Estado de La Cuestión

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Estado de la cuestión

El obraje como centro de trabajo en la Nueva España es uno de los temas más

estudiados por los historiadores sociales en México y que es notable a partir de la

década de 1960 en su historiografía. Sin embargo, sobre los niños aprendices en

los mismos obrajes novohispanos, se ha escrito hasta ahora muy poco. Por el

momento revisaremos lo que se ha dicho en tono al sistema de trabajo textil durante

la etapa colonial y analizaremos el único trabajo que hasta ahora he encontrado

sobre los aprendices de artesanos.

El mundo del trabajo ha tenido en las últimas décadas una popularidad entre

los historiadores a partir de los trabajos de la historiografía marxista británica. 1 Los

primeros trabajos que encontramos sobre las formas de subordinación indígena en

la época colonial, son los de Silvio Zavala, que analiza a partir de numerosas fuentes

la esclavitud indígena en los primeros años de la conquista hasta la liberación de

los esclavos a mediados del siglo XVI, y el cautiverio en las fronteras de los indios

rebeldes, (Zavala, 1965) así como el sistema de encomienda posterior a la abolición

de la esclavitud. (Zavala, 1962). De igual manera sus Fuentes para el estudio del

trabajo (1945) y Las Ordenanzas del trabajo (1947) me serán de mucha utilidad para

la consulta de fuentes de primera mano.

Por su parte Manuel Carrera Stampa, en su libro sobre los gremios

mexicanos, fue el primero en estudiar la estructura de esta organización jerárquica

en base a fuentes legislativas de la época. Lo que este autor hace es analizar la

1
Hobsbawm, Thompson

1
cara publica del gremio y con ello las categorías que lo conformaban, entre ellos los

aprendices. A partir de este estudio podemos apreciar que “el aprendizaje era la

iniciación obligatoria para abrazar un oficio o arte y estaba sometido a una rígida

reglamentación. Tiempo de estudio y prueba durante el cual el futuro obrero debería

aprender todo lo concerniente al oficio o arte, y debía, asimismo, obediencia y

sumisión al maestro” (Carrera, 1954, p. 25).

Estudia la duración del aprendizaje que tendría que ser entre 2 y 6 años,

dependiendo del oficio y aunque las ordenanzas (fuente de la que se nutre su

trabajo) no especifican un límite de edad, el menciona que oscilaban entre los 9 y

18 años, aunque otros autores refuten esta idea.

Brígida von Mentz, especialista de la historia social y económica de México, en

su libro: Trabajo, sujeción y libertad en el centro de la Nueva España (von Mentz,

1999), analiza, a los niños y jóvenes aprendices, a partir de sus características

étnicas, económicas y sociales, y como repercutían en la forma en que la sociedad

de su época los trataba. Sin duda esto traería consecuencias a la hora de ligarse a

un maestro y como este último establecía las condiciones bajo las cuales

aprenderían determinado oficio en la ciudad. (von Mentz). En este caso, von Mentz,

aunque está de acuerdo con Carrera Stampa sobre lo dicho de los aprendices, a

diferencia de este, ella no estudia el lado formal y publico de los gremios2 y las

ordenanzas del ayuntamiento de la Ciudad de México, o su organización gremial

2
El cual define como organizaciones corporativas cerradas de artesanos del mismo oficio (von Mentz, 1999,
p. 124)

2
con sus jerarquías, reglas y la normatividad impuesta por el ayuntamiento, sino que

intenta ir más allá de lo que dice la legislación, con otro tipo de fuentes.

Con base en archivos notariales, Brígida analiza más de 200 casos que se dan

entre 1633 y 1640, cuando ante un notario público de nombre José Veedor, jóvenes

de distintas etnias, entre ellos españoles, indios, castas, mestizos, negros etc. se

contratan con un maestro o dueño de algún obraje. La relevancia de este trabajo

radica en que nos introduce a un sector de trabajadores novohispanos hasta ahora

poco estudiados, y que sin duda requiere de trabajos que nos acercan más a los

procesos de enseñanza aprendizaje de estos jóvenes y las condiciones en que

laboraban. (Von Mentz, 1999)

