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La inteligencia lingüística. La capacidad para usar las palabras de manera efectiva, sea de
manera oral ( por ejemplo, como un narrador de cuentos, un orador o un político) o de manera
escrita ( por ejemplo, como un poeta, un dramaturgo, un editor o un periodista). Esta
inteligencia incluye la habilidad de manipular la sintaxis o estructura del lenguaje, la fonética o
sonidos del lenguaje, la semántica o significados del lenguaje y las dimensiones pragmáticas o
usos prácticos del lenguaje. Algunos de estos usos incluyen las retórica (usar el lenguaje para
convencer a los otros de tomar un determinado curso de acción), la mnemónica ( usar el
lenguaje para recordar información), la explicación( usar el lenguaje para informar) y el
metalenguaje (usar el lenguaje para hablar sobre el lenguaje).
La inteligencia corporal- kinética. La capacidad para usar todo el cuerpo para expresar ideas y
sentimientos ( por ejemplo, como un actor, un mimo, un atleta o un bailarín) y la facilidad en el
uso de las propias manos (por ejemplo, como un artesano, un escultor, un mecánico o un
cirujano). Esta inteligencia incluye habilidades físicas específicas como la coordinación, el
equilibrio, la destreza, la fuerza, la flexibilidad y la velocidad, así como las capacidades
autoperceptivas, las táctiles y la percepción de medidas y volúmenes.
palabra y no simplemente un talento, una habilidad o una aptitud. Los criterios que usó incluyen
los siguientes ocho factores:
diferentes para poder entender las siete inteligencias. Piaget proporciona un mapa
comprehensivo para la inteligencia lógico-matemática, pero necesitaremos ir a Eric Erikson si
queremos un mapa del desarrollo de las inteligencias personales, y a Noam Chomsky o Lev
Vygotsky si necesitamos modelos del desarrollo de la inteligencia lingüística. La figura 1.1.
incluye un resumen de las trayectorias de desarrollo de cada inteligencia.
Por último, Gardner (1993b) señala que podemos ver las inteligencias trabajando en su
cenit estudiando los “estados finales” de las inteligencias en las vidas de individuos
verdaderamente excepcionales. Por ejemplo, podemos ver la inteligencia musical plenamente
desarrollada y funcionando si estudiamos la sinfonía Heroica de Beethoven. La figura 1.1.
incluye ejemplos de los estados finales para cada una de las inteligencias.
Una historia evolutiva y la plausibilidad evolutiva. Gardner concluye que cada una de las siete
inteligencias cumple la condición de tener sus raíces embebidas profundamente en la evolución
de seres humanos, y aún antes, en la evolución de otras especies. Así, por ejemplo, la
inteligencia espacial puede estudiarse en las pinturas rupestres de Lascaux, así como en la
manera en que ciertos insectos se orientan en el espacio mientras rastrean flores. De manera
similar, la inteligencia musical puede encontrarse en la evidencia arqueológica de instrumentos
musicales primitivos, así como a través de la amplia variedad de los cantos de las aves. La
figura 1.1. incluye notas sobre los orígenes evolutivos de las inteligencias.
La teoría de las IM también tiene un contexto histórico. Ciertas inteligencias parecerían
haber sido más importantes en otras épocas de lo que son hoy. La inteligencia corporal-
kinética, por ejemplo, era más valorizada hace cien años en los Estados Unidos cuando la
mayoría de la población vivía en medios rurales, y la habilidad para cosechar los granos y
construir silos recibía una fuerte aprobación social. De manera similar, ciertas inteligencias
pueden llegar a ser más importantes en el futuro. A medida que un porcentaje cada vez mayor
de personas recibe información por medio de las películas, la televisión, los videos y la
tecnología de los CD-ROM, puede que se incremente el valor de tener una inteligencia
espacial. La figura 1.1. incluye notas sobre algunos de los factores históricos que han influido
en el valor percibido de cada inteligencia.
pueden demostrar diferentes niveles de competencia en las siete inteligencias en cada área
cognitiva.
Una operación central o un conjunto de operaciones identificables. Gardner dice que del mismo
modo como un programa de computadora requiere un conjunto de operaciones (por ejemplo,
DOS) para funcionar, cada inteligencia posee un conjunto de operaciones centrales que sirven
para impulsar las distintas actividades que corresponden a esa inteligencia. En la inteligencia
musical, por ejemplo, esos componentes pueden incluir la sensibilidad al tono o la habilidad
para discriminar entre diferentes estructuras rítmicas. En la inteligencia corporal- kinética, la s
operaciones centrales pueden incluir la habilidad para imitar los movimientos físicos de otros o
la capacidad para dominar las rutinas motoras más delicadas que se necesitan para construir
una estructura. Gardner especula que estas operaciones centrales podrán algún día
identificarse cont anta precisión que una computadora pueda simularlas.
Más allá de las descripciones de las siete inteligencias y de sus fundamentos teóricos,
hay ciertos puntos del modelo que es importante recordar.
1. Cada persona posee las siete inteligencias. La teoría de las inteligencias múltiples no es una
“teoría de tipos” para determinar cuál es la inteligencia que se da en cada persona. Es una
teoría derl funcionamiento cognitivo y propone que cada persona tiene capacidades en las siete
inteligencias. Por supuesto, las siete inteligencias funcionan de una manera particular en cada
persona. Algunas personas parecerían poseer altos niveles de funcionamiento en todas o en la
mayoría de las siete inteligencias. Por ejemplo, el poeta, estadista, científico y filósofo alemán
Johann Wolfgang von Goethe. Otras, tales como aquellas que están en instituciones para
personas con problemas de desarrollo, parecen carecer de todos los aspectos de las
inteligencias, exceto los niveles más rudimentarios. La mayoría de nosotros nos ubicamos entre
estos dos polos – siendo altamente desarrollados en algunas de las inteligencias, de madera
modesta en otras y relativamente subdesarrolladas en las demás.
2. La mayoría de las personas pueden desarrollar cada inteligencia hasta un nivel adecuado de
competencia. Aunque un individuo pueda manifestar sus deficiencias en una cierta área y
considerar sus problemas como innatos e intratables, Gardner sugiere que virtualmente
todos tienen la capacidad de desarrollar las siete inteligencias hasta un nivel
razonablemente alto de desempeño, si reciben el estímulo , el enriquecimiento y la
instrucción adecuados. Él señala el Programa Suzuki para la Educación de Talentos como un
ejemplo de cómo individuos con una dotación natural relativamente baja en el área de la
música pueden llegar a un nivel sofisticado de desempeño en la ejecución del violín o del
piano, por medio de una combinación de las influencias adecuadas de su medio ( por ejemplo,
un padre interesado, una exposición a la música clásica desde la más tierna infancia y una
instrucción temprana). Tales modelos educacionales pueden encontrarse también para las
otras inteligencias (véase, por ejemplo, Edwards, 1979).
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3. Las inteligencias por lo general trabajan juntas de maneras complejas. Gardner señala que
cada inteligencia tal como se las ha descripto es en realidad una “ ficción”; es decir, ninguna
inteligencia existe por sí misma en la vida (excepto, quizás, en casos muy raros de “ idiotas
sabios” o de individuos con daños cerebrales). Las inteligencias siempre interactúan entre sí.
Para preparar una comida hay que leer la receta ( lingüística), posiblemente dividir la receta por
la mitad ( lógico-matemática), prepara un menú que satisfaga a todos los miembros de una
familia ( interpersonal) y el apetito de uno mismo también ( intrapersonal). De manera similar,
cuando un niño juega a la pelota necesita la inteligencia corporal-kinética ( para correr, patear y
atajar), inteligencia espacial ( para orientarse en la cancha o campo de juego y anticipar la
trayectoria de las pelotas que vienen por el aire) y las inteligencias lingüística e interpersonal
(para discutir con éxito su punto de vista cuando se genera una discusión durante el juego).
Las inteligencias han sido sacadas de contexto de la teoría de las IM sólo con el propósito de
examinar sus características esenciales y aprender a usarlas de manera efectiva. Siempre
debemos recordar que tenemos que devolverlas a sus contextos culturalmente valorados
específicos, una vez que hayamos terminado con su estudio formal.
