle,
individual á un punto de que no puede pasar sin derramaba la sangre de sus hermanos, suprimiendo
destruirse? Llegóá corromperse sin medida,y la hu- su libertad y violentando su pensamiento. Lo mismo
manidad necesita quizás ya rejuvenecerse en la bar- son las revoluciones que fanatizando el pueblo en
barie, en la fuerza brutal que haga sentir de nuevo nombre de la libertad, ensangrientan la tierra ho-
ser necesario un poder moral que la contenga, y que, llando su misma bandera, y que, constituyéndose en
como millares de veces, surgirá ahora también de jueces, partes y verdugos,' oprimen y castigan hasta
ella misma siguiendo los mismos pasos ? La divina las sospechas de un pensamiento, aun en leve oposi-
X X I
PRÓLOGO. *
sus huesos. Sus bienes eran arrebatados, sus hijos y su posteridad cubiertos de
infamia y abandonados á la miseria. ¿Qué pudo hacer el pueblo bajo el imperio de
la casa de Austria, sino enviar lo mas selecto de él á verter su sangre en otros
climas, y convertir en frailes la otra parte? Reducido á tal extremidad, el antiguo
yfierocastellano dobló su cerviz al yugo del despotismo. Vencido en Yillalar y
privado de toda esperanza de ser libre, dejó de existir como poder público, y
se trasformó en vulgo miserable. Como tal aceptó un género de poesía conforme
á sus nuevos pensamientos, y el antes noble y patriota castellano fué después el
siervo fanático de sus opresores, el verdugo de los pocos que intentaban sacarle
de su estado. Supersticioso, se dedicó á cantar los falsos milagros : esclavo en
su pensamiento, todo lo creia sin examen; pero valiente todavía, y no teniendo
héroes de buena ley que celebrar, celebraba los malhechores y bandidos que
burlaban la justicia de los hombres. Así retoñaban aun contra la tiranía los
instintos delfierocarácter castellano. Privado de cuanto estimula y engrandece
el alma, extraviada su imaginación y su razón torcida, olvidado de sus anti-
guas glorias, se corrompió y degradó hasta el punto de apasionarse de lo que
era mas deforme y despreciable. Demasiado abatido para que desde su bajeza
alcanzase á mirar las clases mas altas de la sociedad en que vivia; entregado
al desaliento y la pereza; contento entre la inmundicia que le rodeaba; indife-
rente á los asuntos públicos con relación á sí propio, solo veneraba, al través
del prisma de sus errores, á la hipocresía como virtud, á la barbaridad como
valor, al desenfreno como heroísmo, á la charlatanería como ciencia, y á las
creencias falsas como parte integrante del dogma verdadero. La mentira mas
absurda era para él la verdad mas evidente, si se acomodaba á sus instintos
supersticiosos, y desde luego creia con toda su alma cuanto era imposible y
absurdo. Este cenagal de corrupción, de falsa ciencia y de fe extraviada,
sirvió de materia á los romances que los ciegos empezaron á propagar desde
mediados del siglo xvn, y que simpatizan tanto con el vulgo alucinado,
que constituyen su catecismo, su encanto, sus delicias, y puede decirse que
hasta su único modelo ideal y su verdadero retrato. Gratos le eran estos ro-
mances, porque personificaban el denuedo en un contrabandista vencedor de
un regimiento, y que se burlaba de las autoridades que persiguiendo el crimen
lo hacían bajo las formas odiosas del despotismo : interesábanle aquellos cuadros
lascivos, donde una dama resuelta dejaba la casa, y ultrajaba la autoridad pa-
terna por seguir á un valentón rufián, á quien encubría en sus robos y favorecía
en sus asesinatos; batia las palmas de gozo cuando se le presentaba un enjambre
de
«nonalguaciles
con el que lashuyendo de un
dirige.«Yo creo que desaforado
Constantino malhechor con visos
los ciegos verdugos que alde valiente;
derramar se en-
la sangre del
fue el mayor obstáculo
tusiasmaba en pro dedel
la perfección
ladrón evangélica,
que socorria á los
inocente pobres
cumplieron con los despojos
las condiciones de los
de la salvación
convirtiendo el Cristianismo en instrumento de sus del género humano. El Hijo de Dios no fuera hombre
ricos; placíale
nnibiciones; y tengoverle
por massubir animoso
enemigos al cadalso,
de la liber- sino sedonde después
sometiera á la leyde
de confesado,
la humanidad;echa-
pues
tad , de la igualdad y de la fraternidad, á los que con ¿cómo el hombre perecedero podrá separarse de ella
ba un sermón muy tierno á los espectadores, y moría, tan persuadido como
su nombre en la boca las proclaman á fusilazos, que pormas que ruede en la circunferencia cuyos límites ellos
de
a losque ibaresisten
que las sin tropezar
con medios á iguales.
gozar deSin Dios,,
em- nocual si fuera
puede un Lasanto;
traspasar? y en
sumisión findecretos
á los gustaba de
bargo, aun cuando la opinión de un pueblo se haya la Providencia, la caridad y otras virtudes espontá-
lormado con tales elementos de error, no por eso es neas , y no forzadas, son la perfección moral á que el
menos incontrastable. El mismo Jesús se sometió á hombre puede llegar; y esta no se alcanza, si para
las consecuencias de contradecir la que en su tiempo realizarla se usa de la fuerza, de la intolerancia y de
Uommaba; por ello espiró en la cruz, perdonando á las persecuciones.
xxxtl • PROLOGO.
con desatino de hallar en estos romances un diluvio de milagros, de brujerías y
encantamientos, una gaceta de terremotos y tempestades, incendios, pestes y
castigos extraordinarios de la Providencia contra personas y pueblos enteros,
sobre todo si eran judíos, moros ó herejes. Todas ó casi todas estas composi-
ciones , consideradas como poesía, son detestables; pero ofrecen mucho interés,
porque conservan los vestigios de una civilización degradada, y forman el con-
traste mas notable entre el carácter y costumbres del antiguo pueblo ignorante
con el del nuevo vulgo humillado y envilecido; de la barbarie que camina á la
cultura, con la civilización que desciende á la barbarie. Después de perder su
importancia política, ¿en qué habia pues de ocuparse el pueblo sino en embrute-
cerse, para sentir menos su desdicha, ó para desconocerla? Por fortuna los grandes
poetas definesdel siglo xvi y parte del xvn, restos de aquel tiempo en que la gloria
se sustituyó á la libertad, centellas de aquel fuego divino que animó nuestra liberal
existencia durante una lucha larga y santa, conservaron yelevaron la antigua poesía
popular, que nació con ella, y que amalgamada con otros elementos de cultura y
civilización, formó aquel sistema dramático tan vivaz, tan libre, tan fecundo que,
salido de lo mas íntimo de nuestro carácter, circuyó la Europa, y sustituyó para
nosotros aquellas epopeyas que surgen siempre del impulso recibido en tiempos
de gloria y libertad, y que son el canto del cisne que se exhala para anunciar
su muerte. La degradación del pueblo alcanzó también á los grandes ingenios
que ensalzaron nuestra literatura, á los creadores de nuestro admirable sistema
dramático. El espíritu de los romances vulgares les influyó tanto, que se vieron
forzados á poner en la escena muchos de los innobles y groseros asuntos que el
vulgo celebraba. La corrupción del gusto y de la moral cundía cada instante, y
se inoculaba en todas partes. ¿Qué otra cosa era posible, cuando agotado ó fati-
gado el ingenio, no le era lícito abrirse nuevos caminos de creación y de entu-
siasmo? Debilitados los instintos de libertad en el reinado de los Reyes Católicos,
ahogado bajo el imperio de Carlos V y de Felipe II, extinguidos los de gloria
en los tiempos de sus débiles sucesores, la buena y bella literatura apagó del
todo su brillo, y desapareció con el último vastago de la raza Austríaca que
reinó en España. Para nosotros desaparecieron, con los postreros años del si-
glo xvn , todas las memorias gloriosas, todo el vigor nacional, todo lo que fui-
mos ; y comenzó el xvm sometiéndonos á la dinastía francesa, que nos impuso
las costumbres, la política, la administración y la literatura de su patria. Baj-o
este fatal influjo desapareció la España moralmente; y su poesía grande, noble
y original, espiró con ella y con su nacionalidad, después de haber sido ambas
víctimas del despotismo, de los errores políticos de sus malaconsejados gober-
nantes , y del abuso que hicieron de sus fuerzas y aun de sus prosperidades.
¡ Plegué al cielo que ahora, en la nueva carrera que nuestra patria ha comenzado,
recupere lo que perdió, y conquiste aquel varonil vigor que la hizo muchos siglos
respetable y respetada!
Dividimos el Romancero de migares en las secciones siguientes :
Primera. Novelescos y fabulosos.
Segunda. Caballerescos.
Tercera. Asuntos milagrosos y devotos
Cuarta. Asuntos históricos, generales y particulares.
Quinta. Biografías y anécdotas de valientes facinerosos y bandidos.
Sexta.
acomodados Descriptivos
En la segunda
primera
parasección
los
el de ysevarios.
objeto
asuntos
de
incluyen
todos
caballerescos,
los que
vulgares.
tratan
hechosdesobre
los encantamientos,
los de los antiguos
etc.y
x x x m
PRÓLOGO.

En la tercera y cuarta, su título indica el objeto de que tratan.


La quinta tiene por asunto las valentías, amores, hazañas y desafueros que
íiflrn iríi pl vulííO
La sextafinalmentecomprende los de la clase que señala su denominación.

OBSERVACIONES
SOBRE LOS ROMANCES VARIOS DOCTRINALES, AMATORIOS, SATÍRICOS, BURLESCOS.

Termina la tarea el Romancero de esta clase de composiciones, destinadas


unas á la enseñanza moral, otras á la manifestación especial de las pasiones que
agitan el alma influida por afectos tiernos y delicados ó vehementes y profun-
dos ; otras que se dedican á la censura y crítica de los vicios sociales y mo-
rales, y otras que ridiculizan y caricaturan los actos humanos. En todas prepon-
dera el elemento subjetivo y lírico.
Severos consejos de moralidad y conducta se hallan en los doctrinales ; ter-
nura , delicados y afectuosos sentimientos se expresan en los amorosos, donde
ya bajo el aspecto pastoril, ya serio, ya apasionado ó ya lijero y festivo, se re-
presentan las diversas fases que toman las pasiones eróticas en su expresión y
lenguaje.
En los satíricos y burlescos se esgrime el azote de la crítica contra los vicios
de la sociedad y las diversas clases que la componen, ya usando de las punzan-
tes sales de Horacio, ó ya del rudo cinismo de Juvenal. Entre estos romances
se comprenden también las jácaras ó sátiras irónicas en que con apariencias de
elogio se retratan y describen los hábitos y costumbres, y se remeda el lenguaje
de cierta clase de monstruos que contaminan la sociedad, y que pueblan los ca-
dalsos, los presidios, las casas de prostitución y los hospitales. Allí la musa cí-
nica de Quevedo, y de otros poetas que le precedieron ó imitaron, empleó su
enerjía é ingeniosidad para retratar el vicio en toda su horrible desnudez, y de
tal manera que causase horror y hastío. .
Sabido es que los españoles hemos inventado y nos hemos aventajado en este
género de literatura, un tanto grosera., pero vigorosa y ruda; y que Lazarillo de
Tórmes, Rinconete y Cortadillo, Guzman de Alfarache, La Pícara Justina, El Ba-
chiller Trapaza , y otras tantas novelas semejantes, no han tenido rivales, sino
que sea el Gil Blas, de quien puede decirse que es un libro inimitable; porque
Lesage fué un gran talento imitador, que si cedió á sus modelos en originalidad,
los aventajó mucho en cultura, en buen gusto y en filosofía. Las jácaras, ademas
del objeto principal que las inspiraba, son muy interesantes, porque satirizan
duramente á la autoridad que en vez de prevenir los delitos se asocia á ellos, ó
los tolera y protege mientras la prestan utilidades. Desde el verdugo que ven-
de á la víctima su lenidad en el castigo, desde el escribano que prostituye su
fe para dilatarlo , desde el alguacil que por dinero encubre y asegura á los de-
lincuentes , hasta el juez superior que descuida sus deberes de actividad y vi-
gilancia ; todos, todos sin excepción son vigorosa y agriamente censurados y cas-
tigados en las jácaras, que así consideradas son el mejor contraveneno de los
romances vulgares, cuyo objeto es revestir de heroísmo y conducir á la gloria,
después de ahorcados, á los ladrones, asesinos y malhechores, y poner bajo sus
pies á los jueces, que cumpliendo con sus deberes, los persiguen y castigan.
Inútil es advertir que el Romancero de romances vanos no comprende todos
xsxiv PRÓLOGO.
los de su clase, que se hallan en la multitud de colecciones que existen. Muchos
volúmenes no bastaran á tamaña empresa, que aun realizada, solo produciría
tedio, probando ademas falta de buen gusto. Harto he sacrificado con mi pro-
digalidad á los bibliómanos, exponiéndome por ellaá una crítica severa, pero
justa y conveniente.
Para convencerse de que no debí reimprimir todos , ni aun tantos romances
de estos, bastará considerar que muchos de los reimpresos y casi todos los omi-
tidos son medianos, malos, y una cansada, molesta y fastidiosa repetición des-
figurada de las ideas, pensamientos y formas de los buenos que he aceptado.
Por tales causas he omitido gran número de los del Romancero general de 161
del de Madrigal y de otros menos interesantes. Pero en desquite incluiré algu-
nos mejores y de mayor mérito literario ó bibliográfico, que se contienen en li-
bros raros y preciosos.
Estos romances se dividen en las secciones siguientes :
Primera. Doctrinales.
Segunda. Amorosos.
Tercera. Satíricos y burlescos.
La segunda sección se divide en estas ciases :
Amorosos serios.
Id. alegóricos y simbólicos.
Id. pastoriles, piscatorios y villanescos.
Id. festivos.

CONCLUSIÓN.
Acabaré este trabajo, que completa el de la anterior edición, con aquellas
ideas que me han ocurrido y que le dan un giro menos especial, pero mas filo-
sófico y trascendente. La historia de la literatura es el espejo de la sociedad y
del hombre modificado por las circunstancias y necesidades que le rodean é
influyen : es la consideración de la ley constante de la humanidad, que solo
aparece variada en su expresión y en sus formas accidentales. Si he hecho in-
cursiones en el campo de los sistemasfilosóficosy políticos, ha sido cuando en
ellos creí hallar vestigios del influjo que ejercieron en el desarrollo intelectual y
en la literatura de los pueblos, de cuyos hábitos y costumbres surgieron como
necesarios para dar unidad á su marcha social según las condiciones de exis-
tencia de cada uno. Como no soy partidario ni enemigo de ningún sistema ge-
neral bajo cualquier forma que se constituya; como no ignoro que todos tienen
sus ventajas y desventajas, y como se que sus resultados prácticos dependen no
de su esencia, sino de su aplicación oportuna ó inoportuna, me he ceñido á juz-
garlos en particular bajo el aspecto conveniente al objeto de mi tarea.
Así como en todas partes, comenzó nuestra nueva civilización y literatura desde
la barbarie que acabó con la antigua: dejamos de ser romanos y fuimos bárbaros;
aceptamos el elemento de destrucción, pero también nos acompañaba el ele-
mento regenerador. Con el primero derruímos la antigua civilización, con el se-
gundo alzamos otra nueva que se aprovechó de los restos de la antigua que so-
brevivieron al tremendo cataclismo. Circunstancias particulares modificaron en
España sus efectos, y constituyeron la especialidad de nuestra existencia so-
cial,, de nuestra literatura, y de las instituciones políticas, que sin la invasión
de los árabes fueran completamente feudales como en toda Europa. El fraccio-
S X x V
PRÓLOGO. -
namiento del terreno produjo el de las monarquías, que necesitando del pueblo,
solo con él adquirian fuerza. Esta causa nos desvió harto del camino que siguie-
ron los demás pueblos del Occidente, y produjo hábitos y costumbres populares
y monárquicas á la vez, que influyeron no poco en el giro de nuestra literatura
en sus primeros tiempos, aunque después se uniformase con la de los extra-
ños por habernos también conformado con el poder arbitrario que rigió toda la
Europa.
Aun cuando los romances que conocemos no sean los documentos gráficos mas
antiguos del origen de nuestra poesía, puede presumirse, sin embargo, que bajo
sus formas se exhalaron los primeros alientos de la que fué popular. Su rudeza, su
fácil construcción, los asuntos deque tratan : todo, todo contribuyeá justificar
esta conjetura. Hijos primero del pueblo rudo, aceptados después por los juglares
y luego por los grandes poetas, que revestidos de gala los restituían á su origen,
contienen sin interrupción la historia íntima de cada una de las épocas á que
pertenecen , y los vestigios de aquellas mas remotas, cuyas producciones se
perdieron. Así lo he querido demostrar en las observaciones que hago sobre las
respectivas clases en que los divido. Allí se verá lo que opino acerca de los que
- nos son propios y de los que provienen de imitaciones extrañas : allí lo que
presumo sobre los elementos que se reunieron para construir definitivamente el
sistema poético español que duró hasta principios del siglo xvni.
He comenzado mi colección con los romances, y no con otra clase de combi-
naciones métricas populares que reservo para un Cancionero, porque los miro
como producto mas indígeno y popular por sus formas fáciles y sencillas; porque
abrazan mayor número de épocas sin interrumpirse; porque retratan mejor nuestro
carácter, y conservan mas vestigios de los orígenes y progresos del idioma vulgar;
porque aun hoy dia tienen vida propia, porque llaman la atención de los aficio-
nados, que son en mucho mayor número que los eruditos; y en fin, porque el
mejor modo de inspirar gusto á este género de estudios es el presentarlos bajo
un aspecto agradable.
Al insertar sin excepción en las tres primeras clases de romances todos los
que han llegado á mi noticia pertenecientes á ellas, sé que los mejores y mas
desapasionados críticos me tacharán de pródigo; mas como en esta obra no me
propuse solo dar lo que pertenece en los romances al origen de nuestra literatura,
sino también conservar lo mas raro de ella y presentar una serie de documentos
que en esta clase de composiciones caracterice las diversas épocas de civilización
por que pasamos hasta el siglo xviu, no me disculparé, pero sí imploraré perdón
de no haber podido ejecutarlo á gusto de todos.
En esta nueva edición de los Romanceros he adoptado la misma ortografía
que en la anterior; mas conservando la de los originales en aquellas voces
características de la época á que pertenecen. En el texto no me he permitido
ninguna libertad que lo desfigure, y solo tal vez habré mudado de sitio alguna
palabra que por descuido ó mala corrección interrumpía la rima ó viciaba la
medida de los versos. Pocas veces también se han intercalado algunos de estos,
si faltaban para completar y hacer inteligible el sentido ó la frase, y eso casi
siempre tomándolos de otro original impreso ó manuscrito que los contuviese.
También he usado con frecuencia de los apostrofes ortográficos, cuando la e final
de una partícula se suprime por empezar con ella la palabra siguiente.
Tal es el plan, el método y las miras que han presidido á esta nueva publi-
cación de los Romanceros, que ahora repito con el título de ROMANCERO GENERAL.
En las observaciones generales y en las notas particulares que contiene, he
expuesto y declarado mis doctrinas, mis juicios y conjeturas, y el aspecto
xxxvi & PRÓLOGO.
filosófico y literario con que concebí y realicé esta obra. Si la ejecución corres-
pondiese, y lo dudo, al ímprobo y deslucido trabajo que hice en ella, habré
sin duda duplicado el servicio importante hecho en pro de la patria litera-
tura, y dado al público un tesoro de historia y tradiciones populares, de tal
manera ordenadas, que facilitará su estudio evitándole el fastidio, y tal vez
proporcionándole algún recreo. El sabio, el erudito, el filólogo y el crítico,
hallarán en las viejas poesías un manantial de documentos á que aplicar su
atención y á que dedicar sus observaciones. El historiador filósofo encontrará
recursos á propósito para investigar los ocultos resortes que influyeron en nuestra
civilización, y la manera como descendimos desde la libertad política en que nos
anticipamos á la Europa, hasta el establecimiento de la arbitrariedad, en que
la acompañamos muy de cerca; y en fin, en las composiciones poéticas, hechas
desde mediado el siglo xvi hasta el último tercio del XVII , podrán gozar é imitar
los hombres de gusto y los poetas una multitud de modelos abundantes de bella,
rica y briosa fantasía, que enalteciendo su imaginación, le sirvan para engalanar
su ingenio, prestándole medios fáciles, dulces, armoniosos y enérjicos de decir
y expresar los pensamientos.
No bastando los grandes sacrificios que hice para reunir una colección completa
de los documentos que me han servido de texto, he tenido que valerme del favor
que algunos amigos amantes de las letras me han dispensado, ya prestándome
materiales, ya dándome consejos, ya animándome á la empresa. Entre ellos debo
mencionar especialmente al Sr. D. Jacobo María Parga, de quien en otra parte
. hice mención ; al actual ministro de Estado D. Pedro José Pidal, cuyos escritos
y publicaciones llenas defilosóficayfilológicaerudición, y sus amigables consejos,
me han sido prodigados con amistosa franqueza ; á mi ilustre amigo y protector
D. Joaquín María Patino, bibliotecario mayor que fué de la Nacional de Madrid,
á quien he debido los adelantamientos en mi carrera; á D. Pascual Gayangos,
juicioso literato y excelente arabista; á.D. Justo Sancha, queposee una de las
mejores colecciones de libros castellanos de poesía, y que la disfruta, no para
adorno, sino para estudio y recreo del entendimiento; y á D. Serafín Calderón,
distinguido y conocido escritor en todas materias. No menos pruebas de celo y
simpatías he recibido de algunos otros amigos, cuyos consejos y excitaciones
me animaron grandemente; y entre ellos debe mencionarse nuestro modesto,
pero apreciabilísimo literato y compañero en la biblioteca Nacional de Madrid,
el Sr. D. Eugenio Hartzenbusch.
Otros, y mas especialmente alguno muy versado en lo que á nuestra antigua
bibliografía yfilologíaconcierne, pudieran haber ejecutado lo que con mucha
desconfianza emprendí. Pero, pues no lo han hecho, discúlpese mi arrojo, y
téngase en cuenta la constancia y noble desinterés que me animó á este trabajo,
no tan del todo estéril, que haya sido inútil al estudio de nuestra literatura bajo
el aspecto crítico yfilosóficocon que lo he presentado.
• Tampoco puedo omitir aquí los ilustres nombres de los sabios alemanes BoW
de Faber, Depping y Wolf. El primero, que nos concedió su amistad, fué el que
con su Floresta de rimas castellanas nos inició en la idea de que era convenie
una clasificación metódica en este género de trabajos; el segundo, con su Ro-
mancero castellano y sus notas, traducidas por el Sr. Alcalá Galiano, nos
admirar el punto altísimo á que en Alemania ha llegado el conocimiento de
8
nuestra lengua, y la profunda manera de considerar nuestra historia. Las misma
cualidades y aun en mayor grado resaltan en el Sr. Wolf, y las ha manifestado
en
quesuacaba
publicación de layRosa
de publicar de tenido
que ha romances, y en de
la atención su remitirme.
ensayo sobre A los
i* españoles.
r°rdaa
PRÓLOGO. «xvii
que, por ignorar su lengua, no puedo juzgar de esta obra por ahora,""y solo la
conozco por un juicio diminuto y lijero que se ha publicado de ella en la Nouvelle
reme enciclopédique de Didot, deuxiéme année, septembre 1847; pero esto bast
para hacerme comprender los estudios profundos que ha hecho sobre este ramo
de nuestra literatura, y las miras trascendentes á que lo ha elevado y en que
mas de una vez hemos coincidido (21).
No menos me ha sorprendido cuando llegó á mis manos, ya muy tarde, el
Romancero Espagnol coleccionado y traducido por Hinnard, quien con lijereza
aparente, y en verdad con inspiraciones profundas, ha considerado nuestros ro-
mances, y en ellos nuestra historia, sin pretensiones exageradas de anticuario,
y la ha presentado bajo su verdadero aspectofilosóficoy político. El cuadro,
tal cual lo formó, es un bosquejo, pero lleno de pinceladas maestras que son
otros tantos gérmenes de fecundos pensamientos.
Por lo demás, y en cuanto á mi obra, solo me resta decir : que á pesar de
la convicción íntima de utilidad que me la inspiró; que á pesar de las conside-
raciones profundas que han surgido del estudio necesario para realizarla; que
á pesar de la imparcialidad á que he aspirado en mis juicios, desde ahora pido
al público que no acepte á ciegas mis opiniones, que las examine y discuta seve-
ramente. ¿Quién sabe si una idea fija y sistemática habrá sido causa de mil
errores? Quién si sutilizando demasiado habré creado diferencias que no existen
entre los objetos? Quién si algún sentimiento de amor propio, oculto aun á mi
conciencia, habrá influido en los juicios? ¡Mucho, mucho temo haber incurrido
en errores involuntarios! Ni soy, como en otra parte he dicho, ni pretendo ser
inspirado, ni maestro : aspiro.solo á ser razonador, y á razonadores, no á dis-
cípulos me dirijo. ¿Quién es un hombre para enseñar dogmáticamente á otro
hombre? Sumergido en un mar de dudas, sin datos completos, ni casi esperanza
de adquirirlos capaces de resolverlas, suele tal vez desvanecer un error y cerrar
la senda que á él conduce ; pero ¿cómo lo hace frecuente, sino inventando otro
error y abriendo otro camino de mayores desaciertos? ¿Dónde está la verdad
absoluta, aquella verdad que mata todas las dudas, aquella que ciega todas las
sendas del error? Solamente en la suprema Inteligencia, en la que es todo y lo
contiene todo; en la que todo lo sabe y solo revela al hombre aquella parte de
la verdad relativa, que le conviene, para que con la esperanza de completarla
ponga en ejercicio sus facultades y cumpla su destino sobre la tierra.
(21) Después de haber impreso este prólogo por pueda llevar á tan alto grado el conocimiento de una
via de ensayo, mi amigo D. Santiago Palacios me fa- poesía y de un idioma tan diverso del que le es pro-
cilitó la traducción que en obsequio mió tuvo la bon- pio. Nada se le escapa al Sr. Wolf por delicado, por
dad de hacer de la on>ra del Sr. Wolf. Esta es un re- sutil que sea. Aun en aquellas ideas en que no hemos
sumen crítico y filosófico de cuanto se ha escrito en coincidido estoy indeciso y dudoso de mi acierto.
España, en Alemania y en otros países acerca de Acaso el público y la ciencia ganaran mucho si en
nuestros romances, lleno ademas de observaciones vez de mi trabajo propio le presentara el del sabio
originales, que prueban profunda ciencia, estudio alemán: con gusto lo hiciera si yo fuese dueño y pu-
seno, extensos conocimientos, y un criterio claro, diera disponer de la traducción que de esta obra me
perspicaz y metódico de los orígenes de nuestra len- facilitó el Sr. Palacios.
gua y literatura. Parece imposible que un extranjero
APÉNDICE
.obre la clasificación de los romances considerados relativamente á las épocas é que se atribuye su
composición, y al enlace que forman entre si las diversas modificaciones que experimentaron en la
tradicional y en la artística.

DESPUÉS de haber ordenado los romances por asuntos y materias, para dar una idea de
la marcha que han seguido desde los mas antiguos que conocemos hasta mediar el si-
glo XVII, v para poderlos distinguir, conviene clasificarlos según el carácter y aspecto
que presentaron en las épocas en que se presumen hechos, y según el espíritu que en
ellos predomina. Antes, sin embargo, de proceder en este sentido a su clasificación,
nos parece oportuno exponer las bases que sirven de apoyo á nuestra idea, para que apa-
rezca clara y perspicua, ya que acaso sea incierta ó equivocada. Las senes de romances
que hemos reunido para la presente obra forman desde su principio una cadena no in-
terrumpida de progresos intelectuales y de cambios en las ideas, pensamientos y len-
guaje. Otro tanto sucede respecto á sus autores. La ilustración de la sociedad no es siem-
pre igual, y sin duda la muchedumbre en los siglos medios distaba mucho de la de los
siguientes. Así es que la diferencia entre los romances viejos y los de los ciegos, que los
sustituyeron, procede de la que existia entre la civilización del vulgo, que los hacia, ó á
quien se destinaban. Los asuntos de los romances vulgares nuevos podrán sérmenos no-
bles que los de los viejos; pero en su estilo, formas aparentes y lenguaje, no son tan ru-
dos y bárbaros, porque el pueblo de su época era mas civilizado y mas artístico que en
las anteriores. Y no se crea que tal diferencia existe solo entre las composiciones de d i -
versas épocas, sino que también se advierte entre los de una misma, sin otra causa que el
cantarse ú oirse por los habitantes de las ciudades, ó por la gente rústica y campesina (1).
Esta, naturalmente desviada del roce y cultura de la otra, conservaba mas tiempo su ig-
norancia, y á duras penas se iba civilizando y recibiendo, no ya otros, sino sus antiguos
cantares, algo alterados en su lenguaje y formas, pero muy semejantes en su espíritu.
En todos tiempos y circunstancias, en cualquiera grado de cultura que se halle la so-
ciedad, es imposible que el común de los que la constituyen sea de poetas. Los cantos
populares, por bárbaros y sencillos que parezcan, siempre se realizan por personas mas
dotadas de ingenio que el vulgo en general. En todas las sociedades nacientes el poeta
se distingue de la multitud, ya que no por la ciencia adquirida, sí por la que revela la
naturaleza, y se desarrolla mas ó menos entre ciertos hombres de organización privile-
giada. Así es que los participantes de ella son propiedad del pueblo, al pueblo pertene-
cen y le personifican en sí propios. A los poetas de esta clase es á los que consideramos
como autores de los romances populares primitivos. El progreso de la civilización rompe
en fin, mas adelante, el círculo estrecho de los objetos que rodean materialmente á los
individuos de la sociedad inculta, y los conduce á considerar otros mas distantes con que
simpatizan, pero que conocen mal: entonces surgen los cantores y narradores populares
de profesión, que se dedican á ordenar y satisfacer las nuevas necesidades de la muche-
dumbre, agregando un poco de ciencia á las inspiraciones toscas del ingenio naturalé inar-
tificioso. Estos son los cantos y los romances compuestos por los juglares. Sigue tras este
tiempo otro de mayor cultura, en que se acumulan y complican las ideas á tal punto,
que el vulgo no puede reunirías y expresarlas convenientemente; pero sí comprenderlas
tan luego como se le presentan formuladas y acomodadas á su alcance : en este caso
aparecen los poetas eruditos , y luego ¡os artísticos, que interpretan y desarrollan los ins-
tintos iniciados entre el vulgo, y le van completando la ciencia á que aspira. Los poe-
tas primitivos, pues, y los juglares expresan la poesía natural del pueblo, la que el pue-
blo engendra y comunica; los eruditos y artísticos expresan aquella que la ciencia y el
arte, habiéndola recibido de la multitud tosca y ruda, se la devuelve culta ya, pero siem-
pre acomodada al mayor ó menor desarrollo de su civilización actual. Por ello, á dife-

(1) Es preciso entender que ni en todas ni en cada de los bandidos con los milagros de los santos. Y no
una de las épocas existia aislada la poesía popular, solo esto, sino que también en el siglo xvi y el XVII,
de la erudita y de la artística, pues marchaban á la como en el xv, se vio marchar al mismo paso y á la
par, aunque separadas entre sí. Al mismo tiempo que par con la poesía popular, y la popularizada propia-
existieron los romances populares, se escribían los mente nacional, la sabia é imitada de los Clásicos
poemas del Cid, los de Berceo, y las obras de los griegos, latinos é italianos, introducida en aquel
trovadores cortesanos. Cuando SEPÚLVEDA publicaba por los trovadores cortesanos, y en estos por Boscan,
sus romances, también Alonso de Fuentes escribía Garcilaso, Herrera, los Argensolas, etc., á quienes
sus Cuarenta cantos; y cuando LOPE, GÓNGORA y los también siguieron los poetas artísticos populares que
anónimos del Romancero general levantaban su vuelo igualmente que romances, componían odas, canciones
poético, los romances vulgares los acompañaban ce- reales, sonetos, y aun poemas en octavas endeca-
lebrando los hechos contemporáneos, ó las hazañas sílabas,
X L APÉNDICE.
rencia de los imitadores de los clásicos griegos y latinos, llamamos poetas populares aun
álos que hemos considerado como eruditos y artísticos, relativamente a la clase de lite-
ratura indígena que cultivaron ó que de ella procede.

. V , ; OBSERVACIONES GENERALES.
No es posible fijar la época en que la poesía castellana adoptó la forma del romance :
ningún documento histórico la acredita. Los códices mas remotos que tenemos conser-
van composiciones complicadas, que suponen en su confección arte y estudio; pero no
existe en ellos ni un solo romance genuinamente popular, anterior al descubrimiento de
la imprenta. Puede asegurarse que hasta la segunda década del siglo xvi no hemos visto
ningún romance genuinamente primitivo, manuscrito ó impreso, pues los que nos res-
tan de la última del xv pertenecen á poetas de profesión ó á trovadores cortesanos. En
el Cancionero general, impreso en Valencia-año de 1511, es donde aparece por primera
vez un cortísimo número de romances viejos populares, hasta entonces conservados por
tradición, pero únicamente dedicados á servir de texto á las glosas ó trasmutaciones que
de ellos hacían los poetas artísticos de la corte de Juan II ó de los Reyes Católicos.
Sin embargo, la poesía castellana por excelencia, con la forma de romance debió pre-
ceder entre el pueblo á la erudita y sabia hecha en versos largos ó imitados de los lati-
nos ó de los provenzales, porque la naturaleza precede al arte, la espontaneidad al es-
tudio, y la memoria á la escritura aplicada alas rudas producciones del vulgo. La medida
del verso redondillo ú octosílavo es la primera que debieron encontrar nuestros versifi-
cadores inartificiosos, porque nace mas fácilmente que otra de la construcción é índole
armónica de nuestra lengua y de la rotundidad de sus períodos. La combinación métrica
del romance es ademas muy favorable á las improvisaciones, pues su asimilación á la
prosa vulgar, la sencillez de su medida, sus pausas y música monótona, que facilitan la
rima continua, y dan vagar al pensamiento para ordenarlas ideas, su natural aptitud para .
la narración de ios hechos históricos considerados objetivamente , y para conservarlos
en la memoria, todo indica que el romance fué ó debió ser el primer aliento musical y
poético que exhaló entre nosotros un pueblo que necesitaba conservar su historia, sus
recuerdos, sus impresiones, por medio déla tradición oral, mientras ignorante del arte
de la lectura y escritura, solo le quedaba el recurso de la memoria, facilitado por medio
de la medida, de la rima y del canto, mas sencillos é inartificiosos, á que se prestaba su
lengua casi informe en una época tan próxima á su primitiva formación. ¿Y qué otra
cosa pudiera hacer un pueblo donde los pocos que leían y escribían desdeñaban hasta el
lenguaje del pueblo? Los cantos populares no penetraban en el palacio de los reyes ni en
el gabinete de los sabios, que creyeran degradarse si echaran lamas leve mirada sobre
la inculta naturaleza. Por eso los eruditos y preciados de una ciencia prestada y afectada
abandonaron las inspiraciones espontáneas del ingenio, y huyeron de ellas como el florista
caprichoso que en vez de cultivar las perfumadas flores naturales, prefiere producir arti-
ficiosamente otras hechas de papel, bellas si se quiere, pero que carecen del suave olor y
frescura de las naturales. La poesía popular nació sola por su propia virtud, por la nece-
sidad de que naciese; creció entre et vulgo agreste : hija de su inteligencia y acomodada
á ella, se conservó como por instinto, sin el arte , y á pesar del arte, hasta que al fin le
penetró y le invadió de tal modo, que le impuso su indeleble sello y le obligó á trabajar
para ella, á cultivarla y á tomarla por tipo. Entonces los poetas artísticos, haciéndose po-
pulares, excusaron al pueblo de tener los suyos propios, que antes necesitaba, y se vio
descender de su solio la poesía artificiosa y sabia, para unirse y amalgamarse con la que
antes desdeñó. Aunque á esta le negase la escritura durante muchos, siglos sus auxilios,
la memoria, como hemos dicho, la conservó trasmitiéndola de boca en boca, si no con
aquella pureza primitiva de su origen inmediato, al menos con las variantes que la pa-
labra experimenta cuando no se escribe. De aquí procede que los romances tradicio-
nales han sufrido la alteración de voces inherente á su modo de trasmitirse y puede de-
cirse que no han llegado á nosotros en toda su pureza. Como los juglares y cantores
mas modernos conservaban la tradición, debe suponerse que cambiaban las palabras an-
tiguas y olvidadas por otras de su tiempo, que eran inteligibles á sus contemporáneos,
laminen es de inferir que ingiriesen en sus cantos algunas ideas nuevas, algunos pensa-
mientos y costumbres de su época; pero separándose muy poco de los tipos antiguos :
lo primero porque las ideas, los pensamientos y las costumbres se alteran mas lenta-
mente que las palabras de una lengua que se va formando; y lo segundo porque, repro-
u
APÉNDICE. ' *
duciendo la tradición conservada en obras ya hechas, difícilmente se apartaría la copia
con exceso del original. . . , , . , . , , m

Si pues, fundados en las razones alegadas, admitimos la hipótesis de que el romance


fué la primera forma con que apareció la poesía castellana popular, puede inferirse que
es tan antiguo como el tiempo en que nuestra lengua rústica empezó á generalizarse y á
constituir otra diversa del latin corrompido, que la produjo. En el monumento mas an-
ticuo escrito que en nuestro idioma nos queda, es decir, en el Poema del Cid, y en la
Cróíiica general de España que mandó hacer el rey D, Alonso el Sabio, en la del. mismo
Cid, y en otras varias, se hallan muchos y multiplicados fragmentos de romances inter-
calados; pero álos cuales se ha pretendido reducirlos á otro género de metro que el su-
yo propio, ó trasformarlos en prosa, rompiendo á veces su medida; pero mas frecuen-
temente escribiéndolos á línea tirada, como si prosa fuesen, y sin cuidar de disimularla
rima, que conservan (2). Si esto no fuese casual, y no debe serlo, por la frecuencia con
que se repite, pudiera creerse que los romances allí introducidos son muy anteriores á
los poemas y á las crónicas que los contienen; y supuesto que aquel sea el documento
gráfico mas remoto que poseemos escrito en lengua vulgar, los fragmentos de romances
que encierra deben pertenecer á tiempos muy anteriores, y quizá contemporáneos á los
hechos históricos á que se refieren, ó bien procedentes de otros cantos mas antiguos,
que los sirvierou de original (3). En este último caso necesariamente habrán experimen-
tado variantes, aunque menos que todos los posteriores, que por tradición oral se han
conservado. De todas maneras, lo cierto es que aquellos fragmentos son anteriores alas
obras que, tomándolas de la tradición, los redujeron por primera vez á escritura, lo
cual acaeció, según los. mejores críticos, antes dé mediar el siglo xii : es decir, cuando
ya existia un documento escrito en lengua vulgar, pero versificado imitando la medida
de origen erudito. Y como en este se encuentran ya vestigios de romances hechos, y
como no es natural que en los siglos anteriores no tuviese el pueblo poesía y poetas,
también resulta una presunción mas de que el romance pudo preceder á las otras formas
de cantos mas difíciles y artificiosos, que se escribieron con preferencia á los vulgares.
Triste cosa es que hechos tan importantes no podamos fundarlos mas que en conjetu-
ras; pero pues no alcanzamos mas, necesario es contentarnos con ellas, ínterin otros
mas solícitos y afortunados puedan con documentos que nos son desconocidos, ó con-
firmar ó destruir la hipótesis establecida.
Hemos dicho ya que no es posible fijar el tiempo en que comenzaron nuestros ro-
mances viejos tradicionales; pero sí puede asegurarse que acabaron enfinesde la primera
mitad del siglo xvi. Hasta entonces no tenemos noticia de que se hubiesen escrito, sino
el cortísimo número que accidentalmente, para texto de glosas ó como temas de otros
artísticos se incluyeron en el Cancionero general. En la expresada época se empezaron á
publicar algunos, imprimiéndolos en pliegos sueltos ú hojas volantes, que circularon
entre el vulgo como ahora los de los ciegos, que han heredado la industria de los anti-
guos juglares. Así se fué formando un tesoro diseminado de poesías, entre las cuales se
halla multitud de romances recogidos de la tradición; pero no tan puros, que, ademas
de las variantes consiguientes á la manera con que fueron conservados por el pueblo y
los juglares, no participen también de las que á sus editores les placia hacer so pretexto
de modernizarlos y corregirlos. Puede pues presumirse, y casi asegurarse, que de la
dicha época tradicional no nos quedan romances completamente conformes á su primitiva
redacción, aunque cada uno la haya conservado en infinitos fragmentos que no han sufrido
cambio alguno.

(2) Del cap. LV de la Crónica del Cid, y su prosa | Compárese este fragmento de la Crónica con el ro-
descompuesta, resulta el fragmento siguiente, que si mance número 768, lomado del Romancero de SE-
no es un romance exacto, da idea de cómo los anti- PÚLVEDA, y se verá cuan poco distan entre sí, y cuan
guos cronistas los introducían en sus prosas. .poco tuvo que trabajar el que hizo versos de la prosa,
Cid vos sabedes cuantos porque el cronista hizo prosa de los versos.
Ademas del fragmento arriba inserto hav otros
E quiero vos agora rogar muchos que igualmente se pueden reducir á roman-
Como amigo é como buen vasallo ces. El Excmo. señor D. Pedro Pidal, que me le ma-
Que vayades á Zamora, nifestó, tiene apuntados varios de igual clase.
A mi hermana Urraca Hernando (3) Aunque los mencionados fragmentos no exis-
E que le digades otra vez tiesen en la crónica, no sería menos cierto que habia
Me dé la villa por haber ó por cambio romances anteriores, pues ella misma los menciona,
E que la daré á Medina de Rioseco ya para comprobar los hechos históricos, ó para
Con todo el infantazgo, desechar como fabulosas muchas de las tradiciones
E facerle he juramento que contienen.
Con doce caballeros de mis vasallos
Que nunca seré contra ella, etc.
mi APÉNDICE.
Despreciada la poesía popular por los trovadores, fiada únicamente á la memoria, ni
el pueblo era bastante rico para conservarla en costosos códices, ni, aunque lo fuera, le
podia ser útil, porque rudo é inculto ignoraba el arte de leer y de escribir. Contentábase
pues con oir sus romances predilectos recitados por sus cantores y juglares, en las pla-
zas y en las fiestas públicas, á cambio del óbolo que el pobre les alargaba. Pero como ya
en el siglo xvi la imprenta habia disminuido considerablemente el valor de los escritos, y
reducídolo poco mas ó menos al precio que se daba al juglar por sus recitados; como
por esta misma causa se fomentó la afición á la lectura, los impresores hicieron asunto
de provecho y ganancia, el estampar todo cuanto podia producírsela; y no poca debió
ofrecerles el multiplicar las ediciones de los romances y poesías vulgares de que el pue-
blo gustaba y podia consumir á poco precio. Así se observa que no solo las hojas sueltas,
primeros ensayos de la poesía popular impresa, sino también las copiosas y baratas co-
lecciones de su clase que se publicaron después ó poco antes de mediar el siglo xvi, fue-
ron especulaciones de libreros , mas bien que obras fomentadas por amor á la gloria. No
así en los anteriores siglos, y particularmente en el xv, pues entonces los reyes, prínci-
pes y los señores, por afición á la ciencia , hacian escribir en códices de lujo las obras
célebres de los trovadores y de los sabios, empleando en ello la mano de diestros escri-
bientes. Pero no el excesivo precio de estas obras era únicamente lo que las alejaba del
pueblo, sino que ademas contribuía á ello el que su contenido no estaba al alcance de
su inteligencia inculta, y era un fruto exótico y extraño al tipo característico del pais :
era una importación del cultismo y sutileza metafísica de los trovadores provenzales. Im-
preso el Cancionero general en 1511, como sus poesías eran artísticas y eruditas exclu-
sivamente , no fué inmediatamente buscado sino por la gente culta, aunque después gran
número de sus obras se popularizaron, reproduciéndose en muchas ediciones aumenta-
das con nuevas obras, y expurgadas de algunas poco decentes, hasta el año de 1575,
en el cual se imprimió por última vez. E l Cancionero conserva la poesía artística de los
trovadores del siglo xv, así como el Inédito de Baena una buena parte de la de los del
siglo anterior, siendo de notar que en este no hay un romance siquiera que sepamos, y
en aquel tan pocos, que apenas ocupan algunas páginas. Todo prueba que ni aun la
forma de tales composiciones se aceptó por los trovadores cultos hasta las últimas
décadas del siglo xv, exceptuando alguno que otro iniciado entre las poesías que se atri-
buyen á Alfonso el Sabio. La parte pues de poesía popular y tradicional que nos queda, y
que sin ellos se perdiera para siempre, debérnosla á los editores de hojas volantes, y á los
coleccionistas que recopilaron él Cancionero, las Silvas, las Florestas, etc., de romances.
Los libreros de Burgos, de Valladolid, de Sevilla y Granada, pueden considerarse pues
como los conservadores de nuestra poesía vulgar. Pero no se crea que todo el contenido
en los pliegos sueltos arriba mencionados y en estas colecciones pertenece á la poesía
popular de tradición, porque en ellas hav uria parte que corresponde á la erudita y,
artística popularizada; ni se presuma que todos los romances que á aquella corresponden
se han conservado genuinamente como fueron en su origen, por mas que aparezcan
inartificiosos; pues, como ya lo hemos dicho, casi todos han pasado por los juglares,
son juglarescos y, por decirlo así, compuestos, alterados y reformados por hombres
que se ocupaban y hacian profesión de cantarlos ó recitarlos al pueblo. Proceden de
aquí las variantes de las diversas redacciones con que nos son conocidos.
.Hechas estas advertencias, réstanos clasificar los romances con arreglo á su carácter
esencial y particular, según las épocas á que pertenecen ó se suponen pertenecer, y á
las diversas trasformaciones que experimentaron desde sus primeros alientos épicos y
puramente objetivos, á la perfección lírica, que adquirieron pasando déla ruda y general
inspiración del vulgo ala de los juglares, y de esta á la de los eruditos, de quienes reci-
bieron los romances, aún toscos, los trovadores y poetas artísticos, para elevarlos á su
r
mayor altura.
Considerando los romances bajo este aspecto, los dividimos en las ocho clases si-
guientes :
La primera, segunda y tercera corresponden á"la época tradicional, y comprenden los
que se consideran como copias exactas, ó mas ó menos aproximadas, de su primitiva
La cuarta, quinta y sexta pertenecen ala época erudita.
La séptima y octava alas verdaderamente artística y poética.
De las cualidades, carácter y esencia de cada una de ellas vamos á tratar ahora.
Incluimos en ella los pocosPRIMERA CLASE.
romances que (Época
puedentradicional.)
considerarse, aunque dudosamente,
X L I
APÉNDICE. "
como primitivos, que pertenecen á la categoría de aquellos que muchas veces descom-
puestos en sus formas ¿ sirvieron de texto á otras obras, ya en prosa o ya en verso.
También admitimos en esta primera clase los romances cuyos originales se perdieron,
pero que los juglares, á pesar de haberlos reformado, nos han conservado sin permi-
tirse alterar en gran manera la tradición histórica de los hechos, sin desviarse del tipo
nacional, y sin revestirlos con adornos y colores exóticos, propios de costumbres y ci-
vilización extrañas. A diferencia de los de la tercera, los romances de esta primera clase,
aunque viciados por los juglares, aunque algo alterados en su primitivo texto, conservan
siempre el sello de la nacionalidad íntegro, puro, y sin mezcla de extranjerismo : son
los que mejor retratan nuestra civilización y conservan el origen de nuestra poesía. L i -
bres de toda imitación científica, sin pretensiones eruditas ni artísticas, son rudos como
los que los hacían, como los hechos que narraban, como la sociedad cuyo retrato eran.
Aunque en su redacción actual los romances de la primera clase, que no se introdujeron
disfrazados en el Poema del Cid ni en las crónicas, sean posteriores á dichas obras, mu-
chos de sus fragmentos que han quedado ilesos descubren su origen anterior. Acaso no
se intercalaron en ellas porque el asunto no lo exigía, ó si se hizo fué de un modo que
es imposible conocerlos, por estar completamente reducidos á otro género de versos, ó
á prosa pura.
Comparando estos romances con los fragmentos análogos que parecen mas antiguos y
menos alterados, se ve desde luego que la mayor parte de sus variantes consiste en ha-
berse modernizado las palabras, pero no el giro de la frase, ni el orden y expresión de
las ideas, ni el tipo de costumbres que retratan.
El carácter propio y peculiar de los de esta clase consiste en ser puramente objetivos,
es decir, que en ellos solo aparecen los hechos narrados puros, sin reflexiones ni doc-
trinas, y casi sin descripción de escena. El poeta aparece únicamente como narrador, y
de él no se percibe mas que el estilo y el orden con que ha colocado su pensamiento.
Cuenta lo que pasa fuera de él, sin que deje traslucir sus propias impresiones : parece
que ve y no piensa; es como un espejo que refleja y devuelve los objetos, sin que al de-
volverlos los modifique con una parte de sí mismo; es la memoria, que repite lo que
conserva. Por eso estos romances carecen de entusiasmo lírico, de colorido y ornato
fantástico , y si tal vez dejan traslucir algún rasgo de elevación épica, procede de hallarse
contenida en los hechos mismos que narran. Tal es el tipo esencial de estos romances.
" En cuanto á las formas que los califican, diremos que apenas se les percibe mas artificio
que el de la medida y rima que les es propia y los distingue de la prosa pura, y aun eso
conservadas cuando naturalmente y sin esfuerzo se presentan al improvisador; mas deso-
bedecidas y cambiadas sin escrúpulo, si no se le ocurren pronto, ó tiene que vencer
dificultades. Si alguna se le opone que pueda detenerle en su carrera, salta por ella,
rompiendo la medida, cambiando la rima, ó en fin haciendo prosa cuando la dificultad
no cede á tiempo. Esto es lo que se repara en los pocos romances de la primera clase,
que se presumen primitivos; en cuanto á los de la misma trasmitidos por los juglares, se
observa un poco mas de artificio, y muchas veces para guardar la medida y la rima, el
poeta ya vicia las voces, quitándolas ó añadiéndolas sílabas, ya cambia los acentos natu-
rales, ya escribe, y pronuncia como mudas, vocales que.no deben existir en las palabras;
ya hace mudas las que no lo son, y ya en fin, si no puede otra cosa, hace lo mismo que
hicieron los anteriores, es decir, que deja el .arte y el trabajo á un lado, y sigue su nar-
ración como mejor puede. No es extraño que así fuese en una época de transición, en que
el nuevo lenguaje comenzaba á existir, formándose como por instinto. Entonces el arte
casi no influía en la formación de la lengua rústica que surgía del latín moribundo, pues
aquella era un conjunto de ruinas hacinadas sin orden ni método previsto a priori, y sin
otra base que la natural necesidad de adquirir medios de comunicar pensamientos sen-
cillos, para lo cual con frecuencia el gesto y la entonación suplen á la falta de voces y al
orden lógico. Nacidos los romances populares en esta época, expresándose en una jerga
inculta, que solo hablaba el vulgo, se observa en los de los primeros tiempos mucho
desorden y arbitrariedad en la manifestación de las ideas, y en el modo de enlazarlas
para que tormén un discurso terso y seguido. De aquí el suprimirse continuamente las
conjunciones, de aquí lo corto de las pausas en los períodos, lo aislado de los pensa-
mientos y las repentinas transiciones; de aquí también que los romances viejos pasan de
la narración seguida al diálogo, y del diálogo al drama, convirtiéndose los personajes
épicos en interlocutores, y la narración en acción mas ó menos viva, mientras el impro-
usaaor popular hallaba medios de volver á la senda narrativa, valiéndose de frases con-
«w« * de muletillas aceptadas, y de frecuentes ripios, que le daban tiempo y
aliento para continuar su obra bajo el aspecto comenzado.
APÉNDICE.
SEGUNDA CLASE. (Época tradicional.)
Fórmase también esta clase con ciertos romances, que por su tipo arábigo español, de
eme conservan vestigios profundos, pertenecen á nuestra historia tradicional y de la comu-
nicación próxima con los moros. Procedentes de una civilización mas culta que la que
alcanzábamos entonces, estaban predestinados á influir poderosamente en el sistema
poético que después resultó por haberse combinado diversos elementos. Eran eminen-
temente populares en su origen y respecto á la época en que nacieron, pues halagaban
los instintos nacionales, presentando cuadros de las costumbres de un pueblo que con
nosotros, aunque en continua guerra, vivia, y cuyo valor y cultura no nos eran del todo
extraños. En su esencia estos romances difieren de los de la primera y tercera clase por
su tono mas lírico, fantástico y sentimental, y por el mejor y mas brillante colorido que
los anima. En sus formas materiales se diferencian de los de las mismas por su versifica-
ción mas esmerada. Parte de ellos los hemos incluido en la primera y segunda sección
de los moriscos novelescos, y parte en los históricos de aquellas épocas que les prestan
el asunto, ya sea verdadero, ó ya tradicional aunque fabuloso. Ninguno de ellos nos pa-
rece anterior al siglo xv.
TERCERA CLASE. (Época tradicional.)
Contemporáneos, si no mas antiguos que los de la primera, son los romances de esta
tercera clase. Debe considerárseles como exclusivamente hechos por los juglares bajo el
influjo de un tipo de imitación diverso del nacional, aunque asimilado á él en las formas
de locución. Formados sobre asuntos extraños á nuestra historia y costumbres indígenas,
calcados sobre tradiciones y crónicas escritas en otra lengua, y sobre hechos, históricos
ó fabulosos, propios de otra civilización, suponían cuando menos el estudio, el arte y la
observación empleados sobre objetos lejanos, y adquiridos por la lectura de obras pro-
pias de otras sociedades. En los romances de la primera clase, aun los que pasaban por
los juglares de profesión, nuestro pueblo se veía á sí propio retratado, pues él era el
modelo que imitaban los cantores de sus glorias, de sus hazañas y de sus pensamientos.
En los de la tercera clase se presentan solamente copias de modelos desconocidos al
vulgo, de cuya verdad no podía juzgar sino por una asimilación lejana y por una ciencia
de hechos y de objetos' que nuestro pueblo no veia á su lado ni por sus ojos, sino por
medio de la erudición que sus juglares adquirieron en los libros, ó las noticias que de sí
mismos les comunicaban los extraños. Los juglares dedicados á cantar asuntos de la Bi-
blia , de la historia antigua anterior á los siglos medios, y de los tiempos y países com-
pletamente feudales, crearon para nosotros la tercera clase de romances contenidos tam-
bién en la época tradicional. Rudos todavía, pero mas eruditos que los de la primera,
iban ensanchando el círculo de la poesía popular, sin extralimitarse tanto que pudiera
confundírsela con la erudita, y menos con la artística. Aceptada por el pueblo esta clase
de romances, y extendida la afición á ellos, sucedió lo que era de esperar, á saber : que
desde luego comenzó á alterarse la poesía indígena en su esencia, ya que no en sus for-
mas , admitiendo una idealidad extraña, que falseó su primitivo carácter, revistiendo
los hechos, y aun los personajes nacionales, de un colorido exótico que, amalgamán-
dose mas tarde con nuestros hábitos, facilitó sobradamente los cambios experimentados
en el giro que tomó nuestra sociedad.
Diferenciase esta clase de romances de los de la primera en que, siendo obra de
juglares de profesión, y suponiendo por eso en sus autores alguna lectura, emplearon
en ellos mayor esmero en versificarlos y en ordenarlos. Así se ve que los juglares apare-
cen tal vez razonadores por su cuenta, tomando una parte personal y subjetiva en los
asuntos, y atreviéndose á hacer reflexiones y á emitir máximas propias, aunque deduci-
das del objeto épico que se proponían en sus cantos. Verdad es que, siendo cortísimo el
numero de tales digresiones, no bastan para caracterizar la tercera clase de romances
tradicionales, ni á considerarlos como un género diverso de los de la primera; mas no
dejan, con todo, de ser un paso pequeño que daba la poesía popular hacia el elemento
subjetivo, lineo y descriptivo, á que llegó después la erudita y la artística. Respecto al
lenguaje, al giro de la frase, á la locución y expresión de los pensamientos, los ro-
mances de esta clase se identifican con los de aquella, tanto mas cuanto á pesar de
estar tomados de modelos extraños, los poetas no podian prescindir de asimilarlos en
alguna manera a los hábitos y costumbres patrias, en cuyo elemento vivían. Por eso
nuestr.o Bernardo>del Carpió no es exactamente el Roldan francés, sino una imitación
e a c o m o d a d a a l
llegó* * carácter propio del feudalismo español, tal como
APÉNDICE. ™

ÉPOCA ERUDITA.

Luego que la poesía tradicional llegó á convertirse en escrita, fueron desapareciendo *


los juglares que la conservaron, y con ellos la creación de cosas nuevas que alimentasen
la curiosidad y el interés que el pueblo dispensaba á las cosas antiguas. En tal estado de
cosas, la poesía directamente popular, reducida á no producir nada original y nuevo,
hubiera desaparecido, si algunos, cansados de la erudita del siglo xv y amantes de las
glorias nacionales, no se hubiesen apoderado de los romances viejos para devolvérselos
al pueblo, y resucitar en ella afición á los hechos nacionales. En vez de crear un nuevo
genero de poesía, imitaron los romances antiguos y los reprodujeron bajo sus mismas
formas; pero despojándolos de aquella parte fabulosa que creian afearlos y separarlos de
una crítica racional. Haciéndolo así, no advirtieron que privaban á la antigua poesía de su
interés, y que concretándola áhechos reales, la despojaban del espíritu vivificante que le
era propio, y del calor que anima la existencia de los pueblos y los distingue unos de otros.
Pues qué, ¿la fe y las creencias, y hasta las supersticiones, no son una parte esencialísima
de la historia? No constituyen su verdad también? No influyen en los hechos? No los
explican, haciendo remontar el espíritu hasta las causas de las acciones , que aisladas
no son la historia, sino un catálogo de sucesos sin animación ni vida? Afortunadamente
para la historia, los que imitando los romances viejos los expurgaron, eran buenos cre-
yentes, tanto como las crónicas que les sirvieron de guia para despojarlos de su parte
llamada fabulosa, y como á esta guia hablan servido de documentos los romances viejos,
en poco les podia empecer la pretendida reforma.
Si aquellos, reducidos á prosa, ó teniéndolos á la vista sirvieron de texto ó fueron
citados en las mas antiguas crónicas, en la época erudita sucedió lo contrario, pues de
ellas, reducidas á rima y medida, se formaron los que la pertenecen. Poco antes de
mediar el siglo xvi, aparecieron los eruditos que intentaron reproducir nuestros romances
viejos, imitándolos con inseguro criterio, y que rimando, no poetizando, las crónicas,
arreglaron á su contexto las tradiciones conservadas en los cantos populares,.despojados
de la parte que entonces se graduaba como fabulosa aun por los autores de ellas. LORENZO
DE SEPÚLVEDA, que por cierto no era ni buen poeta ni buen rimador, fué el primero que
publicó una colección de romances de la clase de que hablamos, parte suyos, y parte de
un caballero cuyo nombre reserva, con título de Romances nuevamente sacados de las his-
torias antiguas, de la crónica de España, etc. Con alguna mas libertad, ensanche y mas
arte produjeron romances semejantes y de igual clase varios poetas, y entre ellos JUAN
TIMONEDA , que intercaló algunos suyos en las antologías publicadas con el título de Rosa
de amores, Rosa espartóla, Rosa gentil, y Rosa real, que fueran perdidas para la litera-
tura , sin el feliz hallazgo que de ellas hizo en la biblioteca real de Viena, y el solícito
esmero con que ha reimpreso aquellas composiciones que solo en ellas se encuentran,
el sabio y erudito alemán D. Fernando José Wolf, cuyos trabajos sobre los romances
españoles son inapreciables, y coinciden en gran manera con los nuestros.
Ya en el párrafo anterior se ha dicho lo que caracteriza y distingue la época erudita de
la tradicional; ahora falta discurrir sobre la cuarta y quinta clase de romances contenidos
en aquella.
CUARTA CLASE. (Época erudita.)
Las composiciones que contiene se hicieron, no por gente ruda é iletrada, ni por rús-
ticos juglares, sino por personas un tanto peritas en la ciencia histórica, que artificiosa-
mente imitaban la poesía popular primitiva, y que afectaban su lenguaje. Ligados á una
pauta fija, sus romances eran prosa mal rimada, ^copia servil de ajenos pensamientos,
que excusaba y aun prohibía toda invención, y que, como carecia de libertad, cortaba
el vuelo del ingenio.
Los romances de esta clase conservan las formas exteriores de los tradicionales, pero
no el espíritu vivaz que produce la espontánea y directa imitación de la naturaleza. Dejan
percibir que el arte pugna contra la perfección, y que retrocede hasta el punto de propo-
nerse por modelo la imitación de un lenguaje y de una frase pertenecientes á otro tiempo
muy remoto y apartado de aquel en que se escribían. Pero esta misma y afectada inten-
ción descubre el artificio, pues por falta de criterio en los que la tenían, mezclan en sus
obras palabras y frases mas modernas al lado de las antiguas, resultando de ello un con-
tinuo anacronismo de locución y de estilo. Aunque estos romances conservan la forma
objetiva del elemento épico, ya los poetas, con mas frecuencia que en los verdaderamente
viejos, aceptan la subjetiva, y aparecen en la acción como comentadores y doctrinistas,
mezclando su individualidad con los hechos que narran.
i v / l APÉNDICE.
QUINTA CLASE. {Época erudita.)
Muy semejante á la anterior, se la distingue sin embargo por su mayor libertad y por
prevalecer en ella con mas frecuencia el elemento subjetivo. Los poetas que la cultivaron
la impusieron el sello de la actualidad, desechando la imitación del lenguaje de las cró-
nicas, y las construcciones de los romances viejos. Así debió ser en efecto, pues dedicada
al pueblo, y para él creada, debia, para vulgarizarse, adoptar la lengua entonces usual.
SEXTA CLASE. {Época erudita.)
Dedicada á asuntos históricos contemporáneos, expresados según el estado de civiliza-
ción del pueblo, se usa en ellos el lenguaje propio del tiempo en que se compusieron.
Son pues para su época lo que los de la primera clase para la suya, pero calcados
muchos sobre documentos oficiales en prosa, ó sobre noticias que circulaban, participan
del espíritu de los de la cuarta clase. En efecto, pertenecen á los de la primera, porque
refiriendo hechos acaecidos en la época misma ó próxima de su composición, puede
considerárselos como inspiraciones de actualidad, como primitivos y de primera mano,
tanto mas cuanto, habiéndose escrito ó impreso desde luego, han llegado á nosotros
sin las alteraciones inherentes á los de tradición oral. El espíritu y pauta prosaica, sobre
cuya letra se formaron, los aproxima á los de la cuarta clase, hechos, como ellos, para
vulgarizar la historia. Atendiendo ademas á las formas subjetivas y líricas que afectan,
puede considerarse á los romances de esta sexta clase como el eslabón de la cadena que
une la época erudita con la artística, porque de los elementos de ambas participa.
Caracterízalos especialmente el prosaísmo de que por su origen adolecen; su mayor
artificio en la rima y la medida, exigido por los progresos que, introducidos en el pue-
blo , le hacían menos rudo y mas civilizado que el de tiempos mas remotos. También se
distinguen por la intención que manifiestan de elevarse al tono épico y lírico de la época
artística que á su lado nacia, supliendo así la parte maravillosa antigua que la mayor
civilización habia eliminado de la fe y la credulidad popular. A falta de estas, los poetas
vulgares del tiempo, los que aspiraban á serlo del pueblo, deseosos de brillar ante sus
oyentes ó lectores, equivocando el camino, sustituyeron á la ruda, pero sustanciosa sen-
cillez antigua, los desvarios de una erudición pedantesca é hinchada, los colores exage-
rados y de peor gusto, y en fin el vacío de las ideas y pensamientos disfrazados por una
ciencia incompleta, indigesta y falsa. Los antiguos juglares eran ignorantes de buena fe,
y no tenían necesidad de ocultarlo; pero los modernos, aspirando á ser tenidos por
sabios, eran fastidiosos y afectados. Siempre á la ignorancia sucede una época de falso
saber, de pedantescas pretensiones. Tal es la marcha de las sociedades en su civiliza-
ción. Por eso estas malas composiciones que señalan el camino que sigue la ciencia, son
útiles á la historia de la literatura y de la sociedad. Hállanse las de esta clase en todas las
antologías posteriores á la mitad última del siglo xvi, ya porque se publicaron en las pri-
meras ediciones, ya porque en las siguientes se añadieron, ó porque se recopilaron en
otros libros hechos ex profeso, ó se incluyeron en hojas volantes anteriores ó posteriores
para venderse y propagarlas entre el vulgo por los ciegos, que heredaron el oficio délos
juglares.
ÉPOCA ARTÍSTICA.

Gontiénense aquí las clases séptima y octava de los romances castellanos, y en ellas
se ve la marcha que siguieron desde sus primeros pasos artísticos á su apogeo y á su de-
clinación.
SÉTIMA CLASE. {Época artística.)
Hemos dicho en otra parte que hasta el último tercio del siglo xv los poetas cultos y
cortesanos, es decir, los trovadores, no adoptaron la forma del romance para versificar
sus obras-Hasta entonces fué una composición puramente popular, nunca escrita. Pero
ya JUAN DEL ENCINA y algunos otros versificadores artísticos se atrevieron á componerlos,
o por mejor decir, á amoldar á sus formas la poesía culta que imitaban de los provenza-
es e italianos. Ininteligibles para el pueblo, la sutil metafísica, las pretensiones filosóficas,
las artificiosas ideas y pensamientos que á nuestros trovadores sugerían semejantes mo-
delos, no podían ser populares los romances hechos bajo los auspicios de una idealidad
poética, hija de imitación extraña y de un arte estudiado, no aplicado á lo que esencial-
mente era nuestro y nos caracterizaba. Tal vez algunos de ellos descendieron desde su
altura y lueron aceptados por el vulgo, bien porque para eso los hicieron sus autores,
ocultando la ciencia y el arte, ó porque glosaban, imitaban ó contrahacían los romances
X L V Í i
AÍ>ÉNDÍCÉ.
viejos y estaban impregnados de ideas caballerescas muy gratas al espíritu generoso de
la nación. E l mayor número de las composiciones de esta clase son devotas, místicas,
doctrinales, alegóricas y amatorias : en todas ellas se manifiesta claramente el artificio de
su estructura, de su estilo, de su versificación. Distínguense en general por un espíritu
discutidor que los domina; por la sutileza exquisita y buscada de los pensamientos, y
por una afectación paradójica é indefinible en la expresión de las ideas, que parece se
escapan á la misma inteligencia que las produce. El elemento lírico prepondera en todos
ellos sobre el épico, y el poeta ó sus íntimos sentimientos son el asunto sobre que ver-
san en general.
OCTAVA CLASE. (Época artística.)
Llegó el tiempo de la perfección, donde los poetas inspirados por el ingenio emplearon
decididamente el arte, y bebiendo en las fuentes de la nacionalidad, y apoderándose de
todos los medios que contenia una adelantada civilización, formaron con ellos un com-
pleto sistema poético. Los antiguos poetas cultos habían desdeñado la poesía popular; mas
eruditos que inspirados, se propusieron imitar originales exóticos. Al contrario, los de la
nueva escuela, llevada al colmo de perfección en el último tercio del siglo xvi, no quisie-
ron destruirla poesía del pueblo, antes bien la adoptaron como el mejor y principal ele-
mento de la que se levantaba. En el manantial de los romances y canciones viejas y vulga-
res bebieron los primeros poetas del siglo xvi y xvn el espíritu nacional que animó sus
cantos, y con que cultivaron el ingenio popular hasta el punto de inspirarle y hacerle
comprensibles las bellas formas de la buena poesía. Ignorados y desatendidos por el vulgo,
y privado este de sus cantores propios, se vio reducido á no obtener nada nuevo que sus-
tentase su afición, y á contentarse con los cantos antiguos, ya desvirtuados con el tiempo,
y tal vez con algunos de la época erudita que, lejos de rejuvenecerlos, los reproducían
despojados de su originalidad y de su natural sencillez.
El intervalo que media desde la clase séptima artística del siglo xv, hasta la octava
de las últimas décadas del xvi, se llenó con los romances de la sexta, medio eruditos y
medio artísticos. En este tiempo el vulgo, privado de sus poetas propios, se vio redu-
cido, para obtener algo nuevo, á entregarse al espíritu de pedantería que sucede al de
ignorancia, y como ya participaba de aquella, fácilmente se popularizaron las composi-
ciones que adolecían de este vicio. Los romances viejos y sus imitaciones, escritos en un
lenguaje de otra época remota, no los entendía el pueblo; los de los trovadores del si-
glo xv le eran extraños ademas, y los verdaderamente artísticos de la escuela nueva y
nacional apenas comenzaban á existir. Quedábanle pues al vulgo únicamente y al alcancé
de su actual inteligencia los de la sexta clase, que, como hemos dicho , eran para su
tiempo lo que fueron los viejos para el suyo. En tal grado de esterilidad los grandes y
aun los medianos poetas de fines del siglo xvi, que dirigían sus cantos á un pueblo ya
mas instruido y culto, se apoderaron del espíritu nacional que dominaba en los antiguos
romances, los despojaron de su rústica barbarie, los inocularon con'cuanta ciencia, gusto
y cultura se empezaba á vulgarizar, y los adornaron con todas las galas del lirismo capaces
de hacerlos aptos á expresar las mas altas creaciones del ingenio. Ya fuesen los nuevos
romances, moriscos, caballerescos, históricos, vulgares, amatorios, satíricos, doctrinales
ó de cualquier género, hacia el poeta preponderar en sus obras el elemento lírico, y se
proponía casi siempre retratar sus propias impresiones, sus íntimos sentimientos, mas
bien que los hechos y los objetos que le rodeaban independientemente de su identidad.
Verdaderamente que haciéndolo así obedecían al espíritu déla sociedad, de su época, y
daban vida y relieve al sistema poético que se formó con los elementos de las antiguas es-
cuelas. Esta obra magnífica del tiempo y de la naturaleza se hallaba diseminada y sin un
centro de unión; pero, adivinada por el arte, se logró sacarla del embrión y del caos que
la oscurecía. Los poetas que para nacionalizar la nueva poesía, la dedujeron de los ele-
mentos de la antigua, amalgamándola con los adelantamientos de la cultura contemporá-
nea, y tomando de ella lo que estaba ya al alcance del pueblo, empezaron á despojar el
romance primitivo y vulgar de su natural rudeza, á suavizar con arte sus asperezas, formas
de lenguaje y locución, y en fin, á dedicarlo á expresar pasiones, sentimientos é ideas de
un modo elevado y digno. Sin embargo, los primeros que á ellos se dedicaron, sin duda
porque aun el arte no tenia reglas fijas, incidieron con frecuencia, no solo en los defectos
propios de los romances de tradición, sino también en los que pertenecen á la época eru-
dita. Por eso se observan todavía en sus obras mucho descuido y desaliño en el lenguaje,
harta hinchazón de estilo, un gusto defectuoso y poco delicado, y demasiado prurito de
ostentar una ciencia mal digerida é inoportunamente exagerada. Pueden contarse en el
numero de estos poetas iniciadores de la nueva escuela popular, á PEDRO DE PADILLA, á
,Lvitl APÉNDICE.
LUCAS RODRÍGUEZ, á LOBO LASO DE LA VEGA , y á otros muchos que en sus obras particula-
res, ó en el Romancero general y colecciones posteriores, publicaron romances, ya a su
nombre, ó ya anónimos.
Pero luego que el romance se emancipó de las trabas que le ataban, luego que se con-
naturalizó con el arte sin empecer á la espontaneidad de la inspiración natural, luego en
fin que de él se apoderaron los grandes ingenios que, como LOPE y GÓNGORA, brillaron
desde fines del siglo xvi, se revistió de todas las galas de la poesía, sirvió de elemento
al drama nacional, y de tal manera poetizó al pueblo, que hasta las clases ma? incultas
acudían al teatro y se dedicaban á componer romances. Estos llegaron pues otra vez a
ser el depósito de la poesía popular, y la contraposición de la sabia y clásica, que al pro-
pio tiempo Boscan, Garcilaso, Luis de León, Herrera y Rioja llevaban á su mayor altura,
y daban con ella elementos que, aceptados por los romanceristas, se inoculaban hasta
en el vulgo, puliendo su gusto y su inteligencia. Fatalmente la briosa juventud de¡nuestiv
poesía nacional tenia muy cerca su mortaja, y se revistió con ella cuando en el siglo x\t
la nación decadente se olvidó de sus triunfos, de sus glorias, y dejó caer de sus manos
inertes el cetro del poder con que en el mundo dominara, y la lira encantadora que fué
modelo y delicia de los hombres. Los mismos grandes ingenios que elevaron la poesía
nacional, desde el primer dia la pusieron en la senda del retroceso, la impregnaron del
mal gusto, de la ominosa afectación, que la hiere de muerte, y de cuantos vicios pudie-
ron degradarla. El culteranismo de Góngora, exagerando el de los trovadores antiguos,
invadió hasta los grandes ingenios; pero mientras ellos existieron, las inspiraciones
eminentemente poéticas bastaron á paliar sus defectos; y Lope, Tirso, Calderón y otros
muchos, aun cuando gongorizaban, despedían destellos de brillante y-noble poesía. No
así los que les sucedieron, pues faltándoles el estro creador y el tacto delicado que pro-
ducen el arte y la buena crítica, se abandonaron á una imitación servil de todo lo que era
vicioso y corrompido, sin acertar á conocer lo bueno, ni menos á realizarlo. ¿Quién, treinta
años antes de esta catástrofe, hubiera creido que se degradase la buena é inspirada poesía,
hasta el punto de hacer preferible la del vulgo, la de los ciegos? Los romances vulgares
á lo menos conservaron cierta naturalidad, cierto ínteres palpitante, de que carecían las
obras afectadas, viciosas y pedantescas de los poetas artísticos que desde fines del si-
glo XVII hasta casi mediar el xvm cultivaron las musas españolas. Tal fué el destino de
aquella inspiración divina que animó los grandes ingenios que crearon y ensalzaron pocos
años antes la poesía castellana. Esto prueba que el pueblo se corrompe menos pronto
que los sabios, y que la ignorancia yerra menos completamente que la falsa y orgullosa
ciencia que, por distinguirse del vulgo en demasía, se lanza fuera de la naturaleza para
buscar caminos torcidos y laberintos sin salida.
Los libros y fuentes donde se hallan los romances de la octava clase, desde su nacimiento
hasta su apogeo, desde su apogeo hasta su ruina total, son principalmente el Romancero
general y los Romancerillos que antes se publicaron y después se.reunieron á él, formando
las siete primeras partes de las trece que contiene en su totalidad; la Segunda parte del
Romancero general y Flor de diversa poesía, que publicó Miguel de Madrigal; y otras
varias colecciones de igual clase posteriormente publicadas.
Del catálogo bibliográfico que insertaremos, y del examen crítico de sus artículos, re-
sultará el valor de cada uno, y las épocas y clases á que pertenecen los romances en ellos
contenidos.
Hé aquí expuesto cuanto hemos pensado ó aprendido de otros acerca de la incierta y
vaga clasificación que ha motivado este apéndice. Los fundamentos de ella son casi todos
formados sobre un criterio de íntima conciencia, que quizá haya interpretado con error
los hechos, pero siempre con buena fe y con deseo del acierto. Frutos estos trabajos de
r i a V C 1 S y d e l e s t u d i 0 c í t i c o d el a s
Sífif vi ^ l
a f i °T í aj^as, hecho para aceptarlas,
S h a r l l 0 S r e e n t a r a o s a l
£2tt?Ll f r
a l £ f Á P ^ Publico llenos de desconfianza; pero se-
una v e r d a d
íuttJorltJí c e n d r a n ^ P»eda ser útil y abrir caminos poco trillados
a y 8 r 8 e V e n a s a n t e n
éllvxZ"sor?r M í t ! S J° T ? consideracionesfilosóficasy trascen-
uentales sobre la literatura en general, y sobre la nuestra especialmente.
DISCURSO PRELIMINAR o

Fr amor á las cosas de mi patria me ha sostenido hasta el fin en la empresa, tan útil
«oríM público, como ardua, difícil y poco brillante para mí, de coleccionar los Roman-
ar
P Vnae llevo publicados. Teniendo que transigir con una generación educada y regla-
S a d a ñor la crítica y la filosofía del siglo xvm, no quise hacer una obra meramente
«nidita v así empecé mis tareas por las galas de los romances moriscos, antes que por
las sencillas y rústicas narraciones de los caballerescos é históricos que ahora publico.
Redactando nuestros antiguos romances, he procurado presentarlos como propios para
el estudio filosófico de la historia del arte, de los progresos de la lengua, del carácter
de nuestra poesía original, y del de la nación á que pertenece. Si acabo pues mi tarea
ñor donde pudo empezarse, ha sido con el fin de darla un punto de vista que halague la
imaginación de los lectores, que excite la pública curiosidad, y que ofreciendo rosas an-
tes que espinas, no rechace los ánimos ni los retraiga de la lectura. Es muy fácil salvar
el corto inconveniente que resulta de mi sistema, colocando los Romanceros en un orden
inverso á su publicación (**)• ,„ , , , , ,
En las advertencias y prólogos puestos al frente de cada uno de ¡os que preceden, he
manifestado mis ideas sobre el género de poesía que contienen, y ahora me parece opor-
tuno exponer mis conjeturas sobre el origen y antigüedad de nuestros romances, y acerca
de los libros de caballería donde algunos han tomado su peculiar carácter.
Escéptico y tolerante en materias opinables, nada ambicioso de gloria literaria, y tan
poco seguro del acierto mió como del de los demás, diré no obstante lo que me parece,
sin aspirar á erigirme déspota en el imperio de la razón, adoptando el intolerable dogma-
tismo con que los sabios preciados de serlo llenan de espinas, por su severa acrimonia,
la senda de la literatura y del saber. Así en estas materias como en las que versan sobre
la razón del gusto, se halla la verdad en un continuo problema, que no es posible resol-
ver por falta de datos suficientes para ello; datos que á veces quien mas presume poseer-
los mas se equivoca. El convencimiento íntimo de tenerlos todos, sostenido por el amor
propio, impide conocer y buscar los que faltan, y dando margen á una intolerancia inso-
portable , produce amargas disputas que convierten el templo de Minerva en crudo campo
de batalla.
Después de tan franca é ingenua confesión sobre mi continua incertidumbre en mate-
rias opinables, sin temor ni voluntad de ofender á nadie, expondré lo que me parece
acerca de cuan probable es que el romance antiguo castellano haya sido la primitiva com-
binación métrica adoptada por nuestros antepasados para conservar la memoria de sus
sentimientos, sus fastos, sus fábulas, y de su modo social de existir. .
Difícil, si no imposible, es determinar cuándo las lenguas modernas, emancipándose
de la latina, se vulgarizaron y constituyeron con formas esencialmente distintas de las de
aquella. Observando empero la marcha de la naturaleza y de la necesidad en ocasiones
semejantes, puede presumirse algo sobre el modo y tiempo de su formación. Esta em-
pezaría con la conquista del imperio del Occidente por las naciones bárbaras del Norte {***).
Desde entonces la lengua latina vulgar comenzó sin duda á decaer, degenerar y adulte-
rarse, cediendo en su construcción difícil y complicada á la ruda inteligencia de los con-
quistadores [vid. notó 2). Corrompida desde luego en las palabras, adoptó también la
sencilla sintaxis de las lenguas bárbaras del Norte, y perdió la prosodia rica y sonora, pro-
pia de los idiomas de origen oriental.
ár n e J S l e n u a s rusti
<J?\¡? ,? i ? § c a s (1) corrompiendo la pronunciación latina, alterando el
sonido de las letras, y formando sus nombres sustanciales, cualificativos, y aun sus ver-
os, ya solo de las raices (2), ó ya de las desinencias de algún caso ó tiempo correspon-
*j9J^Í,« r ?, scn
M Romancero que en Italia existió una lengua rustica ó vulgar, que
i 8e p u s o a l f r e n t e

e
en í * » ? t t * ™ / Z
C
bane
úricos, que publiqué
u c i o n
precedió y luego coexistió con la latina culta y perfecta.
es os é

d e l d e
naleflo ° T , 2y
. Moriscos, del deDoctri- (1) Así llamaremos las diferentes jergas que se for-
CanoMn
d<H828 ero, antes publicados des- maron corrompiendo la prosodia, pronunciación y sin-
A fl
taxis latina.
donde ln h^ <¡ada Romancero constan las fuentes de
C c
(2) La Provenzal: Así esta lengua como la fran~
o n a d o
Rehago e ° l £ n ' y según las indicaciones cica ó theotisca existían ya á los principios de la
P
dlscu r so
el órdM „ " i w í , . ' con facilidad se alcanzará
b l e cr nol monarquía francesa. La primera debió nacer entre
i
obra ' o *g'co que debería darse á mi los godos que ocuparon el norte de España y el me
diodia de Francia : se encuentran ya vestigios y for-
O Algunos sabiosfilósofoshan creído sin embargo mación de algunas palabras suyas en documentos la-
T. x. tí
L DISCURSO PRELIMINAR.
diente ala lengua madre (3). La diferencia constante y mas esencial, entre las lenguas
modernas de origen latino y este idioma, consiste : 1.° en haber aquellas suprimido la
declinación del nombre; 2.° en haber usado la anteposición de partículas para distinguir
los casos • 3.° en que adoptaron artículos determinativos del género y las relaciones;
y 4.° en haber suplido la conjugación directa de la voz pasiva coi. la unión del auxiliar
al participio pasado de los verbos. , .
Reparable es que en todas estas lenguas (4) se encuentra una pronunciación mas abierta,
mas semejante á la originaria y menos contraída, cuanto mas al mediodía se acercanlos
pueblos que las hablan, probándose así cuánto influye el clima sobre los órganos boca-
fes, guturales y auditivos. Exceptúase empero la lengua provenzal, que para su cons-
trucción adopto solo las raices latinas, por lo cual, y por haber sido formada la primera,
pudo servir de paso intermedio á las demás. Tanto unas como otras luéron antes que
verdaderas lenguas unas jergas informes creadas al modo de las que hoy llamamos alga-
rabias ó francas, y que sirven para comunicarse los pueblos que hablan diferentes idiomas.
Formáronse en España, como en otras partes, varias de estas jergas ó lenguas rústi-
cas, y entre ellas sin duda la que, cultivada y perfeccionada, constituyó la hoy domi-
nante, á saber : la castellana. Hija como aquellas de la necesidad, ruda e incompleta al
principio como todas, solo pudo emplearse para entablarlas mas indispensables comu-
nicaciones entre conquistadores y conquistados. Corrompidos estos, no tuvieron mas
fuerza para conservar su idioma que para defender sus hogares; y bárbaros aquellos, ni
quisieron ni pudieron estudiar un idioma que, fuera de ser complicado y difícil, tenia
contra sí la prevención de pertenecer á un pueblo vencido y degradado. No acomodán-
dose pues los unos á luchar con las dificultades del idioma latino, ni los otros á la
rudeza y pobreza de la lenguas del Norte, resultó en cada pais el triunfo final de la len-
gua rústica que mas cultivada y extendida se hallaba, y con él la ruina no solo de sus
iguales, sino la de las que les sirvieron de elementos.
Ningún monumento nos queda, anterior á la invasión de los moros, escrito en la lengua
rústica (5), que luego perfecta se llamó castellana; pero los antiguos romances narrativos
que nos restan, aunque muy posteriores á dicha época, y modernizados ó alterados por
la tradición oral, conservan todavía un lenguaje tan rudo y una construcción tan bár-
bara, que deja inferir cuan informe y desaliñada sería la lengua empleada en composi-
ciones anteriores á ellos (véase la nota 10 añadida á este discurso).
Inútil é imposible de averiguar sería si los pueblos primitivos, después de descubier-
tos los alfabetos , los emplearon en escribir poemas antes que crónicas , ó versos antes
que prosa; mas lo cierto es, que todas ó casi todas las tradiciones civiles y religiosas so-
bre el origen de las sociedades se nos han conservado en un lenguaje métrico, porque
siendo este un instrumento muy á propósito para imprimir fácilmente en la memoria lo
que se quería encomendarla, debió suplir al arte de la escritura mientras fué ignorado ó
poco común (6). Cadencia y armonía, y por consiguiente versificación y canto : hé aquí
tinos muy antiguos. Ademas de hallarse prevenido en llana, italiana y portuguesa; y de ya á la teutónica.
varios concilios que las predicaciones é instrucciones (5) Antes de la invasión goda se hablaban en España
religiosas se hiciesen en las lenguas rústicas, ya en las lenguas cantábrica, fenicia, griega, hebrea, cal-
el siglo vu, según Meyer, se sabe que el obispo de dea, latina y celtibérica. Vulgarizada después la ará-
Tournay y de Montmolin, electo por muerte de San biga sustituyó á las demás, acabando con ellas en los
Eloy, era hombre sabio así en el idioma románico paises dominados largo tiempo por los moros, y en los
como en el theotisco. El pueblo en el siglo vm que no, preponderaron las que existían antes. Todas
cuando cantaba las letanías respondía ora pro nos, las expresadas lenguas prestaron algunas voces y eti-
suprimiendo la desinencia de nobis; y tu lo yuva, mologías al castellano, pero casi la totalidad de estas
anteponiendo la partícula provenzal lo al verbo, en pertenece al latin. Los árabes también rindieron tri-
vez del pronombre latino. En el documento del rey buto al idioma de Virgilio y Cicerón, pues en las cró-
.moro de Coimbra que cito en la quinta nota, se en- nicas de Idacio, obispo, se halla un documento hecho
cuentran voces enteramente proveníales, é por el; por el rey moro de Coimbra en los años de 734, que
esparte por esparce; peden ó peilen porpectent ó empieza así: Alboucen lben-Mahumet Iben-Taríf,
pendant, etc. Según Luit Prand, ya en el año de 728 bellator fortis, vincitor Hispaniarun, dominator Can-
se contaban el catalán y el valenciano por lenguas tabrio; Gothorum, et magnas litis Roderici, etc.
establecidas en España, y por consiguiente creadas
ánies de la conquista de los árabes. Esto hace pro- (6) Las tradiciones remotas del origen y tiempos
bable la conjetura de haber nacido la lengua proven- heroicos de las sociedades se nos han trasmitido en
zal entre los godos que ocuparon el mediodía de la poemas, cuyo lenguaje parece ser rítmico, y senten-
Francia. Quien pretenda enterarse mas á fondo de cioso su estilo. Aunque el erudito D. Tomas Sánchez,
esta materia puede consultar á Raynouard en el to- para desmentir esta idea, trata de probar que el libro
mo i de las Poesías-selectas originales de los trova- de Job y el Génesis fueron originalmente escritos en
dores. prosa, no consigue su intención, pues ignorándose
la prosodia hebrea y siriaca, mal se puede juzgar so-
(3) La castellana, italiana y francesa. bre el ritmo de estas lenguas. Al contrario, aten-
(4) Se las distinguió por la partícula afirmativa de diendo á los hechos probados y á las consecuencias
cada una, llamando á la provenzal lengua de oc; de análogas que se deducen de ellos, debemos pensar
vm á la walona , después francesa; de si á la caste- que el libro de Job y el Génesis se compusieron en
DISCURSO PRELIMINAR. ¡.i

in« orimeros recursos de los pueblos para trasmitir á la posteridad los signos orales, que
pxoíicaban los monumentos groseros levantados en las primeras épocas de la sociedad, y
nara conservar sus tradiciones ínterin no se hallaron los signos alfabéticos. La invención
He estos es claro se aplicaría antes de todo á escribir las obras en verso, encomendadas
ala memoria, cuya importancia era tanto mayor, cuanto en ellas habían depositado y
coordinado los hombres lo que sabían sobre su historia, su religión, sus leyes civiles y
morales, y aun sobre sus artes y ciencias imperfectas y nacientes.
Los lenguajes primitivos son siempre respectivamente mas sonoros y armónicos que
los secundarios creados en cada pais; pero como la influencia de los climas es tan pode-
rosa en la delicadeza de los órganos, y en particular en los de la pronunciación y el oído,
los idiomas orientales sobrepujan mucho á los del Norte en dichas cualidades. Fundados
los primitivos en la imitación directa de los sonidos naturales, por necesidad han de
abundar en armonía imitativa. El estampido del trueno, el ruido de los torrentes , el
blando susurro de los arroyuelos, el dulce canto de las aves, el rugido de los leones :
tales serían los primeros sonidos imitados por el hombre para comunicar con otro las
impresiones que recibía y las necesidades que experimentaba. Las lenguas salvajes están
llenas de sonidos prolongados mas bien que articulados, y parecen mas propias para con-
mover la imaginación pintando, que para hablar al entendimiento definiendo. No sería
pues extraño que los pueblos primitivos, según la mayor ó menor benignidad del clima
que habitaban, hallasen desde luego el lenguaje métrico con que en varios poemas nos
han trasmitido sus tradiciones. ¿Quién sabe si existió alguna época social en ciertos paí-
ses, donde bajo el influjo casi exclusivo de la imaginación y de un lenguaje armónico y
sonoro fué mas fácil ser poeta que orador? Si esta época existió alguna vez, debió cesar
á medida que progresaba la sociedad, y cuando aumentándose las ideas con las necesi-
dades, se desenvolvía mayor masa de inteligencia, y los hombres se vieron en la preci-
sión de crear voces para expresar ideas abstractas, cuyo perfecto análisis exigía sacrifi-.
car la armonía imitativa á la exactitud y al método.
Hijas y descendientes de la latina son las lenguas modernas del mediodía de la Europa;
pero como imitaron sonidos de palabras, y no directamente los naturales, perdieron la
prosodia rica y sonora de la original, y carecen en gran manera del ritmo y cadencia que
aquella empleaba en la versificación. A falta pues de la prosodia propia de los antiguos,
los idiomas modernos han tenido que adaptar á la poesía y al canto un sistema métrico
que funda sus recursos armónicos, no en la medida y tiempos de la pronunciación, sino
en el número determinado de sílabas, en las combinaciones de cierto ritmo periódico,
y en el arte de colocar los acentos y apoyaturas (7). Tales son en general las bases del
sistema métrico moderno, tan esencialmente distinto del antiguo (8).
Así en España como en toda la Europa, después de la conquista goda se establecieron
varias jergas ó dialectos rústicos que, con las lenguas nativas anteriores- y posteriores a
la dominación romana, acrecentaron el número de las que habia en cada pais (vid. nota 4).
lenguaje métrico, pues constan de versículos senten- lenguas rústicas, y sostuvieron su brillo basta mucho
ciosos que encierran el pensamiento en límites deter- después que las cruzadas contra los albigenses acaba-
minados, arte acaso mas difícil que el de versificar, ron con la raza de los poetas y con la lengua en que
cuando no es la versificación la que conduce á él. Pero las componían. Las primeras muestras de que hay no-
aun cuando Sánchez probase su opinión respecto á ticia escritas en el idioma bretón, en el del pais de
estos hbros, con ello no demostraría que antes no se Gales, y en el de los walones, posteriores con mucho
escribieron otros en verso, pues la civilización de los al libro de Bruty-Brenhined (Bruto de Bretaña), as-
neoreos y los egipcios estaba ya muy adelantada para cienden á losfinesdel siglo XII y principios del xur, y
suponer que antes no existiesen escritos, aunque no se emplearon en componer poemas caballerescos y
d o
mlf " ^ "asta nosotros. Ademas el Veda enig- genealógicos como el de Rou, el de Florimon¡ y otros
rasraeo de los bramas, las tradiciones pérsicas de los varios donde se reproducen ya alteradas muchas de
«ueoros el Zend-Avesla del segundo Zoroastro, los las tradiciones célticas y germánicas. Sin duda los his-
•irnos del egipcio Osíris y del griego (Meo, el Alcorán toriadores, legisladores, y los hombres comunes de
i 'os poemas árabes que le precedieron, parecen he- los pueblos primitivos, encontraron en la metrificación
u n le ua
7¿j° »g Je métrico y sentencioso. El Edda,
y l a s est
y la armonía un recurso supletorio á la falta de ca-
p m*P" g uen
rofas Havanna del segundo Odin, racteres alfabéticos, y se valieron de él para conser-
céldnZ , y
germánico, los poemas druídicos y
S c a n t o s
var las leyes, doctrinas y hechos mas importantes que,
civ ,• „'• 5 escoceses que pertenecen á la descubierta la escritura, trasladarían á ella con ante-
S 2 de los pueblos del Norte y conservan sus rioridad y preferencia á cualquiera otra cosa.
ceiXm^'es, también parecen obras métricas. Si des-
cae ,iJ ? , monumentos escritos en lenguas rús- tos(7)
a

e m e d i a
El arte de colocar convenientemente los acen-
no sefijóbien hasta el siglo xvi.
prespnit - . ' composiciones poéticas nos
e Sq u e p r o s a (8) Viciada, corrompida y aun olvidada la pronun-k
E n e l s i t o X I a a
un nopm» « ,P
-
Tluslxes
S P rece ya
s o b r e ciacion latina, se empezaron á componer himnos en
l a
el reufííi ° Pedida de España por
1 ff0; SI esta lengua, donde vemos usado el número silábico y
casteUanT ,guese después en el xn el áelCid
e n e l XII1 d los consonantes para suplir la prosodia de largas y
fonso el Zhl , . escuellan las poesías de Al-
s c a n t a s breves. Quizá así se empezó á formar el nuevo siste-
vénzalaT.%- ' e ó lays y las tenzones pro-
l e s presidieron á la formación de casi todas las ma métrico adoptado en las lenguas modernas.
L i I DÍSCÚRSO PRELIMINAR.
Tanta multitud de lenguas debió producir grave confusión, y esta contribuiría no poco á
Drolongarla existencia dellatin como necesario para entenderse y comunicarse las po-
blaciones v provincias que adoptaron distintos idiomas ó dialectos. Después de invadida
nuestra Península por los árabes, la lengua de los nuevos conquistadores se hizo vulgar,
v en los paises que dominaron largo tiempo acabó con todas las que se hablaban antes,
inclusa la latina. No sucedió lo mismo en las comarcas donde no alcanzo el dominio ára-
be ó fué poco duradero, pues allí se conservaron y perfeccionaron los respectivos dia-
lectos que existían (9). Entre ellos distinguiremos, por su conexión con el asunto del pre-
sente discurso, ellenguaje rústico dejos astures, que extendiéndose y cultivándose des-
pués con la reconquista de la patria, llegó á ser la lengua dominante en España.
Ante la civilización de los árabes cayeron los restos de la romana, y dejando el latin
de ser lengua viva, solo se empleó ya en escribir las leyes, los actos públicos y las obras
sabias. Por esta causa no nos queda documento alguno perteneciente á época muy re-
mota escrito en el dialecto asturiano, pues aunque se extendia rápidamente con los con-
tinuos triunfos de las armas cristianas, no debia ser aun bastante perfecto ni exacto para
poderse emplear en las escrituras, contratos y códigos legislativos (véase la nota 10), aun-
que ya se usase en los cantos populares propagados por medio de la tradición oral.
El Poema del Cid, la traducción del Fuero Juzgo, las Partidas, y las coplas de D. Al-
fonso el Sabio, son los monumentos escritos mas remotos que nos pueden mostrar el
estado de la lengua castellana á fines del siglo xn y á principios y mediados del xm (10).
La gala y soltura con que se ostenta en los dos últimos documentos, es una prueba clara
de lo mucho que se habria ejercitado antes de llegar al punto de flexibilidad y perfección
en que allí la vemos, porque es imposible se hallase tan bien formada y completa, sin
haberse cultivado de antemano en componer, sino en escribir, obras muy anteriores á
las mencionadas. No puede decirse con seguridad si estas obras anteriores, exceptuando
•el Poema del Cid, se compusieron en prosa ó en metro; mas yo me persuado lo último,
pues debiéndose fiar á la memoria sin escribirse, mal se conseguiría el objeto de con-
servarlas , á no adoptarse los medios oportunos. Mis conjeturas se apoyan ademas en que
el lenguaje délas Partidas, esmerado, noble y correcto, posee ya la flexibilidad, armo-
nía y aptitud para la buena prosa, que solo adquieren las lenguas después de haber sido
manejadas con los giros y trasposiciones áque oblígala versificación.
El desaliño y rudeza en la frase, la falta de consecuencia gramatical y de enlace entre
las ideas, y la versificación embarazada que se observa en el Poema del Cid, me inducen
. á considerarle como un escalón intermedio entre el dialecto rústico de los asturianos y la
lengua castellana del siglo xm. No dudaré pues en tenerle por obra compuesta en el xn
por un erudito del tiempo, que intentó, aunque infelizmente, según se deja ver, imitar
los versos latinos ó los pro vénzales, intercalando el redondillo y la rima, combinados co-
mo en los romances vulgares; pero queriendo disfrazarlos con las formas aparentes de los
versos largos. En una palabra, yo veo en este poema (11) un paso progresivo de la lengua,
muy anterior al Fuero Juzgo y á las Partidas; mas atendiendo á su artificio y tendencia á
imitar modelos desconocidos entre la gente rústica, no puedo suponerle ni la primera
producción poética en el idioma vulgar, ni considerarle como la poesía del pueblo. En
igual caso, pero con mayor motivo, se hallan respecto á este último punto otros poemas
posteriores, tales como el del Alejandro, los de Berceo, del arcipreste de Hita, y varios
que pertenecen también á una escuela imitadora de las formas latinas ó de las provenía-
les, ó de las reminiscencias que dejaron.
Si observamos ademas la marcha lenta de la naturaleza hacia la perfección, hallaremos
que , á pesar del estilo y lenguaje imperfecto del Poema del Cid, no lo es tanto que pue- .
da suponerse haber llegado al punto de cultura en que allí lo vemos, sin haber sido pre-
cedido de ensayos continuos y anteriores, menos estudiados y artificiosos, y mas á pro-
pósito para imprimirse en la memoria.
(9) Las provincias Vascongadas, con parte de la que el latín iba degenerando, y convirtiéndose en el
Navarra, guardaron un dialecto céltico ; los gallegos romance que precedió á la traducción del Fuero Juzgo
y portugueses formaron el suyo, mezclando el suevo y a la confección del de las Partidas.
con el latin, mas contraído que entre los castellanos; y (Esta nota no existia en la primera edición del di»'
los catalanes y valencianos adoptaron el provenzal con curso que aquí se reproduce, algún tanto modifi-
algunas modificaciones. cado).
(10) Así pensaba yo en 1832 antes de haber recor- (11) En este poema histórico-romancesco hay 1»
rido rápidamente la colección de fueros, carias-pue- pretensión de imitar los versos latinos; pero tan ma-
blas etc. que ha empezado á publicar el Sr. D. To- lamente ejecutada, que es una lástima. Sin embargo,
mas Muñoz. En estos documentos ya latinos, ya ro- entre sus intolerables defectos tiene tal cual vez cierto
manzados, escritos en diversas épocas , ademas de candor, dignidad é interés, que demuestran que su
contenerse la historia política de España, se puede autor es tan erudito y tan poeta como en su tiempo era
seguir paso á paso la de la lengua, y ver el modo con posible serlo.
DISCURSO PRELIMINAR. un
Como el Poema del Cid y demás de su escuela carecen de dotes propias á la poesía
onular en otro género mas fácil, natural, sencillo y remoto debemos buscar el tipo tipo
originario de ella. Digo mas remoto, pues sería absurdo creer que desde el punto en que
deio el latin de ser lengua viva, hasta el siglo xa, careció el pueblo de cantos amorosos
v guerreros, y de himnos religiosos compuestos en lengua común, donde conservase,
oralmente á lo menos, sus sentimientos, fábulas é historias. Pudiérase pues inferir que
la lengua castellana y la poesía del pueblo empezaron á progresar seria y constantemente
desde mediados del siglo vm, cuando los españoles independientes refugiados en las As-
turias iban formando un poder compacto y una verdadera monarquía, fin el tiempo que
media desde la invasión árabe al siglo ix, se alzaron varios imperios cristianos en la Penín-
sula y entre ellos crecía y se consolidaba el reino de León, regido por Alfonso II, lla-
mado el Casto. Entre sus vasallos fué donde llegó á cultivarse, generalizarse y estable-
cerse el dialecto rústico (*), que después con nombre de castellano dominó en España,
triunfando de los primitivos, como el vascuence, y de los secundarios, como el lemo-
sino y el gallego, que ya solo se hablan por el vulgo en ciertas y determinadas comarcas
(vid. nota 5).
El trato y comunicación que los catalanes y aragoneses sostenían con Francia é Italia,
y el haber aquellos adoptado la lengua provenzal, que como anterior y precursora de
(as otras rústicas, se perfeccionó antes que ellas, fué causa de que dichos pueblos anti-
cipasen- su civilización á la de los asturianos, que circuidos por inaccesibles montañas,
podian apenas salvar los límites estrechos de su imperio, sin establecerlos en las puntas
de sus espadas, y á costa de mucha sangre derramada en crueles batallas contra los mo-
ros usurpadores del suelo español (12). Sin embargo, en el reinado de Alfonso el Casto
empiezan á brillar algunos destellos de cultura social. Ya los valientes astures respiraban
entre fronteras mas dilatadas; era su monarquía mas regular y fuerte, é iban dejando con
los temores el odio concentrado que al principio fué causa de repeler todo trato amistoso
con los árabes, y de rechazar las luces, las artes y la civilización que trajeron á España.
Entonces fué cuando el entusiasmo de la gloria se sustituyó con ventajas al valor ciego,
hijo de la necesidad de ofender y defenderse. Los caudillos que conducían las huestes
cristianas al campo del honor, volvieron á sus hogares cargados de botín y de objetos de
lujo conquistados al enemigo. En acción de gracias al Dios de las batallas empleaban sus
riquezas en edificar templos y en dotar iglesias, ocupando las artes, aun imperfectas, en
levantar monumentos de gratitud al Ser Supremo y protector que les atribuía la victoria.
Por este tiempo era ya el latin casi desconocido, y la lengua vulgar no podia permanecer
mas ociosa que las artes, siendo muy probable que mientras estas se ocupaban en el or-
nato de los templos, aquella la empleasen los soldados y el pueblo para cantar sus senti-
mientos, celebrar sus caudillos, aplaudir sus triunfos, y conservar la memoria de sus
hazañas en un lenguaje métrico. Cuáles fuesen estas canciones no puede decirse : nin-
guna ha llegado hasta nosotros, pero puede afirmarse su existencia, deduciéndola del
orden natural y de la necesidad de las cosas. Atendiendo empero al carácter, índole,
construcción y estado en que se halla el mas antiguo lenguaje cuyos vestigios nos que-
dan, y comparándole con el dialecto bable, que aun conservan los asturianos, presumo
que Jos cantos primitivos se construirían en versos cortos, donde la entonación supliese
y numero exacto de sílabas y la libertad de apoyarlas ó abreviarlas al pronunciarlas, á la
taita de ritmo y verdaderos consonantes. Si la necesidad de estos medios supletorios á un
sistema completo yfijode versificación se conoce leyendo los poemas del Alejandro, los
de Berceo y los del arcipreste de Hita, compuestos por hombres del arte, ¿ con cuánto
mas motivo se hallará en los romances populares caballerescos é históricos que tenemos
y son hechuras de gente rústipa y lega, los cuales, si no me atrevo á colocarlos en época
tan remota como la del nacimiento de nuestra poesía, creo al menos que conservan ves-
tigios de la primitiva forma con que se concibió entre nosotros la versificación ? En ellos,
si no las palabras (13), se ha conservado la construcción y cadencia que debió tenerla
lengua rustica asturiana, y tiene aun en mucha parte el dialecto que se habla por los ha-
uiiantes de aquel país. Aunque sin medios positivos para probarlo, remitiéndome á la
mpresion que me causan y á la rudeza que existe en algunos trozos de romances caba-

la I n ™ . ^ ? ^ tas.p u e s t 0 a l f l n d e l a s no
(13) Conforme se trasmitían de edad en edad, las
cuna d nf „, -
P n
d e b e n c nsid
? erarse las Asturias como tradiciones orales iban modernizando y rejuveneciendo
uaj
larL i , § ? P ° y e s i a
nacional sin mezcla de imi- su lenguaje como el pueblo que las cantaba: así es que
CWM?f\ H a r t 0 h a c i a n
habitantes del pa s l o s
los primitivos romances habrán llegado á nosotros co-
8 m o r o s
a S d l V v , . ' ^ " no les dejaban tiempo e
mo á los griegos la nave de Coicos, es decir, con for-
1 á Horacio ni ara a rec¡ar mas iguales á la original, pero con piezas renovadas
*KtaSfui W T - p P en diversos tiempos.
"leraiura de los árabes sus enemigos;
u v DISCURSO PRELIMINAR.
llerescos éhistóricos, estoy bien persuadido á que pertenecen á otros mas antiguos, i - n

tprralados en los mas modernos. , '


Entre las combinaciones métricas anteriores al siglo xvi que se encuentran en la poesía
castellana, ninguna es mas fácil, natural y acomodada al carácter déla lengua y al gé-
nero narrativo, que la del romance común octosílabo. Su constante e inalterable medida,
su corte de períodos, y su sintaxis primordial, se encuentran mas que cualquier otro gé-
nero de metro en la conversación y en la prosa, sin necesidad de descomponer m inter-
rumpir la frase. Estas cualidades le hacen muy á proposito para imprimirse en la memo-
ria pues como su consonancia ó asonancia es siempre la misma en cada uno, e igual la
distancia en que se colocan, la primera llama á la segunda, y esta a las sucesivas, casi
sin esfuerzo. Ademas, el ritmo monótono del romance antiguo parece que indica y
provoca el canto que se le ha aplicado, tan propio á las danzas pausadas del país donde
nació que aun se conserva, él solo, inalterable entre las variaciones infinitas que expe-
rimentan cada dia las demás canciones del pueblo fundadas en combinaciones métricas
mas artificiosas (14). En una palabra, nuestro romance, tal como es y ha sido, es tan
exclusivamente propio de la poesía castellana, que no se encuentra en ninguna otra len-
gua ni dialecto que se hable en Europa (18).
Según se infiere de lo dicho, la forma del romance es tan fácil, sencilla, natural y
acomodada á nuestro idioma, que hasta el hombre mas rústico é iletrado, sin un grande
esfuerzo de imaginación, podría componer las informes é inconexas narraciones con que
se han conservado las fábulas, historias y tradición popular que en ellos se contienen.
Aun en el dia, después de haber adquirido el romance una perfección que le hace apto
á todo género de tonos, está, sometido al dominio del pueblo, tanto como al de los sa-
bios. Todos los componen, los ciegos los cantan por las plazas, el vulgo entusiasmado y
absorto los escucha, los críticos y los sabios, á su pesar y como por instinto, les rinden
tributo cuando se dejan arrebatar por la pasión bien sentida, que pierde de su fuego y
calor ante las trabas de un artificio complicado; en fin, el romance ha atravesado las
edades y las generaciones con tanto aplauso, que quizá no hay un solo español, aun en-
tre los mismos quepor fácil le desdeñan, que no haya cantado amores, hazañas, guer-
ras, valentías ó fábulas en esta clase de combinación métrica (16). Considerando pues
. todas las cualidades del romance, no será muy temerario conjeturar que fué la primitiva
forma métrica que después de la conquista árabe y el olvido de la lengua latina tomó
nuestra poesía castellana, aunque las primeras noticias que hallamos de esta clase de
composición no sean mas antiguas que la Crónica general de España y los tiempos de
Fernando III, el cual, según Zúñiga, llevó ala conquista de Sevilla un poeta conocido
con el nombre de Nicolás de los Romances (17).
¿Pues cómo han llegado á nosotros códices anteriores al siglo xv con una multitud de
versos cortos variamente combinados (18) , y no se ve entre ellos romance alguno? ¿Por
(14) La música primitiva de los cantos populares ¡Cómo la arrebata por la facilidad, decoro, fuerza
se ha perdido del todo, cuando la de los romances se y afluencia de lenguaje! ¡Cuál la exalta por la expre-
conserva inalterable. Esta parece un gemido prolon- sión rica, noble y sublime de sentimientos! Y en fin,
gado y monótono, pero que no deja de producir su ¡cuánto la halaga y lisonjea por el brillo, armonía é
efecto cuando acompaña las danzas pausadas del pais. idealidad de los pensamientos! Apenas el lírico Hora-
(18) Para atribuirla un origen arábigo no tenemos cio y el.tierno Tibulo podrán presentar una compo-
otro motivo que haberlo así insinuado el erudito Con- sición que desluzca la del grande y alzado poeta cor-
de en su Historia de los árabes en España; mas de dobés. Conozco que mi modo de ver y juzgar en la
cualquiera modo, no es menos cierto que solo se materia no servirá de norma á los demás : siento di-
adoptó entre los castellanos. Los romances árabes, sentir de lo que en ella opinan los sabios; pero al
como Conde los presenta, no son idénticos á los nues- concederles esto , jamas convendré en que mi modo
tros, y parecen un monorimo en versos de diez y seis particular de considerar las cosas les dé derecho para
sílabas, con emisliquio de ocho, sin blancos intermedios. tratarme de ignorante ó inepto. La diferencia de opi-
(16) Pocos y contados son ya los buenos literatos niones literarias no debe ser motivo de desprecios m
que se atreven á despreciar abiertamente el romance de ultrajes, y á ninguna cosa del mundo puede aplicarse
por ser romance; desprecian, sí, al que es malo, co- con menos inconvenientes la virtud llamada tolerancia.
mo despreciarian un poema en octavas que lo fuese (17) Es de creer que el Poema y la Crónica del Cid
también; pero casi todos convienen en negarle la ap- se formasen sobre tradiciones conservadas en cuen-
litud para elevarse al género sublime y grave de la tos y romances populares , pues aunque la mayor
poesía. Otra idea he formado yo de esta composición parte de los que existen de esta historia son del s:
después de haber estudiado los buenos romances de gioxvi remedando el lenguaje antiguo, hay algunos
LOPE , GÓNGORA, CALDERÓN y MELENDEZ ; y cuando leo anteriores, donde sin embargo de estar moderniza-
el de Angélica y Medoro del segundo de estos poetas, dos, se conservan vestigios de muy remota antigüe-
le tengo, á pesar de sus defectos, por uno de los me- dad. Véanse el de Helo, helo por do viene, el de DH
jores trozos de nuestra poesía épico-lírica, sin excep- era de los Reyes, etc.
tuar las mas sublimes composiciones del parnaso es- (18) En los Cancioneros generales y códices impre-
pañol. ¡ Qué cuadros tan bellos le adornan ! ¡ Qué sos ó manuscritos se hallan muchas composiciones en
amenos paisajes presenta á la fantasía ! ¡ Con qué -versos cortos, diversamente combinados, anteriores
abundancia y conveniencia de epítetos la ensalza ! al siglo xv, pero entre ellos muy pocos romances.
L v
DISCURSO PRELIMINAR.
mié hav tan pocos de amor (19), y menos históricos ni caballerescos en la multitud de
Cancioneros generales y particulares que se imprimieron antes de acabarse el primer ter-
rio del siglo xvi, y estos de autores tan conocidos como la corte de Juan II, donde flo-
7
recían Por lo mismo que los romances eran la poesía del vulgo, y se conservaban de
memoria sin ser epopeyas capitales, no se escribieron hasta que el vulgo supo leer,
es decir, hasta mucho después que hubo imprenta. Así entre los griegos, que carecieron
de este medio, no se han conservado originalmente los cuentos y cantos populares que
sirvieron de base á los poemas de Orfeo, Hesíodo y Homero, cuyos sublimes ingenios
con sus grandes epopeyas hicieron olvidar las inartificiosas y sencillas narraciones que
les suministraron materiales é ideas para sus poemas. Nosotros en verdad no tuvimos la
fortuna de poseer Horneros ni Hesiodos, porque nuestros poetas de profesión, descen-
dientes de una sociedad vieja y degradada, y productos de una civilización corrompida,
que se renovaba por medio de otra aun semisalvaje, carecían del vigor y lozanía propios
de los pueblos nuevos y robustos. Por esto gustaban mas de un artiíicio afectado, que de
la sublime sencillez que inspira la naturaleza á los hombres cuando no tienen otro mo-
delo de imitación sino los objetos que ella directamente les presenta. Siendo nuestros
poetas de la edad media incapaces por esta causa de producir las grandes y bellas crea-
ciones que caracterizan el ingenio robusto y alzado de los pueblos nuevos, se dedicaron
á componer obras complicadas, en las cuales pretendían distinguirse del vulgo, propo-
niéndose vencer dificultades hijas de la ingeniosidad y sutileza, pero no creadas ni pro-
cedentes de la grandeza natural de ios objetos que cantaron. Asi el romance, que como
poesía del pueblo, era rudo é inartificioso, quedó bajo el dominio de los juglares, y des-
deñado de la gente cortesana; pero á pesar de todo, y de no haber salido de tan limitada
esfera, sirvió largo tiempo de libro de memoria, donde el pueblo aprendía cuanto le era
permitido saber, mientras no pudo adquirir, como los ricos, códices lujosos de hazañas
caballerescas, de poesías provenzales y de poetas italianos. Los literatos ricos que adqui-
rían estos códices, en vez de dedicarse á cultivar y perfeccionar la poesía nacional pro-
duciendo obras originales, pensaban adelantar mucho con imitar la literatura extraña en
ellos contenida. Hé aquí la causa por qué las poesías de los siglos xiv y xv,•imitaciones
de los provenzales, del Dante y del Petrarca, interesan como documentos de los progre-
sos del arte; pero no pintan, como los romances populares anteriores y contemporá-
neos, los cuadros que caracterizan la civilización española durante los primeros siglos,
en que luchaba para recomponer su sistema social. Muchos de los caballerescos ó histó-
ricos, entresacados del Cancionero de romances é incluidos en mi colección (20), servirán
para dar probabilidad á mis conjeturas sobre que su combinación métrica debió ser la
primera forma de la poesía castellana.
Acostumbrándose un poco á su estilo áspero é inconexo, no es posible leer algunos
trozos allí contenidos sin admirar cierta naturalidad y sencillez, cierta interesante ternura,
y á veces hasta cierta especie de candor homérico que se descubre en ellos. ¿Quién verá
con indiferencia los romances de los Infantes de Lara, algunos de los condes de Castilla,
y del Cid, y otros muchos tradicionales que rio cito? Verdad es que carecen del lujo y
brillo de una imaginación rica y abundante; pero allí se ven retratadas, aun mejor que
en la historia, las costumbres, las creencias, las supersticiones de nuestros mayores, y
la idealidad con que el pueblo concebía el heroísmo, la lealtad y el valor; allí se ve tam-
bién el modo esencial y original de existir, propio de aquella sociedad, con los progresos
y retrocesos que experimentaba la civilización según las vicisitudes y circunstancíasete
cada época (21). Cuantos pretendan estudiar profunda y filosóficamente el carácter de
nuestra historia y los progresos de nuestra lengua, es preciso que á vueltas del placer se
sometan al fastidio consiguiente á la lectura decomenzaron
unas composiciones donde solo como re-
á publicar desde la segunda década del
lámpagos fugaces se vislumbra á veces un rayosiglode xvi
inspiración,
ó antes. casi siempre ahogado por
las dificultades que le opone una lengua todavía(21)indócil
Pareceáincreíble
expresar consecuentemente
el retroceso y
de la literatura
con enlace las ideas. Las buenas cualidades ydesde Alfonsode
defectos el Sabio
tales ácomposiciones
Juan II. Ademas de me lashan
cau-
persuadido, como ya he dicho, á que el romance sas generalmente conocidas, sería muy útil indagar
H a y al u nos otras no octosílabo es laque
menos poderosas primera forma áque
contribuyeron esta
nnÜS! S , muy antiguos, cuyos trozos mas
t r v a b a n decadencia; mas siendo ajeno de este trabajo, re-
ffi T ! . ? h l s
'os poetas del siglo xv, reducién- servo exponer mis ideas eu el asunto para ocasión mas
t o n c o s
amnLo s
. Á
0S Asi
o heroicos que eran, á galantes y
h r z o D | E G
AU° •° » \
meB
° SANT PEDRO en el suyo que
U a m o r
ern¿*Í ° 0 8
H i ' aovando el de Domingo
d e s d e e l v e r s o
ma-láT - ' C
Reniego de tí, Moho-
er n ros q u e s e r i a lar c¡ ar
íln\% ¡ ' ? ° - a C 0 l
S° t - C !
que ¿ i m » . f r exclusivamente de romances
s e h a form
ivo c BC H
liramcion
r a d i E oral,
£ 2 i y otrosadp, recogiendo unos que
de ios pliegos sueltos de la
se ' oportuna
' DISCURSO PRELIMINAR.,
adoptó entre nosotros la poesía popular (22); y aunque ninguno de los J W ^
en su totalidad anterior af siglo xiv, asi en ellos corno en varios del xv creo hallar vesti-
^ 7 o % ° : ^ ? ^ r j e t u S s T o & S c t e r y antigüedad del romance pri-
mitivo falta S a v i a decir algo respecto á las fuentes de donde los caballerescos tomaron
uZrté fentóstica, que unida en los históricos con los colores característicos y locales del
™ P hanProducido en los siglos xvi y xvn un sistema poético peculiar a nuestra nación.
P
Los E s p o e m a ^ cabaSscosVpresentan la idealidad poética, las costumbres
aventureras y feudales, y la mitología ó sistema de lo maravilloso que aparece en los si-
«los medios, así como* los poemas de .O.rfeo, Hesiodo y Homero las de los primitivos
Irie ™?Tanto en unos como en otros se descubren ya pruebas de unas sociedades or-
S

S a d a s , que según su respectivo sistema, tienden á perfeccionarse de un modo pro-


freivo y ascendente sobre las bases religiosas, políticas y civiles que las constituyeron.
Si los ingleses Thelesino y Melchino, según supone Huet, escribieron, el uno la crónica
casi contemporánea de Artus, y el otro la de la Tahlsi redonda, pudiera afirmarse que
los primeros vestigios del espíritu caballeresco que hubo escritos .ascienden al siglo vi.
Fué generalizándose este espíritu hasta producir los tiempos feuda es, donde se com-
pletó un sistema político fundado en bases que constituían á la caballería casi como una
orden religiosa. En esta época llegó á su mayor altura, descendiendo después a medida
que el poder monárquico sofocaba con la fuerza de las leyes la insubordinación aristo-
crática, y emancipaba al pueblo de la arbitrariedad de los grandes. A fines del siglo xvi,
el espíritu caballeresco y el género fantástico de literatura que produjo, había decaído
tanto, como preponderancia adquirían los intereses materiales sobre el entusiasmo y la
imaginación. La pluma del inmortal Cervantes acabó y pusofiná la obra del siglo, y des-
aparecieron ante su Quijote los amores místicos, las increíbles hazañas, los encantar
mientos, los Amadises y Esplandianes; y acaso también acabara con los Carlomagnos,
Roldanes, Reinaldos y los Doce Pares, á no haberlos elevado un monumento eterno el
Homero de Ferrara, cuyo talento sublime no pudo ser oscurecido por el espíritu de pa-
rodia y prosaísmo del mayor ingenio conocido en Europa y con el cual tiene mas analogía
que lo que á primera vista parece.
Aunque Thelesino y Melchino pusiesen mucho de suyo en las referidas crónicas, es de
imaginar hallasen ya creado el fundamento de sus fábulas en los hechos y tradiciones
vulgares, donde siempre se encuentran los primeros vestigios de las creencias del pue-
blo (24), las cuales cuando no son productos de una religión revelada como el Cristia-
% •
(22) Pueden servir de ejemplo casi todos los ro- mas que destruyeron, ni sobre los grandes medios
mances de la primera y algunos de la cuarta sección que estos prestaron á la civilización. Vieron única-
de los caballerescos é históricos. Véanse el de Vergi- mente en Hesiodo y Homero dos poetas, dos modelos
lios, el de Moriana, el de Julianesa, el de Las bodas de literatura, y en sus obras unos excelentes poemas,
de Doña Lambra, etc. La sencillez y el tono libre que ó cuando mas, unas bellas y magníficas alegorías de
los distingue, caracterizan bastante bien el estado la naturaleza; pero no como debieran las grandes
social del tiempo en que se compusieron. epopeyas, los sublimes sistemas que tanto influyeron
(23) Si á tales reflexioues se añaden las que resul- en la civilización europea, y cuya marca indeleble se
tan comparando algunos romances antiguos, aunque halla, estampada todavía en las modernas sociedades.
alterados y modernizados, con las composiciones de Hesiodo y Homero, creadores de la epopeya griega,
Alfonso el Sabio y el Poema del Cid, se verá que formaron sus poemas, redactando con sus fábulas todo
aquellos, al menos en su primitiva creación, deben el sistema político, filosófico y religioso que consti-
ser anteriores, porque después de haberse compuesto tuyó el espíritu de los pueblos progresivos, bajo cuyos
las últimas, no pudieron retrogradar tanto la litera- auspicios marcha aun la sociedad europea, mientras
tura y la lengua, como resulta de los primeros. Con- la asiática permanece estacionaria hace ya siglos de
fírmase mi opinión examinando las composiciones del siglos. Pues bien : Hesiodo y Homero ¿hicieron mas
siglo xiv, infinitamente mas cultas y adelantadas que que revestir de bellas y convenientes formas, y dar
no los romances de que hablamos. Debemos pues in- unidad á las tradiciones de la cosmogonía y lilósofía
ferir que estos habrían de preceder á la mas artifi- sacerdotal de los egipcios, modificadas por las locali-
ciosa y complicada poesía del Poema del Cid, lo cual dades y el carácter de los griegos? ¿Estas tradiciones
es mas obvio de pensar, que el que se hallase la na- eran otra cosa que los med'ios inventados para ligar el
ción sin cantos en lenguaje vulgar desde que el latino pueblo por la imaginación y el sentimiento á las bases
dejó de serlo, es decir, mas de seiscientos años. y modo de una sociedad progresiva? ¿ Era por ventura
(24) ¡Cuánto pudiera decirse sobre tan importante salirse de las vias de la naturaleza el aprovecharse de
materia! Quien estudia la historia y la literatura ex- la propensión innata en el hombre hacia lo maravillo-
clusivamente en los libros, y entre los estrechos é so, para conducirle donde no alcanzaba la razón na-
intolerantes métodos del siglo xvm, jamas conocerá tural ? ¿ Por qué pues no hemos de considerar, en las
mas hombres que los franceses, ni mas tiempos que epopeyas de todas las naciones y edades, sino el arte
diciia época, y siempre ignorará los resortes por don- del poeta, prescindiendo de los medios filosóficos que
de el genero humano tornó á encontrarse en el cami- contienen é influyen tan fuertemente en el modo y
no ascendente de la perfectibilidad. Los filósofos de sistema de sociedad? Un gran poeta épico es á mis
aquel siglo, ocupados en esgrimir las armas de" la ojos el complemento de una crisis social y el princi-
ironía contra la superstición y las preocupaciones, pio de otra; por eso en los intermedios aparecen solo
apenas echaron una mirada filosófica sobre los siste- pobres y mezquinas epopeyas; por eso son imitado-
DISCURSO PRELIMINAR. LVIÍ

nismo reducidas á sistema por los legisladores y cuerpos sacerdotales, sirven de base á
E s ó c i e d a d donde aquel no es el primer elemento (25). Estos sistemas, cayendo después
baio el dominio de la poesía y de los grandes ingenios que los revistieron de colores pro-
niós á exaltar la imaginación , produjeron, amalgamándose con los cuentos populares,
los sublimes poemas que han vencido al tiempo y las edades. Empezó la sociedad de los
siglos medios á formarse sobre distintas bases que las antiguas, desde que los bárbaros del
Norte se comunicaron con el mundo romano, y pudieron minar lentamente la que allí se
hallaba establecida, pero que flaca y débil por su misma corrupción, necesitaba ya reem-
plazarse por otra mas fuerte, joven y robusta. La creencia, fábulas y costumbres de los
celtas y escandinavos se habían modificado por las tradiciones civiles y religiosas, que
Odirí (ó Wodin) introdujo en el norte de Europa (26) antes que sus habitadores se desplo-
masen sobre el imperio de Occidente. La invasión del Norte por Odin y los asiáticos se
apoya en hechos históricos, y sin ella ú otra semejante no pudiera concebirse cómo se
halló en Europa de repente un sistema de superstición popular, y una mitología com-
puesta
ras y no de tradiciones
originales. Desde orientales unidas
el siglo xui al tienen desde ytreinta
á las germánicas
xvi se aca- á lasmil á cincuenta mil del
reminiscencias versos. Mu-
paga-
baba el trabajo social de la edad media, y comenzaba chos, según se dice, son libros genealógicos de di-
el de la civilización por los intereses materiales; en- nastías, cuyas noticias histórico-romancescas ascien-
tonces aparecen el Dante, el Ariosto y el Taso. ¿Quié- den á una época treinta generaciones anterior á la
nes le siguen en el siglo XVII y xvm, donde se per- invasión de las Galias por los romanos. Otros son poe-
fecciona y completa el trabajo de la nueva sociedad? mas caballerescos, tales como Perceval, Lanzar ote,
Ninguno que pueda compararse á ellos. Ahora en él Instan y Girón Cortés,"que presentan mucha impor-
siglo x i i ya se ostentó la sociedad terminando la tancia para la historia de la civilización, de la filoso-
obra de los dos anteriores, para empezar la del amal- fía y de la literatura.
gama y fusión de los intereses materiales y morales, (25) Los primeros patriarcas, los hebreos y los cris-
y ya aparece como precursor de una magnífica epo- tianos, únicamente han conservado puras las divinas
peya el grande hombre que impele su siglo hacia ella, revelaciones; los demás hombres las corrompieron
y se la diera, á nacer cincuenta años mas tarde. En hasta el punto de que todos sus sistemas religiosos
vano el hombre quiere poner diques á los siglos; la son fábulas y errores, que disfrazan los principios
fuerza de las cosas y la Providencia rigen sus pasos y le sencillos de la moral natural. Los cristianos dejan la
conducen al fin de sus altos decretos. Todos los sis- ficción para la poesía; las ficciones son la religión
temas humanos están llenos de errores y de verdades; de los pueblos infieles.
pero para discernir los unos de las otras, es necesario (26) Las naciones del Cáucaso al mando de Sigeo
no mirarlos por un solo aspecto, y preciso ademas se introdujeron en el norte de Europa para poner su
escuchar y discutir imparcialmente aun las cosas que libertad ai abrigo de los ejércitos romanos. Aquel
mas chocan con nuestras ideas, pues de lo contrario, caudillo tomando el nombre de Odin, deidad de los
jamas podremos juzgar con acierto sobre ellos. Partos, se constituyó legislador y profeta de los esci-
He dicho en el cuerpo de este discurso, que los tas, entre quienes halló seguridad contra las armas
primeros monumentos escritos donde aparece el es- de Pompeyo. Llevó consigo la civilización asiática, y en
píritu caballeresco de la edad media, ascienden al si- su pecho un odio reconcentrado á los opresores del
glo vi; mas no pretendo fijar su base en esta época, mundo. Con estos elementos, y los que le presentaba
pues estoy muy seguro que viene de siglos muy ante- el pais salvaje de los hijos de los hielos y las rocas,
riores. Ya en los primeros de la república Romana fundó una religión feroz y guerrera que participaba
aparecen los galos, los cimbros, los germanos y los del carácter de los pueblos indígenos, del de los re-
francos formando grandes y numerosos pueblos inva- fugiados , y de la pasión rencorosa del legislador. Las
sores, que se civilizaban y existían bajo el imperio de fábulas orientales unidas á las de los celtas y escan-
sistemas religiosos y políticos, harto complicados dinavos , y á las costumbres de todos estos pueblos,
para no suponerlos producto de infinitas generaciones. constituyeron la nueva mitología de Odin. En ella se
Cesarnos pinta los druidas y bardos como sacerdotes encuentra refundida la idealidad y extravíos fantásti-
y magistrados de sus respectivas naciones, y para de- cos, las hadas, los genios del aire y de la tierra, los
signar los poemas que la juventud del Norte aprendía encantamientos y el lujo de una imaginación oriental,
pe memoria los veinte primeros años de su vida, la con el carácter tétrico y adusto, con las pasiones fe-
lengua latina inventó la enérjica y significativa frase roces, con el culto de las rocas y los torrentes, con
que decia, libri eccaltationis. La mano poderosa del la creencia de los trasgos y brujas, con la semideifi-
tiempo no acabara quizá con ellos, si los pueblos del cacion de las mujeres, y con el pundonor de unos
Norte adoptando la sublime religión cristiana no los pueblos militares, entre quienes el valor personal era
nubiesen destruido, como también lo intentaran y lo- la primera y mas excelente virtud. Así formó Odin el
graran con los monumentos de la civilización griega, amalgama y transacción entre las doctrinas, costum-
si un ser protector no lo impidiera para conservar á bres y creencias de los pueblos del Cáucaso, los cel-
la posteridad pruebas de los esfuerzos de la humana tas y germánicos, que resulta de sus poemas. Aun se
inteligencia. Los poemas irlandeses, los de la Armó- descubren en las sociedades modernas vestigios y
rica, del pais de Gales y de la Cornualla, que mecie- profundas raices de aquel modo de sociedad, las cua-
ron la cuna de las sociedades célticas, dejaron algu- les ni el espíritu del Cristianismo, ni la filosofía, ni
nos restos de lo que fueron en las traducciones latinas la razón han logrado arrancar ni destruir. Tanta es la
que existían aun en el siglo xi, pero que á su vez se fuerza de la preocupación y de la costumbre, que aun
nundieron como los originales en el rio del olvido : en el dia el feroz duelista puede arrastrar al crimen
«o tanto empero que no resten aun numerosos vesti- al hombre honrado, pero pundonoroso.
gios oe su contenido en los poemas caballerescos del
sgio xii. El célebre Mr. Quinet trata de publicar al-
SIM. . l o s s e t e n t a
códices manuscritos inéditos de las bibliotecas particular y pública del rey. ¡Ojalá que este
q u e h a des trabajo mió llame la atención publica, la de los jefes de am-
ten» . «*; cubierio en la biblioteca real bos establecimientos, y la protección de nuestro ilustrado so-
ue vans (i), entre los cuales existen algunos que con- berano hacia esta clase de estudios é indagaciones, pues de
ello resultarían sin duda medios para estudiar y penetrar el
(1) Acaso se bailarían monumentos igualmente preciosos en carácter que imprimió la edad media en la civilización española.
L V 1 [ I • DISCURSO PRELIMINAR.
nisrao No hay sistema alguno mitológico que haya sido producto de un solo hombre ó
de m solo s S o El caballeresco, como todos, es un conjunto de ideas creadas en .di-
versos tíempos, que se han trasmitido modificándose á cada paso con el roce de intereses
rlivprsos v de distintas idiosincrasias nacionales (27).
Cavó¿/imperio romano, y con él la religión y literatura pagana; pero algunas remi-
niscencias de sus fábulas quedaron todavía, aunque despojadas del colorido y brillo sen-
sual! que depuso en ellas la imaginación risueña de los griegos, y el carácter de la anti-
gua civilización. La memoria de estas fábulas descompuestas y vestidas de mas severidad
finónos riqueza, pudo servir de elementos á algunas ficciones caballerescas. ¿Por que
los recuerdos de un Hércules y un Teseo no habránproducido a Roldan y Reinaldos y
los de Medea y Galipso una Urganda y una Viviana (2§)? La serpiente Pitón y la hidra de
Lerna ;no serán ascendientes de las sierpes y dragones encantados? El délas Hespéri-
dos , ;no se parece al jardín de Falerina? Si los griegos y romanos teman Titanes y Poh-
femós, gigantes descomunales v feroces hay entre los modernos; si aquellos poblaban
de magas la Tesalia, nosotros de brujas llenamos los cementerios. Aquiles, todo invul-
nerable, sino en la planta del pié, tiene su imitación en Roldan y Ferragus, y las armas
de Vulcano, en el encantado yelmo de Mambrino y en la armadura de Argalia. ¿ Cómo pues
se desemeja tanto la idealidad poética de la antigua y moderna civilización, a pesar de la
analogía marcada que existe en la base de sus fábulas ? Así como la mitología indica per-
dió en gran manera su misticismo exagerado y sus monstruosas representaciones de la
deidad al pasar entre los egipcios, así la de estos dejó su severa y gigantesca rigidez,
acomodándose á la brillante, risueña y apacible imaginación que el clima y las anteriores
costumbres inspiraron á los griegos, y así también las fábulas de Hesiodo, Homero y Vir-
gilio , glosadas por los pueblos del Norte y modificadas por sus tradiciones, se revistieron
del carácter propio y peculiar que distingue los siglos medios. Diferentes hábitos, cos-
tumbres y existencias alteraron necesariamente el modo de considerar las cosas, y cam-
biando el espíritu, formas, idealidad y modo de concebir en poesía lo maravilloso, han
producido un sistema acomodado á las nuevas bases sociales. Los griegos y romanos con-
sideraban la especie humana bajo el imperio del fatalismo, y al hombre en general como
un ser máquina sometido al inflexible destino. Su ídolo era la patria, áella se sacrificaba
toda individualidad : los mas fieros republicanos se tenían por mas esclavos de ella, y
abdicaban todo interés personal ante el objeto de su culto. Este modo de sociedad for-
maba un centro de existencia común y exterior que excluía la importancia del hombre
como individuo, para atribuirla á un ente abstracto. Así es que la idealidad poética de la
cosmogonía griega se adapta muy poco á la expresión de los sentimientos íntimos é in-
dividuales que tanto preponderan en las sociedades modernas. En estas el espíritu aven-
turero y las costumbres de los pueblos del Norte, amalgamados con las tradiciones orien-
tales y con la moral del Cristianismo, crearon una idealidad poética que se apoya en la
importancia del hombre individual, en los sentimientos íntimos del alma, en la lucha de
la voluntad con las pasiones, y en la propensión á espiritualizarlo todo. La patria del cris-
tiano no es terrenal, y para conquistarla cuenta solo con la protección divina y con los
esfuerzos personales é independientes que haga sobre sí mismo.
Los griegos y los pueblos gentiles, que como los romanos adoptaron el sistema político
y religioso de aquellos, fundaron su cosmogonía en la personificación alegórica de la na-
(27) Los libros y poemas caballerescos pueden di- Furioso prepararon el camino para que el Ariosto le-
vidirse en cuatro secciones, á saber :
a
vantase la epopeya romancesca á la misma altura que
1. Los de origen céltico, cuya mayor parte fueron Homero ensalzó la griega clásica. Entre muchos do
compuestos en versos cortos de ocho silabas. En ellos estos poemas solo citaré los siguientes:
traspira ya el espíritu y carácter lijero é irónico de
los franceses. Los poemas de Artus y de la Tabla re- La Spagna : anónimo.
donda pertenecen á esta sección. La regina Ancroja : id.
a
2. Se colocan después los de origen germánico, Altobello, ré Trojano : id.
compuestos en versos largos, y en pesado estilo, gra- Peruano, flgliuolo de Attobello : id.
ve y sesudo : estos han tomado por héroes á Cario- Innamor•amiento di ré Cario : id.
magno y sus Doce Pares. Morgante Maggiori: di Luigi Pulci.
a
5. Vienen en seguida los que produjo el espíritu de . Manbriano: d'el Cieco de Ferrara {Francesco Bello).
a civilización de los griegos modernos en tiempo de Orlando innamorato : di Matheo Bojardo
las cruzadas, escritos en prosa, y caracterizados por Alema y Urganda se parecen mas á Calipso
su tendencia á revestir las pasiones de un velo místi-
co y de una metafísica sutil é incomprensible. Tales que a Urce y á Medea. Algunos con mucho funda-
son los Amadises. mento, y yo con ellos, atribuyen el origen de las fa-
a das, los genios celestes y terrestres, los encantamien-
4. Preséntase últimamente la sección de los poe- tos etc. a las fábulas orientales; pero le queda sin
mas italianos que tratan de las guerras entre Carlo- embargo todavía mucho á la poesía caballeresca, don-
magno y los sarracenos, cuya base principal es la ele se ven patentemente reminiscencias de la mitolo-
tróntca de Turpm. Los que precedieron al Orlando gía griega.
u x
DISCURSO PRELIMINAR.
turaleza exterior, revistiendo sus fenómenos con bellas, pero materiales formas; y así
constituyeron sus goces y penas en el placer ó el dolor físico. Los modernos hallaron el
fondo de su poesía, no en el colorido brillante de una imaginación risueña, sino en el
sentimiento íntimo del libre albedrío, en el combate de las pasiones, en la importancia y
superioridad con que Dios levantó al hombre y al género humano sobre los seres de la
creación, y en fin, en el deseo de la patria mística que debe conquistar. Los hombres"de
la antigua sociedad derramaban sus pasiones, y como no luchaban contra ellas ni las
comprimían, jamas formaron grandes contrastes morales; los de la moderna, comba-
tiéndolas de continuo, las concentran en su interior, y cuando ya el corazón no basta á
contenerlas, se abren paso desgarrándole, como él fuego de un volcan rompe las entra-
ñas de la tierra, y lanza furioso enormes rocas sobre las columnas de humo que él mis-
mo vomita. Tales son los extremos de donde parten la antigua y la moderna poesía, y
entre ellos existe un número infinito de graduaciones que se suceden hasta llegar del uno
al otro.
Las reminiscencias de los tiempos heroicos griegos, las tradiciones orientales, el som-
brío y melancólico carácter de las ficciones escandinavas, el espíritu aventurero de los
normandos, las costumbres feudales, el lujo de la imaginación árabe, y los sentimientos
espirituales de la doctrina cristiana, han sido los elementos de la poesía que inventó los
Artuses y Tristanes, los Roldanes y Oliveros, y los Palmerines y Amadises, preponde-
rando en cada cual de estas fábulas caballerescas alguna de las cualidades que. constituyen
el compuesto de tantos medios poéticos de distinto origen.
Pero lo que mas caracteriza estas ficciones, es el espíritu vago y fantástico que domina
en ellas. Productos de una imaginación sin freno, colocadas en un mundo ideal y sin lí-
mites, creado exclusivamente por ella y para ella, y tan lejanas de la realidad como de la
verdad prosaica, aparecen como una fantasma impalpable en medio de los aires, cuyas
formas vagas no pueden fijarse ni comprenderse. Aunque en esta clase de ficciones se ve
el espíritu general de los tiempos, pocas se distinguen bien por el color local y gráfico
de cierto y determinado pais. Al considerarlas, parece que el universo entero era gober-
nado y dominado por una sola idea, y que todos los países del mundo estaban contiguos.
Sin duda la falta de conocimientos geográficos é históricos daba libertad á los autores de
libros caballerescos para colocar impunemente y sin escándalo la China á seis leguas de
París, para hacer caminar un héroe en media hora millares de leguas, para crear islas é
imperios que nunca existieron, y en fin, para considerar un soldán de Babilonia con los
mismos hábitos y costumbres que un galante y aventuroso caballero normando. Siendo
en este género de poesía todo vago y sin límites, se ven frecuentemente repetidas las
mismas aventuras, y aplicadasá distintos héroes, sin que el entendimiento eche de ver
inconsecuencia alguna,.porque como en todos los caballeros prepondera casi un mismo
sentimiento y una misma idea, nada se opone á que en sus acciones sean muy semejan-
tes. Un espíritu poco mas ó menos igual dirige á los Tristanes y Lanzaroíes, y respecti-
vamente á los Roldanes y Oliveros, á saber, el entusiasmo religioso, el ferviente proseli-
tismo, el aprecio de la fuerza regida mas bien por el instinto, que contenida por las
leyes, el culto hacia el bello sexo, la voluptuosidad disfrazada con colores místicos y pla-
tónicos, y en fin, la confianza sin límites que cada caballero tenia en sus fuerzas y valor
personal, que le hacia acometer impertérrito un ejército numeroso y cien descomunales
gigantes, sin dudar un punto de la victoria. ¿Quién se atreverá á comparar un Hércules
por sus hazañas y su delicadeza en amor, con el valiente y amartelado Amadis ? Aquel
vence uno á uno los monstruos y tiranos de su patria, este se presenta impávido ante un
centenar de endriagos que destruye en un momento; Hércules conquista uña corona de
A m a ( i s u n a s o n r i s a
l T A * de su dama; el uno depone su clava, ciñéndose una rueca al
lado de Onfale, al otro le conduce Amor sobre la Peña pobre para expiar los desdenes
de su amiga haciendo una penitencia ascética y religiosa.
La mitología griega, conservando eterna juventud y lozanía, se sonríe á la imaginación,
y no tiene rival cuando trata de materializarlo todo. La de los siglos medios, melancólica
y fantástica, que todo lo espiritualiza, templa algún tanto su lloroso semblante,- ó la inten-
sidad de su pasión, con lasficcionesorientales y árabes que ha adoptado. A par de los
tollones y mal intencionados gigantes, pone los nobles y generosos caballeros, defenso-
res de la oprimida inocencia; junto alas oscuras cavernas de los magos están los jardines
y palacios encantados de Alcina, y en ellos los deliciosos placeres. Tal caballero lo sacri-
nca hoy todo al amor, que mañana se ciñe el hábito de ermitaño y expía sus pecados al
pie de un rústico altar, donde otro desdeñado de su dama ó atormentado de remordi-
e n t e s acude á buscar los consuelos de la religión. Yo no pondré en competencia los
medios de una y otra poesía, pues si la caballeresca interesa mi corazón y mi alma por
DISCURSO PRELIMINAR.
ti
mezcla que en ella se observa de sensualidad y ternura, de debilidad y de razón de
flaquezas y arrepentimientos, y de heroísmo y superstición, la de los griegos con sus be-
lias y voluptuosas imágenes, y su ameno, rico y brillante colorido, halaga mis sentidos y
se sonríe dulcemente á mi enajenada fantasía. Si alguna vez llega tiempo en que nc> cho-
aue ó se tolere ver el mundo maravilloso de los griegos antiguos mezclado con el de los
siglos medios, como lo está con las ficciones orientales sin que se repare el anacronismo,
lograremos tener un sistema poético que reúna todos los medios posibles de perfección,
y entonces no nos repugnarán muchas de las ficciones del Dante y del Camoens, que
ahora criticamos por inconvenientes. , , . i'n
Graves dudas hay sobre el orden sucesivo de las crónicas y poemas caballerescos; mas
atendiendo al espíritu de cada sección (vid. nota 26), yo pondría en primer'lugar los de
la conquista del Santo Grial, Artus y Tabla redonda, en seguida los de lurpin, Garlo-
magno y los Doce Pares, y por último, los de los Amadises (29). En los primeros advierto
menos lujo de imaginación oriental, y que participan mas de la sensibilidad de los pue-
bles del Norte; prepondera en los segundos el espíritu religioso con la disciplina mona-
cal, y el deseo de conquistar almas para el cielo, llevando los caballeros la ofensa y de-
fensa en la punta de la espada, y en el yelmo las santas aguas del bautismo, para dar
eterna vida al vencido y moribundo enemigo cuando quisiera convertirse; y advierto, en
fin, en los últimos la tendencia metafísica de una civilización mas suave, de pasiones mas
refinadas y espirituales, y el imperioso influjo del bello sexo sobre una sociedad no me-
nos guerrera y generosa, pero mas culta y perfecta. Vanse marcando estas diferencias de
una en oíra gradualmente, por manera que parecen eslabones de una misma cadena,
que enlazan otras tantas épocas de la sociedad, desde la conquista de los bárbaros á las
peregrinaciones y cruzadas á la Tierra Santa, y desde estas al complemento de las ideas
caballerescas alambicadas por la metafísica sutil, que el trato y roce con los griegos mo-
dernos introdujo en el Occidente. Poco costará percibir esta graduación de cualidades
empezada en los Artuses, y concluida en los Amadises, y la reunión de todas ellas en el
Orlando Furioso, de Ariosto, producto grande y magnífico de la poesía caballeresca,
donde comienza á notarse la tendencia filosófica de los siglos posteriores, preparada por
el genio burlesco y satírico que inspiró á Pulci su Morgante.
Así como las crónicas de historia (30) tomaron y prestaron alternativamente asuntos á
los romances que les pertenecen, también los poemas y libros de caballería debieron su-
ministrar materiales á los caballerescos, que difundieron y vulgarizaron el espíritu suyo
hasta éntrelas clases ínfimas del pueblo. Éste, enlazando las nuevas fábulas á las tradi-
ciones de los héroes indígenos, adornó á Bernardo del Carpió y otros caudillos semi-
históricos, semi-fabulosos, con cuantas virtudes y hazañas constituían el heroísmo de
aquellos tiempos. En esta clase de composiciones transpira el carácter grave, fiero y
guerrero de los españoles, á la par que la propensión aventurera de los normandos, la
exageración fantástica y melancólica de los árabes, y la rudeza de la poesía luchando con
una lengua poco flexible.
La colección de Romances caballerescos é históricos que ahora publico, está dividida
en las siguientes clases :
Primera, en caballerescos, ó varios, que no forman entre sí una serie de ficciones que
pueda colocarse entre los ciclos fabulosos conocidos.
Segunda, en romances de la Tabla redonda y de Amadis.
Tercera, en los de los Doce Pares.
(29) He dicho ya que las crónicas caballerescas en de Artus y de la Tabla redonda. El Amadis de Gaula
prosa, escritas desde el siglo xiv al XVH, son imita- se resiente mucho de unas ideas feudales que casi
ciones ó traducciones de poemas originalmente com- nos eran desconocidas, pues los godos y los sarrace-
puestos en verso y en los idiomas bretón, walon y del nos, nuestros conquistadores, se amalgamaron tanto
pais de Gales. Entre ellos se distinguen los poemas de con el pais y sus habitantes, que se confundieron ven-
Tristan, Perceval, el Galo y otros que, según dije en cidos y vencedores, y no existió nunca en general la
la nota 24, ha descubierto Mr. Quinet y se propone categoría de siervos territoriales. Hasta después de
publicar. Los libros caballerescos descendientes del muy adelantada la restauración del imperio castella-
de Amadis de Gaula, son sin duda productos del in-no no se organizaron en España instituciones algún
genio español ; mas no puedo creer lo sea igualmente tanto feudales, y esto fué cuando por la condescen-
el padre de todos ellos. Aun cuando, como se supone, dencia y la penuria de los reyes, y por los efectos de
exista un códice portugués atribuido á Vasco Lobeira, la reconquista, se concedieron á los grandes algunos
donde se halla este libro caballeresco, solo probaria derechos de jurisdicción en los países que muchas ve-
que es el primero que imitando'otro anterior lo dio á ces recobraban á sus expensas.
conocer. Asi á lo menos parece, atendiendo á que el (50) En el supuesto de haberse conservado las tra-
espíritu que domina en el Amadis de Gaula nada tie-diciones populares en verso antes que en prosa, es
ne de común con la idealidad que preside en nuestra muy natural
historia, con las costumbres del siglo xiv ni con los nales pqra laque los romances suministrasen mate'
historia,
anteriores. Mucha mas semejanza tiene con los libros
DISCURSO PRELIMINAR. LX.
Cuarta, en los propiamente históricos, ó que se refieren á hechos tradicionales tenidos
por verdaderos. , •* , , . . A n n

Los de la primera división participan mas o menos del carácter de todas las otras; en
la segunda se perciben harto bien las cualidades de los originales de donde se han for-
mado ; y en la tercera, que viene, y procede de la crónica latina del monje Turpin (51), se
descubre el espíritu religioso y grave que de ella tomaron estas ficciones, con la exagera-
ción gigantesca de un Roldan, solo comparable á la de Bernardo del Carpió. Pero donde
descuella y se ostenta mas nuestro carácter nacional, es en los de la cuarta división, toma-
dos del Cancionero de Romances y otras antologías (32), donde el rey Rodrigo, el Cid,
Gonzalo Gustios de Lara, sus siete hijos, Ruy Velazquez, etc., son propiamente caballeros
españoles, que luchan á brazo partido contra el dominio musulmán en un pais determi-
nado, y tienen las ideas, los trajes y las costumbres de su misma nación, tales como en-
tonces eran.
Como dichos romances fueron conservados oralmente hasta mediados del siglo xvl, y
provienen de épocas muy anteriores, domina en ellos cierta difusión y rigidez de estilo,
y cierto amaneramiento é inconexión de frases, con la costumbre de repetirse en unos
versos, y aun trozos enteros de otros, que les quita todo mérito considerados como poe-
sía; pero que les presta un indecible interés como monumentos históricos de nuestras
tradiciones, de nuestra lengua y cultura, y al mismo tiempo nos conservan Vestigios de
los usos, costumbres y formas ideales que atribuía el vulgo á sus héroes.
Una observación notable ocurre acerca de esta última clase de romances, y es, que aun-
que predominan en ellos las ideas caballerescas, carecen del color maravilloso que ca-
racteriza los poemas franceses é italianos de igual género. Ni fadas, ni genios, ni encan-
tadores , ni ficción alguna árabe se encuentra en aquellos, y sin embargo del trato íntimo
que teníamos con los moros, la parte que constituye lo maravilloso es allí puramente cris-
tiana. Tal era el odio con que los españoles mirábamos la fe de nuestros enemigos, que
ni aun en poesía podíamos soportar sus ficciones, que detestábamos como obras del dia-
blo. Nuestros héroes son por esta causa en los romances antiguos hombres extraordina-
rios y fuertes, sus armas de fino y acerado temple, y sus caballos de noble raza; pero rio
como en los libros y poemas caballerescos, encantados ni fadados. Apenas se encuentra
en aquellos alguna otra reminiscencia de semejantes fábulas, y por esto son mas bien
narraciones sencillas y áridas de hechos que carecen del brillo de una imaginación ver-
daderamente poética.
Hasta fines del siglo xvi no adquirió la poesía castellana aquella rica inventiva, aquella
gala y soltura, aquellas formas libres y fáciles, aquel lujo de colorido y de estilo, y aque-
llas dotes que tanto la ensalzaron en Europa, y que ahora empiezan de nuevo á apreciarse
y á admirarse.
Los extranjeros que estudiando nuestra literatura confunden épocas y circunstancias,
han anticipado el tiempo de nuestro verdadero romantismo, considerado como sistema,
atribuyendo á siglos anteriores lo que solo se verificó desde fines del xvi á mediados
del XVII. En este intermedio, y no antes, se completó el amalgama y fusión de las pac-
tes heterogéneas que constituyen todo el brillo, riqueza, armonía y originalidad de nues-
tra bella literatura. Entonces se compuso la mayor y mejor parte de los romances del Cid
y los moriscos (33), donde nuestros buenos poetas vertieron raudales de imaginación y
fantasía, probando al mismo tiempo no ignorar el arte de describir fuerte y vigorosa-
mente, ya los caracteres, ya las costumbres. En las poesías anteriores á esta época se
halla tal vez algún vestigio de la poesía árabe, mas bien por su tendencia melancólica y
morosa, que por el lujo de imágenes y de colorido (34).
Yo considero á LOPE , GÓNGORA y sus contemporáneos como los primeros que com-
(31) Poco ventajoso es el cambio que baso del celebraban las correrías que hacían en las fronteras
Amadts por la Crónica de Turpin. de los moros.
(32) Todo el contenido del párrafo á que esta nota (34) Mas resalta esta opinión comparando estos ro-
pertenece se refiere á las composiciones entresaca- mances con los de L O P E , GÓNGORA Ú otros poetas de
bas del Cancionero, de la Floresta, y de la Silva de los siglos xvi y XVII. Véanse los de Fontefrida, Fon-
romances. Las que be tomado del Cancionero general tefrida;— Yo m'era Mora Moraina;—Que por mayo era
pertenecen al siglo xiv y xv, y las que del Romancero por mayo, y otros que he insertado en el Romancero
c a s t o d a s
Sil S '
n o m
> y Pocas al XVII. Algunas he insertado
a n c e r o d
de doctrinales, amatorios, etc. Estas cancioncillas en
m a l . , <> Sepúlveda, serviles imitaciones del romances, particularmente las dos primeras, se ha-
mali estilo de los romances antiguos ; pero son pocas llan llenas de una tendencia dulce, melancólica y gra-
jaban m e , U e
" P a r a e U a r
~ ve , que descubre bien á las claras su analogía de sen-
a l g U n v a C Í 0 q u e 0 t r a S d e

timientos con los pocos moriscos que en la Historia


(33) Hay con todo algunos que ascienden al si-
y o t r o s a l X I V T a l e s
de los árabes en España ha traducido el sabio, mo-
s o n l o s
nimVi' - fronterizos, así desto y amable D. José Antonio Conde.'
••amaüos por ser las canciones donde los castellanos
L X 1 ¡ DISCURSO PRELIMINAR.
prendieron el destino de la poesía castellana, y que abandonando la imitación de mode-
los latinóse italianos, establecieron el verdadero romantismo español, tanto en la linca
como en la dramática. Así reunieron los elementos de la poesía popular, y crearon un
sistema nuevo, compuesto con la brillante imaginación árabe, con la sentimental y vehe-
mente pasión de los escandinavos, con la aventurosa y galante caballerosidad de los nor-
mandos, con los profundos pensamientos del dogma y moral cristiana, y en fin, con el
espíritu noble, guerrero, generoso y grave de su nación. Bajo el poderoso influjo de tan
grandes ingenios, los versos cortos adquirieron toda la flexibilidad y dulzura que los dis-
tingue , y el romance octosilabo la perfección que le hace apto para expresar digna y con-
venientemente toda clase de pensamientos, y para adaptarse á todo genero de tonos,
desde el mas trivial al mas sublime. Hasta LOPE y GÓNGORA los poetas doctos y eruditos,
mas que originales, apenas descendían con desden á la poesía del pueblo, y la abando-
naron á los que por dicterio llamaban ingenios legos. Hubo sin embargo algunos a me-
diados del siglo xvi que se propusieron imitar los romances viejos, poniendo en verso
los hechos de la Crónica general; tal fué LORENZO DE SEPÚLVEDA y otros que afectándolas
inspiración quisieron en estilo pomposo é hinchado popularizar episodios ó lances histó-
ricos de todas las épocas y naciones. Los del primero no dejan de presentar todavía mucho
interés; los de los segundos no tienen otro que el de conservar algunas tradiciones popu-
lares que solo allí han dejado rastros y vestigios. Los poetas de la escuela docta anteriores
al siglo xvi se propusieron por modelos exclusivos á los provenzales, al Dante y al Pe-
trarca, y como todos los imitadores, estrecharon y anonadaron sus talentos ante los
grandes originales qu,e tenian á la vista. Por esto nuestra poesía erudita.ó artística del
siglo xv no tiene la grandiosidad de la del Dante ni la delicadeza de la del Petrarca; pero
en desquite abunda en sutilezas metafísicas, y en una afectada galantería que se opone
ala enérjica, natural y sencilla expresión de las pasiones. Posteriormente desde el si-
glo xvi al xvu BOSCAN , GARCÍLASO, HERRERA, RIOJA, LEÓN, VILLEGAS y los ARGENSOLAS .dieron
un grande impulso á la escuela docta, y la perfeccionaron aclimatando en España, ade-
mas de los italianos, otros modelos mas sublimes. Horacio y Virgilio vinieron á habitar
nuestro parnaso con Anacreonte, y casi le limpiaron de las sutilezas con que le manci-
llaron los poetas de la corte de Juan II. Así modificada y ensalzada la escuela imitadora,
supera á la de origen popular en artificio, buen gusto, estilo, cultura y filosofía; pero
la cede en estro, nacionalidad, riqueza de imágenes, abundancia de fantasía, y sobre
todo, en las galas de una invención inagotable.
Cuantos hechos y raciocinios contiene este escrito me obligan á presumir :
1.° Que los primitivos ensayos de la poesía castellana vulgar debieron ser los romances.
2.° Que á ellos debemos principalmente la conservación de las tradiciones populares
revestidas con el tipo y carácter nacional.
3.° Que nos marcan los diversos grados de cultura y modificaciones que según los
tiempos experimentaba la sociedad.
Y 4." Que hasta fines del siglo xvi la poesía del pueblo, y por consiguiente el romance,
no formaron un sistema completo y uniforme, capaz de llamar la atención de los sabios
para adoptarle ó combatirle.
Fácil es que yo me equivoque en cuanto llevo expresado; pero á lo menos me lisonjeo
de haber tratado la materia con alguna novedad, y de haber promovido cuestiones im-
portantes, que otros mas sabios resolverán mejor, si quieren ó pueden. Si esto consigo,
me doy por satisfecho del trabajo empleado en coleccionar los Romanceros que he publi-
cado, y que presento en parte como modelos de buena poesía, y en parte como un me-
dio filosófico de adquirir con su estudio muchos conocimientos acerca del carácter físico
y moral que constituyó en nosotros la civilización de la edad media.
En este discurso, que versa en particular sobre la primitiva forma de la poesía caste-
llana y los romances a ella pertenecientes, pudiera extenderme á proponer mi juicio
acerca de los demás ya publicados en los volúmenes anteriores; pero ademas de haber
g 6 I C a d a s b r e l a s
tiSfJ i ° l e r
™ ° ? - Poesías que contiene, nada puede añadirse alo que con
m e a
t
d o c t n n a u s t
On¡ntlí ' í ° % g ° delicado ha escrito mi amado amigo D. Manuel José
1

Quintana en los bellos y perfectos resúmenes históricos de nuestra poesía, v en las exce-
entes notas criticas que fia insertado al frente y en el cuerpo de las dos secciones!en aue
1 de
vo, S Í ! i l S . S f t S ? ^^electas castellanas desde Juan de Mena á nuestros tiem-
pos , cuya segunda edición acaba de publicar.
APÉNDICE AL DISCURSO PRELIMINAR.
DÍSPUES de escrito el discurso y notas que anteceden, un discípulo, como yo, del
hombre mas amable, sabio y celoso, que ha dedicado su vida a instruir la juventud, y
á cruien mucha parte de la de esta corte debe su afición y amor á los buenos estudios,
me ha franqueado la siguiente advertencia, que inserto por la coincidencia de su conte-
nido con mis ideas, por las miras útiles que contiene, por lo bien pensada que esta, y
norias noticias curiosas en que abunda. Así doy una prueba de mi aprecio y gratitud á
quien ha tenido la bondad de franquearme este apunte.
POESÍA B A B L E .
«POCAS provincias de España conservarán mas reliquias y recuerdos de venerable ant-
igüedad, que conservan las Asturias. Su dialecto, conocido con el nombre de Bable, es .-
»sonoro, suave, y si no extremadamente rico, no tan pobre como creen algunos. Há-
»blase en el interior de Asturias la misma lengua que se habló en España en los siglos me-
»dios, y muchas frases y giros que se conservan en el Poema del Cid son familiares á los
J labriegos asturianos. Las voces adquiridas de los árabes no traspasaron los aledaños de
> Asturias : será lástima que se deje perder un dialecto que, bien estudiado, podría dar
»á conocer la etimología de muchas voces castellanas, y del que podríamos tomar las que
8 nos faltasen, sin tener que mendigarlas del extranjero. El Sr. Jovellanos estimuló á va-
»rios literatos á que formasen un diccionario Bable bajo las reglas que trabajó; mas no lle-
»gó á concluirse tan difícil empresa. D. José Caveda tiene escrita una Memoria acerca de
»la antigüedad y mérito del dialecto de Asturias, digna de la luz pública.
»Una de las diversiones favoritas del pais es la danza circular conocida con el nombre
»de danza prima. La mesura y sencillez de este baile son los mejores garantes de su anti-
»güedad : Homero nos describe ya danzas circulares (*). Canta el pueblo en estas danzas
»romances sagrados ó heroicos, amorosos ó festivos, intercalados de algún estribillo, poi
>lo común de asunto sagrado (**).
(*) Acaso las danzas circulares son resto y repre- para probar que el lenguaje rústico que aun hablan
sentación de la táctica guerrera usada en las socieda- los asturianos es bastante copioso y apto para la poe-
des incipientes y en paises montañosos. En estos cír- sía, y que pudo tener una antigua y propia que nos es
culos se cantarían los himnos guerreros para animar desconocida. El Sr. D. José Caveda, que nos sumi-
los soldados : allí cada jefe los arengaría y comuni- nistró el asunto de este apéndice, ha publicado pos-
caría sus órdenes, y de allí saldrían ordenados los teriormente una preciosa colección de poesías en el
grupos ó pelotones para dar la batalla después de ha- dicho dialecto, que está precedida de un prólogo sa-
berse ejercitado en el manejo de las armas. Los astu- bio y erudito acerca de él y de los poetas que le usa-
rianos bailan aun su danza prima armados de gruesas ron. Refiriéndonos en todo á lo que dicho señor ha
estacas,que saben usar perfectamente para la ofensa expuesto, nos contentaremos con insertar aquí un
y la defensa; apenas se acaba uno de estos bailes sin fragmento de romance, dialogado é inédito, que en el
batalla de garrotazos sobre la preferencia que pre- siglo XVII escribió D. Antonio González Reguera, con
tende tener alguno de los concejos de la provincia. el pseudo-amónimo de Antón de la Marireguera, para
Comunmente el grito de guerra que precede á estas muestra de esta clase de poesía, formada en el dialec-
rijas, es el de viva Pravia y muera Pilona, ó al con- to rústico, que creemos fuese el origen del nuestro
trario. Los asturianos aman tanto estas danzas y cos- vulgar. Dice así:
tumbres , que donde quiera que estén y haya reunidos
algunos aldeanos de esta provincia, arman su danza DIALOGO EN DIALECTO ASTURIANO.
prima al son de los romances y una gaita, y se dan
después de palos sin misericordia. (Ñola de D.) T0R1BIO.

(") Lo particular es que desde tiempos muy remotos Non quixera embarazabos, .
todos los romances que para música de estas danzas Xuan Saurl, porque quiziás
se cantan en Asturias, son en castellano y de los mas Queráis dir para la Ilende
0 au Dios vos aiudas.
vulgares. En el lenguaje bable no se conoce ninguno Posa esa carga de ¡leña,
anterior al siglo XVII , y estos, aunque popularizados un Y cuntarevos lo c'hay:
tanto, son obra de poetas artísticos que, no teniendo Eltabacu y é canseva
poesías viejas en el dialecto del pais, las hicieron fac- Pedívoslo, claro está
ticias é imitándole artificiosamente para dar una idea E comofiohay un uchabu
ele lo que pudieran ser los cantos antiguos, oue si los Paréis lio que los demás.
El tabacu tien lia culpa
hubo se perdieron del lodo ó se conservan entre las i Quién lio dixera que fai
breñas de aquel pais, adonde no han podido ó no han Diez años, mal haya amen,
procurado todavía hacer penetrar sus'investigaciones La infame neeesida!
las personas cultas y aficionadas aellas'. Los romances JUAN
y poesías bables que existen conocidos son pues muy Entoncia yera olru tiempu-
modernos, hechos ex-profeso, y afectan artificiosa- Porque non .había rapaz
mente el dialecto ó los dialectos rústicos del pais. Que ño abaratas dineru
t.onsiguiente á ello es, que los poetas que los com- Mas q' agora un capellán.
pusieron buscasen las palabras mas diferentes de !a ¡Oh que tiempu aquel pasada,
lengua castellana , y formasen una colección de las Que una vaca y un tenral,
exclusivamente bables, por lo cual este dialecto apa- Valia trainla ducados
rece menos castellano que lo que es en realidad. No Y eso luego á encarguchar.
«oslante, estas mismas composiciones facticias bastan ¿Cha facer agora un probé
Si por ello ñon ó dan
APÉNDICE AL DISCURSO PRELIMINAR.
Lxnr
• Asturias tuvo poetas : el primero de que hay noticia clara, y del que se conservan al-
gunos escritos, es D. Antonio González Reguera, conocido por el nombre de Antón déla
> Brequera, que floreció desde principios á mediados del siglo xvn. En 1639 escribió
»un romance sobre el pleito entre Mérida y Oviedo por la posesión de las cenizas de Santa
Cosa que Iluzca nin preste Yo por mí Techo de ver;
Y eso liado un año, y mas? Porque si en mi casa hay
¡Dios ¡ios dé tener pacencia Una borona, se gasta,
Para tantu soportar! Y media suele allegar,
Que si non ños ayudara Y eso ñon solo en mió casa ,
Sos habíamos sasperar. Tamien el amu lo fay.
Aunque rompíamos costazos Ñon se fie dedengunu,
El botíelio y la cuayar, Nin siquiera de seu pá :
Ñon abaratamus pa peches Qu'el furtu bien amañadu
Nin ros llega Tagua al sal: Al mas santu tentará.
r»e cuantos usos se pierden Acuérdese de Bilbadu .
Ñunc'esti se perderá, Que bien se puede acordar,
De coyer y mayar argones De les barriques de figos
Que dexamos descansar. Que quitamos á so ma
Mal haya el hombre qu'enviuda Cuando y eren de doblones
Rebañados por acá
Y ñon torna á enmaridar, Q' al Emperador unviaba
Pos topa la cama fecha Sin temor nin caridá
Y preparaduel yantar. Cuand' eso se fai'en casa
Por mandado de so ma,
Líos criados y criades
Diz q' agora se ruxia ¿Qué ye lo que non farán?
Que quler so real maxestá Siempre lo oí yo dezer
Mandar far otro dineru,
Que bien fora ; mas pupa: Y ora veo qu' e verda,
Yo apuesto que algún señor Qu'el dineru en munches manes
Y lo ha desaconseyar, Nunca muy seguró está.
Qu'enfotados no hay un cu'artu Dios tenga en bona folganeia
Compren de balde lo q' hay. A so pa, que si tendrá,
Par ellos ye cuant' un probé Qu'en so tiempu andaba todo
Puede correr y ganar, Com'ello debia d' andar.
En xornales y acarreos. En so tiempo ñon s' usaba
Y dempues en regalar Tanta embarcación de pan,
E l gochu por San Martin Tanto maiz como ogaño
La llena por Navidá Fo para San Sebastian.
El cabritu par' á pascua, E l qu' embarca tien de sobra,
Les úates para San luán ; Y así un señor lo fará;
La gallina, el pollu, el huevu Pero axuntar la cevera
Los íigus y lo demás, Dexando probé un llugar,
Y en faltando y'os á una Y cómprala pe los orros •
Llevó el diabiu lo de atrás. Para embarcar ye maldá,
Si estuviera yo c'ol Rey Si ñon por remediu n'ello
Una media hora ñon mas Bien sé yo que y de pesar
Habia decei al ofdu A cuantos ansina obrasen
La cartia de pe á pa. Todos los habia enforcar.
Estes coses y otres munches
JUAN. Me habia oir sin papizar;
¡ Xesus, home! ¿ Y con el Bey Pero ellí entendidu vé
f'habies de atrever falar? Y ñon lo puede inorar.
¡El oillo solamente Si tomare el miu conseyu
Las piernas me fai temblar! Sé que ñon y habia faltar .'
¡ Solo pronunciar so nombre Del so orru la cebera
En casa, en campu, en corral, Nin de sos arques el ral.
Al home mas entendida Qu'y socedia lio mesmo
Yfará trastabellar! Qu'á un aquelo de so pa,
El Rey he muy gran señor, Según cuenten les histories
No hay otru mas principal: Qten ellos lo faiara.
¿Y si falares con el Ñon miren quian dá el conseyo
Quei avis de rellatar? Si ñon se y convendrá.
TORIBIO.
Esto fo Enrique el enfermo
Que veniendo de cazar
Habia de decei, señor, Una noche para casa
Si ñon quitó lia meta Ñon afayó que cenar,
De les peches, faga cuenta Y entre él y el mayordomo
Que nos unvia al hospital. Compezaron á falar,
Lio que so padre y dexó Que la caza que traia,
¿Ñon basta para pasar? Con que T habín de axuntar.
i Tantu como vien de Indies E l mayordomo ye dixo
Yo ñon sé que y se fai! Mal haya el remedio hay,
Tenga cuenta con les arques, Qu'está en la carnicería
Con lo qu'entra y lo que sal; Ya ño me quieren fiar.
Si hay per elles muncha llaves, Llevantó al cielo los güeyos
Lies pueden desocupar. Y á Dios muchas gracias da
Tome cuenta por so mano Y dixó: «¡Un rey de Castilla
Q'ansi facen por acá Ya non topa que cenar!
Los señores, y por eso Tiró el gabán al criadu
Son perden so calida. Y dixió : tray que cenar
¿Qué quier tantu duque en casa, Sobre esa prenda, que aquesto
Tantu ricufolgazan, Presto se remediará.»
Que comen como abeyones
La miel del so colmenar? -Esta cena, dixio un paixio -
¿Non fora meyor mandallos Y la qu esta nuiche hay
Para Flandes y Milán, En.casa del duque de Alba
A vese con el inglés, Non se pueden igualar.
Que bien menester serán? Aquí falta al Rey la cena,
Si hay munchu, munchu se gasta; Y allí estar, al rofaltar
Lo pocu suele bastar Los grandes y el arzobispo;
Lo que aiii se faiara,
APÉNDICE A L DISCURSO PRELIMINAR Wr
, Eulalia Escribió en octavas los poeraitas jocosos titulados Dido y Eneas, Ero y Leandro,
ImramovTisbe. Se descubre en ellos genio festivo, amena y fecunda imaginación, exce-
dentes imitaciones de los antiguos, y versificación fácil al mismo tiempo que numerosa.
Mas él supo remediallo el siglo XVIII mató nuestra nacionalidad literaria, y ha
Oyendo lo que allí hay, sido preciso un gran esfuerzo de atrevimiento para lla-
Que con un criado solu mar la atención del presente hacia los origines de
Desfrasado se fó alia. nuestros viejos cantos populares. Demasiado tarde
Entróse en casa del Duque, por cierto, puesto que el pueblo también los ha ido
Todo lio oyó falar. olvidando, y ya es muy difícil, si no imposible, resarcir
Después que habían cenado
Alegres sin reparar la pérdida. Sin embargo, gracias á la condescendencia
Que podría allí estar el Rey, amable, gracias á la excelente memoria de mi amigo
¡ Quién diblos lo había pensar! el Sr. D. Pedro José Pidal, gracias á su amor á las
Mirándose unos á otros cosas nacionales, que se extiende desde lo mas peque-
Comenzaron ponderar ño de la literatura patria, hasta lo mas alto y esencial
Lies rentes qu'ellos tenin de las cosas del Estado, he podido lograr de su bon-
Y que podin sojuzgar.
A cuantos n'el mundo hubies dad que me dedique el corto tiempo que le queda, y
Sen en ello reparar. me proporcione los fragmentos de algunos de estos
—Uno á mi sóbrame tanto romances que oyó en su niñez, y que aun recuerda
De lo que puedo gastar, con placer, y son :
Otro :—Co-mio mayorazo,
Sen gaxies q' el Rey me da
Me sobren cien mil ducados, ROMANCE DE DON BÜE80.
Qu' esos los puedo emprestar.— :i
El Rey oyendo estes coses, «Camina Don Bueso
Non pudo mas esperar «Mañanita fria
Salgiose él y el criado «A tierra de moros
Xiurando en lo remediar. «A buscar amiga;
Al otru Aia4e mañana «Hallóla lavando
Como quien ñon sabe tal, «En la fuente fria:
Xuntó los grandes en casa «—¿Qué haces ahí, mora,
En so palacio real. «O hija de judía?
Teniéndolos todos yuntos «—Reviente el caballo
Comenzólos preguntar: »Y quien le traía,
—¿Cuántos reyes conocéis? «Que yo no soy mora
Dicen que uno y ñon mas. «Ni hija de judía;
Al arzobispo é Toledo, «Soy una cristiana,
Y vuelve á repreguntar : «Esto' aquí cativa
—¿Cuántos eonocistes vos? «En poder de moros
Yo á só agüelo y á su pa, «Diez años había.
Y á so bisabuelo Enrique »—Si fueras cristiana,
Y á cuarto agüelo Xian, «Yo te llevaría,
«Y si fueras mora
Y ahora que guarde Dios, etc. «Yo te dejaría —
«Montóla á caballo
Pero si es extraño y casi increíble, que siendo la «Por yer qué decía :
«Durante diez leguas
danza asturiana tan antigua que su origen se pierde «No hablara la niña.
en los mas remotos tiempos, y que por consiguiente —¿Qué tienes, señora,
los cantos con que se acompañaba deberían ser con- Que así enmudecías?—
temporáneos, nada de estos se haya conservado en su La niña callaba
dialecto primitivo ; si es extraño que solo se ejecu- Y no respondía.
ten en el dia con los de la lengua moderna y usual, y De allende los montes
Él sol que salía
esto por los mismos rústicos aldeanos que hablan Alumbra los valles
aquel, no lo es menos la existencia en el pais y no en Que verdor cubría,
otro de España de una multitud de romances tradi- Vagan los rebaños
cionales castellanos, nunca escritos ni impresos, cuyas Sin pastor ni guia,
formas típicas, su espíritu sencillo y épico, parecen Y los corderitos
pertenecer esencialmente á la poesía primitiva, aun- Retozan y triscan;
que su lenguaje está modernizado. En estos romances Entonces alegre
La libre cautiva
se percibe un sabor oriental, una sencillez bíblica ad- Conoce la tierra
mirables, muy parecidos á las leyendas caballerescas Adonde nacía,
y maravillosas que se importaron a Europa por los cru- Y dice gozosa
zados. Hay en ellos un lujo de imaginación, pero sen- Con dulce sonrisa:
cilla y natural; hay una cultura inartificiosa y apacible »—¡Oh prados alegres
(je que carecen los rudos romances viejos históricos «Donde siendo niña,
ae la época también de tradición, y de que solo se «Mi madre la reyna
«Sus paños tendía,
bailan vestigios en algunos de los moriscos primitivos. «Donde el rey mi padre
¿Ue donde ha venido esta clase de romances pura- ».Sus perros corría,
mente hechos en castellano, y de que solo hay vesti- Y adonde mi hermano
gios en Asturias, y entre la gente vulgar, cuando pa- Don Bueso crecia
recen hechos hasta para la gente culta? En Andalucía En hechos de amores
es verdad que los campesinos cantan romances que Y caballería!
— D i : ¿cómo te llamas,
se llaman tradicionales; pero que no lo son, pues es-
6 8 á
De quien eres hija?
d i i " " ™ ? fragmentos mal compaginados de otros
e I SI
—Un rey es mi padre,
«LzS , g!oxvi, repetidas veces impresos. No Yo soy Rosalinda, ,
einaií c o n a c
l u e l l o s
de que hablamos, que son ori- Que malditos moros
g«wies, que se conservan de memoria sin grave altera- Me hicieron cativa,
q u e
ña*/n J a m a s s e h a n
escrito ni impreso, y que solo Y diez años presa
gad a s t a n o s o l r o s Pasé de mi vida.
anoi,„« .° ?
a I ,d 0 d
Pasando de la boca de los
e l o s n i n o s
—¿Qué señas me dabas
sn „ ? °, . , - '°s cuales saliendo de Por ser conocida?
dJr1„ o l v i d a n
y desdeñan. Cuantos pasos hemos —Rosa que en mi pecho
«uo para conseguirlos completos han sido inútiles; Hube al ser nascida.
—Muéstramela luego,
T. X,
LXVI APÉNDICE AL DISCURSO PRELIMINAR.
»Hay noticia y existen obras de otros poetas coetáneos y posteriores, siendo los mas cé-
lebres Juan Fernandez Poney, llamado Juan de la Candonga; D. Bernardino Ro
»cura de Piedelora; D. N. Benavides, D. Bruno Fernandez, y D. Antonio Balvidares.
Mi hermana querida, ¿ Cuánto me das, volver he te le vivo ?
Que sois la que busco I Cuánto me das volver he te le sano ?
Uno y otro día. —Doyte las armas y doyte el rocino,
Abrázanse luego Doyte las armas y doyte el caballo.
DonBuesoy la niña,
Y hacia el fuerte alcázar ROMANCE OUE GANTAN LAS ALDEANAS DE ASTURIAS SIEMPRE QU E

Gozosos caminan. BAILAN LA DANZA DEL PAÍS.


El Rey y la Reina,
Que no presumían —¡ Ay, un galán d'esta villa !
Hallar tal ventura ¡ Ay, un galán de esta casa!
Cual la que venia., ¡ Ay, diga lo qu'él queria!
Oyeron del hijo ¡ Ay, diga lo qu'él buscaba!
La grata noticia. —¡ Ay, busco la blanca niña!
Torneos armaron, ¡ Ay, busco la niña blanca!
Fiestas mil hacian, ' —¡ Ay, qué no l'hay n'esta villa!
Y dan á sus hombres ¡Ay, que no l'hay n'esta casa!
Preseas muy ricas. Si no era una mi prima,
La Infanta casaran Si no era una mi hermana,
De allí á pocos dias ¡ Ay, del marido pedida!
Con noble marido ¡ Ay, del marido velada!
Que un reinado había. ¡ Ay, bien qu' ora la cas-tiga!
Partióse Don Bueso, ¡ Ay, bien que la castigaba!
Que partir quería, ¡ Ay, con varillas de oliva!
Y va caminando ¡ Ay, con varillas de malva!
Mañanita fría, ¡Ay, que su amigo l'espera!
A tierra de moros ¡ Ay, que su amigo ¡'aguarda!
Por buscar amiga. Al pié de una fuente tria,
Al pié de una fuente clara
Todos los versos señalados» pertenecen al roman- Que por el oro corría,
cillo tradicional, y los demás se han añadido para Que por el oro manaba.
Ya su buen amor venía,
completarle, siguiendo empero el asunto y el desen- Ya su buen amor llegaba,
lace mismo que tiene el original. Por donde ora el sol salía,
Por donde ora el sol rayaba,
ROMANCE DEL HARIMERO.
Y celos le despedía
Mañanita de San Juan Y celos le demandaba, etc.
Cayó un marinero al agua.
—¿Qué me das, marinerito, El baile de Asturias, llamado la danza, prima, se eje-
Por que te saque del agua ? — cuta en dos corros, el uno cerrado de hombres solos,
Doyte todos mis navios y otro abierto, de; mujeres. Estas cantan siempre el
Cargados de oro y de plata. romancillo anterior, y los aídeanos,en general, cual-
—Yo no quiero tus navios quiera otro de los vulgares; pero todos como áoles
Ni tu oro ni tu plata.
Quiero que cuando te mueras hemos dicho en castellano puro. Por lo común se ha-
A mi me entregues el alma.— cen estas fiestas en las romerías ó ferias, donde algu-
El alma la entregó á Dios nas veces los valentones del pais gritando unos, por
Y el cuerpo á la mar salada. ejemplo : viva Pravia, y otros viva Pilona, que son
Aquí hay un pensamiento moral y religioso. El que dos concejos rivales, acaban el baile dándose garro-
ofrece la vida al marinero puede ser el mal espíritu; tazos, y yéndose á comer después con los curiales para
pero aquel prefiere la muerte á vida comprada á costa hacerlas paces.
de la salvación espiritual. En Oviedo, en las célebres fiestas de la Velasquida,
fundación sumamente curiosa de una señora afecta á
CANTAR ANTIGUO. los alfayates, suelen cantar aun hoy dia el romancillo
—1 Ay Juana, cuerpo garrido! que empieza a s í :
¡ Ay Juana, cuerpo galano!' Donde los xastres vienen,
¿Dónde le dejas al tu buen amigo? Donde los xastres van,
¿Dónde le dejas al tu buen amado? Donde los xastres vienen,
—Muerto le dejo á la orilla del rio, Zapateros non van.
Dejóle muerto a la orilla del vado. flota de D.)
por orden alfabético

DE VARIOS PLIEGOS SUELTOS


QDK CONTIENEN ROMANCES, VILLANCICOS, CANCIONES, ETC., DE POESÍA POPULAR ó POPULARIZADA.

NOTA.
ea e lRommero 6 s e lncIuiráne a e l Cmimr0
^¡S^mS^^^V^^^^ ' -
PLIEGOS SUELTOS IMPRESOS E N E L SIGLO XVI.
•Almoneda de disparates nueuamente hecha : cán- vn fraile, y vn romance nueuo de lo de Túnez,
tase al tono de las Gambetas. y otro del conde Fernán González. Impressos con
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.) licencia.
Contiene: Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., A fojas, flg.)
1 Almoneda de disparates en coplas, que dicen : En la Contiene: ' »
tarde hay Almoneda. ^ Romance que dice : Riberas del Duero arriba.
^Item, otras obras que no cito, pomo tener el pliego á
•Apartamiento del cuerpo y del ánima, agora nue- la vista.
uamente impresso.
Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.)*Aquí comienzan las coplas de Magdalenica, con
Contienen: otras de la reina de Ñapóles, con vna canción.
Coplas que dicen : Providencia diuinal. Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., flg.)
•Aquí comienzan dos romances con sus glosas. El Contiene :
primero de Durandarte. El segundo de vn gentil
hombre que después de gran prosperidad se vio ?
Coplas que dicen : Abrasme Madalenica.
Romance de la reina de Ñapóles, que dice : Emperatri-
ces y reinas.
en muy mayor necesidad. ^Coplas endechas en diálogo entre dama y galán, que
dicen : Dezidme lo que buscáis.
Sin L. ni h.(En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.) 1 Canción que dice : Donde amor su nombre escribe.
Contiene: ^Idem qué dice : Nuncapudo lapasion.
1 Romance de Durandarte, que dice : Muerto yace Duran- Mote que dice : Por mi vida y vuestra vida.
darte.
Aquí comienzan once maneras de romances con sus
1 Glosa de dicho romance en coplas, que dicen : Cuando
el gran Cirios quería. villancetes.
IRomance que dice : En el tiempo que mi vida.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.)
Glosa del dicho romance, en coplas que dicen : Cuando la
prosperidad.
*Aquí comienzan quatro maneras de romances: el
•Aquí comienzan dos romances del conde Grimaltos vno de Magdalenica, y el otro De Francia partió
y su hijo Montesinos. la niña, y otro de Guarinos, y el otro del duque
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. A 2 colum., 6 fojas, flg.) de Gandía, con vn villancico que dize: Razón
que fuerza no quiere.
Romance que dice : Cata Francia, Montesinos. Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., A fojas, flg.)
ídem que dice : Muchas veces oi dezir.
Contiene:
*Aquí comienzan dos romances del marques de Coplas que dicen: Abrasme Magdalenica.
Mantua. El primero, de cómo andando perdido Í Romance que dice : De Francia partió ¡a niña.
jldem del conde Guarinos, que dice : Mala la hobistes
por vn bosque halló á su sobrino Valdouinos con franceses.
heridas de muerte, y el segundo, la embajada jldem el duque de Gandía, que dice vA ventílete de
que el Marques enuió al emperador demandando julio.
justicia, y otro agora de nueuo añadido, que es Villancico que dice : Rason que fuerza no quiere.
vna sentencia que dieron á Carlotó, hecha por *Aquí comienzan quatro romances de los siete In-
JERÓNIMO DE TEMIÑO de Calatayud, año 1562. fantes de Lara. Hechos agora nueuamente con-
Burgos. Felipe de Junta. 1362. (En 4.° Gót. á 2 co- formes á su hystoria.
lum., 12 fojas, flg.) Sin L. ni A. (En 4.° Gót. d 2 colum., 4 fojas, flg.)
Contiene: Contiene :
5 Romance del marques de Mantua, que dice : De Mantua Romance que dice: Délos reinos deLeon,—Bermudo, etc.
sale el Marques.
1 ídem de la embajada que envió al Emperador, que dice:
Í ídem que dice: Acabadas son las bodas.
í Idme que dice: Muy grande era el lamentar.
ve Mantua salen apriesa. jldem que dice : Ruy Velasquez el de Lara.
1 ídem de la sentencia contra Carloto, por JERÓNIMO DE
JEHISO , dice : En el nombre de Jesús. *Aquí comienzan quatro romances del rey Don Ro-
e l q u a 1 s e g u n
drigo, con vna obra de GÓMEZ MANRIQUE. Agora
En este pliego se dice TEMISO, al que en otros se llama
,iíi ítercer
I . ' romance.
, ' Parece» fué únicamente autor
oei nueuamente impressos. M. D. h.
ACfQ o m i e n z a n d Sin L. 1350. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.)
» ?, ° s romances: el primero que dize Contiene :
Riberas del Duero arriba,ye\ otro del moroAla-
tar con vn vencimiento de amor, y vnas coplas 1 Romance del rey Don Rodrigo, que dice : Don Rodrigo
ae JUAN DE MENA sobre vn macho que compró á rey de España.
lldem del idem que dice : Las huestes de Don Rodrigo.
CATÁLOGO DE PLIEGOS SUELTOS
•Romance del rey Don Rodrigo, que dice : Ya se sale de amarte, con deshecha que dice: Perdonad, bien de mí
la priesa. , . .. 1 ídem de QUESADA al de La bella malmaridada, en coplas
íldem de la penitencia que hizo el mismo, que dice : que dicen : Cuando amor en mlponia.
Después que el rey Don Rodrigo. 1 ídem al de Caminando por mis males, en coplas que di-
"(Coplas de GÓMEZ MANRIQUE, que dicen : Cuando Roma cen : Viendo que mi pensamiento.
conquistaba. Villancico de Dame acogida en tu hato, con sus coplas
Aquí comienzan quatro romances, y este primero que dicen.: Esta noche en tu majada.
dize : Cautiváronme los moros, y otro, Déla be- 'Aquí comienzan vnas coplas de la comadres: fechas
lla mal maridada, y otro de Caminando por mis á ciertas comadres, no tocando las buenas: y
males, con vn villancico. de sus lenguas, y hablas malas, y de sus afeites
Sin L. ni A. (En 4,° Gót. á 2 colum., 4 fojus, fig:) y blanduras, y de sus trajes y otros tratos. Fechas
"Aquí comienzan seis maneras de coplas y villanci- por RODRIGO DE REINOSA.
cos. Y en este primero cuenta cómo vn hombre Sin íií ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 12 fojas.)
que venía muy penado de amores, y rogaua á Contiene:
vn barquero que le passase el rio; y otras que Coplas de las comadres, que dicen : Tuestes hoy, coma-
dizen : Romerico, tú que vienes; con otras de dre , á misa.
Es una composición satírica, mordaz y poco decente, pero
Antón Vaquero de Morana. forma un cuadro de costumbres.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.) ¥

Contiene:
Aquí comienzan vnos villancicos muy graciosos de
•¡Diálogo del caballero penado y el barquero, en coplas
vnas comadres muy amigas del vino. Agora
que dicen : Pásame por Dios, barquero. nueuamente impressos.
«Ídem entre un gentil hombre y un romero, en idem, que Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)
dicen : Romerico, tú que vienes.
lldem de Antón el Vaquero, en coplas que dicen: En toda Contiene :
la Tramontana. Villancico que dice: No me vea yo á la mesa.
1 Villancico de ¡Va me demandes, Carillo, con coplas que
dicen : No tomes tal fantasía.
Í ídem por deshecha y de la otra comadre, que dice: Ay,
comadre ando á buscar.
ídem que dice : Pues vos consentís. * fldem entre dos comadres, que dice: Conque sanaré
ídem fecho por PEREA que dice : Dónde iré yo sin ventura. comadre.
5 ídem por deshecha, que dice: Ay, que me muero y me fino,
"Aquí comienzan seis romances. El primero de La i Villancico que dice : La letra dice que beban.
mañana de Sant Joan. El segundo : Ay Dios, íldem por deshecha, que dice : No quiero tres, ni quiero
que buen cauallero. El tercero : De Granada treces.
1 Villancico que dice: Trabadas andan en procesión.
parte el moro. El quarto de Maricos, los mis
moricos. El quinto: De concierto están los Con- *Aquí comienza vna glosa del romance de Amadis,
des. El sexto: Reinando el rey Don Alfonso, con y es á saber, qu'el romance es nueuo y la glosa
otras coplas de BOSCAN. assímismo nueua, sentida y muy gentil, según
Sin L. ni A. [En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.) que por ella veres. Con vna glosa hecha A la mia
Contiene: gran pena forte, también nueuamente trobada.
J Romance morisco, que dice : La mañana de Sant Joan. Va solamente la glosa del romance, sin él, por-
1 ídem del maestre de Calatrava, que dice : Ay Dios, que
buen caballero. que quien lo quisiere hallar, le ha en los dos pies
TIdem morisco, del moro Alatar, que dice : De Granada postreros de las coplas.
parte el moro. Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)
1 ídem, idem, que dice : Mancos, los mis moricos.
1 ídem de los condes de Carrion, que dice : De concierto Contiene:
están los Condes. ] Glosa al nuevo romance de Amadis, que empieza tam-
"[ídem de Alfonso el Casto, que dice : Reinando el rey Don bién como el viejo: En la selua está Amadis, en coplas
Alfonso,— Que el Casto etc. que dicen : Siguiendo ajeno querer.
Coplas de BOSCAN á la tristeza, que dicen: Tristeza, pues ídem al de A la mia gran pena forte, en coplas que dicen:
yo soy tuyo. Temiéndome de perder.
''Aquí comienzan seis romances. El primero del *Aquí comienza un Pater noster trobado y dirigido^
rey Don Pedro. El segundo de Paris. El tercero las damas, y las coplas de la Chinigala, y vn vi-
del rey Don Juan. El quarto de Eneas y Dido. El llancico que dize : Los cabellos de mi amiga-
quinto del rey Saúl. El sexto de Polirrinestor. de oro son, con otras de vn ventero y vn escu-
Sin L. ni A. (En 4.° Gol. á 2 colum., 4 fojas, fig.) dero. Y vn villancico que dize : No tengo vida
Contiene: . segura—en no ver tu hermosura, trobado por
^Romance que dice: Por los campos de Jerez - A caza va RODRIGO DE RELNOSA.
el rey Don Pedro. Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig')
1 ídem de Paris, que dice: Quien en mal punto se engendra.
1 ídem del rey Don Juan, que dice : Los cielos andan re- Contiene:
budios. 1 El Pater noster trobado aplicándolo á cosas de amor, en
1 ídem de Dido y Eneas, que dice: Por los bosques de Car- coplas que dicen : Oh señor, pues te tenemos. .
tago. 1 Romancillo en verso de endechas, que es las cop as ae
¡ídem de Saúl, que diee : Cuando murió el rey Saúl. la Chinigala, que dicen : A la chinigala, — La gala «•"
1 ídem de ídem, que dice: Israel, mira tus montes. neta,—Damas cortesanas. , „¡
¡Ídem de Polimnestor, que dice: En la rueda de fortuna. 1 Villancico y sus coplas, que dice : Los cabellos M*"
1 ídem de ídem, que dice : Bien vengas mal, si eres solo. amiga.
'Aquí comienzan tres romances glosados, y este 1 Diálogo entre un ventero y un escudero, en coplas <F
dicen : Acógeme acá esta noche. .,.
primero dize: Desamada siempre seas; y otro \Villancico y coplas suyas, que dice : No tengo «»»
de La bella mal maridada; y otro de Cami- segura.
nando por mis males, con su villancico y vn ro-
mance. J Aquí comienza vn romance del conde Claros de
Montalvan.
Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.) Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fii-)
Contiene:
1 Glosa de MELCHOR LLANES al romance de Desamada Contiene:
stempreseas.en coplas que dicen•PensTquepTttn 1 Romance del conde Claros, que dice : ¡tedia noche ir
por filo.
IMPRESOS EN EL SIGLO XVI. LXIX
fídem del infante DonEnrique, que dice : Ese infante Don
•Aquí comienza vn romance del conde Guarinos, Enrique. . . , , , , „
almirante de la mar. Trata de cómo le cautiua- Ildem de Fernando el Emplazado, que dice: Vélame Nues-
ron los moros. tra Señora.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 2 fojas, flg.) *Aquí se contienen dos admirables victorias que
Contiene: Dios nuestro Señor ha dado á sus fieles contra
<| Romance del conde Guarinos, que dice : Mala la hobis- los endiablados turcos, enemigos de nuestra
tes, franceses. sancta fe católica. La primera la conquista de la
«Aquí, lector, verás juntas, por HERNAN-LOPEZ com- hermosa Velona. La otra el fortíssimo Castil-novo,
puestas, cincuenta viuas preguntas con otras tan- fuerzas muy poderosas é importantes, con otras
tas respuestas. Y otra obra hecha al mismo Yan- muchas y muy marauíllosas cosas que en fauor
guas. de la Saricta Liga han acontecido. Contado todo
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. átyi colum., 8 fojas, flg.) en verso por GASPAR DE LA CIMERA, priuado de la
vista, natural de Ubeda y vezino de la ciudad de
Coplas en diálogo, precedidas de una introducción en pro- Granada. Con vn gracioso villancico á pregunta
sa , las cuales son alegóricas, y dicen : Estas noches de y respuesta, entre el auclor y el turco.
Comienzan las preguntas y respuestas en coplas, que dicen: Impresso con licencia, en Granada, por Hugo Mena;
Porque con vanos siniestros. y por el mismo original, en Toledo, en casa de
Coplas del autor al lector, que dicen : Bien pudiera yo lle- Miguel Ferrer, etc. 1372. (En L" Gót. á 2colum.,
var.
Villancico qué dice : Pues este mundo acarrea. fig-)
Demanda que hizo un galán á YANGÜAS acerca de la divi- Contiene:
sión de la cosmografía : coplas de arte mayor, que di- Coplas que dicen : Dice el diuino Platón.
cen : En todo y por todo discreto y facundo. Villancico que dice -.Llega, turco, áenamorarte,con coplas
*Aquí se contienen dos obras á lo diuino, contempla- entré el autor y el turco, que empiezan : Llega, perro fe*
tiuas y de muy gran prouecho, do el Christiano po- mentido.
dría tomar emienda en su viuir. La primera trata *Aquí se contienen quatro nueuos acaescimientos.
del juego de la esgrima, á la tentación de nues- El primero, la perdición yfinde vn muy valeroso
tro Señor Jesucristo, con vn villancico aplica- turco, con sesenta ñaues de remo, en Malta la vie-
do á la obra. La segunda, del juego del axedrez. ja. El segundo, la venida y conuersion de Cide
Agora nueuamente impressas en Valencia, año Muza, alcaide de Alarache y de Alcazarquiuir.
de MDLXXXVIII. Los otros dos espirituales y ejemplares, todos
Valencia. Herederos de Juan Navarro. 1588. (En i." nueuamente acontecidos, y contadas sus histo-
Gol. á 2 colum., 4 fojas, flg.) rias en llano verso, por GASPAR DE LA CIMERA,
Contiene: priuado de la vista, natural de Ubeda y vezino
Coplas que dicen : Dos maestros os señalo. de Granada; y vn christiano villancico, por el qual
el auctor auisa á losfielesque se guarden, por-
Aquí se contienen dos romances glosados y tres can- que andan, so piel de corderos, sembrados en
ciones. Este primero es de La bella mal marida- España, luteranos.
da, y otro de Cautiuáronme los moros; y vna
canción que dize : Salgan las palabras mias, y Fué impresso, etc. Córdoba, en casa de Juan Bap-
otra : Si en las tierras do nasci. tista Escudero, y por el original, en Toledo en
casa de Miguel Ferrer, que sea en gloria. Año
Sin L. ni A. (En i.° Gót. á 2 colum., fig.) de 1572. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas,fig.en
"Aquí se contienen ciertos prouerbios muy ejempla- la portada y al fin.)
res y graciosos, debajo de título de Enfados, los Contiene:
quales son muy naturales sentencias, y reprehen- Coplas que dicen : El que sin Dios imagina.
Villancico que dice : Cristianos, tené atención.
sión y matraca de muchas vanidades y vicios deste
mundo. Compuestos por GASPAR DE LA CIMERA, *Aquí se contienen quatro romances antiguos. El
priuado de la vista, natural de Ubeda y vezino de primero de Tarquino, rey de los romanos, de
Granada. Fueron impressos con licencia, en Seui- cómo por traición forzó á Lucrecia romana, y mo
11a, en casa de la viuda de Sebastian Trugillo. (sic, por como) se mató con vna espada delante
Seuílla. Viuda de Sebastian Trujillo. Sin A. (En4.° de su marido, por auer sido adulterada. Otro,
Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.) de los condes de Carrion, cómo maltrataron á
las hijas del Cid. Otro del rey Don Alonso el Cas-
Coplas en endecasílabo, que dicen: Oh suman gran bondad to. Otro del rey Don Bermudo.
<¡e Dios inmenso. Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.)
Reprehensión de vicios mundanos, en coplas que dicen : Contiene:
A ti Dios omnipotente.
í Romance de Tarquino y Lucrecia, que dice : Aquel Rey
'Aquí se contienen cinco romances. El primero, de de los romanos.
cómo fué vencido el rey Don Rodrigo; el segun- lldem de los condes de Carrion, que dice : De concierto
do, de la penitencia que hizo; el tercero, del con- están los Condes.
de Don Juhan; el quarto, del infante Don Enri- 1 ídem del rey Don Alfonso el Casto, que dice : Después
de muerto Bermudo.
que ; el quinto, del rey Don Fernando, que dizen 1 ídem del idem, que dice : Reynando el rey Don Alfonso.
que muño emplazado. jldem del rey Don Bermudo, que dice : Reynando el rey
Don Bermudo.
S¡n L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)
Contiene: *Aquí se contienen quatro romances. El primero, de
1 R
dw "roo ^ a d c 6 m o f u é
y >> Rodrigo, que v e n c i d 0 e l r e Do Antenor, que cuenta cómo fué á pedir el cuerpo
l c e
. . ? -Los cientos eran contrarios. de Héctor á los grecianos. El segundo, la cruel
naem de la penitencia que hizo dicho Rev ane dice • J q U d I C e
y espantosa batalla que los romanos dieron con-
De p e que el rey Don Rodrigo.
S U S ' '
d
dic« .Lbn rCepta
, está C O m o
? , Don, Julián.
jí e l C n d e D o
^ 4 España, que n u l i a n v e n d tra Numancia, que es agora llamada la ciudad
fm de Soria. El tercero es de los caualleros da Mo-
CATALOCO DE PLIEGOS SUELTOS
ux
clin. El quarto es de Eneas y Dido, y vn v i - "Carta que enuía la reina Phílis á su amado Demo-
llancico. phonte, quexándose de su tardanza en Atenas,
Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.) donde él era señor, y esto jpor auer prometido
Contiene :
venir dentro de un mes, y viendo que se tardaua
IRomance de Antenor, que dice : De Troya sale Antenor.
escribe la presente carta.
lldem de la destruicion de Numancia, que dice : Enojada SinL. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum., flg.)
estaba Roma. Contiene:
"[ ídem de los caballeros de Moclin, que dice : Caballeros Carta de Phílis en coplas, que dicen: Tu huéspeda, Demo-
de Moclin. , fon.
«[ídem de Eneas y Dido, que dice : Por los bosques de tár- Villancico del fin, que dice : Miren bien los amadores.
tago. El asunto de esta obra se ha tomado de la Heroyda de
1 Villancico que dice : En el monte la pastora. Ovidio, que trata de él.
"Aquí se contienen quatro romances viejos, y este Chiste nueuo con seis romances y siete villancicos
primero es de Don Claros de Montaluan, elqual viejos, por FRANCISCO ARGUELLO.
trata de las diferencias que huuo con el Empera- Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., flg.)
dor por los amores de la princesa su hija.
Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.)Chistes de muchas maneras, nueuamente compues-
Contiene: tos, con vn villancico al cabo, que dize: No me
^Romance del conde Clavos, que dice : A misa va el Em- demandes, carillo-.
perador. ' • '* , Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum.)
íldem de Don Diego de Acuña, que dice: Alterado elpen-
SQ/fflli&'tltO.
í ídem viejo, que dice : Triste estaba el cauallero.. Ciertos romances con sus glosas nueuamente he-
íVillancico, que dice : Cuidado, no me congojes. chas. Y esta primera es: Por la matanza va el
Í Romance viejo, que dice : Amara yo una señora. viejo, con su glosa; y otro, Que me crece la bar-
4 Villancico, que dice : Que vida tema sin vos.
•fRomance de un galán en loor de su amiga, que dice : riga, con vna glosa. Con vna glosa de Rosa
De la luna tengo queja. fresca.
1 Villancico que dice : Madre mia, amores tengo. a
Sin L. ni A. (En 4. Gót. ú 2 colum., 4 fojas, flg.)
Aqui se contienen tres romances. El primero es el "Comienzan vnascoplas á los negros y negras, de
que dize : De Antequera salió el moro; y el otro, cómo se motejauan en Seuilla vn negro gelofe
Riberas del Duero arriba; y el otro el que dize : mandinga, con vna negra de Guinea. A élllama-
A benamar, A benamar,— moro de la morería; uan Jorje, y á ella Comba, y cómo él la requería
losquales han sido agora nueuamente corregidos de amores, y ella dezia que tenia otro enamora-
y emendados. do que llamauari Grisolmo. Cántanse al tono de
Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum.; 4 fojas, flg.) La niña quandó bailéis. Hechas por RODRIGO DE
Contiene: REINOSA.
J Romance que dice : De Antequera salid el moro.
4 ídem que dice: Ábenamar, Ábenamar. Sin L. ni A. (En 4.° Gót. áiyl colum., 4 fojas.)
lldem que dice: Riberas del Duero arriba. Contiene: .
Diálogo de los negros imitando su jerga , en coplas de
* Aquí se contiene vn milagro que el-glorioso San arte mayor, que dicen : Gelofe mandinga te da gran tor-
Diego hizo con una deuota suya á los 25 de febre- mento.
Coplas en la misma gerga, para cantarse al tono del Guineo,
ro d'este presente año de 1394, juntamente de la y dicen : Mangana, mangana.
gran justicia que en la ciudad de Lisboa se hizo ^Idem, comienzan unas coplas de un pastor que estaba
de vn inglés luterano, y de otras personas. Y enamorado de una pastorcilla, según quelas coplásirán
Ueua al cabo una letrilla nueua, al tono de la Za- recontando, hechas por el mismo RODRIGO DE REINOSA,
rabanda, sobre la nueua premática. Compuesto y dicen : Viva la gala de una pastorcilla (Son una serra-
nilla).
en verso castellano por BENITO CARRASCO, vezino 1 Comienzan otras coplas pastoriles, de cómo un pastor
de Auila. Impressas en Seuilla, en casa de Benito fué á la corte, y de cómo otro su compañero le maridaba
Sánchez, con licencia. siiria también ó no;hechas por RODRIGO DE REINOSA,
dicen : Dime, Juan, si iré á la corte.
Seuilla. Sin A. 1594. (En 4.° á 2 colum., 4 fojas.) 1 Coplas que hizo sobre el villancico Sola me dejaste,
Contiene: en versos de endechas, que dicen : Buscastes crueldad.
Romance del milagro de San Diego, que dice : Celestial * Comiénzase la historia de Judith, diuidida en seis
santo, frai Diego. romances, con vn romance al cabo, de laPas-
ídem en versos pareados en tono de la Zarabanda, sobre sion. Compuestos y recopilados por JUAN BAPTIS-
la Pragmática de los trajes, que dice: Oh qué buena
manda. TA , impremidor de libros.
Arte de conseruar el dinero en la bolsa, con lo qual Sin L. ni A. (En 4." á 2 colum., 8 fojas.)
en gran manera se remedia lo mucho que se Condene :
gasta en él orinal. J Romance que dice : Maldita seas, serpiente.
"ídem que dice : Gran priesa se da Holoférnes.
Salamanca. 1541. (En 4.° Gót. á 2 colum.) 1 ídem que dice : Muy triste estaba Israel.
1 ídem que dice : Ya se partía Judith.
Ildem que dice : Pasados eran tres dias.
Canción hecha por Luis DEL CASTILLO, con su glosa lldcm que dice : Ya Judith llega á Bethúlia.
<¡ ídem á la Pasión, que dice : Tú me digas ermitaño.
y otras muchas canciones glosadas, y villancicos
y motes. "Comienza vn razonamiento por coplas, en que se
Medina del Campo, en el corral de los bueyes. 1595 contrahace la germanía y fieros de los rufianes
(En 4.° Gót. á 2 colum.) y las mujeres del partido, y de vn rufián llamado
Cortauiento, y ella Catalinas Torres-altas, con
Cantares de diuersas sonadas, con sus deshechas otras dos maneras de romance. Y la Chinigala.
muy graciosas, assí para bailar como para tañer. Fechas por RODRIGO DE BE-INOSA.
Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum.) Sin L. ni A.-(En i.° Gót. d 2 colum., 4 fojas.)
IMPRESOS EN EL SIGLO XVI. UXI
Contiene: Contiene:
Diálogo en germania, en coplas que dicen : Catalina qu'es 1 Coplas de Antón Vaquero, que dicen : En toda la tra-
mi vida. . , montana (diálogo).
•[Romance que dice : De Francia salió ¡aniña. Villancico que dice : Mas quiero morir por vos.
«Idemála muerte del duque de Gandia, que dice : A
veinte y siete de julio.
Ildem de la Chinigala, en verso de endechas, que dice :
A la Chinigala, La gala chinela, — damas cortesanas.
Í
ídem que dice: Ojos garzos ha la niña.
ídem que dice : Tan buen ganadico.
^Idem que dice: Pues elfinde mi esperanza.
j Coplas deMagdalenica, que dicen : Abrasme, Magdale-
»Comienza vn romance del conde Marcos, hecho nica.
j Villancico que dice: No te tardes, que me muero:
por PEDRO DE RIANO. *Coplas de Camina, señora, si queréis caminar,
Sin L. ni A. (En 4.° Gol. á 2 colum., 2 fojas, flg.) con sus villancicos sobre el caso. E otras de Si
Contiene: queréis comprar romero, muy apacibles. Agora
1 Romance del conde Marcos, que dice : Retraída está la nueuamente fechas por FRANCISCO D E M O N T E -
Infanta. MAYOR.
Cómo vn rústico labrador astucioso, con consejo de Sin L . ni A . (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg,)
su mujer, engañó á vnos mercaderes. Contiene:
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.) ^Diálogo entre galán ydama, en coplas y versos de ende-
chas, que dicen: Camina, señora.
•Coplas agora nueuamente hechas á vna mujer ca- ^Villancico déla dama, que dice: QuieraDks por mi no
sada que pedia á su marido vna sauoyana, y el
marido le responde quién son las que la han de
traer y las que no, con otras coplas nueuas de los
?
Idem del caballero, que dice: Quedo de vos tan contento.
Coplas á modo de las de Si queréis comprar romero, que
dicen : Alma mia, tomad amor.
quedizen mal de mujeres, y dichos maravillo-
* Coplas de dos galeras turquesas, las cuales alzaron
sos. Van también otras coplas que dizen : Qué
los cautiuoschristianos iunto la ciudaddeArgel,
queréis que os traiga, galana; con otras que di-
en miércoles,y á los 26 de setiembre, año de i 590:
zen : Que queréis que os traiga, delicada.
y de cómo llegaron en el puerto mayor de la ciu-
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg).
dad de Alcudia, deste reino de Mallorca. Com-
• Contiene :
puesta por HERNANDO DE LA CÁRCEL.
j Coplas en diálogo entre la mujer y el marido que dicen :
Cómprame vna sauoyana. • Mallorca. Gabriel Guasp. 1590. (En 4.° á 2 colum.
1 Villancico del fin de dichas coplas, que dice : Qué deman- 4 fojas, flg.)
dáis mas, galana. Contiene:
í Coplas contra los que dicen mal de mujeres, que em- Coplas que dicen: Suene la fama su trompa.
piezan : Quien dice mal de mujeres.
^Diálogo entre marido y mujer, en coplas que dicen : Coplas de Magdalenica. Otras de Tan buen ganadi-
Qué queréis que os traiga, delicada.
] Villancico delfinde dichas coplas, que dice : Los casa- co, añadidas por JAQUES NORMANTE. Otros fieros
dos que queréis. que hizo vn rufián én Zamora con vna puta, por
Coplas compuestas ámodo de chiste, de vn clérigo ALVARO DE SOLANA.
que tenia amores con vna labradora. Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.)
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., flg.) Contiene:
Coplas que dicen : Abrasme Magdalenica.
'Coplas compuestas por BERNARDIRO DE AUELLANE- ídem que dice : Tan buen ganadito.
DA, beneficiado en Gamonal, y capellán del muy No sé lo demás porque no tengo el pliego.
magnífico señor Don Pedro Xuarez de Velasco, * Coplas de vna dama y vn pastor sobre el villancico
deán de Burgos, mi señor: en las quales se con- que dize : Llamáualo la doncella,—y dijo el vil:
tiene lo que hasta agora su Majestad ha conclui- al ganado tengo cF ir;—con vn romance que dize:
do en el ecuménico y universal concilio, en la Quanto mas mal me tratéis.
ciudad de Ratisbona, y del exército que se hor-
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, viñeta.)
dena para castigar los rebeldes. Año de MDXLVI
años. Contiene:
Coplas en diálogo, que dice : Llamábalo la doncella.
Sin L. ni A. 1546. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fo-
jas, flg.)
Contiene:
Coplas que dicen : Con el divino favor.
Í Romance que dice: Cuando el ciego Dios de amor.
Villancico que dice: Mienlre mas mal me tratéis.
Lamentación de amor, en coplas que dicen: Resuenen
mis alaridos.
\ Motete en una copla, que dice: Ved cuan fuera de razón.
"Coplas contra las rameras, con otras muchas obras. * Coplas de vn galán que llamaua á la puerta del pa-
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., i fojas, flg.) lacio de su señora, y ella responde Pápale, coco;
Contiene: y las de la hija de la labrandera, y vnos adagios,
1 Coplas contra las rameras, pié quebrado y versos parea- y muchos villancicos.
dos, que dicen : Déjenlas con su laceria.
' J L0 s J 0 C 0 S a a
«""do de disparates, hecha al romance Sin L. ni A. (En 4.° á 2 colum., 4 fojas, flg.)
ae, jiempo es el caballero, en coplas que dicen: En dan- Contiene:
ta mil putas viejas. 1 Diálogo entre la dama, y el galán que llama á su puerta,
J Villancico que dice: Llenos de lágrimas tristes. en coplas de pié quebrado, que dicen : Abríme, señora,
iiaem que dice: Vos, señora, á desamarme. que he miedo.
mq u ed i c e : a u i e r o s e r
1M , "° casada. 1 Coplas de la hija de la labrandera, que dicen : La hija
jmote que dice: Pues mi vida y vuestra vida. de la labrandera.
' rt i» . Sola
dice:
C d e est m i s m o R O I
e ? ; meSdejaste. » « G O DIEGO DE REINOSA, que Adagios en coplas de pié quebrado, que dicen: El dolor
f
que al alma llega.
Hdem de CARTAGENA, que dice: Partir quiero yo. 1 Coplas al duque viejo del Infantazgo, cuando fué enamo-
"Coplas de Antón Vanquerizo de Morana, y otras de rado de la Maldonado, que dicen: Ya se pasan ¡os amo-
res.
Jan buen ganadico. Y otras canciones. Y vn v i - 1 Perqué en versos redondillos pareados, que dice:D»-
chosa fué mi ventura.
Villancico que dice: Todos vienen de la vela.
Sin L. ni A. (En 4." GOL á 2 colum., 4 fojas, flg.) ; ídem que dtee: Qué dolor tienes, pastor.
LXXII CATÁLOGO DE PLIEGOS SUELTOS
ldem que dice : Si la noche hace escura. pasó de Francia á la parte del Emperador, hasta
Í ídem
ídem
íldem
que dice : Descendé alvalle, niña.
que dice: Mi señora, si se usase. la batalla y prisión del rey de Francia, las quales
se pueden cantar al tono de las gambetas.
que dice: Ah hermosa, — ahríme cara de rosa.
'Coplas de vnos compañeros de la buena voya, que Sin L. ni A. (En 4.° Gót. d 2 colum., 8 fojas.)
partieron del puerto de Esgueua, y fueron á Me- Contiene:
dina del Campo, sobre mar. Con vn villancico Coplas de la batalla de Pavia, que dicen: Cesa tu furia,
francés.
que dize : Digas pastorcico, etc. Con vnas co-
plas de vn torbellino que derrocó y quebró mu- Coplas nueuamente hechas de Perdone vuesamer-
cho vidrio en la plaza de Valladolid. ced, con vn romance de amor.
V Sin L. ni A. Valladolid. 1S40. (En 4.» Gót. á 2 co- Sin L. ni A. (En 4.° Gót. d 2 colum., fig.)
lum.,* fojas, orla y fíg.) Contiene :
Contiene: 1 Coplas de pié quebrado, que son un diálogo entre dama
y galán, que dicen : Perdone vuestra merced.
Coplas de los compañeros de la buena voya, que dicen : íldem en dialogo, pié quebrado, que dicen : Ah hermosa.
Ya después que nos juntamos. Ildeni que dicen : Ah señora, si se vsase.
1 Villancico que dice: Digas pastorcico. j ídem romance en pareados y con villancicos, que dice :
<jCoplas del torbellino, que dicen : Espantado de conhno. Lastimado del amor. •
5 Romance de amor, que dice : Vi si tü me desconsuelas.
• Coplas de vnos disparates, nueuamente compues- ÍQuerellas de amor en endechas, que dice : Muy grave
tos, con otras de la Apyaha, y otras de vna la- pena.
^Villancico que dice: Si no te duele, señora.
bradora y vn gentil hombre.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)Coplas nueuamente hechas de una señora que pedia
Contiene: á su marido vna sauoyana, con vn villancico.
Coplas de unos disparates, en redondillos pareados, que Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.)
dicen : Escúchame lo que digo. Contiene :
íldem de la Pyaha describiendo las perfecciones que debe
tener una dama, dicen : Hanme dicho de una dama. Coplas que dicen : Cómprame una sauoyana.
| ídem en verso de endechas, de una labradora que reque- Villancico que dice : Qué queréis que os traiga.
rida de amores se resiste, pero al fin cede á los ruegos
de un caballero, dicen : Vos, cauallero. 'Coplas hechas sobre la plemática del pan, que su
1 Canción que dice : Nunca pudo la pasión. pesárea y católica Majestad del Emperador nues-
*[ Mote que dice : Pues mi vida es vuestra vida. tro señor ha puesto en el reino de Castilla, León
'Coplas fechas por mandado de vn señor, el qual te- y Toledo. Nueuamente impressas.
nia vn mozo adeuino, y allende d'eso era pere- Sin L. ni A. Valladolid. (En 4. Gót. 4 fojas.)
zoso, mentiroso y goloso, y sisáuale la mercadu- Contiene:
ría que compraua, de tres blancas la vna; el qual Coplas sobre la plématica del pan, que dicen : Cantemos
tenia las tres tachas siguientes. todos, cantemos.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.) •Coplas nueuamente hechas por FRANCISCO DE LORA
Contiene: a este villancico, que dize : Mariquita fué á la
1 Coplas que dicen: Tengo un mozo mentiroso. plaza, con vna glosa del mismo LORA TÍ las co-
* Coplas fechas por vn religioso de la orden de Sant plas de Desamada siempre seas, etc., é otras dos
Augustin, del bienauenturadp Sant Roch : con- maneras de coplas.
formes cá su historia para excitar á las gentes á Sin L. ni A. (En 4.° Gót. d 2 colum., 2 fojas, fig.)
mas deuocion; en especial para que le llamen Contiene :
en tiempo de la pestilencia, que essancto muy 1 Villancico en diálogo, que dice : Mariquita fué á la plaza.
apropiado para libra de tal necesidad; y comien- Glosa de LORA, al romance Desamada siempre seas, en
coplas qué dicen : Si en algún tiempo supiera.
zan assí hablando con Sant Roch.
Sin L. ni A. (Én 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fiy.) •Coplas y cartas para requerir de nueuos amores.
Contiene: • . Sin L. 1533. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)
Coplas á Sant Roch, que dicen: Tanta fué vuestra bondad. Es una colección de cartas amorosas en prosa y
Sigúese una obra comtemplativa sobre lo que dice Sant
Joan, que la Señora estaba al pié de la cruz mirando á
su hijo bendito, en villancico y sus coplas, que dice : Carta para declarar su amor, que termina en coplas, que
A quién mirarán mis ojos. dicen : La carta lleva consigo.
Sigúese la historia trovada del niño Jesús perdido, etc. en ídem quejándose de falta de correspondencia; acaba con
un villancico y coplas, que dice: Pues el Niño no paresce. las coplas : Si con este triste quejarme.
'Coplas hechas por DIEGO GARCÍA, natural de la ciu- ídem sintiéndose desahuciado: acaba con coplas : Pues no
dad de Berganza, con vnos amores de un caua- me puedo partiros.
ídem fingiéndose enfermo de amor; acaba con coplas,que
. llero y vna doncella, con las maldiciones de dicen : Quedóos á Dios, que mevó.
SELAYA. ídem fingiéndose desterrado: acaba con coplas, que dicen
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., Ya me lleuan los cuidados.
ídem estando ya ausente; acaba con las que dicen :1A
Contiene: triste carta que va.
\ Coplas de DIEGO GARCÍA, que dicen: Vino en tan triste ídem á la vuelta de su ausencia; que acaba con las que
^ dicen : El siervo de vos que fué.
penar. Coplas en loor de la dama, que dicen : Los altos merecí-
•¡Canción villancico remitiendo á una dama las coplas nrientos.
anteriores; dice : Perdímepor conoseeros.
1 Romance en versos pareados, de las maldiciones de SE-
Y A u e í i c e
•Coplas y chistes muy graciosos para cantar y tañer
ví, ' 1 •' Mucho quisiera apartarme. al tono de la vihuela. Agora nueuamente hechas
1 Villancico en verso anacreóntico y su quebrado, hecho en
dialogo entre una dama y su galán que la pide le abra por GASPAR DE LA CINTERA, priuado de la vista,
la puerta, y dice: Ah hermosa. natural de Ubeda y vezino cié Granada. Con li-
"Coplas nueuamente hechas al caso acaescido en cencia impressos.
Italia en la batalla de Pauía, en las quales se re- Impresso en Burgos, Phelippe de Junta. Sin A.
cuenta dende qu'el duque munsiur de Borbon se (Eni." Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)
IMPRESOS EN EL SIGLO XVI. LXXIII

Contiene: Contiene:
% Canción y coplas de disparates, que dicen : A bodas soy Romance de disparates,"en versos redondillos pareados,
que dicen : Yo queriendo caminar.
conuidada. Carta loando á su señora, en coplas que dicen : Muy de-
«Coplas letrillas, que dicen : la muja. seada señora.
1 Coñlas que dicen : Bras muere de amores de Ana. Coplas á una borracha, que dicen : Poned luto, taberneros.
Ildem que dicen : Bras por Ana padeciendo.
i ídem aue dicen : Dicen que está malo Antón. Disparates muy graciosos y de muchas suertes he-
i Id»m que dicen : Ve Pascuala soy amado.
2 i,j¿m aue dicen : Mal consejo me parece. chos, y vn aparato de guerra que hizo MONTORO,
«ídem que dicen : Zagala de ojos morenos. y vnos fieros que haze un rufián.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.)
'Desesperaciones de amor que hizo vn penado ga-
lán! Y vna glosa que dize : Salgan las palabras Disparates y almoneda, trabados por JUAN DEL E N -
mi'as. Y vna quexa contra el amor. Y vnas excla- CINA; é un villancico.
maciones hechas por vn cauallero filósofo de Cu- Sin L. ni A. (En 4.° Gót.)
pido. Y las coplas de Dama hermosa,—Qué cosa * Documento é instrucción muy prouechosa para
es cosa.— í 537. doncellas desposadas y recien casadas, con vna
Sin L. 1537. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.) justa de amores, hecha por JUAN DEL ENZINA á
Contiene: vna doncella que mucho le penaua.
<( Desesperaciones de amor, en coplas que dicen : Cuando Sin L. 1556. (En 4.° Gót. á 2 colum-, 12 fojas, fig.)
en la mayor altura.
'í Canción de SÁNCHEZ; DE BADAJOZ, que dice : Salgan las Contiene:
ualabras mias. Carta en prosa sobre lo que indica el título de la obra y
<¡ Glosa de la anterior canción, en coplas que dicen : Los cuyo encabezamiento expresa que vá hecha en coplas
sentidos tengo muertos. por un religioso, y dirigida á una doncella desposada
<| Quejas contra el amor, en coplas que dicen : ¡Oh amor, con un su amigo.
que quien te dio. 1 Comienza el documento, en coplas que dicen : Doncella
1 Exclamaciones de un penado amador, en coplas que di- muy generosa.
cen : Oh Roma, que si abrasada. ^Justa de amores por JUAN DEL ENZINA, en coplas que di-
«, Coplas en verso de endechas, que dicen : Decí, hermosa. cen : Pues por vos cresce mi pena.
•[Romance de Gerineldos, que dice •.Leuantóse Gerineldos. f Romance de Don Juan Manuel, que dice : Gritando va el
cauallero.
Deshecha de lo acaescido en la Sierra Bermeja y de-
llos lugares perdidos. Dos glosas sobre el romance que dize : Buen conde
Fernán González, y otra sobre el romance de
Sin L. ni A.( En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)
Yo meleuantara, madre, é vnas coplas sobre las
'Diálogo que habla de las condiciones de las muje- que dizen : Aquel cauallero, madre,— tres be-
res. Son interlocutores Alethio,que dize mal de sicos le mandé; y otras sobre Llamáúalo la don-
las mujeres, y Fileno que las defiende. Va nue- cella,— y dixo el vil: —Con vna deshecha y vn
uamente corregido de algunas cosas malsonan- villancico, hechas por ALONSO D E ALCAUDETE.
tes que en otras impressiones solian andar. Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.)
Al fin. — Fuéimpresso este diálogo en el mes de
febrero año de MDXLVI. Sin L . 1546. (En 4.° á 2
*E1 destrozo y robo hecho de vna naoRegusea, nom-
colum. , 26 fojas, sin numerar : signat. desde brada Sarict Roque, por otra inglesa, y el suceso
a hasta c, inclusives, las a y b de á 8 fojas y la
de cómo llegó al puerto de la ciudad de Mallor-
c de 10.)
Contiene:
t
ca, guiada y gobernada por vn hombre solo,
1 Coplas en diálogo de las condiciones de las mugeres,
nombrado Juan , natural de Regusa. Com-
que dicen : Bien se parece Fileno. puesto por HERNANDO DE LA CÁRCEL.
Es un precioso artículo que corresponde á los de una Mallorca. Gabriel Guasp, 1591. (En 4.°á 2 colum.,
época anterior á la edición de 1598, que es la mas antigua 2 fojas.)
que ha llegado hasta nosotros, y por estar menos expur- Contiene:
gada de las posteriores á él, aunque ya lo está mucho; pero
conserva sin embargo el trozo de las condiciones de las Coplas que dicen : Suele la necesidad.
monjas, suprimido en las mas modernas que hemos visto.
¿Que se hicieron ias ediciones del CASTILLEJO que prece- *El espantoso y doloroso diluuio que en la villa de
dieron á esta parte de sus obras, fecha 1516? Sin duda Bilbao ha succedido, con los demás pueblos co-
se aniquilaron por la Inquisición, de tal manera, que ni marcanos que á las orillas del rio están fundados,
por asomos hemos podido ver ninguna.
Es ademas muy interesante este artículo por el aviso al en este año de 1593, á veinte y dos dias del mes
lector, que pone BLASCO DE CARAY, ignorando ó afectando de septiembre, que duró su ímpetu desde media
ignorar quién fuese el autor que compuso la obra de que noche de Sant Mateo hasta medio dia, que em-
él daba una edición. Indícalo sin embargo diciendo que
uebio componerla el mismo que hizo el sermón de amores, pezó á menguar. Compuesto por JUAN DE MAGAS-
que publicó un trovadorcillo que solo puso de suyo en él TON, oficial en el arte de la amprenta (sic), na-
una introducción que vulgarmente se llama de Fu. PUNTEL, tural de Ixea de Cornago, en este año de 1593.
y a la que dio el título de Sermón de amores.—(Vid Ser-
món de amores.) Bilbao. Pedro Colé de Ibarre. Sin A. 1593. (En 4.° d
'¿colum.)
Disparates de GABRIEL DE SARAUIA, muy graciosos y Contiene:
apacibles para cantar, glosando muchos viejos Romance sobre lainnundacion de Bilbao, que dice : Añg
de mil y quinientos — con mas de noventa y tres.
romances. Otras coplas del mismo auctor.
Sin L. ni A. {En 4." Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.) *En este breue tractado se contienen dos cosas muy
notables. La primera es sobre vn martirio de vn
'Disparates muy graciosos. Ahora nueuamente com- deuoto religioso de la orden de Sant Francisco.
puestos por DIEGO DE LA L L A N A , de la villa de
E l qual fué martirizado en Francia entre los he-
Almenar. Y otras en carta á vna señora qu'él ser- rejes en vna ciudad que se dize Macón. La se-
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gunda es vn castigo que hizo nuestro Señor en
vn mal hombre que quiso sacar vna religiosa de
S¡« L . ni A. {En 4." Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.) su orden. Lleua al cabo vnos versos puestos á lo
LXX1V
CATÁLOGO DE PLIEGOS SUELTOS
1 Romance nuevo de Amadis, por SELAYA, que dice : Bn
diuino sobre aquella letra que dize : A su alue- vn hermoso vergel.
drio y sin orden alguna, agora nueuamente com- Villancico por ÍDEM , rque dice : Quién será que sea cobarde.
1 Romance por ÍDEM :\ una señora, dice : En mis pasiones
puesto por CHRISTOBAL BRAVO, priuado de la vista pensando.
corporal, natural de la ciudad de Córdoba. Im- ^villancico por ÍDEM :: Gloria me será la muerte.
1 Romance por ÍDEM,, que dice : Dormiendo está el pensa-
presso en Toledo, en casa de MiguelFerrer, miento.
que sea en gloria. Año de 1872. Coplas de ÍDEM á unai señora que trafa por colores en el
trenzado, el verde fyel( pardillo : dicen : Esmalte de per-
(En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.) feccion.
, Contiene: Canción (villancico) de ÍDEM, que dice : Mis pasiones y
Coplas que dicen : Ilustre congregación. tormentos.
ídem de endecasílabas, que dicen : Andaba un pecador tan ídem de ÍDEM á una señora que no le cumplid lo prome-
desmandado. tido : dice : Quién podrá vmir mirando.
Villancico de ÍDEM, que dice : Contraria me fué ventura.
Este es el pleito de los judíos con el perro de Alba,
y de la burla que les hizo. Nueuamente trouada *Glosade los romances que dizen : Cata Francia,
por el Bachiller JUAN DETRASIUERA, residente Montesinos. Y la de Sospirastes, Baldouinos. E
en Salamanca, que hizo á ruego y pedimiento de ciertas coplas de JUAN DEL ENZINA.
vn señor. . "SinL. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.)
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.) Contiene :
Contiene : Glosa del romance Cata Francia, Montesinos, en coplas
^Pleito de los judíos, en coplas que dicen : En Alba es- que dicen : Por tierras entristecidas.
tando el Alcaide. ídem del de Sospirastes, Baldouinos, en idem, que dicen :
Cuando es amor lisongero. ¿
1 Coplas de JUAN DEL ENZINA, á una que tenia el marido
* Este es el pleito de los judíos con el perro de Alba, viejo, que retozaba con su criada, que dicen : Pues que
y la burla que les hizo, nueuamente trobado por vos, señor, holgáis.
el bachiller JUAN DE TRASMIERA, residente en Sa- 1 Villancico de ÍDEM , que dice : Oh castillo de Montargis.
1 Coplas de ÍDEM, que dicen : Conoscíte, desdichado.
lamanca, que hizo á ruego y pedimiento de vn Las coplas y villancico de ENZINA están en su Cancionero.
señor. E vn romance de JUAN DEL ENZINA.
Sin L. ni A. Salamanca. (En 4.° Gót. á 2 colum., *Glosa del romance de Don Tristan. Y el romance
4 fojas, fig.) que dizen de la reyna Elena, y yn villancico de
Contiene: Pásesmepor Dios, barquero, y otro villancico
1 Coplas del pleito, que dicen : En Alba estando el Alcalde. de. Romerico, tú que vienes, y otro que dize : No
í Romance de JUAN DEL ENZINA, que dice : Yo me estaba re- me demandes, Carillo,—que átino te me darán.
La obra del pleito está escrita parodiando las formas y Sin L. ni A. (En 4.° Gót. d 2 colum., 4 fojas, fig.)
fórmulas que se siguen en un asunto judicial. Contiene:
*Esteesvn processo de amores hecho contra vna 1 Coplas glosando el romance de Ferido está Don Tristan,
que dicen : Al tiempo que se alegraba.
dama á pedimiento de vn galán : procede el dios 1 Romance de la reyna Elena, que dice : Reina Elena
de Amor contra ella porque fué rebelde á sus reina Elena.
mandamientos, y enfinel juez los concierta y •[Canción ó villancico que dice : Pásesme por Dios, bat-
anero.
quedan conformes. 1 Villancico que dice : Romerico, tu que vienes.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 6 fojas, fig.) lldem que dice : No me demandes, Carillo.
Contiene: . "Glosa del romance de O Belerma, ó Belerma,
^Proceso de amores, en coplas que dicen : De mi vicario nueuamente glosado por BARTHOLOMÉ SANTIAGO;
con otras de Do tienes las mientes. Con vnos dos
•Este es vn consejo que dio vn rufián á vnas donce- romances nuenos, hechos por él mismo auctor.
llas, con las coplas del hueue. Con otras de Tanto me demanda la niña. Y otras
Sin L. (Vailadolid), ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., . de Guárdame las vacas, etc.
4 fojas, fig.) Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.)
Contiene : Contiene:
1 Consejos del rufián, en coplas que dicen : De las nueve Glosa del romance de Oh Belerma, en coplas que dicen :
villas. Con mi mal no soi vagado.
1 Diálogo en un villancico, que dice : Abajad las sienes, Villancico que dice : Do tienes las mientes.
marido.
^Síguense unas coplas que hablan de cómo las mujeres Í Romance de SANTIAGO, que dice: Oh princesa, linda dama.
J ídem de ÍDEM , que dice : En el tiempo que triunfaba.
por una cosa de nonada dicen muchas cosas, en espe- 1 Villancico que dice : Tanto me demanda la niña.
cial una mujer sobre un huevo con su criada: empiezan • 1 ídem que dice : Guárdame las vacas.
Amarga de mí cuitada.
*Este es vn romance de Gerineldos, el paje del Rey, * Glosa de Olorosa clauellina. Con otra de Morir vos
nueuamente compuesto. queredes, padre; con coplas de Guárdame las
Sin L. ni A. (En i." Gót. á 2 colum., 2 fojas, fig.) vacas; y vnas requestas de amores.
Contiene: Sin L . ni A . (En 4.° Got. á 2 colum., 4 fojas, fig)
1 Romance que dice : Gerineldo, Gerineldo. Contiene:
Con algunas variantes se imprime aun, y canta por los 1 Glosa del romance Olorosa Clauellina, hecha por QUESADA,
ciegos este romance. en coplas que dicen : Entrando por ana huerta.
^Idem del idem de Morir vos queredes, padre, hecha por
GONZALO DE MONTALVAN, en coplas que dicen: Por me-
* Glosa de la reyna troyana, y vn romance de Ama- nor y menos fuerte.
dis, hecho por ALONSO DE SALA YA ; con otros ro- ^Villancico ANÓNIMO de Guárdame las vacas, Con coplas
que dicen : Juri á mi qu'eres tan bella.
mances y obras suyas.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)* Glosa nueuamente fecha por FRANCISCO DE LORA,
Contiene: sobre el romance de Melisenda, que dize : Todas
Glosa del romance de Triste estaba y muy pensosa en las gentes dormían. Con otra canción del mismo.
coplas de SELAYA, que dicen : Con doloroso gemido! Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 2 fojas, fig.)
IMPRESOS E N E L SIGLO X V I . «xv
Contiene: Contiene:
í Canción serranilla anónima, que dice: Entre Horros y Ji-
* Glosa de LORA al romance de Melisenda, en coplas que
dicen : Las estrellas relucientes. . . . , 1 Glosa de MONTALVAN á dicha canción, en coplas que dicen:
1 Canción de ÍDEM, que dice: Los martirios infernales. Caminando por la tierra.
•Glosa nueuamente hecha por DIEGO DE ARMENTA, '1 Glosa de idem, al romance de Morir vos queredes, padre,
en coplas que dicen : Por menor y menos fuerte.
vezino de la ciudad de Loxa, á vn villancico que ^Romance viejo que dice : Domingo era de Ramos.
dize : Llámáualo la doncella. Glosa de MONTALVAN á dicho romance, en coplas que dicen:
Mirando la gran constancia.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. d 2 colum., 4 fojas.)
Contiene: "Glosas nueuamente compuestas, por ALONSO DE
ALCABDETE, sobre los romances siguientes : Ya
"('Villancico ANÓNIMO de Lam&ualo la doncella, con coplas
se salia el rey moro, etc.; y el otro : Yo me ada-
de ARMENTA, que dicen: Llámalo, de vna ventana. -
*,Deshecha del fin de dichas coplas, en diálogo, que di-
mara vna amiga; y el otro : Ñuño Vero, Ñuño
ce : Oyesj Gil, quieres saber.
Vero. Y vn villancico.
Glosa nueua sobre aquel romance de Gritos daua de Sin L. ni A. (En 4.° Gót. A 2 colum., 4 fojas, fig.)
passion,—aquella reyna troyana, por J«IME DE Contiene :
HUETE, con obras del mismo auctor/ Glosa de ALCABDETE al romance de Ya se salía el rey moro,
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. ú 2 colum.) en coplas que dicen : En el tiempo que esta tierra.
ídem de IDEM al romance de Yo me adamara vna amiga, en
* Glosa religiosa y muy christiana sobre las coplas de coplas que dicen : En el tiempo y jouentud.
ídem de IDEM al romance de Núño vero etc., en coplas que
DON JORGE MANRIQUE, que comienza: Recuerde el dicen : De gran deseo lisiada.
alma dormida, ahora nueuamente por su autor 5 Canción de IDEM que dice : Oidme vos, señora.
corregida y emendada. ídem de ÍDEM que dice : Esperanza mia por quien.
1 Villancico de IDEM que dice : Tus ojos sanan, señora.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. y redond. di y 2 colum.,
19 fojas.) Lam. en madera que representa la * Glosas sobre el romance que dize : Tres cortes ar-
muerte. mara el Rey, nueuamente compuesta por ALON-
Contiene: SO DE ALCADDETE , natural de la muy noble ciu-
í Coplas de JORGE MANRIQUE , que dicen: Recuerde el alma dad de Ronda; con otras muchas glosas y villan-
Glosa en coplas que dicen : Nuestra bienauentwanza. cicos.
Aunque no se expresa en esta edición el autor de la Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)
glosa, es de el religioso cartujo DON RODRIGO DE VALDEPE- Contiene:
ÑAS , prior del Paular. Glosa de ALCADDETE al romance de Tres cortes armara el
Las coplas de JORGE MANRIQUE, hechas en doce versos de
pié quebrado cada una, son cuarenta y una. En la presente Rey, en coplas que dicen : En el tiempo de aquel sol.
edición está una de estas coplas en -una columna de letra Villancico de IDEM á la toma de One, plaza de África, por
gótica, sobre el texto de la glosa, que en coplas de igual el marques de Santa Cruz, que dice : Llore el rey de
clase y puestas en dos columnas de letra redonda, va glo- Tremecen.
sando aqueüa, de tres en tres versos; pero deja en blanco y Glosa de IDEM al romance de Yo me ieuanlara, madre, en
y sin glosar desde la veinte y seis hasta la treinta y seis coplas que dicen : En los tiempos deleitosos.
inclusive , mas las inserta á la letra en redondilla y á dos 1 Villancico de IDEM, que dice : De mí, dicha no se es-
columnas. pere.
1 Coplas de IDEM al cantarcillo de A aquel cauallero, madre,
'Glosas de los romances de O Belerma, etc. Y las que dicen : Porque fué el mando primero.,
^Idem, de IDEM al idem de Llámáualo la doncella, que
de Paseáuase el rey moro. Y otras de Riberas del dicen: Llámáualo; di,perdido.
Duero arriba. Todas hechas en disparates.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.) "Glosa sobre la tomada de Roma.
Contiene: Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.)
1 Glosa en disparates al romance de O Belerma, en coplas Contiene: '
que dicen : El conde Partlnuples. í Glosa del romance de Triste estaña el Padre Santo, en
ídem en idem al idem de Paseáuase el rey moro, en coplas coplas que dicen : Ya los Alpes, altas sierras.
que dicen : Sant Cines de Cartagena. En esta glosa, tomando los dos últimos versos de cada
ídem en idem al idem de Riberas del Duero arriba, en copla, resulta el texto completo del romance , y con algu-
coplas que dicen : La blancura de Guinea. nos versos mas que se suprimieron en el inserto en el
^Villancico de Tómale, llévale, pápale, coco, con coplas Cancionero de Romances, y en .esta misma glosa que in-
que dicen : Habladme, señora mia. completa se puso en los Romances, etc., de SEPDLVEDA.
* Glosas de los romances y canciones quedizen : Do- '* Gracioso razonamiento, en que se introducen dos
mingo era de Ramos, y Entre Torres y Ximena, y rufianes, el vno preguntando y el otro respon-
Morir os queredes, padre. Hecho por GONZALO DE diendo' en germanía, de sus vidas y arte de v i -
MONTALVO. vir, quando viene vn alguacil: los quales como
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. d 2 colum., 4 fojas, fig.) le vieronfuéron huyendo, y no pararon fasta el
Contiene: burdel á casa de sus amigas : la vna de las qua-
1 Romance que dice : Domingo era de Ramos. les estaua riñendo con vn pastor, sobre quel se
Glosa á dicho romance, en coplas que dicen : Mirando la quexaua que le auia hurtado los dineros de la
gran-constancia. bolsa. Y viendo ella su rufián, házese muerta, y él
1 Canción serranilla que dice : Entre Torres y Jimena.
', Glosa de dicha canción, en coplas que dicen : Caminando se hazefieros,y dize al pastor que se confiese, el
por la sierra. qual haziéndolo así, acaua.
"¡ Glosa del romance de Moriros queredes,padre, en coplas Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.-)
Por menor y menos fuerte. En la portada y entre el texto.
Las glosas son de GONZALO DE MONTALVO.
Contiene:
"Glosas-de vaos romances y canciones, hechas por
El razonamiento de los rufianes, en coplas de arte mayor,
GONZALO D E M O N T A L V A N . — E n t r e Torres y Jime- que dicen : A boca de sorna por ir encubierto.
na.E Morir vos queredes, padre. E Dominqoera Es una composición que retrata muy bien los hábitos,
de Ramos. • costumbres y el lenguaje de los rufianes y rameras; pero
Sin L,. ni A. (En 4.° Góf. á 2 colum., 4 fojas.) es indecente, en particular la confesión del pastor que en
ella se declara sodomita,
CATÁLOGO DE PLIEGOS SUELTOS
'Lamentaciones deamor, hechas por vn gentil hom- ciudad, y del gran cuidado que los padres deuen
bre apassionado. Con otras de Los comendadores, tener en castigar y doctrinar sus hijos. Puesta en
Por mi mal os vi. Y la glosa sobre el del roman- metro por ANTONIO GONZÁLEZ. Vista y examina-
ce de A la mia gran pena forte, hecha por una da, y con licencia impressa en este presente año.
monja, la qual se quexa que por engaños la me-
tieron pequeña en el monesterio; con otras de Sin L. ni A. (En4." semi Gót. á 2 colum., 2 fojas,
Circundederuntme, en las quales se quexa Sant
Pedro porque negó al Señor. Coplas que dicen : Padres, los que hijos tenéis.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.) "Obra nueua, la qual trata de vn caso de gran mila-
Contiene: gro, acontecido en el reyno de Nauarra en la villa
1 Lamentaciones de amor, en coplas que dicen : Lágrimas de Miranda. Es obra para que todos tomemos
de mi consuelo. exemplo, puesta en gracioso Imetro por GASPAR
1 Coplas de los comendadores, en versos de endechas,
que dicen : Los comendadores. DE LA CINTERA. Nueuamente impressa con licen-
1 Glosa del romance A la mia gran pena forte, en coplas cia. Año MDLXXXII.
que dicen : El amor es sin piedad. SiÍL. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.)
El negamiento de San Pedro, en coplas, que dicen : Ay,
circundederunt me. Contiene:
Coplas que dicen : Dame tu gracia excellente.
Las trobas siguientes hizo PEDRO BARRANTES MAL-
DONADO, estando en Alemana en la guerra del Perqué espiritual muy prouechoso : en que se dizen
turco, en loor de los españoles; con -vn romance todas la verdades que en la escriptura y en el
en que recuenta la súpita y muy valerosa parti- vulgo se pueden hablar.
da del illustríssimo señor duque de Béjar, de la
qual habla el romance. Sin L. ni A. (En i.° á 2 colum.)
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 6 fojas.) Perqué muy gracioso: la que recuenta las tachas que
Contiene: tiene vna dama, y va en manera de la Hapia ha,
Coplas en loor de tos españoles, que dicen : Oh españo- con vnas lamentaciones de amores, y vn roman-
les , españoles.
Mote en loor del duque de Béjar, que dice : La vida por ce al fin, por TORRES NAHARRO.
la victoria, glosado en las coplas que dicen : Quiso el Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.)
Duque florecer.
Romance en loor de la partida que súbitamente hizo el "Pregunta quefizoun cauallero mancebo á ALONSO
duque deBéjar desde una caza en que estaba, á las guer-
ras de Alemania contra el turco, que dice : Nunca vi tal DE ARMENTA, sobre qué cosa es amor, el qual
montería. responde á ella. Con vn villancico enfinde la
Siguen á este romance varias letras y sus glosas que hizo respuesta. E vna glosa de vn romance que dize:
el autor á su amiga, yendo á la guerra del turco, y cuya
mención individual sé omite por poco interesantes. Las Véouos crescida, hija, y otras canciones, nue-
letras son diez y nueve , y las glosas otras tantas. uamente impreaso.
Canción de amores, que dice : Como es de amor ver-
dadero. Sin L . ni A . (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.) Lá-
ídem que dice : Muchas cosas deseamos. mina y orla en irtadera para l a portada.
Ídem que dice : Si a tí no tienes secreto. Contiene:
Todas las composiciones de este pliego son de BARRAN- Pregunta del mancebo, en coplas que dicen : Pues es vn
TES MALDONADO , y su impresión debió de ser posterior refrán muy vario.
á 1532, época en que hizo el romance de la partida del Respuesta de ARMENIA , en coplas que dicen i Pues que en
duque de Béjar, que se verificó en dicho año. sentiros yo gano.
1 Villancico del ün de dichas coplas, que dice : No se en-
\& triste y dolorosa muerte de la Princesa, nuestra gañe el amador.
señora;agora nueuamente trobada en la noble ^Romance viejo, que dice : Véouos crescida, hija.
1 Glosa del fragmento de dicho romance, que hizo AR-
villa de Valladolid, por ANTONIO DE YALCAZAR MENTA , en coplas y diálogo que dice : Cual mal fué tan
MENESTRIL , vecino de la dicha villa. Año MDXLV. excesiuo.
Coplas de ARMENTA á una partida, que dicen : Aquella
Sin L . 1545. (En 4.° Gót. á 2 colum., i fojas, 7.) •cruel partida.
Contiene; Canción de ÍDEM á su sefiora , que dice : Señora, yo soy
Coplas á la muerte de la Princesa, que dicen : Con sos- vendido.
piros muy crecidos. Coplas de ÍDEM á una partida , que dicen : Corazón, pues
que consientes.
Canción de ÍDEM á una señora desamorada, que dice : El
Muchas maneras de coplas y villancicos, con el jui- morir no es cosa fuerte.
zio de JUAN DEL ENZINA. El romance viejo es un fragmento del que dice : Paseáuase
el buen Conde. Desde Véouos crecida hija.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.)
Muchas maneras de coplas y villancicos de muchos Refranes glosados, en los quales, qualquier que con
auctores. diligencia los quisiere leer, hallará prouerbios y
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.) marauillosas sentencias, y generalmente á todos
Contiene once composiciones. muy prouechosos. (En prosa y verso.)
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 16 fojas.)
Obra compuesta por FRANCISCO DE FIGUEROA, dán- Refranes y auisos por via de consejos, hechos por
dose cuenta de la vida y el martirio de vna sanc- JOAN GARCES, enderezados á vnos amigos ca-
ta mujer española, y fué que la quemaron viua sados.
en Jerusalen. Glosa en alabanza del Sanctíssimo
Sacramento, compuesta por VICENTE MIRABET, Barcelona. Sebastian de Cormellas. 1591. (En 4.
á 2 colum., 4 fojas.)
natural de Valencia. Contiene:
Valencia. 1581. (En 4.° Gót. á 2 colum.) Coplas que dicen: Es muy sancto el matrimonio.
"Obra nueua, la qual trata de vn caso de grande exem- "Relación de lo sucedido con la enfermedad de la
plo para los que mal viuen, acontecido en esta peste que en la noble y leal ciudad de Logro-
IMPRESOS EN EL SIGLO XVI. LXXV1I

ño ha hauido, siendo corregidor D. FRANCISCO siempre seas; y vn villancico. Impresso con l i -


DE Moscoso, cauallero del Abito de Sanctiago, y cencia.
capitán general de las fronteras deNauarra. Burgos, Phelippe de Junta. Sin A. (En 4.° Gót. á
Logroño. Juan de Mogaston. 1599. (En 4." á 2 co- 2 colutn., 4 fojas, flg.)[
lum., 4 fojas, fig.) Contiene:
Contiene: í Romance de Don Roldan, que dice : Dia era de Sanl
Jorje.
Romance que dice : Mientras con estilo altivo. 1 Glosa de MELCHOR LLANES al romance de Desamada siem-
pre seas, en coplas que dicen : Pensé que por bien
* Relación muy verdadera del felize recibimiento que amarte.
al inuencíble y sereníssimo rey Don Phelipe, 1 Deshecha de dicha glosa, en coplas que dicen : Perdonad,
bien de mi vida.
nuestro señor, se hizo en la muy noble y muy leal ^Villancico al tono de : Por mas que me digáis, que dice :
ciudad de Seuilla. Compuesto en metro castella- Que por mas que me digáis.
no por GASPAR RODRÍGUEZ, vezino de Xerez de la
Frontera, y natural de Mérida. 'Romance delabraua batalla que passó entre el con
Impresso en Sevilla, con licencia del illustrísimo de DonRoldan y el conde Mandricardo, sobre la
señor Don Fernando Carrillo de Mendoza, asis- espada Durindana, y cómo Roldan se tornó loco
tente de Sevilla y de su tierra, por S. M. Y agora por amores de Angélica la bella. Impresso con li-
en Valladolid con licencia, en casa de Bernardino cencia.
de Sancto Domingo, etc., año de 1570. Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., A fojas, fig.)
Valladolid. Bernardino de Sancto Domingo. 1570. Contiene:
(En 4.° Gót. á % colum., 4 fojas, fig.) 1 Romance que dice : Helo, helo por do viene—el valien-
Contiene: te, etc.
Cop.as que dicen : Musa mia, comenzad.
Villancico que dice : Vuele la fama en Castilla. 'Romance del conde Alarcos é de la infanta Soíisra,
fecho por PEDRO RIAÑO. Otro romance de Amadis
* Relación verdadera de la batalla que vuierondos que dize : Después qu'el muy esforzado.
ñaues de ingleses lutheranos con quatro galeras Sin L. ni A. Sobre 1520. (En 4." Gót á 2 colutn.,
de España, y cómo nuestro Señor fué seruido de 4 fojas, fig.)
dar victoria á los Christianos, y cómo vn capitán Conttene :
inglés de la ñaue capitana se echó encima de vn 1 Romance del conde Alarcos, que dice : Relrahida está
barril de póluora con vna mecha encendida, y la infanta. .
cómo se bolo la ñaue con toda la gente que en ella 1 ídem de Amadis, que dice : Después qu'elmuy esforzado.
auia, y la otra truxeron á xorro al puerto de Gi- Romance (Otro) del conde Claros, nueuamente tro-
braltar. Compuesta por HERNANDO DE LA CÁRCEL, nado porotra manera, fecho por JUAN DE BURGOS.
en este año 1586.
Mallorca. Gabriel Guasp. (En 4.° á 2 colum.,% fo- 1ÍVillancico que dice : Di, Juan, ¿ de qué murió Bras?
jas.) Solo conozco de él esta composición que inserta Bohl
\ Contiene: en su Floresta de rimas.
Coplas que dicen : En los >ayres, tierra y mar. 'Romance del conde Claros de Montalvan, nueua-
mente trobado por otra manera, fecho por A N -
Romance de Amadis y de Oriana, y otro del rey Mal- TONIO DE PANSAC , Andaluz.
sín. Con otro del infante Gayferos, et otro que Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 2 fojas, fig.)
dize : En Jaén está el buen Rey; con otros dos
^Romance nuevo del conde Claros, que dice : Durmiendo
romances. está el conde Claros.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colutn., fig.) Es una trova, hecha sobre el romance viejo, al mismo
asunto, que dice : Media noche era por filo, pero con un
'Romance de Don Gayferos, que trata de cómo sacó desenlace trágico.
á su esposa que estaua en tierra de moros. 'Romance del conde Dirlos, y délas grandes ven-
Sin L, ni A. (EnA." Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.) turas que huuo. Nueuamente añadidas ciertas
Contiene: cosas que hasta aquí no fueron puestas, y vna
•(Romance de Don Gayferos, que dice : Asentado está canción de nuestra Señora. Año de 1538.
Gayferos.
Sin L. 1538. (En 4.° Gót. á 2 colum., 12 fojas, fig.)
'Romance de Don Manuel, glosado por PADILLA. Caracteres de Cocí, impressor de Zaragoza.
Glosa muy graciosa. Y vn villancico al cabo. Contiene :
Visto y examinado, y con licencia impresso en 1 Romance del conde Dirlos, que dice : Esláuase el conde
Toledo, en casa de Francisco dé Guzman. Año Dirlos.
de MDLXXVI. •[Canción que dice : Oya tu mercedy crea.
Glosa que DIEGO GARCÍA hizo de dicha canción en coplas
Toledo. Francisco de Guzman. 1576. (En 4.° Gót. devotas á la Virgen, que dicen : Consuelo de los nas-
d%colum.,4fojas,fig.) udos.
Contiene: Romance del conde Don Sancho.
1 Romance de Don Manuel, que dice : Cuál será aquel Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.)
cauallero. Solo sé que contiene, según Bohl,
Glosa del dicho romance, en coplas que dicen : Metida en 1 Endechas que dicen : No lloréis, mi madre.
gran confusión.
1 Canción villancico que dice : Quien triste vida sostiene. Romance del moro Calaynos, de cómo requería de
'Romance de Don Roldan: trata como el emperador amores á la infanta Sibilia, y ella le demandó en
Garlo Magno le desterró de Francia porque vol- arras tres cabezas de los doze Pares.
uio por la honra de su primo Don Reynaldos. Y Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.)
vna glosa nueuamente hecha por MELCHOR DE Contiene;
LLANES, sobre el romance que dize : Desamada "1 Romance que dice : Ya cabalga Cataynot.
LIXVIII
CATÁLOGO DE PLIEGOS SUELTOS
desembarcó hasta que se fué. Compuesto por
* Romance de O Belerma, o Belerma, agora nueua- MARTIN DÉ ALBIO.
raente glosado por ALBERTO GÓMEZ. Sin L . 1525. (En 4.° Gót. á 2 colum., 2 fojas.)
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.) Contiene:
Contiene: •[Romance que dice : Año de mil y quinientos.
1 Romance que dice : Oh Belerma, oh Belerma. Trata del desembarco de Francisco I , rey de Francia
Glosa de GÓMEZ al dicho romance, en coplas que dicen : cuando llegó á Barcelona, como prisionero que fué hecho
Oyendo como salieron. en la batalla de Pavía.
"[Villancico del fin de dichas coplas, que dice : Oh Be-
lerma, mi señora. 'Romance nueuamente hecho por LTJYS HURTADO,
\ Romance que dice : Los que habéis servido amores. en el qual se contienen las treguas que hizieron
Glosa de GÓMEZ al dicho romance, en coplas que dicen :
Caminando sin errar. los troyanos, y la muerte de Héctor, y cómo fué
'íVillancico del fin de ellas,-que dice : Amadores que sepultado.También van aquí los amores de Achi-
adamáis. les con la linda Policena.
Romance de Rosa /roca, con glosa de PINAR, y oíros Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg.)
muchos romances. Contiene:
Sin L. ni A. (En i.° Gót. á 2 colum., flg.) ^ Romance de las treguas, que dice : En Troya entran los
Contiene: griegos.
^ Romance que dice : Rosa fresca, rosa fresca. Romance nueuamente imprimido, del infante Tu-
1 Glosa al dicho, por PINAR, en coplas que dicen : Cuando
y'os quise, querida. nan y della infanta Floreta.
1 Romance de Estando desesperado, con villancico que Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)
dice ; Todos duermen, corazón.
1 ídem de NICOLÁS NUSEZ , de Durmiendo estaba el cuida-
do, con villancico al fin, que dice : No puede sanarven- 'Romance sacado de la farsa de Don Duardos, que
tura. comienza : En el mes era de abril, nueuamente
ldem, que dice : Fontefrida, fontefrida. glosado por ANTONIO LÓPEZ, estudiante portu-
Í
Glosa de TAPIA á dicho romance, en coplas que dicen :
Andando con triste vida. gués , vezino de la villa de Troncoso, estante en
1 Romance de Decidme vos, pensamiento, con villancico la uniuersidad de Salamanca; y vn testamento
al fin, que dice : El dia del alegría. de amores, y vna pregunta á vn amigo, con su
í Romance de DON JUAN MANUEL, que dice : Gritando va el
eauallero. respuesta. Todo nueuamente hecho por el mis-
^Idem, de DON JOAN DE LEYVA á la muerte de Don Manri- mo auctor, y en cabo de cada copla están dos
que de Lara, que dice : A ventisiete de marzo; y su vi- renglones del romance que se glosa.
llancico, al fin : El triste que se partió.
1 ídem de SORIA, de Triste esta el rey Menelao, con vi- Sin L. ni A. (En 4.° á 2 colum., 4 fojas.)
llancico al fin, que dice : Lo que la ventura quiere. Contiene:
To'do lo contenido en este pliego se halla también en
las ediciones del Cancionero general, y mucho en el de 1 Glosa de LÓPEZ al romance de En el mes era de abril,
Romances. E l de Gritando va el eauallero, es de JUAN DEL en coplas que dicen : En el tiempo qu'el amor.
ENZINA, y no de DON JUAN MANUEL. 1 Villancico que termina la glosa , y dice : Todos servid al
amor.
Romance de vn desafío que se hizo en Paris de dos í Testamento fecho por LÓPEZ en coplas de pié quebrado,
que dicen : Pues amor me tiene herido.
caualleros principales de la Tabla redonda, los Pregunta de LÓPEZ , en coplas que dicen : Queriendo yo
quales son Montesinos y Oliueros. bien mirar.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.) Respuesta á dicha pregunta, en coplas que dicen : Tenéis
tal gracia en decir.
Contiene :
1 Romance que dice : En las salas de Paris. * Romances compuestos porBARTHOLOMÉ DE TORRES
NAHARRO, por muy alto estilo. En primer lugar
* Romance muy antiguo y viejo, del moro alcayde de este que comienza : Hija soy de un labrador. Él
Antequera, nueuamente emendado de todas las segundo que dize : Só los mas altos cipreses. El
variaciones y letras que comunmente le suelen tercero hecho á la muerte del Rey Cathólico. El
dar, con vna glosa muy conforme de CRISTÓUAL quarto dize: Con temor del mal ayrado.
VELAZOJDEZ DE MONDRAGON , que hizo á compla-
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, fig.)
cencia de vn eauallero su tio, llamado Gutierre • Contiene:
Velazquez de Cuellar.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.) 1 Romance de TORRES NAHARRO , que dice : Hija soy de vn
labrador.
Contiene : Jídem de ÍDEM, que dice : Só los mas altos cipreses.
lldem de ÍDEM á la muerte del Rey Católico, que dice :
? Romance que dice : De Antequera sale el moro.
Glosa del dicho romance, fecha por VELAZCUEZ DE MON-
PRAGON, en coplas que dicen : Cuando el infante Fer-
Nueua voz, acentos tristes.
• Jídem de ÍDEM, que dice : Con temor del mar airado.
nando. 1ídem de ÍDEM á la bajada de Cristo al limbo, que dice :
E l romance es una reforma muy libre del mismo viejo Triste estaña el padre Adán.
del Cancionero de Romances.
'Romance sobre la muerte que dio Pirro, hijo de
f
Romance nueuamente hecho por ANDRÉS HORTIZ, Archiles, á la linda Policena.
en que se tratan los amores de Floriseoy la reyna Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas, flg-)
de Bohemia; con vn villancico. Contiene:
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., flg.) TRomance de la muerte de Policena, que dice : Oh cruel
hijo deAquíles.
Contiene: 1 Glosa á dicho romance, hecha por VILLATORO, en coplas
1 Romance de Floriseo, etc., que dice : Quien holiese tal que dicen : La flaqueza que sentimos.
ventura. ^Romance de ÍDEM, con canciones intermediadas, que di-
1 Villancico delfinque dice : Que por mas que me digáis. ce : Por las saluajes montañas.
.1 Canción intercalada en dicho romance, la cual dice:
' Romance nueuamente hecho por la venida del rey Cuando tal dolor sentís.
de Francia; el qual narra largamente todo lo que ^Idem, idem, en idem, que dice : Laflaquezaque sen-
timos.
se ha hecho en su rescibimiento desde el dia que lldem, idem, en idem, que dicít: Huyamos de tal dolor.
IMPRESOS EN EL SÍGLO XVI. LXXll

«Canción intercalada en dicho romance, que dice: Loemos de Calatraua. JE1 octavo que dize : En el mes
i Dios vor siempre. _ . . • , .. era de abril. Y al fin dos villancicos de JUAN DEL
Ildem, idem, enldem, que dice : Fenesce mi frute vida ENZINA, y dos canciones.
} Villancico de VILLATORO, que dice : Madre mta, amores
Alfin.—Impresso en Valladolid, en casa de Diego
Cojdas'de ÍDEM, al mismo, que dicen : Madre mia, amores Fernandez de Córdoba, impressor, año de MDLXXII.
tengo. (En 4.° i 2 colum., 4 fojas, fig.)
' Romance y glosa sobre la muerte de la Emperatriz Contiene:
y reyna nuestra señora, y el suntuoso enterra- Los ocho romances referidos en la portada, y ademas:
miento que se le hizo en la ciudad de Granada, 1 Villancico de JUAN DEL ENCINA , que dice : Vos terribles
pensamientos.
con vn villancico. Hecho por ANTÓN DELGADO. 1 ídem de ÍDEM , que dice : Enemiga le soy, madre.
Alfin—Cuenca.1550. (En 4." Gót. á 2 colum., i fo- 5 Canción que dice : Cuan noble mas es aquel.
jas, fig.) •• jldem que dice : Ay que yo, señora, ya.
Contiene: *Síguense quatro romances. El primero es el de los
1 Romance á la muerte de la Emperatriz, que dice: Año de
mil y quinientos—Treinta y nueue corría. cinco maravedís. El segundo es: Vn dia de Sant
1 Glosa de dicho romance, hecha por DELGADO, en coplas Antón. El tercero es: Ya caualga Diego Lay-
que dicen : Estando en cortes juntados. nez,—Al buen Rey besar la mano. Y el quarto
1 Villancico de ÍDEM al mismo asunto, dice : D'esta reyna
Emperatriz. que dize : Quéxome de vos, el Rey. Ahora nueua-
mente impressos. Año de MDLIX.
"Sermón de amores, nueuamente trobadopor el Sin L. 1559. (En 4.° Gót. á 2 colum,, 4 fojas, fig.)
MENOR DE AUNES, á los galanes y damas de la Contiene:
1 Romance que dice : En Burgos estaua elRey.
corte. tldem que dice: Vn dia de Sant Antón.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 12 fojas.) ^Idem que dice: Ya caualga Diego Laynez.
Contiene: "¡ídem hecho íi la mujer del duque de Guimarans, que di-
ce : Quejóme de vos, el Rey.
1 Sermón de amores, en coplas de pié quebrado y versos
pareados, que dicen : Mirando cómo enamoran. Sigúese vn perqué que dize : Veo, veo; y vna glosa
El MENOR DE AUNES, pseudo-anónimo de CHRISTÓBAL DE
CASTILLEJO, el cual tomando por asunto el sermón de amo- nueuade : Oh mundo caduco y breve. Y vn de-
res en prosa de DIEGO DE SANT PEDRO, hizo el suyo, mor- reniego de vnas damas. Y vn perqué hecho á
daz y satírico, en verso, y en el tono crudo que dio á to- vna señora por BARTHOLOMÉ DE TORRES, y vna
das sus obras de igual clase. BLASCO DE GARAY en el pró-
logo que puso á una edición, sin L.,año de 1546, que canción que dize : Sola me dexaste.
liizo del Diálogo de las condiciones de las mujeres, escrito Sin L. ni A. (En 4." Gót. á 2 colum.)
por CASTILLEJO, supone que ignora el nombre de su autor,
pero que cree « que es el mismo que compuso el sermón
»de amores, pues así lo manifiesta su estilo », y añade, * Testamento de amores, hecho por JUAN DEL ENZINA
• «que por una entradilla que tiene, acaso pegadiza de al-
»gun vano trovadorcillo que por aventura se la añadid, se á su amiga, que se quería desposar.
»le llama FRAY PUNTEL. Verdad es (continúa Garay), que Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 2 fojas.
»por ser entrambas obras (el Sermón y el Diálogo), á lo
«que representan, nacidas de pasión, que es odioso Contiene:
»aborrecimiento y excesivo que muestra el autor tener á 1 Testamento de amores, en coplas que dicen : Ya noten'
»las costumbres de las malas mujeres, parece el autor go confianza.
»haberse cegado y apasionado, etc.»
Todo lo que expresa GARAY acerca del Sermón de amo- Trabajo de vicios, nueuamente compuesto por ALÓN*
res que atribuye al mismo autor del Diálogo, que sabe- so DE TOROCOJO.
mos ser de CASTILLEJO , y como tal incluido en sus obras,
conviene con el ejemplar del Sermón que tenemos i la Sin L. ni A. (En 4.» Gót. á 2 colum.)
vista; pero en él no se halla introducción alguna que pa-
rezca pegadiza, ni de donde pueda inferirse se haya to- * Tratado nueuamente hecho en metro castellano en
mado el pseudo-anónimo dé FRAY PUNTEL, á quien se atri- . loor y alabanza del Emperador y Emperatriz
buye vulgarmente; mas en su lugar se pone el del MENOR
DE AUNES, como va dicho. nuestros señores, contando las grandezas y ha-
zañas que ha hecho y haze, haziendo memoria
'Síguense dos romances de Don Gayferos ,en que se de la forma y manera como fué entrado en Bar-
contiene cómo mataron "k Don Galuan. celona, y de las grandesfiestasqu'ensus reynos
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.) ítem y señoríos se hazen por su victoriosa venida. Di-
otra edición del mismo pliego. Sin L. ni A. (Eni.° rigido, etc., áDon Pedro de Nauarra Marichal,
Gót. á 2 colum., 4 fojas.) corregidor de Toledo. Hechas por JUAN DE R E -
Contiene uno y otro : UENGA.
Romance que dice : Estábase la condesa.
; ídem que dice : Vamonos, dijo miño. Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., 4 fojas.) Edi-
ción de la segunda década del siglo xvi.
Síguense dos romances por muy gentil estilo. El Contiene:
primero de los doze Pares de Francia. Él segun- 1 Coplas al asunto del título, que dicen : Muy magnífico
do, del conde Guarinos, almirante de lámar,
y trata de cómo le cautiuaron los moros, etc. Villancico que dice : Vuestras majestades canten.
Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum., fig.) Triunfos de la locura, compuestos por HERNÁN L Ó -
* Síguense ocho romances viejos, f El primero es de PEZ DE YANGUAS.
la presa de Túnez, que dize : Estando en una Sin L. ni A. (En 4.° Gót. á 2 colum.)
fiesta. JE1 segundo que dize: Castellanos y leo-
neses. JE1 tercero que dize : Por Guadalquiuir * Verdadera relación de vn martyrio que dieron los
arriba, f El quarto que dize : Sálese Diego Or- turcos en Gonstantinopla á vn deuoto fravle de la
donez. JE1 quinto que dize : Por aquel postigo orden de Sant Francisco, y de los treze que están
vtej ,—Que nunca fuera cerrado, f El sexto que en el Sancto Sepulchro de nuestro Redemptor Je-
0

dize: Parida estaua la Infanta. «[El séptimo que suchnsto en Hierusalen, que venía á Italia, su
cuze: ÁyDios, que buen cauallero,—El maestre tierra; con vn villancico de la obra. Compuesta
LXXX
CATALOGO DE PLIEGOS SÜELÍOS
Contiene:
por DIEGO LÓPEZ, vezino de la ciudad de Córdo- Romance del martirio de Fray Gonzalo Lobo, que dice :
ua. Con dos milagros de nuestra Señora del R o - Si Dios es manso cordero.
sario. ídem, que dice : Leñante el alma el cristiano.
Valencia, junto al molino de la Rouella, año 1585. ¥
Verísima relación del riguroso y aceruo martyrio
(En 4." Gol. á 2 colum., 4 fojas, fig.) que la reyna inglesa dio á dos soldados de nues-
Contiene: tra nación española, del exército del Príncipe
Coplas que dicen : Si Dios es manso cordero. Cardenal, y de cómo la sereníssima Virgen les ma-
nifestó el martirio que hauian de pasar; jun-
"Verdadera relación sobrevn martirio que dieron tamente conel conuertimiento de seisjudíosque
los turcos, enemigos de nuestrasancta fee cathó- recibieron el mismo martirio muriendo empala-
liea, en Constantinopla, á vn deuoto frayle de la dos. En 17 de mayo de 1596 años. Con vn ro-
orden de Sant Francisco, llamado Fray Gonzalo mance al cabo. Impresso en Alcalá á la puerta de
Lobo. Con vn milagro que nuestra Señora de los mártires. Compuesto por PEDRO SÁNCHEZ
Monserrate hizo con vn clérigo de misa, natural MAZO, natural de Trugillo.
de Cazalla, que es en el Andalucía. E l qual yen- Sin A. 1596. (En 4.°, letra redonda, á 2 colum.,
do á Oran á rescatar á vn hermano suyo que 4 fojas. con un Cristo y las Marías y San Juan,
estaua captiuo en Buxia, fué captiuo y vendido fig. en madera, estampados en la última plana.)
á vn renegado llamado Alycaysi. Impresso con Contiene:
licencia, en Córdoua,por JUAN BAPTISTA. Año Romance del martirio de los soldados y judíos, que dice:
de MDLXXVII. Dos capitanes vinieron.
Octavas con que termina el romance, que dicen : Recibe,
Córdoba. Juan Baptista. 1577. (En 4.° Gol. á 2 co- buen Jesús omnipotente.
-
lum., A fojas, fig.) °[ Romance morisco, que dice : Entró Zoraide a deshora.

PLIEGOS SUELTOS IMPRESOS EN EL SIGLO XVII (1).


Almirante Galceran.—Vid.—Cinco romances famo- Contiene ;
sos. E l primero del corsario, etc. Romance que dice : Toribio Martin me dijo.
ídem respuesta al anterior; dice : Padre yo estoy Uen
Antón Loxa.—Vid.—Aquí se contiene una xácara hallado.
nueua de vn valiente, etc.' 'Aquí se contienen dos xácaras famosas. La vna de
las quexas que le da vn tio á su sobrino, entram-
Apolo y Leucotoe.—Vid.—Fábula burlesca de, etc. bos verdugos en Valladolid, después de haberle
Aquí comienzan las coplas de Digas ortelano, com- azotado. La otra sobre lo que vulgarmente suena
puestas por MARTIN DE LA P U E N T E , natural de en Madrid por los chascos de k Marigotona.
tíbeda. Compuesta por ANTONIO DE S A N T E - L O Y .
Madrid. Andrés García. 1656. (En 3%.°, i fojas.)
Barcelona. Sebastian de Cormellas. 1608. (En 4.°
d 2 colum., 2 fojas, fig.) i Contiene:
Contiene: Romance xácara que dice : Escúcheme lodo Jaque.
ídem, ídem que dice : O quieras, musa, ó no quieras.
Coplas que dicen : Quien lleuó de aquí.
*Aquí se contienen dos xácaras nueuas de dos laques
"Aquí se contienen dos famosas xácaras curiosas y campanudos, y ambos de vn oficio. La primera
entretenidas. La primera es la de Periquillo el de Portillo el de Alcalá. Y la segunda de Sancho
d-eMadrid, que se ha cantado aora nueuamente el del Campillo; con vn romance de vna dama
en las comedias. La segunda de vn valentón al muy hermosa. Compuestas por MIGUEL LÓPEZ.
vso, que contando su vida á su dama en breue, Madrid. Imprenta Real. Sin A. (Sobre 1650.—En 4."
se quexa de qué no la acude. Con vnas seguidi- á 2 colum., 2 fojas.)
llas por postre, á varios asumptos. Contiene:
Madrid. Alonso Paredes. 1650. (En4.° á 2 colum., Jácara de Portillo el de Alcalá: que dice : Tocando con la
4 fojas.) cadena.
Contiene: ídem de Sancho el del Campillo que dice : Yo soy Sancho
Xacára que dice : Periquillo el de Madrid. el del Campillo.
ídem que dice : A la Chillona se quexa. Romance satírico á una dama cuya boca olía mal, que
dice : Muy i lo bobo gasté.
Seguidillas que empiezan : Todo el tiempo lo-cura.
*Aquí se contienen dos xácaras, vna del Mulato de
'Aquí se contienen dos romances nueuos de vna Andúxar, que se ha cantado en la comedia; otra
carta que enuió vn gallego á su hijo á esta corte, del desafío que tuvo Periquillo el de Baeza con
y el segundo de la respuesta que enuió el hijo á Periquillo el de Madrid.
su padre. Compuesto por MIGUEL LÓPEZ DE HOR-
RUBIA.
Sin L. ni A. Madrid, sobre 1650. (En 4. ° á 2 colum.,
1 foja.)
Madrid. Julián Paredes. 1656. (En 32.°, 4 fojas.) Contiene:
Romance jácara que dice : Con el mulato de Andujar.
6 s e im r mi
ídem idem que dice : Periquillo el de Baeza.
ín^pnml ,»? nf° P > eron y compusieron casi todos
e u e d e s u e s
ñ¿K^mJc S!í ? ? P 'asertaremos en el Índice *Aquí se contienen quatro romances muy curiosos,
de las ed cíones del siglo xvm y siguientes, pues consumidas los tres primeros de cómo degollaron á Don Ro-
r r S o r6 l U S 0 c o m l n u o a é n a s s
AÍ« n nc° 1 ? P é conservaron drigo Calderón en la plaza Mayor de la villa Ma-
de 0S 8qUl C O n t e n i d O S Son
-ftadeff^r ' > drid, con otras cosas particulares que aconte-
IMPRESOS EN EL SIGLO XVII. «-xxxi
, ieron, que son de mucho gusto para los cu- Canción á la milagrosa conuersion, vida y muerte
riosos lectores. El vltimo romance es del acto de del egregio doctor Ramón Lull. Compuesta por
contrición que hizo assí como acabo de subir en el licenciado NICOLÁS DE MELLI^AS, natural de la
el tablado, con vna relación en prosa de lo que ciudad de Mallorca.
allí sucedió. Compuesto por SIMONHERRERO, ím- Mallorca. Gabriel Guasp. 1605. (En4.°d2colum.,
presso, etc.
Córdoba. Viuda de Justo Martin. 1621. (En i." d Octavas que dicen : Deidad que sobre roxos ckerubines.
%colum., i fojas.) Cancionero de galanes, nueuamenteimpresso, en el
Contiene: qual se contienen muchos romances y glosas, y
1 Romance que dice : Qué es aquesto, fama amiga.
ílíicm aue dice : Los que seguís ambiciosos, muchas canciones, villancicos, chistes y canta-
i \¿ que dice : Desde el Ártico ai Antartico.
m
res para bailar, tañer, cantar y danzar.
i i d que dice : Dulcísimo Jesús mió.
e m Sin L. ni A. (En 4.° d 2 colum., 4 fojas.)
Relación del succeso, escrita en prosa.
Aauí se contienen vnas siguidillas y xácara nueua Chascos de la Marigotona.—Vid.—Aquí se contie-
de lo que sucedió á vna suegra con su hierno, y nen dos xácaras famosas.
cómo siendo perseguido de muger y cunada, Chocolate y el vino.—Vid.—Xácara del gracioso de-
se desembarazó dellas á muy poca costa. Com- safío, etc.
puestas por MANUEL DÍAZ DE LA PLAZA.
Madrid. Domingo García Morras. 1657. (En 32.° Cinco romances de la historia de Bernardo del Car-
•i fojas.) pió, compuestos por el licenciado PEDRO GONZÁ-
Contiene: LEZ, vistos y emendados por elpadre JUAN BER-
Seguidillas que comienzan : Vna suegra le pide. GRE, de la Compañía de Jesús.
Romance jácara, que dice : A las quejas los vecinos. Barcelona. 1677. (En 4." d 2 colum., 4 fojas.)
Aquí se contiene vn marauilloso milagro que obró
Dios en la ciudad de Argel, por la qual se con- * Cinco romances famosos. El primero del corsario
uertieron un renegado y vna mora. Barbarroja. El segundo de Amante Mamí. El ter-
• Sin L. ni A. (En 4.° á 2 colum.) cero del maestre de Calatraua. El quarto y quin-
to del almirante Don Garceran. Recopilados por
Aquí se contiene vna xácara curiosa sobre las me- JUAN DE ESCOBAR-. Lleua al cabo vna letrilla muy
días de pelo. Compuesta por DIEGO GONZÁLEZ. curiosa. Impresso con licencia, etc.
Madrid. Gregorio Rodríguez. Sin A. (En 32.° Madrid. Herederos de la Viuda de Pedro Madrigal.
4 fojas.) Año de 1637. (En 4.» d 2 oolum., 4 fojas, fig.)
Contiene: Contiene:
Romance jácara, que dice : Vaya unas medias de pelo. Romance de Barbarroja, que dice : Honrad el puerto de
Seguidillas que terminan el romance y dicen : Fregatrices
se humillan. ídem de Amante Mamí, que dice : Sulcando el salado
charco.
Aquí se contiene una xácara entretenida de la san- 1 ídem de! maestre de Calatrava, que dice : A los soldados
grienta batalla que tuuieron trescientas laban- que hazian.
derasen el rio Manzanares, entrando á meter íldem del almirante Galceran, que dice : A las costas de
Almería.
paz quarenta esportilleros. Compuesta por DIE- ^Idem del idem, que dice : Cien doncellas pide el moro.
GO GONZÁLEZ. Letrilla que dice : mal hayan mis años.
Madrid. Julián Paredes. 1634. (En 32.° 4 fojas.) i Será este ESCOBAR el que recogió los romances del Cid ?
Contiene :
Romance jácara, que dice : Labando en el rio estauan. Conde Dirlos.—Vid.—Historia del esforzado caua-
Seguidillas que acaban- el romance, y dicen : Riñeron en llero, etc.
el rio.
* Contiene este pliego seis romances muy curiosos.
Aquí se contiene vna xácara nueua de vn valiente Los dos primeros de los sentimientos de la muer-
de la ciudad de Antequera, llamado Antón Lo- te del infante Don Carlos. El tercero : Con sus
xa. Juntamente con vn romance de Marizápalos, trapos Inesilla. El quarto vna xácara famosa de
á lo humano. Compuesto por MIGUEL LÓPEZ DE vnos valientes xaques de Madrid. El quinto, de
HONRUBIA. (las virtudes de la noche. El sexto vna letrilla al
Madrid. Andrés Garcia. 1657. (En 32.°, 4 fojas.) cabo. Compuestos por el licenciado JUAN DE GA-
Contiene: MARRA, natural de Valladolid.
Romanee jácara, que dice : Los que campáis por la hoja.
Coplas de Marizápalos, que dicen : Marizápalos bajó vna Madrid. María de Quiñones. 1636. (En 4.° á 2 co-
tarde. lum., 4 fojas.)
Contiene:
^ rnante Mamí.—Vid.—Cinco romances famosos. Romance que dice : Tocauan los corazones.
El primero del corsario, etc. ídem al despedimiento del Infante, que dice : Adiós
amado señor.

Barbarroja.—Vid. — Cinco romances famosos. El J ldem que dice : Con sus trapos Inesilla.
dem xácara, que dice : Ya se parten de la corte.
ídem de las virtudes de la noche, que dice : Cuando ei
primero del corsario, etc. amor me traía.
Batalla de trescientas lauanderas.—Vid.—Aquí se ídem letrilla jocosa, que dice : Vna vieja me pretende.
contiene vna xácara entretenida, etc. "Coplas en alabanza de la Virgen nuestra Señora, al
Batalla naual. —Vid. —Historia de la batalla na- tono de Ya tiene saya blanca; con otras dos
ual,etc. canciones muy deuotas, hechas porNoFRK A r -
MODOUEAR.
Bernardo del Carpió.-Vid.- Cinco romances de Barcelona. Sebastian Cormella». 1609. (En*- á 0

la historia de Bernardo, etc. 2 colum., 2 fojas, fig.)


I» x.
LXXSil
CATALOGO DE PLIEGOS SUELTOS
Contiene:
Contiene: 1 Romance que dice : Hagan bien por hater bien.
Coplas que dicen : Ya tiene saya blanca. IMem que dice : Riguroso desengaño.
Canción del mismo al tono de Bella, de vos so enamoros, 1 ídem que dice La miserable tragedia.
que dice : Vos sois descamo y bien de nos. Í ídem que dice : Eclipsada ya del todo.
ídem canción del mismo al tono de qué bonita que es la ^Idem que dice : Don Aluaro el condestable.
zagala, que dice : Oh cuan alindada. Ildem que dice : El Maestre de Santiago.
Curiosa xácara nueua de la vida, prisión y muerte de 1 ídem que dice : Tocauan á la oración.
Él quinto romance no está en las colecciones anteriores.
Francisco de la Sera, en el año de 1673, por
ANTONIO DE ROBLEDO. 'Don Aluaro de Luna (Tercera parte de los roman-
Valladolid. 1675. (En 4.° á % colum., 2 fojas, flg.) ces de).
Curiosa xácara nueua de la prisión y muerte de Pe- Valladolid. Alonso del Riego. Sin A. (En 4.» á% co-
dro Andrés, y Juan Martínez, etc., ajusticiados lum., 4 fojas, flg.)
en 1673: por"LúcAS ANTONIO DE BEDMAR. Contiene:
Valladolid. 4675. (En 4.° á 2 colum.) 5 Romance que dice : Fablando están sobre mesa.
Es el mismo del pliego suelto intitulado : Romance famoso i ídem que dice : En vna oculta capilla.
"¡ídem que dice : Iba declinando eldia.
de la vida, etc. ] ídem que dice : Subid, señor Condestable.
ldem que dice : Debajo el siniestro brazo.
Declaración de vn milagro que obró Dios en la ciu-
dad de Argel.
Í ídem que dice : Dividida de los hombros. *
Los dos últimos romances no están en colecciones ante-
riores.
Córdoba. 1673. (E« 4," á 2 colum.)
'Diálogo de las condiciones de las mugeres. En el * Don Aluaro de Luna (Quarta parte de los roman-
qüal se halla cómo se han de estimar las nobles, ces de).
honradas y virtuosas, para huir.y aborrecer de Valladolid. Alonso del Riego. Sin A. (En 4,° á 2 co-
lasque nó'lo son por CHRIST'ÓUAL DE CASTI- lum. , 4 fojas, flg.)
LLEJO. Contiene:
1 Romance que dice : Atento escuchaua el Rey.
Alcalá. Andrés Sánchez Ezpcleta. -1614. (En 12.° 1 ídem que dice : La luna bella hermosa.
to-1 •„ ,. • l.Idem que dice : Hincadas ambas rodillas.
Contiene : \ ídem que dice : A los pies de la fortuna.
lldem que dice : Los que (i la mesa del mundo.
Coplas en diálogo sobre las condiciones de las mujeres í ídem que dice : En vna muía enlutada.
entre Alethio que las acusa, y Fileno que las defiende, ^ ídem que dice : Ya Don Aluaro de Luna.''
y dicen : Bien se parece, Fileno.
Es una reproducción del mismo diálogo impreso en las Ninguno de estos romances se halla en colecciones ante-
obras de CASTILLEJO , edición de 1598 y de 1600. riores.
Diálogo entre la verdad y la lisonja. En el qual se DonBeltran.—Vid.—Romance que pinta la bata-
hallará cómo se pueden conocer los aduladores lla, etc.
y lisongeros que se meten en casa de los prínci-
pes, y la prudencia que so deue tener para huir Don Juan de Austria.—Vid. f- Historia de la batalla
d'ellos Con otro tratadito dé la vida de la naual,etc.
corte. Por CHRISTÓVAL DE CASTILLEJO. Don Rodrigo Calderón.—Vid.—Aquí se contienen
Alcalá. Andrés Sánchez de Ezpeleta. 1614. (En 12.°) quatro romances muy curiosos, etc. —Vid.—
Contiene: Siete romances de la muerte, etc.
Después de la portada y preliminares, signen un romance en
alabanza del amor, un soneto á la adulación y la lisonja,
y las Coplas en diálogo entro la adulación y la lisonja, Epítome del auto general de fe que el tribunal del
que dicen : Si la lanza no me miente.
Sigue á esta obra sin foliaturas , pero con signaturas S. O. de la inquisición de Granada, celebró en
especiales, el ella año de 1672: por el licenciado D. CARLOS DE
1 Diálogo y discurso de la vida de la corte, en coplas que MOYA.
dicen : No sé qué camino halle.
Historia de Pinino y Tisbe, en coplas que dicen : Grand Granada. Sin A. (En 4.° á 2 colum.)
es, muy grand es, amor.
Coplas contra el amor, que dicen : Al reclamo del deseo.
Capítulo de amor, en coplas que dicen : Dicen los sabios 'Fábula burlesca de Apolo y Leucotoe, dedicada á
doctores. Don Gabriel de Rojas, cauallero de la orden de
Los dos diálogos y las tres composiciones insertas en
este libro, son una repetición de las que hay en las obras Santiago, regidor desta coronada villa de Ma-
de CASTILLEJO , impresas en 1598 y en 1600. drid. Por DON JUAN MATOS FREGOSO.
'Don Aluaro de Luna (Primera parte de los roman- Sin L. ni A. 1652. (En 4.° á 1 colum., 8 fojas.)
ces de). Dice : De aquella á quien por sus muros.
Valladolid. Alonso del Riego. Sin A. (En 4 ° á PelipelL—Vid.—Romance del serenísimo Rey, etc.
% colum., 4, fojas, flg.)
Contiene: Fiestas que hizo la ciudad de Milán.— Vid. (Verda-
1 Romance que dice : En el tribunal supremo. dera y nueua relación de las).
1 ídem que dice : Illustrísimo señor.
] ídem que dice : En un alto cadahalso. Francisco Sera.—Vide.—Curiosa xácara nueua de
Jídem que dice : Los que priuais con los reyes. la vida, prisión, etc.
1 ídem que dice : A Don Aluaro de Luna.
5 Ídem que dice : El segundo rey Don Juan.
1 Ídem que dice : Aquella luna hermosa. 'Gracioso romance en que se queja Sancho Panza á
Klpriraer romance solo es exclusivo á-esta coleccioncita.
los demás están en varias anteriores. su amo Don Quixote de que no le da de comer,
por cuya causa se despide de la cauallería an-
* Don Aluaro de Luna (Segunda parte de los roman- dante. Y respuesta que Don Quixote le da en vnas
ces de). agudas quintillas. Compuesto por JUAN DE BUR-
Valladolid Alonso del Riego. Sin A. (En 4.° á% co-
K GOS DE SEGOVIA, despensero.
lum., 4 fojas, flg.)
Madrid, Julián Paredes. 1657,
IMPRESOS EN EL SIGLO XVII. txxxm
Contiene : dos, puede asegurarse qu« Rivera es solo el colector ó
Romance que dice: Señor, ya basta el silencio. reformador, y no el autor de ellos.
Quintillas que dicen : Para salvar m opinión.
Obra graciosa y muy gustosa para reir yes vn
•Historia de la batalla naual que el sereníssimoprín- cuento que le pasó á vn soldado con vn gato que
cipe Don Juan de Austria dio al gran turco, lle- le lleuaua la comida... juntamente con la res-
nando el estandarte real que le entregó el rey puesta del gato, con vn villancico que las gatar
nuestro señor Don Phelipe, su hermano. le dan. Compuesto por JUAN GONZÁLEZ DE L E -
Valladolici. Alfonso del Riego. Sin A. (En4." á 2 co- GARÍA.
lum., 8 fojas, flg.) Madrid. 1642. {En 4.° á 2 colum.)
Contiene:
ÍRomance que dice: De Madrid sale Don Juan. •Obra nueua, donde ay admirables sentencias de
Ildem que dice : Alegre estaba el gran turco. gran ponderación y contento; y es sobre que vn
4 ídem que dice : En el serrallo está el hirco. hombre tenia la ínugerbraua y mal acondicio-
•(ídem que dice : Con gran poder de Sicilia. , . nada, y pidió al autor cómo se regiría con ella, y
1 Coplas que dicen : Felipe, pastor chapado.
í Romance que dice : Después que Piali Basó.. que le dixesse todo lo que sentía de las mugeres
I ídem que dice : Dentro en Constantinopla. ueste tiempo. Es obra la mejor que sobre el caso
i ídem que dice : Gallardo entra un cauallero. se ha visto. Agom hueuamenté compuesta por
f ídem que dice : Yo el gran sultán Selim.
íldem que dice : A ti, Sétimo, sultán. MELCHIORHORTA.

•Historia del esforzado cauallero conde Dirlos, y las Impressa en Barcelona. Sebastian de Gormellas.
aventuras que huvo. Agora nuevamente añadi- 1604. {En i.° á 2 colum., flg.)
das ciertas cosas que hasta aquí no fueron pues- Coplas que dicen : Brauo trabajo sostiene.
tas, y Heua vna glosa de Mi libertad en sosiego. •Obra nueua llamada la vida del estudiante pobre,
Alcalá. Andrés Sánchez de Ezpeleta. Año de 1611. diligente é industrioso, juntamente con la del
{En 4°. á 2 colmm., 12 fojas, flg.) necio ocioso; compuesta por MARTÍN DE LA
Contiene: . • FUENTE.
Romace del conde Dirlos, que dice: Estándose el conde Barcelona. Sebastian de Gormellas. Año 160 í.
Dirlos. {En 4." á 2 colum., 4 fojas, flg.)
Glosa de Mi libertad en sosiego, en coplas que dicen: Los Contiene :
grandes á los menores.
Coplas que dicen: Yo el que mas miserias paso. ,
Aunque en el título se supone añadido el romance del
conde Dirlos no es ni mas ni menos que el del Cancionero
de Romances. Pedro.Andrés.—Vid.—Romance famosoxle la vida,
prisión, etc.
Joñas.—Vid.—Yiage y predicación del profeta, etc.
Pedro Andrés y Juan'Martínez.—Vid.—Curiosa xá-
Maestre de Calatraua.—Vid.—Cinco romances fa- cara nueua de la prisión, etc.
mosos. El primero del Corsario, etc. Pedro Navarro.—Vid.—Relación verdadera en que
•Marques de Mantua.—Tres romances del marques sedescriuen,etc.
de Mantua. El primero es de cómo andando per- Pedro Pedrici.—Vid.—Romance nueuo que hace
dido por vn bosque halló á su sobrino Baldoui- relación, etc.
nos con heridas de muerte. El segundo, la
embaxada que el' marques embió al Emperador Periquillo el de Madrid. —Vid.—Aquí se contienen
demandando justicia. El tercero es vna senten- dos famosas xácaras curiosas y entretenidas,étc.
cia que dieron á Carloto. Hecho por JERÓNIMO Pleito (El) de los gatos contra las criadas y coci-
TREBIÑO. neras.
Alcalá. Juan Gracian, que sea en gloria. 1608. Barcelona. 1646. {En 4." á 2 colum., 4 fojas, flg.)
{En i.°A2 fojas,-flg.)
Contiene : Portillo el de Alcalá.—Vid.—Aquí se contienen dos
Romance que dice : De Mantua sale el Marques.. 'xácaras nueuas de dos iáques, etc.
ídem que dice : De Mantua salen o/priesa.
ídem de la sentencia contra Carloto, por TREBISO, que 'Relación de la salida á dar gracias á la soberana Vir-
dice: En el nombre de Jesús.
Al ,tln trae el extracto de la licencia que se díó para im- gen de Atocha las dos magestades de Phelipe IV
primir estos romances, fecha en Madrid á 8 de noviembre y Doña Mariana de Austria, por el feliz sucesso
de 1598. del socorro de Valenciana, y relación de la plaza
Moriscos.—Vid.—Relación del sentimiento de los socorrida. Compuesto por DIEGO GONZÁLEZ.
moriscos, etc. Madrid. Julián de Paredes. 1656. (4.° 2 colum.,
2 fojas.)
Muerte del infante Don Carlos.—Vid.—Contiene Contiene :
este pliego seis romances muy curiosos, etc. Romance que dice : En un profundo silencio.
ídem que dice : De las mejores victorias.
Mulato de Andúxar.—Vid.—Aquí se contienen dos
xácaras, vna del Mulato, etc. •Relación del sentimiento de los moriscos por su
justo destierro de España, y el número y canti-
Nueue romances, etc., por JUAN DE RIVERA. dad que se han embarcado dellos, assí hombres
Sin L . 1603.
como mugeres, y niños de todas edades hasta
Contiene : aora. Y de las mandas que dexan. hechas á igle-
Romance que dice : Cauallero de lejas tierras. • sias y lugares níos, y otras cosas dignas de me-
ídem que dice : Paseábase el buen Conde. moria. Lleua dos romances al fin muy gustosos.
No hemos visto este pliego, pero los dos romances que Impressas con licencia.
citamos y conocemos, pertenecen i la clase de los viejos a
tradicionales. Si los siete romances que nos son descono- , Seuilla. Fernando de Lara. 1610. {En 4. á 2 co-
cíaos se parecen ó pertenecen á la clase do los dos cita- lum. ,5 fojas, flg.)
txxxtv CATALOCO DE PLIEGOS SUELTOS
Contiene: Romance nueuo que haze relación de la vida, pri-
Romance que dice : Gran revuelta hay en España. sión y muerte de Pedro Pedrici.
ídem que dice: En triste prisión y ausencia.
Barcelona. 1701. {En 4." 2. colum., i fojas, flg.)
Relación de vn portentoso mil Agro. * Romance que pinta la batalla que Don Beltran, ca-
Barcelona. Sin A. {En 4° á 2 colum., 8 fojas.) uallero nauarro, tuuo con vna sierpe que le aco-
Relación muy verdadera que ha sucedido este año metió á la boca de vna cueua de las montañas de
en la ciudad de Jaén, la qual declara los enredos Sobrarbe, al tiempo que comenzaua la restaura-
de vna muger, etc. ción de España, y poco después de su pérdida,
Barcelona. -1699. {En 4/ á 2 colum., 4 fojas, flg.) de cuya hazaña tuuieron principio las armas •
apellido de la Cueua.
* Relación notable de la stmcta penitencia que en el Granada. 1662. (En 4.° á 2 colum., 2 fojas.)
monte Arsiano, junto á Roma, hizo vna muger Contiene:
natural de Valladolid, la qual auia sido renegada ^Romance en lenguaje viejo, que dice: En planto asa:
en Turquía. Y cómo conuirtió á dos hijos suyos, amargoso.
E l Autor es DON ANTONIO NAIMBRETE Y MONTAÑÉS.
sin conocer los hijos ala madre, y su buen fin.
Agora nueuamente comnuesta por MATHEO DE Romances que se han cantado en el conuento de la
BRIZUELA, natural de Dueñas. Pasión déla orden de Santo Domingo desta villa,
Barcelona. Sebastian de Cormellas. 1611. (En 4.° en los Misereres que ha celebrado esta Quaresma
á 2 colum., 4 fojas, flg.) de 1657, la congregación y diputación real de
Contiene: N. S. de las Angustias.
Coplas que dicen : Dios padre rey sempiterno. Madrid. 1657. {En 4.° á 2 colum.)
Relación verdadera de un manceuo que cautiuaron Sancho Panza y Don Quixote.—Vid.—Gracioso ro-
en Argel. mance en que se quexa Sancho, etc.
Valladolid. 1670. {En 4." á 2 colum.)
* Siete romances de la muerte de Don Rodrigo Cal-
Relación verdadera en que se describen la prisión, derón , marques de Siete Iglesias.
muerte, delitos, etc., de Pedro Nauarro Barcelona. Juan Forns. Sin A. {En 4.° á 2 colum.,
que se ajusticia en Sepúlveda, año de 1673. 4 fojas, flg.)
Compuesta por PEDRO GUTIÉRREZ, médico de Contiene:
dicha villa. Romance que dice : La barba hasta la cintura.
Valladolid. 1673. {En 4.° á 2 colum.} ; ídem que dice : Otorgóledeuana
ídem que dice: Apriesa y coge.
el Rey la suplica.
ídem que dice : En vn aposento á solas.
'Romance á lafiestade toros que se hizo celebrando lldem que dice : Quedando ya triste y solo.
lósanos déla Reyna nuestra señora, en 21 de "1 Ídem que dice : A veinte y vno de octubre.
^Idem que dice : Dicen varios religiosos.
diziembrede 1649. Dirigido á Doña Isabel de
Figueroa, hermana del marques de Cusano, etc.,
por D. PEDRO DE GUEVARA.
Testamento del gallo, obra muy graciosa parareyr y-
Sin L. ni A. Madrid. 1649. {En 4, °á%colum.,4 fojas.) passar tiempo. Agora nueuamente corregida y
enmendada por CHRISTÓUAL BRAUO, vecino y na-
Contiene: ,
tural de Córdoua."
Romance que dice: Suspended, oh gran matrona.
Barcelona. Sebastian de Cormellas. 1608. {En 4."
Romance á lo divino del Testamento de Christo. á 2 colum., 2 fojas, flg.)
Compuesto por el licenciado MARTIN DE LA Contiene:
CUEUA. Coplas que dicen : Por daros contentamiento.
Barcelona. Sebastian de Cormellas. 1610. {En 4."
á 2 colum., 2 fojas.) * Verdadera y nueua relación délas fiestas que hizo la
Contiene: ciudad de Milán á la Reyna nuestra señora, y de
Romance que dice: El gran monarca Iesus. lo que sucedió por sus jornadas hasta desembar-
car felizmente su Magestad, que Dios guarde, en
"Romance del Sereníssimo rey Don Pheüpe, y de su Denia, en 4 de setiembre deste presente año. El
muerte, que Dios lo tenga en su santa gloria. Im- recibimiento,fiestasy saluas reales que le hi-
pressa, etc. zieron, y las luminarias y regocijos que se han
Barcelona. Sebastian. Cormellas. 1608. {EnA.°,flg.) hecho en esta corte á la dichosa nueua.
Contiene: Madrid. Alonsd de Paredes. 1649. ( 2 fojas.)
1 Romance que dice : El sol esconda sus rayos. Contiene:
Romance que dice : Después que dichosamente.
Romance de un milagro, compuesto por JUAN DE ídem que dice : La insigne Doña Mariana.
RIUERA.
Sin L. 1604. {En 4." á 2 colum.) * Viage y predicación del profeta lonas á la gran ciu-
dad de Níniue, corte de los asirios, por mandado
Romance famoso de la vida, prisión, sentencia y de Dios, y el marauilloso efecto que causó su
muerte de Pedro Andrés. predicación. Dedicado á Rodrigo Méndez de Sil-
Barcelona. 1694. (En 4.° 2 fojas.) ua, etc., por DON PEDRO DE GUEUARA.
Es el mismo del pliego suelto Curiosa xácara nueua de la Sin L. ni A. Madrid. 1650. {En 4.° á 2 colum., 6 fo-
prisión y muerte de Pedro, etc. jas.)
Contiene :
Romance nueuo en que se da cuenta del mas mara- Romance de la predicación de Joñas, que dice: Siendo se-
uilloso caso y peregrino portento que ha succedi- ñor soberano.
do en la ciudad de Málaga. Virtudes de la noche.—Vid.—Contiene este pliego
Barcelona. 1694. {En 4.° á 2 colum., 2 fojas, flg.) seis romances muy curiosos, etc.
LXXXV
IMPRESOS DEL SIGLO XVIII EN ADELANTE
Xácara del gracioso desafío que tuvieron el choco- Xácara en troba de Entre los sueltos cauallos, com-
late y el vino. puesta por FRANCISCO DE YEPES, natural de la
Sin L. ni A. (En 4." d 2 colum., 2 fojas.) ciudad de Valladolid, etc.
Madrid. Julián de Paredes, etc. 1652. (En 4." á 2
Xácara de vn francés que robó la custodia del Sanc- eolum., 2 fojas.}
tíssimo Sacramento, en Colmenar.
Madrid. 1673. (En 4-° « 2 colum., 2 fojas.)

PLIEGOS SUELTOS IMPRESOS DEL SIGLO XVIII EN ADELANTE (1).


Alfonso Tellez y Pedro Cadenas. siderar el gran dolor que siente el alma cuando
(2 fojas, flg.) se despide del cuerpo. Primera y segunda parte.
Comienza : Atención, noble auditorio. (4 fojas, flg.)
Comienza la primera parte : Oigan el clarín sonoro.
Alarbe (El), de Marsella. Romance de un caballero ídem la segunda idem : Tarde acuerdas, infeliz.
de Marsella, que por haber muerto á su padre
permitió la divina Majestad de Dios que se Ardenia. Primera y segunda parte.
viese en esta forma. (Aquí un grabado que re- (4fojas,fig^)
presentaun monstruo.) Empieza la primera parte : Crujan los ejes celestes.
(2 fojas, flg.) ídem la segunda idem: Dejé en la primera parte.
Comienza: A la celestial princesa. Arlaxa, mora. Primera y segunda parte.
Antonio de Salafranca. Romance en que se da (4 fojas, flg.)
cuenta y declara el riguroso martirio que han Empieza la primera parte : Resuene el clarín dorado.
ídem la segunda idem : Y después que hubo pasado.
ejecutado en la ciudad de Túnez con .un cris-
tiano cautivo llamado Antonio de Salafranca,
natural de Cerdeña, que por no haberse que- Batalla del.Grillo y el León (Romance de la).
rido casar con la hija del Turco, y defender (i fojas, flg.)
nuestra santa fe católica, mandó su amo que Empieza: Atiéndame todo el orbe.
muriese atenaceado y quemado. Batalla de Roncesvalles. — Vid. — Bernardo del
(2 fojas, flg.) Carpió.
Comienza : Déme el gavilán lijero.
Batalla (La) que el Sr. Don Juan de Austria tuvo
Antonio Montero y Diego Frias. Romance que re- con la armada del gran Turco. Carta con la
fiere un raro suceso y notable tragedia que en nueva de la victoria. Presente que el gran
la ciudad de Antequera les sucedió á dos man- Turco le envió, y respuesta del Sr. Don Juan.
cebos muy amigos, el uno llamado Diego de
Frias, y el otro Antonio Montero, el cual era (4 fojas, flg.)
Contiene:
. casado con una muy hermosa dama, y cómo Romance que dice : De Sicilia con poder;
Diego de Frias, habiéndose enamorado de ella, ídem que dice: Gallardo entra un caballero.
la sacó de su casa y la llevó á la ciudad de Se- ídem que dice : Yo el gran Selimo sultán.
villa, y cómo después Antonio Montero los mató ídem que dice : A ti Selimo sultán.
Este pliego es una reimpresión de romances de la época
á entrambos. de los acaecimientos que narran y celebran.
(2fajas, flg:)
Comienza : A la oirgen del Rosario. Baraja (Romance de la).
(2 fojas, flg.)
Apartamiento del alma y del cuerpo. Romance
para contemplar en la hora de la muerte y con- Belardo y Lucinda. Romance en que se declara
cómo la hija del gran sultán de Constantinopla
(1) Se ha formado este catálogo alfabéticoyorhs palabras que se enamoró de un cristiano cautivo suyo> y
indican el objeto ó el sujeto de que tratan los romances, colo- cómo este la redujo á nuestra santa fe, la bau-
cando en seguida el título bibliográfico, el cual se pone entre tizó, y después murieron los dos quemados.
paréntesis cuando debe preceder á dichas palabras.
Casi todos estos romances pertenecen y son reimpresiones (2 fojas, flg.)
de aquellos que se compusieron en el siglo xvn, porque en Dice : En el alcázar de Venus.
el xviii casi se hicieron los romances políticos concernientes Es el mismo intitulado : Lucinda y Relardo.
a la guerra de Sucesión, etc.
La casi totalidad délos romances de este catálogo, así como Beneficios que logran los hombres, etc. — Vid.—
los del anterior de pliegos del siglo xvn, son del género vulgar
y versan sobre asuntos de valientes, facinerosos, ahorcados, Daño que viene á los hombres, etc.
milagros, amoríos novelescos, raptos de damas resueltas,
sucesos portentosos, maravillosos é increíbles, descripción Bernardo de Carpió (Seis romances famosos de la
üe pestes y catástrofes, jácaras, burlas, esclavos cristianos historia de), en que se da cuenta de alguna
que se libertan del cautiverio de los turcos ó que mueren parte desús valerosos hechos. Refiérese la ba-
mártires, etc. Entre ellos hay sin embargo algunos de asuntos
'jejos, ya sean reimpresos, ó compuestos de nuevo, tales talla de Roncesvalles. Todos compuestos por
como los que se refieren á Bernardo del Carpió, Garcilaso de DIEGO Cosío.
» vega, Vulgar, Céspedes el de Ocaña, Griselda, y aun hay Madrid. Francisco Sanz. Sin A. (4 fojas, flg.)
algunos que tratan de asuntos y cuentos de origen oriental.
loaos los que no lleven indicado el lugar, año é impresor, Contiene:
n»»Ai n o s e e x

q u es o
P r e s a
carecer de esta circunstancia, se en-
e d , c i o n d
Romance que dice : No os llamo canalla vil.
érin.. ? e Córdoba, por Gabriel García Ro- ídem que dice : Las variasfloresdespoja.
qu
í ,?' ? l o s lm
Priniid desde el año de 1822 en adelante. ídem que dice: Con crespa y dorada crin.
asían en 4.o a 2 coium. ídem que dice : Áspero llanto hacia.
!,XXXVt
CATÁLOGO DE PLIEGOS SUELTOS
Romance que dice : Hincado está de rodillas. Carlos y Lucinda.
ídem que dice : Con solos diez de los suyos. (i, Más, flg.)
Cosío, cuando mas, es el editor de este pliego impreso La primera parte dice : Suene el clarín de la fama.
ya muy entrado el siglo xvm , y si hay algunos romances
suyos, serán el primero y el quinto, pues los demás están La segunda idem dice: En el pasado romance.
en el Romancero general, y en elieLoboLasodela vega.
Casamiento (El) entre dos damas. Romance en que
Bernardo del Carpió (Curioso romance en que se se refieren los sucesos de una señora natural
da cuenta de los valerosos hechos de), junta- de la ciudad de Viena, corte del imperio, y de
mente con la grande batalla de Roncesvalles. la variafortunaque tuvo habiéndose salido de
(Primera y segunda parte.) su patria en busca de un amante suyo: primera
(i fojas, flg.) parte.
La primera parte dice: No os llamo canalla vil. ídem. Romance en que se finalizan los sucesos de
La segunda ídem dice : Hincado está de rodillas..
• Estos romances pueden ser de DIEGO Cosío. esta principal señora, con el mas raro caso que
han visto los nacidos, como lo verá el curioso
Bernardo del Montijo (Curioso romance en que se en esta segunda parte. Autor PEDRO NAVARRO.
declaran las portentosas hazañas de). (4 fojas, flg.)
(2 fojas, flg.) La primera parte dice : En la corte mas suprema.
Empieza : Escuchadme, jaquetones. La segunda dice: Hechas las célebres bodas.
Boda de negros. Romance en que se refiere la ce- Castigo que Dios nuestro Señor ejecutó en dos hi-
lebridad, galanteo y acasos de esta boda, que se jos malvados que sacaronásu padrea un monte
ejecutó en la ciudad del puerto de Santa María. y le maniataron para que le comiesen las fie-
{'¿fojas, flg.) ras (Nuevo romance en que se da noticia del).
Dice: Cese todo regocije. (¿fojas, flg.)
Borrico Pajarito — Vid. — (Desgraciada muerte Empieza : Descuadérnense los ejes.
del, etc.)
Castigo que Dios ejecutó en una joven de diez y-
ocho años, en el reino de Valencia, por haber
Caballero Maltes.—Vid,—Maltes en Madrid. levantado la mano á su madre, etc. (Relación
Calzones (Los) y las alforjas. Discreto, gracioso y en que se declara el riguroso).
divertido romance de lo que sucedió el dia 2 de (2 fojas, flg.)
enero de este presente año á un carbonero que Dice: Emperatriz soberana.
le dieron un par de calzones pensando darle
sus propias alforjas, y cómo una vieja con sus Cautiva de Sevilla (Romance que se intitula, La),
industrias raras le engañó de tal manera, que compuesto por ALONSO DE MORALES.
aun la dio la mitad del dinero que sacó del La primera parte dice : Ciérrese el bello volumen.
carbón. (Primera parle.) La segunda dice : Luego que las tristes nuevas.
ídem. Segunda parte, donde se siguen los chistes Cautivo (El) de Gírona.
que sucedieron al referido, carbonero.
(4 fojas, flg.) (i fojas, flg.)
La primera parte dice : Permita el cielo divino.
La primera parte dice : Todo casado me escuche. La segunda idem dice : Apenas el noble padre.
La segunda idem dice : Aquí fueron los suspiros. '
Carlo-Magno (De), Folleto que consta de 16 fojas, Colinda y Don Antonio Moreno* Refiérese el cau-
su autor JUAN JOSÉ LÓPEZ. tiverio de este y las amorosas ternezas de esta
Sin L. ni A. (En 4." d 2 colum,, flg.) • argelina, y cómo la redujo a nuestra santa fe,
Contiene:
declarándola el nacimiento y muerte de Ma-
Primera relación en que se refiere la cruel batalla que tuvo lnma.
el valeroso Oliveros con el esforzado Fierabrás de Ale- ídem. Declárase cómo esta Argelina se redujo á
jandría, con lo demasíete. Dice : Suenen caías y cla- nuestra santa fe, por haberle el cristiano ex-
rines.
Segunda relación, en que se prosigue la cruel batalla del plicado quién es el verdadero Dios, y cómo se
valeroso Oliveros, y como venció ú su contrario Fiera- bautizó y casó con él : refiérese cómo se vi-
brás , lo hizo cristiano, con lo demás, etc. Dice : Si • nieron á España, trayéndose á su padre, el
con la primera parte.
Tercera relación, en que se prosigue la prodigiosa histo- cual se hizo también cristiano.
ria de Oliveros y el valiente Fierabrás de Alejandría. (4 fojas, flg.)
Dice : Ya dije como llegaron.
Cuarta relación, en que se prosigue la prodigiosa histo- La primera parte dice: Ayudado de Dios padre.
ria de Oliveros y el valiente Fierabrás de Alejandría. La segunda idem dice: Ya dije en ¡a primer parte!
Dice : Ya referí en la tercera.
Quinta idem idem. Dice : Apenas el Almirante. Chasco del arriero.—Vid. —Juan de Prados.
Sexta relación, en nue se prosiguen los valerosos hechos
• de Fierabrás y Carlo-Magno para ganar el Puente de Chasco de una vieja á un mancebito, etc. — Vide.
• Mantible. Dice : Supuesto que prometí. — Teresa Mocarro.
Séptima relación, en que se prosigue la prodigiosa histo-
ria de. Carlo-Magno y los doce pares de Francia. Dice • Cinco (Los) hijos de un parto. Verdadera y ex-
la dije que Carlo-Magno.
Octava y ultima relación de los valerosos hechos de Car- traña relación del maravilloso parto de cinco
lo-Magno y los doce pares de Francia y el fin que tuvie- hijos varones que ha dado á luz una mujer
ron. Dice : Ya dije que Carlo-Magno. llamada Mana Gutiérrez, natural del pueblo de
Carlos y Estela: Jalapa , casada con Isidro López. Declárase la
[i fojas,flg.). señal con que nació cada uno. El primero con
La primera parte'dice: Desde elprincipío del mundo. una.espiga de trigo en la mano, el segundo
La segunda ídem dice : Supuesto que en la primera con una de cebada, el tercero condos espadas
Su autor es MANUEL MARTIN.
en cruz sobre el vientre, el cuarto con un ra-
IMPRESOS DEL SIGLO XVIII EN ADELANTE. LXXXVII.
cimo de uvas en la mano derecha, y el quinto ídem. Beneficios que logran los hombres por las
con una vara en la misma mano. señoras mujeres.
(4 fojas, fig.) (i fojas, fig.)
Empieza : Por los ámbitos del mundo. La primera parte dice : Escúchenme atentamente.
La segunda idem dice : Muy irritado he quedado.
Conde Alárcos (Relación del), y de la infanta Soli- Declárase cómo esta Argelina. —Vid. — Celinda y
sia. Trata de cómo mató á su mujer para ca- Don Antonio Moreno.
sarse con la infanta. (^ fojas, fig.)
(4 fojas, fig-)
Dice: Retraída está la Infanta. Desgraciada (La) Ginesa. Nueva relación en que
Es una reimpresión del viejo., . se da cuenta y declara el admirable prodigio
que ha obrado su divina Majestad por la inter-
Condiciones, vicios y propiedades de las señoras cesión de su santísima Madre N . S. de Mont-
mujeres. serrat, y los sagrados cuatro evangelios, con una
(2 fojas, fig.) mujer que por haberse echado una maldición,
Empieza : Promete el cielo vestido. y_ no querer criará un hermano suyo, permi-
Contador espiritual. Romance en que se declara tió Dios que se le agarrasen de sus pechos dos
por los números de cuenta lo que se debe con- espíritus malignos en figura de culebras, para
templar para no errar la que cada uno hemos escarmiento; y poruña rogativa y promesa que
de dar de nuestra vida en el tribunal de Dios. hizo su padre á la Virgen, se vio libre, con lo
(4 fojas, fig.) demás que verá el curioso lector.
La primera parte dice: Habiendo considerado.
(% fojas,-fig.)
La segunda idem dice: Habiendo, lector discreto. Comienza : Sacra aurora soberana.

Contienda y argumento entre un pobre y un rico. Desgraciada (La) muerte del borrico Pajarito.
(2 fojas, fig.) Despedimiento de un galán para ausentarse, por
Dice : Atiendan pobres y ricos. la esquivez de una dama.
Contienda del agua y el vino con un tabernero y (2 fojas, fig.)
un aguador. Empieza : A tí, centro de deidades.
\l fojas, fig.) Despertador espiritual, en que se declara cómo ha
La primera parte dice: Óigame todo curioso. de despertar el pecador que está dormido en
La segunda idem dice : Yo soy aquella princesa.
Es" el mismo pliego de la Reñida contienda, etc. la culpa. ••
(4 fojas, fig.)
Conversión (La) de San Pablo. Empieza la primera parte : Si en la cama de la culpa.
(2 fojas, fig.) ídem la segunda idem : Si con el primer romance.
Dice : Después que amorosamente. ' Dionisio el de Sakmanca.
Cortante (El) de Cádiz. Romance en que se de- (4 fojas, fig.)
clara la feliz fortuna que tuvo un hijo de un La primera parte dice : En el nombre de Jesús. '. •
cortante de la ciudad de Cádiz, llevándosele un La segunda idem dice : Ya dije que en la mazmorra.
mercader á las Indias: dase cuenta cómo volvió Autor PEDRO SAENZ. .
á España y se casó con la hija del mercader, Doce Pares de Francia.—Vid.—Garlo-Magno (De).
que fué causa de su desgracia, siéndolo tam-
bién de su dicha y prosperidad, como verá el Domingo (El negro). —Vid. — Don Isidro y Dono
curioso lector. Violante.
(4 fojas, fig.) Don Antonio Narvaez y Rosaura. Romance de los
. La primera parte dice : Oh gran Dios de la verdad. varios lances que acaecieron á esta dama y á
La segunda idem dice: Ya dije cómo salió. su amante, naturales de la ciudad de Córdoba:
. Creación (La) del mundo y fábrica del hombre. dase cuenta de cómo este la descubrió en Sierra-
(2 fojas, fig.) Morena , por haber sacado en la corriente de
Comienza : Omnipotencia divina.
un arroyo un guante de seda bordado de oro,
y cómo la señora dijo que la guardaba un mons-
Cristiano (El) y el gentil. Romance histórico que truo, que se fuese, porque le haria pedazos, y
renere la mas firme amistad que tuvieron un cómo no quiso irse, hasta que vino y le mató.
cristiano y un gentil, y los sucesos que les acae- (Primera parte.)
cieron. ídem. — ídem. Romance en que se prosiguen los
ídem Se da fin á la historia verdadera de la mas sucesos amorosos de estos finos amantes : dase
tina amistad del cristiano y el gentil. cuenta cómo él fingió una carta para Madrid,
(* fojas, fig.) y se la trajo á Córdoba, donde se deposaron, etc.
n a
La L ™ ü ? 2 í r t e i c e :
Clonado de laureles. Segunda parte.
La segunda ídem dice: Ya dije, si bien te acuerdas. (4 fojas, fig.) , .
La primera parte dice : A olvidar vanas memorias.
Cristo-Vid.-(Vida, muerte y pasión de, etc.) La segunda idem dice: Ya dije en la primer parte.
Este romance se ha impreso también con titulo de Rosaura
8 3 T e c l a V i d la del guante.
^trancia ^ -~ - ~ Renegado de
Don Carlos Udarca. Autor, JUAN DE RIBERA.
Daño que viene á los hombres por las señoras mu- (4 fojas, fig.)
La primera parte dice : Rompa mi voz elsílencio.
La segunda idem dice : Supuesto, noble auditorio,
mxvM . CATÁLOGO DE PLIEGOS SUELTOS
Don Garlos v Doña Elena. Romance nuevo en que | Don Guindo y Pascual Cerezo.—Vid.—Testamento
se da noticia de los amores de estos amantes, de Don Guindo, etc.
naturales déla ciudad de Malaga, con lo demás Don Isidro y Doña Violante, y el negro Domingo.—
que verá el curioso lector. Autor JUAN MIGUEL DE FUENTES.
Ídem (Segunda parte, en que sefinalizanlos amo- (i fojas, fig.)
res de, etc.). La primera parte dice : Escuchadme atentamente.
(i fojas, fig.) La segunda idem dice : Apenas el otro iva.
La primera parte dice : Galanes enamorados. Don Jacinto del Castillo y Doña Leonor de la R ,
La segunda idem dice : Ya dije en la primer parte. 0

sa. Romance en que se declaran los amores que


Don Claudio y Doña Margarita (Romance de). tuvieron, y la gran violencia que su padre l a

i fojas, fig.) hizo para que se casase con otro, al cual mata-
La primera parte dice: Hoy, señores, hoy se alienta. ron, y á su padre y suegro, y se salieron de su
La segunda idem dice :.Ya dijo el primer romance. tierra.
Es su asunto, con otros nombres, el mismo de la Histo-
ria de Úrson y Valentín. (i fojas, fig.)
La primera parte dice : Sagrada Virgen María.
Don Dieg'o del Castillo. La segunda idem dice : Ya dijo el primer romance.
(4 fojas; flg.) "Don Jaime de Aragón. Romance en que se declaran
La primera parte dice : Una risueña mañana. los varios sucesos de este caballero, siendo el
La segunda idem dice : Ya dije cómo llevó.
mas notable el de la calavera. Autor JUAN DIO-
Don Diego de Peñalosa y Doña María Leonarda. NISIO.
Romance dé los amorosos sucesos de estos dos (6 fojas, fig.)
finos amantes. La primera parte dice : Remonte el vuelo mi pluma.
La segunda idem dice: Prosiguiendo de esta historia.
(4 fojas,fig.) La tercera idem dice: Deseando concluir.
La primera parte dice : Rompa la vaga región.
La segunda idem dice: Ya dije cómo en el monte. Don José de Ahumada.
Don Enrique y Don Estefano.—Vid.—Dos prínci- (4 fojas, fig.)
La primera parte dice: Aunque con dolor intenso.
pes de Italia. La segunda idem dice : Si el silencio me permiten.
Don Eusebio de Herrera (Nueva y curiosa relación Don Juan de Austria. — Vid. — (Batalla que dio el
de un prodigioso portento qué obró nuestra Se- señor, etc.)
ñora del Carmen con un caballero devoto suyo,
' natural de la ciudad de Valencia, llamado). Au- Don Juan de Austria. — Vid. — (Testamento del
tor PEDRO DE PORTILLO. señor, etc.).
(2 fojas, fig.) DonJuan de Aviles.
Dice : Hoy se renueva mi pluma. (2 fojas, fig;).
Don Félix el pecador. Autor CRISTÓBAL FÉLIX QUI- Dice: Publique mi lengua á voces.
ROS. Don Juan de Lara y Doña Laura.
(2 fojas, fig.) (2 fojas, fig.)
Dice : Sacra y celestial princesa. Dice : La pena con la alegría.
Don Hernando de Aragón. Den Juan de la Tierra. Romanceen que se da cuen-
(4 fojas, fig.) ta y declaran los hechos, arrestos y valentías de
La primera parte dice : Empeñado en la ocasión. este héroe, natural de la villa de lllescas. Dase
La segunda idem dice : Ya que en el primer romance. cuenta de la reñida pendencia que tuvo en de-
Don Femando del Pulgar. Relación verdadera de fensa de su rey. Con todo lo demás, etc. Autor
los arrestos y valentías de este esforzado caba- PEDRO SALVADOR.
llero, que puso en la mezquita de Granada, (i fojas, fig.)
cuando era de moros, el Ave María. La primera parte dice : Corónese de laureles.
Dice : Santa fe, que bienpareces. La segunda idem dice : Tomó la pluma Don Juan.
Es reimpresión del antiguo.
Don Juan de Lison. Nuevo y curioso romance en
Don Francisco del Castillo. —Autor PEDRO MIGUEL que se refieren las valerosas hazañas del valiente
GONZÁLEZ. Don Juan de Lison, natural del reino deMurcia.
{i fojas, fig.) (i fojas, fig.)
Comienza la primera parte : Sagrada Virgen María La primera parto dice : En el gran reino de Murcia.
ídem la segunda idem: Ya he dicho cómo quedó. La segunda idem dice : Dije en mi primera parte.
Don Francisco de León y Mesa. Portentosas haza- Don Juan de Saavedra.—Vid.—Marques del Villar.
ñas y amorosos hechos de este valeroso caballe-
ro : refiérese cómo dio muerte á tres bandidos Don Juan Lorenzo. Autor JOSÉ FRANCISCO.
libró de la muerte á un sacerdote, é hizo otras (4 fojas, fig.)
muchas heroicas bizarrías. Autor FRANCISCO La primera parte dice : En la ciudad mas alegre.
ANTONIO. La segunda idem dice : Apenas Don Juan Lorenzo.
(2 fojas, ñg.) Don Juan Merino (Valerosos hechos, muertes 7
Empieza : De la redondea del mundo. desafíos que tuvo un caballero de Valencia, lla-
Don Gerónimo Morales. mado). Autor JOSÉ FRANCISCO.
CZ fojas, fig.) (I fojas, fig.)
Dice : A la aurora soberana. La primera parte dice : En este opulento alcázar.
La segunda idem dice : Ya dije cómo Don Juan,
IMPRESOS DEL SIGLO XVIII EN ADELANTE. «xxix
natural de Valencia, y la felicidad con que salió
DonLuisdeBorja.
de todos ellos,
{A fojas, fig.)
Dice : En el mar de los placeres. ídem. ídem. Romance en que se refiere el cautive-
Don Patricio de Córdoba y Aguilar. Romance en rio de esta dama, y los varios sucesos que pasó
eme se da cuenta y declaran los trágicos sucesos hasta elfinde su vida. Autor PEDRO DE FUENTES.
que sucedieron á este caballero, natural de la (é fojas, fig.)
La primera parte dice : A la que es Madre del Verbo,
ciudad de Lisboa. La segunda idem dice: Ya dije cómo salió.
(4 fojas, fig.) Doña Juana de Acevedo.
La primera parte dice: En la ciudad de Lisboa.
La segunda ídem dice : Supuesto que prometí. (4 fojas, fig.)
La primera parte dice : Hombres que estáis en el mundo.
Don Pedro Azedo, y príncipe de Arjel. Nuevo y cu- La segunda idem dice : Ya sabrás cómo salió.
rioso romance de la trágica historia y admira- Doña Rafaela de Arcos. Trágicos sucesos de la muy
bles sucesos del príncipe de Arjel, que fué apri- noble señora Doña Rafaela de Arcos. Refiérese
sionado de unos soberbios corsarios, y traído á cómo habiendo muerto á un caballero su aman-
España sin saber la presa que traian, y fué ven- te, después de muchas otras aventuras, se entró
dido, y de la suerte que fué descubierto á su
amo, con lo demás que verá, etc. Autor JUAN JO- religiosa en un convento de la ciudad de Va-
SÉ LÓPEZ. lencia.
(4 fojas, fig.) (^ fojas, fig.)
La primera parte dice : En la ciudad mas alegre. — Que Dice: Aunque son las esperanzas.
calienta etc. Doña Rosa la cautiva.
La segunda idem dice : Si con el otro romance.
& fojas, fig.)
Don Pedro Natera. Dice: Gloria de los horizontes.
(2 fojas, fig.) Doña Rosa de Peralta. — Vid. — Don Raimundo de
Dice : Calle el tigre, calle el oso. Tejada.
Don Pedro Salinas. Doña Teresa de Llanos.
{% fojas, fig.) & fojas, fig.)
Dice : Escúchenme los valientes. , Dice : Présteme silencio el mundo.
Don Raimundo de Tejada y Doña Rosa Peralta. Doña Teresa en la Cueva. Autor JUAN DE MENDOZA.
(i fojas, fig.) (4 fojas, fig.)
La primera parte dice: Hoy el clarín resonante. La primera parte dice : Al divino consistorio.
La segunda idem dice : Dejamos á Doña Rosa. La segunda idem dice: Ya dije en otro romance.
Don Rodulfo de Pedrajas. Autor JUAN ANTONIO LÓ- Doña Victoria Acevedo.
PEZ. & fojas, fig.)
(i fojas, fig.) Dice : Detente, pluma, y repara.
La primera parte dice : Todo bandido se esconda.
La segunda idem dice: Ya dije en la primer parte. Doña Violante.
Doña Fénix Alba. Romance en que se declaran los (4 fojas, fig.)
maravillosos sucesos de esta noble señora. Dase La primera parte dice: La fama en ecos acordes.
cuenta cómo habiéndola sacado un amante suyo La segunda idem dice : No dejaras de acordarte.
de su casa, con engaños la llevó aun monte, Dos (Los) príncipes de Italia. Romance que trata de
donde la quiso quitar su honor, y la dio de pu- las aventuras de dos caballeros italianos, llama-
ñaladas. Como asimismo la venganza que tomó dos Don Enrique y DonEstefano, los cuales eran
un león de su alevoso amante, y el dichoso fin primos hermanos. Declárase cómo corrieron lo
que tuvo la señora. mas de nuestra España, y el caso mas particu-
(i fojas, fig.) lar que les sucedió en ella. Primera parte.
Dice : noy, señor, estime atento. ídem. Romance en que se refiere muy por menor el
Doña Francisca la cautiva. Romance en que se re- dichosofinque tuvieron las prodigiosas aventu-
fiere cómo esta señora, navegando á Roma con ras de los dos nobles caballeros Don Enrique y
tres hijos pequeños, la cautivaron los turcos. Don Estefano. Segunda parte.
Primera parte. {i fojas, fig.)
Ídem. ídem. Romance en que se da cuenta de un La primera parte dice: Deseosos de ver mundo.
prodigioso milagro que hizo la Virgen santísima La segunda idem dice: Entre claveles y rosas.
del Carmen con esta señora y sus hijos, librán-
dolos del poder de los turcos. Segunda parte. Efigenia.
Autor PEDRO DE FUENTES. {i fojas, fig.)
{i fojas, fig.) La primera parte dice : A la madre, hija y esposa.
La primera parte dice : Oh gran Reina de los cielos. La segunda idem dice : Despedido el religioso.
La segunda idem dice : Sagrada Virgen María.
Enamorada (La) de Cristo, María de Jesús de Gracia.
Doña Inés de Castro, cuello de Garza de Portugal. (2 fojas.)
(2\ fojas, fig.)
Dice : A las discretas mujeres.
Dice: A la Reina de los cielos.
Espínela.
Doña JosefaRamirez. Romance en que se da cuenta
de los arrojos y valientes arrestos de esta dama, (2 fojas, fig.)
Dice : El sol detenga sus rayos.
CATALOGO DE PLIEGOS SUELTOS
Excelencias de la santísima Cruz. Hallazgo de un cadáver en una cueva junto á Peña-
& fojas, fig.) Cerrada (Romance nuevo del).
Dice: Madero excelso de Cristo. (2 fojas, fig.)
Dice : No muy lejos de Vitoria.
Excelencias de la seda (Romance que explica las
Harpía (La) americana, animal feroz y anfibio, ó que
$ fojas, fig.) vive en agua y tierra, que fué cogido eu las cos-
Dice : Quién eres, bella princesa.
tas del Perú, en una laguna llamada Orfagá, en
Fierabrás.—Vid.—Carlo-Magno (De). este presente año.
(2 fojas, fig.)
Fiera (La) de Oporto. Caso notable y espantoso que Dice : Quien no se pasma y asombra.
acaba de suceder en la ciudad de Oporto, reino
de Portugal, con un animal fiero ; dase cuenta Hazañas y atrocidades del dios Baco.
de cómo por la providencia de Dios arrebataba (2.fojas, fig.}
diariamente los niños de las casas de sus padres, Dice : Atienda todo cofrade.
sin hacerse visible, trasladándolos á una cueva
de un monte; declárase también cómo al cabo Hijo (El) del Verdugo. Nueva relación en la que se
de algunos dias se descubrió la causa de este cas- refieren los mas raros sucesos de este mancebo,
tigo por un tierno niño de pechos que lo decla- natural de la ciudad de Córdoba, el cual se pasó
ró por disposición divina. á las Indias y logró grandes fortunas.
(2 fojas, fig.) (2 fojas, fig.)
Dice : Con el sacrosanto nombre. La primera parte dice : Noble y discreto auditorio.
La segunda idem dice : Supuesto, noble auditorio.
Fraile (El)fingido.Romance en que se manifiestan
los excesos de un amor profano, y hasta dónde Isla de Jauja (Breve relación y curiosa carta que da
llega el ardid y las astucias de las mujeres. Au- cuenta de una prodigiosa isla que se ha descu-
tor ALONSO DE MORALES .
bierto j unto al reino de los Matricados, llamada).
{i fojas, fig.)
Refiérese con el aparato, ostentación y grandeza
La primera parte dice : Cuando el autor soberano.
La segunda idem dice . Brotando llamas de enojo. que se vive en ella, como lo declara la gustosa
copla, que es la siguiente.
Francisco Correa (Romance en que se declaran los (2 fojas, fig.)
hechos, valentías y arrojos del andaluz mas va- Dice : Desde el Sur al Norte frío.
liente, llamado).
{1 fojas, fig.) Jacinto de Rovira.
Dice : Oid, mancebos valientes.
{i fojas, fig.)
Francisco Esteban el Guapo, natural de la ciudad La primera parte dice : Retumben con armonio.
de Lucena (Curiosa relación en que se da cuen- La segunda idem dice : Digo pues que en Barcelona.
ta de las proezas y arrojos de). • Jauja.—Vid.—Isla de Jauja.
(8 fojas, fig.)
Consta de cinco partes : Juan de Arévalo.
La primera dice: Tiemble de mi nombre el mundo.
La segunda dice : Desde donde empieza Europa. (2 fojas, fig.)
La tercera dice : Santo Cristo de la Luz. Dice : Ningún guapo me dé voces.
La cuarta dice : Oh soberano Señor.
La quinta dice : Explique mi lengua torpe. Juan de Lucena.—Vid.—Guapo Juan de Lucena.
Garcilaso de la Vega. -Vid.—Triunfo del Ave Juan de Navalla.
María. (i fojas, fig.)
La primera parte dice: Dios con su inmenso poder.
Gigante (El) Cananeo. — San Cristóval. La segunda idem dice: Supuesto que los oyentes.
(4 fojas, fig.)
La primera parte dice : Oh montaña de virtudes.
Juan de Prados ó el chasco del arriero.
La segunda idem dice : Ya dije en mi primer parte. (i fojas, fig.)
La primera perte dice : En Valladolid famosa.
Grandezas de nuestra Señora de la Cabeza.—-Vid.— La segunda idem dice: Picado Juan Prados luego.
Primera parte de las grandezas.
Juan García Nebron.
Griselda. Romance de la peregrina historia de está (i fojas, fig.)
pastorcilla, y de cómo el marqués Gualtero trató La primera parte dice : Nobilísimo auditorio.
su casamiento con ella, y salió el mas singular La segunda idem dice : Gran dia se nos ofrece.
ejemplo de la obediencia que deben tener las
mujeres casadas á sus maridos. Juan Pórtela. Nuevo romance en que se declara los
(& fojas, fig.) robos y asesinatos que ha cometido el valeroso
La primera parte dice : Atiéndame todo el orbe'.
Pórtela en las inmediaciones de Córdoba.
La segunda ídem dice : Ya dijo el primer romance. (2 fojas, fig.)
La tercera ídem dice : Ya dije en la primer parle. La primera parte dice: Escuchen, señores míos.
La segunda idem dice : A dar pienso á mi caballo.
Guapo (El) Juan de Lucena.
(irfojas, fig.) Judío (El) de Toledo.
La primera parte dice : No sé si será posible (2 fojas, fig.)
La segunda idem dice : Ya dije cómo salió. Dice : Hermosísima Marie.
IMPRESOS DEL SIGLO XVÜ1 EN ADELANTE. . *«
La linda deidad de Francia. Milagro de San Antonio del Doblón. — Vid. — San
(4 fojas, fig.) Antonio del Doblón.
La primera parte dice : Hoy, señores,hoy pretendo. Milagro que ha obrado el Patriarca Señor San José
La segunda idem dice: Alfinde los dichos años.
en la villa de las Cabezas con un devoto suyo
Llardo el estudiante de Córdoba. Romanee en que (Romance que refiere un). Primera parte.
." se declaran los lances de amor, miedos y sobre- ídem (Romance que prosigue el milagro que ha
saltos que le acaecieron con Doña Teodora, na- obrado, etc.).
tural de Salamanca. Refiere como habiendo ido (4 fojas, fig.)
una noche á escalar el convento para sacar á esta La primera parte dice : Al soberano Jesús.
señora, vio su entierro, con otras particulari- La segunda idem dice : Sepan todos en Sevilla.
dades.
Molinero (Ei) de Arcos.
{4 fojas, fig.)
La primera parte dice: Escucha, Carlos, mi historia. (2 fojas, fig.) '
La segunda idem dice: Después que hubo Teodora. Dice : Galanes enamorados.
Lucinda y Belardo. Nuevo y curioso romance en el Misterios del santo sacrificio de la Misa (Romancé do
que se refiere que estando Belardo cautivo en. los).
Constantinopla, se enamoró de él la hija del rey, {i fojas, fig.)
ydespuesquo.se hizo cristiana se pusieron en La primera parte dice : Aplique mi rudo labio.
camino para venir á Valencia; los cuales fueron La segunda idem dice: Suspenda su vos suave.
cogidos por el turco, y consintieron morir que-
mados por no renegar, etc. Negro Domingo.- • Vid. — Don Isidro v Dona Vio-
Valladolid. Santaren. 4843. (2 fojas, fig.) lante.
Dice : En el alcázar de Venus.
Es el mismo de Belardo y Lucinda. Nombres (Los) de las señoras mujeres.
(2 fojas, fig.)
Maltes (El) de Madrid. Romance en que se declara Dice : Supuesto que me hanpedido.
uua prisión que ha hecho la santa Inquisición en
la corte de Madrid, de tres hombres y dos muje- Noticias ciertas en que se contiene el descubrimiento
res por haber dado muerte á ventisiet'e personas, de una isla, la mas rica y abundante de todo
y cómo se descubrió por un caballero Maltes, cuanto hay en el mundo; descubierta por el
que querían ejecutar lo mismo con él. afortunado capitán llamado Longares de Sentlom
(i fojas, fig.) y de Gorgas. Compuesta por un soldado que iba
La primera parte dice: Emperatriz de los cielos. en el navio que la descubrió, como testigo de
La segunda idem dice: Ya dije en la primer parte. vista de todo lo que aquí se refiere.
Sin L . ni A. (2 fojas, fig.)
Marcos de Cabra.
Dice : Desde el Sur al Norte frió.
(2 fojas, fig.) Es el mismo romance de la isla de Jauja.
Dice : El domingo se casó.
Nuestra Señora de la Cabeza. — Vid. — (Primera
María de Jesús de Gracia . — Vid. • Enamorada de parte de las grandezas de, etc.)
Cristo.
Marques (El) del Villar, Don Juan de Saavedra, vein- Ocho muertes hechas en este presente año por mano
ticuatro de la ciudad de Córdoba. de un hombre ingrato seducido de una dama, el
(2 fojas, fig.) que por estar amancebado con ella las ejecutó,
Dice : Qué tienes, Córdoba insigne. cuyo motivo en la plana lo verá-el, etc. (Esta
nueva relación y curioso romance se reduce á
Martin Alonso. Nuevo y curioso romance en que se manifestar al público.)
refieren los hechos y arrogancias valerosas del Madrid. 1847. (2 fojas, fig.)
alentado Martin Alonso, natural del castillo de la Dice : Al altísimo Jesús.
Alcalahorra, en el reino de Granada, y de otros
compañeros suyos, y el desastrado fin que tuvie- Oliveros—Vid.—Cario Magno (De)
ron sus temerarios compañeros.
V fojas, fig.) Once novios (Sátira nueva de los), en que se mani-
Dice : No campe ningún valiente. fiestan los dengues, monadas y zalamerías que
gastan las señoritas doncellas cuando ven que
•Mercader ( E l ) de Tarragona. Autor GABRIEL R A - tienen muchos novios.
HIKEZ. {% fojas, fig.)
("2 fojas, fig.) Dice : Unasatirilla indiana.
Dice : Suene mi prolija voz.
Oración (Romance de la).
Slorcaíer (El) de Toledo. Nuevo romance en que se (2 fojas, fig.)
refiere un milagroso portento que sucedió en la Dice : Sonoro clarín mi voz.
ciudad de Toledo con un devoto de la santísima
Cruz, y el maravilloso premio que sacó por tan
Pares de Francia (Doce)—Vid.— Garlo Magno (De).
santa devoción : con otras cosas prodigiosas que
mas largamente verá el curioso lector. Pedro Cadenas. Relación verdadera de los amores y
IA fojas, fig.) desafíos que tuvieron en Barcelona cuatro vale-
La primera parle dice : Por un árbol perdió el hombre. rosos soldados de la marina española.
U» segunda ídem dice : Supuesto que prometí. Dice : Atención, noble auditorio.
x c n CATALOGO DE PLIEGOS SUELTOS
Pensamiento (El) del hombre. Enigma curioso en Principe Filiberto de Esparta y la princesa de Dina-
un discreto romance, compuesto por LUCAS DEL marca (Admirable y gustosa historia del). Autor
OLMO ALFONSO. MANUEL MÁRTIR.
(2 fojas , fig.) (¿fojas, fig.)
Dice : Discretísimos lectores. La primera parte dice : ¡Vo canto, auditorio ilustre.
La segunda idem dice : Pasados algunos dias.
Peregrina (La) Doctora. Autor JUAN MIGUEL DEL Príncipes de Italia.—-Vid.—Dos príncipes, etc.
FUEGO.
•(¿fojas, fig.) Puente de Mantible.—Vid.—Garlo Magno (De).
La primera parte dice : Sacra antorcha luminante.
La segunda ídem dice : Vamos ahora á los cuatro.
Receta para las mujeres mal casadas.
Pleito y público desafío que tuvo el agua con el vino, (2 fojas, fig.)
para saber cuál de los dos era de mayor utilidad Dice: Tú que mal casada eres.
y provecho. ;Renegada (La) de Valladolid. Primera parte de la
(2 fojas, fig.) maravillosa historia quise contiene en este gus-
Dice: En tiempo del rey Perico. toso tratado, que declara cómo una mujer, na-
Preso por la común deuda. Fervoroso acto de con- tural de Valladolid, llamada Águeda de Aceve-
trición, en un romance donde se avisa á los mor- do, siendo cautiva cuando se perdió Bujia,negó
tales el modo con que en la hora de la muerte y la ley de Dios nuestro Señor, y se casó con un
en todo tiempo han de pedir á Dios nuestro Se- moro, habiendo vivido veinte y siete años en la
ñor el perdón de sus culpas, con la contempla- secta de Mahoma. Declárase cómo Dios le envió un
ción de los misteriosos pasos de su sagrada Pa- hermano suyo sacerdote que le sirvió tres años
sión. de esclavo sin conocerse, y al cabo de este tiem-
po por una conversación que tuvieron se cono-
(2 fojas, fig.) cieron los dos, hermano y hermana, llorando
Dice : Preso por la común deuda. ambos de contento.
Primera y segunda parte de las grandezas de nues- ídem.—ídem segunda parte. Declárase en esta se-
tra Señora de la Cabeza. gunda parte la forma que tuvo para traer los
(i fojas, fig.) hijos desde Turquía á Roma; cómo recibieron
La primera parte dice : Remonte el heroico vuelo. el agua del bautismo, y en la forma que acabó
La segunda idem dice: Habiendo con gran valor. esta santa mujer en un convento.
(S fojas, fig.)
Primera parte de las grandezas de nuestra Señora de
la Cabeza, La primera parte dice: Desde poniente a levante.
La segunda idem dice : Dios Padre, rey sempiterno.
¡dem. Segunda parte de idem. Autor LUCAS DEL
OLMO. Renegado de Francia (Nueva relación y curioso ro-
U fojas, fig.) mance, en que se refiere la gustosa y agradable
La primera parte dice: Remonte el heroico vuelo. historia del Santo Cristo de Santa Tecla de la
La segunda idem dice : Habiendo con gran valor. ciudad de Valencia, y la del célebre Simón An-
sa, del). Autor ANTONIO PORTILLO.
Princesa (La) cautiva. Nuevo y curioso romance de Malaga. Félix de Casas. Sin A. (¿ fojas, fig.)
una princesa cautiva rescatada por un caballero La primera parte dice: Noticie mi vozpor cuanto.
mercader. Dase cuenta cómo fué desposado con La segunda idem dice: Ya dije en la primer parle.
ella sin saber con quién se casaba. Cómo fué ro-
bada de un traidor capitán, con todo lo demás Reñida contienda que han tenido el vino y elagua
que verá,"etc. con un taberneroy un aguador.
(i fojas, fig.) (¿fojas, fig.)
La primera parte dice : Ah de los montes y selvas. La primera parte dice : Óigame todo curioso.
La segunda idem dice: Atención, noble auditorio. La segunda idem dice : Yo soy aquella princesa.
Es el mismo pliego de la Contienda del vino, etc.
Princesa de Dinamarca, -Vid.—Principe Filiber-
to, etc. Residencia á mozos, casados y viudos.
Princesa (La) de Siria. (2 fojas, fig.)
Dice : Óiganme todos los mozos.
(2 fojas, fig.)
Dice : Desde que Adán nuestro padre. Rey Basilio (El) de Dinamarca, su hija la Princesa,
Princesa (La) de Tinacria. y su amante el conde Federico. Autor BERMUDO.
(2 fojas, fig.) (¿fojas, fig.)
La primera parte dice: Escucha, auditorio noble.
Dice : Resuenen mulliplieados. La segunda idem dice: Ya dije que la Princesa.
Princesa (La) Ismehia. Rey (El) Claudio Teodomiro y la princesa de In-
(2 foas, fig.) glaterra.
Dice: Ismenia, aquella otomana. (¿ fojas, fig.)
Princesas (Las) encantadas y deslealtad de herma- La primera parte dice : Publique i voces la fama.
La segunda ídem dice: Ya dije cómo quedó.
nos. Autor ALONSO DE MORALES.
(6 fojas, fig.) Reina (La) Sultana.
La primera parte dice : Aquel indómito monstruo. (¿ fojas, fig.)
La segunda idem dice : Afligido y pesaroso. La primera parte dice: Canten gloriosos elogios.
La tercera idem dice : Teniendo la hermosa Infanta La segunda idem dice ; Y$ dijo elprimer romanes.
IMPRESOS DEL SIGLO XVIII EN ADELANTE. *««
SantaMaria Egipciaca (Romance de la vida de la
Riqueza (La) y la pobreza. mujer fuerte),
(2 fojas, flg.)
Dice: Supuesto que de mi pluma.
ídem. Prosigue la vida de la mujer fuerte Santa Ma-
ría Egipciaca hasta su tránsito feliz.
Rodulfo y Casandra. (4 fojas, flg.)
(4 fojas, flg.) La primera parte dice : Pues que gustas que te cuente.
La primera parte dice : Ah del real supremo trono. La segunda idem dice : Ya dejamos á Maria.
La segunda idem dice : Ya dije cómo quedaron.
Santa Rosalía de Palermo (Romance de la prodi-
Romance de un milagro que ha obrado, etc.—Vid. giosa vida de).
— San José. {6 fojas, flg.)
Romance en que se finalizan los sucesos.—Vid. — La primera parte dice : En la ciudad de Palermo.
La segunda idem dice: Estando ya Rosalía.
Casamiento entre dos damas. La tercera idem dice : Viendo el común enemigo.
Rosaura la de Trujillo. Romance en que se refiere Siete (Los) judíos de Roma.
un lastimoso caso que le sucedió á esta don- (2 fojas, flg.)
cella. La primera parte dice : A vos, Reina de los cielos.
Dice: Sobre una alfombra de flores. La segunda idem dice : El esclavo que está viendo.
Rosimunda (Romance en que se da cuenta y decla- Simón Ansa.—Vid.--Renegado de Francia.
ra la trágica y verdadera historia de la her-
mosa). ' Teresa Mocarro y Gangarilla (Romance nuevo del
(2 fojas, flg.) chasco que le dio una vieja á un mancebo dándo-
Dice : Aunque la pluma desmayos. le una sobrina suya por doncella, llamada), com-
puesto por un cazador de grillos y cardador de
Sacerdote (El) de Valencia y Audalá. tana de tortugas.
(2 fojas, flg.) (4 fojas, flg.)
Dice: Sacro eterno incomparable. Dice: Discreto auditorio mió.
San Albano.—Vid.—Vida de San Albano. Testamento del asno, donde se refiere su enferme
San Alejo.—Vid.—Vida, muerte y milagros de San dad, las medicinas que le aplicó un doctor de
Alejo. bestias, y las mandas que hizo en su testamento
á todos sus amigos y parientes, con el llanto que
San Antonio á lo militar. Romance de dos porten- los jumentas hicieron por su muerte.
tosos milagros que ha obrado el glorioso San An- (i fojas, flg:)
tonio con un devoto y una devota, llamado el ca- Contiene:'
ballero Don Francisco de Hermosilla y Valdepe- Romance primero, que dice: Yo, triste asno cansado.
ñas , y la señora Doña Tomasa de Castilla y Cere- ídem segundo : Era el tiempo de calores.
ídem terc'ero, que es el testamento: Cuanto á lo primero
zuela, naturales de la ciudad de Rúrgos : declá- mando.
rase cómo el caballero fué cautivo, renegó y se Ídem cuarto : Cinamomos y laureles.
casó con una turca. Primera parte.
ídem. Dase cuenta en este romance cómo por in- Testamento (El) de la zorra.
tercesión del señor San Antonio dePadua se vie- (¿fojas¡, flg:)
ron libres de cautiverio Don Francisco y la tur- Dice: Atención, toáosme escuchen.
ca , con la cual después se casó. Testamento del señor Don Juan de Austria.
(4 fojas, flg.) (4 fojas.),
La primera parte dice : Pare su curso veloz. La primera parte dice: Olvidado de lamuerte.
La segunda idem dice: Supuesto, noble auditorio. La segunda ídem dice: "Viendo ya el gran celador.
San Antonio del Doblón (Milagro de). Toma de Sevilla por el santo rey Don Fernando.
(2 fojas, flg.) (4 fojas, flg.)
Dice: Al ave de gracia llena. La primera parte dice : Dios te salve, Virgen santa.
Sancho Cornillo. Autor JOSÉ FRANCISCO. La segunda ídem dice : Ya que al discreto lector.
& fojas, fig.) Trigo (El) y el dinero.
Dice: Aunqueparece confuso. (2 fojas, flg.)
San Cristóbal.—Vide.—Gigante Cananeo. Dice : Pare su dorado carro.

San José.—Vid.—Celos de San José. Triunfo (El) del Ave María. Garcilaso de la Vega.
(2fojas, flg.)
San José.—Vid.—(Milagro que ha obrado el Pa-
triarca). Vandidos(Los) de Toledo. Romance en que se re-
San Pablo.-Vid.-Conversion de San Pablo. fiere la historia de estos vandidos, que habitaron
en los montes de Toledo, ejecutando en ellos no-
SanRafael.-Vid.—Verdadera relación y curioso ro- tables atrocidades.
mance del señor... (4 fojas, flg.)
Santa Genoveva. Romance en que se refiere la pe- La primera parte dice : Llamado de su monarca.
La segunda ídem dice : Supuesto que en la otra parle.
regrina historia y trágica vida de esta penitente
anacoreta, princesa de Rrabante, sacado de la Verdadera relación y curioso romance del señor San
vida que anda impresa de la misma santa. Rafael Arcángel, abogado de la peste y custo-
(* Nos, flg.) dio de la ciudad de Córdoba.
La primera parte dice : No canto fingidos hechos. (2 fojas, flg.)
M segunda ídem dice: Militaba Sigifreio. Dice : A la Virgen sacrosanta. "*•'
CATÁLOGO DE PLIEGOS S.UELTOS

Via (La) Sacra de Jerez. Vino (El) y el agua.-Vid. — Reñida contienda qm»
(2 fojas, fig.) han tenido.
Dice : Oíd atentos, mortales. Violin (El) encantado.
(2 fojas, fig.)
Vida de la mujer fuerte.-Vid. — Santa María Egip-
Dice : Todo el mundo me esté atento.
ciaca.
Virtudes (Las) de la noche.
Vida (La) de San Albano.
(¿fojas, fig.)
(4 fojas, fig.) La primera parte dice : La ayuda, gracia y favor.
La primera parte dice: Las tres divinas personas. La segunda idem dice : Ya que en la-parte primera.
La segunda idem dice : Vuelta en sí la blanca rosa.
Virtudes (Las)deldia.
Vida, muerte y milagros del bienaventurado San
{A fojas,figí)
Alejo. La primera parte dice : Al sacro y divino autor.
(Q fojas, fig.) La segunda idem dice : Ya que en el primer romance
La primera parte dice : Cese el belicoso estruendo.
La segunda idem dice: Viendo el demonio que Alejo. ZelosdeSa'n losé.
La tercera idem dice: Habiendo entregado á Dios.
{ffojas, fig.)
Vida, pasión y muerte de Cristo nuestro Redentor, Dice: De casa de Zacarías.
compuesto por LUCAS DE OLMO ALFONSO.
' JDice : A la aurora bajó el sol. Zorra.--Vid.—Testamento de la zorra.

PLIEGOS SUELTOS IMPRESOS DESDE EL SIGLO XVIII EN ADELANTE ,


QUE CONTIENEN LAS RELACIONES EN ROMANCES QUE SE HACÍAN EX-PItOFESO PARA SER REPRESENTADAS EN LAS TERTULIAS (!),

Amante mas perfecto (Relación jocosa. El). Caballo (Relaciónburlesca intitulada del). Com-
(2 fojas.) puesta por DON AGUSTÍN NIETO.
Dice así: Docto é invicto teatro. (2 fojas, fig.)
Dice así: Una vez que ustedes quieren.
Amantes de Teruel (Relación burlesca intitulada
los), para cantar y representar. Compuesta por Calabaza y el vino (Relación. La).
un aficionado. (2 fojas, fig.)
(2 fojas.) Dice así: Silencio, atención, soniche.
Dice : En Teruel, príncipe augusto.
Calle déla Feria (Relaciónburlesca intitulada la).
Amantes de Teruel (Relación de los). Compuesta por DON AGUSTÍN NIETO.
(2 fojas, fig.) (2 fojas, fig.)
Dice así: Salgo á serviros, señores.
Dice: En Teruel príncipe augusto.
Garlo-Magno (Relación de).
Astolfo y Auristela (Relación).
(2 fojas, fig.)
(i fojas, fig.) Dice así: Escucha, gran Carlomagno.
Dice así: Astolfo mi hermano y yo.
Chasco que le sucedió á un.mozo yendo á maitines
Andriónicoy el león. Romanceen que se refiere el la Noche-buena (Relación burlesca intitulada).
cautiverio y aventuras de Andriónico. Dase V fojas, fig.)
• cuenta de sus amores, y de lo que le sucedió Dice así: Oh ámbito celestial.
con un león, que reconocido a los beneficios que
de él babia recibido, se humilló á sus pies. Cabeza.--Vid.--Nueva relación del que metió la Ca-
V fojas, fig.) beza.
Dice : Escúchame, invicto César.
Desgraciada muerte del Borrico Pajarito (Relación
Bachiller Trapazas.—Vid. — Doctor de ios em- Burlesca. La). Compuesta por DON AGUSTÍN,
bustes. NIETO.
Bañado en los pelambres (Relación burlesca. El). (2Mas, fig.)
Dice así: Aves que con consonancias.
(2 fojas, fig.)
Dice asi: Auditorio non plus ultra. Desgraciada belleza (Relación nueva. La).
Málaga. Félix Casas y Martínez. Sin A. (fig.)
Borrico Pajarito.—Vid. -Desgraciada muerte del. Dice : Si mi pecho no me niega.
Desgracias (Las) de Toribio, y fracasos de los
(15 Las relaciones sacadas de las comedias del siglo xvn no Duendes.
Se incluyen en este catalogo.
Se omiten también los pasos ó pasillos escénicos que para el (2 fojas, fig.)
Si mismo tm se escribían. • Dice asi: Ya que estoy en la palestra.
IMPRESOS DEL SIGLO XVíII EN ADELANTE. _ . *C*
Juan soldado (Nueva relación de los chistosos lan-
Despensero bribón (Relación burlesca. El). ces ocurridos íí).
(2 fojas.) (2 fojas, fig.)
Dice así: Escuchadme, amigos míos. Dice : Si ustedes me dan palabra.
Doctor de los embustes y bachiller Trapazas. Re- Lágrimas (Relación burlesca. Las). Compuesta por
lación burlesca. DON AGUSTÍN NIETO.
(2 fojas.) Dice : Supuesto que estamos solos.
Dice: De las desdichas del mundo.
Lisardo y Polidora (Relación de).
Don Din (Relación burlesca de). (2 fojas.)
(<2 fojas, fig.) Dice : Mi nombre propio es Lisardo.
Dice : Es disparate, señores.
Don Marcos de Auñon. Mas ingrata hermosura (Relación. La).
(2 fojas, fig.) Dice : Ya sabes que me partí.
Dice: Si he de contarte mi historia. Motivos para no casarse (Relación de un mozo sol-
DonReinaldos de Montalvan(Nueva relación de), el tero manifestando los).--Vid.— Relación de un
mejor Par de los Doce. mozo soltero manifestando los, etc.
(2 fojas, fig.) Mujeres. —Vid. —Relación en contra de las mu-
Dice: Noble Carlos, oye atento. jeres.
(2 fojas.)
Dos gozos en un hallazgo (Relación.).
(2 fojas.) Mujeres. — Vid. — Relación en favor de las mu-
Díce: Cuando la brillante luz. jeres.
Mujer (La) quemas se adora suele ser la mas in
Español naufragante y pintura de una dama (Rela- grata.
ción. El). (Z fojas, fig.)
(2 fojas, fig.) Dice : Confundido en un mar de confusiones.
Dice: Beso la playa mil veces.
Nueva relación del que metió la cabeza.
Estudiante tunante (Relación. El). Dice así: Con el motivo, señores.
(2 fojas, fig.)
Dice: Ego escolaslicus pauper. Once (Los) amores nuevos.
(2 fojas, fig.)
Dice : Atención, nobles amigos.
Favorecer alas damas. (Relación nueva.)
Dice : Al pié de ese bello monte.
Peregrino en las ondas, y tragedia de Policarpo y
Narcisa (Relación nueva. El).
Galán burlado (Relación burlesca. El). Dice : Pues la historia me has pedido.
(2 fojas, fig.) Pintura de una dama. — Vid. — Español naufra-
Di¿e : Ya que ustedes han querido.

Galán burlado (Relación burlesca intitulada el). Pintura que hace un galán á una dama (Relación).
Compuesta por un ingenio cordobés. (2 fojas, fig.)
Córdoba. Luis Ramos y Coria. Sin A. (2 fojas, fig.) Dice : Al móvil de mis accionas.
Dice: Ya que ustedes han querido.
Policarpo y Narcisa.—Vid. —Peregrino en las on-
Ganso de la catedral (Relación. El). das.
(2 fojas., fig.)
Dice: Porfth tropecé con ella.
Pulga.—Vid.—Suceso de la pulga.
Ganso en la botillería (Relación nueva del). Ramón Uluferne (Relación jocosa de).
(2 fojas.) Córdoba. Luis de Ramos y Coria. Sin A.(4 fojas,
Dice: Alabao sea por siempre. fig-)
Dice : E yo Ramón Uluferne.
Gitana (Relación nueva de la).
(2 fojas, fig.) Relación burlesca de los hechos de un jaque, y sus
Dice: Alabado sea Dios. hazañas.
@ fojas, fig.)
Gitano de Cartagena (Relación. El). Dice : Duque excelso de Alcorcen.
(2 fojas, fig.) Es una parodia de ia relación de la comedia de El valiente
Nazareno.
Dice: Muy buenas noches tengan, mis señores.
Relación de un mozo soltero, manifestando los mo-
Jaquey sus hazañas—Vid.-Relación burlesca de tivos para no casarse.
los hechos de un (2 fojas, fig.)
Juan Gutiérrez (Relación jocosa que le sucedió á" Dice : Pues me preguntan algunos.
un patán, llamado), en la ciudad de Toledo. Relación en contra de las mujeres.
(2 fojas.) (2 fojas.)
Dice: Ya sabes, Jusepe Vsono.
Dice : Señores, no soy yo el mismo.
CATALOGO DE PLIEGOS SUELTOS IMPRESOS DEL SIGLO XVIII EN ADELANTE.
Relación en favor de las mujeres. Todas me gustan (Relaeion burlesca intitulada: ).
(2 fojas.) Compuesta por DON AGUSTÍN NIETO.
Dice : Felicísimos princesas. (2 fojas, fig.)
Dice : Ya que quieren las señoras.
Rigor (El) de las desdichas.
(2 fojas, fig.) Toros (Relación burlesca intitulada: De los). Com-
Dice : Desde el umbral de la vida. puesta por DON AGUSTÍN NIETO.
(2 fojas, fig.)
Ruina yfragmentosde Troya (Crítica relación, Dice : En la muy noble y leal.
cuyo título es : ) .
Málaga. Félix Casas y Martínez. Sin A . (4 fojas.) Tragedia de Policarpo y Narcisa.—Vid.~Peregri-
Dice : Que hubo Troya bien lo sabes. no en las ondas.
Es una relaeion de la destrucción de Troya, referida por Treinta reales (Relaeiondélos).
Eneas á Dido.
(2 fojas, fig.)
Suceso de la pulga (Relaeion burlesca intitulada:). Dice : Cierto, señores, que habia.
Compuesta por DON AGUSTÍN NIETO. Troya.—Vid.—Ruina y fragmentos, etc.
{i fojas, fig.)
Dice : Audite, señores mios.
Valor bien empleado por la hermosa Doña Blanca
(Relaeion nueva. El).
Tagardinero de Sevilla (Relaeionburlesca. El). (4 fojas, fig.)
(2 fojas, fig-) Dice : Nací en Flándes, aquel raro.
Dice : Ya parece que las dichas.
Vengada madrileña. (Relación nueva de mujer. La)
Tertulia (Relaeion burlesca intitulada: La). Com- Compuesta por JUAN GARCÍA VALEROS, vecino
puesta por DON AGUSTÍN NIETO. de la villa de Arahal.
(2 fojas, fig.) (1 fojas, fig.)
Dice : Felices noches, señores. Dice: De mi infeltce fortuna.

ADVERTENCIA.
El catálogo de libros que, ademas de los pliegos sueltos, han servido para formar este Romancero, y servirán
para el Cancionero, si llego á publicarle, con otros muy "Varos y curiosos, se insertará en los preliminares del
segundo tomo de aquel. .
ROMANCERO

DE

ROMANCES MORISCOS,
R O M » MORISCOS 1HLK0S.
SECCIÓN DE ROMANCES MORISCOS SUELTOS.

Engañólo su pecado,
i.' Que dejó la fe de Cristo,
ALHANZOR Y BOBALÍAS*. La de Mahoma ha tomado.
Este fuera el mejor moro
(Anónimo.) Que de allende había pasado:
Durmiendo está el rey Almanzor Cartas le fueron venidas
A un sabor á tan grande; Que Sevilla está en un llano. ,
Los siete reyes de moros Arma naos y galeras,
No lo osaban acordare. Gente de á pie y de á caballo :
Recordólo Bobalías, Por Guadalquivir arriba
Bobalías el Infante. Su pendón llevan alzado.
—Si dormides, el mi tío, En el campo de Tablada
Si dormides, recordad : Su real hacían sentado,
Mandadme dar las escalas Con trecientas de las tiendas
Que fueron del rey mi padre, De seda, oro y brocado.
Y dadme los siete mulos En medio de todas ellas
Que las habian de llevar; Está la del Renegado ;
Y me deis los siete moros Encima en el chapitel
Que las habian de armar, Estaba un rubí preciado : s
Que amores de la Condesa Tanto relumbra de noche .
Yo no los puedo olvidar. Como el sol en dia claro.
—«Malas mañas has, sobrino, (Cancionero de Romanees.)
No las puedes ya dejar: * Véase la nota del anterior; pero adviértese en este mas
Al mejor sueño que duermo, colorido poético, mas brillantez y perfección, que en el pre-
Luego me has de recordar.»— cedente romance.
Ya le daban las escalas
Que fueron del rey su padre;
Ya le daban siete mulos, LA MORILLA BURLADA.
Que las habian de llevar;
Ya le dan los siete moros (Anónimo*.)
Que las habian de armar. Yo m'era mora Moraina,
A paredes de la Condesa Morilla de un bel catar:
Allá las fueron á echar: Cristiano vino á mi puerta,
Allá al pié de una torre, Cuitada, por m'engañar.
Y arriba subido han. Hablóme en algaraWa
En brazos del conde Almenique Como aquel que bien la sabe : ~
La Condesa van á hallar : —Abrasme las puertas, mora,
El Infante la tomó, Si Alá te guarde de mal.—
Y con ella ido se han. —¿ Cómo t'abriré, mezquina,
{Cancionero de Romances.) Que no sé quién te serás?
—Yo soy el moro Mazóte,
i Aunque el héroe de este romance es homónimo del del Hermano de la' tu madre,
siguiente, no son el mismo personaje. El primero, por su Que un cristiano dejó muerto;
construcción y lenguaje parece mas antiguo que el segundo Tras mí v«nía el alcalde.
aunque ambos pertenezcan al mismo siglo. »««»«, Si no abres tú, mi vida,
Aquí me verás malar.
# —Cuando esto oí, cuitada,
2. Comencéme á levantar,
BOBALÍAS E L PAGANO.
Vistiérame una almejía
No hallando mi brial,
(Anónimo'.) Fuérame para la puerta
Por las sierras de Moncayo Y abríla de par en par.
Vi venir un renegado :
Bobalías ha por nombre, (Cancionero de Romances. — It. Cancionera
Bobalías el Pagano. general.)
1
Siete veces fuera moro, Una glosa que hay de este romance empieza: Cuando mas
Y otras tantas mal eristíáno; embebecida. La hizo Jerónimo del Pinar, y está en el Cancionero
general, edición de 1511. La composición es antigua, bella y po-
« al cabo de las ocho pular; pero parece ser un fragmento de algún romance, cuyo
T. x.
ROMANCERO GENERAL-
resto no hemos hallado en ninguna parle. La sencillez de leu- — Espera, cristiano perro,
euaie con que se expresan ideas muy sencillas, le caracteriza Que u'esos presos que llevas
Se composición primitiva, así como también la falta de con- Mi padre es el delantero,
secuencia en seguir el consonante, si bien esto puede prove- Los"otros son mis hermanos,
nir de que se ha suprimido la e en los versos que se enlazan. Y amigos que yo bien quiero;
Si me los das a rescate,
4.° Pagártelos he en dinero,
LA INFANTA MORA T ALFONSO RAMOS. Y si hacerlo no quisieres
Quedarás hoy muerto, ó preso.—
{Anónimo*.) En oirlo Peranzules
Estaba la linda Infanta El caballo volvió luego:
A la sombra de una oliva, La lanza puso en el ristre;
Peine de oro en las sus manos, Para el moro se va recio,
Los sus cabellos bien cria. Con tal furia y lijereza
Alzó sus ojos al cielo Cual suele llevar un trueno.
En contra do el sol salia : En el suelo le derriba,
Vio venir un fuste armado Y á los primeros encuentros
Por Guadalquivir arriba. Apeárase del caballo;
Dentro venía Alfonso Ramos, El pié le puso en el cuello;
Almirante de Castilla. Cortárale la cabeza:
—Bien vengáis, Alfonso Ramos, Ya después que hizo esto
Buena sea tu venida : Recogió su cabalgada,
¿Y qué nuevas me traedes Metióse luego en Toledo.
De mi flota bien guarnida? (Rosa-j/entil.—It. WOLP, Rosa de Romances.)
—Nuevas te traigo, Señora, i Esta infanta Sevilla de Toledo es diferente de la Mu
Si me aseguras la vida. del rev moro de Sansueña ó Zaragoza, de quien se enamoró
—Díeselas, Alfonso Ramos, Valdovinos siendo cautivo.
Que segura te sería. El romance es viejo y parece compuesto en el siglo xv.
—-Allá llevan á Castilla
Los moflos de Berbería. 6.°
—Si no me fuese por qué
La cabeza te cortaría. CUESTIÓN DE AMOR RESUELTA POR E L REV RUCAR.
l
—Si la mía me cortases, {Anónimo .)
La tuya te costaría. Entre muchos moros sabios,
(Cancionero de Romances.) Que hubo en Andalucía,
* No hemos podido averiguar la época histórica á que per- Reinara un moro viejo
tenece el asunto de este romance, pero nos recuerda cuentos Que rey Bucar se decia.
que en nuestra, infancia oiamos á las ancianas, donde las Siendo ya de muchos años
reinas y las infantas se tocaban al sol, ó á la sombra, en los Que amancebado vivía,
bosques ó en sus palacios. Así debían ser las costumbres sen- Por ruegos de su manceba,
cillas en los pueblos meridionales y pastores, y así lo vemos
en los Libros Sagrados, y en la Odisea. Uno de los cuentos Que amaba mucho y quería,
que se presentan á nuestra memoria es el de una reina á quien Llamó á Cortes á sus gentes
una mora esclava, que quería obtener el amor del rey su es- Para un señalado día,
poso, estando peinándola al sol la convirtió en paloma, Porque en ellas se tratase
clavándola un alfiler en la cabeza. Bajo esta forma la infeliz, Lo que á sus reinos cumplía.
que no quería apartarse de su marido, presenciaba las cari- De muchas leyes que pone
cias y amores que obtenía su rival, hasta que el rey un día,
viendo aquella palomica tan blanca, tan apacible y tan domés- Esta de nuevo añadía:
tica, la cogió en sus brazos, y acariciándola halló en su cabecita «Que todo hombre enamorado
el alfiler, el cual sacado, se deshizo el encanto, se supo la Se casase con su amiga,
verdad, y la falsa mora fué quemada en castigo de su pecado.
Y quien no la obedeciese
La vida le costaría.»
5.° A todos parece bien,
1
LA INFANTA SEVILLA Y PERANZULES.
A muchos les convenia;
Sino á un sobrino del Rey,
{Anónimo.) El cual ante d'él venía;
Sevilla está en una torre Con palabras muy quejosas
La mas alta de Toledo; D'esta manera decia:
Hermosa es á maravilla, —La ley que tu Alteza puso,
Que el amor por ella es ciego. Cierto que me desplacía;
Púsose entre las almenas Todos se alegran con ella,
Por ver riberas del Tejo, Yo solo me entristecía,
Y el campo todo enramado, Que mal puedo yo casarme,
Como está de flores lleno. Siendo casada la mia:
Por un camino espacioso Casada, y tan mal casada,
Vio venir un caballero Que gran lástima ponia.
Armado de todas armas, H tina cosa os digo, Rey,
Encima un caballo overo. Que á nadie no lo diría,
Presos siete moros traia Que si yo mucho la quiero,
Aherrojados con fierro : Ella muy mas me quería.—
En alcance d'este viene* Allí hablara el rey Bucar,
Un perro moro moreno, Esta respuesta le hacia.
Armado de piezas dobles —Siendo casada, cual dices,
En un caballo lijero. La ley no te comprehendia. s
E l continente que trae, (TIMONEDA , Rosa de amores.— It. vfolt,
A guisa es de buen guerrero; Romances.)
Blasfemando de Mahoma, * El Bucar de que habla este romance es diverso *jl ¡fi,
De sobrada furia lleno. combatió al Cid en Valencia. Es una de las cuestione» o«
Qrandes voces viene dando: gen provenzal, tan de moda entre nosotros en el sigw *'•
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.

SECCIÓN DE ROMANCES MORISCOS , QUE FORMAN SERIES DE NOVELAS'.

no siempre forman los romances historias seguidas, pues tal


RONANCES DE MORIANA Y EL MORO GALVAN. vez un poeta las empezaba y otros las seguían, prescindiendo
de lo que estaba escrito. Ademas cualquiera caballero para
7.° cantar sus amores adoptaba un nombre moro, y á, su dama le
imponía otro, casi siempre tomado délos mas célebres roman-
MORUNA T GALVAN. — t. ces. Por eso hay tantos homónimos, que, unidos entre sí
2 forman infinitas aberraciones, y que no pueden enlazarse bien
(Anónimo .) con los anteriores ó posteriores. Así lo advertiremos cuando
Moriana en un castillo llegue su caso.
Juega con el moro Galvane; s E l carácter de este romance indica su antigüedad y su
Juegan los dos á las tablas origen muy anterior al descubrimiento de la imprenta, ala cual
Por mayor placer tomare. debió preceder como tradicional, primitivo e independiente
Cada vez'qu'el moro pierde del estilo y forma de las crónicas. Casi pudiera asegurarse
Bien perdia una cibdade; que es uno de los pocos que, á lo menos en su redacción primi-
tiva, es anterior al siglo xv. Así él como los tres siguientes
Cuando Moriana pierde forman un interesante cuadro de costumbres y expresión de
La mano le da á besare. sentimientos. — Se halla inserto en el Cancionero Flor de
Del placer qu'el moro toma Enamorados, y en la Silva de Romances, con los dos si-
Adormescido se cae. guientes que están en ia Rosa de amores de Tímoneda: se han
Por aquellos altos montes trasladado de un códice donde se hallan mas completos y me-
Caballero vio asomare: nos alterados que en los impresos. Todos ellos corresponden á
la clase de los que se llaman viejos. Asi este como los demás
Llorando viene y gimiendo, de Moriana tienen un carácter caballeresco muy marcado y
Las uñas corriendo sangre particular que los distingue, con algunos otros de esta sección,
De amores de Moriana , de los demás romances moriscos.
Hija del rey Moriane. 3 Este verso y los tres siguientes son el principio de un
Captiváronla los moros romance contrahecho, que empieza también diciendo: Mis
La mañana de Sant Juane, arreos son las Armas, el cual cita Cervantes en el Quijote.
Cogiendo rosas y flores
En la huerta de su padre.
Alzó los ojos Moriana, 8."
Conociérale en mirarle : MORUNA Y GALVAN. — tí. k

Lágrimas de los sus ojos 1


En la faz del moro dañe. (Anónimo .)
Con pavor recuerda el moro — ¡ Arriba, canes, arriba!
Y empezara de fablare: ¡ Que mala rabia os mate!
—¿ Qu'es esto, la mi señora ? En jueves matáis el puerco
¿Quién vos ha fecho pesare? Y en viernes coméis la carne.
Si os enojaron mis moros Ya hace hoy los siete años
Luego los faré matare, Que ando por aqueste valle,
O si las vuesas doncellas, Pues traigo los pies descalzos
Farélas bien castigare; Las uñas corriendo sangre,
Y si pesar los cristianos, Pues como las carnes crudas,
Yo los iré conquistare. Y bebo la roja sangre.
Mis arreos son las armas , 3
Busco triste á Moriana
Mi descanso el peleare, La hija del Emperante,
Mi cama, las duras peñas, Pues me la han tomado moros
Mi dormir, siempre velare. Mañanica de Sant Juane,
— Nonme enojaron los moros, Cogiendo rosas y flores
Ni los mandedes matare, En un verjel de su padre. —
Ni menos las mis doncellas Oídolo ha Moriana,
Por mí reciban pesare; Que en brazos del moro estae;
Ni tampoco á los cristianos Las lágrimas de sus ojos
Vos cumple de conquistare; AI moro dan en la fase.
Pero d'este sentimiento (Cancionero de Romances.)
Quiero vos decir verdade :
Que por los montes aquellos S
WnE J ,¿ ?e 0 ? a n c e v i e j 0 I l a m a
' , Cancionero, Julianesa á la e n e l

Caballero vi asomare, IV&.A S - e I


í ; p e r c o m o e s
el mismo asunto novelesco del
El cual pienso qu'es mi esposo , í « i ? i« 2 2 í i ' a M h e m o s ace
P o este nombre para colocarle t!1(1

Mi querido; mi amor grande. — aquí, bu estilo , maneras y lenguaje indican ser de la misma
Alzó la su mano el moro, época, y acaso anterior al del número 7.o que le precede.
Un bofetón la fué á daré;
Teniendo los dientes blancos
. Desangre vuelto los hae, 9.'
Y mandó que sus porteros MORUNA Y GALVAN. — III.
La, lleven a degollare, (Anónimo .) 1

Alli do viera á su esposo,


En aquel mismo lugare. Rodillada está Moriana,
Al tiempo de la su muerte Que la quieren desollare,
Estas voces fué á fablare. De sus ojos envendados
—- Yo muero como cristiana, Non cesando de llorare;
¿también sin confesare Atada de pies y manos,
Mis amores verdaderos Que era lástima mirare;
De mi esposo naturale. Los cabellos de oro puro
(Códice del siglo xvi.) Que al suelo quieren llegare,
Y los pechos descubiertos,
En esta sección deben tener presente los lectores, que Mas blancos que non cristale.
ROMANCERO GENERAL
De ver el verdugo moro A lo alto de una torre
En ella tanta beldade, Moriana fué á asomare,
De su amor estando preso Y al enamorado moro
Sin poderlo mas celare, Aquesto fué á declarare.
Hablóle en algarabía —Euye de aquí, perro moro
Como a aquella que la sabe : El que me quiso matare,
—Perdonédesme, Moriana, El que me robó doncella,
Querádesme perdonare, Y dueña me hubo forzare :
Que mandado soy, Señora, Las caricias que te fice
Por el rey moro Galvane. Fueron por de tí burlare
¡ Ojalá viese mi alma Y atender mi noble esposo
Como vos poder librare! Que viniese á libertare.—
Para libertar dos vidas Salió de Breña el cristiano
Que aquí las veo penare.-- Y arremete al buen Galvane:
Moriana dijo : -Moro, Pasádole ha con la lanza
Lo que te quiero rogare Y el alma del cuerpo sale.
Es que cumplas con tu oficio (TIMONEDA , Rosa de amores. • Wow, Ros» ¡ t

Sin Un punto mas tardare.— Romances.)


Estando los dos en esto
Él esposo fué á asomare * * Los cuatro versos que siguen recuerdan la canción que
Matando yfiriendomoros, dice:
Que nadie le osa esperare. ¿Dónde estás, Señora mia,
Caballero en su caballo Que no te duele mi malí
Junto d'ella fué á llegare. O tú lo ignoras, Señora,
O eres falsa y desleal.
El verdugo la desata, Los cuatro siguentes son el original ó la Imitación de los que
Y le ayuda á cabalgare : en el romance del Cid, que empieza Afuera, afuera, Rodrigo,
Los tres van de compañía dicen :
Sin ningún contrario hallare; Acordarte se debia
En el castillo de Breña De aquel buen tiempo pasado, etc.
Se fueron á aposentare. Conviénenle las mismas observaciones que á los números 7.o
y 8.0; pero ó es mas moderno, ó ha sido posteriormente moder-
nizado.
{Códice del siglo vn. — Cancionero, Flor de ena-
morados. —Silva de varios Romances.)
1
En la Rosa de amores están intercalados los dos versos 11.
siguientes que faltan en el códice:
De la linda Moriana MORUNA Y GALVAN.—V.
Con seguridad mostrare. Glosa del romance que dice: Moriana en un castillo.
(Anónimo *.)
10. Con su riqueza y tesoro
MORUNA Y GALVAN.—IV.
Gálvan sirve á Moriana;
Ella se deshace en lloro
(Anónimo.) Por ver que siendo cristiana
Al pié de una verde haya Está cautiva de un moro;
Estaba el moro Galvane; Y su doloroso afán,
Mira el castillo de Breña Que sus tristezas le dan,
Donde Moriana estae; Pasa sin osar decillo:
De riendas tiene el caballo, «Moriana en un castillo
Que non lo quiere soltare; «Con ese moro Galvan».
Tiene el almete quitado Robóla el moro atrevido
Por poder mejor mirare; De la huerta de su padre,
Cuando con voz dolorosa Sin ser de nadie impedido,
Entre llanto y suspirare, De los ojos de su madre,
Comenzó el moro quejando Y poder de su marido.
D'esta manera á fablare: En su castillo y lugar
—Moriana, Moriana, La quiere tanto adorar,
Principio y fin de mi male ' , Que en un jardín recostados
¿Cómo es posible, señora, «Jugando están á los dados
Non te duela mi penare, «Por mayor placer tomar ».
Viendo que por tus amores Y tanta pena sentía,
Muero sin me remediare ? Que por victoriosa palma
De aquel buen tiempo pasado Tiene Cuanto allí perdia :
Te debrias recordare Ella aunque triste en el alma
Cuando dentro en mi castillo Muestra en el rostro alegría!
Conmigo solías folgare: Y solo en ver su beldad
Cuando contigo jugaba,
Mi alma debrias mirare Está tan sin libertad,
Cuando ganaba perdiendo, Que echado en la yerba verde,
Porque era el perder ganare : «Cada vez que el moro pierde,
Cuando merescí ganando «Pierde una villa ó ciudad».
Tus bellas manos besare, (Romancero general-)

Y mas cuando en tu regazo * Debiera colocarse esta glosa del romance núm. 7.° en«l
Me solia reclinare, Cancionero, pero como forma parte de la historia de Mortam
y de Galvan, y la aclara algo, la hemos puesto entre los roma»*
Y cuando con ti fablando * ees. Pertenece i los fines del siglo xvi.
Durmiendo solia quedare.
Si esto non fué amor, Señora,
i Cómo se podrá llamare ?
Y si lo fué, Moriana,
¿Cómo se puede olvidare T—
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
El desterrado Abenámar
ROMANCES DE ABENAMAR. Está suspenso, mirando
El camino de Madrid,
12. Descubierto por el campo,
ABENAMAR. — I.
Y con los ojos midiendo
1
La distancia de los pasos.
{Anónimo .) Quejarse quiere, y no puede;
Por arrimo su abornoz, Y al fin se queja llorando :
V por alfombra su adarga , «¡ Oh, terribles agravios!
La lanza llana en el suelo, » Sácanme el alma, y ciérranme los labios.»
Que es mucho allanar su lanza; ¡ Oh camino venturoso,
Colgado el freno al arzón, Que á los muros derribados
y con las riendas trabadas De mi patria'ingrata llegas,
Su yegua entre dos linderos Honrada con mis trabajos!
Porque no se pierda y pazca; ¿Por qué me dejas á mí,
Mirando un florido almendro Tú que vas llevando á tantos,
Con la flor mustia y quemada En los montes de Toledo,
Por la inclemencia del cierzo Prisión de mis verdes años?
A todas flores contraria, De que seas tan común
En la vega de Toledo Siempre te estoy murmurando;
Estaba el fuerte Abenámar, Porque, como te adoré,
Frontero de los Palacios De que te pisen me espanto.
De la bella Galiana. «¡Oh terribles, etc.»
Las aves que en las almenas El alcaide de Reduan,
Al aire extienden sus alas, Mas envidioso que hidalgo,
Desde lejos !e parecen Me ha puesto en esta frontera
Almaizares de su dama. Por terrero de cristianos.
Con esta imaginación, Atalaya soy aquí
Que fácilmente le engaña, Del maestre de Santiago;
Se recrea el moro ausente, Pero mas lo soy de aquella
Haciendo de ella esperanzas : Maestra de mis engaños;
—Galiana, amada mía, Y porque dello me quejo,
¿Quién te puso tantas guardas? Que solo en esto descanso,
J Quién ha hecho mentirosa Amenaza mi cabeza,
Mi ventura y tu palabra? Y así mis agravios callo.
Ayer me llamaste luyo, «¡Oh terribles... etc.»
Hoy me ves, y no me hablas : Si callo, me llaman mudo,
Al paso de estas desdichas Y maldiciente si hablo;
i Qué será de mí mañana ? Y lo que de griegos digo,
¡ Dichoso aquel moro libre Lo entienden por los troyanos.
Que en mullida ó dura cama, Mordaza me pone el vulgo,
Sin desdenes, ni favores, Intérprete de mis daños,
Puede dormir hasta el alba! Si ven, que el alma ofendida
¡ Áy, almendro! ¡ cómo muestras Tiene la lengua por manos :
Que la dicha anticipada Todos miran lo que digo,
No nació cuando debiera, Mas no miran lo que paso :
Y así debe, y nunca paga! ¡Maldiga Dios el juez
Pues eres ejemplo triste Que no consiente descargos!
De lo que en mi dicha pasa, «¡ Oh terribles agravios!
Yo prometo de traerte »Sácanme el alma, etc.»
Por divisa de mi adarga; (Romancero genera!.)
Que abrasado y florecido
Aquí como mi esperanza, 14.
Bien te cuadrará esta letra : ABENÁMAR. — nr.
«Del tiempo ha sido la falta.»
Dijo; y enfrenando el moro (Anónimo.)
Su yegua, mas no sus ansias, Su remedio en el ausencia,
Por la ribera del Tajo Y sin remedio aunque parta,
Se fué camino de Ocaña. Falto de todo consuelo,
(Romancero general. — It. Flor de varios y nue- Que todo el mundo le falta,
vos Romances, 1.a parte.) Sale á cumplir su destierro
Es
t«.^i i , e y c a s i t o d o s l o s d e e s t a
sección pertenecen al ultimo El desdichado Abenámar,
s i g l
nnni?,í«i ° " ' • ,
e s
e s d e c i r a
- aquella época en que los cantos Que por bien amar padece',
•5 cesaron , y los poetas de profesión se apoderaron
a r a
Y ajenas culpas lo causan.
rtrl „ ? devolvérselos al pueblo mas perfectos é ideales, Pide un cabalk) cualquiera,
livnt 55 J Brt fieos ni característicos como fueron los prími-
e os
Porque su yegua alazana,
BiUY « 1 . i ', Jne'ares. Hay entre unos y otros una diferencia
miLtt l ? 1
,1 lc a l a ue e x l S t e
''ato de un pintor e n t r e e I ret
Por ser hembra, no la quiere,
"«estro, y el que sale de un daguerrotipo. Pues al mejor tiempo faltan.
Quita al bonete las plumas
13. Azul, amarilla y blanca:
Que no las quiere llevar,
ABENÁMAIt. — II. Por ser colores de Zaida,
(Anónimo.) Colores que adoró el moro,
Porque á su dueño adoraba,
En el mas soberbio monte, Y desea aborrecellas,
Que en los cristales del Tajo Porque otro moro las ama.
Se mira como en espejo De su ventura heredero, -.
solo de verse tan alto De su dama y de su patria, i
ROMANCERO GENERAL.
A quien en vano se queja, Siendo en el talle disforme
Y á los suyos desagrada; Y sin provecho en las armas,
Porque un moro advenedizo Porque -el rey le favorece,
Es poderoso en Granada Y porque en el mar de España
A gozar tan libremente Es señor de dos galeras,
De las prendas de su alma, O porque le quiere Zaida.
Y de los floridos años Con esta imaginación
De su mora, bella ingrata, Sus ojos tornados agua,
Siendo en el talle disforme, Habiendo pensado un poco
Y sin provecho en las armas; En sus venturas pasadas,
Porque el rey le favorece, En sus trabajos perdidos,
O porque en el mar de España En sus esperanzas vanas,
Es señor de dos galeras, En mano ajena su bien,
O porque lo quiere Zaída. Y en la del tiempo sus ansias;
Con esta imaginación Sus riquezas poseídas
Sus ojos tornados agua, De quien las tiene usurpadas;
Habiendo pensado un rato Tan mal pagada su fe,
En sus venturas pasadas, Porque de fe no se paga,
En sus trabajos presentes, A un paje manda que luego
En sus esperanzas vanas, Un pintor allí le traiga,
En mano ajena su gloria, Que estas divisas le pinte
Y en las del tiempo sus ansias, En el campo del adarga ,
Sus riquezas poseídas Porque una sola no puede
De quien las tiene usurpadas, Manifestar su desgracia;
Tan mal pagada su fe. Porque tantas desventuras
Pues que su fe no se paga, Requieren divisas tantas.
Para memoria de todo Un verde campo abrasado,
Aquestas divisas manda, Vueltas en carbón las brasas,
Que si es posible, le pinten Y el carbón hecho ceniza
En el campo de la adarga, Como lo está su esperanza :
Pues uua sola no puede Un rico avariento luego,
Manifestar su desgracia, Que una joya encierra y guarda ,
Y que tantas desventuras Que teme que.se la roben,
Requieren divisas tantas: Porque él no puede gozarla:
Un verde campo abrasado, Un gallardo Adonis muerto,
Vueltas en carbón las brasas Que un puerco le despedaza :
Y el carbón hecho cenizas, ,Un invierno que comienza ,
Como están sus esperanzas : Con un verano que acaba;
Una deseada muerte, Un jardín verde y hermoso
Que volviendo las espaldas, Que se marchita y estraga,
Parezca que va huyendo Gozado y pisado á solas
De quien á voces la llama : De unas groseras abarcas.—
Un rico avariento, luego, Esto dijo el fuerte moro;
Que una joya encierra y guarda Y convertidas en saña
Que teme que se la roben, Las lágrimas y suspiros
Porque no puede gozalla : A la pintura no aguarda.
Un gallardo Adonis muerto, Pide un caballo cualquiera,
Que un puerco le despedaza; Porque su yegua alazana,
Y un invierno que comienza, Por ser hembra no la quiere,
Con un verano que acaba.— Pues al mejor tiempo falta.
Esto dijo el fuerte moro, Quita al bonete las plumas
Y convertidas en saña Azul, amarilla y blanca,
Sus lágrimas y sus quejas, Que no las quiere llevar
A la pintura no aguarda. Por ser colores de Zaida.
De ninguno se despide, De mujer no se despide, ,
Y de la vida se aparta, Y de la ciudad se aparta,
Jurando de no volver Jurando de no volver
Eternamente á Granada. Eternamente á Granada.
•". ' (Romancero general.) (Romancero general.)
» Este romance es una repetición del anterior, pero eslá
15. mas bien ordenado y correcto.
ABENÁMAH.—IV.
(Anónimo*.)
16.
ABENÁMAR. — V .
De su fortuna agraviado,
Y sujeto á quien le agravia; (Anónimo.)
De todo el mundo quejoso, Entre leonados rubíes,
Porque lo está de su dama, , Entre verdes esmeraldas,
De su patria se querella Sobre las muertas cenizas
El desdichado Abenámar, De plumas que fueron pardas,
Y dice que le persigue, Sacó dos manos asidas
Y á los extraños ampara; En el bonete Abenámar,
Y que un moro advenedizo Blasonando la unidad
Es poderoso en Granada Del secreto y su esperanza,
Para gozar libremente Lo azul, que descubre el cielo
De las prendas de su alma , Entre seis estrellas claras.
Y de los floridos años . El valiente cuello ciñen
De su bella mora ingrata, Las rojas venas de Arabia,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Y a matices finos cubren Que fué para el galán moro
Del brazo la corta manga, Celos y desconfianza.
Y abona de la memoria Hace saltar su caballo
Los asaltos y emboscadas; Porque oyese sus pisadas,
Porque lo asaltó en las paces Y en ello viese la mora
Amor con recias escalas. Que con afición le aguarda.
Ya pisa el moro galán Echó de ver su desdicha
Las alfombras del Alhambra, En la celosa tardanza,
Donde su primo Celin Y el corazón animoso
Se casó con Celindaja; Tiernas lágrimas derrama.
A quien con voz algo triste Dice: — Salió verdadera
De rodillas en sus faldas, La sospecha de mi alma,
A vueltas del parabién Adonde es bien conocido
Dijo quedo estas palabras : Tu poca ley, y fe falsa.
—¡Oh prima del alma mia! Déjasme por un genízaro
Por tu vida que bien asgas Que fué de nación cristiana,
La ocasión de los cabellos, Afrentado porGomel
Y de fortuna las alas : En las zambras del Alhambra.
Enlaza este pecho tuyo ¿Adonde está tu afición i
Con la mitad de tu alma : Y aquel amor que mostrabas?
Mil años con él te goces, ¿Las lágrimas que vertías
Y en él tus centellas ardan, Con amorosas palabras?
Que en las sombras de tu gloria ¡Oh mas mudable que el viento
Yo mis tormentos trocara : Mas débil que frágil caña,
ídolo fuera del tiempo Mas ingrata á mis servicios
Con seguro de mudanza; Que la cruel Atalanta!
Y si cual te ves, me viera', No me espanto de todo esto,
A los cielos de tu fama Ni de lijera mudanza,
Rindiera amor tus paredes, Porque al fin eres mujer,
Sujeto á ofrecerme pagas : Y solo el nombre te basta.—
Cualquiera mármol cubriera, Dio vuelta el gallardo moro,
Todos los bronces pintara, Toda la color mudada,
Codicioso de tesoros . Dando al vulgo que decir,
Al gusto que me sobrara.—- Con su alegría vuelta en rabia.
El moro dijera mas; (Romancero general.)
Pero la fortuna avara
Ordenó que Azarque fuese 18.
A danzar oon Celindaja.
(Romancero general.) ABENÁMAR.—VII.
(Anónimo *.}
17. —Así no marchite el tiempo
ABENÁMAR.—VI. El abril de tu esperanza,,
Que me digas, Tarfe amigo,
(Anónimo.) ¿ Dónde podré ver á Zaida?
Fuerte, galán y brioso, La forastera te digo,
Que á toda Granada espanta, Aquella recien casada,
Rico de insignias de amor La de los-rubios cabellos,
Sale el valiente Abenámar. Y mas que cabellos gracias:
Del colorado bonete Aquella que en menosprecio
Lleva la vuelta bordada, De las. damas cortesanas
Con una cifra que dice : Celebran los moros nobles
«De amor es mi alegre causa». Con gloriosas alabanzas.
Aprieta bonete y frente Voy por vella á la mezquita,
Una verde sinabafa, Por vella voy á las zambras,
Y entre dos moradas plumas Y aunque tan caro me cuesta
Lleva sujeta una blanca. No puedo velle la cara.
Enmedio roseta y toca, Encúbrese de mis ojos,
Una esmerada medalla, ¡ Cierta señal que me agravia!
Con una cifra que dice t Y aunque mas, Tarfe, me digas,
«Entre dos hay sola un alma» No tengo celos sin causa.
Capellar y tunicela Después que á Granada vine,
Lleva de color morada, ¡ Nunca viniera á Granada!
Y á trechos cifras que dicen : Sale mi Alcaide de noche,
«Eres sol de mi esperanza». Y aun no viene á la mañana.
Lleva en el siniestro lado Enfadante mis caricias,
Una fuerte cimitarra, Y estar conmigo le enfada :
En un caballo tordillo ¡ No es mucho que yo le canse,
Todo cubierto de manchas; Si en otra parte descansa!
El brazo derecho lleva Si está en el jardín conmigo,
Con una leonada manga, Si está conmigo en la cama,
Y banderilla turquesca No solo las obras niega,
En el cabo de la lanza; Mas niégame las palabras*.
Y paseando poco á poco Si le digo ¡vida mia!
Llegó al campo de Daraja, Me responde : mis entrañas;
Mas vio que estaba cerrado ¡ Pero con una tibieza
Por mano de aquella ingrata. Y un hielo que me las rasga!
Hizo la seña que suele Y mientras mas le regalo,
Adonde un poco se tarda. Como trae vestida el alma
g ROMANCERO GENERAL.
Y aun de sus palabras tiene
De pensamientos traidores,
Celos, cuando con él habla.
Enséñame las espaldas.
Sus pensamientos le siguen
Si me enlazo de su cuello,
Siempre que sale de casa,
Baja los ojos, y baja
Buscando mil invenciones, (
La cabeza, y de "mis brazos Y haciendo mil pruebas varias ,
Da vuelta y se desenlaza, Porque alfinlos celos son
Arrojando unos suspiros Hijos de amor en quien ama,
Del infierno de sus ansias, Que los engendra el deseo,
Que mis sospechas encienden Temor y desconfianza;
Y mis contentos abrasan. Y como quien quiere bien
Si la causa le pregunto, Jamas se asegura en nada,
Dice que ye soy la causa ; Son los celos amorosos
¡Y miente, que allí me tiene Efectos de aquesta causa.
Ociosa y enamorada! Y estando una tarde á solas
¡Pues decir que le he ofendido!.. Con Adalifa Abenámar, ,
¡ En infiernos de amor arda, Estas palabras le dice t
Si después que le conozco Con mil suspiros del alma :
Me he asomado á la ventana! —Valeroso capitán,
Si he tomado mano ajena, . Claro espejo de las armas,
Ni he visto toros ni cañas, Temor de los enemigos,
Y si en parte sospechosa Fuerte muro de Granada,
Se han estampado mis plantas. Espejo de la milicia.
Y Mahoma me maldiga', Archivo en quien mi esperanza
Si por guardarse en mi casa Vive, y todo mi contento,
La ley de su gusto sola, Causa de todas mis-ansias:
La de su Alcorán se guarda." No te espantes que mis ojos
Mas ¿para qué gasto tiempo Ante tí derramen agua, ...,
En darte cuentas tan largas, Porque alfinlos ojos son
Si el alcance que le he hecho Las alquilaras del alma,
Tú lo sabes, y lo callas? Por donde el amor destila
No jures, que no te creo. Los vapores que derrama
¡ Aquella mujer mal haya, La pena en el corazón
Que de vuestros juramentos Con el fuego que le abrasa,
Redes para el gusto labra! Cuyo valor excesivo
Que son traidores ios hombres, Hace que del pecho salga
Como sus promesas falsas; El agua, con que el dolor
Muerto el fuego desparecen Del corazón se descarga;
Como escritas en el agua. Y como á mí me combaten
Del prometer al cumplir, Fuego, amor, temor, mudanza,
¡ Que jornadas hay tan largas! Celos y sospechas, lloro,
¡ Qué ventas en el camino, Porque el corazón descansa.
Tan yermas y tan cerradas! Por Alá te pido y ruego
¡ Ay Dios, que me acuerdo cuando!... Que aunque te miren las damas
Aquí el aliento me falta, No las mires, ni las veas,
Una congoja me viene : Porque en hacello me agravia»:
Tenme,Tarfe, no me caiga.— Que como eres tan galán,
Dijo llorando Adalifa, Cuanto valiente en las armas,
Celosa de su Abenámar, Por galán te dan el premio,
Y en brazos del moro Tarfe Y por valiente la palma.—
Se ha quedado desmayada. Abenámar le responde:
—Adalifa de mi alma,
1
{Romancero general.) Si para satisfacerte
I Con cuánta naturalidad, delicadeza y gracia se pintanEs menester que se abra
en este romance, uno de los muy buenos de su clase, los
sentimientos celosos de una dama tiernamente enamorada! Es• El pecho, donde te tengo
Al natural retratada,
uno de los mejores en su clase, ypertenece al ün del siglo xvi.
19. Haré por solo tu gusto
Puerta en él patente y ancha,
ABENÁMAR,—-VH1. Para que tú propia veas,
(Anónimo .)1
Si acaso no estás turbada,
Como Abenámar te tiene
Tan celosa está Adalifa Fe inviolable, afición casta.
De su querido Abenámar, Y si imaginas que miento,
Que si le miran se ofende, Ruego á Alá que cuando salga
Y se ofende si le hablan. Al campo con el cristiano
Si á dicha con otros moros Me mate á malas lanzadas;
Corre toros, juega cañas, Que jamas tenga victoria
Jamas le pierde de vista Cuando á escaramuza salga,
En lasfiestasy en las zambras Y que cautivo me nieguen
Y si acaso por su rey La libertad deseada;
En defensa de su patria Mis enemigos me ofendan,
Con las armas al contrario Mis amigos no me valgan,
Sale á correr en campaña, Deudos y bienes me falten
Si como no se permite Cuando menester los haya;
Le fuera decente causa, Yfinalmenteno vea
rio lo dejara un momento, Cumplidas mi esperanzas
Mas siempre le acompañara, Para gozar tus amores,
Porque en apartarse de él Sino que muera de rabia.
an vivo fuego se abrasa, Y con esto, vida mia,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. .9
Se asegure tu esperanza: A quien tragaba la gente,
Cesen tus celos, y cesen Y que la muerte y amor
Esas perlas que derramas, Jamas respetó valiente,
ue por lo que te he jurado En casa del moro muerto
? por la fe reservada
Sola á tí en mi corazón,
Mil vivos están presentes.
Unos publican la causa
Que Abenamar no te engaña.— De sus deseos ardientes;
Con esto quedó contenta, Otros que murió de celos,
Tan satisfecha y pagada , De desamor y desdenes.
Que trocó desde aquel punto Secas esperanzas viejas
En fe la desconfianza. En años mozos y verdes,
(Romancero general.)
Lloran sus amigos del,
Y otros del hay maldicientes,
« SI el «nterior retrata primorosamente las inquietudes de Que hallaron al moro escrito,
una dama celosa , este no le cede en ello; pero ademas pinta Revolviendo sus papeles :
con delicadeza y ternura el modo con que el galán pretende «Es mi voluntad, amigos,
«almar las sospechas y aprehensiones de su amiga. Que si en Gelves yo muriese,
Que me entierren en mi tierra,
20. Porque mas no me destierre:
Que en presencia son los males •
ABENAMAR.— IX. Como en ausencia los bienes.»
(Anónimo*.) (Romancero general.)
Ya no tocaba la vela ROMANCES D E AZARQTJE E L GRANADINO «<
La campana del Alhambra,
Porque las torres Bermejas,'
Bañaba de plata el alba, 22.
Cuando sin haber dormido
Recuerda el fuerte Abenamar, AURQUE EL GRANADINO. — I.
Con mas cuidado que sueño : (Anónimo.)
¡ Qué mal duerme quien bien ama!
Y viendo que sale el sol Ensíllenme el potro rucio
Y que no sale Daraja, Del alcaide de los Velez,
Con lágrimas de sus ojos Denme la adarga de Fez
Aqueste canto acompaña. Y la jacerina fuerte,
—Si amanece el alba Una lanza con dos hierros
Bordando los cielos, Entrambos de agudo templa:
Para mí con celos Y aquel acerado casco ^
Anochece el alma. Con el morado bonete,
Paso llorando la noche, Que tiene plumas pajizas
Aguardando á la mañana, Entre blancos martinetes,
Y es de condición tu sol, Y garzotas medio pardas,
Que no saliendo me abrasa. Antes que me vista denme.
Vanse las claras estrellas * Pondréme la toca azul %
En mi desengaño claras, Que me dio para ponerme
Y aunque sol, no es para mí, . Adalifa la de Baza,
Que para mí todo es agua. Hija de Celin Ámete,
¿Qué importa que el sol hermoso Y aquella medalla en cuadro
De las Indias venga y vaya Que dos ramos la guarnecen ,' t

A traer á España el dia, Con las hojas de esmeraldas,


Si me esconde su luz clara? Por ser los ramos laureles; •
Si amanece el alba Un Adonis que va á caza
Bordando los cielos, De jabalíes monteses
Para mí con celos Dejando su diosa amada,
Anochece el alma. — Y dice la letra: Muere.
( Códice del siglo xvn.) Esto dijo el moro Azarque
Antes que á la guerra fuese,
* Es una lindísima y sentida composición, A aquel discreto animoso,
A aquel galán y valiente
21. Almoralife el de Baza,
De Zulema descendiente,
ABENAMAR.—X. Caballeros que en Granada
1
(Anónimo. ) Paseaban con los reyes.
Albornoces y turbantes Trajéronle la medalla,
No traen los moros de Gelves Y suspirando mil veces
Marlotas ni capellares, Del bello Adonis miraba
Almaizales ni alquiceles; La gentileza y la suerte :
Ni traban escaramuzas, —Adalifa de mi alma,
Ni alheñan los brazos fuertes, No te aflijas ni lo pienses:
Ni procuran por sus damas, .Viviré para gozarte;
Si están presentes ó ausentes; Gozosa vendrás á verme.
Ni de celosas porfías, Breve será mí jornada;
Ni de amorosas mercedes : Tu firmeza no sea breve :
Todos de negro vestidos Procura, aunque eres mujer,
Con vestidos portugueses, Ser de todas diferente.
Por la muerte de Abenamar, No te parezcas á Venus,
Que de muchos es pariente Aunque en beldad te pareces,
Viendo que traga la tierra En olvidar á su amante
Y en no respetarle ausente.
ROMANCERO GENERAL.
10
Cuando sola te imagines, Será mejor que te sirvan.
Ya te cansas de escucharme,
Mi retrato te consuele, Bien será que te despidas
Sin admitir compañía De mi alma y de mis ojos,
Que me ultraje y te desvele : Como de mis celosías.—
Que entre tristeza y dolor Esto dijo al moro Azarque
Suele amor entretenerse, La bella Zaida de Olías,
Haciendo de alegres tristes, Y cerrando su balcón,
Como de tristes alegres. Dio principio á sus desdichas.
Mira, amiga, mi retrato El moro picó el caballo,
Que abiertos los ojos tiene, Y hacia el terrero le guia,
Y que es pintura encantada Murmurando de su estrella,
Que habla, que vive, y que siente: Que á mil mudanzas le inclina.
Acuérdate de mis ojos,
Que muchas lágrimas vierten, (Romancero general.)
¡ Y fe á que lágrimas suyas
Pocas moras las merecen! — í Por iguales razones que el anterior es atendible este
En esto llegó Galvano romance.
A decirle que se apreste,
Que daban prisa en la mar 24.
Que se embarcase la gente. >
A vencer se parte el moro, AZARQUE E L GRANADINO. -ai.
Pues que gustos no le vencen; .• ' (Anónimo.)
Honra y esfuerzo le animan,
Cumplirá lo que promete. En un balcón de su casa
(Romancero general. — It. Flor de varios y nuevos Estaba Azarque de pechos
Romanees, l.¡> parte. — It. PÉREZ DE HITA , His- Con el humilde Cegrí,
toria de los bandos de los Cegríes, etc.) A quien trata mal el tiempo.
1
Un memorial de sus glorias
Este Azarque es el que en las guerras de Granada lla- Estaba Azarque leyendo,
man Malique Ala vez, y Adalifa, la que llaman Cohaida: ambos
distintos del Azarque y Lindaraja de Toledo del Romancero Que al pobre Cegrí causaba
general. El romance es de los mas célebres y populares de su Pena triste, y llanto eterno;
clase, y ha sido objeto de una parodia que empieza: En- Cuando hacia la puerta Elvira
síllenme el asno rucio, etc. Por su brío y brillantez es muy La larga vista tendiendo,
simpático con el carácter español, y en especial con el de los Vio cómo en el mar de España
andaluces. Sus rayos lanzaba Febo;
23. Y bajándola algo mas
A contemplar, cómo el suelo
AZARQUE E L GRANADINO. — 11. Su bella color trocaba,
(Anónimo*.) Mudando lo verde en negro,
Vio que entraba por la puerta
—Recoge la rienda un poco; Nueva luz, y otro sol nuevo,
Para el caballo que aguija Cuyos rayos excedían
Medroso del acicate A los que esparce del cielo.
Con que furioso le picas: Tornó el color á la tierra,
Que, sin uso de razón, f¡, Y quitando el negro velo,
A mi parecer te avisa Anunció con su verdura
De aquel venturoso tiempo, Un no esperado contento.
Que tú desleal olvidas, Dijo Azarque : —Aunque mi vista
Cuando ruabas mi calle, Aquel sol hiere de lleno ,
Midiendo de esquina á esquina Es Celinda la discreta,
Con sus corvetas el suelo, O me engaña mi deseo.
Mis ventanas con tu vista. Bien lo dice su belleza,
¡ Oh cruel á mi memoria, Pues causa con sus efectos
Pues por ella me castigas, En las almas donde toca
Abrasando mis entrañas Gloria inmensa, y gozo inmenso.-
Con esas entrañas frias! Reconociéndola el moro
¡ Qué de prendas que fiaba Quitó el bonete de presto,
De tu voluntad fingida! Humillando la cabeza
¡ Qué de verdades me debes! Hasta debajo del pecho.
Y yo á tí ¡ qué de mentiras! Celinda se levantó,
Ayer temiste á mis ojos, Y bajando todo el cuerpo,
Hoy vences á quién temias: Cumplió al moro su esperanza,
Que amor y tiempo, en mil años, ¡ Que no fué favor pequeño!
No están iguales un dia. Y de muy alegre, triste,
Pensaba yo que en tu nombre Porque se acabó tan presto,
Mi esperanza fuera rica, Daba callando mil voces:
En prendas de quien tú eres,
Y de quien son mis caricias. Que el gozo hace mil extremos.
¿Adonde enseñan engaños? Siguiéndola con la vista
Por merced que me lo digas: La dice : — ¡ Mucho te debo,
Defenderéme del tiempo, Pues sin haberte servido
Y de tí no tendré envidia. Das tal pago á mis respetos!
¡ Mas bien pudiera saberlo Aqueste favor, Señora,
Si yo saberlo queria , Aunque yo no lo merezco,
Cuando escuché tus razones Le pondré con los demás,
Y TÍ tus quejas escritas ! Cuyo número es incierto
Disculpas pensabas darme: Y bastará su memoria
No quiero que me las digas : A desterrar mis tormentos,
Para la dama que engañas Y entre glorias y pesares
Sera bastante el tercero.—
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. i<
Y con almaizales pardos
Celinda en esto paso, Estarías hasta verme,
Y Azarque dejando el puesto, Y que te creí de falso.
Ufano con tal merced Tú te trocaste, Adalifa,
Se retiró á su aposento. Y yo también me he trocado:
(Romancero general.) Si dura estás á mis quejas,
A las tuyas no estoy blando.
25. Tus cabellos no los quise,
AZARQUE E L GRANADINO. — IV. Y por este desengaño
Conocerás que cabellos
(Anónimo.) No pueden atar soldados;
Arrancando los cabellos, Y que vistas pardo ó verde,
Maltratándose la cara, De buriel, ó de damasco,
Está la bella Adalifa, No me importa, porque privo
Porque su Azarque se embarca, Con quien arrastra tres altos.
Echando tierra en los ojos, Quiéreme alzar esta dama,
Mordiendo las manos blancas, En cuyos amores ardo, •
Maldiciendo del contrario Con favores, y sin quejas,
Por quien se hace la jornada. Alegres y asegurados :
—¡ Ay capitán de mi gloria! Mora que en las reales zambras
¡ Geieral de mis entrañas! Tiene el cojin mas cercano
¡ Patrón de mis pensamientos! A la reina, por hermosa,
¡ Competidor de mis ansias! Y por dama de palacio.
¡ Lustre de mi rostro alegre! Pasean competidores,
¡ Alegría de mi alma! Y yo de todos triunfando
¿Dónde estás que no te veo, Gozo lo que merecían,
Espejo en queme miraba? Siquiera por desvelados.
¡ Ay Azarque, mi Señor! No hay día sin nuevo gusto
Mi Señor, pues ¿qué me mandas? Ni favor nuevo; ya he dado
¿Mándasme que esté esperando? En que no me traigan mas
¡ Larga será mi esperanza! Para acabar de estrénanos,
Allá tendrás una guerra, t Y porque vivas empresas
Y acá otra guerra te aguarda . Que de mi ventura saco
Piénsasme dejar en salvo No me cumple que se mezclen
Y estoy metida en campaña. Con los que se dan acaso.
¡ Ay! si mi ausencia te aqueja, ¡ Oh, si vieses, Adalifa,
Y mi favor te acompaña, La fineza de este trato!
Tu solo serás bastante ¡ Qué corrida que estarías
Para vencer la batalla. Del tuyo fingido y vario!
Mi fe te encomiendo, Azarque; ¡ Oh, si vieses el amor
Alá vaya en tu compaña, Conmigo agora tan franco!
Porque vuelvas con victoria, ¡ Qué de envidia me tendrías
Pues con victoria te embarcas. Viendo que contigo acabo!
¡ Bien dirás, Azarque mió, Al fin, como acá es el mundo
Que mujeres son livianas! Tan liberal y tan ancho,
Más hay muchas diferentes De tus mudanzas me olvido,
Como soldados en arma.s. Y de tu olvido me pago.
Nadie me verá sin tí Doite cuenta de mis bienes,
En baile, sarao ó zambra; Porque te ofenda el pensallo,
Ni me verán en conciertos, Y porque entiendas que en mí
Sino metida en mi estancia. Tus memorias espiraron.
Ya no me verán las moras Y porque Aliaja me pide *
Vestir almaizar, ni galas, Cuenta del tiempo que gasto,
Porque poco le aprovecha Y de tí no hago cuenta;
Vestirse un cuerpo sin alma.— Ya no mas, porque me tardo.—
Con esto llegó Celinda
Prima hermana de Bahata, (Flor de varios y nuevos Romances, 5. >
parte.)
4
Y dio fin á sus razones, En el romance siguiente se da á esta mora el nombre de
Pero no le dio á sus ansias. Celindaja.
{Romancero general.) 27.
26. AZARQUE E L GRANADINO. — T I .

