El Uso de La Coma
El Uso de La Coma
El Uso de La Coma
halla superpuesto por una coma. Se utiliza para señalar en la oración una pausa más larga que
la coma e inferior al punto y seguido.
Este signo se escribe siempre pegado a la palabra u otro signo que lo precede, y se halla
separado por un espacio de la palabra o signo que lo sigue.
Los únicos casos en que dichas letras se escriben en mayúsculas se da en aquellas oraciones en
las cuales se hablará de varios ejemplos referentes para explicar un tema determinado, los
cuales son generalmente temas lingüísticos:
El punto y coma es un signo de puntuación que la ortografía de la lengua española sitúa entre
los llamados “delimitadores principales”.
“Afuera, las murallas altas, grises, encajonan el predio de su casa como si fuera una prisión;
dentro, la sala grande, las habitaciones vacías, un silencio sepulcral...”
En este ejemplo, vemos que la primera oración describe las características exteriores que
rodean a la casa.
Cuando termina esa oración, luego del punto y coma, se comienza a describir la parte interior
de dicha casa. Es decir, se comienza hablando de un nivel (afuera) y luego de otro (dentro.
2) En segundo lugar, este signo indica que existe una relación semántica entre las diversas
oraciones.
El punto y coma es un signo intermedio entre la coma y el punto y seguido.
¿Por qué?.
Tiene como función establecer una pausa más continua que la realizada por la coma, sin
embargo, dicha pausa no es tan larga como lo es cuando usamos el punto y seguido.
Ello es debido que se procura mantener una similitud y conexión entre las varias oraciones que
pueden encontrarse separados por el punto y coma.
Todos estos signos ortográficos tienen la similitud de que señalan determinadas pausas dentro
de la oración. Sin embargo, se diferencia de la coma en que esta última se utiliza para dar a
entender al lector una pausa breve en la oración, como cuando decimos “Tengo en mi casa dos
perros, un gato, un loro”. Las palabras o frases separadas por la coma, no son, en la mayoría de
los casos, oraciones independientes entre sí.
Otros ejemplos:
El ligero resplandor, parecido a un fuego de bengala, pasó sin ruido en la atmósfera extraña de
aquel tiempo; el esfuerzo heroico desalojó de la capital del virreinato a la fuerte raza
conquistadora; Montevideo recibió la recompensa de su abnegado denuedo...
Como se ve en el ejemplo, las oraciones separadas por el punto y coma son independientes y
hasta incluso las mismas podrían estar separadas por un punto y seguido.
Sin embargo, como se ha indicado el uso de uno u otro signo ortográfico dependerá del
contexto que exprese la oración como se ha indicado más arriba al hablar de las funciones de
este signo.
Uso del punto y coma en las oraciones yuxtapuestas.
Cuando queremos separar oraciones que tienen un sentido muy similar, pero no lo queremos
hacer mediante el punto y seguido ya que ambas, por más que sean oraciones independientes,
están muy relacionadas entre sí por el significado que expresan. En tales casos, es conveniente
el uso del punto y coma.
Texto N°1:
El niño, que detesta la escuela el joven, que maldice los estudios graves el
Gobierno, que los proscribe de sus cátedras y hasta los persigue en
ocasiones el profesor, que repite año tras año la misma cantilena,
suspirando con el alumno por la hora dichosa de las vacaciones que ha de
emanciparlos a entrambos, son, después de la atonía del espíritu nacional,
el más elocuente testimonio contra un orden de cosas que sólo por
excepción deja de inspirar tedio. Con ser tan miserables los recursos
materiales consagrados a su subsistencia, quizá todavía exceden al
beneficio que produce.
Texto N°2:
Tengo un sobrino, y vamos adelante, que esto nada tiene de particular. Este
tal sobrino es un mancebo que ha recibido una educación de las más
escogidas que en este nuestro siglo se suelen dar es decir esto que sabe leer,
aunque no en todos los libros, y escribir, si bien no cosas dignas de ser
leídas contar no es cosa mayor, porque descuida el cuento de sus cuentas
en sus acreedores, que mejor que él se las saben llevar baila como discípulo
de Veluci canta lo que basta para hacerse de rogar y no estar nunca en voz
monta a caballo como un centauro, y da gozo ver con qué soltura y
desembarazo atropella por esas calles de Madrid a sus amigos y conocidos
de ciencias y artes ignora lo suficiente para poder hablar de todo con
maestría.
Texto N°3:
Texto N°4:
El rico tenía más pellas que un cebón, por lo que la gente del barrio le
llamaba D. Juan Botija: hablaba recio, como la campana gorda [14] de la
iglesia pisaba fuerte, como el que pisa en lo suyo rara vez se descubría, y,
sin embargo, todos los sombreros se inclinaban a su paso fumaba puros, y
vivía en una casa propia, con cancela y fuente en el patio.]
Texto N°5:
Texto N°1:
El niño, que detesta la escuela; el joven, que maldice los estudios graves; el
Gobierno, que los proscribe de sus cátedras y hasta los persigue en
ocasiones; el profesor, que repite año tras año la misma cantilena,
suspirando con el alumno por la hora dichosa de las vacaciones que ha de
emanciparlos a entrambos, son, después de la atonía del espíritu nacional,
el más elocuente testimonio contra un orden de cosas que sólo por
excepción deja de inspirar tedio.
Texto N°2:
Tengo un sobrino, y vamos adelante, que esto nada tiene de particular. Este
tal sobrino es un mancebo que ha recibido una educación de las más
escogidas que en este nuestro siglo se suelen dar; es decir esto que sabe
leer, aunque no en todos los libros, y escribir, si bien no cosas dignas de ser
leídas; contar no es cosa mayor, porque descuida el cuento de sus cuentas
en sus acreedores, que mejor que él se las saben llevar; baila como
discípulo de Veluci; canta lo que basta para hacerse de rogar y no estar
nunca en voz; monta a caballo como un centauro, y da gozo ver con qué
soltura y desembarazo atropella por esas calles de Madrid a sus amigos y
conocidos; de ciencias y artes ignora lo suficiente para poder hablar de todo
con maestría.
Texto N°4:
El rico tenía más pellas que un cebón, por lo que la gente del barrio le
llamaba D. Juan Botija: hablaba recio, como la campana gorda [14] de la
iglesia; pisaba fuerte, como el que pisa en lo suyo; rara vez se descubría, y,
sin embargo, todos los sombreros se inclinaban a su paso; fumaba puros, y
vivía en una casa propia, con cancela y fuente en el patio.
Texto N°5:
Texto N°6: