Manualparaunentornoaccesible PDF
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ENTORNO ACCESIBLE
D O C U M E N T O S · 15/2005
MINISTERIO
DE TRABAJO
Y ASUNTOS SOCIALES
REAL PATRONATO
SOBRE DISCAPACIDAD
MANUAL PARA UN
ENTORNO ACCESIBLE
MINISTERIO
DE TRABAJO
Y ASUNTOS SOCIALES
MANUAL PARA UN ENTORNO ACCESIBLE
. AUTORES: Jesús de Benito Fernández, Javier García Milá, José Antonio Juncà Ubierna,
Carlos de Rojas Torralba y Juan José Santos Guerras.
. DOCUMENTOS 15/2005
. EDITA: Real Patronato sobre Discapacidad, con la colaboración de la Fundación ACS.
. CUIDADO DE LA EDICIÓN Y DISTRIBUCIÓN: Centro Español de Documentación
sobre Discapacidad, del Real Patronato. Serrano, 140. 28006 Madrid. Tel. 917452449/46 –
Fax: 914115502
[email protected] – www.cedd.net
NIPO: 214-05-006-9
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o estudio
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este impreso
Observaciones
Fecha y firma
PRESENTACIÓN ....................................................... 13
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.2. La seguridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
2.2.1. Vías de acceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
2.2.2. Vías de evacuación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
2.2.3. Dispositivos de control o filtro de acceso. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
2.2.4. Dispositivos especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
2.3. La economía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
2.4. El diseño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.5. El paisaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.6. La historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279
1.2. Respuestas para cada una de ellas, en los casos de incendio . . . . . . . . . . . . . . . . 280
CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291
1. DEFINICIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295
PRESENTACIÓN
En los últimos años, el concepto de Accesibilidad Universal ha ido calando en los ámbi-
tos relacionados con la discapacidad.
En un primer momento, la palabra accesibilidad estaba asociada a la eliminación de
barreras físicas, a facilitar el acceso a los entornos urbanos, arquitectónicos. Sin embar-
go, hemos ido avanzando desde esa concepción parcial de la accesibilidad a englobarla
en un concepto que considera a la persona y a su entorno como un todo: abarcando el
medio físico, los transportes, la educación, el deporte, la cultura, el ocio o la sociedad de
la información; en definitiva, hemos de plantear soluciones que no señalen de manera
diferenciada a los ciudadanos según sus capacidades.
Se trata de poner en marcha alternativas que puedan ser utilizadas por todos, intentando
así conseguir una sociedad en la que los ciudadanos, sin exclusión, puedan desenvolver-
se de una manera autónoma y en completa libertad.
Esa es la intención que ha movido al Real Patronato sobre Discapacidad, con la colabo-
ración de la Fundación A.C.S., a convocar anualmente los Premios Reina Sofía de
Accesibilidad Universal de Municipios.
Es en esa perspectiva global de accesibilidad en la que debemos inscribir el presente
texto, que, por razones prácticas y de manera diferenciada, aborda la accesibilidad al
medio físico. Han sido ocho las reediciones y numerosas las reimpresiones efectuadas
desde que en 1987 se publicara por primera vez el “Curso básico sobre evitación y supre-
sión de barreras arquitectónicas urbanísticas y del transporte”, y que hoy ha pasado a
titularse “Manual para un entorno accesible”.
La calidad y actualidad de este documento viene refrendada por la gran cantidad de soli-
citudes recibidas del mismo, así como por los numerosos cursos que se han impartido en
España e Iberoamérica desde la fecha de su primera edición.
Si bien es evidente la importante labor de apoyo didáctico que este manual supone en los
cursos que se desarrollan, también cumple la necesaria misión de libro de consulta téc-
nico para profesionales y estudiantes de Ingeniería y Arquitectura.
Considerando, por tanto, esa doble vertiente técnica y didáctica, se hacía imprescindible
la incorporación actualizada de aspectos técnicos y normativos que han ido apareciendo
en estos últimos años.
Así, en la presente edición se ha incorporado la domótica en la arquitectura y su aplica-
ción a la accesibilidad, la rehabilitación, criterios de accesibilidad a obra nueva, y se han
actualizado otros que han sido adaptados a los nuevos tiempos.
Toda esta labor de modificación y adaptación del manual ha hecho posible que recupere
su intención original como documento de referencia y apoyo en el ámbito de la accesi-
bilidad al medio físico.
Se cumple, así, una de las líneas estratégicas del Real Patronato sobre Discapacidad,
referida a la igualdad de oportunidades y accesibilidad universal para las personas con
discapacidad.
Complementariamente, la eficacia de este manual se ha visto potenciada por la impor-
tante colaboración de la Fundación A.C.S.
Mediante el convenio firmado entre el Real Patronato sobre Discapacidad y la Fundación
A.C.S. se han venido desarrollando los distintos cursos de “Accesibilidad al medio físi-
co”. Estos cursos han permitido la formación tanto de profesionales como de alumnos de
Arquitectura e Ingeniería. No obstante, es obligado destacar, igualmente, la importante
aportación en este curso de los responsables de las entidades locales en estos temas.
Combinando la asistencia a los cursos tanto de los técnicos como de los cargos electos,
se logra una mayor eficacia en la sensibilización y generalización de los criterios a tener
en cuenta en la accesibilidad al medio físico.
Estamos convencidos de la eficacia de esta actuación; desde el Real Patronato sobre
Discapacidad seguiremos trabajando para eliminar todas las barreras, en este caso físi-
cas, que impiden a las personas con discapacidad ejercer sus derechos en una sociedad
más justa e inclusiva.
(*) Arquitecto.
I. ACCESIBILIDAD EN LA EDIFICACIÓN. POR JAVIER GARCÍA MILÁ
INTRODUCCIÓN
El mundo del diseño universal no tiene límites. Pensar en edificios diseñados y cons-
truidos para que todos los seres humanos puedan utilizarlos sin restricciones es una uto-
pía de referencia, un anhelo; y como toda utopía, nace de la carencia, de una realidad
imperfecta que hay que modificar. Habrá que facilitar el uso del entorno al ser humano
común, al mayor número posible de individuos, en la conciencia de que siempre existi-
rán personas a las que les resultará difícil utilizar, con plena autonomía, todo lo que está
a nuestro alrededor.
No es posible, al menos de momento, un diseño tan flexible que se ajuste a las necesi-
dades de todos los individuos y es ahí donde aparece la necesidad de suplir las carencias
del diseño universal con medidas de apoyo específicas a determinados usuarios (ayudas
técnicas, apoyo personal, etc.) para que toda persona pueda desarrollarse en igualdad de
oportunidades: el diseño universal es una condición necesaria, pero no suficiente, para
garantizar la accesibilidad de las personas al entorno construido.
Además, cuando la discapacidad es importante es necesario recurrir a la tecnología para
facilitar, en lo posible, esa igualdad de oportunidades. La silla de ruedas eléctrica, los
implantes cocleares para personas con deficiencias auditivas, los automatismos y siste-
mas inteligentes en la vivienda, los protocolos, aparatos y programas de adaptación de
los ordenadores para personas con dificultad visual, etc. ofrecen, a muchos individuos,
la posibilidad de alcanzar un nivel de autonomía muy superior al que permite la mera
construcción sin barreras arquitectónicas.
Aceptando las limitaciones propias del diseño universal, dotar al espacio u objeto dise-
ñado de las condiciones adecuadas de accesibilidad requiere sensibilidad para acercarse
al ser humano común, conocimiento de sus necesidades, habilidades y carencias y méto-
do para incorporar los requisitos de accesibilidad al proceso de diseño y construcción.
Sobre estas bases, se aborda el estudio de la accesibilidad en los edificios partiendo de la
premisa de que ésta no es diferente para cada tipo de edificio, sino que son las posibilida-
des de cada persona las que determinan las medidas a implementar en cualquier edificio.
Así pues, se plantea en primer lugar un análisis que pretende ser válido para todos los
edificios y, a continuación, se incide en la problemática específica que sugieren los diver-
sos tipos de construcciones, con un apéndice sobre las tecnologías para la accesibilidad.
Más que las condiciones genéricas de accesibilidad es el uso el que justifica que, para su
estudio, los edificios se agrupen en dos grandes paquetes:
• Edificios de uso público
• Edificios de viviendas
que presentan procesos de promoción y gestión, características constructivas y necesidades
funcionales específicas que justifican un estudio diferenciado de soluciones concretas.
1. ANÁLISIS DE LA ACCESIBILIDAD EN
LOS EDIFICIOS
1.1.3- ALTERNATIVAS
Garantizar el desplazamiento por un edificio exige prever itinerarios accesibles que
unan los diversos espacios entre sí y con el exterior. Estos itinerarios deben reunir cua-
tro criterios funcionales básicos:
1. Que sean llanos o con pendiente suave. Ni los escalones ni las rampas pronuncia-
das son aptas para toda la población; si no pueden ser totalmente llanos, la rampa será
muy suave.
2. Lo más cortos posible. Para evitar recorridos largos a las personas que más dificul-
tades tienen. En caso de que no todos los itinerarios sean accesibles habrá que seña-
lizarlos para evitar errores y recorridos en vano.
3. Que tengan un ámbito de paso libre de obstáculos. No sólo han de ser suficiente-
mente anchos para que quepan las sillas de ruedas, sino que estarán libres de obstá-
culos a media altura, muy peligrosos para los invidentes.
1.1.4. RESUMEN
Lo antedicho puede esquematizarse en el cuadro resumen siguiente, que tiene dos par-
tes diferenciadas:
• PLANTEAMIENTO: ¿Qué dificultades de accesibilidad se presentan en el desa-
rrollo de las actividades de la vida cotidiana?
• ALTERNATIVA: ¿Cómo puede responderse desde la planificación, construcción
y reforma del entorno construido?
P
L
A
M
• Ambulantes
• Usuarios de silla de ruedas
• Sensoriales
La definición de cada uno de ellos y la descripción de sus dificultades específicas en
cuanto a desplazamiento y uso se esquematizan a continuación.
1.2.1.1. Ambulantes
Aquellos que ejecutan determinados movimientos con dificultad, sea con la ayuda o no
de aparatos ortopédicos.
Los principales problemas que encuentran en la utilización del entorno construido son:
Dificultades de desplazamiento
• Imposibilidad de superar desniveles aislados, escaleras y pendientes pronuncia-
das.
• Peligro de volcar (en escaleras, travesaños, etc.).
• Imposibilidad de pasar por lugares estrechos.
• Necesidad de espacios amplios para girar, abrir puertas, etc.
Dificultades de uso
• Limitación de sus posibilidades de alcanzar objetos.
• Limitación de sus áreas de visión.
• Dificultades por el obstáculo que representan sus propias piernas.
• Problemas de compatibilidad entre su silla de ruedas y otros elementos de mobilia-
rio.
1.2.1.3. Sensoriales
Aquellos que tienen dificultades de percepción, debido a limitaciones en sus capacida-
des sensitivas, principalmente las auditivas y las visuales.
1 La Norma UNE 170001-1. Accesibilidad global. Criterios para facilitar la accesibilidad al entorno. Parte 1:
Requisitos DALCO, plantea como dificultades básicas las derivadas de las actividades de deambulación, aprehen-
sión, localización y comunicación, partiendo de una concatenación de actividades afín a las personas con dificul-
tades visuales, mientras que las que aquí se exponen corresponden a una secuencia más propia de los usuarios con
dificultades motoras. Son observaciones de la realidad desde ópticas distintas que, finalmente, no difieren en dema-
sía a la hora de concretarse en parámetros de referencia para el diseño.
Hablando de infraestructura arquitectónica se entiende que concebir el esquema de circulaciones de un edificio apto
para personas con movilidad reducida es esencial para su correcto funcionamiento y que las necesidades de las per-
sonas con dificultades sensoriales cabe incorporarlas como elementos para mejorar su uso (texturas, señalizaciones,
encaminamientos, avisos acústicos o visuales, etc.). Por el contrario, en la accesibilidad al ordenador y a la red de
Internet, basada en la conectividad visual y la destreza manual, deberían primar las necesidades de los colectivos
con deficiencias visuales y aquellos con dificultades de coordinación manual (personas con parálisis cerebral, par-
kinson, enfermedades musculares degenerativas, etc.).
La definición de los “tipos” de dificultades y dentro de cada tipo las “clases” que pue-
den darse, se hace en función de las condiciones físicas de los individuos y se entiende
que en el uso del entorno físico aparecen generalmente todas ellas.
Las limitaciones no se asocian a cada una de las tipologías de edificios, sino a los indi-
viduos que actúan y desarrollan su vida en ellos. En definitiva, no cabe hacer accesible
el entorno en base a las características de los elementos materiales, sino disponer los más
adecuados y de la forma más idónea según el uso que se pretenda de ellos.
2 Cuanto mayor es el nivel de desarrollo de una sociedad, más exigente acostumbra a ser en materia de accesibilidad.
En la Unión Europea, por ejemplo, se presentan dificultades para armonizar las diversas normativas nacionales ya
que los niveles de exigencia en los países nórdicos son muy elevados.
135
ROTACIÓN
≥120
≥ 105
GIRO
180
100 100
PASAR PUERTA
145 175
120
120
140
220
≥80
TRANSFERENCIA
Áreas de
Colocados
aproximación
según L
según D
46–50
180
≤85
MANUAL
≥68
≥70
60
≥60
140 max. 40
100
confort
80
40 min.
≤110
VISUAL
h≤90
≤60
si ≥210
se evitan Disponer un elemento guía
contínuo. Bien sea:
si ≤210
prolongar a) Propio del itinerario
hasta Tapar o
proteger bordillo, pared, mobiliario
h=10 del b) Añadido al itinerario,
suelo para pasamanos, franja de
detectar textura diferenciada, sonido
y color de la señaización
completa señalización e a las personas con
información escrita. capacidad visual
reducidas
c) Normalizar sistemas de
información.
≤=2%
≤5%
NO ≤8%
≤8% ≤8%
BRUSCO
Goma Sustituir
PVC por rampa
≤2 ≤2
≤45 ≤45 NO
≥140
GRAN DESNIVEL
Rellano espera
dimensiones según D
Botonera
≤2 colocación según F
≥100
≥80
45 45
DEL EQUILIBRIO
90±5
ø4a5 90–95
Separación ≥4 4a5≥4
70±5
85
45
Fijación firme
Sección ø4 a 5
Separación obstáculos ≥4 60 ≥ 140
46–48 70–72
4 a 5 ≥4
80–90
≤ 15
≤ 90
Locales húmedos
Al exterior
En desniveles
NO
NO
NO
Según F (alcance manual) NO
sobre un plano vertical
SI SI
NO
Según F (alcance manual)
sobre un plano horizontal
SI
una imposición que "fuerza" innecesariamente el proyecto para atender las necesidades
de una minoría excepcional que, consecuentemente, puede ser tratada de forma excep-
cional. Fruto de la primera sería el edificio de la "Fundación Miró" (fig. 1 y 2), obras del
arquitecto J.L. Sert, (proyectada y construida, por cierto, cuando no existía normativa
alguna sobre accesibilidad en nuestro país), mientras que la segunda da como resultado
actuaciones como las que veremos reflejadas en la fotografía 16.
Fig. 1 y 2. Fundación Joan Miró. Barcelona. Proyecto de Sert, Jackson and Associates (1972-1974). Tanto exterior
como interiormente incorpora criterios de diseño universal integrados en la propia concepción del edificio.
Consecuentemente, hoy en día, hay que profundizar en la actitud positiva que nos lleva
hacia el “diseño universal” (término acuñado en los Estados Unidos1) o “diseño para
todos” (mayoritariamente utilizado en Europa) y que representa un nuevo avance pues
incorpora aspectos interesantes, como por ejemplo:
• Elimina la idea de accesibilidad vinculada a las necesidades de las personas con
limitaciones para incorporar otras situaciones como las de los niños, los ancianos,
las personas muy altas o de escasa altura, las que tienen exceso de peso, etc.
• Rompe la idea de un modelo único de persona que representa a la mayoría y para la
que se diseña.
• Incorpora el respeto a los “derechos de las minorías” y al “derecho a la diferencia”.
• Sugiere que todas las personas tienen derecho a disfrutar del entorno en igualdad de
condiciones y por tanto las soluciones válidas para todos priman respecto a las que
segregan a ciertos colectivos.
• Quiere ampliar el alcance del término “diseño” que, vinculado a la accesibilidad,
quedaba casi limitado a la arquitectura y al urbanismo, de manera que englobe tam-
bién el diseño industrial, gráfico, tecnológico, etc.
• Abre el término “accesibilidad” (que básicamente quiere decir acceso, posibilidad
de moverse, de desplazarse), hacia la vertiente del uso, del disfrute, de la utilización
de los espacios y objetos. En definitiva, si alguien se desplaza hasta un cierto lugar
es para realizar alguna actividad.
La conveniencia de acercarse hacia el desiderátum del “diseño universal” se basa en dos
ideas principales:
• La convicción de que hay que tener en cuenta a todos, de que deben incorporarse
las minorías y de que además se abren nuevos caminos al diseño y se crean nuevos
retos.
• La necesidad de atender las peticiones de colectivos cada vez más numerosos, tener
en cuenta el envejecimiento progresivo de la población y dar respuesta a la exigen-
cia creciente de confort.
2.2. LA SEGURIDAD
La seguridad es una condición básica de la accesibilidad; podría decirse taxativamente
que un elemento de uso que no es seguro, no es accesible. Será necesario, por tanto,
garantizar la seguridad de uso con carácter general de todos los elementos del entorno y
prestar especial atención a los dispositivos específicos que se instalen para mejorar la
accesibilidad (barras, plataformas montaescaleras, etc.), de manera que sean seguros
para quien los utilice y no constituyan un peligro para los demás usuarios.
1 El arquitecto norteamericano Ronald L. Mace lo definió el año 1985 de la siguiente manera: “El diseño universal
es el diseño de productos y entornos para ser utilizados por todas las personas, en la mayor medida posible, sin la
necesidad de adaptación o diseño especializado”.
Cuatro aspectos merecen una atención especial, particularmente en los edificios públicos
con gran afluencia de visitantes.
Fig. 3. Palau Sant Jordi. Barcelona. Proyecto de Arata Isozaki (1988-1991). Los accesos del público desde la plaza
central del Anillo Olímpico se producen en horizontal al nivel intermedio de las gradas, lo que acorta los itinerarios
de evacuación y permite disponer de asientos para personas con discapacidad sin tener que salvar desniveles.
Fig 4. Palau Sant Jordi. Barcelona. Proyecto de Arata Isozaki (1988-1991). En la sección se observa que el público
accede en horizontal al nivel intermedio de las gradas mientras que los deportistas lo hacen por el lado opuesto al nivel
de la pista de juego. Se aprovecha el desnivel topográfico para acceder siempre en horizontal.
Fig 5 y 6. Sede del Banco Interamericano de Desarrollo. Montevideo. Rehabilitación 2004. La escalera de emergencia se
encuentra en un recinto cerrado y presurizado para evitar la entrada de humo. El espacio donde puede ubicarse una perso-
na con discapacidad no interfiere el recorrido de evacuación. La persona puede descender a su ritmo o ser evacuada desde
este recinto seguro.
Fig. 7 y 8. Los elementos de control deben diseñarse para que puedan ser utilizados por parte de toda la población.
Fig. 9 y 10. Las puertas giratorias son un obstáculo al libre acceso pero pueden tener una función climática importante
en las entradas a edificios con flujos constantes de usuarios. Cada vez es más habitual encontrar elementos de este tipo
en los que se han incorporado condiciones de accesibilidad, ampliando considerablemente sus dimensiones, incorpo-
rando mecanismos automáticos de accionamiento, limitando la velocidad y colocando dispositivos de seguridad para
evitar accidentes.
Fig. 11,12 y 13. Museo del Louvre. París. Proyecto de nuevos accesos por I.M.Pei (1989). La plataforma de elevación
vertical dispone de importantes medidas de seguridad: protegida contra caídas, separada de la escalera para evitar pro-
blemas de cizallamiento y sin posibilidad de aplastamiento al inicio y final del recorrido.
Fig. 14 y 15. Salvaescaleras y plataformas que no interfieren con el recorrido peatonal. Cuando están inactivos ofre-
cen mejores condiciones de seguridad. Una colocación como la que aparece en la fig. 16 reduce el ancho útil de la
escalera y obstaculiza la circulación peatonal próxima al edificio.
2.3. LA ECONOMÍA
En general, puede afirmarse que la previsión no es cara, especialmente cuando el edifi-
cio público es de cierta entidad, pero la reforma sí lo es. Imprevisiones o errores en el
diseño inicial requieren actuaciones posteriores costosas y, generalmente, poco eficien-
tes. Es importante que el proyectista integre desde el inicio las necesidades en materia de
accesibilidad para conseguirla por medios funcional y estéticamente integrados y eludir
soluciones que, por su espectacularidad, resulten excesivamente anecdóticas (fig.16).
Fig. 16. El edificio dispone de dos ascensores simétricos colocados a ambos extremos de la escalera de acceso.
Conectan todas las plantas del edificio pero no llegan al nivel del espacio exterior lo que obliga a colocar un salvaes-
caleras y numerosos pasamanos para acceder a la planta baja.
2.4. EL DISEÑO
Entender la accesibilidad como una premisa más del diseño y no como un añadido a pos-
teriori puede ofrecer interesantes posibilidades expresivas. No siempre el acceso en hori-
zontal o la inclusión de los elementos de accesibilidad de forma que pasen desapercibi-
dos o se mimeticen dentro del conjunto serán las soluciones más adecuadas o deseables.
Por ejemplo, en determinadas ocasiones un elemento tan contundente como es la rampa
puede utilizarse para definir o resaltar las características compositivas de un determina-
do edificio o espacio (fig. 17, 18, 19 y 20).
Fig. 17 y 18. Moll de la Fusta en Barcelona (antiguo muelle de carga reconvertido en explanada lúdica). Dos rampas a
modo de esculturas urbanas proveen vías amplias y sin escalones para el conjunto de la población. Además, en el nivel
inferior jalonan y delimitan el espacio, mientras que en el superior permiten identificar la ubicación de los accesos.
Fig. 19 y 20. Los accesos a la Biblioteca del Parc Joan Miró en Barcelona se solucionan mediante una pasarela y dos
rampas utilizadas como elementos determinantes de la arquitectura del edificio.
2.5. EL PAISAJE
La accesibilidad debe conseguirse sin menoscabo de la calidad medioambiental. En
espacios y entornos con valores paisajísticos de interés, en ambientes estrictamente natu-
rales (fig. 21 y 22) o asociados a intervenciones arquitectónicas previas, tanto en
ambientes rurales (fig. 23 y 24) como urbanos (fig. 25 y 26), se requieren actuaciones
que incorporen la accesibilidad en armonía con estos valores.
Fig. 21 y 22. Un antiguo torrente convertido en jardín urbano puede ofrecer paisajes insospechados en el interior de una
gran ciudad sin que su uso quede vedado a personas con limitaciones. Itinerarios compactos, uniformes y antideslizantes
se integran en el paisaje y conectan las diversas zonas lúdicas.
Fig. 23 y 24. Rectoral de Armariz. Orense. Una vieja rectoría reconvertida en casa de turismo rural incorpora un iti-
nerario accesible a través de su patio porticado que conduce hasta un dormitorio adaptado (con baño) situado junto al
comedor.
Fig. 25 y 26. Playa de la Villa Olímpica. Barcelona. El itinerario que une la edificación con el mar, común para todos
los usuarios, se va adecuando a las características del entorno, desde la dureza cuando discurre por el espacio propia-
mente urbano a la flexibilidad del tramo sobre la arena, para desembocar en la necesaria movilidad y adaptabilidad
circunstancial del tramo en contacto con el agua.
2.6. LA HISTORIA
Si bien en muchas ocasiones se han argumentado razones de protección del patrimo-
nio arquitectónico para no incorporar criterios de accesibilidad en intervenciones
sobre edificios y áreas de interés histórico y cultural, no hay razones objetivas que jus-
tifiquen un trato exclusivo y excluyente de la accesibilidad respecto a otras actuacio-
nes.
Así lo argumentó el arquitecto Antonio Cravotto2 sintetizándolo en forma de decálogo,
que por su claridad y concisión parece oportuno limitarse a transcribir:
“Algunas consideraciones sobre las barreras que las ÁREAS Y EDIFICACIONES
TESTIMONIALES DEL PATRIMONIO CULTURAL presentan a su acceso y fruición
por parte de personas discapacitadas. Helas aquí, en forma de DECÁLOGO HETE-
RODOXO:
2. En casi todos los casos, las áreas y conjuntos testimoniales incluyen barreras
importantes a su acceso y fruición por parte de personas discapacitadas.
2 Profesor universitario y responsable de la Comisión del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural del Uruguay. II Seminario
Iberoamericano de Promotores y Formadores en Accesibilidad al Medio Físico. Montevideo. 1990.
DISPOSITIVOS:
Serán en cuanto sea posible los mismos usualmente empleados (para no agregar nuevas
dificultades) adecuados formalmente, sin desmedro de su eficacia, legibles como adicio-
nes del presente y totalmente reversibles (fig. 27, 28, 29 y 30 / fig. 31 y 32).
SEÑALIZACIÓN:
Advertencias previas y en cada lugar de la existencia de barreras, de accesos y circuitos
especiales y del tipo de dispositivos instalados (fig. 33 y 34).
COMUNICACIÓN:
Como no se trata únicamente de que el discapacitado pueda acceder físicamente, sino
también comprender lo que no ve (porque le es inaccesible o invisible), incluir gráficos
y maquetas palpables que le permitan la “lectura” integral del testimonio cultural
(fig. 35, 36 y 37 / fig. 38 y 39).
Fig. 27, 28, 29 y 30. Archivo Histórico de la Ciudad. Barcelona. Situado en la antigua Casa del Ardiaca dispone de
rampas reversibles para acceder desde la calle al claustro neogótico y de éste al interior del edificio.
Fig. 31 y 32. Dispositivos de elevación (plataforma vertical y salva escaleras) en sendos palacios.
Fig. 33 y 34. Palacio Nacional de Montjuic. Barcelona. Circuito adaptado de acceso y panel indicador de los recorri-
dos accesibles en el interior del edificio.
Fig. 35, 36 y 37. Museo Nacional de Colombia. Bogotá. Aproximación al testimonio cultural por vía táctil, lectura en
Braille y explicación oral automática al colocarse delante del objeto.
Fig. 38 y 39. Maqueta de la ciudad de Brasilia para ser “leída” táctil o visualmente.
Fig. 40 y 41. Estación del AVE de Atocha. Madrid. Proyecto de remodelación de Rafael Moneo (1984-1992). La anti-
gua estación del ferrocarril se convierte en el vestíbulo de la nueva incorporando aquellos elementos (entre los que hay
tapices deslizantes en rampa y ascensores) adecuados para atender las nuevas necesidades de uso y de escala.
Fig. 42 y 43. Centro Cultural Santa Mónica. Barcelona. Proyecto de rehabilitación de Piñón y Viaplana (1985-1989).
La reconversión de un convento en centro de arte genera nuevas necesidades de acceso, resueltas con una rampa hasta
la entrada principal que se convierte en un recorrido con perspectivas inéditas sobre el tramo final de las Ramblas y
el monumento a Colón.
Accesibilidad y Compatibilidad
LA ACCESIBILIDAD UNA CUALIDAD INTEGRADA
1 Con las necesidades del resto de usuarios
• La mejor accesibilidad es la que no se percibe pero está al
alcance de todos, es decir EL DISEÑO UNIVERSAL.
• Las soluciones específicas sólo se utilizarán cuando no se
pueda aplicar una solución universal.
2 Con la seguridad
• Un elemento para “mejorar” la accesibilidad que no es segu-
ro, NO es accesible.
• Un elemento de accesibilidad NO debe constituir un peligro
para las demás usuarios.
3 Con la economía
• La previsión no es cara; lo es la reforma.
4 Con el diseño
• La accesibilidad NO debe ser un añadido.
Debe ser una premisa más del diseño.
5 Con el paisaje
• La accesibilidad debe conseguirse sin menoscabo de la cali-
dad medio-ambiental.
6 Con la historia
• Los dispositivos para mejorar la accesibilidad en edificios his-
tóricos serán:
a) Adecuados formalmente al entorno
b) Legibles como adiciones del presente
c) Totalmente reversibles
En definitiva, con el “diseño para todos” de los objetos, espacios, instalaciones y servi-
cios de un edificio público debe buscarse el máximo de:
• Autonomía: que cada persona, dentro de sus capacidades, pueda desarrollar la
mayor cantidad posible de actividades de forma independiente.
• Seguridad de uso: esta actividad tiene que ejercitarse de forma suficientemente
segura, sin correr riesgos innecesarios.
• Confort: y de la forma más cómoda posible.
1 Según la vigente Ley de Propiedad Horizontal, de fecha 21 de julio de 1960, se precisan los votos favorables míni-
mos de las 3/5 partes de los copropietarios que representen las 3/5 partes del total de la propiedad. La modificación
de la Ley referenciada en la nota de pág. 29, reduce la mayoría a simple para actuaciones de supresión de barreras
arquitectónicas.
2 La modificación de la Ley de Propiedad Horizontal que se incluye en la disposición adicional tercera de la Ley de
igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad, de fecha
2 de diciembre de 2003, determina que, para obras de accesibilidad en elementos comunes, sólo es exigible a los
copropietarios hasta un importe equivalente a tres cuotas mensuales de comunidad.
Pueden obtenerse subvenciones de la respectiva Comunidad Autónoma vía servicios sociales (ayudas personales) y
recientemente también vía planes de rehabilitación de viviendas antiguas(a la comunidad).
3 La mayoría de los edificios de los polígonos de viviendas públicas construidos en las periferias de las grandes ciu-
dades en las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo no disponen de ascensor. Sus moradores, en su mayoría pare-
jas jóvenes hace 40 años, son hoy jubilados con mayores problemas de accesibilidad cada día que pasa.
ascensor (planta baja + 3 pisos o planta baja + 4 pisos según la comunidad), un itinera-
rio accesible, generalmente al nivel “practicable” (ver apartado 2), que comunique:
• La calle con cada una de las viviendas y con las dependencias de uso comunitario
que estén a su servicio.
• El edificio con otras edificaciones o servicios anexos de uso comunitario mientras
que sólo en algunas Comunidades Autónomas es obligatoria la previsión del espa-
cio para la posible ubicación del ascensor cuando éste no es obligatorio, facilitan-
do que la comunidad de vecinos pueda instalarlo cuando se precise.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las necesidades de cada persona con limita-
ciones son diferentes. Así, los criterios generales que pueden ser válidos para un edifi-
cio público en el que el usuario es plural, no sería correcto aplicarlos al interior de la
vivienda sin tratar de adaptarse a las necesidades específicas del individuo que habita
en ella; son totalmente diferentes las necesidades de un invidente (que no precisa, en
general, de pasillos y puertas más anchos), las de una persona con lesiones cerebrales
(que puede tener grandes dificultades de manipulación de tiradores de puerta, grifos,
etc.) o las de un usuario de silla de ruedas. Todo ello comporta que resulte difícil pen-
sar en la prevención del problema de una forma genérica, cuando la vivienda debe ser
"un traje a la medida" de las necesidades específicas de cada persona.
En consecuencia, la adaptación del interior de la vivienda parece que debe quedar para
aquel momento en que se conozcan las limitaciones del usuario. Sería deseable que las
normativas que en la actualidad rigen la vivienda incorporaran algunos estándares que,
mejorando la calidad general de las viviendas, evitaran barreras a la accesibilidad, sin
un aumento de costes significativo. Nos referimos, por ejemplo, a la prohibición de la
puerta de 60 cm. de anchura, a la introducción de criterios de movilidad para delimitar
espacios de comunicación como recibidores, distribuidores, pasillos, etc. con tabique-
ría o elementos fijos, a la fijación de mínimos más holgados para las dimensiones de los
servicios higiénicos o a la introducción de criterios sobre disposición de aparatos sani-
tarios y muebles de cocina.
Se trataría de conseguir que toda la vivienda fuera “adaptable”, es decir, que con actua-
ciones mínimas pudiera ajustarse a las necesidades de una determinada persona y, por
tanto, convertirse en “adaptada”. Es un camino sobre el que se ha escrito mucho y que
ha empezado a experimentarse, con un alcance limitado a barrios o conjuntos concre-
tos, en diversos países europeos.
Fig. 1 y 2
Fig. 3 y 4
80
80
Fig. 6 y 7
100
Fig. 8
Fig. 9, 10 y 11
• Ascensor (fig. 12). La cabina de 100 x 120, que equivale al ascensor estándar de
6 plazas, es suficiente siempre que tenga las puertas interiores de apertura auto-
mática.
Fig. 12
• Rampa (fig. 13). Llegan a admitirse pendientes de hasta un 2 por ciento mayores a
las recomendadas, es decir, 8, 10 y 12 por ciento de pendiente máxima para tra-
mos de hasta 15, 10 y 3 m. de longitud, respectivamente.
Fig. 13
• Acceso a pie llano desde la vía pública hasta la plataforma de embarque del ascensor
(en edificios de varias plantas) o hasta la vivienda.
• Los espacios de circulación interior dispondrán de una anchura mínima de 100 cm. y
las puertas o pasos de 80 cm. A ambos lados de toda puerta habrá un espacio libre, sin
ser barrido por la apertura de la puerta, donde sea inscribible un círculo de 120 cm.
• La cabina del ascensor tendrá como mínimo una dimensión de 120 cm. en el sentido
del acceso a la cabina, y de 100 cm. en el perpendicular. Las puertas de cabina serán
automáticas y de una anchura libre mínima de 80 cm.
• Los elementos de uso se ajustarán a los parámetros de alcance y control del nivel
“adaptado”.
>80
≥70
Fig. 14
≥90
≥90
ø120
≥90
ø120
Fig. 15, 16 y 17
Fig. 18
Fig. 19
• En los dormitorios y en la estancia principal las previsiones tienen que ver más
con la disposición del mobiliario que con las dimensiones del espacio, por lo que
afectarían a la ubicación de los puntos de uso de las instalaciones (interruptores,
puntos de luz, tomas de televisión o teléfono, etc). La ubicación de las piezas de
mobiliario y elementos de complemento permitirá que: a) pueda inscribirse fren-
te a la puerta de acceso, junto a un lado de la cama (en el dormitorio) y donde
haya que cambiar de dirección para circular o ubicarse frente a un elemento de
uso, un círculo libre de todo obstáculo de 120 cm. de diámetro; b) la distancia
mínima entre dos obstáculos puntuales (sean elementos constructivos o de mobi-
liario) entre los que se deba circular sea de 70 cm.; c) los elementos de mobilia-
rio (armarios, camas, mesas, etc.) dispongan a lo largo de los frentes que deban
ser accesibles de una franja de espacio libre de una anchura no inferior a 80 cm.
(fig. 20).
Fig. 20
La aplicación de estos criterios a las construcciones de nueva planta permitiría que todas
las viviendas que se situaran en edificios donde es obligatoria la instalación de ascensor
fueran “adaptables” a las necesidades de las personas con movilidad reducida. Completaría
este conjunto de medidas la reducción de la altura de edificación a partir de la cual es obli-
gatoria la instalación de ascensor (en la actualidad planta baja y cuatro plantas en algunas
Comunidades Autónomas).
• la previsión del espacio para poder instalar un ascensor practicable en los edificios
plurifamiliares donde no es obligatoria la instalación de ascensor,
• conectado con la vía pública y con la entrada a todas las viviendas a través de un
itinerario practicable.
Es una previsión especialmente importante y eficaz que debería extenderse a todas las
Comunidades Autónomas.
No se han implementado aún medidas de convertibilidad que incidan en el interior de
la vivienda. Tímidamente, alguna Comunidad Autónoma ha eliminado la puerta de 60
cm. de ancho sin incorporar otras medidas de “convertibilidad”.
La generalización de las medidas de convertibilidad facilitaría la permanencia del usua-
rio en su vivienda cuando precisara mayor accesibilidad, reduciría los costes de su
implantación y minimizaría los conflictos con el resto de la comunidad de propietarios
o con el arrendador.
Fig. 21 y 22
Paradójicamente, acostumbra a ser más fácil encontrar acomodo para un ascensor: el ojo
de la escalera o un rincón en un patio de ventilación son emplazamientos habituales en
operaciones de rehabilitación. Además, la versatilidad que ofrecen los ascensores actua-
les (mayor libertad de colocación del grupo motor, desaparición del “cuarto de máqui-
nas” en la azotea, mayor aprovechamiento del recinto disponible, etc.) permite resolver
situaciones complejas en espacios reducidos.
Para resolver la accesibilidad a una vivienda situada en el primer nivel por encima del
de acceso desde la calle se han utilizado con frecuencia plataformas abatibles adosadas
a la escalera (fig. 23). Si bien el sistema podría brindar solución para acceder a plantas
superiores, su coste sería desproporcionado (habría que prever uno por cada planta ya
Fig. 23
El último recurso para hacer accesible una vivienda cuando no es posible adecuar el edi-
ficio lo representa la “oruga” (fig.24). Este aparato autónomo accionado por baterías eléc-
tricas, permite afrontar escaleras con un mínimo de garantías de seguridad para usuario
y acompañante, siempre que las dimensiones del ámbito de la escalera lo permitan.
Fig. 24
La adaptación del interior de una vivienda choca con dos problemas fundamentales, la
escasez de espacio y la estrechez de pasos y puertas. Sin embargo, el principal obstá-
culo para conseguir un habitáculo a la medida de las capacidades físicas de un indivi-
duo suele ser el económico, ya que una solución de planta más abierta con integración
de diversas funciones en un único espacio, dotando por otra parte de mayor superficie
a los espacios que deben aislarse (baño, por ejemplo), es posible salvo raras excepcio-
nes, pero a menudo requiere una modificación sustancial de las características de la
vivienda (fig. 25 y 26).
Fig. 25 y 26
Fig. 27
En el interior de la vivienda el espacio más conflictivo suele ser el baño. Frente a actua-
ciones excesivamente costosas, propuestas como las de admitir que el acceso a un depar-
tamento de WC se haga de espaldas (fig. 28) o que se considere el baño como un “arma-
rio” con todo su frente accesible, de manera que se maniobre en el “pasillo” y una vez
ubicado se cierren las puertas (fig. 29), son aceptables como último recurso.
Fig. 28 y 29
Como base de partida podría afirmarse que toda tecnología activa precisa de un aporte
de energía para poder generar el trabajo que va a hacer por nosotros y que dicha ener-
gía se canaliza, en los edificios, a través de lo que denominamos genéricamente como
“instalaciones”. Por tanto, es oportuno analizar qué instalaciones y en qué condiciones
se incorporan en el diseño y construcción de edificios de viviendas, cuáles son las
carencias actuales y las opciones de futuro.
