El Poder, La Mentira y La Muerte

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COMISIÓN PRESIDENCIAL PARA LA CONMEMORACIÓN DEL

VIGÉSIMO ANIVERSARIO DE LA REBELIÓN CÍVICO – MILITAR


DEL 4 DE FEBRERO DE 1992

Diosdado Cabello Rondón


GJ Henry Rangel Silva
GD Miguel Rodríguez Torres
Rafael Isea Romero
Ronald Blanco La Cruz
Earle Herrera
Ernesto Villegas Poljak
Desireé Santos Amaral
Pedro Calzadilla
Carmen Bohórquez
Lionel Muñoz
Francisco Arias Cárdenas
Luis Reyes Reyes
Nancy Pérez
Alí Rodríguez Araque
EL PODER,
LA MENTIRA Y
LA MUERTE
DE EL AMPARO AL CARACAZO

Caracas, 2012
©Fondo Editorial Tropykos Caracas, 1991

© Miquel Izard
© Comisión Presidencial para la Conmemoración del Vigésimo Aniversario de la
Rebelión Cívico –Militar del 4 de febrero de 1992, 2012

Coordinacion de colección
Luis Felipe Pellicer

Asesoría editorial
Dannybal Reyes

Diseño de colección:
Dileny Jiménez

Edición y corrección ortotipográfica:


Douglas García
Vilma Jaspe
Elis Labrador
Jenny Moreno
Joyce Ortiz Montoya
Erika Palomino Camargo
Álvaro Trujillo
Carlos Zambrano

Hecho el Depósito de Ley:


lf 228201232010
ISBN 978-980-7248-54-9

impreso en la república bolivariana de venezuela


MIQUEL IZARD

EL PODER,
LA MENTIRA Y
LA MUERTE
DE EL AMPARO AL CARACAZO
PRESENTACIÓN

COLECCIÓN 4F: LA REVOLUCIÓN DE FEBRERO

Hace más de veinte años se forjó el comienzo de una ince-


sante lucha. El pueblo de Bolívar sufría las consecuencias de una
grave crisis acentuada desde comienzos de los años ochenta: el
engaño, la represión sistematizada, la corrupción administra-
tiva, la red de complicidades de los partidos políticos y la impu-
nidad más insolente en el ámbito judicial convirtieron la crisis
económica venezolana en una crisis del sistema político-moral,
crisis cuya más cruda expresión se manifestó con la insurrec-
ción popular en contra de las medidas neoliberales de ajuste
estructural de 1989 que conocemos como El Caracazo, evento
que produjo un efecto constituyente para el Movimiento Boli-
variano venezolano.
El año 1992 representó para los venezolanos y las venezo-
lanas un hito histórico que definió y caracterizó el devenir de la
política de nuestro país. Tienen arraigo en la memoria colectiva
aquellos acontecimientos del 4 de febrero: insurrección cívico-
militar de profundas convicciones sociales guiada por los más
altos valores patrios. Al frente de la rebelión militar del Movi-
miento Bolivariano Revolucionario 200 del 4-F y con el Por
ahora, Hugo Chávez se posiciona en el imaginario popular
como un ícono de responsabilidad, valentía y heroísmo. Después
de dos años de prisión enfrentados con dignidad se incorpora a la
lucha política obteniendo el triunfo abrumador en las elecciones
de 1998. Pero las bestias de la reacción y del imperio prepararon
su metralla: Chávez es derrocado el 11 de abril de 2002. Horas
después, todas las fuerzas coaligadas del sector popular del 27-F,
junto con las del ejército bolivariano del 4-F, reaccionan y el 13
de abril de 2002 destronan al títere impuesto por el Departamento
de Estado norteamericano. Sucediéndose así tres procesos en una
sola dirección hacia el rescate de la soberanía: la histórica clari-
nada del 27-F; la reacción militar bolivariana del 4-F y el rescate
del 13-A como poder de la conciencia revolucionaria que define
para siempre el rumbo socialista.
La Comisión Presidencial Bicentenaria en virtud de cele-
brar los actos del 4 de febrero de 2012 y con el propósito de
contribuir a la formación de la conciencia histórica que expresan
estas nuestras más contemporáneas fechas patrias, presenta
ante sus lectores una colección en la cual encontraremos los
siguientes diez enriquecedores títulos: 27-F, para siempre en la
memoria de nuestro pueblo (compilación de la Defensoría del
Pueblo); Febrero de Argenis Rodríguez; Historia documental del
4 de Febrero de Kléber Ramírez Rojas; Hugo Chávez: del 4 de
Febrero a la V República de Humberto Gómez García; El Cara-
cazo (varios autores); 27 de febrero de 1989: interpretaciones
y estrategias de Reinaldo Iturriza; Del 11 al 13. Testimonios y
grandes historias mínimas de abril 2002 de José Roberto Duque;
4-F. La rebelión del sur de José Sant Roz; El poder, la mentira y la
muerte, de El Amparo al Caracazo de Miguel Izard; Un día para
siempre. 33 ensayos sobre el 4F, compilados por la Red Nacional
de Escritoras y Escritores Socialistas de Venezuela.
Sugerimos, pues, al glorioso y bravío pueblo venezolano,
sumergirse y sumarse en esta extraordinaria colección, única
en su corporeidad, garante del pensamiento nacionalista revo-
lucionario, rebelde en el espíritu reivindicativo que va plasmado
en cada unas de las obras de estos autores, conscientes de su
papel con nuestra historia contemporánea.
Masacre
¿Con quién vamos?
y se hizo catorce veces el silencio.
Llovía la muerte a ráfagas
¡Tantas manos sin sedal al otro lado de la vida!
Con quién vamos ...
Un bongo parte en sombras la llanura
Arauca bajo ...
Carlos César Rodríguez
1. LUCHAR CONTRA EL OLVIDO

Antonio Gala en una de sus clarividentes notas —a medida


que va pasando el tiempo, cada vez me maravilla más la habilidad
de los creadores para captar una época o recrear un ámbito frente a los
escamoteos o los camuflajes de tantas variantes de la Historia Oficial
(en adelante HO)— repito, en la nota “La mayoría silenciada” (El país
semanal, 22-10-89), describe “la sensación de desamparo [de la gente]
ante un mundo que deja de ser hospitalario y familiar”, sensación que
cada vez es mayor y la padece cualquier “miembro de una sociedad
que se gobierna a través de un Estado” que desarrolla su actividad
apoyado en el miedo o la esperanza. A lo largo de la nota, Gala desme-
nuza algunas de las armas del poder, el secreto, el escamoteo, la elimi-
nación de la crítica y el fomento del elogio, el aplauso y la loa.
Resumiendo al máximo podríamos reducir a dos sus tentáculos,
la violencia y la mentira, que es también, en realidad, uno de los
rostros de la primera.
Otro creador, el cineasta Basilio Martín Patino, fue tajante en la
entrevista publicada en otro semanal de El País (18-08-85), “Matar
es la suprema expresión del poder. El Estado mata y aterroriza
porque tiene poder para ello. Pero tiene poder porque mata, porque
aterroriza”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 11 ]
Desafortunadamente son demasiados, cotidianos y aplastantes,
los casos de esta violencia. Amnistía Internacional (AI) en su informe
de 1988 y haciendo balance de la década de los ochenta opina que
ésta se ha caracterizado “por un extraordinario nivel de asesinatos
individuales y de masas por fuerzas gubernamentales”, pues cae sobre
los gobiernos el grueso de la responsabilidad por el precario estado de
los de­rechos humanos.
Me malicio que lo que está ocurriendo en el Próximo Oriente
desde mediados de diciembre del 87 (en realidad desde hace cuarenta
años) es paradigmático. El pueblo judío ha sido víctima del reino
babilónico, del faraónico, de Roma, de los reinos cristianos euro-
peos o de la Alemania nazi. Organizado como Estado ha degenerado
hasta perpetrar, contra los palestinos, exactamente lo mismo que
padecieron; has­ta el momento de escribir estas páginas la represión
de la Intifada ha supuesto ya 600 muertos. Desafortunadamente lo
mismo ha hecho el gobierno vietnamita en Kampuchea.
La Gran Bretaña —su jactancia sobre la justeza y eficacia de
sus instituciones incluso fastidiosa— también tiene, a pesar de ello,
un buen palmarés. Sus fuerzas respectivas asesinaron terroristas
del Ira en Gilbraltar o su aparato judicial se cubre de oprobio con
el caso de los cuatro de Guildford, libertados tras permanecer
sepultados quince años en las mazmorras por una confesión arran-
cada con torturas y amenazas que implicaban a familiares, espe-
cialmente femeninos. Una nueva investigación ordenada en enero
“descubrió toneladas de basura. Mentiras y corrupción allá donde
se mirara. Manipulación de documentos. Alteración de declara-
ciones. Ocultamiento de pruebas que debilitan la acusación” (El
País, 22-10-89).
El gobierno norteamericano, por su parte, ha legalizado,
también en octubre del 89, la posibilidad de que la CIA organice golpes
de Estado en el exterior aunque lleva implícitamente al asesinato de

MIQUEL IZARD
[ 12 ]
algún “déspota” incómodo para aquel gobierno y la de que el FBI
capture fugitivos de la “justicia” norteamericana en el exterior,
inclu­so sin el consentimiento del gobierno extranjero respectivo.
Pienso que de las noticias de prensa podría extrapolarse que todos
los gobiernos son violentos y asesinan, las diferencias son sólo cuan-
titativas, y que es imprescindible proceder como sugería Raimon en
el 68, “Anem dient les coses pel seu nom” y como pide Marco Panella,
el radical italiano, una reapropiación de las palabras, una mayor
precisión del lenguaje: la justicia británica es bien poco justa, el
orden inter­nacional no es respetado ni por quien se proclama el
gendarme, lo que algunos llaman democracia tiene bien poco que
ver con la libertad, palabra que puede ser tan vanal como fraternidad,
igualdad o paz.
Desventuradamente, esta violencia estatal, que se da por todas
partes, en América alcanza cotas esperpénticas, desde Alaska a Chile,
vinculada, me malicio, a la violencia que utilizaron los occidentales
desde 1492 para instalarse, aplastar resistencias o someter culturas
excedentarias espectaculares como la azteca o la incaica. Estados
Unidos debe ser el país del mundo con más presidentes asesinados, pero
también cantantes, dirigentes religiosos o políticos y centenares de
miles de aborígenes, especial y masivamente en el siglo XIX. En
Guatemala, y demasiados países más, este exterminio se está perpe-
trando en la actualidad y algunos dictado­res latinoamericanos han
sido tristemente paradigmáticos*.
Insisto en que el listado sería impresionante y tampoco desearía
realizar aquí un inventario del sadismo, la infamia y la tiranía, pero
el gobierno mexicano vendió a los prisioneros quichés de la Guerra
de Castas del Yucatán como esclavos en Cuba a mediados del siglo

* Puede verse la aplastante cantidad de documentación recogida por Noam Chomsky, La quinta
libertad. La intervención de los Estados Unidos en América Central y la lucha por la paz, Barcelona,
1988, Crítica, 41 1

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 13 ]
pasado y la dictadura militar argentina alcanzó niveles inima-
ginables en la represión.
Y, por supuesto, esta violencia paradigmática no es sólo contra
la gente, también le afecta, indirectamente, con el inconmensurable
atentado ecológico; si se sigue destruyendo la selva amazónica,
como hasta ahora, se acabará con uno de nuestros más importantes
pulmones. A esta destrucción se añade el envenenamiento de las
aguas y de la atmósfera, provocado por el mercurio, ya más de dos mil
toneladas, que 600.000 garimpeiros han utilizado para la amalgama
con la que purifican el oro que encuentran; hasta tal extremo que
algunos afluentes del Amazonas están hasta tres veces más contami-
nados que el Rin.
Por añadidura, esta destrucción supone asesinatos concretos; el
22 de diciembre l988 el de Chico Méndez, precisamente por ser
el representante de quienes luchan allí para conseguir un desa-
rrollo integral de la Amazonia, y el avance de los aniquiladores
de árboles supone el exterminio de los últimos aborígenes incon-
taminados que quedaban todavía en el continente, los yanomani,
pongo por caso.
Esta problemática es una pesadilla. A poco del inicio de la
agresión de América por Occidente, el descubrimiento de grandes
concentraciones humanas en vecindad de impresionantes yaci-
mientos de plata permitió, por primera vez en el pasado humano,
poner en marcha una sociedad plenamente excedentaria, a escala
continental, basada en la producción de la mayor cantidad
posible de metales preciosos que, aunque creció, jamás llegó a
saturar el mercado.
Para convertir el mineral de plata en metal lo amalgamaban con
mercurio, del que se halló un rico filón en Huancavelica, relati-
vamente cerca del Potosí. A los indígenas, obligados a ir a trabajar
a aquella mina, se les rezaba el oficio de difuntos antes de dejar su

MIQUEL IZARD
[ 14 ]
comunidad, pues jamás regresó ninguno; todos murieron en el tajo.
El empozoñamiento se repite, pero ahora puede perjudicar a todo
el continente. Como mínimo, el agua procedente de la cuenca del
Orinoco ya presenta índices alarmantes de contaminación.
Regresando a la violencia contra la gente, quizás deberíamos
recordar el caso de Colombia. Los liberales han ensayado, desde
1810, a organizar su estado-nación-mercado atropellando a cuantos
se oponían, la inmensa mayoría. Todo el siglo XIX y parte del XX
fue una continua insurgencia que se ha camuflado de guerras
civiles. Hoy día las fuerzas represivas y en especial el ejército, el
mismo que fue pieza fundamental para imponer coercitivamente
el proyecto liberal, están desbaratando sus últimos restos a través
de fuerzas paramilitares, policías paralelas y todos los re­cursos
del narcotráfico. La orgía de sadismo y violencia ha devenido un
Leviatán que se devora a sí mismo; hasta tal extremo que el reciente
artículo de Gabriel García Márquez, sobre esta problemática fina-
liza lapidariamente: “No sea que antes de que termine la guerra de
nunca acabar se nos acabe de acabar el país. Este es, por desgracia,
el único presagio alentador que se me ocurre para no terminar estas
crónicas con una conclusión de catástrofe” (El País, 5-11-89).
Venezuela es el país que mejor conozco —y estimo— de
América Latina y es violento como el resto del continente. En el
fin de semana de mediados del penúltimo diciembre (1988) hubo
16 muertes trágicas en Caracas; uno de ellos, un joven de quince
años, fue baleado por un soldado para quitarle unos zapatos “Nike”.
Quince días después, en el fin de semana navideño, fueron 12 los
muertos, a uno, es­tudiante de dieciséis años, la degollaron e incine-
raron el cadáver.
Pero, también como en el resto del continente, la más impresio-
nante y sorpren­dente es la violencia estatal, y más por las connota-
ciones que tiene este caso concreto.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 15 ]
El general de brigada Juan Antonio Herrera Betancourt, subdi-
rector del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional de
Venezuela, al regresar de un viaje oficial a Washington “destacó la
coincidencia expresada por las autoridades esta­dounidenses en
cuanto a los principios que defiende Venezuela”. Añadió “otorgan
a Venezuela importancia por el papel que pueda jugar dentro de la
solución de la problemática de la región. Se mira a Venezuela como
‘el país imagen’ de lo que puede lograrse a través de un sistema demo-
crático en Latinoamérica” (El Nacional 11-05-86).
Sorprendente, Venezuela país escaparate, cuando la violencia
estatal es cada vez mayor, la justicia lo es bien poco, la democracia
no lo es ni de sombra, y la cuestión de la deuda aparece tan grotesca
como en el resto de Latinoamérica. ¿Por qué no se reconoce de una
vez, que la mayor parte de la deuda está en manos de las respectivas
oligarquías, y que en el caso concreto de Venezuela, buena parte la
endilgaron banqueros que previamente se quedaron con la plata
depositada por otros en sus empresas financieras?
Y, por añadidura, últimamente la violencia estatal en Venezuela
va mudando de rostro, es ostentosa (se asesina sin escamotearlo),
desenmascarada (las denuncias son constantes, especialmente en
la prensa), provocadora (daría la impresión de que se quiere llevar
al pueblo a una situación límite de terror) y esperpéntica (declara­
ciones notoriamente absurdas del poder que nadie mínimamente
informado se puede tragar).
Los mecanismos de esta violencia son múltiples: sopotocientos
cuerpos repre­sivos, entre ellos la Disip (miembros uniformados a lo
fascista); policías paralelas trabajando para empresarios (AI, pongo
por caso, ha denunciado los campos volados del hato El Frío, Apure);
un porcentaje elevado de los delitos llamados comunes perpetrados
por estos cuerpos policiales en apariencia creados para com­batirlos.
Y por supuesto, un aparato jurídico grotesco, la colonial ley de vagos y

MIQUEL IZARD
[ 16 ]
maleantes o el sistema de reclutamiento que es, en realidad, una razzia
para engrosar el ejército.
El saqueo de los recursos del país también ha variado. Desde la
época de Juan Vicente Gómez (1909-1935), las gentes del caudillo se
quedaron con un mayor o menor porcentaje de los beneficios del
petróleo. Cuando el boom petrolero iniciado en 1973 evidenció
la nueva posibilidad ya mencionada, gente próxima al poder invirtió
en deuda que mandaban a solicitar al mismo gobierno. Cuando el
derrumbe de los precios del petróleo ha puesto en evidencia que
Venezuela no tiene recursos suficientes para pagar intereses, y que
los royalties del petróleo quedan muy mermados, seguir quedándose
con un porcentaje de los mismos ya ha supuesto impedir que sigan
subsidiándose productos básicos o vendiendo la gasolina por debajo
del precio de costo o contratando un buen número de ciudadanos
en las empresas estatales o en los ministerios. Las dos posibilidades ya
son incompatibles y esta problemática es reiteradamente mencionada y
denunciada por venezolanos en las páginas que siguen.
A otro nivel sería bueno recordar peculiaridades de los últimos
presidentes. El comportamiento de Jaime Lusinchi fue incoherente con
la moral que su gobierno decía proponer, ostentación de sus relaciones
afectivas personales, abuso de la droga etílica o grotescos escándalos
financieros.
Carlos Andrés Pérez, que organizó la economía del despilfarro,
en su primer mandato, ahora, en el segundo, debe aplicar el ‘paquete’
restrictivo para contrastar aquél y es capaz de responder al alerta de AI
como lo hizo el 15 de marzo de 1989, con lo que concluye este libro.
Un poder sustentado en la violencia debe, necesariamente,
violentar el pasado. Presentar e inculcar como historia, no lo que
ocurrió, sino una interpretación de lo ocurrido que al poder le interesa
que sea interiorizada como ideología. De esta manera enfrentamos
una dicotomía entre esta historia, la Historia Oficial, y lo que muchos

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 17 ]
denominamos memoria popular, la que conservan los miembros de las
clases subalternas, los marginados o los no tenidos en cuenta.
Me llama poderosamente la atención que este fraude, difícil-
mente reconocido por los profesionales, sea plenamente sabido por
todos los demás. En medio del grotesco desmantelamiento de la
parafernalia llamada comunista en los países del Este, el corresponsal
en Budapest, en nota titulada “La estrella roja se quedó sin luz” (El País,
15-10-89), decía al final “Mientras en Hungría se desmontan los
sím­bolos en las ciudades y las mentiras en la historia los (...) defen-
sores de sus privilegios en Checoslovaquia o Rumania siguen utili-
zando la fuerza”. Lo que ya había sido advertido premonitoriamente
por, cómo no, un creador: George Orwell en su demoledor 1984.
Esto que acabo de mencionar es válido, por supuesto, para todas
partes. La interpretación, digamos franquista, de la guerra civil española
que todavía se publica o la versión, digamos metropolitanista, del colo-
nialismo hispánico en América nada tienen que ver con lo acontecido
en aquella contienda o en este continente.
A otro nivel la HO tiene encomendada otra tarea, escamotear
grupos o personas del pasado. La HO de Colombia o Venezuela se
perpetra sin tener en cuenta a negros o llaneros, como si jamás hubiesen
existido. El rol de las mujeres en la lucha popular contra la dictadura de
Marcos Pérez Jiménez jamás es mencionada por la HO, pero me bastó
un sorprendente recorrido por Las Mercedes (Guárico) acompañando
a mi mágico amigo Adolfo Rodríguez, para descubrir que fueron pieza
clave, y después, preguntándolo, he sabido que ocurrió así en toda
Venezuela.
Siempre en Venezuela, mientras el sistema, en general, ha conse-
guido que la gente interiorizara una supuesta y grotesca peculiaridad
cultural, los venezolanos padecerían de mala memoria colectiva, los
oficiantes de la HO, en particular —los oficiantes del olvido como les
denomina el historiador francés François Hartog— les hacen aprender

MIQUEL IZARD
[ 18 ]
de memoria una versión totalmente desfigurada del pasado, y la de lo
acontecido allí durante la mal llamada guerra de la independencia es
un caso estrafalario. Recomiendo a quien pueda hacerlo escuche Abajo
cadenas, el himno nacional, e intente entender algo.
Si a la HO se le encomienda la tarea de escamotear o disfrazar el
pasado, el sistema tiene los medios propios y adecuados para hacerlo
con el presente; con el mérito, indudable, de conseguir que la gente
llegue a creerse una versión contraria a aquélla de la que ha sido testigo.
Esto alcanza tal calibre, es tan abrumadora la diferencia entre sucesos y
versión oficial que, siguiendo el acontecer por una prensa que no sea
estatal, uno llega a preguntarse si leyó mal, si erró al hacerlo, tal es el
bombardeo de información, en sentido opuesto, por la televisión o en
las ruedas de prensa de los mandatarios.
También en el caso de Venezuela las mentiras del poder, las fábulas
y falacias que quieren hacer tragar —lo que intento recordar en este
libro— son tan ostentosas y ab­surdas, tan grotescas en relación con lo
que uno ha sabido por los medios de información independientes, que
me malicio, no sólo tienen la finalidad de disfrazar lo acontecido, se
busca además que la gente caiga en cuenta, más o menos subliminal-
mente, de que el poder del poder es tanto, que incluso está facultado para
intervenir en los propios recuerdos personales de lo más inmediato;
sería la suprema demostración de que el poder es total y todopoderoso.
Cuando esto se junta con una violencia asesina, las víctimas de la
mentira son los sobrevivientes, particulares o generales, que deben
padecer las infamias que sobre sus deudos han mandado creer quienes
los eliminaron. Ocurrió en España con los hijos de los rojos, en el Este
con los hijos de las víctimas del dantesco stalinismo, o con los hijos de
los Rosemberg en los Estados Unidos y, por desgracia y de nuevo, la lista
sería interminable.
Mis primeros pasos como investigador —dirigido por el malogrado
Jaume Vicens Vives— los di en Ca l’Ardiaca, la hemeroteca barcelonesa,

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 19 ]
leyendo prensa de los ochenta, del siglo pasado, y buscando informa-
ción sobre el obrerismo catalán. Treinta años más tarde —beneficián-
dome de una beca que me permitió asistir a clases de Antropología en la
UCV de Caracas— he pasado un curso en Venezuela (donde llegué por
primera vez hace veinte años expulsado por Franco de la Universidad
de Barcelona) y fui testigo de las matanzas, la de El Amparo, a finales
de octubre de 1988 y la de la Semana Trágica, a principios de marzo de
1989. Seguía los acontecimien­tos gracias a la excelente prensa vene-
zolana y mi perplejidad no cesaba de crecer oyendo la versión oficial,
totalmente divorciada de lo que iba sucediendo. Para mí, además, la
primera matanza en el Llano, frontera con Colombia y perpetrada por un
comando llamado José Antonio Páez, me rememoraba mis pesquisas de
los últimos diez años sobre los jinetes de las sabanas: los llaneros que tan
encarnizadamente se opusieron al poder y tan desfigurada vieron, por
la HO, su intervención en la insurgencia de principios del siglo XIX,
convertida taumatúrgicamente por la misma HO en guerra por la inde-
pendencia de España.
Si antes ya lo tenía claro —y lo que tengo más claro es que puedo
andar equivocado—, esta estancia en Venezuela ha servido para incre-
mentar mi perplejidad ante los colegas que —rechazando lo que ellos
tienen por versiones militantes o partidarias— siguen sosteniendo la
posibilidad de escribir y contar una interpretación objetiva y aséptica
del pasado.
Excepto de quienes sólo confeccionan, pongo por caso, la lista de
los virreyes del Perú, no consigo entender esta capacidad profiláctica de
propugnar investigaciones realizadas con preservativo.
Con el agravante, me lo malicio, de que estos exquisitos son quienes
precisamen­te, con sus investigaciones “progresistas”, apuntalan el poder
por el flanco izquierdo (el derecho está sobrado de contrafuertes),
demostrando, sin ir más lejos, que violencia, injusticia o desigualdad
son innatos, son peculiaridades de la gente y, por lo tanto, al no deberse

MIQUEL IZARD
[ 20 ]
al sistema no hay posibilidad alguna de luchar por un mundo diame-
tralmente diferente.
Jean Ferrat en su canción Niiitet brouillard (1964) decía “Je twis-
terái les mots s’il fallan les twister pour qu’un jour les enfants sachent
qui vous etiéz”. Desafor­tunadamente para mí no soy un creador, soy
incapaz de escribir novela o poesía, dirigir una película o pintar,
debo limitarme a recortar y pegar páginas de periódico en un
desesperado intento de reivindicar la memoria de quienes fueron
absurdamen­te liquidados cuando no tenían, como no tiene nadie,
deseos de desaparecer.
Las falacias del poder contrastan, lo he dicho y repetido, con
la decisión y la valentía de tantos periodistas, sin los cuales yo no
habría conocido una versión de los hechos que me ha permitido
realizar este ensayo.

Miquel Izard. Begur y Barcelona, verano-otoño de 1989

P. S. Han pasado dos años del Caracazo, la sociedad venezo-


lana está más violentada que nunca, los represores todavía asesinan,
los muertos siguen esperando que los vivos no olviden, porque los
venezolanos siguen creyendo tener poca memoria y porque el
poder sigue mintiendo y escamoteando el pasado.
Caracas, abril de 1991

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 21 ]
2. EL AMPARO

1988

Octubre 30, domingo


Los medios de comunicación venezolanos informaban de un
victorioso enfrentamiento del ejército con la guerrilla colombiana.
El Nacional (EN) destaca­ba con grandes titulares en primera página
(pp), “Muertos 16 guerrilleros en choque con el ejército. Dieciséis
presuntos guerrilleros colombianos murieron hoy en un enfren­
tamiento con fuerzas del ejército y policía de Venezuela”.
En la última página (up) se ampliaba la noticia con todo lujo de
detalles, algunos se verían más tarde como extraños. Los 16, del
ELN (Ejército de Liberación Nacional, colombiano) formaban
parte de una columna de unos cincuenta hombres que tenían
concretos proyectos de sabotaje. Junto con los muertos, vistiendo
uniformes del ELN, hallaron propaganda, planos de las acciones
subversivas abortadas, explosivos y un arsenal de armas de fuego. El
general Humberto Camejo Arias (HCA), jefe de la segunda división
de infantería y responsable del Comando específico José Antonio
Páez (Cejap), manifestó que embarcaciones de la armada y aviones
de la fuerza aérea buscaban los restantes guerrilleros y añadió,

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 23 ]
“Nueva­mente queremos reiterar lo que ha dicho el ministro de
la Defensa, que nuestras fronteras están resguardadas y al cien por
ciento, trabajamos por la paz y tranquilidad de nuestras familias y el
país. Nuestra frontera la estamos protegiendo permanente­mente y lo
de hoy es un ejemplo como en meses atrás”*.
Por supuesto la televisión informó, brindando cantidad de
imágenes, sobre el enfrentamiento.

Octubre 31, lunes


La prensa caraqueña se hacía eco, sorprendida, de informaciones
antagónicas con las del día anterior. EN tituló, en pp y con grandes
caracteres: “Eran pescado­res venezolanos hombres muertos en el
Apure”. En la up se ampliaba la noticia, los familiares afirmaban tajan-
temente que no hubo enfrentamiento y se designó de in­mediato un
juez militar para investigar lo sucedido. EN también reportaba rápidos
pronunciamientos de políticos de izquierda, Teodoro Petkoff decía
“eran venezola­nos hombres muertos en el Apure” y Raúl Esté, quizás aler-
tado por similares hechos anteriores ya pedía que “fueran sancionados
los autores de la presunta masacre en Apure”.
Otros periódicos recogían la noticia, El Diario de Caracas (EDC)
destacaba en pp con grandes titulares “Tremendo error”.

Noviembre 1, martes
A partir de este día, mientras se iría esclareciendo lo sucedido,
se sabía de dos sobrevivientes, se lanzaban primeras hipótesis sobre los
motivos de la masacre y del intento de enmascararla (en buena parte
gracias a la tenacidad de periodistas y políticos de izquierda); a la vez, se
iba evidenciando que lo ocurrido era uno de los múltiples rostros de la

* El Cejap fue creado por decreto presidencial, 1810, del 29-10-1987, que establecía que además
de las Fuerzas Armadas compondrían este comando fronterizo miembros de los cuerpos de
seguridad del estado: DIM (Dirección de Inteligencia Militar), Diex (Dirección de Extranjería),
Disip (Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención) y PTJ (Policía Técnica Judicial).

MIQUEL IZARD
[ 24 ]
violencia institucional. Al mismo tiempo el presidente de la República,
su gobierno y el general HCA siguieron manteniendo la primera
versión oficial. Y a medida que transcurrían las semanas, cuando iban
acumulándose evidencias, cuando iba ampliándose el abanico de los
que protestaban o denuncia­ban, el gobierno no sólo siguió entestado
en su interpretación, cada vez más esperpéntica, se valió del aparato
represivo que ellos llaman justicia, intentando, cada vez más desespe-
radamente, manipular a la gente, que había tenido una visión nítida de
lo acontecido desde el primer momento.
La tozudez del poder llegaría a alcanzar, lo veremos, niveles
grotescos.

Noviembre 2, miércoles
Desde este día EDC no sólo aportó gran cantidad de información,
en especial, para reconstruir lo acontecido, sino que además, dada la
rocambolesca parafernalia utilizada por el Cejap, empezó a preguntarse
si habría turbulentos motivos detrás de la masacre. Juan Carlos Zapata
apuntó una sospecha que tomaría cada vez más fuerza, militares de
alta graduación retirados y altos cargos de Acción Democrática (AD)
eran los propietarios de enormes hatos en la frontera con Colombia y
aco­saban a los rurales para que abandonaran la zona, porque no querían
cimarrones en las tierras de las que se habían apoderado más o menos
ilegalmente, y porque a través de estas fincas, que también se dedicaban
a la ganadería, se perpetraba contraban­do, incluido el narcotráfico. En
este sentido se pronunció el grupo radical Causa R, el 14 de noviembre.
También se fue conociendo la rocambolesca peripecia de los
dos sobrevivientes. Trece personas habían salido el sábado 29 en
la mañana de El Amparo (EA) para pescar en el caño y comer un
sancocho (cocido). Al pasar frente a la casa de la familia Torrealba,
se añadieron tres personas más al paseo; llegando al caño La Colo-
rada, donde pensaban quedarse, fueron recibidos por un nutrido

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 25 ]
fuego cruzado, los sobre­vivientes lo eran porque se zumbaron al
agua y se escaparon escondiéndose en el mismo río; al anochecer se
refugiaron en el rancho de un conocido quien avisó al co­mandante
de policía de EA que los fue a recoger en la mañana del domingo y
los resguardó en la prefectura. Al saberse, fueron concentrándose
la gente del pueblo que se constituyeron en comisión de resguardo
de los derechos humanos y decidieron que los sobrevivientes sólo
serían liberados a representantes del Ministerio Público. A la vez
fueron llegando miembros del Cejap que, violentamente, preten­
dían llevarse a los testigos para interrogarlos.
Finalmente, éstos salieron para prestar declaración en San
Cristóbal acompaña­dos por el diputado independiente, elegido en
las listas del MAS, Walter Márquez (WM), quien a partir de este
momento devendría pieza fundamental del proceso. A la vez que
la gente del pueblo de EA, totalmente solidarios con los familiares
de las víctimas, iniciaban, y mantendrían, una decidida actitud
exigiendo justicia y casti­go para los culpables.
Como si, repentinamente, se hubiera perdido el miedo se desen-
cadenó una avalancha de informaciones denunciando otros encuen-
tros con subversivos, que ahora se maliciaba, en la prensa, lo eran tanto
como los pescadores de EA y un largo etcétera. Véase, pongo por caso, el
día 20 de este mismo noviembre.*
A otro nivel, empezaron una serie de protestas estudiantiles en
diversas ciudades del país; ya el día 1 los de la UCV de Caracas, y al día
siguiente los de la ULA (Universidad de Los Andes) de Mérida, mani-
festaron con gran vehemencia, lo que no hacía nada más que evidenciar
un malestar muy viejo y profundo.

* Sobre estos antecedentes y los hechos de octubre puede consultarse Gustavo Azócar, El
Amparo crónica de una masacre. Caracas, 1990, Planeta, p. 221.

MIQUEL IZARD
[ 26 ]
Noviembre 3, jueves
La prensa se hizo eco, publicando resúmenes, de un informe de
AI, denunciando al gobierno venezolano por violación de los dere-
chos humanos y atentados contra la libertad de expresión, expli-
citando presos civiles a disposición de tribunales mi­litares; actua-
ciones arbitrarias de la fuerza pública que habían incluso muertes;
detenciones ilegales; malos tratos a manifestantes; detención y
hostiga­miento de periodistas; terrorismo del poder judicial; la Ley
de vagos y maleantes (Lvm) “que permite la reclusión administra-
tiva sin proceso judicial” y el confina­miento de los perjudicados en
campos de concentración.
Había denuncias puntuales contra la violencia patronal en
estados ganaderos, especialmente en Apure y concretamente el hato
El Frío, pues sus campos volantes habían cometido todo tipo de
atropellos contra los llaneros de la región.
El mismo día el diputado WM devenía —con una valiente
denuncia en rueda de prensa— la voz de las víctimas de EA. Desen-
mascaraba a los cerebros de la masacre —dos comisarios de la Disip
conocidos sólo por sus seudónimos, Jeremías y el Mono Morales—
recordaba las mentiras de HCA, y manifestaba que los muertos
eran per­fectamente conocidos por los asesinos. De esta manera
desmontaba la coartada oficial, se trataba de un lamentable error ya
que el Cejap —por información mandada desde Colombia— había
confundido a los pescadores con guerrilleros. Por otra parte, WM se
autoconstituyó en protector de los sobrevivientes e intérprete de
las demandas de la gente de E A.
Este mismo día 3 —a la vez que se extendía y radicalizaba la
protesta estudiantil (en Mérida se amenazó con aplicar la Lvm por
actos de vandalismo)— se abrió un nuevo frente con el posiciona-
miento de los candidatos, ya en la recta final de las elecciones presi-
denciales. Por supuesto, se adelantaron los de la oposición, Eduardo

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 27 ]
Fernández, democratacristiano de Copei, manifestó “el gobierno
se burla de la opinión pública” y le acusaba de “desprecio absoluto
por el país”; a la vez que el expresidente copeyano Rafael Caldera
denunciaba contradicciones en las informa­ciones oficiales.
A distinto nivel —mientras proliferaban acusaciones contra las
fuerzas represivas por defender exclusivamente los intereses de los
terratenientes— se elevaban un grado más las denuncias de WM,
ante el Congreso Nacional al que acudió con los sobrevivientes:
los pescadores que no murieron en la balacera inicial habrían sido
rematados, por lo que exigía la exhumación de los cadáveres para
comprobar si hubo tiros de gracia.

Noviembre 4, viernes
Ya el día 2 el presidente Jaime Lusinchi (JL) había manifes-
tado confiar en las Fuerzas Armadas y respaldar la versión propa-
lada, desde el día de la masacre, por HCA, lo que provocó airadas
protestas en EA. Este día 4 JL ratificaba “confiar en la palabra del
general Camejo” y lo presentaba ante los periodistas acreditados en
al palacio de Miradores para que pudieran escuchar de viva voz su
versión, y enfatizó previamente, “Jaime Lusinchi no va a empañar
la trayectoria de su vida encubriendo un crimen” y “nadie tiene
derecho a poner en duda mi honorabilidad en relación con lo que
le he transmitido al país, de acuerdo a la interpretación que tengo
de este asunto en este momento”. Añadía, si el Tribunal Militar diera
un interpretación distinta “sencillamente y como magistrado me
comprometo ante el pueblo de Venezuela a aplicar las sanciones a
que haya lugar”.
El general HCA, en una exposición larga y barroca, cargando
las tintas en el tópico de la inseguridad fronteriza, repetía su versión
insistiendo en algunos extremos, los ocupantes de la embarcación
“muchos de ellos colombianos”, tenían antecedentes graves en

MIQUEL IZARD
[ 28 ]
Venezuela y Colombia, eran presuntos miembros del ELN o de las
FALN, no se chequearon en los puestos navales correspondientes y
lleva­ban papeles comprometedores, “a la voz de alto respondieron
con fuego”.
A las preguntas de la prensa respondió con evasivas o saliéndose
por la tangente y rechazó enérgicamente el calificativo de matanza,
insistiendo en que debía hablarse de “encuentro”*.
El mismo día 4 Carlos Andrés Pérez (CAP), candidato presi-
dencial por el gobernante AD, manifestó que él y el partido “somos
solidarios con habitantes de El Amparo”; mientras el sibilino presi-
dente del partido, Gonzalo Barrios, declara­ba que por no saber
“cuál va a ser la versión definitiva que tendremos que aceptar los
venezolanos”, declinaba emitir comentarios.

Noviembre 5, sábado
La DAS colombiana (Dirección Administrativa de Seguridad)
se apresuró a desmentir la versión de HCA sobre haber facilitado
información que implicara, a cualquiera de los 14 muertos, con la
guerrilla colombiana.
Mientras, en Venezuela, continuaron los pronunciamientos de los
candidatos. La peculiar Ismenia Villalba se preguntaba: “Por qué el
gobierno oculta la verdad sobre la tragedia de EA”; mientras que el
día 7, Petkoff, del MAS, tenía por “sorprendente que Lusinchi acepte
la fábula del general Camejo”.

Noviembre 7, lunes
Se iban dibujando, nítidamente, las dos versiones. En EA coin-
cidieron el Tribunal Militar de San Cristóbal, presidido por el mayor
Ricardo Pérez Gutiérrez, que en lugar de esclarecer lo acontecido lo

* Curiosamente el mismo eufemismo que se ha puesto de moda para enmascarar lo que pasó en
América a partir de 1492, ante el desprestigio y la incongruencia de la voz descubrimiento.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 29 ]
confundía grotescamente, y WM que iba atando cabos sueltos de
una trama que mucha gente conocía en la frontera. WM denunció
que los inspectores de la Disip, Hipólito y Jeremías se habían presen-
tado en el despacho del comandante de policía de EA, el sábado 29,
ofreciendo uno de los dos litros de ron que cargaban las víctimas
“para celebrar que matamos 16 guerrilleros” y los dos miembros
de la Disip habrían añadido “tuvimos que rematar a algunos de los
sobrevivientes porque no pudimos hacer nada por ellos”.
Después de la reconstrucción de lo que la prensa ya llamaba, sin
más, la masacre de EA, WM declaró: “Los hechos confirman que fue
un error” y añadía “es comprensible que el Comando Específico haya
recibido información falsa, pero ello no justificaba que luego se fabri-
quen guerrilleros”; recordaba, además, el mismo Comando en enero
“confundió a dos niños y también los mató por error”.
Pero ni siquiera la primera premisa era cierta, la DAS de
Colombia insistía: “No permitiremos que nos usen para desviar la
verdad de los hechos”.
Mientras por todas partes afloraba la sensibilidad popular: al
creciente rechazo estudiantil se añadían “marchas por la vida” por
todo el país, con participación de personas de bien distintas proce-
dencias. Por añadidura el cariz que evidenciaban las pesquisas a
menos de un mes de las elecciones presidenciales provocaba nuevas
intervenciones de los políticos. El día 8, Rafael Caldera advirtió: “Se
debe corregir la tendencia abusiva de los cuerpos represivos” y el
gobierno y la cúpula de AD analizaban de nuevo los sucesos.

Noviembre 10, jueves


Muestra de esa sensibilidad popular podrían ser el rechazo
de la masacre por “Luto Activo”*, que las autoridades de la UCV

* ”El Comité de familiares de asesinados por miembros de las Fuerzas Armadas y poli-
ciales, llamado Comité Luto Activo, llegó a su séptimo aniversario pronunciándose

MIQUEL IZARD
[ 30 ]
organizaran una marcha por la vida en Caracas o que el Congreso se
viese obligado a nombrar una comisión, para esclarecer los hechos,
que viajó a EA.
Contrariamente, grupos bien concretos iniciaban una campaña
contra WM; abogados y ganaderos del Táchira lo acusaban de “estar
vinculado a la guerrilla co­lombiana”.

Noviembre 12, sábado


Los miembros de la comisión del Congreso se entrevistaron
en San Cristóbal con HCA y éste respondió después a las preguntas
del periodista de EN ratificando de­claraciones anteriores, acep-
tando la versión de los miembros del Cejap y negando el rumor de
que algunos de ellos estaban detenidos, enfatizando tajantemente,
“no pueden estar detenidos quienes actuaron en un encuentro con
subversivos de otro país”.

Noviembre 13, domingo


Los suplementos dominicales de EN se ocupaban de los sucesos
de EA. Dos artículos y una entrevista a Gabriel Puerta Aponte, con 23
años en la lucha armada como guerrillero y que la entrevistadora Eliza-
beth Fuentes calificaba de “confeso, irreductible, inatrapable, huidizo
(escapó espectacularmente del cuartel San Car­los), fiel amante de una
profesión que, como en los días de Rómulo [Betancourt], se le dispara
primero y se le averigua después”.
Alrededor de su caída y a la pregunta ¿te venían siguiendo hace
tiempo?, respondió: “No, me delató Manuel Tirado Tirado, el hombre

con rabia y dolor ante la masacre de 14 campesinos en El Amparo, a manos de


efectivos policiales y militares”.
Antonieta Rodríguez, miembro activo del grupo, señaló que “este defiende el
derecho a la vida y por ello expresa su rechazo ante la tragedia y ofrece su solida-
ridad a los familiares”.
Además, “exigimos que se haga justicia, porque sean o no guerrilleros, esa no es una
excusa para asesinar impunemente. Ninguna de las explicaciones puede justificar
el privar a alguien de la vida”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 31 ]
que ahora mencionan como el que dirigió la masacre de El Amparo.
Su seudónimo es Jeremías. Él era de la guerrilla, de Bandera Roja.
Lo capturaron en el 63. Parece que le dieron unos periodicazos y no
resistió la tortura. Delató y pasó a las filas de la policía. Y ahora se presta
para toda clase de empresas sucias que hace la policía”.

Noviembre 14, lunes


En una nueva entrevista HCA “ratificó estar seguro de que los
14 hombres abatidos el 29 de octubre en el caño La Colorada, iban
a cometer hechos delictivos”. Más adelante, “precisó que en este
sector impera la presencia de colombianos, de personas que vienen
a Venezuela no a trabajar, sino en procura de hacer flaquear nuestra
soberanía”. Insistió nuevamente, el Cejap sabía que los dieciséis iban
a cometer delitos, “atentados contra las instalaciones petroleras y
secuestrar a un ganadero”.

Noviembre 15, martes


WM, a la vez que solicitaba que el juicio pasara a la Corte Marcial,
denunciaba el retardo en la exhumación de los cadáveres, y añadía
nuevos datos que incremen­taban el cariz rocambolesco de la masacre:
había averiguado que José Indalecio Guerrero, de quien había salido la
idea de la excursión con sancocho, era muy amigo del disip Celso Rincón,
alias Hipólito. Enfatizaba WM que es “como la crónica de una muerte
anunciada”.

Antonieta Rodríguez: finalizaba, “Alerto a la opinión pública en el sentido de que la


represión tienda a manifestarse cada vez con más fuerza, en la medida en que la situa-
ción económica se agrava y el sistema conviene al problema social en un problema de
orden público. No es necesario ahondar en una situación conocida por todos, pero sí
consideramos necesario recordar una vez más que aceptar la represión como parte de
la vida cotidiana le da validez y permite que se repita y mantenga, y que el silencio
es una de las peores formas de complicidad y que el miedo puede ser nuestro peor
enemigo”.
Desafortunadamente Antonieta Rodríguez resultó profética.

MIQUEL IZARD
[ 32 ]
Noviembre 16, miércoles
Dentro de la escalada gubernamental de exabruptos, el juez
militar de San Cristóbal dictó auto de detención a los dos sobrevi-
vientes “por el presunto delito de rebelión militar”. La mayoría de
las reacciones fueron de perplejidad, así Gonzalo Barrios calificó
la medida “desde el punto de vista de la opinión pública y psico-
lógica, de inoportunidad estridente”. Por su parte, José Vicente
Rangel lo definió como “un auto de detención contra el pueblo de
El Amparo”.
Por añadidura, el mismo juez, desdiciéndose de lo dicho el día
anterior, negó la autorización para exhumar los cadáveres que había
solicitado la comisión parlamen­taria excusándose en detalles de
forma.
Esta actitud del juez militar fue el detonante para los habitantes
de EA, al día siguiente, 18, toda su gente se unió en una protesta
colectiva, hubo marchas por la población, cierre de comercios y
viviendas, “en repudio a la mentira” y en una asamblea reunida
en la plaza Bolívar decidieron por unanimidad no participar en las
próximas elecciones. Los periodistas de EN que cubrían la noticia
entrevistaron a una viejecita: “Eso se veía venir. Desde que apare-
cieron los sobrevivientes han tratado de hacer lo imposible por
acallarlos”. Y sus paisanos decían de los asesinados, “eran pesca-
dores, inocentes habitantes de este pueblo, bebedores y mama-
dores de gallo [bromistas], pero, guerrilleros, nunca”.

Noviembre 19, sábado


La exhumación tuvo un prerresultado: el diputado copeyano, y
miembro de la co­misión parlamentaria, Julio César Moreno, consi-
guió copia de la autopsia realizada a José Eregua, el único colom-
biano de los 14 pescadores; tenía fractura de cráneo en el parietal
izquierdo, como si hubiera recibido un culatazo y “por lo menos dos

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 33 ]
entradas de proyectil, de abajo hacia arriba, sin orificio de salida a
nivel del flanco izquierdo a derecha”.
El mismo 19, el presidente JL, después de su discurso de fin
de año a las guarniciones acantonadas en Oriente, al ser pregun-
tado sobre si podían tomarse acciones legales contra personas que
han emitido juicios negativos de las Fuerzas Armadas, dijo que
éstas “no sólo merecen todo nuestro respeto, sino que la ley así lo
establece y ésta no puede ser violada impunemente”. En una larga
perorata sobre la “vocación institucional y democrática” de aqué-
llas, hizo una referencia a la dictadura de Pérez Jiménez y dijo: “El
oprobioso régimen que sufrimos desde 1948 hasta 1958, del cual
logramos salir sólo por el esfuerzo y la lucha constante del pueblo,
fue producto de errores, graves errores del frente civil. Sólo ello justi-
fica el derrocamiento de Rómulo Gallegos”.
El mismo día Pedro Nikken, juez de la Corte Interamericana
de Justicia, afirmó a EN que “la manera como el Gobierno ha condu-
cido las investigaciones de los su­cesos de El Amparo, han colocado a
Venezuela como un país fuera de la ley en el Ámbito Internacional,
habida cuenta de que se están violando derechos humanos que
hasta ahora la nación ha defendido en los foros internacionales”.
También signifi­có que ello “coloca al Gobierno como posible objeto
de investigación por parte de la Corte Interamericana de Justicia”;
argumentó que existían suficientes elementos para llegar a la conclu-
sión de que después de la matanza de EA “los poderes públicos y el
gobierno, en lugar de orientar las investigaciones en búsqueda de las
sanciones correspondientes y el esclarecimiento de los hechos,
pareciera estarse actuando justamente para encubrir esos hechos
criminales”.
También el 19, EN entrevistó a Pedro Pablo Aguilar, miembro del
comando de campaña del candidato copeyano; el periodista señaló:
“El país ha quedado estupe­facto, indignado y humillado por el auto

MIQUEL IZARD
[ 34 ]
de detención”, a lo que respondió Aguilar: “Se ha dicho que en Vene-
zuela hemos perdido la capacidad de asombro; no obstante confío en
que ante esa decisión mantengamos por lo menos la capacidad de
protes­tar un hecho tan disparatado y tan absurdo. Pienso que la gente
sensata de AD debe estar muy consternada [...]. El gobierno está
convirtiendo lo de El Amparo en una cadena de errores [...]. Lo del
Amparo no es un hecho aislado, ha coincidido con lo de los tanques
y el juicio al mayor Soler y el cabo que murió a consecuencia de las
torturas a las que fue sometido”. A la pregunta “¿Dónde ve usted la
vinculación de los hechos?”, respondió “Todos somos víctimas de una
política oficial diseñada para ocultar la verdad. El gobierno cuando
informa, desinforma sobre la verdad de los hechos”.**
En un artículo de EN (22-11-88) Jesús Eduardo Brando resumía
el asunto del cabo, el 12 de noviembre “se produce el escándalo de la
muerte por torturas de un cabo segundo del ejército [Richard Rafael
Gómez Taima], y atropellos contra otros efectivos por parte de un
subteniente y seis sargentos técnicos, con participación y conoci-
miento de otros oficiales, entre ellos el excomandante del Batallón
de Comu­nicaciones, el teniente coronel Pérez Pastor [...]. Se dijo
que presuntamente la motivación de estas atrocidades había estado
en la sustracción de un revólver, pero las fuentes consultadas por El
Nacional van más allá. Los soldados sabían de hurtos y tráfico de
armas para fines delictuosos. En este sentido, se indicó que a nivel
de los organismos de inteligencia militar y seguridad del Estado
se investiga la comercialización y tráfico de armas para la guerrilla
colombiana y bandas de atracadores en el país”.

* Al anochecer del 26 de octubre, tanques Dragón salieron a la calle y rodearon el Ministerio de


Relaciones Interiores y el vecino palacio presidencial de Miraflores. Primero se dijo que había
sido un ejercicio rutinario de ensayo cara a las elecciones; después el gobierno habló de una
confusión, pues se habría recibido un anónimo sobre un complot fraguado contra el presidente
encargado, el ministro de Relaciones Interiores Simón Alberto Consalvi. Después también se
supo de movilizaciones de tanquetas y soldados en el Este, cerca de la Viñeta. Fue detenido
el mayor José Domingo Soler Zambrano que comandó la movilización; se habló asimismo de
unos 92 oficiales detenidos.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 35 ]
Noviembre 20, domingo
Los sobrevivientes habían declarado que el lunes 21 se entrega-
rían al tribunal; pero ellos y mucha gente temían por su integridad y deci-
dieron, asesorados por WM, pedir asilo a México, refugiándose mien-
tras lo conseguían en la residencia del embajador en Caracas.
El mismo día Humberto Camejo Arias fue interpelado por la
comisión especial parlamentaria y reiteró su conocida versión, los 16
pertenecían a la guerrilla colombiana. El mismo EN informaba que en
reunión del Alto Mando Militar, celebrado el 14 anterior, el director
de la DIM, vicealmirante Germán Rodríguez Citraro, dimitió al no
compartir la decisión de que las Fuerzas Armadas asumieran la
responsabilidad por los sucesos de El Amparo.
La desconfianza de los sobrevivientes estaba más que justificada,
a raíz de los sucesos de EA la gente perdió el miedo a denunciar otros
casos. EN publicaba este domingo una nota procedente de Barcelona
titulada: “Caso José Romero es pareci­do al de las víctimas de El Amparo.
Así lo denunciaron familiares del agrarista copeyano”. Y venía a conti-
nuación la noticia: “Tras reafirmar aquí que su hermano José Romero
[... ] también murió acribillado junto con José Eliodoro Vergara por la
Disip[... ] pretendiendo hacer ver tal asesinato como resultado de un
enfrentamiento armado, Esperanza Romero reclamó nuevamente que
la justicia recaiga contra los culpables y rogó que no se repita igual historia
con los pescadores de EA, en el estado Apure. A mi hermano también
lo hicieron aparecer como asaltante, como un ban­dido atracador de
bancos [...] sin que hasta ahora, a cinco meses de tan desgracia­do
suceso, no se les haya dictado auto de detención a los funcionarios que
participa­ron en el asesinato. [... a los muertos] se les retrató con armas
de guerra en las manos y con granadas a su alrededor, para justificar la
acción criminal [... quienes les mataron fueron] siete y todos siguen en
servicio activo en la Disip de Barcelona”.

MIQUEL IZARD
[ 36 ]
Noviembre 22, martes
De nuevo se acumuló mucha información: “No podemos dejar que
el país se nos vaya de las manos”, expresó JL en su alocución de navidad
en Valencia. Dijo a continuación: “Estamos aquí precisamente para
permanecer como institución y para salvaguardar la ley y, en lo que a mí
respecta, hasta el último minuto de mi ejercicio seré un garante de la ley,
y de la libertad, de la democracia y de los derechos huma­nos en este país”.
Enfatizó a continuación: “Las FAN de hoy, herederos de aquéllos que
nos dieron independencia y libertad, esas que se parecen al pueblo, no
tienen problemas, no están insatisfechas, no deliberan, porque sencilla-
mente no tienen por qué hacerlo, y por las que no debo deliberar en
atención a la ley escrita y a la ley moral”.
Después JL fue acosado por los periodistas y en un momento deter-
minado dijo: “Tengo información de que la interpelación del general
Camejo fue algo muy interesante en la comisión del Congreso”.
La comisión interpeló a Porfirio Valera, director de la Disip; al
final un periodista le rogó que ratificara cuál era su cargo, pues no
podía entender que el director de la policía de inteligencia del Estado
se hiciera el loco ante hechos en los que está envuelta la soberanía del
mismo Estado y en los que participaron funcionarios de su cuerpo.
Valera que había dicho no saber nada, se acogió a la versión de HCA
y enfatizó que la Disip se limitaba a anortar funcionarios al Cejap diri-
gido por los militares y que de éstos era la responsabilidad de operativos
como el de EA.
Por su parte, el comité nacional de Copei denunció que HCA mintió
a la comisión y exigía que la responsabilidad debe recaer principal-
mente sobre la Disip. Añadían: “Queremos en primer lugar exigirle
al Gobierno que no siga utilizando a las Fuerzas Armadas para cubrir
una masacre, que bien pudo ser un error, pero que en todo caso es una
masacre policial”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 37 ]
Noviembre 23, miércoles
CAP en su rueda de prensa semanal todavía no se apartó
de la versión oficial, decía de los sucesos “aún permanecen muy
confusos” y criticaba la decisión de los sobreviviente de exiliarse.
La Asociación de Profesores de la UCV emitió, por su parte,
un rotundo manifiesto sobre la masacre .

Noviembre 24, jueves


Teodoro Petkoff, en la clausura de la campaña MAS-MIR en
Caracas, dedicó su discurso a las víctimas de EA. Calificó lo suce-
dido de “bestial masacre y de abominable crimen”. Dijo después:
“Pero el culpable de la mentira no es sólo el general Camejo Arias.
El que le puso las banderillas a este toro fue el presidente Lusinchi”.
Este mismo 24 un periodista de San Cristóbal, José Vicente Núcete
Peña, vinculado a la gobernación del estado Táchira, introdujo
solicitud ante el Tribunal Militar de averiguación contra WM “por
el supuesto delito de encubrimiento”, por haber ayudado a huir a
los sobrevivientes. Al día siguiente, introduciría otra el abogado
Ricardo Koesling.

Noviembre 25, viernes


JL que seguía viajando para felicitar las pascuas a las guarni-
ciones declaró en San Cristóbal: “Estamos en la mira de la subver-
sión colombiana”, y “El país puede estar tranquilo porque la verdad
sobre los sucesos de El Amparo no será distorsionada”.
Al mismo tiempo, el diputado Abdón Vivas Terán, director
de la fracción parlamentaria de Copei, anunciaba que iba a denun-
ciar estos hechos ante la Corte Interamericana de Justicia y ante la
Comisión Interamericana de Derechos Huma­nos. En la notifica-
ción Vivas Terán responsabilizaba a JL de la “masacre criminal”
puesto que los comandos específicos dependen directamente del

MIQUEL IZARD
[ 38 ]
presidente. Decía a continuación que hablaba de masacre criminal,
pues de las declaraciones de HCA se desprendía que en el opera-
tivo no se usó la disuasión “sino que procedieron di­rectamente a la
exterminación”.

Noviembre 26, sábado


Finalmente se inició la exhumación y autopsia, tantas veces
solicitadas. El mayor Pérez Gutiérrez todavía consiguió retra-
sarla tres horas con trabas de tipo operativo, llegando a prohibir
la presencia de una comisión de la DIM. Para impedir que los
reporteros presentes informaran de inmediato, no se les dejó
regresar a Caracas en el avión militar en el que habían llegado, lo
consiguieron muy tarde y tras variopin­tas peripecias. Por ello, al
día siguiente, domingo, pocos periódicos pudieron transmitir los
primeros resultados. El titular de EDC rezaba: “Hay evidencias
de que los 13 pescadores fueron fusilados”, y en el texto se añadía
“en ningún momento se produjo enfrentamiento armado” y, más
adelante, posiblemente “fueron ultimados con disparos a quema-
rropa efectuados a menos de un metro de distancia, casi todos por
la espalda y en algunos casos con un solo impacto de bala. También
se estima que a algunos se les habría hecho tiro de gracia”.
Por su parte Últimas Noticias, en página 6, agrupaba las nove-
dades en tres apartados: “El juez militar convertido en escollo de
la operación. Varios disparos en la espalda y en la nuca presenta
primer cadáver exhumado en El Amparo”; el segundo “Tiros de
gracia en el cráneo presentaban cadáveres exhumados de masacre
de El Amparo”; y el tercero, “Militares dejaron botados a perio-
distas en El Amparo”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 39 ]
Noviembre 28, lunes
Por supuesto este día la información ya era abrumadora y
apareció en todos los medios. EN en up titulaba “Exhumación
reveló que no hubo enfrenamiento en El Amparo”. Se daban todos
los detalles y se destacaba que “solamente uno de los muertos tenía
herida de bala por la parle delantera del cuerpo” y que la casi tota-
lidad de las balas eran explosivas tipo glaser, utilizadas exclusiva-
mente por la Disip.

Noviembre 29, martes


Nueva cascada de reacciones. EN, en up, destacaba, el juez
militar del estado Táchira declaró que los informes deberían serle
entregados en el transcurso de la semana y que no podían ser
hechos públicos por pertenecer al secreto sumarial. Negó categó-
ricamente que los resultados ofrecidos momentáneamente sean de
absoluta fiabilidad.
Para JL “la verdad legítima no podrá ser mediatizada y mucho
menos ocultada [...] se atendrá a lo que las pruebas señalen y [...]
está abierto a cualquier informa­ción”. Terminó enfatizando:
“Como luchador político contra la barbarie [¿la dictadura militar?],
como médico y como gobernante electo popularmente, tengo un
compromiso existencial con la defensa de los derechos humanos y
la recta aplicación de la justicia”.
Simón Alberto Consalvi, el intelectual que había aceptado
el Ministerio de Relaciones Interiores, el elemento más sibilino y
escurridizo del gobierno, al ser preguntado al respecto, dijo que
“se trataba de un proceso sumarial, cuyos resulta­dos deben ser
responsablemente esperados para conocerlos en su integridad”,
y a la pregunta de si el gobierno podría admitir que se equivocó,
respondió: “El gobierno no se ha equivocado. Desde el principio
la palabra del presidente de la República fue dirigida a prometerle

MIQUEL IZARD
[ 40 ]
al país que el gobierno haría lo posible para que la verdad sea
establecida”.
Por su parte, el candidato copeyano, Eduardo Fernández,
señaló: “La nación entera se encuentra profundamente conmovida
por las revelaciones que confirman la perpetración de una masacre
[...] un crimen que refleja una concepción de ejercicio arrogante del
poder, desprecio por los derechos humanos y por el más sagrado de
todos, el derecho a la vida”. Más adelante añadía: “El ejercicio siste-
mático de la violencia no puede tolerarse y yo acuso al gobierno y
la respon­sabilidad compromete al doctor Jaime Lusinchi, de haber
mentido a la nación”.
Para el diputado comunista Raúl Esté las muertes estarían
vinculadas al descu­brimiento por parte de los asesinados de tráfico
de droga, y añadía que según un aborigen colombiano, testigo de
los hechos, a Guerrero [dueño de la embarcación y organizador del
paseo] “lo matan arrodillado pidiendo clemencia e invocando su
amistad con Hipólito. Esto justifica que Guerrero tenga un disparo
en la palma de la mano”.
Petkoff insistió en que “la fábula del general Camejo Arias no
resiste el más mínimo análisis” y terminó enfatizando: “Quiero
rechazar nuevamente el persisten­te esfuerzo del presidente de la
República dirigido literalmente a torcer el sentido de la justicia.
Está empeñado en equiparar la exigencia de investigación con el
irrespeto a las Fuerzas Armadas”.
El mismo 29 “redobles de campanas, toque de cornetas,
banderas y cintas negras en señal luctuosa sirvieron para recordar
el primer mes de la masacre de El Amparo, en las Jornadas contra
el Olvido y por la Vida organizadas por la FCU [Federación de
Centros Universitarios] de la UCV”.
Por su parte Eduardo Fernández en la clausura de campaña
en Caracas y tras condenar “enérgicamente el asesinato de los 14

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 41 ]
pescadores de El Amparo” pidió a las decenas de miles de simpa-
tizantes “un minuto de silencio como señal de protesta por lo
que calificó como una tragedia nacional que el Gobierno trató de
ocultar mintiéndole a los venezolanos”. Ese mismo día el comité
nacional de Copei realizó un nuevo análisis de la matanza de EA y
entre otras cosas “denunciaba de nuevo el intento de ocultamiento
de los hechos hasta por parte del presidente de la Repúbli­ca”.
También el 29 se iniciaron pronunciamientos, todavía pusi-
lánimes, de la jerarquía católica. El obispo auxiliar de Caracas
declaró que “los hechos de El Amparo debieron aclararse en forma
rápida”. Mientras que el arzobispo de Valencia “calificó la tragedia
de El Amparo como un hecho verdaderamente lamentable que ha
conmovido a todo el país”, a la vez, que “hizo votos porque hechos
de esta naturaleza no se vuelvan a repetir jamás, porque no sólo
desacreditan a las fuerzas de seguridad, sino al propio Gobierno
Nacional”.

Noviembre 30, miércoles


CAP, sinuoso hasta el momento, en la clausura de su campaña,
exigió al presidente Lusinchi “clarificar los sucesos de El Amparo
antes del 4 de diciembre [jornada electoral], especialmente los
resultados de la exhumación de los cadáve­res”.
Este mismo día el director de la PTJ apareció ante la comisión
parlamentaria, y si bien repitió la versión oficial debió reconocer
que ninguno de los muertos en EA tenía antecedentes, alguno a lo
sumo registros policiales por delitos menores.

Diciembre 1, jueves
Nuevos pronunciamientos, pidiendo la clarificación de lo
ocurrido, por parte de los obispos de Cumaná y Coro. El de Mara-
caibo dijo además intuir que “el gobierno tiene especial interés en

MIQUEL IZARD
[ 42 ]
ocultar alguna cosa”. Más explícito fue el de Mérida que en artículo
publicado en el diario católico El Vigilante calificó de asesinato lo
ocurrido y argumentaba que razón alguna podía justificarlo.
Se pronunciaron otras instancias como el movimiento
vecinal, la declaración afirmaba que lo sucedido “deja huella triste
y bochornosa en la historia de nuestro país”. Lo mismo hizo un
grupo de fotógrafos.
Estos posicionamientos provocaron una respuesta, un tele-
grama de JL dirigido al cardenal Lebrún, presidente de la Confe-
rencia episcopal de Venezuela, en el que reiteraba una vez más
que “como presidente de la República, como luchador político
por la libertad y la democracia y como médico leal a claros prin-
cipios éticos, estoy comprometido con la defensa de la vida y de
la dignidad del hombre”. Lamentaba lo ocurrido en EA y habría
“ordenado las más profundas, exigentes y desaprensivas investiga-
ciones, para que se establezca la verdad y se esclarezca frente al país
un suceso que por todo respecto debe ser aclarado”.

Diciembre 3, sábado
El telegrama era reproducido por EN en up. Gustavo Azócar,
uno de los periodistas que cubría estos sucesos, aventuraba en su
artículo hipótesis plausibles de lo sucedido. No hubo encuentro o
enfrentamiento, primero —tras intenso tiroteo— se habría dete-
nido a los pescadores, “los médicos y expertos en criminalística
sos­tienen la tesis de que los catorce hombres fueron capturados
vivos, es probable que sólo dos de ellos hayan muerto durante la
confusión y son precisamente los que aparecieron sin vida dentro
de la lancha. [...]. La forma como se hicieron los disparos a muchos
de los pescadores, y según lo demuestra la exhumación, pare-
ciera demostrar que por lo menos doce de las víctimas murieron
cuando ya se en­contraban en tierra, dijo un experto. Hay cadáveres

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 43 ]
que presentan disparos en la cabeza que difícilmente pudieron
hacerse a larga distancia. Lo mismo ocurre con los disparos en la
espalda, por ejemplo, hay uno con un balazo en la parte de arriba
de la cabeza, para hacer este disparo el victimario ha tenido que
estar encima de la víctima, es decir, el que disparó estaba arriba
de una mata [árbol], o la víctima estaba de cuclillas, posiblemente
pidiendo perdón.
José Indalecio Guerrero [el instigador del sancocho] murió
a consecuencia de un disparo en el abdomen, los médicos creen
que fue el último en morir. Probablemen­te —dijo un experto— lo
mataron porque las cosas no habían salido bien”.
Durante tres días la prensa no se ocupó de EA. La elección
presidencial y el segundo triunfo de CAP ocupó casi toda la infor-
mación “nacional”.
La primera noticia destacada, del seis de diciembre, era la de
que el sistema seguía funcionando: los habitantes de EA, a pesar
del acuerdo, no sólo habían votado masivamente, en un 60% lo
habían hecho por el candidato de AD. Días más tarde las gentes de
EA, constituida en Comisión de defensa de los derechos humanos,
solicitaron a CAP que les recibiera en Caracas para rogarle que la
investigación no se paralizase o encarpetase.

Diciembre 7, miércoles
Los miembros de la Disip participantes en los acontecimientos
fueron interpelados por la comisión parlamentaria. Mantuvieron
una versión similar a la de HCA: los muertos iban armados, perte-
necían a la guerrilla colombiana y, a la voz de alto, respondieron
con fuego. Mencionaban, como HCA, una segunda embarcación
que habría huido, aunque el caño lo hace totalmente imposible.
Celso Rincón Fuentes, “Hipólito”, negó conocer a Guerrero o haber
comentado lo sucedido con el jefe policial de EA.

MIQUEL IZARD
[ 44 ]
Diciembre 8, jueves
Interpelados los siete funcionarios de la PTJ. Según los titu-
lares de EN entraron en contradicción reiteradamente. La primera
fue sobre la supuesta segunda embarcación ocupada por cinco
personas uniformadas de verde olivo, a los que los de la PTJ
aseguran que intentaron perseguir con la primera lancha, pero se
les escapó por falla de pericia en su manejo y porque se les agotó el
combustible.
También este día se entregó al embajador de México en Caracas
un amplio documento, elaborado por la Federación Nacional de
Defensa de los Derechos Humanos de Venezuela, en el que anali-
zaban las violaciones a la legislación vene­zolana vigente en el caso
de EA. Al día siguiente, México concedió asilo político y los sobre-
vivientes salían en vuelo regular.
Al mismo tiempo WM declaró haber reunido todos los datos
y estar en situación de afirmar que López Sisco, comisario de la
Disip, habría montado la “farsa” que devino masacre por dos
razones: “En primer lugar, él tiene una compañía de seguridad que
ofrece protección a los ganaderos de la zona. Tenía que renovar los
contratos y muchos no habían aceptado en vista de que todo estaba
tranquilo y hacía tiempo que no se producían secuestros. Por otra
parte, López Sisco quería ser director de la Disip y le interesaba
impresionar antes de las elecciones”.
EN del 12 de diciembre publicaría un remitido de 162
personas encabezadas por Luis Fuenmayor, rector de la UCV,
universitarios, abogados, artistas, arquitectos, dirigentes labo-
rales, médicos, periodistas, etc., exigiendo el esclareci­miento de
lo sucedido y agradeciendo al gobierno de México el asilo a los
sobrevivientes.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 45 ]
Diciembre 10, sábado
EN, y el resto de la prensa, se hicieron eco de un nuevo estallido
de malestar por otro rostro de la violencia. EN le dedicaba toda la
up con un gran titular que rezaba: “Estalló la ira popular entre Cúa
y San Casimiro. La muerte de una mujer en el sector La Guadalupe,
estado Miranda, aplastada por un tractor que derribaba viviendas
en una acción de desalojo, provocó molinos y barricadas que inte-
rrumpieron el tránsito por la carretera nacional hacia los Llanos
durante más de dos días”.
El texto daba detalles: “El tractor embistió con toda su fuerza
dejando a su paso los escombros de siete humildes viviendas,
enseres destrozados y hasta el cadáver de una campesina que murió
aplastada durante el desalojo ordenado por cierta juez de distrito,
apoyada por la Guardia Nacional (GN).
Ocurrió el miércoles (7) a las 2:30 de la tarde [...]. Con ellos
fue la juez y la GN] andaba el abogado de origen italiano Pascuale
D’Angelo de la Rosa, personaje que dice ser dueño de esos terrenos
y alegó ante un tribunal de Caracas que se los habían invadido [...]
La juez ordenó a la gente que saliera de sus casas y sin dar tiempo
a que pudieran sacar sus pertenencias, ordenó la demolición [...]
unos vecinos le pidieron a la juez Campos detener el aparato, pues
en la última vivienda permanecía una señora que, por dolencias
que le impedían caminar, no había podido salir a la calle. Pero la
advertencia no fue escuchada. D’Angelo de la Rosa dijo que eso era
mentira y la juez afirmó —según los vecinos— que si no se salían
derribaba las casas con ellos dentro. Entonces, el tractor prosiguió
su marcha, tumbando paredes, derri­bando techos y destrozando
camas, neveras, sillas, mesas, víveres, animales, fotografías, ropas
y el cuerpo de Victoria Casique quien pereció aplastada por las
orugas de la máquina”.

MIQUEL IZARD
[ 46 ]
En un apartado “La ira popular” se reseñaba que “la manera
de exigir la [justicia] fue radical. Los vecinos se apoderaron de la
carretera, donde levantaron barricadas, incendiaron cauchos y
colocaron ofrendas florales y la Bandera Nacional, comple­tadas
con letreros que decían entre otras cosas ‘el dinero compra justicia’
[...]. Antes, una turba se dirigió a la casa de campo de D’ Angelo de
la Rosa, detrás del tractor que guiaba uno de los habitantes de La
Guadalupe. Con esa misma máquina, destruyeron la residencia.
Luego, rociaron gasolina en el motor y le prendieron fuego”.
La tarde del viernes llegó el gobernador de Miranda, “escuchó
los planteamien­tos y se comprometió a ordenar una investiga-
ción que determine la propiedad de esas tierras [... y] aseguró
que personalmente solicitará en el Consejo de la Judicatura que
se abra una averiguación sobre la actuación de la juez [...]. Tras
estos planteamien­tos, y la promesa de emitir una respuesta en un
plazo de quince días, los habitantes de sector decidieron levantar
la barricada”.
Por supuesto, jamás se supo de las promesas.

Diciembre 15, jueves


El rocambolesco panorama todavía lo resultó más, a partir
de esta fecha. Por una parte Huber Bayona Ríos, apodado Yaruro,
mencionado reiteradamente como con­fidente de la policía, tanto en
Colombia como en Venezuela, y como participante de la masacre,
declaró en un lugar de la frontera y ante varios periodistas de la
agencia oficial Venprés: “Algo se manipula para dañar el prestigio
de las FAN y de algunos organismos de seguridad del Estado vene-
zolano”. Se habría enterado de lo ocurrido en La Colorada horas
después de sucedido. El 4 de diciembre habría sido raptado por dos
hombres que decían trabajar para un tal Walter, le habrían llevado
varias horas en automóvil y luego en avión a Caracas. Fue obligado,

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 47 ]
bajo tortura, a firmar una declaración reconociendo haber parti-
cipado en la masacre. El 13 lo habrían devuelto a San Cristóbal, se
presentó ante el juez militar, lo examinó un forense y lo dejaron
en libertad. Insistía: “Fui sometido a torturas para obligarme a
declarar que estuve presente en el caño La Colorada acompañando
a la gente que disparó contra esas personas, cuando la verdad es
que nunca estuve en ese sitio y menos ese día”.
Por otra parte, y en San Cristóbal, WM declaró que Yaruro,
no sólo participó en la matanza, además había dado muerte a
Guerrero. WM añadió que tenía años de confidente para ambos
ejércitos y habría colaborado a planificar lo de EA.
EN, además de dar estas dos noticias, destacaba en pp: “En
desacuerdo Alliegro (Ministro de la Defensa) y director de la Disip
por hechos de El Amparo”. Ampliaba en el texto que EN había
sabido por “fuentes confiables del gobierno” que en una reunión
en la que estaban el presidente, los ministros de Defensa y del Inte-
rior y los directores del DIM, Disip y PTJ, para acordar lo que el día
15 declararían ante la comisión parlamentaria, los militares que
habían participado en los acontecimientos de EA, el ministro de
la Defensa habría sostenido no tratarse de una acción militar, sino
civil, que sobre Disip y PTJ debía recaer la responsabilidad y que,
por lo tanto, el juicio debía pasar a la jurisdicción ordinaria.

Diciembre 16, viernes


EN informó ampliamente de la declaración de los cuatro
militares, encabezados por el capitán de corbeta Alí Coromoto
González, responsable del comando. Su ver­sión era la oficial,
“reiteraron que se trató de un enfrenamiento y que los ahora falle-
cidos estaban armados. Se insistió en que los civiles no atendieron
las voces de alto y, por el contrario, abrieron fuego |... y] también
lanzaron una granada”.

MIQUEL IZARD
[ 48 ]
Diciembre 17, sábado
EN destacó en pp: “CAP eliminará funciones paramilitares
de la Disip”. La noticia señalaba que el presidente electo había
ordenado “a su equipo de gobierno en materia de seguridad coor-
dinar el desmantelamiento de las funciones paramilitares de la
Disip”. Y decía la nota más adelante: “Pérez ha manifestado entre
sus allegados en este campo su disconformidad y desacuerdo en
que las Fuerzas Armadas Nacionales asuman la responsabilidad
por la llamada masacre de EA”. Además CAP “ha comenzado por
dar instrucciones de que deben eliminarse los uni­formes negros
(de macabra recordación nazista) y la utilización indebida de
uniformes de camuflaje y armamento de guerra militar”.