AZARQUE E L GRANADINO. — V . (Anónimo*.)


(Anónimo.) —Desensíllenme la yegua
—Bien te acuerdas, fácil mora, Que del potro rucio es madre,
Y la adarga que es de Fez
Que me llamaste tu amado, Por fe de Alcorán se guarde;
Y que lloraste á mis ojos, Y la lanza con dos hierros
Aunque de Circe fué el llanto. En mi sangre se acicale:
Bien sabes que me pediste Que en mi sangre, que no en otra,
Celos, torciendo los brazos, Pequeños yerros son grandes.
De tu madre, porque tiene La jacerina y el casco
Grave rostro y blancas manos. Me quiten y me desarmen:
Bien sabes que en mi partida Que lo que es acero en guerras,
Tus cabellos se. juntaron Se vuelve cera en las paces.
Con mis colores, creyendo Martinetes y garzotas,
Que del amor fueran lazos Pues son plumas, dense al aire,
Y que sin perlas el cuello,' Que mejor vuelan en tierra,
11 ROMANCERO GENERAL.
Y no se mojen y estraguen; Que se la dejó en rehenes ,
Y la toca de Adalifa A la hermosa Celindaja;
De mi bonete se rasgue, Porque la que lleva el moro
Pues fué tormento de toca * No es suya, sino prestada,
Con que confieso mis males; Que á la despedida triste
Y en la cuadrada medalla, Se la quiso dar en guarda.
Para que mejor me cuadre, —Azar de los ojos mios,
De un Adonis que va á caza, Dice, pues vas de batalla
Pinten un Apolo y Dafne, Armado de piezas dobles,
Que en el tronco de un laurel Como la razón lo manda,
Se convierte y se deshace; Que te armes de sufrimiento
Y diga la letra : «Quiera Te ruego, en esta jornada,
• Cada cual su semejante.»— Y de firmeza en ausencia,
Cuando de la guerra vuelve* Que es causa de la mudanza.
Esto dijo el moro Azarque, Ya sé que por donde vas,
De Zulema descendiente, Moras verás mas bizarras,
Y Almoíadi de linaje; De mayor donaire y brio,
El que supo hacer su hecho; De mas hermosura y gracia,
Pero agora se deshace, Donde podrás ocuparte, ;-•
Viendo que su ausencia hizo Y olvidarme con maraña; ,.?
Que por otro le desame Mas ninguna te querrá '
Su Adalifa, bella mora, Del modo que esta tu esclava,
En quien tanto rigor cabe, Pues que vivir yo sin t i ,
Que robó el retrato muerto, Sin temor, recelos ni ansias,
Y en él puso un vil alarbe. Es cosa muy imposible
— ¿No te acuerdas, d i , traidora Para quien de veras ama.
De los imposibles graves Si en algún sarao te hallares
Que en un tiempo me pusiste? Donde acudan mis contrarias,
¿Cómo agora estás tan fácil? Deten, Azarque, los ojos,
Si te acuerdas, no permitas No tiendas la vista larga,
Que mi voluntad arrastre Que ojos que de rondón miran
Tan desigual afición Ocasiones de amor hallan.
Siendo igual la mia y grave, Y con esto Alá te guie,
Y que pague ajenas deudas Mahoma vaya en tu guarda,
Por ajenas libertades, Y el cuidado de tí tenga
Con holgazanes deseos', Con que queda Celindaja.—
Con pensamientos de balde. * {Romancero general.
A Venus te pareciste,
Ser Diana me mostraste:
¿Quien creyera tus mentiras ROMANCES DE GAZÜL <.
Pues me enseñas con verdades
Dejar hidalgas promesas
Por villanas amistades?
Que no hay á tus males queja, GAZÜL.—I.
Ni á mis bienes con que pagues.
Mas si vive el moro en t í , {Anónimo.)
Cuando mas favor alcance, Desesperado camina
Sea tan mudable y firme Ese moro de Villalba,
Como túfirmey mudable; Maldiciendo su ventura,
Porque cotejo mi gloria Porque en tal tiempo le falta :
Cuando mas se satisface No porque le den cuidado
Por las firmezas del cielo,
Con las mudanzas que hace. Los bandos que hay en Granada,
Vengaréme presto del., Entre los linajes nobles
De Abencerrajes y Audallas :
Y de tí podré vengarme, Ni tiene envidia á los moros
Porque quedarás de suerte Que son del Rey la privanza,
Que los dados se relancen Ni los cargos ni alcaidías,
Quien te dio el caudal que juegas Con las insignias honradas: .
Para que con él jugares, Solo estima el fuerte moro
Que en esto paran los juegos Le deje la bella Zaida,
De los tahúres amantes. Guiada por las razones
(Flor de nuevos y varios Romance», 3.» parte.) De unasfingidaspalabras.
Y considerando el moro
* Este romance es una especie de trova mudando el pensa- Su mucha hermosura y gracia,
miento del que dice : Ensíllenme el potro rucio, etc. — Dice con suspiros tristes,
* Aquí hay una especie de juego de palabras entre la toca Sacados allá del alma :
que sema de adorno 4 la cabeza, y la que se usaba para ator- — ¿Quién causó tanto desvío?
mentar á los reos y obligarlos á declarar sus delitos ciertos 6 ¿ Quién perturba mi esperanza ?
5 ste v e r s o y I o s o n c e qu e I e s i u e n
¿ Quién te mudó del intento
fl -ui
n . « deberían colocarse al Firme, bella mora Zaida?
d
co„ c?be eSdo . r y Para t e r
^ f ' P U e S d e O t r o m
"<"« i 0
¿Quién hizo que mis trofeos
Del lauro y altiva palma
28. Dejasen de coronar
Esta frente desdichada,
AZARQUE E L GRANADINO. — VII. Sino algunos falsos pechos
{Anónimo.) De intención falsa y dañada,
Que hicieron tu condición
De Sevilla partió Azarque, Del león ó tigre hircana ?
Dejando en ella su alma, , i Oh lenguas de maldición!
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 13

¡ Calumniadoras de fama! 31.


¡ Salteadoras de las honras!
GAZUL.—W.
¡Almacenes de cizañas!
¡ Alcázares de malicia ! (Anónimo.)
¡ Torres de desconfianza, Cuando de los enemigos,
Que no sabiendo lo cierto En roja sangre bañado,
Sentencian con ley contraria!
¡ Alá permita, crueles, Defiende nuestras riberas
Se paguen vuestras marañas, Mas que los otros gallardo;
En otra tal ocasión, Cuando deja la marlota,
O en cosa que tanto os vaya, Y desnuda los damascos,
Y que veáis, inhumanos, Vistiendo malla sangrienta
Pechos falsos, lenguas falsas, De los despojos contrarios;
Como os da el cielo castigo Cuando de tu Abencerraje ,
Por la merecida paga! Si tienes hidalgo trato,
¡Oh cuan justos os mostráis Cuanto es mayor el peligro
En la apariencia y palabras! Has de tener mas cuidado :
Y sois peores que lobos ¡Entonces, ingrata mora,
Entre las ovejas mansas.— En olorosos brocados
Ardiendo se parte el moro A mano ajena te rindes,
En una amorosa llama, Y das de mano á tu amo!
Despedido de gozar Borraste el blasón antiguo
De la bella mora Zaida ; De los reyes tus pasados,
Y al sagrado Tajo dice Y pones menguantes lunas
Mirando sus olas claras: En tus chapiteles altos.
—¡ Ay rio, si hablar supieras Alá me vengue de t í ;
Para declarar mis ansias, Aunque para ser vengado
A quién mirando te está Bastante venganza das,
La tarde, noche y mañana, Y así la darás llorando,
En el fin de tu corriente, Cuando de esos largos dias
Y en la feliz Lusitania! — Vieres que quedan burlados
(Romancero general.) Con sus concertados gustos
Tus gustos desconcertados.
* Los romances sobre Gazul y sus amores, son de los mas ¡ Que contento será verte
célebres,y compiten y se enlazan con los de Zaide y Zaida. Cuando llegues á-abrazallo,
Según el contexto de ellos, la historia fabulosa en que se fun- Mezcladas tus trenzas rubias
dan puede referirse al tiempo de los Reyes Católicos.
Entre su copete blanco!
¡ Y cuando de la otra mora •
30. Las gracias te esté contando,
GAZUL.—II. Y sus hijos atrepellen
(Anónimo.) Tus alfombras y tu estrado !
¡Y cuando dejes las aguas
—Si tan bien arrojas lanzas De Genil fértil y claro,
Como las cañas arrojas, Y vayas á las riberas
No pretendas por galán, Del turbio y corriente Tajo,
Que á los Gazules deshonras. Donde no hay Abencerrajes ,
No las zambras ni las fiestas Ni aquel tropel de caballos,
De las granadinas moras, Que desde tus miradores
Que el nombre de fuerte pierdes Mirabas correr gallardos!
Cuando el de cobarde cobras. Soledad te ha de causar,
Deja el vistoso albornoz, Ingrata, el tiempo pasado,
El almaizar y marlota,
Cuando en el presente mires
Y no te precies del oro, Todas tus glorias en blanco,
Que á tu linaje desdoras : Y las divisas y amores,
Mira que las armas son Los papeles regalados,
De mas honra y menos costa, Palabras y juramentos
Y que los que no son nobles En tu daño conjurados.
Con ellas nobleza cobran. Todos han de ser verdugos
Mide, Albenzaide, tu gusto De tus años malogrados,
Con el estado que gozas, Cuando entregados los veas
Que á veces de altos deseos A tan bien logrados años.
Nacen esperanzas locas. «
Huye de tu pensamiento, El tiempo es padre de celos,
Porque de plumas se adorna, Y quien tiene tiempo largo,
Lijeras para subirte, Detras de mil celosías
Para sustentarte flojas. Aun no estará asegurado.
No te arrojes en el mar, Serás celada en la corte,
Donde tantos vientos soplan, Serás celada en el campo,
Ya de furioso desden, Serás celada en las fiestas,
Ya de encubierta lisonja. Y en las zambras y saraos.
La libertad que se pierde, Celada serás en todo,
Con gran trabajo se cobra Y con ser celada tanto,
Y mas la que va perdida Nunca celada pondrás
Por una imposible cosa.— A tus disgustos cansados.
Esto decia Gazul, Darás muyflacadisculpa
El que la fama pregona, Cuando digas , que forzados
Puesto en olvido por pobre De tu padre, respondiste
De la bella Zaida mora. El sí, que lastima á tantos.
. {Romancero general.) Goza de lo qué escogiste -
Con ese descargo falso,
ROMANCERO GENERAL.
u describir el traje de un moro armado de luto para demostrar
Que donde amor se atraviesa,
No hay padres reverenciados. sus penas amorosas. Es una repetición del mismo pensamien-
(Romancero general.) to expresado en varios otros romances, respecto al poder de!
interés contra el amor. _ _ _ _ _
32. 33.
GAZUL.—IV. GAZUL.—V.
1
(Anónimo .) (Anónimo t.)
Limpíame la jacerina; Sale la estrella de Venus
Vé presto; no tardes, paje, Al tiempo que el sol se pone, ,
Que para el fuego que tengo Y la enemiga del dia
Por muy presto será tarde; Su negro manto descoge,
Y quítame del bonete Y con ella un fuerte moro
Las verdes plumas que Azarque Semejante á Rodamonle
Me dio, cuando fui á su boda, Sale de Sidonia airado;
Pues se han vuelto plumas aire. De Jerez la vega corre
Pondrásme unas plumas negras, De donde entra Guadalete
Y una cifra que declare : Al mar de España, y por donde
«Plomo son dentro en el alma, De Santa María el puerto
Pues del alma el peso sale.» Recibe famoso nombre.
Y á mi marlota amarilla Desesperado camina,
Le quitarás los diamantes, Que siendo en linaje noble, i .
Y harás que se los pongan Le deja su dama ingrata
De un fino y negro azabache;
Porque llevando lo negro Porque se suena que es pobre,
Con lo amarillo, señale Y aquella noche se casa
Mi suerte desesperada, Con un moro feo y torpe,
Suerte que sin suerte sale; Porque es alcaide en Sevilla
Y unos llanos borceguíes Del alcázar y la torre.
No guarnecidos ni graves , Quejábase tiernamente
Que á quien le falta la tierra De un agravio tan inorme,
Es muy justo que se allane. Y á sus palabras la vega
Dame la lanza 3e guerra, Con dulces ecos responde :
La de los dos hierros grandes, —¡Zaida, dice, mas airada
Que de la sangre cristiana Que el mar que las naves sorbe,
Están templados con sangre: Mas dura é inexorable
Que quiero que en esta nuestra Que las entrañas de un monte!
Nuevamente se acicale, ¿Cómo permites, cruel,
Porque he de pasar si puedo Después de tantos favores,
Un cuerpo de parte á parte. Que de prendas de mi alma
Y ponme en el tahelí Ajena mano se adorne?
De diez el mejor alfanje, ¿ Es posible que te abraces
Y la vaina también negra , A las cortezas de un roble,
Porque á lo demás iguale; Y dejes el árbol tuyo
Y el caballo que me dio Desnudo de fruta yflores?
De presente, por su padre, ¿Dejas tu amado Gazul,
El cristiano de Jaén, Dejas tres años de amores,
Que no quise otro rescate; Y das la mano á Albenzaide
Y si no estuviere herrado Que aun apenas le conoces?
Harás luego aderezarle: Dejas un pobre muy rico,
Que pues no acierto con gentes, Y un rico muy pobre escoges,
Acierte con animales; Pues las riquezas del cuerpo
Y mudarás las correas A las del alma antepones.
Que tengo en los acicates; Alá permita, enemiga, «i'
Y sino dales con tinta, Que te aborrezca y le adores,
No se vean los esmaltes. — Y que por celos suspires,
Aquesto dijo Gazul Y por ausencia le llores;
Un martes triste en la tarde , Y que de noche no duermas,
Tarde triste para é l , Y de dia no reposes,
Y al fin despojos de Marte, Y en la cama le fastidies,
Pues en él le vino nueva, Y que en la mesa le enojes;
Que el miércoles adelante Y en las fiestas y las zambras
Se casa su bella mora No se vista tus colores,
Con su enemigo Albenzaide, Ni aun para verlas permita
Moro rico de nación, Que á la ventana te asomes;
Aunque de torpe linaje; Y menosprecie en las cañas,
¡Pero venció la riqueza Para que mas te alborotes,
A tres años de amistades! El almaizar que le labres
Todo aquesto puesto á punto Y la manga que le bordes,
Lo tiene, y comienza á armarse, Y se ponga el de su amiga /
Que pues amor le desarma, Con la cifra de su nombre,
No es mucho contra amor se arme. A quien le dé los cautivos
La primer señal de Venus, Cuando de la guerra tome; ,
Mostrando su estrella sale Y en batalla de cristianos
Cuando sale de Sidonia, De velle muerto te asombres,
Y para Jerez se parte. Y plegué Alá que suceda
(Romancero general.) Cuando la mano le tomes;
Aquí parece que el poeta por fin principal se propope Y si le has de aborrecer,
Que largos años le goces -'
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 18
Que es la mayor maldición Pues de casarla con este,
Que pueden darte los hombres — A su Zaida habia tratado,
Con esto llegó á Jerez Mas aqueste casamiento
A la mitad de la noche; Caro al moro le ha costado
Halló el palacio cubierto Porque el valiente Gazul
De luminarias y voces, ' Como á Jerez ha llegado
Y los moros fronterizos A dos horas de la noche,
Que por todas partes corren Que así lo tiene acordado,
Con sus hachas encendidas Junto á la casa de Zaida
Y con libreas conformes. Se puso disimulado.
Delante del desposado Pensando está qué hará
En los estribos alzóse , En un caso tan pesado :
Y arrojándole la lanza Determina de entrar dentro,
De parte á parte pasóle. Y matar al desposado.
Alborotóse la plaza, Ya que en esto está resuelto,
Desnudó el moro el estoque, Vido salir muy de espacio,
Y por mitad de la gente Mucha caterva de gente,
Hacia Sidonia volvióse. Con mil hachas alumbrando.
(Romancero general.—It. Flor de nuevos y varios La Zaida venia en medio,
Romances , i " parte.) Con su esposo de la mano,
Que iban con los padrinos,
i Para colocar este romance entre los moriscos novelescos A desposarse á otro cabo.
que se refieren al tiempo de las guerras de Granada, hay que El buen Gazul que los vido,
pasar por un anacronismo, pues entonces ya Sevilla era de Con ánimo alborotado,
ios cristianos, y no podia ser Albenzaide alcaide de ella ni de
su alcázar. Sin embargo, esta composición es tan bella que se Como si fuera un león
halla en casi todas las antologías que se han publicado desde Se habia encolerizado. ¡
principios del siglo xvn. Mas refrenando la ira,
Se acercó con su caballo,
Por acertar en su intento,
34. Y en nada salir errado.
GAZUL.—VI. Y aguarda llegue la gente
(Anónimo K) Adonde estaba parado;
Y como llegaron junto,
No de tal braveza lleno A su estoque puso mano;
Rodamonte el africano, Y en alta voz que le oyeron,
Que llamaron rey de Arjel Desta manera ha hablado:
Y de Zarza intitulado, —No pienses gozar á Zaida,
Salió por su Doralice Moro bajo y vil villano:
Contra el fuerte Mandricardo, No me tengas por traidor,
Como salió el buen Gazul Pues que te aviso y te hablo.
De Sidonia aderezado, Pon mano á tu cimitarra,
Para emprender un hecho Si presumes de esforzado.—
Tal, que nunca se ha intentado, Estas palabras diciendo,
Y para esto se adorna Un golpe le habia tirado
De jacerina y de jaco; De una estocada cruel,
Y al lado puesto un estoque, Que le pasó al otro cabo.
Que de Fez le fué enviado, Muerto cayó el triste moro
Muy fino, y de duros temples, De aquel golpe desastrado:
Que le forjara un cristiano, Todos dicen, muera, muera
Que allá estaba en Fez cautivo, Hombre que ha hecho tal daño.
Porque del Rey era esclavo : El buen Gazul se defiende;
Mas le estimaba Gazul, Nadie se llega á enojarlo:
Que á Granada y su reinado. Desta manera Gazul
Sobre las armas se pone Se escapó con su caballo.
Un alquizel leonado; (Romancero general.)
Lanza no quiere llevar
Por ir mas disimulado. t Es una repetición del asunto del anterior, pero que des-
Pártese para Jerez •cce mucho comparado con él.
Do tiene puesto el cuidado:
Tropelía toda la vega
Corriendo con su caballo.
Vadeando pasa el rio, GAZUL. — V i l .
Que Guadalete es llamado,
El que da famoso nombre (Anónimo *.)
Al puerto antiguo nombrado, Cuando por prados amenos
Cual dicen Santa María Febo su ganado impone
Deste nuestro reino hispano; De noche á pacer los henos,
Así como pasó el rio «Sale la estrella de Venus
Mas aprieta su caballo vAl tiempo que el sol se pone.»
Para llegar á Jerez, Y cuando con rayos de oro
Ni muy tarde ni temprano; Febo busca otro horizonte,
Porque se casa su Zaida Sale Diana y su coro,
Con un moro sevillano «Y con ella un fuerte moro
Por ser rico y poderoso, «Semejante á Rodamonte.»
Y en Sevilla emparentado, Es el moro enamorado,
Y biznieto de un alcaide Aunque amor no le socorre;
Que fué en Sevilla nombrado Y como desesperado
Del alcázar y la torre, «Sale de Sidonia airado,
Moro valiente esforzado; «De Jerez la vega corre.»
ROMANCERO G E N E R A L .
16
Va de noche sin almete;
«Que aun apenas le conoces.»
Yo quiero cese mi pico;
Y como su sol se esconde, Pues noblezas no conoces,
Con el camino arremete Que aunque es en dinero chico,
«Por donde entra Guadalete «Dejas un pobre muy rico,
»A1 mar de España, y por donde,» »Y un rico muy pobre escoges.»
Toma el camino mas tuerto Yo haré que se quede en calma
Por no ser visto de hombre, El alma á que te dispones,
Y por donde va encubierto.,
«Santa María del Puerto Y que no goces la palma;
«Recibe famoso nombre. «Pues las riquezas del alma 5

Su cierto mal adivina, »A las del cuerpo antepones .»


(Romancero general.)
Y aunque de trato tan doble
La venganza determina, i Estas quinlillas son una glosa del de Sale la estrella de
«Desesperado camina, Venus.
«Siendo de linaje noble.» s Pospones deberla decir-
Y como es metal la plata
Que ha vencido siempre al cobre, 36.
Y el moro no se rescata,
«Le deja su dama ingrata GAZUL.—VIH.
«Porque se suena que es pobre.» (Anónimo.)
Las leyes de amor traspasa ;
Y porque no quiere tope La bella Zaida Cegrí,
Hombre, que es pobre su casa, A quien hizo suerte avara
«Aquesta noche se casa Esposa y viuda en un punto
»Cou un moro feo y torpe.» Por una arrojada lanza,
Y sin tenerle mancilla, Sobre el cuerpo de Albenzaide
Quiere su pecho le borre; Destila líquida plata,
Y al otro da mano y silla, Y convertida en cabellos
«Porque es alcaide en Sevilla, Esparce el oro de Arabia.
«Del alcázar y la torre.» Las manos en las heridas
Con el gran dolor que siente Por do el moro se desangra
Blasfema á veces su nombre; Pone, y en Gazul los ojos,
Y como olvidado ausente, Que está lidiando en la plaza.
«Se quejaba dulcemente —¡ Oh cruel mas que celoso !
«De un agravio tan enorme.» Le dice con voz turbada :
Como cólera le ciega Ruego á Alá que de esta empresa
Y no sabe quien le esconde, Presto recibas la paga,
En llanto y voces se anega, Y que en medio del camino
«Y á sus palabras la vega Cuando á tu Sidonia vayas,
«Con dulces ecos responde.» Encuentres, aunque sea solo • '
Ingrata, que eres casada A Garci-Perez de Valgas,
Sin que mi lanza lo estorbe, Y que en viéndole te turbes,
Y como el nombre le agrada, Y con fuerza desmayada
«Zaida, dice, mas airada No puedas regir la rienda
«Que el mar que las naves sorbe.» Ni cubrirte con la adarga.
Como el agravio es notable, Cautivo quedes ó muerto,
Va cual otro Rodamonte , ¡ Valiente solo en la fama!
Diciendo : — ¡ ah, mujer mudable, ¡ Guerreador entre libreas
«Mas dura é inexorable No entre arneses y corazas'.
«Que las entrañas de un roble!» Y si á Sidonia volvieres
¡Déj"asme en tan gran fatiga A los ojos de tu amada,
Con los primeros favores, Celos se vengan á hacer
Cual pajarillo en la liga! Sospechas averiguadas.
«¿Cómo es posible, enemiga, Torna, deja los amores
«Después de tantos amores?» De fe burladora y falsa,
Mil vidas dejaré en calma Por cuya mudanza espero
Primero que atrás me torne; Hacer honrosa mudanza.
Pues me has negado la palma, ¡Envaina, perro, el alfanje!
«Que de prendas de mi alma ¡Vuelve, traidor, las espaldas,
«Ajena mano se adorne.» Pues estás hecho á volver
Mira, cruel, lo que trazas,
La fe, y á nunca aguardarla!
Y si este pecho tan noble, Nunca tú tuviste amor,
Y esta alma que es tuya enlazas Ni vienes de buena casta,
«¿Es posible que te abrazas Que el amador bien nacido
»Con las cortezas de un roble?» Jamas procuró venganza.
Pierdo el juicio , y me destruyo Torno á decir, que permita
De que á un tronco le des favores, Alá, que tan mal te vaya
Que no se vio fruto suyo, En guerra, en paz, en amor,
«Y dejas un árbol tuyo Que pierdas con la ganancia.
• Desnudo de fruta y flores.» Tu dama la de Sanlúcar,
Por un nieto de Acenul Cuando vuelvan sea casada,
Metido en cien mil dolores, Y en parte donde no pueda
Vestido el alma de azul, Verte cuando á vella vayas;
«Dejas tu amado Gazul, Y si casada no fuere,
«Dejas tres años de amores.» Verdad no le diga en nada;
Solo porque no so alcaide, Enfádenle tus servicios,
Ingrata, me desconoces,
No habiendo como yo nadie : Y cánsenle tus palabras.—
«Y das la mano á Albenzaide, El moro estando en aquesto
En la plaza se hace plaza, '
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Y deja que el viento lleve
t?
Sus quejas y sus palabras. El moro que me revuelve,
(Romancero general.—It. Flor de varios y nuevo»A quien esa maldición
Le caiga, porque me vengue.
Romances, 1.a parte.) Mi alma aborrece á Zaida,
Y de su amor se arrepiente,
37. Que su desden y tu amor
GAZUL. — IX. Han hecho mi fuego nieve.
¡ Malditos sean tres años
(Anónimo*.) Que la serví por mi suerte,
Por la plaza de Sanlíicar Pues me dejó por un moro
Galán paseando viene Mas rico de pobres bienes! —
El animoso Gazul, Oyendo aquesto Celinda
De blanco, morado y verde. Aquí la paciencia ¡pierde, !
Quiérese partir el moro Cerró la ventana airada,
A jugar cañas á Gelves, Y al moro el cielo que tiene.
Que hace fiestas el Alcaide Pasaba entonces un paje
Por las treguas de los reyes. Con sus caballos ginetes, ":
Adora una bella mora, Que los llevaba gallardos
Reliquia de los valientes De plumas y de jaeces.
Que mataron en Granada La lanza con que ha de entrar
Los Cegríes y Gómeles. Toma, y furioso arremete,
Por despedirse y hablarla Haciéndola mil pedazos
Vuelve y revuelve mil veces, Contra las fuertes paredes,
Penetrando con los ojos Y manda que sus caballos,
Las venturosas paredes; Jaeces y plumas truequen,
Y al cabo de un hora de años De verdes en leonadas,
De esperanzas impacientes, Y parte furioso á Gelves.
Viola salir á un balcón (Romancero general. — It. Flor de varios y nuevos
Haciendo los años breves; Romances, 1.a parte.)
Y arremetiendo al caballo
Por ver el sol que amanece , * Romance
poesía. lleno de trio,
^ ^de
^ amenidad,
^ de rica y natural
Haciendo que se arrodille
Y el suelo en su nombre bese,
Con voz turbada la dice : 38.
—No es posible sucederme GAZÜL.— X .
Cosa triste en esta empresa,
Habiéndote visto alegre. (Anóntmo.)
Allá me llevan sin alma A media legua de Gelves
Obligación y parientes; Hincó en el suelo la lanza,
Mas volverá mi cuidado Y echándose sobre el cuento
Por ver si de mí le tienes. Gazul á pensar se para.
Dame una empresa ó memoria, Pensando en las maldiciones
Y no para que me acuerde, De su Celinda, y de Zaida,
Sino para que me adorne, Está diciendo : — ¡Fortuna,
Guarde, acompañe y esfuerce.— Siempre me fuiste contraria! —
Celosa estaba Celinda, * Y entre suspiro y suspiro
Que envidiosos, como suelen, Un ay con rabiosa saña
A Zaida la de Jerez Arranca del fuerte pecho,
Dicen que de nuevo quiere. Sin otras razones varias.
Airada responde al moro : —El ausencia de Celinda
—¡ Si en las cañas te sucede No me atormenta ni causa,
Como mi pecho desea Porque fuera sin razoii
Y el tuyo falso merece, Malcliciéndome adamalla.—
No volverás á Sanlúcar Con esto, indignado y fiero
Tan ufano como sueles, Enristró su fuerte lanza,
A los ojos que te adoran Y contra un nudoso roble
Y á los que mas aborreces! Hizo tres trozos el asta.
Mas plegué á Alá que en las cañas Quitó al caballo el jaez;
Los enemigos que tienes Y la empresa de su dama,
Te tiren secretas lanzas Como si fuese león,
Porque mueras como mientes; Con los dientes despedaza.
Y que traigan fuertes jacos A una cinta de oro y seda
Debajo los alquiceres, Que le puso en la celada ;
Porque si quieres vengarte Su enamorada Celinda,
Acabes y no te vengues. También le da justa paga.
Tus amigos no te ayuden, Sacó un retrato del pecho,
Tus contrarios te atropellen, Y cuanto su fuerza basta,
Porque muerto en hombros salgas Despide rompiendo el aire J
Cuando á matar damas entres; Porque burle su mudanza.
Y que en lugar de llorarte —I, Para qué quiero yo adornos,
Las que engañas y entretienes Si llevo adornada el alma
U)n maldiciones te ayuden, De maldiciones injustas
Y de tu muerte se huelguen.— Por premio de mi ganancia?
Ll moro piensa que burla, Mas me vale ir despojado,
üue es propio del inocente, Pues lo voy de la esperanza,
i alzándose en los estribos Y aunque no de los cuidados |
lomarle la mano quiere : Que me atormentan y cansan,
-Miente, le dice, Señora, Yo tomaré en estos robles
,T. x, De mi mal cruda venganza.
18 ROMANCERO GENERAL.
Mas ¿qué digo? ¿Estoy en mí? Que viene desesperado
No tienen sentido plantas.— Y por las obras lo muestra.
Quitó el freno á su caballo, Alborótase la plaza,
Y echóle por la ventana , Y solo Gazul se queda
Diciendo: —Vé á tu albedrío, Diciendo, al cielo mirando,
Que así me dijo á mí Zaida.— Con voz colérica y recia :
El caballo estando suelto — ¡ Ojalá las maldiciones
Al punto á correr arranca, De Celinda se cumplieran,
Y el prosigue su camino Y en mi pecho atravesadas
A pié, sin yelmo ni lanza. Alheñadas lanzas viera!
¡ Y que en lugar de llorarme
{Romancero general Las damas me maldijeran,
39. Y muerto afrentosamente,
En hombros de aqui saliera!
¡ Y que nadie me ayudara,
Porque dar gusto pudiera
{Anónimo.) A aquella airada leona,
Cual bravo toro vencido Que ver mi muerte desea !—
Que escarba la roja arena, Aquesto diciendo el moro
De su Celinda afrentado, La veloz yegua rodea, ,
Gazul á Sanlúcar deja. Jurando de no volver
Desesperado va el moro Donde Celinda lo vea.
En una alazana yegua, {Romancero general
Con un jaez leonado,
De su congoja la muestra. 40.
En naranjado y en negro
Lo blanco y lo verde trueca, GAZUL.—XI!.
Y lo amoroso morado {Anónimo.)
En rabia cruel y negra.
Una marlota vestida En el tiempo que Celinda
De blanco y azul á medias, Cerró airada la ventana,
Y en la parte que era azul Y la disculpa á los celos
ue el moro Gazul le daba ,•
Unas nubladas estrellas.
Listados van los volantes S
De
onfusa y arrepentida
habersefingidoairada:
De encarnado y seda negra,
El bonete azul escuro, Por verle y desagraviarle
Cielo de luto y tristeza : El corazón se le abrasa;
Solamente el tahalí Que en el villano de amor
Del alfanje, verde lleva, Es muy cierta esta mudanza,
Porque él solo ha de vengarse Y la danzan muchas veces
De quien revuelve su esfera; Los que de veras se aman.
Y de la triste color Y como supo que el moro
Que queda en la seca arena, Rompió furioso la lanza
El moro lleva la toca Que llevaba para entrar
Que el nervioso brazo aprieta; En Gelves á jugar cañas,
Negros son los borceguíes, Y que la librea verde
Y negras las estriberas; Habia trocado en leonado,
Negras las ligas y cabos Sacó luego una marlota
Y barcinas las espuelas : De tafetán rojo y plata,
No lleva lanza alheñada, Y un bizarro capellar
Que ya la volara en piezas De tela de oro morada,
En la pared de su dama, Llenos de costosas perlas
Cuando le cerró la puerta. Los rapacejos y franjas,
Lleva datilada adarga, Con un bonete cubierto
Y en ella una nueva seña, De zafiros y esmeraldas,
Que es un cielo escuro y triste, Que publican celos muertos,
Y en medio una luna llena : Y vivas las esperanzas,
Llena, pero ya eclipsada, Con una nevada toca .
Y alrededor esta letra: Con plumas verdes y blancas,
«Tan oscura como clara, Y con acerados hierros
«Y tan cruel como bella»; Una lanza naranjada:
Y pues le quitó Celinda Que el color de la veleta
Las alas con que alto vuela, También publica bonanza.
No quiere plumas el moro Un listón de verde claro
En su gallarda cabeza. Con que trajese la adarga,
Miércoles á medio dia Con una letra que dice :
Gazul por los Gelves entra; «Guárdele bien quien bien ama»
Vase derecho á la plaza, Informándose primero
Y á jugar cañas comienza. Adonde Gazul estaba,
No le conocen las damas Y que lasfiestasde Gelves
Por la trocada librea, A otro dia se dilatan,
Ni le conoce su Alcaide A una casa de placer
Hasta que mas cerca llega. Aquella tarde le llama
Las adargas pasa el moro Y diciéndole á Gazul,
Cual de blanda ó tierna cew Que Celinda le aguardará,
Con los veloces bohordos Al paje le preguntó
Que tira en la fértil vega. Tres veces, si se burlaba*
No hay quien al moro resista," Que son malas de creer
La gente se hace afuera, Las nuevas muy deseadas
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. i9
A lo menos las que esperan Flor que de amantes ha sido;
Personas enamoradas; Se la puso en la cabeza
Y afirmándole que sí, A Gazul, y asi le dijo :
Sin hablarle mas palabra, —¡Nunca fuera Ganimédes
Se sale á ver en la gloria De rostro tan escogido!
De los ojos de su dama. ¡Si el gran Júpiter te viera,
Encontróla en un jardín El te llevara consigo!—
Que un almoraduj cortaba, El fuerte Gazul la abraza
Y dejaba las violetas Diciéndole con un riso :
Azules, por las moradas. —¡No pudo Ser tan hermosa
Entre mosqueta y jazmin La que el troyano ha escogido,
Un ramito concertaba, Por la cual se perdió Troya,
Poniendo lo blanco al pecho
Y lo morado en el alma. Y en fuego se había encendido,
Viéndose el moro con ella, Como tú, Señora mia,
Apenas los ojos alza, Vencedora de Cupido !
Que á quien sale de lo oscuro —Si hermosa te parezco,
Turbación el sol le causa. Gazul, cásate conmigo,
Celinda le asió la mano, Pues que me diste la fe
Un poco roja y turbada; Que serlas mi marido.
Y al fin de infinitas quejas, —Pláceme, dijo Gazul,
Que en tales pasos se pasan, Pues yo gano en tal partido.
Dijo Gazul:—¿Es posible, (PÉREZ DE HITA, Historia de los bandos de los
Señora, que des tal paga, Cegríes, etc.)
A quien por Alá te juro i Aquí se ha mudado el nombre de Celinda en el de Linda-
Que cuando sin tí se halla, rais. _____ •
Moriría á no traerte
En la idea retratada ? • 42.
¡Y si de Jerez me acuerdo
Mátenme de una lanzada, 6AZBL. — XIV.
Del modo que yo maté (Anónimo.)
Al desposado de Zaida; De los trofeos de amor
O véate yo en los brazos Ya coronadas sus sienes,
De quien mas celos me causa ,
Muy gallardo entra Gazul
Y que por desesperarme A jugar cañas á Gelves,
Tiernos favores le hagas, En un overo furioso
Si el nloro que te ha informado Que al aire en su curso excede,
Te dijo verdad en nada! — Y en su pujanza y vigor
La mora quedó con esto Un leve treno detiene.
Satisfecha y muy pagada, La librea de los pajes
Y entre ellos el afición Es roja, morada y verde :
Con mas firmeza que estaba, Divisa cierta y colores
Que de revolver amantes De la que en su alma tiene.
Otra cosa no se saca. Todos con lanzas leonadas
Vistióse al fin las preseas En corredores ginetes,
Con las manos de su dama;
Adornados de penachos
Y sobre un caballo overo ' Y de costosos jaeces :
Con los jaeces de plata,
Un bozal de oro morado, El mismo se trae la adarga,
Moradas plumas y banda, En quien un Fénix parece,
Después de haberse abrazado Que en vivas llamas se abrasa
Con palabras regaladas, Y en cenizas se resuelve.
Se parte Gazul a Gelves ' La letra, si bien me acuerdo,
Contento á jugar las cañas. Dice : «Es inconveniente
Poderse disimular
(Romancero general.—It. Flor de varios y nuevosEl fuego que amor enciende.»
Romances, 1.a parte.)
Llegado á do están las damas,
En los arzones se mete :
41. En pié se pusieron todas
GAZUL. —• XIII. Bien ciertas que mas merece.
Entre ellas estaba Zaida,
{Anónimo '.) De quien un tiempo doliente
De honor y trofeos lleno, Fué favorecido el moro,
Mas que el gran Marte lo ha sido, Aunque agora la aborrece.
El valeroso Gazul Fué causa una sinrazón,
De Gelves había venido. Que en amantes mucho puede,
Vínose para Sanlúcar Y viene á ser quien la hizo
Donde fué bien recibido El arrepentido siempre.
DesudamaLindaraja, Con ella estaba Zafira,
De la cual es muy querido,
Estando ambos á dos Y Alminda, que dueño tiene
En un jardín muy florido En grado muy allegado j
U>n amorosos regalos Con los granadinos reyes.
oiendo cada cual servido Y como vido á Gazul *
wndaraja aficionada Renovóse el accidente,
Y tanto cuanto le mira
Una guirnalda ha tejido Mas le adora y mas le quiere,*
"e clavelinas y rosas, Y así cual puesta en balanza,
» un alhelí escogido, Dando el alma mil vaivenes,
arcada de violetas, Celosa y arrepentida
Diversas cosas revuelve.
ROMANCERO GENERAL.
20 Divisa honrosa y usada.
Alminda que vido á Zaida
Que de nuevo se entristece, De nobles Abencerrajes,
Para divertirla dijo Que fueron flor de Granada,
Le descubra lo que siente. De todos bien conocida,
Turbada la respondió : Y de muchos estimada,
—Una imaginación fuerte Llevaba el fuerte Gazul,
Ha sido la causadora Por respeto de su dama,
De este mal que á puntos crece. Que es de los Abencerrajes,
—Mejor será, dijo Alminda, A quien en extremo amaba.
Refrenarla, porque suele Una letra íleva el moro
Después de haber discurrido Que dice : «Nadie le iguala».
Dar al través las mas Teces. De aquesta suerte Gazul
—Bien muestras, le respondió De Gelves entró en la plaza,
La de Jerez, que no sientes Con treinta de su cuadrilla,
Los celos y fantasías, Que así concertado estaba,
Ni sabes qué son desdenes: De una librea vestidos
Que á saberlo, soy bien cierta Que admira á quien los miraba.
Que otra compasión tuvieses Y una divisa sacaron,
De mi, que padezco y muero Que ninguno discrepaba,
De este mal que tú no entiendes.— Sino fué el fuerte Gazul
Tomó Zafira la mano, En las cifras que llevaba.
Y la plática suspende Al son de los añafiles
El alboroto y estruendo El juego se comenzaba,
De los que á las cañas vienen. Tan trabado y tan revuelto,
Estaban ya las cuadrillas Que parece una batalla.
Dentro del cerco y palenque, Mas el bando de Gazul ,<Q
Con berberiscas naciones En todo lleva ventaja :
Y marlotas diferentes. El moro caña no tira,
Al son de bárbaras trompas Que no aportilla una adarga.
Los caballos impacientes, Míranlo mil damas moras
Con relinchos y bufidos De balcones y ventanas;
Por medio la turba hienden. También le estaba mirando
Revuélvense unos con otros, La hermosa mora Zaida.
Y con ánimos valientes La cual dicen de Jerez,
Con leves cañas procuran Que en las fiestas se hallara,
Ofenderse cuanto rmeden. Vestida de leonado
Duró gran rato la fiesta; Por el luto que llevara
Pero fué como sucede, Por su esposo tan querido,
Que todo á la fin se acaba, Que el bravo Gazul matara;
Todo se acaba y perece. Zaida bien le reconoce p
Daba prisa el cano tiempo En el tirar de la caña.
A Apolo, porque detiene ' Acuérdase en su memoria ¿
Su velocísimo carro, " ••'•' De aquellas cosas pasadas,
De su tardanza impaciente; Cuando Gazul la servia
Y cuando llegó al ocaso, Y ella le fué tan ingrata. "<
Su contrario que lo siente, Muy mal pagó sus servicios,
Con no menos movimiento, Y lo mucho que él la amaba:
Bate las alas y viene, Siente tanto dolor desto, i
A cuya venida todos
Por medio el campo arremeten,
Y de su esfuerzo pagados
r íe allí cayó desmayada.
al cabo que volvió en sí, ¡j
La hablara su criada :
fej n

Mandaron cesar los jueces. —i Qué es esto, Señora mia, "•


[Romancero general.—It. Flor de nuevos y variosPor qué causa te desmayas?—
Romances, i.» parte.) Zaida le responde así
Con voz baja y muy turbada :
43. —Advierte bien aquel moro j
Que agora arroja la caña : t
CAZUL. — XV. Aquel se llama Gazul,
l
{Anónimo .) Cuya fama es bien nombrada.
Seis años fui del servida,
Adornado de preseas Sin de mí alcanzar nada.
De la bella Lindaraja, Aquel mató á mi marido,
Se parte el fuerte Gazul Y dello yo fui la causa,
A Gelves á jugar cañas. Y con todo eso le quiero,
Cuatro caballos ginetes, Y le tengo acá en el alma.
Lleva cubiertos de galas, Holgara que me quisiera
Con mil cifras de oro fino, Pero no me estima en nada:
Que dicen : «Abencerraja.» Adora una Abencerraje,
La librea de Gazul Por quien vivo desamada.—
Es azul, blanca y morada, En esto se acabó el juego,
Los penachos de lo mismo, Y lafiestaaquí se acaba:
Con una pluma encarnada. Gazul se parte á Sanlúcar
De costosa argentería Con mucha honra ganada.
De fino oro y fina plata;
Pone el oro en lo morado, (PÉREZ DE HITA, Historia délos landos iw*
La plata en lo rojo esmalta. arles, etc.)
Un salvaje por divisa 4
Es al mismo asunto que el anterior.
Lleva enmedio de la adarga,
Que desquijara un león;
ROMANCES MORISCOS N O V E L E S C O S .
Llevarlos por los cabellos
AL A la fortuna contraria;
GAZUL. — XVI. Entra el valiente Gazul
Señoreando la plaza,
{Anónimo.) Que con ir solo por ella
Después que el fuerte Gazul Toda la ocupa y levanta :
Volvió de Gelves con vida, Hijo de sí por sus obras,
De correr celosas cañas Para gloria de su fama,
Para su dulce Celinda; Y para nobleza suya,
En la plaza de Sanlúcar Es Alcaide de la Algavá.
La misma tarde á la brida Los ojos del pueblo lleva
Se presenta dando vueltas E l caballo entre las plantas,
Al puerto de su alegría. Y en los apacibles suyos
De morado y recamado Los hermosos de las damas.
Un rojo alquicer traia, Pasa delante del Rey,
Y un bonete verde oscuro Del Príncipe y de la Infanta,
Con la toca tunecina; Y haciendo su cortesía,
Los adornos del caballo El caballo y lanza para.
Van con la misma divisa: Después del galán paseo
Solo muestra el borceguí En que fué vista su gala,
De oro la labor pajiza, Los toros salen al coso
Que ya la desconfianza Y al riesgo de su pujanza.
Trae bajo del pié metida, El moro toma un rejón
Porque Celinda está cierta Y el diestro brazo levanta :
Que á la ingrata Zaida olvida. Furioso acomete y pica,
Con tanta gracia pasea Uno encuentra y otro pasa.
De ver la luz de su vida, Del toro el aliento frío
Que el caballo aun de las piedras El rostro al caballo espanta,
Saca polvo cuando pisa. Y la espuma del caballo
Labrando un caparazón Al toro ofende la cara.
Para su Gazul Celinda
Estaba en esta ocasión, Admirada está la corte
Sola, triste y retraída. Del airoso brio y gracia,
Quiso dibujar un lirio Porque ningún lance pierde
En un recamo que hacia, Y mil voluntades gana.
En este tiempo la suerte
Y sobre el dibujo puso A la postrera le llama,
Una rosa alejandrina. Porque sale un bravo toro,
Echó en el color de ver Famoso entre la manada,
Que no es la flor que quería, No de la orilla del Bétis,
Y queriéndola quitar Ni Genil, ni Guadiana,-...-.
La mano, el intento quita : Fué nacido en la ribera
Que en los sucesos de amor, Del celebrado Jarama:
Cuando el paso desvaría, Bayo, el color encendido,
Truecan suerte los efectos Y los ojos como brasa,
Por do el corazón los guia; Arrugados frente y cuello,
Y viendo que á sus antojos La frente bellosa y ancha,
Cuanto mas menos atina, Poco distantes los cuernos,
Deja la labor y sale Corta pierna y flaca anca,
Enojada de sí misma; Espacioso el fuerte cuello,
Y viendo al fuerte Gazul A quien se junta la barba;
Que á otra cosa no atendía, Todos los extremos negros,
Deja el balcón presurosa La cola revuelta y larga,
Y luego á llamarlo envía; Duro el lomo, el pecho crespo,
Y dando razón de Gelves, La piel sembrada de manchas.
Y de su buena venida , Harpado llaman al toro
Dejando frías sospechas, Los vaqueros de Jarama,
Entregaron ambas vidas. Conocido entre los otros
(Romancero general.— It. Flor de nuevos y varios Por lafierezay la casta.
Romances, 1.a parte.) En cuatro brincos se pone
En la mitad de la plaza,
Y casi en la blanda arena
El hendido pié no estampa.
GAZUL. — XVII.
Sale al encuentro Gazul, 5
{Anónimo *.) Como si fuera montaña, '
Estando toda la corte Alzando el brazo en el hombro
De Almanzor, rey de Granada, Vibrando al rejón el asta :
Celebrando del Bautista Saca el codo junto al pecho,
La fiesta entre moros santa, Llega el puño, el brazo saca,
Con ocho moros vestidos Y picando el fuerte cuello,
De negro y tela de plata, Cuero, carne y vida rasga.
Que llevan ocho rejones El fiero toro derriba,
Y en ellos mil esperanzas, El suelo mide la espalda,
Seguros de su ventura, Los pies que en la tierra heriau
De muchas pruebas pasadas, Al cielo vuelven las plantas ;
Y mas en el fuerte brazo Con el furor natural
Que ha dado al mundo fianzas Vuelve á un lado, prueba y alza
Que algunas veces la suerte La tierra, que el cuerpo herido
Sue'e á los hombres de fama No tiene mas que arrogancia;
De cuya herida en un punto
32 ROMANCERO GENERAL.
Revuelta en la sangre, escapa El toro muy mal herido,
La vida, dejando á muchos Con sangre la tierra baña,
Envidia de tal hazaña. Quedando en ella rendido,
Juntóse el moro valiente, Su bravura aniquilada.
A quien sigue y acompaña, La corte toda se admira
Oyendo los parabienes
De caballeros y damas; En ver aquella hazaña.
Porque otra cosa no escucha Y dicen que el caballero
Desde andamios y ventanas, Es de fuerza aventajada,
Sino que fué grande suerte El cual, corridos los toros, • •
De aquel famoso de Algava._ El coso desembaraza,
Haciéndole al rey mesura,
(Romancero general. — It. Flor de varios y nuevos Y á Lindaraja su dama:
Romances, 1.a parto.) Lo mismo hizo á la reina,
i Bellísima descripción de un toro, y del lance del lidiador. Y á las damas que alli estaban
No puede haber cosa mas poética, y al mismo tiempo mas (PÉREZ DE HITA, Historia de los bandos de los Ce
verdadera de lo que sucedía en lasfiestasde toros del tiempo gries, etc.)
de los Reyes Católicos y aun de sus sucesores. En ellas y en los i Es al mismo asunto del que le procede, y en uno y otro
juegos de cañas los caballeras, olvidados de sangrientos tor- se describe maravillosamente unafiestade toros de aquellas
neos , conservaban los recuerdos y aun las costumbres de los en que eran lidiadores los mas nobles y valientes caballeros, y
moros. Eu el romance que sigue se llama Abdili, en vez de de las cuales no quedan en España sino los débiles y pálidos
Almanzor, al rey que presidid la fiesta. vestigios que se notan en las tiestas reales que se celebran 4
la coronación de nuestros reyes, ó la jura de los príncipes
herederos. Pero ¡cuan enorme es la diferencia! Porque faltando
en estas la galantería y eLamor, y las damas á quienes las otras
se dedicaban, puede decirse que las falta tudo. El romance que
GAZUL. — XVIII. precede a este es en sumo grado mas bello y perfecto; pero en
(Anónimo *.) vez de Abdilí, llama Almanzor al Rey de Granada ante quien se
celebró la fiesta.
Estando toda la corte
De Abdilí, rey de Granada, 47.
Haciendo una rica fiesta,
Habiendo hecho la zambra, GAZUL. — XIX.
Pdr respeto de unas bodas (Anónimo.)
De gran nombradla y fama,
Porío cual se corren toros Al tiempo que el sol esconde
En la plaza Yivarambla; Debajo del mar su lumbre
Estando corriendo un toro, Y de rojos arreboles
Que su bravura espantaba, Colora el aire y las nubes',
Se presentó un caballero Llegaba el fuerte Gazul
Sobre un caballo en la plaza, A Alcalá de los Gazules,
Con una marlota verde, Con cuatrocientos hidalgos
De damasco vandeada; De los moros andaluces :
El capellar de lo mismo, Y apenas llegaba, cuando
Muestra color de esperanza. «Suenan tiros y arcabuces,
Plumas verdes, y el bonete »Atabales y trompetas,
Parece de una esmeralda. » Chirimías, sacabuches,
Seis criados van con él, »Que venia á echar de España
Que le sirven y acompañan, » A Zulema, rey de Túnez,
Vestidos también de verde, » Que estaba ya apoderado
Porque su señor lo manda; » De Marbella y sus alumbres, »
Gomo aquel que en sus amores Y aunque entra de noche el moro,
Esperanza lleva larga. No quiere ni pide lumbres,
Un rejón fuerte y agudo, Que el claro sol de Celinda
Cada criado llevaba; Quiere solo que le alumbre;
De color negro eran todos Y á la entrada de la villa
Y vandeados de plata. «Suenan tiros y arcabuces etc.»
Conocen al caballero Todas las damas por vello
Por su presencia bizarra, A los miradores suben,
Que era el muy fuerte Gazul, Solo su esposa Celinda
Caballero de gran fama. Del suyo se esconde y huye.
El cual con gentil donaire Como no sale Celinda,
Se puso enmedio la plaza, El corazón se le cubre
Con un rejón en la mano, De temerosas sospechas,
Que á algún Marte semejaba, De celosas pesadumbres;
Y con ánimo invencible Y apeándose en palacio
Al fuerte toro aguardaba: «Suenan tiros y arcabuces etc.»
El toro cuando le vido Gazul del caballo baja
Al cielo tierra arrojaba Y á ver é su esposa sube;
Con las manos y los pies, Hállala sola y tan triste
¡Cosa que gran temor daba! Que en suspiros se consume.
Y después con gran braveza El moro llega á abrazalla,
Hacia el caballo arrancaba, Y ella se aparta y rehuye.
Por herirle con sus cuernos, Y él dice : —¿Cómo es posible
Que como alesnas llevaba : Que tal conmigo se use ?—
Mas el valiente Gazul Y antes que ella le responda
Su caballo bien guardaba, «Suenan tiros y arcabuces etc.»
Porque con el rejón duro Al fiu le dice con i r a ,
Con destreza no pensada — Traidor, ¿adonde se sufre
Al bravo toro hería Que en cuatro meses de ausencia
Por entre espalda y espalda. De escribirme te descuides?—
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Humilde responde el moro : Y á las diez se va á apear
— «Mi bien, no es bien que me culpes, A casa de una parienta,
Pues la pluma sin la lanza Donde estuvo algunos dias,
Tomar un punto no pude.»— Y en siendo del todo cierta,
Abrazáronse, y al punto Ser mentira lo pasado,
« Suenan tiros y arcabuces etc.» Se tornó á Jerez contenta.
«Que no hay quien quiera
{Romancero general.— It. Flor de vario» y nuevos
Romances, 1.a parte.) «Morir, aunque la muerte sea lijera».
(Romancero general.)
48.
CAZÜL. — X X . ROMANCES DE ABENUMEYA.
(Anónimo.)
Del perezoso Morfeo
Los roncos pifaros suenan, 49.
Que se tocan, porque el día ABENUHEYA. — I .
Hace con la noche treguas. (Anónimo.)
Ya del bullicioso vulgo
Las trampas y tratos cesan, El gallardo Abenumeya,
Y del pequeño al mayor Hijo del rey de Granada,
Con el dulee sueño huelgan : Con enemigos valiente,
Solo el triste canto se oye Discreto y galán con damas ;-
De nocturnas avezuelas, Ausente y enamorado
Y el retumbido del vulgo De la hermosa Felisarda,
Hace un ru, ru, en las orejas. Hija del bravo Ferrí,
En medio de este silencio Que es capitán de la guarda,
De Zaida las quejas suenan, Por la vega de Genil
Que con temor de la muerte En una yegua alazana
Cuando todos duermen vela : Parte solo, porque á solas
«Que no hay quien quiera Quiere gozar de sus ansias.
»Morir aunque la muerte sea tijera:» Son las colores que viste
Que como hay tantos malsines, Conformes al mal que pasa,
Por congraciarse con ella Porque si vieren sus ojos,
Le han dicho, como Gazul Vean lo que sufre el alma.
De dalle la muerte ordena. Viste leonada marlota,
Toma el vestido de un moro Y en ellafloresmoradas,'
Y el suyo de mora deja, Que entre congojas y penas
Y así sale á media noche Florida está su esperanza;
De Jerez de la Frontera : En un albornoz pajizo
«Que no hay quien quiera, etc.» Unas columnas bordadas,
En un Iijero caballo, Por mostrar que á su firmeza
Con una lanza lijera, Combaten desconfianzas.
Tan animosa, que es harto Puso en la adarga una luna
Que Gazul algo la exceda : Con una banda morada,
Y á cada paso que da Por dar muestras que de amor
Vuelve hacia atrás la cabeza, Nace el temor de mudanza.
Y con el miedo imagina Banderilla lleva azul
Su enemigo va tras ella : Junto al hierro de la lanza:
«Que no hay quien quiera etc.» Que celos son ocasión
El camino real dejó De hacer yerros quien bien ama.
Porque la dejen sospechas, Una toca en su cabeza
Y hacia Sevilla camina, De oro y de seda encarnada,
Por una oculta sendera; Plumas, garzotas, bonete
Y aunque el caballo brioso Recoge, aprieta y enlaza,
Va corriendo á rienda suelta, Y en el rizo de las plumas
Con el temor, le parece Una muerte de esmeraldas,
Que no anda mas que una piedra: Y de aljófar esta letra :
«Que no hay quien quiera, etc.» «Muerte es esperanza larga».
Aunque quiere ir con secreto Mas aunque parte galán,
Los suspiros no la dejan, Apercibido va de armas,
Que le salen por la boca, Porque son de lino acero
Cual furiosas escopetas. Los forros de aquestas galas.
Cada momento se para, Suspirando va y diciendo ;
Y escucha si gente suena; — ¡ Mi querida Felisarda,
Y como no suena nadie No borres de tu memoria
Apresura su carrera : A quien te escribió en el almat
«Que no hay quien quiera etc.» ¡Mira que por causa tuya
Antojósela que el aire Traigo vestida la malla,
La habla y dice :«Esposa, espera; Siempre la lanza en la diestra,
Haré de tí un sacrificio, Siempre embrazada la adarga,
Que á Albenzaide grato sea.» Venciendo en escaramuzas,
Con aquesta fantasía, Y saliendo de batallas
Va mas que no viva, muerta; Herido, por ser de celos,
Y aunque el temor la desmaya, Do acero ni fuerzas bastan!—
Saca fuerza deflaqueza: Diciendo esto el moro ausente
«Que no hay quien quiera, etc.» Sacó del pecho una carta,
Llegó avista de Sevilla, Y con ella mil suspiros
Y á aguardar que noche sea,' Con que el viento fresco abrasa.
24 ROMANCERO GENERAL.
Quisoleella,y no pudo, Nadie al moro hizo ventaja;
Porque lágrimas cansadas Y que sirva de piloto
Y espesas nubes de penas Sufirmefe y su palabra,
Lo impiden con fuego de agua. Para apartalle del daño
La carta, con lo que llora, Que le causó una mudanza;
Moja, enternece y ablanda, Y que sean escotillones
Y con suspiros la enjuga; Los dos ojos de, su cara,
Y aun es mucho no quemada. Por donde le entró á ver
Siente las frescas heridas, Una afición mal lograda;
Y en busca de quien las causa Y quiere esté un estandarte
Vuelve á Granada los ojos, En el mástil de la gavia,
Y el alma á su Felisarda; Para mostrar qne en un tiempo
Y mira del Albaicin, Tuvo á la fortuna en nada ;
Adonde vive su dama, Y una letra en el bauprés
Los dorados chapiteles Que diga en lengua cristiana :
Y las antiguas murallas. «Todos estos mis servicios
Por las de un jardin que tiene Tuvieron injusta paga»;
Ve que se asoma una palma, Que podrá ser que con esto
Que á pesar del grave peso Conozea su mora ingrata,
Levanta sus verdes ramas. Que á un capitán de la tierra
—¡Mora de mis ojos, dice: Gana un general del agua.
S i , como dices,, me amas, Con esto se partió el moro
Fáciles inconvenientes Camino de la Alpujarra,
Fácilmente atropellaras! Para llegar á Almería,
¡ Mas ¡ ay! que el tiempo descubre Adonde dejó su armada.
Mi firmeza y tu mudanza! Y promete que jamas
La firmeza de mis obras, Creerá de mujer palabra,
Lo falso de tus palabras. Porque son plumas en viento,
¡ Mal haya yo, que por tí, O escrituras en el agua.
Traigo revuelta á Granada! (Romancero general]
Mis deudos me ponen ceño, i Malísimo romance. ; _____
No me pueden ver tus guardas;
Mas aunque enemigos crezcan ROMANCES DE ZAIDE.
Desdenes y ausencia larga,
Nada bastará á mudarme,
Que contra mí nada basta.—
51.
En esto oyó que á rebato ZAIDE. — I.
Tocan en el Alpujarra, 1
(Anónimo .)
Y como á quien tanto importa,
Parte á morir ó libralla. Zaide ha prometido fiestas
(Romancero general,—It. Flor de varios y nuevosA las damas de Granada,
Romances, 2.a parte.) Porque dicen que su ausencia
Defiestaslas tiene faltas;
Y para poder cumplir
m Lo que promete alas damas,
ABENUMEYA. — II. Concierta con sus amigos
1
(Anónimo .) De hacerles fiestas y zambras.
Entre muchas que imagina,
El gallardo Abenumeya, Concierta una encamisada,
Gran guerrero sobré el agua, Para las damas secreta,
General de las galeras Y para el vulgo callada.
De Muley, rey de Granada : Y antes que la clara aurora
Aquel que hizo estragos El pecho se rasgue y abra,
Contra las velas cristianas, Entra el venturoso moro
Se sale estragado el pecho, Con su ilustre camarada :
Porque ha visto una mudanza. Hecha escuadra de cincuenta
No se queja de fortuna, Va toda bien concertada.
Pues jamas le fué contraria, Cegríes con los Gómeles,
Mas quéjase, y con razón, Azarques con los Audallas,
De la bella Celindaja, Vanegas y Portoloses,
Camarera de la Reina, Abencerrajes y Mazas,
Y por Muza amartelada, Alfarríes y Achapices,
De que fué causa una ausencia, Fordaques con los Ferraras,
Que siempre para en mudanza: Madrugan para coger
Por lo cual hace le pinten A las damas descuidadas,
En el campo de la adarga Deseosos de ver libre
Una nao veloz que al viento Lo que encubren tocas blancas.
Rompiendo del mar las aguas, Cabezas y cuerpos ciñen
Porque en pasando una ola De unas floridas guirnaldas;
No queda señal formada,
Que es condición de mujeres, Muchas cañas llevan verdes,
De quien no hay firme palabra, Y en las manos blancas hachas.
Ya los clarines comienzan,
Y que al fin de su viaje Ya las trompas y dulzainas,
Da de través en la barra, Ya los gritos y alaridos,
Como ha dado su ventura Ya las voces y algazara,
Por mujer y por mudanza; Ya los añades tocan,
Y que sirva el pensamiento Ya les responden las cajas,
De popa bien levantada, Y el envidioso Albaicin
A causa de que en amar Con mil ecos acompaña.
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 93
Los azorados caballos «Así mé tratan desdenes».
Con los cascabeles andan, Vestido un débil gabán,
Moviendo tanto ruido, Porque con vestido leve,
Que á la ciudad amenazan. Es mas honor la nobleza,
Unos corren, otros gritan , Y mas oculta parece;
Otros dicen : Para, para, Y con la falta que muestra
Sigan orden, vayan todos De le faltar lo que quiere,
La calle de la Alcazaba. Va gallardo el fuerte moro,
Otros dicen : La Gerea Porque hoy amor le enriquece ;
No se deje, ni su plaza ; Y aunque por montes camina
Otros, de Vavataubm A do gentes no parecen,
Vuelvan luego á la Alpujarra, Es el ver su gallardía
La calle délos Gómeles, Lo que desearse puede.
La plaza de Vivarrambla. Y que su Zaida no ignora
Corran toda la ciudad, Como él es hijo de fíamete,
Viva Albolun, y el.Alcázar. Alcaide de los castillos
Las damas que el dulce sueño Que hacen á Granada fuerte,
Las tiene muy descuidadas, Pues oro, plata ni sedas
Al ruido dispiertan todas, No dan honor ni enriquecen,
Y acuden á sus ventanas. Que la mancha en un linaje
Cuál muestra suelto el cabello Oro quitarla no puede;
Preso de una mano blanca; Porque nunca Febo sale,
Cuál por descuido no cubre Si la noche prevalece,
Su blanco pecho y garganta. O cuando ya la mañana
Descuidadas salen todas , j Con luz abundante crece.
Al cuidado alborotadas, De celos vive seguro,
Aunque del cuidado nacen Que es don que no se concede
A cada mora mil ansias. A aquellos que son amantes,
De pechos, y en pechos puesta Ni á todos los que pueden.
A la ventana asomada, Lleva solo un rico alfanje
Está tan bella una mora, Oculto do no parece,
Que mil pechos abrasaba. Y bien seguro de sí,
Miran las moras la fiesta, Aunque mas armas no lleve;
Cómo corren, cómo paran, Y de su patria Granada
Y tan solo Zaida mira Le manda amor que se ausente
Al aposento de su alma. Hacia do vive su Zaida,
Zaide corre una carrera, En cuya ausencia se muere,
Y Muza su camarada; Por serla mas bella dama
Luego todos ala folla Que cria el sol del Oriente.
Corren la cascabelada. Vive ausente de la corte,
Tanto se enciende la fiesta, Porque el Rey así lo quiere.
Y con tantas veras anda, Es hija de un Alfaquí,
Que no se viera la fin A quien el Rey mucho debe;
Si el sol no les madrugara. Allegado á la corona,
Determinan recogerse, Del mismo Rey descendiente;
Dejan la fiesta acabada, Y porque no se permite
Piden lugar á la gente, Casar con moro pariente,
Diciéndoia : Aparta, aparta. No es hoy su yerno el Rey,
(Romancero general.) De lo cual vive impaciente.
Ella dio su mano á Zaide
<Hay en este romance tanta vida y animación, como ruede Después de muchos reveses,
haber en las fiestas que describe. No hay quien al leerle no se
sienta trasportado á ellas. Oyense allí el ruido de las pisadas Y palabra de ser suya,
de los caballos, el sonido de los cascabeles y campanillas de Si el tiempo no lo impidiese.
los pretales, la confusión de la música con las voces v acla- Después de andar sus jornadas,
maciones, el murmullo y gritos del pueblo ; vese la sorpresa v Cansado de verse ausente,
curiosidad de las damas y las coqueterías con que medio des- Llegó á vista de la torre
nudas se asoman á las ventanas. ¿Se puede hallar un cuadro
mas bello con un mas brillante colorido, y con mas riqueza de Que dentro á su mora tiene.
(Romancero general.)

53.
ZAIDE.—H. 'ZAIDE. — III.
{Anónimo.) {Anónimo.)
Ya que la aurora dejaba Por la calle de su dama
De Titon el lecho, y vuelve Paseando se halla Zaide,
A la tierra el rostro hermoso. Aguardando que sea hora
Con la claridad que suele, Que se asome para hablalle.
Sale un moro descompuesto Desesperado anda el moro,
Que Zaide por nombre tiene En ver que tanto se tarde,
Disfrazado, solo al fin, Que piensa con solo verla
Que es lo que de amor pretende Aplacar el fuego en que arde.
No trae adarga, ni lanza, Viola salir á un balcón,
Caballo, pluma en bonete, Mas bella que cuando sale
Ni la marlota bordada La luna en la oscura noche,
Plumas, cifra ó martinetes; Y el sol en las tempestades.
Aunque al lado del vestido Llegóse Zaide diciendo:
Una letra se parece —Bella mora, Alá le guarde,
Que declara, en aljamia: ¡ Si es mentira lo que dicen
25 ROMANCERO GENERAL.
Tus criadas y mis pajes. Y con rabiosas fatigas
Dicen que dejarme quieres, Ha cantado estos cantares :
Porque pretendes casarte «¿Quieres que vaya á Jerez ,
Con un moro que ha venido Por ser tierra de valientes.,
üe las tierras de tu padre. Y le traiga la cabeza
Si esto es verdad, Zaida bella, Del moro llamado Hamete ?
Declárate, no me engañes, ¿ Quieres que me vaya al mar
No quieras tener secreto Y las olas atrepelle?
Lo que tan claro se sabe. — ¿ Quieres q_ue me suba al cielo
Humilde responde al moro : Y las estrellas te cuente,
—Mi bien, ya es tiempo se acabe Y te ponga á tí en la mano i
Vuestra amistad y la mia, Aquella mas reluciente?»
Pues que ya todos lo saben. La estrella sale de Venus
Que perderé el ser quien soy, Al tiempo que el sol se pone,
Si el negocio va adelante : Y la enemiga del dia
¡Alá sabe si me pesa, Su mantito negro esconde.
Y lo que siento el dejarte! (Romance recogido de la tradición.)
Bien sabes que te he querido i Este romance, que tal como es parece una mezcla inco-
A pesar de mi linaje, nexa de varios trozos de los impresos, da una idea de otros
Y sabes las pesadumbres muchos que con iguales circunstancias se cantan tradicional-
Que he tenido con mi madre, mente en la Serranía de Ronda, por los jóvenes aldeanos y
Sobre aguardarte de noche, campesinos. Al considerarle es fácil ver en él todo el carácter
Como siempre vienes tarde, hiperbólico de los andaluces, v cuánto aun se acomodan á él
Y por quitar ocasiones la poesía y los amoríos tales como se trataban en el siglo xvi:
sobre todo cuanto sigue al verso , Quieres que vaya <í Jerez,
Dicen que quieren casarme. no puede ser mas andaluz. Me le comunicó el Sr. D. Serafín
No te faltara otra dama Calderón.
Hermosa, y de galán talle,
Que te quiera, y tú la quieras,
Porque lo mereces, Zaide.— 55.
Humilde respondió el moro, ZAIDE. — V.
Cargado de mil pesares : (Anónimo.)
-—¡No entendí yo, Zaida bella,
Que conmigo tal usases! Fijó pues Zaide los ojos
¡ No entendí que tal hicieras, Tan alegres cual conviene,
Que así mis prendas trocases Por ser el tiempo cumplido
Por un moro feo y torpe, De su tan propicia suerte,
Indigno de un bien tan grande! Y dice : — ¡ Dichoso muro,
¿Tú eres la que dijiste , Y dichosas tus paredes,
En el balcón la otra tarde : Adonde vive mi Zaida,
«Tuya soy, tuya seré Y mi alma que ella tiene!
Y tuya es mi vida, Zaide» ? ¡ Dichoso el suelo que pisa
(PÉREZ DE HITA, Historia de lo» bandos de los Con razón llamarse puede!
Cegríes, etc.) Pues en él sienta sus plantas
Hechas de fuego y de nieve;
54. ¡ Y mas dichoso tu,Zaide,
Si dar fin Alá quisiese
ZAIDE.—I?. A esta tan terrible ausencia,
i En que pensé que muriese !
(Anónimo .) El descanso desta vida,
Por las puertas de Celinda Si durase para siempre,
Galán se pasea Zaide, ¡Cuántos mas le procuraran
Aguardando que saliera De los que buscarle suelen!
Celinda para hablalle. Y si la mortalidad
Salió Celinda al balcón Que nos convida á la muerte,
Mas hermosa que no sale Aunque con tarda esperanza,
La luna en escura noche Esperarla nos conviene;
Y el sol entre tempestades. Ya desde luego la espero,
— Buenos dias tengáis, mora. Y en Alá primeramente,
— A tí, moro, Alá te guarde. Que elfindichoso, en tus brazos,
— Escucha, Celinda, atenta, Me dará próspero alegre.
Si es que quieres escucharme. Y si en la mas alta cima
¿Es verdad lo que le han dicho Me hallase, y se permitiese,
Tus criadas á mi paje, Y mi amor hiciese efecto,
Que con otro hablar pretendes ¡Dichosa sería mi suerte!
Y que á mí quieres dejarme ¡ Bella Zaida de mis ojos!
Por un turco mal nacido, ¡Dichoso si ya le viese
De las tierras de tu padre ? En estos rendidos brazos,
No quieras tener oculto Dichosos entre mil gentes!
Lo que tan claro se sabe. Llega pues, verás tu Zaide,
¿Te acuerdas como dijiste Que nombras galán y fuerte,
En el jardín la otra tarde : El cual en saber amarte
«Tuya soy, tuya seré, A todos pasa y excede.
Tuya es mi vida, Zaide?»— Debiera ser tu belleza
De verse reconvenida Tan libre como la muerte,
La mora en enojos arde, ¡ Aunque si tan libre fuera
Y cerrando su balcón, Dieras á mil mundos muerte!
Al turco dejó en la calle. ¡ Bella Zaida! llega á tiempo
El galán soberbecido Que alcance mi avara suerte
Pisotea su turbante, La palma de tu valor.
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 27
pues es deuda que me debes.— Como supiste obligarme!
Y como la vido el moro, Pero no saliste apenas
Dijo : —¡ Si Alá permitiese De los jardines de Tarfe,
Que para alumbrar mis hechos Cuando
Tal sol no se oscureciese! Y de mi hiciste de alarde,
desdicha tus dichas
Y porque mi lengua muda Y á un morillo mal nacido
Temo que no manifieste Me dijeron que enseñaste
Lo mucho que noto en tí, La trenza de mis cabellos,
Dígalo quien mas sintiere.— Que te puse en el turbante.
La mora responde : —Zaide, No pido que me la vuelvas,
Si de tí cierta estuviese Ni tampoco que la guardes.
Que traias la lengua muda, Mas quiero que entiendas, moro ,
Juro que te obedeciese; Que en mi desgracia la traes.
Mas temo que tus palabras También me certificaron
A lafinse me volviesen Como le desafiaste
Por remate de amistad, Por las verdades que dijo,
Cada una una serpiente.— ¡Que nunca fueran verdades!
Zaide respondió : — ¡ Señora, De mala gana me rio:
Si en mí tal jamas hubiere, ¡ Qué donoso disparate !
Quiero me falle la tierra , Tú no guardas tu secreto,
Y el cielo su luz me niegue ! — ¿Y quieres que otro lo guarde?
• Con esto los dos asientan No quiero admitir disculpa,
Una amistad ¡irme y fuerte, Otra vez vuelvo á avisarte :
Para no faltar jamas, Esta será la postrera
Si no falta con la muerte . Que me veas y te hable.—
(Romancero general. Dijo la discreta mora
Al altivo Abencerraje,
56. Y al despedirle replica:
«Quien tal hace que tal pague».
' ZAIDE. — VI.
(PÉREZ DE HITA, Historia de los bandos de los
(Anónimo *.) Cegrks,ela.)
Mira, Zaide, que te aviso • Es composición tan bella y popular que se inserta en todas
Que no pases por mi calle, las colecciones de su género desde fines del siglo xvi en que se
Ni hables con mis mujeres, compuso, hasta el dia. De él se lian hecho muchas imitaciones
Ni con mis cautivos trates, y algunas parodias. •
Ni preguntes en qué entiendo,
Ni quién viene á visitarme,. 57. .
Ni quéfiestasme dan gusto,
ZAIDE.—Vil.
Ni qué colores me placen. 4
Basta que son por tu causa (Anónimo .)
Las que en el rostro me salen, Mira, Zaida, que te digo
Corrida de haber querido Que andas cerca de olvidarme,
Moro que tan poco sabe. Determinada sin causa
Confieso que eres valiente, De aborrecerme, y dejarme.
Que rajas, hiendes y partes, No preguntas en qué entiendo,
Y que has muerto mas cristianos Ni consientes visitarte;
Que tienes gotas de sangre ; Mis recaudos aborreces,
Que eres gallardo ginete, Mis billetes te desplacen.
Y que danzas, cantas, tañes, Confieso que eres hermosa,
Gentil hombre, bien criado, Bizarra y de lindo talle,
Cuanto puede imaginarse; Y que con donaire y brio
Blanco, rubio por extremo, Bailas, danzas, cantas, tañes,
Esclarecido en linaje, Y que has muerto mas cristianos
El gallo de las bravatas, Que tienes gotas de sangre,
La gala de los donaires; No con espada ni lanza,
Que pierdo mucho en perderle, Sino con armas mas graves;
Que gano mucho en ganarle, Que emponzoñas con la vista,
Y que si nacieras mudo Y encantas con el lenguaje ,
Fuera posible adorarte.
Mas por este inconveniente Y con unas y otras cosas
Determino de dejarte: Matas hombres ámillares;
Que eres pródigo de lengua, Que pierdo mucho en perderte,
Y amargan tus libertades, Y gano mucho en ganarte;
Y habrá menester ponerle Y si solo me quisieras
Quien quisiere sustentarte, Fuera posible adorarte.
Un alcázar en el pecho, Mas por este inconveniente
Y en los labios un alcaide. Determino de quedarme
¡Mucho pueden con las damas De la suerte que me dejas,
Los galanes de tus partes! Huyendo tus novedades :
Porque los quieren briosos, Que eres pródiga en amar
Que hiendan y que desgarren; Y presta en determinarte,
Y con esto, Zaide amigo, ' Lijerísima en querer,
Si algún banquete les haces, Y mas lijera en mudarte.
El plato de tus favores Habrá menester ponerte
Quieres que coman y callen. Quien quisiere sustentarte,
¡Costoso fue el que me hiciste! Firmeza en la voluntad,
¡Venturoso fueras, Zaide, Y al corazón un alcaide.
oí conservarme supieras Mucho valen las mujeres
De tantas gracias y partes,
ROMANCERO GENERAL.
Porque hay pocas tan discretas, No dejaré de adorarte. \
Que en general poco saben : Dices, que si fuera mudo,
Mas por eso, Zaida amiga, Fuera posible adorarme;
Cuando quieren que las amen , Si en mi daño yo le he sido,
Al arca de sus favores Enmudezco en disculparme.
No ha de hacer mas de una llave. ¿Hate ofendido mi vida?
¡ Costosa es la que me diste! ¿Quieres, señora, matarme?
¡Venturoso fuera Zaide • Basta decir que yo hablé,
Si conservarte supiera Para que el pesar me acabe.
Como supo enamorarte! Es mi pecho calabozo
Mas no bien hube salido De tormentos inmortales ;
De los jardines de Tarfe, Mi boca la del silencio,
Cuando en mi lugar pusiste Que no ha menester alcaide.
Un infame Bencerraje, El hacer plato y banquete
No porque enseñé la trenza Es de hombres principales ;
Que pusiste en mi turbante, Mas de favores nacello
Ni conté de tus favores Solo pertenece á infames.
A alguno la menor parte. Zaida cruel, hasme dicho
De esto no estarás quejosa, Que no supe conservarte;
Ni llamarás disparate ¡ Mejor te supe obligar,
No guardar yo tus secretos, Que tú has sabido pagarme!
Y querer que otro los guarde ; Mienten los moros y moras,
Que quien como hombre las siente, Miente el infame de Tarfe,
Callar como piedra sabe ; Que si yo le amenazara,
Y aunque de quejas reviente, Bastara para matarle.
Te prometo que yo calle. A ese perro mal nacido
Ninguna puedes tener A quien yo mostré el turbante,
De mí, sino es por amarte, No lefioyo secretos,
Que soy extremo en quererte, Que en bajos pechos no caben :
Y tú extremo en despreciarme. Yo le he de quitar la vida,
Mas quien de mujeres fia Y he de escribir con su sangre,
Es justo que asi le traten, Lo que tú, Zaida, replicas:
Y que por mí digan todos : Quien tal hizo que tal pague.
Quien tal hace, que tal pague. (Romancero general. — It. Flor de varios y nuevos
a

(Romancero general.) Romances, 4. parte.)


Es otra contestación que da Zaide al romance num. US.
i Esteromancees una contestación al anterior, valiéndose
leí mismo tema.
59.
58. ZAIDE.—IX.
ZAIDE.—VIH.
(Anónimo.)
(Anónimo*.) ¡ Bella Zaida de mis ojos,
Di, Zaida, ¿de qué me avisas? Y del alma bella Zaida,
¿Quieres que muera y que calle? De las moras la mas bella,
No des crédito á mujeres Y mas que todas ingrata,
No fundadas en verdades; De cuyos rubios cabellos
Que si pregunto en qué entiendes, Enreda amor mil lazadas,
O quién viene á visitarte, En quien ciegas de tu vista
Son fiestas de mi tormento Se rinden mil libres almas!
Ver que visitas te aplacen. ¿Qué gustos, fiera, recibes,
Si dices que estás corrida De ser tan mudable y varia,
De que Zaide poco sabe, Y con saber que te adoro,
¡ No sé poco, pues que supe Tratarme como me tratas?
Conocerte y adorarte! ¿Y no contenta de aquesto,
Si dices son por mi causa De quitarme la esperanza,
Las que en el rostro te salen, Porque de todo la pierda
¡Por la tuya, con mis ojos, De ver mi suerte trocada ?
Tengo regada tu calle! ¡ Ay cuan mal, dulce enemiga,
Confiesas que soy valiente, Las veras de amor me pagas,
Y tengo otras muchas partes; Pues en cambio del me ofreces
¡Pocas tengo, pues no puedo Ingratitud, y mudanza!
De una mentira vengarme! ¡ Cuan presto le diste al viento
Mas si ha querido mi suerte Tus promesas y palabras!
Que ya, que el quererme te canse, ¡ Pero bastaban ser tuyas,
No pongas inconvenientes Para que tuviesen alas!
Mas, de que quieres dejarme; ¡ Acuérdate que algún dia
No entendí que eras mujer Dabas de amor muestras claras,
A quien novedad aplace ; Con mil favores tan tiernos,
Mas son tales mis desdichas Que por ser tantos ya faltan!
Que en mí lo imposible hacen : ¡[Acuérdate, Zaida hermosa,
Y hanme puesto en tal extremo Si aun aquesto no te enfada
Que el bien tengo por ultraje, Del gusto que recibías,
Y alábasme para hacerme Cuando rondaba tu casa!
La nata de los pesares. Si de dia, luego al punto
Yo soy quien pierdo en perderte, Salias alas ventanas;
Y gano mucho en ganarte; Si de noche, en el balcón,
Y aunque hablas en mi ofensa O en las rejas te hallaba.
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Si tardaba, ó no venia, Esclavo antiguo de casa.
Mostrabas celosa rabia; ¡ Muy mal conoces mi gusto!
Mas ahora que te ofendo , ¡Mucho te estimas y engañas!
Que acorte el pasar me mandas. ¿Qué, tengo yo faltas, mora,
Mándasme que no te vea, Para entretenerte á fallas?
Ni escriba billete, ó carta Quien media vez me ofendió,
Que un tiempo tu gusto fueron, Entera no ha de contarla,
Mas ya tu disgusto causan. Que en mujer, un solo yerro,
¡ Ay Zaida, que tus favores, A quien sufre mucho agravia :
Tu amor , tus palabras blandas, Mas esto al fin te aconsejo,
Por falsas se han descubierto, Y es dar al viento palabras,
Y descubren que eres falsa! Que al primero que admitieres
Eres mujer finalmente, Le des las prendas del alma.
A ser mudable inclinada , Ten ya en tus amores fe,
Que adoras á quien te olvida, No condenes tu honra y fama
Y á quien te adora desamas. Con amor falso y fingido,
Mas, Zaida, aunque me aborreces, Que sin fe nadie se salva;
Por no parecerte en nada, Y no firmo este papel,
Cuando de yelo tu fueras, Pues no soy á quien llamabas
Mas sustentaras mi llama. Antes, con razones dulces,
Pagaré tu desamor Y sin razones extrañas ;
Con mil amorosas ansias, Pero bien entenderás
Que el amor fundado en veras, Los efectos y la causa,
Tarde se rinde á mudanza. Que aunque tú mas disimules,
(PÉREZ DE HITA, Historia de los bandos de los Ce- Bien sabes á quien agravias.»
¡ríes, etc.) Esto mostró al Bencerraje
El bravo Alcaide de Baza,
60. Y cerrándole, lo envía
A la misma mora Zaida.
ZAIDE.—X. {Romancero general.—It. Flor de nuevos y vat
{Anónimo.) Romances, 3.a parte.)
«Dime, Bencerraje amigo,
¿Qué te parece de Zaida? 61.
¡ Por mi vida que es muy fácil! ZAIDE.—Si.
¡Para mi muerte es muy falsa!
Este billete la escribo: {Anónimo.)
Escucha, y silencio guarda. —Reduan, anoche supe
Que su beldad estimé, Que un vil Atarfe me ofende,
Y quiero estimar su fama. Y en un infierno insufrible
—¡ Oh mora, imagen del tiempo Trocada mi gloria tiene :
En condición y mudanza, Que un pecho que fué diamante
Hipócrita en los amores, En cera blanda le vuelve,
Logrera en las esperanzas! Mis contentos en pesares,
Ya tu voluntad y gustos Y en favores sus desdenes.
Van por leyes de las galas, Tanto pudo su porfía,
Que á cada tocado nuevo Y mi ausencia tanto puede ,
Nuevos pensamientos sacas. Que es ya lo que nunca ha sido,
Confieso que eres mas bella Y yo no lo que fui siempre.
Que las flores con el alba; ¡ Qué de abrazos que la debo!
Mas al fin, hay varias flores, ¡ Que de suspiros me debe,
Y tú también eres varia. Que ardiendo van de mi pecho
Espejo eres de hermosura, Y se hielan en su nieve!
Pero tienes una falta, Gloria la daban mis prendas
Que á todos haces buen rostro, Y consuelo mis papeles;
¡Notable vicio en las damas! Lo que mi lengua decia
Nuevas parecen mis quejas, Eran inviolables leyes.
Pues no te llamo inhumana ; Pasó este tiempo dichoso,
¡ Mas ojalá cruel fueras. Por ser dichoso ¡ tan breve!
Y no tan afable y mansa, Y en mil pesares y enojos
Que aunque dieras tarde el fruto, Se trocaron mis placeres.
Fueras firme como palma, ¡ Quién tal creyera! Olvidóme,
Que á costa de mis tormentos Y olvidado me aborrece
De ella te hiciera guirnaldas! Por un moro advenedizo,
Mas ayer se vino un huésped, Que no sé de quién desciende. „
Y ya le ofreces el alma. El sí le dio á sus porfías,
i No sé, Zaida, cómo es esto Y unas fiestas hacer quieren,
Pues otra me tienes dada! Y tienen de salir ambos
¡ Si tantas almas tenias, Vestidos de tela verde.
Dijéraslo, y no te amara ! ¡ Huélgate, mora enemiga,
Que yo no tengo mas de una, Aunque á mi pesar te huelgues!
Y no se cumplir con tantas. ¡ Entra ufana en Vivarambla,
¡Ay, Zaida, cómo te temo! Donde mis penas te .alegren!
i Deja que el huésped se vaya, A aqueste infame morillo
Y veras tras su partida Que aborrezco, y favoreces,
Su fe partida y quebrada ! Átale al brazo tu toca
i"ero dirás que no sientes Para que las cañas juegue,
Ausencia, porque no amas, ¡ Que por Alá que has de verla
« que yo quedo en la corle Teñida en su sangre aleve!
30 ROMANCERO GENERAL.
Si en las fiestas que ordenaren
Y en 1a tuya la tiñera... Sacaren verde librea,
Mas soy hombre, y mujer eres. Darán pregón, que es un tonto,
¡ Por Mahoma que estoy loco! Y ella, que es lo que se precia;
¡ Mi sanare en las venas hierve! Que aquel que á una alma mudable
¡La paciencia se me acaba, La voluntad y fe entrega,
Y mi juicio se pierde! Por castigo bien le basta
Pero no me tenga el mundo La esperanza de está feria.
Por el Alcaide de Vélez, Si tus prendas le alegraban,
Ni me favorezca el cielo, En las mujeres las prendas
Ni la tierra me conserve; Es precio en que se remata
Muera á manos de un cobarde Falsedad en almoneda.
Sin que tenga quien me vengue, Si en tí se cerró el remate,
Si á esta ciudad, si á este infierno, Ha habido una puja nueva,
Adonde mi honra muere, 1
Y son bienes de menores,
No la escandalizo, y vengo Que se abre el remate, y cierra.
Mis agravios con la muerte Aire, suspiros y abrazos
De ese morillo cobarde, De tu memoria destierra,
Que es infame, y se me atreve, Que el bronce y el aire vano
A quien quitaré la vida, Mal podrán esculpir letras.
Y mil vidas, si mil tiene. Deja muertes y alborotos,
Resuelto estoy, Reduan, Ven, y con verlos te alegra,
De vengarme, ó de perdeme; Que la venganza mayor
Que un noble, si está ofendido, Será no hacer cuenta de ella.
Fácilmente se resuelve.— (Romancero general.)
(Romancero general) i Alude al pavo real de quien dicen que al verse los pies
tan feos, deshace humillado la rueda de su cola, que soberbio
y ufano le engríe.
ZAIDE. — xn.
{Anónimo.) 63.
Cuando el noble está ofendido, ZAIDE. — XII!.
Es resolución discreta (Anónimo.)
Por satisfacer su agravio
Arriesgar vida y hacienda; Si tienes el corazón,
Pero esto se ha de entender, Zaide, como la arrogancia,
Cuando aquel que hizo la ofensa Y á medida de las manos
Tiene sugeto capaz Dejas volar las palabras;
Para hacer la recompensa. Si en la vega escaramuzas
Y respondiendo á tu carta, Como entre las damas hablas,
La cual vi letra por letra, Y en el caballo revuelves
Y lo que tu dama escribe, El cuerpo, como en las zambras;
Claro su discurso enseña; Si el aire de los bohordos
Diréte en razones breves Tienes en jugar la lanza,
Lo que el deseo me ofrezca; Y como danzas la toca
Que errar ó acertar la cura, Con la cimitarra danzas;
Consiste en la vez primera. Si eres tan diestro en la guerra
Primero he sido en saberlo, Como en pasear la plaza,
Por ser en mi amistad deuda, Y como á fiestas te aplicas,
Y lo seré en aplicarte Te aplioas á la batalla;
El remedio que convenga. Si como el galán ornato
Si dices que un moro infame, Usas la lucida malla,
De sangre baja v pechera, Y oyes el son de la trompa
En tu ausencia él y tu dama Como el son de la dulzaina ;
Muestran efectos de ausencia, Si como en el regocijo
¿Qué mejor venganza quieres? Tiras gallardo las cañas,
I Qué mas tu alma desea, Y en el campo al enemigo
Pues obligaciones tuyas Le atrepellas y maltratas ;
Las pagas con bolsa ajena? Si respondes en presencia,
A ella en pago del delito Como en ausencia te alabas,
Le será castigo, y pena Sal á ver si te defiendes
El trueco de su mudanza, Como en el Alhambra agravias.
Que muchos siglos posea.
Y si no osas salir solo,
Y si á los gozos presentes Como lo está el que te aguarda,
Tus memorias tienen muestra, Algunos de tus amigos
Será flor de maravilla, Para que te ayuden saca.
Que con el alba recuerda. Que los buenos caballeros ,
Pasan estas novedades, No en palacio, ni entre damas,
Y la fortuna que vuela Se aprovechan de la lengua,
Poniéndoos en su balanza Pues es do las manos callan;
Hará ver la diferencia. Pero aquí que hablan las manos,
Contemple en el galán nuevo Ven, y verás como habla
La bella rueda y cabeza , El que delante del Rey,
Llegue á los pies de su sangre, Por su respeto callaba.
Y olvidársele ha la rueda *. Esto el moro Tarfe escribe.
A entrambos conocerá Con tanta cólera y rabia,
Cuando sea menos la hoguera, Que donde pone la pluma
Que quien ve quemar su casa, El delgado papel rasga.
No es mucho memorias pierda.
Y llamando á un paje suyo,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. Si
Le dijo : «Vete á la Albambra, Basta que enrede las vidas
Y en secreto al moro Zaide De falsarios que me agravian.
Da de mi parte esta carta; Jamas publiqué ser tuyo,
Y dirásle que le espero Solo ella lo publicaba,
Donde las corrientes aguas Llevando escrito tu nombre
Del cristalino Jenil En el valor que mostraba.
Mejor sé guardar secretos,
Al Generante bañan». ' Ríete de buena gana,
(Romancero general.) Que no aquellos que te han dicho
i Es una de las mas bellas y perfectas composiciones donde Soy hablador de ventaja;
se pinta el valor y arrogancia de un carácter fiero y audaz. En
contraposición de este romance, el del num. M , en vez de in- Y admite agora disculpa,
crepar á un caballero para que salga á batalla, siguiendo el Si te place, bella Zaida.
mismo tema, excita á los guerreros para que suelten las ar- ^__^ (Romancero general.)
mas y se aprovechen de la tregua, dedicándose mientras dura
á obsequiar las damas confiestasy placeres.
65.
64. ¡SA1DE. — XV.

ZAIDE. — XIV. {Anónimo.)


(Anónimo.) No faltó, Zaide, quien trujo
A mis manos tus dos cartas,
Cese, Zaida, aquesa furia, Por las cuales vi que en una
Que á fe que te entiendo, Zaida, En ausencia me maltratas.
Que deseas verme muerto , Trálasme injustamente,
Pero muerto por tu causa. De severa, cruel, tirana,
Si tu lengua me despide, No echando de ver que tú>
¿Por qué tus ojos me llaman? Eres el principio y causa
Y si en público te hielas, De la que, Zaide, he tenido
¿Por qué en secreto te abrasas? Para mostrarme enojada,
La razón de estos efectos Por ser tú blando de boca,
No te la pregunto, Zaida; Y no tener rienda en nada.
Pero díganlo tus ojos, Y para no renovar
Que yo sé que no lo callan. Nuestras historias pasadas,
Avísasme que te deje; Me ha parecido escribirte
Ten aviso en tus palabras , Solas aquestas palabras,
Que á do se trata de amor Movida de que también
Hiere quien de aviso trata. En la segunda me tratas
Píntasme lindo en extremo; De afable, mansa y benigna,
Pero el publicar mis gracias, Conociendo tu desgracia:
Solo es darme lo que es mió,
Como quien me echa de casa. Y lo mejor que hay en ellas
Dices que soy blanco y rubio: Es que pusiste las plantas
i Blanco me tienen desgracias; Por testigos de tu pena,
Pero negra es mi ventura, Porque te oyesen sus ramas,
Por ser rubia tu mudanza! Las cuales, según sospecho,
¡ Paréceme que te loas, Han de quedar enseñadas
Viniendo á dejarme, ingrata! A ser oráculo y templo
Son las honras que me naces De la sibila Cumana.
Como el que ha muerto en el alma. ¡ Gran trabajo tienes, moro,
Pero si naciera mudo, Por tener tan mala fama,
Publicas que me adoraras : De quien como de la lumbre
i Mil lenguas tener quisiera, Huyen hoy de tí las damas!
Porque todas te alabaran! Pero porque le arrepientas
Aquese alcázar que dices, Quiero mostrarme ya mansa,
En mi pecho no hace falta, Pues no hay piedra donde no
Porque todo es fortaleza Haga el curso alguna entrada.
Por el primor de mis ansias. Bien hiciste de apelar
Solo el alcaide en mis labios De tu sentencia ya dada;
Falta, porque ya en mi alma Pues no hay juez tan riguroso,
Tenia guarda de alcaide, En quien piedades no haya.
Hija de alcaide de guarda. De mí te sabré decir,
Interpreta estas razones, Que aunque tus obras son malas,
Que yo sé que son bien claras, Tengo, como nací noble,
Si no es que las escurezcan Nobíe corazón y entrañas.
Los nublados de tu saña. Notando que una leona,
Los galanes de mis partes Aunque esté furiosa y brava,
Mucho pueden con fas damas; Si el león se le humilla,
i Mas poco puedo contigo, Ella se humilla, y le halaga;
Porque partes no te espantan ' Pero si acaso el león,
Los platos de sus favores El amistad celebrada
Los sabios comen, y callan ; No la sabe conservar,
Mas si el manjar es sabroso, Le aborrece y le desama.
¿Qué sabrá el que no lo alaba' ¡Harto, Zaide, creo he dicho,
En esto muestras ser niña Para que entiendas de Zaida,
Pues eres tan poco sabia Estar ajena de culpa,
En los sucesos de amor, Y libre de tus palabras!
En que experiencia se alcanza (Romancero general.)
La trenza de los cabellos
No enrede la verdad, Zaida;
SI ROMANCERO GENERAL.
66. Al moro sus quejas tristes
Dijo la discreta Zaida :
IAIDE. — XVI. —Zaide mió, á Alá prometo
(Anónimo.) De cumplirte la palabra,
Que es jamas no te olvidar,
Gallardo pasea Zaide Pues no olvida quien bien ama;
Puerta y calle de su dama, Pero yo no me aseguro,
Que desea en gran manera Ni estoy de mí connada,
Ver su imagen y adorarla; Que suele, el cuerpo presente,
Porque se vido sin ella Ser la vigilia doblada;
En una ausencia muy larga, Y mas que tú lisonjeas,
Que desdichas le sacaron Que ya lo tienes por gala,
Desterrado de Granada: De ser como aquí lo has dicho,
No por muerte de hombre alguno, No habiendo en mí bueno nada.
Ni por traidor á su dama; Sé muy bien lo que te debo,
Mas por dar gusto á enemigos, ¡ Y pluguiese á Alá quedara
Si es que en el moro se hallan, Hecho mi cuerpo pedazos
Porque es hidalgo en sus cosas, Antes que yo me casara !
Y tanto que al mundo espantan Que no hay rato de contento
Sus larguezas, pues por ellas En mí, ni un punto se aparta
El moro dejó su patria : Este mi moro enemigo
Pero á Granada volvió De mi lado y de mi cama;
A pesar de ruin canalla, Y no me deja salir,
Porque siendo un moro noble, Ni asomarme á ta ventana,
Enemigos nunca faltan. Ni hablar con mis amigas,
Alzó la cabeza y vido Ni hallarme en fiestas ó zambras.—
A su Zaida ala ventana, No pudo escuchalla mas
Tan bizarra y tan hermosa El moro, y asi se aparta,
Que al sol quita su luz clara. Hechos los ojos dos fuentes
Zaida se huelga de ver De lágrimas que derrama.
A quien ha entregado el alma, Zaida no menos que él
Tan turbada y tan alegre, Se quita de la ventana,
Y cuanto alegre turbada; Y aunque apartaron los cuerpos
Porque su grande desdicha Juntas quedaron las almas.
Le dio nombre de casada, . {Romancero genera!.)
Aunque no por esto piensa
Olvidar á quien bien ama.
El moro se regocija, 67.
Y con dolor de su alma, ZAIDE. —XVII.
Por no tener mas lugar ,1
Que el puesto no se le daba, (Anónimo.)
Por ser el moro celoso «Memoria del bien pasado,
De quien es esposa Zaida, No me aflijas ni atormentes,
En gozo, contento y pena Que el hacer discursos tristes
Le envió aquestas palabras: No es para tiempos alegres.
— ¡ Oh mas hermosa y mas bella V'o ya perdí mi contento ,
Que la aurora aljofarada! Si acaso pude tenelle,
¡ Mora de los ojos míos, Mezclado entre los temores
Que otra en beldad no te iguala! Del mal que tengo presente.
íDime, fáltate salud ¡ Ingrata ! Con tus mudanzas
Después que el verte me falta ? Tanto mis veras ofendes,
¡ Mas según la muestra has dado Que vuelves mi ardiente pecho
Amor es el que te falta! Mas helado que las nieves:
Pues mira, ¡ diosa cruel, Los males que le causabas
Lo que me cuestas del alma, Estimaba mas que bienes,
Y cuántas noches dormí Y agora los bienes tuyos
Debajo de tus ventanas! Mas que males me parecen.
Y mira que dos mil veces Tu memoria era bastante
Recreándome en tus faldas, En mi pena á entretenerme,
Decías: ¡ El firme amor Y agora con tu memoria
Solo entre los dos se halla! Mi pena se aumenta y crece.
Pues que por mí no ha quedado , Tu hermosura me alegraba
Que cumplo, por mi desgracia, Cuanto agora me entristece,
Lo que prometo una vez, Que la memoria ofendida,
Cúmplelo también, ingrata. Mi fe y agravio me ofrece.
No pido mas que te acuerdes, Jamas conocí otro cielo
Mira mi humilde demanda, Sino aquél donde estuvieses;
Pues en pensar solo en tí ¡Ya conozco que fué engaño
Me ocupo tarde y mañana.™ Y que me engañé en quererte!
Su prolijo razonar En estos afectos mios
Creo el moro no acabara, Claro puede conocerse,
Si no faltara la lengua, Que al fin una sinrazón
Que estaba medio turbada: Mas que mil razones puede.
La mora tiene la suya La mudable condición
De tal suerte, que no acaba En el sugeto que tienes,
De acabar de abrir la gloria No puede ser cosa tuya
Al moro con la palabra:
Vertiendo de entrambos ojos Sino solo de mi suerte.
Perlas con que le aplacaba Ya no te acuerdas de mí
Sino para aborrecerme,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 35
Que yá en esto te parezco, Te llaman, y rey de embustes.
Aunque siento el parecerte. Engañóme tu semblante,
¡ Pluguiera al cielo, enemiga, Amistad contigo tuve,
Que las partes que tú tienes, Mis secretos te fiaba,
No fueran tan de estimar ; Mira enqué parte los puse !
Por no sentir el perderte !— Mira, pues lo miran todos,
Esto dijo el moro Zaide ¡ Qué moro á mi lado truje,
Y por un monte se mete, Que á sus enemigos teme,
Cuyos árboles copados Y á sus amigos destruye!
Del sol la entrada defienden. A la bella Lindaraja,
(Romancero general.) Sobrina del rey dé Túnez,
Escribiste que en Granada
Alabarme de ella supe :
68. Que sus favores contaba,
Gustando que se divulgue
Mi ventura, y su firmeza,
(Anónimo.) Porque se ofenda y me culpe.
Zaide esparce por el viento ¡ Si tú fueras el dichoso,
Las cenizas de unas cartas, Desde el suelo hasta las nubes,
Agora tan enojosas A su nobleza infamaras,
Cuanto en otro tiempo caras. Que es obra de tus costumbres!
Y aunque revuelve razones De mí ya saben las damas
Para poder disculparlas, Que hago que se sepulte
No halla ninguna que baste, Su favor en mi silencio,
Que no hay disculpa á mudanzas, Porque mas mis glorias duren.
Dice : —Si escrituras fuisteis, Ausentóme de la corte,
Habéis parecido falsas, Y porque sus trazas use
No por falta de firmeza, Tu condición engañosa,
Mas por sobra de desgracia; Y el amor el mando usurpe,
Y si fuisteis testimonios A Zafira que me amaba
De algunas veras pasadas, Osaste decir que busque ¡
Indebido fué tal nombre, Ocasión para valerte,
Pues veras tarde se acaban. Y que en tu ocasión ¡a ocupe.
Si fuistes obligaciones, i Mal te fué con las dos moras!
• Ya sin razón son negadas; Porque el amor nunca sufre
¡ Pero quien niega las propias, Cautelas en sus verdades,
Poco en ajenas repara! Ni tinieblas en sus luces.
Y si fées, fuistes fingidas, Quien tal amistad mantiene
Pues estáis tan olvidadas : Consigo mismo se junte,
Si palabras, mentirosas, Pensamientos suyos trate,
Pues son las obras contrarias. De los ajenos no cure.
Por estas y otras razones Oro puro ha de ser todo
Os he entregado á la llama, Lo que en amistad reluce:
Que no es justo tener prendas Hidalguía con traición
De deudor que tan mal paga. Respetos bajos arguye.
Yo me acuerdo de otro tiempo El pecho de un caballero,
Que ningún fuego os quemara, Si hay vileza que lo enturbie,
Porque siendo en vuestra ofensa Por mal nacido y villano
Mis lágrimas le apagaran; Es digno de que le juzguen.
Mas vuestro mudable dueño ¡ Zaide, prevenid el pecho,
Ha hecho en mí tal mudanza, No haya lanza que ejecute
Que á faltarme agora fuego La venganza que debéis !
Os quemara el de mi rabia. ¡ Mirad que el plazo se cumple!
Lleve el viento esas cenizas, ¡ Mirad mucho por la cara,
Pues llevó mis confianzas; Que habrá filos que la crucen,
Y llévese mis memorias Volviendo por las ofensas
Que ya en perderlas se gana.— De las que ciñen estuches!
Mas dijera, mas no pudo,
Que le atajan las palabras, §
ue aunque mas vuestro linaje
s defienda y asegure,
Las sinrazones presentes, Ha de caer con la muerte
Y las razones pasadas. Quien traidores pasos sube.—
2j (Romancero general.) (Romancero general.)
69. I ROMANCES DE TARFE.
ZAIDE. — XIX.

(Anónimo.) 70.
—Algún fronterizo alarbe TARFE.—I.
De los pecheros comunes, (Anónimo.)
Zaide, malquisto y traidor Abrasado en viva llama,
Fué tu padre, no lo dudes : Bravo, feroz y rebelde,
Entre lafinezanoble Porque está hecha de yelo
De tu abuelo el gran Adulce, La que tanto fuego enciende,
El sayal de tu bajeza Sentado está el moro Tarfe,
* Por mil partes se descubre; Y no en el pecho que quiere,
Y como lo falso opones Frontero de los palacios
A la verdad de que huyes, De Celia, por quien padece.
Oropel de la nobleza ' Viola estar á la ventana
T. X,
S
31 ROMANCERO GENERAL.
Con hermosa y grata frente. Se pasean en Granada
Pero los esquivos ojos Tarfe y el rey de Belchite :
Daban muestras de crueles , Iguales en las colores,
Mostrando el bravo rigor Porque iguales damas sirven,
Que con él tuviera siempre, Que el Tarfe sirve á su Celia,
Y el Bey sirve á Doralice:
Haciendo su duro pecho Con bandas verdes y azules
Con sus rayos trasparente; Los gallardos cuerpos ciñen,
Y muestra el moro en la cara Cubiertas de naranjado,
Mil colores diferentes, Que el verd'e no se divise :
Que en ver el extremo de ellas, Marlotas y capellares
Unas van, y otras se vuelven : Moradas y carmesíes,
Y sudando de coraje Bordadas de plata y oro,
Se limpia el rostro mil veces, Y esmeraldas y rubíes :
Con un velo que le dio Los almaizares leonados,
La hija del moro Hamete : Color congojosa y triste,
Y porque Celia en miralle Plumas negras y amarillas,
Algún tanto se suspende, Porque sus penas publiquen.
De mudanza temeroso En las letras y divisas,
Dice que arderse parece. Algún tanto se distinguen,
—La mas sublime merced, Que lleva el Rey en la adarga,
Cruel, que puedes hacerme, Hecha de varios matices,
Es, que de veras me avises, Una dama muy hermosa,
Si me quieres ó aborreces; Y un gallardo rey humilde,
Porque le pague á Adarifa Con la corona á sus pies,
Lo mucho que tú me debes : Sufriendo que se la pisen,
Que me adora, y no la estimo, Y un corazón abrasado,
Y tú de verme te ofendes. — Con una cifra que dice :
»De hielo nace mi llama,
Y celoso de traición »Y el hielo en mi fuego vive».
De los que envidia le tienen, La dama lleva en la mano,
Con mil amorosas ansias Y encima su frente insigne,
Dice apretando el bonete : Dorado cetro y corona,
—¡Miente el traidor homicida Porque se entienda que rige;
Que con Alia me revuelve, Y en la mano izquierda un mundo,
Y si mere mas que uno, Porque le manda y oprime,
Todos cuantos íueren mienten*. Y la Fortuna humillada,
Cegríes ó Bencerrajes Que el paso á su rueda impide.
Salgan, aunque sean veinte, No lleva el Tarfe divisas,
Sarracinos ó Aliatares, Porque no se escandalice
Aderifesó Gómeles, Adalifa, que de Celia
Que yo soy el moro Tarfe, Celos al moro le pide.
Espejo de los valientes, Solo lleva por empresa
Que á la corte soy venido v Un verde ramo apacible,
A pasear con los reyes, ; Y un retrato cuyos ojos
Como paseó mi padre Vivas centellas despiden,
En los palacios de Gelves; Y en todo el ramo esta letra,
Y por mí dejan sus aguas Que en arábigo prosigue :
Las bellas ninfas del Bétis, «Aunque tus rayos me abrasen,
Y ellas harán que mi nombre sFja que no me marchiten»;
En la corte se celebre : Y arrancando muy veloces,
Y sepan quien es el Tarfe, Porque sus damas los miren,
Y de qué sangre desciende, Acabando la carrera
Y que me hagan la salva El Rey dijo á Doralice :
Los demás de alta progenie: —Aunque las diosas sagradas
Y que en solo oir mi nombre Tu hermosura te envidien,
Los mas arrogantes tiemblen. ¿Por qué con tu gloria y cielo,
¡Mienten otra vez, les digo, Pena y infierno permites?
Los que al contrario dijeren! Dime pues ¿qué mas deseas?
Salga gente de Granada; ¿Qué mas al cielo le pides
Suelten plumas y alquiceles; Que tener á un Rey sujeto,
Suelten las bandas moradas, Si de reyes sucediste?
Y las de esperanzas verdes Ya no te pido favores,
Sus usurpadas divisas Ni que me adores ni estimes,
De damas que no merecen: Sino que uno solo escojas,
Pongan cascos acerados De los muchos que te sirven,
Y yelmos definostemples, Porque veo que á cualquiera
Sabrán si cumple mi lanza En tu servicio le admites,
Lo que mi lengua promete : Asi al de bajo linaje,
Que por Celia he de morir; Como á el de alto y sublime
Pero antes de mi muerte, Y en los saraos y zambras
Quedará el suelo teñido De ordinario te persiguen
De sangre de estos aleves. ' Los Audallas y Aliatares,
(R amaneen general.) Azarques y Almoradíes,
Cegríes y Bencerrajes,
71. Sarracenos y Adalifes,
TAKFE.— II. Y con cara alegre y grata
{Anónimo.) A ninguno nos despides,
En dos yeguas muy lijeras, Que á todos matas de amor
De blanco color de cisne,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 38
Viendo las llamas feroces,
Con un falso amor que finges. Llamas, que en llamas abrasa
Quitas la vida y el alma, Y Jlama á quien no conoce;
Y lú con mil almas vives : Y la clarífica luz,
Si no quieres enmendarte, La clara vista quitóles;
Me desengañes y avises, Vista, que mil veces vista
Que damas hay en la corte
Que desean de servirme; Hace que á revista tornen.
Y la hermosa Bindarrafa Juzgan los moros por gloria
Desde Antequera me escribe El perder la luz entonces,
Con cien mil celosas quejas, En la luz que á la luz priva,
Diciendo : ¿Cómo es posible Y sin luz da luces dobles :
Que mis letras y mis cartas Y tienen puestos los moros
Dentro en tu alma no imprimes, Velos de varias colores,'
pues que tú impreso en la mia, Varios que á varias amantes
Aunque estás ausente, vives?— Dan varias muertes enormes.
Y con esto cesó el Rey, Bájanse del chapitel,
Y el Tarfe á Celia le dice : Y en el corredor se ponen,
—Celia y cielo te llamaba, Corredor, que corre almas,
Mas ya encantadora Circe, Y alcanza las que mas corren,
Porque tu sereno cielo Y mirándolas de cerca
De oscuras nubes cubriste, Dan mas vivos resplandores,
Y en los soles de tu cara Vivos, que dan á los vivos
Tu crueldad hace eclipse, Vivas muertes y pasiones :
Y al que antes del sol vestías, Y á los moros les hicieron
De oscuras tinieblas vistes; Que la luz perdida cobren,
Y antes que la santa fiesta Perdida, mas bien ganada;
Del Bautista solemnice, Ganada, pues bien perdióse :
¡ Por Alá, que he de sacarte Y alegres y satisfechos
De la patria donde vives! Lijeros la plaza corren,
Y esto no será en tu mano, Plaza, que á tantos aplaza,
De que yo me determine, Y emplaza en pleitos de amores.
Pues sabes que el mundo es poco (Romancero general.)
Para poder resistirme, 1
Romance de muy mal gusto, Heno de equívocos y retrué-
Pues he despoblado á Francia canos.
De valientes paladines,
Y tengo en toda Vandalia
Teñidos los arracifes 73.
De los de la cruz de grana TARFE. —IV.
Y los de flores de lises,
Y he de teñir en Granada (Anónimo.)
Alhambras y Zacatines, «Mora Zaida, hija de Zaide,
Aunque no suele mi alfanje No quiero que mas te burles,
En tan vil sangre teñirse : — Con burlas que tanto aumentan
Y en esto oyeron tocar Las penas que mi alma sufre.
A rebato los clarines, No quieras cubrir el cielo,
Y mas lijeros que el viento Que siempre en mirarte tuve,
Se parten sin despedirse. Para descubrir los males
(Romancero general.) Que tu favores me cubren.
Sí te pido la palabra
Que me diste, no te excuses
Con cautelosas razones;
TARFE.— III. Di que no quieres, concluye.
No muestres tanto desprecio,
(Anónimo *.) Ni te altives, ni te encumbres,
A un balcón de un chapitel, Pues de gravedades locas
El mas alto de su torre, Cualquiera que ama huye.
Alto extremo de hermosura, Porque mil moros te quieran
Y alteza de los amores, No te pongas en las nubes,
Estaban dos damas moras, Que los discursos mas llanos
En suma beldad conformes : Usan ya los mas ilustres,
Suma que es suma en quien suma Que ya no hay moros Cegríes,
Mil sumas de corazones : Ni otros semejantes busques,
La uñase llama Celia, Que hagan cueva por desdenes
Y otra Jarifa es su nombre : A sombra de un acebuche.
íarif'a, que agudas flechas El tiempo con que te burlas
Y jaras tira á los hombres. A tí propia te destruye,
Salian Tarfe y Gazul Que el pasársete lus años
Por delante sus balcones, Entre los moros se ruge.
Reíante las que adelante Cásate, Zaida, si quieres,
Se adelantan á s.us dioses, Porque es cosa que te cumple;
Y las moras desde arriba No aguardes que los que juzgan
Tiran piedras por favores, Tantas verdades desnuden.
Piedras que empiedran el alma, Y si quieres aguardar
» las piedras blandas ponen; Que el tiempo este caso cure,
i tiran juntos con ellas Mira tú cuan sin piedad
L aros rayos de sus soles: Todas las cosas consume.
Maros, que al mas claro sol Dame el premio que merecen
Uara ventaja conocen. Mis presentes pesadumbres,
Los moros alzan los ojos Y al hacer salva, á la sorda
ROMANCERO GENERAL.
38
A los moros acompañan.
Suenen tiros y arcabuces. Cesan las trazas de guerra,
Y en el campo de mi fe Y los que del juego tratan
Pon luz con tu clara lumbre, Cierran la puerta al acero,
Para que oigan con mi triunfo Y ábrenla al damasco y galas.
Chirimías sacabuches.»
Esto dijo el moro Tarfe Moros y moras se ocupan,
Con los acentos mas dulces, Mientras el plazo se pasa,
Como aquel que en solo amar Ellos en correr caballos,
Es flor de los andaluces. Y ellas en bordarles mangas :
(Romancero general.) Y los dos competidores
De la pendencia pasada,
Hacen paces entre s í ,
74. Y olvidan cosas pasadas.
TARFE.—V.
Viendo Almoradí, el galán,
Que Tarfe se le aventaja,
(Anónimo.) Y que es señor de la mora
—Católicos caballeros, Que es señora de su alma,
Los que estáis sobre Granada, Porque en público ó secreto
Y encima del lado izquierdo Cien mil favores le daba,
Os ponéis la cruz de grana; Dando á entender que le quiere
Si en los juveniles pechos Mas que á su vida y su alma,
Os toca de amor la brasa, Una noche muy oscura,
Como del airado Marte Para el caso aparejada,
La fiereza de las armas; Se salió el gallardo moro
Si por las soberbias torres Al terrero del Alhambra.
Sabéis volar una caña, Y en llegando, que llegó,
Como soléis en la vega Vio una mora á la ventana,
Furiosos volar las lanzas; A quien con joyas tenia
Si como en ella las veras De muy atrás granjeada :
Os place el burlar de plaza, Hablóla, y dijo : —«¿Señora,
"Y os cubrís de blanda seda Es posible que Daraja,
Como de ásperas corazas: Aunque no me canse yo,
Seis sarracenas cuadrillas, De maltratarme no cansa?
Con otras tantas cristianas, Aquellos ojos que tienen
El dia que os diere gusto Mas que el cielo estrellas, almas,
Podremos jugar las cañas; Cuya luz mata mas moros
Que no es justo que la guerra, Que el Maestre con su espada,
Aunque nos quemáis las casas, ¿Cuándo los volverá mansos?
Llegue á quemar los deseos ¿O cuándo volverá mansa,
De nuestras hermosas damas; Dejando á Tarfe que tiene
Pues por vosotros estáu Menos manos que palabras ?
Con nosotros enojadas, Que no soy yo como é l ,
Por vuestro cerco prolijo Tan cumplido de arrogancias,
Y vuestra guerra pesada. Pues lo que él gasta en decirlas,
Y si tras tantos enojos Gasto yo en ejecutarlas.
Queréis gozar de su gracia, Bien saben en la ciudad
Como á la guerra dais treguas, Que por mi brazo y mi lanza
Dadlas á nuestras desgracias : Ha sido mil veces libre
Que es grande alivio del cuerpo De la potencia cristiana.—
Y regalo para el alma, Esto Almora.dí decia,
Arrimar la adarga y cota, Cuando Tarfe, que llegaba,
Y echarse plumas y banda; Dio el oido á las razones,
Y al que mejor lo hiciere Y el brazo á la cimitarra.
Doy desde aquí mi palabra, Figúresele al valiente
En señal de su valor, Alguna cristiana escuadra,
Para que viva su fama, Y dejando la marlota
Delatar á su diestro brazo Volvió al moro las espaldas.
Una empresa de mi dama, Salió Daraja al ruido,
Dada de su blanca mano, Conoció á Tarfe en el habla,
Que es tan bella como blanca.— El cual le dio la marlota,
Esto firmó en un cartel, Que era azul, con oro y plata.
Y lo fijó en una adarga (Romancero general.)
E l valiente moro-Tarfe,
Gran servidor de Daraja, Es un bellísimo romance, donde brilla mucho el espíritu di
En las treguas que el Maestre caballerosidad que se supone existia entre los moros ye™
De la antigua Calatrava tianos, poco antes de acabarse la guerra de Granada. ( i w
Hizo por mudar de sitio la nota del romance num. 63.)
Y mejorarse de estancia;
Y con seis, moros mancebos, ROMANCES D E ABINDARRAEZ E L TÍO . 1

De su propia sangre y casa,


Y algunos Abencerrajes,
Se le envió á la campaña. 75.
Recíbenlos en las tiendas, ABINDARRAEZ E L TÍO. —
Y sabida su demanda,
Dando el Maestre licencia (Anónimo.)
Se aceptó para la Pascua. Abind arráez y Muza,
Y respondiendo al cartel Y el rey Chico de Granada,
Con razones cortesanas Gallardos entran vestidos
Hasta salir del real Para bailar una zambra,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 57
Un limes á media noche Que son de amor las mudanzas.
Fué de los tres concertada, Como estaban disfrazados,
Porque los tres son cautivos Recostáronse en sus faldas :
De Jarifa, Zaida y Zara. Cuando hablan enmudecen,
El descomponerse el Rey, Y cuando están mudos hablan.
Cosa entre reyes no usada, También se cansarán ellas,
Y darle Muza su ayuda, Que el cuerpo muerto no cansa
Poco galán sin las armas, Como el vivo aborrecido
Que es hombre que noche y dia Que quiere forzar el alma.
Tiene ceñida la espada, Levántase un alboroto,
Y para dormir se arrima Que la reina se desmaya :
En un pedazo de lanza, La fiesta se acabó en celos,
Halo causado un desden Que amor con ellos acaba.
Que tiene en los ojos Zaida, {Romancero general.—It. Flor de nuevos y varías
Y amores de un Bencerraje Romances, 2.a parte.)
Que adora los suyos Zara. * Este Abindarraez y esta Jarifa son del todo fabulosos, á
Abindarraez es mozo, diferencia de aquellos que son los héroes de la historia de
Y siempre de amores trata : Abindarraez y Narvaez, los cuales á pesar de ser muy noveles-
Fátima muere por él, cos, como tienen mucho de lo que se cree verdadero , se han
Y á Jarifa rinde el alma. colocado entre los romances históricos. Es uno de los buenos
Al fin ordena la fiesta romances moriscos donde se retratan bien ¡os lances de amor
La desorden que amor causa, y celos á que las fiestas dan lugar.
Que al mas cuerdo hará mas loco
Celo y gusto de su dama. 76.
Para cumplir con la gente
Echaron fama en Granada, ABINDARRAEZ E L TÍO. — II.
Que ha venido cierta nueva (Anónimo.)
Que Antequera era ganada.
Es lafiestapor agosto, Después que con alboroto
Y entra el Rey toda bordada Pasó el bailar de la zambra,
Una marlota amarilla, Do el gallardo Abindarraez
De copos de nieve y plata, Dejó agraviada su dama
Con una letra que dice : Pisando á Fátima el pié
«Sobre mi fuego no basta». En la presencia de Zara,
Gallardo le sigue Muza, Y se entraron con la Reina
De azul viste cuerpo y alma, A divertirla sus damas;
Labradas en campo de oro Júntanse en conversación
Unas pequeñas mordazas, Jarifa, Fátima y Zara,
Cuya empresa de ellas dice : Que Zaida está con la Reina,
«Acabaré de acaballas ». Que la entretiene y regala.
Abindarraez se viste. Son estas las mas hermosas,
El color de su esperanza, Y de mas nombre en Granada :
Unas yedras sobrepuestas Tiene Fátima en los ojos
Con unas tocas doradas, Paraísos de las almas,
Un cielo sobre los hombros, Y en sus rubios cabellos
Con unas nubes bordadas, El rico metal de Arabia,
Y en las yedras esta letra : En cuyos lazos añuda
«Mas verde cuanto mas alta ». Las almas mas libertadas.
Sacaron á las tres moras, Tiene Jarifa la frente
Que eran la flor de la sala; De un liso marfil sacada,
Eran el adorno de ella, Con sus mejillas hermosas,
Y lo mejor de sus armas. Y sus labios de escarlata :
Abindarraez brioso, Son las manos de cristal,
Con una vuelta gallarda, Nieve el pecho y la garganta,
Pisó á Fátima en el pié, Adonde el fuego de amor
Y á su Jarifa en el alma. Invisiblemente abrasa;
La mano le suelta al moro, Y aunque en su comparación
Y así le dice turbada : Es algo morena Zara,
«¿ Para qué entraste encubierta, En discreción y donaire
Traidor, la engañosa cara? A las demás aventaja,
Arroja el fingido rostro, Que la flor de la hermosura
Que el propio tuyo te basta, En breve tiempo se pasa,
Pues que te conocen todos Y es don que jamas se pierde
Por mi daño y su venganza ». La discreción y la gracia.
Con mil caricias el moro Es su plática de amores,
La blanca mano demanda, Y de los ajenos tratan,
Y ella replica:—No quieras Que las mudanzas del moro
Mano en la tuya, agraviada: Cada cual las siente y calla.
Baste que Fátima diga, Lástimas son de Muley,
En conversación de damas, Y libertades de Zaida, .
Que estimas en mas su pié Que agora Jarifa llora,
Que mi mano desdichada.— Y las considera Zara,
Abindarraez turbado Pues ama á quien la aborrece,
Sala huyendo del Alhambra : Y Jarifa á quien la engaña,
Si de verde salió el moro, Y Fátima está contenta i
De negro vuelve á la sala. Pues las deja por su causa;'
Entre tanto el Rey y Muza Y como los corazones
Estaban con Zaida y Zara, Siempre por los ojos hablan,
Cansados de tantas vueltas Respondió á su pensaiiientQ
ROMANCERO GENERAL.
58
Que su corazón le abrasa,
Jarifa diciendo: —Basta,
Que quedando satisfecho
Que no quiero otro castigo,
Mas el vivo amor le inflama,
Ni pretendo otra venganza, Y del paje se despide,
Que la que te puede dar Y va contento á su casa.
La mentira de mis ansias, Y tiene razón el moro,
Que pronto verás el rostro Porque la mora que ama
De la fortuna contraria Puede hacer competencia
Con Venus, Juno y Diana:
Con mas luto y mas tristeza Que es tanta su discreción,
Que yo la tengo en el alma; Y su hermosura tan rara,
Que si levanta tu pié, Que las musas del Parnaso
Y si mis manos abaja, Tienen envidia á su fama.
Es una misma la rueda Y si hace escura noche,
Revoltosa y temeraria, _
Que me humilla y te levanta, Con solo ella abrir sus ojos
Que ya me subió el favor La hace apacible y clara;
No sé si diga mas alta. Y del sol los claros rayos
¡ Mal anduve en no tenello Los revoca y los contrasta, .
Cuando juntamos las palmas !— Porque no es el sol mas de uno,
Zara que ha vivido siempre Y son dos los de su cara,
De favor necesitada, Cuya clarífica luz
D¡j ¿ __ ¡ Dichosa la mora
0
Alumbra á toda Granada;
Que jamas ha sido amada! Y á dicho de todo el mundo
Si con celosos disgustos Es la hechura mas alta
Los gustos de amor se pagan, Que ha hecho el pincel sutil
El no habellos conocido De naturaleza sabia;
Es mas segura ganancia.— Y es un retrato divino, '
Fátima que estuvo atenta Por quien Alá nos declara
A una y a otra desgracia, Las divinas hermosuras
Coligiendo de sus daños De su corle soberana. > ' '
una consecuencia llana, (Romancero general)
Dijo : — Quien tan sin razón,
Y tan sin porqué os agravia, 78.
Merece que le castigue ABINDARRAEZ EL TÍO. — IV.
La que mas quiere del alma.
Dijera mas, si á deshora (Anónimo.)
No hubiera llegado Zaida Celoso y enamorado
A decirlas que la Reina Rompe los aires con quejas
A mucha prisa las llama, El gallardo Abindarraez,
Y al levantarse juntaron Moro gallardo y de prendas. *
Estrechamente las palmas, Enamorado y celoso
Diciendo : — Muera su fe, Quejándose de su estrella,
Y viva nuestra esperanza. Dice, y mira á la ventana
(Romancero general.) De Jarifa mora bella :
77. —¡Ventana! ¡Divino cielo!
ABINDARRAEZ ELTIO.— III. En cuyas hermosas verjas
(Anónimo.) Vi cautiva mi esperanza
En la ciudad Granadina, Que mi libertad espera;
En lo mejor de la plaza, Si del cielo haces ventanas
Que es la casa venturosa Y haces cielo de la tierra,
Por Medoro celebrada, Dame los hermosos rayos
Y la que pinta su pluma Que el cielo á los tristes niega.
De varias flores y plantas, «Rabiosos celos... etc. »
Vive allí una dama mora, Mis dichosas esperanzas
Flor de la flor de las damas, Fueron sombra, humo y niebla,
La cual se llama Jarifa, Esposas mis pensamientos,
De la Torre y de la Alhambra. Y mi libertad cadena.
A esta sirve un Bencerraje Sufrí esperanzas dichosas...
Que le dio asiento en el alma, ¡Penas en el mar de penas,
Al cual le dan guerra celos, Dejad que mi pensamiento
Que los disimula y calla Lleve al cielo mis querellas!
En el turbante y divisa, «Rabiosos celos... etc.»
Que jamas muestra mudanza. Y tú, hermosa Jarifa,
A un paje de quien se fia, Causa de mi mal primera,
No suyo, mas de su dama, Y en esta prisión esquiva
Acordó de preguntalle De mi alma carcelera ,
Si con su Jarifa habla No quites, Jarifa hermosa,
Un Cegrí que se pasea Las prisiones en que pena,
Por delante sus ventanas : ¡ Mas pues de su muerte gustas,
Y el paje que es secretario, Su muerte te venga fiera!
De presto le desengaña, «Rabiosos celos... etc.»
Diciéndole que el Cegrí Pero con tormentos mas
Sirve á otra mora gallarda, No verás mas clara prueba,
A quien se humilla el amor Que la verdad en el potro,
Como á su madre sagrada. Te la confiesa sin vueltas.
Y con esto el Bencerraje Y si para mas tormentos
Aplacó su ardiente llama; Mi larga prisión ordenas,
Pero no mitigó el fuego
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Haz tu querer y tu gusto, 80.
Pues que la tienes sujeta. ABINDARRAEZ E L T Í O . — VI.
«Rabiosos celos... etc. »
Miraba el moro celoso,_ (Anónimo.)
Y vio de dentro una seña, La mañana de San Juan,
En que le avisa que aguarde, A punto que alboreaba,
Que está la gente dispierta. Grande fiesta hacen los moros
Y quítase el moro luego Por la vega de Granada.
De su puerta, porque suena Revolviendo sus caballos
Gente en la calle de ronda, Jugando van de las lanzas,
Y témese no le vean. Ricos pendones en ellas ;
«Rabiosos celos... etc.» Labrados por sus amadas;
n
{Romancero general.) Ricas aljubas vestidas .',
De oro y de seda labradas :
79. El moro que amores tiene
Allí bien se señalaba, ¡,
ABINDARRAEZ E L T Í O . — V .
Y el moro que no los tiene
(Anónimo.) De tenerlos procuraba. ¿i
Fátima y Abindarraez, Míranlos las damas moras
Los dos extremos del reino, Desde las torres de Alhambra,
Ella por extremo hermosa, Entre las cuales habia
Y él valiente en todo extremo; Dos de amor muy lastimadas;
Abencerraje de fama, La una se llama Jarifa,
Del rey de Granada deudo, La otra Fátima se llama. j
Capitán de Alora, cuando Solían ser muy amigas, ":
Doraba su rostro el vello : Aunque ahora no se hablan :
Aquel que con los peligros Jarifa llena de celos
Daba descanso á su pecho, A Fátima le hablaba.
Mostrando en él y en los ojos — ¡ Ay Fátima, hermana mia!
De un amante y amor tierno : ¡ Cómo estás de amor tocada!
El que por su fe y su rey Solías tener colores,
Ha mostrado en poco tiempo Veo que ahora te faltan ;
Que lo que en la edad faltaba, Solías tratar amores,
Sobraba en valor y esfuerzo, Ahora obras y callas;
Y en las Cortes de Almería , 1
Pero si los quieres ver, h
Las últimas que se hicieron, Asómate á esa ventana,
Hizo gran servicio al Rey Y verás á Abindarraez,
Guardando al reino sus fueros*, Y su gentileza y gala.—
Tanto que los Alfaquíes . Fátima como discreta,
Decretaron en consejo, Desta manera le habla :
Que se le hiciese una estatua —No estoy tocada de amores,
Por reparador del reino, Ni en mi vida los tratara;
Y de esto y de su valor, Si se perdió mi color,
Estando el Rey satisfecho, Tengo dello justa causa.
Por gratificarle en algo Por la muerte de mi padre,
Parte de lo que habia hecho, Que aquel alavés matara :
Le ha nombrado por alcaide Y si amores yo quisiera,
De aquel belicoso suelo, Está, hermana, confiada,
Donde bebe el mar de España 3
Que allí veo caballeros
Las aguas de Tajo y Duero . En aquella vega llana, \
Aquí estaba Abindarraez De quien pudiera servirme,
Ocupado en su gobierno, Y dellos ser muy amada,
Presente de sus cuidados, De tanto valor y esfuerzo,
Y ausente de sus contentos : Cual de Abindarraez alabas.—
Cuando á la ausente Jarifa, Con esto las damas moras
Que no lo está de sus duelos, Pusieron fin á su habla.
Sino presente á su pena , (PÉREZ DE HITA, Historia de los bandos de los
Y de su gloria el destierro, Cegríes, etc.)
Hablando con.un retrato,
Que le sacó de su pecho,
Donde está mas natural 81.
Que puede en tabla ó en lienzo :
ABINDARRAEZ E L TÍO. — VII.
Después de decir callando
Mil amorosos conceptos, (De Lúeas Rodríguez *.)
Que mas que una lengua ó libro Cuando el rubicundo Febo
Habla á veces el silencio, Sus rayos comunicaba
Dijo : ¡Amiga de mis ojos! Al suelo caliginoso
¡Vida de mi pensamiento! Que de su ausencia quedaba
No verte como solia Temeroso, triste y feo
Me es otro nuevo tormento. Con todo cuanto criaba:
(Romancero general.—It. Flor de varios y nuevosEn el venturoso dia
Romances, 3.a parte.) Celebrado en nuestra España,
* Entre los Moros no habia Cortes.. Y por todo el universo
De tal nombradla y fama,
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ie'lJs ?í st i°i C h a b Í a
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Del glorioso Juan Baptista •
á l 0 m é n 0 S q u e s e
* s a r e c i e s e n lo

1 D u e r n i e l T a j o
A quien la Iglesia señala
m e z c l a n s u s a
tota»? ° S»as en el mar de Por uno de los mayores
Que en los nacidos se halla:
40 ROMANCERO GENERAL,
Cuando la morisma toda Que para hacer tal entrada,
En fiestas se señalaba, Tarde llegó Abindarraez :
Salen dos gallardos moros Tomada estala posada.—
Por la vega de Granada (RODRÍGUEZ, Romancero historiador.)
Con relinchosos caballos
Haciendo grande algazara, i Es este romance una imitación bastante feliz del aotp
rior; pero en el primer trozo hay ideas harto pedantescas?
Y agradable escaramuza, de mal gusto. »
Curioso jugar de lanza, ,
Y otras muchas gentilezas,
Cuyas hazañas mostraban
Estar heridos de amor ABINDARRAEZ E L TÍO. — VIII.
Y sus almas captivadas.
Míranlos dos bellas moras (De Pedro Padilla.)
De las torres del Alhambra, Con Fátima está Jarifa
Que en particular tenían, A una ventana parlando,
Aunque lo disimulaban, Y ardiendo de celos della
Rendidos sus corazones Le dice con rostro airado :
A los que escaramuzaban. — ¡Nunca entendí que tuvieras
Llaman Jarifa á la una, Conmigo tan doble trato,
La otra Fátima se llama: Porque caber no podía
Si la una tiene hermosura, Sino en corazón villano!
La otra hermosura y gracia, Dejásteme el otro dia
Y entre la una y la otra Con el pecho asegurado,
Mortales celos se tratan Para poderme engañar
De ese moro Abindarraez : Mucho mejor á tu salvo.
Dias ha que no se hablan. Creíte yo como amiga
Jarifa es grave y hermosa, Descuidada de tu engaño,
Vive leda y confiada, Que lo que yo no hiciera
Y aunque Fátima lo es, No supe en tí recelallo.
No tiene su confianza, Di«e, Fátima, muy bien
Puesto que el gallardo moro Aquel refrán tan usado,
La dio á entender que la amaba , «Que solo el que no se lia
Y para certificarse » Deja de ser engañado».
Mil ocasiones buscaba. ¿Por qué dijiste que estaba
Finalmente vio á Jarifa El aposento ocupado,
Junto á sí en una ventana, Y que el moro Abindarraez
Al tiempo que el bravo moro Habia tarde llegado, -•
Adarga y lanza jugaba. Sabiendo que en el lugar
Parecióle esta ocasión Saben todos lo contrario ,
Para lo que deseaba, Que públicamente anda
Y con voz baja y quieta
Aunque con alma alterada, Tu servidor declarado?
Le dice : — Hermana Jarifa , Solo el engañarme siento,
Tiéneme muy admirada Que no lo que me has quitado,
Un efecto, que yo veo Pues nunca tanto me quiso,
En la color de tu cara. Ni estimó en mas mi cuidado.
Ya estás blanca, ya amarilla, Yo sé de su propia boca
Y á ratos muy colorada. Cuanto contigo ha pasado,
Unas veces por los ojos Y que tú le solicitas
Parece que das el alma, Estándose él descuidado.
Y adonde está Abindarraez No tengo celos de t í ,
Allí la pones fijada. Ni nadie me los ha dado,
Si le vencen los contrarios Porque cuanto del pretendo
Te muestras muy desmayada, Tengo muy asegurado:
Y si sale vencedor Lo que siento es, que tuvieses
Alegre y regocijada. Conmigo trato doblado,
Todas estas cosas son Siéndote yo tan amiga
Propias de persona que ama. — Y habiéndotelo mostrado.
Atenta estaba Jarifa Fátima, muda de intento,
A todo, muy sosegada: Porque yo te desengaño
Quiso callar y no pudo, Que son conmigo las veras
Que amor la tenie forzada; Y andan contig'o de falso.
Mas con su boca graciosa Del agravio que me has hecho
Desta manera la habla : El que puede me ha vengado,
—Fátima, ¿burlas de mí,' Y con decírtelo queda
O estás conmigo enojada? Mi corazón descansado.—
Si burlas son, no las quiero, Fátima responder quiso;
Que con celos, son pesadas : Mas Jarifa no ha esperado,
Sí veras, á tí mas toca, Que la palabra en la boca
Pues estás amartelada, Saliéndose la ha dejado.
Que ese moro Abindarraez (PADILLA, Tesoro de varias
Te tiene muy subjetada,
Y sé que huelgas de sello :
¡No hagas de la excusada, 83.
Que es echar mas leña al fuego,
ABINDARRAEZ E L TÍO. — IX.
Y tener pena doblada! —
Fátima respondió así: (De Pedro de Padilla».)
— ¡Vives, Jarifa, engañada El gallardo Abindarraez,
Si piensas que por él peno ! Tan conocido por fama,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. íl

Y el valiente moro Muza, Que el mantenedor entraba


Que era alcaide del Alhambra, Con doce moros delante,
Pariente del rey Chiquito Todos de encarnado y plata
Y gran servidor de Axa, Con unas llamas de fuego
A pasear la ciudad Que un corazón abrasaban ,
Del Alhambra se bajaban. Los seis con doce atabales
El uno va de amarillo Que de dos en dos tocaban,
Y otro de color leonada, Y con trompetas los otros
Que estas eran las colores De música concertada,
De las dos que los dos aman. Y doce pajes tras ellos
Los caballos eran rucios^ De hermoso talle y cara,
En que los dos moros bajan, De tela de oro vestidos,
De muy hermosa presencia : De encarnado matizada,
Las sillas aderezadas Y con estrellas de perlas 1
La una de verde y de oro, A todas partes poblada.
La otra de leonado y plata. En doce caballos blancos
¡ Tan lozanos van los moros, Los doce pajes entraban,
Que por do quiera que pasan Encubertados los seis,
Unos les dan bendiciones, Y los seis con sillas rasas;
Y otros de envidiosos callan ! Y los seis pajes mayores
Y tratando algunas cosas Lleva cada cual su lanza,
En que mas gusto hallaban, Y los caballos testeras
Vinieron á tratar luego Con plumas diferenciadas :
De las damas de Granada. De la suerte del vestido
Y repararon los dos Las cubiertas adornadas.
En las dos que entrambos aman : Tras ellos entra Jarifa
Dice el uno que Jarifa Al natural retratada,
Es de hermosura y gracia, En un carro aderezado
De valor y cortesía Con mucha riqueza y gala.
La mora que mas alcanza. Cuatro caballos le tiran,
No consiente aquello Muza, Todos color de castaña,
Diciendo que no hay criada Con frenos dorados todos
Mujer, debajo del cielo Y las cabezas pobladas
Que se igualase con Axa: De largas y bellas plumas
Y fué la burla de suerte Pardas, blancas y leonadas;
Que de palabra en palabra, Y ante los pies de Jarifa
Si no fueran tan amigos Venus viene arrodillada,
Pusieran mano á las'armas. Ofreciéndole del hijo
Mas lo que allí no fué veras El arco, flechas y aljaba :
En una gran fiesta para, Y Amor á su lado puesto
Porque el moro Abindarraez, Viene la venda quitada,
Luego que volvió al Alhambra Llorando porque Jarifa,
Hizo llamar sus amigos, No quiere lo que le daban.
Y por defender su dama Detras vienen seis padrinos
Una fiesta de sortija Con marlotas encarnadas
Dieron orden que se haga, Y flor de lises de oro *
Entre ellos cosa muy nueva Y medias lunas de plata,
Y nunca jamas usada : Ricos alfanjes ceñidos
Y el cartel que allí se hizo Y las cabezas tocadas
Otro dia pregonaban Con tocas listadas de oro
En que Abindarraez defiende, Dentro de Túnez labradas,
Que la mora á quien él ama Y de su misma librea
Es la mujer mas hermosa Los caballos que llevaban.
Que vive dentro en Granada, El gallardo Abindarraez
Y que lo mantendrá solo Tras ellos entra en la plaza
A cuantos moros le salgan, Sobre un gran caballo blanco,
A tres lanzas las mejores, La silla de oro bordada ,
Mejor letra y mejor gala : Y un penacho en la testera
Y que si fuese vencido, De plumas diferenciadas
Que perderá una guirnalda Y todas de argentería
De piedras de gran valor A los remates pobladas.
Y de perlas adornada, El capellar y marlota
Que la hermosa Jarifa Eran de color leonada,
Con su mano aderezara. Y sobrepuestas en ella
Y cuando ya llegó el día Cifras bordadas de plata.
Para la fiesta aplazada, Jarifa dicen las letras
Todas las moras hermosas En las cifras estampadas.
Acudieron al Alhambra, Llevaba una blanca toca
Codiciosas de ganar Hecha con muchas lazadas,
Lo que cada cual pensaba Rubíes asidos de unas,
Que le era deuda debida Y en las otras esmeraldas,
Por mas hermosa y gallarda. Y un penacho muy hermoso
Y cuando ya estuvo Sellas De plumas todas rizadas,
Hecha un cielo aquella plaza, Y un tahelí berberisco
Los enamorados moros En que colgando llevaba
A caballo paseaban, Un alfanje damasquino;
Cada cual haciendo fiesta La guarnición y la vaina
A la que mas le cuadraba. Hechas de oro de martillo
Estando en esto, sintieron Con gran artificio y gala.
ROMANCERO GENERAL.
42
ideas, descripciones y pensamientos, que en los moriscos de
Lleva en la mano derecha su clase repartidos forman cuadros lijeros, ó valientes, ó
La riquísima guirnalda tiernos, ó graciosos. Hizo lo mismo que hiciera un gran colo-
Que en premio fué prometida rista, que para lucirse se empeñase en emplear en un cuadro
Al que se le aventajara. todos los colores, viniesen ó no al caso, que los buenos en
Entra tan gallardo el moro, el arte emplearon convenientemente. Los colores en si serán
Que por bienaventurada brillantes y bellos; pero mal empleados, solo presentan agra-
do á la vista, sin interesar mucho el alma.
Tienen todas á Jarifa
Por ser de tal hombre amada
Y entrando desta manera 84.
Y dando vuelta á la plaza, ABINDARRAEZ EL TÍO. — X.
Apeóse en una tienda
Para aquel efecto armada, (De Pedro de Padilla*.)
De una tela muy hermosa Cuando salió de cautivo
Sobre la color morada, El rey Chico de Granada,
Y aquesto dice la letra, A quien cautivó el alcaide
Que deja por donde pasa: Que de los Donceles llaman,
« La que me pudo vencer Dos caballeros mancebos
»Y hoy tengo de coronar, Que en la ciudad se hallaban,
»Es sin par en merecer, Por mostrar en algo al Rey
»Yo sin segundo en amar». Lo mucho que deseaban
Y el primer aventurero Verle volver con sosiego
Vieron luego cómo entraba, Al regalo del Alhambra,
El cual entró por la posta Y regocijar queriendo
Sobre una yegua muy flaca, Venida tan deseada,
Y delante un postillón Donde comienza la vega
Con una mora á las ancas, Fértil, espaciosa y llana,
De muy buen talle de cuerpo, Que el caudaloso Genil
Pero de muy mala cara; Por mil partes riega y baña,
Y llevaba por empresa En aquel alegre dia
Una muy seca guirnalda, En que á su rey esperaban,
Y al pasar deja esta letra Entre muchos que salieron
Por las partes do pasaba: Cincuenta se aderezaban
«Es imposible que acierte Con muy hermosas libreas
» Nada de cuanto desea En esto diferenciadas :
»Quien se enamora de fea». Que llevaba cada uno
Y en entrando cumplió luego Los colores de su dama,
Cuanto se pronosticaba, Y llevan en las cabezas
Que de tres lanzas ninguna Tocaduras extremadas;
Corrió que fuese acertada; Unas hechas de almaizares
Y ansi se volvió dejando Con gran artificio y gala,
La plaza regocijada. Y otras de tocas hermosas
Tras aquel entraron muchos Dentro de Túnez labradas.
Con invencicnes extrañas Unas listadas de oro,
Y todos dejan los precios
Adonde Jarifa estaba; Y otras de color leonada
Hasta que el yaliente Muza Con rapacejos azules
Hizo el último su entrada Y las orillas de plata :
Con la mayor gallardía, Los brazos derechos todos
Mayor riqueza y mas gala, Con empresas de quien aman;
Que de lengua humana puede En muy hermosos caballos
Ni de pluma ser contada, Las sillas aderezadas
Y á la plaza dando vuelta Del color de la librea
Aquesta letra dejaba : Que cada moro sacaba.
«Seguro va de vencer, Adargas ante los pechos,
»Axa, señora, el que ha sido Con borlas diferenciadas;
nüe vuestra mano vencido». Lanzas largas berberiscas
Y acercándose á la tienda De dos hierros adornadas.
En que Abindarraez estaba, Y en llegando junto al Rey
Comenzaron á correr Escaramuza trababan,
Entrambos á dos sus lanzas Mostrando cuan diestros eran
Con tan perfecta destreza En el jugar de la lanza.
Y tan desenvuelta gracia, Y habiéndose ya acabado
Que nadie la diferencia Esta fiesta comenzada,
Del uno al otro juzgara; Al Alhambra se subieron,
Y ansí dándolos por buenos Adonde el Rey esperaba
Los jueces que allí estaban, De las moras mas hermosas
Porque el sol ya se encubría Una muy lucida escuadra,
Y obscuro el mundo dejaba, Que al rey Chiquito reciben
Acabándose la fiesta A la entrada de una sala,
Se salieron de la plaza En traje y rostro mostrando
Con mucho contentamiento El regocijo del alma.
De verla bien acabada. Entre todas le llevaron
(PADILLA , Tesoro de vanas poesías.) Donde su madre le aguarda,
U I a d o Que con la gloria de verle
A<* St\«Tl i , ^"ellas composiciones del último tercio
u e ae s ra Como fuera de si estaba.
2«1 » ? „ / ' , ? " ,? , g ciadaniente un buen poeta creyó
pujar todo lo hecho en los cortos y liieros romances moris-
U M r á p i d a
Y en tomando el Rey su asiento
2? J Ü M to'Plnelon.íedío de Padilla creyó
t Comienzan todas la zambra,
sin duda haber puesto una pica en Flándes reuniendo en este Que era entre ellas el sarao
larguísimo y pesado romance todos los medios .formas i
Y fiesta mas regalada.
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS, 43
i
La belleza de las moras, En secreto murmuraba,
El donaire, gracia y gala Se determinó de hablarle,
Es mejor para creída Y bajando del Alhambra
Que con palabras contada, Le dijo : —¡Abenzaide amigo,
Porque la mas larga pluma No sé qué ha sido la causa,
Quedara muy atrasada. Que siendo vos caballero
Y con ser desta manera, De mi propia sangre y casta,
Las que allí se aventajaban Y que ue mi voluntad
Eran Fátima y Jarifa, Jamas conocistes falta,
Que del Rey importunadas Deis en servir á Jarifa
La toca danzaron juntas Con muestra tan declarada,
Y hicieron mas mudanzas Sabiendo que yo la sirvo
En las colores del rostro Y que ella no me desama!
Que en el baile que danzaban; i No sé qué nombre le ponga
Porque siempre se tuvieron A cosa tan mal mirada !
Enemistad declarada, Solo siento que me obligue
Que es oficio de los celos No querer vos remedialla,
Hacer aquel en el alma. A venir en rompimiento
Danzaron en competencia Con hombre que tanto amaba:
Como en lo demás andaban, Y pues la libertad vuestra
Con tal primor, que no dieron En nada desto repara,
A ninguna la ventaja, Quiero que sepáis de mi
Sino los que con pasión Que ni la amistad pasada,
Su competencia miraban : Ni el deudo que con vos tengo,
Y fué el donaire de suerte Ni el temor de vuestra espada,
Con que la una trataba Podrán hacer que no tome
De aventajarse á la otra Deste exceso la venganza,
Por estar adonde estaban, Que una cosa tan mal hecha
Que de amores de las dos No es justo disimulalla. —
Ardiera la nieve helada, Abenzaide le responde
Tanto que el moro Abenzaide, Con voz mansa y reportada :
Uno de los de la fama, — No pienses, Abindarraez ,
De admira-ble valentía Que esa cólera me espanta ,
Y de persona gallarda, Ni que por ese temor
Hijo de un Abencerraje He de dejar mi demanda;
Que Mahomet se llamaba, Que antes de mudar intento ,
Viendo en Jarifa el extremo Saldrá de mi cuerpo el alma:
Que á todos tanto agradaba, Y si no te he respondido
Rindió sin defensa luego Con los filos de esta espada,
Las fuerzas todas del alma. Es por darte una disculpa
Acabándose la fiesta, Que para tu cargo basta,
Tan digna de ser loada, Aunque sangre y amistad
Se sentó el Rey á la mesa Ande en esto atravesada,
Y en otra todas las damas, Y es: que razón en amor,
A quien los galanes moros No hay cosa mas excusada,
Servían y festejaban. Y que las sobras del mío
Solo Abenzaide se muere Hacen al tuyo ventaja.—
De ver que á Jarifa daba Y diciendo estas razones,
Tanto gusto Abindarraez El lucido alfanje saca,
Que puesto á su lado estaba, Y el valiente Abindarraez
¥ aunque eran grandes amigos, Ardiendo en furiosa rabia
El amistad no bastaba Poniendo la mano al suyo
Para que no le pesase Dice con voz alterada :
De ver cuan valido andaba; — Una tan gran desvergüenza,
Y como el fuego de amor Así ha de ser castigada.
Nunca de veras abrasa, Y queriendo comenzar
Ni tanto desasosiega Entre los dos la batalla,
Si competidores faltan, Cuatro caballeros moros
Y con ellos el deseo Que del Alhambra bajaban,
Sin resistencia se inflama; Pudieron tanto con ellos
Así le sucede al moro Que fué forzoso dejalla;
Que por no ver lo que pasa, Y al Abenzaide los dos
De envidia y amor ardiendo A la ciudad le bajaban;
Se fué para su posada, Y á Abindarraez los otros
Determinado á querer, Le volvieron á la Alhambra.
Y á morir en la demanda. Abenzaide al mismo punto
Así comenzó á mostrar Que ya la noche cerraba,
El fuego en que se abrasaba, Dejada la compañía
Con cuantas demostraciones Se fué para la posada
Suelen hacer los que aman; De la hermosa Jarifa,
De suerte que Abindarraez, Y por su padre demanda:
Aunque al principio callaba, El cual salió á recebille
No pudiendo ya sufrir Con muy agradable cara,
Muestra tan desenfadada Pidiendo de su venida
Y mas de un amigo y deudo Tan á deshora la causa.
De quien tanto confiaba, Abenzaide le responde,
Y porque todo el lugar Que lo que mas deseaba
De ver que disimulaba Y lo que allí le ha traído,
Ofensa tan descubierta, Es á suplicar que haga
ROMANCERO GENERAL.
u Merced de darle á Jarifa Porque es fuerza declararme,
Por esposa regalada. A no le ser obediente,
El viejo se huelga dello Pues aunque quiera forzarme
Viendo lo bien que le estaba, A obedecerle y casarme,
Y ansí le dio de hacello
Su promesa, fe y palabra; Amor no me lo consiente.
Y dando á Jarifa cuenta Y aunque me esté bien á mí
De todo como pasaba, Descargarme desta mengua,
Aunque no mostró disgusto, Si no fuere para tí,
Sino que dello se holgaba, Primero que decir sí
Quedo tal con esta nueva Dejaré sacar la lengua.
Aquel alma enamorada, Y no podrá confesar
Que á solas, en su aposento, Que al punto que supe amarte
Cuando sé vio retirada, Nada dejé de entregar,
La tuvo el dolor esquivo Que después pudiese dar
Tan triste y desesperada, A nadie en ninguna parte;
Que de quitarse la vida Que para tuya nací,
Estuvo determinada. Y desto mi fe te empeño ,
Y ansí, resuelta en hacello Y pues que soy la que fui,
Si Abindarraez le faltaba, Tendrás por cierto de mí, _
Se determinó á escribirle Que jamas tendré otro dueño.
Contándole lo que pasa; Y no quiero señalarte
Y para certificarle El que estorbarlo pretende:
De la fe con que le amaba, Baste solo declararte
Con un pajecillo suyo, Que en valor piensa igualarte,
Que estos recados llevaba, Y de tu sangre deciende.
Aquesta carta le envía Pero no le ha sucedido
Otro dia en la mañana. Como lo tenia pensado;
Que aunque es moro tan valido,
Caria de Jarifa. Do puede ser acogido
La que amor hizo tan tuya Está el lugar ocupado. "
Que con solo amarte vive, Y siempre lo entendió ansí
Antes que el tiempo destruya Las veces que me miraba,
El descanso y vida suya, Que las que acaso le v i ,
Esta, Abindarraez, te escribe; Bien entendería de mí
Y es milagro que un tormento, Que aun de verle me cansaba;
Tan áspero de sufrir, Porque luego da á entender
Me deje vida y aliento Un alma de amor herida,
Para poderte escribir. Que en comenzando á querer,
Y aunque poco ya me queda,' Ni aun de burlas ha de haber
Podré hacerte saber, Para ninguno acogida.
Que de-fortuna la rueda, Y si habiéndolo entendido
Como nunca se está queda, En seguir su intento ha dado,
Nunca asegura placer. Tras no lo haber conseguido
Solo contra mi cuidado Quedará necio y corrido
Fuerza ni poder alcanza, De haber sido porfiado;
Que entre los que amor ha dado Y si á los dos ofendió
No le hay tan asegurado, Con intento tan villano
Sin la muerte, de mudanza. Del pié le quiero dar yo,
Y siendo en efeto ansí, Solo porque pretendió
Aunque es trance riguroso Ganarte el juego de mano.
En el que me veo por tí, Y pues hay tal ocasión
No tienes que estar de mí, Para nuestras pretensiones
Ni aun burlando, temeroso. Si á tí no falla afición,
Que contra todo el poder No es bien que la dilación
Del cielo y de la fortuna, Esfuerce estas ocasiones.
Tiene fuerzas mi querer; Y si del dolor que paso
Y tengo en esto de ser Hay en tu pecho disgusto,
Fénix, porque no hay mas de una No es tiempo de andar escaso,
Y habiendo da lastimarte Sino cortalles el paso,
Un suceso tan extraño, Para darle á nuestro gusto.
He querido asegurarte, Sigue el romance.
Primero que declararte Sintió tanto Abindarraez
La causa de tanto daño. Entender lo que pasaba,
Y aunque tan asegurado Que no quiso responder
Siempre has vivido conmigo, Por escrito á aquella carta;
No me pareció excusado , Que la cólera que tiene
Porque al fin, retificado, Tanto espacio no le daba;
Tiene mas fuerza el testigo. Y porque Jarifa entienda
Y puédelo el cielo ser Que del era tan amada,
Como mis ojos lo son, Que lo que le habia mandado
Que yo no puedo creer Un punto no dilataba,
Que se vio jamas mujer A pié con solo un criado
En tamaña confusión. Se sale de la posada,
Porque mi padre procura Y á la de Jarifa llega
Darme á mi pesar marido, Y á su padre la .demanda :
Y aunque él intenta locura, A lo cual replica el viejo,
Es para mí cosa dura Que ya la tenia mandada,
Que á tal punto haya venido.
Y que perderá la vida
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. ¿3
Por no quebrar su palabra. Porque nuestra competencia
Abindarraez le cuenta Del todo quede acabada, .
El caso cómo pasaba, Y tú muy bien empleado,
Y le dice que Jarifa Y Fátima bien casada,
Primero le tenia dada La pidas luego á su padre,
Palabra de ser su esposa, Y dejarásme obligada
Y que Abenzaide trataba A serte toda mi vida
Una cosa muy mal hecha Por esta merced, esclava.—
Y no de hombre de su casta, El moro,aunque le llegaron
Estando cierto de aquello, Aquellas nuevas al alma,
En venir á demandalla. Fué, tan como caballero,
El moro, entendido aquello Obediente á su demanda,
Dice que á su gusto haga , Que partió para cumplilla
Y subiéronse los dos Sin respondelle palabra;
Adonde Jarifa estaba, Porque puesto que quisiera,
La cual á su cargo toma El dolor no le dejara;
Deshacer esta maraña; Y antes que cerrase el dia
Y dándose allí las manos Al Abencerraje habla,
De nuevo se confirmaba Y á Fátima en casamiento
La fe que entre ellos habia A su padre la demanda.
No tan bien asegurada. Y acabados los conciertos,
En saliendo Abindarraez A una fiesta señalada,
Jarifa luego enviaba Se dilató el cumplimiento
Al moro Abenzaide un paje, De cosa tan deseada.
Y con él le suplicaba ( PADILLA, Tesoro de varias poesías.)
Que luego al punto la viese
Para un caso que importaba: * Véase la nota del anterior, mím. 83; porque á este aun
Y el enamorado moro con roas razón todavía le convienen las observaciones que
para aquel hicimos. Sin embargo, uno y otro son composicio-
En cumplir esto no tarda, nes agradables de un buen poeta, aunque demasiado largas.
Que el fuego no es tan activo
Como el que de veras ama.
Y cuando se vio en presencia 85.
De aquella á quien adoraba, ROMANCE DE ABENZUL.EMA.
Quedó el rostro sin color
Y la lengua suelta, atada, (De Don Luis de Góngora.)
Con un helado temor Aquel rayo de la guerra •
La persona embarazada, Alférez mayor del reino,
Sin hacer en él su oficio Tan galán como valiente,
Ordenadamente nada. Y tan noble como fiero;
Jarifa viéndole ansí De los mozos envidiado,
Encendida y colorada, Y admirado de los viejos,
Le comenzó de hablar, Y de los niños y el vulgo
Poco menos que él turbada, Señalado con el dedo :
Aunque era el turbado efecto El querido de las damas
De muy diferente causa. Por cortesano y discreto,
— Hete rogado, Abenzaide, Hijo hasta allí regalado
Que hagas esta jornada, De la fortuna y el tiempo :
Para agradecerle mucho, El que vistió las mezquitas
Como quien te está obligada, De victoriosos trofeos,
El pedirme por esposa, Y el que pobló las mazmorras
Que es deuda á que falta paga : De cristianos caballeros;
Y aunque con nadie pudiera El que dos veces armado
Estar yo mas bien casada, Mas de valor que de acero,
Porque á tu valor y suerte A su patria libertó
Ninguno se le aventaja, De dos peligrosos cercos :
Ha hecho amor imposible El gallardo Abenzulema
Lo que á mí tan bien me estaba; Sale á cumplir el destierro
Porque fe de esposa tengo A que le condena el Rey,
Al Abencerraje dada, O el amor, que es lo mas cierto.
Y por eso sus servicios Servía á una mora el moro,
Con voluntad acetaba. Por quien andaba el Rey muerto,
Una prenda desta suerte, En todo extremo hermosa,
Y serle yo aficionada , Y discreta en todo extremo.
Es ocasión que no pueda Dióle unasfloresla dama,
Faltarle de mi palabra : Que para él flores fueron,
Pudieras de mí ofenderte Y para el celoso rey
Si por otro te negara ; Yerbas de mortal veneno;
Mas á tanta obligación Pues de la yerba tocado
Es fuerza no ser ingrata. Le manda desterrar luego,
Ya ves que tengo razón , Culpando su lealtad
Y si de tí soy amada, Para disculpar su yerro.
Sola una merced te pido Sale pues el fuerte moro
Y que esto luego se haga : Sobre un caballo overo,
Que vuelvas por darme gusto Que á Guadalquivir el agua
Ln el amistad pasada Le bebió, y le pació el heno.
Con el moro Abindarraez; Tan gallardo iba el caballo,
Y pues que Fátima es dama Que en grave y airado vuelo,
Tan gallarda y tan hermosa, Con ambas manos media
Y que hacienda no le falta, Lo que hay de la cincha al suelp'
ROMANCERO GENERAL.
Que si aquesto me concedes
Con un hermoso jaez, No se verá contrastada
Bella labor de Marruecos, De poder de los cristianos
Las piezas de feligrana , Mientras quisiere mi lanza;
La mochila de oro y negro : Y amas te prometo, Rey,
Sobre la marlota negra Con aquesta, otra hazaña,
Un blanco almaizar se ha puesto, Que es traerte cada dia
Por vestirse las colores Doce cabezas cristianas.
De su inocencia y su duelo. Y si me das á mí gloria
Bonete lleva turquí, Como la razón demanda,
Derribado al lado izquierdo, Te traeré por tu cautivo
Y sobre él tres plumas presas Al de la cruz colorada.
De un preciado camafeo. Gocemos vida quieta,
No quiso salir sin plumas Pues que podemos gozalla,
Porque vuelen sus deseos, Tú con aquestas victorias,
Si quien le quita la- tierra Yo con ellas y con Zara.—
También no le quita el viento :
Bordó milfierrosde lanzas (Romancero general. — It. Flor de vario» y nuevos
Por el capejlar, y en medio Romances, 2.a parte.)
En arábigo una letra
Que dice : «Estos son mis yerros.» 87.
No lleva mas de un alfanje AMORES DE MUZA. — II.
Que le dio el rey de Toledo,
Porque para un enemigo (Anónimo.)
El le basta, y su derecho. Desterró al moro Muza
Desta suerte sale el moro El rey Chico de Granada,
Con animoso denuedo, Por tenerle envidia á é l ,
En medio los dos alcaides Y mucho amor á su dama.
De la Alhambra y Marmolejo. En un caballo morcillo
Caballeros le acompañan, Armado de todas armas,
Y le sigue todo el pueblo , Parte á cumplir el destierro
Y las damas, por do pasa, Por do su dama moraba.
Se asoman llorando á verlo. Al ruido del caballo
Lágrimas vierten agora Asomóse á la ventana,
De sus tristes ojos bellos, Y el moro por despedida
Las que desde los balcones Con mil suspiros la habla.
Aguas de olor le vertieron. —No temo la partida,
La hermosísima Balaja
Que llorosa en su aposento, Ni la gran sinrazón que el Rey me ha hecho,
Las sinrazones del Rey Ni temo corta vida,
Le pagaban sus cabellos, Que el mundo es muy estrecho
Como tanto estruendo oyó, Para mi que te tengo á tí en mi pecho.
A un balcón salió corriendo, Mas el mal de la ausencia
Y enmudecida le dijo, Hará el efecto en tí que en otras suele;
Dando voces con silencio : Fáltame la paciencia,
—Vete en paz, que no vas solo, Y esto es lo que me duele,
Y en mi ausencia, ten consuelo, Y no poder hallar quien me consuele :
Que quien te echó de Jerez Y para consolarme,.
No te echará de mi pecho.— Suplíeote tu intento me declares
El con la vista responde : De vivir ó matarme,
—Yo me voy y no te dejo: Pues cuanto te acordares
De los agravios del Rey Tendré de vida, y muerte si olvidares.
Para tufirmezaapelo.— Respondió la mora airada :
Con esto pasó la calle, —Por Mahoma y por su ley
Los ojos atrás volviendo * Que holgara me oyera el Rey
Dos mil veces, y de Andújar Que por tí lo es de Granada;
Tomó el camino derecho. Mas en tu valor confío
{Romancero general.—II. Flor de varios y nuevo»Que creerás bien de mí,
Romances, 2.a parte.—GANGOSA (Obras de). Que te quiero mas á tí
Que al Rey que por fuerza es mió.
Pierde, señor, los estribos
ROMANCES DE LOS AMORES DE MUZA. De tanta desconfianza,
Que si tus brazos son vivos
86. Me cobrarás por la lanza.
Si el Rey buscare ocasión,
AMORES DE MUZA. — I. Gozará por su maldad
(Anónimo.) El alma sin libertad,
Y el cuerpo sin corazón.—
De celos del rey su hermano (Romancero general.—It. Flor de nuevos y va
El alma tiene abrasada Romances, 2.a parte.)
El valiente moro Muza,
Honra y gloria de Granada,
Diciendo : —Rey, ¿por qué quieres
Tiranizar á mi dama,
Pues que yo también soy rey AMORES DE MUZA. — III,
A donde reina mi alma? (Anónimo.)
Dala en pago á mis servicios, Afuera, afuera, aparta, aparta,
Pues es justa la demanda, Que entra el valeroso Muza,
Y déjame gozar de ella, Cuadrillero de unas cañas :
Asi goces de la Alhambra; Treinta lleva en su cuadrilla
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. Á1
Abencerrajes de fama, Todos de morado y verde,
Conformes en las libreas Marloias y capellares,
De azul y tela de plata; Con mil jaqueles gualdados,
Yeguas de color de cisne De plata los azicates.
Con las colas aleñadas, Sobre yeguas bayas todos,
Y de listones y cifras Hermosas, ricas, pujantes,
Travesadas las adargas : Por divisa en las adargas
Atraviesan cual el viento Unos sangrientos alfanjes,
La plaza de Vivarambla, Con una letra que dice :
Dejando en cada balcón <tNo quiere Alá se levanten,
Mil damas amarteladas. Sino que caigan en tierra
Aqui corren, allí gritan, Con el acero pujante.»
Aquí vuelven, allí paran, Apercíbense de cañas:
Acullá los veréis todos El juego va muy pujante,
Prevenirse de las cañas. Mas por industria del Rey
La trompeta los convida, No se revuelve ni hacen;
Ya les incita la caja, Porque traen los Cegríes
Ya los clarines comienzan Contra los Abencerrajes
A concertar la batalla : Un concierto de villanos,
Ya pasan los Bencerrajes Y así incierto les sale.
Ya las adargas reparan,
Ya revuelven, ya acometen (PÉREZ DE HITA, Historia de los bandos de lo» Ce-
Los Cegríes contra Mazas. gríes, etc.)
El juego se va encendiendo,
De veras ya el juego anda,
No hay amigo para amigo, 00.
Las cañas se vuelven lanzas. AMORES DE HOZA. — V .
El rey Chico que conoce (Anónimo.)
La ciudad alborotada, Admirada está la gente
En una yegua lijera, En la plaza Vivarambla
De cabos negros y baya, De verle tirar á Muza
Gritando con un bastón En una fiesta una caña.
Por ver la fiesta acabada, Entró bizarro y gallardo,
Va diciendo : «Afuera, afuera,
Con rigor, aparta, aparta.» Mas que Audalla el de las galas,
Las damas hacen lo mismo Mas fuerte que Reduan
Desocupando ventanas, Sufre al contrario en batallas,
Porque la misma pendencia Con librea berberisca
Riñen ellas en sus almas. Turquesada y pespuntada,
Muza, que conoce al Rey, Sembrada de piedras verdes
Por el Zacatín se escapa, Que señalan su esperanza,
Aunque le matan los celos,
Y la demás de su gente Que todo el cuerpo le abrasan, i
Le sigue por el Arnambra. Cuya causa es Bajamed,
Mandólos el Rey prender, Tesorero de su alma.
Y en Generalife aguarda Trae el brazo arremangado
Particularmente á Muza, Con una toca leonada;
Por gozar de su esperanza : Triste y trabajosa seña
Mas dentro de tercer dia De su perdida esperanza.
Re las prisiones los saca, Trae una adarga pequeña,
Resultando del enoj'o Con una banda encarnada,
Una muy hermosa zambra. Pintado allí el dios Cupido
[Romancero general.— It. Flor de nuevos y variosCon una flecha dorada;
Romances, 2.a parte.) Bonete con muchas plumas
De color amortiguada,
89. Una cifra le rodea
Que dio á Albenzaide la ingrata;
AMORES DÉ MUZA. — IV. Una cadena de oro,
(Anónimo.) Muy estrecha, al cuello atada,
Con mas de treinta en cuadrilla, Con esta letra en el pecho :
Hidalgos Abencerrajes, «Preso tiene cuerpo y alma».
Sale el valeroso Muza Cuando le vieron entrar,
A Vivarrambla una tarde La gente suspensa estaba
Por mandato de su rey Diciendo : Ya entra Muza,
A jugar cañas, y sale Flor y honra de Granada.
De blanco, azul y pajizo, Lleva una caña en la mano,
Con encarnados plumajes. Blanca mas que nieve blanca,
Y para que se conozcan, Porque la piensa teñir
En cada adarga un plumaje Antes que del juego salga.
Acostumbrada divisa Comenzó la escaramuza,
De moros Abencerrajes. Unos con otros se traban;
Con un letrero que dice: Ya se vuelven y revuelven;
« Abencerrajes levanten Casi parece batalla.
i Hoy sus plumas hasta el cielo, Muza revuelve con ira
» Pues dellas visten las aves.» Contra quien su amor le asalta:
Y en otra cuadrilla vienen Hízole una mala herida
Atravesando una calle Con una delgada caña.
Los valerosos Cegríes, Rompióle adarga y librea,
Con libreas muy galanes. Tiñendo el caballo y plaza
Con la sangre, que á porfía.
ROMANCERO GENERAL.
48
Sale afligiendo á Daraja. Y en una yegua alheñada
Ella comenzó á dar gritos Furioso cruza la vega :
Desde su alta ventana, Y en llegando á un claro arroyo
Diciendo : «Moros, libradle Vuelve airado la cabeza,
De aquesta tigre de Hicarnia». Y á la inexpugnable Alhambra
Luego se deshace el juego, Dice Muza con soberbia :
Acuden á ver que pasa, —¡ Levantadas fuertes torres,
Ven al Bencerraje herido, Que al cielo con vuestra alteza
Y que Muza ufano anda. La tierra comunicáis,
H
Y espantáis acá en la tierra !
(Romancero general.) ¡ Vanos muros y mezquitas,
91. Famosas torres Bermejas,
AMORES D E M U Z A . — V I .
Relumbrador chapitel,
Donde el sol secara y llega !
{Anónimo.) No penséis que en ese estado
Mira, Muza, que te aviso En que os veis, y esa grandeza,
Que con Zaida no me trates, Mucho os dejará durar
Ni en las zambras, ni en las fiestas El cielo con su inclemencia,
No la hables ni acompañes; Que su rigor os pondrá
Ni en las justas ni torneos, En tan miserable vuelta,
Ni en cañas, ni en fiestas tales, Que aun apenas las señales
No salgas con su librea, De lo que fuisteis se vean.
Que es librea de un infame. Pero quédaos un consuelo
¡ Que un moro de pocas prendas Que á mí triste no me queda,
Venga á decir, y se alabe, Que es el verme á mí caido
Que estuvo á solas conmigo De otra mas sublime alteza.
En los jardines de Tarfe !
¡ Oh perro, si te lo oyera! Y no me derribó el tiempo,
¡Por Alá si te topase, Sino sola la dureza
Que con estos pocos dientes De un seco y helado pecho,
A bocados te acabase! Parca airada de firmeza.
¿Es posible, di, traidor, ¡Daraja, dura é ingrata,
Traidor y de baja madre, Mas inexorable y fiera
Que en un pecho hidalgo y noble Que los levantados riscos
Cupiesen palabras tales? De las mas nevadas sierras,
¡Porque juro por Alá, Goza de tu Abencerraje ,
Así goce yo á mi padre, Goce él de tí, norabuena,
Perro, que rabiando estés Que poco le durará
Entre fieros animales; Si otro Muza se atraviesa!
Mas hágale Alá dichoso,
Y que el cielo todo junto
Sobre mí caiga y me abrase, Y á mí tanto en esta empresa,
Y que viva en pena eterna, Que cuando le hayas dejado
Sin remedio de mi padre ; A verte mis ojos vuelvan,
Y que el moro por quien muero, No para quererte mas,
No me quiera ni me ame, Sino para que tú mesma
Ni á las fiestas donde fuere Me des venganza de t í ,
Mi cifra no le acompañe; Si de tí das recompensa.
Si ánies que pasen tres dias Basta lo que te he querido,
No le cuento yo á mi Azarque Que pues no quieres te quiera,
La injuria que me has hecho, A este arroyo doy que lleve,
Porque no te di una tarde Tus memorias y mis quejas.
Una cinta que tenia Nada quiero ya de t í ;
Labrada pai'a mi Azarque, Palabras te suelto y prendas,
Para salir al torneo Y aun mi ley voy á dejar,
El miércoles por la tarde! Porque tú vives en ella.—
Pero ya entenderás, perro, {Romancero gentral.)
Que la hice para Azarque,
Moro valiente y brioso,
Mas que otro Abencerraje; 93.
Y que si acaso la viera AMORES DE MUZA. — V I H .
Puesta en cuerpo tan infame, (Anónimo.)
¡Por Alá que te abrasara Gallardo en armas y trajes,
De cólera y de coraje! Sin amores y con galas,
Pero agora pagarás Que es mucho para soldado
Tu atrevimiento que usaste Cuidar tan poco de damas :
En decir palabras feas, Cansado de aborrecer
Con tu boca tan infame.— Sale Muza de la Alhambra ,
Y con aquesta congoja, Por defenderse de amor
Se entrara á ver su padre,
Que estaba enfermo en la cama Y defender á Granada :
De una enfermedad muy grave. Que teme mas un enfado
(Romancero general.—11. Flor de varios y nuevos Que amor muchas veces causa, •
Romances, 3.a parte.) Que el rigor inexorable
De mil espadas y lanzas.
92. El capellar lleva blanco,
AMORES DE M U Z A . — V H .
Doradas todas las franjas,
Y esta letra de oro en ellas :
(Anónimo.) «Desespero en la venganza.»
La calle de los Gómeles Unas granadas partidas
Deja atrás y el alameda, Ea marlota azul y blanca,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
49
Y esta letra : «En gracia estoy «Desesperada esperanza,
i Cuando parto de Granada.» »Si cual luna haces mudanza.»
Lleva un alma y una muerte Lleva un bonete tejido
Divididas en la adarga, De plumas verdes y blancas,
Y este epíteto siguiente : Ceñido sobre la frente,
<t A desviarle del alma, a Con una banda encarnada,
Era el caballo morcillo Colgando al aire dos cabos
Con aderezos de plata, Sin rapacejos ni galas ,
De verde olaro el jaez Y por penacho esta letra
Bordado de seda baya, Sobre una garzota larga :
Y de morado esta letra : «Tanto temo lo que es nada,
«Esperanza de amor vana, »Que lo que es algo me basta.»
»Huye de mi, pues no admito Viste un capellar azul
» De amor ninguna esperanza.» Y una marlota leonada :
El borceguí lleva azul, Sobre un caballo morcillo,
Porque así los celos trata; Embraza una negra adarga,
Trae un bonete bordado Pintada en ella un Cupido
Con una pluma dorada,
Que quiebra, quema y abrasa
Y por volante esta letra *. Dos coronas, y esta letra,
«Las amorosas palabras Que bien la enigma declara :
» Son mas que lijeras plumas,
i» Y mas que plumas livianas.» «Sus propias fuerzas quebranta
Pasó por junto á un balcón »La voluntad del que ama.»
Donde con celos le aguardan,, No sale el moro arrogante,
Sin esperanza ninguna, Ni es la enigma de arrogancia,
La bella Jarifa y Zara. Que agravios de tanta envidia
Descuidado Muza dellos, Así le esfuerzan que salga;
Y de sus cuidados y ansias, Y porque en tal ocasión
Fué á pasar, mas no pasó , No le vale fuerza de armas,!
Que el paso las dos le atajan, Lleva en la espada esta letra
Que estaban ardiendo en fuego, Escrita sobre la vaina :
Vertiendo sus ojos agua : «El agravio que me agravia
Juntas le piden les de »Es el no ser yo agraviada.»
Lo que les robó apartadas. Porque al fin es solo el Rey
Jarifa el alma le pide, Quien de tanto bien aparta
Lo mismo le pide Zara, A un moro, que fama y hechos
Y él les responde admirado : Conoce el mundo y alaba.
—¿Dónde tengo tantas almas ? Desterrada su persona
Si una que tengo pedis, De la ciudad de Granada,
¿ Cómo á las dos podré dalla ? Parte á cumplir su destierro
¿El alma puede partirse? Hablando aquestas palabras :
No, que no se parte el alma : «No va el alma desterrada
Dejadme, y dejadla á ella , «Pues queda presa en Daraja.»
Que temo que quien sin causa
Dejó ayer á Abindarraez, (Romancero gtneral.)
Dejará á Muza mañana.—
Con esto se fué, y las moras 95.
Llamando én vano se cansan, v
AMORES DE MUZA,—X. '• i
Que oye el que no quiere oir,
Menos, mientras mas le llaman. (Anónimo.)
Quedaron... pero mal digo, Las riberas del Genil
Que no queda quien bien ama, El fuerte Muza pasea,
Pues que va tras quien pretende Tan desdichado en amores,
Deseo, memoria y alma. Como dichoso en la guerra.
Hay una mora en Granada,
{Romancero general.) Tan hermosa y tan discreta,
Que para su pecho ha sido
94. Lo que para Troya Elena.
De esta se sale quejando,
AMORES DE MUZA.—IX.
Y por señal de tristeza
(Anónimo,) Alquicel morado viste
Sobre el acerado hierro Sobre una marlota negra.
Que Muza lleva en la lanza, Sola una pluma amarilla,
De esmalte color de fuego, Desesperada firmeza,
Pintadas lleva unas llamas, El rojo bonete adorna,
Sobrepuesto un corazón Y con sus brazos enreda.
Abierto, que el hierro pasa, Amaba Zaida un morillo
Y por remate de arriba De los Gómeles de Tébas,
Aquesta letra que habla : Mas galán para las damas,
«Hierro soy,7 soy la causa, Que fuerte para la guerra ,
» Que a mí ser hierro me basta.» Y por estas novedades
Llevaba la banderilla El antiguo amor desprecia
De las colores del alma Del pagano mas gallardo
Que son verde y amarillo, Que empuñó lanza gineta.
Y en medio una letra blanca • Dióle el moro la palabra
Dos medias de entrambos lados De jamas hablarla ó verla,
Que las colores enlazan, Porque sabe que con Muza
1 abajo esta letra puesta, No puede hacer competencia,
an lugar de fleco ó franja : Y porque moros hidalgos
T. X. Puestos de por medio quedan,
4
ROMANCERO GENERAL.
30
P3ra excusar desafíos Esta let-ra en el adarga :
Y uue se turben las fiestas; «Seguro voy de alcanzar
Porque laflorde Granada »Vitoria en cualquier batalla,
Toros corre, y cañas juega, i, Pues me admite en su. servicio
A instancia del rey que vino »La que todo lo avasalla.»
Victorioso de Antequera. Celinda se sintió de esto,
Pero Zaida mas mudable, Y Sarracina bramaba,
Cuando parece serena, Celindaja dio mil gritos,
Que el mar que el viento combate, Jarifa muere aunque calla.
Al Abencerraje inquieta. ¿Dónde se sufre, decian,
Ella le busca, y le mira Que tal se diga en la plaza,
En el palacio y la vega, Sabiendo que entre nosotras
Dando á Granada ocasión Sobra la hermosura y gala ?
Que la mormure y la ofenda; Cuando todo aquesto supo
Del Eencerraje la dama,
Y aunque los ojos de Muza Determina de las cuatro
Tiernamente la contemplan, Tomar entera venganza.
Que es mujer, y apasionada, Quiso darles á entender
Ningún respeto la enfrena. Cómo del amor triunfaba,
Hasta en el templo le incita Y que no hay moro galán
Con sus colores y empresas : Que no la sirva en Granada :
De algunos respetos libre
De su rendida se precia. Y así á Celinda y Jarifa,
Con estos agravios Muza Sarracina y Celindaja
En su locura la deja, Las convidó al Jaraguí
Que celos averiguado A una merienda Daraja ,
Cuanto amor enciende, hielan. A la cual las cuatro fueron,
— ¡ Oh fiera, viene diciendo, Seguras de la celada,
Mas que las silvestres fieras, Vestidas las dos de verde,
Que ellas aman quien les ama, Las dos de color leonada.
Tú adoras quien te desdeña! Salió Daraja de azul,
¡ A' quien te huye persigues, Con bordaduras de plata,
Y á quien te sigue desprecias ! Colores del Bencerraje,
O no me quisiste, ingrata, A quien tiene dada el alma.
Al brazo derecho trae
O quieres que te aborrezca. Una verde banda atada
No tienes de piedra el alma, Que Jarifa dio á Hamete
Que por mas piedra que fueras ,
Mis lágrimas te ablandaran, En el sarao de la Alhambra ;
Que ablandar suelen las piedras- Al cuello cadena de oro,
Matáronme tus favores, De que cuelga una medalla ,
Que á los mas discretos ciegan, Retrato de Sarracina,
Que quien no sabe qué es bien, Y prenda de Muza cara.
Poco mal tiene que sienta. Un anillo de un rubí
Solas aquestas memorias Su mano blanca adornaba ,
Son las prendas que me quedan Que Azarque le dio á Celinda
Por echar de los sentidos En trueco de uua esmeralda :
Adonde viven por fuerza. Un plumaje en la cabeza
Obras y palabras tuyas Trae de tres garzotas blancas
Me persiguen y atormentan, Que Celinda le envió
Aunque todas son palabras, Para que jugase cañas.
Pues el viento se las lleva; Las damas cuando la vieron
Pero el tiempo, que las cosas Se miran, pero no hablan,
Acaba, consume y trueca, Porque allí ve cada una
Podrá ser que á tu mudanza De su soberbia la paga.
Y a mifirmezase atreva, Daraja muy al desgaire
r o porque espero, enemiga, Se muestra disimulada,
Que á la fe pasada vuelvas, , Y al descuido comenzó
Que habiendo vivido en otro, A tratar de nuevas galas.
Fs bien que en mi pecho mueras ; Merendaron, pero poco,
Mas porque estando yo libre, Que celos quitan la gana,
Aficionada te veas, Y dieron la vuelta tristes
Donde me enfaden tus glorias, De ver su fe mal lograda;
Y me burle de tus penas.— Pero la dama quedo
Con tan tristes quejas Muza De su afrenta bien vengada,
Dio de los piesá la yegua, Y ninguna mora quiso
Y del falso rio Genil Con ella jamas baraja. ,.
Desamparó las riberas.
.. [Romancero general.) ^ ^ ^ {Romancero genera
96. 97.
AMORES DE MUZA.—xt. AMORES DE MUZA. — XII.
(Anónimo.) (Anónimo.)
De unas cañas que jugaron Hacen señal las trompetas,
En la plaza Vivarambla, El clarín, pífaro y caja.
Muy enojadas salieron El fuerte y valiente Muza
Cuatro damas cortesanas, Suspende la gente y plaza.
Porque sacó el Bencerraje Con el semblante enojoso
Bajamed con arrogancia No hay quien le mire á la cara :
En lengua arábiga escrita Sobre la ceja el bonete,
Remolinada la barba;
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 81
Como parte tan furioso,
Amarilla es la librea, . Parece que van temblando
Albornoz, marlota y manga, Las ondas del manso rio ,
Que viste quien desespera Que reconocen su brazo,
Color.de desesperanza. Desde que con el maestre
Lleva adarga berberisca, De la cruz de Santiago
Pesada y nerviosa lanza, Azotó sus blancas ondas,
¥ una toca atada al brazo, De sol á sol peleando.
Y al cuello una cimitarra. Detuvo el caballo un poco,
Va en un furioso caballo, Del freno, de espuma blanco,
Con unas cervunas manchas, Y detuvo el de su ira,
Que al son de los instrumentos Mas rebelde que el caballo;
El pié y la mano levanta. Y vuelto el rostro á Granada,
Halo puesto Audalla en campo Dijo, sus torres mirando :
Por los amores de Zara, —¡ Granada donde nací,
Que en la presencia del Rey . De adonde me han desterrado ,
Puso el gaje y la palabra. La envidia , que á muchos buenos
Era Muza entre los moros No deja, por muchos malos,
El moro de mayor fama, Que mueran adonde nacen,
Y Audalla entre los galanes Sino por reinos extraños!
El galán dé mayor gala. Esta me fuerza á dejarte
Procuró el Rey concertarlos, Cercada de los cristianos,
Mas como en amor no hay trazas, De adonde espero que pronto
Fué el concierto entre los dos Serán tus hijos esclavos;
Confusión desconcertada ;
Y así con gallarda muestra Y aun agora por tus puertas
Se presenta el moro Audalla, Un Pulgar, soldado bravo ,
Tan galán como discreto Hincó su puñal sangriento
En una yegua alazana. Con un pergamino blanco,
Viste marlota de tela Y mató á un Tarfe tuyo
Blanca, de rosas bordada; Un muchacho Garcilaso.
Rosado es el albornoz, Hoy te posee Almanzor,
Y allí las rosas son blancas : Pero mañana Fernando.
Un derrocado bonete, (Romancero gineral.)
Con cinco plumas rizadas,
Una blanca y dos azules, 99.
Una roja y otra gualda.
Lleva la red de vulcano AMORES DE MUZA.—xiv.
Por divisa en la medalla, (Anónimo.) ' ' .
Y acude la letra, y dice: A la orilla del Genil
«La de amor mas fuerte enlaza.» Escribe una carta Muza,
Partiéronles los jueces Tan á solas, que no hay nadie
El sol, la plaza y las armas, Sino el agua que le escucha.
Dejando solo á fortuna Hizo de una caña verde
Que dé al vencedor la palma; Con el alfanje una pluma,
Y en un tiempo Audalla y Muza Y con agua y flor de malva
La escaramuza trabaran ; Tinta para hacer la suma.
Pero desigualan luego
Con la desigual batalla; Ya de un pedazo de toca,
Que tirando Muza un golpe Por no haber papel, se ayuda,
Audalla pierde la adarga : Tirando con pies y manos
Tocóle de paso el hierro Para quitar las arrugas.
Y en medio en medio del alma, Tanto tiró que rompió
Revolvió Muza con otro, Por medio de una costura,
Y Audalla rindió las armas, Y despidiendo un suspiro
Para no rendir la vida, Dijo : «¿Qué quieres, fortuna?»
Que la guarda para damas. Vueltos los ojos al cielo,
________ (Romancero general.) Pudo contemplar la luna,
Y dijo : «¡ Qué alta que está ,
Y cuan de presto se muda ! '
Y pues las cosas del cielo
AMORES D E MUZA.—XIII. De hacer mudanzas se ocupan,
(Anónimo.) ¡ No es mucho se mude el suelo,
Acompañado, aunque solo, Mas es mudanza corrupta!»
De pensamientos y agravios, Con todo tomó el tocado,
Sale de Granada Muza Y lo que está roto añuda,
Desmentido y desterrado, Escribe , y de agravio tiembla,
Desdeñado de Daraja, Aunque de coraje suda.
De sus amigos dejado, (Romancero general.)
De Bajamed desmentido,
Desterrado de un hermano :
Agravio, deshonra y celos, 400.
l'res fieras suertes de agravios AMORES DE MUZA. — X V .
Para sus tres condiciones, (Anónimo.)
Calan, valiente y hidalgo. Los ojos vuelve á Granada
Por la orilla del Genil
Bate el furioso caballo, Desde la espaciosa vega
wue el acicate morisco El valiente moro Muza
»ana en sangre, y todo e! campo. Lleno de congoja y pena,
Quejoso délos agravios,
32> ROMANCERO GENERAL.
Del Rey su hermano y la Reina, Porque en armas y en amores
Y del moro Bajamed, Ninguno se le igualaba.
Por quien el Rey le destierra. Servia una dama el moro
Solo va, aunque pensativo, Que era la flor de Granada,
Formando entre sí querellas Mas hermosa que Jarifa,
Contra fortuna de amor, Mas que Fátima extremada.
Contra Cupido mil quejas. Quitósela el rey Chiquito,
A todo paso camina, Y con ella se le alza; '
Porque la noche serena Y no contento con esto • -.
Va desencerrando el sol Desterróle de Granada.
Y acrecentando su pena. A ella puso en un castillo,
Perdió de vista á Granada, Que Vivarrambla se llama;
Y cuando no pudo vella, Entregósela á su alcaide
Dice al cielo suspirando : Para que la tenga en guarda.
«¡Ay del ay que al alma llega!» El rey Chico cada dia
A la orilla de Genil Tres veces va á visitalla,
Detuvo un poco la yegua, Y delante del castillo
Y á sus peregrinos ojos Armaba juegos de cañas
¿es ruega que el agua viertan. Para que Zaida los viera,
Allí entretuvo la noche, Que así se llama la dama.
Y entre sí mil veces piensa Mas cuando Zaida lo supo
De olvidar á quien le olvida, Un correo despachaba
Y amar á quien del se acuerda. Para avisar desto á Muza,
De pechos sobre el arzón, Que con el Maestre andaba.
La mano en el pecho puesta, La brevedad del correo,
Vertió sus fuentes el moro, Que Zaida á Muza despacha
Y el rio sus fuentes lleva. Fué tal, que en muy breve espacio
(Romancero genera!.) Le dio al moro la embajada,
El cual con el buen Maestre
101. Se partieron á Granada,
Solos los dos caballeros
AMORES D E M U Z A . — X V I . Con gruesas lanzas y adargas, •
(Anónimo.) Y de una misma librea ,
Marlotas de dos colores Como para jugar cañas.
De verde claro y morado, Mas debajo dellas traen
Bordadas de fino aljófar, Muy fuertes y ricas armas.
Sembradas de muchas manos Por un camino secreto
Asidas unas de otras, Entraron dentro en Granada:
Firme amistad señalando; A tal tiempo y coyuntura
Bonetes á la turquesca Llegan los dos á la plaza,
Encima de fuertes cascos Que la flor de caballeros
Debajo de las marlotas De la corte de Granada
De mallados fuertes jacos, Entran por ella corriendo,
Que aunque van á lo galán Haciendo grande algazara,
Iban á un honroso caso, Diciendo en algarabía :
En dos caballos overos «Fuera, fuera, aparta, aparta.»
Con furia el suelo pisando, Zaida en un rico sillón
Y con dos dorados frenos Allí lasfiestasmiraba.
Blandamente gobernados : Muza luego que la vido
Las lanzas llevan tendidas, Y el Maestre que allí estaba,
Los brazos arremangados, Arremeten con gran furia,
Adargas en los arzones, Y á pesar de la compaña
Y por divisa dos manos, La sacaron del sillón,
Asidas una de otra, Y el Maestre la llevaba.
La de un moro y un cristiano, Muza luego con gran furia
Con una letra que dice : * Hace lugar por do pasan,
« Hasta la muerte te guardo.» Y á pesar de todos ellos
Se sale el fuerte Maestre La sacaron de Granada,
Y Muza el enamorado, Tornando su regocijo
Que el amor de Sarracina En llanto toda Granada.
Los lleva así disfrazados : (Códice delsiglo xvn.)
Al uno llevan amores,
Otro de amistad los lazos, 103.
Y así entraron en Granada
Para sufindeseado. AMORES DE MUZA.—XVIII.
(Romancero general. — It. Flor de vario» y nuevos (Anónimo.)
Romances, 3.a parte.)
Cuando las veloces yeguas,
Al son de trompas y cajas,
102. Parece que desempiedran
AMORES DE M U Z A . — XVII. La plaza de Vivarambla,
(Anónimo.) Todo es marlotas, bonetes,
Cuando salió desterrado Capel lares, tocas, bandas,
De la ciudad de Granada Argentados borceguíes,
El fuerte y valiente Muza, Plumas, volantes y galas :
Por el Rey que en ella estaba. Estasfiestasse hacían
A la hermosa Daraja,
Desterráronle traidores Y el Rey está mas contento
Envidiosos de su fama, Que cuando ganó á Granada.
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 55

Sola Sarracina, sola Las nubes eran de plata


Está temiendo y turbada, Con espantosas cometas.
Hasta que el valiente Muza Por encima del tocado'
Cumpla su palabra dada. Una media luna lleva,
No tarda el gallardo moro , Por ser cosa mas movible,
Que antes que la noche clara
Se manifieste á los hombres, Que ciñe el cielo y esfera,
y Apolo esconda su cara, Y motejar á Daraja
Viene á interrumpir las fiestas Ser movible en lo que muestra,
y á publicar su venganza, ¡No por Bernardo el galán,
Y en lugar de galas viste Mas de Muza por quien entra
Ante duro y dura malla. A correr cañas y toros
Y solemnizar la fiesta.
Bien acompañado va, (Romancero general.)
Pues sabe el mundo que basta * Este romance puede enlazarse con otro de Bernardo del
Para conquistar mil reinos Carpió, en que se supone que fué á Granada y contrajo
Sola una cruz colorada. amistad con otro Muza , sin duda diferente del hermano del
El traje morisco lleva Chico, que es el héroe de estos romances.
El Maestre que en España
Dio tanto ser y valor
A la gente castellana. ROMANCES DE REDUAN.
Llegan de presto al balcón,
Donde Sarracina aguarda, IOS.
Tan turbada y temerosa
Como la ciudad lo estaba; R E D UAN.—I.
Y sin aguardar un punto (Anónimo*.)
Se arrojó por la ventana :
Muza la recoge y pone Con dos mil ginetes moros
De su caballo á las ancas. Reduan corre la tierra,
Viéronse en terrible aprieto, Todos los ganados roba,
Porque los moros se arman, Y amenaza las fronteras :
y salen á defendelles De los muros de Jaén
Que de la ciudad no salgan : Reconoce las almenas,
Pero luego que conocen Y entre Ubeda y Andújar
Al bravo de Calatrava, Pasa como una saeta.
Y que es el valiente Muza «Y las campanas de Baza
Quien le sigue y acompaña, «Alarma tocan apriesa.»
Dejan la plaza y las calles, Con tanto silencio pasan,
Y vanse luego a la Alhambra, Que parece que concuerdan,
Y ellos su vuelven contentos Con lo mudo de las trompas,
Adonde su gente aguarda. Los relinchos de las yeguas ;
{Romancero genera!.) Pero alfinlas atalayas,
Que estaban á trechos puestas,
Con las hachas encendidas
104. Unos á otros se hacen señas,
AMORES DE M U Z A . — XIX. «Y las campanas... etc.»
(Anónimo *.) Favoréceles la noche
Con sus confusas tinieblas,
De aljófar grande y cuajado Pero son tantos los fuegos
Sobre tela de oro y seda, Que por todas partes dejan
Entre rubíes y esmeraldas En las malogradas mieses
Hechas ahorradas tarjetas, Y en las humildes chozuelas,
Que unas llevan camafeos, Que sirven de luminarias
Otras muy preciosas piedras, De tan lastimosas fiestas. .
Otras llevan escorpiones «Y las campanas... etc.»
De á seis y siete cabezas; Al no pensado rebato
Los campos de la labor Se levantan y se aprestan
Que los revoltones cierran, Caballeros con sus lanzas,
Son pequeños corazones Peones con sus ballestas.
Cada uno con tres saetas; Los hidalgos de Jaén,
Los frisos de cada parte De Andújar la gente buena,
Dos enlazadas cadenas,
Hechas de oro de martillo, Y de Ubeda los nobles,
Que toda la laborean; Todos hacen de sí muestra.
De unos dorados cabellos «Y las campanas... etc.»
Que las tinieblas destierran, Abre el sol las del oriente,
Hechas de varias labores Y los cristianos sus puertas :
Unas muy curiosas trenzas : Vienen á juntarse todos
r

Cabellos, labor y lazos Poco mas de media legua,


Esmaltan catorce letras, . Y puestos en son confuso
Que dan bien claro á entender, El eco y aire resuenan
Que dicen : «La dura ausencia». Armas, pifaros y cajas,
Sobre una marlota azul Relinchos, voces, trompetas;
Todo esto Bernardo lleva, «Y las campanas de Baza
Y el campo de la marlota »A1 arma tocan apriesa ».
Lleno de nubes y estrellas, (Romancero general. — It. Flor de varios y nuevos
Que alrededor de un topacio Romances, 1.a parte.)
Engastado en oro y perlas, i También este romance pudo colocarse entre los moriscos
Ocho puntas de diamantes fronterizos pertenecientes 4 asuntos históricos de la época de
Lleva cada una de ellas: 'o» Reyes Católicos. _ _ _ _ _
34 ROMANCERO GENERAL.
Y tu adarga sea de vidrio,
106. Y el brazo de blanda cera ;
REDUAN. — II. Y entre las fieras cañas
Te arrojen lanzas secretas
(Anónimo.) Que el corazón te atraviesen,
Pues que te vas, Reduan, Porque como matas mueras. .
A las fiestas de Pisuerga, (Romancero gencral,\
Mas por lo que tú te sabes,
Que por hallarte en las fiestas; 107.
Si acaso jugares cañas,
Para que saques por letra, REDUAN. — III.
Tres sinrazones te escribo, (Anónimo.)
Si hay quien escribirlas pueda.
Hoy te vas, ayer viniste, «¡ Diamante falso y fingido,
Como si venido hubieras Engastado en pedernal!
A engañarme solamente, ¡ Alma fiera en duro pecho,
Pues me engañas y me dejas. Que ninguna fiera es mas!
Dices que vas á jugar, ¡ Lijero como los vientos,
Yo creo que siempre juegas; Mudable como la mar!
Lo que ganas, tú lo sabes, ¡ Inquieto como el fuego
Lo que pierdes, es sin cuenta. Hasta hallar su natural!
Granjeas el ofender, ¡Si las lágrimas que vierto
Que el engañarme es ofensa : Fueran lenguas para hablar,
Si se pierde en consentirla, lujurias me faltarían
Se pierde mas en hacerla. Para culpar tu maldad!
Engáñasme con decir ¡ Qué injurias podré decirte!
Que á las fiestas vas por fuerza: Mas no te quiero injuriar;
; Si algo supieras de amor,. Porque al fin quien dice injurias
Yo sé que por fuerza fueras! Cerca está de perdonar.
Dos moras allí te aguardan, A todas dices que son
Que cada cual de ellas piensa Las que contento te dan,
Que sola te da cuidado, Para tu gusto mentira,
Y que solo vasa velia. Y que yo soy tu verdad;
Yo vine solo á saber, Y con esto piensan todos
Para que por todas sienta, Que debo á tu voluntad
Que me desengañes presto, . Cuantos caminos emprendes
Y que te debo mas que ellas. Para que te deba mas.
No puedes satisfacerme, ¡ Si como yo conociesen
Aunque poderoso en rentas, Tu condición natural,
Que un alma de firme fe A otro blanco mirarían,
Mas que el mundo vale y pesa : Adonde tus flechas van'!
Solo pudieras pagarme Yo s é , traidor, que estas quejas
Con dejarme en recompensa Muy poca pena te dan,
La tuya, que está en mil parles Porque al fin quien dice injurias
Hecha piezas, y en tí entera. Cerca está de perdonar.
' He venido solo á ser, Cansado estoy, enemigo,
A donde de nuevo pruebas De sufrir y de llorar
El hacer nuevos engaños Causa ajena y propios daños,
Para sinrazones nuevas. Tu placer y mi pesar.
Vengúeme el cielo de tí, Mis enemigos acoges,
Que si el cielo no me venga, Porque al fin conoces ya
Tienes mil almas hurtadas, Que cuando no puedan obras,
Y no bastará la tierra. Palabras me matarán.
Plegué á Alá que en el camino Sospechas dudosas fueron
Nunca su sol te amanezca, Causa de todo mi mal;
Y que la luna se esconda Y celos averiguados
Para que el camino pierdas: Convaleciéndome van.
Que tropiece tu caballo, Al cielo quiero dar voces;
Y tus espuelas se pierdan, Pero mejor es callar,
Que el caballo mas brioso Porque al fin quien dice injurias
No caminará sin ellas; Cerca está de perdonar.!)
Y que si no se perdieren, Así Fátima se queja
Cuando le piques, no sienta, Al valiente Reduan,
Y que los pasos que diere, En el jardín del Alhambra
Todos hacia atrás se vuelvan. Al pié de un verde arrayan.
Si te defiende la noche, El moro que está sin culpa,
Que ¡a noche es tu defensa, Aunque no sin pena está,
Por ser gran madre de engaños, Asióle la bknca mano,
Y abrir á los tuyos puertas; Y así la comienza á hablar :
Cuando á la vista llegares —Cesad, hermosas estrellas,
De aquellas dos moras bellas, Que no es bien que lloréis mas,
Conózcante el alma falsa, Que si á mí me llamáis piedra,
Y búrlense y no te crean. En piedras hacéis señal;
Menosprecíenle por otro Y no penséis que me agravio
Que de casta infame sea, De injurias que me digáis,
Que si te dejan por otro, Porque al fin quien dice injurias
No dirán que te desprecian : Cerca está de perdonar.
Y si en lasfiestasentrares,
Se vuelvan las burlas veras, (Romancero general
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 8b
Que de seguille estáagena
108. Porque su temeridad
REDUAN. — IV. Toda juma la condena.
(Anónimo *.) Estando cerca del muro,
De lejos mira á Jaén , Creyendo de la melena
Con vista alegre y turbada, Tener presa la fortuna,
El valiente Reduan Que al ñn cumple lo que ordena
Que prometió de ganalla. Salió una furiosa jara
Con los ojos la pasea, Por entre almena y almena,
Y en todas partes la halla Que dio muerte á Reduan,
Cercada de muros fuertes Y á Jaén sacó de pena :
Que enflaquecen su esperanza. Y mientras del cuerpo el alma
Mira la encumbrada roca, Se aparta y desencadena,
. De altas torres coronada, Dijo con voz lamentable,
Cuya altura le parece Tendido en la seca arena :
Que á las estrellas llegaba. «Gloria fuera, Lindaraja,
Los ojos puestos en ella, Morir, mas no entre cristianos ¿
Grave congoja en el alma, Sino en parte dó tus manos
Dando un gran suspiro el moro, Me hicieran la mortaja :
A la bella ciudad habla : Que cosa es muy conocida ,
— ¡ Ay Jaén, cuánto me cuesta Que si de esta suerte fuera,
No haberte tenido en nada, Aunque mil veces muriera,,
Y ser mas largo de lengua Mil veces me dieras vida. .
Que de ventura y de lanza, Yo no llevo en esta muerte,
Pues di con loca osadía Lindaraja, algún pesar,
A mi rey la fe y palabra Por á Jaén no ganar,
De acabar en una noche Skio por solo perderte :
Lo que en un siglo no basta! Y aun temo, que el que en rehenes
Hallo ahora mi persona Te tiene, habrá de gozarte,
A lo imposible obligada, Y estimará mas ganarte,
Pues es mas cierto el perderme, Que ganar dos mil Jaénes.
Que darte á mi rey ganada : Mas si Mahoma algún bien
De dó vengo á conocer Me tiene de hacer, le ruego,
Ser verdad averiguada, Que esté mas fuerte á su ruego ,•
Quien presto se determina, Que para mí fué Jaén;
Arrepentirse á la larga; Y pues la muerte me ataja,
Y de arrepentirme tarde Cúmplanse ya mis deseos,
Será mi muerte temprana, Y en los campos Elíseos,
Pues he de entrar en Jaén, Te aguardo, mi Lindaraja.»
O he de salir de Granada; (Romancero general.)
Y es lo que mas me lastima, Se halla en el mismo caso que indica la nota del anterior.
. • Que prometí á Lindaraja
fie no volver á sus ojos !
Sin ser la empresa ganada.— ROMANCES DE BOABD1L Y DE ZARA SU ESPOSA .
Y volviéndose á sus moros,
Consejo les demandaba; 110.
Cinco mil eran de guerra,
Todos de lanza y adarga. B0ABDU, Y ZARA. — I .
Dicen que es la tierra fuerte, (Anónimo.)
De muro y torre "cercada, La libre Zara, que tiempo
Y muy fuertes caballeros No les dio para quejarse
Los que dentro de ella estaban; A mil lastimados pechos,
Y que en pérdida tan cierta, Ya esparce quejas al aire.
O en tan dudosa ganancia, La que tuvo un rey por suyo,,
La mas segura fortuna Tan discreto como afable,
Es no llegar á tentalla. Sino amara por ser rey
(Romancero general.) Mudanzas y novedades,
P U 0 ,0C rse e n re s Fl,
Sentida de ellas, acusa
.* *„ n ,»°HÍ i Í í. i?- °nt«rtzos,
la época de los Reyes Católicos. correspondientes á La causa de donde nacen,
De su punto menosprecio,
Y del mismo infamia grande;
109. Que un rey, ejemplo de todos,
REDUAN.—V.
En su condición mudable,
l El fin que de sí promete
(Anónimo .) Es dar principio á desastres.
Resuelto ya Reduan —Quísete, dice, enemigo,
De hacer su palabra buena, Porque amando me obligaste,
Arremete hacia Jaén Si puede reinar amor
Una mañana serena, En pechos tan desiguales.
Al son de una clara trompa Los que vieron que pasabas
Que por el aire resuena, A menudo por mi calle,
ton ruido semejante Como no te acuerdas de ella
Al cielo cuando atruena, Han dado en maravillarse.
Sobre un lijero caballo Sospechan que te sucede
Que blandamente se enfrena Lo que á los falsos amantes, J
Juntando el cuento y la punta
»e una lanza como entena, Que es el cumplir sus deseos í
om aguardar i su gente De los amores remate :
Que pensar que es porque importa
ROMANCERO GENERAL.
Que los reyes se recaten, Cómo están sacrificadas.
Tras tan largas apariencias, Las memorias de mis gustos
Llegó el recato muy tarde; Con muy evidentes causas, ,
Y cómo convierto en humo •
Pero de que el poco tuyo Las reliquias de mis gracias,
Eches de ver, no te espantes, Pues las quemó casi el fuego
¡ Que el ser tan poco, me cuesta, De un rey con falsas palabras.
No lo digo porque entiendas
Lo que no podrás pagarme, Que en mi nobleza hizo mancha;
Pues diste causa á las lenguas Que un rey, ni todos los reyes,
Para mancharla no bastan;
De hartos moros principales, Que aunque él para mí sea rey","
Porque tú no se las cortas, Seré yo para él infanta,
De ofenderte y agraviarme l Que baste á hacer fementido
A quien quisiere mancharla :
¡ Mas bien te conocen todos, Ni menos porque colijas
Y que corta mas se sabe Que me quema en las entrañas
La agudeza de la tuya Este fuego de los celos,
Que losfilosdel alfanje ! Que tantos pechos abrasa;
Señales dé que te precias Sino solo porque adviertas, .
De galán entre galanes, Si has dado palabra á damas,
Mas que de rey que castiga Que no importa, que la guardes,
Liviandades semejantes : Pues los reyes no la guardan;
Y enfin,como te conoces Aunque en noble cortesía
Cargado de culpas graves, A cualquiera es de importancia
Dejaste de verme al punto Que la palabra se cumpla
Que de serfirmedejaste. A quien se diere, aunque falsa
Mas quien ha tenido lengua Principalmente á mujeres,
Para no decir verdades, Pues tan fácilmente cambian
¡Cómo es posible que tenga Lo que se cumple con ellas,
Ojos para visitarme? Cuanto mas lo que les falta.
No siento el dejar de verte No digo que no le quise
Por el gusto de mirarte, Por mil razones fundadas, ^ -
Que no mueve gentileza Que fuera de ser el Rey
Que cubre tantos azares. Las muestra muy á la clara.'
Eres cual campo florido Es muy galán y discreto,
Donde suelen albergarse Compuesto en su trato y habla,
Mil serpientes ponzoñosas, Es grave donde conviene,
Homicidas de ignorantes; Y muy afable entre damas :
Pero á la reputación Y si por esto le quise,
Que corrompen obras tales, Por esto mismo me agravia
Importaba que acudiera Su mudanza á que le olvide,
El pecho de donde nacen; Y le aborrezco en el alma;
Que á no ser de que me veas Y si la mora á quien sirve
El fruto tan importante, Es de un general hermana,
Mas me alegrara la nueva Yo lo soy de quien gobierna
Que tengo, de que te apartes. A su Granada y mi patria.
Anda la corte revuelta , Bien sabes que mis parientes,
Revueltas las voluntades, Por respeto mió, se holgaban
Que de su amistad estrecha De acreditar su nobleza,
No es posible que se aparten, Y guardarle las espaldas;
Si te dejaren los tuyos, Y lo que en este suceso
No hay de qué maravillarte, Me maravilla y espanta,
Que al rey que no guarda fe Es, que no advierte en razón
Bien es que le desamparen. Obra que importa á su fama;
(Romancero general.)Que aunque es rey, es solo uno,
111. Y los hijos de Granada
B0ABD1L Y ZAItA. — II.
Son mas, y sin ser mis deudos,
1

(Anónimo.) Ver que sin ellos no es nada .—


En la reja de la torre, La ataja Dalife luego,
Por donde la bella Zara Diciendo : —Zara, ya basta,
Dio un tiempo favor á un rey, Que diré que no son quejas,
Labrando estaba una banda. Sino celos que te dañan;
Cuatro labores á trechos Que la culpa no fué tuya,
En la rica labor gasta, Ni de mudable te cuadra
Alternando plata y oro , El nombre, aunque todo el mundo
Entre seda azul y nácar : Por fe y Alcorán se guarda ;
No para empresa de moro, Mas no te podré negar
Que jamas quiso alabarla, Que es justo estés enojada,
Sino una que le dio Pues la mora á quien visita,
EllaalRey,yelReyáZaida, Los pasos de amor le ataja
Que bastara solo aquello Como tú los atajaste
A dar puerta á mil mudanzas, Por el voto de ser casta,
Sin la que ella ha visto de él, Que tenéis hecho á Mahoma
Tan mal puesta ante su cara : • En su mezquita sagrada,
Y así no pone los ojos A cuya causa vivís
En las labores que labra, En vuestras torres cerradas,
Porque da cuenta á Dalife ,
Secretario de sus ansias Cada una de por sí,
—Bien sabes, Dalife, dice, Con mucha clausura y guarda;
ROMANCES MORISCOS NOVELEÜGOS. Vt
Receloso de enojalla.—
Oue por eso supo el vulgo Responde sin detenerse
Tan claro, que el Rey te amaba, Zaida, perdida y turbada,
Pues en tu torre á menudo Y á veces con el color
Con veras te visitaba , Que tiene la fina grana :
Y por no poder salir —Si acaso no se supiera
A ver los toros ó cañas, Quién soy por toda Granada,
Te enviaba por servirte, Dañáranme tus locuras,
Músicas, tragedias, zambras. Mujer inconsiderada.
Déjale, Zara, si quieres, Jamas, Reina, me has creído
Que es procurar poner tasa Antes escudriñas causas,
A los hombres en sus gustos, Mas para mi mal durables,
y á las corrientes del agua; Que lo son para tus ansias.
Que si sabe una mujer
Que un hombre firme la ama, Doite bastantes razones,
Confiada en la firmeza, Y tan bastantes, que basta
Por momentos idolatra. Creer que no son creídas,
Aun les parece que es poco, Aunque las ponga en la plaza :
Que á mas llega su arrogancia, Y en ellas te digo, Reina,
Que lo que es poco aniquilan, Que no fueras coronada,
Y lo que es mucho amenazan. Que no me es mas ver al Rey
Dime, Zara, las colores De que á tí celosa airada.
Que son tuyas y te agradan; Si piensas que tu corona
Dejemos estas razones, Codicio, estás engañada; .
Pues lo mejor es dejarlas.— Déjame ya sí te place,
Quiso responder la mora; O saldréme de Granada.—
Mas entró entonces un'aya Pero el Rey que no dormía,
A decirle, que entre luego Antes bien las escuchaba,
A la cuadra, que le aguardan. Sale diciendo que callen,
Partióse luego Dalife, Con voces muy alteradas.
Quedando ella algo turbada : La Reina que lo conoce,
Tomó el aya la labor Encubrió el estar turbada,
Y entróse luego á la cuadra. Y con un aplauso afable
(Romancero general.) Le recibe, y así habla:
—Nunca suelen los galanes
Entrar donde están las damas
* Este verso no se sabe lo que quiere decir. Sin que primero licencia
Por ellas le sea otorgada. —
412. E l Rey le replicó luego :
BOABDIL Y Z A B A . — I I I . —A mí nunca me es vedada,
(Anónimo.) Ni ha de ser donde estáis vos
La mañana de San Juan Y donde están vuestras damas.—
Salen á coger guirnaldas, —Los reyes todo lo pueden,
Zara, mujer del rey Chico, Respondió la Reina airada,
Con sus mas queridas damas, Y también sé yo que tienen
Que son Fátima y Jarifa, Algunos dobles palabras.—
Celinda, Adalifa y Zaida, El Rey gustó de callar
De fino cendal cubiertas, Porque la vido enojada,
Ño con marlotas bordadas : Y metiendo otras razones
Sus almaizales bordados, Se fueron para el Alhambra.
Con muchas perlas sembradas, (Romancero general.)
Descalzos los albos pies, t Célebre, alegre, libre y placentera fué siempre entre los
Blancos, mas que nieve blanca. moros y cristianos españoles la velada de San Juan Bautista.
Llevan sueltos los cabellos, Inoculadas las costumbres de ambos pueblos, los moros fue-
No como suelen tocadas, ron mas galantes, y los españoles mas celosos que lo eran
Y mas al desden la Reina , antes de mezclarse y de tratarse. En las noches de velada de
Por celosa y desdeñada; alguno de aquellos santos que disfrutaban esta preeminen-
La cual llena de dolor cia, pero en particular en la de que tratamos, por ser común
á amigos y enemigos, rompíanse los cerrojos, caíanse los
No dice al Rey lo que pasa, candados, descorríanse las celosías, abríanse las puertas y
Ni quiere que en la ocasión ventanas, descuidábanse los celosos, y todos confundidos en
Su pena sea declarada. las praderas y en sitios campestres gozaban de libertad. La
Estando de varias flores doncella, la casada, la viuda, podian al aire libre, si las te-
Las moras ya coronadas, nían, gozar de sus intrigas amorosas con menos recato al me-
Con lágrimas y suspiros nos que en otras circunstancias. Y no se crea que estas lies-
tas eran unas saturnales : casi siempre el amor, legítimo d no,
A todas la Reina habla : se expresaba ó manifestaba por medios delicados, pues aun
—Quise, Fátima, juntaros , cuando los Argos celosos estaban adormecidos, el escándalo,
Porque sois amigas caras, la falta de recato ó de prudencia, los dispertaba armados
Para quejarme á las tres de puñales, de dogales ó de venenos. No solo las historias,
De cómo me trata Zaida , las novelas, los romances, las canciones populares, y las
comedias españolas se esmeran en pintar la alegría, las ga-
Cuya hermosura pluguiera lanterías de estasfiestasgenerales, sino que también retratan
A Alá que no la criara , con viveza muchas de las trágicas escenas á que el menor
Pues en ella está mi daño descuido daba lugar, entre hombres cuyo ídolo era el pundo-
Presente de cara á cara. nor, y que jamas perdonaban un hecho que aun levemente
Sabréis como el Rey la quiere pudiera mancharle. Aunque la velada de San Juan lia perdido
Mas que á la vida y el alma, en las poblaciones grandes gran parte do su interés, aun con-
serva mucho en las aldeas y pueblos campestres. Todavía se
De do resulta mi daño, ven en ellos vestigios de lo que fué. Los jóvenes labriegos v
Pues veis con él soy casada; pastores corren las calles y las praderas cantando ceplas v
El cual no creo que sabe dando música a sus novias; todavía enraman las ventanas de
Que sé de esto lo que pasa sus queridas con flores y ramas de frutales ; todavía las mu-
Antes entiendo lo sufre Machas acechan en las rejas la primera palabra que oyen-
ROMANCERO GENERAL.
K8
para adivinar por ella si está lejano d próximo el día de tener los moros, y su conquista, se han colocado entre los de su
un novio, ó si el que tienen les será fiel y llegará 4 ser su es- clase.
noso : todavía eclian la clara de un huevo- en un vaso de agua 2 En los varios romances de diversos autores aqui insertos
cristalina para obtener á la media noche la figura de un nayío unos llaman á esta mora Jarifa, y otros Narcisa; para unifor-
aue iuzfran ha de formarse milagrosamente bajo la protección marlos hemos adoptado el nombre de Vindaraja, que se le di
d»l Santo Y no se crea que esta fiesta encantadora se celebro en este.
solamente en bellos versos por los antiguos poetas; entre los
modernos ha servido, v sirve aun de asunto e inspiración lle-
na de un dulce sabor inexplicable. Melendez , Iglesias y otros 114.
muchos poetas, la celebran en sus versos, acaso no los me- f BOABDIL Y VINDARAJA.— II.
nos blandos, suaves y apacibles que compusieron, como puede
verse en sus obras. (Anónimo.)
En Granada está el Rey moro,
ROMANCES NOVELESCOS SOBRE LA PERDIDA Que no osa salir della :
DE ANTEQUERA Y LOS AMORES DE BOABDIL De las torres del Alhambra
Y VINDARAJA'. Mirando estaba la vega;
Miraba los sus moriscos
113. Cómo corrían la tierra:
BOABDIL Y VINDAIUJA*. — I. El semblante tiene triste;
(De Lúeas Rodríguez.) Pensando está en Antequera;
Con los francos Bencerrajes De los sus ojos llorando
El rey Chico de Granada Estas palabras dijera :
Estando en Generalife — ¡ Antequera, villa mia,
Una muy fresca mañana, Oh quién nunca te perdiera!
Gozando del fresco viento, Ganóte él rey Don Fernando,
Y viendo correr el agua, De quien cobrar no se espera!
Mirando está los frutales, ¡ Si le pluguiese al buen Rey
Sus verdes hojas y plantas, Hacer conmigo una trueca,
Oyendo á los ruiseñores Que le diese yo á Granada
Su música concertada, Y me volviese á Antequera!
Viendo á los moros y moras No lo he yo por la villa,
Tañer y bailar la zambra. Que Granada mejor era;
Los moros enamorados Sino por una morica
A sus moras dan guirnaldas; Que estaba de dentro della,
Y cuando aquestos placeres Que en los dias de mi vida
A todos mas gusto daban, Yo no vi cosa mas bella.
Por una verde espesura Blanca es y colorada,
De arboledas bien plantada, Hermosa como una estrella ;
Vido un moro de á caballo Sus cabellos son mas que oro,
Haciendo grande algazara, Que el oro dellos naciera;
Con vestido turquesado Las cejas arcos de amor,
Y almalafa plateada : De condición placentera;
El alfanje trae desnudo, Dos saetas son sus ojos
La barba toda mesada, Que en mi corazón pusiera:
Con el tocado deshecho Sus manos Deyfebo * son ;
Y sin lanza y sin adarga. No fué mas graciosa Elena.
Suspirando viene el moro ¡Ay morica! que mi alma
Que se le arrancaba el alma : Presa tienes en cadena! —
Heridas trae de muerte,
Y la cara ensangrentada : (TIMONEDA, Rosa de amores.— It. Woif, Rosa de
Y llegado junto al Rey Romances.)
Del caballo se arrojaba. i De Febo querría decir, ó de Deyfebo.
Hincádose ha de rodillas
Sin poder hablar palabra;
Sacó una carta del seno 115.
Con once sellos sellada, BOABDIL Y VINDARAJA.—III.
Y besándola tres veces
En su mano al Rey la daba. (De Juan de Timoneda.)
El Rey la estaba leyendo, Suspira por Antequera
Y antes que fuese acabada, El Rey moro de Granada :
Llora, lamenta y sospira, No suspira por la villa,
Y al fin della se desmaya; Que otra mejor le quedaba,
Y vuelto del parasismo Sino por una morica
Desta manera hablaba : Que dentro en la villa estaba;
— No lo he por Antequera, Blanca, rubia á maravilla,
Aunque haya sido ganada; Sobre todas agraciada:
Pésame que me han robado Deziseis años tenia
Divinas joyas del alma. En los dezisiete entraba;
¡ Vindaraja, amiga mia ! Crióla el Rey de pequeña,
¡ Oh mi linda Vindaraja! Mas que á sus ojos la amaba,
Si estás muerta, si estás viva, Y en verla en poder ajeno
O si estás aprisionada, Sin poder ser remediada,
O si estás entre cristianos, Suspiros da sin consuelo,
No te me vuelvas cristiana, Que el alma se le arrancaba.
Que este captivo que tienes Con lágrimas de sus ojos
1rocará por tí el Alhambra. — Estas palabras hablaba :
Y estas palabras diciendo 1
—¡Vindaraja de mi vida!
Mandó el Rey tocar alarma. i Ay Vindaraja del alma!
(RODRIGUE!, Romancero historiado.) Envióte mis cartas yo
t Los romances históricos déla pérdida de Antequera por Con el alcaide de Alhambra •
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 89
Con palabras amorosas Que hay muchas moras ahí
Salidas de mis entrañas, Por quien me trueques á mí,
Con mi corazón herido Si no me tienes trocada.
De una saeta dorada. Y sí lo debo de estar,
La respuesta que le diste: Pues tanto tiempo has tardado
Que escribir poco importaba. De enviar á rescatar
Daría por tu rescate La que ha sus ojos tornado
Almería la nombrada. Fuentes , por tí, de llorar:
; Para qué quiero yo bienes Tanto no me descuidara
Pues mi alma presa estaba ? Si te viera yo á tí preso,
Y cuando esto no bastare Que si hacienda me faltara
Yo me saldré de Granada; Para librarte, confieso
Yo me iré para Antequera Que con sangre te comprara.
Donde estás presa, alindada Si soy de tí tan amada
Y serviré de captivo Como fui, Rey y señor,
Solo por mirar tu cara *. Sea luego rescatada,
(TIMONEDA, Rosa de amores. — It. WOLF, Rosa de Que ya sabes que el amor
Romances.) No sufre descuido en nada.
Y sospechar me haría
t En el romance dice : Narcisa. . Si mas que el pasado hubiese,
s Se halla también este romance con variantes, y no tan Que tu fe no es cual solia,
completo , en un pliego suelto intitulado Historia del moro Y el punto en que lo creyese
Abindarraez, etc. El de mi muerte sería.
No consideres mi muerte
116. Porque te haría olvidarme,
B0A3DIL Y VINDARAJA. —IV.
Sino que supe quererte,
Y te preciaste de amarme,
(De Pedro de Padilla.) Como yo de obedecerte.
En la villa de Antequera Y sea esto tanta parte,
Cautiva está Vindaraja *. Que de esta prisión tan brava
La mora que mas quería Salga yo libre á gozarte,
El rey Chico de Granada. Pues librarás una esclava
Siente tanto verse presa, Que ha sido reina en amarte.
Que nada la consolaba, Que aunque trabajosa y fuerte
Porque el cuerpo en Antequera Es de sufrir mi prisión,
Tiene, y en Granada el alma; Todo mi mal es no verte,
Que si el moro la quería, Y esta sola es la pasión
Ella mas que á sí le amaba. Que podrá darme la muerte.
Cien mil años le parece Y no es bien que los enojos
Cada momento que tarda Del vivir me desposean
El rescate que se habia Sin que primero estos ojos
De dar, para libertalla; En tu presencia se vean
Porque de aquello imagina Gozando alegres despojos.
Que la tienen olvidada, Mira que tarde y mañana
Que de cualquier niñería Estos que conmigo están
Lo sospechad que bien ama. Creyendo que soy liviana
Por certificarse de esto Cuanto quisiere me dan
Al Rey escribe una carta Porque me vuelva cristiana;
Dándole en ella á entender
Lo que en la prisión pasaba, Y yo llorando les digo
Que jamás no dejare
Y con un moro la envía, Esta ley que tengo y sigo,
Que era alcaide del Alhambra Y mucho menos la fe,
Y de paz vino á Antequera Que tuve y tendré contigo.
Solo a saber como estaba. Prosigue la historia.
El Rey la carta recibe, Esta carta de su dama
Y antes de abrilla temblaba, Habiendo el moro leido,
Y cuando la tuvo abierta Arrimado á una ventana
A leerla comenzaba: Quedó fuera de sentido,
Víó que Vindaraja en ella
De esta suerte se quejaba. Y después que volvió en sí
Tinta y papel ha pedido,
Carta de, Vindaraja. Porque Vindaraja entienda
La cautiva desdichada, Que no la ha puesto en olvido,
Libre un tiempo, y venturosa Sino que aumentaba ausencia
En ser de tí tan amada, La fe que le habia tenido.
Te escribe muy temerosa ,- Cuando dio lugar la pena
De que estará ya olvidada : Al corazón afligido
Aunque no puedo creer Para mostrar el dolor
Que esté apagada esa llama \ Que de su mal ha sentido,
Mas no deja mi querer En respuesta de su carta
De recelar y temer, Esto el moro ha respondido.
Que es ordinario en quien ama. Carta del Rey.
Para la desconfianza, Grande agravio se le ha hecho,
Amando, no hay resistencia, Hermosa mora, á mi fe ,2

Ni segura confianza, En imaginar que esté


Que al fin, olvido y mudanza Aun de vivir satisfecho,
Son condiciones de ausencia, Sin lo que en verle gocé.
Y yo no puedo de tí Oféndesme con temer
Estar muy asegurada, Mudanza de mí, ni olvido;
60 ROMANCERO GENERAL.
Que donde amor ha cabido Que fué Rey cuando te quiso,
No puede olvido caber, Que estará sin alegría,
Si no fué el amor fingido. Hasta que su paraíso
y con el que yo te quiero Goce en tí como solía.
La misma imaginación Y pues que sabes que muero
No llega á su perfección, De la manera que mueres
Y así acabará primero Espera como yo espero,
Mi vida que mi afición. Que de lo bien que te quiero
Y esta no me da licencia Conozco lo queme quieres. '
Para olvidarme de tí, Y sé que no ha de ser parte
Y siendo, señora, ansí, La mucha importunidad
Son condiciones de ausencia Para poder olvidarte
Amor y firmeza en mí. Del que nunca voluntad
Y cuando aquesto no fuera, Tuvo, sino de adorarte.
En mil mundos no hallara (PADILLA, Tesoro de vanas poesías.)
Otra por quien te trocara, * Jarifa cautiva estaba, dice el verso , pero se ha puesto en
Aunque aposta la hiciera todo el romance el nombre de Vindaraja para uniformarle con
El cielo, y su resto echara. el anterior, y que no se confunda esta mora con la Jarifa de
Que á los que te pueden ver Abindarraez.
Es bien fácil de juzgar, * Dice el romance : Dulce Jarifa á mi fe.
Que el cielo, con su poder,
Ni tiene mas que hacer, 117. .
Ni yo mas que desear.
Estoy muriendo sin verte, BOABDIL T VINDARAJA.—V.
Porque de tu vista vivo, (Anónimo.)
Y la vida que recibo En la villa de Antequera,
Es la que me da el quererte,
Que alivia el dolor esquivo. Cautiva está Vindaraja *
Y en solo este pensamiento La mora que mas quería
Se entretiene el alma mia, El rey Chico de Granada.
Y es el entretenimiento Siente tanto el verse presa,
De suerte, que si un momento ( Que no la agradaba nada,
Me faltase, moriría. " No por el poco valor
Y si el Rey te me quisiese, Que en el buen cristiano halla,
Dulce amiga, rescatar, Sino por temor y miedo,
No me podría demandar Que la han de llevar á Baza,
Tanto como yo le diese, Y que si á Baza la llevan
Por no dejarte penar. La nan de hacer tornar cristiana.
Descuido ahora en mí no le ha habido, Tomando tinta y papel
Ni el amor querrá otorgarme Al Rey escribe una carta :
Licencia de descuidarme, No le escribe como á rey
Que á mí mismo me he ofrecido Sino como enamorada.
Por tí, si quieren llevarme. «¿Qué me sirve ser hermosa,
Que de imaginar que tienes » Y de ti, buen Rey, amada,
Tan triste imaginación, «Si en aquestas ocasiones
Siente tanto el corazón, »Me tienes, Rey, olvidada?
Que basta saber que penes «Rescata el cuerpo á dinero,
Para morir de pasión. «Pues me tienes allá el alma;
No deben de querer darme «Si por dineros me dejas,
Tu persona, por saber «Moros tengo yo en Granada,
Que esta sola podrá ser «Que por esta amante mora?
Ocasión para acabarme, «Perderán la vida y alma.»
La mayor que puede haber. Contento estaba el rey Chico,
Y en eso tienen razón, Grandesfiestasordenaba
Que si faltase esperanza Por una carta que tiene
De remediar tu prisión De su amada Vindaraja :
Haría cierta esa pasión Mandó llamar á su alcaide
Mi muerte, y su confianza. De quien hace confianza,
Que en ti me quitan la vida , Y le dijo : — Buen alcaide,
Y el bien que puedo tener Impórtame que mañana
Es pensar que has de volver Te partas para Antequera,
A ser de mí poseída Al rescate de mi dama:
Sin temerte mas perder. Llevarás cien doblas de oro r
Y esto se ha de efectuar Y otra cantidad de plata; •
Con brevedad según creo, Cien caballos enjaezados,
Y puédeste asegurar - Bordados todos de plata.
Que lo han de solicitar Traerásla como á reina,
Por tí, mi amor y deseo. Pues es reina de mi alma.
Que este por momentos crece, Por las tierras do viniere
Y si en amor tasa hubiera, Corran toros, jueguen cañas,
Su término en mí tuviera; Haganfiestasy torneos,
Que lo que tu ser merece Toquen clarines y cajas:
No sufre que menos quiera. Yo la saldré á recibir
Y siendo, señora, ansí, Legua y media de Granada
Alma tan enamorada Con toda mi casa y corte
No se olvidará de t í : Para que entre mas honrada. —
Déjame el cuidado á mí, Luego se parte el alcaide,
Sin tenerle tú de nada. Y á Narvaez dio la carta :
Y deste tu esclavo fía, Desque la hubo leido
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 6Í
Haciendo mucho mayores
Estas razones le habla. Los deseos y esperanzas.
—Anda vete , el moro perro, Adilaja con las nuevas
Anda y vuélvete á Granada , Muy celosa y enojada,
Y le dirás al rey Chico, Le escribe al moro que deje
Que si me da Vivarambla, Fiesta que le ofende el alma.
Zacatín y Plaza nueva A la mitad del camino
Y también las Alpujarras Recibió el moro esta carta,
Comparadas con la mora Dio vuelta luego á Jaén
No las estimo yo en nada. — Trocando en luto las galas ;
[Romances de varios y diversos autores., «Que una prisión muy larga,
i Dice el romance : Jarifa cautiva estal/a. «La vida gasta, y la paciencia acaba».
2 Que por la linda Jarifa, dice el romance. (Romancero general.)
* Por el postrer verso del último romance de Celin deEsca-
ROMANCES DE CELIN, SEÑOR DE ESCARICHE*. riclie, se deja presumir que todos se compusieron en elogio
de algún duque de Alba. _

118. 119.
CELIN DE ESCARICHE.— I. CELIN DE ESCABICHE.—II.
(Anónimo.) (Anónimo.)
Por divertirse Celin Celin, señor de Escariche,
Fiestas ordena en Granada, Y Aliatar, rey de Granada,
En de'sgracia del rey Chico, Azarques y Abenumeyas
Y en ausencia de su dama. Salen á juegos de cañas.
Secretas hace sus fiestas Vandas blancas lleva el Rey,
Con dos amigos del alma, Color que su ser demanda :
Galanes y Abencerrajes, De esperanzas va vestido
Hombres de palacio y plaza. Que á mas le obliga Daraja.
Esta vez quiere atreverse Por divisas tiene un cielo
A mil respetos y guardas, Con muchos cedros y palmas.
Solo por dar un buen dia De coronas, esta letra
A tanto penar sin causa; «Seguro estoy de mudanzas».
«Que una prisión muy larga Los Abenumeyas todos
»La vida gasta , y la paciencia acaba». Y los Azarques llevaban
A la cristiana los viste De encarnado las divisas
De villanesca bizarra, Que un mar de desdichas baña.
Con tafetanes el rostro, El muy bizarro Celin
Caperuza, sayo y capa. Por dar contento á su dama
Blanco, leonado, amarillo, Entre las blancas marlotas
Congojas sin esperanza, Estrellas de oro sembraba,
Dieron al disfraz colores Y por dar seguro al Rey
Y memorias á Adilaja. De lo que celoso estaba,
Pensado lleva Celin Lleva pajizo el jaez
De hacer famosas hazañas, Con campanillas de plata,
Y dejar melancolías Y en la adarga por divisa,
Que la buena sangre gastan; Una azucena entre llamas
« Que una prisión muy larga, Con una letra que dice :
»La vida pierde y la paciencia acaba». «Por ser fingidas no atrasan».
Ya las yeguas y jaeces Advierte su letra el moro,
Van alterando á Granada; Que tiene Aliatar cifrada,
Todos dicen de Celin, Y aunque no demuestra celos
¡ Bravas justas! ¡ bravas lanzas! Celosas ansias le abrasan;
No queda mora Cegrí Que quiere salir de extremo,
Que no se ponga á ventana, O quedar sin vida en calma,
Y todas dicen, á ver Valiente, bravo y furioso
El galán de las desgracias. Dando remate á las cañas.
Como saben ya su historia, Trabóse la escaramuza
Quisieran verle la cara, De todas las cuatro escuadras,
Que en las hazañas no miran, Ganando el bizarro moro > ,
Porque ya saben las damas, Eterno renombre y fama.
« Que una prisión muy larga Alborotóles el juego
«La vida gasta, y la paciencia acaba». La voz que les amenaza,
Para verle entrar de noche,, Que quiere salir un toro
Aunque viene á la cristiana, De la inmudable Jarama.
La puerta de Elvira encubre Dicen los Abenumeyas :
La hermosura del Alhambra. —Ningún Azarque se parta. —
Allí tratan de aquel tiempo El Rey se va á su balcón;
Que fué dichoso en Granada, Sola les deja la plaza.
Envidiado de mil moros, Celin, que á su desengaño
Y querido de mil damas : Sola esta ocasión buscaba
Otros cuentan en corrillos Con su acerado rejón
Los amores de Adilaja , Al toro en el coso aguarda.
Diciendo, que ya los dos, Tiene clavados los ojos
Ni se escriben ni se hablan; En la que en el sol enclava;
«Que una prisión etc.» Conócese en el mirar
Como ven que no venia, Que tienen juntas las almas.
Para la fiesta le aguardan, Adalija se encubrió
62 ROMANCERO GENERAL.
Temiendo alguna desgracia, Que siempre su hermosura
Porque sus hermosos soles La trae por las nubes altas.
Los de Celin deslumhraban; Contempla Celin su cielo,
Y quitado el resplandor Aunque con vista turbada,
Pudo el moro ver la plaza, Porque el resplandor divino
Y en ella un toro furioso , Turba las vistas humanas.
Que k los cielos amenaza. Quedaron mudos los cuerpos ,
La cabeza en proporción Solas las almas se hablan,
La cerviz corta, empinada; Que en las luces de los ojos
Anchuroso tiene el pecho, iban y venian las almas.
La cola toda enroscada : Licencia pide Celin,
Un remolino en la frente; Adilaja se la daba,
En sangre los ojos baña: Para que corra con Muza
CortosLrazos, largos pies, En su presencia tres lanzas.
Bufa, salta, corre y brama. Muza se pone en el puesto,
No teme el bello amador, Gallardo corre su lanza,
Que á Marte en fama aventaja . Y Celin le ocupa luego
Seguro en el alazán Con postura mas gallarda.
En las puntas se empinaba. Vuelve furioso el caballo
Cuando el vigoroso toro A la carrera ia cara,
Con el amador cerraba, Pone la cola en el suelo
Hirióle con el rejón, Y entrambos brazos levanta :
Por la cerviz se lo clava : Llámale con las espuelas
Quedó atormentado el toro, Y con el freno le llama
La una rodilla hincada, Responde fiero y humilde,
Cogido en la dura tierra Y vuela sin tener alas.
Sin que al moro ofenda en nada. Celin con aire del cielo
Revuelve Celin los ojos Afuérala lanza saca, '•
Y vio que su mora estaba Y al tercio de la carrera,
En los brazos de Adalifa • Corva el brazo, aprieta el asta;
Del gran temor desmayada: Abrígala con el pecho,
Del contento que lomo Y abrigándola la baja
Al toro menospreciaba: A ley de galán, y cierto
Quebrando el asta al rejón A lo que mandan las armas.
Todo el medio le dejaba, Para veloz el caballo,
Y de una veloz carrera Tanto que en la arena blanda
Atravesara la plaza Apenas juzga la vista
Parando en los miradores La herradura ni la estampa.
De su querida Adilaja. Derriba Celin el brazo,
(Romancero general.)Vuelve á su lugar la lanza,
Oprime el freno el rigor,
120. Y para el caballo á raya.
CEMS DE ESCA1UCHE.--IH. Corre otras dos, y en la corte
{Anónimo.) Admirada de mirarlas,
Levantan hasta los cielos
Vestido el cuerpo de cielo, La voz de sus alabanzas.
Y de sus glorias el alma, En esto se puso el sol,
Con mil estrellas y soles, Y la noche con sus alas
Y mil cifras coronadas, Cubrió de confusas nieblas
Entra á correr la sortija Los palacios y la plaza.
Celi'n, á quien acompañan Dieron hachas á Celin,
Catorce moros Cegríes, Y regocijo á Granada,
Los mejores de Granada, Quedando por mil razones
En un caballo andaluz,
De la generosa raza Gloriosa la casa de Alba.
Que al sacro Guadalquivir {Ramoneen general.)
Le suele pastar la grama :
Castaño oscuro, fogoso, ROMANCES DE CELIN AUDALLA.
Cabos negros, gruesas ancas.
Ancho pecho, recios brazos ' 121.
Corto cuello, cola larga,
Chica cabeza y orejas, CELIN ADDALLA. —I
Crines grandes encrespadas, (Anónimo.)
Gallardo, brioso y fiero,
Las soberbias torres mira,
Y humilde al freno que tasca. Y de lejos las almenas,
Alborótase la gente, De su patria, dulce y cara,
Y en los tablados se alza', Celin, que el Rey le destierra .
Bendiciéndole mil veces Y perdida la esperanza
Por donde quiera que pasa. De jamas volverá vella,
Todo el mundo le bendice, Con suspiros tristes dice •
Y la envidia avergonzada
Se esconde en algunos pechos, «¡ Del cielo luciente estrella!
Que de envidiosos no hablan. ¡Granada bella!
Desde su balcón le mira Mi llanto escucha, y duélate mi pena».
La dulce y tierna Adilaja, ¡Hermosa playa que al viento
Original de mil soles, Das por tributo y ofrenda
Que en la marlota llevaba. Tanta variedad de flores
Levanta el moro los ojos Que él mismo se admira'en vellas!
Y hacia su dama los baja, ¡Verdes plantas de Genil,
fresca y regalada vega,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. C,1
Que es conforme á mi deseo,
Dulce recreación de damas, Y al tiempo en que tú le bailas.
De los hombres gíoria inmensa! (Romancero general.)
«¡ Granada bella etc.
;Fuentes de Generante ,
Oue regáis su prado y huerta, 125.
Las lágrimas que derramo ,
Si entre vosotros se mezclan , CELIN AUDALLA. HI.
Reeibillas con amor, (Anónimo.)
Pues son de amor cara prenda ! En Palma estaba cautiva
Mirad que es licor precioso La bella y hermosa Zara,
Adonde el alma se alegra : Y aunque en Palma tiene el cuerpo ,
«¡Granada bella etc. En Baza la vida y alma,
¡Aires frescos que alentáis . Porque imagina está en ella
Lo que el cielo ciñe y cerca, El moro Celin Audalla,
Cuando lleguéis á Granada, Ignorante del tormento
Alá os guarde y mantenga! Que el moro por ella pasa :
Para que aquestos suspiros Y aunque la quiere y estima
Que os doy, le deis en mi ausencia. . La condesa, y la regala,
Y como presentes digan No es parte para que el llanto
Lo que los ausentes penan. Amaine un momento en Zara ;
«¡ Granada bella! Y para se consolar
Mi llanto escucha, y duélate mi pena.» De la gran pena que pasa,
(Romancero general. — It. Flor ie varios y nue-A otra cautiva la cuenta
vos Romances, 3.¡» parte.) Su pasión, y de do mana.
— Habrás de saber, le dice,
122, Que yo he nacido en Granada,
Adonde serví á la Reina
C E L W AUDALLA. — II Diez años dentro en la Alhambra.
{Anónimo.) Servíla de camarera,
Tuve su riqueza en guarda,
La hermosa Zara Cegri, Queríame por extremo,
Relia en todo y agraciada, Y yo por extremo amaba,
Discreta, porque sirvió No á la Reina mi señora,
A la Reina en el Alhambra ; Aunque obligada la estaba,
Hija del alcaide Hamete Sino á un moro, que es mi sol,
Que tuvo en tenencia á Baza, Y mi bien, Celin Audalla.
Llora triste y afligida Era galán y de estima,
Su cautiverio y desgracia Y por eso le estimaba;
En el porfiado cerco Teníale por mi sol,
Del rey Fernando de España. Porque con él me alumbraba.
Ya después de muchos dias, Cielo le llamé, mas fué
Por falta de vituallas, Para mí toda desgracia.
Se entregó el mísero Alcaide Causóla el venir mi padre;
Siendo su casa asolada. ¡ Pluguiera Alá no llegara !
La bella Zara le cupo A servir el alcaidía
A la condesa de Palma, Y la tenencia de Baza.
Que acompañando á la Reina, Vínole el moro á servir
Se vino al cerco de Baza. Con el cuerpo, á mí con Palma ,
La condesa le pregunta Poniéndose á mil peligros,
A Zara, en qué se ocupaba, Porque á mi padre agradaba.
Y qué ejercicio tenia Asaltóse la ciudad,
En el Alhambra en Granada. Y fué mi alma asaltada,
Llorando la mora dice : Perdiendo padre y amigo,
—Señora, asentaba plata, Y yo sujeta y esclava.
Labraba la seda y oro, Fuese el moro, y yo no creo
Tañia, también cantaba; Ser posible que se vaya
Pero agora solo sé El corazón con el cuerpo,
Llorar mi mucha desgracia, Dejándome á mí su alma;
Porque aunque merced me haces Y para que la labor
A la lin, fin soy tu esclava : Que es testigo de mis ansias
Y para pasar el tiempo Manifieste mi dolor,
De cautiverio en tu casa, Diré en la lengua de Arabia :
Labraré, si gustas de ello, «Si llevaste el corazón,
Una nao bien aprestada, » Pienso que me quedó el alma »;
Navegando viento en popa; Y en otro lado pondré :
Luego la mar alterada « No faltará mi palabra».
Con las olas por el cielo, Y pondré en tercera orla :
Y que las velas amaina, « Firme estará mi palabra » ;
Y en la alta gavia esta letra Y en la cuarta por remate :
Que diga en lengua cristiana: « En jamas habrá mudanza »;
«No hay bonanza que no vuelva Y en medio de la labor
» En gran tormento y borrasca»: Una ave Fénix pintada,
Y por orla en la labor Que de las cenizas frías
Que diga en letra de Arabia : Saca vivas esperanzas;
«Podrá ser que Alá permita Y un montero que le tira,
» Que tenga iin mi desgracia». Y un mote que dice : «Aguarda,
—Muy bien me parece, mora, » Porque no es justo que tires
Esa labor que tú trazas » A quien la vida le falta. »
64 ROMANCERO GENERAL. . .
Porque sabe que el poder
Estodecia la mora* No hace á las almas fuerza;
Cuando la Condesa llama, Y que el imperio del mundo,
Diciéñdole : ¿Adonde estás? Y voluntad de sus tierras,
¿ Por qué no respondes, Zara ! Se le ha de esquitar en algo,
(Romancero general.) Y teme que allí no sea.
Sabe que la mas hermosa
124. Es al doble de soberbia,
CELIN AUDALLA. — IV.
Y que al fin la libertad
Aun en el amor no es buena.
(Anónimo.) Ve suya á su hermosura,
El animoso Celin, Y quiere mayores prendas,
Hijo de Celin Audalla, Que los cuerpos sin las almas
El que fué alcaide de Alora También los goza la tierra.
Y de la villa de Alhama, Su pensamiento, en quien cabe
Mira el fuerte sitio el moro , Sujetar al mundo en guerra,
El alcázar, la muralla , •, Ya dudoso dignamente
Las aportilladas torres De la de algún hombre tiembla.
De la destruida Baza. El que de muy generoso
Quiere despedirse el moro, Se naba de cualquiera,
Y llama la patria amada, Ya se recela de todos,
Imaginando que está Y no hay verdad en que crea.
En ella ei bien de su alma. El que siempre á sus oidos
Quéjase de la fortuna, Trajo cajas y trompetas,
Y entre sí confuso habla : Ya se humana á imaginar
—¿En qué te ofendí, le dice, De un nuevo Celin querellas.
Para tomar tal venganza, Si mira á su Zara llora
Después de tantos trofeos De verla el alma encubierta,
Que me dio la bella Zara, Que quisiera al chico mundo
Haciéndome mil favores volver lo de dentro fuera.
En los juegos y en las zambras ? Su armada pone en olvido ;
Y agora quiso mi suerte, Solo adora la galera
Digo, quiso mi desgracia, Que en la isla de Coron
Que el rey Fernando pusiese Le hizo tan rica presa.
Cerco á la ciudad de Baza. Aquella, en su gran mezquita,
Usó conmigo clemencia, Por cosa sagrada cuelga,
¡ Que á Alá pluguiera no usara! Votando cada diciembre
Para libertar el cuerpo, En su memoria una fiesta.
Y quedar cautiva el alma.— Zara, cautiva y señora,
Esto diciendo, se quita Ya se alegra, ya se queja,
La marlota que llevaba Que menos aviva el gusto
De verde, morado y blanco El cetro que una terneza ;
En amarillo aforrada, Y entre los mismos abrazos
Y dice : —Sirva el aforro De sus parientes se acuerda,
Por ser color que me cuadra. Con que los brazos afloja,
Las verdes plumas no quiero, Que la obligación aprieta;
Pues se perdió mi esperanza: Y en medio de las razones
De la adarga borrare Cien mil suspiros degüella,
El lince que declaraba Haciendo dellos justicia
Que mis ojos en mirar Porque sin cordel confiesan.
A los de lince ganaban. Mil veces al Gran Señor
También borraré la letra, A darle gusto se esfuerza,
Que dice en lengua cristiana : Y si presto no volviese,
« Mucho mas rinde mi brazo, Amor se entraría á vueltas;
r> Que lo que la vista alcanza». Pero es enemigo al fin
Y ese tahalí azul De encogimiento y vergüenza,
Ya no es cosa que me cuadra, Y verdugo, de los gustos
Pues me falta la ocasión Propios, la memoria ajena.
De celos, no por mudanzas. ¡ Gran cosa es la majestad!
La toca morada dejo, Mas no hay pensar que convenga
Porque aunque amor no me falta, • Con el amor, que es muchacho,
Podrá ser qué halle otro Y sin respetos se huelga.
Que pueda mejor gozalla.— Las holguras de Coron,
Con esto la lanza toma, Frescas, gustosas y bellas,
Y muy lijero cabalga, Con sus lágrimas las tiene
Suelta al caballo la rienda En la memoria mas frescas.
Para que do quiera vaya, Buena fuera la gran corte,
Diciendo : -—Camina tú, Mas como no goza della,
Y busca el bien que me falta, Cánsala el desasosiego,
Que ya no te guiaré Y el ruido la desvela.
Sino es á buscar desgracias.— —¿Qué es esto? ¿Cómo, gran Zara,
_____ (Romancero general.) Lo que todas no deseas,
Que es que venga tu linaje
% 12S. A ser señor desta tierra?
CELIN AUDALLA. — V . Vida, regalo,señora,
Ojos, alma, esposa tierna,
(Anónimo.) Corazón, entrañas, gloria,
Celoso vive Celin Descanso, esperanza eterna,
De su regalada griega, Ojos, frente, cuello, boca,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 65
Cabellos míos, estrellas, Y de ánimo tan osado?
Claro cielo, nieve, grana, «¿A dó va mi hijo amado
Soles, oro, rubíes, perlas, «Celin, del alma y vida despojado?»
¿Cómo mi gran voluntad, Diez y seis años hoy hace,
Hermosa Zara, desprecias? Ved cuan contados los traigo,
¿Por qué te llamas cativa Que vuestra madre os parió,
Si mi voluntad gobiernas? Y yo os crié en mi regazo :
Favorece tu gran patria, Yo crié un fuerte muro,
Que aunque estuve mal con ella, Aunque lo veo derribado ,
Si quieres haré per tí «Pues faltáis, mi hijo amado
Que vuelva á lo que antes era. «Celin, del alma y vida despojado.»
Zara, obedece á Celin, Con estas lamentaciones,
Y mira que te lo ruega Sin qué la sientan dar cabo,
Condolido un tu cautivo De lágrimas hace ríos
Y natural de tu tierra. — Por adonde van pasando,
(Romancero general.) Y á darle la sepultura
Dentro en su villa han entrado,
m. «Del triste y desdichado
» Celin, del alma y vida despojado».
CELIN AODALLA. — T I . (Romancero general.)
(Anónimo.)
Por la puerta de la Vega ROMANCES DE AUDALLA.
Salen moros á caballo,
Vestidos de raso negro,
Ya de noche al primer cuarto, 127.
Con hachas negras ardiendo, AUDALLA. — I.
Un ataliud acompañando.
«¿A dó va el malogrado (Anónimo.)
s Celin, del alma y vida despojado?» Contemplando estaba en Ronda,
Matóle el pasado dia Frontero del ancha cueva,
Sin razón un moro airado, El valiente moro Audalla,
En unafiestasolemne Que va la vuelta de Teba,
De que hubo presto el pago : Que un honroso pensamiento
Llóralo toda Granada, De su voluntad lo lleva
Porque en extremo es amado. De su patria desterrado,
«¿A dó va el desdichado, etc. » Por hacer del hado prueba.
Con él van sus deudos todos, Parado sobre el caballo,
La lanza en el hombro puesta,
Y un alfaquí señalado, Unas veces mira al pueblo,
Y cuatro moras hermanas,
Con muchos en su resguardo; Y otras hablando se eleva.
Y dicen al son funesto —¡ Oh patria desconocida,
De un atambor destemplado : Presto oirás de mí la nueva
«¿A dó va el desdichado, etc.» Que si envidia te ha movido
Mesan los rubios cabellos Mayor envidia te mueva!
Que enlazan á un libertado, Ya que me diste ocasión
Y de entre ellos va saliendo Que tu propia sangre beba,
Un licor claro y salado, No permita el alto cielo
Y sobre rostros de nieve Que haga lo que yo ño deba;
Vierten el color rosado. Y antes que del frío invierno
«¿A dóva el desdichado, etc.» El sol la humedad embeba,
Y los moros que mas sienten Verás que mi claro nombre
Ver tan espantoso caso, Con mas valor se renue-va.
Llevan roncas las gargantas; ¡ Mal haya el halcón lijero
Y aunque en son callado y bajo, Que en ruin presa se ceba,
Dicen los moros y moras, Y el que padeciendo sed
Mil suspiros arrojando: Aguarda á que el cielo llueva
«¿A dó va el desdichado, etc.» ¡ Mal haya quien no se ampara
Una mora, la mas vieja, Del frío si ve que nieva,
Que de niño lo ha criado, Y el que espera que en su casa
Sale llorando al encuentro, Otro menor se le atreva !—
Mil lágrimas derramando, Dijo : y antes que el enojo
Y con furia y accidente La sangre mas le remueva,
Pregunta al bando enlutado : Volvió riendas al caballo,
«¿A dó va mi hijo amado Y va la vuelta de Teba.
» Celin, del alma y vida despojado?» (Romancero
¿A do vais, bien de mi vida?
¿Cómo así me habéis dejado? 128.
¿Qué es del amor increíble
Que siempre me habéis mostrado? AODALLA. — II.
6Quien eclipsó vuestros ojos, (Anónimo.)
Luz de los míos cansados? Ponte á las rejas azules,
«¿Do vais, mi hijo amado Deja la manga que labras,
» telin del alma y vida despojado?» Melancólica Jarifa,
¿Donde os llevan, hijo mió, Verás al galán Audalla,
ün estos pechos criado? Que nuestra calle pasea
¿Quien mudó vuestro color En una yegua alazana,
i el rostro apacible v claro? Con un jaez verde oscuro,
¿ Quien ha sido el homicida, Color de muerta esperanza.
T. X.
ROMANCERO GENERAL.
Si sales presto, Jarifa, Entrando por Val del Moro,
Verás cómo corre y para, Queriendo tomar posada,
Que no lo iguala en Jerez Se acordó que en el cortijo
Ningún ginete de fama. Un álamo grande estaba,
Hoy ha sacado tres plumas, Que con sus ramos hojosos,
Una blanca y dos moradas, Cubriendo del sol la cara,
Que cuando corre lijero, Hace una agradable sombra,
Todas tres parecen blancas. Que á sueño convida y llama.
Si los hombres le bendicen , Camina derecho á ella
¡Peligro corren las damas ! A descansar, que se-halla
Bien puedes salir á verle, Fatigado del calor,
Que hay muchas á las ventanas, Que cuerpo y alma se abrasa.
¡Bien siente la yegua el dia Entrado que fué en la cerca,
Que su amo viste galas, Vio que destroncado estaba :
Que va tan briosa y loca Sabida la causa, fué
Que revienta de lozana; Porque pidieron las damas
Y con la espuma del freno A los galanes del pueblo,
Teñidas lleva las bandas, Que le despojen de ramas
Que entre las peinadas crines Que les hace el gesto feo
E l hermoso cuello enlazan! Y verdinegras las caras.
Jarifa, que al moro adora, Suspira el moro diciendo :
Y de sus celos se abrasa, —Amor artero, ¿ en qué andas,
Los ojos en la labor, Que no contento con hombres,
Así le dict á su Aya : Gustas que mueran las plantas?
—Dias ha, Celinda amiga, Mostrádome has con el dedo
Que sé cómo corre y para : La prueba de las mudanzas,
Quien corre al primer deseo, Con que renuevas mi pena
Al segundo para el alma. Y pagas al que te a m a -
No me mandes que le vea, Vuelve al caballo la rienda,
¡Pluguiera á fortuna varia , Ardiendo en celosa llama,
Que como sé lo que corre, Y por en medio del pueblo ,
E l supiera lo que alcanza! La lanza en el hombro, pasa *
¡Muy corrida me han tenido Jurando no descansar
Sus carreras y mis ansias : Antes de ver á su dama :
Las secretas por mi pena, Que de medrosas sospechas
Las públicas por mi fama! No se escapa quien bien ama.
Por mas colores de plumas (Romancero general.)
No hayas miedo que allá salga,
Porque ellas son el fiador 130.
De sus fingidas palabras: v';2 , AUDALLA. — IV.
Por otras puede correr (Anónimo.)
De las muchas que le alaban, ' A los suspiros que Audalla
Que basta que en mi salud Arrimado á un fresno arroja,
El tiempo toma venganza.— Las fieras bajan humildes
(Romancero general.) De las encumbradas rocas.
AUDALLA. — III. Ayúdanle á sus lamentos,
129. Con gritos y voces roncas,
(Anónimo.) Porque hasta los animales
Después de lqs fieros golpes, De su pena se congojan.
Que con gran destreza y saña Es la ocasión de su llanto
Se dieron los fuertes moros Daraja, una ingrata mora,
Azar y el valiente Audalla, Hija de Zulema, alcaide
Azar se quedó en su tierra, De Guadix, Yelez y Ronda;
No olvidando á Celindaja, Que sin mirar los servicios
Y Audalla vuelve á la corte De dos años, quiso agora,
A ver á su Lindaraja, Por una injusta sospecha,
Por tener celos el moro Borrarle de su memoria;
De Albenzaide que la amaba, Y fué que en cierto sarao
Que por ser rico, y él pobre, Sobre una blanca marlota
Teme quiebre la palabra. Sacó escrita aquesta letra :
Dice : —¡ Lindaraja mia! « Aborrezco á quien me adora»
¡ Dulce prenda de mi alma! Entendió que se decia
Haz que muera esta sospecha Por ella, y por sí lo toma,
Queden .mi corazón escarba. Y sin aguardar mas causa
No permitas que Albenzaide Privó al moro de su gloria.
Se ponga alegre guirnalda, • Desterróle á media noche
Ni que de esperanzas mias Con esta palabra sola ;
Lleve triunfando la palma.— «Si á quien te adora aborreces ,
Y volviendo el rostro al cielo »Que te olvide tanto monta».
vio que en medio su jornada Cerró con esto el balcón,
Estaba ya el rojo Febo Y Audalla con mas congoja •
Oandp al' mundo luz dorada', Se sale desesperado
Y con la pasada fiesta Al mismo instante de Ronda.
La gente en silencio estaba, (Romancero•entrel)
g*
lemiendo el grave rigor
Que sus claros rayos lanzan.
67
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Y de católicas tiendas
131. Coronada la campaña;
AUDALLA. — V . Y viendo que en nuestro tiempo
De Genil las olas claras
{Anónimo.) Ha dos años que se beben
—Galanes, los de la corte Con tanta sangre como agua;
Del rey Chico de Granada, Y que á los demás galanes
Quien dama Cegrí no sirve, Son libreas las corazas,
No diga que sirve dama; Reffiegas los caracoles,
Ni es justo, pues que se emplea Y los bohordos son lanzas ;
Su fe tan mal, que le valgan Y quien sabe prometer
Del amor los privilegios, Con soberbia y arrogancia
Ni las leyes de la gala; La cabeza del Maestre
Ni que delante la Reina De la Cruz de Calatrava,
En los saraos de la Alhambra Cuando prendieron al Rey
Se le consienta danzar En sangrienta lid trabada,
Entre sus damas la zambra; El alcaide y los donceles
Ni que el dulce nombre della Del fuerte conde de Cabra,
Le cifre en letras grabadas, Y partiendo á Santa Fe,
-Ni bordado en la librea Mas á vella que á estorballa,
Le saque en fiesta de plaza; Después de ocupado un dia
Ni que pueda del color En aquesta empresa escasa,
De su dama sacar banda, Con mas salud que partió,
Almaizar listado de oro, Y mas luciente la lanza,
Travesado por la adarga; Y la adarga mas entera,
Ni atar al robusto brazo Y la yegua ni aun sudada ,
Mano blanca, toca blanca, Viendo que las damas quedan
Para tirar los bohordos Del Alhambra en la muralla,
Y para jugar las cañas; Para mirar los guerreros
Ni que ponga en camafeo Y para ver lo que pasa,
Ni en targeta de oro ó plata, Por tener contino vuelta
Debajo de ricas plumas, A su señora la cara,
Su retrato por medalla; Al primer encuentro vuelve
Ni yegua color de cisne , Al cristiano las espaldas;
De clin ni cola alheñada Sírvase de eso quien gusta
Para ruar el terrero, De este amor, de esta crianza,
La puerta ni la ventana.— Y de ver hombres en hechos,
Esto plantó en un cartel Y leones en palabras,
El enamorado Audalla, Que gozará de mil años,
Galán, Cegrí de-linaje Muy segura y confiada.
Y que bella Cegrí amaba; Que si de edad no muriere,
Pero las damas Gómeles, No morirá de lanzada.
Que eran muchas y muy damas, (Ramancero general.— It. Flor de varios y nuevos
Y las pocas Bencerrajes Romances, 2.a parte.).
Que han quedado desta casta,
Y algunas Almoradíes,
Este papel enviaban, 132.
Siendo por voto de todas AUDALLA. — VI.
Fátima la secretaria.
—Audalla: si á cortesía {Anónimo.)
No está sujeto quien ama, Galanes, damas Gómeles,
Perdona lo que leyeres; Con las de esotros bandos,
Si lo estás, escucha y calla, Nosotras moras Cegríes
Que damas hay en la corte Saludes os enviamos.
Que ya que por su desgracia La carta que le escribisteis
Les falte gracia contigo, A nuestro Audalla preciado,
Pluma y pico no les falta Después de andar en la corte
Para quedar satisfechas, De una mano en otra mano,
O podrán muy poco ó nada, Vino á parar en las nuestras;
Contra ofensas de carteles Si nos pesó lo callamos :
Satisfacciones de cartas. Baste que nos dio contento,
Sobre el cuerno de la luna Que Audalla hubiese hallado
Las damas Cegrís levantas; Quien de escribir sus hazañas
Pero hasta llegar á ellos Haya tenido cuidado,
Todo es aire lo que pasas. Y de que sus coronistas
A sus galanes prefieres Seáis, sin que os dé salario :
Privilegios y ventajas Aunque nosotras queremos .
En máscaras y saraos, Que se os señale muy largo,
En juegos y encamisadas : Pues tan largas habéis sido,
Prefiérelos norabuena, Y tan bien habéis glosado.
Y dales blasón y fama El cartel que en el Alhambra
De gala, de ocio y de paz, Fué por Audalla plantado,
fcn guerra, batalla y armas. No hablaba con las damos,
Mas j qué se le dará de esto, Sino con los cortesanos,
Ni qué tendrá por infamia Con los que os quieren y adoran,
Quien no quiso perdonar Y serviros es su trato.
Al regalo de su casa, De ellos era el responder,
Viendo al cristiano que tiene Y á vosotros excusado;
La ciudad así sitiada, Mas á falta de hombres buenos
ROMANCERO GENERAL.
68
Habéis por ellos hablado. Que si del Iodo no os ponen,
Juntasteis vuestro cabildo, Se les contará á milagro
Usurpasteis cetro y mando, (Romancero general.)
Y elegisteis secretaria-,
Que escribió lo decretado. 133.
¡ Por cierto fué grande hazaña .' AUDALLA. — VII.
¡Pues no visteis el agravio (Anónimo.)
Que á los galanes hicisteis, —Mira, Tarfe, que á Daraja
A quien hacer era dado No me la mires ni hables,
El descargo del cartel, Que es alma de mis despojos,
Pues era solo en su daño ? Y criada con mi sangre,
Habéis mostrado con esto Y que el bien de mis cuidados
Que entre todos ha faltado No puede mayor bien darme
Quien satisfacer pudiese Qne el mal que paso por ella,
Con tal descargo á tal cargo, Si es que mal puede llamarse.
O que estiman en tan poco ¿A quién mejor que á mi fe
Ser de vosotras amados, Esta mora puede darse,
Que el aumento de palabras Si ha seis años que en mi pecho
Que es nada, estiman en algo. Tiene la mas noble parte?—
¿Muza por ventura duerme? Esto dijo Almoradí,
i O solo sabe en palacio. Y escuchóle atento Tarfe,
Delante el Rey y las damas Entrambos moros mancebos.
Mostrarse brioso y bravo? Y de los mas principales;
y

¿ Ha cobrado el ramillete ? . Y arqueando entrambas cejas


¿ Ha ya de la vega echado Con airosos ademanes,
Al Maestre y los demás
Que nos matan con rebatos? Sin cólera le responde,
¡ Bien se parece, pues vemos Pidiendo le escuche y calle :
A Bajamed tan lozano, —Dices que Daraja es tuya,
Aunque aldabadas ahora Y que de su amor me aparte '
Da á las puertas el cruzado! Sí lo hiciera, si á mi vida
Decid que Muza responda Tanta vida no costase.
AAudalla, que no al cristiano; Nunca tú por su servicio,
Y si excusarse pretende, Como yo escaramuzaste,
Por vivir desesperado, Ni en su presencia al Maestre
Como lo muestra en salir Caballo y lanza ganaste :
De amarillo disfrazado, Caballero de la Cruz
Tome por él la recuesta Cautivo no la enviaste,
Abindarraez gallardo ,* Ni las medias lunas nuevas
Muestre los grandes favores Entre sus tiendas plantaste ;
Que ha de Jarifa alcanzado, Ni con agua hasta los pechos
Y cuan diestro y suelto es Por Genil atravesaste,
En hacer mal á un caballo, Para quitar al Maestre
Y en sujetarle y volverle La cabeza de Albenzaide;
Ya de este, ya de aquel lado* Ni delante de las damas,
Mas como no es en las veras Entre el rio y el adarve,
Como en las burlas probado, Tres cabezas de cristianos
Ni jamas se vio en batalla A tu dama presentaste ;
Con los cristianos lidiando, Ni es bien que suyo se miente
No es justo se cargue de armas Quien salió ayer aí alcance,
En que no está ejercitado, Y fué postrero en salir,
Y mas viviendo Aliatar, Y primero en retirarse;
Que en esto es cual él probado,. Y que cuando entre esos moros
Pues por no tenerse envidia Cristianos despojos parten,
Ambos á dos se han jurado Se está rizando el cabello,
No quitar cristiana vida, Tratando de retratarse.
Ni manchar con sangre él campo» Retrátate, Almoradí;
Visto que no tratan de armas, Pero es bien que te retrates
Serán estos excusados, De tus mujeriles hechos,
Y suplirá Keduan Y en cosas de homhres no trates *
La falta de tantos faltos, Pues suena mal que te estés
Galán que ganó á Jaeti Entre invenciones y trajes,
En una noche soñando , Cuando tus deudos y amigos
Y engañado con tal sueño, Andan cubiertos de sangre ;
Le tuvo por acabado; Y cuando con los contrarios,
Y así prometiendo al Rey Sin que ganemos ni ganen,
Darle á Jaén en las manos, Nos matamos mano á mano,
Sin ver los inconvenientes • Tú con las moras te mates;
Que pudieran estorbarlo, Y que en vez de echarte al hombr»
A la conquista partió , La malla y turques alfanje,
Y dio á ella tan buen cabo, Te eches bordadas marlotas,
Que hoy Granada es del rey Chico , Y vayas á ruar calles :
Y Jaén de Don Fernando. Mira que es fama en Granada,
Volved por estos galanes, Y aun en el campo se sabe,
Queredlos y acariciadlos, Que hay un moro entre nosotros^
Favorecedlos, servidlos, Almoradí de linaje,
Que es justo ser eslimados; Que cuando á la escaramuza
Pues según sus claros hechos, Los moros mancebos salen,
Muy cierto os aseguramos,, Con un enfermo accidente
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Se unge por excusarse. Benzulema y Celindaja,
Mira pues si son hazañas Hallando Audalla ocasión
Estas que tus brazos hacen, . Para lo que deseaba,
Para que mi bella mora Los dos de la competencia
Me deje de amar y te ame. Le oyeron estas palabras :
Mira si te favorece —Mis amigos sois entrambos ,
Como á los demás galanes Y entrambos sois de mi casa,
Los favorecen sus moras Y como á tal, mis razones
Con empresas y almaizares. Escucharéis, si no os cansan.
La mañana de San Juan, No fuera bien, caballeros,
Cuando á escaramuzas sales, Que á costa de ajena fama,
Nunca de su blanca mano Den los cuerpos á entender
Blanca toca te tocaste; Las pasiones de las almas,
Ni en las zambras y saraos Y que todo el vulgo diga
Se sabe que te mirase, Por las calles y las plazas,
Como á mí, que me miró, Que Tarfe y Almoradí
Mandándome que descanse, Se acuchillan por Daraja;
Y los dos danzamos juntos Que el uno la llama suya,
Cuando se casó Albenzaide. Y el otro suya la llama;
¡Y vive Alá que me pesa Que uno se alabe de cosas
De que tanto se declare, Que el otro también se alaba,
Porque su valor y prendas, Y que estiméis en tan poco
Su discreción y sus partes El valor de vuestra dama,
De mas de un dichoso moro Que os pintéis favorecidos
Merecen enamorarse! Los dos, y digáis que os ama.
Deja los intentos locos, Yo tengo por muy sin duda,
Si ya no quieres que pasen Y en toda la corle es fama,
A mas que conversación Que á entrambos os favorece,
Las arrogancias que hablaste: Y á ninguno ha dado banda.
Refrena la lengua un poco , Pésame de que se entienda
Y piensa que el hablar hace Entre la gente cristiana,
Continuamente gran daño Que la que en Granada vive
Donde se siente el ultraje; Es tan poco cortesana;
Porque ha de entender el juez, Pues dirá Puertocarrero,
Primero que sentenciare Famoso señor de Palma,
Las culpas, que no sentencie Que en las honras femeniles
La pena de la otra parte : Ensayamos las espadas,
¡Mira que aunque cuesta poco Y que cortan nuestras lenguas
El hablar, suele estimarse En el honor de las damas,
Una palabra en mas precio Harto mas que en sus aceros
Que el oro que un reino vale! Cortan nuestras cimitarras;
Así que, apartarte es bien Que acá nos echamos plumas
Del principio que tomaste, Cuando ellos nos echan lanzas,
Sin querer que nadie goce Y deshonramos las moras,
De lo que tú no alcanzaste, Cuando ellos honran las armas;
Si no es, Tarfe, que le sueñas Que prometemos cabezas,
Que puedes señor llamarte, Cuando hay en las nuestras falta,
En ser servidor de damas; Y nuestra braveza toda
Pero no que ellas te amen.- Se convierte en amenazas.
El Almoradí acabó,
Dejando al galán de Tarfe Si Tarfe de esta señora
Entre turbado y furioso, Quiere granjear la gracia,
Prometiendo de vengarse. ¡Hacerlas, y no decirlas,
Son las finas arrogancias !
(Romancero general.—It. Flor de varios y nuevo»
Y sí Almoradí pretende
Romances, 3.a parte.) Por lo lindo grangearla,
Tenga mayor el secreto,
134. Y menor la confianza.—
AUDALLA. — VIII. En esto salió la Reina
(Anónimo.) Con el Rey á ver la zambra,
El espejo de la corte, Y asf cesó por entonces
Aquel celebrado Audalla, La plática comenzada.
El querido de su Rey, (Romancero gener,
Y el mas noble de su casa;
Respetado por su sangre, ' 135.
Y temido por su espada, AUDALLA. — IX.
Amado del reino lodo, (Anónimo.)
Respetado de las damas; —Aquel que para es Amele,
Corrido de que en la corte Este que corre es Audalla,
Del rey Chico de Granada El que en tu fe mal segura
No se guarde aquel decoro Fatigan sus esperanzas.
Que las leyes de amor mandan, ¡ Que firme que va en la silla!
A Tarfe y Almoradí, ¡Qué bien que embraza la adarga
Que fueron de ello la causa, ¡Qué segura lanza lleva!
El uno con damerías, ¡Qué bien matizada manga \
Y el otro con arrogancias; Tres veces paró la yegua,
En una fiesta solemne Hizo mesura otras tantas
Que se hizo en el Alhambra A tu balcón , cuyas rejas
La noche que se casaron Son mas que tu pecho blandas.
TO. ROMANCERO GENERAL.
Tras tantas nubes de olvido, Que les toquen en la fama
Por favor divino aguarda Mienten otra vez, les digo :
Y repito estas palabras,
De tu sol los rayos bellos, Por si hay tan valiente alguno,
Que á dalle su gloria salgan. Que de lo dicho se agravia.
Acábense las tinieblas ¿Qué cristianos habéis muerto,
De su pena y tu venganza ; i O escalado qué murallas?
Bellísima Zara , espera, I '¿O qué cabezas famosas
Habéis presentado á damas?
Abriré las dos ventanas. , ¡Cuándo vencisteis alguno
.Qué imagen como la tuya, De los de la cruz de grana ?
Desde Genil á Jarama ¿Pensáis que empuñar ginela,
Sustentt y comptfne el tiempo, Es como volar las cañas ?
Adora y pinta la fama ? En el usurpado escudo
¡ Blasonáis de las hazañas,
Eres mucho para vista, ¿Dónde están los coroneles
Fueras mucho para amada ; De reyes que os deben parias?
Pero con las veras hielas, •5 Finalmente, ¿qué habéis hecho
Y con las burlas abrasas. ;.. Para decir en las plazas,
Audalla vuelve á correr , ..i; Y ante el Rey, que los Cegríes
Extremo de gala y armas : Mejor que lo hacen hablan ?
Tú le alabas, y él te adora, Y cuando de noche estáis
Para que le adores basta.— 1
Durmiendo en las blandas camas
Esto áZara le decia, ¿ Quién si no son los Cegríes,
Viendo en Granada unas cañas,. Salen á hacer cabalgadas?
Zafira la de Antequera, Cuando los cristianos vienen
Y así le responde Zara : Sobre vuestra hacienda y casa ,
—¿Qué necedad me encareces? ¿A quién acudis los moros,
i Qué extremo de galas y armas , Vertiendo los ojos agua ?
De mis querellas principio, ! Sepa vuestro bando junto,
Y fin de mis alabanzas ? . 1 Que á todo junto en campaña
¡Qué mal informada vives! v
1 Le daré á entender que soy
¡Qué poco sabes de Audalla! Cegrí, si todo me aguarda :
¡Qué de verdades desmienten Y si por ser yo no osáis,
A sus apariencias falsas! Escoge en toda Granada
Irá muy firme en la silla , El menor de los Cegríes,
Porque es el correr mudanza; Que él os dirá quién se alaba.
Su lanza segura rige {Romancero
Peligrosa mano varia:
Tantas damas son las suyas,
Que si de todas alcanza ,% ROMANCES DE ADULCE.
Solo un puntoíle favor,
Podrá matizar diez mangas. 137.
Para aquí y allí la yegua ;
Su voluntad nunca para ;
Humildes mesuras finge (Anónimo.)
Con alma rebelde, ingrata; —Aquel moro enamorado,
Facilidades humildes Que de las batallas huye,
Le ocupan, sabiendo Audalla> Mal parece que en palacio
Que á disfavores humildes Honroso lugar ocupe:
Bajos favores no igualan. El que al Maestre no ha dado
Yo confieso que me burlo; Entre las bermejas cruces
Confiesa tú que es hazaña Bote de lanza ó flechazo,
Pasar de amor los peligros Con valientes no se junte :
Con mil cautelas de guarda. El que á su competidor
Zafira, tú convaleces, Favor conocido sufre,
E l aire colado pasa, Con el duelo de amadores
Esta sala está muy fria, Comedidamente cumple :
Volvámonos á la cuadra.— El que no dice en las plazas
(Romancero general.) Cautivos cristianos truje,
ROMANCE DE SALER CEGRI. Que están sirviendo á mi dama,
De galanes no mormure :
136. El que no saca en las fiestas
(Anónimo.) Cuadrilla y galas azules,
—Mientes, y si acaso el Rey No embrace adarga de Fez,
Los ampara en esta causa, Ni lanza gineta empuñe.—
En su cara le diré Esto dice Abindaraja,
Al Rey, que me lo levanta Ultrajando al moro Adulce,
Por no pagarme el servicio Enemigo de Albenzaide,
Que debe á mi brazo y lanza, Que baldonalle presume.
Creyéndose de quien quiere Bajezas contaba de él,
Acreditarse con gracias.— Que tan infames costumbres
Por la puerta de palacio , Aun no pudieran hallarse
Los ojos vueltos en brasa . En los alarbes comunes.
Bravo y furioso Saler Habia zambra en palacio,
Sale empuñando la espada. Y casábase aquel lunes
—¿No saben los Bencerrajes, Aja, la prima del Rey,
Dice, volviendo la cara , Con un infante de Túnez.
Que no sufren los Cegríes Galvana la cordobesa
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. '*
Cuando el fuerte moro Adulce
Era gran cosa de Adulce, A su casa se recoge.
Y viendo que son malicias
Las faltas que le atribuye, De esperanzas viene rico,
A Abindaraja responde : Pero de ventura pobre ,
— i Tú piensas que de las nubes Porque aunque son verdaderas,
Bajó tu moro Albenzaide? No habrá lugar que las goce.
Pues ruégote que me escuches.
Adulce, de sangre real, Armándose estaba el moro,
Tiene el vencer por costumbre, Mas no contra sinrazones,
Y es el lugar mas honroso Que estas no tienen defensa
Cualquiera lugar que ocupe. En hidalgos corazones;
Cuando el hierro de su lanza
Allá en la Vega reluce, Porque como no las hacen ,
No está seguro el Maestre, Ni las temen, ni conocen,
Aunque sus valientes junte. Y aunque es grande honor vengallas ,
Alguno que compra esclavos Ño ha de ser con lodos hombres.
Ha dicho: Cautivos truje, Seguro estaba y contento
A fuego y sangre ganados, Ccn las sombras de la noche,
¡ Bien haya quien de él murmura! Que le fuera claro día,
No compite con los hombres , Y ocasión de nuevo nombre,
Tampoco bajezas sufre A no prendello el alcaide
De amadores generales Con falsas informaciones,
Que con mil galanes cumplen. O con alguna ocasión,
Brocados saca á las fiestas , Que es la moneda que corre,
No tafetanes azules, Por quien el peso y la espada
Como algunos, que es vergüenza No es mucho que caiga y corte,
Que lanza gineta empuñen. Y que la vara derecha
Vale Adulce por mil moros Una y mil veces se doble.
Como Albenzaide; no busques Dicen que se halló en la muerte
Alguna ocasión forzosa Del infeliz Agramonte,
En que la cara le crucen. Y que se trazó en su casa,
Si á Adulce quisiste bien, Acogiendo los traidores.
Si no te quiso, concluye Desarman al moro luego,
Con olvidalle callando,
No me agravies ni le culpes, Y enciérranlo en una torre.
Que á no estar adonde estamos, Armándose de paciencia
El cuchillo de mi estuche Contra agravio tan enorme,
Ésa lengua te cortara, Y paseando por ella,
Porque con ella no injuries. — El mismo se habla y responde,
Levantóse Abindaraja Que como no tiene yerros,
Diciéndola: —No te burles, No le pusieron prisiones.
Porque aquí me vengaré Mirando está las paredes
De quien aquí me lo jure. ~ Que lo cercan y le esconden,
Alborotóse el palacio, Las relucientes estrellas
Reduanes y Gazules, Que le fueron claros soles,
Zulemas y Abencerrajes, Cuya luz anticiparon
Que son los bandos ilustres.,. Dando nuevos resplandores,
Salieron desafiados : Para ser testigos fieles
Albenzaide retó á Adulce, Dei fin de sus pretensiones.
Que á guisa de caballeros, —¡ Ay Aja! dijo, ¿ qué es esto ?
¿Que siempre son tus favores
Y valientes andaluces, Prueba de mi desventura,
AI campo se salgan solos, Que la publican á voces ?
Y después que desmenucen í Qué sirve esperar el bien
Sus lanzas largas y gruesas
f
Y procurar ocasiones,
Y á las espadas se ajunten, Si la libertad me quitan
El caballero animoso Solo porque no los logre ?
Que al otro en tierra trabuque, Desto, hermosa Aja, infiero
Pueda gozar de su dama Que estaremos ya conformes,
Conforme el padrino juzgue. Porque á no ser esto así
¡ Oh maldito seas, amor, No me prendieran entonces;
Que no hay bien que tú no mudes , Pues solo para que viera
Ni cordura tan fundada Que viene á menos tu nombre,
Que mil veces no la turbes ! Me sobrara libertad,
Encubres públicos celos, Porque en desdichas me sobre.— '
Y amor secreto descubres; Desta suerte se quejaba
Con ciertas enemistades, Adulce, cuando a la torre
Terribles marañas urdes : Le van á ver sus amigos,
Tiempo vendrá que las damas Todos valientes y nobles.
Contra tu poder se aunen; (Romancero general.—It. Flor de varios y nuevo
Pero sepamos ahora Romances, 2.a parte.)
Cómo esta guerra concluye. 139.
ADÜLCK.—III.
{Romancero general.)
(Anónimo.)
138. En la prisión está Adulce
ADULCE. II.
Alegre, porque se sabe
Que está preso sin razón,
(Anónimo.) Y le quieren mal de balde.
La noche estaba esperando, Esto es causa que en el moro
Y apenas cierra la noche, Es la pena menos grave,
78 ROMANCERO GENERAL.
Pues no quiere libertad, 140.
Si con ella han de culpalle. A D U L C E . — IV.
Piensan que ha de hacer por fuerza {Anónimo.)
Lo que de grado no hace, Al camino de Toledo,
Enmudeciendo las leyes A donde dejó empeñada
Para que los mudos hablen. La mitad del alma suya,
Arrimado está á una reja Si puede partirse el alma,
Que hace mas fuerte la cárcel, Se sale Zaida la bella,
Pena un tiempo de traidores, Y á su pensamiento encarga
Castigo ya de leales. Que se entregue á sus suspiros,
Alzó los ojos al cielo, Y á ver á su Adulce vaya :
Temiendo que se le cae, « Que ausencia sin mudanza
Y dijo: —Siempre padezco i> Comienza en celos, y en morir acaba».'
Por leal y por amante. A cualquiera pasajero
¡ Ay Aja ingrata! ¿Qué es esto? Que se detenga le manda,
¡ Que en medio de mis pesares Y si á Toledo camina,
Hallo viva la memoria Llorando le dice Zaida:
De mis bienes y mis males, — ¡Venturoso tú mil veces ,
Y todo porque no pueda , ] Y yo sin dicha otras tantas!
Ingrata, desengañarme, I Tú porque vas á Toledo,
Pues con quererte en naciendo, Y yo por quedar en Sagra:
Pienso que te quise tarde! «Que ausencia, etc.—
A otra reja me vi asido I Adulce, que en su memoria
Mas baja, porque alcanzase Está mirando la estampa
Las promesas de tu boca, Que pintaron sus deseos ,
Puesto que ya no se guarden. Como en el alma la aguarda,
¿Cómo quieres, di, que crea Al dolor de Zaida bella
Que el aire se las llevase, Con triste llanto acompaña,
Estando los dos tan cerca A sus suspiros con quejas,
Que apenas pasaba el aire ? Con voces á sus palabras :
¿ Cómo no te desengañas «Que ausencia, etc.»
De que así quise engañarte, —¡ Ay Zaida del alma mia!
Si en medio de los favores ¿ Quién de mis ojos te aparta?
Siempre me viste cobarde? ¿Qué respetos mal nacidos
¡ Agora, ingrata, te pesa A los míos acobardan?
De que te sirva y te ame, ¿Cómo no trueco la vida
Y no quieres ser querida Por la gloria que me llama,
Quizá por desobligarte! • Tu verdad y mis deseos,
¿ Quién derribó por el suelo Tu favor y mi esperanza?
El edificio admirable « Que ausencia, etc.»
Que alzó amor á las estrellas, A tu imagen hablo en sueños
De que apenas hay señales?
Déjame de sus ruinas Y sin duda que me hablas
Una piedra , que declare En triste llanto deshecha,
La mudanza que hizo el tiempo , De haberme apurado en llamas,
Sin poder jamás mudarme. Imagino que te acercas,
Mucho debo á sus amigos ; Y como el llanto no basta
Todos dicen que me guarde. Contra tan inmenso fuego
¿ Mas de qué sirve ¡ cruel! La huyo por no abrasalla.
Si viene el consejo tarde? « Que ausencia, etc.»
; De qué aprovecha el socorro, Luego celoso me finjo,
Y que todo el pueblo llame, Sospechando que á mis ansias
Si está la casa abrasada Busco segundo remedio,.
Cuando la campana tañen? Cansado de apaciguallas.
¿ Quieres, ingrata , que pierda Agraviado la has, responde ,
El premio de ser constante, Tu fantasía te engaña,
Y que si es la causa firme, Que salud de ajeno gusto
Que la pena sea mudable ? Al gusto del alma estraga.
No, para tanta belleza «Que ausencia, etc.»
No hay tormento que sea grave, Zaida, espera en la fortuna
Pues la ofensa de quererle Y en el tiempo que no para,
Se defiende con amarte. Y á entrambos los trueca el mundo
Los ojos vuelve , enemiga , Con la rueda y con las alas;
Y podrá ser que esto baste, Y anima tu pecho tierno
Pues para corta ventura Para que con vida salgas
Cualquier favor será grande. Deste golfo de tormento,
Verás lo mucho que quiero, Sin que digan por tu causa,
Y lo poco que me vale, « Que ausencia sin mudanza
Y que no es bien que me pierda, » Comienza en celos, y en morir acaba.»—
Donde es justo que me gane.— (Romancero general.)
Llamaron en esto al moro, \ Este romance habla de un Adulce, toledano, distinto del
Que lo esperaba su paje, de los anteriores.
Que venía muy contento
Con una carta que trae , ROMANCES DEL ALCAIDE DE MOLINA.
Donde Adalifa le escribe
El pésame de sus males, 141.
Y Adulce dijo: — ¡Qué importa, E L ALCAIDE DE MOLINA. — I.
01 Aja gusta que me acaben! — (Anónimo *.)
(Romancero general. —lt. Flor de vanos y nuevoi Batiéndole las ijadas
Romances, 2.a parte.) Con los duros acicates,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 73
De do volvió victorioso
y las riendas algo flojas, Sin daño , y con grande presa
Porque corra y no se pare , De cautivos bautizados
En un caballo tordillo, Y de cristianas banderas.
Que tras de sí deja el aire, Entró por la puerta el moro ,
Por la plaza de Molina Y corriendo á media rienda,
Viene diciendo al Alcaide : A la calle de su dama
«¡Alarma, capitanes, »j¿j|l.ii
«Suenen clarines, trompas y atabales!» Soberbio y contento llega.
Dos vueltas por ella dio ,
Dejad los dulces regalos , Y a ! dar la tercera vuelta,
Y el blando lecho dejadle : Desterrando sus temores,
Socorred á vuestra patria, Celinda salió á una reja,
Y librad á vuestros padres. Diciendo furiosa y loca:
No se os haga cuesta arriba, —¡Si tú tuvieras vergüenza,
Dejad el amor suave, Ni corrieras en mi calle
Porque en los honrados pechos Ni pararas en mi puerta !
En tales tiempos no cabe. ¡ Mal haya Celinda, mora
«¡Al arma, capitanes, etc.» Tan determinada ó necia ,
Anteponed el honor Que para vivir en paz
Al gusto, pues menos vale, Se aficionó de la guerra! .
Que aquel que no le tuviere, Por ser tu alfanje temido,
Hoy aquí podrá alcanzalle; Mas que no por tu nobleza,
Que en honradas ocasiones, Ofrecí á tu nombre solo
Y peligros semejantes, Lo que ves en tu presencia,
Se suelen premiar las armas Sin considerar primero
Conforme el brazo pujante. Que es claro que no conciertan
«¡ Al arma, capitanes, etc.» Con entrañas de diamante
Dejad la seda y brocado, Entrañas que son de cera.
Vestid la malla y el ante, ¿Qué importa que mis regalos
Embrazad la adarga al pecho, j En paz y en amor te tengan,
Tomad lanza y corvo alfange: Si al son de pífano ronco
Haced rostro á la fortuna; En furia y odios los truecas?
Tal ocasión no se escape; i No niego yo que no acudes
Mostrad el robusto pecho Con voluntad á mis quejas;
Al furor delfieroMarte. Pero acudes con mayor
« ¡Al arma, capitanes, etc.— Al ruido de una escopeta.
A la voz mal entonada, Pues esas cosas estimas,
Los ánimos mas cobardes, Justo es que esas cosas quieras,
Del honor estimulados, Que pues en tanto las tienes,
Ardiendo en cólera salen Menos soy, y mas son ellas.
Con mil penachos vistosos Cíñete tu corvo alfanje,
Adornados los turbantes, Embrázate tu rodela,
Y siguiendo las banderas
Van diciendo sin pararse; Y llama á tu fiel Acates,
«¡Al arma, capitanes, etc.» Que te lleva las saetas :
Cual tímidas ovejuelas, Sal á hacer escaramuzas
Que ven el lobo delante, Por el monte y por la vega,
Las bellas y hermosas moras En tu caballo el tordillo
Llenan de quejas el aire; Y en tu fronteriza yegua:
Y aunque con femenil pecho Tala los cristianos panes,
La que mas puede mas hace : Roba las cristianas tiendas,
Pidiendo favor al cielo Desde el campo de Almazan
Van diciendo por las calles: Hasta el monte de Sigüenza :
«¡Al arma, capitanes, etc.» Deja á Celinda del todo,
Acudieron al asalto Pues tantas veces la dejas,
Los moros mas principales, Y acude á tus obras vivas,
Formándose un escuadrón Pues que me haces obras muertas.
Del vulgo y particulares ; No te llamarán mis ojos,
Contra doce mil cristianos, Aunque viendo su miseria,
Que están talando sus panes, Llorarán sin ver los tuyos,
Toman las armas furiosos, . Mi soledad y tu ausencia.—
Repitiendo en su lenguaje: Esto dijo, y al momento
«¡Al arma, capitanes, Cerró del balcón las puertas,
«Suenen clarines, trompas y atabales!» Sin tener lugar el moro
(Romancero general.) De poderla dar respuesta.
Colérico de lo oido,
« Retrátase al vivo y con mucha verdad una de aquellas Apretando entrambas piernas,
alarmas tan comunes y casi diarias que por necesidad acae-
cían entre los pueblos fronterizos que estaban frente á frente Furioso corrió al castillo,
como dos ejércitos enemigos. Tal era la situación de los mo- Suspenso entre culpa y pena.
ros y cristianos españoles, que sin descanso peleaban entre si. (Romancero general.)

142. 143.
EL ALCAIDE DEMOLIDA.—m,
EL ALCAIDE DE MOLINA. — II.
(Anónimo.) (Anónimo.)
El alcaide de Molina, —También soy Abencerraje
Manso en paz y bravo en guerra, De los buenos de Granada,
Con sus capitanes todos Y también me vi en la vega
Llegó á la vista de Atienza, Con el de la cruz de grana;
Tan presto acudo á sus Reales
74 ROMANCERO GENERAL.
Como algunos á las zambras , Con marlota y capellar,
Y me precio de mi alfanje, De pardo, amarillo^ blanco,
Como otros de su dulzaina. Sale con otros amigos
Si puedo hablar en consejo Presuntuoso, alegre, ufano,
Pregúntenselo á mi lanza , Y llevan tras sí los ojos
Que ella da fe de mis obras; Libres, sujetos y francos; .
Veisla aqui, Cegríes, habladla. Pero llegando á Genil, -
No porque vivo en Castilla, Rio claro, fresco y manso,
Y fuera de esta comarca, Se aparta de la cuadrilla,
Es menos fuerte mi brazo, Libre, solo , suelto y bravo:
Ni son menos mis palabras. Parte á descubrir su pecho,
Acaso ¿cuál de vosotros Firme, amoroso é hidalgo,
Dejó como yo su patria Donde ventura le espera
Por vivir entre cristianos, Con victoria, triunfo y lauro.
Siempre alerta, y siempre al arma * Va publicando valor
¡ Mal haya quien os consiente, Su gala, persona y brazo,
Cobardes, estar en casa, Y así gano de su dama
Sardanápalos de amor, Ojos,lengua, pecho y mano.
Ya danzando, ya entre damas! Tomó para posesión
¡ Bien con esos" ejercicios Oro, coral y alabastro,
Vuestras fronteras se guardan ¿ Que son en guerras de amor
Y de los contrarios reinos Despojos, premios y pago.
Bien los sembrados se talan! Celinda, soberbia un tiempo,
A mí toca, no á vosotros, Por su rostro, talle y garbo,
El salirme del Alhambra, Fué la que dio fin de guerra,
Que no es bien hallarme yo Dando entrada, tienda y campo.
Do tantos cobardes se hallan, Mas fué su dar recibir
Ni que salgan mis consejos Trueco, logro, usura y cambio,
Do no hay ninguno que salga Pues la entregó el vencedor
A probarlos como cuerdo Alma, vida, honor y estado;
En el campo y con la espada. Y así de dos se hizo uno,
Entre valerosos brazos, De un amor, un ser y un trato,
Entre venerables canas, « . Del cual procedió un infante,
Lo que dije se estimó Niño hermoso, rojo y blanco.
Y lo que hice se estimaba. ' En las selvas de Diana,
Mas como el cielo os dotó • ; Su escondrijo, cueva y manto
De fuerzas tan moderadas, Le dejaron porque sirva
De tan flacos corazones, A Céres, á Pan y á Baco.
No queréis que os diga nada, (Romaneen general.)
Porque como es mi consejo
Para que dejéis las galas, 145.
Siguiendo de vuestros padres
En la guerra las pisadas, ÁMETE A L I . II.
Desechaisme por extraño, (Anónimo.)
Y es justo que yo me salga, De verde y color rosado,
Como extraño mi valor En señal que vive alegre,
De vuestra bajeza extraña.
Si agraviados os sentís, Y al fornido brazo atada
Aquí os aguardo en la plaza : Una toca también verde;
Salid diez, ó veinte, ó treinta, Con plunas verdes y azules
O toda Granada salga; Poblado un azul bonete,
A lo menos no diréis Mas por parecer galán
Que me visteis las espaldas, Que por celosos desdenes;
Pues mas que una infame vida La lanza y adarga negra,
Estimo una muerte honrada. Toda sembrada de sierpes,
No, si puedo, os jactaréis Que en su ponzoñosa lengua
Que me ultrajasteis la fama, Una oreja todas tienen,
Mientras esta fuerte diestra Y en medio de ella estos versos
Lanza enristra, embraza adarga, En arábigo parecen:
Que ó moriré, por Alá, « Desa dañada intención
O con vuestra sangre cara, »Mi inocencia me defiende.»
Si el honor me habéis manchado, En un potro remendado
Limpiaré á mi honor las manchas.— Viene el valeroso Ámete,
Salió diciendo el Alcaide El mas gallardo galán
De Molina y sus estancias, Que en Granada hallarse puede.
Poniendo mano al alfanje, í Sale de Ubeda furioso,
De una junta no acertada. •. Y á Baeza el paso tiende,
(Romancero iteneral.) Que hay alarde general,
Y es fuerza hallarse presente.
Temeroso de fortuna,
ROMANCES DE ÁMETE ALI. Porque su daño pretende,
Dio principio á sus querellas
Hablando con las serpientes:
144. —¡Polilla de mi esperanza!
ÁMETE ALÍ. — I. ¡ Niebla de mi sol alegre!
{Anónimo.) ¡ Carcoma de mis deseos!
Ámete All, Bencerraje, ; Cardillos de mis papeles!
No pretendáis desterrarme,
Moro valiente y gallardo, Envidiosos de mis bienes,
A

ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 78


Que tengo á amor de mi parte, A lo último del alma.
Y tiene de defenderme: Zaida muy contenta desto,
«Y t ú , fortuna, tente, Que de cruel se gloriaba ,
i No gustes de que muera estando ausente». Quiere mostrárselo claro
No permitas que en el pecho, Con hechos, obras, palabras ;
Donde mi sangre desciende, Y así se viste de verde ,
Estos áspides dañados Color alegre, y galana,
Sus bajos intentos siembren, Bien diferente de aquella
Ni el justo cielo lo quiera, - . .., Que saca el moro de Baza,
Pues mi fe no lo merece, Por que salió de amarillo ,
Ni Zaida en su pensamiento Que es color desesperada ;
Sus falsos silbos encierre, Azul que denota celos,
« Y tú fortuna, etc.» Morado , que muere el alma.
No des la vuelta á la rueda, Sacó la mora una aljuha,
Ni el clavo quites del eje,, De muertes toda sembrada,
Ni permitas que yo diga: Junto á ellas una cifra
« Subióme para perderme»; Rarreteada de plata,
Ni con las nieblas de ausencia Con cuatro perlas de estima „
Mi esperanza se me anieble, «Muera, no tenga esperanza»
Pues es claro que el olvido Sacó una toca turquesca,
Se hace fuerte en los ausentes: De cuya punta colgaba
«Y tú fortuna, etc.» Una almalafa cubierta
Y ya que por mi desdicha, Azul, blanca y colorada,
Todo este bien se me niegue, Con flor ,de uses de oro
Por lo que toca á Celinda Entre águilas de plata;
Ser escuchadas no deben; La basquina á media pierna,
Ni es justo que a sus querellas Con una media leonada ;
Amor las orejas cierre, Las ligas verdes y rojas,
Y es bien que ella hablando ablande Bordadas con seda parda;
Lo que endurecer pretenden: Una zapatilla azul,
« Y tú, fortuna , etc.— Qué de seis puntos no pasa,
Esto dijo, y descubrió Hecha con tanto primor,
La ciudad y muros fuertes ; ! Cual jamas se hizo en Granada :
Y de Almanzor las banderas En cada una un corazón
Que tremolando se extienden. Con unas pintadas brasas,
Salen los de dentro afuera Y una letra que decia :
A ver quién el moro fuese, «i Es muy duro ! Estas no bastan !»
Que haciendo corvetas altas, Puestos al lado dos niños,
Ufano diciendo viene: Que parece que las matan,
«Tente, fortuna, etc.» Y una cifra que les dice :
En medio de los balcones « No las matéis, niños, ardan» :
Mil damas bellas se ofrecen, I "••' "' Parte la gallarda mora
Satisfaciendo el deseo A casa de Celindaja,
Con el contento de velle: Tan hermosa como esquiva,
El vulgo todo le sigue, Cruel, desabrida é ingrata.
Dando voces: viva Ámete; Era Celindaja prima
Y agradeciendo el favor De aquesta mora lozana,
Dice en la mano el bonete: Y casábase aquel dia
«Tente, fortuna, etc.» Con Aliatar el de Ocaña.
Llegó en casa del Alcaide, A convidarla envió, » • •
Recibióle alegremente Que viniese, que habia zambra,
Con trompetas y añafiles , Escaramuza de moros;
Y músicas diferentes. Juegos, disfraces y danzas.
Apeóse de su potro, Obedecióla la mora,
Y despidiendo la gente Y así partió, acompañada
Se subió ala fortaleza, De dos moros, primos suyos,
Diciendo entre sí mil veces: Y hermanos de Celindaja.
« Tente, fortuna, tente, (Romancero general.— It. Flor de varios y nuevos
« No gustes de que muera estando ausente». Romances, 3.» parte.)
{Romancero genera!,)
147.
ROMANCES D E CELINDOS.
(Anónimo.)
146.
CELINDOS. — I.
Cubierta de trece en trece
Por los girones y mangas
(Anónimo.) De mil róeles azules
Con semblante desdeñoso Una marlota morada,
Se muestra el rostro de Zaida, Un capellar amarillo,
Pretendiendo de acabar Terciado con unas bandas
De Celindos vida y alma. De carmesí guarnecido,
Es moro de mucha estima, Con rapacejos de plata :
Alcaide de Alora y Baza, Un turquesado bonete,
Sobrino del gran Cegrí Con cuatro lazadas blancas,
Primo hermano de Abenamar. Que cuatro medallas tiene,
Causo el desden de la mora Y en cuatro piedras sus armas •
En el moro una tal llaga, Entre dos plumas pajizas,
Tan penetrante, que llega Una verde y dos moradas,
ROMANCERO G E N E R A L .
76
Y la verde muy oscura Forrado en tela de plata,
Como de muerta esperanza, Bordado todo de abrojos ;
Y una letra de oro escrita , Por letra : «Cuando me dañan».
Que la pluma verde enlaza, Negro lambien el bonete,
Que dice : « Entre amor eterno Con las plumas variadas,
» Mas muerta vive en el alma»: Pajizas, blancas y azules,
üe azul, blanco y amarillo Moradas, verdes y pardas .
Teñida lleva la lanza, Una medalla las prende
Y al brazo una toca negra, Con una esmeralda falsa,
Y una esfera en el adarga, Y esta cifra á la redonda :
Con una letra en el campo, «Tu promesa y mi esperanza»;
Que dice en lengua cristiana : Ceñido un dorado alfange,
«Ni mas alto él pensamiento, Una veleta en la lanza ,
i>Ñi mayor fuego en el alma, Azul, que siempre los celos
» Que esperanza de imposibles Traen a la muerte cercana :
»üs fe que nunca se paga» ; Pintado un ardiente fuego
Y por orla mil antojos , En e! campo de la adarga,
Que unos á otros se traban , Y la letra dice : «Muera
Y por las lunas de todos »Quien á dos amores ama» ;
Dos calaveras de plata , Desnudo el brazo derecho,
Con una letra que dice : Y atada una toca blanca,
« O no mirar, ó mirallas». Empresa de su querida,
Unos borceguíes negros, Y de amor humildes parias ,
Solo la vuelta dorada : Caballo rucio tordillo,
Dos grillos por acicates, Jaez de carmesí y plata,
Con tanto primor y gracia, Dos balanzas por estribos,
Que declaran su prisión Que aquí estriba el que mas ama,
Batiendo una yegua baya , Sirve el moro de fiel,
Que lleva un rico jaez Aunque no le sirve nada ;
Y una mochila dorada, Mas por mostrar á Celinda
Bordada de mil trofeos, Que como murió, así acaba.
De manoplas y de espadas, Llegó el caballo á la orilla,
Trompetas, yelmos, escudos Al agua se arroja y lanza,
Y de cabezas cortadas Como en señal de que siente
Una banderilla azul, Del dueño la ardiente llama.
Con unas verdes granadas, A nado pasa el caballo,
Y en morisco aquesta letra : Y él, como á acabar ya pasa,
« Maduran para ser agrias ». No repara enque se moja,
Sale el famoso Celindos, Pues morir no le repara.
Alcaide de Alora y Baza, Salió á la arenosa orilla ,
Convaleciente de heridas, Y vuelve á mirar su patria,
Mas no de amores de Zaida. Hincando la lanza en tierra,
(Romancero general. — It. Flor de varios y nuevos Y arrimado el rostro al asta .
Romances, 1.a parte.) Contempla los edificios,
Alta roca y fuerte alcázar,
148. A quien su firmeza opone,
Y halla su semejanza :
CELINDOS. — III. —Aquí vieras, mora, dice,
(Anónimo.) Si como yo me miraras,
A los torreados muros Un monte de sufrimiento,
De su Jaén, dulce y cara , Y un alcázar de inconstancia :
Dulce porque nació en ella, Y si como yo te miro,
Cara pues le cuesta el alma, Te miraras, en tí hallaras
Revuelve á mirar Celindos, Un alcázar de soberbia,
El biznieto de Abenamar, De dureza una montaña.
El que fué alcaide de Ronda, Pase por tí aquella aprisa,
Y á Estepa tuvo en su guarda. Cual tú por mis cosas pasas.
No va desterrado el moro Aun no saliste á verme,
Por sucesos y desgracias; Como á cosa ya pasada,
Destiérrale una sospecha Para ver en mi librea
Por no poder desterrarla, Mi firmeza y tu mudanza,
De que su Zaida querida Reparando en mis colores
Le ha quebrado la palabra Lo que en gustos no reparas.—
Que dio de guardar la fe (Romancero geturtu.
Mal cumplida y bien jurada.
Sale galán, aunque triste,
Para mostrar por sus galas 149.
Que parle rico y contento, CELINDOS.—VI.
Pues de ello gusta su dama i (Anónimo.)
Con muchos racimos de oro
Una marlota encarnada, —Mal os quieren caballeros
Acuchillada á reveses De Antequera y de Granada,
Y en tela verde aforrada, Cebndo, porque presumen,
De lazos y nudos ciegos, Que os quieren mucho las damas.
A treohos toda bordada Hablan de vos en ausencia
Con esta letra que dice : Y si estáis entre ellos, callau ;
«Mientras mas me desengaña» Murmuran de vuestros hechos,
Capellar de parda seda, Y acreditan os la fama,
Por que no mostráis papeles
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 1
De Jarifas, ni de Zaidas, Quiere ten'erte escondida,
Y con recato encubierta ;
Como algunos , cuyos pechos Mas eres luz de hermosura,
No son pechos, sino plazas , Y la luz mucho se muestra.
Porque de vuestras divisas Presume que su cuidado
Nunca se supo la causa, Será de tus gustos rienda,
Y respetando favores Y no vé que sus sermones
Agradecéis esperanzas. Acrecientan mas tu tema.
Ya sabéis que concertaron ¡ Mal conoce las mujeres,
Los Gómeles unas cañas, Que aquello que se les veda
Y que salen los Cegríes Quieren gustar lo primero ,
En competencia á jugarlas. Imitando á la primera !
Salid , Celindo, á las fiestas, ¿ No vé que son como el agua,
Y sacad plumas y mangas Que si su curso refrenan,
Del color de vuestros gustos, Busca venas diferentes
Y de la fe de vuestra alma ; Por donde bien correr pueda ?
Que yo aseguro que os miren ¿Ni que la que finge mas,
Algunas que nunca os hablan , Que es su corazón de piedra,
Y que tengáis mas promesas Si con oro la martillan
Que tienen ellos palabras. Al momento da centellas?
Pedidle favor al tiempo, ¿ Ni sabe que es como el árbol
Y á fortuna dadle gracias, Que por industrias y pruebas
Que entrambos han de valeros Viene á dar fruto primero
A pesar de sus mudanzas; Que quiere naturaleza?
Y á la amiga de Adalifa Al fin de sus ignorancias
No os canséis de sobornalla, Le da merecida pena,
Porque el amor solicite Pues siendo vivo tu gusto
Y á vuestra ventura valga , Pretende ser su albacea.
Que una amiga de otra amiga ¡Celalba , por Alá santo,
Mil imposibles alcanza, Que si le burlas y ciegas,
Y montes de inconvenientes He de adorarte cual luna,
Cuando importa los allana.— Como lo manda mi secta!—
Esto escriben á Celindo
Dos damas del Alpujarra , {Romancero generala It. Flor de varios y nuevos
Que en secreto le respetan, Romances, 3.a parte.)
Ven público le maltratan.
(Romancero general.) ROMANCES DE ZULEMA
ROMANCE DE CELALBA.
m.
150. 1
(Anónimo.) (Anónimo .)
—Celalba, mora, que al mundo quel valeroso moro,
El bien de amor representas, Rayo de la quinta esfera,
Alba en nombre , y al fin alba, Aquel nuevo Apolo en paces,
Que el suelo adornas y alegras : Y nuevo Marte en la guerra ;
Tú que de tu hermosa boca Aquel que dejó en memoria
Suspensos los-hombres dejas, De mil hazañas diversas,
Y á los que robas las vidas, Antes de apuntalle el bozo
Con matarlos los recreas ; Por punta de lanza hechas;
Ya que de mis esperanzas Aquel que es tal en el mundo
La flor me coges y llevas, Por su esfuerzo y por su fuerza
Y de mi gusto y amor Que sus mismos enemigos
Has hechos dichosa prueba , Le bendicen y le tiemblan ;
Quiero darte mi consejo, Aquel por quien á la fama
Si mi edad florida y nueva, Le importa que se prevenga ,
Y ser partes con pasión Para contar sus hazañas,
No contradicen mi lengua : De mas alas y mas lenguas :
Vive , señora , á tu gusto , Zulema al fin, el valiente ,
Que la voluntad sujeta Hijo del fuerte Zulema ,
Es polilla del contento, V i Que dejó en la gran Toledo
Y las lágrimas le anegan. j Fama y memoria perpetua ;
No gustes de soledades, No armado, sino galán,
Aunque eres sola en belleza, Aunque armado mas lo era,
Que el sol con ser bello y solo Fué a ver en Avila un dia
A todos mira y calienta. Las fiestas como de fiesta.
¡ Ah mora sabrosa y dulce ! En viéndole, la gran plaza
¿Es posible que la tierra Toda se aleara y se altera,
Tiene y sustenta morales Que ver en fiestas al moro
Que nos den fruta tan bella ? Les parece cosa nueva.
¿Quién habrá que sus deseos En Jos andamios reales
Y apetitos no te ofrezca, Los Adalifes le ruegan,
Pues en tí sola el dechado Que se asiente, aunque se temen
De la hermosura se encierra* Que á todos les escurezca,
Ese alcaide que te guarda Sendiciéndole mil veces
Ríos por sus ojos echa Su venida y su presencia,
De tristes celos bramando, Le dan las damas asiento
Aunque en el bramar acierta. Dentro en sus entrañas mesmas;
78 ROMANCERO GENERAL.
Pero al lin Zulema en medio A darle la enhorabuena;
De los alcaides se sienta, La fama loca su trompa,
Que lo fueron por entonces Y rompiendo el aire vuela;
De la mayor fortaleza : Apolo toma la pluma :
Cuando mas breve que el viento, Yo acabo, y su gloria empieza.
Y mas veloz que cometa,
Del celebrado Jarama i No puede darse una composición (Romancero
mas bella, general.)
mejor des-
Un toro en la plaza sueltan, empeñada, ni que interese tanto por su verdad, por su bri-
De aspecto bravo y feroz, llante colorido, y aun por su perfección. ; Qué cuadro !
Vista enojosa y soberbia,
Ancha nariz, corto cuello,
Cuerno ofensible, piel negra.
V , 152.
ZULEMA. — II.
Desocúpale la plaza
Toda la mas gente de ella; (Anónimo.)
Solo algunos de á caballo Aquel esforzado moro,
Aunque le temen le esperan Abencerraje Zulema,
Piensan hacer suerte en él, Espejo de valentía
Mas fuéles la suya adversa, Y retrato de nobleza ;
Pues siempre que el toro embiste Aquel paciente amador,
Los maltrata y atropella. Y guerrero sin paciencia,
No osan mirar á las damas Que fué muro de su patria
De pura vergüenza dellas, Y reparo de su secta,
Aunque ellas tienen los ojos En un caballo espafiol
En otra (¡era mas fiera. Sale rompiendo la tierra,'
A Zulema miran todas , El cual con tropel menudo
Y una disfrazada entre ellas, Bate la menuda arena,
Que hace á todas la ventaja
Que el sol claro á las estrellas, Y casi toca en la cincha
Le hizo señas con el alma, Sin locarle él con la espuela,
De quien son los ojos lengua, Convirliendo en blanca espuma
Que esquite aquellos azares Un freno de color negra.
Con alguna suerte buena. El moro sale gallardo
La suya bendice el moro, Y gallarda su librea,
Pues gusta de que se ofrezca Que con mucho amor la hizo
Algo en que á la bella mora Y no sin mucha prudencia.
De sus deseos dé muestra : La marlota es naranjada
Salta del andamio luego, En señal de su firmeza.,
Mas no salla, sino vuela, Y no de verde color,
Que amor le prestó sus alas, Que ya no se precia della;
Como es suya aquesta empresa; Pues como dichoso amante
Cuando ve que á un hombre el toro La esperanza tiene muerta,
Con pies y manos le huella, Porque goza de su dama,
Y siendo sujeto al hombre Y con esto ya no espera.
Agora al hombre sujeta. Lleva el capellar pintado
A pié se parte á librarle, De una dulce primavera,
Y aunque todos le vocean, Porque dentro de su alma
No lo deja, porque sabe, Todo es placer cuanto lleva:
Que su victoria está cierta. Y lleva el bonete azul,
Llega al toro cara á cara, No porque celoso venga,
Y con la indomable diestra Sino porque de su cielo
Esgrime el agudo alfanje Es la color mas perfecta.
Haciéndole mil ofensas: Y lleva un rico cenSal
Retírase el toro atrás, Que le ciñe la cabeza,
Líbrase el que estaba en tierra, Prenda de su amada mora,
Crita el pueblo, brama el toro, Y de su amor dulce prenda.
Vuelve á aguardarle Zulema. Lleva ademas por divisa
Otra vez vuelve á embestille, Una venturosa emblema,
Y mejor que la primera Señal de infinito amor
Le acierta, y riega la plaza Y no de poca soberbia.
Con la sangre de sus venas : Era pues el ave Fénix
Brama, bufa, escarba, huele, Ya de ceniza cubierta,
Anda alrededor, palea, Cubierta mas no quemada,
Vuelve a mirar quien le ofende Y si quemada no muerta;
Y de temelle da muestras. Porque recibiendo vida
Tercera vez le acomete, Levantaba la cabeza,
Echando por boca y lengua Y en la mas ardiente llama
Blanca y colorada espuma, Mostraba mejor su fuerza. •,..,."
De coraje y sangre hecha; Esto lleva el rico amante,
Pero ya cansado el moro Y en arábigo esta letra :
De verle durar, le acierta «Así recibo yo vida . , •>
Un golpe, por do á la muerte » De la Dama que lo ordena»;
Le abrió una anchurosa puerta: Porque amaba sumamente
Levanta la voz el vulgo, A Zara, una mora bella,
Cae el toro muerto en tierra, Estimada en la ciudad
Envidiante los mas fuertes, Por su antigua descendencia,
Bendícenle las mas bellas; Y de la Reina estimada
Con abrazos le reciben Como universal princesa,
Los Azarques y Vanegas; Aunque servida en la corte
Las damas le envian el alma No sin mucha competencia •
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 79

Servida, mas no pagada-, El bonete carmesí,


Sino solo de Zulema, Y en él una pluma negra,
Que como uno amador Y por letra : «Mi alegría
En su pecho la celebra. • » Compite con mi tristeza».
Págale cumplidamente, Caballo rucio rodado,
Y aun procura que le deba, Y escrito en entrambas riendas:
No para mas libertad « Ha rodado por mi alma
Sino para mas cadena; »De mi fortuna la rueda».
Y así por esta ocasión En el campo del adarga
Trajo esta rica librea, Llevaba una calavera,
Declarando en la pintura Y un mote en la frente escrito
Lo que gozaba por ella. En que dice : «Ya estoy cerca ».
Cruza por el ancho Coso , Un borceguí datilado,
Donde está su dama llega, Dorado solo la vuelta,
Mírale toda la gente Que dice : «Si vuelta está,
Y admirada le celebra. i) Difícil será volvella».
El moro, como es galán, Una banderilla azul
Usa de su gentileza, En una lanza gineta,
Que atraviesa la estacada Y dice la letra: « Celos,
Y á Zara el pecho atraviesa. >»Hincádsela hasta que muera»,.
Llegóse al primer balcón, Ceñido un dorado alfanje,
Que era do estaba la Reina; Dorado jaez y espuelas,
Humilla el esquivo cuello, Y toca dorada al brazo,
Y al momento se endereza; Que es de su Zara la empresa.
Y es mucho para tal moro Llegado al sitio y lugar
Usar de tanta llaneza, Adonde su amada prenda
Haciendo agora en la paz Vivia, aunque en sus entrañas-
Lo que no quiso en la guerra. Tiene morada mas cierta,
Bate el caballo feroz Vio la ventana cerrada,
Con la rigorosa espuela, Y por no volver sin vella,
Y coge su dura lanza Con el cuento de la lanza
Para tal efecto hecha : Dio un pequeño golpe en ella.
Un hierro con otro junta, Su dama, que descuidada
Y no con mucha braveza, Estaba de la novela,
Que si la mano apretara Por un pequeño postigo
En fuego la convirtiera ; Se asomó por ver quien era.
Mas viéndose ya subido No le conoció tan presto
En el punto que desea, Estando un rato suspensa;
Humillar hace al caballo Zulema picó el caballo,
Y la dura lanza quiebra, Allegándole mas cerca,
Diciendo con voz altiva. Diciendole : — ¡ Sol del mundo,
Aunque de arrogancia llena : Que en los ojos reverberas,
— Todo es poco, bella Zara, Abrid toda la ventana
En tu divina presencia.— Desterraréis las tinieblas!
[Romancero general.) Ella que le conoció,
Le dijo : — Amado Zulema,
153. Ese nombre es propio vuestro,
Yo luna basta que sea,
ZULEMA. — I I I . Que ya sabéis que á la luna
E l sol su lumbre le presta ;
(Anónimo) Y si acaso tengo alguna
Del Alhambra á media noche La recibo de la vuestra.—
Sale gallardo Zulema, Zulema le dijo : — ¡ Ay Zara,
Ciego de cólera y celos, Cuánto en el alma me pesa
Si acaso los celos ciegan. De que te cuadre ese nombre
Bajaba el valiente moro De luna, y que yo sol sea!
De noche, por ver si en ella Porque la luna en el cielo,
Puede con su oscuridad Viendo el sol en su presencia,
Dar lumbre á cierta sospecha, No da de si luz ninguna,
Be que su querida Zara, Señal que de ello le pesa;
Mora hermosa y discreta,
Alma de su pensamiento, Y cuando se alegra mas
La fe y palabra le quiebra. Es cuando su sol se ausenta,
Tenia celos el moro Y creo que tú lo imitas
Del alcaide de Marbella En esto por darme pena—.
Que en Granada residía, Respondió Zara turbada :
Porque su calle pasea. —¡Qué bien de ver se te echa
Cuanto lleva en el vestido En eso, y en venir tarde,
Va publicando su pena, Que los celos te hacen guerra!
Que quiere ya publicalla, Desecha, Zulema amigo,
Y lo diga su librea. "Ese dolor que te aprieta,
Aunque escaramuza y pajes
La marlota verde oscura, Veas delante mis puertas,
Señal de esperanza muerta; Pues soy de peña á sus dueños
üe una cadena bordada Cuanto para tí de cera.—
Llevaba fija esta letra : Zulema algo asegurado
«Mi esperanza cautivé;
»Y como se vio sujeta, Solo la da por respuesta :
» Dudando de su rescate — ¡Plegué á Dios que al mucho curso
»V»no á morir en cadena». No se allane la carrera!—
Con esto se parte el moro,
80 ROMANCERO GENERAL.
Humillando la cabeza, Estando el sol en presencia
Con intento de mudar No da de sí luz alguna,
Caballo, lanza y librea. Señal que en verle le pesa.
(Romancero general.) De lo que colijo y saco
Cuan bien de ver te se echa
En eso, y en venir tarde,
154. Que celos te hacen la guerra.
ZULEMA. — IV.
Desecha Zulema amigo
1
Ansias, suspiros y penas,
(Anónimo .) Aunque escaramuza y juegos
Deque su querida Zara, Veas delante mi puerta.
Mora hermosa y discreta, Corran ellos sus caballos,
Alma de sus pensamientos Por llanos, montes y peñas,
La fe y palabra le quiebra, Que yo lo soy para ellos
Tomaba celos el moro Como para tí de cera.—
Del alcaide deMarbelIa, Zulema ya asegurado
Que en Granada residia Solo le da por respuesta :
Y su calle le pasea. —¡Plegué á Alá del mucho curso
Cuanto llevaba vestido Se le allane la carrera! —
Va publicando su pena, Y con esto se volvió,
Que quiere, ya que él la calle , Humillando la cabeza,
Que la diga su librea. Con intención de mudarse
La marlota verde escura, Caballo, lanza y librea.
Señal de esperanza incierta, {Romaneen general.)
Una cadena bordada 1
Es una repetición casi literal del anlcrior, mira. 153.
Y en ella lija esta letra :
«Mi esperanza lo quitó
»Por no verse mas sujeta; 155.
»Con temor de su rescate
«Quiere morir en cadena».
El capellar amarillo (Anónimo.)
Que unos lazos le atraviesan —Lo que puede aborrecida
Y por letra : «Desespero La mujer que olvida tarde,
»Si no los corta firmeza». Hoy se prueba en mis desdichas,
El bonete carmesí Que de amor y olvido nacen.
Y en él una pluma negra Del linaje de Tarife,
Y por letra : « Mi alegría Aunque fué de humildes padres,
«Compite con mi tristeza» Nací Bencerraje al mundo
Un borceguí datilado Para morir Bencerraje.
Con una letra en la vuelta Heredé sus desventuras,
Que dice : «Si vuelta está, ¡ Gran mayorazgo de males!
»Es excusado volvella». Poca hacienda y mucha envidia
Caballo rucio rodado Madrastra de mi linaje.
Escrito de entrambas ruedas En la campaña valientes,
« Ha rodado por mi mal En el terrero galanes,
»De la fortuna la rueda». Amigos de valerosos
Una banderilla azul Y enemigos de cobardes,
En una lanza gineta, No tuvo dama Granada
Y letra que dice:«Celos, • Que Bencerraje no amase,
«Hincadla hasta que muera». Que solo el nombre tenia
De aquesta suerte camina Rendida la mayor parte.
Por do sus celos le llevan, Ha crecido cierta envidia
Y en llegando que llegó Entre el vulgo variable :
Adonde vive su prenda, Dicen, que amaron la Reina,
Viola ventana cerrada, ¡ Si la amaron, Dios lo sabe!
Y por no volver sin vella, Dejáronme al fin muy niño,
Con el hierro de la lanza Tan sin amparo de nadie,
Dio un pequeño golpe en ella Que por solas mis desdichas
La dama, que descuidada He conocido mis padres,
Estaba de tal novela, Que con las suyas pudieran
Por un pequeño postigo Las mias ser solo iguales,
Se paró por ver quién era. Pues el tiempo y la fortuna
No le conoció tan presto, Han hecho en mí ejemplos grandes
Estuvo un rato suspensa; Quise á la mora mas bella
Zulema picó el caballo Que mira el pastor de Daphne,
Y llegándose mas cerca Desde la mar donde muere,
Le dijo : —Sol de mi cielo, Hasta el cielo donde nace.
Que en mi alma reverbera , Desámela, aunque á creerlo
Abrid toda la ventana Muy pocos se persuaden;
Desterraréis las tinieblas.— Mas quien lo entiende me diga
Zara que le conoció Lo que pueden libertades.
Le dice: —Amado Zulema, ¿Que quieres, ingrato amor?
Este nombre es propio vuestro, ¿Por qué perseguir te place
Yo luna basta que sea, La vida que no te ofende
Que bien sabéis que á la luna Con muerte que ha de pesarte?
El sol de su luz le presta; ¿Por qué lloras contra mí,
Así que si en mí hay alguna Tú que en mi favor lloraste?
Me procede de la vuestra ; Ausente estoy de tus ojos,
Porque la luna en el cielo
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 81
¿Adonde tanta arrogancia?
Quizá será aquesto parte.—
Esto contaba Zulema * ¿No miras cuan poco vales,
A su señor Albenzaide, Y el valor de Belisarda?
Junto á la mar donde quiere ¿Quién eres tú, y quién es ella?
Y á las piedras que combate. Dos mil veces replicaba.
r
{Romancero general.) Levantóse como un rayo
Y abre todas las ventanas,
i El Zulema de este romance es un personaje distinto del Y toma tinta y papel
de los anteriores. Y la escribe aquesta carta :
« Señora, el dejar de veros
ROMANCES DE CEGRI. »No es porque me falta gana,
» Sino por no dar disgusto
156. » A quien mi disgusto causa,
C E G R I . — I.
» Porque tu gusto no pierda
» Lo mucho que el mío gana;
Anónimo.) - » En no verte pierdo mucho;
A sombras de un acebuche , » Mas no pierdo, que tu ganas.
Entre robles y jarales, Ü Perdona, señora mía ,
Había una cueva oscura »Las pesadumbres pasadas,
Labrada por un salvaje, » Que pues las causó locura,
Valiente moro Cegri, » Bien me disculpa ignorancia.
Señor de los Alijares, » A mis importunaciones
Y salvaje por desdenes Í También has dado tú causa,
De una dama Bencerraje. i Dándome tales favores,
De frutas verdes y secas J» Que el menor de ellos bastaba
Se mantiene, porque sabe » Para poder competir
Que mantiene verde y seca Í Con el mejor de Granada,
La esperanza de sus males. s T ú , mi señora, me diste
Estando pues en su cueva, » Grandísimas esperanzas
Oyó gemir en un valle s De mejorar los favores
A una leona fiera » Que agora van á la larga.
Que de su león no sabe : » Pensé que fuera subiendo
Hundía el aire con quejas, »Como quien sube por gradas;
Y luego rompiendo el aire » Mas pensando ganar tierra
A sus querencias volvía » Voy perdiendo la ganada.
Bramando porque bramasen , » Los favores que me das.
Mas como en guerra de celos » Si es que te salen del alma ,
El mas fuerte menos vale, »No hay á qué los comparar,
Pensando que no es querida » Pues pensarlo pone calma :
Viva pena, y muerta cae. » Mas si son por cumplimiento
Suspirando dice el moro : ¡> Suplicóte no los hagas,
—¡ Amor, de juicio sales! «Pues son dineros de duende
Con los hombres te haces fiera, » Que en sombra se desbaratan;
Y con fieras hombre te haces. » Cuartos que llaman de fraile,
Deja á esa leona muerta a Que en el mercado no pasan;
Por tu gusto, y por amante, Í Pesas que por no ser justas
. Que otra mas brava te espera i) Están del rollo colgadas;
Mantenida con mi sangre. » Obras hechas en pecado,
Seis años me desterró, » Que no aprovechan al alma;
Que se cumplen esta tarde, i> Son obispados de anillo
Y mañana parto á vella » Cuya renta no se paga;
Con bruto dolor y traje. s Voz de guitarra sin cuerdas,
Sola una merced te pido: » Fuerzas de cuerpo sin alma ,
Que si á Granada llegare, » El beso y la paz de Judas,
La vean aquestos ojos » Cartas y escrituras falsas.
Porque los suyos acaben.— »Yo, para decir verdad,
(Romancero general. — It. Flor de varios y nuevo i, » Harto dudo si me engañas :
Romances, 1.a parte.) ¡> Veo señales de amor,
¡> Pero tibias y aun heladas,
157. » Que por mas que estoy sin verte
» Nunca veo que me llamas :
CEGIU.—II. » Cuando de tí me despido
(Anónimo.) »Nunca me dices aguarda;
En un aposento oscuro, i> Si al cuello te hecho los brazos
El mas de toda la casa, »Los quitas y desenlazas;
Entre las ocho y las nueve » Si llego mi rostro al tuyo,
Undiaporla mañana, Í El tuyo muy presto apartas,
Cegrí, dicho el Montañés, i Y por mas que te lo ruego
Por nacer en la Alpujarra, » Nunca quieres ver mi cara :
Lamarlotase desnuda, » Haces reparo á mis manos
* el turbante se quitaba, » Las veces que se desmandan :
Que ha puesto para ir á ver » Todas estas son señales
A la hermosa Belisarda. » De voluntad no muy sana.
«alo arrojado en el suelo, » Con todo aquesto, señora,
* el se ha arrojado en la cama , » Te quiero ir á ver mañana :
I con ardientes suspiros D Será para darte gusto,
0 1 0
h ?? ^ mismo ansi hablaba: Í Porque le tendrías sin falta,
¿Adonde vas, atrevido? J Que aunque al entrar no lo tengas,
» Tendráslo cuando me salga;
T . X.
6
82 ROMANCERO GENERAL.
» Si dijeres : Mal venido; «Que el espejo de mi pecho
» Dirás : Norabuena vayas. «Son tus primeras palabras.
» Diciéndote estas sospechas «En mi alma tu fe guardo,
» Tú me has dicho que son falsas, t Si es que cual tuya la tratas :
» Y que por no agradecellas «Ven, visítala, Cegrí,
t Pongo á tus favores tachas; «Que se confiesa agraviada.
» Y esto en buen romance es «Si me engañares, al menos
» Persuadirme que me amas : «Una mujer flaca engañas ,
» Si es así, y me das lo mas, «Culpada de voluntad,
« ¿Cómo en lo menos reparas? «Que no pequé de ignorancia.
» Yo me daré por vencido » ¡ Ay moro del alma mia!...»
« Con la vista de mañana, Aquí suspensa y turbada,
» Si entonces viere que estás Renovando sentimientos,
« Corregida y emendada. Borra las letras que estampa :
« Sé larga en lo que nos resta Crece el nublo de suspiros,
» Si hasta aqui no fuiste larga : Los ojos el papel bañan,
» Si del secreto recelas Falta á la mano el aliento,
» Harán que le haya mis trazas, Y á la pluma tinta falta.
i> Que habiéndotelas yo dicho La mora que las encierra,
» No te han parecido malas. Como es la mora encerrada,
»¡ Pero harto malas son Tocó á recoger el cuarto
» Si no han de servir de nada! De la Reina y de las damas :
» Ya sabes que en el secreto Celindaja dobló el pliego,
» Nadie en el mundo me iguala. Y á quien lo que es le demanda,
» Con esto solo concluyo, Dice que son devociones
« Con que doy fin á mi carta; Que pasa cada semana.
» Que si el favor que me diste, (Romancero genertl
» Le diste de buena gana,
» No habrá cosa que me niegues,
j Pues es verdad apurada, ROMANCE DE ARLAJA.
» Que es fácil ganar la villa,
» La fortaleza ganada.»
Habiendo la carta escrito 159.
La cierra, y para envialla
Llamó un paje que la lleve ; Anónimo.)
Mas recélase de dalla, En el aceruelo Arlaja
Que para cosa tan grave Puestos los dos soles tiene,
Ninguno hay de confianza : Eclipsadas ambas lunas
Ni al flaco papel se atreve Con las lágrimas que vierte
Cargar carga tan pesada: Mil veces pone los ojos
Envolvióla en un papel En la labor, y la vuelve,
Y en su escritorio la guarda.
Porque turbada de celos
^ _ ^ (Romancero general.) El tino y los puntos pierde .
Dos mil se le corta el hilo,
158. Y no el hilo de sus fuentes,
CEGRÍ. — III. Que como nacen del alma
Son perpetuas sus corrientes.
{Anónimo.) — ¡ Moro, dice, mas ingrato
Al venturoso Cegví Que los ingratos de allende,
La hermosa Celindaja, Pues en condición ingrata
Con mas lágrimas que letras A esos bárbaros excedes!
Está escribiendo una carta. üime, Arlaja ¿ qué te ha hecho
Soberbio es el sobrescrito, Que le das tantos desdenes?
Que es soberbia su esperanza : ¿Es posible que no estimas
«Al ídolo de mi gusto, La palabra que le ofreces?
» Tan al justo de mi alma.
» Si temo viéndote ausente , Si no me quieres, cruel,
»No te admires, prenda cara, ¿Por qué en balde me entretisnes?
«Porque este monstruo de ausencia Y si dices que me amas,
«Pare imposibles mudanzas; Quiéreme como me vendes.
«Y mas t ú , olvidado moro, Ten lástima de tu Arlaja,
»Que con encomiendas Bacas Si de tí mismo la tienes,
»Sabes hacerte tan fuerte Que vendrás á hacer al fin
« Que borras memorias hartas. Lo que agora no resuelves.
«Hablo, amigo, de experiencia, Bien sé que besas y adoras
«Que conozco tus ventajas, Otras mas altas paredes;
» Y temo propias sospechas Mas no lo son en firmeza,
«Cuando á ajenas tierras vayas. Que es firmeza de papeles.
«Tu descuido me promete Poca guarda es la que guardan
» Cuidado por nueva causa; Altas torres, lienzos fuertes,
«Que eres para ser querido, Que cuando quisiere el alma
«V no han de faltarte esclavas. Los hallará trasparentes.
«La que dejaste en Toledo Quiere bien en una parte,
«Con tu memoria descansa : No quieras en tantas veces,
» ¡ Quiera Alá , dichoso moro , Que es forzoso no querer
«Que allá esté desocupada ! Si tan partido anduvieres.
«En mi corazón te mira ¿ No ves que es notable agravio
«Las tardes y las mañanas, Seguir tantos pareceres,
Y pagar con un amor
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 85
No morirían solitarias.
A tres ó cuatro quereres ? E l , apuntando la cinta
• Qué poco te cuesta amar Con la punta de la lanza,
Que tras cada cantón mueres! Punta que su punta esfuerza
¡ Bien parece que no amas, Sin faltar punto á su fama,
Pues á ninguna aborreces ! Dijo : — Las moras nacieron
Envidia te tengo, moro, De una que sembré en el alma,
KQ á tu amorcillo«, que mientes, Una, tan una en belleza,
¡ Oh quién pudiera mentir Cuanto es una en las mudanzas.
Por querer siquiera á veinte ! Cogílas sin merecerlo,
De gallarda complexión, De mil flores plateadas,
De hermosa voluntad eres; ¡ Flores que bien eran flores, -.....-.
Tú vendrás á amar por tiempos Pues tan de flores se pasan,
Algún millón de mujeres. 'i Y no teñirán tu cinta,
¡ plegué á Alá que quieras tanto Porque de sangre se pagan,
Que de puro amor revientes, Sangre de la mejor sangre, '
Y que aborrezcas á todas Que vertió sangre cristiana.
Cuandofingesque las quieres, Si es yerro no obedecerte,
O que des en otro extremo, _ Yerro elhierro de mis armas,
Pues de extremo á extremo vienes, Que cautivo que tú hierras,
Que te suban mas de punto Yerra mucho si te enfada.
Lo que tú tanto encareces ; De aquí la pruebe á quitar
Y que pues eres Narciso, Tu prenda, quien en tu casa
Pues Narciso te pareces, Prendas sin prendas merece,
De tí mismo te enamores, Porque aprenda á celebrarlas.—
Pues no te bastan mujeres. Con esto atajó la rienda
(Romancero general.) Al caballo, y á las ansias.,
'Este verso está sin duda equivocado. Parte á acaballo á caballo,
Y en mil partes parte el alma.
ROMANCES DE A R B O L A N . (Romancero general. —It. Flor de varios y nuevo»
Romances, 2.a parte.)
160. Romance ingenioso, pero de muy mal gusto.
ARBOLAN. — I.
{Anónimo '.) 161.
Sobre lo verde y las flores ARBOLAN. — II.
Unas moras enlazadas, , '
Amarga fruta que dieron (Anónimo *.)
Susfloridasesperanzas, A la gineta vestido
Sacó el gallardo Arbolan De verde y flores de plata,
En una muestra gallarda, Verde yfloresque prometen
Muestra con que al mundo muestra Verde y florida esperanza;
Lo que se muestra en su cara. Por divisa un corazón
No lleva mote en la empresa, Morado y blanco en la adarga;
Que mudo emprendió sus ansias, Blanco, que es blanco á do tira
Y el ser mudo no le muda *La que deja en blanco á tantas,
La mudanza de su dama. Busca el gallardo Arbolan
Callando á su calle llega, A su bella mora Guhala.
Y al pasar por ella, pasa Mora que en su pecho mora,
Tan duros pasos de muerte, Mora que enamora y mata.
Que el menor pasa de raya. Viola con su mora Alcida
Tan mirado y tan temido De pechos á una ventana,
Mira el balcón de Guhala , Pecnos á quien paga pecho
Que aunque á la mira estuvieran El que los pechos abrasa. -
Mil ojos, no le miraran; Conoce en ella de lejos
La cual de cabellos bellos Serena frente y bonanza,
Unos lazos desenlaza, Frente , que puestas enfrente
Lazos que en lazos de amor No es mucho afrente mil damas.
Rendidas almas enlazan : El moro se regocija
Y entre matas de un jazmin Con vista tan dulce y grata.
Tiende sus matas doradas, f. Vista, que vista condena
Matas que matan á todos, En vista y revista al alma.
Y por ninguno se matan. Juzga, viéndola, por gloria
Cayóle una cinta verde Las graves penas que pasa,
Que el moro alcanzó, y alcanza Penas, que apenas las sabe
Tan rico alcance su gloria, Quien tan sin penas las causa.
Que no viviera alcanzada. Humilla adarga y bonete,
Ella por cobrar su prenda, Bandera y hierro de lanza,
Una su criada llama, Hierro que castiga yerros
Criada, y criada al gusto, Y no yerra á quien le agravia.
De quien es norte en crianza; Guhala cubre la boca
Y díjole que subiese Con una toca de plata,
Una lista enamorada, Toca dichosa, que toca
Que entre las moras de un moro En parte jamas tocada :
üe verde se hace morada; Y al encubrir tanta gloria
Que si tantas moras moran Descubre una mano blanca,
Como en su aljuba en su alma, Mano, que es todo en su mano
Alma, mora, aljuba y moras Y á todas de mano gana.
ROMANCERO GENERAL.
te ,
El recorrer con los ojos • i Maldito cuanto prometen.
Primero calle y ventanas, Pues prometen y no cumplen, ,
Calle, que es bien que se calle, Y sin dádivas no quieren ! {
Que no medra quien no calla : ¡Maldita su falsa risa,
Y no viendo azar ninguno Pues cuando rien aborrecen,
Por ganar la suerte, para, Y cuando muestran amor
Suerte, que por ser de suerte Es cuando mas se endurecen!
Desta suerte la declara : ¡Malditos sean sus favores,
—Serán de lo que dijere , t Y el amor falso que tienen,
Señora, el tema mis ansias, 1 Pues quieren al que no ama,
Tema que es fuerza se tema Y al que las ama aborrecen!
Pues da temor el pensallas. ¡Malditos sean los gemidos
También de fortuna temo Que dan, si ausentes los tienen,
El trato y sus inconstancias, Pues no lloran por la ausencia ,
Trato que es trato de cuerda, Sino temiendo que vienen ¡
Para quien menos maltrata. ¡ Mal haya también mi dicha ,
Mas hoy probaré hasta dónde Pues cuando florecer debe,
Tira mi dicha la barra, ¡ Con la niebla de unos celos
Dicha sin igual si á dicha Se aniebla, marchita y pierde !
Mi pena dicha no os cansa. », ¡Malhayan mis esperanzas,
Y en prendas, solo os ofrezco Pues estaban ayer verdes,
Mi casta fe por esclava, Y hoy se han tornado amarillas
Casta, y de casta tan noble Con un cierzo de desdenes !
Que os iguala en noble casta. ¿Qué me importa á mí, d i , Guhala,
Y la merced que recibo Que me mires siempre alegre,
Soy mudo en el publicalla, Pues que según hoy he visto,
Mudo, que jamas me mudo, Sin duda entonces me vendes?
Porque aborrezco mudanzas ¿ Qué me importa que tú digas,
Aceptadlo, sin mostraros Que por mí vives y mueres,
Dura á tan tiernas palabras, Pues según hoy has mostrado ¿
Dura, que si el serlo dura Fingidamente hablar debes?
No durará quien os ama. Entre losfingidostratos
Y adiós, que siento ruido : Que á entrambas partes prometes
E l cuerpo parte sin alma Sin inclinarte á ninguna,
Parte, por no ser ya parte A él piadosa, á mí clemente ,
De alma que de vos se aparta.— Mas vale que te declares
(Romancero general. — It. Flor de variot y nueve» Y esos ademanes dejes,
Romanees, 2.a parte.) , Pues que con ellos me engañas,
Y suspenso á Ámete tienes.
* Tiene el mismo carácter que el anterior del ntím. Í60. Con esto vivirás leda,
Y alegre vivirá Ámete,
Y yo moriré contento
162. Por ser tú quien me da muerte
ARBOLAN. — III. Podréis gozaros los dos,
{Anónimo.) Y yo gozaré mi muerte,
Sale de un juego de cañas Que será una corta vida,
Vestido de azul y verde Colgada de esos placeres.—
El valeroso Arbolan, No pudo hablar mas el moro,
Casi al punto que anochece, Que lágrimas le detienen,
En un alazán caballo, Y un sudor que ha procedido
Adornado de jaeces, De celosos accidentes.
Lleno el freno de penachos , ; (Romancero general)
Y el pretal de cascabeles.
De Sanlúcar sale el moro, 'i 163.
Y camino va de Gelves, ¡' ARBOLAN. — IV.
Tan melancólico y triste,. "1
Cuanto vino ayer alegre, (Anónimo.)
Porque una morada toca El mas gallardo guíete
Que á su mora dio en retrueque Que jamas tuvo Granada,
De un hermoso camafeo, Cortés, galán y discreto,
En un verdoso bonete, Brioso en jugar las cañas,
Vio que la llevaba puesta, Diestro en una y otra silla,
Si los ojos no le mienten, Y mucho mas en las armas;
En lo blanco de la adarga Fuerte cual acero en ellas,
Su competidor Ámete. Y cual cera entre las damas;
A sus lástimas tan justas Diamante "entre los alfanjes,
A responder no se atreve Gracioso en bailar las zambras,
El eco por no enojalle, Sal en las conversaciones,
Que aun hasta el eco le teme. Y medido en las palabras ;
— ¡ Maldito sea, dice el moro, Vestido de una marlota
Quien se fia de mujeres, Medio azul, medio encarnada,
Pues sabe son mas mudables Efectos que causa el moro
Que los años, días y meses! En la bella mora Guhala :
i Malditos sean sus halagos, El capellar amarillo,
Si halagos decirse pueden, Que es color desesperada;
Pues halagan con la paz, Azul el turbante y toca,
Y armada la guerra tienen! Por unos celos que trata,
¡ Malditas sean sus palabras%
Pártese con razón Doca,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
«¡Ayquerida Guhala,
y auséntase de su dama; •Triste del que sin verte muerte aguarda!»
El va vestido de fiesta, (Romancero general.)
Y ella de luto en el alma.
Camina para Jaén
Solo por jugarlas canas, 165.
Cuando Guhala pierde el rastro
De los contentos del alma.
Es mora cuya hermosura (Anónimo.)
Mil corazones enlaza , Cuando de Titon la esposa
Y viendo libre á Arbolan, Deja el asiento dorado,
De esta manera le habla : Dando á la rosa su precio,
—¡Arbolan, valiente moro! Que la noche le ha robado,
¡Tanflacamenteme amas, Cantan Filomena y Iris;
Que con pequeña ocasión El ruiseñor namorado
De mi presencia te apartas? Muestra sus dulces amores, "
¡Oh si pudiera seguirte, En que siempre está enlazado,
Y cómo que te espantaras Vuelve con nueva querella
Viendo en mí la fortaleza Al trabajo comenzado
De amor, que en tí se acobarda !— El labrador industrioso
El ver partir á Arbolan Y el trabajador cansado,
Tanta pena le dio á Guhala, Sale del monte de Arcadia
Que cayó la mora enferma Arbolan enamorado, v
Al tiempo que él caminaba ; A quien amor de Soltana
Y á moras que le preguntan Traia el pecho abrasado.
De su enfermedad la causa, ; Rica marlota traia
Responde con fingimiento De oro verde y morado,
Y con palabras dobladas. Esmaltada de mil flores,
Menos dobleces la toca Que declaran su cuidado;
Tiene, que el moro llevaba, Blanco el bonete y lustroso
Que son los que Guhala muestra Todo de perlas sembrado,
Eh el mal y en las palabras. Rica bordadura de oro,
Solo á Zara, que es su amiga,
Y de su Arbolan hermana, Y de seda recamado.
Quejas y ocasión le cuenta En caballo alazán viene, ";'
Con plática clara y llana : ! Ricamente enjaezado,
—¡Ay Zara, querida amiga! Cuanto de uno al otro polo
¡Cuan mal tu hermano me trata, No puede otro el sol mirallo
Que con ausencia rabiosa Con soberbio continente
Ya por momentos me acaba!— En su amor embelesado,
Y estas palabras diciendo Por do el caballo lo lleva,
Se le quedó desmayada: Iba el moro trasportado.
Flaqueza del mal que tiene , Llora la manda terrible,
Y fuerza de amor lo causan. Siente el triste su cuidado,
Porque la bella Soltana
(Romancero general.) Con desden le habia tratado.
Mandado le habia su dama ,
164. Que en Argel no hubiese entrado
Hasta que del sol la hermana
ARBOLAN. — V . Muestre su rostro menguado,
(Anónimo.) Porque en campo no venció
A Azarque, moro esforzado,
Preso en la torre del Oro Que por enojar su amor
El fuerte Arbolan estaba, Con él entró en estacada . 8

Por mandado de su Rey, Maldice el moro á sí mismo,


Con cuatro alcaides de guarda; A la fuente, rio y prado ;
No porque traidor ha sido Por haber hecho tan poco
Contra su corona en nada, Contra sí se vuelve airado.
Sino por celos que tiene ¡: «¿Qué es de t í , moro Arbolan?
De su idolatrada Guhala : " ¿ Qué es de tu valor sobrado,
«¡ Ay querida Guhala, , Que en nada tenia al mundo,
«Triste del que sin verte muerte aguarda!» Y agora se ve amenguado?
Manda que suelto no sea , Aunque Azarque lo mejor
Sino para mas venganza, De Arbolan no haya llevado,
Con dos pesadas cadenas, Es gran mengua que se diga
Que pies y manos le traban : Que conmigo se ha igualado.
Viéndose de aquella suerte, ¿No bastaba el amor vivo
Sin remedio de esperanza, Que tu dama te ha mostrado,
Suspirando dice á voces, Verte de ella ser querido,
Asomado á una ventana : Verte de ella regalado?
«¡Ay querida Guhala, ¡ Ay bella Soltana mia!
«Triste, etc.»
¡ Ay mi rostro delicado!
Y luego volvió los ojos, ¡ Ay bellos cabellos de oro,
Y á Guadalquivir miraba, Que me tienen enlazado!
Diciendo : — Rey inhumano, No consintáis daño tanto :
Ya obedezco lo que mandas. Alzad, alzad el destierro,
Mandásteme poner hierros, Destierro que á mí destierra
Y cargásteme de guardas, Por tierra tan alejado.—
Ambas á dos, cosas son Y llorando de sus ojos
No sin gran misterio causa. Con mortal dolor y rabia*,
ROMANCERO GENERAL.
Quedó el moro amortecido, 167.
Pálido el gesto y mudado. A U A T A R . — II.
El campo iba regando
Por do le lleva el caballo, (Anónimo.)
Tal que parece trasunto * Alcaide, moro Aliatar,
Sin bullir con pié ni mano. Con la Reina os congraciasteis:
(Flor de varios y nuevos Romances, 3.a parte.) Mas son aquestas razones
De mujer que no de alcaide :
* Este Arbolan no tiene relación alguna con el de los roman- Dijiste no habia bonete
ces anteriores. De moro, do no se halle
2 Así en el original, faltando á la asonancia. Toca de dama ó cabellos,
s Desde este verso hasta al fin se falta al asonante que cor- Medalla, cifra ó plumaje,
tesponde. Y que las damas avisan
•* Difunto querrá decir. De que las esclavas salen,
De las damas mensajeras,
Á visitar los galanes;
ROMANCES DE ALIATAR Y E L MAESTRE Que de papeles hay muestra
" E CALATRAVA. En el terrero las tardes,
Como si el mostrar papeles
No fuera bajeza grande;
166, Que rondando algunas noches
ALIATAR — 1. Encontráis al moro Azarque,
Debajo las celosías,
(Anónimo.) A donde suelen hablarse.
De la Naval con quien fueron Si le topáis ó le veis,
Tan inclementes los hados, Prendedle ó acuchilladle,
Que es prueba de la fortuna
Y fe de sucesos varios; Y sino callad de dia,
En una playa desierta Como de noche, ¡ cobarde!
Sus rotas velas dejando De la discreta Jarifa
A reparar, si es posible Siendo mentira, contastes,
Repararse rotos cascos, Que señas hizo en Genil
Vuelve Aliatar á Castilla ., Al moro de Ocaña Azarque;
Para que el rey toledano p Yá las dos Galvanas bellas.
Por tierra ó por mar le ocupe Siendo quien son los Galvane£ s

En mas peligrosos cargos; , Sin respeto y con malicia


Que de su linaje noble De altaneras las tratastes.
Las proezas imitando, Del cuarto de nuestras damas
Del gran Alfaquí su padre Hicistes injusta cárcel,
Desea seguir los pasos. Y apagando la ocasión,
Pasando pues su camino Encendiste voluntades.
Por la ciudad, á quien damos Alguna afición dormía;
El blasón y la memoria Yo sé que la despertaste :
Del escudo castellano, ¡ Mucha privación es fuerza
Adalifa, mora bella, Que en mucho apetito pare !
Amiga de amor de paso, Mentís, alcaide traidor;
Puso en el moro los ojos • Mentís, Aliatar infame,
Para mudarse y quitallos. Y perdonad, que las damas
Ya suspira porque ha de irse, Así me mandan que os trate;
Ya llora porque ha llegado, Pues de esas falsas razones,
Ya del tiempo forma quejas, Y de ese traidor semblante,
Ya le llama dios humano; No hay honra que esté segura,
Ya su muerte le da celos, Ni nobleza sin ultraje.
Ya sus celos son engaños, Los galanes caballeros
Ya detiene á sus deseos, Sirvan damas principales,
Ya da rienda á sus cuidados, Que en amores de esta suerte
Ya se le antoja que es Dido, Ningún desacato cabe.
Ya que Aliatar el troyano, Tenéis entrañas dañosas,
Huésped, robador de fe; Presumís grandes maldades,
Mas no hay fe donde hay agravios. Gobernáis ajenos bienes,
Mil promesas hace el moro Para el fin de vuestros males.
Contra el poder de los años, Las sospechas que soñáis
Cuyo curso allana montes, Publicaislas por verdades.
Y encumbra los valles llanos. ¡ Ay de vos, y cómo os veo,
En esta llegó el ausencia, Que en pié os moriréis, alcaide!
Cirujano de cuidados, Dama servísteis un tiempo;
Vida de presentes gustos, Allegad y preguntalles
Muerte de gustos pasados. Quién sois vos, y quién son ellas,
Así se troco Adalifa, Sabréis bajezas notables.
Y en su pensamiento vario Jamas tuvisteis amigos
Voló á otros nuevos desvíos Que seis días os durasen;
Regida de olvido ingrato; Señal de malos respetos,
Y Aliatar, porque no entienda No conservar amistades.
Que de su olvido hace caso, A las armas, moro amigo,
Sobre la arena escribió Dejad malicias aparte,
Y en vez de damasco y sedas,
De su lijereza el cargo. Vestid jacerina y ante,
{Romancero general.) Que las manchas que en la honra
A tantos buenos echastes,
87
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS
Y cuidados sobre el alma.
Han de salir coa lavarlas Del caballo por el aire
En vuestra alevosa sangre. Vuela la cola alheñada,
(Romancero general.) Las manos huellan las cinchas ,"
Y la espuma el freno mancha :
168. De plata los acicates,
A L I A T A R . — III. Que con la sangre que saca
Parecen sus blancas puntas
( Anónimo.) Coral en cabo de plata.
—Azarque, moro valiente, Iba tan lijero el moro,
En ausencia me infamaste, Que si algún suspiro daba,
Diciendo palabras que eran Desde donde le comienza,
Mas de mujer que de Azarque. A media legua le acaba.
Dices que te puse mal No lleva preciosas piedras,
Con la Reina y con los grandes, Porque aljófar y esmeraldas
Y que soy cobarde : mientes; Las dejó cuando se vino,
Tü mientes y eres cobarde. En dientes y ojos de Arlaja.
Mira, Azarque, lo que diees ; ' Por el semblante su pena,
Otra vez antes que hables, Y por los ojos sus ansias,
Que si tu lanza es temida, Y de todo la ocasión
Ya de mi lanza temblaste, Por la divisa declara
Dijiste : — ¡ Pobre Aliatar! Un águila, cuyo pico
En pié morirás, alcaide. Se cebaba en las entrañas
Yo te mataré en presencia, De un sacre, con esta letra*:
Porque ausente no me mates. « Por envidia se las saca».
Haces hechos con palabras, —Déjale, envidia, en mi daño,
Y obrando, hechos no haces, Dice el moro, porque habla
Que has alcanzado la fama A solas, y le parece
Sin que la fama te alcance : Cualquiera sombra Abenámar,
Si mandan darme la muerte Si con mi daño no medras,.
Las damas, ven á matarme, i Por qué mi Ventura agravias,
Y podrás volver sin vida Y haces que se marchiten
A quien mi muerte esperare; Tu fama y mis esperanzas ?
Que soy mas bravo y furioso ¡ Ay, amiga de mis ojos!
Que tú en mi ausencia mostraste: ¡Ya no temo tu mudanza,
Haréte agravio en los ojos Que mis prendas, por ser tuyas,
Antes que en el pié me agravies; No es posible sean falsas!
¡ Mira que valen muy poco Muestra varonil esfuerzo,
Palabras que poco valen! Mira que será gran falta
Pues las palabras y plumas Que mis armas te se rindan,
Dicen que las lleva el aire. Y te rindan sus palabras.—.
Considera que no puedes Dijo, y olvidóse luego
Ausente hablar disparates, De los respetos que guarda,
Que es el ánimo que encierras, Y para vengar su injuria
Y quien las sabe las tañe. A su pariente amenaza. . ¡
Conozco bien tus espaldas, No espera verse delante,
Que tengo señas bastantes, Ni su respeto se guarda,
Por do tusfingidoshechos '; Porque va mas que el caballo
No los sigas ni te jactes : Presurosa la venganza :
Deja el nombre de valiente, Lo que topa desmenuza,
Que no es razón que lo infames; Y á los hombres despedaza,
Pues se da nombre de hechos Y escápase de sus manos
A quien hechos hacer sabe. La luna, por estar alta.
Búscame, Azarque famoso, Dijo: —Si el temor de verme,
Que cuando á dicha me halles, Abenámar, no te mata,
Podrás matizar mi lanza Espera para la vuelta. —
En el matiz de tu sangre;' Y en esto se entró en Granada.
Mas el viento se las lleva, (Romancero general.)
Que como el viento se gaste,
Aire, palabras y plumas,
Todo es aire, y tú eres aire. — 170.
(Romancero general.) ALIATAR. — V .
(Anónimo.)
169. «Denme el caballo de entrada,
Que me dio el rey de Marruecos,
Aquel morcillo brioso
(Anónimo.) Que pisa galán y recio :
Con el titulo de Grande Aquel que rompe la tierra
Que le dio el Rey por sus armas, Y vuelve al amor del freno
El fiero moro Aliatar Las vueltas que á ver mi dama
Va de Antequera á Granada. Da mi triste pensamiento:
Colgada del almaizar Quitadle el verde jaez,
Llevaba su cimitarra, Y enjaezádmele luego
La izquierda mano en la rienda, De negro, porque declare
Y la derecha en la lanza. La pena y mal de que muero.
Dos tocas sobre el bonete, La marlola quiero negra,
Y polvo sobre la cara, Y negro el tocado quiero,
Lágrimas sobre los ojos, Y las plumas del penacho '
8B ROMANCERO GENERAL.
Como el vestido que llevo : *" Pues comparar no se puede.
Las cañas negras también, '' De mala gana se parte
Porque se haga negro el juego, De donde su gusto tiene;
Que quien tiene el pecho triste, Mas fuérzanle á que lo haga
Color no le alegra el pecho. Los amigos y parientes,
Solo el velo de la adarga Porque pronostican daño
Quiero que no vaya negro, De su amoroso accidente,
Sino azul, porque declare Que es la dama emparentada
Los negros celos que tengo. Con Cegríes y Gómeles,
Todo de negro vestido, Y temen, sabido el caso,
Por el arenal del puerto No procuren ofendelle,
Entró Aliatar en el coso Y mas el bravo Celindo,
Acosando su tormento : A quien le cupo por suerte,
Vido á su Zoraida bella, Moro de valor y estima,
Y parte luego corriendo Respetado de la gente,
Deseando de hablarla; Que el pueblo rige y gobierna,
Mas no cumplió su deseo, Y en la villa vale y puede.
Que su contrario Celin Partióse sin despedirse,
Pasó cerca de su puesto, Porque no se parta alegre,
Y al pasar le ecbó Zoraida No por falta de ocasión,
Prendas que mas le prendieron. Pues no falta á quien la quiere.
Echóle una toca verde, Solo se sale de Ocaña
Y unaflormorada en medio Sin que amigo ni pariente
Dándole fe y esperanza, Para despedille salga,
Y á Aliatar muerte de celos. Ni en su compañía lleve,
Parte Celin tan ufano En un caballo morcillo,
Cuanto Aliatar descontento, Que las yeguas ya le ofenden,
Y sin acabar su pena No por no ser animosas,
Principio ponen al juego. Mas por el nombre que tienen :
Hicieron dos ó tres sueltes, Y quiso por su tristeza
Y el alcaide se está quedo, Que también el jaez fuese
Defendiéndose de cañas Negro, como su desdicha;
Que pretenden ofenderlo. Y porque en todo se muestre,
Tiróle Celin la suya; En un capellar leonado
Mas con un enojo intenso Lleva pintada la muerte ,
Su caña tiró Aliatar, Con esta letra , que dice :
Que fué tiro sin remedio, « Matóme, sin que muriese».
Porque dándole en la adarga, Sembrados de aves nocturnas
Le pasó la adarga y pecho , Llevaba un negro bonete
Abriendo al alma camino Con solas dos plumas pardas,
Por donde salió al momento. Que ya no las quiere verdes.
Apeóse del caballo, No quiso salir sin plumas,
Y fué donde estaba el muerto : Porque sus desdichas vuelen
Quitóle la toca verde, Como vuelan sus contentos,
Esperanza de sus duelos; Un martes cuando amanece;
Y volviendo á cabalgar, Y llevaba por garzotas
Fuese á Zoraida diciendo : Un ramo de laurel verde,
¡Mal guarda Celin tus prendas, En fe que contra la suya
Tan grande amor pretendiendo! El tiempo muy poco puede :
Quédate, tirana ingrata, Por medalla , una leona
Que en tu memoria esta llevo, Que á solo gemidos quiere
Que quiero hacer prendas propias, Dar vida á lo que ha parido',
Prendas que para otro fueron. Y dice lo que se lee :
«Estos bastan para darla,
(Romancero general.) «iMas quien á mí dalla puede
171. »Con ellos se ablanda menos,
»Y mucho mas se endurece».
ALIATAR.—'VI. Una marlota encarnada
(Anónimo.) Bordada, de mil dobleces,
Por una nueva ocasión, Y por borla aquesta letra :
Tan penosa como fuerte, «No son menos los que tiene.»
Deja su villa de Ocafia, Y una lanza con dos hierros,
Donde vive y donde muere, Por solo sufrir desdenes,
El bravo moro Aliatar; Y de morado teñida
Porque su esperanza verde, La culpa de quien consiente:
Los desengaños y el tiempo De color de rosa seca
Son causa de que se seque, Es la bandera que pende,
Pues á sus altos principios En señal que se secó
Sucedió tan triste suerte, Lo que antes fué mas verde :
Y tan infelice fin, El brazo todo cubierto,
Que trocó su vida en muerte. Porque arregazado teme
Vióse el moro regalado De ver en él el retrato,
De palabras y papeles Que le obliga se destierre; '
De la mas hermosa mora Con una toca amarilla,
Que el reino morismo tiene, Y en ella pintado viene
Cuya bizarría estima, Un Fénix, que ya se abrasa
Y cuyo donaire escede Y en ceniza se convierte,
A toda imaginación , Y con las alas soplando
Aqutil fuego en que se enciende,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Y escrito con letras de oro : Por donde salió á caballo
«Mucho temo el parecerte»; «Tristes, etc.»
Con un alfanje ceñido, Caballeros del Maestre,
Dado en su paciencia el temple, Que en el camino encontraron, ,'".
Y en la guarnición en cifra, Encubiertos de unas cañas. ,
El nombre de quien lo ofende, Furiosos le saltearon :
Colgado de un tahalí Hiriéronle malamente,
Que tiene ramales trece, Murió Aliatar mal logrado,
Porque pasan de docena V los suyos, aunque rotos,
Sus males, que no sus bienes, No vencidos se tornaron :
Y en el campo del adarga «Tristes, etc.»
Lleva pintada su suerte, ¡ Oh cómo lo siente Zaida!
Que es una escura noche ¡Y cómo vierten, llorando : .
Que truena, graniza y llueve. Mas que las heridas sangre,
Un borceguí datilado, Sus ojos aljófar blanco !
Hechos lazos en reveses, Dilo tú, Amor, si lo viste:
En señal que sus intentos Mas ¡ ay que de lastimado
Todos al revés suceden; Diste otro nudo á la venda,
Y en los estribos de bultos Por no ver lo que ha pasado!
Mil animales monteses, «Tristes, etc.»
Porque piensa que con ellos No solo le lloró Zaida;
Pasará su vida breve. Pero acompañanta cuantos
No quiso sacar espuelas, Del Albaicin á la Alhambra
Porque bastan sus desdenes Beben de Genil y Darro;
Para picar el caballo, Las damas como á galán,
Y á él, que tanto los siente. Los valientes como á bravo,
Con tan cansadas divisas Los alcaides como á igual,
Llega á las aguas que vierte Los plebeyos como á amparo :
El claro y corriente Tajo, «Tristes marchando —
Y junto a una turbia fuente, »Las trompas roncas, los tambores destemplados«;
Que de un cenagal salía (Romancero general)
Al pié de un monte silvestre;
«Este, dice el moro, es * Es'uno de los romances mas dignos de atención, en donde
»E1 lugar que me conviene». su parte lírica apenas sufre competencia. Está lleno de bellas
Apeóse del caballo, imágenes, cuya pompa lúgubre interesa sobremanera, y hiere
Y por el monte se mete, la imaginación, trasladándola á la escena que el poeta quiso
Dejándole suelto y libre, pintar.
Como se ha visto otras veces,
Adonde piensa esperar ROMANCES DE MULEY.
Lo que el tiempo de él hiciere,
Hasta que muerte, ó su mora
Su vida y estado truequen. 173.
(Flor de varios y nuevos Romances, 3.» parte.) MULEÍ.—I.
1
Es una antigua creencia que la leona pare los hijos muer- (Anónimo.)
tos, y los da vida con sus rugidos. Los ojos vueltos al cielo
Y el pensamiento en su alma,
172. Cercado de mil sospechas
Ingratitud y mudanza,
ALIATAR. •VII. Celos-, temor con engaño,
l
(Anónimo .) Embustes, nuevas marañas,
Peligros, muerte segura,
No con azules tahalíes, Con tormenta y sin mudanza,
Corvos alfanjes dorados, De azul, pardo y amarillo
Ni coronados de plumas Una marlota bordada
Los bonetes africanos, Cercada de mil trofeos
Sino de luto vestidos Entre listones y franjas;
Entraron de cuatro en cuatro,
Del mal logrado Aliatar Por descanso un almaizar
Los afligidos soldados : Con una borla encarnada
«Tristes marchando, Y en un extremo este mole :
«Mas el descansar me cansa».
» Las trompas roncas, los tambores destemplados », Un bonete aceitunado,
La gran empresa del Fénix Una loca anaranjada,
Que en la bandera volando Que ni es bien desesperado
Apenas la trató el viento Ni con perfecta esperanza;
Temiendo el fuego tan alto, Y del cabo del bonete
Ya por señas de dolor
Barre el suelo y deja el campo, Que hasta el hombro izquierdo baja,
Arrastrado entre la seda Cuelga un precioso joyel
Que el Alférez va arrastrando: Con una fina esmeralda
«Tristes, etc.» Y dos arábigas letras,
Salió el gallardo Aliatar Lo que le parece gracia,
Con cien moriscos gallardos Que declare en Aljamía :
En defensa de Motril «De esperar estoy colgada».
Y socorro de. su hermano. En un morado tahalí
A caballo salió el moro, Un alfanje de Tartaria,
Y otro dia desdichado La hoja llena de letras,
En negras andas le vuelven La guarnición plateada,
Y en medio de la contera
90 ROMANCERO GENERAL.
Un Cupido con sus armas 175.
Y en una flecha este mote : ni.
tAl que le defienda, mata».
Borceguíes datilados, (Anónimo '.)
Lados y vueltas doradas, Echada está por el suelo
Y en ellos sendos lagartos Alcalá de los Gazules
Pintados en una playa, Por el Santo Ray Fernando,
Que como la arena es frágil Dia de San Pedro un lunes.
Si con los pies pinta ó labra Los chapiteles de plata,
Pasando mas adelante Que amenazaban las cumbres
La cola lo desbarata. Con el humo y con las llamas
Quiso así significar, Su rojo arrebol encubren.
Que cuánto labró en Granada Su alcázar, mezquita y baños
La cola de un desengaño Vomita alquitrán y azufre,
Le destruyó sus pisadas, A cuyas llamas las armas
Salió el gallardo Muley De los cristianos relucen;
De la fuerza del Alhambra Y dejando la ciudad,
Maldiciendo su ventura Una cuesta arriba suben,
Porque le dejó Albenzayda. Haciendo desde lo alto
(Romancero general.) Mil luminarias y lumbres,
Cuando su alcaide Muley
Al cristiano Rey descubre
174. Desde una arruinada torre,
Que ya sé quiebra ó se hunde,
Y dice : «Llega, cristiano,
(Anónimo *.) «Saquea, roba y destruye,
«Pues que has vencido el linaje
A la vista de los Velez «Que al mundo de sangre cubre.
El fuerte Muley camina, «Los Gazules llevas presos,
Que era la vuelta de Alora «De esta tierra honra y lumbre,
Donde el amor le encamina »Y te afirmo que Granada
En un retrato los ojos «Cercada un año no dure.
De la bella Sarracina , «Cuando venisteá Alcalá,
Y besándole mil veces » Dentro en mis baños lo supe :
A decille así principia: «Dejé la toca de seda,
«i Oh tesoro de mis males, «Que mi frente ciñe y cubre;
»Y de mis querellas mina! »A las torres de mis armas
«¿Es posible que tus manos i Con mis moros me retruje :
«Contra mi pecho se inclinan? «Salí al campo porque nadie
«Acuérdate de las flores
«Que cogí en Guadalmedinaj «Dé ser cobarde me acuse;
«Y que en presencia y ausencia', «Mas llévanme el alma presa
«Muley ante tí se inclina. «En una mora de Túnez,
«Ablanda ya el corazón «Que fué desta tierra fuego,
«De esmeralda diamantina, «Y de estos ojos la lumbre.
«Y no pienses que en desdenes «Diómela su padre el Rey;
«Tu falsa afición se afina. » De África á España la truje
«Buscando voy tu calor, «En una fusta turquesa,
«Como la fiel-golondrina, »Que de oro y seda compuse
«Que se va huyendo del golpe «Toda la popa dorada :
»De la furiosa marina : «Hice que mi estrado ocupe
«Que porque me viste hablai «Con cien cristianos vestidos
«En la zambra con Ce vina, «De telas blancas y azules.
«Quisiste contra tu fama «Celebráronse las bodas,
«Ser á tu gusto divina. «Mañana un año se cumple :
«No uses de los dobleces «Martes, dia de desgracia,
«Que usó la cauta Armelina : «Que se acabaron hoy lunes.»
¿Mira que mi pensamiento (Romancero general.)
«¿•pensar en tí no atina. t También puede este romance colocarse entre los históricos
«Si te hablo, dícesme, de la época de Fernando V, el Santo, considerándole como
«Que me voy de la bolina; fronterizo, aunque moderno y de fines del siglo xvi.
» Y si te miro callando,
«Eres contra mí malina.
«No s é , mora, qué te hago, ROMANCES DE ALMORALIFE.
«Pues con furia repentina
«Te defiendes de un rendido 176.
«Con escudo y jacerina.» ALMORALIFE. — I.
Con esto llegó á un arroyo
De una fuente cristalina, (Anónimo.)
El mayor Almoralife,
Y á la sombra de un nogal De los buenos de Granada,
Su lacio cuerpo reclina. El de mas seguro alfanje,
[Romancero general.) Y el de mas temida lanza;
1 El sobrino de Zulema,
Este romance puede considerarse como resultado de un Visorey de la Alpujarra,
monommo de pies de diez y seis sílabas, partidos por la mi-
tad en el emistiquio. Conde presume que de esta combinación Gran consejero en la paz,
métrica de los árabes resultó nuestro romance de verso redon- Fuerte y bravo en la batalla,
dillo, u octosílabo. En socorro de su rey
Se va á la mar desde Baza,
Mas animoso y galán,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 91
Que el hijo del moro Audalla; 177.
Tanto que al mundo su nombre
ALMORALIFE.
Seguras fianzas daba,
Que verdaderas saldrían (Anónimo.)
Sus dichosas esperanzas.
Albornoz de tela verde De la armada de su rey
Y de pajizo de gualda, A Baza daba la vuelta
Marlota de raso al uso, El mejor Almoralife,
De azules linos sembrada, Sobrino del gran Zulema;
Por mostrar que allá en la guerra Y aunque llegó á media noche,
Encubre con esperanzas A pesar de las tinieblas
Los lirios, que ya son verdes, Desde lejos divisaba
Y fueron flores moradas : De su ciudad las almenas.
Con cuatro moros detras, —Aquel chapitel es mió,
Solo en una yegua baya, Con las águilas de César,
Que quien quiere adelantarse Insignia de los romanos
Bien es que delante vaya : Que usurparon esta tierra.
Recogiendo pues la rienda La torre de Felisalva
Cesando el trote paraba, Apostaré que es aquella,
Por no sentir por la posta Que en fe de su dueño altivo
La ausencia de Felisalva. Compite con las estrellas.
Saca un retrato del pecho, ¡Oh gloria de mi esperanza,
Que aun á sacalle no basta Y esperanza de mi ausencia!
Porque salen tras la vista ¡ Compañía de mi gusto,
Las imágenes del alma. Soledad de mis querellas !
—Amada mora, le dice, ... Si de mi alma quitases
Que parece que me hablas Los recelos que la quedan,
Con ceño porque te dejo, Y algunas facilidades
Y dejándote me agravias : Que de tus gustos me cuentan :
¿Cómo me miras alegre, Si tu belleza estimaras,
Pues yo te vi esta mañana Como estimo tu belleza,
Tan enojada conmigo Fueras ídolo de España,
Que contigo te enojabas? Y fama de ajenas tierras.—
Si no lloras como peña Dijo, y entrándose en Baza
Que está dura y hecha un agua, ] A sus moros dio la yegua,
¡ Mucho me quieren tus ojos! Y del barrip de su dama
i Mucho debo a tus entrañas! ; Las blancas paredes besa.
Si el arrancar tus cabellos i Hizo la seña que usaba,
No es sentimiento que engaña, Y al ruido de la seña
¡ Muchos cabellos, amiga, Durmieron sus ansias vivas,
Por mi respeto te faltan,! Y Felisalva despierta.
Habla ya, que á tu pintura Salió luego á su balcón,
La darán vida mis ansias, Y de pechos en las verjas,
Dejando mi cuerpo triste A su moro envía el alma
Vacío y con fuerzas flacas. Que le abrazase por ella.
Felisalva, no te entiendo; Apenas pueden hablarse,
Las suertes están trocadas, Que la gloria de su pena
Hoy callas tú, y hablo yo, Les hurtaba las palabras,
Ayer hablaste y callaba. Que en tal trance no son buenas.
¡ Mal haya aquel amador
Que al retrato de su dama Al fin la fuerza de amor
Le dice sus sentimientos, Rompió al silencio la fuerza,
Pues que no sienten las tablas! Porque sus querellas mudas
¡ Mal haya aquel que la mira Por declararse revientan;
En retrato mesurada, Y la bella Felisalva,
El llorando, flaco y triste, Tan turbada cuanto bella,
Estando atento su moro
Y ella compuesta y ufana! A preguntalle comienza :
¡ Ay pundonor, que me llevas —Almoralife galán,
A meterme en una barca, ¿ Cómo venís de la guerra ?
Y entre las-ondas y el cielo ¿Ma'tastes tantos cristianos
Cargado de acero y malla! Como damas os esperan ?
¡ Ay mis baños y jardines ¡Mi retrato viene vivo,
Que el mejor tiempo os dejara! O murió de las sospechas
Mas si dejo mi contento, Que á su triste original
¿Qué hago en dejar mi casa? Le dan soledades vuestras?
Amiga, por nuestro amor Del vuestro sabré deciros
Que si vives enrolalma, Que parece que le pesa
Suspirando me la envíes, De que faltándole el ver,
Que no venceré sin alma.— Vivir y mirarle pueda.—
Con esto los cuatro moros {Romancero general. — It. Flor de varios y nueve*
A media rienda le alcanzan ; Romances, 2.a parte.)
Esconde el retrato y pica,
Hablando de guerra y armas.
178.
{Romancero general.—U. Flor de varios y nuevos
Romances, 1.a parte.) ALMORALIFE. — III.

(Anónimo.)
Descargando el fuerte acero,
Desciuéudose la espada,
02 ROMANCERO GENERAL.
Desembrazando el escudo, ROMANCES DE JARIFE.
Quitando el peto y espalda;
Desalando el bracelete,
Echando acullá la maza, 179..
Besando la toca azul,
Que es celos , y celos rabia; JARIFE. — I.
De coraje y de ira lleno, (Anónimo.)
Dé la perdida emboscada Una parte de la vega
Está el fuerte moro oyendo Que el Genil y Darro bañan,
El aviso de la Alhambra. Cuyas aguas enriquecen
El Rey manda que en el punto El Jaraguí de Granada,
Suba á su real sala, Como mejor posesión,
Donde está toda la corte
Decretando cierta causa." Amena y de mas ganancia,
Un paje viene corriendo Dejó en dote Ámete, persa,
Del cielo do está su dama, A su hija Celindaja,
Mora que entre moras bella
Y como viene del cielo La llama quien vella alcanza;
Trae del cielo una embajada. Y alcanza tanto poder
—Gallardo moro, te espera, Que nadie alcanza á miralla,
Dice el paje, quien mas te ama,— Sin que al momento no rinda
Y el mensajero replica : Alma, corazón y entrañas,
—El Rey y la corte aguardan.— Que son despojos y gajes
Vuelve el rostro de ira lleno, Que ofrecen los que bien Sman.
Y no contra quien la agravia, Estaba prendado della
Mas contra sí, y quien pregunta, Un bizarro de Cártama,
Pregunta, responde y calla. Y preciase de bizarro
Esta un poco enmudecido, Porque es bizarra su dama.
Que acontece á quien bien ama, A las nueve de la noche,
Que quien no sabe de amor Cuando comienza Diana
Pocos tragos destos pasa. Con su clarílica lumbre
—El Rey, dice el mensajero, A tender rayos de plata,
Mala espina tendrá; — y calla, Parte el moro venturoso
Que es destreza al fuerte toro A ver á su Celindaja,
Saber medille la vara. A ver su pena y su gloria,
Cada cual le está incitando, Si en un supuesto se hallan.
Que no halla poco quien halla No le cabe la alegría,
Los mensajeros tan fieles, Que lleva dentro en el alma,
Que en esto no tengan falta. Y quiere que las riberas
—¡Almoralife! ¿qué esperas? Gocen hoy de sus ganancias.
Que hay peligro en la tardanza.— Suelta la voz, dando al viento
Dice el moro : —¿ quién me espera?— Mil donaires, mil palabras,
Responde el paje : —Tu dama Que el amor tenia esculpidas
Felisalva, Almoralife : Como piedra en sus entrañas.
Almoralife, aquella alba Sintió gran rumor y estruendo
Que te suele dar luz pura Entre las espesas matas,
Cuando á tu noche le falta,
Piensa que vienes herido, Que los ecos de sus glorias
O que sirves á otra dama, Esperan nuevas mudanzas.
Que te cura las heridas Dos dispuestos moros siguen,
Que amor y el rebato causan. Con callada y veloz planta,
Vióte venir de la guerra, Por el rastro de las voces
No alzaste á verla la cara: Y de la alegre algazara
¡ Cara cuesta tu venida ! Al moro, y como los siente,
¡ Tu venida cuesta cara I Vibrando fuerte la lanza,
¡ Moro, mira por tus ojos, Con horrísono sonido
Que son espías del alma, Vuelve rienda, embraza adarga,
Y en amor son sobrescritos Aprieta la toca al brazo,
De las amorosas cartas! Pone hebilleta y enlaza;
Mejora con tu presencia Encaja el verde bonete,
La venida de Granada : Da de espuelas, presto salta.
Así el cielo no empeore — ¡Traidor, dice el uno dellos,
Tu jornada y suya á Baza. Villano, de vil canalla,
Deja de estar pensativo, Aguarda, aguarda, que vengo,
Piensa cómo está tu dama; Que vengo, que vengo, aguarda*
Aunque mal digo no pienses, ¡Apercíbete, morillo,
No pienses hasta mañana. Escúdate con la adarga,
Ven donde verás el daño Que si no te escudas presto
Que hace verdadera causa Pasarte he con esta lanza! —
De imaginar si la truecas Gallardo se muestra el moro •
Por otra que mas le agrada. Oyendo el aguarda, aguarda,
Eres tú sol, sola Fénix Y pelea embravecido
Es ella, y en tí se abrasa, De la noche á la mañana,
Y quedarás con cenizas Que no teme aquesta guerra
Solas, si en venir te lardas.— Quien salió de otra mas brava.
Ya las puertas de occidente
{Romancero general. — It. Flor de varios 1/ nuevot
Romances, 1.a parte.) Pasa la clara Diana,
Y con claros rayos Febo
Dora las cumbres mas altas i
Y como si en aquel punto
95
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Comenzaran la batalla, Pero no pudo aguardar,
Andaba la escaramuza Ni el sufrimiento sufrirse,
Los dos contra el de Cártama. Que el firme amor en su pecho
Jarife viéndose solo, Le hace que de priesa aguije.
El dulce nombre declara Con mil suspiros comienza
Que rumiaba entre los dientes A hablarla, y la mano á asirle,
De su hermosa Celindaja; Diciendo : —Mi Celindaja,
Y habiéndole pronunciado, ¿Quién hay que del bien te prive ?
Sin derribar mas la maza, ¿Tiene por ventura el mundo
Deja su mayor contrario Aliatares ni Adalifes,
La comenzada batalla. Gómeles, Muzas ni Azarques,
—Muy venturoso, le dice, Sarracinos ó Cegríes,
De muy valiente le alaba; Que cualquiera en tu servicio
¡Mas cómo no lo serás, No se postre y arrodille,
Site ayuda Celindaja? Y para mas agradarte
Goza, moro, lo que es mió, A besar tus pies se incline?
Que yo te doy la palabra ¿Mas qué es lo que dije ahora?
De jamas te lo estorbar ¡ Cobarde! ¿ qué es lo que dije ! ,
En fiestas, zambra ó batalla.— Que si no soy yo, ninguno
Fuese siguiéndole el moro Puede pretender servirte. —
Que habia venido en su guarda, Descubre el rostro la mora, '
Y Jarife dio la vuelta Como el sol tras el eclipse,
Para tornarse á Cártama. Tan apacible y alegre,
{Romancero general—V.. Flor de vartotynuem Cuanto alegre y apacible; ' ¡
Romances, 3.a parte.) Y el enamorado moro,
Que en sus razones prosigue,
A vueltas de mil ternezas
180. A su Celindaja dice :
JARIFE.—II. —Sosiégate, gloria mia,
(Anónimo.) Haz que tus ojos me miren,
Sobre destroncadas flores, Que en ley de moro te juro
Junto á la fuente del Cisne, Que jamas mi ley te olvide.
Aquese dolor se aplaque,
Sentada está Celindaja, Porque el mió se mitigue,
Mas hermosa que no libre. Y recibe en holocausto
Mirando está al verde prado Esta vida que en tí vive.—
Sus colores y matices, Con elfinde estas razones,
Que con el sol resplandecen, Ambos á dos se despiden,
Y con el agua reviven. Diciendo : — Alá te acompañe :
No le alivian sus cuidados ,, Alá te acompañe y guie.—
Verdes plantas y jazmines, (Romancero general.)
Ni las horas regaladas
De las sombras apacibles :
El mal que en el alma siente, 181.
Cualquier contento le impide, JARIFE. - III.
Que las flores, fuentes, fiestas
Mas al afligido afligen. (Anónimo.)
Por un pequeño recelo, Al alcaide de Antequera
Que dentro del pecho vive, El Rey de Granada escribe ,
Consiente amor en sus leyes Que contra el Rey castellano
Que muera el amante triste. Diez y seis lanzas le envié;
Así Celindaja muere, Las ocho que partan luego,
:
Y aunque muere no lo dice; , Y á Jaén las encamine,
A mas padecer mas calla, Y que aperciba las otras
Sin á nadie descubrirse. Para el tiempo que le avise.
Quiere quejarse, y no puede Besa Zulema la carta,
Y una vez y otra repite; •• Y ejecuta lo que pide,
Mas cansado el sufrimiento Escogiendo de sus moros
Al viento la voz despide : Los mas fuertes adalides.
—Pensamientos amorosos, En este tiempo á la corte
¡ Dichoso el que no os admite, Le fué forzoso partirse
Cuanto pobre y desdichado A poner en paz dos moros
Quien por vosotros se aflige! Que tratan guerras civiles;
Decid, ¿por qué os cautivasteis? Y á su hijo noble encarga
' Declarad todo el origen, Que al Rey las lanzas envíe,
Si no es tan secreto el caso Pues el honor de los dos
Que pierda algo por decirse : En esta empresa consiste.
Mas si de veras amáis, - Un domingo salen todos
Olvidar es imposible, Al son de sus añafiles,
Y mas si con el amor Los caballos cordobeses
Tenéis la fortuna firme. Y los soldados Cegríes.
i Ay quién supiera do estás. De amarillo , azul y blanco
Mi regalo y mi Jarife! Los ocho moros se visten ,
¿Si acaso vives con otra? Colores de Celindaja,
¡Masay, si con otra vives!... — Por quien suspira Jarife : ¡
El moro que oyó el lamento Bonetes de mezcla llevan,
Procura presto encubrirse, Y con bandas verdes ciñen
Para oir el tierno llanto Las plumas blancas terciadas
De su mora, y lo que dice; Que verlas todas impiden.
94 ROMANCERO GENERAL.
Alfanjes de Túnez penden Al Rey de Granada sirve,
De doblados tahalíes : Cúbrele desde el balcón
Las mazas en el arzón, De azucenas y alelíes,
Y las lanzas en el ristre; Y el moro favorecido
Bayos llevan los jaeces, De la reja se despide.
Las sillas blancas y firmes, Sacó la lanza gallardo,
Los estribos plateados, Y por hacerse invisible
Y negros los borceguíes. Al viento deja suspenso
La trompeta que los llama De que la yegua le imite.
Un fuerte soldado sigue, (Romancero general.)
Que va por cabo de todos,
Y la fuerte escuadra rige. 482.
En un pendón de damasco
Aunque se precia de humilde, JAMFE.— IV.
Por orla bordado lleva {Anónimo.)
Del alcaide el nombre insigne;
Y las bandas de sus armas Ardiéndose está Jarife
Con las otras que dividen En el fuego de Daraja :
Los cinco leones fuertes Vela en ajeno poder,
De no domadas cervices. Y él se ve en el de mil brasas :
Los moros salen á verlos, Sus suspiros son el viento,
Y las moras los bendicen, En que se enciende esta llama :
Porque van aventajados Sus quejas son las centellas,
A los Muzas y Alfaquíes. Y el humo sus esperanzas.
Gallardo sale este dia No cura ya del jaez
En una yegua Jarif'e, Ni de la pluma bizarra,
Que las armas hurtó al viento , Ni de bordar el aljuba,
Y la color á los cisnes, Ni del color de la manga :
Con una estrella en la frente Solamente se desvela
Alheñadas cola y clines, En el hábito del alma;
Y un jaez azul, bordado Que amor, como le parece,
De aljófar y de rubíes. Ya le estrecha, ya le enfada :
En la adarga lleva un sol Huye de gente los dias ;
Y una muerte negra y triste, Llorando las noche pasa,
Con unas letras doradas Y á voces se queja al viento
Que dicen : «Cuando se eclipse». Con semejantes palabras :
Blancas y amarillas plumas, —¿ Daraja, tanta hermosura,
Entre tocas tunecíes, i Cómo tan mal empleada?
Con un alquicel bordado ¿Cómo voluntad tan libre
De estrellas y flor de uses : Se volvió tan presto esclava?
Un alfanje de Toledo, ¡ Que dejes á tu Jarife,
Con el puño de amatistes, Que no vale menos que ama,
Y en lugar del pomo de oro Y que siendo el que es Muley
Una cabeza de tigre. Le quieras mas que á tu alma'.
La gruesa lanza de fresno ¿Tanto te va en ver sin vida
Parece en sus manos mimbre, Al que en servirte la gasta?
Que como el viento las plumas ¿Tanto te va, fiera bella,
Así la juega y esgrime. En que te noten de ingrata ?
Oido se ha la trompeta Si huelgas como enemiga
Dentro de Generalife, De ver mi muerte temprana,
Cuando por verle las damas Yo mismo la buscaré,
Desamparan los jardines. Si quien la busca la halla;
El moro mira las rejas, Que cuando en escaramuzas
Obligando á que le miren ; Al encuentro no me salga,
Y viendo á su bella ingrata Estando cerca mi estoque
Así la requiebra y dice : No he menester su guadaña;
— Si vivir sin esos ojos Y si la muerte que digo
Fuera á mi alma posible', Te parece muy honrada,
O pudiera de la tuya Haz que me mate á traición
Sin la muerte dividirme, Ese que ya me la trata.
Yo fuera á servir al Rey, Fácil le será matarme,
No porque privanza envidie, Aunque en armas menos valga,
Mas por traerte despojos Pues en tenerte consigo
De algunos cristianos libres. Sin ellas me quita el alma;
LO que es posible en tu nombre, , Y tú vivirás contenta
Y.la ocasión me permite, \ Cuando por toda Granada
En los soldados se muestra La muerte de tu Jarife
Y en los colores que visten. Por lodos fuere llorada.
Quien tiene cautiva el alma Cuando te contare alguna
Mal puede llamarse libre, De menos duras entrañas
Y el que parte sin morir A dónde hallaron mi cuerpo,
No diga que no le olviden : Y quién le lavó las llagas;
Ellos se van , y te ofrecen Cuántas lanzadas tenia,
Los cristianos que cautiven, Y cuántos golpes de espada,
Mientras lo queda su dueño Y cuántas horas estuvo
De los ojos por quien vive.— Sin conocerle en la plaza;
Alegre la hermosa mora, ¿Qué te faltará aquel dia
De que no quiere partirse,' Para bienaventurada,
Y que solo con las lanzas Si no le turba el contento
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. es
Ver"mi desdicha acabada? Murieron mis esperanzas. f
Podrás después de yo muerto Mas si está ordenado arriba,
Ir libremente á las zambras; Vivamos, pase esta farsa,
Podrás sacar en las fiestas Que quien hasta aquí ha sufrido
Una gala y otra gala; Sufrir podrá lo que falta.—
Podras gozar de la vega, (Romancero
Y ponerte á la ventana,
Y entre las moras amigas 184.
Alabarte de esta hazaña :
Y como tendrán mis huesos
La tierra por dura cama, (Anónimo.)
¡Biente ha de valer mi muerte En la vega está Jarife
Para vivir descansada, Mirando el famoso alcázar
Si menos ha de celarte Que á Generalife sirve
E l que sabes tú que trata De fuerte, corona y guarda;
Mas de vengarme de t i , >Y al mismo tiempo que el sol
Que yo de pedir venganza !— Doraba la luz al alba,
(Romancero general.) Y el rocío de sus ojos
Deshizo el sol de Daraja,
183. A cuyo fuego también
Desató la lengua helada,
JARIFE. — V. Y descubrieron las quejas
(Anónimo.) Detenidas en el alma.
Al lado de Sarracina — ¡ Bien he visto, dice el moro,
Jarife está en una zambra, Si las sospechas engañan ,
Hablando en su amor primero, Pues han salido mas, ciertas,
De que fué la secretaria. Que fueron imaginadas!
— ¿ Sois vos, le dice la mora, Por el primero favor
Jarife aquel de Daraja, Me diste una pluma, ingrata ,
Aquel de fe templo, aquel '•] Imagen del seco fruto
Monstruo de perseverancia? De mi perdida esperanza :
Tres años ha, caballero, Pensé que el grande calor
Que os llora por muerto España: Del amor que me mostrabas,
Si muerto, ¿cómo en el mundo? Fertilizara tu pecho,
Si vivo, ¿cómo sin alma? — Tierra estéril, seca y tarda,
El enamorado moro, Y que la palma me diera
Por satisfacer la dama, El dulce fruto temprana;
Ni en voz humilde ni altiva ¡ Pero quién siembra en arena
Así la lengua desata : Que coja viento y palabras !
— El hilo de nuestras vidas Llegóse ya la ocasión
En mano está de las Parcas, En que pudieran mis ansias
Ellas le rompen y tuercen, Hallar remedio en tu pecho ,
Que fuerza de amor no basta. Y estaba en él tu mudanza;
A cada cual su carrera Pero como de mi mal
De una vez se le señala; No fuiste mas que la causa,
No hay mas alargar la corta, Al apurar de la fe
No hay mas acortar la larga. Se conoció que eras falsa.
Si hubiera querido el cielo , ¿Para qué finges, cruel,
Que para mas mal me guarda, Imposibles y amenazas?
Puerta han dado mis empresas Pero si amaras, supieras
A mas de un morir de fama : Que no las teme quien ama.
Mas de una vez el Maestre Los mayores imposibles
Midió conmigo su lanza; Amor deshace y allana,
Mas de un golpe de los suyos Porque es como el rayo fuerte
Guarda por blasón mi adarga. Que lo mas fuerte quebranta.
En la traición de Muley, Como dos contrarios juntos
Y en la libertad de Zaída, Para vencer se señalan,
Si no derramé la vida Así amor en imposibles i
Fué culpa de mi desgracia; Su poder muestra y levanta.
Aunque fué, si bien se mide, No te espantes si el desden
Cosa por razón guiada , Y el alma desengañada
Que no es justo pueda el hierro Pueden tanto, que me fuercen
Lo que no puede la rabia. A que del tiempo me valga,
Vi triunfar á mi enemigo, Y que busque mi remedio
De quien me venció sin armas, Y procure mi venganza,
Yo el cuello puesto en cadenas, Que un desden sana con otro,
Y él su frente coronada : Si amor con amor se paga.
Vi adornados sus trofeos ¡Por mucho que el fuego sea,
De mil laureles y palmas, Puede ser la nieve tanta
Y el ave de Ticio fiera Que venza lo menos fuerte
Cebarse de mis entrañas. Con la calidad contraria!
¡ Entonces, entonces, muerte No te fies de los ojos
A buena sazón llegaras; Que cuando quieren me matan,
Tuviera el sepulcro el cuerpo Pues la fuerza de un disgusto
Do tuvo su cielo el alma! La mayor paciencia acaba.
Muriera donde á lo menos A mujer que quiere bien
Supiera el mundo la causa, ¿Qué impiden tias ni hermanas,
Donde mis placeres, donde Pues los muros y las torres
96 ROMANCERO GENERAL.
Suelen ser débiles cañas ? Y alguna lluvia de perlns :
Amor que mira en respetos, —Jarífe, ¿para matarme
¿Por qué causa amor se llama, Tan galán y tan apriesa?
Si al Amor le pintan ciego ¿Qué promete esa verdura?
Porque no repara en nada? ¿Qué hachas quieren ser esas?
¡Esas tibiezas y celos, ¿Es Zaida la verde y viva,
Recelos, dudas, palabras, Y yo la amarilla y muerta ?
No son efectos de amor, ¿ O son hachas de sus bodas
Que al amor nada le espanta! Que sirven á mis exequias?
Sin quemarse, el vivo fuego , Irás muy gallardo agora
Y á pié enjuto el agua pasa, A la comenzada empresa, >
Ásperos montes camina Si no está cansado el cielo ;
Y al aire extiende sus alas. De sufrir mil insolencias.
¡ Quien pone duda en su gusto ¿Piensas que por ser galán
Mucho descubre del alma ! Y haberte puesto en la overa,
Yo á lo menos bien conozco Por ser de prueba el adarga
Que no le tienes, Daraja. Y la lanza algo mas gruesa ,
Si una vez se apaga el fuego, Y por ser, como otras muchas,
No hayas miedo que renazca, Esta jornada en mi ofensa,
Que no he de ser como el Fénix, Puedes allanar ¡os montes,
Aunque he sido Salamandra.— Y hacer de los valles sierras ?
Esto dijo, y suspirando ¡ Camina, ingrato, camina !
Picó su yegua alazana , ¡Pretende mujer por fuerza!
Y entró en Granada furioso ¡Trabaja de romper solo
Por la puerta del Alhambra. Por tantas gradas y puertas!
Que si de los justos cielos
(Romancero general.}
Algo puede la clemencia,
Yo espero ver de tu cuerpo
185. Cebadas aves y Aeras;
JARIFE. — VII. Y el corazón que me diste,
(Anónimo.) Y agora, traidor, me llevas,
¡ No la reina de las aves Pasado de tantas lanzas,
Cuando se abate á la presa, Como de amorosas flechas.
No la flecha de Diana No siempre la ciega diosa
Sale del arco tan presta, Temeridades aprueba,
Como parte de Jerez- Ni siempre cerrado el cielo
El nieto del gran Zulema ! Está de un triste á las quejas.—
¡ Bien se le parece al moro Esto dijo demudada,
Que amor las alas le presta! Y sin aguardar respuesta
La vuelta va de Toledo, En confusión á Jarife,
Jurando no dar la vuelta Y al mundo dejó en tinieblas.
Hasta allanar el alcázar (Códice del siglo xm.\
De quien depende esta empresa
Vele al pasar su Daraja, 186.
Y reconoce la yegua, JARIFE. — VIII.
No la empresa de la adarga,
Que como olvidado es nueva. (Anónimo.)
Lleva en lugar del ayunque —Fiel secretario Lisaro,
Y del monte, aunque lo fuera, El forastero Jarife,
Un hacha verde encendida, Sabiendo tus pretensiones,
Con otra amarilla y muerta. Por esta carta te pide,
Sin letra va la divisa, Que á la discreta Daraja
Que es el alma de la empresa, Ño la rondes ni visites,
Que mientras vive su alma Ni gozar de sus favores
No quiere empresa con ella. , Procures ni solicites : '"", i
Verde toca, verdes plumas, Que no la escribas billetes,
Verde la manga, y cubierta Porque si alguno la escribes,
De menudo aljófar, verde El alma que tengo en ella
Borceguí, mochila y cuerda : Lo ve luego, y me lo dice :
Verde la aljuba que viste Que es harto mejor que ocupes,
Llena de blancas estrellas, En servir al Rey que sirves,
Y por los verdes extremos La pluma, que no ocupalla
Se ve lo pajizo apenas. En billetes mujeriles.
Conócele, y desconoce Hanme dicho que procuras
La dama, mira, arde y tiembla , Con mil astucias y ardides, : /
Ni bien se atreve á llamarle, Apartarme de sus ojos, ',',•••'. ?' '
Ni bien de llamarle deja. Siendo una cosa imposible. i
En esto alzó el Bencerraje Cansaste en balde, Lisaro, 2
Con descuido la cabeza , Si della quies dividirme, ¡
Pudo ser que por miralla, Que dos almas que son una
Aunque le pesó de vella; Solo el morir las divide.
Y como mas de cortés Mil moros hay en Granada, '
Que de obstinado se precia, Tan gallardos y gentiles,
' Inclina tocado y lanza , Que hurtan la hermosura á Apolo
Y recoge brazo y rienda. Y esfuerzo y valor á Alcides;
Ella con voz alterada Y aunque algunos pretendieron
Le dijo, viéndole cerca, Asistir en lo que asistes,
Después de algunos suspiros Salióles al fin la suerte
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 97
De la color de los cisnes : Mil veces la ciudad mira,
Que este ceguezuelo amor, En agua los ojos baña,
Como es hecho de imposibles, Y procurando hablar
Lo que es fácil dificulta, Su voz un suspiro ataja;
Facilita lo difícil. Pero del dolor forzado
Yo he visto moras gallardas Voz y suspiro acompaña,
Despreciar moros sublimes, Cansado de un dolor fiero
Y después poner su amor Que ya con su vida acaba.
En un paje que las sirve; — ¡ Zoraida, dice, que olvidas
Porque en gustos no hay disputa, A quien muriendo te llama,
Ni en amor leyes que obliguen , A mis antiguos servicios
Ni en las mujeres razón Pagaste al fin como ingrata!
Que su gusto las limite. ¿No soy yo quien pudo un tiempo
Significóte estas cosas, Encender tu nieve helada,
Porque me han dicho que dices Cuando decias : de Lisaro
Mal de mí, y que de Daraja Ha de ser siempre Zoraida?
Te maravillas y ríes, ¿Cómo olvidaste esta fe,
Porque poniendo su amor Y á quien tanto te agradaba,
En un forastero humilde, Condenas á daño eterno
Deja un secretario real Nacido de tu mudanza ?
Que la ciudad manda y rige. ¡Y tú, Rey, que has conocido
Humilde soy, y no en sangre, El valor de aquesta espada,
Que si eres de los Cegríes, Rayo que ofende y desnace
Yo soy de los Bencerrajes, A quien tus leyes no guarda ;
Y en desgracias parecíles. Pues tal concierto ordenaste,
¡Siempre fueron envidiados, Poco mi vida te agrada,
No es mucho que tú me envidies, Que mal admite concierto
Que siempre damas nos quieren X a división que tal causa! ',
Y traidores nos persiguen! ¡Dejárasme que muriera
También me certificaron Receloso de mi alma,
Que entre las trazas que diste Y no me dieras la muerte
Para gozar de Daraja, Entre muertas esperanzas!
Desterrarme pretendiste. ¡Consintieras que Abenzaide
¡ Preciándote de discreto Por ventura ó por ventaja,
Muy necia elección hiciste, Diera fin á aquesta vida
Porque mal, Lisaro amigo, Que me ofende sin Zoraida!—
Un cuerpo sin alma vive! Esto dijo, y del turbante
Daraja tiene mi alma, Una pluma verde arranca,
La suya en mi pecho asiste, Y espárcela por el viento
Vivir sin mí es excusado, Que hasta el cielo la levanta.
Y yo sin ella imposible; —Huye de mí, dijo el moro,
Y pues indicios has visto Que tu color no me agrada,
De ser esto verosímil, Pues tras un desden tan claro
Deja el alma de mi alma No habrá lugar de esperanza.—
Y procura otra alma libre. (Romancero
Otras moras hallarás
Que te sirvan y acaricien
De voluntad , que el amor 188.
Nunca por fuerza se rinde.— LISARO. — II, .
Acabada esta razón (Anónimo.)
Cerró la carta Jarife ,
Y á Lisaro la envió Lisaro que fué en Granada
Con un paje que le sirve. Cabeza de los Cegríes,
Mas gallardo en guerra y paz
(Homandero general.) Que el mejor Almoralife,
Salió de Alcalá de Henares
ROMANCES DE LISARO. Donde sirviendo reside
El alcaidía famosa
Que le dio su rey Jarife.
187. No va cual suele á Toledo
LISARO. — I. A jugar cañas, ni viste
Morado alquicel de seda,
(Anónimo.) Ni dorado alfanje ciñe.
Ya por el balcón de oriente No siembra bonete azul
Su rostro Apolo mostraba, De granates y amatistes,
Las lágrimas enjugando Ni lleva listadas de oro
Que vertió su dulce hermana ; Blancas tocas tunecíes.
Por él la encogida rosa Sale buscando furioso
Las hojas tiende y ensancha, A su Zoraida, á quien sirve,
Y Clicie comienza el curso Y á su padre que la lleva ,
Que hace mirando su cara. Siguiendo á quien le persigue.
En esta sazón Lisaro, Encerrarla quiere el moro i
A quien fortuna contraria Por sospechas que le oprimen,
Hizo enemigo á la vida, Siendo tal, que puede al templo
Y amigo á la muerte amarga; Llevare! agua del Tiber . 1

t¡uaiito infelice gallardo, Con estas ansias Lisaro


En una yegua alazana Hace que su gente aplique
Con tardo curso camina Al color del corazón
Por la vega de Granada. El vestido negro y triste.
T. x.
98 ROMANCERO GENERAL.
Cuatro moros le acompañan, Y con sus damas !a Reina;
Todos de negro se visten : Y luego como el sol sale,
Salen moros ala vega,
De negro son los jaeces, Los mas bravos y galanes
Y de luto los tahalíes. Que empuñan lanza ó gineta,
En alfanjes y acicates Vestidos y aderezados
Relumbran nuevos matices, Al fin, como para muestra.
Y negras las estriberas, Los que en solo guerra tratan
De Córdoba borceguíes : Llevan adornos de guerra,
Las lanzas de color negro , Los que son enamorados
Los hierros la vista impiden, Llevan divisas y empresas.
Hasta las blancas adargas Un gran mirador se hizo
Con bandas negras dividen.
Yeguas negras andaluzas Para que los reyes vean
Que al viento los pasos miden, Después pasar las cuadrillas,
Solo los frenos son blancos Y escaramuzar los delías.
Por la espuma que los tiñe. Ya vienen, y van pasando
Lisaro, solo entre todos De cinco en cinco en hilera
Un ramo de laurel ciñe Los de Ubeda y Andújar,
A la toca del bonete, Los de Córdoba y Baeza,
Entre los penachos tristes. De Málaga y de Jaén,
En el camino se para, DeEcijay de Lucena,
Aunque importa que camine De Velez y de Molina,
Y mirando el ramo verde De Jerez de la Frontera.
A sus esperanzas dice : Entre todos se señala
—Solo en mi deseo pudo Mohacen el de Antequera,
Ser poderoso y posible En su caballo picazo,
Nacer de esperanzas verdes Con marlota blanca y negra;
La muerte que le marchite. Negro y blanco el capellar,
En las manos de Zoraida, Cabezadas y estriberas;
Alegre ramo, naciste, Negras y blancas las plumas,
Con tan dichosos principios Las borlas y la bandera;
Que esperaba alegres unes; De negro toda la adarga,
Mas en la flor de tu gloria Y de plata mil estrellas :
Cuatro enemigos tuviste, Un cendal negro en el brazo,
Agua, fuego, nieve y viento, Y el blanco brazo de fuera ,
Que aun cortado te persiguen: Y en ía muñeca una ajorca
Pero aunque voy á la muerte Que le dio de su muñeca
No he querido que te prive •Celinda, de perlas y oro,
De que este mi luto veas Linda, mas que el oro y perlas.
Tú que mi esperanza fuiste, Va tan lozano y gallardo
Para que en mi sepultura Que apenas toca la tierra ;
El que te viere imagine. Lleva los ojos á lodos,
Que el dueño de tanto bien Y á todos el alma lleva,
Vivo muere, y muerto vive.— Y á quien le rinde la suya
Tales quejas dice el moro, Baja el moro la cabeza,
Cual suele en su muerte el cisne, Y viola más bella y clara,
Cuando amor muestra á Zoraida, Que la aurora clara y bella
Que tiene vista de lince. Diferenciándose á todas,
Lisaro avisa á su gente, Como la flor á las yerbas.
Hace que las yeguas piquen, Mohacen la miró alegre,
Y los caballos contrarios Y ella le miró risueña ;
Que alborotados relinchen. Habláronse con los ojos,
Pénensele á la defensa; Que son de las almas lenguas.
Pero de poco les sirve, En esto se pasó el moro,
Porque al fin vuelve á Alcalá Y ella traspasada queda,
Con su esposa alegre y libre. Con la mano en la mejilla,
(Romancero general.) Contemplativa y suspensa;
4
Y dijo, considerando
Hace alusión 1 las vestales. Del moro la gentileza :
—Alá, Mohacen, te guarde,
ROMANCE D E MOHACEN. Mahoma te favorezca,
Y en guerra ó en paz que trates,
Próspero fin te suceda :
189. Respétente los amigos,
Los enemigos te teman,
MOHACEN.
Las banderas de sus manos
(Anónimo.) Debajo tus pies las veas :
Antes que el sol su luz muestre Sea tu lanza de diamante,
La suya Venus nos muestra, Las suyas sean de cera,
Anunciador cierto y claro Porque los hieras y mates,
De la Aurora y su luz bella, Y no te maten ni hieran.
A tal hora, que en Granada Las damas, entre galanes ,
Gran alboroto se suena Por el mas galán te tengan,
De atambores y clarines,' Y en lasfiestasy en las cañas
De añafiles y trompetas, Mas que todos bien parezcas,
Que hacen de la gente alarde, Y las damas que quisieres
Y tocan á la reseña. Mucho mas que á sí te quieran •
Quiere el Rey salir á vello, Nunca entre en su pecho olvido ,
Ni en el tuyo entre sospecha :
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
i « Del-fin me quedó el deseo »:
Si competidor tuvieres, Un borceguí turquesado
A ti solo favorezca, De dorados sellos lleno,
Y si con ella casares Y en cada sello dos caras,
No te engañe ni te mienta, De donde nació su duelo;
Y tal gusto en ella halles Y en medio de un ancho mar
Que á todas dejes por ella: Una ballena huyendo,
Tengas desengaño en celos,
Y sufrimiento en ausencia : Y por letra : « Mi esperanza
Levántete la fortuna, »Va llena de descontento».
Y fije el clavo en su rueda. — A los cabos de la adarga %

Nunca Celinda acabara Llevaba los cuatro vientos, 1


Mas la escaramuza empieza , Con una letra que dice :
Y vio ir su moro delante, «El menor pidiera de ellos». !
Porque á todos atrás deja ; Al lado de la capilla
Y así trabada entré todos Llevaba en el hombro izquierdo
Duró gran rato la fiesta , Pintado un blanco unicornio,
Y volviéronse á Granada, Y escrito en medio del cuerno :
Donde otra fiesta se ordena. « Uno solo puede dar
{Romancero »A mil mundos descontento,
»Y el que mas de uno sufriese
»Sufrirá carga de ciento».
ROMANCES DE MANILORO. Entre cansadas divisas
Iba bramando y muriendo , :
Y entre rabiosos suspiros
190. Hablando consigo mesmo :
M A N I L O R O , — I. —¡Mal haya el hombre que fi
(Anónimo.) De mujer y sus contentos,
Pues sabe que sus dulzuras
En la mas terrible noche Son ponzoñosos venenos!
Que envió la tierra al cielo A un agravio tan notable ":
De viento y oscuridad, Mi brazo pondrá remedio,
Soledad, frió y silencio; Con revolearme en la sangre
Cuando todos se recrean Del que oscureció mi cielo.
En blandos y dulces lechos, Pero no tiene él la culpa,
Deja Manüoro á Ronda, Porque va tras su deseo,
Bramando de mal de celos. Sino tú, que le creíste
Al cielo pide venganza, Sus ternuras y requiebros.
Y el suelo tiembla de miedo, ¡ Mal se sirven dos señores,
Porque conoce sus furias Que es carga de grave peso,
Y ha visto sus golpes fieros. Y el bien mas alto se pierde
Maldice su corta suerte, Cuando lleva mas de un dueño! ',
Maldice la fiesta y juego Mas ten por cierto, Zoraida,
Donde vio la desventura Que estás ya muerta en mi pecho,
Que recelaba su pecho. Que mora que quiso á dos
Cuanto llevaba vestido Podrá querer á trescientos.—
Publicaba su tormento, (Romancero general.)
Con recelosas medallas
Y cifras puestas á trechos. t Especie de campanitas de plata y azul, de las que se usaa
Llevaba una yegua baya, en el blasón, parecidas á laflorllamada sombrerillo.
Y escrito en un jaez negro :
« Vaya, quien supo mudarse
» Fuera de mi firme pecho». 191.
Con una marlota azul MANILORO. — II.
De esperanza y cautiverio,
Llevaba unos eslabones, * (Anónimo.)
Y este mote puesto en medio : En un alegre jardín
« Cautivó mis esperanzas Que un ancho estanque cercaba,
»Un moro, no caballero, Donde no se puede entrar
«Que si caballero fuera, Sin fuerza dé remo y barca,
»No fuera mi mal tan fiero». Cuyas cercas de alabastro
En un capellar pajizo Con barandillas doradas
Llevaba de azules veros • Ha tejido el arrayan i
Una cenefa vistosa, Naranjas, cedros y parras;
Y este mote en medio puesto : A sombra de unos jardines,
«Veros me dio nueva vida, Recostada entre unas matas
»Y fuera vida no veros; De claveles y alelíes
»Pues de veros vi mis veras Y de violetas doradas, :

«Vueltas en burlas y juegos ». Gozando del dulce sitio


Un bonete de brocado Que está brotando esperanzas
Sembrado de camafeos, Está la bella Celinda
Y por plumas dos espigas, Rendida de ausentes ansias.
J un pájaro en medio puesto, Como fué su mal con yerba,
« dice la letra así: Entre las yerbas descansa,
«Granó sin sazón ni tiempo", Pensando que yerbas pueden
» I el pájaro mas cercano Sanar heridas del alma.
»La comió por ser primero» ; Una gloria la entretiene,
i por medalla un delfin, Y esta gloria es la palabra
Torcida la cola al cuello, Del alcaide Manüoro,
Con una letra que dice : Alcaide y rey de su alma.
100 ROMANCERO GENERAL.
Ausencia le hace guerra Del sol hacían en el agua
Y el fuego de sus entrañas, Unas veces oro fino,
Que está su galán en Ronda, Y otras veces lina plata,
Do tuvo en tiempo otra dama. Cuando vido que salían
Ríen reconoce Celinda Por entre flores y plantas
Que es de Maniloro amada; El valiente Sarracino
Pero teme, que la ausencia Y la bella Galiana :
Es madre de la mudanza, Tras ellos en compañía
Y teme, que su galán Azarque y su Celindaja,
Está do sirvió á Zoraida, Y trabados de las manos
Y llagas viejas de amor Jarifa con Abenámar,
Sanan muy tarde, si sanan. Y á la postre en escuadrón
El dia del Santo espera \ Número de muchas damas,
A quien la gente villana Entre las cuales la Reina
Celebra la noche y dia Viene á ver bailar la zambra.
Con escaramuza y zambras. Llegados en esta forma
Para este dia la dijo Todos al Rey se humillaban,
Que le aguardase en su alcázar, Y haciéndose acatamiento
Que estarán de paz los campos Las dos majestades altas,
Con las bodas de Daraja. Asiento piden al punto
Con esta esperanza vive Que ya la zambra locaban,
De esperar desesperada, Cuando vieron la divisa
Que la esperanza mas corta Que. Sarracino sacaba.
El mucho amor la hace larga : Una rueda de fortuna
Así, para consolarse En una marlota parda,
Abrió una dorada caja, Que sujeta la tenia
A donde tenia dos prendas A la causa de su dama,
De la prenda que mas ama : Con esta letra que dice :
a

La una era un ramillete «Jamas me sera voltaria,


De> azules flores y blancas, » ¿ Quien se u-me de la vuelta
Y besándole le dice »De tan hermosa contraria?»
Enternecida y turbada; Abenámar por Jarifa
— De celos y castidad Otra divisa sacaba,
Os vistieron, no sin causa, No menos discreta y bella,
Para avisarme con vos Ni del Rey menos mirada.
Que sea celosa y casta. Un mundo negro bordado
No faltarán de mí celos En un escudo de grana,
Mientras vuestro dueño falta, Con esta letra por orla :
Ni castidad en mi pecho, «Mas merece quien me manda »_
Que mi amor mas que esto manda.—- Azarque, en el campo verde
Una toca es la otra prenda, Y en su marlota morada,
Con que el moro jugó cañas, Mostraba dos aficiones
Y del juego vino el fuego Ser iguales y contrarias,
Que de juego á fuego pasa ; Que eran dos manos asidas
Y descogiendo la toca, Que en un corazón tocaban ,
La toca en el pecho y alma, Y en medio de ellas Cupido
Pensando con tal reliquia Echando en el arco jaras,
Sanar su sedienta rabia. Y esta letra le responde :
Como el mordido del perro «No se teme la mudanza
Con pelos del perro sana, »En los que en igual padecen,
Y al que picó el escorpión »Y se pagan con dos almas».
Que con su aceite descansa, El Rey se picó en la letra
Así se cura la mora Que el bravo moro llevaba,
Con prendas de amor sus llagas Viendo que era por su mora,
Y dándole dos mil besos, Y mando cesarla zambra.
Con su toca y señor habla : Mas pof.no dar á entender
— Sin mas tormento de toca* El fuego que le abrasaba,
Recibe á prueba mi causa, Quiso fingir á la Reina
Pues tengo yo confesado Que toca Toledo al arma.
Que nací siendo tu esclava.— Las damas que lo entendieron,
(Romancero general.) Rogaron á Celindaja
Que de su parte 'e pida
* El dia de San Juan Bautista. Al Rey, que deje la saña.
2 Aluíe á un instrumento que servia para atormentar a* los No fué mucho menester
A la mora importunalla;
Mas fué por daño de Azarque
¡Hacer al Rey tal demanda,
ROMANCES DE AZARQUE EL DE OCAÑA. Que llamándole pechero
Le desterró de su casa
m. Con admiración de todos,
Viendo el hecho y no la causa.
AZARQUE DE OCAÑA. — I. Unos dicen que son celos,
1
{Anónimo .) Otros que celos no bastan
Para afrentar un vasallo
El rey Marruecos un dia Que de noble tiene fama.
El claro Tajo miraba, Azarque las mfSios muerde,
Lleno de imaginaciones, Desnuda el moro su espada;
Y de celos llena el alma. Alborotáronse todos,
Miraba cómo los rayos Celindaja se desmaya,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. , K>1
Luego vienen los Azarques
E l Rey desnudó la suya, Que á los demás avasallan,
Sarracino y Abenamar Arrogantes mas que todos,
En lugar de meter paz Con las marlotas de gualdas
Metieron mayor cizaña : Azarque se señaló,
Hiciéronse con Azarque, A él reconocen ventaja,
Y son muchos de su banda :
El Rey, que solo se vio, Porque su marlota iba
Procuró dejar las armas : Labrada por Celindaja.
Y en esto paró la fiesta Lleva por divisa un sol
Y el contento de las damas : Que al mediodía llegaba;
Volvióse el Rey á Toledo ,_
Y Azarque fuese á su Ocana. La letra que lleva dice :
(Romancero general.) «¡Disparatees comparalla!»
i Este romance y los que le siguen, hasta el del niim.21! Cuando ella le vido entrar
inclusive, se refieren á una época anterior á la reconquiste de De su asiento se levanta;
Andalucía.
Hízole su acatamiento,
Y él á ella se inclinaba.
493. El Rey cuando vido esto,
AZARQUE D E OCAÑA. — II. Con cólera ciega y brava
A sus vasallos les grita :
(Anónimo.) —Atravesadle una lanza.—
Azarque, bizarro moro, Celindaja á los demás
Ordena un juego de cañas Gritó desde su ventana,
En la célebre Toledo, Y sin temer nada al Rey
En honra de Celindaja, Con los caballeros habla :
Mora que al Rey arruina, — Caballeros andaluces,
Y á Azarque encumbra y ensalza, Librad su cuerpo y mi alma,
Que le honra y obedece, Mirad que matan á dos,
Y al Rey como esclavo trata. Pensando que uno matan.—
Júntase gente diversa, Luego la fiesta se vuelve
La mas ilustre de España; En una fiera batalla;
Los Gazules de Alcalá, Castellanos y andaluces
Y de Ronda los Audallas, Allí se dan de las astas.
Bizarros Almoradíes, Galán y dama prendieron,
Vanegas fuertes y Mazas, Aunque hay muchos de su banda,
De Córdoba Sarracinos, Puesto que no hay quien resista
Y Gómeles de Granada, Lo que un Rey celoso manda.
Y otros muchos caballeros [Romancero general.)
Fuertes, de destreza extraña,
Galanamente vestidos 194.
Por las manos de sus damas. AZARQUE D E OCAÑA. — III.
Toledo estaba suspenso (Anónimo.)
De tal bizarría y gala, Ocho á ocho y diez á diez
De verlos todos iguales Sarracinos y Aliatares
En fuerza, valor y traza. Juegan cañas en Toledo
Entraron pues los Gazules Contra Adalifes y Azarques.
Con marlotas coloradas, Publicó fiestas el Rey
Con franjones de oro fino, * Por las ya juradas paces
Y una cifra por medalla : De Zaide, rey de Belchite,
Llevan por divisa un mar Y del valenciano Tarfe.
Con unas olas muy altas, Otros dicen que estas nuevas
Con una letra que dice : Al Rey sirvieron de achaque,
«A todo el mundo avasalla.» Y que Celindaja ordena
Los Audallas le siguieron Susfiestasy sus pesares.
Con las marlotas doradas, Entraron los Sarracinos
Bonetes con muchas plumas En caballos alazanes,
Pardas, azules y blancas. De naranjado y de verde
Por divisa va Cupido Marlotas y capellares :
En una torre muy alta, En las adargas traían
Con esta letra que dice : Por empresas sus alfanjes
«Favorezco á quien me ensalza. » Hechos arcos de Cupido,
Salieron los Sarracinos, Y por letra : «Fuego y sangre.»
Que mas estos se aventajan, ¡guales en las parejas
De azul, morado y pajizo, Les siguen los Aliatares,
Y dos higas por medallas. Con encarnadas libreas
Llevan por divisa un mundo, Llenas de blancos follajes.
Llevan por divisa un cielo
Y un moro que lo contrasta; Sobre los hombros de Atlante,
Una letra va que dice : Y un moro Aliatar diciendo :
«Este, y otros mil que haya.» «Tendréle cuando se canse.»
Los de Granada salieron Los Adalifes siguieron
Todos en gran camarada, i Muy costosos y galanes,
Galanes á maravilla De encarnado y amarillo,
Con libreas encarnadas, Y por mangas almaizares.
Y sacaron por divisa • Era su divisa un mundo
Una hermosa granada, Que le deshace un salvaje,
Y una letra en la corona : Y un mote sobre un bastón
«No osará nadie miralla. >
En que dice : «Fuerzas valen. •
102 ROMANCERO GENERAL.
Los ocho Azarques siguieron La memoria de mi Azarque;
Mas que lodos arrogantes, «Y habrá quien baste
De azul, morado y pajizo i> Contra la voluntad de un Rey amante.»
Y unas higas por plumajes. ¡ Ay Toledo, que otros dias
Sacaron adargas verdes Te llamaban los Alarbes
Y un cielo azul en que se ar/Jen Venganza de aleves pechos,
Dos manos, y el mote dice •; Y hoy lo has sido de leales!
«En lo verde todo cabe.» Murmure Tajo en sus ondas
No pudo sufrir el Rey Hasta que en el mar se lance;—
Que a sus ojos le mostrasen Y sin que dijese mas
Burladas sus diligencias, La llevó presa el alcaide ;
Y su pensamiento al traste; « Que no hay quien baste
Y mirando la cuadrilla, «Contraía voluntad de un Rey amante.»
Le dijo á Celin, su alcaide : (Romancero general.—It. Flor de varios y nuevot
—Aquel sol yo le pondré, Romanees ,2.a parte.) , "
Pues contra mis ojos sale.—
Azarque tira bohordos 195.
Que se pierden por el aire,
Sin que conozca la vista AZARQUE DE OCAÑA4 — IV.
A do suben ni á do caen. (Anónimo.)
Como en ventanas comunes
Las damas particulares, Azarque ausente de Ocaña
Sacan el cuerpo por verle Llora, blasfema y se aflige,
Las de los andamios reales. . Y aunque ausente y olvidado,
Si se alarga ó se retira Poco siente pues que vive.
De mitad del vulgo sale Jurando está por su amor
Un gritar: —Alá te guie; — Y por la espada que ciñe,
Y del Rey, un —muera, dadle.— Do tiene en la guarnición :
Celindaja sin respeto Cintas de aquella que sirve,
Al pasar, por rocialle De no volver á Toledo
Un pomo de agua quebró, Hasta que del Tajo al Tíber
Y el Rey gritó: —Paren, paren.— Sus animosas hazañas
Creyeron todos que el juego En las mezquitas se pinten.
Paraba por ser ya tarde, —¡Celindaja de mis ojos !
Y repite el Rey celoso : ¿Quién te habla? ¿quién te escribe?
— Prendan al traidor Azarque.— IA quién escribes y hablas,
Las dos primeras cuadrillas, Que mis memorias impide ?
Dejando cañas aparte, Siendo tú de sangre real,
Piden lanzas, y lijeros ¿ Cómo fué posible, dime,
A prender al moro salen; Que tan presto quebrantases
« Que no hay quien baste La palabra que me diste ?
sCoutralavoluntaddeun Rey amante.» Acuérdate, ¡mora ingrata!
Las otras dos resistían, Que paseando en tus jardines,
Si no les dijera Azarque : Por darme tu blanca mano
—Aunque amor no guarda leyes, Que tropezabas hiciste,
Hoy es justo que las guarde : Y que alzándote del suelo
Rindan lanzas mis amigos, Hechas de ámbar y de almizcle
Mis contrarios lanzas alcen, Unas cuentas me entregaste
Y con lástima y victoria Porque me mostraba libre;
Lloren unos y otros canten : Y al despedirte de mí, .>.-....
« Que no hay quien baste Dando suspiros terribles,
» Contra lavoluntaddeun Rey amante.» Me dijiste : «Ten, Azarque,
Prendieron en fin al moro, > Cuenta con que no me olvides.»
Y el vulgo para librarle Tu Rey entró de por medio,
En corrillos diferentes No supe lo que me dije :
Se divide y se reparte; Entró tu injusta mudanza,
Mas como falta caudillo Que con la luna compites;
Que los incite y los llame, Que si va á decir verdad,
üeshácense los corrillos, No hay Rey humano que obligue
Y su motin se deshace : A que no se acuerde el alma
o Que no hay quien baste De la memoria en que vive.
» Contra la voluntad de un Rey amante.» Con él te quedaste ufana,
Sola Celindaja grita : Sin tí muriendo me vine;
—¡Libradle, moros, libradle!— A mí me abrasan los celos
Y de su balcón quería Y él tus abrazos recibe.
Para librarle arrojarse : Contarásle por baldón,
Su madre se abraza de ella, Que pocas fiestas te hice,
Diciendo :—Loca, ¿qué haces? Que malos motes saqué,
Muere sin dallo á entender, Porque mas tu gusto estime
Pues por tu desdicha sabes, Cuando diga si me amaste,
« Que no hay quien baste Yo apostaré que le dices
» Contra la voluntad de un Rey amante.» Que tan infame bajeza
Llegó un recado del Rey De tu valor no imagine,
En que manda que señale Y que tu esquiva arrogancia
Una casa de sus deudos, Y tu condición terrible,
Y que la tenga por cárcel. Apenas la vencen reyes,
Dijo Celindaja : —Digan Cuanto mas hombres humildes; ""••
Al Rey, que por no trocarme , Porque la madre de amor
Escojo para prisión Cuando se holgaba allá en Chipre,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. IOS
T De blanco, morado y verde,
Si tu consejo tomara Que es el color que el Rey saca,
No la infamaran ruines. Con una letra que diga,
¡El tiempo lo trueca todo! Escrita en lengua cristiana :
¡Yo me acuerdo que te vide «Aunque está cautivo el cuerpo,
Tan regaladora mia »Está firme la esperanza.»
Como del Rey á quien sirves!— Con esto se entro la mora
{Romancero general.) Desde el balcón á la sala,
Porque entendió que venía
196. El Rey adonde ella estaba
Mirando cómo su Azarque
A I A R Q U E D E OCAÑA. — V . Por la vega paseaba,
{Anónimo.) Condoliendo con su pena
El eco de las razones A las aves, tierra y plantas.
Que el amante Azarque habla, {Romancero general.)
penetraron el sentido
De la bella Celindaja;
Porque á las veces amor 197.
Es mensajero del alma, AZARQUE D E OCAÑA. — V I .
Y mas cuando el corazón
Sirve de espía doblada. (Anónimo.)
Han condenado á la mora Azarque vive en Ocaña
Y á su fe firme y sobrada Desterrado de Toledo,
Unas injustas sospechas, Por la bella Celindaja,
, Todas en celos" fundadas, Una mora de Marruecos.
f
Regidas por la pasión Pensando estaba la causa
De una alma enamorada, De su llorado destierro,
Que hace temerarios juicios Y contra su Rey celoso
De lo que en su pecho traza; Dijo rabiando de celos :
Y recogiendo el aljófar — Por alzarte con mi mora
Que destila por la cara, Dijiste, Rey, en tu pueblo,
Dice envuelta en mil congojas Que á los moros de la Sagra
Mil amorosas palabras : Los pedí corona y cetro;
—Bien s é , Azarque, que dirás Que de un abuelo traidor
A Solas haciendo trazas, No puede salir buen nieto,
Que soy luna en hermosura Y que soy en traje noble
Como lo soy en mudanza; Un genízaro pechero.
A que te responderé, Si te place, Rey tirano,
Que cuando á la luna tapa Hagamos los dos un trueco,
Un nublado y la oscurece, Toma mi villa de Ocaña,
Es de los tiempos la causa; •Y dame en Toledo un cerro
Y aunque sé que el falso amo. En cuya cumbre á tu mando
No admite disculpa en nada, Estare con guardas preso,
Por satisfacer mi gusto . Mirando cómo tus moros
Quiero decir dos palabras: Tienen á mi dama en cerco;
Quizá que con el hablar Que fingiendo que me aguarda,
Apartaré de mi alma Y que librarla no puedo,
Este fuego que la enciende, Por lo menos moriré,
Al cual no es bastante agua, Y vivirás por lo menos.
Sino es la de mis ojos, ¡ Mal haya el amor cruel
Que muchas veces aplaca Que flechando el arco cierto
La prisión que á mi dolor Traspasa de un solo tiro •'
Da dolor v pasión causa. Vasallos y reales pechos!
Pero si el Rey te enviase Mora de los ojos mios,
A hacer una jornada, Segunda vez te prometo ¡
¿Dime si sería forzoso De rescatar con mi alma
Partirse sin decir nada? La belleza de tu cuerpo;
Y si te es forzoso estar Que amor que me ha dado un Rey
En prisión dura y forzada, Por contrario en mis deseos,
Y es la voluntad del Rey, Me dará fuerzas á mí
¿Por quién será quebrantada? Para echarle desús reinos.—
Y si dices que te di {Romancerogeneral.—\l. Flor^de varios ynuevos
Mil favores de importancia, Romances, i.» parte.)
Y que agora te los quito
Con una ingrata mudanza;
¡Condénasme injustamente, 198.
Por estar tan encerrada
Tu voluntad en mi pecho, AZARQUE D E OCAÑA. — VII.
Como el corazón y entrañas! (Anónimo.)
Y cada vez que te veo Azarque, indignado y fiero
En los saraos y zambras, Su fuerte brazo arremanga,
Me huelgo, aunque disimulo Su rojo bonete arroja,
Con voluntad bien forzada. Y empuña su cimitarra. .
Y si no quieres creer, Volantes, medallas, plumas,
Pídote, Azarque, que hagas Albornoz, marlota y mallas,
Prueba de mi firme amor Banderilla, lanza, empresa,
En cosa en que mucho vaya; Cañas, bohordos y adarga,
Y para mas desengaño Maldice, parte, destroza,
Te he de labrar una manga Desmenuza, quiebra y rasga,
104 ROMANCERO GENERAL.
Hasta que el suelo cubrieron «Y el honor no te quitaran !
Pedazos de seda y franjas, »¿ Mas qué dije ? Vive, amiga,
Y por el aire esparcidas • Sin honor y con mudanza ,
Iban volando las astas • Verás que guarda mi pecho ,
De los delgados bohordos, • Con mil agravios de guarda,
De la lanza y de las cañas. »Las cenizas de tu olvido,
Tuvo traza de unas fiestas; i Y de mi querer las brasas.
Y como de amor las trazas • Verás trocadas las suertes,
Se desbaratan por celos, •Yo quejoso y tú olvidada :
Celoso las desbarata. • Tú finalmente mujer,
De Celindaja se queja, •Hombre yo, que el nombre basta.»
De su fortuna se agravia, Con esto firmó su reto,
Por Abenámar pregunta,. En que su combate aplaza;
Y á su Rey tirano llama; A Zulema se lo envía,
De Albayaldos el de Olías Y él se apercibe á batalla.
Malamente blasfemaba, (Romancero general. — It. Flor de varios y nue
Y pidiendo tinta y pluma Romances, 1.» parte.)
Así le escribe una carta :
« Si como damasco vistes,
•Vistes jacerina y malla; 199.
• Si al campo vas tan furioso, AZARQCÉ DE OCAÑA. — VIH.
«Como galán a las zambras; (Anónimo.)
• Si como al blando Cupido
• Al terrible Marte tratas; Albayaldos el de Olías
»Si escaramuzas de veras, Leyó la carta de Azarque,
• Como de burlas te ensayas, Y aun apenas la hubo leído
•Mañana á las diez del dia Cuando á buscalle se parte.
• Quiero verlo en la campaña . Por cada letra, que tiene
»¡Y agradécelo, Albayaldos, Jura matar un Azarque,
•Que vives hasta mañana! Tal que si Azarques llovieran
• Salga Zulema contigo, No hay hartos para que él mate.
• Que pues los dos á mi dama Con la cólera que lleva
• La engañasteis por el Rey, Repite parte por parte
• De los dos quiero venganza : Las palabras de la carta, > v .
• Y aun de él tomalla pretendo Con que añade su coraje.
•Porque el ardor de mi saña —No visto damascos yo,
•Irá envuelto en mis suspiros Ni asisto en zambras, ni bailes,
»A poner fuego en su alcázar. Que es de femeniles pechos,
•Mil promesas la hicisteis, Y el ocio repugna á Marte. •;
• Y después mil amenazas; Mi vida no te agradezco,
• Dulces ofertas tras esto, Pues poco me importa y vale; 1
• Y después fuerza tirana. Mas pues al mundo le importa ,
•Mil halagos y dulzuras, Todo el mundo te lo pague,
•Engaños y quejas falsas; Si es que se puede pagar
» Y engaños y quejas viles Vida que quita millares
• Vengaré sin mas palabras. De vidas á los cristianos,
•¿Caballeros sois vosotros 1 Porque vivas tú en solaces. ¡
• No sois sino vil canalla, No tiro bohordos yo,
• Pues por afrentosos medios Sino lanzas penetrantes,
•Procuráis vuestra privanza. Con que he horadado mas pechoi
•¿Qué agravio mi alma os hizo Que piedras tienen las calles, j
• Que agraviáis así mi alma ? No voy á juegos de cañas, -
»¿La mora que estaba en ella Cual tú celoso rumiaste, |
• Tanto os costaba dejarla? I Ni por celos disminuyo "¡
•Si fuerza de amores vuestros ¡ El bonete y los plumajes,
» A perseguirla os forzara , Albornoz, marlota, galas,
•Yo que sé que es fuerza amor, Medallas, manga y volante :
•Yo sé que os la perdonara; Muy furioso hiendo y quiebro
»,Pero por ser tercería En las enemigas haces
• De fementidas entrañas, Petos, y yelmos, y grevas,
•Me pagarán vuestras vidas Lanzas, y picas, y alfanjes :
• La muerte de mi esperanza. Ni trato al tierno Cupido, •;
»¡ Ay mora fácil, ay mora! Que el amor es intratable,
»¡Y como en doradas cuadras Pues en pechos valerosos
• Y bien trazados jardines Siempre predomina Marte :
•Mil traidores te regalan! Ni yo amenacé á tu dama,
»¡ Ay que presto te vencieron! Ni jamas le envié mensaje;
• i Qué presto los gustos pasan! Que es vileza amenazar
• ¡ Qué poco vale la fe, A quien no puede vengarse.
• Si quien la dio no la guarda ! Ni yo la solicité
• i Cuánto mejor le estuviera Por con el Rey congraciarme,
•A mi dicha y á tu fama 'i Pues me congracio con él
• Ser nuevo ejemplo de amor Sirviéndole con mi alfanje :
•A la morisma de España! Ni yo le conquisto damas,
• ¡ Qué bien pareciera en tí Sino reinos y ciudades;
•Despreciar promesas falsas! Pues yo nunca me he preciado
»¡Y qué bien manchar tu lecho De razones elegantes,
•Con muerte, y no con infamia, Porque nunca son curiosos
•Si te quitaran la vida, Los varones militares.
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. IOS

A las diez del día dices i A las manos de un verdugo


Que contra mi al campo sales : Queréis que mi vida vaya ?
jPésame porque me alargas ¿A las vuestras no muriera
Tanto el plazo de matarte ! Sin pregones mas honrada?
Pero no verás el dia ¿Cómo es que no me entendéis?...—"
De las partes orientales, En esto los áe la guarda
Porque aquesta noche pienso Hicieron andar la yegua
De tus palabras vengarme. Y al pregonero avisaban
Estas jactancias que dices, Gritase : «Esta es la justicia
Para mí muy poco valen, «Que nuestro Rey hacer manda
Porque siempre son soberbios »A1 moro Azarque, traidor
Los que cual tú son cobardes. «Contra su corona sacra ».
Desafías á Zulema, —¿ Corona llamáis al gusto,
Sabiendo bien, como sabes, Dijo Azarque, de que ataja
Que una vez que te agravió Con mi muerte cierto fuego
No pudiste de él vengarte. Que quiso abrasalle el alma ? —
Dices, moro, que el alcázar Por hacer lisonja al Rey,
Con tus suspiros abrases ; ¡ Tanto puede una mudanza!
Mas palabras y suspiros Celindaja en su balcón ;,
Cosas son que lleva el aire.— Exenta y risueña estaba.
Esto entre sí iba diciendo ¡ Oh firmezas mujeriles,
Albayaldos contra Azarque, Qué pocas fuerzas que bastan
Picando el caballo aprisa A mellar vuestros aceros,
Con deseo de encontrarle. Y á batir vuestras murallas !
{Romancero gmenl) Viola Azarque, y al sargento
Dijo : — Solas dos palabras !
Tengo yo que hablar aquí;
200. No me niegues esta gracia. A

AZARQDE D E OCAÑA. — IX.


