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ARMSTRONG, Thomas Las inteligencias múltiples en el aula Buenos Aires,


Manantial, 1999

(Red Federal de Formación Docente Continua, Ministerio de Cultura y Educación de la Nación,


Biblioteca Docente)

Capítulo 1 Los fundamentos de la teoría de las inteligencias múltiples


Es de máxima importancia que reconozcamos y formemos toda la variedad de las
Inteligencias humanas, y todas las combinaciones de inteligencias. Todos somos diferentes, en
gran parte porque todos tenemos distintas combinaciones de inteligencias. Si lo reconocemos, creo
que por lo menos tendremos una mejor oportunidad para manejar de manera adecuada los muchos
problemas que nos enfrentan en el mundo.
Howard Gardner (1987)

En 1904, el Ministerio de Instrucción Pública de Francia pidió al psicólogo francés


Alfred Binet y a un grupo de colegas suyos que desarrollaran un modo de determinar cuáles
eran los alumnos de escuela primaria que corrían el “riesgo” de fracasar, para que estos
alumnos recibieran una atención compensatoria. De sus esfuerzos nacieron las primeras
pruebas de inteligencia. Importadas a los Estados Unidos varios años después, las pruebas de
inteligencia se difundieron ampliamente, así como la idea de que existía algo llamado
“inteligencia” que podía medirse de manera objetiva y reducirse a un único número o puntaje
de “ coeficiente intelectual” (CI).
Casi ochenta años después del desarrollo de las primeras pruebas de inteligencia, un
psicólogo de Harvard llamado Howard Gardner desafió esa creencia muy generalizada. Señaló
que nuestra cultura había definido la inteligencia humana de manera demasiado estrecha y
propuso en su libro Estructuras de la mente (Gardner,1983) la existencia de por lo menos siete
inteligencias básicas. En su teoría de las inteligencias múltiples, Gardner procuró ampliar los
alcances del potencial humanos más allá de los confines de la medición de un CI. Cuestionó
seriamente la validez de determinar la inteligencia de un individuo por medio de la práctica de
sacar a una persona de su ambiente de aprendizaje natural y pedirle que realice ciertas tareas
aisladas que nunca había hecho antes- y probablemente nunca elegiría volver a hacer. En
cambio, Gardner sugirió que la inteligencia tiene más que ver con la capacidad para 1) resolver
problemas y 2) crear productos en un ambiente que represente un contexto rico y de actividad
natural.

DESCRIPCIÓN DE LAS SIETE INTELIGENCIAS


Al asumir esta perspectiva más amplia y pragmática, el concepto de inteligencia
empezó a perder su mística y se convirtió en un concepto funcional que podía verse en
funcionamiento de diferentes maneras en las vidas de las personas. Gardner proveyó un medio
para determinar la amplia variedad de habilidades que poseen los seres humanos
agrupándolas en siete categorías comprehensivas o “inteligencias”.

La inteligencia lingüística. La capacidad para usar las palabras de manera efectiva, sea de
manera oral ( por ejemplo, como un narrador de cuentos, un orador o un político) o de manera
escrita ( por ejemplo, como un poeta, un dramaturgo, un editor o un periodista). Esta
inteligencia incluye la habilidad de manipular la sintaxis o estructura del lenguaje, la fonética o
sonidos del lenguaje, la semántica o significados del lenguaje y las dimensiones pragmáticas o
usos prácticos del lenguaje. Algunos de estos usos incluyen las retórica (usar el lenguaje para
convencer a los otros de tomar un determinado curso de acción), la mnemónica ( usar el
lenguaje para recordar información), la explicación( usar el lenguaje para informar) y el
metalenguaje (usar el lenguaje para hablar sobre el lenguaje).

La inteligencia lógico-matemática. La capacidad para usar los números de manera efectiva (


por ejemplo, como un matemático, un contador o un estadístico) y razonar adecuadamente (
por ejemplo, como un científico, un programador de computadoras o un especialista en lógica).
Esta inteligencia incluye la sensibilidad a los esquemas y relaciones lógicas, las afirmaciones y
las proposiciones (si- entonces, causa-efecto), las funciones y otras abstracciones
relacionadas. Los tipos de procesos que se usan al servicio de la inteligencia lógico-
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matemática incluyen: la categorización, la clasificación, la inferencia, la generalización, el


cálculo y la demostración de hipótesis.

