Observación Al Pronunciamiento Pericial
Observación Al Pronunciamiento Pericial
Observación Al Pronunciamiento Pericial
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A. INTRODUCCIÓN
En éstas circunstancias tengamos presente que dentro de la actividad procesal a la que estamos
refiriéndonos, las partes intervinientes se encuentran garantizadas por uno de los “Principios del
Derecho”, que es el del “Debido Proceso”, que no es sino, el que se cumpla con lo que está previsto
en la norma adjetiva.
Es decir, si alguna de las partes sintiera verse perjudicada con el resultado de la pericia grafotécnica,
debido a un inadecuado empleo de los procedimientos previstos en la ley para la solución de la
cuestión que convocó a éste órgano de auxilio judicial, tendrá expedito su derecho para “Observar”
tal pronunciamiento y comprobar que así ha ocurrido.
Pero que implica el “observar” un pronunciamiento pericial grafotécnico, decir simplemente “Pues
no estoy de acuerdo con las conclusiones”, o también “Los Peritos han equivocado sus conclusiones
por favorecer a las partes”, o sino “Observo la pericia, porque se han parcializado los peritos con la
otra parte”; etc.; he podido verificar éstas y otra suerte de variedad de observaciones más o menos
parecidas; y ya, lo que de hecho, no constituyen observación alguna, como lo prevé la norma o como
la técnica lo aconseja. Esto suele deberse al desconocimiento de cómo habrá de emplearse la
denominada “Técnica de las Observaciones a un Pronunciamiento Pericial”, que para nuestro asunto,
se trata de una Pericia Grafotécnica.
Justamente, el presente tema se desarrollará sobre éste tópico, de tal forma que se puedan conocer
aquellos detalles que son de gran utilidad para generar unas “Observaciones” útiles y acordes con el
caso particular.
Téngase en cuenta que a la fecha, la única Institución que tiene como función regular la preparación
de éstos especialistas, es la Policía Nacional del Perú; no porque de por sí tenga la “exclusividad” del
desempeño de ésta parte del conocimiento humano, sino porque el manejo de la Criminalística,
ciencia dentro de la que la Grafotecnia constituye una de sus ramas o disciplina auxiliar, es un arma
fundamental en la lucha contra la criminalidad y entonces es menester que forme a sus cuadros
profesionalmente.
Pero, como no todo se cumple adecuadamente debido a múltiples factores y circunstancias, nos
damos con la siguiente problemática :
Vemos entonces que hay “grandes conflictos” que hacen que “muy pocos” de los miembros de la
PNP, prosigan con una actividad netamente de especialización en materia Grafotécnica, siendo
reducida la “oferta” de éste servicio a las Autoridades y ciudadanía que los requieren a nivel
nacional. Esta situación se agudiza particularmente, cuando “miembros policiales”, habiendo seguido
otros cursos de especialización en Criminalística, tales como el de “Inspecciones Técnico
Criminalísticas”, “Análisis de Moneda”, “Identificación Policial”, etc., estando ya retirados de la
Institución, sorprenden a los juzgados y se hacen nombrar “Peritos Grafotécnicos”, con las
consiguientes implicancias por su intervención nada regular contra las partes. Caso muy diferente la
situación del personal policial en Retiro, quienes encontrándose debidamente especializados y con la
experiencia suficiente, brindan el apoyo con éstos conocimientos a los distintos órganos judiciales,
del Ministerio Público y ciudadanía, como se suele verificar a lo largo del territorio nacional.
Hasta el momento, nos hemos ocupado del caso de los miembros de la Policía Nacional del Perú y la
modalidad de lograr la Capacitación o Especialización en “Grafotecnia”; pero esto no constituye la
totalidad de la fuente generadora de Grafotécnicos, también se han dado otros casos que son el
“lunar” en el universo.
Posteriormente, a fines de ese mismo año, la Universidad Alas Peruanas-Filial Arequipa, tuvo a su
cargo el dictado del “Diplomado en Peritación Grafotécnica”[5], que fue conducido por la Escuela de
Derecho y Ciencias Políticas, el que tuviera una duración de diez (10) semanas presenciales y fue
dirigido a Profesionales de las Carreras de Derecho, Contabilidad, Ingenierías, Administración, etc.,
como a Oficiales de la Policía Nacional y de la Fuerza Armada, diplomado que se inició la primera
semana del mes de Octubre, en donde también compartiéramos con otros peritos la responsabilidad
docente; esto en atención a una gran demanda por parte de los profesionales de ejercicio liberal para
tener acceso a ésta especialidad de la Criminalística, que tenía mucho que ver con el
desenvolvimiento de sus actividades profesionales, como también para satisfacer la demanda del
Distrito Judicial de Arequipa, en razón de que concordante con la normatividad vigente, cada juzgado
debiera por lo menos tener la posibilidad de contar con más de dos peritos[6], a los cuales deba de
nombrar rotativamente; y, no lo que venía ocurriendo al no pasar en su totalidad de diez (10) los
peritos inscritos en el REPEJ, quienes se hacían cargo de éstos nombramientos; y, en donde algunos
Juzgados tenían a sus “Peritos de Cabecera”, quienes eran los titulares de los indicados.
Fueron hasta ése momento, las únicas oportunidades que se tiene conocimiento, en las que
entidades ajenas a la Policía Nacional del Perú, tomaron la decisión de asumir la tarea de formar
“Cuadros” de Grafotécnicos con responsabilidad y solvencia.
Habiendo quedado en claro, lo vinculado a la formación de los Peritos Grafotécnicos, veamos ahora
lo relacionado con su pronunciamiento pericial.
La metodología utilizada por el personal que ha sido formado dentro de la policía como tal, tiene una
nomenclatura determinada por su normatividad institucional, la que es mantenida en tanto el perito
se desempeñe en la áreas de Grafotecnia y como funcionario del Estado; pero cuando “ejerce” como
“Perito Judicial” en Provincias (habíamos dicho que ésta calidad no puede ser desempeñada en la
Capital de la República, pues así no lo admiten las Cortes Superiores de Justicia de Lima, Callao; y, del
Cono Norte de Lima; otorgando ésta responsabilidad a los miembros de la policía peritos
grafotécnicos en situación de retiro), adoptan similar estructura, habiendo también alguna que otra
diferencia de carácter formal, pero en el fondo es muy parecida.
En cuanto a lo sustantivo, vemos que no hay variación, pero en donde sí vemos la diferencia es en lo
que corresponde a las “ilustraciones” (Anexos), ello es debido a que como ésta actividad es
remunerada, entonces el importe de los costos del peritaje son cubiertos con tales honorarios
designados judicialmente, salvo el caso particular de aquellas pericias de parte, cuya estructura
depende de la formación y metodología profesional de cada perito, así como los costos de
elaboración del peritaje.
Podríamos entonces identificar tres grandes grupos de personas que suelen ejercer como Peritos
Grafotécnicos: Quienes desconociendo completamente la materia grafotécnica, pero que viéndose
amparados con certificaciones obtenidas en materias Criminalísticas, que han tenido contacto muy
superficial con el contenido grafotécnico, tienen la oportunidad de sorprender a las autoridades
judiciales e incorporarse al REPEJ, emitiendo luego pronunciamientos periciales bajo la denominación
de “Pericias Grafotécnicas” o sino “Peritajes Caligráficos” o tal vez “Peritajes Grafológicos”, sin mayor
reparo. Otros que habiendo estancado los conocimientos adquiridos en la etapa de Capacitación o
Especialización lograda en la Institución Policial; y, que siendo hechura de sus propios errores,
igualmente se integran al Registro de Peritos Judiciales de su Distrito; y, cumplen con aceptar los
nombramientos y con el encargo pericial; situación que suele ser puesta en evidencia, cuando el
perito de parte “doctrinariamente adversarial” puede llegar a poner en evidencia los “errores
técnicos” en los que éste ha incurrido; y, por último, tenemos a quienes contando con la Especialidad
Profesional en materia del Análisis Grafotécnico, se han preocupado por ampliar y actualizar éstos
conocimientos, brindando un aporte especializado más sólido y por que no, empleando una mejor
metodología de trabajo.
Esta situación, permite poner de manifiesto cierta “fluctuación” entre los resultados de exámenes
periciales como “confiables” y “poco confiables”, dejando de lado aquellos producidos por los del
primer grupo que son de “calidad altamente dudosa”.
· Existen pronunciamientos periciales, en los que los peritos, han confundido lo que vienen a ser
las denominadas “Características Generales” (o también denominadas características de estructura o
composición gráfica), con las “Características Particulares”; por ejemplo, resaltan entre otras
diferencias, la “disimilitud” que hay entre un trazo magistral prolongado sinistroenvolvente, de las
muestras de comparación, con uno prolongado cóncavo de la muestra dubitada, característica ésta
que no es sino parte de la forma de la estructura complementaria que es una característica general;
y, sin embargo, no hacen referencia alguna a la “intersección” que en todos los casos se da, de éste
mismo trazo con la línea de pauta del sello de post firma, lo que sí es un “Gesto tipo”, “Manerismo” o
“Idiotismo gráfico”, es decir, una Característica Particular. Esto les permite llegar a conclusiones
categóricas, afectadas por la interpretación errónea de lo identificado por los peritos.
