Este poema rinde homenaje a un maestro que dedicó su vida a enseñar y guiar a sus alumnos, iluminando sus mentes y alegrando sus corazones. A pesar de envejecer y debilitarse, el maestro se siente reconfortado sabiendo que parte de su espíritu vivirá a través de sus alumnos, quienes llevan sus enseñanzas y valores con ellos.
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Este poema rinde homenaje a un maestro que dedicó su vida a enseñar y guiar a sus alumnos, iluminando sus mentes y alegrando sus corazones. A pesar de envejecer y debilitarse, el maestro se siente reconfortado sabiendo que parte de su espíritu vivirá a través de sus alumnos, quienes llevan sus enseñanzas y valores con ellos.
Este poema rinde homenaje a un maestro que dedicó su vida a enseñar y guiar a sus alumnos, iluminando sus mentes y alegrando sus corazones. A pesar de envejecer y debilitarse, el maestro se siente reconfortado sabiendo que parte de su espíritu vivirá a través de sus alumnos, quienes llevan sus enseñanzas y valores con ellos.
Este poema rinde homenaje a un maestro que dedicó su vida a enseñar y guiar a sus alumnos, iluminando sus mentes y alegrando sus corazones. A pesar de envejecer y debilitarse, el maestro se siente reconfortado sabiendo que parte de su espíritu vivirá a través de sus alumnos, quienes llevan sus enseñanzas y valores con ellos.
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Poema al maestro
Viviendo entre otras vidas, olvida su propia vida,
destruyendo las tinieblas de la ignorancia gana su guerra, su mayor paga son las respuestas de sus alumnos, reír con ellos es su mayor goce.
Aunque triste esté, sonriente se le ve
la imagen más perfecta de comprensión y amor. Su tiempo lo regaló y nunca lo discutió. Unos lo quisieron, otros lo olvidaron Más él siempre los quiso a todos.
Ahora, lento camina, el viento lo vence
y su voz ya no luce galante como cuando les leía. Sentado esta, mirando el cielo, sus ojos se cierran, su mano cae y deja libre una hoja de papel. La última nota escrita, el viento la entona y la impulsa sobre la corriente de un río.
Me llevo el gran triunfo de saber que ustedes,
mis hijos, mis alumnos queridos, representan en cada gesto, en cada andar, en cada vibración pedazos de mí espíritu que ahora ya son hombres seguros, con ideales firmes y honestos.
Si algunos se pierden en esta rueda que es la vida,
volveré en la frase de un amigo, en la mirada de un niño, en el entrecejo de un padre, o la caricia de una madre, y te haré recordar, cual es tú ‘camino’.