Machaq Mara 5516
Machaq Mara 5516
Machaq Mara 5516
La medición del tiempo para los aymaras se logra mediante la observación de la Luna y el
Sol, cuyos movimientos son registrados en un calendario Lunar (13 meses) y otro Solar (12
meses), que a pesar de tener un número de días y meses distintos, estos son coordinador
mediante un calendario intercalado con lo cual ambos sistemas de medición funcionan en
perfecta armonía.
La observación del sol y la luna, se convirtieron en parte esencial de la vida social, religiosa
y política. La gente común usaba el calendario lunar para organizar sus actividades durante
el año, conjuntamente con unas cuantas observaciones esporádicas del sol y las estrellas.
Sin embargo, tanto en las ciudades de Tiwanaku y Cuzco, se daba mayor importancia a los
rituales y los medios con los cuales eran programados. Y la habilidad de marcar y medir el
año solar era esencial para las decisiones políticas y religiosas del Estado Aymara e Inka.
El Machaq Mara no solo implica el poder determinar un período cronológico de tiempo, sino
que posee una connotación religiosa profunda que hoy estamos redescubriendo. El mundo
aymara se encuentra en la búsqueda permanente de comprensión de las leyes de la
naturaleza y su armonía (Taypi), el cual logra definir tres conceptos esenciales para
comprender el Machaq Mara:
“Entonces el Inca elevaba dos grandes vasos de oro llenos de chicha y, mientras invitaba al
Inti, el que llevaba en la mano derecha. Compartía el otro con sus parientes, vertiendo
pequeñas cantidades de chicha en sus propios vasos. Luego el soberano ordenaba que su
ejército y sus súbditos prosiguieran con el homenaje, en el que participaban diversos
pueblos, los cuales se adelantaban a ofrecer sus presentes y sus mejores danzas”.
Gracilazo de la Vega agrega: “Ese día, el soberano y sus parientes esperaban descalzos la
salida del Sol en la plaza. Puestos en cuclillas ("que entre estos indios es tanto como
ponerse de rodillas", aclara el cronista), con los brazos abiertos y dando besos al aire,
recibían al astro rey”.
Durante la conquista española la festividad fue tolerada en sus primeros años, para luego
ser declarada como un acto de herejía en 1543, prohibida completamente en 1572 por el
Virrey Toledo y severamente reprimida por el estado español. Cabe recordar que los
vestigios del Machaq Mara e Inti Raymi serán severamente perseguidas por los
“Extirpadores de Idolatrías” que destruirán el culto solar haciendo uso de métodos que
incluían la tortura y martirio de los profesantes de la religión andina. Es a partir de fines del
siglo XVI que la festividad quedó sepultada en el olvido y prohibida, ya que la festividad
tenía un profundo sentido religioso y político, lo cual era una grave amenaza al poder
colonial. El Dios creador, padre, protector de la humanidad y fuente de la vida quedó
entonces sumido en la oscuridad, siendo sus celebrantes exterminados o convertidos a la
nueva religión.
Por tal razón no existe registro que dé cuenta del culto al Dios Sol de manera completa, si
no más bien el Machaq Mara fue cristianizado y convertido en una festividad agrícola y
ganadera durante la colonia y practicado de manera clandestina.
3. La ceremonia principal
La ceremonia tiene varios aspectos importantes, uno es el de la religiosidad y espiritualidad
entendida como una conjunción con las fuerzas cósmicas, este aspecto abarca una
preparación previa para recibir el nacimiento del padre Sol y homenajear a la Pachamama.
a) La ceremonia se practica en los lugares altos (lugares consagrados) donde se espera el
Nacimiento del Tata Inti.
b) Es un acto de gran solemnidad donde se debe guardar absoluto silencio y estar de
rodillas hasta que el Yatiri ordene lo contrario.
c) A la salida del Sol, los Amautas y Yatiris hacen Mara T’aqa o agradecimiento al
Willka(antiguo nombre del Sol) y a la Pachamama con el siguiente rezo:
“¡Oh Sol! Que estás en paz y salvo, alumbra a estas personas que apacientas;
No estén enfermas, guárdalas sanas y salvas”(1).
“Willka Tata, Que este año haya buena cosecha, que no haya hambre”
d) Mientras se reza se debe estar de rodillas y en parejas (hombre y mujer) dirección del
Sol.
e) Luego se depositan las mesas rituales sobre el fuego, el cual es alimentado con alcohol
labor que realiza el Yatiri.
Los aymaras nunca han sido un pueblo de muchas palabras, pues han vivido su fe, han
practicado su religión andina (Pj. Berg, 1989) y siguen haciéndolo, en la actualidad la
reafirmación de su religión ha traído consigo el rescate de uno de los elementos centrales
de sus creencias y fe. Como mencionara Don Fortunato Manzano, hace mucho tiempo el
Machaq Mara estaba enterrado, hoy día no, porque así lo dijo el Inka. Por ende el día de
hoy el rescate de estas tradiciones y aspectos de la religiosidad andina constituyen parte
esencial de la identidad aymara y no constituye una actividad folklórica o un mito
contemporáneo como algunos creen, si no por el contrario esta en el colectivo de la gente
de los Andes.
El Machaq Mara e Inti Raymi, es el tiempo de encuentro y armonía cósmica que hoy
vuelve con fuerza a millones de andinos a lo largo de América.