Diciembre 20, martes


Nuevo vuelco informativo. Gran recuadre en pp de EN se titu-
laba: “Muertos en El Amparo no eran subversivos” y a continuación
“Durante una interpelación par­lamentaria que duró cuatro horas,
el vicealmirante Germán Rodríguez Citraro, jefe de la Dirección
de Inteligencia Militar [evidentemente no había dimitido como se
ru­moreó], se había negado a calificar como ‘subversivos’ a los 14
pescadores [...]. El oficial supuestamente afirmó [...] que ninguna
de las víctimas —ni los dos sobrevi­vientes— estaban registrados
en la DIM por presuntas actividades guerrilleras [...]. Bayona (alias
Yaruro) fue capturado, interrogado y pasado al tribunal de la DIM”.
El mismo 20, Lusinchi concluyó en Maracaibo sus visitas a
las guarniciones militares. Tras ensalzar el papel clave que habrían
desempeñado las FAN en el “devenir histórico” de Venezuela, se
lamentaba, “sin embargo pareciera que hay algu­nos interesados
en crear hendiduras entre las Fuerzas Armadas y el mundo civil
[...]. Allá estos estrategas de botiquín, estos estrategas de media-
nería que quieren llegar a las alturas del poder sin trabajar, sin que

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 49 ]
haya una sistemática de acción en sus vidas, sin organicidad de
pensamiento, sin que su esfuerzo se compagine con los intereses
del país y solamente creyendo que todavía en Venezuela, a fuerza
de intrigas puede hacerse carrera política”.
Y acosado por los periodistas sobre las declaraciones del
vicealmirante Rodríguez Citraro, respondió tajantemente: “El
DIM no está facultado para presentar antecedentes [... y] no tiene
cobertura en la zona donde ocurrieron los hechos del caño La
Colorada”.
Desafortunadamente y por razones obvias los más afectados
por la masacre —el pueblo de EA— era bien poco mencionado
en la prensa, a pesar de que se organizó, ya lo he dicho, en defensa
de los derechos humanos, como suele ocurrir en Venezuela por
iniciativa de las mujeres. Este mismo 20, en un comunicado, agra-
decían al jefe de la DIM sus declaraciones y le decían: “Sepa usted
que cuenta [...] con nuestro apoyo, respeto y agradecimiento. [... Lo
de la Colorada] fue una masacre, un horrendo y espantoso crimen
premeditado. Allí no hubo confusión o error, así como tampoco
mal información de los servicios de inteligencia”. Terminaban
enfatizando: “Logre que se haga justicia que este pueblo, aunque
no puede hacerle una estatua, le profesará eterno agradecimiento.
De esta forma podrá volver la paz a esta población”.

Diciembre 21, miércoles


EDC publicó una primicia que, más tarde, cambiaría espec-
tacularmente el juicio de los hechos. Según el titular: “Decisión
de segunda instancia dará un vuelco a investigación sobre El
Amparo”. Y se especificaba en el texto: “En el transcurso de los
próximos días dictarán auto de detención contra los autores mate-
riales [...]. La información fue obtenida por El Diario de Caracas
en fuentes del Ministerio de la Defensa”. Decía también que los

MIQUEL IZARD
[ 50 ]
autos de detención deberían ser dictados por el Consejo de guerra
permanente en San Cristóbal. El resto de la prensa también recogió
la noticia pero menos destacada.
Otra mitad de la página, toda dedicada a EA, se titulaba:
“España: 117 persona­lidades piden a Lusinchi que se haga justicia”.
El texto especificaba: “El lamentable caso de El Amparo sigue
teniendo resonancia internacional, ayer el padre [catalán] Juan
Vives Suriá dio a conocer el contenido de una carta, en la cual 117
personali­dades que participaban en el II Congreso Iberoameri-
cano pro Derechos Humanos, en España, se dirigen al presidente
de Venezuela, Jaime Lusinchi, para solicitarle que se haga justicia
por la masacre de 14 pescadores de la población de El Amparo.
Entre los firmantes estaban la viuda de Salvador Allende, Juan
Bosch, Eduardo Galeano y Miguel Littín”.
Este mismo 21 EN destacaba en pp que el ministro de Rela-
ciones Interiores “consideró muy conveniente que los sobre-
vivientes se presentaran ante el tribunal ‘para que continúen las
investigaciones” y prometió otorgar “todas las garantías necesarias
para que se produzca su regreso al país”. Desde hacía días, miem-
bros del gobierno y del tribunal de San Cristóbal sostenían que
la no presentación de aquéllos impedía continuar el curso de las
diligencias judiciales.
En el resto de EN el despliegue informativo era todavía consi-
derable. Jesús E. Brando sostenía en su artículo, por una parte, que
en reunión del alto mando militar, presidida por el ministro, se
habían considerado las declaraciones del director de la DIM, cali-
ficándolas de “inoportunas”. Por otra parte, mencionaba algunas
de las zancadillas oficiales que entorpecían la labor de la comi-
sión parlamentaria, en es­pecial en relación con el resultado de la
autopsia. El juez militar del Táchira se negaba a enviar el informe
forense alegando era parte del secreto sumarial y los funcionarios

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 51 ]
de la PTJ, que habían participado en el levantamiento de los cadá-
veres, no estaban disponibles por hallarse en comisión fuera de
Caracas.

Diciembre 22, jueves


Ante el cariz que estaba tomando el proceso EN destacó en
pp y con amplia cobertura en el interior las respuestas de HCA
en la interpelación de la comisión par­lamentaria: “No he enga-
ñado al Presidente sobre El Amparo”. Y un gran titular semejante
encabezaba la noticia en el cuerpo correspondiente: “Yo no le he
mentido al presidente” y se destacaban otros dos titulares: “Siete de
los catorce muertos eran colombianos con antecedentes subver-
sivos, que el DAS se ha negado a entregar” y “Fui yo quien le pidió
a Walter Márquez que asumiera la custodia de los sobrevivien­tes y
los llevara a declarar”.
El texto se iniciaba tajantemente: “Puedo asegurar que a mí
no me ha engañado nadie ni yo he engañado al presidente de la
República, pues de haber visto la más mínima posibilidad de delito
en la muerte de esos catorce hombre en El Amparo, hubiera sido el
primero en pedir la investigación”. Añadía más adelante: “Y puedo
también enfatizar que se trató de un enfrentamiento con subver-
sivos que venían en funciones de cometer delito”. Después decía:
“Nadie ha negado que realmente fuesen humildes y fuesen pesca-
dores, pero también estaban involucrados en actividades subver-
sivas por esa especie de simbiosis que hay en esa zona entre el
delito y el no delito” y especificaba a continuación: “No voy a decir
que eran guerrilleros [...]. Pero puedo decirles que son hombres
ganados por la subversión extranjera o colombia­na [sic]”. Insistió
una vez más en el quid de la cuestión: “No hubo masacre, porque
una vez desembarcados y avanzando, se les dio la voz de alto y la
respuesta fue que abrieron fuego y lanzaron una granada”.

MIQUEL IZARD
[ 52 ]
El mismo 22 EN también se hacía eco, ante el rumor de un
indulto para los sobrevivientes, de que “Aún quedan veinte presos
políticos en las cárceles venezo­lanas”. Esperando “el tan anhelado
indulto presidencial que no llega. De todos sus expedientes, 16
reposan en los tribunales militares de Maturín, mientras que los
4 restantes se encuentran regados en tribunales ordinarios. Los
lapsos de encierro que han estado sufriendo estas personas se
prolongan de dos hasta once años”.
Armando Díaz, expreso político y militante del Movimiento
por la Democracia añadía: “El número de confinados al iniciarse el
período de Lusinchi era de ochenta, cifra que ha ido descendiendo
gracias a los indultos de julio y diciembre. También cuando vino
el papa pusieron en libertad algunos, pero sobre estos veinte que
quedan, el gobierno no ha manifestado ninguna solución global”.
Díaz enfatizaba: “Uno de los problemas fundamentales es
la existencia de un Código de Justicia Militar viejísimo, desde
Gómez, que no se adapta a nuestras necesidades y que es utilizado
por el gobierno para retardar las sentencias, ya que no existen
lapsos procesales”.
Por su parte, Gabriel Puerta Aponte denunció: “Otro caso es
el de Oscar Rangel, quien fue detenido a la edad de 19 años, en
julio de 1980, y por el simple delito de organizar un Congreso de
Campesinos le dictaron cargos en febrero, desde entonces el juicio
está paralizado y ya lleva 8 años preso”*.

* Casi un mes más tarde EN (19-01-89) volvía a hacerse eco de la cuestión en noticia titulada
“Piden liberación de procesados militares en Monagas” y en el texto se especificaba: “Militantes
del Movimien­to Democracia Popular protagonizaron protestas públicas demandando la libe-
ración de 10 procesados militares recluidos en la cárcel de La Pica.
Se han convertido en rehenes del Estado, llevan en prisión entre 6 y 13 años sin sentencia y sus
procesos están paralizados, dijeron en una declaración conjunta el Movimiento Democracia
Popular y el Comité de Defensa de los Derechos Humanos”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 53 ]
Diciembre 24, sábado
La víspera de navidad EN destacó en pp que los sobrevi-
vientes regresarían al país el 28. Otras noticias especificaban que
el diputado por AD Ángel Zambrano, presi­dente de la comisión
parlamentaria, se había ofrecido para esperarles en el aeropuer­to
y acompañarles hasta San Cristóbal, a solicitud de sus abogados.
Y en otra noticia se especificaba que la comisión popular de EA
acusaba a HCA de atentar contra la verdad en sus declaraciones
del 22 y concluía preguntándole “si está en paz con su conciencia”
y sostenían que pensaban seguir bregando “hasta que se haga
justicia, porque el asesinato de 14 humildes pescadores no pueda
repetirse en ningún rincón del país”.

Diciembre 26, lunes


EN destacaba dos noticias en pp. Los sobrevivientes habrían
dicho, en conferen­cia telefónica: “Regresaremos a Venezuela por
nuestra propia voluntad y más por la confianza en la palabra de
Walter Márquez, que en la de las autoridades”. En segundo lugar,
“Porfirio Valera: Algunos venezolanos apoyan al FLN”, el director
de la Disip habría declarado ante la comisión parlamentaria, el 22,
conocer “una lista considerable de venezolanos que dan informa-
ción al ELN y las FARC, y que han participado en los sucesos de la
frontera”.
En una larga interpelación se le habían hecho todo tipo de
preguntas, incluso sobre posibles vinculaciones de la Disip con el
Mossad israelita. Porfirio Valera no se apartó un ápice de la versión
oficial y concluyó enfatizando “todo el Arauca está minado por la
guerrilla colombiana y sus apoyos venezolanos”.
Este mismo 26 también declaró ante la comisión el director
de la PTJ, Mauro Yánez. Aseguró que técnicamente era difícil
sacar conclusiones de las autopsias, dada la descomposición de

MIQUEL IZARD
[ 54 ]
los cadáveres, así como que varios de los fallecidos tenían antece-
dentes policiales.
A otro nivel los sobrevivientes exigían, para regresar de
México, garantías por escrito de los ministros del Interior y de
Relaciones Exteriores.

Diciembre 28, miércoles


EN destacó en pp: “Se quedan en México exiliados de El
Amparo”. La decisión la habrían tomado porque “el ministro
Consalvi [interior] advirtió que ambos serían detenidos inme-
diatamente por funcionarios de la Disip”, quienes se ocuparían de
trasladarlos a San Cristóbal.
Al detallar, en el interior, la noticia especificaba que la deci-
sión se habría producido “al conocer que el Gobierno impediría al
diputado Ángel Zambrano acompañarlos hasta San Cristóbal”, así
como que la Disip los habría trasladado en un avión especial del
Ministerio del Interior.
Este mismo día se anunciaba un acto de protesta que se reali-
zaría el día siguiente en el Ateneo de Caracas, organizado entre
otros por el Comité contra el Olvido y por la Vida, creado a raíz de
los sucesos de EA y “para responder al terrorismo de Estado, que
se despliega contra el pueblo, en nombre de una falsa defensa de la
democracia”.
En tercer lugar, en la crónica desde el palacio presidencial de
Miraflores se relataba que JL había recibido un telegrama desde
EA de Radamés Larrazábal, exparlamentario, protagonista en el
derrocamiento de la dictadura y dirigente de izquierda, que se
había trasladado a aquella población para pasar las fiestas con sus
gentes; el texto decía “reclamamos ante usted el sometimiento a
juicio de los ya señalados autores materiales e intelectuales de los
hechos”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 55 ]
Diciembre 29, jueves
A los dos meses de la masacre, el acontecimiento seguía desta-
cado en la prensa. EN informaba, en primer lugar, que el comité de
defensa de los derechos humanos y el resto de los habitantes de EA,
organizarían, a las 4 de la tarde, una marcha por la vida. Durante la
misma se repartirían octavillas con un comunicado al Presidente
formulándole cinco preguntas:” 1º ¿No se sienten avergonzados
los que tienen en sus manos la aplicación de justicia en este país? 2°
Ciudadano presidente, ¿no sabe aún la verdad? 3° ¿Hasta cuándo
piensa mantener esta macabra farsa y nos van a seguir negando
justicia? 4º ¿Es la Disip una nueva Seguridad Nacional [policía
política de Pérez Jiménez] y López Sisco un nuevo Pedro Estrada?
y 5° ¿Sus conciencias serán el péndulo que les alegrarán las fiestas
decembrinas?”.
En segundo lugar, EN reproducía una comunicación telefó-
nica con WM desde México, los dos sobrevivientes regresarían
después del traspaso presidencial puesto que con JL “hubo incum-
plimiento de los acuerdos por parte del Ejecutivo Nacional”, decía
además que se iba a crear un comité internacional de seguridad,
presidido por monseñor Sergio Méndez, exobispo de Cuerna-
vaca; WM se había enterado de la preparación de “todo un dispo-
sitivo policial para capturarlos [a los sobrevivientes] y detenerlos
en el aeropuerto de Maiquetía, desde donde serían trasladados
por dicho cuerpo [Disip] a la ciudad de San Cristóbal, donde
también estaría preparado el operativo policial y militar”. Añadía
que el ministro Consalvi había agotado “todas las vías para que se
cumplieran los compromisos adquiridos, pero órdenes superio­res
de la Presidencia de la República, por orden del Ejecutivo Nacional
y el alto nivel no se respetaron los acuerdos iniciales”.
Sin embargo, WM seguía muy atento por si se producía alguna
decisión del Consejo de Guerra Permanente.

MIQUEL IZARD
[ 56 ]
En tercer lugar, desde Miradores, se transcribía entrevista con
Consalvi acerca del mismo tema. Como acostumbraba, se mostró
perplejo con lo dicho por la prensa, negó que se hubiera prepa-
rado un recibimiento por parte de los cuerpos policiales y habló de
absurdos, mentiras y falsedades.

Diciembre 30, viernes


El penúltimo día del año estalló la bomba insinuada el 21 por
la prensa reiteradamente mencionada, por WM el días antes. EN lo
destacaba en pp con grandes titulares: “Detención de funcionarios
que actuaron en EA”. El Consejo de Guerra permanente del estado
Táchira había dictado auto de detención a los 9 funcionarios de
la Disip, 7 de la PTJ y 4 de las Fuerzas Armadas que habían inter-
venido en la de EA; también al confidente “Yaruro”; a la vez que
anulaba los autos de detención de los sobrevivientes.
En la ampliación de la noticia se especificaba que la decisión
“está sustentada el hecho de que el Tribunal Militar a cargo del juez
Ricardo Pérez Gutiérrez una serie de procedimientos en la instruc-
ción del expediente”; éste presentaba vicios de forma y contenido.
Decía el periódico más adelante: “Los autos de detención fueron
adoptados en virtud de que el Consejo está convencido de que
tanto los Disip como los de la PTJ fueron al sitio única y exclu-
sivamente con la intención de ejecutar un procedimiento sin dar
oportunidad a las otras personas a que se defendieran”.
En la misma página se reproducía entrevista con HCA titu-
lada: “No pretendo defender lo indefendible”, y con caja más
pequeña: “Si se comprueba que hubo error, yo seré el primero en
acatar la decisión al nivel que sea. Si se me considera responsable,
me quitaré mi uniforme, los dos soles, todas mis insignias y me
pondré a las órdenes de las autoridades”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 57 ]
Con su tono habitual, HCA se mantenía en sus trece, aunque
con peros por supuesto. A la pregunta de por qué, respondió:
“Pues, porque hasta el momento nadie me ha demostrado que los
hechos ocurrieron de una manera diferente […]. Pensar que allí
hubo un error yo nunca lo he pensado, porque hasta este momento
debo creer la versión que me da el oficial superior que comanda la
operación […]. Repito: no he mentido al presidente, porque le dije
lo que a mí se me informó […]. Aunque muchos no lo crean, soy el
más interesado en que todo esto llegue hasta el final”.

Diciembre 31, sábado


Los acontecimientos de EA seguían destacándose en la
prensa el último día del año. En pp y muy remarcado se leía en
EN: “Ordenan apresar autores de masacre de El Amparo” y añadía:
“El Consejo de Guerra basó su decisión en que estas personas,
integrantes del comando específico José Antonio Páez, presunta-
mente cometieron los delitos de uso indebido de armas de fuego,
homicidio intencional y simulación de hecho punible”. No hubo
pronunciamiento sobre los sobrevivientes.
Toda la primera página del cuerpo “nacional” estaba dedi-
cada a EA. El presidente de la comisión parlamentaria declaraba:
“Decisión judicial coincide con investigación parlamentaria”, en
la que queda claro, añadía, “que no se produjo enfrentamiento
alguno en el caño La Colorada de El Amparo”. Y finalizaba: “Estoy
sorprendido de que mientras el ministro de Relaciones Interiores
está negando enfáticamente que ese operativo [en el aeropuerto de
Maiquetía] se haya realizado, precisamente salga la noticia de que
no sólo se llevó a cabo el miércoles, sino que se repitió el jueves.
Creo que el país tiene que estar sorprendido y no quisiera pensar
que por un lado el gobierno asume una posición y por otro lado

MIQUEL IZARD
[ 58 ]
algunos cuerpos policiales actúan independientemente. Espero
que se aclare suficientemente este asunto”.
Otra noticia decía que una creíble fuente de Miraflores había
asegurado a EN que el gobierno acataría la decisión del Tribunal
Militar en el caso de EA.
Por su parte, WM, desde México, calificó el auto de detención
como “un acto ejemplarizante y un triunfo de la democracia sobre
la barbarie”. Pidió que, en consecuencia fuese destituido HCA pues
“no sólo pretendió con su actitud encubrir la masacre de EA sino
que obvió deliberadamente otros hechos similares como los de
Totumitos, Las Gaviotas y El Vallado”.
La up informaba detalladamente sobre los “dos operativos
militar-policiales en Maiquetía”. El periodista tenía grabada su
breve entrevista con un fiscal del Ministerio Público quien habría
expresado “estoy aquí para garantizar la integridad física de los
sobrevivientes”.

1989

Enero 2, lunes
En pp destacaba EN: “Llegan hoy los asilados de El Amparo”.
La noticia procedía del presidente de la comisión especial del
Congreso que había hablado telefóni­camente con ellos. En página
interior, ampliando la noticia, añadía que les iría a esperar a
Maiquetía “como ellos me lo han pedido” y añadía “han manifes-
tado abrigar aún ciertos temores que comprendo pero no justifico”.

Enero 3, martes
EN destacaba en pp, con grandes titulares: “Corte marcial
decidirá responsabili­dad intelectual en masacre de El Amparo”,
se señalaba que “en medios castrenses se confió a El Nacional la

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 59 ]
posibilidad de que se dicten nuevos autos de detención y enjui-
ciados el general Humberto Camejo Arias y el comisario (Disip)
Henry López Sisco”.
Otra noticia señalaba: “Trasladados sobrevivientes al hospital
militar de Caracas”.
En la ampliación, en páginas interiores, añadían que todavía
no habían sido detenidos policías y militares, pues “al parecer, se ha
abierto un compás de espera para acondicionar el área de reclusión
de estos funcionarios a fin de preservar su integridad física de los
demás reclusos [de la cárcel de Santa Ana] por delitos comunes,
fundamentalmente por tráfico de drogas, allí recluidos”.

Enero 4, miércoles
EN destacaba en pp gran fotografía y el titular: “Sólo queremos
justicia dicen los sobrevivientes”. Al pie de aquélla se especificaba
que lo dijeron a su llegada a San Cristóbal. Así como que una
trifulca en el penal de Santa Ana impidió a las autoridades llevarles
ante el Consejo de Guerra permanente.
Toda una página de la sección “nacional” estaba dedicada a
la masacre y, especialmente, a la trifulca, aparentemente sin rela-
ción con los sobrevivientes que, mientras tanto, seguían en la
enfermería de la cárcel en espera de poder ser conducidos ante el
Tribunal Militar.
Por su parte el corresponsal en Miraflores entrevistó al sinuoso
Consalvi quien dijo pensar que el proceso “va camino de la Corte
Marcial”.

Enero 8, domingo
CAP, presidente electo, y la alta dirigencia de AD habrían
expresado su satisfacción por el curso que lleva el proceso judicial
de los presuntos implicados en los sucesos de EA.

MIQUEL IZARD
[ 60 ]
Enero 9, lunes
EN destacaba en pp: “Hoy comienza indagatoria a implicados
de El Amparo”. Y se señalaba en qué orden —primero los funcio-
narios de mayor rango— irían presentán­dose.
En la ampliación interior también se mencionaba la huelga de
hambre que iban a iniciar los sobrevivientes. Para WM, quien la
anunció y explicó los motivos, “es tan evidente la parcialización de
Pérez Gutiérrez que [a los sobrevivientes] cuando son trasladados
del penal a su tribunal los conducen esposados, mientras que a los
verdaderos incriminados de la muerte de 14 humildes pescadores
[...] les llevan sin las esposas y acompañados de sus amigotes de los
cuerpos policiales”. WM dijo que les acompañaría en su protesta.

Enero 10, martes


EN destaca, todavía en pp: “Ordenan traslado de sobrevi-
vientes al hospital militar”, haciendo frénica una amenaza de
huelga de hambre de los dos sobrevivien­tes para “presionar al
juez militar Pérez Gutiérrez, a entregar el expediente al Consejo
de Guerra a objeto de que este órgano castrense se pronuncie
de una vez por todas sobre el auto de detención que pesa sobre
ambas personas”.
EN también informaba de la entrevista del ministro de la Defensa
con Ángel Zambrano, presidente de la Comisión Parlamentaria,
exigiéndole éste que se resolviera de una vez la situación de los sobre-
vivientes a quienes Pérez Gutiérrez amenazaba con no revocar auto
de detención mientras no hubiesen declarado los 19 funciona­rios.
Este mismo día, a la vez que el juez militar adoptaba esta
concreta actitud contra los sobrevivientes, que todavía vivirían
varios días dantescos, los abogados defen­sores de los 19 funciona-
rios implicados en la masacre iniciaron una espectacular campaña
de desinformación. Según EN denunciaron “la actitud de sectores

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 61 ]
de izquierda, que estarían utilizando los sucesos de caño La Colo-
rada para despresti­giar a las Fuerzas Armadas y desestabilizar el
sistema democrático”.

Enero 11, miércoles


Los estertores del esperpéntico drama consiguieron el más
difícil todavía. Un abogado de los sobrevivientes denunció que
estaban incomunicados en el pabellón militar Simón Bolívar
del Hospital Central de San Cristóbal. El Fiscal Militar lo negó
diciendo: “Lo que ocurre es que estando en un edificio militar debe
conseguirse permiso del ejército para visitarles”. El ministro de la
Defensa se vio obligado a declarar: “No hay tardanza en el proceso
de EA” y WM se entrevistó con CAP solicitando su intervención.
A la salida aquél señaló que el presidente electo “había comprome-
tido su apoyo por el completo esclarecimiento de los incidentes de
El Amparo y dispondría de sus buenos oficios ante el presidente
Lusinchi así como ante el ministro de la Defensa con la finalidad
de restituir la normalidad al caso [...]. Dijo el parlamentario tachi-
rense [WM] que ellos como contraparte se habían comprome­tido
también a no profundizar más esta crisis que había sido originada,
precisamente, a nivel de los tribunales militares”.
El periodista le preguntó: “¿Se podría hablar que ustedes acor-
daron una tregua?”. A lo que WM respondió: “En beneficio de los
sobrevivientes yo acepto cualquier tregua, así como en beneficio
de la justicia. A quienes no les daré tregua hasta que sean defini-
tivamente sentenciados, es a los responsables de la masacre de El
Amparo y La Colorada”.
En el otro lado de la barrera, los periodistas consiguieron entre-
vistar a los primeros funcionarios implicados en estos sucesos.
Daniel V. Bitancret de la PTJ a la pregunta: “¿Qué opinión
tiene de todo este caso?”. Respondió: “Bueno, particularmente,

MIQUEL IZARD
[ 62 ]
pienso que es lo más absurdo que nos ha podido pasar. Nosotros
no entendemos en realidad por qué razón estamos metidos en esta
situación”.
Franklin Gómez Rodríguez de la Disip respondió: “Bueno,
yo lo único que tengo que declararles es lo siguiente: es realmente
lamentable que se hayan agotado los valores legales en este país.
Nosotros todo lo que hicimos fue cumplir con nuestro deber, no
entiendo por qué se nos ha atacado?
—¿Ustedes actuaron por su cuenta o recibieron órdenes?
Todo lo que nosotros hacemos es porque recibimos órdenes. Se
nos ordena y cumplimos con nuestro deber.
—¿Hubo enfrentamiento?
—Por supuesto que hubo un enfrentamiento. Allí no hubo
ninguna masacre como se ha querido hacer ver”.
El Tribunal Militar todavía recibió otra denuncia contra los
sobrevivientes y WM, presentada por el abogado Ricardo Koes-
ling, en nombre de un comerciante tachirense, persiguiendo
“desenmascarar el circo que ha montado el diputado delincuente
WM y facilitar el esclarecimiento total de los hechos con la demos-
tración de las actividades guerrilleras de Arias y Pinilla [los
sobrevivientes]”.
Al final de la entrevista con Koesling y a la pregunta de en qué
fundamentaba que la decisión del Consejo de Guerra fue un error,
respondió: “Está totalmente demostrado, según la parte defensiva,
que sí hubo un enfrentamiento en El Ampa­ro, así como también
que [los sobrevivientes] son guerrilleros. Además lo ha dicho el
presidente de la República y el general Camejo Arias, quienes,
según creo yo, no tienen por qué estar engañando al país sobre lo
que realmente ocurrió allí”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 63 ]
Enero 12, jueves
Los sobrevivientes, devenidos transhumantes, regresaron
a la cárcel de Santa Ana para ir de nuevo al pabellón militar del
Hospital Central de San Cristóbal, porque allí estarían mejor, pero,
a la vez, podrían visitarlos sus defensores y WM. Idas y regresos
se debían al estricto cumplimiento de las normas. La noticia fue
destacada por EDC con gran fotografía en pp, los sobrevivientes
abrazados por sus familiares y el gran titular: “Sobreviviendo” y
al pie de la fotografía: “En verdad, después de haber cometido el
delito de sobrevivir a las balas [los sobrevivientes son trasladados y]
recibieron el solidario saludo, no sólo de sus familiares y amigos
y del diputado Waller Márquez [...] sino también del ciudadano
común, que represen­ta a la inmensa mayoría de venezolanos que
les da su amparo moral ante la lentitud del Poder Judicial”.
Durante el traslado pudieron cruzarse con un grupo de amigos
y familiares [seis mujeres] de El Amparo. El periodista preguntó a
éstas:
“—¿Cómo se encuentran actualmente los habitantes de El
Amparo?
—Nosotros estamos esperando para ver como se resuelve
todo esto. Estamos aquí para acompañar a los muchachos, para
demostrarles que no están solos y también para pedir nuevamente
que se castigue a los culpables.
—¿Han recibido ustedes la ayuda que les prometió el
presidente?
—Hasta ahora no hemos recibido nada. Allá se comenzaron
a construir una casas, pero ni siquiera sabemos si serán para
nosotros.
—¿Qué esperan ustedes de todo esto?
—Lo único que esperamos es que se castigue a los culpables, a
los asesinos. En la exhumación todos pudimos ver la manera como
asesinaron salvajemente a los muchachos, a unos les dieron tiros

MIQUEL IZARD
[ 64 ]
por la espalda, a otros los golpearon y destrozaron la cabeza y hasta
les quebraron los brazos. Queremos justicia, como lo prometió el
presidente”.
Eduardo Fernández, excandidato de Copei en declaraciones a
EN, entre otras cosas, “exigió que el presidente Jaime Lusinchi dicte
el sobreseimiento de la causa en el juicio militar que se le sigue a
los sobrevivientes[...]. Sin embargo el caso de El Amparo no quedó
resuelto con el enjuiciamiento de los autores directos de la masacre.
Ellos pueden representar, con todo y su espantoso crimen, el punto
más delgado de una cuerda que es necesario poner al descu-
bierto y extirpar radicalmente de nuestras instituciones [...]. En El
Amparo se cometieron dos crímenes: uno por parte de integrantes
de las fuerzas de seguridad y otro por los responsables de que esa
cobarde emboscada se organizara y tuviera lugar, así como por los
autores de la maniobra encubridora destinada a hacer aparecer a
las víctimas como agentes de la subversión y a simular un combate
donde había ocurrido una despiadada carnicería. Agregó que todo
parece indicar que el crimen de El Amparo fue cuidadosamente
planificado y que pudiera estar enmarcado dentro de un propósito
de mantener, con intenciones inconfesables, un clima de terror en
la frontera, mayor aún que el existente por obra de elementos de la
subversión y el narcotráfico”.
En página interior de EDC, mencionando las peripecias de los
sobrevivientes se informaba que la Comisión Justicia y Paz orga-
nizaba en toda Venezuela “un ayuno general de religiosos y laicos
en solidaridad con los sobrevivientes de El Amparo y en protesta
por el irrespeto a los derechos humanos”. También invitaban a
una reunión simultánea a las 11 de la mañana en todas las iglesias
parroquiales o catedrales con el objeto “de crear conciencia en la
opinión pública venezolana de este tipo de irregularidades que se
cometen en este país”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 65 ]
Así mismo EDC informaba ampliamente la clausura, el día
anterior y en Caracas, de las reuniones de las Comisiones Inte-
ramericana y Europea de Derechos Huma­nos. JL, al recibir a los
responsables, les manifestó: “Para nosotros los derechos humanos
no se limitan a la defensa del derecho a la vida sino a la forma como
se vive también. No tiene que ver sólo con la defensa de la inte-
gridad de la persona sino a la garantía en la medida de su derecho
a la salud, a la educación y a la defensa del entorno vital”. Según el
periodista, “señaló así mismo Lusinchi que en Venezuela no hay
discriminación racial ni religiosa y tenemos una fluidez social que
permite que cada ciudadano logre sus objetivos”.
En un recuadro se mencionaba que aprovechando la reunión,
un representante de la Juventud Revolucionaria Copeyana hizo
llegar a los delegados una denuncia: “Los venezolanos nos encon-
tramos ante una indefensión generalizada frente a los Poderes
Públicos, caracterizada por una falsa independencia del Poder
Judicial y del Poder Ejecutivo. Denunció casos ocurridos en los
últimos cinco años, violatorios de los derechos humanos; el más
reciente de ellos, el relacionado con la muerte de 14 pescadores en
el caño La Colorada, conocido como la masacre de El Amparo”.
Por su parte WM, respondiendo a la acusación de Koesling
manifestó a EN: “Nadie pretende desprestigiar a las FAN”. Y a la
pregunta concreta, “¿Y qué hay con las denuncias del abogado
Koesling?”, respondió: “Koesling no tiene autoridad moral para
denunciarme a mí. Él es un abogado-delincuente al servicio de la
terrofagia del estado Apure. Lo de Koesling, quien por cierto es
funcionario de la Disip, es poco menos que una estupidez”.

Enero 13, viernes


La enmarañada situación se complicó todavía más. Según
EN Julio César Márquez, hermano de WM, habría denunciado

MIQUEL IZARD
[ 66 ]
una amenaza telefónica avisándole que ambos hermanos serían
secuestrados por la Disip, aunque simulando que lo había hecho la
guerrilla colombiana. Finalizaba significando que la había llevado
ante el fiscal militar del Táchira.

Enero 14, sábado


Hubo manifestación con pancartas ante el tribunal militar
del Táchira. Unas cincuenta personas, familiares y amigos de los
funcionarios implicados en los sucesos de EA.
Por otra parte, dos dirigentes del MAS denunciaron: “Obser-
vamos con profunda preocupación el giro que ha tomado últi-
mamente el caso de El Amparo, motivado principalmente por la
injerencia que viene teniendo en este caso el general Humberto
Camejo Arias, quien sin reparar en las consecuencias ordenó el
retiro de los militares que se encuentran en la zona fronteriza, lo
cual ha traído algunas dificultades a los productores agropecua-
rios y ganaderos. Con esta medida el general Camejo preten­de
hacer creer a la opinión pública que el Comando Específico es el
único que puede solventar la situación [...] indicaron que prueba
fehaciente de la injerencia del general Camejo Arias, fue la asam-
blea que realizan actualmente los ganaderos del suroeste, donde
pretendieron declarar persona non grata al diputado Walter
Márquez, responsabilizándolo por el resurgimiento del delito en
la zona fronteriza”.

Enero 15, domingo


EN destaca en pp con grandes titulares: “Congreso: en El
Amparo no hubo enfrentamiento”. Decía a continuación: “Un
informe preliminar [de la comisión específica] del Congreso
sobre los sucesos de El Amparo afirma que lo ocurrido no fue un
enfrentamiento armado contra subversivos colombianos, sino

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 67 ]
un hecho distinto que debe ser investigado por los órganos judi-
ciales competentes [...]. Sobre las responsabilidades del caso, el
informe recomienda tomar en cuenta “los mandos jerárquicos que
rigen las actividades institucionales, operativas y administrativas
de la Segunda División de Infantería, bajo la cual funcionaba el
Comité Específico José Antonio Páez que actuó en la emboscada
[... también recomiendan] que se abra una averiguación al juez
militar que tuvo el caso originariamente [...] porque así lo demanda
la opinión pública nacional”.
En páginas interiores un reportaje ampliaba información al
respecto. Otra noticia se titulaba: “AI reitera preocupación por los
sobrevivientes de El Amparo”.

Enero 17, martes


Después de tanto desafuero, nueva intervención del Consejo
de Guerra Perma­nente del Táchira. EN lo destacó con grandes titu-
lares en primera página: “Consejo de Guerra liberó a los sobrevi-
vientes”, lo hizo revocando el auto de detención del 14 de noviembre
dictado por el juez militar Ricardo Pérez Gutiérrez.
EN le dedicaba, además, toda la pp del cuerpo “nacional” con
seis reportajes: “En libertad Arias y Pinilla por orden del Consejo
de Guerra”, ampliando la información: “Recusaron al juez y al
fiscal militar” que habían mandado detener a los sobrevivien­tes,
sus abogados defensores; “Márquez: Por fin triunfó la justicia.
El parlamentario solicita un pronunciamiento del presidente
Lusinchi y la destitución del general Camejo Arias” y añadía,
“Creemos necesario que el presidente de la República asuma de
una vez por todas una actitud justa, digna y le demuestre al país
que verdaderamente cumplirá con su palabra de acatar las deci-
siones que se produjeran y de castigar a los que aparecieran como
responsables de la masacre”; “Júbilo en El Amparo”; “Garantías por

MIQUEL IZARD
[ 68 ]
sus vidas piden los sobrevivientes” y “Aprobado por una­nimidad
informe sobre la masacre”. Ampliando, “La subcomisión especial
del Congreso que investigó los sucesos de El Amparo, firmó por
unanimidad un informe que desmiente la versión de los hechos
dada originalmente por las autoridades y confirma los testimonios
de los sobrevivientes”.
Este mismo día Simón Alberto Consalvi, ministro del Interior,
celebró una rueda de prensa para informar sobre la disminución
de la delincuencia. Preguntado qué sabía de la liberación de los
sobrevivientes, respondió que nada y, ante la insistencia, declaró
tajantemente: “No opino sobre esta materia. Eso le corresponde
exclusiva­mente a ellos [los jueces]. El gobierno no interviene ni
interfiere y se cuida de no hacerlo”.

Enero 18, miércoles


EN destacaba en pp dos noticias: “Camejo Arias a la Corte
Marcial” que lo juzgaría así como al juez del Táchira Pérez Gutié-
rrez y “Familiares [de las víctimas] demandarán a funcionarios de
El Amparo”.
En páginas interiores, además de ampliar las dos noticias se
reproducían unas declaraciones de Pompeyo Márquez, dirigente
del MAS: “Ahora falta saber suerte de Camejo Arias”.
Pero EDC, de la misma fecha, ya precisaba que una posible
destitución de Camejo era potestad del presidente, así lo habría
afirmado Canache Mata, jefe de la fracción parlamentaria de AD
que, a la vez, calificó el informe de la subcomisión parlamentaria
de “un magnífico trabajo y un gran esfuerzo que debe ser recono-
cido por los parlamentarios”. Añadía otra noticia a continuación:
“Yánez [director de PTJ] rompió el silencio oficial. Acataremos
decisión del Tribunal Militar”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 69 ]
Enero 19, jueves
EN volvía a destacar en pp dos noticias: “El Amparo pide que
Lusinchi se pronuncie” y “Por unanimidad la Delegada aprobó
informe de El Amparo”.
Pedro Mosqueda, hermano de una de las víctimas, en la
concentración de la Plaza Bolívar, habría dicho: “Así como el presi-
dente Lusinchi dio crédito a la versión que le suministró el general
Humberto Camejo Arias. Creemos es justo que a estas alturas del
proceso dé su opinión sobre el caso”.
La segunda información se refería a la aprobación por la
Comisión Delegada del Congreso y añadía que con ella “el docu-
mento adquiere fuerza legal”.
La noticia era ampliada en páginas interiores. Por una parte, el
presidente de la Corte Marcial confirmaba que sólo el presidente de
la República, como comandante en jefe de las FAN, podía decidir el
enjuiciamiento de un general.
En otra noticia se detallaba el recibimiento de los sobrevi-
vientes en EA. Habían participado unas 1.500 personas, en la plaza
Bolívar, llena de banderas y pancartas, hubo parlamentos, Pedro
Mosqueda, en el suyo, dijo: “Nuestro corazón siente alegría de
saber que pudo más la verdad y la justicia que las manipulaciones
y las mentiras que durante mucho tiempo ha venido esgrimiendo
el general Camejo Arias para tratar de salvar su responsabilidad
en todo este caso. Queremos que se castigue con todo el peso de la
ley a los funcionarios [...] pero sobre todo lo que más deseamos en
este momento es que el presidente de la República, Jaime Lusinchi,
quien apoyó incondicionalmente al general Camejo, llegando
a decir incluso que no hubo sobrevivientes, le ofrezca una expli-
cación al pueblo de El Amparo, y más que una explicación, una
disculpa a quienes desde los primeros días tratamos de decir la
verdad”.

