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Primates

orden de mamíferos al que pertenecen el


ser humano y sus parientes más cercanos

Primates es un orden de mamíferos


placentarios al que pertenecen los
humanos y sus parientes más cercanos.[1]
Los miembros de este grupo tienen cinco
dedos (pentadactilia), un patrón dental
común y una primitiva (no especializada)
adaptación corporal.
Primates
Rango temporal: Paleógeno - Reciente
PreЄ
ЄOSDCPTJ K PN
g

Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Superclase: Tetrapoda
Clase: Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Placentalia
Superorden: Euarchontoglires
Orden: Primates
L , 1758
Subórdenes
Strepsirrhini
Haplorrhini

El orden Primates se divide en dos


subórdenes, estrepsirrinos, que incluye los
lémures y los loris; y haplorrinos, que
incluye a los tarseros, los monos, los
gibones, los grandes simios y los
humanos. Se conocen unos ciento
cincuenta géneros, de los cuales dos
terceras partes están extintos.[2]

A excepción de los humanos, la mayoría


de los primates viven en regiones
tropicales y subtropicales de América,
África y Asia.[3] Oscilan en tamaño desde
el lémur ratón de Berthe, que pesa 30 g,
hasta el gorila de montaña que pesa
200 kg. De acuerdo a la evidencia fósil, los
primeros ancestros de los primates
pudieron existir a finales del Cretácico
hace alrededor de sesenta y cinco
millones de años y el más antiguo que se
conoce es Plesiadapis del Paleoceno
Superior, entre hace cincuenta y cinco a
cincuenta y ocho millones de años. Los
estudios de reloj molecular sugieren que la
divergencia de los primates pudo ser
anterior, originándose a mediados del
Cretácico hace aproximadamente ochenta
y cinco millones de años.

Origen del nombre


El nombre de "primates" fue usado por
primera vez por Linneo en 1758 en su
ordenación taxonómica de los animales;
significa "primeros" en latín. Linneo incluyó
en su orden Primates a las personas,
monos antropomorfos, monos del Viejo
Mundo y monos del Nuevo Mundo,
distinguiéndolos del resto de los
mamíferos, a los que llamó "Secundates"
(segundos) y de todos los demás
animales, los "Tertiates" (terceros). Con
ello, Linneo quiso evidenciar que los
monos son los animales más semejantes
a los humanos, y que todos juntos son los
organismos "primeros" en la escala
zoológica o los más completamente
desarrollados del reino animal, en una
visión fuertemente antropocéntrica,
común en su época.[2] En ningún momento
Linneo sugirió que los monos fuesen
parientes o antepasados de los humanos,
ideas relacionadas con la evolución que
tardarían un siglo en proponerse (Darwin,
1859).

Historia evolutiva
Rodentia
Glires 

Lagomorpha

Scanden
Euarchontoglires  

Dermop
 Euarchonta 
Primatomorpha
†Plesi

Primat
El orden Primates hace parte del clado
Euarchontoglires el cual se ubica dentro
de Eutheria en la clase Mammalia.
Estudios genéticos realizados en
primates, colugos y tupayas demostraron
que las dos especies de colugo están más
relacionados con los primates que con los
tupayas,[4] a pesar de que en una época
los tupayas fueron considerados
primates.[5] Estos tres órdenes integran el
clado Euarchonta. Este clado combinado
con los glires (integrado por Rodentia y
Lagomorpha) forma el clado
Euarchontoglires. En ocasiones, tanto
Euarchonta como Euarchontoglires son
clasificados como superórdenes. Algunos
consideran a Dermoptera como un
suborden de Primates y llaman «primates
verdaderos» al suborden Euprimates.[6]

Evolución

Véase también: Especies fósiles de Primates del Cono


Sur

Purgatorius.

Se cree que el origen de los primates se


remonta a por lo menos hace 65 millones
de años,[7] a pesar que el primate más
antiguo conocido con certeza en el
registro fósil es Plesiadapis, de 58 a 55
millones de años atrás (finales del
Paleoceno a inicios del Eoceno).[8][9] De
otro mamífero, Purgatorius, que existió
durante el inicio del Paleoceno y
posiblemente el Cretácico tardío, no se
sabe con certeza si es un primate o un
plesiadapiforme.[10] Otros estudios, que
incluyen análisis mediante la técnica de
reloj molecular, estiman el origen de los
primates hace aproximadamente 85
millones de años, a mediados del
Cretácico tardío.[11][12][13]
En la cladística moderna, el orden
Primates es monofilético. Se cree que el
suborden Strepsirrhini se separó de la
línea primitiva de los primates hace
alrededor de 63 millones de años,[14]
aunque de acuerdo a los análisis
moleculares pudo ocurrir antes.[15] Las
siete familias de estreptirrinos están
conformadas por las cinco familias de
lémures y las otras dos los lorísidos y los
galágidos.[1][16] Las clasificaciones
anteriores incluía a Lepilemuridae dentro
de Lemuridae y Galagidae dentro de
Lorisidae.[1] Durante el Eoceno, la mayor
parte del hemisferio norte fue dominado
por dos grupos, los adapiformes y los
omomiidos.[17][18] El primero es
considerado un miembro de Strepsirrhini,
pero no posee un peine dental como los
lémures modernos; publicaciones
recientes han sugerido que Darwinius
masillae se ubica dentro de este grupo.[19]
El segundo estaba relacionado
estrechamente con los tarseros, monos y
hominoideos. No existe claridad como
estos dos grupos se relacionan a los
primates vivientes. Omomyidae
desapareció hace alrededor de 30
millones de años,[18] mientras
Adapiformes sobrevivió hasta hace 10
millones de años.[20]
El lémur de cola anillada (Lemur catta), un primate
estrepsirrino.

