Cielito Del Brigadier

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CIELITO DEL1 BRIGADIER

“El cielito es la contradanza inglesa


bailada por los gauchos de la Argentina”. 1
Carlos Vega: 1939

El presente trabajo tiene como objetivo específico poner a consideración de


los lectores el Cielito del Brigadier. Una danza original que tiene como autores a
Jorge Severo Abdala, Silvia Giménez y Luis Alberto Ferreira en coreografía y a Jorge
Severo Abdala y Luis Ferreira en música y letra.

Antes de hacerlo, creo pertinente, repasar algunos conceptos y estudios


hechos por excelentes investigadores sobre El Cielito como especie musical,
coreográfica y literaria.
Lázaro Flury, escribió en el diario El Litoral de Santa Fe lo siguiente:

“El cielito-danza precede al cielito como canto épico, mas no como


manifestación sentimental. Como expresión corística aparece en Buenos
Aires con el nombre genérico de Contradanza en el año 1747, según las
referencias de un manuscrito existente en la Biblioteca Nacional… La
contradanza comienza a tomar el nombre de cielito en 1808, después de
las invasiones inglesas. Este bautismo criollo parece obedecer al nombre
de una de sus figuras “El cielo” representado en los movimientos frontales
que más tarde se llamaron “balanceos”; y también podría atribuirse a la
proverbial galantería de la colonia: “Mi cielo” con la misma acepción de
“mi vida”… Lo evidente es que el Cielito es, ante todo, canto épico, para
expresar un estado de ánimo de la masa anónima que siente hervir en su
sangre el perenne anhelo del hombre: la libertad…” (1)

En este escrito, el eminente profesor santafesino menciona el año 1747. Esto


puede llamar la atención, pero se puede leer en una referencia que se consigna en la
Descripción de las Fiestas Reales de aquel tiempo que dice: “… En las dos noches el
Gobernador y Capitán general propinó un magnífico refresco á todos los circunstantes
que sirvió de paréntesis para las contradanzas, minuetos y arias…” (2)

Con relación a la definición del término, Fernández Latour (1988:41) escribió:

El cielito es el “…Nombre que designa tres especies folklóricas: el texto


poético, la danza y la música, que confluyeron en un fenómeno único;
pero que luego se disociaron para seguir sus propias trayectorias. Como
danza, el cielito integra con el Pericón y la Media Caña, el grupo principal
de nuestras grandes danzas de conjunto. Es baile de parejas sueltas
interdependientes, derivado de la contradanza, e incorpora elementos
criollos alegres y vivaces. Algunas de sus principales variantes fueron el
“Cielito en Batalla” y el “Cielito de la Bolsa con relaciones…” (3)

Hasta este punto de las citas bibliográficas y de artículos periodísticos


podemos decir que la Contradanza o Cielito tiene una antigüedad en el Río de la Plata
que se remonta a mediados del siglo XVIII (1747), o sea, finales de nuestra etapa

1 Vega, Carlos para La Prensa de Buenos Aires 26 de marzo de 1939. Contradanza y Cielito.
Secc. Tercera.

©Prof. Luis Alberto Ferreira


colonial. Sin embargo, fue precisamente 2en el período revolucionario (1806-1824)
que el Cielito o Cielo, tuvo su esplendor y mayor dispersión literaria y musical.

En lo literario específicamente, Los Cielitos y Diálogos Patrióticos de


Bartolomé Hidalgo se nos leyeron o enseñaron como la primera manifestación
literaria gauchesca y libertaria de la especie en cuestión. Referido a esto encontramos
una cita muy interesante en un artículo del autor Rogelio Demarchi (2008) en la
revista Espéculo de la Universidad Complutense de Madrid; la cual reproduzco a
continuación en un primer punto del artículo total:

