Síntesis Zara
Síntesis Zara
Síntesis Zara
Ing. en Informática
Hugo Ariza Ramírez
Familia de cinco miembros (3 hermanos y sus padres) que debían cubrir todas las
necesidades con el sueldo bajo de un peón ferroviario, al igual que su padre con un
trabajo duro, pero que solo con su esfuerzo y la dedicación se podía salir adelante
en la vida. Todo eso le sirvió de experiencia para sacar adelante a su familia,
viniendo de abajo, con su bondad para la relación personal con los demás y con el
apoyo de su madre y abuelo que los consideraba un pilar fundamental en su vida.
Después de todo esto vinieron problemas de regímenes políticos, perdidas en la
parte industrial, en la pesca y sectores agropecuarios que produjeron una ruptura
empresarial y dificultades para el desarrollo económico. En ese entonces Amancio
dejo la escuela porque tenía ganas de aprender, trabajar y motivación para salir
adelante con tan solo 11 años. Fue entonces su primer contacto en el sector textil en
la camisería Gala en donde encontró su nuevo trabajo donde siempre estaba
dispuesto a hacer cualquier cosa para aprender, consiguiendo experiencia en
trabajos de confección, en ese momento Amancio empezó a idear su futuro en el
mundo de la moda.
2. La gestación de Zara
La etapa de Amancio Ortega en la camisería como repartidor, su posterior formación
como vendedor de cara al público en La Maja y la creación de su propio negocio, le
permitieron un nivel de conocimiento que logró despertar en él de nuevo las ganas
de seguir creciendo. Era un inconformista nato, de los que transmi-ten la energía
suficiente para levantarse cada mañana y actuar, pensar en algo nuevo para superar
la idea del día anterior. Su ímpetu incansable, su obsesión por el trabajo bien hecho
y orga-nizado, y la ambición que llevaba en su interior le impulsaron a pensar en la
necesidad de abrir una tienda propia. Quería dejar atrás el trabajo en los bajos de un
edificio o en varios talleres como hizo con GOA. Quería pasar a vender de cara al
público, con una estructura comercial propia, para dejar de confeccionar batas de
boatiné, otras prendas para la mujer o cu-cos de bebés y lanzarse a ofrecer lo que
demandaba el mercado. Como fabricaba lo que tenía calculado que iba a vender y
vendía lo que había conseguido vender porque conocía las ne-cesidades de los
clientes, planeó lanzarse al mercado con una marca propia, diferente, que
enganchara. Amando Ortega con• solidó una idea que da la impresión de que
llevaba años rondán-dole por la cabeza: convenirse en un «tendero» de la moda.
¿En qué sentido? Pensaba ofrecer a los clientes lo que querían. Esa era la base que
sustentaba su voluntad de vender ropa frente al resto de competidores. Y a la que
había que sumar la idea de simplificar el proceso de venta: desde que se producía
una pren-da hasta que se vendía había que eliminar intermediarios, asumir todo el
proceso de forma propia y vender directamente al cliente. De la misma forma que un
tendero de bardo conoce qué tipo de carne o pescado le demandan sus dientas, lo
que quiere la señora María del quinto piso o la carne melosa de ternera que le pide
Encarna del octavo, Amancio Ortega iba a convenirse en el «tendero» de la moda.
Iba a desarrollar esa ecuación que parece simple, pero que ha resultado mantenerse
en el tiempo y confi-gurar la estructura colosal que en la actualidad supone la red de
tiendas, producción. diseño, trasvase de información y distribu-ción de Zara.
El nacimiento de la marca
Con aquellas directrices sobre el papel, la base estaba creada para lanzarse a abrir
una primera tienda. Pero antes de dar ese paso, había que encontrar un nombre. En
aquellos años no se concedía importancia a lo que hoy conocemos como «marca»
gracias al marketing, ni se contrataban expertas agencias de branding para buscar
un nombre impactante, sino que los propios dueños solían inspirarse en algún
detalle, en alguna experiencia vivida... en algo que nombran una forma de trabajar y
pudiera ser definido con una o varias palabras. Se trataba de algo que era muy fácil
de escribir, pero complicado de encontrar.
Amando Ortega estaba imbuido del espíritu del crecimiento, y en 1979 ya había
cuatro tiendas Zara en Galicia. El negocio de la tienda tenía tina característica
fundamental, que irla consolidán-dose a la par que Zara: la respuesta rápida.
Asimismo, esta em-pezó a extenderse en el sector textil en la segunda mitad de los
arios ochenta. Aquella estrategia, que recibía cl nombre de «pronto-moda». aspiraba
a mejorar la coordinación entre la distribución minoris-ta (los vendedores de tejidos
de materia prima para confeccionar las prendas) y la fabricación. El objetivo era
incrementar la velo-cidad y flexibilidad de las repuestas para adaptar la oferta a los
cambios de gustos de los clientes. Los profesores Pankaj Ghemawat y José Luis
Nueno, de la escuela de negocios IESE, explicaronn ata estrategia en un estu-dio de
2003 que analizaba el caso de Zara: «La respuesta rápida prometía ayudar a los
minoristas a reducir los errores de previsión.
