Funciones Generatrices

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Capı́tulo 12

Funciones generatrices

Como el lector habrá observado, en muchas cuestiones combinatorias que hemos venido
estudiando es natural especificar, aunque de forma genérica1 , el tamaño, n, de un conjunto
de referencia, o el paso (n también) de un proceso de construcción combinatorio, o las veces
(n, ¡cómo no!) que se repite un procedimiento. La respuesta a la cuestión de interés, que
podemos nombrar, de manera genérica también, como an , depende de n. Si por ejemplo n
toma los valores 0, 1, 2, . . . , los resultados correspondientes forman una sucesión (an )∞
n=0 .
En ocasiones, disponemos de una fórmula para el término general de la sucesión en función
del parámetro n. Por ejemplo, el número de subconjuntos de un conjunto de tamaño n es
an = 2n . O, por ejemplo, si elegimos repetidamente números +1 ó −1 hasta un total de 2n y
sumamos los resultados, el número de elecciones en las que la suma final vale 0 es an = 2n n .
En otras ocasiones, nuestro análisis nos permite obtener una regla de recurrencia para los
números an . Si por ejemplo an cuenta el número de listas de ceros y unos de longitud n en
las que no aparecen ceros consecutivos (pero sı́ pueden aparecer unos consecutivos), entonces

an = an−1 + an−2 para cada n ≥ 3,

como vimos en el ejemplo 6.1.5. Nuestra ecuación de recurrencia favorita, la de Fibonacci.


Aunque los an no son exactamente los números de Fibonacci Fn , pues las condiciones iniciales
son ligeramente distintas (recuérdese la definición 6.1). En páginas anteriores han ido pare-
ciendo ecuaciones de recurrencia para los coeficientes binómicos, los números de Stirling, el
número de particiones de un entero con ciertas caracterı́sticas, etc. Una regla de recurrencia
(complementada con unas condiciones iniciales) es, sin duda, una buena manera de describir
una sucesión (an ). Pero, en muchas ocasiones, no nos permite entender cómo es la sucesión:
si crece o decrece, cómo de deprisa lo hace, etc. En el capı́tulo 6 aprendimos diversas técni-
cas para resolver, esto es, obtener una fórmula para los an en función de n, ciertos tipos de
ecuaciones de recurrencia. Pero no siempre es posible hacerlo, e incluso en el caso de tenerla,
pudiera ser tan complicada que fuera difı́cil extraer la información que encierra.
En general, no nos interesa un término en concreto, sino toda la sucesión (an ). Si queremos
aprender sobre la sucesión (an ) en sı́, una posibilidad, en muchos casos la mejor posible, es
1
Perdónesenos el oximoron.

885
886 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

aprehenderla mediante un único objeto, una función generatriz. En palabras de Wilf (de su
muy recomendable Generatingfunctionology),
una función generatriz es una cuerda de la ropa en la que tendemos una sucesión de
números para exhibirla.
Estas funciones permiten codificar sucesiones de la siguiente manera:


(an )∞
n=0 ←→ an xn = f (x) .
n=0

Simplemente, decidimos que los números an son los sucesivos coeficientes de la serie de poten-
cias que nombramos como f (x). Al manipular f (x) estaremos manipulando la sucesión (an )
en su conjunto. Este enfoque, algo inocuo a primera vista, se revelará (y éste es el objetivo
de este capı́tulo y los dos siguientes) un eficacı́simo método.
Por ejemplo, al codificar la sucesión desconocida (an ) que cumple
a0 = 0, a1 = 1, an = an−1 + an−2 para cada n ≥ 2,
obtendremos que la función generatriz asociada es
x
f (x) = .
1 − x − x2
Y de aquı́, tras algunas manipulaciones, obtendremos, ¡oh, sorpresa!, que
√  √  √  √ 
5 1+ 5 n 5 1− 5 n
an = − ,
5 2 5 2
para cada n ≥ 0, lo que nos habrı́a costado adivinar a priori 2 .
Pero no sólo esto. Tener la sucesión codificada como coeficientes de una función tiene mu-
chas ventajas. Sea, por ejemplo, an el número de subconjuntos de tamaño n que podemos ex-
traer de un conjunto con 100 elementos. Sabemos que an = 100 n para cada n = 0, 1, . . . , 100,
mientras que an = 0 si n > 100. Escribamos entonces
∞ 100 
 
n 100 n
f (x) = an x = x = (1 + x)100 ,
n
n=0 n=0

donde ya hemos aplicado el teorema del binomio. Derivando y sustituyendo en x = 1 (tanto


en la serie de potencias como en la expresión final de la función), obtenemos que

100  
100
100 × 2 =
99
n .
n
n=0

O, en otras palabras, que


  100 100
1 
100
100 n n
50 = 100 n = n=0
100 100 ,
2 n=0 n n=0 n

que nos dice el tamaño medio de los subconjuntos es 50.


2
Valga el pleonasmo. Adivinar a posteriori es más habitual y sencillo.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.1. Introducción a las funciones generatrices 887

12.1. Introducción a las funciones generatrices


Es hora de que formalicemos un poco. En lo que sigue vamos a asociar funciones a
sucesiones infinitas de números,


f (x) ←→ (an )∞
n=0 , mediante la regla f (x) = an xn .
n=0

f (x) es la función generatriz3 de los (an ). Usamos la palabra “función” aunque, a priori,
puede que la serie no converja y no tengamos realmente una función. A veces, por ejemplo
cuando queramos sustituir x por un valor determinado, sı́ que tendremos que prestar atención
a las cuestiones de convergencia. Pero mientras no sea ése el caso, podrı́amos argumentar todo
mediante series formales (véase la sección 12.7).
El número an , que generalmente será la respuesta a un cierto problema combinatorio, es el
coeficiente de xn en la serie de potencias anterior, lo que resumiremos a veces con la notación

an = Coefn [f (x)] .

A. Funciones generatrices de suma conocida


Si disponemos de una expresión para la función generatriz, entonces
∞ tenemos grandes
n
ventajas. Por ejemplo, si resulta que la serie de potencias f (x) = n=0 an x converge en
un cierto intervalo (−R, R) y conocemos la expresión de f (x), entonces podremos evaluar
la función (y cualquiera de sus derivadas) en valores de x que cumplan que |x| < R. En
particular, podremos calcular los coeficientes mediante la fórmula de Taylor habitual,
f (n) (0)
an = ,
n!
aunque, en general, este método de cálculo de coeficientes es poco práctico. De todo esto
hablaremos en la sección 12.3, pero, por ahora, veamos algunos ejemplos.
Por razones que pronto se harán evidentes, nuestra serie de potencias básica, que debe-
remos tener siempre en mente, es la suma de la serie geométrica,

 1
xn = ,
n=0
1−x

que, desde el punto de vista analı́tico, sólo tiene sentido si |x| < 1. En este nuevo lenguaje,
1/(1 − x) es la función generatriz de la sucesión infinita de unos:
1
←→ (1)∞
n=0 ; o también Coefn [1/(1 − x)] = 1 para cada n = 0, 1, 2 . . . .
1−x

3
En ocasiones, funciones generatrices ordinarias, para distinguirlas de las que se manejan en otros con-
textos: funciones generatrices de probabilidad (véase el capı́tulo 13), funciones generatrices exponenciales o
funciones generatrices de Dirichlet (consúltese, para estos dos tipos, el capı́tulo 15). Estas otras funciones
generatrices son, simplemente, variaciones en el método de codificar: contienen la misma información, pero
preparada para cálculos y análisis particulares.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


888 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

También conocemos ya la serie de potencias que define la función exponencial:



  ∞
xn 1 1
= e ; e ←→
x x
; o bien Coefn [ex ] = para cada n ≥ 0.
n! n! n=0 n!
n=0

Obsérvese que la serie de potencias de la izquierda converge para cualquier valor de x.


El teorema del binomio nos proporciona otro caso conocido: para m ≥ 1,
∞  
m m n
(1 + x) = x .
n
n=0

Una representación válida para todo x porque, en realidad,


m la serie de potencias es un poli-
nomio, pues para n > m los coeficientes binómicos n son nulos:
      
m m m
(1 + x) ←→
m
, ,..., , 0, 0, . . . ;
0 1 m

Ejemplo 12.1.1 Calculemos los coeficientes de la función f (x) = (1− x)−m−1 , para m ≥ 0.
Obsérvese que el caso m = 0 corresponde a la serie geométrica, cuyo desarrollo ya conocemos.
Nótese también que, al derivar sucesivamente,
     
1 1 1 2 1 6
= , = , = ,...
1−x (1 − x)2 1−x (1 − x)3 1−x (1 − x)4
generamos, salvo constantes, la familia de funciones de interés. Mientras estemos en |x| < 1,
todas estas manipulaciones son válidas (véase la subsección 12.3.1). Ası́ que podemos calcular
los coeficientes de la función (1 − x)−m−1 , para cierto m ≥ 0, mediante la fórmula de Taylor.
Sea entonces f (x) = (1 − x)−m−1 , y calculemos sus derivadas sucesivas:
m+1 (m + 1)(m + 2) (m + 1)(m + 2) · · · (m + n)
f  (x) = , f  (x) = , . . . , f (n) (x) = .
(1 − x)m+2 (1 − x)m+3 (1 − x)m+n+1
Ası́ que
(m + n)!
f (n) (0) = .
m!
Por tanto,    
1 (n) 1 (m + n)! m+n
Coefn [f (x)] = f (0) = = .
n! n! m! m
Es decir,
∞ 
 
1 m+n n
= x .
(1 − x)m+1 m
n=0
O, escrito de otro modo,
 ∞       
1 m+n m m+1 m+2
←→ = , , ,... .
(1 − x)m+1 m n=0 m m m
Nótese que m es un parámetro fijo y que n es el ı́ndice de la sucesión. Cuando m = 0,
recuperamos la sucesión que vale uno para cada n. ♣

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.1. Introducción a las funciones generatrices 889

12.1.1. El método de las funciones generatrices


Vamos a ilustrar la manera en que hay que proceder (y las precauciones que habrı́a que
tomar) a la hora de utilizar las funciones generatrices en el siguiente ejemplo, en el que
recurrimos a una de nuestras sucesiones favoritas, la de Fibonacci, definida por
F0 = 0, F1 = 1 y Fn = Fn−1 + Fn−2 para cada n ≥ 2.
El primer paso es asociar a estos números su función generatriz,


F (x) = Fn xn ,
n=0

de la que no sabemos, o al menos haremos como que no sabemos4 , si converge o no. Para
ilustrar la versatilidad de este enfoque de las funciones generatrices, no fijamos todavı́a nues-
tro objetivo; podrı́a interesarnos obtener una fórmula cerrada para los Fn (esto es, resolver
la recurrencia), quizás calcular alguna serie numérica relacionada con los Fn , o quizás. . .
La información de que disponemos es la ecuación de recurrencia (y los valores iniciales),
ası́ que la utilizamos para manipular la sucesión de números (elevaremos estas manipulaciones
formales a la categorı́a de “reglas” en la sección 12.2):
F (x) = F0 + F1 x + F2 x2 + F3 x3 + · · ·
= F0 + F1 x + (F0 + F1 )x2 + (F1 + F2 )x3 + · · ·
   
= F0 + F1 x + F0 x2 + F1 x3 + F2 x4 + · · · + F1 x2 + F2 x3 + F3 x4 + · · ·
= F0 + F1 x + x2 F (x) + x(F (x) − F0 )
=⇒ F (x)(1 − x − x2 ) = x ,
donde, en el último paso, hemos utilizado los valores iniciales, F0 = 0 y F1 = 1. Sigue siendo
una identidad formal: el producto de F (x) por el polinomio (1 − x − x2 ) da como resultado
la sucesión de números (0, 1, 0, 0, . . . ), que hemos codificado como x. Seguimos: la solución
(formal) es que F (x) coincide con el producto de x por la recı́proca (formal) de (1 − x − x2 ),
que denotamos como 1/(1 − x − x2 ):
1
F (x) = x
1 − x − x2
(el lector que esté interesado en el significado preciso de lo que estamos denominando “identi-
dades formales” puede consultar la sección 12.7). Ahora bien, la función x/(1 − x − x2 ) tiene
un desarrollo de potencias, que llamamos simplemente Σ(x). Esto es un resultado general
(véase el teorema 12.3), pero en este caso no hace falta apelar a él, pues basta observar que
∞
x 1
= x = x (x + x2 )n ,
1 − x − x2 1 − (x + x2 ) n=0
donde hemos utilizado la serie geométrica. Ası́ que, necesariamente, la expresión formal x/(1−
x − x2 ), esto es, F (x), debe coincidir con la serie de potencias Σ(x).
4

De la fórmula de Binet (véase la sección 6.3) se deduce que Fn es prácticamente igual a τ n / 5. Incluso
sin necesidad de conocer la fórmula explı́cita, se comprueba por inducción que Fn < 2n si n ≥ 1. De estas
estimaciones se puede deducir sin dificultad la convergencia de la serie para |x| < R con, por ejemplo, R = 1/2.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


890 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Si, como haremos en el ejemplo 12.4.1, nos interesara obtener una fórmula para los Fn ,
podrı́amos reescribir los términos (x + x2 )n que aparecen en la serie Σ(x) utilizando, a su vez,
el teorema del binomio. O quizás, directamente a partir de 1/(1 − x − x2 ), utilizar el método
de las fracciones simples para obtener la fórmula de Binet (recuérdese el ejemplo 6.2.1)
√  √  √  √ 
5 1+ 5 n 5 1− 5 n
Fn = − para cada n ≥ 0
5 2 5 2
Pero nuestro análisis nos permite llegar más allá. Por ejemplo, como veremos más adelan-
te, la serie Σ(x) converge en el intervalo (−1/τ, 1/τ ) ≈ (−0, 6180, 0, 6180). Por supuesto, la
razón áurea tenı́a que aparecer. Ası́ que, a posteriori, comprobamos que F (x) converge en ese
intervalo. De manera que tiene sentido evaluar F (x) en, digamos, x = 1/2, para obtener que

 1 1/2
F (1/2) = Fn = = 2.
2n 1 − (1/2) − (1/2)2
n=0

O quizás en x = τ /3, también en el intervalo de convergencia, para obtener la identidad



 τn τ /3 3τ
F (τ /3) = Fn = = .
n=0
3n 1 − (τ /3) − (τ /3)2 9 − 3τ − τ 2

O, incluso, y con ciertas precauciones, atrevernos a evaluar la serie de potencias en un valor


extremo de la región de convergencia, como x = 1/τ .
En los usos de funciones generatrices que iremos desgranando más adelante, deberı́amos
incluir siempre justificaciones de esta ı́ndole, aunque no insistiremos en ellas, sobre todo, para
no perder el hilo y repetirnos en exceso. Pero el lector está ya avisado.
Guiados por los pasos que hemos ido dando en el ejemplo de los números de Fibonacci,
podemos enunciar tres etapas para el método de las funciones generatrices:
La primera consiste, simplemente, en codificar la sucesión de interés con una función
generatriz. Siguiendo a Wilf, se trata de colgar la sucesión de números de la cuerda de
tender ropa que es la función generatriz f (x).
Después, intentaremos obtener una expresión explı́cita, una fórmula para f (x), para lo
que nos ayudaremos de las reglas de manipulación que veremos en la sección 12.2.
Por último, necesitaremos desarrollar f (x) en serie de potencias, pues, al fin y al cabo,
nos interesan sus coeficientes. O quizás nos baste con analizar las propiedades de la
f (x) obtenida como función para, por ejemplo, evaluarla en ciertos valores. Para esto,
serán útiles las herramientas y resultados que recogemos en la sección 12.3.
Con esto ya tendremos la técnica. La sección 12.4 nos permitirá comprobar la potencia
de las funciones generatrices para resolver ecuaciones de recurrencia. Y, finalmente, en la
sección 12.5 veremos algunas otras cuestiones que el uso de las funciones generatrices resuelve.
En la sección 12.7, y a modo de apéndice, desarrollaremos parte del lenguaje de las series de
potencias formales. Dejamos, por su especial relevancia, el estudio del uso de las funciones
generatrices en ciertas cuestiones probabilı́sticas y combinatorias para los capı́tulos 13 y 14,
respectivamente.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.2. Manipulación de funciones generatrices 891

12.2. Manipulación de funciones generatrices


Veremos ahora cómo algunas operaciones entre funciones generatrices se traducen en sus
sucesiones asociadas; o viceversa. En todo lo que sigue, salvo cuando sea imprescindible hacer
un estudio explı́cito, supondremos que todas las manipulaciones están bien justificadas. El
lector con inclinaciones analı́ticas puede revisar el ejercicio 12.3.1; aquél cuyo espı́ritu sea
más algebraico y quiera interesarse por el punto de vista de las series formales de potencias
puede consultar la sección 12.7.

Regla 1: Sumar y multiplicar por constantes


Sean dos funciones generatrices f (x) y g(x), asociadas a dos sucesiones de números, (an )
y (bn ), respectivamente, y sean α y β dos números cualesquiera. Esta primera regla tiene que
ver con los coeficientes de la función αf (x) + βg(x). No hay grandes sorpresas, son los que
uno espera:

f (x) ←→ (an )∞
n=0 ⎬
=⇒ αf (x) + βg(x) ←→ (α an + β bn )∞
g(x) ←→ (bn )∞ ⎭ n=0
n=0

Ası́ que al sumar (y/o multiplicar por constantes) funciones generatrices, estamos sumando
(y/o multiplicando por constantes) las sucesiones asociadas. La prueba es trivial y queda
como entretenimiento (ni siquiera ejercicio) para el lector.

Regla 2: Producto de funciones


La siguiente regla considera el producto puntual de dos funciones generatrices f (x) y
g(x) asociadas a las sucesiones (an ) y (bn ), respectivamente. Empezamos con las primeras
manipulaciones:
∞   ∞   ∞  ∞
f (x) · g(x) = ak xk bj xj = ak bj xk+j .
k=0 j=0 k=0 j=0

Ahora viene el paso clave para la fórmula que presentaremos luego. Se trata de determinar el
coeficiente n-ésimo de la serie de potencias f (x)g(x). Obtendremos términos con xn cuando
los ı́ndices k y j sean tales que k + j = n. Y cada combinación de éstas contribuirá con
el producto ak bj correspondiente. Ası́ que, si llamamos cn a los coeficientes de f (x)g(x),
podemos escribir que 
cn = ak bj .
k+j=n

En realidad es una suma doble, en los ı́ndices k y j; pero sólo sumamos aquéllos cuya suma
valga n. Aún podemos reescribirla de forma más manejable. Miremos los primeros casos. Por
ejemplo, para c0 , debemos considerar las maneras de escribir k + j = 0: sólo hay una, k = 0 y
j = 0, ası́ que c0 = a0 b0 . Para el segundo coeficiente, c1 , ya hay más posibilidades: tendremos
k + j = 1 cuando, o bien k = 0 y j = 1, o bien k = 1 y j = 0; es decir, c1 = a0 b1 + a1 b0 .

