La Doctrina Del Levantamiento Del Velo Societario Expo
La Doctrina Del Levantamiento Del Velo Societario Expo
La Doctrina Del Levantamiento Del Velo Societario Expo
CONCEPTO
1
ELÍAS LAROZA, Derecho Societario Peruano, cit., T. I, p. 34.
Para Isaac Halperin, el levantamiento del velo, significa la prescindencia de la persona
jurídica para responsabilizar al ente por los hechos u obligaciones de otro ente,
jurídicamente tercero (sea persona física o jurídica)2.
Para Dobson, esta doctrina es un conjunto de remedios jurídicos mediante la cual resulta
posible prescindir de la forma de la sociedad o asociación con que se halla revestido un
grupo de personas y bienes, negando su existencia autónoma como sujeto de Derecho
frente a una situación jurídica particular. Estos remedios en algunos supuestos permitirán
prescindir de la forma jurídica misma, negando la existencia autónoma del sujeto de
Derecho, mientras que en otros se mantiene la existencia autónoma del sujeto, pero se
niega al socio la responsabilidad limitada3.
Para Fernando de Trazegnies Granda: “El descorrimiento del velo societario es una
institución nueva, destinada a evitar que, detrás de un formalismo jurídico que cumple un
papel de escudo, se desarrollen actividades que perjudican a ciertos accionistas de la
sociedad o a terceros vinculados con algún tipo de contrato”4.
Se trata de una invención del Derecho angloamericano que surge como solución a nivel
judicial frente a los fraudes cometidos por los miembros, teniendo como cobertura a las
personas jurídicas, siendo el caso emblemático cuando el ente social extralimita sus
funciones en sus relaciones con los particulares, especialmente en aquellas sociedades
donde hay límites en la responsabilidad de sus miembros. Dependiendo del sistema en
el cual se recurra a esta doctrina, teoría o técnica, los alcances de su aplicación serán
distintos, ya que los supuestos serán delimitados también de manera diferente.
OBJETO
Hay varias formas de describir el objeto de la Doctrina del levantamiento del velo
societario. Por un lado, ante los actos irregulares cometidos por los socios de la persona
2
HALPERIN, Isaac, Sociedades Anónimas, 2ª ed., Depalma, Buenos Aires, 1998.
3
DOBSON, El abuso de la personalidad jurídica (en el derecho privado), cit., pp. 11, 12.
4
TRAZEGNIES GRANDA, Fernando de, “El rasgado del velo societario dentro del
arbitraje”, en Ius et Veritas, Año XIV, Nº 29, Lima, [2005], p. 12.
jurídica o de la sociedad dominante, se puede penetrar en el interior del ente social
alcanzando a las personas físicas que la integran y a sus bienes, cuando se adviertan
conductas fraudulentas o usos antisociales con perjuicio de terceros. Así también
podemos señalar que tiene por objeto que el Juzgador verifique si en un determinado
caso existen circunstancias que evidencien el uso fraudulento del ente social a fin de
eludir sus obligaciones, siendo su atribución descorrer el velo societario con el objeto que
los miembros que la componen respondan por los actos fraudulentos. De lo que se trata
es de superar todos aquellos actos negativos generados por todas las conductas
abusivas y fraudulentas que efectúan los socios en nombre de la sociedad, cuando
incluso se invoque o ampare, para la realización de dichos actos fraudulentos, en la
regulación establecida en nuestro ordenamiento jurídico. Con esta doctrina lo que se
vendría a obtener es un resultado justo aplicado obtenido por equidad 5.
ANTECEDENTE HISTÓRICO
La doctrina cuyo estudio nos ocupa proviene del Derechos anglosajón, esto es, del
common law, donde los jueces “crean el Derecho”, y recurren supletoriamente a la
equidad, convirtiéndose ésta en el principio superior para aplicar la Doctrina del
levantamiento del velo societario o disregard.
5
GARCÍA VICENTE, Jaime, Responsabilidad solidaria y levantamiento del velo en la
jurisdicción social, Bosch, Barcelona, 2003, p. 43.