En la actualidad hay disponibles (aunque no en todos los lugares) cuatro tipos básicos
de suministros: gas, agua, electricidad y telecomunicaciones. En el trazado de estas ins-
talaciones distinguiríamos dos tramos claramente diferenciados:
a) Generan o transforman
Este proceso es el que va a determinar, en esencia, la calidad del producto final
que llega al usuario y por tanto sus prestaciones. En las telecomunicaciones pue-
den generarse ya en esta fase problemas de inaccesibilidad (webs no accesibles,
por ejemplo) o soluciones de accesibilidad (noticiarios hablados con traducción
a lenguaje de signos, sería un caso).
b) Transportan
En esta fase la velocidad y la fiabilidad son esenciales para que llegue en las con-
diciones adecuadas y en el momento oportuno.
c) Suministran
En la cantidad que, hipotéticamente, el usuario precisa.
d) Gestionan
Destacando, por su trascendencia, el precio que establecen por el servicio que
prestan.
Todos estos factores inciden de una forma clara en la utilización de cada uno de los pro-
ductos como fuente de accesibilidad. Bien es cierto que la electricidad y las telecomu-
nicaciones ofrecen unas grandes posibilidades en materia de accesibilidad, pero tam-
bién lo es que un suministro con una calidad deficiente, no fiable en sus prestaciones y
caro, minimiza estas posibilidades.
El trazado eléctrico tiende a soterrarse pero actualmente aún pueden darse dos
supuestos de conexión, aérea o enterrada. También la normativa vigente, com-
plementada con los criterios de las compañías suministradoras, define clara-
mente las previsiones constructivas a tener en cuenta.
Más complejo resulta el campo de las telecomunicaciones que pueden recibirse
por cable (telefónico, fibra óptica, etc.) o a través de ondas aéreas (telefonía
móvil, televisión, radio, etc.). Hay que contemplar ambas opciones de manera
que la conexión pueda producirse soterrada, desde la vía pública o bien aérea
desde la cubierta del edificio. Su regulación normativa es reciente (el reglamen-
to es del año 1999) y por tanto su incidencia aún es limitada.
b) Transporte por el interior del edificio hasta las viviendas o entidades privati-
vas
Los fluidos (gas y agua) se transportan mediante tubos, mientras que la electri-
cidad y las telecomunicaciones (si no son aéreas) discurren por cables.
Este capítulo es de especial trascendencia tanto desde el punto de vista cons-
tructivo como de la gestión. Si la instalación no discurre en su totalidad por ele-
mentos comunes, registrables, con espacio previsto para posibles ampliaciones,
etc. será difícil adecuarla a las necesidades cambiantes en el tiempo. Pero, ade-
más de estos aspectos constructivos, hay que tener en cuenta que la modifica-
ción de cualquier elemento comunitario deben consensuarse entre todos los pro-
pietarios del inmueble, lo que no siempre resulta sencillo. Por tanto las previ-
siones constructivas son necesarias, pero no resultan suficientes sin el acuerdo
de la comunidad de propietarios.
Existen normativas legales y normas complementarias de las compañías sumi-
nistradoras que regulan las instalaciones que enlazan los puntos de suministro
exterior con cada una de las viviendas. Lógicamente tienen en cuenta criterios
para garantizar su reparación, mantenimiento, modificación o ampliación aun-
que la casuística es muy amplia y las situaciones en obra muy diversas, por lo
que el papel del proyectista es decisivo. Ya se ha comentado que la regulación
en materia de telecomunicaciones es reciente y, por tanto, su incidencia es aún
corta, pero por contra sus previsiones son más generosas que las de otros sumi-
nistros.
c) Puntos de consumo
Los suministros de fluidos tienen, generalmente, un uso localizado que se ciñe
a la cocina y sus dependencias anexas (lavadero, trastero, etc.) para el caso del
gas y se amplía hasta los servicios higiénicos en el supuesto del agua, mientras
que los suministros por cable (electricidad y telecomunicaciones) extienden su
utilización a toda la vivienda.
d) Evacuación de residuos
La utilización de cualquier energía genera unos residuos que hay que evacuar.
El gas precisará de huecos de ventilación y chimeneas de evacuación, el agua
de toda una red desagües, la electricidad de una instalación de toma de tierra
con sus oportunos elementos de seguridad y las telecomunicaciones, que se
disipan a través del aire, del necesario aislamiento acústico entre dependencias
para evitar molestias a los vecinos.
La regulación normativa es diversa y, por lo general, menos exigente que la
aplicable a los otros tres puntos comentados. Así, se pueden plantear proble-
mas para colocar en la vivienda un aparato que consuma gas y precise de un
conducto hasta el exterior (caldera, secadora, etc.), para modificar un baño sus-
tituyendo la bañera por una ducha si esta operación modifica la instalación
general de la red de saneamiento, para colocar una ayuda técnica que utilice
electricidad dentro de una pieza con agua corriente si no se pueden implemen-
tar una serie de medidas de seguridad o para llevar a cabo una sesión de tele-
trabajo nocturno que precise de medios audiovisuales sin molestar al vecinda-
rio.
Compañias:
Gas Vía pública Tuberías Cocina Chimeneas
• Generan
enterrada huecos vlon
Calidad
Accesibilidad
Fig. 30, 31 y 32. Apartamentos para personas con gran discapacidad del Centro Dato. Madrid. Las funciones en mate-
ria de seguridad pueden ajustarse a necesidades específicas, como detectar caídas (sensores de presencia a dos nive-
les que actúan coordinadamente) o salidas incontroladas de agua (grifos abiertos en duchas, fugas, etc.).
Fig. 33 y 34. Piso adaptado por ByJ Adaptaciones. Barcelona. Mejorar la autonomía y seguridad de uso de la vivien-
da puede requerir dispositivos específicos, como una grúa para desplazarse hasta el baño y un asiento móvil para poder
utilizar la ducha y el inodoro sin ayuda de terceros.
Fig. 35 y 36. Mandos a distancia con pulsadores grandes, de colores vivos, sin aristas, etc. y teclados con las letras
contrastadas, con línea Braille, etc. pueden facilitar la interacción a multitud de usuarios con dificultades.
• Condiciones de uso
Es el aspecto más importante para personas con grandes limitaciones y especial-
mente cuando aparecen las plurideficencias.
La combinación del tipo de acción que se debe llevar a cabo para actuar sobre un
dispositivo (presión, aspiración, movimiento ocular, voz, simple presencia) (fig.
37, 38, 39 y 40) con el desarrollo de software para controlar acciones complejas
con actos muy simples (selección por barrido de pantalla, programación de secuen-
cias y concatenaciones, respuesta por órdenes de voz, automatización de `procesos,
etc.) (fig. 41 y 42) ofrece variadas posibilidades para aumentar la autonomía y la
vida independiente de las personas al adecuarse a las diferentes necesidades y posi-
bilidades de cada usuario.
Fig. 37 y 38. Pulsadores de barbilla, de palanca, grandes y contrastados cromáticamente son ejemplos de adaptacio-
nes a condiciones de uso diferentes.
Fig. 39 y 40. Se han desarrollado sistemas de interacción para personas con grandes limitaciones de movilidad basa-
dos exclusivamente en el movimiento de los ojos. Las tarjetas codificadas permiten obtener condiciones de seguridad
y privacidad en el control de accesos por simple detección de presencia.
Fig. 41 y 42. La selección por barrido y la concatenación de órdenes secuenciales vinculadas a acciones cotidianas son
ejemplos de las posibilidades que ofrece el software para facilitar la autonomía de personas con importantes limita-
ciones funcionales.
1 J. Roca (UPCT) y E. Del Campo (UNED) planteaban ya en 2002 en su artículo La accesibilidad total: un nuevo
concepto en la superación de barreras que: “La automatización de edificios y, más en concreto la de los destinados
a viviendas está llamada a ocupar en los próximos años un destacado lugar en el entorno de la integración y auto-
suficiencia de personas con discapacidad y mayores, en un amplio espectro de disfuncionalidades, tanto físicas
como cognitivas”.
2 El profesor Joan Majó, Ministro de Industria y Energía en el primer Gobierno de Felipe González, sostenía ya en
1997 que: “El paso de la sociedad industrial a la de la información comporta un cambio social importante. El pro-
totipo de la sociedad industrial es la cadena de producción que significa un lugar físico de trabajo al que uno se des-
plaza a la misma hora que los demás. En la sociedad de la información el espacio y el tiempo cambian por la posi-
bilidad de llevar a cabo muchos trabajos a distancia y en un horario flexible. Esto abre grandes posibilidades a las
personas con discapacidades porque elimina la rigidez del lugar y del tiempo”.
Es obvio concluir que las tecnologías “asociadas” deberán tenerse en cuenta a lo largo
de todo el proceso de gestación, maduración y materialización de cualquier edificio o
entorno construido.
A.1.4. RESUMEN
La combinación de las tres variables descritas daría lugar a ocho grupos o “tipos” de tec-
nologías según el siguiente esquema:
Fig. 1, 2, 3 y 4. La resolución con elementos urbanos accesibles y normalizados del cruce de circulaciones peatona-
les y vehiculares en el entorno urbano ha experimentado un gran avance en los últimos años. El ejemplo presenta una
gama de vados para vehículos compuesto por piezas normalizadas de 20, 40 y 60 cm. de ancho (según altura y ampli-
tud de la acera) que respetan la continuidad del recorrido peatonal y el vado peatonal de 120 cm., que integra pape-
lera y semáforo como elementos de uso, delimitación del paso peatonal y protección del desnivel lateral, incorpora
una franja central perpendicular como encaminamiento para invidentes, utiliza material fácil de mantener y antidesli-
zante (granito abujardado) y ofrece piezas especiales para encuentros curvos.
Fig.5 y 6. La delimitación del espacio para los árboles presenta su complejidad. Una solución como la que muestran
las fotografías permite adecuarse al crecimiento del árbol, resolver correctamente la entrega entre el pavimento de la
acera y las piezas de hormigón que delimitan el alcorque, mientras que los círculos concéntricos de fundición son
resistentes e indeformables.
Fig. 9 y 10. Es sencillo conseguir pavimentos antideslizantes para baños pero la dificultad estriba en la limpieza.
Pavimentos muy rugosos acumulan partículas que resultan difíciles de eliminar mientras que soluciones de doble pavi-
mento retienen la humedad y favorecen la proliferación de microorganismos.
Fig. 11 y 12. Una correcta utilización del ascensor permite resolver situaciones complejas. Este local con escasa super-
ficie a nivel de calle se convierte en accesible mediante un ascensor de doble puerta que permite acceder al semisóta-
no y al altillo.
Fig. 13
Fig. 14
Fig. 15, 16, 17 y 18. Existen sistemas de apertura automática de puertas muy sencillos de instalar y fiables, mientras
que los grifos sin mando manual son accesibles y economizan agua. Teclado de cajero automático con indicaciones
en “braille” y hendiduras para facilitar su uso a personas con motricidad poco fina.
Fig. 19, 20, 21 y 22. La gama de productos es muy amplia, desde los sencillos andadores y la tradicional silla de rue-
das hasta unas sofisticadas prótesis adaptadas a la práctica deportiva, o la grúa para transportar personas que pueden
mantener la posición vertical.
Fig. 23, 24, 25 y 26. Cada vez el mercado ofrece un abanico más amplio de utensilios para facilitar la vida cotidiana.
Sin embargo, no siempre tienen la calidad y fiabilidad que sería deseable.
Fig. 27 y 28. La silla de ruedas eléctrica sólo es útil sobre superficies continuas, mientras que el “Explorer” permite
también superar escaleras.
En otra línea, hay que apuntar las aportaciones de la industria de la automoción para faci-
litar la conducción de vehículos automóviles (cambio de marchas automático, dirección
asistida, servofreno, etc...) y mejorar sus condiciones generales de uso (asientos abati-
bles, reclinables y que puedan pivotar sobre un eje, introducción de puertas correderas
en utilitarios, etc.) (fig. 29 y 30), así como el progreso de las adaptaciones específicas
(elementos para conducir sin utilizar las piernas, sin un brazo, etc...). Sin duda, el proto-
tipo del automóvil accesible por antonomasia se acercaría a ese “coche fantástico” que
aparece de vez en cuando en alguna película de ciencia ficción donde todo es automáti-
co, incluida la conducción.
Fig. 29 y 30. El modelo “Raum” de la firma Toyota incorpora interesantes prestaciones de accesibilidad en un vehí-
culo de serie.
Son necesarios procesos de I+D que integren las necesidades de autonomía personal de
los diferentes usuarios con las posibilidades que ofrece la industria de la automoción y
del transporte en general.
Fig. 31 y 32. Esta lavadora dispone de una boca de acceso inclinada para evitar agacharse, botones y letras grandes
para facilitar la comprensión de las instrucciones e indicaciones en “ braille”.
Fig. 33 y 34. El “Asimo” es un prototipo experimental de robot con aspecto humanoide, mientras que la barra de tecla-
do “braille” para el ordenador representa una adaptación cotidiana muy útil para invidentes.
Activa
“Explorer”
I + D en transporte y
Autónoma silla ruedas eléctrica
autonomia personal
“Coche Fantástico”
Grifo monomando
Proyectista + Industria
Asociada Pavim. antideslizante
elementos construcción
Ducha en pavimento
Pasiva
Terapia ocupacional +
Autónoma Ayudas técnicas
Para el uso Diseño industrial
I + D en Construcción
Asociada Edificio Inteligente
y comunicación
Activa
I + D de Ingenieria y
Autónoma Robot
Comunicación
Asegurar el acceso a
Facilitar el desplazamiento bienes, servicios y puestos de
trabajo
Sostenibilidad
global
Medio ambiente
Se trata de
garantizar el
Proyectar el equilibrio del La creación y
entorno teniendo territorio en su preservación de la
en cuenta la vertebración. ciudad es uno de
envolvente de los grandes pilares
requerimientos de la movilidad
personales. Entorno Urbano accesible.
Ciudad
Persona Movilidad
Para lograr una movilidad accesible es preciso avanzar en los diversos frentes de la acce-
sibilidad, en sus diversos ámbitos así como en sus mutuas interacciones.
Se trata de trabajar de forma simultánea en la mejor armonía de una serie de binomios,
cuyas mutuas fricciones a menudo han desencadenado entornos hostiles y ajenos a las
necesidades de las personas.
A continuación se analizarán brevemente algunos de las binomios más significativos a
abordar, partiendo de la base de que resulta imprescindible evitar esa “política de par-
ches” llevada a cabo con demasiada frecuencia (que, por ejemplo, se plasma en un paso
de peatones con bordillo rebajado a un solo lado), eludiendo así mismo planteamientos
excesivamente ambiciosos y maximalistas, que precisan de una dotación de recursos tal
que resultan inaplicables.
El diseño del entorno urbano ha de tener en cuenta los requerimientos de todas las per-
sonas, incluidos los de aquellas con dificultades de interacción con el entorno debido a
dificultades de movilidad, de comunicación o de percepción y comprensión.
sobre el modelo de ciudad más habitable, la que diluye la taquicardia urbana generada
por una amalgama de circunstancias adversas cuyo germen común es un planeamiento
urbano y de movilidad poco sensible a las necesidades reales de la población.
1.2.1. FUNDAMENTOS
La calidad de vida de los ciudadanos está condicionada por la calidad del espacio urba-
no donde habitualmente desarrolla sus actividades al aire libre, donde se crean posibili-
dades de encuentro, de relaciones sociales y de contacto con la naturaleza.
Si bien la accesibilidad es una cualidad del entorno que debe impregnar cada uno de sus
ámbitos, su implantación en las vías y espacios públicos es prioritaria para lograr el obje-
tivo de permeabilizar el tejido urbano, y también el rural, sin excluir a quienes presentan
problemas de accesibilidad con el entorno.
La accesibilidad en las vías y espacios públicos requiere un esfuerzo notable, dado que
la situación de partida, la realidad de la que se ha de iniciar el trabajo de hacer fluir la
accesibilidad, es una realidad saturada de barreras, que no sólo están presentes y arrai-
gadas en esa fotografía de partida de nuestras calles, barrios, cascos antiguos e incluso
nuevas urbanizaciones, sino que se solapan unas barreras con otras, se refuerzan mutua-
mente dando lugar a una cadena de dificultades que hay que tratar de superar, a costa de
desarrollar grandes esfuerzos y de exponerse a situaciones de riesgo.
Un ejemplo tomado de la realidad: salgo de mi casa, me encuentro con una acera estre-
cha, con mobiliario interpuesto que entorpece o impide nuestro desenvolvimiento, paso
de peatones con bordillo elevado o con vados mal ejecutados, escasa visibilidad del flujo
de vehículos, semáforos con poco tiempo para permitir el cruce de peatones, obras en las
vías públicas mal señalizadas, acopios que invaden aceras, pavimentos mal ejecutados
que se encharcan con la lluvia, o mal conservados y que pueden generar tropiezos y caí-
das.
He aquí el quid de la cuestión, que no es otro que el pensar de otra forma la organiza-
ción de nuestras vías y espacios públicos, pensarla desde la racionalización de su fun-
cionamiento y uso, desde la simplificación de su estructura y de los elementos que la
integran.
A veces se simplifican los temas de la Accesibilidad Universal y se confinan en un puña-
do de recetas más o menos acertadas o rutinarias. En ocasiones se adopta la tendencia de
orientar la accesibilidad desde un enfoque reducido, con muy escaso “campo visual”,
prestando atención sólo a una serie de detalles, sin duda importantes, pero que pueden
suponer el riesgo del árbol que impide ver el bosque.
La accesibilidad planteada con rigor en el ámbito crucial de las vías y espacios públicos
representa un enfoque global y de ordenación, un enfoque con calado y estructurante, no
epidérmico ni superficial. Una accesibilidad que participa del proyecto y del diseño del
conjunto, que se implica en el mismo plenamente, no como un parche o un añadido, o
un maquillaje, sino como una aportación decisiva a la mejora de calidad, funcionalidad
y estética de los espacios públicos.
Se trata, por tanto, de plantearse las actuaciones desde la escala de conjunto para ir des-
cendiendo hasta escalas de mayor grado de detalle (1/200, por ejemplo) y aterrizando en
el diseño cuidadoso de cada elemento. Apelando al símil fotográfico, el urbanista al
incorporar la accesibilidad entre sus patrones de referencia como una herramienta más
de trabajo ha de ser como ese fotógrafo que usa el gran angular para captar panorámicas
y el zoom más potente para plasmar los detalles. Este es también el secreto del Arte de
la Accesibilidad en las Vías Públicas.
La calidad de proyecto conlleva no sólo el equilibrio estético-funcional, sino la conside-
ración de los requerimientos de cualquier posible persona usuaria. Ha de huirse de un
planteamiento simplista de la cuestión a la hora de proyectar para todos; no basta con
construir rampas de pendientes adecuadas y parámetros de diseño conformes a las nor-
mas técnicas y especificaciones correspondientes, tampoco es suficiente construir ascen-
sores que tengan adecuadas dimensiones de cabina y permitan salvar los grandes desni-
veles; además, es preciso considerar en profundidad el mobiliario urbano, las instalacio-
nes de iluminación y megafonía, los sistemas de señalización, información y comunica-
ción, así como la seguridad del sistema en su conjunto.
conjunto de actuaciones a llevar a cabo para lograr vías públicas progresivamente más
accesibles.
Algunos municipios han aprobado ordenanzas en materia de accesibilidad en sus vías
públicas; otros han redactado planes integrales o especiales de accesibilidad y elimi-
nación de barreras, instrumento que se analizará al final de este bloque temático.