MIQUEL IZARD
[ 70 ]
Enero 20, viernes
EN destacaba, con grandes titulares, en pp: “Lusinchi no
enjuiciará al general Camejo Arias”, pues habría decidido que, en
todo caso, lo hiciera su sucesor. En otra noticia se decía: “A la Corte
Marcial remiten expediente de sucesos de El Amparo”.
En el interior se ampliaba y añadían: “No prosperó recusación
contra el juez Pérez Gutiérrez presentada por defensores de los
sobrevivientes, toda vez que la misma [...] adolecía de ciertas fallas
e incongruencias que la dejaron sin efecto [...]. De esta forma el juez
Pérez Gutiérrez, al igual que el fiscal Prato, continúan desempe-
ñando sus respectivas funciones y conociendo de las declaraciones
indagatorias que, uno a uno, han ido presentando los funcionarios
implicados en los sucesos de caño La Colorada”.
“Entrevista con CAP solicitan los sobrevivientes”, era otra
noticia y se especificaba, para “solicitarle garantías de que nada les
pueda ocurrir mientras permanezcan en territorio nacional”.
Finalmente: “Denunciamos a Márquez ante Tribunal Militar”;
el abogado Koesling, que ya había presentado denuncia contra los
sobrevivientes, “por los delitos de rebelión militar y traición a la
patria, declaró que hará todo lo posible por meter en la cárcel al
diputado del MAS, Walter Márquez, a quien acusó de ser un delin-
cuente con antecedentes policiales”.
A preguntas del periodista, respondió: “Quiero decirle
también al diputado delincuente Walter Márquez, que debe
cuidarse la boca, porque yo se la puedo reventar la próxima vez
que venga a insultarme en la forma como lo hizo, en vista de que él
es una persona totalmente malhecha, es un contrahecho, entonces
le trataré de romper aunque sea los dientes, para que aprenda a
respetar a los hom­bres”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 71 ]
Enero 21, Sábado
EN destacaba en pp “Camejo Arias: Mantendré mi posición
a toda costa”. Decía el resumen: “Seguro de haber actuado con la
verdad [... HCA] ratificó que mantiene la versión que ha expuesto
sobre los sucesos de El Amparo, aún cuando acepta cualquier deci-
sión surgida de los organismos de justicia”.
En la ampliación, pp del cuerpo “nacional”, se reproducía
también una entrevis­ta; había dicho, entre otras cosas: “¿Qué
pasará si se le abre un juicio? Ratifico que si mis superiores consi-
deran que yo no he sabido cumplir con la tarea y la misión que
me fue asignada en el combate de la delincuencia fronteriza, pues
que se haga lo que la voluntad de ellos crea conveniente para el
beneficio de nuestra institución y de nuestra Patria que están por
encima de todas las cosas”.
A la última pregunta: “¿Mantiene los mismos planteamientos
que ha formulado hasta ahora en torno a los hechos de El Amparo?”.
Dijo: “Por supuesto que los mantengo y los mantendré toda la
vida porque es la verdad que yo creo y es la verdad de la justicia.
Decir ahora que no los mantengo, sería como aceptar que yo he
mentido a las personalidades con quienes he hablado. Si yo en
una oportunidad señalé lo que tenía que decir, fue porque creía
y sigo creyendo en las personas que intervinieron en los hechos
y lo mantendré a toda costa. Esto, por supuesto, no va contra las
decisiones adoptadas hasta ahora, ni significa que estoy haciendo
críticas de algún tipo. Esa es la verdad que yo creo y es la que
sostendré hasta que sea necesario”. También había corta entre-
vista con el ministro de la Defensa; se le pedía que opinara “sobre
el anunciado enjuiciamiento al general Camejo Arias, por la
Corte Marcial” y respondió cortantemente: “De eso, nada sé”.

MIQUEL IZARD
[ 72 ]
Enero 22, domingo
Los abogados defensores de los cuatro militares implicados
en los sucesos de EA “indicaron que el informe elaborado por la
Comisión Parlamentaria que investigó el caso atenta directamente
contra la dignidad humana, al exponer al odio y desprecio público
a los miembros del Comando Específico José Antonio Páez”.
Uno de ellos, Cedillo Vaz, dijo: “Estos políticos no tienen idea
de lo que es vivir bajo presión constante de un enemigo nunca
visible que utiliza el factor sorpresa y la nocturnidad para acechar
a quienes responden por la paz y la soberanía nacional. Los dipu-
tados desconocen lo que es una operación de comando desde el
punto de vista militar. Imagínate que ni siquiera han prestado el
servicio militar obligatorio que le deben a la Patria. Me atrevo a
decir, que el mayor riesgo que han corrido en sus vidas, es cuando
han discutido con sus esposas, lo demás lo han visto en películas,
empantuflados, y con aire acondicionado”.
“Lo más grave [dijo Moros Ghersi ] es que los propios parla-
mentarios resquebra­jan las bases constitucionales que afirman en
el ciudadano la tranquilidad que produce el Estado de Derecho,
la seguridad jurídica y el orden legal. La comisión parlamentaria
públicamente violó el principio constitucional y universal de la
inocencia, poniendo en precaria situación de inseguridad jurídica
el futuro del proceso, atentando contra la dignidad humana de las
personas que han sido involucradas en el hecho, al dar una imagen
distorsionada, ofensiva y ominosa no solamente para las personas,
sino también para sus familiares y para la nación misma”.
Este mismo domingo se inició una burda campaña de prensa
para desprestigiar a WM y a quienes como él pensaban, mientras
éste dijo a EN: “Defensa paga remitidos en mi contra”. “[... WM]
denunció la existencia de una campaña de desprestigio en su
contra, consistente en remitidos a la prensa pagados con dineros

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 73 ]
del Ministerio de la Defensa, en la cual se le quiere vincular con
los movimientos subversivos y el narcotráfico que actúan impune-
mente en la frontera de Venezuela y Colombia. Márquez atribuye
la paternidad de la campaña al general Humberto Camejo Arias”.

Enero 25, miércoles


Por una parte se anunciaba un acto que tendría lugar por la
tarde en la UCV, organizado por el Comité Contra el Olvido y por
la Vida, “para que no se olvide la masacre de El Amparo”.
Uno de los organizadores enfatizó “el acto pretende que no se
olviden muchos Amparos, ya que en Venezuela hechos como la
masacre de El Amparo son olvidados en cuestión de pocos meses”.
Por otra parte, destacado en pp, los sobrevivientes “introdu-
jeron ante el Consejo de Guerra Permanente de San Cristóbal una
acusación penal contra los diecinueve funcionarios implicados en
los hechos de caño La Colorada, por el presunto delito de homi-
cidio intencional con premeditación y alevosía”.

Enero 26, jueves


La pp de EN, con gran fotografía: “CAP: Serán castigados
culpables de El Amparo”. Y el pie rezaba: “El presidente electo,
Carlos Andrés Pérez, prometió que serán castigadas las personas
que resultaren responsables de los hechos ocurridos en El Amparo
el 29 de octubre pasado”. Pérez se reunió en San Cristóbal con los
sobrevivientes y les participó estar en disposición de ayudarles “en
lo que sea posible a objeto de que ambos puedan regresar a sus
hogares y sin el temor de que algo les pueda ocurrir. He exigido en
todo momento que se diga de una vez por todas la verdad sobre
esos hechos. Considero que el clamor que he expresado, que ha
sido el clamor del pueblo venezolano, ha sido escuchado y prueba

MIQUEL IZARD
[ 74 ]
de ello son las decisiones que se han tomado hasta ahora por los
altos tribunales de la justicia militar”.
La ampliación de la noticia —pp del cuerpo “nacional”—
finalizaba diciendo que CAP, además, “se refirió a la necesidad de
fortalecer cada día más a las Fuerzas Armadas, como institución
garante del sistema democrático, y ratificó que una vez que asuma
el mando girará las instrucciones precisas para que se proceda a
redimensionar a algunos cuerpos de seguridad del Estado que se
han tomado para sí atribuciones que no les corresponden”.

Enero 27, viernes


El discurso de despedida de JL —a punto de traspasar el cetro
—recibió las consabidas críticas de la oposición. Teodoro Petkoff
—excandidato del MAS— terminaba el suyo: “Y finalmente, en
este período ocurrió una cosa monstruosa como la de El Amparo,
a la cual uno no se referiría si no fuera porque el propio presidente
desempeñó un papel que todo el mundo recuerda; tratando de
convalidar y encubrir con su autoridad y su prestigio a los autores de
tan monstruoso crimen que, como se ha revelado posteriormente,
no tuvo absolutamente nada que ver con la versión que el presidente
dio sobre esta materia. Y de esto ni una palabra dijo el presidente en
su mensaje”.

Enero 28, sábado


EN publicó artículo de fondo: “Negativo el balance del
gobierno de Lusinchi”, donde especificaba: “El informe que sobre
la evaluación política del gobierno de Jaime Lusinchi realizó por
encargo del Comité Nacional de Copei una comisión presidida por
el senador Hilarión Cardozo, concluye en que el balance es amplia­
mente negativo y que sería ‘harina de otro costal’ analizar el por

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 75 ]
qué sus márgenes de aceptación personal se mantuvieron altos en
la percepción de la opinión pública.
A pesar de que la popularidad del gobierno terminó en niveles
adversos, la manera de ser del Presidente, simpático, sencillo,
informal y bonachón, diluyó ante la opinión su responsabilidad
como conductor de las políticas de su gobierno”. Decía el periodista,
otra parte del documento señala que el prestigio de la Venezuela
democrática como defensora de los derechos humanos, “sufrió un
particular y duro golpe de resonancia internacional con la masacre
de EA,” a la que luego se trató de encubrir de la manera más burda y
bochornosa. El escándalo de EA, con su inaudita defensa y protec-
ción por parte del presidente, lesionó a las Fuerzas Armadas y daña
la imagen internacional del país”.

Enero 29, domingo


Destacado en pp “Coletazos de El Amparo”. “Fuentes de segu-
ridad del Estado, de gran confiabilidad, suministraron informa-
ciones documentales a El Nacional, sobre los presuntos desafueros
de las más altas autoridades de esa unidad militar y policial [Cejap]”.
Toda una página interior la ocupaban tres artículos de Jesús
Eduardo Brando con fotografías y reproducción de un docu-
mento, relacionado con la campaña pu­blicitaria iniciada el 22 de
enero contra WM. El primer artículo: “Investigan campaña de
desprestigio contra la justicia militar y CAP”, subtitulado “Los
organismos de seguridad están tras la pista de una organización
que utiliza extraños personajes para, a partir de los sucesos de El
Amparo, desacreditar a la DIM, al diputado WM y al presidente
electo”. Un apartado de este artículo se titulaba: “Extraños perso-
najes: Un análisis global de los remitidos aparecidos consecuti-
vamente en El Nacional, los días 22, 23 y 24 de enero, permiten
llegar a conclusiones sorprendentes. El remitido publicado el 23,

MIQUEL IZARD
[ 76 ]
comienza con una larga relación de secuestros que se remontan
a 1979 y culminan en 1988, algunos de los cuales fueron puestos
en duda por los mismos organismos de seguridad encargados de
investigarlos, ante la curiosa y reiterada ecuación: dificultades
económicas, secuestro de algunos ganaderos de la zona.
Seguidamente, el remitido plantea una serie de considera-
ciones militares, con una fluidez tal, que parece escrito por un
experto en operaciones militares y no por una dama menor de 35
años —como parece indicar el número de cédula de la firmante,
por cierto, votante y residente en la ciudad de Caracas—, bastante
lejos de los acontecimientos por lo que extraña su conocimiento de
la región del Alto Apure.
La dama se refiere a los sucesos conocidos como la masacre
de El Amparo con una asertividad y simpleza tales, que más parece
escrito por el jefe de Relaciones Públicas de la II División de Infan-
tería, que por una preocupada damisela capitalina.
El artículo concluye con un epígrafe: ‘Operación descrédito’.
La situación descrita no pasaría de lo anecdótico, ante tan evidente
colección de inexactitudes, si éstas no persiguieran un fin más
oscuro e inconfesable, apuntan los informantes.
En efecto, no se trata de manifestaciones literarias de una
jovencita. Se trata de una conspiración orquestada y dirigida,
desde varios centros de decisión, con el objetivo aparente de la
figura de Walter Márquez, pero que, en realidad, lo que persigue
es el desprestigio de la DIM, del Consejo de Guerra Permanente,
en San Cristóbal, de sectores económicos allegados al presidente
electo y del propio CAP, afirmaron nuestros informantes”.
El segundo artículo mencionaba: “Las vinculaciones con
Lyndon Larouche, el Ku-Klux-Klan y el Apartheid”.
“El llamado Comité Pro-Defensa de la Soberanía, que ha
venido publicando remitidos contra WM y el director de Inteligencia

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 77 ]
Militar, como miembros de una confabulación para desprestigiar a
las FAN, tiene vinculaciones con un partido político denominado
Partido Liberal Andino Venezolano (PLV), que no es más que una
extensión desde los Estados Unidos de la mafia que dirige Lyndon
Larouche. La información fue confiada a El Nacional por fuentes
de seguridad del Estado, las que apuntaron que dicho Comité de
reciente data utiliza los argumentos teóricos, razonamientos y
documentos elaborados por el oscuro personaje que se ha visto
vinculado en conspiraciones contra el gobierno estadounidense y
en tráfico de armas en el Medio Oriente.
Pájaro de altos vuelos —Lyndon Larouche ha sido juzgado por
conspiración en varios estados de la Unión y por sus vinculaciones
directas con el Ku-Kux-Klan, organización racista norteameri-
cana y con las transnacionales del oro, directamente vinculadas
al régimen del apartheid en Sudáfrica que lideriza Pieter Botha—
dicen nuestras fuentes.
Este personaje ha desatado asimismo una campaña de descré-
dito internacional contra el poderoso grupo económico venezolano
de la organización Diego Cisneros, debido a su supuesta partici-
pación en la obtención de concesiones auríferas en la región de
Guayana.
Sus ramificaciones, en Venezuela esta organización, extinta
como partido en los recientes comicios nacionales, está lideri-
zada por el ingeniero Alejandro Peña Esclusa [...] quienes hacen
suyas las tesis de Larouche, basadas en sus virulentos ataques a la
social democracia, el comunismo y la familia Rockefeller por igual,
confirman nuestros informantes”.
El tercer artículo se titulaba: “Camejo Arias: un próspero
ganadero”. “Fuentes investigativas de Seguridad del Estado, de
comprobada seriedad y alta credibilidad, confiaron a El Nacional
que el general Humberto Camejo Arias, comandante del Cejap, es

MIQUEL IZARD
[ 78 ]
un próspero ganadero y miembro honorario de la Asociación en
Táchira.
Las fuentes hicieron un análisis de los hechos en relación a las
supuestas vinculaciones con latifundistas, terráfogos y funciona-
rios de la Disip, que le han valido el mote entre sus subalternos de
‘comisario Camejo’[...].
Una fortuna no justificada. Camejo Arias, con su modesto
sueldo como funcio­nario al servicio del Estado, adquiere un buen
número de hectáreas y ganado en la región del Alto Apure [...]. Del
resultado obtenido, tanto en las reuniones del grupo de oficiales
‘camejistas’, la Disip y los directivos ganaderos Cárdenas. Roton-
dero y Koesling (de Asogoa) surge la constitución del Comité Pro-
Defensa de la Soberanía Nacional, según nuestros informantes”.

Febrero 1, miércoles
Todavía EN dedica al tema página y media. Cinco artículos
como los anteriores, también reproduciendo documentos,
firmados por Brando. “Reabrirán investigaciones en diez casos
anteriores a El Amparo. El Cejap será integrado exclusivamente
por miembros de la FAN. CAP ordenó reestructuración de la
Disip”. En el artículo había también información sobre las averi-
guaciones para descubrir qué y quién había detrás de la campaña
contra WM.
En el segundo, titulado: “Larouche tiene quien lo defienda”.
Brando reseñaba un folleto: “El propósito es matarme: Larouche”.
Banqueros y bolcheviques quieren acabar con el adalid de la lucha
contra el FMI, distribuido en Caracas por un Instituto Schiller. El
periodista reproducía algunos párrafos —mccarthyanos— de la
publicación.
El tercer artículo: “Pruebas que incriminan a Camejo Arias
son irrebatibles”, decía que así lo habría comunicado una fuente

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 79 ]
de todo crédito. La responsabilidad quedaría plasmada en el expe-
diente que ya había llegado a la Corte Marcial de la capital.
En el cuarto artículo: “Márquez denuncia que lo de El Vallado
fue otra masacre”, se decía que 23 días antes de los sucesos de EA
ocurrió en el Táchira un hecho que según WM “fue llevado a cabo
con el mismo modus operandi por funcionarios de la Disip, coman-
dados por Henry López Sisco, con el apoyo incondicional de los
hombres de uniforme del general de división Humberto Camejo
Arias”.
En aquella oportunidad, 6 de octubre de 1988, fueron muertos
por una comisión de la Disip tres jóvenes de nacionalidad colom-
biana que se desplazaban por la carretera Ureña-Colón”. Habrían
sido contratados diciéndoles que era para introdu­cir contrabando
y asesinados como guerrilleros.
En el último artículo: “Denuncian contradicciones en los
remitidos contra sobrevivientes de El Amparo”, los abogados de
éstos aseguraban: “No tiene ningún asidero legal las afirmaciones
de los defensores de los funcionarios implicados en el caso, quienes
pretenden a través de remitidos hacer creer que [los sobrevi-
vientes]no estuvieron presentes en los hechos ocurridos en el caño
La Colorada”.

Febrero 2, jueves
“Representantes de Lyndon Larouche hacen contacto en el
estado Táchira”. Según el primer párrafo de la noticia: “El principal
representante de L. Larouche en Venezuela, el excandidato presi-
dencial del Partido Laboral Venezolano Alejandro Peña Esclusa,
se encuentra desde hace varios días en esta ciudad [San Cristóbal]
en reuniones con representantes de la Iglesia [católica], grupos
económicos y con miembros de algunos cuerpos de seguridad de
la FAN”.

MIQUEL IZARD
[ 80 ]
Febrero 4, sábado
Todavía dos noticias. “Quieren obligarme a desmentir lo
que sucedió en El Amparo. Rafael Montoya, un agente de policía,
señala que la prefecto y dos abogados le ofrecieron a nombre de
Camejo Arias, 50.000 bolívares, un apartamen­to en San Cristóbal
e ingreso en la Disip”.
En la nota se especificaba que la prefecto lo era de Guasdua-
lito, distrito Páez, Apure, y que los abogados eran los defensores
de los funcionarios. Montoya estaba presente cuando, el día del
suceso, el comisario Hipólito le dijo al comandante Tovar “que
venía de una operación en la que habían muerto varias personas,
algunas de ellas conocidas en el pueblo, en un enfrentamiento con
guerrilleros”.
La segunda información se titulaba: “WM: La gobernadora
del Táchira financia campaña en mi contra. Señala asimismo que el
general Camejo Arias utiliza recursos del Ministerio de la Defensa
para pagar remitidos”.
En la ampliación de la noticia WM aseguraba en “el caso de
Totumitos, El Vallado y Las Gaviotas también hubo masacres y lo
sostiene porque los procedi­mientos fueron los mismos, sólo que
en aquellos casos —acusa— no hubo sobrevivien­tes. Dijo que esos
casos los plantearía ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, en Washington y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, en Costa Rica”.

Febrero 9, jueves
Dos noticias destacadas en pp: “Eliminados grupos comandos de
la Disip”, y “CAP pidió expediente sobre El Amparo”. La amplia-
ción de la primera decía: “Eliminar los grupos de intervención
de la Disip, conocidos como Grupos Comando decidió la nueva
directiva de ese organismo de Seguridad del Estado [... quienes]

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 81 ]
tomaron la decisión de disolver la división de operaciones, al frente
de la cual se encontraba el comisario Henry López Sisco”.
En páginas interiores se ampliaba la segunda noticia añadiendo:
“La Cámara de Diputados acordó anoche por unanimidad repu-
diar una campaña de prensa contra el diputado WM y otras perso-
nalidades y funcionarios del gobierno vinculadas a la investigación
de los sucesos de El Amparo y solicitar a la Comisión de Política
Interior de la Cámara que investigue el origen de dicha campaña”.
Buena parte del resto de la página estaba ocupada por la trans-
cripción de una entrevista telefónica con Lyndon Larouche. De
entrada éste admitía que el ingeniero Peña Esclusa “y una dama
del mismo apellido, quien figura como responsable en Venezuela
de las publicaciones del Instituto Schiller son —además de diri-
gentes del PLV— buenos amigos suyos y tenemos convergencias
filosóficas en la tradición de San Agustín [... ] apuntó Larouche en
una conversación fluida y sin la más mínima turbación en su voz,
esa es la misma corriente filosófica de Benjamín Franklin y George
Washington. Esta también representa a la revolución en el Sur de
América, a través de la Alianza Americana-Francesa, personali-
zada en el marqués de Lafayette”.
En el resto de la entrevista acusaba a los Cisneros, Rockefe-
ller, bancos nortea­mericanos, Washington y Moscú de estar todos
conectados con los beneficios de la droga.

Febrero 10, viernes


Casi toda la up en EN estaba dedicada a sucesos similares a los
de EA pero anteriores cronológicamente.
Según gran titular, a toda página: “Lo de El Vallado fue otra
masacre, asegura un confidente de la Disip”.

MIQUEL IZARD
[ 82 ]
En un largo artículo se explicaba cómo Carlos Manuel Manrique
Cobos había atraído a tres colombianos como él —supuestamente
para contrabandear harina— muertos como si fuesen subversivos.
Otra noticia se titulaba: “Mis hijos no eran guerrilleros, dice
madre de víctimas de El Vallado”.
En el texto, entre otras cosas, se decía: “En aquella oportu-
nidad se dijo que una comisión de la Disip había interceptado a un
automóvil en el que viajaban tres per­sonas de nacionalidad colom-
biana que, al dárseles la voz de alto, éstos habrían respondido con
fuego, lo cual originó una balacera que concluyó con la muerte de
los tres jóvenes. En el interior del vehículo, según se dijo, fueron
encontrados uniformes militares, insignias del ELN y armas de
grueso calibre”.
Una tercera noticia se titulaba: “Piden en Táchira investigar
sucesos de El Vallado y Totumitos”, los defensores de los sobrevi-
vientes y WM.

Febrero 11, Sábado


Casi la mitad de la up con tres noticias. La primera, “Desti-
tuido cónsul en el Arauca”, en la que se informaba: “Una de las
últimas medidas tomadas por el expresidente Jaime Lusinchi en
relación con los sucesos de El Amparo, fue la sustitución del cónsul
de Venezuela en el Arauca, José Bocaranda, señalado por altas
fuentes militares de la región de no haber colaborado con las auto-
ridades en sus informes sobre los sucesos del caño La Colorada
[...]. El general Camejo habría pedido al consulado [...] una versión
sobre el movimiento de 16 hombres que aquel sábado cruzaron el
Arauca rumbo al caño La Colorada. Bocaranda se limitó a copiar
textualmente el testimonio que ofreció el comando naval colom-
biano, en el sentido de que esas personas cruzaron por esa alcabala
de agua y se identificaron ante las autoridades”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 83 ]
La segunda informaba: “Juramentado nuevo prefecto en Guas-
dualito” y la tercera, “Walter Márquez: Camejo y López Sisco
planearon masacres de El Vallado y Totumitos”. Esta noticia concluía:
“El parlamentario del MAS indicó que su objetivo al denunciar
ahora la masacre de El Vallado es impedir a toda costa que hechos de
esta naturaleza continúen ocurriendo en la frontera ...”.

Febrero 12, domingo


De nuevo la mitad de la up con gran titular: “En hoteles de El
Amparo los Disip alojaban a sus víctimas”.
“La Comisión por la Defensa de los Derechos Humanos, cons-
tituida por familiares de las víctimas de El Amparo denunció que
varias de las víctimas de los supuestos enfrentamientos con fuerzas
regulares en el Alto Apure, era gente que regularmente pasaba la
noche en hoteles de la zona, apenas unas horas antes de producirse
los ‘enfrentamientos’”.
Seguía a continuación el espeluznante relato de otro sobre-
viviente de una masacre similar a la de EA, el colombiano Juan
de Jesús Hernández “en una declaración dirigida al Procurador
General de Colombia, el 8 de agosto del año pasado”*.
Este mismo domingo toda una página de publicidad estaba
ocupada con un remitido titulado: “La cárcel es la nueva casa
de Lyndon Larouche”, compuesta, aparentemente, con recortes
tomados del Washington Post, New York Times y EN.
Según esta biografía: “Es el mismo personaje que dijo que
la reina de Inglaterra, James Carter, el rey de España, la familia
Kennedy y otros más, estaban involucrados en el negocio de las
drogas.

* El caso de Juan de J. Hernández ya había sido denunciado por el parlamentario copeyano de la


subcomisión, muchos meses antes, véase Últimas Noticias, 21-11 -88.

MIQUEL IZARD
[ 84 ]
Fanático de un partido trotskista, se convirtió luego en un
fervoroso defensor de la ultraderecha y mantenía un culto domi-
nante sobre sus seguidores.
En la década de los sesenta lo encontramos dictando cátedra
de economía marxista en New York (Columbia).
Tuvo la ocurrencia, entre otras, de acusar al exvicepresi-
dente de Estados Unidos y posteriormente candidato al partido
demócrata, Walter F. Mondale, de ser nada menos que un agente
soviético.
(Condenado y encarcelado) intentó defraudar más de 30
millones de dólares a personas a quienes se les solicitaban prés-
tamos a cambio de promesas de que iban a recibir altos intereses”.

Febrero 16, jueves


Otra vez toda una página con tres noticias: “Camejo y
monseñor Nelson Arellano son agentes del PLV y Larouche. Lo
afirma el diputado Walter Márquez, quien señala que la masacre
de El Amparo ha puesto al descubierto un aparataje de corrupción
político, económico y seudoreligioso”.
Entre otras cosas WM denunciaba “quien fungía como anfi-
trión y guía de Peña Esclusa durante sus visitas [a San Cristóbal]
es monseñor Nelson Arellano Roa, coronel asimilado y capellán
de la II División de Infantería”. Y añadía más adelante: “Las cosas
se fueron complicando en la medida que Walter Márquez asumía
la defensa de los campesinos y pequeños propietarios frente a los
terratenientes, según sus afirmaciones, enquistados en la Asocia-
ción de Ganaderos del Suroeste (Agasoa)”.
El segundo artículo: “Embajada de EE.UU. descalificaba a
Larouche”, era un remitido de ésta con la traducción de un artículo
“Debtor’s Prision” aparecido en Time (6-02-89).

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 85 ]
En un tercer artículo se afirmaba, de acuerdo a la legislación
venezolana: “El Cejap es ilegal”.

Febrero 20, lunes


De nuevo casi toda una página dedicada a la guerra de los
remitidos. Un artículo se titulaba: “Walter Márquez: la campaña
sólo busca desprestigiarme. El general Camejo Arias, la exgober-
nadora Pacheco de Chacón y otros financian remitidas contra mí”.
Otro rezaba: “Ratifico todas mis denuncias en contra de
Walter Márquez. De esta forma se expresa Alejandro Peña Esclusa
para quien Rockefeller dirige campaña contra Lyndon Larouche,
un amigo personal de quien me siento orgulloso”.
En el primero WM, respondiendo a lo que le recordaba Peña
acerca de sus ideas religiosas decía: “La Iglesia Gnóstica Cristiana
Universal de Venezuela [de la que WM es dirigente], fundamenta
sus enseñanzas en un cuerpo de doctrina basado en los princi-
pios cristianos universales y en los libros del venerable Maestro
Samad Aun Weor [...]. Nuestra institución es muy antigua y sus
fundamentos se basan en los manuscritos gnósticos del Qunrán,
hallados muy cerca del Mar Muerto”. La Iglesia gnóstica ya había
enviado un remitido .
Por su parte Peña decía, entre otras cosas: “Ya he acusado a
Walter Márquez de dirigir una secta satánica vinculada al M-19
de Colombia, cuyo objetivo principal es destruir las instituciones
fundamentales de la democracia, como son las Fuerzas Armadas,
los cuerpos de seguridad del Estado y la Iglesia católica”.
A la pregunta, “¿por qué cree en Larouche?”, respondía: “Creo
en su lucha y en sus planteamientos. Como es sabido, Larouche se
ha opuesto a las políticas de colonización impuestas por Rockefe-
ller, como también se opone a una repartición del mundo entre los
banqueros norteamericanos y Moscú. Rockefeller —afirma— junto

MIQUEL IZARD
[ 86 ]
con Henry Kissinger, el FMI y la Banca Internacional, han fundado
en el mundo sectas satánicas para tratar de desprestigiar a las insti-
tuciones que, como las Fuerzas Armadas, no desean aceptar sus
planes demoníacos.
[...] Reitero que el diputado Walter Márquez dirige una secta
satánica, vinculada al grupo narcoguerrillero M-19. Se trata preci-
samente de la Iglesia Gnóstica Cristiana Universal, peligrosa
herejía explícitamente anticatólica que promueve ritos sexuales
perversos y lavados cerebrales”.
Más adelante insistía: “El gnosticismo está vinculado con
el intercambio de drogas por armas, por medio de la conexión
búlgara y la empresa Kimtex como quedó demostrado en las inves-
tigaciones a raíz del intento de asesinato de su San­tidad el papa
Juan Pablo II. El gnosticismo sirve de ideología interna y de meca-
nismo de reclutamiento del M-19”.

Febrero 22, miércoles


Noticia titulada “Demandarán a Walter Márquez por vilipendio
de las FAN. Los abogados Álvaro Rotondaro y Ricardo Koesling
iniciaron acciones penales contra el parlamentario Walter Márquez
ante el Tribunal Militar [...] del DF, por vilipendio a las FAN, acusán-
dolo, entre otras cosas, de recibir ayuda económica y logística de la
guerrilla colombiana y de estar apoyado por sectores vinculados al
narcotráfico”. Rotondaro enfatizaba: “Quiero que sepa que hemos
constituido un grupo de aboga­dos para defender a nuestra Iglesia y
a sus representantes de sus calumnias y sacrilegios”.

Febrero 26, domingo


Todavía toda una página de EN. Un artículo “Acusan a Roton-
daro y Koesling de promover invasiones en Apure: El diputado Carlos

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 87 ]
Azpúrua, de la Causa R, sostiene que ambos abogados son autores
de desalojos contra comunidades indígenas”*.
“El diputado Carlos Azpúrua declaró aquí [San Cristóbal]
que las afirmaciones hechas por los abogados Álvaro Rotondaro y
Ricardo Koesling no tienen credibili­dad alguna, toda vez que, según
él, estas dos personas son profesionales al servicio de la terrofagia
que han logrado penetrar los cuerpos de seguridad del Estado,
utilizando la majestad de estas instituciones para cometer toda clase
de delitos en las zonas fronterizas [...].
En el caso de Rotondaro, ese señor tuvo una activa partici-
pación en el caso Guanay, específicamente en el hato San Pablo,
del archiconocido Germán Zinng Reverón, donde salvajemente se
atropelló, violó y maltrató a cientos de indígenas para arrebatarles
sus tierras. [Véase apéndice 1].
[Defiende al obispo de San Cristóbal], pero hay que recordar
que en el caso Guanay, Rotondaro denunció y atacó al vicario
Enzo Chacarelly y a los jesuitas, porque éstos no le dejaban
robarse las tierras de los indígenas. Por si muchos no lo saben, en
el caso Guanay, al igual que en El Amparo y El Vallado, actuaron
comandos de la Disip, contralados por Álvaro Rotondaro para que
vejaran y maltrataran a los indios en el DC-3 de Germán Zingg,
acusó.
El parlamentario de Causa R dijo igualmente que Rotondaro,
al igual que Koesling, posee su carnet de la Disip para amedrentar,
asustar y amenazar a los pequeños productores del campo, a
quienes en varias oportunidades les ha arreba­tado miles y miles de
hectáreas para satisfacer los deseos terrófagos del ganadero Armin
De Fries, quien al decir de Azpúrua, tiene más de cien mil hectáreas en
Apure. Indicó por último Azpúrua, que la mentalidad de Álvaro

* Azpúrua, director de cine, ha elaborado impresionantes documentales como “Caño Mánamo”


“Yo hablo a Caracas” o “Amazonas, el negocio de este mundo”.

MIQUEL IZARD
[ 88 ]
Rotondaro llega a tal extremo, que en una oportunidad, cuando
participó activamente en defensa de Germán Zinng en el caso de
Guanay, llegó a solicitarles a los indígenas piaroas los documentos
de propiedad de esas tierras, aduciendo que si no los tenían tendrían
que pagarle al señor Zinng. ¿Habrase visto mayor barbaridad?
Se preguntó Azpúrua, pedirle documentos de propiedad a unos
indígenas que tienen cientos de años habitando en tierras que les
pertenecen”.
En la misma página había un largo y documentado artículo
del general Edgar Gavidia titulado: “El presidente disfruta de
facultades imperiales en la justicia militar”.
El autor enfatiza que mientras la sociedad venezolana
está regida por “una carta magna redactada en los albores de la
nueva democracia venezolana [1961], nuestro código de Justicia
Militar y reglamento de Castigos Disciplinarios se firman en
períodos relacionados con viejas dictaduras —Gómez y Pérez
Jiménez— respectiva­mente”.

Febrero 27, lunes


EN llevaba todavía dos noticias relacionadas con los sucesos:
“Entregan esta semana informe [de la Comisión Parlamentaria] de
El Amparo a la Corte Marcial” y “En marcha reestructuración total
de la Disip”.
Nadie sabía, en Venezuela cuándo se imprimirían los periódicos
de ese lunes 27 de febrero, que ese mismo día se iniciaría la Semana
Trágica que enterraría en el olvido la masacre de El Amparo como
ocurrió con masacres anteriores, las de Cantaura o Yumare, por
citar dos casos (véase apéndices 2 y 3), una Semana Trágica con cente-
nares de nuevos muertos que a la vez acabaría con la brutal rivalidad y
lucha por el poder entre distintos grupos de presión vinculados

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 89 ]
a diferentes corrientes dentro, incluso, de Acción Democrática el
partido gobernante con Jaime Lusinchi y Carlos Andrés Pérez.

MIQUEL IZARD
[ 90 ]
3. LA SEMANA TRÁGICA

3.1. VAGOS Y MALEANTES

En las elecciones de diciembre, la doctora Lolita Aniyar de


Castro salió senadora en las listas del MAS. Combativa profesional
del derecho, inició de inmediato una militante campaña; ya el 15 de
diciembre EN publicaba la densa entrevista que le realizara Rosita
Caldera titulada precisamente “Asumiré la defensa integral de los
derechos humanos”.
La senadora propugnaba un ambicioso plan no sólo en
defensa de la vida, sino para proteger a todos los débiles, pensaba
además luchar por la abolición de la Ley de vagos y maleantes
(Lvm), por las reformas del Código Penal, “es un texto obsoleto
y absurdo y de la ley de Comunidades Indígenas redactado con la
visión paternalis­ta más convencional” y en contra de los asesinatos
del poder.*

* Todos los especialistas recuerdan que la Lvm es del 14-08-1939, del gobierno de López
Contreras, fue inspirada en la española de 1933. Lo que no recuerdan es que tiene antece-
dentes coloniales. El siglo XVIII, y los anteriores, está surcado de reales órdenes y similares
para corregir, recoger, aprehender, etc., vagos y malentretenidos. Rosa M* Pérez Estévez, El
problema de los vagos en la España del siglo XVIII, Madrid. 1976, CECA, recopiló la legislación
al respecto, 193-195. En Mi orejanos, cimarro­nes y arrochelados. Barcelona, 1988, Sendai, hay
algunas referencias a su aplicación concreta en Venezuela, 41-43 especialmente..

