5 de Mayo de 1862
5 de Mayo de 1862
5 de Mayo de 1862
invasores franceses.
“Soldados, os habéis portado como héroes combatiendo por la Reforma. Vuestros esfuerzos han sido siempre
coronados por el éxito. Hoy vais a pelear por un objeto sagrado, vais a pelear por la Patria y yo os prometo que
en la presente jornada conquistaréis un día de gloria. Vuestros enemigos son los primeros soldados del mundo,
pero vosotros sois los primeros hijos de México. Soldados, leo en vuestras frentes la victoria y la fe. ¡Viva la
independencia nacional! ¡Viva la patria!"
Estas fueron las palabras que el General Ignacio Zaragoza se dirigió a sus tropas la madrugada del 5 de mayo
de 1862; iban a pelear contra –lo que se consideraba en ese momento- el mejor ejército del mundo, pero para
los mexicanos eran simplemente invasores.
Cuatro meses antes de esta batalla, en enero de 1962 las tropas francesas, españolas y británicas invadieron
México en protesta por la suspensión de los pagos de la deuda extranjera decretada por el Presidente Benito
Juárez.
Los representantes de los gobiernos involucrados negociaron entre sí, logrando el mexicano que españoles y
británicos desalojaran el territorio nacional. Sin embargo, el 17 de abril los franceses iniciaron su avance en
nuestro país. Aunque la deuda era un elemento importante, lo esencial en esta invasión era el interés de
Napoleón III en establecer un imperio en América que contuviera la expansión anglosajona e incluso invadir lo
que después sería Estados Unidos y en ese momento estaban debilitados por la Guerra de Secesión.
El 5 de mayo los invasores franceses bajo el mando del general francés Charles Ferdinand Latrille, Conde de
Lorencez atacaron Puebla que era la última posibilidad de detener a los invasores antes de la Ciudad de México
y el control del país. Puebla estaba protegida por los fuertes de Loreto y Guadalupe en los que el General
Ignacio Zaragoza tenía casi 6 000 hombres con la orden de impedir el avance francés. El así llamado “ejército
mexicano”, tenía sólo un tercio de militares entrenados, el resto eran reclutas y voluntarios animados por el
deseo de servir al país y no ser dominados por Francia; los generales Porfirio Díaz y Zaragoza tenían sólo 32
años pero mucha experiencia en la Guerra de Reforma.
Tres veces los franceses asaltaron las posiciones mexicanas, sin lograr su objetivo y con numerosas pérdidas.
Los contingentes de los generales Porfirio Díaz, Miguel Negrete, Felipe Berriozábal y la caballería del coronel
Antonio Álvarez derrotaron al muy bien entrenado y equipado ejército francés. La soberbia y falta de visión de
Lorencez que subestimó a su bien motivado enemigo fueron determinantes en la derrota como también lo fueron
la estrategia y el valor de los generales mexicanos.
El resultado de esta batalla alentó el ánimo de los mexicanos. Sin embargo, Napoleón III envió 30 000 soldados
más, que finalmente lograron tomar la ciudad de Puebla al siguiente año. La ciudad estuvo defendida por el
general Jesús González Ortega en sustitución de Zaragoza, que murió de tifo poco después de la gran victoria.
En su honor se renombró la ciudad por "Puebla de Zaragoza".