Los puntos de venta que se han inaugurado en la última década son más
espaciosos y cómodos, han cuidado hasta el último de. talle y, en algunos casos,
han introducido otras ofertas ajenas al textil. como peluquería, masajes o rayos UVA.
Cuando entramos en una tienda Zara —o del resto de marcas del grupo Inditex—
comprobamos que los elementos que com-ponen el espacio han sido previamente
estudiados y diseñados en los laboratorios de la sede central en Arteixo. De ese
modo, todas las tiendas respetan la decisión tomada en la compañía, y reúnen un
identificador común de cadena. Pero los responsables de cada establecimiento
pueden sugerir ideas o variaciones en función de su clientela. Cada establecimiento
recibe dos veces a la semana productos nuevos, aunque el escaparate solo se
modifica una vez al mes: tienen zonas tanto para mujer como para caballero, y el
mobilia-rio no suele estar más de dos años expuesto al público. En la zona de
caballero el orden es casi absoluto, todo está calculado; primero las piezas de sport,
luego las de vestir. Todas las prendas están combinadas por colores a juego y
juntas, porque a los hombres no les gusta remover, cogen solo lo que les gusta. El
espacio de la mujer es diferente; las prendas están separadas por colores, pues las
mujeres combinan a su gusto. El escaparate es de uso exclusivo para los
escaparatistas. Na-die más lo puede tocar. Lo mismo ocurre con el decorado de la
tienda, que se modifica cada dos años. En función de la tenden-cia del momento,
adoptará uno u otro color.
saber qué busca la gente. Las ideas pueden surgir en cualquier parte. Pero la tienda
Zara también ha destacado siempre por ofrecer prendas al mejor precio del mercado
o. lo que es lo mismo, más baratas. Zara puede permitirse reducir su beneficio a
cambio de vender mayor volumen; ha democratizado y revolucionado la moda. En
España. las empresas de la distribución y fabricación textil han pasado de una
compencia feroz por atraer al cliente en un mercado liderado por cuatro grandes
marcas de moda a co-mienzos de década los años noventa, a una firma global como
Zara, que ha conseguido que miles de mujeres y hombres puedan vestirse bien. Y
eso no solo ha sucedido aquí, sino que se ha ex-tendido a otros ochenta países. Eso
sí, asumiendo el coste de que muchas personas coincidan en la calle con la misma
prenda, pues-to que Zara defiende la moda global, y propugna vestir a sus clientes
con sus prendas en todo el mundo. En la compañía destacan la decisión que desde
los comienzos adoptó Amando Ortega: no abusar de las campañas de publici-dad.
En efecto, apenas puede verse una tienda Zara aparecer en los medios de
comunicación o en una marquesina de una parada de autobús, puesto que la mejor
publicidad de Zara son sus tien-das y la composición de sus escaparates. Desde la
dirección de Inditex, Jesús Echevarría aclara por qué la principal publicidad de Zara
son las tiendas que definen una forma de concebir la proyección a pie de calle para
acercarse directamente al cliente:
Un inmenso catálogo
Las tiendas Zara desempeñan un papel doble: el ser la cara de la compañía ante el
mundo y el originar una importante información que se transmite por la jerarquía del
grupo, desde las directrices de Anuncio Ortega hasta el comercial. Al mismo tiempo,
y según describen en su estudio sobre la marca los profesores Pankaj Ghemawat y
José Luis Nueno, las tiendas Zara centralizan buena parte de las decisiones
relacionadas con las presentaciones de los
La tienda de Nueva York está ubicada en el edificio Tishman (en el 666 de la Quinta
Avenida, en la confluencia con la Calle 52). ocupa un emplazamiento único en una
de les áreas comerciales más importantes del mundo y presenta un diseño interior
inno-vador que refuerza el protagonismo de la moda. Ocupa más de 3.000 metros
cuadrados desuperficie, distribuidos en tres plantas, se abre al exterior con cinco
escaparates en una fachada de más de 23 metros. En ella trabajarán 450 personas.
La renovada imagen de esta tienda de Nueva York está basa-da en cuatro
principios: belleza, claridad, funcionalidad y soste. nibilidad. En todo el espacio prima
la sencillez, para permitir el contacto directo del cliente con la moda. En cada una de
las tres plantas, la tienda se ordena funcionalmente en corno a dos largos ejes,
pasillos o «pasarelas», que conducen a espacios individua-lizados o «cubos» en
cada lateral. en los que se muestran las distintas colecciones de forma
individualizada. Las maderas del mobiliario se han terminado en texturas que
recuerdan a tejidos como el lino o la seda, en colores neutros y elegantes. El
establecimiento de Nueva York profundiza en los com-promisos medioambientales e
incorpora medidas de ahorro,
Crítica personal
Me gusto una frase suya que dice <<empecé de la nada y hay que seguir humilde
en la vida para que te respeten>> a pesar de que dejo la escuela su motivación y
sus ganas de ser alguien en la vida lo convirtieron en unos de los empresarios
españoles más ricos (económicamente hablando) en España, pero al mismo tiempo
siempre siendo humilde.