—Dos, y mil podrás, le dice,
Que pues no huye la cara,
{Anónimo.) A tu muerte y á tu afrenta
El valiente moro Azarque, Holgaráse de escuchallas.
Preso en la fuerza de Ocaña, —En mi prisión, dijo el moro
No por traidor á su Rey, Mi corazón me mostraba
Mas por leal á.su dama, En tu presencia el olvido,
A Toledo le traían; Que es fe de mujeres varias.
Que los jueces de su causa, Dobló tu firmeza al fin
Que son unos recios celos, Una corona pesada,
Dicen que muera quien mata. Con la cual en tus flaquezas
Ya por el aire relumbran Reinas siendo vil vasalla.
Las cien banderillas blancas El sol azul que saqué
De los ginetes que el moro En mi cielo de esperanza, -
Tenia y trae para guarda. Tu pecho eclipsarle pudo,
Otros ciento le reciben Que es tierra que el Rey levanta.
Que vienen haciendo plaza, Del chapitel de tus glorias,
Y guiando para donde Cumbre peligrosa y vana,
Manda el Rey que preso vaya. Hasta el centro de tus penas
Entrando por la ciudad, Soberbiamente me lanzas :
Los graves ojos levanta
A las temidas paredes Azarque soy, no es posible,
De su respetada casa : Pues tanto el tiempo me agravia,
Grandes gritos suenan dentro , Que á losflacoshaga duelo,
Que en ellas presos estaban Y á los valientes venganza. —
Sus amigos y sus deudos En esto de entre la gente,
De Toledo y de la Sagra. Sin que lo vieran , disparan
Azarque dio una gran voz, A Celindaja una flecha,
Diciendo : — Abrid las ventanas Justa pero mal tirada :
Los que me lloráis, y oídme.— Clavada está en el balcón
Abrieron, y así les habla : Hasta la mitad del asta,
—La vida de mis mayores, En la cual iba esta letra :
Que representa mi estatua, «Otra para el Rey se guarda.»
Mis proezas, por quien ciño Viva Azarque, grita el vulgo ,
Corona de roble y palma, Muera el Rey y Celindaja;
Acaballas pudo amor, Y fué tan grande el ruido
Que lo mas eterno acaba, Que dio el eco en el alcázar.
Que el tiempo ni la fortuna , Celindaja dijo al Rey i
Jamas osaron mirallas. —Del pueblo indignado aplaca
Importaba á su nobleza La insolencia, no permitas
Que de mi sangre las manchas Que á tí se vuelvan sus armas.—
Estos umbrales tiñeran, Porfía el Rey en que muera;
No del tablado las gradas. ) La popular furia mata
Llorad esto solamente, A los guardas, libra el preso,
Porque á cargo de la fama
Está el darme eterna vida Y á quien le ofende amenaza;
Con su trompa y con sus alas. Celindaja y el Rey huyen,
¡Paredes, deudos y amigos, Azarque á Olías se pasa,
Cupo en vos dureza tanta! Y amor de todos se rie,
i No hay una herbolada flecha Que sus paces son batallas.
{Romantero general)
Para estorbar esta infamia?
108 ROMANCERO GENERAL.
Y con lágrimas la encarga
ROMANCE DE ALBENZA1DE. Que pues la partida sabe,
Sepa aquesto Galiana.
La mora se lo promete,
201. Y también ser su abogada,
ALBENZAIDE. Y agradecido de aquesto
(Anónimo.) Aquel capitán de ansias
Hacia Toledo se vuelve,
Con amarillas divisas, Vuelve á su bien las espaldas,
Azar de fortuna avara, Y vueltas, la vega mira
Y desesperada empresa Do sus pensamientos pasa.
De ausencia desesperada; Maldiciendo va de honra
Descubiertas sus pasiones, La obligación y las cargas :
Y al brazo izquierdo la adarga, De tener cargas se queja,
Y en ella de Amor y Marte De ser capitán se agravia,
Una reñida batalla, Pues por el sueldo de un Rey
Que sobre partir un moro Pierde el de su esperanza.
Dudosamente se traba;
Pero llevan por despojos, {Romancero general.)
Marte el cuerpo, Amor el alma, Este romance parece referirse á la época de Alfonso el n.
Y por divisa esta letra :
«Sepa aquesto Galiana.»
Por la deleitosa vega, ROMANCES DE SARRACINO Y GALIANA.
Del rey de Toledo Audalla,
Por cuyos llanos extiende 202.
Tajo sus ondas doradas,
Albenzaide, capitán, SARRACINO Y GALIANA. — t.
Vencedor famoso en armas,
Y solo de sí vencido (Anónimo.)
Porque el alma es tributaria; Galiana está en Toledo
Junto á los palacios ricos Labrando una rica manga *
De aquella mora gallarda, Para el fuerte Sarracino
Que ha Galiana por nombre, Que por ella juega cañas.
Y es de amor belleza y gala, Matizaba por divisa,
Haciendo penoso alarde Con seda amarilla y parda ,
De los tormentos que pasa, Empresa que lleva el moro
En una alazana yegua En el campo de la adarga ,
Pasea la vega llana. Unaflechade Cupido ,
A tomar va la licencia Que en un pedernal tocaba,
Y bendición de su dama, Sacando muchas centellas,
Que el Rey le envía al socorro Y por letra :«Pocas bastan.»
De su deudo el de Granada, Estaba á su lado izquierdo
Que le tiene en gran aprieto Una cautiva cristiana,
El de la mano horadada *. Llorando memorias vivas
Mándale luego partir; Entre muertas esperanzas :
Mas dice Amor que no parta; Galiana la pregunta
Que suele hacer en amores Del llanto la triste causa,
La ausencia burlas pesadas,
Y por madrastra la siente Y los ojos en la flecha
Quien mejor de ausencia escapa; La responde : — Pocas bastan.—
Pero todo lo atropella Libertad tuve algún dia ;
Temor de cobarde fama, Mas fué libertad de dama,
Y la honra le hace fuerza, Pedernal algunas veces,
Que ya es honra la desgracia. Y otras veces cera blanda.
Ve á su Galiana puesta. En este tiempo que digo,
Albenzaide á la ventana, Me quiso mas que á su alma,
Cogiendo el delgado viento Un cristiano caballero
Que ondea en las frescas aguas. De los de la cruz de grana :
Salúdanse con los ojos, flíceme sorda á sus quejas;
Y encuéntranse con las almas: Mas fué su porfía tanta,
Hácela el moro mesura, Que vino á sacar centellas
Y Galiana se la paga. De una piedra dura, helada.
El mirar sirve de lengua, Apenas le quise bien
Que la lengua está vedada , Cuando fortuna voltaria
Y aunque el moro hablar quisiera, Hizo que la muerte dura
La plática amor baraja; Probase en él su guadaña.
Que en sus pasiones no hay vado Murió por ser cosa mia
Y anéganse las palabras, Entre mil moriscas lanzas,
Y así mueren en su pecho Quedando yo prisionera
Mil razones mal logradas; De tu pariente Abenámar.
Mas ya de esta despedida En mi alma el monumento
Hizo el oficio una carta, De sus cenizas se guarda,
Y un lastimoso papel Y la memoria importuna
Que dio el moro á su criada, De cenizas fuego saca.
Que está puesta en el balcón, Así te dé Dios ventura,
Que al lado tiene la casa. Señora, en eso que labras,
Llégase Albenzaide á ella, Que mires por tus deseos, ;
Y el adarga en alto alza : Que son traidores de casa,
Muéstrale la empresa y mote, Y que dejes que mi llanto
Apriesa del pecho salga,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 107
Que aunque ves que lloro mucho, Y el mas que todos querido,
Mucho que llorar me falta.— Y servido de las damas,
{Romancero general—It. Flor de varios y nuevos á quien le dan sus favores
Y
Romances, 3.a parte.) En los saraos y zambras,
Y á quien todas le presentan
« Sobre el astrnto de estos romances hay una comedia de Para los juegos de cañas,
Don Alvaro Cubillo, intitulada. El Buen Término de Amor, y Ricas mangas y almaizares,
Hanga de Sarracino. Y divisa de su adarga,
203. Y el mas bien quisto en la corte
De Almanzor, rey de Granada;
SARRACINO Y G A L I A N A . — I I . Es el fuerte Sarracino,
Que estando malo en la cama,
{Anónimo.) A su cabecera tiene
En el cuarto de Comares, La flor de belleza y gala,
l a hermosa Galiana, Que es una graciosa mora,
Con estudio y gran destreza, Que Celia ó cielo se llama;
Labraba una rica manga Que mas el nombre de cielo
Para el fuerte Sarracino, . Que no el de Celia le cuadra,
Que por ella juega cañas : A quien tiene el dios Cupido
La manga es de tal valor, Cuenta de pagarle parias,
Que precio no se le hallaba. Y así su mal es ninguno,
De alfójar y perlas finas Pues con tanto bien se paga;
La manga iba esmaltada Y todos juzgan por gloria
Con muchos recamos de oro , El mal que en la cama pasa,
Y lazosfinosde plata; Y aquel que mas salud tiene
De esmeraldas y rubíes, Trocara de buena gana
Por todas partes sembrada. Con su larga enfermedad
Muy contento vive el moro , Aunque nunca se acabara :
Con el favor de tal dama: Pero á él no le satisface ,
La tiene en el corazón, Ni para alegrarle basta,
Y la adora con el alma : Y es porque el moro estaba ausente
Si el moro mucho la quiere, De su hermosa Galiana,
Ella mucho mas le ama. Y con suspiros le dice :
Sarracino lo merece, —¡ Gloria y amor de mi alma!
Por ser de linaje y fama, ¿Dónde estás que no te veo,
Y no lo hay de mas esfuerzo Dulce bien, dulce esperanza
En el reino de Granada. Del corazón que te adora,
Pues si el moro es de tal suerte, Y que tú propia traspasas?
Bien merece á Galiana, Muy presto será mi muerte,
Que era la mora mas bella Si tú en visitarme tardas:
Que en muchas partes se hallaba. No hagas hechos de fiera,
Muchos moros la sirvieron, Pues tienes de ángel la cara,
Nadie pudo conquistarla, Pues tú con tu hermosa vista
Sino el fuerte Sarracino, Resucitas á quien matas.—
Que ella del se enamorara, Y en esto diciendo, el moro
Y por los amores del Pide con mortales ansias
Dejara los de Abenámar. Que le den tinta y papel
Contentos viven los dos Para escribirle una carta.
Con colmadas esperanzas, í Romancero general.)
Que se casarán muy presto
Con regocijo y con zambras, ROMANCES DE ZAIDA LA DE TOLEDO.
Porque entiende el Rey en ello,
Y tiene ya la palabra
Del alcaide de Almería, 205.
Que es padre de Galiana, ZAIDA DK TOLEDO. — I.
Y asi en Granada se dice
Que se casarán sin falta. {Anónimo.)
(PÉREZ DE HITA, Historia de lo» landos de
Por las riberas del Tajo,
Cegries, etc.) Donde mas su curso extiende,
Junto á la ciudad famosa
Que por su muro lo tiene,
204. Üh Bencerraje gallardo,
A quien el amor ofende,
SARRACINO Y GALIANA. — III.
Al tiempo que está en su gloria,
(Anónimo.) Y en la mayor que darpuede,
Aquel firme y raerte muro, En un overo que al viento •
En defensa de su patria, En la lijereza escede, •
Y bravo y fiero león Camina el moro vestido
Contra la nación cristiana; De morado, azul y verde.
El que dio tantos asaltos, Va á las fiestas que en Ocaña
Y escaló tantas murallas; Un moro de los Gómeles
Al que teme todo el mundo Hace por servir á Aja,
Por su fuerte brazo y lanza; Que ya por esposa tiene.
El que las mezquitas pobres De cinco escuadras de cañas
Tiene ricas, y adornadas Que ha ordenado el moro alegre,
De victoriosos trofeos, Una encargó al Bencerraje,
Memoria de sus hazañas, Mozo de años dos y veinte;
Y el que enjaeza el caballo Que aunque es tan mozo, una lanza
De las cabezas de fama, Tan bien con el brazo mueve
108 ROMANCERO GENERAL.
Como una liviana caña Fuiste el mas triste y gallardo '
Que lijera el aire hiende • De cuantos jugaron cañas :
—¡ Oh cielos, dice, pluguiera Aunque estaba, si lo adviertes,
A Alá que los alquiceles Con justa causa agraviada,
A mí y á un moro traidor pues vi de enemiga lengua
Trocara en armas la suerte! Desdorar mi honesta fama.
¿Cómo podré jugar cañas Si tú no diste ocasión,
Con un falso que se atreve Perdona á tu humilde Zaida,
A turbar la dulce gloria Y si por tuya la tienes,
Que tan bien mi fe merece 1 No te pese que sea honrada.
¿Cómo, señora, de esta alma A ley de bueno, el secreto
Crédito das al que miente, Debido á mi estado guarda,
Agraviando mi fe pura, Pues no faltará la fe
Que á solo tu gusto atiende? De esta mora que te ama. —
Yo jamas he publicado Dice, y vio que el Bencerraje,
Que en nada me favoreces , Gallardo á su puerta llama,
Y siempre guardé el secreto Y lijera baja á darle
Que á tu mucho amor se debe. Brazos, cuello, pecho y alma.
No será posible, Zaida , ' (Romaneengeneral^
Que descubra eternamente
La secreta gloria mia : 207.
Ruego á amor que me la niegue,
Y que jamas , bella mora, ZAIDA DK TOLEDO. — III.
Me muestres tu rostro alegre, (Anónimo.)
Y entre lanzas enemigas El Bencerraje que á Zaida
Me den afrentosa muerte, Entregada el alma tiene,
Y que del todo olvidada En sus colores publica
De saberla no te pese,
Si la fe que te he jurado , Que de su luz vive ausente.
Mora mia, no cumpliere; Se leonado viste el moro,
Y la cifra de mi adarga Porque su fe no consiente
Esta declaración pruebe, Que alma ni cuerpo en ausencia
Pues va sembrada sobre aguas, Vista colores alegres.
Cual ves, de pequeños peces, Con blanca y leonada toca
Que jamas sonido alguno Aprieta un rojo bonete,
Con la lengua formar pueden; Y en él con tres plumas negras
Y si no fuere mas mudo, Cubre moradas y verdes.
Mude amor mi alegre suerte, En las moradas publica
Y castigue el cielo santo Su fe, que no desfallece,
Una lengua que me vende, Por mas que la ausencia triste
Pues yo el morir le dilato Sufierorigor aumente.
Por tu amor que me detiene; Por las verdes vive el moro
Que á no estar él de por medio Cuando mas su pasión crece,
No tirara caña leve, Porque se las dio su Zaida
Sino lanza que pasara Para que en ausencia espere;
El pecho de quien me ofende.— Mas quien gozó alegre estado
(Romancerogeneral.) Cual él le gozó presente,
Es bien que con luto cubra
206. Memorias de ausentes bienes.
En un hermoso caballo
ÍAIDA D E T O L E D O . — I I . Que lo blanco hurtó á la nieve,
Solo, aunque no depasiones,
(Anónimo.) Pasea el moro valiente.
En un dorado balcón , No le llega el acicate
Cuya fuerte y alta casa, Para que brioso huelle,
Quebrando manso las olas Porque aun en esto procura
Toca el Tajo con sus aguas, Su mucha pasión se muestre.
Hecha cuidadosos ojos Llegado el moro al balcón,
Estaba la hermosa Zaida, Donde á su dama ver suele
Tendiendo su atenta vista Viéndose tan lejos de ella <'
Por el camino de Ocaña. Nuevo dolor le enternece.
Con el cuidado que nace —¡ Ay balcones venturosos
De una amorosa esperanza, Que fuisteis mi cielo alegre,
Mira por si acaso viese Y por mi corta ventura
Un Bencerraje á quien ama. Ya sois desiertas paredes!
A cada bulto que asoma, No estéis ufanos y altivos,
La atenta vista repara, Aunque dorados y fuertes,
Porque todos le parecen Que una humilde casería
El Bencerraje que aguarda. En la ventura os excede.
De lejos algunas veces En ella mi Zaida hermosa
Le llena de gloria el alma,
Lo que llegado mas cerca A su placer se entretiene, • :••••
Le entristece y desengaña, Obligada de su honor,
— i Ay mi Bencerraje, dice, De sus padres y parientes.
Si anteayer me viste airada, Si tú quisieras, ¡ oh Zaida!
Ya mis ojos me disculpan , Trocado hubiera por verte
Que con lágrimas me bañan! Esta ciudad, y mi casa
Arrepentida las vierto Por solo un pajizo albergue,
De imaginar que á mi causa Que su humildad y pobreza
Tuviera por rica suerte,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 109
Lleva una Muerte partida
Como fuera en el lugar Que juntarse procuraba,
Que con tu gloria enriqueces. Con un letrero que dice :
Mándasme que ausente viva, «Ño podrás hasta que parta.»
Y es dar Ucencia á la muerte, Delante del real balcón
Que la mal hilada estambre Hasta el arzón se inclinaba;
De mi corta vida quiebre.— Hace á las damas mesura,
Esto dijo el Bencerraje, Levantádose han las damas ;
Y amor que le favorece, Pero no lo pudo hacer
En céfiro se trasforma La hermosa Guadalara,
Que blando sus plumas mueve : Que el grave peso de amor
Pero muévelas de forma Por momentos la desmaya.
Que las hace que se truequen, Suplicó la Reina al Rey
Y las negras no parezcan,
ue hubiese á la noche zambra,
Viéndose claras las verdes.
Atento lo mira el moro, ?
el Rey por dalle contento
Dice que mande aplazalla.
Y en aquel prodigio advierte, Toda la gente se alegra;
Que será desconocido Llorando está Guadalara,
Si al cielo no lo agradece. Pues es martes, y hace sol,
Las plumas negras arranca, Cierta señal de mudanza.
Verdes y moradas quiere,
Las negras entrega al viento {Romancero general. — It. Flor de varios y nuevos
Que las esparza y las lleve. Romances, 1.a parte.)
Creció su soplo, y lijero
Con mil regates revuelve,
Hasta hacer que las plumas 209.
En casa de Zaida se entren. BRAVONEL DE Z A R A G O Z A . — I I .
Violo, y satisfecho el moro,
Dijo : —Así es justo se ordene, {Anónimo.)
Que pues mi ausencia te alcanza Avisaron á los Reyes
Parte de mi lulo lleves.— Que ya las nueve eran dadas,
(Romancero general.) Y que Bravonel pedia
Licencia para su zambra.
ROMANCES D E B R A V O N E L , DE ZARAGOZA. Juntos salieron á verla,
Aunque apartadas las almas;
Bravonel tiene la una,
. 208. Y la otra Guadalara.
BRAVONEL D E ZARAGOZA. — I. De la cuadra de la Reina
Iban saliendo las damas,
(Anónimo.) Guadalara viene en medio fji
Bravonel de Zaragoza De Adalifa y Celindaja,
Al rey Marsilio demanda Dos moras que en hermosura
Licencia para partirse A todas hacen ventaja,
Con el de Castilla á Francia. Y también en las desdichas
Trataba amores el moro De aficiones encontradas.
Con la hermosa Guadalara, De morado , azul y verde,
Camarera de la Reina, Está la sala colgada,
Y del Rey querida ingrata. Las alfombras eran verdes
Bravonel, por despedida Porque huellen esperanza.
Y en servicio de su dama, A cierta seña tras esto
Hizo alarde de su gente Se oyeron á cada banda
Un martes por la mañana. Concordados instrumentos
! Alegre amanece el dia, Y penas desconcertadas.
Y el sol mostrando su cara Bravonel entró el primero ,
Madrugaba para verse Y dando á entender que guarda
En los hierros de las lanzas. Amor, secreto y firmeza ,
Llevaba su compañía Esta divisa sacaba :
Marlotas de azul y grana, Un potro de dar tormento
Morados caparazones, Entre coronas y palmas,
Yeguas blancas alheñadas. Con una letra que dice :
Por el Coso van pasando «Todas son para el que calla.»
Donde los reyes aguardan ; Azarque, primo del Rey,
Colgada estaba la calle, Muy azar con Celindaja,
Y la esperanza colgada: Abriendo puerta al rigor
Aguardaba todo el vulgo De sus encubiertas ansias,
A Bravonel y á su gala, Traia en un cielo azul
Y la Reina con ser Reina Una cometa bordada,
A todo el vulgo acompaña. Y esta letra entre sus rayos :
Ya pasa el moro valiente, «Cometa celos quien ama.»
Ya las voluntades pasan; Záfiro por Adalifa,
¡Mas muchas se van con él Un tiempo su apasionada,
Que no es posible parallas! Mostró con esta divisa
No lleva plumas el moro, De sus tormentos la causa.
Que como de veras ama, Una viuda tortolilla
Juró de no componerse En seco ramo sentada,
De plumas ni de palabras. Y un mote que dice así :
En la adarga berberisca «¡Tal me puso una mudanza!»
Con su divisa pintada , Guadalara y Bravonel
Tan discreta como el dueño, Tiernamente se miraban,
Y como el dueño mirada, Que cansados de penar
ROMANCERO GENERAL.
no
De disimular se cansan. 211.
Mucho se ofenden los Reyes
Y mucho el amor se ensalza, BRAVONEL DE ZARAGOZA. •!V.
En ver que allanan sus flechas (Anónimo.)
A las majestades altas. Alojó su compañía
Azarque y Záfiro hubieron En Tudela de Navarra,
Sobre no sé qué, palabras.. Bravonel de Zaragoza
Sí, lo supe ; celos fueron Que va caminando á Francia.
De Adalifa y Celindaja :
Pierden al Rey el respeto, Con sus mansas hondas Ebro
Paró la fiesta en desgracia, Parecía que llamaba
Que entre celos y sospechas A la esquina de un jardín,
No hay danzas sino de espadas. Frontero de su ventana.
El moro finge que son
(Romancero general. — lt. Flor de taños y nuevos Amigos que le avisaban,
Romances, 1.a parte.) Que pasan á Zaragoza
Y que vea si algo manda.
210. —¡Amadas ondas! las dice,
De vosotras fio el alma,
BRAVONEL DE ZARAGOZA. — III. Y estas lágrimas os fio;
(Anónimo.) Si no son muchas, llevaldas.
Después que en el martes triste Pasáis por junto á un balcón
Mostró alegre el sol la cara, Hecho de verjas doradas,
Tiene la suya cubierta Que tiene por celosías
La hermosa Guadalara. Clavellinas y albahacas:
No quiere ver ni ser vista Allí me cumple que todas
Después que Bravonel falta, Gritando mostráis las ansias
Ni mostrar el rostro alegre, De este capitán de agravios
Porque tiene triste el alma. Que va caminando á Francia.
Mucho siente el acordarse Y si por dicha saliere
De la noche de la zambra, A miraros Guadalara,
Fin de toda su alegría, Procurad que entre vosotras
Y principio de sus ansias Vea mis lágrimas caras...
Acuérdase de la empresa Mal he dicho : no las vea
Que su Rravonel llevaba , Que me corro de llorarlas,
Y suspirando decía: Y de que en mi pecho duro
«¡Todas son para el que calla!» Cupiesen tiernas entrañas.
Procura encubrir su pena , El bravo me llama el vulgo,
No quiere comunicalla, No se desmienta mi fama ;
Porque no pierda la fuerza Afuera enredos de amor,
El dolor que el alma pasa : Que me embarazáis las armas.—
No advierte cuan mal se encobre Tras esto oyó que á marchar
El fuego que el alma abrasa Tañen trompetas bastardas,
Porque el fuego ha de salir Y que aguardan sus ginetes,
Por los ojos del que calla. , Le dijo un cabo de escuadra.
Crecen celos y sospechas, Quitó la partida Muerte
Y con ausencia tan larga • Divisa agorera y mala,
Está cierta de que quiere, Y en su bandera ponía,
Dudosa si es olvidada. Adivinando bonanza,
Pasados bienes la afligen, Encima de un nuevo mundo
Presentes males la cansan, Con grande vuelta una espada,
Esperanzas la entretienen, Y en arábigo una letra :
desconfianzas la acaban. «Para la vuelta de Francia.»
Dobla el llanto porque el Rey Alegróse Bravonel,
Mandó á los guarda-damas, Y en un overo cabalga,
Que no consientan que escriba Diciendo : — ¡ Para la vuelta
A Bravonel Guadalara, No es un mundo mucha paga! —
Creyendo que larga ausencia (Romancero general. — lt. Flor de vanos y nue-
Causará en ella mudanza, vos Romances, 1.a parte.)
Y que asi le vendría á ser
Agradecida su ingrata.
Para alivio de su pena, 212.
. No pudiendo escribir carta, BRAVONEL DE ZARAGOZA. — V .
Pensando en su Bravonel,
Pidió ella una rica almohada. (Anónimo.)
Sobre un tafetán leonado , Bravonel de Zaragoza,
Color que á tristes agrada, Y este moro de Villalba,
Mostrando firmeza y pena Hijo de Celin Gomel,
Una alta peña labraba, Aquel que fuera de España
Desde donde nace un rio Dio muestra de su persona
Que un prado marchito baña, Contra la enemiga espada,
Y en lengua mora esta letra : Traen los dos competencia
«Muy mayor es Guadalara.» Por la mora bella Zaida,
Con esto pasa la vida Hija del gran Alfaquí,
Consiller del rey Audalla,
§ ue es la muerte desastrada,
asta ver á Bravonel El que en cosas de la guerra
Tiene su voto en Granada:
Que es de sus penas la causa.
Sin esto, el mayor alcaide
(Romancero general. — lt. Flor de parios II nuevoi Del Jarife que está en guardia
Romanees, i.» parte.)
Gobernando el señorío
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 111
Y reino de Lusitania. — ¡ Amadas ondas, les dice,
Para conseguir su empresa Del corazón y del alma!
Bravonel, luego despacha Aunque mudas por las señas
Con un moro su criado Me descubrís á la clara,
A Zaragoza una caria, Que visteis á Bravonel
A pretender que su padre En Tudela de Navarra.
Le responda a su demanda; ¿Decisme que quedó triste?
Fuéle contraria fortuna, ¡ Mas triste quedó mi alma,
Y fué su suerte contraria, Pues de dia no reposa,
Puessu padre le responde Y de noche no descansa;
Muy fuera de lo que él anda; Que el martes cuando partió
Y asi aunque es moro gallardo Salió el sol con tal pujanza,
Desiste de la demanda, Diferente á las divisas
Mas no de rendir contino Que mi Bravonel llevaba ! —
A Celinda vida y alma. En esto llegó la Reina
El de Villalba se parte , Y el Rey, con todas sus damas.
Llevando á la bella Zaida Y viendo en tierra un papel
Retratada en un papel Para alcanzarlo se abaja»
E impresa dentro en el alma : Leyóle el Rey para sí,
Y aunque de partirse triste , Y en leyéndole, le rasga,
Alegre, pues la esper.anza, Porque no digan las gentes
Que es mensajera del tiempo Que es de alguna de sus damas.
Y espera, traerá bonanza. Al ruido de los Reyes
Del Océano las olas Dejó el rio Guadalara,
Rompe para irse á su patria, Mas no pudo ser tan bien
Y el aire con mil suspiros Que el Rey no la sintió, y calla.
Sacados de allá del alma; (Romancero general.")
Y para se consolar
Mira el retrato, y le habla, 214.
Dice —¡Trasunto de aquella
Mora , que enamora y mata BRAVONEL DE ZARAGOZA. — VII.
Mil apasionados pechos,
Y al mismo amor avasalla; {Anónimo.)
Alá permita, señora, Con valerosos despojos
Que sea mi suerte tan alta, Del valor que tuvo en Francia
Que pueda nombrarme tuyo Su gallardo y fuerte brazo,
En los saraos y zambras!— En Tudela de Navarra,
Con esto se parte él moro, Entra bravo Bravonel,
Y queda la bella Zaida Alegre de su esperanza,
Neutral entre ambas partes, Y él mismo lleva la nueva
Tan altiva, cuanto dama. De la sangrienta batalla.
Albricias en Zaragoza
{Romancero general.— It. Flor de varios y nuevos
Romances, 3.a parte.) Entra pidiendo á su dama,
De quien está tan pagado
Que el verla tiene por paga;
213. Y puesto junto á un balcón,
BRAVONEL DE ZARAGOZA. — VI. Hecho de verjas de plata,
Solo por los ojos negros
{Anónimo.) Reconoce á Guadalara;
A las sombras de un laurel Porque todos de un metal
Junto de una fuente clara, Le parecen á quien ama,
Do vertía sus cristales El fino oro los cabellos,
En una negra pizarra; Lo blanco plata cendrada.
En las riberas famosas Miraba el vestido verde,
Que el agua del Ebro baña, Y las mejillas miraba,
Y en un jardín do tenia Y el moro finge que son
El rey Marsillo á sus damas; Clavellinas y albahacas.
Con pluma, tinta y papel Las clavellinas le encienden,
Sentada está Guadalara, La albahaca le desmaya,
Escribiendo sus pasiones Que es de natura en amor
A quien de ellas es la causa. Una esperanza muy alta.
En arábigo le escribe, Suspenso está Bravonel,
Y aljofarando su cara, Guadalara muda estaba,
A cada letra que pone Aunque los ojos de entrambos
Parece que se desmaya: Con lenguas de amor se hablan.
Soltó la pluma en el suelo,
Papel y tinta, turbada, (Romancero general.)
Y turbado el pensamiento
Acude aprisa á la playa, ROMANCE DE HOMAR, LUSITANO.
Como aquella que adivina
Que de su moro las aguas 215.
Alegre nueva le traen, HOMAR LUSITANO.
Conque alegra tanto el alma.
El rio, contra costumbre, (Anónimo.).
Y las aguas luego paran, El gallardo moro Homar
Mostrando que Bravonel Que en África residía,
En ellas está, y no habla. Ilustre en sangre y nobleza,
Mira la mora el misterio Y aunque villano en la dicha,
De las aguas y descansa : No en villanas pretensiones,
1« ROMANCERO GENERAL.
Puesto que amaba y servia Se recogió con su gente
Con vida, hacienda y persona Para su fuerza de Arcilla.
A la bella mora Ziza, Y porque en memoria fuese
A quien el incauto moro Puso en mármol esculpida
Muy muchas veces decía, Esta lamentable historia
Que allá en la fuente de Almeida Del moro Homar y de Ziza.
Yaya para hablarle un dia. (Romancero general.)
A esto responde la mora :
—¡ Ay Homar de mi alma y vida! ROMANCE DE MOSTAFA.
¡ Cómo me mandas que vaya
A ser dos veces cautiva,
Una de tí, y luego otra 216.
De ese capitán de Arcilla, MOSTAFÁ.
A quien no se escapa moro, {Anónimo.)
Ni mora que no cautiva, Sembrados de medias lunas
Porque es Marte en el valor
Y Ulises en maestrías! — Capellar, marlota y manga,
La mora cumple su ruego Y de perlas el bonete,
Después de larga porfía; Con plumas verdes y blancas,
Pero aun no hubo bien llegado El gallardo Mostafá
Do su muerte está vecina, Se parte rompiendo el alba,
Cuando salió el lusitano A donde la armada fuerte
De do emboscado yacía, De su Rey le espera y llama;
Y cautivando la mora, «Y de la mar las trompetas,
Se va la vuelta de Arcilla. «Chirimías, pitos, flautas,
El sarraceno que vio «Añafiles, sacabuches,
Cautivo el bien de su vida,. «Le hacen la seña y la salva.»
Al capitán humillado Cabalga el bizarro turco
Con humilde voz decía : A la brida y la bastarda
—Suplicóte, si algún tiempo En un caballo mas blanco
Tuviste en amor desdicha, Que la blanca nieve helada.
Permitas que pueda hablar Lijero, brioso y fuerte,
Con la que llevas cautiva.— Con unas efes por marcas;
Concedida la licencia, Que hasta en el caballo quiere
El moro así habla á Ziza : Mostrar su fe limpia y casta.
—Yo te juro, dulce esposa, Pártese el bizarro turco
Por Pluton y Proserpina, A la conquista de Malta,
De librarte, ó morir antes Y á otra mayor conquista
De media luna cumplida.— Que tiene en su pecho y alma;
La mora triste y llorosa «Y de la mar las trompetas,
Al gallardo moro mira, «Chirimías, pitos, flautas,
Diciéndole : —Ya es tarde «En voz formada le dicen :
Para seguir tu porfía, «General, embarca, embarca.»
Y pues tan tarde viniste, Responde el amor por él:
Vuelve, moro, á tu alcaidía, —¿A dó, fortuna, me llamas?
Y procúrala guardar ¿Quieres te busque en el mar,
Mejor que guardaste á Ziza.— Pues en la tierra me faltas?
Corrido y avergonzado ¿Piensas que de la mar pueden
El moro se alzo en la silla, La multitud de las aguas
Y cubierto de su adarga Aplacar la mayor parte
Arremete en balde, aprisa, De este fuego que me abrasa ?-*-
Contra la segura gente, • Y con este sentimiento
Mas allí perdió la vida. Por delante el balcón pasa,
La desconsolada mora A do le amanece el dia
lunto del cuerpo tendida A la noche de sus ansias;
De su mal logrado amante, , Y reparándose todas,
Con triste cauto decía: Viendo presente la causa,
—Rompa mi blanco pecho 'Dispuesta á darle favore»,
Este puñal agudo, > Que ya de desden se cansa :
Pues mi desdicha pudo ! —Hermosa Zaida, la dice,
Sacarme á tal lugar, y á mi despecho. Si mi presencia te enfada ,
Es bien que le acompañe Dame una prenda á tu gusto
En triste sepultura, Con la licencia que parta. —
El mió sin ventura, —De tu partida me pesa,
Y que la tierra con mi sangre bañe. Le responde, pero basta
Sirva de aviso eterno Con que lleves esta prenda,
Este mi triste amor y desvarío, De aquestas manos labrada.—
Que sí será, y yo fio, En los estribos el moro,
Mientras hubiere estío y frió invierno. Del capellar en la manga
Arranquen mis entra-ñas Las dulces prendas recoge
Las aves carniceras, De la que. le prende y mata.
También las bestias fieras Descubre un lienzo labrado
Naturales y extrañas, De orofinoy seda parda,
Quedando solo el nombre Con la rueda de fortuna
De los dos que murieron; A lo vivo dibujada :
Porque bien se quisieron «Y de la mar las trompetas,
Dignos de eterna rama y de renombre. — «Chirimías, pitos, flautas,
Pesaroso el capitán «En voz formada le dicen :
Por ve* la presa perdida, «General, embarca, embarca.»
ROMANCES MORÍS OS NOVELESCOS. 113

—No tan aprisa, enemigos; A pesar de los bajaes,


Dejadme gozar la palma, El lauro de la victoria;
Que mis deseos encumbra Pero quiso Amor premiarle
Y mis razones ensalza; Con el favor que Arselinda
Y porque á la cumbre suba , Desde un corredor le hace;
Tan solo, mi Zaída falta , Turca ilustre de valor,
Que quieras tú dar la mano Descendiente de sultanes,
A quien das mano y palabra. La cual le envía un recado
—Conténtate por agora, Al palenque con dos pajes.
Dice la bella sultana, El Albanes le recibe
Que el tiempo lo cura todo, Con apacible semblante,
Y como venga no tarda.— Y ya cuando de la plaza
De alegre y contento el moro Mandó el Sultán que le saquen,
Mudo con los ojos habla, Y que resuenen las trompas,
Y pártese porque es fuerza ; Los pífanos y atabales,
Y el cuerpo parte sin alma: Quiso fortuna envidiosa,
«Y de la mar las trompetas, Para mas entronizarse,
«Chirimías, pitos,flautas, Que se quejase al Sultán
iiAñaflles, sacabuches, Un bajá valiente y grave,
»Le hacen la seña y salva. » Diciendo ". — Mire tu Alteza
(Romancero general.) Cómo el honor se reparte,
Que se hace agravio á muchos
Que mas que el Albanes valen.—
ROMANCES DEL ALBANES' Dijo el Sultán : — Pues queréis
Parte de su honor quitarle,
217. Al que matare un león
El premio pretendo dalle. —
EL ALBANES. — I. El Bajá salió primero,
«• (De Don Luis de Góngora.) Y el león al Bajá sale
Criábase el Albanes Tan furioso, que le hizo
En las cortes de Amurates, De un encuentro muchas partes.
No como prenda cautiva El Albanes valeroso,
En rehenes de su padre, Desnudo su cuerpo sale,
Sino como se criara Poniendo su mente en Dios,
El mejor de los sultanes ; Con un bastón recio y grande.
Del Gran Señor regalado, E l león arremetió,
Querido de los bajaes", Y una amorosa voz sale
Gran capitán en la guerra, De Arselinda, que decia :
Gran cortesano en las paces, —¡ Santo Alá! queráis librarle.—
De los soldados escudo, Tuvo gran cuenta el guerrero,
Y espejo entre los galanes. Y para mejor matarle,
Recien venido era entonces Metió en la boca al león
De vencer, y de ganalle El bastón, y presto ase
Al de Hungría dos banderas, De un corto y fino puñal
Y al Sofl cuatro estandartes. Con que dos heridas hace
¿ Mas qué aprovecha domar Al león en las entrañas,
Invencibles capitanes, Por do vida y sangre salen.
Ni contraponer el pecho (Romancero general.)
A mil peligros mortales,
Si un niño ciego le vence, 219.
No mas armado que en carnes,
Y en el corazón le deja EL ALBANES. — III,
Dos harpones penetrantes; (Anónimo.)
Dos penetrantes harpones, Regocijada y contenta
Que son los ojos suaves Está la hermosa Arselinda,
De las dos mas bellas turcas Turca de mucho valor,
Que tiene todo el Levante ? Y del Gran Sultán sobrina.
Bien conoció su valor Procedióle este contento
Amor, que para enlazalle Del gran placer y alegría
Un lazo vio que era poco, Que le causó la victoria
Y quiso con dos prendalle. De su Albanes aquel dia.
(GÓNGORA, Obras de.) Consigo hace la dama
* Este romance hace alusión al famoso duque de Alba. Una amorosa porfía:
Ella á sí propia pregunta,
Y ella á sí se respondía.
218. — Dime , Arselinda, que estás
Por un cautivo cautiva:
EL ALBANES.— II. Quien supiera tus amores,
{Anónimo.) ¿Qué dirá de tí, Arselinda?—
Tuvieron Marte y Amor Pero pasado este trance,
Un dia grandes combates, En que el honor le retira,
En unas reales fiestas Llega el bullicioso amor,
En las cortes de Amurates. Y de nuevo en ella aspira ,
Juntas pues muchas naciones Por lo cual la dama dice :
De moros, turcos y alarbes, —¡ Ay Albanes de mi vida,
Entre todos se señala El mas valiente y galán
El Albanes muy pujante, Que encierra en sí la Turquía!
Que ha llevado de las justas i Cuan bien andante será
La que en tu favor recibas,
T. X.
ROMANCERO GENERAL.
w Porqué aunque cautivo estás 220.
Eres señor, y de estima !—
No quiso mas aguardar ALBANES. — W.
A que el amor la persiga,
Y un genízaro llamando {Anónimo.)
Al Albanes se lo envía : »
Dice en un papel que venga, — Detente, buen mensajero,
A media luna corrida, Que Dios de peligros guarde,
A verla por el jardín, Si acaso eres Albanes
A do aguardando estaría. Como lo muestra tu traje, :'
El Albanes recibió Y dime de aquel tu dueño
E l recado, y respondía, Que perdido en Roncesvalles
Que le agradece el favor, Los moros de Zaragoza
Presentaron á Amurates.
Y que será obedecida. ¿En qué entretiene los dias
Juntos pues los dos amantes De la mañana á la tarde,
E l Albanes le decía : Aunque todo sea noche
—¿Qué me queréis, mi señora Para quien vive en la cárcel?
Bien del bien del alma mia ? ¿ Qué damas entran á verle,
—No quiero, gallardo amigo, Que ganando en visitarle
Que muestres tu valentía Obras de misericordia
Mañana con los bajaes,
Por mi gusto y tu porfía; De injusticia me las hacen ?
Solo pretendo que entiendas Y dime si está muy triste;
Que soy tu esclava y cautiva, Que no es posible que baste
Para en cuanto me mandares, Su valor y su paciencia
Sin reservar alma y vida.— Para destierro tan grande*.
El Albanes le responde : Y si es verdad, como dicen
—Escuchad, bella Arselinda', Que libertad quieren darle
Y notad que soy de Albania, Para que vuelva otra vez
Y vos criada en Turquía; A cautivar libertades ?
Y que nací y soy cristiano, Que después que aquí se trata
Y por mi fe perdería Su libertad y rescate
Mil mundos si los tuviese; Dos mil Albas han salido
Y otros tantos, Arselinda, Y nunca la suya sale.
Perdiera por vuestro gusto, No sé qué tiene de bueno,
Sin punto de cobardía, Que en¡toda Alemania y Flándes
Ni anteponer el afrenta No hay mujer que no le adore,
Que de mí el Sultán reciba.— Ni hombre que no le alabe.
Con esto se despidió , Siendo su sangre tan buena
Dejando sola á Arselinda, Que nadie iguala á su sangre,
La cual triste y lamentando Vale mas él por sí solo
De su fortuna, decia : Que por su nobleza vale.
—Puse mi contento Yo soy á quien no conoce ,
En parte cautiva, Y quien solo con miralle
Y dejóme viva Matar los toros un día
Para mas tormento. No hay gusto que no me mate,
Yencíme de amor Y con saber que saliendo
Por un Albanes, Ha de acabar de matarme,
Que aunque esclavo es, Ruego á Dios que presto sea,
Es Marte en valor : Aunque él me remedie tarde. —
Sube su loor — Ese cautivo , madama,
Al quinto elemento, Que fué de los doce Pares
Y dejóme viva (Le responde el mensajero),
Para mas tormento. ' Cerca está de rescatarse.
No le ablandaron Bravas galas se preparan
Mis tiernas razones, De vestidos y plumajes
Ni las ocasiones Para de España salir
Que la demostraron, Y entrar en Francia galanes;
Cuando agua hallaron Mas no espero, mi señora,
Mis ojos sin cuento; Que vuestro remedio trate,
Pues siendo cautiva, Que aunque libre traiga el cuerpo
Me dejó á mí viva Tiene el alma en otra parte.
Para mas tormento. Muchos tiempos ha que adora
De mi liviandad A la hermosa Bradamante,
Yo tengo la culpa Tan justamente perdido,
Pues que no hay disculpa Que gloria llama á sus males.—
A tal libertad : La francesa, que esto oyó,
Mis ojos, llorad , Sin que mas razón aguarde
Dejad el contento, Cerró la ventana y fuese
Porque me dio vida Rompiendo á voces los aires.
Para mas tormento.
Es mas insufrible (Romancero
Dejar de quererlo,
Pues aborrecerlo * Este romance imita a los de Roldan, y hecho, como toda»
Seráme imposible, los del Albanes, para lisonjear al gran duque de Alta, íe sup
Y dolor terrible nen aventuras y amores caballerescos.
E l que por él siento ,
Pues me dejó viva
Para mas tormento.
[Romancero generala
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. i»
Del que es natural sacado.—
ROMANCES DEL VIEJO REDUAN. Con esto el moro se vuelve,
Y la mora se ha tornado
221. A ocuparse de principio
En los primeros cuidados.
E L VIEJO REDUAN. — (Romancero general.)
(Anónimo.)
222.
Desde un alto mirador
Estaba Arselia mirando E L VIEJO R E D U A N . — II.
Las cristalinas corrientes (Anónimo.)
Del sacro y dorado Tajo.
A veces miraba el agua, Rendido está Reduan
Otras la tierra y el campo, Por amores de Xarifa;
Otras pensaba en las cosas > Todo es espadas de noche,
Que le daban mas cuidado. Y todo galas de dia.
No está pensando la mora De los vientos tiene celos,
En el cortesano trato, Y del mismo sol envidia,
Porque tiene el pensamiento Porque se entran sin licencia
En un príncipe aldeano, Y la tocan, y la miran.
Que en las riberas del Tórmes Las flores de los jardines,
Es noble alcaide afamado, Porque la agradan, las pisa :
Aunque no sigue la corte Hasta en el son de las aves
De Almanzor, rey toledano. Le causan melancolía.
En amorosas pasiones Cuando de su casa sale
Tiene el sentido ocupado, Jamas la pierde de vista :
Cuando llegó, aunque de lejos, ¡ Ay del moro que se para
A vista de su palacio Cuando el sombrero le quita!
El anciano Reduan Muchas veces en el año
En un ruano caballo ; A Granada regocija
Viejo alcaide, y no bellido, Con toros, cañas y zambras,
Gallardo y enamorado; Motes, letras y divisas.
Y como reparó el moro Hasta las piedras le temen
El mirador ocupado De la calle donde habita,
De un resplandeciente sol, Porque por momentos sale
Quedó suspenso y mirando. Mas fuego de las mas frias.
Procura disimular Los caballos trae cansados
El anciano enamorado De carreras y corridas,
El gran fuego que le enciende Y si supieran hablar
Su caduco pecho helado. Se quejaran de Xarifa :
Paséase haciendo piernas, Los criados piden de ella
Muy á lo disimulado; A todo el cielo justicia,
Pero viéndole la mora, Porque comen á las tres,
Le dice con pecho airado'• Y duermen por las esquinas.
—¡Ay moro, cómo me cansas ! Toda la calle le tiembla
¡ Cómo me tiene cansado Porque en pendencias y riñas
El sufrimiento el pensar Despedaza las paredes
Que estés por mí amartelado! Y las piedras acuchilla.
¿ No reparas que ya tienes Siempre que está en su presencia,
La barba y cabello cano, Está como en la mezquita,
Grande calva y poco pelo, Con la misma devoción ,
Y que te tiemblan las manos? Sin bonete y de rodillas.
i Qué poco duelo que tienes Cansada Xarifa de esto,
De misflorecientesaños, Y de saber que quería
Pues quieres se compadezcan Quitar la vida á Abenámar,
Con tu vejez y otros daños! — Que era el alma de su vida,
El moro bien entendió Toda Granada presente,
Casi todo lo que ha hablado, Desde su balcón un dia
A lo cual respondió:—El sol Le dijo de aquesta suerte ,
Todo lo tiene á su mando ; Tan hermosa como altiva :
Y como á este te pareces —Tú no sabes, Reduan,
Le das calor á mis años , Que cantas mal, y porfías,
Y haces al helado pecho Y das voces en desierto,
Altivo, feroz, lozano. — Y que á quien te abrasa enfrias.
Mostró, al volver, una letra Tu braveza, espada y lanza
Sobre un capellar dorado, A toda Granada admira
Que dice: «Pues que me atrevo, Que en una mujer la emplees
«Algo puedo y algo valgo.» Y que nunca se te rinda.
En el adarga traia Una flaca condición
Un sol con ardientes rayos, Es la fuerza que conquistas,
Y por orla aquesta letra: Adonde tantos cristianos
«Sin duda dos soles hallo;» Nuestros muros aportillan.
Pero viendo que la mora En esos puedes manchar
Con tal desden le ha mirado, El fuerte acero que limpias ,
Encubrió el sol de la adarga Porque el hierro de tu honra
Con un almaizar pajado, No ha de ser para la mia.
Diciendo : —Pues se anubló ¿Adonde matas los hombres
Mi sol, quiero esté tapado Que en mi calle desafías,
El que pintado traia, Si los huyes cuerpo á cuerpo,
ROMANCERO G E N E R A L .
H6
Y los buscas en euadrílias? Mirando tus intereses,
Ya , Reduan, las mujeres Como si fuera el casarme
No gustan de valentías, Por quince dias ó veinte.
Que pensamientos honrados, Bien parece que no sabes
Y voluntad las obligan. Que tantos enojos cueste
Lo que no alcanzan Orlandos Un enemigo ordinario,
Rompiendo robles y encinas, Que rehusar no se puede.
Unos humildes Medoros, Condiciones encontradas
Huyendo se lo conquistan, Trabada guerra mantienen,
i Quién te ha dicho á tí que soy Adonde lidian las almas
De las armas tan amiga, Hasta que los cuerpos mueren.
Para que dias y noches ¿Pensabas cuando llorase
Con espadas me persigas? Que con joyas que me dieses
¡Maldita sea la mujer, Me podria yo acallar
Que á quien la sirve no estima Como las demás mujeres?
Mientras de sangre no tiene Collar de perlas me diste;
Bañadas las celosías! — Mas las que mis ojos llueven
Aquí calló, que ya estaba Enternecerán si vivo
De color roja encendida A los diamantes mas fuertes.
L# cara, que á Reduan Los brazaletes y anillos
Dejó la suya amarilla. Son esposas que me tienen
Furioso pica al caballo, Cautiva y desesperada,
De que mi dicha las quiebre.
Y con tal fuerza le pica, ¡ Prima mia Eleazara,
Que estrellándole en el muro, Hoy hace justos dos meses
Le hallaron muerto en la silla. Que vi á mi moro enemigo
(Flor de varios y nuevos Romances, 5.» parte.) En una fiesta solemne !
Con atención me miraba,
ROMANCE DE DRAGOTA. Y con desprecio miréle ,
Tanto , que dije entre m í :
223 ¿Todo el mundo se me atreve?
¿Tan dejada te parezco?
( Anónimo.) ¿Eres tú tan insolente
Que aunque me prometas reinos
En el espejo los ojos, Mis favores te prometes?
En los cabellos el peine, No te me pongas delante,
En la vida el desengaño, Morillo cuitado, vete,
Los deseos en la muerte; Que pensaré que me amas,
Su belleza acrecentada, Y al momento morirénre.
Porque la tristeza á veces Estas cosas dije de é l ,
Alegres milagros hace Y quiso después mi suerte
Desmintiendo al tiempo alegre : Que le obedezca de día,
Dos naves por arracadas, Y que á su lado me acueste :
Con dos soles por trinquetes, Que si no le digo amores
Gargantilla de azabache De mi tibieza se queje,
Con perlas de nueve en nueve; Y que á recibirle salga,
De esmeraldas y zafiros Cuando á perseguirme viene :
Colgada de ella una sierpe, Que todos me llamen suya
Cruel divisa del alma, Sin poder decir que mienten;
Y de sus iras crueles : Que diga que le doy gusto
Rica almalafa vestida, Cuando él á mi gusto ofende;
Amarilla, blanca y verde; Que tener hijos de mí
Colonia azul de Turquía Con razón presuma y piense ;
Que ciñe su blanca frente; Que mi alegre condición
Draguta recien casada Triste suegra la gobierne.
Con un deudo de ríamete* ¡Prima, cuando te casares,
Aquel secretario real Por tus ojos, que no peques
Y alcaide de los donceles, Contra la fe de tu gusto,
Y casada por su tio, Y que en mi daño escarmientes!
Porque favores pretende Con tus esperanzas cumple,
Para ser grande Alfaquí Aunque te culpen las gentes,
Si al rey Chico le pluguiere, Que nunca pudo olvidarse
A su prima Eleazara Lo que agradó para siempre.—
Que consolarla pretende, En esto vino un recado
De su estado y de su lio Que al jardín de Zaida fuese,
Se quejaba tiernamente. Y enlutado el eorazon
—Alá te perdone, padre, Se fué vestida de verde.
Que antes que tú fallecieses
Mis altivas esperanzas {Romancero general. — It. Flor de varios y »¡<W
No estribaban en los reyes; Romances, 1.a parte.) i
Y no te perdone Alá,
Cegrí, que tu sangre vendes. ROMANCES D E ZORAIDE.
Para comprar dignidades,
Que no sé si las mereces. 224.
Tu vida anciana y caduca
Que por momentos descrece, ZORAIDE.—I.
Quieres hacer perdurable (Anónimo.)
Con esta que al mundo viene. Entró Zoraide á deshora
No curaste de mi dicha A buscar su amigo Tarfe ,
W
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.
Con acelerados pasos, Que forzaron de apartarse :
Y con turbado semblante. Tarfe se volvió á su amigo;
—Toma tus armas , le dice, A quien halló como de antes,
Que me importa que te armes; Y en brazos le vuelve á casa ;
Ha de ser luego, no quieras
Que la tardanza me agravie: Que nada siente Zoraide,
El cuento de mi venida Pues celos y mal de amores
Te contaré por la calle, Son un parasismo grande.
Si con la pasión y enojo (Romancero gentral
A decírtelo acertare.—
Tarfe acudió á sus armas ,
225.
Ciñóse su corvo alfanje, ZOBAIDE. — ir.
Quitó al bonete las plumas {Anónimo.)
Por mejor disimularse.
Salen con tanto silencio El contento de tu carta
Que ni las nocturnas aves Se templó, Alcaide , con verte
Sienten sus secretos pasos, Celoso de tu Celinda,
Ni los veladores canes. Aborrecido y ausente;
Zacatín y Plaza Nueva Porque es un mal el de celos
Atraviesan sin hablarse; Que solo el alma consiente,
Que Tarfe no le pregunta, Donde lidian los sentidos
Ni dice nada Zoraide. "Hasta que los cuerpos mueren.
Al entrar por los Gómeles Estás, amigo , quejoso ,
Volvieron á repararse, Desesperado, impaciente,
Que vieron en un balcón Y no me espanto, que es mal
Un almaizar puesto al aire. Harto peor que el de muerte :
Solía Celinda bella Da algún vado á tus congojas,
Poner estos almaizares Que no es razón que la gente
A Zoraide en otro tiempo, Entienda que tu valor
Cuando era dichoso amante, Te lo atropellan mujeres.
Y ahora es señal rabiosa, Si te ha ofendido Celinda ,
Que quiere desengañarle Muera ella, y quien te ofende;
La señal que señalaba Que no pierdes tu nobleza
Sus placeres y solaces. En matar al que es aleve;
Limpiósus ojos el moro Porque en semejantes casos
Creyendo que le engañasen; Mucha mas honra se pierde
Mas el mar que entró por ellos En disimular agravios,
Con el desengaño sale. Que no en que muera vil gente.
A su Celinda aborrece, Dices que de diamante
Porque se antepone antes Tiene el pecho quien te ofende;
A la gloria de sus bienes Más yo te digo que tú
La presencia de sus males; De blanda cera le tienes :
Y aunque el moro es valeroso, Si dices que tus suspiros
Pueden tanto los pesares, Le van á helar en su nieve,
Y mas si nacen de amores, Es que nobles pensamientos
Que vencen las libertades. En bajos pechos se pierden.
l)ió con él uno en el suelo, Si la debes mil abrazos,
No sabe qué hacerse Tarfe,- Ella otros tantos te debe,
Que los remedios son pasos, Con que queda bien pagada
Y los desmayos son graneles. De lo que da fácilmente :
En aqueste punto estando Y pues ella no entendió
Llegó Zurman Bencerraje, Lo que ganaba en perderte,
Moro que Celinda aguarda, Cree que no merecía,
De gran gentileza y talle : Alcaide , que la quisieses;
Tarfe que le vio venir, Y no quieras mas venganza
Dejando á su amigo, sale Que ver que por él se muere;
A contradecirle el paso, Que pues es de ruin linaje
Diciendo : —Vuelve, no pases.— La pagará- cual merece.
El moro, que en casos de honra Dentro de muy breve tiempo
Es no menos arrogante, Verás trocadas las suertes,
Le responde : — ¿Quién sois vos ?— Y ella echará de ver
Medio desnudo el alfanje. Lo que ha perdido en perderte;
Tarfe no le quiso hablar, Que cual mesón de tablilla
Sino que las armas hablen, Son contino las mujeres,
Y que averigüen de entrambos Que siempre á los mas extraños
Quién ha de estar en la calle. Mas regalan y mas quieren.
Sacan los alfanjes fieros, Son cual natural espejo
Derriban los capellares, A do solo los presentes
Y tíranse fuertes golpes Ven su natural retrato
Con pensamientos mortales. r

Sin rastro de los ausentes :


Crece la rabia y desden, Son un mar donde se anegan
La fuerza, rabia y coraje, Los mas sabios y prudentes;
Y saltan vivas centellas Y en el amor mas mudables
»e los duros pedernales, Que veleta en chapiteles.
fue venturoso Zurman ,
Llevóle de un golpe Tarfe (Romancero general.)
Unco plumas amarillas,
Y la mitad del turbante.
Acudió gente al ruido ,
118 ROMANCERO GENERAL.

ROMANCE DEZBRRIN. ROMANCE DE ZELIZARDO.

226. 227.
ZERBIN.

{Anónimo.) {Anónimo.)
—Desde hoy mas renuncio, mora, Por ponerse su albornoz
Tu fe, tu amor y palabra, Ordenó un juego de cañas
Tu desden y mi recelo, Zelizardo, un Bencerraje
De celos, furor y rabia. El mas galán de Granada.
Quiero dar luz á mis ojos, Comenzóse á murmurar
Y dar libertad al alma, Que se le envió su dama,
Y salir desta tormenta Y en pago de aquel favor,
Al mar claro de bonanza. Aquella fiesta ordenaba.
Yo vi bien tu oscuro pecho; Era el albornoz azul,
Que el ser oscuro fué causa Con oro y plata escarchada ;
De curar el mió llagado Que en ser azul albornoz
De la amorosa batalla. ,, \ Su nombre y color declara.
Ya no pretendo tu amor, •'- \ Sembradas de trecho en trecho
Ni de tu amiga Daraja, Lleva unas flechas doradas
Que sois dos falsas sirenas, Y en cada flecha esta letra :
Desechadas en la Alhambra. | «Ninguna defensa basta.»
Ya no quiero estar celoso Para ponérsele, el moro
De un pobre morisco Audalla, Hizo una marlota blanca;
De los mas viles genízaros Que como piensa morir,
De la ciudad de Granada. Previénese de mortaja.
Ya no daré nombre falso En ella puso esta letra :
A tu hermosura y tu gracia, « Conmigo traigo la causa
Llamándote en mis abrazos »Porque entienda todo el mundo
Divina y bella Diana. ' «Por quién vivo, y quién me mata.»
Ya no quiero ver tu calle, Una pluma sola verde
Ni hacer seña á tu ventana, En el bonete llevaba,
Ni aguardar desde las diez Por mostrar que de su vida •
A que Apolo rompa el alba. Tiene muy poca esperanza;
Ya no quiero tus favores, Que mirando el albornoz,
Ni tu bordada almalafa, Como las flechas llevaba,
Para salir á las fiestas Mira la letra que dice :
Que trazaba por tu causa. «Ninguna defensa basta.»
Ya no tendré que gastar Alegrías á su muerte
Mas cequies de oro y plata, Hace el moro, porque halla
Para esmaltar tu cifra Descanso en morir de amores,
En el campo de mi adarga. Que es quien rinde tantas almas :
Ya no sacaré libreas Y ansí porque todos sepan
De colores á tu gracia, Que él muere y vive su dama,
Para que vieses en ellas Una candela encendida
La sujeción de mi alma. Hizo pintar en la adarga,
Ya no ofreceré á tu gusto Y en un tostado alazán
Sonetos, quintas, ni cuartas , Entró á pasear la plaza,
Villancicos, ni canciones, Hasta que se hizo hora
Leves tercetos, ni octavas. De entrar al juego de cañas.
Ya no esmaltaré en el templo (Flor de varios y nuevos Romances, 3.a pa
De tu amor y tu fe falsa,
Las palabras y favores ;
Que sin afición me dabas. " í
ROMANCE DE HAMETE Y TARTAGONA EN LA
1
Ya no haré los ojos rios, PENA DE LOS ENAMORADOS .
Ni del pecho haré alquitara, '
Para ofrecer á tu amor
Los despojos de tu alma. <' •<' 228.
Ya quiero andar sosegado, ,' HAMETE Y TARTAGONA.
Y no parecer fantasma, /
Aguardándote de noche ;
{Anónimo.)
Para gustar de mis ansias. Bajaba el gallardo Hamete
En fin, no confiaré A las ancas de una yegua
En tus fingidas palabras, A la bella Taríagona
Que eres Circe encantadora Hija del fuerte Zulema,
De las que de amor se abrasan.— Alcaide que en Archidona
Esto el valiente Zerbin El alto castillo y fuerza
Dijo expresando sus ansias, Sustentó treinta y seis años
Y de sus quejas la mora Sin temor y sin flaqueza.
Desdeñosa se burlaba. De noche bajaba el moro
{Romancero general.) Por una excusada senda,
Porque la nocturna guarda
Al descender no le sienta,
Y hallándose en lo llano
Lozano pica la yegua.
Volviendo el rostro á la mora
En el carrillo la besa,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. **»
Y la dice : — Diosa mia, El otro era Benavides ,
TUYO soy, mándame y veda, Que al desafío le llama;
Y con el uno y el otro
Qué eu Granada mil favores No excusa dura batalla.
Tengo del Rey y la Reina, Teme del fiero contrario
Y de mi prosapia ilustre La ya conocida espada,
Soy el mejor que hay en ella. Y de su Geviza teme
Narvaez es buen caballero; Con su ausencia la mudanza.
Alcaide fué en Antequera, No hay suerte que le asegure :
Y lo que hizo con Jarifa Cosa ordinaria en quien ama.
Cuando fué su prisionera, Al fin suspenso y celoso,
También lo ha de hacer conmigo, De sospechas llena el alma,
Cuando de su voluntad sea, En un caballo castaño
Pero al fin al virtuoso Con desenvoltura salta;
Respetalle es honra nuestra.— Un asta gruesa blandiendo
Vuelve las riendas el moro Y embrazando un ancha adarga,
A do le guia su estrella, De canto á canto tirante
Y al pié de una alta roca Una azul y angosta banda,
Rodeada de mil yedras Entró desta suerte el moro
Quiere que la yegua pazca, Solo y cuidoso en la plaza;
Y el amor tienda sus velas.
En esto vido venir Que nunca á quien tiene amores
Muy numerosa caterva El cuidado desampara.
De famosos salteadores, Estaba con otras moras
Que pasaban de setenta. Geviza en una ventana
Todos le acometen juntos, Para mirar la reseña
Como canes á la cierva, Déla gente convocada,
Por quitar la vida al moro, Que á Coin vino aquel dia
Y el honor á la doncella. De toda aquella comarca
En pié se pone, y levanta, Con ánimo de correr
Y entre todos hace rueda. ' • A Alora, que está sitiada.
¡Cuan bien jugaba una punta! Geviza, que vio al Alcaide,
¡ Cuál pierna ó brazo cercena! De pechos en la ventana
[Oh cuan bien que dilataba, Le ¿ice :—A Alatar de Loja
El moro su muerte cierta! Di que Geviza le ama.—
Mas una piedra sin ruido Nunca extremos tales hizo
Se le escondió en la cabeza, Toro ofendido de vara ,
Quitando el aliento al cuerpo, Como el moro, cuando oyó
Y al brazo la fortaleza. Tan desenvueltas palabras;
Desque la dama se vido Y sin volverla á mirar
En poder de gente ajena Deja furioso la plaza
No hay dolor que llegue al suyo, Diciendo :—Solo es dichoso
Pena que llegue á su pena. Aquel que de amor no trata.—
Cabellos que al sol dorado (LOBO LASO ni LA VEGA, Romancero y tragedias <?«.)
No le hacen diferencia,
Ya no precia el oro fino
Que al blanco cuello rodea. ROMANCE DE DORAIZEL Y AYAFA.
Cogió la espada del muerto
Que la hallara entre la yerba,
Cogiérala por la punta, 230.
De pechos se echó sobre ella. DORAIZEL Y A Y A F A .
Juntó el cuerpo al de su amante,
La cara con una piedra, (De Gabriel Lobo Laso de la Vega.)
Que son los enamorados Sabiendo la mora Ayafa
Déla vega de Antequera, Que Doraizel de Almería,
Dejando mucho renombre Uno de los quince alcaides *,
De otra segunda Lucrecia. A quien mas que á sí quería
Quien no lo quisiere creer,
Vayase á Ronda la Vieja, Herido y puesto en prisión
Que allí lo hallará escrito Martin Galindo tenia;
En lo alto de una peña. Busca medios, mas ninguno
Halla para su fatiga;
{Romances varios de diversos autores.) Que nunca un aflicto intenta
Hi na C0 m
Cosa que mas no le aflija ,
*A <![ ° , edia atribuida«con error á Tirso. con título
J
Y pocas'veces el mal
e n a m o r a d o s
íoiinfe * * * - ^«untoes elLttfeude esté Huye de donde se arrima.
Al fin , tras profundo llanto,
De las mujeres guarida,
ROMANCE DE ALHABIZ Y GEVIZA. Donde está Martin Galindo
Ir Ayafa determina
229. A pedir la deje estar
Con su Dorayzel cautiva,
ALHABIZ Y GEVIZA. Porque donde el alma está
(De Gabriel Lobo Laso de la Vega.) Es fuerza que el cuerpo asista
El valeroso Alhabiz En tanto que el ñudo estrecho
Alcaide que fué de Baza, Desata la Parca esquiva.
De dds terribles contrarios Llegó Ayafa á la frontera,
Cercado á un tiempo se halla. Y para Galindo se iba,
Uno es la bella Geviza Que de ver tanta belleza
A quien tiernamente ama, Con mucha razón se admira.
No quiso el buen capitán
ROMANCERO GENERAL.
120,
Cebar en ella la vista, Del Abencerraje, luego
Por ser trance peligroso Copia hecho, tan fiel,
Para el que mas por sí mira : Que los dudara el concurso
Antes con rostro sereno Equivocado juez.
Su plática interrumpía La ocupación inquiriendo
Diciendo : —Hermosa dama, Donaire hace y desden
Tu demanda está entendida : De que solicite niña
Llévate tu caro esposo, Lo que excusara mujer.
Y gozad de alegre vida — Ejerced, le dice, hermana,
La cual dar ó quitar puedes Vuestra hermosura, y creed
A cuanto alcanza tu vista. — Que tan varia es la de hoy
Ayafa, besando el suelo Como ingrata la de ayer.
Tal merced le agradecía. Fugitivos son los dos ;
(LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y tragedia» de.) Usad d'esos dones bien,
Que en un cristal guardáis frágil
* Hace alusión al fronterizo, que dice: Lo caduco de un clavel.
Después que el Rey Don Fernando Si reguláis con las flores,
En el reino de Granada, etc. Que visten esta pared,
Horas son que antes el dia
ROMANCES DE HACEN, ULTIMO ABENCERRAJE. Las ve morir que nacer.
Gózaos en sazón, que el tiempo,
Tesorero ya infiel,
231. De ese oro que peináis
De ese marfil que escondéis,
HACEN. — I Desengaños restituye :
(De Don Luis de Goñgora.) Necia en el espejo fué
La memoria, mudad antes
En la Fuerza de Almería Parecer, que parecer. —
Se disimulaba Hacen, Extrañando la doctrina
Abencerraje hurtado Del joven que hermano cree,
A la indignación del Rey. La vergüenza á Celindaja
Entre el cuchillo y la cuna Le purpureó la tez.
Interpuso Mahomet El ya fraternal engaño
La parte del capellar, Mal bebido en su niñez
Que lo bastó á defender. Disolvía, cuando amor
Negado pues al rigor, Sintiendo el dichoso pié
Galán se criaba él Del que ya conduce amante,
Tan hijo y mas del alcaide, Cuanto cauteló el pincel
Que Celindaja lo es. Desvaneció, y en su forma
Celindaja que en sus años Pisando nubes se fué.
Virgen era rosa, á quien (GÓNGORA, Obras de.)
Del verde nudo la aurora
Le desata el rosicler.
Beldad ociosa crecia 232.
En sus jardines tal vez
Al son de un laúd con ramas, HACEN. — i l .
Que eran cuerdas de un laurel.
Coros alternando y zambras (De Don Luis de Góngora.)
Con sus moros, hasta que Famosos son en las armas
Daba al céfiro su frente Los moros de Canastel;
Aljófares que beber. Valentísimos son todos
De cuya dulce fatiga Y mas que todos Hacen.
Apelaba ella después El Roldan de Berbería,
Al baño que le templaban El que se ha hecho temer
Curiosidad y placer. En Oran, del castellano,
Un dia, en Jas que le dieron En Ceuta,.del portugués.
Los jazmines del vergel Tan dichoso fuera el moro,
• Estrellas flagrantes, mas Cuan dichoso puede ser,
Que claras la noche ve, Si le bastara el adarga
Averiguando la halló Contra una flecha cruel,"
Los dias de casi tres Que de un arco de rigor
Lustros de su tierna edad, Con un arpón de desden
Aquel niño dios, aquel Le despidió Belerifá,
Fénix desnudo, si es ave, La hija de Alí Muley.
Pollo siempre, sin deber Atento á sus demasías
Segundas vidas al sol, En amar y aborrecer
Nieto del mar en la fe. Quiso el niño dios vendado
Por no alterar á la mora, Ser testigo y ser juez.
En un listado alquicel, Miraba al fiero africano
Manto del Abencerraje, Rendido mas de una vez
Desmintió su desnudez. A una esperanza traidora
Fiando á un mirto sus armas, ••. Y á un desengaño fiel,
Verde frondoso dosel Ya rendido á su enemiga,
De un mármol, que ni Lucrecia, Y entregándole á merced
Ni fuente deja de ser, Las Laves del albedrío
Pliega el dorado volumen Los pendones de la fe.
De sus alas, el doncel Mirábalo en los combates,
Redimiendo ciegas luces Ora á caballo, ora á pié,
Que mas vendadas, mas ven. Rendir el fiero animal
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 121
De las otrasfierasrey, Gómeles y Almoradíes,
Y de la real cabeza, Gente noble y estimada,
Y de la espantosa piel, Cegríes y Bencerrajes
Ornar de su ingrata mora Que eran de la mejor casta:
La respetada pared. De cada parte cincuenta
Mirábalo el mas galán Con librea diferenciada.
De cuantos África ve La que sacan los Gómeles
En servicio de las damas Era de tela morada,
Vestir morisco alquicel, Sembrada de medias lunas
Sobre una yegua morcilla Y con estrellas poblada ,
Tan extremo en el correr Y de aquel mismo color
Que no logran las arenas Las banderas de las lanzas,
Las estampas de sus pies. Con unas bandas azules
Admirablemente ornada Por cima de las adargas.
De un bravo y rico jaez, Llevan de almaizares todos
Obra al fin, del todo digna Las cabezas adornadas,
De artífice cordobés, Y al brazo derecho asidas
Solicitar los balcones Las empresas de sus damas :
Donde se anida su bien Los caballos alazanos,
Comenzando en armonía, Las sillas aderezadas
Y feneciendo en tropel. De seda morada y oro,
No le dio al hijo de Venus Que grande contento daban :
El moro poco placer, Los borceguíes marroquíes
Y detestando el rigor Con espuelas plateadas.
Que se usaba contra él, Los Almoradíes de verde
Miraba á la hermosa mora, Toda su cuadrilla sacan :
Salteada en un vergel, Era tela verde y oro,
De un cuidado que es amor, Y encimafloresde plata
Aunque no sabe quién es, Sobre unas coronas puestas,
Ya en el oro del cabello De canutillos bordadas.
Engastando algún clavel, Llevan tocas tunecíes
Ya á las lisonjas del agua A las cabezas atadas,
Corriendo con vana sed; Pobladas de argentería,
De pechos sobre un estanque Que la vista deslumhraba,
Hace que á ratos estén Y encima de todas puestos
Bebiendo en sus dulces ojos Los favores de quien aman;
Su hermoso parecer. Y con bandas rojas vienen
Admiradas sus cautivas Sus adargas señaladas.
Del cuidado en que la ven, Los caballos que sacaron
Risueña le dijo Una , Eran color de castaña,
Y aun maliciosa también : De carmesí y oro fino
— Así quiera Dios, señora, Las sillas aderezadas :
Que alegre yo vuelva á ver Verdes eran los pendones
Las generosas almenas Que llevaban en las lanzas :
De los muros de Jerez, Los borceguíes eran blancos
Como esa curiosidad, Con espuelas barnizadas.
Es seña, á mi parecer, Sacan los Cegríes todos
De un recien nacido amor Su cuadrilla aderezada
Que volará antes de un mes. — De una tela muy hermosa
Sembró de purpúreas rosas Y la color turquesada,
La vergüenza aquella tez Con unos soles de oro
Que ya fué de blancos lirios A todas partes poblada.
Sin sabella responder. De tocas blancas y azules
Comenzó en esto Cupido Las cabezas traen atadas
A disparar y á tender Con rapacejos de oro
La mas que mortal saeta, De azul aderezadas.
La mas que nudosa red, Pardos eran los pendones
Y comenzó Belerifa Que sacaron en las lanzas :
A hacer contra amor después No van con banda ninguna
Lo que contra el rubio sol Sus adargas señaladas,
La nieve suele hacer. Porque las sacaron todas
(GÓNGOIU, Oirás de.)
Con dos borlas turquesadas;
Asidos á las muñecas
Los favores de quien aman,
ROMANCE DE ABDALLA. Llevan los brazos derechos
Con mangas encarrujadas
233. Hechas de una blanca toca
Con hilo de oro listada.
ABDALIA. Los caballos eran rucios ,
(De Pedro de Padilla *.) Las sillas aderezadas
En la orilla del Jenil, De verde con flor de Uses
Que nace en Sierra-Nevada, De oro por ellas sembradas.
Al tiempo que el sol salía Los borceguís eran negros
Con su cabeza dorada Con lazos definaplata,
La mañana de San Juan, Y las espuelas y estribos
De moros tan festejada, Son blancas y pavonadas.
Las cañas sale á jugar Los Abencerrajes todos
Toda la flor de Granada. Salen de color leonada,
Sembradas por toda ella
122 ROMANCERO GENERAL.
Unas granadas de plata, La cual dijo que queria
Y de seda verde y oro Ser siempre del moro Abdalla,
Flores en medio esmaltadas. Y ansi quedó esta contienda
Leonados son los bonetes Por entonces acabada.
Que en las cabezas llevaban (PADILLA, Tesoro de varía»poesías.)
Con muchas bandas de oro i Hé aquí uno de los romances moriscos de imitación se-
Entre botones sembradas, cundaria y exagerada, que provocaron los burlescos de su
Los favores de quien sirven clase, y que han dado lugar á creer á algunos críticos, que
Ceñidos á la garganta. son todos de un género puramente Ideal, negando absoluta-
Azules son los pendones, mente el influjo de las costumbres orientales sobre esta clase
Que llevaban en las lanzas, de composiciones. Yo creo sin embargo que hay muchos que
Con un dios Cupido en ellos participan del espíritu y poesía árabe, y de los vestigios de las
costumbres tódealidad que los moros nos dejaron, según he
Puesto con arco y aljaba. dicho en el prólogo del Romancero.
Llevaban mangas de red
Sobre una tela encarnada,
Y de trecho á trecho puesta ROMANCES DEL ESPAÑOL DE ORAN.
Una ninfa coronada.
Los caballos eran blancos
Y con bozales de plata, 234.
Y de turquesado y oro E L ESPAÑOL DE ORAN.—1 í .
Las sillas aderezadas,
Y con bandas amarillas (De Don Luis de Góngora.)
Por cima de las adargas: Servia en Oran al Rey
Borceguíes marroquíes Un español con dos lanzas
Y espuelas sobredoradas; Y con el alma y la vida
Y con esta gallardía A una gallarda africana,
Salen do los esperaban Tan noble como hermosa,
Todas las moras hermosas Tan amante como amada,
Que habia dentro en Granada. Con quien estaba una noche
Entre todas florecía Cuando tocaron al arma.
Aquella hermosa Axa Trecientos cenetes eran
Por quien andaba perdido Deste rebato la causa,
El enamorado Abdalla, Que los rayos dé la luna
Y otro muy gallardo moro Descubrieron las adargas;
Que el Alatar se llamaba. Las adargas avisaron
Entrambos salieron juntos A las mudas atalayas ;
Para principio á la entrada, Las atalayas los fuegos;
En dos briosos caballos, Los fuegos á las campanas,
Y escaramuza trababan, Y ellas al enamorado
Mostrando allí su destreza Que, en los brazos de su dama,
Cada cual donde llegaba. Oyó el militar estruendo
Y andando escaramuzando De las campanas y cajas.
Al enamorado Abdalla Espuelas de honor le pican,
Vio el Alatar una toca Y freno de amor le para :
Que él dio á la hermosa Axa, No salir es cobardía,
Y que Abdalla la traia Ingratitud es dejarla.
Por empresa al brazo atada. Del cuello pendiente ella,
Tanto dolor siente el moro, Viéndole tomar la espada,
Que el alma se le arrancaba, Con lágrimas y suspiros
Y andando escaramuzando Le dice aquestas palabras :
D'esta manera le habla : —Salid al campo, señor,
— ¿Quién te ha dado, caballero, Bañen mis ojos la cama ,
Esa empresa de mi dama ? Que ella me será también
No te la debió dar ella Sin vos, campo de batalla.
Sino alguna de su casa, Vestios, salid apriesa ,
Porque tú no merecías Que el general os aguarda,
De su mano granjealla. Y os hago á vos mucha sobra,
Si dármela no quisieres Y vos á él mucha falta.
Tu muerte no se excusaba. — Bien podéis salir desnudo,
Respondióle á estas razones Pues mi llanto nó os ablanda,
El enamorado Abdalla: Que tenéis de acero el pecho,
— No alborotemos la fiesta,
Pues está ya comenzada, Y no habéis menester armas. —
Que yo os la pondré después Viendo el español brioso
En la punta de la lanza, Cuánto le detiene y habla,
Y si de allí la quitáis,, Le dice a s í : —Mi señora,
Yo la doy por bien ganada; Tan dulce como enojada,
Que nunca defiendo menos Porque con honra y amor
Las empresas de mi dama. — Yo me quede, cumpla, y vaya,
Quedaron con este acuerdo, Vaya á los moros el cuerpo,
Y ansí la fiesta acabada, Y quede con vos el alma.
Parten adonde comienzan Concededme, dueño mió,
Una reñida batalla, Licencia para que salga
Y porque faltaba el día Al rebato, en vuestro nombre,
Tal resolución tomaban, Y en vuestro nombre combata. —
Que adelante no pasase (GÓNGORA,Obras de.)
La contienda comenzada, i Del asunto de este y los siguientes romances hizo Cj>BI"
Si no que la mora diga LLO su tomedia intitulada Entre los sueltos caballos, yBAR-
A cuál de entrambos mas ama: | RIO» 1* «ya con título de El Español de Oran.
Oran
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS. 123
Entre lo rojo , lo verde,
235. Aquel español de Oran,
SL ESPAÑOL DE ORAN.—II. Un suelto caballo prende,
(Anónimo.) Por sus relinchos lozano
Y por sus cernejas fuerte,
De pechos en la ventana Para que lo lleve á él,
Y los ojos en la calle Y á un moro cautivo lleve,
Mira la bella africana Que es uno que ha cautivado
Por donde su español sale, Capitán de cien cenetes.
Y aunque desnuda en camisa En el lijero caballo
No teme ofensas del aire, Suben ambos, y él parece,
Qu'está vestida de amor De cuatro espuelas herido,
Con invencibles señales. Que cuatro vientos le mueven.
Hace plaza de sus pechos, Triste camina el alarbe,
Y hacer tal plaza le place, Y lo mas bajo que puede
Pues la plaza de sus ojos Ardientes suspiros lanza
La lleva do la desplace. Y amargas lágrimas vierte.
Con la luna divisaba Admirado el español
Entre muchos á su amante, De ver, cada vez que vuelve f
Que antes de salir con orden Que tan tiernamente llore
Hacen entre ellos alarde : Quien tan duramente hiere,
Y perdiéndole de vista Con razones ¡e pregunta
Sacó el cuello por miralle, Comedidas y corteses
El cual rindiendo al amor De sus suspiros la causa,
Hizo entre ellos vasallaje. Si la causa lo consiente.
Diciendo :—Luz de mis ojos, El cautivo, como tal,
¿Dónde te llevan? ¿do sales? Sin excusarse obedece,
Que en salir de mi presencia Y á su piadosa demanda
Marte de su quicio sale. Satisface desta suerte.
No pudo ser sí soborno —Valiente eres, capitán,
El que movió á los Alarbes Y cortes como valiente;
Venir en tan dulce noche; Por tu espada y por tu trato
¡Mas no hay dulce que no amargue l Me has cautivado dos veces.
No me temo que me dejes, Preguntado me has la causa
Mas temo de algún desastre, De mis suspiros ardientes,
Que al fin desastrada suerte Y débote la respuesta,
Acontece en casos tales. Por quien soy, y por quien eres.
Vestísteste armas de acero, Yo nací en Geíves, el año
Gola, peto, espada y guante, Que os perdisteis en los Gelves,
Adarga, lanza y caballo, De una berberisca noble
Almete, cinta y plumaje, Y de un turco matasiete.
Espada y daga dorada En Tremecen me crié
Con borceguí y acicate, Con mi madre y mis parientes.
Sin cuello, venda ni liga, Después que murió mi padre,
Que es adorno de galanes. Corsario de tres bajeles,
Si estando al amor sujeto Junto á mi casa vivia,
No pagas lo que firmaste, Porque mas cerca muriese,
¿Cómo sin firma á la guerra Una dama del linaje
Pagas sin ejecutarte ? De los nobles Melioneses,
No te llamó el general, Extremo de las hermosas,
Mas tú vas antes que llame, Cuando no de las crueles;
Porque aquel es buen soldado Hija al fin destas arenas
El que acude sin llamarle. Engendradoras de sierpes.
Si tan bien corres ginetes Era tal su hermosura
Como corrida dejaste Que se hallarán claveles
A quien corrida de tantos Mas ciertos en sus dos labios,
Tú, sin correr alcanzaste; Que en los dos floridos meses.
Si tanto sientes mi ausencia Cada vez que la miraba
Como sentiste el son grave, Salia el sol por su frente
El cual fué causa , mi bien, De tantos rayos vestido
Que te fuiste y me dejaste, Cuantos cabellos contiene.
No dudo de verte libre Mas ya la razón sujeta
Y con victorioso lance , Con palabras me requiere
Aunque en batalla de amor
Te hayas mostrado cobarde.—
Con esto pasó la noche ?ue su crueldad le perdone
de su beldad me acuerde.
Juntos así nos criamos,
Y antes que Febo asomase
Se volvió la gente á Oran, Y amor en nuestras niñeces
Y ella olvidó los pesares. Hirió en nuestros corazones
Con arpones diferentes.
(Romancero general.) Labró el oro en mis entrañas
Dulces lazos, tiernas redes,
236. Mientras el plomo en las suyas
Libertades y desdenes.
EL ESPAÑOL DE ORAN.—III. Esta, español, es la causa
(De Don Luis de Góngora *.) Que á llanto pudo moverme :
Entre los sueltos caballos ¡Mira si es razón , que llore
De los vencidos ceuetes Tantos males juntamente!—
Que por el campo buscaban Conmovido el capitán
De las lágrimas que vierte,
í 2 4 ROMANCERO GENERAL.
Parando el veloz caballo, Llenos de rubíes y perlas
Y de ámbar labradas pomas.
Que paren sus males quiere. El mayorazgo de Ayala
— ¡ Gallardo moro, le dice, Entra con ornato y pompa ,
Si adoras como refieres, Silla con arzón de plata,
Y si como dices amas Y á los fines bellas borlas.
Dichosamente padeces! De negro y blanco se viste,
¿ Quién pudiera imaginar, Porque la ingrata que adora
Viendo tus golpes crueles, Dejó en blanco su ventura,
Que cupiera alma tan tierna Y así negra se la torna:
En pecho tan duro y fuerte? De los Avalos Jarife,
Si eres del amor cautivo , Almoradifes de Ronda,
Desde aquí puedes volverte, Sale un gallardo mancebo
Que me pedirán por robo Con quien el sol era sombra ;
Lo que entendí que era suerte. Morada y verde librea,
Y no quiero por rescate El color de sus congojas,
Que tu dama me presente Porque le tienen morado
Ni las alfombras mas linas, Golpes de esperanzas locas :
Ni las granas mas alegres. Un Baxá sale de azul,
Anda con Dios, sufre y ama, Llena de espejos la ropa,
Y vivirás si lo hicieres, Y por mote : « Sol y espejo
Con tal que cuando la veas , »De amor y penas celosas.»
Pido que de mí te acuerdes. De hojas de yedra un salvaje,
Apeóse del caballo, Por ser su dama leona
Y el moro tras él desciende, Hojas de esperanzas leves
Y por el suelo postrado Que el aire marchita y doma.
La boca á sus pies ofrece. Un pobre Aliatar ilustre,
—Vivas mil años, le dice, Vestido de holanda tosca,
Noble capitán valiente, Sale á correr bien corrido
Que ganas mas en librarme De las faifas que le sobran ;
Que ganaste con prenderme. La letra dice : «Quien tiene
Alá se quede contigo, »Mucha sangre y plata poca,
Y te dé victoria siempre, uSalga de lienzo á las justas,
Para que extiendas tu fama »Porque amortajan su gloria.»
Con hechos tan excelentes. Bravonel sale de verde,
Apenas vide trocada Rico alquicel y mariota,
La dureza desta sierpe, Con unas eses de plata,
Cuando tú me cautivaste. Y esta empresa de su historia:
¡ Mira si es bien que lamente! — Una esperanza rendida
(GÓNGORA Obras de.— U. Primavera y flor Como del viento las hojas,
de Romances.—It. Romances varios de di- Y una fe que lo sustenta,
versos autores.)
1
Y por letra : « Firme, y sola.»
El asunto de este lindísimo romance es casi el mismo del Los Zaides van de tela
que se trata en los de Abindarraez y Narvaez. De color de la amapola,
Sembradas mil esmeraldas
Por los bonetes y tocas :
ROMANCE DE A Y A L A . Delante un negro Cupido
Con flechas de oro vistosas,
237. Y el mote : «Tesoro ofrece,
D Y en negro carbón se torna.»
AYALA E N Bit JUEGO D E CAÑAS. Dos capitanes que al viento
{Anónimo.} Sus banderas enarbolan,
Sacan blancas tunicelas,
El sol la guirnalda bella Y á trechos de oro unas rocas
Del mas cristalino aljófar La castidad significan,
Alumbraba al medio curso, Que flores produce y corta,
Al mar y tierra redonda, Y la letra : «Teñiréla
Cuando en la plaza de Túnez, «Con sangre que cruz adorna.»
Cuyos balcones adornan Bizarros pasan la Tela,
Mil soles claros de Oriente, Colgados precios y argolla;
Del amor flechas hermosas, Ya dan licencia los jueces,
Delante el gran Alfaquí Y al correr dulzainas tocan.
Nieto del de la Corona , Parten Ríndaro y Baxá,
Que las columnas de Alcídes Mas el moro el precio goza
Puso con esfuerzo y honra, Ofreciéndole á su madre
Entra brioso y galán La bella Celaura mora.
A la morisma española, Con el Jarife asegunda,
Ríndaro, señor de Coicos, Y también lleva la joya;
Con atabales y trompas, Mas fortuna rebatida
Encubertada la yegua La suerte y hados soborna,
De tela amarilla y roja, Que de Ayala el mayorazgo
Desde el copete esparcida Galán el premio le toma,
Hasta la enrizada cola : Dándole á la bella ingrata,
Viene á mantener sortija Que con alma y vida honra.
Celebrando la victoria Celina, que el moro sirve,
Del rey Félix de Granada, Dice del cruel, celosa:
Gran defensor de Mahoma. —Ayala, tú me mataste.—
Siguen los aventureros Ayala en el eco nombra.
Ufanos la plaza toda, Lleva un capitán sortija,
ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS.

Y el pobre Aliatar llevóla; Trabóse la escaramuza,


Los Zaides corren iguales, La mas graciosa y gallarda
El salvaje un lado toca, Que se pudo imaginar,
Bravonel la yegua pica, Rompiendo el aire las cañas;
Y su ventura malogra, Y acabada por un rato,
Viniendo de la carrera Cercada toda la plaza,
A quien dice, y así llora; Dos á dos y tres á tres
—Pues le pesa á mi cruel Corren con parejas lanzas.
De que en su servicio corra, Al toril abren la puerta,
Yo no me espanto que huya, Y cada cuál se prepara,
Que aun tú ves que es firme onza: Unos de cortos rejones,
No son fiestas para tristes, Y otros vuelven las espaldas.
Mi fe me sale engañosa, Pero el Alcaide famoso,
Mas no es mucho, si amo á quien A quien la fortuna aguarda
Los animales asombra.— Con corona de laurel
Invenciones entran nuevas, Para engrandecer su fama,
Corre Píndaro con todas, A vista del gran Senado
Ganadas al fin por lances, Su altivo caballo para.
Precios y pechos de moras. Un toro sale furioso
La noche da fin al juego , La cola toda enroscada,
Las lanzas lijeras tronchan; Como si solo saliera
Que no hay fiesta que no acabe , Para semejante hazaña;
Y sin azar, es dichosa. Hacia el caballo arremete
(Romancero general.) Que le espera cara á cara.
Jugando el corto rejón
Su dueño el brazo levanta,
ROMANCE D E L A L C A I D E DE F L O R E N C I A . Y al bajarle, la soberbia
Del furioso toro baja.
238. Tendido quedó en el suelo
Midiendo la arena blanca,
E l . ALCAIDE DE FLORENCIA. Y con grande regocijo
(Anónimo.) A gritos canta la Fama ,
El Alcaide de Florencia, Que la cifra de las emes
Sucesor de sus murallas, Es del que montes abaja,
En la plaza de Madrid Y del que tiemblan los moros,
Alegre juega las cañas, Y el que fuertes toros mata.
Con marlota y capellar [Romancero general.)
Conforme á la nueva usanza,
Todo cuajado con emes, ROMANCE DEL TORNEO.
Divisa que al mundo espanta,
Cuyos sentidos preciosos, 239.
Como sentidos en plaza,
Cada cual acomodó E L TORNEO.
Dando diferentes trazas. (Anónimo.)
Unos dicen que la M El encumbrado Albaicin,
Puso sobre blanca estampa, Junto con el Alcazaba,
Porque lo blanco en la muerte Dos horas antes del dia
Es donde mas se señala : Tocaron al alborada;
Otros que letra de piernas Vivaconlud le responde
Sacó, porque ha visto tantas, Con clarines y dulzainas,
Que para echarlas de sí Y el noble Vivataubin
Fué necesario jugarlas. Con pífanos y con cajas.
Otros dicen, que medroso Luego las torres bermejas
De que la fortuna escasa Generalife y la Athambra,
Le ha de dar algún disgusto, Solemnizando la fiesta
Del miedo puso las armas. Alzaron sus luminarias.
Otros que por las mentiras Gómeles y Sarracinos,
Que se dieen entre damas, Tarfes , Ghapices y Mazas,
Con M significó Portavises y Vanegas,
De sus marañas la causa. Aliatares y Ferraras,
Cada cual conforme al juicio Adalifes y Bordaiques,
De su hueca calabaza, Abencerrajes y Audallas;
Interpretó la divisa Azarques con los Alf'erves
Según lo que se le alcanza. Madrugaron á la zambra,
Una lanza sacó al hombro, Que la ordenó Reduan
Banderilla negra y blanca, Con Muza su camarada,
Un alfanje cortador, Para allanar el destierro
La cuchilla corta y ancha, De Abenzulema el de Baza.
En un caballo lijero, Iba Reduan delante
Larga crin y cola larga, En una yegua alazana,
Saltador, de paso altivo, Vestido de verde oscuro
Que apenas los pies estampa. Con un almaizar por banda;
A la señal de clarines, Con plumas de tres colores,
Y de trompetas y cajas, Una esfera en la medalla,
Repite el eco gracioso, Y en medio de ella esta cifra :
Al volver de las espaldas : «Mucho mas mi empresa es alta.»
«Adarga, adarga, adarga, Luego tras este seguia
«Encubre la cabeza, el paso alarga.» Muza, en una yegua baya,
ROMANCERO GENERAL.
Í26
De amarillo y naranjado ROMANCES DEL JUEGO DE CAÑAS.
Con una toca encarnada :
Por divisa un corazón
Que le atraviesa una espada, 240.
Y en el pomo aqueste mote JUEGO D E C A Ñ A S . — 1 .
«Mas crueldad usó Daraja. (Anónimo.)
Bravonel iba vestido Suspensos estaban todos
De azul y franjas moradas, Colgados de una esperanza,
Con una luna menguante Que de la fiesta promete
Encima una toca blanca; La diversidad de galas.
Y con la deifica luz
Del sol, encubre su cara, Nadie en la plaza se mueve,
Y al rededor esta letra : Con estar toda la plaza
« Sin luz mengua mi esperanza.» Llena de bizarros moros,
Azarque, que de la guerra Y de damas las ventanas.
Vino, quiso entrar con armas, Esperábase una fiesta,
Las cuales trajo del mar Fiesta entre ellos nunca usada,
Con el agua deslustradas. Que mantiene Reduan
Lleva en medio del escudo Por una dama cristiana.
Colores diferenciadas, Cristiana trae la divisa,
Y en la orla aqueste mote : Y de cristiano las armas,
« Diferentes son mis ansias.» Y en la tarjeta este mote :
Salió Celino y Muley, «Mi ley dejo, y aun no basta. »
Galbano y el fuerte Audalla, Rompió luego este silencio
Vestidos de una color Un moro Cegrí, que entraba
En cuatro hacaneas blancas : Tan libre, que del amor
Estos, porque sus amigas Yelo es siempre de su dama :
Quedaban en la Alpujarra, Traia en un pardo arnés
Entraron de una librea Mil víboras esmaltadas,
Y con mochilas colgadas; Y él entre todas desnudo,
Albornoces colorados Royéndole las entrañas.
Con guarda-soles de plata, Las damas de piadosas
Y todos aquesta letra : La mano le dan, y sacan,
« A la vuelta nos aguardan.» Y él la suya huyendo, dice :
Luego tras estos venían «Mas el remedio me daña.»
Por el Zacatín las damas, Traia las armas verdes,
Que con el son de las trompas Verde el escudo y la adarga,
Sintieron ser avisadas. Diciendo : «Corta es la vida
Reduan que via el tropel » Para tan larga esperanza.»
Manda parar mientras pasan, De plumas grabó un arnés,
Que no es razón que mujeres Que el viento las arrebata,
Vayan en la retaguarda. Y esta letra : «Nadie fíe
La primera del paseo D De plumas ni de palabras.»
Era la hermosa Daraja, De dos mil aventureros
Que pues es por su respeto, Se pobló toda la plaza,
Es bien que sea capitana, Cuyos motes no leí
Vestida de raso blanco Por verles jugar las cañas.
Y la mano levantada, (Romancero
Con que el rubicundo rostro
Tapaba con una manga : 241.
Una toca de telilla
Y el cabello en las espaldas, JUEGO DE CAÑAS. — I I .
Y un collar ante sus pechos (Anónimo.)
Que á un carbunco la luz lapa : Cubierta de seda y oro,
Adornó la bella frente Y guarnecida de damas,
Con una bella esmeralda, Está la plaza de Gelves,
Y en medio de ella esta cifra : Sus terrados y ventanas,
«Yo la culpa y tú la causa. Con la flor de moros nobles
Luego tras ella briosa De Sevilla y de Granada;
Llegó la bella Zoraida, Que como el trato es de amores
Los ojos en Reduan Los cubre de orin las armas.
Y en Abenumeya el alma, Gente es que tienen los reyes
Vestida de verde oscuro De ambos reinos alistada,
Con rapacejós y franjas, Para hacer contra cristianos
Y en una franja este mote : Una presa de importancia.
«Mas juicio y menos gracias.» Ya pues lidiados los toros,
Llegó Fátima y Celinda, Y hechas ya suertes gallardas
Sarracina y Celindaja, De garrochas y bajillas,
Xarifa y Zaida, Zulema, De rejones y de lanzas,
Adalifa y Albenzaida, Placenteros se aperciben
Todas con moradas tocas A hacer un juego de cañas,
Y almalafas plateadas, Al son de sus tamborines
Y en los verdes almaizares Y clarines y dulzainas.
Dice un mote : «El color basta:» Después que mudado hubieron
Asi llegaron por orden Los caballos de la entrada,
A la fuerza del Alhambra, Y publicadas sus quejas
Donde fueron recibidas En motes, cifras y galas,
De la reina Guadalara. En contrapuestos partidos
[Romancerogeneral.) Por cuatro puestos cruzaban,
ROMANCES MORISCOS NOVELESGOS. 127
Que de dos en dos cuadrillas Las voces que el moro daba,
Han de jugar cara á cara. Dicen á sus compañeros :
Los primeros que pusieron Caballero, adarga, adarga;
Los caballos en la plaza, Y partiéndose revuelven
Fueron el bravo Almadan, Con su cuadrilla cerrada.
Y Azarque, señor de Ocaña, Corrido el moro valiente
El uno amante de Armida, De una burla tan pesada,
Y el otro de Celindaja, Los ojos como dos fuegos,
Contra los cuales salió Y el rostro como una gualda,
De la cuadrilla contraria Calóse el turbante airado
El animoso Gazul, Y empuña una cimitarra.
El desdeñado de Zaida, Haciendo para su yegua
Y el esposo de Jarifa, De dos espuelas dos alas,
La hija del moro Audalla. Furioso los acomete.
De la cuadrilla tercera Los atropella y baraja.
La delantera llevaba La gente se alborotó,
Lasimalí Escandalife Y las damas se desmayan ;
El gobernador de Álhama, Ya vierten sangre las burlas
Y Mahomad Bencerráje, Y en la plaza se derrama.
Valiente moro de fama, Ño queda moro en barrera, '
Alcaide de los Donceles Ni ha quedado alfanje en vaina ;
Y virey del Alpujarra, Almas y suspiros lloran
Que de dos damas Cegríes Y los brazos no se cansan.
Son esclavas sus dos almas La noche se puso en medio,
Contra los cuales furiosa Con la sombra de su cara
Salió la cuadrilla cuarta. Puso treguas al trabajo
Llevaban la delantera, Y límite a la venganza.
Con gentil donaire y gracia, Y en tanto que por derecho
Benzulema el de Jaén Se justifica su causa,
Y el corregidor de Baza, Tomó el camino de Ronda
Que sirven en competencia Con seis amigos de guarda.
A la hermosa Felisalva, {Romancero
La hija de Boazan,
Y prima de Guadalara: ROMANCES DEL ASALTO DE BAZA.
Mas como tiene la gente,
Que aguardándoles estaba, 242.
En tormenta los deseos 4
ASALTO DK BAZA .
Y los ánimos en calma; {Anónimo.)
Enclavados en las sillas Arriba, gritaban todos
Y embrazadas la adargas, Los que dan asalto á Baza,
Los unos contra los otros Con el valiente Lisardo
A un tiempo pican y arrancan, Que con mil moros la asalta.
Y trabando el bravo juego, Cuando el pié en la escala pone,
(Que mas parecía batalla, Como amor le mueve el alma,
Donde con destreza mucha Por decir viva su Rey,
Alli algunos se señalan) Dijo al subir de la escala :
Los unos pasan y cruzan, « Viva Lisarda, viva;»
Los otros cruzan y pasan, Mas luego vuelve y dice :
Desembrazan y revuelven, «Arriba, arriba.»
Revuelven y desembrazan : Pesa mas su pensamiento
Cuidadosos se acometen, Que el acero de sus armas :
Se cubren y se reparan, Son mas altas sus memorias
Por no ser en sus descuidos Que las almenas mas altas.
Paraninfos de sus faltas; Dio la lengua á su deseo
Que es desdichada la suerte Como el deseo le manda,
Para aquel que mal se adarga
Que las cañas son bohordos, Y dijo á vuelta de aquellos
Que á sus espaldas gritaban :
Y los brazos son bombardas. «Viva Lisarda etc.»
Mas como siempre sucede j Pero qué mucho que el moro,
En las fiestas de importancia, Si vive con la esperanza,
Tras un general contento De que su Lisarda viva,
Un azar y una desgracia, Pida que viva Lisarda!
Sucedió al bravo Almadan, Señal que en el corazón
Que contra Zaide jugaba, No hay voz que pueda alcanzalla ;
Que al arrancar de sus puestos Con sus ansias sus memorias,
Cebado en mirar su dama, Y asi publican sus ansias;
Por tirar tarde un bohordo « Viva Lisarda etc.»
Tomó la carrera larga,
Como era viva la voz,
Y fuera á parar la yegua Pensó que al cielo llegaba,
Donde la vista paraba, Al cielo de la que adora,
Tan lejos de su cuadrilla Que por su cielo la llama :
Que cuando quiso cobralla, Piensa que á Lisarda aspira,
No pudo encubrir la sobra Y no que asaltaba á Baza,
Ni pudo suplir la falta,
Y en medio de esta victoria
Y sus vencidos amigos Así publica en voz alta :
En cuyo favor jugaba, «Viva Lisarda, etc.»
Le dejaron envidiosos
Del bien por quien los dejaba; [Romancero general.)
< No se pone entre los históricos por ser enteramente no-
Puesfingiendoque no entienden velesco.
ROMANCERO GENERAL.
m Vine á servir a los Reyes
ROMANCE DE LA BATALLA ENTRE UN MORO Y Isabel y Don Fernando. —
UN CRISTIANO. — Agora digo que eres
De algún linaje villano,
243. Y que por no ser cual muestras
1
Te has venido desterrado ;
BATALLA ENTRE ÜN MORO Y ÜN CRISTIANO . Pues dejas tu propio rey
{Anónimo.) Por servir al que es extraño,
A vista de los dos reyes, Que si por honra lo haces,
Isabel y Don Fernando, En África tiene campo.—•
Puesto á Granada cerco, —No quisiera responder
Sale un moro y un cristiano. A tus razones, pagano ;
El moro arrogante y fiero, Y si doy respuesta, es
Furioso y determinado, Por dar á tu yerro el pago.—
Y en el adarga este mote : Apártase el sarraceno,
«Todo lo allana mi brazo.» Y también el lusitano,
Pues el cristiano animoso Para tomar de la vega
No sale menos lozano, Lo que les es necesario ;
Que es mancebo y floreciente, Y cual hambrientos leones
Y de nación lusitano. Vuelven lijeros picando
Muestra bien en su apostura Los acicates aprisa,
Su esfuerzo, valor y estado, Y las lanzas enristrando.
Y en un retrato que lleva, El cristiano quitó al moro
El principio de su daño. De la cabeza el tocado,
Con arrogancia y denuedo Y el moro dio en el escudo
E l moro le hablo al cristiano, Descomponiendo el retrato,
Diciendo : — Saber quisiera Que fué causa que volvió
De qué rey eres vasallo, El gallardo lusitano
Porque en solo haberte visto Tan presto, y furioso al moro,
Te estoy tan aficionado, Que antes de ser amparado,
Que por sola tu amistad Con la adarga le partió
Casi me hiciera cristiano. — El hombro y derecho brazo;
No quiso el aventurero Y cortando la cabeza
Dejar de ser cortesano, La llevó al rey Don Fernando,
Y dicele al moro :-^-Soy El cual se lo tuvo en mucho, '
De la nación lusitano, Y díjole : —Hidalgo honrado,
Y del rey Don Juan Segundo Pedid cumplidas mercedes,
Soy y seré su vasallo. Que todo os será otorgado.—
Soy Don Francisco de Almeida, {Romancero general.)
En mi patria bien nombrado,
Y codicioso de honra, » Pudiera este romance haberse colocado entre los histó-
ricos de la época de los Reyes Católicos.
La quietud menospreciando,

SECCIÓN DE ROMANCES MORISCOS SATÍRICOS, JOCOSOS Y BURLESCOS

244. Ved que vuestros adivinos


En arábigo trasladan
CONTRA LA MANÍA DE ADOPTAR NOMBRES DE 350ROS El zumaque de sus chollas,
POR LOS POETAS.— I. Y el comienzo de sus cartas!
{Anónimo.) Renegaron de su ley
Los romancistas de España,
Tanta Zaida y Adalifa, Y ofrecieron á Mahoma
Tanta Draguta y Daraja, Las primicias de sus gracias.
Tanto Azarque y tanto Adulce, Dejaron los graves hechos
Tanto Gazul y Abenámar; De su vencedora patria, i
Tanto alquicer y marlota, Y mendigan de. la ajena ',•
Tanto almaizar y almalafa, Invenciones y patrañas.
Tantas empresas y plumas, Los Ordoños, los Bermudos,
Tantas cifras y medallas; Las Rasuras y Mudarras,
Tanta ropería mora, Los Alfonsos, los Enrieos,
Y en banderillas y adargas Los Sanchos, y los de Lara,
Tanto mole y tantas molas, i Qué es de ellos ? ¿y qué es del Cid?
¡ Muera yo si no me cansan! ¡Tanto olvido á gloria tanta!
¡Oh rubio galán de aquella ¿Ninguna pluma las vuela?
Que sus brazos trocó en ramas, Ninguua Musa las canta?
Porque no fuesen lo", tuyos ¡Justicia, Apolo, justicia!
Prisión de su imagen casta! Vengadores rayos lanza
Oh Parnaso , sacro monte ! Contra poetas moriscos
Oh Aganipe, fuente sacra! Que la tu deidad profanan,
Oh Pegaso que nos diste Y aun á la nobleza altiva
Con tu pié coplas en agua! Satirizan y disfrazan,
¡Hijas de Júpiter sumo, Haciendo infame al famoso,
Y de Memoria su amada, Y á la temerosa osada'.
Nueve soberanas Musas Dales calambre en sus diestras,
De cien mil necios mesadas, Y á sus voces dales asma;
ROMANCES MORISCOS SATÍRICOS. 129

Derrámales los tinteros, Persa, scita, ú otomana,


pues la honra le derraman : A nuestros nombres celebran,
A los endecheros veda, Y cantan nuestras hazañas?
Por cuyos ojos echa agua Si dicen que no lo ignoran,
El niño Amor , y su madre ¿Por qué las cuentan y cantan
Cebollas pica en sus caras. En nombre dé los moriscos ,
Manda que quien no traduzga Abatiendo nuestras lanzas,
Graves odas ó epigramas, Y cubren nuestras naciones
Que en los gramáticos sotos De alquiceles y almalafas,
La pedante yerba pazca, Y mil falsos testimonios
Y que el papel no encarezca A los moriscos levantan?
Por desprecio de su dama, ; Están Fatima y Jarifa
Mas conocida que ruda, Vendiendo higos y pasas,
Y mas que nariz sonada : Y cuenta Lagarto' Hernández
Y á los que del néctar tuyo Que danzan en el Alhambra 1
Les das con divina taza, ¡ Estanse los Aliatares
Que á nuestra España no olviden, Tejiendo seras de palma,
Por quien eres les encarga. Y Aimadan sembrando coles,
Aficiónense los niños Y levántanles que rabian !
A contar proezas altas, ¡ Viene Arbolan todo el dia
Los mancebos á hacellas, De cavar cien aranzadas,
Los viejos á aconsejan as. Por un puñado de harina
Buen Conde Fernan-Gonza'ez Y una tarja horadada,
Por el val de las Estacas, Y viene otro delicuente ,
Nuñovero, Nuñovero, Y sácale á la otra mañana
Viejos son, pero no cansan. A la gineta, y vestido
Al fin, por merced te pido De verde y flores de plata!
Que vedes las moras zambras, ¡ Y al Cegrí, que con dos asnos
Y que á metrizantes legos De echar agua no se cansa,
Les des por laureles cañas. El otro disciplinante
{Romancero general.) Píntale rompiendo lanzas!
* En esta sección se trata de ridiculizar la excesiva manía ¡ Hace Muza sus buñuelos;
deformar cuadros de costumbres moras, olvidándose déla Dice el otro , aparta, aparta,
severidad de la vieja poesía castellana. ¡Vanos esfuerzos! Que entra el valeroso Muza,
Nuestra poesía y nuestros hábitos, convertidos en segunda Cuadrillero de unas cañas!
naturaleza, habían tomado ya un giro oriental que no han podido ¡Los de la Santa Hermandad,
olvidar nunca, y de que aun en el dia participan. Los romances Por delitos que otros hagan,
moriscos serán siempre una prueba de las mas inmediatas de
aquella parte de la civilización árabe que inoculada con la Os saquen, samaritanos,
nuestra constituyó la poesía española, y del carácter especial A virotazos el alma !
que en el siglo xvi empezó á tomar, y siguió después. ¡Dejais
1
un fuerte Bernardo,
V'ívo honor de nuestra España,
Asombro de la morisma,
24S. Temor general de Francia :
A l MISMO ASUNTO. — II. Dejais un Cid campeador,
Un Diego Ordoñez de Lara ;
(Anónimo.) Un valiente Arias Gonzalo,
| Ah! mis señores poetas,
Descúbranse ya esas caras, Y un famoso Rodrigo Arias ;
Desnúdense aquesos moros, Y á aquellos héroes famosos,
Y acábense ya esas zambras : Dignos de gloriosa fama.
Que eternizó sus memorias
vayase con Dios Gazul, La conquista de Granada,
Lleve el diablo á Celindaja, Y celebráis chusmas moras
Y vuelvan esas marlotas Vuestros cantos de cigarra,
A quien se las dio prestadas, Hechos pobres mendigantes,
Que quiere Doña María Del Albaicin á la Alhambra!
Ver bailar á Doña Juana Si importa celar los nombres ,
U
Una Gallarda española,
n o ¿Por qué lo impiden las causas?
8 n ha? danza mas gallarda • ¿Por qué no vais á buscarlos
¥ Don Pedro y Don Rodrigo
Vestir otras mas galanas, A las selvas y cabanas,
Ver quien son estos danzantes, A las banderas francesas,
* conocer estas damas; O á las legiones romanas,
| el señor alcaide quiere A Cartago ó á Sagunto,
caber quien es Abenamar, O á la felice Numancia?
Estos Gegries, Alistares, ¡ Mas dó vuelas, pluma mia!
Adulces , Zaides y Audallas ; Tente, que vas desmandada;
Y de qué repartimiento Que haces mal en condenar
Son Celinda y Guadalara, Invencibles ignorancias.
fcstos moros y estas moras (Romancero general.)
Que en todas las bodas danzan ;
l por hablarles mas claro, 246.
Asi tengan buena Pascua, 4
AL MISMO ASUNTO. — III .
¿Ha venido á su noticia ¿Por qué, señores poetas,
Une hay cristianos en España' No volvéis por vuestra fama.;
¿Quieren que diga el hereje Pues en común vuestras obras
fineen nuestra fe.sacrosanta, Yo no sé quién os las mancha ?
Ue los nombres de la pila ¡Mal parece que estéis mudos
senos sigue alguna infamia? Cuando inocentes es llaman,
i saben si alguna nación Y acudiendo á las demás
T. x.
130 ROMANCERO GENERAL.
Dejáis vuestras propias causas! Y en lugar de su licor
Un miembro de vuestro cuerpo Te den agua de zarazas.
Quiere romper vuestras galas; No te falte en Peralvillo
Un Judas de vuestro gremio, Un palo y soga ensebada,
Que jamas un Judas falta. Y en conclusión te apedreen
¿ Qué le aprovecha á Gazul Los moros de la Alpujarra.
Tirar al otro la lanza, (Romancero general.)
Si hoy un ninfo del Leteo * Este romance es una respuesta al anterior, vindicando á
Quiere deshacer sus zambras, los autores de los romances moriscos.
Como si fuera Don Pedro
Mas honrado que Abenamar, 247.
Y mejor Doña María
Que la hermosa Celindaja 1 BORLÁNDOSE DE LOS ROMANCES MORISCOS.
Si es español Don Rodrigo, {Anónimo.)
Español fué el fuerte Audalla, Oidme, señor Belardo,
Y sepa el señor Alcaide Qid y escuchad un poco,
Que también lo es Guadalara. Y templad vuestro instrumento
Si una Gallarda española Si acaso le tenéis bolo;
Quiere bailar Doña Juana, Y si de una vez no acaban
Las zambras también lo son, Vuestros llantos y sollozos,
pues es España Granada. Repartidlos por semanas
Si este triste maldiciente Hasta que se agote el pozo.
De vestidos tiene falta, ¿Y si está mal acordado ,
Podréisles dar porque calle Por qué echáis la culpa al otro
Vuestras marlotas de gracia; Que de Sidonia salia
Y entienda el misero pobre A impedir el desposorio ?
Que son blasones de España,
Ganados á fuego y sangre, Y si le faltan clavijas
Ño (como él dice) prestadas; Hacedlas de un sauce flojo,
Y que es honra de esta tierra Y no saldrá el son turbado,
Que hagan sus fiestas y danzas Antes manso, ledo y ronco.
Con lo que un tiempo ganaron Si vos hacéis testamento,
Con espada, dardo y lanza. También lo puede hacer otro;
No es culpa si de los moros Y si hacéis un codicilo,
Los valientes hechos cantan, Yo lo haré también y todo.
Pues tanto mas resplandecen Si muere el pastor Belardo,
Nuestras célebres hazañas; También acaba Medoro,
Que el encarecer los hechos Y si vos morís por Filis,
Del vencido en la batalla, Yo por Silvia peno y lloro;
Engrandece al vencedor, Pero estáis en todas partes,
Aunque no hablen de él palabra. Y no puede en ningún modo
No es bien que el Cid, ni Bernardo, Dejar de topar con vos
Ni un Diego Ordoñez de L a r a , ' Ningún cristiano ni moro.
Un valiente Arias Gonzalo, Sois un mapa general,
Un famoso Rodrigo Arias , Y en nombre sois un Antonio;
Cuyas obras de ordinario Calepino en traducciones,
Eran correr las campañas, Desde el uno al otro polo.
Entren á danzar compuestos Una vez sois moro Adulce
Entre el amor y las damas : Que está en la prisión quejoso,
A Muza le está bien esto, Porque le dejó Celinda,
A Arbolan y Galiana, Y es que os dio Filis del codo;
A los Cegríes y Aliatares, Otras veces os mostráis
Que siempre de amor trataban. Bravonel ó Maniloro,
Ni es bien que traigan los nombres Y otras veces sois Azarque ,
De las banderas romanas, O Muza valiente moro;
De Cartago ó de Sagunto , Otras veces Beduan,
Ni de nuestra audaz Numancia; Que se atrevió á ganar solo
Que Scipion huye de amores, A la ciudad de Jaén
Scévola está en las brasas, Con gran grita y alboroto ;
Y Aníbal no se entretiene Y al fin, por no me cansar,
En danzar ni en jugar cañas; Sois la parte, sois el todo,
Y es quitarles de sus nombres Para dar gusto á las damas
Y afeminarles las armas Con un romance gracioso,
Enemigas del sosiego, Como es decir, si me acuerdo :
Por emprender cosas altas. « Agua va, que las arrojo :
¡ Los perros del matadero »Todo cristiano se aparte,
Te saquen, traidor, el alma, »Que trae el curso furioso.»
Pues por ensalzarte á tí, Y porque no entendáis
A tantos buenos maltratas! Que estáis sin causa quejoso,
¡ Y el cielo te traiga á tiempo Os pido que os contentéis
Que pidas de casa en casa, Con tener un nombre solo;
Como pobre mendigante.. Y no echéis culpa á las aves ,
Del Albaicin á la Alhambra! AI olmo y su verde tronco,
Darro cuando del bebieres Diciendo, sirven sus varas
Enturbie sus claras aguas, De garrochas para el toro;
Y las del manso Genil La cual verdad os concedo ,
Se tornen sangre de vaca. Y que acertasteis en todo ,
Apolo con sus consortes Pues en las armas sois buey,
Te sienten en una albarda, Según lo afirma Colodro.
ROMANCES MORISCOS SATÍRICOS. 131
Recoged vuestro gabán, En esto ya salteado
y echad el zurrón al hombro, De una varonil vergüenza,
No deis causa que se diga, A lavar el tierno rostro
Belardo, que estáis ya loco ; De su caballo se apea.
También se apeó el galán,
Y lo mas cierto será Porque quiere en el arena
Que no sustentéis á hombros Sembrar peregil guisado,
La Babilonia del mundo; Para vuestras reverencias
Dejad que la sufran otros. (Romancero general.)
(Romancero general.)
248. 249.
COMO E L ANTERIOR.
SÁTIRA DE LOS ROMANCES MORISCOS. 1

(Anónimo.) (Anónimo .)
Triste pisa y afligido Ese moro ganapán,
Las orillas de Pisuerga, Que no llevara un jumento •
El ausente de su dama, Tanta carga y sobrecarga,
El desterrado Zulema; Como le cargó su dueño;
Moro alcaide, y no bellido, Remiso de haber salido
Amador con ajaqueca, De noche con tanto peso,
Arrocinado de cara, Se volvió á peón á Ronda,
Y carigordo de pierna. Canonizado por necio,
No lleva por la marlota Y dejó la yegua baya
Bordadas cifras, ni letras Pacentando en un centeno,
En el campo de la adarga, Que es cifra con que la yegua
Ni en la banderilla letra ; Podrá pacer un invierno.
Porque es el moro idiota , Cuanto llevaba el vestido
Y no ha tenido poeta Iba el moro maldiciendo,
De los sastres de este tiempo, Porque todo pesa tanto,
Cuyas plumas son tijeras. Que va descansando á trechos.
Los ojos tiene en el rio, Quitó á la marlota azul
Cuya corriente los lleva Los eslabones de acero,
Envueltos entre las olas ^No queriendo ser esclavo
Llorando su triste ausencia. Mientras que no fuese negro;
Tanto llora el hi de puta Y delcapellar pajizo
Que si el año de la seca Quitó los tempranos veros,
Llorara en un haza mia Para contentar muchachos
Me acudiera á cien fanegas. Cuando los piden sin tiempo;
Los espacios que no llora, Y apeando el unicornio
De memorias se alimenta, Se puso en el caballero,
Porque le da el corazón Que parece disparate
Lo que los ojos le niegan. Llevarlo en el hombro izquierdo.
Pienso se hace de memorias , Las espigas se comió ,
Rumiando glorias y penas, Porque iba el moro hambriento,
Como rábanos mi muía, Y por ahorrarse de costa
O una mona berengenas. Al pájaro torció el cuello.
Contempla luego en Alaxa, Al delfín sacó las tripas
En quien mientras la contempla, Porque iba casi hediendo ,
Olas de imaginación Y por ser cosa del mar,
O se las traen ó las llevan; Vendello en Ronda por fresco.
Y ella se está merendando Quitó de los borceguíes
Duraznicos en su huerta, Todos los dorados sellos,
Y tirándole los cuescos Para si por cuartos falsos
A quien tal pasa por ella. Pudiese pasar en trueco.
Ojos claros, cejas rubias, Con su tienda de invenciones
Al vivo se le presentan, Llegó el moro, amaneciendo
Lanzando rayos los ojos, El cielo con mil nublados,
Y flechas de amor las cejas. Juntados por tantos vientos.
El moro contemplativo Los que le encuentran cargado ,
A los de su dama vuela, Cuál piensa que es repostero,
Como á los ojos del buho Sobre acémila cargada
Cernícalos de uñas negras. De algún señor de estos reinos;
—¡ Ay mora bella, le dice, Cuál piensa que es mercería,
No menos dulce que bella, Cuál, que es guadamacilero,
No estraguen tu condición Cuál, librero de aventuras
Las condiciones de ausencia! De Amadis, Orlando, ó Febo;
— i Ay moro, mas gemidor Cuál, viendo sus invenciones,
Que el eje de una carreta, Piensa que es taller de viejo
Pues no soy tu mora yo, De algún maestro de traps,
No me quiebres la cabeza! Con invenciones al tiempo.;
—Recibe allá mis suspiros, Cuál, viendo tantos enigmas,
Y el llanto en aquesta tierra Piensa que es docloramienlo;
Donde el Rey me ha desterrado, Que á ser el moro cristiano
Y mis cuidados me entierran. Bien pudiera servir dello.
—Llore alto, moro amigo , Renegando viene el moro
Suspire recio y con fuerza , Del poeta que le ha puesto
Que han de andar llanto y suspiros Un pipote de disfraces
Mas de noventa y tres leguas. — Para que él vaya muriendo.
453 ROMANCERO GENERAL.
Juramento hace el moro, Envidioso y con afrenta.
Juramento viene haciendo Al camino de Toledo
De no poner mas divisas, Se parta Zaida la bella
Porque es de amadores necios. A buscar á su Gazul,
Viendo el alcaide de Ronda, Que la media alma le lleva;
La confusión del mancebo, Póngase á llorar Belisa,
Le manda que se reporte De pechos sobre una almena,
De invenciones y de cuentos, La partida de su esposo;
Y que no es algarabía Suene la pieza de leva.
Aquello , sino gallego, La villana "de las borlas,
Y bonete de disfraces, Enamorada de verlas,
Árbol de muchos injertos : Limpie la gruesa camisa
Que es taberna, ó bodegón, Por de dentro y por defuera;
Pintado de fuera y dentro, Quítese las alpargatas,
Para entretener muchachos, Y desempeñe las medias;
Urracas, monas y cuervos. Póngase botin polido,
Mandó declararse al moro, Pues se le dan en la aldea;
Y por negocio indigesto, Haga el amor tantos tiros
Que le pongan al ombligo Que no le queden saetas,
Un parche de. buenos versos. Y adorne sus puertas francas
(Romancero general.) De las sangrientas cabezas.
No me canse mas Belardo
* Hácese burla en este de aquellos romances moriscos que Con su Filis y su estrella,
descendientes de los buenos no eran mas que torpes y recar- Pues de puro deslustrada
gadas exageraciones de unos mismos asuntos y de unos mis- Dio de lucero en cometa.
mos medios, por lo cual parecían caricaturas fastidiosas y Sus endechas pastoriles
cansadas, sin gracia ni novedad alguna.
Caído han de puro viejas,
Y tiene con su destierro
250. Cansadas muchas orejas.
COMO E L ANTERIOR.
No temple ya su instrumento
Ni le ponga cuerdas nuevas;
(Anónimo.) Que si poner se debían,
Toquen aprisa á rebato El era bien digno dellas.
Las campanas de Baeza, No se meta con las varas,
Y el valiente Reduan Si están derechas ó tuertas ;
Ponga cerco á sus fronteras. i Pues en él no han descargado,
Azarque, indignado y fiero, Por muy dichoso se tenga!
Las franjas de oro y seda Deje á la gran Babilonia,
Las coja y las aderece Y a quien la rige y gobierna,
Para otra nueva librea. No levante algunas nubes,
Alce del suelo el bonete, Que sobre su casa lluevan.
Remiende la tunicela, Preguntóme cierta dama
No vuelen astas al aire, Este Belardo quién era,
Basta que vuele la lengua. Y cuando su suerte supo
Ensílleule el potro rucio, Me dijo de esta manera:
Denle lanza como entena, —¡ Miren qué Grande de España
Con mas medallas y plumas Para que á lástima mueva!
Que tiene la Libia arenas ; ¡ Qué pérdida del armada!
Salgan moros de Granada, ¡ Qué muerte de rey ó reina! —
Hagan honrosas empresas, Entre los toscos pastores,
Eiija el Rey mas alcaides En el soto y en la vega,
Que tiene casas su tierra : Al son de sus instrumentos
Háganse zambras de noche, Puede cantar sus endechas.
Suenen cajas y trompetas, Quéjese á los duros robles,
Jueguen cañas en Toledo, A las desiertas sirenas;
Celébrense nuevas fiestas; Llame á Apolo y al Flechero ,
Y para empezar su zambra Podrá ser que de él se duelan,
Pida Bravonel licencia, Porque bien considerado
Y el Rey por ver á su mora Las que llora por tragedias,
De grado se la conceda. Según la culpa que tuvo,
Haga alarde de su gente, Fué muy liviana la pena.
Y saquen nuevas libreas, E l que á Adalifes y Azarques
Y la hermosa Guadalara Sacó costosas libreas,
Alguna desgracia tema. Saque para sí un bonete
Cuélguense todas las calles Y verá lo que le cuesta.
De brocados, varias sedas, Pues que de la secta mora
No quepan en los balcones Las ceremonias enseña
Damas que salgan á vellas. Disfrazadas en romance,
Entre el valeroso Muza, Señal que desciende de ellas;
Diga: Aparta, afuera, afuera, Porque me dijo un refrán
Y sígale la cuadrilla Un tiempo una buena vieja :
Con su costosa librea; « El que las sabe mejor ,
Y el animoso Gazul »Ese tañe Jas gambetas.»
De su Zaida forme quejas, Y para mí yo lo creo,
Y penetre con los ojos Porque su rostro demuestra"
Las paredes que la encierran. Haber nacido en Granada,
El desterrado Abenamar Y criádose en la sierra.
Mire el camino que lleva, Hay necios abandonados,
Demande los aparejos Fisgones en las comedias,
ROMANCES MORISCOS SATÍRICOS. 133
Que viendo un romance de estos En hacer de tantos huevos
Se quedan la boca abierta. Tantas frutas de sartenes.
Unos dicen: —¡ gran concepto !— Cuando sola te imagines,
Otros : —¡ famosa es la letra'.— Para que de mí te acuerdes,
¡Y asi entienden lo que dicen , Ponle á un pantuflo aguileno
Gomo los cuellos que llevan ! Un reverendo bonete.
¡ Majaderos de vosotros, Si creciere la tristeza
Que os engañan y embelesan Una lonja cortar puedes
Con fingidas necedades De un jamón, que bien sabrá
Y engañosas apariencias! Tornarte de triste alegre.
No hagáis caso de Gazul, ¡ Oh cómo sabe una lonja
Reios cuando se queja, Mas que todos cuantos leen!
Rogadle á Azarque no rasgue, ¡Y rabos de puerco mas
Y que cristiano se vuelva. Que lenguas de bachilleres!
Esto dijo un estudiante Mira, amiga, mi pantuflo,
Enfadado de poetas, Porque verás si lo vieres
Que quieren por un romance Que se parece á mi cara
Ser dioses acá en la tierra. Como una leche á otra leche.
(Romancero general.) Acuérdate de mis ojos,
Que están cuando estoy ausente
231. Encima de la nariz
Y debajo de la frente. —
PARODIA DE UN ROMANCE MORISCO. En esto llegó Bandurrio
(De Don Luis de Góngora l
Dicióndole que se apreste,
Que para sesenta leguas
Ensíllenme el asno rucio Le faltan tres veces veinte.
Del alcalde Juan Llórente ; A dar pues se parte el bobo,
Denme el tapador de corcho, Estocadas y reveses,
Y el gabán de paño verde : Y tajos orilla el Tajo
El lanzon en cuyo hierro En mil hermosos broqueles.
Se han orinado los meses,
El casco de calabaza , (Romancero general.— It. Flor de varios y nuevos
Y el vizcaíno machete ; Romances,í.a parte.—It. GÓNGORA, Obras de.)
Y para mi caperuza * Este romance es de Góngora, parodiando al morisco que
Las plumas del tordo denme, empieía : Ensíllenme el potro rucio.
Que por ser Martin el tordo
Servirán de martinetes :
Pondréle el orillo azul 252.
Que me dio para ponelle SÁTIRA DE ROMANCES MORISCOS.
Teresa la del Villar,
Hija de Pascual Vicente ; (Anónimo *.)
Y aquella patena en cuadro Lleve el diablo el potro rucio
Donde de latón se ofrecen Del alcaide de los Velez,
La madre del Virotero Y á mí si subiere en él
Y aquel dios que calza arneses, Cuando las cañas se jueguen,
Tan en pelota y tan juntos Que ya me tiene enfadado
Que en ciegos nudos los tienen Ser tan común á las gentes,
Al uno, redes y brazos, Que lo suben los muchachos j
Y al otro, brazos y redes, Y lo corren las mujeres.
Cuyas figuras en torno En las cocinas lo afilan,
Acompañan y guarnecen En los caminos lo muelen.
Ramos de nogal y espinas, De los establos lo arrojan
Y por letra : «Pan y nueces.» Que por viejo lo aborrecen,
Esto decía Galayo Y los mozos de caballos
Antes que al Tajo partiese, Cuando almohazarle suelen,
Aquel yegüero llorón, Al son de las almohazas
Aquel jumental ginete, Dan con el potro de Velez;
Natural de do nació, Y las tristes lavanderas
De yegüeros descendiente; Aun apenas amanece,
Hombres que se proveen ellos Cuando en las peñas del rio
om que los provean los reyes. Al potro lavan y tuercen.
Trajéronle la patena,
Los calceteros le cosen,
Y sospirando mil veces Los tejedores le tejen,
Del dios garañón, miraba Los pasteleros le empanan,
La dulce Francia y la suerte. Los cocineros le cuecen;
Piensa que será Teresa Entre la carne le pican,
La que descubren y prenden En los tizones le encienden,
Agudos rayos de envidia , Y de aqueste potro cantan
Y de celos nudos fuertes. Al son de los almireces.
—Teresa de mis entrañas, Los zapateros le ahorman,
«o te gazmies ni ajaqueques Los panaderos le ciernen,
Que no faltarán zarazas
rara los perros que muerden. Los arrieros le acosan
Aunque es largo mi negocio. Y molineros le muelen;
Mi vuelta será muy breve : Los herreros le maltratan
£1 día de San Ciruelo, Y con los fuelles le encienden;
O la semana sin viernes, Los carboneros le ahuman ,
«o te parezcas á Venus, Los roperos le revenden :
Ya que en beldad le pareces Los sombrereros le aforran
Y con él hacen caireles;
ROMANCERO GENERAL.
134
Los tintoreros le Unen ' Y dan en cantar de Azarques
De colores diferentes : Naciendo ayer de la tierra
Los jubeteros le ojalan, Como Anteon de gigante.
Los pregoneros le venden , ¿Desciendo yo por ventura
Los tundidores le tunden Del conde Fernán González
Señor de los castellanos,
Y con el potro anochecen. De los Laras y Guzmanes,
Solo falta que en el campo Para que me traigan todos
En los árboles le enjerten, Mas corrido por las calles
Y que en medio de las plazas Que manto de sevillana,
A la pelota le jueguen; O cortesana pleiteante ?
Porque anda ya tan corrido, Y con todo sufro y callo,
Que si alguna vez se pierde, Porque ellos sufran y callen,
Le conocen las del Rastro
Y á mi casa me lo vuelven : Y trato bien los poetas,
En fin anda tan cansado Porque ellos mal no me traten. —
Que á cada paso se pierde, —Verdad decis, dice Muza,
¡ Lleve el diablo el potro rucio Que mejor será dejalles,
Y á quien mas que yo le quiere > Hasta que nuestras historias
{Romancero general.) Los amohinen y cansen.—(Romancero general
i Este romance burlesco prueba lo muy popular que se hizo
el de Ensíllenme el potro rucio. 254.
PARODIA DE ROMANCES MORISCOS.
253.
(Anónimo *.)
PARODIA DE ROMANCES MORISCOS.
Por las riberas de Alberche,
(Anónimo.) Un rio de Talavera,
Colérico sale Muza En cuya corriente anidan
De la torre de Comares, Las lechuzas y cigüeñas;
Arrastrándola marlota, Adonde el fuerte Sansón
Y desnudo él rico alfanje. Luchó con la primavera ,
No va desta suerte el moro Y desafió á los vientos
Por matar el Bencerraje, Y al dios Marte en luchafiera:
Que le desmintió en Palacio, Adonde vino á parar
Mas por vengar el ultraje, Un marinero de Eneas,
Que le hacen los poetas Cuando en el mar de Sicilia
En canciones y romances; Fueron perdidas sus velas,
Y yendo de esta manera Y adonde Venus la diosa
5 Le salió al encuentro Azarque, Abrasó desde su esfera
Y él pensó que era poeta A un avaro carretero,
Cuando le vio de tal talle. Que le arrastraba su estrella;
— Dejadme, le dijo Muza, Corriendo sale Cupido
Que los vestidos arrastren, Temeroso de la abeja ,
Que me duelen ya los lomos Que en los jardines de Chipre
De andar cargado de trajes, Le picó en la mano diestra :
Que los poetas novicios Y tras él un fuerte moro,
Se desvelan en sacarme, En una yegua overa,
Compuesto de mas colores Semejante á Rodamonte
Que tapete de Levante. En el brio y lijereza.
Ya hacen de mí platillo Van á prender á Abenámar,
Las damas en todas partes, Por cierto daño que hiciera
Llamándome Antón Pintado, Su yegua entre dos linderos,
Y es justo que así me llamen, Junto á Toledo en la huerta.
Pues me pintan los poetas Desde lejos ven un bulto,
Como retazo de sastres, Y adivinando quién era,
O capisayo de mona, Iban echando juicios
O como lienzo de Flándes. Por ver quién mejor acierta:
No hay borra de tundidor Cual dice que es Doña Urraca
Do mas colores se hallen; La que se quedó suspensa,
Pues me pintan, ya de verde, Luego que del Rey Don Sancho
Ya de blanco, rojo y. jalde : Llegó la siniestra nueva;
Y así voy determinado O la dueña que en Sidonia
Antes que adelante pase, Estuvo por compañera
No dejar poeta á vida De la reina Doña Blanca
Desde el Darro hasta el de Gante.— En la prisión dura estrecha.
—Difícil cosa emprendéis, Yendo en aquestos debates
Le respondió el bravo Azarque Ambos hacen una apuesta,
Si á todo el género humano Que al que mejor acertase
No matáis con ese alfanje : Le diese el otro una prenda.
¡
Sabed que son los poetas Señaló el robusto moro
Como la hidra espantable, Para la conquista fiera
f Que si una cabeza cortan Un alfanje damasquino
Luego de ella siete salen : Que del tahalí le cuelga.
Y si matáis un poeta, Usó Cupido de maña,
Con sátiras y romances Y sin que el moro lo entienda,
Que compondrán, quedaréis Para divisar mejor
Ahogado entre cantares. Abajó un poco la venda,
Dejalles, pues que ya os dejan. Y por si algo pudiese
ROMANCES MORISCOS SATÍRICOS. 133

Ganar en aquella empresa, Los que las damas ordenan,


Puso en contra del alfanje
El arco, aljaba y saetas.
í Pues favores cuando mucho
Son los platos de sus mesas :
Llegan los aompetidores Y es plato el de los favores
V desengañados quedan, Que á uno solo bien sustenta, <
De que es el valiente Audalla Mas si muchos comen del
Que va la vuelta de Teba. Ni les hace, ni les presta. <
{Romancero general.) Y cierto, señora Zaida,
Que de hacer esto me pesa,
i Fl espíritu de parodia y burlesco se aplica especialmente Que no es de mi condición
a todo lo bueno, lo bello, lo popular. En esta composición se Descubrir faltas ajenas;
hace burla de todos los géneros de romances, y se reseñan los Mas razón, cólera y celos,
mas célebres de los moriscos, de los históricos, y de los de Tres oidores de mi audiencia,
diversos asuntos. Se engañan pues mucho los que pretenden
desautorizar y despopularizar los romances moriscos y otros Siendo razón presidente
por las parodias á que han dado lugar los buenos, y por la Firmaron esta sentencia.
crítica que merecen los malos. {Romancero general.) •
« Este romance es una contestación jocosa al que empieza:
255. Mira, Zaide, que te aviso.
1
MORISCO BURLESCO .

(Anónimo.)
256.
HORISCO BURLESCO.
¿De cuándo acá tantos fieros, 1
(Anónimo .)
Señora Zaida la bella ? ¡ Valga al diablo tantos moros
¿ Que confesión revelé
Para tanta penitencia ? Como por momentos sacan
Agradézcame que callo Esos poetas novatos
¿as cosas que son de veras; Dotados de tantas jarcias!
Que lo que dije, no importa ¿ Son por dicha buhoneros,
Que se sepa ó no se sepa. Que van á vender medallas,
¿ Quién le notó aquella carta, O reatas de recueros
Que según es de discreta, Que tan sin duelo las cargan?
El que no la conociere ¿No mirarán que un caballo
Habrá de culpar mi lengua? Corre mal si le embarazan ,
¡ Oh qué bien su cuento sabe! Que le basta un hombre encima
¡A fe que es buena la letra, Con lanza, espada y adarga?
De reñirme y de alabarme ¿ Para qué los entapizan
Porque mucho mas lo sienta! Y los cubren de gualdrapas
Como bárbaro me halaga De alamares, rapacejos,
Para descubrir la vena, De listones, borlas, bandas ?
Y á vuelta de sus blanduras Déjenlos á los cuitados,
Mete la aguda lanceta. Que se quejan que los cansan,
¿No sabe que me parece Y que á caballo los suben
En las cosas que me veda, Cargados de empresas varias :
Que le truje yo la mano Que los cobijan de estrellas
Cuando formaba las letras? Siendo la suya tan mala,
Porque á fe de noble moro, Cual no la dé Dios á nadie
Que todo cuanto me ruega, Cuando en su desgracia caiga :
Lo pensaba hacer sin falta Que á su pesar les dan soles
Aunque no me lo pidiera. Y medias lunas á cargas,
¡ Este sí que es puro amor Y aun dicen hubo un poeta
Nacido de entrañas buenas, Que quiso hacer dos un alma.
Pues á dos cuerpos tan grandes ¡Miren alma, y mas de un moro,
Una voluntad gobierna! Hecha dos, qué tal quedara !
Diga cual llama su calle Sí, pareciera pedazos
Para np pasar por ella, De pelota cuarteada,
Que como es cantón su casa Que los ahitan con motes
A dos calles señorea. Que por pienso no les pasan,
Yo no quiero tener pleitos, Y los atiestan de empresas
Que gusto de obedecerla; Sin tener en qué llevarlas :
Mas no quiero que sean dos, Que los cansan y fatigan,
Pues una sola me niega. Que los muelen y embarazan,
Mándame que á sus cautivas Y que los emparamentan
Ni las hable ni las vea, Y los ahogan con mantas,
Y tan de veras lo pide Sin mirar si es junio ó,julio
Como si alguna tuviera; Cuando de calor se abrasan,
Porque en su casa cristianas Y que aun apenas les dejan
Imposible será haberlas, Do arrimar la cimitarra,
Pues su buen ejemplo basta Que con fogosos cometas
Para que ni aun !o merezca. Los chamuscan las pestañas,
Dice que las damas hacen Y que en sus frágiles hombros
Banquetes; pero que advierta Al celeste globo cargan :
Que han de comer y callar Que mas á cuento les viene
Los que en la mesa se sientan. Vender sus higos y pasas,
Si algún banquete me hizo, Y el hacer sus gananzuelas
Busque quien se lo agradezca Con sus rábanos y llantas, <
',
Pues comida de uno solo Y el navegar con sus recuas
Servia para cincuenta.
Desde Tendilla á Pastrana,
Ni son banquetes costosos Que estarse desvaneciendo
ROMANCERO GENERAL.
136
En invenciones soñadas; Cuando avisa al triste moro
Que con dos moras mugrientas «Que no pase por su calle ».
Que les cuezan unas habas, El tundidor, mientras tunde
Tienen lo que han menester Sus paños y cordellates,
Sin Jarifas ni Darajas : Como los demás le avisa
Que yeguas, color de cisnes, <¡Que no pase por su calle».
Con cola y clin aleñada, Va el piloto ó marinero
Ha muchos dias que dicen Engolfado con su nave,
Que en sus tiendas no se gastan; Y en medio del mar le avisa
Que mas quieren dos pollinas «Que no pase por su calle».
Que dos borricos les paran, Va cien leguas de su casa
Para que de feria en feria A veces el caminante
Aceite-y jabón les traiga, Y en el camino le avisa
Que el potro rucio ensillado «Que no pase por su calle».
Aunque de las yerbas salga, Allá dentro en su bodega
Y que el otro de Gazul Está picando la carne
Que se arrodilló en la plaza , El pastelero, y le avisa
Que como perro de ciego «Que no pase por su calle».
Le enseñó el moro mudanzas, Y los propios buñoleros J

Para que hiciese en Sanlúcar Aunque son de su linaje ,


Reverencias á su dama. Entre el aceite le avisan
Dicen que los datilados «Que no pase por su calle».
Ya no les sirven de nada, Y las fregonas fregando
Y que mas les aprovecha Sus platos y sus vasares
De esparto unas alpargatas. Le avisan en voz y en grito
Pues miren, por vida mia, «Que no pase por su calle».
Señores, en que se cansan, No hay mujer, niño ni hombre,
Que los propios moros dicen Como tenga boca y hable,
Que los levantan que rabian. Que mil veces no le avise
(Romancero general.}«Que no pase por su calle».
¿Qué tiene este triste moro?
t El poeta burlesco opone en este romance á la idealidad¿Está tocado de landre,
poética de los. moriscos, la realidad de lo que eran en efecto
Que así desterralle quieren
los árabes vencidos que quedaron en España, los cuales casi
todos se dedicaron al oücio de arrieros. De todas las vecindades?
¡Con haber dado respuesta
Que pudiera disculparle
257. De la trenza de cabellos
ROMANCE BURLESCO DE ZAIDE. Que se puso en el turbante
(Anónimo .) l Y del alarde que hizo
Háganme vuestras mercedes En los jardines de Tarfe,
No aprovecha con el vulgo
Merced de desengañarme, Que deje de amenazalle!
Si hay entre todos alguno ¿Adonde ha de ir el cuitado
Que conozca al moro Zaide; Pues en el mundo no cabe ?
Y díganme por su vida Que tengo sospecha y miedo
Qué rostro tiene y qué talle, No vaya á desesperarse.
Que tengo mucho deseo Merezca el humilde moro,
De conocelle y hablalle. Que su destierro se acabe,
Y díganme qué es la causa, Que quien de humildes se venga,
Que no hay pequeño ni grande Humilde venganza hace.
Que mil veces no le avise
«Que no pase por su calle». * Prueba esta trova burlesca sin exageración la popularidad
Apenas ha amanecido, del lindísimo, ingenioso y poético romance morisco de Zaide
Cuando ya haciendo jarabes 1 Zaida, que empieza asi: Mira, Zaide, que te aviso. Aun en
El boticario le avisa (lia le alcanza su antigua popularidad, y apenas hay persona
« Que no pase por su calle». en Andalucía que no le cante ó decore.
Aun apenas ha tomado 2 Los buñoleros eran casi siempre, en Andalucía, morisco
En su tienda aguja el sastre, 6 gitanos.

SECCIÓN DE ROMANCES DE CAUTIVOS Y FORZADOS

ROMANCES DE CAUTIVOS. ¿ Y adonde te captivaron ?


¿ Y libertad quién te diera ?
258. — Yo os lo diré, dulce esposa,
Estad atenta siquiera.
E L CAUTIVO. — 1. Mi padre era de Rondas,
[Anónimo.) Y mi madre de Antequera;
Preguntando está Florida Captiváronme los moros
A su esposo placentera Entre la paz y la guerra,
En un vergel asentada Y lleváronme á vender
Junto á una verde ribera : A Velez de la Gomera.
— Dígasme t ú , esposo amado, Siete dias con sus noches
Anduve en el almoneda:
¿De donde eres? ¿de qué tierra? No hubo moro ni mora
ROMANCES DE CAUTIVOS Y FORZADOS. 137
Que por mi una blanca diera, La luna en el alquicel,
Si no fuera un perro moro Ocho ó diez piezas disparan,
Que cien doblas ofreciera, Que en ocho globos, ó diez,
Y llevárame á su casa, Envuelve de negro humo
Echárame una cadena; Al corsario su interés.
Dábame la vida mala , Los brazos del cuerpo ocupa
Dábame la vida negra : Con fatiga y con placer
De dia majaba esparto, El bergantín destrozado
De noche molia cibera, Desde la quilla al garces.
Echóme un freno á la boca, El leones agradecido
Porque no comiese della. Al cielo de tanto bien,
Pero plugo á Dios del cielo De libertad coronado
Que tenia el ama buena : Dice, si no de laurel :
Cuando el moro se iba á caza — ¡ Oh puerto, templo del mar 1
Quitábame la cadena : Cuya húmeda pared
Echábame en su regazo, Antes faltará que tablas
Mil regalos me hiciera, Señas de naufragios den.
Espulgábame, y limpiaba Fortaleza imperiosa,
Mejor que yo mereciera; Terror de África, y desden,
Por un placer que le hice Yugo fuerte y real espada
Otro mayor me ofreciera : Que reprime y que da ley,
Diérame casi cien doblas; Defensa os debo, y abrigo;
En libertad me pusiera, Mi libertad vuestra es,
Por temor que el moro perro Y mi lengua desatada
Quizá la muerte nos diera. En alabanzas también.
Así plugo á Dios del cielo Con tus altos muros viva
De quien mercedes se espera Tu ínclito dueño, á quien,
Que me ha vuelto á vuestros brazos Como á tí el Mediterráneo,
Como de primero era. La envidia le bese el pié.
(TIMONEDA, Rosa de amores.—It. WOIF, Risa de Inmortal sea su memoria
Romances.) En la gracia de su Rey,
Por galardón proseguida,
i Esta sección pudiera también colocarse en el Romancero Si comenzó por merced :
de varios, entre los de amor; pero como versan sobre asuntos Que servicios tan honrados,
fabulosos, que continúan los accidentes del trato y guerras
contra los mahometanos, los hemos puesto entre los moriscos Y de Acates tan fiel,
a Desde aquí, con algunas variantes, es igual esta composi- Inmortalidad merecen,
ción i la del Cancionero de Romances, que dice : Mi padre era Si no de vida, de fe. —
de Ronda. (GÓNfWA, Obras de.)

259. 260.
E L CAUTIVO. — II. E L CAUTIVO. — III.

(De Don Luis de Góngora.) (Anónimo.)


Según vuelan por el agua Donde se acaba la tierra
Tres galeotas de Argel, Y comienza el mar de España,
Un aquilón africano Mil acabadas ruinas
Las engendró á todas tres. De la antigua Cádiz bañan;
Y según los vientos pisa Y en lo mas alto de todo
Un bergantín ginoves, Un solo cautivo estaba,
Si no viste el temor alas, Que arastrando las prisiones
De plumas tiene los pies. Salió de una rota barca,
Mortal caza vienen dando A descansar el alma
Al fugitivo bajel, «Mientras el fiero mar furioso brwna.»
En que á Ñapóles pasaba Con el levante furioso
En conserva del virey, Crecían las olas altas
Un español con dos hijas, Subiéndose por las peñas
Una sol y otra clavel, Para volver á sus aguas,
Que tuvieron á León A quien las dice : — Enemigas,
Por oriente y por vergel. Volveré á morir sin falta,
Derrotóle un temporal, Dejadme llegar agora
Y ya que no dio al través , A la tierra que me ampara.
A vista dio de Morato Nací riberas del Tajo,
Renegado calabres. Críeme con esta ingrata,
El tagarote africano Y vengo á morir agora
Que la español garza ve A las postreras de España.
En su noble sangre piensa No me mata ausencia sola,
Esmaltar el cascabel. Ni solos celos me matan,
Peinándole va las plumas, Ni olvido, que aquestos tres
Mas el viento burla del Me fuerzan que á tierra vaya.
Interpuesto entre las alas, No es tan pequeño mi fuego,
Y entre la garra cruel. Que huya vuestra templanza ,
»a surcan el mar de Denia, Que no le sufre la tierra ,
Va sus altas torres ven, Ni el mar apenas le mata,
Grandeza de un duque ahora, Porque es semejante al sol,
titulo ya de marques.
üe sus torres los descubren, Que no se moja en el agua,
i en distinguiendo después Y tan ardiente, que de ella
La cruz en el tafetán Me fuerza que á tierra salga.
No me llaméis tan apriesa,
ROMANCERO GENERAL.
139
Que si mi fuego lo causa, «Amaina, amaina
Lágrimas tienen mis ojos La vela, amaina la vela.»
Que pueden, aunque no bastan. (Romancero general. — It. Flor de varios y tumo
a

Dejadme quejar de aquella Romances, 1. parte.)


Que de mí quejosa estaba ,
Por quien huigo mar y tierra, 262.
Y vengo entre tierra y agua.—
Tomando un puño de tierra, E L CAUTIVO. — V .
La hesó y mojó con agua,
Diciendo : —Fin y principio (Anónimo.)
De la compostura humana, Ajeno de tener guerra
De tí nacen mil deseos Está el valeroso Arnaldo,
Y en tifinalmenteparan: Capitán de una frontera
Eres cárcel que me tienes Por el ínclito Fernando.
Detenido que no vaya. — Gozando está de su Celia
En esto vio que los vientos Con quietud y sin cuidado,
A muchas partes contrarias Cuando Muley Terraez,
Cada uno hacia la suya De Argel astuto cosario,
Traían la rota barca, Viene á pagar el tributo,
Y dice: — Cielos piadosos, Como quedó concertado,
Tales son mis esperanzas, Y porque viene de paz
Que el viento juega con ellas, Dan voces los de su bando:
Y ninguna de ellas basta.— «Lanza ferro,
Bajaba apriesa la noche, »A térra , á térra.»
Cuando de la peña baja, ¥ los de la fortaleza,
¥ entre la barca y los remos Para seguro, disparan
Comienza á decir al agua; « Apriesa, apriesa una pieza.»
—Aquí es justo que descanse Poco le duró el contento
Quien de la tierra se cansa, A aquel capitán gallardo;
Porque vea mi enemiga Pues que en trueque del rescate
Que pretendo su venganza. — Se le llevó el renegado
Aquí volvió la barca, A su bella esposa un dia,
Llora el cautivo triste, y el mar brama. Cuando vio que asegurado
{Romancero general.) De su gran traición vivia,
Y ella salió por el campo.
De que la metió en su fusta,
261. Con silencio y con recato
E L CAUTIVÓ. — IV.
A los marineros dice :
«Alza el ferro, ó corta el cabo.»
(Anónimo.) Y al cómitre silba y dice:
Rompiendo la mar de España. «Leva, leva;»
En una fusta turquesca, Y los de la fortaleza,
A vista de donde puso « Guerra, guerra,
Hércules fin á la tierra, «Dispara apriesa una pieza.»
Un esclavo de Selimo, Hagan grandes luminarias,
Al tiempo que el mar se altera, Dice Arnaldo alborotado;
El maestre de la nave Aunque en vano es trabajar,
A sus grumetes vocea: Porque van el mar surcando.
« Amaina, amaina De su fuerza se despide
»La vela, amaina la vela.» Confuso y desesperado,
Cuando los vientos contrarios Y siendo libre, se hizo
Con mayor furor se encuentran, De un moro sujeto esclavo;
¥ con las aguas del mar El cual le llevó cautivo
Las de los cielos se mezclan ; A Argel, do fué rematado
Cuando se rompen las nubes, Tres veces en almoneda,
Y fuego y Damas enseñan, Hasta ser del Rey comprado ;
En la amedrentrada gente Y el cómitre silba y dice :
Sola aquesta voz resuena, «Leva, leva;»
«tAmaina, amaina Y los de la fortaleza,
»La vela, amaina la vela.» «Guerra, guerra,
Estaba el cautivo pobre «Dispara apriesa una pieza.»
Sentado sobre cubierta, El capitán reconoce
Y del cielo y mar las aguas ' . A su cara esposa bella,
Con su triste llanto aumenta: Y aunque con las lenguas callan ,
A su pensamiento dice, Los ojos sirven de lenguas.
Que es entonces quien le lleva Servía Celia al rey de paje,
Haciendo las voces eco El cual namorado de ella,
En el monte de su pena: Dice :— Si como eres sol,
« Amaina, amaina Fueras, Celia, luna bella,
»La vela, amaina la vela.» De con tino me alumbrara
Si soy cautivo y esclavo, El claro de tal estrella.—
Tiempo vendrá que Dios quiera, Celia respondió : — Señor,
Que libre de estas prisiones No fué mi dicha tan buena.—
Vuelva á gozar de mi tierra: Y el cómitre silba y dice :
Volveré á mi antigua gloria, «Leva, leva:»
Que entonces tendré por buena, Y los de la fortaleza ,
Y entre tanto, pensamiento, «Guerra, gueFra,
Sufre,padece y espera: «Dispara apriesa una pieza.»
ROMANCES DE CAUTIVOS Y FORZADOS. 139

Y como vido ocasión, * Saqué robada mi vida.


Al rey le dice una siesta «¡Ay suerte, etc.»
Cómo es Arnaldo su hermano , Un cuerpo difunto soy
Que se hizo esclavo por ella. Que arroja el mar á la orilla,
El Rey le replica y dice : Negándole en sus entrañas
—Celia, gran mentira es esa , Lo que á ninguno le quita.
Porque nunca amor de hermano Y porque no le corrompa
Hizo tal prueba y fineza. Del largo tiempo la envidia,
Pero si dices verdad En vez de bálsamo lleva
Haré con tí una franqueza, El pecho lleno de acíbar.
De dar á ambos libertad Soy un vivo fuego ardiente
Para que os vais á tu tierra.— Ya convertido en ceniza,
Y el comitre silba y dice : Sin esperar renovarme
«Leva, leva;» A los rayos de mi Armida.
Y los de la fortaleza, «¡Ay suerte, etc.»
«Guerra, guerra, Soy una piedra que al centro
«Dispara apriesa una pieza.» Desde la cumbre desliza;
Celia le dijo . —Señor, Un sepulcro de esperanzas
La verdad del caso es esta : Antes muertas que nacidas.
Que es Arnaldo mi marido, No soy sino un desdichado
Y yo fío en tu clemencia Vivo por nigromancía,
Que nos darás libertad.— Que por su gusto un cosario
Dijo el rey : — Concédoos esa, Sin alma quiere que viva.
Porque entendáis que entre moros Y no es milagro ser piedra,
Hay sangre, virtud, nobleza. — Sepulcro y cenizas frias ,
Con esto los despidió, Muerto y vivo juntamente,
Dándoles mucha riqueza, Que todo cabe en mi dicha.
Y á Muley Terraez quitó «¡Ay suerte, etc.»
Por su traición la cabeza: No consienta, amiga, el cielo
Por lo que todos los suyos Que pagues blandas caricias
Muestran dolor y tristeza; De un renegado sin fe,
Y los de la fortaleza, Por renegar de la mia.
Regocijados dan voces : En esto tocan al arma,
«Dispara apriesa una pieza.» Que de las torres vecinas
{Romancero general.) Con muchas lenguas de fuego
De doce fustas avisan.
No se alborotan ni temen;
Que de estos miedos se libra
Quien ha llegado al extremo
E L CAUTIVO. — VI.
Que pudo de su desdicha.
(De Salinas.) «¡Ay suerte, etc.»
Llegó en el mar al extremo (Romancero general.)
Que pudo de su desdicha,
En un bergantín al puerto
De Villafranca de Niza,
Un gallardo caballero, 264.
La flor de la Andalucía, E L CAUTIVO. — VII.
Viendo la de su esperanza
Entre las olas marchita, (Anónimo.)
Una noche oscura y triste, Fuera de los altos muros
Y él mas que la noche misma, Que en Argel torres levantan
Después que Muley Terraez Sobre las arenas frias
Llevó su luz y alegría : De las mas vecinas aguas;
«¡Ay suerte esquiva, Ceñido de una cadena
»Que apenas das el bien cuando le quitas!» Un pobre cautivo estaba
Robóle su dama el moro, Llorando su bien pasado,
De padres ilustres hija, Y su presente desgracia.
Que la llevaba robada —No siento los hierros duros,
De Rarcelona á Sicilia. Dice , ni la vida amarga ,
No precia por su rescate Ni verme en el cautiverio
Promesas de cosas ricas, Sujeto á tantas desgracias.
Que solo esperar gozarla Ni siento verme apartado
Estima en mas que las Indias. De la tierra que me agrada;
Y al triste libre le deja Ni majar de noche esparto,
De Villafranca una milla, Ni el comer por mano escasa.
Que porque ausencia le mate, Vime un tiempo en la ribera
No le mata ni cautiva. Que al Tajo orilla señala,
«¡Ay suerte, etc.» Tan lejos de verme preso
De peste guardan el puerto , Cuanto agora de pisalla.
Y desde la tierra gritan, Pero si tan cerca estoy,
Que sin fe de sanidad Presto volveré á mi patria;
No se acerque á la marina. Que como vine á ser preso,
Si de sanidad tuviera, Podré volver á gozalla.
Dice con lágrimas vivas, Mas hay un engaño en esto,
Lo que me sobra de fe, Y es que la fortuna avara
Fueran eternos mis dias. Se ha cansado de mi bien,
No traigo de Barcelona Y de mi mal no se cansa.
El mal que os atemoriza, Dulce Leonida, yo quedo
Antes de ella entre mil muertes Padeciendo en tierra extraña,
140 ROMANCERO GENERAL.
Preso el cuerpo en hierros duros, Si el monte toca en el cielo,
Y para tí libre el alma. — O si está el cielo en el monte;
{Romancero general.) Donde pusieron sus sillas
Los famosos españoles
En señal de verse presto
De los demás vencedores,
Sin envidiar las hazañas
E L CAUTIVO. — V I H . Del hijo fuerte de Jove,
{Anónimo.) Pues en vez de sus columnas
De las africanas playas Pusieron ellos mojones
Alejado de sus huertas Injuria del enemigo,
Mira el forzado hortelano Cuchillo, freno y azote,
De España las altas sierras. Pues ha cerrado sus puertas
Mira las golosas cabras La sombra de nuestras torres.
En las peladas laderas , Escureciendo sus lunas
Que apenas se determina La lumbre de nuestros soles,
Si son cabras, ó son peñas. Alcanzando sus gineles
Tiende la envidiosa vista Nuestros primeros bridones,
Por las abundosas vegas Y pasando sus adargas
Y comarcanas cabanas Nuestros agudos estoques ;
Que casi á la par humean. Resistiendo á sus alfanjes
Miraba por Gibraltar Las rodelas de alcornoque,
Las heladas rocas yertas, Dio fondo al frágil navio,
Azotadas de las ondas, Y luego el preñado bronce
Y arrancadas de la arena. Echó el rayo dando gritos,
Mira el estrecho furioso, Y quejáronse los bosques.
Y las hirvientes arenas Respondieron los tres fuertes
Que le parece que braman, Una y dos veces conformes ,
Y por mil partes resuenan. Repitiendo al son de Marte
— ¡Oh sagrado mar! le dice, De España el invicto nombre.
Haz con mis suspiros treguas : El fuego busca su esfera,
Perdón, si ellos ó el aliento Y cubriendo el horizonte
Son causa de tu tormenta. Hizo el humo á mediodía
Pásame en esotra playa; Que presidiese la noche.
Que si en ella me presentas, Los alarbes luego huyeron
Te ofreceré un blanco toro, A sus aduares pobres,
El mejor de mis dehesas. Que el humo ocupa la tierra,
No quiero que mis deseos Y el miedo los corazones.
Vayan á tierras ajenas : Echan al mar sus esquifes,
Da vida á un nuevo Leandro Y en tierra el peso disforme:
Que en tus manos se encomienda.— Quedan las galeras libres ,
Esto diciendo el forzado, Aunque llenas de prisiones.
En las blandas ondas se echa, Entre las suyas Licinio
Con los brazos abre el mar, El aire y silencio rompe,
Hiende, rasga, rompe y huella. Y dice mirando á Oran
Mas allá á la media noche Tras el llanto estas razones:
Cuando los miembros le aquejan, —¡Oh cárcel de desterrados,
Temeroso de su daño Honra de refugios donde
Habló así á las ondas fieras : No causa afrenta el castigo,
— Queridas y amadas ondas, Ni muere el ánimo noble,
Pues determináis que muera, Ni enflaquece la esperanza
Dejadme salir, amigas, "Viles y bajos temores!
Que yo os pagaré esta deuda. — Pues por ia ignorancia muda
Fuéle el viento favorable , Ilustres obras responden,
Oyó fortuna sus quejas, Bien se pueden resistir
Y al nacer el rubio sol De la fortuna los golpes,
Hizo pié sobre la arena. Si queda libre el juicio
Dio gracias al mar piadoso, Y le conceden que obre.
Al viento, norte y estrellas, Tu instancia me negó el cielo,
Y.con ceremonia humilde Porque mas mi mal se note,
Besó y adoró la tierra. Y vaya de lengua en lengua
(Romancero general.) Creciendo con opiniones.
Famoso soy en desdichas:
No hay quien mi fortuna ignore,
266. Que el mapa de mis trabajos
E L CAUTIVO. — IX.
Me ha mostrado todo el orbe.
¡Venturoso el caballero
(Anónimo.) Que entre límites se esconde,
De medio el golfo descubre Pues la pena que padece
De Oran el soberbio monte, Con su valor corresponde;
El infelice Licinio, Y fatigando el caballo
Que tras su fortuna corre. El suelo africano corrre,
En un llano mal seguro Y rico de mil trofeos
Guiado mas por el orden A su casa se recoge!
Del cielo, que lees propicio, Este bien goza Galanio
Que no por lo que él dispone; Del linaje antiguo y noble,
Está la tierra tan alta Sin andar detras la luna
Que aun apenas se conoce Hecho émulo del norte.—
Apenas hubo nombrado
ROMANCES DE CAUTIVOS Y FORZADOS. i«
E l grato y amigo nombre, ROMANCES DEL FORZADO DE DRAGUT.
Cuando en los ojos de entrambos
Se vieron los corazones.
Los brazos ciñen los cuerpos, 268.
Y las almas se disponen E L FORZADO DE D R A G U T . — I .
Con el recíproco ejemplo
A resistir sus pasiones. ^ ^ (De Don Luis de Góngora.)
g m e r a l )
Amarrado al duro banco
De una galera turquesca,
Ambas manos en el remo,
267. Y ambos ojos en la tierra,
LA CAUTIVA. — X . Un forzado de Dragut
(Anónimo.) En la playa de Marbella
De las sangrientas riberas Se quejaba al ronco son
De la infausta Nicosía, Del remo y de la cadena.
Mostafá el enamorado — ¡ Oh sagrado mar de España ,
Hermosa playa y serena,
Llantos oye y fuego mira. Teatro donde se han hecho
Árdese el bajel que lleva Cien mil navales tragedias!
Al gran Selin las cautivas, Pues eres el mesmo mar,
Do va su Hipólita amada Que con tus crecientes besas
De las griegas la mas linda. Las murallas de mi patria
En fuego de amor se abrasa, Coronadas y soberbias,
Amargamente suspira, Dame nuevas de mi esposa,
Y á vueltas de un triste llanto Y dime si han sido ciertas
Tales ternezas decia : Las lágrimas y suspiros,
— í Bella Hipólita! ¡ amor mío! Que me escribe por sus letras;
I Quién así te enoja, amiga ? Porque si es verdad que llora
¿Quién ni tus quejas le amansan, Mi cautiverio en tu arena,
Ni tu beldad le lastima? ¡ Bien puedes al mar del Sur
¡Hipólita! ¡mi señora! Vencer en lucientes perlas !
Entre aquesas llamas vivas, Mas pues que no me responde,
Muerte y amor, para entrambos ' Sin duda alguna que es muerta;
Flechas y cuchillo afilan. Pero no lo podrá ser,
Manda al fuego que se pare, Pues que yo vivo en su ausencia.
Que si tus ojos le miran, Pues he vivido diez años
Mitigarán en su ardor Sin libertad y sin ella,
Lo que en mi alma encendida. Siempre al remo condenado,
¡ Si el mar do estás engolfada, A nadie mataron penas.
No es bastante le resista , Dame pues, sagrado mar,
Espera que el de mis ojos. A mi demanda respuesta,
Quizá bastara por dicha! Si cual dicen es verdad
Lágrimas pobre enviaré, Que las aguas tienen lenguas. —
Que mi corazón destila, En esto se descubrieron
Si es que al fuego que te abrasa De la religión seis velas,
Agua de amor le mitiga. Y el cómitre manda usar
Aguarda, que allá te envío Al forzado de su fuerza.
El aire que en mí respira, (Romancero general. — It. Flor de varios y nue-
En suspiro disfrazado, vos Romances, 1.a parte.—GÓNGORA, Obras de.)
Porque el fuego no le impida.
El alma también, señora,
Va á socorrer tu desdicha, 269.
Que con suspiros y llanto
Bien el alma se encamina. E L FORZADO D E DRAGUT. — II.
¡Dulce prenda de mis ojos! (Anónimo.)
¿Por qué el fuego no mitigas
Con tantas aguas del mar, El escudo de fortuna,
Como tienes á la vista ? En quien sus golpes descargan
Mas ¡ ay! que el fuego y las aguas Alteza de los amores
Tanto estrechan á tu vida, Y ejemplos de cosas varias :
Que si escapas del, te anegas, El Forzado de Dragut,
Si dellas, te haces cenizas. Que en las galeras remaba,
Tus crespas hebras doradas, Hecho ya hortelano, llora
Tus negros ojos de estima, Entre las hojosas ramas :
Tu blancura de azucena «¡ Ay madre España, patria venturosa,
De vivo carmín teñida, »Rica depositaría de mi esposa'»
Triste, escuro, ceniciento Hortelano me hicieron
Todo lo ha vuelto la envidia ; Por parecerles que estaba
Que me abrasa los despojos Dispuesto para entender
De tan hermosa cautiva. De los tiempos las mudanzas.
Llamas, dadme á mí señora, No se engañaron en ello,
Que en vosotras muerta, ó viva Porque cuando falta el agua,
En humo, en brasa ó en polvo, Contra tiempo lloverán
He de adorar sus reliquias. — Las nubes de mis entrañas.
En esto el bélico estruendo «¡Ay madre, etc.»
A nuevas glorias le incita, Sacáronme de galeras
Deja abrasada su dama, Por merced sublime y alta;
Y a Famangosta camina. Pero hasta en esto me ha sido
{Romancero general.) Aun la fortuna contraria.
ROMANCERO GENERAL.
442
Porque aunque es menor el mal Que en el verdadero amor
Es mas el no ver tus playas, No hay miedo ni cobardía.
Do el deseo con los ojos Dejáranse las prisiones
Humedecía mis entrañas. Aunque fuera en Berbería,
t ¡ Ay madre etc.» Que ya me hubiera llorado
A vosotros los que andáis En pago de mi osadía.
Vagando en tierras extrañas Y si todavía me quiere.,
Y á las ajenas ciudades Decilde por cortesía,
Hacéis naturales patrias, Que se embarque en esas cartas
Hijos desagradecidos, Que le amenazan y avisan :
Una cosa os hace falta : Que no son del mar antiguo
Fáltaos el forzoso amor, Las aguas que se le humillan,
Y os sobran forzosas causas. Sino de mis tristes ojos
«¡Ay madre etc.» En que mirarse solia,
Esposa y señora mia, Y que ya no hay que llorar
Depósito de mi alma, En mi alma convertida
¡ Solíanme sobrar tus letras En aqueste nuevo Océano
Y ya me faltan tus cartas! Que tan sin razón la admira :
Solias escribirme largo Y que ojalá me volviese
De lo mucho que me amabas, Las lágrimas merecidas,
i Pero pues ya no me escribes, A tan dura y larga ausencia
Mas me escribes que me amas! Su apacible y grata vista.—
«¡ Ay madre España, patria venturosa, . (Romancero general
»Rica depositaria de mi esposa!»
{Romancero general.— It. Flor de varios y nuevos 271.
Romances, 3.a parte.) 1
EL FORZADO DE DRAGUT. — IV.
(De Don Luis de Góngora.)
270. La desgracia del forzado
EL FORZADO DE DRAGUT. — ID. Y del cosario la industria,
La distancia del lugar
{Anónimo.) Y el favor de la fortuna,
• El desgraciado entre todos Que por la boca del viento
Los que elfieroamor derriba, Les daba á soplos ayuda
Porque afrentan su deidad Contra las cristianas cruces
Y á quitarle el nombre aspiran, A las otomanas lunas,
Amarrado á su fortuna Hicieron que de los ojos
En el banco en que solia Del forzado á un tiempo huyan
El forzado de Dragut, Dulce patria, amigas velas,
Que en las galeras servía, Esperanzas y ventura.
Vacando el pesado remo Vuelve pues los ojos tristes
Estaba mirando un dia A ver cómo el mar le hurta
Las aguas que de su patria Las torres, y le dan nuevas
Combaten las peñas fijas. Las velas y las espumas.
•— ¡ Ay ondas, mas venturosas Y viendo mas aplacada
Que las tristes ansias mias, En el cómitre la furia ,
Pues podéis tocar la tierra Vertiendo lágrimas dice
Que los pies de mi alma pisan! Tan amargas como muchas :
Decilde cuando volváis «¿De quién me quejo con tan grave extremo,
Por mis lágrimas crecidas, Si ayudo yo á mi daño con mi. remo?»
* Dijo llorando el forzado, Ya no esperen ver mis ojos,
Que vivo entre mil desdichas, Pues agora no lo vieron,
Y que me haga merced Sin este remo las manos,
De no dejar las sombrías Y los pies sin estos hierros;
Riberas, porque vosotras Que en esta desgracia mia
Me traigáis de sus reliquias, Fortuna ine ha descubierto
Y que no tema las olas Que cuantos fueren mis años
Que el mar de mis ojos cria, Tantos serán mis tormentos.
Aunque las vea hasta el cielo « ¿De quién me quejo etc.»
De los aires combatidas. ¡Velas de la religión,
Pues que con dulces suspiros Enfrenad vuestro denuedo,
Y lágrimas descaecidas, Que mal podréis alcanzarnos
Mal se podrá darla muerte Pues tratáis de mi remedio!
A quien da en ausencia vida. El enemigo se os va,
Y acometelda furiosas Yífavorécele el cielo,
Con tanto ímpetu é ira,
:
Por su libertad no tanto,
Que vea en vos á la clara Cuanto por mi cautiverio.
Que me agravio de que viva, « ¿ De quién me quejo etc.»
En señal del gran amor Quedaos en aquesta playa,
Que al mió se le debia : De mis esperanzas puerto,
Y que si bien lo mirara Quejaos de mi desventura ,
No habia de estar á la mira, Y no echéis la culpa al viento.
Sino como yo lo hiciera, Y tú , mi triste suspiro,
Pues cual Leandro podia, Rompe los aires ardiendo,
Razón fuera haber venido Visita á mi esposa bella ,
A mi cárcel, dura, impía; Y en el mar de Argel te espero.
Que bien sabe que las olas «¿De quién me quejo etc.»
Del bravo mar no temia;
(Romancero general.—li. GÓNCORA, Otro
ROMANCES D E CAUTIVOS Y FORZADOS. 145

272. Agora se alegra el triste


Que su libertad sospecha.
E L FORZADO D E D R A G Ü T . — V . Dragut con sus capitanes
En un punto se aconseja,
(De Don Luis de Gong ora.) Si será bien aguardar
Levantando blanca espuma O tender al viento velas.
Galeras de Barba-roja, «Al arma, etc.»
Lijeras le daban caza Decíanle los demás :
A una pobre galeota, — Atrás, atrás que se acercan,
En que alegre el mar surcaba Que si en alta mar entramos,
Un mallorquín con su esposa, Será la victoria nuestra.—
Dulcísima valenciana, Dragut á voces decía:
Bien nacida y muy hermosa. — Canalla, bogad apriesa. —
Del amor agradecido, Los artilleros también
Se la llevaba á Mallorca, Cargan, disparan, vocean.
Tanto á celebrar las Pascuas, «Al arma, etc.»
Cuanto á celebrar las bodas. (Romancero general.)
Y cuanto á los sordos remos
Mas se humillaban las olas,
Mas se ajustaba á la vela
El blando viento que sopla. 274.
Espiándola de atrás
De una cala insidiosa, E L FORZADO D E DRAGUT. — V i l .
Estaba el fiero terror (Anónimo.)
De las playas españolas.
Sobresaltóla en un punto, Apriesa pasa el estrecho,
Que por una parte y otra Porque le van dando caza
Sus cuatro enemigos leños A Dragut, cuatro galeras
Tristemente la coronan. De los cruzados de Malta.
Crece en ellos la codicia, Con la priesa de los remos
Y en estotros la congoja, El hinchado mar traspasan,
Mientras se queja la dama Las pluvias suben al cielo
Derramando tierno aljófar. Muy mas espesas que bajan.
—Favorable y fresco viento, Las dormidas centinelas
Si eres el galán de Flora, Despiertan á las campanas,
Válgasme en este peligro Y soñolientas arrojan
Por el regalo que gozas. Hachas de fuego en las aguas.
Tú que embravecido puedes Dragut sus forzados fuerza
Los bajeles que te enojan, Para aiijerar las barcas,
Embestilles en la arena Que mientras mas ve que huyen ,
Con mas daño que en las rocas: Mas le parece que amainan.
Tú que con la mesma fuerza No mira si es cobardía,
Cuando al humilde perdonas, Ni aguarda á quien le llama,
Sueles de armadas reales Porque á veces del huir
Escapar barquillas rotas; Mayor victoria se saca.
Salga esta vela á lo menos Llegó de una culebrina
Destas manos rigurosas, En un instante una bala,
Cual de garras de falcon Cuya penetrante furia
Blancas alas de paloma.— Dio á fondo á la capitana.
(Romancerogeneral.—It. GÓNGORA, Oirás de.) La demás artillería
Se juega con tanta maña,
Que fué bastante á rendillo,
273. Sin allegar á las armas.
Pudo Dragut con su industria,
E L FORZADO D E D R A G U T . — V I . Por ser la noche cerrada,
(Anónimo.) Dejando á España la gloria,
A la vista de Tarifa Poner su persona salva.
Poco mas de media legua , E l hortelano cautivo
El maestre de Dragut, Que en las galeras remaba,
Cosario de mar y tierra, Fué conducido á su tierra,
Descubrió de los cristianos A quien llorando le habla :
— Patria, que de mi tesoro
Y de Malta cinco velas, Has sido depositaría,
Por do forzado le fué Si son purgadas mis culpas
Decir en voz que le oyeran ; Recógeme en tus entrañas;
« Al arma, al arma, al arma, Y si este bien no merezco
» Cierra, cierra, cierra , Por ser mi desdicha tanta,
» Que el enemigo viene á darnos guerra » Tierra tienes do esconderme,
El maestre de Dragut Pues no lo han hecho las aguas.
Hizo soltar una pieza, Acabaráse de ver
Señal para que le oyesen El abismo de desgracias,
Los que hacen agua y leña. Que conjuraron los cielos
Los cristianos le responden, En disfavor de mi alma. —
De la playa y las galeras, Contra el agua forcejea
Y del puerto, las campanas Envuelto en congoja y ansia,
A bulto entre voces suenan : Cuando improviso le toca
«Alarma, etc.» Una desmandada tabla.
El cristiano que lloraba De ella se aferró turbado,
En ver su esperanza muerta Y guiando hacia la playa ,
Uí ROMANCERO GENERAL.
Casi el aliento perdido Háganle causa de nuevo. —
Escapó libre del agua. Témanle la confesión,
(Romancero general.) Si es verdad que deja muerto
A quien el fiscal le acusa,
Y respondió á todos : — Niego. —
275. Presentó el fiscal testigos,
Por do le sentencian luego
EL FORZADO DE DRAGUT. — VIII. En seis años de galeras,
(Anónimo.) Pagando costas y premio.
Envían en relación
Volcaban los vientos coros A los señores el pleito,
Los empinados peñascos Y viendo el poco descargo
De los erizados montes Confirmaron lo propuesto.
Los acebuches mas altos, Notificóle su daño
Cuando temblando y desnudo, El procurador, agüero
La barba y cabellos blancos; De semejantes saraos
Que los trabajos son parte Antes de saber lo cierto.
Para encanecer temprano, A las nuevas respondió :
A la puerta de su esposa — Consiento en todo, y no apelo,
Aprisa estaba llamando Si es esta la voluntad
El forzado de Dragut Del que rige tierra y cielo.
Que se escapó de hortelano. Adiós, hermosa Talinca,
Apenas fué conocido, Que por seis años me ausento,
Cuando con lijeros pasos Y llevan á avecindarme
Abajó su esposa á abrirle En el salado elemento.
Ambas puertas y ambos brazos. Ruego á Dios que me dé vida
Entonan un llanto alegre, Y paciencia en el tormento,
Si dijeran triste llanto; Pues de verte en libertad
Mas las lágrimas son puertas, Toda la esperanza llevo. —
Y le da entrambas las manos. (Romancero general)
Desnudáronse en un punto,
De sus mal compuestos paños, * Este Ochalí fué el que salvó la escuadra de Arjel en la
Y antes de entrar en el lecho batalla de Lepanto, y era compañero de Arnaute Mahamí, que
Se regalan con un baño. tuvo por esclavo á Cervantes.
Echan luego las cortinas s Talinca es anagrama de Catalina. Asi se llamaba también
Para recobrar despacio la que fué esposa de Cervantes.
Diez años que anduvo al remo, I
Y otros dos que fué hortelano.
(Romancero general, 277.
EL CAUTIVO DE OCHALÍ. — i l .

ROMANCES DE CAUTIVOS DE OCHALÍ«. (Anónimo.)


Retumbando crueles voces
Levanta el pié de peayna :
276. — Pase la palabra á proa t
Arranca y boga, canalla.—
EL CAUTIVO DE OCHALÍ. — I. Un forzado en la real
(Anónimo.) De las galeras de España
Entre consuelo y tristeza, El oído en las razones
Entre tormento y recelo Decia entre muchas ansias :
Está un preso imaginando «¡Oh suerte avara! ¡Oh tormento grave!
En la cámara del hierro, «¿Quién de mi voluntad tiene la lia ve?»
Con los grillos á los pies, —Libre libertad sostuve,
Tan pacífico y quieto Fué libertad libertada,
Cuanto al amor de Talinca* Y tan libre, que libró
Tiene el corazón sujeto: Mis gustos en estas causas,
Tan hecho ya á las tinieblas Donde me dan el tributo
Y al solitario tormento , Antes de caer la paga,
Que porque no se le aplaque Porque es cédula del tiempo
Huye de no ver á Febo. Y de fortuna firmada.
Ausencia le da combate, «Oh suerte avara, etc.»
La prisión le causa miedo, De solo cuatro elementos
Porque se le representa Fué formada aquella estatua'
La libertad de otros tiempos. Con el color natural
Estando así vacilando Que la conservan y mandan.
Oyó llamarle al portero, La tierra me desechó
Que los señores le piden Haciendo depositaría
Para sentenciar su pleito. A céfiro mi firmeza
Entra trabado el ausente, Y á Neptuno mi esperanza. —
Desentrabado el silencio, «¡ Oh suerte avara, etc.»
Porque todo es menester Mandan revillar á todos,
Delante quien está puesto, Y el bastardo desamarran,
Declarando su sentencia Diciendo ; — Amóla de avante
Relatando su proceso, La distancia de dos brazas :
Y los piadosos señores Siente abajo : leva lengua,
Danle libre y sin destierro. Dése á la chusma la manga
Dijo entonces el fiscal: Porque no les falte el viento
— Vaya embargado allá dentro, Si acaso el tiempo les falta.
Y en nombre de matador «¡Oh suerte avara, etc.»
ROMANCES DE CAUTIVOS Y FORZADOS. 143
Diana tendió su manto, Cantaré aquestas palabras:
Escondió Faetón su cara, «¡ Oh suerte avara! ¡ Oh tormento grave!
Y el descanso de forzados »¿Quién de mi libertad tiene la llave?»
Mostró furioso su saña. (Romancero genera!.)
El cielo con sus tinieblas
Sin término nos contrasta ,
Y las importunas olas 278.
Se nos ensañan contrarias.
E L CAUTIVO DE OCHALÍ. III.
«¡ Oh suerte avara, etc.»
Dan voces : — Alerta , alerta , (Anónimo.)
Desde el timón á Ja banda. Un esclavo de Ochalí
Átense bien las costeras Que en sus galeras remaba,
Mientras la antena se abaja; Tan abundante en nobleza,
Pongan treo de correr, Cuanto lo es en la desgracia,
Que en duda está la bonanza: Agora, cuitado llora
A la cubilla siniestra Su fortuna y mala andanza
Yaya la antena á media asta. — Por ver que de la Naval,
«¡ Oh suerte avara etc.» A do tuvo su esperanza,
Huyendo de no encontrarse, El Ochalí se escapó,
Cada galera se aparta Que iba en la retaguarda,.
Trabajando por salvarse,
No reparando en meajas. Y por no verse cautivo
La galera del forzado Dice el perro, cou voz alta :
Quedó sola, y con compaña «Iza, boga, leva, salla:
Sola de su compañía; «Bogad apriesa, canalla.»
Y de enemigos cercada. Y como vido el cautivo
«¡ Oh suerte avara, etc.» Que en su seguimiento marchan
Vengado el furioso mar Del marques de Santa Cruz
Sus influencias aplaca, Las galeras de su escuadra,
Ser mesana demostrando Dice : — Si al cielo pluguiera
El rubicundo monarca. Detuviera el viento y agua
Empiezan á combatirnos Estas enemigas velas
Los que con boga arrancada Hasta llegar las cristianas,
Procuran á toda fuerza Cantara yo mil victorias
Huir de nuestras espaldas. Por premio de mis desgracias;
«¡ Oh suerte avara, etc.» Pero dudo que suceda
Usan de sus insolencias Por ser mia la demanda. —
Repartiendo sus escuadras, «Iza, boga,etc.»
Triunfando de nuestra gloria, Dieron fin á sus deseos
Moviendo nueva algazara. Y perdidas esperanzas,
Llévannos á tierra firme El tiempo y la ocasión,
Haciendo justas y salvas El cielo, el viento y el agua,
Por la presa de la empresa Y dice : — ¿ Cómo es posible
Siu voluntad usurpada. Que en vuestra corte sagrada
« ¡ Oh suerte avara, etc.» Encerréis, cielos divinos,
Desembarcada la gente Ley tan injusta y contraria ?
Hacen almoneda franca Pues por perseguirme á mi,
Para que cualquiera venga Que soy un cuerpo sin alma ,
A comprar la cabalgada. Dais tan próspera victoria
Comprado, forzado y triste A esta gente mahometana ?
Fui con mi amo á Tartaria, «Iza, boga,etc.»
Y en llegando me encargó Mas poco aprovechan quejas,
Que fuese guarda de damas. Si está la sentencia dada,
«¡Oh suerte avara, etc.» Que he de morir amarrado
De Tartaria me trajeron A esta cadena pesada
A Argel, donde mi desgracia Sin poder tornar á ver
De guarda-damas me hizo Mi esposa y amada patria. —
Bogante entre la canalla. Y en esto ya descubrió
Un capitán de Ochalí De Argel la enemiga playa,
Me compró, y en la jornada Y el perro regocijado
Ue la Naval, navegamos Por ver cómo libre escapa,
Contra la cristiana armada.
«¡ Oh suerte avara, etc.» Manda en general á todos
Que hagan alegre salva,
Seis años truje de tiempo Y el cómitre dice apriesa;
Con sentencia confirmada; — Lanza ferro, presto amaina,
Pero perdí la sentencia fea, boga, leva, salla,
Cuando perdí ver mi patria. Apriesa, apriesa, canalla.—
¡Oh Ardamo! dime, ¿en qué piensas,
Uue lo que haces te encarga? {Romancero genere l.\ ,
¿Como ha de poder guardar
u
w jen á sí propio no guarda» 279.
«¡Oh suerte avara, etc.»
E L CAUTIVO DE OCHALÍ. — IV.
¡Oh Talinca , mi señora!
Vive contenta y ufana, (Anónimo.)
«no esperes que jamas Junto á la enemiga Argel,
veré tu beldad y gracia, A vista de sus murallas,
fortuna, ya estás contenta Y á las sombras de un laurel
i ele mi agravio pagada;
rero mientras que viviere Y de una encumbrada palma,
Y al pié de un fresco arroyuelo,
T. X.
10
446 ROMANCERO GENERAL.
Que manso susurreaba, Y ya que en las selvas duermen
Entre las ramas tejidas Los que su ganado guardan,
De unas espinosas zarzas, Y el caminante reposa
Un esclavo de Ochalí De la prolija jornada,
Triste y cuidadoso estaba Un esclavo de Ochalí
Considerando el lugar Corriendo de Argel la playa,
Donde al presente se halla. Con temor, aunque animoso,
Y aunque fuera de prisión , Llegó á unas espesas cañas,
Una cadena no falta, Adonde vio que está surta
Cuyos eslabones sirven Una pequeñuela barca
Desamparada de gente,
De atormentar vida y alma, Aunque su dueño la guarda
Dice : — ¡ Dulce patria bella, De lejos, por se guardar
Cuan perdida y apartada De los moros, que en la playa
Tengo en volver á gozar. Andan en caza y escucha
Mi libertad malograda! — De los bajeles de España.
Y por consolar la pena Allegó pues á mirar,
Que le causa su desgracia, Y tirándole la marra
Al ruido de su cadena Dijo — ¡ Si al cielo pluguiese
Con voz ronca y triste canta : Que tras mi desdicha tanta
«Cantar suele el cuidoso caminante; Alguna buena fortuna
Entre las olas canta el marinero ; En esta desierta playa
Modera con alivio semejante Trújese á me remediar
Su duro afán el pobre jornalero ; Alguna gente cristiana! —
Canta su perdición el triste amante El arráez, que hubo cuenta
A su querida, en tono lastimero: Con las palabras que habla,
Mas yo sin ver la gloria de mi pena Se llegó, aunque temeroso,
¿Cómo podré cantar en tierra ajena? Adonde el cautivo estaba.
Saludan al nacer el cielo hermoso Saludóle en aljamia,
Las aves con suave melodía ; Y el triste, suspensa el alma,
Mas en este destierro tenebroso Dijo .: — ¿ Qué quieres, fortuna ?
¿Cuándo les nacerá á mis ojos día? Acaba conmigo, acaba. —
Si mi vida es un llanto doloroso, Allegóse el arráez cerca
; Cómo podré formar dulce armonía?
Si ausencia á vivir triste me condena, Y dijo : — Cautivo, calla,
¿Cómo podré cantar en tierra ajena? Si no quieres que tu hablar
La fuerza del mas áspero tormento, Vuelva el bien en mala andanza. —
La mayor pena que de amor se siente Preguntóle : — Dime en breve,
Recibe de la vista algún contento, ¿De qué parte eres de España? —
Si la belleza amada está presente ; Respondió : — Soy andaluz,
Mas yo lejos del bien por quien lamento Y en Málaga tuve casa,
¿Cómo podré aplacar la llama ardiente ? Adonde quedó mi esposa,
Solo , afligido, triste y en cadena, En mas de diez años anda;
¿Cómo podré cantaren tierra ajena? Pero si agora tú quieres
Del cisne es cosa cierta que cantando Llevarme en salvo á mi patria
Celebra las obsequias de su muerte, Te prometo mil coronas
Y su vecinofinadivinando De la moneda de España. —
Consuela su desdicha y dolor fuerte : El mallorquín conmovido
Yo que con el deseo agonizando De codicia, en voz callada
Morir me siento de la misma suerte, Les dijo á los marineros:
Conozco y veo que mi dicha ordena — Leva el ferro, apriesa, salla. —
Que no pueda cantar en tierra ajena.» A este punto, y cuando el viento
Y ya que cantado hubo, Refresca hacia el mar de España,
Vuelve para Argel la cara De tierra se oyeron voces
Y dícele : — Purgatorio Diciendo : — Espera, canalla. —
De mi mocedad pasada, Favoréceles fortuna,
¡Cuan hermosa eres por fuera La cual á veces se cansa
De mil torres almenadas! De seguir una tormenta
¡ De dentro, mas que la noche Y una continua desgracia.
Tienes triste la morada! Del puerto salen aprisa
¡ Cuan apacible te muestras Dos galeotas despalmadas,
Desde la marina y playa! Que cual el viento lijeras
i Y qué tormentos que das Cortan la espuma y el agua.
En tus escuras entrañas, Los unos por se escapar,
Donde me voy á encerrar! Los otros por la venganza,
Que están mas emponzoñadas Calan los remos al centro
Que el áspide venenoso, De las espumosas aguas.
Y crueles, que tigre hircana. — De España descubren tierra
(Romancero general.) Y de Valencia la playa;
Piden favor á las torres
Y acuden con luminarias,
280. Que fué causa que á los perros
Salga en vano su jornada,
SL CAUTIVO DE OCHALÍ. — y ; Y de que Ardano se vea
l
(Anónimo .) Con libertad en España.
Cuando los cansados cuerpos (Romancero general
Buscan la quietud y holganza,
Y el marinero da priesa, * Del modo con que en este romance se cuenta, era comí*
Lanza ferro, amaina, amaina que muchos cautivos lograsen libertad.
ROMANCES DE FORZADOS Y CAUTIVOS. 147
282.
ROMANCES DEL CAUTIVO DE ARNAUTE MAHAMÍ. E L CAUTIVO DE MAHAMÍ. — II*
(Anónimo'.)
284. Sulcando el salado charco,
E L CAUTIVO DE MAHAMÍ. — I. Que el dios Neptuno gobierna
(Anónimo.) Su licor amargo, donde
Sulcando el salado campo Están las marinas Deas,
Que el dios Neptuno gobierna, El fuerte Arnaute Mahami
En una fustilla nueva,.
Y el licor amargo , adonde Que por su valor le dicen
Están Jas marinas Deas, Capitana de Viserta:
Va el fuerte Arnaute Mahami, Lleva la popa dorada
En una fustilla nueva , Medio pardas las entenas,
Que por su valor la llaman Proa y espolón azul,
Capitana de Viserta. Con la palamenta negra.
Va la chusma sosegada, De ajedrez es la crugía
Que con el viento navega': Donde los forzados reman, /
Mas después de poco rato, Fanal de cristal dorado,
Dan en calma, y calma muerta. Por divisa una Medea.
Todos los forzados duermen, Es el viento en su favor
Porque tienen centinela, Una tramontana fresca,
Y solo Lisardo llora, Viento que nace, y reparte
Y en su Sirena contempla. De las islas de Ginebra.
. Como ve que duermen todos, Va la chusma sosegada,
Les dice : — Quien duerme duerma, Porque con viento navega,
Que yo velo sinrazones
Que mi corazón desvelan. •— Y á la vista de Turin
Y sacando un instrumento Poco mas de media legua
Y concertando las cuerdas, Se meten en una cava,
A sus locas fantasías Y están esperando presa;
Les dice que estén atentas. Y al cabo de poco rato
— ¡ Ingrata señora mía! Se quedan en calma muerta:
¿Cómo de mí mal te acuerdas? Todos los forzados duermen,
Siendo Elena en hermosura, Porque tienen centinela:
Medrosa en querer no seas. Solo Lisardo velaba,
Haz, tirana, de este cuerpo Y en su Sirena contempla;
Lo que de tiranos cuentan, Y como ve los que duermen,
Que cenizas de difunto Les dice : — Quien duerme duerma.
Con pompa y honor conservan. Yo velo las sinrazones
Lleva la popa dorada, Que á mi corazón desvelan.—
Medio pardas las entenas, Y tomando un instrumento
Proa y espolón azul, Y concertando las cuerdas,
Con la palamenta negra. La prima con la segunda,
De ajedreces la crujia, Y cuarta con la tercera,
Donde los forzados juegan, A sus locas fantasías
Fanal de cristal dorado, Les dice de esta manera :
Por divisa una Medea. — ¡ Ingrata señora mia!
Y ya que sin serlo yo ¿Cómo de mí no te acuerdas ?
Dijiste réquiem mternam, Siendo Elena en hermosura,
Agora puedes del fuego Medusa en crueldad no seas. •—
Sacarlas y recogerlas. — Oído le ha el capitaB,
Mirábale el capitán, Y movido de sus quejas,
Y dolido de sus quejas, Le dice : — Cristiano amigo,
Le dijo : — Cristiano perro, ¿ Qué tienes ? qué te lamentas ?
¿Qué tienes ? ¿de qué lamentas ? Trátate el cómitre mal?
¿Trátate el cómitre mal? ¿Azótate cuaiylo remas?
¿ O azótate cuando remas.? ¿Estás en el bogavante?
¿O estás en la bogavante ? ¿La cadena mucho pesa 1.
¿La cadena acaso pesa? Dímelo, que á fe de moro
Dímelo , que á fe de moro, Que su palabra te empeña,
Que la palabra te empeña, Dispondré remedio en todo
De poner remedio al punto Por mi divino profeta.
Por mi divino profeta.:. ~ Fuerte Mahami, le responde
— Noble Mahami, le'responde El cristiano con vergüenza,
El cristiano con vergüenza, Los instrumentos del alma
El instrumento del alma Me han quedado, que es la lengua:
Me ha quedado, que es la lengua. Amé una dama en España,
Quise á una dama española A quien la naturaleza
A quien la naturaleza Puso dos soles, que alcanzan *
Puso luceros que alcanzan A todo el mundo, de cuenta.
A todo el mundo de cuenta. — Esta me pidió el amor,
Y pidióla tan estrecha,
{Romancero general.) Que teniendo el padre alcalde,
Me desterró á larga ausencia. —
Detúvole el moro, y dijo :
—Por la fe que me sustenta,
De no estorbar el vivir
143 ROMANCERO GENERAL.
A.la que eu tu pecho reina. Hasta poner el cautivo
Quiero darte libertad, En las Pomas de Marsella,
Podrá ser que cuando vuelvas Y abrazándole le dice :
Viéndote como cautivo — En España te pusiera ,
De tu mal se compadezca: Mas dicen que seis bajeles
Y pedirásle limosna, Van en corso á Cartagena;
Y cuando la mano extienda, No por hacerte á tí bien ,
Tomarásla con la tuya, Quieras que á mí mal me venga. —
Y humildemente la besa; Quedóse el criastiano eleto,
Y después que la hayas dado Movido de tal clemencia ,
Infinitas encomiendas Y ellos á boga arrancando
Le dirás de parte mia, Se vuelven para su tierra.
Que te liberté por ella. — [Romances varios de dirertos autores.)
Y llamando á un renegado
Manda que toquen á leva, * Es el mismo que el anterior, pero mas completo, con va-
Y á la voz, de un ronco pito riantes considerables, y mas arreglado por babus e puesto en
Alian áncoras y velas, su lugar pedazos que en aquel se.bailan disloca* is¡

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ROMANCERO
DE

'ROMANCES CARALLERESCOS.
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SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS SUELTOS *

283. s Pretenden algunos, no sé con qué fundamento, í¡uc el


Virgilio acusado de magia y de inmoralidad en los cuentos
VERGUÍOS. de la edad media, no es el poeta de Augusto, sino un filósofo
del siglo vin, que fué condenado como hereje por el papa Zaca-
(Anónimo.) rías, por liaber dicho que el centro de la tierra estaba habitado
por nombres. Otros, con mas fundamento, quieren que sea el
8
Mandó el rey prender Verguíos Virgilio poeta, aquel á quien la superstición atribuye todas
Y á buen recaudo poner, las brujerías y hechicerías que se cuentan. No es extraño que.
Por una traición que hizo así sea, pues en la edad media no podian nuestros monjes ni
En los palacios del Rey. • el pueblo concebir un sabio ó literato de los de la antigüe-
Porque forzó una doncella dad, que no fuese astrólogo, mago 6 caballero andante. El
Hércules, Jason, Teseo, el grande Alejandro y otros héroes
Llamada Doña Isabel, antiguos, fueron de la última clase ; y de la primera Zoroaslro,
Siete años lo tuvo preso, Orfeo, Pitágoras.Numa, Demócrito, Empédoeles, Apolonio,
Sin que se acordase del; Aristóteles, Virgilio,etc. Ni los mismos sabios contemporáneos
Y un domingo estando en misa á estas supersticiones se libertaron de ellas, puesto que por
Vínole memoria del. brujos y encantadores se proclamaron á Coraelio Agripa, á
— Mis caballeros, Verguíos, Merlin, á Bacon el monje, á Alberto Magno,, y á otros muchos,
sin exceptuar á los santos, como Tomas de Aquino, ni á los
¿ Qué se había hecho del ? — papas, como Silvestre II y Gregorio VII. Pero ¿qué mucho
Allí habló, un caballero que en esos tiempos de ignorancia con estos sucediese,
Que á Verguíos quiere bien : cuando José hijo de Jacob, Moyses, Aaron, Salomón y los
— Preso lo tiene tu Alteza, Reyes Magos no se libertaron de la opinión de encantadores,
Y en tus cárceles lo tien. y de ser los héroes de multitud de fábulas, hijas de la supers-
tición y barbarie? Tocóle su vez al poeta Virgilio, y á fe que
— Via : á comer, mis caballeros, no pudo quejarse de la parte que en tales hechicerías lo atri-
Caballeros, vía : á comer, buyeron. Considerando que el célebre autor de la Eneidani
Después que hayamos comido fué profeta, ni legislador de los pueblos, y que por lo tanto,
A Vergilios vamos' ver.— ni necesitó hacer verdaderos milagros, ni fingirlos; que
Allí hablara la Reina : tampoco fué de aquellos filósofos que arrancando á la natu-
raleza secretos desconocidos al vulgo, pudiera aparecerá sus
— Yo no comeré sin él. — ojos como astrólogo ó encantador, apenas puede adivinarse
A las cárceles se van la causa por qué como á tal nos le presentaron. Pero puesto
Adonde Vergilios es. que así lia sido, y que ya no puede dejar de ser, nos parece
— ¿Qué hacéis vos aquí, Verguíos ? útil y curioso, aunque alarguemos esta nota, poner un resu-
Vergilios, ¿aqui qué hacéis ? men de los hechos que como á mago se le atribuyen á Virgi-
— Señor, peino mis cabellos, lio, por mas que de ellos le creamos inocente.
Y las mis barbas también : Construyó una mosca de metal que, puesta sobre una de las
Aquí me fueron nacidas, puertas de Ñapóles, libertó á la ciudad de que durante ocho
Aqui me han de encanecer; años entrasen moscas en ella.
Que hoy se cumplen siete años Hizo edificar una carnicería, en la cual las carnes nunca se
Que me mandaste prender. corrompieron ni causaron mal olor.
Colocó sobre una de las puertas de Ñapóles una estatua
— Calles , calles t ú , Vergilios, llamada Regocijo y Hermosura, con tal virtud, que cuantos
Que tres faltan para diez. entraban por ella estaban seguros de obtener un éxito feliz
— Señor, si manda tu Altezc, en sus negocios y deseos.—En otra puso una imagen llamada
Toda mi vida estaré. Triste y Horrible : todos los que por ella entraban á la ciu-
— Vergilios, por tu paciencia dad, sufrían males y perjuicios.
Conmigo irás á comer. En una altura próxima á Ñipóles erigió una estatua de
bronce, empuflando una trompeta que, al sentir el viento sep-
— Rotos tengo mis vestidos, tentrional, resonaba de tal modo, que expelía al mar el fuego y
No estoy para parecer. humo de las fraguas de Vulcano, próximas á Puzzolo, y li-
— Yo te los daré , Vergilios, braba á la ciudad de todos los males.
Yo dártelos mandare. — Formó unos baños, en donde con letras de oro mostraba á
Plúgole á los caballeros los enfermos los males para cuya curación era á propósito
Y á las doncellas también; cada clase de agua que contenían. Estas inscripciones fueron
borradas por los médicos, a quienes quitaban mucha ganan-
Mucho mas plugo á una dueña cia.
Llamada Doña Isabel. Socabó una gruta en la montaña de Posilipo, donde perso-
Llaman luego un arzobispo, na alguna podía recibir daño, ni experimentar desgracias.
Ya la desposan con él. Encendió un fuego común para alivio de los pobres, y cer-
Tomárala por la mano, ca de él formó de metal la estatua de un arenero, que tenia su
Y llévasela á un vergel. flecha armada amenazando matar con ella al hombre audaz
que se atreviese á tocarle , lo que se verificó con uno, á quien
(Cancionero de Romami.)lanzada laflecha,lo arrojó a la hoguera, cuyo fuego se
5 t0( os ro 1 Ilce i
apagó para siempre.
np'ri'í 1 ! "i? P ? j colocados en esta sección perte- Una sanguijuela de oro, que construyo" y arrojó á un pozo,
0 6 P r i m Í U V S libertó i Ñapóles de la plaga de estos iasectos que la aque-
6 q Ú p r 0 V Í e n e n d e
SosVuqw « í o i . ^ * ° ' °
ROMANCERO GENERAL.
mHizo que jamas lloviese en su jardin, ni se moviese el aire, El hombre que á mí llegase
y que este le sirviera de muralla ó de cerca. •" Malato se tornaría. —
En el mismo jardín formó un puente, con tal virtud, que le Con temor el caballero
conducía y trasportaba a su voluntad de un punto de la tierra Palabra no respondía,
a otro. . , , Y á la entrada de París
. Edificó una torre que se movía lo mismo que las campanas. La niña se sonreía.
Hizo las estatuas llamadas Salvación de Roma, que señala- — ¿De qué os reís, mi señora?
ban con sus brazos los puntos donde se fraguaban peligros
contra la república, para que el gobierno prevenido pudiese ¿De qué os reís, vida mia?
evitarlos y vencerlos. .... . , ,. — Rióme del caballero,
•Una cortesana de Roma, á quien Virgilio amaba , le lnzo Y de su gran cobardía,
la burla de subirle á una torre en un cesto, y dejarle colgado ¡ Tener la niña en el campo,
en ella para que sufriese los escarnios del pueblo. El ofendido Y catarle cortesía! —
se vengó en apagar todos los fuegos de la ciudad, y que no Con vergüenza el caballero
pudiesen encenderse de nuevo sino en una llama que dejó
viva en las partes secretas déla cortesana. Estas palabras decía:
Antes del siglo xi no sabemos que á Virgilio el poeta se — Vuelta, vuelta, mi señora,'
atribuyesen tales milagros;pero durante los siglosxny xm es Que una cosa se me olvida. —
común el vérselos aplicados. La verdad del hecho es que mu- La niña como discreta
chos de estos cuentos, mas ó menos alterados y aplicados á Dijo : — Yo no volvería,
distintos personajes, traen su origen de libros sánscritos,
traducidos primero al persa antiguo, ai moderno, alárabe, al Ni persona, aunque volviese.
turco, al hebreo, al griego; y desde el siglo xn al latín y á las En mi cuerpo tocaria :
lenguas modernas. Hija soy del rey de Francia
El libro sánscrito de Sennabad, vulgarizado en dicho tiem- Y la reina Constantina,
po, y considerablemente alterado con el titulo de Los Siete El hombre que á mí llegase
Sabios de Roma, ó el de Dolopathos, ó el de Historia lamen- Muy caro le costaría.
table del príncipe Erasto : el de Pantchatrantra, de igual pro-
cedencia , conocido portas fábulas de Bidpay ó Pilpay, pres- [Cancionero de Romances.)
taron al Occidente, en la edad media, materiales inmensos
para aquella clase de invenciones, ya literarias, ya místicas, * Todo indica que este romance es de origen francés, éimi
según se aplicaban, que llenan nuestras leyendas. Aun en los tacion de alguna trova caballeresca. De todas maneras es be-
tiempos del renacimiento délas letras y siguientes, los ex- llísimo por jsu natural sencillez, y por la festiva y punzante
resados libros de la India , trasmitidos por los persas" y ára- expresión de sus ideas, tan propia de las crónicas bretonas v
1)es, han dado asuntos á los novelistas italianos anteriores y de las cantos de los Troberas.
posteriores al Roccacio, y á los fabulistas franceses que pre- 2 Malatos, es decir: gafos ó leprosos.
cedieron ó siguieron á La-Fontaine, para fo,rmar muchas de
sus mejores composiciones. Nuestro infante Don Juan Ma-
nuel , en el Conde Lucanor, áfinesdel siglo xiv, ya construyó
un cuadro semejante á los de origen oriental, pudiendo ser-
virle de pauta alguna traducción castellana del Calila y Vinna,
anterior á la que conocemos con el titulo de Ejemplario con- LA INFANTINA. — II.
tra los engaños y peligros del «cundo, ó quizá de la versión {De Rodrigo de Reino$a .)s

latina del Directorium humana vitaz, que hizo Juan de Gapua,


en la tercera cuarta parte del siglo xm. De Francia salió la niña,
Por lo demás, así el romance de Virgilios, como casi todos De Francia la bien guarnida :
ios de esta sección, trascienden tanto al espíritu de las fá- Perdido lleva el camino
bulas y cuentos de los Troteras, y á sus ideas animadas, Perdida lleva la guia :
festivas y lijeras, que indican haberse ya introducido entre Arrimádose ha á un roble
nuestros sabios el orientalismo que las cruzadas comunicaron
al norte de Europa, el cual imitamos y aceptamos enfin,aun- Por atender compañía.
que mas tarde, y menos directamente que otras naeiones. Vido venir un caballero,
Dípuesto es á maravilla :
Comiénzale de fablar,
284. Tales palabras decía.
LA INFANTINA. — I . — ¿Qué hacéis aquí, mi alma?
l
. {Anónimo .) ¿Qué hacéis aquí, mi vida'? T-
De Francia partió la niña, Alli fabló la doncella :
De Francia la bien guarnida : Bien veréis lo que diria :
Ibase para París, — Espero compañía, señor,
Do padre y madre tenia : Para Francia la bien guarnida. —
Errado lleva el camino, Respóndele el caballero:
Errada lleva la vía : Tales palabras decia :
Arrimárase á un roble —Si te pluguiere, señora,
Por esperar compañía. Conmigo te llevaría :
Víó venir un caballero, Si quieres por mujer,
Que á París lleva la guía. Si quieres por amiga.—
La niña desque lo vido La niña, que sola estaba,
Üesta suerte le decía : Estas palabras decia.
— Si te place, caballero, — Pláceme, dijo, señor,
Llévesme en tu compañía. Pláceme, dijo, mi vida :
Diésemes luego la mano
— Pláceme, dijo, señora,
Pláceme, dijo, mi vida. •— Y luego cabalgaría.—
Apeóse del caballo El caballero le da la mano,
Por hacelle cortesía; La niña cabalgado habia.
Puso la niña en las ancas Andando por su camino
Y subiérase en la silla : De amores la requería.
En el medio del camino Allí habló la doncella,
De amores la requería. Bien oiréis lo que decia.
La niña desque lo oyera — Está quedo, caballero,
Díjole con osadía : Non fagáis tal villanía,
— Tate, tate, caballero, Fija soy de un malato
No hagáis tal villanía : Que tiene la malatla,
Hija soy yo de un malalo * Y quien á mí llegare
Ydeunamalatía; Luego se le pegaría,
Que si vos á mi Uegades
ROMANCES CABALLERESCOS. • 4ÍS3

La vida vos costaría. Que la mar ponia en calma,


Mucho os ruego, señor, Los vientos hace amainar,
Que me catéis cortesía. — Los peces que andan al hondo
Y á la salida de un monte Arriba los hace andar,
Y asomada de una montiña Las aves que andan volando
El caballero iba seguro,
La niña se sonreía. Las hace a el mástil posar :
Allí fabló el caballero, — Galera , la mi galera,
Bien oiréis lo que decia : Dios te me guarde de mal,
— De qué vos reís, mi alma, De los peligros del mundo
¿De qué vos reís, mi vida? — Sobre aguas de la mar,
La niña, qu' estaba en salvo, De los llanos de Almería,
Aquesto le respondía: Del estrecho de Gibraltar,
— Rióme del caballero Y del golfo de Venecia, t
Y de su gran cobardía, Y de los bancos de Flandes ,
Que tenia niña en el monte, Y del golfo de León,
Y usaba de cortesía. — Donde suelen peligrar. —
El caballero qu' esto oyó Allí habló el conde Árnaldos,
Ahorcarse quería : Bien oiréis lo que dirá :
Con gran enojo que tiene — Por Dios te ruego, marinero,
Estas palabras decia : Digaisme ora ese cantar. —
— Caballero que tal pierde Respondióle el marinero,
¿Qué pena merescia? Tal respuesta le fué á dar :
El s' era el alcalde, — Yo no digo esta canción
El s' érala justicia, Sino á quien conmigo va.—
Que le corten pies y manos {Cancionero de Romances.~)
Y lo cuelguen de una encina. — * Lindo romance, que parece hecho en la primera mitad del
Y el estándose en aquesto siglo xv. Quizá se refiere á la batalla de Ponza.
Y que hacerlo quería, * Aquí en el canto debía pronunciarse haciendo muda la ul-
Si no fuera por una fada tima silaba, como sucede aun, cuando la gente del campo en-
tona esta clase de romances.
Que á fablarle venía :
Las palabras que le dice
Quien quiera se las sabía :
— No desesperes, caballero, 287.
No desesperes de tu vida :
Darte ha Dios grande Vitoria F L O R I S E O , Y L A REINA DE BOHEMIA.
En arte de caballería, (De Andrés Ortiz <.)
Que con los vivos se sirve á Dios
Y su madre Santa María.— Quien hubiese tal ventura
En haberse de casar
DESHECHA DEL C A B A L L E R O , QUE DICE CON ENOJO : Como la hubo Floriseo
— Plega á Dios que á alguno améis Cuando se fuéá desposar,
Como yo, señora, á vos, Que con su grande alegría
Porque rabiéis y penéis, No podía reposar,
Sin ser conformes los dos : Y la causa fuese aquesta :
El se goce y voS rabiéis : Como 1' envió á llamar
Él que diga : — ¿vos qué habéis? — Esa. noble linda Reina
Vos á é l : — ¿no me queréis? — De Bohemia natural.
Responda : — no puedo veros.— El no era perezoso,
{Comienza un razonamiento por coplas, etc. Allá la fuera á hablar :
Pliego suelto.) Las rodillas en el suelo
1
La empezó de interrogar.
Este romance, que con otras composiciones se halla in- — ¿Qué hacéis vos, mi señora,
serto en el pliego suelto á nombre de. Rodrigo de Reinosa Flor de toda la beldad,
es probable que sea anónimo, porque es común que los edi- Que desde el dia que os vi
tores de esta clase de hojas volantes se den por autores
siendo cuando mas, reformadores de mas antiguos romances Ya no puedo sosegar ?
1

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Ü^LÍ • u - lor s o n n

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e c o p i a n a
h e c h o s s o b r e
mismo asunto
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Socorredme, mi señora,
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u e d i f i e r a n
m\J, rvlñ'f u \,> í en el des- No perezca d'este mal. —
enlace. Cuál de ellos sea modelo no puede asegurarse núes Y con grande acatamiento
rimltTéiESüS
numero ¿b4 aparece mas
C a á c t e r
I perfección. d e
r ! ° J ° - » O T " n eFdrtsvie s
El se la fuera á besar.
— Perdonadme, mi señora,
Pues que sois de tal bondad;
Que los yerros por amores*
286. Dignos son de perdonar. —
E L CONDE ÁRNALDOS. EHa con grande mesura
(Anónimo *.) Así le fuera á hablar.
¡ Quién hubiese tal ventura — Floriseo, Floriseo,
Sobre las aguas del mar, Yo estoy presta á tu mandar,
Como hubo el conde Árnaldos Qu' el amor que yo te tengo
La mañana de San Juan! Me hace desesperar:
Con un falcon en la mano Dóime del todo por tuya
La caza iba á cazar, Para contigo casar. —
Y venir vio una galera — Besóos las manos, señora,
Que á tierra quiere llegar. Ella me las quiera dar
Las velas traía de seda, Por tan grande benificio
La jarcia de un cendal, Como me quiso otorgar.
Marinero que la manda Yo esto presto para hacerlo
Diciendo viene un cantar Y por tal me quiero dar.—
Después con gran alegría
1K4 ROMANCERO GENERAL.
Allí se van á abrazar, Las naves que van remando
Y á una cama muy hermosa No podían navegar;
Se fuérou juntos á holgar, Y con este dulce canto
Y con besos amorosos Qu'era gloria d'escuchar
Empiezan á retozar. Caballera en un DelGn
Allí estuvieron holgando Al suelo fuera á saltar,
Hasta la hora de yantar. Fuérase para las tiendas
Cartas les fueron venidas Y comienza asi de hablar.
Qu' era dolor d'escuchar, — ¿ Quién es aquí Floriseo,
Y lo qu' en ellas venía Que le vengo aquí á buscar,
A ellos parecia mal: De parte de mi señora,
Qu' ese infante Don Eton Que d'él ha necesidad? —
Con el reino alzado se ha. Floriseo que allí estaba
Floriseo con enojo La empezara de la hablar.
Muchas naves mandó armar, — Yo soy ese, la doncella,
Dándoles muy grande priesa Que vos andáis á buscar.—
Para haber de navegar. Ella después que lo vido
Ya las gentes están juntas, Empezóle de hablar.
Que querían caminar, — Caballero Floriseo,
Cuando se iba Floriseo Pues que sois de tal bondad,
Para á la Reina hablar. Mi señora á vos me envía
Y con grande sentimiento Que la queráis mamparar
D'ella despedido se ha. De una muy grave injuria
— Abrazadme, mi señora, Que allá levantado le han;
Vos me queráis abrazar, Pues sabiendo sois acorro,
Que muy presto seré vuelto; Y de viudas mamparar,
No vos queráis enojar.— A vos m'envía, señor,
Ella con el eran dolor Que la queráis ayudar.
' No le podiahablar. Yo os llevaré con placer
— ¡ Ah, mi señor Floriseo, En mi barco á descansar,
Amador de la bondad, Porque aquel que en él camina
Y qué triste es la partida No recibe mal pesar.
Para mí, y de gran pesar! * Por eso, amado señor,
Yo rogare al Rey divino Vamonos allá á holgar. —
Que os deje de allá tornar. Floriseo que esto oyó
—Y á vos, la señora mia, Tal respuesta le fué á dar.
También os quiera guardar. — — Ay, doncella muy amada,
Ya se parte Floriseo No me queráis vos llevar,
Y empieza de navegar, Porque yo estoy de partida,
Y andando por sus jornadas Y no puedo allá llegar,
Al reino llegado ha. Pues voy á Constantinopla
En medio año que allí estuvo Con el emperador á hablar
El reino ganado ha. De un negocio que me dio
Ya se parte Floriseo, Y que me quiso encargar,
Ya se parte, ya se va Y he de dalle allí la cuenta,
A esa ínsula encantada, No puedo d'ello faltar. —
Que así solian llamar, La doncella qu' esto vido
Porqu' era muy deleitosa, Muy triste tornado se ha,
Y allí quiere reposar. Porqu' él no iba con ella
Andando por sus jornadas Ni ella le podia llevar.
En ella fuera á aportar, Mas como era muy mañosa
Y todos los de la isla Tal remedio fué á tomar,
A recibirse lo van Y era que tocó el laúd
Con alegría tan grande Y empezara de cantar.
Que no lo puedo contar. La canción qu' ella decia
Los suyos hácenle fiesta Era gloria d' escuchar:
Por haberle de alegrar, A todos los que la oian
Y muy grandes monterías Adormecido les ha.
En un bosque armado han. Ansí hizo á Floriseo
Desque lo hubieron corrido, Qu' en el suelo vido estar.
Riberas del mar se van. Desque lo vido dormido
Allí estando el alegría En el barco lanzado lo ha,
En pesar tornado se ha, Y su música tañendo
Porque ya á deshora vino A un castillo llegado ha.
En un barco por la mar. Su señora que lo supo
Lo qu' en el barco venía Alegre tornado se ha,
Era cosa de mirar; Y con grande diligencia
Que venía entretejido Del batel lo fué á sacar,
Con guirnaldas de arrayan,
Y de aquel barco salia Y echándole en una cama
Una música de amar. Pensó allí de lo matar.
El estándolo mirando Un ungüento que le puso
Del barco vieron saltar En su acuerdo tornado le ha.
Una doncella hermosa Desque lo vido despierto
D'el se habia enamorado
Que eantando iba un cantar. Y con grande acatamiento
Las aves que iban volando Por su amigo lo na tomado.
Al suelo hacia bajar, Allí estuvo Floriseo
Los peces qu' están nadando Placentero y muy amado,
Todos juntos hace estar ? Por amor de los hechia*
ROMANCES CABALLERESCOS. 135
ue le habían encantado, Que venció grandes batallas,
S uy grande honra le hacia
Reina Lacivia á su amado,
Que es muy grave de contar.
Así estuvo muy gozoso
En un vergel muy hermoso Con la Reina á voluntad.
Con él se anda deleitando, Allí tuvieron un hijo
Y con muy grande vergüenza Que fuera de gran bondad.
A la cama lo ha llevado. Ellos estando en aquesto
Allí estuvieron los dos Allí lo vino á buscar
Hasta qu'el sol fué rayado. Este noble de Filoto
Así quedó Floriseo Que le amaba con verdad.
En la menor India encantado: Con una voz amorosa
Y tornando á las sus gentes L'empezó de pescudar.
Desque hobieron despertado, — ¿Adonde está Floriseo,
Llorando de los sus ojos Que le vengo yo á buscar,
Por los bosques lo han buscado. Y me dicen qu'está aquí
Con muy penosos gemidos Y que aquí suele posar? —
A la Reina se han tornado, Allí hablo una doncella,
— Nuevas traemos, señora, Y empezara de hablar.
De que habréis grande quebranto. — Entres tú acá, el caballero,
La Reina de qu'esto oyera, Que acá dentro le verás. —
Salto el corazón le ha dado, Filoto no se guardando
Y con muy grande agonía En el castillo entrado ha,
Les había preguntado. Y en entrando, qu' él entró
Allí hablara Gesipo, En caballo vuelto se h a ,
Bien oiréis lo que ha hablado. Y así estuvo en esta pena
— Señora, n'os enojéis, Hasta Perineo llegar.
Que Floriseo es encantado, Andando este por sus jornadas
Lleváralo una doncella, No cesa de caminar,
No sabemos á qué cabo. — Hasta que por su ventura
La Reina de qu'esto oyera Allá fuera á aportar
La color se le ha mudado, A este.puerto de la India,
Y con muy grandes suspiros Y al castillo fué á llegar.
Caido había de su estado. Armado de todas armas
— ¡ Ay de mí triste, cuitada, Empezara de hablar.
Que ya he perdido á mi amado! — ¿ Qu' es de aquese caballero,
¡ Ay tortuna desdichada Que con él me he de matar
Que muy de mal me has tratado! Por las grandes sinrazones
Sin yo te lo merecer Qu'en este reino hecho ha ? —
Mi descanso me has quitado— Un portero que lo oyera
Su doncella Píromencia A la Reina dicho lo ha.
Se la iba á consolar. La Reina desque lo supo
— No vos enojéis, señora, Tomó tristeza y pesar,
Ni tomedes tal pesar, Lo uno porque á Floriseo
Pues que Floriseo es vivo, Tan presto lo han de llevar,
No le queráis vos llorar. — Lo otro, porque entendía
Y la Reina qu'esto oyera Que no había d'él de gozar;
Algo consolado se ha. Y con gran ira crecida
Y ellas estando en aquesto A Floriseo fué á enviar
Nuevas llegado les han, Para que armas hiciese
Qu'ese duque Perineo Y al caballero matar,
Con doce llegado ha Con muy relucientes armas
Caballeros esforzados Qu'era gloria de mirar.
Que la venian á buscar. Las puertas ya le han abierto
La Reina qu'esto oyera, Para salir á lidiar.
A recebirse los va. Su padre que así le vido
Allí estuvieron los dos L ' empezara de mirar :
Con tristeza y con pesar, Los ojos llenos de agua
El uno para su hijo Empezara así hablar.
Y el otro para su amar. — Aquel es mi Floriseo
Un concierto han tomado, En su cuerpo y menear;
Que le fuesen á buscar. ¡ Oh sin ventura de viejo
Una dueña Perimencia Como tengo gran pesar
D'el nuevas dado les ha, Que tengo delante mi hijo
Que Floriseo está encantado, Y con él he de lidiar! —
Qu'en la menor India está. Y tomando una lanza
Perineo que esto oyera Para habello d' encontrar,
Muchas gracias dado le ha, Danse tan grandes encuentros
Porque ya lleva esperanza Qu'era dolor de mirar,
Que lo habia de hallar. Y andando en su batalla
Y con este buen concierto El Duque empezó de hablar.
Se empiezan de aparejar — Esperaos, caballero,
Y se ponen en camino Que os quiero un poco hablar,
Para haber de irlo á buscar. Y es que os pido de mesura
Y tornando á Floriseo Qu'el yelmo os queráis quitar. —
D'él vos quiero yo contar Floriseo qu'esto oyera
Que como estaba encantado Tal respuesta le fué á dar.
No siente donde s'está, — Que me place, caballero,
Salvo que tiene su esfuerzo Pláceme de voluntad. —
Que no le podría faltar,
Y el Duque desque lo vWo
1oG ROMANCERO GENERAL.
Asile fuera á hablar. — bió haberlal escrito imitando
ímuanao losius libros
nuros caballerescos,
caoanerescos, cuva
lectura se habia extendido desde los últimos aflns rioi i"
anos del ¿
— ¡ Oh mi hijo muy amado, Klo xv. El poeta hizo lo mismo que el que amplificó el de la In-
No me queráis maltratar, fantina, número 284, en el numero 28b.—Igual rudeza de estilo
Que yo soy el vuestro padre, iguales faltas en la versificación y en el lenguaje, igual nesra'
Y por vos pasé harto mal! — cion de arte existe en este y en aquel. De presumir es que este
Floriseo no lo oia sea también una amplificación de otro mas anügno que no co
Ni le queria escuchar nocemos. Andrés Ortiz debió ser alguno de aquellos juglares
del pueblo, que alteraban y remendábanlos romances primi-
Por amor qu' está eneantado, tivqs.
Ni sentía bien ni mal. s Este verso y el siguiente se hallan, como proverbiales qu»
Des que aquesto vido el Duque, son también en el romance del Conde de Claros. H

Por su preso dado se ha,


Y asi fueron al castillo
Adtfnde la Reina está.
Ella con grande alegría
A recibírselo va. DON DUARDOS T FLÉRIDA.
Grande honra le hacia (fie Gil Vicente «.)
A Perineo sin dudar, En el mes w a de abril,
Y desencantó á Floriseo De mayo antes un día,
Por mas á él agradar, Cuando los lirios y rosas
Y estuvieron muy alegres Muestran mas su alegría,
De lo que vieran pasar, En la noche mas serena,
Que miran hecho al enano Qu'el cielo hacer podría,
Mona con mucho corax. m
Cuando la hermosa Infanta
Así estuvieron viciosos Flérida, ya se partía;
Qu'era gloria de mirar, En la huerta de su padre
Y con grande acatamiento
D'ella despedido se ha. A los árboles decía :
La Reina recibió pena — Jamas en cuanto viviere
Por velle de sí apartar; Os veré tan solo un día,
Mas con lágrimas secretas Ni cantar los ruiseñores
Se lo fuera ella á abrazar, En los ramos melodía.
Y ansí se fué Floriseo Quédate adiós, agua erara,
Y empieza de caminar. Quédate adiós, agua fría,
Andando por sus jornadas Y quedad con Dios, mis flores,
A Constantinopla llegado ha. Mi gloria, que ser solía.
Saliendo de un monasterio Vóime á las tierras extrañas,
Un caballero vio asomar : Pues ventura allá me guia.
Llorando venía, llorando, Si mi padre me buscare,
Qu' era dolor de mirar. Que grande bien me quería,
Floriseo que lo vido Digan que el amor me lleva,
Empezóle de hablar: Que no fué la culpa mia.
— '¿Qué habéis vos, el caballero? Tal tema tomó conmigo,
No me lo queráis negar. Que me forzó su porfía.
— «Es tan grande mi dolor Triste no sé dónde voy,
Que n'os lo puedo contar, Ni nadie me lo decía. —
Que un duque de Macedonia Allí habló Don Duardos :
Muy mal parado me ha, — No lloréis mas, mi alegría,
Que está puesto aquí en un paso Que en los reinos de Inglaterra
i?ara habello de guardar, Mas claras aguas habia,
^or amor de una doncella y mas hermosos jardines,
Pe Bohemia natural. Y vuestros, señora mia :
Hase de casar con ella Teméis trescientas doncellas
Esta noche, sin dubdar. — De alta genealogía;
Floriseo qu' esto oyó De plata son los palacios
Tomó tristeza y pesar, Para vuestra señoría;
Y con enojo muy grande D'esmeraldas y jacintos
Con él fuera á pelear, Toda la tapecería;
Y luego con grande esfuerzo Las cámaras ladrilladas
Lo venció y quiso matar. D'oro fino de Turquía,
El Emperador con üesta Con letreros esmaltados
Consigo llevádolo ha, Que cuentan la vida mia,
Y muy grandes alegrías Contando vivos dolores
En palacio hecho han, Que me dístedes un día.
Si muy mas bien las sentía Cuando con Primaleon
Esa Reina por amar. Fuertemente combatía,
Allí estuvieron un tiempo Señora, vos me matastes,
Por el mas se aconsolar, Que yo á él no lo temia. —
Y después para su reino Sus lágrimas consolaba
Muy presto vuelto se han, Flérida, que esto oia,
En el cual luego estuvieron Y fuéronse á las galeras,
Con gran gozo y descansar. Que Don Duardos habia :
Ansí acaba este romance Cincuenta eran por todas,
Dandofiná mi hablar, Todas van en compañía.
Y yo os ruego, mis lectores Al son de sus dulces remos
Qne me queráis perdonar. La Infanta se adormecía
[Romance nuevamente hecho por ANDRÉS ORTIZ. En brazos de Don Duardos,
fuego suelto.) Que bien le pertenecía.
iwmiSffinnlSfjRJZ!** com s
P° ¡<"<°ncs de Su
su autor
género, Sepan cuantos son nacidos
me mencionan y se adornan con encantamientos. de- Aquesta sentencia mia :
ROMANCES CABALLERESCOS. ltrt

<i Que contra muerte y amor ¿Decid si miráis la danza,


sNadieno tiene valía.» O sime miráis á mí?
{Cancionero de Romances. — It. GIL VICENTE, — Que no miro yo la danza,
Oirás de.) Porque muchas danzas v i ,
Miro yo vuestra lindeza
i i? tp romance pertenece á la serie de Palmerin de Ingla-
s Que me hace penar á mí.
J r ¿ v s u autor termina eon él la tragi-comedia de DonDuar- — Si bien os parezco, Conde,
40S. Es de Unes del siglo xv. Conde, saqueisme de aquí,
Que un marido me dan viejo
Y no puede ir tras mi.
289. {Cancionero de Romances.—It. TIMONEDA, Rosa
de amores.)
El, SOLDÁN DE BABILONIA Y E L CONDE DE NARBONA.
i i Bellísimo romance, lleno de sencillez, cuyo tipo se ase-
{Anónimo .) meja mucho al carácter de la poesía de los troneras franceses.
Del Soldán de Babilonia ,
De ese os quiero decir,
Que le dé Dios mala vida 291.
Y á la postre peor fin.
E L PALMERO. — I.
Armó naves y galeras, 1
Pasan de sesenta mil, (Anónimo .)
Para ir á dar combate De Mérida sale el Palmero , 4

A Narbona la gentil. De Mérida, esa ciudade :


Allá van á echar ancoras, Los pies llevaba descalzos,
Allá al puerto de Sant Gil, Las uñas corriendo sangre.
Donde han captivadó al Conde, Una esclavina trae rota,
Al conde Benalmeniquí. Que no valia un reale,
Deciéndenlo de una torre, Y debajo traia otra,
Cabálganlo en un rocin, ¡Bien valia una ciudade! .
La cola le dan por riendas Que ni rey ni emperador"
Por mas deshonrado ir. No alcanzaba otra que tale.
Cienl azotes dan al Conde Camino lleva derecho
Y otros tantos al rocin; De Paris, esa ciudade;
Al rocin porque anduviese, Ni pregunta por mesón
Y al Conde por lo rendir. Ni menos por hospitale :
La Condesa que lo supo Pregunta por los palacios
Sáleselo á recebir : Del rey Carlos á do estaen.
— Pésame de vos, señor Un portero está á la puerta,
Conde, de veros así, Empezóle de hablare :
Daré yo por vos, el Conde, — Dígadesme t ú , el portero,
Las doblas sesenta mil, El rey Carlos ¿dónde eslae? —
Y si no bastaren, Conde, ELportero, que lo vido,
A Narbona la gentil. Mucho maravillado se hae,
Si esto no bastare, el Conde, Cómo un romero tan pobre
Tres hijas que yo parí: Por el Rey va á preguntare.
Yo las pariera, buen Conde,
Vos las hubisteis en m í ; — Dígadesmelo, señor,
Y si no bastare, Conde, Deso ño tengáis pesare.
Señor, védesme aquí á mí, — En misa está, buen Palmero,
— Muchas mercedes, Condesa, Allá en Sant Juan de Letrane :
Por vuestro tan buen decir : Dice misa un arzobispo,
No dedes por mí, señora, Y la oficia un cardenale. —
Tan solo un maravedí, El Palmero que lo oyera
Que heridas tengo de muerte, Ibase para Sant Juane :
Bellas no puedo guarir: En entrando por la puerta
Adiós, adiós, la Condesa, Bien veréis lo que harae.
Que me mandan ir de aquí. Humillóse á Dios del cielo
— Váyades con Dios, el Conde, Y á Santa María su Madre,
Y con gracia de Sant G i l : Humillóse al arzobispo,
Dios os eche en vuestra suerte Humillóse al cardenale
A ese Soldán paladín. Porque decia la misa,
No porque merecía mase :
{Cancionero de Romances.) Humillóse al Emperador
Par d e r e e n p r o v e n , ! a I y d e a s u n t 0
Y á su corona reale,
lis C 'd* ° ' contemporáneo á Humillóse á los doce
Que á una mesa comen pane.
No se humilla á Oliveros,
290. Ni menos á Don Roldane,
Porque un sobrino que tienen
Í L CONDE DON MARTIN Y DOÑA BEATRIZ. En poder de moros estae,
(Anónimo *.) Y pudiéndolo hacer
No lo van a rescatare.
Bodas hacían en Francia De que aquesto vio Oliveros,
Allá dentro de Paris; De que aquesto vio Roldane,
¡ Cuan bien que guia la danza Sacan ambos las espadas,
Esta Doña Beatriz! Para el Palmero se vane.
¡ Cuan bien que se la miraba Con su bordón el Palmero
El buen conde Don Martin! Su cuerno va á mamparare.
— ¿Qué miráis aquí, buen Conde? Allí hablara el buen Rey,
Conde, ¿qué miráis aquí? Bien oiréis lo que dirae :
183 ROMANCERO GENERAL.
— Tate, tate, Oliveros,. Que valia una ciudade i
Tate, tate, Don Roldane, Halládole han al Infante,
O este Palmero es loco, Halládole han la señale.
O viene de sangre reale. — Alegrías que se hicieron
Tomárale por la mano, No hay quien las pueda contare.
Y empiézale de hablare : (Cancionero de Romances. — It. Floresta ñ, a e

— Digasme tú, el Palmero, varios Romances.)


No me niegues la verdade, i Asunto caballeresco de los Roce Pares, entre cuyos m
¿En qué año y en qué mes manees pudo colocarse.—Pertenece sin duda á los viejos d*
Pasaste aguas de la mare? su clase, y reasumiendo hechos y situaciones propias de ella
— De mayo en el mes, señor, presenta mucho ínteres. Entre las muchas historias fabulosa?
Yo las fuera á pasare. de Cario Magno, no he visto ninguna que contenga el lance d«
Porque yo me estaba un dia que este romance trata, y así no será extraño que el juglar mía
A orillas de la mare le compuso fuese inventor de él, ó lo tomase de algún cuento
popular.
En el huerto de mi padre
Por haberme de holgare : 8 Palmero sé llamaba al que peregrinaba á la Tierra Santa
á diferencia del que á Santiago 6 Compostela, al cual se lé
Captiváronme los moros, decia Romero
Pasáronme allende el mare/
A la infanta de Sansueña
Me fueron á presentare; 292.
La Infanta cuando me vido
De mí se fué á enamorare. EL PALMERO. — II.
La vida que yo tenia, {Anónimo *.)
Rey, quiéroosla yo contare. En los tiempos que me vi
En la su mesa comia, Mas alegre y placentero,
Y en su cama me iba á echare. •— Yo me partiera de Burgos
Allí hablara el buen Rey, Para ir á Valladolid :
Bien oiréis lo que dirae : Encontré con un Palmero,
— Tal captividad como esa Quien me hablo, y dijo así:
Quien quiera la tomarae: . ~ ¿Dónde vas tú, el desdichado?
Digasme t ú , el Palmerico, ¿ Dónde vas ? ¡ triste de tí!
¿Si la iria yo á ganare? .', ¡ Oh persona desgraciada,
— No vades allá, el buen Rey, En mal punto te conocí!
Buen Rey, no vades allae, Muerta es tu enamorada,
Porque Mérida es muy fuerte, Muerta es, que yo la v i ;
Bien se vos defenderae. Las andas en que la llevan
Trescientos castillos tiene, De negro las vi cubrir,
Que es cosa de los mirare, Los responsos que le dicen
Que el menor de todos ellos
Bien se os defenderae. — Yo los ayudé á decir :
Allí hablara Oliveros, Siete condes la lloraban,
Allí habló Don Roldane : Caballeros mas de mil,
— Miente, señor, el Palmero, Llorábanla sus doncellas,
Miente, y no dice verdade, Llorando dicen así:
Que en Mérida no hay cien castillos, «¡Triste de aquel caballero
Ni noventa á mi pensare, Que tal pérdida pierde aquí!» ~-
Y estos que Mérida tiene Desque aquesto oí, mezquino,
No tien quien los .defensare, En tierra muerto caí,
Que ni tenian señor, Y por mas de doce horas
Ni menos quien los guardare. — No tornara, triste, en mi.
Desque aquesto oyó el Palmero Desque hube retornado
Movido con gran pesare, A la sepultura fui,
Alzó su mano derecha, Con lágrimas de mis ojos
Dio un bofetón á Roldane. Llorando decia así :
Allí hablara el Rey — Acógeme, mi señora,
Con furia y con gran pesare : Acógeme á par de tí.—
— Tomalde, la mi justicia, Al cabo de la sepultura •
Y llevédeslo á ahorcare. — Esta triste voz o i :
Tomádolo ha la justicia —Vive, vive, enamorado,
Para habello de justiciare; Vive, pues que yo morí:
Y aun allá al pié de la horca Dios te dé ventura en armas,
El Palmero fuera hablare : Y^en amor otro que sí,
— ¡ Oh mal hubieses, rey Carlos! Que el cuerpo come la tierra ,
Dios te quiera hacer male, Y el alma pena por tí. —
Que un hijo solo que tienes ( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados
Tú le mandas ahorcare. —
Oídolo habia la Reina i Semialegórico parece este romance, y de aquellos que en
Que se lo paró á mirare : el siglo xv empezaron a imitar la poesía de los provenzaies.
— Dejédeslo, la justicia, Pertenece á la clase de amorosos, tan bien como a la de cana-
No le queráis hacer male, itéreteos.
Que si él era mi hijo
Encubrir no se podrae,
Que en un lado ha de tener •293.
Un extremado lunare. —
Ya le llevan ala Reina, DON BERNALMNO.
Ya se lo van á llevare : (Anónimo *•)
Desmídanle una esclavina Ya piensa Don Bernaldino
Que no valia un reale; Ir su amiga visitar,
Ya le desnudaban otra Da voces á los sus paje»,
ROMANCES CABALLERESCOS. ÍS9
Que vestir le quieran dar. Perfilándoselo iba
Dábanle calzas de grana, En las alas de su halcón.
Borceguís de cordobán, Iba á buscar á Don Cuadros,
Un jubón rico broslado, A Don Cuadros el traidor,
Que en la corte no hay su par; Y allá le fuera á hallar
Dábanle una rica gorra, Junto del Emperador.
Que no se podría apreciar, La vara tiene en la mano,
Con una letra que dice : Que era justicia mayor.
«Mi gloria por bien amar.» Siete veces lo pensaba,
La riqueza de su manto Si le tiraría ó no,
No os la sabría yo contar; Y al cabo de las ocho
Sayo de oro de martillo El venablo le arrojó.
Que nunca se vio su igual. Por dar al dicho Don Cuadros
Una blanca hacanea Dado ha al Emperador:
Mandó luego ataviar, Pasado le ha manto y sayo
Con quince mozos de espuelas Que era de un tornasol,
Que le van acompañar. Por el suelo ladrillado
Ocho pajes van con él, Mas de un palmo le metió.
Los otros mandó tornar; Allí le habló el Rey,
De morado y amarillo Bien oiréis lo que habló :
Es su vestir y calzar. ~ ¿ Por qué me tiraste, Infante ?
Allegado han á las puertas ¿Por qué me tiras, traidor?
Do su amiga solia estar; — Perdóneme tu Alteza,
Hallan las puertas cerradas, Que no tiraba á t í , no :
Empiezan de preguntar: Tiraba al traidor de Cuadros;
— ¿ Dónde está Doña Leonor Ese falso engañador,
La que aquí solía morar? — Que de siete hermanos que tenia,
Respondió un maldito viejo, No ha dejado, si á mí no :
Que él luego mandó matar. Por eso delante t i ,
— Su padre se la llevó Buen Rey, lo desafío yo.—
Lejas tierras á habitar. — Todos fian á Don Cuadros,
" El rasga sus vestiduras Y al Infante no flan, no,
Con enojo y gran pesar, ! Si no fuera una doncella,
Y volvióse á los palacios Hija es del Emperador,
Donde solía reposar: Que los tomó por la mano,
Puso una espada á sus pechos Y en el campo los metió.
Por sus dias acabar. A los primeros encuentros
Un su amigo que lo supo Cuadros en tierra cayó.
Veníalo á consolar, Apeárase el Infante,
Y en entrando por la puerta La cabeza le cortó ,
Vídolo tendido estar. Y tomárala en sn lanza,
Empieza á dar tales voces, Y al buen Rey la presentó.
Que al cielo quieren llegar; De que aquesto vído el Rey
Vienen todos sus vasallos, Con su hija le casó.
Procuran de lo enterrar (Cancionero, de Romances.)
En un rico monumento
Todo hecho de cristal, » E« uno de los buenos y bien escritos romances viejos ca-
En torno del cual se puso ballerescos que tenemos, y que no desmiente su origen.
Un letrero singular :
«Aquí está Don Bernaldino,
» Que murió por bien amar.» 295.
(Cancionero de Romanea.) L A INFANTA ENCANTADA.
* Acaso se refiere este romance á Don Bemaldin de Rivei- {Anónimo *.}
ro, caballero portugués y autor de la novela intitulada Menina
i Moza, del cual se cuentan ciertos amores que tuvo con una A cazar va el caballero,
real y gran señora. Pudo escribirse áfinesdel siglo xv. A cazar como solia;
Los perros lleva cansados,
El falcon perdido habia,
294. Arrimárase á un roble,
Alto esa maravilla;
E L INFANTE VENGADOR. En una rama mas alta,
{Anónimo'.) Viera estar una Infantina;
Helo, helo por do viene Cabellos de su cabeza
El infante vengador, Todo aquel roble cobrian.
Caballero á la gineta — No te espantes, caballero,
En caballo corredor, Ni tengas tamaña grima,
Su manto revuelto al brazo, Hija soy yo del buen Rey
Demudada la color, Y la Reina de Castilla :
Y en la su mano derecha Siete fadas me fadaron
Un venablo cortador. En brazos de una ama mia,
Con la punta del venablo Que ándase los siete años
Sacaría un arador. Sola en esta montiña.
Siete veces fué templado Hoy se cumplían los siete años,
En la sangre de un dragón, O mañana en aquel dia :
Y otras tantas fué afilado Por Dios te ruego, caballero,
Porque cortase mejor : Llévesme en tu compañía,
Si quisieres por mujer,
El hierro fué hecho en Francia Si no, sea por amiga.
Y el asta en Aragón : — Esperáisme vos, señora,
460 ROMANCERO GENERAL.
Hasta mañana, aquel dia, 297.
Iré yo á tomar consejo E L MEZQUINO AMADOR.
De una madre que tenia. —
La niña le respondiera , 4
(De Juan de Encina .)
Y estas palabras decia : Gritando va el caballero
— ¡ Oh mal haya el caballero Publicando su gran mal,
Que sola deja la niña! — Vestidas ropas de luto,
El se va á tomar consejo, Aforradas en sayal,
Y ella queda en la montiña. Por los montes sin camino
Aconsejóle su madre Con dolor y sospirar,
Que la tome por amiga. Y llorando, á pié descalzo,
Cuando volvió el caballero Jurando de no tornar
No hallara la Infantina : Adonde viese mujeres,
Vídola que la llevaban Por nunca se consolar,
Con muy gran caballería. Con otro nuevo cuidado
El caballero que la vido Que le hiciese olvidar
En el suelo se caía : La memoria de su amiga,
Desque en sí hubo tornado Que murió sin la gozar.
Estas palabras decia : Va buscar las tierras solas
— Caballero que tal pierde, Para en ellas habitar.
Muy gran pena merescia : En una montaña espesa,
Yo mesmo seré el alcalde, No cercana de lugar,
Yo me seré la justicia: Hizo casa de tristura;
Que me corten pies y manos ¡Que es dolor de la nombrar!
Y me arrastren por la villa. De una madera amarilla
{Cancionero de Romances.) Que llaman desesperar,
» También este antiguo romance nareee del mismo origen Paredes de canto negro
v una imitación del primero de la Infantina, num. 284. En am- Y también negra la c a l :
bos se ve un caballero tímido, que pierde la ocasión de go- Las tejas puso leonadas
zar una dama que búscala apoyo en 61. La Fontaine pudo Sobre tablas de pesar;
tomar en ellos, ó en algún cuento popular, la idea de uno de El suelo hizo de plomo,
los suyos mas célebres y festivos. Porque es pardillo metal,
Las puertas chapadas dello
Por su trabajo mostrar,
296. Y sembró por cima el suelo
RICO FRANCO. Secas hojas de parral;
Que á do no se esperan bienes,
(Anónimo *.) Esperanza no ha de estar.
A caza iban,á caza, En aquesta casa escura,
Los cazadores del Rey, Que hizo para penar,
No hallaban én ellos caza, Hace mas estrecha vida
Ni hallaban que traer. Que los frailes del Paular,
Perdido habian los falcones, Que duermen sobre sarmientos,
¡ Mal los amenaza el Rey! Y aquellos son su manjar :
Arrimáranse á un castillo Lo que llora es lo que bebe,
Que se llamaba Maynes. Y aquello torna á llorar,
Dentro estaba una doncella No mas de una vez al dia
Muy hermosa y muy cortes; Por mas se debilitar.
Siete condes la demandan, • . Del color de la madera
Y así hacen reyes tres. Mandó una pared pintar: '
Robárala Rico Franco, Un dosel de ¿lanca seda
Rico Franco aragonés : En ella mandó parar,
Llorando iba la doncella Y de muy blanco alabastro
De sus ojos tan cortes. Hizo labrar un altar
Halágala Rico Franco, Con cánfura betunado,
Rico Franco aragonés : De raso blanco el frontal.
— Si lloras tú padre ó madre, Puso el bulto de su amiga
Nunca mas vos los veréis, En él por le contemplar,
Si lloras los tus hermanos, El cuerpo de plata fina,
Yo los maté todos tres. El rostro era de cristal;
— Ni lloro padfe ni madre, Un brial vestido blanco
Ni hermanos todos tres; De damasco singular;
Mas lloro la mi ventura Mongil de blanco brocado,
Que no sé cuál ha de ser. Forrado en blanco cendal,
Prestédesme, Rico Franco, Sembrado de lunas llenas,
Vuestro cuchillo lugues, Señal de casta final.
Cortaré fitas al manto, En la cabeza le puso
Que no son para traer. — Una corona real
Rico Franco de córtese Guarnecida de castañas
Por las cachas lo fué tender; Cogidas del castañal.
La doncella que era artera Lo que dice la castaña
Por los pechos se lo fué á meter : Es cosa muy de notar;
Así vengó padre y madre, Las cinco letras primeras
Y aun hermanos todos tres. El nombre de la sin par.
(Cancionero de Romances.) Murió de veinte y dos años
Por mas lástima dejar.
i Respira este romance el espíritu feudal que daba margen La su gentil hermosura
á las violencias del fuerte contra el débil. ¿Quién es que la sepa loar?
101
ROMANCES CABALLERESCOS.
Que es mayor que la tristura 299.
Del que la mandó pintar.
AL MISMO ASUNTO.
En lo que él pasa su vida
Es en el siempre mirar : (Anónimo *.)
Cerró la puerta al placer, ¡ Ay qué linda que eres, Alba,
Abrió la puerta al pesar, Mas linda que no la flor!
Abrióla para quedarse, ¡ Quién contigo la durmiese
Pero no para tornar. Una noche sin temor!
(JUAN DEL ENCINA , Cancionero de.—It. Cancionero Que no lo supiese Albertos
general.— It. Cancionero de Romances.) Ese tu primero amor.
i Romance alegórico del siglo xv, y de'aquellos que traen — A caza es ido, á caza
su origen de la poesía provenzal. También puede considerarse A los montes de León.
como de amores. . — Si á caza es ido, señora,
Caígale mi maldición;
Rabia le mate los perros,
298. Aguilillas el falcon,
EL ADULTERO CASTIGADO.
Lanzada de moro izquierdo
Le traspase el corazón.
{Anónimo i.) — Apead, conde Don Grifos,
Blanca sois, señora mia, Porque hace gran calor.
Mas que no el rayo del sol: ¡Lindas manos tenéis conde !
¿Si la dormiré esta noche ¡ Ay cuan flaco estáis, señor!
Desarmado y sin pavor ? — No os maravilléis, mi vida ,
Que siete años habia, siete Que muero por vuestro amor,
¡ Que no me desarmo, no! Y por bien que pene y muera
Mas negras tengo mis carnes No alcanzo ningún favor. —
Que no un tiznado carbón En aquesto estando, Albertos
— Dormidla, señor, dormidla, Toca á la puerta mayor.
Desarmado sin temor, — ¿Dónde os pondré yo, Don Grifos,
Que el Conde es ido á la caza Por hacer salvo mi honor? —
A los montes de León. Tomáralo de la mano
— Rabia le mate los perros, Y subióle á un mirador,
Y águilas el su halcón, Y bajóse á abrir á Albertos
Y del monte hasta casa Muy de presto y sin sabor.
A él arrastre el morón. — — ¿Que es lo que tenéis, señora?
Ellos en aquesto estando ¡ Mudada estáis de color!
Su marido que llegó : ¡ O habéis bebido del vino,
— ¿Qué hacéis, la blanca niña, O tenéis celado amor!
Hija de padre traidor? — En verdad, amigo Albertos,
— Señor, peino mis cabellos, No tengo d'eso pavor,
Peinólos con gran dolor, Sino que perdí las llaves,
Que me dejais á mí sola Las llaves del mirador.
Y á los montes os vais vos. — No toméis enojo, Alba,
— Esas palabras, la niña, D'eso no toméis rancor,
No eran sino traición : Que si de plata eran ellas ,
¿ Cuyo es aquel caballo De oro las haré mejor.
Que allá bajo relinchó ? ¿Cuyas son aquellas armas
— Señor, era de mi padre, Que tienen tal resplandor. —
Y enviólo para vos. Vuestras, que hoy, señor Albertos,
— ¿ Cuyas son aquellas armas Las limpió d'ese tenor.
Que están en el corredor ? — ¿De quién es aquel caballo
— Señor, eran de mi hermano, Que siento relinchador ?—
Y hoy vos las envió. Cuando Alba aquesto oyera
— ¿Cuya es aquella lanza Cayó muerta de temor.
Que desde aquí la veo yo ? (Cancionero, flor de enamorados.)
— Tomadla, Conde, tomadla,
Matadme con ella vos, * Al leer este romance y el que precede, tan sencillos, tan
Que aquesta muerte, buen Conde, naturales é inartificiosos, parece que uno se ha trasladado al
Bien os la merezco yo. hogar doméstico, cual era en los siglos medios. Se pinta en
ellos una escena de las galanterías del tiempo, con las conse-
(Cancionero de Romanea.) cuencias que las imponía el punto de honor, cuando eran
1
Aun áfinesdel siglo xvni era muy popular una canción al descubiertas por un marido. ¡ Muy antiguos deben de ser estos
romances, aunque se trasluce haberse modernizado un tanto
mismo asunto, cuya primera copla decia : su lenguaje!
Mañanita de San Juan
Antes de salir el sol
Me echaron una enramada
De cogollos de limón. 300.
Que don, que don, don, don.
d n e r s e e s t e
LA CONSTANCIA.
ter« S?» S , F * romance un estilo seductor é in-
a
gresante. En él se pintan con vivos colores las costumbre* (Anónimo.)
y el pnnaonor castellanos, y su fin trágico es una m u S a de
é p u n t o s e Mis arreos son las armas *,
dn^¿7\ 'levaba entre nosotros. Calderón en sus Mi descanso es pelear,
c o m e d i a in ulad aIa n aA
^ fc,
a , v íü , ; r£*S& ™ Mi cama las duras peñas,
Mi dormir siempre velar.
creta venganza, jli otra El médico de su honra, no hizo mas Las manidas son escuras,
"maKe" 1011 e l Los caminos por usar,
s e n t i m i e n t
° °™l A re$ra S S m

El cielo con sus mudanzas


Ha por bien de me dañar
Andando de sierra en sierra
11
ROMANCERO GENERAL.
162
Por orillas de la mar, 503.
Por probar si en mi ventura EL AUSENTE. — I.
Hay lugar donde avadar.
Pero por vos , mi señora , (Anónimo. — Acabado por Alonso de Cardona.)
Todo se ha de comportar. Triste estaba el caballero,
{Cancionero de Romances.) . Triste está sin alegría,
1
Con lágrimas y sospiros
Los cuatro primeros versos de este fragmento de un ro- A grandes voces decia :,
mance viejo, se hallan también entre los del que dice: ¡toriana — ¿Qué fuerza pudo apartarme
en un castillo. De veros, señora mia 'l
¿ Cómo vivo siendo ausente
De la gloria que tenia?
301. Con los ojos de mi alma
EL AMANTE DESPECHADO. Os contemplo noche y dia,
l
{Anónimo .) Y con estos que os miraba
Lloro el mal que padecía.
—Compañero, compañero, Maldigo la triste ausencia,
Casóse mi linda amiga, Alabo mi fantasía,
Casóse con un villano Porque en ella resplandece
Que es lo que mas me dolia. Lo que tanto ver quería.
Irme quiero á tornar moro Aquí se aviva mi pena ,
Allende la morería: Y esfuérzala mi porfía
Cristiano que allá pasare Del fuego de mi deseo,
Yo le quitaré la vida. Que en mis entrañas ardia.
—No lo hagas,compañero, {Cancionero general. — It. Cancionero d
No lo hagas por tu vida, Romances.)
De tres hermanas que tengo
Darte he yo la mas garrida,
Si la quieres por mujer,
Si la quieres por amiga. 304.
—Ni la quiero por mujer, EL AUSENTE. II.
Ni la quiero por amiga, l
Pues que no pude gozar (Anónimo .)
De aquella que mas quería. Triste estaba el caballero
(Cancionero de Romanees.) Triste está sin alegría
Pensando en su corazón
También es un fragmento de otro romanoe. Las cosas que mas quería :
Llorando de los sus ojos
De la su boca decia:
302. — ¿Qué es de tí, todo mi bien?
¿Qué es de t i , señora mia?
EL BAÑO EN EL JORDÁN. Mi alma te va buscando :
(Anónimo *.) Yo solo sin compañía
Quedó triste deseando
—Malas mañas habéis, ü o , Dos mil muertes cada dia.
No las podéis olvidare: Tuyo soy, á tí me d i :
Mas precias matar un puerco Pues díme, ¿ quien me desvía
Que ganar una ciudade. De ventura tan loada
Vuestros hijos y mujer Como la que yo tenía
En poder de moros vane, En servirte, mi señora?
Los hijos en una cebra, Y agora que no te oía
\ la madre en un cordale. Hallóme menos conmigo
La mujer dice : — ¡ ay marido! — La libertad que tenia.
Los hijos dicen : — ¡ ay padre! — , Tú me tienes , tú me dejas :
De lástima que les hube ¿Con quién me consolaría?
Yo se los fuera á quitare; Que si tú no me consuelas,
Heridas traigo de muerte, La vida me desafía,
Dellas no puedo escapare. A quedar captivo y ciego,
Apretádmelas, mi tio, Mas sin mí, que no solia. —
Con tocas de caminare. —
Ya le aprieta las heridas, DESHECHA.
Comienzan de caminare.
A vuelta de su cabeza Cuidado, no me congojes,
Caido lo vido estare, Pues no dura
Allá se le fué á caer La vida do no hay ventura.
Dentro del rio Jordane: Harto estoy, ¡ desventurado !
Como fué dentro caido, De llorar mis días buenos :
Sano le vio levautare. Ya tus males son ajenos,
¡ Déjame, por Dios, cuidado,
{Cancionero de Romanees.) No me aquejes ni congojes,
1
Pues no dura
No es dudoso que el asunto de este romance viejo perte- La vida do no hay ventura!
nece al tiempo de las Cruzadas.
{Cancionero general. —Cancionero It. *
Romances.)
4
Este romance y el que le precede corresponden mas i
á la clase de amorosos que á la de caballerescos,fci"'
w
es casi una amplificación del primero, y ambos son oe v*
cortesanos , pertenecientes al último tercio del siK'O *"•
ROMANCES CABALLERESCOS. 183
305. 507.
LA DASA DEL CONDE ALEMÁN. DESLICES DE AMOR. II.

(Anónimo .)f
(Anónimo*.)
Tiempo es, el caballero,
A tan alta va la luna Tiempo es de andar aquí,
Como el sol á mediodía, Que ni puedo andar en pié,
Cuando el buen Conde alemán Ni al Emperador servir,
Con esa dama dormía. Pues me crece la barriga
JSo lo sabe hombre nascido Y se me acorta el vestir :
De cuantos en corte había, Vergüenza he de mis doncellas,
Si no solo era la Infanta, Las que me dan el vestir;
Aquesa Infanta su hija. Míranse unas á otras,
Asi su madre la hablaba, No hacen sino reír:
Desta manera decía : Vergüenza he de mis caballeros,
— Cuanto viéredes Infanta, Los que sirven ante mi.
Cuanto vierdes encobridlo : —Lloradlo, dijo, señora,
Daros ha el Conde alemán Que así hizo mi madre á mí;
Un manto de oro fino. Hijo soy de un labrador,
— ¡Mal fuego le queme, madre, Mi madre y yo pan vendí.—
Ese manto de oro fino, La Infanta desque esto oyera
Cuando éií vida de mi padre Comenzóse á maldecir:
Tuviese padrastro vivo! — — ¡ Maldita sea la doncella
De allí se fuera llorando: Que se deja seducir!
El Rey su padre la ha visto. —No os maldigáis vos, señora,
— ¿Por qué lloráis, la Infanta? No os guerais vos maldecir,
Decid ¿quién llorar os hizo? Que hijo soy del rey de Francia,
—Yo me estaba aquí comiendo Mi madre es Doña Beatriz:
Comiendo sopas en vino; Cien castillos tengo en Francia,
Entró el Conde alemán Señora, para os guarir,
Y echólas por el vestido. Cien doncellas me los guardan,
— Calléis, mi hija, calléis; Señora, para os servir.
No toméis de eso pesar.
» Que el conde es niño y mochacho; (Coplas contra las rameras etc., Pliego suelto.)
Hacerlo ha por burlar. * Véase la nota del anterior.
— ¡Mal fuego quemase, padre,
Tal reir y tal burlar !
Cuando me tomó en sus brazos
Conmigo quiso holgar. AQUÍ COMIENZA LA HISTORIA DE LA INFANTINA,
— Si él os tomó en sus brazos, ET DE COMO EL INFANTE DE HONGRIA LA FIZO
Y con vos quiso holgar, SU NAMORADA ANTE CON ELLA CASAR.
En antes que el sol saliese
Yo le mandaré matar.
(Cancionero de Romances.) 308.
1 LA INFANTINA DE F R A N C I A . — I
Tiene este romance antiquísimo alguna analogía con el
histórico del conde Garci-Fernandez ; pero uno y otro mas (Anónimo.}
parecen tomados de una fábula caballeresca, que no de un Grandes fiestas se poblican
hecho verdadero.
En Francia la naturale;
Van faser unos torneos
306. En París la grand cibdade,
Por casar esa Infantina
LOS DESLICES DE AMOR. — I. La fija del Emperante.
(Anónimo *.) Todos la casar querien,
Et ella non quier casare,
— Tiempo es, el caballero, Maguer que su padre es viejo
Tiempo es de andar de aquí, Et lo habie de feredare.
Que me crece la barriga, ¡Muy horaña era la niña,
Y se me acorta el vestir. Muy horaña por demase !
Vergüenza he de mis doncellas, De altiveza muy sobrada,
Las que me dan el vestir, De soberbia otro que tale.
Míranse unas á otras, Siete fadas la fadaron
Y no hacen sino reír. N'ella su hora natale •
Si tenéis algún castillo Fueran seis las fadas blancas,
Donde nos podamos ir, Una negra por su male.
Si sabéis de alguna dueña Dellas las seis la fisieron
Que me lo ayude á parir. Apuesta, linda é cabale,
— Paridlo vos, mi señora, Fueras la negra que la ha
Que así hizo mi madre á m i , Malquerencia por su padre.
Hijo soy de un labrador Físola esta burladora,
Que el cavar es su vivir.— Soberbia, que non ha pare,
(Cancionero de Romances.) Ca coidaba de tal guisa
1
Su escarnímiento vengare,
u e
Tanto este como el que le sigue deben ser fragmentos Poniendo que para nunca
alguno mas completo y anterior. Home nascido ha de amare
Si non aquel, que villano
La sopiese domeñare.
En fermósura crescie
La Infantina sin cesare;
101 ROMANCERO GENERAL.
Mas sobrábase en desdeños, N'el campo bien lidiare;
1
E amores non quier tomare. En la corte é los palacios
Non faila,non,quien le plazca Bien jugare, et bien danzare:
Dende el Rey fasta el zagale: Cuerdo en los sabios decires,
A ningund fas cortesía, Las sus trovas bien trovare,
A ningund torna el fablare ,
E á quien demanda somiso Et á las apuestas damas
Mas esquiva va á negare. Cortesmiente cativare.
Al pregón de los torneos Paredes mientes, mi señora,
A Paris iban llegare Qu' en al le habedes probare,
Muchos nobles caballeros Et yo fío esta vegada,
Infanzones de solare,
Que de lueñe traen su vía i ! Falléis vuesso deseare.
Por la tierra, por el mare. : Cedo mandédes le fija
Fiestas fasen muy locidas Vos servir en los yantares,
Que n' el mundo non han pare, Do maguer vezado sea
Por conquerir de la niña
La refasia volontade. Non fallará de pecare.—
i Quién muestra apuestas libreas 'Conforte toma la niña
Quién ricas preseas trae, De su dueña n'el fablare,
Quién penas de mil colores E sin mas se retardar
En los yelmos va sacare , Ansí lo fiso ordenare;
E quién con luscientes armas Ya manda sus mensajieros,
Se arrea por le agradare! De prisa, non de vagare,
¡ Quién coplas é quién decires Porque con dulces palabras
Va trobando sin cesare Le trujiesen al Infante.
Asmando ansi cativar i Ya se parten , ya se van
La que libre solie estare! De prisa, non de vagare,
Esto que viera la niña Et de la niña el recaudo
Non fase si non burlare: ••' Al buen caballero dañe ;
Amenguábales á todos El cual desque 1' hovo oido
A cual menos, á cual mase: Sin un punto mas tardare
Fueras un buen caballero Homilmienle el mandamiento
Que es de Hongria naturale, De la Infanta fué á acatare.
Fijo del Rey de la tierra Llegado que fué al palacio
Muy apuesto é muy cabale. A do la Infantina yace,
Vídole romper las lanzas, Con muy gentil apostura
E con la espada lidiare, Diz que está allí á su mandare :
Fasiendo catar la tierra, 3 La cual desque así lo viera,
A cuantos iba topare. Dijo, le fiso llamare,
Vídole de armas armado Por tenelle compañía
Faser los homes tremblare, En sus mesas á yantare.
E con arreos de corte Asentádose ha la niña,
A las dueñas cativare. E cabe d'ella el Infante,
En las salas del palacio Qué con gentil continente '
Vídole gentil danzare, La servie los manjares.
Tanto apuesto é mesurado, Bien partie las viandas ,
Que era mucho de notare. Bien las aves fué á trinchare ,
Vídole jugar las tablas , Bien escanciaba las copas
E los dados libérale , Para los vinos brindare.
Contino el gesto plasciente Atanto bien lo fasie
H' el perder, ó n' el ganare. Que non era de dubdare
Oídole ha decir decires, Ser muy vezado en servir
Otro si, coplas cantare, Banquetes en mesas reales.
Que al corazón iban drechas La Infantina qu'esto viera,
Por en amor le abrasare. Abscondie su pesare,
Como la Infanta non falla Bien así como quien quiere
Cosa que le reprochare, Su mal querencia celare;
Cordojo tomara asaz, E como fase la sierpe
Mal cordojo le fué á daré, Que entre flores suele estare
Ca flucía ya non ha Para mejor su veneno
Que en mengua le habie fallare Al enemigo lanzare.
De ira et de rabia plañíe, Pensando se está la niña
Dé sus labros saca sangre : Qué faser en caso tale,
Allegóse ende una dueña Fasta qu'en coita tamaña
Desque ansi la vido estare, Esto fué á determinare.
E dijol' con voz somisa; Endereza al caballero
Aquesto la fué á fablare. Benino et dolce mirare,
Maguer que su corazón
Falla la Dueña. En ira rabiosa arde.
—Infantina, la Infantina, E apos con su lindo pié
La que hobe yo á criare, Fué el del garzón á topare,
E la leche de mis pechos E con falaguera risa
La diera para mamare: '\ Sus ojos fuera á bajare;
Non tan cedo desmavedes, El cual que non atendie
Non vayades desmayare, Tal falsía, ó favor tale,
Ca non es home en la tierra Seyendo todo sorpreso
Do fallesca algund errare. Comenzóse de turbare,
Catástedes al garzón E como turbado estuvo
En su barba fué á posare
Un poquillejo de arroz
Que á su boca iba llevare.
ROMANCES CABALLERESCOS. -165

Viérades y la Infantina Bel mal fado que las sigue.


Su grande placer celare , Toma una piedra en la mano ;
Mostrando muy grave enojo Fuertemiente la despide
De aquello que mas le place. Contra aquel mal gavilane
Viérades la que comienza Que muerto al punto caie.
Con grande furia á gridare Recordaron las palomas
Por sus dueñas é escoderos Que en al mientes non ponien
Que acuden á su llamare. Si non fuera en sus amores,
Desque fueron ayuntados, Tan dolces, tan apascibles.
Sin un punto mas tardare, Libres ya de tanto riesgo
Ansí les fuera á decir, Por los aires se sobien
A tal les iba fablare. Fasíendo al laurel testigo
Fabla la Infantina. Del bien que allí rescebien.
—Tirad de aquí ese villano, Mustio queda el caballero,
Mustio mas que ante solie,
Tirad ese mal joglare, Cuidando de aquel refrán
Tiradle de mi presencia; Que allá entre sí repetie.
Con los suyos vaya estare, « Non como nobre señor ,
Que non val para servir, «Vengar heme cual pastor, »
Nin yantar en mesas reales : El sol dejaba la tierra,
«Ca non viene de señor La luna non parescie,
«Quien yanta como pastor.»— Cuando el Infante sañoso
Por la montiña partie.
Ya se parte, ya se ya ,
309. Sin coidar adonde irie:
LA INFANTINA DE FRANCIA.—«. Ya en una cueva se esconde,
Ya en la cueva se escondie,
(Anónimo.) E laso de atal penar
Ya se parte el caballero, Muy cedo se adormescie.
Ya el caballero partie Soñando se está , soñando
Querelloso de se ver De 1' afruenta que sofríe,
Escarnido cual se vie. E de aquel triste refrán
En su baldón para mientes Que contino repetie:
Y d' el vengar se querie, «Non como nobre señor,
E jura de se vengar, « Vengar heme cual pastor.»
De se vengar si podie. Aparescido le ha en sueños
Cabalgando en su caballo La paloma que venie ,
Por las breñas se metie, Que en una fermosa dueña
Et non en al se curaba Luego trocado se habie.
Si non que fugir querie. Blanca é rubia era la dueña
Como el seso tien menguado Como sol que amanescie,
Allí la vía perdie, E de los sus lindos ojos
E ya su nobre bridón Muchas luces despedie,
Muerto en la tierra yacie. Con que la cueva quedara
Entrado se ha por los bosques Clara cual sol que luscie.
Sin coidar á do se irie , En él su gesto aplasciente
E la su espada é sus armas Grande conforte traie,
Las tiraba et las rompie, (Et diño era de escochar
Maguer que tantas batallas Lo que la dueña decie.
Con ellas vencido habie.
Plañendo está de su fado, Fabla de la Fada,
Del su fado maldescie, —Caballero, caballero,
E con voz mustia é penada Que tanto bien me fasie, ' ':\
Aqueste refrán decie : Recordé cedo á mis voces, j
«Ño como nobre señor, Que yo por bien lo tenie.
«Vengar heme cual pastor, s Membradvos las palomitas
E á pos que le repitiera A quien vos la vida diste
Todo con rabia se ardié : Contra aquel mal gavilane,
Pone gridos fasta el cielo, Que nos la robar querie.
Con los riscos se ferie, Si amor é vida gozamos
E maguer que de sus venas Yo et el dueño que tenie,
La nobre sangre corrie, Debda es que te debemos,
Non siente non los dolores E pagarla nos complie:
De feridas que tenie. Por ende aquí soy venida,
Cuando él en aquesto estando, Por te confortar venie
Dos palomas que venien En la coita que te aqueja
Se posaron en las ramas E amenguado te ponie. ;
De un verde laurel que y habie. Cedo verte has vengado
En pos d'ellas gavilane De aquella que te escarnie,
Cauteloso las seguie, E de haber tienes con ella
Que para faser su presa Solaz que tu alma pedie.
La ocasión solo atendie. Somisa verná á tus pies,
Viérades el caballero, Maguer que non lo fasie,
Maguer mal despecho habie Et demandarte ha merced
Contra amores que le apenan, De amor que non conoscie.
Que á grand duelo se movie. Pugnará porque la atiendas
Levantóse de la tierra, La que nunca te atendie ;
De la tierra do yacie, Pugnará por ver tu gesto
Por librallas del mal fado, La que el suyo te abscondie,
466 ROMANCERO GENERAL.
Et ferida se verá Fasta que la fizo sangre
Con el fierro que ferie. ¡Viérades y la gallina
Toma este aniello fadado , Como fuera de tornare
Que yo fadado le habie , En falagos los desdeños,
E cuanto le demandases El fuglr en esperare ;
Otorgado te serie. — Mientra el aniello cantaba,
Non bien aquesto dijiera Esto que fuera á cantare.
La dueña desparecie, «Como el gallo á la gallina
E quedó la cueva estonce vFué á vencer,
Escura como solie. i Vence el home mas aina
Recordado ha el caballero »La mujier.»
Del sueño con que yacie, Entendido ha el caballero,
E vido que su soñar Todo entendido lo hae,
Verdad fuera et non mentie. E al aniellieo fadado
El aniellieo tomara, Esto le fué á demandare.
En su dedo le ponie, Fabla el Caballero al aniello.
Et fuese para París —Aniellieo, mi aniellieo,
Do sus amores habie. El de la paloma reale,
Esta virtud que tú tienes
Que me la vayas mostrare.
310. En hábito de pastor
Me quieras luego mudare,
LA INFANTINA DE FRANCIA. — HE Et me endones una roeca,
(Anónimo.) El me endones un tiellare,
Que file et teja en un punto
Pensando va el caballero Paños de mucho presciare,
Cómo se ha de comportare : Que las viejas faga- mozas
Si casar tien con la Infanta, E las mozas mucho mase.—
O su denuesto vengare: Non bien aquesto dijiera
Amor dice lo primiero. Sin un punto mas tardare,
Rencor lo al va consejare, Trocádosele ha en pellico
Ca afruenta tamaña es mucha La su cota et espaldare;
Para haberse de olvidare, Fecho se ha roeca la lanza,
Que las mujieres al fuerte E la su espada tiellare,
Acatan de volontade, E á Paris toma la via:
E non prescian al rendido, Cantando va este cantare.
Si le toman por cobarde. «Como el gallo á la gallina
Lembrádose ha caballero »Fué á vencer,
Del aniello singulare »Vence el home mas aina
Que la dueña le endonara 11 La mujier.»
Estando en él su soñare.
Tirádose le ha del dedo; Llegado que hovo á París
Comiénzale de fablare: Sin un punto mas tardare
D' esta manera le dice, Fuese para los palacios
Atended lo que dirae. Do el buen Emperante yace.
Topado se ha el hortolano
Fabla el Caballero al aniello. E allí 1' empieza á fablare:
—Aniellieo, mi aniellieo,
Agora te he de probare, Fabla el Caballero al Hortolano.
Que en la dubda que me fallo —Hortolano, el hortolano
Me vayas tú consejare. De aquestos huertos reales:
Amor me premia que olvide Que me digas si tú quieres
De la Infantina el burlare, Me tomar por te ayudare.
E rencor é honor me afincan Si me tienes á soldada
Porque me vaya vengare. De servir te he léale :
Digas tú el aniellieo Abrevaré tu rebaño
Qué faser en caso tale: Et non me darás jornale :
lSeguir he de amor la premia, Curar he d'esas tus flores :
O de honor el afincare ? Cavar he tus praderales:
Respondido ha el aniellieo, Non habrás de mí querella
Tal respuesta le fué á daré. Por el poco madrugare.—
Responde el aniello al Caballera. Viérades y el hortolano
—Para mientes, para mientes Cómo se fué á conturbare,
En lo que vierdes pasare, E al pastorcillo recude;
Et lo que aquí pasar vierdes Rien piredes que dirae.
Coida de bien imitare. — Fabla el Hortolano.
Non bien aquesto hovo dicho, —Pastorcillo, pastorcillo,
El caballero ¿ m i r a r e ; Lo que me vas demandare '
E vido n'el verde prado Non lo puedo refusar,
N'el verde prado andaré Menos lo puedo excusare,
Un gallo que á la su fembra Ca soñé anoche una dueña
Comenzara á requestare. Que me hovo mal menazare,
Cuanto mas la requerie, Que si non te recodiese
Menos lo quier acetare, Mala muerte me ha de daré.—
Ca toda fembra cobdicia Esto que oyera el pastor
Escarnir de amor léale. Mucho se hovo de folgare,
El gallo desque esto vido E sin mas se detener
Empiézase de enojare, El rebaño iba tomare.
E ferido ha la gallina Ya lleva les ovejuelas;
ROMANCES CABALLERESCOS. 101

Ya las lleva á repastare : Por ver cómo el pastorcillo


púsose so las fiñiestras Tejiendo está en su tiellar>
De aquel palacio real Et escochar cómo canta
Do la Infantina solie El villano aquel cantar.
Atender al sol que sale, Tópalo qu'está tejiendo
Y atendiendo que veniese
Ansí se puso á cantare. El que cantando iba estar,
tComo el gallo a la gallina Et la niña d'esta suerte
i Fué a vencer, Le comienza de fablare.
«Home vence mas aina Fabla la Infantina.
»La mujier.»
Apenas ansí cantara —Manténgate Dios, villano.
Vido que un postigo se abre, El Pastor.
E siente su corazón — El te haya, niña, á guardare.
Reciamente palpitare.
Asomado se ha una dueña La Infantina, i
De prisa, non de vagare, — Dígasme tú, ¿aquese paño
Por oir del pastorcico Quién te mostrará a labrare?
Aquel su dolce cantare j El Pastor.
E como vido aquel paño —Siete fadas, mi señora,
Que tan bien iba labrare Qu'en siete torres estaen,
Dijo... Do sin dormir nin yantar
Fabla la Dueña. Tejen é cantando yacen
—¿Dime, Don Villano, Esa letra que yo digo
Ansí Dios te dé solace, Por non halbella olvidare.
Ese paño que tú labras «Como el gallo á la gallina
Es divino o terrenale ?— » Fué á vencer,
Fabla el Pastor. »Home vence mas aina
—Arriedro vayas la dueña, »La mujier.»
Arriédro con Satanás, La Infantina.
Que para tí non se fizo —Si de vender has el paño,
Mi paño en ese tiellare. Si quies vender el tiellar,
D' eso que aquí me pescudas Endonarte he mucho de oro,
Poco te debes coidare Mas que vayas desear;
Ca non á fembras ancianas Otrosí, darte he de joyas
Conviene tal demandare. Cuantas puedas apañar
El paño que tú cobdicias De aquellas las mas presciadas
Non tiene en el mundo pare, De mi tesoro reale.
Que las viejas fase mozas, El Pastor.
E las mozas mucho mase. —Infantina, la Infantina,
Si doncella d'ese paño Non quieras de mí burlare
Que yo labro se arreare, Que non prescio non tus joyas
Mas qu'el sol resplandesciente Por mis paños é tiellare.
Al punto se iba tornare , Muy mejor es mi pellico,
E la vieja que le hobiese, Muy mejor es el sayale,
Luna se va semejare, Que del frió me guaresce,
Con que garridos garzones Qu'el oro que me ibas daré.
La irán de amor requestare.- Muy mas me plasce alegría,
La dueña questo hovo oido Et folgura mas me plasce :
Comenzará de aguijare: ¡Asaz rico es el que puede
Pénese feldas en cinta De riqueza non coidare!
Para mas presto llegare. Desque tú viste mis paños
Fuese para la Infantina Cobdicia te fué á tomare,
Que del lecho se iha á alzare E á mí de los tus haberes
Et en tal guisa le fabla, Non nada me fnera á daré.
De tal guisa fué á fablare. Infantina, la Infantina,
Non quieras non te enojare,
Fabld la Bueña á la Infanta. Que demanda que fesistes
—Infantina, la Infantina, Non te la vaya a otorgare,
Cedo, cedo os levantad; Si non bien que tú quisieres
Venid presto á las fiñiestras En amores me pagare,
Del vueso huerto reale. En amores tanto dolces
Dende ver heis un pastor, Como miel del colmenare.
Un pastor muy síngulare, Quieras me tú la doncella,
Que labra presciados paños, Quieras me tú de abrazare,
Qu' en el mundo non han pare: E ansí daréte mis paños
A las viejas fase mozas, Et mi corazón demás.
E á las mozas mucho mase:
Venid, é oiredes cuál canta Dice la Infantina.
El villano este cantare : —Tirad vos allá el villano,
«Como el gallo ala gallina Non me vayades tocar,
»Fué á vencer, Que si vos llegades mas
»Home vence mas aina Cedo vos faré matare. \
»La mujier.»— El Pastor.
;. Facia él huerto la Infantina
Comienza de caminar: — ¡ Soberbica me sedes, niña!
Ibase en pos de la dueña ¡Muy soberbica ademase!
De prisa, non de vagar, Et yo fago sacramieuto
Que me nayas de rogare
ROMANCERO GENERAL.
168
Lo que agora me refusas, De grado é de volontade ,
Si ñon falla aquel cantare Maguer non seyendo usada ,
Que las fadas me mostraron Yergonza lo retardare.
Labrando en el su tiellare. Replica el Pastor.
< Como el gallo á la gallina —Cedo , cedo, la Infantina,
» Fué á vencer, Non vayades desmayare,
i Home vence mas aína Ca si la ocasión fallesce
»La mujier.»— Non la verédes tornare.
La dueña desque ansí vido Altas et presciadas dueñas
Qu'el pastor se fué á enojar, Doncellas otro que tale
Tiró á un lado la Infantina , Este mi paño cobdician
E comenzó á la fablar. E me lo van demandare:
Fabla de la Dueña a la Infantina El prescio que me ofrescien
—Non perdades la fortuna, • Muy mas algo es que besare ;
Señora non la perdades : Por ende á eras non atiendas
Coidad que si agora fuye Si de lo tener te plasce ,
Non la veredes tornare: Que hoy le tengo á tu mandado
Paños, paños como aquesos E te lo puedo otorgare.
Nunca mas podres fallare, Para en aquesto las mientes ,
Que las viejas fasen mozas Mientra digo mi cantare.
E las mozas mucho mase. «Como el gallo á la gallina
Si brial dellos fasedes, «Fué á vencer,
Si dellos vos arreades, »Home vence mas aina
Seredes muy mas lozana »La mujier.» —
Que la rosa del rósale, Acoitada está la niña,
E la vuesa donosura La niña acoitada estae,
Crescerá sin amenguare, Que otri llevase aquel paño,
Maguer pasasen por vos Que otri le fuera a llevare.
Los años é las edades. Ya se allega al pastorcillo ,
Endonarme heis una saya Ya se torna á desviare;
Que niña me ha de tornare, Ya la acucia su deseo,
Con que podré en vuesas fiestas Vergonza la fas dubdare.
Toda la noche danzare. Ellos en aquesto estando,
De presciar son los falagos, Ellos en aquesto estaen,
Si el amor los novo á daré; Cuando sin mas se parar
Mas si lo fase cautela Amos se van á abrazare,
Un abrazo poco vale. ¡ E sobre su boca é labros,
Dadlo , dadlo al pastorcillo, Se comienzan de besare.
Para sus paños lograre , Perdido ha el seso la niña,
Que tal abrazo, mi fija, Non se puede reportare ,
Non vos irá mancillare.— * Ca sintiera allá su pecho,
Oido habie la Infanta En grande fuego abrasare.
De la su dueña et fablar, Ya del paño non se cura,
Que falagaba el deseo, Non se lembra del tiellare,
Et su seso iba turbar. Si non fuera que la dueña
Allegado se ha al pastor, . Le hobiera de recabdare.
Sin podello remediar, Ya se parte la Infantina,
E cuando cerca del estuvo Ya se parte, ya se vae :
Bien oiredes, que dirá. Ferida está del amor,
Del amor ferida estae.
Fabla la Infantina. Fuérase para el palacio
—Pastorcito, pastorcito Para el palacio reale ,
De los paños é tiellare, Do la dueña la atendie
Non desoyas la mi fabla Con los paños e'tiellare.
Nin vayas de te enojare, Yiéradesla conturbada
Ca vergonza et non desdeño La mañana é tarde estare,
Me fizo mal razonare. Viéradesla otrosí la noche
Aunque soy niña en cabello, Non dormir et sospirare:
Tienes me ya á tu mandare: Vieras de la cual se lembra
Endonarme has desos paños, De aquel tan dolce besare,
Endonarme has el tiellare. Que llegando fasta Taima,
Cedo, cedo, pastorcillo, El seso la fué á quitare.
Cedo, cedo , á me abrazare, De amor pechera es la niña,
Que yo rescebirte he Non lo puede ya celare:
De grado é de volontade, Vuelcos daba sobre el lecho
De volontad et de grado Sin descanso nin vagare,
Mas que vayas deseare. Ca coidaba que yacie
Replica el Pastor. En somo los abrojales.
—Calledes, niña , calledes Estonce con gran coita
Et non dígades átale, Repetie tal cantare:
Que si demandé un abrazo « Como el gallo á la gallina
Agora demando mase. «Fué á vencer,
Mis paños , esos mis paños, «Home vence mas aina
Non pienso non te endonare, »La mujier.»
Si de tus labros un beso
Non me dejabas tomare.
Dice la Infantina.
—Bien de grado te le diera ,
ROMANCES CABALLERESCOS. 169
El cantar que yo cantaba :
311. «¡Besádome ha la doncella,
LA INFANTINA DE F R A N C I A . — I V .
uMia fe!
«Otra vegada con ella
(Anónimo.) ¡>A mi sabor folgaré.» —
En somo, en somo la tierra Desque esto oyera la niña
Iba paresciendo 1'alba, Vergonzosa se paraba,
E l'avecilla en el bosque Ca de aquel besar se lembra
Las sus querellas cantaba, Con que despierta soñaba.
Cuando la Infanta coídosa Fablar querie et non puede,
Con premia el lecho dejaba, E callar, é non callaba,
Do con su amor é su pena Ca si amor la fase ardida
Fuertemiente batallaba. Vergonza la desmayaba.
Desnudos lleva los pies, i ; Coidosa eslá de celar
Desnudos pechos llevaba, Lo que en su pecho pasaba,
Si non fuese que el cabello E con voz dolce é somisa
Como quier que los celaba. Ansí al pastor replicaba. .
Non atiende que la arreen , Replica la Infantina.
Con paños que antes presciaba, —Dime, pastor, ansí tengas
Doncellas que la servien Merced de lo que adamabas,
Nin dueñas que la acataban. Por la presciaaa gallina
El mármol frió que pisa ¿Qué prez tú me demandabas?
Nin l'empesce, nin le daña, Por vida del Rey mi padre,
Antes al ardor que siente Que todo te lo otorgaba,
Guarescie et solazaba. Si quier fuese de mi vida
Viérades la que corrie, La mitad que me quedaba.
Viérades la que volaba, El Pastor.
Por venir á la finiestra — Guaresca tu vida el cielo,
Do entiende ver lo que amaba. Esa vida que yo amaba;
Vido estar al pastorcillo, Guaréscala para mí
Al pastorcillo que y estaba. Qu'era lo que mas presciaba.
¡ Cómo madruga el pastor! Lo que agora te demando
¡ Ay Dios, cómo madrugaba ! Amor de grado lo daba :
Madruga como el silguero, Es lo que á la palomica
Como el ruiseñor cantaba
Un cantar qu'el alma quema, El pichón que la arrullaba,
Cantar qu'el alma quemaba. E lo que á la lortolilla
« ¡ Besado me ha la doncella, Su amador qu'el nido armaba,
»Por mi fe! E lo que en tus dolces besos
«Otra vegada con ella Ayer mesmo adevinaba,
»A mi sabor folgaré.» E lo qu'el cantar ofresce,
En somo del praderal Si el cantar non m'engañaba.
El pastor mirando estaba «¡ Besado me ha la doncella,
Una gallinica de oro »Mia fe!
Que alegre cacareaba: »Otra vegada con ella
Perlas ponie por huevos; »A mi sabor folgaré.»
Pollicos de oro sacaba, Folgar contigo, la niña,
Qu'entre el tomillo é romero Quiero, é de al non me curaba
S'escondien, et yogaban. E te haber á mi merced
Esto que la Infanta vido Mientra la noche pasaba,
Muy pensosa le paraba Desde qu'el sol se ponie
Por cobdicia de la chueca Fasta que nasciese el alba,
E del pastor que la guarda. Como fase tortolica
A los sus huertos deciende, Con su esposo en la enramada.
A los sus huertos bajaba, Fabla la Infantina.
E sin mas en al curar
Desnudica como estaba. —Calledes, home, calledes,
El amor et el deseo Non digades tal palabra,
Fuertemiente l'acuciaba, Que si el Reye lo sopiese
E allegándose al pastor Cedo enforcar vos mandaba.
D' este modo le fablaba. Replica el Pastor.
Fabla de la Infantina. —Si yo con vusco yogase
—Dios te mantega, pastor,' Del resto non me curaba,
El qu'el paño m'endonaba, Fueras ende si moriese
Por un beso que te diera Antes que de tí gozaba.
E qu'el alma me quemaba : Replica la Infantina.
Mucho mas besarte he —Vencida soy, pastorcillo,
Si esa gallina me dabas , Cativa en tu amor estaba ,
Ca si tú me la deniegas Mas por el besar pasado,
La mi vida non gozaba. Que por dones que me dabas.
Replica el Pastor. Cuando venga media noche,
—Infantina, la Infantina, Apos qu'el galio cantaba,
La que se besar dejaba, La puerta del mi aposento
Mucho mas prescio esta joya Non para tí se cierraba.
Que el don que ayer te endonaba ; Estar y verás mi dueña,
Mas me tienes dar por ella La dueña que me criaba,
Si ganosa d'ella estabas, Que llevarte ha por la mano
Ca non puede ser miutroso Do el deseo te llamaba,
A do desnuda te atiende
170 ROMANCERO GENERAL.
La que tanto te adamaba. El Pastor.
Tomar ende habrás la flor —Deseo, la mi señora,
Que á home algund dar non coidaba, Deseo de te agradare.
Si non fuese que por tí La Infantina.
Esta jura perjuraba. —¿ Quién te mudó tan fermoso,
Coidar has de ir muy celado,
Muy celado que tú vayas, Mejor que solies estare ?
Ca la envidia lien cient ojos El Pastor.
Con que amores conturbaba.— —Amor, que quiso tus ojos,
Ellos en aquesto estando , Para me querer, mudare.
La dueña que se allegaba, La Infantina.
La Infantina que se iba,
E el pastor que se quedaba. —¿Quién mudado ha cortesano
Alegre queda el pastor El tu rústico fablare?
Mientra tal cantar cantaba, El Pastor.
Atendiendo por la hora ,
La hora que sospiraba. —Amor, amor que me muestra
«¡Besado me ha la doncella, Lo que solie inorare.—
»Mia fe! Ellos en aquesto estando
»Otra vegada con ella Non pueden mas reportare
»A mi sabor folgaré.» El ardor que les acucia,
E comiénzanse de abrazare.
En los pechos de !a niña
El pastor fuera besare,
312. E sus muy apuestos miembros
Dulcemiente á falagare.
LA INFANTINA DE F R A N C I A . — T .
La Infanta qu'esto sintiera
Pagado está el pastorcico, Luego se fué á desmayare,
Pagado é contento estae : Non de coita nin de pena
Vase para la cabana Mas de pracer sin iguale;
Do atiende su solazare. í E apos que tornara en sí
Ende tomara el amello, Tantos besos fué tomare
Ende lo fuera tomare, Que non han cuenta nin fin,
Et le demanda somiso, Que non son de numerare.
A tal le fué á demandare : Si una vegada se arriedran
Que le vista, que le arree Muchas tornan comenzare,
Con gracia muy singulare, Que de amores la fatiga
Muy apuesto é muy gentil Cedo suele reposare.
Para á la niña agradare. Ningund d'entramos quesiera'
Atendie por la hora Dejar antes de lidiare,
Qu'el gallo suele cantare, Et la batalla que siguen
E cuando cantar le oyera, Non la quieren aplazare.
El corazón á saltare. Ansí fueron fasta el dia
Por los huertos muy pasico Sin un punto descansare,
Comienza de caminare, Si non que ya la calandra
Coidoso que non le oyan Iba el alba á saludare,
Los del palacio reale. E con sus trinos avisa
Pasico, pasico iba: Qu' es tiempo de recordare,
Con la dueña fué á topare, Ca el sol descobrir podie,
Que por la mano le prende, Lo que amor quiere celare.
Que la mano le fué á daré. Levantado se ha el pastor', •
Llegado hovo al aposento De prisa non de vagare,
Do la Infanta fuera estare, E al absentarse mudaba
Coidosa que non venie,
Querellosa del tardare: De las fadas el cantare.
Mas desque venir le viera «¡Folgado he con la doncella,
Toda se fué vergonzare, »Mia fe!
Por ser la primer vegada «Otra vegada con ella
Que home la fué á visitare. «¿Qué faré?»
Arriédrala la vergonza,.
Amores la consolare;
Vencida va la vergonza, 315.
Amores iban trionfare.
Vergonza embarga su lengua, LA INFANTINA D E F l i A N C I A . — V I * .
Amores la desatare, —Tiempo es,el paslorcillo,
Et la que muda semeja Tiempo es de andar aquí,
Ansí comienza fablare. Que me cresce la barriga
E se me acorta el vestir.
Falla la Infantina. Siete meses fase, siete
Que fui contigo á dormir,
—Amores, los mis amores, E tres que una criatura
¿Qué vos pudo retardare? Siento en ella rebolllr.
El Pastor. Mucho punno por celallo,
Mas non lo puedo encobrir;
—Infantina, mi señora, Santígoanse las mis dueñas
Non lo pude remediare. Las que me van á vestir,
La Infantina. E las mis nobres doncellas
Se vergonzan otrosí,
-—¿ DIme, amores, quién te puso Et escoderos é pajes
Tanto garrido égalane? Non fasen si non reir;
ROMANCES CABALLERESCOS. 171
Et si el Reye lo barrunta Mas celando su pesar
Quedrá faserme morir. Al pastor quiso seguir.
Tiempo es ya,el pastorcillo, i En este sexto romance de la Infantina se hallan insertos
Tiempo es ya de fugir ; é incluidos algunos de los que en fragmentos se encuentran
Llévame ya á lueñes tierras, en el Cancionero de Romances, con mas á menos variantes.
Llévame cedo de aquí,
Si non como tu velada,
Como manceba he de i r : 314.
De ir he como te plazca,
Como mas te plazca á t í , LA INFANTINA DE F R A N C I A . — V i l .
Ca mi soberbia pasada
A Dios le plugo punir, Ya se partie la Infanta,
Fasiendo me namorase Ya se va en pos del villano
De sugeto tanto vil. Por laderas é por montes,
¡ Ay fijo del rey de Hongría, Por rios é por pantanos :
Cómo burlaras de mí, Abrojos fiéren sus pies,
Si vierdes en tal fadiga Ca tien los sus pies descalzos
La que te quiso escarnir !— Las uñas corriendo sangre,
El pastor que aquesto oyera E los dedos destrozados.
Comenzara de reir, Horas corrien et dias,
E ansí fabló á la Infantina, Los meses fueron pasados,
Ansí la empezó á decir. Dormiendo en somo la tierra,
Sin se posar en poblado.
Fábla del Pastor. Aguas salobres bebie,
Come yerba de los prados,
—¿Preñada estás, mis amores? E ásperos bravios frutos
Preñadica por abril, Son su manjar delicado.
Parirá por navidad El rostro d'ántes bellido
Como parieron á mí. Lo tien preto é muy tostado,
Todas las animalías E los sus apuestos miembros
Empreñadas que yo vi, Desnudos e lacerados.
Sin tanto plañir parieron, Va celando su cordojo
Et vos habedes parir. En el su pecho llagado,
Non vos acoitedes, non, Et desfallescida cae
Nin temades de morir; En la tierra que ha pisado.
Lembradvos de aquel pracer, El pastor que ansí la vido
E amenguar heis el sofrir. Aquesto la ha demandado.
Non vos puedo tlevar,non ,
Nin me habedes de seguir, Fabla el Pastor.
Ca embargáredes mis pasos
E empachar heis mi fugir. —¿Qué habedes vos, mi Infantina?
¿Non me seguides de grado?
La Infantina. Replica la Infantina.
En pos tuyo ir he, pastor, —Dolencias son, el pastor,'
En pos tuyo habré de i r , Que del seso me han privado :
Ca debda es tuya, mi amigo , Dolores son, el mi amigo,
Debda tuya me acodir; Que nunca habie probado.— ;|
Et si mi rugida empachas, Non bien aquesto dijiera
Villano te habrán decir, Muy fuertemientre ha gritado,
E muerta verné á tus pies E parido ha de un garzón ,
Ante de dejarte ir. Sobre la yerba del prado.
El Pastor. Viérades allí el pastor
Que un tanto se ha conturbado;
Lo que me dices, amores, Mas luego tornando en sí
Non me afruenta de lo oir, D'esta manera ha fabladoJ i
Ca quien nmi fué caballero
Tenudo es de lo sofrir. Fabla el Pastor.
Présciome de ser villano, —¡A osadas, niña, la niña,
E mas que villano fui, Cedo lo habedes echado!
Ca fijo de un porqueron Non vos lamentedes, non,
Allá en mi tierra nascí. Qu' el peligro es ya pasado.
Mi morada es una cueva Non lueñe de aquí caté,
Do nunca el sol fué á salir, Non lueñe de aquí he catado
Et mi lecho duras peñas, Majada de unos pastores,
Qu' el cuerpo saben ferir ; Do todo será acabado.
Agua cienagosa bebo; Venid vos en pos de m i ,
Mis yantares son plañir, Prendévos d'este mi brazo,
Et los homes et las fembras E alendé lodo de Dios
Con horror miran á mí. Padre del necesitado.—
Agora que aquesto sabes Erguido se ha la Infantina,
Ve si me quieres seguir, Et paso á paso ha llegado
Et non hayas mal talante Do el rabadán pascentaba,
De lo que pueda venir, Pascentaba su ganado.
Nin con menguadas querellas, Por Dios demandan ayuda,
Nin con sobrado plañir Socorro le han demandado :
Acoites mi corazón El rabadán se le diera
Fasiéndole desfallir.— Yocundamiente et de grado.
Esto que oyera la niña Entre pieles de corderos
Gran cordojo fué á sentir, Abrigan al recienado,
ROMANCERO GENERAL.
172
Diciendo que iba á lafiesta,
E con feno á la Infantina
Blando lecho han perjenado. A la fiesta que allí andaba.
Ellos, estando en aquesto, Dice el Pastor.
Ellos en aquesto estando , _De decirme has, mis amores,
Oyen tañer de campanas Si algo te place te traya
Un clamor muy desusado.
De lo que dan al mesquino
Fábla el Pastor. De balde, ó siquier por nada.
—Dime, dime, el rabadán, Replica la Infantina.
tE n qué regno ó tierra estamos? —Lo que te prazca, amor mió,
Replica el Rabadán. Lo que mas pracer te daba,
Ca sabes qu'eres mi dueño,
—Romericos, esta tierra Yo tu captiva é tu esclava.
Regno de Hongrla es nombrado. E si por bien has saber i
Fabla el Pastor. Lo que yo mas deseaba,
Traerme has unas sopicas,
—¿ E cómo campanas tañen Unas sopicas doradas,
Con clamor tan rebatado? De aquellas que la mi dueña,
El Rabadán. Me servie é regalaba.
—Ca la Infanta van casar El Pastor.
La que hereda este regnado, —De procurallas te juro,
A fuer de qu'el Reye es viejo Si caso las alcanzaba,
Et que su lijo ha faltado. Maguer que non fácil sea
Fuérase á sus aventuras, Traer lo que demandabas.—
Tres años son ya pasados, Esto que dijo el pastor ,
Et üzo un mes llegó nueva A la cibdad caminaba,
De que fuera ya tinado Dejando sola la niña,
Por mal amor de una Infanta Tan sola como quedaba,
Que la habie desdeñado.— Que triste de su mancilla
La Infantina qu'esto oyera, De los sus ojos lloraba
De sus ojos ha llorado , Asmando que el su pastor
Et non consiente celar Para.siempre la dejaba,
Dolor que la ha traspasado. E por non tornar á vella
Fiero la mira el pastor, De su lado se apartaba.
Fiero el pastor la ha mirado,
Como quien la reprochaba El pastor á la cibdad
Lembranza de amor pasado. Sus pasos encaminaba,
Ella mustia é acoitada Et enante que llegase
Sus lágrimas ha secado, En el bosque se celaba.
E con voz somisa et dolce Apos que celado estuvo
Ansí al pastor ha fablado. Et aniellico sacaba,
Et viérades cómo estonce
Fabla la Infantina. Deste modo le fablaba.
—Non te enojes, mi señor, Fabla del Pastor al aniello.
Non te amengüe lo pasado,
Que al buen infante de Hongrla Aniellico, el mi aniellico,
Nunca le hove yo adamado. El de la paloma blanca,
A tí üce yo mi dueño Por la gracia que tú tienes,
Por mi pracer e mi grado : E la qu'el cielo te daba,
Fueras tú á ningund amé, Que sin retardar un punto
Tú solo me has captivado. Me dieses luscientes armas,
Si agora catas que lloro, Una lanza con dos fierros,
Atiende qu'es mi pecado, Otros! muy buena espada;
Et non ajenos amores, Otrosí dédesme pajes
Et non ajenos coidados. — Muy arreados de galas,
Estonce tomando el fijo Et joyas que desalumbren,
A sus pechos le ha llevado, E reposteros de grana.—
Et con muy dolce sonrisa Non bien aquesto dijiera
Al su pastor ha mirado, Cuando la campaña estaba
Cuando él aquesto catara Cobierta toda en un punto
Tornó su faz á otro lado De locida cabalgada.
Por celar de la Infantina Vldose el Infante armado
La pasión que le ha tomado, Tal como lo demandaba,
Fasta que veniese el tiempo, Et en un bridón valiente
Qu' el tenie ya aplazado, Sin mas se parar saltaba.
De trocar la su venganza Cuando sobre d'él estuvo
En pracer muy señalado. El su caballo aguijaba,
Et en pos del van los sus homes,
E al palenque se llegaba
Do los torneos fasien
315. Por la boda de su hermana.
LA INFANTINA D E FRANCIA.—VIII.
Viéndole ir tan garrido
Todos pasar le dejaban,
Apenas amanescie, Et los jueces del torneo
Apenas saliera el alba , Abrir la valla ordenaban.
Las campanas de las torres Apos qu'en el cerco estovo,
Sus tañidos redoblaban. En otri non se curaba,
El buen Infante de Hongrla Si non que á los contendores
De la niña se apartaba De grado los apretaba.
ROMANCES CABALLERESCOS. ro
Un derrueca, dos derrueca , Aquel que su amor tenie.
Tres et cuatro derruecaba , Entre alegre et enojada
Et á mas de cient derrueca Ya lloraba, ya reie,
Caballeros de gran fama. B con muy sentida voz
Ningund podie empescer D' esta manera decie.
Tanto esfuerzo, á tal pojanza, Fabla la Infantina.
E á cabo de pocos trances —¿Dó estoviste tú, el amigo?
Non quien le atienda fallaba, ¿Quién retardado te habie ?
Con que la prez del torneo ¡ Toda medrosa m'estaba
Et el loor se le daba. Temiendo non te verie!
Llegado se ha do está el Reye, Coida que non puedo mas
La celada se quitaba: Por la tambre que sentie,
El Reye que le conosce Que ya al fijo de mí amor
De gozo et prascer lloraba. Con mi sangre mantenie.
Vanse para los palacios ¿ Dime, traisme del manjar
Do los yantares estaban, Que encomendado te habie ?
E allí las sus aventuras ' ¿De las sopicas doradas
El Infante les narraba, Que mi dueña me servie?
Díjoles como traie
Po"r mujier et desposada Responde el Pastor.
La desamorada niña, —Fuérame yo á la cibdad
Que ya del se namoraba, Por ver fiesta que y se fasie,
La cual allí le atendie Et non me plogo tornar
En choza, do se fallaba, Fasta ver que Bn tenie.
Sin coidar de la fortuna Al buen Infante de Hongría,
Qu'el amor le aparejaba. Al buen Infante veie ,
Non bien aquesto dijiera Que diz veniera velado,
Cuando en su mano tomaba Et nobre dueña traie.
Lo que cabie de arroz, Otro sí, viene enojado
Et en un paño lo echaba, D' otra que enante querie,
Por faser postrera muestra Que escarnimiento le fizo
De rigor en la que amaba. Maguer non lo merescie;
E luego qu'esto hovo fecho E diz que tray un cantar
De las sus mesas se alzaba, * Que muy sentido sentie,
Et en pos d'el caballeros E l cual si te prasce oir
Et damas le acompañaban , D'esta manera decie:
Que llevan ricas preseas « Quien por un nada, non nada
Por dar á la desposada. ' »A un nobre Infante escarnio,
Ya salen de la cibdad «Veyéndose mal tratada,
En locida cabalgada, «Su flor á un villano dló,
Maguer venie la noche, ¡) E fuera su namorada.»
Maguer que ya cerca estaba.
Era ya la noche escura Manjar que me encomendastes,
Cuando á la choza llegaba, Mis amores, non le habie;
Et que celados le atiendan Tráyote, tráyote, amores,
A los suyos ordenaba. Lo mejor que yo podie.
Díjoles una señal, Toma, toma del zurrón
Qu'entre todos se acordaba, E l arroz que y te ponie,
Porque acudan á la seña, Que si non prasce á los ojos,
Qu'el mismo les señalaba. La fambre te quitarie. —
Puso el arroz en l'albarda
Qu'eirde en la tierra yacie,
Et la Infanta que lo viera
316. Mucho lloraba et plañie.
Asentóse, y en la tierra
LA INFANTINA DK FRANCIA.—«.
Sobre la albarda comie,
Apartádose ha el Infante Lembrándose cómo en Francia
En el bosque que ende habie : Muchas doncellas tenie
Desnudado se ha las armas Que de Añojos somisas
Et de pastor se vestie. Los sus yantares servien.
En su zurrón el arroz Lembrase de los desdeños
Sin mas coidar le ponie, Que á caballeros fasie,
Ca non se curaba de al E otrosí del mal denuesto
Que en faser lo que querie. Que fecho al Infante habie.
Grandes voces iba dando , El pastor que ansí la viera
Que todo el campo atordie, Como en la albarda comie ,
E cantando va un cantar Doliendo de su dolor
Que d'esta suerte decie:
«Quien por un nada, non nada, De la choza se salie,
»A un nobre Infante escarnió, Do fasiendo aquella seña
«Veyéndose mal tratada, Que á su compaña ponie,
»Su flor a un villano dio Cedo dueñas é doncellas
»E d'él fuera namorada.» Para la Infanta venien,
Et la arrean con las galas
Apenas su voz oyera E con joyas que traien.
Cuando la Infanta salie Viéradesla como estonce
AI encuentro del pastor, Desfallescerse sentie ,
Que ya perdido creie. E mirar en rededor
Si ante de pena lloraba, Por ver al que mas querie.
Agora grand gozo habie, Vido estar un caballero
Notando non la descoida Que con las damas venie :
i7i ROMANCERO GENERAL.
La corona en la cabeza, miniscencias de mucha parte de la novela, la memoria de sn
asunto y délos lances que contiene, nos animaron á empren-
Hábito rico traie, der este trabajo. Si hemos conservado en esta restauración é
El cual se allega cortes imitación el carácter, el lenguaje, las formas, la expresión de
E l saludo la fasie , la época 4 que atribuimos esta poesía ; si se descubre en ella
Et que le priso la mano la ruda sencillez de nuestros romances viejos, donde 4 vuel-
E en sus labros la ponte. tas de la imperfección de un idioma incipiente ó poco adelan-
tado, se nota tal vez una imaginación briosa, oriental y bíbli-
Dice la Infanta. ca, que lucha contra las dificultades de una lengua todavía
bárbara para la expresión lógica de las ideas, harto habre-
—Tenedvos, el caballero, mos conseguido. El códice, por desgracia perdido, donde en
Tal faser non se debie, nuestra juventud vimos esta composición, era quizá del si-
Que maguer soy de un pastor, glo xv, según lo parecia por su letra; pero por su estilo, el giro,
Tal tuerto non le farie. el lenguaje y los modismos, el texto primitivo debió ser ante-
Físome el cielo su esposa, rior, y mucho. De creer es pues que la novela del siglo xvi, es-
Qu'era lo que mas querie, crita por Luis Alamani en contraposición de la Griselia de
Mas que de infantes nin condes, Bocacio, y cuyo asunto es muy parecido al de estos roman-
Nin de homes que mas valien.— ces, fuese tomada de ellos, despojándolos de toda la parte
maravillosa y de encantamientos , ó acaso, y me parece mas
El Infante qu'esto vido probable, de alguno de los cuentos ó fabulülas de los trobe-
De gozo en sí non cabie; ras franceses del siglo xu, de donde también es posible lo
De mano da á las venganzas, tomase el poeta español, ya lo imitase con el original á la
Ca solo amor ya sentie. vista, 6 ya de las narraciones populares introducidas por la
comunicación con la Francia. ¿Y quién sabe si el poeta fran-
Fabla el Infante. cés bebió en las fuentes del Oriente, pues yo he visto muchos
cuentos de dicha época, tenidos por originales de los trobe-
—Infanta, la mi señora, ras, que después se ha averiguado se trasmitieron por los
¿Cómo non me conbscies? árabes, los cuales los recibieron de la Persia y de.la India?
Non soy ya el pastor villano, Muy probable es que lo mismo suceda 4 los romances de que
Que tú enante me creies: tratamos. Las hadas que encantan 4 la Infantina, la venganza
Soy el Infante de Hongría de una de ellas, la rueca, el telar, la gallina de oro, etc.: todo
Que villano se fengie : es de gusto oriental; y hasta la sencillez desnuda de ciertos
lances, la expresión c4ndida, natural y sin rodeos de ciertas
Para haberte de probar ideas, es bíblica. Y no se crea que prostituimos este santo
Engañada te traie, nombre aplicándolo 4 asuntos tan profanos. Nadie puede ne-
E por vengar de la afruenta gar el influjo que han tenido los libros santos en la civiliza-
Que dentro el alma tenie. ción y literatura de los pueblos cristianos ; este ha sido tal,
Ven á ser Reina é señora (¿ue estamos persuadidos de que sin las conquistas árabes, y sin
Del Estado que yo habie, ias Cruzadas, la poesía oriental se inoculara en la del Norte,
E á rescibir en mis brazos con sola la le&tura del Libro de Job, del Pentateuco, del Can-
Galardón que te debie.— tar de los Cantares, de los Libros de los profetas y del Evan-
gelio. Mahoma mismo se inspiró en los libros de Moisés y de
La niña desque esto oyera los Evangelistas, ya como legislador, ya como poeta. De to-
Amortecida caie, das maneras, la pérdida del códice que contenia el original de
Si non fuese que una dueña este y mas de otros cuarenta romances, 4 lo que recuerdo, es
irreparable; pues si según presumo era de la primera mitad
De sus brazos la tenie: del siglo xv, sería el único documento que contra la regla ge-
Mas tornado que hovo en sí neral acreditase la existencia de una colección manuscrita de
Mas fermosa parescie, romances viejos y populares anterior al siglo xvi, de ios cuales
Ca el pracer del corazón romances alguno tomaba su asunto de las fábulas de origen
Su fermosura crescíe. sánscrito.
Cabalgan luego, cabalgan: El argumento de la novela de Alamani es como sigue :
Blanca , hija del conde de Tolosa, y prometida mujer del
Para la cibdad partien: hijo del conde de Barcelona, rehusa casarse con él, porque en
Acucíales el deseo el convite de boda recogió un grano de granada que se le
Por llegar á do querien. cayó déla boca, teniendo esto por una prueba de avaricia. El
Ya se entran en la cibdad padre de ella trata en vano de desimpresionarla de tan loca
Do la fiesta se crescie, idea. Picado el joven príncipe se propone conseguir su matri-
Ca la nueva era llegada monio, y á este ün, Ungiéndose mercader de baja estirpe,
Que la Infantina venie. empieza4 obsequiar á Blanca, y 4 fuerza de regalos ricos y
maravillosos logra seducirla y desposarse con ella. Róbala
El rebato de campanas después de su palacio, y la hace sufrir hambres, miserias y
Por do quier se repetie , afrentas, hasta el punto de obligarla 4 robar y de entregarla 4 la
Las trompetas que sonaban, justicia. Conmovido en.fln de tantas pruebas de amor y sumi-
Añaüles que tañien. sión , y satisfechos sus deseos de venganza, se descubre á su
Entrado se han en palacio esposa, y pasan vida feliz.
Do el buen Rey les atendie ,
Por faserle coronado
Al buen fijo que tenie , 317.
El cual comenzó á regnar
Como al su padre aplascie. EL AMOR FILIAL.
Mensajieros van á Francia (De Juan de Ribera .) l

Mas apriesa que podien,


Con muchos é ricos dones , Paseábase el buen Conde
Que mas qu'el oro valien, Todo lleno de pesar,
Para aquel buenEmperante Cuentas negras en sus manos
Que por buena fija habie Do suele siempre rezar ;
A la Infantina de Francia, Palabras tristes diciendo,
A quien por muerta tenie, Palabras para llorar.
La cual et su nobre esposo —Véoos, hija, crecida «,
En Hongría do vevie , Y en edad para casar;
Por luengos años gozaron El mayor dolor que siento
Bienes que amor ofrescie *. Es no tener que os dar.
—Calledes, padre, calledes ¡
ingelio^TanaoihT.T T r
? s i q i e r a l a m e m o r i a
de esta tan No debéis tener pesar,
n o v l a
v i l 4 DnblLr^ i « ? , S ' 1 d e t a n a n t i
e u a
'<><**. nos-mo- Que quien buena hija tiene
Rico se debe llamar;
Y el que mala la tenia,
Viva la puede enterrar,
Í"J
ROMANCES CABALLERESCOS.
Que fembra de mi linaje
Pues amengua su linaje Se case mas de una vez :
Que no debiera amenguar, De tres hijas que me deja
Y yo, si no me casare , La primera casaré,
En religión puedo entrar. La mediana será monja,
La tercera guardaré,
i Es fragmento de algún romance viejo. Que me cuide y me acompañe,
» Desd&esteverso hasta el que áiee:Rico tepuedi llamar, Que me guise de comer,
hizo una glosa Diego de Amienta. Y me lleve de la mano
En casa del coronel.
—No vos acuitéis, señora,
Señora, no os acuitéis,
318. Miradme, miradme el rostro
Por ver si me conocéis.
LA ESPOSA FIEL. —Vos sois Mambrú, dulce esposo,
Vos sois mi dueño y querer,
(De Juan de Ribera *.) Vos sois...—Cayó desmayada
En los brazos de su bien
—Caballero de lejas tierras, La dama desfallecida
Llegaos acá, y paréis, Con tanto gusto y placer.
Hinquedes la lanza en tierra, Después que hubo vuelto en si,
Vuestro caballo arrendéis, Fuéronsejuntos al Rey,
Preguntaros he por nuevas Que los recibió en sus brazos
Si mi esposo conocéis. Al ir a echarse á sus pies.
Este es el Mambrú, señores,
— Vuestro marido, señora, Que se canta del revés,
Decid, ¿de qué señas es? Y una gitana lo canta
—Mi marido es mozo y blanco, En la plaza de Aranjuez.
Gentil hombre y bien cortes,
Muy gran jugador de tablas,
Y también del ajedrez. 319. .
En el pomo de su espada
Armas trae de un marques, LA AMANTE DESCONFIADA Y CELOSA.
Y un ropón de brocado (Anónimo *.)
Y de carmesí al envés:
Cabe el fierro de la lanza Caballero, si á Francia ides
Trae un pendón portugués, Por mi señor preguntad,
Que ganó en unas justas Y porque le conozcáis
A un valiente francés. Con poca dificultad,,
—Por esas señas, señora, Daros helas señas del
Tu marido muerto es: Sin ninguna falsedad :
En Valencia le mataron El es dispuesto de cuerpo,
En casa de un ginoves: Y de mucha gravedad,
Sobre el juego de !as tablas Blanco, rubio y colorado,
Lo matara un milanes. Mancebo y de poca edad,
Muchas damas lo lloraban, El cual por ser tan hermoso
Caballeros con arnés, Temo de su lealtad.
Sobre todo lo lloraba Hablaréisle con crianza,
La hija del ginoves; Porque en él suele morar;
Todos dicen á una voz Decidle que su señora
Que su enamorada es: Se le envía á encomendar,
Si habéis de tomar amores, Que ya me parece tiempo
Por otro á mi no dejéis. De venirme á libertar
—No me lo mandéis, señor, D'esta prisión en que vivo,
Señor, no me lo mandéis, Muriendo de soledad;
Que antes que eso hiciese, Y se acuerde que me deja
Señor, monja me veréis. Sin ninguna libertad,
— No os meláis monja, señora, Que me la llevó consigo
Pues que hacello no podéis, De mi propia voluntad;
Que vuestro marido amado Y las justas y torneos
Delante de vos lo tenéis. Yo las supe de verdad;
{Nueve Romances de JUAN DE RIBERA, Pliego suelto.) La divisa que sacó
En señal de desamar.
* Aun se conserva entre nosotros tradicionalmente una tro* Y si acaso amorra tiene
va de este romance, aplicada á las circunstancias de la guerra Y no los quiere dejar,
de sucesión en tiempo de Felipe V, el cual dice asi: Decidle de parte mia,
Oiga, oiga, buen soldado, Sin ningún temor mostrar :
Si sois lo que parecéis, Que ausentes, por los presentes
i A mi marido habéis visto Líjeros son de olvidar.
Por la guerra alguna vez? (Códice del siglo xvi. — It. TIMOKEDA, fiosa de
—No lo sé, señora mia, amores:— It. WOLF, Rosa de Romanees.)
Dadme algunas señas del.
—Mi marido es gentil hombre, * Es una imitación ó mudanza del romance de Gaíferos,
Gentil hombre y muy cortés; xue empieza : Asentado está Gaiferos, desde el verso que en
Monta un potro pelicano si dice: Caballero, si á Francia ides, por Gaiferos preguntad.
Mas lijero que uno inglés,
Y en el arzón de la silla
Lleva las armas del Rey,
Con la su espada ceñida 320.
Con cinturon de morles.
—Ese hombre que decis ROMANCE DE GERINELDO.—I.
Habrá ya que murió un mes,
Y manda en el testamento (Anónimo *.)
. Que conmigo vos caséis.
—No permita Dios del cielo, Levantóse Gerineldo
Ni mi madre santa Inés, Que al Rey dejara dormido :
, 7 6 ROMANCERO GENERAL.
Y se hacen dulces halagos
Fuese para la Infanta
Como mujer y marido.
Donde estaba en el castillo.
Tantas caricias se hacen
—Abraisme , dijo, señora, Y con tanto fuego vivo,
Abráisme, cuerpo garrido. Que al cansancio se rindieron
—¿Quién sois vos, el caballero, Y al fin quedaron dormidos.
Que llamáis á mi postigo? Él alba salia apenas
—Gerineldo soy señora, A dar luz al campo amigo ,
Cuando el Rey quiere vestirse,
Vuestro tan querido amigo.— Mas no encuentra sus vestidos :
Tomárala por la mano, —Que llamen á Gerineldo
En un lecho la ha metido , El mi buen paje querido.—
Y besando y abrazando Unos dicen : —No está en casa.
Gerineldo se ha dormido. Otros dicen :—No lo he visto.—
Salta el buen Rey de su lecho
Recordado había el Rey Y vistióse de proviso
De un sueño despavorido; Receloso de algún mal
Tres veces lo habia llamado, Que puede haberle venido.
Ninguna le ha respondido. Al cuarto de Enilda entrara,
—Gerineldo, Gerineldo, Y en su lecho halla dormidos
A su hija y á su paje
Mi camarero polido, En estrecho abrazo unidos.
Si me andas en traición, Pasmado quedó y parado
Trátasme como á enemigo. El buen Rey muy pensativo :
O dormías con la Infanta, Pensándose qué hará
O me has vendido el castillo,— Contra los dos atrevidos.
—¿Mataré yo á Gerineldo,
Tomó la espada en la mano, Al que cual hijo he querido ?
En gran saña va encendido : ¡ Si yo matare la Infanta
Fuerase para la cama Mi reino tengo perdido! —
Donde a Gerinaldo vído. En tal estrecho el buen Rey,
El quisiéralo matar; Para que fuese testigo,
Puso la espada por medio
Mas crióle de chiquito. Entre los dos atrevidos.
Sacara luego la espada, Hecho esto se retira
Entre entrambos la ha metido, Del jardin á un bosquecillo.
Porque desque recordase x
Enildas al despertarse,
Notando que estaba el filo
Viese cómo era sentido. De la espada entre los dos,
Recordado habia la Infanta, Dijo asustada á su amigo :
E la espada ha conocido. —Levántate, Gerineldo ,
—Recordados, Gerineldo, Levántate, dueño mío ,
Que ya érades sentido , Que del Rey la fiera espada
Entre los dos ha dormido.
Que la espada de mi padre —¿Adonde i r é , mi señora?
Yo me la he bien321.conocido. ¿Adonde me iré, Dios mió?
(Desesperaciones de amor, Pliego suelto.)
¿ Quién me librará de muerte,
ROMANCE
« Es uno de los mejoresDE
y GERINELDO.—II.
mas raros romances viejos, y al
De muerte que he merecido?
mismo úempo en extremo popular
(Anónimo ?.) en Asturias, donde se
—No te asustes, Gerineldo ,
canta todavía, pero ya muy modernizado.
—Gerineldo, Gerineldo, Que siempre estaré contigo :
El mi paje mas querido, Márchate por los jardines
Quisiera hablarte esta noche Que luego al punto te sigo.—
En este jardin sombrío. Luego obedece á la Infanta,
—Como soy vuestro criado, Haciendo cuanto le ha dicho :
Señora, os burláis conmigo. Pero el Rey, que está en acecho,
—No me burlo, Gerineldo , Se le hace encontradizo.
Que de verdad te lo digo. —¿ Dónde vas, buen Gerineldo ?
—¿ A qué hora, mi señora, ¿ Cómo estás tan sin sentido ?
Comprir heis lo prometido? —Paseaba estos jardines
—Entre las doce y la una, Para ver si han florecido, T
Que el Rey estará dormido.— Y vi que una fresca rosa
Tres vueltas da á su palacio ' El calor ha deslucido.
Y otras tantas al castillo ; —Mientes, mientes, Gerineldos,
El calzado se quitó Que con Enilda has dormido.—
Y del b.uen Rey no es sentido : Estando en esto el Sultán,
Y viendo que todos duermen Un gran pliego ha recibido :
Do posa la Infanta ha ido. Ábrelo luego, y al punto
La Infanta que oyera pasos Todo el color ha perdido.
Desta manera le dijo : —Que prendan á Gerineldo.
—¿ Quién a mí estancia se atreve ? Que no salga del castillo.—
Quién á tanto se ha atrevido ? En esto la hermosa Enildas
—No vos turbéis, mi señora, Cuidosa llega á aquel sitio.
Yo soy vuestro dulce amigo, De lo que pasa informada,
Que acudo á vuestro mandado Y conociendo el peligro,
Humilde y favorecido. Sin esperar á que torne
Enilda le ase la mano El buen Rey enfurecido,
Sin mas celar su cariño; Salta las tapias lijera
Cuidando que era su esposo En pos de su amor querido.
En el lecho se han metido, Huyendo se va á Tartaria
ROMANCES CABALLERESCOS. «7
Con su amante y del amigo, Topara con Hernandillo
Que en un brioso caballo Un alguacil de su padre.
La atendía en el egido. —¿Qu'es aquesto Melisenda?
Allí antes de casarse ¿Estoque podia estare?
Recibe Enílda el bautismo,
Y las joyas que lleva ¡O vos tenéis mal de amores,
En dos cajas de oro .fino O os queréis loca tornare!
Una vida regalada —Que no tengo mal de amores,'
A su amante ha prometido. Ni tengo por quien penare,
(Este es un romanee de Gerineldo nuevamente Mas cuando yo era pequeña
compuesto. Pliego suelto.)
Tuve una enfermedade.
i Con algunas variantes se conserva é imprime este roman- Prometí tener novenas
rp v es uno de los vulgares que venden los ciegos. Todavía Allá en San Juan de Letrane:
en Andalucía, con el nombre de Corrió ó Corrido ó Carreri-
lla que así llama la gente del campo á los romances que con- Las dueñas iban de dia,
serva por tradición, se recita ó cuenta el siguiente que trata Doncellas agora vane.—
también de Gerineldo. Desque esto oyera Hernando
CARRERILLA DE GERINELDO.
Puso fin á su hablare ;
¿Dónde vienes, Gerineldo, La Infanta muy enojada
Tan triste y tan afligido?
—Vengo del jardín, señora, Queriendo d'éí se vengare :
De coger flores.y lirios. —Prestásesme hora, Hernando,
—Gerineldo, Gerineldo,
Mi camarero es Pulió Prestásesme tu púnale,
El que te pondrá esta noche Que miedo me tengo, miedo
Tres horas á mi servicio. De los perros de la calle.—
—Como soy vuestro criado,
Señora, os burláis conmigo. Tomó el puñal por la punta,
—No me burlo, Gerineldo, Los cabos le fuera á daré :
Que de veras te lo digo :
A la una de la noche Diérale tal puñalada
Has de venir al castillo, Qu' en el suelo muerto cae. ,
Con zapatitos de seda
Para que no seas sentido.— lbase para palacio
Esto le dijo la Infanta, A do el conde Ayruelo estae;
Y al punto se ha despedido, Las puertas halló cerradas,
Diciéndole Gerineldo :
—Señora, será cumplido. No sabe por do pasare:
Con arte d'encantamento
Las abrió de par en pare.
322. Al estruendo el conde Ayruelo
Empezara de llamare :
MELISENDA Y EL CONDE AYRUELO.
—Socorre, mis caballeros,
{Anónimo *.) Socorre sin mas tardare :
Todas las gentes dormían Creo son mis enemigos,
En las que Dios tiene parte, Que me vienen á matare.—
Mas no duerme Melisenda La Melisenda discreta
La hija del Emperante;
Que amores del conde Ayruelo L'empezara de hablare :
No la dejan reposare. —No te congojes, señor,
Salto diera de la cama No quieras pavor tomare,
Como la parió su madre, Que yo soy una morica
Vistiérase una alcandora Venida de allende él mare.—
No hallando su briale;
Vase para los palacios 1
Des qu'esto oyera el Conde
Donde sus damas estare; EsteLuego
romance se ha entresacado
conocido la hae : de la glosa de Lora,
restableciendo su antiguo consonante. Debe ser muy anti-
Dando palmadas en ellas Fuese
guo, y,acaso el Conde
de aquellos paraprimitivos
pocos ella, de origen morisco ,
Las empezó de llamare. mas ya calcado sobre costumbres
Las manos caballerescas.
la fué á tomare,
—Si dormís, las mis doncellas, Y á la sombra de un laurel,
Si dormídés, recordae;
Las que sabedes de amores De Venus es su jugare.
Consejo me queráis daré; (Glosa nuevamente
523. hecha por FRANCISCO DE LOR \
Pliego suelto.)
Las que de amor non sabedes
Tengádesme poridade : ESPÍNELO.
Amores del conde Ayruelo (Anónimo.)
No me dejan reposare.—
Allí hablara una vieja, Muy malo estaba Espínelo,
Qu'es vieja de antigüedade : En una cama yacía,
—Agora es tiempo, señora, Los bancos eran de oro,
De los placeres tomare, Las tablas de plata fina :
Que si esperáis á vejez Los colchones en que duerme
No vos querrá un rapaze. Son de una holanda muy fina,
Esto aprendí siendo niña, Las sábanas que le cubren
Y no lo puedo olvidare, En el agua no se vían.
El tiempo que fui criada La colcha que en ella ponen
En casa de vuestro padre.— Sembrada es de perlería ;
Des qu'esto oyó Melisenda A su cabecera tiene
No quiso mas escuchare , Mataleona su querida:
Con las plumas de un pavón
Y vase á buscar al Conde La su cara le resfria.
A los palacios do estae. Estando en este solaz
T. X.
ñ
178 ROMANCERO GENERAL.
Tal demanda le hacia. Porque muy bien le cuadraba ;
—Espínelo, mi Espínelo, Criáronsele las diosas
i Cómo naciste en buen dia! En la montaña Troyana.
El dia que tú naciste Era tal su hermosura,
La luna estaba crecida, Que uua estrella semejaba :
Que ni punto le sobraba, Deseando vef el mundo,
Ni punto le fallecía. Sus amas desamparaba.
Contádesme, Espínelo, Andando de tierra en tierra
Contádesme vuestra vida. Hallóse do no pensaba ,
- Y o te lo diré, señora, En una gran pradería
Con amor y cortesía : De arrayanes bien poblada,
Mi padre era de Francia, En medio de una laguna
Mi madre de Lombardía; Toda de flores cercada.
Mi padre con su poder Es posada de una diosa
A Francia toda regía. Que Salmancia se llamaba,
Mi madre como señora Diosa de la hermosura,
Una ley hecha tenia : Sobre todas muy nombrada.
La mujer que dos pariese El oficio d'esta diosa
De uta parto y en solo uu dia, Era holgarse en su posada,
Que la den por alevosa Peinar sus lindos cabellos,
Y la quemen por justicia , Componer su linda cara.
O la echen en la mar No va con sus compañeras,
Porque adulterado había. No va con ellas á caza;
Quiso Dios, y su ventura, No toma el arco en la mano,
Qu'ella dos hijos paria Ni los tiros del aljaba,
De un parto, y en una hora, Ni el sabueso de trailla,
Que por deshonra tenia. Ni en lo tal se ejercitaba.
Fuérase á tomar consejo Ella des que vido á Troco
Con tan loca fantasía Quedó de amores llagada,
A una cautiva mora Que ni pudo detenerse
Ni quiso verse librada.
Que sabía nigromancía. Mirando su hermosura
—¿Qué me aconsejas, la.mora, D'esta manera le habla :
Por salvar la honra mía ?— —Eres, mancebo, tan lindo,
Respondiérale: — Señora, De hermosura tan sobrada,
Yo de parecer sería. Que no sé determinarme
Que tomases á tu hijo, Si eres dios ó cosa humana.
El que te se antojaría, Si eres dios, eres Cupido
Y lo eches en la mar El que de amores nos llag^a :
En uu arca de valia Si eres hombre, ¡ cuan dichosa
Bien embetunada toda. Fué aquella que te engendrara!
Que mas segura sería,
Y pongas también en ella Y si hermana alguna tienes,
Mucho oro y joyería, De hermosura es muy dotada.
Porque quien al niño hallase Mi señor, si eres casado,
De criarle se holgaría.— Hurto quiero que se haga;
Cayera la suerte en mí, Y si casado no eres
Y en la gran mar me ponía, Yo seré tuya de gana.—
La cual estando muy buena El Troco, como es mancebo,
Arrebatado me había, De vergüenza no hablaba;
Y púsome en tierra firme Ella cautiva de amores
Con la furor que traía, De su cuello le abrazaba.
A la sombra de una mala El Troco le dice así,
Que por nombre Espina había, D'esta manera le hablaba :
Que por eso me pusieron —Si no estáis, señora, queda,
D'Espínelo nombradía. Dejaré vuestra posada.
Marineros navegando ' • {Cancionero, Flor de enamorados.)
Halláronme en aquel dia :
Lleváronme á presentar i Pudiera por su asunto colocarse entre los romances mi-
Al gran Soldán de Suria. tológicos ó los amorosos.
El Soldán no tiene hijo
Por su hijo me tenia;
El Soldán agora es muerto. 325.
Yo por el Soldán regía. E L CONDE GRIFOS LOMBARDO.
{Cancionero, Flor de enamorados. — It. TIMONEDA
Rosa de amores.— It. YVeup, Rosa de Romances. (Anónimo*.)
En aquellas peñas pardas,
Este romance viejo tiene vestigios de carácter oriental. En las sierras de Moncayo
Fué do el Rey mandó prender
Al conde Grifos Lombardo,
324. Porque forzó una doncella
Camino de Santiago,
E L INFANTE TROCO. La cual era hija de un duque,
(Anónimo .) l
Sobrina del Padre Santo.
Quejábase ella del fuerzo;
En el tiempo que Mercurio Quéjase el Conde del grado :
En Occidente reinaba, Allá van á tener pleito
Hubo en Venus su mujer Delante de Cario Magno,
Un hijo que tanto amaba. •Y mientras qu'el pleito dura
Púsole por nombre Troco, Al Conde han encarcelado
ROMANCES CABALLERESCOS. 179

Con grillones á ios pies, Porque habiendo estado preso


Sus esposas en las maDos, Diez años, muy abatido,
Una gran cadena al cuello Y porque fué en este tiempo
Cojí eslabones doblados: De la prisión redemido,
La cadena era muy larga, Se regocija cada año;
Rodea todo el palacio; Pero aqueste no ha querido
Allá se abre y se cierra Por una calamidad
En la sala del rey Carlos. Triste que le ha sucedido; '<
Siete condes le guardaban, Y es : qu'el Rey tiene una hija
Todos han juramentado A quien natura ha medido
Que si el Conde se revuelve En esfuerzo y gran valor,
Todos serán á matallo. Que se lo dio tan subido,
Ellos estando en aquesto, Que triunfa su hermosura
Cartas habían llegado Mas que en la que el mundo ha habido.
Para que casen la Infanta Hallóla el Rey con un moro,
Con el Conde encarcelado. No menos que ella escogido
(Cancionero, Flor de enamorado».) De linaje, y muy valiente,
Que siempre les ha excedido
1
También el conde Grifos es protagonista del romance A todos los de la corle
de la Adiiltera castigada, ntím. 299, y aunque no menciona su Y á cuantos de fuera ha habido.
nombre, puede creerse que lo es del 298. El asunto del que En un aposento d'ella,
anotamos aquí puede pertenecer á la sección de los caballe- El Rey acaso los vido
rescos carlovlngios, y es una de las antiguas 6 interesantes
imitaciones de ellos. Solos , mas amor con ellos;
Qu'él solo los ha rendido.
Hízolos prender, y luego
326. Sin descargo ni partido
DON DIEGO D E ACEVEDO Y LA INFANTA MORA. Les ha dado la sentencia,
(De Lúeas Rodríguez'.) Y tiene ya proveído
Con estraño temporal Que al caballero degüellen
Por el mar embravecido, En cadahalso subido,
Va Don Diego de Acevedo Y á la princesa también,
A media nociie perdido. Sí no hay algún atrevido
Los vientos llevan la nave Que se combata con siete
Con espantoso ruido, Moros, por él escogidos;
Ya la suben , ya la bajan, Y ha de vencer á los siete,
Ya lleva el limón rompido, Y si él quedare vencido
Sin árbol, y sin entena, Degollarán á los dos
Sin remedio conocido, Sin remedio ni partido. —
Don Diego maravillado
Y el cielo estaba nublado, De lo que al moro le ba oido,
Y el norte estaba escondido. Se armó de sus fuertes armas
Las nubes derraman agua, Y después de apercebído
Baja granizo crecido : Va con tan bravo semblante,
Con muy temerosos truenos Que de mil gentes seguido
Brama el mar embravecido. Dicen que es el mas gallardo
Cuando la nave encalló, Que á la corte habie venido.
Que el bogar le fué impedido D'esta suerte va á palacio,
Los de adentro temerosos Y habiendo al Rey conocido,
Llevan al cielo sus gritos, Le hizo gran reverencia
Invocaban á las santos Y acatamiento debido,
Con clamor muy dolorido; Y contando de qué suerte
Mas como veen el puerto A su corte babie venido,
Donde Dios los ha metido, Le dijo : —Rey poderoso,
Saltan en tierra contentos, Lo que ante tí me ha traid©
Y después de amanecido Es la sentencia cruel
Reconocen ser de moros
La tierra donde han salido,
En las partes de Visena,
? ue diste en lo sucedido;
por ser tan cruda y fiera,
Traigo el corazón partido.
Donde tuvieron creido ¡Mira, Rey, que es gran crueldad.
Que haber arribado allí Lo que tienes proveído!
Les fuera muy mal partido. ¡Mira que á cualquier humano
Don Diego dijo : — Mis armas Tiene natural rendido!
Y mi caballo lucido Yo te suplico, señor,
Saquen de la rota nave.— Que me sea concedido
Y á un moro viejo que vido, Campo, con los siete moros;
Le dijo : — Amigo, si el Rey Pero habiéndolos vencido
Agora hubiese sabido Des por-libre á la princesa
Que han venido aquí cristianos Y al caballero afligido. —
Con tormenta que han tenido, Dijo el Rey : — Es imposible
¿ Querrá que entren eu sus tierras, Hacer lo que me has pedido,
O serles ha defendido? — Que será contra la ley
Dijo el moro : — En otro tiempo Que en mi corte se ha tenido.
Os fuera bien combatido; Defiende la parte d'ella
Mas agora el gran Moríante Si estás de tí aborrecido,
Tiene su bando extendide, Y porque no me parezca
Que de todo el universo Que estás fuera de sentido,
Venga quien fuese servido, Te vuelve, amigo, y no quieras
A unas justas que cada año Pagar lo que no has debido.—
kn aquesta corte ha habido, Don Diego se salió fuera,
j 8 0 ROMANCERO GENERAL.
Y en su caballo subido, Por la santa Trinidade,
A. voces, que lo oyó el Rey, Que me queráis dar licencia
Estas palabras les dijo : Para al Conde ir á encontrare,
—Salgan siete ó salgan ciento, —Mi licencia tenéis, hija,
Que yo estoy apercebido Haced vuestra voluntado.— *j
Para librar la princesa La Condesa al otro dia
O quedar aquí tendido.— Al Conde se fué á buscare,
Y en el palenque se entró Triste por Italia j Francia,
Que estaba constituido; Por la tierra y por la mare.
Y cuando el Rey moro hubo Ya estaba desesperada,
Los guerreros elegido, Ya se torna para acáe,
Mandó poner la princesa
En un tablado subido Cuando gran vacada un dia {'"
Donde viese al caballero Devisó allá en un pinare.
Que defiende su partido. —Vaquerito, vaquerito,
Estando en esto, Don Diego Por la santa Trinidade, ¡i '
A los siete moros vido Que me niegues la mentira •
Muy refulgentes las armas, . Y me digas la verdade :
El que menos muy lucido; ¿ De quien son estas vaquitas
Cada cual d'ellos valiente, Que en estos montes estare?
Membrudo , fuerte y fornido. —Del conde Sol son , señora,
Parten los siete volando; Que manda en este lugare.
Mas Don Diego apercebido —¿Y de quién son esos trigos
También volando arrancó; Que cerca están de segare?
Pero d'ellos combatido —Señora, del mismo Conde,
En él quebraron las lanzas Porque los hizo sembrare.
Sin ser d'ellos mas movido —¿ Y de quién tantas ovejas
Que un duro y fuerte peñasco Que á corderos dan mamare?
O mármol endurecido. —Señora, del conde Sol,
El que Don Diego encontró Porque los hizo criare.
Allí le dejó tendido, —¿ De quién, dime, esos jardines
Con el hierro de la lanza Y ese palacio reale ?
En la garganta escondido ; —Son del mismo caballero,
Y de los seis que quedaron, Porque allí suele habitare.
Aunque cercado se vido, —¿ De quién, de quién los caballos
Dio con su lanza sin hierro Que se oyen relinchare?
De todos al mas lucido, —Del conde Sol, que suele
Tal golpe, que con caballo Sobre ellos ir á cazare.
Lo dejo allí amortecido. —¿Y quién es aquella dama
Dijo el Rey.—Buen caballero, Que un hombre abrazando estae ?
Basta , yo doy por vencido —La desposada seftora
El campo, y el triunfo d'él Con que el Conde va á casare.
Pues le tenéis conseguido. —Vaquerico, vaquerito,
(RODKISÜEZ, Romancero historiado.) Por la santa Soledade:
i Apenas se comienza á leer este romance se advierte en él Toma mi ropa de seda,
el espíritu facticio de imitación caballeresca, qué fué moda Y vísteme tu sayale,
cutre", nosotros en el siglo xvi. Es un cosido de aventaras y
lances de caballería enfáticamente expresados, y con preten- Que ya hallé lo que buscaba,
siones de falsa elevación poética, que le privan de las Buenas No lo quiero, no, dejare;
y sencillas dotes de los romances viejos. Agárrame de la mano :
Y á su puerta me pondráes,
Que á pedirle voy limosna,
327. Por Dios, si la quiere daré.
Desque estuvo la Condesa
EL eONDE SOL.
Del palacio en el umbrale,
(Anónimo*.) Una limosnica pide
Grandes guerras se publican Que se la den por piedade,
Entre España y Porlugale: Y fué tanta su ventura,
Pena de la vida tiene Aun mas que era de esperare,
Quien no se quiera embarcare. Que la limosna demanda
Al conde Sol le nombran Y el Conde se la fué á daré.
Por capitán geuerale; —¿De dónde eres, peregrina?
Del Rey se fué á despedir —Soy de España naturale.
De su esposa otro que tale: —¿Cómo llegastes aquí?
La Condesa quera niña, —Vine mi esposo á buscare,
Todo se le va en llorare. Por tierra pisando abrojos,
—Dime, Conde, ¿cuántos años Pasando riesgos en mare,
Tienes de echar por alláe ? Y cuando le hallé, señor,
—Si á los seis años no vuelvo, Supe que se iba á casare,
Condesa, os podéis casare.— Supe que olvidó á su esposa,
Pasan los seis, y los ocho, Su esposa que fué léale,
Pasan diez y pasan mas, Su esposa que por buscalle
Y el conde Sol no tornaba Cuerpo y alma fué § arriesgare.
Ni nuevas suyas fué á daré. —¡Romerica, romerica,
Estando en su estancia sola, Calledes, no digas tale, •
Fuéla el padre á visitare : Que eres el diablo sin duda
—¿Qué tienes, hija querida, Que me vienes á tentare!
Que no cesas de llorare ? —No soy el diablo, buen Conde,
—Padre, de toda mi alma, Ni yo te quiero enojare;
Soy tu mujer verdadera,
Y así te vine á buscare,—
ROMANCES C A B A L L E R E S C O S . *81
nlscencias de los que unos ú otros habian inventado. Corro-
E l Conde cuando esto oyera,
Sin un punto mas tardare, bora esta última conjetura el hecho que presentan algunos
Un caballo muy lijero romances que tradicionalmente y sin imprimirse se conservan
Ha mandado aparejare éntrela gente rústica de Andalucía , los cuales, cada uno de
Con cascabeles de plata ellos suele contener á saltos, sin conexión, sin verdadero
Guarnido todo el pretale; enlace, y sin observar la misma rima, trozos ó fragmentos
Con los estribos de oro, de los juglarescos y de los de los trovadores. Tal es el del nú-
Las espuelas otro tale, mero 373, que empieza : Salió Roldan á cagar.
Y cabalgando de un salto,
A su esposa fué á tomare, 329.
Que de alegría y contento
No cesaba de llorare. CORDURA DE A L U R D A PARA JUSTIFICARSE DE L A CALUMNIA
Corriendo i b a , corriendo, DE UN CABALLERO QUE SK JACTÓ D E HABERLA GOZADO.
Corriendo va sin parare, (Anónimo *.)
Hasta que llegó al castillo
Donde es señor naturale. — Esta noche, caballeros, •
Quedádose ha la novia Dormi con una doncella,
Vestidica y sin casare, Que en los dias de mi vida
Que quien de lo ajeno viste, Yo no vi cosa mas bella.—
Desnudo suele quedare. Todos dicen á una voz.
2
— i Cierto, Aliarda es esa ! —
[Tradicional.) Oídolo habia su hermano,
i Este romance, que aun se conserva y pasa de boca en Un hermano carnal della,
boca en Andalucía y tierra de Ronda, está calcado sobre el Dijéronle a l l í : — Florencios,
del Conde Uirlos. Aquí sin embargo se han cambiado los pa- Bien es casarte con ella.
peles , pues la dama es quien busca al marido, y le halla en el —No quiero hacer, caballeros,
caso de desposarse con otra, mientras en aquel sucede lo Para mí cosa tan fea,
contrario. E n tomar yo por mujer
L a que tuve por manceba.—
Aun no acabó Florencios
328. De decir aquella nueva,
DON GALVAN T L A INFANTA, Cuando todos prontamente
1
Dicen luego : — ¡ Muera, muera!
(Anónimo .) ¡ Muera aquel que ha deshonrado
Bien se pensaba la Reina A Aliarda la mas b e l l a ! —
Que buena hija tenia, E n saber esto Aliarda
Que del conde Don Galvan Gran enojo recibiera :
Tres veces parido habia, Envióles á decir
Que no lo sabía ninguno En breve desta manera :
De los que en la corte habia, — P é s a m e , mis caballeros,
Si no fuese una doncella De hacer cosa tan mal hecha,
Qu'en su cámara dormía. Que lo que el loco decia
Por un enojo que hubiera No era cosa creedera.
A ia Reina lo decia: Hasta saberlo de cierto
La Reina se la llamaba No le habian de dar pena.
Y en cámara la metia,
(TIMOHEDA, Rosa de amores. —U. WOLF, nona
Y estando en este cuidado de romances.)
De palabras la castiga :
—Hija, si virgen estáis, i Es uno de los buenos romances de la Rosa de amores,
Reina seréis de Castilla : reimpreso por el Sr. Wolf.
Hija , si virgen no estáis s Esta Aliarda parece ser diferente de la del romance del.
De mal fuego seáis ardida. Desafío de Oliveros y Montesinos; que empieza : En las salas
—Madre, tan virgen estoy de París.
Como el dia que fui nascida.
Por Dios os ruego, mi madre,
Que no me dedes marido; 330.
Doliente soy de mi cuerpo,
Que no soy para servillo.— EL TRAIDOR MARQCrLLOS, Y BLANCA-FLOR.
Subierase la Infanta (Anónimo.)
A lo alto de una torre;
Si bien labraba la seda, ¡Cuan traidor eres, Marqulllo»!
Mejor labraba el o r o ; ¡Cuan traidor de c o r a z ó n !
Vido venir á Galvan Por dormir con tu señora
Telas de-su corazón. Degollaste á tu señor.
Ellas en aquesto estando Desque lo tuviste muerto
E l parto que la tomó. Quitástele el chapiron;
—¡ Ay por Dios! ; ay mi S e ñ o r ! F u é r a s t e al castillo fuerte
Alleguéisos á esa torre, Donde está la Blanca-Flor.
Recogedme ese mochacho —Abridme, linda s e ñ o r a ,
En cabo de vuestro manto. Que aquí viene mi s e ñ o r ;
Dédesmelo á criar Si no lo queréis creer,
A la madre que os parió. Veis aquí su chapiron. —
Blanca-Flor desque lo viera
(Cancionero de Romances.) Las puertas luego le a b r i ó :
0 , r c ioniIB evfe cta d e e s t e
Echóle brazos al cuello,
lntemri« t ?vÍ 5 ? P . romance, y su variación
J Allí luego !a besó ;
Abrazándola y besando
T O S : e s e c i r a
En un secreto la entró.
u e l l o s
>»«ente d í i S S M «
pueblo
í > ^ 1
ue
compuestos poi —Marquillos, por Dios te ruego
trovadnr.r >? nohanvenidodelosjuglaresnide ln<
madores, aunque quizá está formado de trozos y de naS Que me concedas un d o n ;
ROMANCERO GENERAL.
!83 .,
Que no durmieses conmigo En busca de Felisarda,
Hasta que rayase el Sol.— En quien tuvo aprisionado
!
Marquillos, como es hidalgo , De afición su tierno pecho ,
El don luego le otorgó, De ingratitud traspasado
Y como venía cansado Lo mejor de su niñez
En llegando se durmió.
Levantóse muy lijera Y el tiempo verde y lozano,
La hermosa Blanca-Flor; Cuando en casa de sus padres
Tomara un cuchillo en mano Se hablaban con recato ,
Y á Marquillos degolló. Tan amorosas palabras
(TIMONEDA, Rosa de amores,It. WOLF , Rosa De estilo tan delicado,
de romances.) Que ninguno lo entendiera
i Lindísimo romance, que puede considerarse como pro- Sino de aviso sobrado.
ducto del último tercio del siglo xv, aunque posteriormente Va por topar & Tereo
vehecho y modificado. De la cólera cegado,
Hechos un ascua los ojos,
331. De enojo desfigurado ,
E L MALDICIENTE. A veces mirando al suelo
(Anónimo.) . . Otras al cielo estrellado ;
Ese conde Cabreruelo, A veces corre furioso
Con el Rey come á la mesa, Y á veces está parado,
¡ Oh cuan mal que se abaldona Y otras está pensativo,
A toda mujer ajena! Y de sí desacordado.
Apuesta que no hay ninguna Ya habla consigo solo,
¡Ved cuan mal pensada apuesta! Ya con su fortuna y hado,
Si le escucha dos razones, Ya prosigue su camino,
Que de amores no la venza. Ya vuelve desesperado,
Como el amor atrevidas, Ya deja suelta la rienda
Como lafortunaciegas, Al espumoso caballo:
Como el honor peligrosas , Extremos hace en que muestra
Como la mentira inciertas, Señales de enamorado.
Así jura que son todas : Solo va por la espesura
¡Falsa jura! ¡ injusta tema! En voces altas clamando :
La Reina que tal escucha —Ven, adúltero Tereo,
Dio sañuda tal respuesta : Que aquí te estoy aguardando,
—Todas malas no es posible, Y verás en breve tiempo
Ni es posible todas buenas : Tu poder, braveza y mando
Yerbas hay que dan la vida , Destruido, cual merece
La traición de que has usado
Y quitan la vida yerbas. En llevarte á Felisarda
Traidores hombres del mundo Estando yo descuidado. —
Han hecho traidoras hembras, Y acabo de una gran pieza,
Dellos aprendieron culpas, Que dio fin á lo hablado,
Si culpas cometen ellas. Vido por detras de un roble
Ellos hablan, ellas oyen, Un grande bulto sentado.
Y de mentiras discretas Llegóse un poco mas cerca
Dichas hoy, dichas mañana, Por no hallarse engañado,
¿Quién habrá que se defienda? Que el corazón le dio luego
Favorecidos se alaban, Gran temor y sobresalto,
Disfaman si los desprecian; Y hallo con certidumbre
La que los escucha es fácil, Lo qne habia sospechado,
La que no les habla es necia. Que era sin falta Tereo
Cuantas nacen, cuantas viven , Con su Felisarda al lado.
Por agüero de su estrella, Y estando bien satisfecho ,
Al que menos las merece Aunque en cólera abrasado,
Se inclinan con mayor fuerza. Como prudente y discreto
Muchas quejas, muchos dones, Un poco se ha retirado.
¡ Qué mucho que á muchas prendan i Felisarda que conoce
Ejemplo es la piedra dura , A su aborrecido Albanio,
Que agua continua la mella. Con gran razón, vergonzosa
Enmendaos, amigo Conde, De verle se ha recelado.
Y de hoy mas las damas sean Dícele : — ¡ Dulce Tereo
Vuestro honor, no vuestro ultraje, De mi corazón amparo,
Vuestra paz, no vuestra guerra; Con Albanio mi enemigo
Levantad la parte humilde Cruda guerra se os ha armado,
Que es hazaña de alta empresa : Y sienten mis ojos pena
Todos de mujer nacimos, De veros atribulado! —
Volvamos todos por ellas. Luego respondió Tereo
{Romancero general.) Con un ánimo esforzado.
—No sintáis pena, bien mió',
Aunque nos haya topado,
332. Que quien os rinde la vida
ALBANIO Y F E L I S A R D A . — I .
Sacará la vuestra á salvo. —
Y diciendo estas palabras
(De Lúeas Rodríguez *.) En breve se ha levantado.
Ya se parte Albanio el fuerte, Albanio, contra Tereo
Y en amores desdichado, Arranca desaforado :
Y los dos valientes mozos,
Tan fuerte guerra han trabado,
Que el uno y otro cayeron
ROMANCES CABALLERESCOS. 185
Eu el suelo, de su estado. 335.
Vídolos un caballero
Que por allí pasó acaso, ALBANIO Y FELISARDA.—II.
El cual puso paz entre ellos,'
Que malamente han lidiado. {De Lúeas Rodríguez.)
Don Bradalin ha por nombre , Amores trataba Albanio
Hijo del Adelantado, Aunque no los descubría :
Del reino de Macedonia, Siente el corazón llagado
De gran renombre y ditado. De Felisarda su amiga ,
Luego que de la batalla Que desde niño con ella
Fué brevemente informado Estrecha amistad tenia.
Y ya que Albanio y Tereo Los mas de sus tiernos años
En su amistad han tornado, Y de aquella edad florida
Díjoles una razgn Pasados sin gozar cosa
Como sagaz y avisado. De su dulce compañía;
—Si la dama quiere al uno , Solo la conversación
Y en él pone su cuidado, Y agradable y dulce vista
No hay para qué muestre el otro Ya que la ingrata fortuna
El corazón alterado Traidora y desconocida
Por amores de la dama Les dio lugar y ocasión,
De quien él es despreciado. Cual pudo y les convenía ;
Tomado este parecer Ya que la naturaleza
A la dama han preguntado, Con ellos obrado habia
Que dice quiere á Tereo, En concedelles los años,
Que della está apasionado, Que á los demás concedía.
Y como razón discreta La constelación del cielo
A Bradalin le ha agradado. Adonde quiera movia
Albanio por otra parte Al infelice de Albanio
Se vuelve desesperado, Que simplemente vivía,
Donde topó otra aventura, Haciendo que el afición
Y se vido fatigado, Que Felisarda tenia
Y á gran pique de perder En el inocente mozo,
Su honra, vida y estado. Que no menos la quería
Un león sale al encuentro Que quiso Píramo á Tisbe
Valiente, feroz y bravo , De eterna memoria y vida ,
Que tan solo con la vista La vea en tan breve tiempo
Infunde terror y espanto. Tan cruelmente perdida.
Arremetió con gran furia Tal enemistad Albanio
Contra el valeroso Albanio, Muy gravemente sentia, .;
Que como esforzado y diestro
Tan cruel golpe le hubo dado, Y hablando consigo solo :

Que el fiero animal tendido Estas palabras decia,


Y casi muerto, ha quedado, Y con extremos que hace
Por donde tuvo lugar Que á gran compasión movían
De poner su vida en salvo, Dice : — ¡ Oh dulce Felisarda!
Como aquel á quien tenia ¿Que os cansó mi compañía?
La dura Parca guardado, ¡Qué daño sentiste della,
» Para gozar de aquel bien Luz y espejo de mi vida?
Que después hubo gozado : Consuelo de mi tristeza,
Y Don Brandalin prosigue Socorro del alma mía,
Su camino comenzado, Principio de mi contento
Y el venturoso Tereo Y fin do va mi alegría;
Con Felisarda ha quedado. Remedio de mis enojos,
Mas la mudable fortuna Vida por quien yo vivía,
Y su destino ha ordenado Zanja donde me sustento
Que después de largo tiempo, Y do mifirmezaestriba;
Que ya Tereo ha gozado Corazón de mis entrañas,
A la hermosa Felisarda, Dulce Felisarda amiga,
Se vea della privado, ¿ Dónde está la fe y palabra
Como en sus dulces amores Que yofirmadatenia
Os ha de ser recontado, De aquesa divina mano,
Para que estéis sobre aviso, Que me afirmaba y decia :
Que aunque tengáis alto estado, «Mi leal Albanio, espera
No os fiejs de la fortuna, Solo en la esperanza mía,
Porque á la fin, da su pago. Vendrás á alcanzar el premio
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Que tu intención pretendía?»
¿Es esto sueño, bien mió?
. * Para este y el siguiente romance véase la nota del rfni Es quimera ó fantasía?
q u e O es un corto y breve antojo
tSSSSSi T 6
«"observaciones allí expuestas deben
0 0 8 l o s d o s ue a ( u l s e Quel aire lo deshacía?
S t t W " . .
con todos los del mismo autor. 1 i insertan, y' aun 3
¿Para qué tanto fundar
Donde cimiento no habia?
Y diciendo estas palabras
Y otras que contar podia
De gran dolor y tristeza
Que el nuevo amador sentia r
De lejos vio una pastora,
Que recogiendo venía
Sus amorosas ovejas,
Ya que Febo trasponía
184- ROMANCERO GENERAL.
Por cima del rico albergue «Al campo te desafía
Do Felisarda tenia La colmeneruela.
Su dulce reposo y siesta , Ven , Amor, si eres dios, y vuela'
Siempre que calor hacia. Vuela, Amor, por vidamia,
Tuvo el temeroso Albanio Que de un cantarillo armada
Algún tanto cobardía: En la estacada
Por una parte mostrando Mi libertad te espera cada día.
Gran esfuerzo y osadía, Este cántaro que ves
Determina de hablalla; Será contra tu pereza,
' Perdido el miedo que había Morrión en la cabeza,
Cobrado con su presencia Y embrazándolo pavés.
Por no saber quien sería, Si ya tu arrogancia es,
Vido ser su Felisarda Cual solia,
Según el traje y devisa: Al campo te desafía
'fitubéale la lengua La colmeneruela etc.» .
De la sobrada alegría , Saludóla el caballero
Y por encnbiertas señas, Cuyo sobresalto al pié
Como mejor él podia Le puso grillos de hielo,
Le dio á entender los. conceptos Y yendo a limallos él,
Que en su corazón habia; Amor, que. hace donaire
Y alzando un poco los ojos Del mas bien templado arnés,*
Que tan honestos tenia, Embebida ya en el arco
Vido por el aire un bulto Una saeta cruel,
ue velozmente venía, Perdona al pavés de barro,
? conoció ser un moro
Que sabe nigromancía,
No á la que embraza el pavés,
Escondiéndole un h arpón
A quien recontado el caso Donde las plumas se ven.
Sagazmente determina, Llegó el galán á la niña,
Que Felisarda le quiera Que en un bello rosicler
Sin saber cómo se hacia, Convirtió el color morado;
Dejando á -Albanio una carta Y saludóla otra vez.
Que desta suerte decia. Ella, que sobre diamantes
« Veráste, Albanio, próspero y querido Tremolar plumajes ve
«El breve tiempo de tus tiernos años: Y brillar espuelas de oro,
«Después, un poco ya en edad crecido, Dulce le miró y cortes.
«Vendránte males tantos y tamaños, Lo lindo, en fin, lo luciente,
«Que seas de tu bien aborrecido, Si la saeta no fué,
»Y morirán alfinestos engaños : Esta lisonja afianza;
»Tenesperanza, Albanio triste,, aguarda, Que ella escucha sin desden.
»Y gozarás tu dulce Felisarda.» —Colmenera de mis ojos,
Y de Albanio y Felisarda Y de labios de clavel,
La dulce carta leida, ¿Qué hará aquel
Deshecho el encantamento Que halla flechas en aquellos
Que el moro hecho tenia, Cuando en estos buscan miel;
De los dos enemistados Dímelo tú, y sépalo él.
Hace amistad muy crecida, Colmeneruela animosa,
Y vuelve á .su gracia Albanio Contra el hijo de la diosa,
Recobrando nueva vida. Si ve tus ojos divinos, ;
Y esos dos claveles finos,
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) ¿Qué hará aquel, etc.—
354. Desde el árbol de su madre
LA COLMENERA Y EL CABALLERO. Trincherado Amor allí
1 Solicita la venganza
(De Don Luis de Góngora .) ©el montaraz serafín.
Apeóse el caballero, Segunda flecha dispara,
Víspera era de San Juan, Tal que con silbo sutil
Al pié de una peña fría, Las plumas de la primera
Que es madre de perlas ya ; Las tiñe de carmesí.
Tan liberal, aunque dura, Tomóla el galán la mano
Que al mas fatigoso, mas Encomendando á un rubí
Le sirve en fuente de plata Que la prenda el corazón
Desatando su cristal. En un dedo de marfil.
Lisonjeado del agua La sortija lo ejecuta
Pide al sol, ya que no paz, Y Amor, que fuego y ardid
Templadas treguas al menos, Está fomentando en ella,
Debajo de un arrayan. Le hace decir así:
Concedíaselas, cuando — Tiempo es, el caballero,
Vio venir, de un colmenar Tiempo es de andar aquí,
Muchos siglos de hermosura, Que tengo la madre brava
En pocos años de edad; Y el veros será mifin.—
Con un cántaro, Una niña, El contento fia su robo
Digo, una perla oriental, De las ancas de un rocin,
Arracada-de su aldea Y ella,amante ya, su fuga,
Si no lo es de la beldad. Del caballero gentil.
Cantando viene contenta —Decidle á su madre , Amor,
Y valiente, por su mal; Si la viniere á buscar,
La vasija hecha instrumento Que una abeja le lleva la flor
Lste atrevido cantar. A otro mejor colmenar.
Picar, picar,
Que cerquita está el lugar.
ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRÓNICAS GALESAS. 188
Decilde que no se aflija A otro mejor colmenar.
Y perdone al llanto tierno Picar, picar,
Pues granjeó galán yerno, Que cerquita está el lugar. —
Cuando perdió bella hija : ( GÓNGORA , Obras de.)
El rubí de una sortija
Se lo podrá asegurar, i Mas bien que caballeresco, es amatorio este hermoso ro-
Que una abeja le Ueva la flor mance, lleno de amena, picante y festiva poesía,

SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRÓNICAS GALESAS.

535. Son de dolor y cuidado.


—¡ Oh mi padre Perlón!
AMADIS DE GAULA. — I. . ¡Oh mi padre, rey honrado,
{Anónimo.) Que muero sin tú sabello,
Por lo cual vo mas penado !
En la selva está Amadis, ¡Oh mi padre, si supieses
El leal enamorado; Quién aquesto me ha causado,
Tal vida estaba haciendo Bien sé no t'espantarias,
Cual nunca hizo cristiano. Ni de tí sería culpado !
Cilicio trae vestido ¡Oh buen viejo Don Gandales,'
A sus carnes apretado ; Amigo mió muy honrado,
Con disciplinas Destruye Vos me sacastes del arca
Su cuerpo mas delicado. De la mar, do iba encerrado,
Llagado de las heridas, Siendo yo chica criatura
Y en su señora pensando, De aquesa noche criado!
No se conoce en su gesto, Vos me mostrastes crianza,
Según lo trae de delgado. Por do fui siempre estimado,
De ayunos y de abstinencias ¡E agora que ya soy grande
Andaba debilitado; , , Dejo vos desamparado!
La barba trae crecida, ¡Oh Mabilia, mi cohermana,
D'este mundo se ha apartado : Ya de mí no habéis cuidado!
Las rodillas tiene en tierra, ¡ Doncella de Denamarca,
1
Y en su corazón echado , Mi servir has olvidado !
Con gran humildad os pide ¡Oh mi señora Oriana,
Perdón si habia errado. Que muero por tu mandado!
Al alto Dios poderoso Mas si d'ello eres servida,
Por testigo ha publicado, No me llamo desdichado,
Y acordadósele habia Antes me llamo dichoso
Del amor suyo pasado, Y en la muerte afortunado.
Que así le derribó A lo menos donde fuere ,
De su sentido y estado. Aunque vaya condenado,
Con estás grandes pasiones Lo uno en no ver tu forma,
Amortecido ha quedado Ni tu genio deseado,
El mas leal amador E ver tu lindo semblante
Que en el mundo fué hallado. Contra mí en furor tornado.—
(Cancionero de Romances.) Con el dolor que sentia
1
La habla se le ha quitado.
En la Rosa española, segunda parte de romances de Ti» Estando así Amadis
moneda, después de este verso añade los siguientes : Como de un sueño pesado
Con humildad y paciencia Vio venir un caballero
A su señora ha invocado : De todas armas armado. —
Diciéndole está : — ¡Oriana!
Si en alguna cosa he errado (AQUÍ comienza una glosa del romance de A
Suplicóte que perdones, Pliego suelto.)
Pues me ves tan humillado.—
Con estas graves pasiones etc. i Está entresacado de unas coplas que le sirven de glosa,
Este romance alude á la penitencia que Amadis de Gaula
hizo en la peña Pobre, desterrado por injustos celos de la donde queda cortado y sin concluir el romance.
presencia de Oriana.—Cervantes parodia este lance del libro
caballeresco haciendo que Don Quijote, suponiéndose des-
deñado de Dulcinea, se retire á hacer penitencia á la Sierra- 337.
Morena.
AMADIS DE GAULA. — III.

