El Cuestionario
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El Cuestionario.
CONTENIDO.
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El Cuestionario.
La principal diferencia con la entrevista reside en la poca relación directa de los sujetos con
la persona que los aplica, puesto que la persona encargada de su aplicación se limita a presentarlo al
grupo, a dar ciertas normas generales y a crear un nivel de disposición favorable a la contestación
sincera; cuando se envía por correo, la relación se limita a una carta de presentación solicitando su
completamiento, e indicando la posible utilidad de los datos recogidos.
El cuestionario es un instrumento muy útil para la recogida de datos, especialmente de
aquellos difícilmente accesibles por la distancia o dispersión de los sujetos a los que interesa
considerar, o por la dificultad para reunirlos. Permite, además, en paralelismo con la entrevista,
identificar y sugerir hipótesis y validar otros métodos.
1
Pérez Juste, R. (1991): Pedagogía Experimental. La Medida en Educación. Curso de Adaptación. Uned. 106.
2
Fox, D. J. (1981): El proceso de investigación en Educación. Eunsa, Pamplona.
3
Javeau, C. (1971): L’enquête par questionnaire. pág. 1. En Sierra Bravo, R. (1988): Técnicas de investigación Social.
Teoría y Ejercicios. Paraninfo, Madrid. 306
2
1ª Hechos (datos actuales) relativos: a) al domino personal de los individuos que forman el
grupo social estudiado: por ejemplo, edad, nivel educativo. b) al dominio del ambiente que le
rodea: por ejemplo, vivienda, relaciones familiares, de vecindad, de trabajo, etc. ; c) al dominio
de su comportamiento (reconocido o aparente).
2ª. Opiniones, a las cuales se suman los niveles de información, de expectación, etc., todo lo
que uno podría llamar datos subjetivos.
3ª. Actitudes y motivaciones y sentimientos, todo lo que empuja a la acción, al
comportamiento, y está a la base de las opiniones.
4ª. Cogniciones, es decir índices de nivel de conocimiento de los diversos temas estudiados en
el cuestionario. Revela el grado de confianza a conceder a las opiniones sobre juicios subjetivos.
Las cuestiones cerradas ofrecen al usuario que va a ser evaluado todas las alternativas
posibles, o al menos todas aquellas que mejor responden a la situación que deseamos conocer. El
sujeto no tiene sino elegir alguna o algunas, poniendo una señal convenida: una cruz, rodear con
un círculo, subrayar.... Suelen ser preguntas con la opción afirmativa y negativa, y, a veces, no
sé/sin opinión. Ejemplo nº 1:
Las respuestas o categorías que se ofrezcan a este tipo de preguntas han de reunir dos
condiciones esenciales: que sean exhaustivas y excluyentes. 4 Las categorías o respuestas serán
exhaustivas si abarcan todos los casos que pueden darse. En ese caso, ningún encuestado puede
dejar de responder por no encontrar su categoría. Y serán excluyentes, cuando ningún sujeto al
contestar al cuestionario, pueda elegir válidamente dos respuestas distintas de la misma pregunta.
4
Sierra Bravo, R., Op. cit. p. 306.
El Cuestionario.
En las clases teóricas del curso de formación que está haciendo, ¿toma apuntes o notas de lo que dice
el monitor o formador?
Nunca ( ) Pocas veces ( ) Con frecuencia ( ) Siempre ( )
Las preguntas abiertas no ofrecen ninguna categoría para elegir. Sólo contienen la pregunta
y no ofrecen ningún tipo de respuesta, dejando ésta a la consideración del sujeto que completa el
cuestionario. Ejemplo nº 4:
¿Qué le parecen las Unidades Didácticas de Evaluación que tiene en sus manos?
2. Preguntas de hecho y opinión. Según la naturaleza del contenido de las preguntas éstas
pueden ser: de hecho, de opinión, de identificación, de acción, de información, de intención, de
aspiraciones, de expectativas ante el futuro, y de motivaciones y creencias y actitudes. Según la
realidad que intentan descubrir las preguntas pueden clasificarse en preguntas sobre hechos y
preguntas sobre opiniones.
Las preguntas de hechos solicitan información que el encuestado suele conocer mejor que
nadie y que no admite dudas. No obstante, algunos hechos como la “edad”, ítem frecuente en
muchos cuestionarios, puede necesitar ser contrastado con otras fuentes documentales, por un
posible interés en no ser veraz en el dato. No obstante, hay hechos que no pueden ser contrastados,
porque sólo conoce el sujeto. Veamos el ejemplo nº 5:
¿Cuantas veces a la semana consulta en su casa el material didáctico que le han entregado en el
curso?
Ninguna ( ) Alguna vez ( ) Tres/cuatro veces ( ) Diariamente ( )
Sierra Bravo (1988) distingue, las preguntas de identificación que son aquellas que se
refieren a las características básicas de las unidades de observación. Conocidas en el ámbito sajón
como background, son fundamentales porque suelen constituir las variables independientes
principales en una investigación experimental. En el caso de las personas serían: edad, sexo,
estado civil, región de nacimiento y de residencia, profesión, estudios, ingresos, religión, filiación
política, número de hijos, nacionalidad, raza...
