El Poder, La Mentira y La Muerte
El Poder, La Mentira y La Muerte
El Poder, La Mentira y La Muerte
Caracas, 2012
©Fondo Editorial Tropykos Caracas, 1991
© Miquel Izard
© Comisión Presidencial para la Conmemoración del Vigésimo Aniversario de la
Rebelión Cívico –Militar del 4 de febrero de 1992, 2012
Coordinacion de colección
Luis Felipe Pellicer
Asesoría editorial
Dannybal Reyes
Diseño de colección:
Dileny Jiménez
EL PODER,
LA MENTIRA Y
LA MUERTE
DE EL AMPARO AL CARACAZO
PRESENTACIÓN
MIQUEL IZARD
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algún “déspota” incómodo para aquel gobierno y la de que el FBI
capture fugitivos de la “justicia” norteamericana en el exterior,
incluso sin el consentimiento del gobierno extranjero respectivo.
Pienso que de las noticias de prensa podría extrapolarse que todos
los gobiernos son violentos y asesinan, las diferencias son sólo cuan-
titativas, y que es imprescindible proceder como sugería Raimon en
el 68, “Anem dient les coses pel seu nom” y como pide Marco Panella,
el radical italiano, una reapropiación de las palabras, una mayor
precisión del lenguaje: la justicia británica es bien poco justa, el
orden internacional no es respetado ni por quien se proclama el
gendarme, lo que algunos llaman democracia tiene bien poco que
ver con la libertad, palabra que puede ser tan vanal como fraternidad,
igualdad o paz.
Desventuradamente, esta violencia estatal, que se da por todas
partes, en América alcanza cotas esperpénticas, desde Alaska a Chile,
vinculada, me malicio, a la violencia que utilizaron los occidentales
desde 1492 para instalarse, aplastar resistencias o someter culturas
excedentarias espectaculares como la azteca o la incaica. Estados
Unidos debe ser el país del mundo con más presidentes asesinados, pero
también cantantes, dirigentes religiosos o políticos y centenares de
miles de aborígenes, especial y masivamente en el siglo XIX. En
Guatemala, y demasiados países más, este exterminio se está perpe-
trando en la actualidad y algunos dictadores latinoamericanos han
sido tristemente paradigmáticos*.
Insisto en que el listado sería impresionante y tampoco desearía
realizar aquí un inventario del sadismo, la infamia y la tiranía, pero
el gobierno mexicano vendió a los prisioneros quichés de la Guerra
de Castas del Yucatán como esclavos en Cuba a mediados del siglo
* Puede verse la aplastante cantidad de documentación recogida por Noam Chomsky, La quinta
libertad. La intervención de los Estados Unidos en América Central y la lucha por la paz, Barcelona,
1988, Crítica, 41 1
MIQUEL IZARD
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comunidad, pues jamás regresó ninguno; todos murieron en el tajo.
El empozoñamiento se repite, pero ahora puede perjudicar a todo
el continente. Como mínimo, el agua procedente de la cuenca del
Orinoco ya presenta índices alarmantes de contaminación.
Regresando a la violencia contra la gente, quizás deberíamos
recordar el caso de Colombia. Los liberales han ensayado, desde
1810, a organizar su estado-nación-mercado atropellando a cuantos
se oponían, la inmensa mayoría. Todo el siglo XIX y parte del XX
fue una continua insurgencia que se ha camuflado de guerras
civiles. Hoy día las fuerzas represivas y en especial el ejército, el
mismo que fue pieza fundamental para imponer coercitivamente
el proyecto liberal, están desbaratando sus últimos restos a través
de fuerzas paramilitares, policías paralelas y todos los recursos
del narcotráfico. La orgía de sadismo y violencia ha devenido un
Leviatán que se devora a sí mismo; hasta tal extremo que el reciente
artículo de Gabriel García Márquez, sobre esta problemática fina-
liza lapidariamente: “No sea que antes de que termine la guerra de
nunca acabar se nos acabe de acabar el país. Este es, por desgracia,
el único presagio alentador que se me ocurre para no terminar estas
crónicas con una conclusión de catástrofe” (El País, 5-11-89).
Venezuela es el país que mejor conozco —y estimo— de
América Latina y es violento como el resto del continente. En el
fin de semana de mediados del penúltimo diciembre (1988) hubo
16 muertes trágicas en Caracas; uno de ellos, un joven de quince
años, fue baleado por un soldado para quitarle unos zapatos “Nike”.
Quince días después, en el fin de semana navideño, fueron 12 los
muertos, a uno, estudiante de dieciséis años, la degollaron e incine-
raron el cadáver.
Pero, también como en el resto del continente, la más impresio-
nante y sorprendente es la violencia estatal, y más por las connota-
ciones que tiene este caso concreto.
MIQUEL IZARD
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maleantes o el sistema de reclutamiento que es, en realidad, una razzia
para engrosar el ejército.
El saqueo de los recursos del país también ha variado. Desde la
época de Juan Vicente Gómez (1909-1935), las gentes del caudillo se
quedaron con un mayor o menor porcentaje de los beneficios del
petróleo. Cuando el boom petrolero iniciado en 1973 evidenció
la nueva posibilidad ya mencionada, gente próxima al poder invirtió
en deuda que mandaban a solicitar al mismo gobierno. Cuando el
derrumbe de los precios del petróleo ha puesto en evidencia que
Venezuela no tiene recursos suficientes para pagar intereses, y que
los royalties del petróleo quedan muy mermados, seguir quedándose
con un porcentaje de los mismos ya ha supuesto impedir que sigan
subsidiándose productos básicos o vendiendo la gasolina por debajo
del precio de costo o contratando un buen número de ciudadanos
en las empresas estatales o en los ministerios. Las dos posibilidades ya
son incompatibles y esta problemática es reiteradamente mencionada y
denunciada por venezolanos en las páginas que siguen.
A otro nivel sería bueno recordar peculiaridades de los últimos
presidentes. El comportamiento de Jaime Lusinchi fue incoherente con
la moral que su gobierno decía proponer, ostentación de sus relaciones
afectivas personales, abuso de la droga etílica o grotescos escándalos
financieros.
Carlos Andrés Pérez, que organizó la economía del despilfarro,
en su primer mandato, ahora, en el segundo, debe aplicar el ‘paquete’
restrictivo para contrastar aquél y es capaz de responder al alerta de AI
como lo hizo el 15 de marzo de 1989, con lo que concluye este libro.
Un poder sustentado en la violencia debe, necesariamente,
violentar el pasado. Presentar e inculcar como historia, no lo que
ocurrió, sino una interpretación de lo ocurrido que al poder le interesa
que sea interiorizada como ideología. De esta manera enfrentamos
una dicotomía entre esta historia, la Historia Oficial, y lo que muchos
MIQUEL IZARD
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de memoria una versión totalmente desfigurada del pasado, y la de lo
acontecido allí durante la mal llamada guerra de la independencia es
un caso estrafalario. Recomiendo a quien pueda hacerlo escuche Abajo
cadenas, el himno nacional, e intente entender algo.
Si a la HO se le encomienda la tarea de escamotear o disfrazar el
pasado, el sistema tiene los medios propios y adecuados para hacerlo
con el presente; con el mérito, indudable, de conseguir que la gente
llegue a creerse una versión contraria a aquélla de la que ha sido testigo.
Esto alcanza tal calibre, es tan abrumadora la diferencia entre sucesos y
versión oficial que, siguiendo el acontecer por una prensa que no sea
estatal, uno llega a preguntarse si leyó mal, si erró al hacerlo, tal es el
bombardeo de información, en sentido opuesto, por la televisión o en
las ruedas de prensa de los mandatarios.
También en el caso de Venezuela las mentiras del poder, las fábulas
y falacias que quieren hacer tragar —lo que intento recordar en este
libro— son tan ostentosas y absurdas, tan grotescas en relación con lo
que uno ha sabido por los medios de información independientes, que
me malicio, no sólo tienen la finalidad de disfrazar lo acontecido, se
busca además que la gente caiga en cuenta, más o menos subliminal-
mente, de que el poder del poder es tanto, que incluso está facultado para
intervenir en los propios recuerdos personales de lo más inmediato;
sería la suprema demostración de que el poder es total y todopoderoso.
Cuando esto se junta con una violencia asesina, las víctimas de la
mentira son los sobrevivientes, particulares o generales, que deben
padecer las infamias que sobre sus deudos han mandado creer quienes
los eliminaron. Ocurrió en España con los hijos de los rojos, en el Este
con los hijos de las víctimas del dantesco stalinismo, o con los hijos de
los Rosemberg en los Estados Unidos y, por desgracia y de nuevo, la lista
sería interminable.
Mis primeros pasos como investigador —dirigido por el malogrado
Jaume Vicens Vives— los di en Ca l’Ardiaca, la hemeroteca barcelonesa,
MIQUEL IZARD
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al sistema no hay posibilidad alguna de luchar por un mundo diame-
tralmente diferente.
Jean Ferrat en su canción Niiitet brouillard (1964) decía “Je twis-
terái les mots s’il fallan les twister pour qu’un jour les enfants sachent
qui vous etiéz”. Desafortunadamente para mí no soy un creador, soy
incapaz de escribir novela o poesía, dirigir una película o pintar,
debo limitarme a recortar y pegar páginas de periódico en un
desesperado intento de reivindicar la memoria de quienes fueron
absurdamente liquidados cuando no tenían, como no tiene nadie,
deseos de desaparecer.
Las falacias del poder contrastan, lo he dicho y repetido, con
la decisión y la valentía de tantos periodistas, sin los cuales yo no
habría conocido una versión de los hechos que me ha permitido
realizar este ensayo.
1988
Noviembre 1, martes
A partir de este día, mientras se iría esclareciendo lo sucedido,
se sabía de dos sobrevivientes, se lanzaban primeras hipótesis sobre los
motivos de la masacre y del intento de enmascararla (en buena parte
gracias a la tenacidad de periodistas y políticos de izquierda); a la vez, se
iba evidenciando que lo ocurrido era uno de los múltiples rostros de la
* El Cejap fue creado por decreto presidencial, 1810, del 29-10-1987, que establecía que además
de las Fuerzas Armadas compondrían este comando fronterizo miembros de los cuerpos de
seguridad del estado: DIM (Dirección de Inteligencia Militar), Diex (Dirección de Extranjería),
Disip (Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención) y PTJ (Policía Técnica Judicial).
MIQUEL IZARD
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violencia institucional. Al mismo tiempo el presidente de la República,
su gobierno y el general HCA siguieron manteniendo la primera
versión oficial. Y a medida que transcurrían las semanas, cuando iban
acumulándose evidencias, cuando iba ampliándose el abanico de los
que protestaban o denunciaban, el gobierno no sólo siguió entestado
en su interpretación, cada vez más esperpéntica, se valió del aparato
represivo que ellos llaman justicia, intentando, cada vez más desespe-
radamente, manipular a la gente, que había tenido una visión nítida de
lo acontecido desde el primer momento.
La tozudez del poder llegaría a alcanzar, lo veremos, niveles
grotescos.
Noviembre 2, miércoles
Desde este día EDC no sólo aportó gran cantidad de información,
en especial, para reconstruir lo acontecido, sino que además, dada la
rocambolesca parafernalia utilizada por el Cejap, empezó a preguntarse
si habría turbulentos motivos detrás de la masacre. Juan Carlos Zapata
apuntó una sospecha que tomaría cada vez más fuerza, militares de
alta graduación retirados y altos cargos de Acción Democrática (AD)
eran los propietarios de enormes hatos en la frontera con Colombia y
acosaban a los rurales para que abandonaran la zona, porque no querían
cimarrones en las tierras de las que se habían apoderado más o menos
ilegalmente, y porque a través de estas fincas, que también se dedicaban
a la ganadería, se perpetraba contrabando, incluido el narcotráfico. En
este sentido se pronunció el grupo radical Causa R, el 14 de noviembre.
También se fue conociendo la rocambolesca peripecia de los
dos sobrevivientes. Trece personas habían salido el sábado 29 en
la mañana de El Amparo (EA) para pescar en el caño y comer un
sancocho (cocido). Al pasar frente a la casa de la familia Torrealba,
se añadieron tres personas más al paseo; llegando al caño La Colo-
rada, donde pensaban quedarse, fueron recibidos por un nutrido
* Sobre estos antecedentes y los hechos de octubre puede consultarse Gustavo Azócar, El
Amparo crónica de una masacre. Caracas, 1990, Planeta, p. 221.
MIQUEL IZARD
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Noviembre 3, jueves
La prensa se hizo eco, publicando resúmenes, de un informe de
AI, denunciando al gobierno venezolano por violación de los dere-
chos humanos y atentados contra la libertad de expresión, expli-
citando presos civiles a disposición de tribunales militares; actua-
ciones arbitrarias de la fuerza pública que habían incluso muertes;
detenciones ilegales; malos tratos a manifestantes; detención y
hostigamiento de periodistas; terrorismo del poder judicial; la Ley
de vagos y maleantes (Lvm) “que permite la reclusión administra-
tiva sin proceso judicial” y el confinamiento de los perjudicados en
campos de concentración.
Había denuncias puntuales contra la violencia patronal en
estados ganaderos, especialmente en Apure y concretamente el hato
El Frío, pues sus campos volantes habían cometido todo tipo de
atropellos contra los llaneros de la región.
El mismo día el diputado WM devenía —con una valiente
denuncia en rueda de prensa— la voz de las víctimas de EA. Desen-
mascaraba a los cerebros de la masacre —dos comisarios de la Disip
conocidos sólo por sus seudónimos, Jeremías y el Mono Morales—
recordaba las mentiras de HCA, y manifestaba que los muertos
eran perfectamente conocidos por los asesinos. De esta manera
desmontaba la coartada oficial, se trataba de un lamentable error ya
que el Cejap —por información mandada desde Colombia— había
confundido a los pescadores con guerrilleros. Por otra parte, WM se
autoconstituyó en protector de los sobrevivientes e intérprete de
las demandas de la gente de E A.
Este mismo día 3 —a la vez que se extendía y radicalizaba la
protesta estudiantil (en Mérida se amenazó con aplicar la Lvm por
actos de vandalismo)— se abrió un nuevo frente con el posiciona-
miento de los candidatos, ya en la recta final de las elecciones presi-
denciales. Por supuesto, se adelantaron los de la oposición, Eduardo
Noviembre 4, viernes
Ya el día 2 el presidente Jaime Lusinchi (JL) había manifes-
tado confiar en las Fuerzas Armadas y respaldar la versión propa-
lada, desde el día de la masacre, por HCA, lo que provocó airadas
protestas en EA. Este día 4 JL ratificaba “confiar en la palabra del
general Camejo” y lo presentaba ante los periodistas acreditados en
al palacio de Miradores para que pudieran escuchar de viva voz su
versión, y enfatizó previamente, “Jaime Lusinchi no va a empañar
la trayectoria de su vida encubriendo un crimen” y “nadie tiene
derecho a poner en duda mi honorabilidad en relación con lo que
le he transmitido al país, de acuerdo a la interpretación que tengo
de este asunto en este momento”. Añadía, si el Tribunal Militar diera
un interpretación distinta “sencillamente y como magistrado me
comprometo ante el pueblo de Venezuela a aplicar las sanciones a
que haya lugar”.
El general HCA, en una exposición larga y barroca, cargando
las tintas en el tópico de la inseguridad fronteriza, repetía su versión
insistiendo en algunos extremos, los ocupantes de la embarcación
“muchos de ellos colombianos”, tenían antecedentes graves en
MIQUEL IZARD
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Venezuela y Colombia, eran presuntos miembros del ELN o de las
FALN, no se chequearon en los puestos navales correspondientes y
llevaban papeles comprometedores, “a la voz de alto respondieron
con fuego”.
A las preguntas de la prensa respondió con evasivas o saliéndose
por la tangente y rechazó enérgicamente el calificativo de matanza,
insistiendo en que debía hablarse de “encuentro”*.
El mismo día 4 Carlos Andrés Pérez (CAP), candidato presi-
dencial por el gobernante AD, manifestó que él y el partido “somos
solidarios con habitantes de El Amparo”; mientras el sibilino presi-
dente del partido, Gonzalo Barrios, declaraba que por no saber
“cuál va a ser la versión definitiva que tendremos que aceptar los
venezolanos”, declinaba emitir comentarios.
