Lectu Ra
Lectu Ra
Lectu Ra
ANEXO DE LECTURAS
La supremacía constitucional
L
del crédito inscrito sobre
la propiedad no inscrita
Fo NINAMANCCO CÓRDOVA*
Fort
El autor, uno de los amicus curiae del VII Pleno Casatorio Civil, considera que no es posi-
Tema relevante
ble negar la supremacía constitucional del crédito inscrito sobre la propiedad no inscrita.
Fundamenta su posición señalando que el crédito tiene una situación de privilegio dentro
del conjunto de derechos patrimoniales protegidos por el artículo 21 de la Convención
Americana sobre los Derechos del Hombre y el artículo 70 de la Constitución. Además,
afirma que el caso Tibi vs. Ecuador de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
nada tiene que ver con una tercería de propiedad; sin embargo, contiene un puntual fun-
damento que privilegia la inscripción registral cuando se trata de resolver cuestiones de
oponibilidad de derechos.
* Abogado y magíster en Derecho con mención en Derecho Civil y Comercial por la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos (UNMSM). Profesor de Derecho en la UNMSM, Universidad Ricardo Palma y Universidad San Ignacio de
Loyola. Miembro del Consejo Consultivo del Instituto de Derecho Privado.
1 NINAMANCCO CÓRDOVA, Fort. Embargo inscrito y tercería de propiedad. Su oponibilidad en la jurisprudencia.
Gaceta Jurídica, Lima, 2013.
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Me hubiera gustado solicitar unos minu- que, incluso desde una perspectiva consti-
tos más para exponer un par de considera- tucional, el crédito resulta ser más impor-
ciones adicionales, ambas de corte consti- tante que la propiedad3. Además, y esto no
tucional. Aprovecho la oportunidad que me había tenido oportunidad de decirlo antes,
confiere Gaceta Civil & Procesal Civil para el derecho de propiedad contemplado en el
hacerlo ante usted, amable lector o lectora. citado artículo 70 posee un sentido bastante
De manera que, en estos breves apuntes, especial, distinto al tradicional del derecho
voy a exponer, con algo más de detalle por civil. Lo mismo debe decirse en relación al
supuesto, tales consideraciones. artículo 21 de la Convención. Se trata de un
Es el caso que se viene repitiendo la idea sentido que, bien vistas las cosas, no hace
según la cual el debate sobre la tercería de más que fortalecer la posición del acree-
propiedad quedaría zanjado, en favor del dor embargante en el debate sobre la terce-
tercerista, gracias al artículo 70 de la Cons- ría de propiedad. En otras palabras, con base
titución y el artículo 21 de la Convención a esta última consideración, parece difícil
Americana sobre Derechos Humanos (en negar una supremacía constitucional del cré-
adelante, la Convención). Dado que la pro- dito sobre la propiedad, civilmente entendi-
piedad es constitucionalmente inviolable y dos estos derechos subjetivos patrimonia-
es un derecho humano, se tiene que preferir les. Veamos.
al tercerista, frustrando el crédito del acree-
dor embargante y afectando negativamente I. El argumento constitucional en
el rol de publicidad y confianza que brin- favor del tercerista de propiedad:
dan los registros públicos. En tal sentido, se la tutela contenida en el artículo 70
sugiere que el crédito, supuestamente por de la Constitución y en el artículo
carecer del carácter de inviolabilidad, debe 21 de la Convención Americana
ser sacrificado ante la propiedad no inscrita. sobre Derechos Humanos
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4 GONZALES BARRÓN, Gunther. “¡Lo mío es tuyo! Crítica a la doctrina, ilegal e inmoral, por la cual las deudas de unos
se pagan con los bienes de otros: análisis y crítica jurisprudencial”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. N° 134, Gaceta
Jurídica, Lima, noviembre de 2009, p. 39; e Id. El futuro de la publicidad registral: ¿extremismo o realismo? En: Revista
Jurídica Thomson Reuters. Año 2, Nº 67, 14 de abril de 2014, p. 11.
5 GONZALES BARRÓN, Gunther. “Sobre la paradoja de crear derechos a partir del embargo de bienes ajenos”. En: Revista
Jurídica Thomson Reuters. Año II, Nº 87, 1 de setiembre de 2014, p. 5.
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6 GONZALES BARRÓN, Gunther. “Sobre la paradoja de crear derechos a partir del embargo de bienes ajenos”. Ob. cit.,
p. 37.
7 Artículo 21 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Derecho a la propiedad privada.
1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce al interés social.
2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnización justa, por razones de uti-
lidad pública o de interés social y en los casos y según las formas establecidas por la ley.
3. Tanto la usura como cualquier otra forma de explotación del hombre por el hombre, deben ser prohibidas por la ley.
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8 WESTERMANN, Harry; WESTERMANN, Harm Peter; GURSKY, Karl-Heinz y EICKMANN, Dieter. Derechos reales.
Vol. 1. Traducción de Ana Cañizares Laso, José María Miquel González, José Miguel Rodríguez Tapia, y Bruno Rodrí-
guez-Rosado. Fundación Cultural del Notariado, Madrid, 2007, pp. 299 y 300.
9 Nótese la evidente semejanza entre ambos dispositivos constitucionales:
Artículo 70 de la Constitución peruana:
“El derecho de propiedad es inviolable. El Estado lo garantiza. Se ejerce en armonía con el bien común y dentro de los
límites de ley. A nadie puede privarse de su propiedad sino, exclusivamente, por causa de seguridad nacional o necesi-
dad pública, declarada por ley, y previo pago en efectivo de indemnización justipreciada que incluya compensación por el
eventual perjuicio. Hay acción ante el Poder Judicial para contestar el valor de la propiedad que el Estado haya señalado
en el procedimiento expropiatorio”.
Artículo 14 de la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania:
(1) La propiedad y el derecho a la herencia están garantizados. Su contenido y sus límites serán determinados por las
leyes. (2) La propiedad obliga. Su uso debe servir al mismo tiempo al bien común. (3) La expropiación está permitida
solo por razones de bien común. Podrá ser efectuada solo por ley o en virtud de una ley que establezca el modo y el monto
de la indemnización. La indemnización se fijará considerando en forma equitativa los intereses de la comunidad y de los
afectados. En caso de discrepancia sobre el monto de la indemnización quedará abierta la vía judicial ante los tribunales
ordinarios.
10 KRESALJA ROSELLÓ, Baldo y OCHOA CARDICH, César. Derecho Constitucional Económico. Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2009, p. 775.
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11 El resaltado es agregado.
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12 WESTERMANN, Harry; WESTERMANN, Harm Peter; GURSKY, Karl-Heinz y EICKMANN, Dieter. Ob. cit., p. 300.
13 El resaltado es agregado.
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III. ¡La sentencia de fondo del caso Tibi Como se puede observar, la Corte Interame-
vs. Ecuador ampara la postura del ricana claramente señala que un derecho
acreedor embargante! de propiedad no inscrito carece de oponi-
bilidad frente a terceros. Ciertamente nadie
A la luz de lo expuesto, causa, por decir lo que defienda la postura del acreedor embar-
menos, perplejidad que se diga que la sen- gante, en los procesos de tercería de propie-
tencia de fondo del caso Tibi contra Ecuador dad, ha negado la titularidad del derecho del
sea una muestra de la preponderancia de la tercerista. En estos procesos no se trata de
propiedad, civilmente entendida, sobre cual- ventilar titularidades sobre derechos patri-
quier otro derecho patrimonial. En rigor de moniales, sino que se trata de establecer
verdad, no es así. justamente la oponibilidad. Es legítimo, en
consecuencia, decir que esta sentencia de
Citando el fundamento 219 de esta senten- la Corte Interamericana no hace más que
cia, se asevera que en “la misma línea pro- respaldar la tesis que favorece al acreedor
tectora se encuentra nada menos que la Corte embargante. Y, además, no resulta ocioso
Interamericana de Derechos Humanos en el reiterarlo, el derecho de crédito también se
Caso Tibi vs. Ecuador, sentencia de fondo encuentra protegido directamente por el artí-
del 7 de septiembre de 2004, cuya doctrina culo 70 de la Constitución y el artículo 21 de
establece que el título de propiedad preexiste la Convención.
a la inscripción; por lo que un mandato judi-
cial arbitrario debe anularse cuando se acre- Sin embargo, se postula que el fundamento
dita el derecho del titular conforme a las 219, al referirse a “un tercero que pretende
reglas civiles”15. algún derecho sobre el bien”, no abarca al
14 PERRONE, Nicolás Marcelo. “Derecho a la propiedad privada”. En: AA.VV. La Convención Americana de Derechos
Humanos y su proyección en el Derecho Argentino. Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires,
2013, pp. 359 y 360 (el resaltado es agregado).
15 GONZALES BARRÓN, Gunther. “Sobre la paradoja de crear derechos a partir del embargo de bienes ajenos”. Ob. cit.,
p. 5.
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Para empezar, debe recordarse que junto al innovación tecnológica; con la expan-
derecho de propiedad, en sentido constitu- sión de mercados y de las actividades
cional, el mercado es la institución básica de distributivas; con la creciente dimensión
nuestra Constitución económica, tal como lo financiera de las actividades productivas.
establece el artículo 58 de la Constitución. Se abre una fase en la cual la riqueza y
Y esta institución no se desarrolla con base los recursos productivos no se identifican
en la mera propiedad sobre cosas, sino más más con (la propiedad de) cosas inmue-
bien sobre la base de la libertad de empresa bles, y tampoco materiales: ello corroe la
y contratación21, que tienen como manifes- supremacía tradicional de la propiedad,
tación clave al derecho de crédito (y no a un y exalta el papel del contrato. En efecto,
derecho real). en los sistemas económicos evoluciona-
dos la riqueza económica y los recursos
El desarrollo del mercado trae consigo un productivos consisten mucho más que
rol preponderante para el contrato dentro del en cosas en relaciones –en pretensiones
sistema económico, en desmedro de la pro- vinculadas a obligaciones ajenas: y pre-
piedad, lo que conlleva la primacía del cré- tensiones y obligaciones que nacen de los
dito sobre otros derechos subjetivos patrimo- contratos (...). En la economía moderna,
niales, al ser este último el efecto contractual pues, es sobre todo el contrato el que crea
por excelencia. Al respecto, las líneas que riqueza –las nuevas formas de riqueza
siguen son más que esclarecedoras: productiva–”22.
“(...) la sistemática del código napoleó- La propiedad inmobiliaria dejó de ser la
nico (y, sobre sus huellas, del código ita- matriz de la economía cuando la actividades
liano de 1865) colocaba el contrato en de corte agrícola perdieron el protagonismo
posición subordinada e instrumental a la (no importancia, puesto que su relevancia no
propiedad (...) esta concepción reflejaba puede ser discutida) en la vida económica
una economía preponderantemente agrí- de mundo. Basta dar una revisada a nues-
cola, en la cual la tierra era el recurso tro Producto Bruto Interno (PBI) para perca-
productivo fundamental. En tal contexto, tarse con facilidad que la propiedad sobre la
era la propiedad –la propiedad del bien– tierra no es el eje de nuestra economía, sino
tierra la que determinaba todo el proceso las actividades comerciales y de industria.
económico, mientras al contrato se reco- En efecto, más del 90 % del PBI nacional
nocía un papel complementario como es generado por servicios (que no son otra
medio para su ocasional circulación. cosa que relaciones obligatorias) y activida-
des industriales23.
Las cosas cambian con el progreso del
modo de producción capitalista: con el Dado que no se puede prescindir de un mer-
desarrollo de la industria, basado en la cado evolucionado o de economía dinámica,
21 KRESALJA ROSELLÓ, Baldo y OCHOA CARDICH, César. Ob. cit., pp. 346 y 347: “Puede afirmarse que la proyección
de la libertad de empresa como derecho fundamental es la del mercado como institución, a diferencia de lo que ocurría anti-
guamente cuando aparecía como lugar de encuentro de libertades no institucionalizadas, pues las instituciones eran el no
mercado. Lo que observamos ahora en un mercado es su alto grado de institucionalización, pues existen numerosas auto-
ridades de vigilancia, fiscalización, arbitraje, etc., con poderes reguladores y sancionadores (...) Esas instituciones existen
entonces para garantizar que el mercado funcione para hacer realidad la libertad de empresa, para evitar una acción estatal
al modo antiguo, intervencionista” (el resaltado es agregado).
22 ROPPO, Vincenzo. El contrato. Traducción de Nélvar Carreteros Torres. Gaceta Jurídica, Lima, 2009, pp. 75 y 76.
23 MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES y PROINVERSIÓN. Guía de negocios e inversión en el Perú
2015/2016, p. 27.
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porque es evidentemente inviable regresar a indudable, puesto que así lo indica no solo
los tiempos del “reinado” de la “propiedad la Constitución, que consagra al mercado
del bien-tierra”, es inevitable concluir que como instituto fundamental del sistema eco-
el crédito tiene un rol de mayor importancia nómico, sino también la realidad económica.
que la mera propiedad sobre cosas.
Los discursos constitucionales y de derechos
En conclusión, el crédito es uno de los dere- humanos que han pretendido defender al ter-
chos subjetivos patrimoniales que se encuen- cerista, no deben ser atendidos por nues-
tran protegidos por la Constitución y la Con- tros operadores jurídicos, sobre todo por los
vención. Pero dentro del conjunto de tales Jueces Supremos del VII Pleno Casatorio
derechos, el crédito ostenta una supremacía Civil.
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TALLER “PRINCIPALES PROBLEMAS DEL DERECHO A LA PROPIEDAD”
(1) La situación jurídica subjetiva es la posición que el sujeto (de derechos) tiene frente al conjunto de reglas que
conforman el ordenamiento estatal. Dicha posición deriva de la valoración (positiva o negativa) que el legislador realiza
de los intereses que el sujeto en cuestión puede tener con relación a los bienes de la vida. La situación jurídica subjetiva
que protege un interés es denominada “situación de ventaja”, mientras que la situación jurídica subjetiva que subordina
un interés es denominada “situación de desventaja”. Tanto una como otra pueden ser “activas” o “inactivas”. Eso
depende de si para la protección o la subordinación del interés, respectivamente, el legislador ha contemplado la
realización de un “programa conductual”. Así, la situación de ventaja es activa cuando el sujeto puede obrar para
satisfacer su interés (por ejemplo: derecho subjetivo, poder jurídico). En cambio, la situación de ventaja es inactiva
cuando el sujeto no puede obrar para satisfacer su interés -que, a pesar de tal circunstancia, resulta protegido por el
ordenamiento- (por ejemplo: interés legítimo). Por su parte, la situación de desventaja es activa cuando el sujeto tiene
que obrar para satisfacer un interés ajeno (por ejemplo: deber, carga). En cambio, la situación de desventaja es
ius et veritas 30
inactiva cuando el sujeto no tiene que obrar para satisfacer un interés ajeno -sino simplemente estar expuesto, sin
posibilidad de oponer “resistencia”, a los efectos de la actuación del titular de dicho interés- (por ejemplo: sujeción).