La mejor posibilidad, poco habitual hasta la fecha, es la de impulsar los planes, progra-
mas y proyectos de accesibilidad en vías y espacios públicos desde una Oficina Técnica
Municipal en Accesibilidad, de carácter horizontal, cuyo cometido sea justamente el de
redactar proyectos y llevarlos a la práctica, en materia de accesibilidad y eliminación de
barreras; de este modo, las intervenciones en accesibilidad estarán incorporadas en el que-
hacer técnico municipal cotidiano, lo que es la mejor garantía para afianzar estas cuestio-
nes, que dejarán de llevarse a cabo por impulsos voluntaristas para formar parte de un sis-
tema de trabajo de funcionamiento ordinario, no excepcional. Mediante esta rutina de tra-
bajo, la accesibilidad irá calando como fina lluvia en el tejido urbano, que de forma pro-
gresiva se irá impregnando de accesibilidad, a la vez que reducirá sus puntos negros y
barreras, creando una “malla de accesibilidad” cada vez más tupida.
Un ejemplo de buena práctica en esta línea es el que lleva a cabo el Ayuntamiento de
Albacete –una de las ciudades españolas más avanzadas en este tema- que mantiene
actualizado un plano de la ciudad en el que los servicios técnicos municipales indican
cada paso de peatones accesible, paradas de autobús, plazas de aparcamiento reservadas
a personas con discapacidad, así como los puntos negros a ir solucionando. Además,
Albacete suscribió una Carta por la Accesibilidad, ha redactado ordenanzas municipales
en accesibilidad y ha abordado mejoras en la accesibilidad de sus parques y jardines, de
sus edificios públicos y sus equipamientos deportivos, habiendo editado una detallada
Guía de Accesibilidad de la ciudad.
Vitoria, por su parte, es una de las pocas ciudades españolas que cuenta con una Oficina
Técnica Municipal en materia de accesibilidad.
1.2.2.1. Transitabilidad
La posibilidad de circular por las aceras, plazas, senderos de parques y jardines, cruzar
calzadas sin riesgos de cualquier persona por sus propios medios.
1.2.2.2. Estacionamiento
La posibilidad de estacionar el automóvil particular que conduce o transporta a una per-
sona con discapacidad en las proximidades de su vivienda, lugar de trabajo o edificios
abiertos al público a los que pueda acudir.
1.2.2.3. Uso
La posibilidad de poder usar el mobiliario y equipamiento urbano al que se aproxima
cuando dispone de transitabilidad y estacionamiento.
En términos generales, los principales requerimientos de accesibilidad del entorno
urbano son:
Los ejemplos citados son sólo algunos de los que se vienen aplicando en diversas ciuda-
des desde esa filosofía de la accesibilidad como un factor que trabaja por un diseño más
cercano a las necesidades de cada persona, por modelar la ciudad en función de esos
requerimientos de la persona y que es algo esencial si tenemos en cuenta el progresivo
envejecimiento de la población y si atendemos a lo inaceptable que resulta perseverar en
un diseño excluyente.
Una vía rápida de circulación o un polígono industrial no tienen nada que ver con la
plaza del Ayuntamiento o la zona comercial o de ocio y gastronomía. Ha de plantearse
la preferencia peatonal a partir del carácter de cada zona y del tipo de vías y espacios
públicos.
La tendencia de hace unos años a la peatonalización desde los cascos antiguos o zonas
comerciales ha ido combinándose con las zonas de prioridad peatonal y templado de
tráfico, mediante intervenciones que de forma sistemática han aumentado el ratio
superficie peatonal / superficie para los vehículos. Esta línea de trabajo proporciona un
mayor confort, seguridad y accesibilidad a los peatones. Esto se logra, entre otras
medidas, mediante una mayor amplitud de las aceras, eliminando plazas de aparca-
miento en algunas zonas, y creando plazoletas y zonas de descanso con dotación de
bancos.
táculos que intercomunica y permite el acceso a los diferentes espacios de uso público y
a las edificaciones del entorno, así como a los diversos modos de transporte, desde sus
correspondientes infraestructuras.
Se entiende por zona accesible aquel ámbito o espacio desarrollado en superficie que
permite su uso y disfrute en condiciones de accesibilidad y autonomía personal, estando
vinculado a la red de itinerarios accesibles, a las zonas de estancia, así como al acceso
exterior de los elementos de edificación contiguos, y a los sistemas de transporte. Como
ejemplo de zonas accesibles más características tenemos las plazas y los paseos que se
desarrollan en amplias superficies.
El diseño y trazado de los recorridos de uso público o comunitario destinados al tránsi-
to de peatones se realizará mediante itinerarios cuyo grado de accesibilidad será el máxi-
mo que pueda obtenerse en función de las limitaciones impuestas por la topografía, las
características de la edificación, la anchura del viario consolidado, etc.
En definitiva, un espacio de uso público se considerará accesible si, además de permitir
desenvolverse de forma autónoma en el mismo y utilizar los elementos de mobiliario y
equipamiento urbano puestos a disposición, posibilita la accesibilidad desde el exterior
a los edificios públicos del entorno así como al mayor número posible de edificios de
viviendas y establecimientos privados de pública concurrencia, permitiendo el acceso a
los medios de transporte disponibles.
Los itinerarios mixtos de peatones y vehículos deben reunir las características de acce-
sibilidad con seguridad.
En los entornos urbanizados de ciudades y pueblos, nos podemos encontrar con varias
tipologías de aceras con bordillo elevado, que es las más convencional y habitual. En este
caso, los pasos de peatones se pueden realizar a través de vados normalizados, o sobre-
elevar la cota de la calzada al nivel de la acera, siendo el vehículo el que ha de salvar la
diferencia de cota a través de un vado adecuadamente señalizado.
Los elementos salientes de fachadas no deberán sobresalir más de 10 cm. de ella si están
situados a menos de 2,20 m. del suelo. Esta consideración es extensiva a todos los ele-
mentos volados, como señales de circulación, rótulos publicitarios, banderolas, toldos,
elementos vegetales, etcétera, que se sitúen sobre el paso de libre de circulación.
Cuando, por circunstancias excepcionales, determinadas vías no permitan unas adecua-
das condiciones de accesibilidad, se señalizarán convenientemente al inicio y fin de las
mismas.
En los cambios de dirección, la anchura mínima libre se aumentará hasta 1,10 m. cuan-
do se amplíe a ambos lados y hasta 1,20 m. cuando sólo se amplíe en uno de ellos.
Se tendrá en cuenta que el espacio para efectuar giros en una silla de ruedas ha de per-
mitir inscribir un círculo de 1,50 m. de diámetro.
Los elementos verticales de iluminación, señalización, mobiliario urbano, jardinería y
arbolado han de situarse en la banda externa de la acera.
El ancho libre en aceras estará exento de obstáculos; al objeto de facilitar la orientación
y el desplazamiento de personas invidentes o con deficiencia visual se procurará que la
delimitación interior de la banda de paso coincida con la alineación de fachadas u otros
elementos, tales como muretes o cercas que definen la arista entre el plano de la acera y
el de los inmuebles.
Aunque ésta sea la regla general y deba procurar cumplirse de forma sistemática, oca-
sionalmente pueden existir obstáculos difíciles de trasladar y que ocupen parcialmente el
ancho libre; en este caso se podrán mantener, siempre que dejen un paso libre de 1,00 m.
de anchura y sean detectables mediante el barrido del bastón blanco de una persona invi-
dente.
1.2.5.6. Aceras
Corresponde a la zona o espacio de la vía pública destinada al tránsito peatonal y com-
prendida entre los paramentos verticales o fachadas de los edificios y la calzada.
En los paseos y avenidas, los tramos peatonales centrales o bulevares destinados a uso
peatonal tendrán una consideración análoga a la de las aceras.
Dentro de la acera propiamente dicha pueden considerarse tres zonas:
- Banda de acceso, la más próxima a los paramentos verticales.
- Banda libre o peatonal que corresponde a la parte central libre de obstáculos,
salientes o mobiliario urbano.
- Banda externa, la más próxima a la calzada y en la que se instalan los elementos
de iluminación, señalización vertical, mobiliario urbano y jardinería.
En todo caso, esta delimitación zonal corresponde a lo que podría denominarse “acera
tipo” y sólo tiene carácter orientativo por cuanto las diferentes características geométri-
cas en la red viaria suponen con frecuencia una disponibilidad muy diversa y estricta de
espacio peatonal.
Ha de garantizarse la continuidad en el recorrido y, por tanto, evitarse las interrupciones
bruscas del itinerario resueltas mediante escaleras o peldaños, simultaneándolos con
rampas de suave pendiente, bien en el mismo tramo o bien como recorrido alternativo lo
más próximo e integrado posible con el anterior y debidamente señalizado.
1.2.5.7. Bordillo
Caso de existir el bordillo de separación de las áreas destinadas al tráfico peatonal y al de
vehículos rodados, será de canto redondeado con un radio mínimo de 1 cm., o bien
achaflanado a 60º de la horizontal y tendrá una altura recomendada de 12 cm.
En los vados o barbacanas en aceras para pasos de peatones se enrasarán las cotas de
acera y de calzada mediante piezas de bordillo adaptadas.
1.2.5.9. Pavimentos
En el empleo de pavimentos hay que tener en cuenta su uso, las juntas, el tratamiento del
borde, los cambios de nivel, el mantenimiento y su resistencia, siempre en pos de una
mejora de la movilidad y de la accesibilidad en el entorno urbano.
El pavimento corresponde al suelo o superficie artificial que se coloca para que el piso
sea sólido y llano.
Los pavimentos de los suelos destinados a la circulación de los peatones y los de los des-
tinados al tráfico mixto de vehículos y peatones, serán duros y no deslizantes tanto en
seco como en mojado, compactos y fijados firmemente al elemento soporte y de modo
uniforme, de manera que no se produzcan quiebros o fisuras de las piezas.
Formarán superficies perfectamente enrasadas y continuas aunque se produzcan alter-
nancia de materiales, estando ejecutados de forma que no existan cejas ni rebordes y las
únicas hendiduras y resaltes que presenten sean las del dibujo del material del piso; se
admitirán tolerancias de hasta 4 mm. de alto y separaciones de hasta 5 mm.
En el caso de que el material empleado por necesidades constructivas, condicione para
su colocación la exigencia de juntas de mayor dimensión, éstas deben rellenarse con
material cementado hasta no dejar resaltes de altura superior a 4 mm.
Todo cambio de pavimento se enrasará o se admitirá un desnivel máximo de 2 cm.
mediante bisel a 45º.
En aquellas secciones del viario resueltas a cota única pero de uso mixto peatonal y vehí-
culos, se utilizarán pavimentos suficientemente contrastados de color y textura diferen-
ciados, rematando la zona de uso peatonal con una franja de distinto material y anchura
suficiente a modo de bordillo embebido.
Deslizante < 25
No deslizante 25 – 40
Antideslizante > 40
Estas franjas son también de gran utilidad para la población en general y en particular
para personas con dificultad de orientación, ya que determinan las circulaciones peato-
nales por aceras, plazas, etc., vinculándolas con los pasos de peatones, dotados del pavi-
mento diferenciado característico normalizado (losetas de botones).
Por tanto, vemos que con esta actuación, aparte de constituir una malla estructurante de
las áreas y circulaciones peatonales que beneficia a todos y a nadie perjudica, consegui-
mos que las personas con las dificultades ya comentadas puedan desenvolverse de mane-
ra autónoma en la ciudad.
El criterio a adoptar en el diseño de encaminamientos es el de su máxima sencillez y sim-
plificación a fin de que resulten de la mayor utilidad posible, sin penalizar bajo ningún
aspecto el espacio urbano de uso peatonal.
Así, en cambios de dirección, presentarán ángulos muy suaves - o por el contrario - pró-
ximos a los 90 grados.
El encaminamiento se vinculará al pavimento diferenciado del paso de peatones con un
ángulo de 90 grados, de modo que nos situemos en el eje del paso evitando situaciones
confusas.
En el caso de que no sea posible la acometida a 90 grados, se podrá incluir una pieza de
80x80 cm. con pavimento de textura en malla estriada ortogonal, tangente a la superfi-
cie diferenciada del paso de peatones y en su centro, de modo que pueda corregirse la
trayectoria retomando el eje del cruce.
Se elige como ubicación relativa del encaminamiento en el ancho de la acera el eje de
ésta, liberado de las interferencias posibles, tanto con los accesos en fachadas como con
los elementos de mobiliario urbano en el borde junto a la calzada.
Relación de pavimentos
La variedad de pavimentos que pueden utilizarse en las vías públicas es tal que desbor-
da el objeto de este documento. Con todo, si se utilizan losas de granito, o materiales
similares, se cuidará el acabado superficial (flameado, abujardados, apomazados, serra-
dos, etc.) de forma que se garantice un grado de adherencia suficiente.
Ha de cuidarse, asimismo, la dosificación en el mortero de las juntas.
Los adoquines de granito o a base de guijarros han de estar cuidadosamente ejecutados
y tratados superficialmente al objeto de que se reduzca al máximo los traqueteos y difi-
cultades de apoyo a personas usuarias de silla de ruedas, bastones, muletas, niños y
ancianos. En todo caso, este material se aconseja en calzadas, pues contribuye al tem-
plado de tráfico, pero no es idónea para la circulación peatonal.
También se descartarán las texturas sueltas, tierras sin compactar, lechos de grava o gui-
jarros sueltos.
Un paso peatonal puede estar constituido por un plano de acceso y maniobra, los vados
peatonales o bandas de paso a nivel, el pavimento señalizador y delimitador del paso de
textura y color diferenciado, el paso propiamente dicho con la señalización horizontal de
paso de cebra y, en su caso, los dispositivos y elementos de sujeción y apoyo. Como ele-
mentos complementarios, el sistema de evacuación de aguas de escorrentía y la señali-
zación vertical del paso.
Paso de peatones resuelto con vados peatonales y tramo central con isleta a nivel de la
calzada
El espacio privativo del peatón en la isleta podrá protegerse con bolardos, que no inter-
fieran la banda libre del paso.
Paso de peatones mediante elevación de calzada
Consiste en elevar la cota de calzada en la anchura del paso. Los vados de transición en
la vía de rodadura tendrán suave pendiente, solución recomendada en vías en las que se
requiere el templado del tráfico.
Pautas de diseño:
- Resulta clave la adecuada señalización de estos pasos, tanto para los peatones
como para los conductores.
- Los peatones serán advertidos mediante la utilización de pavimento señalizador
del paso peatonal, de textura y color diferenciado; asimismo, podrán utilizarse
elementos delimitadores tales como vallas o maceteros.
- Los conductores serán alertados mediante señalización vertical y horizontal en el
pavimento, a base de bandas de preaviso; asimismo, los vados de transición al
área de paso peatonal se pintarán con triángulos rojos y blancos alternados y tam-
bién se señalizará horizontalmente el paso de cebra.
Pendientes
Las pendientes de las rampas que conforman los vados peatonales no superarán el 8%.
Se prestará especial atención al acuerdo entre el plano de calzada y el de acera que puede
presentar fuertes pendientes contrapuestas con el consiguiente riesgo de vuelco para per-
sonas usuarias de silla de ruedas. Se suavizará al máximo el valor de la suma de estas
pendientes contrapuestas.
Resalto vertical
El resalto vertical entre la calzada rodada y el comienzo de la rampa del vado no será
superior a 2 cm. En todo caso, se recomienda el enrase a nivel de ambas superficies.
Pavimentos
Los pasos peatonales se dotarán de franjas transversales de aviso de pavimento de color
y textura diferenciados que permitan su detección al caminar y al contacto de la contera
del bastón blanco.
La señalización consistirá, con carácter general, en una franja transversal de aviso de 1 m.
de anchura dispuesta en el eje del paso peatonal.
En aquellos pasos peatonales mediante rebaje de la acera en toda su anchura, la señali-
zación horizontal del paso se realizará mediante franjas transversales de aviso con lose-
tas de textura y color diferenciado del resto de la acera dispuestas delimitando la zona
afectada por el paso, en cada extremo de los vados peatonales. La anchura de las franjas
será de 1 m. y ocuparán todo el ancho de la acera, excepto el propio bordillo.
Isleta intermedia
Cuando la anchura de la calzada lo exija, se dispondrán isletas de espera de la misma
anchura que el paso y un fondo mínimo de 1,40 m. Si existiera una mediana, se elimi-
nará y se rebajará a nivel de la calzada y con la misma anchura del paso.
Iluminación de refuerzo
Con carácter general, se reforzará la iluminación en las zonas de paso de peatones al
objeto de mejorar la seguridad vial.
Señalización
Los pasos peatonales se señalizarán convenientemente; se prestará especial atención a la
señalización horizontal de los mismos, que se realizará mediante franjas de pintura no
deslizante tanto en seco como en mojado, a cuyo fin podrán practicarse surcos ondula-
dos mediante la llana estriada.
Visibilidad peatón-automovilista
En aquellas calles donde se permita el estacionamiento de vehículos y soporte una nota-
ble intensidad de tráfico, al objeto de mejorar la visibilidad peatón-automovilista, lo
pasos de peatones pueden estar precedidos, en el sentido de marcha de los vehículos, de
una banda de pintura amarilla en zig-zag sobre la que se prohíbe el estacionamiento. Otra
posibilidad consiste en ampliar la anchura de la acera, que se llevará a cabo mediante una
transición suave fácilmente identificable por los conductores.
Solución a nivel.
Requerimientos generales
El diseño de vados para paso de vehículos ha de conjugar los siguientes requerimientos:
- No representar una barrera, obstáculo o dificultad para la circulación peatonal por
la acera.
Este pavimento está formado por adoquines de granito gris en bruto, cuya textura adver-
tirá al vehículo de la presencia del bulevar, quedando además visualmente patente la
intención de continuidad pretendida.
Los remansos resultantes en cada extremo del bulevar son aprovechados para la creación
de amplias áreas de estancia en sombra, que acogerán bancos de diferentes tamaños,
así como apoyos isquiáticos.
Ejemplo característico de rampa t-rampa: pendiente muy elevada, pavimento deslizante, inadecuadas barandillas. Se
trata, en suma, de un elemento de alto riesgo, paradójicamente construido en un mercado municipal. Resulta innece-
sario indicar que nadie puede utilizar esta rampa, que sería un modelo de Inaccesibilidad Universal.
Calle de fuerte pendiente, en la que se habilita una terraza. Casco histórico de Ginebra.
1.2.5.15. Escaleras
Siempre que sea posible se construirán conjuntamente las soluciones escalera y rampa,
de forma integrada, dentro del recorrido peatonal accesible.
En todo itinerario accesible, si existe una escalera, se construirá una rampa como solu-
ción adicional y alternativa. Si por imposibilidad de espacio o por razones topográficas
no fuese posible la instalación de ésta, se señalizará convenientemente el recorrido alter-
nativo accesible mediante rampa.
Consideraciones de diseño
- Las escaleras serán de directriz recta, prohibiéndose los escalones compensados.
- Los giros se harán preferentemente a 90º ó 180º para evitar la desorientación de
personas invidentes.
- El número máximo de peldaños sin descansillo o meseta será de 10.
- Se delimitarán convenientemente los espacios situados bajo tramos de escaleras
que no estén protegidos por muros u otro tipo de cerramientos de forma tal que
se deje siempre una altura libre de 2,10 m. A tal fin se dispondrán maceteros,
barandillas o cualquier otro elemento fijo.
Criterios dimensionales
Anchura
La anchura de paso mínima será de 1,20 m.
Pavimento
- La huella de peldaños será de material duro y antideslizante en seco y mojado.
- El borde exterior de la huella se dotará de una franja de material antideslizante tipo
carborundo.
Iluminación
- Toda la zona de desarrollo de la escalera dispondrá de una iluminación suficiente
exenta de deslumbramientos y de zonas oscuras. Con carácter general, se reforzará
la intensidad lumínica en estas zonas, que será de 300 lux a nivel del suelo.
Huella y tabica
- La huella no tendrá resaltos sobre la tabica, no volando sobre la misma.
