(Elisabeth Clare-Prophet) - La Ciencia de La Palabra Hablada
(Elisabeth Clare-Prophet) - La Ciencia de La Palabra Hablada
(Elisabeth Clare-Prophet) - La Ciencia de La Palabra Hablada
La ciencia de la palabra
hablada
¡La fuerza más poderosa del
universo!
Conviértase en su propio maestro. Vuelva a descubrir el arte de la
invocación, practicado en las eras de oro de Atlántida y Lemuria.
Use fórmulas precisas de la Palabra para ordenar que la luz
fluya de su superconsciente a su mente consciente —
desencadenando un potencial creativo ilimitado.
Aprenda a invocar la llama violeta (una energía de alta
frecuencia que puede penetrar su sistema nervioso, su corazón y
su cerebro) para incrementar vigor, longevidad y su percepción
extrasensorial.
Este fuego espiritual puede convertir pensamientos y
sentimientos discordantes (tensión, enojo, depresión) en un
carácter positivo y centrado. Puede incrementar claridad mental…
y ayudarle a enfrentar los efectos de un uso prolongado de
drogas.
La llama violeta eliminará de su sistema los venenos
emocionales y físicos. Transmutará el karma. Borrará el efecto que
causa la enfermedad. Incluso eliminará los registros angustiosos
de vidas pasadas.
¡Hará que se sienta contento consigo mismo! Pero sepa esto:
el poder de la llama violeta quedará sellado en su Conciencia
Superior hasta que usted la invoque por medio de la Ciencia de
la Palabra Hablada.
Aum
La palabra sagrada AUM[1] emite las frecuencias de la Palabra, la
misma Palabra que surgió como el origen de la creación. Los
hombres de la antigüedad conocían el poder de la Palabra. Las
civilizaciones han surgido y han caído con el poder de la Palabra
hablada. Hace cientos y miles de años, los mantras del oriente,
sagradas entonaciones, fueron legados por los sacerdotes y
sacerdotisas de Lemuria. Todo lo que surge, procede de la
palabra sagrada AUM.
Seguimos el rayo del sol hasta llegar a su núcleo de fuego.
Seguimos la luz dentro de nuestros corazones hasta llegar al sol
de la Presencia. Cuando afirmamos la palabra AUM, estamos
afirmando el verdadero ser. Afirmar ese ser significa convertirse
en Él. Declararse como ese ser significa saber quién es el YO SOY.
El sagrado AUM que entonamos es el sonido indestructible, es la
inmensidad. Del AUM surge nuestra unidad.
El sonido de la Palabra —la Palabra del sonido, es una
palabra sánscrita—. Significa «me inclino, estoy de acuerdo,
acepto…». ¡AUM! Me inclino ante el Señor Dios Todopoderoso y
estoy de acuerdo en que soy su amado hijo. Acepto mi destino
inmortal, acepto mi razón de ser. Acepto mi responsabilidad de
ser. Acepto las partes componentes de mi realidad. Acepto que la
llama es Dios dentro de mí.
AUM es el símbolo más abstracto y, no obstante, el más
concreto de la divinidad. Es un instrumento de autorealización. Es
suyo para conservarlo. Emana del corazón de usted por medio de
Dios. Ningún instrumento mecánico, ninguna máquina ni tampoco
el poder de la civilización pueden compararse con el AUM. Tan
solo usted puede entonar el AUM, porque usted es Dios en
manifestación. De esta eterna sílaba surge todo lo que existe.
Todo lo que surge regresa al AUM.
El AUM se deletrea A-U-M y cada una de las letras representa
una parte componente de nuestra divinidad. Cada letra ha de
pronunciarse por separado. Cuando juntamos las tres, entonamos
simplemente el AUM.
Pasado, presente y futuro forman la Trinidad. Somos todo lo
que somos como realización pasada, presente y futura del AUM.
En el oriente los hindúes llaman a la Trinidad Brahma, Visnú y
Siva; y en el occidente —Padre, Hijo y Espíritu Santo—. El
concepto es el mismo.
La A viene de Alfa (nuestro padre) el iniciador, el creador, El
Principio, que es el origen de espirales de conciencia y del ser. Es
el ímpetu del poder. La M es el OM de Omega (nuestra madre) —
la conclusión, El Fin— uno con el Espíritu Santo, que es el
integrador y el desintegrador de las formas y de lo que no tiene
forma. AUM. Así las polaridades positivas y negativas del ser son
pronunciadas por los Elohim a lo largo del cosmos para sostener
los mundos.
Entre la A y el OM está contenida toda la vastedad de la
creación. Y la U en su centro, es la copa de la creación,
conduciéndolo a Usted al Yo Real, al Ungido, al Cristo, al Buda
de la Luz; usted en manifestación universal, en manifestación
individual. A-U-M. La Trinidad es la Unidad. Usted la parte central
—la obra maestra— la Unidad entre el Uno y la Palabra, el fulcro
y el nexo. El Cristo Universal es el poder de la preservación, de la
concentración y de la cohesión de su identidad. Entre el ímpetu
del Padre y la reintegración de la Madre, usted está amparado en
la identidad de su amor. AUM.
YO SOY EL QUE SOY
Su Yo Real
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y
no vuelve allá, sino que riega la Tierra, y la hace germinar
y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que
come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá
a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será
prosperada en aquello para que la envíe. (Isaías).
Las tres figuras de la gráfica corresponden a la Trinidad de
Padre, que siempre incluye a la Madre (la figura superior), Hijo
(la figura media) y Espíritu Santo (la figura inferior). Esta última es
el templo del Espíritu Santo, cuyo fuego sagrado se manifiesta en
la envolvente llama violeta. La figura inferior corresponde a usted
como discípulo en el Sendero. Su alma es el aspecto no
permanente del ser, el que se hace permanente por medio del
ritual de la ascensión.
La ascensión es el proceso mediante el cual el alma, habiendo
saldado su karma y realizado su plan divino, se une primero con
la conciencia del Cristo y luego con la Presencia viviente del YO
SOY EL QUE SOY.
El Morya Khan
¡Vondir!
Fuego Violeta Corazón
¡Fuego Violeta, divino Amor,
Flamea en este mi corazón!
Tú eres Misericordia por siempre verdadera, Manténme
contigo en armonía siempre. (x3).
Cabeza
YO SOY Luz, Tú Cristo en mí, Libera mi mente por siempre;
YO SOY Luz por dentro, por fuera; YO SOY Luz en todas partes.
En el aire me elevo;
Vierto sobre todos con pleno Poder de Dios Mi maravilloso
canto de alabanza.
¡Salve a todos! YO SOY el Cristo viviente, El que siempre
amando está.
¡Ascendido ahora con pleno poder divino, YO SOY un Sol
destellante! (x3).
Ascension I AM ascensión light, Victory flowing free,
All of Good won at last
For all eternity.
I AM light, all weights are gone.
Until It is victorious,
World without end.
The Balm of Gilead By a Pilgrim of Peace ¡O love of
God, immortal love, Enfold all in thy ray;
Send compassion from above
To raise them all today!
¡In the fullness of thy power,
Shed thy glorious beams
Upon the earth and all thereon
Where life in shadow seems!
¡Let the light of God blaze forth
To cut men free from pain;
Raise them up and clothe them, God, With thy mighty I AM
name!
VI
Cómo decretar eficazmente
Por los Mensajeros
Jesús dijo: «Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo
trabajo… De cierto, de cierto os digo: no puede el Hijo
hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre;
porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo
igualmente… Porque como el Padre levanta a los muertos,
y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da
vida…».
«Todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no
honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió… Porque
como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado
al Hijo el tener vida en sí mismo… No puedo yo hacer
nada por mi mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es
justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del
que me envió, la del Padre»[66].
El misterio del Cristo, la Palabra Divina o el Verbo, el
Unigénito del Padre, ha desconcertado y confundido a la
humanidad desde la Caída del Hombre (desde su descenso a la
conciencia material). La rehabilitación de la humanidad desde su
estado de pecadora, al que ha sido relegada por las fuerzas de
una condenación injusta, hasta el de «coherederos con Cristo»[67]
tiene que llevarse a cabo si los hombres han de obtener su
libertad en esta era.
Está escrito en el Evangelio de San Juan que los judíos trataron
de matar a Jesús porque decía que Dios era su propio Padre,
haciéndose igual a Dios[68]. Hasta hoy, los «escribas y Fariseos»
denuncian a aquellos que se atreven a reconocer su derecho de
herencia como hijos de Dios.
La afirmación de Jesús acerca de su divinidad estaba basada
en el entendimiento de que él, habiendo sido creado a imagen de
Dios como lo fueron todos los hombres en el principio[69], poseía
todos los atributos de Dios mismo —no en cantidad sino en
calidad, al igual que cada gota de agua del océano contiene
dentro de sí misma la naturaleza esencial del todo.
Jesús sabía, como pocos hombres antes o después de él han
sabido, que él era el Hijo de Dios. Él nunca afirmó ser el único
hijo de Dios, pero aquellos que oyeron su palabra, no habiendo
alcanzado aún este mayor entendimiento, rehusaron reclamar su
propia Filiación divina. Mientras algunos lo censuraron por su
declaración, otros se arrodillaron y adoraron en él aquello que
aún no eran capaces de reconocer dentro de sí mismos.