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 91 ]
Con la Lvm “esa aberración”, “los que parecen sospechosos
son arrestados y encarcelados. Eso no es lícito ni justo. Es una ley
predelictual que condena por anticipado —aún sin hacer nada—
y nadie puede ser sometido a sanciones por delitos que no ha
cometido”.
Cinco días antes había defendido sus tesis en un Seminario
Internacional reunido en el Brasil, denunciando las “muertes anun-
ciadas y no anunciadas”, allí “presenté estadísticas y un informe
en el cual pruebo que en el Zulia se produce el mayor número de
muertes causadas por la policía [403 personas entre 1983 y 1987,
para una población de un millón de habitantes]. Más que en la
provincia de Buenos Aires, que tiene una población superior a la
de nuestro estado. De todos los países estudiados, Brasil ocupa
el primer lugar en esta clase de muertes y Venezuela el segundo”,
insistía sobre el tema y añadía “puede probar que fueron verda-
deras ejecuciones extrajudiciales”.
Según la senadora del MAS, para los juristas las muertes
anunciadas “cumplen una finalidad que es la de hacer creer a la
colectividad que el gobierno y sus sistemas policiales son eficaces
al combatir la delincuencia y exterminarán a los antisociales que
atentan contra la seguridad de los ciudadanos y, por encima de
todo, constituyen una forma de terror preventivo de los conflictos
sociales, ejercido por el Estado en tiempo de crisis”.
La senadora insistía, en su ponencia leída en Brasil, “este terro-
rismo preventivo [de Estado, supone] la violación de los derechos
humanos [...]; porque no hay pena de muerte en el país [... y] esta
práctica implica una fascistización de la población que llega a ver la
muerte y los atropellos como algo muy natural y aceptable, ya que
es publicitada por los medios y mediante boletines oficiales de las
mismas policías”. Aniyar denunciaba además unos muertos “no
anunciados que mueren en las torturas y nosotros demostramos

MIQUEL IZARD
[ 92 ]
en esta reunión interamericana que hay torturas en Venezuela [...].
Esos no son los muertos escondidos, como los enterrados en los
Pozos de la Muerte*.Los otros son para enseñarlos y exhibirlos ante
la prensa”.
Lolita Aniyar es licenciada y docente de la Universidad del
Zulia (LUZ), doctora en derecho con postgrados en Roma y París,
directora durante quince años del Instituto de Criminología de
LUZ.
Un mes más tarde, el 12 de enero, se destapó gracias a la prensa
uno de tantos casos denunciados por la senadora marabina. Cinco
funcionarios de la Disip, acusados de haber matado a balazos
a tres jóvenes en El Vigía (estado Mérida) un año antes, habían
sido absueltos por el juez VI de lo penal, quien consideró “que en
este suceso hubo legítima defensa de parte de los mencionados
funcionarios”.
Añadía la noticia publicada en EN que un fiscal del Ministerio
Público apeló esta decisión absolutoria. El 16 de enero de 1988 los
de la Disip habían liquidado a los tres jóvenes “bajo el argumento
de que eran delincuentes y habían cometido un atraco”, pero poste-
riormente la mujer que denunció el robo declaró ante la PTJ que los
muertos no eran quienes le habían asaltado.
Tres días más tarde EN informaba “Allanada por la Disip
emisora en El Vigía y detenido periodista”. En la ampliación de la
noticia añadían, la orden había partido del mismo juez que había
absuelto a los cinco acusados “porque se sintió molesto por una
reseña del noticiero radial en la que se comentaba la absolución
[...]. El periodista José Rafael Ramírez comentó en los espacios
informativos de ‘Ondas Panamericanas’ que la Disip a través de

* Sobre esta dantesca costumbre de los cuerpos represivos venezolanos, enterrar a sus muertos
(secuestrados, torturados, etc.) en pozos, puede consultarse: Luis Hómez El pozo de la muerte. (El
Hallazgo), Caracas, 1988. Fondo Editorial Colegio Nacional de Periodistas, 159, donde se detalla
el descubrimiento de uno en Maracaibo.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 93 ]
estos funcionarios se extralimitó en el procedimiento porque las
víctimas no estaban armadas”.
La reacción de la prensa no se hizo esperar. Al día siguiente,
16, recogía EN declaraciones de Luis Vezga Godoy, presidente
del Colegio Nacional de periodistas (CNP), quien, entre otras
cosas, decía: “La actuación del juez VI Penal del estado Mérida,
Omar Gonzalo Velandria, es la más fiel y concreta actuación de
un abusador y de un funcionario con muy precisos visos antide-
mocráticos”. Pensaba el Colegio solicitar de inmediato la apertura
de una investigación y la destitución del juez ante el Consejo de la
judicatura “porque para actuar judicialmente instruyó a la Disip
contra el periodista y la emisora, cuando en el juicio objeto de la
decisión, esta organización es la parte acusada”.
También iban a solicitar recurso de amparo ante el juez supe-
rior del estado Mérida “por cuanto este atentado contra la libertad
de expresión, por parte de un miembro del Poder Judicial, no
puede quedar sin su debida sanción”.
La escalada de violencia estatal supuso que Lolita Aniyar
intensificara sus denuncias, volvió a hacerlo en EN del 17 de enero
y, además, las publicaba periódicamente en la prensa de Mara-
caibo, así en defensa de los aborígenes barí, ubicados en el Parque
Nacional Sierra de Perijá. Por ello fue amenazada, telefóni­camente
por quienes se decían representar ganaderos de la región, “con
el facilísimo y manido argumento de asociarme con asuntos de
drogas si me seguía metiendo con los ganaderos”.
La senadora en lugar de amedrentarse incrementó su campaña
y consiguió arrastrar a otras personas que abandonaron, provisio-
nalmente, la Prudencia. El 4 de febrero EN publicó, a toda página,
una entrevista realizada por Miriam Freilich, motivada, indirec-
tamente, por la reunión en Caracas, el mismo día, de una Jornada
Internacional de Derechos Humanos, organizada por la Fundación

MIQUEL IZARD
[ 94 ]
Neumann, el Centro Roben Kennedy y el Instituto Interamericano
de Derechos Humanos.
Decía la senadora, incluso la tan oficial Copre (Comisión
Presidencial para la Reforma del Estado) ha publicado un folleto
propugnando una Ley de Seguridad Pública en vez de la Lvm.
Insistía sobre las muertes anunciadas y ampliaba las cifras. No
sólo en el Zulia, sino en todo el Occidente; sacando información
de la misma prensa —no la hay, por supuesto, oficial— entre 1983
y 1988 había habido 727 muertos, 344 ocasionados por la policía
uniformada, 149 por la PTJ, 62 por la Disip, 135 por la Guardia
Nacional, 13 por otros cuerpos y 22 en acciones conjuntas.
También denunciaba que esto suponía escamotear atribu-
ciones al Poder Judicial o, a otro nivel, el machismo y sexismo en
la justicia penal. Pero el grueso de la entrevista estaba dedicado
al “Terrorismo oficial”, el recurso a la ley de fugas, agresiones en
prisiones, suicidios en penales, los pozos de la muerte o los sucesos
de El Amparo, la mayor vulnerabilidad de la “gente desfavorecida”
o de “las clases marginales”, “objeto de una acción continuada de
represión en las calles por medio de los procesos generados por la
Ley de vagos y maleantes”. También arreciaba contra “los opera-
tivos policiales [que] son una manera abiertamente ilegal de privar
de la libertad a individuos que no han cometido ningún delito”;
añadía que en Maracaibo se había conseguido un récord al llegar a
23.000 detenidos por operativos policiales en sólo tres meses.
El resto del mes, y hasta el Caracazo, EN y otros periódicos se
hicieron eco de la amplia discusión generada por las denuncias. El
jueves 9, EN recogía el parecer de Ávila Vivas, nuevo gobernador
de Caracas, que ya llevaba días amenazando con reactivar la Lvm
para establecer el orden “en su máxima expresión” también se
mostraba decidido a que se cumpliere el decreto 21 que “establece

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 95 ]
que los baños públicos, de restaurantes, bares [...] deben estar en
condiciones adecuadas”.
El mismo día y en la misma página, EN recogía otras opiniones
al respecto. Apoyaba al gobernador el adeco Piñerúa Ordaz, tan
crítico, en el pasado, con esta ley y con el anterior presidente*.
Mientras, Carlos Tablante, del MAS y primer vicepresidente de la
Cámara de Diputados, que calificaba a la ley de anacrónica y antide-
mocrática (por violar la Constitución), decía de ella, permite “que
se practi­quen ‘cacerías humanas’, que por supuesto sólo se hacen
en los sectores pobres y humildes de la población”. La denunciaba
por su responsabilidad de que “en los calabozos de las policías esta-
tales paguen condena injustamente decenas de ciuda­danos dete-
nidos ilegalmente y que son producto de redadas indiscriminadas”.
Sugería abrir una amplia discusión en el Congreso.
Insistía, por otra parte, en que la indudable “situación de inse-
guridad personal y auge de la delincuencia no puede desligarse de
un contexto social, cuyo principal responsable es la aplicación de
políticas económicas y sociales de los dos partidos que han regido
el país en los últimos treinta años y que tienen como resultado una
terrible marginalidad en los sectores populares”.
En líneas parejas se desarrollaba el parecer de Ramón Haddad,
abogado, y Gilberto Alcalá, expresidente del CNP.
El día antes, 8 de febrero, el criminólogo Elio Gómez Grillo
declaró a EN que protestaba, muy documentadamente, por la
“monstruosa e inconstitucional” Lvm.
Recordaba que alguien podía ser perjudicado con una cadena
perpetua “sin siquiera haber cometido delito alguno”, pues “se le
puede condenar reiteradamente sólo por sospechas o acusaciones,

* Fue especialmente espectacular su parecer censurando la prepotencia, corrupción o desfa-


chatez de la secretaria privada de JL Blanquita Ibáñez, persona que, por otra parte, fue causa de
chanzas y reprobaciones reiteradas.

MIQUEL IZARD
[ 96 ]
o por haber sido ya detenido preventivamente”; también mostró su
extrañeza por las declaraciones del gobernador Ávila Vivas, viejo
amigo suyo, que pensaba aplicar “esa estrategia equivocada frente
al crimen”.
La senadora Aniyar, dando nueva prueba de tenacidad, inter-
vino el 10 de febrero en el senado proponiendo un debate sobre los
derechos humanos en Venezuela; pero el presidente de la cámara
lo pospuso “por considerar que se trata de un tema que necesita
mayor estudio y análisis por parte de los parlamentarios”.
Pero la senadora ya había aprovechado para arremeter en su
campaña, declaró que la Lvm era un “instrumento jurídico que
a su juicio desata una espiral de violencia entre la comunidad” y
denunció, una vez más con datos, las torturas y muertes perpe-
tradas en Venezuela por la policía.
Declaró, en este sentido, a la periodista de EN: “Queremos
dejar atrás a la policía asesina, una policía que está derramando
más sangre que muchos de los llamados comunmente homicidas”.
El domingo 12 EN publicó otras entrevistas, con Tosca
Hernández, socióloga e investigadora del Instituto de Ciencias
Penales y Criminológicas de la UCV, que también rechazaba
documentadamente la Lvm; y enfatizaba la entrevistada “en este
país, para viajar a las colonias móviles de El Dorado [algo así como
un campo de concentración para aquellos a quienes se aplicaba la
mencionada Lvm], apenas se necesita tener algunos insignificantes
antecedentes penales o ser simplemente sospechoso” y machacaba
“con la Ley de vagos y maleantes es fácil mandar a El Dorado a los
más indefensos, inocentes y, en cierto modo, a los desamparados
de la sociedad venezolana”.
El clamor empezó a generalizarse, la gente se interesaba por el
tema, las campañas de la senadora conseguían su objetivo y se reali-
zaron todo tipo de intervenciones. Alejandro Izaguirre, ministro

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 97 ]
de Relaciones Interiores, entrevistado y acosado por EN el día 13,
tuvo que reconocer que la Lvm debía ser revisada y modificada.
Dos días más tarde Aniyar atacaba de nuevo y en otra entre-
vista denunciaba la vaguedad de la ley y la violación de la legalidad,
del libre derecho de profesión de cultos y del pluralismo cultural,
al calificar de maleantes a los “brujos o practicantes” de “artes
ilícitas”. La senadora se preguntaba: “¿Por qué ilícitas? Creo que es
tan voluntariamente difusa para permitir el arbitrio policial”.
El mismo día, el profesor Fernando Núñez Sinfontes, que
había solicitado dos veces ante la Corte Suprema de Justicia la
nulidad de la Lvm por antiinconstitucional (el 15-07-85 y el 24-11-
86), manifestó su satisfacción por la campaña en contra de una ley
que, según él, “se aplica como un instrumento represivo, razón por
la cual al Estado venezolano no le interesa derogarla”.
El 16 EN publicó una entrevista con el diputado del MAS, y excan-
didato a la presidencia Teodoro Petkoff, contrario por supuesto a la
Lvm; y la noticia de que Herman Escarrá Malavé, profesor de la UCAB,
presentó ante la Corte Suprema de Justicia un recurso de amparo y
una acción popular de inconstitucionalidad contra la susodicha ley. El
mismo 16 EN incluía una de las corrosivas, y esta vez profética, columnas
de Earle Herrera (véase ac). Todavía el mismo 16 el senador del MAS
Antonio José Herrera, al culminar el debate iniciado por la senadora
Aniyar, propuso, y fue aprobado, crear una comisión que investigara
las denuncias formu­ladas por aquélla y elaborar un proyecto de ley que
derogara expresamente la de Lvm y se fundamentara en los principios de
la Constitución y de los derechos humanos.
Al día siguiente inició una ofensiva similar en la cámara baja el
diputado, también zuliano y del MAS, Luis Hómez, autor del libro, que
ya he mencionado, sobre los pozos de la muerte.
Posteriormente proliferaron los artículos de creadores y hubo un
comunicado del rector de la UCV.

MIQUEL IZARD
[ 98 ]
El domingo anterior al Caracazo, el 26 de febrero, seguía la polé-
mica con la intervención de dos exgobernadores que se postulaban
para la Alcaldía de Caracas. Diego Arria señaló: “Siempre me preocupó
el exagerado campo de acción que la ley da al gobernante de turno y que
podría permitirle llegar al máximo de la arbitrarie­dad, casi sin limi-
tación alguna, si ésta fuera su decisión”; y más adelante especifi­caba:
“Cualquiera que haya tenido que aplicar esta ley sabe perfectamente
bien que su aplicación es desigual y definitiva, discriminatoria para los
más débiles”.
Contrariamente, Adolfo Ramírez Torres dijo que la Lvm “debe
interpretarse como un instrumento de emergencia y de excepción, y
que admitiendo sus riesgos, es aceptable y oportuna cuando se aplica
convenientemente”.

3.2. AMNISTÍA INTERNACIONAL

El 10 de diciembre de 1988 la prensa se hizo eco del mensaje


enviado por el presidente JL al secretario general de la ONU con
motivo del cuadragésimo aniversario de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, en el que, entre otras cosas, enfati-
zaba: “Tenga usted la seguridad, señor secretario general, de que
Venezuela no cesará en su lucha por la observancia integral de
los derechos humanos, así como para su promoción y su defensa
internacional”.
Una semana más tarde la misma prensa recogía el resumen
de una denuncia de la Asociación Latinoamericana de Derechos
Humanos, señalando que diariamente había 1.200 casos de viola-
ción en el continente y que en los últimos cinco años más de cien
mil personas murieron víctimas de la violencia política.
Y advertía específicamente: “La reciente sublevación de mili-
tares argentinos deja al desnudo el problema de unas fuerzas armadas

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 99 ]
que [...] buscan imponer al conjunto de la sociedad civil un rol auto-
designado tuteladores de una democracia según sus convicciones”
y también insistía “sobre los 2.276 asesinatos políticos perpetrados
en Colombia en los últimos doce meses, por bandas paramilitarcs
que actúan impunemente en las ciudades colombianas”.
Un mes después, el 16 de enero, Alejandro Izaguirre, desig-
nado por CAP ministro de Relaciones Interiores, declaró en su
primera aparición ante la prensa: “CAP fue reiterativo durante
la larga campaña electoral del énfasis que hay que poner sobre la
seguridad y el perfeccionamiento de los organismos de seguridad
del Estado. Si es necesaria la reestructuración y depuración en
algunos casos, estaremos obligados por la colectividad venezolana
a hacerlo”.
Pero la situación dio un giro de 180° once días después. El 27
la prensa reproducía parte de un informe de AI, presentado en
Londres, detallando casos individuales e “irregularidades en el
proceso a civiles por parte de cortes militares, torturas y asesinatos
por parte de policías y militares, arrestos ilegales, maltratos en
prisiones y hostigamiento a periodistas”; mencionaba, asimismo,
“que hay insuficientes garantías para la protección de los derechos
del ciudadano común” y denunciaba específicamente la Lvm.
La reacción fue la que era de maliciar, la prensa de toda Vene-
zuela destacó en primera página y con grandes titulares la respuesta
de JL: “En Venezuela no se mata ni se tortura”. La declaración fue
emitida en Guanare, donde el presidente cesante había realizado
su último viaje oficial para visitar las obras del templo votivo de
nuestra señora de Coromoto, patrona de Venezuela.
En la ampliación de la noticia se destacaban, con énfasis, dos
párrafos: “En Venezuela, ni se tortura ni se mata por sistema, hoy el
que lo diga está mintiendo deliberadamente” y la denuncia presi-
dencial de que el informe de AI era “una canallada manipulada

MIQUEL IZARD
[ 100 ]
desde el país por unos fulanos que no reparan el daño que se hace
a Venezuela”.
Más sorprendente y chusca, si cabe, fue la respuesta de CAP,
a su regreso de Suiza, que la prensa recogió el lunes 30. Enfatizó
que a AI “les mando el texto de la Constitución, donde, para
orgullo nacional, está la definición de nuestro respeto a los dere-
chos humanos”. Ante la interpelación de la periodista señalando
que “muchas veces es la propia Constitución la que es irrespetada”
respondió: “Entonces hay que acusar, demandar y castigar a los que
irrespetan la Constitución”.
El 31 Eduardo Fernández, aprovechando la posición más
cómoda del aspirante derrotado pero cabeza de la oposición,
declaró en respuesta al exabrupto de CAP: “Los países que más
violan los derechos humanos suelen ser los que tienen las constitu-
ciones más respetuosas. El problema no es solamente que la Cons-
titución garantice, sino que haya voluntad nacional para que los
gobernantes respeten escru­pulosamente los Derechos Humanos.
La Constitución estaba plenamente vigente cuando los sucesos de
El Amparo. Eso es lo que nunca más debe ocurrir en Venezuela”.
En relación con la temática, la prensa reprodujo el 2 de febrero
un lapidario comunicado de personalidades universitarias, enca-
bezadas por el rector de la UCV o el exrrector de la ULA Perucho
Rincón Gutiérrez, reconociendo la veracidad de las acusaciones de
AI y recordando otra vez, estaba en la mente de todos, la masacre
de EA.
De alguna manera, el colofón a esta controversia lo puso
una de esas voces de la conciencia que publican sus columnas
periódicamente en la prensa venezolana. “Sanín” en su Palco de
sombra del martes 14 de febrero terminaba enfatizando: “Resulta
insólito y repugnante que en treinta años de democracia vene-
zolana subsistan en la República los mismos vicios, las mismas

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 101 ]
irregularidades, las mismas violaciones, los mismos atentados y
las mismas impunidades de las tiranías y los regímenes autori-
tarios que ha padecido el pueblo desde los años posteriores a la
Independencia.
Aquí se viola la Constitución todos los días y el presidente
hace lo que le viene en gana, amparado en una tradición autocrítica
y gamonalista que ahora tiene el recurso de una solidaridad parti-
dista digna de mejor causa. [...). Aquí no hay libertad de expresión
(como lo revelan los atropellos cometidos por Lusinchi), no se
respeta el derecho a la vida porque existe la pena de muerte disfra-
zada, no hay libertad y seguridad personal, existe la incomunicación
y la tortura, no hay Estado de derecho, no hay justicia imparcial,
hay recluta y servicio militar forzoso [...]. Aquí hay muertos ‘en
enfrentamiento’ y centenares de desaparecidos...”.
Curiosamente, el mismo martes 14 se produjo uno de esos
asesinatos oficiales que, de nuevo, aparecía sin motivo alguno. Dos
Pm (Policía municipal) abalearon en la calle al estudiante de inge-
niería de la UCV, Denis de Jesús Villasaña Montano, de extrac-
ción muy humilde, como muchos de los estudiantes de esa univer-
sidad, a la vez que de brillante expediente, en 1987 había recibido
el premio Vera Izquierdo que se otorga al mejor estudiante de la
Facultad.
Como tantas veces, la policía adujo que el asesinado tenía
antecedentes —una vez más esa increíble y maldita excusa para
asesinar—, pero la airada protesta de los universitarios exigió
la intervención de la división contra homicidios de la PTJ, que
además tuvo que reconocer que ni siquiera antecedentes regis-
traba. En la misma información de EN, destacada en up, los
compañeros de facultad del asesinado señalaban: “Este hecho se
asemeja a otras muertes violentas ejecutadas por cuerpos de segu-
ridad del Estado, donde se ha pretendido simular hechos punibles

MIQUEL IZARD
[ 102 ]
para ocultar la verdad, lo cual se ha reflejado en un franco dete-
rioro del respeto a la vida. La masacre de El Amparo, el asesinato a
estudiantes y obreros, la recluta forzosa que ha dejado en este año
dos muertos. I.a vigencia de la Ley de vagos y maleantes que ha
recibido la condena de prestigiosas instituciones como AI, no son
más que signos evidentes del resquebrajamiento de las libertades
democráticas”.
A media tarde del lunes 20, la brigada especial de la Pm que
vigilaba desde el exterior el campus de la UCV donde se desarro-
llaban airadas protestas por el asesinato del estudiante, disparó
y mató al bedel del Instituto de Medicina Experimental, Carlos
Yépez Pérez, de 25 años. De nuevo la División contra homicidios
de la PTJ intervino para esclarecer lo acontecido. Al día siguiente
declaraba el rector de la UCV: “Uno de los problemas fundamen-
tales es la credibilidad de los cuerpos de seguridad y organismos
policiales, porque la masacre de El Amparo quedó honda­mente
marcada en el corazón de los venezolanos y todas las mentiras
que se tejieron a su alrededor no dejan que el pueblo crea en las
versiones [oficiales]”.
El 23 de febrero —mientras las protestas por los asesinatos se
extendían a toda la República y eran muy exaltadas en Mérida—
se procedió al multitudinario sepelio de Carlos Yépez a la vez
que la FCU lanzaba un nítido comunicado, denunciando la larga
violencia estatal y recordando que se inició, en su última etapa,
durante la presidencia de Betancourt, siendo CAP ministro de
Relaciones Interiores.

33. LA MATANZA

Durante los dos primeros meses del 89 el ambiente venezo-


lano se había ido caldeando, e incluso podía parecer que el poder
había dejado, expresamente, almacenarse más vapor del tolerable.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 103 ]
A la violencia estatal, no había pista alguna que permitiera
intuir que iba a ser detenida, se añadió un fenómeno psicológico.
Durante casi un año, la larga campaña de CAP fue un sistemá-
tico bombardeo propagandístico enfatizando que tenía poderes,
mágicos sin duda, para desatascar al país de la crisis, especial-
mente económica, y repetir la época de abundancia y derroche de
su primer mandato (coincidió con el boom de los precios pagados
por el petróleo). Contrariamente, cuando se despejó la euforia del
triunfo electoral, se fue dejando que el público se enterara, por la
vía de rumores jamás desmentidos, que el programa económico de
CAP, siguiendo el mandato del FMI, sería impopular, de reajuste o
de difícil encaje.
A la vez que se hacían públicas las primeras averiguaciones
sobre la esperpéntica y desenfrenada corrupción durante el
mandato anterior de JL (se aseguraba que sólo de Recadi —oficina
que proporcionaba divisas preferenciales para subvencionar deter-
minadas importaciones— habían desaparecido diez mil millones
de dólares anuales), se desbocaban los precios, alimentos y simi-
lares, gasolina, transporte público de pasajeros o intereses hipo-
tecarios. En este último renglón se anunciaban alzas tan desca-
belladas que personas con muchos años pagando una hipoteca, y
considerándose ya propietarios de las viviendas que ocupaban, se
veían amenaza­dos con el desahucio. A ello se añadieron molestas
carencias y desabastecimientos. Desapareció, durante semanas,
el aceite o el imprescindible café, y todo el mundo era consciente
de que los productos habían sido acaparados por intermediarios y
vendedores que especularían con los mismos.
Y de alguna manera, el detonante final fueron tres provoca-
ciones. En medio de tantas amenazas sobre el paquete de medidas
restrictivas que se iban a aplicar, como cura de caballo para salir
del atasco vinculado a la deuda, tuvo lugar la faraónica toma de

MIQUEL IZARD
[ 104 ]
posesión de CAP, con cientos de invitados extranjeros y fastuosos
gastos de representación, lo que Eduardo Fernández y otros dieron
en llamar la coronación. En los últimos días de febrero la familia
Cisneros, tan vinculada a CAP, celebró con lujo de boato y derroche,
la boda de uno de los vástagos a través de una fiesta de Canaá que la
prensa del corazón se apresuró a calificar de “boda del siglo”.
Y el penúltimo día de febrero, lunes 27, cuando tempranito
en la mañana las gentes de las clases subalternas se dirigieron a
los terminales de transporte, Nuevo Circo de Caracas o los de las
ciudades dormitorio de los alrededores de la capital, se encon-
traron con que se había doblado el precio del pasaje, y a finales de
mes; podrían pagarlo todavía ese día, pero no el siguiente, ni, por
lo tanto, llegar al lugar de trabajo y cobrar la quincena, entre otras
cosas porque el brutal despegue de los precios había deteriorado
seriamente la economía de familias que contaban desde siempre
con ingresos por debajo de sus necesidades.
Resultado de las provocaciones, antiguas y nuevas, en una
especie de catarsis colectiva y sin que nadie lo hubiera organizado,
se inició un festivo saqueo de los comercios, de bodeguitas a super-
mercados, que todo el mundo visualizó como una fiesta, aunque
el mismo lunes ya hubo nuevos asesinatos policiales, como el de la
estudiante de Letras Yulimar Reyes.
Al día siguiente y a última hora —sin que hubiera cambiado el
panorama— el gobierno suspendió las garantías constitucionales y
decretó el toque de queda. A partir de este momento se desató una
dantesca matanza.
El país quedó desconectado; durante un par de días no salieron
periódicos, radio y televisión prácticamente dejaron de informar
o enmudecieron.
El jueves 2 se recuperó una especie de normalidad y la prensa
—como había ocurrido con anterioridad— devino el principal

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 105 ]
vehículo de denuncia de una situación que ya había estallado y
había degenerado en lo que tantos temían y venían alertando. Lo
que sigue no es sino un resumen de las acusaciones más sorpren-
dentes publicadas a lo largo de las dos primeras semanas tras la
nueva masacre.

Marzo 2, jueves
Prácticamente toda la pp, e íntegramente la up, dedicadas a
los sucesos y a las primeras noticias sobre la represión. Se mencio-
naban doscientos muertos y mil heridos en tres días. En la amplia-
ción de la up quedaba claro que los muertos, sobre los que había
constancia de lo acontecido, habían caído, sin que se hallaran
implicados en los disturbios, bajo las balas de la policía o de propie-
tarios que defendían sus comercios. Personas muertas en sus casas
por balas de las fuerzas represivas o transeúntes y motorizadas por
balas llamadas, eufemísticamente, perdidas.
En la ampliación de la noticia de pp se especificaba: “La
morgue fue declarada en emergencia, pues sus espacios resultaron
insuficientes para atender los casos y practicar las autopsias de ley e
identificación. Los hospitales están declarados en emergencia ante
el número de heridos que han ingresado en las últimas 72 horas.
La policía y la GN efectuaron numerosos allanamientos donde
localizaron mercan­cía robada en saqueos. Los culpables fueron
pasados a la gobernación de Caracas para sancionarlos con la Ley
de vagos y maleantes”.
Habían llegado del interior 10.500 efectivos militares y se
anunciaban medidas sociales y económicas preventivas. Se decretó
una cesta básica para mantener los precios de alimentos, medi-
cinas o transporte, aumentos salariales de dos mil bolívares y una
reorganización del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales;

MIQUEL IZARD
[ 106 ]
así como un plan financiero para ayudar a los comerciantes perju-
dicados o el diferido, hasta septiembre, de los pagos de la deuda
externa.
A la vez comenzaban las críticas de la oposición por la suspen-
sión de las garantías, y en especial por la censuradas llamadas de
alarma o las primeras mentiras o calumnias oficiales. Así el inefable
Gonzalo Barrios, presidente de AD, declaró a la vez que lo ocurrido
en Venezuela era resultado del “beso mortal del FMI”. “Sobre las
muertes registradas en los disturbios, dijo que había muchos
[inmigran­tes] dominicanos [y] no quiso adelantar opinión sobre
supuestos grupos subversivos infiltrados en los disturbios”.
Por su parte, Rafael Caldera, líder de Copei y expresidente,
en un llamado “no podemos perder nuestra democracia” enfati-
zaba: “Venezuela ha sido una especie de país que los norteameri-
canos llaman de escaparate de la democracia de América Latina y
ese escaparate lo rompieron a puñetazos, pedradas y manos, los
hambrien­tos de los barrios de Caracas a quienes se quiere someter
a los golpes férreos que impone el FMI”; y añadió de inmediato:“Es
indispensable la reflexión y me parece que sería un error de la
oposición poner contra la pared a AD, obligarla a defender a todo
trance medidas que pueden hacer un daño irreversible”.
Por su parte, el ministro de la Defensa, Ítalo del Valle Alliegro,
el único ministro que no cambió con el presidente, declaró: “Quiero
hacer hincapié y recalcar que la tranquilidad no sólo ha regresado
por la actuación de las Fuerzas Armadas, sino por la conducta del
pueblo venezolano, que reclama del derecho a la paz y a la tranqui-
lidad, porque esa es la costumbre de nuestro pueblo”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 107 ]
Marzo 3, viernes
En pp “cifras oficiales hablan de más de 300 muertos, 1.500
heridos y más de 300 detenidos”. Las fuerzas represivas habían
tenido dos oficiales muertos y 107 heridos.
Entre las medidas preventivas destacaba, la banca hipotecaria
iba a garantizar la estabilidad de quienes estaban pagando sus
viviendas.
La up, dedicada exclusivamente a los sucesos, contenía amplia
y detallada información; quedaba todavía algún foco de francotira-
dores enfrentándose a las fuerzas de seguridad, después de cuatro
días de intranquilidad, pero habían termi­nado los saqueos o las
manifestaciones de protesta y se aventuraba ya: “Una gran cantidad
de personas que perdieron la vida en estos hechos se encontraban
en sus re­sidencias, algunos se asomaron para curiosear y a otros los
alcanzaron cuando los proyectiles atravesaron las paredes de sus
casas”. Se especificaba el caso de Nancy Cabriles Esparragosa, de
29 años, empleada del Ministerio de Relaciones Interiores y estu-
diante de la UCV, herida de muerte en el interior de su casa cuando
amamantaba a su hija de 15 días; llevada de urgencia en automóvil,
fueron baleados por la GN durante el toque de queda, pudieron
llegar al hospital donde falleció.
En páginas interiores se resumía información publicada
en prensa brasilera, colombiana, norteamericana y española.
Del editorial de El país se resaltaban dos párrafos relacionados
con CAP: “Muchos habrán recordado que el mayor despilfa­rro
económico, la más espectacular explosión de deuda externa, el
inicio de la recesión y los índices mayores de fuga ilegal de capi-
tales se dieron precisamente cuando Pérez fue presidente, en la
ocasión anterior (1974-79)” y terminaba recor­dando que cuando
fue ministro del Interior con Betancourt, “al presidente Pérez se
le conocía con el apodo de ‘Gatillo’ por la especial dureza de sus

MIQUEL IZARD
[ 108 ]
acciones. La reacción de las fuerzas del orden y del ejército hace
dos días recuerda desoladoramente una época de la historia vene-
zolana que debería ser desterrada para siem­pre si aquel país quiere
seguir siendo calificado de democrático”.
También reproducía EN una entrevista con el siempre atinado
y clarividente rector de la UCV, Luis Fuenmayor Toro. De lo acon-
tecido lunes y martes decía que había sido un suceso “sin dirección
y organización algunas y hablar de la existencia de grupos detrás de
las manifestaciones era equivocado, pues ello llevarían a la repre-
sión y no a la reflexión y rectificación por parte del gobierno en su
política económico-social”.
Añadía el rector, suspender las “garantías constitucionales,
lejos de resolver la situación de violencia existente, se ha transfor-
mado en una patente de corso para el asesinato en las calles: Hay
posiblemente cerca de 500 venezolanos que han perdido la vida”.
Añadía el rector una lista de diez estudiantes detenidos y
alertaba también sobre el caso de Jorge Rodríguez, estudiante de
Medicina, “hijo del exdirigente estudiantil Jorge Rodríguez, quien
murió en 1976 torturado por organismos de seguridad, lo cual
constituyó, para entonces, un escándalo nacional”. Por ello advertía
“sobre la posibilidad de que este joven puede ser desaparecido o se
atente contra su vida, tal y como se hizo con su padre”.

Marzo 4, sábado
EN destacaba, en una pp todavía casi dedicada en exclusiva a
los sucesos, decla­raciones de CAP en grandes titulares: “Fue una
acción de pobres contra ricos”, al pie se añadía la continuación de la
frase, “contra las riquezas y no contra el gobierno”, emitida cuando
hablaba con corresponsales de la prensa extranjera.
CAP añadió entre las víctimas 300 muertos y 2.000 heridos,
sólo figuran dos extranjeros, colombianos, y remarcaba: “Pese a la

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 109 ]
creencia general no se ha visto una nutrida participación de colo-
nias extranjeras en los disturbios”.
A otro nivel CAP notificó que Venezuela había suspendido los
pagos de intereses y capital de la deuda externa pública y privada
por tiempo indefinido.
En un artículo que ocupaba toda la up seguía la información;
con grandes titulares: “En fosas comunes sepultan 300 cadáveres
descompuestos” y en cuerpo menor: “Fueron sacados de la morgue
en horas de la madrugada del viernes y enterrados en el sector La
Peste del Cementerio General del Sur. Versiones no confirmadas
hablan de 500 muertos durante los disturbios. Operativo para
recuperar mercancía producto de los saqueos realizan cuerpos
policiales y fuerzas militares”.
El largo artículo, de Humberto Álvarez, venciendo al miedo a
la censura, ya se atrevía a hablar, pongo por caso, de “gran cantidad
de inocentes muertos, ajenos a los disturbios que han pagado con
su vida los errores de otros” y notificaba la detención de periodistas
de Tribuna Popular, órgano del PCV y, en algún punto alcanzaba un
tono dantesco, los servicios funerarios más económicos se habían
agotado y sólo quedaban los caros que costaban, como mínimo, el
doble, cifra muy respetable para la Venezuela de la crisis, mucho
más que el sueldo de un profesor universitario.
En páginas interiores destacaba una entrevista al máximo
vocero de Fedecámaras, la gran patronal venezolana, que por
supuesto exponía un parecer peculiar. Exigía “sean sancionados
los culpables y extrañados del país los delincuentes extranjeros que
participaron en los actos de vandalismo”. El tema le obsesionaría,
pues volvía sobre él, “lamentamos y condenamos la participación
de estos hechos, en mayor o menor grado, de extranjeros que han
venido al país a acogerse a la hospitalidad que ha caracterizado
siempre a los venezolanos”.

MIQUEL IZARD
[ 110 ]
Ramalazos de xenofobia acompañando el apoyo a las fuerzas
represoras; así, pongo por caso: “De igual forma aprobamos y
aplaudimos las medidas que están tomando las autoridades en el
sentido de hacer una revisión detallada para investigar quiénes
fueron los que cometieron actos de hurto y vandalismo y que les
sean decomisados los productos del robo. Que sean castigados con
todo el peso de la ley”.
Otros dos artículos, “Del rumor al temor de morir abaleado”
de Hugo Colmenares’ y “Pánico bajo techo” de Fabricio Ojeda,
denunciaban un hecho lamentable: alguien había hecho correr el
rumor de que tras los asaltos a establecimientos comerciales los
habitantes de los “ranchitos”, expresión peyorativa para personas
que no han succionado de los ingresos faraónicos más o menos
derivados del petróleo, saquea­rían residencias y apartamentos. El
rumor provocó una histeria colectiva, armamen­to de los segundos
(si ya no lo estaban) y la pérdida de los últimos restos de sensatez.
No era sorprendente oír, a personas supuestamente ponderadas,
que no quedaba sino la alternativa de liquidar incluso a los niños
de los barrios marginados.
En el artículo de Ojeda se leía: “Un nuevo virus, el síndrome
del saqueo, ataca los nervios del caraqueño clase media, ese que
aún posee objetos valiosos dentro de su vivienda. Ahora, todos
temen que la ‘furia popular’ se meta en quintas y apartamentos para
terminar con lo que falta, [...] Los que tienen armas las guardan
bajo la almohada [...]. Incluso, hay relatos de falsos militares que
llaman a las puertas para efectuar una revisión, y luego resultan
ser atracadores profesionales que buscan aprovecharse de estas
trágicas circunstancias”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 111 ]
Marzo 5, domingo
La matanza ya no ocupaba íntegra la pp, pero seguía seño-
reando la up y otras del interior. En up y con gran titular se mencio-
naba: “Dieciséis muertos [a balazos] en Caracas en la madrugada
del sábado” y en cuerpo menor “Cinco personas fueron abatidas
por la Pm cuando ingerían licor en un rancho de Caricuao” o
“Siguen las denuncias de cobros en la morgue a familiares de
víctimas por los disturbios”.
Y añadía el periodista Humberto Álvarez, después de detallar
las noticias: “De acuerdo a las informaciones conocidas en fuentes
policiales ésta fue considerada una ‘noche tranquila’ luego de cinco
días de violencia”.
Seguía disminuyendo la autocensura y al final del artículo ya
mencionaba, sin utilizar la voz asesinato, el caso de un estudiante
de bachillerato de 17 años, Richard José López, abatido por la Pm
durante un allanamiento.
Consecuencia de todo esto, el parlamentario del MAS, Enrique
Ochoa Antich, había impulsado la creación de una “comisión por
los desaparecidos” para atender tres tipos de casos: “personas cuyos
familiares conocen de su muerte, pero no aparecen los cadáveres,
detenidos desaparecidos y los que no están presos ni muertos”.
El periodista recogía rumores que hablaban de más de 400
muertos y de que según las autoridades, por razones sanitarias y
de acuerdo con las normas legales, “se procedió a inhumar a una
serie de cadáveres que no habían reclamado. También se conti-
nuará sepultando a otros para evitar que la descomposición pueda
producir algún tipo de epidemia”.
En largo artículo de Fabricio Ojeda se recogía el rumor de que
las tropas que procedían a las requisas “confiscaban cualquier cosa,
argumentando que se trataba de ‘productos del saqueo’”.

MIQUEL IZARD
[ 112 ]
Elizabeth Araujo en otro reportaje, “Si es de morir se muere”,
basado en entrevistas a soldados y oficiales, mencionaba la muerte
de un sordomudo que no oyó la voz de alto y enfatizaba a un oficial:
“Muchos dicen que como aquí no hay guerra, ustedes han desatado
todos sus impulsos”; también habló con un llanero, Luis Cortez,
habitante de El Valle, quien afirmaba: “Nadie disparó desde
mi edificio y sin embargo nos agarraron para polígono de tiro”,
murió su sobrino y añadía el llanero: “Me pregunto si este pobre
muchacho aparecerá ahora en la lista de los saqueadores o en la
lista de francotiradores”.