Debido a que puede subsumir cualquier fenómeno de protección o subordinación de intereses (patrimoniales o
extrapatrimoniales, individuales o colectivos, etcétera.), la situación jurídica subjetiva, abstractamente considerada, se
identifica con la circunstancia de la existencia jurídica personal, en la cual están contenidas -en potencia- una o más
posibilidades de la vida del sujeto (de derecho), con arreglo a las cuales (i) se satisface un interés o (ii) se sacrifica
otro. Para una aproximación al fenómeno: ZATTI, Paolo y Vittorio COLUSSI. Lineamenti di Diritto Privato. Padova: Casa
Editrice Dott. Antonio Milani. 1989. p. 63. NICOLÒ, Rosario. Le Situazioni Giuridiche Soggettive. En: Letture di Diritto
Civile raccolte da Guido Alpa e Paolo Zatti. Padova: Casa Editrice Dott. Antonio Milano. 1990. pp. 129 y siguientes.
164 BRECCIA, Umberto y otros. Derecho Civil. Tomo I. Volumen I. Traducido por Fernando Hinostroza. Bogotá: Universidad
Externado. 1992. p. 352.
Apuntes sobre la circulación de los derechos reales derivados
puede explicar el origen del problema comentado: en su condición de “bienes”, existen sendos
el simple olvido del legislador. Pero quiero pensar derechos de propiedad. Segundo: que las reglas
que eso es descabellado. que rigen la transferencia de los derechos reales
derivados son las contenidas en los artículos 947 y
2.1. La confusión entre propiedad y pertenencia 949 del Código Civil.
Si uno presta atención a lo dispuesto por los Si, como parece posible, el legislador hubiese
artículos 885 y 886 del Código Civil, advertirá que concluido lo indicado, entonces el vacío detectado
los derechos reales derivados (usufructo, tendría su origen en una lamentable confusión entre
servidumbre, etcétera) tienen la condición de derecho subjetivo y titularidad.
“bienes”. En efecto, según el inciso 10 del primer Como es sabido, el derecho subjetivo permite
artículo, los derechos inscribibles sobre inmuebles actuar sobre una entidad material o jurídica a fin de
tienen la condición de “bienes inmuebles”. Por su obtener la satisfacción de un interés propio. El
parte, según el inciso 10 del segundo artículo, los derecho subjetivo, en consecuencia, supone un
derechos no inscribibles sobre inmuebles y los vínculo entre una facultad o un haz de facultades,
derechos sobre muebles, tienen la condición de de un lado; y una entidad material (una cosa) o
“bienes muebles”. En consecuencia, resulta claro jurídica (una esfera), del otro(2).
que según el ordenamiento civil vigente, los derechos La titularidad, en cambio, permite actuar sobre
reales derivados tienen, al final del día, la misma un derecho (o, en general, sobre una situación
naturaleza jurídica que la que les corresponde a las jurídica subjetiva) y provocar transformaciones
cosas sobre las cuales recaen. jurídicas que satisfagan intereses propios. La
Tomando en cuenta este dato, creo que no titularidad, en consecuencia, supone un vínculo
resulta absurdo pensar que el legislador entendió entre un sujeto y un derecho. En virtud de tal
que la transferencia de los derechos reales vínculo, el derecho queda asignado al sujeto. Por
derivados se producía en función de lo dispuesto consiguiente, la titularidad genera una relación de
por los artículos 947 y 949 del Código Civil, debido pertenencia o correspondencia. Ahora bien, esa
a que tales derechos eran, a su vez, objetos de relación es la que permite modificar el derecho,
sendos derechos de propiedad. En efecto, ¿qué transferir el derecho, renunciar al derecho, etcétera.
podríamos concluir de las siguientes premisas?: En consecuencia, resulta claro que ningún derecho
a) El derecho de propiedad incluye, entre otras contiene las facultades de modificar, gravar,
facultades, a la de disponer. transferir, renunciar, etcétera. Todas esas
b) Los derechos reales derivados tienen la facultades emanan de la relación de pertenencia o
condición de bienes (muebles o inmuebles, según el correspondencia(3). Es por ello que el artículo 923
caso). del Código Civil resulta conceptualmente incorrecto,
c) Los derechos reales derivados son pues la propiedad no incluye la facultad de disponer
transferibles. (ni la de reivindicar(4), aunque sí las de modificar y
Me parece que podríamos concluir dos cosas. destruir, a pesar de que no hayan sido
Primero: que sobre los derechos reales derivados, comprendidas en la definición del legislador).
(2) Cfr. SPERDUTI, Giuseppe. Contributo alla Teoria delle Situazioni Giuridiche Soggettive. Milano: Dott. A. Giuffrè
Editore. 1944. pp. 5 y siguientes. DE SEMO, Giorgio. Istituzioni di Diritto Privato. Firenze: G. Barbera Editore. 1952. pp.
897 y siguientes. MAJELLO, Ugo. Situazioni Soggettive e Rapporti Giuridici. En: Istituzioni di Diritto Privato. A cura di
Mario Besiguientesone. Torino: G. Giapichelli Editore. 1999. pp. 67 y siguientes.
(3) Cfr. ROMANO, Salvatore. Aspetti soggettivi dei diritti sulle cose. En: Rivista Trimestrale di Diritto e Procedura Civile.
ius et veritas 30
Anno IX. Milano: Dott. A. Giuffrè Editore. 1955 p. 1012. PUGLIATTI, Salvatore. Il Trasferimento delle Situazioni Soggettive.
Milano: Dott. A. Giuffrè Editore. 1964. p. 12. FERRI, Luigi. La Autonomía Privada. Traducción de Luis Sancho Mendizábal.
Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado. 1969. p. 284. PERLINGIERI, Pietro. Il Diritto Civile nella Legalità
Costituzionale. Napoli: Edizioni Scientifiche Italiane. p. 330. LENER, Angelo. Potere. En: Enciclopedia del Diritto. Tomo
XXXIV. Milano: Giuffrè Editore. 1985. p. 612. FLUME, Werner. El Negocio Jurídico. Traducido por José María Miquel
González y Esther Gómez Calle. Madrid: Fundación Cultural del Notariado, 1998. p. 182.
(4) La facultad de reivindicar está dirigida a satisfacer un interés consistente en recuperar la posibilidad de actuar sobre
la cosa. Así es, dicha facultad, que presupone la imposibilidad del titular del derecho real de actuar materialmente sobre
la cosa, tiene como finalidad obtener la restitución de la misma por parte del tercero que la posee (sin título alguno). El
interés que sustenta a la facultad de reivindicar no es el de obtener utilidades o ventajas de la cosa, sino el de 165
recuperar su posesión para de este modo tener la posibilidad fáctica de “aprovecharse” de la misma. Por otro lado, a
Freddy Escobar Rozas
Nótese que con esto no afirmo que el propietario Pero no se piense que la distinción entre derecho
no puede disponer de su derecho de propiedad. y titularidad es privativa del Civil Law. En efecto,
¡Claro que puede! Lo que afirmo es algo distinto: el todos los sistemas legales que se afilian al Common
propietario puede disponer del derecho de Law distinguen perfectamente entre property y
propiedad porque dicho derecho es suyo, porque ownership. El primer término hace referencia a la
le pertenece; y no porque tal derecho le permite titularidad, de modo tal que es posible hablar de
efectuar un acto de transferencia sobre sí mismo. real property (titularidad real) y personal property
Del mismo modo, el usufructuario puede disponer (titularidad personal). El segundo término, por su
del derecho de usufructo porque ese derecho es parte, hace referencia a la propiedad(6).
suyo; el acreedor puede disponer del derecho de En nuestro caso, a pesar de que la letra de la ley
crédito porque ese derecho es suyo, etcétera(5). no establezca expresamente la diferencia entre
La clave para saber cuándo se ejerce el derecho derecho y titularidad, es obvio que la misma existe.
y cuándo la titularidad es muy simple. Si el sujeto Sin embargo, el no estar conscientes de ello puede
modifica o destruye la cosa, estará ejerciendo el generar graves problemas a la hora de elegir la norma
derecho de propiedad. Si el sujeto construye sobre aplicable al caso. A título de ejemplo, permítaseme
el terreno ajeno, estará ejerciendo el derecho de citar el caso de la polémica en torno al modo de
superficie. Si el sujeto exige el pago de la transferencia de las acciones. Si se considera que
prestación, estará ejerciendo el derecho de crédito. la acción representa un conjunto de derechos
Pero si el sujeto transfiere el derecho de propiedad, personales (de crédito y de participación) frente a la
hipoteca el derecho de superficie o constituye sociedad(7), tendrá que concluirse que la transferencia
usufructo sobre el derecho de crédito, estará de la misma se produce con arreglo al sistema de la
ejerciendo su titularidad sobre cada uno de esos notificación. En consecuencia, tendrá que aceptarse
derechos. que no basta la celebración del contrato de
La distinción entre derecho y titularidad no es enajenación, en tanto que la sociedad necesita saber
novedosa. En efecto, los romanos diferenciaban a quién tiene que entregar información, a quién tiene
el dominium (titularidad) de la proprietas que aceptar en las asambleas, a quién tiene que
(propiedad). Así, empleaban el término dominus pagar los dividendos, etcétera. A pesar de que esto
propietatis para referirse al titular de la propiedad; es así de simple y claro, no han faltado quienes
el término dominus usufructus para referirse al sostengan que como la acción tiene la naturaleza
titular del usufructo; el término dominus obligationis de bien mueble (según lo dispuesto por el artículo
para referirse al titular del crédito; el término 882 del Código Civil), su transferencia opera con
dominus negotti para referirse al titular del negocio arreglo al artículo 947 del Código Civil, por lo que la
jurídico (parte en sentido sustancial), etcétera. sociedad debe considerar como accionista al
diferencia de las facultades de usar y disfrutar, que permiten actuar sobre la cosa, la facultad de reivindicar únicamente
permite exigir la restitución de la cosa, de modo que su objeto no es el mismo que el de las facultades antes indicadas.
Como se podrá entender, a la luz de la noción vigente de derecho subjetivo, resulta imposible que la facultad de
reivindicar forme, conjuntamente con las facultades de usar y de disfrutar, el contenido de un mismo y único derecho
subjetivo. Por tal razón, como lo ha hecho notar la doctrina más autorizada, la facultad de reivindicar viene a identificarse
con el contenido de un mecanismo de tutela dirigido a eliminar las consecuencias negativas que supone el incumplimiento,
por parte de un tercero, del deber jurídico general de no interferir la esfera jurídica ajena. Aunque nuestro Código Civil
no lo reconozca, ese mecanismo de tutela corresponde tanto al titular del derecho de propiedad como al titular de un
derecho real derivado. Véase: GALLO, Paolo. Arricchimento senza Causa e Quasi Conttrati (I Rimedi Restitutori).
En: Trattato di Diritto Civile. Diretto da Rodolfo Sacco. Torino: UTET. 1996. pp. 3 y siguientes. SACCO, Rodolfo y
Raffaele, CATERINA. Il Posseso. En: Trattato di Diritto Civile e Commerciale. Diretto da Antonio Cicu e Francesco
ius et veritas 30
Mesiguientesineo, continuato da Luigi Mengoni. Milano: Dott. A. Giuffrè Editore. 2000. pp. 32 y siguientes.
(5) En tal sentido: THON, August. Norma Giuridica e Diritto Sogettivo. Indagini di Teoria Generale del Diritto. Traduzione
di Alesiguientesandro Levi. Padova: Casa Editrice Dott. Antonio Milani. 1951. p. 319. VILLAVICENCIO ARÉVALO, Francisco.
La facultad de disposición. En: Anuario de Derecho Civil. Tomo III. Fascículo IV. MCML. pp. 1043 y 1044.
(6) A este respecto, resulta interesante hacer notar que el Código Civil de Québec disciplina tanto la property como el
ownership.
(7) El término “acción” sirve para designar tres cosas distintas: (i) la parte alícuota del capital social; (ii) el conjunto de
derechos (políticos y patrimoniales) existente frente a la sociedad; y, (iii) el título valor que representa al conjunto de
derechos en cuestión. No obstante ello, es claro que la pregunta sobre cómo se transfiere la acción toma en cuenta la
166 segunda acepción del término en cuestión. Veáse: FERRI, Giuseppe. Manuale di Diritto Commerciale. A cura di C.
Angelici e G. B. Ferri. Torino: UTET. p. 344.
Apuntes sobre la circulación de los derechos reales derivados
endosatario del certificado, aun cuando el mismo fin de que un tercero pueda practicar ciertos actos
no figure inscrito en el libro de matrícula de sobre el mismo.
acciones(8). A riesgo de desviarme del tema, nótese el nivel
Si se tuviera en cuenta la diferencia existente de contradicción que presenta el Código Civil en
entre titularidad y derecho, semejante construcción cuanto a política legislativa. Mientras que por un
interpretativa no tendría el menor asidero. En efecto, lado dicho código permite crear unilateralmente
si se tuviera en cuenta que la acción subsume derechos reales a favor de terceros, por el otro
derechos personales, sería claro que la transferencia niega la posibilidad de crear unilateralmente
de la misma tendría que operar con arreglo a las derechos personales a favor de terceros (puesto
reglas de transferencia de tales derechos y no con que exige la aceptación de estos para que las
arreglo a las reglas de transferencia del derecho de deudas sean exigibles). Y lo que es peor, niega la
propiedad. posibilidad de condonar unilateralmente la deuda.
Estando claro que titularidad y propiedad no son En el Perú, entonces, no necesito del asentimiento
lo mismo, es obvio que las reglas establecidas en de Ticio para crear en su favor un derecho de
los artículos 947 y 949 del Código Civil no son usufructo o de superficie, ¡pero sí para liberarlo de
aplicables a los casos en los que la materia su obligación! Quien puede lo más, no puede lo
enajenada esté constituida por derechos reales menos. Absurdo.
derivados o derechos personales. Retornando al objeto materia de análisis, algunos
datos relativamente recientes me hacen pensar que
2.2. La confusión entre constitución y transferencia el legislador pudo haber creído que la constitución
El Código Civil disciplina cuidadosamente de derechos era un fenómeno jurídico asimilable a
cómo se constituye el usufructo; sin embargo, es la transferencia de derechos. En efecto, el año 1999
impreciso al momento de regular cómo se la Comisión de Reforma del Código Civil publicó un
constituye la superficie y la servidumbre. anteproyecto de ley de enmiendas a dicho código.