La inteligencia espacial. La habilidad para percibir de manera exacta el mundo visual-espacial (


por ejemplo, como un cazador, un explorador o un guía) y de ejecutar transformaciones sobre
esas percepciones (por ejemplo, como un decorador de interiores, un arquitecto, un artista o un
inventor). Esta inteligencia incluye la sensibilidad al color, la línea , la forma, el espacio y las
relaciones que existen entre estos elementos. Incluye la capacidad de visualizar, de
representar de manera gráfica ideas visuales o espaciales y de orientarse de manera adecuada
en una matriz espacial.

La inteligencia corporal- kinética. La capacidad para usar todo el cuerpo para expresar ideas y
sentimientos ( por ejemplo, como un actor, un mimo, un atleta o un bailarín) y la facilidad en el
uso de las propias manos (por ejemplo, como un artesano, un escultor, un mecánico o un
cirujano). Esta inteligencia incluye habilidades físicas específicas como la coordinación, el
equilibrio, la destreza, la fuerza, la flexibilidad y la velocidad, así como las capacidades
autoperceptivas, las táctiles y la percepción de medidas y volúmenes.

La inteligencia musical. La capacidad de percibir ( por ejemplo, como un aficionado a la


música), discriminar (por ejemplo, como un crítico musical), transformar ( por ejemplo, como un
compositor) y expresar (por ejemplo, como la persona que toca un instrumento) las formas
musicales. Esta inteligencia incluye la sensibilidad al ritmo, el tono, la melodía, el timbre o color
tonal de una pieza musical. Uno puede tener una comprensión figurativa de la música o “de
arriba abajo” (global, intuitiva) , o una comprensión formal “de abajo arriba” ( analítica, técnica)
, o ambas.

La inteligencia interpersonal. La capacidad de percibir y establecer distinciones en los estados


de ánimo, las intenciones, las motivaciones y los sentimientos de otras personas. Esto puede
incluir la sensibilidad a las expresiones faciales, la voz y los gestos; la capacidad para
discriminar entre diferentes señales interpersonales, y la habilidad para responder de manera
efectiva a estas señales en la práctica ( por ejemplo, para influenciar a un grupo de personas a
seguir una cierta línea de acción).

La inteligencia intrapersonal. El conocimiento de sí mismo y la habilidad de adaptar las propias


maneras de actuar a partir de ese conocimiento. Esta inteligencia incluye tener una imagen
precisa de uno mismo ( los propios poderes y limitaciones); tener conciencia de los estados de
ánimo interiores, las intenciones, las motivaciones, los motivaciones, los temperamentos y los
deseos, y la capacidad para la autodisciplina, la autocomprensión y la autoestima.

** Años después se configuraría el concepto de una octava inteligencia: la inteligencia


emocional.

LA BASE TEÓRICA PARA LA TEORÍA DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES

Muchas personas, al observar las categorías anteriores – especialmente la musical, la espacial


o la corporal kinética- se preguntan por qué Howard Gardner insiste en llamarlas inteligencias
y no talentos o aptitudes. Gardner se dio cuenta de que las personas están acostumbradas a
escuchar expresiones como: “No es muy inteligente, pero tiene una maravillosa aptitud para la
música”; de este modo usó la palabra inteligencia de manera muy consciente para describir
cada una de las categorías. En una entrevista dijo: “Estoy siendo un tanto provocativo
intencionalmente. Si hubiera dicho que hay siete clases de competencias , la gente hubiera
bostezado y dicho ‘sí, sí ’. Pero llamándolas ‘inteligencias’ estoy diciendo que hemos inclinado
a colocar en un pedestal una variedad llamada inteligencia, y que en realidad hay una
pluralidad de éstas, y algunas son cosas en las que nunca hemos pensado como ‘inteligencia’
de manera alguna” (Weinrich –Haste 1985, pág. 48). Para ofrecer una fundamentación teórica
sólida de sus afirmaciones, Gardner estableció ciertas “pruebas” que cada una de las
inteligencias debía cumplir para ser considerada una inteligencia en todo el sentido de la
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palabra y no simplemente un talento, una habilidad o una aptitud. Los criterios que usó incluyen
los siguientes ocho factores:

Aislamiento potencial por daños potenciales. Gracias a su trabajo con la Administración de


Veteranos de Boston, Gardner tuvo la oportunidad de trabajar con individuos que habían
sufrido accidentes o enfermedades que afectaron ciertas áreas específicas del cerebro. En
muchos casos, las lesiones cerebrales parecerían haber perjudicado una inteligencia, mientras
las otras quedaron intactas. Por ejemplo, una persona con una lesión en la zona de Broca (
lóbulo frontal izquierdo) puede tener dañada una parte sustancial de su inteligencia lingüística,
y experimentar grandes dificultades para hablar, leer y escribir. Sin embargo, puede seguir
siendo capaz de cantar, hacer cálculos, bailar o reflexionar sobre sus sentimientos y
relacionarse con los demás. Una persona con una lesión en el lóbulo temporal del hemisferio
derecho puede tener dañadas sus capacidades musicales de manera selectiva, mientras que
las lesiones en el lóbulo frontal pueden afectar primariamente a sus inteligencias personales.
Gardner , entonces, está defendiendo la existencia de siete sistemas cerebrales
relativamente autónomos – una versión más sofisticada y actualizada del modelo de
aprendizaje de “cerebro izquierdo y cerebro derecho” que fue popular en la década del setenta.
La figura 1.1 (págs. 22-4), muestra las estructuras cerebrales de cada inteligencia.

La existencia de “idiotas sabios” [savants], prodigios y otros individuos excepcionales. Gardner


sugiere que en ciertas personas podemos ver una inteligencia que opera en un nivel muy alto,
como si fueran grandes montañas que se levantan en un horizonte llano. Los “ idiotas sabios”
son individuos que demuestran habilidades superiores en una parte de una de las inteligencias,
mientras sus otras inteligencias funcionan en niveles bajos. Parecerían existir para cada una de
las siete inteligencias. Por ejemplo , en la película Rain Man ( que está basada en una historia
real) Dustin Hoffman desempeña el papel de Raymond, un “ idiota sabio” lógico- matemático”.
Raymond efectúa con rapidez cálculos mentales con números de varios dígitos y realiza otras
hazañas matemáticas asombrosas. Sin embargo, mantiene relaciones muy pobres con sus
pares, manifiesta funciones lingüísticas de bajo nivel y carece de una visión sobre su propia
vida. Hay “ idiotas sabios” que dibujan de manera excepcional, “idiotas sabios” que tienen
memorias musicales increíbles (por ejemplo, ejecutando una composición después de haberla
escuchado una sola vez) e “ idiotas sabios” que son capaces de leer textos muy complejos pero
no comprenden lo que están leyendo ( hiperléxicos).

Una historia característica de desarrollo junto con un conjunto definible de desempeños


expertos de “ estado final”. Gardner sugiere que las inteligencias son galvanizadas por la
participación en alguna actividad culturalmente valorizada y que el crecimiento del individuo en
esta actividad sigue un esquema de desarrollo determinado. Cada actividad basada en una
inteligencia tiene su propia trayectoria evolutiva: es decir, cada actividad tiene su propio tiempo
para surgir en la infancia temprana, su propia forma de llegar a su pico durante la vida y su
propia manera de declinar, de manera gradual o rápida, al llegar a la vejez. La composición
musical, por ejemplo, parecería ser una de las primeras actividades culturalmente valorizadas
que se desarrolla hasta un alto nivel de capacidad: Mozart tenía solamente cuatro años cuando
empezó a componer. Muchos compositores o ejecutantes han seguido activos hasta los
ochenta o noventa años, de manera que el hecho de ser expertos en composición musical
también parece continuarse hasta la vejez.
La capacidad temática, por otro lado, parecería tener una trayectoria un poco diferente.
No emerge tan temprano como la habilidad para componer música ( los niños de cuatro años
de edad aún trabajan de manera muy concreta con ideas lógicas), pero llega a su cumbre a
una edad temprana. Muchas de las grandes ideas matemáticas o científicas fueron
desarrolladas por adolescentes, tales como Blas Pascal o Friedrich Gauss. Un repaso de la
historia de las ideas matemáticas, de hecho, sugiere que pocas concepciones matemáticas
originales surgen de personas después de los 40 años. Cuando una persona llega a esta edad
¡ puede considerárselo perdido como matemático genial! La mayoría de nosotros podemos
sentirnos aliviados, sin embargo, porque esta declinación por lo general no incluye capacidades
más pragmáticas, como las que se requieren parta hacer el balance de una cuenta corriente.
Por otro lado, uno puede convertirse en un novelista exitoso a los cuarenta años, a los
cincuenta o aún después. Uno puede tener setenta y cinco años y decidir dedicarse a al
pintura: Grandma Moses lo hizo. Gardner señala que debemos usar varios mapas de desarrollo
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diferentes para poder entender las siete inteligencias. Piaget proporciona un mapa
comprehensivo para la inteligencia lógico-matemática, pero necesitaremos ir a Eric Erikson si
queremos un mapa del desarrollo de las inteligencias personales, y a Noam Chomsky o Lev
Vygotsky si necesitamos modelos del desarrollo de la inteligencia lingüística. La figura 1.1.
incluye un resumen de las trayectorias de desarrollo de cada inteligencia.
Por último, Gardner (1993b) señala que podemos ver las inteligencias trabajando en su
cenit estudiando los “estados finales” de las inteligencias en las vidas de individuos
verdaderamente excepcionales. Por ejemplo, podemos ver la inteligencia musical plenamente
desarrollada y funcionando si estudiamos la sinfonía Heroica de Beethoven. La figura 1.1.
incluye ejemplos de los estados finales para cada una de las inteligencias.

Una historia evolutiva y la plausibilidad evolutiva. Gardner concluye que cada una de las siete
inteligencias cumple la condición de tener sus raíces embebidas profundamente en la evolución
de seres humanos, y aún antes, en la evolución de otras especies. Así, por ejemplo, la
inteligencia espacial puede estudiarse en las pinturas rupestres de Lascaux, así como en la
manera en que ciertos insectos se orientan en el espacio mientras rastrean flores. De manera
similar, la inteligencia musical puede encontrarse en la evidencia arqueológica de instrumentos
musicales primitivos, así como a través de la amplia variedad de los cantos de las aves. La
figura 1.1. incluye notas sobre los orígenes evolutivos de las inteligencias.
La teoría de las IM también tiene un contexto histórico. Ciertas inteligencias parecerían
haber sido más importantes en otras épocas de lo que son hoy. La inteligencia corporal-
kinética, por ejemplo, era más valorizada hace cien años en los Estados Unidos cuando la
mayoría de la población vivía en medios rurales, y la habilidad para cosechar los granos y
construir silos recibía una fuerte aprobación social. De manera similar, ciertas inteligencias
pueden llegar a ser más importantes en el futuro. A medida que un porcentaje cada vez mayor
de personas recibe información por medio de las películas, la televisión, los videos y la
tecnología de los CD-ROM, puede que se incremente el valor de tener una inteligencia
espacial. La figura 1.1. incluye notas sobre algunos de los factores históricos que han influido
en el valor percibido de cada inteligencia.

Apoyo de los descubrimientos de la psicometría. Las mediciones estandarizadas de las


