Tipos de Fosilización

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Tipos de fosilización Según el proceso geológico

a.- Permineralización o petrificación


Es el proceso que se da cuando el organismo o alguna de sus partes se mineralizan,
formando una copia fiel sobre la piedra. Al morir, muchos organismos van a parar al
lecho de ríos y pantanos y van quedando sepultados por capas de sedimentos que,
además, lo ayudan a su conservación.
Con el paso del tiempo la materia orgánica va siendo sustituida por los minerales
circundantes, convirtiéndose de esta manera en fósiles petrificados.
Por lo general son las partes más duras de los organismos los que se mineralizan
(huesos, dientes y caparazones y conchas de animales), aunque también se han
encontrado fósiles petrificados de huevos, plantas y frutos.
b.- Inclusión
La inclusión se produce cuando el organismo queda atrapado dentro de ambientes o
materiales que permiten su conservación más o menos intacta hasta nuestros días.
Según sean las condiciones, este tipo de fosilización puede ser:
1.- Gelificación o congelación: se da en zona de glaciares. A lo largo de la historia se han
producido diferentes glaciaciones en los que se presupone que muchos ejemplares de
diversas especies murieron y quedaron sepultados debajo de grandes capas de hielo
que permitieron su buen estado de conservación. En Siberia y Alaska se han
encontrado mamuts congelados por más de 25.000 años en perfecto estado de
preservación, pudiendo encontrar incluso, alimento en su aparato digestivo.
2.- Momificación: el organismo se conserva gracias a la deshidratación que sufre
debido a altas temperaturas.
3.- Conservación en ámbar o brea: en este caso el organismo es “atrapado” por la savia
espesa de algún árbol que luego se solidifica dejando adentro al organismo intacto,
incluso con sus partes blandas y toda su información genética. Igualmente se da este
caso cuando el organismo es atrapado en brea (petróleo crudo).
c.- Impresión
También denominado fosilización por compresión, impronta o huella, tiene lugar
cuando el organismo queda sobre alguna superficie de poca o relativa dureza como
arena, lodo, limo, arcilla, piedra caliza, etc., y que luego es cubierta por sedimentos que
se endurecen con el tiempo, dando como resultado una impresión en dos dimensiones
del organismo o de alguna parte de él.

Tipos de fosilización según el proceso químico


a.- Carbonatación
Sucede cuando las partes duras del organismo se transforman en carbonato de calcio o
calcita.
b.- Silicificación
La sílice que contiene el agua, los sedimentos o la lava volcánica se deposita en los
poros e intersticios del organismo y facilita su fosilización.
c.- Piritización
Es cuando la materia orgánica es sustituida por pirita o marcasita, producto de la
combinación del hierro presente en el agua con el ácido sulfhídrico que se produce por
la descomposición del organismo en un ambiente sin oxígeno.
d.- Fosfatacion
El fosfato cálcico presente en los huesos y dientes de los animales vertebrados permite
la fosilización con la ayuda del carbonato de calcio que poseen las rocas y los lechos de
mares y ríos.
e.- Carbonificación
Durante el período carbonífero de la Era Paleozoica la tierra tenía grandes extensiones
de bosques que luego degeneraron en carbón gracias a condiciones atmosféricas
particulares; es el proceso de mineralización más común para las especies vegetales.

Según el proceso físico que se produce


a.- Desarticulación
Desmembramiento de los esqueletos a la altura de sus articulaciones, debido a la
destrucción de los ligamentos.
b.- Fragmentación
Ruptura por impacto físico o depredación de otros animales, incluso previo a su
muerte.
c.- Abrasión
Deterioro o pulido de los huesos, suavizando sus formas y perdiendo detalles. Esto
puede producirse por el tiempo, agentes abrasivos externos o fragilidad en la
estructura del esqueleto.
d.- Bioerosión
Se produce en organismos marinos como algas o esponjas en mares de poca
profundidad.
e.- Corrosión
Los minerales presentes en los sedimentos van corroyendo lentamente los huesos.