336. (Anónimo*.)
Después que el muy esforzado
AMADIS DE GAULA. — H . Amadis, que fué de Gaula,
{Anónimo <.) Por mandado de su señora
La hermosa Oriana,
En la selva está Amadis, Partió de la peña Pobre,
El leal enamorado : Do la doncella le hallara,
De lágrimas de sus ojos Vínose á Miraflores,
El campo tiene regado, Adonde Oriana estaba
Por una carta sañosa Puesla en muy grande cuita
Que Oriana le ha enviado. Por aquel que tanto amaba,
Palabras que está diciendo, Tan lastimada y tan triste,
486 ROMANCERO GENERAL.
Que la vida le faltara, En la noble Trapisonda,
Si no fuera por Mabilia, Adonde ella residía,
Que mucho la consolaba. Cuya señora ha de ser:
Cuando se vieron los dos, Claridiana se decia,
Los dos que tanto se amaban, La cual entre las mujeres
No hay quien contar pudiese Como el sol resplandecía.
La gloria de que gozaban. Hacia á todos gran ventaja
Abrazados por gran rato, En su gracia y bizarría,
Que ninguno se hablaba ; En hermosura y valor
Trasportados del dulzor Y en virtud y en gallardía ,
Que su vista les causaba, Y en ánimo varonil
Como aquellos que el amor • Y esfuerzo sin cobardía,
Por igual los sojuzgaba; Porque solo su amador
En cabo de un gran rato Algún tanto la excedía,,
Cada uno en sí tornaba, Y con tan poca ventaja
Y con muy grande alegría Que apenas se conocía.
El uno al otro hablaba, El la quiso y fué querido,
Contando las graves penas , ¡ Ved qué gloria les sería,
Que el ausencia les causaba; Pues-a Amadis en amar
Mas si congojas pasaron El clara ventaja hacia,
En placer se les tornara. Y ella á la reina Oriana,
{Cancionero de Romances. — It. Rom'ance delQue de allí pasar no habia!
Pasando muchos trabajos
Conde Atareos, etc. Pliego suelto.)
Y tormentos cada dia,
i Hé aquí en los números 335,336 y 337 los únicos romances Vino el caso á suceder
que nos quedan de Atnadis de Gaula. Los tres no representan Que necesidad tenia
mas antigüedad que la del siglo xri, y ninguno está compren- De apartarse de su dgma,
dido en el Cancionero general de 1511. El Amadis de Gaula, Porque á llamarle venía
desconocido para el pueblo antes de dicha época, fué sin em-
bargo el tipo de, los .libros caballerescos espafioles, y el orí- Una doncella llorando,
gen demasiado fecundo de una multitud, cuyas traducciones Que su socorro pedia.
inundaron la Europa, después que la Francia habia agotado i Allí viérades los llantos
el manantial de sus crónicas caballerescas, sus Cárlo-Magnos Que cada uno hacia!
y sus Artuses. Allí las quejas, los celos
Que su amada le oponía!
Y para que no se fuese
338. Muchas lágrimas vertia.
EL CABALLERO BEL FEBO. —I. Mas como él era esforzado,
1 Complacerla no podia,
(De Lúeas Rodrigues .) Porque á ello le obligaba
El gran hijo de Trebacio La ley de caballería.
Que por sucesión venía Despidense con abrazos,
A ser alto emperador Que se daban á porfía :
De Grecia , donde asistía, De solo aquello gozó,
Llamado por nombre el Febo; Que mas no le concedía.
Flor de la caballería, No lo querie ella dejar
Ejemplo de la virtud, Por no perder su alegría;
Dechado de lozanía; Parécete que la ausencia
El que nunca igual halló Olvidarla causaría,
En esfuerzo y valentía, Dándole mil ocasiones,
El que siempre sujetó Como de contino hacia,
A toda la paganía, Y este triste pensamiento
El que con solo su nombre Tanto á la dama ofendía,
Los agravios deshacía, Que no le quiere soltar
El que á todos excedió Porque mucho lo temia.
En mesura y cortesía : Como el príncipe esto viese,
Este príncipe potente Gran pena y dolor sentía :
Que á los gigantes vencia, Dale su fe y su palabra
Un niño le sujetó Que muy presto volvería
Ciego, tierno en demasía, A tornarla á visitar,
Y fué porque le tiró Pues mas que ella lo quería; •
Una flecha que traía, Y así le dio la licencia,
A la cual no hay resistencia, Y el príncipe se partía.
Porque invisible la envía ; (RODRÍGUEZ , Romancero historiado.)
Y cuando verse pudiera
Poco le aprovecharía, i Trece son los romances de esta clase que el hinchado
Pues se habia de defender pero infatigable poeta Rodríguez nos dejó sobre las aventuras
Con quien tan poco podia, del caballero del Febo, descendiente de los Amadises y de los
Que era su corazón tierno; Palmerines. Están tomados sus asuntos del libro caballeresco
¡ Mirad cuál le pararía, intitulado : Espejo de principes y caballeros; que consta de
cinco ó seis partes, empezadas y continuadas en el último
Pues que de su natural tercio del siglo xvi.
Fuerza alguna no tenia !
Y ansina muy fácilmente
Cualquiera vista le hería. 339.
Tiróla tan fuertemente
Que forzado le rendía EL CABALLERO DEL FEBO. —- II.
A ser el mayor esclavo (De Lúeas Rodríguez.)
Que tiene en su compañía; Parte el amoroso Febo
Al cual le mandó que amase
A una princesa que habia De aquella que le ha robado
El alma y su corazón,
ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRÓNICAS GALESAS•
Con gran dolor y cuidado. Veinte enanos pasan luego .
Va melancólico y triste. De rostro muy afeado,
Y de mil ansias cercado, Con sayos hasta los pies
Desabrido y descontento De tafetán encarnado.
Y casi desesperado. Doce gigantes los siguen,
Quéjase de su fortuna Y cada cual iba armado
Porque apartar le ha forzado De ricas armas y fuertes
Del contento que da gusto Con un ancho alfanje aliado.
A su cuerpo apasionado, Tras aquesta compañía
Y de aquella luz que alumbra Pasó un carro tan preciado,
Su coraron lastimado, Que pensó el príncipe ser
Que va ofuscado en tinieblas Por arte mágica obrado :
Por ir de su luz privado. De zafiros y otras piedras
No syrto llora el dolor Venie todo rodeado,
Que le tenie atormentado, Que le pareció valer
Mas también el que su amada Mas que un reino muy preciado;
Por su ausencia habrá tomado. Y dentro vio estar dos sillas
Dale mas pena esta pena De oro muy fino labrado.
Porque la sentie doblado. En la una vio que estaba
Yendo con estas tristezas Un caballero asentado,
De fe viva acompañado, Galán, dispuesto y hermoso,
Fuertes gigantes venció, Muy severo y agraciado,
Y la soberbia ha bajado Y en la otra una doncella
A perversos caballeros, De rostro tan alindado
Que á otros habien agraviado. Y de tanta gallardía,
De malos aborrecido Que le ha todo alborotado,
Era, y de buenos amado ; Porque le pareció ser
De aquellos que poco pueden De la hermosura dechado.
Su favor es demandado, Va luego otra tanta gente
A los cuales da su ayuda Como delante ha pasado;
Con ánimo aparejado. Mas la vista de la dama
De todos era temido Ha su corazón llagado
Y por fuerza respetado; Con tan terrible herida,
Y cuando ya se volvia Que se sintió enajenado
Por un gran campo ha pasado, Para poder mas amar
Espacioso, ameno, alegre A la que primero ha amado;
Y de arboleda cercado, Porque viendo esta doncella
Tan espesa y tan crecida, Se halló tan aprisionado,
Que puede estar bien guardado Que su alma y corazón
De no ser visto de nadie, Firmemente le ha entregado;
Aunque mas fuera buscado. Y no pudiendo sufrir
En medio estaba una fuente Tal herida que le han dado,
De artificio tan preciado, Su buen caballo desata,
Y de tan galana hechura, Y su yelmo se ha enlazado.
Que admiración le ha causado. Sin poner pié en el estribo
Sonaba tan dulce ruido Con presteza ha cabalgado,
Del agua por aquel prado, Y con lijera carrera
Que le hizo descansar Del rico carro ha pasado,
Y estar un rato allí echado : Por solo tornar á ver
Y como el príncipe viese A quien tal le habie parado;
Ser lugar acomodado Que como él la vio pasar
Para poder dar alivio Quedó mas enamorado,
A,su cuerpo fatigado, Y así d'estos dos extremos
Con gentil aire y presteza Perseguido y acosado.
Del caballo se ha apeado,
Y quitándole la silla (RODRÍGUEZ, Romancen historiado.
En un árbol le ha arrendado.
Quitóse también el yelmo,
Y encima se ha recostado 340.
Para poderse aliviar
E L CABALLERO B E L F E B O . — III,
Del dolor bravo y pesado
Que le causó la memoria (Be Lúeas Rodríguez.)
De aquella que tanto ha amado. Con grande dolor y pena
Y estando en su dulce sueño Está el príncipe esforzado
Un gran ruido ha sonado, Deseoso de saber
Que su descanso le quita, Quién así le ha maltratado;
Pues el sueño le ha quitado. Y no pudiendo sufrir
Levantárase por ver El fuego que le ha abrasado,
Qué es lo que le ha despertado : Ruega mucho á una doncella
Ve que son unas doncellas Que detras se habie quedado,
Que con paso apresurado
Hacien tan gracioso son Le cuente aquella aventura,
Y un cantar tan extremado Y el fin de aquel rico carro;
Que con muy justa razón La cual por dalle contento
Pudiera ser comparado D'esta manera le ha hablado :
—Sabed, señor caballero,
A aquel de las tres sirenas, Que en aquel sublime estado
Por el mundo tan loado
Tan real y poderoso,
Dispuestas, lindas, galanas, Que del Catayo es llamado,
Con vestidos de brocado.
Hay una costumbre antigua
188 ROMANCERO GENERAL.
Que los reyes han guardado, Que ningún arma contraria
Y es que tenga tanta acción Las ha algún tanto mellado,
La hija en aquel reinado Y tan ricas y vistosas
Como el hijo, aunque sea Que estaba el Febo admirado.
De mil gracias adornado, Encima un caballo sube,
Y solo pueda heredar En correr muy extremado,
El que fuere señalado Juntamente en hermosura,
Por sus tan queridos padres Que Cornerino es llamado.
Sin salir de su mandado. Apartándose á una parte,
Vino acaso á suceder Grandes encuentros se han dado,
Que fué el padre aficionado Y fué tan grande el de Febo,
Muy mas de la hermosa hija Que ha por fuerza derribado
Que del príncipe estimado, Al príncipe Meridiau
Y al contrario-de su madre, Mal herido y quebrantado.
Es el hijo mas amado. Mas como el Febo lo viese.
A ella llaman Lindabridis, Del caballo se ha arrojado,
El Merian es llamado, Adonde con gran furor
Y así terrible discordia Fuerte contienda han trabado,
Entre ellos se ha levantado, En que Meridian mostró
Sobre cual ha de gozar El valor de que es dotado,
Del reino tan encumbrado. Resistiendo con destreza
Determinan una cosa Un golpe y otro pesado,
Para salir del cuidado, Que le da el potente Febo
Y es que vayan los dos juntos Con su recio y fuerte brazo.
Hasta un año ser pasado, Mas al cabo de dos horas
De aquesta suerte que veis; Le tenie tan mal parado,
Y esté el príncipe obligado Que ya iba de vencida,
A defender que merece Según le trae acosado;
Mas, en medio el campo armado, Y así del valiente Febo
Que su hermana Lindabridis, Meridian fué subjetado,
Ser señor de,aquel estado; Quedando con muy gran saña
Y si fuere victorioso Y casi desesperado,
En el tiempo situado, Y por no ser conocido
Que le darán luego el reino Quiso ir disimulado.
Y será señor llamado; Su caballo y armas fuertes
Mas que si fuere vencido, Con el príncipe ha trocado,
Que no espere ser premiado, Y despidiéndose d'ellos
Y suceda en su lugar Con presteza ha caminado
Hasta cumplir lo restado Al reino de Macedonia,
El valiente vencedor Adonde fué desposado
Que tanto esfuerzo ha alcanzado; Con la hermosa Floralinda,
Y si sale con victoria Que heredaba aquel estado,
Hasta el año señalado, Sucediendo en su lngar
Que gozará de aquel reino E! príncipe enamorado
Siendo con ella casado. De la linda Lindabrides
Esto es en suma, señor, Que le tenie aprisionado.
Lo que me habéis preguntado.— (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.)
Como el Febo aquesto oyese,
De sabello se ha holgado :
Dale mil gracias y ofertas
Por la cuenta que le ha dado. 341.
Al caballo da de espuelas E L CABALLERO D E L FEBO. — IV.
Hasta que hubo llegado
Al carro triunfante y rico; {De Lúeas Rodríguez.)
Y en llegando se ha parado, Con crecido regocijo
Y haciendo su acatamiento Y alegría singular
D'esta suerte ha razonado : Camina con Lindabrides
—Príncipe alto, excelente, Aquel príncipe sin par,
Y con razón publicado A cumplir lo que faltaba
Por el mas diestro y valiente Para el año se pasar,
Que en el mundo sé ha hallado ; Y si sale con victoria
Yo he sabido esta aventura Irse con ella á casar
¥ estoy bien d'ella informado, A la tierra de su padre,
Y sé cómo defendéis
Lo que os será demandado Y de aquel reino gozar.
De cualquiera caballero Enfrente d'ella sentado
Que á razón fuere llegado; Va por bien la contemplar,
Y así vedme aquí que estoy Puestos los ojos en ella
Muy presto y aparejado Sin las pestañas mudar,
A defenderos, que el reino Porque el fuego que le abrasa
Del Catayo, tan sonado, No los consiente apartar
Le merece, y es razón De aquella que le ha causado
Que á vuestra hermana sea dado.- La muerte y vida á la par :
Como el Príncipe esto oyese, Muerte, por lo que padece
La rica silla ha dejado, Hasta podella alcanzar,
Y poniéndose sus armas Y vida, porque imagina
Al gran campo sale armado, Que presto se ha de llegar
Las cuales eran de conchas Lo por él tan deseado,
De un duro yfinopescado, Que es con ella descansar.
Piensa agora que es querido,
ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRÓNICAS GALESAS. 189
Y esto le hace alegrar ; Cuando Febo entró en el campo,
Agora , que no es amado Una carrera fué á dar,
Para mas le hacer penar, Con tan gallarda postura
Y poner mas diligencia Que hizo maravillar
En podella aprisionar, A todos los que le vieran,
Y con palabras sabrosas No pudiendo divisar
Procurándose extremar, Las pisadas del caballo,
La declara allí su pena Según corre sin parar.
Por podella aficionar. Quiérele ella conocer
Mas desque ella le vido En el gentil cabalgar;
Con su hermano batallar, Mas verle con tales armas
Y conoció que á su esfuerzo No lo podie imaginar,
Ninguno podie igualar, Y asi piensa qu'el deseo
Y que en gracia y apostura La debia de engañar;
Le quiso Dios levantar Mas porque ve que parece
Sobre cuantos caballeros A aquel que tanto fué á amar,
Quiso natura formar; Sus muy agraciados ojos
Desde aquella hora y punto No puede d'él apartar,
La princesa le fué á dar Deseando mucho verle
Su alma y su corazón, De sus contrarios triunfar.
Sin poderse defensar. Estando así embelesada
Y ansina; yendo en el carro Vido por la plaza entrar
Se lo procura mostrar Muy apuestos caballeros
Con .sus amorosos ojos Que no se podíen contar,
Y con un dulce hablar; Que vienen por la Princesa,
Y también con estar triste Ganosos de pelear:
Y algunos sospiros dar. Quiere cada cual llevalla,
Y eon las muestras de amor Y de tal prenda gozar :
El Febo empezó á olvidar Vienen ricamente armados,
Del todo á esotra princesa, Por mas su valer mostrar.
Y d'ella á no se acordar, Cuanto el premio es estimado,
Porque solo era su fin Tanto esfuerzo basta á dar
Lo presente procurar, A los valientes guerreros
Y lo propio Lindabrides Para poder pelear.
Le procura encadenar Mas el animoso Febo
En su amor de tal manera No puede temor cobrar :
Que no se pueda apartar, Vence á uno, á dos, á tres,
Y en acabándose el año Que era cosa de espantar
Que solo podie faltar Cuan fácilmente los rinde,
Un mes, irse á su tierra Sin cosa alguna estimar
Y sus bodas celebrar. Sus desaforados golpes
Vanse á Constantinopla Que hacien la tierra temblar,
Para el mes allí pasar Aunque fuera mas valiente
Defendiendo su demanda, A su desprecio y pesar,
Que falta para llegar De aquesta suerte y manera
Al término señalado Cuarenta fué á subjetar
Y con victoria quedar. Con tanta desenvoltura,
En llegando, que llegó, Que les hacie renegar,
Mandó luego publicar Maldiciendo á quien le trujo
La demanda que traía, Para así los deshonrar,
Y que él ha de defensar Porque de su rica silla
Armado solo en el campo No le podien menear :
Donde empieza de aguardar Y porque venie la noche
A cualquiera caballero No pudo mas batallar
Que quiera con él lidiar. Y mandaron que cesase
El Emperador su padre Por entonces el justar :
Su demanda fué á aceptar, Y así fué con Lindabrides
Y asi hizo un cadahalso A su carro á reposar.
Por podello bien mirar, (RODRÍGUEZ , Romancero historiado. \
Y otro para que su madre
Pueda á su placer estar
Con otras muchas princesas
De valor y eran beldad, 342.
Y de tanta hermosura EL CABALLERO DEL FEBO. - ~ V.
Que no hay mas que desear.
Entre todas se señala (De Lúeas Rodríguez,-)
La que quiso señalar Ya quería el dorado Febo
Dios , de tanta gentileza Su gran carro aderezar,
Para su poder mostrar, Y sus feroces caballos
La Princesa Claridiana Con una vara domar,
Que se habie venido á holgar, Para que temblando d'él
Por saber si habría nuevas ' Obedezcan su mandar,
De aquel que le fué á robar Y le traigau por el cielo
Su alma y su corazón, Sin un momento parar,
Y si no comunicar Porque sus lucientes rayos
Con los que él tratar solia, Pueda por él derramar;
Por poderse consolar, Y viendo que ya era tiempo,
Imaginando que habla Tanto les fuera á azotar
Con los que él solia hablar. Que les hace como á toros
490 ROMANCERO GENERAL. ,
Terribles bramidos dar, D'él, porque tanto ha tardado
Y correr tan velozmente Sin venir á reposar
Sin un punto sosegar, Con sus amigos y padres.
Que á cabo de poco rato También le van á hablar
Pudo bien desparramar Aquellas altas princesas,
Sus muy rutilantes rayos Aunque sola fué á faltar
Y á todos regocijar, La princesa Claridíana
Que la. triste y larga noche Por no dar que sospechar.
Les hace tristes andar, Mas el Príncipe discreto
Cuando el generoso griego La supo bien disculpar,
Se comienza á levantar Que dejó á todos contentos,
De su regalado lecho Y así se fué á descansar
Y á grande priesa se armar, Despidiéndose de todos,
Y con su alta compañía Y acabando allí de dar
Va á ponerse en. el lugar Fin á aquella real empresa,
Que los muy justos jueces Digna de no se olvidar
Pusieron para justar. Para siempre de ninguno,
Y como luego vinieron Procurando le imitar.
Sus padres a se sentar, (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.
Con valientes caballeros
Grande justa fué á trabar,
Donde tanto se mostró, 343.
Que presto fué á derribar
A todos los principales: EL CABALLERO DEL FEBO.—• VI.
Solo uno fué á quedar,
Que era Rosicler, su hermano {De Lucas Rodríguez.)
De esfuerzo particular, Ya sería media noche,
Con el cual, si no fuera él > Que ruido no sonaba,
No se podie comparar Cuando aquella real princesa
Otro ningún caballero, En dos extremos estaba
Ni tener con él igual; De alegría y de tristeza
El cual se armó de sus armas Mirando lo que pasaba.
Muy ricas, y de estimar, Por una parte está alegre
Y subiendo en su caballo Porque vio al que tanto amaba ;
En el campo fué á parar, . Y por otra está muy triste
Con tan gentil continente Viendo cómo acompañaba
Que era cosa de mirar. A la hermosa Lindabrides
Desafiando á su hermano Y en su defensión andaba.
A un lado se fué á apartar, Piensa que á la otra quería
Y tocando las trompetas Y que á ella la olvidaba,
Se vinieron á encontrar Y aquesta amarga sospecha,
En medio de la carrera Tanto á la dama aquejaba,
Que parecían volar: Que no podía sosegar,
Encuéntranse de las lanzas Y así dos mil vuelcos daba
Sin cosa sana quedar; Encima su rico lecho
Suben tanto las astillas, Cuya sábana apretaba :
Que piensan que van á dar Con sus manos, pies y dientes,
Al supremo y alto cielo, Cosa sana no dejaba ,
No pudiendo divisar, Y con dolor muy crecido ,
Según iban de veloces, Rabia, gime y basqueaba,
Adonde podien llegar: Por no poder sospirar,
De caballos y de escudos Que es lo que mas le aquejaba,
Se vinieron á encontrar, Que pareció estar sin vida
Y á darse tan grandes golpes, Y el alma se le arrancaba
Que forzado les fué dar Del su tan gallardo cuerpo
En el duro y ancho suelo Según su color mostraba.
Ambos juntos á la par Mas cuando volvió en sí,
Con los yelmos.derrocados Tan grandemente lloraba
Para mas les admirar Que movia á compasión
A los que estaban presentes, Según que se maltrataba.
Y con alegría dejar Y no pudiendo sufrir
A los que estaban con pena,
Por verlos así afrentar El mal que la atormentaba,
Por un caballero extraño, Alzando la triste voz
Sin podello remediar. Una doncella llamaba,
Mas como lo conocieron, De la cual ningún secreto
Con un gozo singular Encubría, ni celaba.
Y con alegría subida Dícela que prestamente
Corren todos á besar Cumpla lo que le mandaba ,
Las manos á su señor, Y es : que llame luego á aquel
Sin poder disimular Por quien tanto mal pasaba,
El contento que les viene Y le diga que al proviso
Sobre tan duro pesar. Venga donde ella quedaba.
Rajaron también sus padres La cual como es diligente
Por poder presto gozar Y agradarla procuraba,
De la vista de su hijo, Después de pequeño rato
Al cual fueron á abrazar, A su aposento llegaba ,
Y con paternal amor Y dando muy recios golpes
Se comienzan de quejar Por el Febo preguntaba,
El cual de su cama luego
ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRÓNICAS GALÉSAS. m
Lijero se levantaba. Imagina que su amante
Tomando su espada rica Con palabras la engañaba,
A la puerta se paraba, Y así no queríe otorgar
Y como supo quién era, Lo que Febo deseaba,
"Y también quién la enviaba, Que era darle la licencia,
Vístese y arma de presto, Que tanto le demandaba.
Su lindo escudo embrazaba, Pero viendo que su amante
Y mandando abrir la puerta El partir no se excusaba
A gran priesa caminaba, Dice : — Que se vaya luego,
A ver aquella que antes Mas que su palabra daba
Su corazón traspasaba : Que si no cumple la suya,
El cual de la antigua herida De tomar venganza brava. —
De nuevo se refrescaba Y dándole una doncella
En aquella llaga antigua Que Periana se llamaba,
Que la ausencia le sanaba. El príncipe con abrazos
Y como llegó al lugar De su amada se apartaba,
Do Claridiana aguardaba, La cual con grande tristeza
De empacho , vergüenza y miedo Con pena y dolor, quedaba,
Todo su cuerpo temblaba Porque se ha de ver ausente
Viendo como habie faltado Del que mas que á sí amaba.
La fe que siempre le daba. Despídese de sus padres
Y como la vido asi, Y á su compaña tornaba,
Palabra no la hablaba. La cual estaba penosa
Viendo tanta hermosura, Viendo cómo se tardaba,
De nuevo se aficionaba; Y con ella á grande priesa
Lo mismo aquella princesa Al Catayo caminaba.
Toda en velle se turbaba. (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.)
Con un entrañable amor
A su querido abrazaba,
Y no pudiendo sufrir 344.
El fuego en que se quemaba ,
Con lágrimas de placer EL CABALLERO DEL FEBO.—-V!¡.
Su linda boca besaba;
Y teniéndole apretado, {de Lúeas Rodríguez.)
De su ausencia se quejaba, De pensamientos cercado
Preguntándole el por qué El griego joven quedó,,
Tanto della se ausentaba., Como se vido apartado
Y á esotra princesa mora De aquella vista, que dio
Tanto tiempo acompañaba. A su corazón tal golpe
Y como aquesto decia Que por medio lo partió :
Mil lágrimas derramaba Mas la linda Lindabrides,
Con las cuales de su amante Como su tibiez mostró,
Su rostro- y pecho bañaba, Con palabras regaladas
Y con el dolor que siente Tanto allí le enterneció,
Desmayada se quedaba: Que forzado á que la quiera
Parecie quel corazón Al Febo ilustre forzó
De su cuerpo le faltaba, Dándole favores mil,
Según los golpes le da; Con lo cual le enajenó
Mas cuando en sí ya tornaba, Para poder mas amar
El príncipe muy turbado A la que primero amó.
Sin dilación le contaba No iba menos la princesa;
A la penosa princesa Que tan igual los hirió
Lo que tanto deseaba. El tirano y cruel Cupido,
No le dice la verdad; Que bien su poder mostró,
Mas lo que poco importaba. Porque al uno nada falta,
Dicela que la virtud Ni al otro punto sobró.
A defender le obligaba Iba cada cual gozoso,
La causa de Lindabrides, De lo que nada se holgó '
Y que no era porque amaba La doncella Periana,
A ella, y su alto reino, Que rabia mortal tomó,
Porque nada lo estimaba: Viendo cómo á su señora
Y con pena desigual, Este principe engañó
Porque vea que le pesaba Faltándole la palabra,
Pide y ruega á la princesa, Y á la fe que la ofreció
Porque razón le forzaba De que no la olvidaría
A que lleve á Lindabrides Y allí lo contrario vio;
A la tierra do habitaba , Desabrida y descontenta
Que le dejase ir con ella Todo el tiempo caminó.
Y qu'él su palabra daba Yendo cerca de su tierra
De entregársela á sus padres, Lindabrides envió
Y volver do agora estaba; Una doncella á decir
Y que si de aquesta fe Todo cuanto aconteció
Ella no se confiaba, Al Emperador su padre,
Que le diese una doncella, Y en un lugar se quedó
Y qu'él prometía y juraba A dos millas del Catayo,
Que se volverie con ella, Y allí un rato descanso.
Si muerte no lo estorbaba. La .doncella es diligente,
Y como ella aquesto oyese Presto al Catayo llegó,
Cou gran dolor lamentaba ; Y á sus poderosos padres
192 ROMANCERO GENERAL.
Lo que ha pasado contó. 345.
El padre estaba gozoso
EL CABALLERO D E L F E B O . — V I I I .
Por ver lo que él deseó
Tan de veras, ya cumplido, {De Lúeas Rodríguez.)
Y aunque al principio pesó
A la emperatriz su madre, Con pesadumbre rabiosa
. Luego mucho se alegró La fiel Periana partía
Como en lugar de su hijo Del caballero del Febo
Otro sin igual cobró : Mirándola alevosía,
Y asi de hacer regocijos Pues le faltó la palabra
Por todo el reino mandó : Que en razón cumplir debia.
Lo que á recibir tocaba Con la gran ira que lleva
Ella á su cargo tomó, Con voz alta en demasía
Para mostrar el contento Le llamaba de traidor,
Que esta nueva le causó, Perro y falso le decía.
Y con muy solemnes fiestas Yendo con este dolor
A sus hijos recibió; Hacia Trapisonda guia,
Y cuando para casallos Do la noble Claridiana
La hora y tiempo llegó, Esperándole estaría.
En un lecho estando echado Con la gran priesa que lleva
Periana al Febo habló, Muy presto llegado habia :
Y con saña dura y brava Fuerase para palacio,
Quel enojo la cegó, Y cuando por él subia,
Le acuerda allí la palabra, Van muchos á la princesa
Que a su amada prometió A decir cómo venía
De no casarse con otra, Su doncella Periana
Y también le remembró Porque mucho la quería.
Que mirase ser cristiana Sale toda alborotada
Y que él en su ley nació, Hasta saber lo que habia;
Y esotra ser descreída Y como vio á su doncella
Porque nunca en Dios creyó. Con ansia y eran agonía,
Dicele también que quiera La abraza yl)esa en el rostro
A aquella que mas le amó, Y á su cámara la envía,
Y mire que á Claridiana Y como se vio con ella,
Nunca mujer le igualó, Claridiana la pedia
Que en valor y beldad rara Que le dé cuenta y razón
A esotra mucho excedió; Del recaudo que traia.
¿Que porqué tan á las claras Periana hablar palabra
Así la menospreció 1 De turbada no podía,
Pues sabe que á quien la agravia Que dar tan amargas nuevas
Nunca bien le sucedió, A su señora temía, ,
Porque en ánimo y esfuerzo Porque su dolor y pena
Dios sin igual la crió, Mas que la suya sentía.
Y así, que le hace saber, Y viéndola así turbada
Que si alto nombre alcanzó La princesa la reñia,
Entre todos los mortales, Porque no la decie presto
Que ya todo lo perdió, El príncipe, si venia,
Porque todas sus hazañas O sino qué se habie hecho
La presente escureció, Pues ve cuánto la ofendía,
Y que no esté muy gozoso En tardar tanto á contar
Si á Claridiana burló, Lo que saber pretendía;
Pues no fué gloria burlar La cual con voz lamentable
A quien mal no mereció, El succeso referia.
Y que puede estar seguro, Y como lo hubo escuchado
Si á su señora ofendió, Se quedó casi sin vida ,
Que ha de vengar la ofensa; Viendo ser menospreciada
Y con esto se apartó Por el que su alma tenia.
Del príncipe, no queriendo Arañábase la cara, '/,
Volver, aunque la llamó, Sus vestiduras rompía,
Y ansina, de pensamientos Sus muy alindadas manos
Rodeado le dejó. Con rabia y furor lorcia,
Comenzó á considerar Y sus labios rubicundos
Lo que allí le relató Los maltrataba y mordía
La doncella Periana, '"i Con sus cristalinos dientes,
Y á su escudero pidió Tanto, que sangre corría
Su caballo y armas fuertes Dellos, en tanta abundancia
Y prestamente se armó. Que á gran compasión movía.
Con lijereza no vista Arrancaba sus cabellos , , •'
En el caballo subió , Sus tocados deshacía,
Y con ansia y agonía " . Dábase de cabezadas,
Del Catayo se alejó. Cruelmente se hería;
Va siguiendo la doncella Con sospiros y sollozos
Que tanto le alborotó, Muchas lágrimas vertía, ••
Tristísimo , y muy lloroso Y con voz triste y llorosa, '
Contemplando cómo erró Que hasta los cielos subia
Eu faltar así á su amada Decia : — ¡Perro, traidor !
La palabra que le dio. ¿Cuándo yo te merecía
(ROBRISUKZ, Romancero hUtoriaio.) Que me dieses tan mal pago,
Pues mas que i mi te quería,
ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRÓNICAS GALESAS. 193

Olvidándome por otra Humo negrísimo echaba,


Que menos que yo valia, Y sus ojos parecían
Mora, y mala como tu, Ser de alguna lina grana :
Que nunca á Dios conocía ? Llévalos del gran coraje
Cielo, duélete de m í , Mas encendidos que brasa.
Y aqueste falsario envía Yendo con esta tristeza
A las furias infernales A gran priesa caminaba,
Á pagar su alevosía; Tanto que presto llegó
Y sino , traémele aquí, Orillas del mar, do estaba
porqué yo le mostrarla , Una nao de pescadores
De mi persona á la suya Con la cual se solazaba.
La maldad que cometía Díceles con muchos ruegos,
Haciéndole mil pedazos Que á su tierra deseada
Por la maldad que hacía. — Quisiesen luego llevarle,
En diciendo estas razones Que su ida serie pagada :
De su estado se caia; Los cuales por complacerle
Dando un mal golpe en el suelo, Su pedimiento aceptaban.
pié ni mano no movía, Ponen velas al navio »
Que parece estar difunta, Y á remar priesa se daban,
Porque nada uo sentía. Tanto, que en muy poco tiempo
La doncella lastimosa Fué su tierra devisada;
También le hacie compañía Y cuando al puerto llegaron,
Amargamente llorando Su traída regraciada
Porque tal nueva traía; A la gran Gonstantinopla
Y viéndola desmayada Su camino enderezaba;
Un poco de agua vertía En la cual están sus padres
Sobre su jarifo rostro, Y toda su alta prosapia,
Y cuando ya en sí volvía Y á la cual va muchas veces
Fué con amargo sospiro, Su señora Claridiana.
Que parece que quería Y cuando por ella entró
Apartarse'de su cuerpo Un grande ruido sonaba;
Su alma, según le envía. Y preguntando qué fuese,
Y cuando ya sosegaba, Un hombre le declaraba
Sus ricas armas pedia, Que eran unas grandes fiestas
Y su lijero caballo, Que su padre hacer mandaba,
De las cuales se vestía, Porque le ha nacido un hijo
Y subiendo encima del Que Claramante se llama.
Se parte sin compañía, Y como Febo lo oyese
Con coraje bravo y fuerte, En gran manera se holgaba,
Llena de melancolía Y con mucha instancia y ruego
A tomar cruda venganza A aquel hombre suplicaba
De quien tan mal la ofendía. Que unas ricas armas negras
Endereza su camino Luego á su poder le traiga,
A Grecia, donde asistía Porque quiere disfrazado
El Emperador su padre, Entrar en la lal batalla :
Y adonde saber podría El cual cumpliendo su oferta
De su hijo, el grande Febo Se las trae, y él d'ellas se arma
Si desposado se habría ; Y guardándole las suyas,
Y en llegando, vio que fiestas El príncipe caminaba
El Emperador hacia Donde se hacen las justas,
Porque había días muy pocos Y como al campo llegara
Que otro hijo le nacía, Vido que en los miradores
Y así se quedara en Grecia Estaba su linda amada
Aguardando si vendría Con sus muy queridos padres,
Su amante cruel á las fiestas, Que gran gozo le causara.
O sino, le informarían Y porque su valentía
Los que á ellas viniesen Primero fuese mostrada,
Lo que á saber pretendía. Contra un mantenedor
Su caballo enderezaba,
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Y el otro por el contrario :
Fuertes encuentros se daban
346. Aunque del golpe primero
El Febo lo derrocaba.
EL CABALLERO DEL FEBO. — JX. También derribó otros tres,
{De Lucas Rodríguez.) Que la justa defensaban,
Y otros muchos caballeros
Con furia muy desmedida Que aventureros andaban.
Y braveza demasiada, Conócele la princesa
Aquel generoso griego En el jugar de la lanza ,
Va buscando á Periana, Y en sus fortísimos golpes :
Para ir junto con ella Quítase de la ventana ,
A ver su primera amada. Y con armas diferentes
Iba triste y pensativo Sale en medio el campo armada;
Con desesperación brava, Vase para el grande Febo
Tan furioso y desabrido, Y d'esta manera le habla :
Que de verdad mucho holgara —Señor, bien habéis mostrado
Encontrarse con alguno Vuestro valor, por la lanza.
En quien secutar su saña , Ruego y pídoos por merced
Que por oídos y narices Que vaya nuestra batalla
T. x. 13
194 ROMANCERO GENERAL.
A todo rigor y trance, Del príncipe se apartaba
Para saber si de espada Dejándole pensativo
Sabéis ofender tan bien.— Viendo como así sacara
Y él oyendo su demanda La sangre de su señora;
Le concede lo que pide, Y esto tanto le penaba,
Y un trecho d'ella se aparta Que no podia sosegar,
E hiriendo los caballos Y así del campo se aparta.
Vase á casa de aquel hombre
Con una furia tamaña, Donde sus armas dejara :
Se vinieron á encontrar Armóse d'elias muy presto,
Con sus gruesísimas lanzas, Y sin hablar mas palabra
Haciéndolas mil astillas, Determina de cumplir
Casi no se devisaban : Lo que su amada mandaba,
De caballos y de yelmos Y asi con dolor terrible
Y de escudos se encontraban Y la memoria cansada,
Con tan gran furor y fuerza Se despide de su huésped
Que á todos mucho admiraban. A perder su vida y alma.
Mas como son extremados,
Como una fuerte muralla (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.)
Se tuvieron en las sillas,
Y con gran rigor y saña 347.
Se daban tan fuertes golpes,
Que los yelmos abollaban, EL CABALLERO DEL FEBO. — X .
Y sus armas deshacian (De Lúeas Rodríguez.)
Y sus escudos rajaban : Hallábase el alto Apolo
Con sus extremadas fuerzas Muy molido y fatigado
Mortalmente se llagaban, De "aquella larga carrera
Tanto, que ya todo el campo Que por el mundo habia dado :
De su sangre rojeaba. Sus caballos espumantes
Pasadas eran dos boras , Estaban ya tan cansados
No se conocía ventaja : Que no pudieran mas dar
Como si fuera al principio Hacia adelante algún paso.
La batalla comenzaban Yá comenzaba á esconder
Con tan espantosos golpes, Sus muy rutilantes rayos
Que ya todos se admiraban Que doraban este suelo
Cómo no estaban deshechos De un color tan espejado,
Según que se maltrataban. Que cada cual en miralle
Pasadas eran tres horas; Quedaba regocijado.
Ningún cansancio mostraban, El cielo , que del calor
Y ninguna mejoría Del dia, estaba nublado,
Entre ellos se devisaba : Daba muy terribles truenos
Mas al cabo de cuatro horas Y relámpagos airados,
Que su lid fué comenzada, Y junto d'esto caia
Empezaba á desmayar Un granizo entrevelado
La princesa Claridiana Con un agua temerosa
Tanto, que ya veian todos Que era gran dolor y espanto,
Que había de ser subjetada; Porque parecia ser
Y como ella esto viese Otro diluvio llegado,
D' esta suerte á Febo habla. Cuando aquel ilustre Febo
—¡ Desleal, perro, malvado, Caminaba muy penado
Traidor, de mala canalla, Maldiciendo su ventura
Sin fe, falso y alevoso, Que le ha puesto en tal estado,
Sin virtud, sin Dios, sin alma, Permitiendo cruelmente
Malvado! ¿qué te movió Que muera desesperado.
A dejar desamparada Quejábase de sí mismo
A la que tanto te quiso Porque todo lo ha causado,
Y con firmeza te amaba, Pues cometió el aleve
Por otra enemiga mora Con su descanso y regalo.
De menos valor y fama, Acusaba á su fortuna,
Pues sabías de tu ley Que le diera aquel reinado
Ser descreída y malvada ? Tan real y poderoso
¡ Mira que te pido y mando Para ser mas infamado,
Que luego de mí te vayas Pues la gran maldad que hizo
Do tu nombre oir no pueda, Lo tenia todo borrado,
Si quieres que yo no vaya Dando la mayor caida
A desesperarme luego! Que nunca hombre habia dado,
¡ Vete , cruel, sin palabra! — Pues le convenía ir
Y como le hubo hablado A morir deseperado.
Un tal golpe le asentaba Para agradar su señora
Que le hizo dar de mano , Iba á cumplir su mandado.
Que casi quedó sin habla. Con grandes lloros y quejas
Mas como volvió en sí Toda la noche ha pasado,
Y conoció ser su amada Hasta que en amaneciendo
Aquella á quien ha ofendido Riberas del mar se ha hallado,
Con su cortadora espada, Adonde vio que un navio
Con dolor grande y crecido Estaba á un mástil atado.
De rodillas se hincaba. No vido gente ninguna
Huégaleledélamuerte De quien pueda ser mandado,
Por la gran maldad que usaba; Y así con mucho contento
i mostrando mucho enojo Del caballo se ha arrojado,
ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRÓNICAS GALESAS. m
Y metiéndose con él 348.
El navio ha desatado. E L CABALLERO DEL F E B O . — X I .
Pero aun no lo hubo bien hecho
Cuando se quedó admirado, (De Lúeas Rodríguez.)
porque con gran lijereza Aquel magnánimo Febo,
El navio ha caminado , Que morir determinaba
Sin que pueda ver de quien En aquella triste tierra
Pudiese ser gobernado : Fragosa y deshabitada,
Pero bien entendió luego Luego que se vido en ella
Ser el navio encantado. Con gran dolor de su alma,
Daba tan veloz corrida Quita la silla al caballo
Que parecie ir volando, Y sus jaeces de plata;
El cual de mantenimientos Y como si él lo sintiera
Halló estar aparejado; De aquesta manera le habla :
Y á cabo de pocos dias
Una tierra ha devisado — ¡ Oh caballo venturoso ,
De arboledas abundosas, - Cuando en compañía andabas
Que la estaban lustre dando, De aquel príncipe potente
Aunque vido estar sus casas, Que del Catayo se llama,
Y castillos derribados. Y agora por gran desdicha
Deseaba ver alguno Con esta triste compaña
Por poder ser informado, Que tantas veces por tí
Cuya fuese aquella tierra, De sus contrarios triunfaba,
Y quien la hubiese asolado. Por ser el mas extremado
Yendo con esta congoja Que en todo el mundo se halla 3
Un grande ruido ha sonado, Quédale adiós, porque voy
Y volviendo la cabeza A recebir muerte brava,
Vido que era un grande barco Para dar contento á aquella
En el cual un caballero Que en todo me rige y manda.—
Iba apriesa navegando. Y como lo hubo hablado
Pídele por cortesía, Con gran priesa caminaba
Que le sea declarado A buscar aquel demonio
Qué tierra fuese aquella, Y mover con él batalla.
Y quién tan mal la ha parado. El caballo es muy fiel,
El cual como era cortes D'él un punto no se aparta;
D'esta suerte ha razonado-: Mas el Febo con las riendas-
—Sabed, gentil caballero, Crudamente le azotaba,
Que este lugar es llamado Aunque con algún dolor
La ínsula solitaria, Porque en extremo le amaba,
Porque antes fué poblado , Y con el dolor que siente
Y agora por gran desastre Por el campo se apartaba ,
De ninguno es habitado , Dejando al príncipe solo,
Porque un animal feroz Que tiernamente lloraba
Dicho endemoniado Fauno, Su mala fortuna y suerte,
El mas robusto y furioso Pues tan cruel se mostraba;
Que en el mundo se ha hallado, Y así comenzó á subir
Se ha criado dentro de él, Por una áspera montaña
Y él es quien lo ha arruinado, De arboleda tan crecida,
Echando por tierra todo Que parecie que llegaba
Cuanto fuera fabricado, Con sus fines á las nubes,
Matando sus moradores, Según estaba encumbrada.
A ninguno ha perdonado, Con grandísimo trabajo
Sino fuera á los que huyendo Ya tres horas se pasaban
A otras tierras se pasaron, Que el principe la subia,
De suerte, que de ninguno Y nunca al fin la llegaba,
Este pueblo está ocupado, Hasta que al cabo de cuatro
Si no es de aquel demonio Encima d'efla se halla.
Que tanto mal ha causado.— En ella vido una peña
Y con esto se despide, De jarales rodeada,
Que está de miedo temblando. Y mas abajo un gran campo,
Dale Febo muchas gracias Donde aquel demonio estaba
Por la cuenta que le ha dado, Allí comenzó á pensar
Y como se paro á pensar , Si peleará con su espada :
Entre sí ha determinado Parecióle cosa injusta
De acabar allí su vida, Pues que la sangre sacara
Que allí lo vie aparejado. Con ella de su princesa
Con su amado Cornerino Que á otro ninguno tocara,
Del rico barco ha saltado; Y menos á un animal
El cual con gran lijereza De tan mala y vil canalla.
De la tierra se ha apartado, Porque á ninguno viniese
Quedando el potente Febo Procuraba de quebralla,
Muy confuso y admirado , Y la punta con la cruz
Porque vio aquel barco ser Muchas veces le juntaba;
Por arte mágica obrado, Mas no la pudo quebrar
Que del sabio Lirgandeo Según era de extremada.
De contino era guiado, Y como el Febo esto viese
Porque como era su amigo Con su fuerza mas que humana
Sus hechos tomaba á cargo. La tomó con ambos trazos,
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Y en la peña la hincaba,
196 ROMANCERO GENERAL.
Dando tan terrible golpe, La mayor parte del mundo,
Que hasta la cruz la pasa, Poderoso por la mar :
Y con un clavo que halló Aquella ilustre raiz
Unas letras señalaba, De do pudo dimanar
Que como se iba á morir La princesa Lindabrides,
pecian y declaraban: En nermosura sin par,
También la causa y por qué Y padre también que fué
En él escrito dejaba. Del príncipe Meridian,
E yéndose á un grande roble De la burla que le hizo Febo
Un fuerte tronco desgaja Tanto esfuerzo fué á tomar,
Y con él se va á buscar Que con cólera encendida
Aquella fiera animalia, ';;] Envió á desafiar
Y á cabo de poco rato .' Al emperador su padre,
La vido que estaba echada Enviándole á avisar
Durmiendo én el duro suelo, Que se aperciba de gente,
De catadura tan brava, Y que procure juntar
Que pensó que en el infierno A todos sus valedores,
No hubiera visión mas brava. Porque él quiere allá pasar
Y encomendándose á Dios, Para dalle cruda guerra,
Muy junto á él se acercaba. Y d'ella no se apartar
El cual como oyó el ruido Hasta que abrase su tierra
Presuroso se levanta, Y toda la cristiandad ,
Y como vido al Febo, Porque con tan grande aleve
Con una furia endiablada El Febo le fué á burlar,
Arremete para é l ; Menospreciando su hija
Mas el príncipe le aguarda Que con él queria casar.
Con su ñudoso bastón, El emperador Trebacio
Y en él un golpe descarga, Mandó luego pregonar
Tal, que su dura cabeza La guerra por todo el reino
Agrámente le maltrata, ; Y también envió á llamar
Porque la boca y narices A sus parientes y amigos
Mucha sangre derramaba, Que le vengan á ayudar.
Y con el dolor que siente La princesa Claridiana,
Terribles bramidos daba. Como supo la verdad,
Vuelve con ansiosa furia, ! Que su Febo tan querido
Y al principe le acertaba Su fe no fuera á faltar,
Con su mano un tan gran golpe, Pues tan gran copia de gente
Que muy mal lo maltrataba, Contra él manda juntar
Porque sus agudas uñas Su padre de Lindabrides
En su cuerpo le apretaba. Para su maldad vengar.
Vuelve el príncipe furioso, Por una parte está alegre
Acrecentando su saña, Viendo cómo fué á engañar
Y encima de la cabeza Aquella mora enemiga,
Tan gran golpe le asentaba, Que la hacie penosa andar,
Que Tos cascos y cabeza Y por otra está muy triste
Todos los desmenuzara, Porque así fué á desterrar
Y los sesos esparcidos A su muy querido amante
Por los hombros le saltaban. Sin alguna culpa hallar :
Y ansina dejó allí muerta Y con la pena que siente
Aquella bestia endiablada, Se comienza apriesa á armar,
Y dando gracias á Dios Y subiendo en su caballo
En el suelo se sentaba Va su príncipe á buscar
Para poder descansar Con su doncella Periana
Del dolor que le aquejaba, Que la fuera á acompañar.
Y se quedó allí haciendo Iba dando mil sospiros
Vida muy desesperada, Que era para apiadar
Comiendo de algunas frutas A cualquiera que la viera,
• Y de yerbas que allí hallaba, Según hacie de llorar :
Denegrido ya del sol, Y al cabo de cuatro dias
Que gran compasión causaba Al puerto fuera á llegar
A cualquiera que lo viera, Donde vio que un grande barco
Según que mudado estaba: Acababa de parar.
Y tan flaco y amarillo , Vio que d'el un caballero
Que su muerte se acercaba, En tierra querie saltar,
• Y con el cabello largo Que era aquel que al grande Febo
Que á salvaje semejaba. Quiso tanto gusto dar
Quéjase de su querida, De decir, que tierra fuese
Que tan gran crueldad usara; En la qu'el fuera habitar.
Y también de s i , que fué Al cual con muy grandes ruegos
De su mal la mayor causa. Le empieza de suplicar
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Le diga si acaso ha visto
Algún caballero andar
Por la mar, con unas armas
349. De un pescado de estimar :
E L CABALLERO D E L FEBO. — XII. A la cual el caballero
{De Lúeas Rodríguez.) Le responde sin tardar :
Aquel alto emperador Qu'el vio á ese q.ue pregunta
Que tenia á su mandar En una ínsula entrar
Llamada deshabitada,
ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRÓNICAS BRETONAS. 107
Porque no se puede hallar Entendiendo que era muerto
Hombre ni ediücio en pié, El Febo que va á buscar.
Que todo lo fué á asolar Prosiguiendo su camino
Un endemoniado Fauno Un bulto vio levantar :
De braveza singular, Parecióle que era fiera
Y que dentro fué á vivir O algún feroz animal.
Y su vida allí á acabar. Y aunque llega junto al Febo
Como Claridiana oyese Nunca le quiere hablar
Nuevas de tanto pesar, Ni decirle cosa alguna
Le pide que le dé el barco Hasta saber de verdad
Para podellebuscar, Si es su príncipe querido
Porque el alma de su amigo Con quien se piensa casar.
Se pudiese remediar. Habíale con gran tristeza
El otro, que es comedido, Empezando á preguntar
El barco le fué á dejar, Si ha visto algún caballero
Y despidiéndose d'ella, En aquella ínsula estar :
Con presteza desigual Y como él la conoció,
El gran barco fué movido Sin un momento parar
Por el recio gobernar La abrazaba fuertemente
De los diestros marineros Con un recio lamentar.
Sin un momento parar, Ella le conoce luego
Tanto, que á los quince dias Y empieza de gritos dar :
Pudo muy bien divisar • El sospira, y ella gime
La isla deshabitada, ' •' ':. Que era cosa de notar,
Y en ella tierra tomar. Que casi por media hora
Y como en tierra saltó, No se pudieron hablar :
Sin el yelmo se quitar, Y en habiendo descansado
Al caballo Cornerino De tan terrible penar,
Viera por allí andar, Le cuentan lo que ha pasado
Y la silla polvorosa Por la tierra y por la mar.
En el suelo vido estar; Caminan para su tierra
Y viendo esotro caballo A las bodas celebrar,
Empezó de relinchar, Donde con gran regocijo
Porque mas habie de un año Y alegría singular
Que otro no pudo topar. Se celebró el desposorio
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Con grande solemnidad.
Todos dan gracias á Dios
Porque les dejó llegar
350. A tener tanto contento
EL CABALLERO D E L F E B O . — XIII. Sobre tan duro penar.
{Le Lúeas Rodríguez.) (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.)
Ya sospira la princesa
Ya empieza de sollozar

SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS CRÓNICAS BRETONAS.

351. Donde el ciervo era criado. —


Ya cabalga Lanzarote,
LAKÍAROTE D E L LAGO. — i . Ya cabalga y va su via,
(Anónimo *.) Delante de sí llevaba
Los sabuesos por la trailla.
Tres hijuelos habia el Rey, Llegado habia á una ermita,
Tres hijuelos, que no mas; Donde un ermitaño habia :
Por enojo que hubo de ellos — Dios te salve, el hombre bueito.
Todos malditos los ha. — Buena sea tu venida :
El uno se tornó ciervo, Cazador me parecéis
El otro se tornó can, En los sabuesos que traía.
El otro que se hizo moro, — Dfgasme t ú , el ermitaño,
Pasó las aguas del mar. Tú que haces santa vida,
Andábase Lanzarote
Entre las damas holgando, Ese ciervo del pié blanco
Grandes voces dio la una : ¿Dónde hace su manida?
— Quedaos aquí, mi hijo,
— Caballero, estad parado : Hasta que sea de dia,
Si fuese la mi ventura, Contaros he lo que v i ,
Cumplido fuese mi hado Y todo lo que sabía.
Que yo casase con vos, Por aquí pasó esta noche
Y vos conmigo de grado, Dos horas antes del dia,
Y me diésedes engarras Siete leones con él
Aquel ciervo del pié blanco. Y una leona parida.
— Dároslo he yo, mi señora Siete condes deja muertos,
De corazón y de grado, ' Y mucha caballería.
Si supiese yo las tierras Siempre Dios te guarde, hijo.
ROMANCERO GENERAL.
198
Por do quier que fuer tu ida, Volvióse para su amiga
Que quien acá te envió Donde fué bien recibido.
No te quería dar la vida. ( Cancionero de Romanees.)
i Ay dueña de Quintañones,
Del mal fuego seas ardida, i Cervantes en su Quijote parodia los seis primeros versos
Que tanto buen caballero diciendo:
Nunca fuera caballero
Por tí ba perdido la vida!— De damas tan bien servido,
(Cancionero de Romanees.) Como lo fué Don Quijote
Cuando de su aldea vino :
i Para prueba de lo poco que encarnó en España ese espf Doncellas curaban del,
Y dueiias de su rocino.
rilu caballeresco feudal de las fábulas bretonas, basta obser
var que de ellas solo se tomaron los tres romances de esta (Quijote, parte i.\ cap. xm.)
«eccíon.
353.
352.
TRISTAN D E LEONIS.
LANZAROTE D E L LAGO II.
l
(Anónimo *.)
(Anónimo .)
Ferido está Don Tristan
Nunca fuera caballero De una muy mala lanzada,
De damas tan bien servido, Dierásela elRey su tio
Como fuera Lanzarote Que celoso del estaba.
Cuando de Bretaña vino, El fienro tiene en el cuerpo,
Que dueñas curaban del, De fuera le tembla el asta :
Doncellas del su rocino. Valo á ver la reina Iseo
Esa dueña Quintañona, Por la su desdicha mala.
Esa le escanciaba el vino, Júntanse boca con boca
La linda reina Ginebra Como palomillas mansas,
Se lo acostaba consigo; Llora el uno, llora el otro,
Y estando al mejor sabor, La cama bañan en agua;
Que sueño no habia dormido, Allí nace un arboledo
La Reina toda turbada Que azucena se llamaba,
Un pleito ha conmovido. Cualquier mujer que la come
— Lanzarote, Lanzarote, Luego se siente preñada : 2

Si antes hubieras venido Comióla la reina Iseo


No hablara el orgulloso Por la su desdicha mala.
Las palabras que habia dicho,
Que á pesar de vos, señor, (Cancionero de Romances.)
Se acostaría conmigo. — * En la triada que forman los libros caballerescos de Artas
Ya se arma Lanzarote hay'tres partes : la una religiosa y devota, que trata, en el Per-
De gran pesar conmovido, cebal, de la conquista del Santo Grial; la otra festiva y amena,
Despídese de su amiga, que es la de Lanzarote, y la otra amorosa y sentimental, que
Pregunta por el cammo, es la de Tristan de Leoriis. El romance, ó mejor diremos frag-
Topó con el orgulloso mento , que aquí se inserta, es lo único que poseemos de
Debajo de un verde pino, Tristan, de «quel héroe tan célebre y famoso en los fastos caba-
llerescos, y tan antiguo , que los cantos populares bretones,
Combátense, de las lanzas, I que lo celebran bajo el aspecto guerrero, precedieron mas de
A las hachas han venido. un siglo á los novelistas.
Ya desmaya el orgulloso, ] * Superstición de los siglos medios, acaso imitada déla de
Ya cae en tierra tendido , los antiguos que aseguraban existir una raza de yeguas que
Cortárale la cabeza, concebían con solo el viento.
Sin hacer ningún partido;

SECCIÓN DE ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS


DE CARLOMAGNO Y LOS DOCE PARES DE FRANCIA.

Que lo que las cartas dicen


ROMANCE QUE TRATA DEL CONDE DIRLOS. A él le parece male.
«Rogar os quiero, sobrino,
354. «El buen francés natural?,
«Lleguéis vuestros caballeros,
E L CONDE DIRLOS. » Los que comen vuestro pane ;
(Anónimo .) l «Darles heis doblado sueldo
«Del que les soledes daré,
Estábase el conde Birlos, «Dobles armas y caballos,
Sobrino de Don Reltrane, «Que bien menester lo hane :
Asentado en las sus tierras, «Darles heis el campo franco
Deleitándose en cazare, «De todo lo que ganaren;
Cuando le vinieron cartas «Partiros heis á los reinos
De Carlos el emperante. «Del rey moro Aliarde.
De las cartas placer hubo. «Deseximiento me ha dado
De las palabras pesare, »A mí y á los doce Pares :
ROMANCES D E L A S C R Ó N I C A S C A B A L L E R E S C A S .
m
«Grande mengua me serfa Todos siete me esperade;
»Si todos se hobiesen de andaré. Si a los ocho no viniere
»No veo caballero en Francia A los nueve vos casade;
«Que mejor pueda enviare, Seréis de veinte y siete años
«Sino á vos, el conde Dirlos, Que es la mejor edade :
«Esforzado en peleare.» E l que con vos casare, señora,
El Conde que esto oyó, Mis tierras tome en ajuare:
Tomó tristeza y pesare, Gozará mujer hermosa,
fío por temor de los moros Rica y de gran linaje.
Ni miedo de peleare, Bien es verdad, la Condesa,.
Mas tiene mujer hermosa, Que conmigo os querría llevare;
Mochacha de poca edade. Mas yo voy para batallas,
Tres años anduvo en armas Y' no cierto para holgare.
Para con ella casare, Caballero que va en armas
¥ el año no era cumplido, De mujer no debe curare,
Della mándanlo apartare. Porque con el bien que os quiere
De que esto él pensaba La honra habria de olvidare.
Tomó dello gran pesare; Mas aparejad, Condesa,
Triste estaba y pensativo, Mandad vos aparejare,
No cesa de sospirare : Iréis conmigo á las cortes,
Despide los falconeros, A Paris esa ciudade.
Monteros manda pagare, Toquen, toquen mis trompetas,
Despide todos aquellos Manden luego cabalgare.—
Con quien solia deleitarse; Ya se partía el buen Conde;
No burla con la Condesa La Condesa otro que tale :
Como solia burlare; La vuelta van de París
Mas muy triste y pensativo Apriesa no de vagare.
Siempre le veian andaré. Cuando son á una jornada
La Condesa qu'esto vidb, De Paris esa ciudade,
Llorando empezó de hablare : El Emperador que lo supo
—¡Triste estades vos, el Conde! A recebir se los sale.
¡Triste, Heno de pesare Con él sale Oliveros,
De esta tan triste partida Con él sale Don Roldane,
Para mí de tanto male! 8
Con él Don Darderin D'Ardefia ,
Partirvos queréis, el Conde, Y Urgel de la fuerza grande;
A los reinos de Aliarde, Con él salia Guarnios,
Dejáisme en tierras ajenas Almirante de la mare;
Sola y sin quien me acompañe. Con él sale el esforzado
i Cuántos años, el buen Conde, Renaldos de Montalvane.
Hacéis cuenta de tardare? Con él van lodos los doce
Yo volverme he á las tierras, • Que á una mesa comen pane,
A las tierras de mi padre; Sino el infante Gaiferos
Vestirme he de un paño negro, Y el buen conde Don Beltrane,
Ese será mi llevare; Que salieron tres jornadas
Maldiré mi hermosura, Mas que todos adelante.
Maldiré mi mocedade, No quiso el Emperador
Maldiré aquel triste dia Que hubiesen de aposentare,
Que con vos quise casare. Sino en sus reales palacios
Mas si vos queredes, Conde, Posada les mandó daré. f
Yo con vos querría andaré: Luego empiezan su partida
Mas quiero perder la vida. Apriesa y no de vagare.
Que sin vos della gozare.— Dale diez mil caballeros
El Conde desque esto oyera De Francia mas principales,
Empezóla de mirare; Y con otra mucha gente
Con una voz amorosa . Gran ejército reale.
Presto tal respuesta hace : El sueldo les paga junto
— No lloredes vos, Condesa, Por siete años y mase.
De mi partida no hayáis pesare; Y a , tomadas buenas armas,
No quedáis en tierra ajena, Caballos otro que tale,
Sino en vuestra á vuestro mandare. Enderezan su partida,
Que antes que de aquí me parta Empiezan de cabalgare;
Todo vos lo quiero daré. Cuando el bueno conde Dirlos
Podéis vender cualquier villa, Ruega mucho al emperante
Y empeñar cualquier ciadade, Que él y todos los doce
Como principal heredera Se quisiesen ayuntare.
Que nada os pueden quitare. Cuando todos fueron juntos
Quedareis encomendada En la gran sala reale,
A mi tio Don Beltrane Entra el Conde y la Condesa,
Y á mi primo Gayferos, Mano por mano se vane :
Señor de París la grande : Cuando son en medio dellos
Quedareis encomendada El Conde empezó de hablare ;}
A Oliveros y á Roldane, — A vos lo digo, mi tio,
Al Emperador, y á los doce El buen viejo Don Beltrane,
Que á una mesa comen pane; Y á vos, infante Gayferos,
Porque los reinos son lejos Y á mi buen primo carnale,
Del rey moro Aliarde; Y esto delante de todos
Que son cerca de la Casa Santa, Lo quiero mucho rogare,
Allende del nuestro mare.
Siete años la Condesa, Y al muy alto Emperador,
Que sepa es mi voluntad©,
200 ROMANCERO GENERAL.
Como villas y castillos, Y no para ser cobardes.
Y ciudades y lugares Pues esforzaos, caballeros,
Los dejo á la Condesa, Esforzad en peleare.
Que nadie las pueda quitare. Yo llevaré la delantera,
Como principal heredera Y no me queráis dejare.—
En ellas pueda mandare, La morisma era tanta,
Y vender cualquiera villa, Tierra no dejan tomare.
Y empeñar cualquer ciudade : El Conde que era esforzado
De aquello que ella hiciere Y discreto en peleare ,
Todos se hayan de agradare. Manda toda artillería
Si por tiempo yo no viniere En las sus barcas posare.
Vosotros la queráis casare: Con el ingenio que traía
El marido quella tome Empiézales de tirare;
Mis tierras haya en ajuare . Los tiros eran tan fuertes,
Y á vos la encomiendo, tio, Que por fuerza hacen lugare.
En lugar de marido y padre; Veréis sacar los caballos,
Y á vos, mi primo Gayferos , Muy apriesa cabalgare:
Por mí la queráis honrare. Tan fuerte dan en los moros,
Y encomiéndola á Oliveros, Que tierra les hacen dejare.
Y encomiéndola á Roldane, En tres años que el buen Conde
Y encomiéndola á los doce, Entendió en peleare,
Y á Don Carlos el emperante.— Ganados tiene los reinos
A todos les place mucho Del rey moro Aliarde. •>
De aquello quel Conde hace. Con todos sus caballeros
Ya se parte el buen Conde Parte por iguales partes ;
De Paris,esa ciudade : Tan grande parte da al chico,
La Condesa que ir lo vido Tanto le da como al grande:
Jamas lo quiso dejare Solo él se retraía
Hasta orillas de la mar Sin querer algo tomare.
Do se habia de embarcare. Armado de armas blancas,
Con ella va Don Gayferos, Y cuentas para rezare ,s

Con ella va Don Beltrane, ¡Tan triste vida hacia,


Con ella va el esforzado Que no se puede contare!
Renaldosde Montalvane,
Sin otros muchos caballeros El Soldán le hace tributo,
De Francia mas principales. Y reyes de allende el mare :
A tan triste despedida De los tributos que le daban
El uno del otro hacen , A todos hacia parte.
Que si el Conde iba triste, Hace á todos mandamiento, '
La Condesa mucho mase. Y á los mejores jurare, !
Palabras se están diciendo Que ninguno sea osado
Que era dolor d'escuchare : Hombre á Francia enviare ,
El conorte que se daban Y que al que cartas enviase
Era continuo llorare. Luego le hará matare.
Con gran dolor manda el Conde Quince años el Conde estuvo
Hacer vela y navegare. Siempre d'allende del mare,
Como sin la Condesa se vido Y no escribió á la Condesa,
Navegando por la mare, Ni á su tio Don Beltrane,
Movido de muy gran saña, Ni escribió á los doce,
Movido de gran pesare, Ni menos al emperante.
Diciendo que por ningún tiempo Unos creían que era muerto,
De ella lo harán apartare. Otros anegado en mare.
Sacramento tiene hecho Las barbas y los cabellos
Sobre un libro misale Nunca los quiso afeitare;
De jamás volver en Francia, Tiénelos fasta la cinta,
Ni en ella comer pane, Fasta la cinta, y aun mase :
Ni que nunca enviará carta, La cara mucho quemada
Porque del no sepan parte. Del mucho sol y del aire,
Siempre triste y pensativo, Con el gesto demudado
Puesto en pensamiento grande, Muy feroz y espantable.
Navegando en sus jornadas Los quince años cumplidos,
Por la tempestuosa mare, Deciseis querían entrare,
Llegado es á los reinos Acostárase en su cama
Del rey moro Aliarde. Con deseo de holgare.
Ese gran Soldán de Persia, Pensando estaba, pensando
Con poderío muy grande La triste vida que hace,
Ya les estaba aguardando
v Pensando en aquel tiempo
A las orillas del mare.
Cuando vino cerca tierra • ', Que solia festejare,
Las naves mandó llegare; Cuando justas y torneos
Con un esfuerzo esforzado Por la Condesa solia armare.
Los empieza de esforzare., Dormióse con pensamiento,
— ¡ Oh esforzados caballeros! Y empezara de holgare,
¡Oh mi compañía léale, Cuando hace un triste sueño
Acuérdeseos que dejamos Para él de gran pesare.
Nuestra tierra naturale! Vía estar la Condesa
D'ellos dejamos mujeres, En los brazos de un infante.
D'ellos hijos, d'ellos padres, Salto diera de la cama
Solo para ganar honra, Con un pensamiento grande,
Gritando con altas voces,
No cesando de hablare :
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 201
—¡Toquen, toquen mis trompetas, Una villa fué á hallare;
Mi gente manden llegare! — Llegado se habia cerca
Pensando que habia moros Por con alguno hablare.
Todos llegados se hane. Alzó los ojos en alto
Desque todos son llegados, A la puerta del lugare,
Llorando empezó á hablare : Llorando de los sus ojos
—¡ Oh esforzados caballeros ! Comenzara de hablare :
¡ Oh mi compañía léale! —¡ Oh esforzados caballeros,
Yo conozco aquel ejemplo De mi duelo habed pesare,
Que dicen, y es gran verdade, Armas que mi padre puso
Que todo hombre nacido Mudadas las veo estare !
Que es de hueso y de carne, O es casada la Condesa,
Él mayor deseo que tenia O mis tierras van á male.—
Era en sus tierras holgare. * Allegóse á las puertas ,¡
Ya cumplidos son quince años, Con gran enojo y pesare;
Y en deciseis quiere entrare, Miró por entre las puertas,
Que somos en estos reinos Gentes d' armas vido estare.
Y estamos en soledade. Llamando está uno dellos
Quien tenia mujer hermosa Mas viejo en antigüedade;
.Vieja la debe de hallare; De la mano él lo toma
El que dejó hijos pequeños Y empiézale de hablare :
Hallarlos ha hombres grandes ; — Por Dios te ruego, el portero,
Ni el padre conocerá al hijo, Me digas una verdade,
Ni el hijo menos al padre . ¿De quién son aquestas tierras?
Hora es ya, mis caballeros, ¿Quien las solia mandare?
De ir á Francia á holgare,. — Pláceme, dijo el portero,
Pues llevamos harta honra De deciros la verdade; I
Y dineros mucho mase. Ellas eran del conde Dirlos,
Lleguen, lleguen naves, luego, Señor de aqueste lugare, "
Mandolas aparejare, Agora son de Celinos, !
Capitanes ordenemos De Celinos el infante.— " ^
Para las tierras guardare.— El Conde desque esto oyera <
Ya todo es aparejado, Vuelto se le ha la sangre; j
Ya empiezan á navegare . Con una voz demudada
Cuando todos son llegados Otra vez le fué á hablare :
A las orillas del mare, — Por Dios te ruego, hermano,
Llorando el Conde de sus ojos No te quieras enojare, : »
Les empieza de hablare : Qu'esto que agora me dices . i
—¡Oh esforzados caballeros! Tiempo habrá que te 16 pague,.
¡Oh mi compañía léale! ¿Díme si las heredó Celinos, ,
Una cosa rogar vos quiero, O si las fué á mercare?
Ño me la queráis negare; ¿O si en el juego de dados 1
Quien secreto me tuviere Él las fuera á ganare? í
Yo le he de galardonare, ¿O si las tiene por fuerza
Que todos hagáis juramento Que no las quiere tornare?—
Sobre un libro misale, El portero questo oyera
Que en parte ninguna que sea Presto le fue á hablare :
Ño me hayáis de nombrare, — No las heredó, señor 2
Porque con el gesto que traigo Que no le vienen de linaje, 1

Ningunos me conocerane; Que hermanos tiene el Conde,


Mas viéndome con tanta gente Aunque se querían male,
Y un ejército reale, Y sobrinos tiene muchos
Si vos demandan quién soy Que las podian heredare; >
No les digáis la verdade : Ñi menos las ha mercado,
Decid que soy mensajero Que no las basta á pagare, '
Que vengo de allende el mare, Que Irlos es grande ciudade,
, Que voy con una embajada Y ha muchas villas y lugares.
A Don Carlos el emperante, Cartas hizo contrahechas,
Porque es hecho un mal suyo, De que al Conde muerto le hane,
Y quiero ver si es verdade.— Por casar con la Condesa,
Con l'alegría que llevan Que era rica y de linaje;
De á Francia se tornare, Y aun ella no se casara, i
Todos hacen sacramento Cierto á su voluntade, *
De tenerle puridade. Si no por fuerza de Oliveros,
Embárcanse muy alegres, Y á porfía de Roldane,
Empiezan de navegare; Y á ruego de Cario Magno,
El tiempo tienen muy fresco De Francia rey emperante,
Que placer es de mirare. Por casar bien á Celinos,
Allegados son en Francia, Y ponerle en buen lugare.
En sus tierras naturales. Mas el casamiento han hecho
Cuando el Conde se vio en tierra, Con una condición tale ,
Empieza de caminare : Que nft allegase á la Condesa,
No va vuelta de las cortes Ñi á ella haya de llegare;
De Carlos el emperante, Mas por el se desposara
Mas va vuelta de sus tierras Ese paladín Roldane.
Las que solia mandare. Ricas fiestas se hicieron
Ya llegado que es á ellas, En Irlos esa ciudade;
Por ellas empieza á andaré. Gastos, galas y torneas
Andando por su camino Muchos, de los doce Pares.—
202 ROMANCERO GENERAL.
El Conde desque esto oyera Mas mirad á Don Beltrane,
Vuelto se le ha la sangre. Y esos buenos caballeros
Por mucho que disimula Que tanta honran vos hacen.
No cesa de sospirare, Si vos matáis á Celinos
Diciéndole esto : — Hermano, Dirán que fuisteis cobarde.
No te enojes de contare, Idos, idosá las cortes
¿Quién fué en aquestas bodas i De Carlos el emperante,
¿Y quién no quiso estaré? Conoceréis quien bien os quiere
— Señor, en ellas fué Oliveros Y quien os quería male.
Y el Emperador y Roldane: Por bueno que es Celinos,
FuéBelardosy Montesinos, Vos sois de tan buen linaje,
Y el gran conde Don Grimalde, Y tenéis dos tantas tierras
Y otros muchos caballeros Y dineros que gastare.
De los de los doce Pares. Nosotros vos prometemos
Pesóle mucho á Gayferos, Con sacramento léale,
Pesó mucho á Don Beltrane, Somos diez mil caballeros
Y mas pesó á Don Galban Y franceses naturales,
Y al fuerte Steriane. De por vos perder la vida
Ya que eran desposados, Y cuanto tenemos gastare,
Misa les querían daré; Quitando al Emperador,
Allegó un falconero Contra cualquier otro grande.—
A Carlos el emperante, El Conde desque esto oyera
Que venía d'aquellas tierra» i Respuesta ninguna hace:
De allá de allende el mare, Da de espuelas al caballo,
Y dijo que el Conde era vivo, Va por el camino adelante :
Y que traía señale. La vuelta va de París
Plugo mucho á la Condesa, Como aquel que bien la sabe.
Pesóle mucho al Infante, Cuando rué á una jornada
Porque en las grandes fiestas De las cortes del emperante,
Hubo grande desbarate. Otra vez llega á los suyos
Allá traen grandes pleitos Y les empieza de hablare :
En cortes del emperante, —Esforzados caballeros,
Por lo cual es vuelta Francia Una cosa os quiero rogare :
Y todos los doce Pares. Siempre tomé vuestro consejo,
Ella dice , que un año de tiempo El mió queráis tomare,
Pidió aates de desposare, Porque si entro en Paris
Por enviar mensajeros Con ejército reale
Muchos allende la mare, Saldrá por mí el Emperador
Y que si el Conde era muerto, Con todos los principales.
El casamiento fuese adelante; Si no me conoce de vista,
Si era vivo, bien se sabia Conocerme ha en el hablare
Que ella no podia casare. \ así no sabré de cierto
Por ella responde Gayferos, Todo mi bien y mi male.
Gayferos y Don Beltrane; Al que no tiene dineros
Por Celinos era Oliveros, Yo le daré que gastare :
Oliveros y Roldane. Los unos vuelvan á caza,
Creemos que es dada sentencia, Los otros pasen delante,
O se quería ahora daré, Los otros en derredor
Porque ayer hubimos cartas Pasad en villas y lugares :
De Carlos el emperante , Yo solo con cient caballeros
Que quitemos estas armas, Entraréme en la ciudade
Pongamos las naturales, De noche y escurecido
Y que guardemos las tierras Que nadie sepa mi parte.
Por el conde Don Beltrane; Vosotros en ocho dias
Que ninguno de Celinos Podéis poco á poco entrare;
En ellas no pueda entrare.— Hallaréisme en los palacios
El Conde desque esto oyera, De mi tio Don Beltrane,
Movido de gran pesare, Aparejándoos posada
Vuelve riendas al caballo, Y dineros que gastare.—
En el lugar no quiso entrare; Todos fueron muy contentos,
Mas allá en un verde prado Pues al Conde asi le place.
Su gente mandó llegare. La noche era escurecida
Con una voz muy humilde Cerca diez horas ó mase ,
Les empieza de hablare : Cuando entró el conde Dirlos
—¡Oh esforzados caballeros! En Paris esa ciudade.
Oh mi compañía léale! Derecho va á los palacios
Í SI consejo que os pidiere De su tio Don Beltrane;
Bueno me lo queráis daré. Pero cuando atravesaban
¿Si me aconsejáis que vaya Por medio de la ciudade
A las cortes del emperante ? Vido asomar muchas hachas,
¿O que male á Celinos, Gente d'armas mucho mase :
A Celinos el infante? Por do él pasar habia,
¿Volveremos en allende Por allí van á pasare.
Do podremos bien estare?— El Conde cuando los vido
Caballeros que esto oyeron Los suyos manda apartare;
Presto tal respuesta hacen : Desque todos son pasados
—¡Calledes, Conde, calledes ! El postrero fué á llamare.
¡Conde, no digáis vos tale! —Por Dios te ruego, escuder
rio miréis á vuestra gana, Me digas una verdade :
ROMANCES DE LAS CRÓMCAS CABALLERESCAS. 203
¿Quién son esa gente d'armas Entonces en el hablare, •
Que agora van por ciudade?— Y con los brazos abiertos
El escudero questo oyera Corre para le abrazare;
Tal respuesta le fué á daré : Diciéndole está : — ¡ Sobrino!—
— Señor , la condesa Dirlos Sin cesar de sospirare;
Viene del palacio reale. El Conde le está rogando
Sobre un pleito que traia Que nadie de él sepa parte.
Con Oliveros y Roldane.. Envían presto á las plazas,
Los que la llevan en medio Carnecerías otro que tale,
Son Roldan y Don Beltrane: Para mercarles de cena
Aquellos que van postreros, La cual mándales aparejare.
Donde tantas lumbres vane, Manda que á sus caballeros
Son el infante Gayferos Todos los dejen entrare;
Y el fuerte Meriane.— Que les tomen los caballos
El Conde de qu'esto oyera Y los hagan bien pensare.
De la ciudad el se sale. Abren muy grandes estudios,
Debajo de una espesura Mándanlos aposentare.
Para cabe los adarves, Allí entra el Conde y los suyos,
Diciendo está á los suyos : Ningún otro dejan* entrare,
—No es hora de entrare, Porque no conozcan el Conde
Que de que sean apeados Ni de él supiesen parle.
Tornarán á cabalgare. Ver heis todos los del palacio •
Yo quiero entrar en hora Unos con otros hablare,
Que de mí no sepan parte.— Si es este el conde Dirlos, ; '1
Allí están razonando O quien otro puede estare,. ,
D'armas y de hechos grandes Según el recibimiento
Hasta que era media noche, Que le ha hecho Don Beltrane.
Los gallos querían cantare. Oídolo ha la Condesa
Vuelven rienda á los caballos, A las voces que dan grandes :
Y entran en la ciudade. Mandó llamar sus doncellas
Vuelta van de los palacios Y encomienza de hablare :
Del buen conde Don Beltrane : — ¿Qu'es aquesto, mis doncellas,
Antes de llegar á ellos No me lo querrais negare,
De dos calles aun mase, Q'esta noche tanta gente
Tantas cadenas hay puestas Por el palacio siento andaré?
Qu'ellos no pueden pasare. Decidme, ;, dó es el señor
Lanzas les ponen al pecho ." 2 El mi tio Don Beltrane?
No cesando de hablare : ¿Si quizá dentro en mis tierras
—¡Vuelta, vuelta, caballeros, Roldan ha hecho algún maltt —
Que por aquí no hay pasare! Las doncellas que lo oyeran
Que aquí están los palacios Atal respuesta le hacen :
Bel buen conde Don Beltrane, —Lo que vos sentís, señora.
Enemigo de Oliveros, No son nuevas de pesare,
Y enemigo de Roldane, Es venido un caballero
Enemigo de Belardos, Así propio como salvaje.
Y de Celinos el infante.— Muchos caballeros con él,
El Conde desque esto oyera ¡ Gran acatamiento le hacen!
Presto tal respuesta hace : ¡Muy rica cena le guisa
—Ruégote yo, caballero, El buen conde Don Beltrane!
Que me quieras escuchare : Unos dicen qu'es mensajero
Anda, ve , y dile luego Que viene de allende el mare;
A tu señor Don Beltrane, Otros qu'es el conde Dirlos,
Que aquí está un mensajero Nuestro señor naturale.
Que viene de allende el mare: Allá se ha encerrado,
Cartas traigo del conde Dirlos, Que nadie no puede entrare;
Su buen sobrino carnale.— Según ven el aparejo
El caballero con placer Creen todos qu'es verdade.—
Empieza de aguijare : La Condesa qu'esto oyera
Presto las nuevas le daba De la cama fué á saltare :
Al buen conde Don Beltrane, Apriesa demanda el vestido,
El cual ya se acostaba Apriesa demanda el calzare.
En su cámara reale. Muchas damas y doncellas
Desque tal nueva oyera Empiezan de aguijare.
Tornóse á vestir y calzare : A las puertas de los estudios
Caballeros al derredor Grandes golpes manda daré,
Trescientos trae por guardarle; Llamándola Don Beltrane,
Hachas muchas encendidas Que dentro la manda entrare.
Al patin hizo bajare; No quería el conde Dirlos
Mandó que al mensajero Que la dejasen entrare:
Solo le dejen entrare. Don Beltran salió á la puerta,
Cuando fué en el patín No cesando de hablare :
Con la mucha claridade —¿Q'es esto, señora prima?
Mirándole está, mirando, No tengáis priesa tan grande,
Viéndole como salvaje. Que aun no sé bien las nuevas
Como el que está espantado Q'el mensajero me trae,
A él no se osa llegare : Porque es de tierras ajenas
Bajito el Conde le habla Y no le entiendo el lenguaje.—
Dándole muchas señales. Mas la Condesa por esto
Conocióle Don Beltran No quiere sino entrare;
ROMANCERO GENERAL.
204
Que mensajero de su mando De aquellos mas principales,
Ella lo quiere honrare. El uno envían á Gaiferos,
De la mano la entraba Otro á Renaldos de Montalvane.
Ese conde Don Bellrane : Apriesa viene Gayferos,
Desque ella estuvo dentro Apriesa y no de vagare :
Al mensajero empieza á mirare; Desque vido la Condesa
Mas él mirarla no osaba, En brazos de aquel salvaje,
No cesando sospirare, A ellos él se allega,
Y meneando la cabeza Y empezóles de hablare.
Los cabellos ponia á la face. Desque el Conde lo vido,
Desque la Condesa viera Levantóse á abrazarle; -
Todos callar y no hablare, Desque se han conocido
Con viva voz muy humilde Grande acatamiento se hacen.'
Empieza de razonare : Ya puestas eran las mesas,
— ¡ Por Dios vos ruego, mi tio, Ya les daban á cenare;
Por Dios vos quiero rogare, La Condesa lo servia
Pues que este mensajero Y estaba siempre delante. ,;•' ;
Viene de tan luengas partes, En esto llegó Renaldos,
Que si no terna dineros, Renaldos de Montalvane, ¡
Ni tuviere que gastare, Y desque el Conde le vido
Decid si nada le falta Hubo un placer muy grande. ¡
No cese de demandare! Con una voz amorosa
Pagarle hemos su gente, Le empezara de hablare :
Darle hemos que gastare : — ¡ Oh esforzado conde Dirlos,
Pues viene por mi señor, Vuestra venida me place, ¡
Yo no le puedo faltare Porque agora vuestros pleitos
A él y á todos los suyos, Mejor se podrán librare!
Aunque fuesen muchos mase.— Mas si yo fuera creido,
Estas palabras hablando Fueran fechos antes de vos llegare,
No cesaba de llorare. O no me halláredes vivo,
Mancilla hubo su marido O al paladín Don Roldane.—
Con amor que tiene grande : El Conde desque esto oyera
Pensando de consolarla Grandes mercedes le hace
Acordó de la abrazare, Diciendo -.— Juramento he hecho
Y con los brazos abiertos Sobre un libro misale
Iba para la tomare. De jamas quitar las armas,
La Condesa espantada Ni con la Condesa holgare,
Púsose tras Don Beltrane : Hasta que haya cumplido
El Conde á grandes sospiros Toda la su voluntade.—
' Comenzóle cíe hablare: El concierto que ellos tienen
— ¡No huyades, la Condesa, Por mejor y naturale,
Ni os queráis espantare, > Era que en el otro dia
Que yo soy el conde Dirlos Se presente al emperante v

Vuestro marido carnale! El Conde, vaya á palacio


Estos son aquellos brazos Por la mano le besare.
En que solíades holgare.— Toda la noche pasaron
Con las manos se aparta Descansando, en hablare,
Los cabellos de la face : Y cuando vino el otro dia,
Conociólo la Condesa A la hora de yantare,
Entonces en el hablare ; Cabalgara el conde Dirlos :
En sus brazos ella se echa ¡Muy lucidas armas trae!
No cesando de llorare. Y encima un collar de oro
—¿Cfes aquesto, mi señor? Y una ropa rozagante,
I Quién os hizo ser salvaje ? Solo con cient caballeros,
¡No, no es este aquel gesto Que no quiere llevar mase :
Que vos teníades antes! A la izquierda va Gayferos,
Quiten os aquestas armas, A la drecha Don Bellrane,
Otras luego os quieran daré ; Y viénense á los palacios
Traigan de aquellos vestidos De Carlos el emperante.
Que solíades llevare.— Cuantos grandes allí hallan
Ya les paraban las mesas, Acatamiento le hacen
Ya les daban á cenare, Por honra de Don Gayferos,
Cuando empezó la Condesa Que era suya la ciudade.
A decir esto y hablare : Cuando son á la gran sala,
—¡Cierto parece, señor, Hallan allí al emperante
Que lo hacemos muy male, Asentado á la su mesa, .,
Qu'el Conde está ya en sus tierras Que le daban á yantare.
Y ya está en la su heredade, Con él está Oliveros,
Que no avisemos á aquellos Con él está Don Roldane,
Que su honra quieren mirare! Con él está Valdovinos
No lo digo aun por Gaiferos, Y Celinos el infante. ¡
Ni por su hermano Meriane, Con él los grandes están
Sino por el esforzado De Francia la najurale.
Renaído de Montalvane. 'En entrando por la sala ~,
¡ Bien sabedes, señor tio, Grande reverencia hacen,
Cuánto se quiso mostrare, Y al Emperador saludan ';
Siendo siempre con nosotros Los tres juntos á la pare.
Contra el paladín Roldane !— Desque Don Roldan los vido
Llaman luego dos caballeros Presto se fué á levantare :
ROMANCES DE LASCRÓNICAS CABALLERESCAS.
Mas por ser buen caballero
Apriesa demanda Celinos
Solo á vos quise enviare.—
No cesando de hablare.
El Conde de qu'eslo oyera
—Cabalgad presto, Celinos,
Atal respuesta le hace :
No estéis mas en la ciudade,
—¡Galle, calle vuestra Alteza!
Que quiero perder la vida,
¡ Buen señor, no diga tale !
Si bien miráis las señales,
Que no cabe quejar de Celinos
Si aquel no es el conde Dirlos
Por ser de tan poca edade,
Que viene como salvaje :
Que con tales caballeros
Yo quedaré por vos, primo,
Yo no me costumbro honrare.
A lo que querrán demandare.
Por él está aquí Oliveros,
Ya cabalgaba Celinos,
Y sale de la ciudade : Por él está Don Roldane,
Con él va gran gente d'armas Que son buenos caballeros
Por haberlo de guardare. Y los tengo yo por tales.
El Conde y Don Gayferos ¡Consentir ellos tal carta!
Lléganse ál Emperante, ¡ Consentir tan gran maldade!
La mano besar le quieren
Y él no se la quiere daré; ¡ O me teman en poco,
Mas está maravillado, O me tienen por cobarde,
Diciendo :—¿quién podrá estare?— Que sabiendo que era vivo
El Conde que así lo vido No se lo osaria demandare!
Empezóle de hablare : Por eso suplico á vuestra Alteza
—No se maraville vuestra Alteza,
Que no es de maravillare, Campo me quiera otorgare ;
Que quien dijo q"ue era muerto, Pues por él, pleito tomaban,
Mentira dijo y no verdade. Pueden el campo aceptare,
Soy, señor, el conde Dirlos, Si quieren uno por uno,
Vuestro servidor léale; O amos juntos á la pare;
Mas los malos caballeros
Siempre presumen el male.— No perjudicando á los mios,
Conocídole han todos Aunque hay hartos de linaje,
Entonces en el hablare. Que a esto y mucho mas qu'eslo
Levantóse el Emperador Recaudo bastan á daré.
Y empezó de abrazarle, Porque conozcan que sin parientes,
Y mandó salir á todos
Y las puertas bien cerrare. Amigos no me han de faltare
Solo queda Oliveros Tomaré al esforzado
Y el paladín Don Roldane , • Renaldos de Montalvane.—
El conde Dirlos y Gayferos, Don Roldan que esto oyera
Y el buen viejo Don Beltrane.
Asentóse el Emperador, Con gran enojo y pesare,
Y á todos manda posare : No por lo que el Conde dijo,
Entonces con voz humilde Que con razón lo veia estare,
Le empezó así de hablare : Mas en nombrarle Reynaldos,
—Esforzado conde Dirlos, Vuelto se le ha la sangre,
Vuestra venida me place,
Aunque de vuestro enojo Porque los que mal le quieren,
No es de tener pesare, Cuando le quieren facer pesare
Porque no hay cargo ninguno, Luego le dan por los ojos
Ni vergüenza otro que tale, Renaldos de Montalvane.
Que si casó la Condesa,* Movido de muy gran saña 1
i
No cierto á su voluntade, Luego habló así Don Roldane :
Sino á porfía mia —Soy contento, el conde Dirlos,
Y á ruego de Don Roldane, Y tomad este mi guante,
Y con tantas condiciones Y agradeced que sois venido
Que sería largo de contare; Tan presto sin mas tardare,
Por do siempre ha mostrado Que á pesar de quien pesara
Teneros amor muy grande. Yo los hiciera casare,
Si ha errado Celinos, Sacando á Don Gayferos,
Hízolo con mocedade, Sobrino del Emperante.
En escrebir que érades muerto. —Calledes, dijo Gayferos,
Pues que no era verdade ; Roldan, no digáis vos tale;
Mas por eso nunca quise Por ser soberbio y descortes
A ella dejar tocare, Mal vos quieren los doce Pares,
Ni aun á los desposorios Que otros tan buenos como vos
A él no dejé estare; Defienden la otra parte,
Mas por él fué presentado Y yo faltar no les puedo,
Ese paladín Roldane. Ni dejar pasar lo tale.
Mas la culpa, Conde, es vuestra Aunque mi primo es Celinos,
Y á vos os la debéis daré ; Hijo de hermana de madre,
Para ser vos tan discreto, Bien sabéis que el conde Dirlos
Y de esforzado linaje, Es hijo de hermano de padre,
Dejastes mujer herniosa, Y por ser de padre hermano
Moza y de poca edade : No le tengo de faltare,
Y de vista no la visitaste, Ni porque no pase la vuestra,
De cartas la debíades visitare. Que á todos ventaja queréis llevare.
Si supiera que á la partida Toma el guante el conde Dirlos
Llevábades tan gran pesare, Y de la sala se sale,
No os enviara yo, el Conde, Tras él guia Don Gayferos, ,
Que otros pudiera enviare : Y tras él va Don Beltrane.
Triste está el Emperador,
Haciendo
Viendo
Y á todos
Desque
Hubo del.lo
áRenaldos
Francia
llantos
los
placer
docemuy
revuelta
logrande
Pares.
supo
grandes,
:
206 ROMANCERO GENERAL.
Decía al Conde palabras, El Emperador en medio dellos
Mostrándole voluntade. Llorando empezó de hablare :
—Esforzado conde Dirlos, —¡ Esforzados caballeros!
Lo que habéis hecho me place, ¡Oh primos mios carnales!
Y muy mucho mas del campo Entre vosotros no hay diferencia
Contra Oliveros y Roldane. Si no la queréis buscare :
Una cosa rogar quiero, Todos sois muy esforzados,
No me la queráis negare; Todos primos, de linaje,
Pues no es principal Oliveros, Acuérdeseos de moriré
Ni menos es Don Roldane Y que á Dios hacéis pesare,
r

Sin perjudicar vuestra honra No solo en perder á vosotros,


on cualquier podéis peleare : Mas toda la cristiandade.
Í ornad vos á Oliveros,
Y dejadme á Don Roldane.
Rogar os quiero una cosa,
Y no os queráis enojare;
—Pláceme, dijo el Conde, Que sin mis leyes, de Francia
Renaldos, pues á vos place.— Campo no se puede daré.
Desque supieron las nuevas De tal campo no soy contento,
Los grandes y principales Ni á mí cierto me place,
Qu'es venido el conde Dirlos, Porque yo no veo causa
Y que está ya en la ciudade, Porque lo haya de daré,
Veréis parientes y amigos Ni hay vergüenza, ni injuria
Qué grandes tiestas le hacen. Que á ninguno se pueda daré,
Los que á Roldan mal quieren Ni al Conde han enojado
Al conde Dirlos hacen parte, Oliveros ni Roldane,
Por lo cual toda la Francia Ni el Conde á ellos menos
En armas veréis estare : Porque se hayan de matare,
Mas si los doce quisieran. De ayudar á sus amigos
Bien los podian paciguare ; Ya es la usanza tale.
Mas ninguno por paz se pone, Si Celinos ha errado
Todos hacen parcialidade, Con amor y mocedade,
Sino el arzobispo Turpin, No ha tocado á la Condesa,
Que es de Francia cardenale, Ni ha hecho tanto male
Sobrino del Emperador, Que dello merezca muerte,
Ni se la deben de daré.
En esfuerzo principale, Ya sabemos que el conde Dirlos
Qué solo aquel se ponia Es esforzado y de linaje,
Si los podia apaciguare;
Mas ellos escuchar no quieren, Y de los grandes señores
Tanto se han mala voluntade. Que en Francia comen pane,
Veréis ir dueñas, doncellas Que quien enojare á él
A unos y á otros rogare : El le basta á enojare,
Ni por ruegos ni por cosas Aunque fuese el mejor caballero
No los pueden paciguare. Que en el mundo se hallare.
Muestra mas saña que todos Mas porque sea escarmiento
E l esforzado Meriane, A otros hombres de linaje,
Hermano del conde Dirlos Que ninguno sea osado,
Y hermano de Durandarte, ¿Si pueda hacer otro tale
Aunque por diferencias Si estimara su honra
No se solian hablare, En esto no osara entrare,
De que sabe lo que ha dicho Que mengüemos á Celinos
En el palacio reale, Por villano, y no de linaje;
Que si el Conde mas tardara Que en el número de los doce
E l casamiento hiciera pasare No se haya de contare,
A pesar de todos ellos, Ni cuando el Conde fuere en cortes
Y á pesar de Don Beltrane. Celinos no pueda estare,
Por esto cartas envía Ni do fuere la Condesa
Con palabras de pesare, El no pueda habitare.
Que aquello que él ha dicho Y esta honra, el conde Dirlos,
No lo basta hacer verdade, Para siempre os la darane. —
Que aunque el Conde no viniera Don Roldan cuando esto oyera
Habia quien lo demandare. Presto tal respuesta hace :
El Emperador que lo supo —Mas quiero perder la vida
Muy grandes llantos hace : Que tal naya de pasare.—
Por perdida dan á Francia El conde Dirlos que lo oyera
Y á toda la cristiandade : Presto se fué álevantare,
Dicen que alguna de las partes Y con una voz muy alta
Con moros se irá á ayuntare. Empezara de hablare:
Triste iba y pensativo, —Pues requiéroos, Don Roldan,
No cesando el sospirare; Por mi y el de Montalvane,
Mas los buenos consejeros Que de hoy en los tres dias
Aprovechan á la necesidade. En campo hayáis de estare;
Consejan al Emperador Si no, á vos y á Oliveros
Para remedio lomare, Daros hemos por cobardes.
Mande tocar las trompetas —Pláceme, (fijo Roldan,
Y á todos mande juntare, Y aun si quisiéredes antes. —
Y al que luego no viniere Veréis llantos en palacio,
Por traidor lo mande daré; Que al cielo quieren llegare,
Que le quitará las tierras Dueñas y grandes señoras
Y mandará desterrare; Casadas y por casare,
Mas todos son muy leales, A pies de maridos é hijos
. Todos juntado se hane. Las veréis arrodillare.
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 207

Gayferos fué el primero un episodio de las fábulas de Cario Magno. Su construcción


Que ha mancilla de su madre, indica una de aquellas composiciones primitivas que solo lle-
Asimesino Don Beltran garon á imprimirse después de alteradas no solo por la tradi-
De su hermana carnale, ción oral, sino también por los poetas que intentaran corre-
Don Roldan de la su esposa girlo. La narración está hecha con sencillez y brio, aunque a
Que tan tristes llantos hace. veces con bastante monotonía y pesadez. Sin embargo el diá-
Tíranse entonces todos, logo se sostiene é interesa. Los anacronismos»en esla clase
Y vanse á aposentare. de composiciones, y de tales tiempos, son tan comunes que no
Los valedores hablando merece la pena de señalarse el del uso de artillería que se su-
A voz alta y sin parare : pone en este romance en tiempo de Cario Magno ; pero esto
— Mejor es, buenos caballeros, prueba que no pudo hacerse la composición ó su reforma an-
A todos apaciguare; tes de ser ya muy común y conocida la dicha arma.
Pues no hay cargo ninguno, 2 Con elArderinde Ardeña, dice en el original.
Todo se haya de dejare.— s Sin duda tuvo Cervantes presente este verso cuando hace
Entonces dijo Roldan en la parte 1.a, cap. xxvi del Quijote que su héroe forme un
Qu'es contento y que le place, rosario con las agallas de un alcornoque, para pasar rezando
Con aquesta condición, en Sierra-Morena el tiempo de su penitencia, dando así una
Y esto se quiere otorgare : muestra de las costumbres caballerescas de la edad media,
donde se formaba un amalgama inexplicable de las pasiones
Que Celinos es mochacho mundanas, y la mas constante devoción.
De quince años y no mase,
Y no es para las armas, ROMANCES SOBRE EL MARQUES DE MANTUA,
Ni aun para peleare : VALDOVINOS Y CARLOTO.
Que hasta veinte y cinco años,
Y hasta en aquella edade,
Que en número de los doce 355.
No se haya de contare,
Ni en la mesa redonda VALDOVINOS Y E L MARQUES DE MANTUA,-
Menos pueda comer pane : {Anónimo*.)
Do fuere el Conde y Condesa 8

Celinos no pueda estare : De Mantua salió el marques


Cuando fuere de veinte años Danés Urgel el léale :
O puesto eu mejor edade, Allá va á buscar la caza
Si estimare la su honra A las orillas del mare.
Que lo pueda demandare, Con él van sus cazadores
Y que entonces por las armas Con aves para volare;
Todos defiendan su parte, Con él van los sus monteros
• Porque no diga Celinos Con perros para cazare;
Que era de menor edade. — Con él van sus caballeros
Todos fueron muy contentos, Para haberlo de guardare.
Y á ambas partes les place. Por la ribera del Po
Entonces el Emperador La caza buscando vane.
Todos los hace abrazare, El tiempo era caluroso,
Todos quedan muy contentos, Yíspera era de Sant Juane.
Todos quedan muy iguales. Mélense en una arboleda
Otro dia el Emperador Para refresco tomare;
Muy real sala les hace : Al derredor de una fuente
A damas y caballeros A todos mandó asentare.
Convídalos á yantare. Viandas aparejadas
El Conde se afeita las barbas, Traen, y procuran yantare.
Los cabellos, otro tale, Desque hubieron yantado
La Condesa en las fiestas Comenzaron de hablare
Sale muy rica y triunfante. Solamente de la caza
Los mestrasalas que servían Cómo se ha de ordenare.
De parte del Emperante, Al pié estaban de una breña
Es uno el Don Moldan, Que junto á la fuente estae.
Y el otro el de Montalvane, Oyeron un gran ruido
Por dar mas avinenteza Entre las ramas sonare :
Que hubiesen de hablare. Todos estuvieron quedos
Cuando ya hubieron yantado, Por ver qué cosa serae;
Antes de bailar ni danzare, Por las mas espesas matas
Se levantó el conde Di ríos Ven un ciervo asomare ;
Delante todos los grandes, De sed venia fatigado,
Y al Emperador entregó Al agua se iba á lanzare ;
De las villas v lugares Los monteros á gran priesa
Las llaves, y lo ganado Los perros van á soltare :
Del rey moro Aliarde ; Sueltan lebreles, sabuesos
Por lo cual el Emperador Para le haber de tomare.
Dello le da muy gran parle , El ciervo que los sintió
Y él á sus caballeros Al monte se vuelve á entrare :
Grandes mercedes les hace. Caballeros y monteros
Los doce tenían en mucho Comienzan de cabalgare;
La gran victoria que trae. Siguiéndole iban el rastro
De allí quedó con gran honra Con gana de le alcanzare :
Y mayor prosperidade. Cada uno va corriendo
(Cancionero de Romances. — It. Romance del
Sin uno a otro esperare.
conde Dirlos. Pliego suelto. — It. Silva de El que traia buen caballo
varios Romances. — It. Floresta de varios Corría mas por le atajare :
Romances.) • Apártanse unos de otros
* Forma este romance una novela caballeresca completa, y Sin al Marques aguardare.
ROMANCERO GENERAL.
El ciervo era muy lijero, Una voz sintió hablare :
Mucho se fué adelantare; — ¡Oh Santa María Señora,
Al ladrido de los perros No me quieras olvidare!
Los mas siguiendo le vane. ¡A tí encomiendo mi alma,
El monte era muy espeso, Plégate de la guardare!
Todos perdido se bañe. En este trago de muerte
El sol se quería poner, Esfuerzo me quieras daré ;
La noche queria cerrare, Pues á los tristes consuelas
Cuando el buen marques de Mantua Quieras á mí consolare,
Solo se fuera á hallare Y al tu precioso Hijo
En un bosque tan espeso Por mí le plega rogare
Que no podia caminare. Que perdone mis pecados,
Andando á un cabo y á otro, Mi alma quiera salvare.—
Mucho alejado se haé; Cuando aquesto oyó el Marques
Tantas vueltas iba dando Luego se fuera apartare;
Que no sabe donde estae. Revolvióse el manto al brazo,
La noche era muy escura, La espada fuera á sacare ;
Comenzó recio á tronare; Apartado del camino
E l cielo estaba nublado, Por el monte fuera á entrare;
No cesa de relampagueare. Hacia do sintió la voz
El Marques que así se vido Empieza de caminare. 5

Su bocina fué á tomare, Las ramas iba cortando


A sus monteros llamando : Para la vuelta acertare ;
Tres veces la fué á tocare. A todas partes miraba
Los monteros eran lejos, Por ver qué cosa serae;
Por demás era el sonare, El camino por do iba
El caballo iba cansado Cubierto de sangre estae.
De por las breñas saltare; Vínole grande congoja,
A cada paso caía, Todo se fué á demudare,
No se podia meneare. Que el espíritu le daba
El Marques muy enojado Sobresalto de pesare.
La rienda le fué á soltare, De donde la voz oyera
Por do el caballo queria Muy cerca fuera á llegare :
Lo dejaba caminare. Al pié de unos altos robles
El caballo era de casta, Vido un caballero estare;,
Esfuerzo fuera á tomare. Armado de todas armas
Diez millas ha caminado Sin estoque ni púnale.
Sin un momento parare; Tendido estaba en el suelo,
No va camino derecho, No cesa de se quejare;
Mas por do podia andaré. Las lástimas que decia
Caminando todavía, Al Marques hacen llorare :
Un camino va á topare; Por entender lo que dice
Siguiendo por el camino Acordó de se acercare.
Va á dar en un pinare : Atento estaba escuchando
Por él anduvo una pieza Sin bullir ni menearse :
Sin poder del se apartare. Lo que decia el caballero
Pensó reposar allí Razón es de lo contare.
O adelante pasare; — ¿Dónde estás, señora mia*,
Mas por buscar á los suyos Que no te pena mi male ?
Adelante quiere andaré. De mis pequeñas heridas
Del pinar salió muy presto, Compasión solías tomare,
Por un valle fuera á entrare', ¡ Agora de las de muerte
Cuando oyó dar un gran grito No tienes ningún pesare!
Temeroso y de pesare, No te doy culpa, señora,
Sin saber que de hombre fuese, Que descanso en el hablare :
O de qué pudiese estare : Mi dolor, que es muy sobrado
Solo gran dolor mostraba, Me hace desatinare.
Otro no pudo notare, Tú no sabes de mi mal
De que se turbó el Marqués, Ni de mi angustia mortale;
Todo espeluzado se hae; , Yo te pedí la licencia
Mas aunque viejo de dias Para mi muerte buscare.
Empiézase de esforzare. Pues yo la hallé, señora,
Por su camino delante A nadie debo culpare,
Empieza de caminare : Cuanto mas á t í , mi bien,
A pié va que no á caballo; Que no me la querías daré;
El caballo va á dejare, Mas cuando mas no podiste
Porque estaba muy cansado, Bien sentí tu gran pesare
Y no podia bien andaré; En la fe de tu querer,
En un prado que allí estaba Según te vi demostrare.
Allí le fuera á dejare. ¡ Esposa mia y señora !
Cuando llegó á un rio, No cures de me esperare;
Hasta el dia del juicio
En medio de un arénale No nos podemos juntare.
Vido un caballero muerto, Si viviendo me quisiste,
Comenzóle de mirare. Al morir lo has de mostrare,
Armado estaba de guerra No en hacer grandes extremos,
A guisa de peleare ; Mas por el alma rogare.
Los brazos tenia cortados , ¡ Oh mi primo Montesinos!
Las piernas otro que tale, ¡ Infante Don Meriane !
Y mas adelante un poco
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. ,209
¡Deshecha es la compañía, Turbado estaba el Marques,
En que solíamos andaré ! Ño pudo mas escuchare :
¡Ya uo esperéis mas de verme, El corazón se le aprieta,
No os cumple ya mas buscare, La sangre vuelto se le hae.
Que en balde trabajaréis A los pies del caballero
Pues RO me podréis hallare! Junto se fué á llegare;
¡ Oh esforzado Don Renaldos! Con la voz muy alterada
¡ Oh buen paladín Roldane ! Empezóle de habí are:
¡Oh valiente Don Urgel! — ¿Qué mal tenéis, caballero?
¡ Oh Don Ricardo Normante ! ¿Queredes me lo contare?.
¡ Oh marques Don Oliveros ! ¿Tenéis heridas de muerte,
¡ Oh Durandarte el galane ! O tenéis otro algún male? -
¡ Oh archiduque Don Estolí'o! Cuando lo oyó el caballero
¡Oh gran dunue de Milane! La cabeza probó alzare :
¿Donde sois todos vosotros? Pensó que era su escudero,
¿ No venís á me ayudare ? Tal respuesta le fué á daré :
¡ Oh emperador Cario Magno, — ¿Qué dices, amigo mió?
Mi buen señor naturale, ¿Traes con quien me confesare ?
Si supieses tú mi muerte Que ya se me sale el alma;
Cómo la harías vengare ! La vida quiero acabare :
Aunque me mató tu hijo Del cuerpo no tengo pen*,
Justicia quieras guardare, Que el alma querría salvare.—
Pues me mató á traición Luego le entendió el Marques
Viniéndole acompañare. Por otro le fué á tomare :
¡ Oh príncipe Don Carloto! Respondióle muy turbado
¿Qué ira tan desiguale Que apenas pudo hablare :
Te movió sobre tal caso —Yo no soy vuestro criado,
A quererme así matare Nunca comí vuestro pane,
Rogándome que viniese Antes soy un caballero
Contigo por te guardare ? Que por aquí acerté á pasare :
¡Oh desventurado yo,
Cómo venía sin cuidare Vuestras voces dolorosas
Que tan alto caballero Aquí me han hecho llegare
Pudiese hacer tal maldade! A saber qué mal tenéis,
Pensando venir á caza O de qué es vuestro penare.
Mi muerte vine á cazare. Pues que caballero sois
No me pesa del morir Querades vos esforzare,
Pues es cosa naturale, Que para esto es este mundo
¡ Mas por morir como muero Para bien y mal pasare.
Sin merecer ningún male, Decidme, señor, quién sois
Y en tal parte donde nunca Y de qué es vuestro male,
La mi muerte se sabrae ! Que si remediarse puede
¡Oh alto Dios poderoso, Yo os prometo de ayudare :
Justiciero y de verdade, No dudéis, buen caballero,
Sobre mi muerte inocente De decirme la verdade.—
Justicia quieras mostrare! Tornara en sí Valdovinos,
¡ Desta ánima pecadora Respuesta le fué á daré :
Quieras haber piedade! — Muchas mercedes, señor,
¡ Oh triste reina mi madre, Por la buena voluntade ;
Dios te quiera consolare, Mi mal es crudo y de muerte,
Que ya es quebrado el espejo No se puede remediare.
En que te solías mirare ! Veinte y dos heridas tengo
Siempre de mí recelabas
Receñir algún pesare, Que cada una es mortale;
¡Agora de aquí adelante El mayor dolor que siento,
No te cumple recelare! Es morir en tal lugare,
En las justas y torneos Do no se sabrá mi muerte
Consejos me solías daré, Para poderse vengare,
i Agora triste en la muerte Porque me han muerto á traición
Aun no me puedes hablare! Sin merescer ningún male.
8
¡Ohnoble marques de Mantua , A lo que habéis preguntado
Mi señor tio carnale! Por mi fe os digo verdade,
¿Dónde estás que no ois Que á mi dicen Valdovinos,
Mi doloroso quejare? Que el Franco solían llamare:
¡ Qué nueva tan dolorosa Hijo soy del Rey de Dacia,
Os será y de gran pesare Hijo soy suyo carnale,
Cuando de mí no supierdes Uno de los doce pares
Ni me pudierdes hallare! Que á la mesa comen pane.
Hecístesme heredero La reina Doña Ermelina
Por vuestro Estado heredare, Es mi madre naturale,
¡ Mas vos lo habréis de ser mió El noble marques de Mantua
Aunque sois de mas edade I Era mi tio carnale,
¡ Oh mundo desventurado; Hermano era de mi padre
Nadie debe en tifiare: Sin en nada discrepare :
Al que mas subido tienes La linda infanta Sevilla
Mayor caída haces daré!— Es mi esposa sin dudare :
Estas palabras diciendo Hame herido Carloto
No cesa de sospirare Su hijo del Emperante,
Sospiros muy dolorosos Porque él requirió de amores
Para el corazón quebrare. A mi esposa con maldade :
T. x. Porque no le dio su amor
El en mí se fué á vengare 14
ROMANCERO GENERAL
210
Pensando que por mi muerte ¡ Mas al que menos te teme
Con ella habia de casare. Le huyes por mas penare!
Hame muerto á traición ¿ Quién le llevará las nuevas
Viniendo yo á le guardare, Amargas de gran pesare
Porquel me rogó en París A la triste madre vuestra?
Le viniese acompañare ¿Quién la podrá consolare?
A dar fin á una aventura Siempre lo oí decir,
En que se quena probare. Agora veo ser verdade,
Quien quier que seáis, caballero Que quien larga vida vive
La nueva os plega llevare Mucho mal ha de pasare :
De mi desastrada muerte Por un placer muy pequeño
A Paris, esa ciudade, Pesares ha de gustare.— ,
Y si hacia Paris no fuerdes Destas palabras y otras
A Mantua la iréis á daré, No cesaba de hablare
Qu'el trabajo que ende habréis Llorando de los sus ojos
Muy bien os lo pagarane, Sin poderse eonortare.
Y si no quisierdes paga Esforzóse Valdovinos
Bien se os agradecerae. — Con el angustia mortale;
Cuando aquesto oyó el Marques Cuando conosció á su tio
La habla perdido hae, Alivio fuera á tomare :
En el suelo dio consigo, Tomóle entrambas las manos,
La espada fué arrojare, Muy recio le fué apretare :
Las barbas de la su cara Disimulando su pena
Empezólas de arrancare, Comenzó al Marques á hablare:
Los sus cabellos muy canos • — No lloredes , señor tio,
Comiénzalos de mesare. Por Dios no queráis llorare,
A cabo de una gran pieza Que me dais doblada pena
En pié se fué á levantare; Y al alma hacéis penare;
Allegóse al caballero Mas lo que yo os encomiendo
Por las armas le quitaré. Es por mí queráis rogare,
Desque le quitó el almete Y uo me desamparéis
Comenzóle de mirare: En este esquivo lugare;
Estaba en sangre bañado, Hasta que yo haya espirado,
Con la color muy mortale: No me querades dejare.
Estaba desfigurado, Encomiendoos á mi madre
No lo podia figurare, Vos la queráis consolare,
No lo podia conoscer Que bien creo que mi muerte
En el gesto ni el hablare; Su vida habrá de acabare;
Dudando estaba dudando Encomiendoos á mi esposa,
Si era mentira ó verdade. Por ella queráis mirare;
Con un paño que traia El mayor dolor que siento
La cara le fué á limpiare; Es no le poder hablare.—
Desque lo hubo limpiado Ellos estando en aquesto
Luego conocido lo hae. Su escudero fué á llegare :
En la boca lo besaba Un ermitaño traia
No cesando de llorare, Que en el bosque fué á hallare,
Las palabras que decia Hombre de muy santa vida
Dolor es de las contare. Del orden sacerdotale.
— j Oh sobrino Valdovinos, Cuando llegó el ermitaño
Mi buen sobrino carnale! El alba quería quebrare.
¿ Quién os trató de esta suerte ? Esforzando á Valdovinos
I Quién os trujo á tal lugare ? Comenzóle amonestare
i Quién es el que á vos mató Que olvidando aqueste mundo
Que á mi vivo fué á dejare ? De Dios se quiera acordare.
¡Mas valiera la mi muerte Aparte se fué el Marques
Que la vuestra en tal edade! Por dalles mejor lugare;
¿No me conocéis, sobrino? El escudero á otra parte
i Por Dios queraisme hablare! También sé fuera apartare :
Yo soy el triste marques El Marques de quebrantado
Que tío solíades llamare, Gran sueño le fué á tomare.
Yo soy el marques de Mantua Confesóse Valdovinos
Que debo de reventare A toda su voluntade.
Llorando la vuestra muerte Estando en su confesión,
Por con vida no quedare. Ya que quería acabaré,
1 Oh desventurado viejo! Las angustias de la muerte
i Quién me podrá eonortare 1 Comienzan de le aquejare :
Qu'en pérdida tan crecida Con el dolor que sentía
Mas dolor es consolare. Una gran voz fuera á daré :
Yo la muerte de mis hijos Llama á su tio el Marques,
Con vos podría olvidare. Comenzó así de hablare :
Agora, mi buen señor, — Adiós, adiós, mi buen tio,
De nuevo habré de llorare. Adiós os queráis quedare,
A vos tenia por sobrino Que yo me voy de este mundo
Para mi Estado heredare, Para la mi cuenta daré :
Agora por mi ventura Lo que os ruego y encomiendo
Yo vos habré de enterrare. No lo queráis olvidare :
Sobrino, de aquí adelante Dadme vuestra bendición,
Yo uo quiero vivir mase: La mano para besare. —
Ven, muerte, cuando quisieres, Luego perdiera el sentido,
«o te quieras retardare; Luego perdiera el hablare
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 211
Los clientes se le cerraron, Comenzóle á preguntare:
Los ojos vuelto se le hane. — Dígasme, buen escudero,
Recordó luego el Marques, Si Dios te quiera guardare ,
A él se fuera á llegare, ¿Qué venía tu señor
Muchas veces lo bendice Por esta tierra buscare,
No cesando de llorare. Y por qué causa lo han muerto,
Absolvióle el ermitaño; Y quién le fuera á matare ? —
Por él comienza á rezare. Respondióle el escudero,
Y á cabo de poco rato Tal respuesta le fué á daré :
Valdovinos fué á espirare. — Por la fe que debo á Dios
El Marques de verlo así Yo no lo puedo pensare,
Amortescido se hae, Porque no lo sé, señor;
Consuélalo el ermitaño, Lo que vi os quiero contare.
Muchos ejemplos le dae : Estando dentro en París
El Marques como discreto En cortes del Emperante,
Acuerdo fuera á tomare, El príncipe Don Carloto
Pues remediar no se puede, A mi señor envió á llamare. •
A haberse de conortare. Estuvieron en secreto
Lo que hacia el escudero Todo el dia en su hablare;
Lástima era de mirare; Cuando la noche cerró
Rascuñaba la su cara, Ambos se fueron armare.
Sus ropas rasgado háe, Cabalgaron á caballo,
Sus barbas y sus cabellos Salieron de la ciudade
Por tierra los va á lanzare. Armados de todas armas
A cabo de una-gran pieza, A guisa de peleare.
Que ambos cansados estañe, Yo salí con Valdovino
El Marques al ermitaño Y con Don Carloto un paje :
Comienza de preguntare : Ayer hubo quince dias
— Pídoos por Dios, padre honrado, Salimos de la ciudade.
Respuesta me queráis daré : Luego cuando aquí llegamos
¿Dónele estamos, ó en qué reino A este bosque de pesare,
En qué señorío ó lugare ? Mi señor y Don Carloto
¿Gomo se llama esta tierra? Mandaron nos esperare.
¿Cuya es, y á qué mandare?- Solos se entraron los dos
El ermitaño responde : Por aquel espeso valle;
— Pláceme de voluiitade : El paje estaba cansado,
Debéis de saber', señor, Gran sueño le fué á tomare;
Que esta tierra sin poblare Yo pensando en Valdovinos
Otro tiempo fué poblada, No podia reposare.
Despoblóse por gran male, Apárteme del camino,
Por batallas muy crueles En un árbol ful á pujare,
Que hubo en la cristiandade : A todas partes miraba
A esta llaman la Floresta Cuando los veria tornare.
Sin ventura y de pesare, A cabo de un grande rato
Porque nunca caballero Caballo oi relinchare,
En ella acaeció entrare Vi venir tres caballería,
Que saliese sin gran daño Mi señor no vi tornare.
O desastre desiguale. Venían bañados en sangre,
Esta tierra es del marques Luego vi mala señale;
De Mantua, la gran ciudade : El uno era Don Carloto,
Hasta Mantua son cien millas Los dos no pude notare.
Sin poblado ni lugare, Con grande miedo que tenia
Sino sola una ermita No los osé preguntare
Que á seis millas de aquí estae, Do quedaba Valdovinos,
Donde yo hago mi vida Do le fueran á dejare :
Por del mundo me apartare. Mas abájeme del árbol,
El mas cercano poblado Entré por aquel pinare;
A veinte millas estae; Desque los vi trasponer
Es una villa cercada Yo comencé de buscare
Del ducado de Milane. A mi señor Valdovinos,
Ved lo que queréis, señor, Mas no lo podia hallare :
En que yo os pueda ayudare, El rastro de los caballos
Que por servicio de Dios No dejaba de mirare.
Lo haré de voluntade, A la entrada de un llano,
Y por vuestro acatamiento, Al pasar de un arénale,
Y por hacer caridade.— Vi huella de otro caballo,
El Marques que aquesto oyera Lo cual me pareció male;
Comenzóle de rogare Vi mucha sangre por tierra ,
Que no recibiese pena De que me fui á espantare;
De con el cuerpo quedare, En la orilla del rio
Mientras él y el escudero El caballo fui á hallare ,
El caballo van buscare Mas adelante no mucho
Que allí cerca habia dejado A Valdovinos vi estare.
En un prado á descansare. Boca abajo estaba en tierra,
Plúgole al ermitaño Ya casi quena espirare,
Allí haberlos de esperare : Todo cubierto de sangre
El Marques y el escudero Que apenas podia hablare.
El caballo van buscare : Levautáralo de tierra,
Por el camino do iban Comencéle de limpiare;
ROMANCERO GENERAL.
Por señas me demandó * ;
Que arriba oistes noir.brare .
Confesor fuese á buscare. Con él iba el ermitaño
Esto es, noble señor, Por el camino mostrare.
Lo que sé deste gran male. — . Antes que á la villa lleguen
En estas cosas hablando
El caballo van topare, Una abadía van hallare
Cabalgó en él el Marques, De la orden de San Bernardo
Y á las ancas le fué á tomare: Que en una montaña estae ,
A do quedó el ermitaño jA la bajada de un puerio
Presto tomado se bañe. Y & la entrada de un lugaro.
Desque hablaron un rato Allá se fué el Marques
Acuerdo van á tomare Y allí acordó quedare
Que se fuesen á la ermita, Por estar mas encubierto,
Y el cuerpo allá lo llevare. Y el cuerpo en guarda dejare,
Pónenlo encima el caballo, Hasta hacelle un atahud
Nadie quiso cabalgare. Y habello de embalsamare.
El ermitaño los guia, • Al ermitaño rogaba
Comienzan de caminare; Dineros quiera tomare;
Llevan via de la ermita i Desque dineros no quiso
Aprisa y no de vagare. ' Sus ricas joyas le dae :
Desque allá hubieron llegado No quiso ninguna cosa,
Van el cuerpo desarmare. Su bestia fué á demandare :
Quince lanzadas tenia, . . ' • Despidióse del Marques,
Cada una era moríale, A Dios le fué & encomendare.
Que de la menor de todas «Después de ser despedido
Ninguno podria escapare. Para su ermita se vae>;
Cuando así lo vio el Marques- Por el camino do \uelve
Traspasóse de pesare, 5
A muchos topado hae
Y á cabo de una aran pieza Que al Marques iban buscando,
Un gran suspiro fué á daré. Llorando por le hallare.
Entró dentro en la capilla, • Muchos por él preguntaban,
De rodillas se fué á hincare, Las señales ciertas dañe,
Puso la mano en un ara Por las señas que le dieron
Que estaba sobre el altare, • El conocido le hae,
Y en los pies de un crucifijo : Y & todos les respondía :
Jurando, empezó de hablare i
8
— Yo os digo cierto verdade,
— Juro por Dios poderoso , \ Que un hombre de tales señas,
Por Santa María su Madre,. Que no sé quién es ni cuaje ,
Y al santo Sacramento Dos dias ha que le acompaño
Que aquí suelen celebrare , Sin saber adonde vae :
De nunca peinar mis canas , Déjelo en un abadía
Ni las mis barbas cortare; Que dicen de Flores Valle,
De no vestir otras ropas, Con un caballero muerto
Ni renovar mi calzare; Que acaso fuera á hallare :
De no entrar en poblado, Si allá queréis ir, señores,
Ni las armas me quitare, Hallaréislo de verdade.
Sino fuere una hora (Cancionero de Romances. — It. Silva de varios
Para mi cuerpo limpiare; Romances.—It. Floresta de varios Romances.)
De no comer en manteles, * Aunque Pellicer dice en las notas del Quijote que este
Ni á mesa me asentare, romanee impreso en Alcalá, en 1598, es de Jerónimo Treviño,
Hasta matar á Carlqto yo creo que este fué, cuando mas, un editor que corrigió y
modificó el antiguo. E l romance forma un bellísimo cuadro de
Por justicia ó peleare, costumbres caballerescas y de sentimientos interesantes, que
O morir eu la demanda por su naturalidad y sencillez suspenden el ánimo, y le elevan
Manteniendo la verdade: a la verdad de las situaciones que halla el poeta. Nada parece
Y si justicia me niega estudiado ni iluminado con los colores de la imaginación arti-
Sobre esta tan gran maldad© ficiosa ; pero allí está retratado el corazón, que para sentir se
De con mi Estado y persona abandona á la naturaleza. Este y los dos que le siguen son una
trilogía de romances sobre la muerte de valdovinos y su ven-
Contra Francia guerreare, ganza.
Y manteniendo la guerra 2 Lope de Vega hizo una comedia con titulo de El Marques
Morir ó vencer sin pare. de Mantua, la eual se halla en la parte ó tomo xti de sus obras
Y por este juramento dramáticas, cuyo asunto es el mismo de estos romances de
Prometo de no enterrare Valdovinos.
E l cuerpo de Valdovinos » Acaso de aquí tomó Cervantes la idea de lo que hizo Sancho
Hasta su muerte vengare.— cuando se apartó de Don Quijote en Sierra-Morena, para poder
De que aquesto hubo jurado* a
á su vuelta hallar el camino de encontrarle. {Quijote, parte 1. ,
Mostró no sentir pesare; cap-, xxv.)
Rogando está al ermitaño 1
Este pasaje pone Cervantes en boca de Don Quijote
Que le quisiese ayudare (porte'1.*, cap. v), pero sin duda según una lección mas mo-
Para llevar aquel cuerpo derna , como puede inferirse de su lenguaje, y dice :
A l mas cercano lugare. ¿Dónde estás, sefiora mia,
Que no te duele mi mal?
E l ermitaño piadoso O no lo sabes, señora,
Su bestia le fué á dejare;. O eres falsa y desleal.
Amortajaron el cuerpo, s Este verso y el que sigue, también los pone Cervantes con
En ella lo van á posare : lección mas moderna, en el cap. v, parte 1.a del Quijote.
Con armas de Valdovinos^ 6
Este es el juramento que recuerda Cervantes en el capi-
E l Marques se fué á armare ; tulo x, parte 1.a del Quijote.
Cabalgara en su caballo,
Comienza de caminare.
Camino irán de la villa
215
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS.
356. La cual era de creencia,
Dióla en manos de Roldane :
VALDOVINOS.— II. Comenzó de hacer su habla
Con discreto razonare.
(Anónimo *.) — Creyendo hacer mas servicio
De Mantua salen apriesa A tu sacra majestade,
Sin tardanza ni vagare Acepté, señor, el cargo
Ese noble conde Dirlos, De este mensaje explicare,
Visorey de allende mare, Porque sin pasión ninguna
Con el duque Don Saiison, La verdad podré contare,
De Picardía naturale : Según que vengo informado,
Camino van de Paris, Sin añadir ni quitare.
Aunque ninguno lo sabe, La embajada que yo traigo
Qu'el marques Danés Urgel Es justicia demandare
Los envía con mensaje Del infante Don Carloto,
A ese alto Emperador Tu propio hijo carnale.
Que estaba en Paris la grande. Dicen que él mató sin culpa
Llegados son á Paris A Valdovinos el infante,
Sin mucho tiempo tardare. Hijo del buen rey de Dacia,
Caballeros son de estima, Tu vasallo naturale;
De grande estado y linaje, Y matóle con aleve,
De los doce que á la mesa Con engaño y falsedade,
Redonda comían pane. Rogándolo que se fuese
Los grandes qUe lo supieron
Salen por los compañare. Con él á le acompañare.
Cuando entraron en París Por casarse Con su esposa
Vanse al palacio reale; Dicen que le fué á matare :
Preguntan por el Emperador De este delito se quejan
Para habelle de hablare : Muchos hombres de linaje,
De que lo supo Don Carlos Que son parientes del muerto,
Luego los mandó entrare; Y se sienten de tal male. '
Desque son delante dé! El marques Danés Urgel
Las rodillas van hincare; Se muestra mas principale,
Demandáronle las manos, Por ser lio de Valdovinos,
Mas no se las quiso daré; Hermano del Rey su padre.
Mandóles alzar de tierra, Demás de ser su pariente,
Comenzólos preguntare : Tiene muy mayor pesare
Porque lo halló herido,
— ¿De dónde venides, Duque? Casi á punto de espirare,
¿ De qué parte ó qué lugare ? En un bosque muy esquivo,
¿Dónde habéis estado, Conde?j Apartado de lugare.
i Venis de allende la mare ?— El mismo le contó el caso,'
Respondieron ambos juntos, A él se fué encomendare,
Presto tal respuesta dañe : En sus.brazos espiró,
— En Francia habernos estado, Razón es no le olvidare :
En Mantua, esa ciudade, Y ese maestre de Rodas
Con el marques Danés Urgel Urgel de la fuerza grande,
Por le haber de acompañare; Que es primo del Marques,
La embajada que traemos, Tío también del Infante :
Señor, queraisla escuchare : Y ese duque de Baviera
Mandad salir todos fuera, Don Naimo el singulare,
No quede sino Roldane, Abuelo de Valdovinos,
Que después siendo contento, Padre carnal de su madre:
Ríen se podrá publicare. — Y ese rey de Sansueña,
Todos se salieron luego
De la cámara reale, Tu vasallo naturale,
Todos cuatro quedan solos, Padre de la infanta Sevilla
Las puertas mandan cerrare. Que cristiana se fué á tornara
De rodillas por el suelo Por amor de Valdovinos
El Conde comenzó á hablare : Para con él se casare;
Y otros muchos caballeros
— ¡ Oh muy alto Emperador, También se van á quejare,
Sacra real majestade! Los unos por parentesco,
Tu vasallo soy, señor, Los otros por amistade ;
Y de Francia naturale ; Sobre todos esa reina
Pues vengo por mensajero
Licencia me manda daré Doña Ermelina, su madre.
Para decir mi embajada, Tus naturales y extraños
Si no recibes pesare. — . También te envían á suplicare
Respondió el Emperador Que si tu hijo los mata
Sin el semblante mudare : ¿ Quién los ha de defensare 1
—- Decid, Conde, qué queréis, Si no mantienes justicia
Pues no os cumple recelare • Dejarán su naturale,
Ríen sabéis qu'el mensajero ' Y-se partirán de Francia
Licencia tiene de hablare : A otros reinos á morare.
Al amigo y enemigo El caso es abominable,
Siempre se debe escuchare. Y terrible de contare;
Vor amistad al amigo, Y si tal cosa es, señor,
Y al otro por se avisare.— fiien lo debes castigare.
levantóse luego el Conde, Acuérdate de Trajano
una carta fuéá mostrare. En la justicia guardare,
Que no dejó sin castigo
214 ROMANCERO GENERAL.
Su único hijo carnale; Según costumbre de Francia
Aunque perdonó la parte, Entre hombres de linaje,
El no quiso perdonare. Y que los que señaláredes
Si niegas, señor, justicia, Para este caso mirare ,
Mucho te podrán culpare, Sean caballeros de estado
Que tal caso como este De tu consejo imperiale ,
No es para dejar pasare. Y que hagan juramento
¡ Mira bien, señor, en ello! De administrar la verdade,
Respuesta nos manda daré. — Y tu majestad provea
Turbóse el Emperador, De señalar un lugare
Que apenas pudo hablare : En el campo, sin poblado,
La mano tenia en la barba, A do se haya de juzgare
Muy pensativo ademase. Para oir ambas las partes
A cabo de una gran pieza Hasta ejecución finale.
Tal respuesta le fué á daré : Porque el Marques trae gente,
—¡ Si lo que habéis dicho, Conde, Para se haber de guardare
Se puede hacer verdade, De quien algo le quisiere
Mas quisiera que mi hijo Y le hubiere de enojare,
Fuera el muerto sin dudare ! Y sus parientes y amigos
E l morir es una cosa Vienen por le acompañare,
Que á todos es naturale, Y entre ellos viene Renaldos,
La memoria queda viva El señor de Montalvane, -
Del que muere sin fealdade; El cual está puesto en bandos
Del que vive deshonrado Con tu sobrino Roldane.
Se debe tener pesare, Porque no sabe el Marques
Porque así viviendo muere Si recibirás pesare,
Olvidado de bondade. No quiere venir con gentes
Decilde, Conde, al Marques Sin saber tu voluutade,
Y á cuantos con él estañe, Pues viene á pedir justicia
Que el pesar que desto tengo Y no para guerreare;
No lo puedo demostrare : Pide , señor, le asegures
Mas yo daré tal ejemplo Y á cuantos con é\ vernane,
En esta muerte vengare, Mientras que el pleito durare
Que la pena del delito Seguro les mandes daré
Sobrepuje á la maldade. Para venida y estada,
Porque todos se escarmienten Y después para tornare,
Cuantos lo oyeren nombrare. No porque él tema á ninguno,
Vengan á pedir justicia, Ni haya de quién se recelare ;
Que yo la haré guardare Mas por cumplir lo que debe
Como es costumbre de Francia A tu sacra majestade.
Usada de antigua edade: D'esta manera, señor,
Si buena verdad trajeren E l vendrá sin detardare,
En mi corte se verae; Que ya es partido de Mantua,
Do mi persona estuviere No cesa de caminare.
La justicia será iguale, Don Renaldos le aposenta
Asi al pobre como al rico, Sin hacer daño ni male,
Así al chico como al grande , En tierras de señoríos
Y también al extranjero, Todos recaudo le dañe,
Como al propio naturale.' Pagando de sus dineros
Mas quiero dejar memoria Lo acostumbrado pagare.
De grande riguridade, Para pasar por tus tierras
Que dejar sin dar castigo , Licencia les manda daré,
"Al que comete maldade. Y todos los bastimentos
Aunque sea mi propio hijo Que hubieren necesidade;
Que me tenia de heredare.— Pagando lo que valiere
Cuando esto oyó el Conde No se les deben negare.—
Las manos le fué a besare; Al Emperador le plugo,
Alabando su respuesta, Todo lo fué así otorgare :
El Duque comenzó hablare : — El Marques venga seguro
Siempre, señor, confiamos Y cuantos con él vernanen .
De tu ínclita bondade Venga siquiera de guerra,
Que por mantener justicia O como le placeare,
Tal respuesta habías de daré; Yo lo tomo so mi amparo,
Mas porque el caso requiere So mi corona reale.
En sí mesmo gravedade, Porque mas seguro venga
Y por ser cosa de hijo Este mi anillo lomade;
Tú no lo debes juzgare, Todo lo que yo os prometo
El marques Danés Urgel Siempre hallaréis verdade :
Te envía á suplicare, La licencia que pedis
Que porque él tiene jurado -
Soy contento de os la daré ,
De en poblado nunca entrare Ordenaldo á vuestra guisa,
Hasta que alcance derecho Que así lo quiero firmare.—*
De Carioto el infante, Sacó un anillo de oro
Y él mismo tiene de ser Con el sello imperiale;
El que lo ha de acusare , El Duque lo tomó luego
Que no quieras ser presente Las manos le fué á besare.
Para haber de sentenciare ; Del Emperador se despiden ,
Mas que jiombres caballeros A sus posadas se vane .
Que puedan determinare > Don Roldan quedó enojado,
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 215

Mas DO lo quiso mostrare. Cuando algo le rogaban


Luego se supo en la corte Mostraba mucho pesare;
Todo lo que fué á pasare, Rogaba con cortesía
La embajada que traian, Le quisiesen perdonare
Lo que venian á demandare. Por no poder complacerlos
Mucho pesó á Don Carloto, Como era su voluntade,
Quiérelo disimulare; Porqué él se habia quitado
Fuese al Emperador Sobre esto la libertade.
A haberse de desculpare ; El juramento que hizo
Mas nunca lo quiso oir A todos hacia mostrare,
Sino en consejo reale. Porque no tuviesen causa
La audiencia que le dio Sobre ello de importunare.
Fué mandarlo aprisionare Los grandes que allí venian
Hasta ser determinada No le querían fatigare,
Por su corte la verdade. Ni querían sobre tal caso
Preso ya y puesto á recaudo, El su dolor renovare.
En guarda lo fuera daré Volvíanse para Paris
A Don Renaldos de Belanda , Pensativos ademase,
Que Ayuelos suelen llamare, Diciendo tener razón
Gran Condestable de Francia, El Marques de se vengare
Y en cortes gran Senescale. De un tan grave delito,
Mucho pesaba á los grandes Y hacello bien castigare.
Que le tenian amistade, Quando el Emperador supo
Sobre todos le pesaba Que el Marques fuera á llegare,
A ese paladín Roldane. Mandó llamar al consejo
Todos buscaban maneras En su palacio imperiale.
Para le haber de soltare, Mandó cuando fueron juntos
Mas nunca el Emperador Los embajadores llamare :
A alguno quiso escuchare : La embajada que trajeron
Cuanto mas por él le ruegan
f
Tornasen á recontare.
Tanto mas lo hace guardare. Levantóse el conde Dirlos
Cada dia entra en consejo, Comenzóla de explicare :
Las leyes hacia mirare, De que la hubo acabado
Quien tal crimen cometía Tornóse luego á seniare.
Qué pena le habia de daré.' Todos se maravillaban
Estando en esto las cosas De oir tan gran maldade*
El Marques fuera á llegare Por amor del Emperador
A tres millas de Paris Todos recibían pesare;
A vista de la ciudade: Mirábanse unos á otros,
No quiso pasar delante, A todos parecía male.
Mandó asentar su reale. Antes que hablase ninguno
Aposentóle Renaldos El Emperador fué hablare :
Ribera de un rio caudale, — Lo que aquí pide el Marques
Do mejor le pareció Por primero y principale,
Y mas seguro lugare, Es que yo le nombre jueces
Y él adelante pasó Para esto determinare :
Una milla ó poco mase. Por ser caso de Carloto
Armaron luego su tienda, Presente no quiero estare;
Su bandera mandó alzare : Para mejor señalarlos
La gente de la ciudad Yo les daré potestade
Todos iban á mirare Que administren la justicia
El gran campo del Marques, Eo su conciencia y verdade.—
Su concierto singulare, A todos está mirando,
La diversidad de gentes, Y empiézales de hablare :
La orden qu'el Marques trae. — Los jueces que yo le nombro *
Muchos grandes y señores Para justicia guardare
Al Marques iban á hablare E l uno es Dardin Dardeña,
Por probar algún concierto Que Delfín suelen llamare,
Y saber su voluntade. De tres estados de Francia,
El estábase en su tienda, El primero en consejare :
En aquel estado grande, El otro el conde de Flándes,
Armado de todas armas, Don Alberto el singulare,
Y descubierta la face, Uno de los tres estados,
El atahud allí delante Y primero en el mandare :
Por mas dolor demostrare, Otro el duque de Borgoña,
La madre de Valdovinos Primero estado en juzgare,
Y su esposa allí á la pare Riguroso y justiciero,
De aquella forma y manera En mis reinos principale :
Que arriba oistes nombrare. El otro el duque Don Carlos,
Los que venian á la tienda Mi sargento genérale :
Para el Marques visitare, Otro el duque de Borbon,
De que le veian armado Mi cuñado Don Grimalte :
Y de aquella forma estare, El otro el conde de Foy,
Habían del compasión, Y el buen viejo Don Beltrane :
Llegaban por le hablare. Otro sea Don Reynero
Recebialos muy bien, Llamado duque de Aste,
Cabe él los hacia sentare ; Y el conde Don Galalon
El caso como pasara De Alemana principale :
A todos iba á contare. Otro el duque Yibiano
216 ROMANCERO GENERAL.
De Agramonte naturale, El buen viejo Don Beltrané
Asistente de mi corte Con el conde de Foyxano,
Y el conde Don Galalon,
Para los pleitos juzgare : Con el duque de Vibiano;
Otro el duque de Saboya, Con el duque de Saboya,
Que venturas fué á buscare, Que venturas ha buscado;
Y en las mas partes del mundo Con el duque de Ferrara
Trances ha visto pasare : Don Arnao, el gran Bastardo;
Otro el duque de Ferrara, El almirante Guarinos,
Esa nombrada ciudade, En los mares estimado;
Don Arnao el gran Bastardo, Don Renaldos de Belanda,
Así se hace intitulare : Condestable diputado
Otro sea Don Guarinos, En el lugar y mandar
Almirante de la mare, i • Del sumo emperador Cario :
De todasflotasy armadas Todos juntos en consejo
Sobre todos genérale. Y acuerdo deliberado,
Y nombro por presidente Vista la requisición
Para en mi lugar estare Qu'el huen Marques nos ha dado;
Don Renaldos de Belanda, Vista también la demanda
De Francia gran condestable. Qu'él mesmo ha procesado;
Para ello le doy mi cetro, Vistas todas las respuestas
Poder soluto en mandare. Que Don Carloto ha enviado,
Todos estos juntos puedan El proceso todo entero
Absolver y sentenciare Con gran fe desanimado,
Esto que pide el marques Lo que venía de justicia
Como se debe juzgare, Y de derecho mirado,
Si por prueba de testigos Ni al uno por el otro
O trance de peleare. El derecho no quitado;
Yo les doy mi comisión Teniendo á Dios en la piensa
Con poder y facultade, Y en los ojos presentado :
Que la sentencia que dieren Visto que claro paresce
La puedan ejecutare, Por lo que se ha alegado,
Según costumbre de Francia, Que según la ley divina
Por su propia autoridade, • Quien mata ha de ser matada
Dando la pena y castigo Con cuchillo ó sin cuchillo
A quien la hubieren de daré, A tal acto ejercitado;
Así por via de justicia, Y visto que traición
Como por en campo entrare, Don Carloto ha intentado
Al cual puedan ser presentes, En matar á Valdovinos •
Y en mi nombre asegurare En un bosque despoblado,
Al marqués Danés Urgel Según que claro se muestra
Y á cuantos con él estañe, Por la confesión que ha dado
Mas que á mi persona propia Don Cariólo á la demanda
Nadie pueda demandare.— Qu'el Marques ha presentado,
Así como aquí lo dijo Visto que punto por pu<ito
A. todos lo va á mandare, El delito ha confesado
So pena de ser traidor Por la pena del tormento,
Quien lo osare quebrantare. Aunque lo habia negado;
(Cancionero de Romanees. — It. Silva de varios Y visto que nada obsta
Romanees.— It. Floresta de varios Romances.) Qu'él le haya sojuzgado
i En la enumeración de títulos y principados que aquí atri A la real audiencia,
buye el poeta á los jueces nombrados por el Emperador, se Pues que le han perdonado :
cometen multitud de anacronismos. Lo que viene de justicia,
Nada otro no mirado,
Por esta nuestra sentencia,
357. Cada cual bien informado
VALDOVINOS. — til.
Del hecho de la verdad,
Según que se ha confesado,
SENTENCIA DADA CONTRA DON CARLOTO. Condenamos á Carloto :
i
{Anónimo .) Primero, á ser arrastrado
Por el campo y por la arena
En el nombre de Jesús Por un rocin mal domado :
ue todo el mundo ha formado, Después de lo cual queremos
? de la Virgen su Madre,
Que de niño lo ha criado :
Que sea descabezado
En un alto cadahalso,
Nosotros Dardin Dardeña, Do pueda ser bien mirado
Delfín en Francia llamado; De fuera de la ciudad
Don Alberto y Don Reynero, Por donde será llevado;
De tres estados nombrado: Después de lo cual cumplido,
El conde de Flandes viejo, Y aquesto ser acabado,
Consejero delegado, Le corten manos y pies,
Con el duque de Borgoña, Porque quede mas pagado,
El primero en el juzgado, Y después de aquesto hecho
Con el buen duque Don Carlos, Que sea descuartizado :
El regente, el sargentado; Lo cual cumplido, queremos
Con el duque de Borbon Sea un edificio obrado
Don Grimalte, fiel cuñado De piedra muy bien labrada
Del muy alto Emperador, Y de canto bien pitado,
Con la su hermana casado; Que sea en lo venidero
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 217
Memoria de lo pasado Otro dia de mañana
Del caso de Valdovinos Todo así fué acabado.
Y de cómo fué vengado. — Ya sacaban á Carloto
Don Carloto temeroso, Con fierros muy bien ferrado
Aunque era muy esforzado, Los pregoneros delante
Tremecióse cuando oyó Su gran maldad publicando.
Lo que se ha publicado. Cuando fueron á la puerta
Esforzóse cuanto pudo, Don Reinaldos lo ha tomado,
Una pluma ha demandado; Y en medio toda su gente
Diéronle tinta y papel, Lo ha bien aposentado.
Una carta ha ordenado; > Cuando están en el lugar
Con un paje que allí estaba Do ha sido sentenciado,
A Don Roldan la ha enviado. Delante toda Paris
Nadie sabe lo que envía, Fué lodo ejecutado,
Para vello se ha apartado « Según que por la sentencia
Don Roldan, leyó la carta ,' Fué proveído y mandado.
Todo se ha alterado : Así murió Don Carloto,
Él de cierto bien quisiera Quedando alevosado,
Dar remedio en lo rogado. Y Valdovinos viviendo,
Doloroso y pensativo Aunque murió, muy honrado.
Un poco tiempo ha quedado, (Cancionero de Romances. — It. Silva de varios
Duda si debe hacer Romances. — It. Floresta de varios Romances.
Lo que le fué suplicado, * Ignórase la causa por qué los poetas y los noveladores
O si deba dar desvío maltratan tanto á un Carlos ó Carloto , hijo de Cavío Magno.
A lo que le es recitado. El que tuvo con este nombre le conservo á su lado dándole
Hallóse puesto en gran duda, parte en ej gobierno, mientras nombró rey do Aquitania á
En gran estrecho y cuidado; Ludovico Pió, y de Italia á Pipino, también sus lujos. El último
El amor dice queliaga, y el primero fallecieron antes que su padre, y de ninguno de
El temor teme el mandado ellos habla mal la historia. Si en vez de llamar los novelado-
res , Carlos, al personaje odioso que han imaginado, le llama-
D'ese sumo Emperador sen Pipino, ya sería fácil explicar suficción,pues Cario Magno
Que al Marques ha asegurado : tuvo un hijo de la hija de Desiderio, su primera esposa, á la
Mas al fin quiere la sangre cual repudió, llamado Pipino el jorobado, por ser, aunque de
Perder por la sangre estado. hermoso rostro, contrahecho ymal conformado de cuerpo. Por
Delibera hacer respuesta, ello ó por odio a su madre, este desdichado Principe no obtu-
Que no esté atemorizado, vo el amor paternal, y viéndose despreciado, los grandes des-
contentos le metieron en una conspiración, que ya que no le
Que con parientes y amigos costó la vida, le obligó á profesar en un monasterio.
El saldrá al campo armado
Con el deseo de perder
La vida, ó ser remediado.
Sin que gran rato pasase 358.
Fué Don Carloto informado VALDOVINOS. — IV.
De lo que ordena Roldan,
De lo que fué algo gozado. (Anónimo *.)
Quiérelo disimular; Tan clara hacia la luna
Mas no pudo ser celado. Como el sol á mediodía ,
Allégase el Condestable, Cuando sale Valdovinos
Y el papel le ha lomado : De los caños de Sevilla.
Leido que fué el papel, Por encuentro se la hubo
Por Paris se ha divulgado Una morica garrida,
Que Don Roldan hace gente
Y que ejército ha juntado. Y siete años la toviera «
El Emperador lo sabe, Valdovinos por amiga.
Al Marques ha avisado, Cumpliendo los siete años
Manda poner á Carloto Valdovinos que sospira :
Apercibido recaudo. —¿ Sospiraste, Valdovinos, •
Pregonan por la ciudad Amigo á quien mas quéria ?
De que nadie sea osado , O vos habéis miedo a moros,
So pena perder la vida, O adamades otra amiga.
De al otro dia ir armado.. —Que no tengo miedo á moros,
A Roldan envió á decir Ni menos tengo otra amiga,
Que solo no sea osado Que vos mora, y yo cristiano
De mas estar en Paris Hacemos la mala vida,
Hasta un año pasado, Y cómo la carne en viernes,
So pena de ser traidor Que mi ley lo defendía.—
Y por traidor publicado. —Por tu amor, mi Valdovinos,
El Marques qu'el caso siente Cristiana me tornaría,
A Reinaldos ha enviado Si me quieres por mujer,
Que á otro dia amaneciendo Si no sea por amiga.-*r
Sea sin falta llegado (Glosa de los Romances que dicen:«Cata Franc
A las puertas de París Montesinos.^ Pliego suelto.)
Con tres mil hombres d'estado; i Este romance se ha entresacado de una glosa, porque no
De á caballo lleve mil, ha llegado á nuestras manos el texto. A la verdad que solo
Y que no sea mudado por el nombre de Valdovinos, y no por conexión que tenga con
Hasta tanto que Carloto el Ciclo caballeresco Carlovingio, se ha colocado aquí. La es-
En medio será tomado, cena en que pasa, su asunto y su carácter son puramente es-
Y en el cadalso sea puesto pañoles , y á no ser por el nombre del héroe, debiera haberse
Para que fué sentenciado, ouesto entre los Caballerescos sueltos ó varios.
Y que á cualquiera que venga
Detienda lo encomendado.
ROMANCERO GENERAL.
218
359. «¡ Castigo , castigo,
»Dé la muerte á Carloto su amor mismo! s
VALDOVINOS. — V . ( MADRIGAL, segunda parte del Romancero
general.)
(Anónimo *.)
Ñuño Vero, Ñuño Vero, * Cualquiera puede conocer que este romance es de fines
Buen caballero probado, del siglo xvi, y la diferencia que existe entre él y los viejos
que le preceden.
Hinquedes la lanza en tierra
Y arrendedes el caballo; 361.
Preguntaros lie por nuevas
De Valdovinos el franco. VALDOVINOS. — VII.
— Aquesas nuevas, señora, (Anónimo *.)
Yo bien las diré de grado.
Esta noche á media noche Grande estruendo de campanas
Entramos en cabalgada, Por todo Paris habia,
Y los muchos á los pocos Su doloroso sonido
Lleváronnos de arrancada; Las piedras entristecía
Hirieron á Valdovinos Por muerte de un caballero,
De una mala lanzada; Valdovinos se decia;
La lanza tenia dentro, ' Uno era de los doce,
De fuera le tiembla el asta : Y de reyes descendía.
Su tio el Emperador Ya lo llevan á enterrar
A penitencia le daba, Con gran pompa en demasía.
O esta noche morirá, Grandes mortajas y lutos,
O de buena madrugada. Mucha gente le seguía.
Si te pluguiese, Sevilla, El gran número de hachas
Fueses tu mi enamorada : Vence la lumbre del día;
Amédesme, mi señora, Cien pajes cabe la tumba
Que en ello perderéis nada. Que le llevan compañía;
— Ñuño Vero, Ñuño Vero, Muchos duques, muchos condes
Mal caballero probado, Muy grande caballería.
Yo te pregunto por uuevas. Cantándole va responsos
Tú respóndesme al contrario, Infinita clerecía :
Que aquesta noche pasada El gran cardenal de Ostia
Conmigo durmiera el Franco : Por presbítero venia;
- ' El me diera una,sortija, El Arzobispo de Milán
Yo le di un pendón labrado. De diácono servía;
(Cancionero de Romances.) Por subdiácono de ellos
El Obispo de Aux venía.
* En este como en algunos otros romances se observa la in- Allá en San Juan de Letran
terrapcion del asonante y su vuelta á él, lo cual es un indicio El aparato se hacia
de BU mayor antigüedad comparada con,la de aquellos que si- De una rica sepultura
guen constantemente la regla déla asonancia, como hechos por Que á las del mundo excedía.
personas mas ejercitadas en la versificación. Los juglares y los Todo era de piedra jaspe
ioetas cultos han glosado con frecuencia esteromanceó sus
Íragmentos; y la situación que supone, se halla repetida en Y hermosa mazonería,
algunos otros también viejos. Y unas columnas de mármol
En donde se sostenía.
Hechas pues ya las obsequias
360. Como á él pertenecía,
Cíñenle estoque dorado
VALDOVINOS.—VI.
De muy gran precio y valía;
{Anónimo <.) Métenle yelmo muy rico
De infinita pedrería;
Sobre el cuerpo desangrado En hábito militar,
De su esposo Valdovinos, Y armado por esta via
A quien mató alevemente Lo meten en el sepulcro,
De un rey justo un traidor hijo, Como usarse solía;
La bella infanta Sevilla Quedando el cuerpo con fama,
Con lágrimas y suspiros Con gloria el alma subía.
Baña el rostro, azota al aire,
Llora al muerto, y mueve al vivo. (Floresta de varios Romances.)
Ya le besa, ya le abraza, * Valdovinos es el nombre caballeresco de Valduino. En un
Y entre el uno y otro oficio, manuscrito del siglo xm, se dice que Valdovinos murió en
Pidiendo venganza al Rey, batalla contra los sajones, y su muerte se pinta en todo igual
Dijo al Rey, y al cielo dijo : 4 la de Roldan su hermano, en Roncesvalles.
«¡ Castigo, castigo,
«Dé la muerte á Carloto su amor mismo')
Y pues es razón que paguen ROMANCES DEL CONDE CLAROS DE MONTALYAN.
Los cómplices del delito,
Si dicen que yo lo ful, 362.
Estrénese en.mí el cuchillo.
8 uiero ser actor y reo,
rden nueva de juicio,
Pida el alma como esposa
E L CONDE C L A R O S . — I .
l
(Anónimo .)1

At cuerpo como enemigo : Media noche era por hilo ,


No piense Carloto, no, Los gallos querían cantar,
Que por ser mujer me libro, Conde Claros por amores
Que trocaré por su muerte lío podía reposar :
La muerte del Paladino. Dando muy grandes sospiros
Que el amor le hacia dar,
219
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS.
Porque amor de Claraniña Tal respuesta le fué á dar :
No le deja sosegar. — Bien sabedes vos, señora,
Cuando vino la mañana Que soy cazador real;
Que quería alborear, Caza que tengo en la mano
Salto diera de la cama Nunca la puedo dejar. —
Que parece un gavilán. Tomárala por la mano,
Voces da por el palacio, Y para un vergel se van.
Y empezara de llamar : A la sombra de un ciprés
—Levantaos, mi camarero, Y debajo de un rosal,
Dadme vestir y calzar.— De la cintura arriba
Presto estaba el camarero Tan dulces besos se dan ,^
Para habérselo de dar : De la cintura abajo
Diérale calzas de grana, Como hombre y mujer se han.
Borceguís de cordobán; Mas fortuna que es adversa
Diérale jubón de seda A placeres, y á pesar
Aforrado en zarzahán; Trujo allí un cazador,
Diérale un manto rico Que no debía pasar,
Que no se puede apreciar; Detras de una podenca,
Trescientas piedras preciosas Que rabia debia matar.
Al derredor del collar; Vido estar al conde Claros
Tráele un rico caballo Con la Infanta á lindo holgar.
Que en la corte no hay su par, El Conde cuando lo vido
Que la silla con el freno Empezóle de llamar.
Bien valia una ciudad, --Ven acá t ú , el cazador,
Con trescientos cascabeles Si Dios te guarde de mal:
Al rededor del petral; De todo lo que has visto
Los ciento eran de oro, • Que nos guardes poridad.
Y los ciento de metal, Daréte mil marcos de oro,
Y los ciento son de plata Y si mas quisieres, mas;
Por los sones concordar. Casarte he con una doncella
Ibase para el palacio, Que era mi prima carnal:
Para el palacio real, Darte he en arras y en dote
Y á la infanta Claraniña La villa de Monta]van :
Allí la fuera á hablar : De otra parte la Infanta
Trescientas damas con elia Mucho mas te puede dar. —
Que la van á acompañar. El cazador sin ventura
Tan linda va Claraniña, No les quiso escuchar:
Que á todos hace penar. Vase para los palacios
Conde Claros que la vido • Adonde el buen Rey está.
Luego va á descabalgar; — Manténgale Dios, el Rey,
De rodillas en el suelo Y á tu corona real:
Le comenzó de hablar : Una nueva yo te traigo
—Mantenga Dios á tu Alteza. Dolorosa y de pesar.
—Conde Claros, bien vengáis.— No te cumple traer corona,
Las palabras que prosigue Ni en caballo cabalgar;
Eran para enamorar. La corona de la cabeza
—Conde Claros, conde Claros, Bien te la puedes quitar,
El señor de Montalvau, Si tal deshonra como esta
¡ Cómo habéis hermoso cuerpo La hubieses de comportar;
Para con moros lidiar! — Que.be hallado la Infanta
Respondiera el conde Claros, Con Claros de Montalvan,
Tal respuesta le fué á dar : Besándola y abrazándola
—Mejor le tengo, señora, En vuestro huerto real.
Para con damas holgar. Desde la cintura abajo
Sí yo os tuviera esta noche,
Mi señora, á mi mandar, Como hombre y mujer se han. —
Querria la otra mañana El Rey con muy grande enojo
Con cient moros pelear, Mando al cazador matar,
Porque habia sido osado
Y si á todos no venciese De tales nuevas llevar.
Que me mandasen matar. Mandó llamar alguaciles
— Calledes, Conde, calledes, Apriesa, no de vagar ;
Y no os queráis alabar : Mandó armar quinientos hombres
El que quiere servir damas Que lo hayan de acompañar
Asi lo suele hablar, Para que prendan al Conde
Y al entrar en las batallas Y le hayan de tomar,
Bien se saben excusar. Y mandó cerrar las puertas ,
—Si no lo creéis, señora, Las puertas de la ciudad.
Por las obras se verá : A las puertas de palacio
Siete años son pasados Allá le fueron á hallar.
Que os empecé de amar,
Que de noche yo no duermo, Preso llevan al buen Conde
Ni de dia puedo holgar. Con mucha reguridad
—Siempre os preciastes, Conde, Unos grillos á los pies,
De las damas os burlar: Que bien pesan un quintal •
Mas déjame ir á los baños, Las esposas á las manos, '
A los baños á bañar; Que era dolor de mirar;
Cuando yo sea bañada lina cadena á su cuello,
Estoy á vuestro mandar. — Que de hierro era el collar;
«espondiérale el buen Conde, Cabálganle en una muía
Por mas deshonra le dar :
220 ROMANCERO GENERAL.
Metiéronle en una torre De forma que no sé donde
De muy gran escuridad : Pueda yo placer cobrar;
Las llaves de la prisión Y como a vos no se esconde,
El Rey las quiso llevar, «De vos me pesa, buen Conde,
Porque sin licencia suya «Porque así os quieren matar.»
Nadie le pudiese hablar. Los como vos esforzados,
Por él rogaban los grandes* Paralas adversidades
Cuantos en la corte están, Han de estar aparejados,
Por él rogaba Oliveros, Tanto á sufrir los cuidados,
Por él rogaba Roldan, Como las prosperidades;
Y ruegan los doce Pares Pues el primero no fuistes
De Francia la natural; Vencido por bien amar,
Y las monjas de Sant Ana No temáis angustias tristes :
Con las de la Trinidad * « Que los yerros que hecistes
Llevaban un crucifijo nDignos son de perdonar »
Para al Rey poder rogar. Por vos he rogado al Rey,
Con ellas va el Arzobispo Nunca me quiso escuchar,
Y un Perlado y Cardenal; Antes ha dado sentencia
Mas el Rey con grande enojo Que os hayan degollar;
A nadie quiso escuchar, Yo os lo dije bien, sobrino,
Antes de muy enojado Que os dejásedes de amar,
Sus Grandes mandó llamar. Que el que á las mujeres ama
Cuando ya los tuvo juntos Atal galardón le dan ,
Empezóles de hablar : Que haya de morir por ellas
—Amigos y hijos mios, Y en las cárceles penar. —
A los que os hice llamar, Respondió presto el buen Conde
Ya sabéis que el conde Claros. Con esfuerzo singular.
El señor de Montalvan, —Calledes por Dios, mi tío ,
De niño yo le he criado No me queráis enojar,
Hasta ponello en edad, Quienno ama las mujeres
Y le he guardado su tierra, No se puede hombre llamar;
Que su padre le fué á dar, Mas la vida que yo tengo
El que morir no debiera, Por ellas quiero "gastar. —
Reinaldos de Montalvan, Respondióle el pajecico,
Y por hacello mas grande, Tal respuesta le fué á dar.
De lo mió le quise dar. —Conde, bienaventurado
Hícele gobernador Siempre os deben de llamar ,
De mi reino natural; Porque muerte tan honrada
El por darme galardón Por vos habia de pasar;
Mirad en que fué á tocar, 6
Mas envidia he de vos, Conde ,
ue quiso forzar la Infanta,
S ija mia natural.
Hombre que lo tal comete
Que mancilla ni pesar :
Mas quisiera ser vos, Conde,
Que el Rey que os manda matar,
¿Qué sentencia le han de dar? - Porque muerte tan honrada
Todos dicen á una voz Por mi hubiese de pasar.
Que lo hayan de degollar, Llama yerro la fortuna
Y así la sentencia dada Quien no la sabe gozar ,
El buen Rey la fué á firmar. Que la priesa del cadahalso
L'Arzobispo gu'esto viera Vos, Conde, la debéis dar;
Al buen Rey fué á hablar, Sino es dada la sentencia
Pidiéndole por merced Vos la debéis de firmar.—
Licencia le quiera dar El Conde cuando esto oyera
Para ir á ver al Conde Tal respuesta le fué á dar :
Y su muerte le anunciar. —Por Dios te el ruego, paje,
—Pláceme, dijo'el buen Rey, En amor de caridad,
Pláceme de voluntad; Que vais á la princesa
Mas con esta condición : De mi parte á le rogar,
Que solo habéis de andar Que suplico á la su Alteza
Con aqueste pajecico Que ella me salga á mirar,
De quien puedo bien fiar.— Que en la hora de mi muerte
Ya se parte el Arzobispo Yo la pueda contemplar,
Y á las cárceles se va ; Que si mis ojos la ven
Cuando las guardas le vieron Mi alma no ha de penar.—
Luego le dejan entrar; Ya se parte el pajecico,
Con él iba el pajecico Ya se parte, ya se va,
Que le va á acompañar. Llorando de los sus ojos
Cuando vido estar al Conde Que queria reventar.
En su prisión y pesar, Topara con la princesa,
Las palabras que le dice Bien oiréis lo que dirá:
Dolor eran de escuchar. K —Agora es tiempo, señora,
—Pésame de vos, el Conde , Que hayáis de remediar,
Cuanto me puede pesar, Que á vuestro querido el Conde
Que los yerros por amores Lo llevan á degollar. —
Dignos son de perdonar. La Infanta que esto oyera
La desastr-ada caida En tierra muerta se cae;
De vuestra suerte y ventura, Damas, dueñas y doncellas,
Y la nueva á mí venida, No la pueden retornar,
Sabed que hace mi vida Hasta que llegó su aya
Mas triste que la tristura, La que la fué á criar.
ROMANCES DE L A S CRÓNICAS C A B A L L E R E S C A S .
221
Del reino mas principal,
— ¿Qué es aquesto , la Infanta ?
Aquesto , ¿qué puede estar? Porque él era dé los doce
¡Ay de mí triste , mezquina, Que á tu mesa comen pan.
Que no sé qué puede estar! Sus amigos y parientes
¡ Que si al Conde me matan Todos te querrían mal:
Yo habré de desesperar ! Revolveros han en guerra,
— Saliésedes vos, mi hija, Los reinos se perderán.—
íaliésedeslo á quitar. — El buen Rey cuando esto oyera
Ya se parte la Infanta, Comenzara á demandar.
Ya se parte, ya se va: •--Consejo os pido, los mios,
Fuese para el mercado Que me queráis consejar. —
Donde lo han de sacar: Luego todos se apart#on
Yido estar el cadahalso Por su consejo tomar:
En que lo han de degollar, El consejo que le dieron,
Damas, dueñas y doncellas Que lo haya de perdonar
Que lo salen á mirar. Por quitar males y bregas,
Vio venir la gente d'armas Y la princesa afamar.
Que lo traen á matar, Todos firman el perdón,
Los pregoneros delante El buen Rey lo fué á firmar;
Por su yerro publicar: También le aconsejaron,
Con el poder de la gente Fuéronle consejo á dar,
Ella no podía pasar. Pues la Infanta quería al Conde,
—Apartaos, gente d'armas , Con él la haya de casar.
Todos me haced lugar, Ya desfierran al buen Conde,
¡ Si no!... ¡ por vida del Rey, Ya le mandan desferrar :
A todos mande matar! — Descabalga de la muía,
La gente que la conoce El Arzobispo á desposar.
Luego le hace lugar, El tomólos de las manos,
Hasta que llegó al Conde Así los hubo de juntar.
Y le empezara de hablar : Los enojos y pesares
— Esforzá, esforzá , el buen Conde, Placeres se han de tornar.
Y no queráis desmayar, (Cancionero de Romances. — It. Romance del
Que aunque yo pierda la vida, conde Claros /Pliego suelto. — It. Silva de
La vuestra se ha de salvar. — varios Romances. — It. Floresta de varios Ro-
mances.)
El alguacil que esto oyera
Comenzó de caminar; i Este romance se imprimió en un pliego suelto, en 4.°, letra
Vase para los palacios gótica, á dos columnas, año de 1S38, con titulo de Romance
Adonde el buen Rey está* del conde Birlos y de las venturas que huvo. Nuevamente aña-
— Cabalgue la vuestra Alteza, didas ciertas cosas que fasta aquí no fueron puestas. Las va-
Apriesa, no de vagar, riantes que resultan entre este y el del Cancionero de romances
Que salida es la Infanta que nos sirve de texto, son muchas; pero ninguna que altere
Para el Conde nos quitar: el sentido, consistiendo todas en que la medida de los versos
está mas exacta en el del Cancionero.
Los unos manda que maten, Todo indica en la composición ser de aquellas de los jugla-
Y los otros ahorcar : res, que menos alteradas llegaron á imprimirse, y que sin duda
Si vuestra Alteza no acorre, ya era conocida y popular en el siglo xv.
Yo no puedo remediar.— * Así empieza el cap. ix, parte u del Quijote. Para empezarlo
El buen Rey de que esto oyera sin duda tuvo presente Cervantes el primer verso de este ro-
Comenzó de caminar, mance.
Y fuese para el mercado 8 En el romance histórico que empieza, Triste estaba el pa-
Adonde el Conde fuéá hallar. dre Santo, se ha imitado esta reiterada y estrecha súplica.
—¿Qué es aquesto, la Infanta? * Anacronismo escandaloso es poner las monjas de Santa
Aquesto ¿que puede estar? Ana y de la Trinidad en tiempo de Carlo-ftíagno.
¿ La sentencia que yo he dado s Frecuentemente se observa que los editores de los roman-
Vos la queréis revocar? ces antiguos, impresos ú orales, alteraban los textos, ya en-
Yo juro por mi corona, mendándolos ó ya intercalando en ellos otras composiciones
Por mi corona real, mas modernas. Así ha sucedido a este, pues en vez del texto
Que si heredero tuviese genuino, el editor ha intercalado una canción con dos coplas
Que me hubiese de her dar , que la glosan, desde el verso que dke Pésame de vos el Conde,
hasta el de Por vos fie rogado al Rey. Desde este hasta el que
Que á vos y al conde Claros dice Por ellas quiero gastar, es también una enmienda de!
Vivos os baria quemar. fragmento del romance primitivo ; casualmente nos es posible
— Que vos me'mateis, mi padre, restaurarle, porque dicho fragmento existe en el Cancionero
Muy bien me podéis matar, '' general, impreso en Valencia en 1511, y los demás publicados
Mas suplico á vuestra Alteza, después. Dice a s í :
Que se quiera él acordar Pésame de vos, el Conde,
De los servicios pasados Porque asf os quieren matar,
De Reinaldos de Montalvan, Porque el yerro que fleiste
7 Non fué mucho de culpar;
Que murió en las batallas , Que los yerros por amores
Por tu corona ensalzar : Dignos son de perdonar.
Por los servicios del padre Supliqué por vos al Rey,
Lo debes galardonar; Que os mandase delibrar,
Por malquerer de traidores Mas el Rey con grande enojo
Vos no le debéis matar, Non me quisiera escuchar;
Que su muerte será causa Que la sentencia ya dada
No se podía revocar,
Que me hayáis de disfamar. Pues dormistes con la Infanta ,
Mas suplico á vuestra Alteza Habiéndola de guardar. ,
Que se quiera consejar, Mas os valiera, sobrino,
Que los reyes con furor De las damas non curar, >;
No deben de sentenciar, Que quien mas face por ellas
Porque el Conde es de linaje Tal espera de alcanzar, '
Que de muerto ó de perdido •(
222 ROMANCERO G E N E R A L .
Ninguno puede escapar; Con tres les coronadas ¡ v

Que firmeza de mujeres Dice el mote a mi pensar :


Non puede mucho durar. «¡ Es tan alio mi deseo
— Que tales palabras, tío, »Que no hay mas que desear! »
Non las puedo comportar, Y doce mozos d'espuelas
Quiero mas morir por ellas Para le acompañar,
Que vivir sin las mirar.
Asi pues, suprimiendo lo alterado que se indica,y sustitu- Vestidos de los colores
yendo á ello este fragmento, se habrá restaurado toda esta parte De aquella dama real.
del romance, o á lo menos uniformado la Composición. Los jubones de morado,
6 Desde este verso hasta el que dice Vos la debéis de firmar, Sayos de desesperar,
sirvió de tema al de Lope de Sosa, inserto en el Cancionero Todas las mangas derechas
general, impreso en folio, e» Valencia, el año 1511. E l de Sosa Las hizo el Conde broslar
dice así : Con unas matas de ruda,
Mas envidia he de vos, Conde, Que quería ya granar;
Que mancilla ni pesar, El mote d'ellas decia:
Porque muerte tan honrada
Por vida se ha de tomar. «¡ Mas amarga el esperar!»
Llama yerro á la fortuna Cabalga en una hacanea,
Quien no la sabe juzgar: La cual hizo ataviar
Sin ventura en tales yerros De una guarnición muy rica,
Acierta quien puede errar. Y las riendas, y el pretal
Mas querría ser vos muerto,
Que el Rey que os manda matar, Lleno de unas campanillas
Porque él muere en quedar vivo, De oro, y no de metal,
v No queriéndoos perdonar. - Y unas lagrimas sembradas,
No le demos esta gloria, Y el mote para notar :
Pues no la supo ganar, « Sin doleros vos, señora,
Pues le era mayor victoria . uNada se puede acabar.»
Que mandaros degollar.
La priesa del cadahalso, Vase para los palacios
Conde, vos la debéis dar, Adonde la Infanta está.
Porque tan alta sentencia La Infanta estaba allí sola
No se haya de revocar; En su cámara real, ,
Que en la vida está la muerte, Deseando ver al Conde
Y en la muerte el descansar, Para poderle avisar.
Y en la causa está el consuelo
Con que os habéis de alegrar. Con un brial de oro tirado,
' Según las crónicas caballerescas, Reinaldos de Montalvan Que no lo podia llevar,
es uno de los pocos paladines que no murieron en la batalla de Bordado de claraboyas
Roncesvalles, ni en ninguna otra. Al contrario, se dice que Y de delfines del mar,
haciendo penitencia de sus pecados, pobre y oscuro ayudaba Y Un mote de letras de oro'
como albañil á edificar una iglesia, donde quedó muerto entre Que decia en el brial :
los escombras de un hundimiento. «Anuncian claras señales
»Mi gloria poco durar.»
Un carbunco en la cabeza
363. De precio sin tener par,
E L CONDE CLAROS. — II.
Con un mote que decia.
1
« ¿Qu'es el precio en tal lugar?»
(De Antonio Pansac .) Y un mote de diamantes
Durmiendo está el conde Claros Que decia en un collar :
La siesta por descansar, «Ante vos, piedras preciosas
Porque la noche pasada »Son arenas de la mar.»
.No la pudo reposar, Llamara el Conde ala puerta;
,Dando vueltas en la cama Abriéronle sin tardar:
'Del secreto desear, Dio consigo de rodillas
Sospiros no le dejaban, Por las manos le besar.
Congoja no le da lugar, Díjole : —Levantaos, Conde,
Por amores de la Infanta Que n'os las teng^o de dar;
Su señora natural. Pues amor os dio ventura
Da voces al camarero Sabedla vos bien gozar.
Que se quiera levantar: Yo he sabido de la Reina,
Vístese un jubón chapado Qu'el Rey os manda matar,
Que no se puede estimar, Pues tovistes osadía
Y de oro de martillo Para amar en tal lugar.— '
Un mote muy de notar Respondió el Conde : — Señora,
En el brazo, que decia : i Quién á mí osará llegar,
«¡ Gran dolor es esperar!» Siendo yo favorecido
Unas calzas bigarradas De vuestra Alteza real? —
Con perlas ricas sin par, ¡Mirad qué desdicha del Conde,
El mote d'ellas decia : No tener quien le avisar!
«No tiene precio mi mal.»
Unos zapatos franceses Qu'entrara el Rey tan á paso,
De un carmesí singular, Que le pudo saltear.
Con unas letras de oro Dijo el Rey con grande enojo:
Que relumbran cual cristal. —Conde, Conde, este lugar
El mote d'ellas decia : Llámase nolli me tangere,
«Estas arden sin quemar.» El cual muerte suele dar :
Una gorra rozagante, Mas por vuestro atrevimiento
Encima un rico collar, Y'os haré tal pena ciar
Con un mote que decia : Cual se da á aquellos que ofenden
«¡ Es mi dolor sin igual!» A nuestra corona real.—
Una gorra en la cabeza Respondió el Conde: — Señor,
Que bien vale una ciudad, Vine por vos suplicar,
Me diésedes mis condados
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCA^ 223
Hombres hay en las mis cortes
Que me querían casar.
— Esas-excusas, el Conde, Que con vos pueden casar.—
No son para os desculpar, Díjole: —Madre y señora,
Que si algo tenia vuestro No me queráis consolar,
N'os lo habia de tomar.— Qu'el marido que tenia
Volvióse para su hija, Vos lo habéis hecho matar.—
Dijo. — Hija, ¿estepesar
Me teníades guardado Tantas daba de las voces, ¡
Para me desconsolar?— Maravilla es de mirar.
Mandara secretamente Trastórnesela el sentido
Al Conde en yerros echar. Y el corazón de pesar.
Mandó llamar su consejo —Qu'es de tí', el mi conde Claros?
En su cámara real: ¿Adonde te iré#buscar?
Como con Rey y con Reina ¿Qué son de tus atavíos?
Hácenle mal sentenciar : Qué se hizo tu triunfar ?
Dieron por sentencia al Conde Qué fué de las invenciones ?
Que le hayan de degollar. Qué fué del dulce trovar?
En el patin del palacio Qué fueron de los torneos
Un cadahalso mando armar, Y justas que ibas á armar?—
Todo cubierto de negro
Y de hachas de funeral. Tantas lágrimas vertia,
Otro dia de mañana Que hobo de reventar.
Sácanlo á degollar El Rey á los dos amantes
Al Conde entre dos obispos Juntos los mandó enterrar
Y su tio el Cardenal. En muy rica sepultura
Tras él iban sus parientes Que hizo de oro esmaltar,
Llenos de luto y pesar: Con un mote que decia:
Delante iban los galanes «Ventura no dio lugar.»
Dando voces á la par. {Romance del conde Claros, nuevamente tro
Pliego suelto.)
— Mas envidia he de vos, Conde, 4
El mismo asunto, pero con diverso desenlace, que el an-
Que mancilla ni pesar terior. Antonio Pansac, poeta desconocido, se da por autor
Porque tal muerte como esta del romance, pero quizá es solo refuudidorde otro mas antiguo.
Por vida se ha de contar.— Aquí se halla imitada y puesta en escena la catasftofe de la
Tras ellos iban las damas historia de Gabriela de Bergy.
Diciendo: — ¡ Llorad, llorad,
Que su muerte es la disculpa 364.
Con que os hemos de pagar! —
K L CONDE CLAROS. — III,
En llegando al cadahalso
Adonde el buen Rey está, (Anónimo '.)
Las trompetas y bastardas A caza va el Emperador
Comenzaron á sonar A San Juan de la Montiña;
Un triste son dolorido Con él iba el conde Claros
Que á todos hace llorar. Por le tener compañía.
Luego los reyes de armas Contándole iba contando
Comienzan á pregonar : El menester que tenia.
—Caballeros, caballeros,. — No me lo digáis, el Conde,
: Que de amor queréis tratar, Hasta después la venida.
,. De las hijas de los reyes ; — Mis armas tengo empeñadas
Os debéis mucho apartar, Por mil marcos de oro y mas,
Y la muerte del conde Claros Y otros tantos debo en Francia
• Os debe de escarmentar.— Sobre mi buena verdad.
Asi hablara el buen Conde : — Llámenme mi camarero
— También heis de publicar De mi cámara real;
Que lo mucho con lo poco » ; Dad mil marcos de oro al Conde
Mal se puede galardonar.— Para sus armas quitar;
Tómaulo los dos verdugos, Dad mil marcos de oro al Conde '
Y luciéronlo arrodillar: Para mantener verdad;
Con cuchillo de crueza Dadle otros tantos al Conde
Lo fueron á degollar. Para vestir y calzar;
Mandó el Rey muy crudamente Dadle otros tantos al Conde
El su corazón sacar, Para las tablas jugar;
Y entre dos platos de oro Dadle otros tantos al Conde
A la Infanta empresentar. Para torneos armar;
Llevara el paje los platos Dadle otros tantos al Conde
No cesando de llorar : Para con damas holgar.
Tomáráselos la Infanta, —Muchas mercedes, señor,
Hizolos descobijar. Por esto y mucho mas.
Desque vido el corazón
Empezóse de alterar. A la Infanta Claraniña
Díjole:—Mi corazón, Vos por mujer me la dad.
¿Quién os pudo así parar 1 —Tarde acordastes, el Conde,
Si supiera vuestra muerte Mandada la tengo ya.
Triste, y'os fuera á ayudar.— — Vos me la daréis, señor,
Allí viniera la Reina Acabo que no queráis,
Por podella consolar. Porque preñada la tengo
De los seis meses ó mas.—
—Calledes, hija, calledes, El Emperador que esto oyera
No querades mas llorar, Tomó de ello gran pesar :
Que aunque al buen Conde perdistes, Vuelve riendas al caballo
Mejor os quiero casar. Y tornóse á la ciudad :
ROMANCERO GENERAL.
zu Mandó llamar las parteras Queráismelas otorgar,
Para la Infanta mirar. Que mi señora la Infanta
Allí habló la partera, Sin ningún pecado está. —
Bien oiréis lo que dirá : Allí habló un caballero
— Preñada está la Infanta Que con ella quería casar:
De los seis meses ó mas. — — Mentides, fraile, mentides.
Mandóla prender su padre Que no decís la verdad.—
Y meter en escuridad, Desafíanse los dos,
El agua hasta la cintura Al campo van á lidiar;
Porque pudriese la carne, Al apretar de las cinchas
Y perezca la criatura , Conociólo el Emperante:
Y «o viva de tal pach# Dijo que el fraile es Don Claros,
Los caballeros de su casa Don Claros de Montalvan.
Se la iban á mirar. Mató el fraile al caballero ,
— Pésanos de vos, señora, La Infanta librado ha ,
Cuanto nos puede pesar, En ancas de su caballo
Que de hoy en quince dias Consigo la fué á llevar.
El Emperador os manda quemar. (Cancionero de Rom-nees.)
— Ño me pesa de mi muerte . i Todos los caracteres de este romance, indican ser también
Porque es cosa natural, de los mas antiguos y menos alterados en la imprenta, pues
Pésame de la criatura, conserva las formas y cambio de consonantes con que hoy en
Porque es hijo de buen padre; dia canta el pueblo los que son puramente tradicionales, y
Mas si hay aquí alguno que no se han impreso. Depping indica que estos romances
Que haya comido mi pan, aluden á los amores de Eginhardo con la hija de Carlo-Magno
Que me llevase una carta sobre los cuales hay una novela caballeresca, donde dice,'
que sorprendidos los dos amantes por el dia, y habiendo caidó
A Don Claros de Montalvan.— una gran nevada, la hija de Carlo-Magno, para evitar que sobre
Allí habló un paje suyo, la nieve se imprimiesen las huellas sospechosas de un hombre,
Tal respuesta le fué á dar; tomd en brazos i Eginhardo y lo sacó del jardín. Pero el Em-
— Escribidla vos, señora, perador, que habiendo madrugado los vio desde una ventana,
Quo yo se la ¡re á llevar. — irritado primero, los quiso castigar; mas luego ya tranquilo
Ya las cartas son escritas, los unió. Eginhardo fué después el que compuso una crónica
del Emperador su suegro.
El paje las va á llevar;
Jornada de quince dias
En ocho la fuera á andar.
Llegado había á los palacios 365.
Adonde el buen Conde está. ROMANCE DEL CONDE ALARCOS.
— Bien vengáis, el pajecico, . 1

De Francia la natural, (De Pedro de Maño .)


¿ Pues qué nuevas me traéis Retraída está la Infanta,
De la Infanta? ¿cómo está? Bien así como solía,
— Leed las cartas, señor, Viviendo muy descontenta
Que en ellas os lo dirá. — De la vida que tenia,
De que las hubo-leído Viendo que ya se pasaba
Tal respuesta le fué á dar: Toda la flor de su vida,
— Uno me da que la quemen, Y que el Rey no la casaba,
Otro me da que la maten. — Ni tal cuidado tenia.
Ya se partía el buen Conde, Entre sí estaba pensando
Ya se parte, ya se va , A quien se descubriría ,
Jornada de quince dias Y acordó llamar al Rey
En ocho la fuera á andar. Como otras veces solía,
Fuérase á un monasterio Por decirle su secreto
Donde los frailes están; Y la intención que tenia.
Quitóse paños de seda, • Vino el Rey siendo llamado ,
Vistió hábitos de fraile : Que no tardó su venida :
Fuérnse á los palacios Vídola estar apartada,
De Carlos el Emperante. Sola está sin compañía;
— Mercedes , señor, mercedes, Su lindo gesto mostraba
Queráismelas otorgar, Ser mas triste que solía.
Que á mi señora la Infanta Conociera luego el Rey
Vos me dejéis confesar. — El enojo que tenia.
Ya lo llevaban al fraile — ¿Qué es aquesto , la Infanta?
A la Infanta á confesar. ¿ Qué es aquesto, hija mia ?
El cuando se vio con ella Contadme vuestros enojos,
De amores le fué á hablar, No toméis malenconía,
—Tate, tale, dijo, fraile, Que sabiendo la verdad
Que á mi tú no has de llegar, Todo se remediaría.
Que nunca llegó á mí hombre —Menester será, buen Rey,
Que fuese vivo en carne, Remediar la vida mia,
Sino solo aquel Don Claros, Que á vos quedé encomendada
Don Claros de Montalvan, De la madre que tenía.
Que por mis grandes pecados Dédesme, buen Rey, marido,
Por él me quieren quemar. Que mi edad ya lo pedia :
No doy nada por mi muerte Con vergüenza os lo demando,
Pues que es cosa natural, No con gana que tenia,
Pésame de la criatura Que aquestos cuidados tales
Porque es hijo de buen padre.— A vos, Rey, pertenecían.—
Ya se iba el confesor Escuchada su demanda,
Al Emperador á hablar: El buen Rey Ja respondía :
—Mercedes, señor, mercedes, — Esa culpa, la Infanta,
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS.
Y hablando con el Rey
m
Vuestra era, que no mía,
Que ya fuérades casada ' De entre todos se salía.
Con el principe de Hungría. Dijole el buen Rey al Conde
No quisistes escuchar Hablando con cortesía :
La embajada que venia , — Convidaros quiero, Conde,
Pues acá en las nuestras cortes, Por mañana en aquel dia,
Hiia, mal recaudo habia, Que queráis comer conmigo
Po'rque en todos los mis reinos Por tenerme compañía.
Vuestro par igual no habia, — Que se haga de bnen grado
Sino era el conde Alarcos, Lo que su Alteza decia :
Que hijos y mujer tenia. Beso sus manos reales
— Convidadlo vos, el Rey, Por la buena cortesía :
Al conde Alarcos un dia, Detenerme he aquí mañana,
Y después que hayáis comido Aunque estaba de partida.
Decilde de parte mia, Que la Condesa me espera
Decilde que se acuerde Según carta que me envía.—
De la i'e que del tenia, Otro dia de mañana
La cual él me prometiera, El Rey de misa salía;
Que yo no se la pedia, Luego se asentó á comer,
De ser siempre mi marido, No por gana que tenía,
Y yo que su mujer sería. Sino por hablar al Conde
Yo fui d'ello muy contenta Lo que hablarle queria.
Y que no me arrepentía. Allí fueron bien servidos
SI la Condesa es burlada, Como á Rey pertenecía.
Que mirara lo que hacia, Después que hubieron comido,
Que por él no me casé Toda la gente salida ,
Con el Príncipe de Hungría : Quedóse el Rey con el Conde
Si casó con la Condesa, En la tabla do comia.
Del es culpa, que no mia. — Empezó el Rey de hablar
Perdiera el Rey en la oir , La embajada que traía :
El sentido que tenia, — Unas nuevas traigo, Conde,
Mas después en sí tornado Que d'ellas no me placia,
Con enojo respondía : Por las cuales yo me quejo
— ¡ No son estos los consejos, De vuestra descortesía.
Que vuestra madre os decía! Promelístes á la Infanta
¡Muy mal mirastes, Infanta, Lo que ella no os pedia,
Do estaba la honra mia! De siempre ser su marido,
. Si verdad es todo eso ' Y á ella que le placia.
Vuestra honra ya es perdida : Si á otras cosas pasaste
No podéis vos ser casada No entro en esa porfía.
Mientras la Condesa viva. Otra cosa os- digo, Conde,
Si se hace el casamiento De que mas os pesaría :
Por razón ó por justicia, Que matéis á la Condesa
En el decir de las gentes Que asi cumple á la honra mia :
Por mala seréis tenida. Echéis fama de que es muerta
Dadme vos, hiia, consejo, De cierto mal que tenia,
Que el mió no bastaría, Y tratarse ha el casamiento
Que ya es muerta vuestra madre Como cosa no sabida,
A quien consejo pedia. Porque no sea deshonrada
— Yo vos lo daré, buen Rey, Hija que tanto queria.—
D'este poco que tenia : Oídas estas razones
Mate el Conde á la Condesa, El buen Conde respondía :
Que nadie no lo sabría, — No puedo negar, el Rey,
Y eche fama que ella es muerta Lo que la Infanta decia,
De un cierto mal que tenia, Sino que otorgo, es verdad
Y tratarse ha el casamiento Tod-o cuanto me pedia.
Como cosa no sabida. Por miedo de vos, el Rey,
D'esta manera, buen Rey, No casé con quien debía,
Mi honra se guardaría. — Ni pensé que vuestra Alteza
De allí se salía el Rey, En ello consentiría.
No con placer que tenia ; De casar con la Infanta
Lleno va de pensamientos Yo, señor, bien casaría;
Con la nueva que sabía; Mas matar á la Condesa,
Vido estar al conde Alarcos Señor Rey, no lo haría,
Entre muchos, que decía : Porque no debe morir
— ¿Qué aprovecha, caballeros, La que mal no merecía.
Amar y servir amiga, — De morir tiene, buen Conde,
Que son servicios perdidos Por salvar la honra mia,
Donde firmeza no había? Pues no mirastes primero
No pueden por mí decir Lo que mirar se debia.
Aquesto que yo decia, Si no muere la Condesa
Que en el tiempo que serví A vos costará la vida ,
Una que tanto quería, Que por la honra de los reyes
Si muy bien la quise entonces,
Agora mas la queria ; Muchos sin culpa morían,
Mas por mí pueden decir Que muera pues la Condesa
Quien bien ama tarde olvida.— No es mucha maravilla.
Estas palabras diciendo —Yo la mataré, buen Rey,
Vido al buen Rey que venía, Mas no sea la culpa mia:
T. x. Vos os avendréis con Dios
ROMANCERO GENERAL.
En el fin de vuestra vida, Dijo también la Condesa
Y prometo á vuestra Alteza, Que ella también dormiría; ,
A fe de caballería, Mas entre ellos no habia sueño,'
Que me escriba por traidor Si la verdad se decia.
Si lo dicho no cumplía
De matar ala Condesa, Vanse el Conde y la Condesa
Aunque mal no merecía. A dormir donde solían :
Buen Rey, si me dais licencia Dejan los niños de fuera,
Luego yo me partiría. Que el Conde no los queria :
—Vades con Dios, el buen Conde , Lleváronse el mas chiquito,
Ordenad vuestra partida. —
Llorando se parte el Conde, El que la Condesa cria .
Llorando sin alegría; - El Conde cierra la puerta,
Llorando por la Condesa, Lo que hacer no «olía.
Queroasque á sí la quería. Empezó de hablar el Conde
Lloraba también el Conde Con dolor y con mancilla:
Por tres hijos que tenia, — ¡Oh desdichada Condesa,
El uno era de teta, Grande fué la tu desdicha!
Que la Condesa lo cria, — No soy desdichada, Conde,
Que no queria mamar Por dichosa me tenia
De tres amas que tenia Solo en ser vuestra mujer:
Sino era de su madre Esta fué gran dicha mia.
Porque bien la conocía; — ¡Si bien lo miráis, Condesa,
Los otros eran pequeños, Esa fué vuestra desdicha!
Poco sentido tenían. Sabed que en tiempo pasado
Antes que el Conde llegase Yo amé á quien bien servía,
Estas razones decía : La cual era I a-Infanta.
— ¿Quién podrá mirar, Conde3a Por desdicha vuestra y mia
Vuestra cara de alegría, Prometí casar con ella;
Que saldréis á recibirme Y á ella que le placía,
A la fin de vuestra vida? Demándame por marido
Yo soy el triste culpado, Por la fe que me tenia.
Esta culpa toda es mia. —- Puédelo muy bien hacer
En diciendo estas palabras Por razón y por justicia :
Ya la Condesa salla, Díjomelo el Rey su padre
Que un paje le habia dicho Porque d'ella lo sabía.
Como el Conde ya venía. Otra cosa manda el Rey
Vido la Condesa al Conde Que toca en el alma mia :
La tristeza que tenia, Manda que muráis, Condesa,
Viole los ojos llorosos A la fin de vuestra vida,
Que hinchados los tenia Que no puede tener honra
De llorar por el camino Siendo vos, Condesa, viva.—
Mirando el bien que perdía. De qu'esto oyó la Condesa
Dijo la Condesa al Conde : Cayo en tierra mortecida :
— ¡Bien vengáis, bien de mi vida! Mas después en sí tornada
¿Qué habéis, el conde Alarcos? Estas palabras decia :
' ¿ Por qué lloráis, vida mia, — ¡Pagos son de mis servicios,
Que venís tan demudado. Conde, con que yo os servía!
Que cierto no os conocía? Si no me matáis, el Conde,
Ño parece vuestra cara Yo bien os consejaría :
Ni el gesto que ser solia; Enviédesme á mis tierras
Dadme parle del enojo Que mi padre me ternia;
Como dais dé Palegría. Yo criaré vuestros hijos
¡ Decídmelo luego, Conde, Mejor que la que vernia,
No matéis la vida mia! Y os mantendré castidad
— Yo vos lo diré, Condesa, Como siempre os mantenía.
Cuando la hora sería. — De morir habéis, Condesa,
— Si no me lo decís, Conde, En antes que venga el día.
Cierto yo reventaría. — ¡Bien parece, conde Alarcos,
— No me fatiguéis, señora, Yo ser sola en esta vida;
Que no es la hora venida. Porque tengo el padre viejo,
Cenemos luego, Condesa, Mi madre ya es fallecida,
D'aqueso que en casa habia. Y mataron á mi hermano
— Aparejado está, Conde, El buen conde Don García,
Como otras veces solia. — Que el Rey lo mandó matar
Sentóse el Conde á la mesa, Por miedo que del tenia!
No cenaba ni podia, No me pesa de mi muerte,
Con sus hijos al costado, Que yo de morir tenia,
Que muy mucho los queria. Mas pésame de mis hijos,
Echóse sobre los hombros; Que pierden mi compañía :
Hizo como que dormía; Hacémelos venir, Conde,
De lágrimas de sus ojos Y verán mi despedida.
Toda la mesa corría. — No los veréis mas, Condesa,
Mirábalo la Condesa En dias de vuestra vida :
Que la causa no sabia; Abrazad ese chiquito,
No le preguntaba nada, Que aqueste es el que os perdia.
Que no osaba ni podia. Pésame de vos, Condesa,
Levantóse luego el Conde, Cuanto pesar me podia.
Dijo que dormir queria; No os puedo valer, señora,
Que mas me va que la vida;
Encomendaos á Dios,
ROMANCES DE LAS CRÓWCAS CABALLERESCAS.
en algunos proceres, especialmente en España, se sacrificaba
Qu'esto de hacerse tenia. mucho á la lidelidad de los monarcas. La superstición de los
_ Dejeisme decir, buen Conde, emplazamientos ante el juicio de Dios, que era comineen los
Una oración que sabía. siglos medios, y en particular en la época de nttesiro Fernan-
— Decíla presto, Condesa, do IV, dicho el Emplazado, ó su recuerdo, debió influir mucho
Antes que amanezca el dia. en el poeta para la catástrofe de su romance; el cual es uno de
— presto la habré dicho, Conde, ¡os que ofrecen situaciones mas tiernas y patéticas, por mas
No estaré un Ave María. — que inverosfmiies parezcan los medios de alcanzarlas. La mis-
ma ruda é inartificiosa sencillez con que están expresadas, con-
Hincó rodillas en la tierra tribuye á que resuenen mas y mas en lo íntimo del corazón.
Y esta oración decia : LOPE DE VEGA formd con esta fábula su interesante comedia
«En las tus manos, Señor, de La fuerza lastimosa; y GUILLEN DE CASTRO, y MIRADEMESCUA ,
» Encomiendo el alma mia : cada uno porsu parte, escribieron un drama intitulado El conde
»No me juzgues mis pecados Atareos.
»Según que yo merecia,
»Mas según tu gran piedad
»Y la tu gracia infinita.» 366.
— Acabada es ya, buen Conde,
La oración que yo sabía; ROLDAN DESTERRADO.
Encomiéndoos esos hijos {Anónimo i.)
Que entre vos y mí habia,
Y rogad á Dios por mí Día era de Sant Jorge,
Mientras tuviéredes vida, Dia de gran festividad;
Que á ello sois obligado Aque! dia por mas honor
Pues que sin culpa moría. Los doce se van á armar
Dédesme acá ese chiquito, Para ir con el Emperador
Mamará por despedida. Y haberlo de acompañar.
— No le despertéis, Condesa, Todos vinieron de grado
Dejadlo estar, que dormía, Con un placer singular,
Sino que os pido perdón Si no el bueno de Reinaldos,
Porque ya se viene el dia. Que se esíaba en Monlalvan,
— A vos yo perdono, Conde, Y no se halló al presente
Por amor que Vos tenía; En la tal festividad.
Mas yo no perdono al Rey, Allí todos los caballeros
Ni ala Infanta la su hija, Por traidor le van reptar.
Sino que queden citados Esto causó Galalon,
Delante la alta justicia, Porque le quería mal;
Que allá vayan á juicio Revolvióle con el Emperador,
Dentro de los treinta días. — Con los doce otro que tal.
Estas palabras diciendo Mucho le pesó á Roldan
El Conde se apercibía : De vello así maltratar,
Echóle por la garganta Fuese para el Emperador
Una loca que tenía, De priesa y no de vagar,
Apretó con las dos manos Y con voz muy enojada
Con la fuerza que podía :' Al Emperador fué á hablar;
No le afloja la garganta —¡Mucho me pesa, señor,
Mientras que vida tenia.
Cuando ya la vido el Conde D'ello tengo gran pesar,
Traspasada y fallecida, Que á Reinaldos en ausencia
Desnudóle los vestidos Tan mal le quieran tratar;
Y si tal cosa pasase
Y las ropas que tenía : La vida me ha ele costar! —
Echóla encima la cama, El Emperador con enojo
Cubrióla como solía; Que habia de lo escuchar,
Desnudóse á su contado, Alzó la mano con saña,
Obra de un Ave María : Un bofetón le fué é dar,
Levantóse dando voces Que otra vez no fuese osado
A la gente que tenía. Al Emperador así hablar.
— ¡ Socorred, mis caballeros, Mucho se enojó de aquesto
Que la Condesa se fina! — ' El bueno de Don Roldan;
Hallan la Condesa muerta Allí hizo juramento
Los que á socorrer venían. Encima de un altar,
Así murió la Condesa, En los dias que viviese
Sin razón y sin justicia; En Francia jamas entrar, •
Mas también todos murieron Hasta que de todos los doce
Dentro de los treinta días. Él se hubiese de vengar.
Los doce días pasados Ya se parte Don Roldan,
La Infanta ya se moria; Ya se parte, ya se va
El Rey á los veinte y cinco, Solo con un pajecico
El Conde al treinteno dia, Que le solia acompañar.
Allá fueron á dar cuenta Por sus jornadas contadas
A la justicia divina. A España fuera llegar.
Acá nos dé Dios su gracia, Andando por su camino
Y allá la gloria cumplida. A su ventura buscar,
{Cancionero de Romances. — It. Romance del conde Encontró un moro valiente,
Alanos, Pliego suelto.) Cerca estaba de la mar. ,
31106, raas b i e n d e a m o r
Guarda era de una puente
loca^m^ lie caballeresco, se co-
6 l 0 s d e C icl Que á nadie deja pasar,
'Mahechñ''""' s
i , ° Carlovingto, por ser una Ws-
j a n z a d e l s d e l Sino que por fuerza ó grado
tener y « Í L ^ ° conde Claros, y por con-
e 8!
veces .1 L - os d e l a s
costumbres feudales, y de' poder aue á Con él haya de pelear,
& H conde
conde°A¿ . jercÍa s o b r e
feudatáíos benellcia s u s
do q Porque su señor el Rey
Alarcos,es un ejemplo de ello, y de que tal vez S
Así se lo fué á mandar;
o I
ROMANCERO GENERAL.
Que hombre que viniese armado Lo llevaron á enterrar.
No lo dejase pasar r* Don Roldan muy bien armado
O que dejase las armas, Con armas que fué á tomar,
O en el reino no ha de entrar. Fuérase para las tiendas
Don Roldan con gran enojo Do el Rey moro suele estar.
Que habia de lo escuchar, Era el Rey moro mancebo
Hablóle muy mesurado, Ganoso de pelear:
Tal respuesta le fué á dar: De los doce Pares de Francia
—Que antes las defendería Él se queria vengar.
Que no habellas de dejar, Recibióle con mucha honra,
Porque nadie fuese osado Allí amor le fué á mostrar,
De las sus armas quitar, Pensando que era el moro valiente
Que no le costase la vida Que los reinos solia guardar.
Al menos, menos costar.— Díjole cómo en la puente
Alli le hablara el moro, Habia muerto á Don Roldan.
Bien oiréis lo que dirá: El Rey luego en aquel dia
—Pues lo queréis, caballero, A Francia le fué á enviar :
Luego se haya de librar, Diole luego mucha gente,
Que ó vos dejareis las armas, Hizole su capitán
O yo quedare con mal.— Para ir á buscar los doce
Luego abajaron las lanzas, Y con ellos pelear.
Fuéronse ambos á encontrar. Ya se parte Don Roldan
A los primeros encuentros A París á la cercar :
Las lanzas quebrado han : Los moros que van con él
Echan mano á las espadas Pensaban en su pensar
De priesa y no de vagar: Que era el moro valiente
¡ Tan fuertes golpes se daban Que los reinos solia guardar.
Que era cosa de mirar! Envían luego mensajeros
Alzo el moro su espada, A Paris, esa ciudad,
A Don Roldan fué acertar Que ya después allegados,
Encima déla cabeza, Asentado su real,
Que lo hizo arrodillar: Que presto y sin dilación
Don Roldan que aquesto vido Se les diese la ciudad,
Tal golpe le fuera a dar, O los doce salgan luego
Que de la grande herida Si por armas se ha de librar.
Luego se fué á desmayar. Respondió el Emperador,
—Di, moro, ¿qué has sentido? Bien oiréis lo que dirá:
¿Ya no curas de hablar?—
8
—Que le placía de buen grado
—He sentido un acento ; Los doce allá enviar.—
Por medio me fué a pasar.— . Para un dia señalado
Don Roldan le dijo luego, . Concertaron el pelear :
Bien oiréis lo que dirá: Aquel dia salieron los doce
—Que maldito fuese el hombre Al campo para lidiar.
Que no senlia su mal. Los caballos llevan holgados,
Cálzate ya esa espuela No se hartan de relinchar;
Que se te quiere quitar.— Con una furia muy grande
Abajóse á mirar la espuela, En los moros se van lanzar.
No se pudo levantar: Hácese una batalla
Murió luego prestamente Muy cruel en la verdad;
Sin mas un punto pasar. • Mas los moros siendo muchos,
Quitóle hiego las armas Todos los fueron á cativar,
El bueno de Don Roldan , Y también á Galalon,
También le quitó el vestido, Así mesmo otro que tal.
Los suyos le fué á dejar, 5
¡ Giran deshonra es de los doce
Un sayo de cuatro cuartos En dejarse así lomar!
Con que solia caminar, Viendo esto el Emperador
Y con un su pajecico Desde su palacio real,
A Francia lo fué enviar. Mandó llamar sus caballeros
Armado y con sus vestidos Para consejo lomar.
Parecía Don Roldan : —Ya sabéis que Don Reinaldos
Olióle que lo llevase Es buen vasallo real,
Adonde Doña Alda está, Y es uno de los doce,
Y dijese que era su esposo, De lo bueno principal;
Que le hiciese enterrar. Siempre miró por mi honra,
De que el paje fué llegado Por mi corona imperial;
A Paris esa ciudad , Pues los doce le han reptado,
Mostráraselo á Doña Alda Yo le quiero perdonar.—
Con grande angustia y pesar. Todos nolgaron muy mucho
Desque vido el cuerpo muerto De lo qu'el Emperador fué hablar.
Pensó que era Don Roldan; Envian luego á Don Reinaldos
Los llantos que ella hacia A do estaba en Montalvan,
Dolor eran de mirar. Que viniese luego á Paris
Por él lloraban los doce, Para con el moro pelear.
E l Emperador otro que tal, Que era cosa que cumpli*
Llórale toda la corte, A su alta Majestad,
E l común en general. Y también porque en Franci»
Arzobispo» y perlados, No le hay mas singular.
Cuantos en la corte están, Ya se parte Don Reinaldos
Con mucho pesar y tristeza Donde los moros «*ún :
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 229
Con aquel moro valiente, frases. ¿ Quién no ve en esto una improvisación arrastrada
por el canto lento y monótono del que busca entre verso y
Con él iba á pelear. verso la rima que ha de poner, y que necesita del ripio para
Consigo lleva á Doña Alda colocar la que corresponde ? ¿ Qué significa el uso continuo del
La esposica de Roldan; auxiliar con el infinitivo activo, para expresar el pasado, sino
Mas bien sabía Don Reinaldos, un medio de llenar la medida del verso, y de colocar la con-
Bien sabía la verdad, sonancia en ar, en er 6 en i>? Y sin embargo de tanta licencia,
Que aquel moro valiente los cantores aun no conseguían completamente sufin,pues
con mucha frecuencia faltaban á la medida y á la consonancia,
Era su primo Roldan , la cual convertían en asonancia, ó la cambiaban si no se les
Que un tio que tenia ocurría de pronto, para volverla á reproducir cuando la ha-
te dijera la verdad; llaban otra vez. Las reflexiones hechas con motivo de este ro-
Por arte de nigromancia mance son aplicables á otros infinitos, que debe considerár-
Así lo fuera á hallar, seles como los mas vulgares de su época.
Que Don Roldan era venido, 2 He sentido un acento, dice el moro, como despreciando
Y cómo estaba en el real, la herida mortal que recibiera.
Y qu'el cuerpo que trajeron 8 Cuando Roldan era niño, y estaba abandonado de su real
Era un moro que fué á matar. familia, y pidiendo limosna, viéndole desnudo sus compa-
Andando por sus jornadas Deros, le dieron cuatro pedazos de paño de diversos colores,
Fueron al campo á llegar; con los cuales se vistió, luego, aunque alcanzó una gran for-
Armóse luego Reinaldos tuna y estado, siempre hizo sus ropajes de los mismos cuatro
colores que le recordaban sus primeros años. Este traje fué
Para con el moro pelear: sin duda el que puso al cadáver del moro para mejor disfra-
A los primeros encuentros zarle, y para que mejor se creyese lo que intentaba con aquel
Los primos conocido se han . disfraz.
Conociéronse entrambos •* Contra los moros, se entiende.
En el aire del pelear :
Cuando iban á encontrarse,
Las lanzas desviado han;
Dejado han caer las armas, 367.
Al suelo las fueron á echar; ROLDAN DESTERRADO. — II.
Vanse con mucho amor
El uno al otro abrazar ; l
{Anónimo .)
Allí hubieron gran placer, En Francia la noblecida,
Olvidado han el pesar. En ese tiempo pasado
Mandó llamar á los moros, Cuando Carlos emperante
A todos hizo juntar La tenia á su mandado,
Para dalles la razón
De lo que quería hablar. Cuando Reinaldos campaba,
—Vosotros tenéis los doce, Y Roldan el esforzado,
Yo los fuera á cativar ; Cuando casi todo el mundo
Yo no siento aquí ninguno De moros era ocupado,
Con quien haya de pelear, En la ciudad de Paris
Si no es con este hombre solo, Gran fiesta se ha celebrado,
Pues vergüenza me será.— La cual dicen de San Jorge
Don Roldan y Don Reinaldos Patrón de Aragón llamado.
Comienzan de pelear*; Hácela el Emperador
¡ Cuántos matan de los moros Porque tan bien le ha ayudado.
Maravilla es de mirar ! Manda llamar á los grandes
Después de muertos los moros, Cuantos tiene á su mandado,
Que cada uno viniese
Y de todos los matar, Según que fuese su estado. .
Fué Roldan á su esposica Allí vino Oliveros
Con ella á placer tomar. Y Roldan el esforzado,
Cuando lo vido Doña Alda, Que de atavíos y galas
De placer queria llorar, Era este el señalado :
Las alegrías que hacen También Beltran Salazar
No sé podrían contar. Con su pompa y con su estado,
Vanse luego á Paris Y vinieron Don Astolfo
Al Emperador consolar; Y Don Salino su hermano;
Cuando el Emperador supo Y vinieron tantos grandes
Que venía Don Roldan, Qu'es imposible contallo.
Con toda !a caballería Cuando todos fueron juntos,
Salió fuera la ciudad. La fiesta se ha celebrado :
— ¡ Bien vengáis vos, mi sobrino! Nunca Don Reinaldos vino
¡ Bueno sea vuestro llegar! Que en Monlalvan no se ha hallado.
¡Gran placer tengo de veros Cuando el falso Ganalon
Vivo y sano en verdad! — D'esto fué certificado,
Grandes fiestas se hacían Fuese al Emperador
Que no se pueden contar : Con un rostro mesurado.
Allá iban todos los doce Arrodillóse á sus pies,
Que á la mesa comen pan : Y d'esla suerte íe ha hablado :
Todos tuvieron placer —¡Oh señor Emperador!
De la venida de Don Roldan. Dios te prospere tu estado,
{Cancionero de Romance»,) Y te deje ver cumplido
1
Lo por tí ya deseado :
Este romance y el que le sigue son ambos al mismo asunto. Bien has visto y conocido
El segundo indica haberse hecho después, é imitando al pri- Quién esta á tu mandado :
mero, coa mas cuidado y artificio. El que anotamos presenta Todos los qu'en Francia están
todos lo» caracteres de las rústicas improvisaciones que ña- Han venido á tu llamado,
fian los juglares ó cantores iletrados, sobre un asunto dado,
ue aqui su pesadez, sus repeticiones, sus modismos bárbaros Si no Don Reinaldos solo
I vulgares, su impropiedad, su inverosimilitud de expresión Que te ha menospreciado,
)"ie lenguaje, y sus muletillas para enlajar las ideas y las Pues el mandamiento tuyo
230 ROMANCERO GENERAL,
En muy poco lo ha estimado : En un altar que allí habia *
Por lo que, señor , te ruego Un juramento ha jurado
Que luego le des el pago,
Y qu'en presencia de todos De jamás entrar en Francia
2
Por traidor él sea dado .— Hasta que fuese vengado.
Habló allí el Emperador, Estas palabras diciendo
Y tal respuesta le ha dado.
— Pláceme, Don Canalón, Echó la escalera abajo :
Qu'eso lo haré de buen grado, Fuérase para su casa,
Por hacer á vos placer ¡ Malamente \a enojado!
Y porque él sea castigado.—
Allí en presencia de todos Demandó presto sus armas
Por traidor le habia dado. Y muy apriesa fué armado :
Mucho pesara á los grandes Sin poner pié en et estribo
Qu'en la sala se han hallado.
Cuando aquesta triste nueva A caballo ha cabalgado.
Por Paris se ha divulgado, Ya se sale de Paris;
Fuese luego Oliveros . ¡ Malamente va enojado!
Y á Don Roldan ha hablado,
Contándole la traición Por sus jornadas contadas
Que Canalón habia armado. En España fué llegado.
Cuando el fuerte Don Roldan Andando por los caminos
D'esto fué certificado,
Descabalgó de una muía Sus aventuras buscando
Y en Caballo ha cabalgado; Encontró con un morisco
Por las calles de Paris Qu'el mar estaba mirando.
Malamente va enojado.
Fuese para ei Emperador, Guarda era de una puente
"Y d'esta suerte le ha hablado • Que á nadie deja pasar :
—Mucho me pesa, señor, Si no de grado, por fuerza
D'esto estoy muy enojado,
Que á Reinaldos en ausencia Con él ha de pelear,
Tan mal le hayáis tratado Porque su señor el Rey
Por consejo détintraidor; Así lo fuera á mandar,
¡ No merecía este pago!
Debiéraseos acordar* Que hombre que viniese armado
De aquese tiempo pasado No le dejase pasar,
Cuando estábades perdido O que dejase las armas,
De amores apasionado
De la infanta Relisarda, Si en el reino quería entrar.
Mora de muy gran estado, Don Roldan con grande enojo,
Y cuando él os vido herido, Que habia en lo escuchar,
Y de amor acongojado,
Puso la vida por vos Hablóle muy denodado,
Hasta haberos remediado, . Tal respuesta le fué á dar."
Y que pasó á los sus reinos —Que por tal hombre como él
Y á su padre habia matado.
Mató también tres gigantes Las armas no ha de dejar,
Que allí lo estaban guardando; Qu'en el mundo no es nacido
Mató muchos caballeros, Quien se las haya de llevar.—
Que en su mano habían entrado,
Y á pesar de todo el reino Respondiérale el moro,
A la Infanta se ha llevado. Tal respuesta le fué á dar.
Púsola en vuestro poder —Si así quieres, caballero,
Por quitaros el cuidado;
Y alia en Córdoba la llana, Luego se haya de librar,
Recordaos lo que ha pasado, Que yo te las quitaré
Que si no fuera por él O yo quedaré con mal.—
Quedárades cautivado;
Mas con sus ingenios y artes Luego abajaron sus lanzas
El os hizo libertado. Y,se fueron á encontrar,
Mató á Madama Ruanza * Y á los primeros encuentros
Reina de tan gran estado. Las lanzas quebrado han.
Muchas cosas'os ha hecho; Echan mano á las espadas
De todas le dais mal pago; De priesa y no de vagar :
Mas el falso Ganalon ¡ Tan fuertes golpes se daban
Que tal os ha aconsejado, Qu'era cosa de mirar!
Antes que venga mañana Alzó el moro la su espada,
Recibirá de mí el pago.— A Don Roldan fué á acertar
El Emperador con enojo Encima de su cabeza
Un bofetón le habia dado Que lo hizo arrodillar.
Diciendo : — \ Mal caballero, Don Roldan desqu'eslo vido
Vos habéis de ser osado Un tal golpe le fué á dar
En la presencia del Rey Con el tajo de su espada,
Hablar tan desmesurado! Qu'el cuerpo le fué á cortar.
¡Yo os juro por mi corona Él moro que así se vido
Que vos sea's castigado! — Con herida tan mortal,
El buen conde Don Roldan Dábale tan grandes golpes,
Malamente se ha enojado : Que á Roldan hacia temblar.
Cuando Roldan esto vido
Comenzara de hablar :
— ¡ Oh ! maldito sea en hombre
Que no sentía su mal!
¡Que
Tiene
. Desque
YJuntas
Tal
Rájase
quiere
puede las
Respondiérale
—Ríen
No
Mas respuesta
tu
se deben
ávida
veo
la tripas
fuera
mas
adobar
mucho
quería
que
con colgando
acabar.—
pelear
le
abajado
elmi
lafué
la
durar,.
quitar
moro,
mia,
vivir
espuela,
!á—dar
: :
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 231
No se pudo levantar. Con una furia muy grande
Murió luego prestamente En los moros van á dar
Sin mas palabras hablar. Haciendo tan cruda guerra
Quítale luego las armas Qu'es maravilla mirar.
El bueno de Don Roldan , Mas los moros eran tantos
Y quitóle los vestidos Que gran gente va á apresar,
Los suyos le fué á dejar, Y muchos de los doce Pares
Y vistioselos al moro, A merced fueron tomar.
De sus armas se fué á armar. El Emperador qu'esto vido
Con un su pajecico Empezara de llorar,
En Francia le fué á enviar Mesando de sus cabellos,
Que le dijese á su esposa De su barba otro que tal.
Qu'era su esposo Roldan, Mandó llamar su consejo,
Y que muy solemnemente Todos los hizo juntar;
Le hiciese enterrar. Díjoles d'esta manera,
El bueno del pajecico Empezóles de hablar.
Hizo luego su mandar, —Parientes y amigos mios,
Y llevólo para Francia A lo que os hice llamar
A casa de Do/i Roldan, Es que os demando consejo,
Y dícele la embajada Que me hayáis de aconsejar;
Que Roldan le fué á mandar. ¿ Qué haré de tan gran daño?
Con palabras lastimeras ¿Cómo se ha de reparar?—
Le empezaba de hablar. Allí respondieron todos
—Este es el cuerpo, señora, Y le fueron á aconsejar,
De aquel que no tenia par; Qu'enviase por Reinaldos
El que moros y cristianos Y que lo hiciese llamar,
Nunca pudieron sobrar.— Y que bastaría él solo
Desque la triste Doña Alda Para á Paris descercar,
El cuerpo fuera á mirar, Y que le haga mercedes
Conoció luego el sayo. Y le haya de perdonar.
Las armas otro que tal: El Emperador contento
Pensó que era su esposo Fué de enviarle á llamar;
El esforzado Roldan; Contárale todo el hecho
¡Los llantos qu'ella hacia Y como fuera á pasar,
Dolor era de escuchar! Y qué aquel moro valiente
Dentro de muy pocas horas Mató á su primo Roldan.
Por Paris se fué á sonar;
Por él lloraban los doce, Ya se sale Don Reinaldos
El Emperador.otro que tal : Con los moros pelear;
Lloraba toda la corte, Consigo lleva á Don'Alda
La esposa de Don Roldan;
Y el común en general, Mas también sabía Reinaldos,
Y en unas solemnes andas Bien sabía la verdad,
Le llevaban á enterrar. Que aquel moro tan valiente
Arzobispos y prelados Era su primo Roldan,
Cuantos en la corte están, Que un su tío que tenia
Con grande prisa y tristeza Le dijera la verdad :
Lo llevaron a enterrar. Por arte de nigromancía
Don Roldan muy bien armado El fuera luego á hallar.
Con las armas que fué á tomar Que Don Roldan era vivo
Fuérase para la armada Y qu'estaba en el real,
Do el Rey moro fuera á estar. Y el cuerpo que á Paris trajeron
El Rey moro era mancebo Era un moro qu'él fué á matar.
Ganoso dé pelear : Cuando fué cerca del campo
Con los doce Pares de Francia Reinaldos empezó á llamar :
Sus fuerzas queria mostrar. Que salga él moro esforzado
Pensó qu'era el moro valiente Con él solo á pelear.
Qu'el reino solia guardar. A los primeros encuentros
Andando por sus jornadas Los dos conocido se han :
A Paris van á llegar, Conociéronse entrambos
Ponen luego su asiento, En el aire del andar.
Asentaron luego su real, Cuando iban á encontrarse
Enviaron mensajeros,
Que luego se hayan de dar, Las lanzas van á bajar :
íbanse con mucho amor
Y si esto no quisiesen Los dos primos _á abrazar,
Que salgan á pelear, Y desque se vieron juntos
ftu'él haria así de todos Los moros manda llamar,
Como hizo de Don Roldan. Y cuando juntos los vido
Respondió el Emperador, Comenzóles de hablar.
Tal respuesta le fué ,á dar. —Valerosos caballeros, *
--Que fe placia de buen grado Vosotros os queráis tornar
De salir á pelear.— Y decilde al rey Marlin,
Otro dia de mañana Que yo era Don Roldan,
Sálese de la ciudad. Y que yo maté íil moro
Con él iba Don Urgel, Que era su capitán.—
Con él iba Merían, Los moros desque oyeron
Con él salían los doce Tan triste nueva les dar,
Que á la mesa comen pan. Lléganse unos con otros
Los caballos van holgados,
wopiezan de relinchar; Y hacen su capitán;
Dicen que los prisionero*
2 3 ^ ROMANCERO GENERAL.
Consigo se han de llevar : Cuando los prados floridos
Todos se ponen en armas Suaves olores dan,
Para matar á Roldan. A mi preciado vergel
Reinaldos que aquesto vido Me fui para dar lugar
Comenzó de pelear, A la triste vida mi a
Y muy gran necesidad.
Y Roldan por otra parte, Vide las rosas en flor
¡ Muy crudos golpes les dan ! Que querían ya granar,
Mas los moros eran tantos Hice una guirnalda d'ellas,
Qu'el sol querían quitar : No hallando á quien la dar.
Haciendo muy cruda guerra Por un bosque despoblado
Comencé de caminar,
Los presos van á soltar, Y diera en una floresta
Tomaban de aquellas armas, Do nadie suele pasar.
Comienzan de pelear: En'el dulce mes de mayo •
Dentro de muy pocas horas Yo me fui por descansar
Por medio de una arboleda
Todos los van desbaratar. De ciprés y de rosal:
Quedan señores del campo, Vide una huerta muy florida
Que no hay con quien pelear. De jazmines y arrayan;
Cuando vi'do Dona Alda Los cantos eran tan dulces
A su esposo Don Roldan , Que me hicieron parar;
Vi avecitas, que por ellas
Del gran placer que tenia No hacen sino volar,
Comenzara de llorar. Papagayo y ruiseñor
Cuando el Emperador supo Decian en su cantar :
Toda la certenidad, —¿Dónde vas, el caballero 1
Sale los á recebir Atrás te quieras tornar :
Hombre que por aquí pasa
Con mucha solemnidad. No puede vivo escapar.—
Abrazaba á Don Reinaldos, Mirando esas avecitas,
Abrazaba á Don Roldan, Su canto y armonizar,
Diciendo : que tales dos A sombra de un verde pino
En el mundo no hay su par, Me senté por descansar.
Hiciera mi cabecera
Y d'esta manera entraron Encima de un arrayan;
Con gran tiesta en la ciudad. Los cuidados dos á dos
{Silva de varios romances.) Me cercaron sin parar :
i Véase la nota del anterior. Con un suspiro muy fuerte
2 Cuando un caballero no asistía al llamamiento de su se- Comencé de querellar :
ñor feudal, se le trataba como rebelde y traidor. —¡ Oh tú, noble Emperador,
3 Sobre los hechos que aquí se citan hay un poema italiano Mi gran señor natural,
que precedió al Orlando innanúrabo del Boyardo, y se publicó Mira cuan pobre y cuitado
impreso en Venecia el aflo de 1481, con el título de Incomenza
el primo libro del inamoramento de Carlo-Magno, etc. En .este Me podrias acatar"!
Sé que de mi mal te place
mal poema, cuyo asunto quizá está tomado de tradiciones ó
novelas populares, se ve al anciano Carlo-Magno apasionarse Aunque, estoy a tu mandar :
ciegamente do Belisandra, hija de un rey moro de África lla- Acordársete debia
mado Trafamier, á la cual había oído alabar como hermosa, Que te fuiste á enamorar
á su bufón Lotiero. Aquejado de grave pasión, Carlo-Magno 3
De la infanta Belisandra .
pide 6 Roldan y á Reinaldos que le procuren satisfacerla, y ellos Hija del rey Trasiomar.
para conseguirlo, ungiéndose mercaderes, se embarcan para Por librarte á tí de pena
Brimesta, capital dolos estados de Trafamier, ó Trasiomar,
adonde llegados se dan tal traza que atrayendo á su embarca- Yo me puse a la cobrar
ción al dicho rey y ü su hija, que con tanta benevolencia los ha- Con el noble paladín,
bían recibido, Reinaldo le asesina, y volviendo á Francia Be- El esforzado Roldan.
lisandra presa, la pone en poder de Carlo-Magno después de ha- Hízonos por te servir
ber recibido de él una gran cantidad de oro en que habían ajus- Mercaderes por el mar ;
tado este servicio. Esta violación de lodo derecho fué causa de la
guerra que Fondano, tio do Belisandra, hizo contra la Francia y Yo la saque de su tierra
sus paladines. El poema está lleno de batallas, de Imanas y de Y la puse á tu mandar.
proezas de Roldan, Reinaldos y Oliveros; detraiciones de Ga- ¡ Oh todos los doce Pares!
talon, de enojos y reyertas entre el Emperador y Reinaldos: de ¡ 'Oh Oliveros y Roldan !
cuyas resultas este ge rebela contra su soberano, se despide i Oh vos el noble Ángeleros
de su servicio, llega á ser emperador de Rusia, vuelve á Fran-
cia á libertar á los paladines prisioneros y vencidos por los Y Angelinos el infante!
enemigos, y enfincansado de reinar sobre ellos, deja á los Ya no os acordáis de mí,
rusos sus vasallos, y vuelve á sus pobres estados de Montalvan Ni he con que os pueda honrar.
para ser un pobre caballero de Carlo-Magno, como siempre lo ¡Oh vos, duque Don Estolfo,
habia sido. De Inglaterra capitán!
i Ruanza, ó Rovenza, ó Rovanza, era una terrible giganta
africana que armada de una maza ó martillo de hierro fué ter- ¡ Oh mis señores y amigos,
ror y espanto de Carlo-Magno y sus doce pares, que con ejér- Cuan ledos os veo estar! —
cito numeroso estaban delante de Córdoba, que ella defendía Tomóle tal pensamiento ,
Reinaldos de Montalvan se batió con esta heroína,y solo pudó De se haber de desterrar
matarla dándola un golpe á traición. Esta empresa dio asunto
á un poema italiano intitulado Libro chiamato dama Rovenza En las tierras de los moros
del Murteilo, que fué impreso la primera vez, antes de mediar Por su ventura probar.
el siglo xvi. Estando en este propuesto
Se tornó á Montalvan :
568. Sin despedirse de alguno
HrlNÁLDOS ! U INFANTA CELIDONIA.— 1!I. Luego al momento se va.
{Anónimo '.) Por sus jornadas contadas
uñando aquel claro lucero A Paris llegado ha ,
Pus rayos quiere enviar A lioldaii fué á rogar luego
Esparcidos por la tierra
Por cada parte y lugar ;
253
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS.
Porque paren los torneos
Que le quiera acompañar, Y vayan á reposar
Que se va á unos torneos Hasta en el dia siguiente
Que hacen allende el mar. Que los tiene de acabar. ,
Don Roldan que es codicioso Reinaldos iba tan fuerte,
De fama y honra ganar,
Adereza su partida Que espanto pone mirar;
Sin en nada discrepar. Don Roldan que cerca estaba
En forma de peregrinos, Viénele luego á abrazar.
Por los moros engañar, —¿Qué es aquesto, primo mió?
Andando por sus jornadas ¿Cómo andáis sin aguardar?
Muy cerca van á llegar. ¡Tanto holgaba de veros,
Jueves era aquel dia, Que olvidaba el pelear,
La víspera de San Juan, Viendo vues tra gran destreza
Que un torneo es aplazado Contra el gran rey Gargaray !
Por ser dia principal. —Vos lo decis, señor mió,
Esa noche á una floresta Que me queréis motejar :
Se fueron á descansar; Vamonos, señor, al monte,
Otro dia de mañana Do solemos albergar,
Clarines oyen sonar, No nos conozcan los moros,
Que sacan á la princesa No entremos en la ciudad.—
Por las Fiestas mas honrar. El fuerte Rey que los vido *
Lleva encima la cabeza Comenzólos de llamar :
Una corona real, —Oh vos, fuertes peregrinos,
Sus cabellos esparcidos ¿ Dónde vos vais á holgar 1
Que acrecientan su beldad. —Señor, vamonos al monte;
Ella estaba tan hermosa No teniendo que gastar,
Que á todos hace turbar, No nos quieren dar posada
Muchas doncellas delante, Por Dios ni por caridad :
Todas dicen un cantar. Pasamos al gran Mahoma
Comenzó de hablar luego Por su templo visitar.
El esforzado Roldan : —Señores, si vos pluguiese,
—¡Oh Dios, y qué linda dama! Yo vos quiero aposentar.— «
¡ En el mundo no hay su par, Don Reinaldos habló luego :
Sin ofender á Doña Alda! -—Cúmplase vuestro mandar.—
Yo la quisiera gozar.— Hiciéronles dar posada
Reinaldos con turbación En acertado lugar,
De lo que dijo Roldan, Que el moro es acostumbrado
Con el gesto demudado A romeros albergar.
Le comenzó de hablar :
—Primo, excusado os fuera Luego les vino Mensaje
De tal suerte blasonar, Que el Rey los envía á llamar :
Porque Celidonia es mia , Díjoles que los caballeros
Yo la entiendo de ganar. Son Reinaldos y Roldan,
Si no me sois enemigo, Que su amigo Galalon
Se lo enviaba á avisar.
En ello no habéis de hablar Todos se ponen en armas
Con gran enojo que tiene Para haberíos de malar;
Se pone encima Bayarte : El buen Rey que aquesto vido
Va derecho para el campo Altas voces fué á dar :
Por los torneos ganar; — ¡ Ah caballeros galanes
Vido muchos caballeros De corte tan principal!
Del caballo en tierra dar. Yo no soy de parecer
Mira al mas valiente d'ellos, Que así se hayan de tratar
Que era el rey Gargaray, Los mejores caballeros.
Derrocando caballeros De toda la cristiandad.
Cuantos topaba a lanzar. Pues que yo les di seguro,
Por encima del arzón Yo no les puedo faltar;
Al moro fué á derribar, Mas luego siendo de dia
Al moro y caballo en tierra : Os podéis todos armar,
"Y al caballo fué á picar, Y como gentiles hombres
Derrocando á cuantos topa Con ellos en campo entrar.—
Y podia alcanzar, Ya se partia el buen Rey,
i Harás maravillas hace Y á los romeros se va.
Que espanto pone en mirar!
En esto aquel gran Rey moro —¡Oh los nobles caballeros,
Tornó presto á lidiar. Reinaldos y Don Roldan!
Ya se parte Don Reinaldos Séades los bien venidos
Otra vez por le encontrar ; Los dos cristianos sin par.
Tan fuerte golpe le diera. Sabed que Don Galalon
Que otra vez lo fué á lanzar : Una carta fué á enviar
Con el coraje el rey moro En que nos dice por ella
No tiene en nada su mal. Que veniades á malar
Nadie justa con Reinaldos, Al noble rey Agolandro,
Nadie le osa esperar : Y él nos hiciera llamar,
De los golpes que reciben Do se determinó luego
Van iniyendo sin parar. De venir á vos matar,
Ya Febo se declinaba Si no por respeto mió,
Hacia el Océano mar, Que nunca les di lugar ;
Cuando el gran rey Agolandro Mas sabed que en la mañana
Clarines mandó sonar. En batalla habéis de entrar
Vos, y el noble paladín
234 ROMANCERO GENERAL.
Con cuantos allí vendrán : Allegóse para ellos
Y vos, señor Don Reinaldos, Con muy gran ferocidad;
Ño os podéis excusar El estruendo que traia
Que conmigo y cuatro reyes La tierra hace temblar;
En campo os'habéis de hallar ; A la bella Celidonia
Por ende esforzaos mucho.— Fué en su cahallo á sentar :
Luego los fuera á abrazar. Arremete con denuedo
Don Reinaldos le responde : Por la batalla dejar.
—¡ Grande es, señor, tu bondad! Los moros que aquesto vieron
¡ Grandemente nos obligas No le osaban dañar
Mas que podríais pensar ! — Por no dar á la Princesa
El Rey se despidió d'ellos Ni le hacer algún mal.
Y á su casa fué á cenar. Con sollozos y gemidos,
Otro dia, el sol salido, Que al cielo quieren llegar;
El Rey los vino á llamar : Lloran su gran perdición,
Ya se ponen los arneses, La muerte de Gargaray.
Y el Rey los ayuda á armar, La Princesa ya vencida
Y cuando armados los vido D'este que no tiene par,
Comenzóles de hablar : Con una voz delicada
—¡ Oh los nobles caballeros, Comenzóle de hablar :
Querádesme perdonar, —¡Oh señor.en qué peligro
Porque en viéndoos armado» Os ponéis en me llevar!
Enemigo os soy mortal! — ¡Mas querría yo morir
Dicho esto fuese luego Que no vuestro peligrar!— .
Sin mas palabras hablar : ' Abrazándola muy fuerte,
Apréstanse los dos primos En el rostro la fué á besar;
Y á la batalla se van. Por su delicados ojos
Rayarte que ve la gente Lágrimas vieron saltar,
Espanto pone en mirar; Temiendo de lo perder,
Dando corcovos y empinos Viéndolo tanto aquejar,
Comienza de relinchar. Que su rostro de Reinaldos
Tan fuerte va para ellos En agua hizo bañar.
Que la tierra hace temblar. Vuélvese á consolarla
Reinaldos mira á los reyes Con amoroso hablar :
Con quien ha de pelear : —Esforzad, señora rnia,
También mira á Celidonia No querades desmayar.—
Que en el cadahalso está. Ellos estando en aquesto
tanto coraje le crece Su hermano fuera a llegar;
Que comienza de hablar : Dádole ha cruel herida,
— i Oh vosotros los romanos, Su cuerpo le fué á pasar
Todos venid á ayudar En los brazos de Reinaldos,
A aquestos cinco reyes Que su fin fuera á causar :
Que conmigo han de justar; Con voz ronca y muy plañida
Porque en el dia de hoy Comenzara de hablar :
Yo les quiero demostrar —¡ Oh amor mío y mi bien,
Las fuerzas que Dios me dio De mí os queráis acordar!
Por su santa fe ensalzar!— Pues yo recibo la muerte
Da de espuelas al caballo, No me queráis olvidar,
En el campo fué á entrar. Sabiendo vos, amor mío,
Los reyes que entrar lo ven Que os iba yo acompañar.
Juntos lo van á encontrar Dejando yo al Rey mi padre
De tal suerte, que las lanzas Con tanto enojo y pesar.
En piezas hacen volar : ¡ Oh qué pena y qué pasión
Mas Reinaldos con esfuerzo Llevo en aqueste pensar!—
Encontró al rey Gargaray El rostro se le desmaya,
De tal suerte, que la lanza La habla fuera á cesar,
Le pasó al espaldar. Con un suspiro muy fuerte
No le duraron los otros, Vieron su fin allegar.
Que á todos los fué á matar, Don Reinaldos que esto viera
Y quebrada la su lauza El color perdido ha,
A l'isberta fué á sacar Con voz triste y dolorosa
Haciendo mil maravillas Comenzóse á lamentar :
Por en el campo quedar, —¡ Ay desdichado de mí,
Hasta topar á su primo Ya no me quiero nombrar
El buen paladín Roldan, El esforzado Reinaldos,
Que llevaba un gran tropel Ni él me quiero llamar!
De morisma á mal andar. ¡Oh muerte! ¿por qué no vienes?
Después que juntos se vieron No quiero vivo quedar.
Muy gran contento se dan; ¡ Oh Celidonia, amor mió!
Con esfuerzo denodado ¿ Dónde te iré yo á buscar?
Renuevan el pelear. Yo fui de tí homicida ,
Tantos matan de los moros, Yo solo te fui á malar.
Que no hay cuenta ni par :
El alarido es tan grande ¡ Oh traidor, mal caballero! !
Que al cielo quiere llegar. ¿Qué piensas aquí aguardar?—
Alzó los ojos Reinaldos Vuélvese contra los moros
Para en ellos se vengar;
A do el cadahalso está; Puso en tierra á Celidonia
Vido muchos caballeros Sintiendo mucho su mal;
A la Princesa guardar; Va buscando al caballero
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 233
Que le hizo tal pesar, —Pláceme, dijo su primo,
Hiriendo y matando moros Pláceme de voluntad.—
Cuantos podía topar. Luego mandó á un espíritu
Hace tal matanza en ellos Que dijese la verdad,
Que es cosa para espantar; ü se la trajese delante
Hasta topar su enemigo Presto sin mas se tardar.
No deja de atrepellar. E l , como era premiado»,
Vídole andar en batalla, Dijo luego su mandar,
Que parece un gavilán : Que el rey moro Aliarde
Arremetió para él Tenia hija de poca edad,
Con esfuerzo singular ; Que en el mundo no había otra
Trabóle por los cabellos, Que fuese con ella igual.
Del caballo lo fué á echar; Este tiene el reino lejos,
Atóle fuerte los pies, Tiénelo allende la mar,
Y al suyo lo fué á pasar. En tierras muy apartadas
Desque á su guisa lo tuvo Que no eran de conquistar.
Tornó presto á cabalgar: Reinaldos de que esto supo
Va atrepellando los moros No quiso mas aguardar;
Hasta su primo topar. Pidió licencia al Emperador,
Después que juntos se vieron El se la fué luego á dar:
Comienzan de caminar No se la diera de grado,
Para la noble de Francia, Mas contra su voluntad,
Llevando muy gran pesar. t}ue se queria ir á los reinos,
La muerte de Celidonia Que estaban allende el mar,
No le deja consolar Del moro rey Aliarde,
Hasta ver á Galalon Para con su hija hablar.
Que tanto mal fué á causar. Despidióse del Emperador,
(Floresta de varios romances.) De los doce otro que tal.
Ya se parte Don Reinaldos,
i ¡Cuan bella, sencilla y bucólica es la introducción déoste Ya se parte, ya se va,
antiguo romance, donde se percibe mas bien el sentimiento Ibase para los reinos
de un poeta inspirado, que el tosco y rústico ingenio do un ju- Que están allende la mar :
glar! Por otra parte en la composición reina armonía maravi-
llosa, y carece de los defectos de que adolecen otros romances Con él iba un pajecico
viejos. Mas bien que la mano de los novelistas del Cielo Car- Que lo solia acompañar.
lovingio puro, se ve la del Trobera que compuso la tierna his- Andando por sus jornadas
toria de Dolino de Maguncia y la inocente y bella Nicoleta, pri- Al reino fué á llegar :
mero y profundo amor de aquel caballero, y cuya muerte fué Fuérase para la villa .
igual á la de la infanta Celedonia. Ademas esto romance res- Do el Rey moro suele estar :
pira por todas partes nobles y caballerosos sentimientos, que
encantan. La reconciliación generosa de Roldan y de Reinal- Hallólo en sus palacios,
dos, la acción noble del rey moro que los avisa deja perfidia Que se queria armar,
de Galalon, y que no consiente combatirlos hasta que los ve Porque así lo acostumbraba
armados : todo está Heno del espíritu de caballería. El estilo Por mas se asegurar,
de la composición, si bien no culto ni correctores sin embargo
i'acil y corriente, comparado con el de otros romances viejos. Y luego que hubo llegado
Participa sin embargo mucho de las formas de estos, aunque El Rey le fué saludar :
corregidas y mejor dispuestas. Acaso algún poeta artístico se —¿De dónde es vuestra venida?
apoderó de la tradición de un romance viejo, y le trasformó tal ¿O cómo os soléis nombrar?
como se ve aquí. Pudiera sospecharse que el del número 369, —Señor, soy un caballero,
mas antiguo que el que anotamos, y que parece composición De Francia es mi natural :
improvisada, sugiriese al poeta el asunto, que modificado por
él, produjo el de este número 368. Desterróme el Emperador;
En Francia no puedo entrar,
2 Acatar, debe decir Catar, pero es frecuente que los compo- Por eso vengo a servir.
sitores de romances, harto malos poetas, usaban de esta cla-
se de licencias para llenar la medida del verso. A tu Alíezareal.
3
Véasela nota 3 del anterior romance, num. 561. —Pues que venis muy cansado
4
De tan largo caminar,
Según el contexto del romance, este rey tan generoso con Reposad en mi palacio,
los dos caballeros es Gargaray, á quien Reinaldos ¡labia derri-
bado en el torneo. Que podréis bien descansar.—
Don Reinaldos pidió un laúd,
Que lo sabía bien tocar :
369. Ya comienza de tañer,
ROLDAN Y REINALDOS CONQUISTAN LOS REINOS D E L MORO Muy dulcemente á cantar,
ALIARDE.—IV. Que á todo hombre que lo oia
Parecía celestial.
{Anónimo «.) Bien lo oia la Infanta,
Estábase Don Reinaldos Y holgaba de lo escuchar.
En París, esa ciudad, Desque lo vio tan gracioso
Con su primo Malgesí De gracias muy singular,
Que bien sabe adevinar. El amor que nunca cesa
Estábale preguntando, En ella fué aposentar.
El le queria demandar : Tales fueron sus amores
—Primo mío, primo mío, Que no los podía encelar :
Primo mió natural,
Mucho os ruego de mi parte Amores de Don Reinaldos
Me lo queráis otorgar, No la dejan reposar.
Pues que de nigromancia También se enamoró él de ella,
Es vuestro saber y alcanzar, ¡ Tanta era su beldad!
Que ma digáis una cosa Enviólo á llamar la Infanta
Que yo os quiero demandar : Que viniese á le hablar;
La mas linda mujer del mundo Muy cortés y mesurado
¿Dónde la podría hallar? Las manos le fué á besar;
La Infanta era discreta
ROMANCERO GENERAL.
Y no se las quiso dar ; Echanle en una prisión
Mas antes sus corazones De muy grande escuridad.
Eran de conformidad, Aconsejóse con los suyos,
Que de verse el uno al otro Tomó consejo real,
Comienzan á desmayar : Qué debían hacer al triste ,
Desmayan los corazones O qué castigo le dar. .
Pero no la voluntad. Hallaron por sus derechos.
Después de ya recordados Por la razón natural,
Comenzaron de llorar, Pues había sido traidor
K¡ uno y otro decían A la corona real,
Palabras de grande amar. Que era digno de la muerte
—Por tus amores, señora, Y se la hubiesen de dar.
Vine de allende la mar; Todos firman la sentencia ,
Por veniros á servir El Rey la fué á firmar :
Dejara mi natural. La sentencia ya era dada
He dejado yo mis tierras, Para hacello degollar.
Al Emperador quise dejar , Allí estaba un pajecico,
He dejado muchos amigos, Que la Infanta fué á criar:
Que me solian honrar, Va corriendo á la Infanta
He dejado á los doce, De priesa y no de vagar.
D'ellos era principal.— Sola estaba la Infanta,
Allí habla la Infanta, A nadie queria escuchar;'
Bien oiréis lo que dirá : Entra el paje por la puerta,
—Pues por mí os desterraste» , Comiénzale de hablar :
Y acá os quisistes llegar, —Por amor de vos, señora,
Tened confianza en mí Hoy se hace gran crueldad,
Que lo entiendo bien pagar : Que aquel caballero extraño
Por eso, amigo mió, Por vos lo quieren matar.—
Coménzáos ,de alegrar; De lo que dijo el pajecico
Mucho os ruego que esta noche Ella tuvo gran pesar :
No me querades faltar, Vase para los palacios
Que vengáis solo á mi cámara Donde el Rey solia estar :
Adonde yo suelo estar, Tal entraba por la puerta
Porque allí solos entrambos Que á todos queria matar.
Placer nos podamos dar. —¿Qu'es aquesto, señor padre»?
— i Nunca quiera Dios, señora, Aquesto ¿qué puede estar ?
Ni la santa Trinidad, ¿Sin saber cierto las cosas,
Que yo tocase en la honra A cabo queréis llegar?
A la corona real, La sentencia que habéis dado
Pues me tiene vuestro padre Vos la queráis revocar,
Por caballero leal! — Que si Don Reinaldos muere
Respondióle la Infanta Primero á mí heis de matar,
Enojada en le escuchar. Pues la verdad no sabiendo
—¿Lo que habéis vos de rogarme Vos me queréis disfamar.
Os tengo yo de rogar? Las cartas de Galalon,
Pues yo os juro por mi ley , Las que él os quiso enviar,
Por la ley de Mahomá, Son por volveros con él,
Que si no hacéis lo que digo Son para hacelle matar,
Que luego os mande matar.— Por envidia que del tiene
Don Reinaldos con esfuerzo Por querer con vos estar,
Tal respuesta le fué á dar : Que en Paris ni en toda Francia
—Que le costase la vida, Nadie le puede igualar;
Mas no podia aventurar, Por eso os ruego, señor,
Y que sin falta vernia La vida le queráis dar.
Por hacer su voluntad.— —Pláceme, respondió el Rey ,
Aquella noche siguiente Pláceme de voluntad;
Gran placer ambos se dan; .Mas con una condición :
Otro dia de mañana "Que en mis reinos no ha de estar. •
A su posada se va. Allí luego la Infanta
No pasaron muchos dias, Las manos le fué á besar :
Pocos fueron á pasar, Mándame quitar los grillos
Que el traidor de Galalon, Y de la prisión sacar.
Aquel traidor desleal, Entonces luego el buen Rey
Envió cartas á Aliarde, Le mandara desterrar.
Carlas para le avisar Ya se parle de la corle
Cómo en su corte tenia Con dolor y gran pesar
Don Reinaldos de Montalvan. Por dejar a su señora,
Que á otra cosa no había ido Y con ella uo quedar.
Sino á !o deshonorar : Maldecía su ventura,
Que guardase bien su hija, No cesaba de llorar;
No se la quisiese fiar , A sus jornadas contadas
Que no fué por otra cosa En Francia fué él á llegar :
Sino por amor tomar. Ibase luego derecho
El Rej que vido las cartas A la villa de Montalvan.
Los suyos mandó llamar, El Rey quedaba penoso ,
Porque tomen á Reinaldos A su hija queria casar,
Y lo hayan de aprisionar. Mas no sabía con quién
Tomólo gran gente d'armas A su honra la pudiese dar.
Por mas seguro tomar; Envió cartas por el mundo,
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS.
Todo el mundo en general, Lloraba de los sus ojos
ue quien quisiese su reino, Que no les podia ayudar.
§ con su hija casar, Envióles un pajecico,
Que dentro de treinta dias Que fuesen á la hablar,
Viniese á su corte real Que se lleguen al castillo
Para hacer un torneo Porque lo queria probar.
Para mas honra ganar, Ellos rompiendo la gente
Y el que mejor lo hiciese Al castillo llegado han :
Con la Infanta haya casar. La Infanta cuando los vido
Don Reinaldos que esto supo De allí se dejó colgar :
Mucho se fué á alegrar, Tomándola Don Reinaldos
Porque si él allá se iba En su caballo á cabalgar.
El campo entiende ganar. Mataron tantos de moros,
Luego pidió su caballo, No tienen cuento ni par;
Las armas otro que tal, Por mas moros que vinieron
Y mucho rogó á su primo, No se la pueden quitar :
A su primo Don Roldan, A sus jornadas contadas
Que se quisiese ir con él A París fueron llegar.
Por mayor honra llevar. Él Emperador cuando lo supo
Va se parte Don Reinaldos; A recibírselos sale,
Con él iba Don Roldan, Con él salen los doce pares
Y por jornadas contadas Y toda la corte real.
Al reino llegado han. Si hasta allí eran esforzados
Sabido por Galalon Después eran mucho mas.
Que á tierra de moros van, {Cancionero de Romances. — lt. Silva de v
Luego envió un mensajero Romances.)
Para el Rey moro avisar, i Este romance viejo, modificado el asunto, pudo ser su-
Que su criado Don Reinaldo», gerido por el del numero 368 que le precede.
Y su primo Don Roldan
Eran idos á su reino s Premiado, es decir: apremiado.
Para habello de matar. * Esto recuerda la escena que se halla en uno de los román.
Cuando el Rey supo tal nueva ees del conde Claros.
D'ello se fué á maravillar :
Envió á hombres d'armas
Que los fuesen á buscar. 370.
Allí habló un caballero, DESAFÍO DE OLIVEROS Y MONTESINOS, POR AMORES
Bien oiréis lo que dirá : DE ALIARDA. — V .1

— ¡Vergüenza es de tanta gente


A dos solos ir á buscar! (Anónimo.)
Dédesme licencia á mí, En las salas de Paris,
Que yo solo quiero andar.— En el palacio sagrado
Dijo el Rey que le placia Donde está el Emperador
De muy buena voluntad. Con su imperial estado ,
Ya se partia aquel moro, También estaban los doce
Ya se va por los buscar; Que á una mesa se han juntado,
Vase para una posada Obispos y arzobispos
Adonde él solia posar : Y un patriarca honrado.
En entrando por la puerta Después que hubieron comido
Con ellos fuera á encontrar : Y las mesas se han alzado,
Conoció á Don Reinaldos Ya se levanta la gente,
Que con él solia holgar. Todos iban paseando
—Pésame mucho de vosotros, Por una sala muy grande,
En mí tengo gran pesar, Unos con otros hablando.
Que el Rey sabe estáis aquí, Unos hablan de batallas,
fiaos mandado matar : Que las han acostumbrado;
Yo os ruego mucho, señores, Otros hablan de amores,
Que me digáis la verdad, Los que son enamorados.
Porque el Rey tenia cartas Montesinos y Oliveros
Que Galalon le fué á enviar Mal se quieren en celado;
Avisándole de cierto Con palabras injuriosas
Que le quedad es matar. — Oliveros ha hablado.
Respondiera Don Reinaldos : Las palabras fueron tales,
— ¡Nunca Dios quiera lo tal! Que d'esta suerte ha empezado :
El Rey no es mi enemigo, — Montesinos, Montesinos,
Ni yo lo queria mal; ¿Cuánto ha que os he rogado
Mas hemos venido al campo Que de amores de Aliarda
Que el Rey mandó pregonar. No luviéredes cuidado,
Mucho se holgó el moro Que no sois para servirla,
De tal razón escuchar, Ni para ser su criado?
Que viniesen en hora buena ¡ Si no por el Emperador,
Para el campo á pelear. ' Yo os hubiera castigado! —
Otro dia de mañana Montesinos que esto oyera
Comiénzase de aparejar, Túvose por injuriado;
Y sálense luego al campo La respuesta que le dio
Donde habian de tornear. Fué como de hombre esforzado.
Mataron tantos de moros, — ¡ Buen caballero Oliveros,
Que no hay cuento ni par. Mucho estoy maravillado,
Rien veía la Infanta Siendo hombre de buen linaje
A Reinaldos y á Don Roldan • Siempre entre buenos criado,
238 ROMANCERO GENERAL.
Que vos & mí deshonrar ¿ Qué hacéis, mi primo hermano,
Bien debia ser excusado; Que según del modo os veo
Que si tuviera yo espada Vos estáis mal enojado?
- Como vos tenéis al lado, Alguno os desafió
Las palabras que dijistes Y vos lo estáis esperaudo,
Bien os hubieran costado! — Porque no siento otra cosa
Oliveros qu'esto oyera Que os detuviese aquí armado
En la espada puso mano : Montesinos qu'esto oyera
Fuese para Montesinos Tal respuesta le hubo dado :
Como hombre muy airado. — La causa que así me halléis
Montesinos no tiene armas, Yo os la contaré de grado :
Decendióse del palacio. Un presente hoy me trujeron,
Los ojos puestos en el cielo Y en él vino este caballo;
Juramentos iba echando Mas vos saltéis mi costumbre,
De nunca vestir loriga, Que si caballo me han dado,
Ni cabalgar en caballo, El primer dia que á mi viene
Ni comer pan en manteles, Ha de ser muy bien probado :
Ni nunca entrar en poblado Yo por ver qué tal es este
Y de no rapar sus barbas, He subido en él armado. —
Ni oir misas en sagrado, Don'Reinaldos que esto oyera
Ni llamarse Montesinos Esta respuesta le ha dado :
Hijo del conde Grimaltos, — Montesinos, Montesinos,
Hasta que vengue la mengua Vuestro hablar es excusado :
Que Oliveros le ha dado. Vos á mí no me neguéis
En llegando á su posada Por qué estáis desafiado. —
Fué muy prontamente armado: Montesinos que esto vido
Pone el yelmo en su cabeza, Que lo sabía Don Reinaldos,
Vístese un arnés tranzado; Luego sin mas dilación
Mandó sacar una lanza La verdad hubo contado.
Que él tenia en apartado : — Vos sabéis, mi señor primo
Esta lanza era muy fuerte, Que hoy dentro en el palacio
Y el hierro bien acerado. Yo y vuestro primo Oliveros
Ya es armado Montesinos, Andábamos paseando :
Ya cabalga en su caballo : De unas razones en otras
Las cartas que tiene escritas El me ha mal injuriado,
A un paje se las ha dado, Diciendo que de Aliarda
Que las lleve á Oliveros Yo no tuviese cuidado,
Y se las diese en su mano, Que no era para servirla
Y le diga que lo aguarda Ni para ser su criado;
Montesinos en el campo, Que si mirado no hubiese
Armado de todas armas Al gran emperador Carlos,
Y el caballo encubertado. Por el enojo que le hice
Ya se parte el mensajero Ya me hubiera castigado.
Con las cartas que le ha dado, Yo le dije que hablaba
En casa del Emperador Mal, y muy desmesurado,
A Oliveros ha hallado, Y él echó mano á la espada
Y con grande reverencia Y embrazóse de su manto.
El paje lo ha llamado. Yo hallándome sin armas
Oliveros, que es discreto, Descendíme del palacio;
Y hombre muy bien criado, Fuíme para mí posada
Apartóse con el paje Muy triste y muy enojado;
Én un lugar apartado: Ármeme con estas armas
Preguntó lo que quería, Con que vos me halláis armado;
O quién le habia enviado. Cartas envié á Oliveros
El paje cuando esto oyó Que le aguardaba en el campo :
Las cartas le hubo mostrado, Cuatro horas le di de tiempo
Y Oliveros que las vido Que le estaria esperando,
Dijo que él daria recaudo. Y si en esto IK> viniese
Ya se parte el pajecico, Qué traidor sería llamado.
Ya se sale del palacio. Pasadas son las cuatro horas,
El plazo que Montesinos Otras dos habian pasado. —
A Oliveros hubo dado Don Reinaldos que esto oyó
Fué cuatro horas de tiempo Esta respuesta le ha dadoj
Que le aguardaría en el campo, — Si queréis vos, Montesinos,
Y si al plazo no viniese Yo iré presto á llamarlo,
Que traidor sería llamado. Si no quiere oirlo de lengua,
El acudió de tal suerte, Decírselo he por las manos;
Que seis horas han pasado. Si él no quisiere venir,
Tanto aguardó Montesinos, Para vos y mí, sean cuatro.
Que ya estaba ene-jado. Ellos estando en esto
Mientras que en el campo anduvo Oliveros ha llegado,
A Oliveros esperando, No como hombre de pelea,
Vio venir un caballero Sino como enamorado,
Que llamaban Don Reinaldos; Y viene muy gentil hombre,
De linaje era su primo, Mas también muy bien armado.
Y en voluntad mas que hermano. En llegando á Montesinos
Las palabras que le dijo, D'esta suerte le hubo hablado.
D'esta manera ha hablado : — Montesinos, Montesinos,
— Montesinos Montesinos, ¿Qué es esto, traidor malvado?
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS.
Que la fe que tú me diste Que hoy pierdes todo tu Estado?
¡Hásmela muy mal guardado! ¡ Hoy entre los doce pares
Dijistes que estarías solo, Veo gran ruido armado,
Y hallóte acompañado. ** Y el imperio de Paris
Montesinos que esto oyó Todo escandalizado!—
Tal respuesta presto ha dado. Oyólo el Emperador,
— Oliveros, Oliveros, Donde estaba en el palacio :
De esto no estéis enojado, Mandó luego que le llamen
Que si compañía tengo Al que tal iba hablando.
Cierto vos lo habéis causado. Ya es llegado el cazador
Si viniérades á tiempo Do está el Emperador Carlos,
Al plazo que os habia dado, Y estas palabras le dice
La compañía que tengo Con temor demasiado:
No la hubiérades hallado, — Señor, sepa vuestra Alteza
Que por caso, ó por desdicha Que hoy andando cazando
El me halló aquí armado; • En la huerta de Sant Dionis,
El me preguntó qué habia , Dentro en ella yo me he hallado
Yo bien me hube excusado; A Montesinos y á Oliveros
Mas por importunación Que se habían desafiado :
Sabed que yo le he contado La sangre que d'ellos corría
Lo que está entre vos y mí, Tenia las yerbas del campo,
Y lo que yo hube pasado : Que si ellos ya no son muertos,
Mas yo haré juramento Estarán muy mal tratados.—
Donde vos queráis tomallo, El Emperador que esto oyera
Que por esta compañía Muy presto hubo cabalgado
No seréis perjudicado, Con todos los caballeros
Sino que él se irá á Paris Los que allí hubo hallado.
Quedando nos en el campo. De Oliveros iba un primo, •
— Pláceme, dijo Oliveros, Y también iba un su hermano,
D'esto que habéis hablado. — Y el padre de Montesinos,
Reinaldos se entró en París Ese conde Don Grimaltos.
Y ellos quedan en el campo, Cada uno tiene parientes,
lbanse de par en par, Y van escandalizados.
Y juntos lado con lado, El Emperador, que esto vido
Hasta llegar á la huerta Pregonar, luego ha mandado
Donde el campo se habia dado. Que de manos ni de lengua
Después que dentro se vieron Ninguno sea osado
Montesinos ha hablado : De decir descortesía,
— Ahora es tiempo, Oliveros, Ni quistion hayan buscado,
Que se vea el mas esforzado. — Y quien quistion revolviese
Vanse el uno para el otro, Fuese luego degollado.
Recios encuentros se han dado, Por miedo de aquel pregón
Los golpes han sido tales Todo hombre va limitado.
Que entrambos se han derribado : En allegando á la huerta
Media hora y mas estuvieron El Emperador ha entrado.
Que ninguno ha hablado. Por el rastro de la sangre
Ya después que esto pasó Los caballeros ha hallado,
El uno se ha levantado; El uno caido á una parte,
Fuese para Oliveros, Otro caido á otro lado.
D'esta suerte le ha hablado : Llamó á sus caballeros
— Buen caballero, no estéis Los que le han acompañado :
Por tan poco desmayado, Cuando la gente los vio
Echemos mano á las hachas, Veréis hacer un gran llanto :
Pues las lanzas se han quebrado. Unos dicen : «¡ Ay mi primo!—
Oliveros qu'esto oyera Otros dicen : — ¡ Ay mi hermano! —
Muy presto fué levantado : El conde Grimaltos dice :
Danse tan terribles golpes — ¡ Ay mi hijo mal logrado! —
Que presto se han desarmado; Cuando el Emperador vido
Las jpiezas de los arneses Su pueblo escandalizado,
Veréis rodar por el campo. Mandó traer unas andas
Oliveros qu'esto vido En que pudiesen llevarlos
D'esta suerte le ha hablado : A aquellos dos caballeros
— Echa mano por la espada Que se habían maltratado.
Pues que ya estáis desarmado. — Que los lleven á Paris
Montesinos qu'esto oyera Dentro del real palacio :
Presto la espada ha sacado : Doctores y bachilleres,
Hiérense de tales golpes Que viniesen á curarlos.
Que mal sé han aparejado. Fué la voluntad divina
Ellos estando en aquesto Que á poco tiempo pasado
Un cazador ha llegado; Les hallan tal mejoría
Quísose poner entre ellos, Que se han mucho remediado.
Hanle mal amenazado, Ya sanos los caballeros,
Que si entre ellos se pone Y Dios que les ha ayudado ,
Que él será muy mal tratado. Mandóles el Emperador,
El cazador que esto oyera Que amigos hayan quedado.
Para Paris ha marchado, Cásanlos con sendas damas
•Y á grandes voces decia Las mas lindas del palacio,
Muy triste y acongojado: Y púsoles grandes penas
—¿Qué es de t í , el Emperador, Que ninguno sea osado
S40 ROMANCERO (GENERAL.
Y pudiera correr tus tierras
De hablar con Aliarda, Y mas conquistar tu Estado,
Ni de ser su enamorado, Como otras veces solía
Y quien esto quebrantase Tenerte en Paris cercado,
De la vida sea privado. Cuando lü, ni por tí nadie
Así quedaron amigos Le osaba salir al campo ?
Y el imperio asosegado. ¿Quieres tú quitar la vida
Luego Aliarda caso A quien á tí te la ha dado ?
Con un caballero honrado; No una vez sino ciento
Quedaron todos contentos De peligros te ha sacado,
Y aún el romance acabado. Poniéndose á la muerte
(Cancionero de Romances. — It. Silva de varios Por acrecentar tu Estado.
Romances. — It. Floresta de varios Romances.)¿Y este pago le tenias,
i La Aliarda de este romance es diferente de la del de Ca- Di, señor, aparejado?
ballerescos sueltos, numero 329, que empieza : Esta noche, ca- ¡Si á lodos pagas así,
balleros. Tú serás harto afamado !
¡ De excelente pagador
Rica fama habrás ganado! —
371. Respondió el Emperador
CONOUISTA DEL IMPERIO DE TRAPISONDA Como mal aconsejado :
POR REINALDOS. — VI. — ¡Oh cómo hablas, sobrino ,
Con rostro tan enojado!
(Anónimo *.) ¿No sabéis que este traidor
Ya que estaba.Don Reinaldos Muchas veces ha robado?
Fuertemente aprisionado, Por caminos y carreras
Para haberlo de sacar Las gentes ha despojado :
A luego ser ahorcado , Ya muchos piden justicia
Porque el gran Emperador De los que él ha salteado,
Así lo había mandado, Y si lo soltamos agora
Llegó el valiente Roldan Volverá á lo regostado. —
De todas armas armado', Allí dijo Don Roldan :
En el fuerte Briador — Eso tú lo has causado;
Su poderoso caballo, Diérales tú en que viviera
Y la tuerte Durlindana De cuanto te ha acrescenlado.
Muy bien ceñida á su lado, ¿Y por qué razón, señor,
La lanza como una entena, Jamas te has acordado?
El fuerte escudo embrazado, A otros menores que él,
Vestido de fuertes armas Y que menos te han honrado
Y él con ellas encantado. Muy muchas villas y tierras
Por la visera del yelmo De tu mano les has dado,
Fuego venia lanzando; Y aqueste que es el mejor
Retemblando va la lanza Siempre fué de tí olvidado.
Como un junco muy delgado, ¿ De qué habia de vivir
Y á toda la hueste junta Andando contino armado?
Fieramente amenazando : Con sus brazos vigorosos
— ¡ Nadie en Don Reinaldos toque Muchas veces ha librado
Si quiere ser bien librado! La cristiandad de peligro
¡ Quien otra cosa hiciere Del cruel pueblo pagano.
El será tan bien pagado, Bien sabéis que ya los moros
Que todo el resto del mundo Todos del están temblando,
No le escape de mi mano, Y que por su miedo del
Sin quedar pedazos hecho, Contigo se han concertado.
O muy bien escarmentado! — Por estar seguros del
Serenos estaban todos Las parias te han enviado,
Hasta ver en qué ha parado; Y agora si ellos tuviesen
Nadie no se removía El seguro de su mano ,
Contra tan buen abogado. Yo sé bien que no tardasen
Allí el fuerte Don Roldan En haberse levantado,
Junto á Carlos se ha llegado Por donde la cristiandad
Diciendo de esta manera, Harto mal habria ganado.
De encima de su caballo : Digo que no es de perder
— No es cosa de Emperador En tus reinos tal vasallo;
Lo que tienes ordenado; Tristes serán los cristianos
El caballero se viene Por tal brazo que han cobrado '
De su voluntad y grado. Si lo perdiesen agora
¿Cómo es aquesto, señor, No volverán á cohrallo,
Que asi ha de ser tratado Porque ya no vuelven todos
La flor de los caballeros i Por su vida, honra y estado,
Como claro está probado ? Que hoy todo junto lo pierde,
¿Cómo así á tu propia sangre, Si de Dios no es remediado.
Tan cercano emparentado, ¡Oh caballeros de Francia!
Que manso como un cordero Decí, ¿habéis olvidado
Ante tí se ha presentado, De cuántas graves afrentas
Sabiendo tu Majestad, Renaldos os ha sacado?
Que nadie hubiera bastado, ¿Por qué agora consentís
Ni el mundo todo junto Ante vos ser tal tratado
A prendello ni matarlo, Vuestro fuerte capitán,
Y mas agora, señor, De todos primo ú hermano?
Que estaba tan prosperado, No consienta nadie, no,
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. Ui
Tan gran tuerto ser pasado, Despidiéndose en la corte
Que juro por Sant Dionis, De cuantos lo han amado,
¥ al Eterno soberano, • Y á todos los doce Pares
Que en lo tal yo no consienta, Mucho les ha encomendado
Ni tal será ejecutado, Que por su mujer é Mijitos
O todo el mundo se guarde Por ellos hayan mirado,
De mi espada y de mi mano ; Y también por sus hermanos
Que si tal se ejecutare Qu'en prisión los ha dejado ,
Será de mí tan vengado, Diciendo que por ventura
Que toda Francia lo llore Jamas sería tornado;
Por no habello remediado. Mas quizá en algún tiempo
Tírense todos afuera, Les sería bien pagado
No sea nadie tan osado A todos los que miraren
De querer luego estrenar Por las prendas que ha dejado.
Lo que yo tengo jurado. Sus lágrimas eran tantas
¡ Sus de presto, Maganceses! Que á lodos han convidado
¡ Afuera, afuera, priado! A quebrar sus corazones
No me pare mas ninguno, De verlo tan lastimado.
Buscad veredas temprano. — Ya se va nuestro romero
Viérades á Galalon Del todo desconsolado:
Con su Maganza temblando, De toda la cristiandad
Y tanto, que él no quisiera Iba ya desamparado,
Ser allí entonces hallado. Aunque él por muchas veces
Y tornando á Carlos luego, La habia bien abrigado, >
Prosiguiendo en su hablado, Defendiéndola de moros
Dijo : — ¿Qué quieres, señor, Con corazón esforzado.
Que persigues a Renaldos? Capitán de los cristianos
D i , ¿ no sabes tú, señor, Por el mundo era llamado;
Y está muy claro probado, Tal fuerza contra paganos
Que lo mas que él tenia Por jamas se ha hallado.
Haberlo á moros ganado? Mas al cabo de tres dias
Debríate ya bastar Que así desnudo y descalzo
Que á perder lo has echado Caminaba con paciencia
Destruyéndole una villa Con su bordón en la mano,
Sola, que Dios le habia dado. Y con espesos gemidos
Si la cabeza do sale Y sospiros que iba dando,
Todo aquesto en que has andado Don Roldan fué en pos de él
Ella fuese ya cortada En su lijero caballo,
Quedaría sosegado Y alcanzólo á una montaña
Todo el tu gran imperio Saliendo por un atajo.
Que no te cantase gallo. — Desque Renaldos lo vido
Respondió el Emperador A mal lo hubo tomado ;
Algún tanto ya amansado : Mas el leal Don Roldan
— ¡Oh mi querido sobrino, Otro llevaba pensado,
No te tornes tan airado, Pues le dijo luego así
Ni pases mas adelante Al momento y en llegando :
Lo que llevas comenzado! —; Oh flor de caballería!
Hágase como quisieres Dónde vas tan desmayado?
Y sea luego soltado; Qué es de tus caballerías?
Mas con esta condición: Dónde las has ya dejado?
Que lo doy por desterrado Qué es de las tus fuertes armas?
Con gran pleito y homenaje, Qué es de tu fuerte caballo?
Que ante mí haya jurado, Ves aquí tu buena espada,
Que solo y sin compañía Cata aquí do te 1 a traigo;
A Jerusalen, descalzo Torna, torna, señor primo,
En hábito de romero Que yo haré sea alzado
Sea luego encaminado, El destierro, al cual tú fuiste
Y que mas aquí no pare Tan á tuerto sentenciado.
Del tercero dia pasado, No me tengan por Roldan
Y jamas no torne en Francia Si no fuere así acabado,
Sin mi licencia y mandado; Que yo sacaré del mundo
Y que su mujer é hijo A quien quisiere estorballo,
Acá se hayan quedado, Porque tan buen caballero
Y sus hermanos también, No sea en Francia faltado;
Todos á muy buen recaudo, Que mas vales tú que todos
Porque si él algo hiciere Cuantos allá han quedado.—
En ellos seré vengado Mas por mas que le rogó
Lo cual asi se cumplió , Nada le fué otorgado ,
Según de suso es contado, Ni jamas volvió con él
Que luego al tercero dia A lo que le era rogado,
Reinaldos se ha aparejado Por no dejar su camino
De esclavina y de bordón, A cumplir lo que lia jurado;
Y una maleta á su lado, Que entre buenos caballeros,
Para echar las limosnas Asi es acostumbrado.
Que por Dios le hubiesen dado. De perder antes la vida
Vistió una gruesa camisa, Que no hacer quebrantado
Como penitente armado, El homenaje que hacen
Llorando de los sus ojos Donde les es demandado.
Con corazón traspasado. Mas lomó su rica espada
16
ROMANCERO GENERAL.
m Que Roldan le había llevado, Pegó con ellos de noche
Para llevarla secreta Al mejor sueño tomando:
Debajo su pobre bato, Recordólos de tal suerte
Por si algo le viniese Que pocos han escapado;
Que tenga de que echa* mano.
Así los dos se despiden Porque el triste campo estaba
Harto gimiendo y llorando, Durmiendo, tan descuidado,
Que peor les fué el partir, Que cuando el alba rompió
Que no morir peleando. Los mas se han abajado
Mas aquel noble guerrero Con su señor al infierno,
Mucho se va encomendando
Al muy alto Jesucristo, Que los estaba esperando,
Por el cual él fué guiado Salvo aquellos que se dieron
A las tierras del gran Can, A merced de Don Renaldos.
Que fué muy maravillado Por ende muy presto fué
Que tan alto caballero
Ante él fuera llegado Emperador coronado,
'ten descalzo y tan desnudo, Sojuzgando muchos reyes
Tan hambriento y fatigado. Y señores de alto grado ,
Mas como quiera que fuesen De lo cual luego escribió
En el tiempo ya pasado A su enemigo Garlo-Magno.
Ambos hermanos en armas, Con riquísimos presentes
Gran fiesta le ha ordenado Mensajes le ha despachado
Y después que le contó Pidiéndole de merced,
Todo su hecho pasado, Que allá le haya enviado
El gran Can le respondió : Alguna gente cristiana,
—; Oh mi buen señor y hermaní Que allí no hay mas de un cristiano,
Pídeme lo que quisieres Que es el mesmo Don Recaídos,
Para volver contra Carlos. El valiente y esforzado ,
Ves aquí do tengo junto Y noble en toda virtud ,
Nuestro gran poder pagano, Hermoso y muy agraciado.
Que no hay cosa que no hagan Mas tal odio le tenia
Por mi servicio y mandado : El ya dicho Garlo-Magno,
Irán conmigo y contigo Que en lugar de socorrer
Para hacerte bieu vengado, A la hora ha pregonado
Y según , señor, tú eres Que no vaya nadie allá,
En armas tan estimado, So pena de su mandado ,
Con- este tan gran poder Ni tampoco le enviasen
Que de acá hayas llevado, La mujer, hijos y hermanos.
Muy de presto podrás ser Mas Roma y Constantinopla
En cristianos coronado, Le enviaron tal recaudo,
A pesar de quien pesare Que sin ir nadie de Francia
Sin poder ser estorbado, Cristianos le han sobrado.
Que mas pertenece á tí (Cancionero de Romances. — It. Silva de varios
Romances.)
Que no aquel falso de Carlos, i Hé aquí un romance en que se contrapone la barbaridad
Pues tan mal ha conoscido y arrogancia feudal de Roldan á la sumisión de Reinaldos,
Cuanto le has administrado. el cual quiere asemejarse al espíritu caballeresco español retra-
—No lo mande Dios del cielo, tado en el Cid. Reinaldos es verdad que aparece aquí' como
Le responde Don Reinaldos, un bandido„.y condenado por tal á muerte. Así eran todos
Que yo quiebre el homenaje, los caballeros de aquella época, que hechos fuertes en sus
castillos, salían de ellos para robar á los enemigos y aun a los
Pues en Francia hube jurado, amigos. Tal han retratado á Reinaldos en una época de su vi-
Que yo ni otro por mí da los novelistas caballerescos, y así lo representa Cervantes
No vuelva contra cristianos.— en sufloreQuijote, para castigar, burlándose, las costumbres
Vista yá su voluntad- de los caballeros feudales.
El gran Can, fué acordado
Por complacer á Renaldos 372.
Y subirlo en alto estado, ROLDAN Y E L T R O V A D O R — V I I .
Que serla bueno ir
Con treinta mil de á caballc (Anónimo'.)
Sobre aquel Emperador Salió Roldan á caza-r
De Trapisonda nombrado, Una mañanita oscura:
Que muy mucho mal hacia De podencos y lebreles
A todos sus comarcanos, Lleva cercada la muía.
Usurpándoles las tierras Se levantó viento largo
Por fuerza, que no de grado. Con un agua muy menuda,
Reinaldos que tal oyó Y Roldan con gran cuidado
Presto fué aparejado, Por no mojarse las plumas
No de esclavina y bordón, Se arrimó contra una torre
Ni menos maleta al lado, Y oyó, el de las fuerzas muchas
Mas de buen caballo y armas, Un prisionero cantar,
En lo que era acostumbrado.
Tomando los treinta mil f Roldan atento escucha.
Tales mañas se ha dado , «Yo, pobrecilo de mi,
Como aquel que en ellas era Metido estoy en prisiones,
Maestro bien afamado. Sin saber cuándo es de dia,
Halló al Emperador Y menos cuando es de noche,
Que tenia pu> sto campo Sino por tres pajaricos
Sobre una gran ciudad, Que me cantan el alborc.
Cien mil y mas de caballo : El uno es una calandria,
Es el otro un ruiseñore,
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 2«
La otra una tortolica Aunque muerto tiene vida.
Que anda de torre en torre , Mas porque me entiendas, moro,
Anda de oliva en oliva, Por quién preguntado había
Y de terrone en terrone, Es la mas hermosa dama
Cogiendo la semillica De toda la Morería, -
Que derrama el sembradore. Sepas que á ella la llaman
Tres dias ha no me canta, La grande infanta Sevilla. —
Tres dias ha que no come; Las razones que pasaban
Si la mató un ballestero Sevilla bien las oia :
La mató como traidore, Púsose á ui. 5 ventana,
Y si Dios que la crió, Muy hermosa á maravilla,
Dios también á mí perdone.» Con muy ricos atavíos,
Acabado este cantar Los mejores que tenia.
Lleno de angustia y dolores Ella era tan hermosa,
Otro canta el prisionero Otra su par no la habia.
Que hizo llorar á los bosques. Calaynos que la vido
«Mes de mayo, mes de mayo, D'esta suerte le decía:
Cuando las recias calores, — Cartas te traigo, señora ,
Cuando los toros son bravos, De un señor á quien servía;
Los caballos corredores; Creo que es el Rey tu padre
5

Y las cebadas se siegan , Porque Almanzor se decia :


Los trigos toman colores; Descendé de la ventana
Cuando los enamorados Sabrás la mensajería.—
Regalan á sus amores, Sevilla cuando lo oyera
Unos les regalan rosas, Presto de allí descendía:
Otros lirios, otros flores; Apeóse Calaynos,
Los pobres que nías no tienen Gran reverencia le hacia.
Endonan sus corazones, La dama cuando esto vido
¡Yo soy mas pobre que todos, Tal pregunta le hacia:
Mezquino en estas prisiones !» — ¿ Quién sois vos el caballero,
Dolido Roldan de oille, Que mi padre acá os envía?
Furioso las puertas rompe — Calaynos soy, señora,
De la prisión en que estaba Calaynos de Arabía,
Preso el infeliz cantore, Señor de los Montes Claros.
Y lomándole la mano De Constantina la llana,
Sacádole ha de la torre, Y de las tierras del turco
Diciéndole : — Vete libre Yo gran tributo llevaba,
A gozar de tus amores.— Y el Preste Juan de las Indias
(Tradicional.) Siempre parias me»enviaba,
Y el Soldán de Babilonia
* Este romance, como casi todos los que en Andalucía se con- A mi mandar siempre estaba:
servan por tradición, es una mezcla de trozos mas antiguos Reyes y príncipes moros
aplicados á diverso asunto. En él se hallan los pensamientos y Siempre señor me llamaban,
aun los versos del lindísimo y primitivo romance del prisio- Sino es el rey vuestro padre,
nero , que empieza : Por el mes era de mayo. Que yo á su mandato estaba,
No porque le he menester,
Mas por nuevas que me daba
373. Que tenia una hija
A quien Sevilla llamaban,
E L MORO CALAYNOS. Que era mas linda mujer .
Que cuantas moras se hallan.
\ {Anónimo'.) Por vos le serví cinco años
\ a cabalga Calaynos Sin sueldo ni sin soldada;
A las sombras dé una oliva, El á mí no me la dio,
El pié tiene en el estribo, Ni yo se la demandaba.
Cabalga de gallardía. Por tus amores, Sevilla,
Mirando estaba á Sansueña, Pasé yo la mar salada,
El arrabal con la villa, Porque he de perder la vida
Por ver si veria algún moro
2
O has de ser mi enamorada. —
A quien preguntar podria . Cuando Sevilla esto oyera
Venía por los palacios Esta respuesta le daba:
La linda infanta Sevilla;
Vido estar un moro viejo — Calaynos, Calaynos,
Que á ella guardar solía- De aqueso yo no sé nada,
Calaynos que le vido Que siete amas me criaron,
Llegado á él se había; Seis moras y una cristiana.
Las palabras que le dijo Las moras me daban leche,
Con amor y cortesía : La otra me aconsejaba;
—Por Alá te ruego, moro, Según eran los consejos
Así te alargue la vida, Bien mostraba ser cristiana.
Que me muestres los palacios Diéráme muy buen consejo,
Donde mi vida vivía, Y aun bien se me acordaba:
De quien triste soy cativo, Que jamás yo prometiese
Y por quien pena tenia, Ser de alguno enamorada,
Que cierto por sus amores Hasta que primero hubiese
Creo yo perder la vida ; Algún buen dote ó arras. —
Mas si por ella la pierdo Calaynos qu'esto oyera
No se llamará perdida, Esta respuesta le daba:
Que quien muere por tal dama — Bien podéis pedir, señora,
Que no se os negará nada:
2-íi ROMANCERO GENERAL.
Si queréis castillos fuertes, Y Urgel en fuerzas sin par,
Ciudades en tierra llana, Y también iba Guarinos
O si queréis plata ú oro Almirante de la mar.
O moneda amonedada. — El Emperador entre ellos
Sevilla cuando lo oyó, Empezara de hablar:
Como no los estimaba, — Escuchad, mis caballeros,
Respondióle: — Si quería Que tañen á cabalgar.—
Tenella por namorada, Ellos estando escuchando
Que vava dentro á París, Vieron un moro pasar; •
Que en" medio de Francia estaba, Armado va á la morisca,
Y le traiga tres cabezas Empiézanle de llamar,
Cuales ella demandaba, Y ya que es llegado el moro
Y que si aquesto hiciese Do el Emperador está,
Sería su enamorada.— El Emperador que lo vido
Calaynos cuando oyó Empezóle á preguntar:
Lo que ella le demandaba — D í , ¿ d ó n d e v a s t ú , e l moro ?
Respondióle muy alegre, ¿Cómo en Francia osaste entrarí
Aunque él se maravillaba ¡ Grande osadía tuviste
Dejar villas y castillos De hasta París te llegar! —
Y los dones que le daba, El moro cuando esto oyó
Por pedirle tres cabezas Tal respuesta le fué á dar:
Que no le costarán nada: —Vó á buscar al Emperante
Dijo que las señalase, De Francia la natural,
O diga cómo se llaman. Que le traigo una embajada
Luego la infanta Sevilla De un moro muy principal,
Se las empezó á nombrar; A quien sirvo de trompeta,
La una es de Oliveros, Y tengo por capitán.—
La otra de Don Roldan, El Emperador que esto oyó
La otra del esforzado Luego le fué á demandar
Reinaldos de Montalvan. Dijese lo que queria,
Ya señalados los hombres Y por qué á él iba á buscar;
A quien habia de buscar, Qu'él es el emperador Carlos
Despídese Calaynos De Francia la natural.
Con su muy cortes hablar: El moro cuando lo supo
— Déme la mano tu Alteza, Empezóle de hablar:
Que se la quiero besar, , —Señor, sepa tu Alteza,
Y la fe y prometimiento Y tu corona imperial,
De conmigo te casar, Que ese moro Calaynos,
Cuando traiga las cabezas Mi señor, me envía acá ,
Que quisiste demandar.,, Desafiando á tu Alteza
— Pláceme, dijo, de grado Y á todos los doce pares,
Y de buena -voluntad. — Que salgan lanza por lanza
Allí se toman las manos, Para con él pelear.
La fe se hubieron de dar Señor, veis allí su seña,
Qu'el uno ni aun el otro Donde los ha de aguardar.:
No se pudiesen casar Perdóneme vuesa Alteza,
Hasta qu'el buen Calaynos • Que respuesta le vo á dar. —
De allá hubiese de tornar , Cuando fué partido el moro
Y que si otra cosa fuese El Emperador fué á hablar:
La enviaría á avisar. —¡ Cuando yo era mancebo,
Ya se parte Calaynos, Que armas solia llevar,
Ya se parte, ya se va: Nunca moro fué osado
Hace broslar sus pendones De en toda Francia asomar ;
Y en todos una señal; Mas agora que soy viejo
Cubiertos de ricas lunas, A Paris los veo llegar!
Teñidas en sangre van. No es la mengua de mí solo
En camino es Calaynos Pues no puedo pelear,
A los franceses buscar: Mas es mengua de Oliveros,
Andando jornadas ciertas Y asimesmo de Roldan ;
A París llegado ha. Mengua de todos los doce,
En la guardia de Paris, Y de cuantos aquí están.
Cabe San Juan de Letran *, Por Dios á Roldan me llamen
Allí levantó su seña Porque vaya á pelear
Y empezara de hablar: Con el moro de la enguardia
— Tañan luego esas trompetas Y lo haga de allí quitar:
Como quien va á cabalgar, Que lo traiga muerto ó preso,
Porque me sientan los doce Porque haya de acordar
Que dentro en París están.— De cómo viene á París
El Emperador aquel dia Para me desafiar. —
Habia salido á cazar: Don Roldan cuando esto oyera
Con él iba Oliveros, Empiézale de hablar
Con él iba Don Roldan , — Excusado es ya, señor,
Con él iba el esforzado De enviarme á pelear,
Reinaldos de Montalvan; Porque tenéis caballeros
También el Dardin Dardeña, A quien podéis enviar,
Y el buen viejo Don Reltran , Que cuando son entre damas
Y ese Gastón y Don Carlos Rien se saben alabar,
Con el romano Fincan : Que aunque vengan dos mil moros
También iba Yaldovinos, Uno los esperará,
U'i
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS.
Y al mirarse en la batalla Que con él se ha de matar.
Véolos volver atrás.— Cuando el moro vio al mancebo
Todos los doce callaron De tal suerte porfiar ,
Si no el de menor edad, üíjole : —Vente, cristiano,
Al que llaman Valdovinos , • Presto para me encontrar,
En el esfuerzo muy grande; Que antes que de aquí te vayas
Las palabras que dijera Conocerás la verdad,
Eran de riguridade. Que te fuera muy mejor
—Mucho estoy maravillado Conmigo no pelear.—
De vos, señor Don Roldan, Vanse el uno para el otro,
Que amengüéis todos los doce Tan recio que es de espantar.
Vos que los debéis honrar : A los primeros encuentros
Si no fuérades mi tio El mancebo en tierra está.
Con vos me fuera á matar, El moro cuando esto vido
Porque entre todos los doce Luego se fué á apear :
Ninguno podéis nombrar, Saco un alfanje muy rico
Que lo que dice la boca Para habello de matar ;
No lo sepa hacer verdad.— Mas antes que lo ficíese
Levantóse con enojo Le empezó de preguntar
Ese paladín Roldan; Quién ó cómo se llamaba,
Valdovinos qu'esto viera Y si es de los doce pares.
También se fue á levantar, El mancebo estando en esto
Y el Emperador entre ellos Luego dijo la verdad,
Por el enojo quitar. Que le llaman Valdovinos,
Ellos en aquesto estando, Sobrino de Don Roldan.
Valdovinos fué á llamar Cuando el moro tal oyó
A los mozos que traía; Empezóle de hablar :
Por las armas fué á enviar. —Por ser de tan pocos diás,
El Emperador qu'esto vido Y de esfuerzo singular
Empezóle de rogar Yo te quiero dar la vida,
Que le hiciese un placer, Y no te quiero matar;
Que no fuese a pelear, Mas quiérote llevar preso
Porque el moro era esforzado, Porque te venga á buscar
Podríale maltratar, Tu buen pariente Oliveros,
Pues aunque ánimo tenia Y tu tio Don Roldan,
La fuerza podría faltar, Y ese otro muy esforzado
Siendo el moro diestro en armas Reinaldos deMontalvan,
Y vezado á pelear. Que por esos tres ha sido
Valdovinos qu'esto oyó Mi venida á pelear.—
Empezóse á desviar Don Roldan allá do estaba
Diciendo al Emperador No hace sino sospirar,
Licencia le fuese á dar, Viendo qu'el moro ha vencido
Y que si él no se la diese A Valdovinos infante.
Que él se la quería tomar: Sin mas hablar con ninguno
Cuando el Emperador vido Don Roldan luego se parte,
Que no lo podia excusar, Y vase para la guardia
Cuando llegaron sus armas Para aquel moro matar.
Él mesmo le ayudó á armar : El moro cuando lo vido
Dióle licencia que fuese Empezóle á preguntar
Con el moro á pelear. Quién es ó cómo se llama,
Ya se parte Valdovinos > ' Si era de los doce pares.
Ya se parte, ya se va, Don Roldan cuando esto oyó
Ya es llegado á la guardia Respondiérale muy mal'.
Do Calaynos está. —Esa razón, perro moro,
Calaynos que lo vido Tú no me la has de tomar,
Empezóle así de hablar : Por que á ese á quien tú tienes
—Bien vengáis el francesico, Yo te lo haré soltar :
De Francia la natural, Presto aparéjate, moro,
Si queréis venir conmigo Y empieza de pelear.—
Por paje os quiero tomar.— Vanse el un,o para él otro
Valdovinos qu'esto oyera Con un esfuerzo muy grande :
Tal respuesta le fué á dar : Danse tan recios encuentros
—Calaynos, Calaynos, Que el moro caido hae;
No debíades así hablar, Roldan qu'el moro vio en tierra
Que antes que de aquí me vaya Luego se fuéá apear :
Yo os lo tengo de mostrar Tomó al moro por la barba,
Que aquí moriréis primero Empezóle de hablar:
Que por paje me tomar.— —Dime t ú , traidor de moro,
Cuando el moro aquesto oyera No me lo quieras negar :
Empezó así de hablar : ¿Como tú fuiste osado
—Tórnate, el francesico, De en toda Francia parar,
A Paris, esa ciudad, Ni al buen viejo Emperador,
Qne si esa porfía tienes Ni á los doce desafiar?
Caro te habrá de costar, ¿Cuál diablo te engañó
Porque quien entra en mis manos Cerca de Paris llegar?—
Nunca puede bien librar.— El moro cuando esto oyera
Cuando el mancebo esto oyera Tal respuesta le fué á dar ;
Tornóle á porfiar —Tengo una cativa mora,
Que se aparejase presto Señora de gran linaje :
m ROMANCERO GENERAL.
Requeríla yo de amores, ¡ Su hijo afeitando estaba.
Y ella me fué á demandar Palabras le está diciendo,
Que le diese tres cabezas Palabras de gran pesar :
l)e Paris, esa ciudad, Las palabras tales eran
Que si estas yo le llevo Que al niño hacen llorar.
Conmigo hafiia de casar; 3

La una es la de Oliveros, —Dios te dé barbas en rostro ,


La otra de Don Roldan, Y te haga barragane;
La otra del esforzado Déte Dios ventura en armas,
Reinaldos de Montalvan.— Como el paladín Roldane,
Don Roldan cuando esto oyera Porque vengases, mi hijo ,
Así empezó de hablar : La muerte de vuestro padre :
—¡ Mujer que tal te pedia Matáronlo á traición
Cierto le quería mal, Por casar con vuestra madre.
Porque esas no son cabezas Ricas bodas me hicieron
Que tú las puedes cortar!— En las cuales Dios no ha parte;
Mas porque fuese castigo, Ricos paños me cortaron,
Y otro se haya de guardar La Reina no los ha tales.—
De desafiar los doce, Maguera pequeño el niño
Ni venir á los buscar, Bien entendido lo hae.
Echó mano á un estoque Allí respondió Don Gayferos,
Para el moro matar. Bien oiréis lo que diráe :
La cabeza de los hombros —Ruégole así a Dios del cielo
Luego se la fué a cortar; . Y á Santa María su Madre.—
Llevóla al Emperador Oído lo habia el Conde
Y fuésela á presentar. En los palacios do estáe :
Los doce cuando esto vieron —¡ Calles, calles, la Condesa,
Toman placer singular Boca mala sin verdade!
En ver así muerto al moro, Que yo no matara el Conde,
Y por tal mengúale dar. Ni lo hiciera matare;
También trajo á Valdovinos Mas tus palabras, Condesa,
Qu'él mismo lo fué á soltar. El niño las pagarae.—
Así murió Calaynos Mandó llamar escueleros,
.En Francia la natural, Criados son de su padre ,
Por manos del esforzado Para que lleven al niño,
El buen paladín Roldan. Que lo lleven á matare s.
(Cancionero de Romances- — It. Floresta de variosLa muerte que él les dijera
Romances.) Mancilla es de la escuchare :
—Córtenle el pie del estribo,
i Cervantes en su .Quijote cita este romance. No sabemos La mano delgavilane,
por qué pasa como proverbio el refrán que dice: Tanmalo como
¡as coplas de Calaynos. Lo cierto es que aunque le convienen Sáquenle ambos los ojos
en mucha parte las observaciones que hicimos en la nota del Por mas seguro andaré,
del número 367, es sin embargo de los mejores en su clase, Y el dedo, y el corazón
y aun de otros que pasan por buenos. Su narración es intere- Traédmelo por señale.—
sante y bastante animada; esta lleno de sencillez en muchas Ya lo llevan á Gayferos,
partes, i veces bien sentido, y menos lánguido y pesado que Ya lo llevan á matare ;
"otros. Acaso el refrán no habla de este romance, sino de al- Hablan los escuderos
gunas coplas antiguas que nos son desconocidas. Por lo demás
el asunto de este romanee, mudados los nombres de sus in- Con mancilla que del haiie.
terlocutores y alterada la escena y las circunstancias, lo es —¡ Oh válasme Dios del cielo
también de un poema italiano impreso á mediados del siglo xvi, Y Santa María su Madre !
con título de La gran guerra é rotla dello scapiglíato. Este Si á este niño matamos
héroe fué un moro enamorado de Roseta, princesa de Rusia, ¿Que galardón nos daraue?
cuya mano ganó siendo vencedor en una justa; pero que Ellos en aquesto estando,
exigirt de él, que antes de poseerla le presentase las cabezas
de Roldan y de Reinaldos que habían muerto á Gradaso, primo No sabiendo qué barane,
de ella, y á su hermana la giganta Rovenza. El Scapiglíato, es Vieron venir una perrita
decir, el Desgreñado, en vez de vencerá los dos paladines, De la Condesa su madre.
queda muerto por Reinaldos, aunque después de haber ven- Allí habló el uno de ellos,
cido grandes batallas contra los pares de Francia, Bien oiréis lo que diráe :
2 En la Floresta de varios romances dice así, con mejor —Maternos esta perrita
lección : Por nuestra seguridade,
O á quién preguntar podría Saquémosle el corazón
flónde estaban los palacios Y llevémoslo á Galvane,
A do Sevilla vivia. Cortemos el dedo al chico
s En el poema Dello scapiglíato , también se llama Alman- Por llevar mejor señale.—
zor el padre de la infanta Roseta, que allí hace el mismo pa- Ya tomaban á Gayíeros,
Del que aquí Sevilla. Para el dedo le cortare ;
* San Juan de Letran está en Roma , y no en París. —Venid acá vos, Gayferos,
Y querednos escuchare;
Vos idos de aquesta tierra
ROMANCES QUE TRATAN DE DON GAYFEROS. Y en ella no parezcáis mase.—•
Ya le daban entre señas
374. El camino que harae :
—Iros heis de tierra en tierra
GAYFEROS.—I.' A do vuestro lio estáe.—
Gayferos desconsolado
{Anónimo '.} Por ese mundo se vae :
Estábase la Condesa, Los escueleros se volvieron
En el su estrado asentada, ( Para do estaba Galvane.
Tisericas de oro en mano : * Daule el dedo, y corazón
Y dicen que muerto lo haue
ROMANCES DE LA?. CRÓNICAS CABALLERESCAS. 247
La Condesa qu'esto oyera Siete vueltas la rodean
Empezara á gritos daré : Por ver si podrán entrare,
Lloraba de los sus ojos Y
Que quería reventare. Unalpostigo
cabo de lasáocho
van hallare; '
Dejemos á la Condesa, Ellos que se vieron dentro
Que muy grande llanto hace, Empiezan á demandare;
Y digamos de Gayferos No preguntan por mesón,
Del camino por do Yae, Ni menos por hospitale,
Que de dia ni de noche Preguntan por los palacios
No hace sino caminare, . Donde la Condesa estae,
Hasta que llegó á la tierra Y á las puertas del palacio
Adonde su tio estáe. Allí van á demandare.
Dícele d'esta manera, Vieron estar la Condesa,
Y empezóle de hablare : Y empezaron de hablare :
—Manténgaos Dios, el mi tio. —Dios te salve, la Condesa,
—Mi sobrino, bien vengaises: —Los romeros, bien vengades.
¿Que buena venida es esta? —Mandedes nos dar limosna
Vos me la queréis contare. Por honor de caridade.
—La venida que yo vengo —Con Dios vades, los romeros,
Triste es y con pesare, Que no os puedo nada daré,
Que Galvan con grande enojo Qu'el Conde me habia mandado
Mandado me había matare : A romeros no albergare.
Mas lo que os ruego, mi tio, —Dadnos limosna, señora,
Y lo que os vengo á rogare, Qu'el Conde no lo sabrae;
Vamos á vengar la muerte Así la den á Gayferos
De vuestro hermano , mi padre ; En la tierra donde estae.—
Matáronlo á traición Así como oyó Gayferos
Por casar con la mi madre. Comenzó de sospirare:
—Sosegaos, el mi sobrino, Mandábales dar del vino,
Vos os queráis sosegare, Mandábales dar del pane.
Que la muerte de mi hermano . Ellos en aquesto estando
Bien la iremos á vengare.— El Conde llegado hae :
Ellos así se estuvieron —¿Qu'es aquesto, la Condesa?
Dos años y aun mase, Aquesto ¿qué puede estare ?
Hasta que dijo Gayferos ¿ No os tenia yo mandado
Y empezara de hablare. A romeros no albergare ?—
(Cancionero de Romances. ~~lt. Sigílense dos ro- Dijo y alzara su mano,
mances de Don Gaiferos. etc. Pliego suelto.) Puñada le fuera á daré,
Que sus dientes menudicos
i Este romance y el que sigue, con muchas variantes, que En tierra los fuera á echare.
son incorrecciones mas bien, se imprimieron en un pliego Allí hablaran los romeros,
suelto intitulado : Sígnense dos romances de Don Gaiferos en
que se contiene cómo mataron á Don Galvan. i.", gót., á dos Y empezáronle de hablare :
columnas, sin aflo ni lugar. —¡ Por hacer bien la Condesa
!
En el pliego suelto mencionado, dice así: Cierto no merece male !
Dios te deje crecer, hijo, —; Calledes vos, los romeros,
Y llegar á barragane , No náyades vuestra parte!—.
Dios te dé barbas en rostro Alzó Gayferos su espada,
Y en el cuerpo fuerza grande. Un golpe le fué á daré
5
En la vida de Genoveva, condesa de Bravante, hay una es- Que la cabeza de sus- hombros
cena parecida en todo á la que sigue. No carece este romance A tierra la fuera á echare :
de crecido ínteres, y tanto que hay muchos cuentos é histo- Allí habló la Condesa
rietas vulgares, que adoptan los lances y escenas que en él se Llorando con gran pesare :
ñauan.
—¿ Quién érades, los romeros,
Que al Conde fuistes matare?—
375. Allí respondió el romero,
Tal respuesta le fué á daré :
GAYFEROS. — l\. —Yo soy Gayferos, señora,
Vuestro hijo naturale.
(Anónimo *.) —Aquesto no puede ser,
—Vamonos, dijo, mi tio, Ni era cosa de verdade,
A París esa ciudade Qu'el dedo, y el corazón
En figura de romeros, Yo los tengo por señale.
No nos conozca Galvane, —El corazón que vos tenéis
Que si Galvan nos conoce En persona no fué á estare,
Mandaría nos matare. El dedo bien es aqueste,
Encima ropas de seda Aquí lo veréis faltare.—
Vistamos las de sayale, La Condesa qu'esto oyera
Llevemos nuestras espadas Comenzóle de abrazare :
Por mas seguros andaré; La tristeza que tenia
Llevemos sendos bordones En placer se fué á tornare.
Por la gente asegurare.—
Ya se parten los romeros, (Cancionero de Romances. — It. Sígnense des ro-
Va se parten, ya se vane, mances de Don Gaiferos, etc. Pliego suelto.)
De noche por los caminos, * No desmerece en nada al anterior. En uno y otro con li-
De dia por los jarales. sura y sencillez se retratan las costumbres feudales, y las con-
Andando por sus jornadas secuencias de ellas. El fuerte y poderoso señor, ó con astucia
A Paris llegado hane; ó con las armas, oprimía i los débiles y los hacia víctimas
de sus pasiones; pero al mismo tiempo, 6 Dios que castigaba
Las puertas hallan cerradas, conservando los medios de la expiación, ó otros caballeros
No hallan por donde entrare. generosos, eran el escudo y los vengadores de la inocencia
348 ROMANCERO GENERAL.
Ella estuviera va libré,
376. O yo por librarla muerto.
GAWEBOS.—HI.
Si no os corréis con ser mozo
De lo que yo con ser viejo,
{Anónimo *,) Correos de ver vuestra honra
No con los dados se gana, Andar en corrillos necios.
Ni con las tablas el crédito, Considerad que es mujer
Ni arrojando leves cañas Cautiva, ausente y con celos;
Reputación entre buenos : No quiero deciros mas ;
No con bizarras libreas, Miradlo pues sois discreto.—
Ni con mujeriles juegos, Esto dijo Carlo-Magno
Ni con empresas, ni cifras A su sobrino Gayferos,
Recamadas de oro y negro : Que estaba jugando tablas
No con vanas esperanzas, Con el valiente Oliveros.
Ni con vestidos soberbios, (Romancero general)
NI con guantes olorosos,
Medallas ni camafeos : i A diferencia de los anteriores , este romance deja muy
Con arnés, espada y lanza bien percibir que es de fines del siglo xvi. A él dio asunto
Como buenos combatiendo, el principio del antiguo, del núm. 577.
Cuando se ofrece ocasión,
Se ilustran los caballeros,
Mejor fuera que entre moros 377.
Esos azares del juego, GAYFEROS.—IV.
Como son acá en París,
Fueran en Sansueña encuentros; {Anónimo *•)
Y esas plumas y medallas, Asentado está Gayferos
Que lleváis en el sombrero, En el palacio reale;
¡ Harto mejor parecieran Asentado está al tablero
En la cimera del yelmo! Para las tablas jugare.
¡Y en lugar de aquesa ropa Los dados tiene en la mano,
De martas y terciopelo, Que los quiere arrojare,
Un fino arnés de Milán Cuando entró por la sala
Estuviera mas honesto! Don Carlos el emperante.
¡Mal parece que en París De que asi jugar lo vido
Sustentéis vos los torneos, Empezóle de mirare;
Sabiendo que'vuestro honor Hablándole está hablando
Tenéis en Sansueña preso! Palabras de gran pesare : .
Vuestro honor es vuestra esposa : —Si así fuésedes , Gayferos,
Si hay honor en vuestro pecho Para las armas tomare ,
Debe de ser vuestra sangre Como sois para los dados,
El rescate de su cuerpo. Y para tablas jugare,
Conviértanse ya las tablas, Vuestra esposa tienen moros,
Los dados y pasatiempos Iríadesla á buscare :
En pensamientos honrados; Pésame á mí por ello
Dejad bajos pensamientos. Por que es mi hija carnale.
Dejad cañas, tomad lanzas; De muchos fué demandada,
Dejad seda, vestí acero; Y á nadie quiso tomare :
Sean vuestros juegos armas, Pues con vos casó por amores,
Vuestras galas sean trofeos. Amores la han de sacare ;
Gallarda empresa es la honra Si con otro fuera casada
No queráis mas alto premio, Ño estuviera en catividade.—
Pues donde aquesta se estima Gayferos cuando esto vido,
No hay empresa de mas precio. Movido de gran pesare
No por ser hijo de un rey Levantóse del tablero
Y de un emperador yerno No queriendo mas jugare,
Pretendáis que sois ilustre, Y tomáralo en las manos
Si no lo son vuestros hechos. Para haberlo de arrojare,
Aquel es honrado y noble Si no por quien con él juega,
Que tiene honrados respetos, Que era hombre de linaje :
Que en altos pechos se crian Jugaba con él Guarnios,
Los mas honrados intentos. Almirante de la mare.
Porque yo sea bien nacido, Voces da por el palacio,
No cumplo con lo que debo, Que al cielo quieren llegare;
Si en los negocios de honra Preguntando va, preguntando
Doy con obras mal ejemplo. Por su tio Don líoldane.
¡ Si como tenéis las causas Halláralo en el palin ,
Tuviérades los efectos, Que quería cabalgare :
No estuviera vuestra esposa Con él era Oliveros
En Sansueña ha tanto tiempo Y Durandarte el galane ,
Que cuando no os obligara Con él muchos caballeros
El conjugal sacramento,
Obligáraos ser mujer, De los de los doce pares :
Si fuerais buen caballero. Gayferos desque lo vido
No lo sois, pues que no hacéis Empezóle de hablare :
El debido cumplimiento, —Por Dios os ruego, mi tio,
Siendo vos á quien mas toca Por Dios os quiero rogare ,
Como esposo y como deudo; Vuestras armas y caballo
Que cuando esta obligación Vos me lo queráis prestare ,
No se hallara de por medio, Que mi tio el Emperante
Tan mal me quiso tratare,
ROMANCES DE L A S CRÓNICAS C A B A L L E R E S C A S . 2-19

Diciendo que soy para juego Sus armas aparejare;


Y no para armas tomare. Él encubierta el caballo
Bien lo sabéis vos, mi lio, Por mejor lo encubertare;
Bien sabéis vos la verdade, Él mesrno pone las armas
Que pues busqué á mi esposa Y le ayudaba á armare.
Culpa no me deben daré. Luego cabalgó Gayferos
Tres años anduve triste Con enojo y con pesare.
Por los montes y los valles Pésale á Don Roldan,
Comiendo la carne cruda , También á los doce pares,
Bebiendo la roja sangre, Y mas al Emperador
Trayendo los pies descalzos, De que solo le vio andaré;
Las uñas corriendo sangre. Y desque ya se salia
Nunca yo hallarla pude Del gran palacio reale,
En cuanto pude buscare: Con una voz amorosa
Ahora sé que está en Sansueña, Llamáralo Don Roldane:
En Sansueña, esa ciudade. —Espera un poco, sobrino;
Sabéis que estoy sin caballo, Pues solo queréis andaré,
Sin armas otro que tale, Dejédemes vuestra espada,
Que las tiene Montesinos, La mia queráis tomare,
Que es ido á festejare Y aunque vengan dos mil moros;
Allá á los reinos de Hungría Nunca les volváis la haze :
Para torneos armare, Al caballo dadle rienda
Y yo sin caballo y armas Y haga á su voluntade,
Mal la podré libertare; Que si él ve la suya
Por esto os ruego, mi tio, Bien os sabrá ayudare,
Las vuestras me queráis daré.— Y si ve demasía *
Don Roldan de qu'esto oyó D'ella os sabrá sacare.—
Tal respuesta le fué á daré : Va le daba su espada,
—Callad, sobrino Gayferos, Y toma la de Roldane ;
No querades hablar tale; Da de espuelas al caballo,
Siete años vuestra esposa Sálese de la ciudade.
Ha que está en captividade; Don Beltran desque ir lo vido
Siempre os he visto con armas Empezóle de hablare : <
Y caballo otro que tale, —Tornad acá, hijo Gayferos,
Agora que no las tenéis Pues que me tenéis por padre,
La queréis ir á buscare. Tan solamente que os vea
Sacramento tengo hecho La Condesa vuestra madre,
Allá en San Juan de Letrane Tomará con vos consuelo,
A ninguno prestar armas, Que tan tristes llantos hace,
No me las hagan cobardes : Y daráos caballeros
Mi caballo está bien vezado, Los que hayáis necesidade.
No lo querría mal vezare.— —Consoladla vos, mi tio ,
Gayferos que esto oyó Vos la queráis consolare,
La espada fuera á sacare; Acuérdese que me perdió
Con una voz muy sañosa Chiquito y de poca edade ;
Empezara de hablare: Haga cuenta que de entonces
—¡ Bien parece, Don Roldan , No me ha visto jamase,
Siempre me quisiste male ! Que ya sabéis que en los doce
Si otro me lo dijera Corren malas voluntades,
Mostrara si soy cobarde ; Yno dirán vuelvo por ruego ,
Mas quien á mí ha injuriado Mas que vuelvo por cobarde,
No lo vais por mí á vengare;. Que yo no volveré en Francia
Si vos tio no me fuésedes Sin Melisendra tornare.—
Con vos querría peleare.— Don Beltran de que lo oyera
Los grandes que allí se hallan Tan enojado hablare,
Entre los dos puestos se hane Vuelve riendas al caballo
Hablado le ha Don Roldan , Y entróse en la ciudade.
Empezóle de hablare :
—¡ Bien parece, Don Gayferos, Gayferos en tierra de moros
Que sois de muy poca edade! Empieza de caminare;
Bien oistes un ejemplo, Jornada de quince dias
Que conocéis ser verdade, En ocho la fué á andaré.
Que aquel que bien os quiere Por las sierras de Sansueña
Ese os quiere castigare. Gayferos mal airado vae;
Si fuérades mal caballero Las voces que iba dando
No os dijera yo esto tale; Al cielo quieren llegare.
Mas porque sé que sois bueno Maldiciendo iba el vino,
Por eso os quise así hablare, Maldiciendo iba el pane,
Que mis armas y caballo El pan que comían los moros,
A vos no se han de negare, Mas no de la cristiandade :
Maldiciendo iba la dueña
Y si queréis compañía Que tan solo un hijo pare;
Yo os querría acompañare. Si enemigos se lo matan
—Mercedes, dijo Gayferos, No tiene quien lo vengare :
De la buena voluntade; Maldiciendo iba al caballero
Solo me quiero ir,solo, Que cabalga sin un paje;
Para haberla de sacare : Si se le cae la espuela
Nunca me dirá ninguno No tiene quien se la calce ;
Que me vido ser cobarde.— Maldiciendo iba el árbol
Luego mandó Don Roldan Que solo en el campo nasce,
ROMANCERO GENERAL.
r¿o
Que todas las aves del mundo Se le envía á encomendare,
En él van á quebrantare, Que ya me parece tiempo
Que de rama ni de hoja Que la debia sacare.
Al triste dejan gozare. Si no me deja por miedo
Dando estas voces y otras De con los moros peleare,
A Sansueña fué á llegare. Debe tener otros amores,
Viernes era en aquel día De mí no lo dejan acordare :
Los moros su fiesta hacen : ¡ Los ausentes por los presentes
El Rey iba á la mezquita Lijeros son de olvidare!
Para la zalá rezare, Aun le diréis, caballero,
Con todos sus caballeros Por darle mayor señale,
Cuantos él pudo llevare. Que sus justas y torneos
Cuando allegó Gayferos Bien las supimos acae.
A Sansueña, esa ciudade, Y si estas encomiendas
Miraba si veria alguno No recibe con solace,
A quien poder demandare : Daréislas á Oliveros,
Vido un cativo cristiano Daréislas á Don Roldane,
Que andaba por los adarbes; Daréislas á mi señor
Desque lo vido Gayferos El Emperador mi padre :
Empezóle de hablare : Diréis como esto en Sansueña,
—Dios le salve, el cristiano, En Sansueña esa ciudade;
Y te torne en libertad e, Que si presto no me sacan
Nuevas que pedirte quiero Mora me quieren tornare :
No me las quieras negare. Casarme han con el rey moro
¿Tú que andas con los moros Que está allende la mare :
Dime si oíste hablare De siete reyes de moros
Si hay aquí alguna cristiana, Reina me hacen coronare;
Que sea de alto linaje? — Según los reyes me acuitan
El cativo que lo oyera Mora me harán tornare;
Empezara de llorare : Mas amores de Gayferos
— ¡Tantos tengo de mis duelos, No los puedo yo olvidare.—
De otros non puedo curare! Gayferos que esto oyera •
Que todo el dia caballos Tal respuesta le fué á daré :
Del Rey me hacen pensare, —No lloréis vos, mi señora,
Y de noche en honda sima No queráis así llorare,
Me hacen aqui aprisionare. Porque esas encomiendas
Bien sé que hay muchas cativas Vos mesma las podéis daré,
Cristianas de gran linaje, Que á mí allá dentro en Francia
Especialmente hay una Gayferos suelen nombrare.
Qu'es de Francia naturale : Soy el infante Gayferos
Él rey Almanzor la trata Señor de París la grande,
Como á su hija carnale : . Primo hermano de Oliveros,
Sé que muchos reyes moros Sobrino de Don Roldane,
Con ella quieren casare : Amores de Melisendra
Por eso idos, caballero, Son los que acá me traen.—
Por esa calle adelante, Melisendra qu'eslo vido
Veréislas á las ventanas. Conosciólo en el hablare,
Del gran palacio reale.— Tiróse de la ventana,
Derecho se va á la plaza, La escalera fué á tomare,
A la plaza la mas grande. Salióse para la plaza
Allí estaban los palacios Donde lo vido estare.
Donde el Rey solia estare : Gayferos cuando la vido
Alzó los ojos en alto Presto la fué á tomare;
Por los palacios mirare, Abrázala con sus brazos
Vido estar á Melisendra Para haberla de besare.
En una ventana grande Allí estaba un perro moro
Con otras damas cristianas, Por los cristianos guardare;
Qu'están en captividade. Las voces daba tan altas
Melisendra que lo vido Que al cielo quieren llegare.
Empezara de llorare, Al alarido del moro
No por que lo conociese La ciudad mandan cerrare :
En el jesto ni en el traje, Siete veces la rodean ,
Mas en verlo con armas blancas No hallan pordo escapare.
Acordóse de los pares, Presto sale el rey Almanzor
Acordóse de los palacios
Del Emperador su padre, De la mezquita rezare :
De justas, galas, torneos, Veréis tocar la trompeta
Que por ella solian armare. Apriesa y no de vagare,
Con voz trisíe y muy llorosa Veréis armar caballeros
Le empezara de llamare : Y en caballos cabalgare
—Por Dios os ruego, caballero, Tantos se arman de los moros
Queráisos á mi llegare; Que gran cosa es de mirare.
Si sois cristiano ó moro Melisendra que lo vido
No me lo queráis negare, En una priesa tan grande
Daros he unas encomiendas, Con una voz delicada
Bien pagadas os serane : Le empezara de hablare :
s
Caballeros si á Francia idea —Esforzado Don Gayfer"
Por Gayferos preguntade, No querades desmayare,
Decidle que la su esposa Que los buenos caballeros
Son para necesidade ;
251
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS.
¡ Si d'esta escapáis, Gayferos, Empezara de hablare ;
Harto tenéis que contare! — ¡Oh válasme til, Alá!
¡ Ya quisiera Dios del cielo ¿Esto qué podia estare?
Y Santa María su Madre ¡ Que tal fuerza de caballero
Fuese tal vuestro caballo En pocos se puede hallare 1
Como el de Don Roldane ! Debe ser el encantado
Muchas veces le oí decir Kse paladín Roldane,
En el palacio imperiale, O debe ser el esforzado
Que si se hallaba cercado Renaldos de Montalvane,
De moros en algún lugare, O esUrgel de la Marcha
Al caballo aprieta la cincha, - Esforzado y singulare;
Y aflojábale el pretale, No hay ninguno de los doce
Hincábale las espuelas Que bastase hacer lo tale.
Sin ninguna piedade : Gayferos que esto oyó
El caballo es esforzado, Tal respuesta le fué á daré :
De otra parte va á saltare.— . —Calles, calles, el rey moro,
Gayferos de qu'esto oyó Calles, y no digas tale ,
Presto se fuera á apeare; Muchos otros hay en Francia,
Al caballo aprieta la cincha, Que tanto como estos valen;
Y aflojábale el pretale; Yo no soy ninguno d'ellos,
Sin poner pié en el estribo Mas yo me quiero nombrare :
Encima fueá cabalgare, Soy el infante Gayferos,
Y Melisendra á las ancas, Señor de Paris la grande,
Que presto las fué tomare. Primo hermano de Oliveros,
El cuerpo le da y cintura Sobrino de Don Roldane.—
Por que lo pueda abrazare El rey Almanzor que lo oyera
Al caballo hinca la espuela Con tal esfuerzo hablare,
Sin ninguna piedade. Con los mas moros que pudo
Corriendo venian los moros Se entrara en la ciudade.
Apriesa y no de vagare; Solo quedaba Gayferos,
Las grandes voces que daban No halló con quien peleare;
Al caballo hacen saltare. Volvió riendas al caballo
Cuando íuérqn cerca los moros Por Melisendra buscare:
La rienda le fué á largare; Melisendra que lo vido
El caballo eralijero, A recibir se lo sale;
Púsolo de la otra parte. Vídole las armas blancas,
El rey moro qu'esto vido Tintas en color de sangre.
Mandó abrir la ciudade; Con voz muy triste y llorosa
Siete batallas de moros Le empezó de preguntare :
Todos de zaga le vane. —Por Dios os ruego, Gayferos,
Volviéndose iba Gayferos, Por Dios os quiero rogare,
No cesaba de mirare ; Si traéis alguna herida
De que vido que los moros Queráismela vos mostrare,
Le empezaban de cercare, Que los moros eran tantos
Volvióse á Melisendra, Quizá os habrán echo male •
Empezóle de hablare : Con las mangas de mi camisa
—No os enojéis, mi señora, Os la quiero yo apretare,
Seráos fuerza aqui apeare, Y con la mi rica toca
Y en esta grande espesura Yo os las entiendo sanare.
Podéis, señora, aguardare, —Calledes, dijo Gayferos,
Que los moros son tan cerca , Infanta, no digáis tale,
De fuerza nos han de alcanzare, Por mas que fueran los moros
Vos, señora, no traéis armas No me podían hacer male,
Para haber de peleare;' Qu'estas armas y caballo
Yo, pues que las traigo buenas, Son de mi tío Don Roldane;
Quiérolas ejercitare.— Caballero que las trújete
Apeóse Melisendra No podia peligrare.
No cesando de rezare, Cabalgad presto, señora,
Las rodillas puso en tierra , Que no es tiempo de aquí estare;
Las manos fué á levantare, Antes que los moros tornen
Los ojos puestos al cielo Los puertos hemos pasare.—
No cesando de rezare : Ya cabalga Melisendra
Sin que Gayferos volviese En un caballo alazane ;
El caballo fue á ag>uijare. Razonando van de amores,
Cuando huia de los moros De amores, que no de al;
Parece no puede andaré, Ni de los moros han miedo
Y cuando iba hacia ellos Ni d'ellos nada se dañe :
Iba con furor tan grande, Con el placer de ambos juntos
Que del rigor que llevaba No cesan de caminare,
La tierra hacia temblare. De noche por los caminos,
Donde vido la morisma De dia por los jarales,
Entre ellos fuera á entrare : Comiendo las yerbas verdes
Si bien pelea Gayferos, Y agua si pueden hallare,
El caballo mucho mase. Hasta que entraron en Franoia
Tantos mata de los moros Y en tierra de crisliandade :
Que no hay cuento ni pare; Si hasta allí alegres fueron, •
De la sangre que salia Mucho mas de allí adelante.
El campo cubierto se hae. A la entrada de un monte ,
El rey Almanzor qu'esto vido Yá la salida de un valle,
ROMANCERO GENEHAL.
Caballero de armas blancas Mucho mas de allf adelante,
De lejos vieron asomare : Pues que sacó á su esposa
Gayferos desque lo vido De muy gran captividade :
La sangre vuelto se le hae, Las fiestas que le hacían
Diciendo á su señora : No tienen cuento ni pare.
—¡ Esto es mas de recelare, (Códice del siglo xvi.—It.. Cancionero de Romances.
Que aquel caballero que asoma — It. Silva de varios Romances. — It. Floresta de
Gran esfuerzo es el que trae ! varios Romances.)
Que sea cristiano ó moro, i Este romance viejo, aunque se halla en el Cancionero de
Fuerza será peleare : Romances, y con muchas variantes en la Floresta de varios,
Apéaos vos, mi señora, lo he trasladado de un códice del siglo xvi que tengo á la vista,
Y venl de mi á la pare.— y contiene la historia que Maesc Pedro recitaba enseñando el
De la mano le traia retablo que consigo conducia. (Quijote, parte 2.a, cap. xxvi.) El
No cesando de llorare. juego de ajedrez, en las crónicas fabulosas, en los romances
Lléganse los caballeros, y en los poemas, da margen á disputas mortales. Carloto, hijo
Comienzan aparejare de Carlo-Magno, mata á un paje á quien ganaba con trampas.
Mudarra González, también jugando al ajedrez, se destempla
Las lanzas y los escudos é irrita.
En son de bien peleare.
Los caballos ya de cerca i Este verso y el que sigue dice Maese Pedro, ensenando su
retablo, en la parte 2." cap. xxvi, del Quijote.
Comienzan de relinchare; Véase la nota puesta en el romance caballeresco, nüm. 319,
Mas conociólo Gayferos . que dice :
Y empezara de hablare : Caballero, si á Francia idos,
Por mi señor preguntad, etc.
—Perded cuidado, señora,
Y tornad á cabalgare ,
Que el caballo que allí viene
Mió es en la verdade; 378.
Yo le di mucha cebada G A Y F E R O S . — V.
Y mas le entiendo de daré;
Las armas según que veo {Miguel Sánchez, elDivino .) 4

Mias son otro que tale,


Y aun aquel es Montesinos Oid, señor Don Gayferos,
Que á mí me viene á buscare, Lo que como amigo os hablo;
Que cuando yo me partí Que los dones mas de estima
No estaba en la ciudade.— Suelen ser consejos sanos.
Plugo mucho á Melisendra Dejad un poco las tablas,
Que aquello fuese verdade. Escuchadme lo que entrambos,
Ya que se van acercando Yo aconsejar, vos hacer,
Cuasi juntos á la pare, Debemos como liijos-dalgo. 4
Con voz alta y crecida Melisendra está en Sansueña ,
Empiózanse de interrogare. Vos en París descuidado;
Conóscense los dos primos Vos ausente, ella mujer,
Entonces en el hablare; ¡ Harto os he dicho, miraldo!
Apeáronse á gran priesa, Asegúraos su nobleza :
Muy grandes tiestas se hacen. Mas no os asegura tanto;
De que hubieron hablado Que vence un presente gusto
Tornaron á cabalgare : Mil nobles antepasados.
Razonando van de amores, De Carlos el rey es hija ;
De otro no quieren hablare. Mas es mujer, y ha mas años
Andando por sus jornadas La mudanza en las mujeres,
En tierra de cristiandade, Que no la nobleza en Garlos.
Cuantos caballeros hallan Si enferma en la voluntad
Todos los van compañare, Morirán respetos altos;
Y dueñas á Melisendra, Que no basta sangre buena,
Doncellas otro que tale.' Si el corazón no está sano.
Al cabo de pocos dias Galanes moros la sirven,
A Paris van á llegare: Y aunque moros, recelaldos;
Siete leguas de la ciudad Que sin duda querrá un moro
El Emperador les sale; La que olvidare un cristiano.
Con él sale Oliveros, Diferentes son las leyes;
Con él sale Don Roldane, Mas no hay ley en pecho humano
Con él el infante Guarinos, Cuando llega á ser el alma
Almirante de la mare, Idólatra de un cuidado.
Con él sale Don Bermudez Las mujeres son espejo ,
Y el buen viejo Don Beltrane, Que viendo vuestro retrato,
Con él muchos de los doce Si os descuidáis, y otro llega,
Que á su mesa comen pane, Hará con él otro tanto.
Y con él iba Doña Alda, Su confuso entendimiento,
La esposica de Roldane; Es codicioso letrado,
Con él iba Julianesa, Que hace leyes siempre al gusto
La hija del rey Miañe; Del que llega á consultallo.
Dueñas, damas y doncellas Su memoria es mar revuelto
Las mas altas de linaje. Que fuego que pasa el barco,
El Emperador abraza su hija Si le buscáis el camino,
No cesando de llorare ; No hallaréis senda ni rastro;
Palabras que le decia Su voluntad mesonera,
Dolor eran de escuchare. Que aloja á los mas extraño»,
Los doce á Don Gavieros Y olvida al que del umbral
Gran acatamiento le hacen De sacar acaba el paso.
Tiénenlo por esforzado No quiero deciros mas,
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 433
Vivo, ¡ ingrato Don Gayferos!
Con esto de mi amor salgo; De esperar desesperada.
Mas adviérteos mi lengua No me cansa el aguardarte,
Vuestro amor, y mis agravios. Aunque el no verte me cansa;
(Romancero general.) Que aguardar á quien no viene
i Autor dramático de los mas famosos de principios del si- Desesperación se llama.
glo XVII, de quien no nos queda otra comedia que la de La Si tú libre y en tu tierra
guarda cuidadosa. Estás sujeto á mudanzas ,
s Verso que cita Maese Pedro cuando estaba enseñando su Yo presa, mujer y ausente
retablo. Quijote, parte i » , cap. ix. Mas cerca estoy á las llamas.
«¡ Cuitado del que aguarda,
«Pues es igual el esperar á brasas!»
379 Agravios me tienes hechos,
Si me olvidaste sin causa,
GAYFEROS.— TI. Pues con ella y con agravios
(Anónimo.) Quien se venga nunca agravia.
¡ Cuántos hay que por ausencia,
El cuerpo preso en Sansueña No siendo ausencia forzada,
Y en París cautiva el alma, Por vengar sus corazones
Puesta siempre sobre el muro Se olvidaron de su fama!
Porque está sobre él su casa,
Vuelta en ojos Melisendra, ¡Pues yo presa y entre moros,
Y sus ojos vueltos agua , De mi cristiano olvidada,
Mira de Francia el camino Aunque olvide á quien me olvida
Y de Sansueña la playa, No merezco ser culpada!
Y en ella vio un caballero Si en mi nobleza confías,
Que junto á la cerca pasa. Has de tener confianza;
Hácele señas y viene, Que agraviará su nobleza
Que viene por quien le llama. Una mujer agraviada.
— Si sois cristiano, le dice , «¡ Cuitado del que aguarda,
O habéis de pasar á Francia, «Pues es igual el esperar á brasas!»
Preguntad por Don Gayferos, Porque puede en las mujeres
Y decid : ¿que á cuándo aguarda? Mas ana desconfianza,
¡ Que harto mejor le estuviera Que la nobleza, Gayferos,
Jugando acá por mi lanzas, Cuando tan poco la guardan.
Que no allá con pasajeros, Pues considera, si sirves
Jugando dados y cañas! En Paris damas cristianas,
Que si quiere que sea mora, Que, aunque moros , caballeros
Que otra cosa no me falta , En Sansueña me regalan,
Y amándole , no es posible Y que soy mujer, y vivo
Vivir un alma cristiana.— Cautiva y desesperada;
¡Tanto llora Melisendra Y aunque soy bija de Carlos,
Que las razones no acaba ! Soy mujer, y aquesto basta.
Don Gayferos la responde, «i Cuitado del que aguarda,
Alzándose la celada: »Pues es igual el esperar á brasas!»
— No es tiempo de desculparme, Y básteme haber perdido
Señora, de mi tardanza, De libertad la esperanza,
Pues el no tenella agora Para olvidar por un moro,
Nos es de mucha importancia.— Quien olvida a una cristiana.
Dícele que aguarde un poco, Bien sé yo que es liviandad,
Y en menos de un poco baja; Y de liviandad se pasa,
A ella en las ancas sube, Pretender contra mi honor
Y él en la silla cabalga, De mis agravios venganza;
Y á pesar de la morisma Porque donde se atraviesa
La puso dentro de Francia. • Honor y nobleza tanta,
(Romancero general.— It. Flor dé varios y nuevos No habrá sinrazón tan grande
Que contra la razón valga.
Romances, 2.a parte.)
< ¡Cuitado del que aguarda,
Í Pues es igual el esperar á brasas!»
380. Ni aun tampoco Dios permita
Que aunque mas de tí apartada,
GAYFEROS. — VII. Se me olvide á mí jamás
• (Anónimo.) De lo que debo á mi alma;
Cautiva, ausente y celosa, Que aunque mujer, soy ilustre,
De mil sospechas cercada, Y en las tales jamas falta
Melisendra está en Sansueña El valor en tiempo alguno,
Contemplando en sus desgracias. Si honra al valor acompaña:
El camino la consuela Y si ha faltado en alguna,
Que va de Sansueña á Francia, Puede ser porque no alcanza
Pues por él su libertad El ser natural, que es justo,
Y á Don Gayferos aguarda ; Si hacen injusta mudanza.
« ¡ Cuitado del que aguarda,
Y como el que aguarda tiene íPues es igual el esperar á brasas!»
La vida puesta en balanza, Mas también parece mal
Con lágrimas y suspiros Que esté en Sansueña encerrada,
Dice viendo que se tarda: Y que se esté Don Gayferos
«¡ Cuitado del que aguarda, En Paris jugando cañas,
«Pues es igual el esperar á brasas!» El libre, y ella cautiva,
No cansada de quererte, El querido, ella olvidada,
«as de esperarte cansada Ella llorando su ausenoia,
254 ROMANCERO GENERAL.
El en juegos y entre damas:
¡ Mira, pues que soy tu esposa! ROMANCES QUE T R A T A N D E MONTESINOS, D E L
Cuando no hubiera otra causa, CONDE GR1MALT0S, D E D U R A N D A R T E Y D E
Te obligaba el ser mujer, BELERMA. .
V ser natural de Francia.—
Proseguir quiso, y no pudo
Su razón, que por ser tanta, 382.
El grave dolor la incita E L NACIMIENTO D E MONTESINOS. — I .
A llorar así sus ansias:
«¡ Cuitado del que aguarda, (Anónimo *.)
«Pues es igual el esperar á brasas!»
(Romancero generala Muchas veces oi decir
Y á los antiguos contar,
Que ninguno por riqueza
381. No se debe de ensalzar,
GAIFEROS. — VIII. Ni por pobreza que tenga
(Anónimo .)1
Se debe menospreciar.
Mil celosas fantasías, Miren bien,.tomando ejemplo,
Que del esperar se engendran, Do buenos suelen mirar,
Á Melisendra combaten Cómo el Conde, á quien Grimaltos
En la torre de Sansueña. En Francia suelen llamar ,
Mira el camino de Francia Llegó en las cortes del Rey
Que la enoja y la consuela, Pequeño y de poca edad.
Porque en él ve sus agravios; Fue luego paje del Rey
Del mas secreto lugar;
Y de él su remedio espera. Porque él era muy discreto,
Viendo que sus esperanzas, Y de él se podía fiar :
Como fingidas, por fuerza Y después de algunos tiempos,
Se las lleva el presto viento, Cuando mas entró en edad,
También sus quejas le entrega, Le mandó ser camarero
Diciendo :—Siendo en Gayferos
No fingida la nobleza, Y secretario real:
¿ Cómo niega obligaciones, Y después le dio un condado,
Y cómo olvida promesas? Por mayor honra le d a í ;
i, Cómo podré yo creer Y por darle mayor honra
Que me ha querido de veras, Y estado en Francia sin par
Quien en ausencia tan larga Lo hizo gobernador,
Tiene tan larga paciencia ? Que el reino pueda mandar,
¡ Siendo vivo, es imposible, Por su virtud y nobleza,
Si me quiere, se detenga; Y grande esfuerzo sin par
Porque no hay inconveniente Le quiso tomar por hijo,
Que voluntad no le venza! Y con su hija le casar.
Si acaso nueva memoria Celebráronse las fiestas
Hace que la mia pierda, Con placer y sin pesar.
¡ En balde espero la paga Ya después de algunos dias
De mi fe y de tantas deudas! De sus honras y holgar,
Que un ingrato corazón El Rey le mandó al Conde
Mucho mas recibe y precia Que le fuese á gobernar
Desden del que está presente, Y poner cobro en las tierras
Que del ausente firmeza. Que le fuera á encomendar.
¡Cuántas y cuántas se han visto Pláceme, dijera el Conde,
Hacer de mudables muestra, Pues no se puede excusar.
Por muestra de sus razones, Ya se ordena la partida ,
Mas que por ser lisonjeras! Y el Rey manda aparejar
Y si agraviadas se mudan, Sus caballeros y damas
Harto desculpadas quedan; Para haber de acompañar.
Que el que ofende es quien agravia, Ya se partía el buen Conde
Y no agravia quien se venga. Con la Condesa á la par ,
Si se muestra descuidado Y. caballeros y damas
Por averiguar mis veras , Que no le quieren dejar.
Hacer pruebas ofendiendo Por la gran virtud del Comte
Es peligrosa experiencia. No se pueden apartar:
¡ Dichoso el que mira el bien, De París hasta León
Sin estos lejos de ausencia, Le fueron acompañar.
Que hacen menores los gustos Vuélvense para Paris
Y mayores las ofensas ! Después de placer tomar:
A mil imaginaciones Las nuevas que dan al Rey
Hago grande resistencia, Es descanso de escuchar,
Con ver que es mejor quejarme De cómo rige á León
Que dar ocasión á quejas.— Y le tiene á su mandar ,
Pasara mas adelante, Y el estado de su Alteza
Pero con la mucha pena, Como lo hacia acatar.
Las lágrimas fueron tantas , De tales nuevas el Rey
Que entorpecieron la lengua. Gran placer fuera á tomar.
(Romancero general.) No prosigo mas del Rey,
* Obsérvase que la situación de Gayreros y Melisendra ha Sino que lo dejo estar.
servido en muchos romances que de ella tratan, para mora- Tornemos á Don Grimaltos
lizar sobre los riesgos que corre un esposo descuidado, que Cómo empieza á gobernar,
ausente de su mujer no la atiende ni la protege como hombre Bien querido de los grandes,
y como caballero. Sin la justicia negar,
255
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS.
Trata á todos de tal suerte, Que me sentiste quejar.
Que á ninguno da pesar. — Bien lo merecéis, l)uen Conde,
Cinco años él estuvo Si d'ello os viene algún mal,
Sin al buen Rey ir á hablar, Que bien ha los cinco años,
Ni del Conde á él ir quejas, Que en corte no os ven estar,
Ni de sentencia apelar; Y sabéis vos bien, el Conde,
Mas fortuna que es mudable., Quién allí os quiere mal,
Y no puede sosegar, Que es el traidor de Tomillas
Quiso serle tan contraria Que no suele reposar :
Por su estado le quitar. Yo no lo tengo á mucho
Fué el caso que Don Tomillas * Que ordene alguna maldad.
Quiso en traición tocar : Mas, señor, si me creéis,
Revolvióle con el Rey Mañana antes de yantar
Por mas le escandalizar, Mandad hacer un pregón
Diciéndole que su yerno Por toda esa ciudad,
Se le quiere rebelar, Que vengan los caballeros
Y que en villas y ciudades Que están á vuestro mandar,
Sus armas hace pintar, Y por todas vuestras tierras
Y por señor absoluto También los mandéis llamar,
El se manda intitular, Que para cierta jornada
Y en las villas y lugares Todos se hayan de juntar.
Guarnición quiere dejar. Desque todos estén juntos
Cuando el Rey aquesto oyera Decirles heis la verdad,
Tuvo d'ello gran pesar, Que queréis ir á París
Pensando en las mercedes Para con el Rej hablar,
Que al Conde le fuera á dar. Y que se aperciban todos
¡ Solo por buenos servicios Para en tal caso os honrar.
Le pusiera en tal lugar, Según d'ellos sois querido,
Y después por galardón Creo no os podrán faltar:
Tal traición le ordenar) Iros heis con todos ellos
El ha determinado A París, esa ciudad,
De hacerle justiciar. Besaréis la mano al Rey
Dejemos lo de la corte, Como la soléis besar,
Y al Conde quiero tornar, Y entonces sabréis, señor,
Que estando con la Condesa Lo que él os quiere mandar:
Una noche á bel folgar, Que si enojo de vos tiene
Adurmióse el buen Conde, Luego os lo demostrará,
Recordara con pesar; Y viendo vuestra venida
Las palabras que decia Bien se le podrá quitar.
Son de dolor y pesar: — Pláceme, dijo, señora,
— ¿Que te hice, vil fortuna? Vuestro consejo tomar. —
¿ Por qué te quieres mudar , Pártese el conde Grimaltos
Y quitarme de mi silla A París, esa ciudad,
En que el Rey me fué á sentar'! Con todos sus caballeros
¡ Por falsedad de traidores Y otros que é¡ pudo juntar.
Causarme tanto de mal! Desque fué cerca París
Que según yo creo y pienso Bien quince millas 5 mas,
No lo puede otro causar — Mando parar á su gente ,
A las voces que da el Conde Sus tiendas mandó armar,
Su mujer fué á despertar; Hizo aposentar los suyos
Recordó muy espantada Cada cual en su lugar..
De verle así hablar, Luego el Rey del hubo cartas,
Y hacer lo que no solia, Respuesta no quiso dar.
Y de condición mudar Cuando el Conde aquesto vido
— ¿Qué habéis, mi señor el Conde? En Paris se fué á entrar;
¿En qué podéis vos pensar? Fuérase para el palacio
— No pienso en otro, señora, Donde el Rey solia estar;
Sino en cosa de pesar, Saludó á todos los grandes,
Porque un triste y mal sueño La mano al Rey fué á besar
Alterado me hace estar. El Rey de muy enojado
Aunque en sueños no liemos, Nunca se la quiso dar ,
No sé á qué parte lo echar, Antes mas le amenazaba
Que parecía muy cierto Por su muy sobrado osar,
Que vi una águila volar. Que habiendo hecho tal traición
Siete halcones tras ella En París osase entrar;
Mal aquejándola van, Jurando que por su vida
Y ella por guardarse d'ellos Se debia maravillar
Retrújose a mi ciudad; Cómo, visto lo presente,
Encima de una alta torre No lo hacia degollar;
Allí se fuera á asentar; Y si no hubiera mirado
Por el pico echaba fuego, Su hija no deshonrar,
Por las alas alquitrán ; Que antes que el dia pasara
El fuego que d'ella sale Lo hiciera justiciar:
La ciudad hace quemar : Mas por dar á él castigoj
A mí quemaba las barbas, Y á otros escarmentar
Y á vos quemaba el brial. Le mandó salir del reino
¡Cierto tal sueño como este Y que en él no pueda estar.
No puede ser sino mal! Plazo le dan de tres días
Esta es la causa, Condesa Para del reino vaciar
ROMANCERO GENERAL.
256
Y el destierro es de esta suerte: Se llegó á lo abrazar;
Que gente no ha de llevar, Lo que el uno y otro dicen
Caballeros, ni criados Lástima era de escuchar :
No le hayan de acompañar, —¿Este es el descanso, Conde,
Ni lleve caballo ó muía Que me habíades de dar ?
En que pueda cabalgar : ¡ No pensé que mis placeres
Moneda de plata y oro Tan poco habian de durar!
Deje , y aun la de metal. Mas en ver que sin razón,
Cuando el Conde esto oyera Por placer nos dan pesar,
¡ Ved cuál podia estar! Quiero que cuando vais, Conde
Con voz alta y rigurosa, Cuenta d'ello sepáis dar.
Cercado de gran pesar, Yo os demando una merced,
Como hombre desesperado Ño me la queráis negar,
Tal respuesta le fué á dar : Porque cuando nos casamos
— Por desterrarme tu Alteza Hartas me habíades de dar.
Consiento en mi desterrar; Yo nunca las he habido,
1

Mas quien de mí tal ha dicho, Aun las tengo de cobrar,


Miente y no dice verdad, Ahora es tiempo, buen Conde,
Que nunca hice traición, De haberlas de demandar.
Ni pensé en maldad usar; —Excusado es, la Condesa,
Mas si Dios me da la vida Eso ahora demandar,
Yo haré ver la verdad.— Porque jamas tuve cosa
Ya se sale de Palacio Fuera dé vuestro mandar,
Con doloroso pesar; Que cuanto vos demandéis
Fuese á casa de Oliveros, Por mi fe de lo otorgar.
Y allí halló á Don Roldan. —Es, señor, que donde fuéredes
Contábales las palabras Con vos me hayáis de llevar.
Que con el Rey fué á pasar; —Por la fe que yo os he dado
Despidiéndose está d'ellos, No se os puede negar;
Pues les dijo la verdad, Mas de las penas que siento
Jurando que nunca en Francia Esta es la mas principal,
Lo verían asomar, Porque perderme yo solo
Si no fuese castigado Este perder es ganar,
Quien tal cosa fué á ordenar. Y en perderos vos, señora,
Ya se despedía d'ellos; Es perder sin mas cobrar;
Por Paris comienza á andar Mas pues así lo queréis,
Despidiéndose de todos No queramos dilatar.
Con quién solia conversar. ¡Mucho me pesa, Condesa,
Despidióse de Valdovinos Porque no podáis andar,
Y del romano Fincan, Que siendo niña y preñada
Y del gastón Angeleros, Podríades peligrar!
Y del viejo Don Beltran, Mas pues fortuna lo quiere
Y del duque Don Estolfo, Recibidlo sin pesar,
De Malgesí otro que tal, Que los corazones fuertes
Y de aquel solo invencible Se muestran en tal lugar.—
Reinaldos deMontalvan. Témanse mano por mano,
Ya se despide de todos Sálense de la ciudad;
Para su viaje tomar. Con ellos sale Oliveros,
La Condesa fué avisada-, Y ese paladín Roldan ,
No tardó en Paris entrar : También el Dardin Dardeña,
Derecha fué para el Rey, Y ese romano Fincan ,
Sin con el Conde hablar, Y ese gastón Angeleros,
Diciendo que de su Alteza Y el fuerte Merman :
Se quería maravillar, Con ellos va Don Reinaldos,
Cómo al buen conde Grimaltos Y Valdovinos el galán,
Lo quisiese así tratar; Y ese duque Don Estolfo,
Que sus obras nunca han sido Y Malgesí otro que tal;
De tan mal galardonar, Las dueñas y las doncellas
Y que suplica á su Alteza También con ellos se Van :
Que en ello mande mirar, Cinco millas de Paris
Y si el Conde no es culpado Los hubieron de dejar.
Que al traidor haga pagar El Conde y Condesa solos
Lo que el Conde merecía Tristes se habian de quedar :
Si aquello fuese verdad, Cuando partirse tenían
Y así será castigado No se podían hablar.
Quien lo tal fué á ordenar. Llora el Conde y la Condesa,
Cuando el Rey aquesto oyera Sin nadie les consolar,
Luego la mandó callar, Porque no hay grande ni chico
Diciendo que si mas habla Que estuviese sin llorar.
Como á él la ha de tratar, ¡ Pues las damas y doncellas,
Y que le es muy excusado Que allí hubieron de llegar,
Por el Conde le rogar, Hacen llantos tan extraños,
Pues quien por traidores ruega Que no los oso contar,
Traidor se pueda llamar. Porque mientras pienso en ellos
La Condesa qu'esto oyera, Nunca me puedo alegrar 1
Llorando con gran pesar, Mas el Conde y la Condesa
Descendióse del palacio Vanse sin nada hablar:
Para el Conde ir á buscar. Los otros caen en tierra
Viéndose ya con el Conde Con la sobra del pesar:
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 257
Otros crecen mas sus lloros Que uses de caridad,
Viendo cuan tristes se van. Que después habremos tiempo
Dejo de los caballeros De cómo vengo, á contar;
Que á París quieren tornar; Mas para esta triste dueña
Vuelvo al Conde y la Condesa , Dame que la pueda dar,
Que van con gran soledad Que tres dias con sus noches
Por los yermos y asperezas Ha que no ha comido pan,
Do gente no suele andar. Que allá en esa fuente fria
Llegado el tercero dia, El parto le fué á tomar.—
En un áspero boscaje El ermitaño que esto oyera,
La Condesa de caníada Movido de gran piedad
Triste no podia andar. Llevóles para la ermita
Rasgáronse sus servillas, Do él solia habitar.
No tiene ya que calzar : Dióles del pan que tenia,
De la aspereza del monte Y agua, que vino no hay :
Los pies no podia alzar; Recobró algo la Condesa
Do quiera que el pié ponia
3 De su flaqueza muy grande.
Bien quedaba la señal . Allí le rogó el Conde
Cuando el Conde aquesto vido, Quiera el niño bautizar.
Queriéndola consolar, —Pláceme, dijo, de grado;
Con gesto muy amoroso ¿Mas cómo le llamaran?
La comenzó de hablar : —Como quisiéredes, Padre,
—No desmayedes, Condesa,
Mi bien , queráis esforzar, E l nombre le podréis dar.
Que aquí está una fresca fuente —Pues nació en ásperos montes
í)o el agua muy fria está : Montesinos le dirán.—
Reposaremos, Condesa, Pasando y viniendo dias,
Todos vida santa hacen;
Y podremos refrescar.— Bien pasaron quince años,
La Condesa que esto oyera Que el Conde de allí no parte.
Algo el paso fué á alargar, Mucho trabajó el buen Conde
Y en llegando á la fuente En haberle de enseñar
Las rodillas fué á hincar. A su hijo Montesinos
Dio gracias á Dios del cielo, Todo el arte militar,
Que la trujo en tal lugar, La vida de caballero
Diciendo :—¡Buen agua es esta Cómo la habia . ¡ usar,
Para quien tuviese pan! Cómo ha de jugar las armas,
Estando en estas razones Y qué honra ha de ganar,
El parto le fué á tomar, Cómo vengará el enojo
Y allí pariera un hijo, Que al padre fueron á dar.
Que es lástima de mirar Muéstrale en leer y escribir
La pobreza en que se hallan Lo que le puede enseñar,
Sin poderse remediar. Muéstrale jugar á tablas,
El Gonde cuando vio el hijo Y cebar un gavilán.
Comenzóse de esforzar; A veinte y cuatro de junio,
Con el sayo que traia Dia era de San Juan,
Al niño fué á cobijar; Padre y hijo paseando
También se quitó la capa De la ermita se van;
Por á la madre abrigar; Encima de una alta sierra
La Condesa tomó el niño Se suben á razonar.
Para darle de mamar. Cuando el Conde alto se vido
El Conde estaba pensando Vido á Paris la ciudad.
Qué remedio le buscar, Tomó al hijo por la mano,
Que pan.ni vino no tienen, Comenzóle de hablar,
Ni cosa con que pasar. Con lágrimas y sollozos
La Condesa con el parto No deja de suspirar.
No se puede levantar;
Tomóla el Conde en los brazos- {Silva de varios Romances.— It. Floresta de
Sin ella el niño dejar, varios Romances.)
Súbelos á una alta sierra * Las circunstancias y sucesos del nacimiento de Montesi-
Para mas lejos mirar. nos , son casi idénticos á los del de Roldan.—En este romance
En unas breñas muy hondas empiezan las aventuras de Montesinos, de Durandarte y de
Grande humo vio estar, Belerma.—El romance parece ser viejo y de aquellos que pro-
Tomó su mujer y hijo, ceden de tradición oral, cantada por los juglares al vulgo que
Para allá les fué á lievar. los oía.
Entrando en la espesura * Don Tomillas hace en este romance el papel que en otros
Galalon. -¡ * -
Luego al encuentro le sale
Un virtuoso ermitaño * Por tenerlos heridos y ensangrentados.
De reverencia muy grande :
El ermitaño que los vido
Comenzóles de hablar : 383.
— i Oh válgame Dios del cielo 1 MONTESINOS SE VENGA DE TOMILLAS. -
i Quién aquí os fué á aportar í
Porque en tierra tan extraña {Anónimo *.)
Gente no suele habitar, Cata Francia, Montesinos,
Sino yo que por penitencia Cata Paris la ciudad,
Hago vida en este valle.— Cata las aguas de Duero ,
El Conde le respondió Do van á dar en la mar;
Con angustia y con pesar : Cata palacios del Rey,
—Por Dios te ruego, ermitaño, Cata los de Don Beltran,
17
ROMANCERO GENERAL.
Y aquella que ves mas alta I Que le hubo de malar.
Y que está en mejor lugar I Murió el perverso dañado,
Es la casa de Tomillas , l Sin valerle su maldad.
Mi enemigo mortal. Alborótanse los grandes
Por su lengua difamada i Cuantos en la sala están :
Me mandó el Rey desterrar, Prendieron á Montesinos
Y he pasado á causa d'esto Y queríanlo matar,
Mucha sed, calor y hambre, Sino qu'el Rey mandó á todos
Trayendo los pies descalzos, Que no le hiciesen mal,
Las uñas corriendo sangre. Porque él quería saber
A la triste madre tuya Quién le dio tan grande osar;
Por testigo puedo dar, Que no sin algún misterio
Que te parió en una fuente El no osaría tal obrar.
Sin tener en qué te echar. Cuando el Rey le interrogara
Yo triste quite mi sayo El dijera la verdad.
Para haber de cobijarte; —Sepa tu real Alteza
Ella me dijo llorando Soy tu nieto natural;
Por te ver tan mal pasar : Hijo soy de vuestra hija,
—Tomes este niño, Conde , La que hicisteis desterrar
Y lléveslo á cristianar; Con el conde Don Grimaltos,
Llamédesle Montesinos, Vuestro servidor leal,
Montesinos le llamad.— Y por falsa acusación
Montesinos que lo oyera Le quisiste maltratar:
Los ojos volvió á su padre; Mas agora vuestra Alteza
Las rodillas por el suelo Puédese d'ello informar;
Empezóle de rogar Qu'el falso de Don Tomillas
Le quisiese dar licencia, Sepan si dijo verdad,
Que en Paris quiere pasar, Y si pena yo merezco,
Y tomar sueldo del Rey Buen Rey, mándamela dar,
Si se lo quisiere dar, Y también si no la tengo
Por vengarse de Tomillas, Mandédesme de soltar,
Su enemigo mortal; Y al buen Conde y la Condesa
Que si sueldo del Rey toma Los mandéis ir á buscar,
Todo se puede vengar. Y los tornéis á sus tierras
Ya que despedirse quieren Como solían estar.—
A. su padre fué á rogar Cuando el Rey aquesto oyera
Que a la triste de su madre No quiso mas escuchar.
El la quiera consolar, Aunque veía ser su nieto
Y de su parte le diga Quiso saber la verdad,
Que á Tomillas va buscar. Y supo que Don Tomillas
—Pláceme, dijera el Conde, Ordenó aquella maldad
Hijo, por te contentare.— Por envidia que les tuvo
Ya se parte Montesinos Al ver su prosperidad.
Para en Paris entrare, Cuando el Rey la verdad supo
Y en entrando por las puertas Al buen Conde hizo llamar :
Luego quiso preguntar Gente de á pié y de á caballo
Por los palacios del Rey Iban por le acompañar,
Que se los quieran mostrar. Y damas por la Condesa
Los que se lo oian decir Como solía llevar.
Del se empiezan á burlar; Llegado junto á Paris
Viéndolo tan mal vestido Dentro no queria entrar,
Piensan que es loco, ó truhán Porque cuando del salieron
En fin, muéstranle el palacio, Los dos fueron á jurar
Entró en la sala real, • Que las puertas de Paris
Halló que comia el Rey, Nunca las vieran pasar.
Don Tomillas á la par. Cuando el Rey aquello supo
Mucha gente está en la sala , Luego mandó derribar
Por él no quieren mirar. Un pedazo de la cerca
Desque hubieron ya comido Por do pudiesen pasar
Al'jedrez van á jugar Sin quebrar el juramento
Solos el Rey y Tomillas Qu'ellos fueron á jurar :
Sin nadie á ellos hablar, Llévanlos á los palacios
Si no fuera Montesinos Con mucha solemnidad,
Que llegó á los mirar; Y hácenlos muy ricas tiestas
Mas el falso Don Tomillas , Cuantos en la corte están.
En quien nunca hubo verdad, Caballeros, dueñas, damas
Jugara una treta falsa, Les vienen á visitar,
Donde no pudo callar Y el Rey delante de todos
El noble de Montesinos, Por mayor honra les dar,
Y publica su maldad. Les dijo que había sabido
Don Tomillas qu'esto oyera, Como era todo maldad,
Con muy gran riguridad Lo que dijo Don Tomillas
Levantando la su mano Cuando lo hizo desterrar:
Un bofetón le fué á dar. Y porque sea mas creído
Montesinos con el brazo Allí les tornó á firmar
El golpe le fué á tomar, Todo lo que antes tenían,
Y echando mano al tablero Y el gobierno general,
A Don Tomillas fué á dar Y que después de sus dias
Un tal golpe en la cabexa, El reino haya de heredar
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 259
El noble de Montesinos, Publicabas tu cuidado,
Y así lo mandó firmar. Cuando venciste á los moros
(Cancionero de Romances.—U. Silva de vanos Ro- En campo por mi aplazado:
mances.—U. Floresta de varios Romances.) Agora, desconocido,
Di, ¿por qué me has olvidado?
í Se ha tomado del Cancionero de Romances hasta el verso —Palabras son lisonjeras ,
que dice Que á Hornillas va á buscar; y desde aquí, de la btiva Señora, de vuestro grado,
de varios romances, donde está completo. Que si yo mudanza hice
i Para el trovador, que sin duda hizo el romance sobre una Vos lo habéis todo causado,
tradición importada de Francia, el Duero 6 el Sena eran lo mis- Pues amasteis á Gayferos,
mo- pero el puehlo que le oía, entendería mejor el nombre de Cuando yo fui desterrado ;
un rio conocido en su pais, que la falta geográfica cometida.
Que si amor queréis conmigo
Tenéislo muy mal pensado;
Que por no sufrir ultraje
384. Moriré desesperado.
MONTESINOS Y R O S A F L O R I D A . — III. (Cancionero de Romances.)
{Anónimo*.) * Le glosó Soria en las coplas del Cancionero general, edi-
ción de 15:11, que dicen : Dolor del tiempo perdido.
En Castilla está un castillo,
Que se llama Rocafrida;
Al castillo llaman Roca,
Y á la fuente llaman Frida. ROMANCES DE LA BATALLA DE RONCESVALLES,
.* El pié tenia de oro, CON LA MUERTE DE DURANDARTE, ROLDAN
Y almenas de plata fina; Y OTROS DE LOS DOCE PARES; HECHOS DE AL-
Entre almena y almena GUNOS DE ELLOS, Y SUCESOS POSTERIORES.
Está una piedra zafira;
Tanto relumbra de noche
Como el sol á mediodía. 586.
Dentro estaba una doncella
MONTESINOS BUSCA A DURANDARTE E N L A B A T A L L A . — I .
Que llaman Rosaflorida :
Siete condes la demandan, (De Lúeas Rodríguez.)
Tres duques de Lombardía;
A todos los desdeñaba, Por la parte donde vido
Tanta es su lozanía. Mas sangrienta la batalla
Enamoróse de Montesinos Se metia Montesinos
De oidas, que no de vista. Lleno de angustia y de saña.
Una noche estando así, Cuantos con la lanza encuentra
Gritos da Rosaflorida : A tierra los derribaba;
Oyérala un camarero, La yegua también ayuda,
Que en su cámara dormía. Que á muchos atrepellaba.
—¿ Qué es aquesto, mi señora ? Lugar le hacen como á toro |'
¿Qué es esto, Rosaflorida? Por do quiera que pasaba.
O tenedes mal de amores, Echó el ojo Montesinos;
0 estáis loca sandía. Por todo el campo miraba,
—Ni yo tengo mal de amores, Y vio un moro esforzado
Ni estoy loca sandía, Que muGho se aventajaba.
Mas llevásesme estas cartas Un alfanje trae el moro
A Francia la bien guarnida; Teñido en sangre de Francia.
Diéseslas á Montesinos, Este es aquel Albenzayde
La cosa que mas quería; Que entre todos tiene fama,
Dile que me venga á*ver Caballero en una yegua
Para la Pascua Florida; Hermosa, rucia y manchada.
Daréle yo este mi cuerpo , Como le vio Montesinos,
El mas lindo de Castilla , Encendido en ira y saña
Si no es el de mi hermana , Dio de espuelas á la yegua,
Que de fuego sea ardida; Y en los pechos le encontrara.
Y si de mí mas quisiere Y fué tan recio el encuentro
Yo mucho mas le daria : Que á tierra lo derribaba.
Darle he siete castillos Del golpe que dio en el suelo
Los mejores de Castilla. Hizo pedazos la lanza;
(Cancionero de Romances.) No le quedó á Montesinos
Sino uu pedazo de asta.
om bre
h Mvtlríí^ ,
n d e
d e Montesin
<>s - es puramente española Como se vio de tal suerte
M a m ? i « «Je romance, cuyo lenguaje y formas perte- Por todo el campo miraba;
necen al segundo tercio del siglo xv. ' Vio la batalla rompida,
Sus gentes desbaratadas,
Y la flor de lis de oro
388. Que los moros la arrastraban.
DURANDARTE O F E N D I D O D E S U D A M A . IV
Ño ve golpe de Oliveros,
Ni oye ya al señor de Braña :
(Anónimo *.) Cubierto de sangre y polvo
Durandarte, Durandarte, Se salió de la batalla
Buen caballero probado, En busca de Durandarte
Yo te ruego que hablemos Que de lejos divisaba,
En aquel tiempo pasado * Que con heridas de muerte
Y dime si se te acuerda De la batalla escapaba.
Cuando fuiste enamorado, (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.~It. Floresta
Cuando en galas é invenciones de varios Romances.)
260 ROMANCERO GENERAL-
387. Caminaba Montesinos
Por una áspera montaña ,
OTOÁBDARTE MORIBUNDO RECOMIENDA A MONTESINOS QUE A la hora que camina,
LLEVE SU CORAZÓN Á BELERMA. -*• II. Aun no era bien de mañana,
{Anónimo.) Las campanas de Paris
Tocan la señal del alba.
¡ Oh Belerma! oh Belerma! Como viene de la guerra
Por mi mal fuiste engendrada, Trae las armas destrozadas ,
Que siete años te serví Solo en la mano derecha
Sin de tí alcanzar nada; Trae un pedazo de lanza
Agora que me querías De hacia la parte del cuento,
Muero yo en esta batalla. Que el hierro allá lo dejaba ¡
No me pesa de mi muerte En el cuerpo de Albenzaide ,
Aunque temprano me llama ; Un moro de muy gran fama.
Mas pésame que de verte Trae aquella el francés *
Y de servirte dejaba. Para hacer andar la yegua,
¡Oh mi primo Montesinos! Que la llevaba cansada : .
Lo que agora yo os rogaba, Mirando iba la yerba
Que cuando yo fuere muerto Cómo estaba ensangrentada;
Y mi ánima arrancada, Saltos le da el corazón,
Vos llevéis mi corazón Y sospechas le da el alma
Adonde Belerma estaba, Pensando si sería alguno
Y servidla de mi parte, De los amigos de Francia.
Como de vos yo esperaba, Confuso en esta sospecha
Y traedle mi memoria Hacia un haya caminaba :
Dos veces cada semana; Vio un caballero tendido
Y diréisle que se acuerde Que parece que le llama;
Cuan cara que me costaba; Dale voces que se llegue
Y dadle todas mis tierras Que el alma se le arrancaba.
Las que yo señoreaba ; Ño le conoce el francés,
Pues que yo á ella pierdo, Por mucho que lo miraba,
Todo el bien con ella vaya. Porque le turban la vista
¡Montesinos, Montesinos! Las cintas de la celada.
¡Mal me aqueja esta lanzada! Apeóse de la yegua,
El brazo traigo cansado, Y desarmóle la cara :
Y la mano del espada : Conoció al primo que quiso
Traigo grandes las heridas, Con la vida mas que al alma.
Mucha sangre derramada, Fuéle á hacer compañía
Los extremos tengo frios , En las últimas palabras.
| Y el corazón me desmaya; El herido habla al sano,
Que ojos que nos vieron ir Y el sano al herido abraza,
Nunca nos verán en Francia. Y por no hablarle llorando
Abracéisme, Montesinos, Detiene un poco la habla.
Que ya se me sale el alma. Viéndole junto de sí
Se mis ojos ya no veo , D'esta manera le habla;
La lengua tengo turbada; — ¡ Oh mi primo Montesinos!
A vos doy todos mis cargos, ¡ Mal nos fué en esta batalla!
En vos yo los traspasaba. Pues murió en ella Roldan
—El Señor en quien creéis El marido de Doña Alda,
El oiga vuestra palabra. — Cautivaron á Guarnios
Muerto yace Durandarte Capitán de nuestra escuadra:
Al pié de una alta montaña: Heridas tengo de muerte
Llorábalo Montesinos, Que el corazón me traspasan.
Que á su muerte se hallara : Lo que os encomiendo, primo,
Quitándole está el almete, Lo postrero que os rogaba,
Desciñéndole el espada;
ue cuando yo sea muerto,
Hácele la sepultura
Con una pequeña daga; ?
mi cuerpo esté sin alma,
Me saquéis el corazón
Sacábale el corazón,
Como él se lo jurara, Con esta pequeña-daga,
Para llevarlo á Belerma, Y lo llevéis a Belerma,
Como allí se lo mandara. La mi linda enamorada;
Las palabras que le dice Y le diréis de mi parte
De allá le salen del alma: Que muero en esta batalla;
—¡Oh mi primo Durandarte ! Que quien muerto se le envia,
¡Primo mió de mi alma! Vivo no se lo negara.
¡ Espada nunca vencida! Daréisle todas mis tierras
¡ Esfuerzo do esfuerzo estaba! Cuantas yo señoreaba;
¡ Quien á vos mató, mi primo, Que los bienes del cautivo
No sé por qué me dejara ! ' El señor los heredaba.—
¡ {Cancionero de Romanees.)Estas palabras diciendo"
El alma se le arrancaba.
I (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.)
388. • Despue» de este verso falta sin duda otro en el original.
A l ASUNTO D E L ANTERIOR.—III.

(De Lúeas Rodríguez.)


Por el rastro de la sangre
Que Durandarte dejaba
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. «6-1
Adonde Belerma estaba;
389. Díjole, con el semblante
MOSTBÍINOS, DESPUÉS DE SACARLE EL CORAZÓN, SEPULTA Que dolor le convidaba :
Á DURANDARTE. — IV. —Sepas, señora, que es muerto
El que mas que á sí te amaba.
(Anónimo *.) Cata aquí su corazón,
Muerto yace Durandarte Que ante tí se presentaba. —
Debajo una verde haya; Belerma con estas nuevas
Con él está Montesinos, Estas palabras hablaba:
Que en la su muerte se halla. —¡Mi buen señor Durandarte,
Haciéndole está la fosa Dios perdone la tu alma!
Con una pequeña daga; (TIMONEÍA: Rosa de amores. — It. WOLF, Rosa
Quitándole está el almete, de romances
Desciñéndole la espada; * Hmoneda, teniendo presente el anterior romance debía
Por el costado ¡siniestro reformarle en este, para darle un aire mas moderno.
El corazón le sacara.
Así hablara con él
Como cuando vivo estaba . 391.
— ¡ Corazón del mas valiente
Que en Francia cenia espada AL MISMO ASUNTO.—VI.
Ahora seréis llevado
Adonde Belerma estaba !— (Be Lúeas Rodríguez.)
Envolvióle en un cendal, Echado está Montesinos
Y consigo lo llevaba. Al pié de una verde haya ':
Entierra primero al primo; Llorando está Durandarte
Con gran llanto lamentaba Su primo que tanto amaba.
La su tan temprana muerte No le duelen las heridas,
Y su suerte desdichada. Que sacó de la batalla,
Torna á subir en la yegua, Ni le duele ver perdida
Su cara en agua bañada; La honra toda de Francia ;
Pónese luego el almete Ni se acuerda del rey Carlos,
Y muy recio le enlazaba. Que huye por la montaña",
No quiere ser conocido Ni tampoco se le acuerda
Hasta hacer su embajada, Del fuerte señor de Brava,
Y presentarle á Belerma, De Oliveros ni de Astolfo,
Según que se le encargara, Ni de los que allí quedaban ,
El sangriento corazón Solo llora por la muerte
Que á Durandarte sacara. Del primo, que muerto estaba
Camina triste y penoso, Con la gran pena que siente
Ninguna cosa le agrada; De sospirar no cesaba :
Por do quiere andar la yegua Las heridas corren sangre,
Por alli deja que vaya; Los ojos destilan agua.
Hasta que entró por Paris Metido está Montesinos
No sabe en qué parte estaba. Con una congoja extraña :
Derecho va á los palacios Sacó fuerzas de flaqueza
Adonde Belerma estaba. Y echó mano de una daga :
Floresta de varios Romanees. Mide una parte de tierra,
1 Que con la punta señala
Es casi idéntico al qne le signe, y empieza lo miímo. A la medida del cuerno
Del primo que ya espiraba ,
Y habiéndola señalado, •
390. A puros golpes la cava.
Los golpes que da en el suelo
AL M I S M O ASUNTO.—V.
Los da primero en su alma ;
(Anónimo'.) Como la tierra está dura
Con lágrimas la ablandaba.
Muerto yace Durandarte Fuese á su querido primo
Al pié de una verde haya; Y abrióle un poco la llaga;
Con él está Montesinos, Saca el corazón sangriento
Que en la su muerte se halla.
Haciéndole está la huesa Mas el suyo le dejaba.
Con la punta de su daga, Dióle al cuerpo sepultura
El arnés le está quitando, Y al camino se tornaba,
El pecho le desarmaba; Por llevar el corazón
Por el siniestro costado Adonde Belerma estaba,.
El corazón le sacaba. Porque él antes de su muerte
Envolvióle en un cendal, Asi se lo encomendaba,
De mirarlo no cesaba : Y d'esto estaba tan triste,
Con palabras dolorosas Que de sí no se acordaba.
La vista solemnizaba. Si daba un paso la yegua
— ¡ Corazón el mas valiente, Con sospiros la alcanzaba,
Que en la Francia ciñó espada, Al tiempo que amanecía
Agora seréis llevado A la ciudad allegaba.
Adonde Belerma estaba! RODRÍGUEZ Romancero historiado.
Use clemencia en la muerte, (

Pues en vida la negaba,


i Si vuestra muerte le duele
Dichosa será la paga! —
Llegó en esto Montesinos
ROMANCERO GENERAL.
392. 393.
BELERMA L L O R A LA MUERTE D E DURANDARTE. — y\\\,
BELEBMA RECIBE NUEVAS DE LA MUERTE
DE DURAN DARTE. — Vil. (De Lúeas Rodríguez.)
(Anónimo.) Sobre el corazón difunto
En Francia estaba Belerma Belerma estaba llorando
Alegre y regocijada, Lágrimas de roja sangre,
Hablando con sus doncellas Que las de agua hicieron cabo..
Como otras veces usaba. El cabello de oro fino
Dice y afirma jurando, De mesarle eneriüado,
Entre todas levantada, Las manos hechas un ñudo ,
Que se juzga ciertamente El cuerpo todo templado.
La mas bienaventurada Cuando vio aquel corazón ,
De las damas de su tiempo, Estando en él contemplando,
Y cualquier edad pasada , De nuevas gotas de sangre
Pues la sirve Durandarte, Estaba todo bañado.
Galán muy digno de fama, — ¡ Corazón de mi señor
Mas gallardo y gentil hombre, Durandarte, muy preciado,
Que cuantos ciñen espada. En los amores dichoso
Mas temiendo no la avguyan Y en batallas desdichado'.
Que habla de apasionada, Quien os trajo ante mis ojos,
Dice con rostro sereno Tanta crueldad usando,
Y con la vo?, fatigada; No debia de saberlo.
— Nadie entienda qu'esto digo ¡ Corazón que estás clavado
Por estar enamorada, Con aqueste triste mió ,
Que cierto, que no le viendo, Yo te pagaré llorando! —
En viéndole lo juzgara. Asi se quedó Belerma,
¡ Nunca aviso y gentileza Vencida de un gran desmayo.
Tuvieron una posada (RODRÍGUEZ, Romancero historiado,—11. Flor
Como aqueste que la tiene de varios Romances.)
En lo mejor de mi alma !—
Y diciendo estas razones
Cayó en tierra desmayada;
Mas volviendo en sí Belerma 394.
D'esta manera hablaba: BATALLA CONTRA MAF.SIN.
— ¿Qué es aquesto, amigas mias?
¡ Algún mal se me acercaba; (Anónimo K)
Que nunca mi corazón Domingo era de Ramos,
Aquestas muestras me daba, La Pasión quieren decir,
Sin que luego ciertamente Cuando moros y cristianos
Me acuda alguna desgracia! - Todos entran en la lid.
Volvió sus ojos Belerma, Ya desmayan los franceses',
Que mil perlas destilaban; Ya comienzan de huir,
Vio venir á Montesinos ¡ Oh cuan bien los esforzaba
De la infelice batalla. Ese Roldan paladín!
Con el rostro mustio y triste — ¡Vuelta, vuelta, los franceses,
La color desemejada, ¡ Con corazón, á la lid!
Trae escrito en su semblante ¡ Mas vale morir por buenos,
La nueva que reportaba. ; Que deshonrados vivir !—
Llegó donde está Belerma; Ya volvían los franceses
De rodillas se postraba ; Con corazón á la lid;
Quiere hablar y no acierta, A los encuentros primeros
Y cuando acierta no osaba; Mataron sesenta mil.
Mas alfincon poco aliento Por las sierras de Altamira
Dice con la voz turbada: Huyendo va el Rey Marsin,
— ¡Nuevas te traigo, señora, Caballero en una cebra,
Que son de grande desgracia! No por mengua de rocín.
— Primero que me las digas; La sangre que del corría
La dama le replicaba, Las yerbas hace teñir;
¿Qué es de tu querido primo? Las voces que iba dando
¿Dónde está? ¿Cómo quedaba? Al cielo quieren subir.
— Muerto queda, mi señora, — ¡Reniego de tí, Mahoma , 3

Debajo una verde haya: Y de cuanto hice por tí!


Veis aquí su corazón; Hicete cuerpo de plata,
Yo mismo se lo sacara, Pies y manos de un marfil;
Porque al punto de la muerte Hicete casa de Meca
La palabra me tomara, Donde adorasen en ti,
Porque vieses tú, señora , Y por mas te honrar,Mahoma,
Cuánto del eras tú amada, Cabeza de oro te íiz.
Y porque aves ningunas, Sesenta mil caballeros
Indignas de tal vianda, A tí te l«s ofrecí;
No comiesen corazón Mi mujer la reina mora
Donde estabas tú fijada, Te ofreció otros treinta mil.
Al cual podrás hacer honra [Cancionero de Romances
Que él en vida deseaba.
(Florista de vario» Romances. >i Puede ser este romance solo un fragmento, ó ^^^Jw
n
tero de serie mas completa. Las trovas que de él se £ "',
n
prueban su mucha popularidad. Aunque parece que se iaisc
ROMANCES D E L A S CRÓNICAS C A B A L L E R E S C A S . 2C3
mtanto las tradiciones de la batalla deRoncesvalles.pues en — Ese caballero, amigo,
¿i romance aparece fugitivo el rey Marsin, y los franceses ven- Dime tú qué señas trae.
a n t e s no es así: porque también se cuenta que rehechos es- — Blancas armas son las suyas,
taa ñor un momento, llevaban derrotados á los moros, aunque Y el caballo es alazán ,
flpwues tornaron á ser vencidos. Las maldiciones que el rey En el carrillo derecho
moro produce contra Mahoma, al verse vencido, y la situa-
ron en que aquí se ve, se hallan varias veces en los poemas y El tenia una señal,
crónicas caballerescas de esta sección de romances, que en Que siendo niño pequeño
ellas tomaron sus asuntos. Se la hizo un gavilán.
2 Desde este verso hizo Diego Zamora la trova que dice: — Este caballero, amigo,
Ya desmayan mis servicios. {Cancionero de Romances, folio 252.) Muerto está en aquel pradal;
5 En el Cancionero de Romances, folio 246, hay una trova de Las piernas tiene en el agua,
amor hecha por Diego de Sant Pedro, que dice : Reniego de ti, Y el cuerpo en el arenal:
%nor; y esta formada desde el indicado verso : Reniego de ti, Siete lanzadas tenia
Mahoma. Desde el hombro al calcañal,
Y otras tantas su caballo
Desde la cincha al pretal.
395. No le des culpa al caballo,
Que no se la puedes dar;
SUERTE DE DON BELTRAN EN RONCESVALLES. — X. Siete veces lo sacó
^Anónimo •.) Sin herida y sin señal,
Y otras tantas lo volvió
En los campos de Aiventosa Con gana de pelear.
Mataron á Don Beltran, (Cancionero de Romanees.)
Nunca lo echaron menos
Hasta los puertos pasar. * Este romance y los siguientes, que tratan de los sucesos
Siete veces echan suertes de la batalla de Roncesvalles, según la crónica de Turpin, se
Quién lo volverá á buscar; han separado de los de Bernardo del Carpió, que versan sobre
Todas siete le cupieron lo mismo. Los de este héroe español se colocan entre los his-
Al buen viejo de su padre; tóricos de la época de Alfonso II de León, el Casto.—El ro-
Las tres fueron por malicia, mance pertenece á los de' tradición oral, y acaso al segundo
Y las cuatro eon maldad. tercio del siglo xv.
Vuelve riendas al caballo, 2 Desde aquí hasta No tiene quien lo vengar, es un trozo co-
Y vuélveselo á buscar piado del que dice : Asentado esta Gayferos.
De noche por el camino ,
De dia por el jaral.
Por la matanza va el viejo,
Por la matanza adelante; 396.
Los brazos lleva cansados
De los muertos rodear: A L MISMO ASUNTO. — XI.
No hallaba al que buscaba,
Ni menos la su señal, {Anónimo *.)
Vido todos los franceses Un gallardo paladín,
Y no vido á Don Beltran. 4
Aunque invencible, vencido,
Maldiciendo iba el vino , De Francia quinto Delfín , 1

Maldiciendo iba el pan, Cercano al último fin


El que comian los moros, Dice hallándose rendido:
Que no el de la cristiandad : —Cuando allá en Francia nos vimos
Maldiciendo iba el árbol Haciendo del mundo ultraje,
Que solo en el campo nasce, Muchas promesas hicimos,
Que todas las aves del cielo Y entre otras cuando partimos
Allí se vienen á asentar, Hicimos pleito homenaje
Que de rama ni de hoja De abatir el estandarte
No lo dejaban gozar: De Bernardo el castellano,
Maldiciendo iba el caballero, Y asolar por toda parte
Que cabalgaba sin paje ; Cuanto alcanzase la mano,
Si se le cae la lanza Sin perdonar ni aun á Marte.
No tiene quien se la alce , Y porque memoria fuese
Y si se le cae la espuela Para los que den ultraje,
No tiene quien se la calce : Hicimos pleito homenaje
Maldiciendo iba la mujer Que el que en la guerra muriese
Que tan solo un hijo pare; Dentro en Francia se enterrase.
Si enemigos se lo matan Pero por traición guiados,
No tiene quien lo vengar. No fuimos apercibidos,
A la entrada de un puerto, Antes súbito asaltados
Saliendo de un-arenal, Por leones desatados,
Vido en esto estar un moro Con quien batalla tuvimos.
Que velaba en un adarve : Fortuna favorecióles
Hablóle en algarabía, Hasta el fin y postrer trance,
Como aquel que bien la sabe Y en lodo victoria dióles;
— Por Dios te ruego, el moro, Mas como los españoles
Me digas una verdad: Prosiguieron el alcance,
Caballero de armas blancas No pudimos resistir
Si lo viste acá pasar, Al ímpetu de Bernardo,
Y si tú lo tienes preso, Porque en matar y herir
A oro lo pesarán, Y franceses destruir,
Y si tú lo tienes muerto, No se nos mostraba tardo.
Desmeló para enterrar, El con faz serena y leda,
Pues que el cuerpo sin el alma Y nos con pena y afane,
Solo un dinero no vale. Dijo: «España, cierra, cierra¡
ROMANCERO GENERAL.
Y así con la polvareda ¿Cómo te Iras acobardado
Perdimos á Don Bellrane. En salir de Roncesvalles
(Romancero general.) Sin ser muerto ó bien vengado? •
¡ Ay amigos y señores !
* Aunque la composición corresponde al Cancionero, por ser ¡ Cómo os estaréis quejando ' '
en coplas y no en romances, se coloca entre ellos porque per- Que os acompañé en la vida, v
tenece su asunto á la batalla de Roncesvalles. Y en la muerte os he dejado ! —
* Anacronismo escandaloso. Estando en esta congoja
Vio venir á Cario-Magno
Triste , solo y sin corona,
Con el rostro ensangrentado.
397. Desque así lo hubo visto
AL MISMO ASUNTO. — X I I . Cayo muerto el desdichado.
(Anónimo.) (Flor de nuevos y varios Romances, 3.a parte.)
Cuando de Francia partimos • Según la Crónica de Turpin, Carlo-Magno no se halló en
Hicimos pleito homenaje, esta batalla. Sin embargo el anacronismo del poeta da lugar á
una situación grande, interesante y bella. El invulnerable pa-
Que el que en la guerra muriese ladín que no puede morir herido en la batalla, perece de do-
Dentro en Francia se enterrase. lor y pena al ver á su rey destrozado y vencido, y muertos á
Y como los españoles todos sus hermanos de armas. Vale mas esta catástrofe que la
Prosiguieron el alcance, inventada por los españoles, donde se supone á Roldan aho-
Con la mucha polvareda gado entre los brazos de Bernardo del Carpió, como lo fué
Perdimos á Don Beltrane. Anteo por Hércules.
Siete veces>echan suertes
. Sobre quién irá á buscalle;
Todas siete le cupieron 399.
Al buen viejo de su padre. MUERTE D E R O L D A N . — X I V .
Las tres le caben por suerte, 1
Las cuatro por gran maldade; (De Lúeas Rodríguez- .)
Mas aunque no le cupieran Apartado del camino,
El no se podia quedare. Por un valle muy cerrado,
Vuelve riendas al caballo Vi venir un caballero
Sin que nadie le acompañe , En un herido caballo.
Y con el dolor que lleva De la sangre que le corre
Les dice razones tales : Deja un lastimoso rastro;
— Volved á Francia , franceses, Una muerte por cimera,
Los que amáis la vida infame , Y un crucifijo en la mano,
Que yo por solo mi hijo A grandes voces diciendo
Fui con vosotros, ¡ cobardes! Al crucifijo mirando:
No me lleva el juramento, —¡ Agora es tiempo, Señor,
Ni las suertes que falsastes; Que ñor tí sea remediado
Que el amor y la venganza El ejército francés,
Bastaban para llevarme; Si no es del todo acabado!
Y pues él por el honor ¡ Mala la hubistes, franceses,
No se acordó de su padre, Con el que dicen del Carpió,
Yo quiero acordarme del Pues que no hubo paladín
Y volver á Roncesvalles; Que le resistiese el eampo!
Y si con vosotros pueden ¿Qué es de tus famosos hechos
Juramentos y homenajes, De que el mundo está poblado ?
No penséis que con mi muerte Qué es de tu fuerza encantada ?
Del peligro os escapastes : Qué es de tu valor, Orlando ?
Echa desde luego suertes Los filos de Durindana
Sobre quién irá á buscarme; No mellan al castellano*,
Que yo no voy por el muerto, Ni este fuerte y duro acero
Sino á morir, ó vengalle. Pudo resistir su brazo.—
(Romancero general.) Estando en esta congoja
Alzó los ojos Orlando,
Y por una cuesta arriba
398. Huyendo vio á Carlo-Magno,
ROLDAN ESPIRA VIENDO HERIDO Y FUGITIVO EN RONCESVALLES
Solo, triste y sin corona,
A C A R L O - M A G N O . — XIII. De sangre todo bañado, '
Y al dolor de verlo asi
(Anónimo *.) Muerto cayó del caballo.
Por muchas partes herido (RODRÍGUEZ, Romancero historiado)
Sale el viejo Carlo-Magno *, 1

Huyendo de los de España Participa del mismo interés del que le precede. Uno y otro
Porque le han desbaratado: pueden considerarse como de la penúltima década del siglo XYI.
Los once deja perdidos ,
Solo Roldan ha escapado,
Que nunca ningún guerrero 400.
Llegó á su esfuerzo sobrado,
Y no podia ser herido DONA ALDA LLORA LA MUERTE DE ROLDAN. — XV.
Ni su sangre derramado. (Anónimo *,)
Al pié estaba de una cruz En Paris está Doña Alda,
Por el suelo arrodillado:
Los ojos vueltos al cielo, La esposa de Don Roldan,
D'esta manera ha hablado • Trescientas damas con ella
— Animoso corazón, Para la acompañar:
Todas visten un vestido,
ROMANCES DE LAS CRÓNICAS CABALLERESCAS. 203
Todas calzan u» calzar, ¿Dónde está tu valentía
Todas comen á una mesa» Y tu esfuerzo tan sobrado ?
Todas comían de un pan , De todos los paladines
Si no era sola Doña Alda , Eras defensa y amparo,
Que era la mayoral. Y entre toda la morisma
Las ciento hilaban oro, Grande honra habies ganado;
Las ciento tejen cendal, Que jamas fuiste vencido
Las ciento instrumentos tañen Ni caíste del caballo,
Para Doña Alda holgar. • Y paréceme que agora
Al son de los instrumentos Todo esto te na fallado,
Doña Alda adormido se ha : Puesto que así has sido muerto
Ensoñado habia un sueño, A manos de tu contrario,
Un sueño de gran pesar. Y la culpa d'ello ha sido
Recordó despavorida Aquel perverso malvado
Y con un pavor muy grande, Del Emperador tu tio, >
Los gritos daba tan grandes, De quien eras tú vasallo:
Que se oian en la ciudad. ¡Aqueste es el galardón
Allí hablaron sus doncellas, Que te tuvo aparejado
Bien oiréis lo que dirán : Después de muchos servicios
—¿Qué es aquesto , mi señora? Y trabajos que has pasado,
¿ Quién es el que os hizo mal? Por sustentar su corona,
—Un sueño soñé, doncellas, Y prosperar mas su Estado!
Que me ha dado gran pesar; ¡ Oh falso , maldito viejo!
Que me veía en un monte Oh emperador Carlo-Magno,
En un desierto lugar : El alto Dios te destruya,
Bajo los montes muy altos Pues tanto mal has causado,
Un azor vide volar, Por tomar aquel consejo
Tras del viene una aguililla Que Galalon te habie dado!
Que lo afincaba muy mal. ¡Murió mi esposo querido,
El azor con grande cuita Juntamente con mi hermano
Metióse so mi brial; El esforzado Oliveros,
El aguililla con grande ira Valiente, mozo y osado,
De allí lo iba á sacar; Espejo de caballeros
Con las uñas lo despluma Y de virtudes dechado!
Con el pico lo deshace.— ¡ Murieron todos los doce,
Allí habló su camarera, Adonde murió mi Orlando!
Bien oiréis lo que dirá : ¡Murieron como valientes
—Aquese sueño, señora, En el campo peleando
Bien os lo entiendo soltar : Perdiendo todos las vidas,
El azor es vuestro esposo, Eterna fama ganando ! —
Que viene de allende el mar; Y diciendo estas razones
El águila sedes vos, Amortecida ha quedado.
Con la cual ha de casar, (RODRÍGUEZ, Romancero historiada.)
Y aquel monte es la iglesia
Donde os han de velar.
—Si así es, mi camarera, 402.
Bien te lo entiendo pagar.—
Otro dia de mañana KL ALMIRANTE G U A R I R O S . — X V H .
Cartas de fuera le traen;
Tintas venian de dentro, (Anónimo *.)
De fuera escritas con sangre, ¡Mala la visteis .-franceses , 2

Que su Roldan era muerto La caza de Roncesvalles!


En la caza de Roncesvalles. Don Carlos perdió la honra,
[Cancionero de Romance*.) Murieron los doce Pares,
Cativaron á Guarinos
•Tiene este romance todas las apariencias de antiguo, i Almirante de las mares :
está lleno de sencillez y candor. Los siete reyes de moros
Fueron en su cativare.
Siete veces echan suertes
401. Cuál d'ellos lo ha de llevare;
A L MISMO ASUNTO.—XVI. Todas siete le cupieron
A Marlotes el infante.
(De Lúeas Rodríguez.) Mas lo preciara Marlotes
Cuando la triste Doña Alda Que Arabia con su ciudade.
Supo el caso desastrado Dícele d'esta manera,
Y el dolorido suceso Y empezóle de hablare :
Que por su esposo ha pasado, —Por Alá te ruego, Guarinos,
Rompiendo las vestiduras Moro te quieras tornar;
Y sus cabellos mesando, De los bienes d'este mundo
Está la triste Condesa Yo te quiero dar asaz.
Bravamente sollozando, De dos hijas que yo tengo
Lágrimas vivas ardientes Yo te las quería daré
Por su pecho derramando, Lá una para el vestir,
Torciendo sus manos blancas, Para vestir y calzare
Su lindo rostro rasgando, La otra para tu mujer,
Diciendo :—Querido mió, Tu mujer la naturale. .
¿Dónde estás, mi esposo amado? Darte he en arras y dote
¿Cómo vivirá sin tí Arabia con su ciudade;
l'u Doña Alda con descanso ? Si mas quisieres, Guarinos,
ROMANCERO GENERAL.
Mucho mas te quiero daré.— Y me diésedes mi lanza,
Allí fablara Guarinos, La que solia llevar,
Bien oiréis lo que dirá : Aquellos tablados altos
— ¡No lo mande Dios del cielo Yo los entiendo derribar,
Ni Santa María su Madre, Y si no los derribase
Que deje la fe de Cristo Que me mandasen matar.—
Por la de Mahoma tomar, El carcelero qu'esto oyera
Que esposica tengo en Francia, Comenzóle de hablar :
Con ella entiendo casar! — —¡ Siete años habia, siete
Marlotes con gran enojo Que estás en este lugar,
En cárceles lo manda echar s Que no siento hombre del mundo
Con esposas á las manos Que un año pudiese estar,
Porque pierda el pelear; Y aun dices que tienes fuerzas
E l agua hasta la cinta Para el tablado derribar!
Porque pierda el cabalgar; Mas espera tú, Guarinos,
Siete ^quintales de fierro Que yo lo iré á contar
Desdé el hombro al calcañar. _ A Marlotes el infante
En tres fiestas que hay en el año Por ver lo que me dirá.—
Le mandaba justiciar; Ya se parte el carcelero,
La una Pascua de Mayo, Ya se parte, ya se va ;
La otra por Navidad, Siendo cerca del tablado
La otra Pascua de Flores, A Marlotes hablado ha :
Esta fiesta general. —Una nueva vos traía,
Vanse dias, vienen dias, Queráismela escuchar:
Venido era el de Sant Juan, Sabed que aquel prisionero
Donde cristianos y moros Aquesto dicho me ha :
Hacen gran solemnidad. Que si le diesen su caballo,
Los cristianos echan juncia, El que solia cabalgar,
Y los moros arrayan; Y le diesen las sus armas,
Los judíos echan neas Que él se solía armar,
Por la fiesta mas honrar. •Que aquestos tablados altos
Marlotes con alegría El los entiende derribar.—
Un tablado mandó armar, Marlotes de qu'esto oyera
Ni mas chico ni mas grande, De allí lo mandó sacar;
Que al cielo quiere llegar. Por mirar si en caballo
Los moros con alegría^ El podría cabalgar,
Empiezan de le tirar: Mandó buscar su caballo,
Tira el uno, lira el otro, Y mandáraselo dar,
No llegan á la melad. Que siete años son pasados
Marlotes con enconia Que andaba llevando cal.
Un pregón mandara dar, Armáronlo de sus armas,
Que los chicos no mamasen, Que bien mohosas están.
Ni los grandes coman pan, Marlotes desque lo vido
Hasta que aquel tablado Con reir y con burlar
En tierra haya de estar. Dice que vaya al tablado
Oyó el estruendo Guarinos Y lo quiera derribar.
En las cárceles do está : Guarinos con grande furia
—¡ Oh válasme Dios del cielo Un encuentro le fué á dar,
Y Santa María su Madre! Que mas de la mitad del
O casan hija del Rey, En el suelo lo fué á echar.
O la quieren desposar, Los moros de qu'esto vieron
O era venido el dia Todos le quieren matar ;
Que me quieren justiciar.— Guarinos como esforzado
Oídolo ha el carcelero Comenzó de pelear
Que cerca se fué á hallar : Con los moros, que eran tantos,
—No casan hija de Rey, Que el sol querían quitar.
Ni la quieren desposar, Peleara de tal suerte
Ni es venida la Pascua Que él se hubo de soltar,
Que te suelen azotar; Y se fuera á la su tierra
Mas era venido un dia, A Francia la natural :
El cual llaman de Sant Juan, Grandes honras le hicieron
Cuando los que están contentos Cuando le vieron llegar.
Con placer comen su pan. {Cancionero de Romances.—It. At¡ui comiema un
Marlotes de gran placer romance del conde Guarinos. Pliego suelto.)
Un tablado mando armar;
El altura que tenia i Los primeros versos de este romance lian quedado como
Al cielo quiere llegar. proverbiales, y son tan populares, que Depping los supone tra-
Hanle tirado los moros, ducidos en ruso y cantados por los paisanos de Siberia. Por
No le pueden derribar; lo demás, toda la composición tiene el carácter de primitiva,
Marlotes de enojado ¡ y de ser de aquellas que conservó la tradición mas ó menos
alteradas.
Un pregón mandara dar,
Que ninguno no comiese ¡ * Entre los de Bernardo del Carpió, hay también algunos
I que tratan de esta batalla y de la muerte de Roldan con lo»
Hasta habello derribar — I doce Pares.
Allí respondió Guarinos,
Bien oiréis qué fué á hablar I Mala la hubisteis, franceses,
—Si vos me dais mi caballo, '; En esa de Roncesvalles.
a

En que solia cabalgar, Asi pone estos dos versos Cervantes en la parte 2 . , cap. «
del Quijote. Sin duda se modernizó la lección del romance an-
Y me diésedes mis armas, tiguo.
Las que yo solia armar, « Desde aquí es imitación 6 modelo del episodio ó situa-
ROMANCES TOMADOS DE POEMAS ITALIANOS.
dicaron á sacar escombros y estiércol, dándole poco de comer.
,inn de una novela caballeresca del siglo xiv, en la cual Urgel
En ün, ya libre Urgel, v no hallando caballo que pudiese sos-
nanes fundador de la casa de Maguncia, fue preso y maltra-
fadouór Cario-Magno, quien después de mucho tiempo, ne-tener sus gigantescos miembros, se acordaron de que existia
el suyo, y le sacaron de su purgatorio, tornando con pasmo de
cesUamlo de él, le libró,'y venció porsu medio a sus enemigos.
todos, á pesar de suflaquezay laceria, á servir á su amo.
Fl noble í valiente caballo del paladín sufrió también la des-
gracia de su dueño; porque entregado á unos monjes, le de-

SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS CUYOS ASUNTOS ESTÁN


TOMADOS DE NOVELAS Ó DE POEMAS ITALIANOS.

403. 404,
CERVINO MORIBUNDO. OLIMPIA Y V 1 R E N 0 . — I .
1
{Anónimo .) {Anónimo .) 1

Muerte, si te das tal priesa De su querido Vireno


En llevarme á mi Cervino Ingratamente olvidada
Por dar á entender al mundo La bella Olimpia se queja
Tu supremo poderío, Con mil suspiros del alma :
¡ No has buscado buen ejemplo, Y viendo cómo se parte
Pues queda en su fama vivo, Rompiendo las raudas aguas,
Donde tu fiera guadaña A vueltas de los suspiros
Probará en vano sus filos! Le dijo aquestas palabras :
Y si pretendes mostrar — ¡ Aguarda, dulce enemigo!
Que es amor, cual dicen, niño, ¡ No te apresures, aguarda!
Y que el deshacer sus obras ¡ Oye una mujer, siquiera
Pende de solo tu arbitrio, Por ser mujer, que esto basta!
¡ Mira que en las almas mora, ¿Qué te he hecho que me aborreces?
Y estas tú no las has visto! Si es porque mi pecho te ama,
Si piensas que ha de quedar No tienes razón en eso,
La que me queda conmigo, Que amor con amor se paga •
Seguiréle al alto cielo, Pero ya que no me quieres,'
Seguiréle al hondo abismo, Escucha mis tristes ansias ;
Y fiará iguales nuestras vidas ¡ Mas, mal escucharme puede
Esta mano y un cuchillo; Una piedra dura,helada!
Que si propuse morir Oye mis quejas, que al cielo
Por guardar mi cuerpo limpio, Y aqueste universal mapa
Cuando le quiso violar Pongo por fieles testigos
El infame vizcaíno, Para defender mi causa;
No con menos voluntad Mas ya que te muestras sordo,
Que por la mar le he seguido Ellos oirán mis desgracias,
Le seguiré por las aguas Si ya no están conjurados
Del horrible lago Sligio.— Contra mí, á quien mas no falta.
Cervin recogió el aliento Sol, que desde el cuarto moble
En los labios casi fríos , Muestras alegre tu cara
Y apenas la voz formando Alumbrando el orbe todo
Estas palabras le dijo : Y haciendo crecer sus plantas;
—¡ Oh castísima Isabela Luna , que á la noche oscura
En cuya viudez confío Con tus rayos vuelves clara;
Hacer mayor resistencia, Estrellas, que todo el cielo
Que con mi fama al olvido 1 Bordáis de llores de plata ;
Mas precioso es el dolor Tierra, de los hombres madre,
Que cabe dentro del juicio, De las mujeres madrastra,
Que el que sus limites rompe Que no es mucho pues las crias
Y llega á ser desvarío. Tan tristes y desgraciadas :
Vivid, señora, vivid Cielos, estrellas, sol, luna,
Lo que Dios fuere servido, Elementos, piedras, plantas,
Y no muera yo dos veces, Ríos, vientos, prados, flores,
Si en vos, como decis, vivo. Con las mas cosas criadas,
Reservaos para suplir «Mirad una desdichada
Las faltas que yo he tenido , »Que ama aborrecida ¡ay tal desgracia!
Y no dejéis á otras manos Í Veréis, si me miráis, en mí un retrato
Este religioso oficio. »De una mujer que adora un hombre ingrato.!
No pido yo sepultura, Mujeres, que ya en el mundo
Que escurezca las de Egipto Lográis vuestras esperani.as
Para mis huesos, que presto
Serán polvos, y no mios ; Casadas con gusto vuestro,
Un templo para mi nombre Y no como yo casadas;
Dentro en vuestro pecho pido, Viudas, que el marido muerto
Y no se diga : aquí yace , Gozáis de libertad tanta,
Siuo: aquí vive Cervino. Aguardando ya otras bodas
Por dejar las locas largas; . '
(Romancero general.) Doncellas, que sois servidas •• •
ÍilOS maS t¡ern0S epÍS0d¡0S del De mil galanes que os aman,
Orla^Z¡Z\XioZ°. Pasando la juventud
268 ROMANCERO GENERAL.
Én fiestas y en esperanzas; ¡ Mira con cuántos deleites
Amadas, si hay en el mundo Gozaste de este verano!
Algunas que sean amadas, ¡Traidor, tirano!
Que como las aman hambres ¡Oh mar, que sufres las velas
No serán sino engañadas; Del mas ingrato y tirano!
Aborrecidas, si algunas Haz que los contrarios vientos
Hay, i pero bien habrá hartas, Vuelvan la nave á este llano.
Que es condición de los hombres ¡ Traidor, tirano !
Poner en su amor mudanza! Vuelve , Vireno, no tengas
Ricas, las que de tesoros Corazón tan inhumano;
Gozáis, y con vuestras galas, Mas el-darme aquí la muerte
Como los prados con flores, Será remedio mas sano :
Alegráis la tierra varia; ¡ Traidor, tirano!
Hermosas, á quien el cielo
Ha dotado de mil gracias, (Romancero general.—It. Flor denuevosy varios
Romances, 2.a parte.)
Dándoos cristal en los pechos,
Y en las mejillas el nácar; * Véase la nota del anterior.
Feas, que siendo graciosas
Sois libres de las aljabas
Del niño ciego Cupido, 406.
Aunque no tan desdeñadas;
Viudas, casadas, doncellas, ANGÉLICA Y RUGERO.
Aborrecidas y amadas, (Anónimo i.)
Ricas, pobres, feas, hermosas, En una desierta isla,
Nobles, humildes y bajas, Tendida en la tria arena,
« Mirad una desdichada A un duro tronco amarrada
»Que ama aborrecida ¡ay tal desgracia! Está Angélica la bella.
y> Veréis, si me miráis, ¡ en mi un retrato Unos corsarios la tienen
»De una mujer que adora un hombre ingrato.» Para manjar de una fiera,
{Romancero general.) Que habita en el mar furioso,
* E l episodio de Orlando furioso, en que bajo los nombres Y tiene el sustento en tierra,
de Olimpia y Vireno imitó Ariosto la fábula griega de Anad Y solo de carne humana
na y Teseo, ha servido de asunto á este romance y al que le si Su fiero cuerpo sustenta;
«ae.
Cuando el valiente Rugero
Por aquella parte allega,
405. El cual como así la vido ;
OLIMPIA Y VIRENO: No sabe si duerme ó sueña.
(Anónimo *.) Que está atónito de ver
Subida en un alta roca Tan acabada belleza.
Donde bate el mar insano, Estándola así mirando
Del engañador Vireno, Un ruido grande suena,
Olimpia se queja en vano. Y es que la bestia marina
Viene á comer la doncella.
¡Traidor, tirano! Rugero trae un escudo
Hiere con golpes crueles Obrado por tal manera,
Aquel rostro soberano, Que quitándole un cendal
Mordiendo sus manos bellas Su gran luz la vista ciega :
Cual de rabia herido alano. * Y porque su claridad
¡ Traidor, tirano! A la doncella no empezca,
Dale mil voces, diciendo : Sacó un anillo encantado
—Vuelve , no huyas, villano, De extraña virtud y fuerza,
De quien por ganarte á tí Que ningún encantamiento
Perdió á su madre y hermano. No le daña á quien le lleva.
¡Traidor, tirano! Púsosele así al momento
Hiciste un hecho en amarme En la mano blanca y bella ,
De caballero lozano, Y habiéndola desatado
Y agora, en dejarme sola Del tronco donde está puesta',
Haces hecho de villano. Se apercibe á la batalla
¡ Traidor, tirano! Con la temerosa fiera.
¿Por qué no te despedías, Angélica reconoce
Corazón de tigre hircano, Que el anillo que la diera
Era suyo, y le fué hurtado
Ya que no por amador , Por un ladrón en su tierra;
Siquiera por cortesano ? Y como la que bien sabe
¡Traidor, tirano! Su extraña virtud y fuerza,
En dejarme aquí burlada Mudó al momento el anillo
Vas muy contento y ufano; Del dedo ala boca bella,
Mas acuérdate que puse Y luego desaparece
Tu vida y honra en mi mano, Como á la boca le llega,
¡Traidor, tirano! Y así se va por el campo
En llevarme, ¿qué perdías? Sin que Rugero la vea.
En dejarme, ¿ qué has ganado, El saliendo con victoria
Sino que me coma luego De aquella lid tan sangrienta,
Algún león mas cercano? Se vuelve muy descuidado
¡Traidor, tirano! A buscar la dama bella
Cogiste de mi jardín Y como reconoció
La flor, siendo tú hortelano E l engaño en que cayera,
A lamentar de su suerte
269
ROMANCES TOMADOS DE POEMAS ITALIANOS.
Perdona que no te he dado
Comienza d'esta manera: • . ¡
—Ingrata dama, de traición dechado, La sepultura debida
Que pagas con engaño manifiesto A cuerpo tan esforzado;
gl favor que rendido te he prestado, Mas yo muero por cumplir
Robando el rico anillo; lleva el resto, Con lo que estaba obligado.
Lleva el escudo y el caballo alado,
Llévame á mi también; p-ero tras esto De mi muerte no me pesa,
Muestra la hermosa faz que aquí me escondes, Pues lo permitió mi hado :
¡Ingrata, que oyes dura, y no respondes! Pésame de no acabar
(Romancero general.) Lo que habia comenzado,
i Igualmente es asunto tomado del Orlando furioso.
Y de ver que no ha podido
Estando tan obligado,
Cumplírseme este deseo,
407. Pues muriera consolado.
De todo perdona, Rey;
SACRIPANTE Y ANGÉLICA. Que pues no quisó mi hado
Que estuviera á tus obsequias,
(De Lúeas Rodríguez'.) Ríen es muera desgraciado.—
Por una triste espesura, Y estando en esta congoja,
En un monte muy subido, Angélica que ha llegado,
Vi venir un caballero Que por caminos y sendas
De polvo y sangre teñido, Huyendo andaba de Orlando,
» Dando muy crueles voces Reparó viendo á Medoro ,
Y con llanto dolorido. Y el cuello y rostro mirando,
Con lágrimas riega el suelo Sintió un no sé qué en el pecho ,
Por lo que le ha sucedido; Que el corazón le ha robado,
Que le quitaron á Angélica Y así el corazón mas duro
En un campo muy florido De los que el cielo ha criado
, Dos caballeros cristianos, Está rendido y medroso,
Que en rastro del han venido Vencido y enamorado,
Y viéndose ya privado Y con esta novedad
Del contento que ha tenido, Se siente todo abrasado.[Romancero general.)
Sin su Angélica y su bien i Del Orlando furioso.
Va loco por el camino.
Desmayado marcha el moro
Con diez lanzadas herido, 409.
Pero no se espanta d'eso,
Ni se daba por vencido; ANGÉLICA Y MEDORO. — II.
Que en llegando á una verdura (De Lúeas Rodríguez *.)
Del caballo ha descendido
Para atarse las heridas, Sobre la desierta arena
Que mucha sangre ha perdido, Medoro triste yacía,
Y con el dolor que siente Su cuerpo en sangre bañado
En el suelo se ha tendido, La cara toda teñida,
Con tristes ansias diciendo :
Y con voces dolorosas', —¡Grande ha sido mi desdicha!
Triste, ansioso y afligido, ¡ Por ser leal á mi Rey
Maldecía su ventura, Pierdo cuitado la vida!
Y el dia en que habia nacido, No me pesa tanto d'esto.
Pues no se podía vengar Que muy bien está perdida,
D'este mal que le ha venido. Como de ver que he quedado
Estando en esta congoja, Muerto en esta arena fría.
£1 gesto descolorido, Aunque me coman las fieras
Dando sospiros al aire, En esta sola campiña,
, El alma se le ha salido. No habrá quien de mí se duela ,
(RODRICBEZ , Romancero historiado.) Ni me tenga compañía.
Sintiéronme los cristianos,
* La muerte de Sacripante también es asunto del Oriunda
[uñoso. .
Y lo pagó el alma mia.
¡ Oh si quisiese ya Febo
Alumbrarme estas heridas!—
408. Y hablando tristemente
ANGÉLICA Y M E D O R O . — Con las ansias que sentia,
1
(Anónimo .) Vido á Angélica la bella
Envuelto en su roja sangre Que de su amor se reudia;
Medoro está desmayado; Y como vio á su Medoro
Que el enemigo furioso Tendido en la verde orilla ,
Por muerto le habia dejado, Movida de compasión i
Para él derecha se iba,
Y el ser leal á su Rey Y del palafrén se apea;
Le ha traído á tal estado. D'esta manera decía:
Los ojos vueltos al cielo, —No temas, buen caballero ,
Y el cuerpo todo temblando, Pues pareces de alta guisa ;
De color pálido el rostro, Que á los casos de fortuna
Y el corazón traspasado, El valor los resistía.—
Lleno de heridas mortales Por el campo anda buscando
Por un lado y otro lado; Si halla alguna medicina :
Pero al ña con flaco aliento Las yerbas que son mejores
Y el espíritu cansado, Entre las piedras molía .
Dijo ;—Rey y señor mió, Ya se las pone al Infante
270 ROMANCERO GENERAL.
En las mayores heridas; Limpíale el rostro , y la mano
Si el moro tiene dolor Siente al Amor que se esconde
Ella no tiene alegría. Tras las rosas, que la muerte
Mirando estaba á Medoro, Va violando sus colores.
Que mas que á sí lo quería; Escondióse tras las rosas,
Súbelo en su palafrén Porque labren sus arpones
Y Angélica á pié camina: El diamante de Catay
Sin sentir jamas cansancio Con aquella sangre noble.
Con su Medoro se iba, Ya le regala los ojos,
Triunfando con gran contento, Ya le entra, sin ver por donde,
De todo el reino de Hungría. Una piedad mal nacida
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Entre dulces escorpiones.
Ya es herido el pedernal,
* Asunto tomado del Orlando furioso. Ya despide al primer golpe
Centellas de una piedad
Rija de padres traidores.
410. Yerba le aplica á las llagas,
Que si no sanan entonces,
ANGÉLICA T MEDORO. ni. ^ ^ ^ ^ ^ En virtud de tales manos
(Anónimo.) Lisonjean los dolores.
Amor le ofrece su venda,
Regalando el tierno vello, Mas ella sus velos rompe
De la boca de Medoro , Para ligar sus heridas,
La bella Angélica estaba ¡ Los rayos del sol perdonen!
Sentada al tronco de un olmo. Los últimos ñudos daba,
Los bellos ojos le mira Cuando el cielo la socorre
Con los suyos piadosos, De un villano, en una yegua
Y con sus hermosos labios Que iba penetrando el bosque.
Mide sus labios hermosos. Enfrenante de la bella
«¡ Ay moro venturoso, Las tristes piadosas voces,
* Que á todo el mundo tienes envidioso t» Que los firmes troncos mueven
Convaleciente del cuerpo Y las sordas piedras oyen ;
Estaba el dichoso moro, Y la que mejor se halla
Y tan enfermo del alma En las selvas, que en la corle ,
Que al cielo pide socorro. Simple bondad, al pío ruego
Enternecida á las quejas Corlesmente corresponde.
Angélica de Medoro, Humilde se apea el villano,
Le cura con propia mano Y sobre la yegua pone
Y queda sano del todo Un cuerpo casi sin alma ;
«¡ Ay moro venturoso, Pero con dos corazones.
»Que á todo el mundo tienes envidioso I» A su cabana los guia,
A las quejas y dulzuras Que el sol deja el horizonte,
Que los dos se dicen solos, Y el humo de su cabana
Descubriéndolos el eco Les va sirviendo de norte.
Orlando llegó furioso; Llegaron temprano á ella,
Y viendo á su hiedra asida Do una labradora acoge
Del mas despreciado tronco, Un mal vivo con dos almas,
Pone mano á Durindana Una ciega con dos soles.
Lleno de celos y enojo. filando heno en vez de pluma
« ¡ Ay moro venturoso, Para lecho les compone,
»Que á todo el mundo tienes envidioso!» Que será tálamo luego
{Romancero general.) Do el garzón sus dichas logre.
Las manos pues cuyos dedos
D'esta vida fueron dioses
411. Restituyen á Medoro
Salud nueva , fuerzas dobles,
ANGÉLICA Y MEDORO. VI.
Y le entregan, cuando menos,
(De Don Luis de Géngora *.) Su beldad y un reino en dote ,
En un pastoral albergue, Segunda envidia de Marte,
Que la guerra entre unos robles Primera dicha de Adonis.
Lo dejó por escondido, Corona un lascivo enjambre
O lo perdonó por pobre; De cupidillos menores
Do la paz viste pellico La choza, bien como abejas
Y conduce entre pastores, Hueco tronco de alcornoque.
Ovejas del monte al llano ¡ Qué de ñudos le está dando
Y cabras del llano al monte ; A un áspid la vida torpe,
Mal herido, y bien curado Contando de las palomas
Se alberga un dichoso joven, Los arrullos gemidores!
Que sin clavarle Amor flechas ¡ Qué bien la destierra Amor
Le coronó de favores. Haciendo la cuerda azote,
Las venas con poca sangre, Porque el caso no se infame
Los ojos con mucha noche Y el lugar no se inficione.
Le halló en el campo aquella Todo es gala el Africano,
Vida y muerte de los hombres. Su vestido espira olores,
Del palafrén se derriba, El lunado arco suspende,
No porque al moro conoce, Y el corvo alfanje depone :
femó por ver que la yerba , Tórtolas enamoradas
lanía sangre paga en flores. Son sus roncos atambores
Y los volantes de Venus
371
ROMANCES TOMADOS DE POEMAS ITALIANOS.
Sus bien seguidos pendones. Las que, Angélica, curaste,
Desnuda el pecho anda ella, Mas apenas las miraste
Vuela el cabello sin orden, Cuando del alma se hicieron.
Si lo abrocha es con claveles, ¡Mira qué tal he quedado,
Con jazmines si lo coge. Pues cuando mi mal sentí
El pié calza en lazos de oro Herido vivo me v i ,
Porque la nieve 'se goce , Y agora muerto, curado!
Y no se vaya por pies (Romancero general.)
La hermosura del orbe. «Asunto tomado del Orlando furioso.
Todo sirve á los amantes;
Plumas les baten veloces
Airecillos lisonjeros, 413.
Si no son murmuradores.
Los campos les dan alfombras, ANGÉLICA Y MEDORO. — VI.
Los árboles pabellones, i
(Anónimo .)
La apacible fuente sueño, Con aquellas blancas manos
Música los ruiseñores: Que quitaron tantas vidas,
Los troncos les dan cortezas Curando Angélica estaba
En que se guarden sus nombres , De Medoro las heridas.
Mejor que en tablas de mármol, Deteniéndole está el alma;
O que en láminas de bronce.
No hay verde fresno sin letra Que hasta la muerte enemiga
Ni blanco chopo sin mote; Respétalas blancas manos,
Si un valle Angélica suena, Y sus milagros admiran.
Otro Angélica responde. El moro la está mirando
Cuevas do el silencio apenas Con su enternecida vista,
Deja que las sombras moren, Y regalando la voz
Profanan con sus abrazos Así le dice y suspira :
A pesar de sus horrores. « ¡ Ay,dulce vida mia,
¡ Choza pues, tálamo y lecho Deten el alma que á salir porfía!»
Contestes d'estos amores Si escribí tu amado nombre
El cielo os guarde si puede En estas cortezas lisas
De las locuras del Conde! D'estos árboles, testigos
(GÓHGORA, Obras de.) De tus glorias y las mias,
Agora que está mi sangre
* Fuera de algunas imperfecciones propias de la manía de Sobre mi pecho vertida,
Góngora, es este en mi opinión el mejor romance de la buena Imprime como en diamante
época de nuestra poesía.—También el Orlando furioso ha dado Letras en el alma escritas.
asunto á esla composición, donde el imitador compite con el Mira bien cómo las tratas,
original.
Que si por Medoro olvidas
Tantos Rugeros y Orlandos,
Muerto yo, tú te confirmas :
«¡Ay,vida dulce mia,
ANGÉLICA V M E D O K O . — V . » Deten el alma que á salir porfía!»
l
{Anónimo .) {Códice del siglo xvi.)
Las heridas que á Medoro Asunto tomado del Orlando furioso.
Dejaron del todo sano
A pesar ele Sacripante
De Agrican y de Reinaldos,
Cura Angélica la bella 414.
Con sus angélicas manos , LOCURA DE ROLDAN.
Buenas para matar vidas,
Y para sanar llagados. (Anónimo *.)
Mientras cura el mal ajeno Entre los dulces testigos
Va creciendo el propio daño : De la gloria de Medoro,
Consuelo busca al herido Fuentes, árboles, jazmines,
Faltándole á su cuidado, De las ninfas bello coro'
Y olvidada de quien era Donde el moro bienandante
Mas que del Conde encantado , Gozó del dulce tesoro
Dice al nuevo prisionero De aquella bella hermosura
Teniéndole en su regazo : Enlazada en lazos de oro ,
—Diferentes llagas son, Está el valeroso Orlando
Medoro, las que hay en m í : Vuelto una fuente de lloro,
Unas te llagan á tí, Diciendo entre mil suspiros :
Y otras á mi corazón. ¡ Ay felicísimo moro!
Tu daño descúbrese, Dícele : — Fiero enemigo,
Y así puede remediarse , ¿Qué es del sol por quien yo lloro?
Mas al mió no hay curarse, ¡Agora gozas la lumbre
Porque duele y no se ve.— Por quien en tinieblas moró!
Vuelve los ojos el moro, Pues tienes rendida el alma
Ya de ofendido esforzado, De aquella á quien yo adoro,
Para agradecer la cura Yo te sacaré la tuya ,
Y sacarla de cuidado; Si de este estado mejoro.
Que aunque el médico fué tal, Bien sé que con tal venganza
Fué la cura, sobresano, El ser de Orlando desdoro;
Pues tan presto descubrió Pero el amor me disculpa,
Con esta razón su daño. Que á nadie guarda el decoro. —
—Heridas del cuerpo fueron Luego con rabiosa basca
172 ROMANCERO GENE1UL.
Bramando cual bravo toro I Al grueso tronco de un árbol,
Se embravece contra sí Porque vido en la corteza
Aumentando mas su lloro. Todo su mal estampado,
{Flor de varios y nuevos Romances, 3.» parte.) De cuya triste escultura
i También está tomado del Orlando furioso- Aquesto entendió el cuitado.
« Medoro, el mas venturoso
«Que entre los hombres se ha hallado,
415. »De Angélica dulce y bella
LOCURA D E ROLDA*. — II.
«Donde el cielo se ha extremado,
«Reina de la hermosura,
{Anónimo l.)
«Princesa jdel gran Catayo,
«Aquí gozaba Medoro • » Con mil amorosos ñudos
«De su bella deseada,
y> A pesar del Paladino «Alegremente enlazados,
»Y de los moros de España : » Sin sobresalto y seguro
«Aquí sus hermosos brazos, »A mi placer he gozado.
» Como hiedra que se enlaza, «Yo solo he cogido el fruto
» Ciñeron su cuello y pecho «Que á tantos les fué negado,
«Haciendo un cuerpo dos almas.»
Estas palabras de luego, i>Y de mísero escudero,
Escritas con una daga «Me dio el amor tal estado.
En el mármol de una puerta, «Prados , plantas , yerbas, flores,
El conde Orlando miraba. «Gozad de mi alegre hado:
Y apenas leyó el renglón «Y t ú , que aquesto leyeres,
De las postreras palabras ,
Cuando con voces de loco «Alégrate en mi cuidado;
Echó mano á Durindana, «Que aquí lo dejo en memoria
Y dando sobre las letras «Para todo enamorado.»
Una y otra cuchillada, De sudor se cubre el Conde,
Con el encantado acero Los huesos le estáu temblando;
Piedras y centellas saltan; Dudoso, confuso y triste
Que de palabras de amor,
No solamente en las almas, Vuelve la rienda al caballo.
Que en las piedras entra el fuego — Otra, dice, será aquesta,
Y d'ellas sale la llama. Y no la que voy buscando;
La columna deja entera, Y si es ella, yo soy, cierto,
Como lo está su esperanza, Su Medoro afortunado;
Que confiesa ser mas firme Que aqueste nombre me ha puesto
Que no el valor de sus armas. Como á dulce enamorado.—
,, Entrando la oasa adentro Y así del bosque se aleja,
Vio pintada en una cuadra Y acércase á lo poblado.
La amarilla y fiera muerte, En una casa se alberga
Que á los pies de un niño estaba. De un guardador de ganado;
Conoció que era el Amor Sin cenar se acuesta el Conde,
En lasflechasy el aljaba , De grave dolor cercado.
Y unas letras que salían Poco reposo ha tenido
De las manos de una dama. Porque el huésped le ha informado,
Lo que decían repite Que Angélica y su Medoro
Como quien no entiende nada; En la cama do está echado
Que en males que vienen ciertos Gozaron de sus amores,
Es gloria engañar el alma. Habiéndose allí casado.
Las letras dicen : «Medoro, Un brazalete le muestra,
«El grande amor de tu esclava Que por paga le han dejado.
» Ha de vencer á la muerte, Conoce Orlando las señas ,
«Que muerto vive quien ama.» Y como hombre endemoniado.,
No tiene el Conde paciencia, Salta huyendo del lecho;
Que alborotando la sala ' En un momento fué armado.
Despedaza cuanto mira : Maldiciendo sale al huésped ,
¡ De amor injusta venganza! Y maldiciendo su hado,
Lo que dice y lo que siente A la espesura se torna :
Entiéndalo quien bien ama, Derecho se viene al árbol,
Si sabe el mal que son celos, Y con un ansia rabiosa
Que llaman muerte de rabia. A Durindana ha sacado ,
Y adonde está la escritura
{Romancero general.) Encamina el fuerte brazo.
« Del Orlando furioso. Hiende, corta, raja y parte:
En mil piezas lo ha tornado:
Los ojos pone en el cielo,
416. Y en Angélica el cuidado.
LOCURA D E ROLDAN.—III.
— ¡ Ay ingrata! el Conde dice,
f
¡Ay amos mal empleado!
{De Lúeas Rodríguez ¿Estas eran las promesas?
Suspenso y embravecido, ¿ Este el amor dulce y blando ?
Con celoso sobresalto, ¡ Acordáraste, cruel,
El fiero conde de Brava , Cuántas cosas me has mandado,
Tristemente se ha hallado Y á cuántos graves peligros
En un prado y sitio umbroso, Por tí me he determinado!
i Cuántos extraños hechos
Por tí ejecutó mi brazo !
¿Por qué, traidora, has querido
Que muera desesperado ?—
Y tan grave dolor siente
En estas cosas pensando,
ROMANCES TOMADOS DE POEMAS ITALIANOS. 273

Oue sin sentimiento alguno Para casarme con él,


Se arroja en el verde prado. Y por vos la quebrantara.
Torna en sí despavorido, Defendedme, mi señor,
De seso y razón privado: Solo que con él no vaya. —
De su caballo se ajena Mandricardo que esto oyera,
¡ Ved quién deja tal caballo! El yelmo luego abajara :
Aquí va dejando el yelmo, Vase para Rodamonte
Allí el arnés va dejando, Que en el campo le aguardaba.
También deja á Durindana, Ya traban los dos guerreros
La que quiere Mandricardo, Entre ellos cruda batalla.
Que la escogiera Cervino Por allí pasara un moro
Para que le cueste caro. Que Ferragut se llamaba.
No para el cuitado en esto , — ¿Qu'es aquesto, caballeros?
Que al punto se ha despojado ¿Para qué es riña tan brava?—
De vestido y de razón, Respondiera Doralice,
Que es gran compasión mirallo: D'esta suerte proposara :
Y tan furioso se muestra, — De aquesta batalla, el moro,
Que ¡ayde aquel que le ha encontrado! Yo soy la principal causa,
A cuantos topa da muerte, Porque escogí á Mandricardo,
Todo lo va destrozando. Y á Rodamonte dejara. —
Niños, mancebos y viejos, Ferragut aquesto oyendo
A nadie no ha perdonado. Concertarlos pfocuraba.
No para'en la casa el dueño, Sosegados que los tuvo
Ni pastor en su ganado: D'esta suerte les hablaba.
Si no se topa con gente —Paréceme, caballeros,
Las bestias hace pedazos : Que entendida vuestra saña
Cuando no para en la tierra , No queráis con tanto esfuerzo
Por la mar entra nadando. Morir por cosa tan baja;
Al sol, al aire y al frió Y señale Doralice
Curtido y disfigurado, De los dos cuál mas amaba.—
Sin comer, pobre y desnudo, Rodaníonte y Mandricardo
Anda el triste conde Orlando, Se contentan, pues pensaba
Hasta que su primo Astolfo Cada cual ser escogido
El seso le haya tornado. - • De la que presente estaba.
¡Mirad los hechos de amor! Rodamonte en este caso
¡ Líbreos Dios de tal cuidado! De la dama confiaba,
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.} Por los pasados servicios
Que por ella hizo en Granada,
* Dol Orlando furioso. Y á mas que de ser su esposa
Le habia dado palabra.
Mandricardo, muy mejor
En ella se aseguraba,
2
Porque por él era dueña ,
DORALICE ABANDONA A RODAMONTE CON QUIEN ERA DESPO- Y su hermosura gozara.
SADA, Y ESCOGE Á MANDRICARDO. '• Doralice sin vergüenza
(Anónimo *.) De esta suerte sentenciara:
—Yo desecho á Rodamonte,
Con soberbia y gran orgullo, Y á Mandricardo me daba,
Que todo el mundo espantaba, Porque obras son amores ,
Saliérase Rodamante, De palabras no curaba.—
Ese bravo Rey de Zarza : En oirlo Rodamonte
Rey de Zarza y de Argel era, De Mahoma blasfemaba,
Que por tal se intitulaba , Porque de cuantas ha amado
En busca de Mandricardo, A él ninguna le amara,
Aquese rey de Tartaria,
Que se lleva á Doralice, Y empezó de discantar 8

Hija del rey de Granada. Lo que en Doralice hallaba .


Quitóla á cien caballeros —¡Oh ingenio femenino!
Que la tenían en guarda. ¡ Fuerza sin fuerza ganada !
A pié va, que no á caballo, : Sin fe, sin ley, variable,
Bien armado, y sin espada; Mas hueca que no la caña!
Solo va con un bastón ¡Importuna, soberbiosa.,
Que de un árbol desgajara. Pestilencia no curada,
¡Tan feroz y tan sañudo, Desleal, ingrata, cruel,
Tan sin tiento caminaba, Falsedad jamas pensada,
Que no hay oso ni león Discípula del demonio,
Que mirar le ose en la cara ! Amicicia solapada,
Por una muy alta sierra En fin, maldad de maldades,
A' bajar de una montaña Vista y lengua emponzoñada!
Vido estar á Mandricardo (TIMONEDA, Rosa gentil. — It. Vou, Rosa de
En regazo de su dama , Romances.)
Que le enjugaba el sudor
¿ la cara le limpiaba, i El asunto está tomado del canto 27 del Orlando furiosa
üpraliceque le vid'o, de Ariosto. Se omite el romance de Lucas Rodríguez, que em-
pieza : Con soberbia muy crecida, inserto en su Romancero his-
Allí habló con voz turbada : toriado , porque este aquí puesto es una reproducción hasta da
-•¡Triste de mí, Mandricardo ! los mismos versos de aquel; pero está mas largo y extenso.
i Amarga de mi, cuitada! « Es decir : porque por él habia dejado de ser doncella.
»eo venir á Rodamonte 3

A quien yo le di palabra Este lance, acaeeido á Rodamonte con Doralice, dio mar-
gen á que el Ariosto le hiciese contar el sabroso cuento que
después La-Fontaine, excediendo al original, compuso ; donde
18
274 ROMANCERO GENERAL. .
Astolfo y su favorito Jocundo experimentan lo poco que hay que I Y en los mas robustos pechos
fiar de lafidelidadde las mujeres.—También este mismo hecho | Que en toda la tierra habia,
origina la prueba de la copa encantada con que Rodamonte Furia y saña están soplando
brinSó 4 Reinaldos, para que se cerciorase de la virtud de su Con la soberbia á porfía:
El rencor echa la leña,
esposa Claricia, 4 lo cual se negó Reinaldos cuerdamente. Y la venganza lo atiza ;
418. Suben tan alto las llamas
RODAMONTE CELOSO Y DESPECHADO.
Que por los ojos salían;
1
Reyes y príncipes moros
(De Lúeas Rodríguez .) Atajarlo no podían,
De sus dioses blasfemando Porque elfieroRodamonte
El moro Zarza salia Mortalmente desafía
Mal contento y enojado Al valiente Mandricardo
De aquella sentencia esquiva, Sobre la cuestión antigua
Que Doralice le ha dado De la linda Doralice
Delante el Rey aquel día. Que á los suyos quitó un dia•;
Va como toro furioso Y Mandricardo á Rugero
Cuando la vaca perdia, Campal batalla pedia,
Que á todas partes bramando Sobre que el Águila blanca
Lo lleva el mal que senlia. No ha de traer por divisa;
Por los lugares que pasa Y Rugero á Rodamonte
Con sospiros se encendía; Con grande furor pedia
El aire, la tierra y cielo, Que }e vuelva su caballo,
El eco le respondía O que á morir se aperciba.
Provocando a compasión También demanda batalla
De la que el moro traia. A Mandricardo Marfisa,
De Doralice se queja Porque se alabó por armas
- Y estas palabras decia: De ganarla por amiga.
—Femenil ingenio flaco, Los unos piden el campo,
i Cómo vuelves cada dia Los otros lo concedían;
fu fe , tu palabra y ley Sobre quién será el primero
Que de antes me ofrecias ? Nueva disputa se cria.
La causa de sentenciar Nadie basta a concertallos;
Contra mi, como enemiga, Mas un medio se escogía :
Ño fué porque Mandricardo Que entren todos cuatro en suerte,
Entiendas que mas valia, A ver quién y quién serían.
Sino solo en ser mujer , Luego los nombres de todos
Que k mudanza te convida. De dos en dos se escribían,
¿Por qué la naturaleza, Y de un cántaro sacados,
Si ella es justa, permitía Salieron de aquesta guisa •.
Que de tí el hombre naciese Mandricardo y Rodamonte
Para ser engrandecida? La primer suerte decia;
No de tenerle por hijo Mandricardo con Rugero
Recibas tanta alegría, En la segunda leían;
Pues que la fragante rosa Rugero con Rodamonte
Suele salir de la espina, La tercera prometía,
Y la cuarta y la postrera
Y entre yerbas no olorosas Con Mandricardo y Marfisa.
Fragante lirio se cria. Ya les hacen la estacada,
Sois importunas, crueles, Y de gente se cubría.
Fallas de sabiduría, Ferraguto y Sacrípante
Inicuas, fafsas, ingratas, Con el rey de Argel se iban,
Por quien el bien se desvía : Y Gradaso y Falsiron
Sois un género en el mundo Con el rey de Tartaria.
De pestilencia escondida.— Métenlos en sendas tiendas
Estas palabras diciendo Adonde armarse tenían.
El moro sigue su via, Para los reyes y grandes
Y una voz de lejos oye Un gran cadahalso se hacia ,
Que d'este modo decia: Y las reinas y las damas
— Rodamante valeroso, A verlo también salían;
Flor de la caballería, Y la linda Doralice,
No digas mal de mujeres, Por quien esta lid se hacia,
Pues en ellas no cabia. — De verde con encarnado
El moro desque esto oyera Hermosamente vestía.
Del dicho se arrepentía. Ya que estaban aguardando
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Que los guerreros saldrían,
En la tienda del rey tártaro
* Del Orlando furioso. Se oyera una vocería;
Y es que armándole, Gradaso^
La espada le conocía,
419. Que es la rica Durindana
DISCORDIA DEL CAMPO DE AGRAMANTE.
Que tanto alabar oía,
Y por ganarla á Roldan
(De Lúeas Rodríguez *.) En Francia pasado habia.
En el real de Agramante Que se la dé le demanda,
Que sobre París tenia, O que le deje la vida.
Fuego ardiente de discordia Mandricardo de ira lleno
A mas andar se encendía, Le responde que haña
Sobre ello con él batalla
ROMANCES TOMADOS D E POEMAS ITALIANOS. 2755

Si Rodamonte q u e r í a , De su>muy querido esposo


y si n o , dice el soberbio, Que estaba desligurado.
A entrambos l a manternia. Mira sus lumbres quebradas,
Rugero, que sabe el caso, Su lindo color mudado:
Que no quiere r e s p o n d í a , Limpiándole está la sangre
Que si nueva lid pretende, Con un cendal delicado, .
Primero la l i d sería. Y con ardientes sospiros
Gradaso la quiere luego, D'esta manera ha hablado: •
Rugero la defendía: — ¡ Mandricardo, amigo m í o !
Todos tres andan revueltos , ¿ Como mueres mal logrado ?
Crece la saña y la grita. ¿ Que te valieron las armas
Llega Agramante á las voces, Que eran de Héctor el troyano ?
-

Y en concordia los ponia, Qué te valió el rico -escudo


Y hasta la lid primera , Que estaba tan encantado
Que la espada no se pida. Qué te valió mi favor,
Ya que aquesto era acabado, Ni el granadino caballo,
Se oyera gran vocería, Que bastante decías que era
Que 'Sacripanté las armas Para romper lodo un bando?
A Rodamonte ponía, ¿ Qué es a é aquel brazo feroz,
Y mirando atentamente, Que con la rama de un á r b o l ,
Su caballo conocía, Fué tal, que sacarme pudo
Fronlino,aqueI que Rugero De entre cien hombres en salvo? ,
A Rodamonte pedia, Quitásteme á Rodamonte,
Y pide que se le vuelva Y con él hiciste campo ;
La batalla fenecida, Mataste al fuerte Cervino, v
Que él se le quiere prestar Ganaste la espada á Orlando.
Por la amistad que tenían. ¿Qué es de aquel juramento ,
Rodamonte oyendo aquesto E n que me habías jurado,
Contra el cielo se volvia, Que habia yo de ser reina
Y á Sacripanté á batalla, De Tartaria, tu reinado ? —
Y aun al mundo desafía. Así hablaba con él
Llega Agramante, y Gradaso, Como s¡ estuviera sano ;
Mandricardo y Ruger iban, Mas es dar voces al aire,
Y sabido todo el caso ' Porque el moro desdichado
En confusión les ponia. E l alma habie despedido
Mas pretendiendo Agramante Dejando el cuerpo finado.
Componer estas porfías, (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.)
Por la linda Doralice
Delante todos envía, * Del Orlando furioso.
Y que á quien ella escogiere
De los dos que la q u e r í a n ,
Ese se quede con ella, 421.
Y que el otro mas no pida. MUERTE DE AGRICAN.
El de Argel y el de Tartaria 1

Dicen que así lo q u e r í a n , (Anónimo .)