En efecto, el artículo 1000 del Código Civil En ese anteproyecto los artículos 947 y 949
establece que el usufructo se constituye por (i) ley; quedaban eliminados. ¿Y por qué? Porque la
(ii) contrato; (iii) acto unilateral; o, (iv) testamento. comisión aprobó un artículo novedoso, que
Por su parte, el artículo 1031 del referido código establecía lo siguiente:
establece que la superficie se constituye por (i) actos “Artículo 884. La constitución, modificación o
inter vivos; o, (ii) testamento. Finalmente, el artículo extinción de derechos reales sobre bienes
1035 del mismo Código establece que la ley o el registrados se produce con la inscripción en el
propietario puede imponer gravámenes al predio, a registro respectivo (...). Tratándose de bienes no
(8) Existe incluso una tesis según la cual la transferencia de las acciones opera con la sola celebración del contrato de
transferencia. En efecto, partiendo de la idea que el momento en que un sujeto asume la condición de accionista no
tiene por qué coincidir con el momento en que la sociedad le reconoce al mismo dicha condición, algunos han sostenido
que el cesionario adquiere los derechos derivados de las acciones con la sola celebración del contrato. Bajo esta tesis,
la notificación a la sociedad únicamente determinaría la posibilidad efectiva de ejercer tales derechos. Como es
evidente, la disociación entre “titularidad” y “ejercicio” es un fenómeno ampliamente admitido por el ordenamiento. De
hecho, la Ley General de Sociedades contempla algunos supuestos en los cuales, por distintas razones, el titular de
las acciones no puede ejercer los derechos que le corresponden. Ahí está, por ejemplo, el caso de la sociedad que
adquiere acciones de propia emisión o el de la sociedad que adquiere acciones emitidas por su matriz. Ahora bien,
salvo casos excepcionales, el hecho que el titular de ciertos derechos se encuentre “incapacitado” de ejercerlos no
impide que otro pueda hacerlo en nombre de dicho titular. Lo que no puede ocurrir, sin embargo, es que un tercero
pueda ejercer tales derechos ¡en nombre propio! Las razones son obvias. Tomando en cuenta lo indicado, es claro que
la tesis comentada no puede sostenerse en pie. En efecto, si el cesionario se convierte en accionista con la sola
ius et veritas 30
celebración del contrato, ¿cómo es posible que el cedente pueda seguir ejerciendo en nombre propio los derechos
derivados de las acciones? (Como efectivamente lo permite el artículo 91 de la Ley General de Sociedades). En
realidad, si bien es perfectamente posible aceptar que el cesionario se encuentre impedido de ejercer sus derechos
mientras no figure en el libro de matrícula de acciones, no es posible aceptar bajo supuesto alguno que el cedente siga
ejerciendo en nombre propio tales derechos. Por consiguiente, o se acepta que el cesionario adquiere la condición de
accionista con la celebración del contrato, de modo que el cedente pierde en ese mismo instante sus derechos (de
modo que no puede ejercerlos en nombre propio); o se acepta que el cesionario adquiere la referida condición con el
correspondiente registro en la matrícula de acciones, de modo que hasta que esto no ocurra el cedente sigue
manteniendo sus derechos. Si se atiende al dato positivo, necesariamente tiene que optarse por esta segunda 167
posición.
Freddy Escobar Rozas
(9) Es verdad que el recientísimo Anteproyecto de Enmiendas al Código Civil de 1984 incluye a la “transferencia” dentro de
los alcances del artículo comentado; pero es verdad también que el cambio no tiene efectos retroactivos, de modo que
no borra eso que el legislador pudo haber estado pensando hace algunas décadas. A riesgo de desviarme del tema,
no puedo dejar de manifestar mi absoluta perplejidad por las cosas que uno alcanza a leer en el referido anteproyecto.
Por razones de espacio, solo voy a comentar uno de los varios desaciertos que contiene el documento citado: el
relativo al fraude a la ley.
Como es ampliamente conocido, en materia de fraude a la ley existen dos sistemas antagónicos, a saber: el español y
el italiano. El primero establece -sobre la base de una confusión entre negocio fiduciario y negocios simulado- que el
negocio en fraude a la ley no impide la aplicación de la norma defraudada. El segundo establece que el negocio en
fraude a la ley es nulo por causa ilícita. Ahora bien, a pesar de que la doctrina ha demostrado que la solución española
es desacertada por confundir negocio fiduciario con negocio simulado, el anteproyecto de marras increíblemente
acoge esta solución. En efecto, el legislador propone incorporar en el Título Preliminar del Código Civil una norma que
establezca lo siguiente: “Constituye fraude a la ley el acto que pretende un resultado contrario a una norma legal
amparándose en otra norma dictada con finalidad diferente. El acto es nulo salvo disposición legal distinta y no impedirá
la debida aplicación de la norma cuyo cumplimiento se hubiere tratado de eludir”. Sin perjuicio de que la definición
adoptada es sumamente criticable desde que el fraude no puede ser explicado sobre la base de una contravención
(“directa” o “indirecta”) a la norma (“defraudada”) (ATIENZA, Manuel y Juan, RUÍZ MANERO. Ilícitos Atípicos. Madrid:
Trotta, 2000. pp. 67 y siguientes), es claro que la propuesta del legislador presenta un problema sumamente serio, a
saber: la imposibilidad jurídica de aplicar la norma materia del intento elusivo. En efecto, si, como no puede ser de otra
manera, el negocio fraudulento es nulo, ¿a qué relación negocial se aplica la “norma defraudada”? Para graficar el
problema, permítaseme recurrir a un ejemplo sencillo. Imaginemos que una persona hereda un inmueble y unos bonos.
Imaginemos que esta persona tiene un hijo al cual quiere donar el inmueble. En este contexto, las partes están a punto
de celebrar una donación del inmueble, cuando de pronto alguien les informa que esa operación está gravada y que
más bien no lo está la transferencia de los bonos, sea esta gratuita u onerosa. Ante ello, las partes se preguntan qué
pueden hacer para obtener el resultado práctico que produciría la donación del inmueble, sin la carga de tener que
pagar el impuesto. Luego de analizar algunas posibilidades, deciden celebrar dos contratos coligados. En virtud del
primer contrato, el padre transfiere gratuitamente bonos. En virtud del segundo contrato, el padre transfiere el inmueble
a cambio de los bonos. Como se podrá advertir, en términos económicos estos contratos coligados provocan que el hijo
adquiere gratuitamente el inmueble. En términos jurídicos, sin embargo, el hijo adquiere onerosamente el inmueble, por
lo que no se genera el impuesto. Ahora bien, si se considera (correctamente) que el esquema contractual empleado es
fraudulento, entonces los contratos no producirán efecto alguno. Por lo tanto, ninguna de las partes asumirá los
derechos, obligaciones y demás situaciones jurídicas subjetivas pactadas. En este escenario, ¿a qué relación se va
ius et veritas 30
a aplicar la “norma defraudada”? Evidentemente, no se puede sostener que la nulidad del esquema contractual
coligado determina la validez de la donación del inmueble, pues ello implicaría imponer a las partes un negocio que no
han celebrado. Así es, en el caso analizado las partes no acuden al esquema contractual coligado para encubrir un
negocio (donación del inmueble) sino para reemplazarlo. Por tal razón, como las partes no han declarado ni encubierto
su voluntad de celebrar donación alguna respecto del inmueble, la nulidad del esquema contractual coligado no puede
generar la existencia de dicha donación (que a la sazón sería nula aun cuando las partes hubiesen querido encubrirla
con el esquema contractual indicado, ya que en dicha hipótesis -propia de un fenómeno simulatorio y no de un
fenómeno fraudulento- no habrían cumplido con la formalidad solmene impuesta por el artículo 1625 del Código Civil).
Y si ello es así, ¿a qué realidad jurídica se va a aplicar la “norma defraudada”?
168 (10) Véase: PERLINGIERI, Pietro. Op. cit.; pp. 545 y 546. VON TUHR, Andreas. Derecho Civil. Traducción de Tito Ravá. Tomo
I. Madrid: Marcial Pons. p. 223.
Apuntes sobre la circulación de los derechos reales derivados
Por consiguiente, no es posible, bajo punto de tipo de compensación económica. Está claro que para
vista alguno, considerar que ahí donde dice transferir ese tipo de deberes, que surgen del contrato,
constitución deba leerse transferencia. De esto se se requeriría la conclusión de una operación de cesión
sigue que los artículos 1000, 1031 y 1035 del Código de posición contractual. Los deberes a los que me
Civil se aplican a la constitución del usufructo, de la refiero son aquellos que derivan de la ley y que tutelan
superficie y de la servidumbre, respectivamente; pero el interés del propietario en controlar el ejercicio de los
no a la transferencia de estos derechos. derechos reales derivados. Pienso en los deberes de
permitir la inspección del bien, de prestar garantías
3. La regla aplicable en caso que peligre el derecho del propietario, de pagar
los tributos que graven la tenencia del bien, de efectuar
Sea cual sea el origen del problema, lo cierto es las reparaciones ordinarias, etcétera.
que la transferencia de los derechos reales derivados ¿Será posible que esos deberes sean asignados
no puede operar en función de lo previsto por los por contrato, sin que el propietario sea informado
artículos 947 y 949 del Código Civil(11); ni en función acerca del cambio del sujeto pasivo? ¿No tendré
de lo previsto por los artículos 1000, 1031 o 1035 acaso que informar al propietario que ya no tengo la
del mismo código. Veamos por qué. posesión del bien? ¿No tendré acaso que informar al
Caso 1: imaginemos que soy usufructuario de propietario que el nuevo poseedor es Ticio, de modo
un derecho de crédito, esto es, de un bien mueble. que este resulta responsable por el estado de
¿Cómo transfiero mi derecho? conservación del bien, así como por el cumplimiento
Según el artículo 886 del Código Civil, el de todos los deberes coligados al usufructo?
usufructo sobre un crédito tiene la condición de bien Como se podrá advertir, el sistema previsto en
mueble. Por consiguiente, tendría que aplicar el el artículo 949 del Código Civil parece no ser
artículo 947 del Código Civil. Ahora bien, ¿cómo suficiente en este caso, pues no permite la
opera la tradición en este caso? ¿Qué cosa entrego? asignación de las obligaciones coligadas al derecho
Más aún, ¿no tendré acaso que comunicar al deudor de usufructo.
que los intereses que devengue el capital no los Ahora bien, si -por las razones expuestas- los
cobraré yo sino Ticio, en su condición de artículos 947 y 949 del Código Civil no pueden
usufructuario de mi derecho de crédito? Como se aplicarse a la transferencia de derechos reales
podrá advertir, el sistema del título y modo previsto derivados; los artículos 1000, 1031 y 1035 del
en el artículo 947 del Código Civil no se aplica a mismo Código tampoco pueden aplicarse a dicha
este caso, pues, de un lado, no hay forma de transferencia. Las razones son obvias.
efectuar tradición alguna; y, del otro, existe -por
obvias razones- la necesidad de notificar al deudor. 4. Propuesta
Caso 2: imaginemos que soy usufructuario de
un terreno, esto es, de un bien inmueble. ¿Cómo Como se ha visto, el Código Civil peruano no
transfiero mi derecho? contiene norma alguna que establezca cómo se
Según el artículo 885 del Código Civil, el usufructo transfieren los derechos reales derivados. Por
sobre un bien inmueble (registrable) tiene la condición consiguiente, resulta necesario hallar, en clave de
de bien inmueble. Por consiguiente, tendría que aplicar integración analógica, alguna regla que especifique
el artículo 949 del Código Civil. Ahora bien, ¿será qué es lo que hay que hacer para transferir tales
suficiente la celebración del contrato? ¿Qué pasa con derechos.
los deberes coligados al usufructo? Adviértase que no Reconociendo que es perfectamente posible
me refiero a los deberes consistentes en pagar algún plantear otras alternativas (12), particularmente
ius et veritas 30
(11) En realidad, tampoco la transferencia de ciertas alícuotas puede operar en función a lo establecido en los referidos
artículos. En efecto, imaginemos que soy copropietario de una maquinaria, esto es, de un bien mueble. ¿Cómo transfiero
mi alícuota? Según el artículo 886 del Código Civil, la alícuota sobre un bien mueble tiene la condición de bien mueble. Por
consiguiente, tendría que aplicar el artículo 947 del Código Civil, que establece la necesidad de que concurran título y
modo. Ahora bien, ¿cómo opera la tradición en este caso? ¿Qué cosa entrego? ¿La alícuota? Eso es físicamente
imposible. ¿Tendré acaso que entregar la maquinaria? Eso es jurídicamente imposible, pues en mi condición de copropietario
no puedo practicar actos que excluyan a los demás copropietarios. Como se podrá advertir, el sistema del título y modo
previsto en el artículo 947 del Código Civil no se aplica a este caso, pues no hay forma de efectuar tradición alguna. 169
(12) La legislación comparada presenta un panorama bastante desconcertante en torno a la posibilidad (y a la forma) de
Freddy Escobar Rozas
considero que, para eliminar el vacío comentado, hay limitaciones que lo afectan y, por tanto, con todas
que elegir entre una de las siguientes soluciones: las obligaciones que se encuentran coligadas al
a) La primera consiste en considerar que para mismo. Por consiguiente, sobre la base de la
transferir derechos reales derivados se requiere que inexistencia de la notificación, el tercer adquirente
transferente y adquirente celebren un contrato no puede eximirse de las obligaciones de no
traslaticio y notifiquen la existencia del mismo al modificar el bien, de prestar las garantías que la
propietario. De este modo, se asegura que los ley exige, etcétera. En mi opinión, pues, el hecho
referidos derechos circulen conjuntamente con las que el propietario no conozca la existencia de la
obligaciones coligadas a los mismos. En este caso, transferencia del usufructo no provoca que el
aplicamos por analogía lo previsto en el artículo 1206 transferente retenga las obligaciones coligadas a
del Código Civil. dicho derecho, sino únicamente que retenga la
b) La segunda consiste en considerar que para responsabilidad derivada del incumplimiento de
transferir derechos reales derivados únicamente se dichas obligaciones por parte del adquirente. Por
requiere que transferente y adquirente celebren un consiguiente, así como -según el artículo 1000
contrato traslaticio. Sin embargo, hasta que ambos del Código Civil- el contrato puede crear el
no notifiquen al propietario la existencia de dicho usufructo, el contrato puede, en mi opinión,
contrato, el transferente será responsable por el transferir el usufructo y las obligaciones coligadas
cumplimiento de las obligaciones coligadas a los a este derecho. Sin embargo, mientras no se
referidos derechos. En este caso aplicamos notifique al propietario acerca de la transferencia
parcialmente por analogía lo previsto en el artículo del usufructo, el transferente, despojado ya del
1000 del Código Civil. derecho y de las obligaciones coligadas al
Si tuviera que optar por una de las soluciones mismo, sigue siendo responsable por el
propuestas, lo haría por la segunda. ¿Por qué? A incumplimiento de dichas obligaciones. Lo dicho
diferencia de lo que ocurre con el derecho de para el caso del usufructo es aplicable para la
crédito, los derechos reales derivados pueden ser superficie.
ejercidos sin necesidad de que el propietario esté La solución que acabo de proponer está
enterado de la cesión. En efecto, mientras el inspirada en lo dispuesto por el artículo 980 del
cesionario no puede compeler al deudor en tanto Código Civil italiano de 1942 (13)(14) , que, en
este no haya sido notificado acerca de la traducción libre, se lee de la siguiente
celebración de la cesión, el tercer adquirente manera:
puede usar y disfrutar del bien, aun cuando el “El usufructuario puede ceder su propio derecho
propietario no esté enterado de la transferencia por un cierto tiempo o por toda su duración, si ello no
del usufructo. Es verdad que en tal supuesto el está prohibido por el título constitutivo. La cesión debe
propietario desconoce que puede actuar contra ser notificada al propietario; hasta que no se produzca
el tercer adquirente; pero es verdad también que la notificación, el usufructuario está solidariamente
este último asume el usufructo con todas las obligado con el cesionario frente al propietario”.
transferir el derecho de usufructo. En efecto, algunos cuerpos normativos no aceptan que el usufructuario transfiera
su derecho sino solamente el “ejercicio de su derecho” (este es, por ejemplo, el caso del BGB). Otros cuerpos
normativos aceptan que el usufructuario transfiera su derecho, pero asignan cierta responsabilidad subsidiaria al
usufructuario (este es, por ejemplo, el caso del Código Civil español).