“…La primera publicación conjunta de las poesías gauchescas de


Bartolomé Hidalgo estuvo a cargo de Martiniano Leguizamón [1917],
casi cien años después de la muerte del poeta uruguayo, y apenas
abarcaba doce poemas. Con todo, desde entonces y hasta hace
relativamente pocos años, diversos investigadores han aportado pruebas
que llevan a reducir esa cantidad de poemas. Por caso, Antonio Praderio
[1986] sostiene:
[a] que los dos primeros cielitos que Leguizamón le adjudica a Hidalgo
- Cielitos que con acompañamiento de guitarra cantaban los patriotas al
frente de las murallas de Montevideo y el Cielito a la aparición de la
escuadra patriótica en el puerto de Montevideo-, en realidad forman
parte de la recopilación hecha por Francisco Acuña de Figueroa en
su Diario histórico del sitio de Montevideo.
y [b] que el Cielito oriental es tan diferente a los demás cielitos de
Hidalgo que perfectamente podría no haberlo escrito, y si a pesar de ello
no lo impugna es por una inexplicada «secreta convicción»
[Pradeiro:1986]. (Por si no queda claro: la secreta convicción de un
investigador no es razón suficiente para dilucidar la autoría de una obra.)
En cuanto al Cielito de la independencia, ya Mario Falcao Espalter [1918:
74] había señalado que no podía haber sido escrito por Hidalgo, y
Praderio [1986] ha ratificado esa opinión. El argumento de ambos es el
mismo; taxativo y sintético, aunque bien valdría un libro: un oriental
artiguista jamás podría haber cantado la proclamación de la
independencia de las Provincias Unidas en el Congreso de Tucumán de
1816 por la sencilla razón de que la Provincia Oriental no participó de ese
encuentro.
Además, el cielito menciona expresamente a los argentinos, término que
por entonces era sólo usado por los porteños, como lo ha demostrado
José Carlos Chiaramonte [1997: 64]: el vocablo argentino, como adjetivo,
«en las primeras décadas del siglo XIX, antes y después de la
Independencia, significa simplemente “porteño”»; en consonancia con
ello, el vocablo Argentina, como sustantivo, nombraba el proyecto de un
Estado con Buenos Aires por capital e integrado por aquellos territorios
que se subordinaran a ella.
Un ejemplo interesante que analiza Chiaramonte [ibid.: 111-124] y que
tiene que ver con la literatura: la famosa antología de poesías titulada La
lira argentina -publicada en 1824- tiene un subtítulo por completo
olvidado, colección de piezas poéticas dadas a luz en Buenos-Ayres
durante la guerra de su independencia. Entre uno y otro se establece una
posesión: la argentina es de Buenos Aires. Por lo tanto, apenas si nos
quedan ocho poemas cuya autoría no está en discusión…” (4)

Cinco Cielitos y tres Diálogos, agrego para aclarar la afirmación.


Con relación a otros conceptos generales, leemos en la obra del gran musicólogo
Carlos Vega lo siguiente:

©Prof. Luis Alberto Ferreira


“El Cielito fue el gran canto popular3de la Independencia. Atraído por la
revolución, vino de las pampas bonaerenses, ascendió a los estrados, se
incorporó a los ejércitos y difundió por Sudamérica su enardecido grito
rural. Soldado inmediato y pronto, al lado del himno majestuoso, es
aguijón de la aventura… Inicia su expansión en 1810 y, poco después…
marcha con los soldados. Va al Uruguay… va a Bolivia tal vez no con las
primeras legiones… sino con los cuerpos bonaerenses que se les
incorporan después de la Batalla de Tucumán… Va a Mendoza y a Chile.
Un memorialista chileno (Eugenio Pereyra Salas) dice: “San Martín, con
su ejército, en 1817, nos trajo el Cielito”… Va al Paraguay, también en
temprana fecha; la tradición oral lo conserva hasta hoy …” (la negrita es
mía) (5)

Al mencionar Carlos Vega que el Cielito va al Paraguay en temprana fecha,


está haciendo referencia a la campaña que llevó hasta aquellas geografías el General
Manuel Belgrano y sus huestes y soldados. Para probar documentalmente la
aseveración que el general Belgrano sabía bailar muy bien Cielitos, y que esta danza
la llevó a distintas zonas desde Buenos Aires vamos a una cita de las memorias del
Coronel Lorenzo Lugones publicadas por la profesora Mabel Ladaga, que dice:

