Funciones Generatrices
Funciones Generatrices
Funciones Generatrices
Funciones generatrices
Como el lector habrá observado, en muchas cuestiones combinatorias que hemos venido
estudiando es natural especificar, aunque de forma genérica1 , el tamaño, n, de un conjunto
de referencia, o el paso (n también) de un proceso de construcción combinatorio, o las veces
(n, ¡cómo no!) que se repite un procedimiento. La respuesta a la cuestión de interés, que
podemos nombrar, de manera genérica también, como an , depende de n. Si por ejemplo n
toma los valores 0, 1, 2, . . . , los resultados correspondientes forman una sucesión (an )∞
n=0 .
En ocasiones, disponemos de una fórmula para el término general de la sucesión en función
del parámetro n. Por ejemplo, el número de subconjuntos de un conjunto de tamaño n es
an = 2n . O, por ejemplo, si elegimos repetidamente números +1 ó −1 hasta un total de 2n y
sumamos los resultados, el número de elecciones en las que la suma final vale 0 es an = 2n n .
En otras ocasiones, nuestro análisis nos permite obtener una regla de recurrencia para los
números an . Si por ejemplo an cuenta el número de listas de ceros y unos de longitud n en
las que no aparecen ceros consecutivos (pero sı́ pueden aparecer unos consecutivos), entonces
885
886 Capı́tulo 12. Funciones generatrices
aprehenderla mediante un único objeto, una función generatriz. En palabras de Wilf (de su
muy recomendable Generatingfunctionology),
una función generatriz es una cuerda de la ropa en la que tendemos una sucesión de
números para exhibirla.
Estas funciones permiten codificar sucesiones de la siguiente manera:
∞
(an )∞
n=0 ←→ an xn = f (x) .
n=0
Simplemente, decidimos que los números an son los sucesivos coeficientes de la serie de poten-
cias que nombramos como f (x). Al manipular f (x) estaremos manipulando la sucesión (an )
en su conjunto. Este enfoque, algo inocuo a primera vista, se revelará (y éste es el objetivo
de este capı́tulo y los dos siguientes) un eficacı́simo método.
Por ejemplo, al codificar la sucesión desconocida (an ) que cumple
a0 = 0, a1 = 1, an = an−1 + an−2 para cada n ≥ 2,
obtendremos que la función generatriz asociada es
x
f (x) = .
1 − x − x2
Y de aquı́, tras algunas manipulaciones, obtendremos, ¡oh, sorpresa!, que
√ √ √ √
5 1+ 5 n 5 1− 5 n
an = − ,
5 2 5 2
para cada n ≥ 0, lo que nos habrı́a costado adivinar a priori 2 .
Pero no sólo esto. Tener la sucesión codificada como coeficientes de una función tiene mu-
chas ventajas. Sea, por ejemplo, an el número de subconjuntos de tamaño n que podemos ex-
traer de un conjunto con 100 elementos. Sabemos que an = 100 n para cada n = 0, 1, . . . , 100,
mientras que an = 0 si n > 100. Escribamos entonces
∞ 100
n 100 n
f (x) = an x = x = (1 + x)100 ,
n
n=0 n=0
f (x) es la función generatriz3 de los (an ). Usamos la palabra “función” aunque, a priori,
puede que la serie no converja y no tengamos realmente una función. A veces, por ejemplo
cuando queramos sustituir x por un valor determinado, sı́ que tendremos que prestar atención
a las cuestiones de convergencia. Pero mientras no sea ése el caso, podrı́amos argumentar todo
mediante series formales (véase la sección 12.7).
El número an , que generalmente será la respuesta a un cierto problema combinatorio, es el
coeficiente de xn en la serie de potencias anterior, lo que resumiremos a veces con la notación
an = Coefn [f (x)] .
que, desde el punto de vista analı́tico, sólo tiene sentido si |x| < 1. En este nuevo lenguaje,
1/(1 − x) es la función generatriz de la sucesión infinita de unos:
1
←→ (1)∞
n=0 ; o también Coefn [1/(1 − x)] = 1 para cada n = 0, 1, 2 . . . .
1−x
3
En ocasiones, funciones generatrices ordinarias, para distinguirlas de las que se manejan en otros con-
textos: funciones generatrices de probabilidad (véase el capı́tulo 13), funciones generatrices exponenciales o
funciones generatrices de Dirichlet (consúltese, para estos dos tipos, el capı́tulo 15). Estas otras funciones
generatrices son, simplemente, variaciones en el método de codificar: contienen la misma información, pero
preparada para cálculos y análisis particulares.
Ejemplo 12.1.1 Calculemos los coeficientes de la función f (x) = (1− x)−m−1 , para m ≥ 0.
Obsérvese que el caso m = 0 corresponde a la serie geométrica, cuyo desarrollo ya conocemos.
Nótese también que, al derivar sucesivamente,
1 1 1 2 1 6
= , = , = ,...
1−x (1 − x)2 1−x (1 − x)3 1−x (1 − x)4
generamos, salvo constantes, la familia de funciones de interés. Mientras estemos en |x| < 1,
todas estas manipulaciones son válidas (véase la subsección 12.3.1). Ası́ que podemos calcular
los coeficientes de la función (1 − x)−m−1 , para cierto m ≥ 0, mediante la fórmula de Taylor.
Sea entonces f (x) = (1 − x)−m−1 , y calculemos sus derivadas sucesivas:
m+1 (m + 1)(m + 2) (m + 1)(m + 2) · · · (m + n)
f (x) = , f (x) = , . . . , f (n) (x) = .
(1 − x)m+2 (1 − x)m+3 (1 − x)m+n+1
Ası́ que
(m + n)!
f (n) (0) = .
m!
Por tanto,
1 (n) 1 (m + n)! m+n
Coefn [f (x)] = f (0) = = .
n! n! m! m
Es decir,
∞
1 m+n n
= x .
(1 − x)m+1 m
n=0
O, escrito de otro modo,
∞
1 m+n m m+1 m+2
←→ = , , ,... .
(1 − x)m+1 m n=0 m m m
Nótese que m es un parámetro fijo y que n es el ı́ndice de la sucesión. Cuando m = 0,
recuperamos la sucesión que vale uno para cada n. ♣
de la que no sabemos, o al menos haremos como que no sabemos4 , si converge o no. Para
ilustrar la versatilidad de este enfoque de las funciones generatrices, no fijamos todavı́a nues-
tro objetivo; podrı́a interesarnos obtener una fórmula cerrada para los Fn (esto es, resolver
la recurrencia), quizás calcular alguna serie numérica relacionada con los Fn , o quizás. . .
La información de que disponemos es la ecuación de recurrencia (y los valores iniciales),
ası́ que la utilizamos para manipular la sucesión de números (elevaremos estas manipulaciones
formales a la categorı́a de “reglas” en la sección 12.2):
F (x) = F0 + F1 x + F2 x2 + F3 x3 + · · ·
= F0 + F1 x + (F0 + F1 )x2 + (F1 + F2 )x3 + · · ·
= F0 + F1 x + F0 x2 + F1 x3 + F2 x4 + · · · + F1 x2 + F2 x3 + F3 x4 + · · ·
= F0 + F1 x + x2 F (x) + x(F (x) − F0 )
=⇒ F (x)(1 − x − x2 ) = x ,
donde, en el último paso, hemos utilizado los valores iniciales, F0 = 0 y F1 = 1. Sigue siendo
una identidad formal: el producto de F (x) por el polinomio (1 − x − x2 ) da como resultado
la sucesión de números (0, 1, 0, 0, . . . ), que hemos codificado como x. Seguimos: la solución
(formal) es que F (x) coincide con el producto de x por la recı́proca (formal) de (1 − x − x2 ),
que denotamos como 1/(1 − x − x2 ):
1
F (x) = x
1 − x − x2
(el lector que esté interesado en el significado preciso de lo que estamos denominando “identi-
dades formales” puede consultar la sección 12.7). Ahora bien, la función x/(1 − x − x2 ) tiene
un desarrollo de potencias, que llamamos simplemente Σ(x). Esto es un resultado general
(véase el teorema 12.3), pero en este caso no hace falta apelar a él, pues basta observar que
∞
x 1
= x = x (x + x2 )n ,
1 − x − x2 1 − (x + x2 ) n=0
donde hemos utilizado la serie geométrica. Ası́ que, necesariamente, la expresión formal x/(1−
x − x2 ), esto es, F (x), debe coincidir con la serie de potencias Σ(x).
4
√
De la fórmula de Binet (véase la sección 6.3) se deduce que Fn es prácticamente igual a τ n / 5. Incluso
sin necesidad de conocer la fórmula explı́cita, se comprueba por inducción que Fn < 2n si n ≥ 1. De estas
estimaciones se puede deducir sin dificultad la convergencia de la serie para |x| < R con, por ejemplo, R = 1/2.
Si, como haremos en el ejemplo 12.4.1, nos interesara obtener una fórmula para los Fn ,
podrı́amos reescribir los términos (x + x2 )n que aparecen en la serie Σ(x) utilizando, a su vez,
el teorema del binomio. O quizás, directamente a partir de 1/(1 − x − x2 ), utilizar el método
de las fracciones simples para obtener la fórmula de Binet (recuérdese el ejemplo 6.2.1)
√ √ √ √
5 1+ 5 n 5 1− 5 n
Fn = − para cada n ≥ 0
5 2 5 2
Pero nuestro análisis nos permite llegar más allá. Por ejemplo, como veremos más adelan-
te, la serie Σ(x) converge en el intervalo (−1/τ, 1/τ ) ≈ (−0, 6180, 0, 6180). Por supuesto, la
razón áurea tenı́a que aparecer. Ası́ que, a posteriori, comprobamos que F (x) converge en ese
intervalo. De manera que tiene sentido evaluar F (x) en, digamos, x = 1/2, para obtener que
∞
1 1/2
F (1/2) = Fn = = 2.
2n 1 − (1/2) − (1/2)2
n=0
Ası́ que al sumar (y/o multiplicar por constantes) funciones generatrices, estamos sumando
(y/o multiplicando por constantes) las sucesiones asociadas. La prueba es trivial y queda
como entretenimiento (ni siquiera ejercicio) para el lector.