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


892 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

El lector ya podrá escribir el valor de c2 , listando, simplemente, los posibles pares (k, j)
que cumplan que k + j = 2. Llegará ası́ sin dificultad a que c2 = a0 b2 + a1 b1 + a2 b0 .
Tras este análisis preliminar, la regla general es casi obvia:

n
cn = ak bn−k ,
k=0

el llamado producto de Cauchy:



f (x) ←→ (an )∞  ∞
n=0 ⎬
n
=⇒ f (x) · g(x) ←→ ak bn−k
g(x) ←→ (bn )∞ ⎭ n=0
n=0 k=0

Interpretación combinatoria del producto de dos funciones generatrices


Imaginemos que tenemos objetos de dos tipos, A y B. Para cada n, hay an objetos de
tipo A y tamaño n, mientras que existen bn objetos de tipo B y tamaño n.
El objetivo es formar objetos de tamaño total n que estén formados por uno de tipo A y
otro de tipo B. Para construirlos, aplicamos las reglas de la suma y del producto:

1. Llamamos k al tamaño del objeto de tipo A elegido. El parámetro k, por supuesto, se


moverá entre 0 y n.
2. Elegimos el objeto de tipo A de tamaño k. Esto se podrá hacer de ak formas.
3. Elegimos el objeto de tipo B, que tendrá que ser de tamaño n − k: se podrá hacer de
bn−k maneras.

En total, si llamamos cn al número de objetos que podemos construir con esas caracterı́sticas,
se tendrá que
n
cn = ak bn−k .
k=0

En términos de las funciones generatrices asociadas, si llamamos f (x) y g(x) a las funciones
generatrices asociadas a las sucesiones (an ) y (bn ), respectivamente, la función f (x)g(x)
será la función generatriz de los cn . Para ilustrar esta interpretación, consideremos el siguiente
ejemplo.
Ejemplo 12.2.1 En un consejo de administración hay 25 personas, de las que 11 son
mujeres. Se quiere formar un comité con 10 personas.
 
¿De cuántas formas se podrá hacer? La respuesta es inmediata: hay 25
10 comités distintos.
Pero ahora vamos a contarlos atendiendo al número de hombres y mujeres que hay en
ellos. En la terminologı́a anterior, los objetos de tipo A serán las posibles selecciones de
mujeres que forman parte del comité, y los de tipo B, las de hombres:
 +    +  
formas de escoger n 11 formas de escoger n 14
an = # = , bn = # = .
de entre las 11 mujeres n de entre los 14 hombres n

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.2. Manipulación de funciones generatrices 893

Sus funciones generatrices asociadas son


∞   ∞  

11 n 14
A(x) = x = (1 + x)11 y B(x) = xn = (1 + x)14 .
n=0
n n=0
n

 c1011de
La respuesta que buscamos es el coeficiente  la14función
 A(x) B(x), un coeficiente del
que ya sabemos, por la regla 2, que vale 10
j=0 j 10−j . Pero, además,
 
11 14 25 25
A(x) B(x) = (1 + x) (1 + x) = (1 + x) =⇒ Coef10 [A(x) B(x)] = .
10
Ası́ que hemos probado que
  10   
 
25 11 14
= .
10 j 10 − j
j=0

Y si generalizamos el argumento (con s mujeres, t hombres y un comité de n personas),


tendremos una prueba, con funciones generatrices, de la identidad de Vandermonde,
 n     
s t s+t
= ,
j n−j n
j=0

que ya ha aparecido en varias ocasiones (véanse las subsecciones 3.1.1 y 3.1.5). ♣

Regla 3: Desplazar coeficientes


En muchas ocasiones interesa considerar la sucesión de números que se obtiene de una
dada desplazando los coeficientes hacia la derecha o hacia la izquierda. Consideremos la
función generatriz f (x) de una cierta sucesión (an ). Si multiplicamos por x,

 ∞

x f (x) = a0 x + a1 x2 + a2 x3 + · · · = aj xj+1 = an−1 xn .
j=0 n=1

Es decir, el coeficiente n-ésimo de xf (x) es el coeficiente n − 1 de f (x). Pero cuidado, sólo


para n ≥ 1, pues el coeficiente cero de xf (x) es ahora 0:

xf (x) ←→ (0, a0 , a1 , a2 , . . . ) .

Y si multiplicamos por una potencia mayor, xm , con m ≥ 1, desplazamos la sucesión hacia


la derecha m posiciones y tendremos m ceros al principio. La regla general es

f (x) ←→ (an )∞
n=0 =⇒ . . ., 0, a0 , a1 , a2 , . . . ) = (an−m )∞
xm f (x) ←→ (0, 0, (m) n=0

La última expresión es simplemente una notación que nos permite abreviar, en la que apli-
camos el convenio de que si el ı́ndice del coeficiente es negativo, entonces el coeficiente vale
cero.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


894 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

El desplazamiento de coeficientes en el otro sentido requiere un análisis más cuidadoso.


Por ejemplo, partimos de una sucesión (a0 , a1 , a2 , . . . ) asociada a una función f (x) y nos
preguntamos por la función generatriz g(x) asociada a la sucesión (a1 , a2 , a3 , . . . ). Obsérvese
que los coeficientes bn de esta nueva función vienen dados por bn = an+1 , para cada n ≥ 0.
Primero, claro, hay que eliminar el coeficiente a0 , ası́ que debemos considerar la función
f (x) − a0 = a1 x + a2 x2 + a3 x3 + · · ·
Esto no es todavı́a g(x), pues la función f (x) − a0 está asociada a la sucesión5 de números
(0, a1 , a2 , . . . ).
La función que buscamos, g(x), está asociada a (a1 , a2 , a3 , . . . ). Ası́ que, con la regla de
desplazamiento hacia la derecha, xg(x) genera la sucesión (0, a1 , a2 , a3 , . . . ), que es, precisa-
mente, f (x) − a0 . De manera que
f (x) − a0
xg(x) = f (x) − a0 =⇒ g(x) = .
x
¡Ay!, una x en el denominador, y se supone que esto es una serie de potencias centrada en
el 0. Pero no debemos preocuparnos, porque la serie de la función f (x) − a0 no tiene término
independiente, ası́ que al dividirla por x obtenemos una serie de potencias legal.
El caso general sigue los mismos argumentos. Dado m ≥ 1, si f (x) es la función generatriz
de la sucesión (an ), entonces

f (x) − a0 − a1 x − · · · − am−1 xm−1


←→ (am , am+1 , am+2 , . . . ) = (an+m )∞
n=0
xm
La operación del numerador sustituye los primeros m coeficientes por 0 y la “división” por
xm los elimina.
Resumimos las dos reglas de desplazamiento de coeficientes:
Coefn [f (x)] = Coefn+m [xm f (x)] ,
 
f (x) − a0 − a1 x − · · · − am−1 xm−1
(si n ≥ m) Coefn [f (x)] = Coefn−m .
xm
Y, como ejemplo de aplicación, consideremos la función 1/(1 − x), asociada a la sucesión
(1, 1, 1, . . . ). Entonces,
x x2
←→ (0, 1, 1, 1 . . . ) , ←→ (0, 0, 1, 1, . . . ) , etc.
1−x 1−x
Obsérvese que si desplazamos, por ejemplo, la sucesión hacia la izquierda tres posiciones, vol-
vemos a tener la sucesión de unos. No hay problema, porque, como el lector podrá comprobar,
la función
1−x − 1 − x − x
1 2
1
vuelve a ser .
x 3 1−x
5
Obsérvese que, de paso, hemos hallado una “regla” que permite sustituir un coeficiente cualquiera por 0.
Aquı́ lo hemos hecho para el primer coeficiente, pero el lector podrı́a reflexionar sobré cuál es la función
generatriz de la sucesión en la que, por ejemplo, sustituimos el vigésimo coeficiente de la original por 0. . . La
respuesta, claro, es f (x) − a19 x19 .

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.2. Manipulación de funciones generatrices 895

Regla 4: Derivar (y algo más)


Si tenemos una función f (x) que genera unos ciertos (an ), ¿qué función generará la
sucesión (n an )? Buscamos una operación que, aplicada a f (x), haga que sus coeficientes
aparezcan multiplicados por la posición que ocupan. La estructura especial de las series de
potencias nos hace sospechar que esa operación va a ser la derivación (o casi):

 ∞

n 
f (x) = an x =⇒ f (x) = n an xn−1 .
n=0 n=1

Ası́ que f  (x)


está asociada a la sucesión (1a1 , 2a2 , 3a3 , . . . ). Casi lo tenemos, salvo que el
primer coeficiente deberı́a ser 0a0 . Ası́ que debemos desplazar la sucesión hacia la derecha
una posición, y esto ya lo aprendimos a hacer con la regla anterior:

x f  (x) ←→ (0a0 , 1a1 , 2a2 , 3a3 , . . . ) = (n an )∞


n=0

Si lo que queremos es obtener la función asociada a la sucesión (n2 an ), el mismo argumento,


pero ahora aplicado a la función x f  (x) (cuyos coeficientes son n an ), nos lleva a que
 
x x f  (x) ←→ (n2 an )∞ n=0 .

Y ası́ podrı́amos seguir. Cada factor n extra en el coeficiente se obtiene repitiendo la opera-
ción. Por abreviar, llamemos (x d/dx) al operador que actúa sobre una función derivándola
primero y multiplicándola por x después. Entonces, si la potencia (xd/dx)m indica que hay
que repetir m veces la operación, tenemos que, para cada m ≥ 1,
 
d m
f (x) ←→ (an )∞
n=0 =⇒ x (f (x)) ←→ (nm an )∞
n=0
dx

Esta operación será especialmente interesante, por ejemplo, a la hora de calcular medias,
algo que haremos varias veces más adelante, en especial en el capı́tulo 13. Por ahora, y como
ilustración, veamos cuál es la función generatriz f (x) de la sucesión de números (0, 1, 2, 3, . . . ).
Sabemos que 1/(1 − x) genera la sucesión (1, 1, 1, . . . ), ası́ que no hay más que aplicarle esta
regla para obtener lo que buscamos:
 
1 x
x = ←→ (0, 1, 2, 3, . . . ) .
1−x (1 − x)2
O, con más generalidad, podemos obtener la función generatriz de la sucesión de números
(0, d, 2d, 3d, 4d, . . . ), la progresión aritmética que empieza en 0 y cuya diferencia es d:
d xd
←→ (d, d, d, d, . . . ) =⇒ ←→ (0, d, 2d, 3d, . . . )
1−x (1 − x)2
Con muy poco más de esfuerzo se puede comprobar que la función generatriz de una progre-
sión aritmética general, que empiece en un cierto a y tenga diferencia d, es
a xd a + x (d − a)
+ = ←→ (a, a + d, a + 2d, a + 3d, . . . ) .
1 − x (1 − x)2 (1 − x)2

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


896 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Regla 5: Integrar
Digamos que una cierta función f (x) tiene como coeficientes a los números (bn ), que
nos son desconocidos. Disponemos, sin embargo, de los coeficientes (an ) de la función f  (x).
¿Cómo podemos escribir los bn en términos de los an ? Obsérvese que

 ∞
 ∞

 n  k−1
f (x) = an x , y también que f (x) = kbk x = (n + 1)bn+1 xn .
n=0 k=1 n=0

Sólo tenemos que igualar coeficientes en las dos expresiones de f  (x) para obtener que bn+1 =
an /(n + 1) para cada n ≥ 0 y concluir que
 a a a 
f  (x) ←→ (an )∞
0 1 2
n=0 =⇒ f (x) ←→ b0 , , , , . . .
1 2 3

Obsérvese que el primer coeficiente de f (x) queda sin determinar.


Ejemplo 12.2.2 Partimos de f  (x) = 1/(1− x) y queremos conocer los coeficientes de f (x).
Los coeficientes de f  (x) son todos 1, ası́ que, siguiendo la regla de integración,

 1 n
f (x) = b0 + x .
n
n=1

Por otro lado, las funciones f (x) que verifican la ecuación diferencial f  (x) = 1−x
1
vienen dadas
 1 
por f (x) = ln 1−x + C , donde C es una constante. Si sustituimos en x = 0, obtenemos
C = f (0) = b0 . Ası́ que
   
1 1 1 1
ln ←→ 0, 1, , , , . . . .
1−x 2 3 4 ♣

Regla 6: Obtener sumas parciales


La función 1/(1 − x), aquélla cuyos coeficientes son todos unos, es muy especial. Veamos
el efecto que tiene, sobre los coeficientes de una cierta función f (x), la multiplicación por la
serie básica. Aplicamos, simplemente, la regla 2:
 ∞  ∞  ∞ 
n 
1
f (x) = as xs xt = ak xn .
1−x
s=0 t=0 n=0 k=0

Ası́ que el coeficiente n-ésimo de la función f (x)/(1 − x) es la suma de los n primeros


coeficientes de la función f (x). El efecto de dividir por 1−x es que devuelve lo que llamaremos
las sumas parciales de los coeficientes originales.

n ∞
f (x)
f (x) ←→ (an )∞ =⇒ ←→ (a0 , a0 + a1 , a0 + a1 + a2 , . . . ) = ak
n=0
1−x n=0
k=0

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.2. Manipulación de funciones generatrices 897

Ejemplo 12.2.3 Calculemos de nuevo la suma de los primeros n números naturales.


El resultado ya lo conocemos (véase, por ejemplo, el ingenioso argumento que expusimos en
la página 42). Obtengámoslo con funciones generatrices. Sabemos que la función x/(1 − x)2
está asociada a los números (0, 1, 2, 3, . . . ). Es decir, que su coeficiente k-ésimo es, justamen-
te, k. Esto lo obtuvimos utilizando la regla 4.
Ahora, con esta nueva regla, resulta que

n ∞
1 x x
= ←→ k
1 − x (1 − x)2 (1 − x)3 n=0
k=0

Ası́ que la respuesta está en el coeficiente n-esimo de la función x/(1− x)3 . Conocemos (véase
el ejemplo 12.1.1) los coeficientes de (1 − x)−3 , ası́ que sólo hay que utilizar la regla 3 para
concluir que, si n ≥ 1,
       
x 1 3 + (n − 1) − 1 n+1 n(n + 1)
Coefn = Coefn−1 = = =
(1 − x)3 (1 − x)3 3−1 2 2

(también válido para n = 0). Análogos argumentos permiten obtener la suma de los prime-
ros n cuadrados, cubos, etc. (véase el ejercicio 12.2.2, y también el 12.2.3). ♣
Ejemplo 12.2.4 Consideremos los números armónicos Hn , dados, para cada n ≥ 1, por

1 1
n
1 1
Hn = 1 + + + ··· + =
2 3 n j
j=1

Definimos H0 = 0. Queremos encontrar la función generatriz de estos Hn .


Ya sabemos, del ejemplo 12.2.2, que

 1 n  1 
g(x) = x = ln
n 1−x
n=1

(obsérvese que el término independiente, el valor g(0), es 0). Ası́ que no hay más que apli-
car la regla de las sumas parciales para obtener que la función generatriz de los números
armónicos es  
∞
n 1 1
f (x) = Hn x = ln .
n=0
1−x 1−x ♣

Regla 7: Eliminar coeficientes


Eliminar (esto es, sustituir por 0) algunos coeficientes de f (x) es sencillo (véase la nota
al pie de la página 894). En ocasiones es necesario eliminar un conjunto infinito de ellos, por
ejemplo los coeficientes de ı́ndice par, para quedarnos con los de ı́ndice impar. O quizás nos
interese rescatar únicamente los coeficientes cuyos ı́ndices sean, digamos, múltiplos de 5.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


898 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Veamos el primer caso: f (x) es la función generatriz de una sucesión de números (an ) y
queremos quedarnos únicamente con los coeficientes de ı́ndice par. Si escribimos

 ∞ ∞
n n
f (x) = an x , entonces f (−x) = an (−x) = an (−1)n xn
n=0 n=0 n=0
Obsérvese que si f (x) tiene sentido para un cierto x, es decir, si x está dentro del radio de
convergencia, entonces −x también lo estará y tendrá sentido hablar de f (−x). Ahora, como
el lector atento ya habrá imaginado, sumamos las dos series:
f (x) + f (−x) = (a0 + a1 x + a2 x2 + a3 x3 + · · · ) + (a0 − a1 x + a2 x2 − a3 x3 + · · · ) .
Sólo sobreviven los términos de ı́ndice par (multiplicados por 2), ası́ que
 ∞

f (x) + f (−x) n
= an x = a2k x2k .
2 n par k=0
Ya podemos escribir la regla correspondiente:
f (x) + f (−x)
f (x) ←→ (an )∞
n=0 =⇒ ←→ (a0 , 0, a2 , 0, a4 , 0, a6 , 0, . . . )
2
De manera análoga, si restamos ambas series, seleccionaremos los términos de ı́ndice impar
(que aparecerán también multiplicados por 2), ası́ que
f (x) − f (−x)
f (x) ←→ (an )∞
n=0 =⇒ ←→ (0, a1 , 0, a3 , 0, a5 , 0, . . . )
2
Seleccionar los términos cuyos ı́ndices son múltiplos de 3 ó de 4, o en general de un cierto
entero, es algo más complicado, y requiere entender esta series de potencias en el contexto
de la variable compleja (véase el ejercicio 12.2.4).
Un asunto algo más delicado es formar la función generatriz g(x) cuyos coeficientes son,
digamos, los de ı́ndice par de la f (x) (sin los ceros intermedios). Empecemos, por ejemplo,
con la función generatriz de los números de Fibonacci,
∞
x
f (x) = Fn xn = .
1 − x − x2
n=0
Primero, escribimos la función generatriz de la sucesión (F0 , 0, F2 , 0, F4 , 0, . . . ):
1  ∞
f (x) + f (−x) x −x x2
g(x) = = + = = F2n x2n .
2 2 1 − x − x2 1 + x − x2 1 − 3x2 + x4
n=0

Nótese que g(x) es, en realidad, una función de x2 ,


y que en su desarrollo en serie de potencias
sólo aparecen potencias del tipo x . Finalmente, definimos la función h(x) mediante h(x2 ) =
2n

g(x) (es decir, cambiamos x2 por x en la fórmula de g) para obtener que


 ∞
x
h(x) = = F2n xn
1 − 3x + x2
n=0
está asociada a la sucesión (F0 , F2 , F4 , . . . ). El lector podrá encontrar la versión general de
este procedimiento en el ejercicio 12.2.4.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.2. Manipulación de funciones generatrices 899

Regla 8: Composición
∞ n
∞ n,
Partimos de dos funciones generatrices, f (x) = n=0 an x y g(x) = n=0 bn x y trata-
mos de calcular los coeficientes de su composición

f (g(x)) = f ◦ g(x) .