Noviembre 5, sábado
La DAS colombiana (Dirección Administrativa de Seguridad)
se apresuró a desmentir la versión de HCA sobre haber facilitado
información que implicara, a cualquiera de los 14 muertos, con la
guerrilla colombiana.
Mientras, en Venezuela, continuaron los pronunciamientos de los
candidatos. La peculiar Ismenia Villalba se preguntaba: “Por qué el
gobierno oculta la verdad sobre la tragedia de EA”; mientras que el
día 7, Petkoff, del MAS, tenía por “sorprendente que Lusinchi acepte
la fábula del general Camejo”.
Noviembre 7, lunes
Se iban dibujando, nítidamente, las dos versiones. En EA coin-
cidieron el Tribunal Militar de San Cristóbal, presidido por el mayor
Ricardo Pérez Gutiérrez, que en lugar de esclarecer lo acontecido lo
* Curiosamente el mismo eufemismo que se ha puesto de moda para enmascarar lo que pasó en
América a partir de 1492, ante el desprestigio y la incongruencia de la voz descubrimiento.
* ”El Comité de familiares de asesinados por miembros de las Fuerzas Armadas y poli-
ciales, llamado Comité Luto Activo, llegó a su séptimo aniversario pronunciándose
MIQUEL IZARD
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organizaran una marcha por la vida en Caracas o que el Congreso se
viese obligado a nombrar una comisión, para esclarecer los hechos,
que viajó a EA.
Contrariamente, grupos bien concretos iniciaban una campaña
contra WM; abogados y ganaderos del Táchira lo acusaban de “estar
vinculado a la guerrilla colombiana”.
MIQUEL IZARD
[ 32 ]
Noviembre 16, miércoles
Dentro de la escalada gubernamental de exabruptos, el juez
militar de San Cristóbal dictó auto de detención a los dos sobrevi-
vientes “por el presunto delito de rebelión militar”. La mayoría de
las reacciones fueron de perplejidad, así Gonzalo Barrios calificó
la medida “desde el punto de vista de la opinión pública y psico-
lógica, de inoportunidad estridente”. Por su parte, José Vicente
Rangel lo definió como “un auto de detención contra el pueblo de
El Amparo”.
Por añadidura, el mismo juez, desdiciéndose de lo dicho el día
anterior, negó la autorización para exhumar los cadáveres que había
solicitado la comisión parlamentaria excusándose en detalles de
forma.
Esta actitud del juez militar fue el detonante para los habitantes
de EA, al día siguiente, 18, toda su gente se unió en una protesta
colectiva, hubo marchas por la población, cierre de comercios y
viviendas, “en repudio a la mentira” y en una asamblea reunida
en la plaza Bolívar decidieron por unanimidad no participar en las
próximas elecciones. Los periodistas de EN que cubrían la noticia
entrevistaron a una viejecita: “Eso se veía venir. Desde que apare-
cieron los sobrevivientes han tratado de hacer lo imposible por
acallarlos”. Y sus paisanos decían de los asesinados, “eran pesca-
dores, inocentes habitantes de este pueblo, bebedores y mama-
dores de gallo [bromistas], pero, guerrilleros, nunca”.
MIQUEL IZARD
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de detención”, a lo que respondió Aguilar: “Se ha dicho que en Vene-
zuela hemos perdido la capacidad de asombro; no obstante confío en
que ante esa decisión mantengamos por lo menos la capacidad de
protestar un hecho tan disparatado y tan absurdo. Pienso que la gente
sensata de AD debe estar muy consternada [...]. El gobierno está
convirtiendo lo de El Amparo en una cadena de errores [...]. Lo del
Amparo no es un hecho aislado, ha coincidido con lo de los tanques
y el juicio al mayor Soler y el cabo que murió a consecuencia de las
torturas a las que fue sometido”. A la pregunta “¿Dónde ve usted la
vinculación de los hechos?”, respondió “Todos somos víctimas de una
política oficial diseñada para ocultar la verdad. El gobierno cuando
informa, desinforma sobre la verdad de los hechos”.**
En un artículo de EN (22-11-88) Jesús Eduardo Brando resumía
el asunto del cabo, el 12 de noviembre “se produce el escándalo de la
muerte por torturas de un cabo segundo del ejército [Richard Rafael
Gómez Taima], y atropellos contra otros efectivos por parte de un
subteniente y seis sargentos técnicos, con participación y conoci-
miento de otros oficiales, entre ellos el excomandante del Batallón
de Comunicaciones, el teniente coronel Pérez Pastor [...]. Se dijo
que presuntamente la motivación de estas atrocidades había estado
en la sustracción de un revólver, pero las fuentes consultadas por El
Nacional van más allá. Los soldados sabían de hurtos y tráfico de
armas para fines delictuosos. En este sentido, se indicó que a nivel
de los organismos de inteligencia militar y seguridad del Estado
se investiga la comercialización y tráfico de armas para la guerrilla
colombiana y bandas de atracadores en el país”.
MIQUEL IZARD
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Noviembre 22, martes
De nuevo se acumuló mucha información: “No podemos dejar que
el país se nos vaya de las manos”, expresó JL en su alocución de navidad
en Valencia. Dijo a continuación: “Estamos aquí precisamente para
permanecer como institución y para salvaguardar la ley y, en lo que a mí
respecta, hasta el último minuto de mi ejercicio seré un garante de la ley,
y de la libertad, de la democracia y de los derechos humanos en este país”.
Enfatizó a continuación: “Las FAN de hoy, herederos de aquéllos que
nos dieron independencia y libertad, esas que se parecen al pueblo, no
tienen problemas, no están insatisfechas, no deliberan, porque sencilla-
mente no tienen por qué hacerlo, y por las que no debo deliberar en
atención a la ley escrita y a la ley moral”.
Después JL fue acosado por los periodistas y en un momento deter-
minado dijo: “Tengo información de que la interpelación del general
Camejo fue algo muy interesante en la comisión del Congreso”.
La comisión interpeló a Porfirio Valera, director de la Disip; al
final un periodista le rogó que ratificara cuál era su cargo, pues no
podía entender que el director de la policía de inteligencia del Estado
se hiciera el loco ante hechos en los que está envuelta la soberanía del
mismo Estado y en los que participaron funcionarios de su cuerpo.
Valera que había dicho no saber nada, se acogió a la versión de HCA
y enfatizó que la Disip se limitaba a anortar funcionarios al Cejap diri-
gido por los militares y que de éstos era la responsabilidad de operativos
como el de EA.
Por su parte, el comité nacional de Copei denunció que HCA mintió
a la comisión y exigía que la responsabilidad debe recaer principal-
mente sobre la Disip. Añadían: “Queremos en primer lugar exigirle
al Gobierno que no siga utilizando a las Fuerzas Armadas para cubrir
una masacre, que bien pudo ser un error, pero que en todo caso es una
masacre policial”.
MIQUEL IZARD
[ 38 ]
presidente. Decía a continuación que hablaba de masacre criminal,
pues de las declaraciones de HCA se desprendía que en el opera-
tivo no se usó la disuasión “sino que procedieron directamente a la
exterminación”.
MIQUEL IZARD
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al país que el gobierno haría lo posible para que la verdad sea
establecida”.
Por su parte, el candidato copeyano, Eduardo Fernández,
señaló: “La nación entera se encuentra profundamente conmovida
por las revelaciones que confirman la perpetración de una masacre
[...] un crimen que refleja una concepción de ejercicio arrogante del
poder, desprecio por los derechos humanos y por el más sagrado de
todos, el derecho a la vida”. Más adelante añadía: “El ejercicio siste-
mático de la violencia no puede tolerarse y yo acuso al gobierno y
la responsabilidad compromete al doctor Jaime Lusinchi, de haber
mentido a la nación”.
Para el diputado comunista Raúl Esté las muertes estarían
vinculadas al descubrimiento por parte de los asesinados de tráfico
de droga, y añadía que según un aborigen colombiano, testigo de
los hechos, a Guerrero [dueño de la embarcación y organizador del
paseo] “lo matan arrodillado pidiendo clemencia e invocando su
amistad con Hipólito. Esto justifica que Guerrero tenga un disparo
en la palma de la mano”.
Petkoff insistió en que “la fábula del general Camejo Arias no
resiste el más mínimo análisis” y terminó enfatizando: “Quiero
rechazar nuevamente el persistente esfuerzo del presidente de la
República dirigido literalmente a torcer el sentido de la justicia.
Está empeñado en equiparar la exigencia de investigación con el
irrespeto a las Fuerzas Armadas”.
El mismo 29 “redobles de campanas, toque de cornetas,
banderas y cintas negras en señal luctuosa sirvieron para recordar
el primer mes de la masacre de El Amparo, en las Jornadas contra
el Olvido y por la Vida organizadas por la FCU [Federación de
Centros Universitarios] de la UCV”.
Por su parte Eduardo Fernández en la clausura de campaña
en Caracas y tras condenar “enérgicamente el asesinato de los 14
Diciembre 1, jueves
Nuevos pronunciamientos, pidiendo la clarificación de lo
ocurrido, por parte de los obispos de Cumaná y Coro. El de Mara-
caibo dijo además intuir que “el gobierno tiene especial interés en
MIQUEL IZARD
[ 42 ]
ocultar alguna cosa”. Más explícito fue el de Mérida que en artículo
publicado en el diario católico El Vigilante calificó de asesinato lo
ocurrido y argumentaba que razón alguna podía justificarlo.
Se pronunciaron otras instancias como el movimiento
vecinal, la declaración afirmaba que lo sucedido “deja huella triste
y bochornosa en la historia de nuestro país”. Lo mismo hizo un
grupo de fotógrafos.
Estos posicionamientos provocaron una respuesta, un tele-
grama de JL dirigido al cardenal Lebrún, presidente de la Confe-
rencia episcopal de Venezuela, en el que reiteraba una vez más
que “como presidente de la República, como luchador político
por la libertad y la democracia y como médico leal a claros prin-
cipios éticos, estoy comprometido con la defensa de la vida y de
la dignidad del hombre”. Lamentaba lo ocurrido en EA y habría
“ordenado las más profundas, exigentes y desaprensivas investiga-
ciones, para que se establezca la verdad y se esclarezca frente al país
un suceso que por todo respecto debe ser aclarado”.
Diciembre 3, sábado
El telegrama era reproducido por EN en up. Gustavo Azócar,
uno de los periodistas que cubría estos sucesos, aventuraba en su
artículo hipótesis plausibles de lo sucedido. No hubo encuentro o
enfrentamiento, primero —tras intenso tiroteo— se habría dete-
nido a los pescadores, “los médicos y expertos en criminalística
sostienen la tesis de que los catorce hombres fueron capturados
vivos, es probable que sólo dos de ellos hayan muerto durante la
confusión y son precisamente los que aparecieron sin vida dentro
de la lancha. [...]. La forma como se hicieron los disparos a muchos
de los pescadores, y según lo demuestra la exhumación, pare-
ciera demostrar que por lo menos doce de las víctimas murieron
cuando ya se encontraban en tierra, dijo un experto. Hay cadáveres
Diciembre 7, miércoles
Los miembros de la Disip participantes en los acontecimientos
fueron interpelados por la comisión parlamentaria. Mantuvieron
una versión similar a la de HCA: los muertos iban armados, perte-
necían a la guerrilla colombiana y, a la voz de alto, respondieron
con fuego. Mencionaban, como HCA, una segunda embarcación
que habría huido, aunque el caño lo hace totalmente imposible.
Celso Rincón Fuentes, “Hipólito”, negó conocer a Guerrero o haber
comentado lo sucedido con el jefe policial de EA.
MIQUEL IZARD
[ 44 ]
Diciembre 8, jueves
Interpelados los siete funcionarios de la PTJ. Según los titu-
lares de EN entraron en contradicción reiteradamente. La primera
fue sobre la supuesta segunda embarcación ocupada por cinco
personas uniformadas de verde olivo, a los que los de la PTJ
aseguran que intentaron perseguir con la primera lancha, pero se
les escapó por falla de pericia en su manejo y porque se les agotó el
combustible.
También este día se entregó al embajador de México en Caracas
un amplio documento, elaborado por la Federación Nacional de
Defensa de los Derechos Humanos de Venezuela, en el que anali-
zaban las violaciones a la legislación venezolana vigente en el caso
de EA. Al día siguiente, México concedió asilo político y los sobre-
vivientes salían en vuelo regular.
Al mismo tiempo WM declaró haber reunido todos los datos
y estar en situación de afirmar que López Sisco, comisario de la
Disip, habría montado la “farsa” que devino masacre por dos
razones: “En primer lugar, él tiene una compañía de seguridad que
ofrece protección a los ganaderos de la zona. Tenía que renovar los
contratos y muchos no habían aceptado en vista de que todo estaba
tranquilo y hacía tiempo que no se producían secuestros. Por otra
parte, López Sisco quería ser director de la Disip y le interesaba
impresionar antes de las elecciones”.
EN del 12 de diciembre publicaría un remitido de 162
personas encabezadas por Luis Fuenmayor, rector de la UCV,
universitarios, abogados, artistas, arquitectos, dirigentes labo-
rales, médicos, periodistas, etc., exigiendo el esclarecimiento de
lo sucedido y agradeciendo al gobierno de México el asilo a los
sobrevivientes.
MIQUEL IZARD
[ 46 ]
En un apartado “La ira popular” se reseñaba que “la manera
de exigir la [justicia] fue radical. Los vecinos se apoderaron de la
carretera, donde levantaron barricadas, incendiaron cauchos y
colocaron ofrendas florales y la Bandera Nacional, completadas
con letreros que decían entre otras cosas ‘el dinero compra justicia’
[...]. Antes, una turba se dirigió a la casa de campo de D’ Angelo de
la Rosa, detrás del tractor que guiaba uno de los habitantes de La
Guadalupe. Con esa misma máquina, destruyeron la residencia.
Luego, rociaron gasolina en el motor y le prendieron fuego”.
La tarde del viernes llegó el gobernador de Miranda, “escuchó
los planteamientos y se comprometió a ordenar una investiga-
ción que determine la propiedad de esas tierras [... y] aseguró
que personalmente solicitará en el Consejo de la Judicatura que
se abra una averiguación sobre la actuación de la juez [...]. Tras
estos planteamientos, y la promesa de emitir una respuesta en un
plazo de quince días, los habitantes de sector decidieron levantar
la barricada”.
Por supuesto, jamás se supo de las promesas.
MIQUEL IZARD
[ 48 ]
Diciembre 17, sábado
EN destacó en pp: “CAP eliminará funciones paramilitares
de la Disip”. La noticia señalaba que el presidente electo había
ordenado “a su equipo de gobierno en materia de seguridad coor-
dinar el desmantelamiento de las funciones paramilitares de la
Disip”. Y decía la nota más adelante: “Pérez ha manifestado entre
sus allegados en este campo su disconformidad y desacuerdo en
que las Fuerzas Armadas Nacionales asuman la responsabilidad
por la llamada masacre de EA”. Además CAP “ha comenzado por
dar instrucciones de que deben eliminarse los uniformes negros
(de macabra recordación nazista) y la utilización indebida de
uniformes de camuflaje y armamento de guerra militar”.
MIQUEL IZARD
[ 50 ]
autos de detención deberían ser dictados por el Consejo de guerra
permanente en San Cristóbal. El resto de la prensa también recogió
la noticia pero menos destacada.
Otra mitad de la página, toda dedicada a EA, se titulaba:
“España: 117 personalidades piden a Lusinchi que se haga justicia”.
El texto especificaba: “El lamentable caso de El Amparo sigue
teniendo resonancia internacional, ayer el padre [catalán] Juan
Vives Suriá dio a conocer el contenido de una carta, en la cual 117
personalidades que participaban en el II Congreso Iberoameri-
cano pro Derechos Humanos, en España, se dirigen al presidente
de Venezuela, Jaime Lusinchi, para solicitarle que se haga justicia
por la masacre de 14 pescadores de la población de El Amparo.
Entre los firmantes estaban la viuda de Salvador Allende, Juan
Bosch, Eduardo Galeano y Miguel Littín”.
Este mismo 21 EN destacaba en pp que el ministro de Rela-
ciones Interiores “consideró muy conveniente que los sobre-
vivientes se presentaran ante el tribunal ‘para que continúen las
investigaciones” y prometió otorgar “todas las garantías necesarias
para que se produzca su regreso al país”. Desde hacía días, miem-
bros del gobierno y del tribunal de San Cristóbal sostenían que
la no presentación de aquéllos impedía continuar el curso de las
diligencias judiciales.