- Si la tabica tiene caída hacia adentro, ésta no sobrepasará 1,50 cm. En todo caso, el
diseño más adecuado es el de huella y contrahuella formando ángulo recto.
- La huella mínima será de 30 cm. siendo el valor recomendado de 35 cm. La tabica
o contrahuella no superará los 15 cm.
- Se evitará la utilización de escaleras que carecen de superficie de tabica, dejándola
en hueco, dado el riesgo que puede entrañar dicha disposición y la sensación de
inseguridad que pueden producir a ciertas personas.
Descansillos
- Los descansillos tendrán una longitud mínima de 1,20 m. en línea con la directriz.
- Serán horizontales, admitiéndose una pendiente máxima del 1%.
Pasamanos
- Las escaleras estarán dotadas de doble pasamanos a ambos lados que no se inte-
rrumpirán en todo el desarrollo de las mismas, incluidos los descansillos.
- Cuando la anchura de la escalera lo requiera, se dispondrá pasamanos central. Esta
disposición se encarece a partir de una anchura de escalera igual o superior a 4 m.
- El punto de inflexión del pasamanos ha de coincidir con el inicio del tramo de esca-
lera.
- Altura en relación con la superficie de piso acabado: 70 cm. y 90 cm.
- Prolongación en el comienzo y final de escaleras y rampas: 40 y 45 cm. Remate de
forma redondeada.
- Estarán separados del parámetro vertical 4 cm.
- Serán corridos y la superficie de apoyo y deslizamiento de la mano no se verá inte-
rrumpida por ningún elemento, de forma que los soportes se fijarán por la parte infe-
rior.
- Diseño: material liso, no susceptible de variaciones térmicas importantes y de fácil
limpieza y mantenimiento.
- La sección del pasamanos será anatómica, recomendándose la forma circular con
diámetro comprendido entre 3 y 4 cm.
Barandilla
- Función: proteger de la caída al vacío, servir de apoyo y de guía a personas con difi-
cultades de visión.
- Si la barandilla está constituida por barras verticales la separación entre ellas no
excederá los 15 cm.
- Las fijaciones a la pared, suelo, etc., serán tales que resistan por lo menos el peso
de una persona.
Aparcamientos en batería
En el caso de que tengan a un lado y otro plazas también para aparcamientos, la anchu-
ra será como mínimo de 3,30 m. y la longitud de 5,00 m.
En el caso en que estén libres en uno o dos de sus lados, la anchura mínima será de 3,10
m. y longitud de 5,00 m.
Las dimensiones de las plazas pueden reducirse a 2,30 x 5,00 m. si entre ellas existe un
espacio libre compartido de 1,00 m.
La banda de acceso lateral es necesaria para poder efectuar la transferencia entre el auto-
móvil y la silla de ruedas. Precisa un espacio de 1,20 m. de anchura, lo que implica
ensanchar una plaza habitual de aparcamiento hasta una dimensión de 3,30 m.
Esta banda adicional de 0,80 m. de anchura no podrá confundirse en ningún caso con los
espacios para la circulación de vehículos.
Una disposición recomendada es la de ubicar dos plazas reservadas accesibles contiguas,
con una banda central común que permita la transferencia automóvil-silla de ruedas en
condiciones de comodidad y seguridad.
La anchura libre de 3,30 m. debe ser continua en toda la extensión de la plaza de apar-
camiento, no estando interrumpida por un pasillo ni por una vía para la circulación de
automóviles.
Aparcamientos en línea
Las dimensiones serán de 2,30 x 5,00 m.
Se preverán plazas de aparcamiento para furgonetas o vehículos monovolumen accesi-
bles, en los que el acceso se produce mediante plataforma elevadora situada en la parte
trasera del vehículo. A tal fin, es necesario dotar de un espacio adicional longitudinal-
mente, siendo la longitud de estas plazas de 6,60 m.
Gálibo vertical
Se recomienda prever una altura mínima de paso de 2,15 m. hasta las plazas accesibles
reservadas, al objeto de permitir el paso a los vehículos adaptados a personas usuarias de
silla de ruedas.
Accesos
La plaza de aparcamiento accesible reservada estará comunicada con la acera u otro
encaminamiento peatonal de forma continua, sin que existan obstáculos a la movilidad.
En los accesos a las plazas de aparcamientos viarios la acera estará rebajada al nivel de
la calzada en forma de vado peatonal.
Este rebaje debe estar contiguo a la plaza en cualquiera de sus bordes, por lo que cabe
resolverlo mediante un paso general de peatones adyacente, a la plaza especial o median-
te un rebaje específico.
Aparcamientos subterráneos
En los aparcamientos públicos subterráneos se encarece que la circulación peatonal no
se confunda con las vías de circulación de los vehículos. A tal fin, pueden delimitarse
encaminamientos para los peatones, señalizados y delimitados de forma específica o rea-
lizados con materiales que los distingan de las superficies de rodadura.
En aparcamientos subterráneos, las plazas accesibles reservadas serán las más próximas
a los accesos de peatones, sea mediante ascensor o rampa, estarán bien iluminadas, reco-
mendándose el trazado de sendas peatonales debidamente delimitadas, independientes
de los carriles de circulación de vehículos.
Señalización
Las plazas reservadas para personas con movilidad reducida estarán convenientemente
señalizadas, verticalmente mediante placas y horizontalmente con pintura sobre el pavi-
mento, con el símbolo internacional de accesibilidad.
Se delimitará de forma clara y precisa el contorno de la plaza de aparcamiento median-
te pintura en el pavimento.
- Su ubicación será tal que permita siempre la existencia de una banda de paso libre
de obstáculos de 1,20 m. de anchura por 2,10 m. de altura. Estas cifras podrán
variar ligeramente de unas normas jurídicas a otras.
Esta exigencia afecta directamente a toldos, marquesinas, quioscos, escaparates,
elementos de señalización y otros elementos análogos que ocupen o puedan inter-
ferir en un itinerario o espacio de circulación peatonal.
- Se racionalizará al máximo la disposición de los elementos de mobiliario urbano,
procurándose su ubicación de forma alineada dentro de una franja adyacente a la
banda de paso libre. En el caso de aceras, la banda reservada para la disposición
del mobiliario urbano será la más próxima al bordillo.
- En configuraciones de aceras estrictas con estacionamiento en línea de vehículos,
podrá liberarse el ámbito de acera de la instalación de elementos de mobiliario y
equipamiento urbano que podrán incluirse en espacios habilitados -entre plazas
de aparcamiento- en la banda de estacionamiento. Un ejemplo característico de
lo anterior lo tenemos en el barrio de Maravillas de Madrid.
En el caso de paseos y bulevares, la disposición de elementos en su corredor central dedi-
cado a uso de viandantes consistirá en dejar una banda central libre de paso que estará
franqueada lateralmente por las franjas destinadas a la disposición del mobiliario y equi-
pamiento urbano.
Se evitará a toda costa la disposición errática de elementos de mobiliario urbano, aún
cuando no comprometan la anchura mínima de paso.
Aquellos elementos situados a una altura inferior a 2,10 m. deberán poder ser detecta-
bles, bien prolongándose en toda su dimensión en planta hasta el suelo, bien creando una
zona de detección en el mismo de 20 cm. de altura en proyección recta de dicho ele-
mento, puesto que pueden provocar choques inevitables por considerarse una barrera
vertical.
Los elementos que tengan que ser accesibles manualmente estarán situados a una altura
mínima de 0,40 m. y máxima de 1,40 m.
Así, estas ampliaciones de vía peatonal incluirían bancos situados a 90º, así como apo-
yos isquiáticos y espacio suficiente para la situación de carritos, sillas de ruedas,
etc...en las áreas de estancia y una amplia gama de posibilidades en las áreas de activi-
dad (con el consiguiente enriquecimiento y la anulación de la monotonía en el uso y
recorrido de la calle), todo ello en un entorno claramente delimitado de manera agra-
dable mediante setos, y con la presencia de un árbol por cada unidad, garantizando así
la sombra.
Con todo ello, las calles que hoy sólo son un lugar de paso, se convertirían también en
un agradable lugar de estancia y ocio donde la vida urbana tendría gran intensidad, y
donde la función lúdica y de relación humana cobraría la importancia que merece y que
hoy ha perdido en la ciudad, y todo ello en perfecta consonancia y armonía con el resto
de unidades y usos que integran la complejidad de estas importantes entidades urbanas:
las vías públicas.
Es conveniente que las áreas estanciales tengan un espacio libre de obstáculos que per-
mita inscribir un círculo de 150 cm., a fin de poder acomodar a una persona en silla de
ruedas, un cochecito de bebé o colocar el carro de la compra.
Las áreas estanciales podrán combinar bancos con apoyos isquiáticos, que podrán asi-
mismo servir como elementos delimitadores.
Siempre que sea posible, se habilitarán áreas estanciales en calles con fuerte pendiente
prolongada.
Asiento
Altura: 40-45cm.
Profundidad máxima: 45cm.
Angulo máximo de inclinación asiento/ respaldo: 105%.
Anchura ocupada por una persona: 60cm.
Reposabrazos
Altura máxima reposabrazos/ asiento: 25cm.
Soporte firme a la altura de la región lumbar: 13cm.
Soporte
Espacio libre a nivel de suelo respecto de la vertical: 8cm.
Los bancos de fuerte proyección horizontal constituyen un obstáculo sobre todo para las
personas de edad avanzada, a las cuales les cuesta mucho trabajo sentarse o incorporarse.
Apoyos isquiáticos
Son elementos que permiten el descanso en posición estática, sin necesidad de tener que
realizar el esfuerzo de sentarse y levantarse.
A lo largo del recorrido peatonal se preverá la disposición de elementos que permitan
descansar en posición semi-sentada. Los apoyos isquiáticos permiten recobrar fácilmen-
te la posición erguida y representan una oportunidad de reposo particularmente adecua-
da a personas ancianas o con discapacidad física. Pueden ser utilizados para delimitar la
banda de paso peatonal.
Junto a los grupos de asientos o bancos podrán disponerse apoyos isquiáticos de longi-
tud igual o superior a 140 cm.
La altura de las barras de apoyo será de 75 cm. y 90 cm. presentando una inclinación de
unos 30º con respecto a la vertical.
Fuentes
Deben ubicarse en la zona exterior de las aceras, en los laterales de las sendas y caminos
en los parque y jardines, y en zonas próximas a las áreas de descanso o en ellas. Su ubi-
cación ha de ser tal que no interfieran en la banda libre de circulación peatonal.
El grifo se situará de forma paralela a la línea de paso. El caño estará a una altura de 80-
85 cm.
Diseño: será tal que permita su uso a niños, ancianos y personas con alguna discapaci-
dad. Preferentemente de forma circular o tronco-cónica.
En caso de fuentes empotradas en un paramento se dispondrá una pila a 75 cm. del suelo,
lo suficientemente amplia y profunda para que el agua no salpique, pero que no impida
la aproximación frontal de una silla de ruedas. El surtidor y los mandos estarán a 80 cm.
del suelo. La otra pila se dispondrá a una altura del suelo en torno a 95 cm.
Todo el perímetro de la fuente estará señalizado con pavimento de color y textura dife-
renciado, de 80 cm. de anchura.
Papeleras
Se ubicarán en el borde exterior de las aceras, y en los bordes de los caminos y sendas
peatonales en parques y jardines, sin interrumpir la banda libre de circulación peatonal
y de forma que el acceso a la misma esté libre de obstáculos.
Diseño: se recomienda instalarlas de forma que su sección se prolongue hasta el suelo en
su totalidad, lo que facilita su detección con el bastón. Pueden ser basculantes o colgan-
tes.
En papeleras con boca superior, ésta debe quedar a una altura aproximada de 80 cm. del
suelo. Si la boca está en un lateral, la altura máxima recomendada de colocación es de
100 cm.
Zonas para el aparcamiento de bicicletas en Viena, de gran importancia para la ciudad ya que el área
metropolitana cuenta con 900 kilómetros de carril-bici.
Teléfonos públicos
La cabina u hornacina se situará en función de la anchura de la acera y de modo que no
interfiera con la banda libre de paso peatonal.
Si el acceso a la cabina es paralelo a la dirección de circulación peatonal, se dejará una
anchura libre de paso de 90 cm. como mínimo.
Si el acceso a la cabina es perpendicular a esa circulación, se dejará un mínimo de
150 cm.
El teléfono y guía estarán situados a una altura comprendida entre 90 y 120 cm., la dis-
posición del teclado a 100 cm. máximo y la ranura de las monedas a 120 cm. como máxi-
mo.
Aseos públicos
- Acceso exterior: deberá efectuarse a nivel. Se evitarán gradas o escalones mediante la
utilización de rampas accesibles. Tendrá dimensiones tales que permitan en todo caso
el inscribir un círculo de 150 cm. de diámetro.
- Puertas: luz libre mínima de 80 cm. y altura mínima de 210 cm., con tiradores a una
altura de 90 cm. y de grosor entre 3 y 5 cm.
- Cabina: dimensiones mínimas de 200x200 cm., disposición que permita inscribir una
circunferencia de 150 cm. de diámetro.
- Cualquier accesorio colocado en el interior del aseo estará situado a una altura del
suelo comprendida entre 90 y 100 cm.
Semáforos
Su sección será circular y no presentarán elementos con aristas vivas ni resaltes que pue-
dan ocasionar daño en caso de contacto con el cuerpo.
Los semáforos se instalarán de forma que no interrumpan la circulación peatonal.
En los cruces de escaso tráfico peatonal, donde se instalan semáforos manuales de lla-
mada, el pulsador para accionar el cambio de luz se situará a una altura de 1 m. respec-
to al suelo.
En determinados semáforos podrán instalarse, junto al pulsador de solicitud de paso, pla-
cas en alto relieve en las que se indique de forma esquemática la configuración geométri-
ca del paso, indicando el número de carriles y el sentido de circulación de los vehículos.
La duración mínima de la fase verde de los semáforos será suficiente para que los pea-
tones puedan cruzar a una marcha de 0,70 metros por segundo, con 5 segundos de caren-
cia, siendo la cuarta parte de este tiempo la destinada al preaviso de semáforo en rojo,
mediante intermitencias de al menos 5 segundos de duración.
Los semáforos deberán estar preparados para dar una señal sonora, suave, intermitente y
sin estridencias cuando se abra el paso a los peatones.
A fin de evitar la problemática que generan los sistemas que operan de forma ininte-
rrumpida, se dotarán de dispositivos de activación a la demanda, de forma que se oca-
sione una mínima instrusión acústica al vecindario y se proporcione una máxima utili-
dad a los usuarios invidentes o con deficiencia visual.
El modo de funcionamiento es el siguiente: el usuario, mediante un pequeño mando a
distancia omnidireccional, activa el sistema cuando está junto al semáforo y, cuando se
cumple el ciclo de paso, deja de emitir.
Buzones
Los buzones de tipo exento se situarán en el borde exterior de las aceras, de forma que
no interfieran en la banda libre peatonal.
Los buzones adosados a la pared se colocarán de forma que queden embebidos en el
muro y no resulten partes voladas o salientes.
La abertura se colocará paralela al sentido de circulación peatonal.
Quioscos y terrazas
Señalización
Los quioscos deberán señalizarse mediante franjas de 0,60 m. de ancho, de pavimento
especial de color y textura diferenciado, en todos los frentes de sus accesos peatonales.
En las terrazas al aire libre, la zona destinada a mesas deberá acotarse y delimitarse con
elementos estables, tipo maceteros, de forma que sean fácilmente detectables.
Mobiliario
En los quioscos de prensa deberá ser posible la aproximación de aquellas personas usua-
rias de silla de ruedas a los expositores a ambos laterales incluyendo el giro completo de
la silla y la posibilidad de girar completamente en torno a la caseta para ver los exposi-
tores.
Las terrazas tendrán el mobiliario situado y diseñado de forma tal que sea posible la cir-
culación y uso de los mismos por personas usuarias de silla de ruedas.
Interior
El interior de los quioscos y terrazas permitirá su uso a personas usuarias de silla de ruedas.
Parquímetros
Los parquímetros se ubicarán de forma tal que dejen una banda libre de paso en la acera
de, al menos, 0,90 m., preferentemente en la calzada junto al bordillo, de modo que no
comprometan la anchura de circulación peatonal.
Se dispondrán de modo que puedan ser utilizados frontalmente por personas usuarias de
silla de ruedas.
Serán sencillos de utilizar, conteniendo instrucciones comprensibles y pictogramas.
Tanto el diseño como la altura de los dispositivos del parquímetro, tales como ranuras
para monedas, pantalla, ventanilla para recogida de cambio y ticket, pulsadores, etc.,
serán tales que permitan su utilización a personas usuarias de silla de ruedas o de baja
talla. La altura máxima será de 1,20 m. y la mínima de 0,70 m.
El diseño de los parquímetros no presentará aristas vivas ni protuberancias.
Máquinas expendedoras
Las máquinas expendedoras de bebidas, comida, golosinas, etc. tendrán un diseño tal y
estarán ubicadas de modo que permitan su utilización por cualquier persona.
En ningún caso, su ubicación en la vía pública comprometerá la banda de paso peatonal.
Las instrucciones de uso serán claras y sencillas, estando los textos acompañados por
pictogramas.
Las teclas, botones y ranuras estarán a una altura adecuada, no superior a 1,20 m., y ten-
drán diseño, contraste de color y dimensiones tales que faciliten su uso a personas con
alguna discapacidad, en particular a aquellas con espasticidad.
La bandeja de recogida del producto estará a una altura adecuada, no inferior a 0,40 m.
y permitirá la fácil recogida del mismo, sin necesidad de tener que realizar esfuerzos ni
requerir especial destreza con manos y dedos.
Pérgolas
La disposición de pérgolas se aconseja en aquellas zonas de descanso dotadas de ban-
cos y desprovistas de arbolado y vegetación, al objeto de suavizar un nivel excesivo de
soleamiento, proporcionando sombra y refrescando el ambiente. Siempre que sea posi-
ble, las pérgolas incorporarán vegetación, como plantas trepadoras, que refuerce su
carácter.
Los elementos soporte de las pérgolas serán de fácil detección y no presentarán aristas
vivas, sino que consistirán en elementos de forma redondeada, procurándose además un
contraste visual mediante marcas de color, delimitándose con pavimento contrastado, de
textura y color diferenciado.
Elementos ornamentales
Elementos verticales
Situación
En vías urbanas de nueva obra, los elementos urbanísticos de ancho igual o menor de
0,90 m., tales como postes de señalización vertical, semáforos, báculos de ilumina-
ción, jardineras, vados, alcorques, setos, papeleras, buzones, columnas telefónicas,
bolardos, horquillas y barandillas, dejarán un espacio libre mínimo de 1,40 m. en el iti-
nerario.
En relación con las señales verticales colocadas en el borde de la acera, deberá procu-
rarse el agrupamiento de varias de ellas en un soporte común, con el fin de liberar en lo
posible las aceras de obstáculos y reducirlas al mínimo, sustituyéndolas por señalización
horizontal, en los casos que pueda hacerse, como limitaciones al aparcamiento, deten-
ción de vehículos, carga y descarga, y otros.
No existirán obstáculos verticales en ningún punto de la superficie que comprenda el
paso de peatones, ni en los cruces de las calles en toda la superficie común a la inter-
sección de aceras.
Altura libre
Las placas y demás elementos volados de señalización tendrán su borde inferior a una
altura superior a los 2,20 metros.
Instalaciones
Cualquier instalación o elemento de mobiliario urbano se dispondrá de manera tal que
no constituyan una situación de peligro para personas invidentes, al no poder detectar
mediante el bastón los posibles elementos volados.
Cables y tensores
Estos elementos de sujeción de hilo o cable metálico fijados al suelo revisten gran peli-
gro, por lo que quedan prohibidos expresamente en los lugares destinados a circulación
peatonal.
