Revisión de Oficio
Revisión de Oficio
Revisión de Oficio
En términos generales, la revisión de un acto administrativo supone la modificación del contenido o de los efectos de un
acto preexistente, sin hacer alusión con ello a los motivos de tal alteración. Bajo esta rúbrica se englobarán la revisión de
oficio y la que tiene lugar por la vía de recurso, a la que denominaremos revisión rogada. En el primer caso, la modificación
se introduce por iniciativa del propio órgano que dictó el acto en tanto que en el segundo se lleva a cabo a instancia de su
eventual destinatario (que normalmente será un particular, aunque también puede serlo otra Administración Pública
diferente).
De momento, tan sólo vamos a ocuparnos de la denominada “revisión de oficio” dejando para más adelante la revisión
rogada (temas relativos a los recursos).
INTRODUCCIÓN
Partiendo de que los actos administrativos gozan de una presunción de validez ex-art. 39.1 de la Ley 39/2015, de 1 de
octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas (LPACAP, en adelante), ello no significa
que realmente lo sean, sino que con más frecuencia de la deseada incurren en algún vicio que los hace de nulos de pleno
derecho o anulables.
A estos efectos, la Ley permite a la Administración que, por sí misma, sin ser impelida (impulsada) por los interesados,
pueda revisar de oficio sus actos administrativos, retirándolos del mundo del Derecho.
En otras ocasiones, son los particulares interesados los que, a través de la interposición de los correspondientes recursos
administrativos o, en su caso, contencioso-administrativo, obligan a la Administración a efectuar esta retirada, en vía
administrativa o en vía jurisdiccional, respectivamente.
De ambos casos nos corresponde tratar en este Tema, circunscribiéndonos, en el segundo de ellos, a los recursos
administrativos.
REVISIÓN DE OFICIO:
Es la efectuada motu proprio por la Administración, a cuyos efectos, para impedir una conducta arbitraria por la misma,
que generaría una absoluta inseguridad jurídica (lo que está absolutamente prohibido por el art. 9.3 CE, al consagrar el
principio de interdicción de la arbitrariedad de la Administración Pública y el principio de seguridad jurídica), la Ley, salvo
en supuestos tasados, le obliga a seguir un procedimiento que tiene carácter ad solemnitatem, esencial, de forma que su
omisión acarrearía la nulidad de pleno derecho del acto por el que se revisa.
el estado de los conocimientos de la ciencia o de la técnica existentes en el momento de producción de aquéllos, todo ellos
sin perjuicio de las prestaciones asistenciales o económicas que las leyes puedan establecer para estos casos) de la Ley de
Régimen Jurídico del Sector Público (la Ley 40/2015, de 1 de octubre) sin perjuicio de que, tratándose de una disposición,
subsistan los actos firmes dictados en aplicación de la misma.
5. Cuando el procedimiento se hubiera iniciado de oficio, el transcurso del plazo de SEIS MESES desde su inicio sin dictarse
resolución producirá la caducidad del mismo. Si el procedimiento se hubiera iniciado a solicitud de interesado, se podrá
entender la misma desestimada por silencio administrativo.
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[4+5] REVISIÓN Y RECOVACIÓN LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS OFICIO
Sin perjuicio de su examen como presupuesto procesal de admisibilidad de la acción en el proceso judicial correspondiente,
la declaración de lesividad no será susceptible de recurso, si bien podrá notificarse a los interesados a los meros efectos
informativos.
3. PLAZO MÁXIMO PARA DECLARAR LA LESIVIDAD: Transcurrido el plazo de SEIS MESES desde la iniciación del procedimiento
sin que se hubiera declarado la lesividad, se producirá la caducidad del mismo.
4. COMPETENCIA PARA DECLARARLA: Si el acto proviniera de la Administración General del Estado o de las Comunidades
Autónomas, la declaración de lesividad se adoptará por el órgano de cada Administración competente en la materia
(atribuyendo el art. 61, ñ) de la Ley 40/2015, de 1 de octubre, a los Ministros la resolución de los recursos administrativos y
la declaración de lesividad de los actos administrativos cuando les corresponda).
5. Si el acto proviniera de las entidades que integran la Administración Local, la declaración de lesividad se adoptará por el
Pleno de la Corporación o, en defecto de éste, por el órgano colegiado superior de la entidad.
- RECTIFICACIÓN DE ERRORES
Art. 109.2. “Las Administraciones Públicas podrán, asimismo, rectificar en cualquier momento, de oficio o a instancia de los
interesados, los errores materiales, de hecho o aritméticos existentes en sus actos”.
La pura rectificación material de errores de hecho o aritméticos no implica una revocación del acto en términos jurídicos. El
acto materialmente rectificado sigue teniendo el mismo contenido después de la rectificación, cuya única finalidad es
eliminar los errores de transcripción o de simple cuenta con el fin de evitar cualquier posible equívoco.
Este carácter estrictamente material, y en absoluto jurídico, de la misma justifica que para llevarla a cabo no se requerirá
sujetarse a la solemnidad ni límite temporal alguno. La rectificación de errores materiales puede hacerse en cualquier
momento, tanto de oficio, como a instancia del administrado.
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[4+5] REVISIÓN Y RECOVACIÓN LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS OFICIO
ACTOS ANULABLES - Las Administraciones Públicas pueden DECLARARLOS LESIVOS e impugnarlos ante los órganos judiciales,
los cuales decidirán acerca de su validez.
- Debe tratarse de actos favorables para el interesado.
- No pueden haber pasado más de cuatro años desde que se dictó el acto.
- Transcurridos seis meses desde iniciación-caducidad.