La Personalidad Del Delincuente en El Perú

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LA PERSONALIDAD DEL DELINCUENTE EN EL PERÚ

A fin de comprender la personalidad y características que predominan en el delincuente


peruano, a continuación le presentare una descripción desde el punto de vista psicológico,
de los distintos tipos de delito procurando en todo momento tomar en cuenta las
motivaciones del actor o agente, para de este modo deducir su responsabilidad en el
hecho.

Al referirnos a la psicología del delito estamos aludiendo no solamente a los rasgos


psicológicos que identifican a los diferentes tipos de delitos, sino también a las
características esenciales que se presentan en cada uno de ellos.

La perspectiva de la escuela psicológica del psicoanálisis nos permite comprender la vida


psíquica del delincuente en relación a la psicología del delito.

Las escuelas del psicoanálisis establecieron dos fuertes tendencias de vida psicológica en
el individuo: Tánatos o Agresión como un instinto de muerte, de daño, de sentimientos de
maldad. Y de Eros o amor como instinto de vida, sentimientos positivos, de servicio
y tolerancia, a los demás.

Lo ideal sería que la humanidad solo viviese con las características de Eros,
desapareciendo características de Tánatos, viviríamos en un mundo paradisíaco
de amor y bondad. Sin embargo no es así, no sería un mundo viable, el mundo requiere
de un equilibrio psicológico, por lo que las tendencias Tánatos y Eros están en
permanente interrelación de equilibrio psicológico en la sociedad humana.

Si el mundo sólo fuese Eros, la gente sería tan mansa y sumisa sin espíritu de lucha para
progresar y surgir, y si el mundo en cambio fuese Tánatos, la convivencia humana sería
imposible y la sociedad humana se destruiría, pues predominarían sólo los sentimientos
negativos.

I. LA HERENCIA CULTURAL Y LA HERENCIA PSICOLÓGICA ADQUIRIDA

Todos los individuos nacen con sus características esenciales de Tánatos y Eros, las que
son reforzadas en el curso de la vida del individuo. Por ejemplo un niño pequeño en su
hogar según el trato que reciba de sus padres, reforzará sus instintos de Eros o tánatos.
Si se le educa con amor y se le inculca sentimientos positivos y constructivos, se reforzará
su Eros.
Como es de suponer la educación en el hogar es la formación básica para reforzar el Eros
e inculcar sentimientos positivos al hijo, pero sin desestimar el Tánatos como un mínimo
de fuerza agresiva indispensable para vivir en sociedad competitiva y lograr metas y un
equilibrio necesario en las interrelaciones humanas.

En la práctica no es difícil apreciar cuando hay un predominio del Tánatos, el individuo


está más susceptible a mostrar una conducta anormal, y en caso de que la agresividad
sobrepase límites, puede presentarse conducta inadecuada hasta llegar al delito.

En todo delito el Tánatos es la fuerza instintiva humana generadora y dominante de la


conducta del individuo.

II. REALIDAD DELINCUENCIAL EN EL PERU

Y es que, no vivimos en un mundo perfecto, esto es utópico ciertamente, pero muchas de


las consecuencias que emergen de las noticias, diarios, reportajes tienen su causa en
factores graves como la pobreza y desigualdad, falta de democracia y el consiguiente
abuso de derechos, y la tiranía de los gobernantes. Tenemos así a los delincuentes
pasionales, delincuentes juveniles, delincuentes infantiles, los estafadores, delincuentes
empresariales, delincuentes políticos o de cuello blanco. Todos los encontramos en
nuestro contexto social.

A. CASO: ELIZABETH ESPINO:

Esta joven poseía todo lo que una joven de su edad deseaba tener, ropa nueva,
dinero, educación y libertad; pero carecía de lo esencial: el afecto. Ella era hija
única, sus padres vivían separados, y la comunicación entre ellos se
resquebrajaba cada vez más por lo mismo que Elizabeth vivía con su madre
abogada y el padre estaba ausente. Un buen día, decidió matar a su progenitora
porque ésta no quería satisfacer más sus caprichos y al estar ella colérica y con
ayuda de su pareja, la apuñaló y abandonó su cuerpo en una playa en

Barranco. Posteriormente la joven, al verse acorralada, declaró su delito a la


empleada justificándose de esta forma: “es que todos la querían a ella y no a mí”

Podemos hacer para este caso, miles de inferencias pero hay dos cosas muy
ciertas en relación a lo ya comentado capítulos atrás: Elizabeth Espino tiene una
personalidad neurótica (como lo comprobó el perito en el proceso), el origen de
esta personalidad radica en que ella no tuvo el apoyo moral y afectivo de sus
padres en su etapa de crecimiento, etapa de formación crítica de todo ser humano
y en los cuales afloran todas las cualidades que pueden desarrollarse a posteriori.
Además de ello, esto concatenado al aspecto social: la disputa por el dinero y las
malas compañías que alimentaron, aún más, en la joven el deseo de matar a su
madre a costa de su propio interés; y la ausencia del padre que generó un
complejo de Edipo no resuelto.

B. CASO: RUTH THALÍA:

Este caso es de mayor complejidad ya que no tiene tanta relevancia psicológica


como social.

Una joven confesó en el programa “El Valor de la Verdad”, haber sido meretriz y
también que engañó a su pareja con varios amantes, el joven estaba sentado en el
sillón de invitados escuchando todas las respuestas. Ruth Thalía ganó una suma
cuantiosa de dinero en el concurso y, meses después, su ex-pareja la secuestra
porque buscó cobrar parte del dinero que ella ganó recusándose en que ella “lo
difamó frente a todos sus amigos, vía televisión, al decirle cachudo”.

Este caso amerita una serie de interrogantes tanto hacia el asesino como hacia el
medio televisivo en general. Obviamente existía aquí una ambición por el dinero, el
reconocimiento perdido, el orgullo, pero sobretodo: la intimidad.

¿Hasta qué punto puede intervenir la prensa en asuntos personales?, ¿Quiénes se


encargan de fiscalizar estos hechos?, ¿Qué dicen nuestros tribunales de justicia?

No se pretende desligar de responsabilidad a Brian Romero, el criminal, por los


actos que realizó pero porque no hablar de una responsabilidad compartida, aun
sabiendo que este programa tiene un fin lucrativo y no social y daña la imagen de
terceros a costa de ellos mismos. Cuando la verdad no tiene precio, no tiene
ningún valor económico.

En base a ambos casos aquí ilustrados es que la sociedad peruana vive en un


conflicto interno entre el morbo y la sensatez, el seguir viviendo con el miedo o
extirparlo de la sociedad, poco a poco, mediante la tarea criminológica. Los
prototipos actuales de delincuentes ya no son los de hace 10 años, son
completamente diferentes: no tienen una manera de vestir preferencial o una
conducta frente a los demás que los haga distinguirse.

En nuestro país abunda cada vez más la delincuencia infantil y juvenil en delitos
contra el patrimonio, homicidios, terrorismo, lesiones entre otros. Esto importa
mucho porque denota no solo carencia en materia de educación sino también una
falta de acceso a recursos esenciales que el Estado debe brindar.

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