Psico U3

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Investiga en fuentes de consulta confiables 3 casos de comportamientos

individuales y/o colectivos relacionados con trastornos, enfermedades mentales


y/o malestar social.

De los casos investigados analiza los indicadores de comportamiento que


presenta y explica por qué requieren atención especializada. Argumenta sobre la
instancia que podría contribuir para su control.

Elabora un reporte con la información obtenida en un documento en Word con


máximo 2 cuartillas. Puedes incluir recursos gráficos (video, fotos, etc.) que
complementen la información. Incluye tus fuentes de consulta y cuida la ortografía
y redacción.

CASO CLINICO: INSOMNIO PRIMARIO

Mujer de 22 años de edad, estudiante de ciencias políticas. Nivel intelectual


medio-alto. Vive con sus padres y una hermana menor. Tiene pareja desde hace
dos años.

A los 18 años comenzó a tener dificultades para conciliar el sueño, mantener su


ritmo con normalidad y padecer despertares nocturnos. Acude a la consulta del
médico de familia acusando síntomas de insomnio y malestar físico. Este le receta
hipnóticos que tomó durante 3 meses, sin presentar mejoría por lo que acude a la
consulta.

En la evaluación del caso, se detectan síntomas de malestar físico, cansancio,


apatía, irritabilidad, inseguridad, sentimientos de inutilidad, dificultades para
concentrase y para dormir. Este malestar empezó cuando estaba cursando
bachillerato.

La paciente informa sobre la preocupación constante ante los estudios. Le provoca


gran nerviosismo y a veces siente presión en el pecho. Afirma que a veces, cree
que estas preocupaciones no la dejan dormir, por lo que al día siguiente se siente
cansada para continuar estudiando.

Manifiesta un alto nivel de exigencia y superación en sus estudios y una falta de


confianza en si misma. En el área social se desenvuelve sin problemas. Su circulo
social es amplio, cuanta con distintos grupos para salir y tiene dos amigas
especialmente íntimas con los que tiene confianza para hablar de cosas más
personales.

La convivencia familiar es buena. El problema más central son las discusiones que
mantiene con los padres, debido a que no la dejan dormir cuando está cansada y
esto provoca en la paciente cierta frustración e incomprensión por parte de la
familia.

Sintomatología

o Dificultades para conciliar el sueño

o Dificultades para mantener el sueño

o Despertar temprano adelantado

o Malestar físico: cansancio diurno

o Malestar psíquico: irritabilidad- apatía.

o Angustia provocada por la incapacidad de mantener un ritmo de sueño normal.

o Pensamientos negativos constantes sobre los estudios.

o Alto nivel de exigencia

o Baja autoestima y autoconfianza.

Objetivos del tratamiento

o Reducir el nivel de alerta previo al sueño y la ansiedad anticipatoria

o Reemplazar hábitos de sueño desadaptativos.

o Corregir las ideas irracionales y los pensamientos recurrentes que perturban el


sueño.

o Reforzar la habilidad del paciente para quedarse y permanecer dormido

OTRAS posibles áreas de intervención.

Ansiedad asociada a los estudios (afrontamiento de situaciones estresantes).

DIAGNÓSTICO:

Según los criterios del DSM IV, la paciente sufre una disomnia. Se trata de un
trastorno del inicio o el mantenimiento del sueño, que se caracteriza por una
alteración en la cantidad, la calidad y el horario del sueño. En concreto, esta
paciente manifiesta insomnio primario caracterizado por la dificultad para iniciar o
mantener el sueño, o la sensación de no haber tenido un sueño reparador durante
al menos un mes (en este caso la paciente lleva 4 años con esta sintomatología).
Esta alteración le provoca malestar clínicamente significativo y deterioro en el
rendimiento de sus estudios, que junto con las preocupaciones constantes
preexistentes sobre su capacidad para afrontar situaciones estresantes (periodo
de exámenes), agravan dicho rendimiento.

