Bazo Resumen
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ANATOMÍA ESPLÉNICA
La arteria esplénica, una rama del tronco celíaco, da lugar a múltiples ramas que van al
páncreas en su discurrir a lo largo de su cara posterior. Existen dos variaciones el tipo magistral
(30%), que se ramifica en las arterias terminales y polares cerca del hilio del bazo; y el tipo
distribuido (70%), que, como su nombre indica, emite sus ramas pronto y distantes del hilio.
El bazo está metido dentro de una cápsula fibroelástica. Las trabéculas que compartimentan el
bazo proceden de la cápsula esplénica. El bazo también está segmentado por las divisiones de
los vasos esplénicos cuando se ramifican dentro del órgano y se fusionan con estas trabéculas.
Las arteriolas se ramifican incluso en vasos de menor tamaño y abandonan estas trabéculas
para fusionarse con la pulpa esplénica, donde su adventicia es reemplazada por una cobertura
de tejido linfático que continúa hasta que los vasos se convierten en capilares.
FUNCIÓN ESPLÉNICA
Los vasos especializados del bazo Función defensiva y limpieza, la filtración mecánica del
bazo ayuda a controlar infección y eliminar patógenos intracelulares o que circulan en plasma.
La filtración se realiza a través de dos formas de flujo sanguíneo dentro del bazo, los sistemas
cerrado y abierto. En el sistema cerrado, la sangre fluye desde las arterias a las venas. En el
sistema abierto, la mayor parte del flujo sanguíneo del bazo se produce cuando la sangre fluye
a través de las arteriolas y después gotea a través del parénquima fácilmente.. Los eritrocitos
imperfectos con inclusiones, como nucléolos, cuerpos de Howell-Jolly (restos nucleares),
cuerpos de Heinz (hemoglobina desnaturalizada), cuerpos de Pappenheimer (gránulos de
hierro), acantocitos (células estrelladas), codocitos (células en diana), y punteados inducen su
eliminación en el bazo. Los eritrocitos senescentes con una menor plasticidad (> 120 días)
quedan atrapados en el bazo y son destruidos. Los eritrocitos anómalos debidos a una
drepanocitosis, una esferocitosis hereditaria, una talasemia o una deficiencia de piruvato
cinasa también quedan atrapados en el bazo y son destruidos
ESPLENECTOMÍA
En los pacientes con trombocitopenia grave, con cifras menores de 10.000/mm3 durante 6
semanas o más, aquellos con trombocitopenia resistente al tratamiento con glucocorticoides y
aquellos que requieren dosis tóxicas de esteroides para conseguir la remisión, el tratamiento
elegido es la esplenectomía. La esplenectomía es además el tratamiento de elección en los
pacientes con una respuesta incompleta al tratamiento con glucocorticoides y en las mujeres
embarazadas en el segundo trimestre de embarazo que tampoco han respondido al
tratamiento con esteroides ni al tratamiento con inmunoglobulinas i.v. con cifras de plaquetas
menores de 10.000/mm3 sin síntomas o menores de 30.000/mm3 con problemas
hemorrágicos.
En los pacientes con PTI crónica a los que se ha identificado un bazo accesorio, este debe
extirparse, siempre que el paciente pueda superar el riesgo quirúrgico. Otras opciones
terapéuticas en estos pacientes son la observación de los pacientes estables sin hemorragia
con números de plaquetas superiores a 30.000/mm3, el tratamiento con glucocorticoides a
largo plazo y el tratamiento con azatioprina o ciclofosfamida. La esplenectomía es una opción
terapéutica segura en esta cohorte de pacientes y realmente puede retrasar la progresión de
la enfermedad del VIH.
Esferocitosis hereditaria
Hemoglobinopatías
La drepanocitosis y la talasemia son dos trastornos en los que las moléculas de hemoglobina
manifiestan defectos cualitativos o cuantitativos. Esto da lugar a eritrocitos con una forma
anómala, lo que puede conducir a su secuestro esplénico y su destrucción subsiguiente. La
drepanocitosis se produce por la herencia homocigótica de hemoglobina defectuosa
(hemoglobina S), aunque también pueden formarse drepanocitos cuando la hemoglobina S se
hereda junto con otras variedades de hemoglobina, como la hemoglobina C o la β-talasemia
drepanocítica. Estas células deformadas son incapaces de atravesar la microvasculatura, lo que
da lugar a una oclusión capilar, trombosis y, al final, microinfarto. Esta cascada de
acontecimientos suele producirse en el bazo. Los episodios de oclusión vascular e infarto
progresivo ocasionan una autoesplenectomía.
Otras causas de anemia hemolítica son las talasemias, autosómicos dominantes y son el
resultado de un defecto en la síntesis de hemoglobina. La esplenomegalia, el hiperesplenismo
y el infarto esplénico, suelen verse en las talasemias. Se puede producir una esplenomegalia
rápida, que ocasiona dolor intenso y puede requerir múltiples transfusiones de sangre. Los
pacientes con crisis de secuestro esplénico agudo presentan anemia grave, esplenomegalia y
una respuesta aguda de la médula ósea, con eritrocitosis.
Neoplasias malignas
Linfomas
Linfoma no hodgkiniano.