Que el uno está confiado Roja de sangre la espuela
Y el otro también confía. De la ijada del caballo;
Escogiera á Mandricardo, Rojo el petral y la cincha,
Y Rodamonte se iba Y el freno hecho pedazos;
Con la furia que va el toro Despedazado el escudo,
Que ha perdido la novilla. Y el fuerte peto acerado,
Sacripanté tras él parte, Y hecha sierra la espada,
Que su caballo queria. Sin vigor ni fuerza el brazo ;
Entre Rugero y Gradaso, Abierta media cabeza
Echan suertes, cuál haría De un golpe de espada bravo,
Con Mandricardo batalla, Que no pudo resistillo
Y á Rugero le caia, E l fuerte yelmo encantado,
Con que la haga Rugero Juntó á una pequeña fuente
Por lo que á los dos cumplía, Recostado en un peñasco
Y fué la mas brava y fuerte Estaba el fuerte Agrican
Que visto jamas se había ; Para volverse cristiano.
Donde mostrando Rugero Compañía tiene á solas,
E l gran valor que tenia ¡ Quien le acompañó en el campo,
Gradaso ganó la espada, Cuando con armas iguales
Perdió el tártaro la vida. De las suyas hizo estrago.
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Allí le dio agua de fe
Aquella invencible mano,
en'ef rtr/w?? •
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c a m p o
«^Agramante, que 'a pusoAriosto
Ia
Que nunca se vio vencida
ífl/í ., A f>": > remedó y parodió Cervantes en el Qui-
n U V e n t a e Jamas de ningún contrario.
ma era"* ™ - - / esputaba sobre si la albarda de un
«no era o no rico jaez de caballo. Venia la noctie escura,
Y el claro sol eclipsado,
Con agua y espesas-nubes
420. Turbando los aires claros,
Y con temerosos truenos
DORALICE LLORA LA MUERTE DE MANDRICARDO. En los valles resonando.
(De Lúeas Roriguez *.) Cubrían la negra tierra
Llanto hacia Doralice Relámpagos, piedra y rayos,
Cuando el ya cristiano Rey
Sobre el cuerpo desangrado El espíritu ha dejado,
976 ROMANCERO GENERAL.
Dejándole el cuerpo frió Mas el moro le encontró
Al paladin en los brazos. En medio de la celada,
Romancero general.) De suerte que Ricardeto • s
Desatinado quedaba,
t Del Orlando furioso. Y así se quedó en el suelo
Sin poder hablar palabra.
Con grande presteza el moro
422 Del caballo se arrojaba;
BRADAMANTE MATA AL MORO URGEL. Quitado le había el yelmo
Pensanüo que era su amada,
(De Lúeas Rodríguez.) , Y visto que era mancebo
Ya se parte el moro Urgel De los pies y manos le ata.
De la ciudad de Granada No lo hubo bien atado
En busca de Bradamante, Cuando ya en el campo estaba
Aquella dama preciada. Alardo, el segundo hermano,
Dice que quiere probar Armado de todas armas ,
Con ella su espada y lanza, Y arremetió para el moro,
Y que si acaso la vence B
Y el moro tomó otra lanza;
Por su grande esfuerzo y mana, Que como sagaz y astuto .
Que la ha de llevar consigo La tenia aparejada.
A su muy querida patria, Y cabalgando en su yegua
Para casarse con ella Ambos á dos se encontraban;
Aunque es de nación cristiana. Pero Alardo vino al suelo,
Iba tan gallardo el moro, Y el moro presto le ata.
Que bien claro demostraba Lo mismo hizo con Ricardo,
Ir por el amor guiado, Que era el menor que quedaba
Y ser cual es su demanda. Bradamante, que esto vido,
Y andando por su camino Ciega de cólera y saña,
Junto á Montalvan llegaba, Viendo presos sus hermanos
Aquel castillo tan fuerte En un momento se armaba,
Donde Bradamante estaba. Por no estar allí Reinaldos
Y cuando cerca se vido Que entre la morisma andaba
Gran gozo y placer tomaba; Así la fuerte doncella
Y por ver que era ya tarde Donde está el moro guiaba,
Hacia un lugar caminaba Y llegada juuto á él
Que dista muy poco trecho D'esta manera le hablaba :
De donde habita su amada. — Suelta, moro, á mis hermanos,
Allí reposó la noche ; O apercíbete á batalla. —
Mas no era bien de mañana El moro luego responde.
Cuando el fuerte Urgel se sale —Déjate d'esas palabras.—
En una yegua alazana, Revolviendo sus caballos,
De todas armas armado Y blandeando sus lanzas,
Con su rico escudo y lanza, Se dan tan bravos encuentros,
Y en medio el escudo lleva Que ambas las hicieron rajas.
Una dama figurada, Bradamante volvió presto,
Con una letra que dice : Poniendo mano á su espada;
<t ¡ Fortuna, no seas contraria!» El moro, muy orgulloso,
Y así llegado al castillo, Su fuerte alfanje sacaba :
Muy recio á la puerta llama; Danse tan bravos los golpes
Pero alzando la cabeza
1
Que los yelmos se abollaban.
Vio que entre una almena estaba El moro con gran furor
Un dispuesto caballero Un fuerte revés tiraba
Gallardo y de buena gracia. A la hermosa Bradamante,
Aqueste era Ricardeto, Que escudo y armas le pasa; ¡
A quien Reinaldos dejaba Mas descuidándose un poco ,
Por guarda d'este castillo Bradamante le acertaba
Con sus hermanos y hermana. Un tal golpe en la cabeza,
Ricardeto que vio al moro Que la media le cortaba :
Dice:—¿Qué-es lo que demandas ?- Así cayó el moro muerto
Y con alta voz el moro Por precio de su demanda,
D'esta manera le habla : Y la linda Bradamante
— Señor, soy un caballero A sus hermanos desata:
De tierra y nación cristiana, Con ellos se va al castillo
Y por solo ganar honra Dándole á Dios muchas gracias.
Vengo á pedirte batalla, ¡ Mirad cómo trata amor
Por ser tan grande tu esfuerzo A los que mejor le tratan!
Y estimado en toda España.— (RODRÍGUEZ , Romancero hUtonaio.)
Ricardeto que lo oyó,
Sin respondelle palabra,
Manda ensillar su caballo, 423.
Y que le traigan sus armas,
Y vase derecho al moro BRADAMANTE CELOSA.
Que en el campo lo esperaba. (Anónimo *.)
E l moro cuando lo vido, Suelta las riendas al llanto,
Para él enristró su lanza; Celoso el pecho y airado,
Lo mismo hizo Ricardeto, La hermosa Bradamante,
Y ambos á dos se encontraban. Llena de angustia y cuidado,
En el escudo del moro Llora de Ruger la ausencia
Quebró el cristiano su lanza; Pensando haberla olvidado;
ROMANCES TOMADOS DE POEMAS ITALIANOS. 277
Arranca un suspiro y otro, En un retrete se ha entrado;
Que encendiera un pecho helado. Armase el peto y la cofia,
Mesa sus rubios cabellos Espaldar y arnés tranzado ,
En que al amor ha enlazado, Y pártese Bradamante
Ganándole por despojos
Aljaba, flechas y arco. A buscar su enamorado,
Revuelve en el pensamiento Revolviendo todo el mundo
De vestir arries tranzado, Sin vagar y sin descanso.
Para buscar su Rugero, (Flor
A quien ya la palma ha dado. * También á este, de varioshaydado
romance nuevos Romances,
asunto 3.a parte.)
el Oñando furioso.
—¿Qué es de tí ? ¿ Dó estás, Rugero Y
¡ Mi bien! Mi dulce cuidado!—
Marrano llámale, en fe
De razón y amores falto :
No puede acabar consigo CONVERSIÓN DE RUGERO.
Que un amor tan arraigado l
(Anónimo .)
Se le volviese al revés
De lo que siempre ha mostrado. En un caballo ruano
— ¡ Ay bellos ojos, luceros De huello y pisar airoso,
Que alumbraban mi cuidado ! Fuerte, vistoso y galano,
¿Quién pudo tanto con vos Entra en Paris el famoso
Que á Bradamante heis dejado ? Rugero, á hacerse cristiano.
Vuelve, vuelve, dulce prenda, Y como el bravo guerrero
Cumple el término aplazado Se hubiese puesto aquel dia
Antes que la muerte horrenda Bizarro en traje extranjero,
iíe prive de ejecutallo. Toda la corte decia :
¡Pueda amor de tanto tiempo «¡ Cuan gallardo entra Rugero!»
Mas que un hora de regalo! Entra el moro acompañado
¡No dejes,-Ruger, iftorir D'ese que Roldan se llama,
A quien el pecho has robado! Con otros de grande estado :
¡ Mueva tu amor á piedad Paladines de gran fama
Este rostro delicado, Lleva Rugero á su lado;
Que en lágrimas de sus ojos Alegres y satisfechos,
Le verás estar bañado! Y sus personas honrando,
Quien hizo naturaleza Van á palacio derechos,
En todo tan extremado, Donde el Rey está aguardando.
No es bien que se diga del Estaba con grali decoro
Que la palabra ha falsado. — Don Carlos representando
Llora, solloza y suspira, Su majestad y tesoro,
Llama siniestro á su hado, A cuya persona hablando
Envía al cielo sus quejas, De rodillas dijo el moro :
A la fuente, rio y prado: —Buen Carlos, dame la mano,
Vuelve con doblada furia, Que aunque no te lo he servido,
Gon furor único y raro Yo soy Rugero el pagano,
Llama su dulce Rugero, Que á tus cortes he venido
«Ruger, vuelve», y va á abrazallo. Para volverme cristiano.
Anda aquí y allí rabiosa, (Romancero general.— It. Flor de varios y nuevos
Mil veces vuelve á llamarlo : Romances, 3.a parte.)
Cuando el eco la responde
Piensa que Ruger la ha hablado. i Esta composición no es romance, sino quintillas; pero
— No soy Bradamante, dice, cor su asunto se coloca aquí.— Del Orlando furioso.
De quien fuiste enamorado :
No te escondas, no soy esta,
Porque en tí me he trasformado. 425
¿Piensas que caminas solo?
Caminas acompañado RUGERO VENCE Y BAUTIZA Á SACRÍPAOTE.
De mi triste corazón , (De Lúeas Rodríguez *.)
Que en el tuyo se ha forjado. De los muros de Paris
¡Vuelve esos ojos tan bellos, Se sale el fuerte Rugero
Verás mi pecho abrasado! A acabar una batalla
¡ No tardes , dichoso moro, Con un fuerte caballero,
Porque el tardarte es pesado! Llamado el rey Sacripante,
Aplica á este mal, remedio, Rey pagano, crudo y fiero.
Mira cuan mal me ha tratado : Vanse á las selvas de Ardenia
Solo, Rugero, en tí está, Los dos famosos guerreros ;
Que en otro no hay remediallo.— Comienzan cruda batalla,
Entre estas celosas quejas ¡ Pone grande espanto en vellos!
vuelve , y dice: — ¡ Ah esforzado Al fin, fué vencido el Rey
Pecho de la sangre ilustre Por aquel fuerte guerrero,
De Claramonte y Mongrano ! Y viéndose así vencido
¿Tan presto , d i , te olvidaste
Ue quién eras? ¿de tu estado ? En sus dias los postreros,
í rari presto y tan sin respeto Con gran sed pidió el baptismó
Desdeñas mi amor preciado? Conociendo á Dios eterno.
; No llores mas, tente, basta, En una muy clara fuente
No aflojes la rienda tanto! Le baptizaba Rugero,
loma tu lanza de oro, Y llorando amargamente
Salta en tu caballo alado.— Muerte de tal compañero,
Dijo, y con furiosa rabia —No lloréis, dijo el buen Rey,
Que yo, sabed, que mas quiero
ROMANCERO GENERAL.
278
La salud d'esta alma mía Y piden que su rey sea, "-**•*«-
Que del corruptible cuerpo. Porque el otro habia faltado.
Mas lo que os pido , señor, Acepta Rugero el reino;
Si lo merecen mis ruegos, Pero dice que en su mano
Sepa Angélica mi muerte, Cetro no verán , primero
Por quien ando vivo y muerto, Que á León no haya quitado
Que la pasé para el alma Juntos el reino y la vida,
Del aposento del cuerpo. Porque le tiene agraviado,
Y porque por aquello solo *
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Mil millas ha caminado.
Y en diciendo estas razones
i Ya se habrá observado cuan común y frecuente es en esta Dio de espuelas al caballo
clase de ficciones caballerescas, que los moros vencidos por Y va tras León Augusto ,
los cristianos deseen y consigan el bautismo. De este mouo
(raerían los poetas hacer interesantes á los valientes motos, Que entendió luego aleanzallo.
cayo heroísmo amaban, aunque por dejar bien puesto el pane- Pero no le ha sucedido
;
'aa de los cristianos los hiciesen vencidos. Lo que lleva imaginado ,
Porque el ejército griego
Se habia tanto adelantado,
Que antes que lo descubriese
426 La noche se habia cerrado,
. RUGERO Y LEÓN AUGUSTO.--I. Y sin apearse un punto
1 Toda ella ha caminado.
(De Pedro de Padilla .) Y al tiempo que el sol salía
A Grecia parte Rugero Se vio á una ciudad cercano,
El gallardo enamorado, Donde para reposar
Temerosa el alma y triste, En una posada ha entrado;
Aunque tan furioso y bravo , Mas luego fué conocido
Que de todo el mundo junto En entrando de un soldado ,
Hiciera muy poco caso. Que se halló con los griegos
Consigo lleva á Frontino, En el rencuentro pasado,
Su muy lijero caballo; Y al señor de la ciudad
La divisa y el escudo Se fué muy alborotado,
Todo lo lleva mudado; Y le contó cómo habia
Qu'el águila blanca trueca A una posada llegado
En un unicornio blanco, Un hombre que habia vencido
Para no ser conocido • Del Emperador el campo,
De los que fuese encontrando. Y que si allí le prendiese ,
En busca va de León Pues estaba descuidado,
Resuelto y determinado* Al Emperador haria
De no dejarle con vida Servicio muy señalado.
Adonde le haya encontrado : (PADILLA , Tesoro de varias poesías.)
Y era porque á Bradamante
Pidió para ser casado, 1
Dos hechos culminantes constituyen la acción complexa del
Y aunque ella no le quería, Orlando furioso de Ariosto, á saber": el del triunfo de las ar-
Y Rugero asegurado mas y civilización cristiana contra los agarenos, y el de los orí-
genes de la casa de.Este, comenzados en Rugero y Bradamante.
Está que no ha de quebrarle Los romances de esta sección hasta el núm. Í26 han tomado
La palabra que le ha dado, sus asuntos del primer hecho, y los que siguen á este, inclusive
Con todo, no le consiente hasta el núm. -434, del segundo.
Amor estar sosegado,
Porque quien de veras ama
De no nada, es recatado. 427
Andando por sus jornadas
Un dia llegó a Belgrado, RUGERO Y LEÓN AUGUSTO.— II.
Y vio el ejército griego 4

Donde estaba su contrario, {De Pedro de Padilla .)


En una batalla esquiva Cuando con mayor sosiego
Con los hulearos trabado, Toda la gente dormía,
En la cual iban los griegos Y el silencio y la tiniebla
Ya vencedores del campo. Todo el mundo poseía,
Mas el valiente guerrero Prenden al fuerte Rugero,
Por medio d'ellos entrando, Flor de la caballería,
En poco tiempo los hizo Que con descuido y cansancio
Que perdiesen lo ganado, Y seguridad dormía.
Y se retirasen todos Y cuando salió del mar
Recibiendo mucho daño. Dando Febo luz al dia,
A León busca Rugero; Un correo despachaba
I'ero nunca le ha hallado, El que preso lo tenia,
Porque de un pequeño monte Diciendo al Emperador
La batalla esta mirando, Lo que sucedido habia,
Y era tan buen caballero Que hubiera de enloquecer
Que con ver el gran estrago Coa la sobra de alegría.
Que en sus vasallos hacia León también se holgaba,
El del unicornio blanco, Y era porque pretendía
Viéndole tan valeroso Hacerle su gran amigo,
Le está muy aficionado. Y con él le parecía,
La batalla fenecida, Que á Carlo-Magno y sus doce.
Y el griego ya retirado, No podrá tener envidia.
Los búlgaros á Rugero Pero diferentemente
Llegan a besar la mano, Trata d'eslo una su lia,
ROMANCES TOMADOS DE POEMAS ITALIANOS. 279
Que al Emperador su hermano Y el amistad de mi padre
De rodillas le pedia Posponga d'esta manera.
Que á Rugero le entregase Sabe que yo soy León,
Para quitarle la vida, Y que d'esta cárcel fiera
Porque la quitó á su hijo, Quiero agora libertarte,
Rugero el pasado dia. Porque tal hombre no muera.—
Otorgó el Emperador Ofrécesele Rugero
Todo cuanto le pedia, Por suyo mientras viviera,
Y cuando llegó Rugero Y al aposento se vuelven
Se lo entregan, y ella habia De León , que cerca era,
Mandádole aderezar Adonde estuvo seguro
Aposento para un dia, Hasta tanto que se hubiera
Porque no pensaba mas El arnés y su caballo,
Un hora darle de vida, Del hombre que le prendiera.
En el hondo de una torre Y otro dia de mañana,
Donde el sol jamas se via. Cuando cada cual espera
¡ Oh si Bradamante, aquello Ver salir al caballero
Supiera que él padescia, Do con la vida no vuelva,
O entendiera esta prisión La cárcel abier-ta hallan,
La valerosa Maríisa, Y que el preso estaba fuera,
Cómo arriscaran las dos, Y que quien á cargo tuvo
Por libertalle, la vida! De guardalla, muerto era.
Entrambas están con pena; Rugero estaba confuso,
Más Bradamante moria, • Viendo ¡o que no creyera,
Y en el alma, temerosa Y el dia y la noche toda
Cien mil cosas revolvía, Imagina en qué manera
Y de celos y sospechas De tan gran obligación
Viéndose tan combatida, Como aquella salir pueda.
Del amor y de Rugero Ofrecióle la fortuna
Quejándose se dolia. Mas ocasión, que quisiera,
(PADILLA, Tesoro de varias Porque en aquel mismo dia
Era llegada la nueva
i Del Orlando furioso. Del bando qu'el rey de Francia
Dio para toda la tierra:
Que á la gentil Bradamante
428. . El que por mujer la quiera,
RUGERO Y LEÓN AUGUSTO.—III.
De la lanza y de la espada
Ha de probarse con ella;
(De Pedro de Padilla.) Y que si fuere vencido,
De sospechas ofendida O en el campo no entretenga
Se duele d'esta manera De sol á sol la batalla,
La hermosa Bradamante : Toda la esperanza pierda.
¿ Qué hiciera si supiera Quedó fuera de sentido
Cuan cérea estaba Rugero León, con aquella nueva, "
A la hora postrimera ? Y discurriendo entre sí
Otro dia, de mañana Vio que ninguno pudiera
Está ordenado que muera, Hallar en el mundo todo,
Si la bondad soberana Cuando buscarlo quisiera,
De Dios, no le socorriera Como él que consigo tiene
Con remedio no pensado Y á quien tanto bien hiciera.
Y que nadie lo creyera. En esto determinado
Y fué que León Augusto , Le dio del negocio cuenta,
Que darle muerte debiera, Diciéndole que en sus manos
Para poder libertalle, Pone todo el bien que espera.
A la media noche espera, ¡ Mirad lo que sentiría
Pidiendo al que le guardaba Con demanda como aquella
Que aquella cárcel abriera, El que á Bradamante amaba
Porque hablar quiere al preso Mas que á sí mismo pudiera!
En cosas que d'el oyera. Mas tuvo la obligación
Huelga d'ello el que le guarda, En su pecho tanta fuerza,
Y á León Augusto espera, Que alegremente responde,
Que con un solo criado Que León busque manera
De su aposento saliera, Como no sea conocido,
Y en volviendo el carcelero Y que vayan norabuena.
El rostro, qué no debiera, Otro dia de mañana
Le privaron de la vida Quiso León que partieran,
Sin que valerse pudiera, Y andando por sus jornadas
Y adonde Rugero estaba A Paris entrambos llegan.
Bajan, que tal lugar era, No quisieron entrar dentro,
Que con solo estar en él Y sus tiendas arman fuera,
En menos de un mes muriera. Y por un embajador
León á Rugero abraza León á Cario le ruega
Diciendo d'esta manera : Que la gentil Bradamante,
—Valeroso caballero, Porque la batalla sea
Tu bondad fué la primera Entre los dos fenecida,
Que pudo darme ocasión A combatir se prevenga,
Para que tanto te quiera, Que otro dia en la mañana
i que mire mas tu bieu Dentro del campo la espera.
Que el mió mirar pudiera, El Emperador lo. manda,
2 8 0 ROMANCERO GENERAL
Y el día siguiente ordena 430.
Que se hiciese la batalla RUGERO V 1.E0N AUGUSTO. — V.
Luego cuando amaneciera.
(PADILLA, Tesoro de varias poesías.) (De Pedro de Padilla.)
Al tiempo que el sol salía
Sobre su carro dorado
429. Esparcidos sus cabellos
RUGERO V LEÓN A U G U S T 0 . — 1V.
Por uno y por otro lado,
Los animales y gente
(De Lúeas Rodríguez.) Y las aves despertando,
La hermosa Bradamante Se sale al campo Rugero
Muy descontenta vivia, De todas armas armado,
Porque sus padres pretenden A vencer la que le tiene
Casarla , que no quería, Vencido y aprisionado.
Con hijo de Emperador De una parte amor le aqueja,
Que en Constantinopla había. Y de otra verse obligado ;
León Augusto ha.por nombre, Sabe que á su dama pierde
De linaje y gran vaiía. En habiéndola ganado,
Siempre vive descontenta, Y juntamente la vida,
De contino pensativa, Porque le será excusado
Porque ella á Rugero amaba, Vivir un hora sin ella,
Y mas que á sí lo quería. Y mas habiéndola dado
Imaginado ha un remedio Para que el otro la goce
Avisado á maravilla. Conquistada por su mano.
De su aposento se sale, Iba de morir dispuesto,
Y para palacio iba; Pero no determinado
A pies del Emperador Con qué género de muerte
D'esta manera decía : Llegará su vida al cabo.
—Muy poderoso señor, Unas veces imagina
Esta tu sierva suplica, Que será muy acertado
Un don le concedas luego Poner el pecho desnudo
Que mucho le convenía; Centra el fuerte brazo airado ;
Y es : que cualquier caballero De otra parte considera
Que por su mujer me pida, La palabra que habia dado,
Me venza primero en campo Y á la fin se determina
En batalla todo un dia.— En lo que habia ordenado.
Holgóse el Emperador No quiso mas que la espada,
Délo que ella le pedia; Va sin lanza y sin caballo;
Luego le señala campo La espada no era la suya,
Para hacer la conquista. Que temiendo hacer daño
León estaba presente, A Bradamante, la deja,
No sabe ya que se diga : Y de la que habia tomado
De un cabo le cerca amor, Entrambos los filos quita,
Por otro honra le obliga.' Y sobre el ames ha echado
Él, que de amor mucho siente, La divisa de León,
Y sus afectos sabia, Por ir mas disimulado.
Llegado se habie á Rugero, Bien diferente de aquello
Y húmilmente le suplica Tiene la dama el cuidado,
Por él haga la batalla, Que la espada aderezaba
Pues tanto le convenía, Para mas presto acaballo,
—Acuérdate, buen Rugero, Creyendo que era León
Que yo fui parle algún dia Con quien entra en estacado.
Que recibieses contento Y en oyendo la señal
Y no perdieses la vida.— Que de la batalla han dado,
Muy presto Rugero se arma, Para Rugero arremete
Y de León la divisa Como el rayo acelerado,
Toma, porque piensen todos Y comiénzale á herir
Que es León quien combatía. Por uno y por otro lado,
Ya venía Bradamante Mirando con atención
Mostrando gran gallardía. Donde le hará mas daño.
Vanse el uno para el otro Rugero se le defiende
Con esfuerzo y osadía; Con andar muy avisado
Y lo que Rugero hace, En rebatille los golpes,
Y en lo que mas entendía Sin tener otro cuidado,
Era en rebatir los golpes Y ansí pasó todo el dia
Que Bradamante le tira, Hasta que el sol ha dejado
Que aunque herirle quisiese La luz, y de hermosura
Con su espada, no podía, Todo el mundo ha despojado.
Y entre los dos la batalla Los que la batalla vian
Fué cruel y muy reñida. De un parecer han quedado ,
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) De que par tan valeroso
Estará muy bien casado,
Creyendo fuese León
El que han visto peleando.
Acabada la batalla,
Rugero disimulado
Se sale del campo luego,
Que el yelmo no se ha quitado
ñOMANCES TOMADOS DE POEMAS ITALIANOS. 281
Y sobre un rocín pequeño El negocio diferido,
Para León se ha tornado, Y León se fué á su tienda,
Que tiernamente le abraza, Porque acetar no ha querido
Allí de nuevo obligando De improviso esta batalla
A su servicio la vida, Sin haber antes sabido
La autoridad y el estado. El del unicornio blanco .
Agradécele Rugero Adonde fuese partido.
Cumplimiento tan honrado, Mándale luego buscar
Y le pide su licencia Y él á buscarle ha salido,
Fingiéndose muy cansado. Y con la sabia Melisa
Al punto de media noche Topó en medio del camino :
Sin llevar ningún criado, La cual con semblante triste,
Casi fuera de sentido Muy lastimada, le dijo :
Sale sobre su caballo, — Si el valor y cortesía,
Y por selvas y campañas Hay en vos, que yo imagino,
Sin cesar ha caminado, Os suplico que vengáis
Y sin levantar los ojos Sin deteneros conmigo,
De sí se va lamentando. Para que demos la vida
(PADILLA, Tesoro de varias poesías.) Al hombre mas bien nacido,
Y de mayor valentía
Que en nuestro tiempo se vido,
431. Que solo por ser cortes,
Y mostrarse agradecido
RUGERO Y LEÓN AUGUSTO. — VI. Ha llegado á tal extremo
Que ya no debe estar vivo. —
(De Pedro de Padilla.) León, de aquellas palabras
Si Bugero se congoja Turbación ha recebido;
Y el alma tiene angustiada, Porque le dio el corazón
La hermosa Bradamante Que debia ser su amigo.
Estaba desesperada, Halláronle , que en tres días
Porque si no es con Rugero Bocado no habia comido,
Jura de no ser casada, De todas armas armado,
Y de faltar de lo puesto Sobre la tierra tendido,
Estaba determinada, Por cabecera el escudo,
Con su padre y sus parientes Y el aliento tan perdido,
Aunque quede enemistada, Que del dia no escapara
Y aunque la corte de Cario Si no fuera socorrido.
Fuese por ella afrentada. León, con dulces palabras
Y cuando medio faltase Muy de veras le ha pedido
Para que otra cosa haga, Que le diga la ocasión
Jura que se dará muerte Que á tal punto le ha traido;
Con veneno ó con espada. Y viéndose el buen Rugero
Porque mejor le parece De sus ruegos convencido,
Del vivir verse apartada, El caso como pasaba
Que un hora estar sin Rugero En breve suma le dijo.
Y en brazos de otro entregada. No quiso quedar León
(PADILLA, Tesoro de varías poesías.) En cortesía vencido,
Y dice que á Bradamante
Que de todo causa ha sido,
432. Por mujer ya no pretende,
Aunque tanto la ha querido.
RUGERO Y LEÓN AUGUSTO. — VII. Y dijole tantas cosas
(De Pedro de Padilla.) Que Rugero convencido
Hubo de corresponder
Estaba la triste dama Con lo que le habia pedido,
Casi fuera de sentido, Y dióle Melisa luego
Y para entretener algo Lo que tenia prevenido,
Un remedio le ha ocurrido Y á la corte se volvieron
Y fué, que Maríisa diga Adonde fué recebido
Que de consentir no es diño Rugero con mucha fiesta,
Que teniendo Bradamante Y el negocio fenecido.
A Rugero por marido, Ansí, casó Bradamante
Otro ninguno quisiese Con el que había pretendido,
Serle en esto preferido.
Turbóse el Emperador Y León volvió á su tierra
Cuando tal demanda vido, Quedando muy gran amigo
De Carlo-Magno y sus doce,
Y llaman á Bradamante, Y en mucha estima tenido,
La cual habiendo venido, Por el valor y nobleza
No respondiendo, consiente Que en él habian conocido.
En lo que Marflsa ha dicho,
La cual al Emperador (PADILLA, Tesoro de varias poesías.)
Una merced ha pedido;
Y fué : que León Augusto
Siendo Rugero venido 433.
Hiciese con él batalla, RUGERO Y RODAMONTE. — I.
Pues no estaba difundo
Cuál de los dos Bradamante (Anónimo.)
Ha de tomar por marido. Rotas las sangrientas armas,
Ansí se quedó aquel día
El cuerpo ya desangrado,
282 ROMANCERO GENERAL.
Despedazado el escudo, ¡ Dos mil vidas diera juntas
Con el esloque quebrado, Por ser el desafiado,
Sale el fuerte Rodamonte Y en menos las estimara
De vida y alma privado Que en vos el mas fácil daño!
Por el vencedor Rugero, — ¡Si Rodamonte supiera,
Que la victoria ha alcanzado. Rugero la ha replicado,
Matólo porque á la mesa Que estábades en mi alma,
Estando junto al rey Carlos No viniera tan osado!
Con la bella Bradamante Con dos contrarios pelea
Con quien estaba casado, Quien tiene conmigo campo,
Armado de negras armas, Y así llamarse pudiera
Negro el escudo y caballo , Aquel sarraceno á engaño. —
Aunque con la blanca espuma No se dicen mas ternezas
Parece el freno argentado; Porque no los han dejado,
Que llega la Emperatriz
Y sin hacer reverencia Y por otra parte Carlos :
A la persona de Carlos, Suenan dulces instrumentos,
El soberbio y perro moro Y los paladines francos
A Rusero así le ha hablado : Juegan cañas y tornean
—Yo soy el rey de Argel, traidor Rugero, En la plaza de palacio.
Que en este campo y cruel batalla (Romancero general.)
Probar tu gran traición por muerte espero,
Que mal podrás, cristiano, ya negalla;
Y si por miedo tú, y algún guerrero 435. <
Se quisiere ofrecer, quiero aceptalla;
Y por tener en mi verdad respeto, FLOR DÉ LIS LLORA. LA MUERTE DE BRANDIMARTE.
Al campo tres de tí pido y aceto. (De Lúeas Rodrigues.)
{Flor de varios y nuevos Romances, 3.a parte.)No se atreve el duque Astolfo
A dar la nueva angustiada
A la linda Flor de Lis
434; De la sangrienta batalla,
Hasta que con Sansoneto
RUGERO Y RODAMONTE. — II. Vaya juntamente á dalla,
{Anónimo.) Porque de dolor tan fuerte
Puedan ambos consolalla.
Rendidas armas y vida Ella que llegar los vido
De Rodamonte el bravo, Con las vistas demudadas,
El victorioso Rugero Como está medrosa y triste
Va entre el rey sobrino y Carlos. Por un sueño que soñara,
«Viva Ruger, Ruger viva,» Dijo : ¡Brandimarte es muerto 1
Va la gente pregonando, Y cayóse desmayada.
Y entre el regocijo vienen Tornó en sí, en sabiendo el caso,
Danés, Oliver y Orlando : Y las hebras de oro arranca,,
Viene Astolfo y Ricardeto, Y sin compasión de sí
Valdovinos y Ricardo, Rostro y pecho en sangre baña,
Y los dos tio y sobrino Y á su Brandimarte á voces
Malgesí y Don Reinaldos. En vano mil veces llama.
Entre aquellos paladines Una vez pide la muerte,
Que-á Ruger sacan del campo 0 que le den una espada;
¡ Cuan gallarda va Marfisa Otra, que al mar quiere irse,
Con el cuerpo bien armado! Y á nado pasar el agua
Que aunque no dudó el suceso, Hasta llegar á la isla
Alfincomo era su hermano, Do fué la triste batalla,
Sacó el cuerpo apercibido, Y de Agramante y Gradaso
Y el alma puesta en cuidado. Hacer entera venganza,
A los corredores sale, De arrastrarlos con los dientes,
Cuando entraban en palacio, Comofieratigre hircana.
La contenta Bradamante —¡ Ay Brandimarte, bien mió!
Vivas colores mudando. 1 Por qué, dice, me dejabas ?
Adelántase de todos, Tu querida Flor de Lis
Y á su Rugero mirando, Comino te acompañaba.
Antes que llegue le abraza, Si fuera, señor, contigo
Los brazos al aire echando. De algo te aprovechara,
Cuando los cuerpos se juntan Que cuando á Gradaso viera
Y se enlazan con los lazos, Que sin verle tú llegaba,
No se hablan, aunque quieren, Sirviera de darte un grito
Con el contento turbados. Que siquiera te apartaras,
Con los ojos se regalan O me metiera yo en medio
Rostro con rostro juntando, Y el golpe le reparara.
Y sosegándose un poco Fuera mi cabeza escudo,
Bradamante se ha esforzado, Y la tuya se librara;
Y dícele : —¡Mi Rugero! Que mi muerte, por tu vida
¡ Descanso de mi cuidado! Fuera bien aventurada,
En deuda me estáis, señor, Pues que de morir así,
Del sobresalto pasado. Mejor fuera en tal demanda
Cuando en la batalla os via O ya qu'el injusto cielo
Con tan soberbio contrario , Nada d'eso me otorgara,
Temia de mi ventura Diérate el postrer abrazo,
Y üaba en vuestro brazo. Y con mi llanto bañara
ROMANCES CABALLERESCOS DOCTRINALES, SATÍRICOS Y DE BURLAS. 283
Tu rostro en sangre teñido, Y á maltratarse tornaba :
Para que te lo limpiara, De las manos, con los dientes
Y oyérasme al postrer punto, Amargos bocados saca,
Y su rostro, con las uñas,
Que te se arrancara el alma, Crudamente despedaza.
Decir : ¡ Vete en paz, bien mió, Esto hace cada dia
Que ya va tras tí tu amada! Hasta que Roldan llegara ,
¡Aqueste es el rico Estado Que por ella viene él mismo,
Que yo así te demandaba Para que á Sicilia vaya
A ver el sepulcro triste
Para que del reino mió Do su Brandimarte estaba;
Por señor te coronara? Y en llegando, sobre él llora,
¡ Son estas las dulces bodas? Que los cielos mueve á lástima,
¡ Es este el bien que esperaba? ¡Y tal fué su sentimiento,
¡ Ay hado! Ay fortuna esquiva, Tal su dolor, tal su ansia,
! Que la vida amarga y triste
i
Cuántos gozos desbaratas!
¿Mas por qué me tardq, triste?
Consumida en llanto acaba!
(RODRÍGUEZ , Romancen historiado.)
Por qué no me saco el alma?
,>ues mi Brandimarte es muerto
¿De qué me queda esperanza? —
Estas y'Otras cosas dice,

SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS DOCTRINALES, SATÍRICOS


Y DE BURLAS.

436 Y decidle que á mi cuenta


La cuelgue en sus garabatos,
DURANDARTE. Porque á vuelta de la suya
i
{Anónimo .) Se la coma el primer gato.
Durandarte. buen amigo, (Romancero general.)
Decid por vuestro descargo, * Satiriza y se burla del dolorfingido,y de lafidelidadque
Ya que estáis de vuestra vida algunas viudas afectan por la pérdida de sus esposos.
Dáñelo los últimos pasos,
Si condenáis á Belerma,
Viuda de vuestro regalo, 437.
A perpetuos alquiceres,
O á vestir nuevos recamos.
Y porque os estáis muriendo {

Quiero hablar con vos mas claro, (Be Don Luis de Góngora .)
Si mandáis que se esté viuda, Diez años vivió Belerma
O que tome otro velado : Con el corazón difunto
¡ Que por los lirios, que son Que le dejó en testamento
Del león español pasto, Aquel francés boquirubio.
Que nadie corra por ella Diez años vivió con él,
Mientras yo tenga caballo! — Aunque á mí me ha dicho alguno
Durandarte dijo : —Primo, Que viviera mas contenta
Pues de este mundo me parto, Con trecientos mil de juro.
No quiero llevar al otro A verla vino Doña Alda,
Celos , que allá los hay santos. Viuda del conde Rodulfo,
Belerma se case luego, Conde que fué en Normandia
Y sus yerros ordinarios Lo que á Jesucristo plugo.
Irán á cuenta del vivo, Y hallándola muy triste
Sin que lleguen al finado. Sobre un estrado de luto,
Puede llorarme tres dias; Con los ojos, que ya eran
Pero al fin ojos mojados, Orinales de Neptuno, '
Con una esponja de azúcar Riéndose muy despacio
Es fácil cosa enjugallos. De su llorar importuno,
i De qué sirve que entapice Sobre el muerto corazón,
De negro todos sus cuartos, • Envuelto en un paño sucio,
Si la alcoba mas secreta La dijo : —Amiga Belerma,
Sirve á sus horas de blanco ? Cese tan necio diluvio,
Son las viudas d'este tiempo Que anegará vuestros años
Altares por Todos Santos, Y ahogará vuestros gustos.
Con un portal para vivos, Estése allá Durandarte
Y otro para los finados. Donde la suerte le cupo,
Son espadas en bordones, Haya buen pozo su alma
Son naipes en breviario, Y pozo qu'esté sin cubo.
Y son juntos en un tomo Si él os quiso mucho en vida,
Celestina y siete salmos. También le quisiste mucho;
Lo que os ruego, mi buen primo, Y si murió abierto el pecho,
fcs que en habiendo espirado Queréllese de su escudo.
Me saquéis el asadura ¿Qué culpa tuvisles vos
Y se la deis en un plato, De su entierro, siendo justo i
284 ROMANCERO GENERAL.
Que quien camo bruto muere Y sus nones abrenuncio,
Que le entierren como bruto? Que calzan bragas de malla
Muriera él acá en París Y de acero los pantuflos.
A do tiene su sepulcro, ¡De qué nos sirven, amiga,
Que allí le hicieran lugar Pelos fuertes, yelmos lucios ?
Los antepasados suyos. Armados hombres queremos,
Volved luego á Montesinos Armados, pero desnudos.
Ese corazón que os trujo, De vuestra mesa redonda
Y enviadle á preguntar Francos paladines hubo
Si por gavilán os tuvo. Donde ayunos os sentáis
Descosed y desnudad Y os levantáis mas ayunos.
Las tocas de angeo crudo, La de cuatro esquinas quiero,
El mongilon de bayeta Que la ventura me puso
Y el basto manto peludo; En casa de cuatro picos
Que aun en las viudas mas viejas De todos cuatro picudo,
Y de años mas caducos, Donde sirven la cuaresma
Las tocas sirven á enero Sabrosísimos besugos,
Y los mongiles á julio; Y turmas en el carnal
Cuanto y mas á una muchacha Con su caldillo y su zumo.—
Que la faltan dias algunos Mas iba á decir Doñ'Alda;
Para llegar á los treinta, Pero á lo demás dio ñudo,
Que yo desdichada cumplo. Porque de Don Montesinos
Seis hace, si bien me acuerdo, Entró un pajecillo zurdo.
El dia de Santo Nuflo, (GÓNGORA, Obras de.)
Que perdí aquel malogrado
Que noy entre los vivos busco. * El maligno y mordaz poeta forma en este romance un cua-
dro de malas costumbres, que trata de castigar irónicamente,
Holguéme de cuatro y ocho desenmascarándola hipocresía. Sobradamente punzante, acaso
Haciéndole dos mil hurtos traspasa los limites de la decencia, por alusiones harto clapos
A las palomas de besos y equívocos fáciles de descifrar.
Y á las tórtolas de arrullos.
Siento su fin; pero mas,
Que muriese sin ver fruto, 438.
Sin ver flujo de mi vientre,
Porque siempre tuve pujo. ROLDAN.
Mas no por eso ultraje (Anónimo'.)
Mi buena tez con rasguños :
Cabal me quedó el cabello, Señor conde Don Roldan,
Y los ojos casi enjutos. Sea muy enhorabuena
Aprended de m í , Belerma, El dichoso desposorio
Y holguémonos de consuno; Con vuestra Doña Alda bella.
Llévese el mal lo llorado, Es un toque el casamiento
Y los suspiros el humo. Do se conocen y prueban
No hiléis memorias tristes De paciencia y discreción
En este aposento escuro, Los quilates y finezas.
Que cual gusano de seda De aquí procede la vida
Moriréis en el capullo. Que es gloria si bien se acierta,
Haced lo que en su fin hace O la de infierno impaciente
El pájaro sin segundo, Si por contrario se yerra.
Que nos habla en sus cenizas Setenta años habrá, y mas,
En pretérito y futuro. Que en mi flor y edad primera
Llorad su muerte, mas sea Ese nuevo estado vuestro
Con lagrimillas al uso, Sustenté en vida quieta :
Y del mal pasado nazca Si dais crédito á mis canas
Lo porvenir mas seguro. Por una larga experiencia,
Pongámonos á la par Diréos en breves razones
Dos boquitas de repulgo, Qué hice con mi Condesa.
Ceja en arco, mano blanca, Amé con moderación,
Y dos perritos lanudos. Y en extremo regálela;
Yedras verdes somos ambas, Siempre en público la honraba,
A quien dejaron sin muros Y en secreto aconséjela.
De la muerte y el amor No mezclé veras con burlas,
Baterías é infortunios. Mucho eslimando las veras,,
Busquemos por dó trepar, Ni jamás la descubrí
Que á lo que de ambas presumo, Los graves secretos d'ellas.
No nos faltarán en Francia Mostréme ser recatado,
Pared gruesa y tronco duro. No dando celosas muestras;
La iglesia de San Dionis Sus menudencias dejaba,
Canónigos tiene muchos. Dejóme en las cosas gruesas ;
Delgados, cariaguileños, Agasajé sus parientes,
Cariartos y espaldudos. No tuvo en los mios molestia;
Escojamos como peras Dudé temas que reñía,
Dos clérigos capotuncios, Creí sus riñas sin temas:
De aquestos que andan en muías En ellas no la ataqué,
Y tienen algo de mulos; Que si á la mujer no dejan,
D'estos Alejandros Magnos, Hallando contradicción
Que no tienen á disgusto, Mil historias se renuevan;
Por dar en nuestros broqueles', En enojos fui postrero,
Que demos en sus escudos. Primero en las paces era,
De todos los doce Pares Siempre á la puerta de casa
ROMANCES CABALLERESCOS DOCTRINALES, SATÍRICOS Y DE BURLAS. 28S¡.
Dejaba enfados de afuera. Necesitada vergüenza.
Pío le conté libertades, De oíros mil modos usaba
Honestidades contóla, Conforme los tiempos eran,
Ninguna alabé de hermosas, Con que yo viví seguro
Y ella pasaba contenta.—
Pero infinitas de buenas. Así al recien desposado
Hice al fin que sus visitas En puridad aconseja
Moderación no excedieran, El buen viejo Don Beltran,
y á quién, y cuándo, y por qué Y Don Roldan se lo aprueba.
Con grande ocasión tuvieran. (Romancero general.)
Al ir á advertirla mucho, * Este romance, esencialmente doctrinal, contiene cuerdos
Poco escúchela á la vuelta; y razonables avisos sobre el modo que un marido debe usar
con su esposa para dirigirla y conservar en ella lafidelidady
Adorné su mozo brio la virtud, haciendo asi feliz el estado del matrimonio.
Con galas ricas y honestas;
No fié prosperidades,
Aunque mucho fiaba d'ella,
Ni la dejé que sintiese
ROMANCERO
DB

ROMANCES HISTÓRICOS.
3 ^o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o- «-*- o- Ó-O-O-O-O-O-O-O-O-O-O^S-O

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ROMCIS HISTÓRICOS.
SECCIÓN DE ROMANCES REFERENTES Á LA HISTORIA SAGRADA.

439.
JOSUÉ DETIENE E L CURSO D E L S O L .
ADÁN CELEBRA E N E L UMBO I.A VENIDA D E L MESÍAS.

(De Torres Naharro.) (De Lorenzo de Sepúlveda.)


Triste estaba el padre Adán Oran, que era rey de Hebron,
Cinco mil años habia, Y otros reyes comarcanos,
Cuando supo que en Betlem Juntádose han en uno
Era parida María, Con muchos hombres armados
Y en el limbo donde estaba Para contra los judíos,
De contento no cabia. Que en Gabaon son llegados.
Para los unos andaba, Ponen en campo sus gentes
Para los otros corría, • . Y varones esforzados :
Y á todos los santos padres • A Gabaon combatían
A grandes voces decía : Los varones afamados.
— Dadme albricias, hijos mios , Los judíos que están dentro
Qu'es nascido en este día, Su mensaje han enviado,
Nuestro bien y Redemptor, A Josué su capitán,
Nuestro placer y alegría, Con quien son confederados,
Para sacarnos de aquí Porque venga á socorrerlos
Do estamos, por culpa mía. Y para hacerlos librados.
Ved cuál anda Lucifer Josué que oyó el mensaje,
Con toda su compañía : En oración se habie echado
No ¡e placen estas nuevas Dios dijo que habría victoria,
Que Dios Padre les envía. Contra estos sus contrarios.
Sentid las voces del cielo Todas sus gentes tomó;
Los cantos y melodía; A Gabaon son llegados :
Ved ya clara la verdad Guerrea los Amorreos;
De la vieja profecía; ¡ Gran batalla les ha dado!
Ved la zarza de Moisés Muchos mata, muchos prende,
Que estaba verde y ardía; Muy mal quedan lastimados;
Ved aquel templo de paz Los vencidos van huyendo;
Que Roma en tanto tenia, En ellos iban matando.
Y aun lo llamaban eterno Sobre los que de ellos huyen
Porque siempre duraría; Dios mostró los sus milagros :
Que no habia de caer, Sobre ellos cayó granizo, •
Si una virgen no paria. Los muertos cubren los campos.
Vedlo todo por el suelo, Ya hora era de sexta,
Cada piedra por su via; Josué siempre iba matando
Ved al bellaco de Heródes En todos los enemigos;
Metido en gran fantasía, El dia se iba acabando.
Y amolando los cuchillos Con la muy gran fe que tiene
Para quien no le temía; Al sol y luna ha mandado
Ved los pastores que van Que estén en su esplendor
Cómo corren á porfía Y no anden lo acostumbrado,
Por llegar al portalejo Al sol hacia Gabaon,
Donde está nuestra María; Ni luna á Ayalon collado.
VJ ! o st r e s
y K e e s
l Parten; c u e Paráronse el sol y luna,
»ed la estrella que los guia ; No se movieron de un cabo :
Ved en un pobre pesebre, Siempre están resplandecientes
Quien mejor estar podia, Hasta muertos los contrarios.
"e una parte tiene un asna, Por la muy gran fe que tuvo,
"e la otra un buey yacía. La victoria habia alcanzado.
(TORBES NAHARRO, l a Propaladla.—il Romances (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacado», etc.)
e B a r t o l o m 6 d e T o r r e s
fííego súdto í" Naharro.

T. X . 10
190 ROMANCERO GENERAL.
441. Se salió de la ciudad
Por no ver lloro tan alto
JUDITH Y HOIOFERNES. Como lo harán los de dentro
Cuando todos sean tomados;
{De Lorenzo de Sepúlveda.) Y que demás de esto quiere
El gran Nabucodonosor, Que Holofernes sea avisado
Rey de la Siria nombrado, Por donde luego la tome
Poderoso es y muy rico, Sin peligro de su estado.
Y en guerras afortunado. Holofernes que la vido,
Por los reyes que ha vencido Quedó de ella enamorado.
Gran soberbia habia tomado, Judith le dijo á Holofernes
Y acordó de someter Lo que tenemos contado.
Todo el mundo á su reinado. Holofernes la rogó
A Holofernes, capitán, Que sea su convidado.
Luego le habie mandado Respondiérale Judith,
Que con mucha gente de armas Que haria grande pecado,
vaya a todos guerreando, Porque no son de una ley,
Y no perdone á ninguno Y la suya lo ha vedado :
Si no se diere á su mando. Solamente le suplica,
Obedeciera Holofernes En merced le haya dado,
Lo que el Rey le habia encargado; Que la dejase salir
Grandes reinos le ganó A orar lo acostumbrado;
Ya por fuerza, ya por grado. Que acabada la oración
Sobre el pueblo de Israel Para él habria tornado.
Muy feroz habia llegado : Holofernes concedió
Los del pueblo, que lo vieron, Lo que ella le ha demandado,
Muy gran temor han cobrado. Y mandó á todas sus gentes,
Sobre Betulia,- ciudad, Como señor superado,
Su real tiene asentado; Que de dia ni de noche
El agua luego les quita; A Judith pongan embargo
Tiénelos muy apremiados. De entrar, y salir también
Los de dentro á grandes gritos En el real á su grado.
A su Dios están rogando Al cuarto dia que Judith
Que de ellos quiera acordarse A Holofernes ha llegado,
Y no los haya olvidado, Mandó hacer una cena
Y con. muy crecido esfuerzo De valor muy estimado,
Todos han determinado Y á un eunuco que tenia,
De salir al campo juntos, Aquesto le habie mandado :
Y morir ó ser librados. Que hable luego con ella
Ozias, su sacerdote, Para que la haya á su mandado,
Los detiene, y ha rogado Y que duerma aquella noche
Que aguardasen cinco dias En su cama y á su lado.
Sin salir al campo armados; Judith qne lo habia sabido,
Y que si dentro de aquestos Luego lo habia aceptado.
Su Dios no los ha librado, Presentóse ante Holofernes
Que hagan su voluntad; Hermosa en extremo grado,
Con esto se han conformado. Y mas galana que nunca
Judith, esa hermosa y.casta Ante él se habia mostrado.
Mujer, de esfuerzo loado, Cenan con mucha alegría ,
Después de haber entendido Con gran placer y agasajo :
Lo que Ozias hubo hablado Holofernes se acostó
Al su pueblo , los reprehende, El primero y mas temprano,
Mucho los ha denostado, El cual luego se durmió,
Dijo : —- Que no es buen consejo Porque estaba embriagado.
El que los hobiera dado La puerta cerró Judith,
En poner término á Dios Como mujer de recado,
Para los hacer librados, Y cuando vido á Holofernes
Antes habrán dado causa Como está tan descuidado,
Contra sí en haberlo airado.—* A su Dios hizo oración,
Dijoles pidan perdón Y esto le ha suplicado :
Todos del yerro pasado : Que le dé gracia que pueda
A todos juntos les ruega, Hacer su pueblo librado;
Con gran fe les ha encargado, Y el espada de Holofernes
Que nieguen á Dios por ella Ella la tomó en su mano,
Que la tenga de su mano, Y con ella á Holofernes
Y que ella quitará el cerco La cabeza le ha cortado.
Que de Betulia es cercado, Metiérala en una cesta ,
O morirá en la demanda Y á su criada la ha dado;
Como varón esforzado. Juntas se salen del real,
Y con este presupuesto Ninguno se lo ha vedado
El camino habia tomado De los que estaban en él,
De donde estaba el real Porque así les fué mandado :
De Holofernes el tirano. Y con placer muy crecido
En saliendo de Betulia A Betulia habia tornado,
Las guardas la habian tomado : Y la cabeza que traia
Preguntáronle dónde era, A todos la habia mostrado;
O á quien llevaba recado. Todos cobran corazón
Respondió que era judía, Contra los asirianos.
Y que con muy gran quebranto Gran matanza hacen en eiios,
&)l
ROMANCES REFERENTES A LA HISTORIA SAGRADA.
Do quedaron bien vengados Con el sueldo adelantado,
Y que á guerreros forzosos
De los daños recibidos Un sueldo le fuese dado,
Del capitán ya nombrado; Y á los que van libremente
Porque Judith fué tan buena Se les dé sueldo doblado.
En el caso ya contado, A cabo de poco tiempo
Que se libraron por ella De hueste se ha juntado
Ciento y veinte mil de pié
De Holofernes el tirano. Y doce mil de caballo.
( SEPÚLVEDA , Romanees nuevamente sacados, etc.;Muchas provincias y reinos
Tiene en breve sojuzgados,
442. Porque do quier que llegaba
No quiere dejar poblado;
HISTORIA DE JUDITH. - I. Ni queda viña ni huerta ,
(DeJuanBaptista*.) Que no quedase arrancado :
El campo con las sus mieses
¡ Maldita seas, serpiente Todo quedaba quemado :
Soberbia! ¡Cruel pecado! Las huertas y los vergeles
¡ No sé quién no te conosce, Del todo los ha cortado;
Pues que tan mal has pagado No escapa el que se defiende
A los que de tí confian De ser muerto ó justiciado,
En poder, saber y estado! Y al pueblo que lo rescibe
Tú tienes á Lucifer Dejábalo tributado;
Para siempre condenado Mas el que toma por fuerza,
Tú heciste al primer hombre Por tierra queda asolado.
Del cielo ser desterrado; Grandes estragos hacia .
No quedaba rey ni reina A do quiera que ha llegado,
Que de tí no esté llagado : Y ansí viendo su crueza
Obispos y arzobispos, Ya se le daban de grado,
Los papas y santo estado; Y con danzas y atabales
El que de ti mas confía Lo resciben en llegando,
Ese queda mas burlado. Y aun no bastan estas honras
Yo cuento con los perdidos Para poder amansallo,
El que va mejor librado; Pues quien mejor lo.recibe
Pues de los que te siguieron Quedaba mas lastimado,
Uno fué mas desdichado, Porque su intento era
Y es Nabucodonosor Por el temor comenzado
Rey de reyes coronado, Destruir todos los dioses
Que por su soberbia quiso Y cualquier templo sagrado,
Ser señor muy estimado. Porque solo su Señor
Desque tuvo muchos reinos Fuese por Dios adorado;
Subjetos á su mandado, E por esto á todo el mundo
Mandó que de todo el mundo Dejaba tan castigado,
Como Dios fuese adorado; Que le otorgan lo que quiere
Y mandó en señal de aquesto Viendo tan cruel estrago,
Tributo le fuese dado. Si no fuera que Israel
Adoración y tributo Siempre le ha contrastado,
De todos le fué negado, Y antes procuró morir
Y mucho mas de Judea, Que obedecer su mandado;
Pueblo de Dios consagrado, Y ansí por no verse preso,
Por lo cual hiciera cortes Ni su templo profanado,
Para ser aconsejado, Acuden á Eliachin,
Y mandó venir a ellas Sacerdote muy honrado,
Capitanes aprobados, Que les diese su consejo
Y caballeros famosos, Para contra aquel tirano.
Y todo sabio y letrado; Eliachin con gran esfuerzo,
Y desque los tuvo juntos Con ánimo no turbado
Su deseo les ha mostrado. Responde que su temor
Pícenle que era bien hecho, Sería presto remediado;
Y que ansí sea ordenado, Y ansí despachó correos
Y el que no le obedeciere Al pueblo santificado,
Sea del vivir privado, Que se pusiesen de guerra
De lo cual fué muy gozoso Los de pié y de caballo,
El Rey desaventurado. Y que encierren bastimentos
Envía por Holofernes, Y armas hayan buscado,
Varón noble y esforzado; Y se murallen las villas,
Holofernes con presteza Y se adobe lo cercado,
Vino luego á su llamado. Porque el cruel Holofernes
Desque lo tuvo delante Juraba de captivarlos.
El caso le ha bien contado; Israel como lo supo
El respondió que está presto En breve se ba reparado,
Y a todo ello aparejado; Sin dejar valle ni puerto
Mas para que le obedezcan Que no quedase murado,
Mande que sea publicado, Y ponen sus atalayas
Que el Rey le da su poder En las sierras y collados,
general en este caso. Y proponen de morir
Holofernes se apresura Antes que ser captivados.
A juntar lo necesario, Eliachin como era viejo
i mandó dar sus pregones Y en trabajo ejercitado
292 ROMANCERO GENERAL.
Ándase de pueblo en pueblo Mas pues ellos se defienden,
Animando al desmayado , El su Dios les ha ayudado,
Y en la ciudad de Betulia Y si su Dios les ayuda,
Con su gente se ha encerrado, Señor, trabajas en vano,
A do venia Holofernes Pues no basta todo el mundo
Con su gente encaminado. Para entrar en su cercado:
Eliachin desque se vido Mas si en algo le ofendiese '
Con su pueblo atribulado, El te los habrá entregado. —
Mandó celebrar ayunos Holofernes que esto oyera
Porque Dios fuese aplacado, Mostróse muy enojado,
Y él se viste de cilicio Pues nadie le resistía
Con todo su clericado. De los que habia conquistado :
No queda mujer ni hombre Mandó castigar á Achior,
Ni niño muy delicado Y que fuese encarcelado,
Que no hiciese oración O que lo justicien luego
Al alto Dios soberano: Por lo que habia contado;
No queda ciudad ni pueblo Mas los suyos le aconsejan
Do no se haga gran llanto, Que no se mostrase airado,
Haciéndole sacrificios Mas que lo envíe á Betulia,
De lo mejor del ganado. Vaya preso y maniatado
(Comienza la historia de Juditfi, cte. Pliego Para que con los judíos
suelto.) Fuese preso y justiciado.
Ya llevaban a Achior
i El pliego suelto de donde se ha tomado este y los cinco Por su pié, y fuera de paso,
romances siguientes está impreso en 4.°, á dos columnas, en Por una ladera arriba
letra gótica. Parece edición hecha en los aSos de la tercera a Lugar seguro buscando,
la euarta década del siglo xvi. Cuando dan con corredores
Que descubrían el campo :
Las guardas desque los vieron
443. Procuran ponerse en salvo,
CONTINÚA LA HISTORIA D E JUDÍTH.—11. Y dejaron á Achior
Al pié de un árbol atado.
(De Juan Baptista.) Llegan á él los judíos
Gran priesa se da Hoiofernes Y pregúntanle del caso :
Por ver el fin deseado , Acbior les respondiera
Y á la ciudad de Betulia Todo lo que ha pasado :
Con su gente se ha llegado, Los judíos lo desatan
Cuando le vinieron nuevas Y á Betulia lo han llevado,
Que Israel lo ha despreciado. Y delante todo el pueblo
Desque Holofernes lo supo A Achior han presentado
Que Israel se ha rebelado, Para que les diese cuenta
Y que estaba bastecido, Por qué lo han injuriado,
Y apercibido y armado, Y de lo que Holofernes
Y que no hallaba entrada Tenia determinado,
Por do fuese batallado, En no se partir del cerco
Junta capitanes muchos Hasta se haber bien vengado;
Para ser mas informado, Y por tanto lo enviara
Qué tan grande era aquel reino Para con ellos matarlo.
Que tan poco lo ha eslimado, Los judíos que esto oyeran,
Y si es pueblo bien guerrero, Gran temor los ha turbado,
Y en armas ejercitado. Y por las plazas y calles
Habló Achior luego allí .A . Las gentes van lamentando.
Elocuente y bien hablado, Multiplican sus ayunos ,
De Amonitas capitán, Y conoscen su pecado,
Que venía capttvado : Suplicando á Dios del cielo
—Si me das, señor , licencia Que no los haya olvidado.
La verdad te habré contado A Achior bien le sucede,
De estas gentes montañeses Porque habia predicado
Y de todo su reinado, Que Dios fué su ayudador,
Con la ppna de la vida Por lo cual fué desterrado :
Si mi dicho fuere falso. Hécenle fiesta solemne,
Sábete que aqueste pueblo Y fué bien aposentado.
De Osaldea fué sacado, Luego otro día siguiente
Porque el gran Dios que adora Holofernes ha mandado,
Que les dio este principado Que se cuenten los guerreros
Por aborrescer los dioses Que pueden salir al campo,
Que sus gentes adoraron , Y hallaron de los suyos
En pago del cual servicio Y de los que ha captivado,
Siempre Dios los ha preciado, Ciento veinte mil de pié,
Y les diera aquestos reinos, Y veinte mil de caballo.
Sin haberlos batallado; Desque se vio poderoso,
Ca Dios batalla por ellos Tan pujante y ensalzado,
Y siempre los ha guardado, Mándales que se repartan
Y mientras que le sirven Cada haz por lo murado,
Les daba esfuerzo doblado; Y de mejores guerreros
Mas si adoran otros dioses El se queda acompañado :
Luego los ha castigado, Mandó mas cegar las fuentes
Y los da á sus enemigos Y los caños ser quebrados,
Para que sean mal tratados. Porque por sed y por hambre
ROMANCES REFERENTES Á LA HISTORIA SAGRADA. m
Mas presto se lo hayan dado. Orias y sacerdotes
Los judíos desque vieron Vienen luego á su llamado,
Que el agua les ha quitado, Y pregunta qué conciertos
Comienzan á desmayar, Son estos que han celebrado.
y en tierra se han postrado, Ellos dieron sus disculpas,
Suplicando á Dios del cielo Que no fué mas en su mano,
Que d'ellos tenga cuidado, Porque el pueblo desmayaba
Pues que el pueblo desmayaba Y en esto lo han concertado:
Por el agua que ha faltado, Hablara Judith muy fuerte,
Y la que hay en las cisternas Con corazón animado:
Entre ellos se ha ordenado, — ¡Oh hombres de poca fe,
Que se diese por medida, Y cuan mal lo habéis mirado
Y que no se diese abasto. En hacer tan gran ofensa
Lloran viejos y mancebos Al Señor que os ha criado,
Con corazón quebrantado : Pues para que os librase
Lloran viejas y doncellas Le habéis tiempo señalado 5
Con espíritu humillado : Acordar se os debiera,
Y los niños se caian De cómo en tiempo pasado,
De hambre y sed traspasados:, A nuestros padres libró,
Las bestias desfallecían, A Abraham y su engendrado,
Y perescia el ganado: A Jacob y á Moysen,
Unos á otros decían : Y al pueblo santificado,
Sobre tí sea este pecado, De dos mil desaventuras
Pues valiera mas morir Que por él han escapado,
Que vivir tan desastrado. Y pocos años habia
Orias luego habló, Que nos habia rescatado
Rey de aqueste principado : Del poder del enemigo
—No desmayéis, caballeros, Que nos babia sojuzgado.
Ni vos maldigáis, hermanos, Y si agora padesceis,
Pues el soberano Dios Sabed que os ha tentado
En esto nos ha probado; Por ver la fe que tenéis
Y si de quí á cinco dias Con quien tanto vos ha amado.
Ño os hubiere remediado, Pues id vos y esforzad
Haced paces y concordia Al pueblo desventurado,
Con el que os tiene cercados.— Y que ayunen les manda,
Puesto el pueblo en tal estrecho Y conozcan que han errado,
Gran llanto se ha levantado, Y humillen sus corazones
Porque á los que eran fieles Y conozcan su pecado;
No placía este contrato. Que Dios les dará victoria
Dentro de lo limitado;
{Comienza la historia de Judith, Pliego «uelto.)
Y vosotros vos id luego
A aquella puerta del campo,
Y velad toda la noche
A nuestro Dios suplicando
CONTINUA U HISTORIA BE JÜDITH.—1H. Oya las mis oraciones
(De Juan Baptista.) Y el mi deseo, que es sancto,—
Vanse Orias y su gente
Muy triste estaba Israel, Donde les era mandado,
Por lo cual hace gran llanto, Y Judith á su secreto
Porque el cruel Holofernes Entra gimiendo y llorando.
Lo tiene tan fatigado, Vístese luego un cilicio,
Que dentro de cinco días Y en ceniza se ha postrado,
Se pusieran en sus manos, Suplicando á Dios que cumpla
Si no fuera por Judith, El su ruego deseado,
Matrona de gran estado. Y le dé sabiduría
Mujer fué de Manasses, Para vencer al tirano,
De quien había enviudado; Porque conozcan las gentes
Tres ó cuatro años había Que su nombre han blasfemado,
Que lo habia sepultado. Que su Dios es Dios de dioses,
Rica era y muy prudente Digno de ser adorado..
Y devota del muy Alto, Estas palabras diciendo
Por cuyo amor propusiera Su petición ha acabado,
No tomar otro velado, Y levantóse de presto
Por lo cual se retrajera De su penitente estrado,
Y en clausura se ha encerrado Y llamó á una sirvienta
Dentro de su mesma casa, De quien siempre se ha fiado,
En un palacio apartado, Y mandóle prestamente
A do en grande penitencia Que le aparejase un baño,
Su vida iba gastando; En el cual lavó su cuerpo
Y allí le dieron las nuevas Muy hermoso y delicado,
Del tiempo muy abreviado Y ungióse después de limpio
Une le diera el rey Orias Con un ungüento mirrado :
Al pueblo por final plazo, Vístese delgados lienzos,
«esque la nueva supiera Una ropa de brocado;
Por injuria lo ha tomado Calzóse ricas sandalias,
Que tal contracto pasase, Que era muy galán calzado;
Ni concierto tan profano, Cíñese cordón de oro
* mandara llamar luego De ruecas eslabonado;
A ios que lo han contratado. Vístese mangas tranzadas
ROMANCERO GENERAL.
Sacadicos sus bocados; Que era del pueblo contrario,
Pónese ajorcas, y manillas Lo mas presto que pudieron
En sus cristalinos brazos; A ella se han acercado.
Sus dedos llenos de anillos, Desque la vieron tan linda,
Y en el pecho un relicario, Señora, la han llamado,
Y un folíete de antepecho Y preguntante do viene :
De perlas muy salteado, Díceles, que escapando
Con un gorjal muy precioso De mano de los judíos
Dericoesmalte esmaltado; Donde se habia criado,
La gargantica del cuello Porque todos desmayaban,
No tiene precio estimado : Y que les habia pesado
Ponse mitra en cabeza, Por resistir á Holofernes,
. Que era un virginal tocado, Y no le haber convidado
Entranzado á sus cabellos Con sus personas y tierras,
Con trenza de oro hilado : Y con precio atributado.
¡ Madejas parescen de oro Empero que mas querían
Según están relumbrando! Morir que ser captivados,
Y como su hermoso cuerpo Y por no morir con ellos
Era bien proporcionado, D' ellos se ha deshurtado
La su linda compostura Para decir á Holofernes
Mucho mas lo ha adornado: Cómo puede captivarlos.
Su rostro sin apostura Ellos desque aquesto oyeron
Parece deificado; A Holofornes la han llevado,
Porque aunque era hermosa El cual como es de mañana
El Señor la ha apostado, En su tienda está acostado,
Y en suprema hermosura La cual era la mas rica
La dotó en supremo grado. Que podría ser contado.
Desque ya estaba compuesta, Cada estatua era de plata
Y su gente ha saludado, Donde el cordel está atado,
Mandó luego á su sirvienta Las barras eran de oro,
Que le llevase recaudo .' . . Que descienden de lo alto :
Del comer, porque no fuesen El cobertor de la tienda
Costreñidas á buscarlo. De un carmesí rubricado,
Su sierva como es astuta Con franjas de frocaduras,
Muy de presto se ha cargado Muyricamentefranjado.
De vino y algunas frutas , Ricas alfombras y paños
Porque no fuese forzado, Por ornamento y estrado;
Si no lo llevasen ellas, Pero el lecho en,que dormía
De comer con los paganos, No puede ser apreciado ;
Lo cual era defendido, Los bancos eran de cedro
Y por la ley muy vedado. Y de plata son los clavos,
(Comienza la historia de Judith, etc. PliegoY con oro de martillo
suelto.) Cada mastel tachonado;
Y las cintas que los ciñen
Son de tejido dorado :
Los colchones son de Holanda,
CONTINÚA LA HISTORIA DE JUDITH.—IV. Las cuerdas de oro hilado,
(De Juan Baptista.) Las sábanas son preciosas
Por ser de viso delgado :
Ya se partía Judith El cobertor de la cama,
De su muyricopalacio Un brocado de tres altos,
Antes de la media noche, Almohadas y aeiruelos
Y al primer canto del gallo: Ricamente están labrados.
Con ella va su sirvienta, El pabellón que lo cubre
Abia tiene por dictado, Es de rico deshilado,
Y vanse para la puerta De boscajes trasparentes
Adonde estaban velando Con oro y seda tramado.
Orias con mucha gente Pena tenia de muerte
La su venida esperando; Quien entra sin ser llamado,
Y desque á ellos llegó O sin que pida licencia,
En el suelo se han postrado, Y se la hobiese otorgado;
Viendo una mujer tan linda Y por esto con Judith
De corazón tan osado. Al portero han llegado,
Y ansí postrados en tierra Para que diga á Holoíornes,
Nada le habien preguntado; Cómo lo están aguardando,
Mas ruegan á Dios del cielo Con una doncella rica
Que la saque á paz y á salvo , Del pueblo circuncidado,
Y la traiga con victoria Que quiere ver á su Alteza,
De lo que había comenzado. Y besarle pies y manos.
Van ya fuera de los muros El portero entra luego
Bajando por un collado, De su lindeza admirado.
Y por llegar mas aina Holofornes desque fuera
Los valles van travesando. Del portero así informado,
Ya quería amanescer Manda que la den entrada,
Cuando llegaron á un raso. Y ella luego hubo entrado.
Y isto la habian corredores Desque Judith vio á Holofornes,
Délos que andaban cercando, De majestad tan cercado,
i desque la conoscieron Hincó rodillas en tierra;
Sobre su faz se ha postrado,
ROMANCES REFERENTES A LA HISTORIA SAGRADA. 293
Y adóralo como á rey Se le diese de su plato.
Según entre ellos se na usado. Judith como era prudente
Desque Holofornes la vido Esto le habia negado,
Todo está maravillado Diciendo que ella traia
De ver su gran hermosura Para sí manjar guisado.
Y rostro clarificado : El Rey d'esto sospechoso
Mándale que no temiese, Luego bobo preguntado
Y que se haya levantado, Diciendo, que qué haria
Y que dijese la causa Desque lo haya gastado.
Por qué viniera á buscarlo. Dice qué antes que se acabe
Judith como era prudente Habrá ün lo comenzado,
D'esta manera ha hablado: Y después que comería
— Guárdete Dios, mi señor, De lo que le fuere dado.
Y te prospere el estado, Cada noche se salia
Y te haga emperador A un muy hermoso prado
De todo lo ya habitado: Adonde estaba unamente,
Sábete que tu nobleza, Lugar muy aparejado
Y poder magnificado, Para hacer oración
Las tus virtudes sin cuento Después de se haber bañado.
Por las gentes han volado (Comienza la historia de Jtidilh, etc. Pliego
Publicando tus loores suelto.)
Y tu ánimo esforzado;
Por lo cual tuve deseo
De ser sierva en tu palacio.
No me pesa haber venido CONTINUA LA HISTORIA DE JÜDITH.—V.
Pues es verdad lo loado;
Por tanto por mi venida (De Juan Baptista.)
Sey señor certificado Pasados eran tres dias
Que el pueblo de los judíos Y llegádose habia el cuarto,
Está triste y trabajado Cuando se acordó Holofernes,
Desque quitaste las aguas Que su pueblo está cansado,
Y el comer les ha faltado: Y que sería muy justo
Beben sangre de animales, En algo ser recreado,
Y ansí esta desesperado, Para lo cual ordenara
Por lo cual contra su Dios Un buen convite, afamado,
Reciamente han blasfemado, El mayor que nunca ha hecho
Por la cual ofensa hecha Después que anda batallando;
Muy claro les ha mostrado Y mandó que todos coman
Que antes de muchos dias A sus expensas y gastos,
D'ellos habrás triunfado; Y que coman á su mesa
Porque á los sus sacerdotes Los que eran hijos de algo.
Les na sido revelado Desque las mesas son puestas
Que por ser malo su pueblo Y todos se han asentado,
A tí te será entregado, El poderoso Holofernes
Según que antes de Achior De Judith se ha acordado :
Fuiste, señor, informado; Mandado ha que la llamen
Y si me otorgas la vida , Para que cene á su lado.
Dame seis dias de plazo Entra presto el mensajero,
Para que ruegue á mi Dios, Dice que el Rey la ha llamado.
Que nos haya declarado, Judith, como era tan sabia,
Cuándo es su voluntad Su venir no ha detardado,
Que los hayas subjetado, Y fuese para Holofernes
Para lo cual te suplico Adonde estaba cenando. •
Que me fuese otorgado —¿Qué es lo que mandas, señor,
Que nadie me impidiese En que yo te haya agradado ? —
De salir á orar al campo Mandóle que se asentase
A la hora que sintiere Para darle algún descanso.
Que mi Dios me ha llamado.— Judith,hecha su mesura,
El Rey que en su hermosura D'esta manera ha hablado:
Todo estaba trasformado, —No era dina "yo, señor,
Como cuando con la presa De vivir en tu palacio,
El alcon está cebado, Cuanto mas comer á mesa
Manda que por sus reales De un señor tan sublimado;
Esto fuese pregonado: Mas pues que á tí placía
Que á la doncella judía Yo cumpliré tu mandado.—
Nadie la hobiese enojado; Sentádose ha á la mesa
M«s que ande libremente Y pide que le sea dado
Por cualquier entrada y paso • El comer por su sirvienta
Y mandóla aposentar Del manjar acostumbrado.
Do el tesoro está encerrado ¡ Entre el comer y el beber
Que era dentro de su tienda Holofernes la ha mirado,
En un secreto apartado , Y mientras mas la miraba,
Y que cuanto pidiere En ella se ha trasportado;
«ole sea detardado. Y como estaba encendido, *
Lo que Holofernes mandara En comer no es mesurado.
J;or todos es otorgado, Ni menos en el beber
ya su linda hermosura Hasta ser embriagado.
A todos los ha ligado. Después que alzaron las mesas
Mandó mas: que del comer Fuérase para su estrado,
206 ROMANCERO GENERAL.
Llevando á Judith consigo —Dad gracias á Dios, varones,
Para d'ella haber gozado. Y su nombre sea loado;
Judith como en Dios confia Pues que siendo pecadores,
En nada se ha excusado , No miró nuestro pecado;
Y avisó á la sirvienta Mas dio fuerzas varoniles
Que cerca se haya quedado A un cuerpo afeminado,
Para que cuando la llame Para que quede Holofernes
Acudiese á su llamado. Ya muerto y descabezado. —
Llegan ella y Holofernes Y porque mas se gozasen
A aquel su precioso estrado, La cabeza le ha mostrado.
Y un su castrado portero Ellos le dan muchas gracias
Las puertas ha emparejado; Por el trabajo pasado ;
Mas apenas Holofernes Empero porque no yerren
Se acostara en el estrado, De aquesto les ha avisado,
Cuando ya estaba dormido Que tomasen la cabeza
De un sueño muy pesado. Y la hinquen en un palo,
Judith desque así lo vido Y en lo mas alto del muro
De rodillas se ha postrado, Con cuñas la hayan fijado,
Suplicando á Dios del cielo Hacia do estaba Holofernes
No la haya desamparado. Y su real asentado,
Desque hiciera oración Para que en saliendo el sol
Los sus ojos hubo alzado, La descubra con sus rayos,
Y vido un galán alfanje .'. Y que entonces salgan ellos
De un clavo estar colgado, Grandes alaridos dando;
Y desque vido á Holofernes Empero que no descienda
En sueño tan reposado , Ninguno d'ellos al campo,
Ásele de los cabellos Hasta que vean claramente
Para poder degollallo, Que todos andan turbados.
Y á los dos golpes primeros Dicen que ansi lo harían
La cabeza le ha cortado. Como les ha aconsejado.
Vuelve luego el alfanje Salido era ya el sol,
Donde lo habia descolgado, Y el campo se ha aclarado,
Y envolviera la cabeza Cuando salen los judíos
En un paño que ha hallado, Con todo su pueblo armado :
Y aciide para la puerta Apellidos dan de guerra
A do Abia la está esperando: Para mas alborótanos:
Abren pasico las puertas. Los enemigos recuerdan,
Que sin llave han quedado , Y como están desarmados,
Y dio á su sierva la cabeza, A la tienda de Holofernes
Y en un fardel la han echado, Van con paso apresurado;
Y por mas seguridad Mas ninguno llamar osa,
La puerta le han cerrado. Porque aun estaba cerrado,_
Ibanse para la fuente, Y rogaron al portero
Según lo han acostumbrado, Que entrase á despertallo.
Aunque el campo está seguro El portero mucho teme,
Por lo mucho que han cenado. Porque tenia pensado
Ya salen de los reales, Que su señor Holofernes
Y su paso han alargado, De Judith está gozando ;
Y en cabo de pocas horas Mas como le daban priesa
A Betulia han allegado. Que el pueblo está alborotado ,
Fuéronse para la puerta Abre su puerta pasico,
Por donde habian pasado , Y á la cama se ha ajuntado,
A do Orias y su gente Y hallara el cuerpo muerto
Ya la estaban aguardando , En su sangre sepultado.
Aunque ya de su venida Entrara á ver si Judith
Habian desconfiado. Estaba en su palacio;
(Comienza la historia de Judith, etc. PliegoMas desque no la hallara
suelto.) Sale grandes voces dando,
Que su señor está muerto
De Judith, que lo ha engañado.
447. Ellos, en oyendo aquesto,
Gran temor les ha cercado ;
CONTINUA L A HISTORIA DE JUDITH.—VI
Y en esto ya los judíos
{De JuanBapíista.) Se habian presto abajado,
Ya Judith llega á Betulia, Y con gran tropel de gente
Y grandes voces va dando: Con ellos se han encontrado.
—Esforzaos , hermanos míos, Los tristes con el temor,
Pues que Dios nos ha ayudado , Y como están descuidados,
Que al soberbio de Holofernes Por dichoso se tenia
Os dejo descabezado.— El que d'ellos se ha escapado.
Orias desque lo oyera, Los judíos van tras ellos
Del hecho maravillado, Hiriéndolos y matando;
Manda luego traer hachas Mas los que mejor huían
Para saber del estrago. Esos son mejor librados.
. Cuando las hachas vinieron Y después que los tuvieron
Ya el pueblo está juntado : De su tierra desterrados,
Allí hablara Judith Vuelto se habían á las tiendas
Con ánimo no turbado: Del real desbaratado,
Y recogen las riquezas
597
ROMANCES REFERENTES Á LA HISTORIA SAGRADA.
Pecho, el arco, no haga estorbo
Que les habían dejado,
Y Uévanlas á Betulia Se cortan el uno á cercen :
para que fuese ordenado Las que en belleza, también
Que todo el despojo fuese Como en la aspereza, exceden
Ante Judith presentado, A cuantas el Tañáis viven,
Para que lo tome todo Y cuantas el Tigris beben :
Pues que lo ha trabajado. Las que al fin mujeres siendo
Mas Judith como era santa Monstruos de Libia parecen,
Todo lo ha renunciado, Aunque en cualquiera región
Y mandó lo repartiesen Somos monstruos las mujeres ;
Según que lo han usado, Señor, á voces te piden
Y lo que á ella cupiese Nombres esposo tan fuerte
Lo diesen al templo santo. Y tan noble, como el brazo
Israel desque se vido De Sofonisba merece.
De tal peligro librado, Entré en consejo de Estado
Hace muy solemnes fiestas Con ellas, y se resuelven
Por un hecho tan nombrado, En que el rey de Babilonia
Y con músicas y danzas "La merezca solamente,
A Dios han glorificado; Con la misma condición
Y por dia memorable Que nuestras estrechas leyes
Este celebran cada año, Piden, porque de este modo
Y á Judith mientras que vive Nuestros reinos se conserven;
Por señora la han honrado, Y para que de los dos
Y el honrado de Achior Igual sol"nazca, que herede
Ya judío se ha tornado, Los que heredo yo en la Arabia
Y pide en señal de aquesto De Tiro y de Mitilene,
Que quier ser cincuncidado. A Babilonia darás
Judith á la su sirvienta Príncipe si varón fuere,
Libre la habia dejado, Y si mujer, daré reina
Y dotóla de heredades A mis amazonas fuertes.
Para que viva en descanso; Cuarenta mil me acompañan
De lo cual sea Dios bendito, Con los maridos que tienen
Y para siempre loado. Para esta ocasión agora
etc.
{Comienza la historia de Judith. Pliego Esperando que les lleve
suelto.) La resolución que aguardan,
Por cuyas nuevas alegres
Las albricias que aperciben
Para tí, son las siguientes.
NABUC0DON0S0R Y LAS AMAZONAS. Cien caballos enjaezados
i
(Anónimo .) Todos de manchadas pieles;
Cien elefantes cargados
Después de darte, Nabuco, De oro y plata con que pueden
El parabién que se debe Hacer una estatua, donde
A la victoria que alcanzas Por Dios te adore la gente;
Del Palestino rebelde, Un carro, para que triunfes,
Y que su pueblo cautivo De marfil, que de relieves
A Babilonia trajeses, De oro, y rubios girasoles
Porque la fama tu nombre Pintados tus hechos tiene.
Solo tu valor celebre; Las perlas te dan sus conchas,
Pues besan tantas naciones, Y por único presente
Como se miran presentes, En jaula de coral rubio,
Tu pié, y rinden vasallaje Gran señor, verás el fénix.
A tu poder, para siempre, Esto te dan los deseos
Digo que mis amazonas, De mis provincias, y advierte
Invencible y fiera gente, Que yo en persona he venido,
Que el Asia ocupa sus brazos, Y que delante me tienes.
Y Arabia y Fenicia temen; Quién es Sofonisba sabes:
Las que en los climas que habitan En valor y sangre excede
Hombre ninguno consienten, Por su padre y por su madre
Y los maridos con ellas A los orientales reyes.
Mas que una noche no duermen, Lo que toca á su hermosura,
Y esto para que no falte • Nabuco, no se encarece,
La sucesión que conviene Aunque dicen en el Asia,
A la razón del Estado Que reina pudiera hacerme.
Con que se gobiernan siempre; Mas porque te satisfagas,
Las que el yugo de Alejandro El embajador que viene,
Cuando á todo el mundo vence. El retrato trae consigo,
No consintieron jamás Mírame bien pues es este.
Indomables y valientes; {Primavera y flor de Romances, %.& partft.)
Las que de valor armadas,
Las que vestidas de pieles * Es una relación como las de comedia.
L¡e sus flechas con las plumas
emprender al sol pretenden,
» no hay ave sobre el aire, 449.
Segura fiera en su albergue,
DAVID Y GOLÍAS.
Monte, corriendo, ó volando,
yue sus arcos no sujeten; (De Lorenzo de Sepúlveia.)
t ara cuyos ciertos tiros, Gran guerra tiene Saúl,
forque aUrrimar al fuerte Muy sangrienta es ia batalla
298 ROMANCERO GENERAL.
Con aquestos filisteos, Esa tu persona brava;
Gente á su reino cercana. Cortaré yo tu cabeza
Pelean como valientes, Con esa tu propia espada.—
Unos á otros se matan, Luego tomara una piedra
A todos Saúl vencia , De aquellas tres que llevaba;
Los contrarios desmayaban. En la honda la ponia,
-A ayudar los filisteos A Golías la tiraba.
Un gran gigante llegaba; Dióle en la frente con ella;
Golías babia por nombre, Del golpe le derribaba:
De catadura muy brava, Fué sobre él muy denodado,
De desmesurada fuerza; Su cuchillo le tomaba;
A todos hería y mataba : Cortóle la su cabeza,
Tan valiente es que á diez mil Por las barbas la tomaba,
•Vencería en la batalla. Volvióse para el real
Los judíos que lo vieron, A Saúl la presentaba,
Con su vista desmayaban; Que recibió gran placer :
Cobraron gran cobardía Con su hija lo casaba.
De su catadura mala; (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente meado», etc
Huyendo iban ante él,
Que ninguno lo aguardaba.
En el real están todos, 450.
No salen á la batalla.
En el real de Saúl DAVID QUE LAMENTA I A MUERTE DE SAÚL.
Tres hermanos guerreaban; (Anónimo*.)
Hijos eran de Esaí
Y hermano á David le llaman: Llanto hace el rey David,
Allí estaba el buen David, Sus ojos fuentes tornados
Que su padre le enviaba. Por la muerte de Saúl
Estando allí todos juntos . Y sus hijos tan preciados :
Oyeron pregón que daban D'esta manera decía
Por mandado de Saúl; Por mas doblar sus cuidados ;
• Lo siguiente declaraba : —¡ Israel, mira tus montes
—Que si caballero hobiese Cómo están ensangrentados,
Que saliese á la batalla De la sangre de tus nobles,
Con Golías, gran gigante, De tus nobles y esforzados!
Gran cosa le sería dada, ¡ Ay dolor, como cayeron
Y si en ella lo venciese, Varones tan estimados!
Hermosa mujer cobrara, No sepan en Filistea
En Michol sola su hija, Casos tan desventurados,
Que es hermosa y agraciada, Ni se alegren las mujeres
Con la mitad de su reino, De los incircuncidados.
Lo cual todo lo otorgaba.— ¡Oh montes de Gelboé,
Estando dando-el pregón Malditos séais llamados!
Los judíos desmayaban: El cielo os quite el rocío,
Huyendo van de Golías, No llueva en vuestros collados,
Que los heria y mataba. Ni lleve Dios mas primicias
David, que huir los vido, De todos vuestros sembrados.
Sabida por él la causa Do fueron muertos los fuertes
Quedó muy maravillado Y sus escudos quebrados,
De su cobardía tanta. Donde murió el rey Saúl,
Fuera luego ante Saúl: Rey de reyes consagrado:
Licencia le demandaba ¡Como si no fuera ungido
Para lidiar con Golías Fué muerto délos malvados!
El que á todos asombraba. ¡ Oh mi Jonatas! ¡ mi hijo!
Dijo al Rey, que no temiese ¡ Hombres nunca acobardados,
De hacer lo que demandaba, Mas que águilas lijeros,
Que un oso y león ha muerto Como leones osados!
Que sus ganados mataban. Llorad, hijas de Judea,
Cuando Saúl vio desfuerzo Y teñid vuestros tocados,
Que el niño David mostraba, Que ya es muerto vuestro Rey
Luego le mandó armar Que os daba paños preciados,
Y con sus armas le armaba. Y sin cuento atavíos
Con ellas no puede andar, De sedas y brocados.
De sobre sí las quitaba: ¡ Oh mi Jonatas, mi amigo,
Tomó su cayado y honda; Único entre nos amado,
Tres piedras David tomaba Duélome de la tu muerte,
Metidas en su zurrón, Duélome de los tus hados!
Que puesto al cuello llevaba. Con amor de padre á hijo
Fué donde estaba el gigante Eramos yo y tú ligados,
A comenzar la batalla : ¡ Oh fortuna muy cruel,
Golías cuando lo vido Cómo somos apartados,
Esta pregunta le daba : De la dulce compañía
—¿ Soy yo perro por ventura, A qu'estábamos llegados!
Que vienes con tales armas? (Cancionero deRomancet.)
—No solo traigo el cayado,
El niño le replicaba, » Romance popular, aunque artístico é inspirado porta Bi-
Para yo lidiar contigo , . blia á un poeta, que sabía comprenderla é imitar su estilo na-
Mas el Dios que yo adoraba. ble, sencillo y severo.
Con su nombre venceré
ROMANCES REFERENTES A LA HISTORIA SAGRADA. 299
45L Siete dias con sus noches,
Retraído y apartado
DAVID Y BERSABÉ. Mucha penitencia ha hecho;
De Dios quedó perdonado.
(De Lorenzo de Sepúlveda.)
( SEPÚLVEDA, Romanea nuevamente sacados, etc.)
El Rey amado de Dios, 1
Que es David el muy nombrado, Compárese esta fria narración con el sentido, noble, épico-
Cruel guerra ha con Amon, lírico del anterior romance, y se verá la enorme diferencia que
AI su reino muy llegado. hay entre el poeta que calca sus composiciones sobre un libro
A su capitán Joab en prosa, y el que, empapado de poesía-, se abandona al senti-
miento espontaneo que le inspira un asunto.
Contra Amon habia enviado;
El quedó en Jerusalen
Cabeza de su reinado.
El amor, como es tan ciegOj 452.
¡ Oh qué mal que lo ha engañado! AMON Y TAMAR.
Paseándose está David
Un dia por su palacio; (Anónimo*.)
Desde unos corredores Grandes males finge Amon
Bersabé se habia mostrado. Por amores de Tamar :
Casada era con Urías, ¡ Harto mal tiene quien ama,
lirias Eteo llamado. No ha menester fingir mas!
En el real de David Por los ojos de la hermana,
Está el caballero honrado: Flechado el hermano está,
Bersabé era muy hermosa,
Graciosa en extremo grado; Tanto que á ser mas honestos
Junto estaba de una fuente Fuera santa la hermandad.
Lavándose el su tocado. A la causa del engaño
Luego que David la vido Pide la venga á sanar,
Quedó d'ella enamorado. Que Tamar tiene el remedio
Envió luego por ella, De su misma enfermedad.
Fué traída á su palacio, Diólo Tamar de comer,
Y sin ninguna tardanza Y Amon que vio su beldad,
Con ella se habia mezclado, El gusto puso en los ojos,
No solamente esta vez, Y así comió con mirar.
Si otras muchas lo habia usado. Por no aguardarla mas tiempo •.
Empreñóse Bersabé, La gozó el hebreo galán,
De David se habia empreñado. Y con ser que era judío
A su capitán Joab Dejó entonces de esperar.
En secreto habia mandado Gozóla, y aborrecióla,
Que á Urías, buen caballero, Que al gusto sigue el pesar,
Ante todos sea parado Y aunque ella sintió la fuerza
Al tiempo del combatir El desprecio sintió mas.
Algún pueblo señalado, Gozada y aborrecida
De manera que lo maten A buscar venganza va :
Y no pueda ser librado. ¡Huye,Amon! ¡mira por tí!
Lo que David le mandó Que es mujer y la ha de hallar.
Joab lo tiene ordenado, (Pñmaverayflorde Romances, etc. 2.a parte.)
Que combatiendo á Rabat » Bien se conoce en este romancillo la deviación del espíritu
Muerto fuera el no culpado. grave y severo que nuestra poesía experimentó antes dn mediar
Sabido lo ha David, el siglo XVII , y que corrompió enteramente la de la otra mitad.
Con Bersabé se ha casado. Cuando se vea á los poetas jugar con la lengua y abusar de
Nathan, profeta de Dios, ella, bien cerca está el tiempo de su corrupción, de la de la
A David le ha preguntado, poesía, y aun de la moral.
Díjole :—Un hombre rico
Tenia mucho ganado;
Un pobre vecino suyo 453.
Una oveja por rebaño,
DAVID Y ABSALON
Y el rico se la tomó
Con el corazón dañado : (Anónimo •»)
No contento con el robo Con rabia está el rey David
Al pobre habia matado. Rasgando su corazón,
Respóndeme, rey David, Sabiendo que allí en la lid
¿Qué pena terna el culpado? — Le mataron á Absalon.
Respondió David , que es digno Cubrióse la su cabeza
De muerte por tal pecado. Y subióse á un mirador;
Replicó Natham : — ¡ Oh Rey, Con lágrimas de sus ojos
Tú mismo le has condenado! Sus canas regadas son.
Tú, David, eres el rico, Hablando de la su boca
Urías, pobre cuitado : Dice esta lamentación :
Tú tenias muchas mujeres, «¡Ohíillimihí, fillimihi!
El una sola en su cabo : » ¡ Oh íilli mihí, Absalon! >
A Bersabé le tomaste, ¿Qu'es de la tu hermosura?
Con ella eres ya casado , ¿ Tu extremada perficion?
Y ni aun siendo así contento, Los tus dorados cabellos
Muerto fué por tu mandado, Parescian rayos del sol;
ue parte de Dios te anuncio Tus ojos lindos, azules,
Maldición por tu pecado.— Cual jacinto de Sion :
Cuando esto oyó David ¡ Oh manos que tal hicieron,
Con gemidos ha llorado. Enemigas de razón!
300 ROMANCERO GENERAL.
¡Oh Joab! ¿que hicistes? 455
¡ No lo merecía, no!
Miraras qu'era mi hijo CRUELDAD DE UNA MADRE EN EL SITIO DE JKRUSALSN
Engendrado en bendición : POR TITO.
Que quien le daha la muerte (De Juan de la Cueva *.)
Me doblaba la pasión.
Si era desobediente La excelsa Jerusalen,
Yo le otorgara perdón : Cuyo nombre vive escrito
Si mi mandado cumplieras, En la memoria del mundo
Trujerásmelo á prisión. Sin que lo borre el olvido,
¡Oh madre, que tal pariste! Cuando en su mayor nobleza
¿Cómo habrás consolación? Y con mayor poderío
Rómpanse las tus entrañas, De Tito Vespasiano
Rasgúese el tu corazón : Fué cercada, y por el mismo
Llorémosle padre y madre Combatida de tal suerte
El fruto de bendición. Con un cerco tan prolijo,
«¡Ohfilli mihi,íillimihi! Que vinieron á tal hambre
» ¡ Oh filli mihi, Absalon!» Los miserables judíos,
{Cancionero de Romances.—It. Segunda parte del Que comian por regalo,
Cancionero general, edición de 1552.) Después de haberse comido
• Las mismas observaciones que al del núm. 451 pudieran Todos los perros y gatos
hacerse aqui: pero en este romance hay mas afectación de Y las bestias de servicio,
ciencia, y menos inspiración que en aquel. Las suelas de los zapatos,
Y el cuero en agua cocido,
Las pajas del muladar
De entre el estiércol podrido.
LA PRESA DE JERUSALEN POR TITO. Llegó á tanto la miseria
1 Que pasó de lo que digo;
{Anónimo .) Y así contaré un ejemplo
La señora de las gentes Con que se apruebe lo dicho,
Lloraba fuerte y plañía, Y vean, que por él solo
Porqu'el emperador Tito Lo demás será entendido.
De crudo luego l'ardia. Estaba en esta sazón
Aquellos sus fuertes muros Una mujer, que no escribo
Con pertrechos se batían; Su nombre, porque no es justo,
Las altas torres y casas Aunque anda escrito, escribillo,
Por el suelo las metían : Mas borrando su memoria,
El templo santo sagrado, Sepultallo en el olvido,
Que ya Dios aborrescia, Porque tan horrible hecho •
Deshacen por los cimientos; No fuera en el mundo escrito,
Su memoria perescia : Porque no fué el de Medea
Holocausto y sacriücios Ni el de Tulia tan maldito,
Ya del todo fenescian; Ni el matar Cila á su padre
Por el monte de Sion Por agradar al rey Minos.
De sangre arroyos corrían, Esta inhumana mujer
Y la sangre injusta y baja Luego que la guerra vido
El fuego mas encendía. Comenzar, por mas seguro
Aquellos hombres ancianos A Jerusalen se vino
Que por las puertas se vian, De un lugar donde vivía
Escritos los mandamientos ' En estado y poder rico;
La vida aquí consumían : A la cual, como aquejase •
Los mozos tan bien vestidos La hambre, perdió el sentido,
Que cantar himnos solían,
D'ellos son descabezados, Y aun el amor natural
D'ellos esclavos venían. Que el padre le debe al hijo,
Las vírgenes delicadas, Cual esta inhumana fiera
Su sangre y vida perdían; Con su propio hijo hizo, ¡ i
. Las madres, de pura hambre Que criándolo á sus pechos,
Los propios hijos comían, Viéndose en mortal peligro,
Y después por el cuchillo Por satisfacer su hambre
En pago d'ello morían. Pospuso el amor debido,
— ¡Hijos de Jerusalen, Y tomándolo en los brazos
En altas voces decian, De la hambre enflaquecidos
El término traspasa stes; Que apenas podía tenello,
La gloria vuestra es perdida! Así dijo al tierno niño :
En todo el orbe mundano —Hijo, dulce gloria mia,
No teméis cierta guarida : Regalo del vivir mió, .
Viviréis en vituperio Antes que seáis del todo
Los dias de vuestra vida, De esta hambre consumido,
Y por mas Dios ya no oiros Tornad lo que recebistes
De nubes cierra la via. De mí, de quien sois nacido,
No quiere ya sacrificios, Y volveos á aquella parte
* Ya es vuestra oración perdida, Do fué de vos recebido
Porque al Justo condenastes El espíritu vital,
Por malicia y por falsía.— Cuando fuistes concebido;
Y así el vientre en que anduviste»,
(Cancionero de Romanea.) Por vuestro sepulcro elijo.—
P e
c^tM°, wl? JÍ2 a
r
rtis ico
* tornee, inspirado al poeta por la Esto diciendo, asió del
Con ánimo selvajino '
Instigada del furor
ROMANCES REFERENTES A LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. SOI
De los estigios ministros, Ardiendo en furor estigio,
Y con una fiera espada Cortó un gran pedazo 3'él,
Al tierno hijo ha herido, Y en un fuego que encendido
Sin ser movida á piedad, Tenia, lo asó, y al punto
Como madre, de oir sus gritos, Su cruel hambre satisfizo,
Ni ver la inocente sangre Y lo demás que pesiaba
Que le bañaba el vestido, Arrojó á los. enemigos,
y le tenia las manos, Añadiendo yerro á yerro,
Que los miembros ofendidos Y un delito á otro delito.
Le palpitaban en ellas, (COEVA, Coro ftbeo, etc.)
En el horrible martirio. * Vese aquí ya bien marcada la corrupción y extravio del
Sin que el inhumano pecho gusto noble de la buena poesía. Un asunto por sí terrible y
Fuese á terneza movido lleno de interes.ahogado entre la afectada sensibilidad y pedan •
Viendo abiertas las entrañas tismo de un poeta de la ultima década del siglo xvi. Compáreso
Del hijo de ella parido, este romance con el del núm. 454, más rudo en verdad, pero
Llena de furia rabiosa, bello y severo.

SECCIÓN DE ROMANCES REFERENTES A LOS TIEMPOS MITOLÓGICOS


Y HEROICOS DE GRECIA Y DE ROMA.

Acabar esta conquista,


ÉPOCA HEROICA DE GRECIA. Por lo cual muy enojado
A los romanos envía
Que le otorguen otros cinco
456. Para acabarlo y dar cima,
U « COLUMNAS CE HÉRCULES EN SEVILLA, Y PBED1CCI0N Lo cual le fuera otorgado,
DE LAS GRANDEZAS. DE CÉSAR. Y con aquesta osadía
A toda España con armas
(De Lorenzo Sepúlveda.) En subjecion la ponia.
Hércules el esforzado Y llegan á aquel lugar
Muchas lides ya vencidas Adonde dejado habia
A Sevilla la nombrada Hércules aquella imagen :
Hizo nueva venida, Admiróse en demasía,
Que no era poblada entonces, Y aunque estaba hecha piezas,
Sino desierta y esquiva; Mandólas juntar de guisa
Y visto el sitio y postura, Que se pudiesen leer
Seis pilares le ponía Las otras que en sí tenía,
Por señal para adelante, Al cual no le pareciendo
Adonde se fundaría. De allí mudado la habia,
Encima de los pilares Y en el lugar que es agora
. Una gran tabla muy fija, Hispalense le ponia
De mármol muy trasparente, Por nombre, como primero,
Con letras que ansí decían : Que antes ansí fué dicha,
«Aquí será edificada Por ser fundada en estacas
La gran ciudad algún dia.» De palos entretejidas;
En ella estaba pintada Y de allí pasara á Cádiz,
Una imagen á la antigua, Que era herniosa á maravilla,
Con un letrero en la mano Por ver las antigüedades
Que hacia el Oriente mira, Que de los gentiles fincan;
El cual decia d'esta suerte : En la cual hallara un templo
«Hasta aquí llegado habia De rica labor y prima,
Hércules el fundador,
Esforzado en demasía :¡> Que á Hércules dedicaron
Por tenello en grande estima.
Y estando de esta manera Esculpidas allí estaban
Aconteció de esta guisa, Imágenes de alta guisa,
Que entre César y Pompeyo Entre las cuales estaba
wande contención habia, La de Alejandro, muy rica,
Luanda el Imperio Romano Contrahecha al natural,
En su trono residía, Como si estuviera viva;
Por lo que le fué mandado La cual miró Julio César,
Que cada cual se despida Y d'esta suerte decia :
rara ir á conquistar —Siendo de cuerpo pequeño,
Los que contra Roma habia. Y tan feo en demasía,
L uno va para Oriente, Has hecho tales hazañas
W o á Occidente partía. Que todo el mundo temia;
dueles puesto plazo á entrambos, Pues yo, siendo tan hermoso
Si cada cual no venia Y demás alta medida,
A cabo de los cinco años, ;, Por qué no te imitaré
En hechos y valentía?—
«ue no se recibiría Y en aqueste pensamiento
«mas por emperador A su posada se iba,
a'ai plazo no se volvían. Y en aquella misma noche
Tn>, Clll
co el buen Pompeyo Sin gran sueño soñaría
iodo.lo mas conquería; Que él empreñaba á su madre,
Mi
»s Julio César no pudo
302 ROMANCERO GENERAL.
Det cual turbado se había. Ni yo me quejo de Ü,
Mandó llamar á un gran sabio Aunque á tí el daño te alcanza,
Y en mas serás ofendido
Que de planetas sabía; Si la venganza dilatas,
Preguntóle le dijese Porque son las ofendidas
Lo que significaría. Las diosas y ninfas sacras,
El Astrólogo responde, De Casiopea tu esposa,
Y el sueño le descubría : Que blasfemando se alaba
Que su madre era la tierra Que excede en belleza á todas,
Porque la sojuzgaría, Y á Juno, mi esposa amada.
Y que habia de ser monarca, De esto se ha ofendido el cielo
Que todo lo mandaría. Contra tí y contra tu casa,
Ansí se cumpliera el sueño Y sí quieres dar remedio,
Gomo sabemos hoy día. Uno solo el daño ataja,
Y es : que Andrómeda tu hija
( SEPÚLYEBA , Romances nuevamente sacados, etc.)
Sea al mar sacrificada " •
Atándola en una peña,
457. Para que una bestia brava
PEBSE.O LIBERTA D E L A MUERTE A ANDRÓMEDA. La despedace, y con esto
(fie Juan de la Cueva.) Será tu pena acabada;
Y si no, mayores males
Aquejado de los dioses De los que has visto te aguardan.-—
El triste Cefeo andaba, Cesó el ídolo, y Cefeo
Sin hallar remedio alguno, De la respuesta se espanta.
Ni vía, aunque la buscaba, Quedó suspenso y temblando,
Para que tantas desdichas En el cuerpo helada el alma,
Acabasen, cual pasaba. Sin saber qué responderse,
Determina querellarse Ni qué sobre el caso haga;
A los dioses que adoraba, Qué el apremio le compele,
Y entrando en el templo, á Jove Y el amor de padre le ata.
De esta suerte con él habla : Estando en aquesta duda,
—¡ Oh gran hijo de Saturno, En ella dando mil trazas,
Que en el celestial alcázar Metido en mil confusiones,
Habitas, á quien la suerte Con mil congojosas ansias,
Entre los dioses fué dada Poniendo el caso en razón,
De ser entre todos ellos Aunque en tales casos falta,
El que mas puede y mas manda! Se dispuso al crudo hecho
¡ Oh t ú , que al terreno suelo Sin mas reparar en nada,
El ardiente rayo lanzas, Por acabar sus desdichas,
Que á los soberbios castiga, Pues de aquel modo acababan,'
Cual á la terrestre escuadra, Ofreciendo la inocente
Y desde tu impireo asiento Por redimir la culpada.
De los hombres ves las causas, Fué do está la bella virgen
Y con justicia inviolable Libre de culpa, y no salva
Son por tí determinadas ; De la rigurosa pena
En la cual vengo seguro, A que estaba condenada,
Y postrado ante tus aras! A la cual le dice el padre
Suplico á tu gran deidad Con ánimo , aunque con lágrimas •
Respuesta se me dé clara, —Hija Andrómeda, no es tiempo
Que me aclare, deshaciendo De usar de razones largas :
Las nieblas de mi inorancia, La muerte te está aguardando,
¿ Qué delito he cometido Y el hado á morir te llama;
Contra tu majestad alta, Que el oráculo de Jove
Por el cual tu fiero brazo Me dice que así se aplaca
De castigarme no alzas, Su ira, y nuestra miseria
Con tan diferentes males, Con tu muerte se repara.—
Que ya las fuerzas humanas Andrómeda, oyendo al padre,
No pueden compadécenos Pierde el color y la habla,
Y la paciencia se acaba, Y quedándose suspensa
Porque si la culpa es mia, Mirándole, se desmaya.
Con la enmienda satisfaga • Cógela el padre en sus brazos
El yerro, y con sacrificios Deshaciendo sus entrañas
Aplaque tu ira brava?— En llanto, y la triste madre
En diciendo esto, Cefeo Despavorida y turbada,
Con tiernas lágrimas baña Caida sobre su hija
La peaña del altar, El hermoso rostro rasga,
Que ella y la estatua temblaban. Dando voces contra el cielo,
Comenzó á temblar Cefeo, Que tan dura cosa manda.
Y el esfuerzo y voz le falta; Vuelve Andrómeda en su acuerdo,
Gime, y lleno de pavor El padre la lleva y ata
El cabello se le alza, A una roca, junto al mar, •]
Y elfindel portento horrible, Donde le mandó la estatua.
Aunque temeroso, aguarda. Dejóla allí el padre cruel,
Y así, estando sin aliento, Con fuertes nudos atada,
Nijpoder hablar palabra, Y pénese desde afuera
Vio que el ídolo de mármol, A ver el fin, y en qué para,
Moviéndose, asi le habla : Do la madre y los parientes
—No me ofendes t ú , Cefeo, El triste suceso aguardan.
Ni tengo contra ti saña, Vueltos los ojos al cielo,
ROMANCES REFERENTES Á LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. 503
La bella virgen turbada Perseo, que sobre el mar
Se querellaba del padre Con prestas alas andaba,
Y de la madre, se agravia, Les dice : — Mejor consejo
De los dioses soberanos, Que llorar, pide esta causa;
Porque así la castigaban Que á las fieras no enternece
A ella, sin tener culpa, El llorar, ni las amansa;
Con pena tan inhumana. Mas si queréis que sea libre
Perseo venía rompiendo Vuestra hija, séame dada
El aire , con prestas alas, Por mujer; y no entendáis
De dar la muerte á Medusa, Que la casáis mal casada, •
Y su cabeza cortada Que soy hijo del dios Jové,
Traia llena de sierpes, Y por mí es descabezada
En que Minerva enojada Medusa, cuya cabeza
porque profanó su templo Traigo, y puedo con mis alas
Volvió las hebras doradas, Volar por el alto cielo,
Y como oyó los gemidos Cual veis la experiencia clara;
De Andrómeda, el curso para, Y si me la prometéis
Y viendo su hermosura, Será por mi brazo salva
Ser diosa creyó sin falta; Del riesgo en que está, y conmigo
Mas certificado bien Vivirá en paz sosegada.—
Ser mujer, el vuelo abaja, Oyendo aquesto, á Perseo
Y puesto junto con ella, Los padres le dan palabra
Ya de amor presa su alma, Que sería su mujer,
Aunque dudoso al principio Siendo por él libertada,
De amor, que las lenguas ata, Con la mitad de su reino
Le dice : — Dime, ¿ quién eres ? Que por dote le señalan.
: De qué tierra ? ¿ Y por qué causa A este punto, ya la fiera
Te tienen de aquesta suerte Bestia al puerto se acercaba,
Desnuda, á esta roca atada?— Tan grande como un navio,
Quedó de oir á Perseo Y apriesa el agua rasgaba
Andrómeda avergonzada, Para comer la doncella,
Y no pudo responder De la cual ya cerca estaba.
Del frió miedo, palabra; Perseo con presto vuelo
Y de vergüenza y- temor Sobre las nubes se alza,
Nuevas lagrimas derrama,. Y andábala rodeando
Y levantando los ojos Por entralla descuidada;
Bellos, cubiertos de agua, Y así, cuando mas segura
Le responde así á. Perseo, La vio, encima de ella salta,
Que su respuesta aguardaba : Y hasta la empuñadura
—¿Qué quieres, joven aligero, Le esconde la fuerte espada.
Que te diga, si me falta La bestia con el dolor,
El espíritu, y la voz Revuelve, y hácele cara;
Se me muere en la garganta ? Perseo se da tal priesa
Y cuando decir pudiera Que la turba y desbarata,
Todo lo que me demandas, Y asi se esconde unas veces,
Tengo tan cerca la muerte, Y otras el pecho levanta
. Que el poderlo hacer me ataja; Sobre las revueltas ondas
Y es tanta mi desventura A satisfacer su rabia.
Que con ser, ¡ ay suerte infanda! Perseo no le da espacio,
Hija del gran rey Cefeo Porque unas veces la llaga
Que esta tierra que ves manda, Por el vientre, otras el lomo
Por la culpa de mi madre • Con la aguda punta pasa,
Soy á muerte condenada, Otras le hiere el costado
Porque dijo contra Juno Y las entrañas le rasga.
Y contra las ninfas sacras El monstruo con tantos golpes
Hijas del gran dios Nereo, Sangre por la boca lanza
Que en el mar tienen su estancia, Muy apriesa, con que Uñe
Que les excedía en belleza En sangre todas las aguas.
A todas, y d'esto airadas Mientras Perseo y el monstruo
Mandaron ponerme aquí Andaban en su batalla,
Para ser despedazada Los padres con oraciones
De un fiero monslíuo marino A Júpiter suplicaban
Que en mí vengará la saña Diese vitoria á Perseo
De la diosa y de las ninfas, Contra aquella bestia airada.
Sin ofenderles yo en nada.— Subieron sus rogativas
Estando en esto, el mar sesgo Al cielo, y su ira aplacan
Se conmueve, altera y alza, Los dioses , dando Vitoria
i por cima de sus ondas A Perseo en su demanda. .
Se muestra una bestia brava El cual, teniendo ya muerto
Haciendo espantable estruendo El monstruo, el mar deja y salta
Que horrible pavor causaba. En tierra, y llega á la roca
Miando Andrómeda la vido, Do Andrómeda estaba atada;
La voz llorosa levanta Rompe las fuertes prisiones,
Y
Minificando su miedo, Y d'ella la libra y saca,
a los tristes padres llama, Y entrégasela á sus padres;
Los cuales despavoridos Llévanla á su real casa ,
Acuuieron, y lloraban Donde llegado Perseo
»u muerte, viendo la bestia
Wue las ninfas enviaban. Con Andrómeda se casa,
Y con alegre himeneo
ROMANCERO GENERAL.
504 A Andrómeda, en cuyo fue«o
La boda solemnizaban
Los deudos del rey Ceieo, Tenia abrasada el alma.
Y los que el reiuo mandaban. Perseo le ataja, y dice :
Estando en este contento
Se oyó un ruido de armas —Yo te doy mi fe y palabra,
Dentro en el real palacio, Que no mueras por tu yerro,
Y vio la gente alterada, Con hierro.—Y al punto saca
Porque venia Fineo,
Tio de la desposada, La cabeza de Medusa,
A dar á Perseo la muerte, Y de la suerte que estaba,
Porque siéndole á él mandada Hincado ante él de rodillas,
La desposaban con él;
Y por esto ardiendo en saña Se convirtió en piedra helada ,
Contra Perseo se puso Que quedó allí por memoria
Blandiendo una fuerte lanza, De Perseo y de su hazaña.
Diciendo : — ¡ Agora veré, 458. (CUEVA, Coro febea.)
O Perseo , por qué causa
JASON Y E L VELLOCINO.
Te casas tú con mi esposa,
A mí siéndome quitada! (De Lorenzo Sepúlveda.)
No te librarás de mí, De Grecia parte Jason,
Ni agora te valdrá nada A Coicos lleva su via
La cabeza de Medusa A ganar el Vellocino
Por quien adquieres tal fama; De que gran honra adquiría.
Ni el ser Júpiter tu padre, Navegando con su armada
Ni ser Minerva tu hermana.— A Lemos llegado habia,
Iba á tirar, y Cefeo Do era reina Hisiíile,
Le dice : — ¡ Oh loco! no hagas De muy grande lozanía.
Tal cosa, que del gran Jove Viendo á Jason tan hermoso,
Por mujer le fué entregada, Con gran amor le acogía;
Como aquel que la libró Enamorábase del,
Bel mortal paso en que estaba, Hácele mucha caricia.
Del cual ni tú la libraste, Gran tiempo gozaron juntos
Ni saliste á la demanda; Del amor que se tenían.
Antes, cuando él combatía, Jason se partia á Coicos,
De lejos la lid mirabas, Hisiüle tristetinca:
Y lo que tú hacias llorando Consolábala Jason,
El hacia con la espada, Con lágrimas le decia :
Y agora que la ves libre —No vos asustéis, señora,
Sales por ella á la causa.— De mis ojos alegría,
Fineo miró á Cefeo Que el corazón me revienta;
Airado, y de sí lo aparta, La vuestra congoja es mía.
Y tira la lanza*fiero, Muy aína será mi vuelta ;
La cual hincada, en la cama Los dioses por bien lo habrían.-
Quedó blandiendo, y Perseo Hisiíile respondió:
Puesto en pié, de allí la arranca. —¡ Oh Jason! como la vida
Tornándosela á tirar, Perderá este triste cuerpo
A Reto con ella enclava Cuando vea tu partida;
Por la frente, y cayó muerto, Temo de perder tu amor,
Cuya muerte los ensaña Que en olvido me pornias,
A cuantos habia en la Boda; O por alguna extranjera
Y así las armas tornaban Tú á mí me olvidarías.—
Para matar á Perseo Las lágrimas como perlas
Y á su suegro, y de esto tratan. Corrían por su mejilla,
Palas, cuando vio á su hermano Una con otra sus manos
En tal riesgo, al suelo baja
A darle favor y ayuda Apretado, las habia;
Contra la soberbia escuadra, — ¡Por mis dioses, dice él,
En la cual hizo Perseo Que no te olvidaría ;
Cruel estrago y matanza, Contrarios á mí sean ellos,
Que si quisiese dar cuenta Fortuna, amor me persiga,
Seria cansar contalla, La mar con sus recias ondas
Decir los que allí murieron, En mis naves todas tiran
Porque del"ma! poco basta. Hasta echarme en el profundo
De toda la multitud Si mi alma á tí te olvida! —
Solo doscientos quedaban Con aquestos juramentos
Vivos, y estos fueron vueltos Por segura se ternia;
En piedra, ellos y las arma3, Mas después que d'ella parte
Mostrándoles la cabeza Y Medea lo prendía,
De Medusa, y con voz alta Jamas d'ella se acordó;
Fineo á Perseo ruega En olvido la ponia.
Que cese ya su venganza, Hisiíile lamentaba
"Viendo muertos á los unos Y con lágrimas plañía ;
Y á los otros que mudaban Quejábase de Medea,
Sus formas, y en piedras vueltos De su Jason maldecía,
Quedaban hechos estatuas; Que olvidara las mercedes
Y decíale llorando Que d'ella recebla,
Que de su yerro fué causa, Diciendo : — Una extranjera
No odio, ni enemistad, Me robó mi alegría;
Llevóme lo que yo amaba,
Sino amor, como el que amaba
ROMANCES REFERENTES A LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. 30o
Sin pesar á mí me heria Mas do predomina amor
Mi enemigo Jason : No hay razón que sea importante,
¿n lo contemplar moria. — Porque en su feria es la cosa
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Que menos se estima y vale;
Pues la sinrazón ayuda
A que la razón acabe,
439. Y que prevalezca y pueda
La inorancia, y que se ensalce
PAS1PHE. La inhumana tiranía,
Y que sus fueros ensanche,
(De Juan de la Cueva.) Usando amor d'este nombre
Ausente estaba el rey Minos Haga las maldades que hace
De Creta en negocios graves, Poniendo en dura opresión
y Pasiphe su mujer A los míseros amantes,
En ciegos amores arde Que por un fingido gozo
De un toro, que al dios Neptuno Que cual sombra se deshace,
Minos no quiso matalle, Lleguen á tan ciego extremo
Habiéndole prometido Cual Pasiphe, que se alargue
En su altar sacriíicalle A querer un animal
Lo primero que á su vista En quien razón ni amor cabe,
Se le ofreciese ó mostrase; Y con terrible desorden
Y como viese este toro El orden procure y trace
Lo primero, y le agradase- Para poder gozar d'él
Su grandeza y hermosura, Sin que cosa se lo aparte.
Codiciólo para padre Y porque venga en efetó
De sus vacadas, y diólo Su deseo abominable,
Para que allá lo llevasen, Perdido el miedo y vergüenza,
Y sacrificó á Neptuno Sin ella osó declararse
Otro, en lo cual le desplace; A Dédalo, un carpintero,
Y encendido d'esto en ira Pidiéndole que inventase
Neptuno, dio en caatigalle, Arte alguna con que puedan
Y qu'el mismo toro fuese Ella y el toro juntarse ,
instrumento de vengarse; Prometiéndole por ello
Y así dando cuenta á Venus, Aquello que al que mas sabe,
Que siempre tenia delante Aunque mas mire por sí,
La ofensa qu'el Sol la hizo Suele hacer que resbale,
Cuando ayuntada con Marte Y aun que caiga, que en sus lazos
Manifestó á su marido Son pocos los que no caen;
El caso, y mostró la parte Que el oro es tan poderoso,
Donde juntos Marte y ella Que solo su nombre hace
Gozaban de amor suave, Que se traspasen los fueros,
Y fueron cogidos ambos Y lo mas fuerte se ablande;
En el adulterio infame, Y los mas sublimes montes
La diosa, madre de Amor, Sin dificultad se pasen :
Qu'en el tercer cielo arde, Efetos son de codicia,
Viendo tan buena ocasión Que aunque es torpe á muchos trae
Para vengar su coraje, Sujetos, y pocos huyen
Y que redunde el castigo De sus conocidos males.
En todo el Febeo linaje, D'esta codicia tocado
Por dar venganza á Neptuno, Dédalo, sin que repare
Y que á ella el Sol le pague En la fe que debe á Minos,
El afrenta recebida Le dice qu'él dará arte
Por él, porque no se alabe, Cómo en carnal acto puedan
Hizo á la Reina Pasiphe, El toro y ella juntarse.
Mujer de Minos, que ame Salisfízose la Reina,
Al toro, que su marido Qu'el mal presto satisface,
Mandó que se le guardase; Y mandóle con promesas
l así, fuera de juicio, Que de la obra se encargue,
«el limite humano sale, Sin que la ejecución d'efla
Y se abrasa entre sí mesma, Un solo momento aguarde.
»e consume y se deshace, Dédalo con toda prisa
oí» hallar ningún remedio Sin que punto en ello alargue,
e
" " su ardiente fuego aplaque. Puso en la obra las manos,
i<Jn fiero, oh infando amor!
h a Y con la priesa importante
1 " ! y q«e te crea, ni agrade, Que demandaha el cuidado
^nociendo tus efectos? De la Reina, que se arde,
«i v L q u i é n h a y
I á

a c m i u n a
c
mandes, u i e n
Fabricó una bella vaca
n o

H¡IT^del
reina, De madera, y para dalle
S f „ S o J , abrasarse, La perfecion conveniente '
Encuvo 2° K ' n m
un bruto, r e
Para que el toro se engañe, i
m a s d e

Olvidado el claro honor, La-cubrió con una piel


Su nobleza y real sangre De otra vaca, con tal arte,
«ompe con libre osadía Que no se diferenciaba
6 mil
Si era viva ó si era en talle;
Que i l P" n,<»ÜcuUades Y á la frenética Reina
g a r A ? e l a raz°n, Se le presentó delante.
Y que h a t e D e l 1
?'^laW, La cual, viéndola acabada,
""'quiera fuera bastante. Porque su fuego acabase,
Mandó qu'el loro trujesen
T. X.
506 ROMANCERO GENERAL.
Muy ferocísimo y bravo;
Para al hecho dar remate, Arremetió hacia él,
Que no la dejaba fuerza Muy reciamente bramando.
Del deseo, que descanse. Quísolo despedazar
Como á los que allí han entrado:
Dédalo, en viendo el toro, El le arrojó las pelotas;
Como el qu'el secreto sabe, Al través ha dado un salto,
Por un lado de la vaca Metióselas en la boca,
Con ella le ha embarazado;
Una sutil puerta abre, Hiriéralo con la maza,
Que artificialmente hizo Muv buena maña se ha dado;
Por donde la Reina entrase, Diérale tantos los golpes,
Que muerto lo ha derribado.
Que luego que la vio abierta, üespues de haber hecho aquesto •
Sin que nada la acobarde, Por el hilo se ha tornado ;
Dentro en la vaca se arroja. Salióse del Laberinto
Muy alegre y consolado :
¡Oh hecho bestial! oh infame Así quedó Atenas libre
Mujer, que un torpe apetito De tributo tan pesado.
Puede á tal yerro arrojarte! ( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente saeaios, ete.i
Encubre tu rostro, Apolo,
No veas la qu'engendraste, 461.
Cómo abominablemente
MUERTE DE SCILA, HIJA DE MSO.
Con su bruto tiene parte.
El cual, en viendo la vaca, (De Juan de la Cueva.)
Engañado con tal arte, Cercado tenia el rey Minos
A Niso, rey de Megara,
Satisfizo su deseo En Alcatoe su ciudad,
Con la Reiua, y satisfacen Que no podia ser ganada,
Entrambos sus apetitos, Por el cabello hadado
Que Niso tenia en su guarda;
igualmente irracionales. Que en tanto que en su cabeza
Quedó d'este ayuntamiento, Durase, segura y salva
Porque su maldad se cante, Era la ciudad de riesgo,
Y ansí, aunque rodeada
La monstrífera Pasiphe La tenia Minos de gente,
Preñada. ¡Oh caso admirable!
460. Por tomar cruda venganza,
Que cumplidos nueve meses, Porque á su hijo Androgeo
TESEO Y El. MINOTAURO. Lo habían muerto sin causa,
Un monstruo parió espantable,
(De Lorenzo de Sepúlveda. Sin temor de sus combates
Subditos
Qú'el medio son los de
cuerpo eraAtenas,
de hombro Niso en su ciudad se estaba,
Mirando cuan sin efecto
YA Minos
de loro son
la tributarios
otra parte,
Hombres le dan por rehenes,
:
La virtud fatal contrasta
Que
Que llamaron
comiese elMinotauro,
Minotauro. Minos, en hacelle guerra,
Juntáronse
Que un dia todos;
comia humana carne. Pues su cabello lo ataja.
Suertes habían echado (CUEVA, Coro febeo, etc.) Cuidoso el rey Minos d'esto,
Cuál sería aquel que fuese Viendo que ni fuerza basta,
Manjar de monstruo tan malo. Ni ardid de guerra ninguno,
Cupo la suerte á Teseo, ue en la ciudad le dé entrada,
Un varón muy esforzado :
En prisiones le pusieron 8
n dia se llegó al muro
La visera levantada,
Para ser al monstruo dado. Tendida por él la vista,
Mucho lo quiere Ariadna, Midiendo las torres altas,
Reme.dio le habie buscado Tanteando adonde y cómo
Paisa librarlo de muerte. Podria arrimalle escalas,
A Dédalo habie rogado, Para que entrar pueda dentro,
Pues era tan ingenioso,
Manera le haya dado Y acabar guerra tan larga.
Como sea libre Teseo, Minos, ocupado en esto
Mil modos y vías traza,
Y sea muerto el Minotauro. Para que el foso se pase
Dédalo fuera á la cárcel, Y el fuerte muro se bata.
Donde estaba aprisionado : Scila, la hija de Niso,
Dióle una maza de hierro, Que él campo mirando estaba
D'ella tres ñudos colgando, En una torre subida,
Y tres pelotas de sebo De amor libre y descuidada,
Qu'él habia conficionado. Vio al rey Minos, para ver
Que vaya de noche á escuras Su destrucción y su infamia,
A Teseo ha aconsejado ; La dura muerte del padre
De todo lo que ha de hacer Y ruina de su patria.
Muy bien le habia informado. Luego el rigoroso amor
Otro dia fué Teseo Que tiraniza las almas
Al Laberinto llevado : Y opresa los corazones,
Ató su hilo á la puerta, Que mas libres del se apartan,
Corno ya estaba avisado. Volvió el corazón á Scila,
Entró por el Laberinto; Y con tal fuerza lo abrasa,
Do estaba el monstruo ha llegado. Que encendida en el rey Minos
El cual se levantó luego Ciega á su amor se abalanza,
ROMANCES REFERENTES A LOSTIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. 507
Sin mirar que es su enemigo, 462.
y que la tiene cercada, APULEYO CONVERTIDO BN ASNO.
n le administra la muerte
u e
(De Juan de la Cueva.)
A su padre, y patria amada,
por todo rompe furiosa, De Corinto fué á Tesalia
El sabio Lucio Apuleyo,
Que cosa no le acobarda, A procurar quien le enseñe
Ni cosa le pone freno, Los admirables secretos
¡Si en cosa alguna repara; De la mágica y su arte,
Que le basta ser mujer, Habiéndole dicho d'ellos
Y estar ya determinada. Que vuelven atrás los nos,
¡ Oh miserable furor Y cuajan el mar violento;
De tantas miserias causa, Que hacen morir los aires,
Pues fuerzas á una doncella, Y al sol fijarse en el cielo;
Que olvidando honor y fama, Que se arranquen las estrellas,
Cometa el mas torpe hecho Y á Cintia dejar su cerco;
Que se sabe, ni se canta; Que se asconda el claro dia,
Pues rendida á su torpeza, Y la noche enfrene el vuelo ;
La cruel hembra al cielo ingrata, Que hablen los animales,
Darle muerte al padre intenta, Y le respondan los muertos,
Para serle á Minos grata, Y así cosas de esta suerte
Y entregalle la ciudad, Que aunque le pusieron miedo,
Que el hado tenia en su guarda! Por ser sobrenaturales,
Y así resoluta en esto, Le encendieron en deseo
Luego que la luz se aparta De ver tantas maravillas.
Del mundo, y la oscura sombra Y disponiéndose al hecho,
Tiende encima de sus alas , Con cuidado y diligencia
Se fué donde estaba el padre, Fué dentro en Hipata puesto,
De las furias instigada, Que era la ciudad mas noble
Y cortóle la cabeza, Que había en todo aquel reino,
Y con eHa la malvada Donde florescia esta ciencia,
Se salió de la ciudad Que buscando iba Apuleyo,
Adonde Minos estaba, Para dar memoria al mundo
Que llegada á su presencia De su admirable suceso,
Dice así la hembra infanda : Y á los que tan malas artes
—Minos, yo soy del rey Niso Siguen, con su daño, ejemplo.
Hija, y Scila soy llamada, Luego que en Hipata estuvo,
Que vencida de tu amor, A Milon fué á buscar luego,
Quise, viendo tu demanda, Al cual le traia una carta
Que sea la ciudad tuya,
Sin aguardar á batalla , De Demeas, su amigo estrecho;
En la cual, vivo mi padre, Por la cual le encomendaba
No pudieras alcanzalla, A Lucio su compañero,
Mientras un fatal cabello Que lo hospedase en su casa,
De aqui no hiciera falta; Y tratase cual á él mesmo.
Y así por darte victoria, Vista de Milon la carta,
Por mí le ha sido cortada De su amigo aceptó el ruego,
A mi padre la cabeza, Y en su casa hospedó á Lucio,
Que es esta á tí presentada.— Regocijado y contento;
Viendo la cabeza Minos Donde habiendo algunos dias
De Niso, volvió la cara Que estaba alegre y quieto,
Por no vella, y contra Scila Amor, que en el daño humano
Airado dice en voz alta : Siempre está á punto y despierto,
— Sal de aquí, maldita hembra, Encendió á Apuleyo el alma
Ponzoñosa sierpe airada, Y en sujeción puso el cuerpo,
Que tú no debes estar De una moza que servía
Donde veas la luz clara, En casa, á la cual sujeto,
Smo en el horrible infierno, Determinó de dar cuenta
t^omo estás en cuerpo y alma, De su apasionado extremo;
puesta en la mas cruda pena Que las pasiones de amor
Que de las furias es dada.— No reposan en el seno,
Diciendo esto el Rey de Creta, Que mal se puede encubrir
No sin gran congoja y ansias, La centella de su fuego,
Mando atar la hembra infame, Que los ojos ó la boca
J desde una roca alta, Brotan el mal que está dentro.
Que caía sobre el mar, Así Lucio enamorado
A' ñero mar arrojalla,
Q
Procurando su remedio,
»! que le moviese ruego, No pudiendo encubrir mas
Que ellágrimas
«¡las que el
justo cierra ablandan;
oido El amoroso veneno,
A las injustas
£'as plegarias, Que de noche y dia le andaba
ue
S. .a quien le falta piedad, Basqueándole en el pecho,
D
S Justicia la demanda.' Dejando el miedo á una parte,
Muerta Scila, con su intento Que en el que ama no es bueno,
r e
v S > y >a ciudad gana, Viendo que estaba Andria sola
«Puestas leyes y fueros, Unos pasteles haciendo,
Sentada á la chimenea,
{'«ndelas volas al viento, Medios brazos descubiertos,
i alegre vuelve á su patria. Sobando un bastón de masa,
(CUEVA, Coro febeo.) Por los hombros los cabellos,
ROMANCERO GENERAL.
508
Y como se menease, —Eso es lo que yo deseo,
Se le esparcían por el cuello, Verle hacer esas cosas,
Encendido de su amor, Y por solo verlas vengo :
Pareciéndole buen tiempo Así, Andria mia, querida,
Para descubrirle el alma , Da orden que yo vea eso,
Asi le llegó diciendo : Que no habrá cosa en el mundo
—Andria, si el dolor que sufro Para mí de mas contento.— \
Pudiera decir, yo entiendo Andria le dijo : — Anda vete,
Que quedaras satisfecha, Que á Panfila venir siento,
Quedando yo satisfecho; Y aguárdame cuando digo, J _
Mas túrbame amor la lengua, Que eso y lo demás ten cierto."
Como á enamorado nuevo, Apuleyo dio la vuelta
Que solo con presunciones i Porque no lo vea huyendo.
Doy á entender mi tormento, Entró Panfila , y Milon
Y quiero que lo adivines, ., Pidiendo de cenar luego, ,
Teniéndolo yo secreto, Llamó Milon á su huésped,
Y que de irn entiendas claro Que salió su voz oyendo,
Lo que yo á decir no acierto; Y puesto en conversación
Que el no acertar á hablar Mil cosas trató con ellos;
Es de enamorados tiernos, Aunque Panfila callaba
Y las pasiones de amor Fingiéndose estar durmiendo,
Turban la lengua y el seso, Recostada sobre el brazo,
Cual á mí que ha tantos días
v
De cuando en cuando gimiendo,
Que ardiendo en este deseo, A veces hablando bajo,
Ño ha habido valoren mí Y á veces hablando recio,
Para decirte que peno Con mal formadas razones,
Por tí, y que por tí huigo En confuso y ronco estruendo
Todo lo que da contento , Hiriendo á veces la tierra,
Pues ninguno me lo da Y á veces hablando al cielo,
Si no es cuando á tí te veo, Volviendo en blanco los ojos, •
Cuyos regalados ojos, Estremeciéndose el cuerpo,
Frente, boca, cuello y pecho, Retorciéndose las manos,
Me traen rendido á decirte Con la boca haciendo gestos.
Que de tí apartando el ceño, Milon, que vio á su mujer
Des lugar á mi razón, Asi, le dijo á Apuleyo,
Y á mi padecer el premio.— —Este es nial de corazón,
Andria se volvió á mirallo, Según que dicen los médicos,
Y díjole así riendo : Mas ellos saben tan poco
—No estás bien en la cocina, ' Que en todo hablan a tiento,
Amigo Lucio Apuleyo, Que en no sangrando ó purgando
Que demás de ser lugar No saben hacer remedio.—
Indecente, corres riesgo, Esto diciendo Milon,
Si tú vienes encendido Panfila volvió en su acuerdo,
Venirte acercando al fuego; Con semblante pavoroso
Que si el de la chimenea Aunque se sosegó presto,
Y el tuyo se juntan, temo Y limpiándose el sudor
Que se ha de quemar la casa, Al huésped miró riendo
Sin que tengamos remedio, Que de ver que lo miraba
Y mas , si acude una parte No le alcanzaba el resuello.
De lo mucho que yo tengo, A este punto llegó Andria
Verás arder una esfera, Con la cena, y puso luego
Un Etna y un Mongibelo, La mesa , y sentados todos,
Sin que lo pueda apagar Con ella acabó su duelo,
Nadie, sino yo que puedo. Satisfaciendo á sus vientres
Y dejando estas razones, Ceres y el padre Liéo,
Vete, porque yo no quiero Volviendo su pesadumbre
Que Panfila mi señora En alegre pasatiempo,
Te halle en aqueste puesto, Y el desmayo en trisca y risa,
Que de solo imaginaüo, Y en chacota su silencio.
Hablando contigo tiemblo, Ya la luz del claro día
Porque es tan gran hechicera Ausente de este hemisferio,
Que con hojas de beleño, Dejaba entrar las tinieblas
Y con unas pedrezuelas , Por el ausencia de Febo,
Y unas planchuelas de acero, Y convidan á entregarse
Hace cosas, que en Tesalia Al blando y sabroso sueño
Son contadas por misterio. A los hombres y animales,
Yo esta noche iré sin falta Las lumbres y astros del cielo,
A hablarte á tu aposento, Cuando dejando la mesa
Donde te diré despacio Todos , á dormir se fueron,
Las cosas que hacer le veo, Dando á entender que la hora
Y mas 3gora que anda Les convidaba á hacello,
Pérdida tras un mancebo Que era lo que deseaban
Que la desdeña, y la huye, Panfila y Lucio Apuleyo,
Y ella ardiendo en amor ciego Ella para usar su arte,
Se muda en varias figuras, Y él para aplacar su fuego,
Para vengar su desprecio. — Que aquejado de su fuerza
Rióse Andria , y tapóse No le dejaba quieto,
El rostro, en diciendo aquesto, Aguardando la venida
Y Apuleyo le replica: De Andria, cual fué el concierto,
ROMANCES REFERENTES Á LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA: 309
En cuya imaginación A su pena y llanto eterno, '
Todo ocupado y revuelto, Y volallo por el aire
Acusaba su tardanza, Si no acudiese á su ruego,
Con no tardarse momento; Andria vino adonde estaba
Cosa cierta en los que aman Lucio, que avisado d'esto
Desesperalles el tiempo, Le pidió que lo llevase
Y estar contando las horas Adonde pudiese vello.
Y los minutos midiendo, Fué por ella obedecido
Temer y desconfiar, El mando del, y así luego
Recelar de lo mas cierto, Y éndolo guiando ella,
Cual Lucio Apuleyo estaba Con pasos blandos y quedos
Entre amor, sospecha y miedo, Llegaron ambos á dos
Temiendo si está olvidada Con la oscuridad cubiertos
Ándria, ó si la ocupa el sueño; Adonde Panfila sola
Si aceptó burlando del En un cerrado aposento
Su venida, ó si fué yerro Estaba, con muchas lumbres
Suyo, y no promesa d'ella, Mil caracteres haciendo,
Pues no estaba ya en el puesto. Vestida de un cendal blanco,
Estando en este cuidado Sueltos todos los cabellos.
Llegó Aiidria, y tocó quedó Pusiéronse Andria y Lucio
La puerta, cuan quedo pudo A ver por los agujeros,
Con las puntas de los dedos, Y viéronla desnudar
Que no fué menester mas De todos sus aderezos,
Para abrirse, y entrar dentro ; Y quedar en carnes vivas
Que á dispuesta voluntad Haciendo cien mil meneos,
No impide fuerza de hierro. Hablando unas veces ronco,
Cuando Apuleyo la vido, Otras pavoroso y recio.
Vio de amor el cielo abierto; Abrió un arca, y sacó d'ella
Echóle en torno los brazos Muchas bujetas de ungüentos,
Del inhiesto y blanco cuello, Y púsolas junto á sí,
Y ella con semblante alegre Metiéndose ella en un cerco,
Lo inclinó en su hombro izquierdo; Y con el ungüento de una
Y así juntos él y ella, Se untó apriesa todo el cuerpo,
Algún espacio estuvieron: Desde la planta del pié,
Mas viendo que se pasaba Hasta encima del cabello,
De la noche el curso presto, Diciendo algunas palabras :
Y que ya tenia ocupado Luego que esto tuvo hecho,
El medio espacio del cielo, Se comenzó á sacudir
Guiados del ciego amor, Apriesa todos sus miembros,
Y de su ardiente deseo, De los cuales poco á poco
A darfiná su cuidado Plumas le salieron luego,
De un acuerdo ambos se fueron, Y le crecieron las alas,
Adonde acabaron cosas, Y le salió un pico tuerto;
Con tan alegre comienzo, Las uñas se le encorvaron,
Que el amor lleno de envidia Quedando un buho perfecto :
Como instable y sin gobierno, Comenzó en su triste canto
Remuneró al ciego amante A cantar, y echando el vuelo
Con diferente suceso, Se salió por la ventana,
Volviéndole de hombre en bestia El veloz aire midiendo.
Por un modo extraño y nuevo, Lucio, que estaba mirando
Que no se cuenta de Circe El caso, quedó suspenso,
Haber tal mudanza hecho, Sin poder hablar palabra
Ni usar tal trasformacion En grande espacio, de miedo,
El marino dios Proteo. Entendiendo que sin duda,
Pasáronse algunos dias Aquello que vio era sueño.
Que Lucio alegre y contento, Y al cabo de estar así,
Con Andria se regalaba Ya que recobró su acuerdo,
En alegres pasatiempos, Le rogó á su amada Andria,
Aunque siempre deseoso Que con aquel mesmo ungüent
Que le mostrase el efecto, Con que Panfila se untó,
Que Panfila hacia con yerbas A él lo untase al momento,
Con piedras y con ungüentos,
Con formas de alambre y barro, Porque vuelto en buho fuese
Con sus razones y apremios, Tras ella, á ver tal misterio.
Pues su principal venida Andria le dio por respuesta :
*-ra solamente á aquello. — i Para qué me pides eso ?
Andna, queno se olvidaba ¿Quieres que yo misma encienda
«el deseo de Apuleyo, Para en que me abrase, el fuego?
^on diligencia y cuidado Dime , ¿ dónde iré á buscarte
Buscaba ocasión y tiempo Cuando ave te vea hecho,
Con que á Panfila pudiese Si tú te vas por el aire
ver Lucio, libre de riesgo: Donde no hay camino cierto?
¿asi viendo que una noche No ine demandes tal cosa
Panfila tenia aderezo. Que deimaginalla tiemblo.—
Para dejando su forma Apuleyo le replica
suelta en buho alzar el vuelo —Andria, á quien mas que á mi quiero,
* procurar á su amante, - No sean parte esos temores
Vue con desden y desprecio Para no hacer mi ruego,
Lorrespondia á su amor, Y así te pido una cosa,
Que me declares primero
510 ROMANCERO GENERAL,
Si en ave yo convertido , Los labios colgando y gruesos;
Volver á mi forma puedo, Creciéronle las orejas ,
Y ser, después de ser ave, Cual el rostro por parejo,
El mismo Lucio Apuleyo, Quedando al fin convertido
Y si puedo ,¡ oh Andria mia! En asno, Lucio Apuleyo.
¡ Por esos rubios cabellos, El cual viéndose en tal forma,
Por esa hermosa boca , Queriendo quejarse de ello
Por esos claros luceros, A Andria, alzaba la voz ,
Que no me digas de no, Mas también mudó el acento,
Si por mi fe lo merezco ! Que yendo á formar sus quejas
—Poder volverte en tu -forma Rebuznaba , y no pudiendo
Aunque en ave te veas vuelto, Hablar, daba mil roznidos,
Dijo Andria, es fácil cosa Mil respingos, mil revuelcos;
Para mí, que sé el secreto ; Que aunque perdió forma y habla,
Que Panfila mi señora Le quedó vivo el ingenio,
Me ha dado liciou en esto, Y así los ojos en Andria
Para.á los que varias formas Tenia fijos sin movellos,
Toman, en su sérvolvellos. Enternecidos del daño,
Y esto, no me lo ha enseñado Demandándole el remedio,
Por e! amor que le tengo, Como á causa principal
Ni porque me quiere bien, Del miserable suceso.
Mas por su bien y remedio, Andria llorosa y turbada,
Y tener cuando asi viene Hiriendo su rostro bello,
Quien la vuelva al ser primero: Lloraba, llamando injusto •
Y mira cuan poca cosa Al hado, y cruel al cielo,
Es menester para ello, Y acuitándose decia :
Que con hojas de laurel, — ¿ Qué orden hay, triste, en esto!
Y con un poco de eneldo, Que no puedo deshacer
Echado en agua de fuente, Agora, lo que está hecho,
Y lavalle todo el cuerpo Ni enmendar con advertencia,
Con ello, y que beba el agua, Lo que hizo el torpe yerro,
Se vuelve en su forma luego.— Que la hora me ló impide
Oyendo-aquestas razones Y la falla de aderezo,
Lucio, con mayor deseo Que aunque es fácil lo que falta,
Le volvió á pedir que al punto, Es difícil por el tiempo,
Dejando todo recelo Pues con mascar unas rosas
Hiciese lo que pedia, Quedarás el que primero,
Sin tenerlo mas suspenso. Y estas hasta ser de dia
Andria, aunque temerosa, No las hay, ni yo las tengo. .
Viendo á Apuleyo resuelto Bájate ahora al establo ,
En aquella voluntad, Pues que no puede ser menos,
Entróse en el aposento No te coja aquí mi ama,
Do Panfila se habia untado, Que será peor exceso,
Y sin tardarse momento Que lo que á mi cargo queda
Sacó de una bujeta, Será en dando su luz Febo.—
Mas de la mitad de ungüento. Bajó Lucio la cabeza,
Apuleyo sin tardarse, Y dejando el aposento
De su "desventura incierto, . Se fué á la caballeriza,
Se quitó toda su ropa Do vio su caballo luego,
Y quedó como nacemos, Y otro jumento con é l ,
Y el mismo comenzó á untarse Del huésped, y entre ellos puesto,
La cabeza, espaldas, pechos, Cuál le da coz, cuál bocado,
Por una banda y por otra, Al triste Lucio Apuleyo,
Sin dejar parte, ni extremo, Que aunque convertido en asno,
Creyendo hacerse ave El sentido tenia entero,
Cual Panfila : mas el cielo Y así se metió á un rincón
Consintió que se trocase Considerando su duelo,
La bujeta del ungüento, Su no vista desventura
Y después que se vio untado Y de amor e! duro premio,
Comenzó con mucho esfuerzo Y al término á que lo trujo
A mover el cuerpo y brazos, De la mágica el deseo.
Para que saliera pelo, Estando en este cuidado
Como á Panfila salió, Deseando ya el remedio,
Mas fué diferente efecto, Entraron unos ladrones
Que no le salieron plumas Las puertas por fuerza abriendo,
Ni las alas le crecieron, Y liando cuanta ropa
Que los pelos que tenia Habia en casa, se fueron
En sedas se le volvieron, Al establo, y viendo en él
La piel delgada de hombre, El caballo y los jumentos,
En duro y áspero cuero, Cargaron todos los lios,
Los dedos de pies y manos Y las-cosas de mas peso,
Se juntaron y cubrieron Y dándoles muchos palos
De una dura y gruesa uña, Al monte fueron con ellos,
Crecida por los extremos ; En cuyo camino á Lucio
Nacióle una larga cola , Mil cosas le sucedieron ,
Mudando de hombre el gesto, Hasta que comió unas rosas
Haciéndosele!» cara Con que en su forma fué vuelto.
Muy grande, el hocico luengo,
Las narices aventadas, ( C U E V A , Coro¡ebeo
ROMANCES REFERENTES Á LOSTIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. Sil

463. De gran miedo dio á huir :


Con sentidos alterados
HIPOMENES. Dejó el manto, y la leona
(Anónimo.) Con sus pies ensangrentados
Hipomenes, un varón Hizole pedazos todo,
Principe, se señaló Dándole üeros bocados.
De los fuertes atenienses, Ya Píramo se venia
Y con paz los sujetó. A do habiau de ser hallados,
Este con noble señora Y por la luz de la luna,
Honradamente casó, Que daba por los sembrados,
De la cual hubo una hija Conoció el manto de quien
Que hermosura la dotó. Fué por sus dedos trenzado.
Cuanto mas creció en edad En ver rasguños tan fieros,
Mas hermosa pareció. Y de sangre señalados
El padre, .como era sabio, Dijo :—Leona ha de presto
Sobre ella siempre veló, Mis placeres conturbado,
Sabiendo que la hermosura Y pues sus carnes y huesos
Mucho daño acarreó, En su vientre ha sepultado
Y mas qu'era de mujeres De mi tan querida Tisbe,
La cepa do procedió. Sean mis dia abreviados.—
De grandes fué demandada, Hirióse con el puñal,
Por ricos se requestó : Fueron de presto acabados.
La mujer como es variable, Volviendo allí Tisbe, vido
Siéndolo esta, se varió, A sus amores finado:
Y es que la hermosa doncella Con el mesmo puñal, dióse
¿a virginidad perdió. En sus pechos delicados.
Manifestándolo al padre Murieron ambos á dos
De gran ira s'indignó : Como amantes desdichados,
Tomóla por los cabellos, Y de alabastro en sepulcro
En un establo la entró, Juntos fueron sepultados.
Y con un feroz caballo (Cancionero, Flor de enamorados.
Que tenia, la encerró.
Cerrada, tomó la llave,
Consigo se la llevó,
Y sin dalles á comer 465.
Una semana pasó. PÍRAMO Y T I S B E . — I I .
El caballo, con la hambre {
A la doncella apañó, (De Lorenzo de Sepúlveda
Y con sus dientes y patas En la grande Babilonia
Toda la despedazó : Que Semíramis fundara,
Asi la triste doncella Píramo, gentil mancebo,
De aquesta suerte murió. Y una doncella moraban,
(Cancionero, Flor de enamorados.) Habia Tisbe por nombre,
En hermosura extremada,
Ambos en edad iguales,
En gentileza y en gracia :
464. Ningún semejante á estos
PÍRAHO Y TISBE.— I. En sus tiempos no se hallaba :
Ambos en grande amistad,
(Anónimo.) Desde niños se criaban;
Tisbe y Píramo que fueron Siendo sus padres vecinos
Leales enamorados, Continuo juntos andaban.
Allá en la gran Babilonia Creció su amor con los años,
Nacidos, también criados, Perfectamente se amaban:
De su desastre y fortuna Sus padres lo han conocido,
Quiéroos contar y sus hados. De estorbarles ordenaran
Píramo, gentil mancebo Aquella conversación,
De nobles padres honrados, Que en ellos tan viva estaba:
Requirió á Tisbe de amores No lo pudieron hacer,
ton motes muy requebrados. Que su amor los remediara.
Apiadándose Tisbé Un resquicio muy oculto
De sus penas y cuidados, Entre ambas casas buscaran,
Concertáronse una noche, Do ninguno los senlia;
M i ser sus padres echados, Por alli ambos hablaban :
»ahr fuera la ciudad, Los sus secretos amores
secretos, disimulados, Por allí comunicaban.
A uu lugar constituido Los corazones de entrambos,
Junto de unos verdes prados Viéndose mucho descansan :
*uera de conversación Muchas veces verse juntos
£<« estar mas ocultados. Los amantes deseaban,
«st>e, la hermosa doncella, Besándose y abrazando,
*oéicón pasos abreviados, Mas la pared los estorbaba.
Primera venida al puesto, Incitados con su amor,
w con gritos denodados Con la pared razonaban:
Vio venir una leona, — ¿Por qué nos eres molesta?
J-os pies en sangre bañados Di, cruel: ¿por qué estorbabas
v c a u e h a b i a
Que no se junten aquestos
Por 1 n ? muerto Que tanto lo deseaban?-^
w r aquellos despoblados.
513 ROMANCERO GENERAL.
En estas y otras cosas Dónde estás, que no me hablas?
Mucho tiempo allí gastaban, ; Qué haré agora sin ti
Hasta que ya fatigados Viviendo vida penada?
Con la vida que pasaban , Mas no es justo que yo viva
Y no pudiendo sufrir Sin de mí hacer venganza.—-
Lo que los atormentaba, Esto dicho tomó el manto
Conciertan este concierto, Y al moral se allegaba;
Que otro remedio no hallaban : Llorando de los sus ojos
Que otro dia bien de noche, Lo besaba y abrazaba.
Cuando todos reposaran Ansí hablaba con él
Sin que nadie los sintiese Como si fuera su amada.
Se saliesen de sus casas, Después de haber lamentado
Y fuesen á un arboleda Y afligido la su alma,
Que por lugar señalaban, Dijo : —Recibe, señora,
Para gozar sus amores Venganza que de mí daba
Librementei, y sin que haya Puso la espada en los pechos
Quien les oause impedimento Y sobre ella se arrojaba,
Como hasta allí lo hallaban. Y con el peso del cuerpo
Venida que fué la noche, Salióle por las espaldas.
Ya que todos descansaban, Con el ansia de la muerte
Salió de su casa Tisbe Como el cuerpo meneaba
Como la que deseaba Salíale mucha sangre,
Verse ya con su querido Que todo el suelo bañaba.
Como firme enamorada. Salió la hermosa Tisbe
Al lugar constituido De adonde escondida estaba,
Muy alegre caminaba, Creyó que sería venido
Que la fuerza del amor Píramo, á buscarlo andaba,
Hala hecho muy osada. Y como no parecía
Cerca era de la cuidad A el moral se tornaba.
Esta arboleda nombrada : Vio estar el cuerpo tendido
Sentóse bajo un moral La color amortiguada :
Mientras Píramo llegara. Hacia tras se retiró
Ella con grande congoja Como mujer espantada.
Como su amigo tardaba, Paróse tal como muerta,
Vio venir una leona El corazón le temblaba :
Con la boca ensangrentada. Dudosa estaba entre sí
Viene á beber á una fuente Y no se certificaba,
• Que está cerca do ella estaba; Si era aquel el moral
Con miedo que d'ella tiene Que cuando huyó dejara.
En una cueva se entraba : Después mirando mejor
Dejó el manto en el camino Conoció lo que dudaba ,
Como la que iba turbada. Conoció el cuerpo estar muerto,
Cuando bebió la leona Vio en él metida el espada,
Para el bosque se tornaba; Conoció que era su amado
Vio estar el manto en el suelo, El que muerto allí fincaba.
Con las uñas lo rasgaba. Comenzó á dar grandes gritos,
Hízolo muchos pedazos, i Lástima era mirarla!
Y todo lo ensangrentara. El su delicado rostro
Píramo salió mas tarde, Con las manos arañaba,
Vino adonde Tisbe estaba» Y con grande crueldad
Las pisadas de la leona Los sus cabellos mesaba,
Vido con la luna clara Y con entrañable amor
En el polvo, hobo gran miedo, El cuerpo muerto abrazaba,
Mas luego se esforzara. Y muy amorosamente
Anduvo mas adelante En el rostro lo besaba.
Y con el manto encontrara Con voz ronca de llorar
Despedazado y sangriento, D'esta suerte razonaba:
Y desque tal lo mirara —Uime, Píramo, señor,
Conoció que era de Tisbe Poseedor de mi alma,
Y que ella lo cobijaba. Di: ¿quien en tan breve tiempo
Creyó su amada ser muerta; Tal como estás te parara?
Tristemente lamentaba : Respondedme, señor mió,
Con sospiros dolorosos, Hablad á quien os hablaba :
Que el corazón le arrancaban, Yo soy la que siempre amastes,
Decía : —¡Triste de mí! Yo soy la que á vos amaba,
D'este mal fui yo la causa ; Abrí ésos vuestros ojos,
; Debiera ser yo el primero Mirad á quien os llamaba,
En venir á esperarla ! Catad que soy vuestra Tisbe,
Y pues fui tan desdichado ; Señor mió, alza la cara!
El vivir me desagrada. Abrió Píramo los ojos
Ya deseo que viniesen Ya qu'el alma se le arranca,
Leonas d'esta montaña, Cuando oyó el nombre de Tisbe,
Y este perezoso cuerpo Y mostró que se alegraba.
Con las sus uñas deshagan, Quiso hablarle y no pudo
Que yo merecía la muerte Porque su fin lo estorbaba,
Y no aquella desdichada, Y luego en el mismo punto
Pues que le mandé venir En sus brazos espiraba. i
Donde la muerte hallara. Cuando ella conoció el manto,
¿Dónde estas, señora Tisbe? Y lo vido cual estaba,
ROMANCES REFERENTES Á LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. 313

Alzó los ojos al cielo; — i Oh la mi tierra de Abído!


De nuevo tanto lloraba ¿ Qué pensarás yo faltando ?
Que los aires con las quejas ¡Oh mis parientes y amigos!
De sus voces resonaban, No me esperéis paseando :
Y viendo cómo salia ¡ Oh la mi señora Hero!
Por las espaldas la espada, j Qué harás, dime tú, cuando
¿ ¡ j _ ¡ oh sin ventura yo !
0 :
Verás este triste cuerpo
¡ Oh qué desdicha tamaña! Que t'estaba contemplando?» —
¿Qué ofensa hice á mis dioses? Leandro estando en aquesto.
; Porque ansí me castigaban? Su vida se iba apocando :
Aquel que fué causa d'esto Zabullóle Tagua al hondo,
A ellos ruego que mal haya; Murió el triste suspirando,
No es justo esté yo viva, Y con decir : — ¡Hero! ¡Hero! —
Pues que tú ya no lo estabas. Su vivir se fué acabando.
A mis parientes y tuyos (Cancionero, Flor de enamorados.)
Aquesto yo les rogaba,
Nos entierren ambos juntos;
Nuestro amor lo demandaba. 467.
En la vida iguales fuimos
Y eu la muerte desastrada, , LEANDRO Y HERO. — II.
Y también ruego á los dioses (Anónimo.)
Me concedan, suplicaba,
Que en memoria d'este hecho Aguardando estaba Hero
A este árbol le sea mudada Al amante que solia ,
La fruta, que sea muy negra, Con tristeza y gran cuidado
La cual agora es muy blanca; De ver cuan tarde venía.
¡Pues tanto mal encubría Miraba de una ventana
Merece le den tal paga!— El temporal que corria;
Desque esto hobo hablado, Por las orillas del mar
A su amigo se acercaba; Los lindos ojos volvía,"
Sacó la espada del cuerpo, Y en ver la onda que daba
Y con ella se matara. A la torre do vivía,
Junto á Píramo cayó : Pensaba qu'era Leandro
Muertos allí los hallaran. Con la escuridad que hacia.
Lleváronlos sus parientes Pero en su mirar contíno
A Babilonia su patria : Ya qu'el alba esclarescia,
Sus padres los lloran mucho, Vido un hombre allí tendido
El pueblo los consolaba; Que muerto le parescia.
A Píramo y Tisbe amantes Después que lo hubo mirado,
En un sepulcro enterraban. Conociólo en demasía,
(SEPULVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Qu'era su amigo Leandro,
Que amaba mucho y quería.
1
Lar^o y pesado romance, pero en el cual bien se parece Con grandísimo dolor
que Sepulveda, para componerle, no tenia la pauta de una cró- Estas palabras deeia:
nica que le ligase. — ¡Oh desdichada mujer!
Oh gran desventura mía,
Pues lie perdido mi amado
. 466. Que mas que á mí le quería!
LEANDRO Y HERO. — I. ¡ Bien me privaste, fortuna,
Del gozo que poseía!
(Anónimo.) ¡ Ven ya, muerte, si quisieres,
Por el brazo del'Esponto Y darte he esta alma mía!
Leandro va navegando : ¡Viendo mi señor ya muerto
Sale del puerto cíe Abído No quiero vivir un día! —
Hacia Sesto caminando : Y diciendo estas palabras
Su lindo cuerpo es navio, S'echó con gran osadía
El amor le va animando, Desde la ventana , abajo,
Sus brazos sirven de remos, Y encima el cuerpo caia.
Qu'el agua van apartando, A Leandro acompañando
Y los pies por gobernalle La hermosa Hero moria :
A su trabajo ayudando : En los campos Elíseos
Por aguja su cabeza A Hero y Leandro en compañía
Del norte no va curando : Sepultaron juntamente
La lumbre es la que le llama, Con tristeza y agonía.
Por ella se va guiando. (Cancionero, flor de enamorados.)
Derribara el viento aquella
Triste curso señalando;
Solió los vientos Neptuno;
El mar anda rodeando, 468.
Júpiter rompió sus sellos NACIMIENTO DE PÁRIS.
Muy grande furor mostrando,
Y el esforzado amador (Le Lorenzo de Sepulveda.]
Va con ánimo nadando. Preñada es la reina Hécuba
La fortuna lo maltrata, Su mujer del rey Príamo :
Con las ondas va luchando : Una noche en su dormir
1 anto esforzaron los vientos Un sueño había soñado.
üu el triste se va cansando, Gran pavor tomó la Reina>
Up empezó con gran dolor Al Rey lo ha revelado :
D este modo lamentando. Es el sueño, que paria
ROMANCERO GENERAL.
;u
Un fuego cruel y bravo
Que abrasaba á toda Troya; JUICIO D E PÁRIS.
Destruida habia quedado.
Priamo con gran temor 4
(Anónimo .)
A su dios ha preguntado Por una linda espesura
Lo que significa el sueño. De arboleda muy florida
Luego le fué declarado; Donde corren muchas fuentes
Que de Hécuba nacería De agua clara muy lucida ,
Un hijo muy malhadado, Un rio caudal la cerca
Causa de destruicion, Que nasce dentro en Turquía
De aquese reino troyano. En las tierras del Soldán
Priamo que aquesto oyó,
Luego habia sentenciado Y las del gran can Suría:
Que el hijo que le naciese Mil y quinientos molinos
Fuese luego degollado. Que d'él muelen noche y dia,
Un hijo parió la Reina Quinientos muelen canela
De muy gran beldad dotado; Y quinientos perlas tinas,
Mas movida á compasión Y quinientos muelen trigo
No consintiera matarlo. Para sustentar la vida.
Hízole secretamente, Todos eran del gran Rey
Dar a aquellos que el ganado Que á los reyes precedía,
Del rey Priamo traian Padre del buen caballero,
En las selvas pacentando, Orden de caballería,
Para que allá lo criasen : Del esforzado Don Héctor
Llamarle mandó Alejandro. Que á los griegos destruía.
Siendo ya crecido en dias, En medio d'esta arboleda
Hijo de pastor llamado, El infante Páris dormía ;
El oficio pastoral El arco tiene colgado
Bien lo iba ejercitando. De una murta muy florida,
En aquesa selva Ida Y el aljaba de los tiros
Apacienta los ganados, Por cabecera tenía.
Que eran de Priamo el rey; Era por el mes de mayo,
Diestro es y ejercitado. Que los calores hacia;
Cuando lidiaban dos toros Por el suelo muchas flores,
Al vencedor de buen grado Muchasfinasclavellinas,
Con corona.de vitoria De lirios y rosas frescas
Era por el coronado : Qu'era grande maravilla.
Dicen que es justo juez; Allí el ruiseñor cantaba
Páris todos le han nombrado. Con muy dulce melodía :
Del se enamorará Enome, Cantaban mil pajaricos
Que ganado anda guardando. Todos con grande armonía.
Ambos del amor heridos Y estando así el Infante,
Publícanse su cuidado; Qu'el sueño mas le vencia,
Juntos andan por tos montes, Dormiendo soñaba un sueño
De compaña se arredrando; De una visión que veia,
Ambos quieren soledad De tres las mas lindas damas
Para gozar sus regalos. Qu'en todo el mundo habia,
Conocido fué Páris Vestidas de oro y de seda,
Por hijo del rey Priamo, Perlas y gran pedrería.
Y llevado á su real casa, Los joyeles que llevaban
Enome sola ha quedando; No tienen par ni valia ;
Lamenta su soledad, Rubios cabellos tendidos,
Llora el poco cuidado, Que un sotil velo cubría.
Y la grande ingratitud Y estando así dormiendo,
Que Páris con ella ha usado, Que de sí nada sabía,
Mal pagando los servicios Cuando estas lindas damas
Que le hizo señalados, Cada cual bien lo servía.
Dándole su libertad, La una le peina el cabello,
Siendo querido y amado La otra aire le hacia,
D'ella mas que de ninguno La otra le coge el sudor
Lo fuera, ni en tanto grado, Que de su rostro salia.
Porque con perpetuo olvido Recuerda el infante París,
D'ella no se habia acordado No sabiendo si dormía;
Después que pareció ser Mas ya en sí acordado
Hijo de Rey tan honrado. Con espanto que tenia,
Mas por tanta ingratitud Palabras está diciendo;
El amor no le ha menguado, De aquesta suerte decia.
Que en su memoria lo tuvo, — ¡Oh Dios, y qué lindas damas!
Que nunca le ha olvidado; ¡ Qué linda ülosomía!
Y aun después de Páris muerto ¡ Bien paresce en estos gestos
Del ejército greciano, Ser damas de. gran valia!
Como vio el cuerpo difunto Decidme, si sois humanas
Sin seso habia quedado, O si sois cosa divina,
Y con el grande dolor O si sois encantamiento,
La muerte la habia llevado. O buena ventura mia.
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacada, ete.) Decid, si puedo serviros
Con las fuerzas y la vida,
Aventuraré mi cuerpo
En batallas noche y dia,
ROMANCES REFERENTES Á LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. 318
Porqu'el dia que nasciera Estas palabras decia :
Grandes cosas se decían — Suplico á vuestras altezas :
En las cortes de mi padre Desnudas veros querría
Oue grandes sabios había; Porque yo pueda juzgar
Y aun la Infanta mi hermana Y absolver vuestra porfía. —
Oue leeenastrología, Todas juntas á la par
Dijo qu'en esta arboleda, Se desnudan de camisa.
Dentro en esta pradería, Juzgara el infante Páris,
Me veruia á mí aventura D'esta manera decía :
Por donde me perdería. — Qu'en gala y en discreción,
Mas aunque sepa morir, Hermosura y cortesía,
De servir no cansaría, Y en todo lo que hay (lemas,
Qu'en los buenos caballeros Y á lo que á él le parescia,
Mal está la cobardía. — Juzga que la diosa Venus
Convidábanse las'reinas Llevase la mejoría. —
Cual primero hablaría. Luego Palas y Juno
Habló la primera Palas Empiezan á hacer su via :
Una razón bien sabida. Mélense por un boscaje,
— A vos el infante París, Por una gran pradería,
Escuchadme por mi vida, Estas palabras diciendo
Pues que sois tal caballero • Ambas juntas á porfía.
Digno en la sabiduría, — ¡ Páris, y cuan mal mirastes! ,
Estad con ojos abiertos, ¡ Mal mirastes la honra mia!
Despertad la fantasía Pudiérades lomar provecho,
Porqu'estas reinas y yo Y escogistes la perdida.
Venimos en gran porfía Yo os haré morir en batalla
De cual era mas hermosa, Que se rá de gran valía,
c

De cual era mas garrida. Y verás esa gran Troya


Páris, sí juzgáis por mí Cual por tu causa caía.
Aqueste don os daria : (Cancionero de Romances.)
Daros he ventura en armas,
Y dicha en caballería : i Hé aqu í un largo pero lindo y popular romance, cuyo estilo
Vencerás cualquier batalla y versificación sencilla y graciosa hacen presumible que se com-
Aunque tengas demasía. — pusiese á principios del siglo xvi, y por un buen poeta aficionado
á los libros caballerescos. Así es de creer, puesto que reviste
Luego que acabó la Palas, de las formas de caballeros andantes á Don Héctor y á Don
Habló Juno : así decía : Páris. ' • . .
— A vos, esforzado París,
Oiga vuestra señoría : 470.
Caballero sois en armas,
Qu'en el mundo otro no había, PREPARARSE LOS GRIEGOS Á VENGAR SOBRE TROYA EL RAPTO
Persona tan justiciera, DE ELENA , V LA INJURIA HECHA AL REY MENELAO.
Porque se alegra mi vida, {De Soria *.)
Que sé que no quitaréis Triste está el rey Menelao,
Aquello que hoy merescia, Triste con mucho cuidado
Y si me dais este don Por lo qu'el troyano hizo,
Yo á vos otro daria. Páris el enamorado,
Daros he muchos dineros, ue robó la linda Elena
Mas que ningún rey tenia;
Sobre todos los señores S
e.su templo consagrado.
Yo cuento con los perdidos
Siempre habrás la señoría. —
Hablado que habia Juno, Al que va mejor librado;
Venus luego allí venía, Enemiga es la ventura
Vestida de ropas verdes; Al mas bienaventurado:
Un arco al cuello traía. Al forzador por la fuerza,
Hablaba luego á Páris, Por la pérdida al forzado.
Que delante la tenia. Los tróvanos llaman gente,
- ^ A vos, el príncipe Páris, Los griegos ya la han juntado,
Hijo del Rey d'esta isla : . Mas el consejo de Uiíses
Hijo sois del mejor rey, Por todos es aprobado.
Qu'en todo el mundo habia : Qu'enviasen por Aquíles,
Hermano del caballero Buen caballero estimado,
Que Don Héctor se decía : Que sin él no se podía
Yo sé que fuerza ni miedo Vengar el yerío pasado.
N os hará torcer la via, Presente en el pensamiento
Por do espero mi derecho, Del que sostiene el cuidado:
París, no se perdería. ¡ Oh Páris, cuan bueno fuera,
En vuestras manos, señor, Pues fuis-tes aconsejado,
Encomiendo la honra mía. Olvidar la vieja injuria,
Si juzgas, París, por mí, Pues no fuistes injuriado !
£or empresa te daría Creisles mas el consejo
Esta saeta de amor, De Héctor el esforzado :
Que llegando luego hería : En los comienzos miremos
Uanehe la mas linda dama Qu'el fin traerán sojuzgado.
Qu en el mundo otra no habia, Deshecha.
h París, sobre las otras
Siempre habrás la señoría. - Lo que la ventura quiere,
«orí Páris de que se vido No querello
Metido enl a n gran porfía, Es el camino de vello.
ñamando muy reposado La ventura lo concierta;
Quien piensa desconcertallo,
318 ¡ROMANCERO GENERAL.
Mas acierta en acertallo Miraba el templado escudo ,
Qu'en desconcertallo acierta. De aquel oonsagrado acero,
El rodear es atajo Por mil partes abollado
Desembrazado y deshecho :
Para aquello Miraba sus Miridiones,
Que por fuerza habrá de vello. Su amigo Patroclo muerto,
No puede ser excusado Menelao y Agamenón,
Lo qu'es de fuerza, no hay duda, Sin brio, fuerza, ni esfuerzo :
Que no muda quien no muda Miraba allí sin armas,
Lo qu'está ya sentenciado. Quien con ellas tanto ha hecho,
Mudara su pensamiento, Y el rostro mira que hizo
Mas no aquello Rostro á tanto caballero :
Que piensa mudar por ello. Mil cosas revuelve y mira
(Cancionero general. — It. Cancionero de Romances.)De aquel su contrario fiero ;
1
Hállase también esta composición en el Cancionero lie Ro- Que son en los casos de honra
mances; pero menos completa, y sin el villancico que la ter- Profundos los pensamientos.
mina. Es composición artística, pero con pretensión a popular. Con la ocasión de las treguas
Pertenece á las últimas décadas del siglo xv. Halló en el troyano. templo
De aquella sangrienta Palas,
Aquel vencedor sangriento.
* 471. Estaba el fuerte troyano
A L MISMO ASUNTO. De un manto rojo cubierto,
l
(Anónimo .) Color con que tiñe el campo,
Triste , mezquino y pensoso Y viste sus pensamientos.
Estaba el rey Menelao, El semblante tiene altivo,
Por lo que Páris hiciera, El rostro largo y moreno,
Páris el enamorado, Estando alegre, hermoso,
Que robó la linda Elena Estando enojado, feo :
De su templo consagrado, La frente espaciosa y ancha ,
Y se la llevara á Troya, Los labios rojos y belfos,
Y con ella se ha casado. Los dientes juntos y blancos,
Sabiéndolo Agamenón, El cabello corto y crespo.
Va á consolar á su hermano : Conoce por las señales.
Menelao que lo viera Quién se señala entre ciento,
Levantóse de su estrado, Porque las muestras de fuera
Rompiendo las vestiduras Conciertan con lo de dentro.
Y las sus barbas mesando; Sosiega el pecho alterado
Por el palacio adelante El fiero semblante de Héctor;
Con gran pasión va llorando : Que al soberbioso contrario
— ¿Qué es de t í , reina Elena? Tiempla el corazón soberbio.
¡Haciendo terrible llanto (Romancero general.)
Te llevaron los troyanos,
A mi pesar, sin mi grado!
¡Mejor me hubiera á mí sido 473.
Nascido no haber estado, AQUÍLES MATA A Tí.OYLO , Y MUEBE POR ELLO.
Y no ser Rey en el mundo
Para verme tan penado! (De Lorenzo de Sepúlveda.)
¡ Yo juro á los nuestros dioses, Llanto hace dolorido
Que siempre viva enojado, Príamo, ese rey troyano,
Hasta que derribe á Troya, Con Hécuba su muj«r :
Y degüelle al rey Príamo! — Ambos están lamentando.
Y con este juramento Lloraban su fuerte hijo
Algo quedó consolado, Héctor, el muy esforzado,
Y lo mismo Agamenón Muerto por mano de Aqulles
Juró también de guardallo. No con esforzada mano.
También lo jurara Ulíses, Los troyanos piden tregua,
Que con ellos se ha hallado, Los griegos la han otorgado,
Y promete de buscar Para sepultar á Héctor
A Aquíles el esforzado, Y hacelle su aniversario.
Que sin él no se podia Al templo de las obsequias
Vengar el yerro pasado. Aquíles habie llegado :
Ya despachan mensajeros, Vido en él á Policena,
Y mucha gente han juntado, Que lloraba por su hermano,
Y con muchos reyes griegos Muy perfeta en hermosura,
Para Troya han embarcado. Graciosa en extr.emo grado.
(Cancionero de Romances.) Luego que Aquíles la viera
D'ella quedó enamorado,
< Como el anterior, pero de la última década del sitrlo xv rt Y á la triste reina Hecuba
la primera del xvi. »«**,«
Por mujer la ha demandado.
Prometió quitar el cerco
Que á Troya tiene cercado,
472. Si hace lo que le pide :
HÉCTOR V AQUÍLES.' La Reina se la ha mandado.
{Anónimo.) Acabadas son las treguas,
Miraba el famoso Aquíles, A la batalla han tornado;
Caudillo del campo griego, Aqulles entraba en ella,
En lo rojo de las armas A Troylo ha derribado.
El valor y brazo de Héctor : Matólo como traidor,
De troyanos es llorado :
ROMANCES REFERENTES A LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. i\1
Que si busco vuestra muerte
Héciiba con Policena Debo buscar vuestro daño,
Procuraban de vengarlo. Y si no lo hiciese
A Aquíles envían mensaje, A mal me seria contado,
Cumplir quieren lo mandado : Pues venis de vuestra tierra
Incitado mas de amor, Por hemos desaguisado,
Que de razón acordado, Y ponéis á nuestra gente
Sin armas y un compañero En muy contino trabajo,
(Antíloco era llamado), Aunque vuestras amenazas
Hijo del viejo Néstor, Ningún temor me han causado:
Al templo de Apolo entraron; Mas si dos años yo vivo ,
líecíbieron muerte cruel, A todos daré mal cabo,
Que Páris se lahabie dado. Pues locamente os pusistes
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Donde os iríades de grado
Si por vergüenza no fuese
Dejaríades todo el campo,
474. Mas primero serás muerto
TREGUAS ENTRE GBIEGOS Y T R O Y A N O S . — M U E R T E DE HÉCTOR,
Por aqueste fuerte brazo,
Y AMORES DE AQUÍLES CON LA LINDA P O L I C E S A .
Que los filos de tu espada
Mis carnes hayan probado.
(De Luis Hurtado *.) Mas si tienes osadía,
En Troya entran los griegos, Y presumes d'esforzado,
Tres á tres, y cuatro á cuatro, Y piensas prevalecer
Mientras que las treguas duran Con Héctor el afamado,
Que los dos reyes han dado : Haz que firmen los carteles
El rey Príamo de Troya, De tu parte en todo el campo,
También el Bey Menelao. Y firmarán los de Troya
Entre tanto el fuerte Héctor De pasar por lo juzgado,
Se sale por ver el campo, Y es : que los dos juntamente
Y por ver sus enemigos, Quedemos desafiados,
Si están puestos á recaudo : Para dar nuestra batalla,
Y mirando á todas partes Solos nos en campo armados :
Con Aquíles ha encontrado, Y si vencieres t ú , Aquíles ,
El cual tenia gran deseo Darse os ha Troya de grado,
De á Héctor ver desarmado, Con que dejéis ir la gente
Por ver si es hombre robusto, A vivir á reino extraño;
O de gesto mesurado, Y también si yo venciere
Y si es de damas querido Que os vais y dejéis el campo.—
Como en Grecia se ha sonado. Aquiles oyendo aquesto
Aquiles cuando vio á Héctor Gravemente se ha enojado,
D'esta manera ha hablado : Y por aceptar batalla
—Dios te salve, fuerte Héctor, D'esta manera ha hablado :
Buen caballero esforzado, —Calles, calles, fuerte Héctor,
Fuerte muro y defensor No quieras ir castigado;
Del gran caudillo troyano; Mas lomes aqueste guante
Quieras entrar en la tienda , Para que quede aplazado.—
Que.no te será negado, Y á las voces qu'ellos daban,
i Gran placer tengo de verte Con esto que han concertado,
Como vienes desarmado; Vino el rey Agamenón,
Pero mayor me sería, Con ese rey Menelao.
. Mayor con gozo doblado, Fuese derecho á la tienda
Si yo te diese la muerte, Donde los dos se han juntado.
La cual te daría de grado, Los griegos dan su consejo
Porque mi cuerpo ha sentido A ese buen rey Menelao :
Los golpes de tu gran mano; Mas Agamenón no quiere
Que los tajos de tu espada, Que pasen por lo ordenado.
Mucha sangre me han quitado, Los troyanos no consienten, .
Y el dolor que d'esto tengo Sino solo el rey Príamo;
Al corazón me ha llegado*! Pero como es uno solo,
Mas otra mayor afrenta Con todos ha concordado,
Me le tiene quebrantado, Que salgan todos con gente
Y es de que tengo memoria Para un dia señalado,
De la muerte que líi has dado Adonde después salieron
A Patroclo, un caballero, Como aquí os será contado.
Mi amigo muy estimado, Salió el esforzado Héctor
Qu'entre mi cuerpo y el suyo Con quince mil de á caballo;
Diferencia no he hallado; Consigo llevó á Troylo,
Mas la muerte que le diste Con dos mil y mas armados :
Vengaré con esta mano , Páris también salió luego
En tí, y en tu mismo cuerpo, Con arqueros á su lado,
Como tengo deseado.— En número dé tres mil,
Allí habló el fuerte Héctor, Que muy bien los ha ordenado :
Bien oiréis lo que ha hablado : Deyofevo salió tras este,
—Asi haga ávos, Aquíles, Que otros tantos ha tomado;
Caudillo muy sublimado, Pues Eneas con la resta,
Fuerte muralla de Grecia, En Troya no se ha quedado
i de los griegos amparo : Con sus cien mil caballeros
go tenéis justo derecho Condes, duques de alto estado.
kn eso que habéis hablado; Ansina salió esta gente
318 ROMANCERO GENERAL.
A tomar lugar del campo. Allí respondieron ellos,
Por acá salea los griegos Todos juntos han hablado.
Que otros tahtos batí juntado; — i Muy bien lo decis, el Rey !
Mas el primer combatiente ¡ Bien lo has determinado !
Fué el rey Félix, muy osado,
Que de parte de los griegos Porque le vean las gentes
La delantera ba tomado ; Nos buscaremos recaudo.—
Y saliérale al encuentro Y pasados muchos dias,
Héctor el fuerte troyano. Qu'en aquesto han estudiado,
L'encontró tan fuertemente Para el Rey se fueron luego :
Que presto le dio mal cabo, D'esla manera han hablado.
Y sin hablar mas palabra —Manténgaos Dios, el Rey,
Cayó muerto del .caballo. Rey de Troya intitulado,
Aquí se armó una batalla Nosotros después de acuerdo
Que nadie podia contallo, Buen remedio hemos hallado.
Donde Héctor fué herido Danos el cuerpo, buen Rey,
En el carrillo á soslayo; Que del daremos recaudo.
Mas esta chica herida -~TomaIde,los mis maestros,
No sabe quien se la ha dado, Haced del á vuestro grado.—
Y mirando hacia Troya, Luego lomaron el cuerpo
Muchas damas ha hallado Y á un templo se lo han llevado,
Qu'están puestas en los muros Qu'era llamado de Apolo,
Para ver quién vence el campo. Y de Febo era nombrado.
Pues Héctor varonilmente Un tabernáculo han hecho
Muchos reyes ha matado, Cabe el altar mas honrado :
Entre los cuales fué uno Es hecho d'esta manera
Persona de gran estado : Que aqui será señalado.
Mas aqueste fué el postrero Aqueste era sostenido
Que Héctor ha derribado. Con cuatro esquinas de mármol;
Héctor tenia una costumbre, De mármol era el cimiento,
De que le fué mal contado : Que las columnas no hablo,
Era tomar una pieza Porqu'eran de un oro fino,
De cualquier rey señalado : De oro fino martillado;
Y estando quitando á este Y son hechas por tal arte
El yelmo qu'está enlazado , Que vuelven de cada lado :
Abajárase á quitalle Bajan, suben prestamente
Sobre el arzón del caballo : Como huso torneado.
Mas detras estaba Aquíles, En cada esquina de aquestas
Que muy bien l'está mirando, Está un ángel figurado,
Y al abajar de los lomos Y encima del chapitel
Vido un poco desarmado. Muchas piedras han sentado;
Tomara una gruesa lanza Las piedras eran muy ricas,
Estando Héctor descuidado, Preciosas y de alto estado :
Metióla por las espaldas, Tanto relumbran de noche,
.Que á los pechos ba pasado. Que paresce dia claro;
Aquí murió al fuerte Héctor Y para subir al templo,
Hijo d'ese rey Príamo. Unas gradas han formado i
Saliera Odemon el fuerte, Qu'eran de fino cristal,
Con Aquíles ha encontrado, De cristal muy esmerado;
Y dióle tan recios golpes Y encima de lodo aquesto
Que lo echara del caballo, Una imagen han labrado
Y los sus Miridiones, Con una espada desnuda
En un pavés le han llevado : Puesta en la derecha mano.
Pensaban qu'estaba muerto, La imagen paresce á Héctor,
Pero mucho le han curado. Paresce estar menazando,
Los troyanos viendo aquesto A aquellos que por traición
Desampararon el campo ,• Su cuerpo habían derribado.
Y fuéronse para Troya, Abajo, dentro del templo,
De priesa, que no despacio. Una silla han.esmaltado
Allá llevaron el cuerpo De oro respíandesciente,
Del caballero esforzado, Y rosicler colorado.
A enterrallo con gran honra Aquí pusieron á Héctor
Según merece su estado. En esta silla sentado,
No se lo impiden los griegos, Muy ricamente vestido,
Mas se lo dan de buen grado. Salvo en los pies descalzado:
¡ Los llantos que se hacian Con sus paños está puesto,
Era cosa de mirallo ! Que ninguno le han quitado,
Reyes, grandes y marqueses Y encima de la cabeza
Llevan el cuerpo á palacio De bálsamo tiene un vaso.
Delante del Rey su padre, Su gesto paresce vivo
Donde cresció mayor llanto , Aunqu'está mortificado,
Que todoslosde su corte Y por sotil invención
No podían acallallo. El casco tiene horadado,
Después que vido el buen Rey Para que por el su cuerpo
Que no puede remediallo, El bálsamo sea echado.
Manda llamar seis maestros, Primero va por la cara,
Y por el pescuezo abajo;
Y á todos ha preguntado Luego le va por el cuerpo,
Si pueden guardar el cuerpo Por entrañas y costado,
Sin que hayan d'enterrallo. Brazos, piernas, por de dentro,
ROMANCES REFERENTES Á LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA.
Todo lo tiene tomado : El uno es Páris el fuerte,
Tan entero está el cabello Y Troylo el esforzado :
Que paresce bien peinado. El tercero es Deyofebo,
Así estaba el fuerte Héctor, Con los cuales ha hablado
Sin estar desfigurado : Llorando de los sus ojos,
Viénenle á ver sus amigos Que á llorar han provocado.
Y sentábanse á su lado : —Hijos, sacadme de afrenta,
Como si estuviera VÍYO Y vengad á vuestro hermano,
Con él están razonando. Porque no piensen los griegos
En aquesto los maestros Que Héctor nos ha faltado:
Desque lo han bien concertado, Que aunque mataron su cuerpo
Hicieron un artificio Su fama nos ha quedado. —
Muy ricamente labrado. Tanto habia perdido en Troya,
Cuatro lámparas ardían Que ya quieren ser en campo,
Sin jamas cesar un rato, Pues ya-pasadas las treguas
Todas cuatro están en cuadra, Fuertemente han batallado.
Qu'era el templo así cuadrado, Después de aquesta batalla
Cada cual en su coluna Otras treguas han armado,
Ardían de muy buen grado. Y entrando en Troya los griegos
Después d'esto, los maestros Los de Troya van al campo.
Grandes vigas han tomado Aquíles lomó osadía
De un árbol de gran fuerza, D'en Troya entrar desarmado,
Que ébano era llamado. Y fuérase para el templo
Hacen d'ellas cerraduras Do Héctor está sentado,
Que todo el templo han cercado : Y de verle tan bien puesto
Cierra y abre buenamente Se estuvo maravillado,
Cuando algún grande es llegado En ver que las sus facciones
Para ver el cuerpo de Héctor : No se habian demudado.
Y para que sea guardado Allí halló caballeros,
Hizo poner allí el Rey Y grandes que hacian llanto,
Mucha vigilia y recaudo. También halló muchas damas,
Hizo poner sacerdotes, Qu'están plañendo y llorando;
Que contino estén orando, Entre las cuales fué una
Y dalles por ello rentas, Qu'el corazón le ha robado,
Rentas, y grandes ditados. Y es la linda Policena,
En esto, un rey de los griegos, Qu'está á los pies del finado.
Que Agamenón es llamado, Con sus manos delicadas
Habló con toda su gente, Sus cabellos ha mesado,
D'esta manera ha hablado : Que son como hebras de oro,
—Reyes y nobles señores, Del oro mas afinado.
Duques, condes de alto estado, Estala mirando Aquíles,
Bien vedes la gran victoria Y ansí se queda elevado.
Que hoy habernos alcanzado En esto vino la noche
En matar al fuerte Héctor, Y fuérase para el campo :
Que nos hacia gran daño. Mandó llamar á los suyos
Matárale el noble Aquíles Y á dos d'ellos ha mandado
Nuestra defensa y amparo, Que le hiciesen la cama,
El cual está muy herido, Que le hagan el estrado :
Y su vida muy al cabo. Y echándose con tristeza
Pues por la muerte de Héctor D'esta manera ha hablado :
Venceremos los troyanos, — Aquíles triste y sin fuerza,
Ensiad á pedir treguas Dime, ¿quién te ha cautivado?
Por un tiempo señalado, ¿Dónde está tu corazón?
Y que sea por dos meses, Quién te lo habia salteado,
Porq'es tiempo limitado, Robóte tu corazón
Mientra quemamos los muertos, Por el siniestro costado. —
Los muertos que aquí han quedado, Después de hablar aquesto
Pues salen tales hedores, Y de mucho haber llorado
Que nos hacen mucho daño, Determina de escrebir
Y también porque se curen A la reina y rey troyano,
Los heridos d'esle campo, Diciendo : — «Altos señares,
Y sanar ha el fuerte Aquíles »Y reyes de gran estado :
Porqu'está muy mal llagado, — «Aunque he tomado venganza
Muy bien les ha parescido »Por causa de Menelao,
A todos lo que ha hablado : «Seréos muy obediente
Estuvieron en su acuerdo, »Y hijo muy humillado,
Dos grandes han concertado »Y haré tornar á los griegos
De irse á pedir las treguas. »Y que dejen todo el campo,
A París, ese troyano, »Si me dais á Policena,
Fueron á pedir las treguas; »E1 fuerte muro troyano ,
Otórgaselas de grado. «Para que case con ella,
Pues pasado mucho tiempo »Y sea yo su velado,
Batallas han ordenado : KY así hará una doncella
Al fuerte Palamedes » Lo que no hizo Príamo,
Por capitán ] han alzado
e »Ni menos lo hizo Héctor,
l>e la gente de los griegos; »Ni caballero troyano. »—
Lo llevan bien concertado. Después d'escrita esta carta
£< rey Príamo en aquesto A un paiecico la ha dado.
5>üs tres hijos ha llamado; El paje fué luego á Troya
9
520 ROMANCERO GENERAL.
De priesa que no despacio, 475.
Y diérasela á la Reina ,
A ella en su propia mano. LAS OBSEQUIAS DE HÉCTOR; CONFERENCIAS DE PAZ CON
Desque la hubo leido AQUÍLES, ENAMORADO DE POLICENA.
Gran pensamiento la ha dado : (Anónimo *.)
Dijérale al pajecico :
—Decid al que os ha enviado En las obsequias de Héctor
Que dentro de cuatro dias Está la reina troyana
Daré respuesta ó recaudo. — Con la linda Policena
Fuese por hablar al Rey, Y con otras muchas damas.
A ése grande rey Príamo, También estaban los griegos,
Y díjole la embajada Si no Aquiles, que faltaba,
Que Aquiles habia enviado. Que fué á la postre de todos,
En aquesto hablara el Rey Y en el templo se sentaba
D'esta manera ha hablado : Frontero á la reina Elena,
—¡ Noble Reina! noble Reina! Que por Héctor lamentaba.
¡Mucho estoy maravillado, Mirando su hermosura
Siendo persona tan sabia, Con gran cuidado , pensaba
Hablar lo que habéis hablado ! Si Menelao no fuera
, ¿No sabéis que al enemigo Rey griego, la conquistara
No se le debe hacer pacto ?— Para casarse con ella,
Mas tantos ruegos le hicieron, Según era muy lozana :
Que hubo por bien de otorgallo, Y así triste y pensativo
Y fué de aquesta manera No podia echar la habla.
La carta que le ha enviado : Cuando miró á Policena -
Que haga ir á los griegos, En el pecho le pesara,
Y qu'élle dará recado, Y con esta gran congoja
Y que le hará heredero Amortescido quedaba;
De dentro de su reinado. Pero como en sí volvió,
En oyendo aquesto Aquiles Allí luego preguntara
El corazón le ha alegrado Quién era aquella doncella
Y fuese para los griegos
(
Qu'era tan acabada.
Y ayuntólos en el campo, Luego Eneas le responde,
Y sus razones moviendo, D'esta suerte le hablaba:
D'esta manera ha,hablado : — Policena era, señor,
—Sálveos Dios , sabios varones, Policena la nombrada,
De ánimos esforzados: Que creen que en hermosura
Ya veis los muy largos tiempos Ninguna se le igualaba.—
Que aquí tenemos gastados. Aquiles cuando esto oyera
Ayer cuando entrara en Troya , La color se le mudaba;
A toda parte he mirado, Embebescido y turbado
Y veo sus fortalezas, A Policena miraba:
Que muy mucho lian reparado. Pero salidos del templo
Tienen muy lucida gente, A sus tiendas se tornaban
Y bien puestos á recaudo. Todos los príncipes griegos
Si os parece , vamonos, Mientras las treguas duraban.
Baste lo que hemos vengado, Aquiles se fué á la suya,
Pues que por la reina Elena Y en una cama s'echara :
Tantas muertes han pasado. Llorando de los sus ojos
Bástenos matar á Héctor, Muchas lágrimas derrama,
Fuerte alcázar de tróvanos, Herido de la saeta ,
Que oirás mujeres mejores Que Cupido le tirara. ,
En Grecia se habrán hallado. Estuvo pensando en sí
Pues no podemos llevalla, Si osada demandalla,
Vamos, dejemos el campo. — Al rey Príamo, por mujer,
A todos paresció bien, Qu'el amor le atormentaba.
Y no á ese rey Menelao : Veníale á la memoria
Mandó tocar las trompetas, De cómo á Héctor matara,
Y pregonar ha mandado Y otras cosas que hiciera
Que de la gente de Grecia, Con que á Príamo enojara :
Ninguno fuese osado Mas al fin se acordó en sí
De dar vida á ningún hombre De enviar una embajada
Que fuese de los troyanos. A la Reina su mujer,
Y asi siguieron la guerra, Y luego se levantara.
Hasta que la dieron cabo. Dice que por casamiento
(Cancionero de Romances.) Muchas cosas se acabaran,
. Y que muchas amistades
i Floreció el autor de este romance en la primera y la segunda Con aquesto se trataran.
mitad del siglo xvi. Vese en él la aücion que reinaba enton- Luego llamó á un escudero
ces de convertir la historia antigua en novelas caballerescas,
y cómo transigían los poetas de la época con el gusto público De quien él mas se fiaba:
ara
S >, i p on ;r a l a I c a n c e
del pueblo la erudición clásica, acomo- Pidióle tinta y papel,
dándola á sus costumbres. El embalsamamiento del cadáver de Y una carta alli ordenaba.
Héctor, recuerda el que se refiere en un romance que hicieron Lo que la carta decía
del del Cid.
D'esta suerte razonaba.
Si á Policena le diesen,
Promete de coronalla,
Y les pedirá perdón
De las pasadas batallas,
Y que hará alzar el real,
ROMANCES REFERENTES A LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. 321
Y que los griegos se vayan. 477.
Y después que la escribiera E L CABALLO D E TBOTA.
Muv de priesa la enviara 4
A lá gran ciudad de Troya, (De Gabriel Lobo Laso de la Vega .)
Donde su señora estaba; Sobre la mas alta almena
Y llegando el mensajero De la troyana muralla
A la Reina se la daba, El Paladión de los griegos
Y luego que la leyó Tendida tiene la barba.
Al rey Príamo hablara, De un belicoso escuadrón
Y dale por buen consejo La máquina está preñada,
Oue dé crédito á la carta, Que con solícita vista
Y que case con Aquíles El daño común prepara.
A su hija muy amada, Abren las herradas puertas
Con condición que los griegos De la ciudad recatada
De Troya luego se vayan. Para ver el griego don
Y con aquesta respuesta Que su ruina encerraba;
Al mensajero enviara Y sobre admitirle ó no
Que lo diga á su señor Confusas voces levantan,
Que ya esperándolo estaba; Unas que al fuego lo entreguen,
Que mil años se le hacia Otras á la mar airada,
No ver su buena tornada.
Y en llegando, que llegó , Y á este votar discorde,
Luego le daba la carta. De pastores una escuadra
Como Aquíles la leyó, Llega, con un griego atado,
Gran placer en sí tomaba : Que así á los troyanos habla.
Pregunta por Policena, —¿Qué tierra habrá que me trague?
Si la vio, y qué tal quedaba. Qué rayo que me deshaga
(Cancionero de Romances.) Con que á Troya satisfaga,
Y el cielo de mí se pague?
i Acaso es composición de la tercera ó cuarta década del No te excuses, liado amigo,
Jiglo xvi, y parece calcada sobre el romance número 474. Pues ya de la patria cara
Me priva la suerte avara ,
Y me entrega á mi enemigo.—
476. Condolido el Rey del mozo (

AQUÍLES V POLICENA.
Y lágrimas que derrama ,
Le manda quitar los lazos,
(Anónimo'.) Y el vivir le aseguraba.
A las puertas de palacio Que le diga sus miserias,
De la insigne Troya, estaba De adonde y quién es, le manda.
El fuerte y valiente Héctor El griego, que vio ocasión,
Con mucha gente troyana. Prosigue su historia cauta.
Mientras que las treguas duran —Sea dañosa ó conveniente,
Dan en festejar las damas Verdad he de confesarte:
Con disfraces diferentes, No tengo, Rey, de negarte
Jugando sortija y cañas, Que soy de la griega gente.
Y en pirámides de mármol Pariente de Palainédes
A porfía rompen lanzas, A quien toda Grecia odiaba,
Orden y apercebimiento Porque la guerra estorbaba i
De la reñida batalla , Contra tí, cual saber puedes.
Cuando Aquíles disfrazado Aqueste fué apedreado,
Entró por medio la plaza, Que el falso Ulíses lo quiso;
En un overo caballo, Yo mozo, con poco aviso,
Que muy lozano pisaba, Hablé contra el griego, airado,
Por ver la ciudad y fiestas, Diciendo : que si volvía
Y los ornatos y galas, A mi patria vencedor,
Y también por ver al Héctor De Grecia y su rey traidor,
Que mucho lo deseaba. Cruel venganza tomaria.
Y como entre los troyanos El griego d'esto indignado,
Héctor tanto se señala, Cuando el cerco levantó
Mirándole el griego, dice : A muerte me condenó,
~-¡Con justa razón te alaban! — De que me escapó mi hado.
i vuelto hacia los teatros, En un cieno me escondí
Uonde las damas estaban, Hasta que pasó la armada,
Vio entre ellas á Policena, Y á su patria deseada
«ue mas que el sol relumbraba, Volver á los griegos vi.
* del dios de amar herido, Quedé solo y maniatado
viendo su hermosura y gracia , En la troyana ribera,
Por disimular su pena, Donde mejor me estuviera
Aunque le llegaba al alma, No haber la muerte excusado.—
»e volvió á su real El Rey con voz amorosa,
Lon intención namorada Vasallo, grato le llama,
"f que Policena entienda Diciendo que de los griegos
fil
mal que por ella pasa. Pierda el miedo y confianza :
[Romancero general.) Que solo se fíe del,
Y de su real palabra,
«manee S l ' f i u ®
0s m
Ios d e l a r
P>mcra mitad del siglo xvi, este
sa ñ o s a f e c t a
Y que le diga á qué fin
! morisca: J? S
e n v e z d e la
las ideas y pensamientos de Quedó la máquina extraña.
uaiUn. ' s de los caballerescos, que aquellos —Lícito me es ya hacer
Manifiesta su maldad, ^1
T, X. ' '
ROMANCERO G E N E R A L .
322
Yo te diré la verdad, Pues por tus tristes amores
Pues tu vasallo he de ser. E l mi padre m u r i ó a q u í !
Muy bien es que tú padezcas
Este es un voto forzoso L o q u ' e l padeció por t í ,
Por los griegos hecho á Palas, Que la muerte se ha de dar
Por sacos, robos y talas A quien hace á otro morir.
De su templo suntuoso.
Mandáronle fabricar
s
(Cancionero de Romances,~-\t. Romana, i e w i r í

Mas alto que vuestro muro, ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^la^muerte ^ ^ ^ ^de^Pino. Pliego sueltnT


iego suelto.)
Por ir el griego seguro * Esta composición parece que es de las conservad»?
De que en Troya no ha de entrar. tradición oral antigua ó primitiva. .""" en U
Este fué , s e ñ o r , su intento ,
Este su designio f u é ,
Y esto es todo lo que sé 479.
De su trato fraudulento.
¡ No te indignes, cielo santo! A L MISMO ASUNTO.
¡ Fuerte Palas, no te indignes 1
(Anónimo .)
De que descubra los fines ¡
De quien me hizo daño tanto! A la qu'el sol se ponia
No lo hago por tu ofensa, En una playa desierta ,
Y si parece traición Yo que salia de Troya
De un vasallo, y sin razón Por una sangrienta puerta ,
Ofendido, un rey ¿qué piensa 1 Delante los pies de Pirro
Ya salgo de obligaciones; Vide á Policena muerta.
Ya de mi patria no curo, Los pechos tiene desnudos
De hoy mas soy troyano puro: Y la cara descubierta,
Cesen sangre y aficiones. Los ojos claros, tan vivos
Viva mi nuevo s e ñ o r , Como si fuera despierta.
Mi restauro y mi Rey viva , L a llaga de la garganta
En quien mi esperanza estriba, En solo señal de muerta.
'- • • . Y mi mal quitado honor. Lloran los caudillos griegos,
Al fin todo lo d i r é , Y ninguno se concierta;
Que viva ó muera por ello, Que la mengua de tal yerro
Que quien libertó mi cuello Y pasión tan cruda y cierta,
Del lazo, amigo me fué. Quieren de su voluntad
Mete en Troya á Paladión, Que en ellos se convierta.
Rey, mira que te lo digo, (Cancionero, Flor de enamorados.)
Seráte grato y amigo
E l cielo; fia en Sinon.— Parece ser.un romance viejo, pero alterado y refundido.
Creyólo el Rey, y á aran priesa
Manda romper la muralla ,
Meten el caballo en Troya, 480.
Y con él su suerte infausta.
(Romancero general.— It. LOBO LASO DE LA AL MISMO ASUNTO.
VEGA, Romancero y Tragedias,'etc.) (Anónimo *.)
i En este romance se pone en redondillas todo lo que Sinon Turbados los ojos bellos,
e
*' ®' _ _ _ _ _
Pálido el color rosado,
Bien apretados los dientes,
Un poco abiertos los labios,
478. Despidiendo por sus venas
MUERTE DE POLICENA. — I. L a coluna de alabastro
Aquel rosicler hermoso
(Anónimo>.) De su cuerpo delicado,
—¡ Oh cruel hijo de Aquíles, De cuyas carnes se aparta
Nunca mal te m e r e s c í , E l alma ya palpitando,
Que si tu padre fué muerto Y vuelto en ceniza fria,.
Ni lo supe ni lo v i ! E l cuello bello y gallardo,
No me des así la muerte, H é c u b a , la r e i n a , mira
Ni tomes venganza en m í , Degollada en su regazo
Qu'e! favor de las mujeres A su amada Policena,
En los hombres yo le v i . Diciendo con triste llanto :
No fenezcan los mis dias, — V i de Troya con mis ojos
Ni me pierda yo por t í : Derribar los muros altos
Baste, baste contentarte Por el engaño de Ulíses,
Con me ver ya destruir, O quizá por mis pecados;
Y la muerte de mi padre, Por donde entraron los griegos
Y su muy triste vivir; En el fingido caballo,
La muerte de mis hermanos Y después á media noche
Con Héctor el varonil; Dar el riguroso asalto ;
L a amazona que mataste Vieron mis ojos la muerte
Tan esforzada y v i r i l ; De Héctor y de sus hermanos,
L a ciudad toda abrasada De Páris y Polidoro
Para mas la consumir, Y del viejo rey Príamo.
Sea contenta su venganza No me espanto ver ardiendo
Con que poco he de vivir, Los edificios dorados,
Pues que por tierras extrañas Los mármoles y colunas
Por esclava he de servir. De pórfido y alabastro,
—¡Policena, Policena, Las torres y chapiteles
No s'excusa tu m o r i r , Del insigne y real palacio,
ROMANCES REFERENTES A LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. 553
Cuya antigualla guardo Viendo sus hijos perdidos
El tiempo por simulacro; Y su ciudad asolada,
Los «labres de oro fino, Y la linda Policena
Famosos anfiteatros, En el templo degollada,
Los homenajes reales Sobre el sepulcro de Aquíles
Por el suelo derribados. Por Pirro sacrificada.
Con prudencia resistí Con aquesta gran congoja,
Aquel doloroso trago; Amorlescida quedaba;
Consoláronme tus ojos Mas después qu'en sí tornó ,
Con solamente mirallos; D'esta manera hablaba :
Sola tu muerte lia podido -—¿ Dónde estáis vos, el buen Rey,
Dar principio á mis cuidados, Con quien yo me consolaba ?
Abriendo puerta á la muerte, ¿ Qu'es de mis grandes tesoros?
Y á los ojos para el llanto. ¡ Ay mi ciudad abrasada!
(Romancero general.) ¿ Dónde estáis vos, fuerte Héctor ?
¡Socorred á esta cuitada,
i Es una paráfrasis y amplificación del romance núm. 479 que A esta triste madre vuestra
le precede; pero aunque bueno, muy inferiora él. Que se ve desamparada!
Cierto, si fuérades vivo
481. No fuera yo maltratada :
En vengarse vuestra muerte
HÉCUBA. Yo voy algo consolada.
{Anónimo.) Vos moristeis á traición,
Sentada á orillas del mar Mas vivirá vuestra fama.
Que enriquece el suelo Tracio, ¡ Oh! ¿dónde estás tú, Troylo?
Hécuba memorias tristes Hijo mió, ¿dónde estabas?"
De su Troya está llorando; A lodos os veo muertos,
Y queriendo el sentimiento ¡ Triste ! no sé dónde vaya;
Igualar al triste caso, Que si Deyfelo viviera
Dice vuelta al Ilion, Troya no fuera asolada,
Aun no del todo abrasado : Que las mañas de Antenor,
«¡ Oh griega mano, Y de Eneas se acabaran,
«Verdugo fiero del poder Iroyano'» Qu'estos dos con gran traición
¡ Oh mi Priamo, consorte A los griegos la entregaran.
De mis bienes y mis daños , ¡ Oh Páris! que os veo muerto
Dulce esposo y compañero Por no creer á Casandra,
En vida de tantos años ! Que si, triste, la creyeras
¡ Oh Héctor! ¿ cómo no es vida No fuera tan lastimada,
La mia, considerando Que por esa reina Elena
Que con tu muerte y mi pena Tanta gente es sepultada.
Va su fama eternizando ? Pero ya con tantos males
«¡ Oh griega mano! etc.» Nadie ya no me quedaba
¡Oh hermosa Policena, Para tomar mi consuelo
De mis fatigas descanso, Sino la mi linda amada,
Descanso, si pudo habello Esa linda Policena,
En corazón tan cansado ! Flor d'hermosura acabada.
¡ Funesto fué el desposorio Sacrilicárala Pirros,
Con sangre solemnizado, Por su mano la matara ,
En que muerta al muerto Aquíles ¡Y delante los mis ojos.
La veo yo degollada!
Te ofrecen por aplacallo ! ¡Plegué á los dioses, tú, Pirro,
«¡ Oh griega mano! etc.» Que muerte mueras muy mala,
¡ Oh mi dulce Polidoro,
En tu tierna edad troncado Y nadie no le socorra
De un golpe, que dando en tí Para que me vea vengada! —
Dio con mi esperanza á un lado, Con estas grandes pasiones
Y siendo arrojado al mar, La Reina muerta quedara :
El te aportó á mi regazo, Con la linda Policena
Lugar que te negó vivo Fuera luego sepultada.
Y muerto te lo ha entregado! (Cancionero de Romances.)
«¡ Oh griega mano! etc.»
Claramente, mar, descubres * Romance ciertamente artístico, pero que tiene todaí las
Que me das á mi hijo en pago formas á propósito para haber sido muy popular. Parece obra
De que acreciento tus aguas definesdel siglo xv.
Con la que te da mi llanto.
Aunque tu franqueza mengua
Uel avariento rey Tracio,
i.aoate tu compasión 483.
Urania que te ha dado,
«iOh griega mano, ENEAS FUGITIVO.
»verdugofierodel poder troyano!» (Anónimo.)
(Romancero general.)
Rendidas ya las banderas,
Y sin hierros muchas lanzas,
482. Tinto el campo en sangre roja
MUERTE DE LA REINA HÉCUBA. Y sin dueños muchas armas,
1
(Anónimo .) La triste y rendida Troya
6e s t a b a y m u e n s o s a
Con pocas fuerzas se hallaba,
AoüSío reina troyana
Aquella y P Porque faltando la de Héctor
Fuerzas y esfuerzos le faltan,
ROMANCERO GENERAL.
524
«¡ Ay bella Elena, cuya bella cara ¿Qu'es de ti, reina troyana?
»Fué cara para Troya ¿ Has perdido ya la vida T
» Y de Héctor muerte amarga!» Según el fin de tus males
Ya los valientes troyanos ¡ Gran descanso te sería! —
Hacen las espaldas cara, (Cancionero, Flor i» enamotoiot
Porque de sus enemigos
Reconocen la ventaja.
Los que con la vida pueden,
Por salvar la vida escapan , 485.
Y aquellos que se detienen
No tienen d'ella esperanza. SIGUE E L MISMO ASUNTO.
«¡ Ay bella Elena! etc.» {Anónimo.)
Entre los muchos que huyen,
Huyó aquel que de su fama Contando está sobre-mesa
Publicó la reina Dido El piadoso troyano
Que fué robador de famas, A la viuda de Siqueo,
Que su viejo padre lleva Fundadora de Cartago,
Por ser de edad muy anciana, Cómo la famosa Troya
En los hombros de sus hechos, Era de cenizas campo
Y al fin de padre se carga. Por aquel caballo muerto,
«¡ Ay bella Elena! etc.» De vivos griegos preñado.
— Caudillo de nuestras vidas, «Y al triste caso, y cuento nunca oído
Dicen las bellas troyanás »Atenta por su mal estaba Dido.»
Al bello cuerpo difunto, Contaba cómo sus reyes
Como si vivo le hablaran, A fuego y sangre entrambos
¿Adonde iremos sin t i , Murieron en un altar
Pues que con faltarnos faltas Con un laurel por retablo,
No solo para las honras Y que los hados crueles
Mas también para las almas?— Repiten á cada paso
«¡ Ay bella Elena, cuya bella cara Los agüeros de Casandra
«Fue cara para Troya Cumplidos y no esperados.
»Y de Héctor muerte amarga!» «Y al triste caso, etc.»
Contó que humo y centellas
(Romancero general.) De sus ojos les robaron
A su querida Creusa,
La madre de Julio Ascanio,
484. Y que en el seno escondidos
Sacó los Penates santos,
ENEAS Y DIDO. Y sobre sus fuertes hombros
{Anónimo.) A su padre de cien años.
«Y al triste caso, etc.»
Por la mar navega Eneas Contó de su madre Venus
Después de Troya perdida; Aquel divino milagro,
Va buscando nuevas tierras Por do vino á conocer
Adonde habitar podría. Que era de Cupido hermano:
Quiso Dios y su ventura Contó de sus rotas naves
Que al mar africano iba, Mil amigos anegados,
Dond'está la gran ciudad Al discreto Palinuro
Que Cartago se decia, Y al fiel Acates loando,
Que fundó la reina Dido, «Y al triste caso, etc.»
Hija del rey de Fenicia," Sintió la infelice Reina
La cual ella gobernaba, Qué el ciego Amor entre tanto
Y en gran justicia regía Secretas flechas le tira
La gente toda sin armas,' Al pecho seguro y casto.
Por la gran paz que tenia. Uñ dios le parece Eneas,
Parecióle bien á Eneas Y con efectos contrarios
La costumbre en que vivia; Labraba humildes deseos,
Subióse al templo de Juno, Y no fuertes muros altos.
Qu'entónces allí se hacia, «Y al triste caso y cuento nunca oido
Mirando por todas partes «Atenta por su mal estaba Dido.»
Por ver lo qu'en él veria.
Vido estar pintada Troya (Romancero general.)
Postrera vez destruida;
Vio pintado al rey Priamo
Y á Héctor cuando moria ;
Vido á Aquíles en el templo 486.
Y á Páris cuando l'heria ; SIGUE EL MISMO ASUNTO.
Vio la gran Pantalisea,
Y á Pirro que la seguia ; (Anónimo.)
Vido el hijo de la Aurora Cuando el piadoso Eneas
Que rey Menon se decia; De la tormenta arrojado
Desque se viera á sí mismo Surgió con sus rotas naves
D'esta manera decia : A los puertos de Cartago,
— i Troya, mi desventurada! Transformado el ciego dios
;Troya, la desdicha mía, En forma de Julio Ascanio,
Tu memoria y mi destierro Hirió de la bella Dido
Me atormentan noche y dia! El pecho amoroso y casto.
¡ Oh , quién nunca mas te viera No le cabe el corazón
Después que te vi perdida! En los supremos palacios;
ROMANCES REFERENTES Á LOS TIEMPOS DE GRECIA Y ROMA. 525
Grandes son los edificios; Que deseo la vida mía!—
Pero mayor su cuidado. Estas palabras diciendo,
Los africanos entienden Muchas lágrimas vertía:
En cazar corzos y gamos, La Reina le dijo á Eneas:
Mientras que ia triste Dido — Esforzaos por cortesía,
Cazaba remedios bravos. Que los muertos sobre Troya,
Sube á buscar á los montes Rescatar no se podían.
Remedio para su daño, —No lloraba yo los muertos,
Sin mirar que va con ella Lloro la desdicha mia,
Quien siempre las va atizando. Que m'escapé de los griegos,
El cielo le fué propicio, Y á las tus manos moria ;
Aunque después muy contrario; Que tu muy grande hermosura
Turbó el cristalino cielo De amor me quita la vida.
Un muy escuro nublado, — Falso es tu atrevimiento,
El cual con furia violenta La Reina le respondía:
De tal suerte ha descargado, Eneas, vete á tus naves,
Que solo quedó con Dido Salte d'esta tierra mia,
Ese capitán troyano.
Metiéronse en una cueva,
Morada de dioses Faunos,
?
ue la fe que di á Siqueo
o no la quebrantaría. —
Ellos en aquesto estando,
Los cuales fueron testigos El cielo se revolvía:
De los contentos de entrambos. Las nubes cubren el sol,
Gran escuridad hacia :
{Romancero general.) Los relámpos y truenos
En gran miedo los metia :
El granizo era tan grande
487. Que sin piedad llovía.
La Reina con gran pavor
SIGUE EL MISMO ASUNTO.
Del palafrén se caia.
(Anónimo*.) Eneas bajó con ella,
Por los bosques de Cartago Con el manto la cobría.
Salían á montería Mirando hacia todas partes,
La reina Dido y Eneas Una cueva vio vacía;
Con muy gran caballería. Tomóla entre los sus brazos,
Un sobrino de la Reina, En la cueva la metia.
Y Julio Ascanio los guian El aposento era estrecho,
Por la dehesa de Juno, Revalver no se podia.
Donde mas caza salia. Mientras la Reina en sí torna,
Preguntando iba la Reina Eneas se revolvía,
A Ascanio, qué tal venia, Apartóle paños de oro,
Los de lienzo le encogía :
Y si se acuerda de Troya, Cuando ella en si tornó
Si vio cómo se perdía. De amores se sintió herida.
Eneas tomó la mano,
Por el hijo respondía. — ¡Oh traidor, hasme burlado!
—Pues mandáis vos, reina Dido, ¿ Cómo tratas la honra mia?
Renovar la llaga mia, Cumplida tu voluntad
Ya os conté cómo vi á Troya, Olvidarme has otro dia.
Que por mil partes ardía: Si así lo has de hacer, Eneas,
VI las doncellas forzadas, Yo misma me mataría.
Muerta la caballería, '(Cancionero de Romances.)
Y á Hécuba, reina troyana,
Nadie no la socorría. * Notable y nuevo es el giro que da el poeta en este ro-
Sus hijos ya sepultados, mance al episodio de Dido y Eneas que Virgilio creó para su
Príamo no parecía, Eneida. Todo él está contenido en los estrechos límites del
romance; pero presentado bajo un nuevo aspecto, pues Eneas
A Casandra y Policena refiere en una caza los males de Troya, solicita á Dido siendo
Muertas cabe sí tenia. agresor en sus amores, y la sorprende y la goza sin consen-
Elena quedaba viuda, timiento de ella. La composición es popular aunque artística,
Mil veces la maldecía.— y parece de la tercera ó cuarta década del siglo xvi, segua su
Eneas, qu'esto contaba, estilo y lenguaje.
Vio un ciervo que parecía:
Echó la mano á su aljaba,
Una saeta le tira. 488.
El golpe le dio en vano, SIGUE E L MISMO ASUNTO.
El ciervo muy bien corría.
Partense los cazadores, (Anónimo.)
Sigúelo el que mas podia; Rompe el aire con suspiros
La reina Dido y Eneas Llamándose desdichada,
Quedaron sin compañía; La que se quedó en Cartago
lomárala por la mano , Sola, triste y sin hermana.
U n turbación le decia : Abriendo la roja arena,
— ¡Oh Reina, cuan mejor fuera Tentaba la sangre helada
*¡n Troya perder la vida! De su hermana, que fué reina,
JJefcrigialos tristes campos Por quien al cielo demanda
fueran sepultura mia, «Venganza.»
A Héctor, Troylo y París Con sus lágrimas sangrienta
tímenlos compañía. El hermoso rostro esmalta,
.Oh reina Pantasilea, Matizándole de fuera
Flor de la caballería!
i Mas envidia he de tu muerte, S
ue parece nieve y grana,
ueve los hermosos labios.
526 ROMANCERO GENERAL.
Sale de dentro del alma Forjaba en la fantasía
La voz que penetra el cielo, Mil acobardados miedos,
Pidiendo con justa causa, Cosa propia del que huye
«Venganza.» Cuando hay poca tierra en medio.
Dice : —Pues que me falto Eneas á esta sazón,
Mi hermana y dulce compaña, Dándole fuerza á su esfuerzo,
De hoy mas me será la vida La lanza le arroja airado
Enfadosa, triste ylarga. Por aire y armas hendiendo.
Y tú, cielo, pues que ves Rompió del famoso escudo
Mi soledad y desgracia, Los siete acerados cercos,
Hazme del orbe otra Elena Y la falda de la cota
Antes que muera vengada, Metió por el muslo adentro.
«Venganza.»— Rindióse á la humana fuerza
{Romancero general.) El que no se rindió al cielo,
Y humilde por tierra puso
Esperanza y pensamiento.
Tendido sobre su sangre,
489. En ella y en polvo envuelto,
SIGUE E L MISMO ASUNTO.
En su enemigo los ojos,
Humilde le está diciendo:
(Anónimo.) — Duélete de la vejez ,
La desesperada Dido De un viejo padre que tengo,
De pechos sobre una almena No de mí, que fui contrario
Dice, viendo por el mar A tu fuerza y á tu intento.
Huir la flota de Eneas : El rey que los niños hacen
«¡Oh dura Troya, fementida Elena, Dura lo que dura el juego,
«Primeras ocasiones de mi pena!» Y siendo el juego acabado,
Si Páris fuera buen huésped, Todos le repelan luego.
Y fiel esposa la griega, Rey he sido de muchachos,
Troya gozara su imperio, Y muchacho rey electo,
Y sus capitanes Grecia. Y bien han sido mis cosas
«¡Oh dura Troya, etc.!» Corno de mozo indiscreto.
Ni las reliquias troyanas ¡ Perdona, troyano duque,
Tocarán en mi ribera, Y envíame vivo ó muerto,
Ni el cruel hijo de Anquíses Aunque muerto es menos gloria,
Se burlará de mi pena. Pues ya te han visto venciendo! —
«¡Oh dura Troya, etc.!» Estuvo sobre sí Eneas,
Paréceme que su nave Los fieros ojos torciendo,
Es la que va mas lijera, Y el brazo en el aire alzado,
Y yo triste, con suspiros Ya menos bravo, suspenso.
Mas viento doy á sus velas. De la queja lastimosa
«¡ Oh dura Troya, etc.!» Se iba un poco enterneciendo,
¿De quién huyes, fementido? Y la oreja la inclinaba
¿A quién buscas, ó á quién dejas? Al blando y humilde ruego,
¡ Tras lo incierto te aventuras, Cuando en los contrarios hombros
Y lo que es cierto desprecias! Miró el oro reluciendo
« ¡Oh dura Troya, etc.!» De la banda tinta en sangre
Mientras se quejaba Dido, Del amigo recien muerto.
La flota tanto se aleja, Resucitó en él la furia
Que apenas entre las olas La memoria de aquel hecho,
Pudo discernir las velas. Y la ya sangrienta espada
«¡ Oh dura Troya, etc.!» Le esconde dentro del pecho.
Miraba una rica espada, (Romancero
Que del fugitivo fuera ,
Y tomándola en sus manos
Vuelve á repetir la pena.
«¡ Oh dura Troya, etc.!» 491.
¡ Oh dulces, mientras Dios quiso, AL MISMO ASENTO,
Cuanto agora amargas prendas,
Vos gozaréis de mi vida. (Anónimo.)
Pues del alma triunfa Eneas! Tendido está el fuerte Turno
«¡Oh dura Troya, fementida Elena, A los pies del pió Eneas;
Primeras ocasiones de mi pena!» Piedad pide con los ojos,
(Romancero general.) Que es infamia con la lengua.
— ¡Oh valiente capitán,
Hoy la fortuna te premia;
490. Que el no sufrir desventura,
Esa es desventura cierta!
TURNO VENCIDO POR ENEAS. A tus pies tienes mi cuello,
(Anónimo.) Tan grande humildad te venza;
Que si me malas vencido,
Luego que al furioso Turno Tu misma vitoria afrentas.
Le dejó el funesto agüero, «Tunombre infamas, tu crueldad pregonas.
En vez del usado brio «Pues te llaman piadioso, y no perdonas.»
Vestido de espanto y miedo, Si al que huye no le siguen
Xa lanza de su enemigo Por ser ley de buena guerra,
A las espaldas sintiendo , El que huye de rendido,
Corre huyendo de Eneas, Menos razón es que muera.
Que es quien le sigue corriendo. Si la justicia perdona
ROMANCES DE LA HISTORIA DEL ASIA Y DE LAS DOS GRECIAS. 527
Al reo que se presenta, Cuando vido entre la gola
El pedirte yo piedad Una banda de oro y negra,
Es meterme en tu cadena. Que era de su amigo Palas
Mas se vengan del cautivo A quien Turno muerto deja.
Con vida que no sin ella; —Palas te mata, le dice,
Si vivo, tomas venganza, Mi amigo,Palas se venga.—
Si me matas, no te vengas. Y así Turno ya espirando
«Tu nombre infamas, etc.»— Repitió la voz postrera.
Iba la breve oración «Tu nombre infamas, tu crueldad pregonas,
Llena de elegancia hecha, «Pues te llaman piadoso, y no perdonas.»
Moviendo al gran vencedor {Romancero general.)
A compasión y clemencia;

SECCIÓN DE ROMANCES CONCERNIENTES A LA HISTORIA DEL ASIA


Y DE LAS DOS GRECIAS.

492. O infanta que nacería.


Ya los dolores del paño
HISTORIA DE CIRO , REY DE PERSIA. La triste hija sentía;
Un infante muy hermoso
(De Lorenzo de Sepúlveda.) Apenas parido habia,
En la provincia de Media Cuando el Rey mandó tomarlo,
Otro tiempo un rey habla Y luego á matarlo envía.
Valeroso y esforzado Dio cargo de ello á Harpagó,
Que Astiáges se decia. De quien sin duda creia
Una hija tuvo sola, Que todo lo que él mandase
Que hijo varón no había: En efecto lo pornia.
Mandane tuvo por nombre, Harpagó tomó el infante
Que como á sí la quería. Como el Rey cruel quería,
Un sueño soñó este rey, Mas pensó como discreto
En su lecho do dormía : Lo que suceder podría,
Que en la parte natural Que era que en muriendo el Rey,
De su hija, nacer vía El reino su hija habría,
Una vid con un sarmiento, Y que si el niño matara
Que la Asia toda cubría. Demandado le sería,
Consultó los adivinos Y en ól haría el castigo
Que en todo su reino habja; Que en su padre no podría.
Dijéronle que de su hija Acordó de lo entregar
Un nieto le nacería, A un pastor <jue el Rey tenia,
Que andando el tiempo adelante Para que lo luese á echar
Del reino le privaría. En las selvas que él sabía.
El Rey, con esta respuesta, El pastor tomó el infante
Grande turbación sentía; Y á las selvas con él iba;
No comía á su sabor, Púsolo en tierra, y dejólo,
Las noches no las dormía; Y á su aldea se volvía.
Mientras mas pensaba en ello Acaeció que á su mujer
La congoja mas crecia. Halló parida aquel dia
Tomó en ñn este expediente, De un hijo muerto, y consigo
Muy bueno á su fantasía, Por enterrar lo tenia.
De no casar á Mandane Supo del nieto del Rey,
Con varón de gran valía. Y dónde quedado habia;
A la provincia de Persia Rogóle que lo trajese,
La hija á casar envía Porque ella verlo quería.
Con Cambíses, que en su patria Cuando el pastor llegó cerca
Mediano estado tenia, Del niño, donde yacia
Porque si hijo pariese Vido estar junto una perra
Muy poco presumiría, De pocos dias parida,
Faltándole la nobleza, Que le daba de mamar
Que del padre decendia. Y también lo defendía
Mas en vano se trabaja De cualquier animal bruto
La humana sabiduría Que por comer le venia;
Cuando quiere repugnar Y moviéndose á piedad,
A lo que Dios quiere y guia. Pues la perra se movía,
«as el Rey con todo aquello Tomó el infante consigo
Rosegarse no podia. Y á su mujer lo traia :
oupo que estaba preñada, La perra con la querencia
* luego por ella envía, Tras del niño se venía.
* dentro de su palacio Ella lo tomó en sus brazos,
A recaudo la tenia, Y el niño se le reía,
Con pensamiento dañado, Con que perdió de su hijo
Uue en el su pecho encubría Todo el dolor que tenia,
De matar luego el infante, Y por quedarse con él
"3.8 ROMANCERO GENERAL.
Con el marido porfía, Puestos los ojos un rato '
Que por ser de alto lugar En él muy mucho tenia
Ella se lo criaria. Un retrato de su hija : i
El marido se excusaba El rostro del parecía.
Y dejarlo no quería, Vínosele á la memoria
Diciéndole que Harpagó
A la selva enviaría El sueño cuando dormia,
A ver si dejara el niño La respuesta de los magos
Como mandado le había; En su mente repelía;
Mas ella, con el deseo El tiempo en que nació el nieto
Que del infante tenia, Con la edad del conferia;
Una astucia pensó luego
En que el pastor no oaia. Quiso saber del pastor
Quitó los paños reales De dónde habido lo habia;
Al niño que los traía, Afirmó que era su hijo,
Púsolos al suyo muerto, Mas el Rey no lo creía.
Y ansí vestido lo envía; Dijo al pastor que dijese
Mas no se engañó el pastor •
En la excusa que ponia, • De voluntad, sin porfía,
Que luego envió Harpagó Lo que confesar por fuerza
Sus criados en cuadrilla Con tormentos le haria.
Por ver si cumplió el pastor Luego confesó el pastor
Lo que encargádole habia; Lo que en secreto tenía.
Los cuales vieron al niño
Envuelto como yacia; Conoció el Rey ser su nieto
;

Ellos no miraron mas Y que á su pesar vivía;


De aquello que parecía : Mas parecióle que el sueño
Satisfízose Harpagó, En aquesto se cumplía,
Y el Rey seguro vivía. Que fué rey de los mochachos"
Ansí que al niño real El nieto de quien temia,
El pastor por suyo cria; Y que de allí en adelante
Llamóle Ciro por nombre, Ya sin temor viviría.
Que el ama ansí se decía. Parecióle que bastaba
Mientras mas iba creciendo Quebrantarle la osadía
Mas su bondad descubría. Con duras reprehensiones
Jugando con los muchachos Que en su presencia le hacia;
Que eran de su edad, un día Mas á su amigo Harpagó
Todos le hicieron rey, Grande odio le tenia
Que nadie contradecía : Porque el niño no matara,
Ansi como rey mandaba Aunque mucho lo encubría,
A todos los que quería. Y en venganza de lo hecho
Mandó azotar uno d'ellos Matóle un hijo que habia,
Porque no le obedecía; Y desque mandó guisarlo,
Quejóse aqueste á su padre Al padre á comer convida.
Con lágrimas que vertía: Dióle á comer á su hijo,
El padre desque tal supo, Que la maldad no sabía.
Grande indignación tenia; Preguntó el Rey á Harpagó
Va con las quejas al Rey, Si era buena la comida :
Y á grandes voces decía, Respondióle que tan bien
Que era grande atrevimiento, No comió en toda su vida.
Y razón no lo sufría, —Pues á tu hijo comiste,
Que los hijos de los siervos Astiáges respondía,
Tomasen tal osadía. Porque sepas á tu Rey
Desnudó luego al mochacho Obedecer sin falsía.—
Que por la mano traia, Gran dolor fué el que Harpagó
Para mostrar las espaldas En su ánima sentia,
Cuan llagadas las tenia. De ver que á su mismo hijo
A Ciro con el pastor Sepultado en sí tenia;
El Rey á llamar envía; Mas calló, porque otra cosa
Quiso saber del la causa Hablar no le convenia.
Porque tal cosa hacia. A Persia como en destierro /•
El mochacho á la pregunta A Ciro el abuelo envía,
Respondió sin cobardía, Donde por nieto del Rey
Con el rostro tan sereno, El pueblo le conocía.
Que turbación no sentía, Criábase en ejercicio
Diciendo que los mochachos Que á su sangre convenía;
Por rey alzado lo habían, Trataba armas y caballos,
Y cazas y montería,
Y que aquel mochacho solo Hasta que creció en edad
Obedecer no quería, Y fuerzas y valentía.
Por lo cual habia mandado En este tiempo Harpagó
Azotarlo como vía, En gran tristeza vivía;
Porque al rey todos tuviesen Tenia disimulado
Obediencia y cortesía; Su dolor cuanto podia;
Que él estaba aparejado Cómo pudiese vengarse
Si en aquello errado habia, En su pecho revolvía,
De sufrir cualquier castigo Mas esperando ocasión,
Que por ello merecía. La venganza deferia.
Admiróse mucho el Rey- Escribe á Giro una carta
De tan constante osadía. En que á recordarle envía
Cómo al tiempo que nació
El Rey matarlo quería;
Que tuviese en la memoria
ROMANCES DE LA HISTORIA DEL ASIA Y DE LAS DOS GRECIAS. 329
Cómo él le diera la vida, Todos fueron muy alegres
Y por habérsela dado De oir lo que les decía:
Su hijo perdido habia; De morir en tal demanda
Que mirase que su abuelo Cada cual le prometía.
Desterrado lo tenia; Luego se parte de Persia
Que hiciese mucha gente Con mucha caballería :
De armas y de infantería, Desque el Rey supo la guerra
y viniese á se vengar Que su nieto le movia,
Del Rey, pues se lo debia; La defensa de su reino
Y que él con todos los medos A Harpagó le cometía,
Luego se le pasaría. Olvidado de la injuria
Mas enviarle la carta Que antes hecho le habia.
Libremente no podia, Con mucha gente Harpagó
Que el Rey en todos los pasos Al encuentro le salía;
Sus guardas puestas tenia, Pero dióse luego á Ciro
Tal, que desde Media á Persia Con la gente que traia.
Ninguno pasar podia Como Astiáges lo supo,
Sin que viesen claramente Mucha mas gente hacia;
Qué llevaba ó qué traía. El mismo sale con ella,
Acordó meter la carta Que de otro no la fía.
En una liebre vacía; Ordenó toda su gente
Dióle á un siervo de los suyos, Según que bien lo sabía :
El mas fiel que él sabía; A los que puso en batalla
Echóle redes al hombro, Claramente les decia,
Que cazador parecía, Que si los de la vanguardia
Porque yendo en aquel traje Huyesen con cobardía,
El engaño encubriría. Como si enemigos fuesen
Desque vio la carta Ciro, Los mataran á porfía.
Y leyó lo que venía, Comienzan á pelear,
Soñó que uno le mandaba, Mucha sangre se vertía;
La noche cuando dormía, Pero la gente de Ciro
Que saliese solo al campo Con temor se retraía,
Rien de mañana otro día, Y no pudiendo sufrir
Y al primero que encontrase Ya, las espaldas volvía.
Tomase en su compañía. Sus madres y sus mujeres
Salió como le mandaron Al encuentro les salían
Por ver á quién hallaría; Rogando que á pelear
Encontró con un esclavo Tornasen con osadía;
Que Sivaris se decia, Mas tornar á la batalla
Captivo de un hombre medo, Ninguno de ellos quería.
Y que huyendo del venía. Ellas alzando las faldas,
Como supo que era persa, Las vergüenzas descubrían : '
Recibió grande alegría; Pregúntanles si en los vientres
Quitóle luego los hierros, Otra vez entrar querían.
Que pesados los traia, La gente con la vergüenza
Y tomándolo consigo A la batalla volvia;
A la ciudad se volvía. Hizo huir á los medos
Convocó los de su pueblo, Que en el alcance venían.
Los mas valientes que habia, Fué preso el rey Astiáges
Y mandó que cada uno Y muerta su compañía,
Una hacha traería El cual Ciro vencedor
Para talar una selva Otra cosa no le tira;
Que estaba junto á la vía. Mas del reino ansí en los medos
Vienen todos los mancebos, Feneció la monarquía,
Cada cual hacha traia; ¡ Que otro tiempo en los asirios
Comienzan á derrocar Con gran gloria florecía:
Los árboles á porfía; Pasóla Ciro á los persas
Acabaron muy cansados Con esfuerzo y valentía.
Con la siesta que hacia. (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente tacados, e
Esto hecho, mandó Ciro,
Que tornasen otro día;
Ellos vuelven obedientes,
Mas de comer les tenia 493.
Muchos manjares y buenos, CONTINENCIA DE CIRO CON PANTEA, ESPOSA DK ABRADATES.
Y la bebida muy fria.
Desque hobieron bien comido, (De Juan de la Cueva.)
Cada cual cuanto quería, Puesto en el sangriento campo
Pregúntales que de dos El victorioso rey Ciro,
Cuál mejor les parecía, Mirando el cruel estrago
El trabajo de la selva, Que había hecho en los asirios,
O el banquete de aquel día. Cuya victoria vía clara,
Cada cual dijo por sí, Y deshecho el enemigo,
Que el banquete escogería. Roto el campo y á sus persas
Pues sabed, les dijo Ciro Gozosos del buen destino,
A toda la compañía, Recogiendo los despojos
Que si servís á los medos Del enemigo vencido,
Con temor y cobardía, Estando ocupado en esto,
En semejantes trábalos Llegaron con gran ruido
viviréis toda la vida.' Una escuadra de soldados
ROMANCERO GENERAL.
530
Aun con las armas vestidos, Mira por su honestidad,
La sangre reciente en ellas, Sírvela como á mi mismo;
Y ellos en ella teñidos, Que le hará mas al caso,
Y le dicen, que una reina Que el visitarla el rey Ciro.
Han en el robo cogido, (CUEVA CoroFebto.tw.)
La cual llamaban Pantea,
Reina en Susa y su distrito,
Que era la mas bella hembra 494.
Que ojos mortales han visto;
Que se la traian por gaje ARASPA, CAPITÁN D E C I R O , INTENTA F O R Z A R Á PANTEA
Señalada á su servicio, A ODIEN E L REV PUSO BAJO SU AMPARO Y GUARDA.
Porque solo á él juzgaban {De Juan de la Cueva.)
De aquel alto premio diño.
Ciro les acetó el don, Forzado del ciego amor
Y alegre lo ha recibido. Y de su deseo incitado,
Sin querer ver la cautiva, El medo Araspa se ardia,
Su guarda le ha cometido Sin ver remedio en su estado,
A un medo llamado Araspa Abrasándose en el fuego,,
Del Rey muy favorecido, Que le enciende su cuidado
El cual, viendo la belleza Por la hermosa Pantea,
De la Reina, al Rey ha dicho : • Que Ciro en guarda le ha dado,
— Gran Señor, ¿por qué cometes Cuya beldad le ha movido,
La presa, que te han traído , Y aun de la razón privado;
A mí, sin verla primero, Que traspasando la ley,
Habiéndola conocido Que á guardar es obligado,
Para satisfacción tuya, Dio lugar á la crueza
Y para descargo mío, De amor, y d'ella forzado,
Y para que veas, en verla, Viendo qu'el fuego secreto
Mas belleza que has visto, No lo deja reposado,
Y mas que puede decirse, Y que loma mayor fuerza,
De las que en Asia han nascido, Cuanto mas está guardado,
Cuya hermosura inmensa Así con abiertas muestras,
Admira cualquier sentido ? No con miedo recatado,
Regala el alma y los ojos, Sin mirar á su lealtad,
Deja á quien la ve cativo, Ni á lo qu'el Rey le ha mandado,
Que yo, y todos los que estamos, Mas con suelta libertad,
Que han ido á verla conmigo, A la Reina le ha rogado,
Afirman la opinión mia, Que remedie su tormento,
Y t ú , si fueres servido D'ella y su beldad causado,
De venir conmigo á verla, Y que le da su palabra
Viéndola, dirás lo mismo. Que libre la dé á su Estado.
Ciro, que al medo está oyendo, La reina Pantea, aunque presa,
D'este modo ha respondido: No por eso le ha otorgado
— Por esa mesma razón Su demanda, antes con ira
No vendré en lo que has pedido; Fué de nuevo desdeñado;
Que por donde mas me obligas, Lo cual encendió en fiereza
A huir mas soy compelido; Al medo, en fuego abrasado,
Que estando, cual ves, ocioso, Y lo alteró de tal suerte,
Siendo á tu dicho movido, Que así la dice enojado :
Y á las altas alabanzas — Pantea, si no te obliga
Con que me has persuadido Mi razón ni mi cuidado,
A que vea esa cativa, Ni mis ardientes suspiros
Cuja beldad has subido Mueven tu pecho obstinado,
A tanto extremo, que entiendo, Ni mis continuos servicios
Que si fuese conmovido Te han á mi ruego inclinado, ,
A verla, sería ocasión Ni verte en mi cativerio
Que pusiese en largo olvido Te ablanda, ni te ha obligado,
Los negocios de mi Estado, La fuerza hará que seas
De mi dignidad y oficio, Tú rendida, y yo pagado,
Y que el verla me forzase Cumplida mi voluntad,
A visitarla contino; Y tu don menospreciado.
Y habiendo tanta belleza Pondréte en dura prisión
Cuanta me has encarecido, Donde del sol no veas rayo;
¿ Qué resistirá el deseo, Cargaréte de prisiones,
Puesta el alma en tal peligro, Que no muevas pié ni mano;
Si doy licencia á los ojos Cortaréte, por mas mengua,
Para privar el juicio, Ese cabello dorado,
Y que ellos mi libertad Que ha puesto mi libertad
Liguen, y.me den rendido Y mi vida en tal estado :
A la fuerza que amor hace, Quebrarte he esas luces bellas
Que el ver es d'ella principio, De cuya luz so abrasado;
Y de alegre y vitorioso Dejare el divino rostro
Sea d'el siervo y cativo V De su beldad despojado ,
Mira tú, Araspa, si es justo Con vergonzosas heridas,
Ser á este extremo traido, Que quede desemejado:
Y si es mejor no mirar, Tendréte desnuda en carnes
Que por mirar ser perdido ; Y de mí será otorgado
Por lo cual tenia tú en guardia, A cuantos quisieren verte
Regalada en nombre mío. Desnuda así, sin ornato.
3 3 1

ROMANCES DE LA HISTORIA DEL ASIA Y DE LAS DOS GRECIAS.


De alli fuese.desterrado,
Si uo me das hoy respuesta,
Y otorgas lo que demando.— Concediéndole á Pantea
La honesta Pantea responde, Cuanto le fué demandado
Con semblante sosegado: Por su carta, y dio licencia,
_ N i muerte, prisión, ni fuerza Que entrar pudiese en su campo
Me pueden poner espanto, Abradata su marido,
Que la virtud que me mueve
Me da esfuerzo en este caso; Que en su nombre fué llamado.
Y aunque tu violencia haga (CUEVA, Coro Feieo, etc.)
La fuerza que ha protestado,
Bien podrá rendir el cuerpo; 49o.
Pero no rendirá el ánimo. MUERE ABRADATA, ESPOSO DE PANTEA, EN DEFENSA DE CIRO.
Y dejando estas razones,
Que son de hombre apasionado, (De Juan de la Cueva.)
Pudieras, amigo Araspa, Su ejército mueve Ciro
Ya que estás tan lastimado, Contra el poderoso Creso,
Obligarme á tu demanda, Protestando de arruinarlo
Y no por fuerza de brazo; Si el hado no le es adverso,
Que no conmueve mi pecho,
Ni le altera el verte airado. Y traerlo á sujeción
Los regalos y mercedes Destruyéndole su imperio,
Que me has hecho en mi trabajo, Cual á los fuertes asidos.
Son los que me hacen fuerza Y á los egipcios ha hecho;
A que remedie to daño, Para lo cual se adereza,
Y deje la ingratitud En este intento resuelto:
Con que siempre te he tratado, Manda que marche la gente ,
Y empiece á galardonarte Y él también en orden puesto,
Cual se debe á tu cuidado, Animando á sus soldados,
Para lo cual te suplico Capitanes y prefectos,
Me des este dia de plazo.— Prometiéndoles á todos
Con esto se apartó elmedo Gran gloria, y doblado sueldo
Algún tanto sosegado, Al que en aquesta jornada
Creyendo que la respuesta Mostrare mayor esfuerzo.
Era cual habia escuchado. Yendo su via derecha
Pantea á temor movida A dar principio al suceso,
Qu'el bárbaro enamorado, Pantea , reina de Siria,
No se dispusiese al hecho Mujer de Abradata, viendo
De su ciego amor forzado, Ir su marido á la guerra,
Determina por remedio Y á entregarse á Marte fiero,
En tan peligroso estado No olvidando las mercedes
Escribírselo al rey Ciro, Que Ciro siempre le ha hecho,
Al cual dice sobre el caso : Rompiendo por entre todos,
(i Gran señor, en el destrozo En el escuadrón se ha puesto,
«De nuestro asiriano campo, Y al marido en alta voz
«Yo, Pantea, fui cativa Así le exhortó diciendo :
«De tus persianos soldados; . —Abradata, señor mió,
»Y traída á tu presencia. A quien vida y alma entrego,
«Tú , valor alto mostrando, Quiero con pocas razones
»A un medo me diste en guarda, Decirte el fin á que vengo,
«El cual Araspa es llamado , Y es que tú vas á la guerra,
«Encargándole mi honra, Que Ciro hace al rey Creso;
»Y en mi servicio el cuidado. Vas en servicio de Ciro
«Este, ciego de deseo, En cuyo servicio y reino
«Conmovido y alterado, Pido que des clara muestra
«Vencido de su locura,. De tu virtud y tu esfuerzo,
«Con amor desenfrenado Y que no vuelvas á verme
«Ha intentado hacer fuerza Sino vitorioso ó muerto;
«A mi querer, y obstinado Que mas te quiero sin vida,
«En este nefario intento Que de honroso nombre ajeno. —
«Hoy de término me ha dado. Esto dicho, marcha el campo,
«Suplico á tu Majestad, Y el un campo al otro viendo
«Que sea de tí estorbado Ordenan sus escuadroiies,
•Que se ofenda mi pureza, Tiros y armas proveyendo.
» Y se quebrante tu mando. Dan principio al cruel combate,
»Y si se me da licencia,
11
La ronca señal oyendo :
Y de ti me es otorgado, Por todas partes se hieren
«Llamaré al Rey mi marido, Con fiera saña y sin miedo.
«Que venga á ser tu vasallo, Los persianos recogidos
»V a servirte en esta guerra, A los de Lidia ofendiendo, '
«Cual uno de tus soldados, Agora con fieros tiros,
«Donde pague alguna parte Hora con golpes horrendos,
»ue lo mucho que es en cargo.» Por una banda y por otra,
La cana fué dada á Ciro, Apretando y oprimiendo
Y leyéndola ha quedado Al ejército de Lidia,
ueno de espanto, y de ira Que ya iba enflaqueciendo ;
Congojoso y alterado, Al cual, puesto casi al fin,
w t J i ^ i ^ P a tal hiciese, Abradata arremetiendo
Siendo d'el tan estimado • Con sus carros, por un lado,
* asi mandó que al momento Fiero estrago en Lidia haciendo,
332 ROMANCERO GENERAL.
Cercado por todas partes, Con un agudo cuchillo
Hiriendo á diestro y siniestro, Hirió el pecho, y salió el alma
Abradata, no vencido, Roto de ella el vital hilo,
Mas vencedor, cayó muerto, Cayendo muerta Pantea
Siendo ya deshecho el campo, Sobre los brazos de Ciro.
Y en poder de Ciro, Creso.
(CUEVA, Coro Febeo, etc.) (CUEYA, Coro Feíeo, eto,)

497.
496. MUERTE FATAL D E A T I S , HIJO DE CRESO, SOBRE CUTO C A D A V E *
SE INMOLA SU MATADOR INVOLUNTARIO ADRASTRO, PRÍNCIPE
P A N T E A , VIENDO MUERTO.A SU ESPOSO A B R A D A T A ,
DE FRIGIA.
SE SUICIDA E N PRESENCIA D E CIRO.
(De Juan de la Cueva.)
(De Juan de la Cueva.) Afligido está el rey Creso,
Llorando estaba Pantea Lleno de ansiosos cuidados
A Abradata su marido, Que no le dejan un punto,
Que fué muerto en la batalla : Ni le conceden descanso.
Muerto, pero no vencido; Teme la ira del cielo
La cual le sacó del campo En un sueño que ha soñado
De entre los muertos y heridos, Y conoce que los dioses
Y sobre sus flacos hombros Con él le han amenazado.
Lo puso en el campo amigo, Y fué que á su hijo Átis,*
Con no pequeño trabajo, Qu'era su vida y regalo,
Ni fuera de gran peligro, Soñó que le daban muerte
Para darle sepultura Con hierro, y d'esto espantado,
Por último beneficio. Buscaba cómo pudiese
Mirándole está las llagas, Contrastar la orden del hado,
Que dan de su esfuerzo indicio, Creyendo que industria humana
Y lavando con sus ojos Pueda con los altos astros.
La sangre en que está teñido, Y así luego que del sueño
Juntaba el purpúreo rostro Quedó en pavoroso espanto,
Al muerto y descolorido, Del ejercicio de Marte
Dando su amoroso aliento A quien el hijo era dado,
Al que estaba sin sentido, Lo apartó, y por mas seguro
Aguardando que respire Trató luego de casallo;
El espíritu rendido. Que los terrestres juicios
Llamándole por su nombre, No se levantan mas altos.
Con dulce voz y alto grito, Mandó así quitar al punto
Esparcía sus cabellos Délas salas de palacio,
Sobre el cuerpo muerto y frió. De lodos los corredores,
Querellándose del cielo, De los zaguanes y patios
De la tierra y del destino, Las lanzas que habia colgadas,
Volvia á pegar el rostro Las partesanas y dardos,
Teniendo el del muerto asido, Por que no cayese alguna
Haciendo tantos extremos, Que pudiese hacerle daño.
Dando tan recios suspiros, Hecha aquesta prevención,
Que en ellos rindiera el alma Y otras por asegurallo,
Si en esto no entrara Ciro, Llegó el tiempo en que Himeneo
Y viéndola d'esta suerte, A las bodas invocado
Y muerto su caro amigo, Vino al casamiento de Átis
Enternecido y llorando, Vestido de cendal blanco,
Teniendo su mano, dijo: De flores y mayorama
—¡ Oh buen amigo Abradata! El nupcial dios coronado,
¡ Oh Abradata, amigo mió! Con una antorcha en la diestra,
;, Cómo te vas y me dejas Y un flameo en la otra mano,
Sin tí, puesto en tal peligro? Que un velo amarillo era
¡ Oh mi fiel compañero! Con que ataba los casados,
¿Cómo así te veo perdido, Los veloces pies compuestos
Sin poder darte remedio, Con zuecos azafranados.
Ni el premio á tu esfuerzo diñó? Estando en su ministerio
Lo cual haré yo en tu muerte, El dios amoroso y blando,
Pues en tu vida no ha sido. — En fiestas y regocijos
Con esto soltó la mano El reino todo ocupado;
De Abradata el persa Ciro, A la presencia de Creso
Dando á Pantea muchos dones Llego un hombre dicho Adrastro,
Con que honre á su marido : Natural de Frigia, y puesto
La cual con nuevos clamores Ante el Rey dijo llorando :
Del Rey los ha recebido, —Creso, á quien es concedido
Y puesta ante él de rodillas Del alto Jove descanso,
Dice : — ¡Oh Rey! solo te pido, Con piadoso sentimiento
Ya que la muerte invidiosa Oye mi infelice caso,
Robarme mi gloria quiso, Así los hados conserven
Despojando de mi alma En felice paz tu Estado,
El alma con que ha vivido,
Que nos honres en la muerte, Y veas á toda Asia
Pues que no pudiste, vivos. — Puesto el yugo por tu mano,
Esto diciendo, furiosa Sin que en cosa, cual conmigo,
El cielo te sea escaso
ROMANCES DE LA HISTORIA DEL ASIA Y DE LAS DOS CRECÍAS. sr>3
Lo que d'él conoces falto.—
Pues Tengo de Frigia á Lidia Creso que lo estaba oyendo
De su inclemencia forzado, Le responde :—¡Oh hijo amado!
Y de la ira do Gordio No es esto tener yo duda
Mi padre, que cual contrario De tu esfuerzo y valor alto,
Del patrio muro me lanza, Ni codiciar tu deshonra,
Y en destierro infame y largo, Ni querer hacerte agravio,
Con tanta necesidad Cual dices, pues no me mueve
ue te moverá á quebranto,
P orque sin querer hacerlo,
Con este maldito brazo
A hacer aquesto que hago
Otra cosa ni otro intento,
Sino el quererte yo tanto,
Di á un hermano mió la muerte, Y el temor de un sueño horrible
Sin saber que era mi hermano. Que de mí jamas aparto,
¡ Que pluguiera al alto Jove, Que de tu inmatura muerte
Que con un ardiente rayo Es miserable presagio :
Me arrojara al hondo infierno Porque yo estando al sabroso
Antes que hacer tal daño; Sueño, en quietud reposando,
Que menos daño me fuera Soñé que habias de morir
Qu'el que me está amenazando!— A hierro, y d'esto espantado '
Pasara con su razón, Te aparté de los peligros
A no acortársela el llanto; Que pudieran serte daño,
Y asi el rey Creso movido Y por tenerte seguro
A lástima cíe su estado, Te casé cual te he casado.—
Le dijo : —Pierde el temor, Atis, que oyendo está al padre ,
Deja la congoja, Adrastro, Replicó : —No has acertado,
Que á casa de amigo vienes Alto Rey, ni el sueño entiende
Donde serás hospedado El que te lo ha declarado :
Como amigo y deudo nuestro, Porque si el sueño dijera,
No cual te entiendes, extraño; Que dispone el crudo hado
Qu'eres de linaje amigo, Que habia de ser con diente
Y así á casa eres llegado Mi muerte, era acuerdo sabio;
De amigos tuyos, do vivas Mas ves que en aquesta caza,
Como en Frigia en tu regalo. Ni hay peligro ni hay contrario,
Con esta piedad de Creso,
Adrastro fué consolado, Y el principal enemigo
Quedándose en su real casa Ni tiene hierro ni manos:
Do alegre vivia en descanso. Claro es que sin miedo puedes ,
Sucedió qu'en este tiempo Sin que consultes oráculo,
En el monte Olimpo alto Darme licencia que vaya
De Misia se apareció Desechado el temor vano.—
Un jabalí horrible y bravo Pareciéndole al rey Creso
De grandeza nunca vista, Ser razón lo demandado,
Que hacia mortal daño Otorgó el ruego del hijo
A toda'aquella comarca, Encargándosele á Adrastro
En las gentes y sembrados; Que le mirase por él,
Y no siendo poderosos Sin que lo perdiese el lado,
Para matallo, acordaron Poniéndole por delante
De demandar al rey Creso La amistad, que le era en cargo,
Su favor para matallo. Pues lo recibió en su casa
Así, fueron mensajeros Cuando vino desterrado.
Al lidio rey enviados, Adrastro se encargo d'él,
Pidiéndole que enviase Cual del Rey le fué mandado,
Su hijo y gente á librallos. Y así se partieron todos,
Siendo del rey Creso oido Y al monte Olimpo llegados,
De los de Misia el recaudo, Comenzándose la caza
Respondió qu'él daria gente, Rodeando el monte y llano ,
Y todo lo necesario Dieron con el jabalí
Para conseguir la empresa, Arrimado á un grueso árbol,
Excepto el ser enviado Que viéndolos, furioso
Su hijo Atisá ello, Salió á ellos denodado,
Porque lo impedia el hado. El cerdoso cerro enhiesto,
Estando hablando en esto Perros y armas despreciando;
Atis llegó, así hablando. Y aunque cercado de todos,
— No se, padre, por qué causa Arremete á todos bravo.
Me quieres hacer agravio, A cuál atropella, y cuál
En quitarme injustamente Ensangrienta en él su dardo:
Be lo que pide mi ánimo : Tíranle unos, tíranle otros,
Siendo dura y grave cosa Y él contra todos parado,
De su natural sacallo, Resistiendo la violencia
Porque la naturaleza Con semblante y brio gallardo.
Es tan fuerte, y puede tanto, A este punto lleno de ira
Que no hay cosa que la mude, Llegó por un lado Adrastro
Sin que sea su ser mudado. Contra el jabalí, blandiendo
Tu me privaste del uso Con saña un grueso venablo.
De la guerra en que descanso; Tiró y fué incierto el tiro
fu me quitas de la caza En la fiera, y con él dando
A que los reyes son dados, Por los pechos al rey Atis,
¿ debe de ser sin duda Dio con él muerto en el campo,
Porque me sientes tan flaco Cumpliendo el sueño qu'el padre
De comon, q así suples
u e Soñó y siempre temió tanto,
S54 ROMANCERO GENERAL.
Sin poder su real poder Y siendo al templo llegado,
Librando el hijo estorballo. Delante de todo el pueblo
Desque al joven vieron muerto. A quien llamó, asi ha hablado.
Del jabalí se apartaron, —Aunque los hombres me absuelven
Y en torno se ponen d'él Y perdonan mi pecado,
Ardientes suspiros dando. Yo no quiero perdonarme ;
E l matador lleno de ansias Mas cual debo castigallo,
Al muerto tomó en sus brazos Ejecutando en mi mismo
Despedazándose el rostro, Con el homicida brazo
Llamando al cielo inhumano, La muerte que di al amigo;
Porque en vida lo dejaba Y así os ruego, ciudadanos,
Viendo la qu'él ha quitado. Que condolidos de mí,
Rogaba á sus compañeros Hagáis las obsequias de ambos.—
Que d'ellos sea castigado Alzó el brazo furioso
El que les mato su Rey, Y el fiel pecho atravesando,
Haciéndole allí pedazos. Sobre el muerto cuerpo de Átis
Ninguno le respondía Cayó sin alma el de Adrastro.
Impedidos con el llanto; (CUKVA, Coro Febeo, etc.)
Mas acordaron que luego
Fuese á su padre llevado.
Así al triste Átis pusieron 498.
Encima de su caballo,
Y siguiendo su camino
Al rey Creso lo llevaron, (Anónimo.)
Al cual ya la presta fama
Contado habia el duro caso, Aquella reina de lidios,
Y estaba aguardando al hijo Artemisa muy nombrada,
Muerto cual d'él fué soñado, Mujer de Mausolo, rey,
No cual lo vido ir á caza, En sus hechos afamada, •
Mas cual lo traen traspasado Quería mucho á su marido,
Del mayor amigo suyo, También d'él era acatada.
Y de quien le era en mas cargo:
t
Decia que la mujer
Y así quejándose al cielo, Para ser muy bien casada
A Jove de aquel agravio, Que habia de obedecer,
Que á su hijo le matase Y obedeciendo callada;
Su huésped á quien dio amparo, Que manda la que obedece
Rasgábase los vestidos, Dentro y fuera su posada.
Injusto llamando al hado. Muerto que la fué el marido,
Estando en esto el rey Creso, Esta reina, muy osada,
Con el muerto hijo entraron, Al marido hizo quemar
Y en viéndolo en su presencia Como cosa acostumbrada,
Los ojos puso en Adrastro, Y poco á poco bebió
Sin poder hablar palabra La ceniza en agua echada,
De dolor un breve espacio: Diciendo que no podía
Mirando él al matador, A persona tan amada
Y el matador á él mirando, Dalle mejor sepultura,
Que puesto ante él de rodillas Ni mas linda y estimada,
Levantó al cielo las manos Que su mismo cuerpo vivo,
Diciendo : —Rey poderoso, Por vivir mas lastimada.
Yo soy quien hizo este daño; {Cancionero, Flor de enamorados.)
Yo soy quien mató á tu hijo,
Y á quien tu lo diste á cargo;
Y pues yo só el homicida,
No aguardes, ni estés dudando ;
Manda que me den la muerte AL MISMO ASUNTO
Sobre el que mató mi brazo,
Pues di muerte ahora á mi Rey, (Anónimo.)
Y mate antes mi hermano, Sobre el cuerpo ya difunto
Cuya muerte aunque fué horrible, Del esposo que adoraba,
No fué insulto tan infando, Del rey de Arabia la viuda
Como á quien fué mi remedio Sangre y lágrimas derrama:
Darle tan injusto pago: Rompe sus tiernas mejillas,
Por lo cual, Rey, te suplico, Las manos tuerce y maltrata,
Que un hombre tan desdichado Y los dorados cabellos
Que á su buen señor dio muerte Sin piedad mesa y arranca.
No viva entre los humanos.— Despide voces sin tiento,
Compadecido el rey Creso Que como leona brava,
De Adrastro y su tierno llanto, Dalle vida y ser con ellas :
Le dijo : —Huésped, yo quedo En vano piensa y trabaja.
Satisfecho, y en ti hallo Casi muerta al muerto llora,
Razones para absolverte Y si del todo no acaba,
Aunque te haces culpado Es solo porque le queda
Condenándote á tí mismo, Un dolor vivo en el alma.
De lo cual te hago salvo.— Llora su pérdida y daño,
Esto diciendo hizo luego Y la gloria ya pasada
Qu'el muerto fuese llevado En la memoria presente,
Para darle sepultura, Para hacer mayor la falta.
Y llevándolo fué Adrastro Fija en el cuerpo los ojos,
Siempre junto al cuerpo muerto, Y el alma al cielo levanta.
ROMANCES DE LA HISTORIA DEL ASIA Y DE LAS DOS GRECIAS.
porque acá cuerpo con cuerpo, El hado, qu'en daño suyo
Y allá estén alma con alma, Todo su poder conspira,
Los miembros yertos y fríos, No contento qu'en la tierra
Abrasa en ardientes llamas, Fuese su fuerza rompida,
Dando en esto clara muestra Quiso que en el fiero mar
Que ella en las de amor se abrasa. Probase también su ira;
En aguas muy olorosas Y así conmovió el tridente
Con las que vierte y derrama El dios qu'en el mar se anida.
De sus cristalinos ojos, Comenzó á bramar el viento,
Mezcla las reliquias caras. A faltar la luz del dia;
Y antes que con llanto triste Las negras y espesas nubes
Las sepulte en sus entrañas, Lanzan agua, echan pedrisca ;
Con voz flaca y decaída Carga el viento, rompe velas,
Como pudo, así le habla. Los árboles se lastiman;
—Viviréis siquiera en mí, Pierde la nao su gobierno
Y pues la fortuna avara Sin poder hacer su vía;
De vida y alma os privó, Cresce, en la cruel tormenta,
Gozaréis mi vida y alma. En los de la nao la grita,
Serviréis, tiernas cenizas, La confusa turbación,
Para conservar las brasas Los votos, las rogativas,
De mis fogosas pasiones, El no entenderse una cosa
Porque duren, crezcan y ardan. Aunque mil veces la digan,
Tampoco funeral pompa, El estorbarse unos á otros
Vuestra muerte y mis desgracias Con el miedo y la fatiga.
Perderán por enterraros, Cuál apareja la tabla,
Dulce esposo, en mis entrañas; Para echarse al mar encima;
Que del corazón las telas Cuál la caja tiene puesta,
Serán las tristes mortajas; Y cuál el madero alista.
Tumba el levantado pecho El piloto viendo el tiempo,
Que mis suspiros levanta; Que su furia no mitiga,
Campanas mis alaridos, Fué donde estaba el rey Jérjes
Voces que del cielo pasan, Y ant'el puesto así le avisa.
Que el acero de mi fe — Gran Rey, ya ves la fortuna,
Las hace sonar tan altas. Que nos sigue en nuestra ida;
Por pobres, en vuestro entierro, Ya ves el paso en que estamos
Mis merecimientos se hallan, Que á la muerte nos convida;
No como suelen vestidos, Ya ves que no hay aparejo,
Mas desnudos de esperanzas. Ni hay vela sin ser rompida:
El pésame es de vivir, El timón caido al mar,
Que es vivir seros ingrata; Y la nao, que no camina,
Cabo de año el de los mios, Y la tormenta que arrecia
Que acabado vos, se acaban. Mas, cuanto mas falta el dia.
Y pues solo queda en mi Conviene pues, gran señor ^
La memoria viva y sana , Si quieres salvar la vida
Dejais alma en mi memoria Alijar de tanta gente
Y vuestra memoria en mi alma.— La nao, porque así podría
(Romancero general.) Salvarse, y no de otra suerte,
Porque al mar la veo rendida.—
Jérjes, oyendo al piloto
500. El ánima le lastima
Entender que su peligro
HECHO DE JÉRJES CON UN PILOTO QUE LE SALVÓ Demanda tal medicina;
DE UN NAUFRAGIO. Y viéndolo tan notorio,
Pues ya el mar tenían encima,
(De Juan de la Cueva.) Puesto en medio de los suyos
Desbaratado el rey Jérjes, Dijo: — ¡ Oh noble compañía,
Y vencido en Salamina, * Que con tan firme constancia
Dejando á Mardonio en Grecia, Me seguis en mis desdichas!
Trecientos mil hombres guia Haya agora entre vosotros
Al Helesponto, á pasarse Señal del amor y estima
En Asia, pues no tenia Que me habéis siempre tenido,
En su miserable aprieto Y dad orden que redima
Otro reparo su vida. La vida este vuestro Rey
Yendo el miserable Rey A quien la fortuna esquiva
A guarecer su desdicha, Sigue, pues en vuestra mano
Hallando quebrado el puente, Consiste su muerte ó vida. —
Que le impidió hacer tal vía, Como de los caballeros
Le fué forzado meterse La voz de Jérjes fué oida,
En una nao de Fenicia Haciendo su acatamiento
Para pasará su tierra, A su Rey, en despedida,
Y con él la compañía Se arrojan á la mar todos,
De los mas nobles de Persia, Procurando en su caida
Que tras sus pasos seguían. No ser ninguno el postrero,
Vendo en su viaje el Rey, Y así la nave se alija
«o libre de sus fatigas, De la nobleza de Persia,
Viéndola perdida gente Que andar sobre el mar se vía.
Que deja, y viendo cuál iba Descargada así la nave,
Corrido y avergonzado La tormenta se mitiga :
De su infelice caída Arribó en Asia, á do Jérjes,
836 ROMANCERO GENERAL.
Luego que á su tierra arriba Conserva nobles vasallos.
Le mandó dar al piloto No juzgeis por amistades, .
Por premio de su fatiga Ni perdonéis por halagos,
Una corona de oro Ni con ira castiguéis,
De mucho precio y estima, Ni admitáis consejos falsos.
Y díjole : —Esta corona Sed Alejandro en valor
Hago de tu frente digna, Como en el nombre Alejandro;
Y quiero qu'ella le adorne : — Que la potencia de un rey
Y poniéndosela encima, Obliga á ser todo franco.
Le volvió á decir : —Agora, Oid al pobre y al rico;
Que te di lo que debia Cuanto al oir igualaldos,
A tu sano y buen consejo Que en ley de naturaleza
Para conseguir mi via, Iguales nacieron ambos.
Me pagará tu cabeza De los hinchados soberbios
Tantas cuantas vi perdidas Tened el freno en la mano,
Por tu causa, en no avisarme Que un bocado es gran remedio
Que con tanta compañía Para los muy desbocados.
No me embarcara, y pues esto Sed en la paz apacible,
Fué culpa tuya y no mia, En las lides Marte airado,
A tí hago cargo de ellos, Reposado en los consejos,
Y tú fuiste el homicida Con los rendidos humano.
De tan buenos caballeros Al que hiciere nial de priesa,
Cuantos perdieron las vidas No le castiguéis despacio,
Por tí, y así esta venganza Que sirve de grande ejemplo
A su lealtad es debida.— Castigar de priesa un malo.
Esto diciendo el rey Jérjes Los sabios es justo honréis
A uno de los suyos mira De suerte que por honrarlos
Diciéndole que le corte No se vuelvan lobos fieros
La cabeza, el cual con ira Contra los corderos mansos.
En la presencia del Rey Mandadles que juzguen todos
De los hombros se la quita. Por aquel antiguo fallo
De las nuestras santas leyes,
(CUEVA , Coro Febeo, etc.)
Y no por ordeno y mando *,
Refrenad sus duras lenguas
Y en el lenguaje allanaldos;
SOL Que la lengua ofende mucho,
CONSEJOS QUE FILIPO, M O R I B U N D O , DA Á S U HIJO ALEJANDRO Y no corta pié ni mano.
DE M A C E D O N I A . No deis leyes cada dia,
Porque no puedan juzgaros
{Anónimo.) De inconstante en el gobierno,
El macedonio Filipo ? Y en la potencia de flaco.
Después de haber gobernado Las qué una vez les daréis
Con mil insignes victorias Haced que se estimen tanto,
La gradeza de sus campos; Que no las quiebre ninguno,
Después de haber mantenido Y si alguno, castigadlo;
Discurso de muchos años Que muchedumbre de leyes
En gran justicia á los suyos Suele servir de embarazo
Pacífico, quieto y manso, Para equivocar los reinos
Viendo á los ojos la muerte Y destruir los vasallos.
Y conociendo que al cabo Haced, hijo, como todos
No hay rey que se le resista Pidan vuestros largos años; . ,
A la fuerza de sus brazos, Que si todos os desean
Hizo llamar á su hijo, Habréis eterno descanso.—
Al iuvencible Alejandro, Esto diciendo, á Filipo
Y con la voz baja y ronca Ocupó la muerte el paso,
Asiéndole de la mano, Y el real cuerpo difunto
—Estadme atento, le dijo, Cercó de lloro el palacio.
Sucesor de mis estados, {Romancero general.)
Así en paz de todos ellos 1
Os den el gobierno caro. Estas sapientísimas máximas debieran no olvidar los lla-
Por mi hijo sucedéis mados á gobernar los pueblos : estas son las que no olvidan
En todos'mis mayorazgos; nunca los que están acostumbrados* gobernar; pero por des-
Gobernaldos como vuestros, gracia las huellan frecuentemente todos los aventureros que
llegan al poder por los percances de ciega fortuna. Olvidados
Y como mios trataldos; de su humilde existencia, atribuyen á mérito propio su casual
No les deis nuevos tributos; elevación, debida quizá á la bajeza de sus precedentes, y quie-
Advertid que están muy flacos, ren con destemplanza tratar á los pueblos como un tambor
Que de vuestros enemigos mayor á los chiquillos á quienes se enseña los redobles de la
Con ellos podréis cobrallos. caja. En el quenació para el mando, una mirada basta para im-
Sustentad en paz los vuestros poner á sus subordinados. ¡ Desgraciado de aquel que necesita
decir á todo un pueblo : Ordeno y mando 1
Y con guerra los contrarios,
Y os adorarán los vuestros
Y los otros temblarán os.
Sed con los graves severo, 502.
Y con los humildes manso; TIMOCLEA, T E B A N A , SE VENGA DE SU VIOLADOR.
No hagáis á nadie injuria,
Ni á nadie sufráis agravios. ,(De Juan de la Cueva.)
Fieles vasallos tenéis, Siendo del Magno Alejandro
Como á leales trataldos- Rendida la ilustre Tébas,
Que un rey humano , á los suyos Su fuerte muro arruinado.
ROMANCES DE LA HISTORIA DEL ASIA Y DE LAS DOS GRECIAS. 337
Y abiertas todas sus puertas, Siendo del bárbaro oída
Y puesto su señorío La no esperada respuesta,
Al vugo de su potencia , Ardiendo en codicia su alma,
Sucedió un caso admirable Y en afición torpe y ciega,
Digno de memoria eterna, Sin replicalle razón,
A un tracio, capitán suyo, Porque de toda se aleja
Y una tebana doncella; El alma que da cabida
El cual yendo saqueando A cualquiera pasión d'estas,
La noble ciudad ¿sujeta, Asió de la tierna virgen,
Con una escuadra de tracios Que ante él de rodillas puesta,
Oue seguían su bandera, Viendo lo que pretendía,
Llegó robando y matando En tierno llanto deshecha,
A casa de Timoclea, Le suplicaba que diese
Oue era de las mas ilustres A su horrible intento venia,
Oue había en aquella tierra, Porque no ofendiese al cielo
Cual lo mostraba el blasón Robándole su pureza.
Que fijado tenia fuera. Sin dar oído á su llanto
El Capitán mandó al punto, Ni á su ruego, ¡ oh maldad fiera !
Que dentro entrasen por fuerza Cumplió su lascivo intento
Guiado de la codicia, El bárbaro en la doncella;
Que suele mover la guerra. La cual viéndose ofendida,
Arremeten los soldados, Gime, y al cielo se queja,
Derriban puertas y entran; Puestos los ojos en él
Comienzan á saquealla Vertiendo orientales perlas,
Con libertad y violencia, Demandando la venganza
Sin perdonar su rigor De aquella maldad inmensa.
Cosa que la vista ofrezca. El bárbaro, aun no contento
Andando así el Capitán De la maldad por él hecha,
A quien la codicia lleva, A la mísera ofendida
Y entrando en un aposento, Con nuevo apremio la apremia,
Encontró con Timoclea, Que le diga dónde tiene
Que huyendo de su furia Escondidas sus riquezas,
Se escondió en aquella pieza, O que le dará la muerte,
Dejando padre y hermanos Si dó las tiene le niega.
De que ya habían hecho presa Ella oyendo la demanda
Los vítoriosos soldados, Del fiero, y la nueva fuerza,
A quien cosa no refrena. Determinando vengarse
La virgen tebana estaba Cobró esfuerzo en la flaqueza,
Cual suele estar la cordera Diciéndole : —Ya no tengo
Que apartada de su aprisco Que negar, la suerte es vuestra,
Se vé cercada de fieras, Pues el tesoro mayor
Que de ningún modo puede Que tenia, y de mas cuenta,
Dejar de ser pasto d'ellas. Me habéis robado, y sin él
Asi temblando la virgen Lo demás no me aprovecha.
Gime viendo su miseria; Dentro d'este pozo tengo
Turbado el bello color Escondida mi hacienda,
El mortal suceso espera : Creyendo que d'esta suerte
Cuando elfieroCapitán Libre de vosotros fuera;
Hallándose en su presencia Mas el cielo, que me sigue,
Paró, sin pasar delante, Al contrario d'esto ordena:
Vencido de su belleza. Sacalda, que libremente
Lafieraespada bajando, Mi voluntad os la entrega
D'ella asido, así le ruega. Por dote de la corona
—Ya ves, hermosa tebana, Que me robó vuestra fuerza.
Qu'en mi poder estás puesta, No aguardó el bárbaro á mas,
Del cual no podrás librarte Y al pozo corriendo allega
Menos que cativa ó muerta: De su codicia instigado,
Pues yo quiero que seas libre, Que así lo enajena y ciega.
Lon dos cosas por tí hechas : Pone en el brocal el pecho,
La una, que he de gozarte, Mete dentro la cabeza,
Porque tu beldad me fuerza; Mira á un cabo, y mira á otro
KA - í ' °- o t a
descubras uem e
Por ver si ve lo que intenta,
Adonde tienes tu hacienda, Y el deseo que lo enciende
l con estas condiciones Mil variasformasle muestra
™ tu libertad te queda.— En los visos que hace el agua
La tierna virgen responde, Con verdadera apariencia,
inflamada de vergüenza: Por do su imaginación
r-Luanto al gozar tú de mí, Conformándose con ellas,
«o lo intentes ni pretendas,
so
Juntas aquellas especies
K"® ,y. virgen y en mi guarda Le hace que d'ellas crea
Eftári Diana y Minerva, Lo que le pide el deseo,
«ue defenderán mi causa, Que á su perdición lo lleva.
poniéndose en mi defensa;
n e s o l r o d e m
Estando ocupado en esto,
T^ «s bienes, Sin recelo ni sospecha,
¿oda mi casa está abierta El medio cuerpo metido
jaquea cuanto hallares, En el pozo, y medio fuera,
O
0 u M n c l f amo hay en ella; cu
Viendo la ofendida virgen
«"e los hados te lo dan, La venganza de su afrenta,
1 e i
cielo, que así lo ordena.- Incitada de su injuria
T. x.
358 ROMANCERO GENERAL.
Arremete con fiereza, A que Alejandro y su gente
Y asiéndolo por los pies Con gran presteza se armaron
Dentro del pozo lo echa, Pensando del enemigo
Y tras d'él al mismo punto Fuese algún duro rebato.
Muchas y crecidas piedras, Mas cuando supo lo que era,
Con que le quitó la vida Doliéndole su quebranto,
A quien quitó su pureza. En su tienda las visita,
Acudieron los soldados, El vaivén considerando,
Que le guardaban la puerta, Con que la varia fortuna
Como oyeron el ruido; Humilla al mas levantado.
Y vista la muerte cierta En su aflicción las consuela
De su fuerte capitán, Que no era muerto afirmando,
Quisieron dársela á ella, Y para satisfacerlas
Y por darle mas castigo Hizo que algunos soldados
A Alejandro la presentan, En su presencia jurasen
Que d'él sabida la causa Estar Dário vivo y sano :
En su libertad la deja, Y fué verdad, que su industria
Y con maníflcos dones Por ser tal, le puso en salvo.
De su agravio satisfecha. ( LOBO LASO DE IA VEGA , Romancero y tragtüu, t .\
t

(CUEVA, Coro Febeo, etc.)

504.
503. AOTÍOCO ENAMORADO DE ESTRATÓNICA So MADRASTRA.
ALEJANDRO VENCEDOR, Y DARÍO FUGITIVO.
(De Juan de la Cueva *.)'
{De Gabriel Lobo Laso de la Vega.) De ardiente amor encendido
De la batalla sangrienta Antíoco se abrasaba
Presuroso sale Dário, Por la mujer de su padre,
Habiendo, para escaparse Estratónica llamada.
Del vencedor Alejandro, Via el remedio imposible,
Saltado con gran pavor Y el fuego dentro en el alma :
Del rico y vistoso carro, Crecíale mas el fuego
Y tomando con presteza Cuanto mas su amor guardaba.
Un alentado caballo. Via la rara belleza
Con diligentes talones, De su hermosa madrastra;
Floja la rienda en la mano, Los dulces y bellos ojos
De su furia se aprovecha, Con que su fuego aumentaba;
Cuyo veloz curso es tardo. Las crespas hebras de oro,
No le parece que corre Que con mil nudos lo enlazan
Pues asienta el pié en el llano, Que para alentar su fuego
Y no corta con las aves Amor se las desataba,
La región del aire claro : Con que abrasaba á Antíoc*
Cosa ordinaria en quien muestra Y á Febo de luz privaban.
Las espaldas al contrario. Miraba parte por parte
Dejó en aquesta huida La causa por quien se abrasa,
Dário el real aparato Y hallaba ser tan justa,
Para poderla hacer Cuanto injusta su demand
Mejor y mas á su salvo, En este ardiente cuidado
Con cuyas varias reliquias Los dias y noches pasa :
Se mostraba el campo ufano. Hizo tal instancia en él
Allí se ve la corona Que el vital vigor le falta;
En el almete abollado, La fogosa juventud
De preciosa pedrería Se debilita y desmaya,
Con encaje relevado; Y creciendo en él la fiebre,
Acullá el antiguo cetro, Con tanto extremo lo agrava,
Allá el sello y rico manto : Que sin poder resistirse
De todo aquello desiste Dio el laso cuerpo á la cama.
Que le fué otro tiempo grato. Él rey Seleuco, su padre,
De la pobreza se vale Viendo el hijo cuál estaba,
Como mas seguro estado, Con solícito cuidado,
Y de emperador, desea Todos los médicos llama,
Parecer pobre soldado, Que con diligente estudio
Por no deber á fortuna Su remedio procuraban
Nada en aquel breve espacio, Aplicando medicinas
Y no siempre como rey A la ocasión muy contrarias;
Aguardar su golpe vario; Que las pasiones de amor,
Y porque le desconozca Con remedios dé amor sanan,
Para el efecto del pago; No con simples, ni compuestos,
Pero disimula mal Ni con piedras preparadas,
Rostro grave y noble trato. Que no es mal que tiene cura,
Y como un vasallo suyo Ni sana con ciencia humana,
Hallase el manto en el campo, Si.no le aplica el remedio
Fué á la tienda donde estaban Quien es en hacer la llaga.
La madre y mujer de Dário, Y como de estos remedios
Las cuales su manto viendo, \ Con Antíoco no usaban,
Que fuese muerto peüsando, - Ningunos hacían efecto,
Con súbita vocería Antes los que hacían dañaban.
Pan principio á un duro llanto, El Rey andaba cuidoso ,
ROMANCES DE LA HISTORIA DEL ASIA Y DE LAS DOS GRECIAS. 339
Fatigado y Heno de ansias, Según la demostración,
porque médico ninguno Que en lo dicho no le engaña,
La enfermedad no alcanzaba, Y que cumpliría con obra
fíi por relación ni pulso Lo propio que él le rogaba;
Entender podían la causa. Y asi, con seguro de esto,
Erasistrato, un famoso Al Rey dice, que le aguarda :
Médico, que en esto andaba —Alto Rey, á tu hijo Antíoco
Solícito, porque el Rey La enfermedad que le agrava
Hacia del mas confianza, No la causa mi mujer,
Así por sus grandes letras, Porque es tu mujer la causa ;
Como por ser de su casa, Y si quieres guarecello,
A ver al enfermo Antíoco Cásalo con su madrastra,
Entró, cual acostumbraba, Que este es el postrer remedio,
y estando solos los dos, Si darle vida te agrada.—
El pulso le demandaba, Oyendo el Rey la extrañeza,
Y teniéndolo en la mano Confuso y suspenso para
Laflaquezacontemplaba, Revolviendo la memoria,
El movimiento sin orden, Sin determinarse á nada;
Los varios golpes que daba. Mas como el amor de padre
Suspenso en esto y dudoso, La dificultad allana,
Acaso entró la madrastra ; A Estratónica su esposa
Hizo tanta alteración Con su hijo al punto casa :
El pulso, que vido clara Por guarecelle la vida,
El médico la dolencia De su contento se aparta.
De tantos tan ignorada; (CUEVA, Coro Febeo, etc.)
Y sin darle á entender cosa,
Suelta el brazo, y del se aparta, i Moreto hizo, al asunto de este romance, la comedia inti-
y ante el rey Seleuco puesto, tulada Antíoco y Seleuco.
Del enfermo Antío.co trata,
Diciendo ser imposible
Remediallo, y que no alcanza ROMANCES SOBRE ALGUNOS DICHOS Y HECHOS
Remedio en la medicina DE VARIOS FILÓSOFOS GRIEGOS.
Contra enfermedad tan brava,
Porque la causa es de amor,
Y que demás de esta causa, SOS
Aunque es grave, está el peligro
No en el mal, mas en que ama SOLENTO DE LOORES SE SACA UN OJO PARA LIBRAR EL OTRO
A su mujer, y él no puede DE SU HIJO, QUE DEBIÓ PERDER EN JUSTICIA.
Dalle á su mujer amada, {De Juan de la Cueva.)
Y que por esta razón
En su remedio dudaba. Gobernando estaba en Locres
Seleuco, de amor del hijo, El justo y sabio Solento,
Al médico se levanta, Sometiéndola á las leyes
• Y como si su igual fuera, Que ponen en paz los reinos,
Una y otra vez le abraza Y ajustan al pobre humilde
Diciéndole : — Amigo mió, Y al poderoso soberbio,
Mi casa y mi reino manda, A todos haciendo iguales
Porque a mi hijo remedies En las costumbres y fueros,
Y de este peligro salga : Cual eran administradas
Dale tu propia mujer, De Solento, cuyo intento
Dásela, que si la amas, Fué siempre de hacer justicia
La das un rey que la adora, Sin torcer legal decreto.
Con que su suerte aventajas, Esta confianza trujo
Y dándola á tu señor Ante él á un pobre plebeyo,
Por fuerza, y para esta causa, Estando en su tribunal
Para saneamiento tuyo, Las causas públicas viendo,
De lo que es amor, no faltas. Y ante él postrándose dijo,
De mas de esto es ley que muera, La voz levantando al cielo :
El hombre que á otro mata, —Justicia vengo á pedirte,
Y pues ella hace el daño, Solento, á pedilla vengo
Ella el daño satisfaga.— Contra tu hijo que ha sido
Viendo el médico prudente Cogido en un adulterio
Los afectos con que habla Con mi mujer y en mi casa,
El Rey, le dice : —¿Señor, Y guardándote el respeto,
i u Alteza tal cosa manda ? A ella le di la muerte,
i Quien debe guardar la ley, Y á él con la vida dejo :
al primero la traspasa ?. Pido que me satisfagas,
»ola una cosa te pido, Si haber justicia merezco.—
«esta me la digas clara : Puso fin á su querella,
tai como pidió la mia La cual oída, Solento
A tu mujer demandara, Mandó que al hijo trujesen
Condescendiera tu Alteza Luego á su presencia preso;
M tan injusta demanda?— Que siendo al punto cumplido,
--For los dioses, dice el Rey, Y ante él traido el mancebo,
«ue si así se remediara, El mismo le preguntó
«ue yo se la concediera, Si era verdad lo propuesto. '
sin que cosa me estorbara.-
e
Respondió el mozo' que sí,
c
" las razones del Rey Y el padre dijo : — Ese yerro,
o%e el médico y halla, ¿No sabes tú que las leyes,
340 ROMANCERO GENERAL.
Que he puesto yo en mi gobierno, Y habiendo en muchos reencuentros
Vedan aquese pecado, Perdido muchos las vidas,
Y que á nadie hacen exento? Siempre los atenienses
Pues como á quien las traspasa Eran los que mas perdían ,
Pronuncio el castigo luego; Recibiendo mayor daño
Y es que te saquen los ojos, Que el daño que ellos hacían :
Que es la pena de este exceso; Y así entre ellos fué ordenado
Para que con tu castigo Viendo cuan mal sucedía,
Sea á los demás ejemplo; Que nadie, pena de muerte,
- - Y luego sea ejecutado Tratase en ser adquirida
Sin aguardar mas momento.— La isla, y por esta causa
Mandólo atar, y el verdugo En su poder la tenían
Su mandamiento cumpliendo, Los mégarenses, y era
Le ató las manos atrás, De los de Atenas perdida.
Sin hacer mas que hacello : Mas viendo el sabio Solón
Y estando ya el cruel ministro Tiempo en que haberse podía
Para ejecutar dispuesto, Y ganarse con las armas
Se levantó un gran clamor De los que la defendían,
Diciendo ; — Que pare el hecho, Por no incurrir en la pena
Que pare, y no se ejecute, Que el Senado puesto habia
Que el pueblo está satisfecho A cualquiera que tratase
De su inviolable justicia; De cobrar á Salamina;
Y si es por satisfacello, Pareoiéndóle maldad
Que el pide, que de la culpa Suya, si no descubría
Sea el adúltero absuelto.— Al temeroso Senado
No mueven del justo padre La buena ocasión que habia,
Las voces el firme pecho , Aguardó á que estuviese
Que al verdugo apresuraba Todo junto un cierto dia,
A cumplir su mandamiento, En medio del cual se puso
Sin conmovello á piedad Fingiendo con habla y risa,
El hijo atado y vertiendo Que habia perdido el seso,
Lágrimas, ni los clamores Y mil locuras decia.
Que oia de todo el pueblo. Rasgábase los vestidos,
Fué tan importuno el llanto, Hacia gestos, daba grita,
Y tan eficaz el ruego Arrojábase en el suelo,
De muchos particulares, Y luego en pié se ponia;
Que ante él de rodillas puestos, Decia mil desconciertos;
El perdón le demandaban Fingíase tener grima.
Del hijo, por medio dellos, Los senadores teniendo
Que no pudiendo excusarse, Lástima de lo que vían,
IMjo, viniendo en hacello'• Movidos á sentimiento
— La ley ha de ser.cumplida, Lo regalan y acarician,
Pues la hice yo, y no quiero Dando á entender que en Solón
En eso que me pedís Su buen gobierno perdían,
Dejar de satisfaceros. — Y que solo Solón era
Mandó que lo desatasen, El que los ennoblecía,
Y desque lo vido suelto Y el que en virtud y costumbres
Le dio una daga en la mano, En Atenas florecía.
Y él tomó otra, diciendo : Esto, doliéndose de él,
—Hace lo que yo hiciere, Unos y otros lo decian;
No digan que por vos tuerzo Y viendo Solón que todos
La ley, cúmplase por ambos, De su mal se condolían,
Pues me toca el yerro vuestro. Descubriendo su intención
Esto diciendo, el un ojo Dijo así, á cuantos le miran:
Se sacó, y lo echó en el suelo, —¿Dó está el Senado de Atenas?
Y viendo dudoso al hijo Dó su fortaleza antigua?
En sacarse el suyo, fiero Dó el valor que opresó al mundo
Asió del, y se lo arranca Echándole el yugo encima?
Con fuerza y heroico esfuerzo, ¿Que es de los claros varones
Dando á toda la ciudad Que en la marcial disciplina
Lástima, y al mundo ejemplo Han sido del mismo Marte
En administrar las leyes, Terror, en su valentía?
Que son del mundo el gobierno *. Las hazañas, los trofeos
(CUEVA, Coro Feieo. etc.l Que el mundo de vos publica
¿Dó están, pues los mégarenses
» La igualdad ante la ley es la justicia : donde hayjusticia, Os resisten y os conquistan ?
cualquiera gobierno está seguro, y no tiene que temer revo- ¿Cumplirá á vuestro valor,
luciones ni trastornos. Que se entienda y que se diga
En mengua de vuestra gloria,
506. Que os quitaran Salamina?
Levantaos, dejad el ocio,
FÍNSESE LOCO SOLÓN PARA OBLIGAR A LOS ATENIENSES Mirad que se perjudica
A QUE RECUPEREN A SALAM1NA. El bien común y honor vuestro
En que Megara os reprima.
{De Juan de la Cueva.) Tomad al punto las armas.
Los de Megara y Atenas Ganad esa chica isla,
Traían guerra encendida Que mas es el mundo todo,
Por haber el señorío Y es poco á vuestra osadía.—
De la isla Salamina, Diciendo aquesto Solón
ROMANCES DE LA HISTORIA DEL ASIA Y DE LAS DOS GRKCIAS. 54J

Se paró, y el rostro inclina, Respondió, que entre los hombres,


Haciendo muchos visajes, Sócrates era el mas sabio.
y dando una gran risa, Esto los incitó á ira,
Tomó la puerta y salióse Y así en medio del juzgado
Sin haber quien lo resista. Presentan su acusación,
Quedó suspenso el Senado, Diciendo que ha despreciado
Y unos á otros se miran A los soberanos dioses,
Admirados y confusos, Y su deidad ha negado,
Y ardiendo algunos en ira : Introduciendo otros dioses
¡Tanto puede la razón, Con que al pueblo trae engañado,
hue los ánimos incita! Corrompiendo los mancebos
Tal fué entre los atenienses Con mil usos que ha inventado,
Oir las razones dichas, Con tantas supersticiones,
Que encendidos en furor, Que daba oirías escándalo,
Sin guardar la ley escrita Y era ofender los oídos
En que á muerte condenaba De los buenos y aun los malos
A aquel que de Salamina Contra los enormes hechos
Tratase, ó diese por voto Que usaba aquel monstruo infando,
Que de ellos fuese adquirida. Que de humano y de divino
Mas roto aqueste silencio, Las leyes ha traspasado;
Cada cual se precipita Que administrasen justicia
A decir que se recobre Sin diferirle mas plazo,
Y las armas aperciban. Con un castigo ejemplar
Fué aquesta voz tan conforme, Conforme al grave pecado;
Que á una voz el pueblo grita : Que quedando sin castigo
—Salamina sea ganada, Serían ellos castigados
Que los dioses nos lo avisan, De los ofendidos dioses,
Y los nombres sin juicio A quien ha menospreciado.
Dicen nuestra cobardía, Los jueces se conmovieron
Y nos animan que vamos Y admiraron de tal caso,
A cobrar nuestra justicia. — Porque la fama del reo
Al punto tocan las cajas, Contradecía lo acusado;
Y la gente apercibida Mas vista la información,
De todo lo necesario Y el pueblo todo alterado,
Toma para allá su via. Mandan que Sócrates muera
Los megarenses se arman : Donde estaba aprisionado.
Siendo ciertos de su ida, Pronunciada la senteucia,
Reparan, ponen pertrechos Cual d'ellos salió acordado,
Para defender su isla. Lleváronle la cicuta
Llegan los atenienses, Como á reo condenado,
Salen los de Salamina Siciéndole : —Ten paciencia,
A resistilles que salten Sócrates, que decretado
En tierra, y ardiendo en ira Está por los atenienses
Comienzan unos y otros Que mueras, y así es mandado.—
A quitar y á perder vidas, Sócrates dijo : —La muerte
Mostrando valor igual Al justo no causa espanto,
En defensa y osadía. Y si los atenienses
Al fin los atenienses, Me condenan, otro tanto
Después de larga porfía, Hace la naturaleza,
Y de haberse muerto muchos A ellos, pues son humanos.—
De ambas partes aquel dia, Luego los crudos ministros
Rompiendo á sus enemigos Le dieron el mortal vaso,
En la batalla reñida, El cual tomó con esfuerzo,
Quedaron con la victoria gin mostrar rostro alterado
Y con la isla perdida, Ni demudar el color,
Sin ganalla hasta entonces, Y se lo bebió hasta el cabo.
Por la locura fingida Xantipe, su mujer, viendo
De Solón , cuya alabanza A Sócrates en tal paso,
No la cubrirá la envidia. Que ya bebido el veneno
(CUEVA, Coro Febeo, etc.) La muerte estaba esperando,
Dijo : —¡ Oh, marido mió!
¡ Y cómo sois castigado
507. Sin culpa, y moris sin culpa
Falsamente condenado!
MUERTE D E SÓCRATES. —¿Pues cómo? ¿querías, Xantipe,
Que muriera, dijo el sabio,
(De Juan de la Cueva.) Mereciendo yo la muerte?
Ante el senado de Atenas ¿No es mejor no ser culpado?
fué Sócrates acusado Que mas miserable cosa
Por el orador Licon, Es el merecer el daño
i otros por él conjurados, Que sufrir el rigor d'él
"elante de todo el pueblo Aunque sea mas extraño.—
A sus voces convocado, Criton, un su estrecho amigo,
Movidos de ciega invidia Ya que le vio basqueando,
De verlo tan estimado,
1 m e s m Llegóse á él y le dijo :
e-,?"/ ° dios Apolo, —Dime, Sócrates amado,
Siendo d'ellos preguntado ¿Cómo quieres que te entierre,
uial florecía en las letras
« era en ellas mas dotado, Y dónde ser enterrado? —
Sócrates dijo : — i Oh Criton 1
,„.-*<*«;•;
342 ROMANCEUO GENERAL,
; Cuan en balde he trabajado La paciencia que decis
Contigo, pues que no entiendes Que en Diógenes se anida.—
Dónde voy encaminado! Diciendo Lentulo esto,
¿No sabes que d'este mundo El filósofo venía
He de salir boy volando, Por la calle, y luego todos
Y que no he dejar cosa A recibirlo salían,
Mia en él? De aquí apartado, Y.entorno d'él se pusieron
Si pudieres alcanzarme Los que juntado se habían,
O de tí fuere hallado, Que era innumerable gente,
En donde quiera que fuere A ver lo que sucedía.
Seré de tí sepultado, Diógenes, puesto en medio,
Y allí harás á tu gusto Habló á todos cual solia,
En darme sepulcro honrado.— Y á él le hicieron todos
Cuando decía estas razones, La debida cortesía :
Criton le tomó las manos, Y Lentulo, estando así,
Y díjole :—Ya estás frió', En el rostro le escupía,
Sócrates, ya estás al cabo; Y Diógenes le dice,
Qu'el tener las manos frías Sin mostrar pasión ni ira :
Y el cuerpo, es indicio claro. —¡ Cierto, Lentulo, se engaña,
—Bien es, Sócrates responde, Si hay alguien que de tí diga
Pues la medicina ha obrado, Que no tienes lengua y boca,
Tener agradecimiento, Pues de todo te servias! —
Ofreciéndole á Esculapio, Esta respuesta admiró
Pues hizo tan buena cura, A cuantos el caso miran,
Por ella, en mi nombre, un gallo; Y loando su paciencia,
Y así, después de mi muerte, Un clamor grande crecía,
Amigo, quede á tu cargo Mezclado con varias voces
Ofrecérselo por mí, Que un son confuso hacían,
No me tenga por ingrato.— Que conformándose en uno
En esta postrer razón, La hazaña encarecían.
Echó los ojos en blanco, Lentulo quedó corrido
Y dando una boqueada, De la respuesta tan viva,
Quedó de la vida falto. Y sin aguardar mas punto
( COEVA, Coro Febeo, etc. Se fué, y el sabio se iba.
Uno de los que llegaron
Con los que á bulto venían,
Mas fiero que virtuoso,
508. Cual alfinmostró su vida,
PACIENCIA DE DIÓGENES, A Diógenes detiene
D'él haciendo escarnio y fisga,
,-- {De Juan de la Cueva.) Diciéndole : —¿Eres tu aquel
Tratando de las costumbres Que libremente publicas
De Diógenes, un día Cuanto sabes, y no sabes,
Unos discípulos suyos Y aun las cosas que adivinas?
Loándolo, encarecían Si eres tú el que sin temor
La gran virtud de paciencia -. No hay cosa que te reprima.
Con que cualquier mal sufria, Dame á entender una cosa,
Cualquier injuria ó afrenta, ¿Si está en tu filosofía,
Que en contra de él se hacia Que á quien te escupe en el rostro
D'esto lo estaban loando, No le prives de la vida?—
Y mas, el quemas podia, Dio genes se rió,
Dando ejemplos conocidos, Y con modestia replica :
Que de todos se sabían, —¿Que quieres tú que le haga,
Testificando con ellos Si tiene mucha saliva,
Todo lo que d'él se oia. Y Atenas cria tales hombres
Uno de los que allí estaban, De lenguas tan atrevidas?—
Que Lentulo se decia, El hombre no le responde,
1
O por invidia, ó por odio Y arrebatado de ira
Que á Diógenes tenia, Dio un bofetón á Diógenes,
Contra el parecer de todos Que en el suelo le derriba.
D'este modo respondía : Diógenes, puesto en pié
—No sé si es rudeza vuestra, De la violenta caída,
O si es inorancia mia Forzó á todos que á mirallo
Esto en que estáis confiriendo En él pusiesen la vista,
Con tan pertinaz porfía, Creyendo que á la venganza
Que para conmigo es falso, Su afrenta lo encendería :
O no es razón quien me guia, Mas sin mostrar sentimiento,
Pues dei Cínico Diógenes La bolsa abrió que traia,
Sabemos la libre vida, Y contándole un ducado
Y cómo no sufre tanto; Se lo dio, y d'él se desvía
Antes con Ubre osadía Diciendo :—De aquesta suerte
Dice y hace cuanto quiere, Vengo yo la ofensa mia.—
Sin que cosa se lo impida. Quedaron suspensos todos,
Y para que esto que digo Y él se fué, y los unos gritan
Se vea que no es mentira, Que era aquel hecho de loco,
Y con verdad se compruebe, Y esto á voces que él lo oia;
Yo lo probaré este dia, Otros que era misterioso
En un caso de paciencia, El caso, si lo entendían,
En que será conocida Y así dando pareceres
ROMANCES DE LA HISTORIA DEL ASIA Y DE LAS DOS CRECÍAS. 54o
Cada cual como sabía, De ver que así le pagaban
Se fueron, dejando solo Las afrentas que hacia,
Ai hombre que con gran risa Por fuerza habia de Hevallo
Dice, contando el dinero : A ejercitar su osadía;
__¡No es mala mercadería Y así por lo que le di
Por un bofetón de un pobre Me vengaron con su vida.
Henchir mi bolsa vacia, ( CUEVA, Coro Voleo, etc.)
ñue haré otro tanto con Jove,
Por otra tanta can tía!
Mas es de considerar, 509.
Si un pobre así gratifica,
¡Que hará el que fuere rico? DIÓGENES Y PLATÓN.
No dudo que me redima {he Juan de la Cueva.)
Toda mi necesidad,
Y me haga uno de estima. Poseyendo de Sicilia
Este camino es seguro Elrey Dionisio el imperio,
Para mejorar mi vida : Eí filósofo Platón,
Quiero caminar por él, Que vivia entonces dentro,
Que el cielo me lo encamina. Quiso hacer un banquete
Esto diciendo, furioso, A algunos nobles del reino,
Guiado por la codicia, Y de los mas allegados
Parte á cumplir lo qu'el cielo Al poderoso gobierno,
Por justo acuerdo destina, Por mostralles su amistad,
Instigado de las furias Y no por otro respeto;
Que su alma poseían, Qu'el sabio nunca codicia,
Y púsose en el comercio, Ni cosa le pone miedo.
Donde la gente acudía, Y así, aderezado todo
Resoluto de hacer Cuanto convenía al efeto,
Lo que al sabio hecho había, Y juntos los convidados,
Como fuese en hombre tal, Y junto también el tiempo
Cual su deseo pedia. De dar principio al convite
Con tal determinación Con regocijo y contento,
Aguarda, y atento mira, Entró el cínico Diógenes
Midiendo la plaza y calles De polvo y de sudor lleno»
Con la pavorosa vista. Descalzo y roto el vestido,
Ocupado en esto solo, La barba larga y cabello,
Sin juicio, ardiendo en ira, Colgado un zurrón del hombro,
Vio venir por el mercado Debajo del brazo un tiesto,
Un hombre qu'él conocía Con un báculo en la mano,
Ser de los ricos de Atenas, Y en la boca puesto el dedo ;
Y de no menor estima. Sin hablar palabra á nadie
En viéndolo, dijo : — El cíelo, La vista andaba esparciendo,
Y Júpiter me lo envía, Mirando á una parte y otra,
Para que este dé remedio Cabeceando y riendo,
A la gran pobreza mia.— Con que á todos suspendía
Esto diciendo, á él se llega Viéndolo estar tan suspenso.
Con temeraria osadía, Y después de haber bien visto
Y dándole un bofetón El suntuoso aposento
Casi á sus pies lo derriba. De sedas y oro colgado
El otro ardiendo en coraje, Por defuera, y por de dentro,
Viendo así su honra perdida, Las aderezadas mesas
Poniendo mano á su espada, Con tan ricos aderezos,
Sin cosa que lo resista Cubiertas de vasos de oro,
Le dio tantas estocadas Y de muy curiosos lienzos,
Que allí le quito la vida Volvió á ver los convidados,
Y hasta hacello pedazos Y al filósofo con ellos:
No se le quito de encima • Juzgando que aquello todo
Dejándole d'esta suerte Para Platón no era bueno;
Vuelve á proseguir su via. Que aquel regalo y deleite
La fama con presto vuelo De un filósofo es ajeno,
Por todas partes envía Y que era impropio en Platón,
El extraño acaecimiento, Qu era en vida tan modestó,
Y en voz clara se publica : Luego sin hablar palabra
Cuéntase de varios modos, Las mesas derribo al suelo,
Aunque la muerte se afirma, Y pisando los manjares,
Y tan pública fué á todos, Los vasos todos vertiendo,
Que á ninguno fué escondida : Y viendo que no quedaba
Y así oyéndola Diógenes, Cosa alguna, entró corriendo
"e los que á él acudían Ala cama de Platón,
A contarla por milagro, Y encima d'ella subiendo
Uue tal nombre la ponian, La comenzó á pisar toda
"¡Jo :—¿Habéis notado todos Deshaciendo su ornamento,
«W suceso d'este día? Diciendo : — Piso el regalo
i No veis cómo se engañaron De Platón, piso el aseo,
Los que de mí se reían, La vana curiosidad,
forque tras verme afrentado Qu'en él parece tan feo;
^ Pagué la afrenta mia? Que el filósofo, desnudo
Inorancia fué de lodos Está mejor que compuesto.—
«o entender que la codicia Viendo el divino Platón
344 ROMANCERO GENERAL."
El sobrado atrevimiento A tu poderosa mano :
De Diógenes, que estaba Todo vive en tu obediencia,
Pisándole apriesa el lecho, Sujeto tienes al hado.
Sin alterarse del caso, Marte te obedece en armas,
Ni mostrar turbado gesto, Y Júpiter en estado;
Le dice con alta voz. Febo en saber, y Mercurio
— O Diógenes, no es eso En ciencia en que te ha dotado:
Parecerte mal mi fausto, En los signos y planetas,
Mas usar tu libre exceso, Ninguno tienes contrario :
Y como no tienes casa, ¡Nada te falta, Dionisio,,
Ni has menester aderezos, Para que seas llamado,
Porque tu secta los veda, Entre los hombres del mundo,
Y tus cínicos preceptos; El mas bienaventurado ! —
Por eso los aborreces Dionisio le estaba oyendo
Cual hoy en mi casa has hecho. Todo su proceso vano,
No está la filosofía Y para satisfacerlo
En tratarte como perro, De su yerro en este casó,
Comiendo bajos manjares, Y vea cuan sin contento
Por no sentir falta d'ellos, Es la vida del tirano,
Durmiendo el estío al sol, Que es la congoja en que vive
Y el frió invierno al sereno, Quien posee lo mal ganado,
Abrazando las estatuas, Quitóse el real vestido;
Cuando mas ofende el hielo; Corona y cetro le ha dado :
Que eslo todo es diferente Pónelo en su mesmo trono,
De la secta que profeso: Siéntalo en su mesmo estrado;
Y si arguyes mi soberbia, Cuélgale encima una espada,
Tú has sido en esto el soberbio En un hilo muy delgado;
Queriendo por esta invidia Manda que le sirvan todos
Mostrar que tienes imperio Como á él mesmo en su estat"o.
Para pisar la soberbia, Tráenle diversos manjares;
Y este fué solo tu intento. Sírvenlo en real aparato;
Resuena el dulce instrumento
(CUEVA, Coro Febeo, etc.) En el sublime palacio;
Sube la sonora voz,
Que alegra el sentido humano;
S10. De cuanto pide el deseo
Satisfecho está y pagado.
DIONISIO DE SICILIA Y DAMOCLES. Todo le parece bien;
(De Juan de la Cueva.) Mas está el triste temblando
De ver la desnuda espada,
Dionisio estaba en Sicilia Que le está encima colgando,
Menos contento que ufano, Los servicios le congojan,
En posesión del imperio, Pena le da el verse honrado;
De que se hizo tirano; Aflígele el verse rey,
Lanzados griegos y locros Tiembla y gime el desdichado,
Del distrito italiano, tín esta perplegidad
Por amor, por miedo, ó fuerza, Al Rey le dice llorando:
Tenia el imperio llano —¡Oh poderoso Dionisio!
Sujeto á su tiranía, ¿ En qué te ofendí yo tanto,
Y á su ánimo inhumano, Que me trates de tal suerte,
De todos obedecido Siendo yo tu leal vasallo?
Y de muchos adulado, No soy capaz de tal gloria,
Que cargados de lisonjas Tú la goza muchos años,
Siempre le andaban al lado. Solo te pido en merced,
Entre muchos habia uno, Me quites de aqueste estado;
Mas que todos señalado, Socórreme antes que muera,
El cual llamabau Damocles, Hazme libre, y ponme en salvo,
Que usando el oficio vano Que yo quiero mi pobreza,
De la vana adulación,
Un dia con el tirano, Y aborrezco tu reinado :
Teniendo abierta ocasión, Prospérente en él los dioses
Tomó de hablar la mano', Cuanto de tí es deseado.—
Diciendo : — ¡Oh gran rey Dionisio, Oyó Dionisio sus ruegos,
Mas glorioso que hombre humano! Y á piedad vuelto el tirano,
¿Cuál otro vive en la tierra, Mandólo quitar al punto,
Que te sea comparado? Y del peligro apartado,
¡ Oh Dionisio venturoso! Le dice: —Dime, Damocles,
¡Oh tú bienaventurado, ¿Qué es lo que me has alabado
Que eres igual en el suelo La suerte de verme rey,
Con Júpiter soberano! Si á muerte estoy tan cercano ?
Dividido está el imperio; ¿No es mejor pobreza honesta.
Entre los dos está el mando : Que imperio con tal cuidado?
El gobierna lo celeste,
Tú gobiernas lo humano; tCiüVA, Coro
Sujeta está la fortuna
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 548

SECCIÓN DE ROMANCES CONCERNIENTES Á L A HISTORIA DE ROMA.

ÉPOCA DE LOS PRIMEROS REYES ROMANOS. Para aguardar mas, licencia.


Llegó á ella y por la mano,
Sin descubrirse quiéu era,
511. La asió, y ella pavorosa
La voz mal formada arrecia,
NACIMIENTO DE RÓSTOLO Y REMO.
Forcejeando, y resistiendo
{De Juan de la Cueva.) Enflaqueció en la defensa;
Con las vírgenes vestales Que no puede fuerza humana
Está la hermosa Rea, Resistir divina fuerza.
Que su tío el rey Amulio Tembló el templo, bramó el cielo,
Allí la tiene por fuerza, Estremecióse la tierra,
Desterrándole á su padre De horror volvió atrás el Tíber
Contra justicia y clemencia, Escondiendo la cabeza,
Por quitarle el reino Albano, Y al centro lodoso y hondo
Qu'era suyo por herencia. Se dejo calar de pena,
Asimismo dio la muerte . Turbando las claras ondas ¿
A Lauro, otro hermano d'ella, Revolviendo las arenas ¡
Con que seguro de todo Dando testimonio en esto
Con el reino albanes queda. Del agravio hecho á Vesta.
La triste Rea quedando Habiendo Marte á su gusto
Huérfa,r,S }' por fuerza opreéa, ¿ozado de ¡a uvUcella,
La cual consumía su vida Le dice quién es, y en vuelo
Lastimada de su ofensa, Se desapareció de ella,
Pidiendo venganza al cielo Quedando la vestal virgen
De su estrechez y miseria, Sin el don que mas se precia,
Desesperada del medió, Y de dos hijos preñada,
. Que dalle remedio pueda. Indicio de que era rea;
Estando así en el convento Que las ocultas maldades
De la religiosa Vesta, El mismo mal las revela,
Entre su virgíneo coró Cual en este ayuntamiento
La virgen vestal profesa. Vino á sucederle á Rea,
El hijo del alto Jo ve, Quedando por rastro d'él
Que preside en las peleas, La preñez, en que se vea : ,,
El sangriento horror, dejando La cual aunque quedó oculta,
Las armas y trompas bélicas i Fué, creciendo, manifiesta;
A la terneza de amor Llegando el tiempo que Juno
Todo su furor sujeta, Sacó á ver la luz febea
Viendo la beldad divina Dos bellos niños de un parto,
De la virgen vestal Rea; No sin confusión y afrenta
Y forzado al dulce fuego, De las vírgenes vestales,
Que al mas fuerte señorea, Que al Rey el caso le cuentan :
El poderoso dios Marte El cual oyendo el suceso,
Ciego y cativo se entrega; Sin que punto se detenga,
Que en las contiendas de amor Renovando el odio antiguo
Ninguna fuerza aprovecha. Ordenó, ardiendo en crueza,
Dio lugar á la memoria Cómo padezca la madre,
El dios fiero de la guerra, Y los dos hijos perezcan :
Trabando consigo mismo Y así la mandó poner
De las guerras la mas fiera, En una prisión estrecha
Entre amor y su deseo, Donde acabase la vida
Que el uno y otro le apremian, En soledad y miseria.
Dándole el amor esfuerzo, Llamó luego dos criados,
Y el deseo temor y pena; De quien confiarse pueda,
Natural cosa al que ama, Y contándoles el caso
Es temer lo que desea, Los dos niños les entrega
Cual al dios Marte sucede, Para que al Tíber los echen
Que lo que desea, recela. Adonde ahogados mueran.
Puesto el tracio dios horrible Los criados diligentes,
En esta horrible contienda, Las almas de dolor llenas
Temiendo y osando á un punto Reciben los dos infantes,
^osa en el que ama cierta, Para darles muerte fiera.
Sujeto á su voluntad Cumpliendo el real mandato
Rompió del temor la cuerda Van a ejecutar la pena i
«ejando al libre deseo En los tiernos inocentes,
suelta á su querer la rienda : Que en naciendo á morir llevan
¡ así puesto en asechanza Por la culpa de su madre,
A la vestal Rea acecha, Que á su inocencia condena,
' hallándola sola un dia Y la tiranía del tio,
A gozar d'ella se apresta; Que en ellos su odio venga.
«ue no le otorga su fuego, Aunque el disponer del cielo
346 ROMANCERO GENERAL.
D'ellos otra cosa ordena; Legados á las ciudades
Porque llegados al rio De toda aquella comarca,
Donde la triste tragedia Pidiéndoles su amistad,
Ha de ser de los dos niños, Y dando para ello causas,
Según orden mortal cierta, Fueron los embajadores,
Iba el rio tan crecido Y en oyendo su demanda,
Tendido por la ancha vega, Con afrentosos oprobios
Que poder llegar al hondo Los despedían y echaban,
De la corriente les veda; Diciendo : -r Que á advenedizos
Y así cumpliendo el mandado A sus hijas no les daban,
Del Rey, los dos niños dejan Y que siendo salteadores,
Echados dentro del agua, Gente pastoril y baja,
Y con esto dan la vuelta. Su amistad ni parentesco
Mas vuelto á piedad el Tíber No les importaba en nada :
Por la divina clemencia, Que casasen con su igual,
Recogió en si la creciente, Y hiciesen alianzas.
Los niños dejando en tierra Siendo de Rómulo oida
Entre las ovas y lamas La respuesta, ardiendo en saña,
Llorando su cruda estrella. Determinó que acabasen
Acudió al llanto una loba, Lo que no el ruego, las armas.
No movida como fiera, Y porque viniese á efeto
Mas de humano sentimiento, Su intención, fingió que estaba
Como si aquello sintiera, En||rmo, y mandó que fuese
Y lamiéndoles el iodo, Estanueva divulgada,
Con regalo entre ellos se echa, Juntamente apregonando
Y á cada niño en su boca Por las ciudades cercanas
La loba aplicó una teta. Fiestas á Neptuno ecuestre,
En este piadoso oficio Y unos juegos de gran fama,
Esta fiera se recrea, Dándoles licencia a todos ¿
O guiada de los dioses, Y la ciudad libre y franca
O movida de terneza.' A cuantos venir quisiesen
Sucedió que como iba A las fiestas que ordenaba.
Y volvia luego presta, Sabida que fué esta nueva,
Esto hizo tantas veces Ya que el tiempo se acercaba,
Siguiendo una misma senda, Muchos hombres y mujeres
Que de Faustiilo, un pastor, Ir á vellas acordaban,
Fué vista y tenida en cuenta; Con deseo de ir á ver
Y asi siguiéndola un dia La nueva ciudad fundada.
Por los pasos que iba ella, Y así con hirviente priesa
La vio tendida en el suelo, Los sabinos se aprestaban
Y á los niños á sus tetas, Con sus mujeres y hijos,
Usando del mismo oficio Y en la ciudad se alojaban,
Que si ella los pariera. Maravillados del sitio,
Aguardó el pastor Faustiilo, De las cercas y anchas plazas
Que la fiera hiciese ausencia, De la nueva población,
Y luego que los dejó Que los admira y espanta.
A los tiernos niños llega Llegó el dia señalado
Movido á piedad humana, De la fiesta apregonada :
Tomando ejemplo en la fiera. Comienzan alegres juegos
Se cargó de los dos niños Y á salir revueltas danzas,
Y á su cabana los lleva, Los unos por una parte,
Y á Laurencia su mujer Los otros por.otra banda :
Todo el suceso le cuenta Estos vienen contra aquellos,
Mandándoselos criar Y estos á aquellos atajan :
Como si sus hijos fueran. Ocupan los circunstantes
Estos son Rómulo y Remo, Las vistas, memorias y almas.
Del Romano Imperio cepa, Desque los romanos vieron
Por quien fué fundada Roma La ocasión aparejada,
Que fué del mundo cabeza. No la dejaron pasar,
(CUEVA, Coro Febeo, etc.)Porque no vuelve si pasa;
Y así,fingiendoun ruido
Entre ellos, tocan alarma.
512. Salen los jóvenes fieros
Ardiendo en ardor y saña :
EL RAPTO DE LAS SABINAS. Mézclanse con los que miran,
(De Juan de la Cueva.) Que descuidados estaban.
A cuál le quitan la hija,
Viéndose el hijo de Marte, A cuál le roban la hermana,
Por quien fué Roma fundada, A cuál le llevan la prima,
Muy poderoso de gente Sin poder mas que dejalla.
En su ciudad, ya acabada, Las vírgenes daban voces
Consideró que este imperio Viendo que así las robaban :
Presto acabaría sin falta, Cuál del cuello de su padre
Porque habiendo tantos hombres, Se ase, y de allí la arrancan;
Las mujeres les faltaban, Cuál huye despavorida,
Para que en aumento fuese Y con su madre se abraza,
La generación romana. De donde el romano fiero
Habiendo acuerdo sobre esto, La quita, y por cima pasa,
Rómulo al punto despacha Sin moverse á llanto 6 ruego,
ROMANCES CONCERNIENTES A LA HISTORIA DE ROMA. 547
Ni aplacar su odio á nada, Diciendo : — ¡ Divino Jove,
Robando solo doncellas, Si aquí tu favor nos falta,
Reservando á las casadas. Vida, nombre, imperio y gloria*
Habiendo hecho la presa Faltándonos él, acaba!
De las vírgenes robadas, ¡ Vuelve pues, piadoso padre¿
Para asegurar su hecho, En piedad la ardiente saña,
Puesta la ciudad en arma, Y á estos romanos vencidos
Echaron fuera la gente Tu favor aspire y gracia! —
A quien d'ellas despojaban, 'Esto diciendo, a los suyos
Que con triste sentimiento Se vuelve, y dice en voz alta :
Viendo ir los suyos quedaban; — Seguidme, amigos romanos,"
Mas Rómulo puesto en medio Seguidme, gente romana,
A todas su pena aplaca, Que aun no estamos tan vencidos
Diciéndoles que su intento Que perdamos la esperanza. —
No era el que ellas pensaban, Sin hablar mas , arremete
Que era el querer ofendellas Abriendo Una senda ancha
Y dejallas deshonradas; Por losfierosenemigos,
Mas ser con ellas casados, Que á unos hiere y á otros mata,
Y que aquella era la causa Derribando á estos y«á aquellos
DeTiabe'ias robado así, Y á cuantos delante halla.
Porque les fueron negadas Los romanos esforzando,
De sus padres, despreciando La cobardía dejada ^
Sobre el caso su embajada, Siguen tras su capitán ,
Y que solo aquel camino Que yendo así en la batalla,
Hallaron para alcanzallas í Al capitán Mucio encuentra,
Que perdiesen el temor Que á los sabinos ampara;
Y despidiesen las sañas, El cual á Rómulo viendo,
Y amasen el que la suerte Aprestado de sus armas,
Por marido le entregaba. Le acometió, y el romano
Con tales persuasiones Como romano le aguarda, '
Rómulo las aplacaba, Y emparejando con él,
Y repartidas entre ellos, Le privó de vida y alma.
Fueron con ellos casadas, Los sabinos se retiran,
Cabiendo á Rómulo, Hersilia, Y los romanos se apartan,
Que en belleza era extremada. Reformando las dos huestes
Ofendidos los sabinos, Con mas ira y mayor saña.
A los dioses se quejaban Y queriendo arremeterse,
De los perjuros romanos Se puso en medio una escuadra
Y las armas aprestaban, De las mujeres sabinas,
Y con ellos su rey Tácio Que enternecidas de lástima
Se pone luego en campaña, De ver sus padres y hermanos
Y viniendo sobre Roma, Con las armas levantadas ,
Su destrucción protestaban. De otra parte sus maridos,
Y para principio d'ella Con quien ya en amor se traban,
Un ardid discreto trazan, Los unos contra los otros
Con que en su primer rencuentro Y cuan sin piedad sé matan ,
Tuvieron en Roma entrada : Queriendo ser el remedio,
Y fué, que Spurio Tarpeyo, Pues del mal eran la causa,
Hombre noble y de gran fama, Puestas en medio les piden
Tenia la fortaleza Que se sosieguen las armas,
A su cargo encomendada. Y arrancando sus cabellos,
Este tenia una hija, Sus vestidos despedazan,
Tarpeya por él llamada, Diciendo á voces : — ¿Qué os sirve
Que corrompida con dones, Mataros? Qué se restaura
Negando la fe á su patria, Cuando os hayáis todos muerto,
La puerta que cerró el padre Pues no se remedia nada
Abrió á la enemiga escuadra, Sino es dejarnos viudas
Que luego que se vio dentro, Nuestros padres, y afrentadas,
A la infame hembra mata, Y nuestrosfierosmaridos,
Dando ejemplo con su muerte Sin padres, desamparadas?
í>er debida y justa paga, Que de cualquier modo el daño
Y que al traidor no se debe Sobre nosotras descarga,
Guardar la fe ni palabra. Si nos matan los maridos
Los romanos acudieron, O si los padres nos faltan.
Viendo )a ciudad ganada, Dejad, dejad el combate,
Siguiendo tras Hostio Hostilio, Dejad la guerra inhumana,
»u capitán, á cobralla, Volved el odio en amistad,
Que atravesado cayó Meted lasfierasespadas,
Por los pechos, de una lanza; Pues en lo uno se pierde,
i-uya repentina muerte Lo que en lo otro se gana. —
* los romanos desmaya. Esto decían las sabinas
IM> Puestos en huida, Derramando tiernas lágrimas;
I " ™ se desbaratan,
n d
; Ya rogando á los maridos
? g l e f Mucio Curio,
a d e De sus piernas se abrazaban,
fe " A la otra banda, Ya volviéndose á sus padres
viendo Rómulo ir huyendo El paso les embarazan,
Ue coraje y de dolor Ya al pariente, ya al hermano
A 1
cielo las manos alza, La dulce paz les demandan.
Fué tan eficaz el llanto
548 ROMANCERO GENERAL.
Que sus ánimos ablanda, Ya de la doncella casta,
Y todos enternecidos Y ya del anciano viejo.
Se inclinan y el odio apartan; Este la casada coge,
Que lágrimas de mujeres Aquel, la soltera viendo.
Cualquiera furor aplacan, Tras la presa se abalanza
Que al viento en su mayor furia Para matrimonio honesto.
Y al rayo Sujetan y atan, Cuál á la temprana viuda
De la suerte que el furor Hace mil prometimientos,
D'estos dos pueblos atajan; Y cuál, para que conceda,
Y reducidos á paz Le pone un puñal al pecho.
Las fieras armas abajan, Ya con voz delgada y ronca
Cuando ya tenian las puntas Una dice : esposo tierno,
Casi en los pechos hincadas. Otra hermano y padre llama
Hicieron de los dos pueblos Para que vuelva á su ruego.
Uno, y una ambas estancias, No aprovechan los gemidos;
Los romanos y sabinos Que el nieto deja al abuelo,
Con perpetuas alianzas, Desampara el hijo al padre
Dándole á Roma el imperio En sangre y en polvo envueltos.
Y el mando en todas las causas, Allí el celoso marido
Por el valeroso esfuerzo Abre la puerta á sus celos,
De las sabinas robadas. Viendo a la casta mujer
Ser de otro tálamo dueño.
(CUEVA , Coro Febeo, etc.) Crece mas el alboroto,
Suben las quejas al cielo,
Y los romanos alegres
513. Sú fortuna van siguiendo.
t AL MISMO ASUNTO, Queda Rómulo señor,
Con mujeres queda el pueblo,
(Anónimo-) Dando principio al principio
Aquel heroico romano,' De tantos triunfos soberbios.
Fuerte, fratricida y fiero, (MADRIGAL, Segundo parte del Romancero
De quien toma nombre Roma general, etc.*
Y su edificio soberbio,
Después de habella fundado,
La máquina insigne viendo, 514.
Como mujeres faltaban, APOTEOSIS DE RÓMULO.
Dio traza á su pensamiento.
Con los romanos concierta (De Juan de la Cueva.)
Que tengan públicos juegos, RómKlo estaba haciendo
Y á los sabinos conviden De su fuerte gente alarde,
Para que vengan á vellos. En quietud gozando el reino
A la fama de las fiestas Ganado con tanta sangre»
Júntanse los extranjeros; Y estando en su tribunal
Que siempre la novedad Asentado con los padres,
Hace livianos los pechos. Comenzó á bramar el viento
Cuál deja la casa propia, Y el cielo claro á turbarse;
Cuál á su padre siguiendo, Y con súbita violencia,
Tras sus pisadas camina Agua, piedra, fuego y aire
Hasta que en Roma se ha puesto. Contra la romana gente,
Los codiciosos romanos, Todo vino á conspirarse,
Su fortuna lograr viendo, • Con tanfieromovimiento,
Mas-divulgaban su fama Que terror les causó grande;
Desde el turco hasta el flamenco. Y así todos temerosos,
Muchos en Roma se juntan,, Sin tener segura parte,
Unos por el vencimiento, Cercados de oscura sombra,
Otros por ver de la fiesta Temiendo aguardan que pase
El no pensado suceso. La tempestad espantosa,
En sus casas los reciben, Y su horrible furia aplaque,
Y en sus proprios aposentos; Mostrándose el claro dia
Que traen huéspedes consigo Con la luz que se vio antes.
Que se han de quedar de asiento. Estando así los romanos
Salen al anfiteatro Deseando que se amanse
Los gladiatores primero, El terremoto terrible,
Vestidos del cuerpo abajo La luz comenzó á mostrarse;
Blancos calzones de lienzo. Cesó el agua, el aire, el fuego;
Trábanse los fuertes brazos, La tiniebla se deshace,
Y con los carnudos miembros Restituyendo el sol claro
Cada cual forceja apriesa Su luz que la sombra aclare.
Para no venir al suelo, La gente empezó á moverse,
Ya con el fiero león Aunque confusa y cobarde;
O el elefante soberbio : Los senadores se miran,
Del que queda vencedor Sin que ninguno se hable.
Quedaba el contrario muerto. Acuden á ver su rey
Aun no lograron su vista, Deseosos de hablalle.
Que del murmurio en el medio Hallaron vacía su silla,
Los prevenidos romanos Sin poder jamás hallalle.
Desnudan el blanco acero. Comenzaron á dar voces :
Crece la confusa grita, ¿Dónde estás, hijo de Marte?
El alarido y estruendo, Dónde estás, Rómulo fuerte?
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 34*
j De aquí quién pudo llevarte ? »El mundo, y d'él sea cabeza,
i Dínos s i , dejando el suelo, »Y ella lo sujete y mande.» «m
Te llevó al cielo tu padre? Cuando llegó á esta razón
Avisa á tu triste gente, Fué suspendido en el aire;
Que el fin de su rey no sabe. — De nueva luz rodeado,
D'esta suerte lamentaban Me dejó, sin mas hablarme. —
A Rómulo en todas partes, . Cesó Próculo, y el pueblo ¡
Llamándole padre y rey, Con nuevo alarido sale
Repitiendo el nombre en balde, Afirmando lo que ha dicho
Sin dar descanso á sus voces, Próculo al pueblo ignorante,
Ni de llamallo cansarse. Y todos en un acuerdo
Sosegó el confuso estruendo Dicen que por dios le acaten,
Las voces y gritos grandes : Y dejando el nombre antiguo
Decían unos que fué al cielo El dios Quirino se llame;
Llevado á que allá descanse : Y en el monte Quirinal
Otros, que ya era dios, Un templo á Quirino hacen.
Y debían por dios honralle, (CUEVA, Coro Febeo, eto.)
Y entre los dioses ponello
Celestiales y penates.
El Senado lo reprueba,
Diciendo ser yerro grave 515.
Que á Rómulo hagan dios, LOS HORACIOS Y CURIACIOS.
Ni con tal nombre lo llamen,
Y que entender otra cosa {De Juan de la Cueva.)
Era de gente ignorante. , Los sucesores de Marte
Comenzó á alterarse el pueblo A quien Rómulo divino
Contra el dicho de los padres, Dio nombre y llamó romanos,
Y á levantar nuevas voces Nombre de su nombre mismo,
Sin poder pacificarse. Habiendo la fiera parca
Estando así contendiendo, Llevado á Numa Pompilio,
Sin que su porfía cesase, Eligieron por su rey
Un varón esclarecido Al valiente Tulo Hostílio ;
Por virtud y noble sangre, Al cual en tomando el cetro'
Julio Próculo llamado, Envió Cayo Civilio,
Viendo el trabado combate, Rey albano, embajadores
Puesto en medio del tumulto, Con un su recado altivo ,
Dijo en voz alta y suave : Que ante Tulo Hostílio puestos,
— ¡Oh caballeros romanos! Uno, el mas anciano, dijo :
Dad á las voces remate, —Los albanos te requieren
Y lo mismo os amonesto Quede tí siendo esto oído,
A vosotros, populares, Les mandes á tus romanos
Para que en vuestra contienda Les sea restituido
Oigáis cosas que os espauten : Cuanto han robado en sus campos
En lo cual juro á los dioses, Violando la fe de amigos;
En quien toda verdad cabe, Y que siéndote avisado,
A los del horrible Huerco, Si nos fuere contradicho,
Y á los domésticos Lares, Te denunciemos la guerra,
Y á los que no conocemos, La cual, Rey, te notifico,
Que son de gloria capaces, Que dentro de treinta dias
De deciros la verdad, Será, y hoy te la publico,
Porque vuestra duda acabe. Si en nuestra justa embajada
Sabréis que Rómulo sacro, No vienes, cual te pedimos.—
Hijo del divino Marte, Cesó el albanes, y el rey
Y padre de nuestra Roma, De Roma, le ha respondido :
Honor d'ella y de su padre, —A vuestro Rey le diréis
Se me apareció en figura Que yo aceto el desafío,
Refulgente y admirable, No dentro de treinta dias,
De excelente especie, y forma Sino en este dia mismo ;
Mas extraña y venerable Que pues el quiebra las paces,
Que vi jamas, ni él viviendo Cual los dioses son testigos,
La tuvo tan elegante; Pues sus albanos primero
Con resplandecientes armas Robaron los campos mios,
Compuesto, y con nuevo traje : Y yendo á pedir justicia
El cual, viéndome suspenso No quiso jamas oillos;
De ver claridad tan grande, Así ellos d'esta guerra
Llamándome por mi nombre, La causa son y principio;
Dijo así en voz mansa y grave : Para la cual se aperciba
«Julio Próculo, di á Roma Porque yo ya me apercibo.—
«Cuál me ves y me hablaste, Idos los embajadores,
»Y que los dioses del cielo Y del rey albano oidos,
•Quisieron allá llevarme, Su gente puso en campaña,
•üuecomo del cielo vine, Que siguiendo su camino ,
»A1 cielo volví á tornarme. A cinco millas de Roma
»Uue mis romanos se esfuercen; Su campo asentó Civilio ,
» | no teman que les falte, El cual murió en allegando,
»I se den al ejercicio Y dictador fué elegido
»»e Marte, y d'él no se aparten;
d l o s e s l e
Meció Sufecio, hombre noble,
V •D conceden De Alba fuerte caudillo.
»A mi Roma, que contraste En este tiempo, aprestado
3ÍS0 ROMANCERO GENERAL.
El gran pueblo de Quirino, Para hacer su combate
Puso su campo á do estaba De los unos y otros visto.
Situado el de su enemigo , -4)ió señal la ronca trompa
Tan cerca el uno del otro, De dar á su lid principio :
Que se oían sin dar gritos. Arremátense furiosos
Estando ya los dos campos Siendo el son bélico oido,
Dispuestos y apercibidos, Y del encuentro primero
Para darse la batalla Dos romanos han caido
Todo á punto y prevenido, Muertos, uno encima de otro,
Meció Sufecio envió Quedando esotros heridos.
A rogar á Tulo Hostilio, El romano, que vio muertos
Que se hablasen los dos, Sus hermanos, encendido
Antes que fuesen rompidos. En coraje y en esfuerzo,
Otorgó el romano al punto Aunque en tan cierto peligro,
Lo qu'el contrario ha pedido, Consideró que teniendo
Y entre los dos campos puestos Juntos sus tres enemigos,
Los dos contrarios caudillos, Peleando todos juntos
Cesando de todas partes Era cierto ser vencido,
El alboroto y el ruido, Y para ver de veucellos
Al poderoso romano Convenía dividillos;
El albanes así dijo : Así se fué retirando
—Yo he visto bien la ocasión, D'ellos, con huir fingido,
Y la causa que ha movido Y uno de los tres albanos,
A nosotros y á vosotros Viendo que quedaba vivo, •
A esta guerra á que venimos; Partió para el furioso
Y es, según dio por disculpa A darle mortal castigo.
Nuestro rey Cayo Civilio, Mas revolviendo el romano
Porque no restituistes Luego que apartar lo vido,
Lo que d'él os fué pedido, Con un golpe y otro golpe
Que de los campos albanos Con tal prisa lo ha herido,
De vosotros fué cogido; Que antes que lo guareciesen
Y no dudo qu'este achaque Sin alma en tierra ha caido;
También sea de tí seguido ; Y apartándose otro poco,
Mas si la verdad se dice, De otro hermano fué seguido,
Diferente es que se ha dicho, Y revolviendo sobre él
Porque hacernos tal guerra También muerto lo ha tendido ;
Los amigos y vecinos, Quedando solo con'uno
Y los que ya en parentesco Lo que en los otros dos hizo,
Estamos, cuál ves, unidos, Y á todos tres despojando
Es codicia del imperio, De la vida y los vestidos,
No los robos referidos. Victorioso dejó el campo
Yo no sé si en esto acierto, Donde el combate ha vencido,
Qu'esta la causa haya sido Y fuese al de sus romanos,
Que al rey albano moviese Del cual fué bien recebido,
La codicia, que aquí digo : Y con mucho honor y gloria
Yo fui hecho capitán, En la ciudad fué metido
Después que se dio principio Con losMespojos al hombro,
A esta guerra, y considero Que daban del hecho indicio.
El gran yerro que seguimos, Yendo entrando d'esta suerte
Que ensangrentemos las armas Con tal triunfo y regocijo,
En los parientes y amigos, Sucedió un caso admirable,
Sino que busquemos orden Que por serlo será^scrito,
Como sea eso impedido, Porque se acabe la'historia
Y uno quede, de ambos pueblos, Qu'es el intento que sigo.
Con entrambos señoríos.— Horacio tenia una hermana,
Tulo Hostilio vino en esto, Y esta tenia por marido
Y para que sea cumplido Uno de los Curiacios,
Sin derramar mucha sangre , Que d'él quedaban vencidos;
De los suyos ha elegido La cual salió á ver el triunfo
Tres mozos dichos Horacios, Al hermano concedido,
De un solo parto nacidos; Y puestos en él los ojos
Qu.e estos contiendan por Roma, Alegre del regocijo;
Y defiendan su partido. Y como sobre los hombros
Los albanos señalaron Llevase el despojo habido,
Otros tres, de un parto mismo , Conoció entre los demás
Llamados los Curiacios De su marido el vestido,
De igual fuerza, edad y brio. Que dado le fué por ella;'
Hecho este paqto y firmado Y así d'ella conocido,
De ambos, luego el Fecial vino, Al punto soltó el cabello,
Tomándoles juramento, Y comenzó en alto grito
Que todo sería cumplido, Llorando á llamar su esposo,
Siendo puesto en sujeción Culpando al cíelo, y destino.
El pueblo de los vencidos; El vitorioso romano
Y qu'el pueblo vencedor D'esto haciéndose ofendido,
Lo tuvjese en su dominio. Arrebatado de ira
Luego los seis combatientes Y de cólera encendido,
A la batalla han salido, Dio alii la muerte á su hermana
Y en medio de las dos huestes Porque lloraba al marido,
Les señalaron el sitio Diciendo : —Quéjate á él
ROMANCES CONCERNIENTES A LA HISTORIA DE ROMA. 381
D'esto y de tu desatino, Quiso, llegada á este extremo,
De tu amor desordenado , Seguir de su profecía
Pues que pones en olvido El curso, y saber del Gielo
La muerte de dos hermanos , El fin que á su mal ponía,
Y la Vitoria del vivo , Pues de sus altos misterios
Y el bien de la cara patria, Las cosas mas escondidas
Por llorar á su enemigo.— Y mas ocultas al mundo,
Horacio fué luego preso, Le eran claras y sabidas;
Y en dura cárcel metido, Que la gran naturaleza
Y condenado á morir A Tanaquil hacia digna,
Por el crimen cometido. Que comprendiese de ella
Queriendo ya ejecutallo Lo que á nadie comunica;
Con muerte dina al delito, Y tal poder tenia en todo,
El padre entró en el Senado, Que todo le obedecía
Diciendo :—Padres conscriptos, Cuanto la tierra produce,
¿Este galardón le dais Y el centro esconde en su sima.
A quien os ha redimido Al mar hacia no moverse,
Echando el pesado yugo Cuando en ella combatían
Al albanes señorío ? Los cuatro contrarios vientos,
No uséis tal ingratitud Y mas fiero lo herían;
Con quien tanto bien os hizo : Hacia temblar la tierra,
Contentaos, que por la patria Las plantas andar hacia,
Pierdo en un dia dos hijos, Al sol que no se moviese,
¿Y á uno solo que me queda, Y verse acabado el dia,
Que os libró cual habéis visto, Bajar el cieltfá la luna
Queréis quitalle la vida A cuanto saber quería. .
Por galardón del servicio ?— Pues, estando un dia Tanaquil
Esto les dice llorando, Congojada y pensativa,
Y el pueblo á piedad movido Consultó al secreto hado
Comenzó á pedir que fuese Y alcanzó que se vería
Libre Horacio, y no ofendido ; Reina de Roma, y Tarquino
Qu'el bien que les había hecho i>u marido, el rey sería;
De cualquier premio era diño; ^ l a s hallaba que a Tarquino,
Que si libertad teniari, Le costaría la vida.
Que por su mano les virio; Esto reservó á su pecho,
Que se la diesen al punto, Y de lo demás le avisa
Perdonándole el delito, A su marido, diciendo
Pues era fácil su yerro Así, la gran profetisa.
Visto el grande beneficio.' —La miseria que nos sigue,
Oyendo los senadores Hace ¡ oh Tarquino! que viva
Las voces del pueblo, y gritos, Cuidosa, y de este cuidado
Revocaron la sentencia Solo un punto no desista;
Y el auto ya proveído, Y así buscando el remedio
Dando á Horacio libertad Que nos ha huido y priva
Y el premio á su honor debido. La rigurosa fortuna,
(CUEVA , Coro Febeo, etc.) Por una consulta astrígera,
Hallo que tu serás rey
De Roma, y su monarquía
Poseerás por largos años
516. En quietud libre y pacífica,
TARQUINO P R I S C O , REY DE ROMA. Por la muerte del rey Anco,
(De Juan de la Cueva.) Que morirá en breves dias:
Ponte al momento encamino,
Sin memoria de ser rey Que importa ser rey tu ida.—
Tarquino Prisco vivía Quedó Tarquino suspenso
En Tarquinia, entre los túseos, De oír lo que profetiza
De donde era su familia; Tanaquil, y considera
Vivía en humilde estado QueFebo en su pecho aspira,
Y tenido en poca estima, Y que no sin gran misterio
Su claro nombre encubierto, , Era aquello que adivina.
Su prudencia y valentía ; En su saber confiado
Que todas las buenas partes Al hecho se determina,
La pobreza las eclipsa. Y puesto en camino al punto,
Tanaquil, su mujer, viendo Después de prolija via
Quién eran, y cuál se vian, Llegó á la gloriosa Roma,
Afligida de la suerte Que el rey Anco poseía;
Tan infame y abatida Y á la entrada de la puerta
En que estaban tan sujetos Sucedió una maravilla :
A su fortuna enemiga, Que un águila bajó á él,
«esuelta en buscar remedio Y quitándole de encima
* la estrechez de su vida El sombrero, se levanta
Que acabando su miseria, Con é l , y en alto subida,
Acabase su desdicha, Remontándose en su vuelo,
Tentó los medios posibles Ya que se perdia de vista,
Y las imposibles vias, Volvió á bajar, y á ponelle
Por ver si por una ú otra El sombrero, que le había
Fuese; porque en la fatiga Quitado de la cabeza,
La necesidad esfuerza, No sin gran horror ni grima
» * los ingenios aviva. De Tarquino; mas Tanaquil
3SJ2 ROMANCERO GENERAL.
Así le dice y anima : Entre su sangre revuelto,
—Ya van mostrando los dioses Que ni su potencia pudo,
El ün de mi profecía, Ni su piedad ni justicia
Y te aparejan en Roma Librallo del trance crudo.
E l cetro y la real silla, Tendió sus alas la fama
Pues el ave del gran jove Sus lenguas prestando al vulgo;
A coronarte se inclina, Esparcióse el caso horrible,
Porqu'el ponerte el sombrero Tan triste como fué injusto;
Esto solo significa.— Llegó la noticia á Tulia,
Entrando Tarquino en Roma , Hija del rey Servio Tullo,
El rey Anco, en su venida Mujer del que le dio muerte
Mostró alegre sentimiento, Siguiendo el acuerdo suyo ;
Sus virtudes siendo o í d a s , La cual llena de fiereza ,
Su valor y su prudencia, Sobre un carro subió al punto,
Su consejo y v'alentía; Y al barrio Ciprio encamina,
Y así lo metió en su casa Donde el cuerpo quedar supo,
Para lo qu'el hado urdía ; Instigado el fiero pecho
Que no ha menester camino De las furias del profundo ,
A quien el hado le guía. Qu'el carro le apresurabau
Tarquino con el rey Anco Al hecho infame y oscuro ,
Favorecido vivía, Que al mundo causó terror
Creciendo en amor y gracia Y en crueldad fué sin segundo ;
Con él mas, cuanto mas iba. Porque llegando á dó estaba
Estando a s í , la cruel parca E l padre de alma desnudo,
Despojó al Rey de la vida, Cubierto de sangre y polvo,
E l cual señaló á Tarquino Tendido en el suelo duro,
Por tutor y compañía Mandó al que guiaba el carro,
De los hijos, que dejaba, Que por el cuerpo difunto
No en edad , cual convenía Lo pasase; el cual movido
Para entrar en el gobierno , A piedad, las riendas tuvo
Y romana monarquía; Tirantes con ambas manos,
En la cual Tarquinio electo JU Lleno de espanto y confuso;
Tal modo tuvo y tal vía , Y lastimado del hecho ,
Que fué nombrado por rey A otra parte volvió el curso.
De R o m a , y rey se decía : Mas la inhumana mujer,
Y en este nombre y oficio Que tal piedad le desplugo,
En gran descanso vivía. Quiso del carro arrojarlo ,
Reinó cuarenta y dos años , Y sobre el eje se puso
Y al cabo d'ellos, un día Instigando los caballos,
Los sucesores de A n c o , Que huyendo el fiero insulto
Viendo"su gran tiranía, Se retiraban a t r á s
Y que por él despojados Bufando; mas al fin pudo
De su reino , padecían Mas la violencia inhumana,
Necesidad, acordaron Que la piedad de los brutos,
De quitalleel reino y vida : Que por encima del cuerpo
Y así le dieron la muerte Una vez , y otra los trujo,
Librando su patria y silla, Y con las herradas ruedas
Cumpliéndose de Tanaquil Despedazándolo anduvo,
Su mujer, la profecía , Hasta que miembro por miembro
Que sería rey de Roma , Todo desmembrado estuvo.
Y por ello moriría. Luego que la cruel Tulia
(COEVA, Coro Febeo, etc.) Satisfecha su ira tuvo,
Se apeó y cogió la sangre,
Y sin detenerse un punto
517. A sus lares se la lleva
Y á su marido perjuro ,
EL CADÁVER BE SERVIO TULLO, HOLLADO POR SU HIJA. Dando ejemplo esta cruel hembra
(De Juan de la Cueva.) De ser la mas cruel del mundo,
Y que tan horrible ejemplo
Muerto dejaba Tarquino Fuese á las gentes oculto.
A su suegro Servio Tullo, (CUEVA, Coro Febeo,etc.)
Que la codicia del reino
Al cruel hecho lo dispuso.
Quedaba muerto en la calle
Sin que le diese ninguno, 518.
Por amor ó reverencia,
AL MISMO ASUNTO.
A l real cuerpo sepulcro.
¡ Duro y miserable caso 1 (Anónimo.)
¡ Caso miserable y duro, Tulia, hija de Tarquino
Que pudiese la codicia Qu'en Roma rey residía,
Dar la muerte á un rey tan justo, Viendo aquesta mala hembra
Y con tanto abatimiento Qu'el padre mucho vivia,
A quien tanta virtud tuvo ! Por codicia de reinar,
¡ Oh desengaño, al engaño Que otro sucesor no h a b í a ,
De aqueste engañoso mundo! A su padre hizo matar
Claro y evidente ejemplo A puñaladas un dia.
Que no hay estado seguro, Matáronle en una calle,
Pues vemos al rey de Roma Y en medio el suelo yacia.
En una calle difunto, T u l i a , yendo con su carro,
ROMANCES CONCERNIENTES Á Lk HISTORIA DE ROMA.
Como siempre ir solía, Lo que tanto deseaba,
Uno le trujo las nuevas, Muy alegre y muy contento
D'ellas recibió alegría : Para Roma se tornaba.
Ouiso pasar por do estaba, Lucrecia quedó muy triste
Porque aun no lo creía. En verse tan deshonrada :
Los caballos que tiraban Enviara muy aprisa
Cada cual se retraía; Con un siervo de su casa
También de vello, espantado A llamar á su marido,
L'auriga que los regia Porque allá en Roma s'eslaba.
Comovido de piedad Cuando ante sí lo vido
Por otra parte los guia, D'esta manera le habla.
Porqu'el Rey no fuese hollado, —¡Oh mi amado Colatino!
y que acato merecía. Ya es perdida la mi fama,
Tulía con voces supremas Que pisadas de hombre ajeno
Al auriga persuadía Han hollado la tu cama.
Que pasase encima d él El soberbio rey Tarquino
y no torciese la via. Vino anoche a tu posada :
En fin, encima del padre Recibíle como á rey,
Pasó el carro cual venía. Y dejóme violada.
•Quién vido tanta crueldad, Yo me daré tal castigo
Ni cual Dios la consentía? Como adúltera malvada,
¡Una hija que a su padre Porque ninguna matrona
Desmembralle le quería! Por mi ejemplo sea mala.—
(Cancionero, Flor de enamorados.)Estas palabras diciendo
Echa mano de una espada,
Que muy secreta traia
519. Debajo de la su halda,
Y á los pechos se la pone,
TURQUINO Y LUCRECIA. Que lástima era mirarla.
(Anónimo *.) Luego allí en aquel momento
Aquel rey de los romanos Muerta cae la romana.
ue Tarquino se llamaba, Si? marido que la viera ¡ 7¡
S amoróse de Lucrecia
La noble y casta romana,
Amargamente lloraba :
Sacóle de aquella herida
-y

Y para dormir con ella Aquella sangrienta espada,


Una gran traición pensaba. Y en la mano la tenia
Vase muy secretamente Y á los sus dioses juraba
Adonde Lucrecia estaba. De matar al rey Tarquino
Cuando en su casa lo vido Y de quemalle su casa.
Como á rey lo aposentaba : En un monumento negro
A hora de media noche El cuerpo á Roma llevaba,
Tarquino se levantaba; Y púsola descubierta
Vase Dará su aposento, En medio de una gran plaza.
Adonde Lucrecia estaba, De los sus ojos llorando,
A la cual halló durmiendo, De la su boca hablaba.—
De tal traición descuidada. ¡,Oh romanos, oh romanos, ,
En llegando cerca d'ella Doleos de mi triste fama,
Desenvainó su espada, Qu'el soberbio rey Tarquino
Y á los pechos se la puso; Ha forzado esta romana !
D'esla manera le habla : Y por esta gran deshonra
—Yo soy aquel rey Tarquino Ella misma se matara.
Rey de Roma la nombrada; Ayudadme á la vengar
El amor que yo te tengo Su muerte tan desastrada.—
Las entrañas me traspasa : Desque aquesto vido el pueblo
Si cumples mi voluntad Todos en uno se armaban,
Serás rica y estimada, Y vanse para el palacio
Si no, yo te mataré Donde el rey Tarquino estaba,
Con esta cruel espada. Danle mortales heridas
—Eso no haré yo, el Rey, Y quemáronle su casa.
Si la vida me costara; (Cancionero de Romances.)
Que mas la quiero perder
Que no vivir deshonrada.— UPertencce este romance 4 la clase de los que componían
Como vido el rey Tarquino los juglares?
Que la muerte no bastaba,
Acordó d'otra traición; '
ton ella la amenazaba. ÉPOCA DE LA REPÚBLICA ROMANA HASTA LAS
—Si no cumples mi deseo GUERRAS PÚNICAS.
tomo yo te lo rogaba,
«otemataré, Lucrecia,
ton un negro de tu casa,
520.
i desque muerto lo tenga MUCIO ESCÉVOLA ANTE POHS9ENA.

Echarfpheenlatucama; (De Lorenzo de Sepúlveda.)


«o diré por toda Roma Porsena, rey poderoso,
yue a ambos juntos os tomara.— A Roma cerco ponia;
uespues qu'esto oyó Lucrecia,
grai1 t r a i c i o n
Gran tiempo estaba cercada,
CnmnrA, Pensaba, A romanos mal venía.
tumphóle su voluntad
s r t a n
' Mucio, muy noble romano,
CnL"? £ deshonrada.
Cuando Tarquino hubo hecho Deliberado tenia
r. x.
23
354 ROMANCERO GENERAL.
Morir, ó matar al Rey, Sin hacer ningún efeu,
Y librar su patria misma. Mas que esperar nuestra ofensa
Licencia pidió al Senado, La cual quiero que evitemos
Luego le fué concedida : Si la mujeril flaqueza
Al Tíber pasó nadando, Dejais, y con pecho fuerte
Al real llegado habia. Me seguis a un alta empresa,
Al sacerdote del Rey Que después de hacernos libres
Que purpúrea ropa vestía,' Nos promete gloria eterna,
Creyendo que fuese el Rey Y es, que en faltando el sol claro
Dado le ha mortal herida. Y viniendo la tiniebla,
Mucio fuera luego preso, Nos arrojemos al Tíber,
Y ante el Rey se traia. Pues pisamos su ribera,
— ¿Quién eres, dijo, mancebo ? — Y nadando, á nuestras casas
Mucio luego respondía : Nos vamos d'esta manera.—
— Ciudadano soy romano, Como Cloelia lo dijo,
Mucio es mi nombradla, Fué concedido por ellas,
Que yo como tu enemigo Y en viendo que en sombra oscura
Como á tal matar quería. " La clara luz fué cubierta,
No creas que terne, Rey, Y que las celestes formas
Ni que á mí me fallecía Acompañaban á Delia,
Menos ánimo al morir Con ánimo varonil,
Que para quitar tu vida; Y con prudente cautela .
Que sufrir cosas mas fuertes Engañaron á las guardas,
A romanos convenía; Y salieron de sus tiendas,
Ni creas que yo sea solo Y al patrio Tíber llegando,
En hacer lo que yo hacia, Al hecho heroico dispuestas,
Que de Roma son salidos Siguiendo á Cloelia todas,
Mancebos en demasía, Todas al agua se entregan;
Que procuran con tu muerte Y de la necesidad
Ganar fama muy cumplida,— Forzadas, sacando fuerzas,
Porsena lo amenazaba; Rompiendo las prestas ondas t

Dijo que lo quemaría Todas una escuadra hechas,


Si no le decia verdad, Cual ir suelen las Nereides
Y alguna cosa encubría. Sóbrelas ondas revueltas,
Mucio extendiera su mano, Tales iban las romanas
Y en un fuego la metía; Consiguiendo la alta empresa,
Toda la dejó quemar, Del sacro rio ayudadas,
Y al Rey ansí le decia : Que poco á poco las lleva,
— Tú puedes ver y sentir Refrenando el veloz curso
Cuan puco su cuerpo estima Les abrió carrera cierta,
Todo hombre que procura Por donde entrasen en Roma
Ver gran gloria y conquerirla. — Triunfando, de gloria llenas.
. Viendo el Rey su gran constancia, Sabido el extraño caso,
De sobre Roma partia; Envió luego Porsena
Hizo paz con los romanos; A Roma sus mensajeros
Gran temor cobrado habia: A demandar á Cloelia,
Dijo : — Vete, Mucio osado, Como á la mas principal
Que yo cierto juzgaría En su recebida ofensa,
Si se hiciera por mi patria O que quebraría las paces,
Lo que por la tuya hacias, Que cesar hacian la guerra,
Quedar d'eso gran memoria Ni el cerco les alzaría
De tu virtud tan cumplida.¿¿ No dándole la doncella.
Enviólo para Roma, Roma, oyendo la embajada <
Que muy bien lo recebia. A Cloelia les entrega,
Que al rey Porsena la lleven,
(SKPÚLVEDA, Romanees nuevamente sacados, etc. Que haga á su gusto d'ella,
Hora dándole castigo,
O asolviéndola de pena.
821. Así los embajadores
De Roma parten con ella,
HECHO DE CX0ELIA, VÍRGEN ROMANA, ESTANDO EN REHENKS Dejando á todos envueltos
DE PORSENA. En lágrimas y querellas.
(De Juan de la Cueva.) Llegaron do el Rey estaba
Cloelia, virgen romana, Deseando la respuesta
Siendo dada al rey Porsena De Roma, en lo que pedia,
Por rehenes de seguro, Y á Cloelia le presentan,
Y otras vírgenes con ella, Que sin perder el color
Viéndose en el campo E trisco Ni alterarse, estuvo queda-
Entre la gente de guerra, Con semblante honesto y fuerte,
Lugar, cual juzgo, indecente Puestos los ojos en tierra.
Para estar en él doncellas, Porsena, desque la vido
Juntando á las de su patria, Tan hermosa y tan honesta,
Asi las dijo Cloelia : Admirado de ambas cosas
— Vírgenes, honor de Roma, Y mas de su fortaleza,
En quien resplandece Vesta, Dijo : — Mas gloria te debe
Ya veis el riesgo en que estamos Roma á tí, que* á Mucio Scévoia,
De perder la gloria nuestra,' Y mayor fué tu hazaña,
Pues entre hbres soldados Y dina de mayor cuenta;
Nos vemos, y entre armas puestas, Y así quiero, pues es justo,
ROMANCES CONCERNIENTES A LA HISTORIA DE ROMA.
n de premio no carezca, De donde el romano muro
u e

Y ser yo el que galardone Ver se podía aunque lejos.


Una hazaña tan nueva, En metilo de sus congojas,
Porque loando tu esfuerzo, Revolvió al caballo el freno,
Se loe mi recompensa; Y mirando á Roma, dice,
Oue la virtud pide premio, Los dos ojos de agua llenos :
Y es sin virtud quien lo niega.— —Patria ingrata á mis servicios,
Y así, traer mandó luego De tí me aparto y destierro,
Delante de su presencia Que no es justo que en tí viva
Las mas doncellas, que estaban Quien se ve en tal menosprecio,
Por rehenes, y ante él puestas, Ni que se nombre romano
Le dice :—Cloelia, escoge A quien Roma da tal premio;
Las que mas gustares d'estas, Queda do no vean mis ojos
Que yo te las quiero dar Mas tu Capitolio excelso,
Para que á Roma las vuelvas.— Ni mis brazos te deliendan,
Cloelia puesta á sus pies, Ni mis pies pisen tu suelo.
Casia besárselos llega, Quédate, ¡oh ingrata Roma!
Y con alegre semblante Quédate, ingrata, en tu yerro,
La real merced aceta, Y los dioses te castiguen,
Y de todas las romanas Y ellos le traigan á tiempo
Que estaban delante d'ella, Que á Marco Furio Camilo
Las mas mozas fué apartando Busques para tu remedio.—
Temiendo que estando opresas, Resonó á este punto el.aire,
Y en poder de los contrarios, Confirmando 3ove inmenso
Podrían hacer ofensa La plegaria de Camilo,
A su honor, mas fácilmente Con un prodigioso trueno,
Que no las de edad entera, Que de la Occidental parte
Que se guardarían mejor Oido fué en eLmoniento
Teniendo mas experiencia : Que Camilo díó la vuelta
Y habiéndolas apartado, Su camino prosiguiendo.-
Le dio licencia Porsena, Estando en aqueste estado
Para que se fuese á Roma Roma en felice sosiego,
Con ellas, y ellas .con ella; Los fuertes galos bajaron
Que llegando al patrio muro, De Galia al Hesperio reino,
Fueron con alegre fiesta Trayendo por su caudillo
Recebidas, y en gran triunfo Y cabeza al fuerte Breno,
Metida en Roma Cloelia. Que después de otras hazañas
Y porque fuese su nombre Puso sobre Roma cerco,
Eterno, y su gloría eterna, Ganando por fuerza de armas
De bronce hicieron su imagen, Sus fuerzas, y entrando el pueblo
Y sobre un caballo puesta, Que tenia á todo el mundo
Fué puesta en la Via Sacra Con las suyas puesto miedo,
Adonde todos la vean, Y agora lleno de espanto
Y alabando su virtud, Estaba su daño viendo
Su fama hagan perpetua. Desde el alto Capitolio
Sin hallar ningún remedio
(COEVA, Coro Febeo, etc.)
Para los de dentro ir fuera,
O los de fuera entrar dentro,
Que cercados de enemigos
522. Se lo defendían con hierro.
CAMILO LIBRA A ROMA, SITIADA POR LOS GALOS.
Puestos en esta aflicción,
Los romanos proveyeron
(Le Juan de la Cueva.) Que á la ciudad de Árdea fuese
Del patrio romano muro Enviado un mensajero
De ira ardiendo el fuerte pecho, A Marco Furio Camilo,
Avergonzado y corrido, Que viniese á defendellos,
Congojoso y de ansias lleno, Nombrándolo dictador
Se sale Furio Camilo, Y alzándolo su destierro.
Quejándose al-justo cielo Como d'éllos fué acordado,
Porque en medio del Senado En obra luego fué puesto, ¡
Le acusó Lucio Apuleyo,
Que de la presa de Veyes Y á Camilo dado aviso
Usurpó mucho dinero. Del caso y romano aprieto;
D esta falsa acusación, Que certificado bien
Su honor ofendido viendo, Que de un general acuerdo
ain dar respuesta al Tribuno, Lo llamaban y elegían
Ni al Senado satisfecho, Los senadores y el pueblo,
tomo aquel que estaba libre, Movida la ilustre alma
».de tal insulto exento, A piadoso sentimiento
»»i aguardar mas razones, De ver su patria ofendida,
sobre su caballo puesto Y puesta en tan duro extremo,
W vía de Árdea toma Olvidado de su ofensa,
largado de pensamientos, Tuvo aquí su honor en menos ;
^volviendo la injustici a , ' Que el animo generoso
Wue se le hada en esto, No se venga en mal ajeno,
£ cuan mal se le pagaba Qu'el perdonar las injurias
YLH ,n q u e á R o m
habia hecho, a Se tiene por mas efuerzo;
vendo así viendo alejarse Cual el valiente Camilo,
« su patria, llego á un puesto Su ofensa en menos teniendo,
Que la ofensa que hacia
ROMANCERO GENERAL.
336
A su patria el francés fiero, Vuestra patria sojuzgada
Sin diferir su partida Del enemigo soberbio.
A Veyes se fué al momento, Alzad, romanos, los ojos,
Donde le estaba aguardando Mirad los sagrados templos
De romanos el ejercito, Do se sirven vuestros dioses
Que ordenado y puesto al arma Profanados hora d'estos :
Para Roma partió luego Mirad allí vuestras casas,
Con la priesa que pedia Mirad vuestros padres viejos;
Su afrentoso y triste estrecho. Mira allí vuestras mujeres, ,
Los oprimidos romanos Y allí vuestros hijos tiernos,'
Viéndose ya tan opresos, Que á la gálica prisión
Que tenían por imposible Inclinan losflacoscuellos,
Remedio, dalles remedio, Si no fuesen defendidos
Trataron con los franceses, Por el alto valor vuestro.—
<V con su caudillo Dreno, En diciendo esto, Camilo
Que por mil pesos de oro Fué su hueste disponiendo
Alzasen de Roma el cerco. Cual la ocasión demandaba
Llegado el dia del plazo, Para salir con su intento.
Para acabar el concierto, Tocan los galos al arma,
Publio Sulpicio, tribuno Y con bárbaro denuedo
De Roma, salió al efecto, Representan la batalla
Y con el francés caudillo Confiados en su esfuerzo,
Sentado, el francés dio un peso Y en la innumerable suma
Para que el oro pesasen, De su poderoso ejército.
Muy diferente en el peso Los invencibles romanos
Del que usaban los romanos; Con mas orden y concierto
Y no consintiendo en ello Arremeten á los galos,
El romano, se detuvo Y entre sus armas revueltos
De pagar, diciendo á Breno, Comienzan la lid horrible
Qu'él no pensaba pagalle Cubriendo de sangre y muertos
Por aquel p,eso el dinero. El suelo, que un punto antes
El arrogante francés Redimían con dinero :
Ensoberbecido d'esto, Y los que llenos de orgullo
Saco la espada furioso, Al mundo ponian en miedo,
Lleno de ira y despecho, Y osaron cercar á Roma,
Y en la balanza la puso Y ponella en tanto aprieto,
Con soberbia voz diciendo : Rendidos al vil temor
—De los vencidos romanos, Dejan el campo huyendo,
No escape ninguno d'ellos.— Unos cayendo sobre otros
Replicándole el Tribuno Y otros sobre estos cayendo;
. Sobre ello, y él respondierfdo, Arrojando aquí la espada,
Sin conformarse los dos, Y acullá dejando el yelmo;
Ni dar fin á su concierto, Haciendo el huir infame
Estando mil voces dando En su peligro el remedio;
El romano y francés fiero, Como si por ser cobardes
Llegó el dictador Camilo, Fueran de la muerte exentos:
Y en medio de todos puesto, Lo cual sucedió al contrario
Mandó levantar el oro, A los franceses-soberbios,
Que puesto tenían en medio, Que siguiéndoles la gente
Diciéndoles á los galos, De Rómulo, en poco tiempo
Que se retirasen luego, De trescientos mil franceses
Que Roma no acostumbraba No quedó hombre vivo d'ellos,
A hacer concierto tan feo. Que pudiese dar la nueva
Breno respondió á Camilo, En Francia de aquel suceso.
Que se le diese primero Los victoriosos romanos
El oro que por rescate Ante su caudillo puestos,
Los romanos prometieron. Acabado ya el combate,
El Dictador respondió, Comienzan en claro acento
Que los pactos sin él hechos, A decir : — ¡Viva Camilo,
Qu'era dictador de Roma, Padre del romano pueblo,
Eran de ningún efecto; Segundo fundador suyo
Que apercibiesen las armas, Después de Rómulo eterno! —
Con que se acabase aquello, Esta voz creeia entre todos ,'
Pues ellas satisfarían Cercado» d'él, y él en medio, j
La falta de los conciertos. Y al desterrado de Roma
No dio respuesta el francés, En triunfo le meten dentro.
Ni pudo ; mas revolviendo
Comenzó á ordenar su gente (CiravA, Coro ideo, etcj
Las armas apercibiendo.
El romano acudió al punto
Apercibiendo lo mesmo, 523.
Y viendo su gente en orden AL MISMO ASUHTO.
Dijo, en medio d'ella puesto :
—Este es el dia, romanos, {De Lorenzo de Sepúlveda *.)
Que ha de ser por vos deshecho Los galos entran por Roma,
El agravio hecho á Roma Muy sangrienta la su espada
Con infamia y menosprecio, De los romanos que han muerto
Y que ha de recuperarse, Junto d'ese rio Alia.
No con oro, mas con hierro, Los que dentro d'ella habia,
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA: 837
ue ningún mal recelaban, Camilo, con grandes voces
? oí no saber que su gente
Ha sido desbaratada,
A los suyos animaba :
—Ferildos, los mi romanos,
Librad vuestra misma patria,
Por estar tan sin cuidado
Los galos los maltrataban; Vengad á los senadores,
Discurren por toda Roma, Y padres que os engendraran,
Entran por todas las casas, Y vuestros hermanos muertos
Degüellan los senadores, Que su sangre lamentaban,
Ninguno d'elios escapa. venguemos á nuestros dioses,
Los plebeyos y patricios Que en los templos los quemaban;
Toman muerte desastrada; También á esa diosa Vesta,
ue por nos es adorada,
Matrona no queda á vida ,
Sus hijos todos los matan :
Los siete montes resuenan
?
á Rómula nuestra madre,
Que en ceniza está tornada.—
Los gritos que todos daban; Esforzados los mancebos
Las calles de toda Roma Con estas tristes palabras,.
Sangre todas las bañaba. Arremeten á los galos,
A Tiber corre la sangre, Que d'esto no recelaban.
Sus aguas las coloraban, Firiendo iban sobre'ellos,
Porque si los cuerpos quedan, Con crecida y cruel saña :
Las cabezas les cortaban. Todos los habien vencido,
Ponen por toda ella fuego, Ninguno vivo quedaba.
Muy temerosa es la llama; Vengaron su gran injuria,
Abrasóse casi toda, Su soberbia quebrantaran;
En ceniza se tornaba. Quemaron todos los galos,
Es tanta la crueldad, En cenizas los tornaban.
Que en el mundo par no halla. Habida tan gran victoria,
Acógense al Capitolio Roma se redificara;
Los que mas sueltos se hallan Por Camilo el capitán
Para se salvar allí, La su nobleza cobrara.
Por ser de fuerte muralla, Si Rómulo fué el primero,
Y porque es la mayor fuerza Que aquesta ciudad fundara,
De Roma, y mas señalada; Camilo la diera el ser
Que si el Capitolio pierden Cuando mas perdida estaba:
Ninguno d'elios quedara. Mas le debe a este que á aquel,,
Los galos con gran braveza Pues de nuevo la poblara.
Dentro á todos los cercaban; (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
Mas los mancebos romanos
De allí salen con las armas; * En este romance se ve que el poeta dirigía su imagina-
Fieren muchos de los galos, ción hecho dueño del asunto, y sin seguir servilmente, como
en otros, el texto y relato de las viejas crónicas. Aunque lleva
Y á otros muchos mataban : el nomfire de Sepúlveda, mas parece pertenecer á la clase de
Los galos como son muchos los de los juglares.
Un dos bandos se apartaban;
Unos guardan los cercados,
Otros con crecida saña
Quieren conquistar las tierras, CERCO DE ROMA POR COR10LANO.
Que á Roma son mas cercanas. (De Juan de la Cueva.)
A Árdea habian llegado,
Adonde Camilo estaba Los volscos toman las armas
Desterrado, muy sin culpa, Contra el Imperio Romano,
Que el Senado lo mandaba. Haciendo su capitán
Camilo, como esforzado, A Marcio Coriolano,
A todos los animaba : Que desterrado de Roma,
Para contra-los franceses D'elios le fué dado amparo,
iodos apellidan armas. Y en su ciudad recibido
Saltéenlos en los campos, Como propio ciudadano.
nlinitos d'elios matan, El cual hecho capitán
igual hacen los veyentos Contra su patria, en el campo
>romanosque allí estaban. Puso su gente, y camina
iodos al fuerte Camilo Con denuedo y valor alto
*or capitán lo criaban;
i
Saqueando los lugares
* el capitán, como diestro, Que estaban por sus contrarios,
«ue la guerra ejercitaba, Metiendo en ellos los volscos
¿Miara todas las gentes; Y lanzando á los romanos.
™a. Roma caminaba A cinco millas de Roma
Ln contra de los franceses
Ca itol¡¡
Con su real hizo alto,
»,»I-J P o cercaban. Do destruía y talaba
' anido estaban haciendo Los campos y los sembrados;
guando Camilo llegaba, Solos los de los patricios
Mil iS° ? rqu
í ^res l e s d e e nReservando de aquel daño,
E] ' i ) r a s
^ oro les daban. Que así mandó por su edito
Y ,n£, seeslá
Pesando, De nadie fuesen tocados.
Diin „ c e s
mucha saña C o n Los romanos se aperciben
Tant^
n

»esene q u e r i a l e d Para el riguroso asalto;


c o m o Pertrechan de gente el muro, >,
WW «^ ° P^aba
d a , q u e a l l i
tenia, Cierran puertas, tapan pasos , ,
NodL
1X0 - no s e l 0 Guarnecen torres y fuertes
d a b a n

?ejana uno á vida Las armas aparejando.


Kelos <l«e vivos fincaban. Crece el furor con el miedo,
558 ROMANCERO GENERAL.
La ira con el espanto, A ver que te desterrasen,
Cesan las causas civiles, Y á verte nuestro contrario,
Los oficios y los tratos; Y que así contra tu patria
Dejan las togas de paz, Hayas levantado el brazo.
Abren el templo de Jano. ¿Cómo pudiste estragar
Los senadores acuerdan, La tierra que te ha engendrado?
Su necesidad mirando, Cómo en tí duró la ira,
De enviar embajadores A sus términos llegando?
AMarcio Coriolano Cómo no te enterneciste
Para tratalle de paz, Viendo á Roma, y suspirando
Si valiese con él algo. Dijiste en tu corazón,
Dado entre ellos este acuerdo, Roma, el mió te he dejado,
Le envian luego legados, Que mi casa queda en tí,
Que puestos en su presencia, Y mis dioses soberanos,
En proponiéndole el caso, Mi dulce mujer y hijos,
Respondió : — Volveos, amigos, Mis amigos y llegados,
Y decí á vuestro Senado Y la triste, que en su vientre
Que si los romanos tornan Me trujo para este daño,
Las haciendas y los campos Y que vea al que parió,
Que les tienen á los volscos Ser de su patria tirano,
Injustamente tomados, Que sin respeto ni amor
Que á tratar vengan de paz : Hace en ella tal estrago?
Donde no, será excusado; Vuelve en ti, mira mi afrenta,
Que pues en ellos hallé, Que es tuya, y tuyo mi agravio :
Cuando fui de Roma echado, Mira tu mujer y hijos
Piadoso acogimiento, Al yugo infame entregados ,
•Y en mi destierro su amparo, O á perpetuo cativerio,
Los tengo de defender Si vas con tu intento al cabo;
Hasta morir ó vengallos. — O con muerte vergonzosa
Con esta respuesta fueron Seremos todos tratados;
Los mensajeros romanos, Y esto te obligue amover
Y siendo dada, los padres De un propósito tan malo.—
Volvieron á despachallos Poniendo Veturia fin
Con la demanda primera, A su razón, el Romano
Y al real siendo llegados, Con amor y reverencia
La entrada se les negó Al cuello le echó los brazos,
Sin querer Marcio escuchallos. Diciendo : — Tu mandamiento
Salieron los sacerdotes,' Ha hecho tu pueblo salvo;
Visto aquesto, aderezados, Que el mundo no fuera parte,
De pontifical vestidos, Ni de Júpiter los rayos,
Con sus dioses en las manos, Que todo no fuera al fuego,
Demandándole la paz; Y al duro hierro entregado,
Y á sus pies arrodillados, Porque supieran qué es
Con lágrimas se la piden; Desterrar un ciudadano,
Mas el romano ostinado Sin justicia ni clemencia,
Los despide, sin que acete Con rigor tan inhumano. —
Lo que le pedian llorando, Tornando á abrazar su madre,
Ni su obstinación moviese Y á su mujer suspirando,
De sú propósito bravo. Despidiéndose de todas
Veturia, viendo el temor Hizo luego alzar el campo.
Del pueblo, y el triste llanto , Volviéronse las romanas
La ruina y cierta muerte A Roma, y todo el Senado
Que le estaba amenazando, Salió, y el pueblo con danzas
Quiso ver si el ser su madre La hazaña celebrando,
Le haria mover en algo, Y para que fuera eterna,
Y que pudiese su ruego Un templo fué edificado
Lo que no podian las manos. En nombre de la Fortuna,
Y así llamando á Volumnia, Poniendo su simulacro
Su mujer de Coriolano, Enfigurade mujer
Con otras muchas matronas Con una bola en la mano,
Se van al real contrario. y Por honra de las mujeres
Ya que d'él llegaron cerca, Que su ciudad les libraron.
Siéndole avisado á Marcio, (CUEVA, Coro Febeo, AI
Que su madre y su mujer
Estaban dentro en su campo,
Saliólas á recibir-,
Y ante ellas siendo llegado 525.
Quiso abrazar a su madre, AL MISMO ASUNTO.
\ ella lo impide así hablando : 1
—Primero que tal consienta (De Gabriel Lobo Laso de la Vega -)
Que á mí me toque tu abrazo, Apretada tiene á Roma
Quiero saber si he venido El valiente Coriolano,
En tan miserable paso, De los volscos capitán
A ver hijo, ó enemigo, Aunque de nación romano,
Y que se me diga claro, A quien el Senado habia
Si tu madre está cativa Ofendido y agraviado, "
En poder de tus soldados, No mirando sus servicios
Pues me ha traido mi suerte, Condignos de mejor pago;
Y el haber vivido tanto, En cuyo lugar le entregan
ROMANCES CONCERNIENTES A LA HISTORIA DE ROMA. 559
Al rudo pueblo indignado, 826.
Para que se satisfaga AL MISMO ASUNTO.
De él en un pequeño agravio,
De que un montón popular (Anónimo*,)
Formó queja en el Senado,
puesto que fué en su poder, De la famosa ciudad,
De Roma le desterraron; Terror del mundo y espanto,
Fuese á los volscos, de quien Sale á cumplir su destierro
Fué recibido y honrado, El valiente Coriolano.
Aunque de él en mil batallas Mil justas quejas esparce
Recibieron grandes daños. Por el aire puro y claro;
Hácenle su general, Que saca lenguas de quicio
Y de la ocasión gozando, La fuerza de los agravios.
ponen cerco estrecho á Roma, —¡ Oh madrastra ingrata! dice,
Habiendo talado el campo, ¡ Oh servicios mal premiados,
Y en tanta necesidad, Riesgos mal agradecidos,
¿on hambre y duros asaltos, Mal conocidos trabajos.
Que fué forzoso salir Sangre inútil mal vertida,
Mucha parte del Senado Mal hijo, aunque no tan malo
A rogar se contentase El que por su madre pone
Con lo hecho Coriolano, La vida y ser que le ha dado!
Al rudo vulgo me diste,
Y que no quisiese nombre, Entregásteme á uu villano,
Contra su patria, de ingrato : Que me arrancó de tus pechos
A cuyo humilde pedir Con destierro acerbo y largo.
Tuvo el oído tapado, Pésame de que me obligues
Resuelto en que á destruirla Quizá á tratar de tu daño;
Estaba determinado. Que aunque no es descargo entero',
Salieron los sacerdotes, No deja de ser descargo.
Cuya demanda fué en vano; ¡ Viven los eternos dioses,
Lo cual viendo las matronas Que pues tan mal lo has mirado,
En cas de Veturia entraron, Que has de ver que patria ingrata
Dulce y respetada madre Hace vasallos ingratos! —
Del capitán indignado, Calló y el camino toma
En descompuesto escuadrón, De los volscos arriscados
Llorosas quejas sembrando, En quien varias veces hizo
A pedir que con Volumnia, Duros, sangrientos estragos.
Su nuera, y sus hijos caros, Recíbenle alegremente
Vaya con humilde ruego Con grande pompa y aplauso,
A ¿vitar el común daño.
Fueron, y como llegasen, Y por general le nombran
Veturia dijo temblando Para venganza del caso.
Ante su hijo postrada , Despuéblase la ciudad,
Descubierto el pelo cano, De labradores los campos,
La marchita faz llorosa, Miden las vibrantes picas,
Con las manos fatigando : Tientan los pintados arcos,
— ¿ Pregunto si como madre Cesan las civiles lites,
Vengo á hablarte, hijo ingrato, Las competencias cesaron,
0 como mujer captiva Y solo del daño tratan
Ante el temido contrario? Del ambicioso romano.
¡Por cierto á mi edad cansada Levanta ejércitos gruesos,
Hacen los hados agravio, Y marcha con largo paso;
Que para esto han permitido Estrecha con cerco á Roma,
Que viva Veturia tanto, Tala y abrasa los campos,
Y para ver por su hijo Poniéndola en tanto aprieto,
De su patria el fiero estrago! Con hambre y duros asaltos,
¿Quies ver tus hijos captivos Que fué forzoso salir
Y tu casa puesta á saco ? E l oprimido Senado
¿Y. á voluntad tu mujer Con hábitos funerales,
De un deshonesto soldado ? Sin imperial aparato,
¿Y á la madre que te trujo A pedir misericordia,
En sus entrañas guardado, Su mal proceder culpando.
Que venga á ser á tu vista • Oyólos el Capitán,
Esclava de tus esclavos ? — Mas fué su demanda en vano,
Tuvieron estas palabras Que estaba la fresca injuria ..-
1 anta fuerza, que bastaron A la venganza incitando;
A hacer que el estrecho cerco A cuya humilde demanda
Levantase Coriolano, Tuvo el oído tapado,
Diciendo : — Madre, venciste, Resuelto en que su ruina
Aunque con mi afrenta y daño; Debía llevar á cabo.
»iue ansí, que de su reino Salieron los sacerdotes
^os volscos le desterraron. Con sus dioses en las manos,
Con lágrimas y plegarias;
(LOBO LASO DE LA VEGA, Romaneen y tragedias de.) Pero nada aprovecharon.
630 q
Pues, notando las matronas
' i P o e K e l o T n ^ l ? ' ü? *} anterior, y que prueba que
1 0 C El poco fruto sacado
CttYi. * °B»PMO excedía infinito al Señor JUAN MI LA De aquellos y de estos ruegos,
De Veturia se ampararon,
Dulce y respetada madre
Del Capitán indignado,
560 ROMANCERO GENERAL,
En cuya casa llorosas, Crecíale mas el fuego,
E D montón confuso entraron Cuanto ella mas se esquiva.
A pedir que con Volumnia, Con este inmortal cuidado
Su nuera, y dos hijos caros, Andaba de noche y dia,
Vaya con materno ruego Sin despedirlo un momento
A evitar el común daño.
Fueron, y como llegasen, Su cautiva fantasía.
Veturia dijo temblando, Compelíalo el deseo,
Ante su hijo postrada, Y el miedo lo reprimía,
Descubierto el pelo cano, • La dignidad del oficio
Al pescuezo gruesa argolla, Y lo que d'él se diria,
Arrastrando negros panos, Y el afrentoso castigo,
La marchita faz llorosa , Qu'el Senado le daría
x Con las manos fatigando: Si quisiese hacer fuerza ,
Preguntó —«¿Si como madre A la que de sí lo priva.
Vengo á verte, varón claro, En estas dificultades
O como mujer cautiva, Por mil cosas discurría
Ante el temido contrario ? Que aunque eran dificultosas,
¿Si te puedo llamar hijo, Fáciles le parecían;
Pregunto, ¡ terrible caso! Qu'el amor en lo imposible
O señor de una cuitada, Da remedios y abre vias,
Que el ser que tienes te ha dado? Que lo que no puede ser
¡ Por cierto á mi edad cansada Para ser lo facilita.
Hacen sinrazón los hados, AI fin se rindió al amor,
Que para eso han permitido Y al daño se precipita,
Que viva Veturia tanto, Eligiendo por remedio
Y para ver por su hijo Lo que mas su honor lastima,
De,su patria el fiero estrago, Y es, decille á Marco Claudio,
Las vírgenes ofendidas Un criado que tenia,
Y los templos profanados! El fuego en que se abrasaba,
¿ Quies ver tus hijos cautivos, Contra el cual ya no podia,
Y tu casa puesta á saco, Si no era con la muerte,
Y á voluntad tu mujer Remediarse, ó con Virginia;
De un deshonesto soldado? Que la aguardase en la calle ,
¿Y la madre que te trujo Y como d'él fuese vista
En sus entrañas guardado, Al momento la prendiese
Que venga á ser á tus ojos A voz de esclava huida,
Esclava de tus esclavos? Y la llevase á su audiencia,
De tu padre las cenizas, Y qu'.él determinaría
De tus abuelos y hermanos, El conveniente remedio,
Que en dulce quietud reposan Viendo cómo sucedía.
¿Quieres mezclar con extraños?— ¡Oh poderoso accidente,
Tuvieron estas palabras Y cuánto puede el que evita ,
Tanta fuerza, que bastaron Si hay alguno, tu furor
A hacer que el cerco estrecho Que de toda razón priva,
Levantase Coriolano, Cual en Apio Claudio vemos
Diciendo : — Madre, vencistes, Que lo sujeta y derriba !
Aunque con mi afrenta y daño ;— El diligente criado
Y fue así, que de su reino, Al hecho se determina,
Los volscos le desterraron.™ Y así puesto en asechanza,
Vio acaso á Virginia un dia,
(Romancero general.) A la cual asió por fuerza
1
Bien se echa de ver que este romance es algún tiempo Diciendo ser su cativa,
postenor á los dos que le preceden, y que aunque calcado so- Y llevóla al tribunal
bre ellos , tiene mas colorido poético, mas unción, y participa Do su señor asistía;
de una galantería que le aparta mas de la verdad histórica en Y puesto en medio del pueblo ,
cuanto á las costumbres y sentimientos origínales. Que lo sigue, así decía :
—Justicia, Apio Claudio, pido,
Si á quien la tiene es debida,
527. Y préstame grato oído
VIRGINIA Y APIO CLAUDIO.
Para oir bien mi justicia,
La cual si en tí me faltare,
(De Juan de la Cueva.) Por la baja suerte mía,
Entre deseo y temor La pediré á los del cielo,
Apio Claudio arde y suspira Que á quien la niega castigan:
Lleno de amorosas ansias Aunque estoy muy confiado,
Por la hermosa Virginia, Que mi intento se consiga,
De quien era desdeñado Por pedir justicia en él,
Y tratado con tal ira , Y porque á tí la pedia;
Que jamas fué razón suya Y con aqueste seguro
Aceta, ni d'ella oida, Digo el caso que me incita;
Teniendo en mas su pureza, Y es, que la que ves présenle,
Qu'el contento d'esta vida , Por quien todo el pueblo grita
Y que las ricas promesas Y se conmueve, cual ves,
Qu'el amante le ofrecia. A defendella y seguiría,
Al decemviro romano Es sierva mia comprada,
Viendo su ardor y fatiga , Y huye mi compañía,
Y que cuanto mas s'enciende , Y sirve á señor ajeno
Ella tanto mas se enfria, Y al señor propio no estima.
Pido se me restituya.
ROMANCES CONCERNIENTES A LA HISTORIA DE ROMA. SCI

Pues es propia.esclava mia, Como el que sabía su culpa,


Y se ponga en mi poder A morir se determina
para que d'ella me sirva ; Por su mano, antes que verse
0 e yo daré información,
U
Puesto en poder de justicia;
La cual manda que se admita, Y así, sacando un cuchillo,
Y en contrario , d'esto apelo Fué de sí mismo homicida.
Al Senado y su justicia. — El Senado ordenó luego
Düo, y con grande sosiego Qu'el oficio que regía
El rostro en el pecho inclina. Apio Claudio, acabe en él,
Apio Claudio mandó al punto, Y cuantos del mismo había ;
Ante el pueblo que le oia , Y así los decemviratos
Ou'en la cárcel la pusiesen Acabaron aquel dia,
Mientras la probanza hacían ; Que jamas los hubo en Roma
La cual mandaba que fuese Por la muerte de Virginia.
Hecha dentro de tres dias, (CUEVA, Coro Febeo, etc.)
Con intención que en la cárcel
De ella á su gusto haría;
Mas Virginio, padre d'ella,
Viendo el negocio cuál iba,
Y qu'el injusto juez E L NIÑO PAPIRIO.
A ofender su honor aspira, (Anónimo.)
En presencia de Apio Claudio, *
Sin temor asió á Virginia. Halagando está á Papirio
Poniendo mano á un puñal Su madre, en cuanto podía,
Al juez severo mira, Con mil niñerios dones
Diciendo así: — Con su muerte Que le daba y prometía,
No será su honra ofendida, Porque dijese"en secreto
Ni podrás, con morir ella, Lo qu'el Senado aquel dia
Dejar en la mia mancilla.— Con tanta instancia y silencio
Esto diciendo, furioso , En Roma tratado habia,
Ardiendo en honrosa ira, Porque con su padre entraba
Allí, delante de todos Do el consejo se tenia.
Acabó la casta hija, El sabio niño negando,
Y por que no le prendiese La madre mas le inducía :
El juez, que tras él iba, Viendo no valer halagos,
Con el puñal en la mano Mil amenazas le hacia.
Por todos rompe y camina. Papirio por defender,
Esto divulgado en Roma, Burlando con osadía
El Senado al punto envía A la instancia materna!,
A prender á Apio Claudio, Este engaño le fingía.
Siendo su maldad sabida , —.Habéis de saber, señora,
Y la del fiero criado Qu'el Senado proponía,
Por diligente pesquisa. Viendo la necesidad
Señalaron dos jueces Qu'en la república habia
Para qu'el negocio sigan; Que cualquier mujer casada,
Que hijos no poseía,
Y aclarada la verdad Otra vez pueda casarse.
A Virginio el padre citan,
Y dan por libre; el cual vino Y esta ley instituía ,
Paraoir de su justicia, Porque tenga dos maridos
Que siendo mirada bien Que la empreñen á porfía. —
Se da por definitiva Pensó el muchacho que d'esto
Conocida la maldad, La madre se burlaría;
Que sin embargo las vidas Pero tomólo de veras,
Quiten al siervo y señor, Y aun dicho no sé lo habia
Aunque en diferentes vias i Cuando a las otras matronas
Qu'el señor, dentro en la cárcel Dio parte en el mismo dia.
Muera, porque no se diga Juntáronse algunas d'ellas
Que en un regidor de Roma De mas tomo y fantasía:
Cupo tal alevosía; Hicieron su petición,
Y al.mozo públicamente En la cual se repetía
Adonde asió de Virginia. Que la ley que proposaban
Oyendo Virginio el auto, Admitir no se podia,
Pide que sea mas benigna Y qu'entre castas romanas
La sentencia del criado , Tal uso no se usaría.
1 ues como siervo hacia Para haber de presentalla
Lo que su señor mandaba , Fueron á aguardar un dia
i así es justo ser mas pía. Qu'eslaba el Senado junto,
Los jueces se lo otorgan, Con Papirio en compañía.
i mandan, que pues se inclina Vista por los senadores
A piedad con Marco Claudio, Tan loca demanda y fría ,
Uue su voluntad se siga, Sin poderse retener,
> en destierro se conmute Cada cual se sonreía,
La sentencia de la vida, Y así diéronles respuesta,
i el tenor de la sentencia Qu'en ello se miraría.
>f el señor sea cumplida, Despedidas, el Senado
'arlenluego á ejecutalla Pesquisas grandes hacia
J»e modo que determinan Para saber aquel hecho
LOS jueces, y Apio Claudio,
u
De qué causa procedía,
W e ya su muerte adivina, Levantárase Papirio,
ROMANCERO GENERAL.
Revestido el sacerdote,
Niño de gran osadía , Y en el alto altar subido
Y descubrió todo el caso A ofrecer al grande Alcídes
Que acontecido le habia. El inmolado ofrecido
El Senado viendo aquesto, Por el valiente Amilcár,
De nuevo allí concedía Que presente está y contrito,
Rodeado de los suyos
Que ningún muchacho entrase Y del pueblo todo unido.
Do el consejo se tenia, • Estando todos atentos,
Sino tan solo Papirio, Todo en sosiego sin ruido,
Pues de sabio se regía. Aníbal, que está presente,
{Cancionero, Flor de enamorados.) Que al fiero padre ha seguido,
Joven tierno, aunque en esfuerzo
ÉPOCA ROMANA DURANTE LAS GUERRAS Ningún mayor le ha excedido,
PÚNICAS. Por toda la gente rompe,
Sin ser de nadie impedido :
Sube do está el sacerdote
529. Junto á Hércules divino,
ANÍBAL JURA ODIO A LOS ROMANOS.
Y en su venerable altar «
El diestro brazo tendido,
(De Juan de la Cueva.) Con el espada desnuda
Parte Amílcar de Cartago Y el rpslro descolorido,
De fiera saña encendido, Diciendo. — O cartagineses,
Confiado en su braveza,' Pueblo de Marte escogido,
Y de gente apercibido, Que seguis el estandarte
A poner la invicta España De mi padre y su apellido,
Debajo de su dominio, A opresar la fiera España,
Y al cartaginés Senado Que de nadie lo ha sufrido,
Aplicar su señorío, Y á destruir los romanos,
Protestando en alta voz, Y echarlos del señorío,
Siendo de todos oido, En cuya causa os prometo
De arruinarla por el suelo De morir por ello mismo;
Sin dejar d'ella edificio, Y juro á los altos dioses
Si no se daba á Cartago, Y al gran Júpiter Olimpo,
Sin defensa ni ruido; A Télus y al gran Nereo,
Y de lanzar los romanos, Y al dios Marte encruelecido,
Que pretendían lo mismo, Y á las deidades del huerco,
Dándoles tan cruda guerra Y por el caos entendido,
Hasta haberlos destruido, De ser en cuanto viviere,
O que dejen libre á España, De Roma crudo enemigo,
Qu es su principal desinio. Y de sustentarle guerra
Determinado á la empresa Todo el tiempo que sea vivo;
Pone su gente en camino; Y de ser contra Cartago,
Dan velas al manso viento, No siguiendo lo que digo,
Y al mar se entregan benigno : Juro de negar sus dioses
Dales Eolo un blando austro, Sus ceremorias y ritos :
Y Neptuno el mar tranquilo, Para lo cual, gran Alcídes,
Con que llegaron á Cádiz, Tu divino favor pido :
Qu'era el puerto dirigido, Tú qu'en la selva Nemea
Con tan prósperos agüeros, Dejaste el león vencido;
Cual siempre le habían seguido. Tú que la hidra mataste,
El capitán de Cartago Y al jabalí enfurecido;
Viéndose en puerto surgido, Tú, que las infestas aves
Y viendo lo que intentaba, Desterraste, y sin ruido;
Y el negocio á que ha venido, Tú, que á Teseo libraste
Grave, dudoso y extraño, Del lazo en que habia caido,
Teme, y no á su enemigo; Y al trifauce Can horrible
Mas lo que sucederá, . Sacaste del huerco asido,
Y lo qu'él ha prometido Sin otras cosas qu'en vida
De poner el yugo á España, Hiciste que aqui no digo,
Qu'el romano ha sacudido : Con que hubiste en vida gloria,
Y así quiere consultar Y muerto fuiste divino;
El suceso no sabido, Ayuda á cumplir mi intento,
Con Hércules glorioso En el cual me ratifico,
En el templo á él ofrecido, Y á jurar vuelvo ante t i .
Tomándole por su amparo Por este fuego encendido,
Demandándole su auxilio, Por esta vitimay ara,
Ofreciéndole en su nombre Por este fatal cuchillo,
Un solemne sacrificio. De ser enemigo eterno
Deja el puerto y vase al templo De, los romanos que he dicho.
A cumplir su intento pió, En diciendo esto Aníbal
Donde para la oblación Del altar se ha decendido
Todo estaba proveído, Dando admiración á todos,
Juntas las reses, y el fuego Y al padre el oír al hijo;
Pegado al teon de pino, El cual puesto en él los ojos
Ardiendo el piadoso encienso, Ufano de habello oido,
Respirando olor divino. Deja el templo y sale al puerto
Dan al fuego codicioso Dando fin al sacrificio.
Los secretos intestinos, Las africanas banderas
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 363
Tendiendo al viento propicio, De allí pasó á los vacceos
Toca á recoger la gente Donde hizo cruel estrago;
Para que se dé principio A Hermandica y á Arbácola,
A la rigurosa guerra, Sus ciudades arruinando,
Y á cumplir lo prometido. Y cargado de despojos
etc.)
(CUEVA, Coro Febeo¡ Salió, enderezando el paso
Al gran pueblo de Sagunto,
Que ya Testaba aguardando.
530. Al cual comenzó a batir
Su destruicion protestando,
SITIO DE SAGUNTO POR ANÍBAL. Sin que le quedase hombre
(De Juan de la Cueva.) Ni piedra puesta en su cabo.
En esto estaba Aníbal
Encendido en viva saña Un dia y otro ocupado,
Está el valiente Africano, Sin poder entrar el muro,
Que causó pavor al mundo, Aunque en partes derribado,
Y asombro al pueblo romano. Porque con virtud y esfuerzo,
Incítalo el juramento Se defendían los cercados;
Que hizo ante Alcídes sacro, Que la desesperación
De no apartar de sí el odio De cobardes hace osados.
Contra Roma y su Senado, Así están los de Monviédro,
Hasta que Cartago ó Roma, Cuando en el campo africano,
Volver viese en polvo vano. Llegan los embajadores
Esto fijo en su memoria, Del imperial Senado.
Andaba considerando Sabido por Aníbal,
Cómo quebraría las paces Dio su audiencia á los romanos,
Que con Roma hizo Cartago; Los cuales puestos ant'él,
Y tomó por ocasión, Y de los suyos cercados,
Sintiéndose injuriado, Les preguntó qué querían;
Quitarles tener armadas Mas Publio Valerio Flaco,
Por el mar, cual demandado Le dice : —Roma te pide
Fué de Roma en el concierto Qu'el cerco á Sagunto alzando,
De la paz que habianfirmado: Los dejes en su quietud,
Y asimismo le incitaba, Por qu'es de Roma aliado,
Ver que le fuese quitado Y que ofender sus amigos,
El gobierno de Sicilia Es querer probar sus manos,
Y Cerdeña á su Senado. Lo cual harán si á Sagunto
Y lo que mas le ofendía, No dejas de tu ira salvo.—
Ver su pueblo tributario, Oyendo aquesto, responde
Y que le pagaba á Roma El caudillo de Cartago :
El tributo, cada un año, — Si Roma está arrepentida
Siendo ajeno á su costumbre De las paces que ha firmado,
Darlo, sino serle dado. Sálgase de la palabra,
Por esto el fiero Aníbal, No guarde la fe que ha dado,
Resoluto y ostinado, Y no tome esa ocasión,
Pone su gente en camino, Ni tome á Sagunto á cargo,
Y á Sagunto guia su campo, Que si las paces rompiere,
Como á los que mas amigos La espada tengo en la mano;
Eran del pueblo romano, Y esto daréis por respuesta,
Tomando esto por principio A quien acá os ha enviado. —
De llevar su intento al cabo. Sin replicarle razón
Los sagunlinos, sabiendo Los mensajeros romanos,
La venida del contrario, Lo dejan, y apriesa vuelven,
Envían á Roma aviso Para Cartago su paso,
Demandándole su amparo, A pedir enmienda d'esto,
Pues por su amistad habian Manifestando su agravio :
La de Cartago dejado. El cual les llevó de suerte
Koma proveyó al momento Que sin recebir descanso,
A Publio Valerio Flaco, Se hallaron en el pueblo
Para llevar la embajada; De Elisa Dido fundado,
Y así á Quinto Fabio Panfilo, Huyendo de la violencia
Para que ambos le digan De Pigmaleon su hermano.
Que se deje de hacer daño Pióles el Senado audiencia;
A los amigos de Roma, En medio del cual, parados
Cuyo amparo está á su cargo. Los fuertes embajadores
Con esta embajada parten; Del pueblo de Marte airado,
Mas el soberbio Africano Y habida ya facultad,
Comenzó á talar las tierras Dice así Valerio Flaco :
ue los oreadas nombrados, — ¡ Oh sumos padres conscriptos,
• Otros nnehlns rl'ociíi n i r i i De África fuerte amparo,
Con quien la sagrada Roma
„ „..„„ y a otros Firme amistad ha trabado!
Une le fuesen entregados, Esta envía á querellarse
v a los que se resistían De Aníbal, que traspasando
-melmente eran.tratados. El concierto de las paces,
mo a la ciudad de Carteya A Sagunto hace daño,
A sus soldados á saco, Saniendo que son amigos
departiendo sus riquezas De Roma, y los ha cercado;
MDeralmcnte á su campo Por lo cual envía á pediros,
364 . ROMANCERO GENERAL.
Que Aníbal les sea entregado, El auríspice Mételo,
Para que con cruel castigo Siendo por Mucio elegido
Por ello sea castigado, Para consultar á Jove,
Como el que perturbar quiere Por ser en esto el mas digno,
La paz de Roma y Cartago.— Le sacrifica animales,
Puso fin á su razón De los cuales ha entendido
El valiente Publio Flaco, La horrible saña, que muestra
Siendo los cartagineses Contra el pueblo sagunlino, .
Y puesto en un lugar alto,
De su demanda admirados : De donde era bien oido,
Y así, siu hablar ninguno Dijo : — Los celestes dioses
Estuvieron grande ralo Se muestran encruelecidos
Mirándose unos á otros, Contra el pueblo de Sagunto,
Sin responder al recaudo, Que otro tiempo fué temido : -
Y viendo que se tardaban, No acetan su humilde ruego,
Así dice Fabio Panfilo : Ni admiten su sacrificio „
— ¿En qué os detenéis? ¿Qué acuerdo Porque yo he visto señales
Tomáis de lo demandado ? Que confirman lo que digo;
Mirad qu'en aquesta falda, Que á la res sacrificada,
La paz ó la guerra traigo; Como fué de todos visto,
Escoged lo que quisierdes, Acudieron dos serpientes
O lo que os está mas sano.— Y le comieron el hígado.
Y recogiendo la falda, Segunda y tercera vez,
Los estuvo así aguardando. Esto mismo ha sucedido :
Los cartagineses, viendo El vino en las sacras tazas
La arrogancia del romano, En sanare fué convertido;
Le respondieron : — Aquello Vistes llover gruesas piedras,
Que te plazca nos sea dado. — Y dos escudos bruñidos
El romano largó al punto De claro y luciente acero
La falda, y con rostro airado De sangre fueron teñidos;
Dijo : —Pues tomad la guerra, En las fértiles campañas,
Pues la paz habéis quebrado, En los panes ya cogidos,
La cual aquí os notitico Se volvieron las espigas
De parte de mi Senado.—- En sangre, y sangre los rios;
Esto diciendo, se fueron Los silvestres animales,
Dejando á los africanos; Sin razón y sin sentido
Y mientras esto pasaba, Imitaban nuestras voces,
Aníbal con los asaltos De lo cual he colegido,
Continuos, tenia á Sagunto Que es sin duda el lin de todos
Al fuego y hierro entregado, Y que habernos defendido
Sin que en él quedase hombre, Es muy ciega pertinacia
Que contar pudiese el daño. Habiendo de ser vencidos,
(CUEVA , Coro Febeo, etc.)Por las señales tan claras,
531. Y prodigios que os he dicho :
Y entended solo una cosa, •
ANÍBAL SOBRE SAGUNTO. Y d'ella estad advertidos:
{De Juan de la Cueva.) Que son sin fruto las armas,
Siendo contrario el deslino,
Cercados tenia Aníbal Y que servirán de poco
A los fieros saguntinos, Cuantos hoy somos nacidos,
Dándoles duros combales, Y las tiernas criaturas
Y batiéndolos comino, No verán dias cumplidos,
Sin desistir de su intento, Qu'es lo que declara el caso
Que era solo el deslruillos. Del niño, que se ha escondido,
Los de Sagunto resisten Tornando al materno vientre
E l africano desuno, De donde habia ya salido.—
Dando y recibiendo muertes, Cesó Mételo, quedando
Con ánimo no vencido. Todos suspensos de oillo,
Succedió qu'en un asalto, Conociendo la ruina
Aníbal fué mal herido, Del gran pueblo sagunlino,
Por lo cual, los africanos Que de los bárbaros era
A nuevo furor movidos, Con toda porfía batido,
Tornan al fiero combate, Sin serle solo un momento
Renuevan y mudan sitios; De descanso concedido;
Hacen ingenios de fuego, Y al fin, entrada su fuerza,
Para que sea destruido D'ellos no quedo hombre vivo,
El gran pueblo de Sagunto, Unos muertos del contrario,
Que fué tan ennoblecido. Y otros qu'ellos á sí mismos
Creciendo el combate fiero Se dieron la cruda muerte,
Fué un prodigio horrible visto, Por no darse á su enemigo,
Que pariendo una mujer Cumpliéndose en todos ellos
Un hijo, y siendo nacido, Lo que dijo el adivino.
Y visto, se volvió al vientre (COEVA, Coro Febeo, &•)
De donde habia salido.
Acuden los agoreros
Al gran Júpiter Olimpo,
A consultar la extrañeza
Del caso jamas oido.
ROMANCES CONCERNIENTES A LA HISTORIA DE ROMA. úéh
532. Ni te falte la cordura;
Aguarda elfin,porque veas
cnrESO HILA6R0S0 ACAECIDO Á ANÍBAL Á ORILLAS El suceso, y tu ventura.
S
DEL EliRO. Yo soy uno de los dioses
De la celestial altura :
(De Juan de la Cueva.) Gozo de Jove, y su mesa,
Habiendo elfieroAníbal De la ambrosía y su dulzura;
Hecho á España guerra dura, De la presencia de Juno,
Teniéndola sosegada, Y veo su hermosura :
Pasar á Italia procura Los cuales y demás dioses,
Con intento de arruinarla; Que en tus Vitorias te ayudan,
Y así lo promete y jura. Me envían, y ellos te mandan,
Que ha de poner la alta Roma, Que la guerra áspera y cruda
Cual áSagunto en bajura, Que quieres hacer á Italia, .
Que aun apenas las señales Que te aflige y tiene en duda,
Muestra de su desventura. Que vayas luego á hacel la
Con este deseo y cuidado Sin temor de cosa alguna;
Al efeto se apresura & Que yo iré siempre en tu guia;
Dando trazas el dia claro, Para lo cual te apresura,
y orden la noche oscura, Que tu venturoso hado
Revolviendo la memoria, La Vitoria te asegura. —
Que nunca tenia segura. Aníbal quedó admirado,
Confiriendo esto consigo, Suspenso en ver la figura,
Movido de su ventura, El cabello levantando,
Llegó á la ribera de Ebro La lengua turbada y muda;
Guiado de su fortuna. Sin poder darle respuesta,
Viéndose solo y gozando La mira, se admira y duda
Del lugar, viento y frescura, Mas revolviendo la vista,
Gustando del movimiento Vido andar por la espesura
Del agua suave y pura, Un gran sierpe, que ofendía
Que regando iba las plantas, Las plantas y la frescura,
Que con trabada espesura Desgajándolas con saña,
Los olmos, la mimbre y sauces Destrozando la verdura,
Que la vid abraza y junta, Descomponiendo la selva
Al sol ardiente impedían De su bella compostura,
La entrada en su mayor furia. Tendiéndolas por el suelo,
Aquí llegado Aníbal, Cubriendo la tierra dura.
Le convida la dulzura Esto miraba Aníbal;
Del lugar, suave y solo, Dudoso el caso le turba;
Cual su cuidado procura. No le espanta ni amedrenta,
Desviando los cuidados, Que su valor no se muda; *
Dándoles de sí soltura,
Al dulce y sabroso sueño Mas la extrañeza del caso
Se entregó, en la coyuntura Le congoja y le perturba,
Que ya Febo se escondía Y asi vuelve, y mira atento,
En el mar y su hondura, Y un modo y otro procura;
El dudando, el cielo brama,
Y la luna se mostraba Cubre Cintia su luz pura,
Con su claridad noturna; Resuena el airado viento,
Los polos daban su lumbre, Con fiereza horrible y dura;
Y el nortefijoen su altura, Rrama el cielo, y furioso
Demostraba la carrera Envía una nube oscura,
Del mar ciego, á gente ruda. Lanzando rayos y truenos,
Los hombres en sus albergues, Con horrible son y furia;
Las fieras en su espesura, Llovían piedras, tremía el suelo
Se entregaban al reposo Con horror, que mal anuncia.
Qu'el afligido procura. El capitán de Cartago,
Aníbal de aquesta suerte Viendo la extraña fortuna,
Puesto en la fresca verdura, Preguntó al celeste joven
Dando á su espíritu invicto Qu'es lo que aquellofigura:
Con poco reposo, ayuda, El cual respondió á Aníbal.
A sus congojas descanso, — Esto asegura tu duda
i a sus cuidados largura; De la Vitoria que he dicho,
Los dioses del alto cielo, Y elfinde la guerra dura
O su próspera fortuna, Es la destruicion de Italia,
Le enviaron un mancebo, Do te llama tu ventura.
j™ de humana compostura,
n granos miembros, y rostro No cures de mas, ni aguardes,
gf diferente hechura; Sigue tu empresa y fortuna,
« cual tocando la mano, Y sigúeme á mí, y consigue
We al Lo qu'el cielo te asegura.—
m u n d o d i 6 d
Desapareció el mancebo
Le recordó, y Aníbal Por el aire y sombra escura,
A1
Vendo ante sí tal figura, Y Aníbal, con tal portento
erado se levantaf A la empresa se apresura,
i »fieraespada empuña; En la cual vio su deseo
«as el mancebo lefdícé, Cumplido, y harta su furia,
l t e r a r con f u r a :
~,,¡as ? a 1 d e 5t e
» (CUEVA , Cero Feit»., «to.J
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iteras,
aventura?
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te conmueva, ni indine,
566 ROMANCERO GENERAL.
533. 534.
BATALLA D E CANNAS.
ANÍBAL INVADE L A ITALIA.

(Anónimo.) (Anónimo.)
Cartago florece en armas, Con la nueva luz del sol,
África muy loca estaba Hiere en las cumbres mas altas
Con Aníbal su caudillo, De los montes, y en los rios,
Que siempre afila su espada Vislumbre causa en las aguas,
Contra el nombre de romanos, Cuando Aníbal, Pablo y Publio
Que muy soberbio sonaba. Sus batallas ordenaban
En los Olímpicos juegos En los espaciosos campos,
A Marte sacrificaba De la memorable Cannas.
Con solemne juramento, Ya los unos y otros parten,
En mas honra de su patria, Y haciendo muestra gallarda,
De ser cruel enemigo Tercian las fornidas picas,
De aquella gente romana, Al paso de la ordenanza.
Como lo fuera Amilcár, «Roma, cierra; Cartago, al arma,
El padre que lo engendrara, «Suenan clarines, pífanos y cajas.»
Y hasta las puertas de Roma Ya arremeten los caballos,
Llegar á romper su lanza. Haciendo astillas las lanzas,
Ayunta muchos navios Y al revolver, de banderas,
Y flétales para España; Van mezclando las escuadras.
Al dios Neptuno suplica . De vista priva á los ojos
Que no le ensañe las aguas. El polvo que se levanta j
Neptuno templa sus mares, Desocupan los arzones
Eolo no le olvidaba; Los cuerpos, y ellos las almas.
Que sus furiosos caballos El suelo se baña en sangre,
En su favor enfrenaba. Y aumentando furia y saña,
Al dios Portumno por puerto Cortan las carnes y huesos,
Con agonia reclama, Las espadas afiladas.
A Venus no la conoce, Otros se mezclan mas juntos
No curó de hacelle salva. A bocados y á puñadas,
La diosa que es vengativa Y los mas vecinos montes
Reciamente lo amenaza. Retiñen eco las armas.
La tierra Tarraconense «Roma cierra, etc.»
El cartaginés tomaba : Arroyos corren y crecen,
Va la vuelta de Sagunto De la sangre que derraman,
Donde es la gente esforzada; Do se van volcando cuerpos,
Sagunto bien se defiende, Escudos, petos, celadas.
Al fin lo toma por armas, Dan paz las cartaginesas,
Y el ejército rehecho A las cabezas romanas,
Camino toma de Gallia; Y aquella forzosa paz
Pásala muy vitorioso Causa en los vivos mas rabia:
Y también por toda Italia. Aníbal, que á la fortuna,
Sobrevínole el invierno A su parte vio inclinada,
En los Alpes de Toscaná; A voces grita vitoria,
Perdió en ellos mucha gente, Animando a quien se cansa.
Y él no menos peligrara; A una voz los romanos,
Qu'el ojo derecho suyo Van procurando venganza,
Entre las nieves dejara, Como rabiosos leones,
Y va do á lo mas llano A do su suerte los llama.
Su campo mas reforzara. '<Cartago, vitoria; Roma, cierra, al arma
A la gran ciudad de Roma «Suenan clarines, pífanos y cajas.»
En pocos dias cercara,
Y en la puerta principal,
Rompió Aníbal su lanza.
Los romanos afrentados
Presentáronle batalla : 535.
En la desdichada Cannas MUERE PAULO EMILIO E N BATALLA CONTBA ANÍBAL.
Se dio bien ensangrentada;
Domeñó la gran nobleza (De Juan de la Cueva.)
Que en Roma tanto triunfaba:
Aníbal con tal vitoria Por cima de los que ha muerto
Fuese luego para Capua; Emilio, cónsul romano,
Marte y Venus son discordes, Todo cubierto de sangre
Esta vez Venus ganara, Y el cuerpo despedazado,
Porque bajos pensamientos Sin poder tenerse en pié,
Aníbal acivilaba. Ni sustentarse á caballo,
Los africanos por vicios Como puede d'esta suerte,
Han empeñado las armas : El real cuerpo arrastrando,
Escipion los desaguarnece; Por los enemigos muertos
De toda Italia los saca. Con trabajo va pasando,
Por ver, primero que muera,
(SEPÚMEDA , Romances nuevamente sacados ,etc.) Cómo está el romano campo,
A quien el fiero Aníbal
Va rompiendo y destrozando,
Lo cual le traspasa el alma,
Mas que ver su propio daño;
Y así, levantando al cielo
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 887
La voz, los ojos y manos, Viendo con mis propios ojos
Dice : — ¡ Oh gran padre Quirmo! Los nuestros despedazados 1
Padre del pueblo romano, No lo permitan los dioses,
Que dejando el mortal velo Que tal de mí sea contado;
Fuiste al cielo trasladado, Muera en poder de Aníbal,
De donde con los mas dioses Muera, y no viva afrentado;
Miras el sangriento estrago Que con morir pago á Roma
Que hoy padecemos los tuyos La deuda á que esto obligado.
por un bárbaro inhumano, Tú, Lentulo, no me aguardes,
Y derramando tu sangre, Parte luego, y ponte en salvo,
Da gloria al nombre africano, No le ocupe el enemigo,
Y confía en su braveza, Que te va cerrando el paso;
Que al valor italiano Que yo pienso donde estoy
Ha de sujetar su espada, Pagar el tributo humano,
Y el yugo echalle su brazo; Con morir entre los mios,
Y para principio d'esto Con que muero muy ufano,
Mira el doloroso caso, Y eslo dirás de mi parte
Los auríspices y auspices, Al gran Senado romano. —
Y los augurios sagrados, • Queriendo pasar delante
Los tribunos y censores, Con su razón, quedó falto
Los cuestores y legados, D'ella, que la inmortal alma,
Patricios y centuriones La mortal cárcel dejando,
De los contrarios pisados, Huyó, volviendo á la tierra
Los unos sobre los otros, Lo que fué d'ella formado.
Entre su sangre ahogados. (CUEVA, Coro Febeo, etc.)
El un cónsul no parece,
Huido y desbaratado;
El otro está cual me ves, 536.
Todo deshecho y llagado
Con heridas, que no puede ANÍBAL ENAMOBADO.
Resistir á su contrario, l
{Anónimo .)
Que con implacable saña El corazón no vencido,
Lleva su victoria al cabo. El cuello nunca domado,
¡Oh patria! ¡ oh dioses penates! Aquel monstruo en fortaleza,
Esta alma y vida os consagro: Que parió la gran Cartago
Mirad con piedad mis hechos, Para levantar sus muros
Pues quedo muerto en el campo Y levantar los contrarios,
Por mi patria, entre los mios,
Con que muero muy ufano. — Cuya espada y cuyo nombre
Esto está el Cónsul diciendo, Puso á toda Italia espanto;
Todo en lágrimas bañado, El que á los Alpes famosos
Cuando Lentulo huyendo, Rompió, y riscos mas altos,
De la rola desmandado, Y á la romana soberbia
Llegó, y conociendo al Cónsul, Puso freno por su mano;
Aunque está desemejado, El que mantuvo 1 a vida
Se apea, y dice: — Señor, Contra el orgullo Tomano,
¿Cuál suerte dura ha forzado Y con envidia y fortuna
Que al valor de Roma tenga Trujo siempre mortal bando;
Del modo que le he hallado, Solamente el amor pudo
Coa tanta sangre vertida, Quebrantar su pecho bravo,
Cuanta veo que estás pisando Y hacer de un tigre sangriento
Derramada por lu patria , Un cordero humilde y manso.
V derramando lu brazo Al vencedor Aníbal
De los fieros enemigos Amor solo le hizo esclavo,
No menos sangriento lago? Y en su soberbia cerviz
|sfuérzate, Paulo Emilio, Fué bastante á poner lazo.
»ube en este mi caballo, Mas ya no trata de amores
¿o te ayudaré á subir, Ni de guerra con romanos,
™es la fuerza te ha faltado : Porque amor y guerra quieren
wevaréle por do seas -Mas ventura y menos años;
ubre del cruel contrario; Que al capitán sin ventura
Curaréte las heridas', Poco aprovecha ser sabio,
Habiéndote puesto en salvo; Y ejercicios amorosos
«o des con tu vida gloria No están bien al hombre anciano.
AI victorioso africano; Ya son de Aníbal los dias
estele habernos rompido, Tan crudos cuanto amargos.
Sin sangre tiene las venas,
U
Pyaulo al
^ 2 £Emilio < 6l sul v e a e n s u
- , ? ?le responde :mano.- Sin fuerzas el cuerpo flaco;
L n t u l o ! t u
El rostro enjuto', y los ojos
El L ? , ' ?
r e
has mostrado
ser u i e n er
Consumidos en el casco.
C >»M 1 , 9
d
es,
h a s i d Y con estar d'esta suerte,
Enl ^, ° esperado, Está Roma del temblando,
™ usar d'esa piedaí Porque aun duran de sus puertas
S i e n t a n duro caso: Las cenizas y el estrago.
" « d i , ¿qué razón sería (Romancero general.)
de h cho e l c a m
& f^ p°, * Hé aquí á Aníbal convertido en un galancete viejo y olvi-
Puso £ ° . a S e n a d
o de Roma . dado do sus gtorias, y hé aquí cómo era preciso vestirle para
i e n d o e l c a u d i l que pareciese interesante en una comedia de intriga á la es-
Quede í ¡ h Ly vaya sano, ' °
wueae libre pañola.
568 ROMANCERO GENERAL.
537. Con que le quitó la vida
En medio de su real.
MUERTE BE ASDRUBÁL, EL CUÑADO DÉ ANÍBAL. Arremeten á prendello,
(De Juan de la Cueva.) Y él comenzó á derribar
A unos y á otros, fiero,
Airado está contra España Sin dalles aquel lugar.
El poderoso Asdrubál, Al fin, siendo combatido
Teniendo viva la muerte De tantos, sin descansar
Que le dieron á Amilcár Vino á caer de cansado
Su suegro, y así procura Do lo pudieron atar.
Orden para la vengar. Pónenío en fieros tormentos,
También le alteraba el pecho, Comiénzanlo á justiciar,
Sin dejallo reposar, Y él sin mudar el semblante
Que dieron los saguntinos De miedo ni de pesar,
Favor por tierra y por mar Les dice : — Vengad, crueles,
A su contendora Roma, En mí vuestro capitán,
Por mas los menospreciar. Que ya yo me vengué de él
Corrido de esto, se indigna Y así no temo acabar.
Contra España, y va á buscar Vosotros, sí, estáis temiendo,
En quien emplear su saña Pues de miedo no osáis dar
Y su coraje mortal; La muerte á un hombre ligado,
Y así, viniendo por Denia, Ni á él os osáis llegar.
Un español fué a encontrar, Llegad, bárbaros, cobardes;
Al cual le llamaban Tago , Llegad, cobardes, llegad,
Hombre rico y principal: Sacadme este coraron
Y como si aquel causara Ño cobarde, aunque estoy tal
Su odio y saña infernal, Que no tengo miembro sano,
Y la potencia de España Ni hueso ya en su lugar.
Estuviera en él no mas, Cobardes cartagineses,
En nombrándolo español, ¿Qué hacéis, que os veo dudar?
Lo hizo luego ahorcar Vengad á vuestro señor,
De una encina; cuya muerte Vengad á vuestro Asdrubál;
Tan sin causa, fué á causar Emplead en mí esas armas,
Dolor en los africanos Que ya no os puedo hacer mal. —
Y gozo en su capitán, Esto diciendo el valiente
El cual mandó que ninguno Español, perdió el hablar,
De allí lo osase quitar. Y el espíritu invencible,
Tago traia un criado, Libre del nudo mortal,
Que á su señor viendo tal, Huyó, y el terrestre cuerpo
De tierno dolor movido, Pagó el censo natural.
De amor y fidelidad, (CUEVA, Coro Febeo, etc.)
Besando los frios pies
Que solos podia alcanzar,
Aunque impedido del llanto,
Así comenzó á hablar :• 538.
— ¿ Qué corazón tan desnudo CONTINENCIA DE ESCIFION , AFRICANO.
De razón y humanidad,
Con tan injusta inclemencia (De Juan de la Cueva.)
Te mandó la muerte dar? Puesta tenia por el suelo
Qué iey divina ni humana, Escipion á Cartagena,
Si no es la de su crueldad Ganada en duros combates
D'este bárbaro, condena Y en muy porfiada guerra;
A nadie, sin hacer mal ? Ya por el pueblo de Marte
Si viene con fiero intento Administrada y sujeta,
De dar venganza á Amilcár, Puesta la cerviz al yugo
En los que le dieron muerte, De la romana potencia.
¿Qué debe el que libre está? Estando aquí Escipion
¿ Qué le debías tú, señor, Señoreando esta fuerza,
Que así te hizo privar Le trujeron en presente
De la vida, ó yo qué hago Una hermosa doncella,
Sin vengarte de Asdrubál? Hija de padres ilustres,
Al cual yo daré la muerte, De valor, nobleza y cuenta,
Pues es, como yo, mortal; Desposada con Luceyo,
Y el intento con que viene, Príncipe en la Celtiberia.
Que no tiene de dejar Esta, habida en el asalto,
Español vivo en España, Y de los soldados presa,
Yo se lo pienso atajar, Mirando su hermosura,
Y en venganza de tu ofensa Tan en extremo perfela,
. Su fiero intento acabar. — La ponen ante el romano,
Esto diciendo, animoso, Y á su servicio la entregan;
Sin temor de verse tal Mas el capitán de Roma,
Cual estaba su señor, Viéndola ante sí y tan bella
A quien prometía vengar, Admirado y congojoso
Por medio del campo rompe, Su suerte y beldad contempla.
Sin podérselo estorbar Enternecíale el alma
Todo su cuerpo de guardia, Verla en tal contención puesta,
Que no llegue á ensangrentar Cercada de armas y hombres,
Su espada en el africano, » De furor y saña horrenda.
Al cual mil heridas da, * Mirábale el bello rostro,
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. m
Relio y Ajado en la tierra, Pues en ella has igualado
Matizado de colores A Júpiter en su esencia,
De púrpura y de azucena, Y has hecho en esto una cosa :
Hechos dos rios los ojos, Que haces libre á tu sierva,
nne sin hablar, su mal muestran, Y á nosotros, siendo libres,
limpiando las hebras de oro Nos pones en la cadena,
F humor que el suelo riega. Y en tan dulce sujeción,
Cual razón pide y ordena.
Suspenso estuvo en aquesto Y pues somos tus cativos,
Escipion una gran pieza, Sujetos á eterna deuda,
Si» poder hablar palabra, Recibe por primer gaje
Condolido de su pena. Estas joyas y moneda,
Al finia entregó á su guardia, No dadas por su rescate,
Informado de quién era, Mas por señal de obediencia.
Para que fuese guardada Puso Escipion los ojos
Con respeto, y luego ordena En el que humilde le ruega;
Oue le llamen á sus padres, Visto que era importunado,
Y áLuceyo, esposo d'ella : Esto le da por respuesta :
Los cuales siendo llamados, — Libre te doy á tu hija
Vinieron con grande priesa, Sin rescate ni otra empresa;
Cargados de oro y de joyas Mas viendo que me importunas,
Para rescatar la presa. Que tome aquesa riqueza,
Mas, viéndolos Escipion Con que podré largo tiempo
Llegados á su presencia. Sustentar al mundo guerra,
Con mansedumbre y piedad Yo la aceto, y tú, Luceyo,
Les dice de esta manera : En dote por mí la aceta,
— ¡ Oh Luceyo! bien entiendo Que yo só el que te la doy,
Tu congoja, y veo tu pena; Y esto por mí y á mi cuenta,
Bien claro se da á entender, Y solamente te pido
Entendido, que la ordena, Que amigo de Roma seas. —
Que es ver tu querida esposa El príncipe celtibero
Puesta al cuello la cadena, De oirlo admirado queda;
Las señales en los brazos, Mas cobrando algún aliento,
Que estampó la dura cuerda, La mano al romano aprieta,
Y que la traiga fortuna Y levantando la voz,
De princesa a verse sierva. Dijo así, la vista queda :
Pondrás delante los ojos, — Juro á los inmensos dioses,
Que fué robo de la guerra , Y por esta mano diestra,
Que fué presa de soldados, Que ensalza la gloria á Roma,
Que no sentirán tu afrenta; Y el mundo apremia y gobierna,
Que sin razón ni respeto De morir por los romanos,
A su gusto usarían de ella, Y viviendo, en cualquier guerra,
Por ser su costumbre antigua Serle en todo fiel amigo,
Sacrilegios, muertes, fuerzas, Y enemigo á quien lo sea,
Despojando hombres y dioses Y de seguir su partido
Sin temor ni reverencia, Con vida, honra y hacienda,
Osando poner las manos Y de poner á su yugo
Aunque sea en la sacra Vesta. Mi estado, y en su obediencia,
En lo cual quiero, Luceyo,
Darte seguro, si presta, Y de dar eterno nombre
Para que tengas consuelo, A tu nombre, adonde quiera,
Si lo admite tu miseria. Pues tan alto beneficio
Ella fué presa en el robo, Menos galardón no espera,
Cual te es cosa manifiesta; Que vaya de gente en gente
La cual, aunque fué cativa, Tu nombre y tu fama eterna. —
Fué guardada sin tu ofensa; Esto dicho, ante él se humilla,
Que no es uso en los romanos Y el romano lo impidiera,
Usar de aquesa licencia, Y con un estrecho abrazo
Ni hacer agravio alguno Lo levanta y le consuela.
En la guerra ó fuera de ella; Luceyo y su bella esposa,
Y así te entrego á tu esposa Su suegro, y también su suegra
virgen, sin ofensa en ella, Se ofrecen á Escipion,
Que yo mesmo la he guardado, Y con esto de él se alejan,
guardándole su pureza, Prometiéndole Luceyo
sabiendo que tú la amabas, De volver luego á la guerra;
i quién eres, y quién era. — Lo cual cumplió, que á su costa
ai padre y la madre al punto, Con mucha gente dio vuelta, ¡
• ei esposo, puesto en tierra, Y fué tan amigo á Roma,
Alzan al cielo las manos, Que romano se dijera.
ensalzando su grandeza, (COEVA, Coro Febeo, tía)
M constancia en Escipion.
^ " « u d de continencia,
l cabiéndola encarecido
alta
' 559.
K ¡ ° voz grande pieza,
P a r e : 0 h r a n r o m a n o !
D"ino
no lde, tal, excelencia,
T« ' S ESCIPÍ0N EXHORTA Á LOS ROMANOS QUE.LLÉVEN LA GUERRA
remi
Á ÁFRICA.
K P <> habrá que sea diño
í^tugranmanificencia? (Anónimo.)
yue remuneración puede
s De su patria se destierra
« 'guala tu clemencia? Aquel Escipion romano
T. X, U
370 ROMANCERO GENERAL.
Que mereció por sus heehos Los hizo á vista sacar, .
Ser llamado el Africano. Y ponérselos en parte
Viéndola que está cercada Que los pueda devisar,
Por la gente de Cartago, Arrastrándolas cadenas,
Y que el furioso Aníbal Atados, y como están;
Tiene al pueblo amedrentado, Porque oyendo sus clamores,
Se entró sin ser prevenido Le causen mayor pesar.
Un dia dentro el Senado, Soltó dos de la prisión,
Y á todos en general, Que le vayan á avisar
Dijo : — Auditorio honrado, De la rota de su hermano,
De diez y ocho años soy, Porque lo fuese á vengar.
Que á los veinte no he llegado; Miraban los de Cartago, ,
Pero si audiencia me dais, Sin poder determinar
Diré lo que he pensado, Qué denotaban las voces,
Y os que si darme queréis Qué el clamor, y el apuntar,
Gente con poder y mando, Qué el sonido de prisiones,
Me determino de ir Qué el vérselas demostrar.
Y poner cerco á Cartago; Estando atentos á esto,
Que como vea Aníbal Vieron en la tierra estar,
Su pueblo por mí apretado, Cubierta de polvo y sangre,
Dejará el cerco de Roma, La cabeza de Asdrubál:
Y cesará tanto estrago.— Conociéronla, y al punto
A lo que Escipion ha dicho Con ansia y pena mortal
Se alborotó el Senado, La limpian y se la llevan,
Por parecerles muy mozo - Dando gritos, á Anibál;
Para tal empresa y cargo. El cual, luego que la vido,
Uno de los senadores, La comenzó á contemplar,
El mas prudente y anciano, Sin poder hablar palabra,
Le dijo : — Oye, mancebo, Aunque probaba a hablar :
Y entiende bien lo que hablo : Con lágrimas y sospiros
Advierte bien que la empresa La comenzó á saludar,
Que tomas es de gran cargo, Que la lengua tiene asida,
Porque, si á Roma defiendes, Y la voz al paladar :
Vas á ofender á Cartago.— Mas el dolor excesivo
El animoso mancebo Le abrió via al respirar,
Le respondió : — Padre honrado, Y con dolorosa voz,
Muy bien entendido tengo Así comenzó á hablar :
El rigor de aqueste caso, — ¡ Asdrúbal, hermano mió,
Y no es menester que cuente Dulce hermano mió, Asdrubál,
Proezas de mis pasados, Luz de los cartagineses,
Porque sé que las sabéis, Solo en ser á Marte igual!
Y también que soy romano.— i Qué son de las esperanzas
Sabemos su gran valor, Que nos diste? ¿dóndeestán?
Respondió todo el Senado: Cuando ufano y vitorioso
Que se le dé el bastón luego Prometías arruinar
Y de general el cargo, Los romanos, á quien fuiste,
Para que con gran secreto Cual yo, enemigo mortal,
Se vaya á la gran Cartago, Y de quien tantas Vitorias
Y se le dé en abundancia Hubiste, y te vi triunfar,
Todo lo que es necesario, ¿Qué brazo fué poderoso?
Y también porque no entienda ¿Quién te venció y puso tal?
Aníbal lo concertado, No es posible que, fuese hombre,
De las cohortes de España Sino algún dios celestial,
Lleve gente y forme campo; O del infernal abismo
Para lo cual se le dio Alguna furia infernal.
Poder por todos firmado, ¡ Pues yo juro por los dioses
Y que si vitoria alcanza, Y por tu muerte, Asdrubál,
Le darán corona y lauro. Que si son terrestres hombres,
(Romancero De morir ó te vengar;
Y si son dioses del cielo,
De no les sacrificar
840. Ni tenerles reverencia,
Ni consentirles honrar,
CAYO CLAUDIO, VENCEDOR DE A S D R U B Á L , L E HACE D E C A - Y matar sus sacerdotes,
P I T A R , Y ARROJA SO CABEZA A L CAMPO D E ANÍBAL, SU Y sus estatuas quemar,
HERMANO. En venganza de tu muerte,
(De Juan de la Cueva.) Dulce hermano, Asdrubál! —
Cayo Claudio, vitorioso Esto Aníbal le decia,
De haber vencido á Asdrubál, Llorando sin descansar,
Teniéndolo en su poder, Y no dejara su llanto,
Lo mandó descabezar, Si no viera alborotar
Y estando á vista los campos La gente, y correr los unos,
Del Cónsul y de Anibál, Y los otros aguardar;
Mandó arrojar la cabeza Unos ir á \a una parte,
En el contrario real, Otros á la otra apartar,
Por dar á Aníbal congoja
De ver á su hermano tal.
t in saber qué fuese aquello
1 valiente capitán.
Deja el llanto y sale al campo,
Los africanos cativos Temiendo algún nuevo mal:
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 371
Rompió por medio de todos, Masinisa, y Heno de ansias.
Haciendo abierto lugar : Consume el dia en suspiros,
Vio traer los prisioneros Y en llanto las noches pasa
n ie el Cónsul mandó soltar, De ver cómo Escipion
Conocidos de Cartago, Con duro apremio le manda
Los cuales, viendo á Aníbal, Que á la bella Sofonisba,
Puestos ante él de rodillas, Con quien desposado estaba,
Uno comenzó á hablar i Mujer que fué del rey Sifas
__;Cómo te podre, señor, A quien venció en la batalla,
Nuestra desdicha contar, Que la repudie, y la deje
Nuestra horrible desventura, Sin mas replicarle en nada,
Nuestra miseria y pesar, Porque ha de ir presa en el triunfo
Sin que te ofenda y aflija, Con los cativos atada.
y encienda en llanto el real? Esto siente Masinisa,
Sabrás, señor, que buscamos Esto siente, y le maltrata,
Al Cónsul, que iba á buscar Esl» le enciende en dolor, •
:

A tu hermano, y siendo visto, Y el corazón le traspasa.