Los que le siguieron, los primeros escribas y sacerdotes, tenían
aún menos entendimiento de la manifestación universal del Cristo
en todo hijo de Dios —en todo hombre, mujer y niño—. Y por
consiguiente, la doctrina errónea de que Jesús era el único Hijo
de Dios, pasaba de generación en generación, ha dividido a la
civilización occidental y ha impedido que la humanidad,
globalmente, realice su destino divino.
Cuando las declaraciones de Jesús acerca del Padre y del Hijo
se explican a la luz de la comprensión de quién es en realidad el
Hijo de Dios, el discípulo moderno entiende por qué y cómo
puede decretar eficazmente.
El Cristo, como el Unigénito del Padre, es el único y verdadero
heredero de Dios. Este Hijo de Dios es su propia y verdadera
Identidad, el ser verdadero que Dios hizo a su imagen y
semejanza. Esta semejanza nunca cayó en pecado y descrédito,
sino que permanece inviolable como el Cristo —el amado Santo
Yo Crístico— de todo hombre y mujer.
La conciencia humana o la naturaleza carnal ha rechazado al
Cristo desde la Caída de Adán y Eva, porque el yo inferior o hijo
pródigo —al que podremos considerar como el hombre en vías
de convertirse en el Cristo por el poder de su libre albedrío—
escogió vivir en la conciencia de limitación en vez de vivir en la
de una expresión ilimitada que se obtiene cuando uno mismo se
entrega sin reservas a la voluntad de Dios.
Los que realmente entienden el misterio del Cristo han visto
que, tanto como hay un solo Dios, un solo Padre, también hay un
solo Cristo, un solo Hijo. Es la naturaleza del Ser Infinito
multiplicarse a sí mismo infinitamente y seguir siendo uno (uno por
uno, multiplicado infinitas veces, siempre da uno). Así, Dios el
Padre y Dios el Hijo pueden actualizarse en el hombre y en la
mujer una y otra vez, y seguir permaneciendo inviolable como el
Ser Divino.
Todos los hombres participan de esta unidad y tienen dentro
de sí mismos la esencia de la Naturaleza Divina —Dios
individualizado— como la poderosa Presencia YO SOY de todo
hijo e hija, y Cristo individualizado como el Santo Yo Crístico de
cada quien. Sin Dios y sin el Verbo, el Cristo que estaba con Él en
el principio, ninguna manifestación fue hecha[70]— ningún
hombre fue creado sin ser imbuido con una porción de Dios y una
porción del Cristo.
El acto de decretar o de dar órdenes a las energías de la Vida
es la prerrogativa de la identidad Crística o Yo Superior de todo
hijo e hija de Dios. Al ser humano, siendo imperfecto e
incompleto, aún no le ha sido concedida la autoridad para
pronunciar los fíat de dirección creativa y por ello, siempre tiene
que decretar «En el nombre de la amada, poderosa y victoriosa
Presencia de Dios YO SOY en mí y en el nombre de mi amado
Santo Yo Crístico».
Sabiendo que su destino divino es, llegar a ser un cocreador
con Dios, como Jesús lo sabía, el discípulo de los Maestros toma
en sus manos su libro de decretos y comienza a decretar donde
está —en cualquier estado de conciencia en que se encuentre—
para que los cambios necesarios se realicen en su mundo, con lo
cual puede reunirse y se reunirá con el Padre a través de la
intercesión de su Santo Yo Crístico.
Así, admitiendo sus limitaciones e ineptitudes actuales,
reconoce la omnipotencia de Dios para vencer todos los
obstáculos de la carne y renovar su conciencia por medio del
poder del Espíritu Santo.
Este Espíritu se manifiesta en el fuego sagrado que arde en el
altar mismo de su corazón como la llama trina de la Vida (la
llama tiene tres plumas: rosada, azul y amarilla. Mide
aproximadamente 1/16 de pulgada [1.6 mm] de altura en el
individuo promedio y es el foco de Dios que sustenta su vida. En
realidad, es la que hace latir el corazón; de ésta derivan su
ímpetu todas las demás funciones del cuerpo)[71].
El decreto o fíat divino, el decretador y la respuesta al decreto,
forman una triple manifestación de Dios mismo. El decretador
debe reconocer que «Dios en mí está dando este decreto. Es la
energía de Dios que fluye para obedecer su orden y Él es el
cumplimiento de la ley por el poder de la Palabra hablada que se
está manifestando en mí».