Las preguntas más frecuentes son las de opinión y éstas, a su vez, se concretan en una
amplia gama: preguntas para descubrir las creencias, las preferencias y las estimaciones. Estas
preguntas son muy frecuentes en las investigaciones sociológicas de los medios de comunicación y
las casas comerciales con objeto de consultar los gustos del público, para observar el grado de
aceptación de sus productos y reorientarlos de acuerdo con la demanda de la audiencia. En la
evaluación de programas este tipo de preguntas pueden ser muy importantes con vistas a conocer
las expectativas de los usuarios con respecto al programa, la satisfacción con el mismo, la opinión
que les merecen los monitores de formación o su metodología, etc.
3. Según su finalidad se puede hablar de preguntas directas e indirectas. En los ítems de hecho
y en los de opinión, hay que tener en cuenta la posible negativa del sujeto o su deseo de deformar
su propia imagen y hacerla coincidir con las expectativas del evaluador de un programa, o
simplemente trate de ocultar una realidad que no desea dar a conocer. Una misma encuesta, sobre
temas económicos, puede concluir resultados diferentes si se piensa que hay motivaciones
4
El Cuestionario.
relacionadas con los impuestos o se refieren a una situación de catástrofe, por ejemplo, donde se
piensa que el individuo pudiera recibir beneficios.
Ante el problema de ocultar lo que se piensa se plantean a las personas que han de elaborar
cuestionarios dos soluciones: el completo anonimato o lograr una situación de total confianza entre
la persona o institución que pretende aplicar el cuestionario y los sujetos que lo responden. Pero
también es conveniente que el formador de formadores tenga en cuenta que las preguntas
indirectas, referidas a las personas con las que se convive, las de su entorno o todas las de un
colectivo, suelen ser bastante objetivas. Por tanto, las preguntas que el individuo estima que
pertenecen a su intimidad personal (creencias religiosas, militancia política, ideas sobre sexo, etc.),
o las que crea que puedan ser motivo de premio o sanción deben formularse de forma indirecta.
Veamos la formulación directa e indirecta de una cuestión, y pensemos en la diferente reactividad
ante el ítem que puede causar en diferentes personas que conozcamos: (Ejemplo nº 6)
Para recoger información que pueda tener que ver con sentimientos o actitudes profundas
para las que muchas personas no sabrían dar respuesta por no tener ideas reflexionadas, o que
supusiera ir “contra corriente” en el terreno de las creencias o de las ideologías, Pérez Juste 5
propone formular preguntas sobre un caso modelo-ficticio, de cuyas respuestas pueda inferir el
entrevistador la actitud.
Preguntas sobre intenciones de acción. Este tipo de preguntas sobre lo que se espera
hacer, especialmente valiosas en sondeos de opinión preelectorales, pueden tener interés en los
momentos terminales de la finalización de un programa, por ejemplo, para sondear qué formación
le interesa en un futuro, cómo rentabilizar y aplicar los conocimientos, destrezas y actitudes
adquiridas en el programa actual, etc.
“Con frecuencia estos planos se confunden y en cuanto hay peligro de romper el anonimato se tiende
más a las respuestas normativas, ideales y aquella que contribuyen a la buena imagen del encuestado. En
investigaciones sobre preguntas en las que sólo variaba la palabra «podría» o «debería», se obtuvieron
diferencias estadísticamente significativas”. (Marín Ibáñez, 1985: 64)
pretendemos evaluar. Así por ejemplo, podríamos formular una pregunta de este tipo, en estos
términos: (Ejemplo nº 7)
Cuando terminó el último curso de formación en esta empresa, ¿aplicó los conocimientos a su
trabajo diario?:
Nunca ( ) Algunas veces ( ) Con frecuencia ( ) Siempre que fue posible. ( )
Las preguntas filtro son las que se realizan previamente a otra pregunta, a fin de eliminar
a los que no les afecte ésta. Este es el caso del ejemplo nº 8:
Una vez realizada la inscripción en el Programa, ¿se seleccionó a los futuros usuarios?
NO
SÍ - En caso afirmativo, especificar el/los criterio/s seguido/s. ___________________
O de esta otra forma: - Si contestó SÍ pase directamente a la pregunta nº XX.
Las preguntas de control pretenden asegurar el interés, buena fe, veracidad y fiabilidad de
las respuestas del sujeto que completa el cuestionario. Suelen incluir respuesta con trampa o falsas,
para ver si el encuestado “cae” en ellas. Preguntas clásicas para detectar la mendacidad del sujeto,
son las que siguen: (Ejemplo nº 9)
Otras preguntas, similares a las de control, son las que pretenden comprobar la
consistencia de las respuestas del sujeto entrevistado. Consisten en la formulación de ítems
similares, formulados de modo distinto para estudiar la coherencia entre ambas respuestas. Así por
ejemplo (10):
- ¿Piensa Vd. cambiar de ocupación en el futuro? Sí ( ) No ( ) No sé ( )
- ¿A qué ocupación piensa Vd. dedicarse en el futuro?
Las preguntas muelle, “colchón” o “amortiguadores”, son preguntas que abordan temas
difíciles, formuladas de forma que reduzcan su rudeza, brusquedad o escabrosidad. Veamos un
ejemplo en el que se le proponen al sujeto encuestado varias actividades habituales, los días
laborables, entre ellas la que nos interesa, con objeto de no quedar al descubierto como falto de
interés por su formación. (Ejemplo nº 11)
6
Sierra Bravo, R., Op. cit. p. 310.
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- De las siguientes actividades, ¿nos podría indicar cuáles realiza Vd. habitualmente en la tarde-noche, una vez
finalizada su jornada laboral?
