Amicus Curiae
Amicus Curiae
Amicus Curiae
AMICUS CURIAE
PRESENTADO ANTE
LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN
1 DEL OBJETO……………………………………………………....3
8 CONCLUSIONES………………………………………………...24
9 PETITORIOS……………………………………………………...25
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD: 22/2016
PROMOVENTE: COMISIÓN ESTATAL DE DERECHOS HUMANOS DE
AGUASCALIENTES.
Que con fundamento en el artículo 1º y 8º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
23.1, inciso a) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y 79 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, en alianza con la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas
A.C. (ADIVAC), Inclusión Ciudadana A.C., Red por los Derechos de la Infancia en Mexico (REDIM), Red
por la Infancia y la Adolescencia Puebla A.C. (RIA), Oxfam, World Vision, Por los Niños y Youth Build
Internacional, venimos a ofrecer el presente escrito en calidad de Amicus Curiae, al tenor de las
siguientes consideraciones:
1. DEL OBJETO.
El presente memorial tiene como objetivo allegar elementos a esta H. Suprema Corte de Justicia de la
Nación (Corte o SCJN, en adelante) el matrimonio infantil, precoz o a temprana edad1 –indistintamente-,
contraído bajo la figura de las dispensas, es una práctica nociva2 y perjudicial que afecta
permanentemente derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA, en adelante).
En efecto, como se constatará más adelante, la existencia de “excepciones” o “dispensas” para permitir
el matrimonio precoz, no ha favorecido el desarrollo pleno de NNA; por el contrario, desde hace
décadas esta práctica ha significado la falta de acceso a prerrogativas fundamentales como la educación,
la protección, la igualdad y no discriminación, vida libre de violencia hacia las mujeres, interés superior de
la niñez, y de forma lacerante ha truncado proyectos de vida.
1 Matrimonio infantil, precoz o a temprana edad, se entenderá como la unión civil o religiosa de una pareja, en la que al menos una de las
partes contrayentes es menor de 18 años de edad.
2 Para efectos de este memorial, se consideran prácticas nocivas los usos, experiencias, hábitos, costumbres o mandamientos de autoridad
que, basados en la violencia o discriminación menoscaban o perjudican los derechos de individuos o grupos de personas. De acuerdo a la
Recomendación General 31 Del Comité para la Eliminación de Discriminación contra la Mujer y Observación General 18 del Comité de los
Derechos del Niño sobre prácticas nocivas, adoptadas de manera conjunta, las prácticas nocivas “(S)e fundamentan en la discriminación por
razón de sexo, género y edad, entre otras cosas, y a menudo se han justificado invocando costumbres y valores socioculturales y religiosos,
además de concepciones erróneas relacionadas con algunos grupos desfavorecidos de mujeres y niños. En general, las prácticas nocivas
suelen ir asociadas a graves formas de violencia contra mujeres y niños”. Párrafo 7.
2. DEL INTERÉS DEL PROMOVENTE.
La organización Internacional Save the Children, surgió hace más de 90 años como una respuesta
humanitaria después de la Primera Guerra Mundial, cuando nuestra fundadora, Eglantyne Jebb, se dio a
la tarea de consolidar un equipo multidisciplinario de personas expertas para trabajar a favor de los
niñas y niños afectados por el conflicto. Desde entonces, Save the Children se ha ocupado en dar
respuesta humanitaria y en promover y defender derechos de NNA alrededor del mundo.
En México estamos presentes desde 1973 y actualmente impactamos la vida de más de 398,000 mil niñas,
niños y adolescentes en 18 entidades federativas. Particularmente, Save the Children se especializa en
salud y nutrición infantil, cultura de paz, gobernanza, cuidados alternativos, prevención de la migración,
aunque uno de los ejes temáticos transversales tiene que ver con el derecho a la protección y con la
erradicación de prácticas nocivas contra NNA.
De allí, el interés por suscribir, en conjunto con las organizaciones arriba mencionadas, el presente
memorial de Amicus Curiae como contribución técnica para efectos de que este Alto Tribunal tenga
mayores elementos para mejor proveer en el caso de marras.
A manera de breve sumario, se ofrecen los siguientes datos para contextualizar el tema del matrimonio
precoz o uniones de hecho y su impacto en la vida de NNA; a saber:
Existen 39.2 millones de niñas, niños y adolescentes en México. En otras palabras, una de cada tres
personas en este país tiene menos de 18 años de edad.3 De este grupo 50.6% son mujeres y 49.4
son hombres.4
Más de la mitad (53.9%) de esta población padecen algún nivel de pobreza.5 Esto significa que 21.4
millones de niñas, niños y adolescentes viven en hogares en los que no se cuenta con los suficientes
recursos para adquirir los bienes y servicios que requieren los miembros de esa familia, y que
también tienen una o más carencias en cuanto a sus derechos sociales.
Se ha estimado que al menos una de cada cinco mujeres contrae una unión conyugal antes de
cumplir los 18 años de edad6; actualmente en nuestro país hay 6.8 millones de mujeres entre los
15 y 54 años que se unieron conyugalmente antes de los 18 años de edad7.
3 INEGI. Estadísticas a propósito del Día del Niño, México, 2016. Disponible en
http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2016/ni%C3%B1o2016_0.pdf
4 INEGI. Estadísticas a propósito del Día de la Niña, México, 2016. Disponible en
http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2016/ni%C3%B1a2016_0.pdf
5 INEGI. Estadísticas a propósito del Día del Niño, México, 2016.
6 Save the Children, Embarazo y Maternidad Adolescente en México 2016. Disponible en: http://www.hastaelultimonino.mx/pdf/embarazo-y-
maternidad-adolescente.pdf
7 Matrimonios y Uniones tempranas de Niñas, ONU Mujeres en http:// 2016. Disponible en: http://www.hastaelultimonino.mx/pdf/embarazo-
y-maternidad-adolescente.pdf
7 Matrimonios y Uniones tempranas de Niñas, ONU Mujeres www2.unwomen.org/-
/media/field%20office%20mexico/documentos/publicaciones/2016/matrimonio%20infantil_.pdf?v=1&d=20161007T001122
Los índices de matrimonios infantiles o uniones de hecho en nuestro país han disminuido
ligeramente en los últimos cinco años, las mayores reducciones se han presentado en el grupo de
menores de 15 años de edad y en hombres8.
Sin embargo, la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI, EN ADELANTE) reveló que 74,446 adolescentes entre 12 y 17 años se encontraban
casados, de los cuales 58,112 eran niñas o mujeres adolescentes.
Por su parte, la misma encuesta reveló que 305,285 adolescentes en el mismo rango de edad,
vivían en unión libre o uniones de hecho, siendo la mayor parte en mujeres.
A nivel nacional el 72.4%9 de personas entre 12 y 17 años que se encontraban casadas no asistían
a la escuela.