(13) 980. (Cesiguientesione dell’usufrutto)-L’usufruttuario può cedere il proppio diritto per un certo tempo o per tutta la
sua durata, se ciò non è vietato dal titolo costitutivo (1002, 1350 n. 2, 2643 n. 2, 2810).
La cesiguientesione dev’esiguientesere notificata al propietario; finché non sia stata notificata, l’usufruttuario è
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Como es obvio, el resultado de este análisis depende del marco dentro del cual
se realice. Si abandonamos una perspectiva teórica desprovista de todo marco
legislativo para centrarnos en el derecho positivo peruano, encontramos que en
apoyo de esa estrecha concepción de la noción de contrato se podría invocar
algunas disposiciones de nuestro código civil que resultan tan sugestivas como
desorientadoras. Sin embargo, una interpretación plena que comprenda el
aspecto funcional, el sistemático e incluso el histórico, de esas y de otras
normas del código, conduce a redimensionar el efecto del contrato y a entender
que éste es, por antonomasia, el instrumento de actuación de la autonomía
privada, susceptible de producir efectos obligatorios y también efectos reales.
La definición que contiene el artículo 1351 del código civil suministra una idea
no sólo de su estructura –acuerdo de dos o más partes-, sino también de su
función, es decir, indica que este instrumento sirve para crear, regular,
modificar o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales. La referencia a un
concepto amplio como es el de “relación jurídica patrimonial” permite
precisamente asignar al contrato una función que no está circunscrita
únicamente al campo de las relaciones obligatorias sino a cualquier tipo de
relación jurídica que, siendo o no una obligación, tenga contenido patrimonial.
1
Puente y Lavalle , Manuel de la, El Contrato en General, en: Para Leer el Código Civil, Vol, XI, primera
parte-tomo I, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1991, págs. 95 y 96. Arias
Schereiber, Max, Exégesis, tomo I, Studium, 1986, pág. 158; también, del mismo autor, Luces y Sombras
del Código Civil, Tomo II, Studium, pág. 86.
2
Puente y Lavalle, Manuel de la, Abriendo el debate, en Themis, Segunda Epoca, N° 15, pág. 80, nota 2.
1
http:/ / dike.pucp.edu.pe http:/ / www.pucp.edu.pe
3
Santoro Passarelli, Francesco, Doctrinas Generales del Derecho Civil, trad. Luna Serrano, Editorial
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1964, pág. 69 y siguientes. Galgano, Francesco, Diritto privato,
Cedam, Padova, 1983, pág. 19 y siguentes. Messineo, Manual de Derecho Civil y Comercial, trad.
Santiago Sentís Melendo, Ediciones jurídicas Europa- América, Buenos Aires, 1979, T. II, pág. 3 y
siguientes. Rescigno, Pietro, en Enciclopedia del Diritto, Giuffrè, 1979, Vol. XXIX, voz: Obligación
(diritto privato), pág. 138 y siguientes.
4
Ver, por ejemplo, Bullard, Alfredo, La Relación Jurídico Patrimonial, Lluvia Editores, pág. 110. Betti,
Emilio, Teoria Generale delle obligación, Giuffrè, Milano, 1953, T. I, pág. 12.
5
Santoro Passarelli, Francesco, Op. Cit., pág. 67. Ver además otras definiciones de relación jurídica en
las obras citadas en la nota 3.
6
Il contratto in Genere, en: Trattato di Diritto Civile e Commerciale, Giuffrè, Milano, 1973, Vol. XXI, T.
I, Pág. 73.
7
El artículo 1321 del código civil italiano es el que contiene la definición de contrato que ha servido de
modelo al legislador peruano; su texto es el siguiente: “1321. Noción.- El contrato es el acuerdo de dos o
más partes para constituir, regular o extinguir entre sí una relación jurídica patrimonial.” (Codice Civile a
cura di Adolfo di Majo, Giuffrè, Milano, 1991).
8
La opinión en este sentido en Italia es prácticamente unánime de modo que las citas podrían ser
innumerables. Véase por ejemplo, Osti, Giuseppe, Contratto, en Scritti Giuridici, Giuffrè, 1973, T.
Secondo, pág. 23. Scognamiglio, Renato, Dei Contratti in Generale, en Comentario del Codice Civile a
2
http:/ / dike.pucp.edu.pe http:/ / www.pucp.edu.pe
cura di A. Scialoja e G. Branca, Libro quarto, delle obligación (arts. 1321 – 1352), Zanichelli-soc. ed. del
Foro Italiano, Bologna-Roma, 1970, pág. 16.
3
http:/ / dike.pucp.edu.pe http:/ / www.pucp.edu.pe
9
Colin, A. y Capitant, H., Curso Elemental de Derecho Civil, REUS, Madrid, 1961, T. II, Vol. II, pág.
722. Josserand, Louis, Derecho Civil, Ediciones Jurídicas-Europa América – Bosch, Buenos Aires, 1950,
T. I, Vol. III, pág. 262. Carbonnier, Jean, Derecho Civil, Bosch, Barcelona, 1965, T. II, Vol. I, pág. 202.
4
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Esta distinción, sin embargo, sufrió el embate de la práctica y por la vía de las
excepciones terminó por perder su carácter de regla. La exigencia de la
tradición resultaba una traba y una complicación para la rapidez que exigían las
operaciones mercantiles12. Ya en el propio derecho romano, por ejemplo, se
abandonó la necesidad de que el adquirente recorriera íntegramente el fundo y
reconociera sus linderos para adquirir la propiedad, siendo suficiente que el
adquirente pisara sólo el lindero o que el enajenante mostrara el fundo al
10
Betti, Emilio, Op. Cit., Vol. III, pág. 54 y siguientes.
11
Betti, Emilio, Op. Cit., Vol. III, págs. 55 y 56.
12
Mazeaud, H., L. y J., Lecciones de Derecho Civil, Parte Segunda, Volumen IV, Trad. Luis Alcalá-
Zamora y Castillo, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1960, pág. 325.
5
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adquirente desde una torre vecina13. Por otra parte, cuando el que tenía
derecho a adquirir estaba en posesión de la cosa (era un arrendatario o un
comodatario, por ejemplo) no tenía que devolverla al enajenante para que éste
cumpliera con el rigor de la traditio, pues bastaba que dicho enajenante
declarara renunciar a la propiedad para que la transmisión se produjera
automáticamente (era la llamada traditio brevi manu). Si se deseaba que el
enajenante permaneciera en posesión de la cosa que enajenaba (a título de
arrendatario o de comodatario, por ejemplo), tampoco era necesaria una doble
tradición, primero al adquirente y luego al enajenante (arrendador o
comodatario), pues bastaba que, en virtud de una convención, el enajenante
reconociera poseer en adelante el bien por cuenta del adquirente de modo que
la transferencia tenía lugar convencionalmente (a esta convención se le
denominó constitutum possessorium). Si las cosas enajenadas se encontraban
a disposición del adquirente, la transferencia tenía lugar aunque no hubiera
mediado una recepción efectiva por parte de éste (traditio longa manu)14.
13
Jörs, P., y Kunkel, W., Derecho Privado Romano, trad. Prieto Castro, Labor, Barcelona, 1937, págs.
164 y 165.
14
Jörs, P. y Kunkel, W. Op. cit., págs. 166 y 167. Colin, A., y Capitant, H. Op. cit., tomo II, vol. II, pág.
724.
15
Colin, A. y Capitant, H. Op. cit., tomo II, vol. II, pág. 725. Josserand, Louis. Op. cit., tomo I, vol. III,
pág. 263. Mazeaud, H., L. y J. Op. cit., pág. 326 y siguientes.
16
Floren (vente immobilière en Provence) y Aubenas (Cours d’historie) sostienen que ya en 1635 existe
un pronunciamiento de parlamento provenzal en ese sentido; la cita es de Bianca, Massimo. La Vendita e
la Permuta. En: Trattato de Diritto Civile, Diritto da Vassalli, UTET, vol. VI, tomo 1°, Torino, 1972, pág.
72, nota 8.
6
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17
Osti, Giuseppe. Op. cit., tomo II, pág. 677.
18
El artículo 1101 del Código francés señala que “El contrato es una convención por la cual una o más
personas se obligan, frente a una o varias otras, a dar, a hacer o a no hacer algunas cosas”.
7
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19
Colin y Capitant, por ejemplo, señalan que “el tercer modo de adquirir la propiedad y los derechos
reales, según hemos dicho, es el contrato. El artículo 711 se expresa de un modo algo distinto: nos dice
que la propiedad se adquiere y se transmite ‘por efecto de las obligaciones’. En el fondo, esto no es más
que un modo distinto de expresar la misma idea.” (Op. cit., tomo II, vol. II, pág. 723). Más adelante
agregan: “Una práctica ya más que secular nos ha familiarizado tanto con esta idea de que el acuerdo de
la voluntad de dos personas basta para transmitir la propiedad (o un derecho real, y aun un derecho
cualquiera) del que quiera enajenarlo al que quiere adquirirlo, que nos parece muy sencilla” (Loc. cit.).
Es junto reconocer, sin embargo, que estos autores cuestionan la bondad del principio consencualista.
Josserand, por su parte, escribe que la reforma que introduce el artículo 1138 del Código francés está
expresada”... en términos bastante oscuros y que hubieran permanecido enigmáticos de no haber sido
aclarados por la historia...” (Op. cit., t. I, vol. III, pág. 263).
20
Mazeaud, H., L. y J. Op. cit., pág. 323-324.
8
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Si concordamos el artículo 1529 con el artículo 949 del Código Civil de 1984,
resultaría que en virtud del primero, al celebrar una compraventa –por ejemplo-
el vendedor se obligaría a transferir al comprador la propiedad de un bien
inmueble –imaginemos que se trata de un inmueble determinado-, y en mérito
al segundo, esa sola obligación habría transformado al comprador en
propietario del bien, es decir, esa obligación habría quedado cumplida –y se
extinguiría por cumplimiento- por el sólo hecho de existir. Pero, ¿es que acaso
puede afirmarse que esa “obligación” de enajenar, como la llama el artículo
949, es una verdadera obligación? ¿es que acaso semejante “obligación? tiene
la misma estructura, el mismo contenido y la misma función que la doctrina y
nuestro ordenamiento positivo asignan a las obligaciones en sentido técnico?
21
En cambio, para el caso de los bienes muebles optó claramente por mantener la tradición como modo,
plasmando esta regla en el artículo 890.
22
León Barandiarán, José. Comentarios al Código Civil Peruano (Derecho de Obligaciones), tomo II,
pág. 12.
23
Del mismo modo en que el artículo 890 del Código Civil de 1936 sirvió de antecedente al artículo 947
del Código Civil vigente.
24
Lo asevera Lucrecia Maisch von Humboldt en: Código Civil, vol. V, Exposición de Motivos y
Comentarios, pág. 186.
9
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25
Ver, por ejemplo, Giorgianni, M. La Obligación. Bosch, Madrid, 1958, especialmente pág. 35 y
siguientes. Di Majo, A. Commentario del Codice Civile-Scialoja-Branca, Delle Obbligazioni in Generale,
Zanichelli, Soc. Ed. del Foro Italiano, Bologna-Roma, pág. 88 y siguientes.
10
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11
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Por otra parte, existen casos el llamado pago por tercero, mediante el cual el
acreedor obtiene la satisfacción de su interés aun cuando no se haya actuado
el deber del deudor, el cual incluso subsiste en algunos casos –cuando no se
produce su extinción- frente a un nuevo sujeto por efecto de la subrogación31.
31
La teoría del bien debido encontró probablemente su más coherente formulación con Rosario Nicoló en
la obra L’adempimento dell’obbligo altrui, Milano, 1936. Puede consultarse también en el compendio de
obras de aquel autor: Raccolta de Scritti, tomo II, Giuffrè, Milano, 1980, pág. 967 y siguientes.
32
Nicoló sostiene que esta valoración subjetiva de la prestación, considerada como comportamiento
personal del obligado, es común a la mayor parte de la doctrina. Y este ilustre escritor agrega, queésta es
una concepción exacta porque la idea de prestación es inescindible de la consideración de una actividad
dada (positiva o negativa) del deudor, incluso cuando se entienda que el contenido del deber sea la
consecución por parte del acreedor de una utilidad determinada, la prestación consistiría siempre en el
comportamiento que el deudor debe tener para que se procure al acreedor la utilidad prometida (Op. cit.,
pág. 1022, nota 79).
12
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13
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¿De qué obligación puede hablarse en el caso del artículo 949 del Código
vigente? Se trata de una obligación que consiste en transmitir el derecho de
propiedad, lo que supondría una actividad material del deudor consistente en
dar, hacer o no hacer (que es la prestación) a través de la cual se produzca
dicha transmisión (cumplimiento). La prestación siempre es contenido u objeto,
para quienes prefieren un enfoque distinto de la obligación. Pero en este caso,
el interés del sujeto activo queda satisfecho mediante la obtención del derecho
de propiedad y esa obtención se logra automáticamente sin necesidad de
ningún acto material sujeto pasivo. ¿Cuál sería la estructura de semejante
“obligación”? ¿En qué consiste la prestación que el “deudor” debe ejecutar?
No sería admisible sostener en contra de la tesis del efecto real del contrato
que aquí se postula, que de este modo no se podría explicar los contratos
relativos a la transferencia de propiedad de bienes inmuebles ajenos o futuros
o en los que se ha estipulado la reserva de propiedad, etc., debido a que en
ellos la transferencia de propiedad no se produce inmediatamente al celebrarse
el contrato. A quienes así razonan les sería aplicable la misma objeción porque
33
Diritto Civile, IV, L’obbligacione, Giuffrè, Milano, 1990. pág. 15, nota 31.
14
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En estos casos, surge una obligación que si bien no tiene por finalidad producir
la transferencia de la propiedad, permite garantizar al adquirente la actuación
del efecto real que no operó al momento de la celebración del contrato35.
34
Capozzi, Guido, Dei singoli contratti, vol. I, Giuffè, Milano, 1988, pág. 98.