Según la presencia o no del organismo


a.- Corporal
Cuando la estructura del organismo está presente y conservada, aunque transformada
en mayor o menor medida por el proceso de mineralización.
b.- Molde
Impresión o relleno que queda luego que ha desaparecido la materia orgánica del
organismo. Dependiendo de si el fósil refleja la parte exterior o interior del organismo,
el molde será externo o interno.
c.- Sustancias fósiles
Cuando las altas presiones, altas temperaturas y cambios físicos, químicos y geológicos
intervienen en lo que hace miles de años fueron seres vivos, transformando los en
hidrocarburos líquidos (petróleo), gas natural o carbón (grafito, diamantes, calcita, etc.)

La fosilización (1)
En pleno de las ciencias de la tierra y de la vida, entre geología, biología,
química, y con la contribución de avanzadas técnicas científicas de otras disciplinas (*),
la paleontología incrementa sin cesar nuestro conocimiento sobre la evolución de la
vida y sus mecanismos.
(*) El paleontólogo suele trabajar en equipos pluridisciplinarios (geólogos, biólogos, ( Son muchas las
ramas de la biología que intervienen: Bioquímica; Biología molecular; Genética; Antropología molecular,
filogenética….);geofísicos; oceanólogos; climatólogos; Físicos nucleares,…..

Gracias a este núcleo de ciencias en marcha que se complementan, nuevas ventanas de


abren sobre el modo de vida de los innumerables seres vivos que se sucedieron
tiempos atrás, con los cuales como primates, mamíferos, vertebrados…compartimos
una lejana herencia.
La historia de la tierra se inscribe en las rocas. Pacientemente, colocando las
innumerables piezas del gran puzzle de unos 3.800 millones de años de vida sobre
nuestra tierra, equipos de geólogos, paleontólogos… sacan a luz, en el transcurso de
sus múltiples estudios científicos, restos o huellas de organismos fosilizados, algunos
inesperados, perturbando hipótesis arraigadas desde decenios e induciendo nuevas
teorías sobre la biodiversidad, otros aportando piezas inéditas sobre el muy ramificado
árbol genealógico de la vida.
La fosilización desvela sus complejas ecuaciones y hace que hoy se circunscribe y se
descifre con cada vez más precisión el conjunto de fenómenos bio físico-químicos que
transforman los organismos muertos, unos grandes, otros microscópicos en fósiles, en
interacción con las rocas que los aprisionan y que a la vez se van trans/formando con
ellos.
Paralelamente se llega a un mayor conocimiento de los grandes grupos de organismos,
de su distribución a través del tiempo y de las complejas transformaciones que han
experimentado en el transcurso de los tiempos geológicos, así valoramos más la
interdependencia de las especies entre ellas, que cada una a su manera ha contribuido
a construir el mundo en el que hoy vivimos, y que a pesar de su inmensa diversidad,
presentan una unidad de estructura y de funcionamiento.
Desde la aparición de la vida,3.800 M.a. atrás, la historia evolutiva de los seres vivos no
aparece forzosamente gradual , lenta y tranquila, si no salpicada por algunos cambios
bruscos en cortos lapsos de tiempo, marcados por picos de extinciones masivas de
grupos de especies tanto marinos como continentales, seguidos de largos intervalos de
readaptación,(de re/evolución) con cambios graduales.
Estas extinciones o crisis biológicas que surgen al compás de las convulsiones terrestres
o espaciales desembocan en el éxito evolutivo repentino de especies paleontológicas
descendiente de las especies que han sobre/vivido. Esos nuevos protagonistas van
ocupando los nichos ecológicos dejados vacantes dando lugar al paso del tiempo a otra
rica biodiversidad.
Los cambios físicos (geológicos) de la tierra y las modificaciones de la biosfera son
interdependientes: Cinco crisis biológicas importantes han orientado la evolución de la
vida, seguidas de complejas mutaciones que han ido incrementando la diversificación
de las especies.