Al arma mandó tocar Lleno de dificultades
El contrario, y nuestro campo Mil modos y vias traza, .
Se aparejó á pelear, Con que á entrambas á dos parles
Y estando dispuestos ambos, Cual es razón satisfaga,
Arremeten á la par El mandato de Escipion,
El un campo contra el otro Y á ella la fe obligada.
Con esfuerzo singular, No halla camino cierto,
Sin que se rompiese el orden, Ni en remedio humano entrada,
Ni se perdiese el lugar. Que con el grave dolor
Duró la soberbia lid La memoria trae turbada.
Por ambas partes igual Aunque se le ofrecen muchos
La mayor parle del dia En ninguno medio halla,
Con terrible mortandad. Porque es peligroso apremio,
Mas en este igual estado Hacer que olvide quien ama.
Se comenzó á declinar Escipion manda que olvide,
La suerte de nuestra parte, Amor le reprime y ata
Y alfinde tanto aguardar, La obediencia que le debe;
Los romanos victoriosos La fuerza y amor le abrasa :•
Nos comenzaron á entrar: No sabe el medio que siga •
Los nuestros, desbaratados, A tan diferente causa.
A huir y á desmayar. Al fin de haber contemplado
Cativáronnos á lodos Lo que le fuerza y le manda,
Cuantos pudieron hallar, El apremio de uno y otro,
Que la furia de su espada La razón y la fe dada,
Dejase sin acabar : Concluye con un remedio
.Saquearon todo el campo, Horrible, y que mas le agrada,
Cativaron á Asdrubál; Y es que muera Sofonisba,
Cortáronle la cabeza, Con que todo esto se acaba.
Mandaron te la arrojar : Despacha luego un criado
Quitónos de la cadena De quien mas se confiaba,
Para venirte á contar Con un vaso de veneno,
Estas miserables nuevas Que se lo lleve á do estaba,
Que te venimos á dar. — Y envíale juntamente
Aníba], habiendo oído Con el veneno una carta,
La pérdida de Asdrubál, La cuál decia d'este modo,
Dijo : — Si agora es su suerte, Con llanto escrita y notada :
La mia también será, «Sofonisba, vida mia,
Que la sangre de los nuestros «Vida y alma de roí alma,
Los mios encenderá; » Muchas cosas se me ofrecen
Que en Cayo Claudio, romano, «Que decirte, aunque me ataja
oe procuren de vengar; «El corlo tiempo que tengo,
Pues nuestro duro suceso »Y el dolor que me arrebata
A todos es general, vDe tal suerte, que un momento
¿odos tomemos las armas, »Mi espíritu no descansa,
£ues a todos toca el mal, «Combatido á causa tuya,
p e yo pienso y determino «Aunque no te culpo en nada,
£or eUuelo emparejar «Que solo soy yo el culpado,
El Capitolio de Roma, «Y tú por mí castigada,
s empIos
ISH i despojar. - »Pues me manda Escipion,
0
Y * ? * * » toca al arma, «Contra lo que amor me manda,
1
«Y contra el querer del cielo,
al campo sale Aníbal. «Que de mí seas repudiada,
«Porque ha*s de ir cativa á Roma ,
«Con los cativos ligada;
(CUEVA, Coro Febeo, etc.} «Lo cual pretendo impedir
«Por la vía mas honrada,
«Que es dándote tú la muerte
541. «Antes que verte afrentada;
"«EME DE SOFONISBA, ESPOSA BE MASINISA.
«Que no es justo á tu nobleza
«Ser de tal modo tratada,
(De Juan de la Cueva.) «Ni al gran valor de tus padres,
enconfusion «Ni á su gloriosa fama
Tr5ate- .
abatido de congojas
372 ROMANCERO GENERAL.
»Se debe tan duro ultraje, Estando en aqueste aprieto, '
»Si por esta via se salva. Escipion se levanta altivo
»Acuérdate, Sofonisba, Diciendo d'esta manera :
»Si no estás d'esto turbada, —Nadie haga tal delito,
«Que fuiste tan gran señora, l Que Roma, ciudad antigua,
»Y con dos reyes casada, Aunque esté en este confuto
i) Y si es justo que te veas No debe desampararse,
;
i De reina venir á esclava. - Ni debe ser consentido.
»Considéralo, y no entiendas Yo me obligo á defendella:
«Que de mí no eres amada, De hoy mas el cuidado es mio.-
»Y que así de tu amor eres, Dichas aquestas palabras,
»Del mió remunerada; A los que estaban consigo
»Que juro á los altos dioses Hizo hacerles juramento
»De la corte soberana, Que le quisiesen seguirlo,
»Y á Venus hago testigo Y los que contra ello fuesen
»Y á su hijo en esta causa, Con juramento les dijo
«Que no me quiero á mi tanto Les cortará las cabezas
»Cuanto á tí, que eres mi alma, En este lugar ya dicho.
»Y así puedes entender Viendo aquesto los romanos
»Que esto que pido que hagas, Cobraron ánimo vivo:
»No lo pido yo, ni puedo Proponen morir con él
¡> Pedir cosa tan'infanda, Todos juntos, como digo.
»Que de fuerza, de mas fuerza Manda apellidar su gente,
»Es mi voluntad forzada , Y ordenar bien sus caudillos;
»Que con riguroso apremio, Pasa los Alpes de Roma,
»Me apremia, me fuerza y ata, De España lleva el camino,
»Que elija por mas seguro Y aunque le cupo la suerte
«Verte muerta, que afrentada.» De ir contra el rey Filipo,
Diofincon tiernos suspiros, Toma la empresa de España, •'
Y la carta al siervo daba : Por no ser nadie atrevido.
Se la llevó á Sofonisba Cumplido ha ventidos años
Que d'esto está descuidada Desde que fuera nacido,
Dentro de su real palacio Cuando comenzó esta guerra
De varias gentes cercada. Este' varón escogido.
Siéndole dada en la mano D'esta suerte que he contado
Mudó el color de la cara, De Roma se habie partido :
Que al corazón alterado Entrado habia por España,
Cualquiera cosa le espanta. Y de Ebro ha pasado el rio :
Así la Reina leyendo Va derecho á Cartagena
De un cabo al otro la carta, Do está Magon su enemigo.
Con dolorosos suspiros Por la mar y por la tierra
Pide el vaso, y así habla : Traia muy gran gentio. •
—Dirásle al rey Masinisa, Ya que juntos estuvieron
¿Sin son aquestas las arras Muy bien se han apercibido :
Que le manda á su mujer Concertado habie sus haces,
En la boda ya cercana? Y Magon otro asimismo.
La cual no hará el himeneo, Fué sangrienta la batalla,
Mas la inexorable parca. Magon quedara vencido;
Dirásle que, yo recibo Grande placer recibiera
Su don de muy buena gana, La gente desde que vido
Y que así será cumplido Tan gran victoria aquel dia,
Lo que por su carta manda, Y Magon preso y captivo;
Que dándole á él contento Euviádolo habia á Roma
A mí no me desagrada.— Con ricas joyas consigo ;
Esto diciendo , animosa, Gran placer tomó el Senado
No del temor alterada, De ver presente tan rico.
Bebió la mortal ponzoña, Después de aquesto pasado
Con que á muerte fué entregada. Contra Aníbal se ha partido
(CUEVA, Coro Febeo, etc.) Para tomar d'él venganza,
Que aquesto le habia movido.
Los de África enviaron
542. Por Aníbal su caudillo
Para que les defendiese
RESUMEN DE LOS HECHOS DE ESCIPION HASTA QUE VENCIÓ De Escipion en este brío.
A ANÍBAL ANTE LOS MUROS DE CARTAGO. Entre tanto que él venia,
Parias le dan como él quiso,
(De Lorenzo de SeptUveda.) Y que los captivos suelten
Vencidos son los romanos, Que tenían del señorío.
Aníbal los ha vencido : , Mas ya llegado Aníbal
En la batalla de Cannas Quebrantan lo establecido,
Muertos quedan y heridos. Pensando, con su favor,
Quedaron muy quebrantados De vencello y destraillo.
Muy tristes y doloridos : Aparéjanse á las armas
No piensan alzar cabeza Con esfuerzo nunca visto;
Según se ven afligidos. Con ánimos denodados
Despoblar quieren á Roma; Se habían acometido.
Procuran buscar un sitio, Fué reñida la batalla
Donde fundar un lugar Y de muy grande peligro :
Para defender sus hijos. A la íin quedó Escipion
ROMANCES CONCERNIENTES A LA HISTORIA DE ROMA. 375
Vencedor de su enemigo. Roma le envió á avisar
Tomara muchos despojos, Que mirase por su vida,
¿«chos presos y captivos : Que le quería dar veneno
Volviérase para Roma Uno de su compañía.
Con mas placer que aquí escribo : Diferente fué este aviso
Hácenle tan grande triunfo, Del que agora Roma envía,
n oiro tal nunca se vido.
u e
Pues le hacen al rey Prusias
( SEPÚWEPA , Romances nuevamente sacados, etc.)Traspar la ley divina,
Y que dé muerte á traición
Al huésped que en él se fía.
Vosotros, supernos dioses,
543. Que miráis desde allá arriba
MUERTE DE ANÍBAL. Esta maldad del rey Prusias,
Vuestra clemencia permita,
(De Juan de la Cueva.) Que se vea perseguido
Con Prusias vivía Aníbal De los que mas se confía,
Fn el reino de Bithinia Y que en nadie halle fe,
lio vino Tito Flaminio Ni nadie verdad le diga ,
Con una mensajería • Y de su real asiento
De Roma, en la cual le dice Despojado se vea en vida
Que está de él muy ofendida , Y á tanta pobreza venga
Y tiene por sospechosa Que de puerta en puerta pida,
Su amistad, pues da cabida Sin hallar quien de él se duela,
A su enemigo Aníbal, Y muchos que le persigan :
Que tiene en su compañía, Fáltenle los elementos,
Después que del rey Antíoco Fáltele la luz del día,
La gente quedó vencida, Y en destierro miserable
Que contra el romano pueblo Su vida acabe maldita,
Lo incitó y lo encendió en ira. Y su cuerpo sea comido
Viéndose ya el Africano De las aves de rapiña.—
Sus fuerzas todas perdidas,. Diciendo el fuerte Africano
Y que no tenia remedio Esto, ya el vaso tenia
Ni reparo su caida , En la mano, y la ponzoña
Con que asosegara Roma Aprestada y desleída;
La inquietud en que vivía, Y alzando al cielo los ojos
Y que por dalle él su amparo Volvió á decir :—¡Patria mia,
Su contrario tenia vida : Cuan bien que te aconsejé,
Y que d'esto se quejaba Y cuan mal fué de tí oida
El Senado, y se lo avisa , Mi razón y buen consejo,
Porque Aníbal no sea causa Para tu quietud pacífica !
Se quiebre entre ellos la liga, Hoy acaba tu Aníbal,
Al embajador romano A quien desterró la invidia;
Prusias así le replica : Hoy al espantoso huerco
—Con muy justa razón puedo Su espíritu precipita :
Quejarme, en que se conciba Hoy queda en sosiego Roma;
Mal de mifirmeamistad Hoy de su inquietud se libra,
Porque yo á Aníbal reciba; Con la muerte del que pudo
Y porque de esa sospecha Asolar su monarquía.—
Mi fe quede, cual es, limpia. A este punto oyó un ruido
Yo te lo daré en prisión, De la gente que venía,
Si en tanto Roma lo estima.— Y bebiendo la ponzoña
Lsto dicho, mandó al punto Que tenia prevenida,
Que su gente se aperciba, Dijo:—Hagan de ese cuerpo
Y a cercar vayan la casa La presa que hacer codician.—
üel que al mundo puso en grima, Y queriendo proseguir,
« n , y el valiente Aníbal, La voz se le quedó asida
Que siempre de la venida A la garganta, y á un punto
ue flaminio sospechaba Le faltó el habla y la vida.
W mal en que ya se vía, Entró la enemiga gente
Como se vido cercado Que procurándolo iba :
*ui hallar lugar ni vía Hallólo entregado á muerte,
Por donde poder librarse , De la cual al Rey avisan
Cice así, ardiendo en i r a :
-Libremos á los romanos Y al mensajero romano
*a de tan larga fatiga, Que por triunfo pretendía
Pues les parece ser Fargo Metello en Roma, y triunfar
gperar la muerte mia De su invicta valentía.
fe

0 n o (CUEVA, Coro Feoeo, eío.)


V i K ' ^ b r á Flaminio
citoria que sea de estima
Uundesai
tef P
™do
t0 ntan 544.
En au J P t a desdicha;
ESCIPION AFRICANO , ACUSADO POR SUS É M U L O S ,
U e a n t e s t e n i a
Es & a y c u a n a
COMPARECE ANTE E L SENADO.
Desu ° ?' 9 n Jena
a v a l e m í a (Anónimo.)
Ar S e Y -
I,bre
Citado estaba Escipion
SelesentrA osadIa I El Africano nombrado :
Ó p o r I t a l i a
Y á „Poder
n n i resistía,
s us Citado le tiene Roma
Para delante el Senado.
374 ROMANCERO GENERAL.
Acúsanle con envidia, Con voz alta y rostro airado,
Y con motivo dañado j Cuántos dias será bien
Para que les dé la cuenta . Que ha ya que corlé este ramo
Mientras tuvo el consulado. En ciudad que no os respeta
Sabido por Escipion, Ni alcanzáis en ella mando?
Que le fué notificado, Ved que tan lejos tenéis,
Fuese derecho al Pretorio Romanos, vuestros contrarios,
Adonde estaba citado. Que hoy hace solos tres dias,
Díjoles -.—Padres conscriptos, Que partí de á dó le traigo,
¿Para qué me habéis llamado? — Cuyo fruto sin sazón . .
Responden los senadores : ;
De aquesto testigo hago,
—¡ Escipion, mal lo has mirado! Y estas verdes anchas hojas
Porque con tu madre Roma Ausentes del tronco caro,
Fidelidad no has guardado; Que si hablaran dijeran
Que si en África venciste Lo que de vergüenza callo.
A Aníbal el afamado, ¡ De aquesta suerte va Roma
Muy bien, te lo paga Roma Sus límites dilatando,
Con los triunfos que te ha dado, Que pueda ver en tres dias
Y con otras libertades Vuestro muro el libio ufano!
De que gozas y has gozado.— ¡ Júpiter vive , y el cielo,
Escipion desque 1'oyera Que es gran falta de cuidado,
Su ropa se ha desnudado, Y aun de valor; que otro nombre
Y mostrárales su cuerpo Que poderle dar no hallo!
Llagado y amancillado; Despertad, conscriptos padres,
Donde con muy alta voz Del sueño profundo y largo
D'este modo les ha hablado. En que las paces os tienen,
—Yo juro por los mis dioses, Que el ocio es mal sin reparo.
Y á Júpiter consagrado, Vuelva la sangre á las venas, ,
. Que lo que yo á Roma debo Y el vigor vuelva á los brazos,
Y en ella hube usurpado Dejando los blandos lechos
Son solas estas heridas Origen dé tantos daños.
Que allá en África me han dado; Tomad sangrienta venganza,
Que lo que tengo y poseo, Ved los dos rostros á Jano,
Juro por lo qu'he jurado, Y sacuda el duro azote
Es solo lo que mis padres Delona sobre Cartago.
En herencia me han dejado.— Sus soberbios edificios
Mucho quedaron confusos Igualen al suelo llano,
Los que habían acusado : No quede reliquias de ellos,
Vieron tan alto varón Que os importa , padres sacros.
En todo justificado, ¡ Advertid bien que un descuido
Y no contento con esto Tiene difícil reparo!
Esto mas ha proposado. Aqueste es mi parecer,
—¡ Oh patria desconocida! Y no el menos necesario.—
Oh pueblo tan mal mirado! Calló con esto, y movida
Mis huesos, no estén en ti, Mucha parte del Senado,
Ni .mi cuerpo sepultado.— Su proposición consultan
(Cancionero, Flor Ue enamorados.)Tras votar discorde y vario.
Hacen cónsul á Escipion,
545. Que con marcial aparato,
CATÓN E L CENSOR. Cubriendo la mar de leños
Da velas al viento, ufano. ,
{Anónimo.) (Romancero genera
En el tribunal que al mundo
Dio leyes y puso espanto, 546.
Con un ramo de higuera 1
ASDRÚBAL VENCIDO POR ESCIPION SE MATA, Á EJES1H-'
Entra Catón indignado, 1
DE SU ESPOSA .
Verdes hojas, fruto verde, (De Gabriel Loba Laso de la Vega.)
Altos en la diestra mano,
Que al embarcarse cortó Habiendo puesto por tierra
En el muelle de Cartago, La inexpugnable muralla
Donde Roma le envió De Cartago, Escipion,
Por su fiel comisario, Con duro incendio asolada,
Para ciertas diferencias Y sus fuertes edificios
Con el sugeto africano, Vuelto en cenizas livianas,
De donde vino cuidoso Rajando á la humilde tierra
Viendo el copioso aparato, Las vistosas torres altas,
Que en Cartago se hacia Asdrúbal se recogió,
De guerra, tan sin recato, Perdidas las esperanzas,
Con su mujer y sus hijos,
Y de que ciudad sujeta Y la gente que quedaba
Toque cajas y eche bandos, Al templo, do se hizo fuerte ;
Y junte copia de gentes Mas visto que le apretaba
Con estandarte arbolado, Por todas parles Escipion,
Sin pedir licencia á Roma Y que era defensa vana ,
Con tan libre desacato El fuerte desamparó,
Fortificando murallas Y por una puerta falsa,
Y máquinas aprestando. Al campo vino del Cónsul,
— ¡ Oh padres conscriptos! dice A cuyos pies se postraba
ROMANCES CONGEKNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. [ 573
Pidiendo misericordia,
Y rindiéndole las armas 547.
A vista de-su mujer, BESTMJCC10N DE CARTAGO POR ESCIPION SX SEGUNDO
Oue estaba en una ventana AFRICANO.
Con dos pequeños hijuelos,
Oue su congoja aumentaban (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Y ala de torta su gente, Gran tristeza tiene Roma
Oue el fuerte templo encerraba,
Herida y falta de sueño De ver á Cartago altiva,
Y de hambre desfigurada; Con tan grande señorío,
La cual por él sembró fuego Que el suyo mismo les priva
Queriendo morir quemada Y de envidia los romanos
Antes que dar la obediencia Muy gran pesar recibían,
Que su capitán ya daba Viéndola ser tan señora,
Al victorioso Escipion, Que tanto prevalecía;
Ignominiosa y pesada. De forma que los sus fechos
Pues viéndose la mujer Casi los escurecia,
De Asdrúbal desamparada, Por lo cual muy indignados
Y de su contraria suerte Procuran de destruilla..
Por tantas partes cercada, Envían allá á Escipion,
Adornando su persona Muy valiente á maravilla; .
Con extraordinarias galas, Dánle luego el consulado,"
Toma un agudo cuchillo, Aunque grave se le hacía
De tomar tan grande empresa,
Y por las tiernas gargantas Porque él muy bien sabía
De los dos queridos hijos Que Cartago era muy fuerte
Con presta mano les pasa,
Mirándolo su marido, V lejos de dó partía;
A quien dice con voz alta : Mas por serle ansí mandado
— ¡Pusilánime, traidor, Aceptó lo que pedían.
Que del contrario te amparas, Aderezó grande armada
Poniéndole por juez Por tierra y mar muy lucida ;
De tu miserable causa ! Lleva gente cobdiciosa
j,Qué puede dar al rendido De ganar honra crecida ;
El vencedor, sino infamia? Todos parten animosos,
; Oh cómo sin daño suyo Deseando ver el dia
Le celebrará la fama ! Para mostrar sus esfuerzos
Tú solo le diste al Cónsul Y aventurar bien sus vidas.
El triunfo que no esperaba, Pues, con este presupuesto
Y para mas infamarte A Cartago llega á vistas,
Se le llevaste á su casa, Los cuales muy descuidados
Entregándole tus triunfos Estaban de su venida,
Con entregarle tu espada Porque bien les sucediera
Para entrar contigo en Roma De otra lid harto reñida.
Con argolla á tu garganta. Apercibiéronse todos
i Por cierto buen capitán Con muy cruel enemiga :
Eligió tu triste patria, Hiérense muy crudamente
Cuya ocasión venturosa Por seis noches y seis días,
Otros con sangre compraran , Matando siempre y hiriendo,
Y por venturosa muerte Sin nadie ser de vencida.
La que rehusas tomaran! Mas al fin los de Cartago
Pero pues de tí olvidado Son vencidos aquel dia,
A tu antiguo tronco agravias, Por no les venir socorro,
No lo quedarán tus hijos, Y porque muerto se habian
Pues su inocencia los salva : Los mejores y esforzados
í>eras padre de hijos muertos, De toda su compañía.
Sas n o
de cautiva infancia.— Retráense á la ciudad,
«as esto y un gran suspiro Pensando haber pleitería;
Muña hoguera se lanza Mas Escipion esforzado
Abrazada de sus hijos, Les daba muy grande prisa.
K " consumió las llamas. Cartago en aqueste aprieto
Asdruhal el caso viendo, Sus mensajeros envía,
Suplicándole á Kscipion
T? ^u C , p i o n
condolido Los reciba en cualquier guisa
e
Bajo de su protección
C f r l » también
C m d a d i n f a u s l a
Con seguro de las vidas,
A los cuales respondiera
Hech! , = Que aquesto solo haría :
Que salgan de la ciudad
Todos juntos en cuadrilla,
Ansí como les mandara
j - » "••¡/eiiíft
Otra vez por esta via.
Viendo los cartagineses
no pertenecía á la familia Respuesta tan dolorida,
Otorgáronlo á Escipion,
Cuidando que escaparían: *
Salen luego las mujeres
Llorando á lágrima viva,
Veinte y cinco mil por cuent
De mas honrada valía,
Mal vestidas y mal trechas,
576 ...,„ ROMANCERO GENERAL. ..,-...
Rascuñadas y heridas; Del numantino mostraba.
De los varones honrados Por una parte se indigna,
Mas de treinta mil salían , Por otra el rigor templaba :
Todos llagados, enfermos, Una vez dice arremetan,
Con lástima que decian Otra que se tengan manda.
En verse ansi desterrar Turbado no se resuelve
De su patria tan querida: Ni se determina en nada;
Y de los dos Asdrubales, La compasión le compele
El uno muerto yacia. A apresurar la venganza;
Los propios cartagineses Mas el-lemor del contrario
Le habian quitado la vida, El paso á su intento ataja,
Porque fuera en el consejo Viendo las veces que ha sido
Con los romanos un dia; Su gente desbaratada
Mas el otro de su grado Por la poca, aunque atrevida,
En su poder se ponia. Que esconde aquella muralla
Otros varones romanos, Inexpugnable por ella,
Que en la ciudad dentro habia, Mas que lo fué la troyana,
En el templo de Esculapio Pues cuatro mil españoles
Todos juntos se retiran, Que la ciudad ocupaban ,
Pensando alli guarecer A cuarenta mil romanos
De la muerte tan temida. Por momentos retiraban,
Escipion lo mandó cercar En campo abierto con ellos
De fuego, con muy gran prisa; Viniendo á duras batallas , \
Ardia por todas partes, De quien con diestras violentas
La llama al cielo subia: Triunfaron en veces varias,
- Ellos viéndose acuitados Siempre á su ciudad volviendo
Dentro del fuego caian Con vitoriosas espaldas,
Por no venir á las manos Mas temidas del contrario
De quien tanto mal querían; Que seguidas sus pisadas;
Y la mujer de Asdrubál Que por Vitoria tenían
Reina de muy alta guisa, El volverles las espaldas,
Con sus dos hijos pequeños Y el cansarse de herir
En una torre subia; En ellos los de Numancia,
Mas los romanos con furia De cuyos odiosos nombres
También la torre encendían, Como del fuego temblaban ,
Y ella viéndose aquejada Las puertas de su ciudad
Estas palabras decía : Teniendo abiertas y francas.
— Yo soy reina de Cartago A su elección retirando
Por mi cuita y mi desdicha: Del romano las estancias,
Ansí como la primera Y cual no cercada gente
Feneció, fenecería.— Salen al campo, y se espacian ;
En diciendo estas palabras i Cosa dura de creer,
Dentro del fuego cala Que ala potencia romana,
Con sus dos hijos queridos, Que era señora del mundo ,
Que en sus brazos los tenia. Se resistiese en España
Los romanos con pesar Esta pequeña ciudad
Corren allá muy aína, Con fuerza tan limitada!
Pensando de guarecella; Al lin Escipion tanto hizo,
Mas fué en vano su venida. Que con una honda cava
Escipion, acabado aquesto, La cercó por todas partes
Con la rabia y enemiga, Para excusar que á batalla
Que quemen los de Cartago No saliesen con sus gentes,
Mandara dando gran prisa. Cuya ruina aguardaban.
Ponen fuego á todas partes, Al ñh la apretó con hambre,
No quedara cosa viva; Y su gente fatigada
¡ Diez y siete dias ardió, Pidió al Cónsul muchas veces
Que gran espanto ponia! La descomunal batalla,
Ansí feneció Cartago , , La cual siempre rehusó;
Antigua ciudad y548.
rica. Y hallándose apretada
(SEPÚLVEDA, Romances
SITIO E INCENDIO nuevamente sacados, etc.)
DE NUMANCIA. La gente de la ciudad,
Atravesando la cava,
(De Gabriel Laso de la Vega.) Aunque con dificultad,
Con nuevo ejército pone Con Escipion vino á batalla;
En nuevo estrecho á Numancia Cuyo campo en breve espacio •
El indignado Escipion, Con audacia desbarata,
Corrido de que cercada Y muertos muchos romanos
Catorce años estuviese A su ciudad vuelta daban,
Quedando con cerviz alta, Sin poder mover las diestras
Y de ver el campo inculto De hambre inhabilitadas.
Producir reliquias varias Aun entonces no huyendo,
De huesos blancos curados, - De que el contrario se espanta,
De las legiones romanas , Queman eir la gran ciudad
Cuyos golpes el valor Su hacienda, y sus hijos matan
Y lodos unos con otros
Toman contra sí las armas,
No quedando cosa viva
Ni reservada á las llamas,
Porque no triunfase Roma
De su ciudad desdichada,
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 57T
Y no quedase vencida, Porque les era de Roma,
lunque del contrario entrada. Entrar en ella vedado..
romancero general. - It. LOBO LASO DE LA VEGA , Sale Silano con gente
Romancero y tragedias de.) A defendelles el paso;
Los cimbros loman las armas
Las romanas despreciando,
549. Y en una trabada lid
AL MISMO ASUNTO. Desbaratan los romanos
Con gran pérdida de gente,
{Anónimo.) Que Silano llevó á cargo.
Ya de Escipionlas banderas Luego en viendo aquesta rota,
Llegan á ver las murallas Envían á Marco Manlio;
De aqueWa cabeza anügua También Quinto Escipion
De la invencible Nuraancia, Igualmente fué nombrado
Cuando á todas sus legiones, Con Manlio, en el mismo oficio,
Bien compuestas y ordenadas, Para deshacer el campo
Aquel valeroso Alcídes De los enemigos cimbros,
De aquesta suerte les habla : Que á Roma venian marchando;
— Hoy las águilas de Roma Dióse entre ellos la batalla,
Hasta los cielos levantan Y fueron.desbaratados
Sus plumas, porque vosotros Los romanos, y los cimbros
Habéis de servirles de alas : Con la Vitoria quedaron.
Hoy para inmortal memoria Viendo Roma tal afrenta,
De vuestras nobles hazañas Y esperando mayor daño
Habéis de triunfar, dejando Si no se ponía remedio
Que publicar ala fama : En reprimir al contrario,
Mostrad , milites famosos, Eligen y hacen cónsul
Lo que hoy pueden vuestras armas; Al valiente Cayo Mario,
Que si'á Numancia vencéis Para que salga á impedilles
Podrán alzaros estatuas. — Que su intento llegue al cabo,
No pudo pasar de aquí, Y con muerte dé 3e todos
Porque de una y otra banda Venganza á sus ciudadanos.
Comenzaron á dar voces Aceta Mario el oficio;
Apellidando su patria. Tocan cajas, echan bandos,
«Alarma, alarma. Que la gente se aperciba
»Los unos .viva Roma, otros ¡Numancia; - Dentro de un pequeño plazo
»Y viendo á Escipion tan bravo y fuerte Para hacer la jornada,
«Todospor no entregarse se dan muerte.» Y deshacer sus agravios.
Los numanlirios, que miran Estando en aqueste punto
Del contrario la pujanza, Las cosas, sucedió un caso
Acuerdan antes morir Al Cónsul, que dinamente
Que no de entregar su patria. Es digno de celebrallo,
Y como para el sustento Aunque es de algunos tenido
' Mantenimientos les faltan , No por digno de alaballo.
De conformidad de todos Y fué, que estando una noche
Niños y mujeres matan. Cayo Mario reposando,
Cuál en brazos de su esposa Ocupada la memoria
Ofrece á la muerte parias, En lo que tenia á su cargo,
Y cuál á sus propios hijos Soñó que si la Vitoria
Con violenta mano trata. Quería, y el triunfo y lauro
Un horrible fuego encienden De los cimbros, que á su hija
En medio de la gran plaza, Sacrificase á los hados.
Do queman todos sus bienes, Recordó con este sueño
Cada cual con mano franca. Pavoroso y alterado,
Unánimes todos dicen Y vio todo el aposento
Que no se entregue la patria; Lleno de un resplandor claro,
Que mueran , pues que muriendo Que ofuscándole la vista,
Hacen inmortal su fama. Quedó ciego por un ralo.
Y así solamente se oye, Mas desliedlo el resplandor,
Entre las voces turbadas Persuadido qu'era mando
De la una parte y la otra, Del cielo, llamó á su hija,
Razones mal concertadas: Y díjole así, llorando :
«Alarma, alarma. — Los dioses mandan y ordenan,
»Los unos viva Roma, otros Numancia; Por ia salud del romano
»Y viendo á Escipion tan bravo y fuerte, Pueblo, que haga sacrificio
«Todos por no entregarse se dan muerte.» De tí, con mí propia mano.
. (Romancero general.) Esto, aunque es crueldad, es fuerza,
Pues al bien común va tanto,
Después de ser mando expreso
E P
N™\J^ ! A A
DESDETA DESTRUCCIÓN DE Del que rige el cielo santo,
B L E S I U S T A E L F I N D E L A S GUERRAS Y si yo lo traspasase,
Yendo cuál vó en este paso,
Sucedería á los nuestros
550. Lo que á Manlio y á Silano,'
Que vencidos por los cimbros,
MARIO , VENCEDOR DE L O S GIMBBOS.
Vino á Roma lanto daño,
(De Juan de la Cueva.) El cual se ha de redimir
Por Italia entran los cimbros Con tu vida, y con mí brazo,
Haciendo soberbio estrago, Y aplacar la ira á los dioses,
376 ROMANCERO GENERAL.
Si eslán contra Roma airados.— Y las que escaparon d'esto,
No pudo pasar delante Aunque del hierro escaparon,
Con su razón Cayo Mario, Atándose los cabellos
Que se la cortó el dolor, Fuertemente con sus manos,
Aunque no le movió el ánimo; De ellos se ahorcaron todas,
Que tirme en su ciego intento, De los árboles y carros.
Levantó la espada en alto, Prosiguiendo su Vitoria
Y con impiedad terrible Va el romano, y arruinando
Hirió el cuello delicado Cuanto por delante via,
De la tierna y bella virgen, Sin contraste ni reparo;
Que siendo todo cortado, Mas tocando á recoger,
Dijo : — Í Oh dioses celestiales, Cansados de matar tantos,
A quien la sangre consagro Tienen en el campo muertos,
D'esta bija que engendre, De este victorioso asalto,
No le neguéis vuestro amparo Ciento y cincuenta mil cimbros;
A la juventud romana, Y cativos por esclavos,
Que á los cimbros va buscando!— Sesenta mil, que en el triunfo
A este punto oyó la caja, Metió en Roma Cayo Mario,
Que por orden suya y mando Arrastrando las cadenas
Marchaba en orden la gente, Delante del triunfal carro.
Al contrario procurando; El día d'este suceso,
Que con toda la presteza, Sucedió en Roma un milagro :
Qu'era conveniente al caso, Que se vieron dos mancebos
Al decendir de los Alpes En el aire, coronados
En la ribera del Pado, De laurel, dentro en el templo
El Cónsul situó su gente, De Castor y Polux sacros,
Y aguardó la del contrario, Que le dieron una carta
El cual lleno de arrogancia, Ellos al pretor romano,
Por los sucesos pasados, Por do se supo aquel dia
No temió á la fortuna La victoria en el Senado.
Que se muda y muda estados. (CUEVA, Coro Febeo, etc.)
Teutómodo, su caudillo,
La batalla ha presentado,
Y así venía delante, 551.
Su gente cimbria ordenando.
MARIO, PROSCRIPTO, CONTEMPLA LAS RUINAS DE CARTAGO.
Los romanos se aperciben,
Y siguiendo un orden dado, {Anónimo.)
En dando señal la trompa, , Dos ejemplos de fortuna
Arremeten denodados De bien y mal los mas altos,
A los bárbaros soberbios, Mudos de su gran caida
Que no menos esforzados Sin lengua se están hablando.
Se mostraron, resistiendo La gran Cartago es el uno,
El ímpetu á los romanos, Y otro Mario desterrado,
Que siguiendo su virtud Seis veces romano cónsul
Ilacian mortal estrago Y gran capitán romano.
En los cimbros temerosos, Mirando está las ruinas
Ya del primer valor faltos; De aquel imperio africano,
Que con flaqueza cobarde, Y de fortunas tan ricas
Cortados de un frió desmayo En tierra los desengaños,
Desamparaban los puestos, Y la patria que engendró
Las armas de sí arrojando, Tantos ánimos gallardos,
Con vergonzosa huida, Como agora engendra espinas .
Procuraban verse en salvo. Y la pueblan leones pardos.
Los romanos en su orden Revolviendo estas memorias
Fuertemente peleando, La suya se ha despertado,
Conociendo su desorden Y tras largo suspirar,
Al lin los desbarataron. Dijo, mirando á Cartago.
Las mujeres, cuando vieron — Cartago, que un tiempo al cielo
Que desamparado el campo Te subió el alegre hado,
Los cimbros habian huido Iguales hemos quedado;
Rendidos y destrozados, Tú postrada por el suelo,
Todas ardiendo en furor, Yo en tu suelo desterrado.
Reputando por agravio Y aun nunca se satisface,
Huir así sus maridos, Siempre el hado te importuna;
Las armas d'ellos tomando Que contino seas, le place,
Peleaban fuertemente Teatro de la fortuna,
Resistiendo sus contrarios, Donde sus tragedias hace.
Dando á sus maridos muerte Murió en tí Dido, primero;
Con crueldad, porque dejando Aníbal fué en tí vencido;
El campo, con tal infamia Tú moriste á hierro fiero,
Huían de los romanos. Y agora en tu farsa he sido,
Después de haber hecho en ellos Yo, Mario, el acto postrero.
Ellas mismas crudo estrago, ¡ Cuan en balde y con despecho,
Siéndoles la libertad Cartago, este bien tenemos;
Negada por Cayo Mario, Que fuimos tan de provecho,
Tomaron todos sus hijos Que á fortuna rica nacemos
Y al punto los degollaron Aunque ella nos ha deshecho!
Y las unas á las otras Que la que nos dio tal pago, \ '
Todas las mas se mataron : Que es la fortuna envidiosa, -,
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 379
No hiciera tal estrago, Por voluntad ó por fuerza,
Ni fuera tan poderosa , Que bien lo puedo hacer
Mío haber Mario y Cartago... Pues que te tengo en mi tierra. —
-Mas ¡ ay! que en manera alguna, A las razones del Rey,
Cartago, este bien tuviste, Pompeyo dio tal respuesta.
Que si te acabó fortuna, — ¿No sabes que á los romanos
Tierra en que morir tuviste, Ninguna fuerza los fuerza,
Mas yo no tengo ninguna! Ni muerte les pone miedo,
(Romancero general.) Ni castigo los sujeta?—.
Esto diciendo, y llegando
La mano á una ardiente vela,
Puso el un dedo en la lumbre
552. Dejándolo estar en ella
POMPEYO PRESO I'OR EL REY GENC10.
Hasta que se quemó todo,
Sin hacer muestra ni seña
(De Juan de la Cueva.) De dolor ni sentimiento,
Átalo, el gran rey de Asia , Ni mudar rostro ni ceja,
Estando en edad postrera, Dándole á entender al Rey,
Y careciendo de hijos Que sufriría sin pena
A quien dejar su hacienda, La furia de su castigo,
Y que de Asia la menor ; Aunque en un fuego lo meta,
El cetro suyo posean, Antes que manifestalle
Señaló en su testamento Su secreto, y qu'él lo entienda.
A Roma por su heredera. Admiróse el Rey del caso,
Siendo el Senado romano Y viendo tan clara muestra
D'esto avisado por letra , Del esfuerzo y sufrimiento
Después de tener acuerdo, De Pompeyo, considera
La herencia de Asia aceta, Que no podrá saber nada,
Y señalando á Pompeyo Del que así sus carnes quema :
Fué con toda diligencia Y así, corre presuroso,
Enviado á que tomase Y apartando la candela,
La posesión de la tierra, Le asió el Rey mismo del brazo,
Y á echar algunos tiranos Diciendo d'esta manera :
Que la traian revuelta, —Ya yo s é , fuerte romano,
Que por la muerte del Rey Que ningún apremio apremia
Se nombraban reyes d'ella. Al fuerte valor romano,
Puesto Pompeyo en camino Cual veo en esta y otras pruebas:
Con el cuidado, y la priesa Y conozco cuánto premio
Que la ocasión demandaba, Viene al reino mió en que tenga
Y el cargo, que á cargo lleva, Vuestra amistad, la cual pido
Sin dar entrada al reposo, A tí, si puedes hacella ;
Ni á cosa que lo detenga, Y pudierrdo, á mí y á Roma
Cumpliendo el mando romano En paces nos confedera,
A los ¡líricos llega, Que yo firmaré los pactos
Donde reinaba el rey Gencio, Que tú pidieres por ella. —
Al cual, dándole la nueva Pompeyo acetó las paces
Cómo estaba allí Pompeyo, Entre Géhcio y entre él hechas,
Por saber la causa cierta Por Roma, y sin detenerse
A qué fuese su venida, Fué prosiguiendo su empresa,
Mandó qu'en prisión lo metan; Y entrando en la menor Asia
Y cumpliendo el real mandato, Las inquietudes aquieta
Al magno Pompeyo allegan. Desterrando los tiranos,
Notifícanle el acuerdo Que opresa tenían la tierra;
Del Rey, y a los del Rey ruega, Poniendo al romano yugo
Que pues manda el Rey prendello, Todo su poder y fuerzas,
Le lleven á su presencia, Volvió á la romana patria
Donde siendo conocido A dar de lo hecho cuenta.
Le traten de otra manera. ( CUEVA , Coro Febeo, etfl '
El vario y discorde vulgo ,
Que siempre se desacuerda,
A lo que pide Pompeyo
Hubo opiniones diversas; 553.
Y al fm siéndoles mandado, CÉSAR REPUDIA Á SU ESPOSA , SOSPECHADA DE ADULTERIO.
Adonde está el Rey le llevan; (De Juan de la Cueva.)
El cual, en viendo al romano,
Lo recibe con gran fiesta , Alborotada está Roma
» junto á su solio real Y revuelto el consulado,
Al magno Pompeyo asienta, Oyendo una información
Diciéndole : — Tu venida, Que un tribuno ha presentado
*uerte romano, se entienda;
1
Acusando á Publio Clodio,
orque está toda mi gente Contra el cual así ha hablado :
1 or causa d'ella inquieta : — Oidme, padres conscriptos,
i. dime por amistad , Y de vos sea ayudado,
ai es de paz, ó si es de guerra, Juntamente con el pueblo
* si le envía el Senado, Qu'está á oirme convocado;
Que embajada ó cargo llevas, Pues me mueve el bien común
o a que parle es tu viaje, .Sea oído, y sea amparado;
Porque tu intención se entienda. Porque de un horrible insulto
Y esto tienes de decirme Clodio sea castigado.
380 ROMANCERO GENERAL.
No me incita ó muere invidia, En cuyo nombre te mando
No rancor ni odio inhumano, Que acuses á Publio Clodio
Ni es propio interese mió, Del crimen, que ya te es claro
Ni desear ser vengado;
Que mal se toma venganza Que cometió contra t í ,
De quien no nos hace agravio. Pues fué en tu casa hallado. —
Solo el culto y reverencia César, oyendo al Tribuno,
De los dioses, me ha forzado, Conmovido y alterado
Qu'el nefario Publio Clodio
Con menosprecio ha violado : Le responde : — ¿Tú qué dices?
Y fué, qu'en el sacrificio, ¿ En qué razón te has fundado?
Qu'es de noche celebrado Que de todo cuanto has dicho ,
A honor de la bona Dea, Si tu dicho es bien notado,
De mujeres solo usado, Ni te entiendes, ni te entiendo,
Prohibido á los varones Ni sabes lo que has hablado;
De cualquier suerte y estado,
Que ninguno en él se halle, Porque César de ninguno
Por divina ley mandado; No puede ser injuriado,
Este, contra este precepto Y así pido que sea absuelto
Generalmente guardado, Ese que hacen culpado;
Vestido como mujer Que no pudiendo ofenderme,
En la fiesta fué hallado No hay por qué hacelle cargo. —
En casa de Julio César, Contra César el Tribuno
Qu'es el Pontífice hogaño, Responde : — ¿Por qué has negado •
Envuelto con las matronas; La ofensa qu'este te na hecho,
Cuyo delito notado Pues por ella has repudiado
Ha ofendido hombres y dioses, A Pompeya, tu mujer,
Y el sacrificio sagrado; De quien ya estás descasado? •—
Por lo cual pido que sea César, aunque ardiendo en ira,
Cual es justo castigado, Con sosiego ha replicado :
Porque no se atreva otro — Mucho deseo saber
A semejante pecado, Quién de mí te ha dado cargo,
Y los dioses ofendidos O por qué razón te mueve,
Nos castiguen de su mano. — Tribuno, mi causa tanto,
El Tribuno habiendo dicho, Que aun lo que pasa en mi casa
A su lugar se ha tornado. Quieres qu'en Roma sea claro,
Comenzó el pueblo á alterarse, Y sin por qué, que se diga,
Y á conmoverse el Senado; Que á César se hizo agravio.
Mézclanse unas voces y otras Mas pues la razón me pides,
Con rumor mal pronunciado; Por qué á Pompeya he dejado;
Los unos piden que muera , Yo la dejé, no ofendido
Otros dicen que sea salvo; D'ella, aunque disfamado;
Otros, no ofende á la diosa,' Porque la mujer do César,
Si no hay mas que ser hallado; No solo en aqueste caso
Otros : ¿quién culpa á este reo? Ha de ser libre del hecho,
¿ De que parte es acusado ? Y sin culpa del pecado,
¿ Qué razón tiene el Tribuno? Mas de cualquiera sospecha
¿ Sí es en esto interesado? No ha de haber en ella rastro.
Que no habiendo quien demande Esta es la causa, Tribuno,
No debe ser condenado. D'eso que te da cuidado,
Otros dicen : que es su oficio, Que no te es agradecido,
Y qu'es bien lo demandado. Y te ha de ser mal pagado. —
En esto estaban revueltos En diciendo esto, dio vuelta
El pueblo en el consulado; Con despecho denodado;
Mas viendo los senadores Sin hacer acatamiento
Tal discordia en este caso, Se salió, y dejó al Senado.
Mandan sosegar las voces, Los senadores y el pueblo
Y habiendo considerado Nueva discordia han trabado;-
La gravedad del delito, Nuevas voces, nuevos gritos
Salió d'ellos acordado Absolviendo y condenando.
Que citen á Julio Cés.ar, Unos piden que sea libre
Que venga luego al juzgado, Clodio, y otros castigado,
Porque no sea sin parte Con tan varios pareceres
Lo que fuere decretado. Confundidos y alterados;
Esto proveído, al punto Y así, para que se viese
Fué á César notificado, Cuál era razón, votaron:
Que sin detenerse en cosa, Que quede para otro acuerdo
Ante ellos se ha presentado, Remitido y señalado.
Diciéndoles : — Sumos padres, 554.( CUEVA > Coro Febeo etc.)
?

De vosotros soy citado


Que parezca en esta audiencia CÉSAR Y AMÍCLAS.
Sin mas término ni plazo : {De Gabriel Lobo Laso de la Vega.)
Aquí estoy, ved qué queréis,
O para qué soy llamado. — De lo mas alto del cielo
En pié se pone el Tribuno, Bajaba la luna blanca
De quien es Clodio acusado Con cuernos votos turbados
Que revolución señala,
Y le dice : — Julio César, ' Del pastorcillo dormido
Yo de parte del Senado, Deseosa y no olvidada,
Y de los supernos dioses Por quien muriendo otras veces .
ROMANCES CONCÉñNtENTEfe A LA HISTORIA DE ROMA.
Su cuarto estaba haciendo,
neió su morada sacra, Y en quietud dormia quieta
ruando Julio César sale La gente del campo amigo,
Por medio sus haces bravas, Sale de su tienda César
Cuyos fatigados miembros Para pasar en Italia
Un general sueno baña. Do la gente está que espera,
Todos duermen; Julio vela, No confiando de nadie
Propio oficio del que manda, Hacer esta diligencia,
oVe la gente de Brundusio , Porque ya el campo contrario
A quien esperaba , tarda. A do está el suyo se acerca:
Culpa la amiga fortuna, Y así, dejando sus ropas,
Oue así la guerra dilata; Con otras viles las trueca,
Mas los pies sobre su bola, Porque no le conociese
Solo del campo se alarga; Nadie, y su ida se entienda.
Oue á quien la fortuna ayuda Así va César su via ,
Ninguna cosa contrasta.
Llega al mar, donde bailo Y al fértil rio Anio llega,
Junto á un peñasco una barca, Que los tiburtinos campos
Y cerca de ella una choza Con rica corriente riega,
De estéril junco formada, Donde una pequeña barca
Con unos frágiles leños Vio estar, y junto á ella
Que sufren la leve carga. Una humilde y pobre casa,
Morada quieta y segura Del que la barca gobierna,
Mas que del César la casa, Que era Amidas, el cual libre
A la cual llamó tres veces, üe los cuidados que lleva
Cuyos golpes la amenazan, Julio César, reposaba
Que cada vez que la loca Contento con su pobreza,
Tiembla y piensa sobre él caiga. En una cama de ovas,
Sale el soñoliento Amidas, Las redes por cabecera,
Que así el barquero se llama : Sin codiciar mas de aquello;
Pide el César que le pase Porque seguro navega
A la hespérica campaña ; Aquel qu'en su humilde estado
El cual tirando los miembros, Con su suerte se contenta,
Y bostezando le habla : Sin que la ardiente codicia
— Es atrever temerario; Le inquiete ni le conmueva.
Que mil turbadas señales Llegó el monarca del mundo,
Denuncian futuros males, Y locó la pobre puerta
Y el viento nos es contrario. De Amidas, qu'está durmiendo
No nos fiemos del mar, En paz, sin cuidar de guerra,
Pues hoy no mostró arrebol Que como vivia seguro
A su tramontar el sol, Tenia su alma quieta.
Que podemos peligrar. Pregunta de alia, quién llama,
Mira de la nueva luna Con voz espaciosa y queda ,
La bella faz cenicienta : Sin mover, aunque oye golpes,
Señal que no me contenta, üe su lugar la cabeza.
Y amenaza con fortuna. Vuelve César á tocar
Oye las selvas frondosas, La puerta, y la casa tiembla,
De los vientos meneadas , Y no por ser de carrizos
Y las costas azotadas Y juncos de la ribera
De las ondas espumosas.— Tembló , que si fuera un monte
Julio, sin embargo d'esto, El mesmo efecto hiciera.
De pies en la barca salla, No por eso el pobre Amidas
La gastada amarra corta , Se apresura, ni se altera,
Y un quebrado remo apaña; Ni se da priesa á vestir ;
Bota la barca de tierra , Antes lleno de pereza ,
Comienza á correr el agua, Refregándose los ojos
Y Amidas como forzado Y bostezando á gran priesa,
La guia, aunque no de gana.
Viéndole el Cesar así, ? uitó á la puerta la tranca,
abre á César, el cual entra
En la miserable casa
Le dice : — Adelante pasa,
Pues la fortuna de César De Amidas, el qu'cn la alteza
En tu barca te acompaña. — De Roma tenia su asiento,
Hácense a largo, mas presto Y al mando suyo la tierra.
W viento y la mar airada Entra, y el barquero luego
tornan la barquilla á tierra Revive la brasa muerta :
Sin árbol, rota y cascada. Aplícale el seco esparto
Vuélvese á su campo Julio, Y en torno d'-él pone leña :
Llamando á fortuna varia, Sopla, y sale espeso humo,
Corrido en ver se le atreve Hínchese la chica pieza,
Uuien nunca le fué contraria. Y al conquistador del mundo
[Romancero general. — It.Lono LASO BEMVECA, Que está allí, lo ahuma y ciega.
Romancero y tragedias de.) Habiendo encendido lumbre,
Muy de su espacio se asienta
Junto á ella, y le pregunta
nm. El barquero á Julio César :
— ¿Qué es lo que buscas, amigo,
A L MISMO ASUNTO. Por aquí? ¿Qué ardor te lleva
(De Juan de la Cueva *.) A esta hora, la cual pide
Solo y en humilde traie, Mas el sueño, que la vela,
Cuando la segunda vela Pues los trabajos del dia
582 ROMANCERO GENERAL.
Con él reparan y cesan? Y el brazo asiendo de Amidas
A la pregunta de Amidas , Así le dice :•— No temas,
César le da tal respuesta : Amidas, pasa adelante,
— La calidad del negocio Pasa, rompe esa tormenta,
Es la que me lleva y fuerza , No temas, que la fortuna
Y és tal, que el blando reposo
A mi espíritu le niega , Contigo llevas de César. —
Después de ser yo mandado Quedó admirado el barquero
De César, cuya bandera De la voz, y el miedo esfuerza :
Sigo, y me envía á que pase Pone la proa contra el viento
A Italia con toda priesa. Y con nuevo aliento empieza
A esto vengo, y esto quiero A romper el mar, y en balde
Que bagas con diligencia, Se pone en tal resistencia,
Y me pases en tu barco Porque crecía con furia,
Sin que punto me detengas; Qu'el barco cubre y anega,
Por lo cual te doy mi fe, Y al fin, no pudiendo mas,
Que tan bien pagado seas César, su camino deja.
Que satisfaga al trabajo Vuélvese al seguro puerto,
La debida recompensa. Cual Amidas le aconseja
— No sé cómo pueda ser De los dioses impelido,
Eso, amigo, que deseas, Y así es justo que se crea,
Dice Amidas, porque el tiempo Pues ellos solos podían
Poder hacello nos veda : A César hacer tal fuerza,
Ya ves qu'es el solsticio, Porque tal temeridad
Cuando con furia Bóreas No es digna del que gobierna.
Conmueve el undoso mar, • (CUEVA,.Coro Febeo, etc.)
Que á las nubes hace guerra ; i Es un romance de ios mas tolerables que hizo JUAN DE LA
Y así, no es caso seguro, CUEVA, y aunque lleno de las exageraciones 6 hinchazón pro-
Por el riesgo que se espera, pia entonces de muchos poetas andaluces se puede leer sin
Entrar eu él, y en un barco desden ni fastidio.
Tan chico, sin mas defensa. —
César tornó á repliealle
Qu'era importante, y le ruega
Que lo haga , y solo un punto CÉSAK PASA E L BUBICON„
La ida no se difiera.
(De Gabriel Lobo Laso de la Vega.)
Fué tan eficaz el ruego ,
Qu'el barquero se lo aceta : Al dorado Rubicon
Mótense ambos en el barco, El invierno fuerzas daba,
Que en testimonio que lleva La luna nueva aumentando
A César, tembló , y las tablas Y húmidos Euros las aguas,
Crugieron, y el rio resuena Cuando pasados los Alpes
Con un ronco movimiento Pone los pies en la Italia
Dentro en su honda caverna. El temido Julio César
El marinero al momento Con orgullosa arrogancia,
Ata sogas, y adereza Que del valiente Pompeo
Los remos que han de llevallos Lleva mal el ver le ¡guala,
Los escalones aprieta, Y quiere ver de los dos
Larga el cabo, el barco bota, Quién viste mejor las armas.
La proa á su vía endereza, Hace á la fortuna juez,
Y asiendo de los dos remos Sin temer sus vueltas varias;
Sobre su banco se asienta. Que después que le llevaron
Comenzó á romper las aguas, Con atroz golpe las parcas,
Y el rio Anio atraviesa ; Entre el gran Pompeyo y é l ,
Mas llegando á las entradas Con Julia las prendas caras,
Donde el rio en el mar entra, Se desabrieron los dos;
Halló el mar tan alterado, Que no sufre igual quien manda :
Que la entrada en él les veda Cuyas duras competencias,
Dando las furiosas ondas Guerras civiles señalan.
Un golpe y otro con fuerza Quiere pasar con su gente
En el barco, que jugando Julio, y sus banderas altas,
Lo trae por encima d'ellas, A los términos vedados
Impeliéndolo á una banda ' De la Italia sosegada,
Y a otra, lo arroja y lleva, Y que ya calle el derecho,
Ya levantándole al cielo, Y solo hablen las armas,
Ya al bajo centrólo allega, Y como rayo fogoso
Que ni el remo hace efecto, Dejar rastro por do pasa;
Ni el remador aprovecha, Mas llegando al Rubicon
Zabordando á cada paso, Vio la imagen de su patria,
Forzándole á que se vuelva. Que delante se le ofrece,
. Amidas, viendo el peligro, De estatura agigantada,
Y que á mas andar se anegan, Y aunque con la oscura noche
Sin ser de ningún provecho Se muestra á Julio bien clara,
Cuanto trabaja y forceja Los largos cabellos blancos
Luchando con el mar fiero, Y esparcidos por la cara,
Que más su furor arrecia, Remesados, mal compuestos,
Comenzó á volver la proa Los ojos cual vivas brasas,
Para dar al puerto vuelta; Que de las futuras guerras
Lo cual como fué sentido Cruel presagio le amenaza,
De César, su asiento deja, Y con voz vuelta en sollozo,
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 585
A julio llorosa habla Sin replicar mas razón.
• Dónde vasa mi despecho? De nuevo furor movido
• Poraué contra mí te armas, El cesáreo Curion,
Ceriendo libren las armas Dijo, sacando la espada,
Lo que solo es del derecho? Con gran determinación :
• Dónde mis banderas pasas — Esta, aunque el mundo lo estorbe,
Con sus águilas pendientes? Hará la prorogacion.—
Por qué con armadas gentes Con esto dejó al Senado,
Mis justas leyes traspasas? Y á César se encaminó,
Vuelve, Julio, vuelve atrás : Que estaba indeterminable,
Aunque vayas con razón, Si pasaría el Rubicon-,
Será bastante ocasión Detenido en su ribera,
Para deberte yo mas. Metido en gran confusión,
Que no merece castigo Combatido de cuidados
La patria que te crió, Su invencible corazón.
Ni es bien se diga salió Preguntado de los suyos
De su vientre el enemigo. — De su duda la ocasión,
Detuvo con esto Julio R'espondió : —En pasando el rio
El paso echado en el agua, Todo ha de ser por quistion ;
y con un frió temblor Solo las armas en esto
Se le eriza el pelo, y alza. Serán la averiguación.—
Pero revolviendo en sí, No hubo dado esta respuesta,
Dice : — La suerte es ya echada, Cuando el aire resonó;
Júpiter y el cielo saben Estremeció todo el campo,
Que sigo justa demanda, Causó grande admiración,
Y que su César me llamo Y en el aire una figura
En suerte buena ó contraria.— De un gran hombre pareció;
Pasa adelante furioso, El cual bajando á la tierra,
Y su gente toda pasa Causando á todos horror,
Del vedado Rubicon A un trompeta de la hueste
Turbando las quietas aguas, Una trompeta quitó,
Hasta que dio en Arimmo, Y pasando el ancho rio,
jil primer lugar de Italia, Haciendo el mavorcio son,
(Romancero general. — It. LOBO LASO DE LA VEGA, Conmovió el ánimo á César
Romancero y tragedias de.) La nunca vista visión.
Entonces dijo en voz alta
En medio de su escuadrón :
557. —Sus, echada es nuestra suerte :
Al hecho, que ya es sazón;
Al, MISMO ASUNTO. Ya son menester las armas;
(De Juan de ¡a Cueva.) No hay acuerdo de concion ;
Sigamos tras los milagros
Volviendo César á Roma , De la celestial unión ,
Junto al rio Rubicon Que nos manda que pasemos,
Llegaba, cuando al Senado Que es conveniente ocasión.—
Se presentó Curion En diciendo esto, el primero
Pidiendo en nombre de César Se arrojó en el Rubicon,
Le diesen prorogacion Y pasó de la otra parte
bel oficio que tenia, Detras del présago son :
Sin quitarle la legión; Tras-d'él sus fuertes romanos
Al cual le fué respondido, Con gran determinación,
Sabida su pretensión, Cumpliendo lo que al Senado
Que á César volviesen luego Le prometió Curion:
Diciendo en resolución Que con la espada haría
Que el Senado le mandaba, Hacer la prorogacion.
Oída su petición,
Que de las huestes le diese (CUEVA, Coro Febeo, etc.)
A Pompeyo posesión,
Y que haciendo al contrarío
Sería su destruicion.
Oído el precepto fiero,
atendida la intención, SUEÑA POMPEYO SU DERROTA FUTURA.
Jil color mudó del rostro (De GabielLobo Laso de la
w>n notable alteración :
"e ciega ira instigado Ya las mayores estrellas
Hesponde así á Curion : Su escasa luz escondían,
—¡ Oh gran Senado romano ! Y el matutino lucero
i uomulea congregación! Huye del vecino dia,
Cuando engolfado Pompeyo
n g
v nl! ,°r n o m b r e
César, d e
Deja á Italia y se retira , *
l Por el dó esta razón: Que el rigor de Julio César
«ue vuestro mando obedece, A ello le necesita.
«as con una condición: Va á juntar diversas gentes
Que también Pompeyo haga De las provincias amigas,
Para dar principio triste
A las débiles fatigas;
"° la hará el Dictador.-
n a d d i
Y aunque para guerra sale,
U 0 e
n ° ó respuesta, Lleva su casa y familia.
yue no había apelación; Tiende por el mar los ojos
u
« e deje César las huestes Y á la amada Hesperia mira,
384 ROMANCERO GENERAL.
Dulce nido y patria dulce, SS9,
Como postrimera vista.
Ya contempla de las cumbres MUERTE DE LOS HERMANOS LABÍENOS.
Nevadas las altas cimas, (De Juan de la Cueva M
Ya los pedregosos montes
Que desparciendo se iban, De las tiendas de Pompeyo
Ya los agradables puertos Labíeno se salia,
Que denuncian su ruina; Armado de fuertes armas,
Mas de vacilar cansado, Denodado y ciego de ira,
Por sus miembros se esparcía En un revuelto caballo
Un regalado licor En que su camino guia
Que suspendió su fatiga; Al campo de Julio César,
Y en aquesta coyuntura Que del suyo está á la vista,
La ebúrnea puerta se abria, Y puesto tan cerca d'él,
Por donde los sueños vanos Que la voz suya se oiría.
Salen, y sombras fingidas, Levantando la visera
Al mundo, con apariencias Paró, y en el suelo hinca
Que lo incierto certifican. El extremo de la lanza,
Los sentidos le entorpece, Y el brazo en el asta fija,
Mas luego á la fantasía Aguardando que saliesen
Varias formas se le ofrecen, Para decir á qué iba.
Conforme al humor que cria, Los del contrario real
Donde se le representa A César del caso avisan,
De Julia la horrenda vista, Que luego salió tras ellos
Que fué su mujer primera, A ver qué fuese, y envía
Y de Julio amada hija, Un hombre de armas, que tome
Cuya falta denunció La razón de su venida,
Mil sanguinosas ruinas, Creyendo que de Pompeyo
Que de tierra le parece Algún recaudo traia.
Por una boca salía Mas siéndole preguntado
Con visaje descompuesto, Qué era lo que queria,
A quien llorosa decía : Qué aguardaba en aquel puesto,
—Del Eliseo campo echada, Que Cesarse lo pedia,
Vine á las negras lagunas, Si traia algún recaudo
Do á las furias importunas, De Pompeyo, que lo diga.
Vi amenazar tu jornada. Labíeno le responde :
Vi que andaban sacudiendo — El recaudo es causa mia;
Sus hachas sobre tu ames : Y esto le dirás á César
Preven el daño, pues ves Que yo lo digo, y camina,
Que Julia te está advirtiendo, Que tan presto irá mi voz
Con quien mil triunfos tuviste Como tu mensajería :
Cuando te fui compañera, Que esté atento para oirme,
Mas ya en mi combieza fiera, Y el oído me aperciba. —
Mi adversa suerte consiste. Al punto la gruesa lanza
Ya se mudó con mi ausencia Terció, y la rienda cogida,
De tu lecho la fortuna : Se fué llegando mas cerca,
Julia y Cornelia, no es una, Diciendo así,, en voz subida :
Que hay notable diferiencia. — César, yo só un escudero
Que Cornelia condenada Que sigo la compañía
Está á derribar maridos De Pompeyo, y haré bueno
De estados altos subidos, A cuantos siguen tu insinia,
Julia á no quitarles nada. Que eres traidor á tu patria,
Ande asida á tu bandera Y que tú la tiranizas;
Que César me vengará , Y si hay entre los tuyos
Y Julia la impedirá Quien esto me cantradiga,
Gozarte cuando lo quiera. Y si uno solo no osare,
Y no pienses me desvío, Salgan dos á la conquista;
Pompeyo, de tu presencia, Y si no dos, salgan cuatro,
Que esta civil diferiencia Que yo les haré que digan
Te hará sin duda mió.— Todo lo que tengo dicho,
Desparecióse con esto O les quitaré las vidas;
Aquella sombra amarilla, Que en testimonio del hecho
De que el capitán quedó Esta lanza, esta loriga,
Lleno de melancolía : Este brazo y esta espada
Y aunque con algún temor, Lo que digo retifican;
Ningún ánimo le quila, Y porque el temor os deje,
Antes dice, que á turbar Y vengáis con osadía,
No bastan sombras fingidas Traed vuestras armas todos,
Su gloria y triunfos futuros, Traed cuantas mejorías
Ni la carcomidia invidia : Quísierdes ; cubrios de acero,
i Gran indicio, el no temer, Que yo pelearé en camisa ;
De que el daño se avecina! Que no he menester mas armas,
Que casi por las señales Con qu'esta espada me sirva.—
Los sucesos se adivinan; Dando fin á esta razón,
Y gritando guerra y guerra, Levantó su frente altiva,
A la amiga costa arriba. Mirando á lodos, y César
{Romancero general.— It. LOBO LASO DE LA VEGA, Dice : — ¡Bien se demasía,
Romancero y tragedias de.) Romanos, aquel romano!
¡ Grandes cosas prometía!
ROMANCES C O N C E B N I E N T E S A LA HISTORIA DE ROMA.
• Grandes partidos nos liace! La débil voz descaecida,
Y no sé en lo que se f.a Y al muerto hermano le dice
L e contra tanta nobleza Con voz que oillo lastima :
ilse de tanta osadía , — ¡ Ay hermano Labíeno!
Temerario es y arrogante, Si es bien que hermano te diga,
No le incita valentía, ¿ Quién con rigoroso brazo
Porque muchos acometen, Cortó así tu edad florida?
Y aguardan de cobardía, Mas yo te satisfaré ,
¿uafeste, que puesto en campo Porque no es razón que viva
Por tal modo desafia, , El que á ti te dio la muerte,
n,ie es ofender nuestra gloria, Ni cause el vencerle invidia. —
nue aguarde, y aun que ya viva.— Sin hablar mas , el difunto
Esto dijo Julio César, Hermano se carga encima,
y Neo Labíeno hinca Y con él, dando gemidos,
Ambas rodillas ante él, Para su tienda camina.
Dándole á entender que iba, Adereza el sacrificio
Con su licencia, al combate La fúnebre Libitina;
Ou'el romano les pedia. ¡lácele al uso romano
Vase derecho á su tienda, üe leña una abierta pira,
Orgulloso y ciego de ira : En que puesto el frió cuerpo,
Echase encima las armas, Ungido todo con mirra,
Y á su caballo la silla : Da fuego al ciprés funesto,
Sube en él, toma una lanza Y arde en él la llama esquiva.
Que una entena parecía; A este punto el vivo hermano
Sale vibrándola apriesa, Viendo al muerto, que ya ardia,
Con destreza y gallardía, Arrebatado de pena,
juntando los dos extremos Puesta en él la fiera vista,
Cada vez que la movia. Desnuda la fuerte espada,
Atraviesa el campo amigo, La punta volviendo arriba,
Y al del contrario camina, Diciendo : — Aguárdame, hermano,
Que en viéndolo, la visera Y tendréte compañía;
Caló y la lanza enristra, Que razón justa es que muera
Saliéndolo á recibir Quien de-tí ha sido homicida.
Por las pisadas qu'él iba; ¡ Oh cruel! Ohfierobrazo!
Y en emparejando entrambos, Oh dañosa suerte mía!
Largan las riendas y pican ¿De qué sirvió mi victoria ,
A sus caballos, y á una Si me ha de costar la vida ?
Pasaron ambas heridas, ¡Oh civiles disensiones,
Sin hacerse ningún daño, Del cielo seáis malditas ,
Ni ser las lanzas rompidas. Que así apocáis la nobleza
Revolvieron los caballos, De Hesperia con vuestras iras!—
Y uno de otro se desvían Con esta postrer razón,
Presto, y pónense en ristre En la punta el pecho afirma :
Ambos, que en coraje ardían. Dejóse caer sobre ella,
Vuelvenfierosá encontrarse, Y muerto cayó en la pira.
Y ambos fuera de las sillas ( CUEVA, Coro Febeo.)
Cayeron, y el de Pompeyo
Vivo, y el otro sin vida, * En este romance se olvida el poeta demasiado de las cos-
Pasado de parte á parte; tumbres romanas, y las trasforma en las caballerescas de la
Que por la mortal herida edad media y feudal. .
Una gran braza de asta
A las espaldas tenia,
Que para poder sacársela, 560.
En el pecho el pié se afirma,
Y con fuerza tira d'ella, BATALLA DE FAKSAI.IA.
Y sácasela teñida
En sangre, qu'el joven muerto, (De Gabriel Lobo Laso de la Vega.)
viendo al matador respira. Juntas de Pompeyo y Julio ,
Quiere, para que se entienda En los farsálicos campos
bu victoria, aunque bien vista, Las gruesas haces se hallan,
Despojallo,yasielyelmo Después de haber retirado
Le desenlaza y le quita, Con Sangriento proceder
l como le vido el rostro Pompeo al fiero contrario,
descubierto al claro día, Cuyo alcance no siguió,
creciéndole á su hermano, Teniendo en poco asolarlo,
™rdee l c o l o r ) y n o a t i n a
De que mil veces se halla
Añada vuelve y revuelve, Arrepentido y culpado;
loma á revolvello y mira, Que nunca del enemigo
«conoce qu'es su hermano . Se ha de hacer poco caso.
w de quien es homicida, Quedó de refriega tal
«erde el vigor, y la sangre Julio con notable daño ;
fn avenas le enfría;
s e Pero con gran diligencia
Abrazase con el muerto Vuelve á rehacer su campo,
e g i n i e
P™l l . y P'ra; s u s
Aguardando á su enemigo,
0Í?S H«í haWalle , y no puede, Que iba, aunque tarde, en su rastro,
«u el dolor le tiene asida Tras la perdida ocasión ,
^lengua, y suplen los ojos Que jamas vuelve á las manos.
Sfttí agua que destilan J Nunca el sol con tal pereza
*""», como puede, esfuerza Del oceáneo palacio
T. X.
25
386 ROMANCERO GENERAL.
Sacó su dorada frente, Y con firme presupuesto
Ni con color mas turbado, Que la rota sea vengada.
Excusándose de ver Yendo con este disinio,
La batalla en que iba tanto, Una nave fué encontrada
Y de dar luz si'pudiera Llenadle cesarianos,
En el ancho campo Emáteo Y de Granio administrada;
Adonde Julio presenta La cual vista, á ella arremete,
La batalla á su contrario, Y ella también hace cara.
Mas sangrienta y mas reñida Comiénzanse á combatir
Que desde entonces se ha dado. Con furia desenfrenada,
Trábase con tal rigor Codiciando unos y otros
Del uno y del otro bando, La vitoria señalada,
Que gimió el suelo oprimido Dando y recibiendo muertes
De tantas plantas hollado. De una y de otra banda.
Cubren la región del aire Escipion, viendo el orgullo
De astas espesos nublados, Con que era menospreciada
Impidiendo los efectos Toda su potencia y fuerza,
Del sol perezoso y tardo. Y su desigual, ventaja,
Dos selvas de gruesas picas Arremete con su nave,
Van á un tiempo derribando, Y de las demás cercada
Bien cual inhiestas espigas La nave que era de César,
En el espejado campo, Y así de César llamada,
Cuando forzadas se humillan Entranle por fuerza de armas," • *
Al rigor del viento vario, Ríndenla en cruda batalla;
Que por una y otra parte Aunque muchos fueron muertos,
Viene bullicioso y bravo. Los que vivos quedan atan.
El coraje crece, y crece Llevarnos á Escipion
De ambas partes el estrago, En la cadena en que estaban :
Socorriendo la esperanza Conoció entre ellos á Granio,
A lo mas caido y flaco. Que era persona estimada;
Nadie se rinde al temor, Mandó que lo desatasen,
Antes el menor soldado Y de esta manera le habla :
Piensa que elfinvitorioso — Granio, ya ves tu prisión,
Cometido está á su brazo. Y tu fortuna trocada;
• Un solo dedo de tierra Ya te ves en mi poder,
Es mas que la vida caro, Donde César puede nada. .
En cuya prueba de sangre No te aflijas ni entristezcas,
Se muestran copiosos lagos. Ni tu alma esté turbada,
Unos la del caro padre , Que condolido de tí,
Otros del hijo y hermano De mí la vida te es dada.
La derraman sin piedad Quiero que por mí te sea
En aquel civil estrago. Esta merced otorgada,
Dudosa está la ventaja, Y cuando llegues á César,
A la mira están los hados; De tí le sea contada.—
Pero al fin ha de ser de uno" Granio Petronio escuchando
La caida, afrenta y daño. Razón tan desordenada,
A cabo de larga pieza Conforme lo que su pecho
Fué Pompeo mejorado; En este caso demanda,
Mas como es cosa ordinaria Le responde : — Escipion,
Durar poco el buen estado, ¿Entiendes que estimo en nada
Y acerca de la fortuna Esa merced que me haces,
No haber ninguno exceptado, Por tí de grande juzgada?
Dio en un instante un vaivén Pues entiende que aunque es grande,
Y á la suerte dio un barajo, Es de mi menospreciada,
Sacándole al vencedor Porque la gente de César
La Vitoria de la mano , A dar está acostumbrada
La da á Julio, porque quede Vidas, y á dar libertades,
Para su tiempo obligado. Y no á verse perdonada;
{Romancero general. — It. LOBO LASO DE LA VEGA Por lo cual, ó Escipion,
Romancero y tragedias de.) No es tu merced acetada;
Ni la quiero, ni la otorgo,
Ni de mí será estimada,
564. Porque yo de aquesta suerte
POR NO RECIBIR LA VIDA D E S Ú S ENEMIGOS, SE MATA GRAMO Tendré vida mas honrada. —
PETROMO. Esto diciendo, furioso
(De Juan de la Cueva.) La mano y brazo levanta;
Destruido el gran Pompeyo Con un agudo puñal
En la rota de Farsalia Su pecho invencible pasa;
Por el vitorioso César, Saca el hierro envuelto en sangre,
Que triunfó de la batalla, Torna á darse nueva llaga;
Escipion, viendo á su yerno Cae Granio muerto en tierra,
Pompeyo en tan gran desgracia, Del cuerpo ya libre el alma,
Y á su miserable gente Eslimando por mas gloria,
Que vivir vida afrentada,
O muerta, ó desbaratada, Tomar él mesmo la muerte,
Triste de aquesta fortuna, Que serle la vida dada,
A Pompeyo tan contraria, Pues muriendo así, adquiría
Envidioso y lleno de ira Que fuese eferna su fama- t s )
En el mar varó su armada,
ROMANCES CONCERNIENTES A LA HISTORIA ÜE ROMA
Y que hoy le quita á Pompeo
562. Lo que a Julio hará mañana.
MUERTE DE POMPEYO. (Romancero general.—It. LOBO LASO DE LA VEGA,
Romancero y tragedias de.)
{D e Gabriel Lobo Laso de la Vega.)
y desampara Pompeo
a

, a farsálica campana, 565.


fiando de capitán
Al MISMO ASUNTO.
E&i^X'eSct'
nne la neutral di erencia (De Juan de la Cueva.)
§or Julio ve dec arada,
no su vaivén ordinario Perdido el magno Pompeyo
Dio la fortuna voltaria Por la fortuna contraria,
Porque de tan altas glorias Viéndose ya sin remedio,
No le quede á deber nada, Volvió á César las espaldas,
Sn una hora cobra d'el Y fuese donde Cornelia
L que le dio en mil batallas, Diferente vuelta aguarda;
Obscureciendo los triunfos La cual como así lo vido,
Oue adquirió en edad temprana, Sin entender otra causa
ruando en Roma entro con ellos Mas que en verlo venir solo,
De las contiendas con Hiarbas. Se le heló en el cuerpo el alma,
No la echa la culpa toda, Y aunque con tan poco esfuerzo
Pues le dio con mano franca Los castos brazos le enlaza
Al principio la Vitoria, .. Al cuello , que ya oprimido
Conocida y no estimada. Va á la muerte, que lo llama;
Perdió la ocasión Pompeo, Y así parte para Egito
Y vinoá perder la causa, El defensor de su patria,
Que sabe poco de burlas, Y con su mujer y gente
Y vuelve luego la cara. En una nave se embarca
Culpa el capitán caido Creyendo que su peligro
Su imprudencia temeraria, Consistía en la tardanza,
Llorando, cuando es sin fruto, Como aquel que no sabía
Que es la cosa mas amarga. Lo qu'el hado le ordenaba,
Llega á la isla de Lesbos, Que lo libraba de un fuego
Gloriosa depositaría Para echallo en mayor llama.
De su querida Cornelia , Fuéle favorable el viento ;
En una nao desarmada , Llegó á Egito, y su llegada,
A quien con fogosa priesa Antes que desembarcase,
Y duro lamento embarca, Fué á Tolomeo avisada,
Llorosa de la caida Demandándole licencia
Para verlo, y libre entrada.
Con que los dioses le agravian. Oyó Tolomeo el recaudo,
No le parece á Pompeo
Que es Lesbos segura estancia; Y lo que por él demanda
Que siempre el que va huyendo El miserable Pompeyo,
Flaqueza en lo fuerte halla: Por quien él el reino manda.
¡Efectos de vil temor Hizo juntar su consejo
No hallar segura morada! Tolomeo, al cual declara
Al fin tras varios acuerdos . La causa, y pide su acuerdo
•Manda para Egipto partan, Sobre el caso que les trata.
Do reinaba Tolomeo, Fotimo, que con el Rey
Con quien tuvo amistad cara; Alcanzaba mas privanza,
Mas como siempre el caido Dijo que su parecer
Quien le ayude á caer halla, Era negalle la entrada;
Y el mas estimado amigo Porque viniendo vencido
Suele ser cosa ordinaria Y huyendo de Farsalia,
Faltar en los infortunios, No era bueno para amigo,
¿a que en los gustos no falta, Qu'el necesitado cansa.
Hizo el fraudulento rey Otro en contra d'este acuerdo,
Con amistad simulada Dio otro acuerdo, que se aparta
uará Pompeo la muerte, Del que Fotimo había dado,
Yendo á tierra en una barca, Diciendo ser justa causa
^uya sangrienta cabeza Ser Pompeyo recibido
wn sus venerables canas Con mucha amistad y gracia
* Julio César presenta, Del Rey, y qu'el mismo Rey
Cuya amistad deseaba; Le hospedase en su real casa ,
wev.no tras él á Egipto, Atento á que fué Pompeyo
u
s¡°° ? 'Poderosa armada, El que á su padre dio llana
Siguiendo de su fortuna La real silla de Egipto,
La taz apacible y mansa. Que se la tenían quitada;
Rehuso Julio de ver
a c a
Y pues que venía á ampararse
Si í^ 'queenelalma
en 1 En su fortuna inhumana
D'ellos, que lo recibiesen
* como tal le lloraba, Sin mirar su suerte mala ;
gonsj, e do los triunfos ran Que fortuna quita bienes,
Y fortuna los restaura,
S a n é a l a fortuna Y al que hoy le tiene en bajeza
La e , ué contraria;a l l l l e f
Mañana á rey lo levanta. —
Se Z - C 0n u n e Aquilas-, que estaba oyendo,
w
"«quitó, yS°lP ««'o
d'éí se paga, Al que dio este voto ataja
588 ROMANCERO GENERAL.
Su razón, y dice al Rey Y á la fortuna, inhumana;
Con voz arrogante y alta : Sin piedad, á los piadosos
— Todos dan sus pareceres, Dioses, porque ven y callan
Y al cabo no dicen nada, La maldad de Tolomeo,
Porque lo que mas te cumple
Es que le sea quitada Sin tomar justa venganza.
La cabeza, y se la envíes Ve el cuerpo del caro esposo
A César, en presentalla, Entre las sangrientas aguas,
Que al fin viene vencedor, Que lo andaban impeliendo
Y esotro muerto, se acaba, De la una á la otra banda :
Y león muerto no muerde,
Ni hombre muerto no daña. Quiérese arrojar al mar,
Sigamos los vencedores, A ver si podrá su alma
Y á César se satisfaga En el cuerpo de Pompeyo
Con matalle al enemigo Entrar, donde siempre estaba :
Que á su voluntad contrasta.—
A muchos pareció bien, Impídenle tal intento
Y muchos lo reprobaban, Por fuerza; cae desmayada,
Y entre unos y otros acuerdos, Y todos en torno d'ella
Sin remitillo á otra sala, En el llanto la acompañan.
El Rey y los demás votos Los marineros temiendo
Coniirmaron que se haga, Nuevo daño, entre ellos tratan
Y el cargo dieron á Aquilas Que por salvar á Cornelia
De tan inhumana hazaña ; Huyan de la tierra ingrata;
Que para ponella en obra, Y así al punto aprestan velas,
En un esquife se embarcan Pican cables, dejan anclas;
Con él Seplimio y Fotimo, Vuelve al mar la nao la proa,
Y otra gente d'esta traza. Deja el puerto, y d'él se aparta:
Pompeyo , viendo el batel En su presente peligro
Ya que á ellos se acercaba Haciendo mas confianza
A bordo de su navio Que del Rey, del mar instable,
El y Cornelia se paran, Del viento y de su inconstancia.
Que luego que los vio Aquilas, A este punto la fria noche,
Con mejor semblante que alma Tendiendo sus negras alas
Le dijo : — El rey Tolomeo, Sobre la tierra, cubría
Respondiendo á tu demanda, Lo que muestra la luz clara
Dice qu'él te da licencia De la lámpara febea,
Y otorga segura entrada, Que la oscuridad aparta.
Y me envia á m í , que he sido Godro, á quien el duro caso
Tu soldado, á esta embajada, Con riguridad maltrata,
Para que vayas conmigo Viendo á su señor Pompeyo
Donde con deseo te aguarda. — En la bajeza en que estaba,
El gran defensor de Roma Acordándose del bien
Creyó la embajada falsa Que poseyó por su causa,
De Aquilas, y la ida apresta Determina que no sea
Do la voz fatal lo llama. Pasto de aves ni animalias,
Cornelia, viendo á Pompeyo Y así en el surto silencio
Resuelto en ir, d'él se abraza ; De la noche, á quien aguarda
No paréciéndole bien Rodeado de su sombra,
Tal ida, el ir le estorbaba; Sale solo de su casa :
Poniéndosele delante Va corriendo á la marina,
El camino le ocupaba. Temeroso y lleno de ansias;
No pudo el piadoso ruego Mas aquí venció al temor
Con él, de la mujer cara La piedad que su alma abrasa.
Que ya no podia de sí, Busca el cuerpo de Pompeyo
Que lo llamaba la Parca Entre arena y espadañas;
A morir, que ya tenia No le halla, que anda á tiento,
La hebra al filo apegada; Que Cintia triste y turbada
Y despedido de todos, baba por entre las nubes
Del navio al batel salta. Espesas, su luz escasa.
Corne ia iba á entrar con él, Andando en esta fatiga,
Y el batel al mar se alarga, Sobre el mar vido que andaba
Llevándose al gran Pompeyo Un bulto, á quien el reflujo
Solo, la injusta compaña. Del mar fuera y dentro echaba,
Luego que en el mar lo tuvo , Y dando con él en tierra,
Aquilas sacó la espada, Lo volvía la resaca.
Y sin mirar que Pompeyo Advirtió y vio qu'era el cuerpo
Era aquel que ante él estaba, De Pompeyo, que buscaba ;
A la vista de Cornelia, Púsose junto á la orilla ,
Que vertiendo estaba lágrimas. Y que pase el golpe aguarda,
Fué cortada la cabeza Y en tocando el cuerpo en tierra,
Que lo fué en Roma y España, Antes que vuelva le abraza ,
Y al mar arrojado el cuerpo, Y tirando d'él afuera
Y la cabeza llevada Del golpe del mar lo aparta,
Al tirano Tolomeo, Y sobre sus flacos hombros
Que para César la guarda. Al grande Pompeyo carga.
Cornelia, cuando vio tal, Desviáudolo del mar
Al cielo la voz levanta ; Poco trecho, con él para,
Llama injusto al justo cielo, Para dar el cuerpo muerto
A la codiciosa llama;
Y poniéndolo en el suelo,
Mirando la ñera llaga,
ROMANCES CONCERNIENTES Á L A HISTORIA DE ROMA. 58f>
mudo encendidos suspiros, Y echándolas en la caja,
Con sus lágrimas la baña. Hizo en el arena un hoyo,
Maldiciendo á la fortuna Y en él la esconde y la tapa
K t 6 al cielo las palmas, Con el arena, y escribe
Y así, enternecido en llanto, Encima aquesta epigrama :
Al muerto Pompeyo habla : «Aquí yace el gran Pompeyo,
í % o el suntuoso sepulcro, »A quien la fortuna airada
niano á tu gran nombre y fama, «Bajó de su gran alteza,
rubrirá tu ilustre cuerpo, »A la bajeza mas baja :
Pompeyo, gloria romana: DY aquel que dio tantos reinos
No los divinos olores «Adquiridos con su espada,
n bálsamo, amomo y á m b a r ,
e «Viene á tal pobreza agora,
De mirra, casia y encienso, «Que auu sepultura le falta.
Despojos sacros de Arabia, «Tú, pasajero, no pises
Cuando se queme tu cuerpo, «Este suelo con tus plantas;
Saldrán á las nubes altas : «Mas llorando al gran Pompeyo,
¡So se oirán las tristes voces . «Huye d'esta tierra ingrata.»
De tus deudos, ni las armas Acabó de decir esto
Arrojarán tus soldados Codro, y volvió las espaldas,
Al fuego > <I quemadas ¡ Porque no fuese cogido
ue s e a n

No guardará tus cenizas O visto alli de las guardas.


La urna en Samo labrada, César, lleno de despojos
Dejaspe y preciado oro, Y gloria de la batalla,
Con tus hazañas grabadas, Vino luego á Alejandría
Donde se viera Sicilia Con su victoriosa armada,
Vuelta al yugo de tu patria, Adonde el rey Tolomeo
Reducida a üel sosiego Con la cabeza despacha
Por tí, la inquieta África; Al fiero Aquilas, que á César
El triunfo que te dio Roma Se le lleve en presentalla,
Por haber vencido á España; Lo cual puso en obra luego,
Los claros hechos de Oriente ; Cual el tirano le manda ,
El destruir los piratas ; Y ante el gran César llegado
El vencer á Miti ¡dates, Se postra, y licencia alcanza
Sin otras hazañas claras, Para hablar, y así comienza,
De que hiciera memoria, Bajo el rostro y con voz mansa :
Si el tiempo no me atajara. — E l rey Tolomeo te envía,
Nada d'esto será visto Gran César, una embajada,
En la urna por mí dada, Y juntamente dos dones
Porque estarán tus cenizas Que te serán de importancia.
En aquesta pobre caja, E l uno es aqueste anillo
No pobre cual mi deseo, Del contrario, que en Farsalia
Mas pobre para guardallas. — Rompiste, el cual vino aquí
Esto diciendo, juntó Con su mujer y su casa,
Trozos de palos y tablas
De losnavíos deshechos Y por hacerte servicio
Que en aquella costa andaban, Y darle d'él la venganza,
Por mando de Tolomeo,
Y sobre el difunto cuerpo Por mí le fué muerte dada ,
Puestos, a l a seca paja Y tráigote su cabeza,
Aplicó el ardiente fuego, Con que tu inquietud acaba. —
Que levantándola llama A este punto fué mostrando
Comenzó á salir el humo, La cabeza d'él cortada,
Y en él pavesas mezcladas, Y cuando César la vido,
Que del mar los del navio Por no vella el rostro aparta,
vían, sin saber la causa Y dando un suspiro y otro
De aquel fuego en la ribera, Los ojos llenos de agua.
Aunque bien lo sospechaban, Tomando el precioso anillo,
fin tanto qu'el fuego ardia, Dijo : — ¡ Oh maldad nefanda
Que con suspiros le daba Del traidor que osó emprender
Aliento, el lloroso Codro Tan infame y cruel hazaña,
Junto a él sentado habla : Y por hacerme amistad
n;„'„ l u
' . magno Pompeyo d e l
Al amigo y huésped mata,
Ornamente ilustre alma! Quitando al Romano Imperio
AUonde quiera que estés Su capitán y su guardia! —
Mía ofrenda te sea grata : Diciendo estas y otras cosas,
Y tu, amigo, el don postrero
e c e
Tiernas lágrimas derrama,
Y * ' i V 1?n I Paz
9 descansa, Y apartándose de Aquilas,
D e l ^ l J e r . o e n e l m «n«o, Sin mas hablalle palabra
«eI cielo te fué negada; Ni querer miralle al rostro,
e S t 0 s e a s e u
QuenT - 8 rá o Mandó á los de su compaña
une no ejecute su saña Que tomasen la cabeza,
'u victorioso suegro, Y á la costumbre romana
» n tu cabeza*guardan, Envuelta, en muchos olores
86 1 Por ellos fuese quemada,
íCuS,
a S n e.S f i Wajan." — ^ V l d a
Con la majestad y pompa
at
e e c i a
Las e L , f ° í
s Codro, Que tal principe demanda *.
«*» estrellas hería el alba
( CUEVA, Cor o Febeo, etc.)
1

í* encendidas
nceníiH' cenizas,
« > a p r i s a Largo y difuso romance, que, á pesar de su mal desem-
peño , se deja leer por el ínteres que inspira su asunto.
390 ROMANCERO GENERAL.
Abate al tronco la ciniL,
En varias partes haciendo
MUERTE D E CÉSAR.
Mil disonancias distintas.
Así en confusos montones
(De Gabriel Lobo Laso de la Vega.) Por las calles discurría
Después de haber Julio César La gente en tropel discorde,
Entrado en Roma triunfando De quien nada se entendía,
Délas Galias y del Ponto, Sin haber autor, temiendo
Del egipcio y africano, El daño que se fingía
Y del feroz español, En su pecho cada cual,
Cuanto temido, arriscado, Cosa que el temor confirma;
De la vencedora Roma Y no solo el vulgo rudo
Los límites dilatando, Teme , que también lemian
Cansada ya la fortuna Cónsules y senadores
De serle tutora tanto , Alguna común ruina.
Y de ver las arduas cosas Desamparan el Senado
Que acomete con su amparo, Y las respetadas sillas,
Quiere ver cómo sin él Soltando las riendas todos
Menea el César las manos; A su perpleja huida.
Y porque de lo que es suyo En sus propias casas temen,
Nadie se haga propietario, Que es do losflacosse animan;
Y con lo que á él le quita Detrás de sus muros tiemblan,
Tener á mil obligados, Y entre sus murallas mismas.
Que sus empréstitos leves Van á la plaza, do ven,
Aguardaban anhelando, Cosa que á todos lastima,
Dejóle; mas presto vio La mano de Cicerón
Julio que le habia dejado, De su tronco dividida,
Que luego dio en desabrirse Y la cabeza también,
Con él el pueblo romano, Que lo fué del mundo en vida ,
Y á darle con suelta lengua Asi en gobernarle todo
Nombre injusto de tirano, Como en loable doctrina.
Paga que al bien recibido Miran la elocuente lengua
Hace continuo el ingrato Ya sin vigor muda y fria,
Do pocas veces se ve A quien con aplauso grato
Bien hecho sin este pago. Como Apolo el mundo oia,
Amigo de novedades No les pareciendo ciencia
El pueblo desvergonzado, La que d'ella no salia,
Sin considerar de Julio Y en las venerables canas,
Los beneficios tan altos, De cuajada sangre tintas,
Y el aumento y ser que díó Que en el romano Senado
Al Imperio por su mano, Con majestad presidian.
En su daño se conjuran No hay quien a Roma consuele
Setenta y mas ciudadanos; En tan profunda desdicha :
Fueron d'estos las cabezas Todos con áspero llanto
Bruto, Decio y Cayo Casio.. Su muerte en común sentían, *
Fué el César de un adivino Culpando de Octaviano
Con grande instancia avisado, La rigurosa injusticia,
Diciendo que mil agüeros Y lo mal que á Cicerón
Se le mostraban contrarios, Pagó la amistad antigua
Y que mirase por sí Entregando á su enemigo
Aquel año el mes de marzo. Quien su causa defendía,
Mas como difícilmente Por asegurar su causa,
Se contraste el duro hado, Cosa en nobles no admitida,
Y á lo que el cielo dispone Que nunca á cosas mal hechas
No basta saber humano, La fama su nombre quita;
Descuidóse, como suele Que como le da á las buenas,
El que hade ser castigado. También las malas publica,
Fué sin advertir el César, Donde tanto peor suenan
Divertido en casos arduos, Cuauto es mas quien las practica.
Al Senado, do le embisten {Romancero general.~-lt LOBO LASO DE LA VEGA,
Los setenta conjurados, Romancero y tragedias de.)
A cuyas armas rindió
El espíritu indignado,
Conociendo de fortuna,
Aunque tarde, el desengaño. 566.
[Romancero general. — It. LOBO LASO DE LA VEGA. AL MISMO ASUNTO.
Romancero y tragedias de.)
(De Juan de la Cueva.)
Dividido ya el Imperio
565. De Roma entre Octaviano
César, y entre Marco Antonio,
MUERTE DE CICERÓN.
Y Lépido, fué acordado
(De Gabriel Lobo Laso de la Vega.) Que muriesen los proscritos
Que tenían señalados;
En la alborotada Roma Que contra sus pretensiones
Un sordo rumor se oia , Habian sido contrarios.
Bien como cuando en las sierras Lépido dio facultad
Los pmos el cierzo humilla, Que matasen á un su hermano;
Y con proceder violento Antonio, que aun tio suyo
ROMANCES CONCERNIENTES k LA HISTORIA DE ROMA. 391
niese muerte Octaviano; El inhumano homicida
nctaviano dio á Antonio Con los despojos cargados
Poder, libertad y mano Del gran tesoro latino,
üe matar á Cicerón Gloria de Mercurio sacro,
ne auien estaba indinado Entró en Roma, y los dio á Antonio,
Porlas oraciones queteo Que los estaba aguardando;
Contra él, y.así dio el cargo Que puestos en su presencia,
Déla ejecución horrible Con semblante y rostro ufano
A un Pompilio Benalo, Los miró, no condolido
A quien Tubo dio.la vida, Como humano, del humano;
Y defendió en el Senado, Mas con fiereza de fiera,
De un insulto cometido Y corazón de tirano,
Por él, el cual como ingrato Por dalle mayor deshonra
AcetóeliráGaeta Al que fué de Roma honrado,
Do estaba Tubo apartado, Y tenido en tanta estima,
por su vejez retraído Y en voz conforme, llamado
Y por temor retirado El defensor de la patria,
De la horrible proscripción Padre del pueblo romano,
De que ya estaba avisado, Mandó poner su cabeza
Qu'era de los contenidos, ¡Oh injusta manda! en un palo
Y uno de los señalados. En la plaza, por do en Roma
Y así, con estar allí Entró, en levantado carro.
Creia que estaba en salvo, (CUEVA, Coro Febeo, etc.)
No viendo que donde quiera
Alcanza la fatal mano,
Y que huir nadie puede
De lo que le ordena el hado. 567.
Estando de aquesta suerte MUERTE DE MARCO ANTONIO.
Cicerón, no descuidado
De los contrarios qu'en Roma (Anónimo.)
Tenia, vio agüeros malos, Herido está Marco Antonio
Que de su cercana muerte - . De una muy mala herida;
Le dieron indicio claro. Tiénelo Cleopatra en brazos,
El dia antes que muriese Su muy amiga querida.
Vido un cuervo estar graznando Lloraba de los sus ojos
Encima de su aposento , Angustiada y aflegida,
Y aunque procuró (Techarlo, Su lindo rostro rasgando
No pudo, y la misma noche S'estaba de aborrecida :
Estando d'esto espantado, De rato en rato sus manos
Se le deshizo un reloj, Torcía de amortecida,
Que por él interpretado Pero en sí después tornada,
Dijo que significaba Con voz alta enronquecida,
Estar ya su fin cercano, Así exclamaba llorando :
Y que las vitales horas — ¿ Quién os ha herido, mi vida,
Se le iban ya acabando. Mi emperador, mi señor,
A este punto entró Pompilio, Mi alegría tan subida?
Y así le dijo, en llegando : ¡ Mortal os veo, mí bien!
—Yo vengo á darte la muerte, ¡ Muerte os lleva de vencida!
Por Antonio tu contrario : ¡ Dame un mote por consuelo,
Aparéjate á sufrilla, Siquiera de despedida!
Porque será sin embargo.— Desdichado emperador,
Mirándolo Cicerón, Desdicha hace en tí guarida. ~r
Le dijo: —¿Dime.Benato, Marco Antonio, en cuanto pudo
Por darte yo á tí la vida Con voz muy baja y plañida
Me vienes á dar tal pago ? Suplicó que no llorase,
I, Y al que libró tu cabeza Que daba pena crecida
tendrás tú, es posible, ánimo Juntamente al cuerpo y alma,
Para quitalle la suya, Adond'estaba esculpida;
Porque fué ala tuya amparo? Y que no era desdichado
oí no mueve el beneficio Por ver el fin de su vida,
«uetehice,ámostmado Sino en el mirar sus glorias
recno, considera y mira Y la honra establecida,
«ue nunca te hice daño, Que la habian los romanos,
i contra quien no te ofende Dichoso era sin medida;
f maldad alzar el brazo.— — Y si yo mismo, Cleopatra,
A Pasar iba adelante
u razon Me he dado mortal herida,
P ° " " , . > J el ingrato Es porque de los romanos
^mpilio alzando la espada Veo mi gente vencida ;
^obre el senador romano, Y no lo tomo en vergüenza
Descargó un Üero golpe Ser mi vida fenecida
y»en tierra lo ha derribado, Por romanos, pues romano
"o lo cortó la cabeza Soy de fama esclarecida.
S > > y 'a brecha mano, . Dame un abrazo, señora,
«eiantfo al honor de Roma Que el alma está de partida.—
n rerevol
ft?JV? S cando, Juntando boca con boca
K sentimiento y pena L'alma dio su despedida.
Escobó Apolo sus rayos, {Cancionero, Flor de enamorados.)
Jf hicieron sentimiento
M» d ses y el cielo santo.
10
39^ ROMANCERO GENERAL
Todo claro y sosegado,
ÉPOCA DEL IMPERIO ROMANO. Una luminosa imagen
Con resplandor soberano,
Que era la sagrada Virgen
568. Madre de Dios humanado,
PROFETIZA LA SIBILA Á AUGUSTO , LA VENIDA D E CRISTO. Dando su virginal pecho
Al Hijo Dios hecho humano.
(De Juan de la Cueva.) La tiburtina Sibila
Viendo Octaviano Augusto Le señala con la mano,
Que el gran imperio romano, Que aquella era la figura
Por ensalzar su memoria De quien á él hacia ufano.
Y hacerle mas que humano, El emperador Augusto,
Le edificaban altares En el suelo arrodillado,
Cual á love soberano, Adoró la sacra imagen,
Estorbó su intento en esto, Y mandó al pueblo romano
Y á su obra fué á la mano, Que en aquel lugar pusiesen
Diciendo que sus hazañas El altar á él consagrado,
No eran hechas por su brazo, Al cual le llama Ara Celi
Sino que los altos dioses Hoy dia el pueblo cristiano.
Le aspiraban en tal caso, (CUEVA, Coro Febeo, etc.)
Y que no podia alcanzar
Cuál dios fuese el señalado,
Que tantas prosperidades 569.
Sin merecerlas le ha dado. LA MUERTE DE SÉNECA.
Andando en aquesta duda ,
'En este inmortal cuidado, (Anónimo.)
Mandó llamar la Sibila Ñero, emperador de Roma,
Que se lo haya declarado. De muy gran ira indignado,
La Sibila tiburtina Como siempre fué cruel,
Habiéndole el Rey contado A Séneca ha aprisionado;
Toda la duda en que estaba Sin ver qu'era su maestro
Le respondió :—Octaviano, A muerte le ha condenado.
No atribuyas á tu nombre Séneca como hombre sabio
Lo que al Imperio Romano El mismo se ha sentenciado
Has dado, poniendo á España Que le pongan vivo en cueros
En el yugo italiano, En un palo seco atado,
Y pacificar el mundo Y que por todas sus venas
fc
Teniéndolo todo llano : De presto fuese sangrado,
Obras son, que bien miradas Y d'esta suerte muriese
Son de poder soberano. Sin poder ser remediado.
No te engañes, claro Augusto, Como Paulina lo viese,
Ni aquesto te haga ufano, Su mujer, puesto en tal grado,
Ni te atribuyan a tí Por ser fértil, noble y buena
Lo que no es de mortal mano; Como tanto le habia amado,
Ni á tus dioses se lo apliques Hízose sangrar también
Porque también es muy vano; Por morir junto á su lado.
Que un solo Dios es la causa Como lo supiese Ñero,
Y este es quien te ha ayudado, Muy de presto hubo mandado
El cual nacerá muy presto Por no usar de piedad ,
Siendo Dios hecho hombre humano, Que á Paulina hayan atado
Y nacerá de una virgen Las llagas porque no muera,
Reservada de pecado. Ni tal se haya divulgado.
Viene á libertar el mundo Sin ella haber sentimiento
De la fuerza del tirano : Las heridas le han alado.
Desterrará al falso Jove, Vivió, después de ser muerto
A Mercurio, á Febo y Jano, Su marido tan nombrado,
Pacificando la tierra, Algunos años, muy pocos,
Cual del es profetizado. — Amarilla y con cuidado,
El emperador Augusto, Que bien demostró el dolor
Que á la Sibila ha escuchado, Qu'en su cuerpo habia quedado.
Le dice que se le aclare,
Que no entiende lo hablado;' [Cancionero, Flor de enamorad
Ni podia alcanzar quién fuese
El que ha de ser humanado,
Que ha de redimir el mundo, 570.
Ni la virgen sin pecado.
La Sibila oyendo aquesto MUERTE D E LllCAMK
Al emperador romano, (Anónimo.)
Hincándose de rodillas No admite el César disculpa
Y levantando las manos, De aquel español gallardo,
Dijo :—¡Oh Hacedor del cielo, Que del primero y su yerno
Rector del concilio santo! Escribió el farsalioestrago;
Tu inmensa misericordia Aquel cuya digna sien
Muestre aquí su larga mano Abrazó el glorioso lauro,
De suerte que sea creída Y á quien el castalio coro .
Del príncipe Octaviano — Dotó con abiertamano.
Como la sacra Sibila La rigurosa sentencia
Su plegaria hubo acabado, Está ya echada, y el fallo,
Al punto se vio en el aire Cuya'dura ejecución
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 503
Llorando á lágrima viva.
Es ya sil. ningún reparo. Todas las gentes huyendo
Llámale traidor sin fe , A las torres se acogian;
A sus mercedes ingrato, Los siete montes romanos
Origen de rebeliones Lloro y fuego los hundía.
En su imperio sosegado. En el grande Capitolio
Dícele que escoja muerte Suena muy gran vocería :
Porque un tiempo le fué grato; Por el collado Áventíno
Mas ninguna le contenta, Gran genlio discurría,.
Que es un escoger pesado.
Pero visto que era fuerza Y en Cabalo y en Rotundo
Y decreto de los hados, La gente apenas cabia.
Por la menos grave elige Por el rico Coliseo
La del morir desangrado, Gran número se subía ;
Y así las venas le abrieron Lloraban los dictadores,
A hierro, por cabos varios, Los cónsules á porfía;
Cuyas corrientes miraba Daban voces los tribunos,
Con semblante débil,flaco, Los magistrados plañían,
Acompañado de muchos Los cuestores lamentaban,
Condolidos, que con llanto Los senadores gemían.
Atentamente escuchaban Llora la orden ecuestre,
Su tragedia y postrer canto. Toda la caballería,
—No del partido Licida Por la crueldad de Nerón ,
Cuando á la nave se asió Que lo ve con alegría.
Por tantas partes salió Siete días con sus noches
Aquella ánima oprimida. La ciudad toda se ardia;
Por tierra yacen las casas,
¿Por cuál de tantas vendrá Los templos de tallería.
A salir la triste mía? Los palacios mas antiguos,
No por una sola via, De alabastro y sillería,
Que abiertas mil hallará. En ceniza van por tierra
Será el tormento mayor Los lazos y pedrería ;
Y á costa de mi penar, Las moradas de los dioses
Deteniéndose en buscar Han triste postrimería.
Por donde saldrá mejor. El templo capitalino
Ya en lo que era me resuelvo, Do Júpiter se servia,
Y á la poderosa mano, El grande templo de Apolo,
Que hizo de tierra á Lucano,
Lucano de tierra vuelvo. Y el que de Mars se decia ,
También á fortuna pago, Sus tesoros y riquezas,
Tome allá su vario adorno : El fuego los derretía.
Si lo que me dio le torno, Por los carneros y osarios
¿En qué no la satisfago ? La gente se defendía.
No estimo el morir en nada De la torre de Mecenas
Porque al fin cuando nací Lo miraba todo y via
Con una deuda salí, ' El ahijado de Claudio
Cuya paga es ya llegada. Que á su padre parescia,
De privanzas no me curo, Que á su Séneca dio muerte;
Que son cual el mar instable, El que matara á su tia;
Ya quieto, ya variable, El que antes de nueve meses
Dono hay momento seguro. Que Tiberio se moría,
Con prodigios y señales
Cual Cisne cantando muero En este mundo nascia;
En la agradable ribera, . El que persiguió á cristianos;
Donde de mi primavera El padre de tiranía,
Coge el tierno fruto Ñero.— De ver abrasar á Roma
Quiso pasar adelante, Gran deleite rescebia.
Y es, aunque se esfuerza, en vano, Vestido en cénico traje
Que llegó a la débil cuerda Decantaba en poesía.
De la Parca el golpe airado. Todos le ruegan que amanse
Manda que con pompa el César Su crueldad y su porfía :
Den sepultura á Lucano, Diopro le rogaba,
Y que por mejor lo fuesen Esporo lo combatía,
Sus vergeles celebrados. A sus pies Rubria se lanza,
(Romancero general.} Acre los besa, y Lamía;
Claudio Augusto se lo ruega,
Ruégaselo Mesalina ;
571. Ni lo hace por Popea, ,
Ni por su madre Agripina ;
NERÓN DESDE TARPEYA MIRA Y SE GOZA EN E L INCENDIO No hace caso de Antonia,
DE ROMA. Que la mayor se decia,
(Anónimo *.) Ni del padre y tio Claudio,
Mira Ñero, de Tarpeya Ni de Lépida su tia.
A Roma cómo se ardia : Anco Planio'se lo habla,
Gritos dan niños y viejos, Rufino se lo pedia;
Y él de nada se dolia. Por Británico, ni 'fusco
El grito de las matronas Ninguna cuenta hacia.
sobre los cielos subía; Los ayos se lo rogaban
Como ovejas sin pastor El tonsor, y el que tañia ;
Unas tras otras corrían, A sus pies se tiende Octavia,
Perdidas, descarriadas, Esa que ya no queria;
ROMANCERO GENERAL.
394
Cuanto mas todos le ruegan, 373.
El de nadie se dolia. MUERTE DE HEUOGÁVALO.
(VELAZQUEZ DE AVILA , Cancionero, folleto suelto. —
It. Cancionero de Romances.—U.Siiva de varios (Anónimo.)
Romances.) ,
Fué un emperador en Roma
* Por su lenguaje y formas, no parece que este romance Hellogávalo llamado,
•imeda ser anterior á los fines del siglo xv ó principios del xvi, y Qu'en oir sus extrañezas
aun quizá sea algo posterior. Como quiera que sea, el tono me- Cualquiera estará espantado.
lancólico que en él se percibe, es muy propio y conveniente al Holgó tanto ser mujer,
asunto de que trata. La gran catástrofe que describe sin ira ni
indignasion, y en tono resignado, parece que se mira como un Que por serlo hubo juntado
azote inevitable del destino. Así aparece Nerón como la inexo- Los mas sabios cirujanos,
rable fatalidad que preside al incendio de Roma, gozándose en Permitiendo de su grado
ver destruida á aquella reina del mundo, y cantando sobre sus Que cortasen de sus miembros
ruinas el poema de su desgracia. Ni los ruegos de los princi- Con su oficio expermentado
pales romanos, ni las súplicas desús mas allegados parientes,
ni aun la intercesión de los viles cortesanos, cómplices de sus En que le dejasen hábil
crímenes, le pueden apartar de su porfía. El tirano, que aquí De nombre sin ser dañado.
el poeta presenta rodeado de sus atroces crueldades, que enu- Como el caso era imposible
mera y reasume en torno suyo, es la imagen del liado fatal, es Todo su hecho fué excusado.
la ausencia de toda esperanza. Para hacer el cuadro mas conv En carro se hacia traer
pleío, el autor ha pintado la terrible situación del pueblo ro- De orofinomuy labrado,
mano , y el miedo y azoramiento de sus autoridades, enume-
rando, quizá con excesiva pedantería, los títulos y nombres de Y que perros le tirasen :
ellas, que á pesar de todo, recuerdan las glorias pasadas de Otras veces dispensado
un pueblo rey y libre, que forma el mas triste contraste con su Leones mansos tiraban
degradación y esclavitud en tiempos de sus emperadores. El carro do iba sentado.
Triste cosa es decirlo, pero Tiberio, Claudio, y especial- Otras veces é l , desnudo,
mente Nerón, como entre nosotros Don Pedro el Cruel, han go- En el carro aposentado
zado siempre entre la gente popular de una opinión favorable,
y han sido disculpados de sus crueldades. Este fenómeno solo Hacia juntar mujeres
puede atribuirse á que esgrimiendo particularmente su cuchi- De buen gesto y delicado,
lla contra los poderosos y opresores del pueblo, este se com- Que desnudas le tirasen
placía en ver rodar sus cabezas. Casi siempre las tiranías se apo- Porque fuese mas mirado,
yan en los hombres del pueblo, á quienes los tiranos halagan
y hacen cómplices de sus crímenes. Pero llega el dia también Y de limaduras de oro
de ser víctimas, y en que los ayes de la desgracia resuenan Por do iba era sembrado,
en su oído. Entonces el pueblo derroca el ídolo que adoró, Porque no pisase tierra.
para llorarle después y ensalzarle. Su vestir era extremado :
El romance, tal cual aquí se halla, se ha entresacado de una Vestia vestidos de oro,
glosa que de él existe en un cuaderno en i.°, gótico, cuyo tí- De perlas todos bordados;
tulo se ignora por faltarle la portada, y al cual he intitulado Piedras de muy alta estima
Cancionero de VELAZQKEZ DE AVUA , por inferirse, dé algunas
de sus composiciones, que tal podia ser el nombre del autor. Las traia hasta el calzado.
Nunca vistió una camisa
Dos veces, como alunado :
Vaso en que una vez bebia,
872. . Ya á la otra era excusado,
AL MISMO ASUNTO.
Que al que le daba á beber
Prontamente lo habia dado.
(Anónimo.) Alumbrarse tenia en poco
Miraba desde Tárpeya Con cera,como era usado,
Aquel romano soberbio Que en sus lámparas tenia
El principio de su gusto, Bálsamo muy estimado,
Y fin de todo su imperio; Qu'en lugar de aceite ardia
Y como está tan subido A do estaba aposentado.
Miraba á Roma de lejos, Costosísimos manjares
Si ella en el infierno estaba, Siempre se hubo procurado;
O en ella estaba el infierno. Cena qtie menos costó
Todo es llanto, todo es humo, Para su servicio dado >
Todo llamas, todo incendio, Fué de treinta libras de oro,
Todo enmudecer los unos, Qu'es cosa d'estar helado.
Cuando estaba cerca el mar
Y otros dar voces, diciendo : Nunca comia pescado;
«Agua al fuego, agua al fuego, Cuando estaba lejos d'él
Mas ay que es mucho, y poco es el remedio.
Y Nerón desde arriba Lo pedia, de forzado :
Se lo habian de dar vivo
El llanto vuelve en canto, el fuego en risa.» Antes que fuese guisado.
No puso naturaleza Tenia para su fin
En él los cuatro elementos, Muy apuesto y concertado,
Que del fuego le formó, Si en necesidad se viese
Pues tanto gusta del fuego. Por su morir extremado(
Paula Agripina y Antonia, Sogas de oro y sedas hechas
Le ruegan con llanto inmenso; • Para ser presto ahorcado.
Mas es cruel, y al cruel Hizo una extremada torre,
Mas le endurecen los ruegos. Con oro en ella engastado,
Las Vestales recogidas Para arrojarse de allí
Viendo ardiéndose sus templos, A caso necesitado.
Rompen la clausura santa Pero todos sus extremos
Diciendo con pechos tiernos : Fueron vanos, que irritado
«Agua al fuego, etc.» El pueblo con lo que hacia
(Romancero general.) Contra él se fué rebelado.
Sin dalle espacio ninguno
De muerte haberse tomado
ROMANCES CONCERNIENTES Á LA HISTORIA DE ROMA. 395
n a
Huvó; Y en u letrina 575.
Murió este malhadado.
EL VILLANO DEL DANUBIO.
(Cancionero, Flor de enamorados.)
(De Lúeas Rodríguez.)
Por esas puertas romanas
574. Entra un rústico villano;
SOFRON1A.
Zapato ni zaragüelle
En su vida no ha calzado.
{Anónimo.) Unas abarcas calzaba
Siendo emperador Majencio De un perro mal enlanado;
nu'en la gran Roma imperaba, Un sayo lleva berrendo
Se enamoró de Soí'ronia, Y un jubón desabrochado :
Ou'en calidad s'encumbraba. Cinto de juncos marinos
Mujer era de hombre noble, Lleva á su cuerpo apretado;
El cual ella mucho amaba. En el hombro su capote,
Majencio, preso de amores, Y el dedo al cinto agarrado ;
A Sofronia requebraba En su mano una aceimebe
Con importunos mensajes Cachituerto y mal labrado;
Y dones que l'enviaba : La barba toda revuelta, •
Sofronia, como discreta, El cabello apelmazado:
Todo se lo desdeñaba. No llevaba caperuza,
Conociendo esto Majencio, Porque nunca la ha usado;
' Que ninguu fruto sacaba, Al cinto puesto un-esquero
Envió sus caballeros Como siempre ha acostumbrado;
Que la trajesen do estaba, La piedra, yesca, eslabón
Y dos á casa son idos Llevaba dentro el villano;
A do Sofronia moraba : Sus ojos verdes, pequeños,
Dijéronle allí el por qué El color todo tostado;
Majencio los enviaba. Y como entrase por Roma,
Sofronia, turbada y triste, Pregunta dó está el Senado.
A su marido explicaba Viéndose delante d'él,
El por qu'el Emperador De aquesta suerte ha hablado :
Con aquellos la llamaba. — A mi llaman Juan Melendro,
El marido muy turbado Melendro yo soy llamado :
De oir lo que le contaba, Nací ribera del río,
No sabiendo qué remedio Que el Danubio era llamado :
Poner en cosa tan brava, Enviastes capitanes,
Porqu'el Emperador era Hannos la tierra estragado;
Muy tirano en cuanto obraba, No queremos ya mujeres,
Dijo: —¡Mujer, gran fortuna Ni queremos ser casados,
Es esta que nos cercaba, Ni pagar tributo á Roma,
Que si rehusáis lo dicho Ni á Roma ser tributarios.—
Muerte nos desafiaba! — Las rodillas en el suelo,
Oido esto por Sofronia , Con un cuchillo en las manos :
—Señores que sois presentes,
Y que así remorizaba, Dijo, si á alguno he.injuriado,
Determinó de morir Mandad, con este cuchillo,
Ella, pues que lo causaba. Que yo sea degollado.—
Junto con los mensajeros Viendo tal, los senadores
D'esta suerte les hablaba : Por senador lo han alzado.
Que s'esperasen un poco
Mientra ella se adrezaba (RODRÍGUEZ, Romaneen historiado:
Para ir ante Majencio,
Que descompuesta se hallaba.
Entrada en su retraimiento ÉPOCA DEL BAJO IMPERIO Y DE LOS BARBARON
En tierra se arrodillaba :
Allí el cuerpo y castidad
A su Dios sacrificaba 576.
De tal suerte , que un cuchillo R0S1MDNDA Y ALBOYNO.
Por su casto cuerpo hincaba.
Estando para espirar, (De Gabriel Lobo Laso de la Vega.)
Que ya casi se finaba , Habiendo Alboyno vencido,
Hizo entrar los caballeros Señor de los longobardos,
Allí adonde habitaba; A Chinimundo en batalla,
Mosirando sus llagas dijo Rey de los gírpidas bravos,
Que la razón la forzaba : Cortándole la cabeza,
—Decid al tirano vuestro, Mandó hacer de su casco
No señor, pues mal reinaba, Una copa guarnecida,
Que d'esta suerte se cumple En que beber de ordinario,
t-1 deseo que mostraba Por vanagloria del< triunfo
En las muy castas matronas, Que alcanzó de su contrario,
Cual aquí significaba.— Pareciéndole que había
ASÍ murió esta mujer Ya con fortuna acabado,
casta como se preciaba. Y que la postrera vuelta
En su favor habia dado,
(Cancionero, Flor de enamorados.) Captivo en esta batalla,
Primision del cielo y pago,
A la bella Rosimunda,
Hija del Rey degollado.
596 ROMANCERO GENERAL.
Casóse con ella Alboyno_ Hablóle la Reina luego,
Viudo de menos de un ano, Mas fué pretensión en vano,
Ciego de amor, sin mirar Por lo cual visto, ordenó
En lo futuro algún daño; Para atraerle, un engaño;
Que así conviene que esté Y fué, que viendo que anclaba ,
Quien ba de ser castigado, Paradeo enamorado
Y el que menos teme el mal De una dama de las suyas,
Suele estar de él mas cercano. Con quien dormia ordinario,
Vivió con su Rosimunda Entrando por una escala
Algún tiempo Alboyno ufano, A deshoras en palacio,
Y haciendo un dia en Verona Pidió la Reina á su dama
Un convite señalado, La deje su cuarto un rato.
En el cual Alboyno estuvo Luego Paradeo vino,
Mas prudente que avisado, Y después de haber gozado
Hizo á Rosimunda diesen De la Reina á su placer,
A beber con aquel vaso , Que era su dama pensando,
Que por no la descubrir Rosimunda se descubre
Hasta allí tuvo guardado. A Paradeo, llamando
Bebió Rosimunda en él De traidor, falso, insolente,
No sabiendo el caso extraño, Y que ha de morir, jurando
A quien dice Alboyno : — Bebe, Muerte cruel, si no hace
Huelga con tu padre amado, Lo que le tiene rogado.
Que esa copa en que has bebido Compelido Paradeo,
Es de su cabeza el casco. — Hizo con Elmige el trato,
Disimuló Rosimunda, Y durmiendo Alboyno un dia,
Aunque con rostro alterado Murió á las manos de entrambos.
Dio en el primer movimiento Huyó Elmige y Rosimunda
Muestras de ánimo turbado; A Ravena, donde estando
Pero sosegóse luego, Casados, se aficionó
Y con cauteloso trato D'ella un Longinos Exarco,
Ordenó dar muerte al Rey, A quien oyó Rosimunda,
Aquella afrenta vengando. Y de casarse tratando,
Su honestidad posponiendo, Dio á Elmige veneno un dia,
Habló á Elmige, un cortesano, Recien salido de un baño.
Que del Rey traia el estoque, Mas como á obrar comenzase ,
Por mas querido y privado, A una daga mano echando,
En el cual halló aparejo., A Rosimunda por fuerza
Diciendo : que si ayudado Compelió á beber del vaso;
Fuese de alguna persona Muriendo entrambos á un tiempo
Moriría el Rey á sus manos, Por paga de sus engaños.
Y que hablase á Paradeo, ¡ Ved lo que de una mujer
Un caballero esforzado, Hace el ánimo indignado !
Para que en ello le ayude , (LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y tragtdíat <k)
Con que estaba el hecho llano.

SECCIÓN DE ROMANCES RELATIVOS A L A HISTORIA Y TRADICIONES


DE ESPAÑA.

Traia todos sus paños


ÉPOCA DE ATANAGILDO. Sangrientos de la ferida,
Que le dio al crucifijo :
¡ Muy gran pavor le ponia !
S77. No lo osara quemar,
MILAGRO DE UN CRUCIFIJO Á QUIEN ULTRAJÓ UN JUDÍO.
Mas escondido lo habia.
Los cristianos no lo hallan
{De Lorenzo de Sepñlveda ¿,) Allí donde estar solia :
Atanagildo, rey godo, Hallaron rastro de sangre,
De España el reinado había; Y por el rastro seguían
Hace bien por Jesucristo; Hasta dar en la posada
Gran creencia en él tenia. Donde el judío vivía:
Contaráse aquí un milagro Halláronlo por la sangre,
Que en su tiempo acontecía. Que mucha estaba vertida.
Un judio entró en un templo Volviéronlo á la iglesia,
Llamado Santa María; Y al judío lo prendían :
En él está un crucifijo Vivo lo apedrearon
Muy pequeño en demasía : Por el delito que hacia. . .
El judío lo finó ( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados,
Con un dardo que traia,
Y á excusa de los cristianos, * Hé aquí uno de los muchos malos romances cuyo a ^
eru
So el vestido lo metia está tomado de los cronicones; pero que de a ° " j , tra
con

Para quemarlo en su casa; códigos, demuestra el odio que de inmemorial se«u ¡


u r

Mas cuando lo descubría, los judíos, y los medios atroces que se usaban p a ™
< e W .
al pueblo contra ellos, y obligarlos alfiná entregar »«
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. Slrf

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v »/. míe alternativamente los tiranizaba, los estru-
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Nuestro rey nombre tenia,
« ^ t é n s á f f i a Todos nuestros códigos están llenos de Y por tanto tú lo eres;
jaba, 61^ ensalza« i _
leyes contri g » 8
' i . Expelidos muclias
M u
No dudes, ten alegría. —
l v e z h a g u n a s ne

chasp
ó m i t j g a r
^LltosTllamárpór el dinero que derramaban, y las
s u s m a e s
Vamba, dudoso de oírlo,
veces
• ' / , / « del gobierno ó de los grandes, fueron al fin para Una vara que traía,
necesidades aens" u regularizando las perse-
I n ( l u i s i c i o n Ya después de hincada en tierra,
sie? pre deswMi , j ^ ^ g , p
d e ]o¡ con- Estas palabras decia :
m o t i n e g 0 p u l a r e S )
diciones, saca» p so el gobierno de acabar con un:
g e ropU — Cuando esta vara florezca,
-••»" ,.m «°la obligalia ala usura mas escandalosa,puesto
siguí?
1r a Z a
Yo seré rey de Castilla. —
, ei«i Síitipvo
o era sa sola
soia defensa._¿
ueieuoa. 1Y 4»»quién
" <»•se ««>""«
atreverá^ de«r
» »v»« 1
Aun 110 lo hubo bien dicho,
'•"Lmn sanado ó perdido en la expatriación de esa raza tan 1

6 i nemo? gan'uu F ^ ^^^ , i , t en


]o¡ La vara ya florecía.
g r ¡ m d e s c a p l t a s a s
er
? ^n aunaue cristianos, usan de él quizá con mas dureza, y Llevan marido y mujer
t erto con mas escándalo, que los judíos. Los contratos de Do el consejo residía :
d e a

l0
Sírii.ftUres v de los gobiernos apurados y sin crédito, en
S
A él le coronan por rey,
, 2"son menos onerosos é inmorales que los anteriores, por A ella cual convenía.
• l é e l o s que los hagan sean católicos romanos? Si el ante- Este rey hizo en España
% romanee da una idea de las preocupaciones de la vieja
n Hechos de gran nombrádía;
S i nota prueba que aunque bajo distintas formas, Por él está la coyunda
L Sueva sufre algunas veces iguales escándalos. El Auri sacra
[times es de todos los tiempos. Puesta en reales de Castilla.
(TmoNEDA, Rosa gentil. — It. Woír, Ros»
de Romances.)
ÉPOCA DE VAMBA.
1
Este romance es quizá de Juan de Timoneda.
578.
ELECCIÓN DE VAMBA POR REY DE LOS GODOS. 579.
{Anónimo *.) ENTRADA DE VAMBA EN TOLEDO PARA CORONARSE REY.
En el tiempo de los godos, (Anónimo.)
Que en Castilla rey no nabia, Por la puerta del Cambrón,
Cada cual quiere ser rey, Una de las mas nombradas
Aunque le cueste la vida. Que adornan la gran Toledo,
Sabiéndolo el Padre Santo, Imperial ciudad de España,
Que en santidad florecía, Con grande acompañamiento
Pusiérase en oración, Entra el valeroso Varriba
Rogando en su rogativa A recibir la corona
Que le revelase Dios Con su mujer Doña Sancha.
Quién sería rey de Castilla. Por humildad quiso el Rey
Por su profunda humildad Que el alcaide de su alcázar,
Reveládoselo había, En vez de la espada lleve
Que el rey que ellos esperaban Delante de él su hijada.
Su nombre Vamba sería, Hombres, niños y mujeres,
Y lo habian de hallar arando Por balcones y ventanas,
Cerca de la Andalucía, Mirando los santos reyes,
Les dicen en voces altas :
Con un buey blanco y cereño «Toledo, España por Vamba,
Y un prieto en su compañía. »Y por la reina Sancha ;
Todo esto el Padre Santo »Y el Tajo les responde manso y ledo,
A los godos lo decía. «Unas veces España, otras Toledo.»
Los godos, siendo informados, La melena rubia el Rey
Cada cual se departía : Lleva compuesta, atusada,
Allá le van á buscar, Porque no estorbe á los ojos;
A do hallarse presumía. Peinada y ancha la barba.
Un dia, estando los godos Sobre un vestido morado
Cansados en demasía Con alcachofa de plata,
De ir á buscar á Vamba, A manera de tusón,
Volviendo sin alegría, Lleva una cruz colorada.
Vieron venir una dueña La Reina, de tela verde
Por una cañada arriba, Lleva una saya bordada;
Con una canasta al hombro, El cabello suelto al viento,
Y estas palabras decía : La mitad á las espaldas :
— Venid ya, Vámba, á comer; Donde llega el palafrén
Desuncid, qtfes mediodía. — Cubren el patio las damas
Los godos, cuando lo oyeron, De flores y bendiciones,
Luego á Vamba se venían; Y dicen en voces altas :
Las rodillas por el suelo, «Toledo, España por Vamba,
D esta manera decían : 11Y por la reina Sancha;
. — Dénos las manos tu Alteza, »Y el Tajo les responde manso y ledo,
Con amor y cortesía. — »Unas veces España, otras Toledo.»
Vamba, atónito, espantado, (Códice del siglo xvr.)
temblando, así respondía:
— No me matédes, señores,
No me quitédes la vida. 580
~ ¡ De quitártela, rey Vambá! CASTIGA VAMBA A L R E B E L D E P A U L O Y SUS S E C U A C E S . —
no es por tal nuestra venida,
RESUMEN DE LOS H E C H O S D E DICHO R E Y . — SU ABDICACIÓN
amo á hacerte sabidor
Y MUERTE.
«u el Padre Santo que hoy dia
"ige la Iglesia romana, (De Lorenzo Ue Sepúlueda.
£or revelación divina Esos nobles fuertes godos
6U
P°» y nos cijo que Vamba Por su rey alzan á Vamba,
598 ROMANCERO GENERAL.
Caballero mucho honrado A Paulo en cruz tresquilaban
En linaje y buena maña. Junto con sus compañeros,
En Toledo, esa ciudad, Y las barbas les rapaban.
La corona le fué dada; A todos sacan los ojos,
Juráronlo por su rey De jerga los cobijaban ¿
Todos los nobles de España. Cabálganlos en camellos,
Una abeja de su boca Paulo delante guiaba:
Salió, y al cielo volaba, De pez era una corona
Después que fuera ungido, Que en su cabeza llevaba;
De su bondad señal daba : Los otros iban descalzos,
Los sabios dicen será Con sogas á las gargantas.
España bien gobernada. Ansí entraron por Toledo,
Un muy mal conde de Nímes, Y todos los denostaban.
llderico se llamaba, Pusiera sobre las puertas
Alzóse con su condado : Unas losas mucho claras,
A Vamba mucho pesaba, Con unas letras latinas,
Que robó sus ricos-hombres, Que decian : « El rey Vamba
Y á muchos d'ellos mataba. »Con el ayuda de Dios
Ayuntó el Rey muchas gentes; »A Toledo mejoraba,
Por capitán señalaba «Para acrecentar la honra
Un caballero de Grecia, »Y nobleza que ahí estaba.»
El cual Paulo se llamaba, En las torres de la iglesia
Quien también hizo homenaje, Otras letras que ansí hablaban :
Y serle leal juraba. «¡Oh vosotros, santos de Dios,
Paulo fué contra él traidor, »Que en este lugar se honraban,
Y ambos gran traición obraban; «Salvad y honrad este pueblo,
Juntóse con Remismundo, «Pues en él gracias se os daban!»
Ese duque de Cantabria; El Rey á sus ricos hombres,
Alzan á Paulo por rey Que en la guerra le guardaran,
Porque dádivas les Tlaba. Diérales de sus haberes,
Rey que se vido ser Paulo, Que muy contentos quedaran.
Al rey Vamba guerreaba; Enviólos á sus tierras,
Vamba con sus caballeros En Toledo el Rey fincaba;
Dióle muy cruda batalla; Hizo concilio en Toledo
Mató muchos caballeros, Con los perlados de España.
Toda su tierra cobraba. Confirmó sus privilegios
En Narbona prendió á Paulo , Como de antes se guardaban;
Y á muchos de su mesnada : Dio renta á los obispos,
Ante él vino el Arzobispo; Hizo otras cosas muy santas.
. Por sus vidas suplicaba : Muchos alarbes venció
El Rey lo perdona á él solo, Que venían en armada;
Y en los demás razonaba Metióse monje en Pampiega,
Que se viese por su corte Do vivió vida muy santa.
Qué pena les sería dada. Muerto se llevó á Toledo,
Trajeron ante él á Paulo, Y allí está en Santa Leocadia;
El cual escondido estaba Que el rey Alfonso Deceno
En una cueva so tierra; Fué el que allí lo trasladara.
Por los cabellos lo sacan. ( SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, e
El Rey, al verlo ante si,
— Conjuróte, bestia brava,.
Dijo, por mi Dios del cielo ÉPOCA DEL REY DON RODRIGO.
Me digas si hobiste causa
Para alzarte contra mí. —
Paulo luego replicaba : 581.
— Pues por Dios me conjuraste, RODRIGO ELECTO REY DE LOS GODOS.
De verdad será mi habla :
Mal de vos no recibí, (De Gabriel Lobo Laso de la Vega *•)
Sino merced señalada; Por muerte del rey Acosta,
Siempre fui por vos honrado, De los godos en España
A mí el diablo engañara, Quedó el príncipe Don Sancho
Que metió en mi corazón Su hijo, en edad temprana,
Hacer la traición tamaña, r - El cual no pudo reinar,
Luego traen el homenaje Que el ser niño lo estorbaba;
Y jura que Paulo daba Y tratándose en el reino
Cuando á Vamba alzan por rey De lo que mas importaba
En Toledo la nombrada, Para la paz y sosiego
Y el juramento que Paulo De la gente alborotada,
Tomara allí á su compaña, Y diferencias civiles,
Que á él le tengan por su rey, Robos, fuerzas, muertes, talas,
Y no á ese noble Vamba. Que sobre reinar el niño, -
Pronunciara el Rey sentencia O elegir rey nuevo andaban,
Contra Paulo y su mesnada : Viniéronse á concordar,
Que mueran por ser traidores, Después de algunas batallas
Pues contra su rey se alzaban. Y sanguinosas refriegas
El Rey les guarda las vidas, De ambas partes porfiadas,
Que d'ello palabra daba. En que s,e diese el gobierno
Pártese para Toledo, De todo el reino de España,
Consigo á Paulo llevaba, • Al mas valeroso godo,
Y antes que allá llegasen, Y mas propincuo 6 la casa
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 399
Del tierno infante Don Sancho, Que ella un marido tenía
En tanto que él se hallaba Que la hacia heredera
Eü edad para reinar, De toda su señoría,
Con protesta, en confianza, Si de su muerte en dos años
Oue en siendo capaz de hacerlo Castidad le mantenia,
' Luego del gobierno salga Y lo contrario haciendo
Aquel á quien se encargare, Que todo lo perdería.
Sin requerirle lo haga, Lembrot, hermano del Duque,
Y que á su rey natural Con codicia que tenia
Deje el reino sin baraja. De heredar el su Ducado,
Vinieron todos en esto, Testigos falsos ponia
Y á Don Rodrigo señalan Que acusen á la Duquesa
para tal gobernador; Que con un varón dormía.
¡ Que nunca le señalaran! Fuéronse al Emperador,
'fio del mesmo Don Sancho, Y cada uno decia
Á quien con instancia llaman, De su razón y derecho
Que lo viniese á aceptar, Según que mejor sabía.
Que fuera del reino estaba. La razón que da Lembrot
El cual á Toledo vino D'esta manera decia:
Do con la jura ordinaria Que buscase la Duquesa
prometió de gobernar Dentro de un año y un día
En paz, por Don Sancho, á España, Quien le combatiese á él
Jurándole por señor, Y á dos tios que tenía,
Y de en creciendo entregarla. La contienda del Ducado
Apoderado del reino Sobre que era la porfía,
Rodrigo, á cortes llamaba, Y que si Lembrot venciese
Donde al parecer de todos Suyo el Ducado sería,
Comenzó cual deseaban, Si venciese la Duquesa,
Prometiendo sus principios, Que firme le quedada.
No losfinesque esperaban; Al Emperador aplace
Porque del que bien comienza Lo que Lembrot proponía.
Nunca fin malo se aguarda, Firmaron ambos á dos,
Y aquel que tuerce esta via Todo así se trataría,
Es porque al principio engaña, Con tal que fuese obligado
Y de su mal proceder Lembrot y su compañía
Encubre la raza cauta. De aceptar la batalla
Que con sus obras el tiempo Do ella señalaría.
Nos manifiesta y declara. De allí se va la Duquesa,
Era mozo Don Rodrigo, Ya muy triste en demasía,
Y casó con Eliata, Porque en toda aquella corte
. Del r.ey de Fez hija hermosa, Tres caballeros no habia
Por concierto, y fué cristiana, Que osasen á combatirse
Haciendo en bautismo y bodas Con los tres de la -porfía :
Fiestas costosas y extrañas. Así partió para España
Tras esto, contra la fe Y á Toledo se venía.
Que á Don Sancho tenia dada, Muy bien la recibe el Rey,
Por fuerza, ruegos y astucias Hácele gran cortesía:
Se coronó rey de España, Cuando contó la Duquesa
Tomando por propio el reino A qué fuera su venida,
. 'Que tenia en confianza; Ofreciósele Sacarus,
Que á todo aquesto se obliga' Flor de la caballería, -
Quien del malo no se guarda. Ofreciósele Almeric,
Lo mesmo Agresés hacia,
(LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y tragedias i Todos buenos caballeros
* Asunto tomado de la Crónica del rey Don Rodrigo. Que otros mejores no habia.
Las fiestas se comenzaron,
La Duquesa bien las via.
¡ Cuan bien que mostraba en ellas
Sacarus su gran valía!
AMPARA RODRIGO Á LA DUQUESA DE LOflENA. Ríen se cree la Duquesa
Que por él libre sería.
(Anónimo *.) Las fiestas son acabadas,
En la ciudad de Toledo Luego la Duquesa envía
Muy grandesfiestashacia A citar sus enemigos
ase rey godo Rodrigo Que vengan á cierto día
wn su gran caballería, A combatirse en España
• mucha gente extranjera Con quien por ella salia.
A'a tal fiesta venía : El término no es cumplido
vienen duques y marqueses Cuando ya Lembrot venía
Y reyes de gran valia : Con. los dos tios consigo,
fu bspana era entonces ¡ Oh cuan bien que parecía!
\* flor de caballería. Porque era grande de cuerpo,
La duq e de Loreyna
U Sa
Gentil hombre en demasía.
A aquella corte venia, Señalantes la batalla,
go para mirar los Juegos, Señaláronles el dia.
S no á ver si hallaría
s e
Ya los meten en el campo
C combata por ella Y mucha gente los mira;
Partido les han el sol
I m el pleito d'está suerte : Porque no haya mejoría.
ROMANCERO GENERAL.
-400
Como todos fueron dentro, Que cansado lo tenía,
Una trompeta se oia; Y hízole dar de manos,
Corren unos para otro» Reciamente lo hería :
Con esfuerzo y valentía. Gran placer habian las damas
Del encuentro de Sacarus De lo que Agresés hacia.
Lembrot en tierra caia, Sacarus muy enojado
Agresés y su contrario A Lembrot del yelmo tira
Ambos atierra venían; Las enlazaduras quiebra,
Lo mesmo hace Almeric, La cara le descubría;
Y el contrario que tenía. Mas Lembrot, que así se vido,
Levántanse muy lijeros Con Sacarus remetía
Sin punta de cobardía, Pensando que por ser grande
Y como Sacarus vido Que á lucha lo vencería,
Que apearse le cumplía, Y cogiéndolo debajo
üeciende de su caballo Que luego lo malaria;
Y contra Lembrot venía. Mas Sacarus con su espada
Tantos se dan de los golpes La cabeza le hendia.
Que gran espanto ponían ; Los tios que aquesto vieron
Pues los otros caballeros Cómo Lembrot muerto habia,
Tan sin duelo se herían, Caen ambos en el suelo,
Que á los que los miraban Corazón les fallecía:
A gran compasión movían. Corláronles las cabezas,
Hora y media se combaten En el campo las ponían.
Sin conoscer mejoría; Luego preguntan al Rey
Mas como el sol era grande, Si mas que hacer habia;
Gran trabajo les ponía : Dijo el Rey que bien estaba,
A pártanse por holgar, Que nada les fallescia.
Que bien menester lo habían, {Cancionero de Romances. — It. SEPÍUEDA
Como hobieron descansado Romances nuevamente sacados.)
A la batalla volvían :
Todos seis andan en campo Da la Crónica del rey Don Rodrigo.
Que otra cosa no hacían
Sino dar y recibir
Fuertes golpes á porfía. 583.
Todos están espantados
De cómo durar podía RODRIGO ABRE LA CUEVA ENCANTADA DE TOLEDO.
Una tan fuerte batalla (Anónimo '.)
Sin sentirse mejoría.
Tornaron á descansar ,,. Don Rodrigo, rey de España,
Ya cerca de mediodía; Por la su corona honrar,
Lembrot está mal herido, Un torneo en Toledo
Mucha sangre del salía; Ha mandado pregonar;
Entre sí estaba diciendo : Sesenta mil caballeros"
— ¡Válgame Santa María! En él se han ido á juntar.
Este hombre es infernal, Bastecido el gran torneo,
Que destruirme quería, Queriéndole comenzar,
Porque si él humano fuese Vino gente de Toledo
Mis golpes bien sentiría; Por le haber de suplicar
Mas veo que cada hora Que á la antigua casa de Hércules
Le recrece la osadía. — Quisiese un candado echar,
Ya embrazaba Sacarus Como sus antepasados
Con vergüenza que tenia, Lo solían costumbrar.
Y vase contra Lembrot, El Rey no puso el candado,
El cual bien lo recebia : Mas todos los fué á quebrar,
La batalla que comienzan Pensando que gran tesoro
Nueva á todos parescia; Hércules debia dejar.
Pues Almeric y Agresés Entrando dentro en la casa
¡Cuan bien que se combatían! Nada otro fuera hallar
Tienen fuertes enemigos, Sino letras que decían :
Bien menester les hacia « Rey has sido por tu mal;
Mostrar todo su ardimiento »Que el rey que«esta casa abriere
Por salir con su porfía. »Á España tiene quemar.»
Sacarus muy enojado, Un cofre de gran riqueza
Que la ira le crescia, Hallaron dentro un pilar,
Tres golpes le dio á Lembrot; Dentro del nuevas banderas
De manos dar le hacia; Con figuras de espantar;
Mas Lembrot era lijero, Alárabes de caballo
Levantóse muy aina; Sin poderse menear,
Pero ya anda mirando Con espadas á los cuellos,
Cómo se defendería. Ballestas de bien tirar.
Almeric viendo á Sacarus Don Rodrigo pavoroso
Como á Lembrot mal traia-, No curó de mas mirar.
Pensó en su corazón Vino un águila del cielo,
Que retraído sería La casa fuera quemar.
Si en el librar su batalla Luego envía mucha gente
El mucho se detenia. Para África conquistar:
Agresés era mancebo, Veinte y cinco mil caballeros
Ardimiento le crescia; Dio al conde Don Julián,
Fué contra su enemigo Y pasándolos el Conde
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA, 401
rnrria fortuna en la mar : 585.
Perdió doscientos navios, DE CÓMO E L REY DON RODRIGO SF. ENAMORÓ D E LA C A V A ,
fien caleras de remar, VIÉNDOLA LAVAR SUS CABELLOS Á LA VERA DE UNA
Y toda la gente suya , FUENTE.
Sino cuatro mil no mas. (Anónimo.)
Cancionero de Romances. - It. TIMONEDA , Rosa En una fuente que vierte
Por agua, cristal y perlas,
- i „*tMii(lo de este romance se halla en la Crónica del Está bañando la Cava
1 C
1 ll!riao Y parte de él en la General de España; pero El oro de sus madejas.
m non ^ * 7 ; í j i expedición mandada hacer á Don Ju-
n i( n a
Sobre el cuello de marfil
gnMBtrt ios africanos. Lleva esparcidas las hebras,
Que como sirven de lazos,
También al cuello se acercan:
Míranla sus bellos ojos,
Porque viendo su belleza
AL MISMO ASUNTO. Como segundo Narciso
Al primero no parezcan.
(De Lorenzo de Sepúlveda í.) Mirándola está Rodrigo
De los nobilísimos godos Por entre las verdes yedras,
Que en Castilla habían reinado, Y embelesado y suspenso
Rodrigo reinó el postrero Le dice d'esta manera.
De los reyes que han pasado, — ¡Ay Dios, quién fuese Troya,
En cuyo tiempo los moros O Páris de tal Elena,
Toda España habían ganado, Aunque en España no quedase joya
Si no fuera las Asturias Qu'el fuego no abrasase como á Troya!
Que defendió Don Pelayo. {Romancero general.— It. Códice de principios del
En Toledo está Rodrigo : siglo xvn.)
Al comienzo del reinado
Vínole gran voluntad
De ver lo que está cerrado
En la torre que está allí, 586.
Antigua de muchos años. RODRIGO VIOLA Á LA CAVA.
En esta torre los reyes
Cada uno echó un cañado. (Anónimo *.)
Porque lo ordenara ansí De una torre de palacio
Hércules el afamado, Se salió por un postigo
Que ganó primero á España, La Cava con sus doncellas
De Gerion gran tirano. Con gran gusto y regocijo.
Creyó el Rey que habia en la torre Metiéronse en un jardín
Grande tesoro guardado : Cerca de un famoso hombrío
La torre fué luego abierta, De jazmines y arrayanes,
Y quitados los cañados. De pámpanos y racimos.
No hay en ella cosa alguna, Sentadas á la redonda,
Solo una caja han hallado : La Cava á todas las dijo
• El Rey la mandara abrir, Que se midiesen las piernas
Un paño dentro se ha hallado Con un listón amarillo.
Con unas letras latinas % Midiéronse las doncellas,
Que dicen en castellano : La Cava lo mismo hizo,
« Cuando aquestas cerraduras Y en blancura y lo demás
"Que cierran estos cañados Grandes ventajas les hizo.
«Fueren abiertas, y visto Pensó la Cava estar sola;
"Loen el paño dibujado, Pero la ventura quiso
«España será perdida Que por una celosía
»Y en ella todo asolado. Mirase el rey Don Rodrigo.
«Ganarála gente extraña Puso la ocasión al fuego,
'Como aquí está figurado, Y sacóla cuando quiso,
'Los rostros muy denegridos, Y amor batiendo las alas
'Los brazos arremangados, Abrasóle de improviso.
«Muchas colores vestidas, Fueron del jardín las damas
»En las cabezas tocados: Con la que había rendido
«Alzadas traerán sus señas Al Rey con su hermosura,
"tn caballos cabalgando, Con su donaire y su brío.
« M sus manos largas lanzas, Luego la llamó al retrete,
•con espadas en su lado. Y estas palabras le dijo :
«Alárabes se dirán — Sabrás, mi florida Cava , s

ll« A i a (
extraños; u e s t a l i
Que de ayer acá no vivo;
e m

X 1 r d e
toda España, s e
Si me quieres dar remedio
•fine nada no habráfincado.» A pagártelo me obligo
Tn£ í ey c o
ricos-hombres
s e
l s u s
Con mi cetro y mi corona,
r 3 habían espantado
d o
Que á tus aras sacrifico. —
y ? " «eron las figuras, Dicen que no respondió,
i letras que hemos contado : Y que se enojó al principio;
o"pí. , cerrar la torre,en a
Pero al fin de aquesta plática
U«e<lo el Rey muy angustiado. Lo que mandaba se hizo.
( »ÚI.VEDA, Romances nuevamente sacados, ele.)Florada perdió su flor,
f t
El Rey quedó arrepentido,
• *'»*''WJ¡^Roártio. Y obligada toda España
T. X. ' Por el gusto de Rodrigo. . -
402 ROMANCERO GENERAL
Si dicen quién de los dos Una mujer flaca y sola,
Ausente del padre y deudos
La mayor culpa ba tenido, Asi le dice á Rodrigo,
Díganlos hombres «La Cava,» Ya por voces, ya por ruegos,
Y las mujeres «Rodrigo.» Como si ruegos y voces
(DEPPING, Romancero castellano.) Valieran en tales tiempos.
* Parécese mucho el lance aquí referido, al de David con — No quieras , señor, le dice,
Bersabé. Sol del español imperio,
2 Cava se traduce : mala mujer, y parece muy impropio que Escurecer con tus rayos
Rodrigo galantease á su querida con un apodo, que después La nube de mi deseo.
adquirió por haber sido causa déla pérdida de España. La Cava soy de tu fuerza,
Aunque al muro de mi pecho
La barbacana le falta,
587. De todos es padre el cielo.
Sirviéndoos la tiene el mió
AL MISMO ASUNTO. Desde el primer bozo negro :
(Anónimo.) Mancebo le distes cargos,
Cargaisle de afrentas viejo :
Por el jardín de las damas Con la sangre de mi honra
Se pasea el rey Rodrigo, N o se tina el honor vuestro
Por alargar la cadena Mirad que eclipse de sangre
A un pensamiento rendido. En reyes es mal agüero.
- No le alegran de las fuentes Mientras él vierte la suya
La hermosura y artificio, Defendiendo vuestros reinos,
Ni advierte la nueva rosa, En otra batalla infame
Ni le alegra el blanco lirio. La suya estáis ofendiendo.
Después que en confusos pasos Temed, temed ofendelle,
Dio vuelta al alegre sitio,
Arrimóse á un duro tronco Que podrá vengarse un tiempo,
De un ¡uútü'roble antiguo. Pues los nobles y soldados
Junto á unas yerbas ingratas, Vos sabéis si son soberbios;
Al sol, al aire, al rocío, Y si ley, Dios, honra y padre
Tristes y amarillas flores, No estorban vuestros deseos,
"Y el mas flaco y amarillo, Soy Cava, y seré principio
Con claros y humildes ojos, De vuestros daños eternos. —
De un ardiente amor vencido, Rodrigo,que solo escucha
Dice : — De cuatro elementos Las voces de sus deseos,
Los tres combaten conmigo; Forzóla y aborrecióla,
El fuego tengo en mi pecho, Del amor propios efectos.
El aire está en mis suspiros, Quedóse dando suspiros,
Toda el agua está en mis ojos, Porque al fin de tales hechos,
Autores de mi castigo, Si con extremo se ama,
Quedándome solo el cuarto, Se aborrece con extremo.
Que es en tierra convertido. (MADRIGAL, Segundaparte del Romancero g
Pues una dichosa muerte 1
Vence todos enemigos. Es igual, con algunas variantes, al del Romancero
Entregóme en estas plantas, que dice : Envuelto en sudor y llanto.
Cava , por poner olvido,
Y ellas mismas me acrecientan
La memoria y el peligro; 589.
Que viendo estas verdes ramas AL MISMO ASUNTO. .
Veo el rostro peregrino (Anónimo.)
De esos bellísimos ojos Amores trata Rodrigo :
Que son de mi pena olvido.
La dureza d'este tronco, Descubierto há su cuidado;
Que agora es mi triste arrimo, A la Cava se lo dice
Me muestra la d'ese pecho De quien anda enamorado.
Donde amor no hizo tiro, — Mira , mi querida Cava,
Y no es bien qu'estas memorias Mira agora que te hablo :
Quiten el libre albedrío, Darte he yo mi corazón,
Y me den las dulces plantas Y estaría á tu mandado. —
El mas emperrado alivio La Cava, como es discreta,
Que se dio al mas bajo cuerpo, Como burlas lo ha tomado.
Torpe , necio y mal nacido. Respondió muy mesurada
Teniéndote, Cava, sola Y el gesto bajo humillado :
Por mi bien y paraíso.— — Pienso que burla tu Alteza,
(Romancero general.) O quiere probar el vado :
No me lo mandéis, señor,
Que perderé gran ditado. —
588. Don Rodrigo le responde,
Que conceda lo rogado;
AL MISMO ASUNTO. Que d'estos reinos de España
(Anónimo *.) Puede hacer á su mandado.
Ella hincada de rodillas,
Revuelta en sudor y llanto El la estaba enamorando :
Desmelenado el cabello, ' Sacándole está aradores
El rostro blanco encendido De su odorífera mano.
De dolor, vergüenza y miedo; Fué á dormir el Rey la siesta :
Las manos de un hombre asidas, Por la Cava ha enviado :
Key poderoso y mancebo, Cumplió el Rey su voluntad
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. Mñ
„.. por fuerza que por grado, «Con otras hijas de grandes
I r lo cual se perdió España »Y dueñas de alta estima.
Pof aquel tan gran pecado. «Ese gran rey Don Rodrigo,
La maldita de la Cava uNo mirando lo que hacia
A sí padre lo ha contado » Enamoróse de mí,
Don Julián, qu'es el traidor, »Y de mi gran lozanía.
cSS moros se ha concertado «Muchas veces me lo dijo
Oue destruyesen ¿España, »Con amor y cortesía,
Por lo haber así jurado. «Que mi hermosura y gala,
¡Cancionero, Flor de enamorados.— It. Silva «Para un rey pertenecía,
de varios Romanees.) «Y que diese yo lugar,
«Pues en mí estaba su vida,
«De cumplir su mal deseo,
590. «Y su tan loca porfía;
«Mas á cuanto él me hablaba
QUEJASE LA CAVA VIÉNDOSE VIOLADA. «Yo jamas le respondía,
(Anónimo.) «Por ser hija de quien soy,
»Y de castidad ceñida.
Dando suspiros al aire, «No después de dias muchos
y lágrimas á la tierra, «Que esta plática sería,
•Qué tiernamente que llora! «Sin saberlo yo, ¡cuitada!
Qué justamente se queja » Entró donde yo dormía,
La malograda Florinda, »Y con fuerza muy forzosa
A quien España celebra «Me quitó la honra mia.
Por primera en hermosura, «Debéis de vengar, señor,
Y en las desgracias primera! «Esta tan gran villanía,
Enamorada, suspira, »Y ser Bruto, el gran romano,
Despreciada, desespera; «Pues el Tarquino se hacia;
Que siente mas de Rodrigo »Si no, yo seré Lucrecia,
El desprecio, que la fuerza. »La que diofiná su vida.»
— Pudieras, ingrato amante
Cuando intentastes mi afrenta, (TMOSHSDA, Rosa española. — Jt. WOLF, Rosa de
Medir á mi honor tu gusto, romanees.)
Tu traición á mi inocencia. 1
De la Crónica del rey Don Rodrigo.
No lloro yo haber perdido
Contigo la mejor prenda,
Sino el modo con que ganas
Sin que desquitarme pueda.
Fullero de amor has sido : EL CONDE JULIÁN JURA VENGAR DE RODRIGO LA VIOLENCIA
Dirás que fué cosa cierta, HECHA Á SU HIJA.
Para engañarme, agradable,
V para olvidarme, fea. {Anónimo.)
A tus cautelosos ruegos — ¡Oh canas ignominiosas,
Siempre di sordas orejas, Dice el señor de Tarifa,
Previniendo, temerosa . Provocadas á venganza,
De tu poder, tal ofensa. Y de su rey ofendidas! —
¡Quién de un rey imaginara Cantidad esparce al viento
Que en tal ocasión tuviera Cual hebras de plata lisa ,
Solicitudes humildes Que con rigurosa mano
«.pretensiones soberbias! De barba y cabeza quita;
Si solicitas vengarte, Hiere el venerable rostro,
«al tu venganza conciertas , Donde dos fuentes se vían
pe mi sangre fué la causa Que con abundante vena
e e s t a
honrosa resistencia. Hacen mayor su desdicha.
'« y Flor de Romances, 2. parte.) Ya mira ofendido al suelo,
Ya con altas manos mira
a

Al estrellado dosel
Testigo de su fatiga.
591. — ¡Oh mísera suerte! dice
W
*° U C M A E S C B 1 B
' Ó ¿ Sü PADRE SU AFRENTA , Y L E ¡ Afrentosa, ejecutiva !
PIDE VENGANZA. ¡Villana sin exempcion.
Que á la nobleza aniquila !
(De Juan de Timoneda *) ¡Oh Rey inconsiderado,
C
La Cava ,^ .l <^a = S ribe Tan obediente á tu vista,
a

Cuan presto á mi deshonor


Y al de mi cuitada hija!
Cran" ! ; ^ e i d e i
Déme la justa venganza
e s i d i

Ni e r ^ e ^ f e Placer, Quien de mi diestra limita


Sino " S d de alegría. r
c
a s
El poder, que justo pide
P a r a » « » y "oro Quien pide al cielo justicia.
Lo que^ , i su valía. 11 3
No se espanten los que oyeren
D
W ^ ' » » > s escribe
n
a c rti
Alguna cosa indebida;
-«Mnv i : a e r a d
Que rey tirano y aleve
e c i a

l'Sol^^Padre, Vasallos traidores cria.


¡Vive el cielo que ha de ser
De España total ruina
La torpeza de mi rey
Slar En mi sangre cometida!
e« su compañía, Pagarán los inocentes
¿04 ROMANCERO GENERAL.
De su señor la malicia; Mayor nombre dé su brazo :
Que no aguarda menos, remo Solo con amor vacila,
Do rey tirano administra : Con amor solo es su trato •
Que estos suelen ser verdugos, En la Cava solo piensa ,
Por disposición divina, No hay sin Cava alegre rato ,
Muchas veces de sus gentes, Y todo cuanto no es ella
Como fueron Mario y Sila. Es tiempo mal empleado;
Yo tomara, Dios lo sabe, Que esta es la vida ordinaria
Si me fuera concedida, En cualquier enamorado.
De otra suerte esta venganza, Habia Rodrigo á la Cava
No tan atroz ni sanguina; Su dolor manifestado,
Mas no me será posible : A quien siempre halló firme
Entre el libio por Tarifa, En un propósito casto.
Tale, robe, asuele y mate Mas como trae la ocasión
En mi estado y tierras mismas. Crin donde le echar la mano
Ya la suerte va rodando Y sea el medio mejor ,
Para siniestra ó propicia; Para alcanzar lo intentado,
El dado va por la tabla, Hallóla Rodrigo, y tal
No hay quien el correr le impida. Cual la demandaba el caso;
¡Vive 'Dios, que el torpe Rey Porque como siempre estaba
Por bien que le acuda y diga, La Cava dentro en palacio
Que ha de dejar d'esta vez En servicio de la Reina,
La honra, el cetro y la vida! Iba la vista cebando,
¿No hay mas de hacer sinrazones Con cuya continuación
Y ejecutar sus delicias, Crece el amor de lo amado.
Fiados con que en el suelo Al fin, tomando por fuerza
Su maldad no se castiga? Lo que le era denegado,
¡Cielo, que enmiendas agravios Gozó de la bella Cava :
Con balanza justa y lisa. ¡ Hecho, en rey, por cierto malo!
Los d'este agraviado viejo Vino el conde Don Julián,
Con piadosos ojos mira! — Padre d'ella, que enviado
Eslo el conde Don Julián Fué á Roma con embajada*
Leyendo un papel decia Por el Rey con celo canto,
Que recibió de la Cava, Para poder conseguir
Contándole sus desdichas. Su intento mas á su salvo :
A quien la Cava se queja
(Romancero general) De la fuerza y duro rapto.
Tomólo el Conde de suerte,
Que para poder vengarlo ,
593. Viéndose falto de fuerzas
Movió con los moros trato,
TRAICIÓN D E L CONDE ÍULIAN 1 . ° En que á España les daria
(De Gabriel Lobo Laso de la Vega.) Siendo d'ellos ayudado,
Y entrada por Algecira,
Con rigurosas señales O por Tarifa, su estado,
Está el cielo amenazando Donde á la Cava llevó,
Al descuidado Rodrigo, Y á su mujer, convocando
Futuro mal-denunciando. Criados, amigos, deudos,
Cometas, con largas colas, Que era el Conde emparentado,
Ven con sanguinoso rastro, Para el efecto ya dicho :
Y bajar rajos al suelo ¡Tanto indigna un tal agravio,
En dia sereno y claro. Que obliga á un hombre á perder
Oyen aullidos de perros Vida , honra, alma y estado!
En los campos y poblados, IfUfí
(LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero \
Y en las hondas sepulturas días, etc. de.)
Triste gemir de tinados,
Y en sus cuevas las serpientes las
i Los poetas de esta época ya no se atenían * " , , „ ,
Dar silbos roncos y extraños : á la historia, y ponian de suyo ó de lo que ffl « » ¿ .
u c
m
Sintióse temblar la tierra aplicado á diversos sugetos y fábulas, todo 10 l ste
S0PDe

Abierta por muchos cabos veniente para dar interés á sus composición^-« ¡ n p m

Y por la región del aire romance, para motivar la ausencia de Uon Ju"> s itos
1
e erc

Pelear hombres armados, ido de cnAajador á Roma, como en otros f f F Santa,


y reyes españoles empleados en conquistar lauen
Y en los desiertos, de noche
Ruido, bien como cuando
Dos gruesas haces se embisten
Confusas voces sembrando. 594.
Temerosa estaba España; AL ASUNTO ANTERIOR-
Mas Rodrigo descuidado,
Que un lascivo pensamiento (Anónimo-)
Le trae de sentido falto. En Ceuta está Don Julián,
Tanta fuerza tiene amor En Ceuta la bien nombrada .
En quien no le da de mano, Para las partes de aliende
Que sujeta la razón Quiere enviar su embajada;
Y se rie del mas sabio. Moro viejo la escrebia,
En esto andaba Rodrigo , Y el Conde se la notaba :
No en los agüeros pensando Después de haberla escnptq,
Si en cómo de España iría ' Al moro luego matara.
Los límites dilatando; Embajada es de dolor,
Ni cómo á la sangre goda Dolor para toda España :
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. m
t AS carias van ai rey moro, Pero no fué sin castigo,
Bu las cuales le juraba Que el cielo todo lo mira;
loe si le daba aparejo Pues como seguros puertos
i
redará por suya Espaua.
España/España, ¡ay de t i !
Miramamolin tenia,
Echó doce mil caballos
En Gibraltar y Algecíra,
V* el mundo tan nombrada,
La mejor de las partidas, Y mas de cien mil peones
La mejor y mas ufana, Expertos en la milicia.
pende nace el fino oro Caudillos, Muza y Tarife,
Y ¡a plata no faltaba, Dos moros de mucha estima,
Dotada de hermosura., Sin otros seis mil cristianos,
v en proezas extremada; Que llamaban julianistas,
por un perverso traidor Que la parle del mal Conde
Toda eres abrasada, • Con tal nombre defendían.
Todas tus ricas ciudades Sabido por Don Rodrigo
Con su gente tan galana La gran traición cometida ,
Las domeñan hoy los moros Y el estrago que los moros
Por nuestra culpa malvada, Tan á su salvo hacían,
gi no fueran las Asturias, Añadiendo yerro á yerro
Por ser la tierra tan brava. Hizo que con grande prisa
El triste rey Don Rodrigo, Fuese el príncipe Don Sancho,
El que entonces te mandaba, No tan bien cual convenía,
Viendo sus reinos perdidos A resistir á los moros
Sale á la campal batalla. De Castilla la venida;
El cual en grave dolor Porque, muriendo en la guerra
Ensaña su fuerza brava; Ningún contraste tendría.
Mas tantos eran los moros, Murió el mozo valeroso
Que han vencido la batalla. Haciendo lo que debía,
No paresce el rey Rodrigo, Con el infante Eyler,
Ni nadie sabe do estaba. Otro hermano que tenia.
Maldito de tí, Don Oppas, Viendo el Rey las muchas quejas
Traidor y de mala andanza: De su reino, y la ruina,
En esta negra conseja Ir por su propia persona
uno á otro se ayudaba. A la guerra determina,
¡ Oh dolor sobremanera! Y ansí partió de Toledo,
Oh cosa nunca pensada! Y entró en el Andalucía
Que por solo una doncella, Con gente , aunque de armas falta,
La cual Cava se llamaba , Mucha en número y lucida,
Causen estos dos traidores Bisoña, sin experiencia
Que España sea domeñada , En la militar doctrina,
Perdido el Rey y señor, Porque con las largas paces
Sin nunca del saber nada. Todo olvidado lo habían.
(Cancionero de Romanee!.) Digo pues, por no cansar
Con historia tan sabida,
Que peleando ambos campos
Con igualdad siete días,
Sin conocerse ventaja,
MOÓ'iOíL'm RODRIGO PERDIÓ LA BATALLA DE GUADALETB, Do mucha gente moría,
I LOS MOROS GANARON LA ESPAÑA. La parte de los cristianos
{De Gabriel Lobo Laso de la Vega.) A los ocho fué vencida,
Por la gran traición que hicieron
Del conde Julián traidor, Dos hijos del rey Bectisa,
Moros entran por Tarifa : Capitanes de Rodrigo;
Juntanse con los cristianos Que fué ponerse en huida,
Que su favor atendían, Como que ya con los moros
Y en la descuidada tierra Tratado así lo tenían.
fian principio á su conquista, Huyó el Hey de la batalla
f?".?"' destruyen y atalan Viéndola rota y vencida,
L? fértil Andalucía, Habiendo con gran esfuerzo
«n hallar defensa alguna, Peleado todo el dia :
fiae ya olvidado tenían El cual cansado y herido
«¡i militar ejercicio,
Porque derribado habían Dicen que llegó á una ermita,
U» mur ii y castillos
a as
Donde haciendo penitencia
En breve acabó su vida.
Indi n H de
y ndelre
a. Bectis
Continuaron pues los moros
D e f e q u e se tenga,
e ft
Sin defensa, la conquista
Oe que fue godo, noticia; En ocho meses, haciendo
De libre, á España cautiva.
La sujetaron á toda,
S *l Je e d. . n e T
PUM e a
^lsedͫa'
dorviene, Salvo á Asturias y Galicia,
E A p a r t ó no obliga A Vizcaya y á Guipúzcoa,
Por la aspereza que crian;
Donde la acosada gente
Se fué que escapado había
Del alárabe furor
¡SSSPK» Habiendo muerto infinita.
Y no el valor de los moros
Es de creer se extendía
A ser señores de España
4oe ROMANCERO GENERAL.
Sin providencia divina, Y aquesto habie referido :
Que como premia á los buenos, — ¡ Desdichado caballero \
También los malos castiga Desdichado rey Rodrigo!'
Cuando con perseverancia ¡ Ayer eras rey de España,
Va delante su malicia. Y hoy no tienes un castillo!
(LOBO LASO DE LA VEGA, Ramancero y trage- Por un pequeño placer
dias, etc. de.) Metiste á España á cuchillo. •—
Wo°™™> Romancero historiado
i Este romance, que es mi fragmento Rlosa(in««.t*
R

596. DRIGOEZ , se ha entresacado de la glosa que de él ¿z *


AL MISMO ASUNTO.
{Anónimo.) 898;
De lo mas alto de un monte, AL MISMO ASUNTO.
A quien Guadalete baña,
Mirando estaba Lisberto (Anónimo.)
La temerosa batalla. Cuando las pintadas aves
Mira que los españoles Mudas están, y la tierra
Y bravos godos desmayan, Atenta escucha los rios
No pudiendo resistir Que al mar su tributo llevan,
La mahomética saña. Al escaso resplandor
Dice con cansada voz De cualque * luciente estrella
El Infante estas palabras, Que en el medroso silencio
Contemplando la ruina Tristemente centellea;
De toda la gente hispana : Teniendo por mas segura
«¡Ay España, España, Del traja humilde la muestra,
Que culpa no mereces y te abrasas! i Que la acechada corona,
¡ Oh cruda causa, Ni la eavidiada riqueza;
Y mas traidor Rodrigo, Sin las insignias reales
Que por tu torpe amor fué tal castigo! De la majestad soberbia,
¡ Ay dulce patria querida, Que amor y temor de muerte
De tantos grados honrada Junto á Guadalete dejan,
A costa de noble sangre Bien diferente de aquel
" En su amparo derramada! Que antes entró en la pelea •
¡ Ay madre honrada del mundo, Rico de joyas, que al godo
Y de un hijo deshonrada, Dio la victoriosa diestra;
Que sin ser nada, le hiciste Tintas en sangre las armas,
Rey, para hacerte nada! Suya alguna, y parte ajena,
El ser le diste de rey, Por mil partes abolladas
Y desconocido paga Y rotas algunas piezas;
Tan subido beneficio La cabeza sin almete,
Con deshonrar á la Cava, La cara de polvo llena,
«¡Ay España, etc.» Imagen de su fortuna
¡ Oh traidor conde Julián! Que en polvo la ve deshecha,
¿En qué te ofendió tu patria? En Orelia su caballo
Di ¿ por qué el pecado ajeno Tan cansado ya, que apenas
Lo haces su propia causa? Mueve el presuroso aliento,
Si Rodrigo te ofendió, Y á veces la tierra besa,
Matárasle, y abrasaras Por los campos de Jerez,
Su linaje, sus parientes, Gelboe llorosa y nueva,
Su vida, Su honor, su casa; Huyendo va el rey Rodrigo
Mas en efecto un traidor Por montes, valles y sierras.
Ningunos respetos guarda Tristes representaciones
A patria, padre, ni rey, Ante los ojos le vuelan;
Si la traición es pensada. Hiere el temeroso oído
«¡ Ay España, España, Confuso estruendo de guerra;
Que culpa no mereces y te abrasas!» No sabe donde mirar,
(Romancero general.— It. MADRIGAL, Segunda De todo teme y recela;
parte del Romancero general.) Si al cielo, teme su furia,
Porque hizo al cielo ofensa;
Si á la tierra, ya no es suya,
Que la que pisa es ajena :
597. Pues, si dentro de sí mesmo,
RODRIGO FUGITIVO Y DERROTADO. Con sus memorias se encierra,
Mayor campo de batalla*
(Anónimo.) Dentro el alma le apareja,
De las batallas cansado Y entre sollozo y suspiros
Se sale el rey Don Rodrigo, Así el rey godo se queja :
La cabeza sin almete —¡ Desventurado Rodrigo,
Y el ames todo rompido, Si esto en otro tiempo hicieras
La una rienda en una mano, Y huyeras de tus deseos
Y el un. estribo perdido. Al paso que ahora llevas
Por do el caballo lo lleva Y á los asaltos de amor
Por allí va sin sentido. No mostraras la flaqueza,
Por un arroyo zarzoso Tan indigna de hombre goae,
El caballo lo ha metido. Y mas de rey que gobierna,
Echó la corona en tierra Gozara su gloria España
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 107
Y aauella fuerte defensa, Camina por donde quiere,
Oue ya por el suelo yace Que tío le estorba la via.
? el color trueca a las yerbas! El Rey va tan desmayado
Amada enemiga mia, Que sentido no tenia:
De España segunda Elena, Muerto va de sed y hambre
•Oh si yo naciera ciego, Que de velle era mancilla;
n tú sin beldad nacieras! Y va tan tinto de sangre ,
Pedernal fué tu hermosura, Que una brasa parecía.
Y yo el eslabón y yesca, Las armas lleva abolladas,
Oue las centellas cogí Que eran de sangre perdida;
En que el mundo se arde y quema. La espada lleva hecha sierra
Fuerza fué la que te hice; De los golpes que tenia ;
Mas también mirar debieras, El almete de abollado
Que tu beldad poderosa En la cabeza se hundía: ¡
Usó conmigo de fuerza. La cara llevaba hinchada
Eres mar tempestuoso, Del trabajo que sufría.
y entendí que Cava eras ; Subióse encima de un cerro
Mas lo uno y lo otro fuistes, El mas alto que veia :
pues que me acabas y anegas. Desde allí mira su gente
¡Maldito sea el punto y hora Cómo iba de vencida.
Que al mundo me dio mi estrella! De allí mira sus banderas,
¡Pechos que me dieron leche, Y estandartes que tenia,
Mejor sepulcro me dieran! Cómo están todos pisados
¡ Pagara á la tierra el censo, Que la tierra los cubría.
Y en su soledad durmiera Mira por los capitanes
Con los cónsules y reyes, Que ninguno parescia;
O con los plebeyos d'ella! Mira el campo tinto en sangre,
¡Quitárale ala fortuna La cual á arroyos corría.
Carro en que triunfar pudiera, El triste de ver aquesto '
Y un Rodrigo para España, Gran mancilla en sí tenia;
Materia de tantas quejas! Llorando de los sus ojos
¡Traidor conde Don Julián! D'esta manera decia : 4
Si uno solo es el que yerra, —Ayer era rey de España ,
jPor qué tan injustamente • Hoy no lo soy de una villa;
Hiciste común la pena? Ayer villas y castillos,
Matárasme á puñaladas, Hoy ninguno poseía;
Pues pudiste, y bien hicieras; Ayer tenia criados
Mas si el traidor es cobarde Y gente que me servia,
Jamas hace cosa buena. Hoy no tengo una almena
No ofendí yo al africano, Que pueda decir que es mia.
i Por qué africano te venga? Desdichada fué la hora,
¡Oh si este agudo puñal ¡ Desdichado fué aquel día
Rasgara tus falsas venas!— En que nací y heredé
Mas iba á decir Rodrigo, La tan grande señoría,
Pero las palabras medias Pues lo habia de perder
Las arrebató el enojo Todo junto y en un dia!
Y entre los dientes las quiebra. ¡Oh muerte! ¿por qué no vienes
Cayó muerto su caballo, Y llevas esta alma mia
Y librando de las piernas, De aqueste cuerpo mezquino,
Hizo el arzón almohada Pues te se agradecería?
Mientras huyen las tinieblas, (Cancionero de Romances.)
Y diciendo :—Adiós, España
Que el bárbaro señorea ,— * Véase la nota del del número 602.
Junto á su Orelia querido s De este trozo entresacó Cervantes tres versos que cita en
La luz enemiga espera, la parte 11, cap. xxvi del Quijote, donde los acopla, del modo
siguiente:
(Romancero general.) Ayer era rey de España,
C e n tal ian is lno
inp "fte„ !.l! J . . . P ? indica ser el romance de Y hoy no tengo una almena
ll
Que pueda decir que es mia;

600.
LLEGAN NUEVAS Á LA REINA, DE LA DERROTA DE GUADALETE.
(Anónimo.)
AL MISMO ASUNTO.— III. Ya se sale de la priesa
El rey Rodrigo cansado;
(Anónimo *.) Pusiérase hacia una parte
R0dri Por de allí mirar su campo :
?ÍÍSyfi^ «° Ve que su gente se apoca,
Y que ya va desmayando.
Desque esto vido Rodrigo
$ ^ 0 deja sus tierras No pudo de mas mirallo,
¿ «el real se salía : Porque bien ve que los suyos
ldesventu
&^f ™do, c Ya no pueden soportallo.
K , S'í ^pañía. l o d e c a n s
Volvió las riendas apriesa,
Yam»H
1 8
ado, Da de espuelas al caballo;
mudar no se podía Huyendo va á mas andar
408 ROMANCERO GENERAL.
Por un dromedal abajo. Ha tomado la venganza.
Violo huir Aliastras, El y su malvada hija
Uu su capitán honrado ; En Berbería se pasan
Acordó seguir tras él, Con el obispo Don Oppas,
Pero no pudo él hallarlo. Que con él se concertaba.
Desque vio que no le halla, Hace trato con los moros,
A Toledo hubo llegado, Venden la tierra cristiana;
Donde quedara la corte, Entraron por Gibraltar
Y la Reina habia quedado. Como quien entra en su casa.
Pesábale por llevar Ganan á Málaga y Ronda,
De su rey tan mal recaudo; Antequera con Granada,
En entrando por la puerta Toda Castilla la Vieja,
Comenzó á decir llorando : Que ninguno lo estorbaba,
—Va, señora, no sois reina, Sino el triste rey Rodrigo
Ya no tenéis ningún mando , Que h'obo con ellos batalla,
Porque en ocho batallas fie donde salió vencido,
Perdiste todo el Estado: Ya que la noche cerraba.
Perdisteis el rey Rodrigo Llamándose va cuitado,
El vuestro marido honrado, Su persona denostaba;
Porque le vi ir huyendo Los ojos mirando al cielo
Muy malamente llagado, Con gran pena lamentaba;
Y que á la hora de agora Quéjase de su ventura,
Será muetto ó cativado— D'esta suerte razonaba:
La Reina sin oir mas —¡ Oh mal venturoso rey,
Cayó tendida en su estrado : Postrer godo que reinaba,
Después de.grandes cuatro horas Hoy pierdes tu tierra y reino,
En su sentido ha tornado : Fortuna lo trastornaba!
Mandó á Aliastras que cuente ¡ Oh conde Don Julián!
Todo como habia pasado. ¡ Maldita sea tu saña,
Aliastras se lo cuenta, Que gran crueldad has mostrado
Que nada habia dejado. Contra la triste de España!
La Reina con gran congoja Yo malo, que obré el pecado,
Dijo : — Ya lo he yo tragado, Merecía haber la paga.
Porque la noche pasada ¡ Maldita sea la tu hija
Un mal sueño habia pasado, Que de tan gran mal fué causa!
Y es que vía el rey Rodrigo ¡Mis ojos sean malditos
Con el gesto muy airado, . Que su hermosura miraran, (
i
Con ojos vueltos en sangre, Que á no mirarla ellos ,
Que iba muy apresurado Todo este mal se excusaba! '. \
Para ir vengar la muerte ¡Oh gran Dios de cielo y tierra i
Del desdichado Don Sancho, Perdona esta mi.alma :
Y que se volvia sangriento, No miréis, justo Señor,
Y su cuerpo mal llagado, Su pecado, pues pagaba
Y que llegaba á mí El cuerpo que lo tal hizo;
Y me tiraba del brazo, A ella haced librada.—
Y decía estas palabras Y con gemidos crecidos,
Muy fuertemente llorando : Sus ojos tornados agua,
«Quédate adiós, Reina triste, Entrara por un jaral;
Quédate adiós, que me parto : Sus vestidos desnudaba.
Los moros me han ya vencido, Perdióse.el rey Don Rodrigo,
Los moros me han soyogado. Que hasta agora no se halla; ,
No cures llorar mi muerte, Los moros siguen victoria
No cures llorar tu Estado, Hasta la Peña horadada.
Procúrate de esconder Hizoles cara Pelayo,,
Allá en lo mas apartado ; Ese duque de Cantabria,
Vete luego á las montañas Que con su sobrado esfuerzo
De aquel reino Asturiano, De lo perdido ganaba,
Porque no hay otro remedio Con las gentes que han huido,
Si quieres quedar en salvo, A Estunas de Santillana.
Porque España y lo demás Dióle Dios muy gran victoria,
Todo está ya sujetado.» Que hasta León cobraba ;
(Cancionero de Romances.) Toman todos corazón
Sobre la gente pagana.
Otros reyes sucedieron
601. Que lo perdido ganaran,
LA PÉRDIDA DE ESPAÑA POR RODRIGO. Hasta el Quinto Fernando
(De Lorenzo de Sepúlveda.) Que el Católico llamaran,
Triste estaba Don Rodrigo, Que con su esfuerzo ganó
El buen reino de Granada. ,
Desdichado se llamaba; (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente mnW
Gimiendo estaba y llorando
La gran pérdida de España,
No solo porque la pierde,
Mas porque d'ello fué causa, 602.
Porque dio bestial amor PROFECÍA SOBRE LA CONQUISTA D E ESPAÑA POR IOS
A esa maldita la Cava.
Si al Rey d'aquesto le plugo, (Anónimo *.)
A la Cava le pesaba ; Los vientos eran contrarios,
Mas su padre Don Julián La luna era crecida,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 409
i os peces daban gemidos Y la tierra los cubría.
Por el tiempo que hacia. Mira por los capitanes
Cuando el rey Don Rodrigo Que ninguno parecía;
junto á la Cava dormía, Mira el campo tinto en sangre,
Dentro de una rica tienda El cual á arroyos corría.
De oro bien guarnecida. El triste de ver aquesto
Trescientas cuerdas de plata Gran mancilla en sí tenia;
La su tienda sostenían, Lloraba de los sus ojos,
Dentro habia cien doncellas D'esta manera decía :
Vestidasámaravilla; _ —Ayer era rey de España ,
Las cincuenta están tañendo Y hoy no lo soy de una villa ;
Con muy extraña armonía : Ayer villas y castillos,
Las cincuenta están cantando Hoy ninguno poseía;
Con muy dulce melodía. Ayer tenia criados
Allí hablara una doncella Y gente que me servía,
Que Fortuna se decía : No tengo ahora una almena
_-Si duermes, buen rey Rodrigo, Que pueda decir que es mía.
Despierta por cortesía, ¡ Desdichada fué la hora,
Y verás tus malos hados, Desdichado fué aquel día
Tu peor postrimería, En que nací y heredé
Y verás tus gentes muertas Tan gran reino y señoría,
Y tu batalla rompida, Pues lo habia de perder
Y tus villas y ciudades Todo junto y en un día!
Destruidas en un día. ¡ Oh muerte! ¿por qué no vienes
Castillos y fortalezas Y llevas esta alma mia,
Otro señor las regía. De aqueste cuerpo mezquino,
Si me pides quién lo ha hecho, Pues se te agradecería?
Yo muy bien te lo diría : (TIMONEDA, Rosa española. — It. Floresta de
Ese conde Don Julián varios romances.)
Por el amor de su hija,
Porque se la deshonraste * Este romance es el mismo, pero mas completo, que el del
número 599. Repítense en él trozos enteros del otro; mas su
Y mas d'ella no tenia. primera mitad es del todo nueva, y participa mucho del estilo
Juramento viene haciendo oriental y lírico. Esto hace presumible que sea una reforma
Que te ha de costar la vida.— de aquel ya citado; pero uno y otro parecen ser compuestos
Despertó muy enojado por un juglar ejercitado, mas bien que por un rudo é inartifi-
Con aquella voz que oía; cioso poeta
Con cara triste y penosa
D'esta suerte respondía :
—Mercedes á t í , Fortuna, 603.
D'esta tu mensajería.— RODRIGO LLORA LA PÉRDIDA DE SU REINO.
Estando en esto llegó {Anónimo.)
Uno que nuevas traía, Llorando mira Rodrigo
Como el conde Don Julián Las ruinas castellanas,
Las tierras le destruía. Los ejércitos vencidos,
Apriesa pide el caballo La venganza de la Cava.
Y al encuentro le salia; La ñera trompeta escucha
Los enemigos son tantos Que forzosamente llama,
Que esfuerzo no le valia;
Que capitanes y gentes Y otra vez en su memoria
Huía el que mas podia. Mas le atlige y le maltrata.
Rodrigo deja sus tierras Confusos miran los cielos
Y del real se salia : La fatal hora menguada,
Solo va el desventurado Que de lo que Dios no hace
Que no lleva compañía. El mismo cielo se espanta.
Él caballo de cansado Y el campo grita uGuerra, al arma, al arma.»
Menearse no podia; Y el Rey :«Aquí fué Troya, adiós, España.»
Camina por donde quiere, Miran al Rey sin corona,
Que no fe estorba la via. Que siendo del cielo dada,
El Rey va tan desmayado, Sin que el cielo se la quite,
Que sentido no tenia; Ni la tiene ni la halla.
Muerto va de sed y hambre, El mismo polvo medroso,
Que de verle era mancilla. Salpicado de las armas,
Iba tan tinto de sangre Encontrando al Rey, se esconde
Que una brasa parecía; En el sudor de su cara.
Las armas lleva bolladas, Sonaban las voces tristes,
Que eran de pedrería; Relumbraban las espadas
Que penetraban sangrientas
La espada era una sierra Por las vencidas gargantas.
De los golpes que tenia ;
El almete de abollado Y el campo grita :«Guerra,al arma, al arma.»
La cabeza le hundía; Y el Rey. «¡Aquí fué Troya, adiós, España!»
La cara llevaba hinchada {Maravillas del Parnaso.)
Del trabajo que sufría,
ouoio encima de un cerro,
El mas alto que allí habia; 604.
De allí miraba su gente
Wrno iba de vencida; AL MISMO ASUNTO.
De allí mira sus banderas, (Anónimo.)
* estandartes que tenia Las armas y venas rotas,
Wmo están todos pisados
El estoque en sangre tinto,
410 ROMANCERO GENERAL.
Huye vergonzosamente' 606.
De la batalla Rodrigo.
Ciégale el polvo los ojos, RODRIGO PENITENTE , \ SO MÜERTí.
Y con temor del peligro (Anónimo*.)
Los pies y la razón pierden,
Juntamente los estribos. Después que el rey Don Rodrigo
Al fin subió como pudo » A España perdido había,
Sobre un cerrillo propincuo, Ibase desesperado
Si de alguna suerte sube Por donde mas le placía.
Quien de tan alto ha caído. Métese por las montañas
Mira desde allí la sangre Las mas espesas que via,
De aquellos godos antiguos Porque no le hallen los moros
Vertida en balde y mezclada Que en su seguimiento iban.
Con la de infames morillos ; Topado ha con un pastor
Mira las cruces bermejas S Que su ganado traía,
Divisa del Cristianismo, Dijole :—¿Dime, buen hombre.
Rendidas infamemente Lo que preguntar quería
Al estandarte morisco. Es si hay por aquí poblado
Esto contempla, y tras esto O alguna casería
Sus dos ojos vueltos riscos, Donde pueda descansar,
Conociéndose culpado Que gran fatiga traia ? —
Así razona consigo : El pastor respondió luego
—Justamente ordena el cielo Que en balde la buscaría,
Que pues á Dios hice guerra, Porque en todo aquel desierto
Pordido el reino del suelo, Solo una ermita habia,
Solo para mi consuelo Adonde está un ermitaño,
Tenga siete pies de tierra. Que hacia muy santa vida.
Y si por vanos antojos El Rey fué alegre de esto
Quebré la divina ley, Por allí acabar su vida.
Hoy me miren estos ojos Pidió al hombre que le diese
Vasallo de mil enojos De comer, si algo tenia :
Habiéndome visto rey. El pastor sacó un zurrón,
También porque mi castigo Que siempre en él pan traía;
Iguala la culpa sea. fiióle del, y de un tasajo
El reino da al enemigo; Que acaso allí echado habia.
Porque siendo yo testigo, El pan era muy moreno,
El lo goce y yo lo vea. Al Rey muy mal le sabía;
Y déjame solamente, Las lágrimas se le salen,
Por mejor me deshonrar, Detener no las podia
Caballo que me consiente Acordándose en su tiempo
Huir vergonzosamente, Los manjares que comía.
Y estoque por me matar. Después que hubo descansado
Por la ermita le pedia,
(MADRIGAL, Segunda parte del Romancero general.) El pastor le enseñó luego
Por donde no erraría.
i Horrible anacronismo, que coloca las órdenes militares en El Rey le dio una cadena,
tiempo de los godos, y antes de la conquista de España pol- Y un anillo que traia :
los musulmanes.
Joyas son de gran valor
Que el Rey en mucho tenia.
Comenzando á caminar,
6-05. Cuando el sol se retraía,
LAMENTO SOBRE LA PÉRDIDA DE ESPAÑA. A la ermita es ya llegado
Que el pastor dicho le habia.
{Anónimo.) El dando gracias á Dios
Volved los ojos, Rodrigo, Luego á rezar se metia;
Volvedlos á vuestra España, Después que hubo rezado
Mirad cómo os la destruyen Para el ermitaño se iba :
Vuestros amores y Cava : Hombre es de autoridad,
Mirad la sangre que vierten Que bien se le parecía.
Vuestras gentes en batalla, Preguntóle el ermitaño
Castigo de la inocente Cómo allí fué su venida;
Que fué por vos derramada. El Rey, los ojos llorosos,
«¡Ay, España, Aquesto le respondía:
Perdida por un gusto y por la Cava!» —El desdichado Rodrigo
La honra de los antiguos Yo soy, que rey ser solía :
Por tantos siglos ganada, Vengo á hacer penitencia
Contigo en tu compañía;
Vos solo por un momento No recibas pesadumbre,
Perdéis reino, cuerpo y alma. Por Dios y Santa María.—
Acabóse vuestro bien El ermitaño se espanta,
Y vuestrds males no acaban; Por consolallo decía :
Que el mal suele acabar honras —Vos cierto habéis elegido
Que acaban la vida y fama. Camino cual convenia
«¡Ay, España, * Para vuestra salvación,
Perdida por un gusto y por la Cava!» Que Diosos perdonaría.—
{Códice del siglo xvn.— DEPPING, Romancero El ermitaño á Dios ruega
general.) Por si le revelaría
La penitencia q<ue diese
Al Rey, que le convenía.
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 411
Fuéle luego revelado, Almazan llaman al moro
Departe de Dios,undia, Que sobre ellos tiene mando :
Oue le meta en una tumba Con él vino el mal obispo
Con una culebra viva, Don Oppas, ese malvado.
\ esto tome en penitencia Era cuñado del conde
Por el mal que hecho habia. Que Don Julián es nombrado;
El ermitaño al Rey Padre era de la Cava
Muy alegre se volvía: Que todo el mal ha causado.
Contóselo todo al Rey Combaten recio la cueva
Como pasado le habia. Con esfuerzo denodado;
El Rey d'esto muy gozoso Don Oppas se llegó á ella
Luego en obra lo ponia. En un mulo cabalgando.
Métese como Dios manda Hablando está con el Rey
Para allí acabar su vida , Palabras de gran halago ;
-Y el ermitaño muy santo Con razones engañosas,
Mírale al tercero día. Le dijo :—Mira, Pelayo :
Dice :—¿Cómo os va, buen Rey? Rien sabes el gran poder
: Vaos bien con la compañía ? De los godos esforzados,
—Hasta ahora no me ha tocado Que conquistaron á España
Porque Dios no lo quería: Y en ella habían reinado,
Ruega por mí, el ermitaño, Que nunca fueron vencidos
Porque acabe bien mi vida.— De bárbaros y romanos.
El ermitaño lloraba, Por el gran juicio de Dios
Gran compasión le tenia: Ya su esfuerzo es soterrado;
•Comenzóle á consolar Quebrantado es su poder,
Y esforzar cuanto podía. Muertos yacen en el campo.
Después vuelve el ermitaño Dime tú : ¿ Qué te aprovecha
A ver si ya muerto habia: El esfuerzo que has mostrado,
Halla que estaba rezando Y encerrarte en esa cueva?
Y que gemía y plañía. ¿Do piensas ser escapado?
Preguntóle cómo estaba : ¿Cuidas por ventura tú
—Dios es en ayuda mía, Escapar de los paganos,
Respondió el buen rey Rodrigo :
2
Y d'ellos te rébelar,
La culebra me comía ' ; Y conseguir temerario
Cómeme ya por la parte Lo que no pudo Rodrigo,
Que todo ló merecía, Aquese rey afamado,
Por donde fué el principio Con todos los nobles godos,
De la mi muy gran desdicha.— Que los ves desbaratados?
El ermitaño lo esfuerza, Acuérdate qu'el su reino,
El buen Rey allí moría : Qu'en fuerzas fuera ahondado,
Aquí acabó el rey Rodrigo, Y por su sabiduría
Al cíelo derecho se iba. De todo el mundo admirado,
(Cancionero de romances. — It. TIMONEDA, Rosa Ya es perdido y destruido,
española. — It. gilva de varios romances. — Y en nonada es ya tornado.
It" Floresta de varios romanees.) Pelayo, yo te aconsejo ,
La tu vida deseando,
t Es una de las composiciones que merecen el nombre de Que te des luego á los moros
populares; pero se advierte desde luego en ella una reforma
considerable, hecha con mucha posterioridad, del romance Con esos tus allegados.
primitivo, pues su lenguaje y consecuencia en los consonantes Tú y ellos seréis muy ricos ,
demuestran demasiado el arte y el cuidado con que se han De riquezas ahondados;
buscado. Si no, moriréis á espada,
2
La lección de Cervantes en estos versos es: No escaparéis de sus manos.—
Ya me comen, ya me comen Don Pelayo cuando oyera
Por do mas pecado habia. Lo que Don Oppas ha hablado,
(Quijote, parí, u, cap. xxxvi.) Recibió muy gran pesar,
Y esta respuesta le ha dado :
—Oppas, tú fuiste arzobispo
ÉPOCA DEL REY DON PELAYO. Y en letras bien enseñado,
Rien sabes que tú, y el rey
Vitiza, aquese tu hermano,
607. Ensañaste mal á Dios
Con vuestros grandes pecados,
DE CÓMO DON PELAYO VENCIÓ A LOS MOROS EN COVADONGA. Junto con Don Julián
(De Lorenzo de Sepúlveda.) Ese siervo de el diablo-.
Junto al rio Guadalete, En saña vos lo metistes,
Que á Jerez era cercano, Por do vino el grande daño
En la gente de los godos,
Aquese rey Don Rodrigo Varónos tan esforzados.
Vencido queda en el campo. Y aunque esto dure algún tiempo,
Venciólo el moro Tarif, Dios no nos habrá olvidado :
Por el su triste pecado : El nos dará la venganza
1
Los moros ganan á España , Del que á él hobo cansado.
oda la habían- conquistado Yo bien fío en su bondad,
Hasta Asturias de Oviedo Que será como lo hablo 7
Donde se huyó Don Pelayo. Y esto me hace no temer
A este alzaron por rey Los moros que me han cercado.
Los cristianos que han quedado. Cuanto mas que es mi abogada
Cercáronlo en una cueva Virgen Madre, con sus santos :
Mucha gente de paganos. Todos rogarán á Dios
ROMANCERO GENERAL,
m Nos libre d'este quebranto. Con increíble presteza
Yo creo con estos pocos Se puso del otro cabo.
De cobrar lo qu'es ganado Los moros, que le seguían,
A los fuertes nobles godos , Visto un caso tan extraño,
A quien se ha hecho el estrago, No se atreviendo ninguno
Que muchas mieses se crian A lo que el godo esforzado,
Y multiplican un grano.— Se quedaron á la orilla,
Y acabando estas razones No sin razón admirados.
A la cueva se ha tornado. Caminó al valle de Cangas
Todos los que están con él El infante Don Pelayo ,
Quedaron muy asombrados, Adonde de España y godos
En ver que de tantos moros Fué luego por rey jurado,
Todos ellos son cercados; Y recogiendo las gentes,
Todos de un corazón De que hizo grueso campo,
A Dios estaban rogando Los exhortó de manera
Que les ayudase y libre, Que al mas tímido hizo osado,
Y no mire á sus pecados. El valor al valeroso
Cuando vio el mal Obispo, Con esfuerzo acrecentando.
Que no aprovecha lo hablado, Tanto pueden las palabras
Mandó á todos los moros Dichas con fervor honrado,
Que combatan los cristianos, Que la victoria consiguen ,
Qu'están sin seso medrosos, Mas que el vigor de los brazo».
Y de bien desesperados ; Pues como estuviese ya
Que acometan con las armas De moros cubierto el campo,
Y que los hagan pedazos. Cuyo caudillo Abrahen
Con muy grandes alaridos Era, y Don Oppas el malo,
A. la peña están tirando Arzobispo de Sevilla
Muchos honderos con piedras, Y del rey Vetiza hermano,
Con ballestas y con dardos. Que de los julianistas
Mas como el poder de Dios Era capitán nombrado,
Lidia por los encerrados, Tornándose de pastor,
Las piedras y las saetas Lobo contra sus rebaños,
Y dardos que habían tirado, Con sangriento proceder,
Vuélvense contra los moros, De Dios y de sí olvidado;
Muchos matan en el campo : Viendo el notorio peligro
Veinte mil eran los muertos, En que estaba el rey Pelayo ,
Sin otros muchos llagados. Mil soldados escogió
Los moros, cuando esto vieron, De los mas disciplinados
Todos están asombrados; En el bélico ejercicio,
Pelayo alababa á Dios Y en un Cóncavo peñasco
Por el miraglo pasado. Que una honda cueva haciS,
Cobran todos corazón Se metió, y por lo mas alto
Contra los moros malvados; De los intratables riscos
A unos matan, otros prenden, Dejó los demás soldados.
D'ellos se han bien vengado. Raten la cueva los moros
Muerto quedaba Almazan, Con piedras, flechas y dardos;
Preso Oppas el malvado; Mas como al intento bueno
Por el monte de Atizona Nunca Dios niega la mano ,
Huyen los que habian quedado ; Quiso mostrar su grandeza
Cayera el monte con ellos, Con un notorio milagro,
Debajo los ha tomado. Y fué : que todos los tiros,
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Que los moros indignados
A los cristianos tiraban,
Resultaban en su daño ,
608. Y volviéndose á los moros,
Mas de treinta mil mataron.
AL MISMO ASUNTO. Conociendo esta merced,
{De Gabriel Lobo Laso de la Vega.) Y el favor del cielo grato,
Por nunca usados caminos Sale apriesa de la cueva
El godo infante Pelayo Con su gente el rey Pelayo ,
Con diligentes talones No dejando moro vivo
El caballo aflige en vano, De todos, en poco espacio.
Cuyos abiertos ijares Mató al caudillo Abrahen,
Iban sangre destilando; Don Pelayo peleando,
Mas no el temer de la espuela Y al Arzobispo traidor
Apresura el paso tardo. Prendió por su propia mano.
Iba huyendo del rigor . Fué parte aquesta victoria
Del sanguinoso contrario, De otras que aquí no señalo,
Que en su seguimiento iba Con que , de la ya perdida,
Con gran gana de alcanzarlo. Alguna tierra ganaron,
Mas como Dios le guardaba Venciendo muchas batallas
Para negocios mas arduos, De moros en campo raso.
Quiso de un aprieto tal Pues como el rey Alcoral
Por bien de España librarlo. De España supo el estrago,
Llegó al rio de Pionía , Primero rey que fué d'ella,
El cual muy crecido hallando, Hizo que al Conde malvado
Puso la espada en la boca Le cortasen la cabeza,
Que fuese causa, pensando,
Y atravesándole á nado Con los dos Sisberto y Evas
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 413
Hijos de Vetiza el malo; Cerraron todas las puertas
Y á su mujer la Condesa Y á los moros la entregaran:
Los moros apedrearon, Salieron á los cristianos,
Y un hijo, que el Conde tuvo Que d'eslo no saben nada,
Pequeño, le despeñaron. Y como están desarmados,
En esto pararon todos, En el campo á todos matan.
¡De su traición justo pago! Entraron luego en Toledo
(LOBO LASO DE LA VEGA, Romanceroy tragedlas de.) Y por ella fuego andaba,
Lo que no bastaba á nadie
El una reforma ampliando el romance número 607. Si malos no la entregaran.
( SEPÚLVEDA, Romanees nuevamente sacados, etc.)
609.
TOMA DE CARMONA POR MUZA. 611.
(De Lorenzo de Sepúlveda.) ACÁBAT, REÍ MORO DE ESPAÑA, MATA ALOS GRANDES TUR-
Perdidas son las Españas, BULENTOS, PARA ASEGURARSE EN EL TRONO.
Tarif las había ganado; (De Gabriel Lobo Laso de la Vega.)
Muza que es su compañero
Sobre Carmona es llegado. Después que el Conde traidor
Con él está Don Julián, A los moros vendió á España,
Ese alevoso malvado; Del rey Rodrigo agraviado
Padre era de la Cava, Por lo que hizo con la Cava,
Que todo el mal ha causado. Reinaron diversos reyes
No puede haber el castillo, En ella, mas no duraban,
Que es muy fuerte y torreado : Porque en no siendo á su gusto
Pensaron muy gran traición Reino y vida les quitaban,
Para la haber á su mano. Y así reinar tan costoso
Muza la mandara al Conde, Ningún moro cobdiciaba.
Que con gente de cristianos Queriendo mas vivir pobres
Parezca que van huyendo, Que reyes muerte temprana,
Hallaban difícilmente
Y que él lo iria acosando ; Rey, aun rogado, en España.
Que viéndolo los de dentro, Eligieron á Acabat,
Entrada le habrían dado, Moro valiente y de fama,
Creyendo que huyen de moros, El cual viendo el gran peligro
Y ansi los habrán lomado. Que tenia el que reinaba,
El falso Conde maldito En su esfuerzo confiado
Hizo lo que fué mandado : Dio una traza temeraria;
Los de adentro lo acogieron, Que estas suelen levantar
Muy bien lo habian hospedado. A quien la fortuna ampara,
Hacia allá á la media noche Y fué : que el nombrado día
La traición había obrado; Que con solemne algazara
Levantóse y á los suyos Y costosísimas fiestas
Las velas habian tomado : Por su rey le juró España,
Metieron dentro los moros; Habiéndose aconsejado
La villa les han ganado. Con dos amigos que amaba,
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente tacados, etc.) Juntas todas las cabezas
De su reino en una sala,
Les pide ninguno de ellos
De su palacio se vaya
610. Hasta que trate en secreto
TOMA DE TOLEDO POR TARIF. Cosa que al reino importaba.
Obedeciéronle todos,
(Be Lorenzo de Sepúlveda.)
Y algunos de mala gana.
Perdido era Don Rodrigo, Retiróse en una pieza
Tarif va ganando á España; El Rey, d'ellos apartada,
A Toledo habie llegado, De adonde un portero sale
Casi la Semana Santa. Diciendo que el Rey los llama;
Falta habie de cristianos, Pero que entren uno á uno,
Desamparada quedaba; Porque es orden por él dada,
Los que hay, muy pocos armados, Y el acordado negocio
Que las armas les faltaban. Silencio grande demanda.
La villa, como es tan fuerte Entró Moirel adelante,
Ningún cerco recelaba; Viejo Alcaide de Granada,
En ella hay muchos judíos, Que era en el votar primero
Que en Toledo se criaran. En cualquiera junta y habla.
Domingo era de Ramos, Estaba el Rey con los dos,
Gran fiesta se celebraba ; Que el hecho le aconsejaran:
Los cristianos la hacían, Era la pieza algo oscura,
Que no la gente marrana, De industria de luz privada.
Y por honra de la fiesta En viendo á Moirel el Rey,
iban a Sancta Leocadia A un rincón d'ella le aparta,
A oír la predicación Y sin ruido ninguno,
i de Dios la su palabra. Mientras con el Rey hablaba,
Los íudlos como malos, Los dos advertidos moros
venden la gente cristiana;
) r a o n u r a n Le ponen á la garganta
r! í .P y 8 traición,
wnTanftiénenla obrada. Un escurridizo lazo ¡
A quien presto rindió el alma.
M ROMANCERO GENERAL.
Mótenle én otro aposento, El primero de aquel nombre,
Que de allí apartado estaba, Y entrando en el primer año,
Teniendo á la ejecución En la era de ochocientos
Siempre las puertas cerradas. Sobre esos veinte y tres años,
D'esta suerte procedió Cuéntase qu'este rey era
Con los demás que quedaban, Muy bueno y muy esforzado
Hasta que vio las cabezas. Mas que nunca hubo batalla
De todo el reino cortadas, Contra moro ni cristiano,
Que fueron mas de trescientas, Ni menos sacó su hueste,
Y aun adelante pasara Maguer qu'era muy osado.
Si á la mano no le fueran Reinando pues este rey,
Los dos, diciendo : Bastaba Y en el segundo año entrado,
Para castigó y ejemplo, No se halla que hiciese
Que era lo que procuraban. Ningún hecho señalado,
Mandó tras aquesto el Rey, Sino acordarse que un tiempo
Que entrasen los que quedaban Fué d'Evangelio ordenado,
Todos juntos, porque viesen Por do no podia ser rey,
En qué ios traidores paran, Pues lidiar l'era vedado,
Diciéndoles :—Hasta aquí Ni menos hacer'justicia,
No ha tenido rey España ; Lo que á todo rey l'es dado;
Agora le tiene tal Y así, como quier que fuese
Cual conviene que le haya, Animoso y esforzado,
Y es muy bien primero echar No quiso tener el reino :
Los enemigos de casa, Por su sobrino ha enviado.
Antes de ir tras los de fuera, Este era el rey Alfonso,
Que es empresa menos ardua, Qu'era tio de Mauregato,
Pues no se pelea bien El cual estando en Navarra,
Sin guardarse las espaldas. Vino luego á su mandado;
Hecho fué aunque crudo, digno Y siendoant'el Rey venido,
De eterna y loable fama, El reino le ha renunciado :
Con que aseguró su reino Esto voluntariamente,
Y hizo su vida larga. Que de nadie fué forzado.
Reinó mucho tiempo, y hizo Cuatro años y seis meses
Altas cosas por las armas. Los dos del reino han gozado;
(LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y tragedias de.) Con unión y gran placer
Reinaron en igual grado;
Y aunque Alfonso iuese rey,
ÉPOCA DE LOS REYES DE LEÓN, FAVILA , MAU- Bermudo era rey llamado.
REGATO, ALFONSO II EL CASTO, BERMUDO I, Hasta el punto que murió
Y RAMIRO I; CON LOS ROMANCES DE BERNAR- Fué como tal acatado;
DO DEL CARPIÓ. El cual murió de su muerte,
Y en Oviedo fué acostado
Con la Reina su mujer,
612. Con quien él era casado,
MUERTE D E FAVILA. Llamada Doña Emilona,
(De Lorenzo de Sepúlveda.) De la cual se habia apartado
Solo por razón de aquello
Muerto era ese buen rey, Porqu'el reino habia dejado,
Don Pelayo era llamado , Y esto, después que dos hijos
Que ganó de lo perdido En ella Dios le habia dado,
Por Rodrigo desdichado. Don Ramiro y Don García,
Enterráronlo dentro en Cangas, A quien Dios no negó estado
Su hijo heredó el reinado: Que ambos á dos fueron reyes;
Don Favila se llamaba, Mas en siendo el Rey finado,
, Nieto del otro preciado. Reinó luego en su lugar
Dos años lo tiene no mas, El rey Don Alonso el Casto.
Porque era muy liviano;
Amaba mucho la caza, (Cancionero de Romances.)
Mas que conviene á su estado:
Corriendo la montería
Un gran oso habie hallado; 614.
Matarle quieren los suyos; MILAGROSA CRUZ D E OVIEDO.
Favila lea ha mandado
Que ninguno mate al oso, (Anónimo.)
Que el solo quiere matarlo. Reinando el rey Don Alfonso,
Luego arremetió con él, El que Casto era llamado,
A los brazos han llegado; Después de haber á los moros
Mas por la su desventura Por batalla quebrantado,
El oso lo habie matado. Teniendo en paz sus dos reinos,
Y estando muy ocupado
(SEPÚLVEDA, Romanees nuevamente sacados, etc.) En el templo que hacia
De Sant Salvador llamado :
Cuéntase d'él que tenia
613. Muy gran valor allegado
MUERTE DE BERMUDO I DE LEÓN. De muchas piedras preciosas,
[Anónimo.) A qu'él era aficionado;
Reinando el rev Don Bermudo Y en cuanto se hacia el templo,
Tomó en sí muy gran cuidado,
Por muerte de Mauregato, De hacer una cruz de oro,
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. m
Oue asi lo tenia pensado, Por señor del reino todo,
Y de engastonar en ella, Y túvolo sosegado
Como lo tenia acordado, En la era de ochocientos,
De aquellas piedras preciosas Contando veinte y ocho años.
Oue para ello habia guardado. Aqueste rey Don Alfonso
Pues avínole así un dia, Fué casto y bien fortunado,
No d'ello muy descuidado, Hijo del rey Don Fruela,
Oue saliendo de oir misa, Muy bien acondicionado,
Yendo para su palacio, De todos bienes cumplido,
Con él allí en el camino " De virtudes adornado.
Dos Angeles se han hallado Entre los bienes que habia,
En traje de peregrinos, Era piadoso y manso :
Qu'el hábito lo-ha mostrado. Hizo limpia y casta vida,
Preguntóles qué hombres eran, Jamas fué á mujer llegado;
Y ellos tal respuesta han dado : De aquí tomó sobrenombre
— Buen señor, somos plateros. — De ser el Casto llamado.
D'esto el Rey mucho se ha holgado, Fué en gran manera este Rey
Y dióles del oro y piedras Valeroso y esforzado.,
Cuanto vio que habia bastado, Ca hubo muchas batallas
Y una casa apartada Con los moros, de su grado,
Para labrar á su grado; Las cuales todas venció,
Y mandó que le labrasen Que ninguna le han ganado :
Por arte y ser extremado Tomóles muchos lugares,
Una muy hermosa cruz, Púsoles bajo su mando;
Cual habia deseado. Tan bien defendió su tierra,
Tomando el oro y las piedras, Que enojar nadie le ha osado.
Que por el Rey les fué dado, Alongó también de sí
Se fueron á su aposento, Los alárabes, lidiando ;
Mantuvo también en paz
Y el Rey se fué á su palacio. Sus gentes, y halas sacado
Estando el Rey ala mesa, Del grande miedo en qu'estaban;
Mandaderos ha enviado,
Que mirasen lo que hacían Y así los hubo esforzado,
Y si les fallesce algo. Que el gran temor que tenían
Cuando entraron en la casa En esfuerzo lo ha tornado.
Donde los habían dejado, Queriendo servir á Dios,
Hallaron la cruz ya hecha, De hacer ha comenzado
Y á ellos no habían hallado. Un templo rico y solemne,
De obra tan maravillosa De Sant Salvador llamado,
Atónitos se han quedado; En la Seo obispal de Oviedo,
La claridad que salia Y en sitio bien apropiado
La vista les ha turbado. Porque mejor estuviese;
Vánselo á decir al Rey, Y otro mayor y mas alto,
Del yantar se ha levantado: Que á los apóstoles doce
Fuese luego para allá, El babia dedicado :
Y como dentro hubo entrado , El otro á Sant Salvador,
Hallando hecha la cruz Que siempre le habia ayudado.
Mucho se ha maravillado, Y hizo ahí una capilla,
Y mas del gran resplandor, No con pequeño cuidado,
Que d'esto quedó admirado, A honor de Santa María,
Y de no ver los maestros Do su nombre fuese honrado,
Quedó muy mas espantado: Y otra capilla cabe ella
, Viendo ser obra de Dios De Tirso mártir el santo.
' Muy muchas gracias le ha dado. . Después hizo para sí
El Obispo ,y clerecía, Unos muy ricos palacios :
Con todo el pueblo juntado, Eran grandes y muy buenos,
Vinieron al punto allí, Por extremo bien labrados,
Que por el Rey fué mandado, Y por todas las labores
Y así muy honradamente Puso pilares de mármol :
Con loores la han llevado Cubriólos de plata y oro ,
A ponella en el altar Y hízolos dibujados.
De aquel templo tan loado A honra de Sant Miguel
Del señor Sant Salvador, Hizo un altar extremado
Adond'el Rey la ha tomado, Dentro de Sant Salvador,
i «on mucha devoción , Por maravilla labrado,
WHI corazón humillado, Y sobre aquel altar puso,
La puso luego sobre él, Por mas honoriflcallo,
J>olo, con su misma mano, El arca de las reliquias,
loando todos á Dios Que á Estúrias habia llevado
Por tan hermoso milagro. El arzobispo de Urban
Y el santo rey Don Pelayo ,
{Cancionero ieRomances.—It. TIMONEDA, ROSO De la ciudad de Toledo,
tspañola.)
Cuando cayó de su estado
Toda España juntamente
615. Por la culpa del pecado
Que cometió Don Rodrigo,
ÍONDACIONES PIADOSAS DE ALFONSO E L CASTO. El Rey malaventurado,
{Anónimo.) Cuando perdieron los godos
rw!£P£es d e
muerto Bermudo , La tierra que habían ganado.
Quedó Don Alfonso el Casto ' Todo esto que habernos dicho
¿16 ROMANCERO GENERAL.
Hizo este Rey tan honrado, Corrió á Castilla la Vieja ¡
A honra de nuestra Señora Y mientras allá hubo estado ,
Y de su Hijo sagrado. Un conde, con mal consejo,
A esta iglesia de Oviedo, , Contra él se ha levantado;
Por ser templo tan honrado, El cual por su propio nombre
De todas partes del mundo Llamaban Nepociano :
Viene gente á visilallo, Del palacio del Rey era
Porque hay muchas perdonanzas, Su natural y vasallo.
Y es por el mundo sonado. Pensando de haber el reino
Allí está la vestidura Mas por fuerza que por grado,
Que á Sant Alfonso ha dado Metió bullicio en la tierra,
La Virgen Santa María, Y en Asturias se ha encerrado.
Como es averiguado. Mas luego qu'el Rey lo supo,
Aquel'arca donde han Para Galicia ha guiado ,
Las reliquias encerrado, Y en esa ciudad de Burgos
Fué hecha en Jerusalen, Muy grande gente ha juntado,
Como esta determinado. Y entrando por las Asturias,
Cuando la persecución Toda la tierra ha estragado.
De Mahomud, el malvado, El Conde , cobrando esfuerzo,
La trajeron á Sevilla, Con el bando asturiano,
Donde gran tiempo hubo estado. Otrosí con los gascones,
Después se guardó en Toledo En lid con el Rey ha entrado
Mas de setenta y cinco años, Cabe el rio de Nareca;
Hasta qu'en ella metieron Pero fué vencido al cabo.
Las reliquias que he contado, El cual, viéndose vencido,
Que á Asturias fueron llevadas Con miedo se huyó del campo:
Por Urban y Don Pelayo. Mas siguiéronle dos Condes
(Cancionero de Romances.) Con voluntad de alcanzarlo.
Seuma y Cepion se decían ,
EnPravialo han alcanzado.
Después que lo hubieron preso,
616. Al Rey se lo han presentado :
MUERTE DE ALFONSO EL CASTO. Sacáronle entrambos ojos,
(Anónimo.) Y esto hecho j acabado ,
Tuvo el Rey de allí adelante
El casto rey Don Alfonso El reino muy sosegado,
Reinó cuarenta y un años, Ca non osaba ninguno
En la era de ochocientos , Hacerle pesar ni daño.
Sobr'eslos cincuenta y cuatro, El hizo meter en orden
Después de haber mantenido, Al conde Nepociano,
Como sabio y esforzado, Y darle cumplidamente,
Su reino en paz y justicia, Hasta que fuese finado,
Guardándolo en igual grado ; Lo que menester hubiese,
Y hizo muchas batallas , . Aunque mal lo habia enojado.
En que fué bien fortunado. En lo cual hizo este Rey
Murió en la ciudad de Oviedo, Como justo y esforzado ,
Y habiendo el alma á Dios dado, Pues con esto estuvo el reino
Fué, como gran Rey qu'era, Seguro y pacificado.
Honradamente enterrado
En un templo qu'él hiciera (Cancionero de Romances.)
De Santa María llamado,
El cual todo era de piedra
Muy ricamente labrado. 617.
Aqueste rey Don Alfonso , RAMIRO I.° QUITA E L FEUDO DE LAS CIEN DONCELLAS.
Cuyo renombre fué el Casto,
Maguer que tenia mujer, (Anónimo.)
Nunca á ella fué llegado : En consulta estaba un dia
Hizo buena y limpia vida, Con sus grandes y consejo
Y fué de Dios muy amado; El noble rey Don Ramiro
Y d'esta Reina se dice Varias cosas discurriendo,
Que fué hermana del rey Cario, Cuando sin pedir licencia
Que por Francia y lodo el mundo Se entró por la sala adentro
Fué llamado Carlo-Magno, Una gallarda doncella
Y que su nombre era Berta, De amable y hermoso gesto,
Como escrito se ha hallado. Vestida toda de blanco,
Pues, antes qu'el Rey muriese A quien el rubio cabello
A todos dejó mandado Bordaba de oro los hombros, #
Que alzasen á Don Ramiro ' A causa de venir suelto.
Por rey de todo el reinado," Ponen los ojos en ella,
Hijo del rey Don Bermudo ; Y poniéndolos en ellos
Y el dia que hubo nombrado, Ella comenzó á hablar,
Apenas fué muerto el Rey, Y ellos á darle silencio.
Cuando por rey lo han alzado. — Perdóname, dice, Rey,
Aqueste fué el rey primero Si tu Consejo atropello,
Que Ramiro fué llamado, Aunque si te le dan malo,
El cual siete años reinó, Antes soy digna de premio.
Mas en el primero ha entrado No sé si de rey cristiano
Con ánimo valeroso, Te dé nombre, porque entiendo
Siendo él muy esforzado. Que con fingida apariencia
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 417
nebes ser moro encubierto; Ni consienta que de moros
nue quien da á los que lo son Queden muertos en el campo;
Las doncellas ciento á ciento, Ruéganle que los acorra
Si va no es moro, á ellas Pues es su Dios soberano.
Las soborna para serlo. Adurmióse el rey Ramiro,
i por darle muerte oculta
S
Santiago le ha hablado:
Vas desangrando tu reino, Dijole : — Rey, sabe cierto
Por harto mejor tuviera Que cuando Dios por su mano
De una vez pegarle fuego ; Nos repartiera las tierras
0 si no en tributo y parias Do fuésemos predicando,
Dieras hombres á lo menos, Solo España á mí la dio
Que era dalles enemigos, Que le tuviese á mi cargo.
De quien vivieran con miedo. Defendella he de los moros ,
Pero si les das doncellas, Favor soy de los cristianos :
Allá, en dejando de serlo, Despierta tú, Rey, no duermas ,
Nacerán de cada una No dudes lo que te hablo,
Cinco ó seis contrarios nuestros. Que yo te vengo á ayudar
Mas bien acordado está Contra los moros paganos.
Que tus hombres se estén quedos, Con una cruz colorada,
Porque puedan engendrar Rey, me verás peleando,
Hijas que paguen en feudo : Seña blanca sobre mí
Que solo para engendrallas Y también sobre el caballo.
Deben de tener sugeto Confiésate t ú , el Rey,
De hombres, que en lo demás Y también los tus vasallos,
Yo por mujeres los tengo. Herid recio, que los moros
Si te acobardan las guerras, Muertos quedarán en campo :
Las mismas doncellas creo Llamad el nombre de Dios
Que han de venírtela á dar Con el mió apellidando.—
Por el mal que las has hecho, Despierto que fué el buen Rey,
Y sin duda vencerán, El sueño habia revelado;
Si lo ponen en efecto, Hizo lo que le mandó
Que ellas son mujeres hombres, Santiago, el apóstol santo.
Y hombres mujeres aquestos. — Hirieron fuerte, en los moros,
Alborotáronse algunos, Del campo los han lanzado,
Y el Rey, corrido y suspenso, Y tantos murieron d'ellos,
Determinó de morir Que no pueden ser contados.
O libertar á su reino. De allí quedara en Castilla
Juntó su gente de guerra, El invocar á Santiago
Y prestándoles su esfuerzo Al tiempo de las batallas
El glorioso Santiago, Que han habido los cristianos. .
Dio la batalla y vencieron. (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
Quedó medroso Almanzor,
Y el Rey con aqueste hecho
Dio libertad á Castilla, ROMANCES SOBRE BERNARDO DEL CARPIÓ.
Y á si mesmo honroso premio.
(Romancero general.)
619.
NACIMIENTO DE BERNARDO DEL CARPIÓ.
618. 1
(Anónimo .)
AL MISMO ASUNTO. En los reinos de León
El Casto Alfonso reinaba:
(De Lorenzo de Sepúlveda.) Hermosa hermana tenia,
• De León y las Asturias Doña Jimena se llama.
Ramiro tiene el reinado. Enamorárase de ella
Lsos moros de Bardulia Ese conde de Saldaña,
Le enviaron su mandado, Mas no vivia engañado,
Que si paz quiere con ellos Porque la Infanta lo amaba.
Li tributo les sea dado Muchas veces fueron juntos,
m les daba aquese rey, Que nadie lo sospechaba;
Mauregato era llamado De las veces que se vieron
Lada ano son cien doncellas, La Infanta quedó preñada.
Las cincuenta hijas-dalgo, La Infanta parió á Bernardo,
Para se casar con ellas* ' Y luego monja se entraba;
» tenellas á su mando, Mando el Rey prender al Conde
wan pesar cobraba el Rey Y ponerle muy gran guarda.
En oír el tal recado: '
bntro en tierra de los moros, (Cancionero de romances.)
Machofeshabia estragado^' * Con este romance empieza la serie de los del famoso Ber-
M Albella, ese lugar? nardo del Carpió, que es, por decirlo asi, la personiOcacion del
DlE^ ? H h a b i
a n trabado; caballerismo feudal, ó de aquella semejanza suya que se in-
«espartiéralos la noche trodujo en una parte de las provincias de España fronterizas
del Norte. Bernardo del Carpió es nuestro Roldan, y rival al
Kn Ciar™, ese collado. mismo tiempo del francés. Semejantes en su nacimiento clan-
£°s «únanos con fatiga destino, en la persecución que sus nobles padres experimen-
*.Dios estaban llamando taron por tener amores con hermanas de sus soberanos,
. L ^ o dde los isus ojos quizá Bernardo excede, por ser español, á Roldan en arrogancia
eS
5au t rP °^do; rG y á la vez en cordura. Los desmanes que cometió contra su Rey
e fueron hijos, no de causas fútiles y de un amor propio herido,
fWn 6 P
. e d Í a n
» e r
sino del sentimiento íntimo que se rebela contra ¡a injusticia y
t w e no los haya olvidado, el abuso del poder. Roldan se enfada é insulta á Carlo-Magno,
T. X.
27
ROMANCERO GENERAL.
418
por un nonada, y solo le cede después de haberle humillado Andados diez y siete años
con servicios, que mas se asemojan á insultos, que no á consi- Del reinado que tenia,
deración ni respeto, mientras Bernardo, solo en su propia de- Cuéntase d'éí en su historia
fensa y después de haber agotado todos los medios de obtener Que este noble Rey habia
justicia de la bondad del Rey, apela á medios violentos. Obser-
vando los hechos y conducta de ambos héroes, ¿quién no ve en Una muy hermosa hermana
ellos la diferencia de caracteres y costumbres de las dosnacio- Que como á sí la quería,
nes que los aceptaron, por mas que el tipo francés haya influido Llamada Doña Jimena,
en la imitación española? Así como el Cid, verdadera represen- La cual, mientras él hacia
tación de nuestro caballerismo, se inoculó con algunas formas Mil bienes y santas obras
extrañas, asi Bernardo, de introducción extranjera, participo un Con que mucho á Dios servia
tanto y se acomodó a nuestras costumbres.
Dicen que se casó á hurto
Con el conde Sancho Diaz,
620. Que era conde de Saldaña,
A L MISMO ASUNTO.
De gran linaje y valia.
Hubieron ambos un hijo
(De Lorenzo de Sepúlveda.) Que Bernaldo se decía;
El conde Don Sancho Diaz Mas como lo supo el Rey,
De Saldaña era llamado, Pesóle en gran demasía.
Casó con Doña Jimena, No pudiendo haber al Conde,
Hermana de Alonso el Casto; Para un señalado dia
Y no lo sabiendo el Rey Llamó á Cortes á L e ó n : ¡ 3

Ambos se habían desposado, Al Conde á llamar envía


Y de su ayuntamiento Con dos valerosos condes,
Nació Bernardo del Carpió. De quien no poco se fía.
Mucho pesó al rey Alfonso; — Diréis al Conde que venga
Por el Conde había enviado Sobre fe y palabra mia. —
A Saldaña, donde estaba, Pártense los mensajeros;
Para del se hacer vengado. Cuentan su mensajería.
El Conde vino á León, Ya después de haber holgado
Do está el Rey aposentado. De Saldaña en compañía,
Venido que fué á León Los tres parten juntamente
De venir le habia pesado, Con la gente que servia.
Porque no saliera el- Rey A León han allegado,
A recibirlo y honrarlo. Donde el Rey los atendía.
A mala señal lo tuvo, Vio el Conde mala señal
De sí se habia querellado En que no lo recibía,
• En no traer de su gente, Porque lo solia hacer,
Aunque el Rey lo había vedado. Cuando á su corte venía.
Cuando el Rey supo qu'el Conde D'esto pesó mucho al Conde,
A León habia llegado, Y mas ver que anochecía,
Mandó á sus caballeros Y sin hachas encender .
Que lo prendan en entrando. En palacio lo metían.
Venido que fuera el Conde , Allí estuvo aposentado,
A besar al Rey la mano, Servido cual convenía,
Luego fuera el Conde preso,
Al Rey habia preguntado : Y con muy secretas guardas
•— Señor, ¿en qué os ofendí? Que huir no se podia.
1
(TIMONEDA, Rosa española. -lt.W0LF,fl'Mj
¿Por qué soy tan mal tratado?
— ¡ Asaz hecistes, el Conde, de romances.)
Que bien sé lo que ha pasado i Parece ser de Timoneda.
Entre Jimena mi hermana, 2 Fuero de Castilla era que los grandes señores citados i
Y vos, Conde, mal mirado! Cortes por el rey hubiesen de presentarse en ellas, so pena u»
Pero yo os prometo y juro que no naciéndolo fuesen tenidos por traidores. Algunas.vece»
Que vos seréis castigado, los reyes se valieron de semejante medio para tener m¡u
Que en toda vuestra vida mano a los vasallos poderosos, que les causaban temor, j
De prisión no seréis librado : pocas violaron el seguro que les dieron, bsta clase¡ ae ie
Moriréis dentro de ella ha sido siempre muy común,y á duras penas ¡seMIÓMe«
En Luna aherrojado. famoso hereje Lutero, aunque no Jerónimo ue rM¡,<i¡>
cesor, ni Juan de Hus.
— Mi señor sois, vos el Rey,
Respondió el Conde llorando,
Haréis vos vuestro querer 622.
Contra mí vuestro vasallo.
Por merced, señor, os pido DE CÓMO E L DE SALDAÑA FUÉ APRISIONADO EN EL CASIÍILW
Que tomedes á Bernardo, DE LUNA , Y DOÑA JIMENA ENCERRADA EN UN HOBA»,
Que se cria en las Asturias, (Anónimo .) 1

Qu'es hijo de vuestro hermano. Sabiendo el Rey cómo el Conde


De mi pecado no ha culpa, En su palacio asistía,
Que yo soy el que he errado. Mandó armar sus caballeros;
( SSPÍMEDA , Romances nuevamente sacados, etc.) todos apercibía
A
Que estuviesen bien á punto,
Y á la guardia que tenia, ,
621. Porque en ser en su presencia
DE CÓMO E L R E Y ALFONSO , BAJO SEGURO, LLAMÓ Á CORTES El buen conde Sancho Díaz
AL CONDE DE SALDAÑA, Y LUEGO L E ARRESTÓ l'ARA V E N - Echen mano todos del,
GARSE DE QUE SE CASÓ FURTIVAMENTE CON SU HERMANA Le prendan sin cobardía,
DOÑA JIMENA. De tal suerte que no pueda
(Anónimo'.) Irse por ninguna via.
Reinando el rey Don Alfonso, A punto y apercibidos,
El que Casto se decía, El Conde venido habia :
ROMANCES RELATIVOS Á LA-HISTORIA DE ESPAÑA. 4!0
No hay ninguno que tuviese Tan altamente con ellas,
Para prenderle osadía. Que cada cual le temia.
Cuando vio el Rey que dudaban, Por jamas se vio en batalla
V grandes voces decía : Que cl'ella bien no salia :
^Varones, ¿por que dudáis, En todo fué muy dichoso,
Oue no le prendéis ama? — Solo tuvo por desdicha
Cuando al Rey vieron airado La larga prisión del padre,
Cada cual arremetía. Que d'ella nada sabía.
Desque el Conde se vio preso (TIMONEDA, Rosa española. — It. WOLF, Rosa
Dijo con cuita que había : de romances.)
_;En qué erró, Rey y señor, Quizá 1
es uno de los romances de la colección de Timoneda
Oque culpa fué lamia? que pertenece á la época de tradición oral.
j Por qué me mandáis prender? —
A lo cual le respondía :
_ Asaz hecistes, el Conde,
Oue ya el hecho se sabia 624.
De vos y Doña Jimena,
Que encobrir no se podia : CUENTAN A BERNARDO EL SECRETO BE SU NACIMIENTO.
Por do vos prometo y juro (Anónimo *.)
Que en dias de vuestra vida
De aquesas torres de Luna Contándole estaba un día,
No salgáis tan solo un día. — Al valeroso Bernardo,
El Conde le dijo luego, Elvira Sánchez, su aya,
Con gran cuita que sentía : Que de niño le ha criado :
_ Mi señor sois, y harédes — Sabrédes, fijo, sabrédes
Lo que justicia sería; Por lo que habéis preguntado,
Y pidoos por merced, Que non sois bastardo, non ,
Pues es tal la dicha mia, Como dijo Alfonso el Casto .—
Mandéis criar á Bernardo, Bernardo replica : — Pues
Que en las Esturias yacía. — Algún padre me ha engendrado.
Luego le meten en lierros, — Padrefidalgohabéis, fijo,
Qu'elRey así lo quería, Fidalgo, que non villano.
Y en el castillo de Luna El conde Don Sancho Díaz,
El Conde preso asistía , Que en Saldaña es su condado ,
Y á Doña Jimena el Rey Os novo en Doña Jimena,
Luego en orden la ponia. En casa del Rey estando;
Y como su hermana era,
(TIMONEDA, Rosa española.—It. WOLF , Rosa Por vengarse del agravio,
de romances.) En el castillo de Luna
1
Parece de Timoneda reformando el anterior, número 620. Puso al Conde aprisionado,
Y á vuestra madre también
Reclusa y á buen recaudo ,
Porque aunque público, non
623. Fué el matrimonio aclarado.
RETRATO Y CALIDADES D E BERNARDO D E L CARPIÓ. Casáronse los dos solos,
{Anónimo .) I Por lo que non sois bastardo,
1

Y para mas se vengar


A cabo de mucho tiempo Y faceros mayor daño,
Que el Conde preso tenia, Da sus reinos al francés,
Ya Jimena en orden sacra, Faciéndñs desheredado;
El Rey por Bernardo envía, Por lo cual parece mal,
üe ver tan lindo mancebo, Fijo, al mundo que tu brazo
fin sus palacios lo cria; Consienta que esté el buen Conde
Al cual tanto el Rey amaba, Afligido, preso y cano.
» wn grande amor habia, — La culpa tenéis vos, madre,
^omo si fuera su hijo, En habérmelo callado,
jorque ninguno tenia, Pues si lo hobiera sabido
JJ cual desque fué de edad, Ya le hobiera libertado.
Muy esforzado salia, — Si todo este largo tiempo
a
"e gran corazón y seso, Que conmigo habéis estado,
l l ingenio á maravilla; Hemos callado el secreto,
ue hermoso cuerpo y cara, Fué por temor del tirano.
Pe nada le fallecía, Fincad en esto, vos digo,
"aba muy buenos consejos
q en m e n Y notad que abaldonado
H v!?i. ester lo habia :
n
Estáis del vulgo parlero,
Hombre de buena palabra, Que ha entendido y sabe el caso. —
fe'We sin fantasía. ' Bernardo le dice : — Basta,
AmTK ) a n s e m u c
d'él, h o s
Mi madre, ya lo fablado,
Amábanle en demasía;
1O S h o m b
Para servir de acicate
Le »M. , r e s del mundo Al fijo del padre honrado. —
^acataban cortesía. Al cielo vuelve los ojos,
• •-Sí 8 1 8 8 b u e n a s
dos c
costumbres Y en mil lágrimas bañando
? . 3 f i , » l P » 8 tenia: Su hermosa afrentada faz,
11 ,r,?V ^ aballo, b r e d e
Dice, mordiendo los labios :
— No se honren mis amigos
Coffi* M d o r
0 v
d e l a b I a d 0 S
Déme llevará su lado,
W Í T l guardia. Y quede entrefierosmoros
ObrlL
u,,r
U y
u
¡Aa caballería
b u e n a s
armas; Preso, muerto ó mal llagado,
Y arrástreme mi trotón
420 ROMANCERO GENERAL.
Fasta me facer pedazos, Uno era Vasco Melendez,
Y cuando esté en mas aprieto A quien la prisión dolia,
Se me canse el diestro brazo, Y el otro Suero Velazquez,
Que si por bien no me da Que en el alma lo sentía.
Alfonso á mi padre amado , Para descubrir el caso
Que le tengo de seguir En su puridad metían
Como á cruel y tirano. A dos dueñas hijas-dalgo,
(Romancero general.) Que eran de muy gran valía •
Una era Urraca Sánchez,
1
Este romance, aunque afectando mas antigüedad, pajepe La otra dicen María,
que no excede en ella á la quinta década del siglo xvr, a dife- Melendez era el renombre
rencia de otros del Cancionero de Romances, cuya primitiva for- Que sobre nombre tenia.
mación se trasluce, á pesar de sus reformas. Con estas dueñas hablaron J
En gran puridad un dia,
Diciendo : — Nos os rogamos
625. Señoras, por cortesía,
Que le digáis á Bernardo,
Q U E J A S D E L C O N D E D E SALDAÑA,PORQUE SU HIJO BERNARDO Por cualquier manera ó vía,
NO C O N S I G U E SU LIBERTAD. Como yace preso el Conde
(Anónimo.) Su padre Don Sancho Diaz;
Bañando está las prisiones Que trabaje de sacarlo,
Con lágrimas que derrama Si pudiera, en cualquier guisa
El conde Don Sancho Díaz, Que nos al Rey le juramos
Ese señor de Saldaña. Que de nos no lo sabría. —
Las dueñas, cuando lo vieron,
Y entre el llanto y soledad, A Bernardo lo decían.
D'esta suerte se quejaba Cuando Bernardo lo supo
De Don Bernardo su hijo, Pesóle á gran demasía,
Del rey Alfonso y su hermana • Tanto que dentro en el cuerpo
— Los años de mi prisión La sangre se le volvía.
Tan aborrecida y larga, Yendo para su posada
Por momentos me lo dicen Muy grande llanto hacía;
Aquestas mis tristes canas. Vistióse paños de luto,
Cuando entré en este castillo Y delante el Rey se iba.
Apenas entré con barbas, El Rey cuando así lo vio ,
Y agora por mis pecados D'esta suerte le decia :
La veo crecida y blanca. — Bernardo, ¿por aventura
¿Qué descuido es este , hijo ? Cobdicias la muerte mia? —
¿Cómo á voces note llama Bernardo dijo : — Señor,
La sangre que tienes mia Vuestra muerte no quería,
A socorrer donde falla? Mas duéleme que está preso
Sin duda que te detiene Mi padre gran tiempo habia.
La que de tu madre alcanzas, Señor, pídoos por merced,
Que por ser de la del Rey
Juzgarás mal de mi causa. . Pues que yo os lo merecía,
Todos tres sois mis contrarios, . Que me lo mandedes dar. —.
Que á un desdichado no basta Empero el Rey, con gran ira,
Que sus contrarios lo sean, Le dijo : — Partios de mí,
Sino sus propias entrañas. Y no tengáis osadía
Todos los que aquí me tienen * De mas esto me decir,
Me cuentan de tus hazañas : Ca sabed que os pesaría :
Si para tu padre no, Et yo juro y os prometo
Dime, ¿para quién las guardas? Que en cuantos dias yo viva
Aquí estoy en estos hierros, Que de la prisión no veades
Fuera vuestro padre un dia. —
Y pues d'ellos no me sacas, Bernardo, con gran tristeza,
Mal padre debo de ser, Aquesto al Rey respondía :
O tú, mal hijo , me faltas.
Perdóname si te ofendo , — Señor, Rey sois, y harédes
Que descanso en las palabras, A vuestro querer y guisa ;
Que yo como viejo lloro j Empero yo ruego á Dios,
Y tú como ausente callas. También á Santa María,
Que él os meta en corazón
(Romancero general.) Que lo soltedes aína,
Ca yo nunca dejaré
De serviros todavía. —
626. Mas el Rey con todo esto
BERNARDO PIDE AL REY LA LIBERTAD DE SU PADRE , QUE Amábale en demasía,
LE ES NEGADA. Y ansí se pagaba del
Tanto cuanto mas le vía»
(Anónimo.) Por lo cual siempre Bernaldü
En corte del casto Alfonso Ser hijo del Rey creía.
Bernardo á placer vivía, (Cancionero ae
Sin saber de la prisión
En que su padre yacia.
A muchos pesaba d'ella, 627.
Mas nadie se lo decia, A L MISMO ASUNTO.
Ca non osaba ninguno, 1
Que el Rey se lo defendía , (De Lorenzo de Sepúlveda .)
Y sobre todos pesaba En Luna está preso el Conde
A dos deudos que tenia. Muy grandes dias habia ;
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAffA. 431
Bernardo, que era su hijo,
De su prisión no sabía.
Halo defendido el Rey VENCE BERNARDOAL R E Í ORES DÉ 'MÉRIDA , T LIBERTA A
n e ninguno se lo diga ;
u
ALFONSO EL CASTO DE SER DERROTADO T PRISIONERO.
Sopólo de dos doncellas , (Anónimo .) 1

Y fuera con maestría. Hueste saca el rey Ores,


Mucho le pesó á Bernardo, Rey de Mérida llamado :
El corazón le dolía, Con la gran gente que lleva
Revolvíósele la sangre Va muy soberbio el pagano.
• con mucha malenconía; Entrando va por la tierra
Fuérase á su posada, Del rey Don Alfonso el Casto ;
Gran duelo es el que hacia ; En llegando á Benavente
Las lágrimas de sus ojos
Muchas van por sus mejillas; Cerco á la villa ha asentado.
Palabras de gran dolor El casto Rey, que lo supo,
Son aquestas que decia : Muy buena gente ha juntado,
_ ¡ Ay, conde Don Sancho Díaz, Y luego fué sobre el moro
Grande fué vuestra desdicha! Donde con él ha lidiado.
Muy mayor es mi pesar, La batalla fué muy cruda/
Padecéis por causa mia. Sangrienta de cabo á cabo : <
Si de prisión no vos quito , Por donde Bernardo andaba
¿Para qué quiero la vida? Los suyos ganaban campo;
Morir quiero, y no ser vivo Mas los moros, que eran muchos,
Si no os veo y conocía; Al Rey tenían cercado :
No la sabía yo, el Conde, Si Bernardo no llegara
La vuestra prisión esquiva; Allí fuera captivado*;
No os tenia yo por padre, Empero como llegó
Agora yo lo sabía; Luego al Rey ha descercado.
Mi padre cuidaba yo Entonces le dijo el Rey
El rey Alfonso sería. — Que le demandase algo,
Con muy crecido dolor Que su palabra le daba
Luto sobre sí cubría; De dárselo de buen grado.
Fuese para el Casto Alfonso, Pidió Bernardo á su padre,
De rodillas se ponia : El buen Rey se lo ha otorgado.
El Rey, que vido á Bernardo, Bernardo con el placer
Estas palabras decia : Por los moros se ha lanzado,
—¿Cobdiciades por ventura, Y tantos mataba d'ellos,
Bernardo, la muerte mia? Qu'era espanto de mirarlo.
— Don Sancho Diaz de Saldaña Aquí fué el rey Ores muerto,
En vuestra prisión yacia, Todo su campo robado,
Siendo mi padre y señor Muchos moros le mataran
Que tanto servido había. Y muchos le han captivado :
Por merced vos pido, Rey, Cogiendo el Rey el despojo,
Me lo deis en este día : Se volvió rico y honrado.
A mi poned en prisión, (TIHONEDA, Rosa española. —It. WoLF, Rosa
Libraldo por causa mia. — de romanees.)
Gran enojo cobró Alfonso * Parece de Timoneda, que procura imitar ó reformar otro
De lo que le respondía; mas antiguo.
Díjole : — Partios, Bernardo, * La situación del Rey en este caso, y el hecho de Bernardo,
De aquesta presencia mia; recuerdan muchas de aquellas en que se vio Carlo-Magno, y lo
No seáis jamas osado que por él hicieron unas veces Roldan, otras Reinaldos, y otras
. De volver á tal porfía; varios paladines, con la diferencia de que aquí el héroe espa-
Yo os juro que no veáis ñol no es la causa del mal que experimenta su rey, y allí casi
Que vuestro padre se libra siempre los paladines exprofeso ponen al suyo en el nesgo para
De la prisión en que está, mostrar con él una generosidad humillante.
En los dias que yo viva.
— Buen Rey, respondió Bernardo,
«al pagáis quien os servia; 629.
rongavos Dios corazón VENCE BERNARDO AL REY DE BADAJOZ ALMAZA, Y LIBRA
Rehacerlo que os pedia; A ALFONSO EL CASTO DE SER CAUTIVO.
«ue es de sacar á mi padre 1

«e la prisión que tenia, (Anónimo .)


"e servir no os dejaré Ya pasados pocos dias
Mientras que tenga la vida, Un moro se ha levantado,
¿hasta que esté libertado Que era rey de Badajoz,
&ste luto yo traería.
# Por nombre Almaza llamado ».
(SEPÉWEDA, Romances nuevamente tacados, etc.) Aqueste cercó á Zamora,
. _
Mas, empero, por su daño;
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^Pieza l o t o f e f e / i ? «>n sencilla y sumisa ternura,
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Que habiéndolo el Rey sabido,
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Muy bien se hubo apoderado,
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sensibilidad noble y de-
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a fi 62 6,Brava lid han comenzado.
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d ''«""» crónica, t i ™ S , • inspirado por la narración
d e nue n Los moros, que muchos eran,
el a s v i e j a s
'tra e medUsi?ÍL»lii"? 1
da a «"tambres
me
« a , sin mezcla de las extrañas. Mantenían bien el campo,
Tanto, que una parte d'ellos •
Al Rey han mal afrentado;
Que aunque bien se defendía,
. • Con el espada en la mano,
Según los que le herían
ROMANCERO GENERAL.'
Pudiera haber peligrado, Ni cabalgaba á caballo,
Si por Bernardo no fuera, " Ni mas de cosa del mundo
Que llegó por aquel lado, Mostraba tener cuidado.
Que haciendo maravillas Pena le daba el placer,
Desbarató los paganos. De lo triste era pagado,
Sacara al Rey del peligro, Ya no curaba de fiestas,
Y le puso presto en salvo, A que él era aficionado;
Siendo hartos los moros muertos Todo pesar y tristeza
Y el campo desbaratado. Le era á él muy gran descansa
Y muerto ya el rey Almaza, De aquesto pesaba mucho
Después del trance pasado, A todos los hijos-dalgo,
Fueron siguiendo el alcance Que bien quisieran que el Rey
De los qu'el campo han dejado, Le hubiera á su padre dado,
Do mataron tantos d'ellos, , Pues tantas veces por él
Que pocos han escapado. Era de muerte escapado,
Aquí también quedó el Rey Sin perder jamas batalla
Do con él hubiese entrado.
De dar-su padre á Bernardo;
Pero nunca se lo dio, (Cancionero de Romane
Que no era al su hado. i Aunque este romance es del Cancionero de Román™
(TIMONEDA, Rosa Española It. WOLF, Rosa < rece composición poco anterior á la publicación del libro " fl

romances.)
* Éste romance es una repetición del asunto del anterior, sin
mas que haber cambiado los nombres de algunos y las localida- 631.
des. Puede creerse que es de Timoneda.
BERNARDO SACA A L R E Y VENCEDOR E N LA REFRIEGA
s Alzaman llaman á esto rey en otras partes. DE POLVOREDA.

(Anónimo.)
630. No cesando el Casto Alfonso
De con los moros lidiar,
BERNARDO , VENCEDOR DEL FRANGES DON BUESO , PIDE AL Una muy gran hueste de ellos
REY LA LIBERTAD DE SU PADRE. La tierra le van á entrar.
{Anónimo .) 1 Tantos eran de los moros ,
Que era cosa de espantar;
Estando en paz y sosiego Los cuales muy esforzados,
El buen rey Alfonso el Casto, En ser tantos ademas,
Que de lidiar con los moros Hicieron de sí dos partes,
Estaba muy fatigada, Y fuéronse así á ordenar.
Nuevas le fueron venidas La una fué á Polvoreda,
Que por la tierra le ha entrado La otra fué á aquel lugar
Un alto hombre de Francia, Do el rey Don Alfonso estaba;
Que Don Bueso era llamado, El cual sin lo recelar,
Con gran hueste de franceses, Fué muy esforzadamente
Que la tierra le han entrado. Contra ellos sin tardar.
El Rey fué luego sobr'él Dos partes de la su gente
Con su sobrino Bernardo ; El Rey luego hecho ha :
Su batalla han en Osejo, Con la una va Bernardo,
Que es un lugar castellano; Con la otra el Rey se va.
Muchas gentes ademas Bernardo va contra aquellos
Murieron de cada cabo, Que á Polvoreda se van,
Y estando unos con otros Y con ellos fué á hallarse
Crudamente peleando, Donde su batalla han :
Bernardo y Don Bueso á dicha Tantos en el Val de moro,
En uno se habían hallado : Frontero de Portugal,
Bernardo mató á Don Bueso, Venció Bernardo, y mató
Aunque era muy esforzado. Tantos d'ellos ademas,,
Los franceses, viendo esto, Que querer hombre decillo
Desampararon el campo. Sería nunca acabar.
Pues, la batalla vencida El rey Alfonso otrosí
Y el campo todo robado, Con los otros fuera á dar
Bernardo suplicó al Rey, Cerca del rio de Duero :
Pues se lo tenia mandado, Allí fueron á lidiar.
H ue le soltase á su padre,
a después que fué avisado
De como yacia en prisión,
Tan bien se hubo el Rey con ellos,
Tanto se fuera á esforzar,
Que mató doce mil moros,
Era siempre acostumbrado
De en cada lid que venciese Y fué tal la mortandad,
Al Rey le haber demandado. Que los pocos que escaparon
Llevaron bien qué contar,
Y el Rey se lo prometía Y muy rico y muy honrado
Siempre que andaba lidiando, El Rey se fué á tornar
Mas después no se lo daba A su ciudad de Oviedo,
Cuando en paz y sosegado : Donde fuera á descansar. ,
Como otras veces hacia
Aquesta se le ha negado. (Cancionero de ww
Bernardo, con gran pesar,
No quiso ir mas á palacio,
Antes sin servir al Rey
Gran tiempo estuvo encerrado
Que a ningún cabo salia
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 423
632. Tan guardado y defendido ?—
Dijo Bernardo : — ¿Qué dices?
BERTA D E LOS MOROS Á SU AMADA ESTELA ¿ Cómo quies que haya venido,
üjBNARDO^ C A Q B TENÍAN CERCADO.
P 1 0 ) Si ya de mi Estela el cielo
U B

(De Lúeas Rodríguez *.) Anda pisado y medido ?


¿Dónde he de ir sino á morir
' con ansia extrema y lloroso, Con la que siempre he vivido?
Triste, ansioso y afligido, — ¡ Oh Bernardo, dijo Ascanio,
Se parte Bernardo al Carpió Cuan siervo eres de Cupido!
nearave dolor vencido, Tu Estela está libre y sana;
Porque habiendo estado ausente Y aunque se tuvo entendido
Del Carpió su patria, huido, Que peligrara, ya el cielo
Supo que estaba de moros De libraría fué servido.
Muy cercado y abatido, — ¡Oh cielo! — dijo Bernardo,
Y que su hermosa Estela, Y estrechamente ceñido
A quien el alma ha rendido, Del cuello del caro Ascanio,
Habiéndose de temor Fué su gozo tan subido,
En una torre subido, Que sin mas hablar se parte
Le tiraron una flecha, Al campo á paso tendido :
Y, el tierno pecho partido, Si da un paso con los pies,
Rindió al mismo punto el alma, Mil con el alma y sentido;
El cuerpo amado y querido. Y cual va el hambriento loto
Baja el lagrimoso joven, Al gauadillo rendido,
De negras armas vestido : Entra firiendo y matando
Ya el rostro baja en el suelo, Por el real adormecido.
Ya en el cielo lo ha subido. Retumba ya el alboroto,
Del ronco y funeral pecho Sube al cielo el gran sonido;
Saca un ¡ ay! tan dolorido, Tocan trompetas al arma,
Que si el infernal rigor Suena el clamor y alarido.
Asistiera á su gemido, Ya viene sobre Bernardo
Templara sus penas graves Todo el campo concurrido :
De su pena condolido. Llueven sobre él mas espesos
Dice : — Hermosa Estela mia, Qu'el granizo mas crecido.
¿Cómo el cielo ha permitido Ya los cristianos de dentro,
Que me haya la cruda muerte Que á Bernardo han conocido,
De tu beldad dividido ? Recobran esfuerzo, y salen
¡ Oh cruda muerte envidiosa! Con victorioso gemido.
¡ Duro hierro encrudecido! Hallan al fuerte Bernardo
¿ Cómo en ver la luz del mundo, En grande aprieto metido
No volviste enternecido Entre la brava morisma
A sepultarte en el fiero Acosado y perseguido,
Brazo de do habias salido ? Cual anda entre ardientes perros
Mas ¡ ay venturoso hierro! El gran jabalí herido.
; Cuan sin razón te he ofendido, Cércanle de lejos todos,
Pues era imposible verla Sin ser ninguno atrevido
Sin que de su amor herido A llegar, por no quedar
Muriera, por no quedar De su esfuerzo arrepentido.
En tal pecho enriquecido! — Así sacan á Bernardo
Aun no habia la blanca aurora Golpeado y oprimido
Su clara luz esparcido, De entre los moros, los suyos,
Cuando á sombras del real De sangre y sudor teñido.
Por todo el campo extendido, Llega luego el gran rey moro
El caballo de Bernardo En un caballo subido,
Alza el recatado oído, Gallardo, bravo y valiente,
Y enriscando el corvo cuello Membrudo, grande y fornido,
Con braveza sacudido, Derriba y mata cristianos
Descubre sobre un caballo De gran coraje encendido,
Un caballero lucido. Brama, gime, sube al cielo
Los belicosos caballos, El espumoso bramido.
Cada cual embravecido, El magnánimo Bernardo,
Ya se vienen encarando Gozoso, cuando lo vido,
Lon relinchoso ruido : Rompe por medio del campo,
Ya Bernardo se apercibe, Y sin serle defendido
> el contrario apercibido, Le deja del primer golpe
»e embisten; pero en llegando En el hombro diestro herido,
*ue Bernardo conocido Dando allí el alma á Pluton,
P? su caro amigo Ascanio, Y el cuerpo al campo teñido.
fi cual c o n g o z o
• Huyen los cobardes moros
c r e c i d o

\f «8,9 : — |Oh, caro Bernardo, En viendo á su Rey tendido, •


i cuanto, amigo, ha sentido Y Bernardo con su Estela
w Carpió tu grave ausencia, Quedó alegre y complacido.
^asi roto y constreñido, (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.)
«ue se rinde ya al poder
yue el gran Moríante ha traído! • Los amores de Bernardo y Estela son una fábula inventa-
«as yo voy á ver si hay da por el poeta, pues no existe tradición alguna que los con-
Orden de ser socorrido. serve , á lo menos que nos sea conocida.
a r ( l o c ó m o
Solñv^ 'i vienes
desa
Pa'° L Percibido,
r a r
a

» pasar por un paso


ROMANCERO GENERAL.
m 633. Cuando vieron que Bernardo
\
No entraba en aquellasfiesta^
BERNARDO REITERA SU PETICIÓN S O B R E LA LIBERTAD
De lo cual les ha pesado,
DE SU PADRE.
Porque no entrando él en ellas
(Anónimo *.) Les era gran menoscabo,
Y eran menguadas las cortes
Al casto rey Don Alfonso No habiendo á ellas andado.
Está Bernardo pidiendo Después de haberse entre si
Con muy sentidas palabras Ambos á dos acordado,
Lo que no basta por ruego. Suplicaron á la Reina
—En el castillo de Luna Que le dijese á Bernardo,
Tenéis á mi padre preso, Que por su amor cabalgase,
Solo á vuestros ojos malo, Y que lanzase al tablado.
Aunque álos de todos bueno. • Holgando la Reina d'ello,
Cansadas son las paredes A Bernardo lo ha rogado,
De guardar en tanto tiempo Diciéndole : — Yo os prometo
A un hombre que vieron mozo, Desque al Rey haya hablado,
Y ya le ven cano y viejo. Yo le pida á vuestro padre , q
Si ya sus culpas merecen Ca non me lo habrá negado. —
Que sangre sea en descuento, Bernardo cabalgó entonces,
¡ Harta' suya he derramado, Y fué á cumplir su mandado :
Y toda en servicio vuestro! Llegando delaule el Rey,
Acordaos, señor, de cuando Con tanta furia ha lirado,
A Carlos distes el reino, Que forzándose en sus fuerzas,
Y vuestra real palabra El tablado ha quebrantado.
Mis íidalgos la cumplieron, El Rey de qu'esto fué fecho
Pues saliendo á la demanda Fuese á yantar al palacio.
Como buenos caballeros, Don Tibalte y Arias, godos,
La respuesta que dio Francia A la Reina han acordado
Vino escrita en nuestros pechos. Que cumpliese la merced
Cuando las guerras civiles Que á Bernardo le ha mandado.
Que hubistes con los gallegos , La Reina fué luego al Rey,
Trajimos nuestras espadas La cual así le ha hablado :
Manchadas en sangre d'ellos: — Yo os ruego mucho , señor,
Y cuando con castellanos Que me deis, si os tiene en graeV,,
Tuvimos también reencuentros, Al conde Don Sancho Diaz,
Según vinieron las almas, Que tenéis aprisionado;
Fué mucho venir los cuerpos. Porque este es el primer don
Hijo soy de vuestra hermana,
Mirad, Rey, si os viene á cuento Que yo á vos he demandado. —
Darme legítimo padre, El Rey cuando aquesto oyó • .
Y no natural soltero. Gran pesar hubo tomado,
No quiero enojaros, Rey, Y mostrando grande enojo,
Sino de cir solo aquesto : Esta respuesta ha dado :
Que mi padre está en prisión. — Reina, yo no lo haré,
Y yo en la guerra sirviéndoos. — No toméis trabajo en vano,
Ca no quiero quebrantar
(Romancero general.) La jura que hube jurado. —
' * Ya aquí, cargado de razón, se atreve Bernardo á pedir la La Reina quedó muy triste
libertad de su padre, alegando servicios propios en favor déla Cuando el Rey no sé lo ha dado,
patria y de su Rey, como se expresa con decorosa eneriía en Mas Bernardo en gran manera
el tinal de la composición. Fué d'esto mal enojado,
Acordando de irse al Rey
A suplicarle de cabo
634. Le diese á su padre el Conde ,
OFRECE LA REINA Á BERNARDO OBTENER LA LIBERTAD DE
Y si no desafiallo.
SU PADRE , SI SALE Á UN TORNEO ; MAS DESPUÉS EL REY
(Cancionero de Romance
SE NIEGA Á DESEMPEÑAR LA PALAHRA DE SU ESPOSA. t Esta composición parece de las populares primitivas ¡pern
(Anónimo*.) alteradas. Presenta ya una escena de noble caballería,íwei»
Andados treinta y seis años nicndo en ella la Reina, que como dama y seflora seimerew
por Bernardo. La severidad del Rey hace vanas todasi iw »
Del rey Don Alfonso el Casto, peranzas, pues se preciaba mucho de casto, y era oemasiauo
En la era de ochocientos agreste para ceder á ruegos de mujeres. El romance vale pow
Y cincuenta y tres ha entrado como poesía, pero bastante como característico.
El número de esta cuenta,
Y el Rey ya mas reposado,
Haciendo en León sus cortes, 635.
Habiendo á ellas allegado A L MISMO ASUNTO.
Los altos hombres del reino
Y los de mediano» estado, (De Lorenzo de Sepúlveda*-)
Mientras las cortes se hacen El casto Alfonso hizo cortes
El Rey hacer ha mandado En León, que es su reinado :
Generales [alegrías, Mientras que las cortes duran
Con que á la corle ha alegrado, Grandes fiestas se han armado :
Corriendo cada dia loros Corren loros y bohordan
Y bohordando tablados. Caballeros estimados :
Don Arias y Don Tibalte, Bernardo no vino á ellas,
Dos Condes de grande estado, Que estaba muy congojado,
Eran tristes ademas Que el rey Alfonso su tío
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA.
cu padre no había librado Todas las veces que digo,
Se la prisión en que estaba Mi padre me fué mandado,
Tanto tiempo encarcelado. Y si agora me lo dais
Aran pesar tienen los grandes Yo os serviré de grado >
Oue á las fiestas se han juntado, Con mi persona y la gente,
Porque no saliera á ellas Que yo tengo á mi mandado.—
Bernardo tan afamado: Luego el Rey le respondió . •
Todos juntos a l a Reina Que no hará 'o suplicado,
Le habían suplicado Y á Bernardo luego manda
Oue a Don Bernardo mandase Que salga de su reinado
Oue á tirar vaya al tablado, Dentro de los nueve dias,
Oue si él no sale á las fiestas Que no mas le dio de plazo;
Todos están amenguados. Y si pasados lo hallaban ,
A la Reina d'ello plugo, En prisión sería echado.
Y lo hizo de buen grado : Bernardo, con gran enojo, •
Bernardo ante ella vino Esta respuesta le ha dado :
Con semblante apasionado; — Quitóme de vos, el Rey,
Las manos luego le besa; Y de ser vuestro vasallo,
Preguntó á que fué llamado. Y reto á todos aquellos
La Reina mucho le ruega Que son á vuestro mandado.
Vaya á lanzar á el tablado , Si yo me hallo con ellos,
Que venido el Rey de fuera Yo me haré bien vengado,
Ella lo hará consolado, Pues tan ingrato os mostráis
Porque ella le pedirá Con quien habéis vos criado,
Haga á su padre librado. Mal mirando los servicios,
Bernardo cabalga luego; Mal paga por ellos dando..—
Bohordo lanzó al tablado; Con coraje muy crecido
Tan gran golpe en él dio, A Saldaña se ha tornado,
Que el tablado habia quebrado. Do hizo muchas batallas
Muy gran placer recibió Contra el Rey y su reinado.
La Reina con sus vasallos; (SEPÚLVEDA, Romanees nuevamente sacados, etc.)
Por lo que Bernardo hizo
Es de todos muy loado. i Este romance tiene todo el carácter de ser uno de los vie-
Venido el Rey á comer, jos, reformados. Quizá los de los números 634 y 637 sirvieron
La Reina le ha suplicado, de texto á Sepúlveda para componer este.
Que ese conde de Saldaña
De prisión fuese sacado,
Porque ella lo prometió 636.
A su hijo Don Bernardo.
Al buen Rey mucho pesó OTRA VEZ PIDE EN VANO BERNARDO LA LIBERTAD DE SU PADRE.
De lo que le es demandado, {Anónimo*.)
Y con airado rostro A los pies arrodillado
Tal respuesta habia dado : Del casto rey Don Alfonso,
Que por no quebrar su jura Pide Bernardo á su padre,
No quiere hacer su grado. Muy humilde y muy quejoso.
Cuando Bernardo lo oyó, — Poderoso Rey, le dice,
Ante el Rey se ha presentado, Yo te confieso y conozco
Las rodillas por el suelo, Que la ofensa de mi padre
Muchas lágrimas llorando : Te ha causado justo enojo ;
Dijo al Rey estas palabras Pero advierte, casto Rey,
Con el rostro apasionado : Que te ofendió siendo mozo,
— Por merced os pido, Rey,
El mi padre me sea dado; Y que en la dura prisión
Libradlo de la prisión Cubren ya canas su rostro.
Donde está por vuestro mando, Ya es tiempo que le perdones,
Tantos años, cuantos yo Pues con ser un yerro solo,
Fui nacido y soy criado. Yo le he lavado con sangre
No me lo neguéis, buen Rey, Y él con agua de sus ojos;
Que su pecado ha purgado : Y si la que tengo suya
Acordaos de mis servicios, No te mueve, rey Alfonso,
Que os he hecho señalados, La mitad es de tu hermana
Uno teniéndoos los moros A pesar del mundo todo.
En Benavente cercado . Considera mis servicios ,
Con su rey nombrado Ores, Señor, que no son tan pocos
Ron creyestes ser librado : Que medidos con la ofensa
Acordaos cuando en Zamora No estés menos riguroso.
üs acorrí muy de grado Tu real palabra cumple,
™ la batalla que hubisteis Y sino á Dios hago voto
<¡¡on el rey moro afamado : De tomar tanta venganza
también , Rey, os acordad Que cause en tu reino asombro.
guando os tuvieron cercado ( MADRIGAL , Segunda parte del Romancero
LOS moros junto á aquel rio general, etc.)
Wue a Oruega es hoy llamado,
«onde tuvisteis por cierto i Romance de la última década del siglo xvi, bien sentido
"l muerte non ser librado. y pensado, y no mal escrito. Las razones en que Bernardo
«e todos estos peligros apoya la defensa de su padre, están llenas de razón, de sensi-
bilidad y de respeto hacia la persona cuya indulgencia se de-
n° «señor, os saqué en salvo , manda.
uo hice por mi persona
«ecnos de hombre estimado. •
420 ROMANCERO GENERAL.
637. Después que fuere cumplido
El término señalado,
BERNARDO DESTERRADO POR EL REY. Cierto yo os mandaré echar
l Donde vuestro padre ha estado.—
{Anónimo .) Bernardo entonces se fué
En gran pesar y tristeza Para Saldaña enojado,
Era el valiente Bernardo, Y luego Vasco Melendez, ¡
Por ver á su padre preso, Que en sangre le era llegado,
Y no poder libertallo. Y también Suero Velazquez,
Vestidos paños de luto, Que era su deudo cercano,
Y de sus ojos llorando, Hl Don Ñuño de León,
Se lo pidió de merced Deudo otrosí de Bernardo,
Al rey Don Alfonso el Casto, Viendo que así se partía
El cual dar no se lo quiso, Y que del Rey iba airado,
Mas por respuesta le ha dado : Despidiéronse del Rey
—Que de decirlo otra vez Y besáronle la mano.
No fuese jamas osado, Fuéronse para Saldaña,
Ca si lo osase á hacer Con Bernardo se han juntado.
Con su padre haria echarlo.— Bernardo comenzó entonces
Bernardo cuando esto vido A hacer gran mal y daño;
Al Rey así ha hablado : Corrió la tierra de León,
—Señor, por cuanto os servi Hizo en ella gran estrago.
Ya debieras de soltallo : Duraron aquestas guerras,
Bien acordárseos debia, Que hubo entre el Rey y Bernardo,
Si no se os ha olvidado, Gran tiempo, hasta que fué
De cómo yo os acorrí Muerto Alfonso, aquel rey casto.
Cuando os tenían cercado (Cancionero de Romanees.)
Los moros en Benavente,
Andando en la lid lidiando, t Parece reforma de otro mas antiguo. En 61 se observa
En la cual sabéis que os viste cómo la exasperación que produce en Bernardo la-injusticia
del Rey le va separando de la sumisión y respeto que le tri-
En muy peligroso estado butaba. Ya empieza a buscar medios de fuerza para obtener
Con la gente del rey Ores satisfacción de las ofensas é ingratitudes que con él se usan
Que la tierra os habia entrado, Ya, no en las causas que le mueven, sino en los medios que sé
Y vos dijísteme entonces. propone usar, se va pareciendo á Don Roldan.
Que os pidiese yo á mi agrado
Un don cualquiera que fuese
Que de vos me sería dado : 638.
Yo pedios á mi padre, ALFONSO E l . CASTO O F R E C E A CARLO-MAGN0 I.A CORONA BE
Y por vos me fué otorgado. E S P A Ñ A , POR T A L QUE L E AYUDE Á EXPELER DE ELLA Á
Otrosí cuando lidiasteis LOS MOROS.
Con Alzarían el pagano, (Anónimo*.)
Que yacia sobre Zamora Andados los años treinta
Teniendo cerco asentado, Que reinaba Alfonso el Casto,
Bien sabéis lo que allí hice En la era de ochocientos,
Para sacaros en salvo;
Desque la lid fué vencida Y mas cuarenta y un años,
Vuestra fe me hubiste dado Cuenta la historia que el Rey,
De darme á mi padre el Conde Después que se vio cargado
Libre, suelto, vivo y sano. De canas y grandes dias, s
Y también cuando os tenian En poridad ha enviado
Cercado en el mismo grado A Carlos sus mensajeros,
Los moros cerca del rio Con su mensaje y mandado,
Que d'Orbi era llamado, Que era rey de los franceses,
!
Y os daban muy grande priesa, Y emperador coronado,
Que fuera escapar milagro, . Que si quisiese venir
Y estando en horas de muerte Con sus huestes á ayudarlo
Llegué yo por aquel cabo, En las batallas que habia
Y bien sabéis lo que hice, Con los moros, de su grado.
Y cómo os hube librado. Que le daria su reino,
Agora pues que me veo Y en él quiere renunciallo,
Ser de vos tan mal pagado, Pues que no habia ningún hijo
Que á mi padre no me dais, A quien pudiese dejarlo.
Habiéndomelo mandado, El trances le dio respuesta ,
De vos me quito, y no quiero Que estaba bien acordado,
Ser ya mas vuestro vasallo. Y por estar al presente
Y repto á todos aquellos Con los moros ocupado,
Cuantos son de vuestro mando, No iba á verse con él ,
Para que en cualquier lugar Para cumplir su mandado.
Que los hubiese hallado, No fué tan secreto esto
Si mas pudiera que ellos, Que no fuese divulgado :
Como enemigo tratarlos.— Mucho pesaba á los grandes,
D'esto fué el Rey mas sañudo", Mucho mas pesa á Bernardo. , RM«
Y le dijo así á Bernardo : (TIMONEDA . Rosa española.- WW.
—Bernardo, pues así es, de Romances.) (

Que salgades luego os mando * Parece reíorma, hecha por Timoneda, de un román
Desde hoy en nueve dias tradición oral. , n
0)1 M

De mi tierra y mi reinado. En este romance empieza 4 tener Bernardo « o n e , . ^ .


Procurad no os halle en ella; los doce Pares» y 4 presentarse como el que na ae «
Por que cierto, si yo os hallo . dor, el rival y el vencedor de Roldan.
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. .427
639. Renunciaba de Castilla ',
En favor de Carlo-magno
- „ i n RETA BERNARDO Á LOS QUE L E DECÍAN
B
El derecho que tenia;
NíflANDO SERLO, .B A S T A R D 0
Dejando en el Carpió guarda,
(Anónimo -) De León toma la vía,
1

Por las riberas de Arlanza Seguido de mucha gente


Bernardo del Carpió cabalga Agraviada y ofendida
Con un caballo morcillo De que una bajeza tal,
Enjaezado de grana, Habiendo godos, se diga.
Gruesa lanza en la mano, A Bernardo acuden todos ;
Armado de todas armas. Que no lo consienta gritan;
1

Toda la gente de Burgos Y que al Rey vaya con ellos


Le mira como espantada, Por cabeza, le suplican,
Porque no se suele armar A contradecir con fuerza
Sino á cosa señalada. Cosa tan mal entendida.
También lo miraba el Rey, Armado viene Bernardo
Oue fuera vuela una garza : Como el caso lo pedia,
Diciendo estaba á los suyos : Cuyo fuerte y negro arnés
—Esta es una buena lanza : Un largo manto cubría.
Si no es Bernardo del Carpió, Armada viene la gente
Este es Muza el de Granada.— Aunque en partes dividida.
Ellos estando en aquesto, Entró Bernardo en León,
Bernardo que allí llegaba, Do su llegada sabida
Ya sosegado el caballo Deja cada cual su casa,
No quiso dejar la lanza; Y á pedirle amparo iba
Mas puesta encima del hombro Llamándole defensor
Al Rey d'esta suerte hablaba. De la agraviada Castilla,
—Bastardo me llaman, Rey, Y hasta llegar á palacio
Siendo hijo de tu hermana, Con instancia le seguían ;
Y del noble Sancho Diaz; Donde un portero le dijo
Ese Conde de Saldaña : Que hablar al Rey no podría,
Que está en consejo de guerra,
Dicen que ha sido traidor, Si orden de allí no salía.
Y mala mujer tu hermana. Bernardo, sin responderle,
Tú y los tuyos lo habéis dicho, Por la sala adentro tira;
Que otro ninguno no osara : Entró donde estaba el Rey,
Mas quien quiera que lo ha dicho A quien el sombrero quita,
Miente por medio la barba ; Diciendo : —El Rey y no otro
Mi padre no fué traidor, Reciba esta cortesía,
Ni mi madre mujer mala, Que no se le debe á quien
Porque cuando fui engendrado Por el bien común no mira,
Ya mi madre era casada. Ni á quien siendo godo, si hay
Pusiste á mi padre en hierros, Aquí quien godo se diga,
Y á mi madre en orden santa, Consiente-que la obediencia
Y por que no herede yo Dé á los franceses Castilla,
Quieres dar tu reino á Francia. Que con mas justa razón
Morirán los castellanos Del francés nos es debida;
Antes de ver tal jornada : ¿Tanta flaqueza sentís?
Montañeses, y leoneses, ¿Tanta es vuestra cobardía
Y esa gente esturiana, Que del honor olvidados,
Y ese rey de Zaragoza Hacéis caso de la vida?
Me prestará su compaña ¿Es bien que de castellanos,
Para salir contra Francia
Y darle cruda batalla; Y de godos tal se diga?
Y si buena me saliere, No se dirá, y si dijere,
Será el bien de toda España; No mientras Bernardo viva,
Si mala, por la república Ni en tanto que de este brazo
Moriré yo en la demanda. Fuere esta espada regida,
Mi padre mando que sueltes Que yo sé para impedirlo
Pues me diste la palabra ; No faltará quien me siga.—
Si no, en campo, como quiera Fuese con esto Bernardo
Te serái bien demandada. Haciendo al Rey cortesía,
Y con gran copia de gente
(TwonEDA ,Rosa ei -H.WOLF , llosa de A Zaragoza camina.
Romances.) El Rey y sus consejeros,
Lste romanee es muy popular. Lope de la Vega le sigue Visto que razón tenia,
e i l s u c
ni» i? °media de las Mocedades de Bernardo del Car- Mudan el dañoso acuerdo
«Waato t r a d i c i o n oral
> Pero reformado un tanto por Y á Carlo-Magno escribían
Que no salga de su tierra ,
Ni los pies ponga en Castilla;
640. Porque el contrato empezado
Contradicho el reino había ;
E E
M!ÍT 0 RES1STE U i m
o»* ° C E S I O N
°- De que indignado el francés
E L RE,Í A C A R L

rirn n S U S E S T A
D O S , Y PARTE Á OPONERSE AL EJÉR- Copia de gente hacia
CITO FKANCES: Para por fuerza tomar
(De Grabiel Lobo Laso de la Vega.) Lo que ofrecido le habían.
(LOBO LASO DE LA VEGA , Romancero y tragedias < etc..)
El valeroso Bernardo,
Hyo d Don Sancho Diaz,
e

bamendo que el casto Alfonso


ROMANCERO GENERAL.",
641. Del profeta falso, torpe t —
Sino es que nuestras miserias,
A L MISMO ASUNTO. Nuestras culpas y errores
(De Lorenzo de Sepálveda.) Nos tengan ya condenados
No tiene heredero alguno A extranjeras sumisiones.
Alfonso, el Casto llamado; Gobierne el galo su tierra,
A Carlo-Magno el de Francia No nos fa tigue y enoje,
Mensajeros le ha enviado Y extienda por otra parte
En secreto, que viniese Sus límites y mojones.—
Contra moros á ayudarlo, Otros dicen : — No es afrenta,
Ni es bien que por tal se lome,
Y que le daria á León, Ampararse un reino de otro
Que de Alfonso era reinado. Con honradas condiciones.—
Carlos que oyera al mensaje En estas dudas estaban,
Luego se habia aparejado : Cuando en confusos montones
Mucha gente trae consigo, Por el inquieto palacio
Roldan qu'es muy estimado, Cantidad de gente rompe,
Y otros muchos caballeros Gritando:— ¡Viva Castilla
Que los pares han llamado. Y sus temidos leones!
Los ricos hombres del reino ¡ Viva el casto rey Alfonso,
De Alfonso se han querellado; Con tal que esta voz no estorbe!
Pidiéronle que revoque ¡Viva quien la reforzare,
La palabra que habia dado; Y si no en nuestros estoques
Si no, echarlo han del reino, Ha de dejar hoy la vida
Y pondrán otro en su cabo, Desde el pechero hasta el noble!
Que mas quieren morir libres ¡ Viva el famoso Bernardo,
Que mal andantes llamados.— * Libertador de los hombres,
No quieren ser de franceses Que el infame yugo abate
Sujetos los castellanos : Y extranjeras opresiones! —
El que mas enojo tiene Bernardo en la delantera
Era Bernardo del Carpió, . A todos silencio pone,
Que era sobrino del Rey, Eligiendo de los suyos
Caballero aventajado. De los mas á cuento doce.
Revocó Alfonso la manda, Entra donde estaba el Rey,
Aunque no fué de su grado.
A Carlos mucho le pesa; Y dice : — Si el miedo torpe
Del rey casto es enojado, » Hace tan bajos efectos,
Porque mintió su palabra Como es bien que el mundo note,
Mucho lo ha amenazado En la sangre ilustre y clara ,
Que le quitará á León Si es bien que sangre se nombre,
Y aun á todo su remado. De aquellos famosos godos
Bernardo está muy sañudo De quien tembló todo el orbe,
De lo que Carlos ha hablado. ¿ Cómo á la parlera fama
Apercíbense los reyes Queréis obligar pregone
Con las gentes de su estado: Vuestros valerosos hechos
Halláronse en Roncesvalles, Sujetos á otras naciones?
Do muy recio han batallado : Primero el rigor del cielo
Mueren allí muchas gentes Ardientes rayos arroje
Franceses y castellanos. Sobre la aflicta Castilla,
Venció el rey Don Alfonso Que nombre de esclava tome.
Por el esfuerzo sobrado Eso no consentiré.
De Bernardo su sobrino, Que aunque el mundo se trastorne,
Que era el mas señalado. No ha de ser, ó han de morir
Mató Bernardo por si A mis manos sus autores,
A Roldan el esforzado, Que muchas hay sin las mias
Para este efecto concordes,
Y á otros muchos capitanes Que es dulce la libertad,
De Francia muy estimados.
(SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc.) Y la esclavitud enorme. —
Con esto dejó la sala
Y del palacio salióse,
642. Poniendo en orden sus gentes,
Y dando en sus cosas orden.
A L MISMO ASUNTO. Visto por el Rey el caso
(Anónimo *.) Manda de nuevo se vote,
Retirado en su palacio De á do salió que Castilla
Está con sus ricos-homes Su libertad tenga y goce.
Alfonso rey de Castilla (Romancero general.)
En León do está su corte;
Y después de haber propuesto t Obsérvase bien marcadamente en esta composición, no muy
Su intento y sus pretensiones tinnn «« * -»A A tn A « „ 1 « l o *>ÍvO 1(13(1 C O I H l d H*»
A los de guerra y estado, franceses y el deseo de sacudir su influjo. Alerón siuu
Que atentos le escuchan y oyen , proclamar las libertades de Castilla cuando solo easwm 1

En confuso conferir fueros de Asturias y León; pero es muy verdadero el s™" " e l

to de independencia y libertad que los españoles, aun e


Se oye un susurro discorde, recinto estrecho de sus montañas, conservaban, y f ' . ' f aS
Que sala y palacio asorda sirvió de base á una constitución política que t>tow^
La diversidad de voces. costumbres y de los hábitos. Ya en este romance B 0
Xa d o f

Unos dicen : —Libertad Bernardo como suplicante, sino como héroe, como " r i t 0

Es bien que Castilla goce, de la patria


patria que
que ve
ve perdida
perdida por
por la debilidad de un rey. a
Que harto tiempo ha sido esclava á fines del siglo xvi,
i , y en tiempo
ti en que con cruaa gue
pillábamos á los franceses eses toda clase de supremacía, J en
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORÍA DE ESPAÑA. 429
>,niwtanc'ias éramos vencedores, no es extraño que revele Y diréte el mió de grado,
i t i
c o n
cireuuí sen ti ientos que nos animaban, que no eran
m Y si batalla quisieres
¿pitamente que aquellos que nos obligaron á producir Salgamos los dos al campo.—
S ««nardo del Carpió, y á personificar en él la rivalidad que
4 Bernardo que vio del moro
s e
ri pristió entre ambas naciones. El romance, sea de cual- Aquel pecho tan gallardo,
' - a época > contiene una verdad que lo es en todas las de Le dijo : — Bernardo soy,
nuestra historia.
Y el que nunca ha rehusado
Batalla con ningún hombre,
643. Que ocasión le hubiese dado.—
«TERSADO BERNARDO POR OPONERSE Á L A CESIÓN DE LA
Muza le abraza y le dice,
CORONA EN C A R L O - M A G N O , P A R T E A GRANADA, DONDE
Casi de placer llorando :
HACE AMISTAD CON MUZA.
— Has de saber que yo soy
El que mas ha procurado
{Anónimo '.) De tenerte por amigo,
Desterró el rey Alfonso Aunque en las leyes contrarios;
A su sobrino Bernardo, Y pues el cielo lo quiere
Por poder cumplir la manda Abrázame, amigo caro,
Que habia hecho á Carlo-Magno; Y de mi quiero te sirvas
Y porque si está en el reino Como del menor criado.
Pudieran seguir su bando Y si d'esto en algún tiempo
Aquellos que mas podian, Me hallares en nada falto ,
Y mas antiguos hidalgos. Quiero que el cielo me falte
Sale á cumplir su destierro Y cuanto Dios ha criado.—
Solo con un hijo-dalgo, Así se volvieron juntos ,
Y antes del Carpió salir Grande amistad profesando,
Le dio una carta á un criado, Para que Bernardo tenga
Diciendo ¡—Dásela al Rey, Lo que le es necesario.
Y dile que es de Bernardo, (Romancero general.)
Y que no pienso volver
Hasta que me haya probado « Este romance, sin duda de los últimos años del siglo xvi,
Con aquel fuerte francés disloca toda la historia de Bernardo respecto al asunto del ante-
A quien él llamaba Orlando, rior, en que parece Alfonso resuelto á recoger la palabra dada
á Carlo-Magno. ¿Existia por ventura en aquel thempo constitui-
Al cual no le ha de valer do el reino de Granada tal como estaba en siglos posteriores? No
Traer el yelmo encantado, de modo alguno. Sin duda el autor del romance lo hizo de ca-
Que le quitó al buen Cervino pricho é imitando los moriscos que en su tiempo estaban en
Hallándole desarmado, boga. Para salvar esta incongruencia, pudiera decirse que Ber-
Y le dio la muerte cruda, nardo fué á Granada con ánimo de ganar la amistad de los mo-
ros andaluces, é interesarlos contra Carlo-Magno, como lo
Diciendo le venció en campo. — hizo después con los de Sansueña ó Zaragoza, que ayudaron
Y por no pasar los puertos á los cristianos á ganar la batalla de Roncesvalles.
Hasta que fuese verano,
Caminó hacia Granada,
También porque han pregonado
Que hay unas reales justas
Donde el premio será dado BERNARDO, POR VENGAR TOAS DONCELLAS, MATA EN DUELO
Á LEPOLEMO.
Al que mejor lo hiciere, 1
Sea moro, ó sea cristiano, (De Lúeas Rodríguez .)
Y por estar allí Muza, Cuando el padre Faetón
De quien ha sido informado Sus caballos enfrenaba,
Que tiene la mejor lanza Y la esposa de Titon
Que hay en el pagano bando, Del tálamo se levanta ,
¥ el que ha puesto en mas aprieto Por una floresta umbrosa
A todo el bando cristiano. De arboleda, bien poblada
Al fin allegó á Granada Llorando van tres doncellas
Aquel leones honrado, Hermosas y desdichadas,
Donde vio que iba á la plaza En morcillos palafrenes,
Muza, el fuerte enamorado. Y en negras sillas sentadas.
Por las calles donde iba Tan cubiertas van de luto,
Va estos papeles echando : Que por el suelo arrastraba :
«Celos son los que me matan, Cuatro escuderos delante,
»Que amonio estará en su mano.» Que negras hachas llevaban
Así entró en la plaza Muza, Con capuces hasta el suelo,
i todos en él mirando, Gran tristeza demostraban.
No hay nadie que lo conozca En medio va un atahud,
Como viene disfrazado. Y dentro un cuerpo sin alma,
Bernardo con gran deseo De todas armas armado, ,
Por saber d'este pagano Si no sola la celada.
Quien es, ó cómo se llama, Heridas lleva de muerte,
Lp preguntó á un su criado. Y la cara ensangrentada :
El moro sin curar del Cubierto de un paño negro ,
Pasó adelante de largo , Y descubierta la cara,
« allegándose á Muza Y en los extremos del paño
te dijo : _ Aquel cristiano . Va una muerle figurada,
e nta
V J?? P í g ? d o quién eres, Con letras que solo dicen:
«Tan injusta, cual temprana.»
l Jo le he disimulado. — Y en medio d'él un letrero
A Bernardo llegó Muza, Que decia estas palabras :
v. muy pasito hablando, «Ninguno quiera saber
1 J 0 :
n » J ? ~ ¿Quién eres tú »Aventura tan extraña;
vue por mí vas preguntando? »Si no fuera caballero
« » e , si gustas, tu nombre,
ROMANCERO GENERAL.
¿30
«Que pueda hacer venganza 645.
«De una muerte tan injusta BERNARDO HACE LIGA CON LOS MOROS DE ARÁGOH Cn\
«Cuan cruel y desastrada.» LOS FRANCESES DE CARLO-MAGNO. ' " T B A

Las doncellas daban gritos, {De Gabriel Lobo Laso de la Vega *.)
Los escuderos lloraban;
Con las voces y alarido Las varias flores despoja
La floresta retumbaba. Del rocío aljofarado,
Alteróse un caballero Que con visos cristalinos
Que junto al camino estaba La vista alegran y el campo,
Recostado al pié de un roble; El veloz tropel fogoso
Poco habia que descansaba De un caballo rabicano,
Del trabajoso camino, Cuyos lujares batian
Y al punto en pié se levanta. Los nobles pies de Bernardo.
Ricas armas tiene puestas, Venía curiosamente
La visera levantada, El gallardo castellano
Y como vio la aventura, A la morisca vestido,
Su caballo aderezaba. Con el brazo arremangado,
En un instante le enfrena, Para no ser conocido
Y las cinchas le apretaba; Del francés campo contrario.
Del arzón colgó el escudo; Un asta de enjuto fresno
Tomó en su mano la lanza; . Fija en la derecha mano,
Sin poner pié en el estribo Y en la siniestra una adarga
Sobre la silla saltaba; En cuyo campo dorado
Arrimóle las espuelas Trae pintado un león sangriento,
Y la rienda le alfojaba. Sobre los pies levantado,
Llegó y hizo acatamiento; Que con las uñas hacia
Mas ninguno nó le habla, Una flor de lis pedazos,
Antes, viéndole delante Y encima un letrero verde
Mayores voces alzaban. Que decia : «Nada ó algo.»
Desea saber Rernardo Reparó de la carrera,
Aventura tan extraña, Y media rienda soltando,
Que este es Rernardo del Carpió, A un galope dio principio
, . -Sobrino del rey de España, Por el espacioso llano,
Que anda buscando á Roldan, A vista de Zaragoza
El conde y señor de Rrava. De adonde estaba mirando
Lee lo que dice el letrero, El poderoso Marsilio
Y ofrécese á la venganza. La destreza de Bernardo,
Luego le cuentan el caso Cuyo valor esparcia
De todo lo que pasaba : Con razón la fama tanto :
Las damas piden favor Mas el fuerte Rravonel,
Contra quien las agraviara, Del aragonés amparo,
Qu'es el fuerte Lepolemo, A quien tampoco hacia
Que un hermano les matara, En nada la fama agravio,
Por tomarles el castillo, Con Rernardo sale á verse
Y una de las tres hermanas, En un tordillo caballo,
Y cuando le hubo muerto Que entre doce que envió
D'esta manera les habla : A Marsilio presentados
«Que si dentro de ocho dias Un moro rey de Granada,
«Hallan quien haga batalla Como deudos que eran ambos,
«Con él, volverá el castillo Vino para Bravonel
«Sin hablarles mas palabra, El tordillo señalado;
'•;'':" «Y que si en todo este tiempo, * Que de hombres tales, es bien
| . . ' «Quien se lo pida no hallan, Haga el mundo, y Reyes caso.
\ "Que él escoja entre las tres Era Bravonel, de Acoyza,
i * «Aquella que mas le agrada Mora bella, aficionado,
' , «Para hacer d'ella á su gusto Enamorado y valiente,
Valiente y enamorado.
«Como si fuese su esclava.» Lo uno y otro tenia;
V - Al castillo vuelven todos, En uno y otro extremado:
\ Donde Lepolemo estaba : Rica marlota llevaba
| Rernardo le desafía, De azul y verde damasco;
;' Y en el campo le esperaba. Por rapacejos, pendientes
y Lepolemo oyó las voces, Lágrimas de cristal claro,
V Y asomóse á una ventana: De lisas hebras de plata.
}• Viendo solo un caballero Por todas partes colgando,
j-,-• En un momento se armaba.
;. Apriesa pideun caballo,;, Y unas letras que decian :
•'.. Tomó de presto la lanza,' «Tanto temo cuanto aguardo;
jj¡ >._.,:, Y apenas hubo salido «Que si esperanza me anima,
'?•.• :¿!^(iuanilo los dos se encontraban, «Celos me fuerzan á llanto.»
: -: ¿3*iS3<'ffS$p.i; fué-eLencuentro Azul y verde es la lanza ,
Que érbra\^.1^sj^>»o¿leda})a
( < Y del ancha adarga el campo,
Que le pasó á |%^a*pir4e. . ,', .,. „ -
{ M Y de azul y verde trae
Mas de ungía» palmo.de.Iánza-, - .-.:,•>• • Atada una banda al brazo. >
Con que libertó al castillo , . Bate el moro .entrambos pies,
"Y dio venganza á las damas. Un alió alarido,a¿¡sflado;
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Parte el revúelfo tordillo
* El romance es puramente caballeresco, y una imitación Derecho para Bernardo,
exacta de los de su clase, escritos por el autor y otros poetas El cual al moro se viene,
entusiastas de los libros de los Amadises Y el uno al otro llegando,
ROMANCES RELATIVOS A L A HISTORIA DE ESPAÑA, 431
Baian lanzas y cabezas Y valor considerando,
Con comedimiento largo, Crece por puntos la gente ,
? á Zaragoza se van , De suerte que forma campo;
Porque con sus gruesos campos Despuéblase la ciudad,
Han de partir otro dia Y los pueblos comarcanos.
A Roncesvalles ufanos. Marcha á la ciudad augusta,
II OBO LASO DE LA VEGA, Romancero y tragedias, etc.
Cuyos muros baña ufano
» _ it. Seis romances famosos de la historia deEl caudal famoso Ebro
Del mundo tan celebrado,
' Bernardo, etc., Pliego suelto.)
Do el hijo del Zebedeo
i imitación de los romances moriscos. Fundó el edificio raro
. »ste pliego suelto impreso áfinesdel siglo xvu, se atri-
F n Que ciñe el Santo Pilar,
buye asi propio este romance y los demás un tal Diego Cosío. Estribo de nuestro amparo.
Allí Bravonel le aguarda
Con el sarraceno bando,
Que al rey Marsilio obedece,
646. Contra el francés declarado.
AL MISMO ASUNTO, (Romancero general.)
l
(Anónimo .) 4
Véase la nota del romace número 642, que es también apli
Con tres mil y mas leoneses cablea este.
Deja la ciudad Bernardo,
Que de la perdida Iberia
Fué milagroso restauro; 647.
Aquella cuya muralla
Guarda y dilata en dos campos INCREPA Y AMENAZA BERNARDO Á LOS QUE PRETENDÍAN
El nombre y altas victorias ENTREGAR E L REINO Á LOS FRANCESES.
De aquel famoso Pelayo.
Los labradores arrojan (Anónimo *.)
De las manos los arados, — No os llamo canalla vil
Las hoces, los azadones; Solo porque os llaman godos,
Los pastores los cayados; Y no ofender á Pelayo,
Los jóvenes se alborozan, Por agraviar á vosotros.
Aliéntanse los ancianos, Afeminados varones,
¿os inútiles se animan, Hijos del inútil ocio;
Fíngense fuertes los flacos, Usurpadores de nombre
Todos á Bernardo acuden, Tan ilustre y tan honroso ;
Libertad apellidando, Bastardos de la nobleza
Que el infame yugo temen Que codicia el mundo todo,
Con que los amaga el galo. Dalda lo que la debéis
—Libres, gritaban, nacimos, O echalda de vuestros hombros.
Y á nuestro Rey soberano Si queréis tan grave carga
Pagamos lo que debemos Facilitar por mil modos,
Por el divino mandato. A vuestros nobles pasados
No permita Dios, ni ordene Volved la mente y el rostro,
Que á los decretos de extraños Que no menos conquistaron
Obliguemos nuestros hijos, Que cuanto vieron sus ojos,
Gloria de nuestros pasados : Infame yugo poniendo
No están tan flacos los pechos, A los reinos mas remotos..
Ni tan sin vigor los brazos, ¿Tan duro es de conquistar
Ni tan sin sangre las venas, Este rinconcillo solo
Que consientan tal agravio. Donde estáis aniquilados
¡,E1 francés ha por ventura
Esta tierra conquistado? Y oprimidos de los moros,
¿Victoria sin sangre quiere ? Que le ofrecéis al francés
No, mientras tengamos manos. Con medios tan afrentosos?
Podrá decir de leoneses, ¿Tan flacos están los pechos,
Que murieron peleando; Y los brazos ya tan flojos?
Pero no que se rindieron, ¡ Mucho os debe vuestra patria,
Que son alfincastellanos. Imitadores de Codro,
Si á la potencia romana Pues su nombre eternizáis
Catorce años conquistaron Con hacerla sierva de otros!
Los valientes numantinos Si razones halagüeñas
Con tan sangrientos estragos, • Os mueven del rey Alfonso,
¿Por qué un reino, y de leones, Obedecedle en lo justo,
Que en sangre libia bañaron Y advertidle en lo dañoso;
susencarnizadas.uñas, Que el consejero que es fiel,
*¡scucha medios tan bajos ? Libre de intereses propios,
: J>éles el Rey sus haberes, Debe aconsejar su rey,
Mas no les dé sus vasallos; Y andará cual debe en todo.
Que en someter voluntades Que mudéis acuerdo pido,
«o tienen los reyes mando.— ¡Si no... Por el Dios que adoro , : ;
^on esto Bernardo ordena Que he de barajar la suerte, - ' -
sus escuadrones bizarros, De suerte que oá pese á todos !—
A quien desde una ventana Esto diciendo el del Carpió,
M'ra Don Alfonso el Casto, Con fiero semblante y rostro,
j-omo á su sangre le mira, Y con gran copia de gente
Wue le es como sangre grato, Sale de León furioso
t su gallarda compostura Blasfemando de franceses i

Y su yugo ignominioso i
ROMANCERO GENERAL.
m Blandiendo una gruesa lanza Y á dos leguas de León
Y batiendo los pies corvos. Se paró en medio de un llano,
{Seis romances famosos, de la historia de Bernar-Y levantando la voz
Volvió de esta suerte á hablallos:
do, etc., Pliego suelto.) — Escuchadme, leoneses,
i Se ha copiado el romance, de un pliego suelto impreso en Los que os preciáis de hijos-dalgo,
el siglo xvm; pero así este como los demás que contiene son Y de ninguno se espera
composiciones de losfinesdel vn. Hacer hecho de villano;
A defender vuestro rey
Vais como buenos vasallos,
Vuestra tierra y vuestras vidas,
BERNARDO V LOS SUYOS SALEN Á CAMPAÑA CONTRA Y las de vuestros hermanos.
LOS FRANCESES. No consintáis que extranjeros
Hoy vengan á sujetaros,
(Anónimo.) Y mañana vuestros hijos
Aguardando que amanezca, Sean de Francia un pedazo,
Para conocer la entrada, Y vuestras armas antiguas
Estaba el fuerte Bernardo El rico blasón trocando,
En los mojones de Francia, Veáis de lises sembradas,
Con trescientos compañeros, . En lugar de leones bravos,
Que es la costumbre que usaba Y el reino que ha tanto tiempo
Que diz bastan para mil Vuestros abuelos ganaron,
Cuando son hijos de España; Por solo el temor de un dia
Y antes que ponga en efecto Vengan á mandallo extraños.
El deseo que llevaba, Aquel que con tres franceses
A todos juntos les dice No combatiere en el campo,
De palabra estas palabras : Quédese, y seamos menos,
— Bien veis, leales amigos, Aunque habernos de igualaílos;
Los que sois de sangre hidalga, Que yo y los que me siguieren
Que esta empresa á que venimos Uno seremos á cuatro,
Es digna de buenas lanzas; Y cuando mas nos cupieren
Si hay alguno entre vosotros Para toda Francia vamos. —
Que entienda allanar su lanza, Esto acabando, arremete
Vuélvase de este mojón Con la furia del caballo,
Antes que pise la raya, Diciendo : — Síganme todos
Porque el que entrare una vez Los que fueren hijos-dalgo.
La suya ha de ser muy cara; [Romancero
Que cara ha de ser la cosa
Donde la honra se gana. * Mucha verdad de sentimientos nobles, generosos y carac-
Bien sabéis que á un español terísticos de verdadero españolismo contiene este romance.
Le viene de herencia y casta
Hacer espaldas los pechos,
Y no pechos las espaldas;
Y sino guardad las mias, 650.
Que solo aquesto me basta, LOS FRANCESES SE PREPARAN CONFIADOS Á LA BATALLA
Porque mi lanza no teme DE RONCESVALLES.
Toda Francia cara á cara ;
Y aquel que no se atreviere (Anónimo.)
A mantener su palabra, Blasonando está el francés
Mas vale faltarme aquí, Contra el ejército hispano,
Que no conozcan sus faltas.— Por ver que cubre su gente,
Todos juntos le responden Sierra, monte, campo y llano.
Que no tema la batalla, Dice Roldan que ha de ver
Que cada cual es Bernardo Si es tan valiente Bernardo
Los que á Bernardo acompañan. Como lo pinta su España, .
Cuando ya el sol por las cumbres Por león feroz y bravo.
Dora las humildes plantas, Van estampando la arena
De la sarracena gente Las tropas de los caballos,
Oyen grita y algazara : Con tanto ser y destreza ,
Aperciben sus caballos, Que apenas huellan el campo;
Que ya lo estaban de armas, «Y contra el gran Bernardo
Y en buena guisa de hidalgos » A son de trompas y cajas
Para sus contrarios marchan, »En buen orden van marchando.»
[Romancero general.) Van los doce de la fama
Con el viejo Carlo-Magno,
Haciendo alarde de reinos
Que en poco tiempo han ganado.
649. Los estandartes despliegan
AL MISMO ASUNTO. De llores de lis bordados,
Diciendo que han de añadir
(Anónimo K) Un castillo y un león bravo :
Con los mejores de Asturias No piensan que hay en la tierra
Sale de León Bernardo, Quien las iguale en el campo,
Puestos á punto de guerra Y esperan que en Roncesvalles f
A impedir á Francia el paso, Darán fin á sus cuidados. 6, , ,
Que viene á usurpar el reino
A instancia de Alfonso el Gasto, (MADRIGAL, Segunda f arle del Romancero genera»
Como si no hubiera en él
Quien mejor pueda neredallp,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 45*

651. Murió Roldan y Oliveros


Con toda la flor de Francia,
vFNCEDOR E N ROMCESVALLES, CON LA MUERTE DE Y Garlo-Magno lloroso
E RNARD°
"oLDAK Y BE LOS DOCE PARES DE FRANCIA. Huye, y deja la campaña,
*me Gabriel Lobo Laso de la Vega K) Con la pérdida mayor
Con crespa y dorada crin Que jamas tuvo en batalla.
Del hondo mar se levantan, . (LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y trage-
Sembrando por todo el mundo dias, etc.)
Luz por las nances al as • Se halla este romance corregido en el número 652.
Del sol los rojos caballos
Coloreando las aguas,
finando el francés Garlo asoma
Con sus copiosas escuadras 6S2.
Por las pedregosas vías A L MISMO ASUNTO.
neRoncesvallesmasagras;
Oue á tomar va posesión (Anónimo *.)
De la belicosa España. Con crespa y dorada crin,
Sus doce pares traía De las undosas campañas
Ou'el hecho le aseguraban, Tascando rojos bocados,
De quien con justa razón Presurosos se levantan
El mundo todo temblaba; Ya los caballos del sol
Mas como á los confiados Haciendo las nubes grana,
La fortuna mas agravia, Cuando el galo altivo asoma
Con sus copiosas escuadras
Y por ser su curso vano, Por las pedregosas sendas
Varia á fortuna la llaman,. De Roncesvalles mas agrias;
Quiso que no le quedase Que á tomar va posesión
El francés á deber nada, De la corona de España.
Cuyas cosas hasta allí
Favoreció con faz grata, Mas como á los confiados
Y que de Bernardo quede Es cosa tan ordinaria
En el mundo eterna fama; Mostrar la varia fortuna
El cual con campo copioso Su vaivén y vueltas varias,
El paso al francés tomaba, No quiso que le quedase
Do el poderoso Marsilio, El francés á deber nada,
Rey de Aragón, aguardaba, Cuyas cosas hasta allí
Y el casto rey Don Alfonso Favoreció con faz grata,
Con la gente castellana, Y que de Bernardo quede
A quien gran copia de godos En el mundo eterna fama; :

En esta junta acompañan; Que ya con haces copiosas ,


Y por principal caudillo, El paso al francés ataja,
De acuerdo todos, nombraban Ayudado de Marsilio
Al valeroso Bernardo, Y de la goda pujanza.
La honra y la prez de España, Muévense los gruesos campos
Y al valiente Bravonel Con marciales consonancias,
El segundo lugar daban. Y con tal furia se mezclan,
Mueven sus copiosas haces, Que las vecinas montañas
Visto que el francés llegaba, Temblaron por todas partes
Y las francesas embisten Batidas con tantas plantas,
De ira rabiosa llevadas. Y en sus tortuosos senos
Mézclanse con tal furár, Hace eco el son de las armas.
Que las vecinas montañas La confusa vocería
Por todas partes tremieron Del aire las nubes baja,.
De tantas plantas holladas, Y del polvo espesas nubes
Y en sus tortuosos senos La vista ofuscan y atajan,
Hace eco el son de las armas, Y del sol el paso impiden
ha confusa vocería Montones de gruesas astas.
Del aire las aves baja, El clamor de los heridos
Y de polvo espesas nubes Mueve á compasión las plantas,"
•^ vista ofuscan y atajan, Y el grito de los caídos
Y del sol el paso impiden Hiere al cielo en quejas altas. ¡
• Montones de gruesas astas, Búscanse los corazones
l odos con valor pelean, En las ocultas entrañas,
w> se conoce ventaja; Con las aceradas puntas
»i el uno al otro retira, A dar muerte encaminadas :
su dueño en breve restaura : No hay golpe que no prometa ;
cien como cuando en el campo Victoriosas esperanzas,
u
°s contrarios vientos andan, Ni soldado que no entienda *t

A quien las inhiestas mieses Que aquella difícil causa


liguen con cabezas varias, * Tiene el cielo prometida
W"e en aflojando algún tanto Para entregarle á la fama
0
A ' : M " ™ , se abajan; El efecto de su diestra
• ADSi el feroz español, Con el de otras muy mas arduas.
e
M , n c e s
diente andaban : Todos con valor pelean,
«as tanto Bernardo hizo, No se conoce ventaja;
L B
p
r a v o n e l
. Por las lanzas, Si el uno al otro retira :
ViW - Pacio cantaronv e es
Su daño en breve restaura.
V « A , V ' P V l c t o r i a
; E s Bien como cuando en el campo
a ñ a

'"an Alfonso y Marsilio,


n
Dos contrarios vientos andan,
l o r
todo el campo volaba. A quien las inhiestas mieses
T, X.
iU ROMANCERO GENERAL.
Siguen con cabezas varias, 654.
Que en aflojando algún tanto QUIERE EL REY POR SORPRESA PRENDER k BERNARDA
El uno al otro, se bajan: ESTE PREVENIDO, LO EVITA, HACIÉNDOSE TEMER
Así el valeroso iberio {Anónimo *.)
Y el valiente galo andaban; Con cartas sus mensajeros
Mas tanto Bernardo hizo, El Rey al Carpió envió;
Y Bravonel por las lanzas, Bernardo, como es discreto,
Que con victoriosa trompa
El ibero el aire rasga. > De traición se receló :
Oyese del sarraceno Las cartas echa en el suelo
Una orgullosa algazara, Y al mensajero ansi habló :
Y entre varios instrumentos — Mensajero eres amigo, s

Suenan acordes dulzainas, Non merecéis culpa, non ;


Con que las varias reliquias Mas al Rey que acá te envía
De la francesa arrogancia, Dígasle tú esta razón:
Las flores de lis marchitas Que no le estimo yo á él,
Con que el campo desamparan. Ni aun á cuantos con él son;
(Seis romances famosos de la historia de Bernar-Todavía Mas, por ver lo que me quiere,
do, etc. Pliego suelto.) allá iré yo. —
Y mandó juntar los suyos :
1
Este romance, repetición del anterior, aunque copiado de D'esta suerte les habló :
un pliego suelto modernamente impreso, pertenece á unes — Cuatrocientos sois los míos,
del siglo xvi, así como los demás que en 61 se hallan. Los que comedes mi pan :
Los ciento irán al Carpió,
Para el Carpió guardar;
653. Los ciento por los caminos,
BERNARDO VENCE Y MATA Á ROLDAN. Que á nadie dejen pasar;
Doscientos iréis conmigo
{Anónimo *.) Para con el Rey hablar;
El invencible francés, Y si malo me aviniere
F uerte senador romano, Lo peor será tornar. —
Aquel que al bravo Agrican Por sus jornadas contadas
Le venció y tornó cristiano, A la corte fué á llegar.
Y ganó del liero Almonte , — Dios os mantenga, buen Rey,
El rico cuerno preciado, Y á cuantos con vos están.
Con que hizo desafíos — Mal vengades vos, Bernardo,
Que al mundo dieron espanto; Traidor, hijo de mal padre :
Aquel que en Abraca so'.o Díte yo el Carpió en tenencia,
Venció todo un campo armado, Tú tómaslo de heredad.
Y nunca siendo vencido —Engañáisvos vos, el Rey,
Venció las hadas y el hado, Et non decides verdad;
Cual suele mostrar mas luz Que si yo fuese traidor,
La luz que se está acabando, A vos os cabia en parte.
Está en la guerra postrera, Acordársevos debia
Postrera fuerza mostrando. De aquella del Encinal,
Y no le basta el orgullo, Cuando gentes extranjeras
La buena espada y caballo; Allí os trataron tan mal,
Que lo ha el señor de Brava Que os mataron el caballo,
Con el que nació en el Carpió: Y aun á vos querían matar.
Porque después de haber muerto Bernardo, como traidor,
A Dudon, aquel dudado, D'entre ellos vos fué á sacar:
Con el marques Oliveros , Allí me distes el Carpió
Y sus hijos negro y blanco, De juro y de heredad :
Viendo por sus manos hecho Prometístesme á mi padre,
De sangre francesa un lago, Non me guardastes verdad.
» Y que al fin de aquella empresa — Prendedlo, mis caballeros,
Estaba el Roldan gallardo, Que igualado se me ha.
El gran sobrino de Alfonso — Aquí, aquí, mis doscientos,
Furioso busca al de Carlos; Los que comedes mi pan,
Hállale en sangre teñido, Que hoy era venido el día ,
Y él viene en ella bañado. Que honra debemos ganar. —
Los mas bravos corazones El Rey, de que aquesto viera,
Que humano pecho ha encerrado D'esta suerte fué á hablar :
Juntos á batalla vienen — ¿Qué ha sido aquesto, Bernardo,
Con fuerza y ánimo osado. Que así enojado te has?
Para verla se suspende ¿Lo que hombre dice de burla
La del uno y otro campo, De veras lo vas tomar?
Entre la esperanza y miedo Yo te dó el Carpió, Bernardo,
Los corazones temblando. De juro y de heredad.
El cielo que á Orlando espera, — Aquestas burlas, el Rey,
Fortuna que se ha cansado, No son burlas de burlar;
Dan y quitan la victoria Llemástesme de traidor,
De un francés á un castellano. Traidor, hijo de mal padre :
(Romancero general.) El Carpió yo no le quiero,
i También tiene relación con los romances de Carlo-Magno Bien lo podéis vos guardar,
y los doce pares,y se descubre cuan común era la lectura de los Que cuando yo lo quisiere ,
poemas caballerescos italianos, cuando se compusieron estos Muy bien lo sabré ganar. rñ neactt-)
romances que hablan de los episodios del Orlando enamorado, (Cancionero dtrorn^^^
y del/wrieso.
* Hé aquí á Bernardo, á fuerza de injusticias, 8*
ROMANCES RKLATIYOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 433
..ivtdn enn un rey que le provoca. El romance es — Prendedle, prendedle, dice,
Mis caballeros, y muera
verente í ' J f ^ y poco .Iterados por la tradición oral. Qauft El loco desacatado
d e ios P'^ips e tienen un tipo anterior al siglo xv.
qu Que mi deshonra desea. —
"'íTste verso y el que sigue se citan en la parte 2, cap. x, Prendedle, gritaba el Rey;
del W<*- - Pero ninguno lo intenta ,
Porque vieron que Bernardo
635. El manto al brazo rodea,
AL MISMO ASUNTO.
Poniendo mano á la espada,
l
Diciendo : — Nadie se mueva,
(Anónimo .) Que soy Bernardo, y mi espada
Con solos diez de los suyos A ninguno se sujeta,
Ante el Rey, Bernardo llega, Y sabéis muy bien que corta,
Con el sombrero en la mano De que tenéis experiencia. —
Y acatada reverencia : Los diez, visto el duro trance,
Los demás, hasta trescientos, A la contienda se aprestan :
Hácia'palacio enderezan Meten mano á los estoques;
De dos en dos divididos, Del hombro los mantos sueltan,
Porque el caso no se entienda. Y á los lados de Bernardo
— Mal venido seáis, le dice, Con feroz saña se aprietan,
Alevoso, á mi presencia, Avisando á los demás
Hijo de padres traidores, Con una acordada seña;
Y engendrado entre cautelas, Los cuales del fuerte alcázar
Que con el Carpió os alzastes Toman las herradas puertas,
Que dado os habia en tenencia; Diciendo : — ¡ Viva Bernardo,
Mas fiad de mi palabra, Y quien le ofendiere muera! —
Que de vos lomaré enmienda; Vista la resolución,
Aunque no haya que admirarse, Dijo el Rey con faz serena :
Si el traidor traidor engendra. — Lo que de burlas os dije,
No hay que procurar disculpa, ¿Tomado lo habéis de veras?
Pues ninguna tienes buena.— — Burlando lo tomo, Rey,—
Bernardo, que atento estaba, Bernardo le respondiera;
Respondió con faz siniestra : Y de la sala se sale,
— Mal os informaron, Rey, Haciéndole reverencia.
Y con relación mal hecha; Con él vuelven los trescientos,
Que mi padre fué tan bueno, Con bella y gallarda muestra,
Que á la antigua estirpe vuestra Y derribando los mantos,
Kn bondad no debia nada, Ricas armas manifiestan,
Y esto es cosa manifiesta. De que el Rey quedó espantado
Y en decir que fué traidor, Y su injuria con enmienda.
Miente quien lo dice ó piensa, (Romancero general. — It. Seis romanees de la
De vuestra persona abajo, historia de Bernardo, etc. Pliego suelto.)
Que como á Rey se os reserva. 1

¡Muy bien mis grandes servicios En este pliego pone el romance como suyo Diego Cosío,
Con este nombre se premian! poeta de unes del siglo xvn, pero es un plagio sin duda. El
romance es, como se ve, a! asunto mismo que el anterior; tero
De los cuales fuera justo animado con un buen diálogo y reformadoá la manera de los'
Que noticia se tuviera : definesdel siglo xvi.
Mas es propio del ingrato;
Su propiedad, Rey, es esta,
Olvidar el beneficio, 656.
Por negar ia recompensa. LOGRA BERNARDO QUE LE ENTREGUEN SO PADRE ,KAS
Una os debiera obligar, CUANDO YA ERA CADÁVER.
Si de otra no se os acuerda,
Cuando en la del Romeral, (Anónimo.)
En la dudosa contienda —Antes que barbas tuviese,
Os mataron el caballo, Rey Alfonso, me juraste
Quedando en notable afrenta : De darme á mi padre vivo, «
Y yo, como soy traidor, Y nunca me das mi padre.
vs di el mió con presteza, Cuando nací de tu hermana,
Sacándoos, como sabéis, Que nunca fuera mi madre ,
ue aquella mortal refriega, Le metiste en la prisión,
ror ello me prometistes Y aun dicen que meses antes.
Jjon razones halagüeñas Acuérdate, Alfonso rey,
«e darme á mi padre libre, Ya que no del, por mi parte,
sin lesión y sin ofensa.
mE
Que es tu hermana sangre luya,
P ° »l vuestra palabra Y que es mi padre mi sangre.
^umphstes y real promesa; Sí yerros fueron los suyos,
We para ser rey, por cierto , Bien de hierros le cargaste;
Tenéis muy poca firmeza,
q u e m u r
Que los que son por amor
C^f c ' ó en la prisión, Alcanzan perdón de balde.
» « s a b é i s , con pasión vuestra. Prometido me lo tienes,
Mas s, yo f e el e debo, U ra qU No de tu palabra faltes,
» el hijo que debo fuera, Que no es oficio de reyes,
Que de lo dicho se extrañen.
A tu cargo es la justicia,
rero yo la vengaré,
a u , a s d Y á mi cargo él libertarle;
p " l J onde entienda,
a
Pero si yo soy mal hijo
2 « mas os deservir, No debo, Rey, de culparte.
,«M notable daño os venga.
Todos mis amigos dicen
436 ROMANCERO GENERAL.
Que soy guerrero cobarde, Al magno Rey suplicaba
Sabiendo que padre tengo, Que á su buen padre librase
Y que no conozco padre. De la prisión en que estaba,
Después que espada me ciño Pues que se lo prometió,
La he puesto por tí en mil lances, Y jamas no se le daba,
y cuanto mas la ejercito, Ño lo quiso el Rey hacer,
Menos mercedes me haces. Lo que Bernardo demanda.
Si de mi padre te extrañas, Bernardo con gran, enojo
No es justo d'ella te extrañes; Del Rey se desnaturaba :
Que algún galardón merece Las tierras del rey Alfonso
Quien buenos servicios hace. Todas se las estragaba.
Si en premio d'ello merezco Prendió muchos caballeros;
El premio que el mundo sabe, Al Rey venciera en batalla;
Tiempo .es ya que me le des, Los grandes de los sus reinos
Buen Rey, ó me desengañes. Al buen Rey le suplicaran
— Calledes vos, Don Bernardo, Que dé á Bernardo su padre
. |ío temáis que yo vos falte, Don Sancho Diaz Saldaña,
Porque Bernardo los prende,
Que la merced de los reyes,
Si se cumple, nunca es tarde; Y á muchos d'ellos mataba :
Que antes que mañana oiga Las tierras todas les corre,
Misa en San Juan de Letrane, D'ello gran mal se causaba.
Veréis vuestro padre libre El Rey por bien de su reino
De su persona y mi cárcel.— Lo que piden aceptaba,
Cumplióle el Rey la palabra, Si Bernardo le da el Carpió,
Mas fué con engaño grande, Castillo que edificara.
Porque sin ojos y muerto Bernardo tuvo por bien
Mandó que se le entregasen. De dar lo que le demandan :
(Romancero gentral.) El Rey cobrara el castillo;
Por el buen Conde enviara
A Luna, castillo fuerte,
Donde el Conde preso estaba.
657. Don Tibalte y Arias, godos,
AL MISMO ASUNTO. Al Conde muerto le hallaban :
En baños al Conde meten,
(Anónimo *.) Su persona aderezaban;
Hincado está de rodillas Honradamente le traen
Ese valiente Bernardo Donde el rey Alfonso estaba.
Delante el Conde su padre Salió el Rey á recibirlo
Para besarle la mano, Con Bernardo, y su mesnada.
Porque el casto rey Alfonso Llegando cerca del Conde,
De merced se lo ha otorgado. Bernardo se adelantaba:
Desque la mano le toma, Llegó al Conde su padre;
Frió y muerto le ha hallado, Las sus manos le besaba.
Y con llanto doloroso Cuando las vido estar frias,
D'esta manera ha hablado : Y la color demudada,
— ¡ Oh conde Don Sancho Diaz! Y que no le respondía
¡Oh buen conde desdichado! A lo que le preguntaba,
Por tener vos tan mal hijo Entendió que el Conde es muerto:
Habéis venido á este estado. Muy gran clamor levantaba,
No quiero vivir sin vos; A grandes voces diciendo :
Morirme es mas aeertado; — ¡Ay, buen conde de Saldaña,
No quiero ser español, En mal hora me engendrastes,
Ni ser Bernardo llamado, Pues que vivo no os cobraba!
Hasta que vengue tu muerte, De vuestra larga prisión
Como ya estoy obligado. — Yo, buen señor, soy la causa :
Y acabadas las razones, No me llamen vuestro hijo,
Denodado va á palacio, Pues de veros no gozaba
En busca del Rey su tio , Sino muerto como estáis.
Que de él quiere ser vengado, ¡ Gran dolor es á mi alma!
Turbado el rostro, furioso, (SEPÚLVEDA, Romances nuevatnentesaeados, et
Y el color muy demudado.
[Seis romances famosos de la historia de Bernar a
i El autor de este romance se aparta de la »" Jí'°" , S l
do, etc. Pliego suelto.) llamando Alfonso el Magno al que la historia denommaei ^
i Aunque moderna la Impresión de que se ha copiado, el
romance Dertenece á unes del siglo xvi. 659.
AL MISMO ASUNTO

658. (Anónimo.)
A L MISMO ASUNTO.
— ¡ Mal mis servicios pagaste, ..
Ingrato rey Don Alfonso,
(De Lorenzo de Sepúlveda.) Sabiendo que tu defensa
En León y las Asturias, Estaba toda en mis hombros!
Alfonso el Magno reinaba *, Mi padre me prometiste;
El tercero d'este nombre Mas, como rey alevoso,
De los que antes reinaban. Muerto y sin ojos le entregas,
En su corte está Bernardo; Porque le viesen mis ojos.
Por fuerte se señalaba; ¡Oh, mal hayan mis servicios,
Las rodillas en el suelo, Y aqueste brazo furioso,
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. éi
Oue con tan hidalgas obras Juramento á mi Dios hago. —
Ganó servicios tan cortos! Y sobre las blancas armas
D e hoy adelante he de ser Luto se puso el del Carpió.
De tus contrarios socorro, [Códice del siglo xvu, Biblioteca nacional.)
Porque premien los extraños
Las Faltas de reyes propios.
No de su muerte me pesa:
Pésame que dicen otros 661.
Oue si yo buen hijo fuera, BERNARDO INCREPA AL REY POR S ü INGRATITUD.
No te guardara el decoro,
ya maldigo el diestro brazo, (Anónimo.)
Que por servir un rey solo , — ¡Inhumano rey Alfonso!
Deja perecer su sangre, De tus tierras me despido,
Porque le aborrezcan todos. Porque no es rey natural
Por mí se podrá decir Rey ingrato á los servicios.
Que han sido tiempos ociosos A Francia quiero pasarme,
Pues con honrosas hazañas Donde tienen cierto aviso,
Mi propio padre deshonro. Que quien honró tu león
Bien puede decir que tiene Honrará también sus lirios.
Hijo descuidado y mozo , Ya parece veo á Carlos
Si cautivo le he dejado , Piadoso, aunque mi enemigo,
Por ser esclavo forzoso. Porque lo que te amparé
Cuando obligación tuviste, No puedas gozar conmigo.
Con ser mi madre tu tronco, Menospreciaste mi espada;
Me trocaste la palabra, Mas cuando en ella ó en pino.
¿Qué harás agora, Alfonso? Tremolen lunas de plata
Nunca ella mi madre fuera, Echarás de ver sus filos.
Ni yo Bernardo, pues gozo Saldrá de mí tu león
De sus yerros y mi agravio, Menos soberbio y altivo,
Que fueron dos malos gozos. Las cuatro garras sin uñas,
Si tus ofensas vengaste,
Desde agora, Rey, te informo Y la boca sin colmillos :
Que he de vengar mis ofensas, No tan altiva la frente,
Que no con reyes me ahorro. — Menos bravo el cuerpo erizo,
Esto lo dice Bernardo Y la cabeza doliente
Al Rey su tio, y dejólo Con la fiebre de mi olvido.
Con la palabra en la boca, Y s i , lo que Dios no quiera,
Y él se fué hecho un demonio, Lidiando entre sarracinos,
Para buscar su venganza Te mataren el caballo,
Entre cristianos y moros, Acuérdate d'este mío,
Que tiene muchos aniigos, Que un día en el Romeral
Porque es amigo de todos. Te libró de gran peligro,
Y en dar la muerte á mi padre
{Romancero general.) Pagaste este beneficio.
De peón te hice rey *,
Y t ú , desagradecido,
660. Como sí fueras peón
JURA BERNARDO VENGAR LA MUERTE DE SU PADRE. Cumpliste lo prometido.
Mi noble padre mataste,
(Anónimo.) Sin pensar que su delito
Retraído en su aposento, Te (fió el cetro y la corona
Bernardo se estaba armando : Con hacerme tu sobrino.
Suspiros daba del alma, Mas te valió en Roncesvalles
Y de coraje llorando, Contra tantos paladinos
Dice : — ¡ Dulce padre mió, El retrato de mi padre ,
Perdona al frágil Bernardo, Que te valieras tú mismo. —
Que si yo buen hijo fuera , Esto le dijo Bernardo
Ya debiérades ser salvo! Al rey de León, su tio;
Pero pues triunfó la muerte, Valiente siempre de manos,
Y en prisión has acabado, Y esta vez solo de pico.
Aquesta cobarde vida (MADRIGAL, Segundaparte del Romancero general •)
Fenecerá peleando,
Hasta que conozca el Rey i Aludiendo al juego del ajedrez, donde el peón es la pieza
mas Ínfima, como el soldado de á pié lo era en las guerras de
Qué es perder un buen hidalgo, aquel tiempo.
Y matarle así en prisión,
Wmo sí fuera villano.
Mas aquesto eternamente 662.
mere en él alma fijado,
Hasta fenecer la vida. SALE BERNARDO Á VENGAR LA MUERTE DE SU PADRE.
Por tu libertad librando. (De Gabriel Lobo Laso de la Vega.)
i ya que matar no pueda Áspero llanto hacia,
I* v'y p o r
« vasallo,s e r s
En el Carpió retirado
M' cosas que él mas estima Por la muerte de su padre,
Procurare ser vengado. El valeroso Bernardo.
™as va que vengado seas, En el pecho no le cabe
o»! t e
f l e c h a , Bernardo? El corazón fatigado;
Wue morirás con dolor Esparce ardientes suspiros, 1
n ha
p * ° bello libertado : Culpando su hado avaro,
« r o de vengar su muerte Junto con el proceder
438 ROMANCERO GENERAL.
Del rey Don Alonso el Casto. Salla en un bello andaluz,
De nadie consuelo admite, Un asta gruesa bibrando,
Ni quiere ser visitado : Diciendo : — Nadie me siga
Por una parte pretende Que no sea fijodalgo,
Venganza del duro caso; Y que no sepa de sí
Por otra ve que le falla A lo que vive obligado. —
Aun tiempo para llorarlo. Juntó con estas palabras
Mas venciendo al sentimiento Trescientos hombres Rernardo,
El valor del pecho osado , Gente granada y apuesta, •
Discurriendo por la casa Bien armados á caballo,
Fué á un aposento apartado, Con quien, al caer el sol,
Do estaba un antiguo arnés Bernardo partió del Carpió.
Entre otras armas colgado, ( LOBO LASO DE LA YEGA, Romancero y traaeiint ,)„
Que era de su viejo padre, It. Seis romances de la MsiomíeBernarZ ¡T
Un tiempo del bien usado, Pliego suelto.) ternario, etc.
De polvo y orin cubierto,
El cual tomando en la mano,
Los ojos altos al cielo, 663.
Dice con semblante airado :
— En tanto que tú cubriste BERNARDO LLORA Á SU PADRE Y CFXEBRI
Pecho que tanto valió, US OBSEQUIAS.
Ninguno se le atrevió, {Anónimo.)
Ni corto en nada le viste; Las obsequias funerales
•Pero después que á la espada Sobre el ya difunto cuerpo
Inhábil el brazo vieron, Celebra del padre suyo
El respeto le perdieron, , Bernardo con ojos tiernos.
Gomo cosa ya pasada. Hilo á hilo van bajando
Mas no se le juzgue ausente Las lágrimas hasta el centro,
El que agraviado le ha, Que da temor el mirallo,
Que el agravio vivo está, • Y pone temor el vello.
Y quien le vengue presente. — ¡ Oh padre amado! le dice r
Y si el Rey le quiso hacer ¿ Cómo es posible que tengo
Traidor por solo su gusto , Alma que os d é , y no la doy,
No habló como rey justo, Si es deuda de un hijo bueno?
Y él oirá mi parecer: ¿Quién os pudo privar d'ella,
Que si presente se hallara Y á mí la dejó en el pecho,
Bernardo á la Brega fiera, Pues para ver tanta pena
Bien fuera posible oyera Tan solamente la siento?
Cosa el Rey, que le pesara. Ya lloro vuestra prisión,
Mas yo haré con mi ida Ya la libertad condeno
Que tenga el callar por bueno, Que en prendas dejó la vida
No con la mano en el seno, Por gloria de mis deseos.
Antes á la espada asida. Si ya se vieron cumplidos,
Y esté de una cosa cierto; ¿Por qué con tanto tormento,
Que cuando le entrare á ver Que diera por no gozallos
Tengo el pecho de meter La duda de merecellos?
De tí amparado y cubierto; Prisión de tan largos años,
No para en el Rey tocar, Libertad con tal exceso,
Que soy su vasallo al fin, ¿Cómo no la teme un rey,
Sino por si algún ruin Si está amenazando un reino?
Se quisiere adelantar. Mas no es posible que tenga
Publica el Rey soy bastardo, Libre de temor el pecho,
Siendo su hermana mi madre: Quien da ocasión á Bernardo
Soy su hijo, y de tal padre, Que llore su padre muerto.
Que al fin me dejó Bernardo. Pero en efecto es dolor
Mi padre fué tan hqnrado, Cualquiera golpe en el cuerpo,
Que muy poco aventajara Que en cualquiera parte tiene
Cuando adelante pasara El alma su sentimiento.
El matrimonio empezado. No sé qué lágrimas vierta
Que bien se sabe en España, En tanto desasosiego,
Y el Rey lo sabe también, Padre, que á vos den la vida,
De dónde vienen y quién O á mi me la acaben presto.
Son los condes dé Saldaña. — O estoy más muerto que vivo,
Cesó su habla con esto, O de quien soy no me acuerdo,
Y del viejo arnés armado, O huye de mí la sangre,
Hizo que con gran presteza Que por vos me lia honrado un tiempo
Le trajesen un caballo ¡ Oh casto rey Don Alfonso,
Rien trabado de buen hierro, Cómo publica este hecho
De color castaño claro: Que no conoces de padre
Caparazón negro, y negro El dulce nombre que pierdo! —
De la lanza el hierro largo; No pudo pasaT de aquí,
Negro el campo de la adarga, Que se le puso en el pecho
Y en mitad del estampado Un lazo estrecho de amor,
Un latiente corazón Y de padre un lazo estrecho
Puesto en un puño cerrado, "vanedelBomanecn}» «•«'•1
Por toda parle oprimido, (MADRIGAL, Segunda ¡
Roja sangre destilando,
Y un letrero que decia :
«Romper tengo de apretado».
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 439
(564. Pero no pende mi honra
De t i , ni de aqueste agravio,
AL MISMO ASUNTO. Que este brazo y esta espada
Me harán temido y honrado. —
(Anónimo.)
Y volviendo al padre muerto
Al pié de un túmulo negro El valeroso Bernardo,
Está Bernardo del Carpió Con varoniles suspiros,
Hincadas ambas rodillas Colérico y demudado, •
En medio de un templo santo. Abriendo el negro capuz
Acompañante parientes, Hasta la punta de abajo,
Caballeros é hijosdalgo; Sin advertir que le escuchan,
Por amistad ó por deudo Ni que está en lugar sagrado,
Todos están enlutados. Con una mano en la barba
Vienen á hacer las obsequias Y en la espada la otra mano,
Del muerto conde Don Sancho, Dice furioso, impaciente,
Vertiendo lágrimas tiernas Con su rey y padre hablando :
Del fuerte pecho acerado. — Seguro puedes ir de la venganza,
Cubierto de triste luto, Amado padre, al espacioso cielo,
Y el corazón enlutado; Que al acerado hierro de mi lanza,
pero tan fuerte y robusto Que de sangre francesa linó el suelo,
Como cuando sale armado. Y levantó de Alfonso la esperanza
Un rato entre dientes habla, Hasta el celeste y estrellado velo,
Y otro rato habla claro, Ha de mostrar que no hay seguro estado,"
Formando quejas al cielo Siendo Bernardo vivo y tú agraviado.
Del rey Don Alfonso el Casto, Uno soy solo, Alfonso, y castellano,
Que muerto le dio á su padre, Uno soy solo, y el que puede tanto, .
Y vivo se le ha mandado. Que deshizo el poder de Carlo-Magno,
— Si el Rey falta en su palabra, Dejando á toda Francia en luto y llanto.
Dice, ¿ qué hará un villano ? Esta es la misma vencedora mano
Con tal sinrazón, Alfonso, Que á tí te dio victoria, al mundo espanto;
¡Buen nombre á tu hermana has dado! Y esta misma te hará, padre, vengado,
¡ Buen título á tu sobrino! Que Bernardo está vivo y tú agraviado.
¡ Y buen pago á tu criado! [Romancero general}

ÉPOCA DE BERMUDO II, D E LEÓN, CON LOS ROMANCES DE LOS INFANTES DE


LARA, Y LOS DE LOS CONDES DE CASTILLA, FERNÁN GONZÁLEZ, GARCI FER-
NANDEZ, DON GARCÍA Y DON SANCHO GARCÍA. .

Las bodas fueron en Burgos,


ROMANCES-SOBRE LOS INFANTES DE LARA Y DEL Las tornabodas en Salas:
BASTARDO MUDARRA. En bodas y tornabodas
Pasaron siete semanas.
Tantas vienen de las gentes,
665. Que no caben por las plazas,
BOBAS DE RUY VELAÍQUEZ CON DOÑA L A M B I U , Y ODIOS CON- Y aun faltaban por venir
TRA LOS L A R A S . Los siete Infantes de Lara.
Helos, helos por do vienen
(Anónimo*.) Con toda la su compaña:
A Calatrava la Vieja Saliólos á recibir
La combaten castellanos; La su madre Doña Sancha.
Por cima de Guadiana —Bien vengades, los mis hijos,
Derribaron tres pedazos; Buena sea vuestra llegada :
Por los dos salen los moros,
r
Allá irédes á posar
\ °, el uno entran cristianos. A esa cal de Canta-ranas;
Alia dentro de la plaza Hallaréis las mesas puestas;
* uéron á armar un tablado, Viandas aparejadas.
Uue aquel que lo derribara Desque háyades comido, iiijos,
uanara de oro un escaño, No salgades á las plazas,
ase Don Rodrigo Lara , Porque las gentes son muchas,
«uei es quien lo habia ganado, Trabasen muchas barajas.—
ue U r c i Hernández sobrino Desque todos han comido
»ae Doña Sancha hermano, Van á bohordar á la plaza :
AI conde Don Garci Hernández No salen los siete Infantes,
»e lo llevo presentado, Que su madre lo mandara;
«ue le trate casamiento,
c o n
Mas desque hubieron comido
pretende
s e
l>ofia Lambra. Siéntanse á jugar las tablas.
¿f . trata el casamiento, Tiran unos, tiran otros,
i Hechojué en hora menguada!
Do a
Ninguno bien bohordaba.
Y°rL S Lambra Burueva Allí salió un caballero
V Don Rodrigo de Lara. De los de Córdoba la llana,
440 ROMANCERO GENERAL.
Bohordo hacia el tablado Yo os pienso á vos de vengar.
¥ una vara bien tirara. " Tretilla les tengo ordida,
Allí hablara la novia, Bien se la cuido tramar,
D'esta manera hablara : > Que nacidos y por nacer
—Amad, señoras, amad D'ello tengan que contar.
Cada una en su lugar, (Cancionero ie Romances.)
Que mas vale un caballero i Esta tradición se refiere á los tiempos en aue»™ d e
De los de Córdoba la llana, León Bermudo II, el Gotoso, y conde de Castilla &» " l e r

Que no veinte ni treinta nandez. Todo demuestra en esta composición ser dTm '
y re
2
De los de casa de Lara .— mota antigüedad y de las primitivas. Su lenguaje rurlñ "
sm
taxis ^desordenada , las costumbres que en él se <w,?í ~
Oídolo habia Doña Sancha, mío Tmrni>r>n
D'esta manera hablara : que parecen nnr.n
poco distantes.
distantes, vy aun
aun nconservadas
n u n . j . . en
... "."r^noen
tip ;""^y
m
J

poeta, todo, todo presta al romance un interés tanto hutS • '


—No digáis eso, señora,, como filológico. Su asunto fué tratado en dramas ñor• jf' 'S°
JNo digades tal palabra, la Cueva, Lope de Vega, Matos Fragoso, y otros poetas d?if»
Porque hoy os desposaron años últimos del siglo xvi, y de hasta mediados del rm
Con Don Rodrigo de Lara. 2 Con estas palabras, insultantes contra los Laras ñaL i
—Callad , Doña Sancha : vos precio Doña Lambra á los caballeros forasteros. ' s

No debéis ser escuchada, s Todo el trozo que sigue es proverbial: es decir n,„>
Que siete hijos paristes citaba mucho y se cantaba de continuo, sirviendo ¡i? t . Se

Como puerca encenagada.— para otros romances. Entre ellos se nota el de la nrimriV™ H
Oídolo habia el ayo te de los del Cid, que dice : Dta era de los Reyes >"
Que á los Infantes criaba : * Ya en siglos anteriores al xiu y xiv se castigaba á la, N

De allí se habia salido, meras cortándolas las faldas y echándolas públicamente d» u


Triste se fué á su posada : pueblos. Así Dona Sancha se queja á su desposado de mío i ,
Halló que estaban jugando dijesen una cosa tan ofensiva, para incitarle ala vengann
Los Infantes á las tablas,
Si no era el menor d'ellos,
Gonzalo González se llama;
Recostado lo halló A L MISMO A S U N T O .
De pechos á una baranda.
—¿Cómo venis triste, ayo? {Anónimo*.)
Decí, ¿quién os enojara?— ¡ Ay Dios, qué buen caballero
Tanto le rogó Gonzalo, Fué Don Rodrigo de Lara,
Que el ayo se lo contara : Que mató cinco mil moros
—Mas mucho os ruego, mi hijo, Con trescientos que llevaba!
Que no salgáis á la plaza.— Si aqueste muriera entonces,
No lo quiso hacer Gonzalo; ¡ Que gran fama que dejara!
Mas antes tomó una lanza. , No matara sus sobrinos
Caballero en un caballo Los siete Infantes de Lara,
Vase derecho á la plaza : Ni vendiera sus cabezas
Vido estar allí el tablado Al moro que las llevara.
Que nadie lo derribara; Ya se trataban las bodas
Enderezóse en la silla, Con la linda Doña Lambra :
Con él en el suelo daba. Las bodas se hacen en Burgos,
De que lo hubo derribado Las tornabodas en Salas:
D'esta manera hablara : Las bodas y tornabodas
—Amade, putas, amad, Duraron siete semanas;
Cada una en su lugar, Las bodas fueron muy buenas,
Que mas vale un caballero Las tornabodas muy malas.
De los de casa de Lara, Ya convidan por Castilla,
Que cuarenta ni cincuenta Por Castilla y por Navarra :
De los de Córdoba la llana.— Tanta viene de la gente
D'oña Lambra que esto oyera Que no hallaban posadas,
Bajóse muy enojada;
Fuese á aguardar á los suyos , Y aun faltaban por venir
Fuese para su posada, Los siete Infantes de Lara,
Halló en ella á Don Rodrigo, —Helos, helos por dó vienen
D'esta manera le habla : Por aquella vega llana.
—Yo me estaba en Barbadillo 3, Sálelos á recibir .
En esa mi heredad; La su madre Doña Sancha.
Mal me quieren en Castilla — Bien vengades, los mis fijos,
Los que me habian de guardar. . Buena sea vuesa llegada.
Los hijos de Doña Sancha —Norabuena estéis, señora,
Mal amenazado me han Nuesa madre Doña Sancha.—
Que me cortarían las haldas Ellos le besan las manos,
Por vergonzoso lugar , i
Y ella á ellos en la cara.
—Huelgo de veros á todos,-.
Y cebarían sus halcones Que ninguno no faltara ,
Dentro de mi palomar, Porque á vos , mi Gonzalvico,
Y me forzarían mis damas Y á todos mucho os amaba.
Casadas y por casar. Tornad á cabalgar, hijos,
Matáronme mi cocinero Y tomad las vuestras armas,
Sofaldas de míBri'al. Y allá os iréis á posar
Si d'esto no me vengáis, Al barrio de Cantarranas.
Yo mora me iré a tornar.— Por Dios os ruego, mis hijos,
Allí habló Don Rodrigo, No salgáis de las posadas ,
Bien oiréis lo que dirá : Porque en semejantes fiestas
—Calledes, la mi señora, Se urden buenas lanzadas.—
Vos no digades lo tal; Ya cabalgan los Infantes
De ¡os Infantes de Lara Y se van á sus posadas;
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. ái\
Hallaron las mesas puestas, Como á nobles hijosdalgo.
Viandas aparejadas. A todos siete en un dia
Después que hubieron comido Caballeros han armado;
Pidieron juegos de tablas, Armóles Garci Fernandez
S¡ no fuera Gonzalvico Ese conde castellano:
Oue su caballo demanda, Caballeros son muy buenos,
Y muy bien puesto en la silla En armas bien se han probado:
Se sale para la plaza, Muchos vienen á las bodas,
En donde halló á Don Rodrigo Caballeros de alto estado.
Oue á una torre tira varas, Duraron cinco semanas
Y con fuerza muy crecida Las fiestas que han comenzado,
A la otra parte pasaban. Do celebran grandes fiestas
Gonzalvico qué esto viera , De placer muy sublimado.
. Las suyas también tiraba : La postrer semana d'ellas,
Las suyas que pesan mucho Don Rodrigo alzó un tablado
A lo alto no llegaban. Muy junto de una ribera,
Doña Lambra qu'esto vido, Que de Burdos es cercano.
D'esta manera le hablaba : Al tablado tiran muchos,
—Amad, ó dueñas, amad Pero no hay tan esforzado
Cada cual en su lugar; Que llegase á dar en él,
Mas vale mi caballero Aunque muchos lo han probado.
Que cuatro de los de Salas.— Un primo de Doña Lambra,
Cuando Sancha aquesto oyó Que Alvar Sánchez es llamado,
Respondió muy enojada : Vio que caballero alguno
—Calledes, Lambra, calledes, No alcanzaba en el tablado.
Non digáis la tal palabra, Lanzó á él un gran bohordo;
Que si mis fijos lo saben Gran ferida en él ha dado.
Ante tí. te lo mataran. Quebrantóle algunas tablas;
—Calledes vos, Doña Sancha, Doña Lambra se ha gozado;
Que tenéis por qué callar, D'ello hobo gran placer,
Pues paristes siete fijos, Con su cuñada ha hablado.
Como puerca en muladar.— Díjole : —¿Veis, Doña Sancha,
Gonzalvico qu'esto oyera Qué caballero esforzado
Esta respuesta le da : Que es mi buen primo Alvar Sánchez ,
— Yo te cortaré las faldas Y tan bien encabalgado,
Por vergonzoso lugar, Que ninguno ha dado golpe
Por cima de las rodillas Adonde él lo habia dado? —
Un palmo y mucho mas.— Doña Sancha y los sus hijos
Al llanto de Doña Lambra Riendo d'ello han estado ;
Don Rodrigo fué á llegar : Ninguno dio miente á ello,
—¿Qu'es aquesto, Doña Lambra? Que están las tablas jugando,
¿Quién os pretendió enojar? Solo Gonzalo González,
Si me lo dices, yo entiendo El menor de los hermanos,
Que te lo he de bien vengar, Que á furto de todos ellos
Porque á dueña tal que vos
Todos la deben honrar. Cabalgaba en su caballo.
Con él iba un escudero
{Silva de varios romances.) Que un azor lleva en la mano.
Gonzalo tomó un bohordo,
' Aunque este romance es algo menos antiguo que el ante- Fué donde estaba el tablado;
rior, ofrece mucho interés, pues conserva las formas de los pri- Tan gran golpe dio en él
mitivos, é indica el camino por donde progresaba la poesía y el Que por medio lo ha quebrado.
lenguaje. Los versos que hemos puesto en letra itálica son to-
mados del anterior. Comparado con este puede dar una idea Doña Sancha y los sus hijos
de cómo se iban mudando los antiguos en otros mas moder- Gran placer d'ello han tomado :
aos, pasando de boca en boca. No placía á Doña Lambra,
Que mucho le habia pesado.
Los Infantes que lo vieron
667. Todos luego han cabalgado,
AL MISMO ASUNTO.
Temieron que vernía mal
i
A Don Gonzalo su hermano.
(De Lorenzo de Sepúlveda .) Alvar Sánchez con pesar,
De los reinos de León Al Infante ha denostado;
Bermudo tiene el reinado : El respondió á sus palabras,
En esa ciudad de Burgos A las manos han llegado.
Bodas se habian concertado; Gran ferida dio el Infante
Buy Velazquez es de Lara, A Alvar Sanehez su contrario :
El que ha de ser desposado; Dióle en medio del rostro
Gasárase con Doña Lambra , La mano, el puño cerrado,
Mujer es de gran estado. Quebrantóle las quijadas,
Gonzalo Gustios el Bueno Los dientes le ha derribado :
A las bodas es llegado : Muerto cayó luego en tierra
Cuñado es de Ruy Velazquez, De encima de su caballo.
Con la su hermana casado. Doña Lambra que lo vido,
Trae consigo siete infantes, Grandes voces está dando .
Que de Lara se han nombrado, Feríase en el su rostro
Hijos de Gonzalo Gustios, Con las manos arañando,
Sobrinos del desposado. Diciendo : Que dueña alguna
Criólos Ñuño Salido, Ansí se habia deshonrado
Caballero muy honrado : En bodas que fuesen hechas,
Wostróle.s buenas costumbres, Sino á ella sola en su cabo.
142 ROMANCERO G E N E R A L .
Ruy Velazquez que lo oyó, brá la manera como Sepúlveda, Alonso de Fuentes, y otro*«
Luego había cabalgado : tas de la última mitad deLsiglo xvi, desempeñaron la ffiff
imitar los primitivos, sacando los asuntos, ó bien de SIK
Tomó un astil de lanza, 0
délos, ó bien de las crónicas. Sin duda Sepúlveda y Timoriplí "
Fué donde está Don Gonzalo son los que en esta clase de composiciones han conspívaí?'
Firiéralo en la cabeza, mas sabóior á la antigüedad. «™<>
Gran herida le había dado.
Cuando Gonzalo González
Se vido tan lastimado, 668.
Dijo á Don Rodrigo : — T i o ,
Nunca os hice desguísado A L MISMO ASUNTO.
Para recebir herida (Anónimo *.)
Gomo vos me la habéis dado; Ricas bodas, ricas danzas,
Yo cuido d'ella m o r i r ; Grande sarao se hacia
Pero ruego á mis hermanos En esa ciudad de Burgos,
Que si d'ella yo muriere,
Que verlo fué maravilla.
A vos non hayan rogado :
Ruy Velazquez es de Lara
Y á vos, Ruy Velazquez, ruego "El que casado se habia
Que seáis bien mesurado, Con la hermosa Doña Lambra,
Non me fírais otra vez, Señora de gran eslima.
Que vos será demandado, E l viejo Gonzalo Gustos,
Y yo no podria sufrir Hombre de gran valentía,
Hombre tan desmesurado.—
Cuñado de Uuy Velazquez,
Ruy Velazquez con enojo
Otro golpe le ha tirado, A las bodas acudía,
No le acertó en la cabeza, Con su mujer Doña Sancha,
En el hombro le habia dado; Sus hijos en compañía :
E l astil quebró por niedio; Los siete Infantes de Lara
E l Infante de enojado Tenían por nombradía.
Tomó el azor que traía Siete semanas las bodas
En la mano á su criado, Duraron , y el postrer día
Pues no traía arma alguna; Velazquez a r m ó un tablado,
Cou él á su tío ha dado; Por ver quién le asolaría.
Juntamente con el puño Muchos se prueban en é l ,
Todo lo ha desmenuzado; Pero nadie le derriba ;
Por la boca y las narices Si no fuera Alvar Sánchez,
Sangre mucha ha derramado. Caballero de valía,
Mal trecho era Ruy Velazquez, Pariente de Doña Lambra,
Armas está demandando Que cuatro tablas hendia.
Llamando á sus caballeros, Doña Lambra muy gozosa
Y á todos los de su bando. A su cuñada decía :
Docientos hombres de estima — Doña Sancha, ¿habéis mirado
Están juntos á su lado : Cuál lleva la mejoría
Los Infantes y parientes E l mi primo Alvar Sánchez
También se habían juntado, De cuantos en corle había? —
Garci Fernandez, el conde Gonzalo, el menor infante,
De Castilla, ese condado, Luego en saberlo, subía
Y el bueno Gonzalo Gustios Encima de su caballo,
Todo lo han apaciguado. Y al.tablado se venía
Hiciéronlos luego amigos, Con un lacayo tras él
L a saña habían quebrantado. Que en la mano halcón traia.
Entonces Gonzalo Gustios Toma un bohordo en su mano,
A Ruy Velazquez ha hablado, Y de tal fuerza le envía,
Dijole : — V o s , Don Rodrigo, Que la mitad del tablado
Sois caballero estimado, Al suelo junto venía.
Y habéis muy gran prez en armas, Doña Lambra que lo vido,
Mas que todos los cristianos; Extraño pesar sentía.
No hay ninguno- que no tema Los Infantes cabalgaron
De teneros por contrario, Por si menester s e r í a ,
Y que no vos tenga envidia, Favorecer á su hermano,
Porque sois tan afamado; Si algún caso sucedía.
Yo tengo por bien mis hijos Alvar Sánchez, conmovido
Os sirvan de muy buen grado, De soberbia y muy gran i r a ,
Y guarden vuestra persona, Al Infante ha denostado :
Vos les haréis buen amparo E l Infante a r r e m e t í a ,
De guisa que valgan mas Y (lióle á puño cerrado,
Por estar á vuestro lado.— En el rostro le h e r í a ;
. Don Rodrigo respondió : Quebrantóle las quijadas;
— Soy contento y muy pagado : • En tierra muerto caia.
Gran placer d'ello recibo, Doña Lambra que lo vido,
Con ello, cuñado honrado. Lástima es ver qué hacia :
Haréles yo toda honra, E l rostro.se está arañando,
De mí serán muy amados, D'esta suerte proseguía :
Por ser todos mis sobrinos — ¿Cuál dama se ha visto en bodas
Serán ellos bien tratados, Deshonrada cual me vía? —
Mayormente siendo hijos . Ruy Velazquez que lo oyera
De hermana que tanto amo. Al campo presto salia ;
( SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, ele.) Con un astil en la mano
Al Infante sacudía :
« Compárese este con los dos anteriores romances, y se sa- Dióle encima la cabeza;
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 413
Tlel golpe sangre vertía. Que yo le mampararia.—
El Infante cortesmente, El hombre lomó un cohombro
» su tío resistía Y de sangre lo tenia,
t e l e n d o : - S e d mesurado, Dio con él á Don Gonzalo;
Usad ya de cortesía.— En sangre untado lo habia.
RUT Velazquez con enojo Sus hermanos que lo vieron
rnn otro golpe acudía; Muy gran pesar recebian,
boleen el hombro al Infante, Duéleles el corazón,
El astil quebrado había. Vengarlo mucho querían,
El Infante muy de presto Y con crecido pesar
Tomó el azor que traía D'esta manera decían :
En la mano su criado; — Ciñamos nuestras espadas,
Con él al tio embestía : Que nadie nos las vería
Por las narices y boca _ Debajo de nuestros mantos,
Su rostro en sangre tema Y vayamos por lávia
Ruy Velazquez de afrentado, Contra de aquel peón
Sus armas presto pedia. Que hizo tal villanía,
Luego fueron de su bando Y si viéremos que atiende
Muchos hidalgos de estima; Y no muestra cobardía,
En favor de los Infantes Tendremos que con locura
Notable caballería. Lo hizo y albardonía;
Garci Fernandez el conde, Mas si fuere á Doña Lambra,
Para apaciguar la riña, Y ella en sí lo recebia,
Y el viejo Gonzalo Gustos Por su consejo lo hizo,
Estos dos en compañía, No se nos escape á vida.—
Se pusieron de por medio; Fuéronse para el palacio;
Fué la paz hecha, cumplida. El hombre cuando los via
(TiMONEDA, Rosa española.• It.
- WOLF , Rosa Acogióse á Doña Lambra,
de romances.) So su brial se metía :
Los Infantes que lo vieron
t Composición reimpresa por el señor Wolf, y una de las A Doña Lambra decían :
eme pueden atribuirse á Timoneda entre las que hizo refor- — Cuñada, quitaos afuera,
mando los romances viejos. Esta parece una reforma del ro- No amparéis quien mal hacia.
mance número 667. — Mi vasallo es este hombre,
Doña Lambra respondía,
669. Si algo contra vos hizo
Yo vos lo castigaría:
DOÑA LAMBRA INJURIA Á LOS LÁRAS. Mientras yazca en mi poder
Ninguno lo feriria.—
(De Lorenzo de Sepúlveda •'.) Los Infantes con braveza,
Acabadas son las bodas Sin hacer lo que decia,
Que allá en Burgos se hacían Mataron el hombre allí
De Ruy Velazquez de Lara Ante ella que lo veia,
Con la que Lambra decían. Y con la sangre del hombre
Doña Lambra y su cuñada Sus tocas se las teñían.
De Burgos ambas partían : Los Infantes cabalgaron;
Con ellas van los Infantes, Para Salas se volvían :
Que de Lara se apellidan, Llevaron á Doña Sancha
Hijos de Gonzalo Gustios, Su madre en su compañía.
Caballeros de valía : (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.;
También va Ñuño Salido
Que los Infantes regía. * Este romance, aunque reformado, conserva todavía el ea
Llegaron á Barbadillo, ractev de su origen primitivo.
Que Ruy Velazquez tenia.
Los siete Infantes hermanos
Por her placer á su tía 670.
Por aquese rio Arlanza AL MISMO ASUNTÓ .
Cazando con aves iban. t

Después que hobieron cazado, (Anónimo .)


A Barbadillo volvían; Fenecidas ya las bodas
Entraron en una huerta Que en Burgos se han festejado,
Que de placer ende habia. Doña Lambra y Ruy Velazquez
A sombra del arboleda Y Gonzalo su cuñado,
Los Infantes se ponían : Doña Sancha y los Infantes
El menor de los hermanos, Juntamente han caminado.
Que Don Gonzalo decían, Llegaron á Barbadillo,
Un azor tomó en su mano, Lugar muy regocijado,
En el agua lo ponía; Que de Ruy Velazquez era :
Con sabor de lo alegrar Allí se han aposentado.
Mucho regalo le hacia. Los Infantes por holgarse
Doña Lambra que lo vido, De ir á caza han concertado;
Como muy mal lo quería, Por ese rio de Arlanza
Llamado habia un criado, Mil aves han levantado.
D'esta suerte le decía : A Barbadillo volvieron
— Toma agora tú un cohombro," Después que hubieron cazado :
Fínchelo de sangre viva, Entráronse en una huerta;
«arrójaselo á Gonzalo, Allí han todos apeado
Aquel que el azor tenia : Debajo de unos olivos.
Vente luego para mí, Ya que hubieron refrescado»
HA ROMANCERO GENERAL.
El menor de los infantes, De hombre muerto parecía.
Que Don Gonzalo es llamado, Doña Lambra y las sus dueñas
Tomó su azor, y en el agua Gran lloro sobre él hacian,
Muchas veces lo ha mojado Y con muy crecidos gritos
Por regalarlo, y también Viuda triste se decia,
Porque estaba acalorado. De marido ya olvidada,
Doña Lambra que lo viera Y que ya no lo tenia.
A uu lacayo ha consejado Ruy Velazquez ha llegado
Diciendo : —Toma un pepino , 2
Que lo pasado sabía :
Que esté con sangre tiznado, Doña Lambra se fué ante él,
Y da con él al Iníante, Estas palabras decia :
Al menor, dicho Gonzalo, — Mucho os pese, Ruy Velazquez
Y vernáste para mí, De la gran deshonra mia; '
Que ninguno te hará daño — Que me han hecho los Infantes
El lacayo, mal discreto Una grande alevosía,
Obedeció su mandado : Que si vos no me vengáis
Dio al Infante, y á los otros Yo misma me mataria.
Que le estaban á su lado. — No vos cuitedes, señora,
En ver esto los Infantes, Ruy Velazquez respondía,
Muy grande enojo han tomado. Que yo os daré tal derecho
No sabiendo qué hacerse, Qu'el mundo se espantaría.—
A la fin han acordado3 Luego á Don Gonzalo Gustios
Diciendo : — Vamos los siete Sus mensajeros envía,
Con las espadas al lado Rogándole venga á él
Hacia el lacayo atrevido, Porque hablarle queria.
Luego vino Don Gonzalo,
Y si él se está parado, Sus hijos en compañía.
Reputársele h'á locura, Recibiólos Don Rodrigo
Lo que contra nos ha usado : Encubriendo la enemiga.
Si se fuere á Doña Lambra Halagólos con palabras
Porque d'ella sea amparado, Como quien bien los queria;
Obra fué de su consejo; Porque no se recalasen
Muera el villano atreguado.— Segurado los habia.
Con este acuerdo los siete Hablando está con su padre,
Arremeten al lacayo : D'esta manera decia :
Acogióse á Doña Lambra,
So su brial se ha escudado. — Cuñado, Gonzalo Gustios,
Los Infantes cortesmente Las bodas que he hecho hoy dia
A Doña Lambra han hablado : Costáronme grande haber;
— Quitaos afuera, señora, Nadie me favorecía.
No amparéis un mal criado.— Aquese rey Almanzor,
— Mi vasallo es, dijo ella, Que en Córdoba residía,
Y si acaso os ha enojado, Gran ayuda me mandó
Yo os prometo castigalle, Para el gasto que hacia.
Pues está bajo mi mando.— Ruégovos por bien hayáis
Los Infantes con enojo Llevar mi mensajería;
De su dicho no han curado : Saludadlo de mi parte,
Diéronle tales heridas, Pedir heis lo que decia. —
Que allí muerto le han dejado, Gonzalo Gustios le dijo
Y con la sobrada sangre Que muy bien lo cumpliría.
Las tocas se le han mojado. Ruy Velazquez con enojo
Cabalgaron los Infantes, Gran traición obrado habia:
Para Salas se han tornado : Apartóse con un moro,
A Doña Sancha y su padre Que bien sabe el aljamía,
Juntamente se han llevado. Y escribióle al Almanzor
Una carta d'esta guisa :
(TIMONEDA, Rosa española,•U.MVou,Rosa «Salud á vos, Almanzor,
de romances.) «Ruy Velazquez os envía :
i Es refundición del anterior, número 669, de Sepúlveda, «Los hijos de Gonzalo Gustios,
hecha por Timoneda. i>Que con esta carta iban,
2
El dar en el rostro á un caballero con un cohombro ó pe- «Deshonraron mi mujer,
pino ensangrentado, era la mayor injuria é insulto que pudiera »Y á mí gran enojo hacian :
hacérsele, por ser una increpación emblemática de un acto »Yo en tierra de los cristianos *
impuro. «Vengarme no me podría :
5
Solo pasando por loco el que la irrogó, pudiera quedar im- «Envióos allá al su padre,
pune la afrenta hecha á los de Lara. «Quilalde luego la vida.
»Yo sacaré las mis huestes
s Para Córdoba esa villa ,
671. «Llevaré sus siete hijos,
«Y irán en mi compañía :
TRAICIÓN QUE URDE RUY VELAZQUEZ CONTRA LOS DE LARA.— «A Almenar iré con ellos,
ENTREGA GONZALO GUSTIOS A ALMANZOR, PARA QUE LO MATE. »Y yo los entregaría
(De Lorenzo de Sepúlveda .) {
»A los vuestros caballeros
Muy grande era el lamentar »De manera que no vivan.
Que Doña Lambra hacia «Cortaréisles las cabezas,
Sobre aquel, que los de Lara «D'ello gran bien os vernía,
Delante muerto le habían : »Que silos Infantes mueren
En medio de un gran corral «Luego habréis toda Castilla,
Un lecho armado tenia, »Que estos son los mas contrarios
Cubierto de paños negros; «Que en toda Castilla habia}
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA.
Y no hallaba otro que fuese
m
»En quien tiene su esperanza
«Ese conde Don Garcías.» Para mejor se liar.
La carta se cerró, y luego Gonzalo Gustios creyendo
Al moro matar hacia. Tal mensaje, fué á aceptar.
Dio la carta á su cuñado, Ruy Velazquez el traidor
El cual luego se partía. Un moro mandó llamar
A Córdoba habia llegado Que en arábigo escribiese;
Donde Almanzor residía; Una carta fué á notar
Dióle la carta en su mano Diciendo : «Rey Almanzor,
D'esta suerte le decía : «Alá te quiera guardar.
— Ruy Velazquez el de Lara »A1 que la presente lleva
Saludes muchas te envía; «Mandarás descabezar,
Ruégale luego le envíes «Que es padre de los Infantes,
Lo que ahí te escrebia.— «Los cuales po&me vengar
Almanzor leyó la carta, «De un agravio que me hicieron
Y luego allí la rompía. «Yo te los haré sacar
Dijole : — ¡Gonzalo Gustíos, «Hacia Córdoba, en mi gente,
A qué fué la tu venida! »Y allí los podrás tomar.
Tu sepas que Ruy Velazquez «No dejes ninguno á vida,
A rogarme mucho envía «Crueldad quieras usar,
Que te corte la cabeza; «Que si los infantes mueren
Yo no haré tal villanía. — «Castilla podrás ganar. »
Mandólo poner en cárcel, Escrita que hubo la carta,
En prisiones lo ponían. Al moro mandó matar.
Encomendólo á una mora Dio la carta á su cuñado,
Que por hermana tenia, A Córdoba fué á llegar :
Para que mucho lo honre, El rey moro lo recibe,
Que lo honre y que le sirva. Cabe sí lo hace asentar.
Leido que hubo la carta
( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc.)Empezádola ha á rasgar.
i Hé aquí cómo Sepúlveda rimaba los hechos de las cróni- Mirándole está mirando,
cas. Todo es prosa en este romance; pero tal vez se ve en él Ya cansado de mirar,
1111 buen cuadro de costumbres semi-bárbaras, que no carece Con una voz amorosa
de mérito. D'esta suerte le fué á hablar.
!
El conde Garci Fernandez. Dijole : — Gonzalo Gustios,
No os puede sino pesar
Lo que la carta decia,
672. Qu'es de la vida os privar.
Yo no haré tal villanía :
AL MISMO ASUNTO. Mas por piedad usar,
(Anónimo *.) En cárcel quiero que estéis,
Llorando está Doña Lambra No común, mas de estimar,
Sm podella aconsolar : Adonde seréis servido,
Tocas de luto se puso, Por muy mejor os honrar,
Viuda se manda llamar. De una hermana que yo tengo,
Ruy Velazquez es llegado, De quien os podéis fiar. —
Empezóle a preguntar Gonzalo Gustios de oirlo
Que le dijese la causa Fuese en tierra á arrodillar
De su triste lamentar. Para besarle las manos :
Con lágrimas y sollozos El Rey le fué á levantar.
Comen/óselo á contar,
Diciendo : — Señor marido, (TIMONEDA , Rosa española. —It. WOLF , Rosa
Tus sobrinos á la par, de Romances.)
Por matarte tu lacayo i Refundición del anterior hecha por Timoneda; pero á pe-
Me han querido á mí matar. sar de que es mas correcto, no es tan dramático ni conserva
Si esta tan gran deshonra tanto su aire de antigüedad.
No pretendes de vengar,
Yo mesma me claré muerte,
O mora me iré á tornar. — 673.
Ruy Velazquez con palabras
La empezó de apaciguar, TRAICIÓN CON QUE RUY VELAZQUEZ ENTREGA SUS
üiciendo: —Señora mía, SOBRINOS Á LOS MOROS.
Nejad ahora el llorar, (De Lorenzo de Sepúlveda.)
üue yo ordenaré un tal hecho
^ual nadie pudo ordenar. — Ruy Velazquez el de Lara
Luego visto lo presente Gran maldad obrado habia,
Mensajero fué á enviar Que al bueno Gonzalo Gustíos
Al padre de los Infantes, Para Córdoba lo envía
morque le quería hablar. Para que luego lo mate
°us hijos con él vinieron Almanzor, que ahí residía.
0T
t me
J o r le acompañar, A los Infantes de Lara,
encubriendo la enemiga Hijos del, que no debia,
AI buen viejo fué á abrazar. Con palabras engañosas
Rogándole está, rogando Gran engaño les hacia.
Vue se quisiese allegar Díjoles : — Los mis sobrinos,
A ese rey Almanzor, Mientras mi hermano volvía,
Une en Córdoba suele eslar, Quiero hacer una entrada
Porque le habia ofrecido Hasta Almenar, esa villa.
uerto dinero prestar, Si vos habedes por bien
De ir en mi compañía
ROMANCERO GENERAL.
446
Habré gran placer con vusco; Contentos ya los Infantes
Y si en placer no os venía, Para hacer esta jornada,
Quedad aguardar la tierra, Su ayo Ñuño Salido
Que solo por mí lo haría. — A adrezallos ayudaba.
Los Infantes respondieron Salen con Ruy Velazquez,
Que todos con él irían, Que vendidos los llevaba.
Y que yendo él contra moros Llegados al lugar cierto
Bien guisado non sería Do Tos moros aguardaban,
Quedar ellos en la tierra Vieron muy gran hueste d'ellos :
Don Gonzalo preguntaba :
Y él aventurar su vida. u
— ¿Q é gente es aquella, tio ?
Ruy Velazquez les mando "Velazquez respuesta daba :
Aderecen su partida, — Moros son, demos con ellos,
Y que en Febros, esa vega, Astrosos, no valen nada. —
Allí '.os atendería. Los Infantes como buenos,
Salióse de Barbadillo Pusiéronse en la vanguardia,
Con la gente que tenia; Cada cual varonilmente
Los Infantes van tras él, Jugando bien de la lanza.
Su ayo con ellos iba.
Llegados aun pinar El ayo, Ñuño Salido,
Que en la carrera se hacia, Viendo qu'el tio aflojaba,
Catado se han que agüeros Y que de través salia
Malos mostrado se habian. De moros una emboscada,
Ese buen Ñuño Salido Muy grandes voces y quejas
Gran pesar d'ello tenia : Que subian al cielo daba,
Díjoles : — Tornaos, Infantes, Diciendo : — ¡Traidor Velazquez
A Salas la vuestra villa, Esto de tí se esperaba! —• . '
No pasemos adelante, Por socorrer los Infantes,
Embrazóse con la adarga;
Malos agüeros habia. Mató muchos de los moros :
Un buho da grandes gritos, Uno le dio una lanzada
Un águila se carpía, De la cual cayó en el suelo :
Cuervos muy mal la aquejaban, A su Criador dio el alma.
Yo de aquí no pasaría.— Mucho pesó á los Infantes
El menor de los Infantes, De su muerte desastrada.
Don Gonzalo se decia, Metense como leones
Díjole : — Ñuño Salido, Para bien vengar su saña :
No hablasteis á mi guisa, Mas siendo diez mil los moros,
Que el agüero que deeis Poco les aprovechaba,
A nos nada empesceria, Pues quedando sin caballos,
Sino al que hace la hueste Ni lanza, adarga ni espada,
Y por mayor la regía; Degolláronlos á todos :
Mas vos que sois ya muy viejo ' Ruy Velazquez se tornara
Y de muy gran ancianía, A Burbena su lugar,
Y no para Tas batallas , Viendo que vengado estaba.
Volveos por esa vía,
Ca>nos adelante iremos,. (TIMONEDA , Rosa española. — It. WOLF, ROS»
Que volver no nos cumplía. de Romances.)
— Hijos, respondió Don Núño, 1

El corazón me dolia Parece refundición de otro mas antiguo, hecha por Ti-
moneda.
Porque vais esa carrera,
Que lleváis muy mala guia,
Ca tales agüeros vide 675.
Non volveréis á Castilla, LOS DE LARA CAEN EN LA EMBOSCADA DE MOROS QUE
Y pues á mí non eréis VELAZQUEZ LES PRErARÓ.
De vos yo me despedía.
(SEPÚLYEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Llegados (De Lorenzo de Sepúlveda.)
son los infantes,
Que de Lara se decían,
En esa vega de Febros
674. Do Velazquez atendía.
DE CÓMO RUY VELAZQUEZ ENVIÓ Á SUS SOBRINOS Á COMBATIR Saliólos á recibir
LOS MOROS, PARA QUE MURIESEN. Con muyfingidaalegría;
Preguntóles por Don Ñuño,
{Anónimo '.) Que ellos por ayo tenían.
Ruy Velazquez muy contento Los Infantes respondieron
Pensando que muerto estaba Que á Salas vuelto se habia
Gonzalo Guslios su deudo, Porque vio malos agüeros
Con los Infantes hablaba : Por la via que venían.
— Sobrinos mios queridos, . - Don Rodrigo respondió,
Yo quiero hacer una entrada D'esta manera decia :
Hasta Almenara, esa villa, — Sobrinos, esos agüeros
Por verme en gente pagana. i Para nos gran bien serían,
Si habéis por bien ir conmigo, Porque nos dan á entender
Hijos, yo no os lo negaba : Que bien nos sucedería.
Si no lo habéis en placer Ganaremos gran victoria;
Quedaréis en la posada. — Nada no se perdería :
Los Infantes respondieron : Don Ñuño lo hizo muy mal,
— Sería cosa amenguada Que con vusco no venía;
Que yendo vos contra moros Mande Dios que se arrepienta
No probásemos la espada. — Y me lo pague algún dia. —
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 447
Estando en estas razones Los Infantes le preguntan
Don Ñuño llegado babia, Qué gente es la que venia.
Los Infantes lo abrazaron, — No hayáis miedo, mis sobrinos,
Grande placer recebian. Ruy Velazquez respondía,
Ruy Velazquez con enojo Todos son moros astrosos,
Contra Don Ñuño decía : Moros de poca valía,
_- Siempre fuistes'mi contrario Que viendo que vais á ellos
Hasta hoy en este día, A huir luego echarían;
Si derecho no he de vos Y si ellos vos aguardan
Mucho á mí me pesaría. — Yo en vuestro socorro iría :
Respondió Ñuño Salido : Corrílos yo muchas veces,
__ Don Rodrigo, yo falsía Ninguno lo defendía.
Nunca la tuve con vos, A ellos i d , mis sobrinos,
Ni menos tuve enemiga : No mostredes cobardía. —
Siempre dije yo verdad, ¡ Palabras son engañosas
y por tanto yo decia, Y de muy grande falsía!
Quien dijere estos agüeros Los Infantes como buenos
Ser buenos, muy mal mentía, Con moros arremetían ;
Y que trae gran traición Caballeros son doscientos •
Contra los que aquí yacían. — Los que su guarda seguían.
Por deshonrado se tuvo El á furto de cristianos
Ruy Velazquez que lo oía. A los moros se venía. *
Díjoles á sus vasallos : Díjoles que sus sobrinos
— Soldados, oid en mal dia, No escape ninguno á vida,
Que me vedes deshonrar Que les corten las cabezas
Y por mí nadie volvía : Qu'él no los defendería.
Dadme ya derecho del, Docíentos hombres no mas
A grandes voces pedia. — Llevaban en compañía.
Levantóse un caballero, Don Ñuño que ir los vido
Mano á su espada ponía; Ido habia por su espía,
Fué contra Ñuño Salido, Y cuando oyó las palabras
Con ella darle quería. Que á los moros les decia,
El menor de los Infantes Daba muy grandes las voces
Delante se le ponía; Que eñ el cielo las ponía.
üióle tan grande puñada — ¡ Don Ruy Velazquez traidor,
Que en la tierra lo ponía; El mayor que ser podría!
A los pies de Ruy Velazquez ¿ A tus sobrinos infantes
Muerto lo dejó sin vida. A la muerte los traías ?
Ruy Velazquez pidió armas Mientras el mundo durare
Porque vengarse quería Durará tu alevosía,
De los su siete sobrinos, Y la falsedad que has hecho
Su muerte mucho cobdicia. Contra la tu sangre misma. —
Las faces tienen paradas, Después que aquesto hobo dicho,
Pelear todos querían: A los Infantes volvía,
Gonzalo González él bueno Díjoles : — Armaos, mis hijos,
A Ruy Velazquez decía : Que vuestro tío os vendía :
— Sacástenos de la tierra De consuno es con los moros,
Contra aquesta morería, Ya concertado tenian
Y ora querernos matar Que os maten á todos juntos. -—
Mal contado vos sería. Ellos armáronse aína:
Si querella habéis de nos, Las quince huestes de moros
Aquí se os enmendaría. — A todos cerco ponian;
Ruy Velazquez respondió, Don Ñuño que er^ su ayo
Que era bien lo que decia; Gran esfuerzo les ponia :
Porque no podía vengarse, — Esforzaos, non temades,
Disimulado lo había. Haced lo que yo hacia :
A Dios yo vos encomiendo,
( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados.)Mostrad vuestra valentía. —
En la delantera haz
Don Ñuño herido habia
676. Y muerto muchos de moros,
PELEAN LOS DE LARA CONTRA LOS MOHOS \ MUERE NDÑO SALI- Mas á él muerto lo habian.
DO , SB AYO, T FERNÁN GONZÁLEZ , EL MAYOR DE ELLOS. Los Infantes arremeten
Con la su caballería :
{Anónimo'.) Mezcláronse con los moros,
¿Quiénes aquel caballero A muchos quitan la vida.
Que tan gran traición hacia? Los cristianos eran pocos,
Kuy Velazquez es de Lara, Veinte moros á uno habia;
Que á sus sobrinos vendía. Mataron á los cristianos,
*»n el campo de Almenar Que á vida ninguno finca;
A los Infantes decia Solos quedan los hermanos,
Que fuesen á correr moros, Que ninguna ayuda habian.
Que él los acorrería, Encomendáronse á Dios,
Que habrían muy gran ganancia , Santiago, valme, decían :
™«chos captivos traerían. Hirieron recio en los moros,
£»os tm aquesto estando Gran matanza les hacian,
wandes gentes parecían; No osan estar delante
«as de diez mil son los moros, Que gran braveza traian.
kas enseñas traen tendidas. Fernán González menor
ROMANCERO GENERAL.
A sus hermanos decia : Qire yo no iré en vuestra guarda',
— Esforzaos, mis hermanos, Acordaos de mi deshonra,
Lidiemos con valentía, De que en Burgos fuistes causa,
Mostremos gran corazón Al celebrar de mis bodas
Contra aquesta morería. Do mi cuñado mataras;
Ya no habernos ayuda , Y también de la que hecisteis
Solo Dios darla podía ; A mi mujer Doña Lambra,
Ya murió Ñuño Salido, Que le matasles delante
Y nuestra caballería : Un hombre que ella amparara,
Venguémoslos ó muramos, Y el que en la vega de Febros
Nadie muestre cobardía. Matastes de la puñada.
Que desque estemos cansados Buenos caballeros sois,
Esta sierra nos valdría. — De la alta alcuña de Lara;
Volvieron á pelear, Pelead como valientes;
¡Oh qué reciamente lidian ! Mi ayuda no os será dada :
Muchos matan de los moros, No tengáis ftducia en mí,
A otros muchos herían; Todos moriréis á espada. —
Muerto han á Fernán González, Tornado se habia Don Diego
Seis solos quedado habian. Donde los cinco quedaran;
Cansados ya de lidiar Contóles la mala ayuda
A la sierra se subían; Que en el su tío se hallaba.
Limpiáronse los sus rostros Mil cristianos, á escondidas,
Que sangre y polvo teñían. De Ruy Velazquez se apartan
A ayudar los seis hermanos,
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente , etc.) Mas el traidor lo excusaba,
* Este romance es uno délos viejos que intercaló SEPÚL- Diciendo ¡ — Dejad, amigos,
VEDA en su colección; pero ciertamente no es suyo., aunque tal Veremos cómo lidiaban,
vez le haya alterado en algo. Hay en él un vigor y una espon- Que si ayuda han menester
taneidad que demuestra haberse hecho sin sujetarse á la pauta Por mí les sería dada. —
de una crónica. Por otra parte su lenguaje.y construcción pa- Mas hasta trescientos d'ellos
recen anteriores á la primera mitad del siglo xvi. Es muy dra- A su excuso se apartaran
mático , natural y oportunamente dialogado. A ayudar á los Infantes
Que muy cuitados estaban.
Los hermanos que los vieron
677. A ellos enderezaban
PROSIGUE LA BATALLA : LOS DE LARA OBTIENEN TREGUA DE
Creyendo que su mal tio
I.OS MOROS, MAS RUY VELAZQUEZ SE LES OPONE Y LES
A matarlos se lanzaba.
NIEGA EL SOCORRO QUE LE PEDÍAN.
Los caballeros les dicen:
— Quedos estad, los de Lara,
(De Lorenzo de Sepúlveda.) Que venimos á -ayudarvos
Cercados son los Infantes,
De los moros de Almenara; Y vamos en vuestra guarda :
Cansados de pelear Con vusco aquí moriremos; f

La muerte tienen cercana. El vuestro tio, mal haya,


Treguas envían á pedir Que vuestra muerte procura,
A Galve y á Don Vigara Y en sabor tanto la haya;
Capitanes de Almanzor Y si nos fincamos vivos
El que allí los enviara, No queremos otra paga
Hasta que su tío lo sepa Sino que del nos libréis
Ruy Velazquez el de Lara, Si él á Castilla tornaba. —
Ese malo fementido Ellos se lo prometieron,
Que la muerte les buscara. Y la fe d'ello les daban.
Los moros les dan las treguas Fueron á ferir los moros,
Que los hermanos demandan : Muy esquiva es la batalla,
Don Diego González fué Tan cruda que otra mayor
Ei que llevó la embajada. De tan pocos no se halla.
Ruy Velazquez que lo oyó Mil han muerto de los moros,
Dijo : — ¡No sé que demandan! — Ningún cristiano quedaba :
Respondió Diego González, Los Infantes de cansados
Otra vez le replicara : No pueden mover la espada.
— N'os olvidéis, Don Rodrigo, ( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente
De cumplir vuestra palabra :
Sea la vuestra mesura ,
Que ayuda nos sea dada,
Que estamos en muy gran queja , 678.
La muerte habernos cercana.
Mi hermano Fernán González AL MISMO ASUNTO.
Muerto en el campo quedaba, ] (Anónimo *.)
Y doscientos caballeros Cansados de pelear
Que vienen en nuestra guarda. • Los seis hermanos yacían;
Hacedlo por Dios del cielo, Infantes todos los llaman,
Y por su Madre sagrada. Que de Lara se decían.
Catad que somos cristianos No pueden alzar los brazos,
Y fijos de vuestra hermana , ¡Tan cansados los tenian!
Naturales de Castilla, El dolor era crecido
Y que hacerlo os obligaba. — Que Viara y.Galve habian,
Ruy Velazquez, como malo, Capitanes dé Almanzor :
Esta respuesta le daba : A su tio maldecían
—A buena ventura os i d , En dejar morir hidalgos
ROMANGES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. <M9
ne tan alta valentía, Arremetió con el moro
K r o e n t e siendo hijos Que la crueldad hacia.
neVna hermana que había, Dióle tan recia puñada,
iranios de entre los moros, Muerto en tierra lo ponia.
One matarlos no querían : De presto tomó la espada,
leváronlos á sus tiendas; Veinte moros muerto habia.
Desarmado los habían : Volvieron luego á prenderlo,
Mandáronlos dar del pan Descabezado lo habían.
Y también de la bebida. Quedan los Infantes muertos,
Ruy Velazquez que lo vido Ruy Velazquez se volvía
A Viara y Calve decía : A Burueva su lugar;
1 -Muy mal lo hacéis vosotros Por vengado se tenia,
nei'ar á aquestos á vida ! Habiendo hecho traición
Poroue si ellos escapan, La mayor que ser podia.
I Castilla jio tornaría, (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
C a ilos me mataran :
e 1
Defender no me podría. — La misma nota que al del número 676 le conviene á este,
Los moros han gran pesar que forma un bellísimo y animado cuadro de una interesantí-
D'esto que decir le oían. sima situación. El odio, la venganza y la traición de Ruy Ve-
lazquez, contrasta enéticamente con la caballerosa y gene-
El menor de los Infantes rosa compasión que usan los moros con los de Lara. La vale-
Con enojo le decia : rosa y desesperada defensa que estos hacen, en presencia de
_ ¡Oh traidor, falso, malvado, una muerte inevitable, presenta una escena llena de interés,
Grande es tu alevosía! á la cual engrandece la situación de Gonzalo, que ve caer las
¡Trujlstenos con tu hueste cabezas de sus hermanos, y es el ultimo en morir, para mayor
tormento suyo, pero sin decaer de ánimo ni rendirse al dolor.
A, quebrantar la morisma No puede hallarse una situación mas eminentemente trágica,
Enemiga de la fe, ni es posible explicar las impresiones cíe produciría en el
Y á ellos tú nos vendías, público escuchar este romance, á pesar de sus versos rudos y
Y dices que aquí nos maten prosaicos, y de la inverosímil generosidad de que los moros,
resueltos á matar á los Infantes, los permitiesen tan obstinada
De Dios perdón no recibas, y mortífera defensa.
Ni perdone él tu pecado
Tan perverso que hoy hacías.—
Los moros á los Infantes
Aquesto les respondían. 679.
— No sabemos qué os hacer, AL MISMO ASUNTO.
Infantes de gran valía,
Que si vivos os dejamos (Anónimo *.)
Ruy Velazquez él se iría Cansados de combatir
A Córdoba al Almanzor En la sangrienta batalla,
Y moro se tornaría : Que tuvieron con los moros
Darle ha muy gran poder, En campos de Arabiana,
Y si contra nos lo envía, Los valerosos infantes
A nos buscará gran mal, Siete del nombre de Lara,
Qu'es hombre de gran falsía. Porque el traidor de su tío
vivos tornar vos queremos Les tuvo traición armada,
Do la batalla se hacia : Dos capitanes contrarios,
Procurad de os defender ; Llamados Galva y Viara,
Vuestro mal á nos dolía. — Los recogen en su tienda
Los Infantes se han armado; Mientras la tregua está dada.
Y al campo tornado habían, Movidos de compasión
Y encomendándose á Dios De ver que mueren sin causa
A los moros atendían. Los mas famosos guerreros
Los moros cuando los vieron Que tuvo ni tenia España,
A ellos van con gran grita. Cúranles de las heridas
¡Muy cruda es la batalla! Y aderézanles las armas,
¡Ellos bien se defendían ! Regálanlos con comida
tomo los moros son muchos, En blandas y apuestas camas,
Poca mella les hacían, Diciéndoles : — Aunque somos
nos mil y sesenta han muerto, De ley y nación extraña,
oro los que han dado heridas. Vuestro valor nos obliga
Don Gonzalo, el menor d'ellos, A que aquesto y mas se haga. -
as el que mas mal hacia : El traidor de Ruy Velazquez
iwan matanza hizo en los moros! Al rey Almanzor contaba
¡La sui vida bien vendía! Como le hacen traición
Cansados son de lidiar; Los moros Galva y Viara.
Move e ya no podían;rS El Rey los manda.llamar
Matáronles los caballos, Y les'pregunta la causa
. waza ni espada tenían De celebrar amistad
jotras armas algunas, Con los infantes de Lara.
gí^^ebrado lasRabian.
m o s Ambos responden : — Señor,
De ^ Presos los tienen;
n
Es razón en guerra usada
desnudaron sus lorigas; Que al enemigo vencido
J a e z a d o los han; No se ha de tirar la lanza;
Mas cuando la traición
G? ÍT ° a n P^ueño a e l m aEs de su daño la causa,
s

CuanH /?) ; te'iia; e ta


Al mas riguroso pecho
ensl

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He ° ° ° descabezados
r a n
V1
Le vuelve de cera blanda :
n s
& ° que bienquería, Y si tú, Rey, permitieras
Qutó H , ™; U y Que acabaran la batalla
8 r a n c o

Y U O s e d
S P
Otro» nuevos capitanes,
e l que lo i ; a S a
T. X.
4S0 ROMANCERO GENERAL.
Nos hicieras merced alta, Los Infantes los reciben
Porque la gran sinrazón Con sus adargas y lanzas :
A grandes voces nos llama « Santiago, Santiago, cierra »,
Diciendo : si es con traición, A grandes voces clamaban :
Nunca es justa la demanda, Muy muchos moros mataron,
" Ni al vencedor con justicia Mas ellos allí quedaran.
Se le debe dar la palma. {SUvatevarkt Romanea.)
(Romancero general.)
* Resumen de los tres anteriores romances.
681.
680. PRESENTA ALM ANZOB Á GÜSTIOS LAS CABEZAS DE SUS HIJOS,

MUERTE DE LOS DE LABA, (Anónimo i.)


(Anónimo.) Yantando con Almanzor
Está Don Bustos de Lara,
Saliendo de Canicosa Que bien puede con los reyes
Por el val de Arabiana Comer el señor de Salas.
Donde Don Rodrigo espera En Córdoba tiene el cuerpo
A los hijos de su hermana, Preso, y en Burgos el alma,
Por campo de Palomares Do fincan sus siete hijos
Vio venir con gran compaña Y su mujer Doña Sancha :
Muchos yelmos reluciendo, Y después de haber servido
.Mucha adarga bien labrada, Mil manjares á su usanza,
Mucho caballo lijero, Dice el Rey : — Gonzalo amigo,
Muchas lanzas aceradas. Un costoso plato falta. —
La seña que viene en ellas Respóndele el noble hidalgo,
Es media luna cortada; Descubriendo honradas canas:
Alá traen por apellido, —En la tu mesa, señor,
•A Mahoma á voces llaman. Non puede haber mengua en nada.—
Tan altos daban los gritos En esto vino una fuente,
Que los campos atronaban; Que cubría una tohalla,
Lo que las voces decían Y en ella siete cabezas,
Grande mal significaban : De aquel tronco muertas ramas.
— ¡ Mueran, mueran, van diciendo, Mira la fuente Gonzalo,
Los siete infantes de Lara! Y dice :—¡Ay fruta temprana!
¡Venguemos á Don Rodrigo ¿Quién vos trasportó de Burgos
Pues tiene con ellos saña! — A los campos de Arabiana?
Allí está Ñuño Salido, Mas ¡ ay mis hijos! que son
El ayo que los criara; Mis preguntas excusadas,
Como ve la gran morisma - , Que con sangre viene escrito
D'esta manera los habla: , • Que es Rodrigo y Doña Lambra.
— ¡Oh los mis amados hijos! ¡ Quién d'este plato pudiera
¡Quién vivo no se hallara Dar la mitad á mi Sancha;
Por no ver tan gran dolor •' Que los mis ojos no pueden
Como agora se esperaba ! Cumplir con desdichas tantas!
Si no os hubiera criado ^ Si Narciso en una fuente
No sintiera tanta rabia;
Mas quiéroos tanto, mis hijos, Se arrojó viendo su cara,
Que ya se me arranca el alma. Yo que en tí veo siete , y tales ,
¡Ciertamente nuestra muerte ¿Cómo no me arrojo? aguarda.
Está bien aparejada! Ya, fuente, perdiste el nombre
No podemos escapar En el mar de mis desgracias :
De tanta gente pagana; Huye, Almanzor, no te anegue,
Venguemos bien nuestros cuerpos, Que sale de padre el agua.
Y miremos por las almas; A todos lloro igualmente
Peleemos como buenos, Con sangre, aunque sale blanca,
Las muertes queden vengadas; Que lágrimas de mis ojos
Ya que lleven nuestras vidas, Es sangre que vierte el alma.
Que las dejen bien pagadas. León seré, yo os prometo,
No nos pese de la muerte Mis fijos, en la venganza.
Pues va tan bien empleada, Mas ¡ ay ! que aunque soy león
Y morimos todos juntos Mi cautiverio es cuartana.
Como buenos, en batalla. — ¡ Ay ovejas sin pastor!
Como los moros se acercan, Que también murió la guarda;
A cada uno por sí abraza; Y porque los perros se harten
Cuando llega á Gonzalvico En Córdoba el perro guardan.
En la cara lo besara : Guárdate , Almanzor, que suele
— ¡ Hijo de Gonzalo González; A veces morder con rabia
De lo que mas me pesara En la carne del señor, .
Es de lo que lo sentiría Cuanto y mas si es quien le agraví•
Vuestra madre Doña Sancha! (MADRIGAL, Segundaparte deino*
Erades su claro espejo; general.)
Mas que á todos os amaba, i El autor imita á veces el lenguaje antiguo; pero
Y agora perderos tiene ce es definesdel siglo xvi.
Sin tener mas esperanza. —
En esto los moros llegan,
Traban con ellos batalla,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. m
682. Que á pasión no sea movido,
Y por no ver el su llanto,
AL MISMO ASUNTO. Compaña no le han tenido.
(De Lorenzo de Sepúlveda.) Una á una las cabezas
Los siete infantes ele Lara, Las tomaba con gemido;
i su ayo Ñuño Salido, Razonaba los sus hechos,
Fn el campo de Almenara Y su esfuerzo tan cumplido :
Muertos quedaban tendidos, Y con gran cuita que tiene
nue su tio Ruy Vélazquez Un espada habia oogido,
Gran traición había urdido; Y delante de Almanzor,
Aunque antes que los maten, Siete moros ha herido ;
Bien sus vidas han vendido. No te dieron mas vagar
Cortáronles las cabezas, Que luego lo habian prendido.
A córdoba se han traído : Mucho rogaba á Almanzor,
Presentáronse á Almanzor. Lo degüellen con sus, hijos,
Almanzor cuando las vido, Que ya no quiere vivir,
Mucho-d'ello le pesaba Pues tan gran mal le ha venido.
Porque las ha conocido. Consolábalo Almanzor,
Untadas están en sangre , Libráralo de captivo,
Laváronlas con el vino ; Y dióle de sus haberes,
Tendiéronlas en el suelo, Que muy bien lo ha proveído. '.
Sobre un paño de lino. Enviáralo á Castilla;
Almanzor se fué á la cárcel Del Rey se ha despedido :
Do está Don Gustios metido; Las mercedes que le ha hecho,
Padrees de los Infantes, Mucho las ha agradecido.
D'este mal nada ha sabido. (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
—¿Como va Gonzalo Gustios?—
Almanzor ansí le ha dicho.
—Muy bien, respondiera é l , 683.
Señor, al vuestro servicio. AL MISMO ASUNTO.
Bien sé que me sacarédes i
Hoy de donde estoy captivo; (Anónimo .)
Que ansí es vuestra costumbre : Siete cabezas los moros
Buen Rey, cumplilda comigo. Traian con alarido
Por haberme visitado, De los infantes de Lara,
. Libre soy por lo que digo- Y la de Ñuño Salido.
Almanzor dijo : Don Gustios, Presentáronse á Almanzor;
De Castilla habían venido Almanzor, como las vido,
Mis gentes de pelear; Mandó en el suelo tendel las,
Con cristianos se habían visto : Y en el punto ha proveído
Cristianos pierden el campo, Qu'el padre de los Infantes
Cabe Almenar el castillo : Ante d'él fuese traido. .
Ocho cabezas trujeron, Como ya el buen vjejo fuese
Una de hombre encanecido, En su presencia venido,
Las siete son de mancebos, Dijo Almanzor.—Padre honrado,
Conocellas no he podido ; Mis vasallos han vencido
Quiérote sacar de aquí Una hueste de cristianos :
Para que las hayas visto, No les arriendo el partido.
Que mis adalides dicen Ocho cabezas trujeron,
Que de Lara es su apellido. Una de hombre encanecido;
De Salas son naturales, Mira tú si las conoces,
Sus nombres no me habían diebo. Y de dónde han descendido.—
—Si yo, Almanzor, las veo, En verlas, Gonzalo Gustos
Don Gonzalo ha respondido, En tierra muerto ha caído * : • .
Decirte he de dónde son Después que volviera en sí
Y de dónde han descendido : Dijo al Rey muy afligido :
¡So hay caballero en Castilla , — Estas de mis hijos son,
Que yo no lo hobiesse visto, Que bien las he conocido :
Y conozca de dónde es, Esta sola es de su ayo,
Y el linaje do ha venido.— Ese buen Ñuño Salido,
Sacólo de la prisión, Que los Infantes criara;
A ver las cabezas vino; ¡Mucho los hubo querido!—
Conocido las habia; Una á una las cabezas
En tierra cayó tendido Las tomaba con gemido;
ton el gran pesar que habia: Razonaba de sus hechos
1 or muerto lo habían tenido. Y de su esfuerzo crecido :
Después que volviera en sí, El llanto que en esto hacia
Comenzó gran alarido. Era grande y dolorido,
Jjijo :— R .v,
e e s t a sbezas
ca Tal que á compasión no habia
Muy bien las he conocido ; Quien no fuese conmovido.
Los siete de los Infantes
m i s
Consolábalo Almanzor;
p°f "¡¡os tan queridos : Libertad le ha prometido,
E ta sola del su ayo, Y allí vista la presente,
Ese buen Ñuño Salido , De haberes le ha proveído.
Que a los Infantes crió :
i Mucho los hubo querido! - (TIMONEDA, Rosa española.—It. WOLF, Rosa
de Romances.)
¿«anlo hacia muy grande,
M«y grande y mu, dolorido i Parece refundición del anterior, hecha por Ti moneda.
«° hay ninguno que lo oyese * Debiera decir ¡ Cayó en tierra amortecido.
im ROMANCERO GENERAL.
684. Estades, reliquias tiernas ,
Que no sé si estáis fablando,
LAMENTA GÜSTIOS LA MUERTE DE SUS HIJOS. O si estáis del todo muertas!
(Anónimo *.) ¡ Oh qué pálidas estades
Besando siete cabezas De verter sangre las venas
De siete muertos infantes, En las lides do lidiastes
Agua les da de sus ojos, Fasta quedaros sin ella!
Y recibe en cambio sangre, Y en la poca que quedó
El viejo Gonzalo Bustos En las faces fria y seca,
Con las ansias mas notables Un Fénix para vengarme
Que han causado sentimientos, Ha de renacer en ellas.
Ni han engendrado desastres. Si ende no lo vengare ,
No habla palabra alguna, En cárcel, ó fuera d'ella,
Que no es bien embarazarse El honor de mis fazañas
En puerta do salen muchos Con las vuestras vidas muera.
De suerte que nadie sale. Atended, infantes mios,
A Dios pide mil venganzas A vuestra cuita y mi mengua,
Con mas de dos mil señales ; Y non culpedes mi falta
Con mas pausas que palabras Pues finasteis sin afrenta.—
Les dice razones tales : Dijo, y erguiéndose en pié ,
—Bien parece que es un Rey Como el que vida no precia;
El que a su mesa me trae, Al primero que falló
Pues que las frutas de postre Desarmó con Iijereza.
Tan grande interese valen. Prenderle manda Almanzor,
Porque los extremos cuente, Los alcaides gritan «muera,»
Y los medios deje aparte, Y antes que fuese á prisión
A cinco dejó por tierra.
Es el post siete hijos muertos,
Y una gran traición el ante. (MADRIGAL, Segunda parte del Romancero gene
¡ Mucho se ha alargado el Rey! * Aquí la palabra atiende equivale á la de mira. El romance
¡ Mas qué mucho que se alargue, es de hnes del siglo xvi, aunque el poeta imita el de ('
Pues quiere mi desventura mucho mas antiguos.
Que él convide, y que yo gaste!
No me espanta, amados hijos,
Veros y verme en tal trance, 686.
Porque un traidor encubierto QUERELLAS DE GUST10S CONTRA ALMANZOR : ESTE LE DA
Es señor de mil leales. LIBERTAD.
Si el ver muerto á un hijo solo 1
La paciencia acaba á un padre, {Anónimo .)
Ver siete,y á traición muertos, —¡ No se puede llamar Rey
La vida es razón que acabe. Quien usa tal villanía !
Y pues el número siete Le dice Gonzalo Bustos
Tiene excelencias tan grades, Al rey Almanzor un dia ,
No hay trabajo como el mió , Que habiéndome convidado
Pues de siete causas nace. Y héchome gran cortesía,
¡ Pudieras, traidor injusto, Como mi sangre merece,
Homicida, aleve, infame, Me des por sobrecomida
Dejarme de siete el uno La cosa mas dolorosa
Para dejar de acabarme ! Que jamas dado se habia,
Mas quisiste temeroso, Mostrándome las cabezas
Que un traidor siempre es cobarde, De siete hijos que tenia,
Porque vengador no quede, Mas obedientes á un padre
Acabar todo un linaje. Que jamas visto se habían,
Pues malogras juventudes Defensa de los cristianos,
Dignas de dos mil edades, Destruicion de la morisma.
Llámente Velazquez ruin, Por traición , rey Almanzor,
No te llamen Ruy Velazquez. Debió de ser tal desdicha;
. [Romancero general.) Que tú no fueras bastante,
1
Fria, insulsa y pedantesca narración de un hecho muy tier- Ni toda tu compañía,
no y patético. Si vinieran aplazados
A batalla conocida,
A traerlos d'este modo
685. Que ante mis ojos los via,
AL MISMO ASUNTO. v
Pues de este, menor de todos,
En una batalla un dia
{Anónimo.) Te vi yo, rey Almanzor,
Llorando atiende * Gonzalo Alejarte á mas porfía
Las ocho amadas cabezas Que quisiera tu caballo,
De sus hijos y del ayo, Que volara aunque corria,
Que yacen sobre una mesa , Y llevar armas mas dobles,
El noble cuerpo lidalgo Mil moros en compañía.
Casi fincado por tierra, El no habia veinte y un años,
Que esta sola causa pudo Y las armas las traia
Fallecer su fortaleza : Por mil partes hechas piezas
Y como padre robusto Desmallada la loriga,
Fallando prestadas fuerzas, El yelmo todo abollado
Las muertas faces bañando, De golpes que en él tenia ,
Las fabla d'esta manera : Deseoso de alcanzarle
—; De tal suerte demudadas Por probar tu valentía;
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 453
-
Tu caballo era mejor Te puedas ir á Castilla , .
Oue el que el Infante traía , Y llevar estas cabezas,
Y por eso te libraste Si te place, en compañía.
De no morir aquel día. [Romancero general. — It. Flor de varios y nuevos
Contarte quiero un ejemplo romances, 3. parte.) a

Oue á propósito venia, 1


y es que convidando á Dario , 5
Bien se conoce en este romance la época de corrupción
Pompeo, con quien tenia que empezá á desfigurar nuestra buena poesía á fines fiel si-
Muy antigua enemistad glo xvi. No os mas antiguo que ella, pues procede de ana de
las primeras ediciones que precedieron, y luega formaron parte
y batallas cada dia, de la del Romancero i
Para mas solemnizar * Solo á un poeta de losfinesdel siglo xvi se le pudo ocur-
Su banquete y gran comida, rir juntar en una cena á Dario y A Pompeyo.
le dio libres los cautivos
Oue en su poder le tenia ,
Que pasaban de diez mil;
presentóle la vajilla 687..
Con que aquel dia sirvieron,
y otras cosas de valía : GUSTIOS P A R T E D E CÓRDOBA P A R A S A L A S , D E J A N D O PREÑADA
y en esto mostró Pompeo Á A X A , HERMANA DE A L M A N Z O R .
Su valor y valentía. (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Tú, teniéndome cautivo,
Convidándome este dia Ese buen Gonzalo Gustios
En vez de mi libertad De Córboba se parlia
Acortas la vida mia.— Para Salas su heredad ;
Acabada esta razón ¡ Pasión es de ver cuál iba!
A sus hijos se volvía, Las cabezas de sus hijos
Sin poder disimular A gran recaudo ponia ,
El gran dolor que sentía. Y la de Ñuño Salido
Limpia las siete cabezas Su ayo que los regia.
Queá la mesa le servían , Despidióse de Almanzor;
Las limpia y besa mil veces, Su hermana ansí le decia :
Y besándolas decia : —Don Gonzalo, soy preñada
—No lloro yo vuestra muerte , De la vuestra compañía;
Pues se puede llamar vida, Decidme lo que haré
Entendiendo la vengástes Que yo bien lo cumpliría.
Como el caso lo pedia; —Que si fuere hijo, digo,
Pero siempre queda pena , Don Rodrigo respondía,
Que la congoja la aviva, Que lo hagades bien criar
En ver que fuese á traición Como manda la hidalguía,
Y usando de villanía : Y después que sea criado
¡Hijos mios! ¡ quién se hallara Para Salas me lo envía.—
En batalla tan esquiva , Del dedo se había sacado
Siquiera para poder Un anillo que tenia;
Socorrer la mayor prisa! Por medio lo habia partido;
Muriera donde vosotros, La mitad dado le habia.
Y si quedara con vida Díjole :—Tomad señal,
Fuera por mal de Almanzor, Qu'el moro ansí llevaría,
Como otras veces solia.— Para que yo lo conozca
Estas palabras diciendo • Si para mí se venía.—
Para un moro arremetía, El se partió para Salas
Y quitándole un alfanje , Que en gran favor lo habia.
A él, y á otros que allí había, ( SEPÚLVEDA , Romanees nuevamente sacados, etc.)
Les dio tan pesados golpes,
Que nadie se defendía
Que no quedase á sus pies,
Y el que se libraba huia;
Y de los que le aguardaron , MUDARRA, HIJO BASTARDO D E GUSTIOS Y D E A X A , H E R M A N A
Con sus hijos trece envía. DE A L M A N Z O R , I N C R E P A D O D E SU BASTARDÍA , A R R A N C A Á
Almanzor le está mirando SU M A D R E E L S E C R E T O D E SU N A C I M I E N T O , Y SABIDO, S E P R O -
i con ruegos le decia : P O N E VENGAR Á SU PADRE V HERMANOS.
-Aplaca, Gonzalo Bustos,
Aplaca tu grande i r a , {Anónimo *.)
Que me pesa haberte dado Sentados á un ajedrez,
'ai postre en esta comida, Despacio su juego entablan
Wue aunque los Infantes eran Aliatar, rey de Segura, .
uestruicion de mi morisma, Y el gran bastardo Mudarra,
™ 'os pudiera tornar Delante el rey Almanzor
«e muertos á dar la vida, Y en la presencia de Axa ,
Por ver fl ida edad
s u 0r
Mora, que sirve Aliatar,
«su esfuerzo en demasía. De mucho donaire y gracia.
Discurriendo van por lances ,
Aunque es cosa conocida Juegan con destreza y mafia,
t U
Presto - ¡ e r a n
os v i d a el| Que pierde mucho el que pierde
Pesto quitaran lamia 5 Y gana mucho el que gana.
g«o por satisfacción
e El rey moro, que los ojos
" ju razón conocida Tiene puestos en quien ama,
Par, C O n
? e d o
Ucencia Tocó una pieza por otra
« r a q u e hoy estedia,
e n
Jugando una treta falsa ;
Ocadl y cuando que quieras
Mudarra, que no conoce
ROMANCERO GENERAL.
4ÍS4
dichos bastardos. Asi se formó y se torman las aristocrari».
Del Rey la mano turbada, que absorben, y luego amortuan los bienes y los derecho, i»'
Ni si por-ver á su mora manos de los hijos de los monarcas. Por el fundado temor f
Vino á jugar ó jugaba, que se reproduzcan lentamente y á escondidas semejantes m
A una parle echó la silla; les, es por lo que los pueblos repugnan ahora tanto esta ci«.
Las piezas todas baraja, de dotaciones, aun aplicadas a los hijos legítimos de sus rao
Y dando mano al tablero narcas.
En pié se pone y levanta,
Diciendo -.—Tráteme bien
Quien á su juego me llama; 089.
Que aunque no soy rey, la injuria, AL MISMO ASUNTO.
Con quien me enoja, me iguala.— l

Aliatar se espantó de esto, (Anónimo .)


Y de Mudarra se agravia : Gonzalo Gustos sacado
Llámale bajo y espurio , De captiverio y prisión,
Hijo de ninguno, y nada. Para volver á su tierra,
A sus razones replica Con toda moderación
Mudarra , no con palabras , Licencia le pidió al moro :
Mas levantó para el Rey Dióla sin contradicción.
Juntos ajedrez y tabla, La hermana de Almanzor
Con que sin reparo alguno Sintió d'ello turbación :
De muerte le descalabra, Llamáralo, en puridad
Y con presteza no vista Descubrió su corazón,
De allí se parte á otra sala, Diciendo :—¡Gonzalo Gustos,
Do está la mora su madre Habed de mi compasión!
Ya del ruido alborotada. ¡Mirad que quedo preñada
La espada en la mano pone Por seguir vuestra opinión!
Y d'esta suerte la habla : Respondióle :—Mi señora,
—Importa, enemiga madre, D'ello no tengáis pasión;
Al enojó con que vengo Pariréis secretamente,
Decirme el padre que tengo, Y mirad que si es varón
Porque importa tener padre; Le daréis buenas costumbres;
Que yo por muy claro siento Y en llegar á discreción
Que tengo padre, y buen padre , Enviármelo heis á Salas,
Por tener tan buena madre, Donde está mi habitación ;
O por mi buen pensamiento. Y para que le conozca
No quiero á mis ojos ver Por mas certificación,
Quien me diga en tiempo alguno Veis este anillo partido,
Que soy hijo de ninguno, El medio os dó en posesión,
Pues alguno me dio ser ; Para que vos se lo deis
Y s¡ tú, fortuna , sobras A su tiempo y con sazón.—
En darme mal importuno, Pártese Gonzalo Gustos
Cuando no sea de ninguno Con tal deliberación.
Seré hijo de mis obras.— Al cabo dé pocos dias
Afligida está la mora Parió un niño en perfección;
Por verse del hijo que ama Almanzor se holgara d'ello;
Ultrajada por un cabo, Mostró gran contentación
Y por otro amenazada : Por haber nacido hijo,
Hablarle quiere y no osa, Y de tal generación :
Que la lengua se le traba Mudarra mandó llamarle,
Del yerro pasado hecho, Y por mas satisfacción
Que al hijo decir no osaba; Gonzalo de sobrenombre,
Mas en el valor del padre Cual el padre, y con razón.
Algún tanto confiada, Mudarra ya de diez años,
Le descubre todo el hecho Por su esfuerzo y condición
Del d* Bustos y el de Lara; Armóle el Rey caballero ;
Y otras razones le dijo Dióle para defensión,
Salidas de allá del alma, ^ ^ ^ ^ ^
Por lo cual vino á tomar De su persona , cien moros,
De sus hermanos venganzc. Que todos hidalgos son.
Siendo ya de mas edad,
(Romancero general. — It. flor de varios y nuevos De linda disposición.
romances, o.- parte. —It. METGE, Tesoro escon- La madre le contó el caso
dido , etc.)
De la perversa traición ,
Que Ruy Velazquez hiciera,
i Lope de Vega, con el de El Bastardo Mudarra, y otros poe- Y de su padre y prisión.
tas, con diversos títulos, lian escrito dramas sobre el asunto Entrególe el medio anillo ,
de esteromancey los siguientes, que tratan de la venganza que
tomó Mudarra de su tio Ruy Velazquez, por la alevosía con que Tomóle con intención
hizo matar por los moros á los siete infantes de Lara. Aunque De ir á verse con su padre,
es mas moderno que los dos que le siguen, conserva mejor Y vengar tan gran baldón.
que ellos el carácter del tipo español del tiempo a que se re- Pidió licencia á su tio
fiere, por lafierezade los sentimientos que expresa , y por el Diciendo qu'era razón
medio que usa Mudarra para arrancar á su madre el se- De buscar tierras extrañas :
creto de su nacimiento. Mudarra, así como Bernardo del Dióle el Rey su bendición. „ ,.,
Carpió, no pueden sufrir el nombre de bastardo. Aquel tiene
una duda mas que averiguar, atormentándole la idea de si es (TIMONEDA, Rosa española. "•
hijo de padre vil 6 villano; Bernardo aspiraba á una corona , de romances.)
Mudarra s teñe* un buen padre, porque en Castilla los nobles
bastardos eran caballeros, y aun llegaban á ocupar el trono. Parece refundición hecha por Timoneda.
Casi toda la grandeza española desciende de reyes, y esto lle-
gó á ser una calamidad para el pais, y causa del empobreci-
miento de la corona, de donde salían las dotaciones para los
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. ím
690. También le dio gran haber,
Y á Dios lo habia encomendado.
K Hl )DARRA A VENGAR Á SU PADRE V HERMANOS, (SEPDLVEDA,Romances nuevamente sacados, etc.)
DEL TRA1DOK RUY VELAZQUEZ.