Ahora viene el paso clave para la fórmula que presentaremos luego. Se trata de determinar el
coeficiente n-ésimo de la serie de potencias f (x)g(x). Obtendremos términos con xn cuando
los ı́ndices k y j sean tales que k + j = n. Y cada combinación de éstas contribuirá con
el producto ak bj correspondiente. Ası́ que, si llamamos cn a los coeficientes de f (x)g(x),
podemos escribir que
cn = ak bj .
k+j=n
En realidad es una suma doble, en los ı́ndices k y j; pero sólo sumamos aquéllos cuya suma
valga n. Aún podemos reescribirla de forma más manejable. Miremos los primeros casos. Por
ejemplo, para c0 , debemos considerar las maneras de escribir k + j = 0: sólo hay una, k = 0 y
j = 0, ası́ que c0 = a0 b0 . Para el segundo coeficiente, c1 , ya hay más posibilidades: tendremos
k + j = 1 cuando, o bien k = 0 y j = 1, o bien k = 1 y j = 0; es decir, c1 = a0 b1 + a1 b0 .
El lector ya podrá escribir el valor de c2 , listando, simplemente, los posibles pares (k, j)
que cumplan que k + j = 2. Llegará ası́ sin dificultad a que c2 = a0 b2 + a1 b1 + a2 b0 .
Tras este análisis preliminar, la regla general es casi obvia:
n
cn = ak bn−k ,
k=0
En total, si llamamos cn al número de objetos que podemos construir con esas caracterı́sticas,
se tendrá que
n
cn = ak bn−k .
k=0
En términos de las funciones generatrices asociadas, si llamamos f (x) y g(x) a las funciones
generatrices asociadas a las sucesiones (an ) y (bn ), respectivamente, la función f (x)g(x)
será la función generatriz de los cn . Para ilustrar esta interpretación, consideremos el siguiente
ejemplo.
Ejemplo 12.2.1 En un consejo de administración hay 25 personas, de las que 11 son
mujeres. Se quiere formar un comité con 10 personas.
¿De cuántas formas se podrá hacer? La respuesta es inmediata: hay 25
10 comités distintos.
Pero ahora vamos a contarlos atendiendo al número de hombres y mujeres que hay en
ellos. En la terminologı́a anterior, los objetos de tipo A serán las posibles selecciones de
mujeres que forman parte del comité, y los de tipo B, las de hombres:
+ +
formas de escoger n 11 formas de escoger n 14
an = # = , bn = # = .
de entre las 11 mujeres n de entre los 14 hombres n
c1011de
La respuesta que buscamos es el coeficiente la14función
A(x) B(x), un coeficiente del
que ya sabemos, por la regla 2, que vale 10
j=0 j 10−j . Pero, además,
11 14 25 25
A(x) B(x) = (1 + x) (1 + x) = (1 + x) =⇒ Coef10 [A(x) B(x)] = .
10
Ası́ que hemos probado que
10
25 11 14
= .
10 j 10 − j
j=0
xf (x) ←→ (0, a0 , a1 , a2 , . . . ) .
f (x) ←→ (an )∞
n=0 =⇒ . . ., 0, a0 , a1 , a2 , . . . ) = (an−m )∞
xm f (x) ←→ (0, 0, (m) n=0
La última expresión es simplemente una notación que nos permite abreviar, en la que apli-
camos el convenio de que si el ı́ndice del coeficiente es negativo, entonces el coeficiente vale
cero.
Y ası́ podrı́amos seguir. Cada factor n extra en el coeficiente se obtiene repitiendo la opera-
ción. Por abreviar, llamemos (x d/dx) al operador que actúa sobre una función derivándola
primero y multiplicándola por x después. Entonces, si la potencia (xd/dx)m indica que hay
que repetir m veces la operación, tenemos que, para cada m ≥ 1,
d m
f (x) ←→ (an )∞
n=0 =⇒ x (f (x)) ←→ (nm an )∞
n=0
dx
Esta operación será especialmente interesante, por ejemplo, a la hora de calcular medias,
algo que haremos varias veces más adelante, en especial en el capı́tulo 13. Por ahora, y como
ilustración, veamos cuál es la función generatriz f (x) de la sucesión de números (0, 1, 2, 3, . . . ).
Sabemos que 1/(1 − x) genera la sucesión (1, 1, 1, . . . ), ası́ que no hay más que aplicarle esta
regla para obtener lo que buscamos:
1 x
x = ←→ (0, 1, 2, 3, . . . ) .
1−x (1 − x)2
O, con más generalidad, podemos obtener la función generatriz de la sucesión de números
(0, d, 2d, 3d, 4d, . . . ), la progresión aritmética que empieza en 0 y cuya diferencia es d:
d xd
←→ (d, d, d, d, . . . ) =⇒ ←→ (0, d, 2d, 3d, . . . )
1−x (1 − x)2
Con muy poco más de esfuerzo se puede comprobar que la función generatriz de una progre-
sión aritmética general, que empiece en un cierto a y tenga diferencia d, es
a xd a + x (d − a)
+ = ←→ (a, a + d, a + 2d, a + 3d, . . . ) .
1 − x (1 − x)2 (1 − x)2
Regla 5: Integrar
Digamos que una cierta función f (x) tiene como coeficientes a los números (bn ), que
nos son desconocidos. Disponemos, sin embargo, de los coeficientes (an ) de la función f (x).
¿Cómo podemos escribir los bn en términos de los an ? Obsérvese que
∞
∞
∞
n k−1
f (x) = an x , y también que f (x) = kbk x = (n + 1)bn+1 xn .
n=0 k=1 n=0
Sólo tenemos que igualar coeficientes en las dos expresiones de f (x) para obtener que bn+1 =
an /(n + 1) para cada n ≥ 0 y concluir que
a a a
f (x) ←→ (an )∞
0 1 2
n=0 =⇒ f (x) ←→ b0 , , , , . . .
1 2 3
Por otro lado, las funciones f (x) que verifican la ecuación diferencial f (x) = 1−x
1
vienen dadas
1
por f (x) = ln 1−x + C , donde C es una constante. Si sustituimos en x = 0, obtenemos
C = f (0) = b0 . Ası́ que
1 1 1 1
ln ←→ 0, 1, , , , . . . .
1−x 2 3 4 ♣
Ası́ que la respuesta está en el coeficiente n-esimo de la función x/(1− x)3 . Conocemos (véase
el ejemplo 12.1.1) los coeficientes de (1 − x)−3 , ası́ que sólo hay que utilizar la regla 3 para
concluir que, si n ≥ 1,
x 1 3 + (n − 1) − 1 n+1 n(n + 1)
Coefn = Coefn−1 = = =
(1 − x)3 (1 − x)3 3−1 2 2
(también válido para n = 0). Análogos argumentos permiten obtener la suma de los prime-
ros n cuadrados, cubos, etc. (véase el ejercicio 12.2.2, y también el 12.2.3). ♣
Ejemplo 12.2.4 Consideremos los números armónicos Hn , dados, para cada n ≥ 1, por
1 1
n
1 1
Hn = 1 + + + ··· + =
2 3 n j
j=1
(obsérvese que el término independiente, el valor g(0), es 0). Ası́ que no hay más que apli-
car la regla de las sumas parciales para obtener que la función generatriz de los números
armónicos es
∞
n 1 1
f (x) = Hn x = ln .
n=0
1−x 1−x ♣
Veamos el primer caso: f (x) es la función generatriz de una sucesión de números (an ) y
queremos quedarnos únicamente con los coeficientes de ı́ndice par. Si escribimos
∞
∞ ∞
n n
f (x) = an x , entonces f (−x) = an (−x) = an (−1)n xn
n=0 n=0 n=0
Obsérvese que si f (x) tiene sentido para un cierto x, es decir, si x está dentro del radio de
convergencia, entonces −x también lo estará y tendrá sentido hablar de f (−x). Ahora, como
el lector atento ya habrá imaginado, sumamos las dos series:
f (x) + f (−x) = (a0 + a1 x + a2 x2 + a3 x3 + · · · ) + (a0 − a1 x + a2 x2 − a3 x3 + · · · ) .
Sólo sobreviven los términos de ı́ndice par (multiplicados por 2), ası́ que
∞
f (x) + f (−x) n
= an x = a2k x2k .
2 n par k=0
Ya podemos escribir la regla correspondiente:
f (x) + f (−x)
f (x) ←→ (an )∞
n=0 =⇒ ←→ (a0 , 0, a2 , 0, a4 , 0, a6 , 0, . . . )
2
De manera análoga, si restamos ambas series, seleccionaremos los términos de ı́ndice impar
(que aparecerán también multiplicados por 2), ası́ que
f (x) − f (−x)
f (x) ←→ (an )∞
n=0 =⇒ ←→ (0, a1 , 0, a3 , 0, a5 , 0, . . . )
2
Seleccionar los términos cuyos ı́ndices son múltiplos de 3 ó de 4, o en general de un cierto
entero, es algo más complicado, y requiere entender esta series de potencias en el contexto
de la variable compleja (véase el ejercicio 12.2.4).
Un asunto algo más delicado es formar la función generatriz g(x) cuyos coeficientes son,
digamos, los de ı́ndice par de la f (x) (sin los ceros intermedios). Empecemos, por ejemplo,
con la función generatriz de los números de Fibonacci,
∞
x
f (x) = Fn xn = .
1 − x − x2
n=0
Primero, escribimos la función generatriz de la sucesión (F0 , 0, F2 , 0, F4 , 0, . . . ):
1 ∞
f (x) + f (−x) x −x x2
g(x) = = + = = F2n x2n .
2 2 1 − x − x2 1 + x − x2 1 − 3x2 + x4
n=0
Regla 8: Composición
∞ n
∞ n,
Partimos de dos funciones generatrices, f (x) = n=0 an x y g(x) = n=0 bn x y trata-
mos de calcular los coeficientes de su composición
f (g(x)) = f ◦ g(x) .
En lo que sigue, necesitaremos efectuar este tipo de operaciones en varias ocasiones (por
ejemplo, en la subsección 12.5.3 y en la sección 13.2). Pero advertimos al lector de que se
trata de una operación que no siempre está bien definida, ni desde el punto de vista analı́tico,
ni siquiera desde el punto de vista de las series formales. Porque, si el lector se entretiene
comprobando los detalles (como sugerimos hacer en el ejercicio 12.7.7), los coeficientes de la
serie de potencias resultante no tienen por qué estar bien definidos, y resulta imprescindible
añadir algunas condiciones adicionales.
Afortunadamente, en los usos que aquı́ veremos, estaremos en las condiciones que justi-
fican estos manejos, que ilustramos ahora con dos ejemplos.
