Modelo de Solicitud de Tutela Cita Medica
Modelo de Solicitud de Tutela Cita Medica
Modelo de Solicitud de Tutela Cita Medica
HECHOS
PRIMERO: Soy una mujer de la tercera edad, con 68 años de edad, oriunda del
municipio de Condoto en el Departamento del Chocó.
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TERCERO: Por mi edad padezco algunas enfermedades que llegan con la vejez,
por lo tanto, debo acudir con regularidad a revisión médica, es así como el 6 de
junio de 2018, acudí a consulta médica general a la Unidad Médica María
Concepción IPS Ltda. en el municipio de Istmina – Chocó, donde luego de
examinarme me diagnosticaron Hipertensión Esencial (Primaria), Disminución de
la agudeza visual sin especificación y Pterigion que según el galeno cubre el 50%
de la superficie ocular.
SEPTIMO:
DERECHOS VULNERADOS
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Estimo violado el derecho a la SALUD en conexidad con los derechos
fundamentales a la VIDA e INTEGRIDAD PERSONAL, consagrados en los
artículos 1, 11, 48 y 49 de la Constitución Política de Colombia de 1991.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
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jurisprudencial, se ha señalado que se puede entender como derecho fundamental
cuando busca protegerse por su conexidad con un derecho fundamental.
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PRUEBAS
Con el fin de establecer la vulneración de los derechos, solicito señor Juez se sirva
tener en cuenta las siguientes pruebas:
XXXXXXXXX
PRETENSIONES
FUNDAMENTOS DE DERECHO
ANEXOS
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CUMPLIMIENTO AL ARTÍCULO 37 DE DECRETO 2591/91: JURAMENTO
NOTIFICACIONES
Dirección para recibir comunicaciones, tanto del accionante como del accionado
Atentamente,
xxxxxxxxxxxx
C.C. xxxxxxx de xxxxxxxxx
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B. MODELO ACCIÓN DE TUTELA PARA PROTEGER EL DERECHO
FUNDAMENTAL DE PETICIÓN.
SEÑOR
E. S. D.
Accionante: XXXXXXXXXXXX
Accionado: XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
HECHOS
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DERECHOS VULNERADOS
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
(Se puede realizar una argumentación jurídica que explique porque se presenta una
vulneración de los derechos cuya tutela se solicita, como por ejemplo
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antiguo puede quedar sujeto al ‘sigilo’ de la entidad para la cual labora o laboró, no
respecto de asuntos reservados o privados, sino en relación con derechos laborales
suyos, salariales o prestacionales.”
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En sentencia T - 377 de 2000 de la Corte Constitucional:
e) Este derecho, por regla general, se aplica a entidades estatales, esto es, a
quienes ejercen autoridad. Pero, la Constitución lo extendió a las organizaciones
privadas cuando la ley así lo determine.
10 | P á g i n a
PRUEBAS
Ruego al Señor Juez se sirva tener en cuenta como fundamentos de los hechos,
las siguientes pruebas:
1.
2.
3.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRETENSIONES
11 | P á g i n a
ANEXOS
NOTIFICACIONES
Dirección para recibir comunicaciones, tanto del accionante como del accionado
Dirección física:
Dirección electrónica:
Señor Juez,
C.C. No.
12 | P á g i n a
C. MODELO ACCION DE TUTELA PARA PROTEGER DERECHO A LA
IGUALDAD Y LIBRE DESARROLLO
SEÑOR
(JUEZ/TRIBUNAL REPARTO)
E. S. D.
HECHOS
(Presente una relación detallada y clara de los hechos, en donde se genera la
violación del derecho fundamental.)
13 | P á g i n a
DERECHO VULNERADO
“ARTICULO 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la
misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos,
libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza,
origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y
adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados.
“3.El artículo 13 constitucional señala que en Colombia todas las personas son
iguales ante la ley y por lo tanto deben recibir el mismo trato y las mismas garantías
por parte de las autoridades sin ningún tipo de discriminación por cuestiones de
sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
Sobre el particular la Corte Constitucional ha sostenido que el principio de igualdad
es un límite a todas las decisiones que adoptan las autoridades, y por lo general los
tratos desiguales se encuentran prohibidos.
14 | P á g i n a
4. No obstante lo anterior, cuando se trata de personas que se encuentran en
condiciones de debilidad manifiesta darles un trato diferencial y positivo, es no solo
válido sino una obligación del Estado, pues éste no debe escatimar esfuerzos en
ayudarlas a superar las barreras que encuentran al desenvolverse en sociedad,
mediante la implementación de un enfoque diferencial que disminuya sus
dificultades. Bajo este supuesto, ese trato desigual no solo es admisible sino
necesario para realizar los fines de un Estado Social de Derecho.
Así pues, la primera circunstancia en la que un trato diferente a dos personas por
parte de las autoridades no vulnera el principio de igualdad, es cuando el mismo
esté encaminado a superar la simple igualdad formal ante la ley, mediante la
eliminación de las desigualdades materiales que actualmente existen en todas las
sociedades.