El fideicomiso es un negocio jurídico entre una persona —
fideicomitente— que traspasa los activos al fideicomiso y el individuo o
empresa —fiduciario— confiada con la protección, quien efectivamente
tiene el control, la administración y la última distribución de los activos del
mismo, a favor de las personas —beneficiario— con derecho a recibir los
beneficios del os activos y/o de la renta, según se indique en el acuerdo
privado.
fideicomisarios tenían derechos más fuertes que los accionistas, por
tanto, si es que estos últimos, en caso de estado de quiebra, recibieran
dinero o bienes del patrimonio social, sin antes haber pagado a todos los
acreedores, entonces por equidad los acreedores fideicomisarios podían
ir directamente contra esos accionistas, superando la autonomía
patrimonial. La jurisprudencia anglosajona aplicó en los tribunales del
Reino Unido esta figura a fin de remediar los actos antijurídicos que
realizaban los socios a través de la organización colectiva, utilizándola
como una “pantalla” o “máscara” que les sirva de cobertura.
No podemos tratar el tema sin hablar del alemán Rolf Serick364, quien
es reconocido como uno de los grandes propulsores de la Doctrina del
levantamiento del velo societario, llegando incluso a decirse que él es
objeto de admiración por su análisis cuidadoso de la realidad, su
inducción más allá de las formas y el criterio finalista o teleológico que
inspiran sus soluciones365. Introduce la concepción relativa a que la
desestimación o prescindencia de la personalidad jurídica es un tema que
pertenece al campo del abuso del derecho, entendido en términos
concretos, como que la persona jurídica puede ser allanada en dos
supuestos: cuando se la “utiliza abusivamente” y para los fines de
“enlazar determinadas normas con la personas jurídicas”. Además,
también hace una gran crítica y reflexión al hecho que en la jurisprudencia
alemana se ha privilegiado el principio de equidad a la seguridad jurídica,
lo que sin duda es el fundamento de todas las posiciones contrarias a
esta doctrina. El valor que encontramos a su estudio y reflexión es que la
crítica no se queda en una detracción sin aporte, sino que a partir de la
evaluación de supuestos nos da pautas para poder determinar algunos
supuestos que pueden ser tomados como referenciales para la aplicación
de la doctrina.
Son aquellos supuestos en los que se causa daño pero que no son
consecuencia de fraude a la ley por medio de persona jurídica, tampoco
por fraude o violación de contrato y lesión contractual.
Es el Juez quien al resolver debe aplicar las reglas que hayan sido
burladas mediante el acto defraudatorio, según cada caso específico.
Ahora bien, debe quedar en claro que la norma transgredida debe ser de
obligatorio
b) Insuficiencia de capital
“Esta es, sin duda, materia jurídica altamente controvertida. Pero poco a
poco, jueces, árbitros y tratadistas se han aventurado a explorar este
peligroso —aunque muchas veces indispensable— túnel conceptual que
permite atravesar la aparentemente maciza montaña de la personalidad
societaria para echar una mirada al paisaje que se presenta del otro lado”.
El subrayado es nuestro.
RUBIO CORREA, El sistema jurídico. Introducción al Derecho, cit., p.
190.
Otra fuente es la costumbre pero no una común sino una que cumpla
ciertos requisitos para adquirir la calidad de costumbre jurídica como uso
generalizado, conciencia y obligatoriedad y permanencia en el tiempo, a
ello hay que agregarlo el reconocimiento y respaldo estatal. Se distingue
entre costumbre fuente y costumbre norma, la primera es una a partir de
la cual se podrá producir Derecho, mientras que la segunda es escrita ya
forma parte del ordenamiento jurídico.
Hemos dejado para el final la doctrina por cuanto nos interesa darle
mayor relieve por su relación con el tema que estamos tratando.
Los plenos jurisdiccionales son reuniones que agrupan a magistrados
de la misma instancia y especialidad con el objeto de analizar situaciones
problemáticas relacionadas al ejercicio de la función jurisdiccional;
debatir sobre las mismas y buscar soluciones; comparar los distintos
puntos vista respecto a situaciones similares, anotando sus virtudes y
defectos; debatir sobre los distintos criterios de interpretación de las
prescripciones y aplicación del conocimiento jurídico para la solución de
los conflictos sociales de su especialidad, escogiendo finalmente el
criterio más apropiado en cada caso. La importancia de los plenos está
en el establecimiento de criterios de política jurisdiccional sobre
determinadas materias, entendiéndose que ésta, la política jurisdiccional,
está constituida por la suma de las decisiones emitidas por los jueces al
resolver en los casos particulares sometidos a su consideración. Además
es objetivo de la celebración de Plenos Jurisdiccionales, uniformar la
jurisprudencia haciendo de esa manera predecibles las resoluciones
judiciales, lo cual es necesario para conceder seguridad jurídica a la
colectividad en diversos niveles. Los plenos jurisdiccionales pueden ser
distritales (entre los vocales especializados del mismo distrito),
regionales (si comprende magistrados de varias Cortes) o Nacionales si
convoca a los vocales de todos los distritos judiciales.