Ejemplo 12.2.5 Partimos de una función generatriz f (x), asociada a la sucesión (an ),
y tomamos g(x) = x/(1 − x). Queremos describir los coeficientes de la función f (g(x)) =
f (x/(1 − x)).
Vamos a calcular, por comodidad, una pequeña variación, como es
1 x
f .
1−x 1−x
Procedemos formalmente, sustituyendo una función en la otra e intercambiando los ı́ndices
de sumación:
x ∞ ∞ ∞ ∞
1 1 xk
k 1
k
m+k m
f = ak = ak x = ak x x
1−x 1−x 1−x (1 − x)k (1 − x)k+1 k
k=0 k=0 k=0 m=0
∞ ∞ n
m+k n n
= ak x = ak xn .
k k
n=0 k+m=n n=0 k=0
Los coeficientes que se obtiene son sumas parciales de los an originales, pero ponderadas con
coeficientes binómicos. Ya tenemos una nueva regla:
n ∞
1 x n
f (x) ←→ (an )∞ =⇒ f ←→ ak
n=0
1−x 1−x k n=0
k=0
Nótese que los coeficientes de esta composición son sumas finitas. Apliquemos esta regla a la
función generatriz de los números de Fibonacci:
1 1 x x
si f (x) = , entonces f = ,
1−x−x 2 1−x 1−x 1 − 3x + x2
como podrá comprobar el lector sustituyendo una función en la otra y simplificando.
Los coeficientes de esta función son, por la regla que acabamos de exponer, nk=0 nk Fk .
Pero, como vimos en la Regla 7, son también los números F2n . De esta manera probamos que
n
n
F2n = Fk para cada n ≥ 0
k
k=0
Pero, ¡atención!, a diferencia del caso anterior, los coeficientes de f (1 + x) son ahora sumas
infinitas, y por tanto no está claro si están bien definidos o no (dependerá de los an que
consideremos). Si, por ejemplo, f (x) es un polinomio, la lista de coeficientes an es finita y
tendrá sentido definir esta composición.
Si al lector le intriga este diferente comportamiento, puede revisar el ejercicio 12.7.7,
donde descubrirá que la sustitución tiene sentido si g(0) = 0 (como ocurrı́a para el caso de
g(x) = x/(1 − x). Para una función como g(x) = 1 + x (para la que g(0) = 0), deberemos
exigir condiciones adicionales a los an .
12.2.1 Si f (x), g(x) y h(x) son las funciones generatrices de las sucesiones (an ), (bn ) y (cn ),
respectivamente, ¿cuáles son los coeficientes de la función f (x)g(x)h(x)? Si m ≥ 1, ¿cuáles son los
coeficientes de la función f m (x)?
12.2.2 Compruébese, utilizando las reglas 4 y 6, que
∞ ∞
n
x + x2 x + x2
= n2 xn y que = k 2 xn .
(1 − x)3 n=0
(1 − x)4
n=0 k=0
Calcúlense los coeficientes de la función de la derecha para comprobar que que la suma de los primeros
n cuadrados vale n(n + 1)(2n + 1)/6. Constrúyase también el argumento que permite evaluar la suma
de los primeros n cubos.
Compruébese que g(x) = xf (x). Obsérvese que g(1) = f (1) nos da el valor de la suma de los
n primeros números naturales. Calcúlese f (1), derivando directamente en la fórmula de f (x) (y
aplicando dos veces la regla de L’Hôpital). Constrúyase un argumento similar para comprobar que la
suma de los primeros n cuadrados vale n(n + 1)(2n + 1)/6.
12.2.4 Selección de coeficientes con ı́ndices múltiplos de un entero. Ya hemos visto que
si f (x) es la función generatriz de la sucesión (an ), entonces g(x) = (f (x) + f (−x))/2 genera la
sucesión (a0 , 0, a2 , 0, a4 , 0, a6 , . . . ). Descubriremos en este ejercicio cómo hallar la función generatriz
de la sucesión en la que sólo aparecen los términos de ı́ndice múltiplo de un cierto N , para lo que
usaremos algunas propiedades de las raı́ces N -ésimas de la unidad.
(a) Compruébese (a mano) que
f (x) + f (ix) + f (−x) + f (−ix)
g(x) = genera la sucesión (a0 , 0, 0, 0, a4, 0, 0, 0, a8 , 0, . . . ).
4
(b) Dado N ≥ 2, consideramos las raı́ces N -ésimas de la unidad, 1, ω, ω 2 , . . . , ω N −1 , con ω = e2π i/N ,
que cumplen que
N −1
1 j t 0 si t no es múltiplo de N ;
(ω ) =
N j=0 1 si t es múltiplo de N
(véase la página 32). Utilı́cese esto para comprobar que si f (x) genera la sucesión (an ), entonces
1
N
g(x) = f (ω j x) genera la sucesión (a0 , 0, . . . , 0, aN , 0, . . . , 0, a2N , 0, . . . ).
N j=1
(c) Obsérvese que la función g(x) definida en el apartado anterior es una serie de potencias de xN .
Verifı́quese, finalmente, que la función h(x) definida a través de h(xN ) = g(x) genera la lista de
coeficientes (a0 , aN , a2N , a3N , . . . ).
12.2.5 Recordando que la función ex genera la sucesión (1/n!), y utilizando el ejercicio 12.2.4,
obténganse fórmulas explı́citas de las funciones generatrices de las sucesiones
1 1 1 1 1
0, 1, 0, , 0, , 0, , 0, . . . y 1, 0, 0, 0, , 0, 0, 0, , 0, . . .
3! 5! 6! 4! 8!
12.2.6 La función x/(1 − x − x2 ) genera los números de Fibonacci (Fn ). Utilı́cese el ejercicio 12.2.4
para comprobar que
∞
∞
x2 x(1 − x2 )
F2n x2n = y que F2n+1 x2n+1 =
n=0
1 − 3x2 + x4 n=0
1 − 3x2 + x4
y para verificar que las funciones generatrices de las sucesiones (F0 , F2 , F4 , . . . ) y (F1 , F3 , F5 , . . . ) son
∞
∞
x 1−x
F2n xn = y que F2n+1 xn =
n=0
1 − 3x + x2 n=0
1 − 3x + x2
es un camino de ida y vuelta. Si tenemos la sucesión (an ), nos interesa codificarla con su
función generatriz
∞
f (x) = an xn .
n=0
Se trata de una función, de una serie de potencias, que, a veces, podemos considerar como
un objeto puramente algebraico. El camino de vuelta también es relevante: en ocasiones
partiremos de una función f (x) que querremos desarrollar (si es que se puede) en serie de
potencias, un desarrollo que será válido en un cierto intervalo centrado en el origen.
Nos interesan las dos direcciones. Porque aunque empecemos con (an ) y le asociemos su
función generatriz f (x) para tener toda la sucesión codificada, luego, una vez reconocida
f (x), querremos desarrollarla en serie de potencias para ası́ obtener propiedades (fórmula,
comportamiento asintótico) de los an .
En este proceso resulta muy útil conocer la versión analı́tica de la teorı́a de las series
de potencias, a la que vamos a dedicar esta sección. Estudiaremos, por un lado, las propie-
dades que tienen las series de potencias en cuanto funciones (subsección 12.3.1). Por otro,
repasaremos las diversas herramientas de que disponemos para obtener el desarrollo en serie
de potencias de una función f (x): empezaremos, en la subsección 12.3.2, con un recordato-
rio de ciertas cuestiones de representabilidad en serie de potencias. En la subsección 12.3.3
describiremos el método de las fracciones simples, que quizás sea ya familiar al lector, y que
es especialmente útil a la hora de desarrollar funciones racionales. En la subsección 12.3.4
nos ocuparemos de la otra gran familia de funciones de interés, la relacionada con la serie
geométrica y el teorema del binomio. Por último, la subsección 12.3.5 constituirá, o al menos
ası́ lo esperamos, un puro divertimento para el lector: se trata de analizar los maravillosos
argumentos que desarrolló Euler para sumar los inversos de los cuadrados.
una serie de potencias centrada en cero, donde (an ) es una cierta sucesión de números y x es
la variable6 . Se trata de una suma de infinitas funciones (a0 más a1 x, más a2 x2 , etc.), y como
tal proceso infinito, hay que entenderlo en el sentido del lı́mite. El que una expresión ası́ tenga
sentido dependerá, tanto de los coeficientes an , como de los valores de x que consideremos.
6
Tanto los coeficientes como la variable pueden ser números complejos, aunque casi siempre serán para
nosotros números reales.
A. Radio de convergencia
∞
Dada una serie numérica infinita del tipo n=0 an , decimos que la serie converge si
N
lı́mN →∞ n=0 an existe y es finito. Y decimos que la serie converge absolutamente si
lı́mN →∞ N n=0 |an | < +∞. Fijémonos en que, al introducir el valor absoluto, la convergencia
de la serie depende sólo del tamaño de los coeficientes (del ritmo con el que decrecen a 0
cuando n → ∞), y perdemos posibles cancelaciones que pudieran ayudar en la convergencia
de la serie original. Por eso, si una serie converge absolutamente, entonces también converge
en el sentido ordinario. Pero el recı́proco no es cierto en general. El ejemplo más simple es el
de las series
∞ ∞
1 (−1)n+1
y .
n=1
n n=1
n
Son parte de cualquier curso de Cálculo los criterios de convergencia de series numéricas. Por
ejemplo, el criterio del cociente nos dice que si el lı́mite
an+1
ρ = lı́m
n→∞ an
existe (puede ser infinito), entonces la serie an converge si ρ < 1 y diverge si ρ > 1. En el
caso ρ = 1, este criterio no decide y podemos tener convergencia o divergencia. Por ejemplo,
obtenemos ρ = 1 al aplicar este criterio a las series con an = 1/n y an = 1/n2 . Y mientras
que la serie armónica diverge, la suma de los inversos de los cuadrados, como veremos en la
subsección 12.3.5, vale π 2 /6.
El criterio de la raı́z es semejante: ahora el lı́mite que interesa calcular es
ρ = lı́m n |an | .
n→∞
Ası́ que cuando |x| < ρ, la serie de potencias convergerá; y divergerá si |x| > ρ (el mismo
argumento valdrı́a si el ρ fuera el del criterio de la raı́z).
De manera más formal, una serie de potencias ∞ n
n=0 an x tiene asociado un número R
(entre 0 e ∞), su radio de convergencia, que se calcula de la siguiente manera7 :
1
= lı́m sup n |an | .