El hombre (el yo inferior) es, por lo tanto, un instrumento para
que la luz que proviene del corazón de Dios se manifieste con
perfección. El hombre no es la fuente de luz ni el dictador de la
creación, y no tiene por sí mismo ningún poder propio para hacer
que esa luz obedezca su mandato.
Por lo tanto, si el discípulo decide elevar su conciencia al nivel
de su Santo Yo Crístico, sabiendo que es en realidad ese amado
Hijo, él, siendo uno con Dios, puede ofrecerse a sí mismo como
un sacrificio viviente consagrado a la pureza, a fin de que la luz
de Dios, la Palabra de Dios y el decreto de Dios puedan fluir a
través de él para manifestar la obra perfecta del Creador.
Así, habiendo llegado a comprender mentalmente quién es el
autor —YO SOY (Dios es) la puerta abierta que ningún hombre
puede cerrar— el discípulo puede comenzar el ritual sagrado de
ofrecer decretos en el nombre del Dios Padre-Madre (la Presencia
YO SOY), del Hijo (el Cristo Universal que se manifiesta en todo
hombre como su amada identidad con Cristo o su Santo Yo
Crístico), y del Espíritu Santo (las energías del fuego sagrado que
dotan a la forma y a la conciencia con la esencia de Dios que es
vida).
Antes de empezar a pronunciar las palabras del decreto,
siéntense en una silla recta y confortable y en un cuarto bien
iluminado donde no sean molestados, asegurándose de que el
cuarto esté arreglado, limpio y bien ventilado (polvo, desorden,
aire viciado y poca iluminación reducen la eficacia de los
decretos porque impiden el flujo de la luz y ahuyentan a las
huestes angelicales que siempre ayudan al suplicante a amplificar
la descarga de las energías santas de Dios).
Visualicen a la Presencia de Dios arriba de ustedes[72] y a su
yo inferior envuelto en la llama violeta, asistido por su Santo Yo
Crístico, y visualicen la llama trina pulsando y expandiéndose
desde su corazón; la pluma azul a su izquierda, la rosada a su
derecha, y la amarilla en el centro.
Mantengan recta la columna vertebral y la cabeza, las piernas
y las manos sin cruzar y los pies asentados en el suelo (una mala
postura abre la conciencia a las fuerzas negativas porque el
plexo solar, que es la entrada de las emociones, no está en
control. El cruzar las piernas y los brazos causa un «corto
circuito» en las energías designadas a fluir a través del individuo
para bendecir a toda la humanidad).
Por lo tanto, recuerden las palabras de San Pablo: «¿No
sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros?»[73] y permitan que las energías de Dios fluyan a través
de su cuerpo. Sostengan su libro o una hoja de decretos a la
altura de la vista, de tal manera que no tengan que inclinarse
mientras decretan. Si lo prefieren, pueden sentarse en un
escritorio o frente a una mesa donde puedan apoyar el libro
frente a ustedes, dejando así las manos libres y en reposo, palmas
hacia arriba, para recibir las bendiciones de Dios a través de los
Maestros.
Pronuncien el decreto lenta y claramente sin esforzarse, hasta
que puedan comprender plenamente el significado de su
contenido; luego, concéntrense en el ritmo y comiencen a
acelerarlo. Verán cómo su mente puede aprender a seguir, con la
velocidad del relámpago, los conceptos y la descarga del poder
que se presentan a medida que reciten los decretos con mayor
facilidad.
Es importante respirar profunda y regularmente, usando el
poder del aliento de fuego de Dios para proyectar la luz a través
de todo el cuerpo y después hacia el mundo, para bendecir toda
vida con la magnetización de la energía de Dios, enfocada a
través de la llama de su corazón.
Cuando decreten por sus seres queridos, invoquen primero a
su Presencia YO SOY y a su Santo Yo Crístico, tal como está
escrito en el preámbulo del decreto que estén dando. Luego,
incluyan en el preámbulo su llamado a la «Poderosa Presencia YO
SOY y al Santo Yo Crístico de_____________» (pronuncien el
nombre de la persona o personas por las que deseen decretar)
[74].
1. azul
2. amarillo
3. rosado
4. blanco
5. verde
6. morado y oro
7. violeta.
I AM grateful for thy right way And thy precious word «Well
done».
¡Yo soy, yo soy, yo soy el que te adora! (x3).
¡Oh Dios tú eres tan magnífico! (x9).
¡Yo soy, yo soy, yo soy el que te adora! (x3).
Avanzando hacia la perfección, la gran gracia del amor me
eleva
hasta tu centro de dirección—
¡He aquí, por fin tu rostro veo!
Imagen de poder inmortal,
de sabiduría, amor y también honor
colma mi ser con gloria ahora,
¡que mis ojos tan solo a ti vean!
¡Oh Dios, tú eres tan magnífico! (x3).
¡Yo soy, yo soy, yo soy el que te adora! (x9).
¡Oh Dios, tú eres tan magnífico! (x3).
Mi amado YO SOY, amado YO SOY, amado YO SOY.
(x3) y (x9) indican el número de veces que se debe repetir la
línea.
¡I AM, I AM, I AM adoring thee! (3x).
¡O God, you are so magnificent! (9x).
¡I AM, I AM, I AM adoring thee! (3x).
Moving onward to perfection, I AM raised by love’s great
grace
To thy center of direction—
¡Behold, at last I see thy face!
Image of immortal power,
Wisdom, love and honor, too,
Flood my being now with glory,
¡Let my eyes see none but you!
¡O God, you are so magnificent! (3x).
¡I AM, I AM, I AM adoring thee! (9x).
¡O God, you are so magnificent! (3x).
My very own beloved I AM, beloved I AM, beloved I AM.
(3x) and (9x) indicate number of times the line is to be
given.
YO SOY la Voluntad de Dios Por El Morya
Estribillo:
Ven, ven, ven, oh voluntad de llama azul tan verdadera,
¡hazme y mantenme siempre radiante como tú!
Voluntad de llama azul de la verdad viviente, llama de buena
voluntad de eterna juventud ¡manifiéstate, manifiéstate,
manifiéstate en mí ahora!
I AM God’s Will By El Morya
Refrain:
Come, come, come, O blue-flame will so true, ¡Make and keep
me ever radiant like you!
Blue-flame will of living truth,
Good will flame of eternal youth,
¡Manifest, manifest, manifest in me now!
2. YO SOY la voluntad de Dios que ahora toma pleno
dominio, YO SOY la voluntad de Dios que hace comprender
a todos, YO SOY la voluntad de Dios, cuyo poder es
supremo, YO SOY la voluntad de Dios que realiza el sueño
del Cielo.
3. YO SOY la voluntad de Dios que protege y bendice
aquí, YO SOY la voluntad de Dios que ahora desecha todo
temor, YO SOY la voluntad de Dios en acción aquí bien
hecha, YO SOY la voluntad de Dios con victoria para cada
quien.
4. YO SOY el relámpago azul, que destella amor por la
libertad, YO SOY el poder del relámpago azul que viene de
arriba, YO SOY el relámpago azul que libera a todos YO
SOY el poder de la llama azul que hace fluir bondad a
través de mí.
Y con plena fe, conscientemente acepto que esto se
manifieste, se manifieste, se manifieste (x3) aquí y ahora
mismo con pleno poder, eternamente sostenido,
omnipotentemente activo, siempre expandiéndose y
abarcando el mundo hasta que todos hayan ascendido
completamente en la luz y sean libres. ¡Amado YO SOY,
amado YO SOY, amado YO SOY!
2. I AM God’s will now taking full command, I AM God’s
will making all to understand, I AM God’s will whose power
is supreme, I AM God’s will fulfilling heaven’s dream.
3. I AM God’s will protecting, blessing here, I AM God’s
will now casting out all fear, I AM God’s will in action here
well done, I AM God’s will with victory for each one.
4. I AM blue-lightning flashing freedom’s love, I AM blue-
lightning power from above, I AM blue-lightning setting all
men free, I AM blue-flame power flowing good through me.
And in full faith I consciously accept this manifest,
manifest, manifest (3x) right here and now with full power,
eternally sustained, all-powerfully active, ever expanding,
and world enfolding until all are wholly ascended in the
light and free. ¡Beloved I AM, beloved I AM, beloved I AM!
Victoriosa Luz Dorada Por el Ser Cósmico Victory
YO SOY la victoriosa luz dorada, la llama
totalmente rodeada de iluminación del corazón
de Dios que rehúsa aceptar cualquier concepto
de limitación respecto a mi eterna razón de ser,
aquí y ahora hecha manifiesta en el cáliz de esta
hora.
YO SOY la irradiación de la victoria que recorre la faz de la
Tierra, removiendo obstáculos por el poder de la fe, a la que no
se negará su inmortal derecho natural.
YO SOY la llama de iluminación que recorre todos los
continentes, despertando a gente de toda condición social del
letargo y sueño de los siglos, conduciéndola a un vital y
palpitante conocimiento de la sabiduría que trasciende dogmas,
conciencia de los sentidos y funciones de la personalidad,
ensartando el ojo de la aguja con el hilo de la determinación de
la luz cuya costura de la vestidura del Señor de la Creación,
produce elevación, consumación, irradiación, purificación y
libertad para todo hombre, mujer y niño en el planeta.