En lo que sigue, necesitaremos efectuar este tipo de operaciones en varias ocasiones (por
ejemplo, en la subsección 12.5.3 y en la sección 13.2). Pero advertimos al lector de que se
trata de una operación que no siempre está bien definida, ni desde el punto de vista analı́tico,
ni siquiera desde el punto de vista de las series formales. Porque, si el lector se entretiene
comprobando los detalles (como sugerimos hacer en el ejercicio 12.7.7), los coeficientes de la
serie de potencias resultante no tienen por qué estar bien definidos, y resulta imprescindible
añadir algunas condiciones adicionales.
Afortunadamente, en los usos que aquı́ veremos, estaremos en las condiciones que justi-
fican estos manejos, que ilustramos ahora con dos ejemplos.
Ejemplo 12.2.5 Partimos de una función generatriz f (x), asociada a la sucesión (an ),
y tomamos g(x) = x/(1 − x). Queremos describir los coeficientes de la función f (g(x)) =
f (x/(1 − x)).
Vamos a calcular, por comodidad, una pequeña variación, como es
1  x 
f .
1−x 1−x
Procedemos formalmente, sustituyendo una función en la otra e intercambiando los ı́ndices
de sumación:
 x  ∞ ∞ ∞ ∞  
1 1  xk 
k 1 
k
 m+k m
f = ak = ak x = ak x x
1−x 1−x 1−x (1 − x)k (1 − x)k+1 k
k=0 k=0 k=0 m=0
∞      ∞  n   
m+k n n
= ak x = ak xn .
k k
n=0 k+m=n n=0 k=0

Los coeficientes que se obtiene son sumas parciales de los an originales, pero ponderadas con
coeficientes binómicos. Ya tenemos una nueva regla:
  
n   ∞
1 x n
f (x) ←→ (an )∞ =⇒ f ←→ ak
n=0
1−x 1−x k n=0
k=0

Nótese que los coeficientes de esta composición son sumas finitas. Apliquemos esta regla a la
función generatriz de los números de Fibonacci:
 
1 1 x x
si f (x) = , entonces f = ,
1−x−x 2 1−x 1−x 1 − 3x + x2
como podrá comprobar el lector sustituyendo una función en la otra y simplificando.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


900 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

  
Los coeficientes de esta función son, por la regla que acabamos de exponer, nk=0 nk Fk .
Pero, como vimos en la Regla 7, son también los números F2n . De esta manera probamos que
n  
 n
F2n = Fk para cada n ≥ 0
k
k=0

(más adelante, en la subsección 12.5.2, insistiremos en el uso de las funciones generatrices


para la verificación de identidades).
Ejemplo 12.2.6 La función generatriz f (x) está asociada a la sucesión (an ), y ahora to-
mamos g(x) = 1 + x. Queremos describir los coeficientes de la función f (g(x)) = f (1 + x).
Procedemos formalmente, intercambiando los ı́ndices de sumación:

 ∞
 k  
 ∞ 
 ∞   
k k n k
f (1 + x) = ak (1 + x) = ak x = ak xn .
n n
k=0 k=0 n=0 n=0 k=n

Ası́ llegamos a otra nueva “regla”:



∞   ∞
k
f (x) ←→ (an )∞
n=0 =⇒ f (1 + x) ←→ ak
n n=0
k=n

Pero, ¡atención!, a diferencia del caso anterior, los coeficientes de f (1 + x) son ahora sumas
infinitas, y por tanto no está claro si están bien definidos o no (dependerá de los an que
consideremos). Si, por ejemplo, f (x) es un polinomio, la lista de coeficientes an es finita y
tendrá sentido definir esta composición.
Si al lector le intriga este diferente comportamiento, puede revisar el ejercicio 12.7.7,
donde descubrirá que la sustitución tiene sentido si g(0) = 0 (como ocurrı́a para el caso de
g(x) = x/(1 − x). Para una función como g(x) = 1 + x (para la que g(0) = 0), deberemos
exigir condiciones adicionales a los an .

EJERCICIOS DE LA SECCIÓN 12.2

12.2.1 Si f (x), g(x) y h(x) son las funciones generatrices de las sucesiones (an ), (bn ) y (cn ),
respectivamente, ¿cuáles son los coeficientes de la función f (x)g(x)h(x)? Si m ≥ 1, ¿cuáles son los
coeficientes de la función f m (x)?
12.2.2 Compruébese, utilizando las reglas 4 y 6, que

∞ ∞ 
n 
x + x2 x + x2
= n2 xn y que = k 2 xn .
(1 − x)3 n=0
(1 − x)4
n=0 k=0

Calcúlense los coeficientes de la función de la derecha para comprobar que que la suma de los primeros
n cuadrados vale n(n + 1)(2n + 1)/6. Constrúyase también el argumento que permite evaluar la suma
de los primeros n cubos.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.2. Manipulación de funciones generatrices 901

12.2.3 Considérense las dos funciones



n
xn+1 − 1 
n
f (x) = xk = y g(x) = k xk .
x−1
k=0 k=1

Compruébese que g(x) = xf  (x). Obsérvese que g(1) = f  (1) nos da el valor de la suma de los
n primeros números naturales. Calcúlese f  (1), derivando directamente en la fórmula de f (x) (y
aplicando dos veces la regla de L’Hôpital). Constrúyase un argumento similar para comprobar que la
suma de los primeros n cuadrados vale n(n + 1)(2n + 1)/6.
12.2.4 Selección de coeficientes con ı́ndices múltiplos de un entero. Ya hemos visto que
si f (x) es la función generatriz de la sucesión (an ), entonces g(x) = (f (x) + f (−x))/2 genera la
sucesión (a0 , 0, a2 , 0, a4 , 0, a6 , . . . ). Descubriremos en este ejercicio cómo hallar la función generatriz
de la sucesión en la que sólo aparecen los términos de ı́ndice múltiplo de un cierto N , para lo que
usaremos algunas propiedades de las raı́ces N -ésimas de la unidad.
(a) Compruébese (a mano) que
f (x) + f (ix) + f (−x) + f (−ix)
g(x) = genera la sucesión (a0 , 0, 0, 0, a4, 0, 0, 0, a8 , 0, . . . ).
4
(b) Dado N ≥ 2, consideramos las raı́ces N -ésimas de la unidad, 1, ω, ω 2 , . . . , ω N −1 , con ω = e2π i/N ,
que cumplen que
N −1 
1  j t 0 si t no es múltiplo de N ;
(ω ) =
N j=0 1 si t es múltiplo de N

(véase la página 32). Utilı́cese esto para comprobar que si f (x) genera la sucesión (an ), entonces

1 
N
g(x) = f (ω j x) genera la sucesión (a0 , 0, . . . , 0, aN , 0, . . . , 0, a2N , 0, . . . ).
N j=1

(c) Obsérvese que la función g(x) definida en el apartado anterior es una serie de potencias de xN .
Verifı́quese, finalmente, que la función h(x) definida a través de h(xN ) = g(x) genera la lista de
coeficientes (a0 , aN , a2N , a3N , . . . ).
12.2.5 Recordando que la función ex genera la sucesión (1/n!), y utilizando el ejercicio 12.2.4,
obténganse fórmulas explı́citas de las funciones generatrices de las sucesiones
 1 1 1   1 1 
0, 1, 0, , 0, , 0, , 0, . . . y 1, 0, 0, 0, , 0, 0, 0, , 0, . . .
3! 5! 6! 4! 8!

12.2.6 La función x/(1 − x − x2 ) genera los números de Fibonacci (Fn ). Utilı́cese el ejercicio 12.2.4
para comprobar que

 ∞

x2 x(1 − x2 )
F2n x2n = y que F2n+1 x2n+1 =
n=0
1 − 3x2 + x4 n=0
1 − 3x2 + x4

y para verificar que las funciones generatrices de las sucesiones (F0 , F2 , F4 , . . . ) y (F1 , F3 , F5 , . . . ) son

 ∞

x 1−x
F2n xn = y que F2n+1 xn =
n=0
1 − 3x + x2 n=0
1 − 3x + x2

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


902 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

12.3. Series de potencias y funciones generatrices


La relación de listas de números con funciones


(an )∞
n=0 ←→ f (x) = an xn
n=0

es un camino de ida y vuelta. Si tenemos la sucesión (an ), nos interesa codificarla con su
función generatriz


f (x) = an xn .
n=0
Se trata de una función, de una serie de potencias, que, a veces, podemos considerar como
un objeto puramente algebraico. El camino de vuelta también es relevante: en ocasiones
partiremos de una función f (x) que querremos desarrollar (si es que se puede) en serie de
potencias, un desarrollo que será válido en un cierto intervalo centrado en el origen.
Nos interesan las dos direcciones. Porque aunque empecemos con (an ) y le asociemos su
función generatriz f (x) para tener toda la sucesión codificada, luego, una vez reconocida
f (x), querremos desarrollarla en serie de potencias para ası́ obtener propiedades (fórmula,
comportamiento asintótico) de los an .
En este proceso resulta muy útil conocer la versión analı́tica de la teorı́a de las series
de potencias, a la que vamos a dedicar esta sección. Estudiaremos, por un lado, las propie-
dades que tienen las series de potencias en cuanto funciones (subsección 12.3.1). Por otro,
repasaremos las diversas herramientas de que disponemos para obtener el desarrollo en serie
de potencias de una función f (x): empezaremos, en la subsección 12.3.2, con un recordato-
rio de ciertas cuestiones de representabilidad en serie de potencias. En la subsección 12.3.3
describiremos el método de las fracciones simples, que quizás sea ya familiar al lector, y que
es especialmente útil a la hora de desarrollar funciones racionales. En la subsección 12.3.4
nos ocuparemos de la otra gran familia de funciones de interés, la relacionada con la serie
geométrica y el teorema del binomio. Por último, la subsección 12.3.5 constituirá, o al menos
ası́ lo esperamos, un puro divertimento para el lector: se trata de analizar los maravillosos
argumentos que desarrolló Euler para sumar los inversos de los cuadrados.

12.3.1. Series de potencias como funciones


Consideramos la función


f (x) = an xn ,
n=0

una serie de potencias centrada en cero, donde (an ) es una cierta sucesión de números y x es
la variable6 . Se trata de una suma de infinitas funciones (a0 más a1 x, más a2 x2 , etc.), y como
tal proceso infinito, hay que entenderlo en el sentido del lı́mite. El que una expresión ası́ tenga
sentido dependerá, tanto de los coeficientes an , como de los valores de x que consideremos.
6
Tanto los coeficientes como la variable pueden ser números complejos, aunque casi siempre serán para
nosotros números reales.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 903

A. Radio de convergencia
∞
Dada una serie numérica infinita del tipo n=0 an , decimos que la serie converge si
N
lı́mN →∞ n=0 an existe y es finito. Y decimos que la serie converge absolutamente si

lı́mN →∞ N n=0 |an | < +∞. Fijémonos en que, al introducir el valor absoluto, la convergencia
de la serie depende sólo del tamaño de los coeficientes (del ritmo con el que decrecen a 0
cuando n → ∞), y perdemos posibles cancelaciones que pudieran ayudar en la convergencia
de la serie original. Por eso, si una serie converge absolutamente, entonces también converge
en el sentido ordinario. Pero el recı́proco no es cierto en general. El ejemplo más simple es el
de las series
∞ ∞
1 (−1)n+1
y .
n=1
n n=1
n

La de la izquierda, la serie armónica, diverge. La de la derecha, sin embargo, converge (ob-


tendremos su valor en el ejercicio 12.3.8). Esto es una consecuencia directa del siguiente
resultado sobre series alternadas, que ya hemos utilizado alguna vez en capı́tulos anteriores:

Teorema 12.1 Sea (an ) una sucesión decreciente de términos no negativos, a0 ≥ a1 ≥ · · · ≥ 0.


Si lı́mn→∞ an = 0, entonces la serie ∞ n=0 (−1)n a converge. Y el error cometido al truncar
n
la serie en un cierto término está controlado por el tamaño del primer término despreciado:
∞ 
t 
 
 (−1) an −
n
(−1)n an  ≤ at+1 .
n=0 n=0

Son parte de cualquier curso de Cálculo los criterios de convergencia de series numéricas. Por
ejemplo, el criterio del cociente nos dice que si el lı́mite
 
 an+1 
ρ = lı́m   
n→∞ an 

existe (puede ser infinito), entonces la serie an converge si ρ < 1 y diverge si ρ > 1. En el
caso ρ = 1, este criterio no decide y podemos tener convergencia o divergencia. Por ejemplo,
obtenemos ρ = 1 al aplicar este criterio a las series con an = 1/n y an = 1/n2 . Y mientras
que la serie armónica diverge, la suma de los inversos de los cuadrados, como veremos en la
subsección 12.3.5, vale π 2 /6.
El criterio de la raı́z es semejante: ahora el lı́mite que interesa calcular es

ρ = lı́m n |an | .
n→∞

Si ρ < 1, la serie converge, y divergerá si ρ > 1. De nuevo, ρ = 1 no nos dice nada.



Supongamos que tenemos una serie de potencias n an xn  y que conocemos el valor ρ del
lı́mite del criterio del cociente para la serie numérica asociada ∞n=0 an , Entonces podrı́amos
intentar aplicar el criterio del cociente a los números que sumamos en la serie de potencias:
   
 an+1 xn+1    n→∞
  = |x|  an+1  −
 an xn   an  −−→ |x| ρ .

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


904 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Ası́ que cuando |x| < ρ, la serie de potencias convergerá; y divergerá si |x| > ρ (el mismo
argumento valdrı́a si el ρ fuera el del criterio de la raı́z).

De manera más formal, una serie de potencias ∞ n
n=0 an x tiene asociado un número R
(entre 0 e ∞), su radio de convergencia, que se calcula de la siguiente manera7 :
1 
= lı́m sup n |an | .
R n→∞

Una vez calculado el radio de convergencia R, la serie de potencias converge absolutamente


para los valores de x en el intervalo8 |x| < R, diverge si |x| > R; y en |x| = R podemos tener
convergencia y/o divergencia.

B. Derivadas

Ası́ que f (x) = ∞ n
n=0 an x es una función bien definida en el intervalo (−R, R). Pero más
aún, la serie converge uniformemente en cualquier intervalo cerrado contenido estricta-
mente en (−R, R). Sin entrar en más detalles9 , esto supone que la función f (x) se puede
diferenciar indefinidamente, y que esas derivadas vuelven a ser series de potencias de nuevo
definidas en el intervalo (−R, R). La derivada se obtiene, simplemente, derivando término a
termino:
∞

f (x) = nan xn−1 para x ∈ (−R, R).
n=1

C. Comportamiento en los extremos del intervalo de convergencia



La serie de potencias ∞ n
n=0 an x define una función en el intervalo (−R, R), dado por
su radio de convergencia R. Es un intervalo abierto; nada se dice del comportamiento en los
extremos de ese intervalo.

La serie geométrica es un buen ejemplo de ello. ∞ n=0 x coincide con 1/(1 − x) en el
n

intervalo (−1, 1). En x = −1, 1/(1 − x) vale 1/2, pero la serie no converge. En x = 1, la
función 1/(1−x) no está definida; pero si nos aproximamos a 1 desde la región de convergencia
(−1, 1), tiende a ∞, mientras que la serie también diverge a ∞.
Vamos a ver a continuación cómo la convergencia de la serie numérica que se obtiene al
sustituir x = R (o, análogamente, x = −R) en la serie de potencias nos dice que la función
está adecuadamente definida por la serie en ese punto. En realidad, podemos restringirnos al
caso en el que el radio de convergencia es R = 1 y bastará analizar la sustitución en x = 1
(el lector podrá comprobarlo completando los detalles del ejercicios 12.3.7).
Antes de tratar el caso general, estudiaremos el caso particular en los coeficientes sean
no negativos, porque es más sencillo y tiene peculiaridades interesantes.
7
Es, esencialmente, el criterio de la raı́z (aunque también podrı́amos emplear una versión con el criterio del
cociente, véase el ejercicio 12.3.2). El sı́mbolo lı́m sup es el lı́mite superior de una sucesión, una cantidad que,
a diferencia de los lı́mites ordinarios, siempre existe (aunque cuando el lı́mite ordinario existe, coincide con el
lı́mite superior). Más sobre radios de convergencia y comportamiento de los coeficientes, en la sección 14.3.
8
En la versión compleja, la región de convergencia no es un intervalo, sino un disco centrado en el origen.
9
El lector sabrá, sin duda, de las sutilezas que encierra la noción de convergencia uniforme.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 905

C.1) Términos no negativos: continuidad en x = 1


En muchas de las aplicaciones de las funciones generatrices, los coeficientes de las series
de potencias serán no negativos. Dos ejemplos: en los problemas de recuento, los an no sólo
son no negativos, sino además enteros; en las funciones generatrices de probabilidad, que
veremos en el capı́tulo 13, los an serán números no negativos cuya suma vale 1.
El interés de la cuestión,
 como ejemplificamos más adelante y en algún ejercicio, es el
siguiente: queremos sumar ∞ n=0 an . Para ello, formamos la función generatriz


f (x) = an xn ,
n=0

hallamos una expresión analı́tica para f (x) y luego calculamos lı́mx↑1 f (x). El resultado es la
suma deseada.
Por su utilidad y uso frecuente, vamos a considerar en este apartado el caso particular en
que además de ser no negativos, los an cumplen10 que


an < +∞ .
n=0

En este caso, el análisis de la convergencia es directo, porque si |x| < 1,



 ∞

|an xn | < |an | < +∞ .
n=0 n=0

Ası́ que la serie de potencias converge absolutamente para |x| < 1; esto es, su radio de
convergencia será, al menos, 1.
Observemos que f (x) está definida por la serie en (−1, 1). Pero, en este caso, además
podemos sustituir x = 1 en la serie de potencias y “definir” f (1) mediante f (1) = ∞ n=0 an .
Ahora nos preguntamos por la relación entre estas dos definiciones de f (x): la obtenida en
(−1, 1) (a través de la serie de potencias) y la definición en x = 1 que hemos hecho hace un
momento. O, en términos más técnicos: ¿es f (x) continua (por la izquierda) en x = 1?
Comprobémoslo. Para empezar,

 ∞

an ≥ an xn = f (x) , en 0 < x < 1,
n=0 n=0

porque en la segunda suma multiplicamos cada término (positivo) por el xn correspondiente,


que es siempre < 1. Además, f (x) es una función que crece con x. Ası́ que existirá el lı́mite
cuando x ↑ 1 y cumplirá que
∞
an ≥ lı́m f (x) .
x↑1
n=0
10
El resultado que aquı́ vamos a obtener aquı́ (caso de coeficientes no negativos) es también cierto incluso
si la serie numérica diverge a +∞ (véase el lema 13.2).

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


906 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Por otra parte, como todos los términos son positivos,



 
N 
N
lı́m f (x) = lı́m an x ≥ lı́m
n
an x =n
an .
x↑1 x↑1 x↑1
n=0 n=0 n=0

Y esto para cada N que consideremos. De estas dos observaciones deducimos que

 ∞

n
lı́m f (x) = lı́m an x = an .
x↑1 x↑1
n=0 n=0

C.2) El Lema de Abel


La continuidad vista anteriormente es general; éste es el contenido
del siguiente resultado11 , que ennoblecemos con el nombre de Abel12 :
∞ n
Lema 12.2 (Abel) Si la serie de potencias f∞(x) = n=0 an x tiene
radio de convergencia 1 y la serie numérica n=0 an converge, entonces


lı́m f (x) = an .
x↑1
n=0

Dejamos la demostración como ejercicio para el lector (véase el ejerci-


cio 12.3.6) y nos dedicamos a ilustrarlo con la siguiente aplicación.