R n→∞
B. Derivadas
Ası́ que f (x) = ∞ n
n=0 an x es una función bien definida en el intervalo (−R, R). Pero más
aún, la serie converge uniformemente en cualquier intervalo cerrado contenido estricta-
mente en (−R, R). Sin entrar en más detalles9 , esto supone que la función f (x) se puede
diferenciar indefinidamente, y que esas derivadas vuelven a ser series de potencias de nuevo
definidas en el intervalo (−R, R). La derivada se obtiene, simplemente, derivando término a
termino:
∞
f (x) = nan xn−1 para x ∈ (−R, R).
n=1
intervalo (−1, 1). En x = −1, 1/(1 − x) vale 1/2, pero la serie no converge. En x = 1, la
función 1/(1−x) no está definida; pero si nos aproximamos a 1 desde la región de convergencia
(−1, 1), tiende a ∞, mientras que la serie también diverge a ∞.
Vamos a ver a continuación cómo la convergencia de la serie numérica que se obtiene al
sustituir x = R (o, análogamente, x = −R) en la serie de potencias nos dice que la función
está adecuadamente definida por la serie en ese punto. En realidad, podemos restringirnos al
caso en el que el radio de convergencia es R = 1 y bastará analizar la sustitución en x = 1
(el lector podrá comprobarlo completando los detalles del ejercicios 12.3.7).
Antes de tratar el caso general, estudiaremos el caso particular en los coeficientes sean
no negativos, porque es más sencillo y tiene peculiaridades interesantes.
7
Es, esencialmente, el criterio de la raı́z (aunque también podrı́amos emplear una versión con el criterio del
cociente, véase el ejercicio 12.3.2). El sı́mbolo lı́m sup es el lı́mite superior de una sucesión, una cantidad que,
a diferencia de los lı́mites ordinarios, siempre existe (aunque cuando el lı́mite ordinario existe, coincide con el
lı́mite superior). Más sobre radios de convergencia y comportamiento de los coeficientes, en la sección 14.3.
8
En la versión compleja, la región de convergencia no es un intervalo, sino un disco centrado en el origen.
9
El lector sabrá, sin duda, de las sutilezas que encierra la noción de convergencia uniforme.
hallamos una expresión analı́tica para f (x) y luego calculamos lı́mx↑1 f (x). El resultado es la
suma deseada.
Por su utilidad y uso frecuente, vamos a considerar en este apartado el caso particular en
que además de ser no negativos, los an cumplen10 que
∞
an < +∞ .
n=0
Ası́ que la serie de potencias converge absolutamente para |x| < 1; esto es, su radio de
convergencia será, al menos, 1.
Observemos que f (x) está definida por la serie en (−1, 1). Pero, en este caso, además
podemos sustituir x = 1 en la serie de potencias y “definir” f (1) mediante f (1) = ∞ n=0 an .
Ahora nos preguntamos por la relación entre estas dos definiciones de f (x): la obtenida en
(−1, 1) (a través de la serie de potencias) y la definición en x = 1 que hemos hecho hace un
momento. O, en términos más técnicos: ¿es f (x) continua (por la izquierda) en x = 1?
Comprobémoslo. Para empezar,
∞
∞
an ≥ an xn = f (x) , en 0 < x < 1,
n=0 n=0
Y esto para cada N que consideremos. De estas dos observaciones deducimos que
∞
∞
n
lı́m f (x) = lı́m an x = an .
x↑1 x↑1
n=0 n=0
que es una serie de potencias con coeficientes positivos que tendrá sentido y podrá ser derivada
en |x| < 1. Derivando dos veces,
∞ ∞
1 n x2 x3 1
α (x) = x = x+ + +··· , α (x) = xn = 1 + x + x2 + x3 + · · · = .
n=1
n 2 3 n=0
1−x
Una vez que hemos conseguido sumar la serie de potencias de α (x), integrando una vez
obtenemos que
1
α (x) = ln
1−x
(la constante de integración es cero, porque α (0) = 0). Integrando de nuevo, y recordando
que α(0) = 0, obtenemos
α(x) = (1 − x) ln(1 − x) + x .
El lema de Abel, aplicado a α(x), nos asegura que
∞
1
lı́m α(x) = .
x↑1
n=1
n (n + 1)
Pero el asunto es más delicado de lo que pudiera parecer. Supongamos que partimos,
como parece razonable, de una función f (x) definida e infinitamente derivable en un cierto
intervalo (−D, D). Podemos formar, entonces, la serie de potencias
∞
f (n) (0)
xn .
n=0
n!
Nos preguntamos si esta serie de potencias converge en algún punto además, claro, de en
x = 0. Y en el caso de que haya convergencia en un cierto valor de x, si la suma de la serie
coincide con f (x).
Por ejemplo, podemos considerar la función f (x) = 1/(1 + x2 ), que es infinitamente
derivable en todo x ∈ R. La serie de Taylor asociada es
∞
(−1)n x2n .
n=0
Ahora bien, el radio de convergencia de esta serie es R = 1. ¿Cuál es la razón por la que
la serie representa a una función tan magnı́fica como f (x) sólo en el intervalo (−1, 1)? De
nuevo, la respuesta hay que buscarla en los números complejos. El denominador de f (x) se
anula en i y −i, ası́ que, vista como una función compleja, la serie de potencias converge en
el disco de radio 1.
Más sorprendente es el caso de la función f (x) = e−1/x si x = 0 y f (0) = 0. El lec-
2
tor podrá comprobar que f (n) (0) = 0 para todo n, ası́ que la serie de Taylor asociada es
idénticamente nula. Y claro, sólo representa a f (x) en x = 0. En la terminologı́a de antes,
D = R = ∞ (la función es infinitamente derivable en todo x, y la serie de Taylor converge
para todo x), pero E = 0 (la serie de Taylor sólo representa a la función en x = 0).
Ası́ que hay que exigirle más a la función. Por ejemplo, condiciones sobre el tamaño de la
función y sus derivadas. Una ilustración de esto es lo siguiente: si existe una constante A > 0
tal que |f (n) (x)| ≤ An para todo n y para todo x en un cierto entorno de x = 0, entonces la
serie de Taylor representa a la función en ese entorno.
Afortunadamente, en la práctica nuestras funciones serán cocientes de polinomios, o va-
riaciones sobre series de potencias ya conocidas, y las cuestiones de representabilidad serán
sencillas. Por ejemplo, un resultado que utilizaremos (implı́citamente) en muchas ocasiones
es el siguiente:
Reflexionemos sobre lo que supone esto. Tenemos una cierta sucesión de números, una serie
formal f ; pero, además, la serie de potencias que con ellos formamos representa a una cierta
función f (x). Desde el punto de vista formal, podrı́amos calcular la sucesión de números
correspondiente a la recı́proca 1/f . Lo que aquı́ se afirma es que una serie de potencias
asociada a esa nueva sucesión converge en (−R , R ). Y con eso basta: no puede converger a
otra cosa que a la función 1/f (x).
P (x) 1
= P (x) .
Q(x) Q(x)
El que esta función es representable en serie de potencias es justo lo que acabamos de ver.
Lo que nos interesa ahora es cómo obtener ese desarrollo.
En realidad, podrı́amos limitarnos a desarrollar 1/Q(x). Una vez hecho, multiplicarla por
P (x) no consistirá más que en aplicar, las veces que sea necesario, las reglas de manipulación
de funciones generatrices (suma de funciones, desplazamiento de coeficientes, multiplicación
por constantes) que aprendimos en la sección 12.2.
Pero claro, tenemos el Teorema Fundamental del Álgebra (teorema 4.44), que nos dice
que si el polinomio Q(x) tiene grado k, entonces podemos escribir que
1 C
= ,
Q(x) (x − α1 ) 1 · · · (x − αt )rt
r
donde C es una cierta constante, los αj son las raı́ces (en principio, complejas) de Q(x) y los
rj son las multiplicidades correspondientes. La suma r1 + · · · + rt es justamente k.
Conocemos, por otro lado, los desarrollos en serie de potencias de
∞ ∞
1 1 n+m n
= xn , = x , para m ≥ 1.
1−x (1 − x)m+1 m
n=0 n=0
(desde el punto de vista analı́tico, estas identidades son ciertas si |x| < 1, como prueba,
por ejemplo, el criterio del cociente). Manipulando estas expresiones, algo que dejamos como
ejercicio al lector, podemos obtener los desarrollos de las siguientes funciones: si a = 0 y b
son dos ciertas constantes,
∞ ∞
1 (−1)n bn n 1 n + m (−1)n bn n
= x , = x , para m ≥ 1
a + bx n=0 an+1 (a + bx)m+1 n=0 m an+m+1
P (x) Ai,1
t
Ai,2 Ai,ri
= + + · · · + ,
(x − α1 )r1 · · · (x − αt )rt (x − αi ) (x − αi )2 (x − αi )ri
i=1
donde los Ai,j son constantes que hay que determinar. Hay varias maneras de hacer esto,
pero quizás la más sencilla es la de sumar los términos del miembro de la derecha: en el
denominador nos volverá a quedar Q(x) y entonces bastará igualar los numeradores. De
ahı́ obtendremos un sistema de ecuaciones lineales que nos darán el valor de las incógnitas Ai,j .
Una vez determinados los valores de estos números, todo lo que nos queda son funciones que
sabemos desarrollar: de la serie geométrica y su familia.
13
Quizás el lector esté familiarizado con el uso de este método para integrar una función racional P (x)/Q(x),
reescribiéndola como suma de términos con denominadores de la forma (ax +b)n , o de la forma (ax2 +bx +c)n ,
porque las integrales asociadas son inmediatas, en términos de la función logaritmo o la función arcotangente.
En nuestro análisis nos limitaremos al primer tipo, pero a cambio deberemos manejar números complejos.
Nótese que en todos estos argumentos, estamos dándonos la licencia de entender las series
de potencias como funciones de variable compleja; y los coeficientes que obtendremos al final
del desarrollo serán, en general, combinaciones de números complejos.
Veamos un ejemplo, algo complicado de cálculo, pero suficientemente ilustrativo:
Ejemplo 12.3.2 Queremos desarrollar en serie de potencias la función racional
P (x) x5 + x4 − 4 x3 + 4 x2 − 4 x + 4
f (x) = = .