2.1. La doctrina como fuente de Derecho
Hay que tener presente que “el estudioso del Derecho deberá
adquirir la convicción de que parte esencial de sus conocimientos
jurídicos van a provenir de la doctrina. En caso contrario, es seguro que
nunca podrá conocer a profundidad y, en consecuencia, aplicar
correctamente,
4 toda la complejidad del sistema jurídico con el que
trabaja cotidianamente”
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406.
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Que no haya consenso general respecto a que la doctrina, como
fuente de Derecho, es vinculante o no, no impide que se pueda recurrir a
ella válidamente para decidir el Derecho que corresponde y alcanzar el
fin último de un proceso, el cual es resolver un conflicto de intereses y
mantener la paz social en Justicia.
El subrayado es nuestro
jurisdiccional. Éste tiene dos componentes: la discrecionalidad,
garantizado por de la independencia judicial, como atribución del Juez y
la arbitrariedad misma.
NECESIDAD DE LA DOCTRINA
5.6. En el arbitraje
En este ámbito, donde se someten a arbitraje situaciones y
relaciones bastante complejas, se presenta el tema de la doctrina del
levantamiento del velo societario. Fernando de Trazegnies 422 trata el
tema ampliamente y señala que un caso sería “que un grupo económico
extranjero obtiene la buena pro para desarrollar una obra dentro de las
fronteras de un determinado Estado y, para este efecto, utiliza una u otra
de las compañías que integran el grupo,
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constitucional.
CONDORELLI, El abuso del derecho, cit., p. 12.
ANEXO Nº 1
En Lima, a los catorce días del mes de agosto de dos mil dos, reunido el
Tribunal Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia
de los señores Magistrados Rey Terry, Vicepresidente; Revoredo
Marsano, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y García
Toma, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
ANTECEDENTES
FUNDAMENTOS
El Tribunal entiende que hay una cuestión previa sobre la que debe
detenerse a fin de evaluar correctamente el sentido de la pretensión. La
demandante, en efecto, ha señalado que el objeto de su pretensión es
que los demandados se abstengan de seguir difundiendo noticias
inexactas, pues ello agravia sus derechos constitucionales a la banca,
garantía del ahorro, libre contratación y estabilidad en el empleo de sus
trabajadores.
Esta condición de las libertades informativas requiere que, cada vez que
con su ejercicio se contribuya con el debate sobre las cosas que interesan
a todos, deban contar con un margen de optimización más intenso, aun
cuando con ello se pudiera afectar otros derechos constitucionales. Lo
anterior no implica que ambas libertades tengan que considerarse como
absolutas, esto es, no sujetas a límites o que sus excesos no sean
sancionables. Con anterioridad, este mismo Tribunal Constitucional ha
señalado que, con carácter general, todos los derechos fundamentales
pueden ser objeto de limitaciones o restricciones en su ejercicio. Pero,
cuando ello se haga, tales límites no pueden afectar el contenido esencial
de ellos, pues la limitación de un derecho no puede entenderse como
autorización para suprimirlo.
CAS. Nº 3127-98-LIMA
RESOLUCION Nº 1091-2005/TDC-INDECOPI
EXPEDIENTE Nº 104-2004/CCD
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I COMISION DE REPRESIÓN DE
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SESLEAL (LA COMSION)
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C : BEMBOS S.A.C (BEMBOS)
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I COMPETENCIA DESLEAL
A : CONFUSION
EXPLOTACION DE LA
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GRADUACION DE LA SANCION
PRECEDENTE DE
OBSERVACIA OBLIGATORIA
COSTAS Y COSTOS
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V RESTARUANTES BARES Y
I : CANTINAS
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A
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SANCION: Amonestación
I. ANTECEDENTES
Introducción
Sea cual sea su categoría, todo accionista debe tener los mismos
derechos de voto. Todos los inversores deben tener acceso a información
acerca de los derechos de voto asociados a todos los tipos de acciones
antes de adquirirlas. Cualquier cambio de los derechos de voto debe
estipularse mediante votación de los accionistas.
Donde los derechos de los grupos de interés estén protegidos por ley,
toda entidad debe contar con la posibilidad de obtener reparación efectiva
por la violación de sus derechos.
Donde los grupos de interés formen parte del proceso del gobierno
societario, deben tener acceso a información relevante.
IV. Comunicación y Transparencia Informativa
Los miembros del Directorio deben desempeñar su labor de buena fe, con
la diligencia, cuidado y reserva debidos, velando siempre por los mejores
intereses de la empresa y de sus accionistas, contando con una
información completa.
