Accion de Grupo-Jurisprudencia
Accion de Grupo-Jurisprudencia
Accion de Grupo-Jurisprudencia
Magistrado Ponente:
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
(Agosto 5)
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
(…)
III. LA DEMANDA
Los demandantes formulan dos cargos específicos contra el texto demandado,
el primero por su oposición material frente a varios preceptos constitucionales
(citan los artículos 13, 29, 88, 228 y 229) y el segundo por las dificultades
interpretativas que se causan al comparar la regla demandada con otras
disposiciones de la Ley 472 de 1998 que regulan el trámite de la acción de
grupo, lo que a su turno afecta el derecho constitucional de acceder a la
administración de justicia, de que trata el artículo 229 superior.
Finalmente añaden que la regla demandada viola el debido proceso (art. 29)
de las víctimas del hecho dañoso ya que, reitera, el mandato del artículo 88
constitucional busca facilitar el acceso a la justicia mediante el ejercicio de las
acciones colectivas, y no dificultarlo, como ocurre en este caso.
Por todo lo anterior, los actores concluyen reiterando que la regla demandada
es contraria a varios preceptos constitucionales, particularmente los
relacionados con el objetivo de la acción de grupo (art. 88) y el acceso a la
administración de justicia (art. 229), por lo que solicitan a esta Corte declarar
su inexequibilidad.
IV. INTERVENCIONES
1. Competencia
También es oportuno recordar que para esos casos el Código Civil, así como
otras disposiciones legales, ofrecen pautas de interpretación para resolver las
posibles discordancias, circunscritas al análisis y aplicación de la ley, sin
ulteriores implicaciones constitucionales.
Por ser un tema al cual se refirieron tanto los demandantes, como los
intervinientes y el Jefe del Ministerio Público, la Corte comenzará por precisar
si existe o no cosa juzgada en relación con el texto legal acusado.
Ahora bien, esta corporación ha precisado que las acciones de grupo han sido
instituidas, tanto en Colombia como en otros países, como un instrumento
específicamente encaminado a facilitar la indemnización de las distintas
personas que, en igualdad de circunstancias, hayan sido víctimas de un mismo
hecho dañoso dotado de relevancia social, a partir de cuya ocurrencia todas
ellas deben ser resarcidas. La Corte ha resaltado también que los derechos a
cuya protección se encamina esta acción no son únicamente los que amparan
intereses supraindividuales, sino que por el contrario, ella es procedente para
la protección de intereses individuales de un número considerable de
personas, siempre y cuando exista una coincidente y simultánea afectación de
tales derechos por cuenta de la ocurrencia de un mismo hecho dañoso.
Sin embargo, se han detectado también situaciones en las que algunas de las
instituciones contenidas en la Ley 472 de 1998 traen consigo mayor dificultad
en el ejercicio de la acción de grupo, o de otra forma, entorpecen el libre acceso
de las personas perjudicadas a la administración de justicia. En estos casos se
ha considerado, de manera general, que el legislador podría haber excedido
su ámbito competencial y faltado a su deber de regular estas acciones en la
forma querida por el Constituyente, que no es otra que aquella que más facilite
y favorezca su ejercicio, en comparación con el uso de las demás acciones
legales disponibles.
Así por ejemplo, la sentencia C-215 de 1999 (M. P. Martha Victoria Sáchica
Méndez) declaró inexequible la regla contenida en el artículo 70 de la Ley 472
de 1998, según la cual las indemnizaciones que no hubieren sido reclamadas
por sus beneficiarios dentro del año siguiente a la fecha de la sentencia que
las hubiere ordenado ingresan definitivamente al patrimonio del Fondo para la
Defensa de los Derechos e Intereses Colectivos. La Corte consideró que esa
norma vulneraba el derecho a la propiedad privada garantizado por el artículo
58 superior, además de lo cual resultaba restrictiva frente a la regla existente
con respecto a este mismo tema para el caso de ejercerse las acciones
ordinarias, razones por las cuales ese precepto fue retirado del orden jurídico.
En fecha más cercana, el fallo C-116 de 2008 (M. P. Rodrigo Escobar Gil)
declaró la exequibilidad condicionada de un inciso del mismo artículo 46,
concretamente el que exige que el grupo habilitado para iniciar esta acción
esté compuesto al menos por veinte (20) personas. En este caso la Corte
planteó una distinción según la cual, una cosa es la conformación mínima del
grupo perjudicado, a efectos de justificar el uso de este particular mecanismo
procesal, frente a lo cual resulta razonable el número establecido para el caso
por el legislador, pero otra es la exigencia de que al presentarse la demanda
concurran y otorguen poder un mínimo de veinte personas. También en este
caso la Corte entendió que esta última exigencia resultaría desproporcionada
y contraria al texto constitucional, pues ella sin duda entrabaría la posibilidad
de que las personas perjudicadas pudieran acudir a este mecanismo procesal,
desvaneciéndose así la posibilidad de aprovechar sus beneficios, contrario a
lo querido por el Constituyente.
Como se explicó, se demanda en este caso una expresión que hace parte del
texto del artículo 55 de la Ley 472 de 1998, por efecto de la cual la posibilidad
de acogerse a los efectos de la sentencia dictada al término de un proceso de
acción de grupo se encuentra condicionada al hecho de que la acción
indemnizatoria individual, propia de la persona interesada, no haya caducado
para dicha fecha, de conformidad con lo establecido para el efecto en las
disposiciones legales pertinentes.