https://mariabotesierra.files.wordpress.com/2011/01/caso-clinico.pdf

Caso Nº 1

A.F. Se trata de un paciente de 40 años, físico nuclear, con elevado coeficiente


intelectual, que trabaja en Energía Atómica. Es traído en consulta por amigos y por
su esposa. Previamente esta consulta fue llevada a cabo por estos mismos, unos
seis meses antes. Se pidió ver al paciente. Finalmente éste accedió a venir, ya
que su círculo lo tenía muy presionado. En la entrevista a solas con él cuenta que
"fue notando, mientras estaba llevando a cabo un trabajo de investigación difícil y
fatigoso, que le faltaban notas, cuadernos y archivos", que fue observando que
"sus compañeros hablaban entre sí y cuando él se acercaba o pasaba al lado de
ellos, éstos callaban". Fue entonces uniendo la pérdida de sus notas con estos
compañeros, a quienes empezó a "perseguir, controlar, esquivar y tratar mal", lo
que fue generando un clima de mala convivencia laboral, ya que empezó con
"acusaciones, careos, pedido de explicaciones, notas, etcétera". El paciente
expresa este relato con vehemencia, certidumbre e irrefutabilidad: nada pudo
haber sido azaroso, realmente han querido perjudicarlo "por la envidia y celos que
le tienen por tener él a su cargo un trabajo mucho más importante". El hecho es
que fue tornándose más desconfiado, debía controlarlo todo varias veces,
comenzó a colocar sistemas de seguridad más estrictos sobre sus papeles, como
"cerraduras, llaves, candados dobles, etcétera". Se tornó receloso y cuidadoso
evitando comentar sus investigaciones, malhumorado y agresivo. La distancia
laboral interpersonal generada fue cada vez mayor, prácticamente no se hablaba
con nadie, se transformó en un ser taciturno y aislado, miraba a todos con
desprecio. También llevó este ánimo paranoide a su casa, manteniendo a nivel
familiar igual distancia y preocupación. Todos los intentos de su esposa para
contraargumentar lo que le sucedía fracasaban e incluso amigos iniciales del
trabajo también: nada lo hacía entrar en razones y siempre ofrecía con mucha
carga emotiva y enojo todas las pruebas de su instancia de persecución. Su
esposa inicialmente creyó que era así, hasta un punto en que ya no pudo entender
tanta persecución, por lo menos en el contexto del trabajo de su esposo, así que
se contactó con compañeros de éste y se encontró con otra realidad. Esta
situación terminó con la suspensión y no renovación del contrato laboral y de
investigación. Fuera de esta situación en el trabajo, el paciente siempre mantuvo
su mundo de intereses personales y nunca mostró un cambio negativo en su vida
personal, cuidado, deportes, hobbies, lecturas, y mantuvo todo dentro de cierto
orden, aunque se tornó más obsesivo y además, en palabras de su esposa, el
nivel de rendimiento ya no era el de antes y —ella lo notaba— también depresivo y
agobiado por la lucha que desplegaba en su lugar de trabajo. Finalmente aceptó
tomar unas gotas de haloperidol y algunas benzodiazepinas ansiolíticas. En
realidad estaba deprimido. Finalmente se fue de Energía Atómica: "Lograron
vencerme, realmente me perjudicaron". Acá se reactivó su ánimo persecutorio. En
ningún momento pretendió querellar. Sospechaba, llegó a pensar en la
persecución extralaboral, en el seguimiento, se sentía vigilado y pensaba también
en la posibilidad de que sus llamadas telefónicas estuviesen interferidas.
Posteriorrmente se acentuó el ánimo depresivo y hubo que darle antidepresivos.
Al cabo de unos 7 meses de tratamiento mejoró anímicamente, pero mantenía
incólume el delirio persecutorio, verosímil, lógico y creíble que siempre exponía
con mesura (estaba medicado), aunque en el fondo se podía notar el matiz
elevado de su ánimo. Finalmente este núcleo delirante persecutorio quedó como
un hecho sobre el cual el paciente dejó de hablar, salvo que cada tanto uno
preguntase acerca de él. Además su esposa también notó lo mismo. Se tranquilizó
mucho y recuperó su fuerza de siempre. Consiguió trabajo en otra empresa.
Durante un par de años de seguimiento siempre insistió en un complot en su
contra y siempre manifestó su enojo ante esta situación. Al poco tiempo, en la otra
empresa comenzó a notar lo mismo: persecución y que querían perjudicarlo. Es
más: comenzó a vincular a ambas empresas en contra de él. El resto de la vida
del paciente era igual. Fue deteriorándose econónicamente, ya que fue
nuevamente dejado sin trabajo por el mismo motivo. En síntesis, este paciente
siempre tuvo la idea delirante de persecución presente y ésta siempre mostró las
características de ser verosímil y creíble. Nunca se detectó otro fenómeno
psicopatológico. La estructura previa de personalidad era la de una caracteropatía
paranoica con rasgos obsesivos: era notable su soberbia, psicorigidez, falsedad
del juicio y egocentrismo, ya que todo giraba alrededor de él y nunca admitió la
posibilidad de haber errado en sus investigaciones, etcétera. Era un ser inteligente
pero difícil para convivir, siempre había en su mirada un aire distante y de cierto
enojo, no permitía un mayor acercamiento personal. Era su ánimo depresivo
recurrente el que permitía que viniese a consultar a un psiquiatra, además de la
exigente presión de su esposa.

Otro tema dentro de la interpretación es la grandeza o megalomanía. Acá el


paciente interpreta que lo que él cree es la verdad absoluta. El soberbio
equivocado ante la realidad cambia de opinión, esto es, termina admitiendo su
error, aunque parezca lo contrario. En el paranoico todos sus sistemas de
creencias y juicios de valor son la verdad. Acá, si bien puede haber persecución,
lo que domina es la idea de superioridad. El campo laboral puede ser cualquiera.
Estos pacientes con su habitual psicorigidez creen que lo que ellos piensan es la
certeza y no admiten crítica ni refutación ni contradicciones. Buscan la vuelta
intelectual para que nuevos conocimientos ingresen a su sistema. Terminan
armando un cuerpo doctrinario completamente lógico y creíble, pero precisamente
falso. Y cuando el enfermo tiene que defenderlo lo hace sin la más mínima
autocrítica. No es el investigador empecinado obsesivamente con una idea a la
que persigue, analiza y estudia, donde se puede detectar siempre la duda como
una constante. El paranoico parece un intelectual. Es un inauténtico del
pensamiento, ya que al no dudar se fanatiza. Rara vez consulta a un psiquiatra, en
realidad si lo hace es porque se ha deprimido ante el fracaso que le generan sus
actitudes. Mientras el paranoico perseguido cree, por sus interpretaciones
mórbidas, que lo quieren perjudicar, el paranoico megalómano cree, también por
interpretaciones anómalas, que es superior. A diferencia del soberbio, estos
megalómanos carecen de autocrítica.

Otro aspecto ofrecen los llamados "arregladores". Estos pacientes creen tener las
soluciones para todas las cuestiones políticas, sociales, económicas, religiosas,
científicas, filosóficas, etcétera. Son obviamente megalómanos. Creen de la
misma manera —paranoicamente— en su sistema de creencias. Pueden tener
una actitud combativa y comprometida con el sistema al cual combaten o
defienden. Acá pueden rozar con los fanáticos idealistas. Pero la pasión no es tan
intensa como en estos últimos, que llevan las cosas hasta las últimas
consecuencias. Es más intelectual y pasiva. No es una acción como la del
fanático. Es un pensamiento irrefutable de poder arreglarlo todo. Ellos tienen esta
verdad incuestionable. Cuanto más inteligentes, como en todo el círculo
paranoico, más complejo es el problema para los que rodean a este paciente. El
hecho es que a la larga fracasan porque no arreglan nada. Y consultan porque se
deprimen secundariamente.

