Este documento explora la promesa de Dios de acordarse de Noé mientras esperaba en el arca durante el diluvio. Aunque parecía que la promesa nunca llegaría, Dios finalmente cumplió al recordar a Noé y secar la tierra. El documento alienta al lector a mantener la fe y esperanza durante los tiempos de espera, confiando en que Dios cumplirá sus promesas a su debido tiempo.
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Este documento explora la promesa de Dios de acordarse de Noé mientras esperaba en el arca durante el diluvio. Aunque parecía que la promesa nunca llegaría, Dios finalmente cumplió al recordar a Noé y secar la tierra. El documento alienta al lector a mantener la fe y esperanza durante los tiempos de espera, confiando en que Dios cumplirá sus promesas a su debido tiempo.
Este documento explora la promesa de Dios de acordarse de Noé mientras esperaba en el arca durante el diluvio. Aunque parecía que la promesa nunca llegaría, Dios finalmente cumplió al recordar a Noé y secar la tierra. El documento alienta al lector a mantener la fe y esperanza durante los tiempos de espera, confiando en que Dios cumplirá sus promesas a su debido tiempo.
Este documento explora la promesa de Dios de acordarse de Noé mientras esperaba en el arca durante el diluvio. Aunque parecía que la promesa nunca llegaría, Dios finalmente cumplió al recordar a Noé y secar la tierra. El documento alienta al lector a mantener la fe y esperanza durante los tiempos de espera, confiando en que Dios cumplirá sus promesas a su debido tiempo.
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“DIOS SE ACORDO DE MI”
Genesis 8:1
Vv. 1-3. Toda la raza de la
humanidad, salvo Noé y su familia, estaban ahora muertos, de modo que el acordarse Dios de Noé, fue el retorno de su misericordia a la humanidad, a la cual no había exterminado por completo.
“Y se acordó Dios de Noé…” –
Se acordó en el sentido bíblico no es recordar en la mente o refrescar la memoria. Más bien esta palabra en el texto significa misericordia, es decir un cuidado amoroso de Dios sobre alguien e intervenir en su favor. Un ejemplo de esto es cuando Sansón invocó a Dios y en Su amor, intervino en su favor (Jueces 16:28). Cuando Ana quería ser escuchada mientras lloraba, orando (1ªSamuel 1:11). Cuando el ladrón en la cruz, dijo: Y decía: ¡Oh Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu reino! (Lucas 23:42). Su amor, Jesús intervino en Su favor fue en este sentido que Dios se acordó de Noé.
Isaías 49:15 – “¿Se olvidará la
mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros”
Isaías 49:16.
Dios siempre se acuerda de Su
pueblo, Dios en este caso “se acordó” de Noé, y cumplió su promesa de traer salvación.
¿Siente como si su promesa
siempre está dando vueltas alrededor suyo pero nunca llega a sus manos?
Recibió palabra sobre palabra,
promesa sobre promesa del Señor y sabe que su cumplimiento está a la vuelta de la esquina, pero es como si nunca llegara a la esquina. A nivel subconsciente siento esto, por eso el Señor hoy te dice estas palabras de aliento: “Y el Señor se acordó de mi”. En esta historia literalmente en la Biblia en Génesis 8:1, recordemos que fueron 40 días y Noé tenía 600 años ( Génesis 7:6) puedes leerlo hasta el versículo 16. Mientras Noé y su tripulación estaban encerrados dentro del arca durante el diluvio. Mientras las aguas prevalecían sobre la tierra, el arca era sacudida para adelante y para atrás en medio de la tormenta. Día tras día esperaron para que la tierra se volviera a secar. Hablando de algo que estaba justo a la vuelta de la esquina. “Y Dios se acordó…” (Génesis 8:1) Esto no quiere decir que Dios se había olvidado, en lugar de eso, anuncia que el cumplimiento de su promesa finalmente está al alcance de la mano. En Hebreo, la palabra para recordar es Zakar. Es un verbo o una palabra en acción que significa recordar algo, evocarlo o traerlo a la mente. Dios recordó el pacto previo que había hecho con Noé. Ahora era su turno para activar las promesas que le había hecho. Dios está a punto de actuar sobre su Palabra. Note la referencia Escritural: 8:1. Ocho es el número de los nuevos comienzos, Noé y su tripulación estaban ante el umbral de un nuevo comienzo. Las lluvias habían cesado y la tormenta había pasado. El arca tocó tierra y las aguas comenzaron a descender, mostrando finalmente que la esquina estaba allí y que podían alcanzar la promesa. Pero espere, hay que esperar un poco más. Después de cuarenta días más, Noé abrió la ventana y