Pero no solamente estudia a los aprendices, sino también a los trabajadores

adultos de las manufacturas textiles, e industrias mineras y azucareras,

incluyéndolos todos en un mismo capítulo partiendo de la hipótesis de que todos

“presentan una problemática similar en cuanto a la organización del trabajo (von

Mentz, p. 173)

Otra voz autorizada y que mantiene una postura diferente respecto a la autora

anterior, la encontramos en Manuel Miño Grijalva, quien ha publicado una serie de

trabajos, que utilizare como apoyo base para esta investigación. (Miño Grijalva,

1993, 2013 y 2016). En su visión sobre los obrajes que aborda desde una

perspectiva histórico-económica, podemos ver que para él está claro que no

reconoció un origen prehispánico, fue una industria más bien novohispana cuyos

rasgos bien definidos quedaron constituidos a mediados del siglo XVI. (Miño, 2016,

p.13), difiriendo así de los postulados de Brígida von Mentz.

3
En sus trabajos Miño, nos deja ver que la principal problemática que aborda es

la del obraje como una fábrica primitiva, con una forma de organización que

antecedió a la industria nacional, “definiendo así la manufactura antes de que se

desarrollaran las grandes concentraciones fabriles modernas” (Miño, 1993, p. 11),

siendo esta una industria que no estaba supeditada al autoconsumo rural o urbano,

sino que había toda una red comercial de tejidos novohispanos, impulsada por el

arrastre que género en algunos casos la minería. (Miño, 1993, p. 59)

En lo que coinciden tanto Brígida von Mentz como Manuel Miño Grijalva es en

el temprano proceso de industrialización que se dio en la Nueva España, diferente

al que se dio en Europa, donde allá prácticamente no existieron estas grandes

fábricas que concentraban en un solo lugar a numerosos trabajadores de más de

20 especialidades distintas y “con una producción continua, sistemática y uniforme.

(von Mentz, p. 175 y Miño, 2016, p. 11)

Otro aporte importante de Miño es la distinción que se dio en diferentes tiempos

de la colonia sobre el trabajador textil:

a) Artesano: Se caracteriza por estar adscrito a una corporación gremial,

regulada a través de las ordenanzas emitidas por el cabildo, en este caso el

Ayuntamiento de la Ciudad de México, y con una estructura jerárquica en la

que había maestros, oficiales y aprendices.

b) Obrajero: Aquel sistema que en algunos casos llego a concentrar hasta 200

trabajadores, y que según Miño Grijalva su auge se debió en gran medida a

4
la expansión minera y urbana3 y que además nos dice tuvo una base

doméstica y artesanal “con una amplia base campesina y agraria” (Miño,

1993, p. 17)

c) Tejedor domestico: Este fue la primera forma de producción textil en la Nueva

España, con una forma de trabajo que encontraron los españoles antes de la

conquista, donde los indígenas producían desde sus casas sayales y mantas

de algodón para el tributo de la encomienda. (Miño, 1993, p. 11-19)

Miño Grijalva de igual manera nos proporciona una temporalidad de la

producción textil en la Nueva España:

1. 1530-1569: Etapa formativa donde las encomiendas indígenas que

imponen los conquistadores juegan un papel importante para la

recaudación del tributo que se recolectaba en especie. Entre esos

productos había sayales y frazadas de algodón que antes solo utilizaba

la elite indígena y que ahora se utilizaba para pagar este impuesto.

2. 1570-1630: Época en que se da la mayor expansión del obraje como

centro de trabajo textil, donde la principal materia prima era la lana. Las

causas de su nacimiento pueden ser debatibles, pero parece haber un

consenso entre autores como von Mentz, Miño y Urquiola. Al parecer

surge de la necesidad de concentrar en un solo lugar el trabajo

especializado; y sobre lo que se ha dicho de la escasez de mano de obra

habría que analizar caso por caso como lo hace Urquiola.