En el resto de EN el despliegue informativo era todavía consi-
derable. Jesús E. Brando sostenía en su artículo, por una parte, que
en reunión del alto mando militar, presidida por el ministro, se
habían considerado las declaraciones del director de la DIM, cali-
ficándolas de “inoportunas”. Por otra parte, mencionaba algunas
de las zancadillas oficiales que entorpecían la labor de la comi-
sión parlamentaria, en especial en relación con el resultado de la
autopsia. El juez militar del Táchira se negaba a enviar el informe
forense alegando era parte del secreto sumarial y los funcionarios
MIQUEL IZARD
[ 52 ]
El mismo 22 EN también se hacía eco, ante el rumor de un
indulto para los sobrevivientes, de que “Aún quedan veinte presos
políticos en las cárceles venezolanas”. Esperando “el tan anhelado
indulto presidencial que no llega. De todos sus expedientes, 16
reposan en los tribunales militares de Maturín, mientras que los
4 restantes se encuentran regados en tribunales ordinarios. Los
lapsos de encierro que han estado sufriendo estas personas se
prolongan de dos hasta once años”.
Armando Díaz, expreso político y militante del Movimiento
por la Democracia añadía: “El número de confinados al iniciarse el
período de Lusinchi era de ochenta, cifra que ha ido descendiendo
gracias a los indultos de julio y diciembre. También cuando vino
el papa pusieron en libertad algunos, pero sobre estos veinte que
quedan, el gobierno no ha manifestado ninguna solución global”.
Díaz enfatizaba: “Uno de los problemas fundamentales es
la existencia de un Código de Justicia Militar viejísimo, desde
Gómez, que no se adapta a nuestras necesidades y que es utilizado
por el gobierno para retardar las sentencias, ya que no existen
lapsos procesales”.
Por su parte, Gabriel Puerta Aponte denunció: “Otro caso es
el de Oscar Rangel, quien fue detenido a la edad de 19 años, en
julio de 1980, y por el simple delito de organizar un Congreso de
Campesinos le dictaron cargos en febrero, desde entonces el juicio
está paralizado y ya lleva 8 años preso”*.
* Casi un mes más tarde EN (19-01-89) volvía a hacerse eco de la cuestión en noticia titulada
“Piden liberación de procesados militares en Monagas” y en el texto se especificaba: “Militantes
del Movimiento Democracia Popular protagonizaron protestas públicas demandando la libe-
ración de 10 procesados militares recluidos en la cárcel de La Pica.
Se han convertido en rehenes del Estado, llevan en prisión entre 6 y 13 años sin sentencia y sus
procesos están paralizados, dijeron en una declaración conjunta el Movimiento Democracia
Popular y el Comité de Defensa de los Derechos Humanos”.
MIQUEL IZARD
[ 54 ]
los cadáveres, así como que varios de los fallecidos tenían antece-
dentes policiales.
A otro nivel los sobrevivientes exigían, para regresar de
México, garantías por escrito de los ministros del Interior y de
Relaciones Exteriores.
MIQUEL IZARD
[ 56 ]
En tercer lugar, desde Miradores, se transcribía entrevista con
Consalvi acerca del mismo tema. Como acostumbraba, se mostró
perplejo con lo dicho por la prensa, negó que se hubiera prepa-
rado un recibimiento por parte de los cuerpos policiales y habló de
absurdos, mentiras y falsedades.
MIQUEL IZARD
[ 58 ]
algunos cuerpos policiales actúan independientemente. Espero
que se aclare suficientemente este asunto”.
Otra noticia decía que una creíble fuente de Miraflores había
asegurado a EN que el gobierno acataría la decisión del Tribunal
Militar en el caso de EA.
Por su parte, WM, desde México, calificó el auto de detención
como “un acto ejemplarizante y un triunfo de la democracia sobre
la barbarie”. Pidió que, en consecuencia fuese destituido HCA pues
“no sólo pretendió con su actitud encubrir la masacre de EA sino
que obvió deliberadamente otros hechos similares como los de
Totumitos, Las Gaviotas y El Vallado”.
La up informaba detalladamente sobre los “dos operativos
militar-policiales en Maiquetía”. El periodista tenía grabada su
breve entrevista con un fiscal del Ministerio Público quien habría
expresado “estoy aquí para garantizar la integridad física de los
sobrevivientes”.
1989
Enero 2, lunes
En pp destacaba EN: “Llegan hoy los asilados de El Amparo”.
La noticia procedía del presidente de la comisión especial del
Congreso que había hablado telefónicamente con ellos. En página
interior, ampliando la noticia, añadía que les iría a esperar a
Maiquetía “como ellos me lo han pedido” y añadía “han manifes-
tado abrigar aún ciertos temores que comprendo pero no justifico”.
Enero 3, martes
EN destacaba en pp, con grandes titulares: “Corte marcial
decidirá responsabilidad intelectual en masacre de El Amparo”,
se señalaba que “en medios castrenses se confió a El Nacional la
Enero 4, miércoles
EN destacaba en pp gran fotografía y el titular: “Sólo queremos
justicia dicen los sobrevivientes”. Al pie de aquélla se especificaba
que lo dijeron a su llegada a San Cristóbal. Así como que una
trifulca en el penal de Santa Ana impidió a las autoridades llevarles
ante el Consejo de Guerra permanente.
Toda una página de la sección “nacional” estaba dedicada a
la masacre y, especialmente, a la trifulca, aparentemente sin rela-
ción con los sobrevivientes que, mientras tanto, seguían en la
enfermería de la cárcel en espera de poder ser conducidos ante el
Tribunal Militar.
Por su parte el corresponsal en Miraflores entrevistó al sinuoso
Consalvi quien dijo pensar que el proceso “va camino de la Corte
Marcial”.
Enero 8, domingo
CAP, presidente electo, y la alta dirigencia de AD habrían
expresado su satisfacción por el curso que lleva el proceso judicial
de los presuntos implicados en los sucesos de EA.
MIQUEL IZARD
[ 60 ]
Enero 9, lunes
EN destacaba en pp: “Hoy comienza indagatoria a implicados
de El Amparo”. Y se señalaba en qué orden —primero los funcio-
narios de mayor rango— irían presentándose.
En la ampliación interior también se mencionaba la huelga de
hambre que iban a iniciar los sobrevivientes. Para WM, quien la
anunció y explicó los motivos, “es tan evidente la parcialización de
Pérez Gutiérrez que [a los sobrevivientes] cuando son trasladados
del penal a su tribunal los conducen esposados, mientras que a los
verdaderos incriminados de la muerte de 14 humildes pescadores
[...] les llevan sin las esposas y acompañados de sus amigotes de los
cuerpos policiales”. WM dijo que les acompañaría en su protesta.
MIQUEL IZARD
[ 62 ]
pienso que es lo más absurdo que nos ha podido pasar. Nosotros
no entendemos en realidad por qué razón estamos metidos en esta
situación”.
Franklin Gómez Rodríguez de la Disip respondió: “Bueno,
yo lo único que tengo que declararles es lo siguiente: es realmente
lamentable que se hayan agotado los valores legales en este país.
Nosotros todo lo que hicimos fue cumplir con nuestro deber, no
entiendo por qué se nos ha atacado?
—¿Ustedes actuaron por su cuenta o recibieron órdenes?
Todo lo que nosotros hacemos es porque recibimos órdenes. Se
nos ordena y cumplimos con nuestro deber.
—¿Hubo enfrentamiento?
—Por supuesto que hubo un enfrentamiento. Allí no hubo
ninguna masacre como se ha querido hacer ver”.
El Tribunal Militar todavía recibió otra denuncia contra los
sobrevivientes y WM, presentada por el abogado Ricardo Koes-
ling, en nombre de un comerciante tachirense, persiguiendo
“desenmascarar el circo que ha montado el diputado delincuente
WM y facilitar el esclarecimiento total de los hechos con la demos-
tración de las actividades guerrilleras de Arias y Pinilla [los
sobrevivientes]”.
Al final de la entrevista con Koesling y a la pregunta de en qué
fundamentaba que la decisión del Consejo de Guerra fue un error,
respondió: “Está totalmente demostrado, según la parte defensiva,
que sí hubo un enfrentamiento en El Amparo, así como también
que [los sobrevivientes] son guerrilleros. Además lo ha dicho el
presidente de la República y el general Camejo Arias, quienes,
según creo yo, no tienen por qué estar engañando al país sobre lo
que realmente ocurrió allí”.
MIQUEL IZARD
[ 64 ]
por la espalda, a otros los golpearon y destrozaron la cabeza y hasta
les quebraron los brazos. Queremos justicia, como lo prometió el
presidente”.
Eduardo Fernández, excandidato de Copei en declaraciones a
EN, entre otras cosas, “exigió que el presidente Jaime Lusinchi dicte
el sobreseimiento de la causa en el juicio militar que se le sigue a
los sobrevivientes[...]. Sin embargo el caso de El Amparo no quedó
resuelto con el enjuiciamiento de los autores directos de la masacre.
Ellos pueden representar, con todo y su espantoso crimen, el punto
más delgado de una cuerda que es necesario poner al descu-
bierto y extirpar radicalmente de nuestras instituciones [...]. En El
Amparo se cometieron dos crímenes: uno por parte de integrantes
de las fuerzas de seguridad y otro por los responsables de que esa
cobarde emboscada se organizara y tuviera lugar, así como por los
autores de la maniobra encubridora destinada a hacer aparecer a
las víctimas como agentes de la subversión y a simular un combate
donde había ocurrido una despiadada carnicería. Agregó que todo
parece indicar que el crimen de El Amparo fue cuidadosamente
planificado y que pudiera estar enmarcado dentro de un propósito
de mantener, con intenciones inconfesables, un clima de terror en
la frontera, mayor aún que el existente por obra de elementos de la
subversión y el narcotráfico”.
En página interior de EDC, mencionando las peripecias de los
sobrevivientes se informaba que la Comisión Justicia y Paz orga-
nizaba en toda Venezuela “un ayuno general de religiosos y laicos
en solidaridad con los sobrevivientes de El Amparo y en protesta
por el irrespeto a los derechos humanos”. También invitaban a
una reunión simultánea a las 11 de la mañana en todas las iglesias
parroquiales o catedrales con el objeto “de crear conciencia en la
opinión pública venezolana de este tipo de irregularidades que se
cometen en este país”.
MIQUEL IZARD
[ 66 ]
una amenaza telefónica avisándole que ambos hermanos serían
secuestrados por la Disip, aunque simulando que lo había hecho la
guerrilla colombiana. Finalizaba significando que la había llevado
ante el fiscal militar del Táchira.
MIQUEL IZARD
[ 68 ]
sus vidas piden los sobrevivientes” y “Aprobado por unanimidad
informe sobre la masacre”. Ampliando, “La subcomisión especial
del Congreso que investigó los sucesos de El Amparo, firmó por
unanimidad un informe que desmiente la versión de los hechos
dada originalmente por las autoridades y confirma los testimonios
de los sobrevivientes”.
Este mismo día Simón Alberto Consalvi, ministro del Interior,
celebró una rueda de prensa para informar sobre la disminución
de la delincuencia. Preguntado qué sabía de la liberación de los
sobrevivientes, respondió que nada y, ante la insistencia, declaró
tajantemente: “No opino sobre esta materia. Eso le corresponde
exclusivamente a ellos [los jueces]. El gobierno no interviene ni
interfiere y se cuida de no hacerlo”.
MIQUEL IZARD
[ 70 ]
Enero 20, viernes
EN destacaba, con grandes titulares, en pp: “Lusinchi no
enjuiciará al general Camejo Arias”, pues habría decidido que, en
todo caso, lo hiciera su sucesor. En otra noticia se decía: “A la Corte
Marcial remiten expediente de sucesos de El Amparo”.
En el interior se ampliaba y añadían: “No prosperó recusación
contra el juez Pérez Gutiérrez presentada por defensores de los
sobrevivientes, toda vez que la misma [...] adolecía de ciertas fallas
e incongruencias que la dejaron sin efecto [...]. De esta forma el juez
Pérez Gutiérrez, al igual que el fiscal Prato, continúan desempe-
ñando sus respectivas funciones y conociendo de las declaraciones
indagatorias que, uno a uno, han ido presentando los funcionarios
implicados en los sucesos de caño La Colorada”.
“Entrevista con CAP solicitan los sobrevivientes”, era otra
noticia y se especificaba, para “solicitarle garantías de que nada les
pueda ocurrir mientras permanezcan en territorio nacional”.
Finalmente: “Denunciamos a Márquez ante Tribunal Militar”;
el abogado Koesling, que ya había presentado denuncia contra los
sobrevivientes, “por los delitos de rebelión militar y traición a la
patria, declaró que hará todo lo posible por meter en la cárcel al
diputado del MAS, Walter Márquez, a quien acusó de ser un delin-
cuente con antecedentes policiales”.
A preguntas del periodista, respondió: “Quiero decirle
también al diputado delincuente Walter Márquez, que debe
cuidarse la boca, porque yo se la puedo reventar la próxima vez
que venga a insultarme en la forma como lo hizo, en vista de que él
es una persona totalmente malhecha, es un contrahecho, entonces
le trataré de romper aunque sea los dientes, para que aprenda a
respetar a los hombres”.
MIQUEL IZARD
[ 72 ]
Enero 22, domingo
Los abogados defensores de los cuatro militares implicados
en los sucesos de EA “indicaron que el informe elaborado por la
Comisión Parlamentaria que investigó el caso atenta directamente
contra la dignidad humana, al exponer al odio y desprecio público
a los miembros del Comando Específico José Antonio Páez”.
Uno de ellos, Cedillo Vaz, dijo: “Estos políticos no tienen idea
de lo que es vivir bajo presión constante de un enemigo nunca
visible que utiliza el factor sorpresa y la nocturnidad para acechar
a quienes responden por la paz y la soberanía nacional. Los dipu-
tados desconocen lo que es una operación de comando desde el
punto de vista militar. Imagínate que ni siquiera han prestado el
servicio militar obligatorio que le deben a la Patria. Me atrevo a
decir, que el mayor riesgo que han corrido en sus vidas, es cuando
han discutido con sus esposas, lo demás lo han visto en películas,
empantuflados, y con aire acondicionado”.
“Lo más grave [dijo Moros Ghersi ] es que los propios parla-
mentarios resquebrajan las bases constitucionales que afirman en
el ciudadano la tranquilidad que produce el Estado de Derecho,
la seguridad jurídica y el orden legal. La comisión parlamentaria
públicamente violó el principio constitucional y universal de la
inocencia, poniendo en precaria situación de inseguridad jurídica
el futuro del proceso, atentando contra la dignidad humana de las
personas que han sido involucradas en el hecho, al dar una imagen
distorsionada, ofensiva y ominosa no solamente para las personas,
sino también para sus familiares y para la nación misma”.
Este mismo domingo se inició una burda campaña de prensa
para desprestigiar a WM y a quienes como él pensaban, mientras
éste dijo a EN: “Defensa paga remitidos en mi contra”. “[... WM]
denunció la existencia de una campaña de desprestigio en su
contra, consistente en remitidos a la prensa pagados con dineros
MIQUEL IZARD
[ 74 ]
de ello son las decisiones que se han tomado hasta ahora por los
altos tribunales de la justicia militar”.
La ampliación de la noticia —pp del cuerpo “nacional”—
finalizaba diciendo que CAP, además, “se refirió a la necesidad de
fortalecer cada día más a las Fuerzas Armadas, como institución
garante del sistema democrático, y ratificó que una vez que asuma
el mando girará las instrucciones precisas para que se proceda a
redimensionar a algunos cuerpos de seguridad del Estado que se
han tomado para sí atribuciones que no les corresponden”.
MIQUEL IZARD
[ 76 ]
comienza con una larga relación de secuestros que se remontan
a 1979 y culminan en 1988, algunos de los cuales fueron puestos
en duda por los mismos organismos de seguridad encargados de
investigarlos, ante la curiosa y reiterada ecuación: dificultades
económicas, secuestro de algunos ganaderos de la zona.
Seguidamente, el remitido plantea una serie de considera-
ciones militares, con una fluidez tal, que parece escrito por un
experto en operaciones militares y no por una dama menor de 35
años —como parece indicar el número de cédula de la firmante,
por cierto, votante y residente en la ciudad de Caracas—, bastante
lejos de los acontecimientos por lo que extraña su conocimiento de
la región del Alto Apure.