Situación
Los elementos y paneles informativos deben situarse de forma tal que no interrumpan la
banda libre de circulación peatonal y que para su lectura no provoquen interrupciones en
la circulación de los viandantes.
Debe ser posible el acercamiento a los mismos de forma que la lectura sea cómoda.
En función del ancho de la acera, se situará el cartel de forma que tenga una o dos caras
de exposición y la banda libre de paso tenga una anchura mínima suficiente.
Diseño
Los soportes han de ser fácilmente detectables.
Deben evitarse los paneles volados, que dejan pasar por su parte inferior un bastón, sien-
do necesario prolongar hasta el suelo dicho elemento.
Información
Los elementos estarán instalados siempre fuera de la banda libre de circulación peatonal.
Se cuidará el tamaño de letra y la relación figura-fondo, así como la altura y nivel de ilu-
minación. Los trazos serán nítidos y sencillos.
El panel, incluido su soporte, tendrá las mismas dimensiones desde la base a la corona-
ción, y su colocación permitirá la lectura sin que se frene o altere la circulación peatonal
o rodada.
La altura máxima recomendable es de 1,60 m. y la mínima de 0,75 m., medidos desde el
suelo.
Determinados rótulos e información podrán disponerse en braille y en alto relieve en pla-
cas situadas a una altura de 1 m.
Elementos de gran importancia para el orden y la higiene urbana serán las jardineras a
ras de suelo, siempre con plantaciones bajas que no comprometen la correcta visibilidad
mutua entre conductores y peatones.
La complejidad de las áreas de intervención obliga a un estudio detallado por tramos, a
partir del cual obtenemos las distintas posibilidades de diseño en función de los nume-
rosos parámetros que en él influyen, como son las condiciones acústicas del entorno, el
grado de accesibilidad existente, las circulaciones en la zona, la existencia de activida-
des y sus demandas, la posibilidad y conveniencia de incluir elementos vegetales, las
necesidades propias del vehículo en la zona, la convivencia de usos y funciones presen-
tes, la demanda potencial de nuevas actividades y usos, por no hablar del estudio de
dimensiones de calzadas, pasos y anchos mínimos, radios de giro, y un largo etcétera.
Así, no existe decisión gratuita, sino que es a partir de este pormenorizado estudio, y en
base al diagnóstico realizado previamente, que se decide si se situará un banco doble o
un asiento, o si se plantará un árbol o una jardinera, o si se situará un bolardo metálico
o uno de granito, o si la acera tendrá 3 m. o 3,25 m.
Se trata, en resumen, de componer las piezas de un puzzle donde cada acción, además
de todo lo visto, va encaminada a recuperar la identidad original de cada unidad del espa-
cio urbano, que en muchos casos se han visto sumamente alteradas por las distintas
actuaciones llevadas a cabo a lo largo del tiempo, y cuyo entendimiento es posible gra-
cias al estudio de la historia de estos lugares.
Son varias, además, las propuestas piloto que con carácter innovador pueden aplicarse,
pasando desde la plataforma única hasta la variedad en las soluciones empleadas para las
áreas estanciales, con inclusión de apoyos isquiáticos, o la creación de una red de fran-
Vista perspectiva de la propuesta para la plaza Descalzas, San Martín y entorno (Madrid).
1.3. PLAZAS
Plaza de Olavide. Madrid. Plaza con elementos destinados al ocio y rehabilitación de personas mayores.
Recomendaciones
Una plaza ha de tener un buen emplazamiento, un diseño apropiado y unos equipamien-
tos y mobiliario seguros, con un eficaz mantenimiento. Ha de estar situada en un espa-
cio acondicionado adecuadamente en una zona transitada y con áreas de descanso.
Elementos a considerar
Los principales elementos a considerar al proyectar, construir y mantener una plaza, de
acuerdo con los principios de Accesibilidad Universal, son los siguientes:
- Accesos
- Itinerarios y sendas
- Rampas y escaleras
- Pavimentos y suelos
- Áreas de estancia, con bancos y apoyos isquiáticos
- Mobiliario urbano
- Plantaciones
- Iluminación
- Pérgolas
- Fuentes para beber
- Fuentes ornamentales
- Piezas de arte público
- Señalización informativa
- Juegos infantiles
- Paradas / estaciones de transporte público
Habrá de prestarse especial atención a la comunicación de la plaza con la red viaria cir-
cundante, mediante pasos peatonales que enlacen con los itinerarios principales que ver-
tebran la plaza.
Se pretende una delimitación física de los espacios del peatón mediante distintos des-
pieces del pavimento y diferentes materiales. Utilización de bolardos para proteger y
delimitar el espacio peatonal. Protección de alcorques de los árboles con rejas.
Creación de recorridos integrados con franjas - guía de encaminamiento así como fran-
jas transversales de aviso. El diseño de la plaza que se articula en torno a dos ejes N-S,
E-O con estas sendas o encaminamientos facilita la orientación y la circulación, no sólo
a personas ciegas sino que supone una mejora en la orientación de todos quienes transi-
tan por la plaza.
Plano original que define la nueva Plaza de Lavapiés, basado en las circulaciones peatonales preferentes.
Las propuestas en accesibilidad fueron las que articularon el diseño del conjunto, fruto del trabajo pluridisciplinar
de los técnicos que participaron en la concepción y concreción de la Plaza.
En los alcorques de las calles, de piezas de granito y reja de fundición, se han plantado
árboles de pequeño porte de los géneros Magnolia, Lagerstroemia, Camelia Laburnum,
Arbustus, Ligustrum, Prunus, Juniperos Sinensis, Libocedrus, Taxus Baccata, Betula y
Quercus robur, definidos en cada tramo de la calle.
Se han empleado bolardos de granito de 25 cm. de diámetro en el recinto de la plaza y de
fundición en el resto del viario, para impedir el acceso de vehículos a las aceras. Se han
colocado bancos, que se anclan debidamente a la solera de las aceras, y se han instalado
papeleras, principalmente en bolardos específicos para ello a lo largo de todo el ámbito.
Se han definido diversas áreas estanciales salpicadas aquí y allá, creando pequeños ámbi-
tos en el conjunto de la plaza y su entorno con arbolado, bancos y papeleras, distin-
guiéndose claramente de las zonas de paso, más abiertas y libres de elementos.
“La plaza está en el centro del pueblo, tiene dieciséis árboles, seis farolas y dos cabinas telefó-
nicas, una a cada extremo, y ocho bancos de madera. Cuatro de los bancos están de cara al mar
y los otros de cara a la montaña. Los que están sentados de cara al mar pueden ver a los bañis-
tas entrando y saliendo del agua y las barquitas de los veraneantes dando vueltas por la peque-
ña bahía. Yo estoy sentado de cara a la montaña y me concentro en los niños, los ancianos, las
flores y en los arabescos que forman en el suelo los rayos de sol que se filtran entre las hojas de
los tilos.”
Parques y jardines, enraizados en la expresión del arte y del simbolismo que represen-
tan, surgen en el devenir de la historia y están repletos de matices religiosos e incluso
mágicos.
La evolución de los jardines está indisolublemente unida al estilo artístico y arquitectó-
nico imperante en cada época, desarrollándose distintas tipologías, tales como el jardín
italiano, el barroco francés y, más tarde, el jardín inglés, representado por su carácter
romántico y melancólico. Esta evolución tan heterogénea es lo que nos permite encon-
trar en una misma ciudad muy diversas manifestaciones del arte de proyectar y construir
parques y jardines.
Pero paseos, jardines, arboledas y parques han sido también testigos mudos pero acoge-
dores de esa otra historia que diariamente se despierta sobre la ciudad actual de calles
asfaltadas y edificios en altura. Encontramos en ellos la perfecta unión entre la ciudad y
la naturaleza; de esta manera el jardín se ha convertido en una necesidad ciudadana, en
un espacio capaz de conquistar nuestros sentidos, en un contrapunto al asfalto y a la con-
gestión.
La sociedad urbana actual demanda espacios abiertos a todos, saludables, humanos y
plenamente accesibles en los que sea posible realizar distintas actividades de ocio, depor-
te, paseo y socialización.
Puerta de acceso, con entorno urbano accesible. Parque de San Julián. Cuenca.
En los accesos se colocarán planos que contengan la información necesaria para enten-
der el carácter del parque o jardín, que se dará además en altorrelieve o Braille, para posi-
bilitar su identificación por personas con discapacidad visual. En los casos en que sea
posible, se podrán incorporar planos táctiles, que serán realizados con materiales perdu-
rables y resistentes a la intemperie y se ubicarán en zonas resguardadas y controladas, a
fin de evitar que sean vandalizadas.
Estos paneles informativos pueden indicar el horario de apertura, los servicios o activi-
dades que se desarrollan en el parque, los itinerarios principales accesibles y cuáles de
los secundarios están adaptados, los puntos o centros de interés, la identificación del
organismo responsable de su mantenimiento para que el usuario sepa a quién dirigirse,
entre otras informaciones.
Los bolardos o mojones que se coloquen en la vía pública para impedir el paso de vehí-
culos a parques y jardines, dejarán un espacio libre entre ellos de 1,00 m. como mínimo.
Se dispondrá una banda de pavimento de textura y color diferenciado a todo lo largo de
la hilera de bolardos o mojones, a fin de facilitar su identificación y localización; se reco-
mienda alternar bolardos con vallas.
Otro aspecto muy importante es el de delimitar los bordes de las superficies pavimenta-
das que constituyan sendas peatonales y controlar su encauzamiento y recorrido, facili-
tando así la circulación a personas con visión reducida o invidentes.
Ascensor para salvar un importante desnivel y talud de escalinata y cascada, en la que se observa
el murete del ascensor. Parque de Bercy. París.
- Caminos o sendas: tendrán una anchura mínima de 1,40 m., pero si el diseño lo
permite es recomendable una anchura de 1,80 m.
- Los bordillos que delimitan los laterales de los senderos peatonales, cuando
sobresalgan del nivel de su pavimento, deberán redondearse o achaflanarse, de
forma que no originen aristas vivas con respecto a la superficie destinada a sen-
dero peatonal.
- Las zonas ajardinadas estarán diseñadas de modo que sea posible el disfrute de las
mismas por parte de todos. Podrán disponerse elevadas o a nivel sin escalones.
Se controlará el crecimiento de ramas, raíces o troncos inclinados para que no invadan los
caminos o sendas. La poda de las plantaciones se efectuará de forma que éstas no inva-
dan los caminos a una altura inferior a 2.20 m. En el caso de que ésto no sea posible por
las características del árbol, deberá disponerse una valla perimetral protectora.
En todo caso, las especies de las plantaciones no resultarán dañinas ni afectarán a personas
alérgicas o asmáticas, y no presentarán púas o espinas que afecten a la banda libre de paso.
Rosaleda
En caso de existir elementos de arboricultura, tales como cables, vientos, anclajes, trí-
podes, etc., deberán estar protegidos con barandillas u otros elementos protectores de
delimitación y detección, si se encuentran en zonas de paso.
Zonas ajardinadas, zonas de transito, de césped y de láminas acuosas sin suficiente contraste
delimitador. Parque de La Villette de París.
1.4.3.3. Escaleras
Siempre que sea posible, se procurará la disposición conjunta e integrada de sendas en
rampa y escaleras, lo que aportará la solución más completa, dado que si bien para algu-
nas situaciones personales (usuarios de silla de ruedas) la rampa es la única opción posi-
ble, para otras (personas mayores, aquellas con discapacidad física ambulante, entre
otras) resulta más adecuada la senda con unos pocos peldaños, eso sí, dotados de pasa-
manos y adecuada relación huella-tabica.
Es necesario, para que una escalera resulte cómoda de subir o bajar, que existan rellanos,
cada cierta longitud de desarrollo que permitan descansar. Igualmente lo es, en su diseño,
la relación huella/tabica, siendo las más accesibles aquellas de huella entre 28 y 32 cm. y
tabica entre 14 y 18 cm. El ancho libre de la escalera será, como mínimo, de 1,20 m.
Se colocarán pasamanos a ambos lados y a dos alturas; cuando la escalera sea muy ancha
se colocará también un pasamanos en el centro de la misma. Dichos pasamanos se pro-
longarán en arranque y final de las escaleras, rematándose con forma redondeada.
El pavimento será duro, antideslizante y con una banda rugosa que indique el final de la
zona de pisada. Se dispondrá pavimento diferenciador en inicio y fin de la escalera y no
deberán presentar resalte o bocel en la contrahuella. Asimismo, en caso de escalinatas
con un número importante de tramos, es necesaria una señalización adaptada que infor-
me sobre la existencia de estas escaleras y de sus características.
1.5.3.4. Rampas
La rampa debe darse, siempre que sea posible, como ruta alternativa a la de las escaleras.
La pendiente recomendada para las rampas estará entre el 4% y 6%, llegando a ser admi-
sibles valores de hasta el 12% en casos especiales, si bien ésta ya es una pendiente muy
elevada, solo aceptable en tramos muy cortos y en topografías adversas.
tramos (más de 4), es muy recomendable incluir en las mesetas áreas estanciales, con
bancos y apoyos isquiáticos, siempre y cuando no interrumpan las circulaciones prin-
cipales.
Los pavimentos empleados han de ser duros, no deslizantes, teniendo en cuenta su ubi-
cación en exteriores, ligeramente rugosos y de textura superficial que facilite el dre-
naje.
Se colocará la señalización al inicio y final del desarrollo de la rampa mediante una fran-
ja de pavimento de color y textura diferenciados, que proporcionen aviso a personas invi-
dentes o con deficiencia visual permitiendo detectar su presencia.
1.4.3.5. Pavimentos
Los pavimentos y suelos de los parques y jardines son diversos en sus características, por
lo que lo primero que habrá que garantizar es una adecuada transición y enrase de unos
materiales a otros, cuidando especialmente las zonas de juntas de unión, evitando esca-
lones o pequeños desniveles, que puedan generar tropiezos o caídas.
En caso de estar construido con tierra, tendrá una compacidad con valor superior al 90
por 100 del ensayo Proctor Modificado, y se crearán plataformas o rellenos de hormi-
gón, asfalto u otro material indeformable y antideslizante de 150 cm. de longitud míni-
ma, con una anchura igual a la del camino o senda, con objeto de posibilitar y facilitar
las maniobras de personas usuarias de silla de ruedas.
Nótese la cuidad transición de pavimentos y la junta que los delimita. Parque de San Julián. Cuenca.
Con el tratamiento de los pavimentos se pueden lograr otras funciones, que no son ni físi-
cas ni mecánicas, sino visuales, como la de acentuar la dirección de una ruta disponiendo,
por ejemplo, alineaciones de baldosas en el sentido longitudinal de la marcha con un mate-
rial de textura y color diferentes, a modo de franjas-guía de encaminamiento, o incluso indi-
car la jerarquía de caminos o tráfico utilizando un código adecuado de colores y texturas.
Otra magnífica oportunidad que brindan los pavimentos -dada su versatilidad y protago-
nismo en el diseño de un parque- es la de ser soporte de elementos referenciales de seña-
lización direccional e informativa, así como de proporcionar aportaciones de interés esté-
tico; ya en la Roma de la Antigüedad se concedía este uso a los suelos en determinadas
ciudades, villas o parques.
Dentro de los pavimentos es importante hablar de los bordes delimitadores y de los cam-
bios de nivel. Los bordes son entendidos como límites entre superficies pavimentadas y
no pavimentadas, deberán estar bien delimitados, evitando la presencia de desniveles o
taludes de difícil detección , dotados –siempre que sea posible- de bordillos o rejas metá-
licas elevadas y de fácil detección por el bastón de una persona invidente, e incluso con
un refuerzo de iluminación que contribuya a facilitar la identificación y localización de
estas zonas perimetrales.
Es clave una adecuada delimitación de las zonas ajardinadas de las sendas de circulación
peatonal.
Si en estas sendas hay canaletas laterales para la evacuación de agua de lluvia y riego,
éstas se cubrirán a fin de evitar tropiezos y caídas, en especial frente a las zonas donde
estén situados los bancos.
Detalle de papelera accesible a una persona en silla de ruedas. Parque de Abelardo Sánchez. Albacete.
Los itinerarios peatonales de parques y jardines, así como las plazoletas, rincones, rosa-
ledas, alamedas y otras zonas deberán ir provistos de bancos que faciliten el descanso,
el reposo y el disfrute del paseo, procurando que la disposición de estos elementos no
interfiera en el itinerario.
• La zona destinada a estos juegos deberá estar delimitada, bien mediante el empleo
de medios naturales (árboles, arbustos, superficies rocosas) o mediante el vallado,
pero en cualquier caso, los niños deben ser conscientes de que están saliendo o
entrando en una zona de juego.
• Una zona de juegos que presente contrastes de color adecuados será beneficiosa
para todos los niños, especialmente para aquellos que presenten alguna deficiencia
visual o intelectual, ya que percibirán mejor su entorno.
• Las zonas de juegos infantiles estarán alejadas de zonas de tráfico rodado intenso;
si ello no fuera posible, se separarán convenientemente de las calzadas y éstas se
dotarán de badenes o bandas sonoras para aminorar la velocidad del tráfico, recu-
rriendo a la señalización viaria, con instalación de indicadores de preferencia pea-
tonal y de peligro similares a las de las zonas escolares.
• Las zonas de juegos infantiles dispondrán de un suelo adecuado, bien de arena, de
material flexible sintético u otro que amortigüe caídas y golpes.
Folleto informativo para visitantes con discapacidad. Red de parques naturales del Reino Unido.
1.5. TRANSPORTE
1.5.1. FUNDAMENTOS
Las estaciones de transporte público deben ofrecer ciertas condiciones mínimas, como
accesos a vehículos, accesos para personas, dársenas cubiertas, andenes cubiertos y
zonas de espera independientes.
Cada uno de estos sistemas habrá de reunir las correspondientes especificaciones técni-
cas en accesibilidad.
El término material móvil engloba todo aquel vehículo utilizado para el transporte públi-
co, tanto urbano como interurbano, de pasajeros, pudiendo ser unitario o formar compo-
siciones. Se incluyen las furgonetas para transporte puerta a puerta a la demanda, micro-
buses, autobuses urbanos, autocares, tranvías, funiculares, metros ligeros, composiciones
de metro, de ferrocarril, aeronaves, ferrys y buques, estableciéndose la diferencia pri-
mordial de sus características en la duración del trayecto, y por tanto en las prestaciones
que durante el mismo se deben ofrecer.
Sean cuales sean las características específicas del material móvil, éste ha de cumplir:
- Los vehículos de transporte público de viajeros que presten servicios urbanos y
los que presten servicios interurbanos, tendrán el piso no deslizante y sistemas de
fijación para sillas de ruedas en aquellos espacios reservados a PMR.
- Los accesos a los vehículos deberán permitir que el embarque y desembarque de
las personas con movilidad y comunicación reducida se realice de forma cómo-
da, segura y autónoma.
- El interior de los vehículos contará con sistemas de megafonía y paneles lumino-
sos que permitan a los viajeros conocer, con suficiente antelación, la llegada a las
paradas.
- Las ayudas técnicas personales que, en su caso, sean utilizadas por los pasajeros,
dispondrán del espacio físico necesario para su ubicación.
Ágil explotación y operación del sistema Formación del personal y de los usuarios
Tarifas claras y sencillas, con títulos de viaje Adecuada formación del personal, tanto
fáciles de adquirir y accesibles. conductores y tripulación como del de
atención al público.
Mensajes de aviso (incidencias, averías, Visitas concertadas a las instalaciones con
demoras, etc.) facilitados en soportes las asociaciones para explicar el
accesibles a todos. funcionamiento del sistema y recoger
sugerencias.