Q(x) −x4 + 2 x3 − 2 x2 + 2 x − 1
El polinomio del numerador tiene grado mayor que el del denominador, ası́ que habrá que
hacer una división previa. Aunque podrı́amos limitarnos a desarrollar 1/Q(x), y luego multi-
plicar por P (x), hagámoslo todo a la vez. La división de los polinomios nos permite escribir
1+x
f (x) = (−x − 3) + .
−x4 + 2 x3 − 2 x2 + 2 x − 1
Ahora, las cuatro soluciones de la ecuación
−x4 + 2 x3 − 3 x2 + 2 x − 1 = 0
son i, −i y 1 (ésta, por partida doble). Y reescribir el polinomio en términos de estas raı́ces
conduce a
Q(x) = −x4 + 2 x3 − 3 x2 + 2 x − 1 = −(x − i) (x + i)(x − 1)2 = −(1 − i x) (1 + i x)(1 − x)2 .
Obsérvese cómo hemos reescrito los factores, preparando los cálculos posteriores. Olvidémo-
nos por el momento del término −x − 3 (lo tendremos en cuenta al final) y desarrollemos el
resto. El método de las fracciones simples nos sugiere escribirlo como (por comodidad, hemos
puesto el signo menos en el denominador)
−1 − x A B C1 C2
= + + + .
(1 − i x) (1 + i x)(1 − x)2 (1 − i x) (1 + i x) 1 − x (1 − x)2
Si ahora sumamos a la derecha, el numerador que obtenemos resulta ser, tras el reordena-
miento adecuado,
x3 iA−iB−C1 +x2 (1−2i)A+(1+2i)B+C1 +C2 +x (i−2)A−(i+2)B−C1 + A+B+C1 +C2 .
Comparando con −1 − x llegamos a que los números A, B, C1 y C2 son solución del siguiente
sistema de ecuaciones:
⎧
⎪ iA − iB − C1 = 0 ,
⎪
⎪
⎨ (1 − 2i)A + (1 + 2i)B + C + C = 0 ,
1 2
⎪
⎪ (i − 2)A − (i + 2)B − C1 = −1 ,
⎪
⎩
A + B + C1 + C2 = −1 .
Esto es,
1+i 1−i 1
A= , B= , C1 = − , C2 = −1 .
4 4 2
n=0
4 4 2
Los primeros coeficientes de esta función (hay que tener cuidado con los dos primeros, en los
que influye el término −3 − x) son
(−4, −4, −4, −4, −5, −7, −8, −8, −9, −11, −12, −12, −13, · · · )
En realidad, todos los coeficientes que se obtienen son números reales (más aún, enteros
negativos). Pero esto es casualidad, porque nadie nos aseguraba, en principio, que los coefi-
cientes del desarrollo tuvieran algún significado especial. Aún se puede escribir una fórmula
más compacta para los an (para n ≥ 2):
−n − 1 si n ≡ 0 ó n ≡ 3 (mód 4),
an =
−n − 2 si n ≡ 1 ó n ≡ 2 (mód 4)
La función parecı́a complicada, pero sus coeficientes son sorprendentemente sencillos. ♣
Hemos cambiado de signo los n factores del numerador, y el (−1)n resultante se lo hemos
incorporado a la x.
Todos estos manejos persiguen descubrir la analogı́a que hay entre estos dos desarrollos,
el de (1 + x)m y el de (1 + (−x))−m−1 . La simetrı́a es evidente. Y es que ambos son casos
particulares del siguiente teorema:
Teorema 12.4 (Teorema del binomio) Para cada α ∈ R, si |x| < 1, entonces
∞
α α(α − 1)(α − 2) · · · (α − n + 1)
fα (x) = (1 + x) = xn .
n!
n=0
Afirmamos aquı́ que la serie de potencias converge, con seguridad, para |x| < 1, pero en
algunos casos el intervalo de convergencia podrı́a ser mayor. Por ejemplo, si α es un entero
positivo, tenemos simplemente un polinomio (y la convergencia será para todo x).
Antes de ver la demostración, vamos a aplicar el teorema a la obtención de los desarrollos
en serie de unas cuantas funciones. Si α es un entero positivo, tenemos la fórmula del binomio
habitual. Si α = −1 y ponemos −x en lugar de x, estamos con la serie geométrica. También
hemos visto ya el caso α = −m − 1, con m ≥ 0, y las posibles traslaciones y cambios de
escala en la variable. Ası́ que nos centraremos en otros valores de α. Por comodidad, y sólo
por esta subsección, consideraremos el coeficiente binómico generalizado
α α(α − 1) · · · (α − n + 1)
= ,
n n!
donde α ∈ R (que coincide con el coeficiente binómico habitual cuando α = m).
Ejemplo 12.3.3 El caso α = 1/2.
√
Estamos con la función 1 + x, para |x| < 1:
∞ ∞
√ 1 1/2 n 1/2 (1/2 − 1)(1/2 − 2) · · · (1/2 − n + 1) n
1 + x = (1 + x) 2 = x =1+ x ,
n=0
n n=1
n!
∞
(−1)n−1 1 · 3 · 5 · · · (2n − 3)
=1+ xn .
2n n!
n=1
√
Más interesante, desde el punto de vista combinatorio, es el desarrollo de la función 1 − 4x
(en principio, para |x| < 1/4):
∞ ∞
1/2 1/2 1 1 · 3 · 5 · · · (2n − 3)
(1 + (−4x)) = (−4x)n = 1 + (−1)n−1 n (−4)n xn
n 2 n!
n=0 n=1
∞
1 · 3 · 5 · · · (2n − 3)(2n − 1) n! n
2n
= 1− x
n=1
2n − 1 n! n!
∞ , -, -
1 1 · 3 · · · (2n − 1) 2 · 4 · · · (2n − 2) 2n n
= 1− x
2n − 1 n! n!
n=1
∞
1 (2n)! n
= 1− x .
n=1
2n − 1 n! n!
donde los cαn son todavı́a desconocidos. Por ahora entendemos esta igualdad (y los manejos
posteriores que haremos) en un sentido formal; ya los justificaremos más adelante desde el
punto de vista analı́tico.
Obsérvese (tomando x = 0) que cα0 = 1 para cualquier α. Primero,
∞
∞
∞
∞
cα+1 n
n x = (1 + x)
α+1
= (1 + x)α (1 + x) = (1 + x) cαn xn = cαn xn + cαn−1 xn .
n=0 n=0 n=0 n=1
Igualando coeficientes,
α−n α
α cαn = (n + 1) cαn+1 + n cαn o, equivalentemente, cαn+1 = c .
n+1 n
Ahora tenemos una recurrencia que involucra coeficientes con el mismo α; como conocemos cα0 ,
esta nueva identidad nos permite calcular toda la sucesión (cαn ). Por inducción, deducimos
que, para cada n,
α α(α − 1) . . . (α − n + 1) α
cn = = ,
n! n
donde hacemos uso, de nuevo, de la notación de los coeficientes binómicos generalizados.
Por ahora hemos comprobado (al menos formalmente) que, al traducir las propiedades
de la función en los hipotéticos coeficientes, éstos han de tener una forma determinada. Aún
hemos de probar que la serie con esos coeficientes representa, efectivamente, a la función
(1 + x)α . Llamemos
∞
α n
Bα (x) = x
n
n=0
a la serie de potencias que nos interesa. Apliquémosle el criterio del cociente:
.
α n α(α − 1) . . . (α − n) α − n
α n! .
x n+1
x = |x| = |x|
n+1 n (n + 1)! α(α − 1) . . . (α − n + 1) n+1
Es decir, si |x| < 1,
.
α n α − n
α
lı́m sup x n+1
x = lı́m sup |x| = |x| < 1.
n→∞ n + 1 n n→∞ n+1
Esto supone que la serie de potencias converge uniformemente en cualquier intervalo de la
forma [−a, a], donde a < 1. Ası́ que podemos derivar la serie término a término (compruébese
en especial la manipulación de la segunda igualdad),
∞
∞ ∞ ∞
α α α k α
Bα (x) = n xn−1 = (α − k) xk = α x − k xk
n k k k
n=1 k=0 k=0 k=0
serie de potencias que converge uniformemente si |x| < 1, y buscar el “valor” de f (x) en
x = 1. Podremos derivarla (y multiplicarla por x) dos veces, y luego integrar para obtener
x2 x3 1 1
x f (x) = x+ + +· · · =⇒ x f (x) = 1+x+x2 +· · · = =⇒ x f (x) = ln .
2 3 1−x 1−x
Pero ası́ no vamos por buen camino, porque no hay una expresión analı́tica útil para f (x),
que permita luego calcular el valor f (1), al menos en el sentido del lı́mite x → 1.
15
Johann Bernoulli (1667-1748) era un “puro” Bernoulli: competitivo, celoso de los demás miembros ma-
temáticos de su familia, acabó enfrentado, tanto a su hermano Jacob como a su propio hijo Daniel (véanse
sus notas biográficas en las páginas ?? y 466, respectivamente). No crea el lector que estos enfrentamientos
a los que nos referimos eran peleas en la cocina de casa: los bravos Bernoulli acostumbraban a airear sus
disputas públicamente. Como otros miembros de la familia, fue obligado a estudiar Medicina (su disertación
doctoral versó sobre un modelo matemático del movimiento muscular), aunque pronto se decantarı́a por las
Matemáticas, de la mano (¡sólo al principio!) de su hermano Jacob. A Johann se le recuerda especialmente por
sus aportaciones a lo que hoy conocemos como Cálculo variacional (braquistocrona, problema isoperimétrico),
aunque también por sus trabajos en Mecánica y en la teorı́a de los fluidos. Como ilustración de las maniobras
que se gastaban estos Bernoulli, se dice que falseó la fecha de publicación de obra Hydraulica (que aparecerı́a
en 1739, pero datada en 1732), para adelantarse ası́ a la Hydrodinamica de su hijo Daniel, de 1738.
Hace falta algo más. La sorpresa: Euler. Sabemos (véase el ejemplo 12.3.4) que
∞
1 2n 1
arcsin(x) = x2n+1 para 0 < x < 1.
22n n 2n + 1
n=0
Como todos los términos son positivos, podemos (véase la subsección 12.3.1) obtener el valor
de la función en x = 1:
∞
π 1 2n 1
= 2n
.
2 n=0 2 n 2n + 1
Vamos ahora a calcular la integral
1
arcsin(x)
I= √ dx
0 1 − x2
de dos maneras diferentes: por un lado, integrando por partes,
1
1
arcsin(x)2 π2
I= arcsin(x) d(arcsin(x)) = = .
0 2 0 8
Y por otro16 ,
1 ∞ ∞ 1 2n+1
1 2n 1 dx 1 2n 1 x
I= x 2n+1
√ = √ dx .
0 n=0
22n n 2n + 1 1−x 2
n=0
22n n 2n + 1 0 1 − x2
de donde
∞ ∞
1 4 1 4 π2 π2
= = = .
n=1
n2 3 (2k + 1)2 3 8 6
k=0
16
Queda como ejercicio para el lector con inclinaciones hacia el Análisis Matemático comprobar que se
pueden intercambiar los sı́mbolos de integración y sumación. Puede, por ejemplo, considerar la integral entre
0 y 1 − ε, donde tenemos convergencia uniforme, y concluir con un argumento de monotonı́a.
12.3.1 Supongamos que f (x) y g(x) son dos series de potencias que convergen en intervalos (−R, R)
y (−M, M ), respectivamente. ¿Dónde convergen las series de potencias αf (x) + βg(x) y f (x)g(x)?
¿Y f (x)/(1 − x)? Compruébese que las series de potencias xm f (x) y f (m) (x) convergen en el mismo
intervalo que la f (x) original.
12.3.2 Compruébese que, dada una sucesión de números (an ),
an+1 an+1
lı́m inf
≤ lı́m inf |an | ≤ lı́m sup |an | ≤ lı́m sup
n n
n→∞ an n→∞ n→∞ n→∞ an
12.3.3 Sea (an ) una sucesión de números que cumplen que |an | ≤ C M n , donde C y M son ciertas
∞
constantes positivas. Compruébese que la serie de potencias n=0 an xn tiene un radio de convergen-
cia R ≥ 1/M .
12.3.4 Utilı́cese un argumento similar al del ejemplo 12.3.1 para comprobar que
∞
1
= 1, donde (Fn ) es la sucesión de Fibonacci.
F F
n=2 n−1 n+1
12.3.5 Sea (a0 , a1 , a2 , a3 , . . . ) una cierta sucesión de números reales para la que lı́mn→∞ an = L.
(a) Consideremos, en primer lugar, las sucesiones (yn ) y (yn ) dadas, para cada n ≥ 0, por
n
1 1 n
n
yn = ak e yn = n ak .
n+1 2 k
k=0 k=0
Obsérvese que la primera es la sucesión de las medias aritméticas, y la segunda, la sucesión de lo que
llamarı́amos las medias binómicas. Compruébese que el lı́mite de ambas sucesiones es L.
(b) Más generalmente,
n consideremos unos números Mn,k positivos que cumplen que (1) Mn,k = 0 si
k > n; (2) k=0 Mn,k = 1 para cada n; y (3) lı́mn→∞ Mn,k = 0 para cada k. Demuéstrese que la
sucesión ∞
y0n = Mn,k ak tiende a L cuando n → ∞.
k=0
(c) Ahora, dos promedios con claro sabor probabilı́stico. Consideramos
∞
∞
λk
y(p) = p(1 − p)k ak e y(λ) = e−λ ak ,
k!
k=0 k=0
donde 0 < p < 1 y λ > 0. Compruébese que lı́mp→0 y(p) = L. ¿Qué ocurre cuando p → 1? ¿Qué ocurre
con y(λ) cuando λ → ∞?
n
12.3.6 Demostración del Lema de Abel (Lema 12.2). Sea f (x) = n an x una serie de potencias
n de convergencia 1 y supongamos que n an = A. Consideramos la sucesión (cn ) dada por
con radio
cn = k=0 ak . Obsérvese que lı́mn→∞ cn = A.
(a) Utilı́cese que a0 = c0 y an = cn − cn−1 si n ≥ 1 para comprobar que, para cualquier n ≥ 1,
n
n−1
ak xk = (1 − x) ck xk + cn xn para |x| < 1.
k=0 k=0
Dedúzcase que
∞
f (x) = (1 − x) cn xn .
n=0
(b) Utilı́cese la representación anterior para deducir, finalmente, que lı́mx↑1 f (x) = A.
n
12.3.7 Partimosdel Lema de Abel (Lema 12.2): si n annx es una serie de potencias con radio de
convergencia 1 y n an converge, entonces lı́mx↑1 n an x = n an .
n
(a) Sea ahora
g(x) = n bn x una serie de potencias con radio de convergencia R > 0. Suponga-
mos que n bn Rn converge. Compruébese que f (x) = g(Rx) es una serie de potencias con radio de
convergencia 1. Aplı́quese el lema de Abel a f (x) para comprobar que lı́mx↑R g(x) = n bn Rn .
(b) Digamos que g(x) = n bn xn tiene radio de convergencia 1 y que n bn (−1)n converge. Utilı́cese
un argumento similar al del apartado anterior para comprobar que lı́mx↓−1 g(x) = n bn (−1)n .
12.3.8 Utilı́cese el apartado a) del ejercicio anterior para comprobar que
∞ ∞
1 (−1)n+1
= ln(2) = .
n=1
n 2n n=1
n
Ambas series infinitas dan, como resultado, ln(2) = 0.6931471806 . . . Pero quizás el lector quiera
entretenerse en comprobar computacionalmente el diferente grado de aproximación que dan, sumando,
por ejemplo, los 100 primeros términos de las dos series.
12.3.9 (a) Sabiendo que
d 1
arctan(x) = ,
dx 1 + x2
compruébese que
∞
(−1)n 2n+1
arctan(x) = x
n=0
2n + 1
(b) La serie numérica n (−1)n /(2n + 1) converge (recuérdese el teorema 12.1). Aplı́quese el lema de
Abel a la función arcotangente para obtener el siguiente método de cálculo del número π:
1 1 1
π = 4 1 − + − + ···
3 5 7
Utilizando la fórmula de de Moivre (página 28) y la fórmula del binomio, se comprueba que
(a) Compárense las partes imaginarias de las dos fórmulas anteriores para deducir que
m
m
2 kπ m (2m − 1)
rk = cot = .
2m + 1 3
k=1 k=1
(e) Ahora vamos a utilizar las dos siguientes estimaciones de tamaño de la función cotan-
gente. Por un lado,
1
cot θ < (si θ ∈ (0, π/2)).
θ
Por otro, como sin θ < θ si θ ∈ (0, π/2), se tiene que
cos2 θ 1 1
cot2 θ = 2 = 2 − 1 > θ2 − 1 (si θ ∈ (0, π/2)).
sin θ sin θ
Utilı́cense estas dos estimaciones en la identidad del apartado anterior para deducir que
π 2 2m (2m − 1) 1
m
π 2 4 m(m + 1)
< < .
6 (2m + 1)2 k2 6 (2m + 1)2
k=1
(g) Por último, pásese al lı́mite m → ∞ en las desigualdades del apartado anterior para
obtener el resultado deseado.
Ahora, con ayuda de las reglas de desplazamiento de coeficientes, identificamos las dos series
de potencias que han aparecido. Lo que queda, como el lector deberá comprobar, es que
f (x) = F0 + F1 x + x [f (x) − F0 ] + x2 f (x) = x + f (x) x + x2 .
El lector que se encuentre cómodo con la notación de los sumatorios puede hacer todo
este proceso manipulando las series directamente:
∞
∞
∞
f (x) = Fn xn = F0 + F1 x + Fn xn = F0 + F1 x + (Fn−1 + Fn−2 ) xn
n=0 n=2 n=2
∞
∞
∞
∞
= F0 + F1 x + Fn−1 xn + Fn−2 xn = F0 + F1 x + x Fn−1 xn−1 + x2 Fn−2 xn−2
n=2 n=2 n=2 n=2
∞
∞
= F0 + F1 x + x Fn xn + x2 Fn xn = F0 + F1 x + x [f (x) − F0 ] + x2 f (x)
n=1 n=0
Ahora que tenemos una ecuación (algebraica) para f (x), la resolvemos. Aquı́, simplemente,
se trata de “despejar” la f (x):
x
f (x) = x + f (x) x + x2 =⇒ f (x) 1 − x − x2 = x =⇒ f (x) =
1 − x − x2
x −x A B
= = + .
1−x−x 2 (x − α)(x − β) (x − α) (x − β)
√
Igualando coeficientes
√ de los numeradores, determinamos A y B, que resultan ser A = ( 5 −
5)/10 y B = −( 5 + 5)/10. Con ellos, y tras ciertas manipulaciones, obtenemos que
√ √ ∞ √ √
x 5−5 1 5+5 1 5− 5 1 5+ 5 1
= − = + xn .
1 − x − x2 10 x − α 10 x − β n=0 10 αn+1 10 β n+1
Podrı́amos haber intentado un enfoque alternativo, aprovechando que f (x) tiene un as-
pecto muy semejante a la serie geométrica:
∞
x x
= = x (x + x2 )k .
1 − x − x2 1 − (x + x2 )
k=0
Ası́ llegamos a una fórmula para el coeficiente que acompaña a xn+1 en el desarrollo de f (x)
que es, no puede ser otro, el número Fn+1 :
n
n−l
Fn+1 = ,
l
l=0
Ası́ que, si tenemos términos no homogéneos, todo lo que necesitaremos será sumar (ob-
tener una expresión analı́tica de) la o las series de potencias que provengan de la parte no
homogénea. Sin embargo, el que la ecuación siga siendo lineal de coeficientes constantes nos
asegura que el tipo de ecuación que obtendremos para f (x) seguirá siendo algebraica.
Para ver lo que puede ocurrir al manejar ecuaciones lineales con coeficientes no constantes,
consideremos el siguiente ejemplo:
Ejemplo 12.4.3 Consideramos la sucesión de números (an ) dada por a0 = 1 y
2n
(n + 1) an+1 = 3 an + , para cada n ≥ 0.
n!
Tal como viene escrita la recurrencia, conviene no “despejar” el término de mayor ı́ndice (en
este caso, an+1 ), sino trabajar directamente con ella. Como la recurrencia es válida para cada
n ≥ 0, se cumplirá que
∞
∞
∞
2n
(n + 1) an+1 xn = 3 an xn + xn .
n=0 n=0 n=0
n!
Si identificamos las series que aparecen (la propia f (x), su derivada y la función e2x ), obte-
nemos la ecuación que debe verificar la función generatriz:
f (x) = 3 f (x) + e2x .