35
Capozzi, Guido, Op. cit., pág. 98. Osti, Giuseppe, Op. cit., pág. 876 y siguientes. Función análoga –es
decir de garantía- tienen las llamadas Obligaciones de Saneamiento, que tutelan al adquirente frente a los
efectos materiales o jurídicos de los bienes adquiridos. Para un estudio más detenido de este aspecto,
puede consultarse: Russo, E. La responsabilità per l’inattuazione del efetto reale. Giuffrè, Milano.
15
http:/ / dike.pucp.edu.pe http:/ / www.pucp.edu.pe
Debe concluirse por ello, que más allá de las expresiones utilizadas por la ley,
la transmisión del derecho de propiedad de los bienes inmuebles determinados
se produce por efecto directo del contrato.
36
A pesar de que no podemos detenernos a analizar la problemática de la promesa unilateral, debe
advertirse que su propia configuración resulta sumamente discutible y confusa en nuestro Código, por la
indefinición en que el legislador ha incurrido en este tema. Se ha querido admitir la promesa unilateral
como fuente de obligaciones pero el legislador parece no haber podido desprenderse de la bilateralidad
para la atribución de los efectos de ella, lo cual implica una seria contradicción. Según el primer párrafo
del artículo 1956 y el artículo 1959, la obligación surge y el deudor queda obligado por su sola
declaración desde que ésta se hace pública –en el caso de la promesa al público pero según el segundo
párrafo del artículo 1956, para que el destinatario sea acreedor de la prestación es necesario su
asentimiento. Entonces, ¿hay realmente una obligación producida por la mera declaración del promitente,
antes del asentimiento del destinatario? Si la hubiera, ¿puede acaso configurarse una obligación sin
acreedor? Si no la hubiera y para que la obligación surja es necesario el asentimiento del destinatario,
¿cómo se explica la parte final del artículo 1959 del Código? ¿Es la promesa realmente un negocio
unilateral?
37
Nótese que la declaración de querer hacer uso del derecho que la segunda parte del primer párrafo del
artículo 1458 pone a cargo del tercero, sólo tiene como función que el derecho –ya perteneciente al
tercero- sea exigible.
16
TALLER “PRINCIPALES PROBLEMAS DEL DERECHO A LA PROPIEDAD”
La metamorfosis incoherente
(¿
(¿e inconstitucional?) del principio
de fe pública registral
El autor sostiene que debido a las modificaciones al Código Civil, dispuestas por la
Tema relevante
reciente Ley N° 30313, se imponen serias trabas para que el tercero pueda conservar su
adquisición. Afirma que los llamados principios registrales de legitimación y fe pública
han experimentado una importante transformación, de tal manera que la adquisición del
tercero es vulnerable a los cuestionamientos por parte de titulares anteriores. En resu-
men, sostiene el autor, ahora es tarea de todo adquirente velar por la validez de todas
las adquisiciones previas a la suya, asegurándose de que los asientos registrales reflejen
actos válidos y eficaces.
* Abogado y magíster con mención en Derecho Civil y Comercial por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
(UNMSM). Profesor de Derecho Civil en la UNMSM, la Universidad Ricardo Palma y la Universidad San Juan Bautista.
Miembro del Consejo Consultivo del Instituto de Derecho Privado.
69
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 23 • MAYO 2015
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ESPECIAL | LOS RECIENTES CAMBIOS PARA EVITAR EL FRAUDE INMOBILIARIO
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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 23 • MAYO 2015
1 GARCÍA GARCÍA, José Manuel. Derecho inmobiliario registral o hipotecario. Tomo II, Civitas, Madrid, 1993, p. 227.
2 ALIAGA HUARIPATA, Luis. “Principio de fe pública registral”. En: AAVV. Código Civil comentado. Tomo X, 2ª edición,
1ª reimpresión, Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 315.
72
ESPECIAL | LOS RECIENTES CAMBIOS PARA EVITAR EL FRAUDE INMOBILIARIO
3 TARELLO, Giovanni. L´ interpretazione della legge. Giuffrè, Milán, 1980, p. 67 y ss.; y PERELMAN, Chaim. Lógica
jurídica y nueva retórica. Traducción de Luis Díez-Picazo. Civitas, Madrid, 1979, p. 193.
4 Algunos autores han señalado que el artículo 2014 del Código Civil habría sido precisado por el Reglamento General de
Registros Públicos, específicamente en el artículo VIII de su Título Preliminar. Aunque comparta su conclusión de prima-
cía del asiento sobre el título archivado, me parece un enfoque harto difícil de aceptar, puesto que una norma con rango de
ley (como lo es cualquier normativa del Código Civil) no puede ser condicionada en sus alcances por una normativa mera-
mente reglamentaria. Esta tiene naturaleza estrictamente ejecutiva, además de tener una jerarquía claramente inferior. Una
norma de jerarquía inferior, como se comprenderá, difícilmente puede condicionar la interpretación de una norma de jerar-
quía superior (ARCE ORTIZ, Elmer. Teoría del Derecho. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
Lima, 2013, p. 136 y ss.; y ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Los principios contenidos en el Título Preliminar del Código
Civil peruano de 1984. 3ª edición, Grijley, Lima, 2011, pp. 68 y 69).
73
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 23 • MAYO 2015
Sin embargo, la Ley N° 30313 ha provocado constituyen un pequeño porcentaje del total.
una metamorfosis en la regulación del prin- La aplastante mayoría de operaciones sobre
cipio de fe pública registral. Ahora sí no cabe bienes inmuebles no implica falsificaciones
duda de que el legislador establece que el ni suplantaciones de identidad.
tercero adquirente debe investigar los títulos
archivados, si pretende garantizar su adqui- ¿Por qué el derecho de propiedad de una
sición frente a futuros cuestionamientos. minoría debe ser protegido a costa del sacri-
Aquí la inscripción registral pierde impor- ficio del derecho a la libertad de contratar
tancia, puesto que su análisis por parte del de las grandes mayorías? No existe ninguna
tercero adquirente nada le garantiza prácti- razón valedera. Esta nueva norma, me atrevo
camente. El nuevo texto del artículo 2014 a decirlo, resulta claramente inconstitucio-
del Código Civil asume que no existe una nal. Nótese que la única manera de justifi-
rigurosa calificación registral en nuestro sis- car este sacrificio de un derecho constitucio-
tema, a cargo de un profesional del Derecho, nal de las grandes mayorías, para proteger
sino que entiende al asiento registral como otro derecho constitucional de una minoría,
un mero resumen del título. Ciertamente este sería sostener que este derecho es claramente
nuevo texto normativo de ninguna manera más importante que aquel. Pero esto es sen-
permite ahorrar tiempo y costos en el “estu- cillamente inviable, puesto que hoy en día no
dio de títulos”. Al contrario, se acrecienta la puede dudarse de que el derecho a la libertad
complejidad y onerosidad de esta labor. de contratar supera en importancia y valía al
derecho de propiedad.
Estoy convencido de que esta metamorfo- “En pleno siglo XXI, no cabe la menor
sis del principio de fe pública registral es duda de que la economía es dinámica,
incoherente y perjudicial. de tal manera que la riqueza depende de
las relaciones contractuales que se enta-
Es perjudicial porque no solo pone serias tra- blen, ya no tanto en la mera tenencia de
bas a las operaciones económicas sobre acti- cosas, como ocurría en el pasado, cuando
vos inmobiliarios, sino también porque se el mundo tenía a la propiedad inmobilia-
traduce en el sacrificio del interés patrimo- ria (la tierra) como eje del sistema econó-
nial de las grandes mayorías para proteger mico, siendo la economía estática. Ello
el interés patrimonial de unos pocos. Decir explica, como lo resalta una autorizada
que un 15% de las operaciones sobre bienes opinión, que las instituciones del Dere-
inmuebles, que se realizan a diario en nues- cho Privado, durante la época de los pri-
tro país, implican falsificaciones y suplanta- meros grandes Códigos Civiles (siglo
ciones de identidad, es incurrir en un exceso XIX), se hayan diseñado en función de
evidente. Ni qué decir un 20%. No hay nin- la propiedad. Cosa que hoy ya no ocu-
gún estudio estadístico al respecto, pero sin rre, puesto que el rol económico cen-
duda alguna estas operaciones fraudulentas tral del Derecho Privado corresponde
74
ESPECIAL | LOS RECIENTES CAMBIOS PARA EVITAR EL FRAUDE INMOBILIARIO
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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 23 • MAYO 2015
Explica un egregio autor italiano que los casos a Gregorio Samsa, el recordado protagonista
de “fe pública” y “hechos de publicidad” im- de este relato. Este sufre una metamorfo-
plican una exoneración del tercero adquirente sis radical que termina por perjudicarlo y
de la tarea de determinar la efectiva realidad aislarlo de su comunidad. Con estos cam-
jurídica expresada en los actos de “fe públi- bios, la fe pública registral termina siendo
ca” y “hechos de publicidad”7. De este modo, un “bicho raro” dentro de nuestro sistema
quien observa los Registros Públicos y efectúa registral. Antes de la ley, el principio de
actos con base en la información contenida en fe pública registral, bien entendido y apli-
estos, debe actuar de buena fe para verse exo- cado, ha reportado mucha utilidad al sistema
nerado de la tarea de indagar si la realidad jurí- registral. Pero ante el surgimiento de algunos
dica expresada por dichos registros es genuina problemas, que la prensa ha malentendido,
o no. Pero con la redacción actual del artículo el legislador abandona a este principio a su
2014 del Código Civil, no se aprecia ninguna suerte, transformándolo para mal. Así suce-
“exoneración” genuina. Si se tienen que revi- dió con Gregorio, antes de su metamorfosis
sar todos los títulos archivados, prácticamen- era el sustento económico de su familia, pero
te se impone al tercero adquirente la tarea de luego de su radical cambio, esta también lo
verificar si el asiento de inscripción expresa abandonó a su suerte y lo dejan morir.
o no la realidad jurídica efectiva.
Hay que atreverse a dar una lectura consti-
Este año cumple un siglo la publicación del tucional al nuevo texto del artículo 2014 del
famoso relato de Franz Kafka que se intitula Código Civil. Los operadores jurídicos no
La metamorfosis. La regulación peruana del podemos seguir el –mal– ejemplo de la familia
principio de fe pública registral me recuerda de Gregorio.
7 FALZEA, Angelo. “Apparenza”. En: Id. Voci di teoria generale del diritto. 3ª edición actualizada, Giuffrè, Milán, 1984,
p. 113.
76
TALLER “PRINCIPALES PROBLEMAS DEL DERECHO A LA PROPIEDAD”
“El artículo 1165 (equivalente a al artículo 1163 del Código Civil peruano) es el
testigo de una concepción meramente individualista del derecho de las
obligaciones. Parte de la premisa según la cual los negocios de cada uno
solamente son de incumbencia de uno mismo, que podemos adminístralos
libremente, sin que la sociedad y los terceros tengan algún interés en ellos. Esta
es una simplista concepción de la libertad absoluta del individuo que no toma
debidamente en cuenta los lazos que inevitablemente ligan unos a otros a todos
los miembros de la sociedad. Y cuanto más civilizada y compleja es la sociedad,
dicho lazos se multiplican y consolidan. La evolución actual del derecho
patrimonial se basa, en gran parte, en la concepción cada vez más difundida entre
los juristas contemporáneos, en que los negocios de cada uno, aparte de su
218
Vincenzo ROPPO. El contrato. cit. p. 526.
159
aspecto individual, tienen un aspecto social. Se tiene que reconocer que tales
negocios no sólo le conciernen a uno mismo, sino que además, también a la
sociedad y, por ende, a los terceros”219.
Los mecanismos de defensa del derecho de propiedad, tal como se conocen hoy,
se basan en los que contemplaba el Derecho Romano. En lo que a este apartado
se refiere, los mecanismos de tutela que podría eventualmente invocar DICK son
aquellos que no presuponen una agresión física. En su caso sucede que alguien
alega tener el derecho de propiedad sobre el bien que le pertenece, negando así
219
Rene SAVATIER. Le prétendu principe de l´effet relatif des contrats. En: Revue Trimestrielle de Droit Civil. T.
XXXIII. París: Sirey, 1934, pp. 525 y 526.
220
Gunther GONZALES BARRÓN. Tratado de Derechos Reales. T. II. 3era edición. Lima: Jurista, 2013, p. 1338.
221
Gunther GONZALES BARRÓN. Tratado de Derechos Reales. T. II. cit. p. 1453.
160
¿La acción negatoria? Esta “acción” no aparece regulada en nuestro Código Civil.
No obstante, la doctrina suele asociarla a la defensa de la propiedad frente a un
supuesto derecho real de servidumbre que se le pretende aplicar. Esto explica que
el mecanismo de tutela en cuestión se denomine como “acción negatoria de la
servidumbre”. Una atenta doctrina hispana refiere que la acción negatoria tiene
como objetivo demostrar la inexistencia de gravámenes sobre el bien, así la ha
entendido la jurisprudencia, al no encontrarse regulada expresamente en los
textos legales españoles (salvo en alguna norma catalana, que no afecta esta
conclusión)222. Por tanto, según este enfoque, si el caso no versa sobre
gravámenes, la acción negatoria no tiene lugar. Sin embargo, en el derecho
italiano se suele dar a la negatoria un radio de acción más amplio: su finalidad es
demostrar la inexistencia de derechos reales que el demandado afirma tener sobre
el bien del demandante, lo que incluye a la propiedad misma, idea que se
encuentra respaldada por el texto del artículo 949 del Codice Civile223. No
obstante, otro sector de la doctrina italiana afirma que la acción negatoria sólo se
aplica cuando el demandado se considera titular de un derecho real derivado o
limitado, no de la propiedad224.
222
Pedro GONZÁLEZ POVEDA. Acciones protectoras del dominio y de la posesión. Barcelona: Bosch, 2002, pp.
181 y 182.
223
Domenico BARBERO. Sistema del Derecho Privado. T. II. cit. p. 299; y Francesco GAZZONI. Manuale di Diritto
Privato. 7ma edición. Nápoles: ESI, 1998, pp. 234 y 235.
224
Francesco MESSINEO. Manual de Derecho Civil y Comercial. T. III. cit. p. 371; y Domenico BARBERO. Sistema
del Derecho Privado. T. II. cit. pp. 299 y 300.
161
Los estudiosos italianos, en cambio, tienen una noción distinta acerca de la acción
declarativa de dominio. Es más, un sector de la doctrina simplemente prescinde de
esta acción, dando a entender que es innecesaria dada la existencia de la acción
negatoria226. Otros, en cambio, refieren que ella se puede emplear en todo
supuesto en el cual se discuta o se niegue el derecho de propiedad del
demandante, lo que incluiría el caso en el cual el demandado se repute
propietario227.
225
Pedro GONZÁLEZ POVEDA. op. cit. p. 47.
226
Francesco GAZZONI. op. cit. pp. 234-236; y Pietro TRIMARCHI. Istituzioni di Diritto Privato. 12va edición.