· Otro caso, referente a la idoneidad de las muestras materia de comparación; se tiene una firma
dubitada puesta en un Título Valor; y, se confronta con otra firma única, puesta en otro documento
cuya data es posterior en cinco años, no habiendo forma de obtener definitivamente más muestras;
pese a ello, los peritos emiten opinión categórica, sea de autenticidad o falsedad. Este
pronunciamiento, no debería de categorizarse, ya que para ser idóneas las muestras de comparación,
deben de cumplir con los requisitos previstos en la doctrina universalizada.
Ya habíamos manifestado líneas atrás que una de las formas de poder hacer frente a
pronunciamientos periciales deficientes incorporados a los procesos, lo constituye la formulación de
las denominadas “Observaciones Periciales”[8].
Entonces tenemos que la elaboración de las citadas observaciones, necesariamente debe recaer en
aquellos expertos que cuenten con una buena base doctrinaria y experiencia suficiente, ya que si se
recurre a quienes adolecen de las mismas deficiencias, como las señaladas en el literal precedente,
estaríamos en las mismas condiciones.
Es indispensable pues para la elaboración de unas observaciones adecuadas, que se cumpla con los
pasos siguientes:
· En principio, que el perito a cargo de las observaciones, tenga a su disposición un ejemplar del
pronunciamiento pericial a observar, con todos sus Anexos, es decir que se cuente con el documento
completo.
· Tener acceso a los “documentos” que contienen las “muestras materia de estudio” (dubitadas y
de comparación), lo que permitirá al perito a cargo de las observaciones “verificar” la idoneidad de
las mismas.
· Disponer del “tiempo necesario” para su análisis, no olvidemos que ésta actividad requiere de
mucha observación.
Hechos los análisis necesarios, se procederá a la elaboración del documento en el que se plasman las
“vulnerabilidades técnico-doctrinarias” que se han podido detectar en la pericia observada, las que
se dirigen a la verificación de dos grandes aspectos:
El perito observante, según sea el caso, puede conforme a lo solicitado por la parte requiriente, llevar
a cabo dos actividades, como son:
· Confeccionar el “Pliego Interrogatorio” para que sea respondido por los Peritos durante la
sustentación de su pericia en la Audiencia de Pruebas, de tal forma que sea el Abogado patrocinante
de la parte, quien formule las preguntas; y, a quien habrá que informar sobre el ¿por qué? de las
indicadas, en razón de que posteriormente y de acuerdo a las respuestas que proporcionen los
peritos examinados, deberá de preparar las ampliaciones a dichas observaciones, para resaltar los
aspectos controversiales de las respuestas obtenidas.
No falta quienes asumen una posición muy “radical”, al calificar al “Perito Observante”, como aquel
profesional contratado para desbaratar a como dé lugar el pronunciamiento de los “Peritos
Judiciales”, esto no es así, el “Perito Observante” se convierte en prácticamente un “Verificador
Técnico Privado”, quien no fue contratado para ataca al perito oficial, sino su conocimiento e
intervención está destinada a “analiza” tanto la metodología empleada, como evaluar la aplicación
de las técnicas previstas para cada caso en particular
E. HAY SANCIONES PARA LOS PERITOS CUYO PRONUNCIAMIENTO HA SIDO OBSERVADO Y SE HAN
ACREDITADO SUS DEFICIENCIAS
¿Qué pasa si se logra verificar deficiencias en cuanto a la formulación de una pericia grafotécnica?
Si esto es así, por haber sido puesto en evidencia mediante la actuación de las “Observaciones” ¿Hay
sanción para el Perito?. Al respecto, si lo actuado por el Perito denota un evidente “dolo”, cabría una
denuncia penal con la sanción prevista en el Código Penal Peruano[9]; y, privativamente, si el Perito
perteneciendo a la Policía Nacional del Perú, practica un pronunciamiento pericial en el ejercicio de
sus funciones, también podría ser procesado en el Fuero Privativo de la Zona de Policía[10]; y, en
instancia previa, ser objeto de una “Investigación Administrativo Disciplinaria”; pero todo ello es de
carácter normativo, significando que también existe una instancia Técnica, pero sólo cuando el
pronunciamiento pericial grafotécnico ha sido elaborado en una dependencia de criminalística de la
policía, como es el de ser sometido a la denominada “Junta Colegiada de Peritos Grafotécnicos” de la
Dirección de Criminalística (cuya existencia y regulación fue a instancia del autor del presente
artículo cuando se desempeñaba como Director Nacional de Criminalística, el año de 1997), en cuyo
caso extremo, se llega a “cancelar” la calidad de “Perito Grafotécnico” del infractor[11].