Ejemplo 12.3.1 Calculemos el valor de la serie ∞ 1
n=1 n (n+1) .
Figura 12.1: Abel

El método habitual de cálculo parte de la siguiente observación:


1 1 1
= − para cada n ≥ 1,
n (n + 1) n n+1
11
Que conviene
poner en perspectiva. Abel estaba interesado en dar sentido a sumas del tipo n an mediante
n
el lı́mx→1 n an x . Si este último lı́mite existe,
se dice que la serie original es sumable Abel. Este método de
n
sumación permite,
por ejemplo, decidir que n (−1) (una serie en principio divergente) se pueda interpretar
como lı́mx→1 n (−1)n xn = lı́mx→1 1/(1 + x) = 1/2. Lo que el lema 12.2 asegura es que si n an ya es
convergente, entonces también es sumable Abel (y el resultado de ambos procesos de sumación coinciden).
El ejemplo n (−1)n nos muestra que el camino contrario, el que nos asegurarı́a que si una serie es sumable
Abel, entonces es también convergente, no es cierto en general. Para que lo sea, es necesario imponer ciertas
condiciones a los coeficientes (los resultados correspondientes son conocidos como teoremas tauberianos).
12
La historia de Niels Henrik Abel (1802-1829), nacido en Noruega (entonces parte del reino danés), es una
de las más tristes de las Matemáticas. Una vida marcada por los problemas económicos, de salud y también
por la mala suerte, que le acompañarı́a hasta su temprana muerte por tuberculosis. Parece ser que envió a
Gauss sus trabajos sobre la imposibilidad de resolver la ecuación quı́ntica por radicales, pero éstos aparecerı́an
sin abrir tras la muerte del genio de Göttingen. También una famosa memoria sobre integrales elı́pticas que
envió a la Academia de Paris fue extraviada y encontrada posteriormente por Cauchy. Se cuenta que, dos dı́as
después de la muerte de Abel, se escribieron dos cartas para él: en una de ellas se le comunicaba la aparición del
tratado en la Academia de Paris. En la otra, Crelle, en cuya revista publicó Abel gran parte de sus trabajos,
le confirmaba que le habı́a conseguido un puesto permanente en Berlin. En el año 2002, el Gobierno noruego
instituyó el Premio Abel, que pretende ser un equivalente al Premio Nobel para las Matemáticas (campo en
el que, hasta ahora, sólo las Medallas Fields tenı́an un rango semejante). El lector interesado puede consultar
la semblanza de Abel titulada El Newton del Norte (La Gaceta de la RSME 5 (2002), no. 1), escrita en 1910
nada menos que por José Echegaray, matemático español y Premio Nobel. . . aunque de Literatura, claro.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 907

que nos basta para obtener el resultado deseado:


∞ N    
1 1 1 1 1 1 1 1
= lı́m − = lı́m 1 − + − + · · · + −
n (n + 1) N →∞ n n+1 N →∞ 2 2 3 N N +1
n=1 n=1
 
1
= lı́m 1 − = 1.
N →∞ N +1
El enfoque alternativo, que utiliza funciones generatrices, comienza escribiendo

 1 x2 x3 x4
α(x) = xn+1 = + + + ··· ,
n (n + 1) 1·2 2·3 3·4
n=1

que es una serie de potencias con coeficientes positivos que tendrá sentido y podrá ser derivada
en |x| < 1. Derivando dos veces,
∞ ∞

1 n x2 x3 1
α (x) = x = x+ + +··· , α (x) = xn = 1 + x + x2 + x3 + · · · = .
n=1
n 2 3 n=0
1−x

Una vez que hemos conseguido sumar la serie de potencias de α (x), integrando una vez
obtenemos que
1
α (x) = ln
1−x
(la constante de integración es cero, porque α (0) = 0). Integrando de nuevo, y recordando
que α(0) = 0, obtenemos
α(x) = (1 − x) ln(1 − x) + x .
El lema de Abel, aplicado a α(x), nos asegura que

 1
lı́m α(x) = .
x↑1
n=1
n (n + 1)

Sólo queda, y es un ejercicio sencillo de Cálculo, obtener el lı́mite cuando x ↑ 1 de α(x) =


(1 − x) ln(1 − x) + x; ese lı́mite resulta valer 1. ♣

12.3.2. Funciones como series de potencias


Una función f (x) definida e infinitamente derivable en un intervalo (−D, D) alrededor del
origen se dice representable en serie de potencias (en un intervalo (−E, E), no necesariamente
el anterior) si
∞
f (x) = an xn para todo x ∈ (−E, E).
n=0
Como la serie converge en (−E, E), el radio de convergencia R será ≥ E. Derivando término
a término, obtenemos que
f (n) (0)
an = ,
n!
ası́ que la serie de potencias es, precisamente, la serie de Taylor de f (x) en el 0. La represen-
tación, si es válida, es única.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


908 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Pero el asunto es más delicado de lo que pudiera parecer. Supongamos que partimos,
como parece razonable, de una función f (x) definida e infinitamente derivable en un cierto
intervalo (−D, D). Podemos formar, entonces, la serie de potencias

 f (n) (0)
xn .
n=0
n!

Nos preguntamos si esta serie de potencias converge en algún punto además, claro, de en
x = 0. Y en el caso de que haya convergencia en un cierto valor de x, si la suma de la serie
coincide con f (x).
Por ejemplo, podemos considerar la función f (x) = 1/(1 + x2 ), que es infinitamente
derivable en todo x ∈ R. La serie de Taylor asociada es


(−1)n x2n .
n=0

Ahora bien, el radio de convergencia de esta serie es R = 1. ¿Cuál es la razón por la que
la serie representa a una función tan magnı́fica como f (x) sólo en el intervalo (−1, 1)? De
nuevo, la respuesta hay que buscarla en los números complejos. El denominador de f (x) se
anula en i y −i, ası́ que, vista como una función compleja, la serie de potencias converge en
el disco de radio 1.
Más sorprendente es el caso de la función f (x) = e−1/x si x = 0 y f (0) = 0. El lec-
2

tor podrá comprobar que f (n) (0) = 0 para todo n, ası́ que la serie de Taylor asociada es
idénticamente nula. Y claro, sólo representa a f (x) en x = 0. En la terminologı́a de antes,
D = R = ∞ (la función es infinitamente derivable en todo x, y la serie de Taylor converge
para todo x), pero E = 0 (la serie de Taylor sólo representa a la función en x = 0).
Ası́ que hay que exigirle más a la función. Por ejemplo, condiciones sobre el tamaño de la
función y sus derivadas. Una ilustración de esto es lo siguiente: si existe una constante A > 0
tal que |f (n) (x)| ≤ An para todo n y para todo x en un cierto entorno de x = 0, entonces la
serie de Taylor representa a la función en ese entorno.
Afortunadamente, en la práctica nuestras funciones serán cocientes de polinomios, o va-
riaciones sobre series de potencias ya conocidas, y las cuestiones de representabilidad serán
sencillas. Por ejemplo, un resultado que utilizaremos (implı́citamente) en muchas ocasiones
es el siguiente:

Teorema 12.3 Si f (x) es representable en serie de potencias en (−R, R) y f (0) = 0, enton-


ces la función 1/f (x) es representable en serie de potencias en un cierto intervalo (−R , R ).

Reflexionemos sobre lo que supone esto. Tenemos una cierta sucesión de números, una serie
formal f ; pero, además, la serie de potencias que con ellos formamos representa a una cierta
función f (x). Desde el punto de vista formal, podrı́amos calcular la sucesión de números
correspondiente a la recı́proca 1/f . Lo que aquı́ se afirma es que una serie de potencias
asociada a esa nueva sucesión converge en (−R , R ). Y con eso basta: no puede converger a
otra cosa que a la función 1/f (x).

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 909

12.3.3. Desarrollo en serie de potencias de cocientes de polinomios


En muchas ocasiones nos enfrentaremos con el problema de obtener la serie de potencias
asociada a un cociente de polinomios

P (x) 1
= P (x) .
Q(x) Q(x)

El que esta función es representable en serie de potencias es justo lo que acabamos de ver.
Lo que nos interesa ahora es cómo obtener ese desarrollo.
En realidad, podrı́amos limitarnos a desarrollar 1/Q(x). Una vez hecho, multiplicarla por
P (x) no consistirá más que en aplicar, las veces que sea necesario, las reglas de manipulación
de funciones generatrices (suma de funciones, desplazamiento de coeficientes, multiplicación
por constantes) que aprendimos en la sección 12.2.
Pero claro, tenemos el Teorema Fundamental del Álgebra (teorema 4.44), que nos dice
que si el polinomio Q(x) tiene grado k, entonces podemos escribir que
1 C
= ,
Q(x) (x − α1 ) 1 · · · (x − αt )rt
r

donde C es una cierta constante, los αj son las raı́ces (en principio, complejas) de Q(x) y los
rj son las multiplicidades correspondientes. La suma r1 + · · · + rt es justamente k.
Conocemos, por otro lado, los desarrollos en serie de potencias de
 ∞ ∞ 
 
1 1 n+m n
= xn , = x , para m ≥ 1.
1−x (1 − x)m+1 m
n=0 n=0

(desde el punto de vista analı́tico, estas identidades son ciertas si |x| < 1, como prueba,
por ejemplo, el criterio del cociente). Manipulando estas expresiones, algo que dejamos como
ejercicio al lector, podemos obtener los desarrollos de las siguientes funciones: si a = 0 y b
son dos ciertas constantes,
∞ ∞  
1 (−1)n bn n 1 n + m (−1)n bn n
= x , = x , para m ≥ 1
a + bx n=0 an+1 (a + bx)m+1 n=0 m an+m+1

(¿donde convergen estas series de potencias?). Como veremos en la subsección siguiente,


todas estas series son miembros de una “familia” mucho más numerosa.
Vista la versatilidad de la serie básica, observamos que si consiguiéramos reescribir la
expresión que obtuvimos antes para 1/Q(x) como una suma de términos del tipo
1 1 1
, o bien , o quizás , etc.,
(x − αj ) (x − αj )2 (x − αj )3

incluso permitiendo la presencia de términos polinómicos en el numerador, el cálculo de la


serie de potencias de 1/Q(x) serı́a sencillo. Esto es lo que justifica el método de fracciones
simples que pasamos a explicar.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


910 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

El método de fracciones simples


El objetivo13 es desarrollar en serie de potencias una función racional del tipo
P (x)
f (x) = , donde P (x) y Q(x) son ciertos polinomios.
Q(x)
Primero, podemos suponer que el grado del polinomio del numerador es menor que el del
denominador, pues si no fuera ası́ dividirı́amos un polinomio por otro y llegarı́amos a una
expresión del tipo
R(x)
T (x) + ,
Q(x)
donde R(x) ya es un polinomio de grado menor que el de Q(x). Los coeficientes del polinomio
T (x) habrı́a que tenerlos en cuenta, por supuesto: si tiene grado digamos k, influirı́an en los
primeros k coeficientes de la función. Por ejemplo,
x3 + 1 2
= (x − 1) + 2 ,
x2 + x + 1 x +x+1
y sólo restarı́a desarrollar en serie el segundo término (recordando que el término x − 1 habrı́a
de ser tenido en cuenta al final).
Supongamos entonces que estamos con P (x)/Q(x), y que el grado de Q(x) es mayor que
el de P (x). El primer paso es encontrar las raı́ces del polinomio del numerador, esto es, las
soluciones de Q(x) = 0. Sabemos bien que esto puede resultar complicado, y que no hay
fórmulas explı́citas si el polinomio es de grado alto. Pero supongamos que las soluciones son
los números αi (con multiplicidades ri ). Podremos entonces escribir la función racional como
P (x) P (x)
=C .
Q(x) (x − α1 )r1 · · · (x − αt )rt
La constante C no desempeña papel alguno en el estudio que estamos haciendo (aunque a la
hora del cálculo habrá que tenerla en cuenta, por supuesto), ası́ que supongamos que es 1.
El método de las fracciones simples consiste en reescribir la expresión anterior como

P (x)   Ai,1
t
Ai,2 Ai,ri 
= + + · · · + ,
(x − α1 )r1 · · · (x − αt )rt (x − αi ) (x − αi )2 (x − αi )ri
i=1

donde los Ai,j son constantes que hay que determinar. Hay varias maneras de hacer esto,
pero quizás la más sencilla es la de sumar los términos del miembro de la derecha: en el
denominador nos volverá a quedar Q(x) y entonces bastará igualar los numeradores. De
ahı́ obtendremos un sistema de ecuaciones lineales que nos darán el valor de las incógnitas Ai,j .
Una vez determinados los valores de estos números, todo lo que nos queda son funciones que
sabemos desarrollar: de la serie geométrica y su familia.
13
Quizás el lector esté familiarizado con el uso de este método para integrar una función racional P (x)/Q(x),
reescribiéndola como suma de términos con denominadores de la forma (ax +b)n , o de la forma (ax2 +bx +c)n ,
porque las integrales asociadas son inmediatas, en términos de la función logaritmo o la función arcotangente.
En nuestro análisis nos limitaremos al primer tipo, pero a cambio deberemos manejar números complejos.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 911

Nótese que en todos estos argumentos, estamos dándonos la licencia de entender las series
de potencias como funciones de variable compleja; y los coeficientes que obtendremos al final
del desarrollo serán, en general, combinaciones de números complejos.
Veamos un ejemplo, algo complicado de cálculo, pero suficientemente ilustrativo:
Ejemplo 12.3.2 Queremos desarrollar en serie de potencias la función racional
P (x) x5 + x4 − 4 x3 + 4 x2 − 4 x + 4
f (x) = = .
Q(x) −x4 + 2 x3 − 2 x2 + 2 x − 1

El polinomio del numerador tiene grado mayor que el del denominador, ası́ que habrá que
hacer una división previa. Aunque podrı́amos limitarnos a desarrollar 1/Q(x), y luego multi-
plicar por P (x), hagámoslo todo a la vez. La división de los polinomios nos permite escribir
1+x
f (x) = (−x − 3) + .
−x4 + 2 x3 − 2 x2 + 2 x − 1
Ahora, las cuatro soluciones de la ecuación
−x4 + 2 x3 − 3 x2 + 2 x − 1 = 0
son i, −i y 1 (ésta, por partida doble). Y reescribir el polinomio en términos de estas raı́ces
conduce a
Q(x) = −x4 + 2 x3 − 3 x2 + 2 x − 1 = −(x − i) (x + i)(x − 1)2 = −(1 − i x) (1 + i x)(1 − x)2 .
Obsérvese cómo hemos reescrito los factores, preparando los cálculos posteriores. Olvidémo-
nos por el momento del término −x − 3 (lo tendremos en cuenta al final) y desarrollemos el
resto. El método de las fracciones simples nos sugiere escribirlo como (por comodidad, hemos
puesto el signo menos en el denominador)
−1 − x A B C1 C2
= + + + .
(1 − i x) (1 + i x)(1 − x)2 (1 − i x) (1 + i x) 1 − x (1 − x)2
Si ahora sumamos a la derecha, el numerador que obtenemos resulta ser, tras el reordena-
miento adecuado,
       
x3 iA−iB−C1 +x2 (1−2i)A+(1+2i)B+C1 +C2 +x (i−2)A−(i+2)B−C1 + A+B+C1 +C2 .

Comparando con −1 − x llegamos a que los números A, B, C1 y C2 son solución del siguiente
sistema de ecuaciones:

⎪ iA − iB − C1 = 0 ,


⎨ (1 − 2i)A + (1 + 2i)B + C + C = 0 ,
1 2

⎪ (i − 2)A − (i + 2)B − C1 = −1 ,


A + B + C1 + C2 = −1 .
Esto es,
1+i 1−i 1
A= , B= , C1 = − , C2 = −1 .
4 4 2

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


912 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Ahora ya podemos escribir nuestra función f (x) de una forma adecuada:


1+i 1 1−i 1 1 1 1
f (x) = −3 − x + + − − .
4 1 − ix 4 1 + ix 2 1 − x (1 − x)2
Finalmente, utilizamos la serie geométrica (y familia) para desarrollar en serie de potencias:
∞   
1+i n 1−i 1 n+1
f (x) = −3 − x + i + (−i) − −
n
xn
4 4 2 1
n=0
∞  n  in+1   3 
i
= −3 − x + n
1 + (−1) + 1 − (−1) − − n xn .
n

n=0
4 4 2

Los primeros coeficientes de esta función (hay que tener cuidado con los dos primeros, en los
que influye el término −3 − x) son
(−4, −4, −4, −4, −5, −7, −8, −8, −9, −11, −12, −12, −13, · · · )
En realidad, todos los coeficientes que se obtienen son números reales (más aún, enteros
negativos). Pero esto es casualidad, porque nadie nos aseguraba, en principio, que los coefi-
cientes del desarrollo tuvieran algún significado especial. Aún se puede escribir una fórmula
más compacta para los an (para n ≥ 2):

−n − 1 si n ≡ 0 ó n ≡ 3 (mód 4),
an =
−n − 2 si n ≡ 1 ó n ≡ 2 (mód 4)
La función parecı́a complicada, pero sus coeficientes son sorprendentemente sencillos. ♣

12.3.4. La serie geométrica y la familia binómica


La “familia” de la serie geométrica es más numerosa de lo que uno sospecharı́a. Veamos,
por ejemplo, lo que nos dice la fórmula del binomio:
∞   ∞
m m n  m(m − 1) · · · (m − n + 1) n
(1 + x) = x = x .
n n!
n=0 n=0

La serie llega, en realidad, hasta n = m; la presencia del coeficiente binómico en la serie de


la izquierda lo hace evidente. Pero también con la escritura de la derecha: si n > m, entonces
algunos de los factores del numerador se anula.
Veamos, por otra parte, el desarrollo de la función (1 − x)−m−1 :
∞   ∞
1 m + n n  (m + n)(m + n − 1) · · · (m + 2)(m + 1) n
= x = x
(1 − x)m+1 n n!
n=0 n=0

 (−m − 1)(−m − 2) · · · ((−m − 1) − n + 2)((−m − 1) − n + 1)
= (−x)n .
n!
n=0

Hemos cambiado de signo los n factores del numerador, y el (−1)n resultante se lo hemos
incorporado a la x.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 913

Todos estos manejos persiguen descubrir la analogı́a que hay entre estos dos desarrollos,
el de (1 + x)m y el de (1 + (−x))−m−1 . La simetrı́a es evidente. Y es que ambos son casos
particulares del siguiente teorema:
Teorema 12.4 (Teorema del binomio) Para cada α ∈ R, si |x| < 1, entonces


α α(α − 1)(α − 2) · · · (α − n + 1)
fα (x) = (1 + x) = xn .
n!
n=0

Afirmamos aquı́ que la serie de potencias converge, con seguridad, para |x| < 1, pero en
algunos casos el intervalo de convergencia podrı́a ser mayor. Por ejemplo, si α es un entero
positivo, tenemos simplemente un polinomio (y la convergencia será para todo x).
Antes de ver la demostración, vamos a aplicar el teorema a la obtención de los desarrollos
en serie de unas cuantas funciones. Si α es un entero positivo, tenemos la fórmula del binomio
habitual. Si α = −1 y ponemos −x en lugar de x, estamos con la serie geométrica. También
hemos visto ya el caso α = −m − 1, con m ≥ 0, y las posibles traslaciones y cambios de
escala en la variable. Ası́ que nos centraremos en otros valores de α. Por comodidad, y sólo
por esta subsección, consideraremos el coeficiente binómico generalizado
 
α α(α − 1) · · · (α − n + 1)
= ,
n n!
donde α ∈ R (que coincide con el coeficiente binómico habitual cuando α = m).
Ejemplo 12.3.3 El caso α = 1/2.

Estamos con la función 1 + x, para |x| < 1:
∞   ∞
√ 1 1/2 n 1/2 (1/2 − 1)(1/2 − 2) · · · (1/2 − n + 1) n
1 + x = (1 + x) 2 = x =1+ x ,
n=0
n n=1
n!

 (−1)n−1 1 · 3 · 5 · · · (2n − 3)
=1+ xn .
2n n!
n=1

Más interesante, desde el punto de vista combinatorio, es el desarrollo de la función 1 − 4x
(en principio, para |x| < 1/4):
∞   ∞

1/2 1/2 1 1 · 3 · 5 · · · (2n − 3)
(1 + (−4x)) = (−4x)n = 1 + (−1)n−1 n (−4)n xn
n 2 n!
n=0 n=1

 1 · 3 · 5 · · · (2n − 3)(2n − 1) n! n
2n
= 1− x
n=1
2n − 1 n! n!
∞ , -, -
 1 1 · 3 · · · (2n − 1) 2 · 4 · · · (2n − 2) 2n n
= 1− x
2n − 1 n! n!
n=1
∞
1 (2n)! n
= 1− x .
n=1
2n − 1 n! n!