4. hay muchas maneras de ser inteligentes dentro de cada categoría. NO hay un conjunto
estándar de atributos que uno debe poseer para ser considerado inteligente en un área
específica. En consecuencia, una persona puede no ser capaz de leer y sin embargo tener una
alta capacidad lingüística, porque puede contar una historia maravillosa o tener un amplio
vocabulario oral. De manera similar, una persona puede ser muy poco hábil en el campo e
juego y poseer una inteligencia corporal-kinética superior cuando teje una alfombra o crea un
tablero de ajedrez con trozos de madera engarzados. La teoría de las IM acentúa la rica
diversidad de las formas en que las personas muestran sus dones dentro de cada inteligencia
así como entre las inteligencias ( véase el capítulo 3 para obtener más información acerca de la
variedad de atributos en cada inteligencia).
Espiritualidad
Sensibilidad moral
Sexualidad
Humor
Intuición
Creatividad
Habilidad culinaria (cocinar)
Percepción olfativa ( sentido del olfato)
La habilidad para sintetizar las otras inteligencias
Queda por verse , sin embargo, si estas inteligencias propuestas pueden, en realidad
satisfacer cada una de las ocho pruebas que se han descripto anteriormente.
La teoría de Gardner de las inteligencias múltiples no es, ñor cierto, el primer modelo
que intenta comprender el concepto de inteligencia. Ha habido teorías de la inteligencia desde
tiempos muy antiguos, cuando se consideraba que la mente residía en el corazón, el hígado o
los riñones. En tiempos más recientes, las teorías de la inteligencia han aparecido
argumentando la existencia de una ( la “g” de Spearman) hasta 150 (La Estructura del intelecto
de Guilford) clases de inteligencia.
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También se hace mención aquí una buena cantidad de teorías sobre estilos de
aprendizaje. Dicho de una manera muy amplia, los estilos de aprendizaje de una persona son
sus inteligencias puestas a trabajar. En otras palabras, los estilos de aprendizaje son las
manifestaciones pragmáticas de las inteligencias funcionando en contextos naturales de
aprendizaje. Por ejemplo, un niño con una inteligencia espacial altamente desarrollada puede
mostrar una preferencia – y superioridad- por aprender las cosas nuevas por medio de
imágenes, dibujando, trabajando con materiales de construcción tridimensionales, videos y
programas de computación que contienen gráficos ( véase el capítulo 3 para obtener más
información sobre cómo identificar las inclinaciones intelectuales de los niños).
¿Cómo encaja, entonces, la teoría de las IM entre las múltiples teorías de estilos de
aprendizaje que han ganado adherentes durante las dos últimas décadas? Relacionar la teoría
de las IM con otros modelos es un proyecto tentador, puesto que los alumnos expanden su
base de conocimiento relacionando la nueva información ( en este caso, la teoría de las IM) con
los esquemas o modelos existentes ( el modelo de estilos de aprendizaje que mejor conocen).
Sin embargo, esta tarea no es un emprendimiento sencillo, en parte porque la teoría de las IM
es un modelo cognitivo que busca describir cómo los individuos usan sus inteligencias para
resolver problemas y crear productos. A diferencia de otros modelos, orientados hacia los
procesos, el enfoque de Gardner está dirigido especialmente a la forma como opera la mente
humana con el contenido del mundo (por ejemplo, los objetos, las personas, ciertos tipos de
sonido, etc.).Una teoría aparentemente relacionada, el modelo visual-auditivo-kinético, es en
realidad muy diferente a las teorías de las IM, porque es un modelo de los canales sensoriales (
la teoría de las IM no está necesariamente atada a los sentidos; es posible ser ciego y tener
inteligencia espacial o sordo y ser muy musical).Otra teoría popular, el modelo de Myers-
Briggs, es en realidad una teoría de la personalidad basada en la formulación teórica de Carl
Jung sobre los distintos tipos de personalidades. Intentar correlacionar la teoría de las IM con
estos modelos es similar a comparar manzanas con naranjas. Aunque podamos identificar
relaciones y conexiones, nuestros esfuerzos pueden parecerse al de los ciegos y el elefante:
cada modelo toca un aspecto diferente del educando.