La dama se refiere a los sucesos conocidos como la masacre
de El Amparo con una asertividad y simpleza tales, que más parece
escrito por el jefe de Relaciones Públicas de la II División de Infan-
tería, que por una preocupada damisela capitalina.
El artículo concluye con un epígrafe: ‘Operación descrédito’.
La situación descrita no pasaría de lo anecdótico, ante tan evidente
colección de inexactitudes, si éstas no persiguieran un fin más
oscuro e inconfesable, apuntan los informantes.
En efecto, no se trata de manifestaciones literarias de una
jovencita. Se trata de una conspiración orquestada y dirigida,
desde varios centros de decisión, con el objetivo aparente de la
figura de Walter Márquez, pero que, en realidad, lo que persigue
es el desprestigio de la DIM, del Consejo de Guerra Permanente,
en San Cristóbal, de sectores económicos allegados al presidente
electo y del propio CAP, afirmaron nuestros informantes”.
El segundo artículo mencionaba: “Las vinculaciones con
Lyndon Larouche, el Ku-Klux-Klan y el Apartheid”.
“El llamado Comité Pro-Defensa de la Soberanía, que ha
venido publicando remitidos contra WM y el director de Inteligencia
MIQUEL IZARD
[ 78 ]
un próspero ganadero y miembro honorario de la Asociación en
Táchira.
Las fuentes hicieron un análisis de los hechos en relación a las
supuestas vinculaciones con latifundistas, terráfogos y funciona-
rios de la Disip, que le han valido el mote entre sus subalternos de
‘comisario Camejo’[...].
Una fortuna no justificada. Camejo Arias, con su modesto
sueldo como funcionario al servicio del Estado, adquiere un buen
número de hectáreas y ganado en la región del Alto Apure [...]. Del
resultado obtenido, tanto en las reuniones del grupo de oficiales
‘camejistas’, la Disip y los directivos ganaderos Cárdenas. Roton-
dero y Koesling (de Asogoa) surge la constitución del Comité Pro-
Defensa de la Soberanía Nacional, según nuestros informantes”.
Febrero 1, miércoles
Todavía EN dedica al tema página y media. Cinco artículos
como los anteriores, también reproduciendo documentos,
firmados por Brando. “Reabrirán investigaciones en diez casos
anteriores a El Amparo. El Cejap será integrado exclusivamente
por miembros de la FAN. CAP ordenó reestructuración de la
Disip”. En el artículo había también información sobre las averi-
guaciones para descubrir qué y quién había detrás de la campaña
contra WM.
En el segundo, titulado: “Larouche tiene quien lo defienda”.
Brando reseñaba un folleto: “El propósito es matarme: Larouche”.
Banqueros y bolcheviques quieren acabar con el adalid de la lucha
contra el FMI, distribuido en Caracas por un Instituto Schiller. El
periodista reproducía algunos párrafos —mccarthyanos— de la
publicación.
El tercer artículo: “Pruebas que incriminan a Camejo Arias
son irrebatibles”, decía que así lo habría comunicado una fuente
Febrero 2, jueves
“Representantes de Lyndon Larouche hacen contacto en el
estado Táchira”. Según el primer párrafo de la noticia: “El principal
representante de L. Larouche en Venezuela, el excandidato presi-
dencial del Partido Laboral Venezolano Alejandro Peña Esclusa,
se encuentra desde hace varios días en esta ciudad [San Cristóbal]
en reuniones con representantes de la Iglesia [católica], grupos
económicos y con miembros de algunos cuerpos de seguridad de
la FAN”.
MIQUEL IZARD
[ 80 ]
Febrero 4, sábado
Todavía dos noticias. “Quieren obligarme a desmentir lo
que sucedió en El Amparo. Rafael Montoya, un agente de policía,
señala que la prefecto y dos abogados le ofrecieron a nombre de
Camejo Arias, 50.000 bolívares, un apartamento en San Cristóbal
e ingreso en la Disip”.
En la nota se especificaba que la prefecto lo era de Guasdua-
lito, distrito Páez, Apure, y que los abogados eran los defensores
de los funcionarios. Montoya estaba presente cuando, el día del
suceso, el comisario Hipólito le dijo al comandante Tovar “que
venía de una operación en la que habían muerto varias personas,
algunas de ellas conocidas en el pueblo, en un enfrentamiento con
guerrilleros”.
La segunda información se titulaba: “WM: La gobernadora
del Táchira financia campaña en mi contra. Señala asimismo que el
general Camejo Arias utiliza recursos del Ministerio de la Defensa
para pagar remitidos”.
En la ampliación de la noticia WM aseguraba en “el caso de
Totumitos, El Vallado y Las Gaviotas también hubo masacres y lo
sostiene porque los procedimientos fueron los mismos, sólo que
en aquellos casos —acusa— no hubo sobrevivientes. Dijo que esos
casos los plantearía ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, en Washington y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, en Costa Rica”.
Febrero 9, jueves
Dos noticias destacadas en pp: “Eliminados grupos comandos de
la Disip”, y “CAP pidió expediente sobre El Amparo”. La amplia-
ción de la primera decía: “Eliminar los grupos de intervención
de la Disip, conocidos como Grupos Comando decidió la nueva
directiva de ese organismo de Seguridad del Estado [... quienes]
MIQUEL IZARD
[ 82 ]
En un largo artículo se explicaba cómo Carlos Manuel Manrique
Cobos había atraído a tres colombianos como él —supuestamente
para contrabandear harina— muertos como si fuesen subversivos.
Otra noticia se titulaba: “Mis hijos no eran guerrilleros, dice
madre de víctimas de El Vallado”.
En el texto, entre otras cosas, se decía: “En aquella oportu-
nidad se dijo que una comisión de la Disip había interceptado a un
automóvil en el que viajaban tres personas de nacionalidad colom-
biana que, al dárseles la voz de alto, éstos habrían respondido con
fuego, lo cual originó una balacera que concluyó con la muerte de
los tres jóvenes. En el interior del vehículo, según se dijo, fueron
encontrados uniformes militares, insignias del ELN y armas de
grueso calibre”.
Una tercera noticia se titulaba: “Piden en Táchira investigar
sucesos de El Vallado y Totumitos”, los defensores de los sobrevi-
vientes y WM.
MIQUEL IZARD
[ 84 ]
Fanático de un partido trotskista, se convirtió luego en un
fervoroso defensor de la ultraderecha y mantenía un culto domi-
nante sobre sus seguidores.
En la década de los sesenta lo encontramos dictando cátedra
de economía marxista en New York (Columbia).
Tuvo la ocurrencia, entre otras, de acusar al exvicepresi-
dente de Estados Unidos y posteriormente candidato al partido
demócrata, Walter F. Mondale, de ser nada menos que un agente
soviético.
(Condenado y encarcelado) intentó defraudar más de 30
millones de dólares a personas a quienes se les solicitaban prés-
tamos a cambio de promesas de que iban a recibir altos intereses”.
MIQUEL IZARD
[ 86 ]
con Henry Kissinger, el FMI y la Banca Internacional, han fundado
en el mundo sectas satánicas para tratar de desprestigiar a las insti-
tuciones que, como las Fuerzas Armadas, no desean aceptar sus
planes demoníacos.
[...] Reitero que el diputado Walter Márquez dirige una secta
satánica, vinculada al grupo narcoguerrillero M-19. Se trata preci-
samente de la Iglesia Gnóstica Cristiana Universal, peligrosa
herejía explícitamente anticatólica que promueve ritos sexuales
perversos y lavados cerebrales”.
Más adelante insistía: “El gnosticismo está vinculado con
el intercambio de drogas por armas, por medio de la conexión
búlgara y la empresa Kimtex como quedó demostrado en las inves-
tigaciones a raíz del intento de asesinato de su Santidad el papa
Juan Pablo II. El gnosticismo sirve de ideología interna y de meca-
nismo de reclutamiento del M-19”.
MIQUEL IZARD
[ 88 ]
Rotondaro llega a tal extremo, que en una oportunidad, cuando
participó activamente en defensa de Germán Zinng en el caso de
Guanay, llegó a solicitarles a los indígenas piaroas los documentos
de propiedad de esas tierras, aduciendo que si no los tenían tendrían
que pagarle al señor Zinng. ¿Habrase visto mayor barbaridad?
Se preguntó Azpúrua, pedirle documentos de propiedad a unos
indígenas que tienen cientos de años habitando en tierras que les
pertenecen”.
En la misma página había un largo y documentado artículo
del general Edgar Gavidia titulado: “El presidente disfruta de
facultades imperiales en la justicia militar”.
El autor enfatiza que mientras la sociedad venezolana
está regida por “una carta magna redactada en los albores de la
nueva democracia venezolana [1961], nuestro código de Justicia
Militar y reglamento de Castigos Disciplinarios se firman en
períodos relacionados con viejas dictaduras —Gómez y Pérez
Jiménez— respectivamente”.
MIQUEL IZARD
[ 90 ]
3. LA SEMANA TRÁGICA
* Todos los especialistas recuerdan que la Lvm es del 14-08-1939, del gobierno de López
Contreras, fue inspirada en la española de 1933. Lo que no recuerdan es que tiene antece-
dentes coloniales. El siglo XVIII, y los anteriores, está surcado de reales órdenes y similares
para corregir, recoger, aprehender, etc., vagos y malentretenidos. Rosa M* Pérez Estévez, El
problema de los vagos en la España del siglo XVIII, Madrid. 1976, CECA, recopiló la legislación
al respecto, 193-195. En Mi orejanos, cimarrones y arrochelados. Barcelona, 1988, Sendai, hay
algunas referencias a su aplicación concreta en Venezuela, 41-43 especialmente..
MIQUEL IZARD
[ 92 ]
en esta reunión interamericana que hay torturas en Venezuela [...].
Esos no son los muertos escondidos, como los enterrados en los
Pozos de la Muerte*.Los otros son para enseñarlos y exhibirlos ante
la prensa”.
Lolita Aniyar es licenciada y docente de la Universidad del
Zulia (LUZ), doctora en derecho con postgrados en Roma y París,
directora durante quince años del Instituto de Criminología de
LUZ.
Un mes más tarde, el 12 de enero, se destapó gracias a la prensa
uno de tantos casos denunciados por la senadora marabina. Cinco
funcionarios de la Disip, acusados de haber matado a balazos
a tres jóvenes en El Vigía (estado Mérida) un año antes, habían
sido absueltos por el juez VI de lo penal, quien consideró “que en
este suceso hubo legítima defensa de parte de los mencionados
funcionarios”.
Añadía la noticia publicada en EN que un fiscal del Ministerio
Público apeló esta decisión absolutoria. El 16 de enero de 1988 los
de la Disip habían liquidado a los tres jóvenes “bajo el argumento
de que eran delincuentes y habían cometido un atraco”, pero poste-
riormente la mujer que denunció el robo declaró ante la PTJ que los
muertos no eran quienes le habían asaltado.
Tres días más tarde EN informaba “Allanada por la Disip
emisora en El Vigía y detenido periodista”. En la ampliación de la
noticia añadían, la orden había partido del mismo juez que había
absuelto a los cinco acusados “porque se sintió molesto por una
reseña del noticiero radial en la que se comentaba la absolución
[...]. El periodista José Rafael Ramírez comentó en los espacios
informativos de ‘Ondas Panamericanas’ que la Disip a través de
* Sobre esta dantesca costumbre de los cuerpos represivos venezolanos, enterrar a sus muertos
(secuestrados, torturados, etc.) en pozos, puede consultarse: Luis Hómez El pozo de la muerte. (El
Hallazgo), Caracas, 1988. Fondo Editorial Colegio Nacional de Periodistas, 159, donde se detalla
el descubrimiento de uno en Maracaibo.
MIQUEL IZARD
[ 94 ]
Neumann, el Centro Roben Kennedy y el Instituto Interamericano
de Derechos Humanos.
Decía la senadora, incluso la tan oficial Copre (Comisión
Presidencial para la Reforma del Estado) ha publicado un folleto
propugnando una Ley de Seguridad Pública en vez de la Lvm.
Insistía sobre las muertes anunciadas y ampliaba las cifras. No
sólo en el Zulia, sino en todo el Occidente; sacando información
de la misma prensa —no la hay, por supuesto, oficial— entre 1983
y 1988 había habido 727 muertos, 344 ocasionados por la policía
uniformada, 149 por la PTJ, 62 por la Disip, 135 por la Guardia
Nacional, 13 por otros cuerpos y 22 en acciones conjuntas.
También denunciaba que esto suponía escamotear atribu-
ciones al Poder Judicial o, a otro nivel, el machismo y sexismo en
la justicia penal. Pero el grueso de la entrevista estaba dedicado
al “Terrorismo oficial”, el recurso a la ley de fugas, agresiones en
prisiones, suicidios en penales, los pozos de la muerte o los sucesos
de El Amparo, la mayor vulnerabilidad de la “gente desfavorecida”
o de “las clases marginales”, “objeto de una acción continuada de
represión en las calles por medio de los procesos generados por la
Ley de vagos y maleantes”. También arreciaba contra “los opera-
tivos policiales [que] son una manera abiertamente ilegal de privar
de la libertad a individuos que no han cometido ningún delito”;
añadía que en Maracaibo se había conseguido un récord al llegar a
23.000 detenidos por operativos policiales en sólo tres meses.
El resto del mes, y hasta el Caracazo, EN y otros periódicos se
hicieron eco de la amplia discusión generada por las denuncias. El
jueves 9, EN recogía el parecer de Ávila Vivas, nuevo gobernador
de Caracas, que ya llevaba días amenazando con reactivar la Lvm
para establecer el orden “en su máxima expresión” también se
mostraba decidido a que se cumpliere el decreto 21 que “establece
MIQUEL IZARD
[ 96 ]
o por haber sido ya detenido preventivamente”; también mostró su
extrañeza por las declaraciones del gobernador Ávila Vivas, viejo
amigo suyo, que pensaba aplicar “esa estrategia equivocada frente
al crimen”.
La senadora Aniyar, dando nueva prueba de tenacidad, inter-
vino el 10 de febrero en el senado proponiendo un debate sobre los
derechos humanos en Venezuela; pero el presidente de la cámara
lo pospuso “por considerar que se trata de un tema que necesita
mayor estudio y análisis por parte de los parlamentarios”.
Pero la senadora ya había aprovechado para arremeter en su
campaña, declaró que la Lvm era un “instrumento jurídico que
a su juicio desata una espiral de violencia entre la comunidad” y
denunció, una vez más con datos, las torturas y muertes perpe-
tradas en Venezuela por la policía.
Declaró, en este sentido, a la periodista de EN: “Queremos
dejar atrás a la policía asesina, una policía que está derramando
más sangre que muchos de los llamados comunmente homicidas”.
El domingo 12 EN publicó otras entrevistas, con Tosca
Hernández, socióloga e investigadora del Instituto de Ciencias
Penales y Criminológicas de la UCV, que también rechazaba
documentadamente la Lvm; y enfatizaba la entrevistada “en este
país, para viajar a las colonias móviles de El Dorado [algo así como
un campo de concentración para aquellos a quienes se aplicaba la
mencionada Lvm], apenas se necesita tener algunos insignificantes
antecedentes penales o ser simplemente sospechoso” y machacaba
“con la Ley de vagos y maleantes es fácil mandar a El Dorado a los
más indefensos, inocentes y, en cierto modo, a los desamparados
de la sociedad venezolana”.
El clamor empezó a generalizarse, la gente se interesaba por el
tema, las campañas de la senadora conseguían su objetivo y se reali-
zaron todo tipo de intervenciones. Alejandro Izaguirre, ministro
MIQUEL IZARD
[ 98 ]
El domingo anterior al Caracazo, el 26 de febrero, seguía la polé-
mica con la intervención de dos exgobernadores que se postulaban
para la Alcaldía de Caracas. Diego Arria señaló: “Siempre me preocupó
el exagerado campo de acción que la ley da al gobernante de turno y que
podría permitirle llegar al máximo de la arbitrariedad, casi sin limi-
tación alguna, si ésta fuera su decisión”; y más adelante especificaba:
“Cualquiera que haya tenido que aplicar esta ley sabe perfectamente
bien que su aplicación es desigual y definitiva, discriminatoria para los
más débiles”.