Los Registros Administrativos de Estadísticas Vitales sobre Nupcialidad indican que el 80% de
hombres menores de 15 años casados trabajan, mientras que el 3.9% de las mujeres menores de
15 años y 8.2% de las de 15 a 17 años lo hacen10.
En 2015 había 31,862 mujeres casadas entre 12 y 17 años que tenían al menos un hijo11.
Los hogares con adolescentes casados están en condiciones más precarias. Del total de
adolescentes casados en el 2015; el 19% no contaba con servicios básicos (agua, luz y drenaje); el
33% no contaba con construcciones resistentes en sus hogares (techos, paredes, pisos), el 34%
vivía en condiciones de hacinamiento y el 6% sufría insuficiencia alimentaria12.
Los 193 Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas, incluido México, a través
de la resolución A/69/L.85,13 se comprometieron a trabajar en esta ambiciosa Agenda que
contiene 17 Objetivos y 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan esferas
sociales, económicas y ambientales. Esta agenda, deberá satisfacerse entre 2015 y 2030
De acuerdo a la agenda “2030”, el matrimonio infantil y la educación (Objetivo 2) están
intrínsecamente ligados. Niñas sin ningún tipo de educación son tres veces más propensas a
casarse antes de los 18 años de edad. Este hecho afecta inmediatamente en los esfuerzos por la
erradicación de la pobreza (Objetivo 1), las niñas casadas que no terminan sus estudios tienen
oportunidades más limitadas de encontrar un trabajo dignamente remunerado y formal (Objetivo
8). El matrimonio infantil también tiene efectos en la mortalidad materna e infantil (Objetivo 3).14
8 Información SIPINNA con base en INEGI registros administrativos de Estadísticas Vitales sobre Nupcialidad.
9 Encuesta Intercensal INEGI 2015, datos procesados por el SIPINNA, disponible en:
http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/especiales/intercensal/
10 Encuesta Intercensal INEGI 2015, datos procesados por el SIPINNA. disponible en:
http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/especiales/intercensal/
11 Intercensal INEGI 2015, disponible en: http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/especiales/intercensal/
12 Encuesta Intercensal INEGI 2015, datos procesados por el SIPINNA, disponible en:
http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/especiales/intercensal/
13 Proyecto de documento final de la cumbre de las Naciones Unidas para la aprobación de la agenda para el desarrollo después de 2015.
Los Derechos Fundamentales no son absolutos ni ilimitados, sino que se encuentran sometidos a
restricciones jurídicas que impiden que su titular ejerza la prerrogativa bajo claras y determinadas
circunstancias. No obstante, para que la restricción de derechos suceda es necesario un trabajo previo de
ponderación, razonabilidad y proporcionalidad, frente a otros derechos fundamentales, pero también
frente a condiciones subjetivas como el respeto del derecho de terceros, la moral, la ética, usos y
costumbres, por mencionar.
En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano
sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Como se lee, las limitaciones a prerrogativas básicas pueden tener un origen y razones diferentes de ser,
empero, es importante la observancia del orden constitucional para que el ejercicio de un derecho sea
denegado legítimamente; máxime si esta decisión prohibitiva va encaminada a la protección de personas
o grupos en situación de vulnerabilidad.
En cuanto a las restricciones válidas de los derechos fundamentales, la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación ha desarrollado los siguientes elementos en su jurisprudencia15:
(…)
Para que las medidas admitidas por el legislador ordinario con el propósito de restringir los
derechos fundamentales sean válidas, deben satisfacer al menos los siguientes requisitos: a) ser
admisibles dentro del ámbito constitucional, esto es, el legislador ordinario sólo puede restringir o
suspender el ejercicio de las garantías individuales con objetivos que puedan enmarcarse dentro de
las previsiones de la Carta Magna; b) ser necesarias para asegurar la obtención de los fines que
fundamentan la restricción constitucional, es decir, no basta que la restricción sea en términos
amplios útil para la obtención de esos objetivos, sino que debe ser la idónea para su realización, lo
que significa que el fin buscado por el legislador no se pueda alcanzar razonablemente por otros
medios menos restrictivos de derechos fundamentales; y, c) ser proporcional, esto es, la medida
legislativa debe respetar una correspondencia entre la importancia del fin buscado por la ley, y los
efectos perjudiciales que produce en otros derechos e intereses constitucionales, en el entendido
de que la persecución de un objetivo constitucional no puede hacerse a costa de una afectación
innecesaria o desmedida a otros bienes y derechos constitucionalmente protegidos.
(…)
15Véase Suprema Corte de Justicia de la Nación, Jurisprudencia: Época: Décima Época, Registro: 160267, Instancia: Primera Sala, Tipo de
Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro V, Febrero de 2012, Tomo 1, Materia(s): Constitucional,
Tesis: 1a./J. 2/2012 (9a.) , Página: 533, Rubro: RESTRICCIONES A LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. ELEMENTOS QUE EL JUEZ
CONSTITUCIONAL DEBE TOMAR EN CUENTA PARA CONSIDERARLAS VÁLIDAS.
El criterio anterior fija tres parámetros importantes que deberán ser considerados por el Estado
mexicano a efecto de regular una restricción –constitucionalmente válida- a derechos fundamentales.
Esto es:
b. En segundo lugar, la medida legislativa debe ser necesaria para asegurar la obtención de los
fines que fundamentan la restricción constitucional. Por ende, el Juez constitucional debe
asegurarse de que el fin buscado por el legislador no se pueda alcanzar razonablemente por
otros medios menos restrictivos de derechos fundamentales. Las restricciones
constitucionalmente previstas a los derechos humanos tienen un carácter excepcional, lo cual
implica que el legislador debe echar mano de ellas sólo cuando sea estrictamente necesario.
c. En tercer lugar, la medida debe guardar un equilibrio entre el bien jurídico tutelado por la
restricción, y los derechos que podrían resultar intervenidos por la implementación de dicha
excepción. En efecto, el trabajo legislativo debe tender a la armonía entre dos parámetros que
justificarían la restricción razonable a derechos fundamentales. Este balance debe considerar,
además, intereses constitucionales que podrían estar en juego, como su propia validez.
Ahora bien, si a través de los estándares sobre restricción de derechos fijados por la SCJN se analiza el
caso de marras, definitivamente la prohibición del matrimonio precoz resulta ser una medida razonable y
proporcional. Esto, debido al contexto de inequidad, violencia doméstica, vulneración de derechos y
obstrucción de proyectos de vida, que genera el matrimonio de personas menores de 18 años.
Debe recordarse, por lo pronto, que el artículo 45 de la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes (LGDNNA, en adelante) establece que “Las leyes federales y de las entidades federativas,
en el ámbito de sus respectivas competencias, establecerán como edad mínima para contraer matrimonio
los 18 años”. Por lo tanto, queda claro que ningún Estado de la República Mexicana debería otorgar
excepciones al matrimonio de personas que no cuenten con el requisito de edad que la norma impone.