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


914 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Tras unas sencillas manipulaciones, deducimos que


√ ∞  
1 − 1 − 4x  1 2n n
= x .
2x n+1 n
n=0
Ası́ que la función de la izquierda genera una sucesión de números que son ya viejos conocidos,
los números de Catalan, sobre cuyas interpretaciones combinatorias nos extendimos en el
ejemplo 2.3.3 y cuya expresión explı́cita ya habı́amos obtenido en el ejemplo 3.1.6. ♣
Ejemplo 12.3.4 Las funciones trigonométricas inversas.
Sorprendentemente, la fórmula del binomio nos permite hallar los desarrollo en serie potencias
de inversas de funciones trigonométricas, como por ejemplo el arcoseno. La clave es que su
derivada es
d 1
arcsin(x) = √ .
dx 1 − x2
Desarrollemos entonces la función de la derecha con el teorema del binomio; para ello, calcu-
lemos primero
 
−1/2 (−1/2) (−1/2 − 1) (−1/2 − 2) · · · (−1/2 − n + 1)
=
n n!
(−1/2) (−3/2) (−5/2) · · · (1 − 2n)/2 (−1)n 1 · 3 · 5 · · · (2n − 1)
= = .
n! 2n n!
Con esto, y utilizando que 2n n! = 2 · 4 · 6 · · · 2n,
∞   ∞
1 −1/2 1 1 · 3 · 5 · · · (2n − 1) 2n
√ = (−1)n x2n = 1 + x
1 − x2 n=0
n
n=1
2n n!
∞ ∞  ∞  
1 (2n)! 2n (2n)! 1 2n 2n 1 2n
= 1+ x =1+ x = x .
n=1
2n n! 2 · 4 · 6 · · · 2n n=1
2n n! 2n n! n=0
n 22n
Ahora queremos integrar esta serie. Con ayuda de la Regla 5 de la sección 12.2, más la
observación de que arcsin(0) = 0 (que nos permite fijar el valor del primer coeficiente),
obtenemos que

  
1 2n 1
arcsin(x) = x2n+1 .
22n n 2n + 1
n=0
De la misma manera se pueden obtener los desarrollos del arcocoseno (aunque bastarı́a aplicar
que arc cos(x) = π/2 − arcsin(x)) y de la arcotangente (véase el ejercicio 12.3.9). ♣

La demostración del teorema del binomio


Para cualquier α, la función (1 + x)α es infinitamente derivable, al menos para valores
de x suficientemente próximos a cero (digamos |x| < 1). La fórmula de Taylor nos dice que
una función con n derivadas se puede escribir, en este caso cerca del 0, como
f  (0) 2 f (n) (0) n
f (x) = f (0) + f  (0) x + x + ··· + x + Rn (x) ,
2! n!
donde la función Rn (x) es el llamado resto de Taylor.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 915

Si f (x) = (1 + x)α , se comprueba sin dificultad que, para cada n,


f (n) (0) α(α − 1)(α − 2) · · · (α − n + 1)
= ,
n! n!
ası́ que los coeficientes tiene la forma que proponı́amos en el enunciado del teorema 12.4.
Para probar el resultado deberı́amos comprobar que el resto (del que se puede obtener una
expresión explı́cita en términos de la función) tiende a 0 cuando n → ∞.
Sin embargo, ése no es el enfoque que adoptaremos aquı́14 . Nuestra estrategia será la
siguiente: argumentaremos como si supiéramos que la función (1 + x)α se puede desarrollar
en serie de potencias, para comprobar que ésta ha de tener una forma especı́fica. El paso final
consistirá en probar algunas propiedades de la serie que obtendremos que nos permitirán
deducir que, efectivamente, coincide con la función (1 + x)α (en la región adecuada).
Empecemos descubriendo la expresión que deberı́an tener los coeficientes de la serie, de
la manera en la que lo habrı́a hecho Newton, utilizando el método de los los coeficientes
indeterminados. Esto supone escribir, para α ∈ R,


(1 + x)α = cαn xn ,
n=0

donde los cαn son todavı́a desconocidos. Por ahora entendemos esta igualdad (y los manejos
posteriores que haremos) en un sentido formal; ya los justificaremos más adelante desde el
punto de vista analı́tico.
Obsérvese (tomando x = 0) que cα0 = 1 para cualquier α. Primero,

 ∞
 ∞
 ∞

cα+1 n
n x = (1 + x)
α+1
= (1 + x)α (1 + x) = (1 + x) cαn xn = cαn xn + cαn−1 xn .
n=0 n=0 n=0 n=1

Ası́ que, igualando coeficientes, obtenemos que


cα+1
n = cαn + cαn−1 si n ≥ 1.
Es decir, obtenemos una ley de recurrencia (por cierto, la misma que en el caso de los
coeficientes binómicos) que nos permite obtener la sucesión (cα+1 α
n ) a partir de (cn ).
Cuando α = m, con m un entero positivo, además de que cm m
0 = 1, sabemos que cm = 1;
y esto basta, vı́a la construcción del triángulo de Tartaglia, para conocer la forma de los cm
n.
α
Pero en el caso general sólo tenemos que c0 = 1. Ası́ que debemos intentar algo más. La
identidad  
α α−1 d α
α(1 + x) = α(1 + x) (1 + x) = (1 + x) (1 + x) ,
dx
traducida a la serie (insistimos en que por ahora son cálculos formales), nos da

 ∞
 ∞
 ∞

α cαn xn = (1 + x) n cαn xn−1 = (n + 1)cαn+1 xn + n cαn xn .
n=0 n=1 n=0 n=1
14
Véase, por ejemplo, en el texto Análisis Matemático, T.M. Apostol, Ed. Reverté, una discusión de la
convergencia de la serie binómica estimando el resto.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


916 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Igualando coeficientes,
α−n α
α cαn = (n + 1) cαn+1 + n cαn o, equivalentemente, cαn+1 = c .
n+1 n
Ahora tenemos una recurrencia que involucra coeficientes con el mismo α; como conocemos cα0 ,
esta nueva identidad nos permite calcular toda la sucesión (cαn ). Por inducción, deducimos
que, para cada n,  
α α(α − 1) . . . (α − n + 1) α
cn = = ,
n! n
donde hacemos uso, de nuevo, de la notación de los coeficientes binómicos generalizados.
Por ahora hemos comprobado (al menos formalmente) que, al traducir las propiedades
de la función en los hipotéticos coeficientes, éstos han de tener una forma determinada. Aún
hemos de probar que la serie con esos coeficientes representa, efectivamente, a la función
(1 + x)α . Llamemos
∞  
 α n
Bα (x) = x
n
n=0
a la serie de potencias que nos interesa. Apliquémosle el criterio del cociente:
  .      
 α n   α(α − 1) . . . (α − n)  α − n
 α  n!   .
 x n+1
x  = |x|  = |x| 
 n+1 n  (n + 1)! α(α − 1) . . . (α − n + 1)  n+1
Es decir, si |x| < 1,
  .    
 α n  α − n
 α
lı́m sup  x n+1
x  = lı́m sup |x|   = |x| < 1.
n→∞  n + 1 n  n→∞ n+1
Esto supone que la serie de potencias converge uniformemente en cualquier intervalo de la
forma [−a, a], donde a < 1. Ası́ que podemos derivar la serie término a término (compruébese
en especial la manipulación de la segunda igualdad),
∞  
 ∞   ∞   ∞  
α α α k  α
Bα (x) = n xn−1 = (α − k) xk = α x − k xk
n k k k
n=1 k=0 k=0 k=0

para obtener la siguiente ecuación diferencial para Bα :


Bα (x) = α Bα (x) − xBα (x) =⇒ Bα (x)(1 + x) = αBα (x) .
Utilizando esta identidad, deducimos que
 
Bα (x)  Bα (x)(1 + x)α − Bα (x)α(1 + x)α−1
= = 0.
(1 + x)α (1 + x)2α
Ası́ que
Bα (x) = (constante) (1 + x)α .
Pero como Bα (0) = 1, podemos concluir, finalmente, que
Bα (x) = (1 + x)α
para −1 < x < 1, como querı́amos demostrar. 

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 917

12.3.5. De cómo Euler venció a los Bernoulli


Nuestro objetivo es obtener el valor de la serie
∞
1
.
n=1
n2

Este cálculo, una vez que se sabı́a que la serie armónica ∞ 1
n=1 n divergı́a,
fue uno de los grandes retos de la matemática del siglo XVIII. Por su-
puesto, la suma es finita, porque, como 2n2 ≥ n(n + 1) para cada n ≥ 1,
y recordando el ejemplo 12.3.1,

 ∞

1 2
2
≤ = 2. Figura 12.2: Johann
n n(n + 1)
n=1 n=1 Bernoulli
Esto ya lo sabı́a Leibniz, quien, tras conseguir sumar los inversos de los
números n(n + 1)/2 (los números triangulares, véase el ejercicio 1.2.3),
se propuso sumar los inversos de los números cuadrados. Pero no fue capaz, ni tampoco Jacob
Bernoulli, que concederı́a que
[. . . ] serı́a muy grande nuestro agradecimiento si alguien nos comunicara este cálculo que,
hasta ahora, ha eludido nuestros esfuerzos.
Años después de la muerte de Jacob, Euler fue capaz de completar el cálculo. Johann Ber-
noulli15 dirı́a:
De este modo el más ferviente deseo de mi hermano se hace realidad. . . ¡si estuviera aquı́!
Un primer intento, aprovechando que los coeficientes son positivos, serı́a considerar

 1 n
f (x) = x ,
n2
n=1

serie de potencias que converge uniformemente si |x| < 1, y buscar el “valor” de f (x) en
x = 1. Podremos derivarla (y multiplicarla por x) dos veces, y luego integrar para obtener
x2 x3   1 1
x f  (x) = x+ + +· · · =⇒ x f  (x) = 1+x+x2 +· · · = =⇒ x f  (x) = ln .
2 3 1−x 1−x
Pero ası́ no vamos por buen camino, porque no hay una expresión analı́tica útil para f (x),
que permita luego calcular el valor f (1), al menos en el sentido del lı́mite x → 1.
15
Johann Bernoulli (1667-1748) era un “puro” Bernoulli: competitivo, celoso de los demás miembros ma-
temáticos de su familia, acabó enfrentado, tanto a su hermano Jacob como a su propio hijo Daniel (véanse
sus notas biográficas en las páginas ?? y 466, respectivamente). No crea el lector que estos enfrentamientos
a los que nos referimos eran peleas en la cocina de casa: los bravos Bernoulli acostumbraban a airear sus
disputas públicamente. Como otros miembros de la familia, fue obligado a estudiar Medicina (su disertación
doctoral versó sobre un modelo matemático del movimiento muscular), aunque pronto se decantarı́a por las
Matemáticas, de la mano (¡sólo al principio!) de su hermano Jacob. A Johann se le recuerda especialmente por
sus aportaciones a lo que hoy conocemos como Cálculo variacional (braquistocrona, problema isoperimétrico),
aunque también por sus trabajos en Mecánica y en la teorı́a de los fluidos. Como ilustración de las maniobras
que se gastaban estos Bernoulli, se dice que falseó la fecha de publicación de obra Hydraulica (que aparecerı́a
en 1739, pero datada en 1732), para adelantarse ası́ a la Hydrodinamica de su hijo Daniel, de 1738.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


918 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Hace falta algo más. La sorpresa: Euler. Sabemos (véase el ejemplo 12.3.4) que
∞  
1 2n 1
arcsin(x) = x2n+1 para 0 < x < 1.
22n n 2n + 1
n=0

Como todos los términos son positivos, podemos (véase la subsección 12.3.1) obtener el valor
de la función en x = 1:  

π  1 2n 1
= 2n
.
2 n=0 2 n 2n + 1
Vamos ahora a calcular la integral
 1
arcsin(x)
I= √ dx
0 1 − x2
de dos maneras diferentes: por un lado, integrando por partes,
 1
1
arcsin(x)2  π2
I= arcsin(x) d(arcsin(x)) =  = .
0 2 0 8

Y por otro16 ,
 1 ∞    ∞    1 2n+1
1 2n 1 dx 1 2n 1 x
I= x 2n+1
√ = √ dx .
0 n=0
22n n 2n + 1 1−x 2
n=0
22n n 2n + 1 0 1 − x2

La última integral ya la obtuvimos en el ejemplo 6.1.17:


 1 2n+1
x 22n 1
√ dx =   .
0 1 − x2 2n 2n + 1
n
De estos dos cálculos concluimos que
 ∞
π2 1
= .
8 (2n + 1)2
n=0

Ya estamos cerca: sólo queda observar que



  1  1 ∞
 ∞
 ∞ ∞
1 1 1 1 1  1
= + = + = + ,
n2 n par n2 n2 (2k)2 (2k + 1)2 4 k2 (2k + 1)2
n=1 n impar k=1 k=0 k=1 k=0

de donde
∞ ∞
1 4 1 4 π2 π2
= = = .
n=1
n2 3 (2k + 1)2 3 8 6
k=0
16
Queda como ejercicio para el lector con inclinaciones hacia el Análisis Matemático comprobar que se
pueden intercambiar los sı́mbolos de integración y sumación. Puede, por ejemplo, considerar la integral entre
0 y 1 − ε, donde tenemos convergencia uniforme, y concluir con un argumento de monotonı́a.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 919

A. La primera demostración de Euler


La que hemos descrito no fue, en realidad, la primera demostración de Euler. Anterior-
mente habı́a propuesto la elegante prueba que pasamos a exponer. Partimos de la función
x2 x4 x5 sin(x)
P (x) = 1 − + − + ··· = ,
3! 5! 6! x
entendida (al menos ası́ lo hacı́a Euler) como un polinomio infinito. Claramente, P (0) = 1,
y las raı́ces de la ecuación P (x) = 0 vienen dados por x = k π, para cada entero k = 0. Si
aceptamos que a este “polinomio infinito” se le pueden aplicar los argumentos de factorización
de los polinomios usuales17 , podemos escribir que
/  ∞  
x  / x  x  /

x2
P (x) = 1− = 1− 1+ = 1− 2 2 .
kπ kπ kπ k π
k∈Z\{0} k=1 k=1

Si mantenemos nuestra fe en la validez de estos argumentos, podemos desarrollar el producto


infinito en serie de potencias e igualarlo a la expresión original de P (x), para obtener que
 
x2 x4 x5 1 1 1 1
1− + − + ··· = 1 − + + + + · · · x2 + · · ·
3! 5! 6! π 2 4 π 2 9 π 2 16 π 2
Y ahora sólo resta igualar los coeficientes de x2 para obtener18 finalmente que
  ∞
1 1 1 1 1 1 π2
− =− 2 1+ + + + ··· =⇒ = .
3! π 4 9 16 k2 6
k=1
Aún darı́a Euler una tercera prueba, que mostramos con cierto detalle en el ejercicio
∞ 112.3.12.
Y siguió explotando estas ideas para obtener los valores de las series del tipo k=1 kp , para
valores pares de p. Ası́, por ejemplo19 ,

 ∞
 ∞
 ∞

1 π4 1 π6 1 π8 1 π 10
= , = , = , = .
k4 90 k6 945 k8 9450 k10 93555
k=1 k=1 k=1 k=1
17
Esto dista de ser un detalle trivial. Euler sabı́a que la factorización usando los ceros era correcta, en
particular, para sen(x)/x. Pero esto no es un hecho general. Por ejemplo, la función ex sen(x)/x tiene los
mismos ceros y no coincide con el producto infinito.
18
El mismo argumento permite obtener la fórmula de Wallis (que hemos visto con detalle en la sub-
sección 2.4.4), al menos en la versión en la que el propio Wallis la escribı́a. Si el lector evalúa la función
P (x) = sin(x)/x en x = π/2, podrá obtener, tras unas cuantas manipulaciones, que
2 1×3 3×5 5×7 7×9
= ···
π 22 42 62 82
(compárese con las expresiones de la subsección 2.4.4).
19
Contra
lo que podrı́an sugerir estos primeros casos, no siempre aparece un 1 en el numerador. Por ejem-
plo, ∞ n=1 n −12
= π 12 691/638512875. La fórmula involucra los llamados números de Bernoulli (véase el
ejercicio 12.7.5). Las sumas con exponente impar son mucho más complicadas. ∞ 1 Para dar idea de lo poco que
se sabe de ellas, no fue hasta 1978 cuando R. Apéry demostró que k=1 k3 era un número irracional. Ni
siquiera eso se sabe para los valores p = 5, 7, . . . . La demostración de Apéry usaba, en realidad, métodos que
eran ya conocidos por los matemáticos del siglo XVIII, y por Euler en particular. Van der Poorten titulaba su
recensión del Math. Intelligencer 1 (1979) de la siguiente manera: A proof that Euler missed. . . Apéry’s proof
of the irrationality of ζ(3). Véase, por ejemplo, el artı́culo de Antonio Córdoba Disquisitio Numerorum (La
Gaceta de la RSME 4 (2001), no. 1).

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


920 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

EJERCICIOS DE LA SECCIÓN 12.3

12.3.1 Supongamos que f (x) y g(x) son dos series de potencias que convergen en intervalos (−R, R)
y (−M, M ), respectivamente. ¿Dónde convergen las series de potencias αf (x) + βg(x) y f (x)g(x)?
¿Y f (x)/(1 − x)? Compruébese que las series de potencias xm f (x) y f (m) (x) convergen en el mismo
intervalo que la f (x) original.
12.3.2 Compruébese que, dada una sucesión de números (an ),
   
 an+1     an+1 

lı́m inf   
≤ lı́m inf |an | ≤ lı́m sup |an | ≤ lı́m sup 
n n 
n→∞ an  n→∞ n→∞ n→∞ an 

12.3.3 Sea (an ) una sucesión de números que cumplen que |an | ≤ C M n , donde C y M son ciertas

constantes positivas. Compruébese que la serie de potencias n=0 an xn tiene un radio de convergen-
cia R ≥ 1/M .
12.3.4 Utilı́cese un argumento similar al del ejemplo 12.3.1 para comprobar que

 1
= 1, donde (Fn ) es la sucesión de Fibonacci.
F F
n=2 n−1 n+1

12.3.5 Sea (a0 , a1 , a2 , a3 , . . . ) una cierta sucesión de números reales para la que lı́mn→∞ an = L.
(a) Consideremos, en primer lugar, las sucesiones (yn ) y (yn ) dadas, para cada n ≥ 0, por
n  
1  1  n
n
yn = ak e yn = n ak .
n+1 2 k
k=0 k=0

Obsérvese que la primera es la sucesión de las medias aritméticas, y la segunda, la sucesión de lo que
llamarı́amos las medias binómicas. Compruébese que el lı́mite de ambas sucesiones es L.
(b) Más generalmente,
n consideremos unos números Mn,k positivos que cumplen que (1) Mn,k = 0 si
k > n; (2) k=0 Mn,k = 1 para cada n; y (3) lı́mn→∞ Mn,k = 0 para cada k. Demuéstrese que la
sucesión ∞

y0n = Mn,k ak tiende a L cuando n → ∞.
k=0
(c) Ahora, dos promedios con claro sabor probabilı́stico. Consideramos

 ∞
 λk
y(p) = p(1 − p)k ak e y(λ) = e−λ ak ,
k!
k=0 k=0

donde 0 < p < 1 y λ > 0. Compruébese que lı́mp→0 y(p) = L. ¿Qué ocurre cuando p → 1? ¿Qué ocurre
con y(λ) cuando λ → ∞?
 n
12.3.6 Demostración del Lema de Abel (Lema  12.2). Sea f (x) = n an x una serie de potencias
n de convergencia 1 y supongamos que n an = A. Consideramos la sucesión (cn ) dada por
con radio
cn = k=0 ak . Obsérvese que lı́mn→∞ cn = A.
(a) Utilı́cese que a0 = c0 y an = cn − cn−1 si n ≥ 1 para comprobar que, para cualquier n ≥ 1,

n 
n−1
ak xk = (1 − x) ck xk + cn xn para |x| < 1.
k=0 k=0

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.3. Series de potencias y funciones generatrices 921

Dedúzcase que


f (x) = (1 − x) cn xn .
n=0

(b) Utilı́cese la representación anterior para deducir, finalmente, que lı́mx↑1 f (x) = A.
 n
12.3.7 Partimosdel Lema de Abel (Lema 12.2): si  n annx es  una serie de potencias con radio de
convergencia 1 y n an converge, entonces lı́mx↑1 n an x = n an .
 n
(a) Sea ahora
 g(x) = n bn x una serie de potencias con radio de convergencia R > 0. Suponga-
mos que n bn Rn converge. Compruébese que f (x) = g(Rx) es una serie de potencias  con radio de
convergencia 1. Aplı́quese el lema de Abel a f (x) para comprobar que lı́mx↑R g(x) = n bn Rn .
 