Golden Victorious Light By the Cosmic Being
Victory I AM the golden victorious light, the full-
orbed flame of illumination from the heart of
God that refuses to accept any concept of
limitation concerning my eternal reason for being
here and now made manifest in the chalice of
the present hour.
I AM the radiation of that victory which sweeps across the face
of the earth, removing barriers by the power of faith that will not
be denied its immortal birthright.
I AM the flame of illumination that sweeps all continents,
awakening peoples of every walk of life from the lethargy and
sleep of the ages to a vital, breathing awareness of the wisdom
that transcends dogma, sense consciousness, and personality
functions, threading the eye of the needle with the thread of light-
determination whose sewings upon the garments of the Lord of
Creation produce elevation, consummation, radiation, purification,
and freedom for every man, woman, and child upon this planet.
¡Oh mundo, despierta,
tu polvoriento cuerpo sacude;
purifica y rectifica,
Para crear nuevos modos de pensar! (x3 o x9).
Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por
ello te vendrá bien.
Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu
corazón…
Orarás a él, y él te oirá; y tú pagarás tus votos.
Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y
sobre tus caminos resplandecerá la luz.
Job
Te Busco
Por Lanello con Hilarión Amada, poderosa y victoriosa Presencia
de Dios en mí, Santo Yo Crístico de todas las evoluciones de la
Tierra, amado Maestro Ascendido Jesús el Cristo, hijos y siervos
en el Cielo, ángeles y Maestros de Curación, amada Virgen
María, amado Saint Germain, amado Hilarión, Juan el Amado,
amado Lanello, todo el Espíritu de la Gran Hermandad Blanca,
Madre del Mundo y vida elemental de fuego, aire, agua y tierra.
En vuestro nombre, por el poder magnético de la inmortal y
victoriosa llama trina de la verdad que arde en mi corazón y el
corazón de Dios en el Gran Sol Central, yo decreto: ¡O world,
awake,
Your dusty selves now shake;
Purify and rectify,
New ways of thought to make! (3x or 9x).
Acquaint now thyself with him, and be at peace;
thereby good shall come unto thee.
Receive, I pray thee, law from his mouth, and lay up his
words in thine heart…
Thou, shalt make thy prayer unto him, and he shall hear
thee, and thou shall pay thy vows.
Thou shall also decree a thing, and it shall be
established unto thee: and the light shall shine upon thy
ways.
Job
I Seek Thee
By Lanello with Hilarion Beloved mighty victorious Presence of
God, I AM in me, Holy Christ Selves of all earth’s evolutions,
beloved Ascended Master Jesus the Christ, the servant-sons in
heaven, and the healing angels and masters, beloved Mother
Mary, beloved Saint Germain, beloved Hilarion, John the Beloved,
beloved Lanello, the entire Spirit of the Great White Brotherhood
and the World Mother, elemental life —fire, air, water, and earth.
In thy name, by and through the magnetic power of the
immortal, victorious, threefold flame of truth burning within my
heart and the heart of God in the Great Central Sun, I decree:
-9—
More Violet Fire
By Hilarión
My Perpetual Mantra
The Unending River of Violet Flame
Lovely God Presence, I AM in me, Hear me now I do decree:
Bring to pass each blessing for which I call Upon the Holy
Christ Self of each and all.
Let violet fire of freedom roll Round the world to make all
whole;
Saturate the earth and its people, too,
With increasing Christ-radiance shining through.
I AM this action from God above, Sustained by the hand of
heaven’s love,
Transmuting the causes of discord here,
Removing the cores so that none do fear.
I AM, I AM, I AM
amplificándose a sí mismo
hasta que sea victorioso,
en el mundo sin fin.
Con este regalo de infinita libertad, yo les doy mi promesa
infinita de ayudarles a encontrar su libertad inmortal, siempre que
tengan la determinación de no rendirse ni retroceder jamás.
Recuerden que, mientras miran a la Luz, las sombras siempre
se encuentran detrás. Y la Luz también está ahí para transmutar
las sombras. Mantengan la vista fija en «la Ciudad» y no se dejen
vencer por el mal, sino superen el mal con el bien.
Magia del ojo real
Uno de los dones de identidad más grandes, con el que la
mente consciente ni siquiera sueña, es la latente capacidad de
producir la imagen sostenida en el ojo. Esta ciencia del concepto
inmaculado la practican todos los ángeles en el Cielo.