habilidades humanas proveen la “prueba o test” que la mayoría de las teorías de la inteligencia
( así como muchas teorías sobre estilos de aprendizaje) usan para corroborar la validez de un
modelo. Aun cuando Gardner no es un defensor de las pruebas estandarizadas, y de hecho ha
apoyado con énfasis formas alternativas que podrían reemplazar el testeo formal ( véase
capítulo 10), él sugiere que podemos encontrar apoyo a la teoría de las inteligencia múltiples
en muchas pruebas estandarizadas existentes ( aunque Gardner señalaría que las pruebas
estandarizadas evalúan las inteligencias múltiples de manera notablemente
descontextualizada). Por ejemplo, la Escala de Inteligencia de Weschler para Niños (WISC)
incluye subtests que requieren inteligencia lingüística ( por ejemplo, información, vocabulario),
inteligencia lógico-matemática( por ejemplo, cálculos aritméticos), inteligencia espacial ( por
ejemplo, ordenamiento de imágenes) y en menor grado inteligencia corporal- kinética (por
ejemplo, agrupamiento de objetos). Hay otras evaluaciones que también dan cuenta de
inteligencias personales ( por ejemplo, el Vineland Society Maturity Scale [Escala de Madurez
de Vineland Society] y el Coopersmith Self-Esteem Inventory [Inventario de Autoestima
Coopersmith] ). El capítulo 3 incluye un repaso de los tipos de pruebas formales asociados con
cada una de las siete inteligencias.

Apoyo proveniente de los trabajos de psicología experimental. Gardner sugiere que


examinando estudios psicológicos específicos podemos ver cómo las inteligencias funcionan
aisladas unas de otras. Por ejemplo, en los estudios donde los sujetos deben dominar
habilidades específicas, como la lectura, pero no llegan a transferir esa habilidad a otra área,
como las matemáticas, encontramos el fracaso de la habilidad lingüística en transferirse a la
inteligencia lógico- matemática. De manera similar, en los estudios de habilidades cognitivas
tales como la memoria, la percepción o la atención podemos ver evidencias de que los
individuos poseen habilidades selectivas. Ciertos individuos, por ejemplo, pueden tener una
memoria notable para las palabras, pero no para reconocer caras; otros pueden tener una
percepción aguda de los sonidos musicales pero no de los sonidos verbales. Cada una de
estas facultades cognitivas es específica a un tipo de inteligencia; es decir, las personas
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pueden demostrar diferentes niveles de competencia en las siete inteligencias en cada área
cognitiva.

Una operación central o un conjunto de operaciones identificables. Gardner dice que del mismo
modo como un programa de computadora requiere un conjunto de operaciones (por ejemplo,
DOS) para funcionar, cada inteligencia posee un conjunto de operaciones centrales que sirven
para impulsar las distintas actividades que corresponden a esa inteligencia. En la inteligencia
musical, por ejemplo, esos componentes pueden incluir la sensibilidad al tono o la habilidad
para discriminar entre diferentes estructuras rítmicas. En la inteligencia corporal- kinética, la s
operaciones centrales pueden incluir la habilidad para imitar los movimientos físicos de otros o
la capacidad para dominar las rutinas motoras más delicadas que se necesitan para construir
una estructura. Gardner especula que estas operaciones centrales podrán algún día
identificarse cont anta precisión que una computadora pueda simularlas.

La susceptibilidad de codificación en un sistema simbólico. Uno de los mejores indicadores del


comportamiento inteligente, según Gardner, es la capacidad de los seres humanos para usar
símbolos. La palabra “gato” que aparece aquí escrita es simplemente una colección de marcas
impresas de una manera específica. Sin embargo, es probable que invoque toda una gama de
asociaciones, imágenes y memorias. Lo que ha sucedido es que hemos traído al presente ( la
“re- presentación”) algo que en realidad no está aquí. Gardner sugiere que la habilidad de
simbolizar es uno de los factores más importantes que separan a los humanos de la mayoría
de las otras especies. Señala que cada uno de las siete inteligencias en su teoría cumple con
el criterio de poder ser simbolizada. Cada inteligencia, de hecho, posee su propio sistema
simbólico o de notación. Para la inteligencia lingüística, hay una cantidad de lenguas habladas
o escritas, tales como el inglés, el francés o el castellano. La inteligencia espacial, por otro lado,
incluye toda una gama de lenguajes gráficos que utilizan los arquitectos, los ingenieros y los
diseñadores, así como ciertos lenguajes ideográficos tales como el chino. La figura 1.1. incluye
ejemplos de sistemas simbólicos para cada una de las siete inteligencias.

PUNTOS CLAVE EN LA TEORÍA DE LAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES

Más allá de las descripciones de las siete inteligencias y de sus fundamentos teóricos,
hay ciertos puntos del modelo que es importante recordar.

1. Cada persona posee las siete inteligencias. La teoría de las inteligencias múltiples no es una
“teoría de tipos” para determinar cuál es la inteligencia que se da en cada persona. Es una
teoría derl funcionamiento cognitivo y propone que cada persona tiene capacidades en las siete
inteligencias. Por supuesto, las siete inteligencias funcionan de una manera particular en cada
persona. Algunas personas parecerían poseer altos niveles de funcionamiento en todas o en la
mayoría de las siete inteligencias. Por ejemplo, el poeta, estadista, científico y filósofo alemán
Johann Wolfgang von Goethe. Otras, tales como aquellas que están en instituciones para
personas con problemas de desarrollo, parecen carecer de todos los aspectos de las
inteligencias, exceto los niveles más rudimentarios. La mayoría de nosotros nos ubicamos entre
estos dos polos – siendo altamente desarrollados en algunas de las inteligencias, de madera
modesta en otras y relativamente subdesarrolladas en las demás.

2. La mayoría de las personas pueden desarrollar cada inteligencia hasta un nivel adecuado de
competencia. Aunque un individuo pueda manifestar sus deficiencias en una cierta área y
considerar sus problemas como innatos e intratables, Gardner sugiere que virtualmente
todos tienen la capacidad de desarrollar las siete inteligencias hasta un nivel
razonablemente alto de desempeño, si reciben el estímulo , el enriquecimiento y la
instrucción adecuados. Él señala el Programa Suzuki para la Educación de Talentos como un
ejemplo de cómo individuos con una dotación natural relativamente baja en el área de la
música pueden llegar a un nivel sofisticado de desempeño en la ejecución del violín o del
piano, por medio de una combinación de las influencias adecuadas de su medio ( por ejemplo,
un padre interesado, una exposición a la música clásica desde la más tierna infancia y una
instrucción temprana). Tales modelos educacionales pueden encontrarse también para las
otras inteligencias (véase, por ejemplo, Edwards, 1979).
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3. Las inteligencias por lo general trabajan juntas de maneras complejas. Gardner señala que
cada inteligencia tal como se las ha descripto es en realidad una “ ficción”; es decir, ninguna
inteligencia existe por sí misma en la vida (excepto, quizás, en casos muy raros de “ idiotas
sabios” o de individuos con daños cerebrales). Las inteligencias siempre interactúan entre sí.
Para preparar una comida hay que leer la receta ( lingüística), posiblemente dividir la receta por
la mitad ( lógico-matemática), prepara un menú que satisfaga a todos los miembros de una
familia ( interpersonal) y el apetito de uno mismo también ( intrapersonal). De manera similar,
cuando un niño juega a la pelota necesita la inteligencia corporal-kinética ( para correr, patear y
atajar), inteligencia espacial ( para orientarse en la cancha o campo de juego y anticipar la
trayectoria de las pelotas que vienen por el aire) y las inteligencias lingüística e interpersonal
(para discutir con éxito su punto de vista cuando se genera una discusión durante el juego).
Las inteligencias han sido sacadas de contexto de la teoría de las IM sólo con el propósito de
examinar sus características esenciales y aprender a usarlas de manera efectiva. Siempre
debemos recordar que tenemos que devolverlas a sus contextos culturalmente valorados
específicos, una vez que hayamos terminado con su estudio formal.

4. hay muchas maneras de ser inteligentes dentro de cada categoría. NO hay un conjunto
estándar de atributos que uno debe poseer para ser considerado inteligente en un área
específica. En consecuencia, una persona puede no ser capaz de leer y sin embargo tener una
alta capacidad lingüística, porque puede contar una historia maravillosa o tener un amplio
vocabulario oral. De manera similar, una persona puede ser muy poco hábil en el campo e
juego y poseer una inteligencia corporal-kinética superior cuando teje una alfombra o crea un
tablero de ajedrez con trozos de madera engarzados. La teoría de las IM acentúa la rica
diversidad de las formas en que las personas muestran sus dones dentro de cada inteligencia
así como entre las inteligencias ( véase el capítulo 3 para obtener más información acerca de la
variedad de atributos en cada inteligencia).