Por otro lado, un trato diferente otorgado a dos personas que en principio se
encuentran en igualdad de condiciones puede ser también válido si (i) persigue un
objetivo razonable, (ii) no es producto de un acto arbitrario o discriminatorio, y (iii)
se trata de una medida proporcional que no afecta otros derechos fundamentales.
20 | P á g i n a
6. La aplicación de dicho test ha llevado a la Corte a identificar explícitamente cuáles
son los puntos más importantes que estudia para examinar los casos en los que un
trato diferente vulnera el principio de igualdad. Sin embargo, “[p]odría la Corte
acudir a métodos de análisis constitucional diferentes o, inclusive, no definir ni seguir
ningún método. No obstante, en aras de la seguridad jurídica, del respeto al principio
democrático, y de trazar derroteros de interpretación constitucional, la Corte ha
señalado que el juicio de igualdad tiene una estructura analítica que permite
identificar violaciones al principio de igualdad.”
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T-141/2013 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva
21 | P á g i n a
“ARTICULO 16. Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su
personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás
y el orden jurídico”.
22 | P á g i n a
El respeto de esta libertad en establecimientos educativos, también ha
sido ampliamente estudiado por la Corte, la cual ha asumido posiciones
diferentes a lo largo del tiempo. En principio, la línea jurisprudencial fue
más garantista del libre desarrollo de la personalidad por encima de otros
derechos; luego, la Corte adoptó una posición más conservadora,
circunscribiendo esta libertad a los requerimientos que la formación integral
que la educación exige; y finalmente, se estableció una tercera línea en
la que se propendió un equilibrio entre del libre desarrollo de la
personalidad y la posibilidad de que las instituciones educativas impongan
ciertas obligaciones orientadas a hacer efectivos los fines de la educación.
En todo caso, ha sido una posición unánime de la Corte, el considerar que
en el proceso de enseñanza y aprendizaje, no se pueden incluir prácticas
que vulneren el núcleo esencial del libre desarrollo de la personalidad, ya
que solo el reconocimiento del “otro”, la tolerancia y el respeto por la
diversidad en estos contextos es capaz de promover la formación de los
educandos en los valores y principios que sustentan al Estado
democrático.
23 | P á g i n a
educativa por haber botado en ella un condón; en aquella ocasión, la
Corte señaló que la sanción era significativamente desproporcionada
frente a la falta cometida, más aun teniendo en cuenta la edad del
educando, y reiteró que la función de los establecimientos educativos es
ante todo instruir y formar. Igualmente, en la sentencia T-377 de 1995, se
ampararon los derechos de una estudiante expulsada del plantel educativo
por haber tomado la decisión de convivir con su novio, acto que según la
institución era contrario a la moral y a la filosofía del colegio, pero que la
Corte reprochó por tratarse de una situación que solo incumbía a la
estudiante, ocasionando la vulneración de sus derechos a la dignidad, a la
educación, al debido proceso y al libre desarrollo de la personalidad, en
un establecimiento creado para formar en el respeto y la tolerancia a la
diferencia como condición de convivencia. En la sentencia T-124 de 1998,
la Corte estudió el caso de un estudiante al que le habían negado en varias
ocasiones el acceso a clase por haberse dejado crecer el cabello, y al que
personas encargadas de la disciplina, le habían puesto sobrenombres
como “homosexual”, “drogadicto” y “escachalandrado”; en esa ocasión la
Corte llamó la atención de la institución educativa, por considerar que
la limitación legítima de una opción personal se debe producir solamente
frente a circunstancias que generen violaciones reales a los derechos de
los demás o al ordenamiento jurídico, de modo que “las simples
invocaciones del interés general, de los deberes sociales (CP art. 15), o de
los derechos ajenos de rango legal, no son suficientes para limitar el
alcance de este derecho”; en ese orden de ideas, si bien el manual de
convivencia al que se han comprometidos los padres y el menor es
obligatorio, por la presunción legal de la Ley 115 de 1994, éste siempre
debe adecuarse a los principios constitucionales. También en la sentencia
SU-641 de 1998, se protegieron los derechos fundamentales a la
educación y libre desarrollo de la personalidad de un alumno al que las
directivas de una institución educativa, querían obligar a cortarse el cabello
y quitarse un arete, ya que era lo que establecía el Manual de
24 | P á g i n a
Convivencia, caso en que la Corte ordenó la modificación del reglamento
escolar señalando que éste no podía adoptar patrones estéticos
excluyentes como faltas disciplinarias. De otro lado, en la sentencia SU-
642 de 1998, se amparó el derecho al libre desarrollo de la personalidad
de una menor de 4 años a la cual se le exigía cortarse el cabello como
requisito de admisión en un jardín infantil para evitar el contagio de piojos
y liendres; la sentencia distinguió dos tipos de situaciones para determinar