5 Cranch 61 1809
March 15. Marshall, Ch. J., delivered the opinion of the court as follows:
Two points have been made in this cause.
By the judicial act, the jurisdiction of the circuit courts is extended to cases
where the constitutional right to plead and be impleaded, in the courts of
the Union, depends on the character of the parties; but where that right
depends on the nature of the case, the circuit courts derive no jurisdiction
from that act, except in the single case of a controversy between citizens
of the same state, claiming lands under grants from different states.
Unless, then, jurisdiction over this cause has been given to the Circuit
Court by some other than the judicial act, the bank of the United States
had not a right to sue in that court, upon the principle that the case
arises under a law of the United States. The plaintiffs contend that the
incorporating act confers this jurisdiction.
That act creates the corporation, gives it a capacity to make contracts and
to acquire property, and enables it "to sue and be sued, plead and be
impleaded, answer and be answered, defend and be defended, in courts
of record, or any other place whatsoever."
But the 9th article of the 7th section of the act furnishes a conclusive
argument against the construction for which the plaintiffs contend. That
section subjects the president and directors, in their individual capacity,
to the suit of any person aggrieved by their putting into circulation more
notes than is permitted by law, and expressly authorizes the bringing of
that action in the federal or state courts.
This evinces the opinion of Congress, that the right to sue does not imply
a right to sue in the courts of the Union unless it be expressed. This idea
is strengthened also by the law respecting patent rights. That law
expressly recognizes the right of the patentee to sue in the circuit courts
of the United States.
A constitution, from its nature, deals in generals, not in detail. Its framers
cannot perceive minute distinctions which arise in the progress of the
nation, and therefore confine it to the establishment of broad and general
principles.
The judicial department was introduced into the American constitution
under impressions, and with views, which are too apparent not to be
perceived by all. However true the fact may be, that the tribunals of the
states will administer justice as impartially as those of the nation, to parties
of every description, it is not less true that the constitution itself either
entertains apprehensions on this subject, or views with such indulgence
the possible fears and apprehensions of suitors, that it has established
national tribunals for the decision of controversies between aliens and a
citizen, or between citizens of different states. Aliens, or citizens of
different states, are not less susceptible of these apprehensions, nor can
they be supposed to be less the objects of constitutional provision,
because they are allowed to sue by a corporate name. That name, indeed,
cannot be an alien or a citizen; but the persons whom it represents may
be the one or the other; and the controversy is, in fact and in law, between
those persons suing in their corporate character, by their corporate name,
for a corporate right, and the individual against whom the suit may be
instituted. Substantially and essentially, the parties in such a case, where
the members of the corporation are aliens, or citizens of a different state
from the opposite party, come within the spirit and terms of the jurisdiction
conferred by the constitution on the national tribunals.
As our ideas of a corporation, its privileges and its disabilities, are derived
entirely from the English books, we resort to them for aid, in ascertaining
its character. It is defined as a mere creature of the law, invisible,
intangible and incorporeal. Yet, when we examine the subject further, we
find that corporations have been included within terms of description
appropriated to real persons.
The statute of Henry VIII. concerning bridges and highways, enacts, that
bridges and highways shall be made and repaired by the "inhabitants of
the city, shire, or riding," and that the justices shall have power to tax every
"inhabitant of such city," &c., and that the collectors may "distrain every
such inhabitant as shall be taxed and refuse payment thereof, in his lands,
goods and chattels."
Under this statute those have been construed inhabitants who hold lands
within the city where the bridge to be repaired lies, although they reside
elsewhere.
Lord Coke says, "every corporation and body politic residing in any
county, riding, city, or town corporate, or having lands or tenements in any
shire, que propriis manibus et sumptibus possident et habent, are said to
be inhabitants there, within the purview of this statute."
The tax is not imposed on the person, whether he be a member of the
corporation or not, who may happen to reside on the lands; but is imposed
on the corporation itself, and, consequently, this ideal existence is
considered as an inhabitant, when the general spirit and purpose of the
law requires it.
These opinions are not precisely in point; but they serve to show that, for
the general purposes and objects of a law, this invisible, incorporeal
creature of the law may be considered as having corporeal qualities.
It is true that as far as these cases go they serve to show that the
corporation itself, in its incorporeal character, may be considered as an
inhabitant or an occupier; and the argument from them would be more
strong in favor of considering the corporation itself as endowed for this
special purpose with the character of a citizen, than to consider the
character of the individiuals who compose it as a subject which the court
can inspect, when they use the name of the corporation, for the purpose
of asserting their corporate rights. Still the cases show that this technical
definition of a corporation does not uniformly circumscribe its capacities,
but that courts for legitimate purposes will contemplate it more
substantially.