(De Lorenzo de Sepúlveda.) 691.


Una hermana de Almanzor MATA MUDARRA Á RUY VELAZQUEZ.
Rey de Córdoba llamado,
Del bueno Gonzalo Bustos (Anónimo *.) «"....•
Preñada se había quedado, A cazar va Don Rodrigo, <
Al tiempo que él se partió Y aun Don Rodrigo de Lara :
De la prisión donde ha estado. Con la gran siesta que hace
Dende á muy pocos dias Arrimadose ha á una haya,
Pariera del su preñado. Maldiciend o á Mudarrillo,
Un bijo habia nacido ; Hijo de la renegada,
Mudarra le habian llamado, Que si a las manos le hubiese,
González por sobrenombre, Jura de sacarle el alma.
Como á su padre el honrado. El señor estando en esto
Almanzor holgó con é l ; Mudarrillo que asomaba :
A dos amas lo habia dado —Dios te salve, caballero;
Para que muy bien lo crien, Debajo la verde haya.
Y con muy grande recado. —Así haga á t í , escudero;
Diez años habia Mudarra, Buena sea tu llegada.
Caballero lo han armado; —Dígasme t ú , el caballero,
Valiente es, de la persona ¿Cómo era la tu gracia?
Muestra de ser esforzado. —A mí dicen Don Rodrigo,
A dosci entos caballeros Y aun Don Rodrigo de Lara ,
Almanzor le habia dado , Cuñado de Gonzalo Bustos,
Porque los haya por suyos, Hermano de Doña Sancha; . .,
Y cumplan el su mandado. Por sobrinos me los hube
Mudarra era muy valiente, Los siete infantes de Lara.
De Almanzor es muy amado; Espero aquí á Mudarrillo
Es tal que solo Almanzor Hijo de la renegada;
No lo hay mas aventajado. Si delante lo tuviese
Su madre contó á Mudarra Yo le sacaría el alma.
Todo el fecho que es pasado —Si á tí dicen Don Rodrigo,
De Don Gonzalo su padre, Y aun Don Rodrigo de Lara,
Y sus hijos sus hermanos, A mí Mudarra González ,
Y de la media sortija Hijo de la renegada,
Que ella tiene á gran recado, De Gonzalo Bustos hijo,
Y de la traición que hiciera Y alnado de Doña Sancha :
Ruy Velazquez el malvado : Por hermanos me los hube
Todo se lo declaró, Los siete infantes de Lara :
Que nada no le ha encelado. Tú los vendistes, traidor,
Mudarra cuando lo oyó En el val de Arabiana;
Quedó muy maravillado; Mas si Dios á mí me ayuda
Volvióse á sus caballeros, Aquí dejarás el alma.
Estas razones hablando : —Espérame, Don Gonzalo,
—Amigos, muv bien sabedes Iré á lomar las mis armas.
«v Qu el mi padre Don Gonzalo —El espera que tú diste
* Sufriera muy gran lacina A los infantes de Lara :
fin la prisión tantos años, « Aquí morirás, traidor , 2

A tuerto y sin derecho, «Enemigo de Doña Sancha.»


Sin jamas haber pecado (Cancionero de Romances.)
Contra nadie, por do fuese
Mía tal prisión echado, i Tiene todos los caracteres de una época muy remota , y es
i.también cómo mataran uno de aquellos romances que pueden considerarse que de ora-
»iete infantes esforzados. les pasaron á ser impresos con menos alteraciones. La sencillez
Mis hermanos eran todos, que le distingue, la espontaneidad que descubre, no pueden
»o quiero ir á vengallos menos de ser hijas de una inspiración y de un pensamiento libre.
Su diálogo está lleno de rapidez y verdad, y la situación que
jaquel que tal mal causó,
,: desarrolla sorprende y encanta.
Alia
wia en -
en tierra de cristianos.
Im los mis amigos, a Estos dos versos últimos los repite Cervantes en el Qui-
Uecidme, jote.
ten
hi queréis ir ó quedaros.-
«espondieron
^.onaieron todos i.mín
todos juntos
«ue irían con él á ayudarlo-, 692.
Porque eran criados suyos, a n z r s e l o s
AL MISMO ASUNTO.
5esi^ ? " d o . (Anónimo.)
"espidióse de su madre,
ca m
FÜ 7 le ha contado!
(i ri Después que Gonzalo Bustos
m donde estaba Almanzor, Dejó el cordobés palacio,
slehabiabesa
piSn do Y en Salas guardaba el suyo ;
e o l e
Qué l . , g™i merced, e n
Entre duros simulacros
H n t t ' í ? dado ' m h a a
Fatigaba su memoria,
A Caotiii P dre V e r a s u a
Culpaba su inútil brazo
A¡m^iV Í u b 0 a d rob i. e c o n d
Por los electos del tiempo,
C a b a r 1 < le
? hhabia
1
D a l l e r o s P °dado; en, Archivo de sus agravios.
—¡Oh tronco, dice, sin fruto!
456 ROMANCERO GENERAL.'
Solo has quedado en el campo Mudarra partido habia j
Do el villano codicioso En busca Gonzalo Gustios,
Podó tus pimpollos caros : Que por padre lo tenia.
¡ Yo te conocí con siete ¡ Gran gente consigo lleva!
Con que fuiste un tiempo ufano, ¡ Lucida es á maravilla!
Y ahora te contentaras Todos van de una color,
Con el mas endeble y flaco! ¡Oh qué bien que parecían!
Cada momento, mis lijos, Mudarra era el señor d'ellos
Re nuevo os pierdo, y os hallo, ¡ Oh qué bien que los regía!'
Para gozaros ausentes, A Salas habían llegado
En mi mente degollados. Donde su padre vivía.
Fresca está la sangre en ella, Preguntó por Don Gonzalo;
Que el traidor, que fizo el daño, El su padre respondía
Con su presencia atormenta Qu'el era aquel que buscaba,
La poca que en mí ha quedado. Que dijese qué quería.
De merced vivo con él, —A vos busco, Don Gonzalo
Y por momentos aguardo Mudarra le respondía:
Cuándo querrá derramarla Que yo soy el hijo vuestro ;
Si no es, por vengarse, humano. Veis aquí vuestra sortija,
¡ Ay miserable del solo, Que dejastes á mi madre
Y mas cuando el hado avaro Cuando fué vuestra partida.—
Viene á hacer de sus causas Gran placer tomaba el padre ,
Juez á su cruel contrario! Que otro hijo ya no había,
¡ Mejor estaba entre moros, Que en el campo de Almenara
Fijos, que en el suelo patrio, Por traición allí morían.
Que entre ellos hallé piedad Algunos dias pasados
Y quien se movió á mi llanto! — Mudarra,—Padre, decia:
Estas quejas esparcía Por ver la vuestra facienda
Desde un mirador Gonzalo, Aquí fué la mi venida,
Regando sus blancas canas, Y por vengar mis hermanos
Recostado en un escaño, Del traidor que los vendía.
Cuando tendiendo la vista No es menester prolongarlo,
Por el espacioso campo Pues que buen pleito tenia.—
Vio en un caballo andaluz Cabalgó Gonzalo Gustios,
Venir un moro gallardo, Mudarra en su compañía;
Joven, hermoso y dispuesto, Con ellos los caballeros
De rostro agradable, manso, Los que á Mudarra servían.
Grave, compuesto, gracioso, Llegados que eran á Burgos
Apacible y despejado. Do está el conde de Castilla
En la adarga media luna Nombrado Garei-Fernandez;
Trae puesta en un cielo claro , > Ruy Velazquez ahí yacia.
Y una roja F en medio Mudarra habló primero
Con un letrero dorado, A Ruy Velazquez decia :
Que dice : «A buscarte voy : —Traidor sois, gran alevoso ,
»¡ Venturoso si te alcanzo !» Yo vos lo combatiría:
En la lanza un pendoncillo Repto vos por gran traidor,
Con cruz verde en campo blanco, Mayor que hallarse podia ,
Y una cabeza pendiente Que metistes en prisión
En el pretal del caballo, En Córdoba, aquella villa,
Destilando fresca sangre A mi padre Don Gonzalo
Entre el cabello erizado. Que ninguna causa habia.
Llegó, y bajando la suya, Vendistes los mis hermanos,
El arzón casi besando, Mucho mas que vos valían,
Con el cuento de la lanza A los moros de Almenara
Sobre la yerba afirmado, Do como buenos morían,
Dijo : —Tú debes ser, Llevándolos engañados :
Según las señas que traigo, Las manos yo vos pondría,
El noble señor de Salas , Cortaré vuestra cabeza,
Que tan gran traición hacia.—
Que el ser que tengo me ha dado Ruy Velazquez respondió :
Recibe de Ruy Velazquez, Que el reto en nada tenia.
Vendedor de mis hermanos, Mudarra cobró pesar,
Esta prenda, que el traidor Mano á la espada ponía,
Nunca reposa á su salvo. Fué contra do está el traidor;
Yo soy Mudarra , señor, El Conde lo defendía:
Y ha mucho tiempo que afano Puso treguas entre ellos,
Por hacer esta sangría Treguas puso por tres dias ,
En tu tronco antiguo y claro.— Que Mudarra nunca quiso
Grandes voces daba el viejo : Alargar la pleitesía.
—Sube , hijo, y da á mis brazos Ruy Velazquez quedó en Burgos,
Lo que tanto ha deseaban, Que de muerte se lemia.
Que hoy se acaban mis trabajos. Salió de noche encubierto,
(Romancero general.) No osando salir de día,
Para ir á Barbadillo,
Que por heredad tenia.
693. Mudarra saliera á él,
AL MISMO ASUNTO. Que le tuvo puesta espía.
{De Lorenzo de Sepúlveda.) Un dia muy de mañana
Ruy Velazquez ya venia :
De Córdoba la nombrada
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 457
1 legó donde está Mudarra, De Castilla el sucesor.
El cual á voces decia : Mudarra á Velazquez dijo :
_. Morirás, falso, alevoso, —Riéptote por malhechor,
Que nadie non te valdría.— Pues vendiste á mis hermanos
Arremetió para él, Que d'España eran la flor.—
Gran golpe dado le había ; Ruy Velazquez le responde :
En tierra cayera muerto; —Tu riepto no es valedor.—
Con treinta que lo seguían Echara mano Mudarra
Tornáronse para Salas. A un venablo cortador;
A dias * prendido habia, El Conde lo defendía,
A la falsa DoñaLambra, Treguas puso en su favor;
Y quemar viva la hacia, Mudarra no las acepta :
Que' en vida de Garcí Fernandez Velazquez con gran pavor
Ese conde de Castilla, De Burgos sale escondido :
No pudo, que es su pariente, Mudarra acometedor
Y muy deudo en cercanía. Puso tales acechanzas,
De todos es muy loado, Que encontró con el traidor.
Grande era su valentía. Diciéndole está : — De muerte
Doña Sancha su madrastra, Eres hoy merecedor.—
Muy grande amor le tenia, En fin dióle de lanzadas;
Porque parecía mucho Pagó allí como deudor,
En mañas y en valentía Y vínose para Salas
A Don Gonzalo González, Do hizo con gran rigor " ;
Que el menor se le decia. Que á Doña Lambra quemasen
Mudarra se baptizó, Sin hallar contradictor.
Cristiano tornado habia. Doña Sancha su madrastra
¡ Muy bien vengó á sus hermanos Le amaba en lo exterior
Como aquí se referia! Por semejar á Gonzalo,
Que Dios, como es justiciero , En fuerza, virtud, grandor;
Al malo bien lo castiga. Y como de ser cristiano
(SEPÜLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Siempre tuvo en lo interior,
1
Luego se hizo baptizar
Es decir, que la prendió después de haber pasado algún Amando á su Criador.
tiempo de la muerte de Velazquez, y cuando ya habia falleci- Hizo hechos muy notables
do el conde Garcl Fernandez,pariente y protector de Doña De incomparable valor.
Lambra.
(TIMOHEDA , Rosa española, — It. WOLP, Rosa
de romances.)
* Por su tono y estilo parece ser de la clase de los romances
viejos, pero por su versificación puede creerse mas moderno,
AL MISMO ASUNTO. y hecho porfimoneda, imitando el del número 693 de Lorenzo
l
(Anónimo .) de Sepülveda.
Sale Mudarra González,
El valiente vengador; ROMANCES SOBRE LOS CONDES DE CASTILLA,
De los infantes de Lara FERNÁN GONZÁLEZ, GARCI-FERNANDEZ, SAN-
El hermano mas menor, CHO GARCÍA, Y GARCÍA I, LLAMADO REY DE
De la corte de su tío CASTILLA.
Llamado el rey Almanzor.
A buscar va á Ruy Velazquez
De maldades inventor :
Cien moros lleva de guarda
Vestidos de una color. PROFETIZA UN MONJE A FERNÁN GONZÁLEZ SU SUERTE Y
¡Oh cuan bien que parecían! SUS VICTORIAS, Y E L CONDE HACE VOTO DE FUNDAR EL
¡Y Mudarra muy mejor ! MONASTERIO DE SAN PEDRO DE ARLANZA.
Porque ellos eran vasallos, [Anónimo.)
X él de todos regidor. De Salas salió el buen conde
A Salas hubo llegado Fernán González nombrado:
Dia de San Salvador; Señor era de Castilla
Encontrara con su padce; Y d'ella conde llamado.
Preguntóle con honor Solo iba á montear,
Do estaba Gonzalo Guslios. Ninguno lo ha acompañado,
Respondió :— Yo soy, mi amor, En tanto que llega el día
Que vos debéis ser mi hijo. De la lid, que ha aplazado
—Sóylo, dijo, y por mejor Para lidiar con el moro
Certificación de aquesto Almanzor, el rey pagano.
Medio anillo os doy, señor.— El Conde va por un monte
Gran placer tomara el padre, Muy espeso y enramado;
El hijo mucho mayor. Un puerco saliera del,
Pasados algunos dias El lo sigue apresurado.
lizo al padre sabidor. El puerco huyó corriendo,
Uue para vengar venia En una ermita se ha entrado :
Con gran esfuerzo y vigor De yedra estaba cubierta ,
La muerte de sus hermanos, Cosa d'ella es devisado.
Su prisión y deshonor. En la ermita habia tres monjes,
A Burgos los dos se parten Que la pobreza han buscado :
Sin mostrar ningún temor : Por ser la montaña espesa,
A Ruy Velazquez hallaron, El Conde se habia apeado;
•si perverso matador : El caballo ató á una rama,
^on el Conde estaba hablando En la ermita se ha entrado,
ROMANCERO GENERAL.
isa O de moros captivado,
Do vicio yacer el puerco ,
Y al altar eslá llegado. O que linean sin señor,
No lo quiso el Conde herir, De guarda desamparados.
Por ser eu lugar sagrado. Yo te ruego que te acuerdes
Llorando eslá de sus ojos, D'esta ermita do has entrado : '
De aquesta manera hablando í Después que venzas los moros
— ¡ Oh Señor, Dios poderoso, Algún bien nos habrás dado
A quien teme lo criado, Para mi y estos dos monjes,
Si contra vos yo erré, Que estamos todos lacerando.
Sea de vos perdonado : — Pelayo, respondió el Conde,
Hícelo por no saber Creedme lo que vos hablo,
Fuésedes aquí honrado, Que el servicio que á mí hecistes
Que si yo lo tal supiera, Vos será muy bien pagado.
Aquí no fuera llegado; Si Dios me deja vencer
Ni entrara eu la ermita, La lid que tengo aplazado,
Ni en este lugar sagrado, Todo cuanto yo ganare
A matar aqueste puerco Aquí, será ello dado;
Que en ella se habia entrado. Y cuando yo me muriere
Viniera yo en romería Seré en ella sepultado,
Y ofrendas hubiera dado. Y aqueste santo lugar
Esfuerzo me dad, Señor, Por mí será mejorado.
Contra aqueste renegado, *, En él haré gran iglesia,
Que viene por destruir Do habrá convento honrado :
A Castilla, mi condado. Darles he yo con que vivan;
Si de vos no es amparada, De bienes será dotado,
Almanzor la habrá ganado : Llamarémosle San Pedro
Non querades que se pierda De Arlanza, el muy nombrado.
Tal tierra y tanto cristiano. —. ( SKPÚLVEDA , Romances nuevamente
sacados, etc.)
Estando en la su oraeion,
A él un monje ha llegado :
Fray Pelayo se llamaba, 696.
El que al Conde ha preguntado GARCÍA It D E N A V A R R A , R A M I R O II D E LEÓN Y FERNÁN GON-
Quién era ó á quién buscaba Z Á L E Z , V E N C E N Á A B D E R R A M E N Y VOTAN E N TRIBUTO DE
En lugar tan apartado. SUS R E I N O S , D O N E S Á S A N T I A G O Y S A N M 1 L L A N .
Todo se lo dijo el.Conde.
— Hoy seréis mi convidado; {Anónimo *.)
Hacedlo por Dios del cielo; En Córdoba está Abderrámen
Pues que sois tan mesurado, Próspero y con ufanía;
Comeréis dtel pan de hordio, Esperando está las parias
Que otro no es hallado. — Que los cristianos le envían;
El Conde tuvo por bien Ciento y ochenta doncellas
Lo que el monje le ha rogado. Hermosas en demasía,
Allí estuvo aquella noche; Las noventa fijasdalgo,
Otro dia es levantado. Y esotras gente de villa ,
Dijo el monje : — Fernán González, Las cuales entre sus moros
Verdad será lo que os hablo; Cada año repartía,
Guiará Dios vuestra hacienda, Cuando le vino la nueva
Porque sois bueno y honrado. En que cierto le decia
A Almanzor lo vencerás, De como el rey Don Ramiro,
Y á los moros de su estado : También el rey Don García,
Gran batalla habrás con él, Lo mismo Fernán González,
D'ellos'Tserás bien vengado. Que era conde de Castilla,
Tantos d'ellos matarás Matando sus mensajeros,
Que no podrán ser contados : Grande escarnio le hacían,
De la tierra qu'es perdida Y no les quisieron dar
Grande parte habrás cobrado; Las parias que les pedían.
Verterás sangre de reyes, Abderrámen muy sentido,
Y de hombres de alto estado : Gran gente juntado habia :
Muy buena será tu andanza; D'ella de pié y de á caballo,
Serás del mundo loado, Que en los campos no cabia;
Por ser tu caballería . . Y así con muy gran poder
Encumbrada en alto grado : Entró luego por Castilla,
Tú serás preso dos veces, Y en las gentes que tomaba
Y presto puesto en cuidado, Grandes cruezas hacia,
Por el signo que verás, Matando todos los hombres
Que á tu gente habrá espantado. Que renegar no querían;
D'ellos no habrá ninguno Y arrancábales las tetas
Que no quede desmayado : A las mujeres que habia.
Conhortarlos has t ú , Conde, Sabido por Don Ramiro
Con palabras de esforzado. Cómo los moros venían,
Declararles has el signo Como rey muy esforzado •
Que los tiene amedrentados; AI encuentro les salía,
El miedo perderán luego Porque no pudo creer
Que del signo habrán cobrado. Ser tantos cuantos decían.
Vete á tu buena ventura, Sus batallas ordenadas,
Que tu gente está en cuidado; En un monte se ponia,
Tú los hallarás muy tristes, Do vio venir tantos moros,
Por tí haciendo gran llanto : Que todo el campo cubrían,
Todos temen qu'eres muerto, Y que la vista cansaban,
ROMANCES RELATIVOS k LA HISTORIA DE ESPAÑA. 439
Y el cabo no parecía. De Simancas hasta Aza
Temiendo su perdición, Aqueste alcance seguían.
En Simancas se metía, Habida ya la victoria ,
Y luego con prisa grande La gente ya recogida,
Unas cartas escribía Robado ya todo el campo,
Al conde Fernán González, Do grande riqueza había,
Oue era señor de Castilla; Hacen reconoscimiento
También al rey de Navarra, Que á aquestos santos debían,
Oue llamaban Don García, Imponiéndoles tributo
En las que la cuita grave En las tierras que tenían,
En que estaba, les decia; Y aquestos tribuios pagan
Y ellos con gran presteza Los castellanos hoy día.
A Simancas se venían. (FUENTES, libro de los cuarenta cantos, etc.)
Pero informados del caso,
Grande temor les ponía * El asunto de este romance no consta en crónica ni histo-
De ver que para un cristiano ria alguna ; pero se ha sacado 6 inferido de un privilegio que
se supone concedido á San Millan, para gozar los tributos
Doscientos moros había. que se le ofrecieron por los caudillos cristianos que ganaron
Sabiendo ya que los moros esta batalla. En tales documentos como este, y en otros muchos
En contra d'ellos venían, semejantes, está fundada gran parte de las enormes riquezas
Temiendo su gran poder, que el clero regular y secular poseyó en España; pero sin
El rey Ramiro decia : embargo, es preciso confesar que estos fraudes piadosos en-
— En verdad, ningún consejo cendían la fe de los cristianos, y sostenían su valor para pe-
lear contra los moros. El fanatismo á veces inspira un noble
Para valemos tenia; entusiasmo, y el fanatismo se alimenta con la superstición.
pero encomiéndome á Dios,
Que á los afligidos guia,
Y á un cuerpo glorioso,
Que allá en mi tierra yacía, 697.
Que es el señor Santiago, FERNÁN GONIALEZ MATA EN BATALLA AL REÍ DE NAVARRA
Que está enterrado en Galicia, SANCHO ABARCA.
Que convirtió aquella gente,
Que era también descreída, (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Y por é l , nuestro Señor El buen conde Fernán González
Grandes milagros hacia; Querella grande tenia
Al cual doy y hago rey Del buen rey Don Sancho Abarca,
De toda la tierra mía, Que de Navarra decían.
Y encomiándole mis gentes; Envióle su mensaje,
Y mi hacienda y mi vida. — Y el mensajero decia :
Y el conde Fernán González, — El conde Fernán González
También el rey Don García, Para tí buen Rey me envía,
Respondieron : — Otro santo, Porque le enmiendes los daños
Muy devoto á maravilla, Que le has hecho en Castilla,
Hay, que yace en nuestra tierra, Que dos veces cada un año
Que San Millan se decia, Su tierra tú le corrías,
Al cual damos nuestro estado, Y por este mal crecido,
Porque él nos ampararía, — Amistad tú, Rey, ponías
Otro dia de mañana Con los moros renegados,
A la batalla salían, Y gran mal á él se seguía.
Y queriendo pelear, Si estas querellas, buen Rey,
Grandes promesas hacian Enmendárselas querías,
A Dios, y aquellos dos santos, Haréis vos vuestro deber,
Que por patrones tenían; Y él d'ello placer habría;
Que para siempre jamas Y si hacer no lo queréis,
Tributo les pagarían, Por mí el Conde os desafía. —
Encomendándose á ellos, El Rey cuando aquesto oyó,
a

Todos puestos de rodillas. Esta respuesta le envía :


Los moros, que así los vieron, — Que se espantaba del Conde,
Creyendo que se rendían, De pedir lo que pedia ,
Vinieron luego á tomados; Ni aun osar pensar en ello,
Pero mal les sucedía, Que por loco lo tenia.
Porque fueron rechazados Fué muy mal aconsejado,
Con dalles grandes heridas; Y hácelo con lozanía,
Y en esto visiblemente Por haber vencido á moros,
Dos caballeros venían Moros de poca valía.
En unos caballos blancos, Yo iré á buscar al Conde,
Hermosos en demasía, Y castigarlo á mi guisa,
E juntos con los cristianos, Porque otra vez no se atreva,
A los moros perseguían, Como atrevido se había. —
Los cuales con grande espanto Vuelto es el mensajero,
Se pusieron en huida, Y al Conde luego decia
Matándose unos á otros, Todo lo que el Rey le dijo,
Por huir quien mas podía; Que nada no le encubría.
Porque afirmaban los moros D'ello recibió pesar,
VJue á todos les parecía Mucho sentido se había :
Quep a r a i
c a c a u n o ( l e e l l o s Apercibido de gentes,
Mil caballeros habí» Para Navarra venía.
"e aquellos caballos blancos, También se apercibió el Rey
Que muy recio los herían, Contra do el Conde yacía.
tras ellos van los cristianos; En la era de Gollandia
brande matanza hacian : Comienzan lid muy herida
460 ROMANCERO GENERAL.
De navarros y castellanos «A mi nermano Don García
Muertos , el campo cubría. «De Navarra , muy honrado;
El Conde llamaba al Rey, «Yo triste Doña Teresa,
Y á grandes voces decia : «Reina vieja y de mal hado,
— Rey Don Sancho, vente á mí, «Saludes muchas envío,
Acabarse ha la enemiga. — » Como á quien yo mucho amo:
El Rey, cuando oyera al Conde, «Bien se os debe de acordar
Al encuentro le salia : «La muerte del rey Don Sancho,
Hiriéronse de las lanzas, «Que el conde Fernán González
El Rey muerto allí caia; «Nos mató con grande engaño,
El Conde, muy mal herido, «Que fué vuestro padre y mío,
También en tierra yacia. «Rey verdadero y honrado,
Los castellanos lo han visto; «Muy noble, muy virtuoso,
Gran dolor en si tenían «Derechero y bien guisado,
En ver morir su señor, «El cual en mi corazón
A quien tanto ellos querían. «Sobre todos era amado.
Cobraron gran corazón; «Digovos que si yo fuera,
En los navarros herían; «Como vos, rey coronado,
Matan y Aeren en ellos «Que vengara bien su muerte ,
Con muy grande valentía. «Muy de presto y á mi salvo;
Llegaron do estaba el Conde, «Y agora vos tenéis tiempo
Que por muerto se tenia; «De vos hacer bien vengado,
Alimpiáronle la cara, «Porque ya con el mal Conde
Que sangre y polvo tenia : «Tengo puesto y concertado
Subiéronlo en un caballo, «Casarlo con vuestra hija ,
Creyendo que muerto iba. «Y me lo tiene otorgado.
Esforzádose ha el buen Conde, «El cual luego ha de ir á vos
Que gran corazón habia. «Muy seguro y sin cuidado,
Díjoles : — Mis caballeros, ¡i »Y después que lo tuviéredes
Esforzad con valentía, «Podrédes muy bien matarlo,
Lidiad y venced el campo, »Y así habremos buen derecho
Nadie muestre cobardía, »lin cambio de nuestro daño.»
Qu'el rey Don Sancho es ya muerto, Vista por el Rey la carta,
Que yo le quité la vida. — Mucho se hubo alegrado,
Esos buenos castellanos Esperando cada dia
A los navarros herían, Lo que estaba concertado.
Que huyeron, dejando el campo, El Conde, seguro de esto,
Y á su tierra se volvían. Un recaudo le ha enviado;
El cuerpo del rey Don Sancho Si mandaba que se viesen,
' El Conde buscar hacia : Fuese por él señalado
Lleváronlo muy honrado En que lugar, y en qué dia,
A la su primera villa. Que él haría su mandado.
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc. El Rey, con rostro engañoso,
Muy gran contento mostrando,
Le respondió que en Círueña
Fuesen las vistas de entrambos,
698. Y cada uno con cinco
FERNÁN GONZÁLEZ, PRESO CON ENGAÑO POR E L R E Y Caballeros desarmados.
DE NAVARRA, CARCÍA E L TEMBLOSO. Luego el Conde se partió,
Habido aqueste recaudo;
(Anónimo.) Pero llegado á Cirueña,
Haciendo estaba unas ferias Hallóse muy engañado,
El rey de León Don Sancho Porque vio venir al Rey
Al conde Fernán González, Con cuarenta de á caballo,
De un caballo muy preciado, Más para romper batalla,
Y de un azor muy hermoso, Que para bodas llamado.
Perdiguero, ya mudado. Sintiendo el engaño el Conde,
La reina Doña Teresa, En una ermita se ha entrado,
Viéndolos ya concertados, Diciendo con grandes voces
. Que era hermana d'este rey Ser con traición engañado,
Y hija del rey Don Sancho, Y por cumplir su palabra
El que fué rey de Navarra, . Padecía aquel engaño.
Después Abarca llamado, El Rey combatió la ermita
Tomó por la mano al Conde, Todo el dia, denodado;
Y en secreto lo ha apartado, Mas no pudo entrar en ella,
Mostrando quererlo mucho Por lo cual muy enojado,
Por ser noble y esforzado, Dijo al Conde que se diese,
Y que quería que fuese Sobre su fe asegurado;
Por mano suya casado Y si no lo hiciese así,
Con la infanta Doña Sancha, Que allí haría quemarlo.
La hija del rey su hermano, Visto el Conde este peligro,
Don García de Navarra, Escogiendo el menor daño,
Que el Tembloso fué nombrado, Se dio al Rey sobre su fe;
Y que luego escribiría Y así fué luego tomado,
Para que fuese ordenado. Y con muy grandes prisiones
El Conde lo tuvo en mucho, En Castroviejo fué echado.
Aceptándolo de grado : (FUENTES, libro de los cuarenta cantos, etc.)
La Reina con alegría
Esta carta hubo ordenado :
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. m
699. Donde el Conde residía;
Dádivas daba a\ alcaide
AMENTADOS LOS CASTELLANOS
JÚRAME* ^
Si dejarle ver quería :
CONDE,
E N E
AL CUAL HALLAN EN E L CAMINO, YA LIBIIE, POR El Alcaide fué contento
HEROICA TRAÍA D E S ü DESPOSADA DONA SANCHA. Y las prisiones le abria.
(Anónimo.) Mucho los condes hablaron;
El normando se salía :
Juramento llevan hecho ' , Fuese donde estaba el Rey
Todos juntos á una voz, Con lo que pensado habia.
De no volver á Castilla Procuró ver á la Infanta,
Sin el Conde, su señor. Pues era hermosa y cumplida,
La imagen suya de piedra Animosa y muy discreta ,
Llevan en un carretón, De persona muy crecida.
Resueltos, si atrás no vuelve, Tanto procura de verla,
De no volver ellos, non, Que esto le hablara un día :
Y el que paso atrás volviere — Dios os lo perdone, Infanta,
Que quedase por traidor. Dios, también Santa María,
Alzaron todos las manos, Pues por vos se pierde un hombre,
En señal que se juró. El mejor que se sabía :
Acabado el homenaje, Por vos se causa gran daño ,
Pusiéronle su pendón, Por vos se pierde Castilla,
Y besáronle la mano Los moros entran en ella
Desde el chico hasta el mayor, Por no ver quien la regía,
Y como buenos vasallos, Que por veros muere preso;
Caminan para Arlanzon . Por amor de vos moría;
Al paso que andan los bueyes ¡ Mal pagáis amor, Infanta,
Y á las vueltas que da el sol. A quien tanto en vos confía ! '
Desierta dejan á Burgos Si no remediáis al Conde
Y pueblos al rededor, Seréis muy aborrecida,
Solas quedan las mujeres Y si por vos él saliese
Y aquellos que niños son : Seréis reina de Castilla. —
Tratando van del concierto Tan bien le habla el normando,
Del caballo y del azor, Que la Infanta enternecida
Si ha de hacer libre á Castilla Determina de librallo
Del feudo que da á León; Si por mujer la quería.
Y antes de entrar en Navarra, El Conde se lo promete,
Toparon junto al mojón Y á vello la Infanta iba.
Al conde Fernán González, — No teníais, dijo, señor,
En cuya demanda son, Que y'os daré la salida. —
Con su esposa Doña Sancha, Y engañando á aquel alcaide,
Que con astucia y valor Salen los dos de la villa.
Le sacó de Castroviejo Toda la noche anduvieron
Con el engaño que usó. Hasta que el alba reia.
Con sus hierros y prisiones Escondidos en un bosque,
Venían juntos los dos Un arcipreste los via,
En la muía que tomaron Que venía andando á caza
A aquel preste cazador. Con un azor que traia.
Al estruendo de las armas Amenázalos con muerte,
El Conde se alborotó; Si la Infanta no ofrecía
Mas conociendo á los suyos, De folgar allí con él,
D'esta manera habló : Sino que al Rey los traería.
— ¿Dó venis, mis castellanos ? El Conde, mas cruda muerte
Digádesmelo, por Dios : Quisiera, que lo que oía;
¿Cómo dejais mis castillos Pero la discreta Infanta,
A peligro de Almanzor ? — Dándole esfuerzo , decía :
Allí habló Ñuño Laínez : — Por vuestra vida, señor,
— íbamos, señor, por vos, Más que esto hacer debria,
A quedar presos ó muertos, Que no se sabrá esta afrenta
0 sacaros de prisión. Ni se dirá en esta vida. —
(Romancero general.) Priesa daba el cazador,
A u n
' en este romance se conserva la tradición de la cos- Y amenaza todavía :
tumbre caballeresca que habia.de juramentarse los caballeros
m ay c a l ) 0 a u n a
Con grillos estaba el Conde
fa ?•»• ° ' empresa determinada. Pertenece á
é c a ( l a d e l si 10 X V I
Y sin armas se veia;
\l ¿ • t & > aunque está reformado según Mas viendo que era forzado,
'o hacían Sepúlveda y Timoneda. Como puede se desvía.
Apártala el cazador;
De la mano la traia,
700. Y cuando abrazalla quiso
AL MISMO ASUNTO. Ella de él muy fuerte huia :
(Anónimo .) 1
Los brazos le ha embarazado;
Preso está Fernán González, Socorro al Conde pedia,
ti gran conde de Castilla; El cual vino apresurado,
nenelo el rey de Navarra Aunque correr no podia :
Maltratado á maravilla. Quitadole ha al cazador
*'no allí un conde normando Un cuchillo que traia,
«ue pasaba en romería; Y con él le diera el pago
^upo que este hombre famoso Que su aleve merecía.
M cárceles padecía, Ayudándole la Infanta,
fuese para Castroviejo, Camina todo aquel día,
ROMANCERO GENERAL.
462
Y á la bajada de un puente Lo que pidió le otorgaba.
Ven muy gran caballería; La Infanta sacara al Conde
Gran miedo tienen en vella, De la prisión en que estaba ,
Porque creen que el Rey la envía . Sin que persona lo viese,
La Infanta tiembla y se muere, , Porque era muy avisada.
En el monte se escondía; La Infanta toma al buen Conde;
Mas el Conde, más mirando, Sobre sus hombros lo echaba,
Daba voces de alegría : Porque él no podia andar
— Salid, salid, Doña Sancha, Por los hierros que llevaba.
Ved el pendón de Castilla, Entraron por un gran monte
MÍOS son los caballeros Que no lejos de allí estaba,
Que á mi socorro venían. — Entrambos muy fatigados
La Infanta con gran placer Del cansancio que llevaban.
A vellos luego salía. Un arcipreste encontraron
Conocidos de los suyos, Que por allí a caza andaba.
Con alarido venian : Conoscídolos habia,
— Castilla, vienen diciendo, Para ellos se allegaba.
Cumplida es la jura hoy dia. — Mucho le rogaba el Conde
A los dos besan las manos, A descubrir no los vaya,
A caballo los subian, Y que le daria en Castilla
Y así los llevan en salvo • La villa que demandará.
Al condado de Castilla. El clérigo respondió
(Cancionero de romances.) Con voluntad muy dañada :
Que si consentía el Conde, ' .
1
Puede el romance considerarse como de tradición oral, Que durmiese con la Infanta,
pero reformado en la primera década del siglo xvi. Que él les ternia secreto,
Y jamas lo publicara.
Gran enojo cobró el Conde
De aquel que tan mal hablaba,
toi. Y por no poder vengarse
A L MISMO ASUNTO. De persona tan malvada.
(Anónimo*.) La Infanta, como discreta,
El buen conde Fernán González Muy bien lo disimulaba :
En cruel prisión estaba : Rogó al Conde haya por bien
Prendiéraio Don García, De hacer lo que demandaba,
El qué en Navarra reinaba. Porque si hacerlo no quiere,
Prendiólo sobre seguro Y al Rey lo manifestaba,
En una ermita sagrada , Entrambos recibirían
Y movióse el Rey á hacerlo Muerte mucho deshonrada.
Con voluntad muy dañada, La Infanta partió del Conde;
Que le tiene el Rey al Conde. Dentro en el bosque se entraba;
Por las guerras que le daba, Con ella va el arcipreste,
Y porque mató á su padre , Que nada se recelaba.
Aquese Don Sancho Abarca. Estando juntos los dos,
En un castillo le puso La Infanta, como esforzada,
Con gente que le guardaba, Arremetiera con él,
Donde estuvo muchos dias Con los brazos le apretaba.
Con vida muy angustiada. Dio grandes voces al Conde,
El Rey tenia una hija, El cual muy presto llegara,
Doña Sancha se llamaba : Y con su mismo cuchillo
Cuando ella supo que el Conde El Conde allí le mataba,
Tan triste vida pasaba, Y en la muía que él traia
Determinó de irlo á ver, La buena Infanta cabalga:
Pues de su prisión fué causa, A las ancas tomó al Conde,
Que el Conde la vino á ver, Y á Castilla caminaban.
Y por mujer la tomara, Siguiendo por su camino,
Y debajo de este engaño Muchas gentes divisaban:
El Rey en prisión lo echaba. Entre ellas viene un gran carro
Fuérase á la fortaleza, Que caballos lo tiraban :
Que nadie la acompañaba, Dentro de él no viene gente,
Do halló muy triste al Conde; Sino una imagen sagrada,
La Infanta lo consolaba, A semejanza del Conde,
Diciéndole : — Buen señor, De que él mucho se admiraba.
Aqui estáis vos por mi causa : Conoció el Conde su seña,
Mi padre el Rey vos prendió De ello gran placer tomaba.
Sin que vos le debáis nada; Llegados que fueron junto,
Porque leme vuestras guerras, De esta manera hablaba :
Con esto se aseguraba. — ¡ Bien vengáis, mis caballeros!
Mas si vos, Conde, queréis ¡ Buena sea vuestra llegada!
Darme la vuestra palabra Decídmelo, amigos míos,
De me tomar por mujer, ¿Para qué fué aquesta armada ?
La prisión os será alzada Y esta imagen que traéis ,
Sin saberlo el Rey mi padre. ¿Para qué fué edificada? —
Vuestra persona librada, Dijeron : — Señor, sabréis
Irme he con vosa Castilla, Que con voluntad sobrada
Do vuestro condado estaba, Todos los que aquí venimos,
Y si esto non facéis, Nos juntamos en batalla
Aquí será vuestra estada. — Debajo de presupuesto,
Cuando esto oyera el Conde, Tu persona hacer librada,
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA.
Y non volver á Castilla, Fué su gozo muy sobrado :
O morir en la demanda. Conocieron que era el Conde ,
v para tomar favor, Que la Infanta lo ha librado :
Esta imagen fué ordenada Aquella que allí venía
Semejante á tu persona, Bija es del rey Don Sancho.
Oue viva representaba. — Con gran fiesta los recogen
En mucho lo tuvo el Conde , Y á Castilla se han tornado.
Muy grandes gracias les daba, (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
Y con sobrado placer
D'esla manera hablaba : * También este romance es anónimo, y está incluido en el
__ Veisme aquí do vengo suelto ; Romancero de Sepúlveda; poro su confección parece mas an-
Veis aquí quien me soltara : tigua que la del anterior.
Sabréis que esta es mi mujer,
Y por tal yo la tomaba.
Recebilda por señora; 705.
Hija es del rey de Navarra. — QUERELLAS ENTRE FERNAN GONZALEZ Y EL REY PE LEÓN ,
Todos las manos la besan, SANCHO I , LLAMADO EL GORDO.
Cumplen lo que el Conde manda, (Anónimo.)
Quitáronle las prisiones,
A Castilla se tornaban , Castellanos y leoneses
Y al celebrar de sus bodas, Tienen grandes divisiones.
Muchas fiestas ordenaban, El conde Fernan Gonzalez
Do quedaron muy alegres Y el buen Rey Doa Sancho Ordoñez, i
El buen Conde y su mesnada. Sobre el partir de las tierras
( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc.) Ahí pasan malas razones :
Llamábanse hi-de-putas,
i Es una de las composiciones anónimas que Sepúlveda Hijos de padres traidores;
admitía en su Romancero; pero debe ser casi contemporánea Echan mano á las espadas,
á dicho autor, corno puede percibirse por su estilo, y porque Derriban ricos mantones :
parece estar sacada y calcada sobre la crónica. No les pueden poner treguas
Cuantos en la corte soné,
Y pénenselas dos frailes ,
702. Aquesos benditos monjes,
AL MISMO ASUNTO.
Qu'el uno es tio del Rey,
El otro hermano del Conde.
(Anónimo.) Pénenlas por quince dias,
En prisión estaba el Conde; Que non pueden por mas, no,
Había una noche pasado; Que se vayan á los prados
Caballeros de Castilla Que dicen de Carrion.
En gran consejo han estado, Si mucho madruga el Rey ,
Cómo podrían valello, El Conde non dormía , non ;
Pues el rescate es negado. El Conde partió de Burgos,
Estando confusos todos, Y el Rey partió de León.
Un caballero ha hablado, . Venido se han á ¡untar
Ñuño Lainez se llama, Al vado de Carrion,
Bueno es, noble y esforzado. Y á la pasada del rio
— Señores, este decia, Movieron una cuestión :
Un buen caso he yo acordado, Los del Rey que pasarían,
Que hagamos de una piedra Y los del Conde que non.
De nuestro Conde un retrato : El Rey, como era risueño,
Hagámosle juramento, La su muía revolvió;
Solemnemente tomado, El Conde con lozanía
Que hasta que por sí huya Su caballo arremetió ;
La piedra, puesta en un carro, Con el agua y el arena
Que no huirá ninguno Al buen Rey le salpicó.
Por las villas ni el campo, Allí hablara el buen Rey,
Ni en manteles comeremos, Su gesto muy demudado :
Ni estaremos en poblado, — Buen conde Fernan Gonzalez,
Ni vestiremos camisas, Mucho sois desmesurado ;
Sino solo arnés tranzado, Si no fuera por las treguas
Hasta ver al Conde libre, Que los monjes nos han dado,
O morir así en el campo. La cabeza de los hombros
Todos conforman en esto, Ya yo os la hubiera quitado,
Muchos se han juramentado. Y con la sangre vertida
Hacen la imagen del Coude; Yo tiñera aqueste vado. —
Entre todos la han tomado.; El Conde le respondiera,
lodos la acatan y honran Como aquel que era osado :
Como al Conde han respetado. — Eso que decis, buen Rey,
Lamino van de Navarra, Véolo mal aliñado;
Arlanzon luego han pasado; Vos venis en gruesa muía,
Ulrodiaá Montes d'Oca, Yo en un lijero caballo;
YotrodiaáBelforado; Vos traéis sayo de seda,
Miro día de mañana Yo traigo un arnés tranzado;
Vos traéis alfanje de oro,
Al pié de un monte han llegado; Yo traigo lanza en mi mano;
Ven en él un caballero Vos traéis cetro de rey,
«e los píes aherrojado, Y yo un venablo acerado;
* una doncella hermosa Vos con guantes olorosos,
«ue lo traia del brazo; Yo con los de acero claro;
Lomo cerca d'ellos llegan, '
ROMANCERO GENliHAL.
464
Vos con la gorra de fiesta , Al que casaba su hija
Yo con un casco afinado ; Dóile yo muy rico don;
Vos traéis ciento de muía, Al que fallaban dineros
Yo trescientos de á caballo. — También se los presto yo :
Ellos en aquesto estando, Cada dia que amanece ,
Los frailes que han allegado : Por mí hacen oración ;
No la hacían por el Rey,
— ¡ Tale, tate, caballeros! Que no la merece , non ;
¡ Tate, tate, fijosdalgo! El les puso muchos pechos,
¡ Cuan mal cumplistes las treguas Y quitáraselos yo.
Que nos habíades mandado l —
Allí hablara el buen Rey : (Cancionero de Romances.)
— Yo las cumpliré de grado. — i Pueden aplicarse á este romance, continuación del mío n
Pero respondiera el Conde : cede, las observaciones allí hechas. La nota que en el Romn»
— Yo de pies puesto en el campo. — ro Castellano del señor Dcpping se le pone, 'debió hacerse w«
•Cuando vido aquesto el Rey, otro, pues la composición no es de Sepúlveda, ni a ella 1P M!?
No quiso pasar el vado; vienen sus observaciones. Sin duda este error procede dp iiñ
descuido en la colocación de la nota, que debió quizá nono™
Vuélvese para sus tierras; en el que en dicho Romancero le sigue, y empieza • Eirní'nS
m
Malamente va enojado. Sancho Ordoñes. »"
Grandes bascas va haciendo, 2 Estos dos versos son todavía proverbiales.
Reciamente va jurando
Que había de matar al Conde
Y destruir su condado..
Mandó pues llamar á cortes; - 705.
Por los grandes ha enviado : PRESO FERNÁN GONZÁLEZ POR SANCHO I D E LEÓN, SU E S -
Todos ellos son venidos, POSA DOÑA SANCHA L E LIBERTA , QUEDANDO ELLA EN LA
Y solo el Conde ha faltado. PRISIÓN.
Mensajero se le hace (De Lorenzo de Sepúlveda.)
A que cumpla su mandado : El rey Don Sancho Ordoñez,
El mensajero que fué Que en León tiene el reinado,
D'esta suerte le ha hablado. Preso ha á Fernán González *,
(Cancionero de romances.) El buen conde castellano.
i El vigoroso y conciso estilo de este romance manifiesta un En una torre fué puesto
pensamiento espontáneo, expresado sin pauta ni traba de otro Con cadenas, á recado,
texto. Su rudeza y falta de arte, asi como también su ejecu- Que con el Rey no aprovecha
ción, indican que pertenece primitivamente á una época remota, Cosa que le han suplicado
si bien ha llegado á nosotros con algunas, pero pocas, relormas Para que suelten al Conde
dé lenguaje hechas con posterioridad á su primera redacción. De donde está encarcelado.
La Condesa que lo supo
A León había llegado,
704. ;,,' Besó las manos al Rey,
SANCHO I DE LEÓN REQUIERE Á FERNÁN GONZÁLEZ,
Con él está razonando :
QUE COMO FEUDATARIO ASISTA Á LAS CORTES.
— Suplicóos, el Rey mi tio,
Que pues no habéis soltado
1
(Anónimo .) A ese Conde mi marido,
— Buen conde Fernán González, Que sea de mí visitado,
El Rey envía por vos, Que yo voy en romería
Que váyades á las cortes A la casa de Santiago,
Que se hacían en León; Y quiero hablar con él
Que si vos allá vais, Conde, Para lo hacer consolado:
Daros han buen galardón, Serále muy gran consuelo,
Daros ha á Palenzuela Según está fatigado. —
Y á Palencia la mayor; El Rey con alegre cara
Daros ha á las nueve villas, Lo que pidió le ha otorgado.
Con ellas á Carrion; La Condesa entrara dentro
Daros ha á Torquemada, Do está el Conde aprisionado,
La torre de Mormojon; Sin que ninguna persona
Daros ha á Tordesillas, Consigo hobiese llevado.
Y á Torre de Labaton, Vuelven á cerrar la puerta,
Y si mas quisierdes, Conde, Porque ansí estaba mandado.
Daros han á Carrion. El Conde cuando la vido
Buen Conde, si allá non ides, Gran consuelo había cobrado;
Daros os han por traidor. — Ambos hablan en secreto
Allí respondiera el Conde Y conciertan en celado.
Y dijera esta razón : Parecióle bien al Conde
2
— Mensajero eres, amigo , Lo que su mujer ha hablado;
Non mereces culpa, non, Y aquese concierto hecho,
Que yo no he miedo al Rey, Al portero habian llamado, .
Ni á cuantos con él son. El cual vino prestamente
Villas y castillos tengo, A escuras y sin cuidado.
Todos á mi mandar son, La Condesa le habló,
D'ellos me dejó mi padre, El Conde estuvo callado,
D'ellos me ganara yo : Con palabras que le dijo
Los que me dejó mi padre AI portero había engañado :
Poblélos de ricos hombres, La puerta le abriera luego,
Los que yo me hube ganado El Conde se ha trastocado.
Poblélos de labradores; Tornó á cerrar la puerta,
Quien no tenia mas que un buey, Gomo le estaba mandado.
Dábale otro, que eran dos; « La condesa Doña Sancha ¡
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 463
fr, la prisión ha quedado, Prendióle Don Sancho Ordoñeí,
^Condese fué á su gente, Porque está del airado.
romo le fuera avisado. En una torre en León
I os suyos cuando lo vieron Lo tiene á muy buen recaudo.
rían placer habían tomado; Rogaban al Rey por él
Volvieron para Castilla Muchas personas de estado,
Do el Conde tiene su estado. Y también por él rogaba
PiRev, cuando hubo sabido Ese monje Don Pelayo :
Aquestoque ya es contado, Mas el Rey, con grande enojo,
Gran enojo ha recibido _ Nunca ha querido soltallo.
Porque ansí fuera engañado. Sabiéndolo la Condesa,
La manera que se tuvo Determina de librallo :
Para poder ser librado, Cabalgando en una muía,
Pues con el Rey no aprovecha Como siempre lo habia usado,
Lo aue tanto le han rogado, Consigo lleva dos dueñas,
Fué que con varonil esfuerzo Dos escuderos ancianos.
La Condesa habia hablado : Y llevan en su reguarda
_. Quitaos, Conde, esas ropas, Los trescientos hijosdalgo
Las mías habréis tomado, Armados de todas armas,
Y allá á la media noche Cada cual en buen caballo.
Estará mas descuidado Todos llevan hecho voto
Este portero que os guarda, De morir en demandado,
Y en ello no habrá mirado: Y de no volver á Burgos
Abiertas que sean las puertas, Hasta morir ó librallo.
Saldréis muy disimulado; Caminan para León
Vos le haréis entender Contino por despoblado:
Que el viaje comenzado Muy cerca de la ciudad
Que lo queréis acabar En un monte se han entrado.
Y llegará Santiago, La Condesa, como sabia,
Y encaminándolo Dios, Mandó ensillar un caballo,
1
Buen Conde, seréis librado : Y mandóle á un escudero
Iréis para vuestra gente, Que al Conde quede aguardando,
Que fuera os está aguardando. Para que en siendo salido ¿
Volveros heis á Castilla, Se lo dé, y se ponga en salvo.
Do tenéis vuestro condado; La Condesa con las dueñas
Yo quedaré en la prisión, En la ciudad se ha entrado :
D'ella seréis vos librado. — Tal como viene de camino
De qu'aquesto supo el Rey , Vase derecho á palacio.
Mostróse muy aplacado; Así como el Rey la vido,
Fué donde está la Condesa , A ella se ha levantado.
D'esta manera le ha hablado : — ¿Adonde bueno, Condesa?
— Condesa, vos me engañastes, — Señor, voy á Santiago,
De vos he sido burlado; Y víneme por aquí
Mas tuvisteis gran razón , Para besaros la mano.
Como mujer de alto estado, Suplicóos me deis licencia
En librar vuestro marido Que pueda al Conde hablarlo.
Como vos lo habéis librado. — Pláceme, dijera el Rey,
Mientras que durare el mundo Pláceme de muy buen grado. —
En vos tomarán dechado Llévanla luego á la torre A
Las mujeres que vivieren Do está el Conde aprisionado :
De pequeño y grande grado. — Por amor de la Condesa
Respondióle la Condesa : Las prisiones le han quitado.
— Señor, n'os haya pesado Pasada la media noche,
Delibrar á mi marido, La Condesa le ha hablado :
Que yo lo hube ordenado, Levantaos luego, señor,
Que por librar tal persona No es líempo de estar echado
A mas qu'esto era obligado. — Vestios estas mis ropas,
ti Rey la recibió bien, Tocaros heis mi tocado,
"e la prisión la ha sacado, Y junto con esas dueñas
Mvióla honradamente : Os salid acompañado,
A Castilla la ha enviado; Y en saliendo, que salgáis,
Muy honradamente va, Hallaréis vuestro caballo,
wmo conviene á su estado, Y iros heis para el monte,
gallo allá á su marido, Do está la gente aguardando,
Mr ella muy deseado; Que yo me quedaré aquí
^on gran placer se reciben, Hasta ver vuestro mandado. -
«ue amóos se han mucho amado. Al Conde le pareció
^ ( SEPÚMEDA , Romances nuevamente sacado), etc.) Qu'era bien aconsejado.
s S e e s t e C o n ( i e el
Vístese las ropas d'ella;
°fpresa i K j
61 T ser preso siempre por
r s u Largas tocas se ha tocado.
W« se B . W P° esposa. Hé aquí la segunda vez Las dueñas son avisadas ,
«¡Pite lo mismo. (Véase la nota del número 706.) A las guardas han llamado;
Las guardas están prestas,
706. Quitan de presto el candado,;
Salen las dueñas, y el Conde;
AL MISMO ASDNTO. Nadie no las ha mirado.
D (Anónimo' .) 1
Dijo una dueña, á las guardas
ElKl S O e s t
l F e r n a f l
«onzalez, Que la andaban rodeando :
u
buen conde castellano; — Por tener larga jornada
T. X , 30
466
ROMANCERO GENERAL.
Hemos madrugado tanto.— Nombrado Fernán González
Y así se partieron d'ellas Con Almanzor, rey pagano.
Sin sospecha ni cuidado. Tres días ha que pelean
Luego que fuera salieron, Con sus gentes en el campo;
Hallo el Conde su caballo, Muchos matan de los moros
El cual tomó su camino Aquesos pocos cristianos.
Para el monte señalado. Los moros, como son muchos
Las dueñas y el escudero Al Conde tienen cercado; '
Hasta el dia han aguardado : El Conde con gran dolor
Subídose han á la torre A Dios estaba llamando,
Do la Condesa ha quedado. Los ojos altos al cielo,
Los guardas, como las vieron, Estas palabras hablando:
Mucho se han maravillado. '— ¡ Oh Señor de cielo y tierral
— Deci, ¿ á qué volvéis, señoras 1 A vos estoy yo clamando,
¿Háse acá algo olvidado? Ruégovos no consintáis
— Abri, veréis lo que queda, Que se pierda este condado,
Porque llevemos recaudo. — Que vos me disteis en guarda
Como los guardas abrieron, Libraldo con vuestra mano,
A la Condesa han hallado. Que si Castilla se pierde
—Id, decid al señor Rey, Morir quiero, y no ser salvo.
Que aquí estoy á su mandado, Entraré por la batalla,
Que haga en mí la injuria, Moriré como esforzado,
Que él Conde está ya librado. Que ñon quiero yo vivir
Como aquesto supo el Rey, Por ser tan crecido el daño.
Hallóse muy espantado : Si los moros no me matan,
Tuvo en mucho á la Condesa Matarme he yo con mi mano;
Saber hacer tal engaño; Dadme vos, Señor, ventura
Luego la mandó sacar, De vencer la lid, entrando.
Pues que vos me prometisteis
Y dalle todo recaudo, Que de vos sería ayudado,
Enviándosela al Conde : Cumplidme vuestra promesa,
Muchos la han acompañado. Cual yo cumplí el vuestro mando.
El Conde, desque la vido, ¡Oh Señor! non fallezcáis
Holgóse en extremo grado, A aqueste vuestro vasallo,
Y envió á decir al Rey, , Que si pecados yo hice,
Que pues tan mal lo ha mirado *,
Que le mandase pagar Y de mí sois despagado,
Lo del azor y el caballo, Librad esta tierra vos,
Si no que lo pediría Y de mí os haced vengado,
Con el espada en la mano. Que yo quiero ser el muerto,
Todo por el Rey sabido, No muera tanto cristiano. —
Y su consejo tomado, Diciendo aquestas razones,
Sumaba tanto la paga, Firiendo iba y matando;
Que no pudo numerallo. El campo deja cubierto
Así que, todo bien visto, De los moros que ha matado.
Fué por el Rey acordado Una voz oyó del cielo :
De le soltar el tributo Por su nombre lo ha llamado;
Qu'el Conde le era obligado Dijote : — Fernán González,
Lo Cual, por el Conde oido, Gran ayuda es de tu bando;
Con gran placer lo ha otorgado; Acorro te viene grande,
Y asi, de aquesta manera Dios del cielo lo ha enviado.
A Castilla ha libertado. Alzara el Conde los ojos
(Cancionero de romances, edición de 1570.— It. Por ver quien lo habia llamado;
TIMONEDA, Rosa española. — It. WOLF, Rosa Vido á Santiago, el Apóstol,
de romances.) Que junto á él ha llegado;
Gran gente de caballeros
* Este romance es uno de los reimpresos por el seüor Wolf, Lo vienen acompañando,
de la Rosa española de Timoneda, cuyo texto adopta, sacando
empero las variantes que tiene el del Cancionero de romanees Ricas armas traen vestidas,
de 1370. No insertando nosotros estas, hemos preferido la Cruces grandes en su lado.
lección del segundo texto por parecemos mas genuina res- Las haces tienen paradas
pecto al romance popular, el cual sin duda trató de enmendar Contra Almanzor y su bando.
timoneda, resultando de esto las variantes que se notan. Debe Almanzor con los sus moros
ademas advertirse que la prisión de que habla este romance De lo ver se han espantado;
no es la misma que aquella de que trata el del numero 700
En el numero 700 se trata de la que sufrió en Navarra, por Dijeron : — ¿ Dó vino al Conde
orden del rey Don García• y en el que ahora insertamos, v el Esta gente que ha llegado,
que le precede, es Don Sancho I de León el que le tiene apri-
v
Cuando ya estaban vencidos
sionado. E l , y todos los cristianos? —
s Aquí la expresión de haberlo mal mirado, no se refiere al El Conde y sus caballeros
hecho de haber devuelto el Rey la Condesa á su esposo el Con- Gran esfuerzo habían tomado :
de, sino al atropello que este cometió, prendiéndole contra el Fieren de recio en los moros,
seguro que le había dado para que se presentase en la corte. Del campo los han lanzado;
Tantos quedan d'ellos muertos,
Que queda cubierto el campo .
707. Siguiéronlos hasta Almansa,
ÍEBNAS GONZÁLEZ, CON AYUDA DEL APÓSTOL SANTIAGO,
Donde se acabó el estrago. fe)

VENCE EN BATALLA Á LOS MOROS. (SERVIDA, Romance, tmmmmU *»»>


(fie Lorenzo de Sepúlveia.)
En muy sangrienta batalla
Ancla el conde castellano
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 467
708. 709.
„ o«ODIGIOSO ACAECIDO A L PRINCIPIAR LA BATALLA AL MISMO ASUNTO.
u
C A S 0 P» ,
E GONZÁLEZ GANÓ A LOS MOROS.
F E R P A N
1

(Anónimo \) (De Juan de la Cueva .)


El Conde Fernán González, Jurado tiene á Mahoma
Oue tiene en Burgos su campo, El fiero moro Almanzor,
Con los nobles de Castilla Que ha de entrarse por Castilla
Va contra Almanzor marchando, Y verse d'ella señor
y en las riberas de Arlanza, A pesar de los cristianos,
A vista de los contrarios, Y de su gran defensor
Ordenó el Conde los suyos, El conde Fernán González,
Menos, y mas esforzados; Vitorioso guerreador.
Mas la fuerza del vencer, Para esto se apercibe,
Recibe maduros casos, Y viene lleno de ardor,
Del gobierno el capitán, Y entra en Castilla mostrando
Del capitán los soldados. Su potencia y su valor,
Antes de la escaramuza El soberbio y fiero intento
Contra el sarraceno bando, De su bárbaro furor,
Solo un castellano, solo, Destruyendo á fuego y sangre,
Picó atrevido un caballo, Sin respeto ni temor,
Cuanto cogia delante,
Y apenas de las dos huestes Juzgándose vencedor,
Al medio llegaba, cuando Dando con horribles muertes,
Súbito se abrió la tierra A todos, crudo terror.
Hasta su centro mas bajo, Al conde Fernán González,
Y en sus entrañas envuelto Llegó el mísero clamor
El mísero, y sepultado De los tristes oprimidos;
Cerró la tierra, y dejó Y movido á ira y dolor
Nuevo cuento al mundo vario. Se pone luego en camino,
Del nunca visto suceso Y á resistirlo salió
Temerosos y espantados, Con la mas gente que pudo,
Dejaban el campo libre Y aderezada mejor.
Y vitorioso al pagano; Pónese á vista del moro,
Mas el valeroso Conde, Y el moro lo recibió
Con grave y feroz aplauso, Con levantada algazara,
Levantó en medio de todos Con gran grita y gran rumor.
La espada, la voz y el brazo: Preséntale la batalla,
— ¡ Oh misfidalgosde Burgos! Y el Conde se la acetó :
Arredraos, castellanos, Pone su gente en concierto,
Non volvades las espaldas, Y adereza su escuadrón,
Que non serédes fidalgos, Y estándolo aderezando
Ni enlodéis en solo un dia, Un caso le sucedió,
Por un pavorido espanto, Que visto de entrambos campos,
Las fazañas que conmigo A todos puso temor;
Hobistes en luengos años. ' Y fué, que estando en el punto
Parad mientes en mis voces, De arremeter á Almanzor,
Dejad solaces humanos, Un caballero del Conde,
Que asaz en breve fallecen, Entendiendo ser razón,
La fama non, non, notaldo. Arremetió su caballo,
Yo no me muestro afligido, Y al punto que arremetió
¿Para qué temedes tanto? Dividiéndose la tierra
Que aunque no venides muchos, En su seno le escondió,
Sois pocos, y bien guisados. Sin que pareciese mas;
Si uno se tragó la tierra Luego á juntarse volvió.
En su asiento firme y ancho, Viendo aquesto unos y otros
Solo un home de nosotros Les altero y causó horror,
Mal podrá sustentar tantos. Y mas á los castellanos;
Aquel estaba de mas, Mas el Conde que los vio
Nosotros asaz sobramos : Que á desmayar comenzaban,
Acometed de consuno, Así en alta voz habló :
«on estedes empachados, —¿Amigos mios, qué es esto?
We vos afirmo que basta, ¿ Qué os quita vuestro valor ?
» Por mi sentido fablo, ¡De ver que á Pero González
wmtra mil forzados moros La tierra así lo tragó
Un corazón castellano, Os acobarda á vosotros!
mchad, pinchad los trotones ¿En qué fundáis tal error?
«onfuyades, mis fidalgos, ¿No entendéis qu'este es prodigio
Que facer alevosía
le de
Que nuestro Dios envió
í £ ¡ ? . buenos vasallos.— . Para darnos á entender
fisto dice, y arremeten Que el moro competidor
wm tal furia á los contrarios, No nos podrá resistir
«lie de innumerables moros Ni aguardar nuestro furor?
uncieron la hueste y campo. Pues no nos sufre la tierra,
. (Romancero general.) Menos lo hará Almanzor;
ot a nV r <1 e st
Aunque trae para un cristiano
Íl » "mana n?™ ,, ^ . ? ^adición tendría preséntela
UJ P n b u i r a l a n u e s t r a Cien moros, así es mejor;
semejantes.' sucesos milagrosos Que á mas moros mas ganancia,
Para el campo vencedor.
¿68 ROMANCERO GENERAL.
¡.Ea, leones de España, Y de ambos campos á vista '
En quien no cupo temor! Hombre y caballo abscondió.
Seguidme todos : á ellos, De admiración cosa digna;
A ellos, que pocos son. Que el fogoso boquerón
¡ Ea , hijos, ea, amigos, De Roma, con tanta prisa ,
Invocad vuestro patrón! No tragó al armado Curcio
¡Santiago, Santiago, á ellos ! Ni se cerró mas aina.
¡Santiago, ayúdanos!— Los castellanos al verlo
Esto diciendo, se arroja Un tanto se atemorizan,
En el contrario escuadrón : Y con ánimos suspensos
Síguenle los caballeros De nuevo se comunican
Con no menos corazón ; Si el dar á Almanzor batalla
Trábase de entrambas partes Era cosa que cumplía.
Una sangrienta quistion, Mas el valeroso Conde
Mezclados unos y otros Viendo la gente remisa,
En saña, en ira y ardor. Y que el temor de uno en otro
Los cristianos animosos Por puntos se multiplica,
Usando de su valor, Antes que el campo cundiese
Deshacían la potencia Aquella peste nociva,
Del bárbaro guerreador, Salta en un rucio caballo,
Matándole tantos moros, Y por todo discurría, *
Que como apocar los vio, Diciendo :— Quien dar quisiere
Se comenzó á retirar, A la fama que del diga
Y el Conde, que lo entendió, Mientras el mundo durare,
Apretóle con mas fuerza, Su suerte y mis pasos siga;
Con mas coraje y furor. Y el que á aquesto no aspirare
Que le forzó á que volviese Póngase luego en huida, ,
Huyendo, el rey Almanzor, Que quiero saber de quién
Dejando cubierto el campo Se puede fiar Castilla,
De muertos, y rojo humor, Y entre pocos y animosos
De los suyos, y esto hecho, Partir esta presa rica,
El valeroso español, Que aquestos hacen la guerra,
Volvió rico y vitorioso No la canalla infinita.
Del bárbaro, vencedor. Llévense solos la.gloria
De la victoria adquirida :
(COEVA, Coro Febeo, etcO
No entre á la parte el cobarde
' En este romance, y el que le signe, puede verse cómo se
Pues ninguna le es debida.—
desviaban los poetas de las últimas décadas del siglo xvi, del
Calóse de la celada
tono sencillo, aunque rudo, de los romances viejos, desllgu-
Con esto el Conde la vista,
rándolos con estilo hinchado, aunque coordinando mejorías
ideas y pensamientos. Y al caballo pone piernas
Blandiendo una lanza lisa,
A cuya voz, y á la seña
710. De la última arremetida,
AL MISMO ASUNTO. Parte la gente exhortada,
Y tal fué la arremetida
(De Grabiel Lobo Laso de la Vega *.) Que con victoriosas diestras
Contra las copiosas haces, Triunfó de Almanzor Castilla. .
Que las banderas moriscas (LOBO LASO BE LA VEGA, Romancero y tragedia»
Siguen del rey Almanzor,
Fernán González camina, V Véase la nota del anterior, advirtiendo que el autor de este
A quien hizo su valor romance es mas correcto j menos pedante que Juan de la Cueva
Conde y señor de Castilla. * Véase el romance num 695.
Limitadas fuerzas trae
Con las que Almanzor traía,
Con que á darle la batalla 711.
El Conde se determina,
Fiado en lo que le dijo MIENTRAS FERNÁN ANTOLINEZ ESTÁ OYENDO MISAS, UN ÁN-
El santo monje en la ermita*, GEL TOMANDO SU FIGURA PELEA EN LA BATALLA, SAL-
Aunque esta resolución VANDO ASÍ E L HONOR D E L DEVOTO CABALLERO.
Fué de algunos defendida, (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Contra lo cual el buen Conde Sant Estévan de Gormaz,
Su gente exhorta y anima. Fuerte eres y torreado,
Mas haciendo un caballero Ganarate de los moros
Tanto caso de la vida, El buen conde castellano
Del cual, por ser español, Nombrado Garci Fernandez,
El nombre no es bien se diga; El valiente y esforzado.
Que olvidado del honor, Batalla tiene aplazada
Y penpndo conseguirla, Con esos moros paganos :
Teniendo de los cristianos Antes de salir á ella
Aquel por último dia; Oyen misa los cristianos.
Cuyo moderado campo, En la compañía del Conde
No otra cosa prometía : Estaba un hidalgo honrado,
Guiando al de los contrarios, Fernán Antolinez le llaman,
Del cristiano se salia, De Dios es muy abogado,
El caballo fatigando El cual tiene por costumbre,
Porque nadie se lo impida „ En devoción inflamado,
Que con presurosos pies, De oir todas las misas
El fijo suelo batia, Que se dicen en sagrado,
Ka el qual se abrió una boca, Y no salir de la iglesia -
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 469
Hasta se haber acabado. Como á persona estimada.
El Conde, que oyó una misa, Un azor el Conde lleva
Luego se saliera al campo : Que de muda lo sacaba,
Al vado del Cascajal Y un caballo muy hermoso,
Los moros pierden el campo. Que al moro Almanzor ganara.
Su escudero de Anlolinez D'ello se pagaba el Rey,
De su amo ha murmurado, Al Conde lo demandaba;
Diciendo qu'él con cobardía El Conde lo da de balde,
No osa salir al campo, No el Rey lo quiere sin paga.
Y que no era devoción Gran haber por ello ofrece
La que muestra y ha mostrado. Si el Conde se lo liaba :
Mas viendo su corazón, Pusieron entre sí el plazo
Dios por él hizo milagro : En que el Rey haria la paga,
Por quitarlo de vergüenza, Y si al plazo no pagase
Nunca menos fuera echado. La moneda se doblaba.
Peleó valientemente, Acabadas ya las cortes,
En los moros hizo estrago El buen Conde se tornaba.
Un hombre, que á el parecía Siete años son pasados
En las armas y caballo, Que el rey Don Sancho reinaba;
Y al moro, que trae la seña, Cartas enviara al Conde
Muerto le habie y derribado. En que en ellas le mandaba
En todos los caballeros Que ¿por qué venir á cortes
Ninguno es mas señalado ; Tanto tiempo dilataba ?
De su bondad hablan todos, Que si venir no quena
De todos era estimado; Y á obedescer se negaba,
Con la sangre de los moros Que dejase su condado,
El campo deja bañado. Y que luego del se salga.
Acabadas son las misas, El Conde que oyó el mensaje
Vencidos son los paganos; Cumplió luego la embajada.
Metídose está en la iglesia Llegado era ya á León,
Antolin, de avergonzado, Adonde Don Sancho estaba ;
Porque todos le tendrían Ante el Rey se hincó de hinojos,
Por cobarde acobardado. Las manos le demandaba ;
Dios, que vio su voluntad, El Rey no las quiso dar,
De vergüenza lo ha librado. Lejos de sí lo arredraba,
En su pespunte y loriga , Diciendo: — Quitádvos, Conde,
De que su cuerpo era armado, Que no quiero vuestra fabla,
Y el caballo en que cabalga Porque estáis vos muy lozano
Las heridas se han mostrado, Por yencer tantas batallas.
Que dieran al que por él Dos años ha que á mis cortes
fia andado peleando. No vais, aunque os llamaba :
Por él preguntaba el Conde, Con mi condado os alzasteis,
Todos lo andan buscando; Que yo á vos lo diera en guarda ,
En el campo no parece, Otros tuertos me fecisleis
En la iglesia fuera hallado. De que yo agora habré paga.—
El Conde que hobo sabido, El Conde dijo : — Señor,
Todo lo que ha pasado, Con la tierra no me alzaba,
Alabara á Dios del cielo, Ni vengo de tal lugar-,
Loores le estaba dando : Ni linaje que lo obrara,
Porque enviara su ángel Que en lealtad y mañas buenas
A lidiar por su abogado. Por muy bueno me contaba,
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados etc.) Y por tan buen caballero
Como el mejor que se halla.
Otra vez vine á León
Do la vuestra corte estaba,
712. Y de vuestros leoneses
?L CABALLO Y E L AZOR, Y LIBERTAD D E L FEUDO Gran deshonra yo cobraba,
DE CASTILLA , POR FERNÁN GONZÁLEZ. Y esta fué la causa, el Rey,
(Anónimo.) Que á ellas no continuaba;
En los reinos de León Y si me alzo con la tierra
Don Sancho el Gordo reinaba : Yo tengo razón y causa,
Ca me tenedes robado
Al conde Fernán González Gran haber y gran ganancia.
Mensajeros le enviaba Tres años ha lo debéis,
Que luego venga á sus cortes, Y á mí no se me pagaba :
«¡leen León las celebraba. Dadme, Rey, vos, dadores
m Conde cumpliera luego Que á mí me será pagada;
L? qu.e el Rey ansí mandaba, Yo dárvoslos he también
JJiciendo : — Gran Rey del cielo, De pagar si en algo erraba. —
•>ran Señor, á tí rogaba El Rey recibiera enojo
Wue me quieras ayudar, D'esto qu'el Conde hablaba;
« el favor te demandaba Echóle en fuertes prisiones,
"e que saques á Castilla Mas su mujer lo sacaba.
•» la gran premia en que estaba, El Conde sacó sus gentes,
¿queenelkvotronomande,
)n
La tierra del Rey estraga,
° o P , que la amparaba.—
1
Prendiérale muchos hombres
J Rey que supo que el Conde Muchos ganados llevaba :
A sus cortes ya llegaba, Hasta que le dé su haber
Salieralo á recebir Mal al Rey amenazaba.
470 ROMANCERO GENERAL/
El Rey dio de sus haberes, Con su padre la revuelve,
Y á un hombre le mandaba No puede sufrir tal vida.
Que luego le pague al Conde Ruscando andaba algún modo
Lo que á pagar se obligara : Cómo huya tal fatiga.
El hombre fué para el Conde , Habló con una doncella,
Y el haber luego le daba ; Y en secreto la decia :
Pero no basta á pagallo — Amiga, sepas que yo
Porque muy mucho sumaba. Sufrir esto no podía :
El Rey de muy congojado ¿Has visto tú ya los pobres,
Con los suyos acordaba Que dan ración cada día
Que libre le dé el condado A la puerta de mi padre?
Si el haber le perdonaba. Pues mira con maestría
El Conde lo hubo por bien Si hay en ellos hijodalgo,
Porque mucho le pesaba Que allí la limosna pida,
De besar mano á ninguno, Que sea fermoso, apuesto,
Y á Dios muchas gracias daba Y á mí lo trae; que cumplía,
Por sacar de subjecion Porque quiero hablar con él,
De León, á Castilla honrada. , Que mucho á mi convenía.—
La doncella, qu'es discreta,
( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc.
Por la obra lo ponia :
Fuese un día do los pobres
Recebian la comida,
713. Y entre ellos vio estar al Conde
CARCI-FERNANDEZ VENGA EL ADULTERIO DE SU PRIMERA Al buen conde de Castilla,
MUJER. Que está pobre y mal vestido;
1
Mas muy bien le parecía.
{Anónimo .) Vido que era muy hermoso,
Castilla estaba muy triste, Grande, apuesto en demasía,
Crecidos llantos hacia Viole las manos hermosas,
Porque es muerto Hernán González Qu'el buen Conde descubría.
El que bien la defendía. Cuidaba en su corazón,
Su hijo hobo su estado, Qu'era hombre de valía :
Ese conde Don García, Apartáralode todos,
Fernandez por sobrenombre, Y conjurádolo habia
¡Bien al padre parecía! Que dijese si era hidalgo,
Gran caballero es de cuerpo, Que d'ello gran bien ternia.
Cuerdo, apuesto á maravilla; Dijo el Conde que lo era,
Las manos ha como nieve Más que el señor que tenia.
Cuando del cielo caia ; La doncella paró mientes
Cubiertas las trae con lúas A esto que respondía :
Porque amor nadie le pida. —Aguárdame aquí, señor,
En Francia casó el buen Conde Yo verné por vos aína.—
Con esa Doña Argentina, Fuese para su señora;
Que pasaba por su tierra Lo pasado le decia.
A Santiago en romería. Por mando de Doña Sancha
Seis años vivió con ella, Vino autella Don García;
No hubieron fijo ni fija : Ella le dijera al Conde :
El Conde está muy doliente, —Yo os ruego por cortesía
Temió de perderla vida. Me digáis por cuál razón
La Condesa como mala Vos sois de mas hidalgía,
Muy gran traición le hacia : Que no el señor d'esta tierra,
Fuese á Francia con un conde Que yo por padre tenia.—
Que á visitarla venía. Respondió el Conde diciendo :
El conde Garci Fernandez —En vuestro poder yacía,
Gran enojo recebia, En vuestra mano es mi muerte,
Y sano de su dolencia Dármela podéis, ó vida.
A los suyos les desia Si queréis saber de mí,
Que por cumplir la promesa A vos me descubriría;
Que por su salud hacia, Prometedme en puridad
Se iba á Rocamador Que de vos no se sabría.—
Con dones en romería. Jurábale Doña Sancha,
Metióse por el camino, Que no lo descubriría.
Un escudero en su guia; El Conde dijo ¡—Señora,
Ambos van desconocidos, Verdad digo y no mentira,
Pobres vestidos vestían : Yo soy Don Garci Fernandez,
Llegados son donde estaban Ese conde de Castilla :
Los que han hecho alevosía. Vuestro padre que aquí esta
El Conde Garci Fernandez A mi gran maldad hacia :
Con gran prudencia inquiría Trujérame mi mujer
. Toda la vida del Conde, Con quien casado yo habia :
Y supo que habia una hija, Aquí la tiene consigo,
Que se nombra Doña Sancha, Gran pesar á mí venía,
Muy hermosa en demasía. Y con crecida vergüenza
Garci Fernandez, discreto, Prometido yo tenia
Cuidó que le convenía De no volver á mi tierra
Conversar luego con ella Hasta quitarles la vida;
De cualquier manera ó guisa. Y por cumplir mi promesa
Muy mal quiere Dbña Sancha Este mal traje traia,
A aquesa Dotía Argentina; Porque á mí nadie conozca
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 471
Ni mi venganza se impida.— 714.
A Doña Sancha le plugo LA CONDESA DE CASTILLA INTENTA ENVENENAR Á SU HIJO
De lo qu'el Conde decía, SANCHO GARCÍA.
Porque hallaba camino
Oue gran bien se le seguía. (Anónimo'.)
Díiole al Conde :—Señor, Conde era de Castilla
Quien á vos os diese hoy día Don Sancho el muy esforzado :
Carrera para hacer Hijo es de Garcí Fernandez,
Lo que á mí dicho se había, Que antes del tuve el condado :
¿Que le daréis vos por ello, Nieto es de Fernán González, «*
O qué galardón habría ?— Que á Castilla ha libertado
Luego el Conde respondió : De los reyes de León,
—Con vos yo me casaría, De quien solia ser mandado.
Llevaríaos yo conmigo Viuda estaba la Condesa
A mi estado de Castilla : Madre del conde Don Sancho,
Seréis condesa y señora Quien por casar con un moro,
De la tierra que tenia. Gran traición había pensado :
Ella le dijo que cedo Matar al Conde su hijo,
Gran venganza tomaría. Con yerbas, tiene acordado.
Escondiéralo en secreto Y después de muerto el Conde,
Adonde entrambos dormían. Luego ella habría el condado;
Dende á la tercera noche Y siendo señora del
Doña Sancha usó maestría; Al moro sería entregado,
Al conde Garci Fernandez Y el moro sería señor
Un lorigon le ponia, De condado tan honrado. ;

Y un cuchillo en la su mano Tomó yerbas la Condesa;


Bajo el lecho lo metía Ya las está destemplando,
Do su padre y su mujer Para darlas á beber
Tenían la su dormida. A aqueste conde Don Sancho.
Mandóle que esté seguro, De las yerbas no podia
Y una cuerda al pié le asía Hacerse el Conde librado :
Porque cuando se durmiesen No quiso Dios se cumpliese
Los que tan mal le ofendían, Lo que ella tiene acordado,
Doña Sancha le tirase, Que una criada suya
Y saliendo Don García, A quien le fué revelado,
A mansalva y de seguro Descubrió todo el secreto,
A entrambos los mataría. Y al Conde hizo avisado.
Aqueste concierto fecho, Cuando vino la Condesa
El Conde con la su amiga A obrar tan gran pecado,
Echados son en la cama, Dio las yerbas á su hijo
Y debajo Don García. En el vino destemplado.
Luego se habían dormido; Rogaba al Conde bebiese
Doña Sancha que lo vía Del vino, que es afamado;
Tira luego de la cuerda, Mas él no lo quiso hacer, , »
El Conde presto salía : Y á su madre habia rogado
Degollólos á ambos juntos; Que d'ello" primero beba,
Ambas cabezas les quita. Y el hará luego su mando.
Con ellas y su mujer Rehúsalo la Condesa;
Para Casulla volvía. Su traición disimulando,
Después que fuera llegado Respondió no tener gana,
Sus gentes juntar hacia ; Que la sed se le ha quitado.
Contóles lo acaecido, " .ucho la importunó el Conde
Que cosa non fallecía. ello haga su grado,
Dijo el Conde á sus vasallos : Y que del vino bebiese
—Amigos, de aqueste dia La estaba importunando;
Soy yo el vuestro señor, Pero no aprovecha cosa,
Pues que vengado me había, Que siempre lo habia excusado.
Que estando tan deshonrado El Conde le hizo por fuerza
Vasallos no merecía.— Beber el vino herbolado :
Casóse con Doña Sancha», Luego que le hubo bebido
Alegre vida hacian; Muerta en el suelo ha quedado.
Naciera d'ellos Don Sancho De allí quedó en Castilla,
Que sucediera en Castilla. Y se habia acostumbrado,
(SEP-ÚLVEDA , Romances nuevamente tacados, etc.) Beber mujeres primero,
E r e romance e s
Y luego los allegados.
°iiia ilM flp,i L
eo
el h'jo de Fernán González. SI exa-
m e n t e la (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
sus fomí; „ composición, se verá cuánto dista
wl
een caswi J Pensamientos de los verdaderos romances de * Del asunto hizo Cienfuegos su tragedia de Doña Sancha
«irvió de a<!!.«.„ »era pues creerse que la tradición que le de Castilla, en la cual respira el mas noble patriotismo, y está
PU(

íluego a d S i caballeresca, nacida en Francia, llena de lances y escenas muy interesantes y sublimes, que re-
p u r a m e n t e

lllmo
- Si adpml . os para aplicarla á un héroe caste- tratan el noble y altivo carácter castellano.
p o r n osotr

eon
We esd £examinamos el lenguaje, el giro y la manera (Véase la nota 2 del romance anterior.)
""huir a mPd¡,H„ ^ W esta historieta, creemos poderla
t u o S1 gl x v y s i a s í fu

1
Mra cosai mi» L • . ° > p
ese, Sepúlveda no y a c a s o ref
Elhech • " o™arla un tanto.
y el a 715.
S*>. hace 'SíSívi' , P «icidio provocado por esta Doña
e y m el p a p e l ue
S 1»e'siwe f f l ! " ,
8U
1 «presenta en el ro-
e el a v e ue
AL MISMO ASUNTO.
b } Prooio h'ün n l
e u hlJ0 D o n
1 "o escrupuliza envenc-
Sanc (De Juan de la Cueva.)
' " moro ° h o , por entregarse á los amores Al conde Sancho Fernandez
Su madre le arma traición,, -
472 ROMANCERO GENERAL.
Y le procura la muerte, Contra tal disolución
Contra fe, ley y razón, En la furia de su fuego,
Por casarse con un moro, Y en querer su destruicion;
A quien le tomó afición. Para lo cual ha ordenado
De cuyo amor ciega y presa, El tiempo y disposición,
Sujeta á su indiscreción Y hame dado el cargo á mí
A su inmoderada furia, De administrar su traición,
A su sensual pasión, Mezclándose con el vino
Sin poner nada delante Una mortal confección,
Y pw cumplir su intención, Y hoy te la da en la comida,
Le mandó á Castilla en dote, Y esto es lo que ordenó:
Y el condado de Aragón. Por eso, busca remedio
Resoluto en este intento Sin decir quien te avisó.—
Su obstinado corazón, Dijo el ama : El Conde queda
Andaba inquiriendo medios, Alterado, sin color;
Solicitando ocasión Por una parte dudoso,
De dar la muerte á su hijo, Y por otra con temor;
Y alcanzar su pretensión; Entre miedo y entre duda,
Y para que venga á efecto, Aquesto le respondió;
Tal remedio apercibió : — Ya que has querido avisarme
Que al vino mezclen veneno, Movida de compasión,
Y aquesto comunicó De la crueldad de mi madre,
Con una criada suya, Y su injusta indinacion,
Que para el hecho eligió, Por lo cual, yo te prometo
Por mas sagaz y fiel El debido galardón,
Para tal conjuración. Que corresponda á tal hecho,
La criada, habiendo oido Con tal remuneración :
Tan gran determinación, Mas quiero que en este caso
Tan horrible y fiero intento, En que el cielo te inspiró,
Temió la administración; Sigas con el orden mió,
Y así, temiendo y dudando, El que mi madre te dio,
Puesta en grave confusión, Y así mezcles el veneno
Andaba fuera de sí Del modo que te mandó,
En esta imaginación, Y me lo des que lo beba
Confiriendo y revolviendo En su mortal confección.—
Mil cosas, en tal sazón, Parte la criada al punto
Que todas le traen cuidosa En esta resolución;
Temiendo su perdición. Queda el Conde confiriendo
Viéndose,en aquesta duda, Solo, en su imaginación,
Y puestá(/ya en la ocasión, Qué modo seguirá en esto
Presente el horrible dia Que sea de mas honor :
Que para el hecho asignó Si dará muerte á su madre,
La cruel madre, contra el hijo, Sin descubrir la traición;
Contra humana condición; Si dará noticia d'ella
Fuese adonde estaba el Conde Pidiendo satisfacción.
Seguro de tal traición, Determinábase á uno;
Y llamándole en secreto, Volvía, y decia no,
De este modo le habló : Quizá me engaña esta dueña,
— Señor, en tí confiada, Y tal maldad levantó
Y en tu grande discreción, Por estar mal con mi madre,
Que tomarás mis razones Para que la vengue yo.
Cual es mi pura intención, En esto estaba ocupado,
Vengo á hacerte saber En tal duda y confusión,
Tu cercana perdición, Cuaudo se llegó la hora
Para que proveas remedio, Que la madre señaló,
Antes que agrave el dolor; Que era cuando subia Febo
Y es, que tu madre procura, Adonde cayó Faetón.
Movida de un ciego error, Llaman al Conde á comer,
De un vano y loco deseo, Cual solia á tal sazón;
De una indiscreta pasión, Siéntase luego á la mesa,
Por casarse con un moro Y su madre se asentó;
A quien sin seguir razón Sirvenles varios manjares
Ama disolutamente, De toda recreación;
Sin tener moderación, Alzan unos, tráenles otros
Ni mirar á su nobleza Diferentes en sabor :
Ni á tu nombre, ni á su honor, Gustan, aplacan la hambre
Que no emprenda tal hazaña, Arde el natural calor;
Contra sí, y nuestra nación ; Pide el Conde de beber,
Porque el corazón que ama Y la dueña que lo oyó,
Mal admite corrección, Trae el venenoso vaso,
Y á mujer determinada, Y dándosele, tosió,
Nada mueve su opinión : Acordándole que estaba
Así cualá esta tu madre, Allí la mortal poción :
Que sin mas contradicion, Tomólo el Conde en la mano,
Sin que la mueva consejo, Y á su madre así habló :
Ni la atraya persuasión, — Beba vuestra Señoría,
Que deje tan fiero intento Gustará el mejor sabor,
Y se someta á razón, Que jamas ha visto en vino,
La cual ni sigue ni admite Desde el dia en que nació.—
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 473
Oyendo la madre al hijo, D'ello mucho á mí ha pesado.
Riéndose respondió : — Nunca hice mal ninguno,
_ No quiero Deber agora Señora, Dios sea loado,
Hijo mió, bebed vos, Le respondió Don García,
Que cuando jo tenga gana Y armas me fuera excusado.—
Beberé, aunque vino , no.— Los malos ponen por obra
— Será muy mala crianza, La traición que han acordado,
El Conde le replicó, Fuéronse para la plaza,
Que beba primero el hijo, En ella arman un tablado;
Que su madre, y "no es razón : Debajo llevan las armas;
Y así la trabó del brazo Gran revuelta habian trabado
Y el vaso en poder le dio, Con los vasallos del Rey,
Diciéndole, que bebiese Sobre tirar al labiado ; !
Luego, sin mas dilación : Cerraron todas las puertas,
Y empuñándose á una daga, Que ninguna habian dejado;
Con ella le amenazó. Matan muchos caballeros
Temiendo al hijo, la madre De los buenos castellanos.
El mortal vaso Tjebió, El Infante que lo supo,
Con que se entregó á la muerte, A la gran grita ha llegado :
Que dar al hijo pensó. — Quedos estad, los traidores,
Dúdase en aqueste hecho No matedes mis criados.—
Si fué justo, ó sin razón; • Los condes fueron á él
Unos afirman que sí, Con los venablos alzados :
Otros defienden que no. Quisiéronlo allí matar,
Dan diversos pareceres, El Infante entró en sagrado
Y concluyen su quistion, En Santa María de Regla,
Que remitan la sentencia Mas allí lo habian cercado.
Al juicio del lector. Prendiéronlo dentro d'ella,
(COEVA, Coro febeo.) Llévanlo muy deshonrado
Ante el conde Don Rodrigo,
Pariente de los malvados.
— No me matedes vosotros,
716. El Infante habia hablado,
GARCÍA I DE CASTILLA , MCERTO Á TRAICIÓN POR LOS VELAS • Darvos he muy grandes bienes
En Castilla mi reinado.—
(Anónimo.) Gran duelo hobo del Don Ñuño,
Reinado era Castilla, A los condes ha rogado
Reinado, que no Condado : Que no maten al infante,
Don García fué el primero Mas ellos no lo han en grado,
Que por rey se ha coronado. Y la infanta Doña Sancha,
A Bermudo de León Que supo lo que es contado,
Su mensaje habia enviado, Fuese para allá corriendo;
Demandándole su hermana, Grandes voces iba dando':
Por con ella ser casado. — Al Infante no matedes
Don Bermudo hubo por bien Que vos será demandado,
De hacer lo que le es rogado. Pues que sois vasallos suyos
Concertaron que se hiciesen, Y obligados á amparallo.
Las bodas que han concertado A mí matad, que no á él,
En León, esa ciudad Y en él no pongáis la mano,
Cabeza que es del reinado. Pues contra vosotros, condes,
Llegados son á León En nada no es él culpado.—
Don García y su cuñado, El conde Fernán Flayno
Con Don Sancho de Navarra, A la Infanta habia llegado;
Que lo iba acompañando. Dióle muy gran bofetada,
Don García entra dentro, En sangre la habia bañado.
Los suyos deja en el campo. Gran pesar tomó el Infante;
Los hijos del conde Vela, De traidor lo está llamando;
Que de Castilla hopo echado Los condes como alevosos
Su padre de Don García, Grandes feridas le han dado;
Por maldad que habian obrado, Muerto cayera en el suelo.
Por vengar la su deshonra, El primer que le hobo dado
La gran traición han trazado Fué Ruy Vela, su padrino
De matar á Don García, Cuando fuera baptizado.
Aunque eran sus vasallos. La Infanta desque lo vido,
Disimulan la enemiga, Sobre el Infante se ha echado :
Al Rey besaban la mano; Tomóla Fernán Flayno,
El Rey los recibe bien, Como muy desmesurado;
Recibiólos como á hermanos; Dio con ella por el suelo
Tórnales toda la tierra,
Que su padre habia tomado. Y por una escala abajo.
Fuese á ver á Doña Sancha, Los malos con crueldad,
Que lo habia mucho en grado; Al Infante habian tomado,
Cobráranse gran amor. Dieron con él por el muro,
Ambos de sí se han pagado. Cayó do está su cuñado
Doña Sancha dijo : — Infante, Don Sancho, rey de Navarra,
No fuisteis bien consejado El cual muy bien lo ha vengado.
En no traer vuestras armas, ( SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc
Y venir bien á recado;
No sabéis quién mal os quiere, i Este García era hijo del conde de Castilla Sancho García.
•174 ROMANCERO GENERAL.
717. SIGUE LA ÉPOCA DE RERMUDO II, DE LEÓN.
t ' MUERTE DE LOS TRAIDORES V E L A S .

{Anónimo *.) 718.


Los hijos del conde Vela
ATAÚLFO, ARZOBISPO D E LEÓN, CALUMNIADO Y EXPUESTO Á
De traiciones han usado :
UN TORO POR ORDEN D E BERMUDO I I , SE LIBRA DE Él
Mataron con gran aleve HACIENDO UN MILAGRO *.
Al primer rey castellano.
Don García habia por nombre, (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Postrer conde muy lozano : En León reina Rermudo;
Matáronlo allí en León Hijo fué del rey Don Sanho;
Donde estuvo desposado A Ataúlfo, su arzobispo,
Con la infanta Doña Sancha. Con el Rey lo habían mezclado.
Don Ramiro, qu'es su hermano, Dijeron al Rey qu'es moro,
De León habia salido
Muy armado y á recado, Y que tiene concertado
Y puso cerco á Monzón, De entregarles á Galicia
Que de Castilla es reinado. Do él tiene el Obispado;
El alcaide que lo tiene, Creyó el Rey que era verdad,
Fernán Gutiérrez llamado, Aquesto que le han contado.
Dentro los ha recibido , Jueves era de la cena,
A su pesar, mal su grado. Quando el Rey le habia mandado
Cuando supo la traición, Que se venga para Oviedo,
Mucho se les humillando, Do el Rey lo está aguardando.
Convidólos á comer; El Arzobispo que supo
Muy bien los habia engañado. El mensaje que le es dado,
Escribió luego secreto Adereza su persona,
A ese buen rey Don Sancho Y á Oviedo habia llegado.
Que viniese á socorrerlo Fuérase á San Salvador,
Que lo tenian cercado Que es templo á Dios dedicado,
Los hijos del conde Vela, Por hacer la su oración
Esos traidores malvados. Y decir misa en sagrado.
Luego el buen rey de Navarra' Esos alcaldes del Rey,
Con sus dos hijos hermanos, Mucho lo han denostado,
Diciendo que antes debiera
Y mucha gente consigo, Ir al Rey, besar la mano,
En Monzón los han cercado. Que no entrar en la iglesia,
Prendieron á todos tres, Como habia entrado.
Vivos los habían quemado. Respondió el Arzobispo
Hernán Flayno, ese traidor,
Se les habia escapado : Que no habían bien hablado ,
Mudárase los vestidos, Que muy mas guiado era
Cabalgó sobre un caballo E l , y todo buen cristiano,
Sin llevar silla ni freno, Ver al que era Rey de todos,
Un capote cobijado, Que no al rey que era mundano.
La capilla en la cabeza, Mandó el Rey traer un toro;
En piernas iba el malvado. Esquivo era y muy bravo;
Entróse dentro en los monjes ; Meliéranlo en la plaza,
No se halla aunque es buscado. Que estaba ante el palacio :
El rey bueno de Navarra, Acosáronle muy recio;
Su hijo, habia casado Ensañado, está bramando,
Con la infanta Doña Sancha, Y que mate al Arzobispo
Con lá cual fué desposado Tenia determinado.
El otro infante García, Ya habia dicho misa
Que á traición habían matado, Aquese Arzobispo honrado;
Y la infanta Doña Sancha Saliérasé de la iglesia,
A su suegro así ha hablado : Do el toro está allegado.
— Buen Rey, si no me vengáis El toro cuando lo vido,
Del traidor Fernán Flayno, Arremetió denodado;
Que fué en matar al Infante, Llegándose cerca del
Que mucho á mi ha lastimado, Muy manso habia quedado.
Don García vuestro hijo El íe trabó de ambos cuernos;
Jamas me verá á su lado.— En las manos le han quedado.
El rey Don Sancho mandó El toro arremetió á aquellos
Que él monte sea cercado : Que del habian mal hablado;
Prendido lo habia en él Muchos d'ellos dejó muertos,
Al alevoso malvado. Huyendo se es ido al campo.
Trujáronlo do es la infanta, El Arzobispo bendito,
A ella lo han entregado, A la iglesia se ha tornado;
En ella puso los cuernos
Y fizo en él tal justicia En memoria de lo pasado;
Que lo mató por su mano. Loando está á Dios del cielo
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Por el milagro contado.
« Es de la misma clase y época de los de Sepúlveda. (SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, ete.)
< En este tiempo se suponen acaecidos loi nucesoí d«
Infantes de Lara.
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA.
719. 720.
.4 AL BJSMO ASUNTO. AL MISMO ASUNTO.
- [De Juan de la Cueva.) (Anónimo*.)
Del obispo Don Astolfo, Rey que á malsines escucha,
Obispo de Santiago, Que juzgue derecho dudo,
Estaba el rey Don Bermudez, Ca forzoso es faga fuerza,
Sin por qué, mal enojado, Quien no es en oir sesudo.
Movido de lisonjeros A los-prestes de Santiago,
Que al Obispo han levantado Oídos dio el rey Bermudo,
Mil criminosos insultos, Maguer tenían enemiga
Estando de todos salvo; Con su arzobispo Ataúlfo.
Por lo cual, el Rey se aira Cuatro d'ellos le profazan,
Y manda determinado En puridad por perjuro,
Que para Oviedo lo citen, Y le demuestran que quiebra
Donde tenia aparejado Lo que á Dios y á él es tenudo.
En medio de una gran plaza, Dicen que escarnir pretende .
Un toro, el mas fiero y bravo, Su creencia y sacro culto,
Qne para el horrible hecho, Y dar, culto moro, á moros,
Babia sido hallado. A Galicia, reino suyo.
Diéronle al Obispo aviso Tan alineado lo dicen,
Luego que á Oviedo ha llegado, Que creyéndolos Rermudo,
De lo qu'el Rey ordenaba , Un gran homecillo toma
Que vaya á dar su descargo, Al varón santo y seguro.
Quizá mudará opinión Fizóle encartar á Oviedo,
De la sentencia que ha dado. Y él vino como al Rey plugo,
Don Astolfo, oyendo aquesto, Ca non recela presencia
Respondió muy esforzado: De injusto Rey pecho justo.
—Iré á ver el Rey del cielo, Jueves era de la cena
Primero que al rey humano; Cuando llegando Ataúlfo,
Qu'es á quien debo servir, Después de haber celebrado
Y quien d'el me hará salvo, Ante el sagrado sepulcro,
Y me guardará justicia, Se fué al palacio de) Rey ,
Aunque él me tiene citado.— Que con ser disanto tuvo
Esto diciendo el Obispo Un toro feroz, que fizo
En la iglesia entró, y alzando Lidiar á canes, y al vulgo.
Las manos á un Crucifijo Al toro le manda echar
Dijo, ante él arrodillado : Cuando estaba mas sañudo,
—Señor, que en aquesta cruz Que es el poder provocado
Por mi culpa estéis clavado, Fuego que no se va en humo.
Las sacras carnes abiertas, Mas la hera mas piadosa
Clavado de pies y manos, Que el que comete el insulto,
. Pues vos sabéis mi inocencia, Se viene á él mas humilde,
Y que en nada soy en cargo Que el manso buey viene á el yugo.
De lo que me culpa el Rey, Echóle su bendición
Dios mió, haced un milagro Y luego las manos puso
De suerte que se conozca,. Sobre los cuernos, y en ellas
Y el mundo todo vea claro, Se le quedaron al punto.
Cuan fuera estoy de tal culpa, Viendo el Rey este milagro,
Y el Rey cuan ciego en su engaño.— Arrepentido y confuso,
Luego se fué, y revistió ; Se fué donde el Santo estaba,
Dijo misa el varón santo, Con sus bornes de consuno;
Y en acabándola sale, Y fincando los finojos
Do está el toro, denodado, Dijo al absuelto Ataúlfo :
Y sin turbación ni miedo, —De facer desaguisado
Sin pena ni sobresalto, Por mal fadado me culpo;
Aunque los que !o miraban Perdón te pido, home bueno,
Sentían el duro caso, Ca si yo fuera sesudo,
La muerte cercana y fiera Ver debiera ser aleves
A que iba condenado. Las palabras de los tuyos;
El toro viendo al Obispo Mas pues Dios ha descubierto
A él se vino paso á paso, Su maldad y el celo tuyo,
No con el feroz denuedo Para qu'esle tuerto enmiende
Que solia, mas tan manso, Pracele quedar "con ñusco.—-
Que ante el Obispo se inclina, El buen pastor que oyó esto,
üe su braveza olvidado, Le responde : — Rey Bermudo,
Y entrambos cuernos le puso Mi injuria yo te la suelto,
Al santo Obispo en las manos, Mas con Dios non te la excuso,
Que al punto que los tocó Ca punir homes de orden,
En ellas se le quedaron , Por ley y sacro estatuto
Volviéndose luego al monte Solo es dado al Padre santo,
lan manso cual antes bravo, "O al que en su lugar él puso.
o! Obispo entró en la iglesia, El punir suyo es derecho ,
Y al altar los ha llevado, Y el retraer tuyo, insulto ,
Uonde los puso en su nombre, Ca toller juzgado ajeno
«en memoria del milagro, Tiranía es, non-es furto.
» sin querer ver al Rey Si hay mancilla, á tí se tenga
»e fué alegre á su obispado. Que si yo una fiera lucho,
(COEVA, Coro febeo, etc.) A tí te lidian y vencen
476 ROMANCERO GENERAL.
Mil fieras con piel de gustos. Dueña el moro la tornaba.
Descubre su faz, señor, Dende á muy poco ralo
Faras tu pro, y de los tuyos: El ángel de Dios lo llaga :
El facer falsos consejos
Siempre es daño, y daño mucho. Dióle grande enfermedad,
Asaz enmienda me has fecho, Sobre el moro cae gran plaga.
Toda la demás repudio; Cuidó el Rey ser d'ella muerto,
Que el yerro que bueno face Y que de tal mal no escapa :
Siempre al alma es fierro agudo,
Y no te espantes tampoco Llamó á sus ricos-hombres,
Si el morar aquí rehuso, Con la Infanta los enviaba
Ca sandio es quien espera A León, donde está Alfonso :
Tras un peligro el segundo. Gran preséntele llevaban
Huir quiero á los desiertos,
Ca para vivir seguro De oro y piedras preciosas,
Mejor es paz en el yermo, Que en gran valor estimaban.
Que honor dentro de los muros, Llegados Son á León,
Pues me han fecho sabidor, La Infanta monja se entraba,
Que contra el natural uso Do vivió sirviendo á Dios
A las fieras dan razón,
Y á los hombres hacen brutos. Honesta vida, muy santa,
En aquese
< La tradición que monasterio,
se narra en este romance es duplicada
(Romancero genera!. pues hayElotra en de
quelas
se Huelgas
atribuye el mismo*.
hecho á la infanta
que llaman
Doña Elvira, hija del
* Romance que remeda el viejo lenguaje, pero que es del rey moro do(SEPÚLVEDA, rey Don Ordoño, á quien casaron con el
Valencia. Romances nuevamente sacados, etc.)
siglo xvi, en su última década.
* ¡ Enorme anacronismo!

ÉPOCA DE ALFONSO V DE LEÓN.


722.
721. A L MISMO ASUNTO.

ALFONSO V CASA Á SU HERMANA TEREA CON A U D A L L A , REY (De Juan de la Cueva.)


MORO DE T O L E D O , QUIEN CASTIGADO DE UN ÁNGEL POR
HABERLA GOZADO, LA DEVUELVE Á SU HERMANO.
Forzado el rey Don Alonso
Del daño que le hacia
{Anónimo '.) Desde Córdoba el rey moro,
En los reinos de León Que sus tierras le corria,
El Quinto Alfonso reinaba : Haciendo en ellas entradas,
Una hermana tiene el Rey; Robándolas cada día;
Doña Terea se llama. Vino á verse en tanto aprieto,
Audalla, rey de Toledo, Que la fuerza d'él le obliga
Por mujer se la demanda, A hacer un fiero hecho
Y el Rey con muy mal consejo Contra razón y justicia ;
Lo que le pide otorgaba. Y era dalle al rey Abdalla,
Movióse el Rey á hacerlo Que en Toledo residía,
Porque el moro le ayudaba En casamiento á su hermana,
Contra otros reyes moros A quien él eh tanto estima,
De quien él se recelaba. Porque le ayude y defienda
Mucho á la Infanta le pesa Del estrecho en que se vía,'
En se ver tan denostada, Con que entiende reprimir
De la casar con un moro, Del moro andaluz la ira.
Siendo la Infanta cristiana. Resoluto en este acuerdo,
No aprovechan con el Rey Sin mas acuerdo le envía
Las lágrimas que lloraba, Sus mensajeros á Abdalla,
Ni los ruegos que le ruegan Y de su intento le avisa.
Para revocar la manda. El moro aceptó el recaudo,
El Rey la envió á Toledo Y las alianzas firma,
Adonde Audalla estaba : Cual pidió el rey Don Alonso,
Recibióla bien el moro; Sin que cosa contradiga :
En la ver mucho se holgaba. Antes le envió á dar gracias
Procuró de haber su amor; Por merced tan escogida;
Quiere gozar de la Infanta : Y en señal de aquella gloria,
Ella con crecido enojo Por él tan encarecida,
Aquesta razón hablaba : Mandó que á todo su reino
—Yo te digo que no llegues Se le avise y aperciba,
A mí, porque soy cristiana , Que la celebren con zambras
Y tú, moro, de otra ley Y con lefias su alegría.
De la mia muy lejana. En lo mismo ocupa el tiempo
No quiero tu compañía, Don Alonso, y ejercita
Tu vista no me agradaba; Alegres fiestas, y juegos
Si pones manos en mí, De cañas, toros, sortija.
Y de tí soy deshonrada, Llegó el dia de las bodas,
El ángel de Jesucristo, Alegre en toda Castilla,
A quien él me ha dado en guarda. Y sola Doña Teresa,
Herirá ese tu cuerpo, La novia, gime y suspira ,
Con su muy tajante espada. — Y con encendido llanto,
No se le dio nada al moro Ante un Cristo de rodillas,
De lo que la Infanta hablaba : Dice : — ¡ Oh Salvador del mundo.
Cumplió en ella su querer, Que las altas jerarquías
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 477
Hiciste, y el trono eterno Que es mucha tu demasía!
De tu trina esencia habitas, No huigas de mi querer,
Y las celestiales formas, Pues eres ya mujer mia.—
Que ilustran el mundo, pisas : Esto dijo airado el moro,
Tú, que ensalzas la humildad, Y con fuerza d'ella tira;
Y la soberbia derribas, Ella se defiende d'él,
Por la que el soberbio ángel Y al cielo su alma envía,
Derribaste de su silla : Rogándole que la ayude,
Tú, que al pueblo de Israel Porque ya se debilita.
Libraste de su fatiga, Y forcejando con él,
Y para poder librallo, Dijo, en el cielo la vista :
Tu favor le diste y guia, — Señor, no me desampares,
Y era solo un rey no mas, Y en este aprieto me anima,
El que á tu pueblo seguia: Y permite antes mi muerte,
pues, Dios mió de Sion, Que en tal cosa te desirva.—
Que obras estas maravillas, Las plegarias de la Infanta
¿Qué hará una mujer sola, Del justo Dios siendo oidas,
De dos reyes combatida? Estando en su mayor fuerza
Si para uno tu ayuda En su orgullo y su porfía,
Fué visiblimente vista, El moro cae¿sin sentido,
Esa te pido, Dios mió, Sin habla, y~casi sin vida :
Y suplico no permitas Echaba en blanco los ojos,
Que sea mujer de un pagano Lanzaba negra saliva,
Quien tiene puesta tu crisma. — Daba voces mal formadas,
En esto estaba ocupada Que oillas causaba grima.
La triste Infanta afligida, A los gemidos y estruendo
Cuando los febeos caballos „ Que basqueando hacia,
Al Océano se inclinan : Acudió su guardia, y viendo
Ciérrase con noche el mundo , A su rey en tal fatiga,
Con el mar se envuelve el dia, Dan voces, acude el rey
Tiende sus alas el sueño, Don Alonso, y con la grita
Con que al reposo convida: Que daban, volvió en su acuerdo
Ya con priesa alzan las mesas, El moro, y dice : — Ya es vista
Cesan los saraos que habia. La voluntad que tu Dios,
Levántase el rey Abdalla, Cristiana,quiere que siga,
Y á dormir se va, y envía De cuya mano me viene
Luego por la desposada, Este castigo, y me priva
Que ante él puesta, él se le humilla, Casarme yo con cristiana
Y como quedaron solos, Siendo moro; y pues me obliga
El moro mil niñerías Su poder á que lo haga,
Yo dejo tu compañía,
Le dice , y con mil regalos Que no quiero contender
La regala y acaricia. Con quien así me derriba.
Pídele las bellas manos | En diciendo estas razones
Para besar, y ella esquiva Abdalla sigue su via
Las huye, y vuelve ceñosa, Para Toledo, y la Infanta
Y al moro, que se arde, mira. Luego desde á pocos dias
El vuelve, y dícele amores, Se fué á Oviedo, á un monesterio.
Ella lo aparta y desvía, Do monja acabó su vida.
Pidiéndole que la deje,
Y tal intento no siga, (COEVA, Coro febeo, etc.)
Porque morirá primero
Que tal yerro hacer permita.
Viendo el moro su esquiveza, ÉPOCA DE FERNANDO I, EL MAGNO, REY DE LEÓN
Le dice : — Señora mia, Y DE CASTILLA, CON LA PRIMERA PARTE DE
¿Porqué con ese rigor LOS ROMANCES DEL CID CAMPEADOR, RODRIGO
Me tratáis, pues sois mi vida. DÍAZ DE VIVAR.
Mi bien, regalo y contento,
Y en dulce amor recebida
Por mi señora y mujer, 723.
Por mi gloria y compañía? TRASLACIÓN DEL CUERPO D E SAN ISIDRO DESDE SEVILLA
Si os causa ese descontento, A LEÓN.
Juzgar qu'es mi suerte indina
De tal premio, ved, señora, (Z>e Lorenzo de Sepúlveda.)
Que soy rey de tanta estima, Almucamuz de Sevilla
Cual es el Rey vuestro hermano, Vasallo es del rey Fernando;
Pues en toda Berbería El Rey tiene gran deseo,
Es estimado mi nombre; Como es tan buen cristiano,
Como temido en Castilla.— De haber algún santo cuerpo
Esto le decia el moro, Para León el nombrado,
Y ella llorando le oia, Donde ha hecho sepultura
Apartando d'él los ojos, Para sí y sus procreados.
Que aun su vista le ofendía. A Almucamuz envía mensaje :
Viendo Abdalla, que ya el ruego Que le dé le ha demandado
Ningún efecto hacia, A santa Justa y Rufina,
Quiere que haga la fuerza Que en ella han martirizado,
Lo que no la cortesía. Almucamuz lo prometió,
Y así dejando el respeto, Y ofreciólas muy de grado :
Asió d'ella, y d i j o : - ¡ M i r a , Dos obispos enviara
Infanta Doña Teresa, Que las traigan á recado :
478 ROMANCERO GENERAL.
Don Alvaro de León,
Que en él tiene el obispado; PRIMERA PARTE DE LOS ROM,\NCES DEL CID
Y el buen obispo de Astorga,
Don Ordoño era llamado.
El Rey los ha proveído ; 724.
Gran haber les habie dado.
E L C I D , Á LOS DIEZ AÑOS DE E D A D , E J E R C E E L O F l n n
Llegados son á Sevilla, DE JUEZ. — I. V l , U

A Almucamuz habien hablado;


Pidiéronle las dos santas (Anónimo *.)
Como las habie mandado. — Non me culpedes si he fecho
Almucamuz les respondió, Mi justicia y mi deber,
¿Dónde están? que lo ha ignorado. Maguer que siendo pequeño
Los obispos como buenos Me nombraste por juez.
En oración se han echado; Entre todos me escogisles
Tres dias están en ella; Por de mas madura sien,
Todos los han ayunado, , Porque flciese derecho
Suplicando á Dios del cielo De lo fecho mal y bien.
En esto muestre milagro, Non fagáis desaguisado
Para que sepan dó están Si al robador enforqué ,
Los cuerpos benditos, santos. Que en homes este delito
Al cabo de los tres dias No causa ninguna prez.
Sant Esidro se ha mostrado : Como de veras me pago,
Díjoles : —Siervos de Dios, De las burlas non curé,
Nuestro Dios no lo ha en grado, Que el que pugna por la honra,
Que de aquí llevéis las santas, Enemigo d'ella fué.
Que este pueblo sevillano Atended que la justicia,
Cristianos lo ganarán, En burlas y en veras, fué
Y Dios tiene ya ordenado Vara tan firme y derecha,
Que en ella queden sus cuerpos Que non se pudo torcer.
Para su ayuda y su amparo : Verdad, entre burla y juego,
Serán de ella las patronas, Como es fija de la fe,
Y su guarda habrán á cargo; Es peña que al agua y viento
Mas por vuestra santidad, Para siempre esta de un ser.
Y honra del rey Fernando, Miémbraseme que mi abuelo,
De quien recibe servicio, En buen siglo su alma esté,
Mi cuerpo os ha otorgado, Muchas veces me decia
Que lo llevéis á León, Aquesto que agora oiréis :
A quien aquí os ha enviado. «El borne en sus mancebías
Los obispos que lo oyeron «Siempre debiera aprender
Sin habla habían quedado. »A facer siempre derecho
Esidro los santiguó, DCuando en mas burlas esté.»
Ellos en sí habían tornado : Así fice esta vegada,
Preguntáronle quién era, Yo cuido que fice bien,
Sant Esidro ha replicado : Que sigo un abuelo honrado
—Yo soy Esidro, arzobispo Que nadie se quejó del.—-
De Sevilla, que os he hablado : Esto decia Rodrigo
Allá en Sevilla la vieja Afinojado ante el Rey,
Mi cuerpo habréis hallado. Delante los que juzgaba
Para allá van con el Rey, Antes de los años diez.
Que lo iban acompañando.
Cavaron do Sant Esidro (Romancero general.)
Les habia revelado :
Allí hallaron su cuerpo, » Así este romance como muchos concernientes al Cid, aun-
Salió olor muy sublimado que escritos en lenguaje antiguo, pertenecen á los dos últi-
mos tercios del siglo xvi, y muchos aun á sus ultimas décadas.
Que consolara á los moros, Se ha colocado esta composición la primera entre las que tra-
Y también á los cristianos. tan del Cid, porque el hecho que refiere, y del cual, fuera del
Tomarlo quiso Almucamuz, romance, no hay tradición alguna donde conste, se supone que
Mas la vista le ha faltado; pasó cuando el Cid apenas tenia diez años de edad. Su pro-
También el entendimiento; cedencia, del Romancero general, indica bastante que es un
romance contrahecho enfinesdel citado siglo, ó poco antes,
De nada se habie acordado. así como todos los demás contenidos en dicha antología. In-
Pártense para León, fiérese del contexto del romance, que al Cid, como por jue-
Gran gente lo acompañando : go, le sometieron á juicio un crimen capital, y que él toman-
Por el camino (]o vienen dolo á veras hizo ejecutar su sentencia de muerte contra el reo.
Hizo muy grandes milagros.
Lleváronlo á la iglesia,
Que el Rey habie edilícado : 725.
San Esidro le llamaban
Cuando lo han consagrado : PRUEBA DIEGO LA1NEZ A SUS HIJOS PARA SABER A CUÁL FIA-
Dióle grandes heredades RÁ L A VENGANZA D E LA AFRENTA QUE L E HIZO EL CON-
Con que siempre fué honrado. DE LOZANO. — II.
{

(SEPÚLVEDA, Romances nuevamante sacados, etc.) (Anónimo .)


Cuidando Diego Lainez
En la mengua de su casa,
Fidalga, rica y antigua
Antes que Iñigo Abarca;
Y viendo que le fallescen
Fuerzas para la venganza,
Porque por sus luengos dias
Por sí no puede tomalla,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. in
No puede dormir de noche, 726.
Nin gustar de las viandas, AL MISMO ASUNTO. — 111.
Ni alzar del suelo los ojos, l
Ni osar salir de su casa, (Anónimo .)
Nin fablar con sus amigos, Ese buen Diego Laínez
Antes les niega la fabla, Después de haber ayantado,
Temiendo que les ofenda .Hablando está sobre mesa
El aliento de su infamia. Con sus hijos todos cuatro.
Estando pues combatiendo Los tres son de su mujer,
Con estas honrosas bascas, Pero el otro era bastardo,
Para usar d'esta experiencia; Y aquel que bastardo era,
Que no le salió contraria, Era el buen Cid castellano.
Mandó llamar a sus hijos, Las palabras que les dice
Y sin dediles palabra Son de hombre lastimado.
Les fué apretando uno á uno — Hijos, mirad por la honra,
Lasfldalgastiernas palmas; Que yo vivo deshonrado.
No para mirar en ellas Porque les quité una liebre
Las quirománticas rayas, A unos galgos que cazando
Que este fechicero abuso Hallé del Conde famoso,
No era nacido en España. Conde Lozano llamado :
Mas prestando el honor fuerzas, • Palabras suyas y viles
A pesar del tiempo y canas, Me ha dicho y me ha ultrajado.
A la fria sangre y venas, ; A vosotros loca, hijos,
Nervios y arterias heladas, No á mí que soy viejo y cano! —
Les apretó de manera Estas palabras diciendo,
Que dijeron : — Señor, basta, Al mayor habia tomado :
¿Qué intentas ó qué pretendes? Queriendo hablarle en secreto,
Suéltanos ya, que nos matas.— Metióle en un apartado; ;
Mas cuando llegó á Rodrigo, Tomóle el dedo en la boca,
Casi muerta la esperanza Fuertemente le ha apretado :
Del fruto que pretendía, Con el gran dolor que siente
Que á do no piensan se halla, Un grito terrible ha echado.
Encarnizados los ojos, El padre le echara fuera,
Cual furiosa tigre hircana, Que nada le hubo hablado.
Con mucha furia y denuedo A los dos metiera juntos,
Le dice aquestas palabras : Que de los tres han quedado,
— Soltedes, padre, en mal hora, La misma prueba les hizo,
Soltedes, en hora mala, El mismo grito habian dado.
Que á no ser padre, no hiciera Al Cid metiera el postrero,
Satisfacción de palabras, Qu'era el mas chico, y bastardo.
Tomóle el dedo en la boca,
Antes con la mano rnesma Fuertemente le ha apretado :
Vos>sacara las entrañas, Con el gran dolor que siente
Faciendo lugar el dedo Un bofetón le ha amagado.
En vez de puñal ó daga.—
Llorando de gozo el viejo — Aflojad, padre, le dijo,
Dijo : — Fijo de mi alma, Si no seré mal criado..—
Tu enojo me desenoja, El padre que aquesto vido,
Y tu indignación me agrada. Grandes anrazos le ha dado.
Esos bríos, mi Rodrigo, — Ven acá tú, hijo mió,
Muéstralos en la demanda Ven acá tú, hijo amado,
De mi honor, que está perdido, A ti encomiendo mis armas,
Si en tí no se cobra y gana.— Mis armas, y aqueste cargo :
Contóle su agravio, y dióle Que tu mates ese Conde
Su bendición, y la espada Si quieres vivir honrado.—
Con que dio al Conde la muerte, El Cid calló y escuchólo,
Y principio á sus fazañas. Respuesta no le ha tornado.
(Romancero general. — It. ESCOBAR, Romancero A cabo de pocos dias
El Cid al Conde ha topado :
del Cid.)
Hablóle d'esta manera
hn kjí 5 x c c l e n t e
construcción de este romance, su poesía, su Como varón esforzado :
míen orden y arreglo, y ademas la continua elección de nobles
S alal ras d e l
— Nunca lo pensara, el Conde,
r¡„..i 7P > antiguo lenguaje, indican que no es ante- Fuérades tan mal criado,
™r a la penúltima década del siglo xvi.
m u y e x t r a i i o Que porque quitó mi padre
f*ml Se e
que en ningún romance, de los que cono-
r e s e ! a Una liebre á vuestro galgo , ¡
np? f ' i í P
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causa de la afrenta que recibió Diego Laí-
e Lo2a De palabras ni de obras
nn»m , n o , tal cual la conserva la tradición en los
ramati
SM » • ?. cos del siglo xvii. En ellos se atribuye á Fuese de vos denostado.
nü h«?. "L soe l
Conde de una preferencia palaciega, dio
La1
¿Cómo queredes que sea
inln ¿ J f c í nez. En la Crónica general, y en la del Cid,
ü l a b l a d e l
Que tiene de ser vengado?—
C j' ..^ í duelo y muerte que dio al Conde, sin
usa E n e l r o m a n c e El Conde lomólo á burlas;
ue s i u e
atribiivp i — " a
1 K . número 726, se
I n j u r i a El Cid presto se ha enojado;
en h ,. J - recibida por Lalnez á unlance de caza, y
reverta V c i m a d a
1 ™ publicado Mr.Michel, á una ue
Apechugó con el Conde,
resu lt« S n B e n t r e l o s
pastores de ambos potentados. De
s e ellc
De puñaladas le ha dado.
fflutuamorit endieron los ánimos de estos, talaron
s a s (Cancionero, Flor de enamorados.)
termiti/itülP Posesiones, persiguiéronse sus vasallos, y
""no iodo en que Rodrigo mató al Conde en la refriega. * Anteriores á las crónicas que tratan del Cid, debieron
i existir algunas tradiciones basadas en las caballerescas ex-
| trafias á nuestra historia y á nuestro carácter peculiar. Ya he-
I mos dicho que el del Cid fué alterado y desfigurada muchas
¡ veces bajo el influjo del tipo caballeresco, Carlovingio de
[ Roldan, del cual Bernardo del Carpió es una imitación nm ó
430 ROMANCERO GENERAL.
menos aproximada. No es extraño pues que las tradiciones del 728.
bastardo nacimiento atribuido á estos se quisiesen trasladar
también vaplicar al héroe castellano por excelencia. Muy anti- RETO D E L CID AL CONDE LOZANO , Y MUERTE DE ESTE — v
gua debió ser la ticcion de la bastardía del Cid, puesto que l
{Anónimo .)
en su crónica peculiar, y en la General, so menciona para
desmentirla; y sin embargo, el juglar autor de este romance —Non es de sesudos homes,
húmero 726, la acepta y da por supuesta, como cosa cierta y Ni de infanzones de pro,
comprobada. Los juglares, que no eran el pueblo poeta, sino Facer denuesto á un íidalgo,
• os poetas del pueblo, le trasmitían frecuentemente composi- Que es tenudo mas que vos :
íiones de asuntos extranjeros y ajenos de los hechos indíge-
nos, aunque un tanto acomodados á las formas y costumbres Non los fuertes barraganes
nacionales. A veces también desliguraban los tipos de nues- Del vuestro ardid tan feroz
tra historia y fábula, adornándolos con situaciones y hechos Prueban en homes ancianos
tomados de la de otros países. El su juvenil furor :
No son buenas fechorías,
727. • Que los homes de León
Fieran en el rostro á un viejo,
EL CID SE PREPARA Á VENGAR LA AFRENTA HECHA Y no el pecho á un infanzón.
Á SU PADRE.— IV. Cuidarais que era mi padre
(Anónimo *.) De Lain Calvo sucesor,
Pensativo estaba el Cid Y que no sufren los tuertos
Viéndose de pocos años, Los que han de buenos blasón.
Para vengar á su padre Mas ¿cómo vos atrevisteis
Matando al conde Lozano. , A un home, que solo Dios,
Miraba el bando temido Siendo yo su fijo, puede
Del poderoso contrario, Facer aquesto, otro non ?
Que tenia en las montañas La su noble faz nublasteis
Mil amigos asturianos : Con nube de deshonor,
Miraba cómo en las Cortes Mas yo desfaré la niebla,
Del rey de León Fernando Que es mi fuerza la del sol;
Era su voto el primero, Que la sangre dispercude
Y en guerras mejor su brazo. Mancha que finca en la honor,
Todo le parece poco Y ha de ser, si bien me lembro,
Respecto de aquel agravio, Con sangre del malhechor :
El primero que se ha fecho La vuesa, Conde tirano,
A la sangre de Lain Calvo. Lo será, pues su fervor
Al cielo pide justicia, Os movió á desaguisado
A la tierra pide campo, Privándovos de razón.
Al viejo padre licencia, Mano en mi padre pusisteis
Y á la honra esfuerzo y brazo: Delante el Rey con furo»,
Non cuida de su niñez; Cuida que lo denostasteis,
Que en naciendo, es costumbrado Y que soy su fijo yo.
A morir por casos de honra Mal fecho fecisteis, Conde,
El valiente fijodalgo. Yo vos reto de traidor,
Descolgó una espada vieja Y catad si vos atiendo
De Mudarra el castellano, Si me causaréis pavor.
Que estaba vieja y mohosa Diego Laínez me fizo
Por la muerte de su amo : Bien cendrado en su crisol;
Y pensando que ella sola Probaré en vos mi fiereza,
Bastaba para el descargo, Y en vuesa falsa intención.
Antes que se la ciñese, . Non vos valdrá el ardimiento
Así le dice turbado : De mañero lidiador,
— Faz cuenta, valiente espada, Pues para vos combatir
Que es de Mudarra mi brazo, Traigo mi espada y trotón.—
Y que con su brazo riñes, Aquesto al conde Lozano
Porque suyo es el agravio. Dijo el buen Cid Campeador,
Bien sé que te correrás Que después por sus fazañas
De verte así en la mi mano; Este nombre mereció.
Mas no te podrás correr Dióle la muerte, y vengóse,
De volver atrás un paso. La cabeza le cortó,
Tan fuerte como tu acero Y con ella ante su padre
Me verás en campo armado; Contento se aíinojó.
Tan bueno como el primero (ESCOBAE , Romancero del Cid.)
Segundo dueño has cobrado,
Y cuando alguno te venza, * Conviene á este la misma nota y observaciones que al
Del torpe fecho enojado, del número 725.
Fasta la cruz en mi pecho
Te esconderé muy airado.
Vamos al campo, que es hora 729.
De dar al conde Lozano AL MISMO ASUNTO.—VI
El castigo que merece (Anónimo *.)
Tan infame lengua y mano.— Consolando al noble viejo
Determinado va el Cid, Está el valiente Rodrigo,
Y va tan determinado,' Apercibiendo venganza
Que en espacio de una hora Y resistiendo suspiros.
Quedó del Conde vengado.
(Romancero general. — It. Flor de varios y Viendo al venerable anciano
a
nuevos romances, 3. parte.—It. ESCOBAR, Tan sin razón desmentido,
Romancero del Cid.) Yantar no puede bocado,
* Pertenece á la antepenúltima década del siglo xvi. "Que nunca yantó , ofendido.
—Non vos dé pena, señor,
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. tñ
El tuerto que el Conde os fizo, Del Conde, vertiendo sangre ,
Que cuando se atrevió á vos Y asida por la melena.
Non cuidaba era yo vivo : Tiró á su padre del brazo
Las lágrimas que vertéis Y del sueño lo recuerda,
Dan en mi alma hilo ahilo, Y con el gozo que trae
Y como van á su centro Le dice de esta manera :
Conviértense en rayos vivos. —Veis aquí la yerba mala,
¡Por el alto Dios del cielo, Para que vos comáis buena;
Y en fe que soy vueso fijo, Abrid, mi padre, los ojos,
Que os he de facer vengado Y alzad la faz, que ya es cierta
ü me mataré á mí mismo! Vuesa honra, y ya con vida
Dadme vuesa bendición Os resucita de muerta.
Con la que habéis pretendido De su mancha está lavada,
En piedra de vueso honor A pesar de su soberbia;
Probar los quilates mios. Que hay manos que no son manos,
Siendo vos mi ensayador Y esta lengua ya no es lengua.
Tanto de punto he subido Yo os he vengado, señor,
Que presto veréis el fin Que está la venganza cierta
Que á vueso mal dio principio.— Cuando la razón ayuda
Tomó una espada y rodela A aquel que se arma con ella.—•
Y de secreto se ha ido; Piensa que lo sueña el viejo,
Vido al Conde paseando, Mas no es así. que no sueña,
Y estas palabras le ha dicho : Sino que el llorar prolijo
— ¡Conde, lozano estarádes Mil caracteres le muestra;
De aqueste gran valentío, Mas al fin alzó los ojos,
Porque posastes la mano Quefidalgassombras ciegan,
Donde home humano ha podido! Y conoció á su enemigo,
Si, por la divina ley Aunque en la mortal librea.
Sabéis que fué permitido —Rodrigo, fijo del alma,
La ofensa que se hizo al padre Encubre aquesa cabeza,
Que la restauren los fijos. No sea otra Medusa
Aunque acá por la del duelo, Que me trueque en dura piedra,
Por ser de noventa y cinco, Y sea tal mi desventura
El mió no está cargado, Que antes que te lo agradezca
Vos lo estáis y desmentido; Se me abra el corazón
Que el que está en cuerpo de guarda, Con alegría tan cierta.
0 es de la edad que he dicho, ¡ Oh conde Lozano infame!
Ni agravia , ni es afrentado, El cielo de tí me venga,
Por las razones que he dicho; Y mi razón, contra t í ,
Y antes que muera de pena, Ha dado á Rodrigo fuerzas.
0 non llegue de corrido, Siéntate k yantar, mí fijo,
Vengo por vuestra cabeza, Do estoy, á mi cabecera,
Por que se la he prometido .— Que quien tal cabeza trae,
Faciendo del menosprecio Será en mi casa cabeza.
El Conde se ha sonreído. (ESCOBAB, Romancero del Cid.)
—Vete, rapaz, non te faga
Azotar cual paje niño.— D6 la última década del siglo xvi.
Poniendo mano el buen Cid,
Con gran cólera le ha dicho :
—La razón con la nobleza 731.
Mas vale que diez amigos.— EL CID EN LA CORTE DEL REY FERNANDO. — V I H .
son tan soberbios los golpes,
«tan sin reparo han sido, {Anónimo K)
Que la cabeza del cuerpo Cabalga Diego Laínez
£n un punto ha dividido : Al buen Rey besar la mano;
Por los cabellos la lleva, Consigo se los llevaba
* dándola al padre, dijo : Los trescientos hijosdalgo.
-Quien os trató mal en vida Entre ellos iba Rodrigo
^atalde á vueso servicio.— El soberbio castellano;
(Romancero general.) Todos caminan á muía,
Solo Rodrigo á caballo;
'De la penúltima década del siglo Todos visten oro y seda,
Rodrigo va bien armado;
Todos espadas ceñidas,
730. Rodrigo estoque dorado;
ASENTA EL CID Á SU PADRE LA CABEZA DEL CONDE Todos con sendas varicas,
LOZANO. — VII. Rodrigo lanza en la mano;
Todos guantes olorosos',
{Anónimo *.) Rodrigo guante mallado;
Llorando Diego Laínez Todos sombreros muy ricos,
Yace sentado ala mesa, Rodrigo casco afinado,
Verüendo lágrimas tristes, Y encima del casco lleva
i tratando de su afrenta, Un bonete colorado.
«trasportándose el viejo, Andando por su camino,
^ mente siempre inquieta Unos con otros hablando,
ue temores muy honrados, Allegados son á Burgos;
an an
Cn nH £ , quimerasdo Con el Rey se han encontrado.
a
«wmoia cortada
Rodrigocabeza
venía Los que vienen con el Rey
, Entre sí van razonando :
T. X.
31
ROMANCERO GENERAL.
Unos lo dicen de quedo, decorosa enerjla; partir á su destierro, conquistar «i I)a ,

Otros lo van publicaudo : - enemigo, y deponer los despojos adquiridos, ante inl n•¿ ' 8

—Aquí viene entre esa gente aquel que reconocía por su soberano, por m a s q u e —
duramente le tratase. Tal á lo menos es el Cid e-enn
Quien mató al conde Lozano.— pularmente carácter izado en el poema cuyo fraewím " y po
n
Como lo oyera Rodrigo blieó
nuco Sánchez
oancuez en susu primer tomo de las poesías ant • ' P u

En hito Jos ha mirado : al siglo xv, y tal el de las mas antiguas crónicas v rn¿, t e i

Con alta y soberbia voz que de él tratan. ¿En qué se parece este Cid al del rn * %
D'esta manera ha hablado : que anotamos , donde aparece, sin por qué ni B»M i
—Si hay alguno entre vosotros insultando á un rey, que por cierto no era de los déh-i *
Su parienteó adeudado, de los cobardes, ni de los que tenían menos fuerza' sin m
bargo , el tipo del Cid en este romance, á no dudar'inéi J„ "
A quien pese de su muerte, co, se encuentra en una muy antigua composición X ,
Salga luego á demandallo, prosa, parte rimada, que se halla al lin de un códice de i ,
Yo se lo defenderé de principios del siglo xv, y que contiene ademas la rrnni?
Quiera á pié , quiera á caballo. del Cid. Este poema, ó como quiera llamarse deben™*,
Todos responden á una : mirse obra de un juglar que con pretensiones de noptn «
tistico reduce á versos largos, de forma francesa los reAnl'
—Demándelo su pecado.— dillos de la nuestra nacional, y que ha podido aceptar ana í S
Todos se apearon juntos siquiera, el tipo caballeresco extraño, para aplicarlo al hérní
Para al Rey besar la mano español que cantaba. Conforme casi siempre con el á'rart»
Rodrigo solo quedó que prestan al Cid las crónicas, los poemas y los r-omanrV.
Encima de su caballo. solo lo desfigura notablemente en el trozo que pudo servir <U
Entonces habló su padre, asunto á la composición que anotamos. En él se sunone nn»
después de haber el Cid muerto al conde Lozano de resurta.
Bien oiréis lo que ha hablado. de una riza ocurrida entre los pastores de ambos, Doña Jima
—Apeaos,^hijo mió, na pide al Rey que la case con aquel héroe, para indemnizarla
Besaréis al Rey la mano, de la pérdida de su padre. A este fin y para tratar la boda lia
Porqu'él es vuestro señor,; ma el Rey á Diego Laínez, padre del Cid, á su corte; mas éste
Vos, hijo, sois su vasallo.— receloso de alguna asechanza, le acompaña seguido de mu'
Desque Rodrigo esto oyó chos vasallos armados. Así llegan á Zamora ante el Rey cuva
mano besó humilde Diego Lainez, mientras Rodrigo se resiste
Sintióse muy agraviado : á ello. Dice así el texto del poema :
Las palabras que responde Allegó don Diego Laynes al rey bessarle la mano.
Son de hombre muy enojado. . Quando esto vio Rodrigo volvió los ojos, todos ivan der
—Si otro me lo dijera Avien muy grant pavor del, é muy grande espanto.
Ya me lo hubiera pagado; Allegó don Diego Laynes al rey bessarle la mano.
Mas por mandarlo vos, padre, Rodrigo fincó los ynojos por le besar la mano.
El espada troya luenga; el rey fué mal espantado.
Yo lo haré de buen grado.— A grandes voses dixo : — Tiratme allá esse peceado.—
Ya se apeaba Rodrigo Dixo estonce Don Rodrigo : — Querría mas un clavo,
Para al Rey besar la mano; Que vos seades mi señor, nin yo vuestro vassallo.
Al hincar de la rodilla Porque vos la bessó mi padre, soy yo mal amansellado.~
El estoque se ha arrancado.
Espantóse d'esto el Rey, Se ve pues claramente que la tradición, conservada ó inven-
tada en éste fragmento del referido poema, sirvió de asunto
Y dijo como turbado : al romance número 731, y que los dos últimos versos de aquel
—Quítate, Rodrigo, allá pudieron motivar los de este, que dicen :
Quítate me allá, diablo, Por besar mano de rey
Que tienes el gesto de hombre, No me tengo por honrado;
Y los hechos de león bravo.— Porque la besó mi padre,
Como Rodrigo esto oyó Me tengo por afrentado.
Apriesa pide el caballo : Si se compara el poema, mas próximo sin duda i los tiem-
pos del Cid y á su tipo original, con el romance, se advierte
Con una voz alterada, desde luego que al autor de aquel no se le ocultaba que per-
Contra el Rey así ha hablado ; vertía el carácter del héroe castellano, atribuyéndole un hecho
—Por besar mano de rey * contrario á su cordura y no desmentida fidelidad. Por eso ha
No me tengo por honrado; tratado de paliar el brutal exabrupto con que insulta al Rey,
Porque la besó mi padre no solo colocando la escena en una época en que el Cid era
Me tengo por afrentado.— joven y arrebatado, y en una situación en que se atravesaba
, En diciendo estas palabras la defensa de la vida de su padre, que creía amenazada, sino
Salido se ha del palacio : que ademas, para atenuar la culpa ó hacer que por tal no se
considere, insiste é inculca tenazmente la idea de que el Lia
Consigo se los tornaba no se consideraba vasallo, y que por lo tanto no debía al rey
Los trescientos hijosdalgo : Fernando el respeto y la fidelidad que el vasallaje imponía.
Si bien vinieron vestidos,. Al contrario, el juglar autor del romance, mas lejano aeía
Volvieron mejor armados, época característica del Cid y de sus tradiciones, no escru-
Y si vinieron en muías pulizó tanto falsearla y revestirla francamente de las ijeas
Todos vuelven en caballos. feudales que predominaban en los romances caballerescos car-
c o m , U j 0
lovirigios, ya muy popularizados cuando aquel se l . \ I
(Cancionero de Romances. El códice que contiene la composición arriba niencion¿<w
se halla en la Biblioteca Real de París, al numero J,»»> J
» Este romanee es uno de aquellos donde el espíritu de ca- Mr. Michel ha hecho, publicándolo, un servido importonusiiuu
ballerismo feudal ha falseado el carácter noblemente respe- á la literatura v la historia.
tuoso, pero firme y severo, conque asimilándolo á si mismo, le a Este verso y los tres que le siguen se hallan también in-
plugo al pueblo adornar al Cid, su héroe predilecto. Este, en el sertos impropia, pero mas oportunamente , en e l ? ,;• /
roma

dicho romance, no es el noble castellano, ni el adalid popular dice : En Santa Gadea de Burgos, donde el Cid, antes M ¡e

y de su rey al mismo tiempo, sino uno de los paladines fran- nocer por rey á Don Alfonso VI, le hace jurar tres veces, H
cos de la corte de los débiles monarcas sucesores de Carlo- no fué cómplice en la muerte de su hermano Don ¡>aucuu.
Magno. Por mas que una idea equivocada lo pretenda , el Cid
ni es ni pudo ser un Roldan , ni un Reinaldos. Nuestro héroe
es por eso un hombre de buenas proporciones, y no un gigante
descomunal; es devoto, liel y santiticado, no encantado ni 732.
encantador; es sencillo y rudo, pero sin brillante ni prestado JIMENA PIDE JUSTICIA CONTRA E L CIO, MATADOR DE S» r A D

colorido; es severo, justo y sumiso, mas no arrogante éinsolente


con sus reyes después deque por tales los ha reconocido. Ante EL CONDE L O Z A N O . — IX.
Fernando I aparece brioso y agradecido ; sesudo y leal conse- (Anónimo '.)
jero ante Don Sancho II; y en sus reyertas con Alfonso VI, Grande rumor se levanta
siempre mas interesado en el honor y en el respeto debido a
la corona, que no en su propio bienestar. Sometidoá las ór- De gritos, armas y voces
denes del Monarca, ultrajado por él, desterrado de CasliJJa, En el palacio del Rey
jqué hará el héroe castellano? — Obedecer, disculparse con Donde son los rieos-homes :
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 483.
Baja el Rey de su aposento Ensangrentó mi briale.
y con él toda la corte, Envíeselo á decir,
Y á las puertas de palacio Envióme á menazare
Bullan á Jimena Gómez, Que me cortará mis haldas
2
Desmelenado el cabello, Por vergonzoso lugare " ,
Llorando á su padre el Conde, Me forzara mis doncellas
y á Rodrigo de Vivar Casadas y por casare;
Ensangrentado el estoque. Malárame un pajecico
Vieron al soberbio mozo So haldas de mi briale.
¿I rostro airado que pone Rey que no hace justicia
De Dona Jimena oyendo No debia de reinare,
lo que dicen sus clamores ; Ni cabalgar en caballo,
-Justicia, buen Rey, le pido, Ni espuela de oro calzare,
Y venganza de traidores, .Ni comer pan en manteles,
Así lo logren tus fijos Ni con la Reina holgare,
Y de sus fazañas gozes, Ni oir misa en sagrado, :

Que aquel que no la mantiene Porque no. merece mase.—


De Rey no merece el nombre, El Rey de que aquesto oyera
Nin comer pan en manteles, Comenzara de hablare :
Niu que le sirvan los nobles. —¡Oh válame Dios del cielo!
Mira, buen Rey, que deciendes Quiérame Dios consejare :
De aquellos claros varones, Si yo prendo ó mato al Cid,
Que á Pelayo defendieron Mis Cortes se volverane;
Con castellanos pendones; Y si no hago justicia
Y cuando no fuera así, Mi alma-lo pagaráe.
Tu brazo ha de ser conforme, —Ten tú las tus Cortes, Rey,
Dando venganza á los chicos, No te las revuelva nadie*
Con rigor, de los mayores. Y al que á mi padre mató
Y tú, matador rabioso, Dámelo tú por iguale,
Tu espada sangrienta corre Que quien tanto' mal me hizo
Por esta humilde garganta Sé que algún bien me haráe.—
Sujeta á su duro golpe. Entonces dijera el Rey,
Mátame, traidor, á mi, Bien oiréis lo que diráe :
No por mujer me perdones, —Siempre lo oí decir,
Mira que pide justicia Y agora veo que es verdade,
Contra tí Jimena Gómez. Que el seso de las mujeres
Pues mataste un caballero Que non era naturale :
El mejor de los mejores, Hasta aquí pidió justicia,
La defensa de la fe, Y'a quiere con él casare :
Terror de los Almanzores, Yo lo haré de muy buen grado,
No es mucho, rapaz villano, De muy buena voluntade.
Que te afrente y te deshonre. Mandarle quiero una carta,
La muerte, traidor, te pido, Mandarle quiero llamare.—
No me la niegues ni estorbes.— Las palabras no son dichas,
En esto, viendo Jimena, La carta camino vae,
Que Rodrigo no responde, Mensajero que la lleva
Y que tomando las riendas Dado la habia á su padre.
En su caballo se pone, —Malas mañas habéis. Conde,
El rostro volviendo á todos, No os las puedo yo quitare,
Por obligallos da voces, Que cartas que el Rey os manda
Y viendo que no le sigen, No me las queráis mostrare.
Dice. «Venganza, señores.» —No era nada, mi lijo,
Sino que vades alláe,
(ESCOBAR, Romancero del CU.) Quedaos vos aquí, mió hijo,
1
Parece compuesto en el último tercio del siglo xvi. Yo iré en vuestro lugare.
—Nunca Dios tal cosa quiera
Ni Santa María lo mande,.
733. Sino que adonde vos fuéredes
AL MISMO A S U N T O . — X . Que allá vaya yo delante.
1
{Anónimo .) (Cancionero de romanees.)
Día era de los Reyes,
Oía era señalado, i Romance es este que debiera haberse colocado antes del
Cuando dueñas y doncellas del número 731, pues procede del mismo fragmento del poe-
A( Rey piden aguinaldo, ma que le prestó asunto, yes, por decirlo así, el que motiva la
n
2'.. o es Jimena Gómez, salida del Cid acompañando á su padre cuando acudió al lla-
mamiento del Rey (véase la nota de aquel). Si el romance no
Hija del conde Lozano, es genuinamente primitivo, i lo menos parece poco alterado
Que puesta delante el Rey, por la tradición oral, y los juglares que la conservaron. Su
ü
esta manera ha hablado : antigüedad remota no parece dudosa , y se percibe en sus for-
¡-Un mancilla vivo, Rey, mas rudas, pero sencillas y enérjicas, en su lenguaje, en
J¡oii ella vive mi madre; su frase y en sus modos de decir.
^acia día que amanece 2 Desde este verso al de Bey que no hace justicia, etc., es
veo quien mató á mi padre un fragmento que se halla casi literalmente incluido en el pri-
Uballero en un caballo mer romance de los Infantes deLara, que empieza: A Calatravá
• en su mano un gavilane; '. ¡avieja, y del cual es probable que se tomase, pues allí, mas
Otras veces un halcón bien que en este, nace la situación que expresa del mismo
asunto, cuando aquí apenas se percibe su conveniencia. En tal
«ue trae para cazare, Caso será evidente que el romance de los Infantes es mucho
» Por me hacer mas enojo mas viejo que el del Cid, y que el juglar que compuso este
Jábalo en mi palomare : tomó de aquel dicho fragmento, que sería proverbial y muy
^on sangre de mis palomas popular.
484 ROMANCERO G E N E R A L .

734. 735.
AL MISMO A S U N T O . — X I . A L M I S M O ASUNTO.—XII.

(Anónimo *.) (Anónimo '.)


En Burgos está el buen Rey Delante el rey de León
Asentado á su yantare, Doña Jimena una tarde
Cuando la Jimena Gómez Se pone á pedir justicia
Se le vino á querellare. De la muerte de su padre :
Cubierta toda de luto, Para contra el Cid la pide
Tocas de negro cendale, Don Rodrigo de Vivare,
Las rodillas por el suelo Que huérfana la dejó,
Comenzara de fablare: Niña, y de muy poca edade.
—Con mancilla vivo, Rey, — Si tengo razón ó non,
Con ella murió mi madre; Bien, Rey, lo alcanzas y sabes,
Cada dia que amanece Que los negocios de honra
Veo a! que mató á mi padre No pueden disimularse :
Caballero en un caballo, Cada dia que amanece
Y en su mano un gavilane; Veo al lobo de mi sangre
Por facerme mas despecho Caballero en un caballo,
Cébalo en mi palomare, Por darme mayor pesare.
Mátame mis palomillas Mándale, buen Rey, pues puedes,
Criadas y por criare; Que no me ronde mi calle,
La sangre que sale d'ellas Que no se venga en mujeres
Teñido me ba mi briale : El nombre que mucho vale.
Envíeselo á decire, Si mi padre afrentó al suyo,
Envióme á amenazare: Bien ha vengado á" su padre,
Rey que non face justicia, Que si'honras pagaron muerte
. Non debiera de reinare, Para su disculpa basten.
Ni cabalgar en caballo, Encomendada me tienes,
Ni con la Reina fablare, No consientas que me agravien,
Ni comer pan á manteles, Que el que á mí se me ficiere
Ni menos armas armare.— A tu corazón se face.
El Rey cuando aquesto oyera —Calledes, Doña Jimena,
Comenzara de pensare : Que me dades pena grande,
—Si yo prendo ó mato al Cid Que yo daré buen remedio
Mis Cortes revolveránse; Para todos vuestros males.
Pues si lo dejo de hacer Al Cid no le de ofender,
Dios me lo ha de demandare . 4
Que es hombre que mucho vale,
Mandarle quiero una carta, Y me defiende mis reinos,
Mandarle quiero á l l a m a r e - Y quiero que me los guarde;
Las palabras no son dichas, Pero yo faré un partido
La carta camino vae, Con él, que no os esté male,
Mensajero que la lleva De tomalle la palabra
Dado la había á su padre. Para que con vos se case.—
Cuando el Cid aquesto supo Contenta quedó Jimena
Así comenzó á famare : Con la merced que le face,
—Malas mañas habéis, Conde, Que quien huérfana la fizo
Non vos las puedo quitare, Aquese mesmo la ampare.
Que carta que el Rey vos manda
No me las queréis mostrare. {Romancero general.)
—Non era nada, mi fijo, 1
Es una imitación del anterior, hecha en el último tercio del
Si non que vades alláe; siglo XVI.
Fincad vos acá, mi fijo,
Que yo iré en vueso lugare.
—Nunca Dios lo tal quisiese
Ni Santa María su madre, 736.
Sino que donde vos fuéredes A L MISMO ASUNTO.—XIII.
Tengo yo de ir adelante.
(Anónimo *.)
(ESCOBAR , Romancero del Cid. — It. TIMONIDA, Sentado está el señor Rey
Rosa Española.) En su silla de respaldo,
De su gente mal regida
i Convienen á este romance las observaciones de la nota Desavenencias juzgando.
puesta al del número 733, del cual puede ser modelo ó quizá Dadivoso y justiciero
reforma.
Premia al bueno y pena al malo;
* En la Rosa Española, tercera parte de los romances de Ti- Que castigos y mercedes
moneda, se suprimen los versos que siguen á este, y se le susti-
tuyen los siguientes: Hacen seguros vasallos.
Arrastrando luengos lutos
Hablara Doña Jimena Entraron treinta íidalgos
Palabras bien de notare.
—Yo te lo diré, buen Rey Escuderos de Jimena,
Como lo has de remediare': Fija del conde Lozano.
Que me lo des por marido, Despachados los maceros
Con él me quieras casare, Quedó suspenso el palacio,
Que quien tanto mal me hizo Y asi comenzó sus quejas
Quizás algún bien me haráe.— Humillada en los estrados :
El Rey vista la presente,
El Cid envió á llamare, —Señor, hoy hace seis meses
Que venga sobre seguro Que murió mi padre á manos
Que lo quiere perdonare. De un muchacho, que las tuyaí
Para matador criaron.
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. ¿sr;
Cuatro veces he venido Y gentes que iban cautivos;
A tus pies, y todas cuatro Repartiera las ganancias
Alcancé prometimientos, Con los que le habían seguido,
Justicia jamas alcanzo. Los Reyes trajera presos
Don Rodrigo de Vivar, A Vivar, el su castillo;
Rapaz orgulloso y vano, Entrególos á su madre,
Profana tus justas leyes, Ella los ha recibido;
Y tú amparas un profano : Soltólos de la prisión,
Tú le celas, tú le encubres, Vasallaje han conocido,
Y después de puesto en salvo Y a Rodrigo de Vivar
Castigas á tus merinos, Todos lo han bendecido.
Porque no pueden prendallo. Loaban su valentía,
Si de Dios los buenos reyes Sus parias le han prometido;
La semejanza y el cargo Fuéronse para sus tierras
Representan en la tierra Cumpliendo lo que habían dicho.
Con los humildes humanos, (SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc.
Non debiera de ser rey —It. ESCOBAR, Romancero del Cid.)
Bien temido y bien amado, 1
Quien fallesce en la justicia Es uno de los anónimos que incluyó Sepúlveda entre los
suyas, y puede considerarse como de su tiempo y de su es-
Y esfuerza los desacatos. cuela.
¡ Mal lo miras! mal lo piensas!
Perdona si mal te fablo,
Que la injuria en la mujer
Vuelve el respeto en agravio. 738.
—No haya mas, gentil doncella, PIDE JIMENA AL REY QUE LA DESPOSE CON E L C I D , E N
Respondió el primer Fernando, RESARCIMIENTO DE LA ORFANDAD EN QUE LA DEJÓ POR
Que ablandaran vuesas quejas HABER MUERTO Á SU PADRE.—XV.
Un pecho de acero y mármol.
Si yo guardo á Don Rodrigo, (Anónimo *.)
Para vueso bien lo guardo; De Rodrigo de Vivar
Tiempo vendrá que por él Muy grande fama corría:
Convirtáis en gozo el llanto.— Cinco reyes ha vencido
En esto llegó á la sala Moros de la morería.
De Doña Urraca un recado, Soltólos de la prisión
Asióla del brazo el Rey, Do metidos los tenia;
Donde está la Infanta entraron. Quedaron por sus vasallos,
Sus parias le prometían.
(Romancero general. — It. ESCOBAR, Romancero En Burgos estaba el rey
del Cid.) Que Fernando se decia;
1
Parece definesdel siglo xvi. Aquesa Jimena Gómez
Ante el buen Rey parecía :
Humilládose había ant'él
' Y su razón proponía :
737. —Fija soy yo de Don Gómez
RODRIGO PRENDE CtNCO REYES MOROS, QUE LB DAN E L TÍTULO
Que en Gormaz condado había:
Don Rodrigo de Vivar
DE CID, Y SE LE RECONOCEN TRIBUTARIOS. — X I V . Le mató con valentía.
{Anónimo *.) La menor soy yo de tres
Reyes moros en Castilla Hijas que el Conde tenia,
Entran con gran alarido;
De moros son cinco reyes, Y vengo á os pedir merced,
Lo demás mucho gentío. Que me hagáis en este dia,
Pasaron por junto á Burgos, Y es que aquese Don Rodrigo
A Montes-d'Oca han corrido, Por marido yo os pedia.
Témeme por bien casada,
Y corriendo á Belforado, Honrada me contaría,
También á Santo Domingo,
A Nájera y á Logroño,
Todo lo habían destruido.
8 ue soy cierta que su hacienda
a de ir en mejoría,
Y él mayor en el estado
Llevan presa de ganados, Que en la vuestra tierra había.
Muchos cristianos cautivos,
Hombres muchos y mujeres, g aréisme así gran merced,
acer á vos bien vernía,
Y también niñas y niños. Porqu'es servicio de Dios,
¿a se vuelven á sus tierras Y yo le perdonaría
Bien andantes y muy ricos, La muerte que dio á mi padre,
Porque el Rey, ni otro ninguno, Sí él aquesto concedía.—
A quitárselo han salido. El Rey hobo por muy bien
Rodrigo cuando lo supo Lo qué Jimena pedia :
{"»Vivar, el su castillo, Escrebiérale sus cartas,
Mozo es de pocos dias, Que viniese, le decia,
Los veinte años no ha cumplido, A Plasencia donde estaba,
wbalga sobre Babieca, Qu'es cosa que le cumplía.
> con él los sus amigos: Rodrigo, que vio las cartas
Apellidara á la tierra; Que el rey Fernando le envía,
™cha gente le ha venido. Cabalgó sobre Babieca,
wan salto diera en los moros : Muchos en su compañía .
En Montes-d'Oca, el castillo, Todos eran hijosdalgo
Venciera todos los moros Los que Rodrigo traia;
eni
nJ¡L í !10 o s r e
y e s
co cin Armas nuevas traían todos,
yuitftrales la gran presa De una color se vestían; • , , • •
ROMANCERO GENERAL.
Amigos son y parientes, De aquellos siglos dorados,
Todos á él lo seguían. Eran de grana de polvo,
Trescientos eran aquellos Y de vaca los zapatos,
Que con Rodrigo venían. Con dos hebillas por cintas
El Rey salió á recibirlo, Que le apretaban los lados;
Que muy mucho lo quena : Camisón redondo y justo,
Díjole el Rey : — Don Rodrigo, Sin filetes ni recamos,
Agrudézcoos la venida, Que entonces el almidón
Que aquesa Jimena Gómez Era.pan para muchachos;
Por marido á vos pedia, Con jubón de raso negro,
Y la muerte del su padre Ancho de manga, estofado,
Perdonada os la tenia : Que en tres ó cuatro batallas
Yo vos ruego que lo hagáis, Su padre lo habia sudado.
D'ello gran placer habria; Una acuchilada cuera
Hacervos he gran merced, Se puso encima del raso,
Muchas tierras os daria. En remembranza y memoria
—Pláceme, Rey mi señor, De las muchas que habia dado,
Don Rodrigo respondía, Una gorra de Contray,
En esto y en todo aquello Con una pluma de gallo;
Que tu voluntad sería.— Llevaba puesto un tudesco
El Rey se lo agradeció; En felpa todo forrado;
Desposados los habia La tizona rabitiesa,
El obispo de Palencia, Del mundo terror y espanto,
Y el Rey dádole habia En tiros nuevos traia,
A Rodrigo de Vivar Que costaron cuatro cuartos.
Mucho mas que antes tenia, Mas galán que Geríneldos
Y amóle en su corazón, Baja el Cid famoso al patio,
Que todo lo merecía. Donde Rey, Obispo y Grandes
Despidiérase del Rey, En pié estaban aguardando
Para Vivar se volvía, Tras esto bajó Jimena
Consigo lleva su esposa, Tocada en toca de papos,
Su madre la recebia : • Y no con estas quimeras
Rodrigo se la encomienda Que agora llaman hurracos.
Como á su persona misma; De paño de Londres fino
Prometió como quien era Era el vestido bordado,
Que á ella no llegaría Unas garnachas muy justas
Hasta que las cinco huestes Con un chapín colorado,
De ios moros no vencía*. Un collar de ocho patenas
( SEPÜLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc. Con un San Miguel colgado,
—It. ESCOBAR , Romancero del Cid.) Que apreciaron una villa,
Solamente de las manos.
1
Compárese esta gen na tradición del Cid, con la del frag- Llegaron juntos los novios,
mento del poema que citamos en la nota del número 731, y Y al dar la mano y abrazo,
con el romance que señala, para percibir mejor las diferen- El Cid mirando la novia
cias que existen entre el Cid puramente castellano, y el que
desfiguraron los juglares con caracteres propios del feuda- Le dijo todo turbado :
lismo caballeresco. —Maté á tu padre, Jimena,
2
En el poema citado en la nota al romance 731, hace el Pero no á desaguisado,
Cid, como por despecho, la misma promesa de no consumar Mátele de hombre á hombre
su matrimonio, y conservar intacta á su esposa, hasta, que Para vengar cierto agravio.
haya vencido y cautivado cinco reyes moros. En los romances Maté hombre, y hombre doy,
caballerescos de los juglares se ven con frecuencia juramentos Aquí estoy á tu mandado,
de esta clase, donde los paladines ofrecen imponerse priva-
ciones graves hasta obtener una venganza, ó dar cabo á una Y en lugar del muerto padre
aventura. Cobraste marido honrado.—
A todos pareció bien,
Su discreción alabaron,
739. Y así se hicieron las bodas
De Rodrigo el castellano.
CASAMIENTO D E L CID CON J I M E N A . — X V I . {Romancero general. - It. ESCOBA*, Romance
(Anónimo *.) del Cid.)
A Jimena y á Rodrigo i Indica este romance muchas cosas interesantes sobre .as
Prendió el Rey palabra y mano nal1
costumbres viejas, y algunas contrapuestas » ? " " , a))a
De juntarlos para en uno á los usos del ultimo tercio del siglo xvi,'donde üescona^
En presencia de Laín Calvo. un lujo mas refinado que en los anteriores. El inooo uc
Las enemistades viejas ó galardonar los reyes á los que favorecían, a cosut ut
Con amor las olvidaron; bienes de la corona,6 del Estado; el acompañamiento u^
boda, los trajes de los novios, están descritos<4E uui &
Que donde preside amor unzal
claro, sencillo, festivo y un tanto satírico y P ',,'ado
Se olvidan muchos agravios. continente turbado, y el saludo serio, severo, P"» ü

El Rey dio al Cid á Yalduerna , y cortés, que hace el Cid á Jimena al darla la_mano, _
c
m

A Saldañay Belforado, muy bien las costumbres de nuestros tiempos fe" . familias
Y á San Pedro de Cárdena, de era común que la unión y reconciliación ue i m i ¡ i
se sellase con matrimonios entre los agraviaaos.. e
Que en su hacienda vincularon. histórica no hizo Corneille, en su tragedia üei u», ¡je
Entróse á vestir de boda iniciarla, pues en el siglo xvn, y en la corte ae ^
X I V >

d e u n
Rodrigo con sus hermanos; Francia, se hubiera tenido por inmoral el oeseí d e sU

Quitóse gala y arnés drama, en el cual una hija se desposase con el mato
Resplandeciente y grabado: padre.
Púsose un medio botarga
Con unos vivos morados,
Calzas, balona tudesca
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 487
740. Don Rodrigo de Vivar, «
El que la palabra dio
AL MISMO ASUNTO.—XVII. De casarse con Jimena,
{Anónimo .) 1
Ese dia la cumplió :
Y para ir á la iglesia
A su palacio de Burgos , A tomar la bendición,
Como buen padrino honrado, Por mostrar lo que valia, *
Llevaba el Rey á yantar ¡Oh qué galán que salió!
A sus nobles afijados. Que de raso columbino
Salen juntos de la Iglesia Llevaba un rico jubón ,
El Cid, el Obispo y Lain Calvo, Calza colorada y justa,
Con el gentío del pueblo Porque su gusto ajustó,
Que les iba acompañando, Bohemio de paño negro,
por la calle adonde van De raso la guarnición ,
A costa del Rey gastaron La manga larga y angosta
En un arco muy polido Con capilla de buitrón;
Mas de treinta y cuatro cuartos. Jaqueta lleva de raja,
En las ventanas alfombras, Y en ella mucho brahon,
En el suelo juncia y ramos, Y las faldetas tan cortas,
Y de trecho á trecho habia Que se parece el jubón :
Mil trovas al desposado. Lleva un cinto tachonado,
Salió Pelayo hecho toro De plata los cabos son,
Con un paño colorado, Pendiente lleva del cinto
Y otros que le van siguiendo, Un doblado mocador :
Y una danza de lacayos. Zapatos lleva de seda
También Antolin salió De un amarillo color,
A la gineta en un asno, Abiertos y acuchillados
Y Pelaez con vejigas Porque era acuchillador:
Fuyendo de los mochachos. Un collar de piedras y oro
Diez y seis maravedís Que al muerto suegro sirvió,
Mandó el Rey dar á un lacayo La gorra lleva con plumas,
Porque espantaba á las fembras Y un labrado camisón,
Con un vestido de diablo. Y ia tizonada espada
Mas atrás viene Jimena A quien él mucho estimó,
Trabándola el Rey la mano, De terciopelo morado
Con la Reina su madrina, Los tiros y vaina son.
Y con la gente de manto. Todos los grandes le aguardan,
Por las rejas y ventanas" Cuantos en la corte son :
Arrojaban trigo tanto, Sale el Cid, y hácenle campo
Que el Rey llevaba en la gorra, Porque era Cid Campeador.
Como era ancha, un gran puñado, El Rey le lleva á su lado,
Y á la homildosa Jimena Que en hacerlo adivinó,
Se le metian mil granos, Que de otros muy muchos reyes
Por la marquesota, al cuello, Rodrigo le hará señor.
Y el Rey se los va sacando. Todos le llevan en medio
Envidioso dijo Suero, En orden y procesión,
Que lo oyera el Rey, en alto : Y para ir ala iglesia
—Aunque es de estimar ser rey, Todos se mueven á un son.
Estimara mas ser mano.—
Mandóle por el requiebro {Romancero general.)
El Rey un rico penacho, * Repetición de la Idea y pensamiento que se manifiesta <
Y á Jimena le rogó el romance número 739.
Que en casa le dé un abrazo.
Fablándola iba el Rey,
Mas siempre la fabla en vano,
Que non dirá discreción 742.
Como la que faz callando. E L CID VA E N ROMERÍA A SANTIAGO. - - MILAGUe
Llegó á la puerta el gentío D E L GAFO. — XIX.
Y partiéndose á dos lados, l

Quedóse el Rey á comer {Anónimo .)


Y los que eran convidados. Ya se parte Don Rodrigo,
{Romancero general.) Que de Vivar se apellida,
Para visitar Santiago,
isl a
una »í?l ff descripción de las sencillasfiestasy bodas de Adonde va en romería.
los rnrt«' • s
s a b e r s i s e
usaban en tiempo del Cid, entre
I a s
Despidióse de Fernando,
•SBA». «i * costumbres que aqui se retratan. De todas
u s e l
Aquese rey de Castilla,
romance es un cuadro lleno de gracia y de chiste. Que le dio muchos haberes,
Sin dones que dado habia,
Vemte vasallos consigo
Llevaba en su compañía;
741. Mucho bien y gran limosna
TRAJES D E L CID Y DE JIMENA E N E L DÍA Hacia por donde iba :
DE SUS B O D A S . — X V I H .
Daba á comer á los pobres,
Y á los que pobreza habían.
{Anónimo *.) Siguiendo por su camino
Domingo por la mañana Muy grande llanto oia,
guando el claro sol salió Que en medio de un tremeda,,
™as alegre que otras veces Un gafo triste plañía,
ror gozar de la ocasión Dando voces que lo saquen
ROMANCERO GENERAL.
m Por Dios y Santa María. causa que premiaba 6 castigaba. Esta verdad sublime SP h i
Rodrigo cuando lo oye, material y comprensible con supuestos milagros, que lrKm '
11
Para el gafo se venía, jes inventaban ó creían ver, y que esparcían entre el miühí "
Decendiera de la bestia, Ysostener
no se"crea
ei vaioique esta fe de
cusiunanu, la ignorancia
pues contribuyo™ °;
i"»soiuaaos,persuadírlnYH a
En tierra se decendia : sostener
favor delel valor
ciclo quecastellano,
por medio pues
de los
los soldados, persuadido?;
santos obtenían SP n S
En la silla lo subió, jaban á la pelea con entusiasmo; y vencedores, se'em?»
Delante sí lo ponia; ban á la esperanzado otras victorias, y vencidos tornah 1
á pelear en otras ocasiones con mas esfuerzo. No es pitra- *
Llegaron á la posada pues que el pueblo creyese la tradición de la romería /«.i r\¡
Do albergaron aquel dia. á Santiago , ni que aceptase el milagro del Gafo, ni aiinn,
Sentados son á cenar, el mismo .héroe, en circunstancias dadas, la soñase y la diS
Comían á una escudilla. entera fe : en tal época y en casos tales lo imaginario se r W
Gran enojo habían los suyos, funde con !a realidad. Lo cierto es, que si esto fué inventar?'
por los monjes, y creído ademas, también el pueblo lo crevrí
De aquesto que el Cid hacia: y esta tradición es tan remota, cuando menos, como la7rV
No quieren estar presentes, nica del Cid, y la general de España, de donde tomó el »» du
A otra posada se iban. tor el asunto del romance. "
Hicieron al Cid y al Gafo
Una cama en que dormían
Ambos, cuando á media noche, 743.
Ya que Rodrigo dormía,
Un soplo por las espaldas AL MISMO ASUNTO. — X X .
El Gafo dado le había; (Anónimo .) 1

Tan recio fué, que á los pechos Celebradas ya las bodas,


A Don Rodrigo salía. A do la corte yacia
Despertó muy espantado, De Rodrigo con Jimena,
Al Gafo buscado habia : A quien tanto el Rey queria,
No lo hallaba en la su cama, El Cid pide al Rey licencia
A voces lumbre pedia. Para ir en romería
Traídole habían la lumbre, Al apóstol Santiago,
El Gafo no parecía; Porque así lo prometía.
Tornado se habia á la cama, El Rey túvolo por bien,
Gran cuidado en sí tenia Muchos dones le daría ;
De lo que le aconteciera, Rogóle volviese presto
Mas vio un hombre que á él venía Que es cosa que le cumplía.
Vestido de paños blancos, Despidióse de Jimena,
Y que aquesto le decía ; A su madre la dada,
—¿Duermes ó velas, Rodrigo? Diciendo que la regale,
— No duermo, le respondía,
Pero dime : ¿ quién tú eres Que en ello merced le baria
Que tanto resplandecías ? Llevaba veinte fidalgos,
— San Lázaro soy, Rodrigo, Que van en su compañía :
Yo, que á te hablar venía; Dando va muchas limosnas,
Yo soy el gafo á que tú Por Dios y Santa María,
Por Dios tanto bien hacias. Y allá en medio del camino,
Rodrigo, Dios bien te quiere, Un gafo le aparecía,
Otorgado te tenia Metido en un tremedal,
Que lo que tú comenzares Que salir del no podia.
En lides, ó en otra guisa, Grandes voces está dando;
Lo cumplirás á tu honra Por amor de Dios pedia
Y crecerá cada dia. Que le sacasen de allí,
De todos serás temido, Pues d'ello se serviría.
De cristianos y morisma, Cuando lo oyera Rodrigo
Y que los tus enemigos . Del caballo descendía ;
Empecerte no podrían. Ayudólo á levantar
Morirás tú muerte honrada, Y consigo lo subia.
No tu persona vencida, Lleváralo á su posada,
Tú serás el vencedor, Consigo cenado habia;
Dios su bendición te envía.— ' Ficiérales una cama,
En diciendo estas palabras En la cual ambos dormían.
Luego se desparecía: Hacia allá á la media noche,
Levantóse Don Rodrigo Ya que Rodrigo dormía,
Y de hinojos se ponia; Un soplo por las espaldas
Dio gracias á Dios del cielo, El Gafo dado le habia,
También á Santa María; Tan recio, que por los pechos
Ansí estuvo en oración A Don Rodrigo salia.
Hasta que fuera de día. Despertó muy espantado,
Partiérase á Santiago, Al Gafo buscado habia;
Su romería cumplía; No le hallaba en la cama,
De allí se fué á Calahorra A voces lumbre pedia :
Adonde el buen Rey yacía. Traídole habían lumbre,
Muy bien lo habia recebido ¡ Y el Gafo no parecía.
Holgóse con su venida, Tornádose habia á la cama;
Lidió con Martin González, Gran cuidado en sí tenía
Y en el campo lo vencía. De lo que le aconteciera,
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Mas un hombre á él venía
' Un pueblo que, como el castellano, peleaba por su Dios, Vestido de blancos paños,
por su independencia y por su libertad, contra los enemigos de Desta manera decia. . „
su, fe, nunca consideraba como héroes á los valientes y arro- — ¿Duermes, ó velas, Rodrigo-
jidos, si ademas no eran religiosos y devotos. En sus vic- — No duermo, le respondía;
torias 6 derrotas, el hombre era el instrumento, y Diosla Pero ¿dime tú quién eres,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 489
Oue taflto resplandecías? Que aquesa vuesa cabeza
— San Lázaro soy, Rodrigo, Aquí quedará en el campo :
Oue yo á fablarte venía. Non volveréis á Castilla,
Yo soy el gafo á que tú Ni á Vivar, el vuestro Estado,
por Dios tanto bien facías. Ni Jímena vuestra esposa
Rodrigo, Dios bien te quiere, Jamas vos verá á su lado,
Y otorgado te tenia, Aunque dicen que la amáis, ,
Que lo que tú comenzares Y que d'ella sois amado.— '
Kn lides ó en otra via, De las palabras que ha dicho,
Lo cumplirás á tu honra Mucho á Rodrigo ha pesado,' ,
Y crecerás cada dia : Y con saña muy crecida
De todos serás temido, Ansí le habia hablado :
De cristianos y morisma, — Sois Martin, buen caballejo,
Y que los tus enemigos Notad lo por vos hablado :
Empecer no te podrían. Aquesas vuestras palabras,
Morirás tú muerte honrada , No son de hombre esforzado,
Tu persona no vencida : Que aquesta lid comenzad^,
Tú serás el vencedor, Por manos se habrá librado,
Dios su bendición te envía.— Non por razones livianas
En diciendo estas palabras, De que sois tan abastado.
Luego desaparecía. En la mano de Dios es
Levantóse Don Rodrigo, Lo que habéis vos razonado ,•
Y de hinojos se ponía : Y él dará la honra á quien
Dio gracias á Dios del cielo, Viere qu'es bien empleado.—
También á Santa María, Dijo, y con crecido enojo
Y ansí estuvo en oración Para él se fué denodado;
Hasta que fuera de dia. Muchas heridas le dio,
Partióse para Santiago, En tierra lo ha derribado.
Su romería cumplía; Don Rodrigo se apeó,
De allí se fué á Calahorra, La cabeza le ha cortado,
A donde el buen Rey yacia. Y la sangre de su espada
Reeibiéralo muy bien, Luego la había limpiado.
Holgóse de su venida; Las rodillas por el suelo,
Lidió con Martin González, Las manos puestas en alto,
En el campo le vencía. Muchas gracias daba á Dios
(ESCOBAR, Romancero del Cid.) Que tal victoria le ha dado;
Y díjoles á los jueces,
i Véase el anterior, número 742, del cual es este una repro- Esto les ha preguntado : *
ducción modificada. — ¿Queda aquí mas por hacer
Para que sea del reinado
De mi señor, Calahorra,
744. Sobre que se ha batallado? —
REMITIDA Á DUELO SINGULAR LA POSESIÓN DE CALAHORRA, Respondieron todos juntos :
EL CID, CAMPEÓN POR CASTILLA, VENCE Á MARTIN G O N - — No, caballero esforzado,
ZÁLEZ, QUE LO ERA POR A R A G Ó N . — X X I . Que en la batalla pasada
(Anónimo*.) El derecho le es quitado
A Ramiro, aquese rey,
Sobre Calahorra, esa villa, Que decía ser de su Estado.—
Contienda se ha levantado, Fernando abrazó á Rodrigo,
Entre el buen rey de León, v
Tiénenlo por estimado :
Llamado el primer Fernando, Del Rey era muy querido,
Y Ramiro de Aragón De todo el mundo loado.
Cuyo reino es el nombrado, (SEPÜLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
Que ambos los reyes dicen
Que es villa de su reinado. * No es de Sepülveda, pero sí de la misma clase que los
Por quitar muertes y guerras, suyos.
Los reyes han acordado
Que lidien dos caballeros,
Cada uno de su bando; 745.
Y el que de aquestos venciese, QUÉJASE JIMENA A L CID D E Q U E L A DEJA POR ACUDIR
Que su rey la haya á su mando. Á LAS B A T A L L A S . — X X I I .
Femando nombró á Rodrigo
De Vivar, el muy nombrado; (Anónimo *,)
Ramiro á Martin González, Al arma-, al arma, sonaban
Muy valiente y esforzado. Los pifaros y tambores :
Armados ambos que son, Guerra, fuego, sangre, dicen
En el campo son entrados : Sus espantosos clamores.
En haciendo la señal, El Cid apresta su gente,
Muy recio se han encontrado; Todos se ponen en orden,
Quebraron ambos las lanzas, Cuando llorosa y humilde
Quedaron muy lastimados, Le dice Jimena Gómez :
Mal fétidos de los fierros, —«Rey de mi alma, y d'esta tierra conde,
De los encuentros pasados. «¿Por qué me dejas? ¿Dónde vas? Adonde?»
Martín le dijo á Rodrigo, Que si eres Marte en la guerra,
l>e esta suerte le habia hablado : Eres Apolo en la corte,
— Mucho, Rodrigo, vos pese Donde matas bellas damas,
Ue haber sido tan osado Como allá moros feroces
ue entrar conmigo en batalla Ante tus ojos se postran
"e do saldréis mal pagado; Y de rodillas se ponen
400 ROMANCERO GENERAL.
Los reyes moros, las hijas Le jura de no volver
De Reyes cristianos nobles. Mas al fronterizo campo,
«Rey de mi alma, etc.» Y vivir gozando de ella
Ya truecan lodos las galas Y de su noble condado.
Por lucidos morriones, (Romancero general.)
Por arneses de Milán * Este romance y el que le sigue son de la misma , w , .. .
Los blandos paños de Londres : anterior, que aunque no tan buenos, no carecen de intere
Las calzas por duras grevas,
Por mallas guantes de flores;
Mas nosotros trocaremos 747.
Las almas y corazones.
«Rey de mi alma, etc.» AL MISMO ASUNTO.—XXlv,
Viendo las duras querellas {Anónimo*.).
De su querida consorte,
No puede sufrir el Cid —'Espántame, mi Rodrigo,
Que no la consuele y llore. Que teniendo ya experiencia
—Enjugad, señora, dice, De la fe que hay en mi alma,
Los ojos hasta que torne.— Si es fe la que amor gobierna,
Ella mirando los suyos Que así de mí os ausentéis,
Su pena publica á voces : Pues se sabe que una ausencia
—«Rey de mi alma, y d'esta tierra conde, Suele mudar á las veces
»¿Por qué me dejas? ¿ Dónde vas? Adonde?» Una arraigada firmeza.
{Romancero general.) Yo no sé qué desengaño
Aquestas cosas os muestra,
i Buen romance de la última década del siglo xvi, lleno de O.por qué ansí me tratáis,
ternura y sentimiento. No es tradicional, porque es todo crea- Si no es que queréis que muera,
ción del poeta, que aceptando la situación la expresa con toda «Pues que con larga ausencia
la sensibilidad de su alma. »A Jimena quitáis vida y paciencia.»
Fiáisos en que os adoro,
Y no miráis la inclemencia
746. Del tiempo, que como tiempo
Cualquier tiempo atrás se deja.
QUÉJASE JIMENA DE QUE EL CID ACUDE MAS Á LAS BATALLAS
No os amenazo, Rodrigo,
QUE NO A E L L A . — XXI11. Que no es tal vuestra Jimena,
(Anónimo .)l
Que os fará desaguisado
La noble Jimena Gómez, Aunque celos la hagan guerra.
Hija del conde Lozano, Por dicha ¿ qué veis en mí
Con el.Cid, marido suyo, Que á dejarme ansí os convenza ?
Sobremesa estaba hablando, Diréis que os faltó el querer
Triste, quejosa y corrida Porque os sobró mi firmeza,
En ver que el Cid haya dado « Pues que con larga ausencia
En despreciar su compaña »A Jimena quitáis vida y paciencia.»
Por preciarse de soldado. ¡ Ay pechos de hombres ingratos!
Sospechaba que el enojo Si las fembras conocieran
Del muerto conde Lozano Vuestra tan cierta mudanza,
Vengaba de nuevo en ella, ¡ Cómo ninguna os creyera
Aunque estaba bien vengado; ¿Dó están, Rodrigo, los lloros,
Y con este sentimiento, Las palabras halagüeñas,
Tiernamente suspirando, Los falsos ofrecimientos
Llenos de falsas promesas?
Con lágrimas amorosas Todo el tiempo lo ha mudado,
Así le dijo llorando : De todo, solo me queda
— ¡ Desdichada la dama cortesana, Para mi triste consuelo
Que casa lo mejor que casar puede, Tierno lloro y tierna queja,
Y dichosa en extremo la aldeana, «Pues con tan larga ausencia
Pues no hay quien de su bien la desherede! »A Jimena quitáis vida y paciencia.»
Pues si amanece sola á la mañana,
No hay sueño por la tarde que la vede (Romancero general)
De anochecer al lado de su cuyo,
Segura de la ausencia y daño suyo. * Véase la nota del anterior.
No la despiertan sueños de pelea,
Sino el sediento hijuelo por el pecho;
Con dársele y mecerle se recrea 748.
Dejándole dormido y satisfecho :
Piensa que todo el mundo está en su aldea ENTRE SANT ESTEBAN DE GORMAZ V ATIENZA, DERROTA EL
Y debajo un pajizo y pobre techo, CID Á LOS MOROS, Y HACE EN ELLOS MATANZA Y RICA
De dorados palacios no se cura, PRESA.—XXV.
i
Que no consiste en oro la ventura. {Anónimo .)
Viene el di-santo, múdase camisa, Muy grandes huestes de moros
¡ Y la saya de boda alegremente, A Extremadura corrían :
; Corales y patena por divisa Captivan muchos cristianos;
De gozo y libertad que el alma siente: Acorro ninguno habian.
Vase al solaz, "y en él con gozo y risa A Rodrigo de Vivar
A la vecina encuentra ó al pariente, Los acorra le pedían;
De cuyas rudas pláticas se goza Don Rodrigo, como bueno
Y en años de vejez la juzgan moza.— Sus gentes luego apellida.
No quiso el Cid que Jimena Amigos son y parientes
Se le aqueje y duela tanto, Todos los que le venían :
Y en la cruz de su tizona, En busca va de los moros,
Espada que ciñe al lado, La su seña va tendida.
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 491
El iba por capitán ; Ante el Apóstol muy santo.
Sobre sí buena loriga; Astianos oyó decir
Cabalga sobre Babieca; Que el apóstol Santiago
Placer es de ver cuál iba. Entraba en las grandes lides
Animando va los suyos, Armado y en un caballo
—Nadie muestre cobardía, A pelear con los moros
pues que todos sois hidalgos En favor de los cristianos.
De los buenos de Castilla , El Obispo que lo oyó
Muramos como valientes; Muy mucho le habia pesado :
Aquí es bien perder la vida.— —Non le digáis, caballero,
Entre Atienza y Sant Esteban, Pescador era llamado.—
Que de Gormaz se decia, Y con esta gran porfía
Alcanzado habian los moros; Dormido se habia quedado,
Lid campal habian ferida. Santiago se le aparece
Don Rodrigo los venció; Con llaves en la su-mano,
Libra la gente captiva : Y con muy alegre rostro
Quitábales los ganados, Dijo : — Tú faces escarnio
Siete leguas les seguia : Por llamarme caballero,
Tantos mató de los moros, Y en ello tanto has cuidado,
Que contarse no podían :. Vengo yo ahora á mostrarte
Gran haber ganara d'ellos, Porque no dudes en vano.
Captivos en demasía; Caballero soy de Cristo,
Doscientos son los caballos Ayudador de cristianos
Que á Don Rodrigo cabian; Contra el poder de los moros,
Cien mil marcos el despojo; Y d'ellos soy abogado.—
El todo lo repartía Estando en estas razones
Entre toda la su gente, Traído le fué un caballo;
Comunmente, sin cobdicia. Blanco era y muy hermoso,
A Vivar se habia tornado Santiago le ha cabalgado
Con gran honra que adquiría; Guarnido de todas armas,
De todos es muy loado, Limpias, blancas, relumbrando,
Y del Rey á maravilla.
Y á guisa de caballero
(SEPÚLVEDA, Romanees nuevamente sacados, etc.) A ayudar va al rey Fernando,
Que yace sobre Coimbra
i El asunto está tomado de la crónica, y el romancees Habia ya siete años.
imitación de los fronterizos. —Y con estas llaves mismas,
Dijo, que llevo en mis manos,
Abriría yo el lugar;
749. Mañana el día llegado
GÁNASE Á COIMBRA, DE LOS MOROS, CON LA. AYUDA D E SAN- Daréselo yo al Rey,
TIAGO APÓSTOL. — E L REY ARMA CABALLERO A L C I D , Que lo ha tenido cercado.—
CALZÁNDOLE LAS ESPUELAS LA INFANTA U R R A C A , — X X V I Y en aquesta propia hora
(Anónimo *.) Al Rey la habia entregado.
Nombróse Santa María <
Cercada tiene á Coimbra La mezquita que han hallado,
Aquese buen rey Fernando; Consagrándola en su nombre,
Siete años duró el cerco, Y en ella se habia armado
Que jamas lo hubo quitado, Caballero Don Rodrigo
Porque el lugar es muy fuerte De Vivar , el afamado.
De muros bien torreado. El Rey le ciño la espada;
No hay vianda en el real, Paz en la boca le ha dado,
Que todo lo habian gastado. No le diera pescozada
Ya quieren alzar el cerco, Como á otros habia dado,
Al Rey monjes han llegado Y por hacerle mas honra
De aquese gran monasterio La Reina le dio el caballo,
Que nombrado era Lormano, Y Doña Urraca la infanta,
Que con trabajo crecido Las espuelas le ha calzado.
Habian mucho trigo alzado, Novecientos caballeros
Mucho mijo y aun legumbres, Don Rodrigo habia armado;
Y al Rey todo se lo han dado Mucha honra le hace el Rey
Rogándole no alce el cerco,
Que dañan vianda abasto. Y mucho fuera loado,
El Rey se lo agradeció, Porque fuera muy valiente
Tomó lo que le fué dado, En ganar lo que es contado,
Partiólo por sus campañas, Y en otros muchos lugares
Viandas les han ahondado ; Que á su Rey ha conquistado.
Quebrantaron muchos muros, (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.—
Los moros se han amistado. It. ESCOBAR , Romancero del Cid.)
Dadose habian al Rey i A este suceso, de haberse armado el Cid caballero, aluden
La vi|| todo su algo;
a y
las quejas que da la infanta Doña Urraca, hija riel Rey, en el
solo fincan con las vidas, romance que empieza : Afuera, afuera, Rodrigo, número 774,
Que el Rey se las ha otorgado.
Ln tanto que dura el cerco •
Un romero habia llegado, 750.
Que viene de allá de Grecia E L CID PIDE E L TRIBUTO A L MORO.—XXV11.
Al apóstol Santiago. l

Astiano habia por nombre, (Anónimo .)


Obispo es intituladov Por el val de las Estacas
raciendo estaba oración Pasó el Cid á mediodía,
ROMANCERO GENERAL.
495
En su caballo Babieca : Por ver qué oosa seria,
¡Oh que bien que parecía! A todas partes miraba.
El rey moro que lo supo Hincando la lanza en tierra
A recibirle saiia : En ella el cuerpo afirmaba,
Dijo: —Bien vengas, el Cid: Y oyó una voz que decía,
Buena sea tu venida, Aunque no vio quién la daba :
Que si quieres ganar sueldo, — ¡ Oh ingrata y cruel fortuna
Muy bueno te lo dária, ¿Di si estás de mi vengada,
O si vienes por mujer Pues me has quitado la vida
Darte he una hermana mía.— Y con ella el bien del alma?—
—Que no quiero vuestro sueldo Metióse por la espesura
Ni de nadie lo querría, Por saber quién lamentaba;
Que ni vengo por mujer, Cuando no lejos de sí
Que viva tengo la mia: Vio que un moro se quejaba
Vengo á que pagues las parias Tendido en la fresca yerba,
Que tú debes á Castilla. Que en sangre teñida estaba
—No te las daré yo, el buen Cid, De las heridas que tiene, ;
Cid; yo no te las daría : Que todo el cuerpo le pasan.
Si mi padre las pagó Cuando lo vio Don Rodrigo,
Hizo lo que no debia. Movido de grande lástima,
—Sí por bien no me las das, Apeóse del caballo;
Yo por mal las tomaría. Mas aun no bien se apeaba
—No lo harás así, buen Cid, Víó estar cuatro caballeros,
Que yo buena lanza habia. Y con ellos una dama, ;
—En cuanto á eso, rey moro, Que de ellos se defendía,
Creo nada te debia, Aunque ya cansada estaba; ;
Que si buena lanza tienes, Y como vio á Don Rodrigo
Por buena tengo la mia : A grandes voces le llaftia :
Mas da sus parias al Rey, —Ayudeisme, caballero,
A ese buen rey de Castilla. Si cortesía en vos se halla :
—Por ser vos su mensajero Yo soy Axa, sin ventura
De buen grado las daría. Cautiva del fuerte Audalla.—
Arremetió Don Rodrigo,
{Códice del siglo xvi.) Poniendo en ristre la lanza :
* Se ha entresacado de la glosa que empieza asi: Entre Cas- Los cuatro vienen á él,
tilla y León. Hay otro, número 752, que comienza lo mismo y Y cada cual le encontraba.
tiene algunos versos de este, aunque esa diverso asunto. Per- , No le mueven de la silla,
te necea la clase de los romances viejos, yes de los pocos que se Y él á uno derrocaba :
han conservado sin mucha alteración. No le hemos visto impre-
so, ni la tradición que conserva, consta en otra parte. Vuelve furioso á los tres,
Poniendo mano á la espada :
Dio al uno tan fuerte golpe,
Que en tierra lo derribaba :
1M. Los dos se vuelven huyendo,
DEFIENDE EL CID DE UNA VIOLENCIA Á AXA , DAMA DE AUDA- Y él de ellos no se curaba.
LLA, AL CUAL IBA BUSCANDO PARA COMBATIRLE.—XXVIII. A la dama se volvía
(De Lúeas Rodríguez *.) Por saber lo que pasaba :
Mas la dama temerosa
Cuando el rojo y claro Apolo No le responde palabra,
El hemisferio alumbraba, Antes por la espesura
Y cuando su hermana bella Iba buscando á su Audalla.
En el otro se mostraba, No curó mas de seguirla;
Por una verde espesura Mas en Castilla se entraba;
De árboles bien cercada, Y así hizo buena obra
Donde dulces ruiseñores A quien la pensó hacer mala.
Muy claramente cantaban, (RODRÍGUEZ, Romancero hisforisdo.)
Y donde el céfiro manso
Sabrosamente soplaba, « Solo en este romance hemos visto el hecho 4«M¡¡£¿ JJ¡°
Con esfuerzo y gallardía en él se menciona; y no es extraño, porque mas parece una
Un caballero pasaba uu
aventura caballeresca inventada por el autor de él, qu<¡
En un caballo fogoso hecho propio del Cid y de sus tradiciones.
Bordado el jaez de plata.
Las armas de fino aceró,
Todo de blanco se armaba; 752.
Una lanza larga y gruesa, E L CID COMBATE Y MATA AL MORO ABDALLA, REY
Y en ella veleta blanca. DE SEVILLA.— XXIX.
Ha salido de Castilla,
Y entra bravo en Lusitania : (Anónimo *.)
Solo va á buscar un moro Por el val de las Estacas
Que el fuerte Audalla se llama, El buen Cid pasado había :
Que la fama de sus hechos A la mano izquierda deja
Por toda España volaba. La villa de Constantina.
En medio de su camino En su caballo Babieca,
El caballo se paraba. Muy gruesa lanza traía :
Don Rodrigo es de Vivar, Va buscando al moro Abdalla,
Que con la espuela le daba; Que enojado le tenia.
Mas el caballo por eso Travesando un antepecho,
Adelante no pasaba. Y por una cuesta arriba,
Cómo esto vido Rodrigo Dábale el sol en las armas,
Kn los estribos se alzaba: ¡Oh qué bien que parecí»'.
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPASA. 493
V¡do ir al moro Abdalla Con un rey está sentado,
Por un llano que allí liabia, Y que cuanto yo poseo
Armado de fuertes armas ; El Cid me lo ha conquistado,
Muy ricas ropas traia. Y que yo estoy muy contento
Dábale voces el Cid; En tener tan buen vasallo.
D'esta manera decía : El Cid despidió á los moros
—Espéresme, moro Abdalla , Con dones que les ha dado,
No demuestres cobardía.— Siendo dende allí adelante
A las voces que el Cid daba El Cid, Ruiz Díaz llamado,
El moro le respondía : Apellido, entre los moros,
—Muchos tiempos ha, buen Cid, De home de valor y estado.
Oue esperaba yo este día, [Romancero general.— It. ESCOBAR , Romancero
Porque no hay hombre nacido del Cid.)
De quien yo me escondería; 1

Porque desde mi niñez Aquí se llalla el Cid perfectamente caracterizado por sus
procedimientos leales hacia el Rey.
Siempre huí cobardía.—
—Alabarte, moro Abdalla
Poco te aprovecharía;
Mas si tú eres lo que dices 754.
En esfuerzo y valentía, AL MISMO A S U N T O . — XXXI.
Sé que á tiempo eres venido
Que menester te sería.— (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Estas palabras diciendo En Zamora estaba el Rey
Contra el moro arremetía; Que Fernando se decia,
Encontróle con la lanza, Con el está Don Rodrigo
En el suelo le derriba; De Vivar en nombradla.
Cortárale la cabeza, Mensajeros han llegado
Sin le hacer descortesía. Que á Don Rodrigo le envían
(TIMONEDA, Rosa española. It. WOLF, Rota Sus vasallos, reyes moros;
de romances.) Grandes haberes traian.
Son las parias que le dan
t El hecho que aquí se cita, solo en este romance se conser Después que á ellos vencia.
va. Es de la clase de los que reformó Timoneda, y una trova Quiérenle besar la mano;
del número 750. Rodrigo no corísentia
Hasta besar la del Rey,
Y ellos luego lo cumplían.
753. Después que se la han besado
EL CID HACE QUE LOS REYES MOROS SUS TRIBUTARIOS P R E S - A Rodrigo se volvían;
TEN HOMENAJE AL REY FERNANDO Y L E ENTREGUEN LOS Hincados están de hinojos,
TRIBUTOS.—XXX. Y las manos le pedían.
{Anónimo ' . ) • Rodrigo se las ha dado;
Los mensajeros decian :
En Zamora está Rodrigo —Cid Rui Díaz, tus vasallos,
En corte del rey Fernando, Como á señor que te estiman,
Padre del rey sin ventura Te envían este presente,
A quien llamaron Don Sancho, Las parias son que debían.
Cuando llegan mensajeros Besante tus pies y manos;
De los reyes tributarios Para tí gran bien querían,
A Rodrigo de Vivar, Por que tú, Cid, lo mereces,
Al cual dicen humillados : Y eres el mejor que habia,
—Buen Cid, á tí nos envían Tiénense por muy dichosos,
Cinco reyes tus vasallos, Porque tú, Cid, los vencías.—
A te pagar el tributo,
Que quedaron obligados, Rodrigo tomó el presente,
El quinto al Rey ofrecía :
Y por señal de amistad Conócele señorío;
Te envían mas cien caballos, Mas el Rey no lo quería.
Veinte blancos como armiños, Mucho se lo agradeció
Y veinte rucios rodados, Y á los suyos les decia :
Treinta te envían morcillos, —D'este día en adelante,
Y otros tantos alazanos, —Cid á Rodrigo le digan;
Con todos sus guarnimientos Pues moros se lo llamaron,
De diferentes brocados, Mucho á el le convenía.»
Y amas á Doña Jimena
Muchas joyas y tocados, (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
Y á vuestras dosfijasbellas
Dos jacintos muy preciados,
Dos cofres de muchas sedas 755.
Para vestir tus íidalgos — E L CID SE OPONE A QUE E L REY SE RECONOZCA FEUDATARIO
El Cid les dijera : —Amigos, DEL IMPERIO , AUNQUE E L PAPA LO HABÍA MANDADO. —
ti mensaje habéis errado, • VENCE A L CONDE DE S A B O Y A . — XXXII.
Porque yo no soy señor
Adonde está el rev Fernando : (Anónimo.)
lodo es suyo, nada es mió, La silla del buen Sant Pedro
•o soy su menor vasallo.— Víctor Papa la tenia,
til Rey agradeció mucho Y el Emperador Enrique '
La h u |
m i d a c ldel Cid honrado, Ante él se humilló y decia :
> ayo á los mensajeros ; —Ante vos, el Padre Santo,
—Decidles á vuestros amos , Mi querella proponía
Hue aunque no es rey su señor Contra aquese rey Fernando.
ROMANCERO GENERAL.
mi
Que á Castilla y León tenia, A todos desafiaba,
Porque todos los cristianos Y que buscarlos quería.
Por señor me obedecían, Ocho mil y novecientos
Solo él no me conoce Caballeros ya venían,
Ni mi tributo me envía : Parte de ellos son del Rey,
Constreñidle, Santo Padre, Y otros que el buen Cid tenia :
Que me obedezca este día.— Por Capitán general
El Papa envió su mandado A Don Rodrigo tenían.
En que pedido le liabia Pasaron los puertos de Aspa,
Que le fuese tributario, Y al encuentro les salía
So pena que enviaría Ramón, conde de Saboya,
Y daría su cruzada Con muy gran caballería.
Porque no le obedecía. Con el Cid hubo batalla,
Muchos reyes que allí estaban La lid fué mucho ferida,
Que en concilio presidían , Mas Rodrigo venció al Conde,
Retaban al rey Fernando Y en la prisión lo ponía.
Si esto cumplir no quería. Soltólo con las rehenes
El Rey cuando vio las cartas, De una hija que tenia ;
Pena recibido habia, En ella hubo el buen Rey
Porque si esto va adelante, Un fijo que se decia
A sus reinos mal vendría. Don Fernando, cardenal
A los sos honrados homes De ese reino de Castilla.
Su consejo les pedia; También Don Rodrigo Díaz
Ellos al Hey aconsejan Otra batalla vencía
Faga lo que le pedían, Del mayor poder de Francia,
Porque de ser obediente Que al encuentro le salía,
Al Papa, á él convenía, Sin que el Rey se hallase en ella,
Y si facerlo no quiere Que atrás quédádose había. .
A sus reinos mal vendría, Los reyes y emperadores
Porque vendrán contra él Con toda la su valía
Reyes que lo desafían. Cuando vieron el estrago,
No estuvo en este consejo Que el buen Cid faciendo iba,
El buen Cid, que ¡do se liabia Por merced piden al Papa ;
A ver á Jimena Gómez, Que al Rey Fernando le escriba
Su esposa, que bien quería, Que á Castilla se volviese,
Y liabia muy poco tiempo Que tributo no querían ;
Que el buen Cid la conocía. Que contra el poder del Cid
Estando fablando en esto Ninguno se ampararía.
Don Rodrigo entrado habia ; El Rey cuando víó el mensaje
El Rey cuando vido al Cid A su tierra se volvía:
Lo que ha pasado decia, Túvose por muy contento,
Y al Cid se lo agradecía.
Y rogólo le aconseje
Lo que sobre eso haría. (SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, et
El Cid cuando tal oyó — It. ESCOBAR , Romancero del Cid.)
El corazón le dolia :
Fabló su razón al Rey, i Dlcese que esta contienda provino de que Fernando 1.de
D'esta manera decia : Castilla, viéndose dueño de la mavor parle de España, tomo el
—Rey Fernando, vos nacisteis título de emperador, lo cual ofendió i Enrique III, que lo era
entonces de Alemania. Aunque la contienda entre el Rey y ei
En Castilla en fuerte dia, Papa sea histórica, parece fabuloso cuanto pertenece a tas
Si en vuestro tiempo ¡ha de ser batallas singulares del Cid, por mas que se mencionan en su
A tributos sometida, crónica.
Lo cual nunca fué hasta aquí,
¡Gran deshonra nos sería!
Cuanta honra Dios nos dio, 756.
Si tal facéis, es perdida. E L R E Y Y E L CID ACUDEN Á ROMA , V ESTE DERRIBA LA SI-
Quien esto vos aconseja L L A D E L DE FRANCIA PARA DAR LUGAR PREFERENTE A LA
Vuestra honra no quería, DEL DE C A S T I L L A . — X X X I I I .
Ni de vuestro señorío
Que á vos, Rey, obedecía. (Anónimo*.)
Enviad vuestro mensaje A concilio dentro en Roma
Al Papa y á su valía, El Padre Santo ha llamado.
Y á todos desafiad Por obedecer al Papa,
De vuesa parte y la mía. Este noble rey Fernando
Pues Castilla se ganó Para Roma fué derecho,
Por los reyes que ende había, Con el Cid acompañado.
Ninguno les ayudó Por sus jornadas contadas
De moros á la conquista: En Roma se han apeado :
Mucha sangre les costó, El Rey con gran cortesía
La vida me costaría Al Papa besó la mano,
Antes que pagar tributo , Y el Cid y sus caballeros
Pues á nadie se debía.— Cada cual de grado en grado:
El Rey lo tuvo por bien En la iglesia de San Pedro
Lo que el buen Cid le decia : Don Rodrigo había entrado,
Al Papa envió el mensaje, Do vido las siete sillas
Y por merced le pedía De siete revés cristianos,
No ayude tal sinrazón Y vio la del rey de Francia
Sobre lo que no la habia ; Junto á la del Padre Santo,
Y al emperador Enrique Y la del Rey su señor
Y a aquellos que lo seguían, Un estado mas abajo.
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. m
Fuese á la del rey de Francia, «¿Qué ley de Dios vos enseña
Con el pié la ha derribado; «Que podáis por tiempo tanto,
La silla era de marfil, «Cuando afincáis en las lides,
Hecho la ha cuatro pedazos, »Descasar á los casados?
Y tomó la de su Rey «¿Qué buena razón consiente
Y subióla en lo mas alto. «Que á un garzón bien domeñado,
Habló allí un honrado duque «Falagüeño y homildoso
Que dicen el Saboyano: » Le mostréis á ser león bravo?
—Maldito seas, Rodrigo, «¿Y que de noche y de dia
Del Papa descomulgado, «Le traigáis atraillado
Porque deshonraste un Rey «Sin soltalle para mí
El mejor y mas preciado.— «Sino una vez en el año?
Oyendo el Cid sus razones «Y esa que me le soltáis,
D esta manera tía fablado : «Fasta los pies del caballo
—Dejemos los reyes, Duque, «Tan teñido en sangre viene
Y si os sentís agraviado «Que pone pavor mirallo;
Hayámoslo entre los dos; » Y cuando mis brazos toca,
De mí á vos sea demandado.— «Luego se duerme en mis brazos:
Allegóse cabe el Duque, «En sueños gime y forceja,
s
Un gran rempujón le ha dado : «Que cuida que está lidiando.
El buque sin responder «Apenas el alba rompe
Se quedó muy mesurado. «Cuando lo están acuciando
El Papa cuando lo supo «Los esculcas y adalides
Al Cid ha descomulgado; «Para que se vuelva al campo.
Sabiéndolo el de Vivar »Llorando vos lo pedí,
Ante el Papa se ha postrado. «Y en mi soledad cuidando
—Absolvedme, dijo, Papa, «De cobrar padre,-y marido,
Si no, seráos mal contado.— «Ni uno tengo, ni otro alcanzo;
(TIMONEDA, Rosa española.—H. ESCOBAR, «Que como otro bien no tengo,
Romancero del Cid.) »Y me lo habedes quitado,
«En guisa le lloro vivo,
i Del asunto todo fabuloso de este romanee se hace men-
a
«Cual si estuviera finado.
tion en la parte 1. , cap. xa del Quijote. «Si lo facéis por honralle,
s En la Rosa española, este verso y los dos siguientes se «Mi Rodrigo es tan honrado
sustituyen así: «Que no tiene barba, y tiene
Un gran bofetón le ha dado. «Cinco reyes por vasallos.
El Duque le respondió : «Yo finco, señor,en cinta,
—Demándetelo el diablo, etc. «Que en nueve meses he entrado ,
«Y me podrán empecer
«Las lágrimas que derramo.
757. «Non permitáis se malogren
BARTA DE JIMENA AL R E Y , QUEJÁNDOSE DE QUE OCUPÁNDOLE
«Prendas del mejor vasallo
EN GUERRAS, TIENE SIEMPRE A L CID APARTADO DE ELLA :
«Que tiene cruces bermejas,
PÍDELE SE LO SUELTE SIQUIERA PARA QUE LA ASISTA E N
«Ni á Rey ha besado mano.
SU PRÓXIMO P A R T O . — X X X I V .
«Respondedme en puridad
1
«Con letras de vuesa mano,
(Anónimo .) «Aunque al vueso mandadero
En los solares de Burgos «Le pague yo su aguinaldo.
A su Rodrigo aguardando, «Dad este escrito ajas llamas,
Tan en cinta está Jimena, «Non se faga de palacio,
Que muy cedo aguarda el parto. «Que á malos barruntadores
Cuando ademas dolorida, «Non me será bien contado.»
Una mañana en di-santo, (Romancera general.— It. ESCOBÍR , Romancero
Bañada en lágrimas tiernas del Cid.)
Tomó la pluma en la mano,
Y después de haberle escrito I Este romance y el que sigue, aunque no antiguos, son
quizá los mejores de los del Cid. Hay en el primero tanta na-
Mil quejas á su velado, turalidad , tanto hechizo mujeril, tanta ternura, que conmueve
Bastantes á domeñar dulcemente. ¿Cómo fuera posible resistir á los ruegos de
Unas entrañas de mármol, Jimena? ¿qué cuerda del corazón del hombre deja de tocar,
De nuevo tomó la pluma, que pueda atraerle á sus deseos? Nuevamente desposada , ya
Y de nuevo tornó al llanto, teniendo abrazado sin fruto á su marido por el cansancio de
lides, ya desprendiéndose de su seno para correr presuroso á
Y d'esta guisa le escribe ellas, ya ausente de él, como viuda desamparada se le pide al
Al noble rey Don Fernando. Rey presentándose como próxima á ser primera vez madre; se
«A vos, ¡ señor el Rey,
m
le pide ensalzándole y con dulces reconvenciones, con humil-
»e,l bueno, el aventurado, des y decorosos ruegos. Parece haber adivinado y penetrado el
»W magno, el conqueridor, poeta su secreto á la naturaleza, ó que esta se le reveló por un
especial privilegio. •
»M agradecido, el sabio,
"La vuesasierva Jimena,
»F'ja del conde Lozano, 758.
»A quien vos marido disteis RESPUESTA DEL REY Á LA CARTA DE JIMENA.—XXXV.
»»ieni así como burlando,
»Desda Burgos os saluda (Anónimo *.)
»Donde vive lacerando: Pidiendo á las diez del dia
»r as vuesas andanzas buenas . Papel á su secretario ,
•Llévevoslas Dios al cabo. A la carta de Jimena
»* «donadme, mi señor, Responde el Rey por su mano.
»b noosfablomuyensalvo, Después de facer la cruz,
Xt . m
?' l
? lante o s
tengo Con cuatro puntos y un rasgo,
"Non puedo disimulallo. Aquestas palabras linca
ROMANCERO GENERAL.
A guisa de cortesano : «A la Virgen, vos alumbre
« A vos, Jimena la noble, «En los peligros del parto.»
«La del marido envidiado, (K
TelCiÍ) S m e r a l U
' ~ ' E s C 0 B A R
' Zwncero
»La homildosa, la discreta,
»La que cedo espera el parto , i Digno es este romance del anterior; bello es tamhipn i
¡>E1 Rey que nunca vos tuvo interesante. El Rey responde á las quejas de Jimena I !
»Talante desmesurado, penetrando en lo Intimo de su corazón, y adivinando la «íw>
«Vos envía sus saludes cié de artificio propio del bello sexo cuando pretende tseñnrií
s En fe de quereros tanto. para alcanzar el logro de sus deseos. El Rey con una delirad
«Decísme que soy mal rey cortesana y dulce ironía discute las quejas de Jimena vwS
«Y que descaso casados, la dignidad de un monarca precisado por el bien del Estado s
desoír los ruegos de una dama, la consuela de su neeativa
«Y que por los mis provechos regalándola y lisonjeándola con todo aquello que puede d i?
»Non curo de vuesos daños : cificar sus penas, y ensalzar sus esperanzas.
«Que estáis de mí querellosa
«Decis en vuesos despachos,
«Que non vos suelto el marido 759.
«Sino una vez en el año ,
«Y que cuando vos le suelto JIMENA SALE Á MISA B E PARIDA : DESCRÍBESE SU CORTEJO
¡>En lugar de falagaros, Y T R A J E . — XXXVI.
«En vuesos brazos se duerme (Anónimo *.)
«Gomo viene tan cansado. Salió á misa de parida
»Si supiérades, señora, A San Isidro en León
«Que vos quitaba el velado La noble Jimena Gómez,
«Por mis enamoramientos, Mujer del Cid Campeador.
«Fuera con razón quejaros; Para salir, de contray
«Mas si solo vos lo quito Sus escuderos vistió;
«Para lidiar en el campo Que el vestido del criado
«Con los moros convecinos,' Dice quién es el señor.
«Ñon vos fago mucho agravio. Un jubón de grana fina
«A non vos tener en cinta, La bella dama sacó,
«Señora, el vueso velado, Con fajas de terciopelo
«Creyera de su dormir Picadas de dos en dos;
«Lo que me habedes contado; De lo mismo una basquina
«Pero si os tiene, señora, Con la mesma guarnición,
«Con el brial levantado... Donas que la diera el Rey
»No se ha dormido en el lecho El dia que se casó,
«Si espera en vos mayorazgo :
»Y si en el parto primero Y con los cabos de plata
«Un marido os ha faltado, Un muy rico ceñidor,
«ÍJo importa, que sobra un rey Que á la Condesa su madre
«Que os fara cien mil regalos. El Conde en donas le dio.
«Non le escribades que venga, Lleva una cofia de papos
«Porque aunque este á vueso lado, De riquísimo valor,
«En oyendo el atambor Que le dio la infanta Urraca
«Será forzoso dejaros. El dia que se veló;
»Si non hubiera yo puesto Dos patenas lleva al cuello
«Las mis huestes á su cargo * Puestas con mucho primor,
«Ni vos fuerais mas que dueña, Con San Lázaro y San Pedro
«Ni él fuera mas que un fidalgo. Santos de su devoción,
«Decis que vueso Rodrigo Y los cabellos que al oro
«Tiene reyes por vasallos : Disminuyen su color,
»¡Ojalá como son cinco A lasr espaldas echados,
«Fueran cinco veces cuatro! De todos hecho un cordón.
«Porque teniéndolos él Lleva un manto de contray,
«Sujetos á su mandado, Porque las dueñas de honor,
«Mis castillos y los vuesos Mientras mas cubren su rostro,
«No hubieran tantos contrarios. Mas descubren su opinión.
«Decis que entregue á las llamas Tan hermosa iba Jimena
«La carta que me habéis dado : Que suspenso quedó el sol
«A contener herejías En medio de su carrera
«Fuera digna de tal pago; Por podella ver mejor,
«Mas si contiene razones Y á la entrada de la Iglesia
«Dignas de los siete sabios, Al rey Fernando encontró,
«Mejor es para mi archivo Que para metella dentro
«Que non para el fuego ingrato : De la mano la tomó.
«Y porque guardéis la mía Dijo el Rey : — Noble Jimena,
»Y non la fagáis pedazos, Pues el buen Cid Campeador,
«Por ella á lo que pariérdes Vueso dichoso marido
«Pormeto buen aguinaldo. Y mi vasallo el mejor.
»Si fijo, prometo dalle Que por estar en las lides
«Una espada y un caballo, Hoy de la iglesia faltó,
«Y dos mil maravedis A falta del brazo suyo
«Para ayuda de su gasto. Yo vuestro bracero soy;
«Si fija, para su dote Y á aquesa fermosa Infanta
»Prometo poner en cambio Que el cielo divino os dio,
«Desde el dia que naciere, Mando mil maravedís
«De plata cuarenta marcos. Y mi plumaje el mejor.—
«Con esto ceso, señora, Non le agradece Jimena
»Y no de estar suplicando Al Rey tanto su favor;
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. Í91
Oue le ocupa la vergüenza, Y esperando la respuesta
Y á sus palabras la voz. Dio principio al tierno llanto,
Las manos quiso Jimena Poniendo fin á sus quejas.
Besarle, y él las huyó : (Romancero general.—ESCOBAR, Romancero del Cid.)
Acompañóla en la iglesia, 1

Y á su casa la volvió. Este romance presenta un ejemplo, entre muchos que


contiene nuestra historia, de la idea que los reyes de España
(ESCOBAR, Romancero del Cid.) tenían de ser personalmente duchos de todas las tierras con-
, upísimo romance, lleno de candor y sencilla cortesanía quistadas ó adquiridas, y de que podían repartirlas y dividirlas
Liíor^ra Es una buena descripción de las costumbres y entre sus hijos. Portan funesta costumbre, Don Sancho el Ma-
g g nuestros antepasados. yor de Navarra, haciendo cuatro pedazos los Estados que reu-
nió en su cabeza, dejó el reino de Castilla á Don Fernando I,
quien adquirió luego el de León, representando á su esposa
Doña Sancha, hermana y heredera de Don Bermudo, á quien
760. mató Fernando en batalla dada cerca de Carrion. Siguiendo
TESTAMENTO E L B E Y F E R N A N D O , OLVIDANDO EN ÉL
tan mala costumbre el rey Fernando, partió sus reinos entre
sus hijos; y no escarmentado de lo que á él le pasó, dio lugar
A SUS H 1 J A S
- —
"RUACA L E INCREPA SOBRE E S T E OLVI- á la desastrosa lucha emprendida por su hijo Don Sancho con-
DO, _ _ X X X V I I . tra sus hermanos, Don García rey de Galicia, Don Alfonso
(Anónimo *.) rey de León, y sus hermanas Urraca, señora de Zamora, y Do-
ña Elvira que lo fué de Toro. El romance parece ser de los do-
Acababa el rey Fernando ce ó catorce últimos años del siglo xvi.
De distribuir sus tierras
Cercano para la muerte
Que le amenaza de cerca,
Cuando por la triste sala, 761.
De negro luto cubierta, RESPONDE E L R E Y Á LAS QUEJAS D E URRACA, Y LA DEJA
La olvidada infanta Urraca Á ZAMORA POR L E G A D O . — X X X V I I I .
Vertiendo lágrimas entra; (Anónimo^.)
Y viendo á su padre el Rey, Atento escucha las quejas
Con debida reverencia De su fija Doña Urraca
De hinojos ante la cama El noble rey Don Fernando
La mano le pide y besa; Desafuciado en la cama.
Y después de haber mostrado De su libertad se pena,
Con tierno llanto sus quejas, Va á responder y no habla,
Mostrando la voz humilde, Que enmudece hasta á los reyes
Así la Infanta se queja: Una mujer libertada ;
—Entre divinas y humanas, Mas por poder juntamente
¿Qué ley, padre, vos enseña Responder y remedialla,
Para mejorar los homes Arrancó palabras, antes
Desheredar á las fembras? Que se le arrancase el alma.
—Si cual lloras por facienda ,
A Alfonso, Sancho y García, Por la mi muerte lloraras,
Que están en vuesa presencia, Non dudo, querida fija,
Dejais todos los haberes, Que mi vivir se alargara.
Y de mí non se vos lembra. ¿Qué lloras, sandia mujer,
Non debo ser vuesa fija, Por las tenencias humanas,
Que os forzara si lo fuera Pues ves que de todas ellas
A tener de mí lembranza Solo llevo hoy la mortaja ?
La vuesa naturaleza. A este restante de vida,
Si legítima non soy, Que me queda, rindo gracias,
Maguer que bastarda fuera, Pues que solo en él consiste •
De alimentar los mestizos El dejar tú de ser mala.
Habedes naturaleza, Cuando parta, iré derecho
Y si ansí non es, decid : A la celestial morada,
¿Qué culpa me deshereda? Pues me ha sido purgatorio
¿Qué desacato vos fice El fuego de tus palabras.
Que tal castigo merezca ? A tus hermanos envidias;
Si tal tuerto me facéis, Mas non atiendes, cuitada,
Las naciones extranjeras Que con la renta les dejo
i los vuesos homes buenos Obligación de guardalla.
¿Qué dirán cuando lo sepan? Ellos con mucho están pobres,
Que non es derecho, non, Y tú estás rica sin nada,
Ni tal es razón que sea, Porque las nobles mujeres
Pudiendo ganalla en lides, Entre paredes se pasan.
Dar á los homes facienda. Que eres mi hija confieso,
Dejaisme desheredada, Pero saliste liviana :
Pero catad que soy fembra, En liviandades pensé
¿.lo que podré facer Al tiempo que te engendrara.
Sm varón y sin facienda. Parióte madre honorosa,
si, tierras no me dejais Mas entregáronle á un ama,
•reme por las ajenas, Que con tus palabras muestras
i por cubrir vueso tuertó lira la leche villana.
Negare ser fija vuesa. Dices que á tierras aj«nas
™ iraje de peregrina Te irás; pero no me espanta
^roe iré, mas faced cuenta Que la que se va de lengua,
yue las romeras á veces A ser infame se vaya.
oueienfincaren rameras. Mas por si puedo atajar
Tu denuedo y tus palabras,
sangre noble me acompaña, Tras de las mandas que he fecho
«as cuido que mi nobleza Quiero facer otra manda.
^ornoextraña olvidaré, No quiero dejarte pobre
q U ov t a l m e
Ta?« n ? l desechas.-
, ._ - iaies palabras habló,
T. x 52
498 ROMANCERO GENERAL.
Porque lo dicho non fagas; Como una mujer errada,
Que aunque eres noble mujer, Y este mi cuerpo daria
Eres muy determinada. A quien bien se me antojara,
Por tuya dejo á Zamora A los moros por dinero
Bien guarnida y torreada, Y á los cristianos de gracia :
Que para tus desvarios . De lo que ganar pudiere
Convienen fuertes murallas. Haré bien por vuestra alma.—
Homes buenos hay en ella Allí preguntara el Rey :
Para servirte y guardalla; —¿Quién es esa que asíliabla?
De sus consejos te fía Respondiera el Arzobispo :
Y de mis tesoros gasta. —Vuestra hija Doña Urraca
Si guardé tal posesión —Calledes, hija, calledes,
Bien hube de tí membranza; No digades tal palabra,
Tenia tú de que semejes Que mujer que tal decia,
A tu sangre y á tu casta. Meresce de ser quemada.
A quien te quite á Zamora Allá en Castilla la Vieja
La mi maldición le caiga.— Un rincón se me olvidaba ,
Todos responden amen, Zamora habia por nombre,
Sino Don Sancho, que calla. Zamora la bien cercada;
¡Romancero general.— It. ESCOBAR, Romancero De una parte la cerca el Duero,
del Cid.) De otra, Peña tajada; (

Del otro la Morería :


i A pesar de afectarse un lenguaje antiguo, no nos parece ¡ Una cosa es muy preciada!
que este romance lo sea mas que el anterior. ¡Quien os la tomare, hija,
La mi maldición le caiga!
Todos dicen amen, amen,
762. Sino Don Sancho, que calla.
HACE EL REY TESTAMENTO, Y HABLA Á UN BASTARDO SUYO, {Cancionero de romances. — It. TIMOSEDA , Rosa
DESEANDO Y ESPERANDO QUE SEA PAPA.—XXXIX. Española.)
(Anónimo *.) i De lo contenido en este romance se hace mención en el
Doliente se siente el Rey, Quijote, parte 2.¡>, cap. v.
Este buen rey Don Fernando; * La construcción y lenguaje de este romance hace presu-
Los pies tiene hacia el oriente mir que puede pertenecer á mediados del siglo xv.
Y la candela en la mano.
A su cabecera tiene ÉPOCA DE DON SANCHO II DE CASTILLA, LLA-
Arzobispos y perlados, MADO EL VALIENTE.—SEGUNDA PARTE DE LOS
A su man derecha tiene ROMANCES D E L CID, CON E L EPISODIO DE LOS
A sus hijos todos cuatro. D E L CERCO Y RETO DE ZAMORA. '
Los tres eran de la Reina
Y el uno era bastardo :
Ese que bastardo era 764.
Quedaba mejor librado. E L REY SANCHO, PRISIONERO D E SU HERMANO GARCÍA, ES LI-
Arzobispo es de Toledo, BERTADO POR ALVAR FAÑEZ; Y E L CID VENCE Y PRENDE A
Maestre de Santiago, SU CONTRARIO.—XLI.
Abad era en Zaragoza, (Anónimo.)
De las Españas primado. El rey Don Sancho reinaba *
—Hijo, si yo no muriera En Castilla su reinado,
Vos fuérades Padre Santo, Y en Galicia Don García,
Mas con la renta que os queda Que de Don Sancho es hermano.
Vos bien podéis alcanzarlo.— Sobre los reinos los dos
Ellos estando en aquesto Mucho habían guerreado,
Entrara Urraca Fernando,
Y en batalla muy sangrienta
Y vuelta hacia su padre Ambos reyes se han hallado.
D'esta manera ha fablado. Muchos mueren de sus gentes :
{Cancionero de romances.) Prendió García á Don Sancho,
4
Aun siendo fabuloso el asunto del romance, no es menos Diéralo á seis caballeros
verdad que las grandes digniáades de la Iglesia las ocuparon Que lo tengan á recaudo;
frecuentemente los hijos bastardos de los reyes y de los poten- Va en alcance de la gente
tados. Parece composición de los primeros años del siglo xvi. Que tenia el Rey su hermano.
Don Sancho que se vio preso
Gran enojo habia cobrado;
763. Dijo á los que le guardaban
QUÉJASE ORRACA PORQUE EL REY LA DESHEREDA ¡ ESTE LA
Que le dejen ir en salvo,
LEGA A ZAMORA.— LO APRUEBAN TODOS , MENOS SANCHO,
Faráles grandes mercedes,
SU HERMANO.—XL.
Siempre les dará gran algo,
1 Y en el reino de su rey
(Anónimo .) Non fará desaguisado.
Morir vos queredes, padre, Respondieron todos juntos
Sant Miguel vos haya el alma; No harían lo que ha mandado,
Mandástedes vuestras tierras Fasta que vuelva su rey
A quien bien se os antojara. Y ponga en ello recado.
Diste á Don Sancho á Castilla, Estando Don Sancho preso
Castilla la bien nombrada Alvar Fañez ha llegado,
A Don Alonso á León, Y á los que al Rey tienen preso
Y á Don García á Vizcaya. D'esta manera ha fablado :
A mi, porque soy mujer, — ¡Traidores, dejad mi Rey,
Dejaisme desheredada : Que tenéis aprisionado! —
Irme he yo por estas tierras Y arremetiendo con ellos
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 499
Con todos ha peleado : Junto al rio de Carrion •
Derribara á los dos d ellos, Los reyes han batallado:
Los cuatro huyeron del campo: De sus gentes mueren muchas»
Don Sancho quedando libre Don Sancho perdiera el campo,
De los que le habian guardado, Y huyera de la batalla,
A muy grandes voces dice : Triste iba y muy cuitado.
—Venia aquí, mis vasallos, Alfonso mandó á su gente
Acordaos, mis caballeros, Que no maten los cristianos;
Del prez que los castellauos Gran mancilla tiene de ello,
Ganasteis en las batallas De su hermano se ha quejado
Y lides do habéis entrado , Por haber sido la causa
No lo queráis hoy perder Del rompimiento pasado.
Sino adelante llevarlo.— Rodrigo Diaz de Vivar,
Cuatrocientos caballeros Ese buen Cid afamado,
Con él se habian juntado, A Don Sancho su señor
Y estando ya todos juntos Estábalo conhortando,
El buen Cid habia asomado: Dijole : — Rey y señor,
Caballeros trae trescientos, Verdad es lo que os fablo,
Y todos son fljosdalgo. Y es que las gentes gallegas,
Cuando Don Sancho los vido Que están con el vueso hermano,
Muy gran esfuerzo ha cobrado, Agora están bien seguras (.
Y á sus caballeros dijo : En sus posadas folgando,
—Bajemos luego á lo llano, Y no se temen de vos, *
Que pues el Cid es venido Ni de los del vueso bando :
Nuestro será hoy el campo.- Faced volver los que fuyen,
Recibió bien á Ruy Diaz Ponedlos so vuesa mano,
El famoso castellano, Y tras el alba venida
Diciendo : —Bien vengáis, Cid, Con esfuerzo denodado
El muy bien afortunado; Ferid en todos muy recio
Ningún vasallo hasta hoy Leoneses y galicianos,
A tal punto habia llegado Y muy fuerte, asoberbienta,
A servir á su señor Con ánimos esforzados;
Como vos, buen Cid honrado.— Ca ellos han por costumbre,
El Cid le responde al Rey Cuando ganan algún campo,
Con ánimo denodado : Alabarse de su esfuerzo,
—Bien podéis creer, señor, Y escarnecer al oontrario;
Que vos cobrasteis el campo, Y como gastan la noche
En el cual vos venceréis, En placer y engasejando,
A García vueso hermano, Dormirán por la mañana
O yo por vos moriré Como homes sin cuidado;
Como cualquier buen fldalgo.— Y vos, buen Rey, venceréis
Ellos estando en aquesto Y quedaréis bien vengado.—
Don García habia llegado: Muy bien le pareció al Rey
Cantando viene y alegre, Lo que el Cid le ha consejado.
No sabe lo que ha pasado, El Rey con todas sus gentes
Diciendo cómo venció Firieron en los contrarios;
A su hermano el rey Don Sancho, Unos matan, otros prenden,
Y cómo lo tiene preso, Todos son desbaratados:
Y puesto á muy buen recado. Prendieron al rey Alfonso
Como se vieron los reyes, En un templo consagrado.
A otra batalla han tornado Cuando vieron los leoneses
Mas fuerte que la pasada Su señor aprisionado,
Do fué preso el rey Don Sancho. Pelean muy fuertemente,
Vencido fué Don García, Prendieron al rey Don Sancho,'
Mueren muchos de su bando : Y catorce caballeros
Prendió á Don García el Cid Lo llevan á buen recaudo.
Con su esfuerzo tan sobrado; El buen Cid, cuando lo vido,
Entrególo á su señor En su alcance es ya llegado,
Con placer demasiado : Y dijoles : —Caballeros,
En fuertes hierros lo meten Soltad mi señor de grado,
Por mando del rey Don Sancho, Darvos he yo á Don Alfonso
V en el castillo de Luna De quien érades vasallos.—
Estuviera encarcelado. Respondieron los leoneses
( SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)Al de Vivar afamado :
—Ruy Diaz, volveos en paz,
E S er
n«¡rt » r í , y D o n
Sancho volvió á reunir en su cabeza losrei-
A ñ L e o n Q e
Si no, iréis aprisionado
dn» A ••• y Galicia, después de habervenci-
pojado d e l o s d o s
Con vueso señor el Rey,
4 níi»»í últimos á Don García y Don Alonso, Que con ñusco aquí llevamos;—
amenes su padre Don Fernando I los habia dejado.
Gran enojo tomó el Cid
De lo que le habian hablado :
763. Peleó con todos ellos,
0 N S A
Y á su señor ha librado.
* H O , VENCIDO E N BATALLA POR SD HERMANO A L F O N -
Los trece deja vencidos,
SO- EL CIO L E RECUPERA Y DA L A VICTORIA.— XLII.
El uno se habia escapado
(Anónimo.) A Burgos llevaron prest
Don Sancho reina en Castilla, A Alfonso, det Rey hermano,
Ailonso, en León, su hermano : Por et gran esfuerzo y fechos
sobre cuál habrá ambos reinos De aquese Cid castellano.
«uy gran lid han levantado. (SIPÚLVEDA , Romances mevammte sacado», etc
500 ROMANCERO GENERAL.
766. Del rey don Sancho su hermano:
Acogiólo Alimaimon,
A RUEGOS DE DONA URRACA.DEJA LA VIDA DON SANCHO II Que en Toledo es su reinado.
A DON ALONSO, HERMANO DE AMBOS.—XLIH. Mucho quiere á Don Alfonso,
(Anónimo *.) De moros es estimado;
Rey Don Sancho, rey Don Sancho, Durmiendo está en una huerta
Cuando en Castilla reinó, A sombra que hacia un árbol;
¡ Las barbas que le salian, Cerca del está Alimaimon
Y cuan poco las logró ! Con sus moros razonando:
A pesar de los franceses Dijo : — Fuerte es Toledo:
Los puertos de Aspa pasó; . No puede ser conquistado,
Siete dias con sus noches Si no quitasen el pan,
En campo los aguardó, Y las frutas siete años,
Y viendo que no venían Y teniendo siempre el cerco
A Castilla se volvió. Sin que se hobiese quitado :
Matara al conde de Niebla,, Por la falta de viandas
Y el condado le quitó, Tomarse ha el año octavo. —
Y á su hermano Don Alonso Don Alfonso que lo oyó,
En las cárceles echó. Finge que durmiéndola estado.
Después que le tuvo preso, Por costumbre habiari los moros,
Un pregón hacer mandó, Que su ley se lo ha mandado,
Que el que rogase por él Que degüellen un carnero;
Que le diesen por traidor. Ya iban á degollarlo.
No hay dama, ni caballero, Con el Rey va Don Alfonso
Que por él rogase, no, Que lo iba acompañando,
Si no fuera una su hermana Y sus cristianos también
Que al buen Rey se lo pidió. De Castilla habían llegado.
— Rey Don Sancho, rey Don Sancho, Don Alfonso es muy hermoso,
Hermano mió y señor, De grandes dones dotado,
Cuando yo era pequeña Pagábanse del los moros,
Sé que un don me prometió; De todos es muy loado.
Agora que soy crecida, Juntos van ambos los reyes
Señor, otorgádmelo. Detras dos moros hablando;
— Pedidlo vos, mi hermana; El uno le dijo á el otro :
Mas con una condición, — ¡ Hermoso es este cristiano!
Que no me pidáis á Burgos, Gran señor merece ser,
A Burgos, ni á León, En él bien es empleado. —
Ni á Valladolid la rica, Replicóle el otro moro :
Ni á Valencia de Aragón: — Esta noche yo he soñado
Cualquiera otra cosa, hermana, Que Alfonso entraba en Toledo
No se os»ha de negar, no. En un puerco cabalgando :
—Señor, yo no pido á Burgos, De Toledo ha de ser rey,
A Burgos, ni á León, Tenlo por averiguado. —
Ni á Valladolid la rica, Ellos hablando en aquesto
Ni á Valencia de Aragón: Los cabellos se han alzado
Lo que pido es á mi hermano, A ese buen rey Don Alfonso :
Que le tenéis en prisión. Alimaimon con su mano
—Pláceme, le dijo, hermana, Los apretaba hacia yuso,
Mañana os le daré yo. Y ellos siempre están en alto.
:—Vivo le habéis de dar, vivo, El rey moro bien oyó
Vivo, que no muerto, no. Todo lo qu'es ya contado;
—Mal háyades vos, hermana, Hizo llamar á sus moros
Y quien tal os consejó: Los que tienen por mas sabios,
Que mañana, de mañana, Los cuales dicen que Alfonso
Muerto se le diera yo.— Habrá el reino toledano :
Aconsejan que lo maten;
(TIMONEDA , Rosa española. — It. Wolf, Rosa Mas el Rey no lo habia en grado
de Romances.) Porque lo queria mucho;
* Cuéntase que Don Alonso obtuvo gracia de la vida por Mas jura le habia prendado
intercesión de Urraca, á condición de hacerse fraile; pero él Que contra él ni sus hijos
se huyó á Toledo y se puso bajo el amparo del rey Alimaimon. Non hará desaguisado.
Don Sancho irritado de esto dio contra su hermana, y la sitió Alfonso lo prometió
en Zamora. Hay en el romance un anacronismo, pues habla el
Rey de la ciudad de Valencia como cosa suya, cuando fué Y lo cumplió de buen grado :
mucho después conquistada por el Cid, en el reinado de Al- Mucho lo quiere el rey moro,
fonso VI. Aunque el romance no habla del Cid, se pone entre Y del está asegurado.
los suyos, porque es asunto de su época, y por no hacer división (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, e
para uno solo.
La composición parece corresponder á la época de tradición i En este romance no se habla del Cid, pero tiene conexión
oral, pero un tanto reformada en tiempo mas moderno. con la época de su historia.

767. 768.
DE CÓMO E L REY DON SANCHO ENVIÓ MENSAJE CON E l . C
ALFONSO, FUGITIVO Y ACOGIDO POR E L REY MORO DE T O L E -
Á SU HERMANA DOÑA URRACA, PIDIÉNDOLA QUE L E • » » ' "
DO, EVITA LA M U E R T E , OFRECIENDO PAZ Y AMISTAD Á DI-
GASE Á ZAMORA POR DINERO, Ó E N CAMBIO DE O i n
CHO R E Y . — X L I V .
l VILLAS Ó C I U D A D E S . — X L V .
(Anónimo .)
En Toledo estaba Alfonso, (Anónimo *.)
Hijo del rey don Fernando : Llegado es el rey Don Sancho
Huido estaba por miedo Sobre Zamora, esa villa:
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 501
Muchas gentes trae consigo, Que Zamora dé y entregue
Oue haberla mucho quena. A su potestad y mando ;
Caballero en un caballo, Y partiendo el de Vivar
Y el Cid en su compañía, A facer del Rey el mando,
Andábala al rededor, Llegado al postigo viejo,
Y el Rey así al Cid decía : Que está con orden guardado,
_ Armada está sobre peña Como prohiben la entrada
Tajada toda esta villa. Al que honra al pueblo hispano ,
Los muros tiene muy fuertes, Intenta romper la guardia
Torres ha en gran demasía, Por cumplir del Rey el mando.
Duero la cercaba al pié, Ya la defensa del muro
Fuerte es á maravilla , La guarda que eslá velando
No bastan á la tomar Procura, y la resistencia,
Cuantos en el mundo había : Y al rumor del castellano
Si me la diese mi hermana La oprimida Doña Urraca,
Mas que á España la querría. Vestida de negros paños,
Cid, á vos crió mi padre, Pone el pecho sobre el muro,
Mucho bien fecho os habia ; Y moviendo el rostro y manos,
Fizóos mayor de su casa Humedeciendo los ojos
Y caballero en Coimbra , Le dice á Rodrigo ei bravo * :
Cuando la ganara á moros. — ¿ Por qué por puertas ajenas
Cuando en Cabezón moria, Vencidas con tus Vitorias
A mí y á los mis hermanos Llamas , pues con ello ordenas
Encomendado os habia; Que esté viva á vivas penas
Jurárnosle allí en sus manos Y muerta para las glorias?
Facervos merced cumplida. Y pues el trato de amigo
Fíceos mayor de mi casa, Depusiste, y das de mano,
Gran tierra dado os tenia Sin ver que justicia sigo :
Que vale mas que un condado «Afuera, afuera, Rodrigo,
El mayor que hay en Castilla. nEl soberbio castellano.»
Yo vos ruego, Don Rodrigo, Afuera, pues que quebraste
Como amigo de valía, La palabra y jura á aquella
Que vayades á Zamora En cuya alma te enterraste,
Con la mi mensajería, . Y al fia se la lastimaste
Y á Doña Urraca mi hermana Por no quedar dentro d'ella ;
Decid que me dé esa villa Mas cuando tu mano fiera
Por gran haber, ó gran cambio, Firmó en mi daño ordenado
Como á ella mejor sería. Aunque el Rey te lo impidiera,
A Medina de Rioseco «Acordársete debiera
Yo por ella la daria, »De aquel buen tiempo pasado.»
Con todo el Infantazgo, Yo soy mujer, y pasión
Y también le prometía No me da lugar que pida
A Villalpando y su tierra, Al cielo tu perdición ,•
O Valladolid la rica, Que si es mi alma ofendida,
0 á Tiedra, que es buen castillo, Así lo ha mi corazón :
Y juramento le haria Y aunque por tu causa muero
Con doce de mis vasallos No te quiero dar mal pago,
De cumplir lo que décia; Porque yo me acuerdo, fiero,
Y si no lo quiere hacer, « Cuando te armé caballero
Por fuerza la tomaría. — »En el altar de Santiago.»
El Cid le besó la mano, Lo que no consideraste
Del buen rey se despedía, Consideran las mujeres;
Llegado habia á Zamora Mas cuando al trato te hallaste ,
Con quince en su compañía. De lo que eras te acordaste,
(SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc., Y olvidaste lo que eres :
edición del S66. — It. ESCOBAR , Romancero Esta disculpa te hallo,
del CU.) Pues ya eres lidalgo de armas,
Mas sin serlo, aunque vasallo ,
n\fiVT^F,'Á \ á
f
Eutrad0
« Mi padre te dio las armas,
h á e l C i d e t t Z a m r a
> núme-
»ÍO of¿„ „i D
£ / C u l m
f? ar
> s u t k r r a
- o™an n ü
»Mi madre te dio el caballo.»
m e r o m f

Al estado te subieron
« A 0 illo fSmotSepúlvoda'edicion Ae im
>pero Que por tu medio perdí;
Tu bien y mi mal hicieron,
769. Pues cuanta honra te dieron
Tanta me quitaste á mí :
^ M . S M O A S C T O . - R E S U J E S T A NEGATIVA DE DOÑA URRACA Y guardándole el decoro
V SUS QUEJAS CONTRA E L C I D . — XI.V1. Del gusto á mi padre amado,
(Anónimo.) Yo que por tu causa lloro,
Desp del lamento triste « Yo te calcé espuela de oro
ues

"e la muerte de Fernando , «Porque fueses mas honrado. ¡>


^espues de sucedería (ESCOBAR, Romancero del Cid.)
U Í J O D O U
En S H ? 5 Sancho, i Aquí debía seguir el romance numero 773, que puede mi-
mM
0 < & £ ? ¿ ^"trastes
1 C i d
rarse como complemento de este. Las coplas que le glosan son
&V ¿ castellano, mas modernas que el romance, y habrán sino hechas por un
r
^on mil ofertas y ruegos poeta artístico é ingenioso definesdel siglo xvi.
> al pueblo zamoramf '
á ) ñ a Urrí
fiX i? »ca
u e
Parte del Rey su hermano,
ÍS02 ROMANCERO GENERAL.
770. 771.
SESUÉLVENSE LOS ZAMORANOSÁ D E F E N D E R S E , Y E L R E Y E L R E Y ALZA A L CID E L D E S T I E R R O , Y VUELVE! B
DESTIERRA A L CID CULPÁNDOLE DE SER CAUSA DE T A L ASU GRACIA.—XLVIW.
DETERMINACIÓN.—XLVII.
(Anónimo *.)
(Anónimo *.)
El Cid fué para su tierra;
Entrado ha el Cid en Zamora, Con sus vasallos partía
En Zamora, aquesa villa, Para Toledo, do estaba
Llegado ha ante Doña Urraca Alfonso cuando fuía.
Que muy bien lo recibía, Los condes y ricos-homes
Dicho le habia el mensaje Al rey Don Sancho decían,
Que para ella traia. No perdiese tal vasallo,
Doña Urraca que lo oyó Y de tanta valentía
Muchas lágrimas vertía, Como es Ruy Díaz el Cid, '
Diciendo : — ¡Triste cuitada! Qu'es muy grande su valía.
Don Sancho ¿qué me quería? El Rey vido qu'es muy bien
No cumpliera el juramento, Facer lo que le decían,
Que ámi padre fecho habia: Y fáblando á Diego Ordoñez
Que aun apenas fuera muerto, Mandóle que al Cid le diga
A mi hermano Don García Que se venga luego á él
Le tomó toda su tierra Que como bueno lo haría,
Y en prisiones lo ponía, < Y que le haría el mayor
Y cual si fuese ladrón De los que en su casa habia.
Agora en ellas yacia. Ordoño fué tras del Cid,
También á Alfonso mi hermano Su mensaje le decia:
Su reino se lo tenia; El Cid se habia aconsejado
Huyóse para Toledo, Con los suyos que tenia,
Con los moros está hoy día. Si haría lo que el Rey manda:
A Toro tomó á mi hermana, Su parecer les pedia.
A mi hermana Doña Elvira; Que se vuelva al Rey dijeron,
Tomarme quiere á Zamora, Pues su disculpa le envía;
• ¡Gran pesar yo recibía! El Cid con ellos se vuelve,
Muy bien sabe el rey Don Sancho El Rey cuando lo sabía
Qne soy mujer femenina, Dos leguas salió á él,
Y non lidiaré con él, Quinientos van en su guia.
Mas á furto ó paladina El Cid cuando vido al Rey
Yo haré que le den la muerte, De Babieca descendía,
Que-muy bien lo merecía. — Besóle luego las manos,
Levantóse Arias Gonzalo Para el real se volvia
Y respondido la habia : Y todos los castellanos
— Non lloredes vos, señora, Gran placer con él habian.
Yo por merced os pedia (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados,
Que á la hora de la cuita edición de 1566.)
Consejo mejor sería
Que non acuitarvos tanto, 'Véase la nota del romance número 768.
Que gran daño á vos vendría.
Hablad con vuesos vasallos,
Decid lo que el Rey pedía,
Y si ellos lo han por bien 772.
Dadle al Rey luego la villa; E S T A B L E C E BON SANCHO DEFINITIVAMENTE EL SITIO
Y si non' les pareciere DE Z A M O R A . — X L I X .
Facer lo que el Rey pedia, (Anónimo'.)
Muramos todos en ella, Muerto ya el rey Don Fernando,
Como manda la hidalguía. — Que diz que murió aplazado,
La Infanta tuvo por bien Su hijo el rey Don Sancho
Facer lo que le decia; Sucedió en el reinado.
Sus vasallos la juraron Codicioso de Zamora,
Que antes todos morirían Embajada le ha enviado
Cercados dentro en Zamora A su hermana Doña Urraca
Que no dar al Rey la villa. Con Pero Hernández llamado,
Con esta respuesta el Cid Con una carta que dice :
Al buen Rey vuelto se habia : «Hermana, si habéis notado,
El Rey cuando aquesto oyó »Mi padre si os dio á Zamora,
Al buen Cid le respondía : «Fué muy mal aconsejado,
— Vos aconsejasteis, Cid, «Sabiendo que no podía
No darme lo que quería , «Quitármela de mi Estado* :
Porque vos criasteis dentro «Por tanto mejor sería
De Zamora aquesa villa, «Para vos y su descargo,
Y á no ser por la crianza «Que se vuelva á mi corona
Que en vos mi padre facia, «Que es de donde se ha quitado;
Luego os mandara enforcar; «Que para vuestro sustento
Mas de hoy en noveno dia «Yo os daré dinero abasto.
Os marido vais de mis tierras «Notad bien esta mi carta ;
Y del reino de Castilla. «Lo que en ella he proposado
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc., «Comunicadlo, s«ñora ,
edición de 1566.) »Con Arias, dicho Gonzalo :
«Y si esto os desplaciere
Véase la nota del romance número 768. «Tened por averiguado
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 503
"»Que yola iré á conquistar No lo quiso mi pecado,
«Con el espada en la mano.» Casástete con Jimena,
Recibida ya la carta, Fija del conde Lozano :
La respuesta es que la han dado: Con ella hubiste dinero,
Que Doña Urraca á Zamora Conmigo hubieras Estado,
La posee de buen grado , Porque si la renta es buena,
y no la pretende dar, Muy mejor es el Estado.
Pues su padre se le ha dado. Bien casástete, Rodrigo,
Recibida la respuesta, Muy mejor fueras casado;
Don Sancho determinado Dejaste fija de rey
Ordena sus capitanes, Por tomar la de un vasallo.—
Sus huestes ha concertado En oir esto Rodrigo
Para ir sobre Zamora; Quedó d'ello algo turbado ;
El Cid se lo ha desviado. Con la turbación que tiene
No se cura de consejos, Esta respuesta le ha dado :
Que codicia lo ha cegado : — Si os parece, mi señora,
Marchando por sus jornadas Bien podemos desviallo.—
En Zamora puso campo, Respondióle Doña Urraca
Pelean unos con otros, Con rostro muy sosegado :
Con ánimo denodado. —No lo mande Dios del cielo,
(TIMONBDA, Rosa española.— It. WOLF, Rosa de Que por mi se haga tal caso:
romances.) Mi ánima penaría
Si yo fuese en discrepallo,-—
i Es una muy mala composición, que solo por su rareza y por Volvióse presto Rodrigo
completar todas las que conciernen al Cid, hemos insertado. Y dijo muy angustiado :
Anuí llama emplazado á Fernando I, lo cual pudiera confun- —Afuera, afuera, los mios,
dirle con el IV, que lo fué por los Carbajales, á quienes hizo Los de á pié y los de á caballo,
matar injustamente.
i En este romance y otros se ve que los reyes disponían de Pues de aquella torre mocha
sus conquistas como de bienes propios. Fernando I llegó á Una vira me han tirado.
reunir por herencia y por las armas varios reinos de Espafia; No traia el asta el fierro,
pero .siguiendo la mala costumbre los volvió á dividir, y otros El corazón me ha pasado,
sucesores suyos hicieron lo mismo con grave daño de la co- Ya ningún remedio siento
rona, del pais, y con provecho de los moros. Solo bajo el im- Sino vivir mas penado.
perio de Fernando V é Isabel, los Católicos, cesó esta costum-
bre , y la España fué al ün una sola monarquía. (Cancionero de Romanees.—It TIMONEDA , Rosa
Española.—-It. ESCOBAR , Romancero del Cid.)
* Atendiendo al asunto, á la construcción y al asonante de
773. este romance, parece que debe ser continuación del núme-
ro 769, aunque en su vez se puso una glosa hecha por un poeta
MIENTRAS SIN FRUTO E L REY COMBATE Á ZAMORA POR UN artístico definesdel siglo xvi.
LADO, EL CID ESTÁ Á PUNTO DE TOMARLA POR O T R O . — L . * Refiérese la queja de Urraca al suceso que se indica en el
(Anónimo.) romance de Cercada tiene á Coimbra, donde consta que el Cid
fué armado caballero. Para hacer sin duda mas interesante
Apenas era el Rey muerto la situación .supone el poeta que existieron relaciones amo-
Zamora ya está cercada; rosas entre Rodrigo y la Infanta, declarándolo por boca de
De un cabo la cerca el Rey, esta.
Del otro el Cid la cercaba.
Del cabo que el Rey la cerca
Zamora no se da nada; 775.
Del cabo que el Cid la aqueja,
Zamora ya se tomaba. DOS CABALLEROS RETAN Á LOS DEL CAMPO DE DON SANCHO,
Doña Urraca en tanto aprieto T VENCEN Á DOS CONDES QUE SALIERON. — L H .
Asomóse á una ventana , (Anónimo.)
Y allí de una torre mocha
Estas palabras fablaba *. Riberas del Duero arriba
Cabalgan dos zamoranos:
(Cancionero de romanees.) Las divisas llevan verdes,
{
El siguiente romance es la continuación del asunto de este, Los caballos alazanos,
aonde se ponen las palabras de Dolía Urraca, que se anuncia Ricas espadas ceñidas,
w á decir. Sus cuerpos muy bien armados,
Adargas ante sus pechos fr

Gruesas lanzas en sus manos,


774. Espuelas llevan ginetas
»E¡TOKSTA URRACA DE INGRATO AL CID, PORQUE QUIERE
Y los frenos plateados.
QUITARLE Á Z A M O R A . — U .
Como son tan bien dispuestos
1
Parecen muy bien armados,
(Anónimo .) Y por un repecho arriba
—Afuera, afuera, Rodrigo, Salen mas recios que galgos,
El soberbio castellano, Y súbenlos á mirar
Acordársete debria Del real del rey Don Sancho.
De aquel buen tiempo pasado Desque á otra parte fueron
Cuando fuiste caballero Dieron vuelta a los caballos,
fcn el altar de Santiago, Y al cabo de una gran pieza
Cuando el Rey fué tu padrino, Soberbios ansí hanfablado :
Ju, Rodrigo, el afijado : — ¿Tendrédes dos para dos ,
M ' p a ñ e t e dio las armas, Caballeros castellanos,
m madre te dio el caballo, Que puedan armas facer
¿o te calcé las espuelas* Con otros dos zamoranos,
{Jorque fueras mas honrado : Para daros á entender
rensé «e casar contigo, No face el Rey como hidalgo
b04 ROMANCERO GENERAL.
En quitar & Doña Urraca Huyendo sale del campo,
Lo que su padre le ba dado ? Y los dos van á Zamora
Non queremos ser tenidos, Con Vitoria muy honrados.
Ni queremos ser honrados, <T R Sa e m M a Esao
Ni rey de nos faga cuenta, ¿T«dO ° - ~ *>*,RomáHcero
Ni conde nos ponga al lado,
Si á los primeros encuentros » En la Rosa española sustituye Timoneda estos dos vorqr,- K > U a

No los hemos derribado, diciendo: - . >


Y siquiera salgan tres , Y el otro viene de verde;
Dicen que es enamorado.
Y siquiera salgan cuatro,
Y siquiera salgan cinco,
Salga siquiera el diablo ,
Con tal que no salga el Cid, 776.
Ni ese noble rey Don Sancho , AL MISMO ASUNTO. — L i l i .
Que lo habernos por señor, (Anónimo f.)
Y el Cid nos ha por hermanos :
De los otros caballeros Riberas del Duero arriba
Salgan los mas esforzados. Cabalgan dos zamoranos
Oídolo habían dos condes Que, según dicen las gentes,
Los cuales eran cuñados : Padre y hijo son entrambos.
— Atended, los caballeros, Palabras muy soberbiosas
Mientras estamos armados.— Entre sí las van hablando ,
Piden apriesa las armas, Que con tres se matarían,
Suben en buenos caballos, Y aun así harian con cuatro;
Caminan para las tiendas Que si cinco les viniesen ,
Donde yace el rey Don Sancho : No les negarían el campo,
Piden que los dé licencia Con tal que no fuesen primos,
Que ellos puedan hacer campo Ni menos fuesen hermanos,
Contra aquellos caballeros, Ni de las tiendas del Cid,
Que con soberbia han hablado. Ni de sus paniaguados;
Allí fablara el buen Cid, Mas de las tiendas del Rey
Que es de los buenos dechado. Salgan los mas esforzados,
— Los dos contrarios guerreros Que á todos bueno farian
Non los tengo yo por malos , Lo que dejan asentado.
Porque en muchas lides de armas (Glosa de los romances / Oh Belerma,e. < Pliego
Su valor habían mostrado, suelto.
Que en el cerco de Zamora
Tuvieron con siete campo : * El texto de este romance se ha sacado de una glosa en dis-
El mozo mató á los dos-, parates que de él se hizo. Parece de la época de tradición.
El viejo mató á los cuatro;
Por uno que se les fuera
Las barbas se van pelando. — 777.
Enojados van los condes Á PESAR DEL AVISO QUE ARIAS GONZALO DA AL REY, ESTE
De lo que el Cid ha tablado :
SE FIA DE BELLIDO, Y MUERE ALEVOSAMENTE Á SUS MA
El Rey cuando ir los viera
Que vuelvan está mandando; NOS.—LIV.
Otorgó cuanto pedian, (Anónimo *.)
Mas por fuerza que de grado. —Rey Don Sancho, rey Don Sancho,
Mientras los condes se arman, No digas que no te aviso,
El padre al fijo está hablando : Que del cerco de Zamora
— Volved, fijo, hacia Zamora, Un traidor habia salido :
A Zamora y sus andamios, Bellido D'Olfos se llama,
Mirad dueñas y doncellas, Hijo de D'Olfos Bellido,
Cómo nos están mirando : A quien él mismo matara
Fijo, no miran á mí, Y después echó en el rio . 2

Porque ya soy viejo y cano; Si te engaña, rey Don Sancho,


Mas miran á vos, mi fijo. No digas que no lo digo. —
Que sois mozo y esforzado. Oídolo ha el traidor,
Si vos facéis como bueno ¡ Gran enojo ha recibido!
Seréis d'ellas muy honrado; Fuese donde estaba el Rey,
Si lo facéis de cobarde, De aquesta suerte le ha dicho :
Abatido y ultrajado. — Bien conoscedes, señor,
Afirmaos en los estribos, El mal querer y homecillo
Terciad la lanza en las manos, Qu'cl malo de Arias Gonzalo
Esa adarga ante los pechos, Y sus hijos han conmigo :
Y apercibid el caballo, En fin hasta tu real
Que al que primero acomete Agora me han perseguido : 5

Tienen por mas esforzado. — Esto porque les reptaba


Apenas esto hubo dicho, Que estorbaban su partido,
Ya los condes han llegado; Que otorgase Doña Urraca
El uno viene de negro, A Zamora en tu servicio.
Y el otro de colorado ' : Agora que han bien mirado
Vanse unos para otros, Como está bien entendido
Fuertes encuentros se han dado, Que tú prendas á Zamora
Mas el que al mozo le cupo Por el postigo salido ,
Derribólo del caballo, Trabajan buscar tu daño
Y el viejo al otro de encuentro Dañando el crédito mió.
Pasóle de claro en claro. Si me quieres por vasallo
El Conde , de que esto viera, Serviréte sin partido. —
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 505
El buen Rey siendo contento, 778.
rííjole : — Muéstrame, amigo, MUERE DON SANCHO SOBRE ZAMORA A MANOS DEL TRAIDOR
Por donde tome á Zamora , BELLIDO DOLFOS.—LV.
Ou'en ella serás tenido
Mucho mas que Arias Gonzalo, {Anónimo '.)
¿ue la manda con d e s v í o - Guarte, guarte, rey Don Sancho,
Besóle el traidor la mano, No digas que no te aviso
En gran poridad le dijo : Que de dentro de Zamora
—Vamonos tú y yo, señor, Un alevoso ha salido :
Solos, por no hacer bullicio, Llámase Bellido D'Olfos,
Verás lo que me demandas, Hijo de Dolf'os Bellido ,
Y ordenarás tu partido Cuatro traiciones ha fecho,
Donde se haga una cava, Y con esta serán cinco.
Y lo que manda mi aviso. Si gran traidor fué el padre,
Después con ciento de á pié Mayor traidor es el fijo.
Matar las guardas me obligo, Gritos dan en el real,
y se entrarán tus banderas Que á Don Sancho han mal herido:
Guardándoles el postigo.— Muerto le ha Deludo D'Olfos,
Otro día de mañana Gran traición ha cometido.
Cabalgan Sancho y Bellido, Desque le tuviera muerto,
El buen rey en su caballo Metióse por un postigo,
Y Bellido en su rocino : Por las calles de Zamora
Juntos van á verla cerca, Va dando voces y gritos :
Solos á ver el postigo. — Tiempo era, Doña Urraca , 2

Desque el Rey lo ha rodeado De cumplir lo prometido.


Salierase cabe el rio,
Do se hubo de apear {Caneioñero de romances.)
Por necesidad que ha habido. i Según se verá én el romance número 779, es el noble Arias
Encomendóle un venablo Gonzalo, defensor de Zamora, el que avisa á Don Sancho, que
A ese malo de Bellido: se precava de una traición inminente. El romance parece ser
Dorado era y pequeño, de la época tradicional.
Qu'el Rey lo traia consigo. 2 La mala fe de D'Olfos, al publicar lo que en estos versos se
Arrojóselo el traidor, expresa, se dirigía á que el pueblo creyese á Doíia Urraca
Malamente lo ha herido ; cómplice en la muerte alevosa de Don Sancho.
Pasóle por las espaldas,
Con la tierra lo ha cosido.
Vuelve riendas al caballo 779.
A mas correr al postigo. AL MISMO A S U N T O . — HUYE BELLIDO DEL CID, QUIEN L E P E R -
La causa de la corrida SIGUE HASTA LAS PUERTAS DE Z A M O R A . — L V I .
Le pregunta Don Rodrigo,
El cual dicen de Vivar : no *.)
El malo no ha respondido. De Zamora sale D'Olfos
El Cid apriesa cabalga, i Corriendo y apresurado :
Sin espuelas le ha seguido : Huyendo va de los hijos
Nunca le pudo alcanzar, Del buen viejo Arias Gonzalo,
Que en la ciudad se ha metido. Y en la tienda del buen Rey
Que le metan en prisión En ella se habia amparado :
Doña Urraca ha proveído : — Manténgate Dios, el Rey.
Guárdale Arias Gonzalo — Bellido, seas bien llegado.
Para cuando sea pedido. — Señor, tu vasallo soy,
Tornóse el Cid con coraje, Tu vasallo y de tu bando,
Como no prendió á Bellido , Y yo por aconsejarle
Maldiciendo al caballero
Que sin espuelas ha ido. A aquel viejo Arias Gonzalo,
No sospecha tal desastre, Que te entregase á Zamora,
Cuida ser otro el delito, Pues se te habia quitado,
Que si lo que era creyera Hame querido matar
Bien defendiera el postigo Y del me soy escapado.
Hasta vengar bien la muerte Así me vengo, señor,
Del rey Don Sancho el querido. Por ser en el tu mandado,
Con deseo de servirte,
( TIMOKEDA , Rosa española. — It. WOLF , Rosa Como cualquier fijodalgo.
de romances.) Yo te entregaré á Zamora,
Aunque pese á Arias Gonzalo,
J. .puno de los buenos romances reimpresos por el Sr.Wolf
q u e s e h a l l a n e n
Que por un falso postigo
?¡™.? las Rosas de Timoneda. Parece tradi- En ella serás entrado. —
cional y poco reformado. El buen Arias, el leal,
s e a Usa a B o l l i ( l 0
(lucit? °i sll
de parricida, asi como en el viejo
Cscleacllacan
Al Rey habia avisado
timí,i i i 0 cuatro alevosías anteriores, acusando
e t r a i d o 1 y d a n d o a ue e l s e r l
Desde el muro del adarve,
lo viene de ? T '' '' atender 5 ° Estas palabras hablando:
n rc 0, latI ac c
Armr J f , ' li ion conserva que sospechando el viejo — A tí lo digo, buen Rey,
Pan «roí i ! d e l a s
intenciones de Bellido, le mandó seguir Y á lodos tus castellanos,
'^prenderle y evitar la felonía que cometió. Que allá ha salido Bellido,
r e St CSUe e le
•Monso v i ' i K°, 'ncrepó al Cid de cobarde el rey Don Bellido un traidor malvado,
e
l" ietoi /¡i.V í , e l l i s i m o
romance número 719 : Si atendéis Que si traición te liciere
ilo
> del númcroTO?"' ' ' ° yC
~ h & W S t U s c u l p a c n e l n o m é l l o s bc A nos non sea imputado. —
Oídolo habia Bellido,
Que al Rey tiene por la mano :
— Non lo creades, señor,
Lo que contra mí ha fablado,
808 ROMANCERO GENERAL.
Que Don Arias lo publica Y puesta en muy grande aprieto
Porque el lugar no sea entrado, Por la gente castellana ,
Porque él sabe que yo sé El traidor Bellido D'Olfos,
Por donde será tomado. — Deseando libertalla,
Allí le fablara el Rey Hace un portillo en el muro,
De Bellido confiado : Y al real del Rey se pasa.
— Yo lo creo bien, Bellido ¡ Gran traición habia tramado,
El D'Olfos, mi buen criado; Cual nunca tal se pensaba !
Por tanto, vamonos luego Entra en la tienda del Rey,
A ver el postigo falso. A ningún portero aguarda,
— Vamonos luego, señor, Y la rodilla en el suelo,
Id solo, no acompañado. — D'esta manera le habla:
Apartados del real, — ¡ Ah Don Sancho, rey famoso
El buen Rey se habia apartado De Castilla la nombrada!
Con voluntad de facer Si deseas sujetar
Lo que á nadie es excusado : Zamora la bien cercada,
El venablo que llevaba Y acabar los zamoranos
A Bellido se lo ha dado, A fuego, hierro ó espada,
El cual desque así lo vido, Dame tu pleito homenaje,
De espaldas y descuidado, Que no será quebrantada
Levantóse en los estribos, La condición que sacare,
Con fuerza se lo ha tirado; Ni quebrarás tu palabra,
Diérale por las espaldas, Que es irte conmigo solo,
Y á los pechos ha pasado. Sin gente, hasta la muralla,
Allí cayo luego el Rey Donde verás un postigo
Muy mortalmente llagado: Desamparado de guarda,
Viole caer Don Rodrigo, Por do podrá entrar tu gente
Que de Vivar es llamado, Y dar fin á la batalla. —
Y como le vio ferido, Pensativo queda el Rey,
Cabalgara en su caballo : La mano puesta en la barba;
Con la priesa que tenia Varios pensamientos tiene,
Espuelas no se ha calzado*. No sabe bien qué se haga.
Huyendo iba el traidor, Por una parte recela
Tras él iba el castellano, Alguna traición armada,
Si apriesa habia salido, Por otra parte se fia
A mayor se habia entrado; En la engañosa palabra.
Rodrigo ya le alcanzaba, Muévele alfinla cobdicia
Mas viendo á D'Olfos en salvo, De ver la ciudad tomada,
Mil maldiciones se echaba Y ver ya libre su gente
El nieto de Lain Calvo : De tan dudosa batalla.
— Maldito sea el caballero Manda juntar un consejo,
Que como yo ha cabalgado, A todos los del real llama,
Que si yo espuelas trajera, Cuéntales primero el caso
No se me fuera el malvado. — De todo lo que pasaba,
Todos van á ver al Rey, Y su determinación,
Que mortal estaba echado. Con la condición sacada.
Todos le dicen lisonjas, Muy mal les parece á todos
Nadie verdad ha fablado, Lo que el fiel Rey ordenaba,
Sino fué el conde de Cabra, Por ser cosa peligrosa
Un buen caballero anciano : Y tan mal aconsejada.
— Sois mi rey y mi señor, Quiérenle ir á la mano;
Y yo soy vueso vasallo; Mas ya poco aprovechaba,
Cumple que miréis por vos, Pues su triste desventura
Que es verdad lo que vos fablo, Ansina lo dispensaba.
Que del ánima curedes, Solo sale el rey Don Sancho,
Del cuerpo non fagáis caso; Bellido le acompañaba;
A Dios vos encomendad, Danle voces de Zamora
Pues fué este dia aciago. De la traición ordenada;
— Buena ventura hayáis, Conde, Mas, aunque le dan aviso,
Que así me heis aconsejado. — En su esfuerzo confiaba.
En diciendo estas palabras, El traidor Bellido D'Olfos
El alma á Dios habia dado. Por un venablo se abaja, (
De esta suerte murió el Rey Que dejado habia escondido
Por haberse confiado. Bien cerca de la muralla.
(ESCOBAR, Romancero del Cid.) No estaba lejos la red
Que para el Rey puesta estab.a:
1
Mas completo y moderno que el anterior. Sin pensar en la traición,
» En el romance número 819 acusa el rey Don Alonso al Cerca del postigo se halla.
,.i,, q u e p o r m i e d o
° n e ü t r 6
en Zamora persiguiendo á Entonces Bellido D'Olfos
D oíros, y en el número 820 se excusa el Cid de no haberlo al- Hacia atrás se retiraba,
canzado en su fuga, porque iba sin espuelas. Diciendo : —Agora, Don Sancho,
Zamora estará vengada. —
De la cruel mano despide
780. Con furor y fuerza extraña
AL MISMO ASUNTO. — L V H . Aquel agudo venablo;
De parte á parte le pasa.
(De Lúeas Rodríguez.) Bien se quisiera vengar,
Estando del rey Don Sancho Si la inexorable parca
«a gran Zamora cercada, No atajara el pensamiento,
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. t¡07
Que como la herida es brava, Herido con un venablo,
Muerto cayó el rey Don Sancho, De un lado á otro le salia:
Valor y honra de España. Bellido, aquese traidor.
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Fué el que le dio la herida.
No puede el Rey escapar,
Va se le acaba la vida;
781. Levantóse sobre el lecho,
A sus vasallos decia :
AL MISMO ASUNTO . - * - L V I H .
— Bellido, aquese malvado,
(De Gabriel Lobo Laso de la Vega.) A mí herido me habia
Mirando se sale Febo Siendo él vasallo mió,
En el cuento de un venablo, Yo por tal lo recebia :
Que halla hincado, tremiendo Cáusanlo los mis pecados,
En el campo zamorano, Que contra Dios cometía,
Cuya asta gruesa cosido Y por ir contra la jura
Tiene á tierra al rey Don Sancho, Que al mi padre yo hacia :
Que con mísero alarido Quitóles á mis hermanos
Las peñas conmueve á llanto, Lo que él dado les habia. —
Y con flujo sanguinoso Estando en estas razones,
Vuelve rojo el jazmín blanco. El buen Cid ansí decia,
Del suelo arranca las yerbas Fincado ante él de hinojos, .
Con los dientes delicados, Muchas lágrimas vertía :
Y las piedras de su asiento — Yo finco desamparado],
Con las retorcidas manos ; Sin consejo ni alegría,
Y de los continuos golpes Mas que vasallo ninguno
Tiene el rostro maltratado. De los que señor tenia,
Que tu padre, el rey Fernando,
Con visaje descompuesto, Cuando sus reinos partía
De oscura sombra ocupado, Contigo, y los tus hermanos,
Llama justo al cielo, y justo A todos mandado habia
De su hierro el justo pago, Me hiciésedes merced,
Y con voz débil y ronca, Por servicios que le hacia.
Que solo la escucha el campo, A todos desamparé,
En el umbral de la muerte A tí solo yo servia;
Puesto el pié, dice llorando : A ellos hice mucho daño,
— No es Bellido quien me ha muerto, Tu mandado yo cumplía;
Y pluguiera á Dios lo fuera, No osaré estar en la tierra,
Que mas consolado fuera Ni ir á la Morería,
Y por camino mas cierto. Porque Urraca y Don Alfonso
De una maldición es paga, Me teman gran enemiga,
Del mesmo á quien debo el ser, Creyendo que lo pasado
Que como me pudo hacer, Por mi consejo se hacia,
Quiere el cielo me deshaga. Y que el mal á ellos venido
No dejó pues de agraviarme, Yo te lo consejaría.
Aunque es grande mi delito, Antes que, buen rey, morieses,
Viéndome morir maldito Por merced yo te pedia
De quien hijo oí llamarme. Que de mí te venga mientes,
Tanto ciega una pasión, Que bien yo lo merecía. —
Que quiere un padre que muera El Rey habló á sus vasallos,
Su hijo d'esta manera Y ricos hombres que habia,
Por sola su maldición. — Y obispos y arzobispos,
Quiso hablar, mas ya no pudo, Y otra gran caballería :
Que se lo impidió un desmayo: — Los mis vasallos leales,
Llega la nueva al real Lo que os ruego y os pedia
Del caso desventurado; Es que á los mis hermanos
Apriesa cabalga el Cid, Les digáis, y á Don García,
Bermudo, y Don Diego el bravo, Que me perdonen los daños
Y con roncos atambores Que yo hecho les tenia,
Todo el castellano campo Y que al Cid, que está presente,
Se mueve á tomar venganza Ellos gran bien le harían,
Del traidor que hizo el daño; Porque todo lo merece :
Pero alfinllegaron tarde, De su mal culpa no habia. —
Porque estaba puesto en salvo. Tomó una vela en su mano,
Toda la flor de Castilla, A Dios el alma rendia,
Admirada de tal caso, Con muy gran dolor de todos,
Se vuelve para el real Que muy grande amor le habían.
Con su rey, para enterrarlo.
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
(LOBO LASO DE LA VEGA , Romancero y tragedias
de, etc.)
783.
782. LAMENTA EL CID LA MUERTE DE DON SANCHO. —LX.
ANTES DK ESPIRAR DON SANCHO, L E PIDE E L CID QUE L E
RECOMIENDE A SUS H E R M A N O S , PARA EVITAR QUE L E (Anónimo.)
GUARDEN RENCOR P,OR LOS SERVICIOS QUE CONTRA ELLOS
LE H I Z O . — LIX.
Con el cuerpo que agoniza,
Despidiéndose del alma,
{De Lorenzo de Sepúlveda.) Diciendo tales razones,
En el real de Zamora Que tierna lástima causan,
El rey Don Sancho yacia, El malogrado Don Sancho
ROMANCERO GENERAL.
sos Don Rodrigo de Vivar
A vista del cerco estaba,
Que si lejos estuviera Es el que mas lo sentía :
Fuera de mas importancia. Con lágrimas de sus ojos
Muerto le deja un traidor, D'esta manera decia:
Que siempre tuvo esta fama, — ¡ Rey Don Sancho, señor mió,
Movido de su albedrío , Muy aciago fué aquel día
Que á un traidor esto le basta, Que tú cercaste á Zamora
por fiarse de su abrigo Contra la voluntad mía!
Y de su alevosa traza, Quien te lo aconsejó, Rey,
Que quien de traidores fia A Dios ni al mundo temia ,
En tales sucesos para. Pues te fizo quebrantar
A su malograda muerte La ley de caballería.—
El famoso Cid se halla, Y viendo el hecho en tal punto
Que si en vida le creyera, A grandes voces decia :
Un mundo no le matara. —Que se nombre un caballero,
Viendo el caso desastrado Antes que se pase el día,
De tan notable desgracia, Para retar á Zamora
Y viendo blandir no puede Por tan grande alevosía.—
Contra Zamora la lanza, Todos dicen que es muy bien;
Por el juramento fecho Mas nadie al campo salía :
Con que las manos le ata, Tómense de Arias Gonzalo
Que aunque la razón le fuerza, Y cuatro hijos que tenia,
Mira á Dios y á su palabra, Mancebos de gran valor,
Quiere acudir al remedio, De gran esfuerzo y eslima.
Y allí el remedio le falta; Mirando estaban al Cid,
Porque, aunque está allí el difunto, Por ver si lo aceptaría,
Ve que está ausente la causa. Y el de Vivar, que lo entiende,
Unas veces se enternece, D'esta manera decia :
Otras suspira y repara,. —Caballerosfijosdalgo*,
Otras le mira y revuelve, Ya sabéis que non podia
Y viéndole muerto, calla. Armarme contra Zamora,
Ya fia, ya desconfía Que jurado lo tenia;
Viendo que el hablar le falta, Mas yo daré un caballero
Y aunque revuelto en su sangre, Que combata por Castilla,
Así le dice y abraza : Tal, que estando él en el campo
— Famoso Rey, que ya la tierra fría No sintáis la falta mia.—
Triunfa de tu valor y brazo fuerte, Levantóse Diego Ordoñez,
De quien el mundo todo se temia, Que á los pies del Rey yacia;
Procurando rendido obedecerte: La flor es de los de Lara
¿ De qué te aprovechó tu valentía ? Y lo mejor de Castilla :
Pues por tu dura y por tu avara suerte Con voz enojosa y ronca
Vencido quedas en la tierra dura D'esta manera decia:
Con muy extraña y grave desventura. —Pues el Cid habia jurado
Miraras, Rey, que alfinera tu hermana Lo que jurar no debia,
La que su casa y tierra defendía, No es menester que señale
Y la razón que él Cid, aunque liviana, Quien la batalla prosiga :
Te dijo para el fin de esta porfía; Caballeros hay en ella
Agora quedará leda y ufana De tanto esfuerzo y valía
Viendo muerto á quien tanto la ofendía, Como el Cid, aunque es muy bueno,
Tendido en esta tierra fría y dura Y yo por tal lo tenia;
Con tan extraña y grave desventura.— Mas si queréis, caballeros,
Estas razones le dijo, Yo lidiaré la conquista
Y el tierno llanto le ataja, Aventurando mi cuerpo,
Y así muerto como está Poniendo á riesgo mi vida,
Le respeta y se avasalla. Pues que la del buen vasallo
Meten al cuerpo en su tumba Es por su Rey ofrecida.
Para que le den mortaja, (RODRÍGUEZ, Romancero •)
Dando traza en su real
Para la justa venganza. i Aquí comienzan los romances concernientes al reto que
hizo Diego Ordoñez contra Zamora por la muerte de non
(Romancero general.— It. ESCOBAR , Romancero
del CU.) Sancho,
2 Desaprobando el Cid la conducta del Rey contra sus her-
manas, juró no ir contra ellas. La tradición popular que reves-
tía á su héroe de todas las virtudes, aceptó esta situación, que
EPISODIO DEL, CERCO Y RETO DE ZAMORA DESDE le evitaba sacar la espada contra una dama, su apasionada, y
LA MUERTE DE DON SANCHO HASTA LA CORO- faltar á la palabra que dio al padre de ella, el rey Don Fernando,
NACIÓN DE DON ALONSO EL Vi. de no ir contra lo que dispuso al tiempo de morir. Por eso se
observa que la poca parte que el Cid toma en este episodio, e»
puramente pasiva y conciliadora.
784.
DIEGO ORDOÑEZ, Á FALTA DEL CID , SE OFRECE Á RETAR k
ZAMORA POR LA MUERTE DEL REV DON SANCHO.—LXI. 785.
DIEGO ORDOÑEZ P A R T E Á ZAMORA PARA HACER
(De Lúeas Rodríguez '.)
E L R E T O . — LSI1.
Muerto yace el rey Don Sancho, 4
Bellido muerto le habia : (Anónimo .)
Pasado está de un venablo Después que Bellido D'Olfos,
Y gran lástima ponía. Aquel traidor afamado^
Llorando estaba sobre él Derribó con cruda muerte
Toda la flor de Castilla; Al valiente rey Don Sancho,
ROMANCES RELATIVOS A LAHISTORIA DE ESPAÑA. 509
Se allegan en una tienda 786.
Los mayores de su campo. AL MISMO A S U N T O . — L X I H .
Júntase todo el real
Como estaba alborotado {De Lúeas Rodríguez.)
De ver el venablo agudo Con el rostro entristecido .
Que á su Rey ha traspasado. Y el semblante demudado,
Se arma para Zamora
No se lo quieren sacar Ordoñez el castellano,
Hasta que haya confesado; Todo cubierto de luto
Y ese conde Don García Hasta los pies del caballo,
Que de Cabra era llamado, , Y debajo el luto lleva
Viendo de tal modo al Rey , Un arnés muy bien tranzado,
D'esta manera le ha hablado: Puesta la lanza en el hombro,
_ ¡ Oh rey, en quien yo tenia Un crucifijo en la mano.
La esperanza de mi Estado ! Con las devotas insignias
Véote tan mal herido Conocido va en el campo,
Que remedio no he hallado Porque si él las llevaba
Sino solo encomendarte Es por muerte del rey Sancho.
A lo que eres obligado. Mirando va el crucifijo
Toma cuenta á tu conciencia, D'esta manera hablando:
Y mira en lo que has errado —Suplicóte, Señor mió,
Contra aquel alto Señor, Que me tengas de tu mano.
Que te puso en tal estado. Por la pasión que pasaste
Al cuerpo no busques cura, En aquesa cruz clavado,
Porque su tiempo es pasado; Y por la llaga mortal
Ya son tus dias cumplidos, Que traspasó tu costado,
Ya tu plazo es allegado, Me quieras favorecer
Paga lo que te obligaste En este caso pensado.—
Cuando fuiste baptizado. Haciendo va juramento
La muerte, sierva y señora, De no volver sin vengallo,
No te da mas largo plazo, Porque el traidor de Bellido
No consiente apelación Pague como falso y malo.
Sino que pagues de grado: Estas palabras decia
Cumple curar de tu alma , Como hombre apasionado
Del cuerpo no hayas cuidado- —Ayudadme, caballeros,
Respondió en aquesto el Rey, Los que os llamáis hijosdalgo,
Todo en lágrimas bañado; Que de los que no lo sois,
Temblando tiene la lengua, No quiero ser ayudado.—
Y el gesto tiene mudado :
—Bien andante seades, Conde, (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.)
Y en armas aventurado,
En todo hablastes muy bien,
Buen consejo me habéis dado : - 787.
Yo bien sé cuál es la causa , RETO DE ZAMORA POR ORDOÑEZ. — LXIV.
Que en tal punto soy llegado
Por pecados cometidos (De Lúeas Rodríguez.)
Al inmenso Dios sagrado, Ya Diego Ordoñez se parte,
Y también fué por la jura Ya del real se ha salido
Que á mi padre hube quebrado A reptar los zamoranos
En cercar esta ciudad, Por traidores, fementidos,
Que á mi hermana hobo dejado. Armado de piezas dobles
A Dios encomiendo el alma; En un caballo morcillo,
Pues que estoy en tal estado En su mano gruesa lanza,
Traedme los sacramentos El yelmo acerado y lino.
Porque esto á muerte llegado.— Puso piernas al caballo
Ansí se salió el alma, Y en el muro la ha rompido,
Y el cuerpo se le ha enfriado. Y con voz muy alterada
Sus vasallos en aquesto D'esta manera habie dicho :
A Zamora han enviado —Yo vos repto, zamoranos *,
A aquese Don Diego Ordoñez, Por traidores fementidos;
Un caballero estimado, Repto los chicos y grandes,
A decir á los vecinos Y á los muertos, y á los vivos,
Como á su Rey ha matado Repto las yerbas del campo,
El falso Bellido D'Olfos, También los peces del rio,
Vasallo del rey Don Sancho, Reptóos el pan y la carne,
Por lo cual desafiaba También el agua y el vino.—
Al traidor de Arias Gonzalo, El buen viejo Arias Gonzalo
Y á los zamoranos todos, Desde el muro ha respondido :
Pues en ella se han hallado, —Hablaste como valiente,
Y á los panes, y á las aguas, Pero no como entendido.
Y á lo que no está criado, ¿ Qué culpa tienen los muertos
Y aun á todos los nacidos De lo que hacen los vivos?
Que en Zamora son hallados, ¿ De lo que hacen los grandes
Y á los grandes y pequeños Qué culpa tienen los chicos?
Aunque no sean engendrados. Ya veis que estaba ordenado
. (Cancionero de romances. — It. TIMOKEDA, ñosa Y por ley establecido,
Española.) Que el que reptare á concejo
"il- Se haya de matar con cinco.
U n t Y m Í Í d é n Ü C 0 a l d e l n ú r a e r o m V é a s e
la aota'denss ) ° ' - ( — Bien lo entiendo, Arias Gonzalo,
510 ROMANCERO GENERAL.
Bien entiendo lo que digo : Y juntóse todo el real
Sálganse mañana al campo Como estaba alborotado.
Antes qu'el sol sea salido.— Don Diego Ordoñez de Lara
(RODRÍGUEZ , Romancero historiado.) Grandes voces está dando,
Y con coraje encendido
' Desde este verso empieza la fórmula sacramental de los Muy presto se habia armado.
retos, muy parecida á la de las excomuniones; por eso se Para retar á Zamora,
halla casi literalmente repelida en varios de los romances que Junto al muro se ha llegado,
siguen á este, ya sean mas antiguos ó mas modernos. Y lanzando fuego vivo
D'esta suerte ha razonado.
—Fementidos y traidores
788. Sois todos los zamoranos,
Porque dentro d'esa villa
ARIAS GONZALO DESMIENTE LAS ACUSACIONES DE ORDOÑEZ, Acogistes al malvado
Y ACEPTA EL RETO HACIENDO JURAR Á LOS ZAMORANOS De Bellido, ese traidor,
QUE NO TUVIERON PARTE EN LA MUERTE B E DON SAN- El que mató al rey Don Sancho
CHO.—LXV. Mi buen señor, y buen rey,
{Anónimo *.) De quien soy muy lastimado :
Arias Gonzalo responde Que los que acogen traidores
Diciendo que han mal hablado : Traidores sean llamados;
2
Mandan asinar varones Y por tales yo vos reto,
Que juzguen en este caso. Y á vuesos antepasados,
Doce salen de Zamora, Y á los que traidores son
Y otros doce van del campo. Los pongo en el mismo grado,
Arias Gonzalo se armaba, Y á los panes, y á las aguas
Para combatir el pacto : De que sois alimentados,
Consigo lleva cuatro hijos Y esto os faré conocer,
Que en el mundo Dios le ha dado ; Ansí como estoy armado,
A todos los de Zamora Y lidiaré con aquellos
D'esta manera ha hablado Que no quieren confesallo,
—Varones de gran eslima, O con cinco uno á uno,
Los pequeños y de estado, Como en España es usado
Si hay alguno entre vosotros, Que lidie el que á concejo
Que en la muerte de Don Sancho, Como yo habia retado.—
Y en la traición de Bellido, Arias Gonzalo, ese viejo,
Pueda encontrarse culpado, Ansí le habia fablado,
Dígalo muy prestamente; Después que hubo entendido
De decillo no haya empacho, Lo que Ordoño ha razonado.
Que mas quiero irme en destierro, —Non debiera yo nacer,
Y en África desterrado, Si es como tú has contado;
Que no en campo ser vencido Mas yo aceto el desafío
Por alevoso y malvado.— Que por ti es demandado,
Todos dicen prestamente Y te daré á conocer
Sin alguno estar callado : No ser lo que has publicado.—
—Ma) fuego nos queme, Conde, Y á todos los de Zamora
Si en tal muerte hemos estado : D'esta manera ha fablado :
No hay en Zamora ninguno —Varones de grande estima
Que tal hubiese mandado. Los pequeños y de estado,
El traidor Bellido D'Olfos Si hay alguno entre vosotros
Por sí solo lo ha acordado : Que en aquesto se haya hallado,
Muy bien podéis ir seguro; Dígalo muy prontameute;
Id con Dios, Arias Gonzalo. De decillo no haya empacho:
(Cancionero de romances.—\l. ESCOBAR, "Roman- Mas quiero irme d'esta tierra
cero del Cid.) En África desterrado,
Que no en campo ser vencido
i Debe ser un fragmento y continuación de otro mas com- Por alevoso y malvado.—
pleto que empezaría por el reto de Ordoñez, á que Arias contes- Todos dicen á una voz,
ta. Desde que dice : A todos los de Zamora, hasta elfin,están
repetidos todos los versos en el romance que le sigue; pero Sin alguno estar callado :
difiere de él en los diez.primeros, y carece de principio, pues —Mal fuego nos mate, Conde,
empieza en la respuesta de Arias, suprimiendo lo que Ordo- Si en tal muerte hemos estado:
ñez dijera para motivarla. De presumir es que los versos No hay en Zamora ninguno,
repetidos correspondan á una composición anterior, que los Que tal hubiese mandado.
cantores posteriores aceptaban por ser muy populares. Sin El traidor Bellido D'Olfos
embargo, es de creer que ni los versos ni los romances sean
anteriores á la pimera década del siglo xvi, aunque sí tomados Por si solo lo ha acordado:
de alguno tradicional. Muy bien podéis ir seguro ;
»' Asinar, quiere decir asignar, señalar. Id con Dios, Arias Gonzalo.
(ESCOBAR, Romancero dt Cid.)
< Véase la nota del número 788.
789.
AL MISMO ASUNTO. —LXVI.
(Anónimo'.)
790.
Después que Bellido D'Olfos, AL MISMO ASUNTO. ARIAS GONZALO ACEPTA EL RETO
Ese traidor afamado, DE ORDOÑEZ. — LXVII.
Derribó con cruda muerte (Anónimo.)
Al valiente rey Don Sancho, Ya se sale Diego Ordoñez,
Juntáronse en una tienda Del real se habia salido
Los mayores de su campo; Armado de piezas dobles
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. Sil
En un caballo morcillo. Va á reptar los zamoranos
Va á reptar los zamoranos Por la muerte de su primo,
Con gran enojo encendido Que mató Rellido D'Olfos,
Por el alevosa muerte Hijo de D'Olfos Bellido.
Del rey Don Sacho su primo. —Yo os repto, los zamoranos,
Vido estará Arias Gonzalo Por traidores fementidos,
Asomado en un castillo; Repto á todos los muertos,
Puso piernas al caballo, Y con ellos á los vivos;
Hacia él corriendo ha ido : Repto hombres y mujeres ,
Con alta voz temerosa Los por nascer y nascidos;
D'esta suerte le habia dicho : Repto á todos los grandes,
_ Y o os riepto, zamoranos *, A los grandes y á los chicos,
Por traidores conoscidos : A las carnes y pescados,
Matastes al rey Don Sancho, Y á las aguas de los rios.—
Y en la villa fué acogido Allí hablo Arias Gonzalo,
El traidor, que hizo este mal, Bien oiréis lo que hubo dicho :
Y traidores habéis sido. —¿Qué culpa tienen los viejos?
Sobre esto riepto á los muertos, ¿Qué culpa tienen los niños?
Sobre esto riepto á los vivos, ¿Qué merecen las mujeres,
Sobre esto riepto los hombres, Y los que no son nascidos?
Y también riepto á los niños : ¿Por qué reptas á los muertos,
Sobre esto riepto las yerbas, Los ganados y los rios?
Y las aguas de los rios.— Bien sabéis vos, Diego Ordoñez,
Esto oyendo Arias Gonzalo Muy bien lo tenéis sabido,
D'esta suerte ha respondido : Que aquel que repta concejo
— Si cual tú dices yo soy, Debe de lidiar con cinco.—
No debiera ser nacido; Ordoñez le respondió:
Mas hablas como enojado,* —Traidores heis todos sido.—
Y no como hombre entendido. (Cancionero de romances.)
¿ Qué culpa tienen los muertos
De lo que hacen los vivos ? * El contenido de este romance se cita en la parte n , capi-
Y en lo que hacen los hombres tulo XXVII del Quijote. La composición parece pertenecer á la
¿Qué culpa tienen los niños, época de tradición oral, si bien bastante alterada y reformada
en los primeros años del siglo xvi.
Ni las aguas, ni las yerbas
Que son cosas sin sentido?
Mas bien sabes que en España
Antigua costumbre ha sido 792.
Que nombre que riepta concejo, ARIAS CONZALO CON SUS CUATRO HIJOS SE PRESENTAN POR
El concejo queda quito.— CAMPEONES D E ZAMORA , RETADA POR O R D O Ñ E Z . — LX1X.
En oir esto Don Diego
Hallóse muy arrepiso; {Anónimo.)
Dijo:—La razón que tengo Desoues que retó á Zamora
Me disculpa de lo dicho, Don Diego Ordoñez de Lara,
Y si mi lengua ha errado Vengador noble y valiente
No mi intención y sentido. Del rey Sancho, que Dios haya,
Mas yo acepto, Arias Gonzalo, Su consejo tiene junto
Con los cinco el desafío; En palacio Doña Urraca,
O los mataré en el campo, Por su hermano dolorida,
0 dirán lo que yo digo. Por su reto lastimada;
—En buen hora sea , Don Diego Y como la vil envidia
Arias Gonzalo le dijo, Cuanto no merece tacha,
A Dios pongo por juez De la virtud enemiga,
Porque es justo su juicio. Peligro de la privanza,
Plegué á él que así os ayude Murmuraba maldiciente
Como es verdad vuestro dicho, De Arias Gonzalo que falta,
Porque la muerte del Rey Sospechando falsamente
Permisión de Dios ha sido, Que es por mengua su tardanza.
Porque quebrantó el mandado A aquellos que lo calumnian,
Qu'el Rey su padre le hizo. Empuñando la su espada,
Asi, creo morirán Denodado les responde
Los que siguen su partido.— Ñuño Cabeza de Vaca:
Seis regidores llamaron —Aquel civil que presuma
Déla villa para oillo; Temor, bajeza ó fe mala
Tres ó nueve dias de plazo De Arias Gonzalo mi tio,
Tomaron para cumplillo. Miente, miente por la barba:
(TIMOKEDA , Rosa Española. — It. WOLF, Rosa de Y el que negare el respeto ;
romances.) A sus venerables canas,
A mí que las reverencio
* Parece que este romance es obra de Ttmoneda. Me ponga la tal demanda.—
Estando en esto, el buen viejo
Entró grave por la sala,
791. Arrastrando grande luto,
AL MISMO ASUNTO. -LXVIII.
Haciendo sus hijos plaza.
La mano á la Infanta pide,
(Anónimo '.) Mesura fizo á la Infanta,
Ya cabalga Diego Ordoñez, Saludó á los hornes buenos,
"el real se habia salido Y de esta suerte les fabla :
De dobles piezas armado —Noble Infanta, leal concejo,
kn un caballo morcillo: Don Diego Ordoñez de Lara,
Sií IlOMANCEÍíO GENERAL.
Que para buen caballero Bendice, y arma á Pedro Arias:
Este apellido le basta, Enlázale el rico yelmo ,
En vez del Cid Don Rodrigo, Que como el sol relumbraba
Que eon vos juró alianza, Relevado de mil flores,
Por la pro de su rey muerto Cubierto de plumas blancas.
Con infame reto os carga. Al armarle caballero
A vuestro cabildo vengo, __ Sacó el padrino la espada:
Con estos cuatro en compana, Dándole con ella un golpe
Ciudadanos, fijos mios, Le dice aquestas palabras :
De Lain Calvo sangre honrada. —Caballero eres, mi hijo,
Tardéme un poco en venir, Hidalgo y de noble casta,
Que pláticas no me agradan Criado en buenos respetos
Cuando los negocios piden Desde los pechos del ama:
Obras, valor y venganza.— Hágate Dios tal que seas
A una el viejo y sus fijos Como yo deseo que salgas,
Los largos capuces rasgan En los trabajos sufrido,
Quedando en armas lucidas; Esforzado en las batallas,
Lloró de nuevo la Infanta, Espanto de tus contrarios,
Los viejos graves se admiran, Venturoso con la espada,
La Infanta su ser alaba, De tus amigos y gentes
Porque todos daban voces, Muro, esfuerzo y esperanza:
Y nadie quien lidie daba. No te agrades de traidores
Arias Gonzalo prosigue Ni les mires á la cara;
Diciendo: —Recibe, Urraca, De quien de tí se fiaré
Mis canas para consejo, No le engañes,. que te engañas:
Mis fijos para batalla; Perdona al vencido triste
Dales tu mano, señora, Que no puede tomar lanza,
Que su juventud lozana No des fugar que tu brazo
Será invencible, si fuere Rompa las medrosas armas;
De tu mano real tocada. Mas en tanto que durare
Honrar á la gente buena, En tu contrario la saña,
No dudes el golpe fiero,
Y esotra común pagarla, Ni perdones la estocada :
Le cumple al rey, que desea A Zamora te encomiendo
Domeñar fuerzas contrarias, Contra Don Diego de Lara,
Y con sangre de Don Diego Que nada siente de honra
Que se quite aquella mancha, Quien no defiende su casa.—
Que á tí y á tu pueblo reta En el libro de la misa
Con tan insufrible infamia: Le toma jura y palabra.—
Y si esta sangre, que es buena, Pedradas dice :— SI otorgo
Y se ha de vender muy cara, Por aquestas letras santas.—
Faltare, su muerte honrosa El padrino le dio paz,
Viva mantendrá su fama.
Yo seré el quinto y primero Y el fuerte escudo le embraza,
Que volvere por la causa, Y Doña Urraca le ciñe
Aunque mi vejez parezca Al lado izquierdo la espada.
Mocedad noble afrentada. (Romancero
Al campo me voy, señora,
No me deis por esto gracias, ' La situación severa y tierna que se describe en este ro-
Que el buen vasallo, al buen rey mance, se halla llena de interés. Un padre que ante Dios, ante
Debe hacienda, vida y fama. la religión y sus ministros, y ante los'desvalidos, á quienes va
á defender, arma caballero á un hijo, á un niño, para que se
(Romancero general.— It. ESCOBAR, Romancero
bata en duelo contra un terrible contrario, y que ademas ie
del Cid.) instruye de los nobles deberes de la caballería, no puede me-
nos de conmover los corazones.

793.
ARIAS GONZALO ARMA CABALLERO Á SI) HUO MENOR, PEDRO
794;
ARIAS, Y LE INSTRUYE DE SUS DEBERES COMO TAL, — LXX. MIENTRAS SUS HIJOS LE ARMAN, ARIAS GONZALO LOS ANIMA
(Anónimo *.) PARA E L COMBATE. — LXXI.
El hijo de Arias Gonzalo, (De Lúeas Rodríguez.)
El mancebilo Pedro Arias , Aun no es bien amanescido,
Para responder á un reto Qu'el cielo estaba estrellado,
Velando estaba unas armas. Cuando se armaba en Zamora
Era su padre el padrino, El buen viejo Arias Gonzalo:
La madrina Doña Urraca, .. ' Armanle sus cuatro hijos,
Y el obispo de Zamora Qu'ellos ya estaban armados.
Es el que la misa canta : Mientras las armas le ponen
El altar tiene compuesto, Les dice el viejo esforzado.
Y el sacristán perfumaba —De cinco que sois, mis hijos,
A San Jorge y San Koman, Escogí solo los cuatro,
Y á Santiago el de España : Por ser yo el quinto y postrero,
Estaban sobre la mesa Que me hallaré en el campo.
Las nuevas y frescas armas, Bien conozco, hijos mios,
Dando espejos á los ojos, Que este afán me era excusado,
Y esfuerzo á quien las miraba. Pues do vosotros estáis
Salió el Obispo vestido, Ya yo soy privilegiado ;
Dijo la misa cantada, Mas el repto de Don Diego
Y el ames pieza por pieza A ninguno habie excusado,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. SIS
e]o,cmco,n.mo/.o,
Nivl
Acordaos que prometistes
N¡ por nacer, ni finado : A mi padre Don Fernando
Yerbas, aguas, plantas, peces, De nunca desampararme
Todo lo tienen reptado, NI dejar de vuestra mano.
Y núes él nada reserva —Pláceme, señora mia,
NO quiero ser reservado. Respondió Arias Gonzalo.—
Mirad, hijos, que lleváis Cabalgara Pedro Arias
Delante al que os ha engendrado; Su hijo, que era el mediano,
Mirad que dice el refrán , Que aunque era mozo de dias,
En Castilla muy usado, Era en obras esforzado.
«Por su ley, y por su Rey Dijo : —Cabalgad, mi hijo,
„Y su tierra, está obligado Que os esperan en el campo :
„ A morir cualquiera bueno, Vais en tal hora y tal punto
»Y mejor, si es hijodalgo.» Que nos saquéis de cuidado.—
Mirad, hijos, que lo sois, Sin poner pié en el estribo
Oe sangre d'este mi lado , Arias Pedro ha cabalgado :
Y que el honor ó la afrenta Por aquel postigo viejo
Eso queda en vuestra mano.— Galopando ha llegado
(RODRÍGUEZ , Romancero historiado.) Adonde estaban los jueces
Que le estaban esperando.
Partido les han el sol,
Dejado les han el campo.
795. (TIMONEDA , Rosa Española.—II. WOLF, Rosa de
ARMA ARIAS GONZALO Á SUS HIJOS, V ENVÍA N U M E R O Á PEDRO romanees.)
ARIAS CONTRA E L RETADOR DE ZAMORA, O R D O Ñ E Z . — L X X I I . 1
1 Uno de los buenos reimpresos por el sefior Wolf, y acaso
(Anónimo .) el que con mas ternura y claridad trata del asunto sobre que
Tristes van los zamoranos versa.
Metidos en gran quebranto; 2 Temible era en aquellos tiempos la calificación de traidor;
Reptados son de traidores, pero se usaba con muchas restricciones, porque no se consi-
deraba tal á quien se defendía contra el Rey, ó le acometía des-
De alevosos son llamados : pués de haberse despedido de su servicio, aun cuando se pa-
Más quieren ser todos muertos, s
sase á los contrarios.
Que no traidores nombrados . s Aquí la voz castigando , equivale á instruyendo, aconsfe
Dia era de San Millan , jando ó enseñando.
Ese dia señalado, * Pronosticábale el corazón la suerte de sus hijos, y el amar-
Todos duermen en Zamora; go pesar de verlos morir uno por uno, á pesar de su justicia y
Mas no duerme Arias Gonzalo. valentía. Ciertamente la situación de Arias Gonzalo es una de
Acerca de las dos horas las mas trágicas, y tanto mas cuanto su corazón no era tan du-
Del lecho se ha levantado : ro como el del padre de los Horacios, ni su triunfo tan grande
3
Castigando está sus hijos, y glorioso.
A todos cuatro está armando :
Las palabras que les dice
Son de mancilla y quebranto.
—Ayúdeos Dios, hijos mios, 796.
Guárdeos Dios, hijos amados, TRES HIJOS DE ARIAS GONZALO MUEREN E N E L RETO DE Z A -
Pues sabéis cuan falsamente MORA ; PERO ESTA QUEDA POR BUENA POR HABER SALIDO
Habernos sido reptados : DE LA ESTACADA E L RETADOR ANTES D E TERMINAR E L
Tomad esfuerzo, mis hijos, DUELO.—LXXII1.
Si nunca lo habéis tomado, (Anónimo*.)
Acordaos que descendéis
De la sangre de Lain Calvo, Ya se salen por la puerta,
Cuya noble fama y gloria Por la que salía al campo,
Hasta hoy no se ha olvidado, Arias Gonzalo , y sus hijos
Pues que sabéis que Don Diego Todos juntos á su lado.
Es caballero preciado, El quiere ser el primero
Pero mantiene mentira, Porque en la muerte no ha estado
Y Dios d'ello no es pagado : De Don Sancho, mas la Infanta
El que de verdad se ayuda La batalla le ha quitado,
De Dios siempre es ayudado. Llorando de los sus ojos
Uno falta para cinco, Y el cabello destrenzado :
Porque no sois mas de cuatro, —¡Ay! ruégovos por Dios, dice,
Jo seré el quinto, y primero, El buen conde Arias Gonzalo,
Que quiero salir al campo. Que dejéis esta batalla
Morir quiero, y no ver muerte * Porque sois viejo y cansado : <
Jje hijos que tanto amo. Dejaisme desamparada _,.' •
Mis hijos, Dios os bendiga Y todo mi haber cercado; r
Como os bendice mi mano.— Ya sabéis como mi padre
sus armas pide el buen viejo, A vos dejó encomendado
J>us hijos le están armando, Que no me desamparéis, i
Las grevas le están poniendo, Ende mas, en tal estado.—
"ona Urraca había entrado, En oyendo aquesto el Conde
LOS brazos le echara encima Mostróse muy enojado :
Muy fuertemente llorando. —Dejédesme ir, mi señora,
—¿Donde vais, mi padre viejo, Que yo estoy desaliado, . .' 5,
upara qué estáis armado? Y tengo de hacer batalla •'•-
"ejad las armas pesadas, Porque fui traidor llamado.—
We ya sois viejo cansado, Con la Infanta, caballeros
J sabéis que si morís Juntos al Conde han rogado »•
ardido es todo mi Estado. Que les deje la batalla,
Que la tomarán de grado.
.--* T, X. 35
Ui ROMANCERO GENERAL.
Desque el Conde vido aquesto Un gran golpe le habla dado;
Recibió pesar doblado;' Mal herido le ha en el hombro,
Llamara sus cuatro hijos , En el hombro y en el brazo.
Y al uno d'ellos ha dado Don Diego con el su estoque
Las sus armas y su escudo, Le hiriera muy de su grado,
El su estoque y su caballo. Hiriéralo en la cabeza,
Al primero le bendice En el casco le ha tocado.
Porque era del muy amado : Recudo el hijo tercero
Pedradas habia por nombre, Con un gran golpe al caballo,
Pedradas el castellano. Que hizo ir á Don Diego
Por la puerta de Zamora Huyendo por todo el campo.
Se sale fuera y armado; Así quedó esta batalla
Topárase con Don Diego Sin quedar averiguado
Su enemigo y su contrario : Cuáles son los vencedores, 4

—Sálveos Dios, Don Diego Ordoñez, Los de Zamora ó del campo .


Y él os haga prosperado,. Quisiera volver Don Diego
En las armas muy dichoso, A la batalla de grado,
De traiciones libertado : Mas no quisieron los fieles,
Ya sabéis que soy venido Licencia no le han dado.
Para lo que está aplazado, (Cancionero de romances It Fsrm,,-
A libertar á Zamora Romancero del Cid.) 1 U 1 1 S C 0 B
«.
De lo que le han levantado.— E n e a n c i o e r o d e t o r a í n e s
Don Diego le respondiera J ! . l£ . ? 5 » * forma este uno solo con el
Con soberbia que ha tomado : del nura. 788Ambos parecen de la primera mitad del sigloxvi
;

—Todos juntos sois traidores, a Era costumbre en los retos, que si un campeón salía ¡le li
valla antes de haber muerto u obligado a declararse rendidos
Por tales seréis quedados.— su contrario, se le consideraba como vencido En el reto dí
Vuelven los dos las espaldas Zamora hubo mas indulgencia, como se verá mas adelante
Por tomar lugar del campo , pues aunque Diego Ordoñez arrebatado por su caballo saltó
Hiriéronse juntamente la valla, ¡os jueces del campo, tomando por equidad un tér-
En los pechos muy de grado; mino medio, declararon por buenos á todos los campeones
y libres del reto á los zamoranos. '
Saltan astas de las lanzas
Con el golpe que se han dado;
No se hacen mal alguno
Porque van muy bien armados. 797.
Don Diego dio en la cabeza
A Pedradas desdichado, DE CÓMO MURIERON E N E L RETO DOS HIJOS DE ARIAS
Gortárale todo el yelmo GONZALO. — LXXIV.
Con un pedazo del casco;
Desque se vido herido (De Lúeas Rodríguez.)
Pedradas y lastimado, Ya está esperando Don Diego
Abrazárase á las clines, En el campo á su contrario,
Y al pescuezo del caballo : Cuando sale de Zamora
Sacó esfuerzo de flaqueza El buen viejo Arias Gonzalo.
Aunque estaba mal llagado, Sus hijos lleva consigo,
Quiso fedr á Don Diego, Para salir mas honrado.
Mas acertó en el caballo, Cuando vio cerca á Don Diego,
Que la sangre que corda A Pedro Arias ha llamado :
La vista le habia quitado : Echóle su bendición,
Cayó muerto prestamente Y d'esta suerte le ha hablado :
Pedrarias el castellano. —Ten cuenta que eres mi hijo,
Don Diego que vido aquesto Mira bien que eres hidalgo ;
Toma la vara en la mano, Ve á lidiar por tu concejo
Dijo á voces : — ¡Ah Zamora! Como eres obligado :
¿Dónde estás, Arias Gonzalo? Muere como caballero,
Envía el hijo segundo, Y no vuelvas deshonrado;
Que el primero ya es finado.— Mas le vale quedar muerto,
Envió el hijo segundo, Que no vivir afrentado.—
Que Diego Arias es llamado. Con gran furia , Pedro Arias
Tornara á salir Don Diego Fué donde estaba esperando;
Con armas y otro caballo, Encuéntranse con las lanzas,
Y diérale fin á aqueste Pero no se han acertado.
Como al primero le ha dado. Ponen mano á las espadas,
El Conde viendo á sus hijos , Con furor demasiado;
Que los dos le han ya faltado, Defiéndese Pedro Arias,' .
Quiso enviar al tercero Mas poco le ha aprovechado,
Aunque con temor doblado. Que malamente herido,
Llorando de los sus ojos Cayó muerto del caballo.
Dijo : —Ve, mi hijo amado, Don Diego sacó un bastón,
Haz como buen caballero Que hincado estaba en el campo,
Lo que tú eres obligado : Y alzándolo hacia arriba,
Pues sustentas la verdad, Una gran voz habie dado :
De Dios serás ayudado ; —Don Arias, envía otro hijo,
Venga las muertes sin culpa, Qu'este ya tiene recaudo.—
Que han pasado tus hermanos.— Cuando Don Arias lo oyó,
Hernán D'Arias, el tercero, A Diego Arias ha llamado :
Al palenque habia llegado; Echóle la bendición,
Mucho mal quiere á Don Diego, Y á combatir lo ha enviado.
Mucho mal y mucho daño. Con coraje va Diego Arias;
Alzó la mano con saña Mas poeo le ha aprovechado,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA.
n u e lo mismo d'él hiciera 799.
Hne habia hecho del hermano,
nnn Diego sacó el bastón, EL CID DA POR BUENOS Á TODOS LOS CAMPEONES, Y POR
v otra gran voz habie dado : U B R E Á ZAMORA DE LA ACUSACIÓN DE ALEVOSÍA.—LXXYI.
Inon Arias, envía el tercero, (De Lúeas Rodríguez.)
Oue el segundo es despachado.—
(HOPRIGUEZ, Romancero historiado.) A pié está el fuerte Don Diego
Fuera de la empalizada,
Que en saltando del caballo,
Lo pasó de una estocada,
798. Y para entrar en. la lid,
•un MURIÓ E N E L RETO E L T E R C E R HIJO D E A R I A S ,
El un pié tiene en la raya.
' INDO EMPERO MJEÑO D E L CAMPO, PORQUE SALTÓ LA
Unos dicen : —Ya es vencido.—-
Otros ¡ — Vuelva á la batalla.—
^ U EL CABALLO DE SU C O N T R A R I O . — L X X V .
Unos le tiran de dentro,
• (De Lúeas Rodríguez.) Otros le estorban la entrada.
Muerto habia Don Diego Ordoñez, Aquí llegan los jueces,
Dos hijos de Arias Gonzalo; Y le mandan que se vaya,
Para esperar al tercero, Que ellos juzgarán el caso
Un poco habie descansado; Conforme al fuero de España,
Y entre tanto á Rodrigo Arias Y que guardarán justicia,
Ha llamado Arias Gonzalo. Sin quitar á nadie nada.
Habíale d'esta manera Obedeciendo Don Diego,
Con el rostro demudado : Al real á pié tornaba;
—No es menester que te diga, No quiso tomar caballo,
Hijo, que estás obligado Según enojado estaba,
A morir por tu concejo, Que ni mira de su bien,
Pues está tan claro y llano: Ni de su mal le da nada.
Muévate ver, hijo mió, Ni mira que va herido,
El campo en sangre bañado Ni que el ir á pié le daña,
De aquella sangre inocente Ni que el real está lejos,
• De un hermano y otro hermano : Ni que la malla es pesada.
La lanza lleva en el hombro,
Y si no miras al suelo La adarga mal embrazada;
Por no quedar lastimado, A las veces va muy recio,
Pues no puedes hacer menos, Y otras veces se paraba.
En la espada del contrario, A ninguno habla que topa,
Verás la sangre que corre, Ni conoce á quien le habla.
Que le llega hasta la mano.— Alza los ojos al cielo,
Hablando d'esta manera,
Mil bendiciones le ha echado : Y luego al suelo los baja. ' •
— Hijo, Dios vaya contigo, Unas veces va gritando,
Y otras de tristeza calla;
Y el apóstol Santiago : D'esta suerte va á su tienda,
Gran razón llevas contigo Y luego se echó en la cama.
Con que serás ayudado.— Ninguno le entraba á ver, .
Y besándole en el rostro Ni él á ninguno llamaba;
En lágrimas le ba bañado. Mas como se vido solo,
Esforzara Rodrigo Arias, De sí mesmo se quejaba.
Por ser mozo y muy osado, — Don Diego Ordoñez, Don Diego,
A do le espera Don"Diego, ¿Qu'es de la sangre de Lara,
Que está comiendo un bocado. Y del buen Diego Proal,
Mudó la lanza y escudo, Y de Gonzalo Mudarra,
Y ha tomado otro caballo. Pues de su sangre ha venido
Vanse el uno para el otro, Quien ha deshonrado á España?
Muy recio se han encontrado : ¡ Rodrigo Arias venturoso,
Rodrigo Arias es valiente, Pues dentro de la estacada
Trae á Don Diego acosado; Has muerto como hijo-dalgo,
Mas Don Diego con grande i r a , En brava y cruel batalla!
Un revés le habie tirado : ¡ Rey Don Sancho,.señor mió,
Dióle un golpe en la cabeza, Maldita sea la crianza,
Que la media le ha cortado. Que en este traidor pusiste,
Con las ansias de la muerte, Y el pan que comió en tu casa !
Un golpe habie descargado, ¿Qué dirá toda Castilla,
Que le dio á Diego Ordoñez, Que me encargó la batalla,
Lomohombre desatinado. Sino que saqué el caballo,
Cortóle las cabezadas, Porque el lidiar me cansaba?
Hiño en el rostro al caballo, ¿Qué dirán los extranjeros,
ai caballo dio á huir, Cuando sepan esta hazaña,
viéndose desenfrenado. Sino que los castellanos,
Quiérele tener Don Diego, Porque gusto no les daba,
«roño le ha aprovechado ; Mataron á su señor
«oarigo Arias, aunque muerto, Con una traición pensada?
™ el campo se ha quedado. Cuando lo digan ansí,
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Tendrán razón muy sobrada ;
Pues los traidores son vivos,
Y la injuria no es vengada.
¡ Diego Ordoñez, tu rey muerto,
Y estás echado en la cama! —
Ibaá salir de su tienda,
516 ROMANCERO GENERAL.
Cuando el Cid Ruy Diaz llegaba, En defensa de su reto,
Y abrazándose con él, Muerto á tres en la estacada,
D'esta manera le habla : Aunque cinco manda el fuero
—¿Donde vais, Don Diego Ordofiez? Porque en él tercer combate,'
Que la sentencia ya es dada, El caballo revolviendo,
Dando por libre á Zamora, Lo sacó de la señal,
Y á vos la victoria y palma. Y del límite, huyendo,
No os quejéis de la fortuna, Dan á Zamora por libre,
Que no os fué contraria en nada, Y á él la gloria del hecho.—
Que salírseos el caballo, Arias Gonzalo se altera,
Cosa fué por Dios guiada.— Y sin responder, volviendo
Con esto que dijo el Cid, Lleno de ira y congoja,
Don Diego mas se aplacaba : Nuevas lágrimas vertiendo,
Dejóse tomar la sangre, Nuevos suspiros derrama
Y sus heridas curaba. Con nuevas ansias gimiendo.
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) A las votes que iba dando,
La Infanta salió corriendo ,
Alterada y sin color,
Sobresaltada, temiendo,
800. Los cabellos esparcidos
SENTENCIA DADA POR LOS JUECES DEL CAMPO , SOBRE Por los hombros, sin concierto,
EL RETO DE ZAMORA. — LXXVII. Dando unos dientes con otros,
El cuerpo helado , tremiendo,
(De Juan de la Cueva.) Porque donde el temor reina
Desde el muro de Zamora, Todo altera, y causa miedo
Arias Gonzalo está viendo Así cual á Doña Urraca,
El campo del rey Don Sancho A la cual el viejo viendo
Todo alterado y revuelto, Limpiando los lientos ojos,
Los unos ir á una parte, Así se llegó diciendo :
Otros el suelo midiendo, — Nuestra lid es acabada,
Unos rayar la estacada, Fin tiene ya nuestro cerco,
Y decir : — Salió huyendo.— Por libre dan á Zamora,
Otros decir : — El caballo De traición somos exentos;
Tiene la culpa, y no el dueño, Aunque me cuesta tres hijos,
Que Don Diego Ordoñez hizo Yo me huelgo de perdellos,
Cuanto debe á caballero.— Que incitados de su honra,
En estas contrariedades, Y la nuestra defendiendo
Grandes voces esparciendo, Han muerto todos en campo,
Mézclanse d'entrambas partes, Por los nuestros, como buenos.
'• Condenando y absolviendo. Yo quedo alegre y ufano,
Esto mira Arias Gonzalo, Qu'en tal ocasión sean muertos,
Y el rumor confuso oyendo, Y que triunfe el vencedor
No puede entender qué sea; De sus vidas, y no d'ellos,
Mas aguarda y tiene intento Que al fin mueren por su patria
De ser el cuarto en la lid, Como nobles caballeros,
A vengar sus hijos muertos : Poniéndola en libertad
Y así, despedido el llanto, Del crimen que le fué impuesto,
En ira y saña está ardiendo. Dejándola en su nobleza,
Tiene el caballo ensillado, Su sangre en ella vertiendo,
Y él armado de secreto; Entregándose á la muerte
Por temor de Doña Urraca, Eterna vida adquiriendo.
Las armas habia cubierto (CUEVA, Coro febeo, etc.)
Con el vestido de luto,
Teniendo d'elia recelo
Que ha de impedirle la ida, 801.
Cual otras veces lo ha hecho; POR L A MUERTE DE SUS HIJOS DESAFÍA ARIAS 6ONXM.01 Í 0 ^
Y así sin hablar palabra, D O Ñ E Z ; MAS COMO BUENOS CABALLEROS , SE E X F U t
Firme en este presupuesto, QUEDAN AMIGOS. — LXXV1II.
Aguarda oyendo las voces l

Y.el rumor, que iba creciendo. (Anónimo .)


Está con vista y oído, Ante los noblé*s y el vulgo
El viejo alterado, atento, D'ese pueblo zamorano*,
Cuando de en medio de todos Hablando con Diego Ordoñez
Vio salir un caballero, Está el viejo Arias Gonzalo.
Y enderezar á Zamora, En las palabras que dice
Y tras él muchos corriendo. Con pecho feroz y airado
Arias Gonzalo se puso Arias demuestra su enojo,
Do pueda ser visto luego ; Y Ordoñez su pecho hidalgo.
,' Y d'eucima de los muros, — Cobarde, el viejo le dice,
Lo llamaba con un lienzo. Animoso con muchachos,
Viendo él que venía la seña, Pero con hombres de barba,
El caballo revolviendo, Tímido cual liebre al galgo,
Conociendo á Arias Gonzalo, Si yo á batalla saliera,
Llegó en alta voz diciendo. No viviérades ufano,
— A tí me envian los jueces, Ni trajera por mis hijos
Aqueste capuz cerrado;
Y en nombre de todos vengo, Que por vos, el de Vivar,
A decirte la sentencia , Le trajera cual le traigo,
Porque acabe ya este cerco. Siendo la menor hazaña
Habiendo Don Diego Ordoñez,
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. W
míe se aplicara á mi brazo Repórtate, Gonzalo Arias,
z
8"es bien sé que sois Ordonez, Repórtate, Arias Gonzalo.—
Mas arrogante que bravo, El viejo, que ya tenia
Y sabéis que en todo t.ernpo El corazón desfogado,
Obroroas<le lo que hablo, Conoció haber emprendido
Y con aquesto sabéis Un hecho muy temerario ;
L por miedo, el rey Don Sancho
e
D'esto y del valor de Ordoñez,
Fstorbó que los tres condes, Viéndose tan obligado,
NO entraran conmigo en campo. Profesando su amistad
Contando mis valentías Le pide la amiga mano.
Cuando dijo al zamorano : Dióla Don Diego de Lara
«Mete hierro y saca sangre, Con un semblante gallardo,
«Y espolea ese caballo;» Y tras darla, el uno al otro
Y cuando maté á los dos, Enreda y cruza los brazos.
Pnr el que se fué escapando, Celebran las amistades
Cual si yo fuera el vencido, Todos y el Cid castellano,
Ouedé mi barba mesando; Y con esto dio la vuelta
Y también como los condes, A Zamora Arias Gonzalo.
Porque fueron tan osados, (Romancero general; ESCOBAR, — It. Romancero
Del encuentro de mi lanza del Ci'd.)
Volaron de los caballos, 1

A cuya causa las damas No puede darse una situación mas bella , mas digna, y
Bajaron de los andamios, que mejor pinte las costumbres caballerescas de nuestros abue-
los. La ira natural y los ímpetus de un anciano que vé muer-
Y á competencia mi cuello tos sus hijos, el noble porte y las mesuradas razones, y aun
Enlazaron con sus brazos, tiernas y sentidas palabras con que el fuerte consuela al débil,
Por los que dieran mancebos, y le hace perdonar hasta su superioridad, y luego el cordial
Sus tiernos y verdes años, abrazo con que se estrechan, es todo muy superior á lo que
Movidos solo de envidia ha podido inventarse de noble y generoso. Por malo OTue fuese
De los d'este viejo cano. el romance, aun se leería con gusto por la escena que describe.
También tendrédes memoria
De cuando con diez paganos
Tuve solo escaramuza 802.
Dando, de diez, nueve al campo; A l MISMO A S U N T O . — L X X I X .
Y con aquesta noticia (De Lúeas Rodríguez.)
De cuando vencí á Albeuzaidos,
Saliendo de industria á pié, Por el muro de Zamora
Y el diestro moro á caballo, Anda el viejo Arias Gonzalo,
Cuando le dejé la vida La mano puesta en la barba,
Porque dijo : — Arias Gonzalo, El rostro triste turbado,
Mas vale ser tú vencido, Unas veces mira al cielo,
Que ser vencedor de un campo.— Otras vuelve suspirando
Y otros hechos valerosos A mirar á la estacada,
Que el mundo dice y yo callo, Donde estaban peleando
Porque en infinito tiempo, Rodrigo Arias el valiente,
No hay tiempo para contallo. Con Don Diego él castellano.
Porque de pavor no mueras, El corazón se le.altera,
Aqueste estoque no arranco, Que nunca le salió falso,
Que está de un millón de muertos Cuando vio á Don Diego Ordoñez,
Boto y de sangre esmaltado. Que huyendo sale del campo.
Estas honrosas hazañas La cabeza descubierta,
Por tu infamia y mi honor saco; Sin freno, lleva el caballo,
Las tuyas son que mataste Rodrigo Arias queda muerto,
Un rapaz, y otro muchacho.— En aquel campo arrojado;
El cortés Don Diego Ordoñez, En la sangre de sus venas,
Templóse de cortesano, Se está el triste revolcando.
Respondiendo á voces altas, El padre cuando lo vido,
Con órgano humilde y bajo • Vuelve al muro apresurado;
No ha menester que le digan
Y con el rostro risueño, ' Lo que en el campo ha pasado.
Un poco torcido el brazo, No pide á nadie consejo,
De codo sobre la espada, Ni quiere ser consolado :
Y el rostro sobre la mano, Derecho se va á su casa,
Le dice: — Aquesas proezas, Y habiendo en ella entrado,
i esos hechos soberanos, De tristes armas de luto
fti cielo y tu buena suerte El buen viejo se está armando.
se las concedió á tu brazo : Solo, se pone las grevas,
fin tu causa soy testigo, La loriga se ha enlazado,
» Por serlo eu razón valgo, No quiere llevar celada ,
¿ tu en las mías no vales Porque así lo habie jurado.
™r testigo apasionado, Iba cubierto de luto
^aunque puedo referirte Hasta los pies del caballo;
valentías y hechos raros, Por el brazo de la lanza
we casi imitan los tuyos, Lleva el capuz levantado :
Aunque á los tuyos agravio, Bslánle muy bien las armas,
flo diré por honrarme Que aunque viejo es muy gallardo.
0?,"^ . u e m e
has deshonrado, Por las puertas de Zamora
K u í m u e n
hijose á d o
Sale recio como un rayo,
s

& \ h a s i d 0
honrado, t a n
A grandes voces diciendo :
fe ^ atrevido avenir — Espera, buen castellano,
«»al de su contrario.
f
>18 ROMANCERO GENERAL.
Pues que rae has muerto tres hijos, El hijo de Arias Gonzalo.
Mala el padre, y serán cuatro. Llorábanle cien doncellas,
Si eres buen caballero, Todas ciento hijosdalgo,
No debes tú de negarlo : Todas eran sus parientas
No mueras, hijo Rodrigo , En tercero y cuarto grado:
Si quieres verte vengado.— Las unas le dicen primo,
Mal le ha sucedido al viejo Otras le llaman hermano'.
Lo que llevaba pensado, Las otras decían tío,
Que los jueces de la lid, Otras lo llaman cuñado,
Habían ya determinado Sobre todas lo lloraba
Dar á Zamora por libre, Aquesa Urraca Hernando.
Y á Don Diego dar por salvo. ¡ Y cuan bien que las consuela
Danle por buen caballero, Ese viejo Arias Gonzalo!
Y en armas aventajado. —¿Por qué lloráis, mis doncellas'
Ifil viejo, cuando lo supo, ¿Por que hacéis tan grande llanto'
De coraje está temblando : No lloréis así, señoras,
Tórnale á desafiar, Que no es para llorallo :
Y que salgan él, ó cuatro : Que si un hijo me han muerto
Caballeros de Jaén, Aquí me quedaban cuatro:
Son los que lo han otorgado. No murió por las tabernas,
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) Ni á las tablas jugando;
Mas murió sobre Zamora
Vuestra honra bien guardando :
Murió como caballero,
803. Con sus armas peleando.
AL MISMO ASUNTO. — L X X X .
{Cancionero de romances. - U. TIMONEDA . m m
(Anónimo.) española.) '
Sembrado está el duro suelo i Parece ser un romance escrito en principios del siglo JVI.
De la sangre zamorana
De los tres hijos queridos
Del buen viejo Gonzalo Arias :
Sembrado está el duro suelo 805.
De las piezas de las armas, AL MISMO ASUNTO. — LXXXII.
Y del batir de los golpes,
Surcada la empalizada. (De Lúeas Rodríguez*.}
Rodrigo Arias queda muerto Sobre el cuerpo de Rodrigo,
En medio de la estacada, Arias Gonzalo lloraba,
Y su caballo á Don Diego, Que de la mortal herida
Sacó fuera de la raya, El espíritu dejaba,
Y aun el animoso Ordoñez Y el rostro sangriento y frió
Volver quiere á la batalla, Muchas veces le besaba,
Para lidiar con los dos, Que á su generoso pecho
Que por vencer le quedaban. Ya el dolor le sojuzgaba.
El viejo Arias armado, Roto el ñudo al sufrimiento,
Furioso empuña la lanza, Con la voz ronca, turbada,
Que quier-e vengar con ella Dice: — ¡ Oh juvenil esfuerzo!
Tanta sangre derramada. ¡Mocedad tan malograda!
Con la voz ronca y horrible ¡ Y cómo cayó en vosotros
Por medio de todos pasa, La suerte que á mí tocaba,
Y al matador de sus hijos, Que de yo vivir, mis hijos,
Dice airado estas palabras : Poco fruto se sacaba!
— Pues la sangre, ardiente joven, ¿Cómo torció la fortuna
Crudo lobo, no te harta, Lo que la razón os daba ?
Mata tu sed con la mia, No lloro yo vuestra muerte,
De un viejo que te desama, Que fué ganar vida y fama,
Que yo beberé la tuya Pues que,muriendo cobrastes
Con que mitigue mi saña, La honra qu'en duda estaba,
Y acompañaré mis hijos Y librastes á Zamora
En la muerte por su patria.— De una confusión tan brava;
{ MADRIGAL , Segunda parte del Romancero genera l Mas lo que siento, hijos mios,
Es ser tanta mi desgracia
Que no fuese yo el primero,
Que quedase en la -estacada :
804. Vosotros con el descanso
EXEQUIAS D E L HIJO DE ARIAS GONZALO.- - LXXXI. Yo con el dolor quedaba.
¡Oh traidor, falso Bellido,
(Anónimo *.) Y cuan caro me costaba ¡
Por aquel postigo viejo, El darte entrada en Zamora!
Que nunca fuera cerrado, ¡ Y cómo lo recelaba
Vi venir pendón bermejo Este triste corazón,
Con trescientos de á caballo : Que tu maldad me mostraba!-
En medio de los trescientos El llorar deja el buen viejo
Viene un monumento armado Por valer á Doña Urraca,
Y dentro del monumento Que como mujer furiosa
Viene un atahud de palo, Sobre el cuerpo se arrojaba;
Y dentro del atahud , Sus dos ojos hechos fuentes
Venía un cuerpo finado, El bello rostro agraviaba,
Qu'era el de Fernando d'Arias, Y las hebras de oro fino
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. • ; • >

Tampoco las perdonaba, De que Zamora es cercado.


rriciendo:—Padre y señor, La Infanta se lo agradece,
l a aue tanto mal causaba , Y primero le ha avisado
Tantas muertes, tantos danos, No haga cosa mal fecha,
a í (me fué tan desgraciada , Porque traidor sea llamado.
Auuí la tenéis presente , _ Despedido de la Infanta,
Vengad de mí vuestra sana. Arremetió su caballo
• Av Rodrigo, el mas valiente Por delante de las puertas
Óu'en toda España se hallaba, Donde vive Arias Gonzalo,
A Dios pido que yo vea A grandes voces diciendo :
Vuestra muerte bien vengada, —Traidor sois, viejo malvado,
Y con muy rabiosa ira Porque dormís con la Infanta,
Sea la vida quitada Aquesa Urraca Femando,
Del que contra tanto esfuerzo Y en no dar al Rey la villa
Tanta victoria alcanzaba! — Hacéis gran desaguisado;
Arias Gonzalo se esfuerza, Mas como sois falso viejo
Y á la Infanta consolaba : Habeislo muy mal mirado.—
—No acrecentéis mas, señora, Los zainoranos que han visto
El dolor qne me acababa, Lo que Bellido ha acordado,
Que no solo estos tres hijos, De encima de las almenas
Mas yo y el que me quedaba Grandes voces están dando:
Estuviéramos bien muertos, —Avisárnoste á ti, el Rey,
Sobre cosa que os tocaba, Nos le hacemos avisado,
Pues muriendo como hueuos, Que Bellido, que á tí es ido,
Zamora libre quedaba, Es un traidor muy probado:
Cuanto mas ¡ que no es morir, Muchas traiciones ha hecho,
La muerte que vida daba.— Guarte no seas malhadado,
( RODRÍGUEZ , Romancero historiado.) Que aqueste mató al buen conde
Que Don Ñuño era llamado.
i En este romance el hijo que muere es Rodrigo, y en el Matólo sobre seguro,
anterior es Pedro Arias. Y ansí mató á otros cuatro,
Y lo mismo hará á t í , Rey,
806. Si no vives avisado.—
Dando al Rey estos avisos
HISTORIA DEL CERCO Y RETO DE ZAMORA.—LXXXI1Í. Bellido al real ha llegado:
(De Lorenzo de Sepúlveda.) Al Rey le estaba diciendo,
De la cobdicia, que es mala, D'esta manera ha hablado:
Muchos males se han causado; —Arias Gonzalo y sus hijos
Aquesta causó la muerte De matarme han acordado,
' Al rey Don Sancho, Fernando; Porque yo, señor, les dije
A sus hermanos los reyes Que la villa te hayan dado,
Los reinos les ha quitado; Y hasta aquí me han seguido,
A García metió en hierros, Feroces y denodados
Don Alfonso es desterrado. Llamándome de traidor,
Ido se habia huyendo Sin jamas lo haber pensado;
A Toledo, ese reinado, Pero yo te serviré
Al rey moro Alimaimon, A su pesar y á tu grado,
Del cual es bien hospedado. Que en Zamora está un postigo,
Don Sancho cobró los reinos, El cual es muy poco usado,
D'ello quedó muy pagado: Porque ninguna persona
A Doña Urraca, su hermana; Jamas por el hobo entrado
Mensajeros le ha enviado , De aquestos que agora viven,
Que luego le dé á Zamora Sino del tiempo pasado.
De su voluntad y grado, Solamente yo lo s é ,
Que si hacerlo no quiere Y á todos es encelado,
Por él le será tomado. Por el cual habrás la villa
Doña Urraca respondió Y en ella serás entrado.—
Que no hará lo que ha mandado, El Rey le ruega que vayan
Pues su padre se la dio: A ver lo que le ha contado;
Muy mal es aconsejado, Y el Rey con necesidad
visto por el Rey aquesto Del caballo es apeado,
A Zamora habia cercado; Y un venablo que llevaba
Muchos combates le dio, Diólo á Bellido en su mano,
Pero bien le es defensado. Con el cual Bellido al Rey
Arias Gonzalo, buen viejo, Mortal herida le ha dado,
A la Infanta ha consejado Y hecha ya la traición
Que al Rey le diese la villa, A Zamora se ha tornado.
Pues que tanto lo ha en grado, Los del real, que lo han visto,
Y ella se vaya á Toledo Gran clamor han levantado;
Con Don Alfonso su hermano, Donde el rey Don Sancho está
Antes que á todos los mate Muchos d'elíos han llegado.
i no puedan ser librados. Hallaron al Rey herido,
La Infanta tuvo por bien Pasado de lado á lado,
Lo que el viejo ha razonado. Y como el Cid vido al Rey
Ya quieren dejar la villa, Muy gran pesar ha tomado.
Mas Bellido habia llegado Cabalgó sobre Babieca,
Ante Doña Urraca Alfonso, Muy mal lo iba aquejando,
Y promesa le habia dado Por alcanzar á Bellido
Uue él hará quitar el cerco Para dól se hacer vengado.
E¡20 ROMANCERO G E N E R A L ,
Bellido s e e n t r ó en la villa Los hechos de sus pasaaos,
Sin que el Cid lo haya alcanzado, Y que no pierdan la honra
Porque no llevaba espuelas Qu'ellos hubieran ganado.
Ese Rodrigo esforzado, Estando en estas razones
E l cual con muy gran despecho Doña Urraca habia llegado,
A sí mismo ha denostado, Y fuese para el buen viejo,
Y á todos los caballeros, Del arnés le habia trabado,
Que han sin ellas cabalgado, Y con rostro muy lloroso
Que por no llevarlas él D'esta manera ha hablado :
E l traidor se le ha escapado. —O padre mío y señor, .
Ese buen conde de Cabra No me hayáis desamparado,
Que de Grañon es nombrado, Pues que mi padre en su fin
A l Rey le estaba diciendo, A vos me hobo encomendado;
Aquesto le estaba hablando : Que si vos al campo vais,
—Buen Rey, acordaos de Dios, Perdido será mi Estado.—
Restituid lo tomado, Y por darle algún consuelo
Que la herida es mortal, Luego se ha desarmado,
No creáis ser escapado, Y con estas armas propias
Que os es vecina la muerte, A su hijo habia armado.
Y d'ella estáis muy cercano. — Pedro Arias es el menor,
Respondióle el Rey al Conde: Muy valiente y esforzado,
—Buen consejo me habéis dado.— Y está acabado de armar,
E l Rey de aquesta herida Su padre le habia hablado:
De este siglo habia pasado; —Hijo, mi bendición hayas,
Don Diego Ordoñez de Lara La cual te doy de buen grado;
Grandes gritos está dando, Gran razón es la que llevas,
Y con coraje encendido De Dios seas ayudado.
Muy pronto se habia armado. Pues que falsamente somos
Para Zamora se ha i d o , Por Ordoño ansí reptados,
Junto al muro se ha llegado, Muestra tu fuerza y esfuerzo
A grandes voces diciendo, En este caso afamado,
D'esta suerte ha razonado: Y haz que la villa y concejo
—Fementidos y traidores Por ti solo sea librado,
Sois todos los zamoranos, Y la honra de la Infanta
Porque dentro de esa villa A quien yo tengo á mi cargo.—
Acogisteis al malvado, Pedro Arias que aquesto oyó
De Bellido, ese traidor, Gran esfuerzo habia tomado;
Que mató al rey Don Sancho Besó las manos al padre,
Mi buen señor, y mi rey, Prestamente ha cabalgado
De que soy muy lastimado; Fuese para Don Ordoño
Que los que á traidores acogen Con semblante denodado:
Traidores han de ser llamados, Comenzaron su batalla
Y por tales yo vos repto, En el lugar señalado,
Y a vuestros antepasados, De la cual saliera muerto
Y á los que están por nacer Pedro Arias el esforzado.
Los pongo en el mismo grado, También mató á Diego Anas,
Y á los panes, y á las aguas Y á Rodrigo Arias su hermano.
De que sois alimentados, El repto no se acabó
Y esto os haré conocer Por salirse del fosado
Ansí como estoy armado, El caballo que traia
Y lidiaré con aquellos Ordoño, aquese afamado.
Que no quieran confesarlo Gran clamor hay en Zamora,
O con los cinco uno á uno, Todos se están acuitando;
Como en España es usado Por los tres hermanos muertos
Que lidie el que á concejo, Gran llanto se ha levantado,
Como y o , habia reptado.— Y la que mas lo sentia
Arias Gonzalo , ese viejo, Era Urraca Fernando,
Ansi le habia hablado, Y el triste viejo su padre,
Después que hobo entendido Que tanto los hobo amado.
L o que Ordoño ha razonado : Visto aquesto por la Infanta
— No debiera yo nacer, A Don Alfonso ha avisado,
Si es como tú has contado; Que está en Toledo huido
Mas yo acepto el desafío De miedo del rey Don Sancho :
Que por tí es demandado, De todo lo acaecido
Y te haré conocer Muy gran cuenta le habia dado.
No ser lo que has publicado.— Dícele que luego venga
Y con este presupuesto A Castilla, ese reinado,
A sus hijos habia armado, Para la haber y reinar,
Y también él se armó Porque él la ha heredado
Gomo varón esforzado, Juntamente con Galicia
Para lidiar con Ordoño, Y León, ese nombrado;
H que los hobo reptado: El cual vino prestamente
Más quiere que todos mueran, Y todo lo hábia cobrado,
Que fementidos llamados. Y coronóse por rey
Avisando está á sus hijos De los reinos que he nombrado.
Que sean bien esforzados, En Alfonso se cumplió
Porque Ordoño es muy valiente, La bendición y buen hado
Y viene muy denodado. Que su padre el Rey le dio
Acordándoles está Al tiempo que hobo espirado ',
'ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 821
Oue los sus reinos divisos Y el ajedrez han tomado :
U'ellos fuese él coronado, Juega tanto Don Alfonso,
Porque le fuera obediente Que el Rey estaba enojado.
En lo que le hobo mandado. Tres veces le dijo : — Vele,
(SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc.) Vete, y salte del palacio.—
Don Alfonso muy contento
Fuese á su casa de grado,
n r A DE ALFONSO VI, CON LA TERCERA PARTE Fuese con él Peranzures
P O
E
ni? i OS ROMANCES DEL CID CAMPEADOR, HASTA Que d'esto mucho se ha holgado.
=11 MUERTE, Y OTROS POSTERIORES A ELLA , Toma sogas y maromas
QJJE TIENEN RELACIÓN CON SU MEMORIA. Por salvar del muro abajo,
Afuera caballos tienen ,
Todos están en el campo.
807. Sálense á la media noche,
riSGASE ALFONSO DE TOLEDO PARA OCUPAR E L TRONO D E
Que está todo asosegado,
CASTILLA.—EL CID SEVERAMEOTE L E E X I G E , Y ÉL PRESTA
Cubierto con las estrellas .
JURAMENTO DE QUE NO TUVO PARTE E N L A MUERTE iJE Y con la luna alumbrado.
U HERMANO DON SANCHO. — LXXX1V.
S
Bajan por Sant Agustin,
Un monesterio cercado,
{Anónimo*.) Cerca está de la ribera
Doña Urraca, aquesa infanta, De aquese rio de Tajo;
Mensajeros ha enviado Sálense hacia la vega
Que vayan con las sus cartas Y en el camino han entrado,
A Don Alfonso su hermano, No paran noche ni dia
El cual estaba en Toledo Porque no hayan de alcanzallos :
Del rey moro acompañado. Llegan muy presto á Zamora,
Toman caballos y postas Que es pueblo muy bien «ercado;
Los mas liieros y flacos, Sus vasallos lo reciben
Caminan dias y noches Aunque no le habían jurado.
Con camino apresurado : Hablando está con su hermana
Llegaron presto á Toledo; De la muerte de su hermano,
En un lugar muy poblado, Cuando salió un caballero
Olías habia por nombre, Que Ruy Díaz es llamado.
Olías el saqueado, Este nunca habia querido
Toparon á Peranzures, A su rey besar la mano,
Un caballero afamado, Hasta que por juramento
Que en libertar á su rey Pruebe ser libre y salvado
Mucho tiempo ha trabajado : De la muerte que fué dada
Llamara los mensajeros A su hermano el rey Don Sancho.
En un lugar apartado, Porque nadie de los suyos
Cortárales las cabezas, Nunca en esto ha sido osado
Las cartas les ha tomado, De tomar tal juramento
Fuérase para Toledo, Sino el Cid, que es muy honrado.
Sin á nadie haber topado. En esto respondió el Rey,
Fuese para Don Alfonso Bien oiréis lo que ha hablado :
Que del era muy amado, —¿Cuál causa, vasallos mios,
Contóle toda la muerte Cuál es la causa y pecados
Que fué dada al rey Don Sancho, Que solo Ruy'Diaz queda
Que no me besa la mano ?
Y cómo por él venían Yo siempre le hice honra,
Para dalle su reinado: Como mi padre ha mandado,
Que lo tuviese secreto, Siempre le hice mercedes,
Porque al Rey parte no ha dado. De todos es mas privado.—
Respondió el Rey que sí haria, Allí respondiera el Cid
Que no tuviese cuidado. Con semblante mesurado :
Fuérase el rey Don Alfonso, '—Don Alfonso, Don Alfonso,
Cuando d'este se ha apartado, Por fuerza tenéis vasallos,
A ese rey Alimaimon, Que lodos tienen sospecha
Que á Toledo habia tomado. Que vos solo sois culpado
Díjole secretamente De la muerte que fué dada
Todo lo que habia pasado, A vuestro hermano en el campo,
Porque siempre Don Alfonso
Fué discreto y avisado, Y cualquier que me quisiere
Y pensó que si estas nuevas Por comino y por vasallo
De otro el Rey fuese informado, Pagaráme muy buen sueldo,
Que.no le vendria bien, Y si no, soy libertado,
Sino mucho mal y daño. Que ser siervo de traidores
Pero respondióle el Rey, No me cumple ni es mi grado :
. Con gran placer que ha tomado : Vos haréis el juramento
—Yo te doy mi fe y palabra Que todos han demandado.—
Que tu Dios te ha consejado, Mucho se holgó el Rey
Porque tengo en los caminos De lo que el Cid ha hablado :
Mucha gente de caballo, —Dios os ponga en honra, el Cid ,
Que te guarden las salidas, En gran honra y gran estado.
Y las entradas y pasos: Ruego á la Virgen María
Si salieras sin licencia, Y á su Hijo muy amado,
Tu fueras despedazado; Que muriese por tal muerte
Mas pues eres tú tan fiel, Como murió el rey Don Sancho,
Galardón te será dado.— Si fui en dicho, ni en hecho ,
Sentáronse en una mesa De la muerte de mi hermano,
W2 ROMANCERO GENERAL.
Aunque como sabéis todos Descuélganse por el muro,
Me tuvo el reino forzado : Sálense de la ciudad,
Por tanto os ruego, señores, Fueron á dar á Castilla
Como amigos y vasallos, Do esperándolos están.
Que deis órdeti y manera Al Rey le besan la mano,
Como d'esto sea librado .— El Cid no quiere besar,
Allí respondieran todos Sus parientes castellanos
Sus vasallos y criados : Todos juntado se han.
—Este juramento, el Rey, —Heredero sois, Alfonso,
En Burgos debreis jurarlo, Nadie os lo quiere negar;
En Santa Águeda, la iglesia, Pero si os place, señor,
Do juran los hijosdalgo, Non vos debe de pesar
Vos y doce caballeros Que nos fagáis juramento
De los vuestros toledanos.— Cual vos lo quieren tomar,
El fué d'esto muy contento, Vos y doce ele los vuesos,
Y luego lo hace de grado. Los que vos queráis nombrar,
En Santa Águeda de Burgos De que en la muerte del Rey
Estaba el Rey asentado, Non tenedes qué culpar.
Cuando se llegó el Cid —Pláceme, los castellanos,
Con un libro en la su mano, Todo os lo quiero otorgar.—
En que están los Evangelios En Santa Gadea de Burgos
Y un Crucifijo pintado : Allí el Rey se va á jurar;
Comienza d'esta manera, Rodrigo tomó la jura
D'esta manera ha hablado : Sin un punto mas lardar,
—Todos venís con el Rey Y en un cerrojo bendito
Porque jure y sea librado : Le comienza á conjurar :
Si qualquiera de vosotros —Don Alonso, y los leoneses,
En aquesto habéis estado, Venios vos á salvar
O si vos, rey Don Alfonso, Que en la muerte de Don Sancho
Non tuvisteis que culpar,
De cruel muerte seáis matados.— Ni tampoco d'ella os plugo,
Amen, amen, dijo el Rey, Ni á ella disteis lugar :
Que de tal no soy culpado.— Mala muerte hayáis, Alfonso,
Los sus vasallos entonces Si non dijerdes verdad,
Las llayes le han entregado: Villanos sean en ella
Alzáronlo por su Rey, Non fidalgos de solar,
Todos le besan las manos, Que non sean castellanos,
A todos hace mercedes, Por mas deshonra vos dar,
De todos es muy amado. Sino de Asturias de Oviedo
(Cancionero de Romances.) Que non vos tengan piedad.
1
liste romance, el de Arias Gonzalo responde, número 788,
—Amen , amen, dijo el Rey,
y el de Ya se sale por la puerta, número 796, forman uno solo Que non fui en tal maldad.—
en el Cancionero de romances, y desde él empiezan los roman- Tres veces tomó la jura,
ces que tratan del juramento exigido y tomado por el Cid al rey Tantas le va á preguntar.
Alfonso VI, lo cual fué causa de sus desavenencias posteriores. El Rey viéndose afincado, '
Contra el Cid se fué á airar :
—Mucho me afincáis, Rodrigo,
808. En lo que no hay que dudar,
Cras besarme heis la mano,
AL MISMO ASUNTO. — LXXXY. Si agora me hacéis jurar:
1
(Anónimo .) — Sí, señor, dijera el Cid ,
Si el sueldo me habéis de dar
En Toledo estaba Alfonso, Que en la tierra de otros reyes
Que non cuidaba reinar; Afijostlalgosles dan.
Desterrárale Don Sancho Cuyo vasallo yo fuere
Por su reino le quitar: También me lo ha de pagar;
Doña Urraca á Don Alfonso Si vos dármelo qulsiéredes,
Mensajero fué á enviar; A mí placer me vendrá.—
La nuevas que le traian El Rey por tales razones
A él gran placer le dan. Contra el Cid se fué á enojar;
—Rey Alfonso, rey Alfonso, Siempre desde allí adelante
Que te envían á llamar ; Gran tiempo le quiso mal.
Castellanos y leoneses
Por rey alzado te han, del Cid.)
Por la muerte de Don Sancho, (ESCOBAR, Romaneen
Que Bellido fué á matar : » Aunque este romance haya experimentado alteraciones on
Solo entre todos Rodrigo, s'n trasmisión oral, todo demuestra que es de los verdadera-
Que no te quiere acetar, mente viejos, y no de los calcados sobre la prosa de una cró-
Porque amaba mucho al Rey nica.—Es muy extraño por esto no verle -incluido en el can-
Quiere que hayas de jurar cionero de romances, ni en ninguna otra colección de su tiem-
po, fuera de la de Escobar, que es posterior.
Que en la su muerte, señor,
No tuviste que culpar.
—Bien vengáis, los mensajeros,
Secretos queráis estar, 809.
Que si el rey moro lo sabe
El aquí nos detendrá.— AL MISMO ASUNTO. — LXXXVI.
El conde Don Peranzures (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Un consejo le fué á dar,
Que caballos bien herrados Muerto es el rey Don Sancho,
Al revés habían de herrar. Bellido muerto lo habia :
Don Alfonso, ese su hermano»
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. S23
Sobre Zamora yacia, Aunque el Cid es atrevido,
Las manos por Rey le besan, Esforzado á maravilla.
Leoneses y de Castilla; (SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, et
Asturianos y gallegos
por su rey lo recebian,
Y también esos navarros, 810.
Por señor le obedecían. TOMA E L CID LA JURA A L REY. A L F O N S O . — L X X X Y H .
El Cid no lo quiere hacer:
Don Alfonso le decía : (Anónimo.)
—Todos por señor me toman, Hizo hacer al rey Alfonso
Por rey jurado me habían, El Cid un solemne juro
Vos, Cid, solo no queréis, Delante de muchos grandes,
¿Qué es la causa que ende había? Que se hallaron en Burgos.
Ca yo siempre os hice bien Mandó que con él viniesen
Y á mi padre prometía, Doce caballeros suyos,
Cuando murió en Cabezón, Para que con él jurasen
Y d'este mundo partía : Cada cual, uno por uno,
Haced lo que hacen, Cid , En la muerte de Don Sancho,
Yo vos lo agradecería.— Que lo mataron seguro
El Cid se levantó en pié, En el cerco de Zamora
Al Rey ansí respondía : A traición y junto al muro:
— Señor, todos los que vedes Y cuando en el templo santo
Muy grande sospecha habían, Estuvieron todos juntos,
Que por el vuestro mandado Levantóse del escaño
El rey Don Sancho moría: El Cid, y aquesto propuso :
Si vos d'ello no os salváis, —Por aquesta santa casa
La mano no os besaría. Donde estamos ende ayuso,
Pláceme, dijera Alfonso, Que digades la verdad
Que culpa ninguno había , De aquesto que vos pregunto :
Lo que pedís tengo á bien, Si vos, Rey, fuisteis la causa,
Por muy bueno os contaría; O de los vuesos alguno,
Y de aquí os juro á Dios, En la muerte de Don Sancho,
Y aquella virgen María, Hayáis la muerte que él hubo.—
Que lo tal nunca mandé, Todos dijeron amen;
Ni consejado lo había, Mas el Rey quedó confuso:
NI cuando su muerte supe Pero por cumplir el voto,
Placer d'ello me venía, Respondió : —Lo mesmo juro.—
Aunque me echó de la tierra, Fincó la rodilla en tierra
Y mi reino me tenia.— Por facer la corte ayuso;
Y á los que estaban presentes, El Cid delante de todos
Su consejo les pedia. Al Rey le fabla sesudo :
Altos hombres y perlados, —Si ayer non vos besé mano,
Que jurase le decían Mi Rey, á ello fui temido ;
En Santa Ague'da de Burgos, Mas agora vos la beso
Idos en su compañía, Con todo mi grado y gusto.
Y que el juramento hecho En esto que aquí he labiado
Libre de aquesto sería. No os he fecho agravio alguno,
El Rey lo tuvo por bien, Que esto debiera al rey Sancho
Para Burgos se volvia : Como leal vasallo suyo,
Un libro tomara al Cid, Y si aquesto non flciera
Los Evangelios tenia; Yo quedara por perjuro,
Púsolo sobre el altar, Etnon por buen caballero
El Rey las manos ponía. Me tuviera todo el vulgo.
El Cid le tomó la jura , ( ESCOBAR, Romancero del Cid.)
Tomósela d'esta guisa,
Dijóle :—Rey Don Alfonso,
A jurar vos convenía 811.
Que no fuisteis en consejo AL MISMO A S U N T O . — E L REY ENOJADO DESTIERRA
De la muerte que moria AL C I D . — LXXXVIIÍ.
El rey Sancho, vuestro hermano, (Anónimo.)
Mi señor, que bien quería. En Santa Águeda de Burgos -
Si vos non decís verdad Do juran los hijosdalgo,
Y jurades la mentira, Le tomaban jura á Alfonso
Plega á Dios que un traidor Por la muerte de su hermano.
A vos os quite la vida; Tomábasela el buen Cid,
Que sea vuestro vasallo, Ese buen Cid castellano,
Como Bellido seria Sobre un cerrojo de fierro,
De vuestro hermano Don Sancho, Y una ballesta de palo,
A quien por señor tenia.— Y con unos Evangelios
Don Alfonso dijo amen, Y un Crucifijo en la mano.
La color tenia perdida : Las palabras son tan fuertes, *
Otras dos veces la jura Que al buen Rey ponen espanto :
Le tomó como decía. —Villanos mátente, Alfonso,
El Rey recibiera enojo Villanos, que no fidalgos,
Contra el Cid , por lo que hacia. De las Asturias de Oviedo,
Quísole besar las manos, Que no sean castellanos;
Mas el Rey no consentía; Mátente con aguijadas
De aquel día en adelante No con lanzas ni con dardos,
El Rey al Cid ha enemiga,
S24 ROMANCERO GENERAL.
Con cuchillos cachicuernos, De las Asturias de Oviedo *,
No con puñales dorados; Que no sean castellanos.
Abarcas traigan calzadas, Mátenle con aguijadas,
Que no zapatos con lazo; No con lanzas ni con dardos;
Capas traigan aguaderas, Con cuchillos cachicuernos,
No de contray ni frisado; No con puñales dorados;
Con camisones de estopa, Abarcas traigan calzadas,
No de holanda, ni labrados; Que non zapatos con lazos ;
5
Cabalguen en sendas burras, Capas traigan aguaderas ,
Que no en muías ni en caballos; Non de contray, ni frisado;
Frenos traigan de cordel, Con camisones de estopa,
Que no cueros fogueados; Non de holanda , ni labrados;
Mátente por las aradas, Vayan cabalgando en burras,
Que no en villas ni en poblado; Non en muías ni caballos;
Sáquente el corazón vivo Frenos traigan de cordel, .
Por el siniestro costado, Non de cueros fogueados;
Si no dices la verdad Mátente por las aradas,
De lo que eres preguntado, Non por villas ni poblados,
Sobre si fuiste ó no Y sáquente el corazón
En la muerte de tu hermano.— Por el siniestro costado,
Las juras eran tan fuertes Si non dijeres verdad
Que el Rey no las ha otorgado. De lo que te es preguntado,
Allí habló un caballero Si fuiste, ni consentiste
Que del Rey es mas privado : En la muerte de tu hermano.—
—Haced la jura, buen Rey, Jurado tiene el buen Rey,
No tengáis d'eso cuidado, Que en tal caso no es hallado;
Que nunca fué rey traidor, Pero con voz alterada
Ni papa descomulgado.— Dijo muy mal enojado :
Jurado habia el buen Rey, Cid, hoy me tomas la jura,
Que en tal nunca fué hallado.; Después besarme has la mano.—
Pero también dijo presto, Respondiérale Rodrigo;
Malamente y enojado : D'esta manera ha fablado :
— ¡ Muy mal me conjuras, Cid! —Por besar mano de rey *
¡ Cid, muy mal me has conjurado! No me tengo por honrado ;
Porque hoy le tomas la jura Porque la besó mi padre
A quien has de besar mano. Me tengo por afrentado.
Vete de mis tierras, Cid, —Vete de mis tierras, Cid,
Mal caballero probado, Mal caballero probado,
Y no vengas mas á ellas « Y no me estés mas en ellas
Dende este dia en un año. Desde este dia en un año.—
—Pláceme, dijo el buen Cid, —Pláceme, dijo el buen Cid,
Pláceme, dijo, de grado, Pláceme, dijo, de grado,
Por ser la primera cosa, Por ser la primera cosa,
Que mandas en tu reinado : Que mandas én tu reinado :
Por un año me destierras, Tú me destierras por uno,
Yo me destierro por cuatro.— Yo me destierro por cuatro.—
Ya se partía el buen Cid Ya se despide el buen Cid,
A su destierro de grado Sin al Rey besar la mano,
Con trescientos caballeros, Con trescientos caballeros,
Todos eran hijosdalgo, Esforzados fijosdalgo;
Todos son hombres mancebos, Todos son hombres mancebos,
Ninguno allí no habia cano , Ninguno hay viejo ni cano;
Todos llevan lanza en puño, Todos llevan lanza en puño
Con elfierroacicalado, Con el hierro acicalado,
Y llevan sendas adargas Y llevan sendas adargas
Con borlas de colorado, Con borlas de colorado.
Y no le faltó al buen Cid (TIMONEDA, Rosa española. —It.ESCOBAR, Roman-
Adonde asentar su campo. cero del Cid.)
(Cancionero de romances.) Aunque este romance es casi idéntico al anterior, pues tie-
1

* Es con algunas variantes el mismo del número 812, nue ne trozos enteros comunes á él, son tantas las variantes, no solo
en los versos sino también en el espíritu que domina.cn ellos,
empieza : En Santa Gadea de Burgos, etc. que pueden considerarse como obras distintas. Cuál de los dos
sea mas antiguo, no és fácil de decidirse; pero sí asegurarse
que el primero se desvia menos del carácter mesurado y caballe-
roso que nuestros antepasados gustaban suponer en el Cid,
812. que sin desmentir su valor sabía respetar y hacerse respetar de
AL MISMO A S U N T O . — L X X X I X .
los reyes, tal como aparece en el poema suyo, que es acaso el
documento mas antiguo de poesía castellana que nos queda.
(Anónimo *.) 2 Los siervos que los proceres godos llevaron á Asturias,
En Santa Gadea de Rúrgos huyendo de la invasión árabe, constituyeron allí la clase üe
Do juran los fijosdalgo, villanos dedicados á las labores del campo, mientras los demás
Allí le toma la jura vecinos iban á la guerra 6 se defendían. Estos siervos, llamados
de criazón, apenas fueron conocidos en Castilla, que en su
El Cid, al rey castellano. reconquista fué poblada por pecheros y solariegos, que á la vez
Las juras eran tan fuertes, que colonos eran soldados, y fronterizos que peleaban y exten-
Que á todos ponen espanto ; dian la reconquista. Estos pobladores, aunque fuesen algunos ae
a t e l

Sobre un cerrojo de hierro origen servil, nunca se consideraron como adscriptos ' P "
Y una ballesta de palo : no, puesto que sometiéndose á ciertas condiciones, eran dueños
de dejarle.
—Villanos mátente, Alfonso, ' Estas capas eran de paja entera, ó de heno , y ademas de
Villanos, que non fídalgos ser de abrigo, no se dejaban penetrar del agua, porque so
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA.
narecian al techado de una choza. Aun se conserva su uso en Don Alonso que lo supo,
m
Asturias y en Galicia. Dijo que lo harie de grado.
•* Este y los tres siguientes versos se hallan también en el Muchos señores de salva
romance que dice: Cabalga Diego Lainez, número 731. (Véase Entran con él á su lado,
Ja nota allí puesta donde se cita el poema que pudo sugerirlos Y cuando estuvieron dentro
T prestar su espíritu á ambos romances.)
Las puertas le habien cerrado.
Sobre una ara consagrada
813. Y un Crucifijo dorado,
Y en un cerrojo de acero,
HECHA LA JURA , E L R E Y INCREPA A L CID POR EL RIGOR Como era acostumbrado,
CON QUE SE LA T O M Ó . — X C . Viénele á tomar la jura _
i
(Anónimo .) Ese buen Cid castellano*
—Fincad ende mas sesudo, De las palabras que dice
Don Rodrigo, con vos fablo, Están muy maravillados :
Catad que soy vuestro rey, — Nunca reines, rey Alonso,
Maguer que no esté jurado, En tu reino ningún año»
Y este cerrojo de hierro, Y después que muerto fueres
Y esta ballesta de palo, El alma te lleve el diablo ,
Como fincan en mi jura, Si supiste ó consentiste
Fincan también en mi agravio. En la muerte de Don Sancho.—
Yo fago testigo á Dios, Nunca le respondió cosa,
Antes le estaba mirando.
Y á nuestro patrón Santiago, Luego habló Pero Anzures,
Que non he sido traidor Un ayo que lo ha criado :
En la muerte de Don Sancho. — Pone la mano, señor,
Non mostréis, con ser sañudo, Y jura pues, que estáis salvo,
Ser, Rodrigo, apasionado, Que nunca fuistes traidor,
Que maguer que haya razón,
Se ha de humillar el vasallo. • Ni sabéis nada en tal caso.—
Si con las huestes, Rodrigo, Luego hizo Don Alfonso
Fincades sañudo y bravo, Lo que le mandó su ayo :
Sed con los reyes humilde, Puso la mano y juró
A Dios que le habia criado,
Y seréis mas estimado. Que no consintió, ni supo
Non eclipséis con la lengua En la muerte de Don Sancho;
Los fechos de vuestros brazos, Y en haciendo el juramento, ¿
Que el fablar sin ocasión Contra el Cid se habia encarado.
Es de homes afeminados, Las palabras que le dice
fiien se me lembra del tiempo Son de hombre muy airado:
Que como noble soldado —Enojado estoy, buen Cid,
Habéis servido en las lides Porque así me has maltratado; ;
A mi padre Don Fernando; Mas con esto me consuelo,
Mas non vos ensoberbezcan Que no se cumple hoy el año,
Los triunfos que heis alcanzado, Que si me tomas la jura
Que es la jactancia un borrón, Luego serás mi vasallo.—
Que borra fechos muy claros. Con ansia responde el Cid,
Decis que si parte he sido D'esta suerte le ha hablado : ••
En la muerte de mi hermano,
Que me den villanos muerte; — Como lo usareis, buen Rey,
Fablais bien, serán villanos: Como lo fueres usando.—
Non fincará contra rey Poniendo mano á la espada
Ningún vasallo fidalgo, Se sale el Cid castellano,
Que unfidalgonunca emprende Y con voz muy alterada
Facer tal desaguisado.— En una cruz ha jurado
Esto dijo Don Alfonso De nunca entrar en sus cortes,
Teniendo puesta la mano Ni obedecer su mandado,
Sobre un cerrojo de hierro, Hasta tanto que tres veces
Se lo hubiese el Rey rogado.
Y una ballesta de palo. Cabalgó y fuese luego
(Romancero general) De muchos acompañado-.
l
En vano se afecta aquí un lenguajerouy anti guo: el romance (RODRÍGUEZ, Romancero historiado,]
descubre ser definesdel siglo xvi.

815,
814. AL MISMO ASUNTO.—XCII.
AL MISMO A S U N T O . — X C I . (Anónimo.)
(De Lúeas Rodríguez.) Por la muerte que le dieron
Después que sobre Zamora En Zamora al rey Don Sancho,
Murió el noble rey Don Sancho, Han jurado al rey Alfonso
Vino á reinar en Castilla Los hombres buenos y honrados,
Un Don Alfonso su hermano. Castellanos y leoneses,
Pide por herencia el reino, Con gallegos y asturianos.
Que de derecho ha heredado, El Cid rehusa la jura
Y para alzalle por Rey Y así el buen Rey le ha fablado :
Los grandes han acordado —Decid, ¿por qué non queréis,
Que entrase en Santa Gadea Buen Cid, besarme la mano,
Y jurase si era salvo Pues que lo han hecho los grandes
De aquella tan cruda muerte, Cuantos hay en mi reinador —
Que dieron al rey su hermano; El Cid respondió ; — Señor,
ROMANCERO GENERAL.
Ficléralo de buen grado, 817.
Si no fuera por el vulgo, DEFIENDE EL CID AL REY MORO DE SEVILLA CONTRA ELDE GBA
Que gran sospecha ha tomado NADA, Y TOMA EL SOBRENOMBRE DE CAMPEADOR.—XCIV
Que por vuestra orden y mia (Anónimo'.)
A traición murió Don Sancho. Ese buen Cid Campeador
Para que mejor se entienda Ya se parte de Castilla :
La verdad y lo contrario, Por mando del rey Alfonso
Es bien que fagáis la jura, Lleva su mensajería
En un altar consagrado, A Atamcanis , ese moro
De que nunca hubisteis parte Rey de Córdoba y Sevilla,
En hecho tan feo y malo. — Para que le dé las parias
El Rey fué contento d'esto, Pasadas que le debia.
Y en un altar consagrado, En Sevilla estaba el Cid
Ambas las dos manos puso Faciendo á lo que venía.
Sobre un Evangelio santo, Mudafar, rey de Granada,
Diciendo non haber parte A Almucanis mal queria:
En la muerte de su hermano. Caballeros castellanos
El Cid tres veces repite, Mudafar consigo habia;
Por lo que el Rey enojado Son de los mas estimados
Le dijo : — Basta que hagáis Que habia dentro en Castilla: -
Lo justo, y no demasiado; Don García Ordoño el uno,
Pero yo juro y prometo Que conde todos decían;
Que presto me haga vengado. Fernán Sánchez era el otro,
—Buen Rey, faced vuestra guisa, Yerno del rey Don García,
Respondió el Cid sosegado,
Que yo tengo hecho mi oficio Y Lope Sánchez, su hermano,
Como caballero honrado. Estaba en su compañía,
Y otro caballero honrado,
(Romancero general.) Diego Pérez se decia.
Ellos con grandes poderes
Con el Mudafar venían
816. Contra Almucanis el rey,
SITIANDO ALONSO VI EN TORO A SU HERMANA ELVIRA, SE
Que pechero es de Castilla.
ENAMORA DE ELLA ; MAS SABIDO QUIÉN ERA, QUIERE HA-
El Cid cuando aquesto supo
CER QUE LA MATEN : E L CID SE OPONE, E L REY SE
Mucho pesado le habia :
ENOJA,—XCIII.
Enviárales sus cartas,
1
Y en ellas así decia:
(Anónimo .) «Que non vengan con su gente
En las almenas de Toro, «Contra el reino de Sevilla,
Allí estaba una doncella, Í Que es pechero al rey Alfonso
Vestida de negros paños, »Con quien amistad tenia:
Reluciente como estrella: * Y si lo quieren facer,
Pasara el rey Don Alonso, »Que su Rey ayudaría
Namo.rado se había d'ella, »A Almucanis su vasallo,
DiGe:— Si es bija de rey »Que otra cosa no pedia.»
Que se casaría con ella, Recibido han las cartas,
Y si es bija de duque Mas en nada las tenian :
Serviría por manceba.— Entran en tierras del Rey,
Allí hablara el buen Cid, Del rey moro de Sevilla :
Estas palabras dijera: Quemando van y estragando
—Vuestra hermana es, señor, Fasta Cabra, aquesa villa.
¥uestra hermana es aquella. El Cid, cuando aquesto supo,
—Si mi hermana es, dijo el Rey, Contra ellos se partia :
Fuego malo encienda en ella: Moros llevaba consigo,
Llámenme mis ballesteros; Cristianos los que podia.
Tírenle sendas saetas, Las huestes se habían juntado,
Y á aquel que la errare El Cid mataba y hería :
Qwe le corten la cabeza.— Muy reñida es la batalla,
Allí hablara el Cid, Durado ha casi un día,
D'esta suerte respondiera. Fasta que venciera el Cid
—Mas aquel que la tirare Y en huida los poDia.
Pase por la misma pena. A caballeros cristianos
— los de mis tiendas, Cid, El buen Cid muchos prendía,
No quiero que estéis en ellas. De moros non habia cuenta
— Pláceme, respondió el Cid, Los que cautivado habia.
Que son viejas, y no nuevas: Tres días tuviera presos
Irme he yo para las mias, Los cristianos que vencia;
Que son de brocado y seda, Volvióse con gran despojo
Que no las gané holgando, A Sevilla, do partia :
Ni bebiendo en la taberna; Almucanis dio las parias,
Canelas en las batallas Y á Castilla se volvía.
Con mi lanza y mi bandera. Mucho plugo al rey Alfonso
(TÍMONEDA, Rosa etpañola. — It. WOLF, Rosa De lo que el Cid fecho habia,
de romances.) Y de aquel dia adelante
Al Cid, Campeador, decían.
i Pertenece 4 la clase de romances viejos de la época tradi- (SEPÍLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc-
«ional. El asuato de que trata no lo hemos visto en otro : Lope It. ESCOBAR , Romancero del CU.)
de Vega hizo sobre el asunto una comedia, cuyo título es : las i Aunque no es de Sepdlveda, es de su tiempo y del í "
e

almenas de Ttro.
ñero de los suyos.
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. $2?
818. Y el Rey, por facer mesura ,
Acompañóla á laa puerca.
puerta
QUERELLA DEL CID CON BERMUDO, ABAD DE CÁRDENA.
ESCOBAR , Romancero del Cid.)
(Anónimo '.) 1

!
Aquí empiezan los romances del Cid desavenido con el
Fablando estaba en el claustro rey Alfonso, hasta que conquistó á Valencia y le envió parias
De San Pedro de Cárdena Se comprenden también los de Martin Pelaez.
El buen rey Alfonso al Cid, 2
Entre todos los romances del Cid, que tratan de sus des-
Después de misa, una fiesta : avenencias con el rey Alfonso, estos tres que siguen son los
Trataban de las conquistas mejores , y forman el cuadro mas interesante de su historia,
De las mal perdidas tierras bn ellos se ve la firmeza respetuosa con que el Cid, sin insulto
ni descortesía, se defiende. Aunque el lenguaje es antiguo, y
Por pecados de Rodrigo , antiguas sus ideas, su construcción indica que pertenecen á
Que amor disculpa y condena. las ultimas décadas del siglo xvi.
Propuso el buen Rey al Cid
El ir á ganar á Cuenca,
Y Rodrigo mesurado 819.
¿e dice desta manera :
—Nuevo sois, el rey Alfonso, QUERELLA D E L REY CONTRA E L CID , Á QUIEN
Nuevo rey sois en la tierra; D E S T I E R R A . — XCVI.
Antes que á guerra vayades
Sosegad las vuesas tierras. (Anónimo.)
Muchos daños han venido — Si atendéis que de los brazos
Por los reyes que se ausentan, Vos alce, atended primero,
Que apenas han calentado Si no es bien que con los míos
La corona en la cabeza, Cuide subirvos al cielo :
Y vos no estáis muy seguro ¡ Bien estáis afinojado,
De la calunia propuesta Que es pavor veros enhiesto!
En la muerte de Don Sancho Que asiento es, asaz debido,
Sobre Zamora la vieja ; El suelo, de los soberbios!
1 Que aun hay sangre de Bellido, j Descubierto estáis mejor,
Maguer que en fidalgas venas, Después que se han descubierto
Y el que fizo aquel venablo, . De vuesas altanerías
Si le pagan fará treinta! — Los mal guisados excesos !
Bermudo en lugar del Rey ¿ En qué os habéis empachado,
Dice al Cid : — Si vos aquejan Que dende el pasado invierno
El cansacio de las lides Non vos han visto en las Cortes,
O el deseo de Jimena, Puesto que Cortes se han fecho?
Idvos á Vivar, Rodrigo,' ¿Por que, siendo cortesano
Y dejadle al Rey la empresa, Traéis la barba y cabello
Que homes tiene tanfidalgos Descompuesto, y desviada
Que non volverán sin ella. Como los padres del yermo?
—¿Quién vos mete, dijo el Cid, ¡ Pues aunque vos lo pregunto
En el consejo de guerra. Asaz que bien os entiendo!
Fraile honrado, á vos agora, ¡ Bien conozco vuesas mañas
La vuesa cogulla puesta? Y el semblante falagüeño!
Subid vos á la tribuna Querréis decir que cuidando
Y rogad á Dios que venzan, En mis tierras y pertrechos,
Que non venciera Josué Non cuidades de aliñarvos
Si Moisés non lo ficiera : La barba y cabello luengo. ,
Llevad vos la capa al coro, Al de Alcalá contrallasteis
Yo el pendón á las fronteras, Mis treguas, paz y concierto,
Y el Rey sosiegue su casa Bien como si el querer mió
Antes que busque la ajena, Tuviérades por muy vueso:
Que non me farán cobarde A los fronterizos moros
El mi amor, ni la mi queja , Diz que tenéis por tan vuesos ,
Que mas traigo siempre al lado Que os adoran como á Dios;
ATizona, que á Jimena. ¡ Grandes algos habréis d'ellos!
—Home soy, dijo Bermudo, Cuando en mi jura os hallasteis,
Que antes que entrara en la regla, Después del triste suceso
Si non vencí reyes moros Del rey Don Sancho mi hermano,
Engendré quien los venciera , Por Bellido traidor muerto,
Y agora en vez de cogulla, Todos besaron mi mano,
Cuando la ocasión se ofrezca, Y por rey me obedecieron :
Me calaré la celada, : Solo vos me contrallasteis
Y porné al caballo espuelas. Tomándome juramento :
— i Para fugir, dijo el Cid, En Santa Gadea lo fice
Podrá ser, padre', que sea, Sobre los cuatro Evangelios, i
Que mas de aceite, que sangre, Y en el ballestón dorado
Manchado el hábito muestra ! Teniendo el cuadrillo al pecho.
—Callédes, le dijo el Rey, Matárades á Bellido
M mal hora, que no en buena ; Si flcierais como bueno,
Acordársevos debia Que no ha faltado quien dijo
De la jura y la ballesta, Que tuvisteis asaz tiempo :
teosas tenedes, el Cid, Fasta el muro lo seguisteis,
Que farán fablar las piedras, Y al entrar la puerta dentro
£ues por cualquier niñería ¡ Bien cerca estaba quien dijo,
facéis campaña la iglesia.— Que non osasteis de miedo !
J asaba el conde de uñate Y nunca fueron los míos
Que llevaba la su dueña, Tan astutos y mañeras,
ROMANCERO GENERAL.
m Que cuidasen que Don Sancho Non me lo confiscarédes
Muriese por mis consejos : Vos, ni vuesos consejeros,
Murió porque á Dios le plugo Que mal podrédes lollerme
En su juicio secreto, La facienda que non tengo.
Quizá porque de mi padre De hoy mas seré facendoso,
Quebrantó sus mandamientos. Pues hoy de vos me destierro,
Por estos desaguisados, Y de hoy para mí me gano,
Desavenencias y tuertos, Pues hoy para vos me pierdo.—
Gon título de enemigo Estas palabras decia
De mis reinos vos destierro. El noble Cid, respondiendo
Yo tendré vuesos condados A las querellas injustas
Fasta saber por entero, Del rey Don Alfonso el Sexto.
Con acuerdo de los mios, (MADRIGAL, Segunda parte del Romancero aenemí
v m e m
Si confiscárvoslos puedo. It. ESCOBAR, Romancero del Cid.) -
¡ Non repliquedes palabra,
Que vos juro por San Pedro,
Y por San Millan bendito, „ 821.
Que vos enforcaré luego! — LAMÉNTASE E L CID DE LA INGRATITUD CON QUE EL RET
Estas palabras le dijo L E TRATA , Y S A L E D E S T E R R A D O . — XCVI1I.
El rey Don Alfonso el Sexto,
Inducido de traidores, (Anónimo.)
Al Cid, honor de sus reinos. Del rey Alfonso se queja
(MADRIGAL, Segunda parte del Romancero general- Ese buen Cid castellano
It. ESCOBAR, Romancero del Cid.) Por la injusta paga y premio
Que á sus servicios ha dado.
Dice entre airado y furioso,
820. El rostro triste y turbado :
RESPONDE EL CID Á LA QUERELLA DEL BEY.—XCVH.
— No te llamo, Rey, injusto,
Porque al fin soy tu vasallo,
(Anónimo.) Ni porque me desterraste
De tu reino y mi condado,
—Téngovos de replicar Solo porque me perdí
Y de contrállanos tengo, En hacer tu gusto y grado.
Que no han pavor los valientes Mal quisto estoy con el mundo
Ni los non culpados miedo. Por acrecentar tu Estado,
Si finca muerta la honra
A manos de los denuestos, Y por suplir tus flaquezas,
Menos mal será enforcarme Dicen que robo y que mato.
Que el mal que me habedes fecho. Esos falsos consejeros,
Yo seré en tierra homildoso Que te están aconsejando,
A guisa de vueso siervo, Corderos en la apariencia
Que teniendo los mis brazos Y lobos en los estragos,
Cuido alzarme" sin los vuesos. ¡Oh cuan fáciles te hacen
Cúbranse y non vos acaten Mil dificultosos casos,
Los ociosos falagüefios, Que quizá sin mi presencia
Que maguer yo non lo soy Resultarán en mil daños!
Me puedo cubrir primero. Acuérdate, rey Alfonso,
Dos vegadas hubo Cortes Que soy el Cid tu vasallo,
Desde antaño por invierno, Mas presto para servirte
Diz que por la pro común, Que tú para darme el p.ago
O por los vuesos provechos : De mis honrados servicios ;
Vos en León las ficisteis, Aunque tú me has desterrado, .
Pero yo en los campos yermos Movido, según entiendo,
Faciendo las mias, desfice De que estoy atesorando,
Del contrario los pertrechos. Y sin mirar que si tengo
Lo fecho en Alcalá vedes, Algo, todo lo he ganado
Non lo que fice primero, A trueco de sangre y fuerza
Y es mal juzgador quien juzga De mi cuerpo y de mi brazo,
Sin notar todo el proceso. Y no viviendo en el ocio
Folgá que el moro de allende Que hay en tu real palacio,
Respete mis fechos buenos, Donde se pasan los dias
Que si non me los respeta En hacer grandes estragos,
Non vos guardará respeto. No en los moros fronterizos,
¡Asaz me semejáis blando, Sino en deshonrar hidalgos.
Porque de tiempo tan luengo No quiero ya los favores,
De apretarvos en la jura Rey, de todos tus privados,
Vos duele el escocimiento! Que sin ellos los tendré
Mentirá el que me achacare De muchos buenos hidalgos. —
Del traidor D'Olfos el tuerto, Esto decia Rodrigo
Pues sabedes lo que fué Cuando estaba aparejando
Y lo que fice en el reto; Lo necesario y forzoso
Ademas que sin espuelas Para salir desterrado.
Cabalgué entonces por yerro : (Romancero general-)
¡Vencen pesadas falsías
Al noble y sencillo pecho!
Y pues gasté mis haberes
En prez del servicio vueso,
Y de lo que hube ganado
Vos fice señor y dueño
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÍSA. ítey

822. Sus moros ha cautivado :


Siete mil son los cautivos,
AL MISMO ASUNTO.—XCIX Sin otro mucho ganado.
(Anónimo.) Mucho al rey Alfonso pesa,
Contra el Cid estaba airado;
De palacio sale el Cid Mucho mas que antes estaba,
Sentido de una palabra, Con el Rey lo habían mezclado
ue quien palabras no siente Por envidia que le tienen
§ I sentimiento le falta.
Las manos tuerce furioso,
Los grandes de su reinado.
Escribióle el Rey al Cid,
Aunque no por castigarlas, Que salga de su reinado
Porque contra su cabeza Dentro de los nueve dias,
Sus manos no se levantan. Que mas no le da de plazo.
Hechos dos Etnas los ojos El buen Cid á sus pariente»
Brotan fuego y vivas llamas, Las cartas les ba mostrado :
Porque en ellos como en lienzo Todos se quejan del Rey
pinta su pasión el alma. De haberlo tan mal mirado
Erizados los cabellos, Desterrando un caballero,
Revuelta la barba cana, Tan valiente y esforzado,
Que el tiro de la deshonra Que muy bien habia servido
Descompone barba-canas. A él, á su padre y su hermano.
Paséase sin compás Ofrécense de ir con él
y alterada voz levanta, A lo servir muy de grado,
Que el corazón, con decir Y que todos morirían
Su pesadumbre, descansa : Con él juntos en el campo.
— Mal fablastes de mí, el Rey, El Cid les agradecía
Con voz muy desentonada; La palabra que le han dado,
Yo, palabra non vos dije, Y otro dia salió el Cid
Ca por mí mis obras fablan, De Vivar, que era su Estado,
Y fablara mi Tizona Con toda su compañía
Por mi honor y por su fama, Con ánimos esforzados :
Sino que el ser vos quien sois Volvióse á sus caballeros
La enmudece en la su vaina. Y esto les está fabla ndo :
Vuestra fabla, rey Alfonso, — Amigos, si á Dios pluguiese
A mi fama non la infama, Que á Castilla nos volvamos,
Ca el señor á su vasallo Digovos que tornaremos
Aunque mas diga no agravia. Todos muy ricos y honrados.
Desterráisme de mi tierra, (ESCOBAR , Romancero del Cid.)
D'esto non me finca saña;
Ca el hombre bueno, fldalgo, * Pertenece á la oíase y época de los de Sepúlveda.
De tierra ajena hace patria.
Están muchos envidiosos,
Junto á vos, de mis fazañas,
Ca de ordinario la envidia 824.
A la virtud acompaña. RESPONDE E L CID Á LA ORDEN DE SU DESTIERRO, Y O B E -
Dicen entre juglerías DIENTE A L R E Y , O F R E C E SERVIRLE Y E N G R A N D E C E R L E
Razones desaguisadas, Á PESAR DE SD I N G R A T I T U D , — C l .
Y porque non vomitedes (Anónimo .) 1

Va la pildora dorada. — Obedezco la sentencia,


Mil mentiras falagüeñas, Maguer gue non soy culpado,
Non verdades, á vos fablan; Pues es justo mande el Rey,
Ca una vegada bregaron
La verdad é la privanza. Y que obedezca el vasallo;
Non sentirédes mi mengua Y plegué á Nuesa Señora
Fasta la primer batalla, Que vos faga aventurado,
Ca el bien non es conocido Tal que non echedes menos
«sta que nos face falta.— La mi espada ni el mi brazo.
feto dijo el Cid Ruy Dkz Rien cuido que non vos mueve
Uando en Babieca cabalga, Servos yo desaguisado;
«hacia Valencia camina, Sé que envidiosos á veces
Herra rica, hermosa y llana. Manchan los pechosfldalgos:
«Mas alfinel tiempo vos será testigo
(Romancero general.) «Que ellos mujeres son,y yo Rodrigo.»
Esos bravos infanzones
Que comen á vueso lado,
823. Consejeros mentirosos,
OTRO DEL DESTIERRO D E L C I D . — C . Lidiadores en palacio,
¿Cómo non vos acorrieron
(Anónimo *.) Cuando preso vos llevaron,
Grande saña cobró Alfonso Y cuando yo vos quité,
^ontra el buen Cid castellano, Solo, á trece en medio el campo,
M u é le tomó la jura Sinon que á rienda suelta
S.SAW 6 d e
hermano : s u
Fuyeron los amenguados
Donde mostraron tener
«guardo á hacerse vengado. Lengua asaz y pocas manos ?
E rey moro de Toledo* «Mas al íin el tiempo vos será testigo
m Ahmaimon es llamado, «Que ellos mujeres son, y yo Rodrigo.»
Ono i S e q u e
J ey a r a a l R
Membradvos, rey Don Alfonso,
8 r i n o
- YTSJS, *? « se habí» entrado, De lo que agora vos fablo,
Vos con saña, yo sesudo, 54
oasta dentro de Toledo
• T. X.
530 ROMANCERO GENERAL.
Vos vengado, y yo agraviado.: El rey Alfonso lo manda,
Que yo fago pleitesía Sus envidiosos se huelgan,
A San Pedro y á San Pablo Llórale toda Castilla,
De mezclar, Dios en ayuso, Porque huérfana la deja.
Mi hueste con los paganos; Gran parte de sus haberes
Y si finco vencedor Ha gastado el Cid en guerra:
Poner á vueso mandado No halla para el camino
Los castillos y fronteras, Dinero sobre su hacienda.
Pueblos, haberes, vasallos: A dos judíos convida,
«Mas al fin el tiempo vos será testigo Y sentados á su mesa
«Que ellos mujeres son, y yo Rodrigo.» Con amigables caricias
(ESCOBAR, Romancero del Cid.) Milflorinesles pidiera.
Díceles que por seguro
i De la última década del siglo xvi. Dos cofres de plata tengan,
Y que si dentro de un año
No les paga, que la vendan,
82S. Y cobren la logrería
Como concertado queda.
EXCUSA E L RKV SU PORTE CON E L CID , DICIENDO QUE
Dióles dos cofres cerrados,
L B DESTIERRA SOLO POR CONTENER SUS DEMASIADOS
Entrambos llenos de arena,
BRÍOS.— C U .
Y confiados del Cid
(Anónimo.) Dos milflorinesle prestan.
Escuchó el rey Don Alfonso — ¡Oh necesidad infame,
Las palabras halagüeñas A cuántos honrados fuerzas
Del Cid en su despedida, A que por salir de tí
Cuando se partió á la guerra; Hagan mil cosas mal hechas!
Y dijo á sus infanzones : ¡Rey Alfonso, señor mió,
— Hoy deja nuestras banderas A traidores das orejas,
El home mas animoso Y á losfidalgosleales
Que sangre de moros riega; Palacios y orejas cierras!
Y aunque parezca osadía Mañana saldré de Rúrgos
El tablar con tantas veras, A ganar en las fronteras
Non fueron atrevimientos, Algún pequeño castillo
Supuesto que lo asemejan. Adonde mis gentes quepan;
Los amoríos del alma Mas según son de orgullosos
En el pecho do se encierran Los que llevo en mi defensa,
Lealtad y amor, con su rey Las cuatro partes del mundo
Tienen para hablar licencia. Tendrán por morada estrecha.
Alongado va al destierro, Estarán mis estandartes
Y veo que en su presencia Tremolando en las almenas;
Es solo un home el que parte, Caballeros agraviados
Y mil voluntades lleva; Hallarán guarida en ellas;
Y cuido que un buen guerrero, Y por conservar el nombre
Cuando de su rey se ausenta, De tus reinos, que es mi tierra,
Reprochado de su corte Los lugares que ganare
Se ha de tener á la ajena, Serán Castilla la Nueva.
Que de un edificio grande, I Romancero general— It. ESCOBAR, Roma
Si se le rompe una piedra, del Cid.)
Por solo su desencaje
Se suele venir á tierra.
No hay folgarse entre los reyes,
Que nunca los reyes fuelgan 827.
Cuidando el pro de sus reinos, • HACE E L CIDJBENDECIR SUS PENDONES, T JURA ENGRANDE-
Y haciendo en los lueñes guerra. CER A L R E Y , AUNQUE INJUSTO L E DESTIERRA.—CIV.
Si fidalgos con la espada
Por su rey en lides entran, (Anónimo.)
El rey con espada y alma Ese buen Cid Campeador,
Anda, padece y pelea. Que Dios en salud mantenga,
¡ Gran lidiador es el Cid! Faciendo está una vigilia
¡ Fuerte y noble en gran manera! En San Pedro de Cárdena;
Pero si no es homildoso, Que el caballero cristiano,
Be Dios y del rey, ¿qué espera? Con las armas de la Iglesia
Conviene que el Cid se alongue, Debe de guarnir su pecho,
Y dirán en lueñes tierras, Si quiere vencer las guerras.
Que Alfonso face justicia, Doña Elvira y Doña Sol,
Y en castigo á nadie excepta. * Las sus dos fijas tan bellas,
Acompañan
( MADRIGAL, Segunda parte del Romancero general.)Ofreciendo rica á su madre
ofrenda.
Cantada que fué la misa,
El abad y monjes llegan
826. A bendecir el pendón,
E L C I D , PARA PAGAR SO G E N T E , SACA CON ASTUCIA DINERO Aquel de la cruz bermeja.
A UNOS J U D Í O S . — C1II.
Soltó el manto de los hombros,
Y en cuerpo, con armas nuevas,
(Anónimo.) Del pendón prendió los cabos,
Doo Rodrigo de Vivar Y d'esta suerte dijera :
Está con Doña Jimena — Pendón bendecido y santo,
De su destierro tratando, Un castellano te lleva,
Que sin culpa le destierran. Por su rey mal desterrado,
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA.
n plañido por su tierra. Y las inútiles suyas
m\
R i e

» mentiras de traidores Hacen el fin con sus vidas,


Inclinando sus orejas, _ Procuran que las ajenas
Dio su prez y mis razanas : No se celebren y digan,
desdichado del y d'ellas! Que las ignoren los reyes,
'• cuando los reyes se pagan Pretendiendo con malicia,
De falsías halagüeñas, Queriendo tragarlo todo
Mal parados van los suyos, Estas inmundas harpías :
luengo mal les viene cerca! Digo pues, que como el Cid
Rey Alfonso, rey Alfonso, Con la paz no se entendía ,
Esos cantos de sirena Y en los peligros mayores
Te adormecen por matarte : Puesta llevase la mira,
•Ayde tí si no recuerdas! Cercó á Alcocer, que de moros
fu Castilla me vedaste Era una fuerza escogida,
Por haber folgado en ella, Y la de mas importancia
Que soy espanto de ingratos, En las parles fronterizas;
y conmigo non cupieran. Pero no pudiendo entrarla
•Plegué á Dios que no se caigan, Con ásperas baterías,
Sin mi brazo, tus almenas! Echó mano de la industria,
Tú que sientes, me baldonas ; Que no es de menos estima
Sin sentir, me lloran ellas. Que el valor y fortaleza,
Con todo, por mi lealtad Ni de menor gloria digna,
Te prometo las tenencias Cosa loable en la guerra,
Que en las fronteras ganaren Codiciada y permitida.
Mis lanzas y mis ballestas; Hizo pues, para cebarlos,
Que venganza de vasallo Que con su gente huía,
Contra el rey, traición semeja , Y que levantaba el cerco
Y el sufrir los tuertos suyos Por hambre, sed y fatigas,
Es señal de sangre buena.— Dejándose muchas tiendas
Esta jura dijo el Cid, Con preseas varias, ricas,
y luego áDofia Jimena Porque el codicioso moro
Y á sus dos lijas abraza : Salga, y el alcance siga,
Mudas y en llanto las deja. Trayendo para robarlas
(Flor de nuevos y varios romances, 3.a parte. —Menos orden con mas prisa,
It. Romancero general.— ít. ESCOBAR, Romancero Dejando la fuerza sola
del Cid.) Sin quien la entrada resista.
Y fué así, que como viesen
La repentina huida,
Desamparando el castillo
EL CID CONQUISTA DE LOS MOROS A A L C O C E R , POR MEDIO En su seguimiento tiran ;
DE UNA E S T R A T A G E M A . — C V . Pero á pequeña distancia
{De Gabriel Lobo Laso de la Vega .) Vuelve con suerte propicia
i

Estando cumpliendo el Cid El famoso de Vivar,


El destierro en que yacía, Que una gruesa lanza cimbra,
Aquel á quien Don Alfonso Y en el bravo sarraceno
Mandó salir de Castilla, Haciendo sangrienta riza,
Por siniestras relaciones Sin aventurar soldado
Que envidiosos hecho habian Entró la fuerza y la villa.
Contra el Cid , cosa ordinaria, (LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y tragedias, etc.)
Su propicia suerte vista,
Porque siempre al semejante Es uno de los peores romances que darse pueden.
Cuyas hazañas se estiman
Le nacenfieroscontrarios
De! efecto d'ellas mismas, 829.
viendo que en él y no en ellos i

Con razón ponen la vista, AL MISMO ASUNTO . — CV1.


¿que escurece sus nombres (De Lorenzo de Sepálveda.)
ti que ayer no le tenia,
como si de sus principios Por mando del rey Alfonso
«o se tuviese noticia El buen Cid es desterrado;
e
" que fueron adquiridos Caballeros van con él
Trescientos; son hijosdalgo.
"estas tres por una via: Ganó el buen Cid á Alcocer,
"Por privanza con reyes, Este castillo nombrado :
0 Por letras, ó milicia, Los moros en él lo cercan
vX* í y q u e p
nombre Con todos sus allegados.
d a s u v a , o r
1
™ » W o se admiran, No salen á la batalla,
Por ser muchos los paganos;
L W 9"»' p u e s n o e s v e n^Ja Aquese buen Alvar Fanez,
a d d e a l u n d i a
YdebW g -
( l e Que de Minaya es llamado,
OIIP £ 2 Presumir
e s a n g r e A las compañas del Cid
i l u s t r e
Pora, l P y 'impía, Ansí les estaba hablando :
N S R * p e n ó l o es
0l)
2. ies acciones no cria — Amigos, salidos somos
g^tovaleroso • De León, ese reinado
s
í¡ P ajesa
ar
de la invidia
K
Do tenemos nuestras tierras,
feSr '"lenguas Y hasta aquí somos llegados :
Quecl' ias; Menester
f e r e n t e s v
es el esfuerzo
C o n s u ? . ^ ^ e ala fama De que sois tan abastados,
, s u
s hazañas obligan, Que á no lidiar con los moros,
852 ROMANCERO GENERAL.
Comemos pan mal ganado. Por tierras de moros entran
A ellos salgamos luego, Muchas batallas ganando, '
Firámoslos denodados, Rindiendo muchos castillos
Ansí ganaron la honra Y reyes atributando.
Los nuestros antepasados — Tanto pudo el gran valor
El Cid le dijo : — Minaya, De aquel noble Cid honrado
Vos habláis como esforzado, Que en poco tiempo conquista
Y como buen caballero, Hasta Valencia llegando,
Que lo sois, y muy honrado : Donde alcanzó gran tesoro
Mostráis bien que descendéis Y un gran presente ha enviado
De buen linaje estimado, Al ingrato rey Alfonso
Y que no perdieron honra, De cien hermosos caballos
Antes siempre la han ganado , Todos con ricos jaeces
Y no temieron la muerte De diferentes bordados,
Ni sufrir cualquier quebranto, Y cien moros, que los llevan
Por qu'ella fuese adelante De las riendas, sus esclavos
De quien vos tomáis dechado. — Y cien llaves de las villas '
Plugo á Pedro Bermudez, Y castillos que ha ganado,
La su seña le habia dado: Y también al Rey envía
Díjole : — Pedro Bermudez, Cuatro reyes sus vasallos:
Sois muy bueno y esforzado, Aqueste presente lleva
Por esto vos doy mi seña, Ordoño, su gran privado.
Como á noble hijodalgo; {R a s e n e r a l l l E s C 0 B
No aguijéis con ella mucho, Z Cid.) - « . «Mu»»!
Hasta ver el mi mandado. —
Respondió Pedro Bermudez :
— Y os juro, buen Cid honrado, 831.
Por Dios trino, verdadero,
Y al apóstol Santiago, E L CID RETA DE VILES Y COBARDES A SUS
De la poner hoy en parte D E T R A C T O R E S . — 0V1II.
Do jamas hobiera entrado, {Anónimo .) i

Y que ella gane gran honra,


O morir como hidalgo. — «Mentirosos adalides,
Y con muy crecido esfuerzo «Que de las vidas ajenas
Dio de espuelas al caballo, «Guisáis plato para el gusto
Hirió por medio los moros, «De muchas sordas orejas:
Por medio d'ellos fué en salvo; «Fidalgos de Villalon,
El Cid también los lirio, «Caballeros de Valduerna,
El campo les ha ganado. «Hombres buenos de Villalva,
«Y cristianos de Sansueña,
( SEPÚLVEDA , Romances nuevamante sacados, etc.— «Escuchadme si fincáredes
It. ESCOBAR , Romancero del Cid.)
«Con memoria, que mis quejas
«Son fijas de vueso agravio,
4 Es el mismo romance, fuera del verso primero, que el «Y de vuesa culpa nietas:
del Romancero del Cid, de Escobar, que empieza : Por aquese »Yo soy el Cid Campeador,
rey Alfonso.
» Que finco sobre Consuegra,
«Tan humilde al rey Alfonso
«Cuanto á mí Doña Jimena :
830. «Yo soy aquel que mis armas
T-ALA E L CID Á LOS MOROS LOS CAMPOS DE V A L E N C I A ,
«Toda la semana entera
Y D E L BOTÍN HACE GRAN P R E S E N T E A L R E Y . — GVI1.
«Non se quitan dos vegadas
«Del cuerpo que las sustenta,
(Anónimo.) «Y el que en tas batallas crudas
Ya que acabó la vigilia «Con mi lanza y mi ballesta
Aquel noble Cid honrado, «Soy el primero de todos,
Y dejó á Doña Jimena, »Y que non duermo en las tiendas.
Y á sus dosfijasllorando, «Non fago tuerto á los mios,
A la vista de San Pedro «Maguer facerlo pudiera,
En un espacioso llano «Antes les entrego juntos
Dijo, con grande denuedo, »Los haberes y tenencias:
A los que le están mirando : «Peleo con laTizona,
— Quinientosfidalgossois «Non ofendo con la lengua
Los que me heis acompañado, «Por non con ella imitar
A quien no diré lo mucho «A las mal fabladas fembras:
Que os obliga el ser fidalgos; «Como en el suelo, por falta
Pero, pues que me destierra »De las levantadas mesas,
El Rey por injustos casos, »Y por postre tengo asaltos,
Faced cuenta, mis amigos, «Que son frutas que me alegran.
Que todos vais desterrados, «Non desentierro las vidas
»De hombre bueno ó mujer buena,
Y que han de guardar mi honra «Nin digo si fué fidalgo, _
Vueso valor y mi brazo, «Nin si ha pechado ó si pecna .
Que aunque él ha sido injusto, «Non trato sobre comida
No lo han de ser sus vasallos, »De facer á nadie ofensa,
Antes derramar la sangre «Sinon de si han apretado
Por vencer á los contrarios. — «Bien las cinchas á Babieca :
Todos responden : — Buen Cid , «Non me acuesto imaginando
Vueso hablar es excusado, «Con mentiras quitar tierras,
Pues basta que nos mandéis «Si acaso puedo las gano,
Para quedar obligados, —
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. Sao
»Y«inon finco sin ellas, Por el buen rey Don Alfonso,
!v conquistando el castillo, Que conquerido la había.
.Kaao pintar en sus piedras Almofalas, ese moro,
£ arma* del rey Alfonso, Con sobrada maestría
*Y vo humillado a par d'e las : Metióse dentro el castillo,
.Lloro, cuando estoy asólas, Con él alzado se habia :
»I a mi consorte Jimena, Adofir cuando lo supo
»ftue finca cual tortolílla , Al Rey su mensaje envía,
«Sola Y triste en tierra ajena, Pidiéndole su socorro
»Oue maguer es tierra suya, Para recobrar la villa.
«Tiene enemigos muy cerca, . E l Rey envió á Ramiro
«Que pues lo son de su esposo, Y á ese conde Don García ,
'.Quién duda lo serán d ella? Con muchas gentes armadas ,
/pido justicia, y mis voces Que van en su compañía.
,Cuido fasta el cielo llegan, El moro , cuando lo supo,
»0ue como son voces justas, Dijo el castillo daria
,Non dudo que llegar puedan.» A ese buen rey Don Alfonso,
Aauesto escribe Rodrigo Y que á otro no quería.
A los condes de Consuegra, Convidóle á comer
A losfidalgosy ricos, Por hacelle alevosía
Sin honor, y sin facienda. Allá dentro del castillo ;
(ESCOBAR , Romancero del Cid.) El Rey temido se habia.
El infante Don Ramiro
i Délas últimas décadas del siglo xvi. Con el Conde en compañía,
Entraron para comer,
Que ir el Rey no quería;
832. Mas luego que entraron dentro
IORPBÍNDE EL REY DE ARACON AL CID EN UNA EMBOSCADA; A entrambos quitan la vida,
MAS QUEDA VENCIDO EN MONZÓN.— ClX. Con otros que van con ellos,
(Anónimo.) Y al Rey mucho le dolía.
Ese buen Cid Campeador Túvose por deshonrado,
Y al Cid sus cartas envía,
De Zaragoza partía, Que estaba cerca de allí
Sus gentes lleva consigo, Desterrado de Castilla.
Y la su seña tendida Rodrigo, que vio el mensaje,
Para correr á Monzón, Para el Rey luego venia :
A Huesca también corría; Caballeros fijosdalgo
A Onda con Almenar Acompañado lo habían :
Estragado los había. Cuando lo vido el buen Rey,
El rey Pedro de Aragón Su perdón le concedía :
Muy gran pesar recibía Contóle lo acontecido,
Cuando supo que el buen Cid Que le vengue le pedia *
Tan cerca de sí yacia. Y que con él se viniese
Apellidara sus gentes, A su reino y señoría.
Muchas son en demasía; El Cid le besó las manos
Llegado han á Piedra Alta, Por el perdón que le hacia;
Sus tiendas fincar facía : Mas no lo quiso aceptar
A ojos está del Cid, Si el Rey no le prometía 2

Mas para él no venia. De dar á los fijosdalgo


El Cid salió de Monzón Un plazo de treinta dias
Con doce en.su compañía, Para salir de la tierra,
A holgarse por el campo, Si algún crimen cometían,
Armados de buena guisa.
Los de ese rey de Aragón Y que fasta ser oidos
Le tuvieron puesta espía; Jamas los desterraría»
Caballeros eran ciento Nin quebrantaría los fueros,
Que sus vasallos tenian,
Y cinouenta, que á él salían. Nin menos que los pechase
El Cid lidiara con todos, Mas de lo que convenía,
Como bueno los vencía : Y que si lo tal ficiese
Siete son los caballeros Contra él alzarse podian
* caballos que prendía, Todo lo promete el Rey,
Los otros huyen del eampo, ue nada contradecía,
üue aguardarle no querían :
ws presos piden merced,
á Castilla caminando,
Rodrigo el cerco ponía. •
?
Suelos suelte le pedían; Al moro que tal mal fizo
fií ud, como es muy honrado, Por gran fambre lo prendía,
«> que piden concedía. Y á todos los mas traidores
5 ™ > Romances nuevamente sacados, etc. Al Rey luego los envía.
(SEP DA

~- it. ESCOBAR , Romancero del Cid.) El Rey los na recibido,


D'ellos fizo gran justicia,
Y mucho agradece al Cid
LICIÓN
833. El presente que le hacia.
»i P A R A n ^ A F A L A S
-~ E L R
DESTIERRO ALÉ T (SBPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
A L Z A E L

4 G E P T
* EL ENCARGO - V G
° E
" ~ C 0 N 1 > , C , 0 N E S C
° N Q U E
* Pertenece á la clase y tiempo de los de Sepúlveda.
* Desde aquí se hace un resumen de los privilegios que ob-
(Anónimo *.) tenía nuestra nobleza, y que se hallan consignados en los Fue-
A&^M^afar ros y en los Códigos.
A
«ueda en gulrda tenia
554 ROMANCERO GENERAL.'
834. Poco antes que se fuese
RECONCILIACIÓN DEL R E Y CON E L C I D . — CXI.
A las lides de Valencia •
— Bien sabéis, dice, señora
(Anónimo *.) Como las nuesas querencias '
— Ceñid los membrudos brazos En fe de su voluntad
Al cuello que bien os quiere, Muy mal admiten ausencia •
Por ser asaz de tal dueño, Pero piérdese el derecho '
Que el mundo otro par no tiene : Adonde interviene fuerza
Non rehuyáis de abrazarme, Que el servir al Rey lo es'
Que brazos de home tan fuerte Quien noble sangre semeja
Desentoileseeu mis tierras, Faced en la mi mudanza
Y las de moros tollescen; Como tan sesuda fembra
Facedlo, que bien podéis, Y en vos no se vea ninguna
E cuida non me manchedes, Pues venis de honrada cepa.
Que aun linca en las vuesas armas Ocupad las cortas horas
La sangre mora reciente. En catar vuesas faciendas •
No atendáis tuertos que os fice, Un punto no estéis ociosa,'
Pues tan buen precio merecen, Pues es lo mismo que muerta
Que non quise en mi servicio Guardad vuestros ricos paños
Homes á quien sirven reyes. Para cuando yo dé vuelta,
Si vos desterré, Rodrigo, - ' Que la fembra sin marido
Fué porque á moros que crecen Debe andar con gran llaneza.
Desterréis sus fechorías, Mirad por las vuesas lijas,
Y las vuesas alto vuelen. Celadlas; pero no entiendan
Ñon vos eché de mi reino Que algún vicio presumís,
Por falsos que vos mal quieren, Porque faréis que lo entiendan:
Sí porque en tierras ajenas No las apartéis un punto
Por vos mi poder se muestre. De junto á vuesa cabeza,
De Alvar Fañez, vueso primo, Que las fijas sin su madre
Recebí vueso presente, Muy cerca están de perderla.
No en feudo vueso, Rodrigo, Sed grave con los criados,
Sinon como de parientes. Agradable con las dueñas,
Las banderas que ganasteis Con los extraños sagaz,
A sarracenos de allende, Y con los propios severa.
Por vuesa mandadería Non enseñéis las mis cartas
En San Pedro las verédes. A la mas cercana dueña,
La vuesa Jimena Gómez, Porque no sepa el mas sabio
Que tanto vos quiso siempre, Cómo paso yo las vuesas:
Porque la desmaridé Mostraldas á vuesas fijas,
Mil pleitos contra mí tiene. Si non tuvierdes prudencia
Non escuchéis sus querellas Para encubrir vuestro gozo,
Cuando á mí las enderece, Que suele ser propio en fembras.
Que á las fembras mas astutas Si vos consejaren bien
Cualquier enojo las vence. Faced lo que vos consejan,
Acudid en su presencia, Y si mal vos consejaren
Faced lo que mas convenga.
S ue cuido que. vos atiende
as ganosa de vos ver
Que vos venides de verme;
Veinte y «ios maravedís
Para cada dia os quedan,
Que si malos consejeros Traladvos como quien sois,
Facen oficios que suelen, Non enduréis la despensa. ,
En cambio de saludarme Si dineros vos faltaren
Atendérédes mi muerte : Faced como no se entienda,
Non la atendáis, home bueno, Enviádmelos á pedir,
Ansí os valga San Llórente , Non empeñéis vuestras prendas:
Y riñas de por San Juan Buscad sobre mi palabra,
Sean paz que dure siempre. Que bien fallaréis sobre ella
Prended al cuello los brazos, Quiea á vuestra cuita corra,
Que vuesos brazos bien pueden Pues yo acudo á las ajenas :•
Prender en paz vueso Rey Con tanto, señora, adiós,
Pues en guerra cinco prenden. — Que el ruido de armas resuena. —
El rey Don Alfonso el Sexto Y tras un estrecho abrazo,
Le dice esto al Cid valiente , Lijero subió en Babieca.
Que de lidiar con los moros (MADRIGAL, Segunda parte del Rom
Victorioso á su rey vuelve. general, etc.)
(ESCOBAR , Romancero del Cid.)
< Á pesar de esta reconciliación, el Cid no volvió entonces á 836.
la corte, y el Rey retuvo á Jimena y sus hijas en rehenes, como
se verá mas adelante. El romance , aunque afecta un lenguaje PREDICE ÜN MORO A LOS SUYOS LA PERDICIÓN
antiguo, es de las últimas décadas del siglo xvi. DE V A L E N C I A . — C X I » .
(Anónimo '.)
Apretada está Valencia,
835. Puédese mal defensar,
CONSEJOS Y ENCARGOS DEL CID Á SU ESPOSA, AL PARTIR Porque los almorávides
PARA LA G U E R R A . — CXI!. No la quieren ayudar.
(Anónimo.) Viendo aquesto un moro viejo
Pablando estaba en celada Que solía adivinar,
El Cid con la su Jimena Subiérase á un alta torre
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 535
Para bien la contemplar. Y á otros ha cautivado. $
Cuanto mas la mira hermosa, Al real del buen Rodrigo
Mas le crece su pesar; Un caballero ha llegado:
Sospirando con gran pena, Martin Pelaez ha por nombre,
Aauesto fué á razonar : Martin Pelaez, asturiano;
__¡ Oh Valencia! Oh Valencia, Muy crecido es en el cuerpo,
Digna de siempre reinar! En los miembros arreciado.
Si Dios de tí no se duele Aqueste es de buen donaire,
Tu honra se va apocar, Pero muy acobardado:
Y con ella las holganzas Halo mostrado en las lides
nue nos suelen deleitar : Y batallas do se ha hallado.
Las cuatro piedras caudales Mucho le pesó al buen Cid
Do fuiste el muro á sentar, Cuando lo vido á su lado;
Para llorar, si pudiesen, No es para vivir con él
Se querrían ayuntar. Hombre tan afeminado.
Tus muros tan preminentes, Un dia entrara el buen Cid,
Que fuertes sobre ella están, Y con él los sus vasallos,
De mucho ser combatidos En batalla, con los moros
Todos los veo temblar : Pelean como esforzados.
Las torres que las tus gentes Allá va Martin Pelaez
De lejos suelen mirar, Bien armado y á caballo :
Que su alteza ilustre y clara Antes de dar el torneo
Los solia consolar, Al real habia tornado ;
Poco á poco se derriban Fuese para su posada
Sin podellas reparar; Cubierto y disimulado.
Y las tus blancas almenas, En ella anduvo escondido
Que lucen como el cristal, Hasta que el Cid ha tornado ;
Su lealtad han perdido Dejó muertos muchos moros,
Y todo su bel mirar : A ellos ganara el campo.
Tu rio tan caudaloso, El Cid se sentó á comer,
Tu rio Guadalaviar, Como tiene acostumbrado,
Con las otras aguas tuyas Solo en su cabo á una mesa,
De madre salido ha : Y en el su escaño asentado,
Tus arroyos cristalinos Y en otra sus caballeros,
Turbios ya siempre vendrán, Los que tiene por preciados:
Tus fuentes y manantiales Con aquestos nadie come
Todos secados se han : Sino los mas afamados.
Tus verdes huertas viciosas Así lo ordenó el buen Cid
A ninguno gozo dan, Por facerlos esforzados,
Que la raiz de sus yerbas Y que cada uno procure
Bestias roido las han : Facer fechos estimados
Tus prados de ciSh mil flores Para comer á la mesa
Olores de sí no dan, De Alvar Fañez y su hermano.
Mustios andan y marchitos, Bien cuidó Martin Pelaez,
Sin color ni olor están : Que non vio el Cid lo pasado,
Aquel honrado provecho Y así las manos se lava,
De tu playa y de tu mar, A la mesa se ha sentado
En deshonra y daño torna, Donde está Don Alvar Fañez
: Mal te puede aprovechar! Con la compaña de honrados.
Los montes, campos y tierras El Cid se fué para él,
S
ue túsolias mandar,
1 humo de los sus fuegos
Tus ojos cegad o han :
Y del brazo le ha trabado,
Diciendo : — Non sois vos tal
Para en tal mesa sentarvos
Es tan grave tu dolencia Con esos parientes mios,
Y tanta tu enfermedad, A quien vos podáis llegarvos:
Que los hombres desesperan Mas valen que yo ni vos,
De salud poderte dar. Que son buenos y aprobados;
¡Oh Valencia! Oh Valencia! Sentadvos á la mi mesa,
Dios te quiera remediar, Comed conmigo á mi plato.—
Que muchas veces predije Con mengua de entendimiento
Lo que agora veo llorar. No creyó que es baldonado,
Asentóse con el Cid
[Cancionero de romances.) A su mesa y á su lado,
siderar?» " , e i n s e r t o e n e l
Cancionero de romances, puede con- Y el Cid con grande cordura
vcni-n , L - '"manee, por su construcción, como artístico
p o c o a n t e n
Esta reprensión le ha dado.
' ° r a la segunda mitad del siglo xvi. (SEPOXVEDA , Romanees nuevamente sacadot, etc.
—It. ESCOBAR , Romancero del Cid.)

837.
K 0 D 0 S 6
™ 0 L A R CON QUE E L CID INCREPA DE COBARDE
838.
A
SU SOBRINO MARTIN P E U E Z . — C X I V . REPRENDE E L CID A SU SOBRINO PORQUÉ SE MOSTRÓ
COBARDE.—CXY.
(Anónimo.)
Cercada tiene á Valencia (Anónimo *.)
*¡se buen Cid castellano, A solas le reprehende
rÜÜ 'ü! m o r o s
<l están dentro ue A Martin Pelaez el Cid, #•
Jjada día peleando : Que las faltas de los buenos
A solas se han de reñir.
Mucho* ha muerto y prendido
ROMANCERO GENERAL.
rm Dfcele con rostro airado : i Do dejastesel trotón?
— i lis posible que fuir Cuido lo dejaste muerto ,
Pueda un home, siendo noble, Que quien de sí no se membra
Por temores de una lid , Mal cuidará de lo ajeno.—
Y mas vos , siendo quien sois, Esto decia el buen Cid
Viniendo de do venís, A Martin con gran secreto,
Que cuandofincaraismuerto Y levantando la voz
Os fuera honroso el morir? Dijo con pecho de acero:
Levánteme de la mesa « Primero he de morir entre paganos
Do bocado no comi, »Que me quiten la honra entre cristianos
¡ Qué buena pro me tuviera
Cuidando en el que vos vi! (MADRIGAL, Segunda parte delBomancero ge , nítal

Atended lo que vos digo,


Y non cuidéis en fuir, 840.
Porque fuyendo afrentades
A vuesa honra y á mí. MARTIN P E L A E Z VENCE SU COBARDÍA Y SE HAr
Si me dades por disculpa VALEROSO.—CXVII. E

Decir que visteis venir (Anónimo *.)