La primera al fin del ordovícico (-440 M.a.); del devoniano (-367 M.a.); del pérmico (-
245 M.a.); del trías (-208 M.a.); del cretácico (-65 M.a.). Esta última que da paso a la
era terciaria marca la desaparición de los dinosaurios, de los ammonites y gran parte
de los habitantes de los fondos marinos; Sobrevivirán los pequeños mamíferos, las
plantas terrestres, los peces y ciertos corales.
Después de cada ola de extinción, la vida se ha recuperado ; La diversificación de los
posibles lugares de vida debida al disloque y a la deriva de los continentes (orogénesis,
formación de cordilleras, 0 islas volcánicas, cambios oceánicos, climáticos,…) ha ido
enriqueciendo cada vez más la biodiversidad.
En el superficie de nuestro planeta, por tierras, aire y mares, una explosión increíble de
formas de vidas, animales y vegetales se ha propagado: Organismos nadando,
coleando, reptando, trepando, andado o volando, echando raíces… todos dotados de
sofisticas herramientas de atracción, de defensa como de combate, dando prueba de
increíbles subterfugios para adaptarse y sobrevivir cueste lo que cueste…
Sin sus restos o huellas fosilizados, no podríamos reconstituir lo que fue la vida pasada,
saber entre otras cosas como hemos conseguido liberarnos de las formas elementales
de vida que nacieron en los mares primitivos para llegar a “dominar” el planeta. En
esta búsqueda, paradójicamente, algunas criaturas muy alejadas del hombre nos
pueden aclarar sobre nuestro propio pasado.
Entre las numerosas herramientas de la que dispone la biología par estudiar la fauna
desaparecida se puede citar la filogenia que es el estudio de las características
heredadas de la evolución de las especies en vista de reencontrar sus vínculos
evolutivos, lazos que se representan en esquemas o “árboles genealógicos”; Otra es la
etología que consiste en estudiar el comportamiento de los animales actuales en su
medio natural, los cuales supuestamente pueden tener puntos comunes con ciertos
antepasados fosilizados. Por otra parte, la ecología estudia las interacciones de los
seres vivos entre ellos así como los lazos con su medio ambiente…
Sacando así analogías entre presente y pasado, podemos entrever el modo de vida de
estas criaturas, saber de que se alimentaban, como se reproducían… bajo que climas y
ecosistemas actuaban….
A pesar de ser un tanto hastiados de imagen y reportajes, la multiplicidad de aspectos
que adoptan los fósiles no deja de interrogarnos, de suscitar el asombro, la
expectación. Por eso, a menudo el cine nos proyecta millones de años atrás en mares y
bosques virtuales que nunca el hombre pudo pisar, haciéndonos compartir la suerte de
reptiles gigantes y otras criaturas extraordinarias.
Que sean microscópicas o gigantescas, muchas formas de vida han tropezado con un
umbral de adaptación infranqueable y se han extinguido, unas solo dotadas de poco
tiempo de vida , otras como los famosos dinosaurios reinando durante unos 135
millones de años antes de volatilizarse para siempre, como si no hubieran existido
nunca. Algunos fracasos de la evolución fueron cruciales para el desarrollo del hombre
cuyo linaje puede ser casi reconstituido hasta los primeros vertebrados.
Aunque muy fragmentarios, los restos fosilizados que poseemos son instantáneas de la
evolución, clichés de una larga película de cambios paleogeográficos, que revelan
múltiples fracasos, divergencias y formas de transición en el árbol de la biodiversidad,
desde las primeras bacterias, algas y hongos del llamado “caldo primigenio orgánico”
del precámbrico hasta la fauna y la flora actual del holoceno.
A pesar de que algunos yacimientos suelen contener gran cantidad de fósiles, los
científicos consideran que aproximadamente un 99% de las especies que antes
existieron hoy han desaparecido o más exactamente, que las especies que poblan hoy
el planeta solo representan el 1% de las que antes existieron. Se considera también que
la proporción de seres vivos fosilizados es del orden de del 0,1%, ¡ muy pequeño
porcentaje del cuál solo conocemos unas 300 000 especies fósiles!
Por múltiples razones, una gran mayoría de los seres vivos que han poblado de la tierra
no han dejado rastro alguno después de su muerte, al no poder reunir las condiciones
suficientes para fosilizar.
Los fósiles pueden ser:
– Organismos enteramente conservados fuera del medio acuático:
Mamutes, bueyes almizclados, …congelados en el permafrost; Insectos, pólenes,
bacterias…en el ámbar; Microfósiles en algunos sílex; Organismos presos en sales,
turba, asfalto, cenizas volcánicas…

– Restos mineralizados de organismos (animales y plantas):


Huesos; Dientes; Conchas; Troncos…

– Huellas:
Moldes externos o internos de conchas; Hojas; Plumas; Escamas…

– Producción biogénica
Huellas debidas a actividades de seres vivos del pasado:
Huellas o rastros, señales locomoción (icnitas *);
Bioturbaciones y perforaciones en lodo o cieno;
Madrigueras;
Huellas de reproducción: nidos;
Larvas;
Polen;
Cambios de muda; Coprolitos; Gastrolitos…
(*) El estudio de las pistas fósiles (icnitas) es la paleoicnología.

La fosilización: Un azar excepcional


La fosilización es principalmente el resultado de un proceso lento y continuo, un
organismo muerto pasa a ser fósil cuando su materia orgánica es sustituida por
componentes minerales: El organismo es literalmente convertido en roca (*) a lo largo
de un proceso llamado “Diagénesis”.
(*) Proceso habitual, pero existen otras formas de fosilización.

Unas de las condiciones imprescindibles para que el proceso de fosilización pueda


tener lugar, es que el organismo muerto sea sepultado con rapidez bajo una cantidad
importante de sedimento blando (arena, lodo, limo..), o otra “mortaja”, lo cual lo
mantendrá físicamente (pero provisionalmente) a salvo.
Posteriormente, la suerte de fosilizar depende esencialmente de dos elementos:
El biotopo donde se encuentra el organismo
Estructura íntima del organismo.
Para que el fósil se vaya formando, se tiene que instaurar un equilibrio químico entre
las materias orgánicas y el estrato de sedimento que lo aprisiona en el largo transcurso
de la diagénesis, proceso muy contado que necesita la conjunción excepcional de
múltiples parámetros, porque cuando un organismo muere, lo más habitual, es que las
sustancias que lo componen sean casi inmediatamente reutilizadas en las cadenas
alimenticias, devoradas por depredadores, insectos, descompuestas por bacterias,
alteradas por el oxígeno …

Las condiciones climáticas participan en la destrucción del cadáver (lluvias, calor,


heladas….), sin embargo, ciertas condiciones climáticas pueden conducir a una
preservación excepcional del animal o vegetal.

Por último, en el transcurso de la diagénesis, es necesario que los sedimentos que


encierran los fósiles no sean sometidos a fenómenos brutales como por ejemplo por
los movimientos de la corteza terrestre y sean demasiado comprimidos, o plegados… ,
y que también no sean expuestos a agentes físicos muy erosivos (corrientes, olas,
viento… aunque la erosión resulta necesaria para sacar el fósil a la superficie) o
temperaturas elevadas, lo que produciría su alteración o destrucción. Son tantos
factores negativos que reducen las posibilidades de fosilizar.

El medio particularmente adecuado a la fosilización es el medio marino o lacustre, allí


en algunos puntos bajos, los ciclos repetitivos de aporte/estabilización de sedimentos
hacen posible sepultar y preservar con cierta rapidez innumerables organismos sin
vida que acaban casi inevitablemente depositándose sobre el fondo.

Por regla general, los fósiles de organismos acuáticos abundan más y son mejor
conservados que los organismos terrestres,
Aunque en algunos biotopos terrestres el volumen de sedimento desplazado puede ser
también importante, éste no llega forzosamente a captar y sepultar con “suavidad”
cantidad de organismos como ocurre en el fondo marino. Hay focos de fosilización
continentales excepcionales pero son muy puntuales.

Otra causa es que en los medios ambientes terrestres suele predominar la erosión,
además el aire libre posibilita la alteración, y por consiguiente los restos de fauna o
flora terrestre escasean más, excepto quizás en lugares secos ( desiertos, estepas…)
donde las condiciones son más propicias a la conservación: Enterramiento rápido, sin
perturbación, suponiendo un proceso de desecación, más bien que descomposición.

En el amplio muestrario de fósiles de animales, los de los antepasados del hombre


ocupan un lugar privilegiado, gracias a ellos, nos acercamos cada vez más hacia la
reconstitución de la historia de la especie conforme iba surgiendo de las formas
prehumanas, no obstante la singular evolución del hombre solo se puede comprender
en relación con la demás especies.

Desde los pequeños primates con posición vertical hasta las manadas socialmente
estructuradas de homo sapiens, un largo camino lleno de recodos ha sido recorrido,
conduciendo a una evolución social sin precedentes.

El desarrollo del cerebro, de la facultad de la palabra, las creencias, el culto de los


muertos, el uso del fuego, la capacidad de expresarse por el arte, de imaginar y
construir armas y herramientas, refugios, más tarde de domesticar plantas y
animales…, de transmitir de generación en generación su experiencia, han permitido al
hombre adquirir tecnologías que le libran de las vicisitudes climáticas, favoreciendo su
adaptación a una amplia mayoría de ecosistemas, situándolo así por encima de todos
los demás seres vivos.

Si la paleontología nos enseña mucho al reconstituir la larga historia de la vida,


también nos invita a hacer balance de los tremendos cambios acarreados en
poquísimo tiempo a escala humana.

Desde la revolución industrial, al compás del desarrollo de sus actividades de


producción y de la expansión de sus redes de transporte, el hombre “moderno” se ha
apoderado de los mandos del planeta, perturbando a menudo los equilibrios
ecológicos existentes, acelerando el proceso de extinción en masa,(1) tanto de
especies animales como vegetales ( sin mucho pensar en las consecuencias que eso
puede suponer), antes también de haber elaborado un inventario completo de la
biodiversidad marina y terrestre del planeta,(2) ni plantearse seriamente la repartición
y la renovación de los recursos disponibles.

(1) Con la acción del hombre (Caza y pesca intensiva, destrucción de bosques de
plantas, de hábitat, introducción de otras especies) la taza de extinción es varias
centenas de veces superior a la taza de extinción natural.

(2) El número de especies actuales identificadas gira alrededor de 1,6 millón, se


considera que unas cuantas decenas más quedan por descubrir (en su mayoría
pequeños invertebrados y plantas).

Se calcula que hace unos 10 000 años la población total de la tierra era de unos 10
millones de almas, hoy rozamos casi los siete millares de individuos.

El mosaico de comunidades humanas discordante que formemos puede inducir graves


desequilibrios : abundancia de alimentos y de tecnologías para algunos y penurias para
otros.

Con el crecimiento de la población, el uso desconsiderado y desenfrenado de las


materias primas fosilizadas no renovables, muy codiciadas por la industria: gas, carbón,
petróleo y otros minerales (efecto invernadero del CO2) …, asociados al recién
desencadenamiento del cambio climático y al incremento de la contaminación, una
cuanta atrás parece haberse activado.

El inicio de esta crisis biológica nos conduce a reflexionar sobre el porvenir de nuestra
especie, la del llamado “Homo Sapiens” (el hombre “sabio”…), convertido hoy aprendiz
de brujo capaz para lo bueno y para lo malo de modificar el curso natural de la
evolución con sofisticadas herramientas genéticas; único y temible predador frente a
las demás especies. No somos solos, la evolución nos interroga también sobre nuestras
relaciones con las demás especies y nuestro medio ambiente.

La evolución continuara de una manera o de otra. La cuestión que sé plantea es saber


como acompañar y gestionar los cambios, preservando la biodiversidad.
La paleontología nos enseña que el porvenir de una especie se abre solo sobre dos
opciones: Adaptarse o desaparecer… , tenemos la capacidad de reflexionar sobre
nuestras orígenes y nuestro futuro pero el tiempo corre, urge encontrar soluciones.…

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