Pasear con los amigos. - Ir con mis hijos al parque.
- Hacer deporte - Dar un repaso a los temas tratados en el curso de formación.
Las preguntas batería son un conjunto de preguntas sobre la misma cuestión, que se
complementan y completan unas a otras, enfocando diversos aspectos de ella. Este tipo de
preguntas se suelen agrupar, en su redacción, en un “embudo de preguntas”, porque se empiezan
por los aspectos más generales hasta llegar a los más concretos o precisos.
Por último, Sierra Bravo7 señala que la investigación psicológica-social recomienda utilizar
en los ítems de los cuestionarios técnicas proyectivas (asociación, fantasía, conceptualización,
sentencia incompleta...), cuando quiere lograr una mayor profundidad en la respuesta.
Las preguntas abiertas son más fáciles de formular, puesto que no hay que prever ningún
tipo de respuesta ni investigar acerca de la exhaustividad y exclusión de las categorías propuestas.
Sin embargo, la dificultad aparece a la hora de poder tratar la información recogida. Es muy difícil
reducir contestaciones dispares a unas categorías significativas que permitan recoger la
información más relevante, con objeto de poderla cuantificar después. Además, la categorización
de las respuestas siempre tiene el riesgo de la deformación. Hernández Sampieri y otros 8,
basándose parcialmente en Rojas,9 propone un método concreto de codificación de las preguntas
abiertas.
Para Schuman y Presser10 las preguntas abiertas son esenciales para conocer el contexto del
sujeto que contesta el cuestionario y para redactar después las alternativas a ofrecer en las
preguntas categorizadas, especialmente cuando no se pueden presumir, con antelación, las posibles
opiniones y reacciones de la población a que se va a aplicar el cuestionario.
Este tipo de preguntas tiene otros inconvenientes que hacen poco recomendable abusar de
las preguntas abiertas en un cuestionario: Marín Ibáñez11 afirma que en usuarios con bajo nivel de
formación, o que no tienen costumbre de poner por escrito sus vivencias, si se trata de cuestiones
que no han sido expresadas previamente, que el sujeto no ha tomado posición o no le han
preocupado especialmente, es muy frecuente que se dejen en blanco o que sean contestadas “a la
ligera” para salir del paso. Pérez Juste12 cree que este tipo de preguntas “tienen debilidades al
forzar la respuesta, hasta el punto que algunos sujetos que no encuentran ninguna alternativa
7
Ibidem. p. 310 y ss.
8
Hernández Sampieri y Otros (2000): Metodología de la Investigación. McGraw-Hill, México.
9
Rojas Soriano, R. (1981): Guía para realizar investigaciones sociales. Universidad Nacional Autónoma de México.
México.
10
Schuman, H. y Presser, S. (1981): Questions & answers in attitude survey. Experiments on questions form, wording
& context. Academic P., New York. En Sierra Bravo, R., Op. cit., pág. 308.
11
Marín Ibáñez, R. (1985): “El cuestionario y la Entrevista”. Tema 2. En Marín Ibáñez y Pérez Serrano, G.:
Pedagogía Social y Sociología de la Educación. Unidades Didácticas 1, 2 y 3. UNED, Madrid.
12
Pérez Juste, R., Op. cit. p. 100.
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válida se ven precisados a no contestar o a hacerlo en forma que no responde a la realidad de sus
sentimientos, ideas o conductas”.
Las preguntas cerradas -de elección doble o múltiple- presentan grandes ventajas,
que hacen que muchos cuestionarios sólo contengan preguntas de este tipo. Las preguntas de
elección doble son apropiadas cuando son preguntas muy precisas sobre preguntas de hecho, o
cuando sólo interese conocer a los fines de la evaluación el “sí” o el “no”, sin más detalles. En
general, los cuestionarios cerrados se contestan sin esfuerzo (subrayando, marcando, rodeando,
poniendo un cruz...). La rapidez y la ausencia de fatiga evita al máximo las incertidumbres y que
se dejen respuestas sin contestar. Pero, también hay otra razón principal: su fácil codificación, con
vistas al tratamiento informático de los datos.
Fox13 advierte que son muy pocas la preguntas relativas a opiniones o actitudes que tienen
una estructura tan simple “sí/no”, “conforme/disconforme”, “satisfecho/insatisfecho”, siendo más
prudente que los evaluadores ofrezcan a los sujetos un abanico de opciones. Normalmente es la
clase de contenido y la tipología de sujetos quien impone el tipo de preguntas a incluir 14, siendo
conveniente la inclusión de los dos tipos de pregunta en la mayoría de los cuestionarios.
“Las preguntas cerradas o categorizadas son más eficaces donde las posibles respuestas alternativas
son conocidas, limitadas en número y claramente definidas (...). Las preguntas abiertas son adecuadas
cuando el tema es complejo, cuando las dimensiones relevantes no son conocidas o cuando el interés de la
investigación reside en la exploración de un proceso o en la formulación de un asunto”15 .
Respecto a las preguntas de doble elección o cerradas, propiamente dichas, Sierra Bravo 16
advierte de que se pueden formular de forma equilibrada o no. Se considera que la formulación es
no equilibrada cuando la pregunta se refiere de modo expreso sólo a una de las dos alternativas.
Presentamos como ejemplos de formulación no equilibrada y equilibrada los siguientes ítems:
(Ejemplo nº 12)
¿Está Vd. a favor de que la formación se haga fuera del horario de trabajo? Sí ( ) No ( )
¿Está Vd. a favor o en contra de que la formación se haga en horas de trabajo?