Milán: Giuffrè, 1998, p. 532.
227
Francesco MESSINEO. Manual de Derecho Civil y Comercial. T. III. cit. p.365; y Domenico BARBERO. Sistema
del Derecho Privado. T. II. cit. pp. 300 y 301.
162
228
Marianella LEDESMA NARVAEZ. Comentarios al Código Procesal Civil. T. I. Lima: Gaceta Jurídica, 2008, pp.
329-333.
229
Dante APOLÍN MEZA. Acumulación objetiva originaria. En: AAVV. Código Procesal Civil Comentado. T. I.
Arequipa: Adrus, 2011, pp. 417 y 418.
163
(*) Abogado por la Pontiicia Universidad Católica del Perú. Doctor en Derecho Privado por la misma universidad. Profesor de
Derecho Civil en la misma casa de estudios. Socio fundador del Estudio Jorge Avendaño Abogados. Miembro del Comité
Consultivo Nacional de la Asociación IUS ET VERITAS.
(**) Abogado por la Pontiicia Universidad Católica del Perú. Master en Derecho Civil por la misma casa de estudios. Profesor
de Derecho Civil en la PUCP. Socio del Estudio Rodrigo, Elías & Medrano.
(***) Abogado por la Universidad de Lima. Magíster en Derecho de los Contratos por la Università degli Studi di Roma «Tor
Vergata», revalidado por el grado de Magíster en Derecho con mención en Derecho Civil de la Escuela de Graduados de la
Pontiicia Universidad Católica del Perú. Estudios de Especialización en Derecho y en Responsabilidad Civil en la Università
degli Studi di Roma “La Sapienza”. Doctor en Derecho por Pontiicia Universidad Católica del Perú.
(****) Mesa Redonda preparada por José Carlos Fernández Salas, Rodrigo La Rosa Manrique, miembros extraordinarios de la
Asociación Civil IUS ET VERITAS; y Enrique Zevallos Córdova miembro ordinario de la misma asociación. La asociación
agradece profundamente a los doctores Jorge Avendaño Valdez, Martín Mejorada Chauca y Rómulo Morales Hervias por
su colaboración y disponibilidad para responder nuestras preguntas de manera virtual.
Revista IUS ET VERITAS, N° 47, Diciembre 2013 / ISSN 1995-2929 3 5 2 IUS ET VERITAS 47
Discusión en torno al Cuarto Pleno Casatorio Civil sobre el concepto de Posesión Precaria
Discussion on the 4th Binding Precedent in Civil Law about the concept of Tenancy at Will
Revista IUS ET VERITAS, N° 47, Diciembre 2013 / ISSN 1995-2929 3 5 3 IUS ET VERITAS 47
Mesa Redonda con Jorge Avendaño Valdez, Martín
Mejorada Chauca y Rómulo Morales Hervias
los gustos menos claridad. El precedente tiene el gran de esa forma al poseedor precario, como
mérito de haber ijado un camino de alguna certeza sobre la poseedor ilegítimo, ya que este nunca tuvo
materia y eso es lo más valioso en materia judicial, se llama título o si lo tuvo, este ha fenecido.
“predictibilidad”.
Por eso, el ocupante precario se identiica
La producción de precedentes vinculantes es competencia usualmente con aquella persona que ocupa la
exclusiva del Pleno de la Corte Suprema, derivada de una propiedad del prójimo. El Código Civil no hace
autorización prevista en el artículo 400 del Código Procesal Civil. ninguna mención de si el ocupante precario es
A partir de un caso concreto los jueces supremos se reúnen y aquel que paga o no la renta, sino aquel que
abordan una cuestión recurrente en los despachos judiciales, no tiene título.
decidiendo cómo se debe interpretar la ley en un determinado
asunto. No cabe duda que el desalojo, concretamente la Ahora, debemos entender la palabra “título”
identiicación del poseedor precario, es un asunto de gran como contrato, o más en especíico como acto
reiteración en las disputas sobre derechos inmobiliarios. Así jurídico, y no como papel. Por ello, quien tiene
pues la elección del tema estuvo perfectamente justiicada. un título, tal como lo entiende el código, es
aquel quien tiene un convenio y por tanto, tiene
Rómulo Morales: El estado de la cuestión se puede dividir el derecho a cambio del pago de una renta o el
en tres situaciones descritas en el Fundamento 50 de la que tenía fenecido. Ello porque podría darse el
Casación No. 2195-2011-Ucayali de 13 de agosto de 2012 (en caso que me dieran el alquiler del bien por un
adelante, Cuarto Pleno Casatorio Civil): (i) La jurisprudencia plazo de cinco años y yo siguiera ocupando el
imprecisa sobre el ocupante precario es producto de “una bien, a pesar de que mi título ya ha fenecido.
legislación no muy precisa” y la doctrina otorga “un concepto
variado, impreciso y contradictorio”; (ii) esta situación genera Martín Mejorada: Mi posición es la que
inseguridad jurídica que es aprovechada por quienes, sin sustenté en el Pleno en calidad de amicus
justiicación jurídica, poseen un gran número de predios por curia, y es la que primó en el sentir de la
un tiempo prolongado; y, (iii) además dicha situación genera mayoría de los jueces supremos. La Corte ha
un alto porcentaje de gasto del presupuesto del Estado para analizado ampliamente los fundamentos del
atender la solución de tales conlictos. Si el estado de la concepto de posesión precaria, tanto desde
cuestión se resumiera en esas tres situaciones, considero que el punto de vista de la norma positiva que la
no eran suicientes para hacer un análisis sobre el precario. Hay deine (artículo 911 del Código Civil), como
otras razones por las que sí era necesario un pronunciamiento atendiendo al rol que corresponde al desalojo
como los abusos de los demandantes de iniciar procesos de en el sistema de justicia. Se ha decidido por
desalojo contra arrendatarios o compradores caliicándolos una deinición amplia de poseedor precario.
erróneamente como precarios. Esto implica que en cada caso el juez
debe apreciar con libertad y convicción si
2 . Se pue de n obse r va r e n e l Ple no Ca sa t orio a l corresponde o no la entrega del bien, teniendo
menos dos posturas: la que identiica a la igura en cuenta la evaluación sumarísima y de
de l pre c a rio c on la de t e nt a c ión e n vir t ud a una urgencia que supone el desalojo.
m e ra libe ra lida d o t ole ra nc ia ; y la post ura que le
da a l c onc e pt o de pre c a rio un c ont e nido proc e sa l Como en este proceso no se hace una
e n func ión a la s norm a s de l Código Proc e sa l Civil. investigación profunda de los derechos
¿Cuá l e s su posic ión a l re spe c t o? alegados, sino solo un sumarísimo examen
de títulos y fuentes jurídicas, es poseedor
Jorge Avendaño: Mi posición se acerca más a aquella que precario quien en tales circunstancias se le
entiende al poseedor precario con aquel que detenta en virtud percibe como carente de derecho. Puede ser
de una mera liberalidad o tolerancia. El Código Civil entiende que la apreciación sumaria conduzca a una
Revista IUS ET VERITAS, N° 47, Diciembre 2013 / ISSN 1995-2929 3 5 4 IUS ET VERITAS 47
Discusión en torno al Cuarto Pleno Casatorio Civil sobre el concepto de Posesión Precaria
Discussion on the 4th Binding Precedent in Civil Law about the concept of Tenancy at Will
decisión no deseada y se considere sin derecho a quien sí lo actividad cognitiva de los jueces a través de
tiene, y viceversa. Esto no debe escandalizarnos pues siempre supuestos muy concretos. Para el día a día
quedan los procesos latos para resolver lo que será deinitivo, no hay duda que el gran aporte es la relación
contrariando, de ser el caso, lo que resolvió el juez del desalojo. de casos que contienen la sentencia del Pleno,
mientras que para el mundo académico las
Por ejemplo, en el desalojo se podría resolver que el poseedor consideraciones han delineado los elementos
debe entregar el bien (es precario) porque su contrato se centrales de una importante igura legal, la
resolvió extrajudicialmente cumpliendo las formas, sin posesión precaria.
embargo, en el proceso lato que se sigue después, se
establece que en realidad la resolución no se produjo porque la Rómulo Morales: Las dos posturas parten de
causa invocada para la extinción del vínculo no era conforme. un error conceptual según el cual el precario
El demandado en el primer proceso fue un precario porque es un poseedor. He tenido la ocasión de
a los ojos del sumario carecía de derecho a permanecer en sostener que el precario es un tenedor o un
el bien. Lo que ocurrió en el segundo proceso no afecta esa detentador y no un poseedor(1). La normativa
conclusión. Solo se es o no poseedor precario en el ámbito del aplicable por analogía es la del servidor de la
desalojo. Si luego se establece que el poseedor tenía derecho posesión que es un tenedor o detentador con
a quedarse en el bien podrá regresar, empero la atribución de especiales características.
“precario” estuvo bien puesta. Fuera del desalojo el poseedor
es legítimo o ilegítimo, no precario. 3 . ¿Cuá n re leva nt e s, y de qué m a ne ra ,
fue ron los a nt e c e de nt e s hist óric os
Se podría creer que un concepto tan amplio de poseedor y e l t ra t a m ie nt o c om pa ra do de l
precario implica demasiada discrecionalidad para el juez, pre c a rio pa ra la Cor t e a l m om e nt o
generándose incertidumbre para los poseedores. La verdad de a dopt a r una posic ión?
es que cuando un ocupante tiene derecho sobre el bien
usualmente cuenta con los títulos que lo acreditan, al menos Jorge Avendaño: En lo que respecta a los
en apariencia. Si no puede mostrar algún signo material del antecedentes históricos peruanos, el Pleno
derecho que se atribuye y el demandante sí lo hace, pues no Casatorio si los ha tomado en cuenta. Sin
merece continuar en posesión. La evaluación de urgencia puede embargo, los antecedentes históricos de otros
generar resultados injustos, es verdad, pero con la ponderación ordenamientos no se han tratado mucho.
adecuada y teniendo presente los casos que ha establecido
el Pleno la solución será normalmente acertada. Además, Lo que he venido explicando de la figura
la decisión del desalojo siempre puede ser revertida si en el regulada del ocupador precario en el antiguo
proceso lato que se sigue después se acredita que la calidad Código de Procedimiento Civiles no ha sido
de los derechos era distinta a la que se apreció en el sumario. objeto de análisis en la legislación comparada,
al menos no que yo recuerde.
Si los jueces son funcionarios con criterio material y legal (como
se espera) no debe haber sorpresas. Ahora bien, si creemos Martín Mejorada: Mi sensación es que no
que los magistrados tienen diicultades para interpretar y aplicar fueron muy relevantes. Luego de una larga
el Derecho, habrá sorpresas no solo en lo desalojos sino en exposición sobre los antecedentes de la
todos los procesos judiciales. Lo cierto es que esa amplitud está igura, tanto históricos como doctrinarios del
controlada con el listado de casos señalados en el precedente derecho comparado y de las posturas locales,
vinculante, que claramente contiene las situaciones más la posición mayoritaria opta por una solución
recurrentes. El Pleno ha señalado el derrotero para facilitar la funcional. Se resuelve que los jueces deben
(1) MORALES, Rómulo. El precario: ¿es poseedor o tenedor (detentador)? A propósito del Cuarto Pleno Casatorio Civil. En:
Diálogo con la Jurisprudencia. No. 180. Lima: Gaceta Jurídica, 2013; pp. 24-26.
Revista IUS ET VERITAS, N° 47, Diciembre 2013 / ISSN 1995-2929 3 5 5 IUS ET VERITAS 47
Mesa Redonda con Jorge Avendaño Valdez, Martín
Mejorada Chauca y Rómulo Morales Hervias
decidir los reclamos sobre entrega de bienes y no escudarse del acto. Mediante el juicio de legitimidad es
en la existencia de procesos latos donde también se puedan posible saber quién es la persona concreta
discutir sobre el derecho a poseer. El Pleno ija criterios para realizar ciertos actos jurídicamente
para identiicar al precario con cierta facilidad y sacarlo del eicaces sobre determinados objetos de tal
predio que ocupa sin derecho, ahí donde en el pasado habría manera que los mismos se pueden considerar
permanecido debido a la supuesta oscuridad del concepto. jurídicamente eicaces”(5).
Rómulo Morales: El Cuarto Pleno Casatorio Civil no Además, el sujeto autorizador (poseedor) tolera
tomó en cuenta la doctrina comparada de Alemania, Italia la tenencia o la detentación de la cosa por
y Portugal para determinar el signiicado del precario. El parte del sujeto autorizado (precario): “Pero al
concepto de precario es uno de la doctrina del negocio mismo tiempo en la tolerancia el titular tolerante
jurídico y no de la doctrina de los derechos reales. Un siempre está consciente del comportamiento
ejemplo es una doctrina portuguesa que coloca al precario del tercero y su propia posibilidad de reacción,
como un sujeto tolerado o autorizado para detentar la cosa no reaccionando voluntariamente, en la
frente al tolerante o un sujeto autorizador: “La estructura inacción el titular puede estar, o no estar,
precaria está constituida por la limitación de los medios consciente de ello. La consciencia de violación
de tutela de una situación jurídica de modo que estos no y de la posibilidad de reacción es esencial
reaccionan a determinada actuación de un tercero, y por en la tolerancia, pero ya no es la inacción”(6).
eso, el precario corresponde a la posición de quien se La tolerancia es un concepto clave para
beneicia de esa limitación. El tolerante tiene un precario. entender la situación del precario: “Aquel
La vinculación entre tolerancia y precario viene de hecho que tolera, se encuentra en una situación en
de la tolerancia que da origen a un precario”(2). la cual, sabiendo de la violación y pudiendo
reaccionar, decide soportar voluntariamente
Esta relación entre el precario (detentador o tenedor o sujeto esa situación. No solo puede tolerar o no, sobre
autorizado o tolerado) y el poseedor (sujeto autorizador o todo, escogiendo si reacciona a la actuación del
tolerante) nace de un negocio jurídico de autorización: “La tercero o no, opta por no hacerlo, creándose
autorización es un acto jurídico especíicamente destinado a una actuación tolerada. El tolerante conoce y
provocar, directa o indirectamente, la obtención de legitimidad soporta pacientemente el acto del tercero”(7). No
para el autorizado. La autorización se realiza como título de obstante, la situación de tolerancia se extingue
legitimidad. La autorización puede constituir una posición cuando el poseedor (sujeto autorizador
jurídica en la esfera jurídica del autorizado que le permite o tolerante) revoca el negocio jurídico de
actuar en nombre propio sobre la esfera del autorizador autorización y sucesivamente puede exigir al
(autorización constitutiva)”(3). El poseedor autoriza al precario precario la entrega (no la restitución) de la cosa.
a la tenencia o a la detentación de la cosa mediante un
negocio jurídico unilateral: “La autorización constitutiva es 4 . De la form a que ha sido pla nt e a do
típicamente un negocio jurídico unilateral, del cual resulta e l Ple no, ¿pue de t e ne r t oda vía a lgún
por relejo para el autorizado un precario”(4). Así, el precario a side ro una posic ión dist int a a la
tiene legitimidad para la tenencia o la detentación de cosa: “La a dopt a da?
legitimidad es un punto de partida para la eicacia del acto, y
para la determinación de lo que es necesario para la eicacia Jorge Avendaño: No debería discutirse sobre
(2) DE VASCONCELOS, Pedro Leitão Pais. A autorização. Coimbra: Coimbra Editora, 2012; p.131.