Sin embargo, en el presente caso una disposición de este tipo supone la directa
negación de los objetivos que persiguen las acciones de grupo establecidas
en el artículo 88 superior, uno de los cuales es la posibilidad de que todos los
integrantes del grupo se beneficien del impulso de la actuación dado por parte
de cualquiera de ellos. Por ello, dentro de este contexto constituye un
contrasentido deducir efectos desfavorables de la transitoria inacción de
alguno(s) de los interesados. Así las cosas, la aplicación de esta regla dentro
del proceso de las acciones de grupo marcha en contravía del propósito que
la norma superior asignó a tales acciones, por lo que desde la perspectiva
constitucional, ella resulta inadmisible.
De otra parte, en relación con este aspecto resulta sin duda pertinente traer a
colación algunas de las reflexiones vertidas por la Sección Tercera del Consejo
de Estado a las que hicieron alusión tanto los actores como varios de los
intervinientes. Sobre el particular ha señalado esa corporación 16, que en
repetidas ocasiones ha resuelto inaplicar vía excepción de
inconstitucionalidad, la norma aquí demandada:
"Encuentra la Sala que en oposición al contenido de todas estas normas,
cuando se regula el derecho de quienes no intervinieron en el proceso, de
acogerse a los efectos favorables de la sentencia, el aparte ‘y siempre y
cuando su acción no haya prescrito y/o caducado’ del artículo 55 de la ley 472
impide efectivamente hacer uso de ese derecho. La frase señalada es
abiertamente incompatible con la Constitución, pues una simple lectura
del texto basta para advertir la oposición flagrante al mandato
constitucional contenido en el artículo 229, por lo que el juzgador cuando
se enfrenta a este precepto debe optar por inaplicarlo.
Por similares razones se considera también válida la glosa planteada por los
demandantes en relación con el principio sobre prevalencia del derecho
sustancial (art. 228), ya que como se ha visto, esta regla limita y puede frustrar
la posibilidad de que la situación de varios de los perjudicados sea
efectivamente ventilada ante los jueces competentes.
6. Conclusión
VII. DECISION
RESUELVE
Presidente
MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO JUAN CARLOS HENAO PÉREZ
Magistrado Magistrado
GABRIEL E. MENDOZA MARTELO JORGE IVÁN PALACIO PALACIO
Magistrado Magistrado
CRISTINA PARDO SCHLESINGER CLARA ELENA REALES GUTIÉRREZ
Magistrada Magistrada
HUMBERTO A. SIERRA PORTO LUIS ERNESTO VARGAS SILVA
Magistrado Magistrado
Secretaria General
1 Sobre la imposibilidad de establecer requisitos adicionales para el ejercicio de estas acciones los demandantes citan la sentencia C-569 de
2004 (M. P. Rodrigo Uprimny Yepes).
3 Se refiere particularmente a las ya citadas sentencias C-215 de 1999 (M. P. Martha Victoria Sáchica Méndez) y C-1062 de 2000 (M. P. Álvaro
Tafur Galvis).
4 Sobre el concepto de cosa juzgada absoluta aparente se ha pronunciado la Corte, entre otras, en las sentencias C-397 de 1995, C-700 de
1999, C-1062 de 2000, C-415 de 2002 y C-931 de 2008.
7 Art. 55 ibídem.
8 Art. 56 ibídem.
9 Arts. 58 y siguientes.
10 Art. 67.
12 El texto de estos dos segmentos normativos establecía: "Las condiciones uniformes deberán tener también lugar respecto de los elementos
que configuran la responsabilidad".
13 Dentro de la parte considerativa de esta sentencia se registró el hecho de que, de manera reiterada aunque no unánime, varios
pronunciamientos anteriores del Consejo de Estado exigieron la preexistencia del grupo como requisito de procedibilidad de esta acción, y
además, que la razón de esta exigencia era la necesidad de atribuir algún efecto útil a las dos disposiciones que por esta sentencia fueron
declaradas inexequibles, las cuales, de no ser por esta específica consecuencia, parecerían sobrantes y repetitivas, respecto de la regla definitoria
de los elementos de la acción de grupo, contenida en la parte inicial de los mismos artículos 3° y 46 de la Ley 472 de 1998 allí demandados.
14 Cfr. en relación con este aspecto, entre otras, las sentencias C-072 de 1994 (M. P. Vladimiro Naranjo Mesa), C-381 de 2000 (M. P. Alejandro
Martínez Caballero), C-298 de 2002 (M. P. Eduardo Montealegre Lynnet), C-570 de 2003 (M. P. Marco Gerardo Monroy Cabra) y C-835 de 2003
(M. P. Jaime Araújo Rentería).
15 Cfr., entre muchas otras, las sentencias T-006 de 1992 (M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz), C-1027 de 2002 (M. P. Clara Inés Vargas Hernández
y T-114 de 2007 (M. P. Nilson Pinilla Pinilla).
16 Sentencia de octubre 6 de 2005 (C. P. Ruth Stella Correa Palacio), postura reiterada en posteriores pronunciamientos, particularmente la
sentencia de agosto 15 de 2007 con ponencia de la misma Consejera.
Temas
Comentar
Anexos
Escuchar Norma