(b) Digamos que g(x) = n bn xn tiene radio de convergencia 1 y que n bn (−1)n converge.  Utilı́cese
un argumento similar al del apartado anterior para comprobar que lı́mx↓−1 g(x) = n bn (−1)n .
12.3.8 Utilı́cese el apartado a) del ejercicio anterior para comprobar que

∞ ∞
1 (−1)n+1
= ln(2) = .
n=1
n 2n n=1
n

Ambas series infinitas dan, como resultado, ln(2) = 0.6931471806 . . . Pero quizás el lector quiera
entretenerse en comprobar computacionalmente el diferente grado de aproximación que dan, sumando,
por ejemplo, los 100 primeros términos de las dos series.
12.3.9 (a) Sabiendo que
d 1
arctan(x) = ,
dx 1 + x2
compruébese que
∞
(−1)n 2n+1
arctan(x) = x
n=0
2n + 1

(b) La serie numérica n (−1)n /(2n + 1) converge (recuérdese el teorema 12.1). Aplı́quese el lema de
Abel a la función arcotangente para obtener el siguiente método de cálculo del número π:
 1 1 1 
π = 4 1 − + − + ···
3 5 7

12.3.10 Pruébese que


∞
(−1)n+1 π2
= .
n=1
n2 12

12.3.11 Obténgase el desarrollo de (1 ± x)m/2 , con m entero.



12.3.12 Otra demostración de Euler de que ∞ 1 2
n=1 n2 π /6. Partimos del siguiente polinomio
de grado m:
m 
 
2m + 1
Pm (x) = (−1)j xm−j .
2j + 1
j=0

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


922 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Utilizando la fórmula de de Moivre (página 28) y la fórmula del binomio, se comprueba que

ei (2m+1) θ = cos((2m + 1)θ) + i sin((2m + 1)θ) ,


 2m + 1
2m+1
ei (2m+1) θ = (cos θ + i sin θ)2m+1 = (cos θ)2m+1−k (sin θ)k ik .
k
k=0

(a) Compárense las partes imaginarias de las dos fórmulas anteriores para deducir que

sin((2m + 1)θ) = (sin θ)2m+1 Pm (cot2 θ) .

(b) Dedúzcase que los números (reales)


 
2 kπ
rk = cot , k = 1, . . . , m
2m + 1

son las m raı́ces del polinomio Pm (x).


(c) Compruébese que
/
m
Pm (x) = (2m + 1) (x − rk ) .
k=1

(d) Dedúzcase, a partir del coeficiente de xm−1 de Pm (x), que


m 
m  
2 kπ m (2m − 1)
rk = cot = .
2m + 1 3
k=1 k=1

(e) Ahora vamos a utilizar las dos siguientes estimaciones de tamaño de la función cotan-
gente. Por un lado,
1
cot θ < (si θ ∈ (0, π/2)).
θ
Por otro, como sin θ < θ si θ ∈ (0, π/2), se tiene que

cos2 θ 1 1
cot2 θ = 2 = 2 − 1 > θ2 − 1 (si θ ∈ (0, π/2)).
sin θ sin θ

Utilı́cense estas dos estimaciones en la identidad del apartado anterior para deducir que

π 2 2m (2m − 1)  1
m
π 2 4 m(m + 1)
< < .
6 (2m + 1)2 k2 6 (2m + 1)2
k=1

(g) Por último, pásese al lı́mite m → ∞ en las desigualdades del apartado anterior para
obtener el resultado deseado.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.4. Resolución de ecuaciones de recurrencia 923

12.4. Resolución de ecuaciones de recurrencia


Ya tenemos la técnica, y es hora de aplicarla a un problema concreto, como es el de la
resolución de ecuaciones de recurrencia. Ya vimos, en el capı́tulo 6, algunos métodos, de otra
ı́ndole, y nos disponemos ahora a tratarlas con el lenguaje de las funciones generatrices.
El punto de partida es una sucesión (an ) que verifica una cierta ecuación de recurrencia
(y unas condiciones iniciales). Para resolver la recurrencia, esto es, para obtener una fórmula
para an , seguiremos los siguientes pasos:
primero, codificaremos la sucesión (an ) con una función generatriz, digamos f (x).
El segundo paso consistirá en utilizar la información disponible sobre la sucesión (ecua-
ción de recurrencia y valores iniciales) para obtener una ecuación (algebraica, quizás
diferencial) para f (x). Si somos capaces de resolverla, tendremos una expresión de f (x).
Nos interesa obtener una fórmula para an , ası́ que el paso final será desarrollar en serie
de potencias la función f (x).
Todo esto se puede entender como un proceso puramente formal (ası́ lo haremos en la sec-
ción 12.7). No hay, por ejemplo, evaluaciones de la función en punto alguno, ası́ que podrı́amos
obviar toda mención a la convergencia de las series de potencias que vayan apareciendo.

A. Una sucesión, un parámetro


Parte de este proceso ya lo hicimos, para la sucesión de números de Fibonacci, en la
subsección 12.1.1. Ası́ que volvamos a tratar este caso, como ejemplo de una ecuación de
recurrencia lineal, homogénea y con coeficientes constantes.
Ejemplo 12.4.1 Consideremos la sucesión de números de Fibonacci (Fn ) dada por F0 = 0
y F1 = 1 y Fn = Fn−1 + Fn−2 para cada n ≥ 2.
Empezamos asociando a los Fn su función generatriz,


f (x) = Fn xn .
n=0
Transferimos ahora la información de la ecuación de recurrencia y las condiciones iniciales a
la función generatriz. Sus dos primeros coeficientes están fijados y los siguientes, del tercero
en adelante, los reescribimos siguiendo la ecuación:
f (x) = F0 + F1 x+ F2 x2 + F3 x3 + F4 x4 + · · · =
     
F1 x2 F2 x3 F3 x4 ···
+ + +
F0 x2 F1 x3 F2 x4 ···
   
= F0 + F1 x + F1 x + F2 x + F3 x + · · · + F0 x + F1 x3 + F2 x4 + · · ·
2 3 4 2

Ahora, con ayuda de las reglas de desplazamiento de coeficientes, identificamos las dos series
de potencias que han aparecido. Lo que queda, como el lector deberá comprobar, es que
 
f (x) = F0 + F1 x + x [f (x) − F0 ] + x2 f (x) = x + f (x) x + x2 .

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


924 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

El lector que se encuentre cómodo con la notación de los sumatorios puede hacer todo
este proceso manipulando las series directamente:

 ∞
 ∞

f (x) = Fn xn = F0 + F1 x + Fn xn = F0 + F1 x + (Fn−1 + Fn−2 ) xn
n=0 n=2 n=2

 ∞
 ∞
 ∞

= F0 + F1 x + Fn−1 xn + Fn−2 xn = F0 + F1 x + x Fn−1 xn−1 + x2 Fn−2 xn−2
n=2 n=2 n=2 n=2

 ∞

= F0 + F1 x + x Fn xn + x2 Fn xn = F0 + F1 x + x [f (x) − F0 ] + x2 f (x)
n=1 n=0

Ahora que tenemos una ecuación (algebraica) para f (x), la resolvemos. Aquı́, simplemente,
se trata de “despejar” la f (x):
    x
f (x) = x + f (x) x + x2 =⇒ f (x) 1 − x − x2 = x =⇒ f (x) =
1 − x − x2

(esta expresión es válida, en principio, en |x| < 1/τ ).


Sigamos. Lo que nos interesan son los coeficientes de f (x), esto es, los números de Fibo-
nacci Fn . Están ahı́, encerrados en las tripas de la función x/(1−x−x2 ). Sólo hay que sacarlos
a la luz, desarrollando la función en serie de potencias. Ahora sabemos hacerlo, aplicando el
método de fracciones simples. La ecuación 1 − x − x2 = 0 tiene dos raı́ces,
√ √
5−1 − 5−1
α= y β= ,
2 2
de forma que
1 − x − x2 = −(x − α)(x − β)
(cuidado con los signos). Y podremos escribir

x −x A B
= = + .
1−x−x 2 (x − α)(x − β) (x − α) (x − β)

Igualando coeficientes
√ de los numeradores, determinamos A y B, que resultan ser A = ( 5 −
5)/10 y B = −( 5 + 5)/10. Con ellos, y tras ciertas manipulaciones, obtenemos que
√ √ ∞  √ √ 
x 5−5 1 5+5 1  5− 5 1 5+ 5 1
= − = + xn .
1 − x − x2 10 x − α 10 x − β n=0 10 αn+1 10 β n+1

De esta expresión, y utilizando los valores de α y β, leemos directamente el valor de los


coeficientes: √  √  √  √ 
5 1+ 5 n 5 1− 5 n
Fn = − ,
5 2 5 2
la fórmula de Binet que ya conocı́amos (véase el ejemplo 6.2.1).

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.4. Resolución de ecuaciones de recurrencia 925

Podrı́amos haber intentado un enfoque alternativo, aprovechando que f (x) tiene un as-
pecto muy semejante a la serie geométrica:


x x
= = x (x + x2 )k .
1 − x − x2 1 − (x + x2 )
k=0

Si ahora utilizamos el teorema del binomio, podremos desarrollar el paréntesis interior:



1 k   2 ∞
1 k   2
x   k   k
= x xk−l (x2 )l = x xk+l
1 − x − x2 l l
k=0 l=0 k=0 l=0
1   2 1 n  2
∞  k   n − l

= x xn = xn+1 .
l≤k
l l
n=0 n=0 l=0
l+k =n

Ası́ llegamos a una fórmula para el coeficiente que acompaña a xn+1 en el desarrollo de f (x)
que es, no puede ser otro, el número Fn+1 :
n  
n−l
Fn+1 = ,
l
l=0

expresión que ya obtuvimos, por ejemplo, en la subsección 6.3.5. ♣


Los mismos argumentos que hemos utilizado aquı́ se aplican a cualquier ecuación lineal
homogénea, con coeficientes constantes y grado k. Subamos el grado de dificultad: una ecua-
ción de recurrencia lineal y con coeficientes constantes, pero con un término no homogéneo.
Ejemplo 12.4.2 Queremos hallar la sucesión de números (an ) que verifica que a0 = 0,
a1 = 1 y an = an−1 + an−2 + n si n ≥ 2.
Construimos la función f (x) que genera los (an ) y traducimos la información que tenemos
sobre estos números en una ecuación sobre f (x):

 ∞
 ∞
 ∞

f (x) = a0 + a1 x + (an−1 + an−2 + n)xn = x + x an−1 xn−1 + x2 an−2 xn−2 + nxn
n=2 n=2 n=2 n=2
 
1
= x + x f (x) + x2 f (x) + −x .
(1 − x)2
Hemos utilizado aquı́ que conocemos bien la función asociada a la sucesión cuyo coeficiente
n-ésimo es, precisamente, n. Ya tenemos la ecuación para f (x),
1
f (x) = x f (x) + x2 f (x) + ,
(1 − x)2
de la que obtenemos que
1
f (x) = .
(1 − x)2 (1 − x − x2 )
Los coeficientes de esta función se pueden obtener desarrollando en serie de potencias, utili-
zando fracciones simples, ejercicio que dejamos al lector. ♣

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


926 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Ası́ que, si tenemos términos no homogéneos, todo lo que necesitaremos será sumar (ob-
tener una expresión analı́tica de) la o las series de potencias que provengan de la parte no
homogénea. Sin embargo, el que la ecuación siga siendo lineal de coeficientes constantes nos
asegura que el tipo de ecuación que obtendremos para f (x) seguirá siendo algebraica.
Para ver lo que puede ocurrir al manejar ecuaciones lineales con coeficientes no constantes,
consideremos el siguiente ejemplo:
Ejemplo 12.4.3 Consideramos la sucesión de números (an ) dada por a0 = 1 y
2n
(n + 1) an+1 = 3 an + , para cada n ≥ 0.
n!

Como siempre, empezamos introduciendo la función generatriz f (x) asociada a la sucesión:




f (x) = an xn .
n=0

Tal como viene escrita la recurrencia, conviene no “despejar” el término de mayor ı́ndice (en
este caso, an+1 ), sino trabajar directamente con ella. Como la recurrencia es válida para cada
n ≥ 0, se cumplirá que

 ∞
 ∞
 2n
(n + 1) an+1 xn = 3 an xn + xn .
n=0 n=0 n=0
n!

Si identificamos las series que aparecen (la propia f (x), su derivada y la función e2x ), obte-
nemos la ecuación que debe verificar la función generatriz:
f  (x) = 3 f (x) + e2x .
Ésta es una ecuación diferencial para f (x), cuya solución general viene dada20 por
f (x) = C e3x − e2x ,
donde C es una constante. El que a0 = 1 exige que f (0) = 1; y con esta información extra
podemos concluir que
f (x) = 2 e3x − e2x .
Desarrollar esta función en serie de potencias, y con ello, obtener los números an , es sencillo:

 ∞

3n 2n
f (x) = 2 xn − xn ,
n=0
n! n=0
n!

de donde obtenemos
1
(2 × 3n − 2n ) ,
an =
n!
la expresión de los an que andábamos buscando. ♣
20
Se puede emplear, por ejemplo, un truco de factor integrante. Obsérvese que



f (x)e−3x = f  (x) e−3x − 3f (x)e−3x = e−3x f  (x) − 3f (x) = e−3x e2x = e−x ,
Integrando esta expresión, llegamos a la solución general del texto.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.4. Resolución de ecuaciones de recurrencia 927

En algunas de las ecuaciones de recurrencia que vimos en la sección 6.1, un cierto término
de la sucesión dependı́a de todos los anteriores:
Ejemplo 12.4.4 En el ejemplo 6.1.11 veı́amos que los números Mn , que contaban el número
de posibles montones con n barriles en la primera fila, cumplı́an que

n−1
Mn = 1 + (n − j)Mj para cada n ≥ 2,
j=1

junto con la condición inicial M1 = 1.


Considérese la función generatriz M (x) asociada a la sucesión (Mn ). Utilizamos la condición
inicial y la ecuación de recurrencia para escribir que

 ∞ 
 
n−1  ∞
 ∞ n−1
 
M (x) = Mn xn = x + 1+ (n − j)Mj xn = x + xn + (n − j)Mj xn
n=1 n=2 j=1 n=2 n=2 j=1

 ∞
 ∞
 ∞

x2 x
=x+ + Mj (n − j)xn = + Mj xj (n − j)xn−j
1−x 1−x
j=1 n=j+1 j=1 n=j+1

 ∞
 ∞

x j k x x x x
= + Mj x kx = + Mj xj = + M (x) ,
1−x 1 − x (1 − x)2 1 − x (1 − x)2
j=1 k=1 j=1

de donde
x(1 − x)
M (x) = .
1 − 3x + x2
Ya sólo resta desarrollar en serie de potencias (o revisar el ejercicio 12.2.6) para concluir que
Mn = F2n−1 para cada n ≥ 1, donde (Fn ) es la sucesión de Fibonacci. ♣
Si la ecuación no es lineal, las dificultades aumentan enormemente, y sólo en casos muy
particulares vamos a disponer de métodos de resolución explı́cita. Por su especial relevancia
en cuestiones combinatorias, veamos el siguiente ejemplo.
Ejemplo 12.4.5 La sucesión de los números de Catalan (Cn ) viene definida por

n−1
Cn = C0 Cn−1 + C1 Cn−2 + · · · + Cn−2 C1 + Cn−1 C0 = Ck Cn−1−k para cada n ≥ 1,
k=0
si convenimos en que C0 = 1.
En el ejemplo 3.1.6 obtuvimos ya una fórmula para estos números. Ahora abordamos la
cuestión utilizando funciones generatrices. Si C(x) es la función generatriz de la sucesión (Cn ),

 ∞  k−1  ∞  k−1 
k k
C(x) = Ck x = 1 + Cj Ck−1−j x = 1 + x Cj Ck−1−j xk−1
k=0 k=1 j=0 k=1 j=0
∞ 
 n 
= 1+x Cj Cn−j xn = 1 + x C 2 (x) ,
n=0 j=0

pues la última suma entre paréntesis es el coeficiente n-ésimo de la función C 2 (x).

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


928 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Esta ecuación de segundo grado (para C(x)) tiene dos posibles soluciones:
√ √
1 + 1 − 4x 1 − 1 − 4x
o bien .
2x 2x
El que C0 = 1, esto es, C(0) = 1, descarta la primera posibilidad (pero no la segunda, como
se puede comprobar, por ejemplo, con ayuda de la regla de L’Hôpital). Ası́ que la función
generatriz de los números de Catalan es la que aparece a la derecha. Ahora sólo tenemos que
irnos al ejemplo 12.3.3 y revisar el cálculo con el teorema del binomio que hicimos allı́ para
tener la fórmula para los números de Catalan. ♣

B. Una sucesión, dos parámetros


Como ya hemos visto en ocasiones, las ecuaciones de recurrencia pueden involucrar más
de un parámetro: es el caso de las que obtuvimos para los coeficientes binómicos, los distintos
números de Stirling, etc. Nos planteamos ahora cómo tratar estas ecuaciones mediante las
funciones generatrices.
Para ilustrarlo, recurriremos a los números C(n, k), que cuentan el número de subcon-
juntos de tamaño k que podemos extraer de {1, . . . , n}, y de los que ya disponemos de una
fórmula explı́cita, la dada por los coeficientes binómicos.
Digamos que n y k son enteros no negativos. Recordemos que las condiciones iniciales
eran C(n, 0) = 1 y C(n, n) = 1 (el caso (C(0, 0) = 1 es, simplemente, una convención). La
ecuación de recurrencia, si n ≥ 1 y 0 < k ≤ n, es
C(n, k) = C(n − 1, k − 1) + C(n − 1, k) .
Podemos empezar considerando, para cada n fijo, la función generatriz


fn (x) = C(n, k) xk .
k=0

El caso n = 0 es especial: f0 (x) = C(0, 0) = 1. Para n ≥ 1,


∞ ∞  
fn (x) = C(n, k) xk = C(n, 0) + C(n − 1, k − 1) + C(n − 1, k) xk
k=0 k=1

 ∞

= 1+x C(n − 1, k − 1) x k−1
+ C(n − 1, k) xk
k=1 k=1

 ∞

= 1+x C(n − 1, j) xj + C(n − 1, k) xk − C(n − 1, 0) ,
j=0 k=0

de donde obtenemos una ecuación de recurrencia para las funciones fn (x):


fn (x) = (1 + x) fn−1 (x) para cada n ≥ 1.
Si ahora iteramos esta relación hasta llegar al valor inicial, f0 (x), obtenemos que
fn (x) = (1 + x)n .
Y utilizando la fórmula del binomio, obtenemos la expresión habitual de los C(n, k).