Adecuada señalización de obras y Campañas periódicas de información y
reparaciones, productos de limpieza que no sensibilización ciudadana.
originen superficies deslizantes.
Los requerimientos básicos en relación con el transporte de los usuarios con movilidad
y comunicación reducidas son exactamente los mismos que los de los demás usuarios,
que son disponer de una red de transporte completa, rápida, fiable, cómoda, segura y eco-
nómica.
Los requerimientos a los que las personas con problemas de interacción con el entorno
son más sensibles son: un buen servicio al cliente, información clara, útil, precisa y acce-
sible, así como asesoramiento para la resolución de cuestiones concretas.
- Los accesos cuentan con escaleras fijas, escaleras mecánicas y ascensores para
facilitar el acceso a cualquier parte del recinto.
- Sólo en Nuevos Ministerios se han construido 15 ascensores, lo que da idea tanto
de la importancia de esta obra, que enlaza el centro de Madrid con el aeropuerto
de Barajas, como de sus prestaciones en accesibilidad.
- Este intercambiador enlaza 3 líneas de metro, diversas líneas de ferrocarril de
cercanías y posibilita en 12 minutos la comunicación con el aeropuerto de
Barajas.
Zona de asientos abatibles, que permiten acomodar a viajeros en sus silla de ruedas.
Detalle de señalización de borde de andén, así como de vehículo accesible. Ferrocarriles Suizos.
Paradas
La localización en la vía pública de las paradas de autobuses urbanos se dispondrá de
manera que no constituya obstáculo para el tránsito peatonal. Para facilitar el acceso desde
la parada pueden aplicarse dos soluciones en las aceras: la creación de aceras postizas nor-
malizadas (mediante plataformas adelantadas) y la sobreelevación en la zona de parada.
Las paradas que se encuentren a la intemperie contarán con marquesinas cerradas por su
parte trasera y por el lateral más azotado por el viento.
Las marquesinas contarán con pavimento señalizador, señalización informativa, colores
contrastados, bancos y apoyos isquiáticos.
Vehículos
Todo vehículo de transporte público en el que puedan viajar personas en silla de ruedas
estará habilitado para que lo hagan colocadas en la misma dirección de la marcha, sin
abandonar la silla, de modo que ésta sea anclada y disponiendo de un cinturón de segu-
ridad. Se han de reservar plazas de uso preferente para personas con limitación, movili-
dad o comunicación reducida.
En los vehículos de transporte urbano se colocará una trama ligera de barras de sujeción
y apoyo, de sección ergonómica y color contrastado.
Se dispondrá, al menos, de un timbre de aviso, situado a una altura respecto del suelo,
comprendida entre los 90 y 120 cm., e información visual, gráfica, luminosa y acústica
de paradas, en lugar fácilmente accesible.
1.5.4.4. Taxis
El taxi es un sistema de transporte público urbano muy idóneo para personas con algu-
na discapacidad y, en determinadas circunstancias, ofrece una solución más cómoda y
segura que el uso de los transportes públicos colectivos, aunque éstos sean accesibles. A
tal fin, es necesario que en las ciudades y en las mancomunidades de pequeños munici-
pios existan taxis accesibles a personas con alguna discapacidad, y que permitan el acce-
so de personas en silla de ruedas.
En localidades donde la topografía es acusada, las pendientes de las calles hacen que el
servicio de taxis permita el acceso a los distritos donde otros medios de transporte urba-
no no alcanzan, particularizando el servicio para cada usuario.
Para el buen funcionamientos de este medio de transporte se precisa igualmente una
correcta localización de las paradas de taxis dentro del casco urbano, coordinando su
ubicación con la de los edificios más frecuentados y con las estaciones o apeaderos urba-
nos de las líneas de autobuses.
Tranvía de Estrasburgo.
calles de sus ciudades, se está generalizando la vuelta al uso del tranvía. En España la
ciudad de Valencia fue la primera en revitalizar el tranvía, y otras ciudades como
Bilbao, Barcelona, Alicante, Coruña, Madrid, Santa Cruz-Laguna y Parla siguen sus
pasos.
A continuación se exponen las características fundamentales que debe tener una red de
tranvía para garantizar la accesibilidad de sus servicios a todas las personas:
Accesos
Si existen desniveles para acceder a los andenes de las estaciones en superficie, éstos
deben salvarse a través de rampas de suave pendiente.
Apoyos isquiáticos
Es aconsejable que se dote a los andenes de metro ligero con apoyos isquiáticos, ya que
son elementos que permiten el descanso en posición estática, sin necesidad de realizar el
esfuerzo de sentarse y levantarse; son muy indicados para personas mayores y personas
semi-ambulantes que requieren de un bastón o de muletas para desplazarse.
Se recomienda indicar a través de pavimento diferenciado del resto del andén la situa-
ción de todas las puertas de cada coche, una vez estacionado, lo que facilita el embarque
y desembarque a viajeros invidentes o de marcha lenta.
- La puerta debe dotarse con un sistema visual y acústico de aviso de cierre y aper-
tura de puertas.
Tranvía de Estrasburgo.
Señal visual de cierre de puertas.
La Estrategia Regional consiste en un documento que sirva de referencia para todas las
iniciativas que se planteen en esta materia y para garantizar la coordinación en las actua-
ciones de las Administraciones Públicas y entidades de carácter público y privado, con
el fin de conseguir una total accesibilidad en el medio físico y sensorial mejorando, sus-
tancialmente, las condiciones para la autonomía personal y convivencia de toda la pobla-
ción en sus distintos entornos urbanos y rurales.
- Urbanismo
- Edificación
- Transportes
- Educación, cultura, ocio y turismo
- Sistemas, medios y técnicas de comunicación sensorial
- Cohesión social y prestación de servicios
Si bien por el alcance del trabajo no se realizó un inventario exhaustivo de la situación
actual, sí se logró disponer de una panorámica suficientemente completa de la realidad
de las barreras y actuaciones en accesibilidad, así como conocer las carencias y reque-
rimientos en la materia, para lo que se establecieron cauces fluidos de comunicación
con las diferentes Consejerías de la Junta y con los movimientos asociativos concerni-
dos.
ENTIDADES RESPONSABLES Y
PLANIFICACIÓN
COLABORADORAS
PROPUESTAS ESPECÍFICAS
F.MUN.
M.C.S.
AÑO 1
AÑO 2
AÑO 3
AÑO 4
AÑO 5
A.G.E.
AYTO.
E.S.T.
MOV.
JCyL
UNI.
S.E.
DIP.
C.P.
U.E
Potenciar sistemas de transporte público accesibles y coordinados entre sí, representa
ahorro a la Comunidad y producen esconomías en sectores cruzados.
x x x x x
Establecer una línea de ayuda para la renovación de la flota de autocares interurbanos
mediante convenio con la Administración Estatal.
x x
Garantizar la toma en consideración de los requerimientos de accesibilidad en toda
nueva actuación en materia de transporte.
x x x x x
Disponer de una malla de transporte accesible cada vez más tupida y diversificada
resulta básico para facilitar la autonomía y el desenvolvimiento personal. A tal fin es
necesario mejorar de forma progresiva la accesibilidad de los diferentes sistemas de
x x x x x x
transporte.
Incorporar a la Guía de Transportes los servicios accesibles, tanto en itinerarios como
en las infraestructuras.
x x
VALORA Y PROGRAMA
LAS ACTUACIONES
La escasez de espacio en las calles del centro no ha permitido la creación de nuevas áreas
verdes de gran tamaño, por eso resulta conveniente la integración de arbolado de porte
bajo en las calles estrechas, integrado con el aparcamiento y debidamente protegido con
bolardos metálicos.
Al plantear la mayor parte del viario del centro de plataforma única se favorece la acce-
sibilidad peatonal y, en los casos en que las vías se mantengan con tráfico diferenciado,
se garantizará la continuidad de los itinerarios peatonales mediante la adaptación y mejo-
ra de los pasos de peatones existentes.
Los problemas de acceso derivados de la fuerte pendiente longitudinal de algunas calles
se resuelven, además de con la disposición de pasamanos a doble altura, con la señali-
zación de itinerarios peatonales accesibles alternativos.
E4. Mejora de la imagen visual y del paisaje urbano
- Tratamiento homogéneo calles y plazas de centro urbano tradicional
- Dotar al centro urbano tradicional de identidad propia
- Mejora del mobiliario urbano
- Tratamiento de espacios urbanos degradados
- Tratamiento de medianerías
INTRODUCCIÓN
1. REHABILITACIÓN URBANÍSTICA
1.1. MATERIALES
Es fundamental que la superficie elegida en nuestra intervención sea la adecuada para el
deambular de las personas con seguridad. Por tanto, el pavimento debe ser duro, no des-
lizante tanto en seco como en mojado, sin hendiduras, ni resaltes. En sus juntas no se
deberían superar resaltes de más de 4 mm. en vertical, ni separaciones horizontales supe-
riores a 5 mm.
Comúnmente se prefiere como elemento de pavimento la piedra (calizas, granitos, már-
moles) que es un material noble y que suele potenciar las intervenciones. No obstante,
presenta, frente a determinados pavimentos hidráulicos porosos, el inconveniente de su
alto grado de impermeabilidad. Así es que una intervención con pavimento pétreo,
además, de un riguroso y cuidado estudio de sistemas de recogida de aguas superficiales
con pendientes e imbornales adecuados, exige que dicha piedra presente la suficiente
rugosidad que la haga antideslizante, especialmente en mojado.
Por ejemplo, las calizas necesitan un acabado abujardado, ya que el aserrado con el que
salen de la cantera no es válido. Los granitos nunca se deben pulir. Los mármoles sólo
pueden ser utilizados para zonas con muy poca lluvia.
Mucho más baratos resultan los pavimentos hidráulicos y algunos son perfectamente
adecuados y de gran calidad. Deben contar con una cierta porosidad que en caso de llu-
via permita mantener su superficie en buenas condiciones de agarre. Un buen ejemplo
son aquellos con acabado granallado, ya sea en baldosas o adoquines, y con una capa
superior de áridos graníticos (o de otro tipo) y también aquellos con acabado “picado” o
similar, conseguido por medio de moldes de goma con esa forma determinada. Sin
embargo, las baldosas de terrazo pulidas, por su peligro de resbalamiento y por lo incó-
modo de las juntas necesarias para su desagüe, o las tradicionales hidráulicas por su ima-
gen pobre, no resultan adecuadas en estas intervenciones.
Menos frecuente en España es el empleo del ladrillo clinker.
Tabla 1-a
Fig. 1. Ejemplo de plaza peatonalizada.
En cualquier caso, no debemos olvidar que muchas veces la distancia es la mayor de las
barreras. Para muchas personas con alguna deficiencia y, por eso, un sistema de trans-
porte accesible que nos permita llegar cerca de nuestro objeto de intervención, es funda-
mental para garantizar niveles correctos de accesibilidad. Así, peatonalizaciones estric-
tas que no permitan el paso de ningún vehículo en amplias zonas pueden llegar a ser con-
traproducentes.
Si por la calle van a pasar, de una o de otra manera, vehículos, se hace preciso hacer una
diferenciación de una franja a un lado (tabla 1-b y fig. 2) o mejor a los dos (tabla 1-c y
fig. 3) recordando la antigua acera. Esto es debido a que hay colectivos como personas
sordas, personas con discapacidades intelectuales, deficientes visuales, etc, para los que
percatarse de que se acerca un vehículo les resulta muy difícil. Por eso, el establecer esta
franja de seguridad, que en las aceras tradicionales crea el bordillo, es muy importante.
Tabla 1-b
Fig. 2. Ejemplo de zonificación de calle con
una franja de seguridad.
Tabla 1-c
Fig. 3. Ejemplo de zonificación de calle con franjas de
seguridad a los dos lados.
Fig. 4. Ejemplo de utilización de pavimentos con textu- Fig. 5. Ejemplo tradicional de plaza histórica con infor-
ra, color y forma diferenciados para marcar el mación de recorridos a través del pavimento.
paso ocasional de vehículos.
Fig. 6. Intervención reciente en torno a un monumento Fig. 7. Detalle de la solución anterior: la accesibilidad
con el pavimento como elemento orientador. se consigue sin renunciar al uso de pavimentos
tradicionales.
Tabla 1-d
Fig. 8. Ejemplo de calle con un pequeño desnivel acce-
sible.
Tabla 1-e
Fig. 10. Calle con flujos al mismo nivel separados por
elementos lineales que desaparecen en las
zonas de cruce.
Algunos otros sistemas, ya más adecuados para zonas más modernas de la ciudad, con-
sisten en separar los flujos por elementos continuos tipo jardinera que se interrumpen en
los pasos de peatones o en los vados para garajes (tabla 1-e y fig. 10).
Tabla 1-f
Tabla 1-g
Fig. 12. Ejemplo de cruce de calzada con pavimento
diferenciador.
En cualquier caso, los bordillos no deberían superar los 10 cm. de altura. Son un grave
inconveniente para ancianos y niños y dificultan en extremo los desarrollos de las ram-
pas de paso de peatones.
Tabla 1-h
Fig. 13. Ejemplo de paso de peatones estándar resuelto
con el lenguaje utilizado en la intervención
histórica.
Además, en los pasos de peatones con rebaje de bordillos de acuerdo al diseño estándar,
la información táctil y visual suministrada por baldosas hidráulicas normalizadas de teto-
nes empleadas en las zonas modernas, se solucionará con un cambio de textura y mate-
riales acordes con la zona histórica (tabla 1-h y fig. 13).
rampas y escaleras que permitan, al menos, su uso con ayuda sencilla de terceras perso-
nas. Además, han de permitir el uso de vehículos que salven la barrera existente. Si las
necesidades de pavimento antideslizante y coherente son necesarias en todas las inter-
venciones, en este tipo de calles son puntos críticos que requieren una solución muy
esmerada (figs. 14 y 15).
De todas formas, sorprende que muchas veces, incluso en intervenciones en zonas nue-
vas de la ciudad, aparezcan soluciones con pendientes superiores al 6%. No sólo son una
barrera o un peligro para los peatones, sino que, a causa del tráfico por el efecto rampa
que conllevan, suponen un incremento del nivel sonoro entre 3 y 4 dBA, así como una
mayor dificultad de la evacuación de aguas que adquiere gran velocidad, dificultando su
desagüe a través de los imbornales.
Fig. 14. Ejemplo de rehabilitación de calle en pen- Fig. 15. Ejemplo de rehabilitación de calle en pen-
diente. diente.
2. REHABILITACIÓN EN LA EDIFICACIÓN
En trabajos de rehabilitación de edificaciones hay 5 puntos cuya solución suele resultar
clave para lograr un nivel de accesibilidad adecuado:
- La diferencia de cota entre el nivel de la calle y el de la entrada del edificio.
- El umbral.
- Los recorridos horizontales.
- Los recorridos verticales.
- Los aseos accesibles.
Fig. 16. Solución de entrada a pie llano. Museo Thyssen, Madrid. Fig. 17. Ejemplo de eliminación de
escalón de entrada.
Fig. 18. Ejemplo de eliminación de escalón de entrada, en la zona exterior Fig. 19. Ejemplo de eliminación
pública. de escalón de entrada
integrada en la acera de la
calle.
Cuando el edificio a intervenir cuenta con dos o más escalones en su acceso, la siguien-
te posibilidad será, recurrir a la utilización de una rampa de acceso adicional.
Evidentemente esta solución ya no representa el ideal, puesto que discriminamos a los
usuarios teniendo que usar un elemento diferenciador de acceso al edificio.
La mejor opción a la hora de diseñar la rampa será ubicarla en el interior del edificio, de
tal modo que no resulte perceptible desde el exterior (fig. 20).
Si esto no fuera factible, la opción siguiente será situarla en el exterior de la fachada y
siempre en combinación con escaleras (fig. 21).
Otra posibilidad, en caso de no querer intervenir de manera definitiva en el exterior de la
fachada del monumento, es recurrir a soluciones “efímeras” que permitan su retirada o des-
mantelamiento fácilmente. Se trata de ejemplos habitualmente resueltos con madera y
acero y que en algunos casos pueden alcanzar elevados grados de calidad estética (fig. 22).
Fig. 20. Ejemplo de acceso con rampa y escalones situados tras los
arcos de entrada. Palacio de Revillagigedo, Gijón.
Pero muchas veces nos encontramos con demasiados peldaños que salvar con una rampa,
que por sus pendientes admisibles y longitudes de recorrido exigirían un gran consumo
de espacio no disponible ni hacia el interior ni hacia el exterior del edificio, ya sea por-
que las dimensiones de la acera de la entrada no permiten su ocupación o porque su ubi-
cación no se juzga aceptable estéticamente. En estos casos no queda más remedio que
buscar planteamientos con una entrada alternativa aprovechando las otras fachadas del
edificio y jugando con las pendientes de las calles. Evidentemente estas soluciones son
menos ideales que aquéllas con un acceso común indiferenciado. Pero en rehabilitación
muchas veces habrá que conformarse con soluciones correctas, dada la imposibilidad de
alcanzar lo perfecto (fig. 23).
Las soluciones en que se recurre a una entrada accesible alternativa requieren que se
señalice perfectamente en la entrada principal la existencia y situación de aquélla. El
“olvido” de esta señalización por criterios organizativos o de gestión, puede dar lugar a
que fracase toda nuestra intervención (fig. 24).
La siguiente posibilidad se suele encontrar en edificios decimonónicos cuya entrada se
sitúa en una planta principal noble, a la cual se accede por una escalinata que se utiliza con
fines compositivos. En estos casos, la solución de accesibilidad vendrá dada por la dispo-
sición de una entrada adaptada a través de un nivel inferior del semisótano (figs. 25 y 26).
Fig. 23. Muchas veces no es posible la disposición de un Fig. 24. Ejemplo de utilización de entrada alternativa.
rampa en la entrada principal del edificio. Centro de Cultura Antiguo Instituto
Centro de Cultura Antiguo Instituto Jovellanos, Gijón.
Jovellanos, Gijón.
Fig. 25. Ejemplo de edificio con escalera de entrada Fig. 26. Entrada accesible alternativa por el semisótano.
monumental. Palacio Regional, Oviedo. Palacio Regional, Oviedo.
Escalinata monumental, muchos escalones Estableciendo una entrada por el piso inferior o semisótano
2.2. UMBRALES
La solución habitual a las grandes puertas
históricas consiste en mantenerlas abiertas
durante el horario de apertura del edificio y
plantear hacia el interior unas nuevas puer-
tas de entrada bajo criterios de diseño acce-
sible (fig. 27).
de agarre en mojado resulta crítico en las zonas de entrada al edificio, donde se puede
considerar una distancia de hasta 10 m. hacia el interior donde los zapatos permanecen
mojados y aumenta el peligro de caídas.
Parece que el objetivo será que compartan el espacio con el resto de aseos del edificio y
que permitan un uso indiscriminado por los distintos usuarios. La siguiente posibilidad
será que, aun cuando cuenten con un espacio diferenciado, compartan una misma área o
bloque con el resto de los servicios higiénicos (fig. 28).
Fig. 29. Torres de ascensores de comunica- Fig. 30. Ejemplo de plataforma elevadora mecánica utilizada
ción. Museo Reina Sofía, Madrid. para salvar una escalera de acceso.
3. ESTÉTICA Y ÉTICA
Como en otras áreas del diseño, en rehabilitación los criterios de accesibilidad no deben
ser entendidos por el técnico como un elemento limitador o impositivo que disminuye la
calidad estética de la propuesta. Muy al contrario, aquellos diseños que parten desde el
origen con estos supuestos, en función de la calidad del diseñador, dan lugar a resulta-
dos magníficos que abren miras e indican el camino (fig. 32).