la intensidad de protección de este derecho fundamental: “1) el asunto
sobre el que se produce la decisión sólo interesa a quien la adopta y no
afecta derechos de terceros ni compromete valores objetivos del
ordenamiento que otorguen competencias de intervención a las
autoridades, motivo por el cual el ámbito decisorio se encuentra incluido
dentro del núcleo esencial del derecho fundamental al libre desarrollo de la
personalidad (ejemplo, asuntos relacionados con la identidad sexual de los
individuos); y, 2) la decisión versa sobre un asunto que compromete
derechos de terceros o se relaciona con valores objetivos del ordenamiento
que autorizan la intervención de las autoridades, caso en el cual el asunto
objeto de la decisión se localiza en la zona de penumbra del derecho
fundamental al libre desarrollo de la personalidad, en la que, como es
sabido, son admisibles aquellas restricciones que sean razonables y
proporcionadas (cuando por ejemplo, concurren otros derechos
fundamentales de igual valor como la vida, la integridad personal, la salud
o la educación)”; así, cuando las limitaciones se producen en la
denominada “zona de penumbra” el juez constitucional debe intervenir para
realizar un juicio de proporcionalidad que le permita determinar si en el caso
concreto la medida que afecta el libre desarrollo de la personalidad, es
proporcional y razonable, por ende ajustada a la Constitución. En la
sentencia T-516 de 1998, la Corte revisó el caso de una estudiante que
había sido considerada “mal ejemplo” por el plantel educativo al que
asistía, y que fue obligada a utilizar un uniforme diferente al de sus
compañeras, debido a que había decidido vivir en unión libre
25 | P á g i n a
con su novio; la Corte reconoció que se habían violado sus derechos a la
educación y al libre desarrollo de la personalidad, y que, si bien el
reglamento y manual de convivencia del colegio son importantes y deben
ser acatados por los estudiantes, el poder disciplinario que emana del
mismo no puede convertirse en un instrumento de coacción sino en un
mecanismo orientado a cumplir con los objetivos de la educación,
proporcionando a los alumnos formación en los valores morales, sociales
y cívicos, que les permitan definir y afirmar su personalidad y ejercer sus
potencialidades humanas. También en la sentencia T-243 de 1999, la Corte
protegió los derechos a la igualdad, a la no discriminación, al libre
desarrollo de la personalidad y al debido proceso de una alumna que
había sido sancionada por los directivos de su institución educativa con el
castigo de “suspensión del uniforme”, por haber sido vista fuera de las
instalaciones del plantel educativo, junto a muchachos “de dudosa
reputación”; la Corte consideró que un colegio no puede sancionar a una
estudiante, que a la salida de su actividad académica y rumbo a su lugar
de residencia, se encuentre a jóvenes de su edad y departa con ellos
durante algún tiempo, por cuanto ello desconocería abiertamente el núcleo
esencial del derecho a la libre expresión y la naturaleza social propia del
ser humano, como tampoco se le puede imputar a la menor que esté
incurriendo en una “conducta contraria a la moral”, y menos aún si no se le
ha respetado el debido proceso. No protegió en cambio la Corte en la
sentencia T-435 de 2002, el derecho a la intimidad y al libre desarrollo de
la personalidad de una menor a la que se le solicitó la práctica de un
examen de sexología y embriaguez por considerar que “la preponderancia
del interés colectivo de mantener el ambiente educativo sobre el derecho
a la educación de la hija de la demandante, constituye un fin justificado
constitucionalmente, ya que ella no cumplió con su correlativo deber de
acatamiento de las reglas; fue proporcional, pues la actitud de la menor al
consumir bebidas alcohólicas portando el uniforme del colegio causa un
daño en la imagen del mismo y da un mal ejemplo a las demás
26 | P á g i n a
estudiantes y, por último, fue necesaria”, pues no había otro modo de
poner fin a las faltas cometidas por la estudiante. En la sentencia T-839
de 2007, se ampararon los derechos de una menor a la cual se le exigió
el retiro del piercing que llevaba en la cara como requisito para iniciar sus
clases en una Institución educativa, por lo que la Corte decidió que la
restricción en la utilización de dichos accesorios, contemplada en el manual
de convivencia, violaba el artículo 16 C.P. porque la utilización del piercing,
hace parte del derecho a la propia imagen, en cuyo ejercicio toda persona
está facultada para decidir de manera autónoma cómo desea presentarse
ante los demás, lo anterior sumado a que el uso de dicho accesorio era
irrelevante para el desarrollo integral de la menor en el
plantel educativo.2
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PETICIÓN
2. ORDENAR a la que
2
Sentencia T-407/2012 M.S. Mauricio González Cuervo
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JURAMENTO
PRUEBAS
1.
2.
3.
ANEXO
NOTIFICACIONES
Dirección para recibir comunicaciones, tanto del accionante como del accionado.
Dirección física:
Dirección electrónica:
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Del Señor Juez,
C.C. No.
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