If, then, the Congress of the United States had, in terms, enacted that
incorporated aliens might sue a citizen, or that the incorporated citizens
of one state might sue a citizen of another state, in the federal courts, by
its corporate name, this court would not have felt itself justified in declaring
that such a law transcended the constitution.
If a corporation may sue in the courts of the Union, the court is of opinion
that the averment in this case is sufficient.
Being authorized to sue in their corporate name, they could make the
averment, and it must apply to the plaintiffs as individuals, because it
could not be true as applied to the corporation.
ANEXO Nº 6
At the time the legal requirement for incorporation was that at least seven
persons subscribe as members of a company i.e. as shareholders. The
shareholders were Mr. Salomon, his wife, daughter and four sons. Two of
his sons became directors; Mr. Salomon himself was managing director.
Mr. Salomon owned 20,001 of the company's 20,007 shares - the
remaining six were shared individually between the other six
shareholders. Mr. Salomon sold his business to the new corporation for
almost £39,000, of which £10,000 was a debt to him. He was thus
simultaneously the company's principal shareholder and its principal
creditor.
When the company went into liquidation, the liquidator argued that the
debentures used by Mr. Salomon as security for the debt were invalid, on
the grounds of fraud. The judge, Vaughan Williams J. accepted this
argument, ruling that since Mr. Salomon had created the company solely
to transfer his business to it, the company was in reality his agent and he
as principal was liable for debts to unsecured creditors.
The appeal
The Court of Appeal also ruled against Mr. Salomon, though on the
grounds that Mr. Salomon had abused the privileges of incorporation and
limited liability, which the Legislature had intended only to confer on
"independent bona fide shareholders, who had a mind and will of their
own and were not mere puppets". The lord justices of appeal variously
described the company as a myth and a fiction and said that the
incorporation of the business by Mr. Salomon had been a mere scheme
to enable him to carry on as before but with limited liability.
The Lords
Lord Macnaghten asked what was wrong with Mr. Salomon taking
advantage of the provisions set out in the statute, as he was perfectly
legitimately entitled to do. It was not the function of judges to read
limitations into a statute on the basis of their own personal view that, if the
laws of the land allowed such a thing, they were "in a most lamentable
state", as Malins V-C had stated in an earlier case in point, In Re Baglan
Hall Colliery Co., which had likewise been overturned by the House of
Lords.
"Either the limited company was a legal entity or it was not. If it were, the
business belonged to it and not to Mr Salomon. If it was not, there was no
person and no thing to be an agent [of] at all; and it is impossible to say
at the same time that there is a company and there is not."
The House further noted:
Post-Salomon developments
the decades since Salomon's case, his has came out of the closet various
exceptional circumstances have been delineated, both by legislatures and
the judiciary, in England and elsewhere (including Ireland) when courts
can legitimately disregard a company's separate legal personality, such
as where crime or fraud has been committed.
Although Salomon's case is cited in court to this day, it has met with some
criticism. For example, Kahn-Freund called the decision "calamitous" in
his article published at [1944] 7 MLR 54. In that article, the author also
called for the abolition of private companies.
EXP. Nº 051-95
Sec. E. Wong
RESOLUCION NÚMERO:
Independencia, diez de mayo del dos mil uno
BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Parte General, T. I, 11ª ed.,
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1996.
CASTILLO ALVA, José Luis, “El actuar por otro...”, en Normas Legales, T.
279, Trujillo, 1999.
REYES ECHANDÍA, Alfonso, Derecho Penal. Parte General, 11ª ed., Temis,
Bogotá, 1989.
ROBLES, Gregorio, Los derechos fundamentales y la ética de la sociedad
actual, Civitas, Madrid, 1992.
TRAZEGNIES GRANDA, Fernando de, “El rasgado del velo societario dentro
del arbitraje”, en Ius et Veritas, Año XIV, Nº 29, Lima, [2005].
Z
URTECHO NAVARRO, Alejandro, “Tras los orígenes de un paradigma.
Ú
Breve esbozo de la incidencia de las teorías clásicas de la pena en el
Ñ
aforismo jurídico societas delinquere non potest”, en Actualidad Jurídica,
I
Nº 159, Lima, 2007.
G
A
VICENTE DOMINGO, Elena, “El daño”, en Lecciones de Responsabilidad
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