Ésta es una ecuación diferencial para f (x), cuya solución general viene dada20 por
f (x) = C e3x − e2x ,
donde C es una constante. El que a0 = 1 exige que f (0) = 1; y con esta información extra
podemos concluir que
f (x) = 2 e3x − e2x .
Desarrollar esta función en serie de potencias, y con ello, obtener los números an , es sencillo:
∞
∞
3n 2n
f (x) = 2 xn − xn ,
n=0
n! n=0
n!
de donde obtenemos
1
(2 × 3n − 2n ) ,
an =
n!
la expresión de los an que andábamos buscando. ♣
20
Se puede emplear, por ejemplo, un truco de factor integrante. Obsérvese que
f (x)e−3x = f (x) e−3x − 3f (x)e−3x = e−3x f (x) − 3f (x) = e−3x e2x = e−x ,
Integrando esta expresión, llegamos a la solución general del texto.
En algunas de las ecuaciones de recurrencia que vimos en la sección 6.1, un cierto término
de la sucesión dependı́a de todos los anteriores:
Ejemplo 12.4.4 En el ejemplo 6.1.11 veı́amos que los números Mn , que contaban el número
de posibles montones con n barriles en la primera fila, cumplı́an que
n−1
Mn = 1 + (n − j)Mj para cada n ≥ 2,
j=1
de donde
x(1 − x)
M (x) = .
1 − 3x + x2
Ya sólo resta desarrollar en serie de potencias (o revisar el ejercicio 12.2.6) para concluir que
Mn = F2n−1 para cada n ≥ 1, donde (Fn ) es la sucesión de Fibonacci. ♣
Si la ecuación no es lineal, las dificultades aumentan enormemente, y sólo en casos muy
particulares vamos a disponer de métodos de resolución explı́cita. Por su especial relevancia
en cuestiones combinatorias, veamos el siguiente ejemplo.
Ejemplo 12.4.5 La sucesión de los números de Catalan (Cn ) viene definida por
n−1
Cn = C0 Cn−1 + C1 Cn−2 + · · · + Cn−2 C1 + Cn−1 C0 = Ck Cn−1−k para cada n ≥ 1,
k=0
si convenimos en que C0 = 1.
En el ejemplo 3.1.6 obtuvimos ya una fórmula para estos números. Ahora abordamos la
cuestión utilizando funciones generatrices. Si C(x) es la función generatriz de la sucesión (Cn ),
∞
∞ k−1 ∞ k−1
k k
C(x) = Ck x = 1 + Cj Ck−1−j x = 1 + x Cj Ck−1−j xk−1
k=0 k=1 j=0 k=1 j=0
∞
n
= 1+x Cj Cn−j xn = 1 + x C 2 (x) ,
n=0 j=0
Esta ecuación de segundo grado (para C(x)) tiene dos posibles soluciones:
√ √
1 + 1 − 4x 1 − 1 − 4x
o bien .
2x 2x
El que C0 = 1, esto es, C(0) = 1, descarta la primera posibilidad (pero no la segunda, como
se puede comprobar, por ejemplo, con ayuda de la regla de L’Hôpital). Ası́ que la función
generatriz de los números de Catalan es la que aparece a la derecha. Ahora sólo tenemos que
irnos al ejemplo 12.3.3 y revisar el cálculo con el teorema del binomio que hicimos allı́ para
tener la fórmula para los números de Catalan. ♣
Aunque también podrı́amos considerar, para cada k fijo, la siguiente función generatriz:
∞
gk (x) = C(n, k) xn .
n=0
Para k ≥ 1,
∞
∞
gk (x) = C(n, k) xn = C(0, k) + C(n − 1, k − 1) + C(n − 1, k) xn
n=0 n=1
∞
∞
= x C(n − 1, k − 1) xn−1 + x C(n − 1, k) xn−1
n=1 n=1
∞ ∞
= x C(n, k − 1) xn + C(n, k) xn ,
n=0 n=0
de donde
gk (x) = x gk−1 (x) + x gk (x) ;
esto es,
x
gk (x) = gk−1 (x) para cada k ≥ 1.
1−x
De nuevo, iterando, llegamos a que
2 k
x x x xk
gk (x) = gk−1 (x) = gk−2 (x) = · · · = g0 (x) = .
1−x 1−x 1−x (1 − x)k+1
De manera que
∞
∞ ∞
xk k k + j j k + j j+k n n
gk (x) = =x x = x = x .
(1 − x)k+1 k k k
j=0 j=0 n=k
En la subsección 6.2.3 vimos cómo resolver estos sistemas con las herramientas del Álgebra
lineal. Introducimos ahora las funciones generatrices asociadas a las sucesiones (an ) y (bn ).
∞
∞
A(x) = an xn y B(x) = bn xn .
n=0 n=0
Procediendo de manera análoga con la segunda ecuación, llegamos a que las funciones gene-
ratrices verifican el sistema de ecuaciones siguiente:
A(x)(1 − 3x) = 1 + xB(x) ,
B(x)(1 − x) = 2x A(x)
(recuérdese que las “incógnitas” son aquı́ las series A(x) y B(x)). Resolviendo este sistema
obtenemos que
1−x 2x
A(x) = 2 y B(x) = 2 .
x − 4x + 1 x − 4x + 1
Finalmente, desarrollamos en serie de potencias para obtener la solución del problema:
∞ √ √
3+ 3 √ n 3− 3 √ n
A(x) = (2 + 3) + (2 − 3) xn
6 6
n=0
∞ √ √
3 √ n 3 √ n
B(x) = (2 + 3) − (2 − 3) xn
n=0
3 3
Los coeficientes de A(x) y de B(x) son, respectivamente, las sucesiones (an ) y (bn ) que
satisfacen el sistema de ecuaciones y las condiciones iniciales. ♣
12.4.1 Para cada n ≥ 1, sea an el número de n-listas con sı́mbolos {0, 1, 2, 3} que tienen un número
impar de ceros. Compruébese que a1 = 1 y que an+1 = 2an +4n para cada n ≥ 1. Dedúzcase, utilizando
funciones generatrices, que an = 12 (4n − 2n ).
12.4.2 Consideremos la sucesión de números (an )∞
n=0 que satisface la recurrencia:
100
an = an−2 + , n ≥ 2,
n
junto con las condiciones iniciales a0 = 1 y a1 = 100.
(a) Calcúlese la función generatriz de esta sucesión.
(b) Escrı́base una fórmula para an y calcúlese a200 .
(a) Pruébese, utilizando la ecuación de recurrencia que verifican los números de Stirling de segunda
especie, S(n, k) = S(n − 1, k − 1) + kS(n − 1, k), que
x
F1 (x) = y Fk (x) = x Fk−1 (x) + k x Fk (x) si k ≥ 2.
1−x
(b) Resuélvase la recurrencia y, utilizando fracciones simples, verifı́quese que
/
k
1 k
γj k−j j k−1
Fk (x) = xk = xk , donde γj = (−1) .
j=1
1 − jx j=1
1 − jx (j − 1)! (k − j)!
(c) Desarróllense los términos 1/(1−jx) para deducir la habitual fórmula para los números de Stirling
(−1)k
k
k
S(n, k) = (−1)m mn .
k! m=1 m
12.4.6 Vamos ahora a cambiar el punto de vista, para considerar, para n ≥ 1 fijo, la función generatriz
(en realidad, un polinomio) de la sucesión (S(n, k))∞
k=1 (nótese que ahora es k el ı́ndice de la sucesión),
∞
Gn (x) = S(n, k) xk .
k=1
cuenta el número de particiones en bloques no vacı́os del conjunto {1, 2, . . . , n}, Sustitúyase x = 1 en
la expresión del apartado (b) para obtener la fórmula de Dobinski:
∞
1 jn
B(n) = para cada n ≥ 1,
e j=1 j!
que permite calcular B(n) en términos de una serie infinita que converge muy rápidamente. Por ejem-
plo, B(10) = 115975, mientras que la suma de los 15 primeros términos de la serie da ≈ 115974, 978.
12.4.7 Utilı́cese el ejercicio anterior para comprobar que, si definimos B(0) = 1,
∞
B(n) n
x = exp (ex − 1) .
n=0
n!
4. Identificamos la serie de potencias interior y obtenemos una función (que quizás dependa
de k) que llamamos gk (x):
f (x) = gk (x).
k
5. Hecho esto, evaluamos la suma de funciones para conseguir una expresión para f (x).
6. El paso final consiste en desarrollar en serie de potencias la función f (x) para obtener
los an , sus coeficientes.
21
En homenaje poco disimulado al snake oil method de Wilf.
Empezamos con
∞
∞
n
n
f (x) = an x = k xn .
n=0 n=0 k=0
De nuevo esta serie de potencias es conocida, es la que obtenemos al aplicar x d/dx a la serie
básica 1/(1 − x):
∞
1 k 1 1 x
f (x) = kx = x = .
1−x 1−x 1−x (1 − x)3
k=0
k+1
De aquı́ deducimos, finalmente, el bien conocido resultado ak = 2 = k(k + 1)/2. ♣
Ejemplo 12.5.2 Calculemos las siguientes sumas (algo más complicadas):
∞
n+k
an = 2n−k , n = 0, 1, 2, . . .
2k
k=0
Será cuestión de hacer que aparezca ese 2k arriba, a ver qué pasa. Pasa algo bueno:
∞ ∞ ∞ ∞
2k + n − k 2k + n − k
f (x) = 2−k (2x)n = 2−k (2x)k (2x)n−k
2k 2k
k=0 n=k k=0 n=k
∞ ∞ ∞
j + 2k 1
= 2−k (2x)k (2x)j = xk
2k (1 − 2x)2k+1
k=0 j=0 k=0
∞
k
1 x 1 1 1 − 2x
= = = .
(1 − 2x) (1 − 2x) 2 (1 − 2x) 1 − (1−2x)2
x
(1 − 4x)(1 − x)
k=0
Ya tenemos la expresión de f (x) (la hemos escrito separando las raı́ces del polinomio del
numerador). Sólo resta desarrollarla en serie, para lo que utilizamos fracciones simples:
∞ ∞ ∞
1 − 2x 2/3 1/3 2 n 1 n 2 n 1
f (x) = = + = (4x) + x = 4 + xn .