A favor ( ) En contra ( )
Aunque no hay unanimidad entre los autores, muchos se decantan por la formulación de
forma equilibrada a la forma no equilibrada, pero teniendo en cuenta que cuando se usan
contraargumentos, éstos pueden contribuir a definir las preguntas y a afectar a las respuestas.
13
Fox, D., Op. cit. p. 614
14
Pérez Juste, R., Op. cit. p. 101.
15
Selltiz, C., y otros (1976): Métodos de investigación en las relaciones sociales. Rialp, Madrid. En Pérez Juste, R.,
Op. cit. p. 101)
16
Sierra Bravo, R., Op. cit. p. 308.
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Las preguntas categorizadas con muchas alternativas pueden hacer muy difícil y
fatigosa la elección entre ellas. Para obviar este problema se recomienda dividirlas en dos
preguntas distintas. También se suelen señalar como inconveniente el conocimiento exhaustivo del
tema que tienen que poseer quienes elaboren el cuestionario, con objeto de anticipar todas las
alternativas posibles o previsibles. Es prácticamente imposible a priori conseguir acertar todas las
reacciones previsibles. Este problema se obvia haciendo una encuesta previa con preguntas
abiertas, y consultado a expertos. Por último, se deja abierta una categoría en el cuestionario
piloto mediante una línea en blanco o una expresión que invite a completarla. Ejemplo nº 14:
El Programa de Formación que está realizando (acaba de finalizar) tiene/ ha tenido un carácter:
Marín Ibáñez17 advierte de que estos finales abiertos suelen quedarse sin contestar debido a
la ausencia de hábito o motivación del sujeto que rellena el cuestionario. No obstante, es
conveniente no descuidar esta posibilidad, porque el hecho de presentar las respuestas ya
elaboradas puede sugerir opiniones en las que no se había pensado. Pero, también por inercia
pueda elegir alguna respuesta de las ofrecidas, que signifique poco o nada para él, dando una falsa
imagen de lo que piensa.
En los planes y proyectos de formación hay algunos procesos que pueden evaluarse
directamente, los que son de orden físico. Por ejemplo, el número de piezas a la hora, que un
obrero realiza con un dispositivo automatizado, antes y después de un programa de formación
17
Ibidem.
18
González Río, M. J. (1997): Metodología de la Investigación Social. Técnicas de recolección de datos. Aguaclara,
Alicante. págs. 174 y ss.
9
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sobre la utilización de esa máquina. Pero la mayoría de los aspectos que abarca la formación
requieren de una evaluación indirecta, a través de indicadores, descriptores o atributos. La
dificultad fundamental para evaluar un programa de formación, a través de un cuestionario, radica
en hacer la traducción de las variables empíricas, sobre las que deseamos obtener información, a
preguntas concretas sobre ese programa o proceso de formación implementado en una empresa
concreta; y al mismo tiempo, hacer que esas preguntas sean capaces de suscitar respuestas sinceras
y claras. Partiendo de ese supuesto, el formador de formadores ha de ser consciente de las etapas
básicas que se pueden distinguir en la preparación del cuestionario:
Sierra Bravo, sintetiza estas fases en: formulación de hipótesis, determinación de variables
a observar, con sus dimensiones e indicadores, y planificación del contenido del cuestionario.
(para algunos autores categorías), variables e indicadores de esta variable. Dimensiones que suelen
estar presentes en casi todos los cuestionarios son: la edad, sexo, estudios, profesión, etc. A ellas
hay que sumarle las categorías específicas relacionadas con el tema de evaluación.
* Secuencialidad.
Estructura por U.D./Módulos Aprendizaje.
* Flexibilidad.
Adecuación al estilo cognitivo del usuario.
Expectativas de los usuarios
Las decisiones a tomar sobre los dos primeros pasos han de tener en cuenta: lo que se
pretende conocer con cada ítem, las características de la población estudiada, la naturaleza y
aplicaciones de cada pregunta, y la forma de aplicación del cuestionario (aplicación grupal, por
correo o mediante entrevista).
Las preguntas o ítems categorizados hay que agruparlos y sistematizarlos en tablas. A
cada respuesta ha de corresponder una columna, por ello es conveniente tener en cuenta, en la
planificación del cuestionario, que un número excesivo de respuestas da lugar a tablas difíciles de
comprender por los sujetos a los que va destinado el cuestionario. Ejemplo nº 15:
Señale la modalidad de enseñanza de este curso: (marque con una cruz una casilla por respuesta).
20
Sierra Bravo, R., Op. cit. p. 315.
11
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Un cuestionario largo, salvo que sea absolutamente necesario, produce fatiga y rechazo
en el sujeto que lo completa, con el riesgo añadido que se quede incompleto o se conteste sin la
debida reflexión. Se suele considerar que 30 ítems es un tamaño ideal y que a medida que nos
alejamos de él presenta mayores inconvenientes. No obstante, cuando las preguntas sean fáciles y
puedan responderse con un «sí» o un «no», se puede incrementar notablemente aquel número; que
pueden sobrepasar la centena. Por el contrario, “las preguntas abiertas, muy pocas, fundamentales
y verdaderamente reveladoras, son suficientes”.23
“Cuando se trata de hechos que le son familiares, que está deseando dar a conocer y que cree que
significan para él la oportunidad para hacerse oír, el sujeto responde sin fatiga en un tiempo muy superior
al de la hora, pero cuando se trata de cuestiones que obligan a reflexionar, acerca de las cuales no hay una
actitud definida o que no tenemos ningún motivo para expresarlas y más aún preferíamos no formularlas,
las reservas e incertidumbres van haciendo dilatar las respuestas y al final el cuestionario se convierte en
una tarea ingrata que procuramos terminar pronto y de cualquier modo, con lo que su validez es dudosa”.