Contrariamente, Adolfo Ramírez Torres dijo que la Lvm “debe
interpretarse como un instrumento de emergencia y de excepción, y
que admitiendo sus riesgos, es aceptable y oportuna cuando se aplica
convenientemente”.
MIQUEL IZARD
[ 100 ]
desde el país por unos fulanos que no reparan el daño que se hace
a Venezuela”.
Más sorprendente y chusca, si cabe, fue la respuesta de CAP,
a su regreso de Suiza, que la prensa recogió el lunes 30. Enfatizó
que a AI “les mando el texto de la Constitución, donde, para
orgullo nacional, está la definición de nuestro respeto a los dere-
chos humanos”. Ante la interpelación de la periodista señalando
que “muchas veces es la propia Constitución la que es irrespetada”
respondió: “Entonces hay que acusar, demandar y castigar a los que
irrespetan la Constitución”.
El 31 Eduardo Fernández, aprovechando la posición más
cómoda del aspirante derrotado pero cabeza de la oposición,
declaró en respuesta al exabrupto de CAP: “Los países que más
violan los derechos humanos suelen ser los que tienen las constitu-
ciones más respetuosas. El problema no es solamente que la Cons-
titución garantice, sino que haya voluntad nacional para que los
gobernantes respeten escrupulosamente los Derechos Humanos.
La Constitución estaba plenamente vigente cuando los sucesos de
El Amparo. Eso es lo que nunca más debe ocurrir en Venezuela”.
En relación con la temática, la prensa reprodujo el 2 de febrero
un lapidario comunicado de personalidades universitarias, enca-
bezadas por el rector de la UCV o el exrrector de la ULA Perucho
Rincón Gutiérrez, reconociendo la veracidad de las acusaciones de
AI y recordando otra vez, estaba en la mente de todos, la masacre
de EA.
De alguna manera, el colofón a esta controversia lo puso
una de esas voces de la conciencia que publican sus columnas
periódicamente en la prensa venezolana. “Sanín” en su Palco de
sombra del martes 14 de febrero terminaba enfatizando: “Resulta
insólito y repugnante que en treinta años de democracia vene-
zolana subsistan en la República los mismos vicios, las mismas
MIQUEL IZARD
[ 102 ]
para ocultar la verdad, lo cual se ha reflejado en un franco dete-
rioro del respeto a la vida. La masacre de El Amparo, el asesinato a
estudiantes y obreros, la recluta forzosa que ha dejado en este año
dos muertos. I.a vigencia de la Ley de vagos y maleantes que ha
recibido la condena de prestigiosas instituciones como AI, no son
más que signos evidentes del resquebrajamiento de las libertades
democráticas”.
A media tarde del lunes 20, la brigada especial de la Pm que
vigilaba desde el exterior el campus de la UCV donde se desarro-
llaban airadas protestas por el asesinato del estudiante, disparó
y mató al bedel del Instituto de Medicina Experimental, Carlos
Yépez Pérez, de 25 años. De nuevo la División contra homicidios
de la PTJ intervino para esclarecer lo acontecido. Al día siguiente
declaraba el rector de la UCV: “Uno de los problemas fundamen-
tales es la credibilidad de los cuerpos de seguridad y organismos
policiales, porque la masacre de El Amparo quedó hondamente
marcada en el corazón de los venezolanos y todas las mentiras
que se tejieron a su alrededor no dejan que el pueblo crea en las
versiones [oficiales]”.
El 23 de febrero —mientras las protestas por los asesinatos se
extendían a toda la República y eran muy exaltadas en Mérida—
se procedió al multitudinario sepelio de Carlos Yépez a la vez
que la FCU lanzaba un nítido comunicado, denunciando la larga
violencia estatal y recordando que se inició, en su última etapa,
durante la presidencia de Betancourt, siendo CAP ministro de
Relaciones Interiores.
33. LA MATANZA
MIQUEL IZARD
[ 104 ]
posesión de CAP, con cientos de invitados extranjeros y fastuosos
gastos de representación, lo que Eduardo Fernández y otros dieron
en llamar la coronación. En los últimos días de febrero la familia
Cisneros, tan vinculada a CAP, celebró con lujo de boato y derroche,
la boda de uno de los vástagos a través de una fiesta de Canaá que la
prensa del corazón se apresuró a calificar de “boda del siglo”.
Y el penúltimo día de febrero, lunes 27, cuando tempranito
en la mañana las gentes de las clases subalternas se dirigieron a
los terminales de transporte, Nuevo Circo de Caracas o los de las
ciudades dormitorio de los alrededores de la capital, se encon-
traron con que se había doblado el precio del pasaje, y a finales de
mes; podrían pagarlo todavía ese día, pero no el siguiente, ni, por
lo tanto, llegar al lugar de trabajo y cobrar la quincena, entre otras
cosas porque el brutal despegue de los precios había deteriorado
seriamente la economía de familias que contaban desde siempre
con ingresos por debajo de sus necesidades.
Resultado de las provocaciones, antiguas y nuevas, en una
especie de catarsis colectiva y sin que nadie lo hubiera organizado,
se inició un festivo saqueo de los comercios, de bodeguitas a super-
mercados, que todo el mundo visualizó como una fiesta, aunque
el mismo lunes ya hubo nuevos asesinatos policiales, como el de la
estudiante de Letras Yulimar Reyes.
Al día siguiente y a última hora —sin que hubiera cambiado el
panorama— el gobierno suspendió las garantías constitucionales y
decretó el toque de queda. A partir de este momento se desató una
dantesca matanza.
El país quedó desconectado; durante un par de días no salieron
periódicos, radio y televisión prácticamente dejaron de informar
o enmudecieron.
El jueves 2 se recuperó una especie de normalidad y la prensa
—como había ocurrido con anterioridad— devino el principal
Marzo 2, jueves
Prácticamente toda la pp, e íntegramente la up, dedicadas a
los sucesos y a las primeras noticias sobre la represión. Se mencio-
naban doscientos muertos y mil heridos en tres días. En la amplia-
ción de la up quedaba claro que los muertos, sobre los que había
constancia de lo acontecido, habían caído, sin que se hallaran
implicados en los disturbios, bajo las balas de la policía o de propie-
tarios que defendían sus comercios. Personas muertas en sus casas
por balas de las fuerzas represivas o transeúntes y motorizadas por
balas llamadas, eufemísticamente, perdidas.
En la ampliación de la noticia de pp se especificaba: “La
morgue fue declarada en emergencia, pues sus espacios resultaron
insuficientes para atender los casos y practicar las autopsias de ley e
identificación. Los hospitales están declarados en emergencia ante
el número de heridos que han ingresado en las últimas 72 horas.
La policía y la GN efectuaron numerosos allanamientos donde
localizaron mercancía robada en saqueos. Los culpables fueron
pasados a la gobernación de Caracas para sancionarlos con la Ley
de vagos y maleantes”.
Habían llegado del interior 10.500 efectivos militares y se
anunciaban medidas sociales y económicas preventivas. Se decretó
una cesta básica para mantener los precios de alimentos, medi-
cinas o transporte, aumentos salariales de dos mil bolívares y una
reorganización del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales;
MIQUEL IZARD
[ 106 ]
así como un plan financiero para ayudar a los comerciantes perju-
dicados o el diferido, hasta septiembre, de los pagos de la deuda
externa.
A la vez comenzaban las críticas de la oposición por la suspen-
sión de las garantías, y en especial por la censuradas llamadas de
alarma o las primeras mentiras o calumnias oficiales. Así el inefable
Gonzalo Barrios, presidente de AD, declaró a la vez que lo ocurrido
en Venezuela era resultado del “beso mortal del FMI”. “Sobre las
muertes registradas en los disturbios, dijo que había muchos
[inmigrantes] dominicanos [y] no quiso adelantar opinión sobre
supuestos grupos subversivos infiltrados en los disturbios”.
Por su parte, Rafael Caldera, líder de Copei y expresidente,
en un llamado “no podemos perder nuestra democracia” enfati-
zaba: “Venezuela ha sido una especie de país que los norteameri-
canos llaman de escaparate de la democracia de América Latina y
ese escaparate lo rompieron a puñetazos, pedradas y manos, los
hambrientos de los barrios de Caracas a quienes se quiere someter
a los golpes férreos que impone el FMI”; y añadió de inmediato:“Es
indispensable la reflexión y me parece que sería un error de la
oposición poner contra la pared a AD, obligarla a defender a todo
trance medidas que pueden hacer un daño irreversible”.
Por su parte, el ministro de la Defensa, Ítalo del Valle Alliegro,
el único ministro que no cambió con el presidente, declaró: “Quiero
hacer hincapié y recalcar que la tranquilidad no sólo ha regresado
por la actuación de las Fuerzas Armadas, sino por la conducta del
pueblo venezolano, que reclama del derecho a la paz y a la tranqui-
lidad, porque esa es la costumbre de nuestro pueblo”.
MIQUEL IZARD
[ 108 ]
acciones. La reacción de las fuerzas del orden y del ejército hace
dos días recuerda desoladoramente una época de la historia vene-
zolana que debería ser desterrada para siempre si aquel país quiere
seguir siendo calificado de democrático”.
También reproducía EN una entrevista con el siempre atinado
y clarividente rector de la UCV, Luis Fuenmayor Toro. De lo acon-
tecido lunes y martes decía que había sido un suceso “sin dirección
y organización algunas y hablar de la existencia de grupos detrás de
las manifestaciones era equivocado, pues ello llevarían a la repre-
sión y no a la reflexión y rectificación por parte del gobierno en su
política económico-social”.
Añadía el rector, suspender las “garantías constitucionales,
lejos de resolver la situación de violencia existente, se ha transfor-
mado en una patente de corso para el asesinato en las calles: Hay
posiblemente cerca de 500 venezolanos que han perdido la vida”.
Añadía el rector una lista de diez estudiantes detenidos y
alertaba también sobre el caso de Jorge Rodríguez, estudiante de
Medicina, “hijo del exdirigente estudiantil Jorge Rodríguez, quien
murió en 1976 torturado por organismos de seguridad, lo cual
constituyó, para entonces, un escándalo nacional”. Por ello advertía
“sobre la posibilidad de que este joven puede ser desaparecido o se
atente contra su vida, tal y como se hizo con su padre”.
Marzo 4, sábado
EN destacaba, en una pp todavía casi dedicada en exclusiva a
los sucesos, declaraciones de CAP en grandes titulares: “Fue una
acción de pobres contra ricos”, al pie se añadía la continuación de la
frase, “contra las riquezas y no contra el gobierno”, emitida cuando
hablaba con corresponsales de la prensa extranjera.
CAP añadió entre las víctimas 300 muertos y 2.000 heridos,
sólo figuran dos extranjeros, colombianos, y remarcaba: “Pese a la
MIQUEL IZARD
[ 110 ]
Ramalazos de xenofobia acompañando el apoyo a las fuerzas
represoras; así, pongo por caso: “De igual forma aprobamos y
aplaudimos las medidas que están tomando las autoridades en el
sentido de hacer una revisión detallada para investigar quiénes
fueron los que cometieron actos de hurto y vandalismo y que les
sean decomisados los productos del robo. Que sean castigados con
todo el peso de la ley”.
Otros dos artículos, “Del rumor al temor de morir abaleado”
de Hugo Colmenares’ y “Pánico bajo techo” de Fabricio Ojeda,
denunciaban un hecho lamentable: alguien había hecho correr el
rumor de que tras los asaltos a establecimientos comerciales los
habitantes de los “ranchitos”, expresión peyorativa para personas
que no han succionado de los ingresos faraónicos más o menos
derivados del petróleo, saquearían residencias y apartamentos. El
rumor provocó una histeria colectiva, armamento de los segundos
(si ya no lo estaban) y la pérdida de los últimos restos de sensatez.
No era sorprendente oír, a personas supuestamente ponderadas,
que no quedaba sino la alternativa de liquidar incluso a los niños
de los barrios marginados.
En el artículo de Ojeda se leía: “Un nuevo virus, el síndrome
del saqueo, ataca los nervios del caraqueño clase media, ese que
aún posee objetos valiosos dentro de su vivienda. Ahora, todos
temen que la ‘furia popular’ se meta en quintas y apartamentos para
terminar con lo que falta, [...] Los que tienen armas las guardan
bajo la almohada [...]. Incluso, hay relatos de falsos militares que
llaman a las puertas para efectuar una revisión, y luego resultan
ser atracadores profesionales que buscan aprovecharse de estas
trágicas circunstancias”.
MIQUEL IZARD
[ 112 ]
Elizabeth Araujo en otro reportaje, “Si es de morir se muere”,
basado en entrevistas a soldados y oficiales, mencionaba la muerte
de un sordomudo que no oyó la voz de alto y enfatizaba a un oficial:
“Muchos dicen que como aquí no hay guerra, ustedes han desatado
todos sus impulsos”; también habló con un llanero, Luis Cortez,
habitante de El Valle, quien afirmaba: “Nadie disparó desde
mi edificio y sin embargo nos agarraron para polígono de tiro”,
murió su sobrino y añadía el llanero: “Me pregunto si este pobre
muchacho aparecerá ahora en la lista de los saqueadores o en la
lista de francotiradores”.
Marzo 6, lunes
De nuevo los sucesos acaparaban casi toda la pp y toda la up.
En aquélla se destacaban declaraciones de CAP, rectificando las del
sábado: “Fue una protesta contra la especulación” y especificaba
a continuación: “No fue una acción ni de ricos contra pobres ni
de pobres contra pobres. Fue una violencia social que tuvo como
objetivo protestar contra la especulación”. También enfatizó el
presidente: “Es una injusticia peligrosa para el país querer echar la
culpa de los sucesos a la presencia de extranjeros”.
Las otras informaciones referían: “Hoy puede terminar el
toque de queda”; “Libertad de expresión pide restituir el CNP”,
lo que había solicitado su presidente Luis Vezga Godoy. Mien-
tras según otro titular: “En la morgue [de Caracas han ingresado]
256 cadáveres”, en otra noticia mencionando declaraciones del
ministro de la Defensa se aseguraba: “La lista oficial de muertos es
de 247 en todo el territorio nacional”. Y además de otras noticias
sobre el restablecimiento de la situación anterior sorprendía una
anunciando: “Investigados cinco jesuitas”.
En la up el artículo de Humberto Álvarez filtraba suficiente
información aunque seguían suspendidas las garantías y permanecía
MIQUEL IZARD
[ 114 ]
En la penúltima página —también dedicada íntegramente a
la matanza— en un artículo, “Después de una semana”, Fabricio
Ojeda señalaba: “Pero, sin llegar a tantas honduras, la gente común
conoce el porqué de lo ocurrido. Esa violencia, con su lamentable
saldo de víctimas, tiene mucho que ver con décadas de corrupción,
pobreza creciente y promesas incumplidas. Mucho que ver con
saqueos de ‘cuello blanco’ y su consecuente impunidad”.
Se denunciaba el acoso al historiador Wladimir Ruiz Tirado,
educador y secretario general de la Causa R en Barinas. La denun-
ciante, su hermana Tania, periodista, pensaba que la persecución
“puede ser un ‘pase de factura’ por sus denuncias contra la terro-
fagia en Barinas, donde según el dirigente de la Causa R estarían
implicados Reinaldo Leandro Mora y su cuñado el comisario
Henry López Sisco, exjefe de operaciones de la Disip”.
Cuerpo represivo que también detuvo, por unas horas, al
veterano dirigente radical y exdiputado Radamés Larrazábal
quien señaló “que desde el paquetazo no conocemos de ningún
banquero o gran empresario o especulador que haya sido detenido
o su domicilio allanado”.
Por otra parte, el ministro de la Defensa, Alliegro, se reunió con
los periodistas para declarar: “No hay represión ni desaparecidos
en Venezuela” y enfatizaba: “En Venezuela no hay desaparecidos ni
un estado represivo y esto lo afirmo a plenitud de conciencia y con
la autoridad moral que me confiere ser el comandante general de
unas Fuerzas Armadas que continentalmente y en el mundo tienen
una tradición libertaria y democrática”.
A continuación daba cifras oficiales: 247 muertos en todo el
país y 647 heridos.
