Estrategias para El Manejo Del Aula

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Estrategias para el manejo del aula

11 / 2003
Sugerencias para mejorar el trabajo en clase con los chicos más
"difíciles"
Muchas veces los docentes se quejan de lo arduo que les resulta trabajar en
clase con algunos alumnos en particular. Presentamos una serie de
sugerencias que pueden servir para ayudar a los estudiantes más "difíciles" a
focalizarse en el aprendizaje.

Una tarea crucial para todos los docentes consiste en lograr que la clase se
desarrolle sin problemas. No es fácil estar frente a más de treinta estudiantes
con diferentes habilidades, historias personales y temperamentos, y lograr
construir un grupo que coopere y se respete mutuamente.

Algunos tipos de comportamiento de los estudiantes -comunes en todas las


aulas, pero igualmente difíciles de manejar- hacen que esta tarea sea aún
más desafiante.

Sin embargo, incluso las personalidades más difíciles pueden responder ante
una propuesta de disciplina positiva puesta en práctica sobre la base de un
balance entre derechos y responsabilidades.

A continuación presentamos una serie de estrategias que pueden ser de


utilidad para abordar a diferentes tipos de alumnos:
· Los charlatanes.
· Los que constantemente demandan atención del docente.
· Los boicoteadores.
· Los discutidores.

Los charlatanes
Muchas veces sucede que mientras el docente está presentando una
explicación o dando una consigna de trabajo, algunos alumnos comienzan a
conversar con los compañeros. Estas son algunas estrategias a utilizar para
estas circunstancias:

1. Dar un indicación positiva, seguida de un "gracias". Focalizar en la


conducta deseada, más que en aquella que se intenta evitar. Por ejemplo,
recordar las normas de comportamiento del curso en lugar de simplemente
decirles "¡No interrumpan!" Es también importante que las indicaciones sean
breves y evitar hacer hincapié en el problema. Además, es más efectivo decir
"Gracias" que "Por favor", incluso cuando se corrige, debido a que transmite
conformidad con el comportamiento deseado.

2. Elegir un tono de voz y un lenguaje corporal. La manera en que los


docentes son escuchados por sus alumnos depende, en gran parte, de las
características no verbales de su comportamiento. Pronunciar la frase
"Caminar despacio, gracias" en un tono de voz sarcástico mientras se mueve
un dedo frente a la cara de los estudiantes, anulará las palabras positivas. Es
necesario controlar el tono de voz, el contacto visual, la cercanía a los
estudiantes, y el lenguaje corporal.

3. Intentar una pausa estratégica. Cuando los docentes intentan captar y


mantener al atención, el uso intencional de una pausa puede ayudar. Una
pausa antes de dar la indicación necesaria hace que la atención del alumno
se dirija hacia el docente, lo escuche y después le responda. Cuando un
docente llama a dos estudiantes que están hablando a través del aula, estos
probablemente sólo oigan los nombres mencionados y no la pregunta que
sigue. Es mejor comenzar con el nombre de los estudiantes (en un tono
firme), seguido de una pausa para lograr captar la atención y luego dar las
indicaciones.

Los que constantemente demandan atención del docente


Muchas veces en los cursos hay chicos que permanentemente solicitan el
apoyo del docente para resolver un ejercicio, para comprender una consigna,
para tomar una decisión. En estos casos es importante que el docente
encuentre estrategias para no focalizar toda la atención en estos alumnos y
ayudarlos a lograr un mayor nivel de autonomía. Estas son algunas
sugerencias:

1. No responder a todas las demandas. En algunos casos es importante


tomar la decisión consciente de ignorar ciertos comportamientos y focalizar el
trabajo con el curso en general.

2. Solicitarles que hagan sus pedidos de acuerdo con normas pre-


establecidas. Muchas veces las actitudes extremadamente demandantes de
algunos estudiantes pueden afectar el desarrollo de la clase. En estos casos
es importante establecer junto con los alumnos un sistema de turnos para
hacer demandas al docente, con normas claras que todos conozcan.

3. Promover la cooperación entre los alumnos. Para promover el trabajo


cooperativo, se puede sugerir a los chicos que se pidan ayuda entre ellos,
estableciendo también mecanismos para trabajar con esta modalidad. Esta
puede ser una interesante forma de generar un clima solidario y de crear
espacios de interacción.

Los boicoteadores

Algunos estudiantes -por diversos motivos que es importante que el docente


pueda explorar- se niegan a seguir consignas con diferentes argumentos,
creando climas tensos que muchas veces los docentes no saben cómo
distender. Estas son algunas ideas a tener en cuenta:

1. Ofrecer opciones que traigan aparejadas consecuencias. Cuando los


alumnos postergan o se niegan a realizar una tarea, es aconsejable darles
alternativas cuya elección traiga aparejada determinadas consecuencias. Por
ejemplo, si no hacen una tarea cuando todos los demás se dedican a ella,
deberán hacer otra cosa o tendrán que realizarla en otros horarios.

2. Darles tiempo para que respondan a una consigna. Cuando se le da una


consigna a un alumno con este estilo de comportamiento, es conveniente
darle tiempo para que la ponga en acción. Se puede dar la consigna, dedicar
unos segundos a otras cuestiones y luego recién comprobar que la esté
siguiendo. De esta manera, se le transmite confianza en que lo va a hacer, se
le da un tiempo para las quejas y se evitan posibles confrontaciones.

3. Valorar las actitudes positivas. Es importante valorar las actitudes positivas


de los alumnos, y cuando se produce un enojo retomar un trato cordial para
evitar la generación de una relación tensa o conflictiva.

Los que siempre quieren tener la última palabra

En muchos cursos hay chicos que desafían a los docentes, a veces


responden con agresividad y quieren tener la última palabra. En general
tienen explicaciones y excusas para justificar sus ideas y comportamientos.
Con estos chicos es importante evitar destinar demasiada energía en discutir
asuntos triviales y, en cambio, potenciar su actitud crítica en los procesos de
aprendizaje. Estas son algunas estrategias posibles para trabajar con ellos:

1. Evitar "luchas de poder" innecesarias. El docente no puede controlar


directamente a los alumnos discutidores, pero sí puede intentar un control
sobre la manera de abordar el conflicto. Es importante evitar reacciones
agresivas y comenzar un intercambio de argumentaciones. En estos casos
es aconsejable redireccionar el diálogo hacia sus aspectos centrales,
evitando la generación de una lucha de poder entre pares.

2. Conversar con los alumnos. Cuando los chicos tienen respuestas


agresivas, además de evitar las discusiones y focalizarlas en los aspectos
centrales de interés para el trabajo pedagógico, es importante dedicar un
tiempo para conversar con estos alumnos acerca del modo en que este tipo
de comportamiento afecta el trato cotidiano.
Cuando un docente se enfrente con alumnos que tienen problemas de
conducta es importante que explore y ponga en práctica diversas estrategias
para organizar el trabajo en clase y lograr que la disciplina no se convierta en
un obstáculo ni en un asunto central que consuma la energía que deberían
ponerse al servicio del trabajo pedagógico.

Por último, cabe destacar que, ante estas situaciones, como en muchos otros
aspectos relacionados con los comportamientos y actitudes de los chicos, es
importante que los docentes soliciten ayuda a especialistas y eviten construir
estereotipos rígidos de los alumnos que les impidan conocerlos y ayudarlos a
aprender mejor.

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