Marzo 6, lunes
De nuevo los sucesos acaparaban casi toda la pp y toda la up.
En aquélla se destacaban declaraciones de CAP, rectificando las del
sábado: “Fue una protesta contra la especulación” y especificaba
a continuación: “No fue una acción ni de ricos contra pobres ni
de pobres contra pobres. Fue una violencia social que tuvo como
objetivo protestar contra la especulación”. También enfatizó el
presidente: “Es una injusticia peligrosa para el país querer echar la
culpa de los sucesos a la presencia de extranjeros”.
Las otras informaciones referían: “Hoy puede terminar el
toque de queda”; “Libertad de expresión pide restituir el CNP”,
lo que había solicitado su presidente Luis Vezga Godoy. Mien-
tras según otro titular: “En la morgue [de Caracas han ingresado]
256 cadáveres”, en otra noticia mencionando declaraciones del
ministro de la Defensa se aseguraba: “La lista oficial de muertos es
de 247 en todo el territorio nacional”. Y además de otras noticias
sobre el restablecimiento de la situación anterior sorprendía una
anunciando: “Investigados cinco jesuitas”.
En la up el artículo de Humberto Álvarez filtraba suficiente
información aunque seguían suspendidas las garantías y permanecía

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 113 ]
la censura. Empezaba señalando: “La paz que ha regresado a Caracas
sólo es perturbada durante las horas de la noche, cuando aparente-
mente sin motivo los soldados disparan contra todo lo que se mueve.
Esto originó que 10 personas murieran entre sábado y domingo
cuando se cumplía el toque de queda”.
Más adelante reportaba que Ochoa Antich, del Comité por
los Desaparecidos, entregaría a la Fiscalía General de la República
el resultado de su gestión que incluía ya treinta casos concretos.
A Douglas Zavala de 23 años, detenido cuando estaba robando,
“le aplicaron la ley de fuga. Crisanto Mederos (33) hablaba varios
idiomas, era pintor, se encontraba en su casa junto con el perro,
le allanaron la residencia, el perro ladró y los soldados le dieron
muerte, el hombre protestó y también lo mataron”.
“Entre los detenidos desaparecidos se encuentra Richard
Ravelo (17) sordomu­do, fue aprehendido el 3 de marzo por la Pm,
allí indicaron que lo habían liberado”.
También mencionaba el articulista la detención, sin tener que
ver con los sucesos, de varios universitarios, Luis Rosales presi-
dente encargado de la FCU, por la Disip, entre otros, o los miem-
bros de la Coordinadora de Educadores Simón Rodríguez.
Se denunciaban saqueos por individuos con uniformes mili-
tares y la policía comunicó a EN “que los organismos de inteli-
gencia de seguridad del Estado detec­taron la participación de
individuos pertenecientes al llamado Movimiento Popular Revo-
lucionario, disidente del grupo Bandera Roja. Estos individuos se
han infiltra­do y fomentado disturbios en el [barrio] 23 de enero,
llegando inclusive a disparar”.
Se ampliaba también la noticia de la detención de cinco
jesuitas, durante el allanamiento de la casa provincial de El Paraíso.
Entre los detenidos figuraba, además de dos estudiantes, el vice-
rrector académico de la UCAB.

MIQUEL IZARD
[ 114 ]
En la penúltima página —también dedicada íntegramente a
la matanza— en un artículo, “Después de una semana”, Fabricio
Ojeda señalaba: “Pero, sin llegar a tantas honduras, la gente común
conoce el porqué de lo ocurrido. Esa violencia, con su lamentable
saldo de víctimas, tiene mucho que ver con décadas de corrupción,
pobreza creciente y promesas incumplidas. Mucho que ver con
saqueos de ‘cuello blanco’ y su consecuente impunidad”.
Se denunciaba el acoso al historiador Wladimir Ruiz Tirado,
educador y secretario general de la Causa R en Barinas. La denun-
ciante, su hermana Tania, periodista, pensaba que la persecución
“puede ser un ‘pase de factura’ por sus de­nuncias contra la terro-
fagia en Barinas, donde según el dirigente de la Causa R estarían
implicados Reinaldo Leandro Mora y su cuñado el comisario
Henry López Sisco, exjefe de operaciones de la Disip”.
Cuerpo represivo que también detuvo, por unas horas, al
veterano dirigente radical y exdiputado Radamés Larrazábal
quien señaló “que desde el paquetazo no conocemos de ningún
banquero o gran empresario o especulador que haya sido detenido
o su domicilio allanado”.
Por otra parte, el ministro de la Defensa, Alliegro, se reunió con
los periodistas para declarar: “No hay represión ni desaparecidos
en Venezuela” y enfatizaba: “En Venezuela no hay desaparecidos ni
un estado represivo y esto lo afirmo a plenitud de conciencia y con
la autoridad moral que me confiere ser el comandante general de
unas Fuerzas Armadas que continentalmente y en el mundo tienen
una tradición libertaria y democrática”.
A continuación daba cifras oficiales: 247 muertos en todo el
país y 647 heridos.
Elizabeth Araujo con un artículo a toda página, “Adiós a las
lágrimas”, iniciaba una serie de reportajes. En el primero pregun-
taba el parecer a gente de la calle; Florencio Jiménez, conductor de

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 115 ]
‘por puesto’ (microbús), le dijo: “Vaya a la morgue y revise la hora
de ingreso de los muertos, a casi todos los mataron luego de la hora
de toque de queda y en sus casas”.
Según el CNP del DF, “El Gobierno Nacional recurrió a la
censura de prensa como vía para pretender ocultar el fracaso de su
política económica y acallar la protesta popular en su contra”.
Por su parte Fundalatín, Fundación Latinoamericana por los
Derechos Humanos y el Desarrollo Social, que obtuvo el premio
“Mensajero de la Paz” de la ONU y que se había pronunciado sobre
los sucesos de EA, emitió un comunicado condenando al FMI, “los
denunciamos como cómplices y encubridores del gran fraude de
la historia que dio origen a la deuda, el quinto jinete como se le ha
llamado”.

Marzo 7, martes
De nuevo toda la pp y la up de EN dedicadas exclusivamente
a la Semana Trágica. Destacaba en primer lugar el final del toque
de queda, “sin embargo, las garantías constitucionales continúan
suspendidas hasta tanto el Gobierno Nacional termine de evaluar
la situación”. Otro titular rezaba: “Empresarios no aceptan enfoque
clasista de CAP” y en el detalle se leía “Empresarios privados se
reunieron ayer para analizar la situación del país, y sobre todo
la actitud del gobierno de CAP, quien señaló como causa de los
hechos de la semana pasada, un enfrentamiento de ‘pobres contra
ricos”. El empresariado insiste en que se materialicen los aumentos
de precios de estos días. En el encuentro realizado en La Electri-
cidad de Caracas, se acordó redactar un documento para el Jefe del
Estado y para la opinión pública nacional”.
Otras noticias mencionaban la interpelación de la oposición al
Ministro del Interior, “Los diputados cuestionaron las estadísticas

MIQUEL IZARD
[ 116 ]
gubernamentales sobre muer­tos y heridos, que según la oposición,
alcanzan el millar de personas”.
José Delpino, el presidente del sindicato oficial y guberna-
mental de la CTV (Con­federación de Trabajadores de Venezuela),
declaró “inevitable la protesta social” y en el detalle de la noticia
Delpino “atribuyó a causas eminentemente sociales la violencia
callejera [...]. Eran las iras retenidas durante mucho tiempo contra
un tipo de comerciantes no sensibilizados, quienes han hecho un
altar a la ganancia excesiva y a las actividades comerciales ilícitas,
caracterizadas por el acaparamiento y la especulación”. También
responsabilizaba al gobierno por no haber actuado a tiempo. “Era
inevitable, había una acumulación de factores para que todo esto
sucediera”.
A otro nivel, y prueba evidente de la represión, el ministro de
Sanidad declaró en público: “Se agotaron suministros hospitalarios”.
En la up grandes titulares rezaban: “Sepultados los últimos
cadáveres de la morgue. Un grupo de 30 o 40 cuerpos fueron inhu-
mados el domingo en la tarde en el Cementerio General del Sur. No
se registraron nuevas víctimas en Caracas”.
En otra noticia: “Ultimada a balazos jefa de personal del INN”,
firmada por Fabricio Ojeda, se desmenuzaba una nueva historia,
similar a tantas de estos días, no de los fusilados, sino de las
muertes “accidentales”. Mercedes Hernández Daza, 34 años, con
un buen cargo en el Instituto Nacional de Nutrición, un hijo de año
y medio, muerta por dos balas cuando estaba peinándose en su
alcoba. El hermano de la víctima, quien le contaba el caso al perio-
dista, afirmó: “Estaba en su casa, cuando comenzaron a disparar
contra todas las viviendas del sector, al final de la avenida Bogotá.
Quien dio esa orden fue un capitán de apellido Valdez, propietario
de una fabrica de muebles [...]. Ese oficial mandó a ametrallar la
zona, porque pensaba que a su negocio lo iban a saquear. De esa

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 117 ]
acción hubo como ocho muertos”. Concluía, “por favor, publique
la foto, para que el oficial que dio esa orden y los que dispararon
sus ametralladoras sepan lo que hicieron. Para que les duela, para
que les pese”.
En la penúltima página, a pesar de la censura, continuaban
recogiéndose denuncias. Un largo artículo: “Muertes y desapare-
cidos denuncian en la Fiscalía. Las denuncias son en relación a 24
casos ocurridos durante los disturbios”. En efecto, el Comité de los
desaparecidos y por el cese de la violencia había depositado, ante el
Fiscal General de la República, las primeras denuncias de personas
fusiladas o muertas en el interior de sus casas, 4 y 8 respectiva-
mente de 12 desaparecidos. Ochoa Antich enfatizó al periodista:
“Yo comprendo que al ministro [de la Defensa] no le guste la
palabra fusilamiento, pero ¿cómo se puede llamar lo que hicieron a
Eleazar Mavarez, que encabeza la lista, que es herido en el hombro,
y luego rematado en el suelo? Eso fue visto por los vecinos”.
Insistía Ochoa: “Expondremos, en primer lugar, algunos
casos de muertes producidas en personas totalmente desarmadas
y entregadas ya a los cuerpos policiales: Se trata, en pocas pala-
bras, de fusilamientos”. A continuación detallaba todas las demás
denuncias.
Según otra noticia un grupo de universitarios habría mani-
festado a EN: “Pasa de cien el número de personas vinculadas a la
educación superior detenidas en distintas partes del país reciente-
mente por los cuerpos policiales”. Algunos casos eran simplemente
venganzas personales. La directora del Instituto Universitario
Pedagó­gico Caballero Mejías, según reconocieron los de la Disip
a estudiantes detenidos, consiguió que se encarcelara a quienes
la habían denunciado ante la Fiscalía y la Contraloría. Uno de los
detenidos señaló: “Durante los allanamientos se perdieron docu-
mentos que él y sus amigos tenían como soporte en las denuncias

MIQUEL IZARD
[ 118 ]
hechas contra la directora”, también denunciaba “en la Disip, los
estudiantes han sido sometidos a interrogatorios durante los
cuales se les golpea con bates [de béisbol] y tubos, mientras que se
les cubre la cara para que no vean a quienes los maltratan. El objeto
de los golpes es obligar a los detenidos a confesar su vinculación
con grupos sub­versivos. También señaló que los estudiantes han
sido fotografiados allí con armas de guerra”.
En páginas interiores, un artículo acerca de los sacerdotes de
la Compañía detenidos y liberados, titulado: “Jesuitas piden trato
humano para el resto de los detenidos”.

Marzo 8, miércoles
A medida que pasaban los días, la gente y la prensa osaban
hablar con mayor claridad y se recogía un mayor abanico de
respuestas.
De nuevo prácticamente toda la pp y la up de EN sobre la
poblada y sus consecuencias. En primer lugar y destacado: “Fede-
cámaras acusa a Pérez de desestabilizador social”. Para la gran
patronal las palabras de CAP hablando de una reacción de pobres
contra ricos, “golpean muy seriamente la confianza que generaría la
adopción de correctivos a nuestros desafueros económicos, e intro-
duce factores de desestabilización en el equilibrio y la armonía, tan
necesarios para la convivencia social”. En esta misma carta le seña-
laban al presidente: “Usted, a quien le correspon­dió la responsabi-
lidad de dirigir el país en un período, y lo está haciendo por segunda
vez, debería sentirse orgulloso de que existan ricos todavía, porque
sería incompren­sible que después de los gigantescos recursos que
nos ha suministrado el petróleo, sólo existieran pobres”.
A la vez, se había decretado liberación de precios, para que se
sincerasen, como se dijo en su momento, excepto los de la “cesta
básica” que seguirían controlados.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 119 ]
Bien distinta y muy esperada, la noticia de que “en una semana
se abastecerá de café al país”, grano que había desaparecido hacía dos
meses de los comercios pues los productores se negaban a proporcio-
narlo si no se les permitía aumentar el precio.
Con gran titular ocupando todo el frente de la up: “Muerto por
soldado cuando intentó robar vehículo en avenida Victoria”; efec-
tivos del ejército lo habían efectuado en la noche del lunes.
También se denunciaba, en la misma noche, la muerte de
Sandra Rodríguez de Díaz, de 21 años, que se encontraba en su
vivienda en un barrio de Petare cuando llegó una comisión del ejér-
cito disparando y una bala la mató tras atravesar la pared.
En el mismo artículo se recogía la visita del diputado del
MAS-MIR Macario González a la PTJ, exigiendo “mayor celeridad
en cuanto a las necesarias investiga­ciones que a este organismo
oficial le compete con respecto de la lista de desapare­cidos que no
están en hospitales, detenidos, ni muertos y de esa realidad dan
fe testimonial las familias angustiadas que han conversado con
nosotros y que de alguna manera desmienten al ministro de la
Defensa”. Sobre los muertos, insistía González, “tenemos la plena
convicción de que muchos de ellos no perecieron ni en combate,
ni haciendo el papel de francotiradores, y mucho menos portaban
armas y no tenían antecedentes, sino que eran pacíficos ciudadanos
que fueron acribillados a mansalva abusando en este caso algunas
autoridades del estado de emergencia que vivimos y haciendo caso
omiso de la excepción que la Constitución establece en cuanto a
que en ninguna circunstancia ha quedado suspendido el artículo
58 de la Constitución Nacional que se refiere al respeto a la vida y el
ordinal 3 y 4 del artículo 60 que indica que las personas no pueden
ser maltratadas físicamente”.
La penúltima página estaba ocupada, íntegramente, por dos
curiosas entrevistas.

MIQUEL IZARD
[ 120 ]
Para el polémico excomisario general Rafael Rivero Muñoz,
ahora en la activi­dad privada, “la revuelta pudo evitarse sin disparar
un solo tiro”, y seguía en letra más pequeña: “Los mecanismos de
seguridad del Estado fallaron al no desarrollar ni prever planes
de contingencia ante posibles reacciones sociales como las que
surgieron la semana pasada, cuando el país se convulsionó por efecto
de las primeras medidas económicas”.
En el artículo, Fabricio Ojeda hacía en primer lugar un recuento
de lo aconte­cido: “Algunos alegan que el Gobierno jamás imaginó
unas llamaradas tan altas y por eso el problema se le fue de las manos;
otros, que la orden inicial de no responder tenía mucho que ver con
la conservación hacia afuera de la difundida imagen democrática
del nuevo Gobierno, evitando cualquier tipo de enfrenamiento”.
El periodista reconstruía los hechos, un primer foco en
Guarenas y después en Caracas, “de una forma si se quiere pací-
fica” con los aumentos de las tarifas del transporte. La noticia de
acontecimientos se regaron por la capital y sus alrededores debido
a esta figura tan caraqueña de los “motorizados”, jóvenes de clase
subalterna, marginados además por quienes se desplazan sobre
cuatro ruedas, que ejercen de mensajeros y se benefician de una
sorprendente solidaridad de grupo. Cuando estalló el descon-
tento popular, “ya la bandera no era el alza de las tarifas de trans-
porte y los precios de la gasolina. Ahora, la gente se manifestaba
por la inflación, de manera global. Por la leche, los alquileres, por el
‘engaño’ del recién estrenado gabinete y en fin, por la forma como
el pueblo debía ‘apretarse el cinturón’, mientras se celebran ‘bodas
del siglo’ y faraónicos saraos, como la profusamente difundida
toma de posesión. Fue entonces cuando insurgieron los saquea-
dores, los incendiarios, la violencia de una masa anárquica y descon-
trolada, que actuaba como movida por ciertos sentimientos de
venganza. Cruentas y largas horas que sobrepasaron un día, hasta

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 121 ]
que por fin se tomó la determinación de ‘restablecer el orden’ con lo
que a esas alturas ya constituía la única y lamentable salida: el poder
de las armas, con su ya conocidas secuelas de muertos y lesionados”.
Rivero Muñoz lamentaba en primer lugar que durante la ante-
rior presidencia, la Disip se hubiese desvirtuado, hasta “colocar a esa
institución en manos de los amigos del presidente y de su secretaria
privada [...]. La consecuencia inmediata son las múltiples irregula-
ridades que se detectaron en la Disip durante los últimos años, con su
culminación en la masacre de El Amparo”.
A Rivero Muñoz le sorprendía que nada se hubiera previsto
habiendo en Venezuela “no menos de 28 servicios de Inteligencia”,
no sabía cuáles fueron sus actividades “y cuáles sus resultados,
tomando en cuenta lo que ha sido invertido en ellos, en tiempo y
dinero, durante los últimos cinco años [...el entrevistado] teme que
en algún momento (y hasta ahora, eso no se ha hecho), se pretenda
justificar los hechos mediante la búsqueda o fabricación de uno
o varios maquiavelos para satanizarlos y exponerlos como los
maquinadores de la violencia a finales de febrero”.
Opuesto era el parecer del excomisario Fermín Mármol León:
en primer lugar contó al periodista “sus experiencias en atacar focos
subversivos y protestas estudiantiles y laborales, principalmente en
la convulsionada década de los años 60” siendo máximo responsable
del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, cuando CAP era ministro del
Interior. Con grandes titulares se destacaba la entrevista: “Fueron
tardías medidas para controlar saqueos”. Opinaba también: “Yo
no creo en eso de lo espontáneo. Mi experiencia de policía me
induce a señalar que los hechos que ocurrieron posteriormente, al
incidente generado en Guarenas fueron dirigidos, probablemente
por minúsculos grupos de ultraizquierda que se han mantenido sin
actuar, pero que han estado allí a la zaga, y que una vez generados los

MIQUEL IZARD
[ 122 ]
disturbios se aprovecharon de ellos para participar en los saqueos
y asaltos”.
No sólo estaba de acuerdo con la respuesta gubernamental,
aunque lamentaba el retraso, pedía además su continuación.
Debían seguir allanamientos y registros “para demostrar así que en
la democracia también hay energía para hacer respetar los bienes de
las personas, porque de lo contrario, aquellos que no participaron
en los saqueos y que se sienten un tanto frustrados por no tener en sus
salas un betamax o una nevera en la cocina, estarían esperando el
primer momento de cualquier protesta para propiciar un saqueo”.
También en páginas interiores se recogían declaraciones de
la Causa R solicitan­do “duelo nacional por las víctimas”. Su secre-
tario general, Pablo Medina, celebró rueda de prensa en la Federa-
ción Parlamentaria de su grupo, empezó recordando lo obvio, “la
mayoría de las fuerzas políticas de oposición y figuras intelectuales
alertaron al gobierno, desde el mes de diciembre de 1988, sobre
el malestar, descontento y confusión que causarían las medidas que
se iban a poner en práctica”. Siguió después con una serie de denun-
cias también por todos conocidas, “Se impidió que los diputados
pudieran ver y conversar con los detenidos, cosa que sucedió en
todo el país. Hicimos esfuerzos para hablar con los presos, que en
su gran mayoría fueron torturados [...] después de los aconteci-
mientos fue detenida prácticamente toda la dirección nacional de
los estudiantes”.
Más adelante exigía: “Así como se tuvo esa actitud de persis-
tencia al investigar quién se llevó neveras y lavadoras, se debe
averiguar quién saqueó el país. Como tenemos la lista de todos
los que sacaron dólares desde 1974 hasta ahora, le pedimos al
Gobierno que ponga un impuesto a esos capitales fugados que
están en el exterior y que con sólo el 10% entrarían más de cuatro
mil millones de dólares al país”. Finalmente facilitó la lista de 37

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 123 ]
estudiantes todavía detenidos. El mismo día, EN reprodujo, tradu-
cido del francés, el artículo de Thierry Desjardins “Semana negra”
en el que se daban algunos detalles todavía silenciados en Vene-
zuela y de los que destacó: “Todo había comenzado el lunes en los
alrededores de Caracas [... cuando la gente vio que el] pasaje para ir
a Caracas había subido de 8 a 15 bolívares en el marco de la política
de ‘sincerar precios’. Para algunos, la explicación [de los saqueos]
era que los delincuentes de la ciudad, instigados sin duda por
agitadores profesionales, quisieron devastar por el simple placer
de destruir y el presidente Pérez había esperado mucho antes de
hacer intervenir al ejército. Para otros, el hecho de lanzar tropas de
choque contra las turbas hambrientas es un ‘crimen’.
Es evidente que el ejército, que el miércoles recibió órdenes
de poner fin a los pillajes que duraban desde el lunes, actuó como
si se tratara de una verdadera guerra civil. Fueron enviados 10.000
hombres [... desde] la selva donde tienen como ocupación habitual
proteger las minas de oro. El miércoles, los 10.000 hombres entran
a la ciudad y abren fuego sin el menor aviso: sobre los niños, las
madres de familia y los desempleados y aprovecharon para surtirse
en los negocios destruidos y quemados. Numerosos testigos nos
afirmaron que ningún tiro había sido disparado contra las fuerzas
del orden.
La intervención masiva del ejército provocó a partir del miér-
coles la aparición de francotiradores aislados. Sin embargo, no han
debido ser muy numerosos, puesto que el ejército sólo tuvo dos
muertos y 30 heridos, en su mayoría leves.
Todo parece verdaderamente haber degenerado en matanza
el jueves por la mañana cuando fue muerto un comandante. Efec-
tuaba un allanamiento en un conjunto de viviendas populares,
tocó a una puerta y un disparo desde el interior lo mató en seco. Sus
hombres le vengaron. Pero, afirma un médico del hospital Pérez

MIQUEL IZARD
[ 124 ]
Carreño, por culpa de un francotirador aislado, el ejército mató a
veinte o treinta inocentes dentro del edificio.
El viernes, sintiendo que la carnicería puede hacer tambalear
su régimen, el presidente Pérez da órdenes al ejército de calmarse”.
Había dicho al principio: “Nunca se conocerá el número
exacto de los muertos de esta semana negra” pero enfatizaba que,
sólo en Caracas a los 248 muertos de la morgue central de Bello
Monte había que sumar, como mínimo, los 110 de la morgue del
hospital Pérez Carreño. Recogía a continuación el parecer de
Ochoa Antich: “Los soldados mataron a quemarropa a los heridos,
a los prisioneros, dispararon sobre todo lo que se movía y estamos
seguros de que el ejército cavó varias fosas comunes secretas para
esconder la verdad. Habría así más de tres mil heridos y unas diez
mil personas detenidas”.
Desjardins concluía su artículo lapidariamente: “Los pobres
de Venezuela no pueden soportar de un día para otro la famosa
sinceración de los precios. CAP cometió un error grave al lanzar
a la ciudad sus tropas de combate, a menos de un mes de su toma
de posesión. Y uno más grave aún. De ahora en adelante CAP está
manchado de sangre”.

Marzo 9, jueves
EN, pp, anunciaba una serie de medidas económicas, algunas
macroeconómicas, pero otras más cotidianas, como un aumento de
un 50% en el precio del café. Se anunciaba también el inicio de investi-
gación Recadi, el restableci­miento de las garantías constitucionales y
la respuesta de CAP a Fedecámaras resaltando, en el titular: “No me
enorgullece que haya ricos”. En el texto se especificaba que el presi-
dente tenía razones “para preocuparse por el hecho de que haya tantos
pobres en nuestro país”. CAP dice no creer en la lucha de clases, pero
“sí creo que es peligroso desafiar a la pobreza”. En páginas interiores se

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 125 ]
reproducía íntegra la carta, un párrafo de la cual decía: “Me siento,
sí, profundamente angustiado de que haya pobres, tantos pobres en
Venezuela. Y porque la brecha entre ricos y pobres se ensancha en nuestro
país. En otras palabras, que vivimos dentro de una cada vez más grave e
injusta distribución de la riqueza”.
Por su parte, el dirigente de la oposición copeyana en la
Cámara, Gustavo Tarre Briceño, había opinado y EN lo destacaba
en los titulares: “La boda del siglo fue una incitación al saqueo. No
comparto la respuesta de los empresarios al presidente. Fedecá-
maras no debe buscar excusas para incumplir cuota de sacrificio”.
Pero también criticó las explicaciones gubernamentales sobre
lo acontecido al señalar “factores subversivos” o al buscar “chivos
expiatorios”, o “que la culpa sea de los ricos, los especuladores o los
extranjeros, todo lo cual revela que se niega que la responsabilidad
es de todos y que la solución de los problemas también es de todos”.
EN recogía, todavía, otros pareceres. Para el expresidente Herrera
Campins, “ha habido un estallido de indignación popular con la
primera medida del alza de precios en cadena: gasolina y transporte, lo
que fue la gota que derramó el vaso de la paciencia popular. En tres días
vimos lo que jamás habíamos presenciado en ninguna época en el país y
si no llegó a mayores esa turbulencia social, fue por su esponta­neidad
inicial y su falta de conducción y orientación. Si el gobierno no cayó,
ni el sistema democrático actual se destruyó fue por la razón ante-
rior, pues en los dos primeros días del conflicto se observó una gran
ausencia de la dirección política y social venezolana”. Veremos al final
de este capítulo que, cinco semanas más tarde, Herrera cambiaría curio-
samente su diagnóstico, me malicio que en un desesperado intento de
enmascarar lo ocurrido.
Bien distinto, curioso y me temo que real fue el parecer del
general de división Müller Rojas para quien las “Fuerzas Armadas
impidieron un mayor número de muertos”. Al margen de asegurar

MIQUEL IZARD
[ 126 ]
no creer que en los sucesos “hubo preparación de acciones por
parte de grupo político alguno”, añadía: “Una vez suspendidas
las garantías, el problema se convirtió en un hecho militar de
seguridad del Estado, se abandonó totalmente la juridicidad y se
procedió a aplicar la fuerza en su expresión más bruta, como es la
actuación militar: la aplicación brutal de la fuerza para resolver las
situaciones críticas. No hay contemplaciones”. Y a la pregunta del
periodista “¿por eso hubo tantos muertos?” el general respondió:
“Sí, desde el momento en que los organismos policiales pierden
la capacidad de actuar se supone que hay un estado de altera-
ción grave de la paz, que existe una violencia generalizada y, si
no hubiesen actuado las Fueras Armadas el número de muertos
habría sido mucho mayor, ya que la gente que se sintió atacada se
organizó para autodefenderse, como en efecto ocurrió en algunas
urbanizaciones de Caracas al formarse patrullas armadas civiles.
Así que de no producirse esa intervención se habría producido una
matazón generalizada”.
Entre otras muchas noticias de las páginas interiores desta-
caban la de que gracias a las gestiones de las autoridades de la UCV,
la Disip había liberado a 20 estudiantes detenidos, entre ellos el
presidente encargado de la FCU, Luis Rosales.
O las palabras del comandante general del Ejército, Troconis
Peraza, elogiando la labor de la tropa, a la que habría dicho, entre
otras cosas: “El país se construye con este quehacer diario, con el
sacrificio de cada uno de sus hijos. Ustedes han dado el ejemplo de
cómo se edifica una nación, de cómo se va hacia adelante. Por eso
les felicito y les expreso mi mayor gratitud en nombre de la Repú-
blica y en el mío propio”.
Y en la penúltima página se relataba la muerte el lunes 27 de
febrero a media tarde de la estudiante de letras de la UCV Yulimar
Reyes, quien trabajaba en la filmoteca del Ateneo de Caracas y

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 127 ]
era, de vista, conocida del mundillo “letrado”. Yulimar fue posi-
blemente la primera víctima de una represión que, a juzgar por
las informacio­nes, actuó en la mayoría de los casos de una forma
parecida. Otro estudiante, que no la conocía, declaró ante el juez:
los sucesos le habían sorprendido en el enorme bloque de edifi-
cios del Parque Central, “cuando [vio que un] oficial [de la Pm]
se acercó, nosotros nos metimos hacia la entrada del edificio
Tajamar. El oficial, que tenía un chaleco antibalas, se paró a unos
diez metros delante de nosotros. Yulimar Reyes, que no había visto
a este policía se paró y miró hacia él. Entonces el oficial le apuntó.
Ella, sorprendida, se paralizó. Yo la agarré por el hombro, pero
en el momento que la iba a jalar, el oficial disparó su escopeta. La
descarga de perdigones agarró a Yulimar en la garganta, el cuello y
el pecho [...]. Ella recibió toda la descarga y cayó al piso. El oficial
se retiró tranquilamente”.

Marzo 10, viernes


Entre un montón de noticias sobre la violencia cotidiana que
volvía a imperar en Venezuela (con la consabida participación de
policías en delitos que, supuestamen­te, debían evitar), informa-
ción dantesca: “Fuga masiva de (200 indigentes del albergue de San
Martín. Escaparon el martes 28 de febrero y se teme que muchos
de ellos murieron durante los incidentes y fueron enterrados en
fosas comunes”.
En la penúltima página había tres noticias sobre la represión
contra los univer­sitarios: “FCU: siguen allanamientos, detenciones
y desapariciones”. En el desarro­llo de la noticia se mencionaban
nombres y se denunciaban torturas; los estudiantes reiteraron: “La
necesidad de que se dé a conocer el número real de muertos [...].
Ellos tienen una cifra preliminar que sobrepasa los 1.200”.

MIQUEL IZARD
[ 128 ]
La segunda noticia se titulaba: “Médico de la Disip: Es falso
el abuso a detenidas ucevistas” y la tercera “Liberados dirigentes
estudiantiles de la ULA”, detallándose que los estudiantes de
Mérida habían sido detenidos por funcionarios de la Disip que los
trasladaron a Caracas.
En páginas interiores EN recogía la tardía pero esclarecedora
reacción de la Iglesia, en noticia: “Es un escándalo la brecha entre
ricos y pobres”. El arzobispo de Caracas, los obispos auxiliares y los
sacerdotes habían redactado un documento en el que, entre otras
cosas, decían: “El Consejo Presbisterial reiteró su solidaridad con
los pobres que son los que se han sentido más agredidos y amena-
zados en su derecho a una digna subsistencia por una situación
económica y social injusta [...] Vemos a la luz de la fe, como un
escándalo y una contradicción con el ser cristiano la cre­ciente
brecha entre ricos y pobres. El lujo de unos pocos se convierte en
insulto contra la miseria de las grandes masas. [... recordaban] que
es un deber del Estado, el proteger la seguridad, la vida y los bienes
de todos los ciudadanos frente a injustas agresiones. E igualmente,
con firmeza deploramos la muerte de tantas personas inocentes,
víctimas de una violencia que ellos no provocaron. Los hechos
criminales de estos días, tales como el saqueo y la violencia física,
provocados, en algunos casos, por hechos igualmente criminales
tales como la especulación y el acapara­miento, deben ser sancio-
nados sólo con estricto apego a la Constitución y a las Leyes.
De igual manera pedimos que se ponga en inmediata libertad a
quienes no se les compruebe culpabilidad en los sucesos. [... el
documento también] denunció la codicia de empresas y de ines-
crupulosos comerciantes que provocó entre otros factores, el irri-
tante acaparamiento, desabastecimiento y el arbitrario incremento
de los precios”.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 129 ]
Otras noticias hablaban de “Torturados e incomunicados
estudiantes detenidos en la DIM” y se especificaba que su número
alcanzaba a 17. “PTJ investigará muerte de la estudiante [Yulimar
Reyes] de la UCV”. Pero la más dantesca era la titulada: “Teodoro
[Petkoff]: Hubo una brutal matanza en Nueva Tacagua”. El excan-
didato a la presidencia del MAS mencionaba lo ocurrido en este
amontona­miento de ranchitos construido quince años atrás para
atender provisionalmente a damnificados por las lluvias. “Allí
reside, dijo Teodoro, la pobreza de la pobreza. Y fue en ese lugar
donde bajó la GN, Disip y Ejército para ajusticiar cruelmente a
quienes tienen como único delito sobrevivir”.
“La razón de esta represión fue, supuestamente, el rumor
llegado a los militares de que una poblada se movilizaría desde
Nueva Tacagua a invadir y saquear viviendas en otro sitio [...].
Una joven de 16 años que esperaba en una de las calles a su madre,
recibió una ráfaga [...]. Otro muchacho fue muerto por dos motori-
zados de la Disip frente al modulo policial. Y así por el estilo fueron
asesinadas 17 personas más a manos de la GN”.
Añadía Petkoff: “Se trata de un drama que se repite en cada
uno de los barrios que he visitado desde que se desataron estas
escenas de represión brutal [...]. Pero estas 19 víctimas de la repre-
sión inmisericorde en Nueva Tacagua tienen testigos [...].
Cuando estas personas fueron lanzadas desde un camión
hacia un barranco, un joven a quien dieron por muerto presenció
el hecho y pudo relatar lo ocurrido”.
El excandidato concluía: “Es hora de que Venezuela conozca
en detalle los trágicos acontecimientos ocurridos, en los cuales es
verdad que pequeños comer­ciantes perdieron sus bienes debido
a los saqueos, pero que es cierto también que se ha castigado de
manera salvaje y vergonzosa a humildes trabajadores y vecinos que

MIQUEL IZARD
[ 130 ]
no participaron en los saqueos ni mucho menos desafiaron a los
militares”.

Marzo 11, sábado


Todavía buena parte de la pp dedicada al Caracazo. Noticias
de tipo político, especialmente: “El Congreso ratificó suspensión
de garantías constitucionales”, lo que AD consiguió con el apoyo
de Copei y algunos otros partidos minúsculos.
Noticias de tipo económico: “Aumentó la carne de res y de
cochino” o “Las tasas hipotecarias no pueden subir de 35%”. A
la vez que informaciones de tipo general: “Derechos Humanos:
Venezuela debe investigar violaciones”, AI instaba al gobier­no y
habría dicho al presidente: “La violencia de los disturbios no era
excusa para muertes de civiles o tormentos físicos de presos”. AI
había recibido información “sobre personas baleadas en sus casas
durante requisas policiales y [de] que crecen los temores por la
seguridad de personas de las que no se ha tenido noticia desde que
fueron detenidas”.
La up estaba dedicada a las pérdidas en los saqueos o a los
abusos represivos. “Investigan muertes y desapariciones de los
disturbios asegura la PTJ”, lo que habría declarado el ministro de
Relaciones Interiores al salir de la misa oficiada en la catedral por
el arzobispo en memoria de muertos y desaparecidos.
“Denuncian 3 homicidios causados presuntamente por la
Pm” y se especificaba que Ochoa Antich había presentado los
reclamos pertinentes. En la misma noticia se afirmaba que otros
3 estudiantes testigos de los hechos habían declarado, en igual
sentido que lo había hecho un primer compañero, sobre la muerte
de Yulimar Reyes.
“El MEP protesta allanamiento a la casa de [Jesús Ángel] Paz
Galarraga”. El hecho, según el secretario de este partido de AD, “es

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 131 ]
prueba fehaciente del deterioro de un estado de derecho confec-
cionado únicamente para servir a los intereses dominantes”. El
desafuero supuso también que el ministro del Interior pidiera
disculpas al veterano luchador radical y que se viera obligado a
“reconocer que en niveles ajenos e inferiores a ese despacho se
cometió un disparate”.
Y las dos únicas noticias de la penúltima página eran del
mismo calibre: “Incomunicados los detenidos en la Disip de
Puerto Cabello. Dos de ellos estudian­tes y los tres detenidos, en
primer lugar, por bandas armadas de AD”.
“Miembros de la Universidad Pedagógica denunciaron acoso
ante la Fiscalía. Los nombres de detenidos, estudiantes univer-
sitarios y de jóvenes pertenecientes a diversos grupos culturales
de barrios, siguen llegando a la redacción, así como las denuncias
sobre nuevos allanamientos a residencias de estudiantes”.
Más adelante, decía la periodista: ‘También se acercaron a la
redacción de EN un grupo de jóvenes pertenecientes a diversas
organizaciones populares de Caracas para hacer del conocimiento
público que a raíz de los sucesos [...] se ha pretendido responsa-
bilizar a las organizaciones populares de la organización de los
hechos de violencia y saqueo, originados por el descontento del
pueblo que estalló espontánea­mente ante el alza del pasaje”.
De las páginas de “nacionales” casi dos estaban dedicadas a
la ratificación de la suspensión de las garantías. “Gustavo Taire:
Apoyar la solicitud del Gobierno es ser consecuente. Para el jefe
de la fracción parlamentaria copeyana, no se han superado todos
los problemas, pero no es el momento oportuno para desórdenes y
alteraciones del orden público”. Por su parte, Vivas Terán, dirigente
de Copei, no siguió a su partido.“El diputado copeyano considera
que si la situación se ha normalizado en todo el país, tal y como lo
manifiesta el Gobierno, se deben restituir plenamente los derechos

MIQUEL IZARD
[ 132 ]
constitucionales”. Vivas declaró además: “Sospecho que el mante-
nimiento de la suspensión de garantías está destinado a cercenar
cualquier manifestación pacífica, cualquier protesta popular, cual-
quier iniciativa que vaya contra el paque­te de medidas económicas
que ha anunciado el presidente Pérez”.
A otro nivel, EN recogía acusaciones de que “AD obstaculiza
investigaciones [en el parlamento] sobre los sucesos de febrero.
Así lo denunció la fracción parlamentaria del MAS, que además
proporcionó datos extraoficiales de muertos, detenidos y viola-
ciones a los derechos humanos”. Se especificaba que la comisión de
diputados había visitado bien pocas sedes de las fuerzas de segu-
ridad y no se había podido interpelar a los ministros pertinentes.
Según los datos reunidos por el MAS: “Sólo en la morgue de la PTJ
[Bello Monte] se identificaron 260 muertos y en la del hospital José
Gregorio Hernández de los Magallanes, ha habido aproximada­
mente 200. Por otra parte en el sector La Peste del Cementerio del
Sur, y en dos fosas comunes, fueron enterrados ilegalmente y sin el
registro correspondiente, una can­tidad no determinada de cadá-
veres por parte de funcionarios de Defensa Civil y PTJ. Dichos
cadáveres fueron sepultados en bolsas plásticas, en filas de ocho y
cubiertos por capas sucesivas de cal y tierra. Ediles del MAS, AD
y Copei constataron el hecho. En relación con los detenidos en
la Disip, afirmaron que de 91, 67 eran dirigentes estudiantiles, lo
cual revela un ensañamiento injusto contra el movimien­to estu-
diantil, la mayoría fueron detenidos en allanamientos a sus casas y
por relatos pudimos conocer que otros fueron torturados física y
psíquicamente”.
Por supuesto, las autoridades negaron que se torturara.
Por otra parte, el diputado WM seguía exigiendo que se
profundizaran las investigaciones sobre EA y sucesos similares
y manifestó a la prensa: “En cuanto a los sobrevivientes de esta

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 133 ]
tragedia, dijo que están en su casa [la del diputado] desde que se
suspendieron las garantías y como caso curioso relató que el salvo-
conducto que a él le fue expedido [aunque no lo necesita por ser
parlamentario] está firmado precisamente por el comandante del
Cejap, general Humberto Camejo Arias”.