Dentro del grupo de las psicosis pasionales de Clérambault se agregan hechos


notables desde todo punto de vista. Sobre la base de una estructura paranoica u
obsesiva se agrega la pasión, o sea la valencia afectiva que genera gran acción.
La reivindicación es el afán de buscar reparación moral ante un daño u ofensa
recibidos. Hay que reivindicar a toda costa. Si bien este sentimiento lo podemos
padecer todos, ya que es justo querer reivindicación ante un daño, esta situación
con el transcurso del tiempo cede, se enfría. Y así, cuando uno quería litigar,
ahora afloja, no tiene ganas o no le interesa más. En cambio, en la paranoia
reivindicatoria este afecto permanece incólume y moviliza todo tipo de acciones,
durante mucho tiempo, ya que se retroalimenta continuamente. A veces, ante
situaciones que normalmente se pueden evitar, acá es motivo de juicio, de una
nota o de un cuestionamiento verbal. No dejan pasar nada, no es que sean
quejosos mórbidos; ante un daño quieren a toda costa una reparación, pero a
veces ésta es absurda. Si no la obtienen, se quejan o hacen una nota o se
embarcan en un juicio costoso e innecesario o llegan a cometer lesiones por
arrebato o se convierten en perseguidores. Esto es, se tornan peligrosos. Estas
personas se detonan fácilmente de esta manera. Fuera de ello son seres normales
que trabajan sin mayores problemas. Pero con el tiempo se hartan de él porque
agotan con tanta nota, querella, agresividad, pedido de explicaciones y búsqueda
de reparación que nunca obtienen.

En el libro de Colina y Alvarez (pág. 219) consta de P. Serieux y J. Capgras: el


delirio de reivindicación (delirio convincente) es menos un "delirio" que la
manifestación de una personalidad psicopática. El delirio de reivindicación parte
de una idea fija, en el de interpretación se llega a una idea fija tras una larga fase
preparatoria. El reivindicador quiere hacer triunfar su idea obsesiva, el
interpretador comienza por emitir juicios falsos sin un plan determinado. Dice (pág.
202): en el delirio de interpretación hay:

1. Interpretaciones delirantes,

2. Ausencia de alucinaciones,

3. Persistencia de la lucidez y actividad psíquica,

4. Evolución, por extensión progresiva de la interpretación,

5. Incurabilidad sin demencia terminal.

Cita a Regis (pág. 201): "La interpretación delirante es a la idea delirante lo que la
ilusión es a la alucinación". K. Serieux y Capgras circunscriben la paranoia en
relación a estas especies clínicas de interpretación y de reivindicación (pág. 205).
Hay dos tipos de reivindicación:

1) El delirio reivindicador egocéntrico (pleitistas, ciertos artistas, literatos


incomprendidos, perseguidos hipocondríacos, amorosos, etcétera),

2) El delirio de reivindicación altruista (inventores, reformadores, profetas,


taumaturgos, fanáticos, anarquistas, regicidas y magnicidas (pág. 209).
El reivindicador es un obseso, ya que no vacila en sacrificar su fortuna, su familia,
su libertad y su propia vida ("odio enfermizo" de Morel) (pág. 215).

Serieux y Capgras resumen así estos delirios:

1) Delirio de interpretación (error del juicio), y

2) Delirio de reivindicación (ideas obsesivas, fijas, con exaltación pasional).

Esto equivale a lo esquematizado por Clérambault en su clasificación: paranoia y


psicosis pasionales (erotomanía, reivindicación y celos) respectivamente (pág.
264).

https://www.alcmeon.com.ar/5/20/a20_02.htm

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