(1 − 4x)(1 − x) 1 − 4x 1 − x 3 3 3 3
n=0 n=0 n=0
Ésta es una identidad ya conocida, que se puede probar combinando inducción y la ecuación
de recurrencia de los Fn , como proponı́amos en el ejercicio 6.3.3. Abordémosla con funciones
generatrices. Recordemos que x/(1 − x − x2 ) es la función generatriz de los (Fn ).
Por un lado,
∞ n
1 x
Fj xn = ,
n=0
1 − x 1 − x − x2
j=0
pues, recordemos, el efecto de multiplicar por la serie básica 1/(1 − x) es recuperar las sumas
parciales de los coeficientes.
Por otro lado,
∞
∞
∞
∞
1 1
(Fn+2 − 1)xn = Fn+2 xn − Fn+2 xn+2 −
xn =
n=0 n=0 n=0
2
x n=0 1−x
1 x 1 1 x 1 x
= 2 − F0 − F1 x − = 2 −x − = .
x 1−x−x2 1−x x 1−x−x2 1−x (1 − x)(1−x−x2 )
Y ya está: las funciones generatrices coinciden, ası́ que sus coeficientes también. ♣
Y para la segunda,
∞
∞ ∞
∞
∞
∞
k n k k n−k k k
g(x) = x = x x = x xm
n−k n−k m
n=0 k=0 k=0 n=k k=0 m=0
∞ ∞
1 1
= k
x (1 + x)k = [x (1 + x)]k = = .
1 − x (1 − x) 1 − x − x2
k=0 k=0
donde
αr = |Ai1 ∩ Ai2 ∩ · · · ∩ Air | para cada 1 ≤ r ≤ n.
1≤i1 <i2 <···<ir ≤n
Es decir,
n
α1 = |Aj | , α2 = |Ai ∩ Aj | , ··· αn = |A1 ∩ A2 ∩ · · · ∩ An | .
j=1 i<j
Son, en realidad, múltiples preguntas, una por cada valor de t entre 0 y n. Nos interesan
los números βt = |Bt |, los tamaños de los conjuntos
Bt = {elementos de X que pertenecen a exactamente t de los Aj } para cada t ≥ 0.
Ası́ que esta segunda pregunta está asociada a una sucesión (βt ) que, de nuevo, sólo tiene un
número finito de términos. Observemos que los conjuntos B0 , B1 , . . . , Bn forman, a diferencia
de A1 , . . . , An , una verdadera partición de X .
Buscamos relaciones entre las dos sucesiones de números, (αr ) y (βt ). La primera la
descubrimos de inmediato: como hemos llamado α0 = |X |,
∞
α0 = βt ,
t=0
sin más que recordar que los conjuntos Bt forman una partición de X .
Vamos, sin embargo, a obtener este resultado con un argumento de doble conteo, para
preparar el argumento general que aplicaremos en los otros casos.
Construimos una matriz cuyas columnas están etiquetadas con los elementos de X or-
denados según el conjunto Bt al que pertenezcan: para distinguirlos, llamemos x1 , . . . , xβ0 a
los elementos de X que estén en B0 , y1 , . . . , yβ1 a los que estén en B1 , y ası́, sucesivamente,
hasta w1 , . . . , wβn a los de Bn . Y que tenga una sola fila, etiquetada con X . Escribimos un 1
si el elemento está en X y un 0 en caso contrario:
B0 B1 ··· Bn
x1 · · · xβ 0 y1 · · · yβ1 ··· w1 · · · wβ n
X 1 ··· 1 1 ··· 1 ··· 1 ··· 1
Por supuesto, todas las entradas de la matriz son unos, porque cada elemento de cada
columna
pertenece a X . Estos unos, sumados por filas, dan |X |; y sumados por columnas, ∞ t=0 βt .
Vamos con α1 . Construimos una matriz similar, aunque esta vez colocamos, como etique-
tas de las filas, los distintos conjuntos A1 , . . . , An . Cada entrada de la matriz será un 1 si el
elemento que determina la columna está en el Ar de la fila; y un 0 en caso contrario.
B0 B1 B2 ··· Bn
x1 · · · xβ 0 y1 · · · yβ1 z1 · · · zβ2 ··· w1 · · · wβ n
A1 0 ··· 0 1 ··· 0 0 ··· 0 ··· 1 ··· 1
A2 0 ··· 0 0 ··· 0 1 ··· 0 ··· 1 ··· 1
A3 0 ··· 0 0 ··· 0 1 ··· 1 ··· 1 ··· 1
.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . . . . . . . . .
An 0 ··· 0 0 ··· 1 0 ··· 1 ··· 1 ··· 1
Los elementos de B0 , los xj , no pertenecen a ninguno de los Ar , pues no cumplen propiedad
alguna; ası́ que sus columnas llevarán ceros. Cada yj ∈ B1 cumple una única propiedad,
está en uno (y sólo uno) de los Ar , ası́ que en su columna habrá un único 1. Si zj ∈ B2 ,
zj cumplirá dos propiedades, es decir, estará en dos Ar distintos. Por tanto, en su columna
habrá dos unos. Y ası́, sucesivamente: en la columna de un elemento de Bt habrá t unos.
Si ahora sumamos las entradas de la matriz por filas, obtenemos la suma de todos los |Ar |.
Si sumamos por columnas, las correspondientes a B0 aportarán cero unos (más concretamen-
te, 0 β0 ), las de B1 aportarán un 1 cada una; en total, 1 β1 . Las de B2 , un 2 cada una, es
decir, 2 β2 entre todas, y ası́ sucesivamente. Es decir, que
∞
∞
α1 = |Ar | = t βt .
r=0 t=0
Vamos con α2 . Ahora, la matriz tendrá etiquetadas sus filas con todas las posibles intersec-
ciones dos a dos de los Ar . Y colocaremos un uno si el elemento que determina la columna
está en el Ai ∩ Aj que define la fila:
B0 B1 B2 ··· Bn
x1 · · · xβ0 y1 · · · yβ1 z1 · · · zβ2 ··· w1 · · · wβn
A1 ∩ A2 0 ··· 0 0 ··· 0 0 ··· 0 ··· 1 ··· 1
A1 ∩ A3 0 ··· 0 0 ··· 0 1 ··· 0 ··· 1 ··· 1
A1 ∩ A4 0 ··· 0 0 ··· 0 1 ··· 1 ··· 1 ··· 1
.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . . . . . . . . .
que nos permite conocer la sucesión (αr ) si es que disponemos de los números (βt ). Nótese
que, en realidad, los lı́mites de la suma son más pequeños, tanto el inferior (empieza en t = r,
por el coeficiente binómico) como el superior (porque los βt se anulan a partir de n).
Como B(x) genera la sucesión (βt ), aplicando la regla 8 de la sección 12.2, deducimos que
∞ ∞
t
B(1 + x) = βt xr = A(x) ,
r=0 t=0
r
pues los coeficientes son, justamente, los αr . Hemos codificado ası́ las relaciones entre las
sucesiones (αr ) y (βt ) con una única relación funcional entre sus funciones generatrices A(x)
y B(x). Ahora invertimos esta relación funcional,
B(x) = A(x − 1) ,
y recogemos los frutos:
∞
∞
∞
B(x) = βt xt = A(x − 1) = αr (x − 1)r = αr (−1)r (1 − x)r
t=0 r=0 r=0
∞
∞
∞
∞
r r t r+t r
= αr (−1) (−x) = (−1) αr xt .
t t
r=0 t=0 t=0 r=0
Analicemos ahora, con el lenguaje de las funciones generatrices, algunos ejemplos que ya
estudiamos en su momento con argumentos de tipo combinatorio.
Ejemplo 12.5.5 Sobre permutaciones y desbarajustes.
Sea X el conjunto de las permutaciones de {1, . . . , n}, de las que hay α0 = |X | = n!. Defini-
mos, para cada 1 ≤ r ≤ n, los conjuntos
En cada Ar están todas las permutaciones que fijan el elemento r en su posición. Como ya
vimos en el ejemplo 3.1.5, el tamaño de cada Ar es
n
αr = (n − r)! ,
r
Este resultado es inmediato en nuestro nuevo lenguaje: los desbarajustes son las permutacio-
nes que no fijan sı́mbolo alguno en su posición, ası́ que no están en ninguno de los Ar ; hay
β0 elementos de éstos, luego
∞ ∞ n
r r (−1)r
Dn = β0 = (−1) αr = (−1)r αr = n! .
0 r!
r=0 r=0 r=0
Pero nuestro análisis da respuesta a preguntas más complicadas. Por ejemplo, el número de
permutaciones de {1, . . . , n} que fijan exactamente t sı́mbolos es, en nuestro lenguaje, βt . Si
t > n, no hay tales permutaciones; en el resto de los casos, cuando 0 ≤ t ≤ n,
∞ ∞
r r−t n r
βt = r−t
(−1) αr = (−1) (n − r)!
r=0
t r=0
r t
∞
n! (−1)r−t
n n
r! n! r−t n! r
= (−1) r−t
(n − r)! = s (−1) =
t!(r − t)! r!(n − r)! r! t t! r=t (r − t)!
r=0 r=0
Esta identidad (que ya pedı́amos probar en el ejercicio 3.1.29) nos dice, simplemente, que
si queremos formar una permutación de {1, . . . , n} que fije t sı́mbolos, primero habremos de
decidir qué t sı́mbolos fijamos y luego hacer un desbarajuste con el resto. ♣
Por ejemplo, para t = 0, obtenemos la fórmula del ejercicio 3.1.4 para el número de aplica-
ciones sobreyectivas de X a Y:
k k
r k k
β0 = (−1) (k − r) = (−1)
n k
(−1) m
mn .
r m
r=0 m=0
En el caso general,
k
k−t
r−t r k k−m−t k − m k
βt = (−1) (k − r) =
n
(−1) mn
r=t
t r m=0
t k − m
k−t
k−t
k−t k! (−1)m mn k k−t m k−t
= (−1) = (−1) (−1) mn
t! m! (k − m − t)! t m
m=0 m=0
Ası́ que, de la expresión de β0 obtenemos la habitual fórmula para los S(n, k):
1
k
r k
S(n, k) = (−1) (k − r)n .
k! r
r=0
Llamemos A(x) y B(x) a las funciones generatrices asociadas a las sucesiones (αn ) y (βn ).
(a) Compruébese que
1 x 1 y
A(x) = B y que, por tanto, B(y) = A .
1−x 1−x 1−y y−1
(b) Dedúzcase que
∞
t
βt = (−1)r αr para cada t = 0, 1, 2, . . .
r=0
r