Leucemia
Aunque la LMC puede ser asintomática, los pacientes frecuentemente presentan fiebre,
astenia, malestar general, efectos de la pancitopenia (infecciones, anemia, facilidad para los
hematomas) y, en ocasiones, esplenomegalia. Un marcador cromosómico, el cromosoma
Filadelfia, está muy asociado a la LMC y surge por la fusión de fragmentos de los cromosomas
9 y 22. Esta fusión da lugar a la expresión del producto del gen BCR-ABL, una tirosina cinasa,
que entonces acelera la división celular e inhibe la reparación del ADN. La LMC puede aparecer
desde niños a adultos de edad avanzada. Generalmente, se presenta con una fase crónica
asintomática pero puede progresar a una fase acelerada asociada a fiebre, sudoración
nocturna y esplenomegalia progresiva. La fase acelerada puede ser asintomática y puede que
solo sea detectable por los cambios en la sangre periférica o la médula ósea. La fase acelerada
puede progresar entonces a la fase hemoblástica. Esta fase también se caracteriza por fiebre,
sudoración nocturna y esplenomegalia pero también se asocia a anemia, infecciones y
hemorragia.
El bazo también puede ser asiento de una metástasis, como se ve en más del 7% de las
necropsias de pacientes con cáncer. Los tumores sólidos que se extienden con más
frecuencia al bazo son los carcinomas de mama y de pulmón y el melanoma. Cualquier
neoplasia maligna primaria, sin embargo, puede metastatizar en el bazo. Las
metástasis son a menudo asintomáticas, pero pueden asociarse a una esplenomegalia
e incluso a una rotura esplénica; así, la esplenectomía puede ser paliativa en pacientes
cuidadosamente elegidos con metástasis esplénicas sintomáticas.
Tumores primarios: Hemangiomas, Angosarcomas (asociación con exposiciones
ambientales), linfoangiomas, linfoangiosarcomas.
Quistes esplénicos
Absceso esplénico
La enfermedad y otros factores que predisponen al absceso esplénico son las neoplasias
malignas, la policitemia vera, la endocarditis, un traumatismo anterior, las hemoglobinopatías,
las infecciones de las vías urinarias, el consumo de fármacos i.v. y el sida. Aproximadamente el
70% de los abscesos esplénicos se producen por la diseminación hematógena del
microorganismo infeccioso desde otra localización, como la endocarditis, la osteomielitis y el
consumo de fármacos i.v. Es característica la participación de cocos grampositivos
(frecuentemente los géneros Staphylococcus, Streptococcus o Enterococcus) y
microorganismos intestinales gramnegativos. También se han encontrado los géneros
Mycobacterium tuberculosis, Mycobacterium avium y Actinomyces. Los abscesos uniloculares
pueden tratarse a menudo con un drenaje percutáneo, junto con los antibióticos, con una
eficacia descrita del 75 al 90% en las lesiones uniloculares. Las lesiones multiloculares, sin
embargo, suelen tratarse con esplenectomía, drenaje del cuadrante superior izquierdo y
antibióticos. También se ha descrito la esplenectomía laparoscópica en el absceso.
Las lesiones autolimitadas, que no tienen hemorragia activa, suelen ser tratadas sin
esplenectomía, aunque cierto porcentaje de pacientes pueden tener un reinicio retrasado de
hemorragias (mayor problema de pacientes tratados de manera conservadora).
Pacientes inestables son llevados a quirófanos para evaluar una posible lesión esplénica, si se
encuentra líquido en la FAST, requieren exploración quirúrgica, debido a que el bazo es el
órgano intraabdominal que más frecuentemente sangra.
Pacientes que están estables y no presentan signos de pérdida de sangre persistente, manejo
conservador. No debería ignorarse que el tratamiento definitivo de la hemorragia esplénica
sigue siendo la esplenectomía, y este enfoque no lleva consigo un perfil de riesgo
excesivamente importante, sobre todo en comparación con los desenlaces adversos
relacionados con la hemorragia persistente. Por tanto, ningún paciente inestable con
hemorragia debería quedar sin esplenectomía, especialmente en un intento de aumentar la
cifra de tratamientos no quirúrgicos.
El tratamiento conservador debe ser reservado para las lesiones estables de grado I, II y III, con
la ayuda de la embolización arterial cuando el riesgo de hemorragia sea considerable. El
tratamiento quirúrgico de las lesiones esplénicas puede ser necesario en el marco de
inestabilidad en el momento del ingreso o tras fracaso del tratamiento conservador, cuando el
bazo vuelve a sangrar después de un período de estabilidad. En cualquier caso, el mejor
abordaje es a través de una incisión en la línea media, seguida del taponamiento de los cuatro
cuadrantes cuando el paciente está inestable. Un retractor fijo puede mejorar la exposición, y
se retiran las compresas para exponer el bazo lesionado. Para movilizar el bazo, se separa el
peritoneo de forma lateral mediante la retracción del bazo hacia atrás y adentro para exponer
las inserciones retroperitoneales. Esta separación del peritoneo empieza en la línea blanca de
Toldt (ligamento esplenocólico) y luego continúa hacia arriba hasta que se encuentran los
vasos gástricos cortos. Una vez que se abre el peritoneo de forma lateral, se crea un plano
obtuso por detrás del bazo en una dirección medial, que se prolonga por detrás de la cola del
páncreas. Esta maniobra moviliza todo el bazo y la parte distal del páncreas, lo que permite
que el bazo sea llevado a la herida. Mientras se evita la curvatura mayor del estómago, se ligan
y separan los vasos gástricos cortos. Por último, se extirpa el bazo tras pinzar y ligar los vasos
hiliares, y se asegura de no lesionar la cola del páncreas. Debería colocarse un drenaje solo si
preocupa que la cola del páncreas estuviese dañada. Para asegurar la protección frente a
bacterias encapsuladas, como Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis, y
Haemophilus influenzae, deben administrarse las vacunas postesplenectomía.