Marzo 12, domingo


Con el paso del tiempo crecía el número de denuncias a la vez
que el gobierno seguía defendiendo, cómo no, su versión, y surgían
explicaciones grotescas: a este nivel la perla fue la ocurrencia de
la inefable periodista Sofía Ímber que en su programa diario de
televisión Buenos días dijo: “¿Quién garantiza que los 300 guar-
daespaldas que trajo Castro (a la ‘coronación’) realmente se fueron
del país?”.
La opinión fue resaltada en la columna “Estrellados y Estre-
llas” del suplemento dominical de EN y provocó, tres días después,
el divertido artículo “Fidel, la turba y el betamax” de Earle Herrera.
“En Venezuela no hay violación de los derechos humanos” se
titulaba la noticia recogiendo la respuesta del director de la Oficina
Central de Información (OCI) desmintiendo la alerta lanzada por
AI. Añadía que el gobierno se había enterado de la denuncia por
la prensa e insistía: “Enfatizo que en el país no hay violación de los
derechos humanos. En todo caso, el Gobierno Nacional no se ha
negado nunca a que existan averiguaciones e investigaciones sobre
esa materia”. Frente a esta opinión se multiplicaban, ya lo he dicho,
los alegatos en sentido contrario.
Miembros del consejo editorial del Periódico Universitario,
elaborado por gente de la USB, notificaban “la persecución de
que ha sido objeto [su director] por parte de cuerpos policiales,
a raíz de los recientes disturbios producidos en el país”. Y algunas
de las informaciones en la penúltima página de EN señalaban: “Sí

MIQUEL IZARD
[ 134 ]
se ha torturado en la DIM, responde el parlamentario Aristóbulo
Istúriz al vicealmiran­te Rodríguez Citraro”. O “Más de 200 estu-
diantes han estado detenidos”; “Electri­cidad aplicaron a los presos.
Denuncia la hermana de Naty Vásquez, quien está recluida con su
esposo en ese cuerpo policial DIM], y pide protección para ella y
los detenidos”, pues las torturas habrían sido tales “que muchos han
intentado suicidar­se”.
Rosita Caldera, en su dominical columna “7° Día” hablaba de
“genocidio económico” enfatizando: “Bajo un estado de suspen-
sión de garantías se está cometiendo contra la mayoría de los vene-
zolanos un genocidio económico que no tiene parangón con nada
en nuestra historia. Ahora es cuando se está dando a conocer el
mayor grueso de las medidas del famoso ‘paquete’ y será ahora, en
medio del terror por las detenciones, allanamientos y las recientes
matanzas, que se aplicará una fulminante devaluación de la
moneda nacional y todo lo que falta aún por sufrir”.
En la misma columna hablaba de “El saqueo”, diciendo: “Los
discursos no pueden seguir nombrando como saqueadores a los
que cargaron con las cajas de aceite, un canal de res, perniles de
cochino, o como el niño asesinado de un balazo por llevarse una
lata de margarina. Los saqueadores tienen que ser identificados
si quiere hablarse de franqueza. El país ha sido sometido a un
saqueo histórico, pero el mayor de todos no lo cometieron los que
se lanzaron a la calle el 27 y 28 de febrero, sino los que suscribieron
y avalaron el mejor refinamiento de la deuda; los que quebraron
la economía del país, consumieron las últimas reservas, dejando
las arcas nacionales tan vacías como estaban las estanterías de los
supermercados; los que traficaron con las cartas de crédito, desva-
lijaron a Recadi y los que colocaron 75 mil millones en el exte-
rior. ¿Para estos saqueadores no habrá castigo? Siento duelo por
ese infeliz muchacho que robó el envase de margarina en un país

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 135 ]
donde el robo grande se tolera. ¿No es un delito esconder el café
para remarcarlo con los precios aumentados, sin que haya castigo?”.
Por otra parte, fue entrevistado el veterano luchador masista
Pompeyo Márquez: “Muchos sectores sostienen que una de las
maneras que tiene el Gobierno para evitar la protesta en contra del
paquete [...] es mantener las garantías parcialmente suspendidas.
—Exactamente y eso no se puede mantener, pues se va a dañar
precisamente el funcionamiento democrático del país.
Se sostiene también que está peligrando el orden y la insti-
tucionalidad democrá­tica. Por este camino de imposición, de la
suspensión de las garantías, de la manera como se utilizó el toque
de queda, con los baños de sangre que se dieron en algunos sitios de
la ciudad y del país, por la reaparición de la tortura, por los desapa-
recidos y por los muertos, todo ello coloca a la institucionalidad en
cuestionamiento”.

Marzo 13, lunes


Toda la up con una noticia: “Hay 43 desaparecidos. Enrique
Ochoa Antich entregó la lista y agregó otros nombres no confir-
mados, dijo que hoy introducen denuncias para que investiguen
otros casos de personas maltratadas en Caracas”.
La información, por supuesto dantesca, además de incluir la
lista con detalles denunciaba algún caso en particular: “Aunque el
director de la PTJ [...] ha dicho que este organismo ha abierto expe-
diente por 276 muertos, Ochoa Antich dijo que él estima unos 400
muertos en el país, ya que en la morgue de Caracas se contaron más
de 300, teniendo en cuenta a los no identificados. El lunes y martes
27 y 28 de febrero se producen unos 60 muertos en Caracas, cifra
que estiman los diarios se puede alargar a 80. Las demás muertes se
producen después, cuando se han suspendido las garantías y hay
toque de queda. Aquí hay mucha gente maltratada, porque se trata

MIQUEL IZARD
[ 136 ]
de gente que se había entregado o en otros casos murió en sus casas,
por tiros que los soldados hacían indiscriminadamente a edificios
y barrios”. También denunció: “En estos disturbios hay quienes se
han aprovechado para eliminar a sus enemigos”; mencionaba a un
Pm que intentó asesinar al exmarido de su amante.
A otro nivel denunciaba la muerte de Armando Castellanos
en Petare por una comisión de tres Pm borrachos.

Marzo 14, martes


Con una titulación incorrecta EN destacaba en up: “Conato de
disturbios en Caracas. Ante rumores de saqueo los comerciantes
cerraron las puertas de sus negocios. El transporte colectivo se
redujo al mínimo”. Una falsa alarma había provocado, el lunes en la
mañana, un pánico injustificado.
En otra información en la misma up se leía: “Piden exhumar
cadáver en Cúa que se creyó de Gamboa Alcalá”. El abogado Ignacio
Ramírez Romero, presidente de la Federación Nacional de Defensa
de los Derechos Humanos, había pedido que se abriera una investi-
gación por “noticia y crimen” y para determinar responsabilida­des
a la morgue, pues el 6 de marzo se entregó a una pareja el cadáver
que supues­tamente era de su hija Gamboa de 16 años desaparecida
el 1° de marzo. Posterior­mente la muchacha apareció, había estado
detenida en Fuerte Tiuna, y regresó a su casa el 7, después del
entierro. Los vecinos entre el estupor y la alegría decidieron orga-
nizar una fiesta pero también continuar un novenario ya iniciado,
ahora para “agradecer el milagro de haber seguido viva”.
En la penúltima página varias noticias sobre la masacre:
“Pidieron a juez investigar otras 4 muertes irregulares”. Otro paso
en la campaña de denuncia de Ochoa Antich, los familiares no
conseguían saber nada de Boris Bolívar, detenido por funciona-
rios de la Pm. Este cuerpo decía haberlo entregado a los militares y

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 137 ]
estos aseguraban haberlo devuelto a la Pm. “Como no aparece en
la morgue, es seguro que fue enterrado junto con los que fueron
llevados a la fosa común”.
Otros titulares mencionaban: “En huelga de hambre 13 estu-
diantes detenidos en la DIM” o “Grupo cultural de Monte Piedad
denuncia hostigamiento policial”, grupo que se limitaba a “incur-
sionar en las artes escénicas, publicar un periodiquito, El vocero
de Monte Piedad, que tiene un año de circulación, y participar en
labores de tipo reivindicativo y social”.
En páginas interiores EN se hacía eco de otras dos noticias:
“Rangel denuncia más torturas, asesinatos y ajustes de cuentas.
La politiquería ha pervertido la Fiscalía General de la República
y no hay instancia a la cual recurrir. De modo categórico, tajante,
[el excandidato presidencial] José Vicente Rangel no solamente
asegura que los cuerpos de seguridad del Estado han torturado a
muchos de los detenidos [...] sino que muchas personas inocentes
han sido asesinadas, en ciertos casos porque algunos agentes del
orden aprovecharon la supresión de garantías para ‘ajustar cuentas’,
o ‘pasarles recibo’ a ciudadanos con quienes han tenido proble­mas
personales o políticos”.
Rangel era todavía más enfático en su denuncia, “los sucesos
han servido para poner una vez más en evidencia la quiebra total
de la legalidad, en esta oportunidad en el marco de la suspensión
de garantías”, y añadía: “La suspensión de garantías no cambia
en mucho la situación en que se suele ver el Estado venezolano,
ya que a su manera de ver los venezolanos viven en un régimen
permanente de suspensión de garantías de facto. Por eso, cuando el
gobierno las suspende formalmente es que la colectividad se entera
que tiene garantías constitucionales”.
Más adelante remachaba su denuncia: “El derecho a la vida,
por ejemplo, no es susceptible de suspensión. Sin embargo, en el

MIQUEL IZARD
[ 138 ]
curso de estos acontecimientos hemos visto cómo han sido asesi-
nados muchos venezolanos”.
La segunda noticia hacía referencia a “Amnistía Internacional
sorprendida por declaraciones venezolanas”, del gobierno, que
afirmó “no haber recibido un telegra­ma de la organización en el
que se pedía la investigación de supuestas violaciones de los dere-
chos humanos durante la represión de los últimos disturbios”.
AI habría mandado el mensaje al Ministerio de Relaciones
Exteriores por télex y al día siguiente copias al ministro secretario
de la Presidencia y a otras autoridades, entre ella la Embajada de
Venezuela en Londres.

Marzo 15, miércoles


A los quince días del inicio de la represión, ésta, sus causas y
secuelas volvieron a ser noticia. EN le dedicaba, directa o indirec-
tamente buena parte de la pp y toda la up. Llegada de alimentos de
Colombia y España, alza del precio de la carne en Ciudad Bolívar y
un largo etcétera. El Ministerio de la Defensa alertaba: “En el metro
reparten volantes que incitan a la violencia”. Se insistía, en el cuerpo
de la noticia: “El Ministerio de la Defensa reiteró a EN que en Vene-
zuela no hay desaparecidos y que es oportuno que quede claro que
hubo un grupo de víctimas de los pasados disturbios que debieron
ser inhumados por ausencia de documentación y en previsión de
problemas sanitarios”.
Por otra parte, y es bien significativo que diese la voz de alerta
una institución tan ligada a la presidencia, “Carlos Blanco, de la
Copre: o cambiamos o nos hundimos. Carlos Blanco, ministro para
la Reforma del Estado, afirma que Vene­zuela nunca más será como
antes. Lo sucedido el 27 de febrero y días siguientes fue la revuelta
del desamparo y advierte que la necesidad de la reforma tiene la
fuerza incontrastable de una evidencia práctica, pues cambiamos

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 139 ]
o nos hundimos. La pobreza se colocó en evidencia frente a un
liderazgo que no sólo no la reconocía verdaderamente, sino con la
cual no tenía ningún mecanismo de comunicación y menos aún de
representación”.
En la up se destacaba, con grandes titulares: “Yanilsa Quimba-
laya fue la joven sepultada en Cúa por confusión. La PTJ la identi-
ficó a través de nacrodactilia. Había perecido por sofocación en el
interior de una tienda que fue incendiada por saqueadores”.
Otras noticias mencionaban: “Comandante de Pm ante juez
hoy por denuncia de varias muertes”, entre ellas la de Yulimar Reyes
y “siete agentes de la Metropolitana a la orden de PTJ por saquea-
dores”. La última: “Piden a presidente Pérez libertad de estudiantes.
La misma fue hecha por líderes de la FCU de Derecho de la UCV. La
petición comprende a unas 200 personas”. Los peticionarios “como
estudiantes de Derecho” estaban preocupados por lo que estaba
sucediendo en el país, fundamen­talmente por lo que respecta a las
garantías constitucionales, y añadían que no estaba justificado, “no
sólo porque la suspensión de las garantías no devolvió la norma-
lidad al país, sino que por el contrario, cuando las garantías fueron
totalmente suspendi­das, se cometieron más violaciones a los dere-
chos constitucionales”.
Y en páginas interiores, con grandes titulares, se destacaba:
“Defensa: no hay desaparecidos”. Y añadía el periodista: “La infor-
mación fue suministrada por fuentes de la mayor credibilidad, las
que insistieron en que la institución castrense no tiene nada que
ocultar y por el contrario ha mantenido la mayor receptividad a
las informaciones solicitadas por las direcciones nacionales de los
partidos políticos de distintas tendencias que actúan en la vida
nacional, así como las comisiones y parlamentarios que también
las han requerido”.

MIQUEL IZARD
[ 140 ]
Marzo 16, jueves
Buena parte de la up dedicada —algo macabramente— a la
confusión de la muchacha muerta. “Quiero seguir viviendo como
una persona normal. En su casa, después de ‘resucitar’, Francia
Gamboa Alcalá cuenta lo que vivió mientras la daban por muerta”.
La rocambolesca historia del despiste con la jovencita permite
intuir lo que les ocurrió a otras personas menos afortunadas.
Tres páginas interiores del cuerpo “nacional” seguían dedi-
cadas a la masacre con titulares como los siguientes: “La Fiscalía
ha atendido todas las denuncias de desaparecidos”; “Comandante
de la Pm ofreció amplia colaboración a juez XLIII [que investiga
muertes causadas por Pm]”; “Tienen 96 horas de huelga de hambre
detenidos en la DIM”, y en su desarrollo se especificaba, pongo por
caso, “un grupo de apoyo del 23 de Enero reitera la denuncia sobre
la persecución, hostigamiento y allanamiento a que están siendo
sometidos los miembros de las organizaciones populares del país”;
“Aliegro: no hay desaparecidos. Los parlamentarios de la Comi-
sión de Política Interior afirmaron que el ministro de la Defensa
les prometió que esclarecería las presuntas torturas a los detenidos
de la DIM, cuyo director será interpelado”; “Doscientos detenidos
declaran ante jueces militares. Sesenta y dos hasta ahora serán
procesados por rebelión militar”.
Y destacaba la “Carta a Martín [en la que] presidente Pérez
desmiente informaciones sobre muertos y heridos en allana-
mientos a viviendas u otros inmuebles”. Y reproducía, íntegra,
la carta de CAP al secretario general de AI, en la que decía cosas
como la siguiente: “Informaciones recogidas por sus fuentes son
resultados de las deformaciones de la noticia que se producen en
circunstancias como las que vivió nuestro país y particularmente
la capital de la República. [... hablaba también de] la falsedad de
las denuncias sobre ciudadanos incomunicados o maltratados por

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 141 ]
las autoridades en sus sitios de retención. Es falso de igual manera
que en allanamientos de viviendas y otros inmuebles se hubiesen
producido muertos o heridos, como no sea el ametrallamiento y
muerte del mayor del ejército cuando se allanaba una tienda de
francotiradores. Los casos citados en su mensaje son absoluta-
mente falsos y produce congoja que hubiesen sido acogidos como
ciertos. Falsa igualmente la existencia de desaparecidos [...]. Las
garantías [constituciona­les] fueron restituidas sólo parcialmente
con la aprobación de más de las dos terceras partes de los miem-
bros del Congreso Nacional, lo que es signo evidente de que, ante la
situación creada por las medidas económicas que se ha visto obli-
gado el gobierno a implantar, y las actividades de grupos violentos
de organización clandestina en el país, se ha considerado prudente
por la colectividad nacional y por la mayoría abrumadora del
Congreso de la República, la suspensión de las garantías mientras
subsistan los peligros de graves conmociones del orden público”.
Debajo mismo de esta información, otra rezaba: “MEP llama
a Copei y al MAS a concertar contra el gobierno. Adelso González
dijo que sólo ese acuerdo tripartito puede dar rumbo a la indigna-
ción popular y obligar al gobierno a imponer las rectificaciones
de su política económica”. Se leían en el texto párrafos como el
siguiente: “Señaló el profesor González Urdaneta que las recientes
resoluciones emanadas de los máximos organismos de dirección
del partido socialcristiano [Copei] y del MAS, son ampliamente
positivas y posibilitan la integración de un bloque o coordinadora
nacional de opinión contra el hambre y por los derechos humanos,
y que al mismo tiempo derrote las políticas antipopulares del
gobierno en el Parlamento y en la calle”.
Esta crónica se cierra con este antagonismo, la denuncia de AI,
respaldada por el parecer de partidos de oposición, grupos cívicos
y personalidades aisladas, y la respuesta de CAP, incoherente,

MIQUEL IZARD
[ 142 ]
incomparable e inconcebible. Lentamente, el sistema, que controla
los medios de elaboración, reproducción y transmisión de noti-
cias, iría alcanzando lo conseguido ya tantas veces, que se perdiera
la memoria de lo acontecido y el recuerdo de víctimas, muertes,
torturas o encarcelamientos, que la gente fuera interiorizando
una interpretación oficial que nada tiene que ver con lo ocurrido.
Exactamente igual como García Márquez cuenta que pasó con la
masacre de las bananeras.
El 13 de abril La Vanguardia de Barcelona se hacía eco de unas
declaraciones de Luis Herrera Campins. El secretario general de la
Internacional Cristianodemócrata que el 8 de marzo había cana-
lizado la espontaneidad de la revuelta y la falta de conducción u
orientación, pasado el trauma declaraba: “Carlos A. Pérez no se ha
enterado de la magnitud de la revuelta” o “al comienzo, los mani-
festantes no actuaron con una violencia premeditada, sino que se
limitaron al saqueo de tiendas y comercios, ante los cuales la policía
actuó con una extraordinaria tolerancia. Pero después los hechos
se complicaron con la intervención de elementos de la insurrec­
ción marxista. El gobierno procedió con inusitada lentitud, fue el
más sorprendido, insólitamente sorprendido”.
Tan sorprendido como el resto de los venezolanos que jamás
había oído mencionar a estos insurrectores marxistas que, a todas
luces, aparecieron a primeros de marzo por generación espontánea.
En este proceso de enmascaramiento y camuflaje del pasado
juegan rol destaca­do e imprescindible los que, vuelvo sobre ello,
el historiador François Hartog tiene por “funcionarios del olvido”.
Diez días antes de la Semana Trágica, cuando todavía la prensa se
hacía amplio eco de la masacre de EA y empezaban a proliferar
noticias sobre el cariz de la presidencia que acababa de finalizar, EN
(17-02-89) recogía en su sección “Miraflores a la vista” noticia de
que “en su más reciente sesión, la Academia Nacional de la Historia

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 143 ]
acordó, por unanimidad, rendir un homenaje de reconocimiento
al expresidente Jaime Lusinchi por todo cuanto ha hecho en favor
de la cultura y la historia de este país”.

MIQUEL IZARD
[ 144 ]
Apéndices
1. SOBRE EL ETNOCIDIO

A casi quinientos años de 1492 el trato que reciben los aborí-


genes cazadores recolectores no ha variado cualitativamente; por
desgracia sólo de forma cuantita­tiva; en estos quinientos años, y a
través de un larguísimo proceso, los occidentales esclavizaron a los
miembros de las sociedades agrícolas sedentarias (aztecas, incas,
chibchas) y comprendieron que los nómadas jamás aceptarían su
yugo quedando sólo el exterminio. De esta agonía, además del caso
piaroa que provoca este apéndice, mencionaré aquí alguno más,
pero, desafortunadamente, realizar un inventario sería el cuento
de nunca acabar.
El 22 de septiembre de 1977 EN recogía la denuncia del dipu-
tado Espittia López bajo el titular: “Grupos de indígenas explotados
por terratenientes en Apure”. En el desarrollo de la información se
denunciaba concretamente el recurso al viejo truco de declarar a
los aborígenes deudores y obligarles a trabajar para los patrones
hasta que no cancelaran lo que supuestamente les “debían”.
Tres años más tarde EDC (28-06-80) reproducía parcialmente
la ponencia del antropólogo Henry E. Corradini, presentada en
el seminario indigenista del Ciara, titulando la noticia: “Último

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 147 ]
descubrimiento de las Nuevas Tribus. De cómo los panare mataron
a Cristo”.
Esas Nuevas Tribus es una asociación cristiana misional
norteamericana que dice evangelizar aborígenes en el sur venezo-
lano desde 1946, aunque han sido múltiples y reiteradas las denun-
cias de quienes les sospechan actividades bien poco altruistas más
o menos vinculadas al control de los recursos del subsuelo*.
Corradini consiguió dos opúsculos en lengua panare, editados
por Nuevas Tribus: Aprendiendo de Dios, 1975 y Los panare
aprenden las cosas de los demonios, 1976.
En el primero se acusa a los panare de haber matado a Cristo
y señala Corradini: “Los panare han de sentirse culpables hasta la
médula de los huesos y aguardar el castigo divino por haber asesi-
nado al hijo de Dios. Con esta mentira inaudita y monstruosa, los
misioneros de las Nuevas Tribus sembraron el pánico en la mente
de numerosos indígenas, calculando que este clima sociológico
fortalecería su inci­piente teocracia. La situación de las comuni-
dades se agrava por el hecho de que los chamanes indígenas, conse-
jeros tradicionales de los panare, han sido acusados de canibalismo
e identificados como los ‘enviados de Satanás’ por los misioneros
evangelistas”.
El antropólogo cuenta que en un viaje al río Colorado
encontró un grupo panare que “presa del síndrome apocalíptico,
había abandonado su churuata [choza] y re­nunciado a toda clase
de actividad en la espera de ser asados vivos de un momento a otro
por la gran candela que les habían anunciado los evangelizadores
de las Nuevas Tribus. Para tranquilizar a los indígenas pernoc-
tamos con ellos y enseñándoles el maravilloso cielo de Guayana,

* Puede consultar E. E. Mosony et ali. El caso Nuevas Tribus, Caracas. 1981, Ateneo de Caracas, 259.

MIQUEL IZARD
[ 148 ]
les hicimos notar que nadie había alterado el orden cósmico y que,
por consiguiente, ellos no tenían nada que temer”.
En otra oportunidad, calmó la inquietud de los indígenas contán-
doles el drama de Cristo dentro de su contexto histórico original. Para
apoyarse [... ] les mostró una reproducción del lienzo de Tintoreto,
La crucifixión. Al verla los panare comen­taron entre ellos, que ahí no
había E’ñapa [panare]: esos hombres que matan a Cristo tienen barba,
ropa, caballos, son ta’tó [los blancos]. Sólo Cristo lleva guayuco.
En el otro librito [... Aprendiendo] donde se les cuenta la
historia de Adán y Eva [...] les “enseñan” a los indígenas que el
dios cristiano [Ariyo] se encuentra sumamente disgustado por
la desobediencia de la primera pareja, por lo cual los condena a
tumbar conuco [trabajar la tierra] por el resto de sus vidas. [Pero
para estos cazadores recolectores la poca agricultura que prac-
tican jamás es visualizada como un castigo, todo lo contrario]
la tumba del conuco indígena [es] como un acto solemne, de
carácter religioso, motivo de grandes celebraciones cuya natura-
leza festiva dista mucho de la mórbida interpretación insinuada
por los misioneros.
Lejos de ser el castigo de un dios intolerante, la fiesta del
conuco es una promesa de vida y un nuevo pacto de paz con la
naturaleza sagrada.
[...] Corradini en su prolijo estudio [cuenta] que para salvarse
del fuego exterminador los panare deberían abandonar las costum-
bres de sus antepasados y someterse a las exigencias de los enviados
de Dios [léase Nuevas Tribus...] el misionero es quien censura,
reestructura y ordena la coreografía indígena [... ] para ajustarla
a los cánones de la decencia, el orden y el buen gusto occidental.
El resultado es, como puede suponerse, un baile rígido y profa-
nado. Un baile de mamarrachos tristes y trágicos a quienes se les

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 149 ]
ha arrancado el alma y el espíritu indígena que le confería todo su
colorido y su calor humano”.
Una vez más estos pueblos sencillos y coherentes víctimas de
una de las peculiaridades morales de su cultura: como en ella no
existe el mal, las gentes no son maliciosas, así son incapaces de creer
que otras gentes puedan querer perjudicarles, pecan por buenos
y de ingenuidad. Esto, desde hace quinientos años, les ha dejado
indefensos ante la malicia y la perversidad de la moral occidental.
A mediados de 1984, porque alguien se hizo eco de la injus-
ticia, el abuso cometido contra los piaroa llegó hasta la prensa.
El 27 de junio EN recogía la denuncia ante el Fiscal General de
la República presentada por el diputado de AD, César Alayón; la
noticia, ocupando la mitad superior de la up, se titulaba: “En el
Territorio Amazonas, hombres armados asaltaron una aldea de
indios piaroa”.
Entresaco algunos párrafos narrando lo ocurrido en el Valle
de Guanay, cerca de San Juan de Maniapiare:
“Los indígenas torturados sufrieron lesiones de gravedad
[... ] los agresores son peones de un hato situado en las cercanías
de la aldea, [...] en ese lugar las autoridades decomisaron varias
ametralladoras, diez mil cartuchos, 20 sacos de pólvora de fabri-
cación norteamericana, seis revólveres Magnum 3.57, varios rifles
3030, y fusiles FN30 [... los] indígenas no tienen otras armas que
las que usan tradicionalmente: flechas y cervatanas. [Se mencio-
naba, posteriormente, el hato de donde salieron los agresores que]
empezó apenas con 5 mil hectáreas y ya tiene más de 20 mil, lo
que significa que cada día van constriñendo más al indígena y es
de temer que en alguna oportunidad apliquen medidas drásticas
contra estos hombres y mujeres que son en verdad los únicos y
verdaderos propietarios del lugar”.

MIQUEL IZARD
[ 150 ]
Dos semanas más tarde EN reproducía, con amplitud, la
denuncia de Aura Lorcio de Rangel, procuradora agraria ngacional,
“quien acaba de introducir una demanda ante la Fiscalía General
de la República para que se investiguen los constantes atropellos
que han sufrido los vecinos del mencionado feudo [el hato San
Pablo, propiedad de Hermann Zingg Reverón desde 1972 cuando
llegó al Amazonas], los piaroas [...].
El primer atropello físico denunciado fue el del capitán de
la comunidad José Domingo González, quien recibió una paliza,
según el informe, por no complacer con su hija al encargado del
feudo [...].
Ya para entonces [1976, cuando Zingg registró el hato],
las mencionadas [ocho mil] hectáreas se encuentran cercadas,
quedando represadas dentro de ellas las tres lagunas que surten
de agua a los piaroas; además, evitando el paso por esos senderos.
Pero las limitaciones no paraban allí, sino que existía la amenaza
latente de que cualquiera que se atreviese a cazar algún animal en
esa zona podría encontrarse con la muerte.
[... Posteriormente] nuevas denuncias recaen sobre los
empleados del San Pablo, tales como violación de una niña indí-
gena, quemas de sus viviendas y conucos, abusos sexuales contra
las mujeres de la comunidad, construcción de cercas que impiden
la movilización de los piaroas y el acoso permanente para que
abandonen el lugar.
[Aunque el IAN, en 1982 adjudicó en propiedad a los piaroa
50.000 hectáreas, incluyendo el hato, Zingg no lo aceptó y siguió
acosando a los aborígenes].
También hemos podido constatar que empleados de Zingg,
vistiéndose como efectivos de la Guardia Nacional y utilizando
vehículos muy parecidos a los de esta fuerza, se dedican a acosar a
los piaroa [... ].

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 151 ]
[...] en hechos recientes se comprobó que varios indígenas
fueron amarrados a la cola de un caballo y arrastrados hasta el hato,
allí los colgaron de un árbol [...]. Finalmente, la doctora Loreto
señala que todos los miembros del IAN que han participado defen-
diendo a los piaroas, han sido tildados de guerrilleros [...]”.
En la misma página se recogían las declaraciones del abogado
de Hermann Zingg, las denuncias de atrocidades con los indígenas
eran falsas y, a su vez, tachaba a quienes defendían a los aborí-
genes, incluida gente de la Iglesia izquierdista, así como monseñor
Chacarelli, obispo de Puerto Ayacucho.
A raíz de este suceso, William Becerra publicó una serie de
reportajes: “Los amos de la selva” en EN. En la entrega quinta,
“Amazonas: la fiebre del oro sin control” denunciaba, pongo por
caso, los aborígenes que mostraban cierta habilidad trabajan­do
con la batea eran raptados para trabajar en minas distantes. “Luego
de terminada la explotación de la mina, es abandonado y burlado
por los que lo contrataron. Pasará mucho tiempo para que ingrese
a su etnia y mientras tanto su familia sufrirá la ausencia del jefe y
sólo será salvado de la muerte por la gran solidaridad que existe
entre esos pueblos”, y el artículo acababa rotundamente: “Lo cierto
es que todo lo que ocurre en Amazonas gira en torno al oro porque
allí está El Dorado”.
Todo el resto de la página 20 del cuerpo D de EN de este día,
29-10-84, estaba dedicado a esta cuestión. Paulina Gamus, parla-
mentaria de AD y de la comisión creada para estudiar la proble-
mática, en nota titulada: “Los del hato San Pablo son incidentes
dentro de un problema más grave”, sugería militarizar el Terri-
torio, “donde no existe ley y donde los mecanismos utilizados por
quienes explotan las riquezas del Territorio o tienen intereses en la
región o son mecanismos de fuerza primitivos, que ignoran total-
mente nuestro ordenamiento legal”.

MIQUEL IZARD
[ 152 ]
Otra noticia se titulaba: “Advierten organizaciones indígenas.
Estamos vivos y dispuestos a defendernos”.
“Por primera vez, indígenas asumen una posición ante la
problemática durante una reunión celebrada en días pasados en
Ciudad Bolívar. Liborio Guaruya (etnia baniva), del Círculo de
Pintores y Artistas de Amazonas, y Luis Mendoza (etnia pemón),
vicecoordinador general del movimiento indigenistas de Guayana,
trajeron a la redacción de El Nacional, el documento central de la
asamblea, que es el siguiente”:
“En estos momentos en que las circunstancias son adversas,
una vez más, al modo de vida de nuestros pueblos indígenas en
Venezuela y en el continente americano, nos hemos reunido en
Ciudad Bolívar, del 21 al 23 de julio de 1984, los representantes de
varias etnias y organizaciones indígenas (kariña, yecuana, wayúu,
baniva, pemón, warao), para evaluar, reafirmar y tomar posición
ante las viejas y nuevas acciones de atropellos que hemos vivido y
seguiremos padeciendo nosotros los indígenas, tales como:
1. Penetración y desintegración económica, política, social y
cultural de las diferentes etnias del país.
2. La evangelización compulsiva llevada a cabo por las Nuevas
Tribus, los adventistas y otras sectas religiosas transnacio-
nales en el estado Bolívar, Zulia, los territorios Amazonas y
Delta Amacuro.
3. La división y enfrentamiento generado por la intromisión
de los partidos políticos dominantes en las zonas indígenas.
4. La creación e implantación de proyectos y empresas con
fines desarrollistas y desintegradores.
5. La utilización de diferentes mecanismos de despojo y
desalojo de las tierras pertenecientes a los pueblos indígenas
que por derecho de posesión ancestral nos pertenecen;
tal es el caso del otorgamiento de concesiones mineras en

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 153 ]
territorios indígenas a criollos cegados por su ambición
de riqueza y destrucción; creación de reservas y parque
forestal sin la participación de los indígenas, lo que conlleva
posteriores restricciones de los modos de vida indígena; la
destrucción ecológica por la acción de empresas transna-
cionales y del Estado venezolano, como la explotación del
palmito y el cierre del Caño Mánamo en el Delta.
6. El atropello físico a los indígenas que hacen los empresa-
rios multimillona­rios, terratenientes y ciertos personajes
políticos, como es el caso del Valle de Manapiare (Guanay),
donde los hermanos piaroa han sido objeto de atropello
por parte del terrateniente Zingg, fuerzas de seguridad del
Estado, y las actitudes tomadas por algunos intelectuales
y políticos, quienes tratan de ocultar este hecho tildando
la protesta justa de nuestros hermanos como ‘subversiva’ y
‘encubridora’ del tráfico de drogas y la explotación ilegal del
oro y diamante, lo que a nuestra forma de ver es una burda
y vulgar injusticia.
7. Nos preocupa el silencio, la apatía y la incertidumbre que
este gobierno ha adoptado al ya iniciado proyecto de Educa-
ción Intercultural Bilingüe, echando por tierra los grandes
esfuerzos que nuestros líderes y organizaciones indígenas
han emprendido en pos de una educación más concienti-
zadora y liberadora de los pueblos indígenas. Por lo cual,
exigimos un pronunciamiento por parte del Minis­terio de
Educación, Dirección de Asuntos Indígenas y demás entes
del Estado, para que este régimen de educación tenga conti-
nuidad. Pues dicho sistema educativo contempla los princi-
pios de la interculturación basados en:
a. La autodeterminación de los pueblos.

MIQUEL IZARD
[ 154 ]
b. Derechos de los pueblos a hacer prevalecer y respetar su
propia cultura.
c. Participación y decisión en su propio destino.
d. La coexistencia del pluralismo cultural.
e. Presencia de una pedagogía indígena y el fortaleci-
miento de su propia identidad étnica.
f. El reconocimiento del idioma y demás valores esenciales
de la cultura.
Por todo esto, luchamos por una política indígena autónoma
enmarcada dentro de estos principios y del reconocimiento pleno
de nuestros derechos a seguir siendo nosotros mismos, por encima
de los cambios históricos y circunstanciales que jamás deberán inter-
ferir nuestro destino”.
Más tarde, el 12-06-85, EN reprodujo un remitido de represen-
tantes de los aborígenes venezolanos.
“¿Sin libertad ni democracia los indígenas venezolanos?”
Nosotros, representantes indígenas de diferentes etnias exis-
tentes en el país, nos dirigimos de nuevo al pueblo venezolano para
expresar nuestra preocupación por el rumbo que han tomado los
últimos acontecimientos relacionados con las políticas oficiales y
privadas dirigidas hacia nuestras etnias y los territorios que habi-
tamos desde hace milenios.
Cada cierto tiempo se hace referencia al problema indígena,
como si éste fuera reciente e inherente a nuestra condición. En
verdad, los problemas de indígenas y otros más importantes que
nos afectan fueron creados por factores externos y se remontan
a la desgraciada época de la conquista y colonización de este
continen­te. Durante y después de dicho proceso hemos sido objeto
de explotación y muerte masiva, despojo de nuestros territorios, y
desnaturalización de nuestras culturas. Pese a la buena voluntad
que mostró hacia nosotros (a través de sus decretos) el Libertador

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 155 ]
Simón Bolívar, y de nuestra participación en la Guerra Independen-
tista contra el Imperio Español —muchas veces en calidad de carne de
cañón—, ni el período Republicano ni la formación-consolidación
del Estado moderno nacional han contribuido de manera posi-
tiva a mejorar nuestra situación. Por el contrario, la destrucción de
nuestros Pueblos avanza a pasos agigantados y nuestros problemas
se vuelven más complejos años tras años, sin que se observen solu-
ciones de fondo.
Estamos cansados de reclamar ante cada gobierno de turno
por el respeto de nuestros derechos fundamentales; por la garantía
a la posesión de nuestras tierras tra­dicionales; por la implantación
de una política de salud acorde con nuestra idiosin­crasia y nece-
sidades; por una educación fundamentada en nuestras lenguas y
culturas autóctonas; por nuestra participación colectiva, activa y
permanente en la solución de los problemas que nos aquejan; por el
libre y justo ejercicio de nuestras creencias religiosas ancestrales; y
por la reivindicación pública de nuestro verdadero papel formativo
y actuante dentro de la historia e identidad Indo-latinoamericana.
Todas estas peticiones han sido en vano. Sólo hemos recibido
repuestas cínicas, insinceras, contraproducentes, a veces acompa-
ñadas de algunos paliativos que nunca llegan a tocar los problemas
en sus raíces, e incluso muchas veces se constituyen en nuevos
mecanismos de dominación colonial.
En este sentido, el presente gobierno no ha significado
ninguna excepción, ya que está causando nuevas y serias dificul-
tades a las ya acumuladas. El actual presidente de la República,
doctor Jaime Lusinchi, nos hizo en realidad una sola promesa elec-
toral, enmarcada dentro de su plataforma política del pacto social:
‘Borrar del Diccionario Venezolano la palabra indígena’ (sic). Que
en su momento no fue considerada por nosotros como un peligro
a nuestra integridad personal, comunal, étnica y/o territorial; pues

MIQUEL IZARD
[ 156 ]
la misma se hizo al calor y dentro del marco de la demagogia elec-
torera. Sin embargo, un conjunto de planes desarrollistas y asimi-
lacionistas que se están implementando en nuestro perjuicio, son
la prueba más evidente de que la promesa no formulada (explíci-
tamente) de la ‘eliminación de los indígenas de la geografía vene-
zolana’ va camino a cumplirse. Injusticias como las siguientes
respaldan nuestras palabras e inquietudes:
1. Defensa casi incondicional por parte del gobierno de las agre-
siones y desalojos llevados a cabo por los nuevos colonos
contra los legítimos pobladores indígenas; tal como se
observa en el caso de los hermanos piaroa del valle de
Guanay en el Territorio Federal Amazonas.
2. Otorgamiento de concesiones mineras en el estado Bolívar,
hechas de tal manera que muchas de las comunidades
pemonas, acawayas y arahuacas que habitan estas tierras
son incluidas como un recurso más; lo que es una vuelta al
viejo sistema de encomienda colonial.
3. Expropiación y contaminación que afecta progresivamente a
las comunidades panares, hoti y piaroas, habitantes ancestrales
de la hoy zona minera de bauxita “Los pijiguao”, sin que la
C.V.G. y Bauxiven estén implementando los mínimos palia-
tivos frente a tan brutal genocidio y ecocidio en marcha.
4. Invasión constante, premeditada y apoyada hacia las tierras
comunales de los kariñas del sur-oriente del país por parte de
terratenientes y compañías petroleras.
5. Construcción de una serie de represas (Guri, Caroní I,
Caura, etc.) de proporciones gigantescas y ecocidas, basadas
en la inundación de vastos territorios, con el previo desalojo
sin compensación de los indígenas que allí moran. Todo ello
enmarcado dentro de planes desarrollistas que no contemplan
en absoluto el impacto ecológico y social que emana de su

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 157 ]
ejecución, tal como efectivamente sucedió con el cierre del
caño Mánamo que por poco llega a acabar con la fauna, los
warao y los campesinos de la zona.
6. La persecución y hostigamiento permanente a los yaruros,
cuibas y guajibos en el estado Apure, en condiciones de un
racismo exterminador muy semejante al que prevalece hoy
en la Unión Sudafricana.
7. Formulación y ejecución de proyectos de colonización fron-
teriza, pasando por encima de la presencia histórica y de los
derechos posesorios de las comunidades y etnias indígenas
ya establecidas.
8. La paralización progresiva y desviación de los fines origi-
narios del Régimen de Educación Intercultural Bilingüe,
destinado a las escuelas de nuestras comunidades, según el
Decreto presidencial del 20 de setiembre de 1979.
9. Apoyo incondicional a las actividades etnocidas y antina-
cionalistas de la misión —mal llamada— Nuevas Tribus
en el plano político, social, religioso y educativo.
10. La segregación racial constante y manifiesta en la
exclusión de los representantes y dirigentes indígenas en
la formación de las comisiones sobre políticas fronterizas,
minas, desarrollo regional, desarrollos agrarios... y hasta en
las propias instituciones indigenistas.
11. Persecución ideológica, moral y física ensañada contra la diri-
gencia indígena nacional, y todo ciudadano u organización
que manifieste algún grado de adhesión o simpatía a nuestra
causa. En este sentido, cabe destacar que nuestras exigen-
cias reivindicativas son presentadas ante la opinión pública
nacional e internacional como pretensiones ‘separatistas’,
‘aislacionistas’, ‘subversivas’, etc. Es decir: contrarias al orden
establecido.