Para saber si el artículo 45 de la LGDNNA es consistente con los parámetros establecidos por la Corte
sobre restricción de derechos, es necesario detallar cada estándar de la siguiente manera:
16 El artículo 1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, entiende por niño a “todo ser humano menor de 18 años (…)”
forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o
explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres,
de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.
Esto significa que cualquier situación que ponga en riesgo la integridad física, psicológica, moral o
sexual de NNA, así como el acceso a sus derechos, debe ser prevenida o atendida por el Estado a
través de las medidas que el artículo mismo enuncia. En adición, la Observación o Recomendación
General 31 y 18 adoptada en conjunto entre el Comité CEDAW y el Comité de los Derechos del
Niño, de Naciones Unidas, considera al matrimonio infantil o forzado como una práctica nociva
(párrafos 7 y 9), razón por la cual NNA deberían tener el máximo nivel de protección posible
contra estas situaciones perjudiciales.
En armonía con el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niño, el legislador
ordinario, a través del artículo 45 de la LGDNNA estableció un parámetro de edad mínima a
través del cual se busca que personas menores de 18 años estén efectivamente protegidas en
contra de una práctica nociva, como el matrimonio a temprana edad.
Por lo anterior, es posible afirmar que el requisito de edad mínima para contraer matrimonio,
estipulado en el artículo 45 de la LGDNNA, es congruente con el artículo 19 de la Convención
sobre los derechos del Niño, en relación al artículo 1 constitucional. Entonces, la restricción al
derecho a contraer matrimonio satisface el primer estándar del análisis sobre la validez
constitucional de la prohibición.
b) Las restricciones deben ser necesarias para asegurar la obtención de los fines que fundamentan la
restricción constitucional. Se ha demostrado la validez constitucional de la restricción al derecho
al matrimonio, en relación a la edad mínima. Empero, la necesidad de establecer tales medidas,
radica en las consecuencias negativas del matrimonio precoz y en cómo este fenómeno impacta
en la vida de los NNA.
Los embarazos adolescentes traen aparejados efectos negativos en la salud de las mujeres, toda
vez que ni biológica ni física ni emocionalmente están preparadas para concebir. El matrimonio es
justamente el caldo de cultivo perfecto para que las mujeres adolescentes comprometan su salud
a través de los embarazos.
Las condiciones de precariedad, generalmente, se reproducen en parejas adolescentes que han
contraído matrimonio. Si se considera que el 53% de NNA sufren algún nivel de pobreza, entonces
es bastante probable que los contrayentes se ubiquen en situación de precariedad. Si a lo anterior
se suma que normalmente se abandonan lo estudios para atender el hogar o para trabajar, puede
asumirse que los empleos a los que acceden no necesariamente son dignos, decentes, o son un
medio para elevar la calidad de vida.
Ahora bien, los ejemplos anteriores dan una pequeña muestra del impacto negativo del
matrimonio frente a las vidas de personas menores de 18 años.17 Como se hizo notar
anteriormente, el Comité CEDAW y el Comité de los Derechos del Niño, han considerado al
matrimonio infantil como una práctica nociva que perjudica los derechos de NNA.
“(P)or tal motivo, entonces, (el Tribunal) dispone que las pertinentes medidas de protección
a favor de las niñas o niños sean especiales o más específicas que las que se decretan para el
resto de las personas, es decir, los adultos. Téngase presente a este respecto, que la Corte
ha señalado que las niñas y niños gozan de los mismos derechos que los adultos y, además,
poseen derechos adicionales y que, por tanto, el artículo 19 ‘debe entenderse como un
derecho adicional, complementario, que el tratado establece para seres que por su
desarrollo físico y emocional necesitan de protección especial”18
En este sentido, se hace necesario que el Estado mexicano adopte medidas efectivas y eche mano
de todos sus recursos disponibles para asegurar la protección especial NNA contra el matrimonio
a temprana edad. La condición sobre la edad mínima para contraer matrimonio que contempla el
artículo 45 de la LGDNNA, es una restricción que pretende apartar a las personas menores de 18
años de las consecuencias negativas de esta práctica nociva.
Por lo tanto, la validez constitucional de dicha restricción se tilda necesaria para garantizar
protección especial de NNA frente a una práctica que en los hechos resulta perjudicial y que, lejos
de ser un vehículo que facilite el acceso a derechos, en realidad, el matrimonio infantil perpetua
situaciones de discriminación, roles de género, obstaculiza el derecho a la educación, a la salud, al
trabajo (cuando menos) y a menudo reproduce condiciones de precariedad entre los cónyuges y
sus familias.
c) La medida deber ser proporcional, esto es, la medida legislativa debe respetar una
correspondencia entre la importancia del fin buscado por la ley, y los efectos perjudiciales que
produce en otros derechos e intereses constitucionales. La medida legislativa del establecimiento
de una edad mínima para contraer matrimonio, cumple con un parámetro de proporcionalidad
17 En el Capítulo 7 del presente ocurso, se ahondará en los efectos negativos del matrimonio precoz
18 Opinión Consultiva OC-21/14. Derechos y garantías de niñas y niños en el contexto de la migración y/o en necesidad de protección
internacional. Decisión de 19 de agosto de 2014. Párrafo 66.
que busca preservar el Interés Superior del Niño,19 en un contexto en donde la figura del
matrimonio infantil se encuentra aparejada con la vulneración de diversos derechos.
Como se ha mencionado, la figura del matrimonio no es un mecanismo idóneo per se para garantizar los
derechos o brindar una protección integral a las madres y a los padres adolescentes, ya que los efectos
negativos que puede tener la paternidad o la maternidad a temprana edad (como la pobreza, la falta de
redes de apoyo, la deserción escolar, la obstaculización de su derecho de recreación, la ausencia de
pautas de crianza, la posibilidad de tener varios hijos a una temprana edad, la violencia de género, entre
otras) no se ven menguados o subsanados por los efectos del matrimonio.
Por lo tanto, no resultan viables ciertas opiniones según las cuales la restricción a la edad para contraer
matrimonio sin dispensa o excepción alguna, conlleva la vulneración de derechos derivados de dicha
institución, máxime si con tal suposición se intenta evadir la necesidad imperante de reconocer la
verdadera problemática existente tras el aumento del índice de embarazo y maternidad/paternidad
adolescente existente en México.
En adición, no se encuentran prerrogativas fundamentales que podrían verse afectados en su ejercicio por
la restricción, en términos de edad, al derecho al matrimonio. No obstante, algunos sectores afirman que
el derecho al libre desarrollo de la personalidad estaría comprometido si las dispensas al estándar de
edad en el matrimonio son derogadas. Definitivamente, nada más lejos de la realidad.