Elizabeth Araujo con un artículo a toda página, “Adiós a las
lágrimas”, iniciaba una serie de reportajes. En el primero pregun-
taba el parecer a gente de la calle; Florencio Jiménez, conductor de
Marzo 7, martes
De nuevo toda la pp y la up de EN dedicadas exclusivamente
a la Semana Trágica. Destacaba en primer lugar el final del toque
de queda, “sin embargo, las garantías constitucionales continúan
suspendidas hasta tanto el Gobierno Nacional termine de evaluar
la situación”. Otro titular rezaba: “Empresarios no aceptan enfoque
clasista de CAP” y en el detalle se leía “Empresarios privados se
reunieron ayer para analizar la situación del país, y sobre todo
la actitud del gobierno de CAP, quien señaló como causa de los
hechos de la semana pasada, un enfrentamiento de ‘pobres contra
ricos”. El empresariado insiste en que se materialicen los aumentos
de precios de estos días. En el encuentro realizado en La Electri-
cidad de Caracas, se acordó redactar un documento para el Jefe del
Estado y para la opinión pública nacional”.
Otras noticias mencionaban la interpelación de la oposición al
Ministro del Interior, “Los diputados cuestionaron las estadísticas
MIQUEL IZARD
[ 116 ]
gubernamentales sobre muertos y heridos, que según la oposición,
alcanzan el millar de personas”.
José Delpino, el presidente del sindicato oficial y guberna-
mental de la CTV (Confederación de Trabajadores de Venezuela),
declaró “inevitable la protesta social” y en el detalle de la noticia
Delpino “atribuyó a causas eminentemente sociales la violencia
callejera [...]. Eran las iras retenidas durante mucho tiempo contra
un tipo de comerciantes no sensibilizados, quienes han hecho un
altar a la ganancia excesiva y a las actividades comerciales ilícitas,
caracterizadas por el acaparamiento y la especulación”. También
responsabilizaba al gobierno por no haber actuado a tiempo. “Era
inevitable, había una acumulación de factores para que todo esto
sucediera”.
A otro nivel, y prueba evidente de la represión, el ministro de
Sanidad declaró en público: “Se agotaron suministros hospitalarios”.
En la up grandes titulares rezaban: “Sepultados los últimos
cadáveres de la morgue. Un grupo de 30 o 40 cuerpos fueron inhu-
mados el domingo en la tarde en el Cementerio General del Sur. No
se registraron nuevas víctimas en Caracas”.
En otra noticia: “Ultimada a balazos jefa de personal del INN”,
firmada por Fabricio Ojeda, se desmenuzaba una nueva historia,
similar a tantas de estos días, no de los fusilados, sino de las
muertes “accidentales”. Mercedes Hernández Daza, 34 años, con
un buen cargo en el Instituto Nacional de Nutrición, un hijo de año
y medio, muerta por dos balas cuando estaba peinándose en su
alcoba. El hermano de la víctima, quien le contaba el caso al perio-
dista, afirmó: “Estaba en su casa, cuando comenzaron a disparar
contra todas las viviendas del sector, al final de la avenida Bogotá.
Quien dio esa orden fue un capitán de apellido Valdez, propietario
de una fabrica de muebles [...]. Ese oficial mandó a ametrallar la
zona, porque pensaba que a su negocio lo iban a saquear. De esa
MIQUEL IZARD
[ 118 ]
hechas contra la directora”, también denunciaba “en la Disip, los
estudiantes han sido sometidos a interrogatorios durante los
cuales se les golpea con bates [de béisbol] y tubos, mientras que se
les cubre la cara para que no vean a quienes los maltratan. El objeto
de los golpes es obligar a los detenidos a confesar su vinculación
con grupos subversivos. También señaló que los estudiantes han
sido fotografiados allí con armas de guerra”.
En páginas interiores, un artículo acerca de los sacerdotes de
la Compañía detenidos y liberados, titulado: “Jesuitas piden trato
humano para el resto de los detenidos”.
Marzo 8, miércoles
A medida que pasaban los días, la gente y la prensa osaban
hablar con mayor claridad y se recogía un mayor abanico de
respuestas.
De nuevo prácticamente toda la pp y la up de EN sobre la
poblada y sus consecuencias. En primer lugar y destacado: “Fede-
cámaras acusa a Pérez de desestabilizador social”. Para la gran
patronal las palabras de CAP hablando de una reacción de pobres
contra ricos, “golpean muy seriamente la confianza que generaría la
adopción de correctivos a nuestros desafueros económicos, e intro-
duce factores de desestabilización en el equilibrio y la armonía, tan
necesarios para la convivencia social”. En esta misma carta le seña-
laban al presidente: “Usted, a quien le correspondió la responsabi-
lidad de dirigir el país en un período, y lo está haciendo por segunda
vez, debería sentirse orgulloso de que existan ricos todavía, porque
sería incomprensible que después de los gigantescos recursos que
nos ha suministrado el petróleo, sólo existieran pobres”.
A la vez, se había decretado liberación de precios, para que se
sincerasen, como se dijo en su momento, excepto los de la “cesta
básica” que seguirían controlados.
MIQUEL IZARD
[ 120 ]
Para el polémico excomisario general Rafael Rivero Muñoz,
ahora en la actividad privada, “la revuelta pudo evitarse sin disparar
un solo tiro”, y seguía en letra más pequeña: “Los mecanismos de
seguridad del Estado fallaron al no desarrollar ni prever planes
de contingencia ante posibles reacciones sociales como las que
surgieron la semana pasada, cuando el país se convulsionó por efecto
de las primeras medidas económicas”.
En el artículo, Fabricio Ojeda hacía en primer lugar un recuento
de lo acontecido: “Algunos alegan que el Gobierno jamás imaginó
unas llamaradas tan altas y por eso el problema se le fue de las manos;
otros, que la orden inicial de no responder tenía mucho que ver con
la conservación hacia afuera de la difundida imagen democrática
del nuevo Gobierno, evitando cualquier tipo de enfrenamiento”.
El periodista reconstruía los hechos, un primer foco en
Guarenas y después en Caracas, “de una forma si se quiere pací-
fica” con los aumentos de las tarifas del transporte. La noticia de
acontecimientos se regaron por la capital y sus alrededores debido
a esta figura tan caraqueña de los “motorizados”, jóvenes de clase
subalterna, marginados además por quienes se desplazan sobre
cuatro ruedas, que ejercen de mensajeros y se benefician de una
sorprendente solidaridad de grupo. Cuando estalló el descon-
tento popular, “ya la bandera no era el alza de las tarifas de trans-
porte y los precios de la gasolina. Ahora, la gente se manifestaba
por la inflación, de manera global. Por la leche, los alquileres, por el
‘engaño’ del recién estrenado gabinete y en fin, por la forma como
el pueblo debía ‘apretarse el cinturón’, mientras se celebran ‘bodas
del siglo’ y faraónicos saraos, como la profusamente difundida
toma de posesión. Fue entonces cuando insurgieron los saquea-
dores, los incendiarios, la violencia de una masa anárquica y descon-
trolada, que actuaba como movida por ciertos sentimientos de
venganza. Cruentas y largas horas que sobrepasaron un día, hasta
MIQUEL IZARD
[ 122 ]
disturbios se aprovecharon de ellos para participar en los saqueos
y asaltos”.
No sólo estaba de acuerdo con la respuesta gubernamental,
aunque lamentaba el retraso, pedía además su continuación.
Debían seguir allanamientos y registros “para demostrar así que en
la democracia también hay energía para hacer respetar los bienes de
las personas, porque de lo contrario, aquellos que no participaron
en los saqueos y que se sienten un tanto frustrados por no tener en sus
salas un betamax o una nevera en la cocina, estarían esperando el
primer momento de cualquier protesta para propiciar un saqueo”.
También en páginas interiores se recogían declaraciones de
la Causa R solicitando “duelo nacional por las víctimas”. Su secre-
tario general, Pablo Medina, celebró rueda de prensa en la Federa-
ción Parlamentaria de su grupo, empezó recordando lo obvio, “la
mayoría de las fuerzas políticas de oposición y figuras intelectuales
alertaron al gobierno, desde el mes de diciembre de 1988, sobre
el malestar, descontento y confusión que causarían las medidas que
se iban a poner en práctica”. Siguió después con una serie de denun-
cias también por todos conocidas, “Se impidió que los diputados
pudieran ver y conversar con los detenidos, cosa que sucedió en
todo el país. Hicimos esfuerzos para hablar con los presos, que en
su gran mayoría fueron torturados [...] después de los aconteci-
mientos fue detenida prácticamente toda la dirección nacional de
los estudiantes”.
Más adelante exigía: “Así como se tuvo esa actitud de persis-
tencia al investigar quién se llevó neveras y lavadoras, se debe
averiguar quién saqueó el país. Como tenemos la lista de todos
los que sacaron dólares desde 1974 hasta ahora, le pedimos al
Gobierno que ponga un impuesto a esos capitales fugados que
están en el exterior y que con sólo el 10% entrarían más de cuatro
mil millones de dólares al país”. Finalmente facilitó la lista de 37
MIQUEL IZARD
[ 124 ]
Carreño, por culpa de un francotirador aislado, el ejército mató a
veinte o treinta inocentes dentro del edificio.
El viernes, sintiendo que la carnicería puede hacer tambalear
su régimen, el presidente Pérez da órdenes al ejército de calmarse”.
Había dicho al principio: “Nunca se conocerá el número
exacto de los muertos de esta semana negra” pero enfatizaba que,
sólo en Caracas a los 248 muertos de la morgue central de Bello
Monte había que sumar, como mínimo, los 110 de la morgue del
hospital Pérez Carreño. Recogía a continuación el parecer de
Ochoa Antich: “Los soldados mataron a quemarropa a los heridos,
a los prisioneros, dispararon sobre todo lo que se movía y estamos
seguros de que el ejército cavó varias fosas comunes secretas para
esconder la verdad. Habría así más de tres mil heridos y unas diez
mil personas detenidas”.
Desjardins concluía su artículo lapidariamente: “Los pobres
de Venezuela no pueden soportar de un día para otro la famosa
sinceración de los precios. CAP cometió un error grave al lanzar
a la ciudad sus tropas de combate, a menos de un mes de su toma
de posesión. Y uno más grave aún. De ahora en adelante CAP está
manchado de sangre”.
Marzo 9, jueves
EN, pp, anunciaba una serie de medidas económicas, algunas
macroeconómicas, pero otras más cotidianas, como un aumento de
un 50% en el precio del café. Se anunciaba también el inicio de investi-
gación Recadi, el restablecimiento de las garantías constitucionales y
la respuesta de CAP a Fedecámaras resaltando, en el titular: “No me
enorgullece que haya ricos”. En el texto se especificaba que el presi-
dente tenía razones “para preocuparse por el hecho de que haya tantos
pobres en nuestro país”. CAP dice no creer en la lucha de clases, pero
“sí creo que es peligroso desafiar a la pobreza”. En páginas interiores se
MIQUEL IZARD
[ 126 ]
no creer que en los sucesos “hubo preparación de acciones por
parte de grupo político alguno”, añadía: “Una vez suspendidas
las garantías, el problema se convirtió en un hecho militar de
seguridad del Estado, se abandonó totalmente la juridicidad y se
procedió a aplicar la fuerza en su expresión más bruta, como es la
actuación militar: la aplicación brutal de la fuerza para resolver las
situaciones críticas. No hay contemplaciones”. Y a la pregunta del
periodista “¿por eso hubo tantos muertos?” el general respondió:
“Sí, desde el momento en que los organismos policiales pierden
la capacidad de actuar se supone que hay un estado de altera-
ción grave de la paz, que existe una violencia generalizada y, si
no hubiesen actuado las Fueras Armadas el número de muertos
habría sido mucho mayor, ya que la gente que se sintió atacada se
organizó para autodefenderse, como en efecto ocurrió en algunas
urbanizaciones de Caracas al formarse patrullas armadas civiles.
Así que de no producirse esa intervención se habría producido una
matazón generalizada”.
Entre otras muchas noticias de las páginas interiores desta-
caban la de que gracias a las gestiones de las autoridades de la UCV,
la Disip había liberado a 20 estudiantes detenidos, entre ellos el
presidente encargado de la FCU, Luis Rosales.
O las palabras del comandante general del Ejército, Troconis
Peraza, elogiando la labor de la tropa, a la que habría dicho, entre
otras cosas: “El país se construye con este quehacer diario, con el
sacrificio de cada uno de sus hijos. Ustedes han dado el ejemplo de
cómo se edifica una nación, de cómo se va hacia adelante. Por eso
les felicito y les expreso mi mayor gratitud en nombre de la Repú-
blica y en el mío propio”.
Y en la penúltima página se relataba la muerte el lunes 27 de
febrero a media tarde de la estudiante de letras de la UCV Yulimar
Reyes, quien trabajaba en la filmoteca del Ateneo de Caracas y
MIQUEL IZARD
[ 128 ]
La segunda noticia se titulaba: “Médico de la Disip: Es falso
el abuso a detenidas ucevistas” y la tercera “Liberados dirigentes
estudiantiles de la ULA”, detallándose que los estudiantes de
Mérida habían sido detenidos por funcionarios de la Disip que los
trasladaron a Caracas.
En páginas interiores EN recogía la tardía pero esclarecedora
reacción de la Iglesia, en noticia: “Es un escándalo la brecha entre
ricos y pobres”. El arzobispo de Caracas, los obispos auxiliares y los
sacerdotes habían redactado un documento en el que, entre otras
cosas, decían: “El Consejo Presbisterial reiteró su solidaridad con
los pobres que son los que se han sentido más agredidos y amena-
zados en su derecho a una digna subsistencia por una situación
económica y social injusta [...] Vemos a la luz de la fe, como un
escándalo y una contradicción con el ser cristiano la creciente
brecha entre ricos y pobres. El lujo de unos pocos se convierte en
insulto contra la miseria de las grandes masas. [... recordaban] que
es un deber del Estado, el proteger la seguridad, la vida y los bienes
de todos los ciudadanos frente a injustas agresiones. E igualmente,
con firmeza deploramos la muerte de tantas personas inocentes,
víctimas de una violencia que ellos no provocaron. Los hechos
criminales de estos días, tales como el saqueo y la violencia física,
provocados, en algunos casos, por hechos igualmente criminales
tales como la especulación y el acaparamiento, deben ser sancio-
nados sólo con estricto apego a la Constitución y a las Leyes.
De igual manera pedimos que se ponga en inmediata libertad a
quienes no se les compruebe culpabilidad en los sucesos. [... el
documento también] denunció la codicia de empresas y de ines-
crupulosos comerciantes que provocó entre otros factores, el irri-
tante acaparamiento, desabastecimiento y el arbitrario incremento
de los precios”.
MIQUEL IZARD
[ 130 ]
no participaron en los saqueos ni mucho menos desafiaron a los
militares”.
MIQUEL IZARD
[ 132 ]
constitucionales”. Vivas declaró además: “Sospecho que el mante-
nimiento de la suspensión de garantías está destinado a cercenar
cualquier manifestación pacífica, cualquier protesta popular, cual-
quier iniciativa que vaya contra el paquete de medidas económicas
que ha anunciado el presidente Pérez”.
A otro nivel, EN recogía acusaciones de que “AD obstaculiza
investigaciones [en el parlamento] sobre los sucesos de febrero.
Así lo denunció la fracción parlamentaria del MAS, que además
proporcionó datos extraoficiales de muertos, detenidos y viola-
ciones a los derechos humanos”. Se especificaba que la comisión de
diputados había visitado bien pocas sedes de las fuerzas de segu-
ridad y no se había podido interpelar a los ministros pertinentes.
Según los datos reunidos por el MAS: “Sólo en la morgue de la PTJ
[Bello Monte] se identificaron 260 muertos y en la del hospital José
Gregorio Hernández de los Magallanes, ha habido aproximada
mente 200. Por otra parte en el sector La Peste del Cementerio del
Sur, y en dos fosas comunes, fueron enterrados ilegalmente y sin el
registro correspondiente, una cantidad no determinada de cadá-
veres por parte de funcionarios de Defensa Civil y PTJ. Dichos
cadáveres fueron sepultados en bolsas plásticas, en filas de ocho y
cubiertos por capas sucesivas de cal y tierra. Ediles del MAS, AD
y Copei constataron el hecho. En relación con los detenidos en
la Disip, afirmaron que de 91, 67 eran dirigentes estudiantiles, lo
cual revela un ensañamiento injusto contra el movimiento estu-
diantil, la mayoría fueron detenidos en allanamientos a sus casas y
por relatos pudimos conocer que otros fueron torturados física y
psíquicamente”.
Por supuesto, las autoridades negaron que se torturara.