(3) Ídem.; p. 460.
(4) DE VASCONCELOS, Pedro Leitão Pais. Óp. cit.; p. 460.
(5) DE VASCONCELOS, Pedro Leitão Pais. Ídem.; p. 181.
(6) DE VASCONCELOS, Pedro Leitão Pais. Ídem.; p. 112.
(7) DE VASCONCELOS, Pedro Leitão Pais. Ídem.; p. 113.
Revista IUS ET VERITAS, N° 47, Diciembre 2013 / ISSN 1995-2929 3 5 6 IUS ET VERITAS 47
Discusión en torno al Cuarto Pleno Casatorio Civil sobre el concepto de Posesión Precaria
Discussion on the 4th Binding Precedent in Civil Law about the concept of Tenancy at Will
otras posiciones. Justamente ese es el propósito de los plenos t odos a de c ua dos? ¿Qué ot ros c a sos
casatorios, que sean vinculantes para todos, ello incluye tanto podría n m e nc iona rse?
a los jueces como a los demás operadores jurídicos. En el
caso del presente Pleno Casatorio, que se dio a propósito Martín Mejorada: La Corte deja en claro que
de un proceso de desalojo por ocupación precaria, la Corte estamos ante una lista enunciativa, de modo
Suprema se ha pronunciado en un sentido. Decisión que es que las consideraciones del Pleno servirán para
vinculante no solo para quienes conforman el colegiado que resolver otros casos similares. También se ha
dio origen a la resolución, sino para todos los jueces de todas establecido que en estos supuestos no existe
las jerarquías. Por tanto, no deberían caber más discrepancias. una declaración deinitiva de derechos, sino
Sin embargo, todo ello es lo que en teoría debería darse, lo solo la constatación veloz del título que según
más probable es que en la práctica que otro sea el panorama. el demandante le permite acceder al bien, y
de la causa que tendría el demandado para
Yo personalmente participé en el Pleno Casatorio; sin permanecer. Si las circunstancias materiales que
embargo, no logro comprender del todo lo que ha resuelto la rodean las alegaciones se aprecian complejas
Corte Suprema. Me animaría a decir que los propios jueces de para lo apretado del proceso de desalojo
la Corte Suprema tenían algunas confusiones respecto a este (proceso sumarísimo), no se ordenará la entrega.
tema y que aun las tienen. Por ello, me temo que se van a dar El Pleno concluye que nada de lo resuelto en el
interpretaciones diversas aun después del Pleno Casatorio. sumarísimo es vinculante para los procesos
latos en los que se discute ampliamente sobre
Martín Mejorada: La Corte no tiene facultades legislativas, los títulos del predio (acción reivindicatoria y
empero a través de los precedentes vinculantes se logra un otras acciones posesorias), pudiendo incluso
efecto similar y hasta se diría más eicaz, ya que el precedente resolverse en éstos de un modo totalmente
da lugar a uno o varios casos que al ser supuestos prácticos distinto a lo dicho en el desalojo.
se entienden más fácilmente que una norma, y son igualmente
obligatorios. Es cierto que los precedentes dan cuenta de la Creo que se abordaron los supuestos más
interpretación y aplicación de normas, pero al in y al cabo “la saltantes de la experiencia judicial. Existen
ley es lo que los jueces dicen que es” y si lo dice un Pleno, no ininidad de casos que podrían considerarse
solo es una opinión jurídica sino un mandato que todos los como parte del precedente, dada su lexibilidad.
jueces deben obedecer. Uno que me gusta mencionar en clase es la
del poseedor que dice ser dueño porque el
Por más emotivas y sólidas que sean las discrepancias con propietario anterior le regaló el inmueble y
lo resuelto en el Cuarto Pleno, la decisión está tomada y en muestra un documento privado efectivamente
adelante la posesión que da lugar al desalojo es la que se suscrito por el donante. En este caso, pese al
señala en el precedente. Este hecho es valioso en sí mismo, documento verdadero, claramente el poseedor
ya que al menos para los supuestos que el precedente indica, es precario ya que la donación inmobiliaria
no habrá duda sobre cómo deben resolver los jueces. Se llama requiere una escritura pública conforme al
“predictibilidad” de las decisiones judiciales y es el valor más artículo 1625 del Código Civil. El documento
apreciado en un Estado de Derecho. privado no tiene ningún valor para estos
efectos y eso lo sabe perfectamente el juez
Rómulo Morales: Es posible sostener una tesis distinta a del desalojo.
la desarrollada por el Cuarto Pleno Casatorio cuando sus
argumentos, según pienso, se basan en un error conceptual Rómulo Morales: Los casos citados en el
según el cual el precario es un poseedor inmediato. Cuarto Pleno Casatorio Civil son inadecuados
porque ninguno de los sujetos mencionados
5 . C o n re l a c ió n a los su p u e st os c o n si g n a d os son precarios. Por ejemplo, los arrendatarios
e x p l í c i t a m e n t e e n e l P l e n o , ¿f u e r o n no son precarios sino poseedores inmediatos.
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Mesa Redonda con Jorge Avendaño Valdez, Martín
Mejorada Chauca y Rómulo Morales Hervias
Revista IUS ET VERITAS, N° 47, Diciembre 2013 / ISSN 1995-2929 3 5 8 IUS ET VERITAS 47
TALLER “PRINCIPALES PROBLEMAS DEL DERECHO A LA PROPIEDAD”
Raúl Ravina 1
**
1
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Socio del Estudio Grau SCRL, es
actualmente profesor en la Facultad de Derecho en la Universidad del Pacifico y en la de
la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y ha sido profesor en la Facultad de
Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
** Quiero agradecer muy especialmente a Denisse Figueroa D’Ugard, Antonella Gutiérrez
Rosales, y Nicole Nalvarte Atencia, alumnas de la Facultad de Derecho de la Universidad
del Pacifico, quienes han participado con esmero en la preparación del presente trabajo.
Las tres fueron excelentes alumnas del curso de Derechos Reales de la Facultad del
Pacifico y han aportado con sus conocimientos e ímpetu en la preparación de este
trabajo. Les auguro a ellas el mejor futuro profesional.
Raúl Ravina
El 12 de julio del presente año, se publicó la Ley Nº 30230 que, entre otros temas,
modificó el artículo 920º del Código Civil, referido a la defensa posesoria. El presente
trabajo tiene por finalidad analizar los alcances de la modificación y la conveniencia de
la misma.
I. Heterocomposición y autotutela.-
En ese sentido, el mismo autor3 hace referencia a un ejemplo sencillo pero ilustrativo
para entender la forma en que se resolvían los conflictos interpersonales al inicio de la
2
Monroy Gálvez, Juan, En: “Teoría General del Proceso”, Palestra Editores, Lima 2007, pp.
39-40.
3
Monroy Gálvez, Juan, En “Teoría General del Proceso”, Palestra Editores, Lima 2007, p.
39.
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¿Ojo por ojo, diente por diente?:
Análisis de la modificación del artículo 920 del Código
Civil.
4
“En las sociedades primitivas-históricas o actuales- los hombres apelan a la fuerza para
defender sus derechos. Cada cual califica su pretensión, elige los medios para poner
término a la amenaza y para vengar el agravio; es, de este modo, juez y parte en los
conflictos que le atañen”. Alzamora Valdez, Mario, Derecho Procesal Civil-Teoría General
del Proceso, Lima, Tipografía Peruana. 1967, p. 1.
5
“El hombre primitivo, no sólo primitivo en la edad histórica sino también primitivo en la
formación de sus sentimientos e impulsos morales, la reacción contra la injusticia parece
bajo la forma de venganza. El primer impulso del alma rudimentaria es la justicia por
propia mano. Sólo a expensas de grandes esfuerzos históricos ha sido posible sustituir en
el alma humana la idea de la justicia por mano propia por la idea de justicia a cargo de la
autoridad”. Couture, Eduardo J., Introducción al Estudio del Proceso Civil, Buenos Aires.
De Palma. 1978. p. 16-17.
6
Monroy Gálvez, Juan, “Conceptos elementales de Proceso Civil”, En: “Revista del Foro”,
Colegio de Abogados de Lima, Año LXXXI, N° 1, Lima, 1993, p. 75.
7
“De un caos en que prevalecía la Ley del más fuerte se pasó a un orden jurídico en que
prevalece el criterio de un sujeto imparcial sustituyéndose la acción directa frente al
adversario por la acción dirigida hacia el Estado (…)”. González Pérez, Jesús, El derecho a
la tutela jurisdiccional, Madrid, Civitas, 1984, p. 20.
8
Método conocido como el de la Autocomposición que consiste en la resolución del
conflicto a partir de un acuerdo entre las partes, en el que no medie coacción y/o
coerción, por parte de los involucrados en el referido conflicto en atención a sus intereses
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Raúl Ravina
este método se caracteriza porque las partes no solucionan el conflicto por sí mismas,
sino que la labor corresponde a un tercero cuya decisión es de obligatorio
cumplimiento para ellas10.
particulares, por lo que, estamos ante un mecanismo que depende de la decisión de los
involucrados.
9
Reggiardo Saavedra, Mario, “Encuentros y desencuentros de la jurisdicción: sobre el
diseño constitucional de la solución de conflictos”. En: “Ius et veritas”, Lima, 2013, p. 20-
21.
10
Asimismo, describe que a partir de quién resuelve el conflicto tenemos dos formas de
heterocomposición: privada (como el arbitraje), en la que las partes escogen libremente
la persona o personas que van a solucionar el conflicto; y pública, en la que un órgano
del Estado es quien tiene el poder de solucionar el conflicto.
11
Alcalá-Alzamora Y Castillo, Niceto, Proceso, Autocomposición y defensa, 2da Ed.,
Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1970, p. 30.
12
Véscovi, Enrique, Manual de derecho procesal: actualizado según el Código General del
Proceso, 3° Edición, Ediciones Idea, Montevideo, 1994, p. 9.
13
Reggiardo Saavedra, Mario, “Encuentros y desencuentros de la jurisdicción: sobre el
diseño constitucional de la solución de conflictos”. En: Ius et veritas, Lima, 2013, p. 17-
18.
14
Ovalle Favela, José, En “Teoría general del proceso”, Tercera edición, Oxfrod University
Press - Harla, México D.F., 1996, p. 11-14.
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¿Ojo por ojo, diente por diente?:
Análisis de la modificación del artículo 920 del Código
Civil.
Civil)15; (ii) el derecho de retención del poseedor en los casos que debe ser
reembolsado de mejoras (artículo 918 del Código Civil); (iii) el ejercicio de
las facultades atribuidas al mando para hacer frente a situaciones de
excepción, como es el caso de la obediencia jerárquica (artículo 20.9 del
Código Penal); (iv) el ejercicio de la potestad de uno de los sujetos en
conflicto, como son las facultades disciplinarias y sancionadoras, y; (v) la
presión o coacción sobre la contraparte para lograr el prevalecimiento de
los propios intereses, también conocida como medida conflictiva.”
15
El artículo correcto es el 920 del Código Civil.
16
Reggiardo Saavedra, Mario, Encuentros y desencuentros de la jurisdicción: sobre el
diseño constitucional de la solución de conflictos. En: Ius et veritas, Lima, 2013, p. 18.
17
Utilizaremos para estos efectos el texto recientemente derogado.
18
Villavicencio Terreros, Felipe, Derecho Penal: Parte General, Primera Edición, Grijley,
Lima, 2006, p. 534-546.
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El artículo 896 del Código Civil define a la posesión como “el ejercicio de hecho de uno
o más poderes inherentes a la propiedad”, siguiendo con esto la teoría objetiva de la
posesión de Rudolf Von Ihering.
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¿Ojo por ojo, diente por diente?:
Análisis de la modificación del artículo 920 del Código
Civil.
19
Cabe la posibilidad que un poseedor ejerza la posesión en condiciones distintas a las que
lo haría un propietario. Es el caso de aquel que posee en razón de un derecho de
servidumbre (cuente o no con este título) en este caso, el comportamiento requerido
será distinto al que realizaría un poseedor a título de propietario. Por ejemplo, respecto a
un predio agrícola, es diferente el comportamiento posesorio que realiza el propietario o
el usufructuario del predio (que en la mayoría de casos implicará la siembra, cultivo y
cuidado general del terreno) al comportamiento del vecino que ejerza una servidumbre
de paso sobre el predio agrícola (que se expresará ejerciendo el paso por este predio)
20
Si bien la posesión es la “exteriorización” o ejercicio de hecho de los atributos de la
propiedad y la protección de la posesión busca otorgar una defensa indirecta de la
propiedad (porque posesión y propiedad muchas veces coinciden) no es necesario que el
poseedor ostente la propiedad del bien ni ningún derecho menor que legitime su
posesión.
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El artículo 912 del Código Civil establece que se presume que el poseedor es
propietario, en se sentido, la protección de la posesión se basa en la protección de la
21
Con excepción del poseedor ilegitimo de mala fe.
22
El interdicto de retener protege al poseedor de perturbaciones a su posesión, el interdicto
de recobrar protege al poseedor que ha sido privado de su posesión a partir de un
despojo.
23
En el caso de los interdictos, la defensa judicial de la posesión se tramita en una vía
procesal sumarísima, lo que busca que el proceso sea bastante más corto que un proceso
de conocimiento. Sin embargo, si bien u proceso de interdicto de recobrar o retener
debería tomar unos 12 meses, en la práctica, estos procesos toman en promedio 36
meses. Por su parte, la defensa extrajudicial o defensa directa de la posesión otorga al
poseedor el derecho a defender su posesión de manera inmediata y evitar ser despojado
o recuperar la posesión del bien.
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¿Ojo por ojo, diente por diente?:
Análisis de la modificación del artículo 920 del Código
Civil.
propiedad. Y como señala Antonio Hernández Gil24, “la tutela de la posesión descansa
en razones de seguridad jurídica”.
Por su parte, Mejorada Chauca26, citando a Ihering, comenta que “la posesión se
configura como un sustituto de la prueba de la propiedad ante la dificultad inevitable
que significa acreditar el domino en cada momento”. También señala que “Si los
propietarios tuvieran que probar su derecho cada vez que interactúan, se generarían
una serie de complicaciones prácticas. Todo el tiempo los dueños tendrían que cargar
con sus títulos de propiedad desplegando un enorme esfuerzo probatorio (…).”
24
Hernández Gil, Antonio, “La posesión como fenómeno social e institución jurídica”, En: La
Posesión, tomo 2, Editorial Espasa Calpe.