(Marín Ibáñez, 1985: 66)
La elaboración formal del cuestionario abarca dos aspectos básicos: la redacción de las
preguntas y la determinación de los aspectos formales del cuestionario.
21
Hernández Sampieri y otros, Op. cit. 282.
22
Padua, J. (1979): Técnicas de investigación aplicadas a las Ciencias Sociales. F.C.E. México. En Hernández
Sampieri y otros, Op. cit. 289.
23
Marín Ibáñez, R., Op. cit. p. 66.
12
El Cuestionario.
Una vez definida la estructura del cuestionario se puede comenzar con la redacción de
las preguntas. Es el momento decisivo, y el que lleva más tiempo y condiciona más la evaluación o
la investigación.
Se consideran reglas básicas de esta redacción: que no se pierdan nunca de vista los
objetivos de la investigación y que, previamente a la formulación de cada pregunta, nos
preguntemos sobre la necesidad y oportunidad de la misma, y sobre el grado en que nos servirá
para lograr los objetivos propuestos. (Sierra Bravo, 1988: 317)
Para evitar estos hechos, existen unas reglas que contienen criterios a seguir en la
formulación de preguntas de un cuestionario y que el formador de formadores habrá de conocer.
No obstante, estas reglas tienen un valor indicativo, siendo el equipo evaluador y/o RR.HH. quien
debe decidir en cada caso las preguntas a formular según los objetivos de la evaluación, la
información que se desea recoger y los usuarios a los que se aplicará el cuestionario.
Pérez Juste enuncia algunos principios a tener en cuenta a la hora de formular las
cuestiones26.
a) No se debe recoger más información que la necesaria para el problema que se investiga o evalúa. Ha de
haber una relación clara entre cada ítem y el problema a evaluar.
b) Cada cuestión debe incluir únicamente un aspecto, para no inducir a equívocos. “Las preguntas deben
de referirse preferentemente a un sólo aspecto o relación lógica”.27
c) Las cuestiones se han de redactar de forma clara, comprensible, precisa e inequívoca. Esto implica:
lenguaje sencillo, frases de estructura elemental y expresión clara.
24
Sudman, S. y Bradburn, N. M. (1982): Asking questions. A practical guide to questionnaire desing. J. Bass, San Francisco. En
Sierra Bravo, (1988): Op. cit. p. 317.
25
Grawitz, M. (1975: 226) en Sierra Bravo, (1988): Op. cit. p. 331.
26
Pérez Juste, R., Op. cit. págs. 101-102.
27
Hernández Sampieri y otros, Op. cit. 284.
13
El Cuestionario.
d) Los ítems que impliquen determinados conocimientos más o menos técnicos deben ir precedidas de
otros que permitan establecer si se poseen o no; así se evitará que los sujetos contesten al azar dando la
impresión de que los poseen. Conviene, en estos casos comenzar el ítem ofreciendo la información
necesaria sobre tales conocimientos.
e) Las cuestiones que impliquen “deseabilidad social” deben de hacerse de forma que permitan recoger la
respuesta sincera: evitando preguntas directas que impliquen juicios de valor. (Cf. Ejemplos 6 y 7).
Entre las reglas para la formulación de preguntas del cuestionario se consideran clásicas
las formuladas por Bowley28. De ellas, destacamos que: en la medida de lo posible las preguntas
sean corroborativas, se formulen de forma que no levanten prejuicios y no sean indiscretas sin
necesidad (ni incomoden al respondiente).
28
Bowley. En Sierra Bravo, (1988): Op. cit. p. 312 ss.
29
Sierra Bravo, R., Op. cit.
14
1. No hacer directamente preguntas que obliguen a cálculos o esfuerzos de memoria al encuestado.
2. Redactar las preguntas en forma personal y directa. No impersonal. Si hubiera necesidad de realizar
preguntas embarazosas, o que pudieran dejar al descubierto o poner en evidencia al encuestado,
presentarlas de forma que no hieran su sensibilidad. (Cf. Ejemplo 11).
3. Presentar las preguntas en forma neutral para no inducir la respuesta. No presentarlas en forma negativa,
porque suelen dar lugar a dudas sobre el sentido de la respuesta, ni tampoco en forma afirmativa, pues
sugieren contestar afirmativamente.
4. Las preguntas no pueden apoyarse en instituciones, ideas respaldadas socialmente ni en evidencia
comprobada, puesto que es una forma de inducir la respuesta.
5. Formular las preguntas del modo más concreto y preciso posible, sobre todo en el caso de que se refiera a
unidades de medida o períodos de tiempo.
6. Es importante que las preguntas sean cortas en lo posible, para evitar que sean ambiguas y oscuras.
7. Las palabras que se empleen en la redacción de los ítems han de ser elegidas cuidadosamente. Conviene,
por tanto, asegurarse de que las palabras: significan exactamente lo que se quiere decir, no tienen otro
sentido, y en este caso, si el contexto lo precisa suficientemente; no se prestan a confusión con otra
palabra; y si no puede encontrarse otra palabra o giro más sencillo y claro. En cualquier caso, el lenguaje
debe ser adaptado a las características socioculturales del respondiente.