Mucha multitud de moros,
Non la quiero recibir. Corrido Martin Pelaez
Entraos en la religión De lo que el Cid ha fablado,
Adonde podréis vivir D'ello cobró gran vergüenza,
Sirviendo á Dios, que en las guerras D'ello está muy ocupado.
Non sois para lo servir. Fuese para su posada,
Pusiéraisos á mi lado, Triste estaba y muy cuitado
Que pudiera ser que allí Viendo como el Cid ha visto
Se vos quitara el pavor, Su cobardía tan claro,
Por lo cual no consintió
Y vuesas menguas cubrir. Que coma con los honrados;
Salid esta tarde al campo, Propónese ser valiente
Que quiero ver si sufris O de morir en el campo.
Más que os afrenten mil homes, Otro dia salió el Cid,
Que quedar muerto en la lid, Junto á Valencia ha llegado;
Y podrá ser quedéis vivo Salieron luego los moros
Que yo tengo de ir allí, A ferir en los cristianos:
Y veré lo que facedes Llegan denodadamente
Y si de honra sentís. Con los esfuerzos sobrados.
Con esto» Martin, adiós, Martin Pelaez fué el primero
Que habéis de yantar sin mí . Que la lid habia entrado,
Hasta que traigáis cobrado
El honor que yo vos di.— Y firió tan recio en ellos
(ESCOBAR , Romancero del Cid.) Que á muchos ha derribado.
Allí perdió todo el miedo,
' De las últimas décadas del siglo xvi, aunque afecta len- Muy gran esfuerzo ha cobrado,
guaje antiguo. Peleó valientemente
Mientras la lid ha durado :
Unos «nata y otros hiere,
Hizo en ellos grande estrago,
839. Los moros dicen á gritos :
AL MtSMO ASUNTO. — CXVI. — ¿ De do ha venido este diablo?
{Anónimo.) ¡ Hasta aquí no le hemos visto
Tan valiente y esforzado!
— De vuestra honra el criso A todos nos hiere y mata,
Ha manchado el justo cielo, Del carSpo nos ha lanzado.—
Pues salistes de la lid Por las puertas de Valencia
Y os vieron salir fuyendo. A los moros ha encerrado,
Levanta, Martin Pelaez, Los brazos hasta los codos
Pues se ha visto al descubierto En sangre lleva bañados;
Que fuistes afeminado, Ninguno hay tal como él
Como cobarde mancebo. Si no es el Cid afamado.
No comáis entre infanzones, Los moros fueron vencidos,
Que para comer con ellos Pelaez se habia tornado,
Es menester pelear Esperándole está el Cid
Con ánimo y fuerte pecho. Fasta que fuera llegado:
Tened memoria, Martin, Con muy crecido placer
De vuestros padres y abuelos, Rodrigo lo habia abrazado,
Y repetid las palabras Díjole : — Martin Pelaez,
Que voy agora diciendo : Vos sois bueno y esforzado,
«Primero he de morir entre paganos, Non sois tal que merezcáis
» Que me quiten la honra entre cristianos; De hoy mas conmigo sentaros,
»Pues que tan justo el cielo me persigue Asentaos con Alvar Fañez ,
»Yo he de hacer que su furia se mitigue.» Que era mi primo hermano,
Ponderad estas palabras, Y con estos caballeros,
Mirad no las lleve el viento; Que son buenos y estimados,
Que tener vida sin honra Que los vuesos buenos fechos
lis vivir un hombre muerto. Siempre serán bien mentados;
;. De qué sirvió la nobleza ? Seréis d'ellos compañero,
En el campo ¿qué se hicieron Sentaros heis á su lado.—
Los títulos y renombres De aquel dia en adelante
Pues se escribieron en negro ? Fizo fechos muy granados
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. Í557
De esforzado caballero, 842.
Bueno como el mas preciado.
MENSAJES QUE E L CID , DUEÑO YA DE VALENCIA , ENCOMIENDA
Aquí se cumplió el proverbio
Á ALVAR FAÑEZ PARA LOS MOROS, Y PARA SU FAMILIA, Y
Entre todos divulgado,
PRESENTES QUE ENVÍA A L R E Y . — CXIX.
«Que el que á buen árbol se arrima
De buena sombra es tapado.» l
(Anónimo .)
( ESCOBAR , Romancero del Cid.) — Partios ende los moros,
i Délas ultimas décadas del siglo xvi, aunque afecta len- Non pongáis mientes en a l ,
guaje antiguo- Cuida de los doloridos,
Y los muertos soterrad;
Decidles á los cuitados
841. Y á las cuitadas contad,
Que el saber nueso en la guerra
AL MISMO A S U N T O . — CXVIII. Es humildóso en la paz;
{Anónimo.) Poned la fucia en facer
Por la mano prende el Cid, Que me vengan á fablar,
No con rigor ni con saña, Porque les diga mi boca
Al joven Martin Pelaez Toda la mi voluntad ,
Quefuyó de la batalla, Que non quiero sus faciendas,
Nin se'las he de tirar,
Y por mejor reprendelle . Nin para mis barraganas
De su cobardía mala, Sus fijas he de tomar,
Le sienta á su mesa y dice Que yo non uso mujeres "
Con amorosas palabras : Sinon la mia natural,
—Yantemos en uno juntos, Que en San Pedro de Cárdena
Que non he sabor ni gana Yace agora al mi mandar.
Que yantedes con los grandes, Y mánaovos yo, Alvar Fañez,
Que han ganado con su espada; Si he poder de vos mandar,
Yantad en esta escodilla, Vais por ella y por mis fijas,
Que el uno al otro se llama, l Mis fijas otro que tal.
Yo por no ser bueno os quiero Llevad treinta marcos de oro
A mi lado y á mi estancia : Con que se puedan guiar
Los que allí con Alvar Fañez Para venir á Valencia
Con él se asientan y yantan,
Ganaron con sus proezas A la ver y á la gozar :
La mesa y perpetua fama. Lleva otros tantos de plata
Con la sangre de enemigos Para San Pedro y su altar,
Es bien lavar nuestras manchas, Y entregadlos á Don Sancho,
Que en el honor han caido, Que ende yace por abad ;
Rindiendo la vida y almas. Y al noble rey Don Alfonso
Vergoñosa vida atiende Mi buen señor natural,
Aquel que valor le falta, Lleva doscientos caballos
Maguer que haya su facienda Bien guarnidos al mi usar ;
De los mejores de España. Y á los honrados judíos
Miémbresevos de los fechos Raquel y Vidas, lleva
Pasados que ha fecho en armas Doscientos marcos de oro,
Mi amigo Pedro Bermudez , Tantos de plata, y non mas,
Que me endonaron prestados,
Y cuan bien su espada talla. Cuando me partí á lidiar,
Aguisémonos de guisa Sobre dos cofres de arena,
Que ninguno tuerto faga, Debajo de mi verdad;
Ni los moros valencianos Rogarles heis de mi parte -
Puedan afrentar sus lanz.as. Que me quieran perdonar,
Facer lo que home es tenudo, Que con acuita lo fice
De toda culpa descarga, De mi gran necesidad,
Porque allí no hay fallimiento Que aunque cuidan que es arena
De lo que la honra encarga.— Lo que en los cofres está,
Esto dicho, el Cid callóse, Quedó soterrado en ella
Y la comida acabada El oro de mi verdad.
Mandó tocar las trompetas, Págales la logrería,
Y que se pongan en armas, Que soy tenudo á les dar
Y los moros valencianos Del tiempo que su dinero
Con las gentes asturianas He tenido á mi mandar-;
Traban una escaramuza Y vos, Martin Antolinez,
Encendiendo nueva saña. Le irédes á acompañar,
Corrido Martin Pelaez Y las mis buenas venturas
De las pasadas palabras A mi Jimena contad.
Fizo cosas aquel dia, Diréis al rey Don Alfonso,
Que al Cid admiran y espantan Que me empreste su juglar,
Tanto, que aquel vencimiento, Porque á mi Jimena agrada
A Martin Pelaez se daba. Mucho el tañer y cantar.—
Los moros su nombre temen, Aquesto dijera el Cid
Con que ganó lauro y palma. Después que ya entrado ha
(MADRIGAL , Segunda parte del Romancera En Valencia vitorioso,
general, etc.) Pues conquerido la ha.
( ESCOBAR , Romancero del Cid.)
* En este romance se ve que la benignidad con los vencidos
no era ajena en los pechos castellanos. La misma política la
aconsejaba, y el tiempo la aumentó basta el punto de conver
K5¡3 ROMANCERO GENERALA , f

tirla en cortesanía, y aun en una lucha de generosidad entreDe donde él fuera criado;
dos pueblos enemigos. El mismo sentimiento caballeresco, Con mi gracia vayan todos
pero natural y sin exageración, domina en todo el romance, A servirlo y á ayudarlo,
que parece dé las últimas décadas del siglo xvi. Que es razón que sea servido
Por ser el Cid tan*honrado.—
843. ( SEPDLVEDA , Romances nuevamente sacados, etc l
A L MISMO ASUNTO. — C X X .

(De Lorenzo de Sepúlveda.) 844.


Ganada tiene á Valencia A L MISMO ASUNTO. CXXI.
Ese bueno y afamado
Don Rodrigo de Vivar, (Anónimo.)
El valiente castellano. Desterrado estaba el Cid
Gran haber que habia en ella, De la corte, y de su aldea,
De ios moros lo ha ganado. De Castilla, por su rey,
Como bueno y muy leal Cansado de vencer guerras,
Su presente habia enviado Y en las venturosas armas
A ese buen rey Alfonso, Apenas las manchas secas
De quien el Cid es vasallo. De la sangre de los moros,
Conocióle señorío, Que ha vencido en sus fronteras,
Como cualquier buen hidalgo, Y aun estaban los pendones
Cien caballos le enviara Tremolando en las almenas
Ensillados y enfrenados. De las soberbias murallas
Los que llevan el presente Humilladas de Valencia,
Son hidalgos muy honrados : Cuando para el rey Alfonso
Martin Antolin de Burgos, Un rico presente ordena
Y Alvar Fañez el loado. De cautivos y caballos,
Los mensajeros del Cid De despojos y riquezas.
A Patencia son llegados Todo lo despacha á Burgos;
Donde estaba el rey Alfonso Y á Alvar Fañez que lo lleva,
Y grandes de su reinado. Para que lo diga al Rey,
Al Rey saliendo de misa Le dice d'esta manera :
El presente le ha llegado : < Dile, amigo, al rey Alfonso,
Ambos los dos caballeros «Que reciba su grandeza,
Besaron al Rey la mano. «De un lidalgo desterrado,
El Rey dijo á Alvar Fañez : «La voluntad y la ofrenda ,
— Vos seáis muy bien llegado : «Y que en este don pequeño
¿Qué nuevas vos me traéis »Solamente tome en cuenta,
Del Cid mi leal criado?— »Que es comprado de los moros
El respondió : — Buen señor, »A precio de sangre buena :
Besa vuestros pies y manos, «Que con mi espada en dos años
Como á señor natural »Le he ganado yo mas tierras,
De quien espera gran algo. «Queje dejó el rey Fernando
Lo que al Cid ha acontecido «Su padre, que en gloria sea :
Por mí vos será contado. »Que en feudo d'ello lo tome,
Venció tres lides campales «Y que no juzgue á soberbia,
De moros mucho esforzados, «Que con parias de otros reyes
Ganóles cuatro castillos «Pague yo á mi rey mis deudas;
De valor muy estimado; »Que pues él como señor
A Valencia, ciudad noble, »Me pudo quitar mi hacienda,
También les habia ganado : «Bien puedo yo como pobre
En ella puso arzobispo, «Pagar con hacienda ajena :
Por ser pueblo tan honrado; »Y que juzgue que en su dióha
De las ganancias que hobo «Son delante mis enseñas
Os envía cien caballos, «Millaradas de enemigos
Como á su señor que sois, «Como ante el sol las tinieblas :
En presente os ha enviado.— «Y espero en Dios que mi brazo
Cuando esto oyera el Rey »Ha de hacello rico, mientras
Hízose maravillado, «La mano aprieta á Tizona,
Comenzóse á santiguar «Y el talón üere á Babieca :
De aquesto que le ha contado. »Y en tanto mis envidiosos
»Descansen, mientras les sea
— ¡ Si me vala San Isidro, «Firme muralla mi pecho
Dijo, que soy espantado »De su vida y de sus tierras,
De aqueso que me decis, «Y entreténganse en palacio,
De ese buen Cid tan nombrado! «Y guárdense no me vendan;
Del su bien mucho á mí place, «Que del tropel de los moros
Su don recibo de grado, «Soltaré una vez la presa,
Como de vasallo mió »Y llegarán su avenida
El mas noble y mas honrado «A ver entre sus almenas;
Que ha habido en las Españas «Y defiendan bien sus honras
En los tiempos que han pasado. «Como manchan las ajenas;
Entrególe yo á Valencia «Y si les diere en los ojos
Con todo lo que ha ganado, «Lo que les dio en las orejas,
Y todo lo que ganare, » Verán que el Cid no es tan malo
Todo lo haya á su mando, «Como son sus obras buenas;
D'ello se llame señor, »Y si sirven á su rey
De mí sería el vasallo, «En la paz como en la guerra
Que soy señor natural
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 539
«Mentirosos lisonjeros, »E1 pague á su rey sus deudas;
«Con la espada ó con la lengua, »Y pues tú como señor
»Y verá el buen rey Alfonso «Le quitaste su facienda,
«Si son de Burgos las fuerzas, »Que bien puedecomo pobre
«Los caminos de ladrillo «Pagar con facienda ajena.
»0 los ánimos de piedra : «Que fies en Dios y en él
«Que le suplico permita «Que te ha de hacer rico, mientras
»Se pongan esas banderas «La mano aprieta á Tizona
«A los ojos del glorioso «Y el talón hiere á Babieca.
»Mi Príncipe de la Iglesia, «Y que gustes que en San Pedro
«En señal que con su ayuda » Se pongan estas banderas
«Apenas enhiestas quedan «A los ojos del glorioso
»En toda España otras tantas , «Gran Príncipe de la Iglesia,
»Y ya me parto por ellas: «En señal que con su ayuda
«Y le suplico me envíe «Apenas eríhiestas quedan
«Mis fijas y mi Jimena, «En toda España otras tantas,
«D'esta alma sola afligida, «Y ya se parte por ellas.
«Regaladas dulces prendas; «Que te suplica le envíes
«Que si no mi soledad , «Sus fijas y su Jimena,
«La suya al menos le duela, «Del alma triste afligida
«Porque de mi gloria goce «Regaladas dulces prendas,
«Ganada en tan larga ausencia.» «Y sino su soledad ,
Mirad, Alvaro, no erréis; «La suya al menos te duela ,
Que en cada razón de aquestas «Para que su gloria goce
Lleváis delante del Rey «Ganada en tan larga ausencia.»
Mi descargo y mi limpieza. No quisiera haber errado,
Decidlo con libertad, Que en cada palabra d'estas
Que bien sé que habrá en la rueda Te traigo, Rey, de Rodrigo
Quien mis pensamientos mida, Su descargo y su limpieza. —
Y vuesas palabras mesmas. Apenas dio la embajada
Procurad que aunque les pese, Cuando la envidia revienta
A los que mi bien les pesa, De envidiosos lisonjeros,
No lleven mas que la envidia Y corredores de orejas.
De mí, de vos ni de ellas : Movióse un conde agraviado,
Y si en mi Valencia amada Y díjole al Rey : — Tu Alteza
No me halleréis á la vuelta, No dé crédito á estas cosas,
Peleando me hallarédes Que son engaños que ceban.
Con los moros de Consuegra. Querrá ahora el Cid Rodrigo,
(ESCOBAR, Romaneen del Cid.) Con esto que te presenta,
Venirse á Burgos mañana
A confirmar tus ofensas.—
Caló Alvar Fañez la gorra,
845. Y empuñando en la derecha,
Tartamudo de coraje,
CUMPLE ALVAR FANEZ CON EL REY EL MENSAJE Le dio al Conde esta respuesta :
QUE LE ENCARGÓ EL CID.— CXXU. —Nadie se mude ni hable,
l
{Anónimo .) Y el que se moviere atienda
Que le fabla el Cid presente,
Llegó Alvar Fañez á Burgos Pues yo lo soy en su ausencia :
A llevar al Rey la empresa Y cuando en mi pobre esfuerzo
De cautivos y caballos, Cupiere alguna flaqueza,
De despojos y riquezas. La gran firmeza del Cid
Entró á besarle la mano, Me ayuda desde Valencia :
Después de darle licencia, No le" venda ningún falso
Y puesto ante él de rodillas Ni sus lisonjas le vendan,
Este recaudo comienza : Que d'él y de mí, en su nombre,
—Poderoso rey Alfonso, No aseguro la cabeza.
Reciba vuesa grandeza Y tú, Rey, que las lisonjas
De un fidalgo desterrado Acomodas y aprovechas,
La voluntad y la ofrenda. Haz de lisonjas murallas,
Don Rodrigo de Vivar, Y verás como pelean.
Fuerte muro en tu defensa, Perdona que con enojo
Por envidia desterrado . . Pierdo el respeto á tu Alteza ,
De su casa y de su tierra, Y dame si me has de dar
Pide que con libertad Del Cid las queridas prendas :
Hable puesto en su defensa, A Doña Jimena digo,
Y así quiero por no errar Y á sus dos hijas con ella,
Decir sus palabras mesmas. Pues te ofrezco su rescate
Dice : «que este don pequeño Como si estuvieran presas.—
«Toméis solamente en cuenta, Levantóse el rey Alfonso,
»Que es ganado de los moros Y á Alvar Fañez pide y ruega
»A precio de sangre buena : Que se sosiegue, y los dos
«Que con su espada en dos años Vayan á ver á Jimena.
«Te ha ganado el Cid mas tierras, (ESCOBAR, Romancero del Cid.)
«Que te d^jó el rey Fernando,
»Tu padre, que en gloria sea : * Definesdel siglo xvi. En este romanee repite Alvar Fañez
»Que en feudo d'esto lo tomes, al Rey el mensaje que le dio el Cid, y lo dice al pié de la le-
«Y no juzgues á soberbia tra, como se usaba entre los épicos griegos.
«Qu© con parias de otros reyes
540 ROMANCERO GENERAL.
«Miredes, y por misfijas:
CAUTA DEL CID , QUE ALVAR FAÑEZ ENTREGÓ DE SU PARTE
«Solo vos pido este don
AL REY.—CXXUI.
«En pago de mis servicios,
«Si merecen galardón,
(Anónimo '.) «Que non vos será afanoso
«El vasallo desleale, «Cumplir vuestra obligación.»
«El desterrado, el traidor,
»E1 que non cupo en Castilla (Romancero general.)
«Maguer que en ella nació, i Es de fines del siglo xvi, aunque afecta mas antigüedad
»E1 aviltado de todos,
» Y mas que d'ellos de vos;
»E1 que de sí non se miembra 847.
»Por tratar de vuestro pro,
GANADA V A L E N C I A , E L CID VA Á DAR GRACIAS Á DIOS
»El que de vuesos denuestos
EN SAN PEDRO D E C Á R D E N A . — CXX1V.
* Ya non se le acuerda, non ,
«Desde Valencia os envía (Anónimo.)
«Salud : otorgúeosla Dios. Victorioso vuelve el Cid
«Non satisface los tuertos A San Pedro de Cárdena
«Que le flcisteis, señor, De las guerras que ha tenido
«Pues d'ellos ha resultado Con los moros de Valencia.
«Vuestro provecho y su honor. Las trompetas van sonando
«Sus maldicientes perdona, Por dar aviso que llega,
«Aunque indignos de perdón , Y entre todos se señalan
«Que los divinos secretos Los relinchos de Babieca.
«Tienen asaz gran fondón ; El Abad y monjes salen
«Que por donde el home cuida A recibirlo á la puerta,
«Que amaga su perdición Dando alabanzas á Dios
«Viene su pro á las vegadas : Y al Cid mil enhorabuenas.
«¡Mirad pues cuan altos son! Apeóse del caballo,
»Yo fablaré de experiencia,
«Y sé á quién le fizo el loor, Y antes de entrar en la iglesia
«Y á vos, rey, alguna parte, Tomó el pendón en sus manos,
«Instrumento con que obró. Y dice de esta manera :
«En ese arqueton de plata —Sali de t í , templo santo,
«Vos endono un rico don: Desterrado de mi tierra;
«Estimadlo, Alfonso, en mucho, Mas ya vuelvo á visitarte
«Que merece estimación. Acogido en las ajenas.
«Cinco coronas van ende, Desterróme el rey Alfonso
«Cada con su real pendón; Porque allá en Santa Gadea
«Cinco cetros de oro puro, Le tomé el su juramento
«Que de cinco reyes son; Con mas rigor que él quisiera.
«Cinco llaves van también, Las leyes eran del pueblo,
«Que como á rey y señor Que no excedí un punto d'ellas,
«Vos entrjega el vuestro siervo : Pues como leal vasallo
«Non lo flciera un traidor. Saqué á mi rey de sospecha.
»Chantadlas en vueso escudo, ¡Oh envidiosos castellanos,
»Que non menguaréis de honor : Cuan mal pagáis la defensa,
«¡ Farta sangre asaz me cuesta Que tuvistes en mi espada
«Su prolija aquistacion! Ensanchando vuestra cerca!
«Non deis nada al mandadero, Veis aquí os traigo ganado
«Que ya le he pagado yo, Otro reino y mil fronteras,
»Que es Alvar Fañez Mináya Que os quiero dar tierras mias,
«Un mi sirviente de pro : Aunque me echáis de las vuestras.
»Conocedle, señor Rey, Pudiera dárselo á extraños;
«Y fablalde con amor, Mas para cosas tan feas
» Ya que yo no he alcanzado Soy Rodrigo de Vivar,
«Este agasajo de vos, Castellano a las derechas.
» Que el buen fablar en los reyes (Romancero general)
«Cuesta muy poco, señor,
«Y face vasallos leales,
«Lo que non face el temor, 848.
«Que non el temor y amores
«Comen en un plato, non, DEFIENDB EL CÍD A VALENCIA CONTRA EL MIRAMAM0L1»
»Y el temido, pocas veces REY DE TÚNEZ.— CXXV.
«Fué amado de corazón. (De Lorenzo de Sepúlveda.)
«Diréis que aqueste Rodrigo Aquese famoso Cid
«Siempre fué aconsejador, Con gran razón es loado;
«Y aina os dirán los tiempos Ganada tiene á Valencia ,
«Si tenéis otro mejor; De moros la ha conquistado :
9 Que non soy tan mal vasallo En ella está su mujer
«Que con muchos como yo Fija del conde Lozano.
«Non restaurara de presto Doña Sol y Doña Elvira
«Lo que el rey godo perdió. Poco ha que habían llegado
«Gocei&lo que os doy mil años, De San Pedro de Cárdena
«Que hoy vos pongo en posesión : Do el Cid las habia dejado.
«Non quiero para mí nada,
«Solo escucho vuestro amor, Estando el Cid á placer •
» Y que por la mi Jimena, Nuevas le habian llegado
» Que es dueña de gran valor, Que él gran Miramamolin
Rey de Túnez coronado
Venía á se la quitar
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 541
Con gran gente de á caballo : Sus gentes bien ordenadas,
Cincuenta mil eran estos, Las de á pié y las de á caballo ,
Los de á pié no tienen cabo. Su seña lleva tendida
El Cid, como era valiente, Bermudez el esforzado;
Y en armas tan aprobado, Por la puerta la Culebra
Basteció bien los castillos, Salian todos al campo.
Y en todo puso recaudo; Don Jerónimo, arzobispo,
Esforzó sus caballeros Delante va bien armado ;
Como lo habia acostumbrado. Para contra el moro rey
Subiera á Doña Jimena, Miramamolin llamado,
Y á sus fijas en su cabo, Que venía contra el Cid
En una torre mas alta A le quitar lo ganado.
Que en el alcázar se ha hallado. Cincuenta mil caballeros
Miraron contra la mar, Trae el moro á su mandado;
Los moros están mirando Las haces muy ordenadas,
Viendo como armaban tiendas Ambas se habian juntado ;
A gran priesa y gran cuidado. Como los moros son muchos,
Al rededor de Valencia Y tan pocos los cristianos,
Grandes alaridos dando, Tiénenlos en grande aprieto;
Tañendo sus atambores Mas el buen Cid ha llegado
Los aires yan penetrando. A grandes voces diciendo,
Doña Jimena y sus fijas En Babieca cabalgado :
Gran pavor habian cobrado, — ¡ Dios, ayuda •, y Santiago !<—
Porque jamas habian visto Firiendo van en los moros,
Tantas gentes en un campo; Firiendo van y matando.
Esforzábalas el Cid, Grande favor habia el Cid
De aquesta suerte fablando : Verse bien encalbagado
— No temáis, Doña Jimena En su caballo Babieca,
Y fijas que tanto amo; Y el brazo lleva bañado
Mientras que yo fuere vivo En la sangre de los moros
De nada tengáis cuidado, Fasta el codo ensangrentado;
Que los moros que aquí vedes No hiere mas de una vez
Vencidos habrán quedado, Al moro que osa aguardallo.
Y con el su gran haber, Fuido han en fin los moros,
Fijas, os habré casado, Y el campo les han dejado;
Que cuantos mas son los moros, Mas yendo en su seguimiento
Mas ganancia habrán dejado, Con el rey moro habia dado.
Y las bocinas que traen Tres veces ya lo ha herido,
Y ante vos se habian tocado, Mas el moro es bien armado,
Servirán para la Iglesia Y el caballo del buen Cid
D'esle pueblo valenciano.— Mucho adelante ha pasado,
Vié'ndo entonces que los moros Y cuando tornara al moro
Por las huertas han entrado Mucha tierra le ha cobrado:
Derramados y esparcidos, No lo pudiera alcanzar,
Sin orden y á mal recaudo, En un castillo se ha entrado :
A Don Alvar Salvadores De las gentes que traia
Le dijo : —Sed luego armado, Solamente habian quedado
Tomaréis doscientos homes No mas de mil y quinientos,
De á caballo aderezados, Los mas muerto y cautivado.
Y haced una espolonada Gran haber hubiera el Cid
Contra los perros paganos, De oro, y plata, y de caballos,
Porque Jimena y sus tijas Y una tienda la mas rica
Vean que sois esforzado.— Que se viera entre cristianos.
Salvadores lo cumpliera A Don Alvar Salvadores
Como el Cid lo habia mandado. En la tienda lo ha hallado ,
Dio de tropel en los moros, De lo cual se alegró el Cid,
De las huertas los ha echado : Y á Valencia se ha tornado,
Firiendo iban en ellos, Y Jimena con sus fijas
Firiendo van y matando Gran placer habian tomado.
Hasta dentro de las tiendas, ( SEPÓLVEDA , Romanees nuevamente sacados e
t

Que los moros han armado. —It. ESCOBAR, Romancero del Cid.)
De allí se tornaron todos, i Del tiempo y de la clase de los de Sepúlveda.
Doscientos moros matando :
Preso queda Salvadores,
Que por ser aventajado 850.
Se metió tanto en los moros , POR COMPLACER AL REY CASA E L CID SUS HIJAS
Que.Io habian cautivado: CON LOS CONDES DE CARRION.—CXXVII.
Sacóle el Cid otro dia (Anónimo *.)
Los moros desbaratando.
Considerando los Condes
(SEPÍILVEDA, Romances nuevamente sacados, etc Lo que el de Vivar vale ,
—It. ESCOBAR , Romancero del Cid.) Y que su fama se aumenta
Por las fazañas que face,
Al rey Don Alfonso piden
849. Que con sus fijas les case,
VICTORIA DEL CID SOBRE EL M1RAMAM0L1N.— CXXVI. Porque ser yernos del Cid
{Anónimo *.) Es bien que puede estimarse.
Ya se salen de Valencia El Rey por facelles bien
Con el buen Cid castellano Luego le envió un mensaje
342 ROMANCERO GENERAL.
Que se viniese á Requena Dijole á Don Alvar Fañez,
Para que con él lo trate. Que lo que el Rey le mandó
Rodrigo vista la nueva Luego al punto efectuase ;
Dio d'ello á Jimena parte; Que trajese á sus sobrinas,
Que en tal caso las mujeres Y que á los condes ó infantes
Suelen ser muy importantes. Que llaman de Carrion
Sabido, no gustó d'ello, Al punto las entregase.
Y dijo al Cid : — Non me place Diéronselas, y los Condes
De emparentar con los Condes, Con amorosas señales
Maguer sean de linaje, Dieron muestras del contento
Mas fágase ende, Rodrigo, Que d'este suceso nace,
Lo que á vos mas os agrade, Porque es tan fuerte el amor,
Que no hay mengua de consejo Y son sus efectos tales,
Do está el Rey y vos estades.— Que lo publican los ojos,
Rodrigo partió á Requena, Aunque la lengua lo calle.
Y también el Rey se parte Fizo el Obispo su oficio,
Juntamente con los Condes, Dio bendiciones y paces,
Porque el Cid los vea y fable. Hubo fiestas ocho dias
Después de dicha una misa, De cañas, toros y bailes ;
Delante el Rey y los grandes, Dio grandes dones el Cid
Por Don Jerónimo, obispo, A los Condes y magnates,
Con muchas solemnidades, Que aquel que es grande en sus fechos
El Rey al Cid apartó Suele ser en todo grande.
De toaos los circunstantes, (ESCOBAR, Romancero del Cid.)
Y estas palabras propuso
Con gravedoso semblante : * Aquí empiezan los romances de los condes de Carrion
—Bien sabedes, Don Rodrigo con sus bodas, y la afrenta hecha á las hijas del Cid, hasta
Que os tengo amor asaz grande, que este los retó por ello ante el rey Alfonso y las Cortes.
Y por vuestras cosas cuido
Con solicitud bastante :
Por ende habéis de saber 851.
Que fice aqueste viaje JiUÉSTRÁNSE COBARDES LOS CONDES DE CARRION, YERNOS
Por fablaros de un negocio, DEL CID, DELANTE DE UN LEO« ESCAPADO DE SU CA-
Que importa con vos se fable. DENA.— CXXVIII.
Los condes de Carrion (Anónimo'.)
Me han rogado que vos trate Acabado de yantar,
En que les deis vuesas lijas, La faz en somo la mano,
Y que con ellas los case, Durmiendo está el señor Cid
Que estarán agradecidos En el su precioso escaño:
Si esta merced se les face, Guardándole están el sueño
Porque es gran razón se estimen Sus yernos Diego y Fernando,
Fijas que son de tal padre.
Codician vuesa amistad, Y el tartajoso Bermudo
Atienden al trato afable, En lides determinado:
Aman mucho vuesas cosas, Fablando están juglerías,
Y estiman á vuesa sangre.— Cada cual para hablar paso,
Agradeció el Cid entonces Y por soportar la risa
Al Rey la merced tan grande, Puesta la mano en los labios',
Y díjole se sirviese Cuando unas voces oyeron
De lodo lo que á él tocase, Que atronaban el palacio,
Que d'él, de fijas, de haberes, Diciendo: — ¡ Guarda el león!
Ficiese lo que mandase, ¡ Mal muera quien lo ha soltado !—
Que él no casaba á sus fijas, No se turbó Don Bermudo,
Mas las da que se las case. Empero los dos hermanos
Dióle el Rey gracias por ello Con la cuita del pavor
Y mandó les entregasen De la risa se olvidaron,
Ocho mil marcos de plata Y esforzándose las voces
Para el dia en que se casen; En puridad se hablaron,
Y al tio de las doncellas, Y aconsejáronse aprisa
Que era el buen Don Alvar Fañez, Que no fuyesen despacio.
Mandó el Rey que las tuviese El menor, Fernán González,
Fasta que se desposasen. Dio principio al fecho malo,
Luego el Rey llamó á los Condes, En zaga el Cid se escondió
Y mandó que le besasen Bajo su escaño agachado.
Las tóanos al Cid Ruy Diaz, Diego, el mayor de los dos,
Y le fagan homenaje. Se escondió á trecho mas largo
Ficiéronlo así los Condes En un lugar tan lijoso,
Delante el Rey y los grandes, Que no puede ser contado.
Y convidó el Cid á todos Entró gritando el gentío,
Porque en sus bodas se hallen. Y el león entró bramando,
Partióse el Rey á Castilla A quien Bermudo atendió
Y el de Vivar con él parte, Con el estoque en la mano.
Y á dos leguas mandó el Rey, Aquí dio una voz el Cid,
Que no pasen adelante. A quien como por milagro
Fuese Rodrigo á Valencia Se humilló la bestia fiera,
Donde quiso se juntasen Humildosa y coleando.
Los Condes y caballeros, Agradecióseloel Cid,
Porque las bodas se acaben. Y al cuello le echo los brazos, ...
Citando el Cid los vido juntos Y llevólo á la leonera
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. í>13
Faciéndole mil falagos. Donde estaba le ha tornado,
Aturdido está el gentío Y sabiendo que sus yernos
Viendo lo tal, no acatando Del león se han ausentado,
Que ambos eran leones, A los dos siendo presentes
Mas el Cid era mas bravo. Muy mal los ha barajado.
Vuelto pues á la su sala, Los yernos pensando qu'él
Alegre y no demudado, Tal maraña habia ordenado,
Preguntó por sus dos yernos Enemiga le tuvieron,
Su maldad adivinando. Muy gran odio le han tomado,
Bermudo le respondió: Y de vengar esta injuria
— Del uno os daré recaudo , Muy malamente , han pensado.
Que aquí se agachó por ver ( TIMONEDA , Rosa española. — It. Wotr, Rosa i
Si el león es fembra ó macho.— romances.)
Allí entró Martin Pelaez,
Aquel tímido asturiano, * Acaso es Timoneda el autor de este romance.
Diciendo á voces : —Señor,
Albricias, ya lo han sacado.—
El Cid replicó : —¿A quién?— 853.
El respondió: — Al otro hermano, REPRENDE E L CID D E COBARDES.Á SUS Y E R N O S ,
Que se sumió de pavor , Y ELLOS QUEDAN OFENDIDOS.— C X X X .
Do no se sumiera el diablo. 1
Miradle, señor, dó viene, (Anónimo .)
Empero faceos á un lado, —Non quisiera, yernos mios,
Que habéis, para estar par del, Haber visto tal guisado,
Menester un incensario.— Cual el d'este mal suceso,
Desenjaularon al uno, Maguer cuido algún gran daño.
Metieron otro del brazo, ¿Son estas ropas de bodas?
Manchados de cosas malas ¡ Haya mal grado el diablo!
De boda los ricos paños. ¿Qué pavor na sido el vuestro,
Movido de saña el Cid Que habéis fecho tal recaudo ?
A uno y á otro mirando, Teniendo las vuesas armas
Reventando por fablar, ¿ Por qué fugisteis entrambos ?
¿Non estábaaes conmigo
Y por callar reventando, Para siquiera mirallo ?
Al cabo soltó la voz Pedisteis al Rey mis fijas
El soberbio castellano, Cuidando de valer algo,
Y los denuestos les dijo Non fice mi voluntad,
Que vos contaré despacio. Mas fice en el su mandado.
(Romancero general.— It. ESCOBAR, Romancero ¿Vosotros sodes los novios
del Ciá.) Para mi vejez guardados?
1 ¡ Buena vejez me darédes
De las últimas décadas del siglo xvi. El del número 853 es Siendo tan afeminados!
«ontinuacion ó segunda parte de este.
No quiero pasar de aquí,
Que si miro lo pasado
Reviento de pesadumbre
852. Considerando este caso.—
A L MISMO A S U N T O . — C X X I X : Estas palabras el Cid
Les dijo muy enojado
(Anónimo*.) Por haber así fuido
Casadas tiene sus hijas Del león los dos hermanos :
Ese buen Cid castellano, Agraviáronse los Condes,
Con dos condes de Castilla Y con él quedan odiados.
De linaje muy honrado.
La fortuna, que no deja (ESCOBAR, Romancero del Cid.)
Las cosas en un estado,
Ordenó que como el Cid * También afecta una antigüedad que no tiene. Es la conti-
Después que hubo yantado, nuación 6 segunda parte del del número 851.
Muy contento y satisfecho
Se durmió sobre un e'scaño,
Sus yernos se paseaban 854.
Con otros por el palacio : SALE E L CID DE VALENCIA CONTRA BUCAR , ARMADO POR SU
Entró un león por la sala, ESPOSA « M E N A , A QUIEN DEJA ENCOMIENDAS PARA E L
El cual se habia soltado CASO DE MORIR EN LAS B A T A L L A S . — CXXXI.
Por descuido, de do estaba l

Del leonero encerrado. (Anónimo .)


Los yernos, como le vieron, —Si de mortales feridas
De verlo se han espantado : Fincare muerto en la guerra,
Metióse el uno en huida, Llevadme, Jimena mia,
Del escaño se ha escudado, A San Pedro de Cárdena :
Y Don Fernando, el mayor, Y así buena andanza hayades
Por un postigo se ha entrado, Que me fagades la huesa
Que salía á un corral; Junto al altar de Santiago,
Con el temor que ha llevado, Amparo de lides nuesas.
Cayó en un lugar asaz Non me curedes plañir,
Deshonesto y perfumado. Porque la mi gente buena
Al ruido y alboroto Viendo que falta mi brazo
El buen Cid ha despertado : Non fuya y deje mi tierra.
Fuérase para el león, Non vos conozcan los moros
Con un palo en la su mano. En vuestro pecho flaqueza,
Tomóle por el pescuezo, Sino que aquí griten armas,
ROMANCERO GENERAL.
844
Y allí me fagan obsequias : Y en viendo que no la dejas,
Y laTizona que adorna Te apercibe a la batalla,
Esla mi mano derecha, Y procura defendella.—
Non pierda de su derecho, Oidas estas razones,
Ni venga á manos de fembra. No faciendo d'ellas cuenta,
Y si permitiere Dios Alegre responde el Cid,
Que el mi caballo Babieca Mostrando mucha clemencia:
Fincare sin su señor, —Dile al Rey que se aperciba,
Y llamare á vuesa puerta, Que yo pondré mi defensa;
Abridle y acariñadle Valencia me cuesta mucho
Y dadle ración entera, Y no pienso salir d'ella ,
Que quien sirve á buen señor, Porque he pasado en ganalla
Buen galardón del espera. Muy grandes cuitas y penas.
Ponedme de vuesa mano Gracias infinitas doy
El peto, espaldar y grevas, A la infinita grandeza
Brazal, celada y manoplas, Que me otorgó la Vitoria
Escudo, lanza y espuelas; En tan peligrosa guerra;
Y puesto que rompe el día A solo Dios lo agradezco,
Y me dan los moros priesa, Y á la sangre y gente buena
Dadme vuesa bendición De mis parientes y amigos
Y fincad enhorabuena.— Que también mucho les cuesta.—
Con esto salió Rodrigo El moro se despidió,
De los muros de Valencia Cobarde en ver su presencia,
A dar la batalla á Bücar. Y temeroso de oirle
¡ Plegué á Dios que con bien vuelva! Al Rey le lleva la nueva.
(ESCOBAR, Romancero del Cid.)
El Cid se queda ordenando
Cosas sobre esta facienda,
1
De las últimas décadas del siglo xvi. Y conoció de sus yernos
La cobardía que encierran.
Mandóles que se quedasen
Porque no prueben sus fuerzas :
855. Ellos temerosos'd'esto,
CONSEJO QBE TIENE E L CID PARA. DEFENDER Á VALENCIA
Corridos de tal afrenta,
CONTRA BÚCAR. — MlEDO D E LOS DE CARRION. — INTIMA Le dicen que han de ir con él
E L MORO AL CID QUE SE RINDA; PERO ESTE L E DA BATALLA A tan peligrosa empresa.
Y L E VENCE.—CXXXII. Juntas las gentes del Cid
Sus haces trazan y ordenan;
(Anónimo*.) Todos salen al real,
La venida del rey Búcar Y el Cid con tanta braveza,
A la ciudad de Valencia Que los moros temerosos
Está consultando el Cid Sus haces juntan apriesa.
Con muchos homes de cuenta : Al son de pífano y cajas
Estando en aquesta fabla La batalla se comienza,
Han entrado por la puerta Animándolos Rodrigo
Sus yernos, disimulando Que lleva la delantera;
La traición que asaz le ordenan. Con su gente puesta en orden
Asiento les diera el Cid La batalla les presenta.
A la su mano derecha, Embístense ambas las partes,
El temblando de atrevido, Y en la batalla sangrienta
Y ellos tiemblan deflaqueza, Diez y ocho reyes prende,
Que los ánimos cobardes Y á todos ellos prendiera;
Carecen de fortaleza. Mas poniendo á los pies alas
En estas fablas estando Desembarazan la tierra,
Toda la gente trae nuevas Y aunque costó mucha sangre
Con cajas, pífanos, trompas, Durando tan grande pieza,
De como los moros llegan. La vitoria llevó el Cid,
Subióse el Cid con los suyos Y con ella entró en Valencia.
A una torre tan soberbia Recibiólo la ciudad
Como son sus pensamientos, Con aplauso y buena estrena;
Que igualan á las estrellas. Deséanle mil saludes
Puesto de pechos el Cid Para su amparo y defensa ,
En las soberbias almenas, Y él contento y muy alegre
Miraba al Rey que ha llegado Se va á ver á su Jimena.
Con el ejército y tiendas, (ESCOBAR, Romancero delCid.)
De que sus cobardes yernos
Ya se temen y recelan. 1
Definesdel siglo xvi.
El Cid ha sido avisado
Que un recaudo del Rey llega;
Bajóse por recibillo,
Sin bajar su fortaleza. 856.
A las razones del moro HOYE FERNÁN GONZÁLEZ, YERNO DEL CID, DE UN MORO
Atiende el Cid con prudencia, AL CUAL MATA ORDOÑO OCULTANDO LA COBARDÍA
Y turbado de su aspecto DE AQUEL. — CXXXIII.
Le dice d'esta manera :
—El rey Búcar, mi señor, (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Ha venido de su tierra En batalla temerosa
A deshacer el gran tuerto Andaba el Cid castellano
Con que tú le tienes esta. Con Búcar, ese rey moro,
Envíatela á pedir, Que contra el Cid ha llegado
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA.
A le ganar á Valencia,
m
Que si non facéis mas qu'eso ,
Oue el buen Cid ha conquistado. También saldrán á lidiar
Los condes de Carrion Las damas que quedan dentro.
En ella se habian hallado, ¡Mal andanza vos dé Dios !
y contra un infante d'ellos Pues con aspecto tan feo
Fernán González llamado, Así en público fuís,
Un moro viene corriendo ¿ Qué vos dirán en secreto?
Con fuerte lanza en su mano : ¡ Mal la doctrina tomastes
Fuerte muestra el moro ser, De mi tio vuestro suegro,
Segun-viene denodado. Pues non mancháis la Tizona,
El Conde, que vido al moro, Deshonrando el honor viejo!
Huyendo va por el campo. Decides que sois fldalgos,
No lo habia visto ninguno ¡ Pues yo vos juro á San Pedro,
Para que sea publicado, Que tales desaguisados
Sino fuera Don Ordoño : Non facen fldalgos buenos !
Escudero es muy honrado, Las armas traéis doradas,
Que del buen Cid es sobrino, Non las regaléis, mancebos,
De Pedro Bermudo hermano. Porque son fierros dorados
Ordoño fué contra el moro, Que publican vuestros yerros.
Con su lanza lo ha encontrado, Tomad aquese caballo
Y flriéndolo en los pechos Del moro que yace muerto,
Pasólo de lado á lado. Y decid que le vencistes,
El pendón que va en la lanza Que de callar os prometo.
Todo sale ensangrentado; Galanes sois entre damas,
El moro cayera muerto, Sed valientes entre perros,
Don Ordoño se ha apeado Porque non digan de vos
Y el caballo que traia A los que os han parentesco :
Con las armas le ha tomado. Y adiós, que quiero partirme
Llamó á su cuñado el Conde, Porque el Cid mi tio es viejo,
Esto le estaba hablando : Y le quiero ir á ayudar,
—Cuñado Fernán González, . Pues no le ayudan sus yernos.—
Tomad vos este caballo, Esto dijo el buen Bermudez,
Decid que al moro matasteis Porque el infante Don Diego
Que en él venía cabalgando; En la Vega de Valencia
Que en días que yo viviere Fuyó de un moro gran trecho.
Non diré yo lo contrario, {Romancero general.— It. VEGA CARPIÓ, obras
Non faciendo vos por qué . sueltas.)
Siempre se estará encelado.—
Estando en estas razones
El buen Cid habia llegado,
A un moro venia sguiendo 8S8.
Y muerto lo ha derribado. SALANTEA BUCAR Á URRACA, HIJA DEL CID, QUE DESDE UNA
Don Ordoño dijo al Cid : ALMENA LE ENTRETIENE MIENTRAS SU PADRE SE ARMA.
—Señor, este yerno honrado, —BARRUNTA EL MORO SU VENIDA , HUYE Y SE EMBAR-
Que por bien os ayudar , CA.— cxxxv.
Un moro mató en el campo 1

De un golpe que le dio, (Anónimo> .)


Suyo fizo este caballo.— Helo, helo por dó viene
Mucho le plugo al buen Cid El moro por la calzada,
De lo que le habia contado, Caballero á la gineta
Cuidando decir verdad, Encima una yegua baya;
Mucho á su yerno ha loado. Borceguíes marroquíes
Juntos van por la batalla, Y espuela de oro calzada;
Firiendo van y matando, Una adarga ante los pechos,
Y en moros que los aguardan Y en su mano una azagaya : ,
Haciendo van grande estrago. Mira y dice á esa Valencia :
( SEPÚLYEDA , Romances nuevamente tacados, etc.) —¡ De mal fuego seas quemada!
Primero fuiste de moros
Que de cristianos ganada.
Si la lanza no me miente
857. A moros serás tornada,
6B00Ñ0 BERJIÜDEZ REPRENDE Á FERNÁN GONZÁLEZ POR- Y á aquel perro de aquel Cid
QUE HUÍA LA BATALLA CONTRA EL MORO QUE LE ACO- Prenderélo por la barba :
METIÓ.— CXXXIV. Su mujer Doña Jimena
Será de mí captivada,
(De Lope de Vega.) Y su hija Urraca Hernández
—Tirad, fldalgos, tirad Será la mi enamorada :
A vuestro trotón el freno, Después de yo harto d'ella
Que en fuir de aquese modo La entregare á mis compañas.—
Mostráis el pavor del pecho. E l buen Cid no está tan lejos
i»e un home solo fuís, Que todo no lo escuchara.
Mirad que no es de homes buenos —Venid vos a c á , mi fija,
*uir en tal lid de un moro Mi fija Doña Urraca ;
«onde hay tantos que lo vieron. Dejad las ropas continas,
o' non queredes morir Y vestid ropas de pascua,
w>mo buen fidalgo afierro, A aquel moro hi-de-perro
«on viváis entre fldalgos, Detiénemelo en palabras,
y«e tincan contino muertos, Mientras yo ensillo á Babieca,
iomadvos luego ¿Valencia, Y me ciño la mi espada.— _„
T. X. 3o
S4C ROMANCERO GENERAL.
La doncella muy fermosa Para escarmiento del moro
Se par.ó á una ventana ; Y de toda su compaña,
El moro desque la vido Hiérele de las espuelas,
Ü'esta suerte le fablara : Mas poco le aprovechaban
—¡Alá te guarde, señora, Cerca llegaba del moro
Mi señora Doña Urraca! Y la espada lo arrojaba, *
—¡Así faga á vos, señor, En las espaldas le hirió,
Buena sea vuestra llegada! Mucha sangre derramaba.
Siete años ha , Rey, siete, El moro se entró huyendo
• Que soy vuestra enamorada. En la barca que le aguarda.
—Otros tantos ba, señora, Apeárase el buen Cid
Que os tengo dentro en mi alma.— Para tomar la su espada,
Ellos estando en aquesto , También tomó la del moro
El buen Cid ya se asomaba. Que era buena y muy preciada.
—Adiós, adiós, mi señora, (ESCOBAR , Romancero del Cid)
La mi linda enamorada,
Que del caballo Babieca e dÍ na y e S a C t a l r e d a c c i o n
Yo bien oigo la patada.— mltodTei si¿lo xt '' ° " " .^IÍKÍU
Do la yegua pone el pié
Babieca pone la pata. 860.
El Cid fablara al caballo,
AL MISMO ASUNTO.—CXXXVII.
Bien oiréis lo que fablaba :
— ¡ Reventar debia la madre , (De Lorenzo de Sepúlveda *.)
Que á su hijo no esperaba!— Ese buen Cid Campeador
Siete vueltas la rodea Bravo va por la batalla;
Al derredor de una jara; Contra aquese moro Búcar,
La yegua que era lijera Alzada lleva su espada.
Muy adelante pasaba Cuando el moro vido al Cid,
Fasta llegar cabe un rio Vuelto le ha las espaldas :
Adonde una barca estaba. Hacia la mar iba huyendo,
El moro desque la vido Parece que lleva alas.
Con ella bien se folgaba ; Caballo trae corredor,
Grandes gritos da al barquero Muy recio lo espoleaba;
Que !e allegase la barca : Alongádose ha del Cid,
El barquero es diligente Que Babieca no le alcanza,
Túvosela aparejada; Pues está laso y cansado
Embarcóse presto en ella, De la pasada batalla.
Que no se detuvo nada. El Cid con gran voluntad
Estando el moro embarcado De vengar en él su saña,
El buen Cid se llegó al agua, Lo hiere de las espuelas,
Con gran enojo lo llaga;
Y por ver al moro en salvo Cerca llegaba del moro,
De tristeza reventaba; El espada le arrojara,
Mas con la furia que tiene En las espaldas lo hirió, •
Una lanza le arrojaba , Mucha sangre derramaba.
Y dijo :—¡ Coged , mi yerno, El moro se entró huyendo
Arrecogedme esa lanza, En la nave que lo aguarda,
Que quizá tiempo verná Apeádose ha el buen Cid,
Que os será bien demandada! Y allí su espada tomara;
(Cancionero de romances. — It. TIHONEDA, También tomó la del moro
Rosa española.—It. Silva de varios romances. Que era muy buena y preciada.
— U.Floresta de varios romances.)
( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacado
i Es pov antigüedad y popularidad uno de los mas interesan-
tes que se hallan en la colección. —No puede decidirse si este i Si con presencia del anterior hiw> Sepúlveda este romance,
romance se compuso con anterioridad, ó posteriormente al lo imitó tan bien, que á no haberle puesto su nombre, fuera
caballeresco (leí Infante vengador, número 294; pero síposible es aceptarlo como uno de los viejos tradicionales.
cierto que el primer verso de uno j otro son idénticos, y por
consiguiente que era proverbial. También en su locución y
formas son muy parecidos. 861.
LOS CONDES D E CABRIOS ULTRAJAN CON IGNOMINIA A LAS
859. HIJAS D E L CID SUS ESPOSAS.— CXXXVIII.
1
HUYE BIÍCAB DEL C I D . — C X X X V I . (Anónimo .)
(Anónimo *.) De concierto están los condes
Encontrádose ha el buen Cid Hermanos, Diego y Fernando;
En medio de la batalla Afrentar quieren al Cid,
Con aquese moro Búcar, Y han muy gran traición armado.
Que tanto le amenazaba. Quieren volverse á sus tierras,
Cuando el moro vido al Cid Sus mujeres demandando,
Vuelto le ha las espaldas; Y luego les dice el Cid
Hacia la mar iba huyendo, Cuando las hubo entregado :
Parece llevaba alas: — Mirad, vernos, que tratedes
Caballo trae corredor, Como á dueñas hijasdalgo
Muy recio lo espoleaba ; Mis hijas, pues que á vosotros
Alongado se ha del Cid, Por mujeres las he dado.—
Que Babieca no le alcanza Ellos ambos le prometen
Por estar laso y cansado De obedecer su mandado.
De la batalla pasada. Ya cabalgaban los Condes, .
El Cid con gran voluntad
De vengar en él su saña, Y el buen Cid ya esta á caballo
Con todos sus caballeros
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. W
Que le van acompañando. Y el buen Cid está á caballo
Í>or las huertas y jardines Con todos sus caballeros,
- Van riendo y festejando ; Que le van acompañando,
Por espacio de una legua Por las huertas y jardines,
El Cid los ha acompañado. Van riendo y festejando;
Cuando d'ellas se despide Por espacio de una legua
Lágrimas le van saltando. El Cid los va acompañando.
Gomo hombre que ya sospecha Cuando d'ellos se despide,
La gran traición que han armado, Lágrimas va derramando,
Manda que vaya tras ellos Como hombre que sospecha
1
Alvar Fañez su criado. La gran traición que han armado .
Vuélvese el Cid y su gente, Como el Cid tiene recelo,
Y los Condes van de largo. Aquesto hubo acordado;
Andando con muy gran priesa, Llamó á su sobrino Ordoño,
En un monte habían entrado Y luego le habia mandado,
Muy espeso, y muy oscuro Que vaya tras de sus fijas
De altos árboles poblado; Cubierto y disimulado,
Mandan ir toda su gente Y qu'el vea muy bien visto
Adelante muy gran rato; Si las llevan á recaudo,
Quédanse con sus mujeres, Porque el corazón le dice
Tan solos Diego y Fernando. El mal que le está aguardando.
De sus caballos se apean, Los Condes con sus mujeres,
Y las riendas han quitado : Por su camino han andado;
Sus mujeres que lo ven, Por los lugares que van,
Muy gran llanto han levantado; Eran muy bien hospedados,
Apéanlas de las muías Porque los señores d'ellos,
Cada cual para su lado; Del buen Cid eran vasallos.
Como las parió su madre Andando por sus jornadas
Ambas las han desnudado, A Tórmes habían llegado
Y luego á sendas encinas Y entre los robledos del,
Las han fuertemente atado. Las damas han apeado
Cada uno azota la suya, De las muías en que van ,
Con riendas de su caballo; Porque así lo traen pensado;
La sangre que d'ellas corre, Mandan primero á su gente ,
El campo tiene bañado; Se vayan adelantando.
Mas no contentos con esto, Por los cabellos las toman
Allí se las han dejado. Habiéndolas desnudado; .
Su primo que las hallara, Arrastránlas por el suelo,
Como hombre muy enojado Tráenlas de uno al otro lado,
A buscar los Condes iba, Danlas muchas espoladas,
Y como no los ha hallado, En sangre las han bañado ;
Volvióse presto para ellas, Con palabras injuriosas
Muy pensativo y turbado : Mucho las han denostado.
En casa de un labrador Los cobardes caballeros
Allí se las ha dejado. Allí se las han dejado,
Vase para el Cid su tio, Diciendo : — De vueso padre
Todo se lo ha contado ; En vos ya somos vengados,
Con muy gran caballería, Que vosotras non sois tales
Por ellas ha enviado. Para con ñusco casaros :
De aquesta tan grande afrenta, Pagaréisnos las deshonras
El Cid al Rey se ha quejado; Que el Cid nos habia causado
El Rey como aquesto vido, Cuando soltara el león
Tres Cortes había armado. Y procurara matarnos;
Y en medio de aquel robledo,
( Cancionero de romances.)
Atadas habían quedado.
•Siguen ambos su camino,
' Con variantes, y menos completo, es el mismo que mo-
dernizado se coloca en seguida. — El romance rádacíado á
A su gente han alcanzado;
mes del siglo xv, ó principios del xvi, parece ser de los flra-
Sus gentes á sus señores
Por ellas han preguntado.
Ambos Condes respondieron,
862. Que quedan á buen recaudo,
Las señoras muy cuitadas
h A L MISMO ASUNTO. — CXXXIX.
Grandes gritos quedan dando,
(Anónimo.) Y alaridos hasta el cielo,
De concierto están los condes Su desdicha publicando,
Hermanos, Diego y Fernando; Diciendo : — ¡'Condes traidores,
Afrentar quieren al Cid, Cuan mal que lo habéis mirado!
Muy gran traición han armado. ¿Siendo nos fijas del Cid.,
Quieren volver á sus tierras; Así nos habéis tratado?
Sus novias han demandado, Tal es é l , que vengará
| mego su suegro el Cid La traición que habéis obrado.—
Se las hubiera entregado. El llanto que estás haciendo
—Mirad que me las tratedes D.Oidoño está escuchando,
M>mo á dueñas fijasdalgo Y á las voces que ambas dan,
IS
™ "jas, pues que á vosotros Donde están habia llegado;
Por mujeres las he dado.— Y cuando vido á sus primas,
«¡"os ambos le prometen La cara se está arañando,
"e obedecer su mandado, Mesaba los sus cabellos,
«a cabalgaban los Condes, Grandes gritos está dando.
ROMANCERO G E N E R A L .
548
A los Condes alevosos 863.
A grandes voces llamando : QUEJAS DE LAS HIJAS DEL CID CONTRA SUS ESIm.™
— ¿Por qué á tan altas señoras,
Facéis tal desaguisado, LOS CONDES DE CARRION.—.CXL.
Mayormente siendo fijas {Anónimo.)
De un padre tan estimado? En las malezas de un monte
¡ De tan grande alevosía Desnudas por gran traición, '
El se fará bien vengado! — Dos soles contempla el mundo
Y en las ramas de los robles, Doña Elvira y Doña Sol, '
A las damas habia echado; Hijas de Jimena Gómez,
Cubriólas con su vestido, Y del buen Cid Campeador,
Y allí se las ha dejado; Regalo del alma suya,
A buscar va do las pongan Y prendas del corazón.
t Para que estén á recaudo. Allí en la blanca azucena,
Mas ventura deparó Muestra el lirio su color,
Un labrador muy honrado, Y en dos albas claras bellas
Que muchas veces el Cid La grana por arrebol:
En su casa se ha hospedado. Dos cielos que llueven perlas,
Ordoño y el labrador Y estrellas dan al licor,
Al robledo habian tornado, Y entre aljófar y corales
Y donde dejó sus primas, Esta voz forma el dolor:
Allí las habia hallado. «¡Ay duro roble!
Llévanlas á aquel lugar, »Ay soledad! Ay breña!
Que es secreto y apartado; »Ay, quien del mundo fia, cómo sueña'»
Ellas son bien acogidas, — ¡ Ay aleves Condes, dicen,
D'este labrador honrado, Cuan ciegos en vuestro error
Y de su mujer y hijos, Dejais presas nuestras manos,
Todas facían lo mandado. Sueltas las del vengador!
Ordoño fabló con ellas, ¡Ay famoso Cid ! tus obras
D'esta suerte ha razonado :" Ganadas con tu valor,
— Señoras, yo quiero ir Hoy en duros robles mueren
A Valencia vueso Estado, A manos del desamor.
A decir á vueso padre,
Aquesto que os ha pasado, Mil baluartes y muros
Ha derribado el temor
Y que vengue vuesa injuria, De tu brazo, á quien ultrajan
Pues que tanto le ha tocado.— Las chozas de Carrion.
Ellas lo hubieron por bien; ¡ Espanto de mil traiciones,
Su viaje comenzado,
Andando por sus jornadas, Ya dirá el mundo traidor,
A Valencia habia llegado, Que se le atreven los Condes
Y en presencia del buen Cid, Al que es de reyes señor!
Está Ordoño lamentando : «¡Ay duro roble! etc.»
Contóle lo acontecido, ¡Ay honor, prenda del alma!
Sin palabra haber faltado. Decidle al Cid que os ganó
El de Vivar es discreto, Entre lanzas de dos hierros,
Muy bien lo ha disimulado; Que en uno solo os perdió.
Que lo que espera venganza, Id luego, no vais agora; „ -
No conviene ser llorado. Pero no lo haréis vos, no,
Su mujer Jimena Gómez Que aborrecéis á desnudos
Es la que mas lo ha mostrado, Y á deshonrados mejor.
Llorando de los sus ojos, Id, pues que sois tan altivo,
Fuentes se le habian tornado. Decid al rey en León,
Mucho la consuela el Cid, Que se duela cuando os mire
Como dísereto y honrado: O que os vuelva cual os vio :
Con las cosas que le ha dicho, Y en tanto d'estas montañas,
Mucho la habia consolado. Con tierna lamentación,
Despachó sus mensajeros Volveremos de las fieras,
Para ese rey castellano, En piedad dulce el rigor.
Al cual le fagan saber «¡ Ay duro roble!
Aqueste fecho malvado. »Ay soledad! Ay breña!
Pidióle que haya por bien »Ay, quien del mundo fia, cómo sueña l»
Que d'ello sea enmendado, (MADRIGAL , Segundo parte del romaneen ¡en
Y que para que haya efecto,
Licencia le ha demandado
Para venir á Toledo, 864.
Adonde está aposentado.
AL MISMO ASUNTO.— CXLI.
El Rey que supo el negocio, 1
Gran enojo habia tomado (Anónimo .)
De los Condes, y su tio Al cielo piden justicia
Que lo habia aconsejado. De los condes de Carrion
La licencia que el Cid pide, Ambas las fijas del Cid
El Rey se la había dado : Doña Elvira y Doña Sol.
Envió por sus dos fijas, A sendos robles atadas
Do Ordoño las ha dejado. Dan gritos que es compasión,
(ESCOBAR, Romancero del Cii.s Y no las responde nadie
i Hasta este verso es el romance igual al que precede, pero Sino el eco de su voz.
desde él en adelante diferente. Parece redactado sobre el ante- El menosprecio y afrenta
rior, y completado y afiadido por algun'poeta del tiempo y clase Sienten, que las llagas non;
Que es dolor á par de muerte
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. S49
En la mujer un baldón. Pero vosotros de orin.
Sus dos fijas le azotasteis;
Tal fuerza tiene consigo Pero fué tuerto, que al fin
La verdad y la razón, Al Cid ofendéis y a Dios,
Que hallan en los montes gentes, Al rey Alfonso y á m í :
Y en las fieras compasión. Todos cuatro son leones,
A ios lamentos que hacen Y mas bravos , si advertís
Por allí pasó un pastor, Que tomarán la venganza
Por donde no puso pié Sin pasta ni menjuí.—
Cosa humana, si ahora non. D'esta suerte á los infantes,
Danle voces que se acerque, Dando rienda á su rocin,
Y él no osa de pavor, Los sigue el valiente Ordoño,
Que son hijos de ignorancia El buen sobrino del Cid.
, El empacho y el temor.
—Por Dios te rogamos, home, {Romancero general.)
Que hayas de nos compasión,
Así tus ganados vayan
Siempre de bien en mejor; 866.
Nunca les falten las aguas
AL MISMO A S U N T O . — CXLIII.
En el estío y calor,
Las yerbas no se les sequen (Anónimo.)
Con la helada y con el sol; No con poco sentimiento
Tus tiernos fijuelos veas Mira á los Condes infames,
Criados en bendición, Entre unas ramas oculto
Y peines tus blancas canas El cuidadoso Alvar Fañez *.
Sin dolencia y sin lesión, Al mandato de su tío
Que desates nuestras manos, Obedece, porque sabe
Pues que las tuyas non son Que las sospechas dudosas
Como las que nos ataron, Suelen engendrar verdades.
De malicia y de traición. — Viendo desnudas sus primas
Estando en estas palabras A la inclemencia del aire,
El buen Ordoño llegó Amarradas á dos robles,
En hábito de romero Así empezó á lamentarse :
De orden del Cid su señor: —«¡Cómo es que ansí se trate
Prestamente las desata »La honra de mi tio y vuestro padre!»—
Disimulando el dolor. No quiso llegar á ellas
Ellas que lo conocieron Mientras los dos miserables
Juntas lo abrazan las dos; Al peregrino suceso
Llorando les dice : —Primas, Dieron un para ausentarse.
Secretos del cielo son, Bien se atreviera á los dos
Cuya voz y cuya causa Y á ciento de su linaje,
Está reservada á Dios. Sino fuera en guarda suya
No tuvo la culpa el Cid, Una gran cuadrilla infame.
Que el Rey se lo aconsejó; Y viendo que estaban solas,
¡ Mas buen padre tenéis, dueñas, Triste ante sus ojos parte,
Que vuelva por vueso honor! Que es propio de un pecho noble
(ESCOBAR , Romancero del Cid.) Cuando no puede vengarse.
1
Al Cielo vuelve los ojos
La forma y versificación de este romance se semeja mucho Reventando de coraje,
4 la de algunos que pertenecen á la segunda mitad del siglo xvi, Y dice, mirando atento
í se hallan en el Cancionero de romances, en los de Sepúlveda, De sus primas las señales :
y en las Rosas de Timoneda.
—«¡Como es que ansí se trate, etc.»
Si vuestra honra es la mia,
No es bien honrado me llame
865. Si no gano como fuerte
Lo que hoy pierdo por cobarde.
PERSIGUE ORDOÑO A LOS TERNOS D E L CID PARA VENGAR Entended, aleves Condes,
U IIWURU QUE HICIERON Á LAS HIJAS DE E S T E . — C X L I I . Que á mi tió no afrentastes,
Ni que se mancha tal paño
{Anónimo.) Con cuatro gotas de sangre.
— ¡ Atended á la mi fabla, No puede , aunque fué en dos primas,
Aleves yernos del Cid, Afrenta aquesta llamarse,
Cobardes como traidores, Si el Cid que el baldón recibe
Que siempre es cobarde un vil! Ni lo escucha ni lo sabe ;
i Homes buenos sois vosotros? Mas desátenvos mis manos,
Non sois, sí canalla ruin, Que del recibido ultraje
Que el cid en sus fechorías Venganza nos dará el cielo,
üa demostración de sí. Si yo no fuere bastante :
Non fuyais, aleves Condes, «¡Cómo es que ansí se trate , etc.»—
Que non vos valdrá el fuir, Con su capa las cubría
Que es águila la venganza Que están desnudas al aire ,
uiando el agravio es neblí, Mientras la noche vecina
un home solo os va en zaga, Su manto piadoso esparce.
N
on fuyais.facelde huir; A la choza de un pastor
i Mas es la razón gigante Vinieron á repararse,
S
Vnf 5 a c o m
P a ñ a con mil! Que á veces pueden humildes
I». ' S u e n o n m
desmayan e
Hacer merced á los grandes.
W espadas que ceñis, En«sto amaneció el dia,
«ue el Cid las cubrió de sangre, Y el pastor corriendo parte
b50 ROMANCERO GENERAL.
A dar las nuevas al Cid , 868.
Y así replica Alvar Fañez : PIDE A L CID DOÑA JIMENA QUB VENGUE Á SUS HIJAS — c
— «¡Cómo es que ansí se trate .
» La honra de mi lio y vuestro padre!»— (Anónimo*.)
{Romancero general.) Lloraba Doña Jimena,
A sus solas con el Cid,
* En este romance se pone a Alvar Fañez en lugar de Oráo- La afrenta de sus dos lijas ,
slo, cuyo nombre se halla en otros. Y así comenzó á decir :
—¿Cómo es posible , señor,
Siendo temido en la lid,
867. Que os afrentasen dos homes
JURA E L CID VENGAR L A AFRENTA HECHA Á SUS HIJAS, No siendo bastantes mil ?
. y PAUTÉ Á PEDIR JUSTICIA A L R E Y CONTRA SUS Y E R - Y si aquesto no vos duele,
BOS. — CXLIV. Ved que á mi padre perdí
(Anónimo*.) Por ser vos tan vengativo
-—Elvira, soltá el puñal, En las cosas que sentís.
Doña Sol, liradvos fuera , Considerad vuesas fijas,
Non me tengades el brazo, Aquesas que yo parí;
Dejadme , Doña Jimena : Que non son lijas prestadas,
Non me tollais el rencor, Sinou de vos y de mí.
Que me empacha la vergüenza, Es bien que aquesto miredes,
Que todas mis fechorías Y que esa gente ruin
Manchen mis suertes siniestras-. Non se atreva á facer tal
¡ A mis fijas, falsos Condes, Sabiendo que sois el Cid ,
¥ á mis acatadas dueñas, Pues no faltarán salida
Canes, facéis tales tuertos Para poderse eximir.
Tenudas en lueñas tierras! ¡ Si es bien que aquesto sintades,
¡ A m í , que vos di humildoso Farto os he dicho, sentid !—
Mis fijas, cuando os las diera ( ESCOBAR, Romancero del CU.)
De mil pulidas garnachas i De la misma época que el anterior.
Guarnidas, y ricas prendas!
Endonévos mis espadas,
Lo mejor de mi facienda ,
Y en dos mil maravedís
Me empeñara yo en Valencia; EXHORTA E L CID A LOS SUVOS, QUE SEAN COMEDIDOS CON ÉL
Cadenas de oro de Arabia R E Y E N LAS CORTES DONDE IBAN Á PEDIR JUSTICIA CONTRA
Con buenos ingenios fechas, LOS CONDES DE CARRION.—CXLV1.
Que en la su mandadería (Anónimo'.)
Me enviara el rey de Persia;
Caballos os di ruanos, Después que unafiestafizo
Y para en plaza seis yeguas, Al santo y divino Pedro,
Sendas capas de contray Aquel que africanos moros
Con los aforros de felpa; Pagaron tributo y pecho,
¡ Y en pago de mis fiducias, Hizo una junta en su casa
Y en pago de mis recuestas, De parientes y homes buenos,
Me las enviades, Condes , Y como juntos los vido,
Azotadas sin vergüenza, El buen Cid les dijo aquesto :
Sus albos cuerpos desnudos , —Bien sabéis, amigos mios,
Ligadas sus manos bellas , La fazaña de mis yernos :
Sus crenchas desmelenadas, ¡Bien me pagaron las obras
Sus tristes carnes abiertas ! Que en Valencia hice por ellos!
¡ Voto hago al Pescador, Con riendas me las pagaron,
Que gobierna nuestra Iglesia , No teniendo rienda en ellos
Y mal grado haya con él, De ponellas en mis fijas
Cuando le fable en Cárdena , Azotadas en desiertos:
Si en Fromesta y Carrion , Y agora el rey de León
Torquemada y Valenzuela ,. Dice por su mandadero,
Villas de vuesos condados , Que dentro de Ireinla dias
Queda piedra sobre piedra ! Tengo de estar en Toledo.
Antolinez testimonio, Así vos suplico y pido,
Pelaez vino con ellas; Aunque no es menester ruegos
Yo vos pondré la caluña Para amigos tan leales
Tal que atemorice en vella • Teniendo lidalgos pechos,
Que con ella y mi razón , Non se fable allá en las Cortes,
Ellos y sus parentelas Nin perdamos el respeto
Han de fincar á mis manos , Al Rey, que non es razón
A mis agravios destechas. Juzgando bien y derecho.
Camperos tiene el buen Rey, Non se descomida nadie
Que vos apañen y prendan; Non fablando en nuestros fechos;
Fágame justicia en lodo Que yo pondré la demanda
Délo que les di primero,
Y tendré mi espada queda.— La facienda, plata y oro,
EstofablóydijoelCid, Las espadas, amen d'eso,
Y cabalgando en Babieca
Partió de Valencia á Burgos Y pediré el desacato
A dar al Rey su querella. Que á mis fijas les ficieron.--
(ESCOBAR, Romancero del <-•«•)
(ESCOBAR, Romancero del CU.)
* De las ultimas décadas del siglo xyi. » Del mismo tiempo que se suponen los dos antenote •
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. S51
8.70. 871.
E L C I D h K SALE E L CID PARA LAS CORTES DE TOLEDO A PEDIR CONTRA
«MEMA A L PARTIR C O N S E J A L O Q U E D E B E PEDIR
y ALCANZAR E N DESAGRAVIO DE SUS H I J A S . — CXLV1I. SUS Y E R N O S , Y APOSTROFA k LA VILLA DE REQUENA POR
SER E L SITIO DONDE E L R E Y L E PIDIÓ SUS HWAS PARA E S -
{Anónimo.) POSAS DE LOS CONDES DE C A R R I O N . — CXLVHI
Asida está del estribo (Anónimo'.)
, La noble Jimena Gómez, Recibiendo el alborada
Y en tanto que al Cid le habla Que viene á alegrar la tierra,
El Cid su gabán compone. Tocaban á recoger
j —Mirad, le dice, señor, Seis clarines por Valencia.
-5 Que la sangre de aquel Conde Don Rodrigo de Vivar,
\ Que matasteis bueno á bueno, El buen Cid, su gente apresta
s Que la venguéis como noble. Para partir á Toledo,
A las Cortes vais, buen Cid i , Que á Cortes el Rey le espera.
Y á lo que os lleva á la corte Ya la plaza del palacio
Ha de dar corte la espada, Está de gente cubierta,
Porque no tiene otro corte. De escuderos y fidalgos
Al Rey habrán prevenido, Esperando que el Cid venga.
Y á sus amigos los Condes, El sale ya de la sala,
Que es de cobardes muy propio Ya está en medio la escalera
Socorrerse de invenciones. Y sálenle á acompañar
No acetéis del rey Alfonso Sus dosfijasy Jimena.
Excusas, ruegos ni dones; Abrázalas cortesmente,
Que mal se cubre una injuria Y ruégales que se vuelvan.
Con afeite de razones. Que en ver presentes sus fijas
Considerad vuesas fijas Tiene presente su afrenta.
Amarradas á dos robles, Descendió fasta el zaguán
De quien hoy tiemblan las hojas Donde estaba su Babieca,
Condolidas de sus voces; Que de ver triste á su amo
Y mirad que aquella ofensa Casi siente su tristeza.
Contra mí fecha en el monte, Salió en cuerpo hasta la plaza
Descubre en vos las señales, Armado con armas negras,
Y en mis fijas los azotes. Sembradas de cruces de oro,
Dios os guarde donde vades, Desde la gola á las grevas.
Que son los competidores Vio su gente tan lucida,
Crueles como cobardes, Y en la ventana á Jimena,
Como cobardes traidores. Y por facer lozanía
Yo sé bien que vais seguro, Puso al caballo las piernas.
Si no fuere de traiciones, Llevó los ojos de todos,
Que atrevidos con mujeres Y al cabo de la carrera
Nunca lo son con los hombres. Quitó á Jimena la gorra
No entréis, señor, en batalla, Y tocaron las trompetas;
Que menguáis vuesos blasones Todos siguieron tras é l ,
Honrando con vuesa espada ¡ Cuan lucida gente lleva!
Una sangre tan enorme. Pues alegre el sol de vellos
El que venció á tantos reyes En las armas reverbera.
No se iguale á aquestos homes, Caminan por sus jornadas,
Que relinchos de Babieca Y á la vista de Requena
Han vencido otros mejores. Detuvo la rienda el Cid,
Cobrad vuesas dos espadas Que no quiso entrar en ella.
Para Bermudo y Ordoñez, Acordóse eu aquel punto
Que ellos pondrán en sus filos Que allí fué la vez primera
El uso de vuesos golpes. Que le llamó el sexto Alfonso
Sacará del fuego mió Estando él quieto en ella.
La Tizona los tizones, Con grave y severa voz,
Y la famosa Colada Levantando la visera
La mancha de mis pasiones. Y afirmado en los estribos,
Por mi aviso y vuesa mauo La dice d'esta manera :
Que á mi venganza se ponen, —Teatro de mi deshonra,
Desde luego la esperanza Do se hizo la tragedia
Me promete alegres dones. En que mis aleves yernos
—Así suceda, Jimena,~r Fueron los autores d'ella ;
El famoso Cid responde, Principio de mi desdicha,
Y abajando la cabeza Do sin ser jueves de cena
Picó á Babieca y partióse. Comieron con faz doblada
{Romancero general.— It. ESCOBAR , Romancero Ambos Judas á mi mesa ;
del Cid.) Al Rey vó á pedir justicia,
Ruego á Dios que no la tuerza,
8le v e
viwjhi , rso y l o s t r e s
Siguientes muestran, en un juego,de Que á postre de mi venganza
""-«oíos, el mal gusto á que caminaba nuestra poesía. No estaréis en mi frontera.—
Y llevado de furor
Puso al caballo las piernas,
Contra laflacamuralla
Que de verle airado tiembla.
(ESCOBAR, Romancero del CU.)
» Definesdel siglo xvi. En él empiezan los romances que
tratan de lo acaecido desde la partida del Cid para vengar la
afrenta que recibid de sua yernos los condes de Carrioa,
ROMANCERO GENERAL.
tradiciones
mes de nuestra edad media. La costumbre de «A*.
872. Cortes al mismo tiempo en varios puntos del Reino • i ?5-°í"
PRESÉNTASE EL CID EN LAS CORTES AL CUMPLIRSE n
-o categorías entre los nobles dignatarios corto», "
s é
EL PLAZO SEÑALADO.— CXLlX. hidalgos; la de enviar los grandes caballeros sus fcr 08

(Anónimo*.) educarse en casa de sus vasallos, y los respetos v rnnc'íi *


a

Tres Cortes armara el Rey ciones que el educando guardaba para con su avo • tníi "
0 s e
menciona, aunque rápidamente, en esta composición' ni,.
Todas tres á una sazón, parece ser de una y remota época tradicional H n o s
'
Las unas armara en Burgos,
Las otras armó en León,
Las otras armó en Toledo
Donde los hidalgos son, 873.
Para cumplir de justicia CONFÍA EL CID Á MARTIN PELAEZ LA DEFENSA DE VALENm
Al chico con el mayor. ÍNTERIN ÉL LOGRA JUSTICIA CONTRA SUS YERNOS.—CL
Treinta dias da de plazo,
Treinta dias, que mas non, (Anónimo '¿)
Y el que á la postre viniese — Idos vos, Martin Pelaez,
Que lo diesen por traidor. A mi Valencia, y guardalla
Veinte y nueve son pasados, Mientras que me quejo al Rey
Los Condes llegados son; De aquesta traición tamaña.
Treinta dias son pasados , Rogaréle que se lembre
Y el buen Cid non viene, non. Cuando á mis fijas casara
Allí hablaran los Condes : Contra la mi voluntad,
—Señor, dadlo por traidor.— De mi Jimena y mi casa ,
Respondiérales el Rey: Y que por facer la suya
—Eso non faria, non, Y cumplir la su palabra,
Que el bueu Cid es caballero Yo folgué que se ficiesen
De batallas vencedor, Aquestas bodas amargas.
Pues que en todas las mis Cortes Diréle yo cómo Ordoño
Non lo habia otro mejor.— Las falló tan mal paradas,
Ellos en aquesto estando Y desnudas de las ropas,
El buen Cid allí asomó Que les diera para honraílas; \
Con trescientos caballeros, Y si los ojos me dejan
Todosfijosdalgoson, Contar tan malas fazañas,
Todos vestidos de un paño, Diré cómo las toparon
De un paño y de una color, En el monte aprisionadas,
Sino fuera el buen Cid Y pediré que en sus Cortes
Que traia un albornoz; Desagravie aquestas canas,
El albornoz era blanco, Que el deshonor de mis fijas
Parecía emperador, Las tienen avergonzadas.
Capacete en la cabeza
Que relumbra como el sol. Y de tan grande traición
Faré un reto, una demanda
— Dios vos mantenga, buen Rey, A los Condes, si tuvieren
Y á vosotros sálveos Dios, La faz para sustentalla.
Que non fablo yo á los Condes, Cobraré allí mis dos joyas,
Que mis enemigos son.— Pues están mal empleadas,
Allí dijeron los Condes, En poder de dos traidores,
Fablaron esta razón : Mi Tizona y mi Colada:
— Nos somos lijos de reyes, Y vos, amigo Martin,
Sobrinos de emperador; Quedaréis de esta vegada
¿Merescimos sei casados Como señor de mis tierras;
Con fijas de un labrador?— Por mi falta gobernallas.
Allí hablara el Cid, Acudiréis á Jimena
Bien oiréis lo que fabló : A servilla y regalalla,
— Convidáraos yo á comer, Tendréis mucha cuenta en esto,
Buen Rey, tomástelo vos, Catad que os dejo en mi casa.
Y al alzar de los manteles ( ESCOBAR , Romancero del Ctd.)
Díjistes esta razón :
Que casase yo mis lijas * Aunque afecta el lenguaje antiguo, es este romance del
Con los condes de Carrion. último tercio del siglo xvi.
Diéraos en respuesta
Con respeto y con amor :
Preguntarélo á su madre,
Su madre que las parió, 874.
Preguntarlo he yo á su ayo, PROPONE EL CID AL REY SU QUERELLA
Al ayo que las crió. CONTRA SUS YERNOS.—CU.
Dijérame á mí el ayo :
Buen Cid, non lo fagáis, non, (Anónimo *.)
Que los Condes son muy pobres, — Años hace, el rey Alfonso,
Y tienen gran presunción : Que solo e» vueso servicio
Mas por non contradeciros, El arambre de Tizona
Buen Rey, Adéralo yo. Apenas lo he visto limpio,
Treinta días duraron las bodas, Y que mi pobre Jimena,
Que non quisieron mas, non : •Nacida en contrario signo,
Cien cabezas yo matara Fué por mí sola de padre,
De mi ganado mayor : Como por vos de mando.
De gallinas y capones, Ella en mi ausencia ha llorado
Buen Rey, non lo cuento, non. El medio lecho vacío,
(Cancionero de romances.) Mientras que yo derribaba
Mil estandartes moriscos.
i Consérvansc en este viejo y popular romaneo interesantes
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. S"3
' Testigos tengo presentes, Ninguno á comer volvió,
Y vos, Rey, sois buen testigo, Sus amiggs de cuidado,
Que he atropellado mas lunas Sus contrarios de temor.
Que el sol ha durado siglos. — Venganza vengo á pediros
Fui en juveniles años Pudiéndola tomar yo;
Rayo en vuesos enemigos, Que con sangre de traidores
Como agora son mis canas Suelo yo limpiar mi honor.
Terrero de mal nacidos. Reyes moros tengo amigos,
Todo lo gobierna el cielo Que vasallos mios son,
Con su nivel y destino, Y en las fronteras me temen
Desde la tierra á su altura, En mirando mi pendón.
Y desde el cielo á su abismo. Mis fijas son agraviadas,
Al pavón le dio los pies, Doña Elvira y Doña Sol,
Al águila el corvo pico, Si justicia no me guardas
Y al león la calentura Venganza tomaré yo.
Porque estén menos altivos. Pagaránmelo sus fijos
Dos fijas tengo, señor, En pago del galardón,
Y porque le hurté al serviros Porque de su sangre aleve
El tiempo del engendrallas Non ha de quedar varón.
Las engendré con delito. Mira, Alfonso, por mi honra,
Agraviáronlas traidores, Por la vuesa mire Dios,
Y por haberse atrevido. Que si fiáis de traidores
Aunque á mi brazo pudiera, Non comeréis con buen pro.
Solo al vueso lo remito. Si en algo les he agraviado
Dos cobardes las ofenden, Salgan, que en el campo estoy,
Cuyos corazones tibios Que á mi espada y á mi brazo
Al temor hacen altares Le ha venido su ocasión.—
Y le ofrecen sacrificios. Con esto volvió la espalda,
Carrion les da tributo, Y el Rey de comer alzó,
Como la fama al olvido, Y mandó que se pregonen
Y por tal yo me querello Las Cortes para León.
De tal injuria ofendido. (Romancero general.— It. ESCOBAR, Romancero
Levante vuesa justicia del Cid.)
El peso con el cuchillo,
Que aunque suyo sea el peso * En un tono mas altivo, y que forma contraste con el del
El pesar na de ser mió. anterior romance, el poeta de este presenta al Cid pidiendo
al Rey justicia contra sus yernos.
Si la justicia en las armas
Falló el natural abrigo,
Ya sirvo yo con las unas,
Faced justicia y castigo. 876.
Si Dios es justo, y el home MUÉVESE CUESTIÓN E N T R E LOS CORTESANOS Y LOS CABA-
Tan obligado á servillo, LLEROS D E L C I D , POR UN RICO ESCAÑO QUE ESTE HIZO
En cuanto mas le imitare PONER PARA SÍ EN LAS C O R T E S , INMEDIATO AL SOLIO D E L
Será mas justo y mas digno. REY.—CLIII. .
( MADRIGAL ,• Segunda parte del Romancero gene- (De Lorenzo de Sepúlvedo.)
ral, etc.—It. ESCOBAR, Romancero del Cid.)
A Toledo habia llegado
1
Romance bello, bien hecho y razonado, cuyo estiló severo Ruy Diaz, que el Cid decían,
no desdice del asunto interesante y sentido de que trata. A Cortes del rey Alfonso,
La reflexión que en él se hace de que Dios siempre deja en sus Que por su amor las hacia :
obras alguna cosa que reprima la soberbia, es eminentemente Para le dar gran derecho
moral y grave : toda la entonación del romance participa de De la gran alevosía
la melancolía propia de la situación en que se halla el héroe Que sus yernos, los infantes
por haber-sufrido una humillación, que castiga el orgullo que
el tener tan buenas hijas le inspiraba. Recíbela como déla De Carrion, fecho habían.
mano de Dios; pero reclama el castigo, que merecen los cul- En palacios de Galiana
pables, de la justicia humana. El Rey mandado tenia
Que se junten á las Cortes
Todos los que allí vendrían.
La silla del rey Alfonso,
'875. Que era muy hermosa y rica,
AL MISMO A S U N T O . — C L H . Púsose al mejor lugar
Que en toda la sala-había.
{Anónimo '.) Al rededor de la cual
Mediodía era por filo, Escaños grandes ponían,
Las doce daba el reló; Donde se sentasen todos
Comiendo está con los grandes Los de la caballería.
El rey Alfonso en León, El Cid llamó á un escudero,
Cuando entrara por la sala, Muy fidalgo en demasía,
Casi perdido el color, Fernán Alfonso ha por nombre,
De todas armas armado El Cid criado le habia.
El noble Cid Campeador, Mandóle tome un escaño
Que viene á pedir justicia Que de Valencia traia,
A su Rey y su señor Que se lo ganó al rey moro
De un agravio que le han fecho Cuando en ella lo vencía.
Los condes de Carrion. Mandóle que le pusiese
En él pone el Rey los ojos Donde el Rey tenia su silla;
Y en sus oídos laívoz : Escuderos fijosdalgo
— Justicia venga del cielo, Mandó lleve en compañía,
Si non me la facéis vos.— Y que guarden el escaño
Los grandes se alborotaron,
SÜ4 ROMANCERO GENERAL.
Hasta que sea otro día. Y enviárame mi quinto,
Todos llevan el escaño, Como á mí pertenecía.
Que es hermoso á maravilla, i Nadie non fable del Cid,
Sus espadas á los cuellos, Que segundo no tenía!
¡Oh qué bien que parecían! (SEPÚLVEDA , Romancet nuevamente sacado», gj c
Pusieron el rico escaño
Donde el Cid mandado habia,
Cubierto de ricos paños 877.
De oro, seda j pedrería.
Otro dia de mañana ACUSACIÓN Y RUTO D E L CID EN LAS CORTES CONTfti •
Después que el Rey oyó misa, SUS V E R N O S , Y SATISFACCIÓN QOE P I D E . — C U V
Fuese para los palacios (Anónimo.)
Con muy gran caballería :
Solo el Cid no va con él, — Digádesme, aleves Condes,
Que en su posada yacía. . ¿Qué fallasteis en mis lijas
Garci Ordoñez, ese conde Y cuándo tener cuidasteis
Que al buen Cid muy mal quería Dueñas de tan alta guisa?
Cuando viera aquel escaño ¿Por aventura con ellas,
Al Rey dijo d'esta guisa : Los lidalgos de Castilla,
— Por merced os pido, Rey, Qué baldones vos han dado?
Oigáis lo que yo decía : ¿En qué vueso honor vos quitan ?
Aquel tálamo que armaron Por madre han á mi Jimena,
junto de la vuesa silla La mi Doña Sol y Elvira :
¿Para cuál novia se armó? De tal madre ¿qué enseñanza?
Preguntóos, ¿verná vestida ¿Nin qué fembras de tal vida?
De almijías ó alquiceles, En dote vos di con ellas
O cómo verná guarnida? Los. haberes que tenia,
Mandadle quitar de allí Y las mis ricas espadas,
Porque á vos pertenecía.— Que menos falla mi cinta :
Fernán Alfonso lo oyó, Mas fambrientas las tenedes ,
Al Conde le respondía : . Non yantan como solían,
— ¡ Conde j muy mal razonades" Que siempre fechos cobardes
¡ Mucho mal d'ello os vernia, Dan escasas las feridas.
Que, decides mal de aquel Yo vos las demando. Condes,
Que'muy mas que vos valia ! Ante el Rey que ende nos mira,
No novia, como decís, Porque á Colada y Tizona
Y éi decís que mentia, No es bien que aleves las ciñan.
Las manos yo vos pondré, Non son heredadas, non,
Y conocer vos faria Sino en batallas tenidas,
Ante el Rey que está presente De entre lanzas y con sangre
De qué lugar descendía, Mis armas todas teñidas.
Que no me podréis negar En los robledos de Tórmes
No tener vos mejoría.— Me la dejades vertida;
Mucho le pesó al buen Rey, Mas la de dueñas átales
Y á los que con él venían Ved que varones no estiman.
De lo que habia pasado; Non por ende me afrenlades
Mas el conde Don García, Por ser mis fijas queridas,
Como'era hombre sañudo , Que aunque son mi sangre, estaba
El manto al brazo ponía, En vuesas mujeres mismas.
Dijo :— Dejadme ferir Con lodo, vos reto, Condes,
Al rapaz que la! decia.— Por facer la sangre limpia;
Alfonso cuando lo vido Porque el golpe del agravio
Su espada sacado habia No hay miembro que no lastima.
Viniéndose contra el Conde Tenudo soy á facello
Diciendo:— Castigaría Por vuesa honra y la mia;
Las locuras que habéis dicho, Que la mancha del honor
Mas por el Rey no osaría.— Solo con sangre se quita. —
El Rey los ha despartido Estas palabras el Cid
Y á los presentes decia : A sus dos yernos decia,
—Ninguno debe tablar Levantado del escaño,
D'este escaño que aquí habia, La mano á la barba asida.
Que el Cid lo ganó muy bien, {Romancero general. •— It. , Romancero
ESCOBAR
Y como home de valía, del Cid.)
Y es caballero esforzado
Y de muy gran valentía,
Y non hay otro en el mundo 878.
Que tan bien lo merecía PIDE E L CID'QUE SE W RESTITUYAN SUS ESPADAS COLADA
Como el buen Cid mi vasallo
Y TIZONA, QUE DIO Á SUS Y F R N O S , CON OTROS HABE-
De tan alta nombradla :
RES.— CLV.
Y cuanto el Cid es mejor
Mas honra á mí me venía, (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Que cuando ganó el escaño En Toledo estaba Alfonso,
A muchos moros vencia. Que á Cortes llamado habia,
Envióme su presente, Porque el buen Cid Don Rodrigo
Por señor me obedecía, Muy gran querella ponía
Como vasallo leal Contra los hermanos condes
Cumpliendo lo que debia : De Carrion, esa villa,
Muchos caballos me dio, Porque en Tórmes el robledo
Con moros que los traían, Ficieron alevosía;
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA.
A sus fijas azotaron, Es honrado caballero. ,
Que de Valencia traian; Antes de cumplir el plazo
Quedaron desamparadas, Todos á CoTtes vinieron,
Tratadas de mala guisa. Y el Cid trujo en su compaña
Comenzó el Cid su razón, Novecientos caballeros.
Estas palabras decia : Salió el Rey á recibirlo
— Rey Alfonso, mi señor, A dos leguas de Toledo :
Ante vos yo les pedia Unos de envidiosos callan,
A estos hermanos Condes Otros dicen que es exceso.
Las espadas que tenían, Los palacios de Galiana
Que son Tizona y Colada; Mandó el Rey estén compuestos',
Prestado se las habia. Las paredes de brocado
Deben de dármelas luego, Y el suelo de terciopelo.
Que nada no les debia. — Junto á la silla del Rey
Non respondieron los Condes Su escaño del Cid pusieron,
A lo que el buen Cid decia. De que mofaban los Condes,
. El Rey se levantó luego, Profazando y zahiriendo.
A los Condes se venía, Sentados en corte todos,
Quitárales las espadas, Fabló el Rey á sus porteros :
Al Cid en mano ponía, — Mándovos que callen todos,
El las tomara en sus manos, Infanzones y homes buenos :
Hablábales d'esta guisa: Vos el Cid, decid su culpa,
— üe cierto,las mis espadas, Y ellos deíiendan su pleito :
Las mejores sois que habia : Librarse vos ha justicia
A vos, Tizona, gané Con que quedéis satisfecho.
' De Búcar, en aquel dia Seis alcaldes vos señalo
Que lo vencí yo en Valencia De mi casa y mi consejo,
Con las gentes que traía; Y que todos ellos juntos
A vos, Colada, yo hobe Juren por los Evangelios,
Cuando en el campo vencía Que cuidarán de ambas partes
Al rey Pedro de Aragón Asaz de entender el pleito,
Con muy gran caballería. Y entendido, juzgaran
El conde de Barcelona Sin pasión, amor ni miedo.—
A su lado vos traia, Levantóse luego el Cid,
Y por mis hijas honrar, Y sin mas alongamientos
En guarda dado os habia Pide le den sus espadas
A los condes de Carrion; Tizona y Colada luego.
Pero mal vos conocían. El Rey miraba los Condes,
En ello yo no acertaba, Qué responden atendiendo;
Gran mal d'ello me venía; Pero ninguna razón
¡Gran merced vos hizo Dios, En su defensa dijeron.
Que vos sacó de captivas! Los jueces mandan las den
Volvistes á mi poder; Sin ningún detenimiento;
Por dichoso me tenía Maguer hubieron pavor, \
En cobrar tales espadas, Entregarlas no quisieron.
Y vos la mi compañía. — El Rey dijo : — Descorteses,
Una dio á Pedro Bermudez, Volvédselas á su dueño,
Demandado se la habia; Que supo mejor ganallas
Otra á AlbarFañez Minaya, De los moros de Marruecos. —
Que también se la pedia : Ya cobradas las espadas,
Mientras que duran las Cortés Dos mil marcos de dinero
Con ellas lo guardarían. Les pide, y todas las joyas,
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Que les dio en los casamientos.
Unánimes los jueces,
De común consentimiento
Les condenan á que paguen
879. De contado todo el precio.
AL MISMO ASUNTO. — CLVI. Comenzó de nuevo el Cid,
Los ojos como de fuego,
{Anónimo *.) Y el fostró como una gualda,
Después que el Cid Campeador A demandalles el tuerto.
Pidió derecho del tuerto (ESCOBAR, Romancero del Cid.)
Porque fueron emplazados
Los Condes para Toledo-, * Parece hecho á mediados del siglo xvi.
El rey Don Alfonso el Bravo, » Según tradición popular adquirió Don Alfonso VI el re-
Aquel que con gran denuedo nombre de El de la mano horadada, porque delante de el,
Al foradar de la mano estando al parecer dormido, Alymaymon descubrió á los sa-
yos un secreto importante sobre el modo con que pudiera ser
Tuvo siempre el brazo quedo *, conquistada Toledo. Sospechando el rey moro que el sueño
Mandó que dentro en tres meses de Don Alfonso fuese Ungido, mandó en voz alta , y de modo
Pareciesen en Toledo, queá estar despierto lo oyese, que le echasen en la mano
E fincasen por traidores plomo derretido, lo cual se verificó según unos, y según otros
Ellos y el conde Don Suero. quedó solo en amenaza, sin que Don Alfonso retirase ni con-
trajese su mano, para evitar que se creyese haber oído el se-
Mandó que se fagan Cortes, creto que tanto importaba á los moros ocultar á un rey cris-
Y se junten á ellas cedo tiano.
Sus grandes y ricos homes,
Que quiere tomar su acuerdo,
Que si los Condes son nobles,
Alfonso es rey de derecho;
Maguer que el Cid en honor
ROMANCERO GENERAL.
S5G
880. ¡ Por Dios, bravos caballeros,
Si al veros con el rey Búcar
APOSTROFA E L CID Á SUS ESPADAS, LUEGO QUE POR SENTEN- No fuerais de pies tan prestos!
CIA D E L R E Y L E FUERON RESTITUIDAS. — CLV1. ¡ Pero bien dice el refrán
{Anónimo '.) Que hay tan valientes guerreros
El temido de los moros, Por los pies, como por manos,
Aquella gloria de España, Y vosotros sois de aquestos!
El que nunca fué vencido, ¡ Oh cuánto dierais agora
El rayo de las batallas, Por fallar otros dispuestos,
Ese buen Cid Campeador, Tales como los fallasteis
Defensor de nuestra patria, Cuando los leones sueltos-!
Espejo de capitanes, Faced cuenta son leones
Y de traidores venganza, Los que en este pecho siento,
En las Cortes de Toledo, Que es un león cada agravio
Do le fueron entregadas • Fecho en un honrado pecho.
Ante el Sexto rey Alfonso Agradecédselo al Rey,
Por los Condes las espadas, Que le veo y le respeto;
Así fablaba con ellas, ¡ Pero pagarlo heis, villanos,
Sin hartarse de mirallas : Si no es que os subáis al cielo!
— ¿ Dó estáis, mis queridas prendas T Mas non subiréis, cobardes,
i A dó estáis, mis prendas caras? Que es Dios grande justiciero,
No caras porque os compré Y no consiente traidores
Por dinero, oro ni plata; Sin castigo de sus yerros :
Mas caras porque os gané Cuanto mas que la Colada
Con el sudor de mi cara, Y la Tizona yo entiendo
Al rey moro de Marruecos, Vos seráu tal purgatorio,
Siendo Valencia cercada: Que vais d'esta culpa absueltos.
A vos gané, mi Tizona, (ESCOBAR, Romancero itl CU.)
Que vos traia en su guarda; * Como el anterior.
Y al conde de Barcelona
A vos os gané, Colada,
Cuando les tomé á los moros 882.
Los castillos de Brianda. REYERTA EN LAS CORTES ENTRE LOS CABALLEROS DEL CID
Yo nunca os fice cobardes, Y LOS D E SUS Y E R N O S . — C L I X .
Antes por la fe cristiana
En la sarracena gente (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Os traje siempre cebadas. Ante el rey Alfonso estaba
A los Condes mis dos yernos, Ese buen Cid castellano,
Por ser joyas tan preciadas, A querellar de los condes
Vos di, y ellos ¡mal pecado! De Carrion, su condado,
Os tienen de orin manchadas. Que en los robledos del Tórmes
Non érades para ellos, Sus hijas han maltratado
Que vos traian afrentadas, Puso la mano en su barba
Por de dentro muy fambrientas, Con semblante denodado,
Por defuera pavonadas. Y voz que puso temor
Libres estáis de las manos A los Condes, así hablando :
Que os traian cautivadas, — A vos digo, Hernán González, -
El Cid os mira en las suyas, Y también al vuestro hermano,
Donde seréis mas honradas. — Que habéis fecho alevosía,
Dijo, y á Pedro Bermudez,
Y á Don Alvar Fañez llama, Y no como fijosdalgo,
Manda que se las guarden En deshonrarme mis hijas
Mientras las Cortes duraban. Defuera de lo poblado :
Sin haber causa ninguna
(ESCOBAR, Romancero delCÍd.) Caso habéis fecho malvado.
* De las últimas décadas del siglo xvi. Ante el Rey que está presente
Y grandes que se han juntado,
Vos repto por alevosos,
881. Pues que d'ello habéis usado :
*8 REPITE E L RETO D E L CID CONTRA SUS Y E R N O S . — C L V I I . Darvos he vuestros iguales
l Que os lo combatan en campo,
(Anónimo .) Do diréis con vuestras bocas
— A vosotros, fementidos Ser verdad esto que hablo,
Condes de villano pecho, O en él vos matarán
Como traidores al Rey Si no queréis confesallo. —
A entrambos juntos vos reto. No respondieron los Condes,
Mis fijas os di, traidores , Su tio es el que ha hablado;
Pero non, que en ello miento, Ese conde Don García,
Al Rey las di que las diese Que en Cabra tiene el condado,
A quien él fuese contento. Dijo á los Condes : — Sobrinos,
A él se fizo esta injuria, Afuera queráis quitaros;
A él se fizo este avieso, Dejadlo estar al Cid
Y él las recibió por fijas, En el su escaño asentado,
Yo á vosotros por mis yernos: Que me semeja que es novio,
Por ser fecha á mi señor Según está mesurado.
Esta injuria, por él vuelvo, ¡ Cuida con su barba luenga
Que el que ha vasallos honrados A nosotros espantarnos!
Ellos le enmiendan sus tuertos. Vayase para Molina,
Con mujeres tenéis manos, Do dan parias moros flacos,
hOMANCÉS RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAN¡A. U>7
O pata el rio Je Hormaña, Y yo le salí al encuentro,
Donde él es el heredado, Muerto en tierra lo ponia, .
A adobar los sus molinos Díte su caballo y armas,
Para ser alimentado, Y al Cid entender facia
Pues no es tal el Cid que pueda < Que tú mataste aquel moro,
Con ñusco ser igualado. — Que aquel caballo traía.
De aquesto que dijo el Conde , Yo lo fice por le honrar,
Mucho el Cid se habia enojado, Por casar con la mi prima :
Y en ver que no respondía Alabástete tú d'eslo,
Caballero de su bando, Yo lo otorgaba á tu guisa *
Volvióse á Pedro Bermudez, Nunca salió de mi boca
Y con semblante enojado Fasta hoy que lo decía,
Díjole : — Tú, Pedro mudo, Y si agora lo publico
¿No hablas? ¿por qué has callado? Es por tu gran villanía:
¿No sabes que tú y mis hijas Y sepan cuando en Valencia,
El deudo habéis muy cercano, Cuando el león que ende habia *
Y que de la su deshonra Se soltó de donde estaba,
Gran parte te habrá alcanzado? — Tú, porque á esconderte ibas,
Corrióse Pedro Bermudez Rompiste el manto y el sayo,
Porque mudo lo ha llamado; Que cobijado tenias,
Fuese para Don García, Por entrar bajo un escaño
Y para los de su bando; Que en el aposento habia.
Diérale tan gran puñada, No digo cómo tu hermano,
Que en tierra lo ha derribado. Que es aquel que me veía,
Gran revuelta hay en la corte Cayó con notable miedo
Entre el Cid y sus contrarios : En parte do no debía.
Los Coffdes á grandes voces Así, señor rey Alfonso,
Cabra y Carrion han llamado; A tu Alteza yo decía
Los del Cid dicen : Valencia, Que este día fuera bien
Y Vivar están nombrando. Demostrar su valentía,
Levantóse el Rey á ellos, No en los robledos de Tórmes,
Y todo se ha sosegado. * Do ferido habían mis primas,
( SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) Mujeres de tal linaje,
Que muy mas que ellos valían
Que si yo ende estuviera
883. Cometerlo no osarían.
AL MISMO ASUNTO. — C L X .
Ficieron como cobardes,
Yo se lo combatiría;
{De Lorenzo de Sepúlveda.) No ficieron como buenos,
En las Cortes de Toledo, Como manda la hidalguía.
Que el buen rey Alfonso hacia Muy feble es facer tal cosa
Para dar derecho al Cid, Ningún home de valia,
Que querellado se habia Y poner mano en mujeres
De los condes de Carrion, Non es de caballería.
Sus yernos que ser solían, ( SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.
Porque á sus buenas mujeres — It. ESCOBAR , Romancero del Cid.)
. Deshonrado las habían, i Véase el romance, número 856 y 857
Vuelto le han sus dos espadas, * Véase el romance, número 851 y 852.
El su haber también volvían.
El Cid por grandes traidores
A ambos retado habia;
Los infantes no responden
AL MISMO ASUNTO D E L NÚMERO 8 8 2 . — C L X I .
A lo que el buen Cid decía. l
El Rey dijo á los infantes (Anónimo .)
Qué era lo que respondían; En las cortes de Toledo,
Diego González, el uno, A do yace Alfonso el Sexto,
Al Rey asi le decía : El Cid le fabla á Bermudo
— Ya, señor, sabéis que somos Con muy grande sentimiento :
De los buenos de Castilla; —¿Non faolais vos, Pedro mudo?
Dejamos nuesas mujeres Pablad, que non estáis muerto :
Porque no nos merecían; ¿Non sabedes que mis fijas
Casar con fijas del Cid Son vuesas primas en deudo?
Gran deshonra nos traía. — Ende mas que en su deshonra
Los del Cid no respondieron, Mucha parte os cabe d'ello.—
Que el Cid mandado tenia Mucho le pesó á Bermudo
Que si él no lo mandase De lo que el Cid ha propuesto, v,
Ninguno fablar debía. Juntóse con Garci Ordoñez,
Ordoño, sobrino suyo, Y desque fué cerca puesto,
Era el que respondía : Le diera tan gran puñada,
Que dio con él en él suelo.
— Calla tú, Diego González, Alborótanse las Cortes,
Que eres de gran cobardía; No queda nadie en su asiento: ¡
Muy valiente eres de lengua,
, Mas esfuerzo no tenias, Aquí sacan las espadas,
» en esa tu falsa boca Allí dicen mil denuestos.
Nmguna verdad habia. Unos apellidan Cabra,
Lémbrate cuando en Valencia Otros Valencia, otros Reino;
En la lid que el Cid facia El Rey está ardiendo en ira,
Echaste á fuir de un moro *, Diciendo : — ¡ Afuera, teneos! —>
» el moro bien te seguía, Otra vez replicó : — ¡ Afuera!
ROMANCERO OENERAL.
tm Vos sí solo á vueso cabo :
Sin mas audiencia condeno
Con acuerdo de mi corte Y porque veáis cual es
y de mi real consejo, Y si es bien el eslimallo,
Por los méritos que fallo Quiero facer ante vos
Que resultan d'este pleito, Lo que no he acostumbrado,
A los condes de Cardón Si non es cuando hube lides
Que lidien conforme al reto, Con enemigos en campo.—
Y que el Cid baya cumplido Cabalgó el buen Cid en él,
Con dalles tres escuderos, De piel de armiño arreado,
Y los que mejor lidiaren, Firióle de las espuelas,
Ellos salveu su derecho.— El Rey se quedó espantado :
Pidieron plazo los Condes En mirar cuan bien lo face,
Para guisar en el fecho, ,A ambos está alabando;
Y ai cabo de ruegos muchos Alababa á quien lo rige,
La noche se puso en medio. De valiente y esforzado,
Volvióse el Rey a su casa, Y al caballo por mejor,
La corte á su alojamiento, Que otro no es visto ni hallado.
Y al salir de los palacios Con la furia de Babieca,
Donde las Cortes se han fecho, Una rienda se ha quebrado,
De Navarra y de Aragón Paróse con una sola
Al Rey vienen mensajeros. Como si estuviera en prado.
Cartas le traen de sus Reyes: El Rey y sus ricos homes
Pidiéndole otorgamiento De verlo se han espantado,
De las dos fijas del Cid Diciendo que nunca oyeron
Para dos lijos mancebos. • Fablar de tan buen caballo.
Don Ramiro el de Navarra El Cid le dijo : —Buen Rey,
Le pide, si bien me acuerdo, Suplicóos queráis tomallo.
A la mayor Doña Elvira, — Nonio tomaré yo, el Cid,
Dueña de virtud y arreo : El Rey por respuesta ha dado :
A la menor Doña Sol Si fuera, buen Cid el, mió
Ha pedido el rey Don Pedro Yo vos lo diera de grado,
Para su hijo Don Sancho Que en vos mejor que en ninguno
De Aragón propio heredero. El caballo está empleado.
Partióse á Valencia el Cid, Con él honrades á vos,
Ufano, alegre y contento, Y á nos en extremo grado,
Desagraviadas sus fijas, Y á todos los de mis tierras,
A guisar los casamientos. Por vuesos fechos granados;
( ESCOBAR, Romancero del Cid.) Mas yo lo tomo por mío
Con que vos queráis llevarlo,
1
De la penúltima década del siglo XYI. Que cuando yo lo quisiere
Por mí vos será tomado.—
Despidióse el Cid del Rey,
Las manos le habia besado,
885. Y fuese para Valencia,
HACIENDO A L A R D E E L CID DE LAS BUENAS CUALIDADES D E Donde le están aguardando. '
SU CABALLO B A B I E C A , SE L O O F R E C E A L R E Y , E L « J A I (SBPÍLVEDA, Romances nuevamente sacados, i
NO LO ACEPTA POR CONSIDERARLO BIEN EMPLEADO E N — It. ESCOBAR, Romancero del Cid.)
SERVICIO DE SO S E Ñ O R . — C L X I I .

{De Lorenzo de Sepúlveda.)


Ya se parte de Toledo 886.
Ese buen Cid afamado, LOS CAMPEONES D E L CID VENCEN E N E L DUELO Á LOS
Y acabáronse las cortes CONDES, QUE SON DECLARADOS ALEVOSOS. — CLXÜ1,
Que allí se habian celebrado. {Anónimo.)
Aquese buen rey Alfonso,
Muy gran derecho le ha dado Ya se parte el Rey Alfonso,
De los Infantes, los condes De Toledo se partia
De Carrion el condado. Para ir á Carrion,
Don Rodrigo va á Valencia, Que los Condes no venían
Que ít los moros la ha ganado : A lidiar con los del Cid,
Novecientos caballeros Que retados los tenia
Lleva todos fijosdalgo, Por la deshonra que hicieron,
Que dé la rienda le llevan Aleve y gran villanía,
A Babieca, el buen caballo. A las dos fijas del Cid,
Despidióse el Rey del Cid, Doña Sol y Doña Elvira.
Que le habia acompañado: Consigo llevó los seis
Lejos van uno de otro, Jueces de la tal porfía;
Él Cid envió un recaudo Don Ramón, yerno del Rey,
Pidiendo merced al Rey Llevaba en su compañía,.
Le aguarde parahablallo. Y los que habian de lidiar
El Rey aguardara al Cid, Con los que el aleve hacían.
Como á bueno y leal vasallo, A Carrion es llegado
Y el Cid le dijo : — Buen Rey, A la vega que ende habia;
Yo he sido muy mal mirado Sus tiendas mandara armar,
En llevarme yo á Babieca, Los Condes á él venían
Caballo tan afamado, Con su tio Suer González,
Que á vos, señor, pertenece Que la gran traición urdía.
Como mas aventajado. Traen consigo sus parientes,
Non le merece ninguno, Muchos son en demasía : ; ;
ROMANCES RELATIVOS k LA HISTORIA DE ESPAÑA.
Armados venían tocios Fernán González heria :
De ricas fuertes lorigas, Pasóle todo el escudo,
Que entre sí han acordado, En la carne no le heria;
Que si tiempo se ofrecía, El firió á Fernán González
De matar á los del Cid De una muy grande feríela;
De cualquier guisa lo harían, Pasóle de lado á lado,
Antes de entrar en la lid, Mucha sangre le salia,
Porque así les convenía. .Y ya desmayado, en tierra
Los del Cid lo habían sentido, Fernán González caia
Y al Rey,— Señor, le decían, Por las ancas del caballo,
En vuesa mano y merced Asido á la misma silla;
El de Vivar nos ponia : La lanza echara de sí,
Por eso, Señor, pedimos Mano á Tizona ponia :
Non consintáis que hoy dia Díjole á Fernán González :
Nos fagan desaguisados, — ¡ Traidor, perderás la vida! —
Nin tuerto, ni alevosía, Y él conociendcvla espada
Que con la merced de Dios Que el buen Bermudez traia, '
El Cid vengado sería : Temiérase de -la muerte,
Derecho habremos de aquesto, Y antes que le diera herida,
Que Dios nos ayudaría.— Dijo : — Yo vencido soy,
El Rey dijo : —Non temáis, Y por tal me conocía.—
Maguer yo lo proveería.— Martin Antolin de Burgos
Mandó dar luego un pregón Con el otro está en gran prisa :
Qu'estas palabras decía : Quebrado habían las lanzas,
«Quien tuerto ó desaguisado Con las espadas reñían.
»A los del Cid les íiciese, Antolin le diera un golpe
«Que la cabeza y sus bienes, Con Colada, espada fina,
ÍAHÍ todo lo perdiese.» Por cima de la cabeza,
El los metiera en el campo Que mal ferido ¡o había :
Do la lid hacerse había. Cortárale el guarnimento,
Los Infantes y su tío, Y el casco también hendía;
También al campo acudían : Diego González desmaya,
Gran compaña traen consigo Cuidó que no escaparía.
De gente que los seguía; Grandes voces da el Infante
E l Rey á muy grandes voces Por golpes que recibía;
Estas palabras decia : Sacóle el caballo fuera
— Infantes de Carrion, Del cerco que el Rey ponia:
La lid que hacerse quería Vencido es como su hermano,
En Toledo la quisiera, Y por tal él se tenia.
Y non en aquesta villa. Ñuño Busto y Suer González
Dijisteis que guarnimentos Se fieren con valentía;
A vos allí fallecían; Las lanzas traen muy fuertes,
Vine al vueso natural Recias son á maravilla.
Por faceros cortesía : Suer González á Ñuño Bustos
Los caballeros del Cid, El escudo le partía.
Conmigo yo los traía, Pasóle de parte á parte,
En mi fe y en mi verdad Que el golpe muy recio iba;
Ellos sus vidas ponían. Pasóle los guarnimentos,
Conde's, yo vos desengaño A la carne no prendía.
A vos y á vuesa valía, Firme estuvo Ñuño Bustos,
Non fagades contra ellos Que era de grande valía,
Lo que hacer non se debía, Pasárale con la lanza
Que aquel que lo tal ficiese . El escudo que tenia ,
Ya yo mandado tenia Y fuera de las espaldas,
En campo le despedacen, El hierro se parecía.
Sin que nadie se lo impida.- Suer González cayó en tierra,
A los Condes les pesó Ñuño Bustos le ponia
De lo que e! Rey les avisa. La su lanza sobre el rostro,
La Colada y la Tizona Herirlo otra vez quería.
Al Rey suplicado habían
Que no entren en la lid, — Non lo firades, por Dios,
Que era mucha su valía. Su padre á voces decia,
El Rey les dijera : — Infantes, Que mi fijo ya es vencido,
Facer eso no podía, Y creo muerto estaría.
Pidiéradeslo en Toledo, Ñuño Bustos á los fieles
Que aquí lugar ya no había : Dijo si aquello valia :
Meted vos muy buenas armas, — No vale nada, responden,
Que no se os contradiría, Si él propio no lo decía.—
Que crecidos sois de cuerpo; Suer González volvió en sí ¡
Pelead con valentía.— —Yo soy vencido, publica.—
En el campo son metidos Por alevosos el Rey
Todos seis como cumplía; Los tiene desde aquel dia,
Arreada está la gente Con su tio Suer González,
Y todos se apercibían : Que el consejo dado había.
Embrazaron los escudos, Fuyéronse de la tierra,
Pónense las capellinas; Que jamas no parecían,
Firiéronse de las lanzas, Ni mas alzaron cabeza :
Que so los brazos tenían. Los del Cid con honra linean;
A Pedro Bermudo luego Dióles muy grandes haberes;
A Valencia se volvían.
ROMANCERO GENERAL.
Gran compaña les da el Rey, «Porque no fablen aquellos
Muy seguros los envía «Que vueso daño codician,
Para su señor el Cid, «Que os falta el rey Don Alfonso
Que por tal le conocían. «Como no os falló en la vida,
(SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, ele.
«Aunque por malditos medios
— It. ESCOBAR, Romancero del Cid.)
«Traidores nos revolvían
«Vuesa lealtad condenando
«Con envidiosas mentiras.
«Advertido d'este engaño,
887. «A maldades conocidas
«Les cerré el oído á aquellos
CARTA EN QUE EL REY REFIERE AL CID LA BATALLA Y VIC- «Que os condenaban en vida.
TORIA DE SUS CAMPEONES CONTRA LOS CONDES DE CAR- «He querido que entendáis
RION. — CLXIV. «Que su maldad entendida
(Anónimo*.) «Hago el honor vueso mío,
«Cual lo mostré en la conquista;
Acabada la batalla «Que yo propio y á mi lado
.Por el de Vivar pedida «Metí los tres que venían
Contra los aleves Condes, «A defender vuesa causa,
Que le afrentaron sus fijas, «Que yo llamo propia mia.
El noble rey Don Alfonso, «Puestos por mí en el palenque,
Que el suceso honroso estima «Los dos Condes á la mira,
Que haya sido por el Cid, «Y Suer González su tio,
Como el que tenia justicia, «Llegaron, cual convenía,
Con los tres fuertes guerreros, «De fuertes armas cubiertos
Que por él lidiado habían «Con muy grande compañía
Y alcanzado la Vitoria, «De parientes y de amigos,
Así escribe al Cid Ruy Diaz : «Y el pueblo que los seguía.
«A vos, el Cid castellano,. «Cuando yo vi tanta gente
»El de la espada temida, «Que en torno á todos seguia ,
«Pestilencia délos moros «Temí el seguro no fuese
«Y defensa de Castilla; «El robo de las Sabinas.
«A vos, á quien guarde el cielo «Mandé sentar á los jueces,
«En próspera y larga vida «Y yo tomando mi silla,
«Para que estemos seguros «Sosegado el alboroto,
«De la enemiga morisma: «Fué de mí esta razón dicha:
»A vos el rey Don Alfonso «Condes, las fijas del Cid
»Salud por esta os envía, «Por vos sin causa ofendidas
« Como vueso mas amigo, «Con la traza mas soez
«Aunque enemigos resistan. «Que se ha visto, ni hay escrita,
«El suceso del combate «Demandaron la venganza
«Que se ha hecho en esa villa «De su afrentosa ignominia
«De Carrion, por el orden «Al Cid su padre, que al punto
«Que se dio en las Cortes mias, «Salió á ella por sus fijas.
«Os lo escribo por mi mano, »Pidió campo á todos tres,
Í Y va con mi sello y firma, «Para que en él fuese vista
«Porque sea testimonio «Como quedaba su ofensa
«Verdadero y sin malicia, «Con la sangre vuesa, limpia.
»Y que en la edad venidera «Respondisteis que con él
«Cómo fué, se entienda y diga, «La batalla, que os pedia,
«Sin que amistad ó respetos «No queriades facer
«Hagan que acortejí ó añidan. «Porque yo lo ayudaría ;
«Luego que fueron las Cortes «Que enviase á quien quisiese
«En Toledo concluidas, «Que sobre la causa misma
«A esta villa nos partimos «Con vos liciese batalla
«Por los dos Condes pedida. «Según fueros de Castilla.
»Su demanda dio sospecha «Estos tres nobles guerreros
«Por ser en su tierra misma, «El Cid por su parte envía,
«Que tierra que cria aleves «Que ya en el campo os aguardan,
»No sin recelo se pisa. «Os retan y desafían.
«Yo aseguré este recelo, «Haced vuestra obligación,
«Porque á los tres que venían, « Que es lo que os fuerza y obliga,
«Por vos, á lidiar con ellos, «Que es tiempo que las razones
«Guardé con la guarda mia. «A las armas se remitan.—
«Siempre los tuve delante, «Quisiéronme dar respuesta;
«Conociendo bien que habia «Y de mí no siendo oída,
«De la parte de los Condes «A dar principio al combate
«Mas traición que valentía. «Fueron, aunque lo temían.
«Llegó el plazo y día asignado «Partióles el campo luego
«En que habian de ser vistas «Un rey de armas, con insignias
«La justicia y la razón «Del terrible ministerio
«Lidiar con la alevosía. «Que administrándoles iba.
«Hízose un fuerte palenque »De tres en tres en sus puestos
«Cerrado, y puestos encima «Se pusieron, recogidas
«Asientos y seis jueces, «Las riendas á los caballos,
» Y enfrente mi real silla. «Las lanzas apercibidas.
«A todo estuve presente, «Contra el conde Don Fernando,
«Porque en mi ausencia no digan «Que á la victoria se aplica, . -
«Que el rostro escondí al efecto «Martin Antolinez fué
«En que el honor vueso iba,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. boi
«Fuego echando por la vista. «Ganada como valientes,
«A Don Diego, el otro hermano, «Sin haber quien se lo impida.
«Que encendió la horrible cisma, «Dos cajas y un pregonero,
íLe cupo Pedro Bermudez «Puestos á este punto encima
«Para la batalla esquiva : «Del palenque, resonaron
«Ñuño Bustos de Linzuela, «Y la victoria os aplican.
«Ardiendo en honrosa ira, «El rey de armas con mi guarda
«Se opuso conSuer González »A los vencedores guian
«Autor de la alevosía. «Adonde los aguardaba
»Cuando vi tres contra tres «Yo, y toda mi compañía.
«En dos hileras distintas , «Luego dieron los jueces
«La lid de los Curiacios «Sentencia diíinitiva ,
»Se me figura que via. «Que por traidores infames,
»A este punto el ronco son »Be honor los inhabilitan.
«De la trompa les avisa «Esta sentencia fué al punto
«Que den principio á la lid «Confirmada, y queda escrita
«Para el fin que pretendían. «Para que pueda dar fe,
«Arremetieron á una «Sin la mia, con seis firmas :
«Todos, la señal oída, «Buen Cid, esto es lo que pasa ,
«Cada cual con el contrario, «Sin que falte ni se añida,
«Que enfrente de sí tenia. «Sin que odio ni amistad
«Don Fernando y Antolinez, «Fagan que otra cosa escriba.
«Ved si no quedáis contento,
»Que igualmente se herían, «Y queréis que se prosiga
«Quebraron juntos las lanzas ; » Contra todo su linaje
«Firmes quedan en las sillas; «Sin dejar persona viva.
«Mas desnudando á Colada, «Encomendadme á Jimena
«Después de muchas feridas, «Y abrazadme á vuesas fijas ,
«Que Antolinez le dio al Conde «Y decidles que de nuevo
«Con destreza y valentía, »Su causa tomo por mia.
«Le dio un golpe en lo mas alto
«Del yelmo, que UJS hebillas (ESCOBAR, Romancero del Cid.)
«Faltaron, y la cabeza 1
«Fué en dos partes dividida. Algo posterior debe ser este romance al que le precede,
«Derribóle del caballo, y también está hecho con mas cuidado.
«Y el suyo dejando, encima
«Del cuello se puso en pié,
«Y el acero al pecho afirma.
«A este punto un gran ruido
» Se alzó y una vulgar grita, LLEGAN LOS CAMPEONES DEL CID Á VALENCIA, Y CELEBRAN
«Pidiendo no le matase, ALLÍ SU VICTORIA CONTRA LOS ALEVOSOS CONDES DE
«Cumpliendo con que se rinda. CARRION.—CLXV.
«Fué poderoso el clamor (Anónimo.)
«De aplacar la ardiente ira De aquese buen rey Alfonso
«Del vencedor animoso, Los del Cid se despedían
«Para dejallo con vida ; Para volverse á sus tierras,
«Mas puesto sobre él de pies, Pues ya vencidos tenian
«A Pedro Bermudez mira A los condes de Carrion
«Que traia al conde Don Diego Por el aleve que hacían.
«Sin valor con que resista. Llegados son á Valencia
«Dióle un golpe con Tizona, A do el buen Cid residía :
«Después de tener rompidas Gran placer hubo con ellos,
«Las lanzas, y fué tan fuerte Muy gran gozo, y alegría
«Que hombre y caballo derriba. Muy mayor, cuando dijeron
«Pidióle misericordia, Como el buen Rey dado habia
«Pidiendo en merced la vida, Por alevosos los Condes,
«Confesando su maldad, Y á Don Suer que los regia.
«Diciendo que se rendía. Hincado se habia de hinojos
«No dio oído á sus plegarias , Las manos puestas arriba,
«Mas la fiera espada hinca Grandes gracias da á Dios
«Por el alevoso pecho, Por la venganza que habia
«Con que dio fin á su vida. De los malos yernos suyos,
«El valiente Ñuño Bustos, Y el tio que los regia.
«Y Suer González querían A Doña Jimena Gómez
«Cada uno de por sí Muy alegre le decía :
»La victoria de aquel dia. ' —Jimena, ya sois vengada
«Duró mucho este combate, De tan grande villanía
«Mas la justicia divina Como ficieron los Condes
íDió victoria á Ñuño Bustos, A nos, y á las nuesasfijas.—
«Como á quien tenia justicia. Cuando sus fijas oyeron
«Atravesó á su contrario Lo que tanto oir querían,
»De parte á parte, y fué grima Recibieron gran placer,
«Verle venir del caballo El mayor que ser podia.
«Cayendo la boca arriba. Muy giran loor dan á Dios ,
«Con esto acabó el combate, Gracias grandes le rendían,
»Y los vencedores gritan . . Porque vengó su deshonra,
«Si habia que hacer mas, , Y con ios brazos corrían
«O mas traidores que rindan. A abrazar al buen Bermudez,
«Respondiéronles que no, Y á toda su compañía;
»Que la victoria tenían -_ Besarles quieren las manos
T, X, -- 36
562 ROMANCERO GENERAL
Del placer que ende hablan. En vencer tantas batallas,
Muy grandes liestas hicieron Y en salir d'ellas tan salvo,
Que duraron ocho dias , Ganando tanto á los moros
Porque Dios les dio venganza Cuanto ninguno ha ganado.
De los que el mal cometían. Estas nuevas en Castilla
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente tacados, etc. Mucho se han publicado.
—It. ESCOBAR, Romancero del Cid.) Los condes de Carrion
Ambos tienen acordado
De pedirle al rey Alfonso,
Hijo del rey Don Fernando,
Qu'el Rey hubiese por biea
HONRA EL REY AL CID, Y SE OFRECE POR PADRINO EN LAS Al Cid enviar mandado
BODAS DE SUS BIJAS CON LOS REYES QUE LAS PIDIERON Pidiéndole sus dos hijas
POR ESPOSAS.— CLXVI. Para estos dos hermanos,
(Anónimo.) Que se casarán con ellas
Porque son de alto estado,
—Erguios, no estéis postrado, De los buenos de la tierra,
Que no es justo ni razón , Y aun de los mas mejorados.
Que esté ante mi de finojos Por bien ha tenido el Rey
Quien reyes afinojó. De hacer lo suplicado :
Cubrid las canas honradas Mensajeros hizo al Cid
De grande prez y valor, Con quien envió su recado :
Y del mas leal vasallo Rogábale que en Requena
Que tuvo rey, ni señor. Ambos se hayan juntado.
Quedaos á yantar conmigo, El Cid, que vido las cartas,
Que me faréis gran favor, Hase bien aparejado,
Y me tendrán las viandas Y el dia que mandó el Rey
D'este yantar, mejor pro. A Requena habia llegado.
Y desque hayamos yantado, El Rey que vido al buen Cid,
Vos quiero facer favor Luego lo habia abrazado;
De contaros de la enmienda Preguntó el Rey á Rodrigo
Del tuerto de Carrion; De las guerras en que ha andado :
Mas quiero facerlo luego: Dióle d'ellas larga cuenta
Sabed que le plugo á Dios Como su vasallo honrado.
De guardarles sendos reyes El Rey le dijo : — Buen Cid,
A Elvira y á Doña Sol : Mucho por cierto he holgado
Seré en las bodas padrino, De vuestras grandes victorias
Pues casamentero soy, Y haberes que habéis ganado,
Porque para fijas vuesas Y de veros que estáis viejo
Los tales padrinos son. Me hago maravillado.
Alvar Fañez de Minaya —Buen Rey, respondiera el Cid,
Vueso presente nos dio, Los trabajos lo han causado
Yo, y ñusco le recibimos Que me han dado tantas guerras,
Con gran talento y amor,
Y las lides en que he andado,
Y por primeras mercedes Que un dia no he yo tenido
Bien dignas de quien vos sois Que pueda llamar descanso.
Mando que no haya cadera Gané, buen Rey, á Valencia,
En vuesa comparación, Donde hobe muy gran algo :
Si no fuere, cual yo, rey, Todo es vuestro, buen señor,
O dignidad superior.— Todo está á vuestro mandado.
Esto dijo el rey Alfonso —Dios os lo guarde, buen Cid,
A ese buen Cid campeador. Pues tan bien fuera ganado.
(•Romancero general— It. ESCOBAR, Romancen Muy bien me puedo alabar
del Cid.) Que los Reyes que han pasado
No han tenido en los sus tiempos
Tal vasallo y tan honrado,
890. Valiente por su persona,
AQUÍ SE CONTIENE TODA LA HISTORIA DE LOS CONDES Ni tan bien afortunado.
DE CARRION CON EL CID Y SUS HIJAS.—CLXVII. Lo que agora os quiero, Cid,
i
Por mí vos será contado.
{Anónimo .) Los condes de Carrion,
Rodrigo Diaz de Vivar, Ambos me han suplicado,
Nombrado el Cid castellano Que á Doña Sol y á Elvira
Después qué ganó á Valencia Se las entreguéis de grado
Como bueno guerreando, Para que casen con ellas,
Vivia á placer en ella Por ser hijas de hombre honrado.
Siendo temido y honrado, No rehuséis, Cid, mi ruego,
Teniendo en su compañía Pues que veis que yo las caso;
Su mujer, que tanto ha amado, Que si mal caáadas fueren,
Llamada Jimena Gómez, i Yo me temé por culpado.—
Hija del conde Lozano , El Cid respondió : — Señor,
Que Don Gómez de Gormaz Ellas son so el vuestro mando :
Por todos era llamado, D'ellas y de mí podréis
Con sus dos hijas doncellas, Hacer muy bien vuestro grado.
Hermosas en igual grado. Vos, buen señor, las caséis
Daba á Dios crecidas gracias , Como lo habéis razonado;
• Y al apóstol Santiago , Yo d'ello soy muy contento,
Porque lo ha favorecido, Alegre soy y pagado.—
Y tenido de su mano, Mucho el Rey se lo agradece,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTOMA DE ESPAÑA. 363
Y IOS Condes han llegado; De matarle sus dos bija3j
Besan las manos al Cid U otro gran desaguisado,
Por esto que ha otorgado. Porque'los tiene por hombres
El Rey se vuelve á Castilla, No bien acondicionados;
El Cid se tornó á su Estado Mas por cumplir lo que debe
A la muy noble Valencia, En ello no puso embargo,
Que á moros hobo ganado. Y con sus gentes guarnidos
Los Condes llevó consigo , Su camino han comenzado.
Y al que los había criado, Como el Cid tiene recelo
Para celebrar las bodas Aquesto-habia acordado :
Qu'el buen Rey ha concertado. Llamó á su sobrino Ordoño,
Andando por sus jornadas Y luego le habia mandado
A Valencia habian llegado, Que vaya, tras de sus hijas,
Y Doña Jiniena Gómez Cubierto, disimulado,
Muy gran placer ha cobrado, Y que vea muy bien visto
Y gran placer ambas hijas, Lo que hubiese pasado,
Con el buen Cid han tomado. Porque el corazón le dice
Aquese buen Alvar Fañez El mal que le está guardado.
La» doncellas ha entregado Los Condes con sus mujeres
A los dos hermanos Condes, Por su camino han andado; '
Como el Rey se lo ha mandado. Por los lugares do van
Don Hierónimo, arzobispo, * Eran muy bien hospedados,
Luego los ha desposado. Porque los señores d'ellos
Fechos ya los casamientos, Del buen Cid eran vasallos.
Fiestas se habian ordenado Andando por sus jornadas
De justas y de torneos : A Termes habian llegado
Los moros con los cristianos Y entre los robledos del
Todos están con placer Las damas han apeado ;
En muy sublimado grado.. De las muías en que van
i La fortuna, que es aviesa, . Al suelo las han bajado.
No deja cosa en su estado : Mandan primero á su gente
El Cid tiene un gran león, Se hubiese adelantado.
Muy grande es, y denodado, Por los cabellos las toman,
Y estando el buen Cid durmiendo Habiéndolas desnudado
El león se habia soltado Arrástranlas por el suelo,
Por descuido de su guarda Tráenlas de uno á otro lado,
Y no por serle mandado. Dátiles muchas espoladas,
El león con muy gran furia En sangre las han bañado;
Donde está el Cid habia entrado, Con palabras injuriosas
Y donde estaban los Condes Mucho las han denostado.
Ambos las tablas jugando : Los cobardes caballeros
Como vieron al león, Por muertas las han dejado,
A huir habian echado. Diciendo :—Hijas del Cid,
Al ruido de las voces En YOS seremos vengados,
El buen Cid ha recordado; Que vosotras no sois tales
Antes estaba durmiendo Para con ñusco casaros :
Pagaréisnos las deshonras
Echado sobre el su escaño. Que el Cid á nos hubo dado,
Visto por él el león Cuando soltara el león
Una gran voz le habia dado ;
El león lo conoció, » Y procuraba matarnos.—
Donde estaba se na tornado : En medio ae aquel robledo
Los Condes quedan corridos, Atadas habian quedado.
Y ambos muy afrentados Siguen ambos su camino,
Creyendo qu'el Cid hubiese A sus gentes han llegado;
Hecho lo que es ya contado, Las gentes á sus señores
Y con muy mal pensamiento Por ellas han preguntado :
Del buen Cid han murmurado. Ambos Condes respondieron
Hablan los dos en secreto ; Que quedan á buen recaudo.
Con su tio habian hablado, Las señoras muy cuitadas
Que se despidan del Cid Muy gran llanto han comenzado ,
Para Castilla su estado, Alaridos dan al cielo
Y que lleven sus mujeres Su desdicha lamentando,
Con quien se habian desposado: Diciendo : —¡Condes traidores,
Y pues no pueden del padre Cuan mal que lo habéis usado
De la afrenta ser vengados, Siendo nos hijas del Cid
Se venguen en sus dos hijas, A quien habéis deshonrado!
¡Tal es él que vengará
Y quedarán bien pagados. La traición que habéis obrado! —
Con aqueste mal acuerdo El llanto que están haciendo
Al buen Cid así han hablado : Don Ordoño lo ha escuchado,
—Licencia nos dad , señor,
Que tenemos acordado Y á las voces que ambas dan
De nos volver á Castilla Donde están habia llegado,
A estar en nuestro condado, Y cuando vido á sus primas
Con ambas nuestras mujeres : La cara se está arañando.
Nuestro padre lo ha mandado.— Mesaba los sus cabellos,
El Cid les dio la licencia, Grandes voces esta dando,
Aunque se hubo recelado A los Condes alevosos
De que estos dos yernos suyos A grandes gritos llamando,
No hubiesen concertado Porque á las tales señoras
ROMANCERO GENERAL.
864
Se hace tal desaguisado, A ambos yo los servi
Mayormente siendo hijas Como muy leal criado;
De un padre tan estimado : Muchos servicios les hice,
¡ De tan grande alevosía Y fui por vos desterrado.
El se hará muy bien vengado ! Por vuestro mando, señor,
En las ramas de los robles Mis hijas hube casado
A las damas habia echado, Con los condes de Carrion,
Cubriólas con su vestido, Do se cumplió vueso grado.
Allí las habia dejado ; , Diles yo de mis haberes
A buscar va do las ponga ' Con que fueron muy honrados
Para que estén á recado. Diles Tizona y Colada,
Ventura le deparó Las espadas de mi lado :
Casa de un labrador honrado, Ellos sin causa ninguna
Y muy servidor del Cid, Muy mal me habian deshonrado :
Que veces lo huvo hospedado. Dejaron las mis dos hijas
Ordoño y el labrador De fuera de lo poblado,
Al robledo habían tornado, Y como á malas mujeres,
Y donde dejó sus primas No hijas de padre honrado.
Allí las habia hallado. A vos, buen Rey y señor,
Llévanlas á aquel lugar, Conviene me hagáis vengado.
Que es secreto y apartado : Vos fuísles quien las casastes,
Allí son bien acogidas Yo hice vuestro mandado,
D'este labrador honrado, Que no á mí solo los Condes,
Y de su mujer y hijos.; Mas á vos, han injuriado.
Todos hacia» su mandado. Hacedme, buen Rey, justicia,
Don Ordoño habló con ellas, Que á vos solo es esto dado,
D'esta suerte ha razonado : Que si por las armas fuera
—Señoras, yo quiero ir Ya ellos fueran castigados.—
A Valencia nuestro Estado El Rey respondió : —Buen Cid 5

A decir al vuestro padre Vos lo habéis bien razonado,


Esto que os ha pasado, En lo pedir por justicia,
Y que vengue vuestra injuria, Sin haber muertes ni bandos,
Pues que tanto le ha tocado.— > Qu'esta tanto se os hará
' Ellas lo hubieron por bien; Como quedéis bien vengado.—
Su viaje ha comenzado. El Cid las manos al Rey
Andando por sus jornadas Por la merced le ha besado,
A Valencia habia llegado, Y para que se cumpla esto
Y en presencia del buen Cid A Cortes habia llamado,
Grande llanto ha comenzado: Mandando que en treinta dias
Contóle lo acaecido Todos se hubiesen juntado.
Sin palabra haber faltado. Dentro del tiempo que es dicho
El buen Cid como discreto A Toledo son llegados
Muy bien lo ha disimulado, . Lqs Condes con sus parientes,
Que lo que espera venganza Que son muy emparentados.
No conviene ser llorado. Estando allí todos juntos
Su mujer Jimena Gómez El buen Cid ha razonado :
Es quien mas pena ha mostrado; —Ante vos, buen rey Alfonso,
Lloraba de tos sus ojos, Pido á los Condes mi algo,
Fuentes se le habian tornado. Pido á Tizona y Colada
Mucho la consuela el Cid Que yo les hube prestado,
Como discreto y honrado ; Pues que no hay causa ninguna
Con las cosas que le ha dicho Las tengan contra mi grado.—
Mucho la ha consolado. Los Condes dicen tenerlo,
Despachó sus mensajeros Y el Rey ha determinado
. ' Para ese rey castellano, Que todo se vuelva al Cid,
Al cual le hace saber Pues es suyo, y bien ganado.
Aqueste hecho malvado. Esto fué luego cumplido
i Pidióle que haya por bien Como el Cid lo ha demandado,
•' Que d'ello se haya vengado Y luego se puso en pié
Y para que haya efecto Y ansi eslá razonando
', Licencia le ha demandado Echando mano á su barba,
Para venir á Toledo, Con semblante denodado :
Do el Rey está aposentado. —Condes, ante el Rey presente,
El Rey que supo el negocio Y grandes de su reinado,
Gran enojo habia cobrado Vos repto por alevosos,
De los Condes, y su tio, Pues que d'ello habéis usado
Que los hubo aconsejado : En deshonrarme mis hijas,,
La licencia que el Cid pide Señoras de alto estado,
El Rey se la habia otorgado, Sin tener causa ninguna
Y el Cid con sus caballeros De ansí tas haber tratado
A Toledo habia llegado : Como, Condes, las tratastes
Fué del Rey bien recibido En Tórmes, ese collado :
Cual merece tal criado. Pero pagármelo heis,
Propuso el Cid su razón Y el que os hubo consejado.—
Como hombre sabio y honrado : Los dos Condes y su tio
-Bien sabéis, Rey mi señor, - Andan excusas buscando;
¿ue soy yo vuestro vasallo; Pero no las hallan tales
Crióme el Rey vuestro padre, Que se hagan disculpados.
Y Don Sancho vuestro hermano. El Rey oidas las partes
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 565
*~ Aquesto ha determinado : Que le diera mi corona
«Que los Condes y su tío Solo por verle en mi tierra :
»Con otros tres en el campo Y que aquese don pequeño
«Lidien como caballeros, Reciba de mi grandeza,
«Que allí se verá el culpado.» En señal que soy su amigo,
Aquestos fueron Bermudez, Y lo seré hasta que muera.—
Con sus dos primos hermanos. El moro tomó el camino,
El Cid se volvió á Valencia Y en poco llegó á Valencia,
Siendo aquesto ya acordado. Pidiendo licencia al Cid
En el plazo que el Rey puso Para hablarle en su presencia.
Aquellos han batallado : El Cid salió á recirbirlo
Los Condes quedan vencidos Antes de saltar en tierra,
Con su tio ya nombrado; Y cuando lo viera el moro
Confiesan ser alevosos, De verle delante tiembla.
Y por tales fueron dados. Empezó á darle el recaudo,
Quedaron tan abatidos, Y como á darlo no acierta
Que hasta agora son reptados, De turbado, el Cid le toma
Y por esta alevosía La mano y así dijera :
El Rey les quitó el Estado. —Bien venido seas, el moro,
Los caballeros del Cid Bien venido á mi Valencia :
A Valencia se han tornado; Si tu Rey fuera cristiano,
Son del Cid bien recibidos Fuera yo á verle á su tierra.—
Como quien los ha criado : Con estas y otras razones
Cuéntanle de la justicia A la ciudad ambos llegan ,
Que el rey Alfonso ha usado Adonde los ciudadanos
Con los Condes y su tio, Ficjeron muy grande fiesta.
Y todo lo que es pasado. El Cid le mostró su casa,
El Cid da infinitas gracias A sus fijas, y á Jimena,
A Dios que lo habie vengado; De que el moro está espantado
Agradeció mucho al Rey Viendo tan grande riqueza.
Lo que con él se ha usado. Estúbose algunos dias
Estando el Cid muy temido, El moro holgándose en ella,
Sus hijas le han demandado Hasta que se quiso ir,
Un infante de Navarra, Y pidió para ir licencia.
Y otro de Aragón, reinado, En retorno del presente
Y del su ayuntamiento Que del Soldán recibiera,
Un hijo se ha procreado. Otras cosas le envía el Cid,
D'este proceden linajes Las cuales allá no hubiera.
Que hoy vienen mas sublimados; Despedido que fué el moro,
Donde podemos notar Rodrigo con su Jimena
El mal ser bien castigado, Se quedó y con sus dos fijas
Y á aquel que usa del bien Dando á Dios gracias inmensas.
Por Dios es galardonado : (ESCOBAR , Romancero del Cid.)
Lo mismo conteció al Cid
En el caso que es contado. » Defindel siglo xvi.
(SEPÚLYEDA , Romances nuevamente sacados, etc.)
* Para formar este largo romance se han puesto á contri- 892.
Bucion muclios de los que le preceden. Parece ser de la sé- ANUNCIA SAN PEDRO AL CID ENFERMO, QUE SE PREPARE Á
funda mitad ó del penúltimo tercio del siglo xvi.
LA MUERTE, Y QUE AUN DESPUÉS DI". ELLA VENCERÁ Á LOS
MOROS DE BÜCAR, QUE SITIABAN Á VALENCHA.—-CLX1X.
891. (Anónimo.)
MENSAJE: Y PRESENTES QUE ENVIÓ AL CID EL SOLDÁN Muy doliente estaba el Cid,, ,
DE PERSIA.— CLXVIII. De trabajos muy cansado,
Cansado de tantas guerras
{Anónimo *.) Como por él han pasado.
Llegó la fama del Cid Nuevas le fueron venidas
A los confines de Persia, Que le ponen en cuidado,
Cuando andaba por el mundo Que el rey Búcar, fuerte moro,
Dando razón de quien era, Sobre Valencia ha llegado.
Y como lo oyó el Soldán, Treinta reyes trae consigo,
Y supo bien la certeza Valientes son y esforzados;
De los hechos del buen Cid, Con mucha gente de guerra ,
Un presente le apareja. De á pié son, y de á caballo.
Cargó copia de camellos Echado estaba el buen Cid
De grana, purpura y sedas, Sobre su cama acostado ;
Oro, plata, incienso y mirra , Pensando estaba cuidoso
Con otras muchas riquezas, En fecho tan afamado,
Y con un pariente suyo, Suplicando á Dios del cielo, •
De los de su casa y mesa, Que siempre esté de su bando,
Le envía al Cid el presente Y de peligro tan grande
Diciendo d'esta manera : Con honra le saque á salvo.
-Dirás á Ruy Diaz el Cid, Cuando el Cid no se cató,
Que el Soldán se le encomienda, Un hombre vido á su lado,
Que de sus nuevas oh- El rostro resplandeciente,
Le tengo grande querencia, Como crespo y relumbrando ,
* por vida de Mahoma, Tan blanco como la nieve ,
* de mi real cabeza, Con olor muy sublimado;
S66 ROMANCERO GENERAL.
Díjole :—¿Duermes, Rodrigo? El rostro resplandeciente,
Recuerda y está velando.— Cano, crespo y muy honrado,
Díjole el Cid :—¿Quién sois vos Tan blanco como la nieve,
Que así lo habéis preguntado? Con color muy sublimado :
—San Pedro llaman á mí, Díjole ¡—¿Duermes, Rodrigo?
Príncipe del apostolado : Recuerda, y está velando.—
Vengo á decirte , Rodrigo, Díjole el Cid ;—¿Quién sois vos
Otro que no estás cuidando, Que lo habedes preguntado?
Y es que dejes este mundo; — Sant Pedro llaman á mí,
Dios al otro te ha llamado, Príncipe del apostolado :
Y á la vida que no ha fin Vengo á decirle, Rodrigo,
Do están los santos holgando. Otro que no estás cuidando,
Morirás en treinta dias, Y es quéfolejes este mundo,
Desde hoy, que esto te fablo. Dios al otro le ha llamado,
Dios te quiere mucho, Cid, Y á la vida que no ha fin
Y esta merced te ha otorgado; Do están los santos holgando.
Y es que después de tu muerte Morirás en treinta dias,
Venzas á Búcar en campo. Desde hoy que esto te hablo.
Tus gentes habrán batalla • Dios te quiere mucho, Cid,
Con todos los de su bando, Y esta merced te ha otorgado ;
Y esto será con ayuda Y es que después de tú muerto
Del apóstol Santiago. Venzas á Búcar en campo.
t ú , Rodrigo Campeador, Tus gentes habrán batalla
Faz enmienda á tu pecado, Con todos los de su bando.
Porque muerto que tú seas Esto será con la ayuda
A la gloria seas llevado, De mi hermano Santiago,
Que Dios por amor de mí Y él verná á la batalla;
Ha todo aquesto ordenado, Ya se lo tiene mandado.
Porque honraste la mi casa, Tú, Rodrigo Campeador,
Do Cárdena era nombrado.— Haz enmienda á tu pecado,
Cuando lo oyera el buen Cid Porque muerto que tú seas
Gran placer habia tomado; A la gloria seas llevado,
Saltó luego de la cama, Que Dios por amor de mí
De. rodillas se ha postrado Todo aquesto ha ordenado,
>ara besarle los pies Porque honraste mi casa,
Al buen Apóstol sagrado. Do Cárdena era hombrado.— .
Dije San Pedro :—Rodrigo, Cuando lo oyó el buen Cid,
Aqueso es ya excusado, Gran placer habia tomado :
Que á mí no podrás llegar *, Saltó luego de su cama,
No te trabajes en vano; De rodillas humillado,
Mas ten por cosa muy cierta Para le besar los pies
Aquesto que te he contado.— Al buen Apóstol honrado.
Esto dicho, el santo Apóstol Dijo Sant Pedro á Rodrigo:
A los cielos se ha tornado; —Aqueso ya es excusado,
Rodrigo quedó contento, Que á mí no podrás llegar.
Alegre y muy consolado, 1
No te trabajes en vano;
Dando á" Dios crecidas gracias Mas ten por cosa muy cierta
Por lo que le habia otorgado. Aquesto que te he contado.—
1
. ( SEPÚLVEDA, Romanees nuevamente sacados, etc.)Esto dicho, el buen Apóstol
Esto recuerda el Noli me tangere del Evangelio. A los cielos se ha tornado :
Rodrigo quedó contento,
Alegre con lo pasado,
Dando á Dios crecidas gracias
893. Por lo que le habie otorgado.
AL MISMO A S U N T O . — C L X X . (SEPÚLVEDA, Romances nuevamentes, sacan etc.
1
{Anónimo .) —It. ESCOBAR, Romancero del Cid.)
Estando en Valencia el Cid i Es una repetición casi literal del anterior, que pudiera
De trabajos muy cansado, haberse omitido.
Cansado de tantas guerras
Como por él han pasado,
Muevas al Cid son venidas 894.
Que le ponen en cuidado, EL CID MORIBUNDO SE DESPIDE DE LOS SUYOS.- -CLXXI.
Que el rey Búcar, fuerte moro, (Anónimo.)
Sobre Valencia ha llegado. En Valencia estaba el Cid
Treinta reyes trae consigo ; Doliente del mal postrero,
Valientes son, esforzados ; Que agravios en pechos nobles
Muchas gentes trae consigo, Pueden mucho mas que el tiempo.
De á pié son, y de á caballa A su cabecera tiene
» Echado estaba el buen Cid, . Religiosos y hombres buenos,
En la su cama acostado; Y en torno de su persona
Pensando estaba cuidoso Sus amigos y sus deudos,
En hecho tan afamado, Cuyos semblantes mirando
Suplicando á Dios del cielo De dolor y cuita llenos,
Que siempre esté de su bando, Con tan sesudas razones
Y de peligro tan grande Así conhorta su duelo.
Con honra lo saque salvo. —Bien sé, mis buenos amigos,
Cuando el Cid no se caló Que en tan duro apartamiento
Un hombre vido á su lado, Ño hay causa para alegraros,
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 567
Y hay mucha para doleros; Quisieran ellos quitarme
Pero mostrad mi enseñanza La merced que Dios me hacia;
Contra los adversos tiempos > Pero non pudo ninguno
Que vencer á la fortuna Seguir tan mala porfía:
Es mas que vencer mil reinos. Loado el nombre de Cristo
Mortal me parió mi madre, A Valencia conquería.
Y pues pude morir luego, A hombre del mundo yo
Lo que el cielo dio de gracia, Señorío no debia,
Non lo pidáis de derecho. Sino al buen rey Don Alfonso,
No muero en tierras ajenas, Al cual mucho yo quería,
En mis propias tierras muero, Que supiera que mi cuerpo
Cuanto mas que siendo tierra Tan poco durar habia,
Es propia heredad del muerto. iín verdad vos digo yo;
No siento el verme morir, Que ya el fin es de la mi vida.
Que si esta vida es destierro, Treinta dias, que no mas,
Los que á la muerte guiamos Mi cuerpo el alma ternia;
A nuestra patria volvemos. Siete noches han pasado
Tan solo llevo en el alma Que visiones me seguían;
Que en poder de un rey vos dejo Diego Laines mi padre,
En quien vos podrá empecer Y mi hijo aparecían;
Ser mios, ó ser ya vuesos. Dicen : «Mucho habéis durado
Que trate bien mis soldados, En aquesta triste vida»;
Pues le defienden sus reinos, Vayámonos á las gentes
Y crea á piernas quebradas Que perdurable vivían.
Mas que a sabios consejeros. Yo no creo estas visiones;
Que traiga siempre en balanza Mas mi muerte es cedo aina.
El castigo con el premio, Ya sabéis como el rey Búcar
Que la lealtad de vasallos Contra nos cierto vernia;
Virtud pone, y pone miedo. Treinta y seis reyes de moros
Que estime un noble leal Trae en su compañía;
Mas que muchos falagüeños, Pues tan gran poder como este
Que de muchos homes malos Defenderse non podría
Non puede facer un bueno; Sin que vos gane á Valencia-;
Y á quien menester hubiere, Mas yo vos consejaría-.
Nunca le faga denuestos, Como lo venzáis en campo *
Ni pague servicios propios Antes de ser mi partida,
Por pareceres ajenos. Y como Jimena Gómez,
Y non fablo de agraviado, Vosotros con valentía
Antes le quedo debiendo, A Castilla vos volváis
Que las sinrazones suyas Sin que nadie vos lo impida.
Fueron mis merecimientos.— (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente lacados, etc.:
En esto entrara Jimena,
Cuyo desamparo viendo,
Ellos se enjugan los ojos,
Y el Cid dejó el parlamento. 896.
(Romancero general. — It. ESCOBAR, Romancero TESTAMENTO D E L C I D . — C L X X I H .
del Cid.) (Anónimo *.)
—La que á nadie no perdona,
A reyes ni á ricos-homes,
895. ; A mí, fincado en Valencia,
EL CID MORIBUNDO ACONSEJA Á LOS SUYOS LO QUE DEBEN Llegó á mi puerta -y llamóme;
HACER DESPUÉS QUE MUERA. — CLXXU. Y fallándome dispuesto
(De Lorenzo de Sepúlveda.) A su voluntad conforme,
Fago así mi testamento,
Aquese famoso Cid Y mi voluntad al postre.
De Vivar triste yacía; « Yo, Rodrigo de Vivar,
San Pedro le apareció, «Llamado por otro nombre
Que se apareje decía «El bravo Cid Campeador
i Para ir al otro mundo, »De las morismas naciones,
Cerca la muerte tenia; »E1 alma encomiendo á Dios
Treinta dias, que no mas, «Que en su reino la coloque;
Le dijo que viviría. «Y el cuerpo fecho de tierra
Levantóse gran mañana, »Mando que á su centro torne;
Juntó á su caballería, »Y después que sea finado,
Llorando de los sus ojos «Con los untos de los botes
D'esta manera decia : «Que me endonó el rey de Persia
—Parientes mios leales, «Le unten, compongan y adoben,
Y amigos que ende habia, » Y puesto sobre Babieca
Bien se vos acordará «Tras mi seña y mis pendones,
Cómo ese rey de Castilla, «Lo enseñedes al rey Bucar
Don Alfonso mi señor, «Y á todos sus valedores.
A mí destierro ponia, »Y mando que á mi Babieca
Y por la vuestra mesura «Lo sotierren y lo afoden,
urvístesme compañía, «Non coman canes caballo
"ios nos hizo gran merced, «Que carnes de canes rompe.
Y él siendo la nuestra guía, »Y para facerme obsequias
vencimos muchas faciendas; «Se junten mis infanzones,
Cristianos, moros vencían, «Los de mi pan y mi mesa
ROMANCERO GENERAL.^
:
«Los buenos conqueridores: «Con mi tesoro á Castilla, ' ' •'
«Y á la santa cofradía «El cual quiero que herede
«Del rico Lázaro pobre, «Mi mujer Doña Jimena,
«Mando el prado de Vivar, «Y d'esto el cargo le quede
«Ende, aquende, y su quiñones: »A Don Jerónimo, obispo,
«Ítem, mando que no alquilen «Para que en todo dispense.
n Plañideras que me lloren, «Quiero que cada hijodalgo,
«Bastan las de mi Jimena «Después de mi muerte,herede
«Sin que otras lágrimas compre. «Quinientos maravedís,
« Y en San Pedro de Cárdena «Y mil quien los mereciere.
s Junto al santo Pescadore «Pero Bermudez mi primo,
«Me fabriquen un fosal «En do Jimena estuviere,
«Con su túmulo de bronce, «La sirva de mayordomo
«ítem, mando que al judío, «Si en tiempo le venciere.
«Que engañé estando tan pobre, «ítem, mando que las villas,
«Lo que pesare el de arena »Castillos y casas fuertes
»Le den de plata otro cofre. «Las herede el rey Alfonso
» Y á Gil Diaz tornadizo , 2
«Como al presente las tiene,
«Que de moro á Dios volvióse, «Porque yo nunca gané
«Le mando mis femolarias, «Ciudades ni villas inertes,
«Mis corazas y quijotes. «Sino en nombre, y como suyo
«El noble rey Don Alfonso, «De mis señores los reyes.
» Y el buen obispo Don Lope, «Y no hago restitución
» Y mi sobrino Alvar Fañez «De ningún cargo de bienes
«Sean mis cabezadores : «A los reyes de Castilla,
»Y lo demás de mi haber «Porque antes ellos me deben
«Se reparta entre los pobres, «El tesoro que he gastado
«Que son entre el hombre y Dios «Peleando contra infieles;
«Padrinos y valedores.» «Lo cual todo lo perdono
(ESCOBAR , Romancero del Cid.) «Sin que ellos nada me suelten.
«ítem, mando que Babieca
' Romance de la época y género de los de Sepúlveda. Es «Después de muerto le entierren,
un buen cuadro de costumbres. «Porque no coman las aves
* Es el que se supone haljer escrito la crónica del Cid. «Carnes que tanto merecen.
«Y á San Pedro de Cárdena
«Mando que mt cuerpo lleven,
«Que es monesterio en Castilla
897. «Donde quiero que le entierren;
AL MISMO A S U N T O . — C L X X I V . «Y á Dios pido me perdone
(Anónimo.) «Cuando d'este mundo fuere.»
(Romancero general)
Coronadas de victorias
Aquellas dichosas sienes,
"Con un frió insoportable 898.
El buen Cid está á la muerte.
A L MISMO A S U N T O . — C L X X V .
Presente se halló San Pedro,
Que quiso hallarse presente (Anónimo *.)
Para mostrar que su vida A la postrimera hora,
Mereció fin tan alegre. Muy fatigado en la cama, ^
Doña Jimena le llora, Ese buen Cid Campeador
Que mucho su muerte siente, Hoy quiere ordenar su alma,
Porque si le quiso en vida Y presente Alvar Fañez,
Mucho mas le quiere en muerte. Que es escribano de fama,
Comenzó el buen Cid sus mandas Y con él cuatro testigos,
Como ve que le conviene Así comienza sus mandas.
Para el pro de sus criados, «Mi alma quien la crió
De su alma, hacienda y gente. «Es muy justo que la haya,
Dice : «Porque sé que Búcar «Mi cuerpo á la dura tierra,
«Con crecido poder viene «Pues de la tierra fué planta.
«Para cercar á Valencia, «A mi querida Jimena
«Mando mi cuerpo se lleve «Mando que le sean dadas
vBien armado, y en Babieca «Las mis tierras, que gané
» De suerte que me sustente , «Con mi valor y mi espada,
«Mi Tizona en la una mano . «ítem, diez maravedís,
»Y en la otra mi insignia Heve; «Cada un año esté obligada
»Y mando que no se vista «A dar para que se casen
«Nadie luto, pues conviene, «Huérfanas desamparadas,
«Antes con ropa de seda «ítem mas, siete reales
» Grande alegría se muestre , «Den para hacer una casa
«Y que se toquen contino «Donde huéspedes reciban
«Los instrumentos que hubiere, «Que peregrinando pasan.
»\ se ponga en la muralla «Doña Sol, mi hija mayor,
«Jimena, y consigo lleve «Mando que sea mejorada
»Sus damas, y las demás «En veinte maravedís,
«Que mejor le parecieren; «Y en una aljuba de grana,
q
*n , , u e
g rais e n t e s
vistan s e
«ítem, mando á Doña Elvira
«ye blanco, morado v verde «Un arca toda encorada,
«Acabada la batalla «Que fué del rey de Valencia,
«Mando mi cuerpo se lleve «Guarnida de hoja de lata.
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. 889
«A Martin Pelaez le mando Dijo : — Tuyo es el poder,
«El mi trotón y dos lanzas, Hijo de Virgen María,
«Mi sayo con mi jubón, Todos los reinos son tuyos,
«Y juntamente mis calzas. El mundo te obedecía,
«Tres reales le mando á Nuñez; Todo es á tu mandado,
«Pero en obligación haya Tu voluntad se cumplía;
« De me decir treinta misas Pídote yo por merced
«Cuando d'este mundo vaya. Mi alma no sea perdida,
«Mando que entre mis soldados Y la pongas en la fin,
»Seis reales se repartan, Que ninguna fin habia. —
«Porque rueguen por mí á Dios Y diciendo estas palabras
«En quien está mi esperanza, El noble varón moria :
«ítem, mando que mi cuerpo, Dios la habia recibido,
«Acabada la batalla, Que va limpia de mancilla.
«Le lleven luego á San Pedro (SEPÚLVEDA, Romancea nuevamente sacados, etc.)
»En un atahud, ó andas,
«Y que ante el altar mayor i Hasta el principio del romance es el mismo con que co-
«Un rico sepulcro se haga, mienzan los capítulos de las crónicas.
«Ante quien siempre den luz
«Tres lámparas plateadas.
«Para fábrica del templo
«Y aceite, dejo por manda 900.
»Catorce maravedís EXEQUIAS D E L CID V DUELO D E DONA JIMENA. — CLXXVIl.
«Que el rey de Córdoba paga.»
(Anónimo*.)
(Romancero general)
Las obsequias funerales
i El autor de este romance parece que lo hizo solamente Celebra Doña Jimena
para exagerar el valor del dinero, comparando la época del De Rodrigo de Vivar
Cid con las posteriores. Por eso gradúa en siete reales los En San Pedro de Cárdena,
fondos para establecer un hospital, en mucho menos de tres Juntamente con sus fijas,
reales la limosna de treinta misas; y en catorce maravedís
el gasto necesario, durante un año, para sostener diariamente A quien el cielo hizo reinas,
encendidas tres lámparas. Por mucho valor que se suponga Satisfaciendo el agravio
al oro y la plata en tiempo del Cid, muy gran cantidad de estos No debido á su inocencia.
metales debian contener los maravedís que 4 tanto bastaban. Pone el cuerpo en una tumba,
Mas que su esperanza negra,
Y así llorando le dice
899. Como si vivo estuviera :
— ¡Oh amparo de los cristianos!
MUERTE D E L C I D . — C L X X V I . ¡Rayo del cielo en la tierra!
(De Lorenzo de Sepúlveda' ¡ Azote de la morisma!
¡ De la fe de Dios defensa!
La era de mil y ciento ¿No sois aquel que jamas
Y treinta y dos que corría, Os vieron la espalda vuelta
A quince dias de mayo Los disfrazados amigos
Doliente el buen Cid yacia Que causaron vuestra ausencia?
En Valencia la nombrada, ¿No sois el que desterrado,
Que de moros conquería. Por palabras lisonjeras
Su mujer está presente Allanó para su rey
Y privados que tenia; Mil castillos y fronteras?
Haciendo está testamento: ¿ No sois vos quien sujetó
Lo primero ansí decia : A la ciudad de Valencia,
« En San Pedro de Cárdena Y el que venció en seis batallas
«Mi cuerpo se enterraría : Sin alma, mil almas fieras?
«Mando á cada hijodalgo ¡ Ay amarga soledad
«Que á mi servicio habia Cómo al sufrimiento enseñas
«Quinientos maravedís; A sufrir contra justicia
«A otros, mili les daria; Tan penosa y triste ausencia! —
«A Doña Jimena Gómez No pudo pasar de aquí
«Cuantos bienes yo tenia; La madre de la nobleza,
«Muy honradamente en ello Que sobre el cuerpo cayó
«Es mi voluntad que viva; Desmayada, ó casi muerta.
«Estará en el monesterio, ( ESCOBAB , Romancero del Cid.)
«De Cárdena se decia.
«Gil Diaz, que es mi privado, 1
Defines del siglo xvi.
«Mando que la honre y sirva.
«Cabezaleros que nombro,
«Doña Jímena sería,
«Y Don Jerónimo, obispo, 901.
«Alvar Fañez en compañía; LOS D E L CID LLEVANDO SU CUERPO SOBRE BABIECA, Y A Y U -
«Mi primo Pero Bermudez DADOS D E SANTIAGO , VENCEN Á BÚCAR , QUE SITIABA Á
«Gran cargo d'ello ternia.» VALENCIA. — CLXXVHI.
Demandaba el Sacramento,
Ya se le acaba la vida; (Anónimo '.)
Con crecida devoción Muerto yace ese buen Cid
El buen Cid lo recibía; Que de Vivar se llamaba;
Llorando de los sus ojos Gil Diaz su buen criado
Muchas lágrimas vertía; Cumpliera lo que mandara.
Acostárase en su cama, Embalsamara su cuerpo,
A Cristo llama por guia; Y muy yerto se paraba :
ROMANCERO GENERAL.
r;:o
Cara tiene de hermosura, En el herir de la jara. <
Muy hermosa y colorada; Ella fuera la primera
Los ojos igual abiertos, Que á caballo cabalgara
Muy apuesta la su barba; Con otras cien compañeras,
Non parece que está muerto, Muy valientes y esforzadas.
Antes vivo semejaba; Los del Cid las Aeren recio,
¥ para que esté derecho Muertas en tierra quedaran.
Este ardid Gil Diaz usaba. Visto los habia el rey Búcar
Puso el cuerpo en una silla, Con los reyes de su banda,
Una tabla en las espaldas, Y quedan maravillados
Y otra delante del pecho, En ver la gente cristiana.
Y á los lados se juntaban; Setenta mil cabalieros
Llegaban bajo los brazos, Les pareció que llegaban,
Y el colodrillo tapaban. Todos blancos como nieve,
Esta era la de atrás, Y uno que los asombraba,
Y otra llegaba á la barba, Mas crecido que ninguno,
Teniendo el cuerpo derecho En blanco caballo andaba,
A ningún cabo inclinaba. Cruz colorada en el pecho,
Doce días son pasados En su mano señal blanca;
Después que el Cid acabara; La espada semeja á fuego
Aderézanse las gentes Con que á los moros llagaba :
Para salir á batalla Gran mortandad face en ellos,
Con Búcar, ese rey moro, Fuyendo van que no aguardan.
Y contra la su canalla. El rey Búcar y sus reyes
Cuando fuera media noche El campo desamparaban;
El cuerpo así como estaba • Camino van de la mar
Le ponen sobre Babieca, Do los navios estaban.
Y al caballo lo ataban. Los del Cid los van firiendo,
Derecho está y muy igual, Ninguno habia de escapa;
Estar vivo semejaba, En la mar se ahogan todos,
Calzas tiene en las sus piernas Mas de diez mil se anegaban,
De blanco y negro labradas, Que con la prisa que traen
Parecían brasonetas Todos juntos, no se embarcan.
De las que en vida calzaba; De los reyes mueren veinte,
Vistiéronle vestidura, Búcar huyendo se escapa;
Que el pespunte se mostraba , Los del Cid ganan las tiendas
Y su escudo puesto al cuello Con mucho oro y mucha plata;
Con su divisa ondeada; El mas pobre queda rico
Capellina en su cabeza De lo que ende ganara.
De pergamino pintada, Caminan para Castilla,
Parece que era de fierro, Como el buen Cid ordenaba;
Según está bien labrada. Llegados son á San Pedro,
En la su mano derecha De Cárdena se nombraba,
La Tizona le~ fué atada Do quedó el cuerpo del Cid,
Sutilmente, á maravilla El que á España tanto honraba.
Iba en la su mano alzada. (SEPÜLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.—
De un cabo iba el obispo It. ESCOBAR, Rmancero del Cid.)
Don Jerónimo de fama,
Del otro iba Gil Diaz, * Es el mismo de Sepiiheda, que empieza a s í : Mucrío es ese
El que á Babieca guiaba. buen Cid.
Salió Don Pedro Bermudez
Con seña del Cid alzada ,
Con cuatrocientos iidalgos, 902.
Que con él van en su guarda :
AL MISMO ASUNTO. — CLXXIX,
Saliera luego el recuaje,
Otros tantos lo guardaban; (Anónimo.)
Saliera el cuerpo del Cid Mientras se apresta Jimena
Con gente muy esforzada. Con algunos de los suyos
Ciento son los guardadores, Para partir de Valencia
Que el cuerpo honrado llevaban, Con el silencio nolurno,
Tras él va Doña Jimena, Y los nobles castellanos,
Con toda la su compaña, Mas valerosos que muchos,
Con seiscientos caballeros, Con fingidas alegrías
Que para guarda le daban : Velan los soberbios muros;
Callando van, y tan pasó, Alvar Fañez de Minaya,
Que veinte no semejaban. Don Ordoño, y Don Bermudo,
Ya están fuera de Valencia, Para la batalla aprestan
Claro el dia se mostraba : Del Cid el cuerpo difunto.
Alvar Fañez fué el primero No le visten la loriga
Que arremetió con gran saña Que él en las lides trujo.
Contra el gran poder de moros, Por cumplir lo que mandó
Que Búcar trae en su compaña. En su postrimero punto.
Halló delante de sí .De pergamino pintado
Una mora muy gallarda, Le ponen yelmo y escudo,
Gran maestra en el tirar Y en medio de dos tablones
Con saetas del aljaba El embalsamado bulto,
De los arcos de Turquía; Y de un cendal claro verde
Estrella era nombrada Vestido un tabardo justo,
Por la destreza que había Al pecho su roja insiguia,
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. S71
Honor y asombro del mundo. . Están al Cid aguardando,
Unas calzas de colores, Y media legua de Olmedo
Guarnecidas de dibujo, Todos se babian juntado.
En lienzo crudo pintadas, Ese buen rey de Aragón
Y ellas son de lienzo crudo. Caballeros tiene armados,
El derecho brazo alzado, Al revés traen los escudos
Al menos cuanto se pudo, De los arzones colgados,
En la mano su Tizona Las capas traian negras,
El limpio fierro desnudo. ¡ Muy grande duelo mostrando!
D'esta guisa le aprestaron, Las capillas traen tendidas,
Y cuando aprestado estuvo Según uso castellano.
Pavor les 'dio de miralle, Doña Sol y las sus dueñas
¡ Tal se muestra de sañudo ! Estameña han cobijado :
Trajeron pues á Babieca, Gran duelo querían hacer,
Y en mirándole se puso Mas su madre lo ha vedado,
Tan triste, como si fuera Porque así lo mandó el Cid,
Mas razonable que bruto. Y así ha de ser obrado.
Atáronle á los arzones El Rey y la su mujer,
Fuertemente por los muslos, Para el Cid habian llegado;
Y los pies á los estribos Ambos las manos le besan,
Porque fuesen mas seguros. De lo ver se han espantado,
Y á la lumbre del lucero, Que no semejaba muerto,
Que por verle se detuvo, Sino vivo y muy honrado;
Con su capitán sin alma Muchos vienen á lo ver
Salieron al campo juntos, De Castilla, ese reinado;
Donde vencieron á Búcar También vino Don García, .
Solo porque á Dios le plugo, Rey d'ese reino navarro :
Y acabando la batalla, Consigo trae su mujer, - ;

El sol acabó su curso. Fija del buen Cid loado.


(Romancero general) Las manos besan al Cid,
Muchas lágrimas llorando;
Todos van para San Pedro
Porque allí le han enterrado.
903. Aquese buen rey Alfonso,
CONDÚCESE EL CUERPO DEL CID Á DARLE SEPULTURA Que ha sabido lo pasado,
EN SAN PEDRO DE CÁRDENA. — CLXXX. De Toledo se partiera
Y á San Pedro habia llegado.
(Anónimo.) Saliéronle á recibir
Vencido queda el rey Búcar Los al Cid emparentados :
Con todos sus allegados Mucha honra fizo el Rey
De la campaña del Cid Al cuerpo del Cid honrado;
En el campo valenciano. Mandó que no se enterrase,
Para Castilla caminan; Sino que el cuerpo arreado
El buen Cid era finado, Se ponga junto al altar,
Caballero va en Babieca Y á Tizona en la su mano :
Con los suyos á su lado. Así estuvo mucho tiempo,
No llevaba armas ningunas Que fueron mas de diez años.
Sino sobre sí unos paños : (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, e
Los que no saben su muerte — It. ESCOBAR, Romancero del Cid.)
Por vivo lo habian juzgado.
Cada vez que hacen jornada
Quitábanlo del caballo,
Quedaba yerto y derecho 904.
En la silla cabalgado. ELOGIO DEL CID Y RESEÑA DE SUS HAZAÑAS. — CLXXX
La buena Jimena Gómez
Su mensaje habia enviado (Anónimo *.)
A los parientes del Cid En Burgos nació el valor,
Para que vengan á honrallo, Gloria y amparo de España,
Y también á sus dos yernos, Que es costumbre en la cabeza
Que eran reyes coronados. Poner la insignia mas alta.
En tanto que ellos venían Aquel que victorias suyas
Alvar Fañez ha fablado De eterna memoria estampa
Que pongan el cuerpo muerto En los dos polos su nombre
En ataüd y tapado, Y el cielo da gloria al alma :
Y con púrpura le cubran, De quien españoles reyes
Con clavos de oro clavado. Tienen de su sangre tanta,
No quiso Doña Jimena, Que si duermen los despierta
Y así los ha razonado : A la guerra y las hazañas :
— El Cid tiene el rostro hermoso, El que á los hijos de Agar
Los ojos muy aseados, Destruyera sus espadas,
Mientras está d'esta suerte Y á siete reyes venció,
No hay para qué sea mudado, Después de muerto, en batalla :
Que mis yernos folgarán, El valeroso y leal
Y mis lijas en su cabo A su señor y á su patria,
De verlo como ahora está, Que hizo famosa á Hesperia
Que non su cuerpo enterrado. — Y á las estrellas la ensalza :
Todos hubieron por bien m A quien prudentes varones
Lo que Jimena ha ordenado : Ponen solo entre las armas,
, Don Sancho y también García Y por sus grandes proezas
572 ROMANCERO GENERAL.
Principe d'ellas le llaman, El judfo que esto vldo
Y moros sus enemigos, Muy gran pavor ha cobrado ;
Por excelencia llamaban, Tendido cayó de espaldas
El invencible Rodrigo, Amortecido de espanto.
Y señor de la campaña. Halláronlo allí caiclo
Y siendo cuan bueno fué, Los que en la iglesia han entrado;
Tiró la envidia su lanza; Agua le echan por el rostro
Mas las armas de virtud Para facerlo acordado,
El hierro suyo no pasan, Y vuelto que fuera en sí
Que como sucede siempre, Todos le han preguntado
Quien mal anda mal acaba, Qué cosa fuera la causa
Y golpes de arma traidora De verlo tan mal parado :
A su mismo dueño matan. El luego les declaró
No pudieron las traiciones La causa de lo pasado.
De muchos manchar su fama, Todos dan gracias á Dios
Que con la infamia de aquellos Por el milagro contado,
El cielo se la limpiaba. En se acordar que su siervo
En San Pedro de Cárdena No quiso fuese ensuciado
Su cuerpo la tierra ensancha, Por mano de aquel judío,
Que como lo hizo en vida, Que tan mal lo habia pensado.
Allí tampoco le falta. Cristiano se volvió luego,
(ESCOBAR, Romancero del Cid.) Diego Gil era llamado :
Fincó en servicio de Dios
* Delfindel siglo xvi. En San Pedro el y a nombrado,
Y en él acabó sus dias
Como cualquier buen cristiano.
905. (SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados, ete.)
MILAGRO QUE HIZO EL CUERPO DEL CH> CONTRA ON i Ni este romance, ni los que siguen son de la vida del Cid;
JUDÍO QUE LE INSULTÓ QUERIENDO TOMARLE LA pero se colocan como serie de ella porque tratan de la memo-
BARBA.— CLXXXII. ria de este héroe.
* Acaso él poeta tuvo presente para componer este romance
(Anónimo*.) el principio del del número 908.
a
En Sant Pedro de Cárdena
Está el Cid embalsamado,
El vencedor no vencido 906.
De moros ni de cristianos.
Por mando del rey Alfonso DON SANCHO DE NAVARRA ABANDONA, EN HONOR DEL CID,
En su escaño está sentado, LA PRESA QUE HIZO Á LOS CASTELLANOS.— CLXXXIII.
Su noble y fuerte persona (Anónimo.)
De vestidos arreado.,:.
Descubierto tiene el rostro De Castilla van marchando
De gran gravedad dolado, A Navarra con su gente
Su blanca barba crecida Don Sancho, á quien dieron nombre,
Como de hombre estimado, Por sus hechos, de valiente.
La buena espada Tizona Delante lleva el despojo, .
Puesta la tiene á su lado; Que ganó su brazo fuerte
No parece que está muerto, En las tierras de Castilla,
Sino vivo y muy honrado. Sin que nadie le impidiese
Siete años estuvo así, Triunfante, rico y contento
Como está ya razonado; Por sus jornadas se vuelve,
Por su alma , que es en gloria Dejando á los castellanos
Hacen fiesta cada año. Despojados de sus bienes.
A ver su cuerpo tan bueno Por San Pedro de Cárdena
Mucha gente se ha llegado. Mandó que el curso enderecen
Fuera de donde está el Cid La escolta y la cabalgada,
La fiesta se hizo un año; Para que por allí fuesen.
Su cuerpo quedaba solo, Como llegase la fama
Ninguno le ha acompañado. Al abad que en guarda tiene
Estando d'esta manera, El santo cuerpo del Cid,
Un judio habia llegado : Aguardó que el Rey se acerque.
Cuidando estaba entre sí, Aderezóse entre tanto,
D'esta suerte razonando : Como en procesión solemne,
' — Este es el cuerpo del Cid Y con la insignia del Cid
Por todos tan alabado, Sale para cuando llegue.
Y dicen que en la su vida Al son de las roncas cajas,
Nadie á su barba ha llegado. Marchando de siete en siete,
Quiero yo asirle d'ella, Al Rey que llevan en medio
Y tomarla en la mi mano, Miran ulanos y alegres,
Que pues aquí yace muerto, Tremolando las banderas
Por él no será excusado : Junto al Rey, que alegremente
Yo quiero ver qué fará, En ellas ponia los ojos,
Si me pondrá algún espanto. — Como en su mayor deleite.
Tendió la mano el judío Yendo el valiente Don Sancho
Para hacer lo que ha pensado, Marchando con sus gineles,
Y antes que á la barba llegue, Llegó donde el santo abad
El buen Cid habia empuñado Le aguardaba alegremente.
Ala su espada Tizona, Puso en tierra las rodillas
Y un palmo la habia sacado. Diciendo : — Rey, no desprecies
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. B75
Mi razón, ni á la voz mia Un abad antiguo estaba;
Tu justo oído le cierres. Caballero fué otro tiempo,
Bien sabes, valiente Rey, Honra en las armas ganara;
Y cuantos estáis presentes, Hombre era hijodalgo :
Que esa presa es de cristianos, Al abad mucho pesaba
Y no es justo que la lleves. En ver llevar tan gran presa
Las guerras que traen contigo Como el rey Sancho tomaba.
Son causa para ponerte Tomó la seña del Cid
Siempre la espada en la mano, Del altar adonde estaba ;'
Por su daño, y con sus muertes. Fué donde estaba Don Sancho,
Muy bien pudiera excusarse La seña llevaba alzada.
La sangre que d'ellos viertes, El rey se maravilló
Con que. volvieras la espalda Cuando la seña miraba,
A los moros que nos vencen. Porque en aquella sazón
Mira, buen Rey, esta insignia Semejante no se hallaba
Que es del Cid de quien desciendes, Seña que le pareciese,
Y póngotela delante Ni la habia en toda España.
Para que esa presa dejes. — El monje le dijo al Rey,
Conociendo el Rey la insignia, Ante el cual se le humillaba :
Del caballo se desciende, — Sabrás, buen Rey y señor,
Y en el suelo de rodillas Ser verdad lo que yo hablaba,
La saluda d'esta suerte : Y es que este monasterio
— ¡ Oh estandarte poderoso A mí me fué dado en guarda;
De aquel varón excelente, En él yace el noble cuerpo
Que fué muro de Castilla, Del buen Cid que guerreaba:
Y cuchillo de la muerte; Yo me atrevo á tu mesura,
De quien tembló la morisma; La tu merced demandaba;
Quien deshizo sus poderes; Temo yo esta seña suya,
Quien venció muerto al rey Búcar, Qué merece sea acatada,
Y tuvo vasallos reyes; Ruégote que hayas por bien
A quien hablaban los santos, De dejar la cabalgada
Y le acompañaban siempre, Por reverencia del Cid,
Y le alcanzaron de Dios Y de su seña estimada;
Que vencido no se viese ! Non lo lleves d'esta vez,
A vos y ante vos consagro, Seráte cosa loada
Como á quien tan bien se deben, La que t ú , buen Rey, harás
Estos despojos de guerra, En hacer lo que rogaba.—
Y en vuestro templo se cuelguen. — El Rey estuvo suspenso,
Y en diciendo estas razones, Que respuesta non tornaba ,
Mandó que los presos suelten, Mirando el atrevimiento
Y toda la presa junta Que el abad en él mostraba.
Al bendito abad se entregue Cuidando estuvo una pieza,
Por amor y reverencia Y d'esta suerte hablaba :
Del Cid, á quien se la ofrece, — Yo quiero dejar la presa
Reconociéndole muerto, Que tú, padre, demandabas,
Que nunca su nombre muere. Por haber muchas razones
(ESCOBAR, Romancero del Cid.) Que á lo hacer me obligaban;
La primera, porque vengo
De aquella sangre estimada
De ese buen Cid Campeador,
907. Que Ruy Diaz se llamaba,
AL MISMO ASUNTO. — CLXXXIV.
Porque yo soy su biznieto,
Hijo del rey de Navarra,
{De Lorenzo de Sepúlveda.) A quien dijeron García;
En Navarra es rey Don Sancho, Nieto es de quien hablaba,
Qu'el Valiente se llama, Hijo fué de Doña Elvira,
Biznieto es de ese buen Cid, Que con mi abuelo casara :
Que á España tanto honraba : Esta fué hija del Cid,
Con el rey Alfonso ha guerra Persona tan estimada.
El que en Castilla reinaba. Lo segundo, yo la dejo
Don Sancho corre su tierra Por aquesta seña honrada,
Hasta Burgos la hombrada; Y por honra del su cuerpo,
Gran estrago hizo en ella, De quien vos habéis la guarda :
Gran cabalgada llevaba. Y á no haber estas razones
Llevóle muchos ganados, Justo fuera la dejara,
Que valían gran ganancia. Porque si el Cid fuera vivo
Para Navarra se vuelve Hasta aquí yo non llegara,
Con presunción muy ufana, Ni osara llevar la presa,
Por no haber quien lo resista, Sin qu"e la muerte cobrara :
Ni nadie lo contrallaba. Por estas causas que digo •
Pasó cerca de San Pedro, Yo cumplo vuestra demanda. —
Que de Cárdena se llama, Mandó el Rey volver la presa,
Donde está el cuerpo del Cid, Y todo lo que llevaba;
Que de Búcar se llamaba En San Pedro de Cárdena
El valiente Campeador, Fincó muy gran temporada,
Aquel que todos alaban, Do hizo grandes limosnas
Porque no tuvo segundo Por el buen Cid, que allí estaba.
En bondad, fuerza, ni maña. (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente aneados , etc.)
Por mayor del monasterio
874 ROMANCERO G E N E R A L .

908. El filósofo nos manda


Que no arguyamos, y es justo,
EN LOOR D E L MONASTERIO DE SAN PEDRO D E CÁRDENA , Porque niega de ignorancia.
PORQUE DOSCIENTOS MONJES DE ÉL FUERON MARTIRI- Decir mal de las histerias
ZADOS. Suele el que á la verdad falta,
(Anónimo. *) Para decir su mentira
Y arrojarse en la baraja.
En Sant Peidro de Cardenna, Dicen : que los necios crean
Do yace el Cid enterrado, Que muerto venció batallas,
Con la su donna Jimena, Como si fuera imposible
Que buen paso han entrambos; Al que los santos guardaban.
Yacen también muitos reyes Niegan que no fué verdad,
E muitos bornes fidalgos, Que sacó la media espada
Cuyos fazañosos fechos Contra el judío que quiso
Los ficieron afamados. Tocalle muerto á la barba :
Entre otras muitas grandezas, Estos ruines poetas,
Una alza en tanto grado, Como están fuera de gracia,
Que aun á los cielos admira No entienden que Dios se acuerda
La grandiosidad del caso. De los suyos y los guarda ;
E fué que docientos monjes, Y sin que leyes del duelo
Que al gran Beito semejaron Le obligasen á esta causa,
En el hábito é la vida, La ley que guardó de Dios
Murieron mártires santos. Muerto le libró de infamia.
Otras órdenes benditas Los condes de Carrion
Uno á uno dan los santos; Dicen también, como enfadan,
Mas tú, docientos por uno,. Y que no fué caso honroso
Señal'que en tí fincan tantos. Ponellos el Cid demanda.
¡ Oh Cardenna venturosa! Qué, ¿quieres tú, mal poeta,
Maguer en tierra has quedado, Que los Condes se quedaran
Con la sangre de tus fijos Con semejante traición,
Fasta el cielo has llegado. Y el ofendido no hablara ?
Toda tu gente es de guerra; ¿Qué es lo que del Cid dijeras,
Maguer que si guerrearon, Si con salir á la causa,
Unos vencieron moriendo, Y destruir los aleves,
Otros vencieron matando. Lo murmuras y lo ultrajas ?
Que si los infieles moros Sin duda de tales fechos
En tu casa santa entraron, Tu mal intento se paga,
No cuidando fallar un Cid, Y en tu mujer y tus lijas
Docientos Cides fallaron. '• Mas sufrieras, y callaras,
E vos, Beito glorioso, O por faltarte el valor,
Bien podéis estar ufano, O porque cosas tan altas
Viendo que en la vuesa gente No son para flacos pechos
Hay tan famosos soldados! Donde las lenguas son almas.
(BERGANZA , Antigüedades de España.) ¿Cuál diablo te engañó,
Poeta con pies de caña,
* Cualquiera que haya estudiado los orígenes de nuestra A tratar del noble Cid,
lengua y poesía popular, conocerá que este romance no es del De sus sucesos y casa ?
siglo xu, como el Padre Berganza y el Padre Merino lo califican. ¿ No tenias á la mano
Su mismo contexto lo indica, pues en este tiempo no habia en Otros con quien te estrellaras,
España mas órdenes monásticas que las de San Benito, por lo Que cuanto dijeras d'ellos
cual el poeta no hubiera dicho : Otras órdenes benditas, si no Les hiciera consonancia ?
es que se traduzca la palabra órdenes por la de monasterios.—
El asunto de este romance nada tiene que ver con el Cid; pero ¿No pudieras hablar, d i ,
se pone éntrelos del héroe, porque se le elogia, recuerda y •Con lengua desmesurada,
honra en él. Del otro que en todas ciencias,
Sin saber romance, habla,
Y come mas colación ,
909. Que diez asnos beben agua?
¿O del otro adulador,
VINDICACIÓN SEMIBURLESCA DE LAS HAZAÑAS D E L CID , Que con la voz señalada
QUE S É TIENEN POR FABULOSAS. Osa murmurar de todos
Como prenda rematada?
{Anónimo *.) ¿ Del hijo de no sé quién,
Cuantos dicen mal del Cid, Que entrefidalgosse ensancha ,
Ninguno con verdad habla , Y es un libro de novelas
Que el Cid fué buen caballero, La mayor verdad que trata?
De los mejores de España : Aquí pareciera bien,
Gran servidor de sus reyes, Que afilaras la navaja,
Gran defensor de su patria, Y hablaras á tus anchuras,
Enemigo de traidores, Y no del honor de España.
Y amigo de gente honrada , De tu loco atrevimiento
El qué en la vida y la muerte Débese tomar venganza,
Mereció digna alabanza, Y yo te cito y aplazo
Awnque malvados poetas Para que en hvi audiencia vayas :
Se atreven y desacatan. Descomulga tus escritos,
Dice uno : No son verdad Tus versos repone y tacha,
Los hechos que del se cantan, Condena tu mala lengua,
Y que las historias nuestras Y abomina tus palabras.
Son consejas y patrañas. Ruego á Dios sobre tus obras, ;•
Contra el que niega el principio, En pago del mal que hablas, '•
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 873
Tantas cámaras te den, Porque lo queria mucho;
Mas jura le ha demandado
Que entrar no puedas en cama. Que contra él ni sus hijos
(ESCOBAR, Romancero del Cid.) Non hará desaguisado.
i Con este romance terminan todos los concernientes al Cid, Alfonso lo prometió,
íue han llegado á nuestra noticia.—Es de las últimas décadas Y lo cumplió de buen grado :
del siglo xvi, según parece. Mucho lo quiere el rey moro,
Y d'él está asigurado.
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
CONTINÚAN LOS HECHOS DE ALFONSO VI, Y LOS
SUCESOS ACAECIDOS EN SU ÉPOCA. * Algunos colectores incluyeron este romance entre ios del
Cid.

910.
REFUGIADO ALFONSO VI EN TOLEDO, JURA PACES 911.
CON ALWAYMON Y SUS HIJOS. EL ARZOBISPO DON BERNARDO Y LA REINA CONSTANZA DES-
POJAN k LOS MOROS DE SU MEZQUITA DE TOLEDO, Y i»A
(De Lorenzo de Sepúlveda ?.) HACEN IGLESIA.
En Toledo* estaba Alfonso
.Hijo del rey Don Fernando; (Anónimo *.)
Huido está por el miedo Esebuen rey Don Alfonso,
Del rey Don Sancho su hermano. El de la mano horadada,
Acogióle Alimaymon, Después que ganó á Toledo
Que Toledo es su reinado; En él puso su morada >
Mucho quiere á Don Alfonso; De do ganó los lugares
De moros es estimado. De moros que allí quedaban :
Durmiendo está en una huerta Montalvan y Talavera,
A sombra que hacie un árbol; Oro pesa y Mejorada,
Cerca estaba Alimaymon Y la villa de Escalona,
Con sus moros razonando. A Maqueda y Santa Olalla.
Dijo : — ¡Qué fuerte es Toledo! Ganó á Canales y á lllescas,
No puede ser conquistado Madrid y Guadalajara,
Si no quitasen el pan Alcalá y Tordelaguna,
Y las frutas siete años, A Uceda y á Salamanca.
Y teniendo siempre el cerco Ganó á Buitrago y Atienza,
Sin que se hobiese quitado: A Sigüenza y á Berlanga,
• Por la falta de viandas Y ganó á Medinaceli,
Tomarse ha el año octavo.— Y ganó toda la Alcarria
Don Alonso bien lo oyó , De la otra parte del rio,
Finge que dormido ha estado. Que agora Tajo se llama,
Por costumbre habien los moros, Sin otros muchos lugares .
Que su ley se lo ha mandado, Que alien del rio ganara.
Que degüellen un carnero; Luego, en ganando el lugar,
Ya iban á degollarlo. De cristianos le poblaba :
Con el Rey va Don Alfonso, Luego le hace su iglesia;
Que los iba acompañando, Luego le pone campanas.
Y sus cristianos también Déjalos fortalecidos,
De Castilla habien llegado. Y á Toledo se tornara.
Don Alfonso es muy fermoso, Elegido ha un arzobispo,
De grandes dotes dotado, Don Bernardo se llamaba,
Páganse d'ellos los moros, Hombre de muy santa vida,
De todos es muy loado. De letras y buena fama,
Juntos van ambos los Reyes, Y de que le hubo elegido,
Detras dos moros hablando. Por nombre le intitulaba-
El uno le dijo al otro. Arzobispo de Toledo,
— ¡ Hermoso es este cristiano! Primado de las Españas.
¡Gran señor merece ser! Todo cuanto el Rey le diera
En él será bien empleado.— Se lo confirmara el Papa.
El otro moro le dijo : Desque ya tuvo el buen Rey
— Esta noche yo he soñado Esta tierra sosegada,
Que Alfonso entraba en Toledo A la reina su mujer
En un puerco cabalgando : En gobernación la daba.
De Toledo ha de ser rey, Fuese á visitar su reino;
Tenlo por averiguado.— Fué á Galicia y su comarca.
Ellos hablando en aquesto Después de partido el Rey,
Los cabellos se han alzado La reina Doña Constanza
A ese rey Don Alfonso : Viendo su marido ausente
Alimaymon con su mano Pensamientos le aquejaban,
Los apretaba hacia yuso, No de regalos del cuerpo,
Y ellos siempre están en alto. Mas de salvación del alma.
El rey moro bien oyó Estando así pensativa,
Todo lo que es ya contado : El Arzobispo llegara;
Hizo llamar á sus moros, En llegando el Arzobispo
Los que tiene por mas sabios, D'esta manera le habla :
Los cuales dicen que Alfonso — Don Bernardo, ¿qué haremos
Habrá el reino toledano. Que la conciencia me agrava
Aconsejan que lo mate; De ver mezquita de moros
Mas el Rey no lo habie en grado La que fué iglesia santa,
ROMANCERO GENERAL.
576
Donde la Reina del cielo 912.
Solía ser bien honrada?
Qué modo, dice, tememos MUERTE DE DON GARCÍA, REY DE GALICIA, DESPOSÍHK) POS
SUS HERMANOS SANCHO II Y ALFONSO VI DE CASTILLA
Jue torne á ser consagrada,
Q
Que el Rey no quiebre la fe, (De Lorenzo de Sepúlveda *.)
Que á los moros tiene dada? —
Cuando esto oyó el Arzobispo En el castillo de Luna
De rodillas se hincaba : Está preso Don García,
Alzó los ojos al cielo, Que era rey coronado
¿as manos puestas hablaba : D'ese reino de Galicia :
— ¡ Gracias doy á Jesucristo, Prendiérale el rey Don Sancho,
Y á su Madre,Virgen santa, Que su hermano se decía:
Quesalis, Reina, al camino El que muriera en Zamora
De lo que yo deseaba ! Cuando el cerco le ponia :
Quitémosela á los moros, Ese que mató Bellido
Antes hoy que no mañana : En lo mejor de su vida.
No dejéis el bien eterno Alfonso hubiera los reinos
Por la temporal palabra. Que sus hermanos tenían.
Ya que el Rey se ensañe tanto García está en la prisión,
Que venga á tomar venganza, Veinte años y mas habia :
Perdamos, Reina, los cuerpos, Con prisiones á los pies,
Pues que se ganan las almas.— Moverse non se podia.
Luego aquella misma noche No lo osa d'ella sacar
Dentro en la mezquita entraba: Que muy gran temor tenia,
Limpiando los falsos ritos Que como es tan bullicioso
A Dios la rediflcaba Que lo desheredaría.
Diciendo este dia misa, Guardábalo en la prisión,
El Arzobispo, cantada. Que Alfonso hijos no habia,
Cuando los moros lo vieron Y sí él muere primero
Quejas al Rey enviaban; Los reinos le dejaría.
Mas el Rey cuando lo supo Don García está doliente;
Gravemente se ensañaba. Mucho á Alfonso le dolía.
A la Reina y al Perlado Mandóle quitar los hierros,
Malamente amenazaba : Mas no quiere Don García.
Sin esperar mas consejo Dijo á Alfonso su hermano,
A Toledo caminaba. Con gran dolor le decía :
Los moros que lo supieron —Hermano, yo de la muerte
Luego consejo tomaban : Escapar ya non podia;
Sálenselo á recibir No quiero quitar los hierros
Hasta Olías y Cabanas. Que á los mis pies yo tenia,
Llegados delante el Rey, Pues no me fueron quitados
De rodillas se hincaban : Tantos años de mi vida ;
—¡ Mercedes, buen Rey, mercedes !— Quiérolos llevar conmigo,
Dicen, las manos cruzadas. Pues que son mi compañía,
Mas el Rey que así los vido A mí enterrarán con ellos
Uno á uno levantaba. Ansí á vos lo pedia
— Calledes, buenos amigos, En San Isidro en León ,
Que este hedióme tocaba : Porque ansí yo lo quería.
Quien á vos ha hecho tuerto, Ansí como él lo mandó
A mí me quebró palabra; Don Alfonso lo cumplía.
Mas yo haré tal castigo
Que aina habréis la venganza.— (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
Los moros cuando esto oyeron
En altas voces clamaban : i Descontento Don Sancho de que su padre repartiese sus
—¡ Merced, buen señor, merced! estados, quiso recuperarlos, y despojó á Don García del de Ga-
licia y i Don Alfonso del de León. Este entró á reinar des-
¡ La vuestra merced nos valga! pués de Don Sancho; pero retuvo preso á Don García, y gozó
Si tomáis venganza de esto, tranquilo de cuanto le pertenecía.—Algunos incluyen este en-
A nos costará bien cara; tre los romances del Cid.
Que quien matare hoy la Reina
Arrepentirse ha mañana.
La mezquita ya es iglesia;
No nos puede ser tornada :
Perdonedés á la Reina, 913.
Y á los que nos la quitaran, ALFONSO VI DE CASTILLA SE DESPOSA CON ZAIDA,
Que nosotros desde agora HIJA DEL REY MORO DE SEVILLA.
Os alzamos la palabra.
El buen Rey desque esto oyera (De Gabriel Lobo Laso de la Vega-)
Grandemente se holgara : La hermosa mora Zaida *',
Dándoles gracias por ello, Hija del rey de Sevilla,
Perdido ha toda la saña. Sabiendo que el Sexto Alfonso
(Cancionero de Romances.) Sobre su padre venía 1
Con gran número de gente
i No fué esta la primera ni la última vez que el influjo de la De la mejor de Castilla,
civilización francesa vino á extraviar nuestra sociedad y el mo- En ejército copioso,
do con que la Íbamos adelantando.—La reina Costanza y Don Talando la Anda.lucía;
Bernardo eran franceses, y se emplearon con fruto en someter- De sus partes informada,
nos cuanto estuvo de su parte á las ideas y planes de la corte Gracia, esfuerzo y gallardía,
de Roma. Aunque el romance es tradicional, tal como está no
parece anterior á la segunda mitad del siglo xvi. término honesto y loable,
Fué de su amor convencida.
ROMANCES RELATIVOS A LA HISTORIA DE ESPAÑA. 577
Haciendo el poco remedio Que con el Rey se casara.
Mas acerba su fatiga, Nómbrase Sancho el infante,
Aflige con vanas trazas El cual mucho el Rey amaba : ., *
' La cuidosa fantasía : El Rey estaba doliente,
No come ni duerme Zaida, Mucho d'ello le pesaba,
Más pena, llora y suspira, Porque el Miramamolin
Que este es el pecho que amor Le tiene á Vélez cercada.
Lleva de quien se le obliga, Por no poder socorrerla
El cual la puso en el punto A Don Sancho le enviaba,
Postrimero de su vida. Y con él iba ese conde 4* t.V
De necesidad se vale, Que de Cabra se llamaba.
Que es do el ingenio se auna , Ayo era del Infante,
Y los negocios mas arduos De quien mucho el Rey fiaba : •. •
Muchas veces facilita. Con ellos sus ricoshombres
Tinta y papel pide Zaida Los que en las guerras andaban
Y al rey Alfonso escribía. A Vefez fueron llegados,
«No te parezca, Rey, desenvoltura, Los moros el cerco alzaban;
La que con escribirte Zaida muestra, Los cristianos con los moros
Sino notable falta de ventura Trabaron fuerte batalla.
Con quien la dura suerte es tan siniestra, Do está el Infante y el Conde ,
Que quiere que un papel mi mal te diga, Muchos moros le cercaban : ¡
Sin que el original de sí dé muestra, Al caballo del Infante
Y que te cuente un rnudo mi fatiga, Allí los moros le matan :
Falto de afectos que obligar pudieran El Infante queda á pié,
A creer lo que á llorar me obliga. El Conde lo mamparaba;
Fuera posible, Rey, te enternecieran Los moros con%o son muchos
Unos cansados ojos, nunca enjutos, A entrambos allí los matan. ,
Que solo con tu vista ricos fueran. Don Alfonso que lo supo,
Fueros son los de amor, tan resolutos, Muy gran llanto comenzaba,
Que fuerzan á creer lo que no vieron Diciendo : — ¿Dó es, hijo mió,
Los recatados ojos mas astutos. Don Sancho, que tanto amaba?
No es áspero el dolor que padecieron ¡ Alegría de mi vida
Los que cegaron de su bien gozando; Que mi vejez descansaba 1
Mas estos con fe sola el ser perdieron. Mi heredero solo uno,
Una cosa te pido confiando, Su muerte llegó á mi alma.
Invictísimo Rey, en tu grandeza, ¡ Llevárasme, muerte, á mí,
Que va el ser tú á quien pido, asegurada, Y no al que tanto amaba !
Y es que á aqueste castillo y fortaleza ¡El era para vivir,
Vengas, señor, mañana do te aguarda No yo, que te deseaba!—
Una mora tan llena de firmeza (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.)
Cuan desdichada, si tu vista tarda.»
Envióle con un moro
Zaida al Rey la carta escripia,
El cual vino á su mandado; 915.
Y su pretensión sabida,
Que era de casar con él, UN MILAGRO DE SAN ISIDRO.
Respondió que no podia , (De Lorenzo de Sepúlveda.)
Por ser contraria su ley,
Hacer lo que le pedia; En León la muy nombrada
Mas que dejando la suya El cuerpo santo yacia
Por mujer la admitiría. De Isidro, el buen confesor
No lo rehusó la mora, Arzobispo de Sevilla.
Que quien ama, en ley no mira: El Sexto Alfonso es el Rey,
Cristianóse con gran fiesta, Que el gran reinado tenia. ,
Y fué reina de Castilla, Un caballero estimado
A quien llamaron después De armas genealogía,
Llamábase Don Pelayo,
La gran cristiana María. Que de nobles descendía,
(LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y tragedias de.) Grandes delitos ha hecho; 5
1 A muchos muerto él había.
De este matrimonio resultó un hijo, de cuya muerte trata Gran enojo tiene el Rey,
•I romance siguiente, número 914. Y mandado ya tenia
Do quier que fuese hallado
Luego del se haga justicia
Cortándole la cabeza,
914. Que muy bien lo merecía.
MUERTE DEL HIJO DE ALFONSO VI HABIDO E N LA INFANTA
Pelayo, cuando lo supo,
ZAIDA.
La muerte mucho temía :
No halla lugar seguro
[De Lorenzo de Sepúlveda.) Que la.su prisión impida;
Acogido se ha al altar
En los reinos de León Do Sant Esidro yacia :
El Sexto Alfonso reinaba, Túvose allí por seguro,
Ese que ganó á Toledo, Porque el Rey lo acataría.
Y á moros se la quitaba. Gran pesar cobraba Alfonso,
Hermano es de aquel Don Sancho Cuando sabido lo habia,
El que Bellido matara. Porque teme de enojar,
Un hijo solo tenia, Si allí prenderlo queria,
Que lo hubo en Doña Zaida, Al bendito confesor
Hija del rey de Sevilla, 37
T. x.
578 ROMANCERO GENERAL.
Que en gran estima tenia : En aquel duro peligro.
Mas con enojo crecido D'esto airado, entre ellos entra
Muchas guardas le ponia. A estorballes su disinio,
Mandó so pena de muerte , Dando á los soberbios moros
Porque Pelayo no viva, Sin temor, golpes temidos,
Ninguno le dé á comer Derribando á todas partes
Del pan ni de la bebida : Los que entienden que han vencido.
Siete dias son pasados, Pasando por cima d'ellos
Ninguna cosa comia; Los rompe y hace camino,
Ya desfallecido de hambre Atrepellando á los unos,
La muerte tiene vecina. Y dejando otros heridos.
i Fuese ante Sant Esidro, D'este modo andaba el Conde
De rodillas se ponia, Con todos entretegido,
Llorando de los sus ojos Cuando oyó un grande alboroto
Estas palabras decia : Gran porfía y gran ruido,
— ¡OhSant Esidro muy bueno, Gran algazara de moros,
De noble genealogía, Gran rumor, gran alarido. I
Excelente en santidad; Vuelve la rienda al caballo
Todo el mundo lo decia! Y acude despavorido,
Mientras fuiste en este siglo Y en el tumulto confuso
Muy santas obras hacias, Don Rodrigo se ha metido,
Mantenías muchos pobres, Do halló al Rey su señor
Gran franqueza en tí habia. En gran estrecho y peligro,
Ora que reinas con Dios, Muerto el caballo á sus pies,
Y estás en gloria cumplida Y de tantos combatido,
Donde hay pan celestial, Haciendo mas que á su edad
Tu voluntad no permita En tal caso le es pedido.
Que yo en la presencia tuya Don Rodrigo de Cisneros,
De hambre pierda la vida. Que á su señor así vido,
¡ Oh buen confesor glorioso! De nuevo furor se enciende,
De la muerte tú me libra; De nueva saña movido
En mí muestra la excelencia Arremete con los moros,
Y santidad que en tí habia. Con valor tan escogido,
Estando en la su oración Que los hizo retirar
Gran milagro sucedía *, Sin elfinque han pretendido.
Que las piedras del altar Vuelve al Rey, qu'en tal aprieto
Manaron agua muy fria, Se vía y tan oprimido,
Tan clara como cristal, Y apéase del caballo,
Muy dulce, á maravilla. Y ai Rey en él ha subido;
Cuando la vido Pelayo i Y al subir, que iba subiendo,
Mucha cantidad bebía : Un girón del real vestido
Matóle la sed y hambre Se le caía, y el Conde
Que ya muerto lo tenia : Le cortó y guardo consigo :
Quedó contento y alegre, Y así por entre los moros
Que sed ni hambre tenia : Al Rey guia Don Rodrigo
Tres dias manó continuo, A pié, con lafieraespada
Mucha gente allí venía Haciendo abierto camino.
A ver milagro tan grande, Los moros d'esto indinados,
Como Dios hecho le habia. Y de verlos ir, corridos,
(SEPÜLVEM, Romances nuevamente.sacados, etc.) Júntase un grueso escuadrón,
Y les han acometido.
« Este milagro contra la sed, es muy semejante á aquellos El Conde le dijo al Rey ,
con que Dios favoreció á Sansón y á Moisés. Aquí se emplea Cuando tal morisma vido :
en favor de un facineroso, si, pero lleno de viva fe. — Pique vuestra Majestad ,
Y salga d'este peligro,
Mientras yo los entretengo,
Y que le sigan resisto.
916. Parte el Rey con toda priesa;
ORÍGEN DE LOS GIRONES EN DON RODRIGO DE CISNEROS;
Vuelve el Conde enfurecido;
Traba nueva lid con ellos,
{De Juan de la Cueva *.) Y con él hacen lo mismo. I
En la sangrienta batalla Hiérenle por todas partes
Que en la Sagra ha sucedido, Y él no cesa de berilios,
s
Don Rodrigo de Cisneros , Ofendiendo y defendiendo
Con ánimo no vencido , Qon gran valor su partido,
Revuelto con los paganos Dando y recibiendo golpes,
Anda, y d'ellos mal herido, Que un muro fuera rompido
Queriendo cobrar él solo Firme su invencible pecho,
El ejército perdido, Sin ser de su ser movido,
Que los victoriosos moros Aunque ya rotas las armas,
Tenian ya en su dominio , La espada rotos los filos,
Dando muerte á los cristianos Y del cansancio y heridas
Y llevando los cativos. Cayó el Conde enflaquecido.
Aquí ve muerto al criado Fué preso allí, y por trofeo
Acullá ve al conocido; Llevado d'ellos cativo.
Allí echarle la cadena Libre el Rey de la batalla,
Al amigo, y d'ella asido Cuando ya en salvo se vido,
Darle voces, que le valga Teniendo aquel caballero'
En la memoria esculpido
ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTORIA DE ESPAÑA. SÍ9
Qu'en tan peligroso aprieto pctu para dar tiempo á que el Monarca se pusiese en salvo. Este
Le hizo tan gran servicio, romance citado es el que comienza diciendo : Si el caballo vos
Hizo inquisición quién era , han muerto, etc.
Porque no fué conocido, 2 Cuenta la crónica, que este Don Rodrigo de Cisneros fué
Por traer cubierto el rostro, uno de los jueces nombrados para presidir y sentenciar el reto
Y así, siendo aquesto oido, que entre los campeones del Cid y los condes de Camón se
Otro caballero al punto verificó por el ultraje hecho á las hijas de aquel.
Dijo al Rey qu'él habia sido
El que le dio su caballo,
Y lo libró del peligro : EPOCA DE DOÑA URRACA HIJA DE ALFONSO VI.
Lo cual del Rey escuchado, J
Cual lo dijo fué creído , ,
Y así le remuneró \
Con obras tal beneficio.
Don Rodrigo de Cisneros, 917.
En prisión y mal herido, LEALTAD DE PEDRO ANZÜRES.
Se concierta con los moros,
Que venidos á partido, (De Lorenzo de Sepúlveda *.)
Pagándoles su rescate, '\
Libre y sano al Rey se vino , Muerto es el rey Alfonso,
Donde siéndole contado El que á Toledo ganara,
Del premio qu'el otro ha habido Y por ser el Rey tan bueno
Con real munificencia Su muerte fué muy llorada.
Por el servicio que hizo, Por ser querida de toda
Delante del Rey se puso, Esa gente castellana,
-
Y al Rey d'esta suerte dijo : Esa Doña Urraca Alfonso
— Muy poderoso Señor, ¡ Los sus reinos heredaba.
Cuyo nombre esclarecido No ha el Rey otro heredero;
Es celebrado en el mundo, Segunda vez la casara
y del corazón temido, Con ese rey de Aragón;
Yo soy, si tienes memoria, Mas juntos poco duraban,
De quien fuiste socorrido Por ser parientes cercanos,
En la Sagra de Toledo, Y la Iglesia lo vedaba.
Donde te hallé ofrecido E l Rey se vuelve á Aragón,
A los bárbaros airados, En Castilla ella quedara.
De quien eras oprimido. La Reina pidió sus tierras,
Quitóte del poder d'ellos Que del su padre heredara,
Por mi brazo defendido; A aquellos que las tenían
Bájeme de mi caballo, Y les fuera dado en guarda;
Viendo el tuyo mal herido; Y ellos luego se las dieran,
Dite por los moros vía, Y el homenaje quebraran
Y d'ellos fui yo cativo; Que al rey de Aragón hicieron
Has pagado aqueste hecho Cuando á ella se juntara.
A quien lo habia merecido El conde Don Pedro Anzures
Por otras nobles hazañas, Quebrantara su palabra.
No por esta que te dijo, Vistióse de paños buenos,
Que yo soy el que la hice, Paños nobles de escarlata,
Y para claro testigo Encima un caballo blanco,
Este girón lo declara, i Una soga á su garganta :
Que corté de tu vestido, Con él muchos caballeros
El cual dará testimonio Que iban en la su guarda.
Ser verdad, lo otro fingido.-— Se partió para Aragón,
El Rey se admiró del caso, Adonde el buen Rey estaba,
A quien hiciera homenaje
Y el girón d'él conocido Por tierra que del tomara.
Le dijo que demandase, Ante el Rey habia llegado
Que d'él le era concedido
Cualquier cosa que pidiese, Y grandes de su mesnada,
Y así luego Don Rodrigo Y díjole : — Rey Alfonso,
Le dijo : — Señor, en esto Aquí fué la mi llegada
Ninguna cosa te pido A ponerme ep vuestra mano,
Mas de que solo me otorgues Como aquel qce mal obraba.
Por el girón que he traído, Póngome á vuestra mesura,
Que lo ponga por mis armas, Pues yo quebré mi palabra :
Y d'él tome mi apellido.— La tierra que vos me distes
El Rey se lo otorgó, y luego Dila yo á Doña Urraca
En su blasón lo ha esculpido, Mi señora natural,
Y en memoria d'este hecho A quien no podia negalla.
Nuevo nombre dio al antiguo. Ahora entrego á vos mis manos,
Don Rodrigo de Cisneros Y mi boca os entregaba,
De los Girones se dijo, Y mi cuerpo, que os* hicieron
De quien los condes de Ureña El homenaje y palabra.
Han por sucesión venido. Vos bien me podéis matar
Y en mí vengar vuestra saña. —
(COEVA, Coro Febeo, etc.) Grande enojo tomó el Rey
n
De aquesto que le contaba :
t). y hecho semejante al que ejecutó, según este romance,
g 0 d e Cisn Luego lo quiso matar;
te"Sai 8
eros, cediendo al Rey su caballo para que
s e a t r i o u e Mas los suyos lo estorbaban.
de i» K ' y también á Moneada, el cual en la batalla
JusnT i o t a
P° m u r i < i rn a l ) e r
dejado el suyo al rey Don Dijeron al Rey, que el Conde
u
" •» peleando contra los portugueses, y deteniendo su fm- No dañó su buena fama
ROMANCERO GENERAL-
Eo haber dado á la Reina Diérale de sus haberes
Las tierras que demandaba : Con que contento quedara.
A su natural señora ( SEPÚLVEDA , Romanees nuevamente saeaiot,
Hiciera muy bien en darla,
Y con darle su persona i Hé aquf en este romance una de aquellas decisiones „™
El Conde muy bien obraba. p
denciales que entre nosotros se llamaron Fazañas v ¡™« A ,
El Rey loa mucho al Conde, rando un hecho particular se aplicaban á cuantos devniT».
s c
A Castilla lo enviaba; ocurrían análogos, adquiriendo fuerza de ley general

FIN DEL TOMO PRIMERO DEL ROMANCERO GENERAL.


TABLA DE LAS MATERIAS
CONTENIDAS E N ESTE TOMO.

pág. Píe. Pig.


Prólogo. . , • • . . v
Romances del juego de calías. 126 Romances de Don Gayferoj. 246
Apéndice del prólogo. xxxix del asalto de Baza. 127 del conde Grimaltos, Montesinos,
Discurso preliminar de la primera de la batalla entre un moro y un Durandarte y Belerma. 254
edición del Romancero de ro- cristiano. 128 del rey Marsin.
mances caballerescos é histó- SECCIÓN DE ROMANCES MORISCOS SATÍRICOS, de la muerte de Don Beltran en
ricos. XLIX Roncesvalies. 263
JOCOSOS Y BURLESCOS.
Apéndice del discurso preliminar, LXIII de la muerte de Don Roldan,
Catálogo de los pliegos sueltos del ' Romances de dichas clases. 128
del llanto de DoSa Alda, esposa
siglo XVI. LXVH SECCIÓN DE ROMANCES IMITANDO k LOS d,c Roldan, 264
del de los del XVII LXXX MORISCOS. del almirante Guarinos.
de los Romances de tiempo Romances de cautivos. 136 SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS , TO
posterior. LXXXV del Forzado de Dragut. 141 MADOS DE POEMAS ITALIANOS.
de las Relaciones en romances, xciv de cautivos de Ochalí. , 144
Romances de Cervino moribundo. 26'
de idem de Arnaute Mahamf.' 147
R O M A N C E S MORISCOS. de Olimpia y Vireno. 26'
de Angélica y Rugero. 26!
SECCIÓN DE ROMANCES MORISCOS NOVELESCOS ROMANCES CABALLERESCOS.
de Sacripante y Angélica, 269
SUELTOS. SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS de Angélica y Medoro. 269
Romance de Almanzor y B o b a l í a s . i SUELTOS. de la locura de Roldan, 271
de Bobalías el pagano. 1 Romance de Vergilios. 151 de Doralice, Rodamonte y Manrí
de la Morilla burlada. 1 de la Infantina. 152 cardo, 273
de la Infanta mora y Alfonso R a - del conde Arnaldos. 153 de Rodamonte despechado, 274
mos. 2 deFloriseo y la reina de Bohemia. 153 de la discordia en el campo de
de la in fanta Sevilla y Peranznles. 2 de Don Duardos y F l é r i d a . 156 Agramante. 274
del moro Bucar, que resuelve una del Soldán de Babilonia y el conde del llanto de Doraliceporlamuér-
cuestión de amor. 2 de Narbona. 157 te de Manricardo. 275
SECCIÓN DE ROMANCES MORISCOS QUETORMAN del conde Don Martin y Dofia Bea- de la muerte de Agrican. 275
SERIES DE NOVELAS. triz. 157 de cómo Bradamante mató al mo-
del Palmero. 157 ro Urgel. 276
Romances de Moriana y Galvan. 3
de Don Bernaldino. 158 de los celos de Bradamante. 276
de Abenamar. 5
del Infante vengador. 159 de la conversión de Rugero. 277
de Azarque el granadino. 9 de Rugero que vence y bautiza á
de la Infanta encantada. 159
de Gazul. 12
de Rico Franco Aragonés. 160 Sacripante. 277
de Abenumeya. 23
del mezquino amador. 160 de Rugero y León Augusto. 278
de Zaide. 24 del adúltero castigado. 161 de Rugero y Rodamonte. 281
deTarfe. 33 de la constancia. 161 de F l o r de L i s , y la muerte de
de Abindarraez el tio. 36 del amante despechado. 162 Brandimarte. 282
de Abenzulema. ¿5 del baño en el J o r d á n . 162
de los amores de Muza. 46 SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS DOC-
del ausente. 162
de Reduaii. 53 de la dama y conde alemán. 163 TRINALES, SATÍRICOS V BURLESCOS.
de Boabdil y Zara. 55 de los deslices de amor. 163 Romance burlesco de Durandarte. 283
de idem yVindaraja, y la pérdida de la infantina de Francia. 163 de Belerma. 285
de Antequera. 58 del amor filial. 174 de Roldan. 284
de Celin de Escariche. 61 de la esposa fiel. 175
de Celin Audalla. 62 dé la desconliada celosa. 175 R O M A N C E S HISTÓRICOS.
de Audalla. 65 de Geririeldos. 175 SECCIÓN DE LA HISTORIA SAGRADA.
de Saler Cegrí. 70 de Melisenda y el conde Ayruelo. 177 Romance de Adán en el Limbo. 289
de Adulce. 70 de Espínelo. * 177 de Josué, que detiene el curso del
del alcaide de Molina. 72 del infante Troco. 178 sol. 289
de Ámete Alí. 74 del conde Grifos Lombardo. 178 de Judit y Olofórnes. 290
de Celindos. 75 de Don Diego de Acebedo y la In- de Nabucodonosor. 997
de Celalba. 77 fanta mora. " 179 de David. 297
de Zulema. 77 del conde S o l . 180 de David, que lamenta la muerte
de Cegrí. 81 de Don Galvan y la Infanta. 181 de Saúl. 298
de Arlaja. 82 de la cordura de Aliarda. 181 de David y Bersabé. 299
de Arbolan. 83 del traidor Marquillos y Blanca . de Amon y Tamar. 299
de Aliatar, y el maestre de Cala- de David y Absalon. 299
trava. 86 Flor. 181
del maldiciente. 182 de la presa de Jerusalen por Tito. 300
de Muley. 89 de una madre que en el sitio de Je-
del Almoralife. 90 de Albanio y Felisarda. 182
de la colmenera y el caballero. 184 rusalen mató y se comió á su
del Jarife. 92 propio hijo. 300
de Lfsaro. 97 SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS DE
de Mohacen. 98 LAS CRÓNICAS GALESAS. SECCIÓN DE ROMANCES QUE TRATAN DE LOS
de Maniloro. 99 Romances de Amadis de Gaula. TIEMPOS MITOLÓGICOS Y HEROICOS DE GRE-
185
de Azarque el de Ocaña. 100 CIA Y ROMA.
del caballero del Febo. 186
de Albenzaide. 106 Época heroica de Grecia.
SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS DE
de Sarracino y Galiana. 106 Romances de las columnas de Hér-
LAS CRÓNICAS BRETONAS.
de Zaida la de Toledo. 107 cules de Sevilla. 301
de Bravonel de Zaragoza. 109 Romances de Lanzarote del Lago. 197 de Perseo y Andrómeda. 302
de Homar el Lusitano. 111 de Tristan de Leonis. 198 de Jason y'el Vellocino. 304
de Mostafá. 112 SECCIÓN DE ROMANCES CABALLERESCOS DE LAS de Pasiphe. 305
del Albanes. 113 CRÓNICAS CARLOYINGIAS, de Teseo y el Minotauro. 306
del viejo Reduan. 115 Romances del conde Dirlos. 198 deScüa,hijadeNiso;ydeMinos. 306
deDraguta. 116 del marques de Mantua y de V a l - Apuleyo transformado en asno. 307
de Zoraide. 116 dovinos. 207 de Hipomenes. 311
de Zerbin. 118 del conde Claros de Montalvan. 218 de Píramo y Tisbe. 311
ae Zclizardo. 118 del conde Alarcos. 224 de Hero y Leandro. 313
de Hametc y Tartagona, y la peña de Roldan desterrado. 227 del nacimiento de París. 313
oe os enamorados. 118 de Reinaldosy la infanta Celidonia. 232 del juicio de París. 314
de Roldan y Reinaldos en los rei- de los principios de la guerra tro-
de Alhabi; y Geviza. 119
nos de Aliarde. 235 yana. 315
de Doraizel y Ayafa. 119 de Héctor y Aquíles, 316
del desalio de Oliveros y Monte
J? ?fS«Jj. el último Abencerraje. 120 de Aquíles y Troilo. 316
sinos, 237
de Abdalla. 121 de las|treguas entre griegos y tro-
de la conquista de Trapisonda por yanos. — Muerte de Héctor, y
d
e l Español de Oran. 122 Reinaldos, 240
212 amoresdeAquílesconPolicena. 317
ae alcaide de Florencia. 125 de Roldan y el Trovador, de las obsequias de Héctor. 3^0
oeitorneo. ^25 del moro Calaínos. 243
TABLA DE LAS MATERIAS,
Pág. Píg.
Romances de Aquíles y Policena. 521 Romances del sueño de Pompeyo, D
r-. ? S n a n c h
° . mudado del
del caballo de Troya. 321 anuncio de su derrota. 383 Cid á su hermano Don García ¿o»
de la muerte de Policena. 322 Duelo y muerte de los hermanos La- Romances de cómo hizo lo mismo cnñ 9 8

de la reina Hécuba. 323 bienos. 384 suhermano Don Alfonso.


de Eneas y Dido. 323 Romance de la batalla de Farsalia. 385 de cómo á ruego de Doña Urraca 499
Eneas y Turno. 326 de la muerte de., Granio Petronio, 386 dejó la vida á Don Alfonso. 500
de la muerte • de
" Pompeyo.
~ 387 de cómo Don Alfonso se acogió á
SECCIÓN nE ROMANCES CONCERNIENTES A LA
de la muerte de César, 390 Alimaimon, rey moro de Toledo
de cómo Don Sancho pidió á su 500
HISTORIA DEL ASIA Y LAS DOS GRECIAS.
de la muerte de Cicerón, 390
Romance de la historia de Ciro, rey de la muerte de Marco Antonio 391 hermana Urraca la entrega de
de Persia. 327 Época del Imperio romano. Zamora, y ella se la negó.
de la continencia de Ciro con B * -anee de la Sibila que profetiza á del cerco de Zamora, y muerte 500
Pantea, esposa de Abradates. 329 Augusto la venida de Cristo. 392 de Don Sancho por el traidor
de Araspas y Pantea. 330 de la muerte de Séneca. 392 Bellido Dolfos. 502
de la muerte de Abradata. 331 de la muerte de Lucano. 592 del reto de Zamora por Diego Or-
de la muerte de Pantea. 332 del incendio de Roma por Nerón. 393 dofiez, que mata en lid á los
de la muerte de Atis, hijo de del imperio y de la muerte de He- hijos de Arias Gonzalo, cam-
liogavalo. 394 peones de la ciudad. ' 508
de Artemisa, reina de Lidia. de la muerte de Sofronia. 395 Época de Alfonso el VI, con la 3.a parte de
de un hecho de Jérges y un piloto. 335 del Villano del Danubio. 395 los romances del Cid.
de los consejos de Filipo de Ma-
cedonia á Alejandro su hijo. 336 Época del bajo imperio y de los barbaros.Romances de cómo Don Alfonso vino
de Timoclea, doncella tebana. 336 Romance de Rosimunda y Alboyno. 395 de Toledo á reinar en Castilla. 521
de Darío fugitivo. • 338 SECCIÓN DE ROMANCES RELATIVOS Á LA HISTO- de la jura que tomó el Cid al rey
de Antíoco y Estratónica. 338 RIA DE ESPAÑA , DESDE LA ÉPOCA DE LOS Don Alfonso, del destierro que
Sobre dichos y hechos de algunos filósofosGODOS EN ADELANTE. por ello le impuso, y de las ha-
zañas y conquistas qué hizo du-
Romance de Solento de Locres. 359 Época de Atanagildo. rante estas desavenencias. 523
de Solón, que se finge loco, Romance del milagro de un Crucifijo de la conquista de Valencia por el
de la muerte de Sócrates. 341 escarnecido por un judío. 396 Cid, sus lances con Martin Pe-
de la paciencia de Diógenes. 342 Época de Vamba. laez, y su reconciliación con el
de Diógenes y Platón. 343 Romances relativos á este rey. 397 Rey. 534
de Dionisio y Damócles. 344 Época del rey Don Rodrigo. del Cid y sus yernos los Condes
SECCIÓN DE ROMANCES CONCERNIEHTES A LA Romances relativos á este rey, á sus de Carríon, y de la venganza
HISTORIA DE ROMA. amores con Florinda, hija de que tomó de ellos por el ultraje
Época de sus primeros reyes. Don Julián, y á la pérdida de que hicieron á sus hijas. 541
Nacimiento de Rómulo y Remo. 34b España. 398 Mensaje del soldán de Persia al
Romances del rapto de las sabinas. 346 Época delrey Don Pelayo. Cid.
de la apoteosis de Rómulo. 348 Romances de la batalladeCoYadonga: 411 de San Pedro, que anuncia al Cid
de los Horacios y Curiacios. 349 la hora de su muerte. 565
delapresadeCarmonaporMuza. 413 de la despedida del Cid, estando
de Tarquino Prisco. 351 de la ,de Toledo por Tarif. 413 para morir. 506
de Tulia, hija de Servio Tulio. 352 del rey moro A'cabat. 413
de Tarquino y Lucrecia. 353 Época de Favila, Mauregato, Alfonso II el del testamento del Cid.
de la.muerte del Cid. m
Época de la república romana hasta las Casto, Bermudo I y Ramiro I, con la de cómo el Cid,ya cadáver,y mon- 569
guerras púnicas. historia de Bernardo del Carpió. tado sobre Babieca , venció á
Romance de la muerte de Don Favila. 414 Rucar, que sitiaba á Valencia.
Romances de Mucio Scévola. 353 de la muerte de Bermudo I de
de Cloelia, virgen romana. 354 de cómo el cuerpo del Cid, em-
de. Camilo, libertador de Roma. 355 León. 414 balsamado, fué depositado en
deCoriolano,sitiador Roma. 357 de la milagrosa cruz de Oviedo, San Pedro de Cardona. 571
de Virginia y Apio Claudio. 560 que hizo fabricar Alfonso II. 414 en elogio del Cid. 571
del niño Papirio. 361 de las fundaciones piadosas de de cómo el Cid, muerto, sacó la
Época romana durante las guerras púnicas dicho rey. 415 espada contra un judío que
Romance del juramento de Aníbal. 362 de su muerte. 416 quiso ultrajar su cadáver. 572
de Aníbal sobre Sagunto. 363 del feudo de las cien doncellas. 416 de cómo Don Sancho de Navar-
de un suceso maravilloso que so- Bernardo del Carpió. ra, en honor de la bandera del
bre las orillas del Ebro anunció Romances de la historia de Bernardo Cid , abandonó la presa que
á Aníbal su glorioso destino. 365 del Carpió. 417 hizo á los castellanos. 572
de la Italia invadida por Aníbal. 366 Época de Bermudo II de León, con los en loor de los monjes de San
de la batalla de Cannas. 366 manees de los Infantes de Lara, y lo, Pedro de Cárdena,, que fueron
de la muerte de Paulo Emilio. 366 los Condes de Castilla. martirizados por los moros. !574
de Aníbal viejo y enamorado. 367 Romances de los Infantes de Lara y vindicación de las hazañas del Cid
de la muerte de Asdrúbal, cuñado , el bastardo Mudarra. 439 contra los que las tienen por
de Aníbal. 368 del conde de Castilla Fernán Gon- fabulosas. 874
de la continencia de Escipion el zález. 457 mente la
Continúa
á
época de Alfonso VI, relativa-
los sucesos de que no participó
Africano. 368 del conde Garcí Fernandez, y el
de Escipion, que concita á llevar castigo de su adúltera esposa. 470 Romances el Cid.
la guerra á África. 369 de cómo Alfonso VI hizo
de Cayo Claudio, vencedor de As- de Don Sancho García, y su ma- alianza perpetua con su favo-
drúbal: 370 dre, que quiso envenenarle. 471 recedorAlimaimoB,reymorode
de la muerte de Sofonisba, es- de García I , asesinado por los Toledo. 8 7 5

posa de Masinisa. 371 Velas, y castigo de estos. 473 de cómo la reina Constanza y el ar-
Resumen de los hechos de Escipion, Sigue la época de Bermudo II de León, zobispo Don Bernardo Francés,
vencedor de Aníbal. 372 Romances de la calumnia , por mila- despojaron, contra lostratados,
de la muerte de Aníbal. 373 gro deshecha, y de la acusa- á los moros, de la mezquita de
de Catón el censor. 374 ción contra el arzobispo Ataúlfo. 474 Toledo, y la hicieron iglesia. 57o
de la muerte de otro Asdrúbal. 374 Época de Alfonso V de León. de la muerte de Don García. 576
de la destrucción de Cartago por Romances del casamiento de Doña Te- de cómo Alfonso VI se casó con
el segundo Escipion. 375 resa con el rey moro. 476 la infanta Zaida , hija del rey
de la ruina de Numancia. 376 Época de Fernando I de Castilla, con la moro de Sevilla. o m

Época romana desde la ruina de Numancia1.a parte de los romanees del Cid Cam- de la muerte de Don Sancho, lujo
hasta el fin de las guerras civiles de Roma. peador. de Zaida y del rey Don Alonso. »''
Romance de la traslación del cuerpo de un milagro de San Isidro. °"
Romance de Mario, vencedor de los del origen de los Girones, por
de San Isidro. 477
cimbros. 377 Romances de la 1.a parte de la histo- una hazaña que Don Rodrigo
de Mario, proscrito, contemplan- ria del Cid durante el reinado de Cisneros hizo, libertando 578 _
do las ruinas de Cartago. 378 de Fernando I. 478 al rey Don Alonso VI.
dePompeyoyGencio.reydelliria. 379
de César, que repudia á su esposa. 379 Época de Sancho II de Castilla, con laÉpoca de la reina Doña Urraca, hija 9
de Cesar y Amidas el barquero. 380 2.a parte de la vida del Cid, y el cerco sucesora de Alonso VI.
del paso del Rubicon por el ejér- y reto de Zamora. Romance de la lealtad de Pedro An-
cito de César. 582 Romances de cómo despojó yaprisio zures.
ÍNDICE ALFABÉTICO.

INDICACIÓN DE LOS SIGNOS


QUE SIRVEN PARA SEÑALAR Á CADA ROMANCE L A CLASE CARACTERÍSTICA Á QUE SEGÚN SU ESPÍRITU Y ÉPOCA CORRESPONDE.

a
I. Clase 1. Romances viejos directamente populares, ó cuando mas, modificados en su redacción
cual nos la ha conservado la tradición oral. Versan casi todos sobre hechos de nuestra historia nacional,
posterior ó contemporánea á la conquista de los árabes. Esencialmente objetivos, el poeta solo aparece,
en ellos como simple narrador, sin mostrar de sí mismo otra cosa que el estilo y el orden que da á las
ideas. Pertenecen á una época anterior á la imprenta, y antes de su descubrimiento se conservaron de.
memoria, y no existió ninguno, que sepamos, escrito. Su versificación es imperfecta, tanto en la medida
como en la rima, que á cada paso se altera y cambia.
a
II. Clase 2. Romances viejos tradicionales y populares, donde se inicia el espíritu oriental de los
moros españoles, y á los que sirven de argumento los hechos históricos ó novelescos, en que se carac-
teriza mas especialmente su civilización tal cual nosotros la concebíamos ó percibíamos. Sus formas
son épicas, y el poeta trasmite ya sus propias impresiones tales cuales se las inspiran los hechos, y el a
mo'do con que excitan su alma. Pertenecen á una época de tradición posterior á los déla 1. clase. Mezcla
en ellos los consonantes con los asonantes, aunque predominau los primeros.
a
III. Clase 3. Romances viejos populares, también de tradición oral, pero compuestos por juglares.
Están tomados de asuntos ajenos a nuestra propia historia y costumbres, aunque un tanto asimilados á
ellas. Sus fuentes de imitación son en general las tradiciones y crónicas feudales caballerescas. Apare-
cen ya con formas épico-narrativas, pero preponderante el elemento objetivo poco alterado. Pertenecen
a
próximamente á la misma época que los de la 1. clase. En su prosaica versificación se usan á la ventura
y mezclados el consonante y el asonante, y su medida es incorrecta é inartificiosa.
a
IV. Clase 4. Romances antiguos popularizados. Época escrita y de erudición. Calcados é imitados
a
servilmente sobre los de la 1. clase, y tomados sus asuntos y su letra de las crónicas antiguas cuya
prosa riman y cuyos giros afectan artificiosamente, estaban destinados á sustituir á los viejos, y á vulga-
rizar nuestros hechos y tradiciones históricas, que suponían presentar despojadas de su parte fabulosa.
Son en su esencia objetivos, y pocas y escasas veces un tanto épicos y razonadores. Su medida y rima
a a
es como la de los de la clase 1 . y 3.
a
V. Clase 5. Romances antiguos popularizados. Época escrita. Es su tipo característico el de las clases
a a a
1. , 2. y 3. , según los asuntos de que tratan, cuyo espíritu y sencillez conservan en medio de formas
mas artísticas, y del lenguaje cultivado propio del tiempo en que se compusieron. Tienen en estas últi-
a
mas cualidades mucha analogía con los de la clase 7. ó artística del siglo xv, y las continúan hasta la
a a
sétima década del xvi. En los que imitan ó que proceden déla 1. y 3. clase, prepondera el elemento
a
épico; y en los que de la 2. se desarrolla algo mas el lírico, adornado del colorido oriental de sus mo-
delos. Nótase esmero, cuidado y arte en la medida y rima de sus versos, que casi siempre es de conso-
nantes continuados, sin mezcla de asonantes, aunque hay algún otro en asonancia.
a
VI. Clase 6. Romances nuevos vulgares, producidos próximamente desde la cuarta década del si-
glo xvi hasta el dia. Escritos con el lenguaje y formas contemporáneas á su composición. Son, para
a
su tiempo, lo que para el viejo fueron los de la clase 1. y los vulgares son para los posteriores. Sus
autores afectan el cultismo que se hallaba inoculado hasta en el vulgo, y dan lugar frecuentemente al
elemento subjetivo y lírico que de la poesía artística habia descendido hasta las clases mas ignorantes,
y se continúan hasta el dia de hoy con pocas diferencias. Son por lo común obra de gente lega, pero
que presumiendo mas de ciencia y genio que el vulgo, pretende distinguirse de él afectando un lenguaje
hinchado y un estilo declamatorio. Su versificación es incorrecta y llena de ripios.
a
Vil. Clase 7. Romances antiguos popularizados de los trovadores y poetas artísticos del siglo xv y pri-
meras décadas del xvi. Son puramente subjetivos, líricos y doctrinales. Se distinguen como .imitación de la
poesía provenzal por su sutileza de ideas y pensamientos, y por su tendencia á la alegoría. Su construcción
es artificiosa, y su rima y medida bastante bienarreglada.Parasu época sonlo que fueron para la suya los de
a a
la 2. sección de la clase 8.
a
VIII. Clase 8. Romances artísticos modernos popularizados. Consta esta clase de dos series. La primera
contiene composiciones donde se conserva la forma épica, y se mezcla con la lírica, doctrinal y descriptiva,
guardando todavía mucha importancia el asunto objetivo, aun en medio de los ornatos de la imaginación
Y de la parte que de sí propio pone el poeta. Sus formas son artísticas, su expresión oratoria, y dege-
a
neran frecuentemente en afectada declamación. Tienen analogía con los de la 5. clase, que aveces les
a
nan servido de modelo. La segunda serie de esta 8. clase es la mas eminentemente artística, y en sus
composiciones se hallan reunidos todos los elementos de la poesía castellana popularizada en romances,
cuya base fueron los viejos y tradicionales, á los cuales el arte impuso nuevas formas, adaptando las
antiguas á laintonacion lírica y á la expresión de los sentimientos subjetivos, ya fuesen doctrinales,
eróticos, satíricos, etc. Los romances de esta serie, aunque sean históricos los asuntos y hechos sobre
que versan, los aceptan como accesorios, y solo sirven de disfraz y de pretexto para que el poeta disi-
mule un, tanto su personalidad, y para que exponga sus propias ideas, haciendo del sujeto el objeto
a
principal de sus inspiraciones. Los romances de la primera sene de esta clase 8. se llaman vulgarmente
00 ) e r t e n G c e n a
laTíf -' l en general á las tres últimas décadas del siglo xvi. Los de la 2. corresponden á
ras aos ultimas décadas del mismo siglo, y se continúan hasta el dia, aunque nosotros solo incluimos los
anteriores al siglo xvm.
384 ÍNDICE ALFABÉTICO.
- Hemos denominado VIEJOS á los romances que carecen de toda pretensión artística, y que conservador
por la tradición oral, son anteriores á la imprenta, y no han llegado á nosotros escritos antes de dicha época
Decimos ANTIGUOS á los que, tomados y calcados sobre los viejos, se compusieron por poetas del siglo xvi
desde su segunda hasta su quinta ó sexta década, cuando ya se escribian ó imprimian en pliegos sueltos ó en
antologías y colecciones generales y especiales. a
, , , . , ,
Llamamos NUEVOS á los romaces de la 6. clase, todos de actualidad, ya en los hechos y asuntos de que
tratan, ya en las formas vulgarísimas que aceptan.
a
Y en fin consideramos como MODERNOS los de la 8. clase, por contener en sí, y haberfijadotodos
los elementos que formaron el sistema poético nacional que llegó á popularizarse, y aun se continúa como
emanación de su tipo primitivo.
ABREVIATURAS.
A. equivale á Amatorio, ó Erótico. Mor. equivale á Morisco.
Aleg. á Alegórico. Past. á Pastoril.
Anacr. á Anacreóntico. Pie. á Picaresco.
B. á Burlesco. Piscat. á Piscatorio.
C. á Cancionero. R. á Romancero. ,
Caball. ó Cab. á Caballeresco. Rom. á Romance,
D. á Doctrinal. Venat. á Venatorio.
Fest. á Festivo. Vill, á Villanesco.
G. á General. Vúlg. á Vulgar.
Histór. ó Hist. á Histórico. X. á Xácara ó de Xaques
Joc. áJocoso,

ÍNDICE ALFABÉTICO DE ESTE TOMO.


N.° Clase. Pág. N.° Clase. Pág.
Abifldamez y Muza.— Anónimo. Rom. Mor. dos de Cegríes, etc.) 43 VIII. 2o .
(Flor de varios y nuevos romances, etc. 2.a par- Afligido está el rey Creso. —Juan de la Cueva.
te.— ítem. Romancero general.)' . . . . 75 VIII. 36 Rom. Histór. de la muerte de Atis. — ( CUEVA,
Abrasado en viva llama. — Anónimo. Rom. Coro Febeo de romances,^.). . . . . .497 VIII. 332
Mor. de Tarfe. (Romancero general.) . . . 70 VIII.. 33 Afuera,afuera, aparta, aparta.—Anónimo.Rom.
Acababa el rey Fernando.— Anónimo. Rom. Mor. de los amores de Muza.—(Flor de varios
a
Histór. del Cid.— (Romancero general.— y nuevos romances, 2. parte. —ítem. Roman-
ítem. ESCOBAR , Romancero del Cid.) . . .760 VIII. 497 cero general.) 88 VIII. 46
Acabada la batalla.— Anónimo. Rom. Histór. del Afuera, afuera, Rodrigo.—Anónimo. Rom. Hist.
Cid y sus yernos los Condes.— (ESCOBAR, del rey Rodrigo.— (Cancionero de romances.—
Romancero del Cid.) 887 VIII. S60 ítem. TIMONEDA, Rosa española.—ítem. ESCO-
Acabadas son las bodas. — Anónimo. Rom. BA, Romancero del Cid.) 774 1. 503
Histór. de los Infantes de La ra.—(SEPÚLVEDA, Ageno de tener guerra.—Anónimo. Rom. Mor.
Romances nuevamente sacados, etc.). . . .669 IV. 445 del Cautivo—(Romancero general.). . . . 262 VIII. 138
Acabado de yantar.—Anónimo. Rom. Histór. del A Grecia parte Rugero.—Pedro de Padilla. Rom.
Cid. — (Romancero general.—Itera. ESCOBAR, Caball. de Rugero-yLeón.— (PADILLA, Tesoro
Romancero del Cid.) . . 881 VIII. 542 de varias poesías.) 426 VIH. ¿is
Acabo de mucho tiempo.— Anónimo. Rom. Aguardando estaba Hero.— Anónimo. Rom. Hist.
Histór. de Bernardo del Carpió. —(TIMONEDA, de Hero y Leandro. — (LINARES,Cancionero
Rosa española.) 625 V. 419 llamado Flor de enamorados.) 467 V. oló
A Calatrava la vieja.—Anónimo. Rom. Histór. de Aguardando que amanezca. — Anónimo. Rom.
los Infantes de Lará.--(Cancionero de roman- Histór. de Bernardo del Carpió.— (Romance-
ces) , 665 I. . 439 ro general.) 648 VIH. * "
A caza iban, á caza. —Anónimo. Rom. Caball. Ali, mis señores poetas.—Anónimo. Rom. Mor-
de Rico Franco.— (Cancionero de romances.). 296 III. 160 de burlas.— (Romancero general.). . . . ¿ 245 v w . "•»
cazar va Don Rodrigo.—Anónimo. Rom. Hist. Airado está contra España. — Juan de la Cueva.
A del rey Don Rodrigo. —(Cancionero de ro- Rom. Histór. de la muerte de Asdrúbal.— a

mances.) 691 I. 455 (CUEVA¡ Coro meo.) . 537 VIII.->6b


A cazar va el caballero.—Anónimo. Rom. Caball. A Jimena y á Rodrigo.—Anónimo. Rom. Histór.
de la Infanta encantada. — (Cancionero de ro- del Cid.— (Romancero,general. — ítem. Esco- ,„„
mances.) 295 III. 159 BAR, Romancero del Cid.) . . 739 Vi».*°o
A caza va el Emperador.—Anónimo. Rom. Cab. A la gineta vestido.—Juan de Salinas. Rom, Mor.
del conde Claros.—(Cancionero de romances. de Arbolan.— Flor de varios y nuevos romW-
— ítem. Aquí se contienen cuatro romances ees, 2.a parte.— ítem. Códice delsiglo xvn.— <,..
'•' viejos, y este es de Don Claros, etc. Pliego ítem. Romancero general.) 1 M u

suelto.) .364 III. 223 Al alcaide de Antequera.—Anónimo. Rom. Mor. ^


Acompañado aunque solo. — Anónimo. Rom. deJarife.— (Romancero general). . • • , •
Mor. de los amores de Muza. — (Romancero A la orilla de Jenil. — Anónimo. Rom. Mor. de & i

general.) 98 VIH. 51 los amores de Muza.— (Romancero general.)- JJ ' " ' •
A concilio dentro en Roma.—Anónimo. Rom. A la postrimera hora. — Anónimo. Rom. Histór. . g 6 8

Histór. del Cid.—(TIMONEDA, Rosa española.— del Cid moribundo — (Romancero general.). • »J» " " •
ítem. ESCOBAR, Romancero del Cid.). . . . 756 V. 494 A la que el sol se ponía.—Anónimo. Rom. Hist.
Admirada está la gente. — Anónimo. Rom. Mor. de la muerte de Policena.—(LINARES, Cancio- IJ
3 2 2

de los amores de Muza.—(Romancerogeneral.!. 90 VIII. 47 ñero llamado Flor de enamorados.). . . • • *


• Adoflr de Mudafar.—Anónimo. Rom. Histór. del Al arma, al arma sonaban. — Anónimo. Rom. ... ¿gg
i i 0
Cid. — (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sa- Histór. del Cid.— (Romancero general.). •• '
cados, etc.— ítem. ESCOBAR , Romancero del A las puertas de palacio.—Anónimo. Rom. Hist. .. i 5 2

. Cid.) 833 IV. 533 de Aquílesy Policena.—(Romancero general.), ¿/o « •


Adornado de preseas.—Anónimo. Rom. Mor. de A las sombras de un laurel.— Anónimo. Rom.
Gazul.—(PÉREZ DE HITA, Historia de los ban- Mor. de Bravonel de Zaragoza.— (Romancero
ÍNDICE ALFABÉTICO.
N.' Clase. Pag. N." Cla>e. Pág.
general.) 215 VIH.111 PÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) 882 556 IV.
A la vista de los Velez. — Anónimo. Rom. Mor. Ante el senado de Atenas.—Juan de la Cueva.
de Muley.— (Romancero general.). . . ^ .174 VIII. 90 Rom. Histór. de la muerte de Sócrates.—
A la vista de Tarifa. — Anónimo. Rom. Mor. del. (CUEVA, Coro Febeo.). 507 VIII.341
forzado de Dragut. — [Romancero general.).. '273 VIII. 143 Ante los nobles y el vulgo.—Anónimo. Rom.
41bayaldos el de Olías. — Anónimo. Rom. Mor. Histór. del Cid, y el cerco de Zamora.—[Ro-
de Azarque el de Ocaiía. — [Romancero ge- mancero general.—-ítem. ESCOBAR, Romancero
neral.) 199 VIII. 104 del Cid.) 801 VIII. 516
Albornoces y turbantes. — Anónimo. Rom. Mor. Antes que barbas tuviese.—Anónimo. Rom.
de Abenamar.— [Romancerogeneral.).. . . 21 VIII. 9 Histór. de Bernardo del Carpió.—(Romancero
Alborotada está Roma.—Juan de la Cueva. Rom. general.). . . 656 VIH. 435
Histór. de César, que repudia á su mujer.— Antes que el sol su luz muestre. — Anónimo.
(CUEVA, Coro Febeo', etc.) 553 VIII. 379 Rom. Mor, de Mohacen. — (Romancero ge-
Alcaide moro Allatar.—Anónimo. Rom. Mor. de neral.) , •i 'III. 98
Aliatar.— [Romancero general.)...... 167 VIII 86 Años hace el rey Alfonso.—Anónimo. Rom
Al camino de Toledo.—Anónimo. Rom. Mor. de Histór. del Cid y sus yernos los Condes.—
Adulce.— [Romancero general.) 140 VIII. 72 ( MADRICAL , Segunda parte del Romancero ge-
Al casto rey Don Alfonso.—Anónimo. Rom. Hist. neral.— ítem. ESCOBAR, Romancero del Cid.). 874 VIII. 552
de Bernardo del Carpió.— [Romancero ge- Apartado del camino.—Lúeas Rodríguez. Rom.
neral.) 633 VIII 424 Caball. de la muerte-de Roldan.—(RODRÍGUEZ,
Al cielo piden justicia.—Anónimo. Rom. Histór. Romancero historiado.) 399 VIII. 264
del Cid y sus yernos los Condes.— (ESCOBAR, Apartádose há el Infante.—Anónimo. RonuCab.
Romancero del Cid.) .
864 VIII 548 de la Infanta de Francia.— (Códice de princi-
Al conde Sancho Fernandez. —Juan de la Cue- pios del siglo xvi.) 316 173
va. Rom. Histór. de la condesa de Castilla y Apenas amanescíe.—Anónimo. Rom. Caball. de
su hijo Don Sancho. — (CUEVA, Coro Fe- la infanta de Francia.— (Códice de principios
beo, etc.). 715 VIII. 471 del siglo xvi.) 315 172
Al dorado Rubicon. — Gabriel Lobo Laso de la Apenas era el Rey muerto. — Anónimo. Rom.
Vega. Rom. Histór. del paso del Rubicon por Histór. del Cid. —(Cancionero de romances.). 773 I. 503
César.— (LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero Apeóse el caballero. — Don Luis de Góngora.
y tragedias de. —ítem. Romancero general.). 556 . VIII. 582 Rom. Caball. de amores.—(GÓNGORA, Obras.). 334 VIH.184
Algún fronterizo alarbe.—Anónimo. Rom. Mor. A pié está el fuerte Don Diego. —Lúeas Rodrí-
de Zaide.— (Romancerogeneral.) 69 VIII. 33 guez. Rom. Histór. del Cid, y el cerco de Za-
Al lado de Sarracina.—Anónimo. Rom. Mor. de mora.— (RODRICUEZ, Romancero historiado.). 799 VIH. 515
Jarife.— (Romancero general.) 183 VIII. 95 Apretada está Valencia.—Anónimo. Rom. Histór.
Almucamuz de Sevilla.— Lorenzo de Sepülveda. del Cid.— (Cancionero de romances.). . . . V. 534
Rom. Histór. de la traslación de San Isidoro. Apretada tiene á Roma. — Gabriel Lobo Laso de
— ( SEPÜLVEDA , Romances nuevamente saca- la Vega. Rom. Histór. de Coriolano, sitiador
dos, etc.) 723 IV. 477 de Roma.— (LOBO LASO.DE LA VEGA, Román-
Alojó su compañía. — Anónimo. Rom. Mor.de cero y tragedias.).. . . 525 VIII. 358
Brabonel de Zaragoza.—(Flor de varios y nue- Apriesa pasa el estrecho.—Anónimo. Rom. Mor
vos romances, 1.a parte.—ítem. Romancero del forzado de Dragut. — (Romancero ge-
general.). . . ' 211 vin.110 neral.). . 274 VIH. 143
A los pies arrodillado.—Anónimo. Rom. Histór. Aquejado de los dioses. — Juan de la Cueva.
de Bernardo del Carpió.—(MADRIGAL, Segun- Rom. Histór. de Andrómeda y Perseo.—(CUE-
da parte del Romancero general.) 636 VIII. 425 VA, Coro Febeo.). . 457 VIII.
302
A los suspiros que Audalla. — Anónimo. Rom. Aquel alto emperador.— Lúeas Rodríguez. Rom.
Mor. de Audalla. — (Romancero general.). .130 VIII. 66 Caball. del caballero del Febo. —(RODRÍGUEZ,
A los torreados muros. — Anónimo. Rom. Mor. Romancero historiado.) 349. VIII.193
de Celindos. —(F/OÍ' de varios y nuevos ro- Aquel esforzado moro. — Anónimo. Rom. Mor.
mances, 3.a parte. — ítem. Romancero ge- de Zulema.—(Romancero general.). . . . 152 VIII. 78
148 VIII. 76 Aquel firme y fuerte muro.—Anónimo. Rom.
Al pié de una verde haya.—Anónimo. Rom. Mor. Mor.de Sarracino y Galiana. — (Romancero
efe Moriana y Galvan,— (TIMONEDA, Rosa de general). . . 204 VIH. 107
amores.) ion. 4 Aquel heroico romano.—Anónimo. Rom. Histór.
Al pié de un túmulo negro. — Anónimo. Rom. del robo de las sabinas.— ( MADRIGAL , Segun-
Histór. de Bernardo del Carpió.—(Romancero da parte del Romancero general.) 513 VIII.
3¡8
general.) 664 VIII. 439 Aquel magnánimo Febo. — Lúeas Rodríguez.
Al tiempo que el sol salía. — Pedro de Padilla. Rom. Caball. del caballero del Febo.—(RO-
Rom. Caball. de Rugero y,León. —(PADILLA, DRÍGUEZ, Romancero historiado.) 348 VIH.193
Tesoro de varias poesías.) 430 VIII. 280 Aquel moro enamorado. — Anónimo. Rom. Mor. .
Al tiempo que el sol esconde.—Anónimo. Rom. de Adulce.— (Flor de varios y nuevos roman-
Mor. de Gazul. — (Flor de varios y nuevos ces, 1.a parte.—ítem. Romancero general.). . 137 VIH.70
romances, 1.a parte.—ítem. Romancero ge- Aquel que para es Ámete.—Anónimo. Rom. Mor.
neral.) ,• 47 VIII. 22 de Audalla.— (Romancero general.). . . 135 . VIII. 09
Al venturoso Cegrí. —Anónimo. Rom. Mor. de Aquel rayo de la guerra.—DonLuis de Góngora.
Cegrí.— [Romancero general.) 158 VIII. 82 Rom. Mor. de Abenzulema.—(Flor de varios y
Amarrado al duro banco.—DonLuis de Góngora. nuevos romances, 2.a parte.— ítem. Romance-
Rom. Mor. del forzado de Dragut. — ( GÓNGO- ro general.—GÓNGORA, Oirás.) 85 VIII. 45
RA , Obras.—ítem. Romancero general.—ítem. Aquel rey de los romanos.—Anónimo. Rom.
Flor de varios y nuevos romances, 1.a parte.).
268 VIII. 141 Histór. de Tarquino y Lucrecia. —(Cancio-
A media legua de Gelves.—Anónimo. Rom. Mor. nero de romances. —ítem. Silva de varios ro-
de Gazul.— [Romancero general.). . . '. . 38 VIII. 17 manceé.— ítem. Aquí se contienen quatro ro-
Ámete Aly Bencerraje. — Anónimo. Rom. Mor. mances antiguos. Elprimero cíe Tarquino, etc.
de Ámete A\y.—(Romancero general.). . .144 VIII. 74 Pliego suelto.) 519 V. 353
Amores trataba Albanio. — Lúeas Rodríguez. Aquel valeroso moro.—Anónimo. Rom. Mor. de
Rom. Caball. de Albanio y Felisarda. — (RO- Zulema.— (Romancero general.) 151 VIII. 77
DRÍGUEZ , Romancero historiado.) 333 VIII. 183 Aquella reina de Lidia.—Anónimo. Rom. Histór.
Amores trata Rodrigo.—Anónimo. Rom. Histór. de Artemisa.— (LINARES, Cancionero llamado
del rey Rodrigo. — (LINARES , Cancionero lla- Flor de enamorados.) . 498 V.
mado Flor de enamorados. — ítem. TIMONEDA, Aquese famoso Cid — Con gran razón es loado. 334
Rosa española. — ítem. Silva de varios ro- —Anónimo. Rom. Histór. del Cid.—(SEPÜLVE-
mances.). 589 V. 402 DA , Romances nuevamente sacados, etc. —
Andados los años treinta. — Anónimo. Rom. ítem. ESCOBAR, Romancero del Cid.). . . . 848 IV.
Histór. de Bernardo del Carpió.— (TIMONEDA, Aquese famoso Cid — De Vivar triste yacia.— 540
Rosa española.) 638 IV. 426 Lorenzo de Sepülveda. Rom. Histór. del Cid.
Andados treinta y seis años. — Anónimo. Rom. — (SEPÜLVEDA, Romances nuevamente saca-
Histór. de Bernardo del Carpió. — (Cancione- dos, etc.) 895 IV.
ro de romances.). . . 424 Aquí gozaba Medoro. — Anónimo. Rom. Caball. 567
634 I.
Ante el rey Alfonso estaba. — Anónimo. Rom. de la locura de Roldan. — (Romancero ge-
«istór. del Cid ysus yernos los Condes.—(SE- - neral.) 415 VIII
ÍNDICE ALFABÉTICO.
N." Clase. Pág. N.' Claie.Pág.
Ardiéndose está Jarifo. — Anónimo. Roía. Mor. nuevos romances, 1.a y 3.a parte. — ítem. Ro-
de JztiSe.—(Romancero general.) 182 VIII. 94 mancero general.) jgg yjjj ) m

Arias Gonzalo responde.—Anónimo. Rom. Hist. Azarque, moro valiente.— Anónimo. Rom. Mor.
del Cid, y el cerco de Zamora. — (Cancionero de Aliatar.—(Flor de varios y nuevos romances,
de romances. — ítem. ESCOBAR , Romancero del 3.aparte.—'ítem. Romancero general.).. . . 168 VIII R7
Cid.) „ • • „ • , • 788 I. 510 Azarque vive en Ocaña. — Anónimo. Rom. Mor.
Arrancando los cabellos.— Anónimo. Rom. Mor. de Azarque el de Ocaña. — (Flor de varios y
de Azarque y Adalifa.— (Romancerogeneral.). 25 VIII. 11 nuevos romances, 3.a parte.—ítem. Roman-
Arriba, canes, arriba.—Anónimo. Rom. Mor. de cero general.) 197 y i n i m

Moriana y Galvan. —(Cancionero de roman- Bajaba el gallardo Ámete.—Anónimo. Rom. Mor.


8 II. ' 3 de Ámete y Tartagona, ó la Peña de los ena-
Arriba, gritaban todos. —Anónimo. Rom. Mor. del morados. — (Romances varios de diversos au-
asalto de Baza.— (Romancero general.). . .242 VIII 127 tores.) 228 VIII n s
Asentado está Gayferos.— Anónimo. Rom. Cab. Bañando está las prisiones. —Anónimo. Rom.
de Gayferos. —(Códice del siglo xvi. —ítem. Histór. de Bernardo del Carpió. — (Romance-
Romance de Don Gayferos, que trata, etc. ro general.) > . . 625 VIH 420
' Pliego suelto. — ítem. Cancionero de roman- Batiéndole las ijadas.—Anónimo. Rom. Mor. del
ces.—llera. Silva de varios romances.— ítem. alcaide de Molina.— (Romancero general.). . m VIH 72
Floresta de varios romances.) 377 III. 248 Bella Zaida de mis ojos. — Anónimo. Rom. Mor.
Asida está del estribo.—Anónimo. Rom. Histdr. de Zaide y Zaida.— (PÉREZ DE HITA , Historia
del Cid y sus yernos los Condes.—(Romance- de los bandos de Cegríes, etc.). . . . . . 59 VIII 28
ro general. — ítem. ESCOBAR , Romancero del Besando siete cabezas. —Lope de Vega Carpió.
Cid.) VIII. 551 Rom. Histór. de Bernardo del Carpió.— (Ro-
Así no marchite el tiempo. — Anónimo. Rom. mancero general.) 684 VIII -452
Mor. de Abenamar.—(Romancero general.). . VIII. 7 Bien se pensaba.la Reina.—Anónimo. liom. Cab.
A solas le reprehende.—Anónimo. Rom. Histór. de Don Galvan. — (Cancionero de romances.). 328 III. 181
del Cid y Martin Pelaez.—(ESCOBAR, Roman- Bien te acuerdas, fácil mora. — Anónimo. Rom.
cero del Cid.) 838 VIII. 535 Mor., de Azarque el granadino. — (Flor de va-
Asombras de un acebuche. — Anónimo. Rom. rios y nuevos romances, 3.a parte.) 26 VIII. 11
Mor. de Cegri.— (Flor de varios y nuevos ro- Blanca sbis, señora mía.—Anónimo. Rom. Cab.
mances; 2.a parte. — ítem. Romancero ge- del adulterio castigado. — (Cancionero de ro-
neral.) 156 VIII. 81 mances.) 298 III. 161
Áspero llanto hacia. — Gabriel Lobo Laso de la Blasonando está el francos. — Anónimo. Rom.
Vega. Rom. Histdr. de Bernardo del Carpió.— Histór. de Bernardo del Carpió.—(MADRIGAL,
(LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y trage- Segunda parte del Romancero general.). . . 650 VIII. 43"J
dias.) 662 VIII 437 Bodas se hacían en Francia.— Anónimo. Rom.
A su palacio de Burgos.—Anónimo. Rom. Histór. Caball. del conde Don Martín y Doña Beatriz.
del Cid.— (Romancero general.) 740 VIII 487 — (Cancionero de romances.—ítem. TIMONEDA,
Átalo, el gran rey de Asia. — Juan de la Cueva. Rosa de amores.). . 290 III. 157
Rom. Histór. de Pompeyo y el rey Gencio.— Bravonel de Zaragoza — Al rey Marsilio, etc.—
(CUEVA, Coro Febeo.). . . . . . . . . 552 VIII 379 Anónimo. Rom. Mor. de Bravonel de Zarago-
A tan alta va la luna.—Anónimo. Rom. Caball. za.—(Flordevariosy nuevos romances, 1.apar-
de la dama y el conde alemán. —(Cancionero .te.—Ítem. Romancero general.) 208 VIII. 100
de romances.) 305 III. 163 Bravonel de Zaragoza—Y este moro, etc.—Anó-
Atanagildo, rey godo. —Lorenzo de Sepúlveda. nimo. Rom. Mor. de Bravonel de Zaragoza.
Rom. Histór. de un milagro de un Santo Cris- — (Flor de varios y nuevos romances, 3.a parte.
to. — (SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sa- — ítem. Romancero general.) 212 VIII. 110
cados , etc.) 577 IV. 396 Buen conde Fernán González.—Anónimo. Rom.
Atended á la mi fabla.— Anónimo. Rom. Histór. Histór. del conde Fernán González.— (Caiicio-
del Cid y sus yernos los Condes.— (Romance- nero de romances.) 704 1. 464
ro general.) 865 VIII 549 Cabalga Diego Lainez.—Anónimo. Rom. Histór.
Atento escucha las quejas. — Anónimo. Rom. del Cid. — (Síguense cuatro romances ,y este
Histór. del Cid.—(Romancero general.—-ítem. primerees el de los cinco maravedís. Pliego
ESCOBAR , Romancero del Cid.) 761 VIII 497 suelto.— ítem. Cancionero de romances.—
A Toledo habia llegado.—Lorenzo de Sepúlveda. ítem. TIMONEDA, Rosa española. — ítem. E S -
Rom. Histór. del Cid.—( SEPÚLVEDA,Romances COBAR, Romancero del Cid.) 731 I 481
nuevamente sacados, etc.) 876 IV. 553 Caballero de lejas tierras.—Anónimo. Rom. Cab.
A un balcón de un Chapitel. — Anónimo. Rom. de la Esposa fiel. —(JOAN DE RIBERA , Nue-
• Mor. de Tarfe.— (Romancero general.).. . . 72 VIII. 35 ve romances, etc. Pliego suelto.) 318 III.175
Aun no es bien amanescido.—Lúeas Rodríguez. Caballero, si á Francia ides. — Anónimo. Rom.
Rom. Histór. del Cid, y del cerco de Zamora. Caball.de la Desconfiada celosa.—(Códice
— ( RODRÍGUEZ , Romancero historiado.). . 794 . VIII. 512 del siglo xvi.—ítem. TIMONEDA , Rosa de amo-
Ausente estaba el rey Minos.—Juande la Cueva. res.). . 319 V. 175
Rom. Histór. de Pasife. — (COEVA, Coro Fe- Cansados de combatir.—Anónimo. Rom. Histór.
beo.) 459 VIII. 305 de los Infantes de Lara. — (Romancero ge- „,.
Avisaron á los reyes.— Anónimo. Rom. Mor. de neral.) 679 VIII. 449
Bravonel de Zaragoza.— (Flor de varios y Cansados de pelear.—Anónimo. Rom. Histór. de
nuevos romances, 1.a parte.—ítem. Romance- los Infantes de Lara. — (SEPÚLVEDA, Roman-
ro general.) 209 VIII. 109 ces nuevamente sacados, viz.) 678 IV.448
A vista de los dos reyes.—Anónimo. Roiri. Mor. Cartago florece en armas. — Anónimo. Rom.
de una batalla entre un moro y un cristiano.— Histór. de Aníbal en Italia. — ( SEPÚLVEDA,
(Romancero general.)—(Pudo ponerse entre los Romanees nuevamente sacados, etc. Edición
fronterizos.) 243 VIII 128 de 1566.) 533 V. 366
A vosotros, fementidos.—Anónimo. Rom. Hist. Cartas escribe la Cava.— Anónimo. Rom. Histór.
del Cid y sus yernos los Condes.— (ESCOBAR, del rey Rodrigo.— (TIMONEDA, Rosa espa-
Romancero del Cid.) 881 VIII 556 ñola.) 591 V . 403
Ay, Dios, qué buen caballero —Fué Don Ro- Casadas tiene sus hijas. — Anónimo. Rom. del
drigo de Lara.—Anónimo. Rom. Histór. de los Cid y sus yernos los Condes.—(TIMONEDA, RO-
Infantes de Lara.—(Silva de variosromances.).666 I. 440 sa española.) 85" " • 543
Ay qué linda que eres, Alba. — Anónimo. Rom. Castellanos y leoneses.—Anónimo. Rom. Histór.
Caball. del conde Albertos.—(TIMONEDA, Rosa del conde Fernán González. — (Sígnense ocho
de amores.— ítem. LINARES, Cancionero llama- romances viejos. Pliego suelto. — ítem. Can-
do Flor de enamorados.) 299 V. 161 cionero de romances.) 703 1. 463
Azarque ausente de Ocaña. — Anónimo. Rom. Castilla estaba muy triste. — Anónimo. Rom.
Mor. de Azarque el de Ocaña. (Romancero Histór. del conde Fernán González.— (SEPÚL-
general.) 195 VIII. 102 VEDA, Romances nuevamente sacados, etc.) ' 713 IV. 470
Azarque , bizarro moro. — Anónimo. Rom. Mor. Cata Francia, Montesinos.—Anónimo. Rom. Cab.
de Azarque el de Ocafia. — (Romancero ge- de Montesinos. —(AQUÍ comienzan dos roman-
neral.) 193 VIII. 101 ces del conde Grimaltos. Pliego suelto.—ítem.
Azarqucindignadoyfiero.—Anónimo. Rom. Mor", Cancionero de romances. — ítem. Silva de va-
de Azarque el de Ocaña. — (Flor de varios y rios romances.—lleva. Floresta de varios ro-
ÍNDICE ALFABÉTICO. S87
N." Clase.Pág. I N.° Clase. Pag.
manees.).. . 383 III. 257 neral.) 105 VIII. 53
Católicos caballeros. — Anónimo. Rom. Mor. de Con el cuerpo que agoniza.•>— Anónimo. Rom.
•Taríe.— (Romancerogeneral.) 74 VIII. 36 Histór. del Cid.— (Romancero general.—ítem.
Cautiva, ausente y celosa. — Anónimo. Rom. ESCOBAR, Romancero del Cid.) 783 VIII. 507
Caball. de Gavieros. — (Romancero general.). 380 VIII. 253 Con el rostro entristecido. — Lúeas Rodríguez.
Cayo Ciaudio victorioso. — Juan ele la Cueva. Rom. Histór. del Cid,y el cerco de Zamora.—
Rom. Histór. de Cayo Claudio y Asdrúbal.— (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.). . . . 786 VIII. 509
(COEVA, Coro Febeo.) 540 VIII. 370 Con ol titulo de grande. — Anónimo. Rom. Mor.
Celalva, mora que al mundo.—Anónimo. Rom. de Aliatar.— (Romancero general.) 169 VIH. 87
Mor. de Celalva.—(Flor de varios y nuevos Con extraño temporal.—Lúeas Rodríguez. Rom.
romances, 3.a parte.—ítem. Romancero ge- Caball. de'Don Diego de Acevedo y la Infanta
neral.) 150 VIII. 77 mora.— ( RODRÍGUEZ, Romancero historiado.). 326 VIII. 179
Celebradas ya las bodas.—Anónimo. Rom. Hist. ConFátima está Jarifa.—Pedro de Padilla. Rom.
del Cid, y el milagro de San Lázaro.—(ES- Mor. de Abindarraez, el tio. — (PADILLA, Te-
COBAR , Romancero del Cid.) 743 IV. 488 soro de varias poesías.).. . . 82 VIH. 40
Celin, señor de Escariche. — Anónimo. Rom. Con furia muy desmedida.—Lúeas Rodríguez.
Mor. de Celin de Escariche. — (Romancero Rom. Caball. del caballero del Febo.— (RO-
general.) .119 VIII. 61 DRÍGUEZ, Romancero historiado.) 346 VIII. 193
Celoso vive Celin.— Anónimo. Rom. Mor. de Ce- Con grande dolor y pena.—Lúeas Rodríguez.
lin A\ii2Llh. —(Romancero general.). . . . 125 VIII. 64 Rom. Caball. del caballero del Febo. — (RO-
Celoso y enamorado. — Anónimo. Rom. Mor. de DRÍGUEZ , Romancero historiado.) 340 VIH. 187
Abindarraez, el tio. — (Romancero general.).. 78 VIII. 38 Con la nueva luz del sol.—Anónimo. Rom. Hist.
Ceñid los membrudos brazos. — Anónimo. Rom. de la batalla de Canas.—(Romancero general.). 534 VIII. 366
Histór. del Cid. — (ESCOBAR, Romancero del Con las vírgenes vestales. — Juan de la Cueva.
Cid.) 834 VIII. 534 Rom. Histór. del nacimiento de Rómulo.—
Cercada tiene á Coimbra. — Anónimo. Rom. (CUEVA, Coro Febeo.). . . - 511 VIII. 345
Histór. del Cid.— ( SEPÚLVEDA , Romanees nue- Con los francos Bencemies.—LúcasRodriguez.
vamente sacados, etc.— ítem. ESCOBAR, Ro- Rom. Mor. de Vindaraja y el Rey Chico.—(RO-
mancero del Cid.) 749 IV. 491 DRÍGUEZ , Romancero historiado.) 113 VIII. 58
Cercada tiene á Valencia.—Anónimo. Rom. Hist. Con los mejores de Asturias. — Anónimo. Rom.
del Cid. — ( SEPÚLVEDA , Romances nuevamente Histór. de Bernardo del Carpió. — (Romance-
sacados, etc. — ítem. ESCOBAR, Romancero ro general.) 649 VIII. 432
del Cid.) 877 IV. 535 Con mas de treinta en cuadrilla.—Anónimo. Rom.
Cercados son los Infantes. — Anónimo. Rom. Mor. de Muza. —( PÉREZ DE HITA , Historia de
Histór. de los Infantes de Lara.— (SEPÚLVE- los bandos de Cegries, etc.) 89 VIH. 47
DA, Romances nuevamente sacados, etc.). . . 677 IV. 448Con nuevo ejército pone. — Gabriel Lobo Laso
Cercados tenia Aníbal.—Juan de laCueva. Rom. de la Vega. Rom. Histór. deNumancia.—(LO-
Histór. de Aníbal sobre Sagunto.—(CUEVA, BO LASO DE LA VEGA. Romancero y tragedias.
Coro Febeo.) 531 VIII. 364 — ítem. Romancero general.) 548 VIH. 376
Cercado tenia el rey Minos.—Juan de la Cueva. Con pesadumbre rabiosa.—Lúeas Rodríguez.
Rom. Hist. de la traición y muerte de Scila.— Rom. Caball. del caballero del Febo. — (RO-
(CUEVA , Coro Febeo.) m VIII. 306 DRÍGUEZ , Romancero historiado.) 345 VIII. 192
Cese, Zaida, aquesa furia.—Anónimo. Rom. Con Prusias vivia Aníbal.—Juan de la Cueva.
Mor. de Zaide.— (Romancero general.). . . 64 VIII. 31 Rom. Histór. de la muerte de Aníbal.— (CUE-
Citado estaba Escipion.— Anónimo. Rom. Histór. VA, Coro Febeo.) 543 VIH. 375
de Escipion acusado. — ( LINARES , Cancionero Con rabia está el rey David. — Anónimo. Rom.
llamado Flor de enamorados.). . . . . . 544 V. 373 Histór. de David.— (Cancionero de romances.
Cloelia, virgen romana. — Juan de la Cueva. — ítem. Segunda parte del Cancionero gene-
Rom. Histór. de Cloelia romana. — (CUEVA, ral. Edición de 1552.). . 453 V. 299
Coro Febeo.) 521 VIII. 354 Con rigurosas señales. — Gabriel Lobo Laso de
Colérico sale Muza.—Anónimo. Rom. Mor. Joc. la Vega. Rom. Histór. del rey Rodrigo, y trai-
— (Romancerogeneral.) 253 VIII. 134 ción de Don Julián.— (LOBO LASO DE LA VEGA,
Comenzando á caminar. — Anónimo. Rom. Hist. Romancero y tragedias.) 593 VIH. 404
del rey Rodrigo. —(Cancionero de romances. Con semblante desdeñoso. — Anónimo. Rom.
— ítem. Floresta de varios romanees.—Vid.— Mor. de Celindos. — (Flor de varios y nuevos
Después que el rey Don Rodrigo, al cual está romances, 3.a parte.—ítem. Romancero ge-
unido.) 606 I. 410 neral.) 146 VIII. 75
Compañero, compañero.—Anónimo. Rom. Cab. Considerando los Condes.—Anónimo. Rom. Hist. _
del Amante despechado.— (Cancionero de ro- del Cid y sus yernos los Condes.—(ESCOBAR,
mances.) 301 I. 162 Romancero del Cid.) 850 VIII. 541
Con amarillas divisas.—Anónimo. Rom. Mor. de Con soberbia y gran orgullo. — Anónimo. Rom.
Albenzaydc.— (Romancerogeneral.). . . . 201 VIH. 106 Caball. de Doralice y Manricardo. — (TIMONE-
Con ansia extrema y lloroso.—Lúeas Rodríguez. DA , Rosa gentil.) 417 V. 273
Rom. Histór. de Bernardo del Carpió.— (RO- Consolando al noble viejo. — Anónimo. Rom.
DRÍGUEZ , Romancero historiado.) 632 VIII. 423 Histór. del Cid.—(Romancerogeneral.). . . 729 VIII. 480
Con aquellas blancas manos. — Anónimo. Rom. Con solos diez de los suyos. — Anónimo. Rom.
Caball. de Angélica y Medoro. — (Códice del Histór. de Bernardo del Carpió. —(Romance-
siglo xvi.) 413 VIII. 271 ro general.) 655 VIH. 435
Con cartas sus mensajeros. — Anónimo. Rom. Con su riqueza y tesoro.—Anónimo. Coplas Mo-
Hist. de Bernardo del Carpió. — (Cancionero riscas de Moriana y Galvan.— (Flor de varios
de romances.) 654 I. 434 y nuevos romanees; 3.a parte. — ítem. Ro-
Con crecido regocijo.— lúeas Rodríguez. Rom. mancero general.).. 11 VIII. i
Caball. del caballero del Febo.— (RODRICUEZ, Contando está sobre-mesa. — Anónimo. Rom.
Romancero historiado.) 341 VIII. 188 Histór. de Eneas y Dido. — (Romancero ge-
Con crespa y dorada crin —Del hondo mar, etc. neral.) -485 VIII. 324
—Gabriel Lobo Laso de la Vega. Rom. Histór. Contándole estaba un dia. — Anónimo. Rom.
de Bernardo del Carpió y la batalla de Ron- Histór. de Bernardo del Carpió. — (Romance-
cesvalles.—(LOBO LASO DE LA VEGA, Romance- ro general.) 624 VIII. 419
ro y tragedias.) 651 VIII. 433 Contemplando estaba en Ronda. — Anónimo.
t^on crespa y dorada crin —De las undosas, etc. Rom. Mor. de Audalla. — (Flor de varios y
—Anónimo. Rom. Histór. de Bernardo del nuevos romances, 2.a parte.— ítem. Romance-
Carpió.— (Seis romances famosos delahisto- ro general.) 127 VIII. 65
na de Bernardo, etc. Pliego suelto.). . . . 652 VIH. 433 Contra las copiosas haces. — Gabriel Lobo Laso
Umde era de Castilla.— Anónimo. Rom. Histór. de la Vega. Rom. Histór. del conde Fernán
«e la condesa de Castilla y su hijo Don San- González. —(LOBO LASO DE LA VEGA, Roman-
d o García. — (SEPÚLVEDA , Romances nueva- cero y tragedias.) 710 VIII. 468
mente sacados, etc.— ítem. TIMONEDA, Rosa Con tres mil y mas leoneses.—Anónimo. Rom.
r ^Vanóla.) 714 IV. 471 Histór. de Bernando del Carpió.— (Romance-
-on (ios mil ginetes moros. — Anónimo. Rom. ro general.) 646 VIII. 431
Mor. de Reduan. — (Flor de varios y nuevos Con valerosos despojos.—Anónimo. Rom. Mor.
romances, 1.» parte. — ítem. Romancero ge- de Bravonel de Zaragoza. — (Romancero ge-
ÍNDICE A L F A B É T I C O .
588
N." Clase. Pag. N
- «ut. M g i

¡)
n e r a 214 VIII. 111 De concierto están los Condes—Hermanos, Die-
Coronadas de victorias. — Anónimo. Rom. Hist. go y Fernando , etc Y han muy gran trai-
de la muerte del Cid.— [Romancero general.). 897 VIII. bG8 ción armado, etc. —Anónimo. Rom. Histór
Corrido Martin Pelaez.—Anónimo. Rom. Histór. del Cid y sus yernos los Condes. — (Aquí co-
del Cid y Martin Pelaez.-(ESCOBAR, Román- mienzan seis romances. El primero de: la ma-
cero del Cid.) , " „ • • ' ' • 840 VIII. 536 ñana de Sant Juan. Pliego suelto.—ítem. Aquí
Matase el Albanes. — Don Luis de Góngora. se contienen cuatro romances. El primero de
Rom. Mor. del Albanes. — (Romancero gene- Tarquino. Pliego suelto.—ítem. Cancionero de
ral.—ítem. GÓNGORA, Obras.) 217 VIII. « 3 romances.— ítem. TIMONEDA, Rosa española) 8611 KJ«
4 t i
Cual bravo toro vencido.— Anónimo. Rom. Mor. De concierto están los Condes,—Muy gran trai-
de Gazul.— (Romancero general.) 39 VIII. 18 cion han armado. — Anónimo. Rom. Histór.
Cuando aquel claro lucero. — Anónimo. Rom. del Cid y sus yernos los Condes.— (ESCOBAR
Caball. de Don Reynaldos y la infanta Cele- Romancero del Cid.) 862 IV KA-
donia.— (Floresta de varios romances.). . . 368 V. 232 De Córdoba la nombrada.— Lorenzo de Sepúl. '
Cuando con mayor sosiego.—Pedro de Padilla. veda. Rom. Histór. de los Infantes de Lara.—
Rom. Caball. de Rugero y León. —(PADILLA, ( S E P Ú L V E D A , Romances nuevamente saca-
Tesoro de varias poesías.) 427 VIII. ¿78 dos, etc.) 693 IV XKR
Cuando de Francia partimos. — Anónimo. Rom. De Corinto fué á Tesalia.— Juan de la Cueva.
Caball. de Don Beltran en Roncesvalles.— Rom. Histór. de la trasformacion de Apuleyo'
(Romancero general.). . . . 397 VIO. 264 en asno.— (CUEVA, Coro Febeo.) 462 VIH W7,u
Cuando de los enemigos.—Anónimo. Rom. Mor. De cuándo acá tantos fieros.—Anónimo. Rom. -ou/
de Gazul.— (Romancero general.). . . . - . 31 VIII. 13 Mor. burlesco.— (Romancero general.). . . 255 VIII •m
Cuando de Titon la esposa. — Anónimo. Rom. De Francia partió la niña.—Anónimo. Rom. Cab.
Mor. de Arbolan y Soltana. — (Flor de varios de la Infantina. — (Cancionero de romances.). 284 III ikú
y nuevos romances, 3.a parte.) 165 VIII. 85 De Francia salió la niña.— Pedro de Reinosa. '
Cuando el noble está ofendido.—Anónimo. Rom. Rom. Caball. de la Infantina.—(De PEDRO DE
Mor. deZaide.— (Romancero general.). . . 62 VIII. 30 REINOSA. Comienza un razonamiento por co-
Cuando el padre Faetón. —Lucas Rodríguez. plasquecontrahacelaGermanía.Plieeosne]lo.) 285 III i w
Rom. Histdr. de Bernardo del Carpió.— (RO- De Grecia parte Jason.—Lorenzo de Sepúlveda. '
DRÍGUEZ, Romancero historiado.). . . . . 644 VIII. 429 Rom. Histór. de Jason y el Vellocino. — ( SE-
Cuando el piadoso Entes.— Anónimo. Rom. • PÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.). 458 V 30i
Histór. de Eneas y Dido. — (Romancero ge- De honor y trofeos lleno.—Anónimo. Rom. Mor.
neral). 486 VIH. 324 de Gazul.— (PÉREZ DE HITA, Historia de los
Cuando el rojo y claro Apolo.— Lúeas Rodrí- bandos de Cegríes, etc.) 41 VIH 19
guez. Rom. Histír. del Cid y Axa la mora. — Déla Alhambraá media noche.—Anónimo. Rom. .
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado. — ítem. Mor. de Zulema.— (Flor de varios y nuevos
ESCOBAR , Romancero del Cid.) 751 VIII. 492 romances, 3.a parte.—ítem. Romancero gene-
Cuando el rubicundo Febo.— Lúeas Rodríguez. ral). 153 VIII. 79
Rom. Mor. de Abindarraez, el tío. — (RODRÍ- De la armada de su rey. — Anónimo. Rom. Mor.
GUEZ, Romancero historiado.).. . . . . . 81 VIH. 39 dé Almoralife.— (Flor de varios y nuevos ro-
Cuando las pintadas aves.—Anónimo. Rom. Hist. mances, 1.a parte. —ítem. Romancero gene-
del rey Rodrigo.— (Romancero general.).. . 598 VIII. 406 ral.) 177 VIH. 91
Cuando las veloces yeguas. — Anónimo. Rom. De la batalla sangrienta.— Gabriel Lobo Laso de
Mor. de los amores de Muza. — (Romancero la Vega. Rom. Histór. de Alejandro, y de Darío
general.) 103 VIII. 52 fugitivo. — ( L O B O LASO DE LA VEGA, Roman-
Cuando la triste Doña Alda.— Lúeas Rodríguez. cero y tragedias.) 503 VIII. 338
Rom. Caball. de Doña Alda, viuda de Rol- De la cobdicia, que es mala.—Lorenzo de Se-
dan.— (RODRICUEZ, Romancero historiado.). . 401 VIII. 265 púlveda. Rom. del Cid, que resume todo el
Cuando los cansados cuerpos.—Anónimo. Rom. cerco de Zamora. —(SEPÚLVEDA, Romances
Mor. del cautivo de Octialí. — (Romanceroge- nuevamente sacados, etc.) • . . 806 IV. 519
neral.) 280 VIII. 146 De la famosa ciudad. —Anónimo. Rom. Histór.'
Cuando por prados amenos. — Anónimo. Rom. de Coriolano, sitiador d>e Roma.— (Romance-
Mor. de Gazul.— (Romancero general.). . . 35 VIII. 15 ro general.) 526 VIII. 359
Cuando salid de cautivo. — Pedro de Padilla. De la naval con quien fueron. — Anónimo. Rom.
Rom. Mor. de Abindarraez, el tio.—(PADILLA, Mor. de Aliatar.—(Flor de varios y nuevos ro-
Tesoro de varias poesías.) 84 VIII. 42 mances, etc., 3.a parte.—ítem. Romancero
Cuando salid desterrado.—Anónimo. Rom. Mor. general.) 166 VIII. 86
de Muza, desterrado.— (Códice del siglo xvn.). 102 VIII. 52 Delante el rey de León.—Anónimo. Rom. Histór.
Cuantos dicen mal del Cid. — Anónimo. Rom. del Cid.— (Romancero general.) 735 VIH. 484
Histór. en defensa del Cid. — (ESCOBAR , Ro- De las africanas playas. — Anónimo. Rom. Mor.
mancero del Cid.) .909 VIII. 574 del Cautivo.— (Romancero general.). . . . 265 VIII. 140
Cuan traidor eres, Marquillos.—Anónimo. Rom. De las batallas cansado. — Lúeas Rodríguez.
Caball. del traidor Marquillos y Blanca —flor. Rom. Histór. del rey Rodrigo. —(RODRÍGUEZ,
TiMóNEBA, Rosa de amores.) 330 III. 181 Romancero historiado.) 597 VIH. 40b
Cubierta de seda y oro. — Anónimo. Rom. Mor. De las sangrientas riberas. — Anónimo. Rom.
de un juego de cañas.—(Romancero general.). 241 VIII. 126 Mor. déla Cautiva.— (Romancero general). . 267 VIII. 1 «
Cubierta de trece en trece. — Anónimo. Rom. De las tiendas dePompeyo.—Juan de la Cueva.
Mor. de Celindos.— (Romancero general.). . 147 VIH. 75 Rom. Histór. de la muerte de los Labienos.— „ •
Cuidando Diego Lainez.— Anónimo. Rom. Hist. (CUEVA, Coro Febeo.) 559 VIII. 384
del Cid.— (Romancerogeneral.— ítem. ESCO- Del conde Julián traidor. — Gabriel Lobo Laso
BAR, Romancero del Cid.): 725 VIII. 478 de la Vega. Rom. del rey Rodrigo y de la ba-
Dando suspiros al aire. — Anónimo. Rom. Hist. talla de Guadalete.—(LOBO LASO DE LA VEGA,
del rey Rodrigo. — (Primavera y flor de ro- Romancero y tragedias.) • . . 595 Vül. 4uo
mances ,2.a parte.) 590 VIII. 403 De lejos mira á Jaén.—Anónimo. Rom. Mor. de
De aljófar grande y cuajado.— Anónimo. Rom. Reduan. — (Romancero general.) (Pudo coló- „„
Mor. de los amores de Muza.— (Romancero carse entre los fronterizos.) 108 v w .
general.). . 104 VIH. 53 De León y las Asturias.—Anónimo. Rom. Histór.
De aquese buen rey Alfonso. — Anónimo. Rom. del feudo de las cien doncellas, quitado por
Histór. del Cid y sus yernos los Condes.— el rey Ramiro. — ( SEPÚLVEDA , Romances nue- ....
( S E P Ú L V E D A , Romances nuevamente saca- vaménte sacados, etc.) b l
° ' l v

dos, etc.— ítem. ESCOBAR, Romancero del Del obispo Don Astolfo. — Juan de la Cueva.
n
Ctd
j: • 888 IV. 561 Rom. Histór. de Ataúlfo, obispo de Santiago. ,—
De ardiente amor encendido. — Juan de la Cue- - ( C U E V A , Coro Febeo.)! . . . . • . . 719 VIH. 4/5
va. Rom. Histór. de Antioco y Estratónica.— De lo-mas alto del cielo.— Gabriel Lobo Laso de
(CUEVA, Coro Febeo.) S04 VIH. 338 la Vega. Rom. Histór. de César y Amidas.—
De Castilla van marchando. — Anónimo. Rom ( LOBO LASO DE LA VEGA , Romancero y trage- . ,gQ
5 0 4 Y
Hist. del Cid.—(ESCOBAR, Rom/rocero delCid.). 906 VIH. 572 días.— ítem. Romancero general.)
De celos del Rey su hermano.— Anónimo. Rom De lo mas alto de un monte. — Anónimo. Rom.
Mor. de los amores de Muza. — (Flor de va- Histór. del rey Rodrigo. —(Romancero gene-
rios y nuevos romances, etc., 2.a parte.— ral— ítem. MADRIGAL , Segunda parte del Ro- . .00
5 a t >
ítem. Romancero general.) 86 VIII. 46 mancero general.) '***•'
ÍNDICE ALFABÉTICO. 889
N.' Clase. Pég. N. Clase. Pág.
De los muros de París.—ticas Rodrigue*. Rom. Laso de la Vega. Rom. Histór. de la muerte de
Caball. de ítugero y Sacripante.—( RODRÍGUEZ, César. — (LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero
Romancero historiado.) 425 VIII. 277 y tragedias.) 564 VIH. 390
De los nobilísimos godos. — Anónimo. Rom. Después del lamento triste. — Anónimo. Rom.
Histór. del rey Rodrigo. — ( SEPÚLVEDA , Ro- Histór. del Cid, y el cerco de Zamora. — (ES-
mances nuevamente sacados, etc.) 584 IV. 401 COBAR, Romancero del Cid.) 769 VIII. 501
De los reinos de León.—Anónimo. Rom. Histór. Después de los fieros golpes. — Anónimo. Rom.
de los Infantes de Lara. —(SEPÚLVEDA, Ro- Mor. de Audalla. — (Romancero general.). . 129 VIII. 66
mances nuevamente sacados, etc 667 IV. 411Después de muerto Bermudo. — Anónimo. Rom.
De los trofeos de amor. — Anónimo. Rom. Mor. Histór. de las fundaciones pias que hizo A l -
de Gazul. — (Flor de varios y nuevos roman- fonso el Casto. — (Cancionero de romances.) . 615 IV. 415
ces, 1.» parte.— ítem. Romancero general.). . 42 VIII. 19 Después que Bellido D'Olfos,—Ese traidor afa-
Del patrio romano muro.—Juan deja Cueva. mado. — Anónimo. Rom. Histór. del Cid, y del
Rom. Histór. de Camilo y los galos, sitiado- cerco de Zamora. — (ESCOBAR, Romancero del
res del Capitolio.— (CUEVA , Coro Febeo.).. 522 VIII. 355 Cid.) 789 V. 510
Del perezoso Morfeo.—Anónimo. Rom. Mor. de Después que Bellido D'Olfos, — Aquel traidor,
Gazul.— {Romancero general.) 48 VIII. 23 etc. — Anónimo. Rom. Histór. del Cid, y del
Del rey Alfonso se queja.—Anónimo. Rom. Hist. cerco de Zamora. — (Cancionero de romances.
del Cid.— (Romancero general.) 821 VIII. 528 — ítem. TIMONEDA, Rosa española.) 785 V. 508
Del soldán de Babilonia.—Anónimo. Rom. Cab. Después que con alboroto. Anónimo. Rom. Mor.
del conde de Narbona. —( Cancionero de ro- de Abindarraez, el tio.—{Flor de varios y nue-
mances.) 289 III. 157 vos romances, 2.a parte. — ítem. Romancero
Del sol la guirnalda bella.—Anónimo. Rom. Mor. general.) 76 VIH. 37
deAyala.— (Romancero general.) 237 VIII. 124 Después que el Cid-Campeador.—Anónimo. Rom.
De Mantua salen apriesa.—Anónimo. Rom. Cab. Histór. del Cid y sus yernos los Condes.—(ES-
del Marques de Mantua.— {Marques deMantua, COBAR, Romancero del Cid.) 879 VIII. 555
Tres romances, etc. Pliego suelto.—Ítem. Aquí Después que el Conde traidor. — Gabriel Lobo
comienzan dos romances del Marques, etc. Plie- Laso de la Vega. Rom. Mor. de Acabat, el rey
go suelto.— ítem. Cancionero de romances.— moro. — (LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y
ítem. Silva de varios romances.—Itera. Flo- tragedias) . 611 VIII. 413
resta de varios romances.) 356 III. 213 Después que el fuerte Gazul. — Anónimo. Rom.
De Mantua salió el Marques. — Anónimo. Rom. Mor. de Gazul. — {Flor de varios y nuevos ro-
del Marques de Mantua.— (Marquesde Mantua, mances, 1.a parte.—ítem. Romancero general.) 44 VIH. 21
Tres romances, etc. Pliego suelto.—ítem. Aquí Después que el muy esforzado.—Anónimo. Rom.
comienzan dos romances del Marques, etc. Plie- Caball. de Amadis de Gaula. — (Cancionero de
go suelto. — ítem. Cancionero de romances. romances.) . 337 III. 18?
— ítem. Silva de varios romances, etc.—ítem. Después que el rey Don Rodrigo. — Anónimo.
Floresta de varios romances.) 355 III. 207 Rom. Histór. del rey Rodrigo, — (Cancionero
De medio el golfo descubre. — Anónimo. Rom. • de romances. — ítem. TIMONEDA , Rosa espa-
Mor. del Cautivo. — (Romancero general.). . 266 VIII. 140 ñola. — ítem. Silva de vanos ramonees. —
De Mérida s"ále el Palmero. — Anónimo. Rom. ítem. Aquí se contienen cinco romances. El pri-
Caball. del Palmero. — (Cancionero de roman- mero de cómo fué muerto el rey D..Rodrigo,
ces.— ítem. Floresta de varios romances.). .291111. 157 etc. Pliego suelto.) • . . . 606 I. 410
Denme el caballo de entrada. — Anónimo. Rom. Después que en el martes triste. — Anónimo.
Mor. de A\iat&r.—(Romancero general.). . . 170 VIII. 87 Rom. Mor. de Bravonel de Zaragoza.—(Flor de
De palacio sale el Cid.— Anónimo. Rom. Histór. varios y nuevos romances, etc., 1.a parte. —
del Cid.— (Romancero general.) 822 VIH. 529 ítem. Romancero general). . . . . . . . 210 VIII. 11C
De pechos en la ventana.—Anónimo. Rom. Mor. Después que Gonzalo Bustos. —Anónimo. Rom.
. del Espafiol y la Africana. — (Romancero ge- Histór. de los Infantes de Lara.—(Romancero
neral.) 235 VIII. 123 general.) 692 VIH. 45'S
De pensamientos cercado.—Lúeas Rodríguez. Después que retó á Zamora. — Anónimo. Rom.
Rom. Caball. del caballero del Febo.—(RO- Histór. del Cid, y del cerco de Zamora.— (Ro-
DRÍGUEZ, Romancero historiado.) 344 VIII. 191 mancero general. — Ítem. ESCOBAR, Romancero
De que su querida Zara. — Anónimo. Rom. Mor. del Cid.).. . . : 792 VIII. 511'
deZulema y Zara.— (Romancero general.). . 154 VIII. 80 Después que sobre Zamora. — Lúeas Rodrigues.
De Rodrigo de Vivar. —Anónimo. Rom. Histór. Rom. Histór. del Cid , y del cerco de Zamora.
del Cid.— (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente — (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.). . . 814 VIII. 525
sacados, etc.— ítem. ESCOBAR, Romancero Después que una fiesta fizo. — Anónimo. Rom.
del Cid.) 738 IV. 485 del Cid y sus yernos los condes de Carrion.—
De Salas sale el buen Conde.— Anónimo. Rom. (ESCOBAR, Romancero del Cid.) 869 VIH. 550
Histór. del conde Fernán González.— ( S E - Desterrado estaba el Cid.—Anónimo. Rom. Hist.
PÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.). 695 IV. 457 del Cid. — (ESCOBAR, Romancero del Cid.). . 844 VIH. 538
Desbaratado el rey Xerjes.— Juan de la Cueva. Desterró al moro Muza. — Anónimo. Rom. Mor.
Rom. Histór. del rey Xerjes y un piloto.— de los amores de Muza. — (Flor de varios y
(CUEVA, Coro Febeo.) 500 VIII. 335 nuevos romances, 2.a parte.—ítem. Romancero
Descargando el fuerte acero. — Anónimo. Rom. general.). • . 87 VIII. 46
Mor,, del Almoralife.—(Flor de varios ynuevos Desterró el rey Alfonso. —Anónimo. Rom. Hist.
romances, 1.a parte. — ítem. Romancero ge- de Bernardo del Carpió. — (Romancero gene-
neral.) 178 VIII. 91 ral.) . . . . . . . . .643 VIII. 429
Desde el muro de Zamora.—Juan de la Cueva. Destruido el gran Pompeyo.—Juan de la Cueva.
' Rom. del Cid, y del cerco de Zamora.—(CUE- Rom. Histór. de Granio Petronio. — (CUEVA,
VA , Coro Febeo.) . 800 VIH. 516 Coro Febeo.) 561 VIH. 386
Desde hoy mas renuncio, mora. — Anónimo. De su fortuna agraviado.—Anónimo. Rom. Mor.
Rom. Mor. de Zerbin.— (Romancero general.) 226 VIII. 118 de Abenamar. — (Romancero general). . . 15 VIII. 6
Desde un alto mirador. —Anónimo. Rom. Mor. De su patria se destierra.—Anónimo. Rom. Hist.
del viejoReduan. — (Romancero general). . 221 VIII. 115 de Escipion. — (Romancero general). . . . 539 VIH. 369
Desensíllenme la yegua. — Anónimo. Rom. Mor. De su querido Vireno.—Anónimo. Rom. Caball.
de Azarque el granadino. — Flor de varios y de Olimpia y Vireno. — (Romancero general.) 404 VIII. 267
nuevos romances, 3.a parte.) 27 VIII. 11 De sus dioses blasfemando. — Lúeas Rodríguez.
Desesperado camina. — Anónimo. Rom. Mor. de Rom. Caball. de Rodamonte.—(RODRÍGUEZ,
Gazul. — (Romancero general.). . . . . . 29 VIII. 12 Romancero'historiado.) 418 VIII. 274
De Sevilla partió Azarque.—Anónimo. Rom. Mor. Detente, buen mensajero.—Anónimo. Rom.Mor.
de Azarque el granadino. —(Romancero gene- del Albanes. — (Romancero general). . . . 220 VIH. 114
'<•'•) 28 VIH. 12 De unas caüas que jugaron. — Anónimo. Rom.
Desospechas ofendida— Pedro de Padilla.Rom. Mor. de los amores de Muza. — (Romancero
Caball. de Rugero y León. — (PADILLA, Tesoro general.) 96 VIH. 50
de varias poesias.) 428 VIII. 279 De una torre de Palacio.— Anónimo. Rom. Hist.
e
" J{Pues de darte, Nabuco. — Anónimo. Rom. del rey Rodrigo.—(Romancero del rey Don Ro-
,Í de las Amazonas y Nabucodonosor. drigo!). 586 VIII. 401
—(Primavera yflorde romances.) 448 VIII. 297 De verde y color rosado.—Anónimo. Rom. Mor.
Después de haber Julio César. — Gabriel Lobo de Ámete Aly. — (Romancero general). . . 145 VIII. 74
590 ÍNDICE ALFABÉTICO.
N.° Clase. Pag. N Clase. í>4g.
De vuestra honra el crisol. — Anónimo. Rom. general.) " . . .
, Histór. del Cid. — (MADRIGAL, Segunda parte El buen conde Fernán González, — En cruel 207 VIII. 108
del Romancero general.) 839 VIH. 536 etc. — Anónimo. Rom. Histór. del conde Fer-
De Zamora sale D'Olfos. — Anónimo. Rom. del nán González. — (SEPÚLVEDA, Romances nue-
Cid, y del cerco de Zamora. — (ESCOBAR, Ro- vamente sacados, etc.) 701 IV. 462
mancero del CIM.) 779 V. 505 El buen conde Fernán González, — Querella,
Dia era de los Reyes. — Anónimo. Rom. Histór. etc.—Lorenzo de Sepúlveda. Rom. Histór. del
del Cid. — {Cancionero de romances.). . . . 733 I. 483 conde Fernán González. — (SEPÚLVEDA, Ro-
Dia era de Sant Jorje. — Anónimo. Rom. Caball. manees nuevamente sacados, etc.). . . 697 IV. 459
de Roldan. — (Cancionero de romances.). . .366 111. 227 El buen rey Don Alfonso. — Anónimo. Rom.
Diamante falso yfingido.—Anónimo.Rom. Mor. Histór. de la reina Costanza y del arzobispo
de Reduan. — {Romancero general.). . . . 107 VIII. 54 Don Bernardo, que hacen iglesia la mezquita
Diez años vivió Belerma. — De Luis de Góngora. de Toledo. — (Cancionero de romances.). • .9H . V. 575
Rom. Caball. de Belerma.—(GÓNGORA, Obras. El casto Alfonso hizo Cortes. —Lorenzo de Se-
— ítem. Romancero general.) 437 VIII. 283 púlveda. Rom. Histór. de Bernardo del Carpió.
Digádesme, aleves Condes. — Anónimo. Rom. — (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados,
Histór. del Cid y sus yernos Ios-Condes de etc.). 635 IV. 424
Carrion. — (Romancero general. — ítem. E S - El casto rey Don Alionso.—Anónimo. Rom. Hist.
COBAR, Romancero del Cid.) 877 VIII. 554 de la muerte de Alfonso el Casto. — (Cancio-
Dime, Bencerraje amigo.—Anónimo. Rom.Mor. nero de romances.) 616 IV.416
de Zaide.— (Flor de varios y nuevos romances, El Cid fué para su tierra.—Anónimo. Rom. Hist.
3.a parte. — ítem. Romancero general.). . . 60 VIII. 29 del Cid. — (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente
Dionisio estaba en Sicilia. — Juan de la Cueva. sacados, etc.) 771 i y . 502
Rom. Histór. de Dionisio y Damócles.—(CUE- El conde Don Sancho Diaz. — Anónimo. Rom.
VA, Coro Febeo.). 510 VIII. 344 Histór. de Bernardo del Carpió.—(SEPÚLVEDA,
Dividido ya el imperio.—Juan de ía Cueva. Rom. Romances nuevamente sacados, ata.). . . . 620418 IV.
Histór. de la muerte de Cicerón. — (CUEVA, E l conde Fernán González. — Anónimo. Rom.
Coro Febeo.) 566 VIII. 390 Histór. del conde Fernán González. — (Ro-
Di,Zaida, de qué me avisas. — Anónimo. Rom. mancero general.). . 708 VIII. 467
Mor. de Zaide. — (Flor de varios y nuevos ro- El contento de tu carta. — Anónimo. Rom. Mor.
mances, 3.a parte.—Ítem. Romancero general.) 58 VIII. 28 de Zoraide. — (Romancero general). . . . 225 VIII. 117
Doliente se siente el Rey. — Anónimo. Rom. El corazón no vencido. — Anónimo. Rom. Hist.
Histór. del Cid. — (Cancionero de romances.) 762 I. 498 de Aníbal proscripto. — (Romancero general.) 536 VIII. 367
Domingo era de Ramos. — Anónimo. Rom. Cab. El cuerpo preso en Sansueña. — Anónimo. Rom.
de la batalla deMarsin contra los franceses.— Caball. de Don Gayferos. — (Flor de varios y
(Glosa de unos romances y canciones hechas por nuevos romances, 2.a parte.—ítem .Romancero
GONZALO DE MONTALVAN, etc. Pliego suelto.— 379 VIII. 253
ítem. Glosas de los romances y canciones que El desgraciado entre todos.—Don Luis de Gón-
dicen: Domingo era de Ramos, etc. Pliego gora. Rom. Mor. del forzado de Dragut.—(Ro-
suelto. — ítem. Cancionero de romances.) . 394 III. 262 mancero general. —ítem. GÓNGORA, Obras.). 270 VIH. 142
Domingo por la mañana.—Anónimo. Rom. Hist. El eco de las razones. — Anónimo. Rom. Mor.
del Cid.— (Romancero general.) 741 VIII. 487 de Azarque el de Ocaña. — (Romancero ge-
Dondese acaba la tierna..—Anónimo. Rom. Mor. neral.) 196 VIII. 103
del Cautivo. —(Flor de varios y nuevos roman- El encumbrado Albaycin.—Anónimo. Rom. Mor.
ces, 1.a parte. — ítem. Romancero general.) 260 III. 137 de un torneo. — (Romancerogeneral.).. . . 239 VIII. 125
Dónde vienes, Gerineldo.—Anónimo. Rom. Cab. El escudo de fortuna.— Anónimo. Rom. Mor. del
de Gerineldo. — (Tradicional.) N.a I. 177 forzado de Dragut. — (Flor de varios y nuevos
Don Rodrigo de Vivar. — Anónimo. Rom. Hist. romances, etc., 3.a parte. — ítem. Roman-
del Cid. — (Romancero general. — ítem. E S - cero general.) 269 VIH. 141
COBAR, Romancero délCid.) 826 VIII. 530 El espejo de la corte. —Anónimo. Rom. Mor. de
Don Rodrigo, rey de España. — Anónimo. Rom. de Audalla. — (Romancero general). . . . 134 VIII. 69
Histór. del rey Rodrigo. — (Aquí comienzan El gallardo Abenumeya, — Gran, etc. — Anóni-
cuatro romances del rey B. Rodrigo. Pliego mo. Rom. Mor. de Abenumeya.— (Romancero
suelto.—ítem. Cancionero de romances.— 50 VIII. 24
ítem. TIMONEDA, Rosa española.) 583 1 400 Efgallardo Abenumeya, — Hijo, etc. — Anóni-
Don Sancho reina encastilla. — Anónimo. Rom. mo. Rom. Mor. de Abenumeya. — (Flor de va-
Histór. del Cid.— (SEPÚLVEDA, Romances nue- rios y nuevos romances, etc., 2.a parte.—ítem.
vamente sacados, etc. — ítem. ESCOBAR, Ro- Romancero general.) 49 VIH23
mancero del Cid.) . 765 IV 499 El gallardo Abindarraez. — Pedro de Padilla.
Doña Urraca, aquesa infanta. — Anónimo. Rom.' Rom. Mor. de Abindarraez, el tio. —(PADILLA.
Histór. del Cid. — (Cancionero de romances.) 807 I. 521 Tesoro de varias poesías.) 83 VIII. 40
Dos ejemplos de fortuna.—Anónimo Rom. Hist. El gallardo moro Homar.—Anónimo. Rom. Mor
de Mario sobre las ruinas de Cartago. — (Ro- de Homar el Lusitano.—(Romancero general.) 215 VIII. 111
mancero general.) 551 yjjj jfg El gran hijo de Trebacio. —Lúeas Rodríguez.
üurandarte, buen amigo.—Anónimo. Rom. Cab". Rom. Caball. del caballero del Febo. — (Ro-
y burlesco de Durandarte. — (Romancero ge- DRIGUEZ, Romancero historiado.) 338 VIH. 1°»
neral.) • ¿3g YJJT OOT El granNabucodonosor.—Lorenzo de Sepúlveda.
Durandarte, Durandarte.— Anónimo. Rom. Cab". Rom. Histór. de Judit y Oloférnes. — (SEPÚL-
de Durandarte. — (Cancionero general—ítem. VEDA, Romanees nuevamente sacados, etc.) . 441 IV. » w .
Cancionero de romances.) 385 \\\ 259 El hijo de Arias Gonzalo.—Anónimo. Rom. Hist.
Durmiendo está el conde Claros. —Antonio Pan- del Cid, y cerco de Zamora.— (Romancero ge- .
sac. Rom. Caball. del conde Claros. — (Ro- neral.) . 793 WU.¡oií
mance del conde Claros nuevamente trovado El invencible francés. —Anónimo. Rom. Hist. de ,
etc. Pliego suelto.) 353 y 222 Bernardo del Carpió.— (Romancero general.) 653 Viii. *>*
Durmiendo está el rey Almanzor. — Anónimo'. El macedonio Filipo. — Anónimo. Rom. Histór. .
Mor. novelesco. Almanzor y Bobalías. —(Can- deFilipoyAlejandro. — (Romancero general.) 501 viu. *>°
cionero de romances.) 1 ¡i \ El mas gallardo ginete. —Anónimo. Rom. Mor. „,
Echada está por el suelo.—Anónimo. Rom. Mor! de Arbolan. — (Romancero general). . . . 163 VIH.
,, deMuley. — (Romancerogeneral). . . . . 175 VIII 90 El mayor Almoralife.—Anónimo. Rom.-Mor. de
Echado está Montesinos. — Lucas Rodrigues. Almoralife. — (Flor de varios y nuevos roman-
Rom. Caball. de Durandarte y Montesinos. — • ces, etc., 1.a parte. — ítem. Romancero ge- Q n
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.). . . . 391 VIII 261 neral). " 6 VIII. ¡W
El alcaide de Florencia. - Anónimo. Rom. Mor. El rey amado de Dios.—- Lorenzo de Sepúlveda,
del alcaide de Florencia. — (Romancero ge- Rom. Histór. de David y Bersabé.— (SEPÚL-
neral.) 238 VIII 12S VEDA , Romances nuevamente sacados, etc.). 451 IV.
E l alcaide de Molina. - Anónimo. Rom. Mor.'de'l El rey Don Sancho Ordoñez. — Anónimo. Rom.
alcaide de Molina. — (Romancero general).. 142 VIII. 73 Histór. del conde Fernán González.—(SEPÚL-
El animoso Celm.-AnOnimo.Rom.Mor.de Ce- VEDA , Romances nuevamente sacados, etc.). 705 .IV. 164
liri Audalla.— (Romancero general). . . . 124 VIH 64 El rey Don Sancho reinaba. — Anónimo. Rom.
El Bencerraje que á Zaida. - Anónimo. Rom. Histór. del Cid.—(SEPÚLVEDA, Romances nue-
u Mor. de Zalda la de Toledo. - (Romancera vamente sacados, etc. — ESCOBAR, Romancero
ÍNDICE ALFABÉTICO. 891
N.o Clase. Pag. N.° Clase. Pá¡?.
delCid.) 764 IV. 498 Romancero historiado.) 419 VIII 274.
El rey Marruecos un día.—4ntoinio.Rom.Mor. En el real de Zamora. — Lorenzo de Sepúlveda.
de Azarque el de Ocaña. — {Romancero ge- Rom. Histór. del Cid, y cerco de Zamora. —
neral.) 192 VIH 100 (SEPÚLEDA, Romances nuevamente sacados, 782 etc.)IV. 507
El sol la guirnalda bella.— Anónimo. Rom. Mor. En el tiempo de los godos. — Anónimo. Rom.
de Aya. — (Flor de varios y nuevos romances, Histór. de la elección de Bamba.—(TIMONEDA,
etc., 3.» parte. — ítem. Romancero general.).237 VIII 124 Rosa gentil.) 578 V. 397
El temido de los moros.— Anónimo. Rom. Hist. En el tiempo que Celinda. — Anónimo. Rom.
del Cid y sus yernos los Condes de Carrion. Mor. de Gazul. — (Flor de varios y nuevos ro-
— (ESCOBAR , Romancero del Cid.). . . . 880 . VIII 556 mances, etc., 1.a parte. —ítem. Romancero
El valeroso Alhabiz. — Gabriel Lobo Laso dé la general.) 40 VIII 18
Vega. Rom. Mor. de Alhabiz y Geviza.— (LOBO En el tiempo que Mercurio. —Anónimo. Rom.
LASO DE LA VEGA, Romancero y tragedias, etc.)229 VIH 119 Histór. del infante Troco. — (LINARES, Can-
El valeroso Bernardo. — Gabriel Lobo Laso de cionero llamado Flor de enamorados.). . .324 . . V. • 17S
la Vega. Rom. Histór. de Bernardo del Car- En el tribunal que al mundo. — Anónimo. Rom.
pió. — (LOBO LASO DE LA VECA, Romancero y doctrinal Histór. de Catón el Censor. — (Ro-
tragedias, etc.) 640 VIII 427 mancero general.) 545 VIII 374
El valiente moro Azarque.—Anónimo. Rom. Mor. En Francia estaba Belerma. — Anónimo. Rom.
• de Azarque el de Ocaña .—(Romancero general.) 200 VIII 105 Caball. de Belerma, y muerte de Durandarte.
El vasallo desleale. — Anónimo. Rom. Hist. del — {Floresta de varios romances.) 392 VIII .262
Cid.— (Romancero general 846 VIII. 540 En Francia la noblecida.— Anónimo. Rom. Cab.
Elvira, soltá el puñal. — Anónimo. Rom. Hist. de Roldan y Reinaldos.— (Silva de varios ro-
del Cid y sus yernos los Condes de Carrion.— mances.).. • 567 III. 229
— (ESCOBAR , Romancero del Cid.) 867 VIII 550 .En Granada está el rey moro. — Anónimo. Rom.
En aquellas peñas pardas. — Anónimo. Rom. Mor. de Boadil y Vindaraja. — (TIMONEDA,
Caball. del Conde Lombardo.— (LINARES, Rosa de amores.) 114 V. 58
Cancionero llamado Flor de enamorados.).. . V. 178
. 325 En gran pesar y tristeza. —Anónimo. Rom. Hist.
En batalla temerosa.— Anónimo. Rom. Hist. del de Bernardo del Carpió. —(Cancionero de ro-
Cid y sus yernos los Condes de Carrion. — mances.) 637 I. 426
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, En la alborotada Roma. — Gabriel Lobo Laso
etc. — ESCOBAR, Romancero del Cid.).'. . 856 . IV. 544 de la Vega. Rom. Histór. de la muerte de Ci-
En Burgos está el buen Rey. — Anónimo. Rom. cerón. — (LOBO LASO DE LA VEGA , Romancero
del Cid. — (TIMONEDA, Rosa española.— ítem. y tragedias, etc.— ítem. Romancero general.) 565 VIII. 390
ESCOBAR, Romancero del Cid.) 734 I. 484 En la ciudad de Toledo. — Anónimo. Rom. Hist.
En Burgos nació el valor.—Anónimo. Rom. Hist. del rey Rodrigo. — (Cancionero de romances.
del Cid. — (ESCOBAR , Romancero del Cid.). 904 . VII. 571 — ítem. Silva de varios romances. — ítem.
En Castilla está un castillo. — Anónimo. Rom. SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados,
Caball. de Montesinos y Rosallorida. — (Can- etc.) 582 IV. 399
cionero de romances.). 384 I. En la ciudad granadina. — Anónimo. Rom. Mor.
Encendido en viva saña. — Juan de la Cueva. de Abindarraez, el tio.—(Romancero general.) 77 VIII. 38
Rom. Histór. del cerco de Sagunto. —(CUEVA, En la fuerza de Almería.—Don Luis de Góngora.
Coro Febeo.) 530 VIII..363 Rom. Mor. de Hazem, último Abencerraje.
En Ceuta está Don Julián. — Anónimo. Rom. —(GÓNGORA , Obras.) 231 VIII. 120
Histór. del rey Don Rodrigo. — (Aquí se con- En la grande Babilonia.—Lorenzo de Sepúlveda.
tienen cinco romances. Él primero de cómo Rom. Histór. de Píramo y Tisbe.—(SEPÚLVEDA,
fué vencido, etc. Pliego suelto. — ítem. Can- Romances nuevamente sacados, etc.). . 465 . . V. 311
cionero de romances.). . . 594 I. 404 En la mas terrible noche. — Anónimo. Rom.
En consulta estaba un dia.—Anónimo. Rom. Mor. de Maniloro.— (Romancero general). 190 . VIII. 99
Histór. de Ramiro de León y libertad del feu- En la orilla del Genil.— Pedro de Padilla. Rom.
do de las cien doncellas.— {Romancero ge- Mor. de Abdalá. — (PADILLA, Tesoro de varias
neral.). 617 VIII. 416 poesías.) 233 VIII 121
Eneontrádose ha el buen Cid.— Anónimo. Rom. En la prisión está Adulce.—Anónimo. Rom. Mor.
Histór. del Cid. — ESCOBAR, Romancero del de Adulce. — (Flor de varios y nuevos roman-
Cid.) 859 V. 546 ces, 2.a parte. — ítem. Romancero general.). 139 VIII. 71
En Córdoba está Abderramen.—Anónimo. Rom. En la provincia de Media. — Lorenzo de Sepúl-
Histór. del conde Fernán González. — (FUEN- veda. Rom. Histór. de Ciro. — (SEPÚLVEDA ,
TES , Libro de los cuarenta cantos, etc.). . 696. V. 458 Romances nuevamente sacados, etc.). . 492 . .V. 327
En corle del casto Alfonso. — Anónimo. Rom. En la reja de la torre. — Anónimo. Rom. Histór.
Histór. de Bernardo del Carpió. — (Cancio- de Boadil y Zara. — (Romancero general.). 111 . VIII. 56
nero de romances.) 626 I. 420 En las almenas de Toro.— Anónimo. Rom. Hist.
En dos yeguas muy lijeras. — Anónimo. Rom. del Cid. — (TIMONEDA, Rosa española.). . . 816 I. 526
Mor. de Tarfe. — {Romancero general.). . .71 VIII 34 En la sangrienta batalla.—Juan de la Cueva.
En el azeruelo Arlaja. — Anónimo. Rom. Mor. Rom. Histór. del origen de los Girones en Don
de Arlaja. — (Romancero general.) 159 VIII 82 Rodrigo de Cisneros. —(CUEVA, Coro Febeo.)916 VIII. 578
En el castillo de Luna. — Lorenzo de Sepúlveda. En las cortes de Toledo , — A do yace, etc. —
Rom. Histór. de la muerte de Don García, rey Anónimo. Rom. Histór. del Cid y sus yernos los
de Galicia. — (SEPÚLVEDA , Romances nueva- Condes de Carrion. — (ESCOBAR, Romancero
emente sacados, etc.). . 912 IV. 576 del Cid.) 884 VIII. 557
En el cuarto de Comares.—Anónimo.'Kom. Mor. En las cortes de Toledo, — Que el, etc. — Anó-
de Sarracina y Galiana, la de Toledo. — (PÉ- nimo. Rom. Histór. del Cid y sus yernos los
REZ DE HITA , Historia de los bandos de Cegríes, Condesde Carrion. — (SEPÚLEDA, Romances
etc.) 203 VIII. 107 nuevamente sacados, etc.—ítem. ESCOBAR , Ro-
En el espejo los ojos. — Anónimo. Rom. Mor. de mancero del Cid.) 883 IV. 557
de Draguta. — (Flor de varios y nuevos ro- En la selva está Amadis,—...De lágrimas, etc.—
mances, etc., 1.a parte. — ítem. Romancero Anónimo- Rom. Caball. de Amadis de Gaula.
general.) 223 VIII. 116 — (Aquí comienza una glosa del romance
En el mas soberbio monte. — Anónimo. Rom. de Amadis. Pliego suelto.). . . . " . . .336 III. 185
Mor. de Abenamar.. —(Romancero general.). 13 VIII. 5 En la selva está Amadis,—...Tal vida está, etc.
En el mes era de abril. — Gil Vicente. — Rom. —Anónimo. Rom. Caball. de Amadis de Gaula.
Caball. de Don Duardos y Florida.—(VICENTE, — (Cancionero de romances. — ítem. TIMO-
Obras. — ítem. Cancionero de romances.). . 288 VII. 156 NEDA , Rosa de amores.) 335 III. 185
fin el nombre de Jesús. —Jerónimo de frevino. En las malezas de un monte. — Anónimo. Rom.
Rom. Caball. de la sentencia dada contra Car- Histór. del Cid y de sus yernos los Condes de
j ?' ~ (Marques de Mantua. Tres romances Carrion. — (Madrigal, Segunda parte del Ro-
del Marques, etc. Pliego suelto. —ítem. Aquí mancero general.) 863 VIII. 548
comienzan dos romances del Marques , etc. En las obsequias de Héctor. — Anónimo. Rom.
Pliego suelto. — ítem. Cancionero de roman- Histór. de las obsequias de Héctor. — (Can-
ces. — Item.Sitoa de varios romances.—ítem. cionero de romances.) 475 V. 320
Floresta de varios romances.) 357 III. 216 En las salas de París. — Anónimo. Rom. Caball.
fin el real de Agramante. — Lúeas Rodríguez. del desafío de Oliveros y Montesinos. — (Ro-
nota. Caball. de Rodamonte. — (RODRÍGUEZ, mance de un desafio, etc. Pliego suelto. —
592 ÍNDICE ALFABÉTICO.
N.o Clase. Pig. N.° Clase. PS g

ítem. Cancionero de romances. — ítem. Silva remo de Sepúlveda. R o m . Histór. del C i d . —)..
' de varios'romances.—-ítem. Floresta de varios (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados,\lSl\rv jSOO
lv
romances.). 370 III. 237 etc.) ;(910j - | 8 7 S

En l a vega está Jarife. —Anónimo, Rom. Mor. En Toledo estaba Alfonso, —Que á cortes, etc.
de Jarife. —{Romancero general.). . • . . 1 8 4 VIII. 95 —Anónimo. Rom. Histór. del Cid y sus yernos
En la villa de Antequera,—Cautiva, etc.— los Condes de Carrion. — ( S E P Ú L V E D A , Ro-
Pedro dePadilla.'Rom. Mor.de Boabdil y V i n - mances nuevamente sacados,etc.). . ' . . . 878 IV WA 4
daraja. — (PADILLA, Tesoro devanas poesías.) 116 VIII. 59 En Toledo estaba Alfonso, — Que non cuidaba, '
En la villa de Antequera,—... Que no l a , etc.— etc. — Anónimo. R o m . Histór. del Cid. - - (ES-
Anónimo. Rom. Mor. del rey Chico Boabdil y COBAR, Romancero del Cid.). . . . . . . 808 I 522
Vindaraja. — (Romances de varios y diversos Entrado ha el Cid en Zamora. — Anónimo. Rom.
autores.). .... 117 VIII. 60 Histór. del Cid, y del cerco de Zamora.—(ES-
En León, la muy nombrada.—lorenzo de Sepül- COBAR , Romancero del Cid. — SEPÚLVEDA , Ro-
veda. R o m . Histór. de un milagro de San Isi- mances nuevamente sacados, ele.) 770 IV 502
dro. — (SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sa- Entre consuelo y tristeza.—Anónimo.Rom. Mor.
cados, etc.). . . . . . . . . . - ' , . . 915 V . 577 del cautivo de Ochalí. — (Romancero general.) 276 VIII 141 !

En León reina B e r m u d o . — ¿ o r e / í ^ o de Sepúl- Entre deseo y temor.—Juan de la Cueva. Rom.


veda.Rom. de un milagro en favor de Ataúlfo, Histór. de Virginia y Apio Claudio. — ( C U E V A ,
obispo de Santiago. — (SEPÚLVEDA, Romances Coro Febeo.) 527 VIII 360
nuevamente sacados, etc.) 718 I V . 474 Entre leonados rubíes. — Anónimo. Rom. Mor.
En León y las Asturias. — Anónimo. Rom. Hist. de Abenamar. — (Romancero general.). . . 16 VIII 6
de Bernardo del Carpió. — ( S E P Ú L V E D A , Ro- Entre los dulces testigos.— Anónimo. Rom. Cab.
mances nuevamente sacados, etc.) 658 I V . 436 de la locura de Roldan. — (Flor de varios y
En los campos de Alventosa. —Anónimo. Rom. nuevos romances, 3.a parte. — ítem. Roman-
Caball. de la muerte de Don Beltran. — (Can- cero general.) 414 VIII. 271
cionero de romances.) 395 III. 263 Entre los sueltos caballos. — D. Luis de Gongo-
En los reinos de León — Don Sancho, etc. — ra. Rom. Mor. del Español de Oran.—(GÓNGO-
Anónimo. Rom. Hist. del conde Fernán Gon- R A , Obras. — ítem. Primaveray flor de roman-
zález. —(SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sa- ces, etc. — ítem. Romances varios de diversos
cados, etc.) 712 IV. 469 autores.) 236 V I H . 123
En los reinos de León — E l casto, etc. — Anó- Entre muchos moros sabios. — Anónimo. Rom.
nimo. Rom. Histór. de Bernardo del Carpió. Mor. de una cuestión de amor. •— (TIMONEDA,
— (Cancionero de romances.) 619 I. 417 Rosa de amores.) 6 V. 2
En los reinos de León — E l Quinto, etc. — En Troya entraban los griegos. —Luis Hurtado.
Anónimo. Rom. Histór. de Doña Teresa, her- Rom. Histór. de las treguas entre griegos y
mana de Alfonso V. — (SEPÚLVED'A, Romances troyanos. — (Romance nuevamente hecho por
nuevamente sacados, etc.). . . " 721 IV. 476 Luis HURTADO. Pliego suelto. — Cancionero de
En los reinos de León — E l Sexto, etc. — Lo- romances.) 474 V . 317
renzo de Sepulveda.Rom. Histór. de la muerte Entró Zoraide á deshora.—Anónimo.'Kom. Mor.
de Sancho, el hijo de Zaida, y de D . Alfonso de Zoraide. — (Romancero general. — ítem.
el V I . — ( S E P Ú L V E D A , Romances nuevamente Yerísima relacióndelmartirio, etc.). . . . 224 V I H . 116
sacados, etc.) 914 IV. 577 En una desierta isla. — Anónimo. Rom. Caball.
En los solares de Burgos.— Anónimo,Rom. Hist. de Angélica y Rugero.—(Romancero general.) 406 V I H . 268
del Cid. — (Romancero general.— Ítem. E S C O - En una fuente que vierte.—Anónimo. Rom. Hist.
BAR , Romancero del Cid.) . 757 VIII. 495 del rey Rodrigo. — (DEPPING , Romancero cas
En los tiempos que me vi.—Anónimo. Rom. Cab. tellano.) 585 VIII. 401
del Palmero.— (SEPÚLVEDA, Romances nueva- En un alegre jardín. — Anónimo. R o m . Mor. de
mente sacados, etc.) 292 IV. 158 Maniloro. — (Romancero general.) 191 VIII. 99
En Luna está preso el Conde. — Anónimo. Rom. En un oscuro aposento. — Anónimo. Rom. Mor.
. Histór. de Bernardo del Carpió.—(SEPÚLVEDA, de Cegrí. — (Romancero general.) 157 VIII., 81
Romances nuevamente sacados, ote,). . . . 627 IV. 420 En un balcón de su casa.—Anónimo. Rom. Mor.
En muy sangrienta batalla. — Anónimo. Rom. de Azarque el granadino. — (Romancero ge-
Histór. del conde Fernán González. — (SEPÚL- neral.). 24 VIII. 10
VEDA, Romances nuevamente sacados, etc.). . 707 IV. 466 En un caballo ruano. — Anónimo. R o m . Caball.
En Navarra es rey Don Sancho. —Lorenzo de del bautismo de Rugero. — (Flor de varios y
Sepúlveda Rom. Histór. de la honra que hizo nuevos romances, 3.a parte. — ítem. Román-
Don Sancho al cadáver del Cid. — (SEPÚL- cero general.) 424 VIII. 2/7
VEDA, Romances nuevamente sacados, etc.). . 907 IV. 573 En un dorado balcón.— Anónimo. Rom. Mor. de
En Palma estaba cautiva.—Anónimo. Rom. Mor. ZaidaladeToledo. —(Romancero general.). . 206 VIII. 10b
de Celin Audalla. — (Romancero general.). . 123 V I H . 63 En un pastoral albergue.—Don Luis de Góngora.
En Paris está Dofia Alda.—Anónimo. Rom. Cab. Rom. Caball. de Angélica y Medoro. — (Gós-
de Doña A l d a , viuda de Roldan. — (Cancio- GORA.OOHW.) « 1 VIII. 270
nero de romances.) 400 III. 264 En Valencia estaba el Cid. — Anónimo. Rom.
En prisión estaba el Conde. — Anónimo. Rom. Histór. de la muerte del Cid. — (Romancero
Histór. del conde Fernán González. — (SEPÚL- general.—Ítem. ESCOBAR, Romancero del Cid.) 894 V I H . *
V E D A , Romances nuevamente sacados.).. . . 702 IV. 463 Envuelto en su roja sangre. — Anónimo. R o m .
En Santa Águeda de Burgos. — Anónimo. Rom. Caball. de Angélica y Medoro. — (Romancero
Histór. del Cid. — (Cancionero de romances.) 811 I. 523 general.) , 408 V I H . 2W
En Santa Gadea de Burgos. — Anónimo. Rom. En Zamora estaba el Rey. — Lorenzo de Sepúl-
Histór. del Cid. — (TIMONEDA, Rosa española. veda. Rom. Histór. del C i d . — (SEPÚLVEDA, .-
ítem. E S C O B A R , Romancero del Cid.). . . . 812 V . 524 Romances nuevamente sacados, etc.). . . • 754 IV. «•>
E n Sant Peidro de Cárdena. — Anónimo. Rom. E n Zamora está Rodrigo.— Anónimo. Rom. Hist.
Hist. del judío que quiso mofarse del cadáver del Cid. — (Romancero general. — ítem. E s - .
del Cid. — (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente COBAR, Romancero del Cid.) "53 VIH. aso
sacados, etc. — ESCOBAR , Romancero del Cid.) 905 IV. 572 Erguios, no estéis postrado. — Anónimo. Rom.
En Sant ['cidro de Cardenna. — Anónimo. Rom. Histór. del Cid y sus yernos los Condes de
Histór. de los mártires del monasterio de Cár- Carrion. — (Romancero general. — ítem. Es- „„.
dena. — (BERGANZA, Antigüedades de España, C O B A R , Romancero del Cid.) 889 V I H . o « ¿
_ tomo ii.). 908 I. 574 Escuchó el rey Don Alfonso. — Anónimo. R o m .
Ensíllenme el asno rucio— Anónimo. Rom. Mor. Histór. del Cid. — (MADRIGAL, Segunda parte „ Q

burlesco. — (Flor de varios y nuevos romances, del Romancero en general.) °25 v i u .


1.a parte.— ítem. Romancero general.); . . 251 VIII. 133 Ese buen Cid Campeador, — Bravo va, etc. —
Ensíllenme el potro rucio. — Anónimo. R o m . Lorenzo de Sepúlveda. Rom. Histór. del Cid. „^g
Mor. de Azarque el granadino. — (PÉREZ DE — (SEPÚLVEDA. Romances nuevamente sacados.) 860 i v .
H I T A , Historia de los bandos de Cegríes, etc. Ese buen Cid Campeador — De Zaragoza, etc.
— ítem. Flor de varios y nuevos romances, — Anónimo. Rom. Histór. del Cid. — (SEPÚL-
1.a parte.— ítem. Romancero general.). . . 22 VIII. 9 VEDA , Romanees nuevamente sacados, etc. — „jj
E n somo, en somo la tierra. — Anónimo. R o m . Ítem. ESCOBAR, Romancero delCid.). . • . 83¿ i v . '••"
Caball. de la infanta de Francia. — (Códice de Ese buen Cid. Campeador,— Que Dios, etc.—
principios del siglo xvi.). . . 311 169 Anónimo. Rom. Histór. del Cid. — (Flor de
En Toledo estaba Alfonso, — H i j o , etc.'—Lo- varios y nuevos romances, 3.a parte. — ítem.
ÍNDICE ALFABÉTICO. S>95
N.o Clase. Pag. N.o Claso. Pag.

Romancero general. — ítem. ESCOBAR , Roman- Fincad ende mas sesudo.—Anónimo. Rom. Hist.
cero del Cid.) 827 VIII. 530 del Cid.—{Romancero general.—ítem. MADRI-
Ese buen Cid Campeador, — Ya se, ele.—Anó- GAL, Segunda parte del Romancero genéramete.) 813 VIII. 525
nimo. Rom. Histór. del Cid. — (SEPÚLVEDA, Forzado del ciego amor.—Juan de la Cueva.
Romances nuevamente sacados, etc. — ítem.
ESCOBAR, Romancero del Cid.) 817 IV. 526 Rom. Histór. de Ciro, Araspas y Pantea. —
Ese buen Diego Lainez. — Anónimo. Rom. Hist. (COEVA, Coro Febeo.) 494 VIH. 330
del Cid. — (TIMONEDA, Rosa española.—Itera. Forzado el rey Don Alonso. — Juan de la Cueva.
LINARES, Cancionerollamado Flor, etc.) . . 726 V. ¿79 Rom. Histór. de Alfonso V, y-Doña Teresa, su
Ese buen Gonzalo Gustios.—Lorenzo de Sepúl- hermana. — (COEVA, Coro Febeo.) 722 VIII. 476
veda. Rom. Histór. de los Infantes de Lara. Fuera de los altos muros.—Anónimo. Rom. Mor.
— (SEPÚLVEDA , Romances nuevamente saca- del Cautivo. — (Romancero general.]. . . . 264 VIII. 139
dos, etc.). 687 IV. 453 Fuerte, galán y brioso. — Anónimo. Rom. Mor.
Ese conde Cabreruelo. — Anónimo. Rom. Cab. de Abenamar. — (Romancero general.). . . 17 VIII. 7
del conde Cabreruelo.—(Romancero general.) 331 VIH. 182 Fué un emperador de Roma. — Anónimo. Rom.
Ese moro ganapán. — Anónimo. Rom. Slor. bur- Histór. de la muerte de Heliogábalo.— (LINA-
lesco.— (Romancero general.). 249 VIH. 131 RES, Cancionero llamado Flor de enamorados.) 573 V. 394
Esos nobles fuertes godos. — Anónimo. Rom. Galanes, damas, Gómeles. — Anónimo. Rom.
Histór. del rey Bamba. — (SEPÚLVEDA, Ro- Mor. de Audalla. — (Romancero general.). . 132 VIII. 67
mances nuevamente sacados, etc.) . . . . 580 IV. 397Galanes los de la corte — Del rey Chico> ele.
Espántame, mi Rodrigo. — Anónimo. Rom. Hist. — Anónimo. Rom. Mor. de Audalla. — (Flor
del Cid. — (Romancero general.) 747 VIH. 490 de varios y nuevos romances, 2.a parte.—ítem.
Estaba la linda Infanta. — Anónimo. Rom. Cab. Romancero general.) 131 VIII. 67
de la Infanta y Alfonso Ramos. — (Cancionero Galiana está en Toledo. — Anónimo. Rom. Mor.
de romances.) 4 III. 2 de Sarracino y Galiana de Toledo. — (Flor de
Estaba la triste dama.—Pedro de Padilla. Rom. varios y nuevos romances, etc., 1.a parte. —
Cabal!, de Rugero y León.— (PADILLA, Tesoro ítem. Romancero general.). . . . . . . 202 VIII. 106
de varias poesías.) 432 VIII. 281 Gallardo en armas y trajes. — Anónimo. Rom.
Estábase Don Reinaldos. — Anónimo. Rom. Cab. Mor. de los amores de Muza. — (Romancero
de la conquista de los reinos de Aliarde por general.) 93 VIH. 48
Don Roldan y Don Reinaldos.—(Cancionero de Gallardo pasea Zaide.—Anónimo. Rom. Mor. de
romances. — ítem. Silva de varios romances.) 369 III. 235 Zaide. — (Romancero general.) 66 VIII. 32
Estábase el conde Dirlos. — Anónimo. Rom. Ganada tiene á Valencia. — Lorenzo de Sepúl-
Caball. del conde Dirlos. — (Romance delcon- veda. Rom. Histór. del Cid. — (SEPÚLVEDA,
deDirlos, etc. Pliego suelto. — Item.Iíisíono Romances nuevamente sacados, ate.). . . . 843 IV. 538
del esforzado caballero conde Dirlos. Pliego • GerineldOjGerineldo. — Anónimo. Rom. Caball.
suelto.—Itera. Cancionero de romances.—ítem. de Gerineldos.—(Este es un romance de Geri-
Silva de varios romances. — ítem. Floresta de netóos, etc. Pliego suelto.) 321 III. 176
Gobernando, estaba en Locres. — Juan de la
varios romances.). . . .354 111; 198 Cueva. Rom. Histór. de Solento de Locres.—
Estábase la Condesa. — Anónimo. Rom. Caball. (CUEVA, Coro Febeo.) 505 VIII. 339
de DonGayferos.—(Sígnense dos romances de Gonzalo Gustos sacado.— Anónimo. Rom. Hist.
Don Gayferos. Pliego suelto. — ítem. Cancio- de los Infantes de Lara. — (TIMONEDA, Rosa
nero de romances..) 374 III. 246 española.). . 689 V. 454
Estando cumpliendo el Cid.—Gabriel Lobo Laso Grande estruendo de campanas. — Anónimo.
de la Vega. Rom. Hist. del Cid. —(LOBO LASO Rom. Caball. de Valdovinos. —-(Floresta de
DE LA VEGA, Romancero y tragedias, etc.— varios romances.) 361 VIII. 218
ítem. Romancero general.). . . . . . . 828 VIII. 531 Grande rumor se levanta. — Anónimo. Rom.
Estando del reyDon Sancho.—Lúeas Rodríguez. Histór. del Cid. — (ESCOBAR , Romancero del
Rom. Histór. del Cid, y cerco de Zamora. — Cid.) 732 VII. 482
(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.), . . . 780 VIII. 506 Grande saña cobró Alfonso. — Anónimo. Rom.
Estando en paz y sosiego. — Anónimo. Rom. Histór. del Cid.—(SEPÚLVEDA, Romances nue-
Histór. de Bernardo del Carpió. — (Cancio- vamente sacados, etc. — ítem. ESCOBAR, Ro-
nero de romances.) 630 IV. 422 mancero del Cid.).. . . , 823 IV. 529
Estando en Valencia el Cid. -^ Anónimo. Rom. Grandes fiestas se poblican. — Anónimo. Rom.
Histór. de los anuncios de la muerte del Cid. Caball. de la infanta de Francia. — (Códice de
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, principios del siglo xvi.) 308 » 163
etc. — ítem. ESCOBAR, Romancero del Cid.). 893 IV. 566 Grandes guerras se publican. — Anónimo. Rom.
Estando toda la corle — De Abdilí, etc. — Caball. del conde Sol. — (Tradicional). . . 327 » 180
Anónimo. Rom. Mor. de Gazul. — PÉREZ DE Grandes males finge Amon. — Anónimo. Rom.
HITA, Historia de los bandos de Cegríes, etc.) 46 VIII. 22 Histór. de Amon y Tamar. — (Primavera y
Estando toda la corte — De Almanzor, etc.— flor de romances, 2.a parte.) 452 VIII. 299
Anónimo. Rom. Mor. de Gazul. — (Flor de va- Gran guerra tiene Sa<ul. — Anónimo. Rom. Hist.
rios y nuevos romances, 1.a parte. — ítem. Ro- de David y Goliat. — (SEPÚLVEDA, Romances
mancero general.) 4S VIH. 21 nuevamente sacados, etc. Edición de 1566.1. 449 V. 297
Esta noche, caballeros. — Anónimo. Rom. Cab. Gran priesa se da Holoférnes. — Juan Baptista.
de la cordura de Aliarda. — (TIMONEDA, Rosa Rom. Histór. de Judit y Oloférnes. — (Co-
de amores, etc.) 329 III. 181 miénzase la historia de Judit. Pliego suelto.) 443 V. 292
Fablando estaba en celada. — Anónimo. Rom. Gran tristeza tiene Roma.— Lorenzo de Sepúl-
Histór. del Cid. — (MADRIGAL, Segunda parte veda. Rom. Histór. de la destrucción de Car-
del Romancero general.) 835 VIII. 534 tago por Escipion.—(SEPÚLVEDA, Romances
rabiando estaba en el claustro. — Anónimo. nuevamente sacados, etc.) 547 V. 375
Rom. Histór. del Cid. — (MADRIGAL ,' Segunda Gritando va el caballero. — Juan del Encina.
parte del Romancero general. — ítem. ESCO- Rom. Caball. del mezquino Amador. — (EN-
BAR , Romancero del Cid.) 818 VIH. 527 CINA, Cancionero.— ítem. Cancionero gene-
ramosos son en las armas. — Don Luis de Gón- ral. — ítem. Romance de Rosa fresca, con la
gora. Rom. Mor. de Hazem, el último Aben- glosa, etc. Pliego suelto.— ítem. Cancionero
cerraje. — (GÓNGORA, Obras.) 232 VIII. 120 de romances.). . . 297 VII. 160
" " " y Abindarraez. — Anónimo. Rom. Mor. Guarte, guarte, rey Don Sancho. — Anónimo.
de Abmdarraez, el tío. — (Flor de varios y Rom. Histór. del Cid, y del cerco de Zamora.
nuevos romances, 3.a parte. — ítem. Roman- — (Cancionero de romances.) 778 I. 505
•TÜS5f** ?-)v r<
™ VIII. 39 Habiendo Alboyno vencido.—Gabriel Lobo Laso
c s y l a s
1 r r ? Sodas.—Anónimo. Rom. Histór. de la Vega. Rom. Histór. de Alboyno y Rosi-
de tos Infantes de Lara. — (TIMONEDA, Rosa munda.— (LOBO LASO DE LA VEGA , Romancero
españolante.) 670 V 443 y tragedias, etc.) 576 VIII. 395
a e s t
™ P ° £ Don Tristan.-^Anónimo. Rom. Cab. Habiendo el fiero Aníbal. — Juan de la Cueva.
Rom. Histór. de los pronósticos felices sobre
oejjon Instan de Leonis. — iCancionero de las glorias de Aníbal.— (CUEVA , Coro Febeo.). 532 VIII. 365
Ce }
fU.^Z f- - ,•• t a n o
353 III. 198 Habiendo puesto por tierra. — Gabriel Lobo
¿ i5?
n
?¿w>.-Anónimo.
c
Rom. Mor.
nancero
Laso de la Vega. Rom. Histór. de Asdrúbal
FM^ y~:^ " seneral.) 186 VIII. 96 vencido por Escipion. — (LOBO LASO DE LA
Z a r d e
b%i3 l°s ojos—Anónimo.
• [Romancero Rom. Mor, 55 VIII. 26
general.). VEGA, Romancero y tragedias, —ítem. Ro-
»c ¿ame. — {Romancero
T. * aenerai.\
38
394 ÍNDICE ALFABÉTICO
N.o Clase. Pág
N-° Cla,s. n . s

mancero general.) 546 VIII.374 gedias, ele.) g,, v

Hacen serial las trompetas. — Anónimo. Rom. La hermosa Zara, Cegrl.— Anónimo. Rom. Mor' "
Mor. de los amores de Muza. — {Romancero de Zelin Audalla. — {Romancero general.) ' loa v m

general.) - 97 VIH. 50 La libre Zara, que tiempo.— Anónimo. Rom' "• "3
Haciendo estaba unas ferias. — Anónimo. Rom. de Boadil y Zara. — {Romancero general.). 'un , „ v u
a 1 ,
Hístór. del conde Fernán González.— (FUEN- La mafianadeSan Juan — Al punto, etc.— Ano- «>
TES, Libro de los cuarenta cantos, etc.). . 698 . V. 460 nimo. Rom. Mor. de Abindarraez el tio. —
Háganme vuestras mercedes. — Anónimo. Rom. (PÉREZ DE HITA, Historiade los bandos deCe-
Mor. jocoso de Zaide.—{Códice del siglo vm.) 257 VIII.136 gríes, etc.—ítem. TIMONEDA, Rosa española) 80 v m «n
3 a
Halagando está á Papirio.—Anónimo. Rom. Hist. La mañana de San Juan —Salen, etc. — Anóni- ""•
de Papirio-— (LINARES, Cancionero llamado mo.—Rom. Mor. de Boadil y Zara. — (Román-
Flor de enamorados.) 528 V. 361 cero general.) 1 1 9 v m

Hallábase el alto Apolo. — Lúeas Rodríguez. La noble Jimena Gómez.—Anónimo. Rom. Hist
"Rom. Caball. del caballero del Febo.— (Ro delCid. — (Romancero general.). . . ' IAA v m
DRIGÜEZ , Romancero historiado.). . . . 347 VIH 194 La noche estaba esperando..— Anónimo. Rom' °
Helo, helo por do viene — E l Infante, etc. — Mor. de Adulce. —(Romancero general.) ' 130 v m • i*
Anónimo. Rom. Caball. del Infante vengador. La que á nadie no perdona. — Anónimo. Rom
— {Cancionero de romances.) 294 III. 159 Histór. de la muerte del Cid.—(ESCOBAR, Ro-
Helo, helo por do viene — E l moro, etc.— mancero del Cid.) ggg VIIT K M
Anónimo. Rom. Histór. del Cid.— [Cancionero Las armas y venas rotas.— Anónimo. Rom. Hist vm.. t>t>T
de romances. — ítem. TIMONEDA , Rosa espa- del rey Rodrigo. — (MADRIGAL , Segunda parte
ñola.—ítem. Silva de varios romances.—ítem. del Romancero general, etc.) 604 VIH ÍÍIQ
Floresta de varios romances.) 858 I. 545 La señora de las gentes.—Anónimo. Rom. Hist'
Hércules el esforzado. — Lorenzo de Sepúlveda. de la presa de Jerusalen.—(Cancionero de ro-
Rom. Histdr. de César en Sevilla y las co- mances.) 451 y - f l n

lumnas de Hércules. — (SEPÚLVEDA, Roman- Las heridas que á Medoro.—Anónimo. Romance


ces nuevamente sacados, etc. — Debió colo- Caball. de Angélica y Medoro. — (Romancero
carse en la época de las guerras civiles de general.) 412 y m 271
Roma.) 456 V. 301 Las huestes del rey Rodrigo. — Anónimo. Rom.
Herido está Marco Antonio. — Anónimo. Rom. Histór. del rey Rodrigo. — (Aquí comienzan
Histór. déla muerte de Marco Antonio.—(LI- cuatro romances del rey Don Rodrigo, etc.
NARES , Cancionero llamado Flor de enamora- Pliego suelto. — ítem. Cancionero de roman-
dos.). . . ." • .mi :. 391 ces, ítem. Silva de varios romances.). . . .5991 407
Hincado está de rodillas.—Anónimo. Rom. Hist. La silla del buen Sant Pedro. — Anónimo Rom.
de Bernardo del Carpió. — {Seis romances Hist. del Cid. —(SEPÚLVEDA, Romances nueva-
famosos de la historia deBernardo, etc. Pliego mente sacados, etc.—ítem. ESCOBAR, Roman-
suelto.) 657 VIII 436 cero del Cid.) 755 IV. 493
Hipómenes, un varón. — Anónimo. Rom. Hist. Las obsequias funerales—Celebra, etc. — Ano-
de Hipómenís.—(LINARES, Cancionero lla- •nimo. Rom. Histór. del Cid.— (ESCOBAR. Ro-
mado Flor de enamorados.) 463 V. 311 mancero del Cid:) 900 VIH. 559
Hizo hacer al rey -Alfonso. — Anónimo. Rom. Las obsequias funerales — Sobre el ya. etc. —
Histór. del Cid.—{Romancero general.—ítem. Anónimo. Rom. Histór. de Bernardo del Car-
ESCOBAR , Romancero del Cid.). . . - - . ,810 VIII. 523 pió. — (MADRIGAL , Segunda parte del Roman-
Hueste saca el rey Ores.— Anónimo. Rom.Hist cero general.) 663 VIII. 433
de Alfonso el Casto, que vence al rey Ores. Las riberas del Genil.—Anónimo. Rom. Mor. de
— (TIMONEDA, Rosa española, etc.). . . . 628 IV. 421 los amores de Muza.— (Romancero general.). 95 VIH. 49
Idos vos, Martin Pelmez.—Anónimo. Rom.Hist. Las soberbias torres mira. —Anónimo. Rom.
del Cid y sus yernos los Condes de Carrion. Mor. de Celin Audalla.— (Flor de varios y nue-
— (ESCOBAR , Romancero del Cid.). . . . . .873 VIH.552 vos romances, 3.a parte. — ítem. Romancero
Inhumano rey Alfonso. — Anónimo. Rom. Hist. general.) 121 VIII. 62
de Bernardo del Carpió.—(MADRIGAL, Segunda Las varias flores despoja. — Gabriel Lobo Laso
parte del Romancero general, etc.) 661 VIH.437 de la Vega. Rom. Histór. de Bernardo del
Juntas de Pompeyo y Julio.— Gabriel Lobo Laso Carpió. —(LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero
de la Vega. Rom. Hist. de la batalla de Farsa- y tragedias, etc.—ítem. Seis romances famo-
lia. — (LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y sos de la historia de Bernardo, etc. Pliego
tragedias, etc.— ítem. Romancero general.). 560 VIH 385 suelto.) . 645 VIII. 43C
Junto á la enemiga Argel. — Anónimo. Rom. La venida del rey Búcar.—Anónimo. Rom. Hist.
Mor. del cautivo de Ochalí. — {Romancero del Cid. — (ESCOBAR, Romancero del Cid.) . 855 VIII 544
general.) o^g yjjj 145 Levantando blanca espuma. — Don Luis de Gón-
Junto al rio Guadalete. — Anónimo. Rom. Hist. " gora. Rom. Mor. del forzado de Dragut.—
del rey Don Pelayo. — (SEPÚLVEDA , Romances (Romancero general.—ítem. GÓNGORA, Obras.) 272 VIII. 143
nuevamente sacados, etc.). . . . . . 607 IV
411 Levantóse Girineldo.—Anónimo. Rom. Caball.
Jurado tiene á Mahoma. — Juan de la Cueva. de Gerineldos. — (Desesperaciones de amor. . ,_„
Rom. Histór. del conde Fernán González. — Pliego suelto.) 320 III. 1"»
(CUEVA , Coro Febeo.) 709 VIH467 Limpíame la jacerina. —Anónimo. Rom. Mor.
Juramento llevan hecho. — Anónimo. Rom. Hist. • de Gazul. — (Romancero general.). . . . . 32 VIII. 1*
del conde Fernán González. — {Romancero Lisaro, que fué en Granada. — Anónimo. Rom. _ ..
general.) C99 VIH. 461 Mor. de Lisaro. — (Romancero general.) . . 188 VIH. » '
La bella Zaida, Cegrí.—Anónimo. Rom. Mor! dé Lo que puede aborrecida.— Anónimo. Romance R n
Gazul. — {Flor de varios y nuevos romances, Mor. de Zulema. — (Romancerogeneral.) . . loo VIH. °"
1.a parte. — ítem. Romancero general.). . . 36 VIII 16 Los de Mogara y Atenas. — Juan de la Cueva.
La calle de los Gómeles. — Anónimo. Romance Rom. Histór. de Solón, que se finge loco. — , -, n
Mor. délos amores de Muza.—(Romanceroge- (CUEVA, Coro Febeo.).. . . 506 VIH. 34U
neral.) 92 VIII. 48 Los galos entran por Roma.—Lorenzo de Sepúl-
La desesperada Dido.— Anónimo. Rom. Histór'. veda. Rom. Histór. de Camilo y Breno ante el
de Eneas y Dido. — {Romancero general.). . 489 VIII. Capitolio.—(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente ,,„,
La desgracia del forzado. — Don Luis de Gon- 326 sacados, etc.) 523 IV. 356
gora. Rom. Mor. del forzado de Dragut. — Los hijos del conde Vela.—Anónimo. Rom. Hist.
(GÓNGORA, Obras.—ítem. Romancero general.) 271 VIH. de la traición de los»Velas, que asesinan á
La era de mil y ciento.- Lorenzo de Sepúlveda. 142 Don Garcia. — (SEPÚLVEDA, Romances nueva- .-¿
Rom. Histór. déla muerte del Cid. — (SEPÚL- mente sacados,). '"' I V l

VKVIÍ, Romances nuevamente sacados, etc.). . 899 IV. Los ojos vueltos al cielo. — Anónimo. Romance
La excelsa Jerusalen.— jMM¿í la Cueva. Rom. 569 Mor. de Muley y Albenzaide. — (Romancero g 9
Histór. de la presa de Jerusalcn por Tito. — general.) \ %jo v m - °
(CUEVA , Coro Febeo.) . . 455 VIH Los ojos vuelve á Granada. — Anónimo. Rom.
La hermosa Bradamante. - Lúeas Rodríguez. 300 Mor. de los amores de Muza.—(Romancero - K¡ V I I I
Rom. Cab. de Rugero y León. -(RODRÍGUEZ, general.) *<*> " " '
Romancero historiado.) ' «oa yin Los siete Infantes de Lara. —Lorenzo de Sepúl-
La hermosaimora Um.-Gabríel Lobo Laso de 280 veda. Rom. Histór. de los Infantes de Lara.—
la Vega. Rom. Histór. de Alfonso VI y Zaida (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, .„. v
— (LOBO LASO DE LA YEGA, Romancero y tra- etc.) , twM"« * "
ÍNDICE ALFABÉTICO. S9S
N.o Claio. P»g. N.» CIa«e. Pag.
Los sucesores de Marte. — Juan de la Cueva. Memoria del bien pasado.—Anónimo. Rom. Mor.
Rom. Histór. de los Horacios y los Curiados. de Zaide.—(Romancerogeneral.) 67 VIII. 32
_ (CUEVA, Coro Febeo.) SIS VIH. 349 Mentirosos adalides. — Anónimo. Rom. Histór.
Los vientos eran contrarios. — Anónimo Rom. del Cid.— (ESCOBAR,Romancero del Cid.) . 831 VIII. 532
Histór. del rey Rodrigo. — (Aquí comienzan Metido está en confusión. — Juan de la Cueva.
cinco romances. El primero de cómo fué venci- Rom. Histór. de la muerte de Sofonisba. —
do etc. Pliego suelto. ítem. TIMOÑEDA, Rosa . (CUEVA, Coro Febeo.) 541 VIII. 371
Española.—Ítem.Florestadevatíosromances.). 602 V. 408 Mientes, y si acaso el Rey.— Anónimo.Hora.
Los volscos toman las armas. —Juan de la Cue- Mor. de Saler Cegri.— (Romancero general.) 136 VIII. 70
va Rom. Histór. del cerco de Roma por Co- Mientras se apresta Jimena. — Anónimo. Rom.
riolano. — (CUEVA, Coro Febeo.) 524 VIH. 3S7 Histór. del Cid.— (Romancero general.) . . 902 VIII. 570
Luego que al furioso Turno. — Anónimo. Rom. Mil celosas fantasías. —Anónimo. Rom. Caball.
Histór. de Eneas y Turno. — {Romancero ge- de Don Gayferos.—(Romancero general.) . . 38! VIII. 254
nerad 490 VIH. 326 Mi padre era de Ronda.—Vide. — Preguntando
Llanto hace dolorido.— Lorenzo de Sepúlveda. está Florida.
Rom. Histór. de Príamo. — (SEPÚLVEDA, Ro- Miraba desde Tarpeya.—Anónimo. Rom. Histór i
mances nuevamente sacados, etc.) . . . . "473 V. 316 del incendio de Roma por Nerón.—(Romance
Llanto hace el rey David. — Anónimo. Rom. ro general.) 572 VIH. 394
Histór. de David, que lamenta la muerte de Miraba el famoso A.miües—Anónimo. Rom. Hist.
Saúl. — (Cancionero de romances.). . . . 450 V. 298 de Héctor y Aquiles.—(Romancero general.) . 472 VIH. 318
Llanto hacia Doralice.— Lucas Rodríguez. Rom. Mira, Muza, que te aviso. — Anónimo. Rom.
Caball. de Rodamonte. — (RODRÍGUEZ , Ro- Mor. de los amores de Muza.—(Flor de varios
mancero historiado.) . 420 VIII. 275 y nuevos romances, 3.a parte. — ítem. Roman-
Llegado es el rey Don Sancho.— Anónimo. Rom. cero general.) 91 VIH. 48
Histór. del Cid, y cerco de Zamora. — (SE- Mirando se sale Febo. — Gabriel Lobo Laso de
PÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, etc.— la Vega. Rom. Histór. del C i d , y el cerco de
ítem. ESCOBAR > Romancero del Cid.). . . .768 IV. 500 Zamora.— (LOBO LASO DE LA VEGA, Roman-
Llegados son los Infantes.—Anónimo. Rom.Hist. cero y tragedias.). . . • 781 VIII. 507
de los Infantes de Lara. (SEPÚLVEDA, Roman- Mira Ñero de Tarpeya. — Anónimo. Rom. Hist.
ces nuevamente sacados, etc.). . . . . . 675 IV. 446 del incendio de Roma por Nerón. — Cancio-
Llegó Alvar Fañez á Burgos. — Anónimo. Ro- nero, sin portada, que yo supongo de Velaz-
mance Histór. del Cid. — (ESCOBAR, Roman- quez de Avila. Folleto suelto. — ítem. Can-
cero del Cid.) . . . 845 VIH. 539 cionero de Romances. — ítem. Silva de varios
Llegó en el mar al extremo. — Juan de Salinas. romances.) . . . . . . . . . . . . 571 V. 393
Rom. Mor. del Cautivu.—(Romancerogeneral. Mira Tarfe que á Daraja. — Anónimo. Romance •
— ítem. Códice del siglo xvn.) 263 VIII. 139 Mor. de Audalla. — (Flor de varios y nuevos
Llegó la fama del Cid. — Anónimo. Rom. Hist. romances, 3.a parte. — ítem. Romancero ge-
del Cid. — (ESCOBAR , Romancero del Cid.) , 891 VIH. 565 neral.) 133 VIII: 68
Lleve el diablo el potro rucio.— Anónimo. Rom. Mira, Zaida, que te digo. — Anónimo. Rom. Mor.
Mor. burlesco. — (Romancerogeneral.) . . .252 VIH. 133 de Zaide. — (Romancero general.) . . . . 57 VIH. 27
Lloraba Doña Jimena. — Anónimo. Rom. Hist. Mira, Zaide, que te aviso.—Anónimo. Rom. Mor.
del Cid y sus yernos los Condes de Carrion. de Zaide. — ( PÉREZ DE HITA , Historia de ¡os
— (ESCOBAR , Romancero del Cid.) . . . .868 VIH. 550 bandos de Cegries, etc.) 56 VIH. 27
Llorando atiende Gonzalo.— Anónimo. Roman- Mis arreos son las armas. — Anónimo. Rom..
ce Histór. de los Infantes de Lara. — (MADRI- Caball. de la constancia.— (Cancionero de
GAL, Segunda parte del Romancero general.) . 685 VIH. 452 romances.) 500 III. 161
Llorando Diego Laínez. —Anónimo Rom. Hist. Mora, Zaida, hija de Zaide. — Anónimo. Rom.
del Cid. — (ESCOBAR, Romancero del Cid.) . 730 VIH. 481 Mor. de Tarfe. — (Romancero general.) . . 73 VIH. 35
Llorando estaba Pantea. — Juan de la Cueva. Moriana en un castillo. — Anónimo. Rom. Mor.
Rom. Histór. de la muerte de Pantea.— (CUE- de Moriana y Galvan. — (Códice del siglo xvi.
VA , Coro Febeo.) . 496 VIH. 332 — ítem. TIMOÑEDA, Rosa de amores. — ítem.
Llorando está Doña Lambra. — Anónimo. Rom. LINARES, Cancionero Flor de enamorados.) . 7 fí. 3
Histór. de los Infantes de Lara. — (TIMOÑEDA, Morir vos queredes, padre.—Anónimo. Romance
Rosa española.) 472 V. 445 Histór. del Cid. — (Cancionero de romances.
Llorando mira Rodrigo. — Anónimo. Rom. Hist. ítem. TIMOÑEDA, Rosa de amores.) . . . . 763 I. 49§
del rey Rodrigo. — (Maravillas delParnaso.) 603 VIII. 409 Muchas veces oí decir.—Anónimo. Rom. Caball.
Mala la visteis, franceses. — Anónimo. Rom. del conde Grimaltos. — Aquí comienzan dos
Caball. de Guarinos. — (Aqui comienza un ro- romances del conde Grimaltos, etc. Pliego
mance del conde Guarinos, etc. Pliego suelto. suelto. — ítem. Silva de varios romances. —
— ítem. Cancionero de romances. — ítem. ítem. Floresta de varios romances..) . . . .382 111. 254
Floresta de varios romances.) ' .402 111. 265 Muerte, site das tal priesa. — Anónimo. Rom.
Malas mañas habéis, tio.— Anónimo. Romance Caball. de Zerbino moribundo.— (Romancero
Caball. del baño en el Jordán.— (Cancionero general.) 403 VIH. 267
de romances.) 302 III. 162 Muerto dejaba Tarquino. — Juan de la Cueva.
Maldita seas, serpiente. —JuanBaptísta. Rom. Rom. de Tulia, que atrepella el cadáver de
Histór. de Judith yOloférnes. — Comiénzase supadre.— (CUEVA, CoroFebeo.) . . . . 517 VIII. 352
la historia de Judit/t. Pliego suelto.) . . . 442 V. 291 Muerto era ese buen Rey—Don Pelayo, etc.—Lo-
Mal mis servicios pagaste. — Anónimo. Rom. renzo de Sepúlveda. Rom. Histór. de la muer-
Histór. de Bernardo del Carpió.—(Romancero / te de Favila. — (SEPÚLVEDA , Romances nueva-
„ general.) 659 VIII. 436 mente sacados, etc.) . -.- 612 IV. 414
Mal os quieren, caballeros. —Anónimo. Rom. Muerto es el rey Alfonso. — Lorenzo de Sepúl-
Mor. de Celindos.—(Romancero general.) . . 149 VIH. 76 veda. Rom. Histór. de la lealtad de Pedro
Mandó el Rey prender Vergilios. — Anónimo. Anzures 917 IV. 579
Rom. Caball. de Vergilios. — (Cancionero de Muerto es el rey Don Sancho. —Lorenzo de Se-
romances.) 283 III. 151 púlveda. Rom. Histór. del Cid. — (SEPÚLVEDA,
Manotas de dos colores.— Anónimo. Rom. Mor. Romances nuevamente sacados, etc.) . . . 809 IV. 522
de los amores de Muza. — (Flor de varios y Muerto había Diego Ordoñez.—Lúeas Rodríguez.
nuevos romances, 2.a parte.— ítem. Roman- Rom. Histór. del Cid y del cerco de Zamora.
cero general.) 101 VIH. 52 — (RODRÍGUEZ , Romancero historiado.) . .798 VIII. 515
Mas envidia he de vos, Conde. — Lope de Sosa. Muerto yace Durandarte—Al pié, etc. — Anóni-
Kom. Caball. del conde Claros. - (Cancio- mo. Rom. Cabal!, de Durandarte y Belerma.
nero general.-\tem. Cancionero deromances.) Not. VII. 222 — (TIMOÑEDA , Rosa de amores.) 590 V. 261
Mema noche era poriilo— Anónimo. Rom.Cab. Muerto yace Durandate — Debajo etc. — Anóni-
ael conde Claros.- (Aqui comienza el roman- mo. Rom. Caball. de Durandarte y Belerma.
ce ael conde Claros, etc. — ítem. Cancionero — (Aquí comienzan dos romances con sus glo-
ae romances. - ítem. Floresta de varios ro- sas, etc.—ítem. Floresta de varios romances.) 389 V. 261
B«** > , -
362 III. 218 Muerto yace el rey Don Sancho. — Lúeas Rodrí-
0 l en ot
7¡, A í ^ ^o.-Anómmo.-Rom. Histór. guez. Rom. Histór del Cid, y del cerco deZa-
rnl^l 'C er
5
y ! u s e r n o s
Condes deCarrion.-
nera Item
l o s
mora. — RODRÍGUEZ , Romancero historiado. —
cJ^T. i r.°ñ '-- - ESCOBAR, Romaa- ítem. ESCOBAR, Romancero del Cid.) . . . 784 VIII. 508
Wo del Cid.) 875 VIII. 553 Muerto yace ese buen Cid. — Anónimo. Rom.
ÍNDICE ALFABÉTICO.
N.o Clase. Pog. ""• • '.' '• ' N." Clisa Mg.
Histdr. del Cid. — (SEPÚLVEDA , Romanees nue- Oídme, selior Belardo. — Lope de Vega Carpió
vamente sacados, etc. — ítem. ESCOBAR , Ro- Rom. Mor. jocoso. — ( VEGA CARPIÓ, Obras
mancero del Cid.) 901IV. 569 — ítem. Romancero general.) ' 217 v m
Muerto va el rey Don Fernando. — Anónimo. Oid, señor Don Gayteros. — Miguel Sánchez 130
Rom. ílistór. del Cid, y del cerco de Zamora. Rom. Doct. Caball. de Don Gayferos. — (Roi
— (TIMONEDA , liosa española.) 772 V. 502 mancero general.) j*» . 252
Muy doliente estaba el Cid. — Anónimo. Rom. v

Histdr. del Cid. — (SEPÚLVEDA , Romances Oiga, oiga, buen soldado. Anónimo. Rom. Cab'
nuevamente sacados, etc. — ítem. ESCOBAR , — (Tradicional.) 'w o t
175
Romancero del Cid.) 892IV. 565 Oran, que era rey de Hebron. —Lorenzo de'Se- ' "
Muy grande era el lamentar. — Anónimo. Rom. pülveda. Rom. Histór. de Josué. — (SEPÚLVE-
Histór. de los Infantes de Lara. — ( SEPÚLVE- DA , Romanees nuevamente sacados, etc). . . 440 y
DA, Romances nuevamente sacados, etc.) . . IV. 671 m Pagado está el pastorcico.—Anónimo. Rom"
Muy grandes huestes de moros.—Anónimo. Rom. Caball. de la infanta de Francia.—(Códice dé
Histór. del Cid.— (SEPÚLVEDA, Romances nue- principios del siglo xví) 3^ 170
vamente sacados, etc.) 748
IV. 490 Parte Amllcar de Cartago. — Juan de la Cueva'
Muy malo estaba Espinólo. — Anónimo. Rom. Rom. Hist. de Aníbal.—(CUEVA, Coro Febeo)' 529 v m 362
Caball. de Espínelo. — (TIMONEDA, Rosa de Parte el amoroso Febo. •>- Lúeas Rodríguez.
amores. — ítem. LINARES, cancionero llamado Rom.Caball. del caballero del Febo.—(RODRÍ-
Flor de enamorados.) 323 V. 177 GUEZ, Romancero historiado) 339 yjrr186
Muy triste estaba Israel. —Juan Bautista. Rom. Partios ende los moros. — Anónimo. Rom.'
Histór. de Judith y Holoférnes.— I Comiénzase Hist. del Cid.—(ESCOBAR, Romancero del Cid). 842 VIII537
la historia de Judith. Pliego suelto.) .•'.-. .444 V. 293 Pasados eran tres dias. — Juan Baptista. Rom.
Ñero, emperador de Roma.—-Anónimo. Rom. Hist. de Judith.— (Comiénzase la historia de
Histór. de la muerte de Séneca. — (LINARES, Judith, etc. Pliego suelto) 446 V 295
Cancionero llamado Flor de enamorados.) . . V.569392 Pascábase el buen Conde. — Anónimo. Rom. Ca-
No admite el César disculpa. — Anónimo. Rom. . ball. del amorfilial.—(Nueveromances.-etc. de
Histór. de la muerte de Lucano.—{Romancero JUAN DE RIVERA. Pliego suelto.) 317 III 174
570 VIH. 392 Pensando va el caballero.—Anónimo. Rom. Cab.
No cesando el Casto Alfonso. — Anónimo. Rom de la infanta de Francia. (Códice de principios
delsiglo xví.) 310 166
Histór. de Bernardo del Carpió. (Cancionero
de romances.) 631 V. 422 Pensativo estaba el Cid.— Anónimo. Rom. Hist.
No con azules tahalíes. — Anónimo. Rom. Mor. del Cid.—(Flor de varios y nuevos romances,
a

de Aliatar. — (Romancero general.. 172 VIII. 3. parte.— ítem. Romancero general.— ítem.
No con los dados se gana. — Anónimo. Rom ESCOBAR , Romancero del Cid.) 727 VIII
Caball. de Gayferos. — (Romancero Perdidas son las Españas. — Lorenzo de Sepúl-
general.) 376 VIII. veda. Rom. Hist. — (SEPÚLVEDA , Romances
No con poco sentimiento. — Anónimo. Rom' 413
Histór. del Cid y sus yernos los Condes de nuevamente sacados, etc.) 609 IV.
Carrion. — (Romancero general.) . . . 866 . VIH. 549 Perdido el magno Pompeyo.—Juan de la Cueva.
Rom. Hist. de Pompeyo. (CUEVA, Coro Febeo). 563 VIH. 387
No de tal braveza lleno. — Anónimo. Rom. Mor.
de Gazul. — ( PÉREZ DE HITA, Historia de los Perdido era Don Rodrigo. — Lorenzo de Sepúl-
bandos de Cegríes, etc. — ítem. Romancero ge- veda. Rom. Hist. de la conquista de Toledo
neral.) por Tarif.—(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente
54 VIII. 15 sacados, etc.) 610 IV. 413
No faltó, Zaide, quien trujo. — Anónimo. Rom. Pésame de vos, el Conde. —Anónimo. Rom. Ca-
Mor. de Zaide. — (Romancero general.) . . VIH. 31 ball. del conde de Claros.—(Cancionero gene-
No la reina de las aves. — Anónimo. Rom. Mor. ral.—-Ítem, Cancionero de romances). . . N.a III. 221
de Jarife. — (Romancero general. — Códice Pidiendo á las diez del dia. —Anónimo. Rom
delsiglo xvn.) . . . . . . . . 185 VIII. 96 Hist. del Cid.— (Romancero general. — ítem
Non es de sesudos homes.—Anónimo. Romance ESCOBAR, Romancero del Cid.) 758 VIII. 495
Hist. del Cid.—(ESCOBAR, Romancero del Cid.) VIII. 480 Ponte á las rejas azules.—Anónimo. Rom. Mor.
Non me culpedes si he fecho.— Anónimo. Rom. de Audalla. — (Romancero general.). . . 128 . VIH. 65
Histór. del Cid. — (Romancero general. 724 VIII. 478 Por aquel postigo viejo.— Anónimo. Rom. Hist
Non quisiera, yernos míos. — Anónimo'. Rom. del Cid, y el reto de Zamora.—(Cancionero de
Histór. del Cid y sus yernos los Condes de romances.— ítem. TIMONEDA, Rosa española.). 804 V. 518
Carrion. — (ESCOBAR, Romancero del Cid.) . 853 VIH. 543 Por arrimo su albornoz.— Anónimo. Rom. Mor.
No os llamo canalla vil. — Anónimo. Rom. de Abenamar. (Flor de varios y nuevos «man-
Histór. de Bernardo del Carpió.—(Seis roman- ees, 1.aparte.—ítem. Romancero general.). . 12 vni. 5
ces famosos de la historia de Bernardo etc Por cima de los que ha muerto. —Juan de la
Pliego suelto.) 647 VIII 431 Cueva. Rom. Hist. de Paulo Emilio.—(CUEVA,
No se atreve el duque Astolfo- — Lúeas Ro'dri- Coro Febeo.) 335 VIII.366
guez. Rom. Caball.de Flor de Lis y Brandi- Por divertirse Ceün. —Anónimo. Rom. Mor. de
marte. — (RODRÍGUEZ, Romancero historiado435 ', VIH. 282 CelindeEscariche.—(Romancero general.) . 118 VIII. 61
No se puede llamar rey.— Anónimo. Rom. Hist. Por el brazo del'Esponto. — Anónimo. Rom.
de los Infantes de Lara.—Flor de varios y nue- Mitol. de Hero y Leandro.—(LINARES, Cancio-
vos romances, 3.a parte. — ítem. Romancero nero llamado Flor de enamorados.) . . . . 466 VIH. 313
general.). . . . - 6
VIH 452
8 6
Por el jardín de las damas. — Anónimo. Rom.
No tiene heredero alguno. — Anónimo. Rom Hist. del rey Don Rodrigo. (Romancero gene-
Histór. de Bernardo del Carpió. —(SEPÚLVE- ral.) 5 8
- 402
7 v m

DA, Romances nuevamente sacados, etc.) 641 428


IV. Por el muro de Zamora. — Lúeas Rodríguez.
Nunca fuera caballero.—Anónimo. Rom. Caball' Rom. Hist. del Cid, y cerco de Zamora.—(Ro-
de Lanzarote del Lago. — (Cancionero de ro- DRIGUEZ, Romancero historiado.) °"¿ 517
- v l u

mances.) 352 III. 198 Por el rastro de la sangre. — Lúeas Rodríguez.


Nuílo Vero, Ñuño Vero. - Anónimo. Rom. Cab! Rom. Caball. de Durandarte. (RODRÍGUEZ,Ro-
de Valdovinos. — (Cancionero de romanees.) 359 III. 218 mancero historiado.—-ítem. Floresta de varios
Obedezco la sentencia.—^re^nímo. Rom. Histór. romances.) 3
° ° " " '260
del Cid. — ESCOBAR, (Romancero del Cid.) 824 VÍII 529 Por el val de las estacas — E l buen Cid, etc.—
Ocho á ocho y diez á diez. — Anónimo. Rom Juan de Timoneda. Rom. Histór. del Cid. —
Mor. de Azarque el de Ocaña. — (Flor de va- (TIMONEDA, Rosa española.) '° "• 492
¿

rios y nuevos romanees. 2.a parte.— ítem Por el val de las estacas —Pasó el Cid, etc.—
Romancero general,) 194 VIH. 101 Anónimo. Rom.Histór. del Cid. — (Códice del
¡ 0
5 ' , ,3 e 1 e r m a !
ohBelerma! - Anónimo.' Rom'. 7 Í > U 491
siglo xvi.) • •
5 ^ e D u r a n d a r t e yBelerma. - (Romance Por esas puertas romanas. — Lúeas Rodríguez.
cede \Oh Belermal agora nuevamente glosado. Rom. Hist. del villano del Danubio.—(RODRÍ-
Pliego suelto. — ítem. Cancionero de roman- GUEZ , Romancero historiado.) 575 VIH. 395
ces.) ^gY
III. 260 Por Italia entran los cimbros. —Juan de la Cueva.
¡Oh canas ignominiosas l-Anónimo. Rom'. Hist' Rom. Histór. de Mario.—(CUEVA, Coro Febeo.). 550 VIH. 377
del rey-Rodrigo. - (Romancero general.). 592VIH. 403 Por la calle de su dama.— Anónimo. Rom. Mor.
¡Oh cruel hijo de Aquíles! — Anónimo. Rom de Zaide y Zaida. (PÉREZ DE HITA, Historia de
Histór. de la muerte doPolicena.— (Romance los bandos de Cegríes, etc.) 53 VIH. 25
sobre la muerte que dio Pirro, etc. Pliego Por la mano prende el Cid. — Anónimo. Rom-
suelto, — ítem. Cancionero de romances.) 478 V 522 Hist. del Cid. (MADRIGAÍ., Segunda parte dtl
ÍNDICE ALFABÉTICO. 597
,_ - " " N.o Clai». Pág. N.o Clase. Pag.
Romancero general.) 841 VIII. 537 —(CUÍVA, Coro Febeo.) 493 VIII. 329
Por la mar navega Eneas. — Anónimo. Rom. Quién es aquel caballero, — Que tan etc.—
Hist. de Eneas y Dido.—(LINARES, Cancionero Anónimo. Rom. Histór. de los Infantes de Lara.
llamado Flor de enamorados.) 484 V. 324 —(SEPÚLVEDA , Romances nuevamente sacados,
Por la muerte que le dieron. — Anónimo. Rom. etc.) 676 IV. 447
Hist. del Cid. — (Romancero general.). . . 815 VIII. 525 Quien hobiese tal ventura — En haberse etc. —
Por la parte donde vido. — Lucas Rodrigues. Andrés Ortiz. Rom. Caball. de Floriseo y la
Rom. Caball. de Durandarte. (RODRÍGUEZ, Ro- reina de Bohemia.—(Romance nuevamente he-
mancero historiado.—Ítem. Floresta de varios cho por ANDRÉS, etc. Pliego suelto.). . . .287 111. 153
romances.) 386 VIII. 259 Quien hubiese tal ventura — Sobré etc. —
Por la plaza de San Ltícar. — Anónimo. Rom. Anónimo. Rom. Caball. del conde Arnaldos.—
Mor. de Gazul. — l Flor de varios y nuevos ro- Cancionero de romances.) . 286 III. 153
mances, 1.a parte.—ítem. Romancero general.) 37 VIII. 17 Recibiendo el alborada. — Anónimo. Rom. Hist.
Por la puerta de la Vega. — Anónimo. Rom. del Cid y sus yernos los de Carrion. (ESCOBAR,
Mor. de Celin Audalla.—[Romancero general.) 126 VIII. 65 Romancero del Cid.) 871 VIII. 551
Por la puerta del Cambrón. — Anónimo. Rom. Recoge la rienda un poco. — Anónimo. Rom.
Hist. de Bamba.—(Códice del siglo xvi.) . . 579 V. 397 Mor. de Azarque el Granadino.—(Romancero
Por las puertas de Celinda. — Anónimo. Rom. general.) 23 VIII. 10
Mor. de Zaide.— ¡Tradicional.). . . . . . 54 VIII. 26 Reduan , anoche supe. — Anónimo. Rom. Mor.
Por las riberas de Alberche. —Anónimo. Rom. de Zaide. —(Romancero general.) 61 VIH. 29
Mor. — (Romancero general.) 254 VIII. 134 Regalando el tierno • vello. — Anónimo. Rom.
Por las riberas de Arlanza. — Anónimo. Rom. Caball. de Angélica y Medoro. — [Romancero
Histdr. de Bernardo del Carpió.— (TIMONEDA, general.) 410 VIII. 270
Rosa española.) 639 1. 427 Regocijada y contenta. — Anónimo. Rom. Mor.
Por las riberas del Tajo. — Anónimo. Rom. del Albanes.— (Romancerogeneral). . . . 219 VIII. 113
Mor. de Zaida la de Toledo.—(Romancero ge- Reinado era Castilla. — Anónimo. Rom. Hist.
neral.) 205 VIII. 107 de Don García de Castilla, muerto por los Ve-
Por las sierras de Moncayo. — Anónimo. Rom. las.—(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente saca-
Mor. de Bobalías el Pagano.—(Cancionero de dos, etc.) 716 IV. 473
romances.) 2 II. 1 Reinando el rey Don Alfonso,—El que Casto era i
Por los bosques de Cartago. — Anónimo. Rom. llamado. — Anónimo. Rom. Hist. de la cruz de
Histór. de Eneas y Dido. — (Aguise contienen Oviedo. — Aquí comienzan seis romanees.
cuatro romances. El primero de Antenor. Plie- El primero de la mañana de San Joan, etc.
go suelto. — ítem. Aquí se contienen seis ro- Pliego suelto.—ítem. Aquí se contienen cuatro
mances. El primero del rey Don Pedro. Pliego romances antiguos. El primero de Tarquino ,
suelto. — ítem. Cancionero de romances.). .487 V. 325 etc. Pliego suelto. — ítem. Cancionero de ro-
Por mando del rey Alfonso. — Lorenzo de Se- mances.— ítem. TIMONEDA, Rosa española.) . 614 IV. 414
púlveda. Rom. Histór. del Cid.— (SEPÚLVEDA, Reinando el rey Don Alfonso, — El que Casto se
Romances nuevamente sacados, etc.—ítem. E S - decia.— Anónimo. Rom. Hist. de Bernardo del
COBAR, Romancero del Cid.) . . . . . . . 829 IV. 531 Carpió.— TIMONEDA, Rosa española.). . . . 621 IV. 418
Por muchas partes herido. — Anónimo. Rom. Reinando el reyDonBermudo.—Anónimo.Rom.
Caball. de Don Roldan. (Flor de nuevos y va- Hist. de Bermudo 1.° de León.—(Aquí se con-
rios romances, 3.a parte.) 398 VIII. 264 tienen cuatro romances antiguos, etc. Pliego
Por muerte del rey Acosta.— GabrielLoio Laso suelto. Cancionero de romances, etc.). . . . 613 IV. 414
déla Vega. Rom. Hist. del rey Rodrigo. (LOBO Rendidas armas y vida. — Anónimo. Rom. Ca-
LASO DE LA VEGA, Romancero y tragedias.). . 581 VIII. 398 ball. de Rugero y Bradamante. — (Romancero
Por nunca usados caminos.—GabrielLoio Laso general.) 434 VIII. 282
de la Vega. Rom. Histór. del rey Don Pelayo. Rendidas ya las banderas. — Anónimo. Rom.
(LOBO LASO DE LA VEGA , Romancero y trage- Hist. de Eneas fugitivo. (Romancero general.) 483 VIH. 323
dias.) . . . . • 608 VIII. 412 Rendido está Reduan. — Anónimo. Rom. Mor.
Por ponerse su albornoz. — Anónimo. Rom. del viejo Reduan. [Flor de varios y nuevos ra-
Mor. de Zelizardo. — (Flor de varios y nuevos monees, etc., 3.a parte.) 222 VIII. 115
romances, 3.a parte.) 227 VIII. 118 Resuelto ya Reduan.—Anónimo. Rom. Mor. de
Por qué, señores poetas.— Anónimo. Rom. Mor. Reduan. (Romancero general.) (Pudo colocarse
jocoso. — (Romancero general.) . . . .246 VIH. 129 entre los fronterizos.) 109 VIII. 55
Porsena, rey poderoso.—Lorenzo deSepülveda. Retirado en su palacio. — Anónimo. Rom. Hist.
Rom. Hist. de Scévola. (SEPÚLYEDA, Romances de Bernardo del Carpió. — (Romancero gene-
nuevamente sacados, etc.) 520 V.* 353 ral.) 642 VIII. 428
Por una linda espesura.—¿«ánimo. Rom. Mitol. Retraída está la Infanta. — Anónimo. Rom. Ca-
del juicio de Páris. — (Cancionero de ro- ball. del conde Alárcos. — (Romance del conde
mances.) 469 V. . 314 Alárcos, etc. Pliego suelto.— ítem. Comienza
Por una nueva ocasión. — Anónimo. Rom. Mor. un romance del conde Alárcos. Pliego suelto. '
de Miatzr.—(Flor de varios y nuevos romances, — ítem. Cancionero de romances.) . . . .365 111. 224
3.a parte.) 171 VIII. 88 Retraído en su aposento.—Anónimo. Rom. Hist.
Por una triste espesura. — Lucas Rodriguat. de Bernardo del Carpió. — (Códice del siglo i
Rom. Caball. de Angélica.— (RODRÍGUEZ, ro- xvn.) . 660 VIII. 437
mancero historiado.). . . 407 VIII. 269 Retumbando crueles voces. — Anónimo. Rom.
Poseyendo de Sicilia. —Juan de la Cueva. Rom. Mor. del cautivo de Ochalf. — (Romancero
Histór. de Diógenes. — (CUEVA, Coro Febeo.). 509 VIII. 343 general.) 277 VIH. Uí
Preguntando está Florida.—Anónimo. Rom. Mor. Revuelta en sudor y llanto. — Anónimo. Rom.
de cautivos.—(TIMONEDA , Rosa de amores.) . 258 V. 136 Hist. del rey Don Rodrigo. — (Romancero ge-
Preñada es la reina Hécuba. — Lorenzo de Se- neral. — ítem. MADRIGAL , Segunda parte del
púlveda. Rom. Hist. del nacimiento de Páris. Romancero general.) 588 VIII. 402
—(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, Rey Don Sancho, rey Don Sancho, — Cuando
etc.). . 468 V. 313 etc. — Anónimo. Rom. Histór. del rey Don
Preso en la torre del Oro. — Anónimo. Rom. Soncho II y del Cid.— (TIMONEDA, Rosa espa-
Mor. de Arbolan.— (Romancero general.) . . 164 VIII. 85 ñola.) -. . 766 V. 500
Preso está Fernán González, — E l buen, ele. — Rey Don S,ancho, rey Don Sancho, — No di-
Anónimo. Rom.—Histór. de Fernán González. gas , etc.—Anónimo. Rom. Hist. del Cid, y cer-
— Cancionero de romances, etc., edición co de Zamora. — (TIMONEDA , Rosa española.) 777 V. 504
de 1570.--Item. SEPÚLVEDA, Rosa española.). 706 IV. 465 Reyes moros en Castilla.—Anónimo. Rom. Hist.
Preso está Fernán González, — El gran, etc.— del Cid. — (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente
Anónimo. Rom. Histór. de Fernán González.— sacados, etc. — ítem. "ESCOBAR, romancero del
Cancionero de romances.) 700 I. 461 Cid.) 737 IV. 4S5
Pues que te vas, Reduan.—Anónimo. Rom. Mor. Rey que á malsines escucha. — Anónimo. Rom.
de Reduan. — (Romancero general.). . . .106 VIII. 54 Hist. de Ataúlfo, obispo de León. — (Roman-
Puesta tenia por el suelo. — Juan de la Cueva. cero general.) 720 VIII. 473
Rom. Histór. de Scipion 1.°, el Africano.— Riberas del Duero arriba — Cabalgan etc.—
(CUEVA, Coro Febeo.) 538 VIII. 368 Las divisas, etc. — Anónimo.Rom. Histór. del
Puesto en el sangriento campo. — Juan de la Cid. — (ESCOBAR, Romancero del Cid. — ítem.
Cueva. Rom. Hist. de ls continencia de Ciro. TIMONEDA, Rosa española.) 775 V. 5üD
ÍNDICE ALFABÉTICO.
N.o Clano. P4g. N.octMt.Pig
Riberas del Duero arriba— Cabalgan etc. — gentil.) gy ,
Que según, etc. — Anónimo. Rom. Histór. del Si atendéis que de los brazos.—Anónimo. Rom. "
Cid.—(Glosa de los romances Oh Belerma, etc. Hist. del Cid.— (MADRIGAL, Segunda parte del
Pliego suelto.). . . • • • • .• • • • 7
'• 7 6 Romancero general, etc. — ítem. ESCOBAR ,
b o i

Ricas bodas, ricas danzas. — Anónimo. Rom. Romancero del Cid.) ,', 519 y i n KW
Histór. de los Infantes de Lara.— (TIMONEDA , Si de mortales feridas. — Anónimo. Rom. Hist.
liosa espartóla.) • • • • 688.'V. Mi del Cid. — (Romancero general. — ítem. ES-
Rodillada está Moriana.— Anónimo. Rom. Mor. COBAR, Romancero del Cid.) 854 yjtj ^ ,,
de Moriana y Calvan. - (TIMONEDA, liosa de • Siendo del magno Alejandro.—Juande la Cueva.
9 Rom. Histór. de Timoclea. — (CUEVA, Coro
3
Amores.).. • • • • • • . • • _ • • „ • • "•
Rodrigo-Diaz de Vivar. — Anónimo. Rom. Hist. Febeo.) 502 VIH 3%
del Cid. — (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente Siendo emperador Magencio. — Anónimo. Rom. '
sacados.). • • 890 IV. 562 Histór. de la muerte de Sofronía.—(LINARES,
Roja de sangre la espuela. — Anónimo. Rom. Cancionero llamado Flor de enamorados.) . 574 y 395
Caball. de la muerte de Agrican. — [Román- Siete cabezas los moros. — Anónimo. Rom. '"'''
cero general.) • .421 VIO. 2/5 Histór. de los Infantes de Lara.— (TIMONEDA,
Rompe el aire con suspiros. — Anónimo. Rom. liosa española.) . 683 V. 4.H1
Hist. de Eneas y Biio .—[Romancero general.) 488 VIII. 525 Sin memoria de ser rey. —Juan de la Cueva. '
Rompiendo la mar de España.— Anónimo. Rom. Rom. Histór. de Tarquino Prisco. — (COEVA,
Mor. del cautivo. —[Flor de varios y nuevos Coro Febeo.) 516 VIII. 351
romances, 1.a parte. — ítem. Romancero ge- Si Rugero se congoja.—Pedro de Padilla. Rom.
neral. ) ' - .261 VIII. 158 Caball. de Rugero y León.— (PADILLA, Tesoro
Rómulo estaba haciendo. —Juan de la Cueva.— de varias poesías.) 431 y i n , 281
Rom. Histór. de la apoteosis de Rómulo. — Si tan bien arrojas lanzas.— Anónimo. Rom.
(CUEVA , Coro Febeo.) 514 VIII. 348 Mor. de Gazul.— (Romancero general.) . . 30 VIH. 13
Rotas las sangrientas armas. — Anónimo. Rom. Si tienes el corazón. —Anónimo. Rom. Mor. de
Caball. de' Rugero y Bradamante. — [Flor de Zaide. — (Romancero general.) 63 VIH. 30
varios y nuevos romances, 3.a parte.) . . . 433 VIII. 281 Sobre Calahorra, esa villa. — Anónimo. Rom.
Rui Velazquez el de Lara. — Lorenzo de Sepúl- Hist. del Cid. —(SEPÚXVEDA, Romances nueva-
veda. Rom. Histór. de los Infantes de Lara.— mente sacados, etc.) 744 IV. 489
[Aqui comienzan cuatro romances de los siete Sobre destroncadas flores. — Anónimo. Rom.
Infantes, etc. Pliego suelto.—SEPÚLVEDA, Ro- Mor. de Jarife. — (Romancerogeneral.) . . 180 VIH. 93
mances nuevamente sacados, etc.) . 673 IV. 445Sobre el acerado hierro.— Anónimo. Rom. Mor.
Rui Velazquez muy contento. — Anónimo. Rom. de los amores de Muza. — (Romancero gene-
Hist. de la muerte délos Infantes de Lara. — ral.) 94 VIH. 49
(TÍMONEDA , Rosa espaiíola.). - 674 V. 446 Sobre el corazón difunto. — Lucas Rodrigues.
Sabiendo el Rey cómo el Conde.—Anónimo. Rom. Rom. Caball. de Durandarte y Belerma. —
Histór. de Bernardo del Carpió. — (TIMONEDA, (RODRÍGUEZ, Romancero historiado. — ítem.
Rosa española.) 622 V. 418 Floresta de varios romances.) 393 VIH. 262
Sabiendo la mora Ayafa. — Gabriel Lobo Laso Sobre el cuerpo de Rodrigo.— Lúeas Bodrigues.
de la Yega. Rom. Mor. de Dorayzel y Ayafa.— Rom. Histór. del Cid y cerco de Zamora.— •
(LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y trage- ( RODRÍGUEZ , Romancero historiado ) . . . 805 VIH. 518
dias.) 230 VIII. 119 Sobre el cuerpo desangrado. — Anónimo. Rom.
Sale de un juego de cafias. — Anónimo. Rom. Caball. de valdovinos.— (MADRIGAL, Segunda
Mor. de Arbolan. — (Romancero general.^ 162 VIH. 84 parte del Romancero genera".) 360 VIII. 218
Sale la estrella de Venus.—Anónimo. Rom. Mor. Sobre el cuerpo ya difunto. —Anónimo. Roa.
de Gazul.—(Flor de varios y nuevos romances, Histór. de Artemisa. — (Romancero general.) 499 VIII. 334
1.a parte.—ítem. Romancero general.) . . 33 VIII. 14 Sobre la desierla arena. — Lucas Rodríguez.
Sale Mudarra González. —Anónimo. Rom. Hist. Rom. Caball. de Angélica y Medoro. — (RO-
de los Infantes de Lara. — (TIMONEDA, Rosa DRÍGUEZ, Romancero historiado.) . . . ' . . 409 VIH. 269
española.) 694 V. 457 Sobre la mas alta almena. — Gabriel Lobo Laso
Saliendo de Canicosa.— Anónimo. Rom. Histór. de la Vega. Rom. Hist. del caballo de Troya.—
de la muerte de los Infantes de Lara.— [Silva (LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y trage-
de varios romances.) 680 V. 450 dias. — ítem. Romancero general.) . . . . 477 VIII. 321
Salió á misa de parida. — Anónimo. Rom. Hist. Sobre lo verde y las flores. —Anónimo. Rom. •
del Cid. — (ESCOBAR ¡Romancero del Cid.) . 759 VIII. 496 Mor. de Arbolan. — (Flor de varios y nuevos
Salió Roldan á cazar. — Anónimo. Rom. Caball. romances, 2.a parte. — Itera. Romancero ge- „.
de Roldan y el Trovador. — [Tradicional). . 372 » 242 neral.) 160 VIII. 83
Sant Estévan de Gormaz. — Lorenzo de Sepúl- Solo y en humilde traje. — Juan de la Cueva.
veda. Rom. Hist. del conde Fernán González y Rom. Histór. de César y Amidas. — (CUEVA,
Fernán Antolinez, el devoto de la misa. — Coro Febeo.) . . . . . . . . . . . 555 VIH. 581
(SEPÚXVEDA, Romances nuevamente sacados, Subditos son los de Atenas.—Lorenzo deSepúl-
tc
e -)' •''.••"•• ••-•, 711 IV. 468 veda. Rom. Histór. de Teseo y el Minotáuro.
Según vuelan por el agua. — Don Luis de Gón- (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, ••• .¡^
gora. Rom. Mor. del Cautivo. — (GÓNGORA, etc.). . . . . : ... . 460 V. 306
M
Z E®!¡. \ • \ . • , 259 VIH. 137 Subida en Un alta roca. — Anónimo. Rom. Cab.
Sembradas de medias lunas. — Anónimo. Rom. de Olimpia y Vireno.—(Flor de varios y nuevos
Mor. deMostafá. — [Romancero general.) . 216 VIH. 112 romances, etc., 2.a parte. — Romancero gene- .,„, . . a

Sembrado está el duro suelo. — Anónimo. Rom. ral.) 405 VIH. 268
Hist. del Cid, y cerco de Zamora.—(MADRIGAL, Su ejército mueve Ciro. — Juan de la Cueva-
Segunda parte del Romancero general.). . . 803 VIII. 518 Rom Histór. de Abradata y Pantasilea. — , T ...
I I T

Sentada á orillas del mar. — Anónimo. Rom. (CUEVA, Coro Febeo.) . 495 VIH. 331
Histór. de la reina Hécuba.— [Romancero gc- Suelta las riendas al llanto. —Anónimo. Rom.
ne ra
c t ¿-1 • •-, • • • • • •:•-''•; • • • m
VIII. 323 Caball. de Bradamante celosa. — (Flor de va- .„
Sentado está el señor Rey. — Anónimo. Rom. nos y nuevos romances, 5.a parte.) . . . . 423 VIH. *">
Hist. del Cid.— (Romancero general.— ítem. Sulcando el salado campo. — Anónimo. Rom.
ESCOBAR, Romancero del Cid.) . . . . .736 VIH 484 Mor. del cautivo de Mahamí. — (MADRIGAL, .,.
Sentados á un ajedrez. —Anónimo. Rom. Hist. 2.a parte del Romancero general.) . . . . 281 VIH. 1*'
de los Infantes de Lara. — ( METGE , Tesoro Sulcando el salado charco. — Anónimo. Rom.
escondido, etc. — ítem. Romancero general.— Mor. del cautivo de Maliamf. — (Romances • v m., 7
ítem. Flor de varios y nuevos romances, 3.a varios de diversos autores.) • 282 VIH. 1*
o l - ivte ]
>• ¿¿ • rf , i 688 VIII. 453 Su remedio en el ausencia. —Anónimo. Rom. s

Señor conde Don Roldan. — Anónimo. Rom. Mor. de Abenamar. — (Romancero general.). 14 v l i i .
Caball. de Don Roldan. — (Romancero gene- Suspensos estaban todos. — Anónimo. Rom.
ral.) . . . . 4 3 8
Mor. del juego de cañas. — (Romancero ge-
V I I I m
. ., f i

Servia en Oran al Rey. — Don Luis Góngora. neral.) 240 vm- "™
Rom. Mor. del español de Oran. — (Flor de Suspenso y embravecido. — Lucas Bodriguez.
varios y nuevos romances, 3.a parte. — ítem. Rom. Caball. de la locura de Roldan. — (RO-
GÓNGORA , Obras.) ' 234 VIH 122 DRÍGUEZ, Romancero historiado. — Códice de .9 q

Sevilla está en una torre. — Anónimo. Rom." de fines del siglo \n.) ' . . - . .416 VIH. a'*
Sevilla y Don Peranzules. — (TIMONEDA, Rosa Suspira por Antequera. — Juan de Timoneda.
ÍNDICE ALFABÉTICO.
N.uClaie.Pág. N.° Clase. Pág.

Rom. Mor. de Boabdil y Vindaraja.—(TIMONE- neral.) 480 VIII. 322


DA, Rosa de amores.) 115 V. 08 Tuvieron Marte y Amor. — Anónimo. Rom. Mor.
También soy Abencerraje. — Anónimo. Rom. del Albanes. — (Romancero general.) . . .218 VIII. 113
Mor. del alcaide de Molina. — (Romancero Una hermana de Almanzor. — Anónimo. Rom.
general.). . . 143 VIII. 73 Histór. de los Infantes de Lara.—(SEPTO-VEDA,
Tan celosa está Adalifa.— Anónimo. Rom. Mor. Romances nuevamente sacados, etc.). . . . 690 IV. 455
de Abenamar. — (Romancero general.) . . 19 VIH. 8 Una parte de la vega. — Anónimo. Rom. .Mor.
Tan clara hacia la luna. —Anónimo. Rom. Cab. de Jarife.—(Flor de varios y nuevos romances,
de Valdovinos. — (Glosa de los romances que 2.a parte. —ítem. Romancero general.) . . 179 VIII. 92
dicen Cata Francia, etc. Pliego suelto.) . .338 1. 217 Un esclavo de Ochalí. — Anónimo. Rom. Mor.
Tanta Zaida y Adalifa. — Anónimo. Rom. Mor. del cautivo de Ocha)!.— (Romancero general.) 278 VIII. 145
de burlas. —(Romancero general.\ . . . 244 VIII. 128 Un gallardo paladín. — Anónimo. Rom. Caball.
Tendido está el fuerte Turno. —Anónimo. Rom. de la muerte de Don Beltran.—(Romancero ge-
Histór. de Eneas y Turno. — (Romancero ge- neral. ) . . . . - 396 VIH. 263
neral.) 491 VIII. 326 Valga al diablo tantos moros.— Anónimo. Rom.
Téngovos de replicar. —Anónimo. Rom. Histór. Mor. burlesco. — (Romancero general.) . . 256 VIH. 135
del Cid.— ( MADRIGAL , Segunda parte del Ro- Vamonos, (lijo mi tio.— Anónimo. Rom. Caball.
mancero general.—ítem. ESCOBAR, Romancero de Gayferos.— (Sígnense dos romances de Don
del Cid.) .820 VIH. 528 Gayferos, etc. Pliego suelto. — ítem. Cancio-
Tiempo es, el caballero,—...Que me crece, etc. nero de romances.) 375 III. 247
— Anónimo. Rom. caball. de los deslices de Vencido queda el rey Búcar. — Anónimo. Rom.
amor.—(Cancionero de romances.) ¡ . . .506 111. 163 Hist. del Cid.— (SEPÚLVEDA, Romances nueva-
Tiempo es, el caballero,—...Que no puedo, etc. mente sacados, etc. — ítem. ESCOBAR, Roman-
—Anónimo. Rom. Caball. de los deslices de > cero del Cid.) 903 IV. 571
amor.—(Coplas contra las rameras, etc. Plie- Vencidos son los romanos. — Anónimo. Rom.
go suelto.) 307 III. 163 Histór. de Escipion Africano. — (SEPÚLVEDA,
Tiempo es, el pastorcillo.—Anónimo. Rom. Cab. Romances nuevamente sacados, etc.). . . . 542 IV. 372
de la Infanta de Francia. — (Códice de princi- Vestido el cuerpo de cielo. — Anónimo. Rom.
pios del siglo xvi.) . . .- . . . . . . 313 » 170 Mor. de Celin de Escariche. — (Romancero
Tirad, íidalgos, tirad. —Lope de Vega Carpió. general.) 120 VIH. 62
Rom.Histór. del Cid y sus yernos los Condes. Victorioso vuelve el Cid.—Anónimo. Rom. Hist.
— (VEGA CARPIÓ , Obras sueltas. — ítem. Ro- del Cid. — (Romancero general.) . . . . 847 VIH. 540
mancero general.) 857 VIH. 545 Viendo Octaviano Augusto.— Juan de la Cueva.
Tisbe y Plramo que fueron. — Anónimo. Rom. Rom. Histór. de la profecía de la Sibila. —
Histór. de Píramo y Tisbe. — ( LINARES, Can- (COEVA , Coro Febeo.) 568 VIH. 392
cionero llamado Flor de enamorados.) . . . 464 V. 311Viéndose el hijo de Marte. — Juan de la Cueva.
Todas las gentes dormían. — Anónimo. Rom. Rom. Hist. del robo de las sabinas.— (CUEVA,
Caball. de Melisenda y Ayruelo. — (Glosa Coro Febeo.) 512 VIH. 346
nuevamente hechaporFrancisco de Lóra,etc). 322 III. 177 Volcaban los vientos coros. — Anónimo. Rom.
Toquen aprisa á rebato. — Anónimo. Rom. Mor. Mor. del forzado de Dragut. — (Romancero
de una parodia. — [Romancero general.) . . 250 VIII. 132 general.) 275 VIII. 144
Tratando de las costumbres.—Juan de la Cueva. Volved los ojos, Rodrigo.— Anónimo. Rom,
Rom. Histór. de la paciencia de Diógenes. — Histór. del rey Don Rodrigo. — (Códice del
(CUEVA, Coro Febeo.) 508 VIII. 342 siglo xvii.) 605 VIH. 410
Tres Cortes armara el Rey. — Anónimo. Rom. Volviendo César á Roma. — Juan de la Cueva.
Histór. del Cid y sus yernos los Condes. — Rom. Hist. César pasa el Rubicon.—(CUEVA,
(Cancionero de romances. — ítem. ESCOBAR, Coro Febeo.) 557 VIII. 383 "
Romancero del Cid.) 872 í. 552 Ya cabalga Calaynos. — Anónimo. Rom. Caball.
Tres hijuelos habia el Rey. — Anónimo. Rom. del moro Calaynos. — (Cancionero de roman-
Caball. de Lanzárote del Lago.— (Cancionero ces. — ítem. Floresta de varios romances.) . 373 III. 243
de romances.) 351 III. 197 Ya cabalga Diego Ordoñez. — Anónimo. Rom,
Triste estaba Don Rodrigo. — Anónimo. Rom. Histór. del Cid y cerco de Zamora.—(Cancio-
Histór. del rey Don Rodrigo. — (SEPÚLVEDA, nero de romances.) 791 I. 511
Romances nuevamente sacados, etc.). . . .601 IV. 408 Ya de Escipion las banderas. — Anónimo. Rom.
Triste estaba el caballero, — Triste está etc.— Hist. de Numancia. — (Romancero general.—
Con lágrimas etc. — Anónimo. — Acabado Ítem. MADRIGAL , Segundaparte del Romancero
por CARDONA. — Rom. Caball. del Ausente.— general.) 549 VIH. 377
¡.Cancionero general.—ítem. Cancionero de ro- Ya desampara Pompeo.— Gabriel Lobo Laso de
mances.) 303 VIL 162 la Vega. Rom. Histór. de la muerte de Pom-
Triste estaba el caballero, — Triste está etc.— peyo.—(LOBO LASO DE LA VEGA, Romancero y
Pensando etc. — Anónimo. Acabado por Qoi- tragedias, etc.— ítem. Romancero general.) . 562 VIII. 387
ROS. Rom. Caball. del Ausente. — (Aquí se Ya Diego Ordoñez se parte.—Lucas Rodriguen.
contienen cudtro romances viejos. Y este pri- Rom. Histór. del Cid, y cerco de Zamora. —
mero es de Don Claros, etc. Pliego suelto. (RODRÍGUEZ , Romancero historiado.) . . .787 VIH. 509
— ítem. Cancionero general. — ítem. Cancio- Ya está esperando Don Diego. —• Lúeas Rodrí-
nero de romances.) 304 VIL 162 guez. Rom. Hist. del Cid y cerco de Zamora.
Triste estaba el padre Adán. — Bartolomé de . (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) . . . 797 VIH. 514
Torres Naharro. — Rom. Hist. de Adán. — Ya Judith llega á Betulia.—JuanBaptisla. Rom.
(TORRES NAHARRO, la Propaladla. — ítem. Ro- Hist. de Judith. — (Comiénzase la historia de
mances compuestos por BARTOLOMÉ DE TORRES Judith, etc. Pliego suelto.) 447 V. 296
NAHARRO. Pliego suelto.) 439 V i l . 289 Ya las mayores estrellas. — Gabriel Lobo Laso
Triste estaba y muy pensosa. — Anónimo. Rom. de la Vega. Rom. Histór. de Pompeyo ven-
Histór. de la muerte de Hécuba. — (Cancio- cido en Farsalia. — (LOBO LASO DE LA VEGA,
nero de romances.) 482 V. 323 Romancero y tragedias, etc. — ítem. Roman-
Triste está el rey Menelao.— Soria. Rom. Hist. cero general.) 558 VIII. 383
del rey Menelao. — (Romance de Rosa fresca, Ya no tocaba la vela.— Anónimo. Rom. Mor. de
etc. Pliego suelto. — ítem. Cancionero gene- Abenamar. (Códice del siglo xvi.) . . . . 20 VIII. 9
ral. — ítem. Cancionero deromances.) . . . 470 VIL 315 Yantando con Almanzor.—Anónimo. Rom. Hist.
Triste, mezquino y pensoso. — Anóntmo. Rom. de los Infantes de Lara.—(MADRIGAL, Segunda
Histór. del rey Menelao.— (Cancionero de ro- varíe del Romancero general, etc.) 681 VIH. 450
manees.) 471 vil. 316 Ya" pasados pocos dias. — Anónimo. Rom. Hist.
Triste pisa y afligido. — Anónimo. Rom. Mor.tle de Bernardo del Carpió. (TIMONEDA, Rosa es-
una parodia. — (Romancero general.) . . . 248 VIH. 131 pañola.) 629 IV. 421
Tristes van los zamoranos. — Anónimo. Rom. Ya piensa Don Bernaldino.—Anónimo. Rom.
Hist. del Cid y cerco de Zamora.— TIMONEDA, Caball. Amor, de Don Bernaldino.— (Cancio-
liosa española.) 795 V. 513 nero de romances.) 293 V. 158
l u i a
' bija de Tarquino. — Anónimo. Rom. Hist. Ya por el balcón de Oriente. — Anónimo. Rom.
deTulia Tarquinia. — (LINARES, Cancionero Mor. de Lisaro.— (Romancero general.) . . 187 VIH. 97
llamadoflorde enamorados.) 518 V. 352 Ya que acabó la vigilia. — Anónimo. Rom. Hist.
lurbados los bellos ojos.—Anónimo. Rom. Hist. del Cid. — (Romancero general. — ítem. ES-
de la muerte de Policéna. — (Romancero ge- COBAR, Romancero del Cid) 830 VUI. 532
600 ÍNDICE ALFABÉTICO.
N.oClatn.Pig. N.° CU«8. Wg.
Va que estaba Don Reynaldos. — Anónimo. Ya se partie la Infanta. — Anónimo. Rom. Cab.
Rom. Caball. de la conquista de Trapisonda de la Infanta de Francia. — (Códice de princi-
por Reinaldos.—(Cancionero de romances. — pios del siglo mi.) 314 » i 7 i
ítem. Silva de varios romances.) 371 III. 240
Va que la aurora dejaba.—Anónimo. Rom. Mor. Ya se sale de la priesa. —Anónimo. Rom. Hist.
de Zaide.— [Romancero general.) . . . . 52 VIII. 25 del rey Don Rodrigo. — (Aquí comienzan cua-
Va queria el dorado Febo. —Lúeas Rodriguen, tro romances del rey Don Rodrigo. Pliego
Rom. Caball. del caballero del Febo. — (RO- suelto. — ítem. Cancionero de romances. —
DRÍGUEZ, Romancero historiado.) 342 VIII. 189 Yaítem. Silva de varios romances.)
se sale Diego Ordoñez. — Anónimo. Rom.
600 1. 407
Va se parte de Toledo. —Anónimo. Rom. Hist. Hist. del Cid y el reto de Zamora.—(Sígnense
del Cid y sus yernos los Condes de Carrion.— ocho romances viejos, etc. Pliego suelto. —
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados,
etc, — ítem. ESCOBAR, Romancero del Cid.) . 885 IV. 558 Yaítem. TIMONEDA , Rosa española.)
se salen de Valencia.— Anónimo. Rom. Hist.
790 V. 510
Ya se parte Albanio el fuerte. — Liicas Rodrí- del Cid.— (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente
guez. Rom. Caball. de Albanio y Felisarda. sacados, etc.—ítem. ESCOBAR, Romancero del
— (RODRÍGUEZ, Romancero historiado.). . . 332 VIII. 182 CidA 849 IV. 541
Va se parte Don Rodrigo.—Anónimo. Rom. Hist. Ya se salen por la puerta. — Anónimo. Rom.
del Cid. — (SEPÚLVEDA, Romances nuevamente Histór. del Cid.— (Cancionero de romances.—
sacados, etc) 742 IV. 487 ítem. ESCOBAR, Romancero del Cid.) . . .796 I. 513
Ya se parte el caballero.— Anónimo. Rom. Cab. Ya sería media noche.—Lucas Rodríguez. Rom.
de la infanta de Francia. — [Códice de prin- Caball. del caballero del Febo.—(RODRÍGUEZ,
cipios del siglo xvi.) 309 » 165 Romancero historiado, etc.) 343 VIII. 190
Ya se parte el moro Úrgel. — Lucas Rodríguez. Ya sospira la princesa.—LiicasRodríguez.Rom.
Rom. Caball. de Bradamante y el moro Urgel. Caball. del caballero del Febo.—(RODRÍGUEZ,
—(RODRÍGUEZ, Romancero historiado.) . . . 422 VIII. 276 Romancero historiado) .550 VIII. 197
Ya se parte el rey Alfonso. —Anónimo, Rom. Yo m'era mora, movayna. — Anónimo. — (Can-
Histór. del Cid y sus yernos los Condes. — cionero general. — ítem. Cancionero de ro-
(SEPÚLVEDA, Romances nuevamente sacados, mances.) 3 II. 1
etc.—ítem. ESCOBAR, Romancero del Cid.) . 886 IV. 558 Zaide esparce por el viento. — Anónimo. Rom'
Va se partia Juditb.—JuanBaptista. Rom. Hist. Mor. de Zaide. — (Romancero general.) 68 VIII. 33
de Judith y Holoférnes.— (Comiénzase la his- Zaide ha prometido fiestas. — Anónimo. Rom.
toria de Judilh, ele, Pliego suelto.) . . . . 445 Y. 294 Mor. de Zaide. — [Romancero general). . . 51 VIH. 24

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