Lo curioso, es que son muy pocos los Peritos Grafotécnicos en el Perú, que hayan sido “Sancionados
Penalmente” por infracciones evidentemente dolosas de éste tipo como resultado de un Proceso
Penal Común o Privativo; y, menos que hayan sido sancionados por la Junta Colegiada de Peritos
(aquellos que pertenecen a la Policía Nacional del Perú), hecho que no significa que no hayan casos
en los que quedó acreditada la deficiente labor de éstos en algunas intervenciones, pero tomemos
en cuenta que la decisión de la apertura de un proceso administrativo, penal común o privativo o el
técnico normativo, está puesta en manos únicamente de las personas del proceso; y, si el Juez no
asume la posición correspondiente (poner en conocimiento del Ministerio Público) o la parte
agraviada no toma la decisión de formalizar la denuncia o la queja, entonces se seguirá como hasta la
fecha, con muy contadas excepciones.
Veamos el siguiente caso ocurrido en un Distrito Judicial que no es el de Arequipa y hace ya algunos
años, en el que: “Un perito, fue nombrado para emitir pronunciamiento pericial; y, «retuvo»
indebidamente por más de tres (03) meses, en su poder el expediente que fuera recogido para
realizar su estudio pericial y emitir pronunciamiento, pese a que éste mismo lo hubo solicitado por
no más de ocho (08) días”; y, ¿Qué le pasó al perito, fuera de ser conminado en más de una
oportunidad para que lo devolviera?, pues ¡Nada!. En otro caso, otro Perito, emite pronunciamiento
categórico respecto de una firma de una persona inexistente, confrontada contra una copia
fotostática, de justamente una Libreta Electoral obtenida fraudulentamente a nombre de esa
persona inexistente (no aparecía inscrita en los Archivos del Registro Electoral del Perú) ¿Qué le
parece a Ud.?.
F. CONCLUSIÓN
La incorporación de las “Observaciones” dentro de la etapa procesal civil en el Perú, forma parte del
derecho al debido proceso, garantizado por la Constitución Política del Estado; y, que tiene por
objeto ayudar al afectado por las conclusiones de un Peritaje Grafotécnico, parcial o totalmente
ajeno a la verdad científica, a comprobar si éste pronunciamiento se encuentra resguardado de las
formalidades propias de un estudio que tiene sus bases en el conocimiento científico, expresado en
la “doctrina” vigente sobre la materia, en estricta sujeción al derecho y a la justicia.
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[1] POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ; “Manual de Criminalística”, Servicios Gráficos JMD, Lima-Perú,
2006.
[2] LEY ORGÁNICA DE LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ (LEY N° 27238, del 21DIC99); Art. 8° (5).
[3] OP SIT.
[4] Organizado y conducido por el Instituto “PROJUSTICIA” (RVM. N° 210-2001-JUS), dirigido por el
Dr. Javier SALAZAR SOPLAPUCO.
[6] NUEVA LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL (D. Leg. N° 767), Art. 274°.
[8] CÓDIGO PROCESAL CIVIL; Art. 266° : “OBSERVACIONES: Los dictámenes periciales pueden ser
observados en la audiencia de pruebas. Las observaciones y las correspondientes opiniones de los
peritos se harán constar en el acta. Las partes podrán fundamentar o ampliar los motivos de sus
observaciones, mediante escrito que debe presentarse en un plazo de tres días de realizada la
audiencia. Excepcionalmente el Juez puede conceder un plazo complementario”.
[9] CÓDIGO PENAL; Art. 409° “FALSEDAD EN JUICIO: El testigo, perito, traductor o intérprete que, en
un procedimiento judicial, hace falsa declaración sobre los hechos de la causa o emite dictamen,
traducción o interpretación falsos, será reprimido con pena privativa de libertad, no menor de dos ni
mayor de cuatro años...”.
[10] CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR; Art. 303° “El militar que actuando como testigo, perito, traductor,
interprete que en un procedimiento judicial hiciese a sabiendas una falsa deposición sobre los
hechos materia del procedimiento, o emitiese dictamen falso o efectuase traducción o interpretación
falsa, será reprimido con prisión si la falsedad se refiere a hechos que puedan ejercer influencia en la
decisión judicial y con reclusión militar en los demás casos...”.
[12] RODRÍGUEZ REGALADO, Pablo A.; “La Prueba Pericial Grafotécnica en el Proceso Civil”, Primera
Edición, Tipografía “El Alva” S. R. L., Lima-Perú, 1996, pág. 27 : “...y, en tercer lugar, informarnos
sobre la idoneidad moral y profesional del mismo, no sea que más adelante se tenga que lamentar
un resultado fuera de la verdad, con el consiguiente perjuicio en el derecho invocado por habernos
encontrado con uno de los denominados mercenarios de la Criminalística”.