8. Como regla general se deben evitar en los cuestionarios los “porqués” en preguntas abiertas del tipo
¿Porqué se inscribió Vd. en este Programa Formativo?, por varias razones: Primera, dan lugar a una
multiplicidad de respuestas que complican mucho el trabajo de codificación de la información. Segunda,
no se ajustan a la regla de Bowley, según la cual las preguntas han de estar hechas de tal forma que
requieran siempre una respuesta numéricas, o simplemente una afirmación o una negación, o bien la
elección entre diversas categorías propuestas. Tercera, tampoco serían muy fiables las contestaciones,
pues los motivos son frecuentemente complejos y a veces inconscientes. 30
30
Sierra Bravo, R. (1988): Op. Cit. P. 336
- No se debe comenzar el cuestionario con preguntas difíciles y embarazosas. Para
favorecer la motivación se debe comenzar con preguntas fáciles. Las preguntas de hechos
se suelen colocar antes que las de opinión, uno de los motivos obedece a que suelen
contestarse más fácilmente.
- Las preguntas más generales suelen colocarse en primer lugar, siendo conscientes
que éstas pueden crear una disposición hacia las siguientes. Ejemplo nº 16:
Nombre del PROGRAMA o Curso de Formación que está realizando actualmente, o que acaba
de finalizar:
- Es necesario tener en cuenta que preguntas demasiado vagas y generales pueden ser
confusas para el entrevistados. La palabra promedio, en el siguiente ejemplo, podría servir
para confundir al sujeto que realice ocasionalmente un curso de formación cada cuatro o
cinco años, y ahora rellena el cuestionario. En el ejemplo nº 17 la segunda formulación es
más precisa.
¿Cuál es el promedio de los cursos de formación (programas) que Vd. realiza al año?
¿Cuantos cursos de formación ha realizado en los dos últimos años?
- Se debe procurar que todas las preguntas sobre un aspecto o dimensión figuren
juntas en el cuestionario, guardando un orden temporal, lógico y psicológico.31
- Se debe evitar colocar juntas preguntas en las que la respuesta a una de ellas pueda
influir en el sentido de la respuesta a la otra. Se trata de evitar el efecto “halo” “contagio”.
Ej. nº 19.
¿Qué opina Vd. sobre que una empresa externa a la que Vd. trabaja organice el programa de
formación que Vd. realiza?
¿Cuál es su juicio global sobre el programa que realiza?
Muy Bueno Bueno Deficiente Malo
31
Sierra Bravo, R., Op. cit. p. 316.
- Para evitar la monotonía, la fatiga y facilitar los cambios de tema, es conveniente
intercalar en sitios estratégicos preguntas de alivio más o menos intrascendentes, que
supongan un cierto respiro.
Todo cuestionario suele constar de una serie de datos sobre la persona que lo
cumplimenta, que constituyen una serie de categorías a tener en cuenta en la evaluación del
programa de formación: edad, sexo, nivel educativo, profesión, lugar de residencia, clase social e
ingresos y todas las categorías necesarias para la identificación educativa y social de encuestado.
Nunca ha de figurar el nombre, como garantía para mantener el anonimato del cuestionario. En
algunas ocasiones, las preguntas se refieren a otros: familia, compañeros de trabajo y/o
formación, vecinos, miembros de asociaciones a las que pertenece, etc.
Las instrucciones se deben redactar con gran claridad y esmero. Se ha de procurar que
sean autosuficientes, resolviendo todas las dudas que pudieran plantearse. Sobre todo ha de
cuidarse que no induzcan a la confusión, para evitar una posible causa de sesgo. En estas
instrucciones es necesario incluir las advertencias, que se consideren necesarias o convenientes
realizar sobre la forma general de cumplimentar el cuestionario y de consignar las respuestas,
según los distintos tipos de preguntas que comprenda. Hernández Sampieri 33 y otros (2000)
ofrecen ejemplos ilustrativos, al respecto.
32
Zarkowich, S. (1970): Calidad de los datos estadísticos. En Sierra Bravo, R., Op. cit. pág. 318.
33
Ibidem.
En la presentación del cuestionario hay que cuidar que sea legible y que las respuestas
puedan colocarse en el lugar adecuado, sin dar lugar a equívocos.
Hay que evitar ítems que encierren más de una sola cuestión. De lo contrario, se
valorarán globalmente cosas que no tienen que tener la misma consideración, del tipo: (Ejemplo nº
20)
¿Está Vd. satisfecho con los apuntes y vídeos que le han proporcionado en el programa?
Hay preguntas que pueden resultar influidas por el tiempo en que se hace la
pregunta. Por ejemplo, la pregunta siguiente es fácil que no tiene la misma respuesta al comenzar
el programa, en pleno desarrollo, o al finalizar: (Ejemplo nº 21)
¿Cuantas veces a la semana consulta en su casa el material que le han entregado en el curso?