Se trata de esa ley que está escrita en las entrañas del
hombre[137] y que es conocida en lo profundo de su corazón,
velada, sin embargo, en la memoria de su mente externa. Se basa
en la visualización de una idea perfecta, que se convierte luego
en un imán que atrae las energías creativas del Espíritu Santo
hacia su ser para llevar a cabo el patrón que se enfoca en la
mente.
Habiendo visto lo que él es en Espíritu y lo que es el potencial
de su alma, el hombre tiene que conservar esa imagen de la
Realidad en sus pensamientos y sentimientos, dado que la imagen
es un repelente natural de todo lo que se opone a su Realidad en
manifestación. Esto lo hace a través del ojo real de su alma —su
ojo interno que comprende cuando ve y ve cuando comprende.
La magia ocular del alma es la I-mage[138] o imagen de la
realidad que el hombre siembra en su conciencia y alimenta con
las energías puras que brotan generosamente del Macrocosmos.
El consecuente incremento de la Vida abundante pertenece al
Señor o a la Ley, puesto que, aquellos que siguen los principios
científicos de la magia del ojo real se dan cuenta de que son
recompensados con esta misma. Como lo dijo San Pablo: «Yo
planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios»[139].
Y así, Dios se expresa impersonalmente en la realización de
sus leyes inmutables, las cuales son corolarios de la única Gran
Ley del Ser en el Cosmos. La ciencia del concepto inmaculado,
pues, es el conocimiento de cómo usar las ideas puras para
transformar el mundo del microcosmos en un milagro del
macrocosmos —como es arriba en Dios, así es abajo en el
hombre.
La belleza y la verdad tienen su propia geometría, una
simetría que permite a las energías de Dios fluir libremente a
través de sus imágenes y luego fundirse en forma. Las ideas puras
y las formas nobles son los moldes arquetípicos de la Imagen
Real. Son semillas de luz que, implantadas en los dominios del
subconsciente o del consciente de la mente fértil se reproducen
según su género. Sin estos granos de luz, arraigados y
alimentados en la propia substancia de su alma, el hombre no
tiene la menor esperanza de expresar perfección en su mundo.
Cada quien es un imán del deseo de Dios para convertirse por
fuera, en todo lo que es por dentro. Cada quien es un imán que
atrae de Dios arriba hacia el hombre abajo la esencia creativa
del universo. Y si estas mónadas están abundantemente
esparcidas en toda su conciencia —cada una un núcleo de
Realidad, cada una un campo energético de ferviente fe,
esperanza y caridad— entonces, el hombre puede realmente
tener la esperanza de reflejar (manifestar) en el microcosmos lo
que él creyó que era «el sueño imposible, la estrella
inalcanzable».
Cada vez que el alma contempla el sol, las nubes, el viento en
los árboles, una rosa, una hoja perfecta, un guijarro o una ola, y
luego guarda el diseño en los pliegues de su memoria, ésta va
añadiéndolo a su tesoro de ideas perfectas que son los bloques
de construcción de su Realidad.
Cada vez que los dedos de su mente trazan las líneas de un
Miguel Angel, las pinceladas de un Rafael, los movimientos de
una sinfonía, las cadencias de un ballet o las formaciones de los
pájaros que cruzan el cielo, el alma absorbe los diseños tomados
de la mente de Dios, de los que depende el completo esquema de
su universo microcósmico.
Contemplando el universo y aun nuestro propio planeta,
observamos cómo la naturaleza defiende la ley de la perfección y
se sacude de toda imperfección. Ciertamente, las piedras que
aclaman alabanzas del Cristo[140] cumplen con más seriedad que
el hombre el mandato: Sed, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es perfecto[141].
Cuán bellamente ha colocado a nuestro rededor el Señor, en
el reino de la naturaleza, esos lazos con la eternidad y con el
mundo invisible de las realidades que nosotros tan solo
percibimos en la certeza de lo que se espera —¡la preciada
evidencia de lo que no se ve![142]
Así, después de períodos alternantes de vivir en el mundo
sintético y luego en el real, el hombre llega a los pies del Maestro
de la Sabiduría, donde aprende que la Vida se ha de encontrar
tan solo en la reverencia por todo lo que tiene vida. Regresando a
la morada de sus pensamientos, trata de recuperar el recuerdo de
aquella unidad, la que ahora sabe «que tiene que existir dentro
del corazón del universo e incluso dentro del corazón de una
célula». Comienza a adentrarse para extraer las provisiones de la
naturaleza. ¡Tiene que explorar tanto lo desconocido como lo
conocido!
Mi Mantra para la Resurrección y
la Vida de mi Corazón
«Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo
habré oído».
Isaías
¡YO SOY la resurrección y la vida de cada célula y átomo de
mi corazón, ahora manifestada!
Cada vez que ustedes pronuncien el nombre de Dios «YO
SOY» —que le fue dado a Moisés para bendición nuestra— como
la afirmación del ser propio de Dios que se encuentra ahí donde
ustedes están, realmente están diciendo: «Dios en mí es…».
Así, en este mantra ustedes reconocen: «¡Dios en mí es la
resurrección y la vida de cada célula y átomo de mi corazón que
se manifiesta ahora!».
Dado que «YO SOY» es tanto el nombre sagrado como el
verbo «ser», entendemos que nuestro Dios es una realidad
viviente, progresiva y dinámica —una Presencia muy personal que
se revela a sí misma en su acción en nuestras vidas individuales y
en su milagroso y, no obstante, totalmente científico flujo de Luz,
Luz, Luz.
Dios quiere que afirmemos que nuestro ser es suyo y que el
suyo es nuestro. Es nuestro destino de fuego que seamos parte de
su unidad universal. Nosotros cumplimos con esto día a día
cuando confirmamos su Palabra —«YO SOY»— en nuestros
mantras.
La ciencia de la Palabra hablada es el medio para alcanzar la
unión de nuestra alma con el Espíritu. Si no lo creen ¡pruébenlo
ustedes mismos! Den su mantra para la resurrección y la vida de
sus corazones varias veces al día. ¡Disfrútenlo! Como la energía
de Dios disfruta de la poderosa labor de hacerlos íntegros, y Él
desea que ustedes tengan una vida fructífera mientras prestan su
servicio para liberar a toda la humanidad.
La llama de la resurrección que se desprende por medio de
este eficaz fíat, la aplicó Jesús el Cristo para alcanzar su victoria
contra la muerte y el infierno. Él vino a mostrarles el camino para
que puedan hacer lo mismo a través del Cristo que vive en
ustedes como su Yo Real. ¿Qué esperan? Díganlo en voz alta con
todo su corazón: ¡YO SOY la resurrección y la vida de cada célula
y átomo de mi corazón ahora manifestada!
La llama de la resurrección puede experimentarse como una
suavidad radiante de madreperla, que baña el cuerpo con un
suave y arrollante brillo. A medida que se va acelerando con el
ritual de su aplicación diaria, los rayos del arco iris se funden en
la luz blanca.
Nuestro amado Jesús nos dio la afirmación «YO SOY». —«YO
SOY la resurrección y la vida…» para aplicarla en cualquier
condición o situación desviada del propósito original de nuestro
Padre. Así, ustedes pueden decir: ¡YO SOY la resurrección y la
vida de mi perfecta salud ahora manifestada!
Pero de todos modos, ustedes deberían ser muy explícitos al
nombrar la parte o partes de su cuerpo afectadas por un
accidente o en una enfermedad. En vez de afirmar la
manifestación imperfecta, afirmen siempre la perfección deseada:
¡YO SOY la resurrección y la vida de mi diseño
interno_________________________ (Nombren las partes
afectadas del cuerpo. P. ej: brazos, piernas, estómago, riñones,
etc.).
ahora manifestada!
Ahora que han formado el molde para su afirmación «YO
SOY», digan y aprendan de memoria la bella afirmación del
Espíritu de Resurrección del Señor siempre presente donde sea
que se encuentren —pero especialmente en sus miembros que
necesitan curación y salud:
Amada llama de la resurrección,
destella tu luz a través de mí siempre
amada llama, resucitación,
haz que mi corazón te cante alabanza
Oh, brillante fulgor blanco de Cristo
del propio fuego de Dios YO SOY
¡Expande tu bendita pureza
y líbrame de todo mal deseo!
La llama de la resurrección se invoca para hacer resurgir la
Vida cada vez que el flujo de la Vida se obstaculiza o interrumpe
abruptamente —ya sea a nivel molecular o dentro de los cuerpos
orgánicos, comunidades enteras o naciones, o en el medio
ambiente de la vida elemental—. Sus cristales llenos de colores
son copas que contienen renovación, renacimiento,
rejuvenecimiento o restauración.
Pasando a través de átomos, células y electrones la llama hace
girar la alegría de vivir de su amor recuperando el ritmo natural
de sus ciclos de vida únicos. Comenzando con el latido de su
corazón, incentivando luego el pulso de miles de millones de
núcleos atómicos y de centros solares de sus células, ella regula el
flujo en forma de ocho de las energías espirituales que entran y
salen del universo material de ustedes.