“… Después de la batalla de Salta, cuando el general Belgrano retoma


la iniciativa e invade el Alto Perú, El Cielito hace su entrada en Potosí.
Corre el mes de mayo de 1813… La afortunada anécdota del coronel
Lorenzo Lugones en que se reproduce una estrofa de El Cielito, prueba
que el baile platense era popular entre los soldados y, precisamente, que
en octubre de 1813 se cantó en la provincia de Chayanta, leguas al norte
de la ciudad de Potosí…” (6)

También don Florencio López mencionó al General Belgrano en su marcha al


Paraguay, y su relación con la danza El Cielito: esta destacada personalidad del
folklore del litoral (nacido en Garruchos, provincia de Corrientes el 13 de septiembre
de 1909, y radicado en la tierra de Pancho Ramírez y Urquiza desde 1928), estudió,
enseñó y difundió el folklore de Entre Ríos como propio. La chamarrita, el Cielito del
Supremo y el Cielito de Entre Ríos o de la Bolsa, son solo algunas de las danzas
recopiladas y presentadas en distintos escenarios del país; en especial en el de
Cosquín y en el Simposio de Folklore de la ciudad del Valle de Punilla.
En una carta enviada al Prof. Pedro Berruti fechada en septiembre de 1949,
don Florencio desarrolla todas las vivencias y andanzas que jalonaron el nacimiento
del Cielito de Entre Ríos. Precisamente, en una parte de la carta refiere:

“… De aquella década (1810-1820) está la Historia Argentina


demostrándonos como los ejércitos libertadores llevaban consigo esta
manifestación cantada; Belgrano lo lleva al Norte; él también lo deja a su
paso hacia el Paraguay, cuando llega a Entre Ríos, en la entonces Villa del
Paraná, hoy capital de esta provincia; a su regreso para sumarse al sitio
de Montevideo, pernocta en Concepción del Uruguay… Esta referencia
histórica la fija el historiador entrerriano Don Gregorio Troncoso Roselli,
hijo de esta ciudad y emparentado con la familia Calvento… (la familia
Calvento era la familia de la novia del Supremo Entrerriano don Francisco
Ramírez). Troncoso Roselli, en vida relataba las informaciones de sus
antepasados, los que supieron ver bailar al caudillo con su novia y en
otras tantas tertulias de la época, “cielitos”, de cuyas figuras
coreográficas hacían referencia sin precisar el orden de ellas. Algunos de
ellos, los que se bailaban en los salones aristocráticos, no tenían final

©Prof. Luis Alberto Ferreira


alegre, o sea de gato; el de la “bolsa”,
4 sí, terminaba con zapateos suaves,
por lucir el paisano de entonces, sus cribados y la bota de potro…” (7)

Desde esta profundidad témporo-espacial traemos reminiscencias de esta


danza, que coadyuvaron a pergeñar la idea de recrear un Cielito para nuestro máximo
caudillo provincial: El Brigadier General Estanislao López.
De esta forma presento un esquema básico y bastante acotado de la historia
del Cielito. Un trabajo más enjundioso sobre esta danza, fundamental para nuestro
acervo nacional, será abordado en otro momento con mayor amplitud.

Referencias bibliográficas y documentales

(1) Flury, Lázaro para El Litoral de Santa Fe. El Cielito, canto de la Revolución de Mayo. S/f
(2) Lamas, Andrés y otros (1871) Revista del Río de la Plata. Tomo I. Carlos Casavalle editor.
Buenos Aires. Argentina.
(3) Fernandez Latour, Olga (1988) Atlas de la Cultura Tradicional Argentina. 2da. Ed.
Honorable Senado del Congreso de la Nación. Buenos Aires. Argentina.
(4) Demarchi, Rogelio (2008) El ideologema de la revolución. Los cielitos de Hidalgo. Rev.
Espéculo N° 38. Universidad Complutense de Madrid.
(5) Vega, Carlos (1953) Bailes Tradicionales Argentinos. El Cielito. Julio Korn. Buenos Aires. Pág.
5 y 6.
(6) Ladaga; Mabel (2012) Bailes-Danzas Argentinas. Ediciones Ciccus. Buenos Aires. Pág. 205
(7) López, Florencio (1949) Carta a Pedro Berruti. Archivo del Prof. Héctor Luis Costa.

©Prof. Luis Alberto Ferreira

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