Diariamente ( ) 2ó 3 veces por semana ( ) 2 ó 3 veces al mes ( ) Casi nunca ( ) Nunca ( )
Cuando el cuestionario haya de ser aplicado por correo, se necesitará como elemento
accesorio, pero no menos importante, una carta de presentación dirigida al encuestado
solicitando su cooperación para completar el cuestionario, explicándole la finalidad del mismo,
presentando -si es posible- una institución o persona que avale la evaluación o investigación y
agradeciéndole su colaboración. La carta deberá estar redactada de forma clara y sugestiva, y en
un lenguaje sencillo y apropiado al destinatario. En ella se debe resaltar el interés de la evaluación
o investigación y los beneficios directos o indirectos que representa su contestación. Un ejemplo
de carta de presentación puede consultarse en Hernández Sampieri34 y otros (2000: 287)
Con objeto de que puedan servir de elemento de reflexión del contenido teórico
anterior, y de modelo para elaborar cuestionarios para la evaluación de programas, proponemos la
34
Ibidem.
consulta de tres ejemplos de cuestionario35 realizados según la metodología descrita, y
elaborados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Para que los datos se puedan codificar fácilmente se le da un número a cada pregunta y
a cada una de las alternativas. Veamos dos ejemplos de preguntas precodificadas. (Ejemplos 22 y
23)
22. ¿Ha realizado otro Programa de Formación en la empresa donde trabaja actualmente?
1. Sí. ( ) 2. No ( )
23. Cuando se enfrenta Vd. a un problema en su trabajo, para resolverlo recurre generalmente a:
1 Su superior inmediato.
2 Su propia experiencia.
3 Sus compañeros.
4 Los manuales de políticas y procedimientos.
5 Otra fuente (especificar)____________________
Esto significa que en el ítem nº 21 la variable puede adquirir los valores entre 1 y 2, y
en el ítem nº 22 puede tomar los valores entre el 1 y el 5. De esta manera, se pueden transformar
las diferentes dimensiones y categorías de la variable a descriptores numéricos que pueden ser
manejados por una aplicación informática, con todas las posibilidades que esto genera en cuanto al
tratamiento estadístico de esa información.
Una vez hecha la primera redacción del cuestionario, procede someterla a crítica por
parte de algunos expertos, por ejemplo por el Dpto. de RR.HH., un departamento de investigación
sociológica, un evaluador externo, etc. En cualquier caso, han de ser personas que entendiendo del
tema presenten puntos de vista diferentes. Es el momento de tomar buena nota de las confusiones
y malentendidos para modificar la redacción, con objeto de que en el momento de la aplicación
definitiva (en la que habitualmente estará prohibida todo tipo de explicación, para no influir en las
respuestas de los encuestados) sea suficientemente claro. El formador de formadores debe conocer
que en ese juicio crítico se deben tomar en consideración dos partes: una sintética y otra
específica.
35
Azofra, M. J., Op. cit., p. 73 y ss.
Respecto de la primera se deberá examinar:36
“Lo importante es el diálogo que se mantiene para detectar sus vacilaciones, bloqueos y reservas,
la claridad u oscuridad de las preguntas, el interés o el desinterés que suscitan determinados ítems, la
irrelevancia de algunos, su inadecuación a la situación y la conveniencia de incluir otros, u otras
alternativas en las que no habíamos pensado”. (Marín Ibáñez, 1985)
Si se opta por añadir preguntas, éstas han de ser contrastasdas de nuevo. Esto convierte
a esta fase es muy reiterativa y tediosa, porque puede exigir varios redacciones y aplicaciones
piloto, antes de alcanzar la redacción definitiva.
36
Sierra Bravo, R., Op. cit. p. 318.
37
Sierra Bravo, R., Op. cit. p. 318-319.
38
Fox, D., Op. cit. p. 612.
39
Schuman y Presser, Op. cit. En Sierra Bravo, 1988: 320.
La prueba piloto se suele aplicar en una muestra de la población que será objeto de la
encuesta definitiva. Si pensamos aplicar el cuestionario a unas mil personas, el grupo de control
puede bastar con unos cincuenta a cien sujetos. No obstante, se puede utilizar como grupo de
control, por ejemplo, a un grupo que está finalizando un programa de formación paralelo, que va a
ser evaluado a través de otro instrumento paralelo.
Los cuestionarios suelen clasificarse, según el modo en que son contestados, en dos
tipos: de respuesta directa (aquellos que el sujeto cumplimenta de un modo personal) y de
respuesta indirecta (en los que el encuestador va anotando las contestaciones verbales). Estos
últimos son considerados, por muchos autores, como entrevistas estructuradas. Hernández
Sampieri y otros (2000) distingue entre cuestionario “autoadministrado”, “por entrevista personal”,
“por entrevista telefónica” y “autoadministrado por correo”40.
Los de respuesta directa presentan varias modalidades, las dos más importantes son:
por correo y presencial.
Los cuestionarios por correo tienen la ventaja de que se puede elegir una muestra todo
lo amplia que se quiera, porque son relativamente económicos. Los costes se reducen a la
impresión y a los gastos postales. Su inconveniente mayor es el limitado número de cuestionarios
devueltos. Un 50% se considera un éxito, y lo más frecuente es que se acerquen a un 10%. Para
aumentar el número de respuestas se recurre a múltiples procedimientos: buscar una autoridad que
avale el proyecto, incluir el sobre de respuesta con franqueo, escribir de nuevo a los morosos
recordándoles el interés de la investigación y la necesidad de su respuesta para obtener datos
globales, otras veces se recurre al teléfono y a veces a organizaciones que puedan urgir a sus
afiliados a contestar. Suele dar buen resultado la entrega y recogida personal de las encuestas,
como ocurre en el censo poblacional.