envió un cuervo y una paloma (Génesis 8:6-8). El cuervo iba y venía como quería, pero la paloma volvió al arca porque no había otro lugar donde descansar sus pies. Esto le decía a Noé que no era el tiempo para dejar la seguridad del arca. Amado, a menudo cuando sentimos como si estuviéramos “estancados dentro de nuestra arca”, realmente es Dios quien nos está guardando para protegernos de algo. Sabiamente, Noé esperó siete días más antes de enviar a la paloma por segunda vez (verso 10). Esta vez regresó con una rama de olivo fresco en su pico, señalando que la esquina estaba mucho más cerca, pero Noé esperó otros siete días antes de enviar a la paloma por tercera vez (verso 12). Esta vez la paloma no volvió y aún así, Noé esperó hasta oír al Señor hablándole para recibir la orden de abandonar el arca (verso 15). La paloma y el cuervo tienen un significado importante. Si seguimos el ejemplo del cuervo, volaremos en círculos, sin encontrar descanso para nuestra alma cansada. Sin embargo, la paloma, un símbolo del Espíritu Santo, nos guiará hacia toda verdad mientras esperamos en Él (Vea Juan 16:13.) Dios nos ayuda a esperar El problema que se levanta durante el proceso de espera es que nuestras mentes comienzan a vagar y podemos cruzar la puerta de la duda. Aún si somos cristianos entendidos en los tiempos, no quiere decir que seamos inmunes a las estrategias del diablo. Quizá no nos demos cuenta, pero es en esos tiempos donde somos más vulnerables que el diablo nos dice: “¿Con que Dios dijo…?” (Génesis 3:1b). Llene el espacio en blanco como quiera. ¿Qué fue lo que Dios le dijo? Podemos decepcionarnos mientras esperamos una y otra vez, como si Dios nunca fuera a actuar. Incluso comenzamos a preguntarnos si lo oímos correctamente. La decepción es dolorosa y puede disparar emociones negativas como la duda, la preocupación y el temor. Duda: “A mí no me pasa nada bueno” Preocupación: “¿Qué pasaría si mi esquina nunca llega?” Temor: “¿Dios se habrá olvidado de mí?” A nivel consciente sabemos que Dios es fiel, pero en algún lugar profundo de nuestro subconsciente, se debe estar agitando una ola de duda. La Biblia no nos dice que Noé experimentó alguno de estos sentimientos, pero la realidad es que muchos de nosotros sí lo hacemos. Quizá hoy usted se está sintiendo un poco desanimado durante la espera. Dios nos alienta a lo largo del camino, así como lo hizo con Noé. Tenía que esperar un largo tiempo, como nosotros, pero en cada escalón del camino, Dios le envió su aliento. HOY DIOS TE DICE ESTOY SOPLANDO ALIENTO DE VIDA SOBRE ESA PROMESA QUE ESTAS ESPERANDO Y HOY COBRA VIDA. La lluvia llegó a su fin, las aguas bajaron y la paloma retornó con una rama de olivo. ¡Dios lo ayudó a esperar! HOY DIOS TE DICE ESPERA Y, ¡quédate quieto! ...y reconoce que soy Dios”. “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!” (Salmo 46:10). Se requiere de una fe que no tenemos para quedarnos quietos en medio de la tormenta y convencidos que Él no se olvidó de nosotros o de la promesa que nos hizo. Las tormentas vienen de diferentes formas como sacudones financieros, enfermedades, pesar, falla y aún la muerte. Está bien sentirse herido y desanimado, pero no podemos permitir que esos sentimientos nos hagan dar vueltas en círculos como el cuervo o terminaremos cansados física y espiritualmente. Si Jesús no te hubiera afirmado hasta hoy, habría terminado con desánimo, duda y aún peor… espiritualmente me hubiera quedado en el mismo sitio donde estaba, sin avanzar hacia mi destino. Dios no puede escapar a su fidelidad: Nos dio su Palabra. Y la palabra nos da la Victoria. Creo que el Señor está tratando de llevarnos hacia un lugar donde podamos esperar sin preocupación, una clase de lugar de fe donde no tengamos que pelear con nuestros pensamientos y emociones todo el tiempo. Un lugar de paz donde podamos volar como la paloma sobre la inundación de nuestras vidas y hallar descanso mientras esperamos en Él, nuestra Arca. Esta espera es lo que nos llevará hacia el umbral de nuestro Génesis 8:1: “Entonces, Dios se acordó…”. Ese es nuestro nuevo comienzo donde veremos la manifestación del cumplimiento de las promesas de Dios. No debemos bajar los brazos. En la espera veremos el cumplimiento de las promesas de Dios. Estamos en el umbral, la esquina está realmente justo a la vuelta de la esquina. Amado, nunca se olvide, Dios siempre recuerda y completará su destino en nuestra vida. ¡Amén! “…pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (Isaías 40:31)