Es importante recordar el criterio desarrollado por la SCJN en el que se define el contenido de este
derecho:
(…) El libre desarrollo de la personalidad constituye la expresión jurídica del principio liberal
de "autonomía de la persona", de acuerdo con el cual al ser valiosa en sí misma la libre
elección individual de planes de vida, el Estado tiene prohibido interferir en la elección de
éstos, debiéndose limitar a diseñar instituciones que faciliten la persecución individual de esos
planes de vida y la satisfacción de los ideales de virtud que cada uno elija, así como a
impedir la interferencia de otras personas en su persecución. En el ordenamiento mexicano,
el libre desarrollo de la personalidad es un derecho fundamental que permite a los individuos
elegir y materializar los planes de vida que estimen convenientes, cuyos límites externos son
exclusivamente el orden público y los derechos de terceros.20
Al respecto, conviene señalar que el establecimiento de la edad mínima para contraer matrimonio no
restringe o limita el derecho de libre desarrollo de la personalidad, pues como se ha mencionado y se
reitera, la garantía de derechos de niñas y niños requiere el establecimiento de condiciones específicas y
adecuadas a su grado de desarrollo, que asegure el ejercicio integral de sus derechos en el presente y en
19 De acuerdo a la CoIDH, la prevalencia del Interés Superior del Niño debe comprenderse como “[l]a necesidad de satisfacción de todos los
derechos de la infancia y la adolescencia, que obliga al Estado e irradia efectos en la interpretación de todos los demás derechos de la
Convención cuando el caso se refiera a menores de edad” Caso González y otras (“Campo algodonero”) vs. México, excepción preliminar,
fondo, reparaciones y costas, sentencia de 16 de noviembre de 2009, párr. 408.
20 Época: Décima Época, Registro: 2009591, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Jurisprudencia, Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de
la Federación, Libro 20, Julio de 2015, Tomo I, Materia(s): Constitucional, Tesis: 1a. /J. 28/2015 (10a.), página: 570.
DIVORCIO NECESARIO. EL RÉGIMEN DE DISOLUCIÓN DEL MATRIMONIO QUE EXIGE LA ACREDITACIÓN DE CAUSALES, VULNERA
EL DERECHO AL LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD (CÓDIGOS DE MORELOS, VERACRUZ Y LEGISLACIONES ANÁLOGAS).
el futuro, en este sentido encuentra justificación el establecimiento de edades mínimas para la realización
de ciertos actos jurídicos, que podría ser desproporcionales al grado de madurez, a contrarios al
principio de autonomía progresiva, derivado de la Convención sobre los Derechos del Niño, y señalado
en la Observación general 12 del Comité, sobre el cual la Suprema Corte de Justicia también se ha
pronunciado estableciendo que “(…) en la medida en que los niños adquieren competencias cada vez
mayores, se reduce su necesidad de orientación y aumenta su capacidad de asumir responsabilidades
respecto de decisiones que afectan su vida.”21
El establecimiento de las edades mínimas legales busca proteger a las y los adolescentes de
decisiones a través de las cuales podría verse comprometido su pleno desarrollo, y la esencia de
esta medida normativa no es limitar el ejercicio de los derechos, sino es asegurar que niñas y
niños estén protegidos de las acciones que puedan afectarles o coartar la realización integral de
su proyecto de vida en el presente o futuro, garantizando que se desarrollen a su máximo
potencial en un entorno seguro.
De esta manera, la restricción al derecho al matrimonio en razón de la edad mínima para contraerlo,
contemplada en primer término en el artículo 45 de la LGDNAA y en diversos Códigos Civiles Estatales,
cumple con los estándares fijados por la SCJN para validarla constitucionalmente.
Por ello, aunque en estricto derecho se trate de una prohibición o limitación de una prerrogativa
fundamental, ésta se justifica por razón de su constitucionalidad, porque es necesaria para garantizar el
derecho a la protección de NNA contra una práctica nociva, y su fin buscado (la protección) es
proporcional a la afectación de otros derechos, aunque no se ubican intervenciones importantes a los
derechos de las personas.
Como se mencionó en el apartado anterior, el matrimonio a temprana edad afecta seriamente proyectos
de vida, integridad física y emocional, así como diversos derechos que difícilmente se cumplen después de
que NNA acceden a una vida en consorcio. Es por ello que, a pesar de que se trata de una prerrogativa
fundamental, el matrimonio no debería ser accesible a personas que aún no concluyen su desarrollo
físico, cuando menos.
2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si
tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la medida en que
éstas no afecten el principio de no discriminación establecido en esta Convención.
21Suprema Corte de Justicia de la Nación, Época: Décima Época, Registro: 2009925, Instancia: Primera Sala, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente:
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 22, Septiembre de 2015, Tesis: 1a. CCLXV/2015 (10a.), página: 305.
EVOLUCIÓN DE LA AUTONOMÍA DE LOS MENORES. FUNDAMENTO, CONCEPTO Y FINALIDAD DE ESE PRINCIPIO.
Asimismo, el artículo 23.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos refiere:
Artículo 23
(…)
2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia
si tienen edad para ello.
En el marco jurídico nacional, el artículo 4º de la CPEUM no hace especial mención al matrimonio, pero sí
determina la protección que las leyes secundarias deberían considerar frente a la figura de la familia. En
contraste, el Código Civil Federal (CCF, en adelante) desarrolla detalladamente temas sobre matrimonio
como actas, requisitos, obligaciones, entre otras cuestiones.
Llama la atención que el mismo CCF es confuso por cuanto el estándar de edad mínima para contraer
matrimonio se refiere. Por un lado, en su artículo 148 dispone la edad mínima de 14 y 16 años (mujer y
hombre respectivamente) para la celebración de la unión civil. Sin embargo, el artículo 149 estipula que
“el hijo o hija” que no hayan cumplido 18 años, no podrán casarse. Probablemente, la diferencia de
ambos estándares de edad radica en la figura de la emancipación, aunque el capítulo del CCF no hace
referencia alguna a dicha figura, en ninguno de estos artículos.
Es preciso señalar que el CCF, en ambos casos, abre la posibilidad para que las edades de los
contrayentes se “dispensen” por causas graves o justificadas. Este punto es de especial preocupación
porque si bien la tendencia global junto con el estándar de edad fijado por la LGDNNA es de
mínimamente 18 años cumplidos en ambos consortes, el artículo 148 comentado en el párrafo anterior,
flexibiliza aún más el requisito de edad que el mismo CCF señala: 14 y 16 años respectivamente. Es
definitivo que el legislador federal no consideró ni el interés superior del niño, ni el derecho a la
protección especial contra prácticas nocivas, cuando adoptó estos criterios.
Artículo 2
Los Estados partes en la presente Convención adoptarán las medidas legislativas necesarias para
determinar la edad mínima para contraer matrimonio. No podrán contraer legalmente
matrimonio las personas que no hayan cumplido esa edad, salvo que la autoridad competente
por causas justificadas y en interés de los contrayentes, dispense el requisito de la edad.