Para suplir el colectivo que no contesta, se suele enviar el cuestionario a otra población
equivalente, pero nunca se puede estar seguro de que los nuevos sujetos sean iguales a los que no
respondieron, o tal vez las condiciones que impidieron responder a los primeros también se den en
los nuevos seleccionados. Porque se puede suponer que los que no contestan, precisamente por
ello, son individuos de la población de características diferentes a los que contestan. Para Marín
Ibáñez (1985), en cualquier caso, y tratándose de una muestra aleatoria, siempre será mejor extraer
conclusiones con ellos, que de una población reducida. Sin embargo, no existe unanimidad, al
respecto.
El único procedimiento que se considera válido para solucionar este problema es la repetición de
visitas a los que no quieran contestar ... y el recordatorio o envío de nuevos cuestionarios por correo a
los que no lo han devuelto, hasta conseguir reducir al mínimo los cuestionarios no cumplimentados”.
Sierra Bravo (1988: 319)
40
Hernández Sampieri y otros, Op. cit. p. 291.
Otro procedimiento también válido es el llamado de Hansen que consiste en formar una
submuestra con parte de los que no han contestado el cuestionario, en representación de todos
éstos. Luego hacer todo lo posible, cueste lo que cueste, hasta conseguir su respuesta. Ésta, se
considera representativa de todo el grupo y por tanto se extiende a él.
41
Marín Ibáñez, R., Op. cit. p. 72.
RESUMEN
El juicio crítico por expertos dará la primera formulación provisional del cuestionario, que
deberá ser aplicada a un grupo de control (Pretest o Cuestionario Piloto) con objeto de observar la
reactividad ante la prueba y subsanar todos los errores observables en la aplicación: facilidad,
entusiasmo, aburrimiento, dudas, incomprensión de instrucciones o de ítems, fatiga... con objeto
de optimizar la redacción definitiva.
PRUEBA DE AUTOEVALUACIÓN.
1. D
2. A Habría que incluir (...ha tenido para Vd. un carácter...)
3. B
4. C
5. B (¿Ha realizado otro programa de formación en esta empresa,
anteriormente?) SÍ ( ) NO ( )
CUESTIONARIO DE EVALUACIÓN.
1. Haz un esquema, a dos columnas, donde expongas las ventajas e inconvenientes de los ítems
abiertos y cerrados en un cuestionario.
Habrás de considerar los objetivos del cuestionario y, en consonancia con ellos, los
aspectos o puntos sobre los que recoger información (para después transformarlos a ítems);
las decisiones sobre la planificación del contenido del cuestionario y su elaboración (tipos de
preguntas a tener en cuenta según las dimensiones y variables a considerar, reglas y leyes
para la redacción de las preguntas, número y orden de las preguntas, aspectos formales,
codificación...); la forma de someterlo al juicio crítico por expertos, el modo de aplicar el
cuestionario piloto, y los procedimientos previstos de aplicación.
3. Redacta 10 ítems, del cuestionario señalado en la actividad anterior, siguiendo todas las
indicaciones que has hecho en la guía, suponiendo que los vas a presentar a al juicio crítico
de expertos. Utiliza para su redacción una de las aplicaciones informáticas propuestas. Te
recomiendo especialmente Test Pilot o Hot Potatoes.
Nota: Las cuestiones primera se pueden contestar con una extensión aproximada
de un folio. La segunda y tercera se pueden contestar con una extensión conjunta, aproximada, de
entre cinco y siete folios.
GLOSARIO.
GUÍA DEL CUESTIONARIO. Término utilizado por Sierra Bravo, para designar el conjunto de
puntos de información (sacados de las dimensiones y/o de los indicadores de las variables), que se
suele utilizar como orientación para la elaboración del cuestionario, y que constituyen los ejes
sobre los que recabar información mediante el citado cuestionario. También comprende las
decisiones que se tomen sobre la planificación del contenido del cuestionario.
ÍTEM. Cada una de las preguntas o cuestiones formuladas en una encuesta, cuestionario, o test
estandarizado realizada con objeto de recabar información sobre una variable de evaluación o de
investigación.
9. Colocación o Halo. Influencia que la respuesta a una pregunta anterior ejerza en el sentido
de la respuesta a otra/s posteriores.
10. Prestigio o “deseabilidad social”. Se produce cuando el que completa el cuestionario da
una respuesta que no es la que verdaderamente siente o piensa, sino la que le haga
“quedar bien”.
11. Aprendizaje. Se produce cuando el entrevistado contesta a un ítem teniendo en cuenta
elementos que ha aprendido durante el completamiento del cuestionario. Es decir, su
respuesta hubiera sido distinta si no hubiera habido aprendizaje mientras rellenaba el
cuestionario.
MUESTRA INVITADA. En relación con la aplicación del cuestionario por correo, recibe este
nombre el conjunto de personas al que se le envía el cuestionario. Las personas que responden a
dicho cuestionario reciben el nombre de MUESTRA ACEPTANTE.
BIBLIOGRAFÍA.
EN LA RED:
http://prometeo.us.es/recursos/instrumentos/cuestionarios.htm Página del Proyecto de Apoyo para
los profesionales de la formación (PROMETEO) de la Junta de Andalucía. En ella se pueden
encontrar numerosos instrumentos que pueden servir a los diferentes profesionales de la formación
para evaluar el aprendizaje, desarrollo de los cursos, contenidos... de la formación (en muchos casos
aplicable tanto a la formación ocupacional como a la reglada).