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.4. Resolución de ecuaciones de recurrencia 929

Aunque también podrı́amos considerar, para cada k fijo, la siguiente función generatriz:


gk (x) = C(n, k) xn .
n=0

De nuevo, el caso k = 0 es especial:



 ∞
 1
g0 (x) = C(n, 0) xn = xn = .
n=0 n=0
1−x

Para k ≥ 1,

 ∞ 
 
gk (x) = C(n, k) xn = C(0, k) + C(n − 1, k − 1) + C(n − 1, k) xn
n=0 n=1

 ∞

= x C(n − 1, k − 1) xn−1 + x C(n − 1, k) xn−1
n=1 n=1
∞ ∞

= x C(n, k − 1) xn + C(n, k) xn ,
n=0 n=0

de donde
gk (x) = x gk−1 (x) + x gk (x) ;
esto es,
x
gk (x) = gk−1 (x) para cada k ≥ 1.
1−x
De nuevo, iterando, llegamos a que
 2  k
x x x xk
gk (x) = gk−1 (x) = gk−2 (x) = · · · = g0 (x) = .
1−x 1−x 1−x (1 − x)k+1
De manera que
∞ 
  ∞   ∞  
xk k k + j j  k + j j+k  n n
gk (x) = =x x = x = x .
(1 − x)k+1 k k k
j=0 j=0 n=k

Parece que hemos obtenido el mismo resultado, pero fijémonos en que


        
n n n n
fn (x) = (1 + x)n
←→ , , ,..., , 0, 0, . . . ,
0 1 2 n
mientras que
       
xk k k+1 k+2
gk (x) = ←→ 0, 0, . . . , 0, , , ,... ,
(1 − x)k+1 k k k
Para cada n fijo, fn (x) codifica los coeficientes binómicos de un “piso” del triángulo de
Tartaglia (en realidad, un número finito de coeficientes). Para k fijo, gk (x) contiene los de
una diagonal (por eso es una verdadera sucesión infinita de números).

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


930 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

En un alarde de valentı́a y entusiasmo, podemos intentar un tercer enfoque. Se trata de


codificar todos los coeficientes binómicos a la vez, aunque para ello necesitaremos recurrir a
un objeto más general, como es una función de dos variables, digamos x e y:
∞ 
 ∞
F (x, y) = C(n, k) xn y k .
n=0 k=0
Para obtener una expresión manejable de esta función, utilizamos de nuevo la información
sobre los C(n, k), separando los casos en que los ı́ndices valgan 0:

 ∞
 ∞ 
 ∞
k n
F (x, y) = C(0, k) y + C(n, 0) x + C(n, k) xn y k
k=0 n=1 n=1 k=1
  ∞
 ∞

1
= 1+ −1 + C(n − 1, k − 1) x y +
n k
C(n − 1, k) xn y k
1−x
n,k=1 n,k=1

 ∞ 
 ∞
1
= +xy C(n, k) xn y k + x C(n, k) xn y k
1−x
n,k=0 n=0 k=1
 
1 1
= + x y F (x, y) + x F (x, y) − ,
1−x 1−x
de donde, despejando,
1
F (x, y) = .
1 − x − xy
Para desarrollarla en serie, aprovechamos que es una serie geométrica (y luego utilizamos el
teorema del binomio):
∞ ∞ ∞ n   ∞ n  
1 n n n n n k  n n k
= (x + xy) = x (1 + y) = x y = x y ,
1 − x − xy k k
n=0 n=0 n=0 k=0 n=0 k=0
 
de donde, por comparación, deducimos que C(n, k) = nk . El uso de funciones generatrices
en dos variables es muy útil en ciertos contextos (véase, por ejemplo, el capı́tulo 15).

C. Dos sucesiones, un parámetro (sistemas de ecuaciones)


Veamos por último cómo se manejan, con funciones generatrices, sistemas de ecua-
ciones de recurrencia. El método que seguiremos es análogo al utilizado para una única
ecuación. Ahora necesitaremos una función generatriz por cada sucesión de números de in-
terés, y el sistema de ecuaciones de recurrencia se transformará en un sistema de ecuaciones
para esas funciones generatrices. Al resolverlo obtendremos las expresiones de las funciones,
para, finalmente, desarrollar en serie cada una de ellas. Lo vemos en un ejemplo.
Ejemplo 12.4.6 Queremos encontrar las sucesiones (an ) y (bn ) que verifican que

an = 3 an−1 + bn−1 ,
para cada n ≥ 1,
bn = 2 an−1 + bn−1 ,
junto con las condiciones iniciales a0 = 1, b0 = 1.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.4. Resolución de ecuaciones de recurrencia 931

En la subsección 6.2.3 vimos cómo resolver estos sistemas con las herramientas del Álgebra
lineal. Introducimos ahora las funciones generatrices asociadas a las sucesiones (an ) y (bn ).

 ∞

A(x) = an xn y B(x) = bn xn .
n=0 n=0

La primera ecuación, escrita en términos de estas dos funciones, viene a ser



 ∞
 ∞

A(x) = a0 + (3an−1 + bn−1 ) xn = 1+3x an−1 xn−1 +x bn−1 xn−1 = 1+x A(x)+x B(x) .
n=1 n=1 n=1

Procediendo de manera análoga con la segunda ecuación, llegamos a que las funciones gene-
ratrices verifican el sistema de ecuaciones siguiente:

A(x)(1 − 3x) = 1 + xB(x) ,
B(x)(1 − x) = 2x A(x)

(recuérdese que las “incógnitas” son aquı́ las series A(x) y B(x)). Resolviendo este sistema
obtenemos que
1−x 2x
A(x) = 2 y B(x) = 2 .
x − 4x + 1 x − 4x + 1
Finalmente, desarrollamos en serie de potencias para obtener la solución del problema:
∞  √ √ 
 3+ 3 √ n 3− 3 √ n
A(x) = (2 + 3) + (2 − 3) xn
6 6
n=0
∞ √ √ 
3 √ n 3 √ n
B(x) = (2 + 3) − (2 − 3) xn
n=0
3 3

Los coeficientes de A(x) y de B(x) son, respectivamente, las sucesiones (an ) y (bn ) que
satisfacen el sistema de ecuaciones y las condiciones iniciales. ♣

EJERCICIOS DE LA SECCIÓN 12.4

12.4.1 Para cada n ≥ 1, sea an el número de n-listas con sı́mbolos {0, 1, 2, 3} que tienen un número
impar de ceros. Compruébese que a1 = 1 y que an+1 = 2an +4n para cada n ≥ 1. Dedúzcase, utilizando
funciones generatrices, que an = 12 (4n − 2n ).
12.4.2 Consideremos la sucesión de números (an )∞
n=0 que satisface la recurrencia:
 
100
an = an−2 + , n ≥ 2,
n
junto con las condiciones iniciales a0 = 1 y a1 = 100.
(a) Calcúlese la función generatriz de esta sucesión.
(b) Escrı́base una fórmula para an y calcúlese a200 .

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


932 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

12.4.3 Considérense las dos siguientes sucesiones de números:


 
a1 = 1 A0 = 1
k−1 n
ak = 1 + ak−1 + j=1 aj para cada k ≥ 2. An = k=0 kAn−k , n ≥ 1.
Obténganse las respectivas funciones generatrices y compruébese que an = An = F2n para cada n ≥ 1.
12.4.4 Para cada n, k ≥ 0, llamemos b(n, k) al número de subconjuntos de {1, 2, . . . , n} de tamaño
k que no contienen enteros consecutivos (esta cuestión ya la tratamos en el ejercicio 3.1.15 y, con
un lenguaje distinto, pero equivalente, en la subsección 6.3.5). Nótese que b(n, k) = 0 si k > n y que
b(n, 0) = 1 si n ≥ 1, b(0, k) = 0 si k ≥ 1 y b(n, 1) = n si n ≥ 1. Definamos b(0, 0) = 1.
(a) Pruébese que
b(n, k) = b(n − 2, k − 1) + b(n − 1, k) si n ≥ 2, k ≥ 1.
(b) Llamemos Fk (x) a la función generatriz de los b(n, k) para cada k fijo. Compruébese que
1 x x2
F0 (x) = , F1 (x) = , Fk (x) = Fk−1 (x), si k ≥ 2.
1−x (1 − x)2 1−x
(c) Resuélvase la recurrencia para las funciones Fk (x) y dedúzcase que
 
n−k+1
b(n, k) = .
k
12.4.5 Para k ≥ 1 fijo, consideramos la sucesión de números de Stirling de segunda especie (S(n, k))∞
n=1
y su función generatriz asociada:


Fk (x) = S(n, k)xn (nótese que la suma empieza realmente en n = k).
n=1

(a) Pruébese, utilizando la ecuación de recurrencia que verifican los números de Stirling de segunda
especie, S(n, k) = S(n − 1, k − 1) + kS(n − 1, k), que
x
F1 (x) = y Fk (x) = x Fk−1 (x) + k x Fk (x) si k ≥ 2.
1−x
(b) Resuélvase la recurrencia y, utilizando fracciones simples, verifı́quese que
/
k
1 k
γj k−j j k−1
Fk (x) = xk = xk , donde γj = (−1) .
j=1
1 − jx j=1
1 − jx (j − 1)! (k − j)!

(c) Desarróllense los términos 1/(1−jx) para deducir la habitual fórmula para los números de Stirling
 
(−1)k 
k
k
S(n, k) = (−1)m mn .
k! m=1 m
12.4.6 Vamos ahora a cambiar el punto de vista, para considerar, para n ≥ 1 fijo, la función generatriz
(en realidad, un polinomio) de la sucesión (S(n, k))∞
k=1 (nótese que ahora es k el ı́ndice de la sucesión),


Gn (x) = S(n, k) xk .
k=1

En lugar de seguir el procedimiento del ejercicio anterior, vamos a considerar la función


∞
mn m
Tn (x) = x .
m=1
m!

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.4. Resolución de ecuaciones de recurrencia 933

(a) Utilı́cese la identidad


k  
 k
kn = j! S(n, j)
j=1
j
(véase el ejemplo 3.3.3) para demostrar que
Tn (x) = Gn (x) ex .
(b) Ası́ que Gn (x) = e−x Tn (x) (¡curioso!, el producto de dos series infinitas como e−x y Tn (x) resulta
ser un polinomio). Utilı́cese esta relación para obtener la fórmula para los S(n, k) del ejercicio 12.4.5.
(c) El número de Bell B(n),

n
B(n) = S(n, k) para cada n ≥ 1,
k=1

cuenta el número de particiones en bloques no vacı́os del conjunto {1, 2, . . . , n}, Sustitúyase x = 1 en
la expresión del apartado (b) para obtener la fórmula de Dobinski:

1  jn
B(n) = para cada n ≥ 1,
e j=1 j!

que permite calcular B(n) en términos de una serie infinita que converge muy rápidamente. Por ejem-
plo, B(10) = 115975, mientras que la suma de los 15 primeros términos de la serie da ≈ 115974, 978.
12.4.7 Utilı́cese el ejercicio anterior para comprobar que, si definimos B(0) = 1,
∞
B(n) n
x = exp (ex − 1) .
n=0
n!

12.4.8 Consideremos los números de Bell ordenados:


n
B(0) = 1 y B(n) = S(n, k) k! para cada n ≥ 1.
k=1

Estos números verifican la ecuación de recurrencia siguiente (véase el ejercicio 3.3.4):


n  
n
B(n) = B(n − j) para cada n ≥ 1
j=1
j

(a) Compruébese que, si llamamos


∞
B(n) n
B(x) = x ,
n=0
n!
entonces
ex B(x) = 2B(x) − 1.
(b) Ası́ que
1
B(x) = .
2 − ex
Desarróllese en serie de potencias esta función para obtener la siguiente fórmula “a la Dobinski”:
∞
jn
B(n) = .
j=0
2j+1

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


934 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

12.5. Otras aplicaciones


La utilidad de las funciones generatrices no se limita a la resolución de ecuaciones de
recurrencia. Se prestan también al cálculo de sumas (ya hemos visto algún ejemplo de ello),
al de medias, desviaciones estándar (en general, momentos de una sucesión de números;
estos cálculos los veremos en detalle, y con el lenguaje probabilı́stico correspondiente, en el
capı́tulo 13); e incluso permiten entender de otra manera el principio de inclusión/exclusión
(y versiones más generales de él). Veámoslo.

12.5.1. El método curalotodo


En páginas anteriores hemos conseguido calcular el valor de diversas sumas. En ocasiones,
utilizando las reglas de manipulación de funciones generatrices (véanse algunos ejemplos de
la sección 12.2); en otras, evaluando ciertas funciones generatrices en x = 1, quizás apelando
al Lema de Abel (véanse, por ejemplo, varios ejercicios de la sección 12.3).
Lo que vamos a proponer aquı́ es un procedimiento “mecánico” para obtener el valor de
sumas del tipo 
an = bkn .
k
Para no perder generalidad, admitimos que los números bkn puedan ser expresiones depen-
dientes del ı́ndice de sumación k, e incluso de n. Tampoco fijamos a priori los lı́mites de
sumación, que podrı́an depender de n.
El paso clave del método que a continuación presentamos, y al que nos referiremos como
el método curalotodo21 , es el intercambio en el orden de sumación, que por cierto hemos
empleado ya en varias ocasiones en páginas anteriores. Este procedimiento, una guı́a ordenada
de cómo utilizar todas nuestras habilidades con las funciones generatrices para la evaluación
de sumas, consta de los siguientes pasos:
1. Empezamos,
 por supuesto, codificando la sucesión (an ) con una función generatriz,
f (x) = n an xn .
   n
2. Función que reescribimos como f (x) = n k bkn x .
3. Con las precauciones que cada caso requiera, procedemos a intercambiar el orden de
sumación: 
f (x) = bkn xn .
k n

4. Identificamos la serie de potencias interior y obtenemos una función (que quizás dependa
de k) que llamamos gk (x): 
f (x) = gk (x).
k

5. Hecho esto, evaluamos la suma de funciones para conseguir una expresión para f (x).
6. El paso final consiste en desarrollar en serie de potencias la función f (x) para obtener
los an , sus coeficientes.
21
En homenaje poco disimulado al snake oil method de Wilf.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.5. Otras aplicaciones 935

Veámoslo en acción en un primer ejemplo sencillo.


n
Ejemplo 12.5.1 Calculemos de nuevo la conocida suma an = k=0 k.

Empezamos con

 ∞ 
 n 
n
f (x) = an x = k xn .
n=0 n=0 k=0

Ahora intercambiamos el orden de sumación. Estamos sumando primero en k, con 0 ≤ k ≤ n,


y luego en n, con 0 ≤ n ≤ ∞. Al cambiar el orden, sumaremos primero en n (y, por tanto,
el ı́ndice n deberá cumplir que k ≤ n ≤ ∞) y luego en k, con 0 ≤ k ≤ ∞. El resto son
manipulaciones bien conocidas:

 ∞
 ∞
 ∞
 ∞
 ∞
 ∞
1  k
f (x) = k xn = k xk xn−k = k xk xn = kx .
1−x
k=0 n=k k=0 n=k k=0 n=0 k=0

De nuevo esta serie de potencias es conocida, es la que obtenemos al aplicar x d/dx a la serie
básica 1/(1 − x):
∞  
1  k 1 1 x
f (x) = kx = x = .
1−x 1−x 1−x (1 − x)3
k=0

Ya tenemos una expresión explı́cita de f (x), que desarrollamos serie de potencias:


∞ 
  ∞   ∞   ∞  
x n + 3 − 1 n  n + 2 n+1  k + 1 k  k + 1 k
=x x = x = x = x .
(1 − x)3 3−1 2 2 2
n=0 n=0 k=1 k=0

k+1
De aquı́ deducimos, finalmente, el bien conocido resultado ak = 2 = k(k + 1)/2. ♣
Ejemplo 12.5.2 Calculemos las siguientes sumas (algo más complicadas):
∞ 
 
n+k
an = 2n−k , n = 0, 1, 2, . . .
2k
k=0

Observemos que la suma llega, en realidad, hasta k = n. Seguimos el procedimiento habitual:



 ∞ 
 n    ∞
 ∞ 
 
n n+k n−k n −k n+k
f (x) = an x = 2 x = 2 (2x)n .
2k 2k
n=0 n=0 k=0 k=0 n=k

Queremos calcular la suma en n; si el coeficiente binómico tuviera 2k arriba, casi lo tendrı́amos,


porque conocemos el siguiente desarrollo (recordemos el ejemplo 12.1.1):
∞ 
 
1 n + 2k
= (2x)n .
(1 − 2 x)2 k+1 n=0 2k

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


936 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Será cuestión de hacer que aparezca ese 2k arriba, a ver qué pasa. Pasa algo bueno:
∞ ∞   ∞ ∞  
2k + n − k 2k + n − k
f (x) = 2−k (2x)n = 2−k (2x)k (2x)n−k
2k 2k
k=0 n=k k=0 n=k
∞ ∞   ∞
j + 2k 1
= 2−k (2x)k (2x)j = xk
2k (1 − 2x)2k+1
k=0 j=0 k=0

   k
1 x 1 1 1 − 2x
= = = .
(1 − 2x) (1 − 2x) 2 (1 − 2x) 1 − (1−2x)2
x
(1 − 4x)(1 − x)
k=0

Ya tenemos la expresión de f (x) (la hemos escrito separando las raı́ces del polinomio del
numerador). Sólo resta desarrollarla en serie, para lo que utilizamos fracciones simples:
∞ ∞ ∞  
1 − 2x 2/3 1/3 2 n 1 n  2 n 1
f (x) = = + = (4x) + x = 4 + xn .
(1 − 4x)(1 − x) 1 − 4x 1 − x 3 3 3 3
n=0 n=0 n=0

Identificando los coeficientes de f (x) como los an , terminamos:


2 n 1 22n+1 + 1
an = 4 + = . ♣
3 3 3

12.5.2. Certificación de identidades


Partimos de un par de sucesiones (an ) y (bn ), y nuestro objetivo es probar que en realidad
son la misma. Para ello, basta verificar que sus respectivas funciones generatrices coinciden.
Veamos un ejemplo.
Ejemplo 12.5.3 Comprobemos que los números de Fibonacci satisfacen la relación
F0 + F1 + · · · + Fn = Fn+2 − 1 para cada n ≥ 0.