En efecto, el artículo 85 del Código de Derecho Canónico22 refiere sobre la dispensa lo siguiente:
CAPÍTULO V
DE LAS DISPENSAS
85. La dispensa, o relajación de una ley meramente eclesiástica en un caso particular, puede ser
concedida dentro de los límites de su competencia, por quienes tienen potestad ejecutiva, así como
por aquellos a los que compete explícita o implícitamente la potestad de dispensar, sea por propio
derecho sea por legítima delegación.23
Del dispositivo anterior se desprende que la figura jurídica de la dispensa constituye una facultad
discrecional o potestativa, reconocida a una autoridad para la relajación de una ley o para el no
cumplimiento de una prohibición establecida por la ley. En esa lógica, el sentido histórico y jurídico de la
dispensa no comprende un derecho subjetivo de los solicitantes o destinatarios de la misma, sino una
potestad de la autoridad para inaplicar la norma prohibitiva.
El uso de esta facultad discrecional en el caso del Estado mexicano en materia de matrimonio, ha
generado una sistemática vulneración de la dignidad de niñas y adolescentes principalmente, quienes han
visto anulada su libre determinación, desarrollo físico y psicoemocional. La inaplicación de la prohibición
de contraer matrimonio para menores de 18 años, ha derivado en una falsa salida legal para encubrir y
perpetuar los abusos y la violencia ejercida principalmente a niñas y adolescentes, como se verá a
continuación.
Cierto, la dispensa de edad para contraer matrimonio ha sido regulada por las legislaciones cuando se
trata de mujer menor que ha concebido con aquel con quien pretende casarse, y también en supuestos de
estupro, violación o rapto.24 Es importante hacer notar que la idea de “dispensar” el matrimonio infantil
por “causas graves” o “justificadas” constantemente está relacionado con delitos sexuales contra mujeres
adolescentes. Sin lugar a dudas, la simple naturaleza de esta figura, constituye un acto de impunidad y de
violencia estructural, legalizada desde el aparato Estatal, contra niñas y mujeres adolescentes.
La eliminación de la dispensa por edad para contraer matrimonio en el Código Civil del Estado de
Aguascalientes, por mencionar, representa el cumplimiento de la obligación del Estado de proteger los
Afortunadamente, otros Códigos Civiles como el del Estado de México han reformado la edad mínima
para contraer matrimonio para elevarla a 18 años. Empero, antes de esta enmienda, el Código Civil del
Estado de México preveía “dispensas” a la edad para contraer matrimonio, relacionadas con delitos
sexuales contra la mujer. En este sentido, el código multicitado preveía:
Para el caso de tratarse de ofendidas por el delito de violación por equiparación, cuando la
víctima sea menor de quince años y en el caso de que esta haya dado su consentimiento para la
cópula y no concurra modificativa, la edad requerida para contraer matrimonio es de trece años.
Es muy importante reflexionar sobre el contenido del artículo anterior que, favorablemente, ya está
derogado. Resulta que el origen histórico de las dispensas está relacionado con valores o principios
religión católica principalmente, por cuanto hace a la adopción de esta figura en su propio derecho
canónico. En este orden de ideas, la “dispensa” relacionada con la edad se ha utilizado para “reparar”
ofensas a la honra de familias o mujeres menores de 18 años, cuando ha habido de por medio alguna
agresión sexual.
Debe notarse que la sexualidad de la mujer menor de 15 años, inclusive, bajo estas premisas, se
considera un objeto de tutela por parte de autoridades públicas y familias que, en caso de ser “lesionado”
ese bien u objeto, debe repararse el daño es a través del matrimonio entre la víctima de la agresión
sexual y el perpetrador. Preocupa que la mujer, como ser humano, no es el centro de protección de las
dispensas; sino la “honra” de la familia.
Esto último es lo que verdaderamente debería preocupar. De acuerdo al artículo 4.4 del Código Civil del
Estado de México antes de las reformas pertinentes, la condena por un delito tan grave como la violación
(aunque sea equiparada), podía ser sustituido o indultado si el perpetrador accedía a casarse con la
mujer agredida sexualmente. En sí misma, esta disposición significaba una afrenta gravísima a los
derechos de la mujer, fortalecía situaciones de violencia contra la víctima y denegaba el derecho al
interés superior y a ser escuchado, de niñas y mujeres adolescentes, sobre todo.
Las dispensas a la edad mínima para contraer matrimonio han sido un instrumento de perpetuación de
situaciones de violencia contra la mujer, y han remarcado las inequidades existentes entre mujeres y
hombres. Es por lo anterior que se anima a erradicar el matrimonio infantil y, en especial, a derogar las
dispensas que permiten flexibilizar el estándar de edad mínima, para garantizar efectivamente la
protección contra prácticas nocivas e, incluso, contra delitos sexuales contra mujeres.
Por su parte, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer,
señala que la expresión “discriminación contra la mujer” significa toda distinción, exclusión o restricción
basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o
ejercicio por la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.25
En ese tenor, los Estados Partes de la Convención se comprometen, entre otros puntos, a adoptar todas
las medidas adecuadas, incluso de carácter legislativo, para modificar o derogar leyes, reglamentos, usos
y prácticas que constituyan discriminación contra la mujer.26
Asimismo, dicha Convención establece que no tendrán ningún efecto jurídico los esponsales y el
matrimonio de niños, por lo que deberán adoptarse todas las medidas necesarias, incluso de carácter
legislativo, para fijar una edad mínima para la celebración del matrimonio y hacer obligatoria la
inscripción del matrimonio en un registro oficial.27
De conformidad a la Convención sobre los Derechos del Niño, los Estados Partes están obligados a
adoptar todas las medidas eficaces y apropiadas posibles para abolir las prácticas tradicionales que sean
perjudiciales para la salud de los niños; además, deberán ser protegidos contra toda forma de violencia,
incluida la física, sexual o psicológica; y garantizar que ningún niño sea sometido a torturas, tratos
crueles, inhumanos o degradantes. Los cuatro principios generales de la Convención de los Derechos del
Niño se aplican a la cuestión de las prácticas nocivas: protección contra la discriminación, atención al
interés superior del niño, la defensa del derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, así como el
derecho del niño a ser escuchado.28
Dentro de las recomendaciones emitidas por los Comités de referencia, señalan que los Estados Partes
deberán aprobar o enmendar la legislación correspondiente con miras a afrontar y eliminar con eficacia
las prácticas nocivas, garantizando que la edad mínima legal para contraer matrimonio para niñas y
niños, con o sin el consentimiento de los padres, se fije en los 18 años.29
25 Artículo 1 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm
26 Artículo 2 inciso f) de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm
27Artículo 16.2 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
http://www.un.org/womenwatch/daw/cedaw/text/sconvention.htm
28 Ibíd. P. 13
29 Ibíd. P. 18.
6. DE LAS DISPENSAS A LA EDAD MÍNIMA PARA CONTRAER MATRIMONIO; SU IMPACTO
NEGATIVO EN EL DERECHO A LA NO DISCRIMINACIÓN.