MIQUEL IZARD
[ 158 ]
12. Ofensas permanentes por parte de personalidades e insti-
tuciones contra nuestra dignidad humana y de pueblos
autóctonos. Por ejemplo: nuestros hermanos guajiros son
tildados permanentemente de bandoleros, narcotrafi-
cantes y contrabandistas. Otro tanto pasa con la Amazonia
venezolana, que ha sido llamada irres­ ponsablemente
‘Tierra de nadie”, con la intención de justificar la conquista y
co­lonización de la zona, así como su militarización progresiva
y el despojo legalizado de nuestros territorios.
13. El evidente comienzo de la explotación del carbón en gran
escala, así como el fomento indiscriminado de otros planes
de corte desarrollista en el estado Zulia, que constituyen un
peligro inminente para la integridad física y sociocultural de
las etnias guajira, paraujana, barí, yukpa y japreria.
Como es fácil comprender, nuestra situación actual es mucho
más grave que en cualquier época de nuestra historia del contacto;
al punto de considerar que si las presentes tendencias siguen su
curso, estamos a pocos pasos de la destrucción y desintegración de
nuestro ser colectivo. Más aún si se toma en cuenta que cualquier
manifestación o crítica indígena es condenada a priori y premedi-
tadamente, como ‘planes subversivos’, ‘pretensiones separatistas’,
‘defensa indebida del indígena’, etc. Y es por eso que, ante estos
hechos compulsivos y violatorios de nuestros derechos fundamen-
tales y universales como personas y como pueblos en un país que
se dice democrático, estamos llegando al convencimiento de que ni
libertad ni democracia disfrutamos los indígenas venezolanos en
esta patria forjada por Simón Bolívar y otros patriotas tras vencer
al colonialismo español.
Responsabilizamos de manera formal, ante la opinión pública
nacional e internacional, al presente gobierno por cualquier daño

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 159 ]
o perjuicio a nuestra integridad física, moral y étnica, a partir de la
publicación del presente documento-remitido. Así como:
1. Pedir la solidaridad activa de todo el pueblo venezolano, del
cual formamos parte como uno de sus fundamentos histó-
ricos pasado y presente.
2. Exigir ser llamados a participar permanentemente en las
distintas comisiones de alto nivel, gubernamentales o
privadas, designadas para reestructurar las instituciones
y políticas indigenistas del Estado.
¡Ningún colonialismo es bueno, en principio, pues es la nega-
ción de la libertad y de la condición del hombre autóctono, no
invasor! ¡No hay democracia donde no se respeten los derechos
fundamentales y universales del hombre y de los pueblos, diferentes
por naturaleza y circunstancias históricas!”.

MIQUEL IZARD
[ 160 ]
2. CANTAURA

El 4 de octubre de 1982 la prensa venezolana destacó en las prin-


cipales páginas la noticia de un encuentro militar con un grupo de
guerrilleros en Cantaura, estado Anzoátegui, con el saldo de vein-
ticinco muertos. Según EN los insurgentes eran de Bandera Roja y
pretendía tomar “Cantaura el 12 de octubre y mantener un foco
insurreccional contra las elecciones del año próximo”. El ejército y la
Disip habían utilizado, incluso, dos aviones.
Dos días más tarde, el 6, gran titular de EN informaba: “Alre-
dedor de 60 guerrilleros que intentan romper el cerco militar y
de la Disip en zonas montañosas próximas a Cantaura y Campo
Mata, sostuvieron hoy [5] varios combates con la tropa y con los
elementos civiles que les apoyan”.
El mismo 6 EN recogía el parecer de políticos que se sorpren-
dieron de la existencia de focos guerrilleros y todos, incluso los de
“izquierda” como Maza Zavala, se rasgaban las vestiduras lamen-
tando la alteración de la “democracia”, excepto José Vicente Rangel
que presintió “víctimas inocentes” y exigía más infor­mación.
Las fuentes oficiales dieron, el 7, por muertos a los guerrilleros
que escaparon heridos, y comunicaron, el 8, que dos exguerrilleros
habían delatado la existencia del campamento y habían sobrevolado

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 161 ]
la zona en helicóptero, acompañando a agentes de seguridad, días
antes del encuentro.
El engaño empezó a desenmascararse el día 12. Según EN
“la joven Iraida Cuenca recurrió ayer a la Fiscalía General de la
República a solicitar protección, porque ha sido señalada en la lista
de muertos de Cantaura y cuando ha acudido a algunos diarios a
aclarar que ella nada tiene que ver con eso, allí han titulado ‘Está
viva la guerrillera’. Agregó que algo parecido le había sucedido en
El Tigre a su hermana Domeley, quien acudió a la Disip a pedir
explicaciones. Si no es usted, es su hermana —le dijeron. Yo no soy
ni he sido guerrillera —dijo Iraida Cuenca. Lo único que he hecho
es escribir artículos sobre los derechos humanos en el diario An­torcha
de El Tigre”.
EN hablaba de otros casos similares y de que “se le dijo al fiscal
general que el comentario en la calle es que los 23 presuntos guerri-
lleros, eran en su mayoría estudiantes, algunos menores de edad, y
que celebraban una reunión de acuerdo con sus ideas políticas y que
al ser objeto del bombardeo por aviones militares, se rindieron
al ejército y entonces habrían sido fusilados, por eso es un encuentro
donde no se han registrado heridos”.
El Fiscal habría respondido que esta versión no tiene absolu-
tamente nada que ver con los informes oficiales y que deberían
denunciarlo.
Según EN del 15 se había procedido a la “exhumación de restos
de guerrilleros. Obligada fiscal a desalojar el cementerio por orden
militar [...] detenidos pasados a tribunales militares.
Pese a que había sido comisionada por el fiscal general de la
República, para presenciar la exhumación y entregar a familiares los
restos del grupo de guerrilleros [... la fiscal del Ministerio Público]
fue obligada por las autoridades militares a desalojar el cementerio
de El Tigre”.

MIQUEL IZARD
[ 162 ]
“El MIR pedirá a comisión de medios interpelación del ministro
del Interior”, anunciaba EN del 20, y especificaba: “El ministro
señaló que las versiones publica­das por los medios de comunicación
sobre esos sucesos que difieren de las versiones oficiales, forman
parte de una campaña orquestada por los amigos de la guerrilla o
enemigos de la democracia; que los medios de comunicación, los
partidos democrá­ticos y numerosas instituciones del país estaban
infiltradas”.
El 22 EN destacaba: “No hubo ‘tiros de gracia’ en muerte
de guerrilleros en Cantaura. Según el médico que realizó el
reconocimiento”.
“Corte declaró inadmisible [...] juicio al presidente y dos
ministros [Interior y Defensa] por lo de Cantaura”, informaba
EN el 3 de noviembre, la solicitud la había presentado el abogado
Alberto Solano.
El informe de la comisión parlamentaria fue resumido por
EN el 26-11.
En la acción militar habían intervenido varios aviones, 30 comi-
sarios de la Disip y 250 efectivos del ejército. Posteriormente
hubo allanamientos, detenciones, pérdidas de objetos de valor
sustraídos en el acto de los allanamientos, amenazas psicológicas
y maltratos físicos. Resultaron nueve detenidos por la Disip que se
declararon inocentes.
Según EN, 5-10-83: “A un año de los sucesos de Cantaura. No
hay decisión del Consejo de Guerra Permanente en Maturín”.
Dos años después, el 5-10-85, EN volvía a recoger información
al respecto: “Al cumplirse ayer tres años, reactivar investigación
sobre el caso Cantaura piden a la Fiscalía. El presidente de la Fede-
ración de Defensa de los Derechos Humanos, Ignacio Ramírez,
acudió con los diputados David Nieves y Raúl Esté.

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 163 ]
[...] Dijo [Nieves] que jóvenes estudiantes, que eran de grupos
armados, fueron bombardeados primero, ametrallados después
y, por último, rematados con tiros de gracia. Recordó que intervi-
nieron más de mil hombres, aviones Bronco y Gamberra. En esta
oportunidad [1982] la Comisión de Derechos Humanos de la
Fiscalía General hizo una investigación, pero no llegó a ninguna
conclusión, salvo que el caso estaba en manos del Tribunal Militar
de Maturín”.

MIQUEL IZARD
[ 164 ]
3. YUMARE

El viernes 9 de mayo de 1986, EN destacó con grandes titu-


lares en pp y up: “Nueve muertos en choque armado. En la acción
resultó herido el comisario Henry López Sisco. El hecho ocurrió a
las 5 de la mañana en la zona de Yumare en el distrito Bolívar”.
El Ministerio del Interior habían convocado a la prensa para
leer un comunicado: “En la mañana de hoy, aproximadamente a las
5 a.m. en el sitio denominado ‘La Vaca’, distrito Bolívar del estado
Yaracuy, se produjo un enfrentamiento entre una comisión de la
Disip, al mando del comisario general Henry López Sisco, y un
grupo de irregulares armados.
En el mencionado encuentro, resultaron muertos 9 irre-
gulares, cuya identifica­ción se procesa en estos momentos. Así
mismo resultó herido el comisario López Sisco, quien está bajo
estricto cuidado médico.
La comisión de la Disip fue atacada cuando se encontraba
en el sitio de los acontecimientos en una operación de patrullaje,
con motivo de denuncias reiteradas sobre la presencia de personas
extrañas, fuertemente armadas, en ese lugar”.
Los periodistas preguntaron “si los guerrilleros pertenecían
al Batallón Améri­ca, si el brote guerrillero era producto de la

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 165 ]
situación económica del país, quiénes eran los muertos y qué tipo
de armamento se encontró en el lugar. El titular [Octavio Lepage]
fue enfático y dijo que la situación estaba bajo investigación y la
declara­ción oficial no podía hacer conjeturas.
Sobre el estado actual de salud del comisario general Henry
López Sisco, herido en la acción, dijo que ésta era crítica y ‘espe-
ramos que la supere porque es un hombre ejemplar’, que ha pres-
tado grandes servicios al país”.
EN también publicaba en la up el artículo: “Herido el comi-
sario Henry López Sisco”, con las crónicas de corresponsales de
Yaracuy, Lara y Falcón, transcribiendo algunos rumores, pongo
por caso, “también se conoció que entre los muertos fueron iden-
tificados Dilia Rojas, conocida como la Negra Rosa y un hombre
llamado El Guayanés”.
El corresponsal de Lara decía, “en otras fuentes consultadas
(...) se indicó la posibilidad de que el grupo armado [...] puedan ser
los integrantes de una banda de cuatreros, que en los últimos meses
han intervenido en varios casos de abigeato”.
Al día siguiente, 10, titular en pp: “Identificados los nueve
muertos en choque armado. Desmantelado depósito de armas en
Yaracuy”. Los titulares de las noticias, en tres páginas del interior,
decían: “El grupo guerrillero estaba vinculado al asalto al banco en
Puerto Ordaz”. “El presidente Lusinchi visitó al comisario Henry
López Sisco en el Hospital Militar donde se recupera”. “Dicen
exjefes de guerrilla. La lucha armada no es el camino”.
La mitad de la up ocupada por información titulada “El
encuentro armado en Yaracuy. Identificada la guerrillera muerta.
Se llamaba Dilia Antonia Rojas. Intensa movilización militar en
Lara. Detenidos varios campesinos”.
En el cuerpo de la noticia se relacionaban los muertos, todos
venezolanos excepto uno, presumiblemente colombiano.

MIQUEL IZARD
[ 166 ]
Mientras los cuerpos de seguridad seguían persiguiendo al
resto de los fugitivos “se ha especulado con insistencia en fuentes
confiables, que en las montañas del distrito Bolívar se han librado
fuertes enfrentamientos entre miembros de la Disip y los grupos de
presuntos guerrilleros, que al parecer han quedado prácticamente
aniquilados”.
Detallando las noticias en el interior del periódico, el ministro
Lepage mencio­naba vinculaciones con los hechos de Puerto
Ordaz, que tres de los muertos tenían antecedentes por actividades
subversivas, pero no dijo cómo se estableció la relación con los
atracadores y “el estado de salud del comisario general [...] evolu-
ciona satisfactoriamente gracias a sus extraordinarias condiciones
físicas, que le permiten sobreponerse a la gravedad de la herida
sufrida, lo que aunado a la esmerada atención médica que recibe,
permite ser optimista en cuanto a su recuperación”.
Más adelante: “Lepage coincidió con el gobernador de
Yaracuy [...] en la cifra oficial de sólo seis detenciones, aunque
datos extraoficiales hablan de muchos más”.
Otros artículos tenían procedencia y carácter bien distintos.
“No creo que haya un brote de la guerrilla” era el titular de
las declaraciones del secretario general del MAS, quien finalizaba
insistiendo: “Debo dejar claro que no estoy sugiriendo nada, sólo
repito que no tengo elementos de juicio en estos momentos para
plantear [... ] que haya un brote subversivo en el país”.
El periodista Jesús Eduardo Brando entrevistó a tres exdi-
rigentes de la guerrilla, si bien señalaba previamente su perple-
jidad, “en razón de que por norma ni los efectivos militares ni los
de seguridad del Estado acometen acciones nocturnas. Por otra
parte, llama mucho la atención que si realmente se trató de una
emboscada de una columna (20 individuos) guerrillera contra
una comisión de la Disip se hayan registrado nueve muertos en

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 167 ]
el bando que contaba con el factor sorpresa a su favor y sólo un
herido [...] entre los emboscados. Aún más, señalaron algunos de
los re­queridos, es muy singular que en un enfrentamiento sorpre-
sivo entre guerrilleros (con cierto entrenamiento de combate) y
fuerzas de seguridad no se hayan producido heridos ni capturas.
Todo esto, acotaron los informantes, nos lleva a preguntarnos ¿no
estaremos frente a un caso similar al de Cantaura?”.
Para Moisés Moleiro del MIR, el más cauto, “respecto a los
hechos en sí, las informaciones son confusas”.
Para Femando Soto Rojas, de la Liga Socialista, “las informa-
ciones que se tienen hasta el momento indican que los muertos y
detenidos son gente del pueblo. Y es muy raro que no haya heridos.
Quienes dirigimos operaciones militares en el pasado sabemos
que en cualquier acción por sorpresa y en el entablamiento de un
combate, hasta la retirada, hay muertos y heridos. No podemos
evitar pensar en la asociación de estos hechos con los ocurridos
bajo el gobierno de Luis Herrera Campins en Cantaura y pedimos
al Congreso una investigación exhaustiva”.
Douglas Bravo, héroe legendario, ahora del Movimiento
Tercer Camino, decla­ró dada la información, “presumo que fue en
otras condiciones a las señaladas por el gobierno que se produjeron
esas muertes”.
Por último, había un artículo que no se anunciaba en pp como
los otros: “Parlamentarios de izquierda analizan incidente. El
gobierno debe explicar lo que pasó en Yaracuy”.
“Insistimos —concluía De Paola del MAS— en que se debe
investigar en el Congreso a través de su Comisión de Política Inte-
rior, para determinar si se trató realmente de una emboscada pues
parece sospechoso que los emboscados tengan un herido y los que
emboscan por sorpresa tengan nueve muertos ...”.

MIQUEL IZARD
[ 168 ]
Para José Antonio Martínez, jefe de la fracción parlamen-
taria del MEP, “creemos que sería bueno que se investigara, hay 9
muertos que son seres humanos y por ello hay que explicar si fue
ataque, operativo, masacre, o qué. Y pienso que el gobierno debe ser
el más interesado en esa aclaratoria”. El diputado de la Liga Socia-
lista David Nieves “se mostró preocupado porque el gobierno no
haya dado mayor informa­ción, a pesar de que aún están presentes
los sucesos de Cantaura y que es lógico suponer que podemos estar
frente a algo parecido a lo que ocurrió hace ya tres años sin que el
asunto haya sido aclarado”.
El domingo 11 de mayo EN llevaba pocas noticias relacionadas
con el caso. En up una corta declaración del director de la Disip
Porfirio Valera: “Los cuerpos de seguridad buscan por Yumare y
Caracas a 7 presuntos guerrilleros que se encontra­ban con los otros
9 que murieron la madrugada del pasado jueves”.
En páginas interiores otra información: “Según el Consejo de
Seguridad de EE.UU. sin importancia grupos de guerrilleros vene-
zolanos”. Aquél, “en su intercam­bio de hoy con autoridades del
Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional de Venezuela
(Iaeden), dio poca importancia al grupo de irregulares, encarado
por cuerpos de seguridad del Estado”.
El 13 de mayo informaba EN en relación con “El atraco al
[Banco] Provincial en Ciudad Guayana, Ojeda Negrelti y Mos-
queda niegan vinculación con guerrilla de Yaracuy”. No solamente
eso, también negaban cualquier relación con el mismo atraco:
“Ojeda Negretti expresó que el juez Amos Méndez toma elementos
muy aéreos para dictar ese auto de detención, por cuanto no hay
ningún tipo de reconocimiento firme y no hay ninguna prueba que
pueda determinar nuestra presencia en el atraco”.
Los dos estudiantes de la UCV enfatizaban: “El propio ministro
Octavio Lepage asegura que los venían siguiendo a esta gente. Cómo

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 169 ]
es posible que los dejen llegar a Puerto Ordaz, participar con noso-
tros en el atraco al banco y volverse a la guerrilla”. Y “ambos copro-
cesados insisten en que fueron detenidos en sitios distintos”.
Dos días más tarde, el 15, EN destacó en pp: “Ordenó el
ministro de la Defensa. Juicio por rebelión militar en el caso de
Yaracuy”.
La ampliación de la noticia incluía una entrevista con el
ministro: “¿Cuántas personas serán enjuiciadas?
—Todos quienes hayan participado en ese hecho específico
tendrán que ser enjuiciados y será el juez a quien corresponda
determinar quiénes son los responsables y quiénes deben ser
juzgados.
¿Ese criterio jurídico se aplica aún cuando sean civiles los
implicados?
—Aún cuando sean civiles. Hay jurisprudencia y doctrina al
respecto.
Tomando en cuenta que no quedaron allí personas sobrevi-
vientes ¿a quién se le va a seguir juicio?
—Eso le corresponde al juez porque hay detenidos y hay
también elementos que se han dado a la fuga y que de alguna forma
dentro del rastreo que está haciendo el Ejército, pudieran ser apre-
hendidos en cualquier momento.
¿El hecho ocurrido en Yumare usted cree que está ligado con
el narcotráfico?
—Se lo acabo de decir, yo creo que acá no tenemos en los
momentos actuales ningún elemento que pueda ser califi-
cado de guerrillero ideológico, sino que hasta donde tenemos
conocimiento, están ligados al narcotráfico y están ligados al
bandorelismo”.
En página interior se ampliaba considerablemente la informa-
ción: “Juicio por rebelión militar anunció Lepage por sucesos de

MIQUEL IZARD
[ 170 ]
Yaracuy. El ministro de Relaciones Interiores reiteró las versiones
oficiales sobre este caso ante la Comisión de Política Interior de
Diputados y afirmó que quienes se meten a subversivos ‘corren el
peligro de perder la vida’”.
Y el texto detallaba: “A pesar de que no hubo sobrevivientes, ni
tampoco, que se sepa, detenidos, el ministro de la Defensa iniciará
en breve un juicio por rebelión militar [... en la Comisión hablaron
varios miembros de la Cámara] y especialmen­te los de oposición,
quienes replantearon las variadas hipótesis que se han tejido sobre
este caso: que no fue un enfrentamiento sino una masacre; que la
Disip emboscó a los guerrilleros; que no se trataba de guerrilleros;
que había policías infiltrados que también murieron; que ¿por qué
todos los muertos son de los presuntos guerrilleros y la Disip tiene
un sólo herido?; que si a López Sisco lo hirieron sus propios compa-
ñeros; qué donde están las armas decomisadas; y así por el estilo.
Lepage, por su parte, inició una larga exposición diciendo
que tanto él como el presidente de la República tienen una forma-
ción política de larga data “por lo que nadie puede abrigar dudas
de nuestro respeto a la vida y a la dignidad humana”. Aprovechó
también para afirmar que en Venezuela existe plena libertad de
expre­sión y que por ello puede decirse todo lo que se ha dicho.
Calificó como una ‘audacia’ afirmar que a los que llamó irregulares
y que resultaron muertos, podía hacérseles presos, aunque no se
abstuvo de lamentar su muerte porque no somos ilógicos, ni faná-
ticos, ni intolerantes, ni creemos que a la gente se la deba fusilar.
Esa gente estaba completamente armada, de un armamento
muy completo y contundente [... ] No se trató tampoco de un asesi-
nato a sangre fría o a mansalva [...]. El gobierno asume la absoluta
responsabilidad de su actuación en esos sucesos [... no hay guerrilla
organizada, pero] hay ilusos entusiasmados pensando que la crisis
[económica] crea las condiciones para que la subversión armada

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 171 ]
resurja [...]. Esos ilusos no pueden armar lo que armaron en el 60
[pero pueden llevar a cabo] acciones terroristas con pérdida de vida
de venezolanos que tienen tanto derecho a la vida como lo tienen
ellos. Pueden secuestrar, atracar bancos y el gobierno no puede
quedarse cruzado de brazos sino cumplir con su deber de gobernar
y atacar cualquier perspectiva de ilusos que pretendan dar pie a la
inseguridad y al terrorismo que es hoy un azote mundial”.
Para el ministro, el gobierno sabía de enlaces con el M-19,
Sendero Luminoso del Perú y el Viva Alfaro, Carajo, del Ecuador.
“En cuanto al juicio por rebelión militar le preguntó la periodista,
¿No será ésta una manera que no se hable más del asunto por
tratarse de un sumario, de una investigación secreta?”
El 17 EN titulaba una noticia: “Luis Herrera y los sucesos de
Yaracuy. Espero que la justicia militar sea imparcial y objetiva. Tras
reunirse ayer con su ‘gabinete de sombra’, el expresidente entregará
hoy algunas proposiciones para solucionar la crisis penitenciaria”.
Y ya no se volvió a mencionar el asunto, como dejó de hablarse
de Cantaura, excepto en los recintos universitarios, donde la gente
no olvida lo ocurrido.*

* Sin embargo, Raúl Esté, Adán Navas y Álvaro Carrera publicaron La masacre de Yumare, (Caracas),
2 1987, Fondo Editorial Carlos Aponte, 140. Con abundante material gráfico y de archivo.

MIQUEL IZARD
[ 172 ]
4. CREADORES

“Juramos no decir nunca la verdad”.


Igor Delgado Sénior. El Nacional 13-11-88 (Feriado)
Jorge Luis Borges, el cambiante ciego visionario, cambiante
en política por supuesto, afirmó en artículo memorable que la
mentira y el eufemismo se habían apoderado de Argentina: pura
doblez en tono de tango, escamoteo infinito de la verdad. Se refería
Borges a la época dictatorial y militarizada de ese encono sur,
cuando por ejemplo se utilizaba la palabra “operativo” para encu-
brir una matanza, o el término “procedimiento” para borrar de la
lista existencial a quienes se opusiesen al régimen.
Jorge Luis se quedaría con los ojos claros y menos vista,
si pudiera acercarse por un momento a la versión (o a la inver-
sión) venezolana de “La verdad”. Aquí el bunker de la manzopol
en La Florida jamás fue sensible realidad, ¡tontos de pupila son
los que miraron sus muros!; como tampoco existieron los “pozos
de la muerte”, ni Yumare es un punto de sangre en la memoria,
no quebró Finandez (“se trata de problemas contables que no
podemos contar” según alega el misterioso funciona­rio). Y en ese
desorden de ideas, hasta llegamos a pensar que doña Loca es un

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 173 ]
fantasma sin cédula de identidad personal, “¡que no se sepa nada,
no hablemos de las arcas!”.
El emperador de la archiconocida narración infantil salía
desnudo a la calle, y todos en la OCI le alababan los ricos ropajes,
“Está elegantísimo, su señoría, y además se halla de primero en
el 200% de las encuestas populares”; y el emperador sonreía, con
ruiditos de comisuras, y se metía las manos en el bolsillo transpa-
rente para corroborar imaginativo que su reino no era de este tercer
mundo porque contaba con una botija llena. Y los marginales lectores
de Perrault y de Andersen pensaban que ese cuento había comenzado
por un zapato roto y un traje roto y un país roto, y que mañana les conta-
rían otro.
La tragedia de El Amparo viene a confirmar los recursos
del escamoteo, “juramos no decir la verdad, nunca la verdad”;
y mediante ruedas de prensa cívico-militares se nos quiere
convencer de que las víctimas eran maliciosos pescadores en “río
revuelto”, armados de redes de espionaje y letales anzuelos de dos
cañones, y poseedores de un bongo que remontaba El Arauca para
hacer aguas a nuestra santa y luzarda democracia. Ante la masacre,
la población del Amparo llora todas a una... pero ya no cree en
cuentos.
Y si nos ponemos pedagógicos, arribaremos a un ataque de
alma por el solo hecho de preguntarnos en qué ética están educán-
dose nuestros hijos. Cómo puede exigir la maestra de lentes kinder-
garterinos que los chamos de su aula reconozcan entre la mentira
o su contrario; cómo logrará el profesor de la UCV demostrar en
cátedra que las balas son perdigones disuasorios, según lo asienta
el comunicado oficial; cómo y cómo y cómo...
No vivimos en la frontera, pero la frontera está llegando hasta
nosotros. Allá, los derechos (in)humanos se encuentran represen-
tados por los concretos filósofos de la Disip: el gran pensador 007

MIQUEL IZARD
[ 174 ]
Henry López Sisco, cerebro de El Nula, y sus educados alumnos alias
“Mendocita” y el hipotético “Hipólito”, imaginemos por instantes
una discusión conceptual con estos defensores del mundo libre
sobre la Carta de las Naciones Unidas o sobre nuestra Constitución
Nacional. Para replicarles, tendría­mos todo el tiempo de una ráfaga.
Y para rematar con un eufemismo borgeano, como lo hicieron
en El Arauca vibrador, digamos que en Venezuela llaman de “gracia”
a los tiros de “desgracia”.
¡Que Dios nos favorezca aunque no nos ampare!

Pepa, vagos y maleantes. Earle Herrera

EN 16-02-89
En el anuncio de aplicar la Ley de Vagos y Maleantes hecho
por el gobernador de este valle desabastecido hasta de lágrimas, al
contrario de muchos, yo más bien he visto una gran clarividencia,
casi una profecía, un don de predicción que me recuerda a Nostra-
damus. Nunca desempolvar una vieja y obsoleta ley resultó tan
oportuno. Esgrimir ese instrumento legal es sencillamente adelan-
társele al futuro inmediato, a lo que vendrá, a lo que está allí como
caimán en boca de caño, que diría don Luis Herrera. La ley, simple-
mente, se le está adelantando a las consecuencias de las medidas
económicas con que se nos amenaza y martiriza cada día y cada hora.
Las recetas del FMI, en todos los países donde se han aplicado, han
generado un crecimiento alarmante de “vagos y maleantes”. Donde
gobiernan dictaduras se ha respondido con plomo y represión.
Aquí, por el contrario, se esgrime una ley para que sirva de adver-
tencia. Se busca así conjurar la tempestad antes de que se desate
y la dichosa ley viene a ser una especie de vara mágica o pepa de
zamuro que terminará con esos demonios sociales que son los
vagos y maleantes. Si la ley se aplica, éstos desaparecerán, así ¡zas!

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 175 ]
En la primera página de El Nacional del 09-02-89 el gober-
nador Ávila Vivas reiteraba su decisión. En esa misma página
venían estos titulares: “50% aumentarán cuotas de créditos hipote-
carios”; “Sin harina el oriente del país”; “El Táchira sin café”; “Buho-
neros a la carga”; “A cien bolívares el kilo venden sal en Paraguaná”.
Y todavía no habían empezado el llamado shock y los ajustes. Pero
el solo hecho de que usted no pueda adquirir un techo con estas
cuotas, le hace sentir un vago y le da a su vida un vago carácter.
Páginas adentro, más allá del gobernador y su ley pero en el
mismo periódico, se lee: “Industria subirá costos y precios”; “500
despidos en industria del plástico en Carabobo”; “Aumentó en 2% el
pan en Anzoátegui”, y si no seguí leyendo fue porque las siguientes
eran las páginas necrológicas y ya venía bastante deprimido como
para meterme en el espacio de los muertos. Aquí, frente a las cruces
y obituarios, paré en seco y pensé que esos 500 despedidos en
Carabobo, al quedar sin oficio ni beneficio, se convertían por defi-
nición en vagos. No se viola nada si se les aplica la ley respectiva.
Se cuenta que los chinos decidieron acabar con las moscas
en tres días. Cada chino mataría una mosca diaria. En ese lapso
los mil millones de chinitos acabaron con tres mil millones de
moscas. Pero al día siguiente las volvieron a tener allí, pues las
condiciones que las generaban permanecían intactas. Pues bien,
ocurre que en Venezuela existen más de tres mil barrios en condi-
ciones de miseria; casi 700 mil familias no tienen ingresos ni para
asegurarse la alimentación básica y hay un 15% de desempleo
(vagos) y un 30 % de subempleo (medio vagos). A estos últimos,
les aplicarán a medias la fulana ley, de acuerdo con esa forma
obtusa de ver las cosas.
A la situación planteada, se agregan las medidas que vendrán.
Ni los profesio­nales podrán adquirir una vivienda decente. Aumen-
tarán el desempleo, la inestabi­lidad en los hogares, la frustración, la

MIQUEL IZARD
[ 176 ]
desnutrición, las enfermedades y la pobreza crítica. Para represar
cualquier explosión. Allí estará la Ley de Vagos y Maleantes, como
matamoscas, aplicándose con todo rigor en un alarde del deber
cumplido. Por un lado decenas o centenares de hombres irán a dar
a las cárceles o colonias móviles y, por el otro, el caldo de cultivo
de la delincuencia será un hervidero de donde brotarán nuevos
delincuentes para que la ley se siga aplicando.
Ya está bien que los delincuentes vayan a la cárcel, pero lo
mejor y lo correcto sería que cada vez, menos jóvenes se hagan
delincuentes. Pretender meter la sociología, la economía, la sico-
logía y todas las ciencias sociales en un mamotreto de ley, es tan
peregrino como proponer curar el sida con una pepa de zamuro.
Y sin embargo, porque nuestro país da para todo, con una pepa de
zamuro se nos gobernó todo un quinquenio.
El anuncio de aplicar la dicha ley sólo lo considero acertado
como profecía, pues aquí no sé si maleantes, pero vagando son
muchos los que van a quedar. Y lo digo, yo no soy criminólogo,
sino escritor, que en esta sociedad significa vago. ¡Cuánto tiempo
perdido!

Fidel, la turba y el betamax. Earle Herrera

EN 15-03-89
Hubo gente muy seria —¡por ésta!— que vio cuando Fidel
Castro corría con un atari VCS bajo el peludo brazo por la avenida
Lecuna, más allá de Mueblería La Liberal, en bajada hacia el Nuevo
Circo, donde la chusma encendida por el fuego de su verbo, prendía
la chispa que haría arder toda la pradera de la paz concertada. Ya
la mañana de ese indeleble 27 de febrero, lo habían visto hacién-
dose el loco en la hasta ese momento apática y cuerda ciudad de
Guarenas, por la callecita que sube desde la bomba, con una lata

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 177 ]
en la mano, seguramente para comprar gasolina de alto octanaje.
Cierto es, según una pavorosa visión que agobió a Edgardo de
Castro, que el comandante se metió a “El Rincón de los Viejos” y
se empujó un ron seco como el alma de los países comunistas, sin
siquiera pestañar.
A las 2 de la tarde cogió el monte, dejando atrás la ciudad en
llamas y a un policía jugando a la candelita en medio de la candela.
Con una columna de doce hombres —dicen que eran los sobre-
vivientes del Granma— entrompó hacia el Ávila como si nuestro
cerro fuera la Sierra Maestra y, comiendo sobre la marcha pepi-
tonas picantes, recaló por Maripérez, hasta donde bajó descolgán-
dose con sus barbudos por las guayas oxidadas del teleférico.
Su mirada ígnea lo iba incendiando todo a su paso. En el cruce
de la Libertador con Las Palmas, chocó con una horda de moto-
rizados “y mandó a parar”. Estos apagaron sus máquinas hipnoti-
zados antes su sola presencia. El comandante los arengó, les regaló
franelas amarillas —esto de las franelas amarillas es un misterio
digno de Kojac— y les ordenó avanzar hacia Fedecámaras, precipi-
tando así un acuerdo entre este organismo y la sorprendida CTV.
En Plaza Venezuela el hombre cogió el metro y se bajó en Caño
Amarillo. Allá arriba, en el bloque 32 del 23 de Enero, lo esperaba
otro angelito, su hermano Raúl, mientras un demonio hacía de las
suyas en Petare, arrasando con Palo Verde y palo duro. Sofía jura
que ese no era otro que el espíritu redivivo del Che Guevara, pero
Leopoldo Castillo asegura que era el alma enardecida de Camilo
Cienfuegos, quien desde el infierno habría venido a apoyar a
Castro por orden expresa del ánima de Lenin que, con su gran
visión política, recomendó no atacar a Pepeganga porque entonces
ni él mismo sabría lo que pasaría en Venezuela.
La hipótesis recogida por radio, prensa y TV, de que Castro
atizó la explosión del 27 de febrero, descarta la de los miles de

MIQUEL IZARD
[ 178 ]
colombianos, haitianos, dominicanos y ecuatorianos que habrían
asaltado al país. También echa por tierra la peregrina acusación
contra inocentes corruptos, especuladores, trafidólares y saquea-
dores de cuello blanco. Fidel andaba por allí y se dice que en el
Centro Gumilla dejó a Camilo Torres y a Ernesto Cardenal diagra-
mando la revista SIC, oportunamente allanada por la Disip en busca
de estos curas alzados con la intolerable Teología de la Liberación.
Incluso hay testigos, dignos de todo crédito, que vieron a Fidel
Castro sacando, sin pizca de vergüenza, un betamax de Supervo-
lumen (según ellos porque en Cuba todavía tienen que ver pelí-
culas en las esquinas de las calles, proyectadas desde una guagua
sobre paredes descascaradas). Los barbudos estaban como enlo-
quecidos probando los walkmans, mirando funcionar los auxiliares
de cocina y observando con asombro, como el coronel Aureliano
Buendía la remota tarde que conoció el hielo, a una nevera que sin
meterle cubetas con agua arrojaba cubitos en forma de cono que
salían de la nada. Uno de los guerrilleros se metió varios de aquellos
cubitos en los bolsillos comunistas, con el fin de estudiarlos deteni-
damente en Cuba.
Equivocadamente yo pensaba que los trágicos sucesos de
febrero iban a hacer olvidar la impactante visita del comandante
Fidel Castro a Caracas. Desde que vino a la toma de posesión hasta
el 27 del mismo mes, había contabilizado unas 913 partículas de
protesta y despecho, brotadas de plumas de derecha —la misma
derecha que lo recibió abobada— y de izquierdistas disidentes que
no saben de qué disienten, despechados porque no los invitaron
al Eurobuilding, unos, y soñando con ser invitados a Buenos Días,
otros.
Pero vea usted que pese a la tragedia que enlutó al país,
todavía estos señores, por sobre muertos y tumbas, siguen viendo
la sombra fantasmal de Fidel Castro, lo cual indica que ya nada en

EL PODER, LA MENTIRA Y LA MUERTE…


[ 179 ]
la vida los hará superar el trauma que su visita les causó. Y ahora
menos porque cada vez que vean un atari, recordarán con pánico
el día que vieron a Fidel correr con uno bajo el peludo brazo por la
avenida Lecuna.

MIQUEL IZARD
[ 180 ]
ÍNDICE

1 Luchar contra el olvido / 11

2 El Amparo / 23

3. La semana trágica / 91

1. Sobre el etnocidio / 147

2. Cantaura / 161

3. Yumare / 165

4. Creadores / 173
Este libro se terminó de imprimir en la
Fundación Imprenta de la Cultura
50.000 ejemplares
Guarenas - Venezuela

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