Por otra parte, el diputado WM seguía exigiendo que se
profundizaran las investigaciones sobre EA y sucesos similares
y manifestó a la prensa: “En cuanto a los sobrevivientes de esta
MIQUEL IZARD
[ 134 ]
se ha torturado en la DIM, responde el parlamentario Aristóbulo
Istúriz al vicealmirante Rodríguez Citraro”. O “Más de 200 estu-
diantes han estado detenidos”; “Electricidad aplicaron a los presos.
Denuncia la hermana de Naty Vásquez, quien está recluida con su
esposo en ese cuerpo policial DIM], y pide protección para ella y
los detenidos”, pues las torturas habrían sido tales “que muchos han
intentado suicidarse”.
Rosita Caldera, en su dominical columna “7° Día” hablaba de
“genocidio económico” enfatizando: “Bajo un estado de suspen-
sión de garantías se está cometiendo contra la mayoría de los vene-
zolanos un genocidio económico que no tiene parangón con nada
en nuestra historia. Ahora es cuando se está dando a conocer el
mayor grueso de las medidas del famoso ‘paquete’ y será ahora, en
medio del terror por las detenciones, allanamientos y las recientes
matanzas, que se aplicará una fulminante devaluación de la
moneda nacional y todo lo que falta aún por sufrir”.
En la misma columna hablaba de “El saqueo”, diciendo: “Los
discursos no pueden seguir nombrando como saqueadores a los
que cargaron con las cajas de aceite, un canal de res, perniles de
cochino, o como el niño asesinado de un balazo por llevarse una
lata de margarina. Los saqueadores tienen que ser identificados
si quiere hablarse de franqueza. El país ha sido sometido a un
saqueo histórico, pero el mayor de todos no lo cometieron los que
se lanzaron a la calle el 27 y 28 de febrero, sino los que suscribieron
y avalaron el mejor refinamiento de la deuda; los que quebraron
la economía del país, consumieron las últimas reservas, dejando
las arcas nacionales tan vacías como estaban las estanterías de los
supermercados; los que traficaron con las cartas de crédito, desva-
lijaron a Recadi y los que colocaron 75 mil millones en el exte-
rior. ¿Para estos saqueadores no habrá castigo? Siento duelo por
ese infeliz muchacho que robó el envase de margarina en un país
MIQUEL IZARD
[ 136 ]
de gente que se había entregado o en otros casos murió en sus casas,
por tiros que los soldados hacían indiscriminadamente a edificios
y barrios”. También denunció: “En estos disturbios hay quienes se
han aprovechado para eliminar a sus enemigos”; mencionaba a un
Pm que intentó asesinar al exmarido de su amante.
A otro nivel denunciaba la muerte de Armando Castellanos
en Petare por una comisión de tres Pm borrachos.
MIQUEL IZARD
[ 138 ]
curso de estos acontecimientos hemos visto cómo han sido asesi-
nados muchos venezolanos”.
La segunda noticia hacía referencia a “Amnistía Internacional
sorprendida por declaraciones venezolanas”, del gobierno, que
afirmó “no haber recibido un telegrama de la organización en el
que se pedía la investigación de supuestas violaciones de los dere-
chos humanos durante la represión de los últimos disturbios”.
AI habría mandado el mensaje al Ministerio de Relaciones
Exteriores por télex y al día siguiente copias al ministro secretario
de la Presidencia y a otras autoridades, entre ella la Embajada de
Venezuela en Londres.
MIQUEL IZARD
[ 140 ]
Marzo 16, jueves
Buena parte de la up dedicada —algo macabramente— a la
confusión de la muchacha muerta. “Quiero seguir viviendo como
una persona normal. En su casa, después de ‘resucitar’, Francia
Gamboa Alcalá cuenta lo que vivió mientras la daban por muerta”.
La rocambolesca historia del despiste con la jovencita permite
intuir lo que les ocurrió a otras personas menos afortunadas.
Tres páginas interiores del cuerpo “nacional” seguían dedi-
cadas a la masacre con titulares como los siguientes: “La Fiscalía
ha atendido todas las denuncias de desaparecidos”; “Comandante
de la Pm ofreció amplia colaboración a juez XLIII [que investiga
muertes causadas por Pm]”; “Tienen 96 horas de huelga de hambre
detenidos en la DIM”, y en su desarrollo se especificaba, pongo por
caso, “un grupo de apoyo del 23 de Enero reitera la denuncia sobre
la persecución, hostigamiento y allanamiento a que están siendo
sometidos los miembros de las organizaciones populares del país”;
“Aliegro: no hay desaparecidos. Los parlamentarios de la Comi-
sión de Política Interior afirmaron que el ministro de la Defensa
les prometió que esclarecería las presuntas torturas a los detenidos
de la DIM, cuyo director será interpelado”; “Doscientos detenidos
declaran ante jueces militares. Sesenta y dos hasta ahora serán
procesados por rebelión militar”.
Y destacaba la “Carta a Martín [en la que] presidente Pérez
desmiente informaciones sobre muertos y heridos en allana-
mientos a viviendas u otros inmuebles”. Y reproducía, íntegra,
la carta de CAP al secretario general de AI, en la que decía cosas
como la siguiente: “Informaciones recogidas por sus fuentes son
resultados de las deformaciones de la noticia que se producen en
circunstancias como las que vivió nuestro país y particularmente
la capital de la República. [... hablaba también de] la falsedad de
las denuncias sobre ciudadanos incomunicados o maltratados por
MIQUEL IZARD
[ 142 ]
incomparable e inconcebible. Lentamente, el sistema, que controla
los medios de elaboración, reproducción y transmisión de noti-
cias, iría alcanzando lo conseguido ya tantas veces, que se perdiera
la memoria de lo acontecido y el recuerdo de víctimas, muertes,
torturas o encarcelamientos, que la gente fuera interiorizando
una interpretación oficial que nada tiene que ver con lo ocurrido.
Exactamente igual como García Márquez cuenta que pasó con la
masacre de las bananeras.
El 13 de abril La Vanguardia de Barcelona se hacía eco de unas
declaraciones de Luis Herrera Campins. El secretario general de la
Internacional Cristianodemócrata que el 8 de marzo había cana-
lizado la espontaneidad de la revuelta y la falta de conducción u
orientación, pasado el trauma declaraba: “Carlos A. Pérez no se ha
enterado de la magnitud de la revuelta” o “al comienzo, los mani-
festantes no actuaron con una violencia premeditada, sino que se
limitaron al saqueo de tiendas y comercios, ante los cuales la policía
actuó con una extraordinaria tolerancia. Pero después los hechos
se complicaron con la intervención de elementos de la insurrec
ción marxista. El gobierno procedió con inusitada lentitud, fue el
más sorprendido, insólitamente sorprendido”.
Tan sorprendido como el resto de los venezolanos que jamás
había oído mencionar a estos insurrectores marxistas que, a todas
luces, aparecieron a primeros de marzo por generación espontánea.
En este proceso de enmascaramiento y camuflaje del pasado
juegan rol destacado e imprescindible los que, vuelvo sobre ello,
el historiador François Hartog tiene por “funcionarios del olvido”.
Diez días antes de la Semana Trágica, cuando todavía la prensa se
hacía amplio eco de la masacre de EA y empezaban a proliferar
noticias sobre el cariz de la presidencia que acababa de finalizar, EN
(17-02-89) recogía en su sección “Miraflores a la vista” noticia de
que “en su más reciente sesión, la Academia Nacional de la Historia
MIQUEL IZARD
[ 144 ]
Apéndices
1. SOBRE EL ETNOCIDIO
* Puede consultar E. E. Mosony et ali. El caso Nuevas Tribus, Caracas. 1981, Ateneo de Caracas, 259.
MIQUEL IZARD
[ 148 ]
les hicimos notar que nadie había alterado el orden cósmico y que,
por consiguiente, ellos no tenían nada que temer”.
En otra oportunidad, calmó la inquietud de los indígenas contán-
doles el drama de Cristo dentro de su contexto histórico original. Para
apoyarse [... ] les mostró una reproducción del lienzo de Tintoreto,
La crucifixión. Al verla los panare comentaron entre ellos, que ahí no
había E’ñapa [panare]: esos hombres que matan a Cristo tienen barba,
ropa, caballos, son ta’tó [los blancos]. Sólo Cristo lleva guayuco.
En el otro librito [... Aprendiendo] donde se les cuenta la
historia de Adán y Eva [...] les “enseñan” a los indígenas que el
dios cristiano [Ariyo] se encuentra sumamente disgustado por
la desobediencia de la primera pareja, por lo cual los condena a
tumbar conuco [trabajar la tierra] por el resto de sus vidas. [Pero
para estos cazadores recolectores la poca agricultura que prac-
tican jamás es visualizada como un castigo, todo lo contrario]
la tumba del conuco indígena [es] como un acto solemne, de
carácter religioso, motivo de grandes celebraciones cuya natura-
leza festiva dista mucho de la mórbida interpretación insinuada
por los misioneros.
Lejos de ser el castigo de un dios intolerante, la fiesta del
conuco es una promesa de vida y un nuevo pacto de paz con la
naturaleza sagrada.
[...] Corradini en su prolijo estudio [cuenta] que para salvarse
del fuego exterminador los panare deberían abandonar las costum-
bres de sus antepasados y someterse a las exigencias de los enviados
de Dios [léase Nuevas Tribus...] el misionero es quien censura,
reestructura y ordena la coreografía indígena [... ] para ajustarla
a los cánones de la decencia, el orden y el buen gusto occidental.
El resultado es, como puede suponerse, un baile rígido y profa-
nado. Un baile de mamarrachos tristes y trágicos a quienes se les
MIQUEL IZARD
[ 150 ]
Dos semanas más tarde EN reproducía, con amplitud, la
denuncia de Aura Lorcio de Rangel, procuradora agraria ngacional,
“quien acaba de introducir una demanda ante la Fiscalía General
de la República para que se investiguen los constantes atropellos
que han sufrido los vecinos del mencionado feudo [el hato San
Pablo, propiedad de Hermann Zingg Reverón desde 1972 cuando
llegó al Amazonas], los piaroas [...].
El primer atropello físico denunciado fue el del capitán de
la comunidad José Domingo González, quien recibió una paliza,
según el informe, por no complacer con su hija al encargado del
feudo [...].
Ya para entonces [1976, cuando Zingg registró el hato],
las mencionadas [ocho mil] hectáreas se encuentran cercadas,
quedando represadas dentro de ellas las tres lagunas que surten
de agua a los piaroas; además, evitando el paso por esos senderos.
Pero las limitaciones no paraban allí, sino que existía la amenaza
latente de que cualquiera que se atreviese a cazar algún animal en
esa zona podría encontrarse con la muerte.
[... Posteriormente] nuevas denuncias recaen sobre los
empleados del San Pablo, tales como violación de una niña indí-
gena, quemas de sus viviendas y conucos, abusos sexuales contra
las mujeres de la comunidad, construcción de cercas que impiden
la movilización de los piaroas y el acoso permanente para que
abandonen el lugar.
[Aunque el IAN, en 1982 adjudicó en propiedad a los piaroa
50.000 hectáreas, incluyendo el hato, Zingg no lo aceptó y siguió
acosando a los aborígenes].
También hemos podido constatar que empleados de Zingg,
vistiéndose como efectivos de la Guardia Nacional y utilizando
vehículos muy parecidos a los de esta fuerza, se dedican a acosar a
los piaroa [... ].
MIQUEL IZARD
[ 152 ]
Otra noticia se titulaba: “Advierten organizaciones indígenas.
Estamos vivos y dispuestos a defendernos”.
“Por primera vez, indígenas asumen una posición ante la
problemática durante una reunión celebrada en días pasados en
Ciudad Bolívar. Liborio Guaruya (etnia baniva), del Círculo de
Pintores y Artistas de Amazonas, y Luis Mendoza (etnia pemón),
vicecoordinador general del movimiento indigenistas de Guayana,
trajeron a la redacción de El Nacional, el documento central de la
asamblea, que es el siguiente”:
“En estos momentos en que las circunstancias son adversas,
una vez más, al modo de vida de nuestros pueblos indígenas en
Venezuela y en el continente americano, nos hemos reunido en
Ciudad Bolívar, del 21 al 23 de julio de 1984, los representantes de
varias etnias y organizaciones indígenas (kariña, yecuana, wayúu,
baniva, pemón, warao), para evaluar, reafirmar y tomar posición
ante las viejas y nuevas acciones de atropellos que hemos vivido y
seguiremos padeciendo nosotros los indígenas, tales como:
1. Penetración y desintegración económica, política, social y
cultural de las diferentes etnias del país.
2. La evangelización compulsiva llevada a cabo por las Nuevas
Tribus, los adventistas y otras sectas religiosas transnacio-
nales en el estado Bolívar, Zulia, los territorios Amazonas y
Delta Amacuro.
3. La división y enfrentamiento generado por la intromisión
de los partidos políticos dominantes en las zonas indígenas.
4. La creación e implantación de proyectos y empresas con
fines desarrollistas y desintegradores.
5. La utilización de diferentes mecanismos de despojo y
desalojo de las tierras pertenecientes a los pueblos indígenas
que por derecho de posesión ancestral nos pertenecen;
tal es el caso del otorgamiento de concesiones mineras en
MIQUEL IZARD
[ 154 ]
b. Derechos de los pueblos a hacer prevalecer y respetar su
propia cultura.
c. Participación y decisión en su propio destino.
d. La coexistencia del pluralismo cultural.
e. Presencia de una pedagogía indígena y el fortaleci-
miento de su propia identidad étnica.
f. El reconocimiento del idioma y demás valores esenciales
de la cultura.
Por todo esto, luchamos por una política indígena autónoma
enmarcada dentro de estos principios y del reconocimiento pleno
de nuestros derechos a seguir siendo nosotros mismos, por encima
de los cambios históricos y circunstanciales que jamás deberán inter-
ferir nuestro destino”.
Más tarde, el 12-06-85, EN reprodujo un remitido de represen-
tantes de los aborígenes venezolanos.
“¿Sin libertad ni democracia los indígenas venezolanos?”
Nosotros, representantes indígenas de diferentes etnias exis-
tentes en el país, nos dirigimos de nuevo al pueblo venezolano para
expresar nuestra preocupación por el rumbo que han tomado los
últimos acontecimientos relacionados con las políticas oficiales y
privadas dirigidas hacia nuestras etnias y los territorios que habi-
tamos desde hace milenios.
Cada cierto tiempo se hace referencia al problema indígena,
como si éste fuera reciente e inherente a nuestra condición. En
verdad, los problemas de indígenas y otros más importantes que
nos afectan fueron creados por factores externos y se remontan
a la desgraciada época de la conquista y colonización de este
continente. Durante y después de dicho proceso hemos sido objeto
de explotación y muerte masiva, despojo de nuestros territorios, y
desnaturalización de nuestras culturas. Pese a la buena voluntad
que mostró hacia nosotros (a través de sus decretos) el Libertador
MIQUEL IZARD
[ 156 ]
la misma se hizo al calor y dentro del marco de la demagogia elec-
torera. Sin embargo, un conjunto de planes desarrollistas y asimi-
lacionistas que se están implementando en nuestro perjuicio, son
la prueba más evidente de que la promesa no formulada (explíci-
tamente) de la ‘eliminación de los indígenas de la geografía vene-
zolana’ va camino a cumplirse. Injusticias como las siguientes
respaldan nuestras palabras e inquietudes:
1. Defensa casi incondicional por parte del gobierno de las agre-
siones y desalojos llevados a cabo por los nuevos colonos
contra los legítimos pobladores indígenas; tal como se
observa en el caso de los hermanos piaroa del valle de
Guanay en el Territorio Federal Amazonas.
2. Otorgamiento de concesiones mineras en el estado Bolívar,
hechas de tal manera que muchas de las comunidades
pemonas, acawayas y arahuacas que habitan estas tierras
son incluidas como un recurso más; lo que es una vuelta al
viejo sistema de encomienda colonial.
3. Expropiación y contaminación que afecta progresivamente a
las comunidades panares, hoti y piaroas, habitantes ancestrales
de la hoy zona minera de bauxita “Los pijiguao”, sin que la
C.V.G. y Bauxiven estén implementando los mínimos palia-
tivos frente a tan brutal genocidio y ecocidio en marcha.
4. Invasión constante, premeditada y apoyada hacia las tierras
comunales de los kariñas del sur-oriente del país por parte de
terratenientes y compañías petroleras.