Ya desde finales de la década de 1980, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas trabajó en
una definición más precisa sobre discriminación, toda vez que el Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos, no la contenía. De esta forma, en su Observación General 18, el Comité dispuso que:
(E)l Comité considera que el término “discriminación”, tal como se emplea en el Pacto, debe
entenderse referido a toda distinción, exclusión, restricción o preferencias que se basen en
determinados motivos, como la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o
de otra índole, el origen nacional o social, la posición económica, el nacimiento o cualquier otra
condición social que tenga por objeto o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce
o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales de
todas las personas.30
En tal virtud, debería considerarse como discriminación toda exclusión, restricción o preferencias que
tenga como objeto o resultado la intervención arbitraria de derechos fundamentales, términos que han
sido recogidos por la legislación secundaria mexicana, como se verá más adelante.
Asimismo, la Carta Magna también ha dispuesto desde su artículo 1º, último párrafo, que:
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad,
las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y
tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.
De las citas anteriores es de colegirse que todo trato diferenciado en razón de circunstancias
particulares (CPEUM además esgrime la categoría de “edad” en su definición) de personas o grupos de
personas, que tengan como objeto o resultado menoscabar o anular derechos fundamentales, deberá ser
prohibido.
En materia de niñez y adolescencia, el Estado está obligado a respetar y asegurar los derechos
reconocidos en la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), sin distinción por motivos o
situaciones personales o cualquiera otra condición personal o contextual de la Niña, Niño o
Adolescentes (NNA, en adelante) de sus padres o de sus tutores.
Asimismo, el artículo 2.2 de la CDN dispone la garantía de protección para NNA contra toda forma de
En efecto, como se sostiene y se evidencia a lo largo del presente memorial, el matrimonio a temprana
edad es una práctica nociva que ha violentado el acceso a derechos de personas menores de 18 años.
Esta afectación, en muchos casos, ha continuado a través del tiempo y sus efectos han perdurado incluso
cuando se ha rebasado la mayoría de edad. Por ello resulta necesario que el Estado mexicano adopte
medidas especiales que desincentiven el matrimonio precoz y, en su lugar, ofrecer alternativas de vida
que permitan a NNA no truncar sus proyectos y desarrollar su potencial.
Pero, un notable acierto de la LFPED consiste en señalar la naturaleza de la acción discriminatoria; esto
es, directa (por su objeto) o indirecta (por su resultado). En palabras de la CoIDH el Estado está
obligado a “abstenerse de realizar acciones que de cualquier manera vayan dirigidas, directa o
indirectamente, a crear situaciones de discriminación de jure o de facto”.33
Analizar el contenido y aplicación práctica de ambas categorías, resulta necesario para determinar la
existencia de tratos diferenciados ilegítimos. No obstante, en el caso de marras resulta importante poner
énfasis en el estudio de la discriminación por resultado para demostrar, en definitiva, que las dispensas al
matrimonio precoz perpetúan discriminación por sus efectos indirectos y, por lo tanto, contravienen el
artículo 1º constitucional.
Antes de continuar, es importante distinguir que el parámetro de discriminación “Directa, de Jure, o por
Objeto”, se entiende cuando a través de normas jurídicas o prácticas se imponen tratos diferenciados que
intervienen arbitrariamente los derechos de personas o grupos específicos e identificables. Este
31 Comité de los Derechos del Niño, Observación General 5, “Medidas Generales de aplicación de la Convención sobre los Derechos del
Niño”, 2003, párr. 12.
32 Para los efectos de esta ley se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión,
con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar
o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: el
origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, el sexo, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, económica, de salud o
jurídica, la religión, la apariencia física, las características genéticas, la situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las
preferencias sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación familiar, las responsabilidades familiares, el idioma, los
antecedentes penales o cualquier otro motivo;
33Criterio reiterado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos; cfr.: Opinión Consultiva OC-18/03, párr. 103; Caso Comunidad
Indígena Xákmok Kásek, párr. 271; Atala vs Chile, párr. 80; Caso Duque Vs. Colombia, supra, párr. 92.; Caso Flor Floire vs Ecuador, párr.
110 Ver, también, ONU, Comité de Derechos Humanos del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Observación General No.
18, No discriminación, CCPR/C/37, 10 de noviembre de 1989, párr. 6.
parámetro se invoca justamente cuando el contenido de la norma o la práctica explícitamente conllevan
un factor prohibido de discriminación.
Por ejemplo, en el caso Broeks y Zwann de Vries, el Comité de Derechos Humanos adoptó el primer
criterio sobre discriminación directa, por legislación local que privaban a la mujer casada del derecho a
una pensión de desempleo, a menos que pudiera comprobar que era “el sostén de la familia”. En su
resolución, el Comité hizo hincapié en que toda diferenciación (legal en este caso) basada en el sexo es,
de por sí, irrazonable.34
Por lo que toca a la discriminación “Indirecta, de Facto, o por resultado”, ésta se refiere a medidas que se
consideran discriminatorias debido a sus efectos, a pesar de que en sí la medida sea “(…) neutral, en el
sentido de aplicable a todos sin distinción”.35 Esto es, en situaciones en las que de una comprensión simple
se considere que la práctica o la ley aplicada a un caso concreto, es “neutra” o no pretende crear
condiciones discriminatorias, su impacto, en realidad, sí produce tratos diferenciados irrazonables en un
sector o persona identificable y específica.
A criterio de la CoIDH, la discriminación por resultado se materializa en aquellos casos en los que “el
impacto desproporcionado de normas, acciones, políticas o en otras medidas que, aun cuando sean o
parezcan ser neutrales en su formulación, o tengan un alcance general y no diferenciado, produzcan
efectos negativos para ciertos grupos vulnerables”.36
En los hechos, el matrimonio precoz, han sido el caldo de cultivo idóneo para que personas menores de
18 años, por razón de su edad (toda vez que ésta es una medida que sólo a ellos y ellas les perjudica)
pero también por cuestión de género (discriminación múltiple) padezcan perjuicios en su esfera de
derechos.
Aunque en el siguiente capítulo se dejará constancia empírica, amparados en cifras oficiales, es
importante demostrar desde ahora algunos elementos que configuran la discriminación por resultado en
tratándose de matrimonio infantil.
