La Personalidad Del Delincuente en El Perú
La Personalidad Del Delincuente en El Perú
La Personalidad Del Delincuente en El Perú
Las escuelas del psicoanálisis establecieron dos fuertes tendencias de vida psicológica en
el individuo: Tánatos o Agresión como un instinto de muerte, de daño, de sentimientos de
maldad. Y de Eros o amor como instinto de vida, sentimientos positivos, de servicio
y tolerancia, a los demás.
Lo ideal sería que la humanidad solo viviese con las características de Eros,
desapareciendo características de Tánatos, viviríamos en un mundo paradisíaco
de amor y bondad. Sin embargo no es así, no sería un mundo viable, el mundo requiere
de un equilibrio psicológico, por lo que las tendencias Tánatos y Eros están en
permanente interrelación de equilibrio psicológico en la sociedad humana.
Si el mundo sólo fuese Eros, la gente sería tan mansa y sumisa sin espíritu de lucha para
progresar y surgir, y si el mundo en cambio fuese Tánatos, la convivencia humana sería
imposible y la sociedad humana se destruiría, pues predominarían sólo los sentimientos
negativos.
Todos los individuos nacen con sus características esenciales de Tánatos y Eros, las que
son reforzadas en el curso de la vida del individuo. Por ejemplo un niño pequeño en su
hogar según el trato que reciba de sus padres, reforzará sus instintos de Eros o tánatos.
Si se le educa con amor y se le inculca sentimientos positivos y constructivos, se reforzará
su Eros.
Como es de suponer la educación en el hogar es la formación básica para reforzar el Eros
e inculcar sentimientos positivos al hijo, pero sin desestimar el Tánatos como un mínimo
de fuerza agresiva indispensable para vivir en sociedad competitiva y lograr metas y un
equilibrio necesario en las interrelaciones humanas.
Esta joven poseía todo lo que una joven de su edad deseaba tener, ropa nueva,
dinero, educación y libertad; pero carecía de lo esencial: el afecto. Ella era hija
única, sus padres vivían separados, y la comunicación entre ellos se
resquebrajaba cada vez más por lo mismo que Elizabeth vivía con su madre
abogada y el padre estaba ausente. Un buen día, decidió matar a su progenitora
porque ésta no quería satisfacer más sus caprichos y al estar ella colérica y con
ayuda de su pareja, la apuñaló y abandonó su cuerpo en una playa en
Podemos hacer para este caso, miles de inferencias pero hay dos cosas muy
ciertas en relación a lo ya comentado capítulos atrás: Elizabeth Espino tiene una
personalidad neurótica (como lo comprobó el perito en el proceso), el origen de
esta personalidad radica en que ella no tuvo el apoyo moral y afectivo de sus
padres en su etapa de crecimiento, etapa de formación crítica de todo ser humano
y en los cuales afloran todas las cualidades que pueden desarrollarse a posteriori.
Además de ello, esto concatenado al aspecto social: la disputa por el dinero y las
malas compañías que alimentaron, aún más, en la joven el deseo de matar a su
madre a costa de su propio interés; y la ausencia del padre que generó un
complejo de Edipo no resuelto.
Una joven confesó en el programa “El Valor de la Verdad”, haber sido meretriz y
también que engañó a su pareja con varios amantes, el joven estaba sentado en el
sillón de invitados escuchando todas las respuestas. Ruth Thalía ganó una suma
cuantiosa de dinero en el concurso y, meses después, su ex-pareja la secuestra
porque buscó cobrar parte del dinero que ella ganó recusándose en que ella “lo
difamó frente a todos sus amigos, vía televisión, al decirle cachudo”.
Este caso amerita una serie de interrogantes tanto hacia el asesino como hacia el
medio televisivo en general. Obviamente existía aquí una ambición por el dinero, el
reconocimiento perdido, el orgullo, pero sobretodo: la intimidad.
En nuestro país abunda cada vez más la delincuencia infantil y juvenil en delitos
contra el patrimonio, homicidios, terrorismo, lesiones entre otros. Esto importa
mucho porque denota no solo carencia en materia de educación sino también una
falta de acceso a recursos esenciales que el Estado debe brindar.