5. Construcción de una serie de represas (Guri, Caroní I,
Caura, etc.) de proporciones gigantescas y ecocidas, basadas
en la inundación de vastos territorios, con el previo desalojo
sin compensación de los indígenas que allí moran. Todo ello
enmarcado dentro de planes desarrollistas que no contemplan
en absoluto el impacto ecológico y social que emana de su
MIQUEL IZARD
[ 158 ]
12. Ofensas permanentes por parte de personalidades e insti-
tuciones contra nuestra dignidad humana y de pueblos
autóctonos. Por ejemplo: nuestros hermanos guajiros son
tildados permanentemente de bandoleros, narcotrafi-
cantes y contrabandistas. Otro tanto pasa con la Amazonia
venezolana, que ha sido llamada irres ponsablemente
‘Tierra de nadie”, con la intención de justificar la conquista y
colonización de la zona, así como su militarización progresiva
y el despojo legalizado de nuestros territorios.
13. El evidente comienzo de la explotación del carbón en gran
escala, así como el fomento indiscriminado de otros planes
de corte desarrollista en el estado Zulia, que constituyen un
peligro inminente para la integridad física y sociocultural de
las etnias guajira, paraujana, barí, yukpa y japreria.
Como es fácil comprender, nuestra situación actual es mucho
más grave que en cualquier época de nuestra historia del contacto;
al punto de considerar que si las presentes tendencias siguen su
curso, estamos a pocos pasos de la destrucción y desintegración de
nuestro ser colectivo. Más aún si se toma en cuenta que cualquier
manifestación o crítica indígena es condenada a priori y premedi-
tadamente, como ‘planes subversivos’, ‘pretensiones separatistas’,
‘defensa indebida del indígena’, etc. Y es por eso que, ante estos
hechos compulsivos y violatorios de nuestros derechos fundamen-
tales y universales como personas y como pueblos en un país que
se dice democrático, estamos llegando al convencimiento de que ni
libertad ni democracia disfrutamos los indígenas venezolanos en
esta patria forjada por Simón Bolívar y otros patriotas tras vencer
al colonialismo español.
Responsabilizamos de manera formal, ante la opinión pública
nacional e internacional, al presente gobierno por cualquier daño
MIQUEL IZARD
[ 160 ]
2. CANTAURA
MIQUEL IZARD
[ 162 ]
“El MIR pedirá a comisión de medios interpelación del ministro
del Interior”, anunciaba EN del 20, y especificaba: “El ministro
señaló que las versiones publicadas por los medios de comunicación
sobre esos sucesos que difieren de las versiones oficiales, forman
parte de una campaña orquestada por los amigos de la guerrilla o
enemigos de la democracia; que los medios de comunicación, los
partidos democráticos y numerosas instituciones del país estaban
infiltradas”.
El 22 EN destacaba: “No hubo ‘tiros de gracia’ en muerte
de guerrilleros en Cantaura. Según el médico que realizó el
reconocimiento”.
“Corte declaró inadmisible [...] juicio al presidente y dos
ministros [Interior y Defensa] por lo de Cantaura”, informaba
EN el 3 de noviembre, la solicitud la había presentado el abogado
Alberto Solano.
El informe de la comisión parlamentaria fue resumido por
EN el 26-11.
En la acción militar habían intervenido varios aviones, 30 comi-
sarios de la Disip y 250 efectivos del ejército. Posteriormente
hubo allanamientos, detenciones, pérdidas de objetos de valor
sustraídos en el acto de los allanamientos, amenazas psicológicas
y maltratos físicos. Resultaron nueve detenidos por la Disip que se
declararon inocentes.
Según EN, 5-10-83: “A un año de los sucesos de Cantaura. No
hay decisión del Consejo de Guerra Permanente en Maturín”.
Dos años después, el 5-10-85, EN volvía a recoger información
al respecto: “Al cumplirse ayer tres años, reactivar investigación
sobre el caso Cantaura piden a la Fiscalía. El presidente de la Fede-
ración de Defensa de los Derechos Humanos, Ignacio Ramírez,
acudió con los diputados David Nieves y Raúl Esté.
MIQUEL IZARD
[ 164 ]
3. YUMARE
MIQUEL IZARD
[ 166 ]
Mientras los cuerpos de seguridad seguían persiguiendo al
resto de los fugitivos “se ha especulado con insistencia en fuentes
confiables, que en las montañas del distrito Bolívar se han librado
fuertes enfrentamientos entre miembros de la Disip y los grupos de
presuntos guerrilleros, que al parecer han quedado prácticamente
aniquilados”.
Detallando las noticias en el interior del periódico, el ministro
Lepage mencionaba vinculaciones con los hechos de Puerto
Ordaz, que tres de los muertos tenían antecedentes por actividades
subversivas, pero no dijo cómo se estableció la relación con los
atracadores y “el estado de salud del comisario general [...] evolu-
ciona satisfactoriamente gracias a sus extraordinarias condiciones
físicas, que le permiten sobreponerse a la gravedad de la herida
sufrida, lo que aunado a la esmerada atención médica que recibe,
permite ser optimista en cuanto a su recuperación”.
Más adelante: “Lepage coincidió con el gobernador de
Yaracuy [...] en la cifra oficial de sólo seis detenciones, aunque
datos extraoficiales hablan de muchos más”.
Otros artículos tenían procedencia y carácter bien distintos.
“No creo que haya un brote de la guerrilla” era el titular de
las declaraciones del secretario general del MAS, quien finalizaba
insistiendo: “Debo dejar claro que no estoy sugiriendo nada, sólo
repito que no tengo elementos de juicio en estos momentos para
plantear [... ] que haya un brote subversivo en el país”.
El periodista Jesús Eduardo Brando entrevistó a tres exdi-
rigentes de la guerrilla, si bien señalaba previamente su perple-
jidad, “en razón de que por norma ni los efectivos militares ni los
de seguridad del Estado acometen acciones nocturnas. Por otra
parte, llama mucho la atención que si realmente se trató de una
emboscada de una columna (20 individuos) guerrillera contra
una comisión de la Disip se hayan registrado nueve muertos en
MIQUEL IZARD
[ 168 ]
Para José Antonio Martínez, jefe de la fracción parlamen-
taria del MEP, “creemos que sería bueno que se investigara, hay 9
muertos que son seres humanos y por ello hay que explicar si fue
ataque, operativo, masacre, o qué. Y pienso que el gobierno debe ser
el más interesado en esa aclaratoria”. El diputado de la Liga Socia-
lista David Nieves “se mostró preocupado porque el gobierno no
haya dado mayor información, a pesar de que aún están presentes
los sucesos de Cantaura y que es lógico suponer que podemos estar
frente a algo parecido a lo que ocurrió hace ya tres años sin que el
asunto haya sido aclarado”.
El domingo 11 de mayo EN llevaba pocas noticias relacionadas
con el caso. En up una corta declaración del director de la Disip
Porfirio Valera: “Los cuerpos de seguridad buscan por Yumare y
Caracas a 7 presuntos guerrilleros que se encontraban con los otros
9 que murieron la madrugada del pasado jueves”.
En páginas interiores otra información: “Según el Consejo de
Seguridad de EE.UU. sin importancia grupos de guerrilleros vene-
zolanos”. Aquél, “en su intercambio de hoy con autoridades del
Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional de Venezuela
(Iaeden), dio poca importancia al grupo de irregulares, encarado
por cuerpos de seguridad del Estado”.
El 13 de mayo informaba EN en relación con “El atraco al
[Banco] Provincial en Ciudad Guayana, Ojeda Negrelti y Mos-
queda niegan vinculación con guerrilla de Yaracuy”. No solamente
eso, también negaban cualquier relación con el mismo atraco:
“Ojeda Negretti expresó que el juez Amos Méndez toma elementos
muy aéreos para dictar ese auto de detención, por cuanto no hay
ningún tipo de reconocimiento firme y no hay ninguna prueba que
pueda determinar nuestra presencia en el atraco”.
Los dos estudiantes de la UCV enfatizaban: “El propio ministro
Octavio Lepage asegura que los venían siguiendo a esta gente. Cómo
MIQUEL IZARD
[ 170 ]
Yaracuy. El ministro de Relaciones Interiores reiteró las versiones
oficiales sobre este caso ante la Comisión de Política Interior de
Diputados y afirmó que quienes se meten a subversivos ‘corren el
peligro de perder la vida’”.
Y el texto detallaba: “A pesar de que no hubo sobrevivientes, ni
tampoco, que se sepa, detenidos, el ministro de la Defensa iniciará
en breve un juicio por rebelión militar [... en la Comisión hablaron
varios miembros de la Cámara] y especialmente los de oposición,
quienes replantearon las variadas hipótesis que se han tejido sobre
este caso: que no fue un enfrentamiento sino una masacre; que la
Disip emboscó a los guerrilleros; que no se trataba de guerrilleros;
que había policías infiltrados que también murieron; que ¿por qué
todos los muertos son de los presuntos guerrilleros y la Disip tiene
un sólo herido?; que si a López Sisco lo hirieron sus propios compa-
ñeros; qué donde están las armas decomisadas; y así por el estilo.
Lepage, por su parte, inició una larga exposición diciendo
que tanto él como el presidente de la República tienen una forma-
ción política de larga data “por lo que nadie puede abrigar dudas
de nuestro respeto a la vida y a la dignidad humana”. Aprovechó
también para afirmar que en Venezuela existe plena libertad de
expresión y que por ello puede decirse todo lo que se ha dicho.
Calificó como una ‘audacia’ afirmar que a los que llamó irregulares
y que resultaron muertos, podía hacérseles presos, aunque no se
abstuvo de lamentar su muerte porque no somos ilógicos, ni faná-
ticos, ni intolerantes, ni creemos que a la gente se la deba fusilar.
Esa gente estaba completamente armada, de un armamento
muy completo y contundente [... ] No se trató tampoco de un asesi-
nato a sangre fría o a mansalva [...]. El gobierno asume la absoluta
responsabilidad de su actuación en esos sucesos [... no hay guerrilla
organizada, pero] hay ilusos entusiasmados pensando que la crisis
[económica] crea las condiciones para que la subversión armada
* Sin embargo, Raúl Esté, Adán Navas y Álvaro Carrera publicaron La masacre de Yumare, (Caracas),
2 1987, Fondo Editorial Carlos Aponte, 140. Con abundante material gráfico y de archivo.
MIQUEL IZARD
[ 172 ]
4. CREADORES
MIQUEL IZARD
[ 174 ]
Henry López Sisco, cerebro de El Nula, y sus educados alumnos alias
“Mendocita” y el hipotético “Hipólito”, imaginemos por instantes
una discusión conceptual con estos defensores del mundo libre
sobre la Carta de las Naciones Unidas o sobre nuestra Constitución
Nacional. Para replicarles, tendríamos todo el tiempo de una ráfaga.
Y para rematar con un eufemismo borgeano, como lo hicieron
en El Arauca vibrador, digamos que en Venezuela llaman de “gracia”
a los tiros de “desgracia”.
¡Que Dios nos favorezca aunque no nos ampare!
EN 16-02-89
En el anuncio de aplicar la Ley de Vagos y Maleantes hecho
por el gobernador de este valle desabastecido hasta de lágrimas, al
contrario de muchos, yo más bien he visto una gran clarividencia,
casi una profecía, un don de predicción que me recuerda a Nostra-
damus. Nunca desempolvar una vieja y obsoleta ley resultó tan
oportuno. Esgrimir ese instrumento legal es sencillamente adelan-
társele al futuro inmediato, a lo que vendrá, a lo que está allí como
caimán en boca de caño, que diría don Luis Herrera. La ley, simple-
mente, se le está adelantando a las consecuencias de las medidas
económicas con que se nos amenaza y martiriza cada día y cada hora.
Las recetas del FMI, en todos los países donde se han aplicado, han
generado un crecimiento alarmante de “vagos y maleantes”. Donde
gobiernan dictaduras se ha respondido con plomo y represión.
Aquí, por el contrario, se esgrime una ley para que sirva de adver-
tencia. Se busca así conjurar la tempestad antes de que se desate
y la dichosa ley viene a ser una especie de vara mágica o pepa de
zamuro que terminará con esos demonios sociales que son los
vagos y maleantes. Si la ley se aplica, éstos desaparecerán, así ¡zas!
MIQUEL IZARD
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desnutrición, las enfermedades y la pobreza crítica. Para represar
cualquier explosión. Allí estará la Ley de Vagos y Maleantes, como
matamoscas, aplicándose con todo rigor en un alarde del deber
cumplido. Por un lado decenas o centenares de hombres irán a dar
a las cárceles o colonias móviles y, por el otro, el caldo de cultivo
de la delincuencia será un hervidero de donde brotarán nuevos
delincuentes para que la ley se siga aplicando.
Ya está bien que los delincuentes vayan a la cárcel, pero lo
mejor y lo correcto sería que cada vez, menos jóvenes se hagan
delincuentes. Pretender meter la sociología, la economía, la sico-
logía y todas las ciencias sociales en un mamotreto de ley, es tan
peregrino como proponer curar el sida con una pepa de zamuro.
Y sin embargo, porque nuestro país da para todo, con una pepa de
zamuro se nos gobernó todo un quinquenio.
El anuncio de aplicar la dicha ley sólo lo considero acertado
como profecía, pues aquí no sé si maleantes, pero vagando son
muchos los que van a quedar. Y lo digo, yo no soy criminólogo,
sino escritor, que en esta sociedad significa vago. ¡Cuánto tiempo
perdido!
EN 15-03-89
Hubo gente muy seria —¡por ésta!— que vio cuando Fidel
Castro corría con un atari VCS bajo el peludo brazo por la avenida
Lecuna, más allá de Mueblería La Liberal, en bajada hacia el Nuevo
Circo, donde la chusma encendida por el fuego de su verbo, prendía
la chispa que haría arder toda la pradera de la paz concertada. Ya
la mañana de ese indeleble 27 de febrero, lo habían visto hacién-
dose el loco en la hasta ese momento apática y cuerda ciudad de
Guarenas, por la callecita que sube desde la bomba, con una lata
MIQUEL IZARD
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colombianos, haitianos, dominicanos y ecuatorianos que habrían
asaltado al país. También echa por tierra la peregrina acusación
contra inocentes corruptos, especuladores, trafidólares y saquea-
dores de cuello blanco. Fidel andaba por allí y se dice que en el
Centro Gumilla dejó a Camilo Torres y a Ernesto Cardenal diagra-
mando la revista SIC, oportunamente allanada por la Disip en busca
de estos curas alzados con la intolerable Teología de la Liberación.
Incluso hay testigos, dignos de todo crédito, que vieron a Fidel
Castro sacando, sin pizca de vergüenza, un betamax de Supervo-
lumen (según ellos porque en Cuba todavía tienen que ver pelí-
culas en las esquinas de las calles, proyectadas desde una guagua
sobre paredes descascaradas). Los barbudos estaban como enlo-
quecidos probando los walkmans, mirando funcionar los auxiliares
de cocina y observando con asombro, como el coronel Aureliano
Buendía la remota tarde que conoció el hielo, a una nevera que sin
meterle cubetas con agua arrojaba cubitos en forma de cono que
salían de la nada. Uno de los guerrilleros se metió varios de aquellos
cubitos en los bolsillos comunistas, con el fin de estudiarlos deteni-
damente en Cuba.
Equivocadamente yo pensaba que los trágicos sucesos de
febrero iban a hacer olvidar la impactante visita del comandante
Fidel Castro a Caracas. Desde que vino a la toma de posesión hasta
el 27 del mismo mes, había contabilizado unas 913 partículas de
protesta y despecho, brotadas de plumas de derecha —la misma
derecha que lo recibió abobada— y de izquierdistas disidentes que
no saben de qué disienten, despechados porque no los invitaron
al Eurobuilding, unos, y soñando con ser invitados a Buenos Días,
otros.
Pero vea usted que pese a la tragedia que enlutó al país,
todavía estos señores, por sobre muertos y tumbas, siguen viendo
la sombra fantasmal de Fidel Castro, lo cual indica que ya nada en
MIQUEL IZARD
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ÍNDICE
2 El Amparo / 23
3. La semana trágica / 91
2. Cantaura / 161
3. Yumare / 165
4. Creadores / 173
Este libro se terminó de imprimir en la
Fundación Imprenta de la Cultura
50.000 ejemplares
Guarenas - Venezuela