Síntesis Zara

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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE PUEBLA

Ing. en Informática
Hugo Ariza Ramírez

Nahir González Sosa


Visión Empresarial

Síntesis del libro ZARA: Visión y estrategia


de AMANCIO ORTEGA
Biografía del autor

David Martínez es licenciado en periodismo por la Facultad de Ciencias de la


Comunicación Blanquerna de la Universidad Ramon Llull en Barcelona y diplomado
en periodismo internacional por la Universidad de la Sorbona en París, David se ha
especializado en la publicación de reportajes sobre la construcción europea, sobre la
política y economía de Francia y Oriente Medio y en perfiles de empresas de éxito.
Cuenta con másteres y cursos de posgrado en periodismo económico y periodismo
internacional, y ha trabajado en El País, El Periódico de Catalunya, ABC, La Razón,
Expansión, El Economista y el diario online El Confidencial. Desde 2010 ocupa el
puesto de redactor responsable de la coordinación de las secciones de Economía e
Internacional en la edición digital de La Vanguardia.
1. Los Ortega Gaona: una familia humilde
Amancio Ortega nació en Busdongo de Arbás, un municipio de la provincia de León.
Faltaban cuatro meses para que estallara la guerra civil española. En donde creció
rompe una creencia popular que le considera un gallego de la tierra. El pueblo de
donde vivía Amancio tenía una estación de ferrocarril de Busdongo que formaba
parte de la línea explotada por la Compañía de los Ferrocarriles del Noroeste de
España. La empresa fue premiada por el Estado para que concluyera los proyectos
que había iniciado, pero en 1878 se declaró en quiebra tras un intento de fusión con
MZOV (que igual era una compañía de ferrocarriles). Fue entonces cuando la
estación de Busdongo pasó a ser gestionada por la Compañía de los Ferrocarriles.
Según el libro viven más de 150 personas en su pueblo que vio crecer a Amancio
Ortega Rodríguez bajo un clima de tiempos de guerra fue entonces que Amancio
decidió irse a Coruña para trabajar en mantenimiento de un nuevo tramo de línea y
se llevó a toda su familia en un complejo de viviendas.

Familia de cinco miembros (3 hermanos y sus padres) que debían cubrir todas las
necesidades con el sueldo bajo de un peón ferroviario, al igual que su padre con un
trabajo duro, pero que solo con su esfuerzo y la dedicación se podía salir adelante
en la vida. Todo eso le sirvió de experiencia para sacar adelante a su familia,
viniendo de abajo, con su bondad para la relación personal con los demás y con el
apoyo de su madre y abuelo que los consideraba un pilar fundamental en su vida.
Después de todo esto vinieron problemas de regímenes políticos, perdidas en la
parte industrial, en la pesca y sectores agropecuarios que produjeron una ruptura
empresarial y dificultades para el desarrollo económico. En ese entonces Amancio
dejo la escuela porque tenía ganas de aprender, trabajar y motivación para salir
adelante con tan solo 11 años. Fue entonces su primer contacto en el sector textil en
la camisería Gala en donde encontró su nuevo trabajo donde siempre estaba
dispuesto a hacer cualquier cosa para aprender, consiguiendo experiencia en
trabajos de confección, en ese momento Amancio empezó a idear su futuro en el
mundo de la moda.
2. La gestación de Zara
La etapa de Amancio Ortega en la camisería como repartidor, su posterior formación
como vendedor de cara al público en La Maja y la creación de su propio negocio, le
permitieron un nivel de conocimiento que logró despertar en él de nuevo las ganas
de seguir creciendo. Era un inconformista nato, de los que transmi-ten la energía
suficiente para levantarse cada mañana y actuar, pensar en algo nuevo para superar
la idea del día anterior. Su ímpetu incansable, su obsesión por el trabajo bien hecho
y orga-nizado, y la ambición que llevaba en su interior le impulsaron a pensar en la
necesidad de abrir una tienda propia. Quería dejar atrás el trabajo en los bajos de un
edificio o en varios talleres como hizo con GOA. Quería pasar a vender de cara al
público, con una estructura comercial propia, para dejar de confeccionar batas de
boatiné, otras prendas para la mujer o cu-cos de bebés y lanzarse a ofrecer lo que
demandaba el mercado. Como fabricaba lo que tenía calculado que iba a vender y
vendía lo que había conseguido vender porque conocía las ne-cesidades de los
clientes, planeó lanzarse al mercado con una marca propia, diferente, que
enganchara. Amando Ortega con• solidó una idea que da la impresión de que
llevaba años rondán-dole por la cabeza: convenirse en un «tendero» de la moda.
¿En qué sentido? Pensaba ofrecer a los clientes lo que querían. Esa era la base que
sustentaba su voluntad de vender ropa frente al resto de competidores. Y a la que
había que sumar la idea de simplificar el proceso de venta: desde que se producía
una pren-da hasta que se vendía había que eliminar intermediarios, asumir todo el
proceso de forma propia y vender directamente al cliente. De la misma forma que un
tendero de bardo conoce qué tipo de carne o pescado le demandan sus dientas, lo
que quiere la señora María del quinto piso o la carne melosa de ternera que le pide
Encarna del octavo, Amancio Ortega iba a convenirse en el «tendero» de la moda.
Iba a desarrollar esa ecuación que parece simple, pero que ha resultado mantenerse
en el tiempo y confi-gurar la estructura colosal que en la actualidad supone la red de
tiendas, producción. diseño, trasvase de información y distribu-ción de Zara.

Amancio tenía la firme convicción de que la comercialización de prendas a precios


asequibles. más bajos que los de sus com-petidores y con una calidad igual o
superior, solo era posible si concentraba todos los procesos del sector e ideaba una
fórmula dirigida a abaratar costes mediante la asunción de la fabricación. distribución
y venta del producto, algo inconcebible hasta ese momento. Según explica el
profesor Gustavo Mata Femández.Balbuena, Amando Ortega fue capaz de ver lo
que nadie había visto hasta

El nacimiento de la marca

Con aquellas directrices sobre el papel, la base estaba creada para lanzarse a abrir
una primera tienda. Pero antes de dar ese paso, había que encontrar un nombre. En
aquellos años no se concedía importancia a lo que hoy conocemos como «marca»
gracias al marketing, ni se contrataban expertas agencias de branding para buscar
un nombre impactante, sino que los propios dueños solían inspirarse en algún
detalle, en alguna experiencia vivida... en algo que nombran una forma de trabajar y
pudiera ser definido con una o varias palabras. Se trataba de algo que era muy fácil
de escribir, pero complicado de encontrar.

Amando buscaba un nombre para el ;primer negocio de su vida! La historia está


llena de ejemplos de marcas que han nacido por casualidad, sin una estrategia
preconcebida, y se han conver. tido en iconos universales. En el caso de la marca
Zara se puede afirmar que su nacimiento se debe a una combinación de casua-
lidades, aunque la idea partió de una famosa película protagoni-zada por Anthony
Quinn. Lo más probable, tal y como explica un colaborador de Amancio Ortega. es
que este se quedara im-pagado por el papel que interpretó Quinn en la película
Zorba Griego, que se estrenó en 1964, pero que no llegó a España hasta dos años
más tarde: «En algún cine de A Coruña, Ortega disfru-tó con aquel personaje casi
místico, luchador, amante de la vida, con ganas de progresar y de transmitir
esfuerzo y alegría. Muchas de estas cualidades las tenía Ortega y decidió poner a su
futura tienda de ropa en A Coruña, Zorba». Esta intensa película de Michael
Cacoyannis. con Anthony Quinn en el papel protagonista de Zorba, supuso para el
actor el mayméxito de su carrera. El argumento es sencillo pero cautivador. En la isla
griega de Creta, Basil (Alan Bates), un tímido e inhibido escritor, traba amistad con
Zorba (Quinn), un extrovertido cam-pesino con un imponente amor por la vida, y
volcado en aprovechar y saborear cada instante. Cuando Zorba acepta el trabajo
que Ea• sil le ofrece en su mina abandonada, el joven Basil inicia un camino de
aprendizaje y deja de ser un mero observador de la vida para tomar parte en ella,
empujado por la energía que transmite Zorba. Amancio Ortega se identificó con el
personaje de Zorba por sus ganas de vivir cada momento, participar, asumir un
papel importante y activo, y rechazar la pasividad de quien sc deja llevar.
La primera tienda Zara

Una vez registrado el nombre «Zara», el 15 de mayo de 1975 el incipiente


empresario asistió a la inauguración de su primera tien-da en el número 64.66 de la
calleJuan Flórez de A Coruña, a tan solo doscientos metros de distancia de la
camisería Gala, donde el mismo Amando Ortega dos décadas antes había trabajado
como aprendiz y repartidor de camisas.

La clave del negocio: una respuesta rápida

Amando Ortega estaba imbuido del espíritu del crecimiento, y en 1979 ya había
cuatro tiendas Zara en Galicia. El negocio de la tienda tenía tina característica
fundamental, que irla consolidán-dose a la par que Zara: la respuesta rápida.
Asimismo, esta em-pezó a extenderse en el sector textil en la segunda mitad de los
arios ochenta. Aquella estrategia, que recibía cl nombre de «pronto-moda». aspiraba
a mejorar la coordinación entre la distribución minoris-ta (los vendedores de tejidos
de materia prima para confeccionar las prendas) y la fabricación. El objetivo era
incrementar la velo-cidad y flexibilidad de las repuestas para adaptar la oferta a los
cambios de gustos de los clientes. Los profesores Pankaj Ghemawat y José Luis
Nueno, de la escuela de negocios IESE, explicaronn ata estrategia en un estu-dio de
2003 que analizaba el caso de Zara: «La respuesta rápida prometía ayudar a los
minoristas a reducir los errores de previsión.

El profesor Nueno todavía recuerda, ciertamente impresio• nado, corno un familiar


suyo le contaba que Amancio Ortega llegaba a Barcelona para negociar con los que
diseñaban ropa imitando las tendencias de las pasarelas de París y confecciona-ban
productos de menor calidad, pero que distribuían en masa a través de los
denominados «modaprontistas». Estos se caras terizaban por producir una prenda y
luego venderla sin interme-diarios, sin procesos de distribución complicados,
llegando de forma rápida al cliente, adaptando y rediseñando prendas que ya
existían, pero eran más caras, para convertirlas en cómodas y más baratas. Ese
carácter innovador de Amancio Ortega le hizo romper también con las estructuras
del trabajo textil que se aplicaban entonces. Por ejemplo, implantó cn la organización
de trabajo de Zara la simplificación de los procesos desde que se diseñaba la
prenda hasta que se vendía. pasando por la confección. La desintermediación fue la
primera decisión realmente in-novadora de este empresario, y se vio precipitada por
la quiebra en serie de algunos grandes clientes detallistas y mayoristas a principios
de los años ochenta.

Cuando uno pasa de un producto estándar —que es un uni-forme— a confeccionar


moda, el riesgo-moda aumenta. De ahí la necesidad de la rapidez en la
comunicación, para pasar inme-diatamente de la idea a la elaboración del producto.
La única forma de reducir cl riesgo-moda es reducir el tiempo entre el momento en
que se acomete una colección y el momento en que se vende. Así se explica la
rapidez que tiene Zara en la fabricación, y la rapidez con que el producto creado
llega a la tienda, como expli-ca el profesor Nueno.

3. Los motores de Zara: empleados, tiendas y


clientes
En Zara el cliente es el cauro del negocio. Toda gira en torno a él y hay que conocer
lo que quiere para ofrecérselo. Y si se quiere cumplir con esta premisa es preciso
proyectar la tienda y su esca-parate. Hay que diseñada. organizarla internamente
para que todo siga una lógica: desde la colocación de la ropa hasta el color y las
prendas que van a vestir a los maniquíes, pasando por la demanda de información al
cliente y el asesoramiento de este por parte de los empleados. Toda esta mecánica
de trabajo es asumida y exhi-bida con orgullo por cada uno de los empleados de
Zara y del resto de las siete marcas que conforman el universo empresarial de
Inditex, que las engloba fomentando que compitan entre ellas Todos los detalles son
tenidos en cuenta y examinados en el momento en que se abre la tienda para
colocar la ropa de la me-jor forma posible de modo que atraiga la atención de los
clientes. No es difícil encontrar a chicas jóvenes, con menos de 25 años, corriendo
de un lado para otro cuando llega el género del camión para renovar las prendas.

En la tienda Zara que hay en la avenida Diagonal de Barcelo-na, en la esquina con


la calle eisanova. en una zona repleta de oficinas. boutiques. restaurantes y
despachos, se ocupan de colo-car el género con un dobladillo perfecto. Además,
cualquier !aren. da doblada, hace años que no lleva alfileres sino pequeñas pinzas
metálicas que ha creado Zara para evitar perforar el tejido. Las vendedoras de este
establecimiento —al igual que las de cualquier otra tienda Zara del mundo— son
empleadas que han recibido una formación intensiva en la que aprenden la filosofía
de venta de la marca. como cl trato cortés pero no servicial con el cliente. sonreír,
dedicarle tiempo sin agobiarle mientras decide si va a comprar alguna prenda o
despedirle con amabilidad. Todos los trabajadores de Zara tienen la obligación de
atender al cliente, sin necesidad de presionarlos en modo alguno. con la simple
pregun-ta: «¿Encuentra lo que busca?».

La formación de los empleados de Zara

En tienda de la calle Casanova de Barcelona esperan a que cl géne-ro esté


descargado del camión y colocan pantalones. vestidos, ca-misetas, blusas... de tal
forma que el público no se acumule ante un mismo mostrador o estantería. Y el
proceso se repite en cualquiera de los establecimientos de Zara en todo el mundo. Y
no concluye hasta que se recolocan las nuevas prendas que han llegado, y las que
no se han vendido han pasado a ocupar otro lugar en la tienda. Teniendo en cuenta
que el 87 por ciento de la plantilla del grupo Inditex trabaja en las riendas. más del
80 por ciento de la

Las tiendas: espacio y captación de tendencias

Los puntos de venta que se han inaugurado en la última década son más
espaciosos y cómodos, han cuidado hasta el último de. talle y, en algunos casos,
han introducido otras ofertas ajenas al textil. como peluquería, masajes o rayos UVA.
Cuando entramos en una tienda Zara —o del resto de marcas del grupo Inditex—
comprobamos que los elementos que com-ponen el espacio han sido previamente
estudiados y diseñados en los laboratorios de la sede central en Arteixo. De ese
modo, todas las tiendas respetan la decisión tomada en la compañía, y reúnen un
identificador común de cadena. Pero los responsables de cada establecimiento
pueden sugerir ideas o variaciones en función de su clientela. Cada establecimiento
recibe dos veces a la semana productos nuevos, aunque el escaparate solo se
modifica una vez al mes: tienen zonas tanto para mujer como para caballero, y el
mobilia-rio no suele estar más de dos años expuesto al público. En la zona de
caballero el orden es casi absoluto, todo está calculado; primero las piezas de sport,
luego las de vestir. Todas las prendas están combinadas por colores a juego y
juntas, porque a los hombres no les gusta remover, cogen solo lo que les gusta. El
espacio de la mujer es diferente; las prendas están separadas por colores, pues las
mujeres combinan a su gusto. El escaparate es de uso exclusivo para los
escaparatistas. Na-die más lo puede tocar. Lo mismo ocurre con el decorado de la
tienda, que se modifica cada dos años. En función de la tenden-cia del momento,
adoptará uno u otro color.

Prendas globales y baratas: un estilo de venta sin publicidad

Interpretar las tendencias de la moda y los gustos de los clien-tes, ¿cómo se


consigue? No solo las tiendas sirven de análisis para saber qué demanda existe en
el mercado. Zara cuenta con un departamento de profesionales, amantes de la
moda, lulo-gueros que buscan gustos buceando en las redes sociales c intemet. y
colaboradores repartidos por las discotecas de Nue-va York, las zonas comerciales
de París, los pubs londinenses, los barrios más «chic» de Milán, o los bares y
lugares de moda de España para detectar modelos que gustan a potenciales
clientes de cualquier edad. En Zara son expertos en olfatear

saber qué busca la gente. Las ideas pueden surgir en cualquier parte. Pero la tienda
Zara también ha destacado siempre por ofrecer prendas al mejor precio del mercado
o. lo que es lo mismo, más baratas. Zara puede permitirse reducir su beneficio a
cambio de vender mayor volumen; ha democratizado y revolucionado la moda. En
España. las empresas de la distribución y fabricación textil han pasado de una
compencia feroz por atraer al cliente en un mercado liderado por cuatro grandes
marcas de moda a co-mienzos de década los años noventa, a una firma global como
Zara, que ha conseguido que miles de mujeres y hombres puedan vestirse bien. Y
eso no solo ha sucedido aquí, sino que se ha ex-tendido a otros ochenta países. Eso
sí, asumiendo el coste de que muchas personas coincidan en la calle con la misma
prenda, pues-to que Zara defiende la moda global, y propugna vestir a sus clientes
con sus prendas en todo el mundo. En la compañía destacan la decisión que desde
los comienzos adoptó Amando Ortega: no abusar de las campañas de publici-dad.
En efecto, apenas puede verse una tienda Zara aparecer en los medios de
comunicación o en una marquesina de una parada de autobús, puesto que la mejor
publicidad de Zara son sus tien-das y la composición de sus escaparates. Desde la
dirección de Inditex, Jesús Echevarría aclara por qué la principal publicidad de Zara
son las tiendas que definen una forma de concebir la proyección a pie de calle para
acercarse directamente al cliente:

La tienda no la concebimos como la suma de 5.500 tiendas en todo el mundo


delgrupo Indita ni las 1.700 de Zara por separado.

La clientela marca la tendencia


Zara es capaz de vestir a una mujer o a un hombre desde que tiene unos meses
hasta que alcanza la madurez. En Zara se co. nectan las originalidades que a
menudo se ofrecen desde las pa-sarelas, con el gusto de la gente de la calle. Visten
de moda tanto a europeos, americanos. asiáticos como a ciudadanos de Oriente
Próximo. Se esfuerzan en reeducar a sus clientes para que regre-sen a la tienda en
un plazo de dos semanas —el más corto entre las grandes cadenas de distribución
textil— a ver el género nue-vo que ha llegado. También les enseñan a comprar de
una deter-minada forma, hasta cl punto de que, si desaparecieran todas las tiendas
de repente, los consumidores tenderían a buscar en otros sirios esa misma forma de
comprar. Las tiendas aportan valor constante al proceso creativo y de venta de las
prendas de Zara en todos los establecimientos

tendencias que vestirán a mujeres y hombres de todo el mundo, y todo tiene


coherencia en la tienda. Tomamos nota de lo que nos dicen las dientas. habituales o
no. si prefieren una blusa de un coloro cinturones como complemento de pi-el para
que coincidan con un vestido que no tenemos, pero que confeccionaremos si hay
demanda. Y enviamos cada día un informe de ventas y de produe tos que no se han
vendido y preferencias ala sede central de Arteixo para que los diseñadores analicen
esa información y preparen las prendas que llegarán a la tienda en dos semanas.
Seguimos un hilo conductor en el que el cliente recorre la tienda, sube y baja plantas
y puede encontrar todo lo que busca para ir a trabajar, descansar en la playa o pasar
una velada en un momento especial. Y el diseño, tanto del escaparate como del
interior. está preparado para coinci. dir con las necesidades del público. Cada una
de las tiendas de Zara en todo el mundo se somete constantemente a una
capacidad crítica para conocer cómo facilitar la tarea y cómo comprender lo que
quieren los clientes. El objetivo: intentar llegar al gusto del consumidor de moda lo
más rápido posible: esa es nuestra razón de ser y nuestra máxima prioridad todos
los días.

con emotividad y como ejemplo de la importancia de la figura del encargado de


rienda en su relación con el cliente es el de Elena, quien durante más de veinte años
ocupó el puesto de encargada en la exclusiva zona de la calle Velázquez de Madrid
y que ya se ha jubilado. Se la consideraba toda una institución y era conoci-da como
«Elena de Velázquez». Había trabajado allí alrededor de quince años, pero llevaba
treinta años en la compañía, y era toda una referencia porque conocía los gustos de
ilustres tientas de la burguesía madrileña y atendía, con el mismo ímpetu que al
principio, a personas anónimas. Las encargadas de las tiendas tienen un amplio
abanico de responsabilidades en Zara, muy superior a los de las tiendas del resto de
empresas de distribución textil. Según relatan los profe-sores Prulkaj Ghemawat y
José Luis Nueno, además de las tareas que desempeñan como supervisoras del
funcionamiento comercial de la rienda, las encargadas tienen la responsabilidad de
mantener la imagen de la tienda, decidir la colocación de las prendas en el espacio
del establecimiento, transmitir los datos de respuesta de los clientes y sus
impresiones sobre los puntos de inflexión a los equipos de diseñadores de prendas
que están ubicados en la sede central de Aneixo. y tomar la decisión oportuna de
encargar o devolver el género que no se vende. Así lo explicaJesús Echevarría:

Un inmenso catálogo

Para lograr que el engranaje de esta maquinaria no se detenga, a marca apuesta


por la gran variedad en el catálogo de prendas que se ofrece al público. En las
tiendas la oferta es muy variada para conectar con los gustos de diferentes tipos de
hombres y mujeres, como explica un encargado de una tienda Zara del centro de
Madrid:

Particularidades de las tiendas Zara

Las tiendas Zara desempeñan un papel doble: el ser la cara de la compañía ante el
mundo y el originar una importante información que se transmite por la jerarquía del
grupo, desde las directrices de Anuncio Ortega hasta el comercial. Al mismo tiempo,
y según describen en su estudio sobre la marca los profesores Pankaj Ghemawat y
José Luis Nueno, las tiendas Zara centralizan buena parte de las decisiones
relacionadas con las presentaciones de los

escaparates y de los interiores. y con el uso de estas, para promo-cionar su imagen


de mercado. Zara traslada los principios de su filosofía comercial a la ar-quitectura
de sus tiendas: diseño, innovación permanente. rapidez de respuesta y adaptación
local a las expectativas de los clientes y a los requerimientos del entorno. La
creación de las tiendas se concibe como un proceso continuo y abierto, critico para
el ne-gocio, en el que profesionales de diversos departamentos parti-cipan de las
decisiones. Tiendas repartidas por ciudades de todo el mundo que acer-can su
propuesta de moda a la calle y que representan una autén-tica seña de identidad de
marca, siempre con un rasgo original y diferenciador. Aunque comparten unos
mismos principios. cada tienda es distinta y particular, adaptándose a culturas y
entornes distintos. En ocasiones. recuperan una parte del patrimonio his-tórico de
las ciudades, con cuidadosos proyectos de rehabilitación de espacios singulares.
Como explica losé Froján. director del estudio de arquitec-tura de Zara. las tiendas
son «entendidas como espacios de en-cuentro entre la moda y el cliente, las tiendas
cambian para aten-der nuevas necesidades». Aunque comparten la misma oferta de
artículos, cada tienda es distinta y particular. como consecuencia de la
imprescindible adaptación a los hábitos de compra y entor-nos sociales y culturales
distintos. La tienda responde a la demanda de sus clientes más próxi-mos, en un
radio de 500 metros como máximo. La moda que ofrece Zara en su catálogo de
artículos es global. Los clientes pueden encontrar un mismo modelo de prenda en la
tienda de la

Un nuevo modelo de tienda ecoeficiente

La tienda de Nueva York está ubicada en el edificio Tishman (en el 666 de la Quinta
Avenida, en la confluencia con la Calle 52). ocupa un emplazamiento único en una
de les áreas comerciales más importantes del mundo y presenta un diseño interior
inno-vador que refuerza el protagonismo de la moda. Ocupa más de 3.000 metros
cuadrados desuperficie, distribuidos en tres plantas, se abre al exterior con cinco
escaparates en una fachada de más de 23 metros. En ella trabajarán 450 personas.
La renovada imagen de esta tienda de Nueva York está basa-da en cuatro
principios: belleza, claridad, funcionalidad y soste. nibilidad. En todo el espacio prima
la sencillez, para permitir el contacto directo del cliente con la moda. En cada una de
las tres plantas, la tienda se ordena funcionalmente en corno a dos largos ejes,
pasillos o «pasarelas», que conducen a espacios individua-lizados o «cubos» en
cada lateral. en los que se muestran las distintas colecciones de forma
individualizada. Las maderas del mobiliario se han terminado en texturas que
recuerdan a tejidos como el lino o la seda, en colores neutros y elegantes. El
establecimiento de Nueva York profundiza en los com-promisos medioambientales e
incorpora medidas de ahorro,

4. La exportación global del modelo de tienda Zara

5. Del taller de confección al cliente, sin


intermediarios
6. La huella personal de Amancio Ortega en Zara

7. Inditex: Zara y sus marcas <<amigas>>

Crítica personal

Me gusto una frase suya que dice <<empecé de la nada y hay que seguir humilde
en la vida para que te respeten>> a pesar de que dejo la escuela su motivación y
sus ganas de ser alguien en la vida lo convirtieron en unos de los empresarios
españoles más ricos (económicamente hablando) en España, pero al mismo tiempo
siempre siendo humilde.

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