3
Esta es la tesis que plantea Carlos Sempat Assadourian , 1989

5
3. A partir de 1630 podemos observar una decadencia del obraje

novohispano. Comienzan a desaparecer centros importantes y se da un

reordenamiento hacia el norte en zonas del bajío como Querétaro, Celaya

o Morelia. Disminuye la producción de tejidos anchos de lana para dar

paso a los tejedores de algodón. Es en 1686 cuando se crea el Gremio

de Tejedores de Algodón en Puebla (Miño, 1993, p. 59)

Tenemos también la obra de Carmen Viqueira y José I. Urquiola que resulta

fundamental para entender la dinámica y conformación de estas fábricas textiles en

la Nueva España. Es un libro en conjunto donde analizan el mundo dentro de los

obrajes en la zona de Querétaro, Puebla y Tlaxcala desde una perspectiva más

social, desglosando archivos de contratos de la época. (Viqueira y Urquiola, 19990)

Urquiola nos da una perspectiva de los trabajadores de los obrajes, diferente a

los estudios que se han hecho sobre la ciudad de México, planteando que los

españoles se apropiaron del sistema laboral y coercitivo que los indios ya tenían

como sociedad estratificada desde antes de la conquista (Urquiola, 1990, p. 189); y

que los contratos, a partir de datos obtenidos de estos como los tiempos de servicio

concertado y los salarios de los trabajadores en obrajes de Puebla, Tlaxcala y

Querétaro, nos pueden revelar aspectos interesantes de las condiciones de vida de

estos trabajadores.

Este autor se enfoca principalmente en los trabajadores por deuda, reos y

libres, destacando que estos últimos que se relacionan con los maestros o dueños

6
de forma voluntaria, constituyen la gran mayoría de empleados dentro de los

obrajes. La forma en que quedan sujetos a estos obrajes es por medio de un

contrato en el cual se les daba más de la mitad del dinero concertado, por

adelantado. Lo interesante de esta propuesta es que Urquiola plantea que esto no

es producto de una táctica empresarial de la cual se busque sacar ventaja a partir

de una estrategia de seguridad, sino que es parte de una costumbre que implicaba

más un riesgo, una seguridad para los trabajadores que contrataban y no tanto para

los dueños; y prosiguiendo con su explicación el adelanto debe entenderse como

resultado del paso de las formas prehispánicas de relaciones laborales, a las formas

establecidas por la corona mediante las regulaciones del trabajo”; esto es adaptarse

a las distintas formas de trabajo a las cuales estaban acostumbrados los indígenas.

Por su parte Richard Salvucci, aunque no estudia el periodo que me interesa

para este trabajo, si hace un análisis de lo que fue el siglo XVIII para el obraje y

podemos ver cómo fue esta evolución después de que la industria se fue moviendo

hacia el bajío en zonas como Querétaro o Celaya, sustituyendo los tejidos de lana

por los de algodón.

Salvucci hace estudios de caso de obrajes analizando cifras, relaciones sociales,

la servidumbre que se daban en distintos espacios del bajío durante el siglo XVIII.

Se puede debatir cuales fueron las posibles causas de este fenómeno de

decadencia del obraje, pero parece que hubo factores que se conjuntaron para que

ocurriera este reacomodo, entre ellos el cierre de comercio con otros mercados

como el peruano en 1632 (Miño, 1993, p. 13)

7
La historiografía sobre los obrajes en la Nueva España, ha avanzado mucho

en los últimos años, han habido aportaciones importantes que nos revelan aspectos

interesantes sobre la vida de los trabajadores, pero de igual manera es cierto que

se siguen abriendo nuevas preguntas, muchas de las cuales se hacen estos mismos

investigadores, como el mismo Miño Grijalva, quien resalta la deuda historiográfica

que aún se mantiene en cuanto a la relación que pudo mantener la producción textil

con la crisis que la industria minera sufrió en el siglo XVII, siglo que afirma es aún

poco estudiado, pues tampoco se tiene una serie de precios de la época que nos

indiquen algo sobre los niveles de vida de los trabajadores. (Miño, 2016)

Entonces si bien es cierto que la industria textil ha sido sumamente estudiada

sobre todo para el siglo XVIII (Miño y Jáuregui, 1997), aún nos queda un vasto

camino por recorrer para el siglo XVII, y más aún si el tema de los aprendices de

artesanos, que como nos deja ver von Mentz representan una capa importante de

trabajadores dentro del obraje.

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