Ésta es una identidad ya conocida, que se puede probar combinando inducción y la ecuación
de recurrencia de los Fn , como proponı́amos en el ejercicio 6.3.3. Abordémosla con funciones
generatrices. Recordemos que x/(1 − x − x2 ) es la función generatriz de los (Fn ).
Por un lado,
∞  n 
1 x
Fj xn = ,
n=0
1 − x 1 − x − x2
j=0
pues, recordemos, el efecto de multiplicar por la serie básica 1/(1 − x) es recuperar las sumas
parciales de los coeficientes.
Por otro lado,

 ∞
 ∞


1  1
(Fn+2 − 1)xn = Fn+2 xn − Fn+2 xn+2 −
xn =
n=0 n=0 n=0
2
x n=0 1−x
   
1 x 1 1 x 1 x
= 2 − F0 − F1 x − = 2 −x − = .
x 1−x−x2 1−x x 1−x−x2 1−x (1 − x)(1−x−x2 )
Y ya está: las funciones generatrices coinciden, ası́ que sus coeficientes también. ♣

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.5. Otras aplicaciones 937

Ejemplo 12.5.4 Otra identidad para los números de Fibonacci:


n    n  
n−k k
Fn+1 = = para cada n ≥ 0.
k n−k
k=0 k=0

La identidad de la izquierda la obtuvimos, con argumentos combinatorios, en la subsec-


ción 6.3.5; y ya con funciones generatrices, en el ejemplo 12.4.1. Si el lector escribe con
detalle las dos sumas de la derecha, comprobará que efectivamente estamos sumando los mis-
mos coeficientes binómicos, aunque en distinto orden. Para abordar la cuestión con funciones
generatrices, recordamos ahora dos series ya conocidas que aparecerán durante los cálculos:
∞ 
  ∞   ∞  
xk k m+k m j j k k
=x x = x y (1 + x) = xj .
(1 − x)k+1 k k j
m=0 j=0 j=0

Aplicamos el método curalotodo. Para la primera,


∞  ∞   ∞ ∞   ∞ ∞  
n−k n k n−k n−k k m m
f (x) = x = x x = x x
n=0 k=0
k k m=0
k
k=0 n=k k=0
∞ ∞  k
xk 1  x2 1 1 1
= xk = = = .
(1 − x)k+1 1−x 1−x 1 − x 1 − x2 /(1 − x) 1 − x − x2
k=0 k=0

Y para la segunda,
 ∞ 
∞   ∞
 ∞ 
  ∞
 ∞  

k n k k n−k k k
g(x) = x = x x = x xm
n−k n−k m
n=0 k=0 k=0 n=k k=0 m=0
∞ ∞
 1 1
= k
x (1 + x)k = [x (1 + x)]k = = .
1 − x (1 − x) 1 − x − x2
k=0 k=0

Ası́ que las tres cantidades son, después de todo, la misma. ♣

12.5.3. Funciones generatrices y principio de inclusión/exclusión


El objeto de esta subsección es aplicar las herramientas de las funciones generatrices para
responder a cuestiones que van algo más allá de nuestro bien conocido principio de inclu-
sión/exclusión, que luego aplicaremos al estudio de objetos familiares, como los desbarajustes
o las aplicaciones sobreyectivas. La herramienta básica que emplearemos será la sustitución
de unas series de potencias en otras, que describı́amos en la regla 8 de la sección 12.2.
Planteemos ya la cuestión que nos interesa: tenemos un conjunto X finito y una serie de
subconjuntos suyos, digamos A1 , A2 , . . . , An . Para fijar ideas, identifiquemos cada subcon-
junto con una cierta propiedad. Esto es,
Ak = {x ∈ X : x cumple la propiedad k} para cada k = 1, 2, . . . , n.
La pregunta a la que responde el principio de inclusión/exclusión habitual es

Pregunta 1 ¿Cuántos elementos de X cumplen al menos una de esas propiedades?

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


938 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

La respuesta es bien conocida: hemos de hallar el tamaño de la unión de los Ak :



n
|A1 ∪ A2 ∪ · · · ∪ An | = (−1)r+1 αr ,
r=1

donde 
αr = |Ai1 ∩ Ai2 ∩ · · · ∩ Air | para cada 1 ≤ r ≤ n.
1≤i1 <i2 <···<ir ≤n
Es decir,

n 
α1 = |Aj | , α2 = |Ai ∩ Aj | , ··· αn = |A1 ∩ A2 ∩ · · · ∩ An | .
j=1 i<j

Para completar la sucesión (αr )∞


r=0 , y por conveniencia, definimos α0 = |X |. Nótese que la
sucesión tiene un número finito de términos.
Planteamos ahora otra pregunta, con la que ganaremos algo de perspectiva:

Pregunta 2 ¿Cuántos elementos de X cumplen exactamente t de esas propiedades?

Son, en realidad, múltiples preguntas, una por cada valor de t entre 0 y n. Nos interesan
los números βt = |Bt |, los tamaños de los conjuntos
Bt = {elementos de X que pertenecen a exactamente t de los Aj } para cada t ≥ 0.
Ası́ que esta segunda pregunta está asociada a una sucesión (βt ) que, de nuevo, sólo tiene un
número finito de términos. Observemos que los conjuntos B0 , B1 , . . . , Bn forman, a diferencia
de A1 , . . . , An , una verdadera partición de X .
Buscamos relaciones entre las dos sucesiones de números, (αr ) y (βt ). La primera la
descubrimos de inmediato: como hemos llamado α0 = |X |,


α0 = βt ,
t=0

sin más que recordar que los conjuntos Bt forman una partición de X .
Vamos, sin embargo, a obtener este resultado con un argumento de doble conteo, para
preparar el argumento general que aplicaremos en los otros casos.
Construimos una matriz cuyas columnas están etiquetadas con los elementos de X or-
denados según el conjunto Bt al que pertenezcan: para distinguirlos, llamemos x1 , . . . , xβ0 a
los elementos de X que estén en B0 , y1 , . . . , yβ1 a los que estén en B1 , y ası́, sucesivamente,
hasta w1 , . . . , wβn a los de Bn . Y que tenga una sola fila, etiquetada con X . Escribimos un 1
si el elemento está en X y un 0 en caso contrario:
B0 B1 ··· Bn
x1 · · · xβ 0 y1 · · · yβ1 ··· w1 · · · wβ n
X 1 ··· 1 1 ··· 1 ··· 1 ··· 1
Por supuesto, todas las entradas de la matriz son unos, porque cada elemento de cada
columna
pertenece a X . Estos unos, sumados por filas, dan |X |; y sumados por columnas, ∞ t=0 βt .

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.5. Otras aplicaciones 939

Vamos con α1 . Construimos una matriz similar, aunque esta vez colocamos, como etique-
tas de las filas, los distintos conjuntos A1 , . . . , An . Cada entrada de la matriz será un 1 si el
elemento que determina la columna está en el Ar de la fila; y un 0 en caso contrario.
B0 B1 B2 ··· Bn
x1 · · · xβ 0 y1 · · · yβ1 z1 · · · zβ2 ··· w1 · · · wβ n
A1 0 ··· 0 1 ··· 0 0 ··· 0 ··· 1 ··· 1
A2 0 ··· 0 0 ··· 0 1 ··· 0 ··· 1 ··· 1
A3 0 ··· 0 0 ··· 0 1 ··· 1 ··· 1 ··· 1
.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . . . . . . . . .
An 0 ··· 0 0 ··· 1 0 ··· 1 ··· 1 ··· 1
Los elementos de B0 , los xj , no pertenecen a ninguno de los Ar , pues no cumplen propiedad
alguna; ası́ que sus columnas llevarán ceros. Cada yj ∈ B1 cumple una única propiedad,
está en uno (y sólo uno) de los Ar , ası́ que en su columna habrá un único 1. Si zj ∈ B2 ,
zj cumplirá dos propiedades, es decir, estará en dos Ar distintos. Por tanto, en su columna
habrá dos unos. Y ası́, sucesivamente: en la columna de un elemento de Bt habrá t unos.
Si ahora sumamos las entradas de la matriz por filas, obtenemos la suma de todos los |Ar |.
Si sumamos por columnas, las correspondientes a B0 aportarán cero unos (más concretamen-
te, 0 β0 ), las de B1 aportarán un 1 cada una; en total, 1 β1 . Las de B2 , un 2 cada una, es
decir, 2 β2 entre todas, y ası́ sucesivamente. Es decir, que

 ∞

α1 = |Ar | = t βt .
r=0 t=0

Vamos con α2 . Ahora, la matriz tendrá etiquetadas sus filas con todas las posibles intersec-
ciones dos a dos de los Ar . Y colocaremos un uno si el elemento que determina la columna
está en el Ai ∩ Aj que define la fila:
B0 B1 B2 ··· Bn
x1 · · · xβ0 y1 · · · yβ1 z1 · · · zβ2 ··· w1 · · · wβn
A1 ∩ A2 0 ··· 0 0 ··· 0 0 ··· 0 ··· 1 ··· 1
A1 ∩ A3 0 ··· 0 0 ··· 0 1 ··· 0 ··· 1 ··· 1
A1 ∩ A4 0 ··· 0 0 ··· 0 1 ··· 1 ··· 1 ··· 1
.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
. . . . . . . . . . . . . .

An−1 ∩An 0 ··· 0 0 ··· 0 0 ··· 1 ··· 1 ··· 1


Las columnas de los elementos de B0 y B1 sólo contienen ceros, porque ninguno de ellos
cumple dos propiedades a la vez. Sea un zj ∈ B2 : este elemento cumple exactamente dos
propiedades, ası́ que estará exactamente en una de las intersecciones dos a dos. Por tanto, en
su columna habrá un uno, y el resto serán ceros. Cualquier uj ∈ B3 (que ya no representamos
en
3
la tabla) cumplirá tres propiedades, es decir, estará en tres de los Ar . Por lo tanto, estará en
2 intersecciones dos a dos distintas (por ejemplo, si está en A1 , A2 y A3 , estará en A1 ∩ A2 ,
3
A2 ∩ A3 y A1 ∩ A3 ). Luego habrá 2 unos en su columna. Si tenemos un elemento de B4 ,
 
estará en 42 intersecciones dos a dos; es decir, habrá 42 unos en su columna.

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


940 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Argumentando de la misma manera para el resto de los elementos, obtenemos que


 ∞  
t
α2 = |Ai ∩ Aj | = βt .
t=0
2
i =j

El argumento general nos lleva a la relación


∞  
t
αr = βt para cada r = 0, 1, 2 . . . , n,
r
t=0

que nos permite conocer la sucesión (αr ) si es que disponemos de los números (βt ). Nótese
que, en realidad, los lı́mites de la suma son más pequeños, tanto el inferior (empieza en t = r,
por el coeficiente binómico) como el superior (porque los βt se anulan a partir de n).

A. Inversión de la relación con funciones generatrices


Pero, como veremos más adelante, en muchas de las aplicaciones de interés dispondre-
mos de expresiones explı́citas de los números αr . Si queremos obtener a partir de ellas las
correspondientes a los βt , necesitaremos invertir la relación de arriba, es decir, escribir los
(βt ) en función de los (αr ). Para ello, por supuesto, recurriremos a las funciones generatrices;
llamemos A(x) y B(x) a las asociadas a los αr y los βt , respectivamente:

 ∞

r
A(x) = αr x y B(x) = βt xt .
r=0 t=0

Como B(x) genera la sucesión (βt ), aplicando la regla 8 de la sección 12.2, deducimos que
∞  ∞   
t
B(1 + x) = βt xr = A(x) ,
r=0 t=0
r
pues los coeficientes son, justamente, los αr . Hemos codificado ası́ las relaciones entre las
sucesiones (αr ) y (βt ) con una única relación funcional entre sus funciones generatrices A(x)
y B(x). Ahora invertimos esta relación funcional,
B(x) = A(x − 1) ,
y recogemos los frutos:

 ∞
 ∞

B(x) = βt xt = A(x − 1) = αr (x − 1)r = αr (−1)r (1 − x)r
t=0 r=0 r=0

 ∞  
 ∞ 
∞   
r r t r+t r
= αr (−1) (−x) = (−1) αr xt .
t t
r=0 t=0 t=0 r=0

Ya tenemos la expresión que buscábamos:


∞  
r−t r
βt = (−1) αr para cada t = 0, 1, 2, . . . , n.
r=0
t

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.5. Otras aplicaciones 941

Analicemos ahora, con el lenguaje de las funciones generatrices, algunos ejemplos que ya
estudiamos en su momento con argumentos de tipo combinatorio.
Ejemplo 12.5.5 Sobre permutaciones y desbarajustes.
Sea X el conjunto de las permutaciones de {1, . . . , n}, de las que hay α0 = |X | = n!. Defini-
mos, para cada 1 ≤ r ≤ n, los conjuntos

Ar = {permutaciones de {1, . . . , n} con el sı́mbolo r en la posición r-ésima} .

En cada Ar están todas las permutaciones que fijan el elemento r en su posición. Como ya
vimos en el ejemplo 3.1.5, el tamaño de cada Ar es
 
n
αr = (n − r)! ,
r

lo que nos permite concluir que el número de desbarajustes de {1, . . . , n} es


 3
n   n 
n
(−1)r
 
Dn = X \ Ar  = (−1)r αr = n! .
r!
r=1 r=0 r=0

Este resultado es inmediato en nuestro nuevo lenguaje: los desbarajustes son las permutacio-
nes que no fijan sı́mbolo alguno en su posición, ası́ que no están en ninguno de los Ar ; hay
β0 elementos de éstos, luego
∞    ∞ n
r r (−1)r
Dn = β0 = (−1) αr = (−1)r αr = n! .
0 r!
r=0 r=0 r=0

Pero nuestro análisis da respuesta a preguntas más complicadas. Por ejemplo, el número de
permutaciones de {1, . . . , n} que fijan exactamente t sı́mbolos es, en nuestro lenguaje, βt . Si
t > n, no hay tales permutaciones; en el resto de los casos, cuando 0 ≤ t ≤ n,
∞    ∞    
r r−t n r
βt = r−t
(−1) αr = (−1) (n − r)!
r=0
t r=0
r t
∞   
n!  (−1)r−t
n n
r! n! r−t n! r
= (−1) r−t
(n − r)! = s (−1) =
t!(r − t)! r!(n − r)! r! t t! r=t (r − t)!
r=0 r=0

(el caso t = 0 se corresponde con los desbarajustes).


Si simplificamos un poco esta expresión, recuperamos una identidad ya conocida:
     
n!  (−1)r−t  
n n n−t
n (−1)r−t n (−1)m n
βt = = (n − t)! = (n − t)! = Dn−t .
t! r=t (r − t)! t r=t
(r − t)! t m! t
m=0

Esta identidad (que ya pedı́amos probar en el ejercicio 3.1.29) nos dice, simplemente, que
si queremos formar una permutación de {1, . . . , n} que fije t sı́mbolos, primero habremos de
decidir qué t sı́mbolos fijamos y luego hacer un desbarajuste con el resto. ♣

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


942 Capı́tulo 12. Funciones generatrices

Ejemplo 12.5.6 Sobre aplicaciones y números de Stirling.


Sea A el conjunto de las k n aplicaciones entre los conjuntos X = {1, . . . , n} y Y = {1, . . . , k}.
Definimos
Ar = {aplicaciones X → Y tales que r no está en la imagen} , para cada r = 1, . . . , k.
Ya vimos, en el ejemplo 3.1.4, que los αr asociados a estos conjuntos venı́an dados por
  
k
αr = |Ai1 ∩ Ai2 ∩ · · · ∩ Air | = (k − r)n , para cada r = 1, . . . , k.
r
1≤i1 <i2 <···<ir ≤n

Conviene definir, además, α0 = |A| = kn ; y, por supuesto, αr = 0 si r > k.


Ahora consideramos, para cada t ≥ 0, los conjuntos
 +  +
elementos de A que están aplicaciones X → Y que se
Bt = =
en exactamente t de los Aj “saltan” t elementos de Y
y llamemos βt a sus tamaños. Claramente, βt = 0 si t > k. El caso β0 es especial: es el número
de aplicaciones sobreyectivas (las que no se “saltan” ningún elemento de Y) de X en Y.
Sabemos que los βt y los αr están relacionados mediante la siguiente fórmula:
  
r−t r
βt = (−1) αr .
r
t

Por ejemplo, para t = 0, obtenemos la fórmula del ejercicio 3.1.4 para el número de aplica-
ciones sobreyectivas de X a Y:
k   k  
r k k
β0 = (−1) (k − r) = (−1)
n k
(−1) m
mn .
r m
r=0 m=0

En el caso general,
k    
k−t   
r−t r k k−m−t k − m k
βt = (−1) (k − r) =
n
(−1) mn
r=t
t r m=0
t k − m

k−t   
k−t  
k−t k! (−1)m mn k k−t m k−t
= (−1) = (−1) (−1) mn
t! m! (k − m − t)! t m
m=0 m=0

Comparando con la expresión de β0 que tenı́amos arriba, descubrimos que


 
k
βt = #{aplicaciones sobreyectivas {1, . . . , n} → {1, . . . , k − t}} .
t
Lo que tampoco nos sorprende: si queremos construir aplicaciones que se salten t elementos
de la imagen, los elegimos primero y luego establecemos una aplicación sobreyectiva al resto
de los k − t elementos.
Pero tenemos unos números estrechamente ligados con este problema, los S(n, k), los
números de Stirling de segunda especie. Recordemos de la subsección 3.3.1 que aplicaciones
sobreyectivas de {1, . . . , n} en {1, . . . , k} hay exactamente k! S(n, k).

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)


12.5. Otras aplicaciones 943

Ası́ que, de la expresión de β0 obtenemos la habitual fórmula para los S(n, k):
 
1 
k
r k
S(n, k) = (−1) (k − r)n .
k! r
r=0

Los βt se escriben en función de números de Stirling de la siguiente manera:


 
k
βt = (k − t)! S(n, k − t) .
t
Y como los Bt son una partición de A, el conjunto total de las aplicaciones X → Y,
k k  
k
α0 = k =n
βt = (k − t)! S(n, k − t) ,
t
t=0 t=0

una fórmula que ya aparecı́a en el ejemplo 3.3.3. ♣

EJERCICIOS DE LA SECCIÓN 12.5

12.5.1 Utilı́cese el método curalotodo para comprobar que



n
n (n + 1) (2n + 1) 
n
(a) k2 = . (b) F2k−1 = F2n .
6
k=0 k=1

12.5.2 Fijemos un número natural m. Demuéstrese que, para todo n ≥ 1, an = bn , donde


∞    ∞   
m n+k m n k
an = y bn = 2 .
k m k k
k=0 k=0

12.5.3 Consideremos las aplicaciones de un conjunto X de n elementos en un conjunto Y de n


elementos. Demuéstrese que el número medio de elementos en la imagen de una tal aplicación es
n(n − 1)n
n−
nn
 
y que, por consiguiente, para n grande ese número medio es aproximadamente n 1 − 1/e .
12.5.4 Sean (αr ) y (βt ) dos sucesiones relacionadas mediante
∞  
r
αr = (−1)t βt para cada r = 0, 1, 2, . . .
t=0
t

Llamemos A(x) y B(x) a las funciones generatrices asociadas a las sucesiones (αn ) y (βn ).
(a) Compruébese que
1  x  1  y 
A(x) = B y que, por tanto, B(y) = A .
1−x 1−x 1−y y−1
(b) Dedúzcase que
∞  
t
βt = (−1)r αr para cada t = 0, 1, 2, . . .
r=0
r

(versión preliminar 13 de diciembre de 2011)

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