34 Comité de Derechos Humanos, caso Broeks Vs. Países bajos, párr. 8.4 y 14, 1984
35 Comité de Derechos Humanos, caso Karakurt Vs. Australia, párr. 8.4, 1990.
36 Corte IDH, Caso Nadege Dorzema y otros Vs. República Dominicana, párr. 235, 2012.
37 Primera Sala, Suprema Corte de Justicia de la Nación, “Discriminación indirecta o por resultados. elementos que la configuran”, Gaceta
Empero, entidades como Baja California continúan estableciendo dispensas o “filtros” como excepción al
derecho al matrimonio, cuando al menos uno de los contrayentes sea persona menor de 18 años. En
efecto, el artículo 145 del Código Civil de aquel Estado menciona que: “Para contraer matrimonio, el
hombre necesita haber cumplido dieciséis años y la mujer catorce. Los presidentes municipales pueden
conceder dispensas de edad por causas graves y justificadas.”38
El impacto de este texto es nocivo en términos de acceso a derechos. Asimismo, el estándar de 16 años
para el varón y 14 años para la mujer en realidad, está dirigido a reproducir roles de género y a
perpetuar discriminación por edad y género, toda vez que:
I. Reafirma el rol de hombre proveedor. El hombre a los 16 años es apto para ejercer algunos
empleos de acuerdo a la Ley Federal del Trabajo. Esto sin mencionar que tratándose de
empleos informales, la edad es sólo un constructo.
II. La mujer a los 14 años, si bien no ha concluido su desarrollo físico y biológico, socialmente se
considera que se encuentran en el inicio de una edad fértil. Esta situación también pone en
riesgo la salud de la madre adolescente y la de su hijo/a. Además se limita su poder de
decisión en asuntos relacionados con su salud y educación.
Según la agencia encargada de temas sobre la mujer, de Naciones Unidas, “ONU Mujeres”, “(E)l
matrimonio de niñas (que incluye las uniones tempranas de hecho) constituye una violación a los
derechos humanos de las niñas y es una práctica nociva que afecta gravemente su vida, su salud, su
educación y su integridad. Estas prácticas impactan su desarrollo futuro y el de sus familias, e incrementa
la discriminación y la violencia contra ellas”.39
En este sentido, si las recientes reformas al Código Civil del Estado de Aguascalientes son declaradas
inconstitucionales, podría significar un retroceso importante en los derechos de niñas y mujeres
adolescentes.
En efecto, antes de las reformas al Código Civil de Aguascalientes, el artículo 145 disponía lo siguiente:
“Para contraer matrimonio el hombre y la mujer necesitan haber cumplido dieciséis años. El Juez, puede
conceder dispensa de edad por causas graves y justificadas, pero nunca se podrá dispensar a menores de
catorce años”40.
De igual forma, la edad mínima para contraer matrimonio es de 14 años a pesar de al principio se
señalen 16 años, basta con una dispensa para acceder a esta figura jurídica desde la temprana
adolescencia. En adición, ésta norma de 2014 es un prototipo de aparente “neutralidad” en la redacción
38 Artículo 145, Código Civil del Estado de Baja California. Disponible en: http://www.bajacalifornia.gob.mx/rppc/leyes/codigo_civil_bc.pdf
39 ONU Mujeres México, “Matrimonios y uniones tempranas de Niñas” México, 2016. Disponible en: http://www2.unwomen.org/-
/media/field%20office%20mexico/documentos/publicaciones/2016/matrimonio%20infantil_.pdf?vs=1122
18
40 Código Civil del Estado de Aguascalientes, 2014. Disponible en:
http://www.aguascalientes.gob.mx/Gobierno/Leyes/leyes_PDF/04102013_134757.pdf
del artículo; tanto que ni siquiera hace diferencia de género para el parámetro de edad, como lo hace el
Código Civil vigente del Estado de Baja California.
De acuerdo a indicadores diseñados por la Red por los Derechos de la Infancia en México,41 a partir de
la encuesta intercensal 2015 realizada por el INEGI, en Aguascalientes, la proporción de mujeres no
solteras, de 17 años, con respecto a hombres de la misma entidad, edad y estado civil, es tres veces
mayor en incidencia (15.2% y 4.3% respectivamente). El matrimonio afecta más a mujeres de entre 12 y
17 años.
Sí existe una relación directa entre estrato socioeconómico y matrimonio infantil. Más del 60% de
mujeres que hoy tienen entre 20 y 24 años, que a través de dispensas contrajeron matrimonio, padecían
algún tipo de pobreza. A nivel nacional, el 37.3% de las mujeres que se casaron antes de los 18 años, se
ubicaban en un estrato socioeconómico muy bajo, en comparación con el 4.2% de las que pertenecen a
un estrato alto.42
Algo similar sucede con el derecho a la educación. Básicamente, entre más años de estudio, menos
incidencia en matrimonios tempranos. Las mujeres con más años de educación se casan más tarde, se
embarazan menos en la adolescencia, optan por tener menos hijos, gozan de empleos mejor
remunerados y la calidad de vida de ellas y de sus familias es significativamente mejor que para aquellas
mujeres que se casan siendo niñas.
Por lo que se refiere a discriminación de hombres no solteros, en Aguascalientes, debe decirse que el
compromiso de las uniones de facto o el matrimonio en este grupo de población, interfiere con el
ejercicio de su derecho a la educación. Cierto, los hombres solteros de 17 años asisten más a la escuela
que hombres no solteros a los 12 años. Incluso, los hombres comprometidos en matrimonio o en unión
libre de 17 años, dejan de asistir a la escuela en un 83%.44
De la misma forma que los ejemplos de mujeres adolescentes anteriores, los hombres de 12 a 17 años no
solteros también enfrentan cierta discriminación en éste y otros derechos. Esta discriminación, debe
41 Red por los Derechos de la Infancia en México, “10 cosas sobre el matrimonio adolescente en México”, disponible en:
https://public.tableau.com/profile/indicadores.redim#!/vizhome/10cosassobreelmatrimonioadolescenteenMxico/Datosquecuentan_1
42 Datos de ONU Mujeres, a partir de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica
(ENADID), 2014.
43 Ibíd.
44 Red por los Derechos de la Infancia en México, en Op.Cit. Cifras completas disponibles en:
https://public.tableau.com/profile/indicadores.redim#!/vizhome/10cosassobreelmatrimonioadolescenteenMxico/Datosquecuentan_1
decirse, es muy específica para este sector de población, esto es, personas de entre 12 y 17 años que han
adquirido obligaciones de pilar o sustento de una familia.
Es deseable que este Alto Tribunal tenga en consideración los ejemplos citados y los que se encuentran
disponibles en las notas al pie, al momento de resolver el fondo de la presente Acción de
Inconstitucionalidad. Las dispensas al matrimonio infantil, seguirán profundizando las desigualdades por
género y edad, en relación al resto de la población.
Afirmar que el matrimonio infantil podría significar acceso a derechos para quienes lo contraen o para
sus descendientes, y que por tanto puede ser motivo del ejercicio de este derecho en personas de hasta
17 años, puede implicar acciones discriminatorias del Estado, así como omisiones en la observancia de la
obligación de implementar medidas especiales de protección de derechos de niñas, niños y adolescentes,
todo lo cual contravendría la Constitución y los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano
es parte, y violaría los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes.
En el caso particular del acceso a la seguridad social como un argumento para favorecer el matrimonio
infantil, se hace notar que el otorgamiento de la dispensa o la permisión del matrimonio de personas de
hasta 17 años tomando en consideración este factor, implicaría la discriminación contra adolescentes que
estudien y no trabajen, o que realicen actividades laborales que no implican el gozo de los beneficios de la
seguridad social, y que deseen igualmente contraer matrimonio.
Dicho otorgamiento de la dispensa o permisión del matrimonio de personas de hasta 17 años con
fundamento en el ejercicio del derecho a la seguridad social de una o uno de las o los contrayentes,
podría por tanto implicar discriminación al no reconocerse el mismo derecho en quienes no tienen acceso
a la seguridad social, con el agravante de que una significativa proporción de la población que no tiene
acceso a seguridad social se encuentra en situación de vulnerabilidad por circunstancias específicas de
carácter socioeconómico.
A lo anterior, agregamos que los matrimonios precoces y los de hasta 17 años están relacionadas con
menor asistencia escolar (a nivel nacional, el 88.7% de las mujeres de entre 15 y 17 años que no eran
solteras en 2015 no asistían a la escuela; esta cifra era cuatro veces superior a la observada en mujeres
solteras de la misma edad (19.6%)), mayor ocupación en los quehaceres del hogar (en México, el 78.8%
de las mujeres de entre 15 y 17 años que no eran solteras en 2015 se dedicaban a los quehaceres del
hogar, mientras el 73% de los hombres de la misma edad que no eran solteros trabajaban en otras
ocupaciones), y mayor pobreza (en 2015, la proporción de mujeres de 15 a 17 años que no eran solteras
en los 15 municipios con mayor pobreza (el 18%) era cuatro veces mayor al porcentaje de mujeres de la
misma edad que no eran solteras en los 15 municipios con menor pobreza (el 4.5%)), entre otros
aspectos.45
En adición, la mitad de la población de mujeres de 15 a 17 años que no eran solteras en 2015 habían
tenido al menos una hija o hijo nacido vivo, mientras que esta cifra se reducía significativamente entre las
mujeres solteras de la misma edad, a nivel nacional (50.7% y 1.3%, respectivamente) De igual manera,
enfatizamos que la mayoría de las mujeres de entre 15 y 17 años que no tenían hijas o hijos en 2015 a
nivel nacional (el 94.8%) eran solteras, mientras que la mayor parte de las mujeres de la misma edad que
tenían dos o más hijas o hijos no eran solteras (el 86.9%).46
Todo lo anterior demuestra que el matrimonio infantil está relacionado con una deficiente garantía de
los derechos de niñas y mujeres adolescentes en particular. Adicionalmente, existe evidencia de casos en
los que el matrimonio precoz ha demostrado ser un obstáculo para el disfrute de los derechos humanos,
además de truncar proyectos de vida particularmente en niñas y mujeres adolescentes.
Es amplia también la evidencia de violencia contra las mujeres y las niñas en el hogar, y el hecho de que
cada año decenas de miles de mujeres de hasta 17 años se unan precozmente con hombres mayores de
18 años en un contexto de relaciones de poder asimétricas no parece estar relacionado con menor
incidencia de violencia contra las mujeres y mayor protección de sus derechos.
A esto se agrega que por décadas han existido dispensas o permisiones del matrimonio en los Códigos
Civiles de los Estados, y que pese a su otorgamiento no se han observado cambios mayores en la
incidencia de uniones tempranas (de 2000 a 2015, el porcentaje de mujeres de 15 a 17 años que no son
solteras ha pasado del 10% al 9.4% de la población femenina en el mismo rango de edad), y tampoco
existe evidencia de que estas dispensas o permisiones estén derivando en un mayor acceso a derechos en
la población de mujeres casadas de hasta 17 años.
Tras presentar estos puntos, consideramos que la eliminación de las excepciones y dispensas a la edad
mínima para contraer matrimonio se encuentra apegada a los derechos humanos y las garantías
establecidas en nuestra Constitución Federal, dado que este fenómeno ha demostrado estar relacionado
con incumplimientos múltiples en la garantía de los derechos de las mujeres; además de que el
otorgamiento de las dispensas y permisiones no ha derivado en una efectiva protección de los derechos
de niñas y mujeres adolescentes; y el permitir los matrimonios de adolescentes bajo la hipótesis de
permitir el acceso a derechos para quienes lo contraen o para sus descendientes, implica supeditar los
derechos a la figura jurídica del matrimonio y vulnerar los derechos de las personas que no se encuentren
En síntesis, el establecimiento de una edad mínima para contraer matrimonio sin excepciones y dispensas
constituye una medida de protección especial de derechos de niñas, niños y adolescentes, la anulación de
las dispensas y excepciones, es proporcional y razonable frente a la protección de los derechos de niñas,
niños y adolescentes que se encuentren en situación de vulnerabilidad por circunstancias específicas
relacionadas con aspectos de género, pobreza, prácticas culturales, u otros factores que restrinjan o
limiten sus derechos, buscando a través de la eliminación de las mismas la igualdad sustantiva, de
oportunidades y la garantía del derecho a la no discriminación.
8. CONCLUSIONES.
1. Si bien los derechos humanos son universales, no deben considerarse absolutos o ilimitados,
máxime si la restricción de un derecho está prevista para proteger a un grupo particular, en
situación de vulnerabilidad, contra prácticas nocivas.
3. El estándar fijado por el artículo 45 de la LGDNNA por cuanto hace a los 18 años como edad
mínima para contraer matrimonio, es una medida razonable y proporcional a la luz de un
análisis de validez constitucional.
5. Históricamente, las “dispensas” a la edad mínima para contraer matrimonio han servido para
sustituir o indultar delitos sexuales contra mujeres, incluso, menores de 15 años.
10. Desde hace décadas, la tendencia en eventos de matrimonio infantil no ha variado de manera
importante. Lo anterior podría significar que las dispensas no han funcionado como una
excepción o un filtro, sino como un subterfugio para flexibilizar una norma, sin que exista un
estudio caso por caso.
11. No existe evidencia empírica que demuestre que el matrimonio permite acceder a más
derechos en el caso de personas menores de 18 años.
9. PETITORIOS.
PRIMERO. Tener por ofrecido el presente memorial, a fin de que esta H. Suprema Corte de Justicia de la
Nación tenga elementos técnicos desde la Sociedad Civil, para mejor proveer.
SEGUNDO. En caso de que su Usía lo considere necesario, Save the Children, México y las
organizaciones aliadas, estarán en disposición de comparecer para sostener las afirmaciones aquí
vertidas.
A T E N T A M E N T E.
Ciudad de México, a 13 de Marzo de 2017.