Fig. 31. Maqueta de bronce accesible dis- Fig. 32. Rampa de acceso al Museo Provincial de Zamora.
puesta en el exterior del edificio.
Plaza de la Catedral, Valencia.
(*) Arquitecto.
IV. LA PREVENCIÓN DE INCENDIOS EN EL DISEÑO ARQUITECTÓNICO. POR JESÚS DE BENITO
INTRODUCCIÓN
Es por esto que dentro de las labores del proyectista, director de edificación e inspector,
ha de tenerse en consideración la posibilidad de que se produzca el incendio, pasándose
de esta forma a obtener respuesta al resto de preguntas.
Respecto a las condiciones de diseño del camino de evacuación, basta señalar que deben
ser aquellas que permitan el desplazamiento de las personas teniendo en cuenta, no sola-
mente el condicionante psíquico en que se encuentran por causa de la situación, sino
también su estado físico. Ha de tomarse en consideración la necesidad de que tal cami-
no debe dar respuesta a las necesidades de personas con discapacidades por simples que
éstas sean. Para conseguirlo, los condicionantes que la normativa contempla son aque-
llos que se refieren, como antes se indicó, a conseguir que las dimensiones, formas y
situaciones de los elementos que los configuran, además de asemejarse a los que habi-
tualmente se utilizan en el vivir diario, se simplifiquen, tendiendo con esta simplicidad a
eliminar cuanto pueda resultar traba en el discurrir ordinario (sentido de apertura de
puertas, mecanismos de manejo de las mismas, números máximos y mínimos de pelda-
ños, limitación de pendientes de rampas, trazados limpios de paramentos verticales, etc.).
ESQUEMA DE FUNCIONAMIENTO DE
CHIMENEA DE VENTILACIÓN
DIRECCIÓN NATURAL DEL
AIRE
MOVIMIENTO
NATURAL DEL
AIRE
EFECTO
VENTURI
CORRIENTE
ASCENDENTE
DE AIRE
SECTOR
CUARTO DE
ASEO
PLANTA BAJA
MOVIMIENTO
PLANTA DE SÓTANO
NATURAL
DEL AIRE
PLANTA DE SÓTANO
PLANTA DE SÓTANO
LÍNEA DE
CUBIERTA SALIDA PARA
MANTENIMIENTO DE
CUBIERTA
MOVIMIENTO
PLANTA DE PISO ESQUEMA DE
NATURAL DEL
AIRE MOVIMIENTO
NATURAL DEL
AIRE
PLANTA DE PISO
LÍNEA DE
RASANTE
PLANTA BAJA
PLANTA
EFECTO DE SÓTANO
VENTURI
PLANTA
DE SÓTANO
VENTILACIÓN NATURAL Y
PLANTA DE PISO DIRECTA DE ESCALERA
VENTILACIÓN NATURAL Y
DIRECTA DE ESCALERA
PLANTA DE PISO
SE ROMPE EL JUEGO DE
CONTINUIDAD DE ÁMBITO
PLANTA DE PISO TRAZADO
PLANTA DE PISO
ELEMENTO
COMPARTIMENTADOR
DE ALMA LLENA
PLANTA BAJA
PLANTA VESTÍBULO DE
DE SÓTANO INDEPENDENCIA
PLANTA DE SÓTANO
ESCALERA
ESPECIALMENTE
PROTEGIDA
COMPARTIMENTACIÓN
DE ALMA LLENA QUE
IMPIDE EL PASO DEL
PLANTA DE PISO HUMO A LA CAJA DE
ESCALERA
EL HUMO DEBE
PLANTA DE PISO TENDER A IR
HACIA EL
EXTERIOR
PLANTA DE PISO
PLANTA
PLANTA BAJA BAJA
PLANTA DE VESTÍBULO DE
SÓTANO INDEPENDENCIA
PLANTA DE SÓTANO
PLANTA DE PISO
1,00 m.
PLANTA DE PISO
PLANTA DE PISO
PLANTA DE PISO
PLANTA DE PISO
LA LLAMA SUBE
LAMIENDO LA
FACHADA
PLANTA DE PISO
TECHO CONDUCTO
DE AIRE
SUELO SECTOR X SECTOR Y ACONDICIONADO
BISAGRA
FUSIBLE
GENERALMENTE
PANTALLA RF A 60 ºC
TETÓN
EL TRAMO DEL
CONDUCTO ES EF.
mantenimiento, algo que todavía en nuestras latitudes se traduce por dinero. Solamente
cuando se comprende el sentido lógico del significado de la prevención es cuando no se
duda de la efectividad de la inversión, incluso se comprueba el rendimiento económico
y cómo redunda en beneficio de los interesados.
El segundo aspecto que ha de estar presente en la efectividad de los sistemas de extin-
ción y detección es el que contempla la necesidad de presencia de personas capacitadas
para la utilización del sistema de que se trate. Esto que en la actualidad no se da con faci-
lidad, empieza a ser cada vez más frecuente con la implantación de los planes de emer-
gencia, planes cuyo valor primordial se obtiene al partir de la necesidad del conoci-
miento de las instalaciones preventivas y de la optimización de su uso.
Sin entrar en otro tipo de situaciones, hay que mencionar, por su singularidad, un factor
que se contempla en el Reglamento de Prevención de Incendios de la Comunidad de
Madrid. Se refiere al tratamiento de las puertas en las habitaciones de las residencias de
ancianos que aconseja sean correderas, más manejables que las de giro sobre eje verti-
cal, sobre todo si son utilizadas por personas en silla de ruedas.
Por último, hay que tener en cuenta los medios técnicos y mecánicos, de funcionamien-
to manual o automático, necesarios para poder reducir e impedir en lo posible, bajo cier-
tas condiciones, el incremento o progreso del incendio iniciado, sin contar con el apoyo
de ayuda exterior. En este aspecto, la normativa no deja lugar a dudas de interpretación
sobre su contenido. Especifica el número de extintores portátiles de que se debe dispo-
ner en cada caso, la naturaleza del producto contenido en el mismo, existencia de bocas
de agua contra incendios, la necesidad de disponer de sistemas de funcionamiento auto-
mático, etc.
CONCLUSIONES
Como puede verse, aunque la visión de la prevención de incendios se ha generalizado, el
proyectista, el director de obra y el inspector han de basarse no solo en el diseño, sino
también en un razonamiento tan lógico como el que se utiliza cuando se trata de diseñar
un edificio que resulte funcional, higiénico o que en general sea capaz de responder a las
necesidades para las que se proyecta. Únicamente supone tomar en consideración que,
además, debe ser seguro y la lógica a aplicar en cada caso será buena cuando se tenga la
convicción del conocimiento de las necesidades del continente y del contenido. En resu-
men, cuando se conoce lo que se quiere proyectar.
EVALUACIÓN
CALIFICACIÓN
ADOPCIÓN DE MEDIDAS
PLAN DE EMERGENCIA
PLAN DE EMERGENCIA
1.ª INTERVENCIÓN
DETERMINACIÓN DE
FUNCIONES
2.ª INTERVENCIÓN
AYUDA A LA
EVACUACIÓN
INSTRUCCIONES
DE ACTUACIÓN
PRIMEROS AUXILIOS
AYUDAS EXTERNAS
Cada uno de estos apartados debe ir acompañado de las correspondientes fichas-resumen donde figuren esquematizadas
las diferentes cuestiones planteadas.
(*) Arquitecto.
(**) Arquitecto.
V. MANTENIMIENTO Y ACCESIBILIDAD. POR CARLOS DE ROJAS TORRALBA Y JUAN JOSÉ SANTOS GUERRAS
1. DEFINICIÓN
Proyecto:
En primer lugar, un edificio debe contemplar la accesibilidad desde la fase de proyec-
to. Desde los primeros bocetos debe proyectarse teniendo en cuenta los requerimien-
tos de cualquier persona, en buenas condiciones de comodidad y seguridad. Los crite-
rios de accesibilidad afectan a casi todos los planos del proyecto y es un concepto que
deberá tenerse en cuenta no sólo cuando se diseña la planta del edificio, sino también,
por ejemplo, cuando se diseña la instalación eléctrica, en que se deberá proyectar una
colocación adecuada de los interruptores, o la memoria de carpintería, que tendremos
que plantearla de forma que pueda ser utilizada por una persona con movilidad redu-
cida, tanto en su alcance como en su control (ver capítulo de “Accesibilidad arquitec-
tónica”).
Construcción:
Seguidamente ese proyecto se debe realizar cuidando que esos criterios establecidos se
lleven a cabo correctamente. Es frecuente ver cómo pequeños detalles de construcción
arruinan una accesibilidad correctamente planteada en el proyecto. Un enrase con el
vial con un pequeño desnivel donde estaba planteado un acceso perfectamente hori-
zontal, o una colocación distinta de una puerta en un baño, pueden impedir el uso de los
mismos.
Para conseguir una correcta construcción es necesaria la colaboración de todos los pro-
fesionales que intervienen en el proceso de una obra, tanto del arquitecto, como del
arquitecto técnico, encargado de obra, etc.
Mantenimiento:
Una vez el edificio está correctamente construido es necesario mantener, si no mejorar,
las cotas originales de accesibilidad a través del tiempo. Es frecuente que edificios o
entornos urbanos pierdan sus condiciones de accesibilidad por un mantenimiento inade-
cuado: pavimentos que se pulen transformándose en deslizantes cuando no lo eran,
ascensores cuyo desnivel entre su cota de acceso y la del interior del ascensor se trans-
forma en mayor de lo que permite el uso para una persona con movilidad reducida, cuan-
do al construirse su enrase era el adecuado, etc.
El mantenimiento de un edificio es un factor importante en su conservación y debe plan-
tearse desde el mismo proyecto, enfocándose a la prevención más que a la reparación.
Sobre esto puede verse la obra de Díaz Gómez, C (dir) El mantenimiento de los edificios
desde el inicio del proyecto al final de su vida útil. Barcelona, Colegio de Arquitectos
de Cataluña y Universidad Politécnica de Cataluña, 1999, quien distingue dos tipos de
mantenimiento:
Mantenimiento corrector:
Serie de operaciones que se realizan para que la edificación continúe prestando los
servicios para los cuales se la requiere.
Mantenimiento preventivo:
Programación y ejecución de los trabajos necesarios para que los diversos mate-
riales, componentes y sistemas del edificio desarrollen, sin interrupciones y sin
nivel apreciable de su nivel de prestación, la función que tienen asignada dentro de
los periodos de la vida útil previstos en el proyecto correspondiente.
“Artículo 22
Deber de conservación.
Los edificios deberán utilizarse de forma que se conserven en perfecto estado de habitabilidad o
explotación, y su conservación y mantenimiento se sujetará a las normas que contenga el libro del
edificio y aquellas que con el transcurso del tiempo sean aplicables.”
Gestión:
Y por último, la accesibilidad precisa de una gestión, de una información, de una seña-
lización. Cuántas veces los espacios pierden el uso para el que fueron diseñados, o
inmuebles en los que por carecer de una correcta señalización no es fácil de descubrir
su entrada accesible, etc.
Ahora podemos analizar su relación con la accesibilidad y cabe preguntarnos cuál puede
ser la relación o influencia del mantenimiento en la accesibilidad.
Muchas medidas o parámetros de accesibilidad son muy sensibles y una pequeña trans-
formación motivada por un incorrecto o inexistente mantenimiento puede transformar un
elemento y dejar de ser accesible. Por ejemplo, un ascensor correctamente diseñado, con
dimensión suficiente para que pueda ser ocupado por una persona en silla de ruedas, y
con los demás criterios necesarios para su correcta accesibilidad, puede dejar de serlo si
por una ausencia de mantenimiento el desnivel existente entre el nivel del piso de desem-
barco y el del ascensor pasa a ser superior a tres centímetros.
Un buen mantenimiento no sólo debe tener por objetivo conservar las medidas de acce-
sibilidad, sino mejorarlas. Un pavimento deslizante en proyecto, mediante un correcto
mantenimiento, puede trasformarse en un pavimento seguro si se le aplica algún pro-
ducto antideslizante.
Los criterios de accesibilidad deben estar recogidos en el manual de mantenimiento del
edificio, con el fin de evitar que el técnico mantenedor, o la persona encargada del
mismo, de una manera inconsciente las varíen. Una alfombra rígidamente unida al pavi-
mento puede transformarse en una barrera, con riesgo de accidente, si durante el proce-
so de mantenimiento se coloca sin adherirse al pavimento o, como en la fotografía anexa,
se coloca un paso de peatones justo frente a una escalera.
3. EL MANTENIMIENTO EN LA EDIFICACIÓN
Analizando diversos estudios sobre mantenimiento, y que son utilizados habitualmente
por profesionales como base para la redacción de sus proyectos de mantenimiento, se
puede observar que aquellos criterios que tendrían que ver con la accesibilidad no son
tenidos en cuenta.
Se deberán, por tanto, adaptar los planes de mantenimiento a los criterios de accesibili-
dad recogidos en los capítulos anteriores de este libro. A continuación, tomando como
base alguno de los estudios existentes, voy a señalar algunas de las recomendaciones que
se deberán incluir.
Cuando el plan de mantenimiento define las condiciones que tienen que cumplir las
casas, y habla de que una casa en buen estado debe ser: segura, durable y económica,
ecológica, confortable y agradable, estas condiciones sin duda fundamentales en la defi-
nición de una casa, se deberían completar con el término accesible: una casa debe poder
ser usada por la totalidad de la población, sea cual sea su condición física.
Al analizar los materiales y su correcto mantenimiento entiendo que se debería comple-
tar al menos con los siguientes criterios ligados a la accesibilidad.
Estructura
Cada 5 años renovar y comprobar las juntas estructurales, comprobando que no presen-
tan un hueco o relieve sobre el pavimento superior a 2cm.
Fachadas
Se comprobará anualmente que los herrajes de accionamiento de las carpinterías no
suponen una mayor dificultad, o que es necesario aplicar una fuerza mayor que cuando
fueron colocados. Se repararán si fuese necesario.
Cada año se comprobará la rigidez de barandillas, pasamanos y barras de ayuda, evitan-
do movimientos que puedan plantear sensación de falta de equilibrio a los usuarios.
Pavimentos
El proceso de mantenimiento sea cual sea, nunca podrá incrementar el coeficiente de
deslizamiento del pavimento.
Ascensores
Se comprobará cada mes que el desnivel existente con el suelo de la planta es inferior a
2 cm.
Andamio tubular metálico dejando libre todo el ancho de la calle y con un diseño sin
riesgos.
Andamio modular de fachada y su correcto Planta del andamio dejando libre todo el ancho de la acera.
apoyo en el nivel de la acera.
Cercha o viga de transición entre el nivel de la calle y el Otro ejemplo de viga en andamio multidireccional.
resto de los niveles.
La transición entre este nivel y el resto se realizará por medio de cerchas que soporten
las cargas.
Además, el diseño del propio andamio debe carecer de elementos punzantes en husillos
de nivelación o en cualquier otro elemento. Se debe ir a modelos de seguridad probada
que cumplan la norma HD-1000 denominados “modelo europeo” y, en caso de necesi-
tarse en planta baja diagonales de rigidización, estarán protegidas por barras horizontales
tipo barandilla que eviten al transeúnte la colisión inintencionada con dichas diagonales.
La altura libre mínima de las piezas horizontales será de 2,20 m. Conviene también forrar
los soportes verticales con cinta plástica adhesiva de señalización de peligro (franjas
amarillas/negras).
Otras veces, dado el tipo de intervención a realizar en el edificio, se hace necesario esta-
blecer una zona de trabajos o de acopios en la propia vía pública (un ejemplo típico sería
la rehabilitación de cubiertas con empleo de
montacargas eléctrico). En estos casos preferi-
blemente se ocupará una parte de la calzada y
no de la acera, teniendo especial cuidado en pro-
teger la zona de paso de peatones (vallas altas).
Cuando no sea posible dejar todo el ancho libre de la acera, se optará por fijar, junto a la
fachada, una franja de paso de al menos 1,20 m., resguardando la zona de trabajos con
valla galvanizada de 2 m. de altura en sus tres lados. Conviene señalizar además este
obstáculo con panel direccional. Como siempre, la altura mínima de los elementos hori-
zontales será de 2,20 m.
Franja de paso libre junto a la fachada. La zona de Solución con el pasillo accesible junto a la fachada y pro-
trabajos se limita por valla metálica galvanizada (la tegido de la zona de trabajos.
manguera eléctrica que se ve en el suelo debería ir
aérea).
Si por el tipo de actuación no quedara más remedio que ocupar el lado interior de la
acera, habrá que optar por desplazar este paso mínimo libre de obstáculos a la parte más
externa de la acera y proteger, de igual manera que en el caso anterior, al peatón de la
zona de trabajos. La señalización con panel direccional es aquí más importante.
Paso protegido en el exterior de la acera. Solución con el paso en la zona exterior de la acera.
Si la ocupación de la acera por la zona de trabajos es tal que impide mantener una fran-
ja libre exterior mínima de 1,20 m., la siguiente solución será suplementar la acera con
el ancho necesario.
Suplemento de acera en la zona de trabajos. Detalle de ejecución de una acera provisional con lámi-
na de polietileno, base de ladrillo y acabado de mortero.
Acera provisional ejecutada con tablones de madera. Solución con la acera suplementada.
Detalle de paso provisional para las obras que ocupen toda la acera.
Las pasarelas, con una longitud cercana a 2,50 m., permiten garantizar el paso seguro
sobre zanjas y además el acceso a portales y comercios.
Vista de las pasarelas de peatones accediendo a comer- Vista de una mejor solución con pasarela y vallas de
cios y portales. malla electrosoldada en lugar de cintas protegiendo la
zona de trabajos.
En zonas con riesgo de caídas se huirá de colocar cintas de balizamiento, yendo siempre
a vallas rígidas (metálicas o plásticas).
Solución de pasarelas utilizando andamios metálicos Solución de paso sobre zanja en una parada de autobús.
colgantes empleados normalmente en la ejecución de
fachadas.
Solución de paso sobre zanja en un paso de peatones. Ejemplo de protección adecuada para paso sobre zanjas.
Aunque aceptable, una peor solución para salvar zanjas consiste en la utilización de cha-
pas de acero con acabado antideslizante tipo lacrimado o similar y espesor sobre 5 mm.
En este caso habrá que proteger con valla rígida los lados laterales de las planchas.
Empleo de chapas metálicas en paso de zanja. Opción de paso sobre zanjas con plancha metálica.
Para salvar grandes zanjas hay que recurrir a estructuras metálicas tubulares o de made-
ra, conformando plataformas de paso, siempre dotadas de barandillas, barra intermedia
y rodapié.
Una gran plataforma salva la zona de trabajos, desarro- Detalle del pasillo de madera protegido con barandillas.
llándose un pasillo de tablones de madera para dar
acceso a portales y locales comerciales.
Trabajo por franjas. Cuando se ejecute la franja próxi- Ejemplo de itinerario practicable dentro de la propia
ma a la fachada se utilizarán las pasarelas de peatones. obra merced a pasarelas y cintas de balizamiento que
las unen. Según las necesidades de la obra, los recorri-
dos se van cambiando.
Zona de trabajos protegida en todo su perímetro con Zona de trabajos protegida con vallas móviles y balizas
vallas móviles. luminosas.
Así, cuando los tajos duren unos pocos días, es aceptable el uso de estas vallas móviles
que se van desplazando conforme avanzan los trabajos. En este sentido, para zanjas que
afecten a las aceras el planteamiento es el mismo que en el caso de obras de edificación,
con la salvedad de utilizar en este caso este tipo de vallas.
Elemento extensible para proteger una zona de trabajos Otro tipo de protección para trabajos relacionados con
puntual. registros urbanos.
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