25
La posesión ilegitima se divide entre la de buena fe y mala fe (artículo 906 del Código
Civil)
Buena fe, cuando existe desconocimiento de la falta de un derecho o un título
invalido, sea por error de hecho o de derecho.
Mala fe, cuando se conoce que no existe derecho.
26
Mejorada Chauca, Martín, La Posesión en el Código Civil Peruano, Derecho y Sociedad,
40° Ed.
27
Jiménez Vargas-Machuca, Roxana, "La posesión. Alcances y defensa", De Belaunde López
De Romaña, Javier; Bullard González, Alfredo; Pizzaro Adranguren, Luis; y Soto Coaguila,
Carlos; Alberto, En: “Homenaje a Jorge Avendaño”, PUCP - Fondo Editorial, Año 2004.
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El poseedor perturbado o despojado tiene hasta un año (contado desde el primer acto
de perturbación31 o desde el despojo) para presentar su demanda. Los interdictos se
28
En el caso de un conflicto entre el poseedor y el propietario del bien, el propietario
cuenta con mecanismos legales para recuperar su bien (acciones posesorias, acción
reivindicatoria). Sin embargo, cuando recupere su bien sin seguir las vías legales
correspondientes, podría sufrir los efectos de la defensa posesoria (judicial o
extrajudicial) y perder el bien nuevamente. En este último caso, el propietario podría
reiniciar su acción por la vía legal (por ejemplo con una acción reivindicatoria) y
recuperar finalmente el bien de su propiedad).
29
En el caso de la prescripción, donde un poseedor ilegitimo adquiere propiedad, en
palabras de Alfredo Bullard: “La negligencia de un propietario llega a niveles tales que
permite a un usurpador poseer sus bienes por periodos tan largos sabiendo que ello
puede implicar la pérdida del bien.” En consecuencia, ¿la ley castiga al propietario por su
negligencia? ¿Se premia al poseedor ilegitimo.
El mismo autor explica luego que, lo que se busca es probar quien es propietario, es
decir, la prescripción adquisitiva se convierte en una prueba de propiedad.
30
Romero Romaña, Eleodoro; Derecho Civil - Los Derechos Reales, Editorial P.T.C.M., 1947
pg. 82.
31
Existe cierto debate respecto a desde cuándo se debe contar el plazo en el caso de
perturbaciones continuas. Una posición indica que tratándose actos perturbatorios
continuos, cada nuevo acto renueva el plazo para interponer el interdicto, al respecto
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¿Ojo por ojo, diente por diente?:
Análisis de la modificación del artículo 920 del Código
Civil.
tramitan en la vía sumarísima, lo que supone un trámite más expeditivo que la del
proceso de conocimiento. De acuerdo con lo establecido en el artículo 921 del Código
Civil, los interdictos proceden solo respecto a bienes inmuebles y muebles inscritos, no
proceden respecto a bienes de uso público32 .
Si bien los interdictos constituyen una vía preferencial de defensa de la posesión, tiene
dos inconvenientes saltantes, en primer lugar, no protegen la posesión de todos los
bienes, se excluyen los bienes muebles no inscritos, en segundo lugar, a pesar de
tratarse de una vía procedimental más corta, no deja de ser un proceso judicial que en
cualquier caso es costoso y largo.
Por su parte, la defensa extrajudicial es una vía más directa y rápida para conservar la
posesión o recuperarla. El artículo 920, autoriza la defensa extrajudicial de la posesión
en el supuesto de que un poseedor soporta un despojo o un intento de despojo. En
estos casos, se autoriza el uso de la fuerza por el poseedor, siempre que actúe de
forma inmediata y proporcional33. Como hemos señalado anteriormente, estamos ante
un supuesto de autocomposición o “justicia de propia mano” que, por excepción,
admite incluso el uso de la fuerza.
ver; Avendaño A., Francisco. “Los Interdictos”. Scribas, Revista de Derecho. Año I, N°2,
P. 66. En nuestra opinión, por el contrario, en el caso de actos perturbatorios continuos,
debe contarse el plazo desde el primer acto perturbatorio, esto en tanto estamos ante un
plazo que extingue la acción debido a la negligencia del potencial demandante y en el
supuesto el poseedor viene soportando y aceptando la perturbación desde el primer
momento.
32
Artículo 599 del Código Procesal Civil.
33
Los alcances de una defensa inmediata y proporcional de la posesión serán desarrollados
en la siguiente parte de este trabajo.
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Antes de analizar el nuevo texto del artículo 920, revisaremos los alcances de su texto
original y revisaremos sus efectos.
Hasta su modificación, el artículo 920 admitía que el poseedor, repela la fuerza que se
emplee contra él y que recobre el bien del que ha sido despojado de forma directa, por
lo que estamos ante uno de los supuestos de autotutela autorizada por nuestro
ordenamiento.
Respecto a los alcances del texto derogado surgían las siguientes preguntas que
trataremos de absolver.
Por otro lado, el artículo 920 es un supuesto de autotutela que admite la defensa de la
posesión de manera directa, sin embargo, en algunas ocasiones las características del
despojo impiden que sea materialmente posible ejercer este mecanismo sin el auxilio
de la fuerza pública. Pensemos, por ejemplo, en un terreno de importantes
dimensiones en los límites de una propiedad que es objeto de una invasión por parte
de algunos cientos de personas. En ese caso, va a ser materialmente imposible que el
poseedor pueda defender su posesión de manera directa sin el apoyo de la fuerza
pública. Son casos como los del ejemplo los que avalan el apoyo de la fuerza pública
para el ejercicio de la defensa posesoria extrajudicial.
El artículo 920 modificado exigía que la defensa extrajudicial de la posesión, para ser
legítima, debía realizarse, “sin intervalo de tiempo”. Con esto se busca que esta
situación excepcional, donde se admite la autotutela, tenga un halo temporal breve y
que transcurrido este tiempo, el conflicto posesorio sea resuelto a nivel judicial.
34
Jiménez Vargas Machuca, Roxana, “La Posesión. Alcances Y Defensas” En De Belaunde
López De Romaña, Javier; Bullard González, Alfredo; Pizarro Adranguren, Luis; y Soto
Coaguila, Carlos Alberto; En “Homenaje A Jorge Avendaño”, PUCP - Fondo Editorial, Año
2004 P. 735.
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Al respecto, el entender que “sin intervalo de tiempo” debía contarse desde que se
producía el despojo, restringía el uso de la defensa extrajudicial y, con ello, la gran
mayoría de situaciones se debían resolver a nivel judicial. Además, se generaba el
problema de que si el poseedor no se encontraba presente en el momento del despojo,
no se produciría la posibilidad de ejercer la defensa extrajudicial de la posesión. Se
producirían, en el marco de esta interpretación, casos en que el despojado se ausente
por pequeños lapsos de tiempo y que, no obstante, tendría que acudir al poder judicial
para recuperar la posesión del bien.
Considerar que “sin intervalo de tiempo” debía contarse desde el conocimiento efectivo
del poseedor despojado (que es la posición que expresamente contiene el nuevo
textote la norma) generaba por su parte un marco de acción mucho más amplio para
la defensa extrajudicial de la posesión. Sin embargo, creemos que una interpretación
así de amplia puede generar problemas graves que trataremos de graficar en el
siguiente ejemplo.
Por motivos laborales, el propietario y poseedor de una casa se ve obligado a salir del
país durante tres años, no deja a nadie a cargo del inmueble y realiza los pagos del
impuesto predial y arbitrios municipales a través de Internet. Apenas transcurridos
unos días del viaje del propietario, una familia aprovecha para entrar a habitar la casa,
lo que hacen sin mayor oposición. El propietario regresa de su viaje y encuentra su
casa ocupada.
Como alternativa, proponemos que, si bien el plazo de posesión se debe contar desde
la toma de conocimiento del despojado, el derecho a ejercer la defensa extrajudicial de
35
La norma no se pronuncia sobre esta situación, ni restringe está posibilidad.
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Análisis de la modificación del artículo 920 del Código
Civil.
Al respecto, los beneficios de la modificación del artículo 920 del Código Civil que la
exposición de motivos del proyecto señalaba, son los siguientes:
1. Dar viabilidad a la defensa posesoria otorgando un plazo real que pueda hacer
efectivo la misma. El plazo de las 24 horas que hoy se aplica es irreal y anula el
mecanismo de defensa dando ventajas a los invasores.
Antes de analizar cada uno de los extremos modificados, conviene hacer un cuadro
comparativo de ambas normas.
36
En tanto para ser poseedor es necesario comportarse como razonablemente lo haría el
propietario, no puede asumirse que la condición de poseedor se adquiere de inmediato,
por el contrario, es necesario un comportamiento continuo para acceder a la condición de
poseedor.
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El poseedor puede repeler la fuerza que El poseedor puede repeler la fuerza que
se emplee contra él y recobrar el bien, se emplee contra él o el bien y
sin intervalo de tiempo, si fuere recobrarlo, si fuere desposeído. La acción
desposeído, pero en ambos casos debe se realiza dentro de los quince (15) días
abstenerse de las vías de hecho no siguientes a que tome conocimiento de la
justificadas por las circunstancias.” desposesión.
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¿Ojo por ojo, diente por diente?:
Análisis de la modificación del artículo 920 del Código
Civil.
Esta es una novedad del nuevo texto, no queda clara la intención del legislador con
esto pero sus efectos son bastante importantes. En especial, parece que con el cambio
se termina extendiendo la defensa extrajudicial de la posesión, que tradicionalmente se
ha restringido a la defensa frente a despojos37, a la defensa frente a perturbaciones38.
Esto en la medida que el uso de la fuerza contra el bien, dirigida a perpetrar un
despojo, ya daba lugar a la defensa posesoria extrajudicial, en cambio, la defensa
extrajudicial de la posesión frente a perturbaciones39 sería una novedad que ampliaría
el ámbito de la defensa extrajudicial, lo que nos parece innecesario y hasta peligroso.
Ya hemos opinado que la aplicación del criterio del conocimiento de manera irrestricta
es excesivo, peligroso y debería compatibilizarse con la condición de poseedores de los
despojantes. Es más, el nuevo texto al indicar que “En ningún caso procede la defensa
posesoria si el poseedor precario ha usufructuado el bien como propietario por lo
menos diez (10) años. “Daría entender que transcurridos 8 o 9 años desde el despojo,
si podría ejercerse la defensa extrajudicial de la posesión, lo que es un despropósito.
Sobre este punto conviene apreciar, que la modificación establece un plazo de 15 días
para ejercer la defensa posesoria, a diferencia de la inmediatez a la que hacía
referencia el texto original del artículo 920°.
El tema del establecimiento de un plazo guarda estrecha relación con dos temas que
se discutían mientras estuvo vigente el texto original del artículo 920°, la exigencia de
inmediatez y la intervención policial. Al respecto, se cuestionaba la exigencia de la
37
Que a nivel judicial se tramitan como un interdicto de recobrar.
38
Que a nivel judicial se tramitan como interdictos de retener.
39
Que se manifestarían en la afectación al bien.
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Se debe tener en cuenta que este no es un plazo para la defensa de la posesión.
41
Jimenez Vargas Machuca, Roxana; De Belaunde López De Romaña, Javier; Bullard
González, Alfredo; Pizzaro Adranguren, Luis; y Soto Coaguila, Carlos Alberto, En:
“Homenaje a Jorge Avendaño”, PUCP - Fondo Editorial, Año 2004 736.
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Análisis de la modificación del artículo 920 del Código
Civil.
Sobre este punto es evidente que el legislador confunde la defensa posesoria con la
protección de la propiedad. La posesión, dado su carácter de hecho, justifica una
protección rápida y eficaz, aunque esta no sea en ningún caso definitiva. En el caso de
la propiedad, está detrás una titularidad que, como tal, puede ser cuestionada o
disputada, por eso los conflictos relativos a la propiedad se ven en procesos de
conocimiento donde se busca tener un espacio de discusión más amplio. Con el nuevo
texto, indirectamente se admite que el propietario no poseedor pueda recurrir a la
defensa extrajudicial para recuperar su bien, obviando la vía del proceso de desalojo.
Esta disposición nos sugiere dos comentarios, en primer lugar, no deberíamos utilizar
la institución de la defensa extrajudicial de la posesión, que debe ser excepcional, para
resolver otros casos, que pueden ser atendibles, pero que no son parte del supuesto.
En segundo lugar, la ampliación de los supuestos de autotutela constituye una medida
de gran relevancia en nuestro ordenamiento y ameritaría un debate más transparente
y público.
42
Entendemos que a través del serenazgo.
43
La posesión del supuesto despojante.
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En ese caso, la defensa extrajudicial de la posesión servía para que el poseedor pueda
defender su posesión contra este actuar indebido del propietario, dado que este último
pretende recuperar su bien de una forma que nuestro ordenamiento jurídico rechaza.
Si bien, podría parecer injusto que el poseedor sea protegido frente al legítimo
propietario, sucede que en este caso se sanciona al propietario por haber usado “vías
de hecho” para hacer valer su derecho y se le obliga a seguir las vías correctas. A
partir de la modificación, los poseedores ven disminuida su protección y tendrán que
recurrir a la protección de los interdictos.
Sobre este aspecto, creemos que este tipo de modificaciones desvirtúan la verdadera
finalidad por la que fue creada la defensa posesoria extrajudicial ya que extienden los
requisitos hacia supuestos que alejan la cualidad excepcional de esta figura jurídica.
Ahora bien, con esto no estamos amparando la conducta reprochable del invasor, sino
que se tiene que hacer una verdadera distribución de los conflictos que tienen que ser
analizados en las instancias correspondientes de acuerdo a las particularidades de
caso. Los nuevos supuestos que la norma estipula para ejercer la defensa posesoria
resultan tan desproporcionados que el mecanismo pierde efectividad puesto que si
bien empezó como una excepción haciendo muy restrictivo el supuesto de hecho,
ahora trata de forzar la figura y la posibilidad de que se generen más conflictos y
peligros para la sociedad.
En conclusión, consideramos que la modificación del artículo 920 del Código Civil, a
pesar de su intención de facilitar la protección de poseedores y propietarios, no ha sido
una reforma adecuada pues ha excedido los que deberían ser los alcances de la
defensa extrajudicial de la posesión y puede conllevar mayores conflictos y problemas
que los que ha querido resolver. Esto no quiere decir que rechazamos cualquier
propuesta que mejore las condiciones de la defensa extrajudicial de la posesión. Sin
embargo, creemos que hubiese sido preferible hacer algunos ajustes en la norma y
paralelamente mejorar los mecanismos judiciales de defensa de la posesión e incluso
evaluar el establecimiento de algunos mecanismos administrativos para facilitar este
tipo de defensa, que reiteramos, debe ser excepcional. Creemos que, en el contexto en
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¿Ojo por ojo, diente por diente?:
Análisis de la modificación del artículo 920 del Código
Civil.
el que vivimos, la Ley del Talión tiene que ser el último recurso que debe emplearse si
es que queremos ver un avance progresivo y significativo en nuestra sociedad.
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