LA EXISTENCIA DE OTRAS INTELIGENCIAS

Gardner señala que su modelo de siete inteligencias es una formulación tentativa;


después de mucha indagación e investigación adicional, algunas de las inteligencias de su lista
quizá no satisfagan algunos de los ocho criterios que se han descripto, y por lo tanto ya no se
consideran como inteligencias. Por otro lado, podemos identificar nuevas inteligencias que
respondan bien a las distintas pruebas. Otras inteligencias que se han propuesto incluyen las
siguientes:

 Espiritualidad
 Sensibilidad moral
 Sexualidad
 Humor
 Intuición
 Creatividad
 Habilidad culinaria (cocinar)
 Percepción olfativa ( sentido del olfato)
 La habilidad para sintetizar las otras inteligencias

Queda por verse , sin embargo, si estas inteligencias propuestas pueden, en realidad
satisfacer cada una de las ocho pruebas que se han descripto anteriormente.

LA RELACIÓN DE LA TEORÍA DELAS INTELIGENCIAS MÚLTIPLES CON OTRAS


TEORÍAS DE LA INTELIGENCIA

La teoría de Gardner de las inteligencias múltiples no es, ñor cierto, el primer modelo
que intenta comprender el concepto de inteligencia. Ha habido teorías de la inteligencia desde
tiempos muy antiguos, cuando se consideraba que la mente residía en el corazón, el hígado o
los riñones. En tiempos más recientes, las teorías de la inteligencia han aparecido
argumentando la existencia de una ( la “g” de Spearman) hasta 150 (La Estructura del intelecto
de Guilford) clases de inteligencia.
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También se hace mención aquí una buena cantidad de teorías sobre estilos de
aprendizaje. Dicho de una manera muy amplia, los estilos de aprendizaje de una persona son
sus inteligencias puestas a trabajar. En otras palabras, los estilos de aprendizaje son las
manifestaciones pragmáticas de las inteligencias funcionando en contextos naturales de
aprendizaje. Por ejemplo, un niño con una inteligencia espacial altamente desarrollada puede
mostrar una preferencia – y superioridad- por aprender las cosas nuevas por medio de
imágenes, dibujando, trabajando con materiales de construcción tridimensionales, videos y
programas de computación que contienen gráficos ( véase el capítulo 3 para obtener más
información sobre cómo identificar las inclinaciones intelectuales de los niños).
¿Cómo encaja, entonces, la teoría de las IM entre las múltiples teorías de estilos de
aprendizaje que han ganado adherentes durante las dos últimas décadas? Relacionar la teoría
de las IM con otros modelos es un proyecto tentador, puesto que los alumnos expanden su
base de conocimiento relacionando la nueva información ( en este caso, la teoría de las IM) con
los esquemas o modelos existentes ( el modelo de estilos de aprendizaje que mejor conocen).
Sin embargo, esta tarea no es un emprendimiento sencillo, en parte porque la teoría de las IM
es un modelo cognitivo que busca describir cómo los individuos usan sus inteligencias para
resolver problemas y crear productos. A diferencia de otros modelos, orientados hacia los
procesos, el enfoque de Gardner está dirigido especialmente a la forma como opera la mente
humana con el contenido del mundo (por ejemplo, los objetos, las personas, ciertos tipos de
sonido, etc.).Una teoría aparentemente relacionada, el modelo visual-auditivo-kinético, es en
realidad muy diferente a las teorías de las IM, porque es un modelo de los canales sensoriales (
la teoría de las IM no está necesariamente atada a los sentidos; es posible ser ciego y tener
inteligencia espacial o sordo y ser muy musical).Otra teoría popular, el modelo de Myers-
Briggs, es en realidad una teoría de la personalidad basada en la formulación teórica de Carl
Jung sobre los distintos tipos de personalidades. Intentar correlacionar la teoría de las IM con
estos modelos es similar a comparar manzanas con naranjas. Aunque podamos identificar
relaciones y conexiones, nuestros esfuerzos pueden parecerse al de los ciegos y el elefante:
cada modelo toca un aspecto diferente del educando.

La figura 1.1. a la que se hace referencia en el capítulo va en archivo aparte.

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