De acuerdo a los estudios genéticos, los


lémures de Madagascar se separaron de
los lorisiformes hace aproximadamente
75 millones de años.[15] Estos estudios, lo
mismo que la evidencia cromosómica y
molecular, demuestran que los lémures se
encuentran más relacionados entre sí, que
a los demás primates estrepsirrinos.[15][21]
Debido a que Madagascar se separó de
África hace 160 millones de años y de
India hace 90 millones de años,[22] se cree
que para que los lémures se encuentren
más relacionados unos con otros que con
los demás estrepsirrinos, una población
de sus ancestros tuvo que llegar a
Madagascar en un único evento de rafting
entre hace 50 y 80 millones de
años.[15][21][22] Otras opciones se han
considerado, como la múltiple
colonización desde África e India, pero no
están respaldadas por evidencia genética
y molecular.[17]
Hasta hace poco el aye-aye fue difícil de
clasificar dentro de los estrepsirrinos.[1] Se
propusieron las teorías que su familia,
Daubentoniidae, o hacía parte de los
lemuriformes (significando con ello que
sus ancestros se separaron de los lémures
después de la separación de estos y los
loris o se trataba de un grupo hermano de
todos los estrepsirrinos. En 2008, se
confirmó que la familia Daubentoniidae se
encontraba más relacionada con los
lémures, evolucionando a partir de la
misma población que colonizó la isla de
Madagascar.[15]
El suborden Haplorrhini, se compone de
dos clados:[1] el infraorden Tarsiiformes,
que constituyen la rama que divergió más
temprano, hace alrededor de 58 millones
de años,[23][24] y el infraorden Simiiformes
que se originó hace 40 millones de
años,[18] el cual a su vez contiene dos
clados: el parvorden Platyrrhini que
evolucionó en América del Sur (monos del
Nuevo Mundo) y el parvorden Catarrhini
que prosperó en África (monos del Viejo
Mundo).[1] Un tercer clado, el cual incluía a
la familia Eosimiidae, habitó en Asia, pero
se extinguió durante la época Eoceno.[25]
Al igual que los lémures, el origen de los
platirrinos (monos del Nuevo Mundo) no
es del todo claro. Los estudios basados en
sus secuencias de ADN han
proporcionado información variable con
respecto a la época en la cual ocurrió la
separación entre platirrinos y catarrinos,
variando entre 33 y 70 millones de años
atrás, mientras los estudios basados en
secuencias mitocondriales arrojan un
rango más reducido de 35 a 43 millones
de años.[26][27] Se ha postulado que los
simiformes se originaron inicialmente en
África y que una población emigró,
produciéndose posteriormente la
especiación.[17] es probable que estos
primates atravesaran el océano Atlántico
durante el Eoceno, ayudándose en el
proceso de las islas de la dorsal
mesoatlántica presentes por el nivel del
mar más bajo, saltando de isla en isla
hasta América del Sur.[17] De nuevo el
rafting puede explicar la colonización de
este continente a través del océano.
Debido a la deriva continental el
recientemente formado océano Atlántico
no tenía el ancho actual,[17] y las
investigaciones sugieren que un primate
pequeño de un kilogramo podría sobrevivir
en una balsa de vegetación durante 13
días.[28] Teniendo en cuenta la velocidad
del viento y las corrientes, pudo ser un
tiempo suficiente para realizar el viaje
entre los dos continentes. En América del
Sur, el fósil más antiguo es de Branisella
boliviana, proveniente del Oligoceno con
cerca de 27 millones de antigüedad.[29]

Tití emperador (Saguinus imperator), un primate


platirrino.

Los catarrinos se extendieron desde África


hacia Europa y Asia a principios del
Mioceno.[30] Poco después, los loris y
tarseros se extendieron de igual forma. El
primer homínido fósil se descubrió al
norte de África y data de hace entre 5 y 8
millones de años.[18] Los catarrinos
desaparecieron de Europa hace
aproximadamente 1,8 millones de años.[31]

Darwinius.
Ya en el Oligoceno los paleontólogos
cuentan con un registro fósil más rico,
especialmente por los restos de El Fayum,
en Egipto. Aquí se han encontrado restos
de primates relacionados con los tarseros
tal como Afrotarsius chatrathi. Este
yacimiento también cuenta con restos de
simios de entre 30 y 37 millones de años.
De estos el más importante es
Aegyptopithecus zuexis, ya que se
considera como uno de los catarrinos más
antiguos. De igual manera el Apidium es
otro fósil oligocénico que se relaciona con
los platirrinos del América del Sur por
tener una fórmula dental similar a la de
muchos de estos.
Durante el Mioceno se originó en África el
grupo de los hominoideos, superfamilia a
la que pertenece el hombre y los grandes
simios. El Proconsul vivió antes de la
separación del linaje de los gibones.
Posteriores a este encontramos a
Afropithecus, Kenyapithecus y
Morotopithecus, este último considerado
como el simio más antiguo con un plan
corporal más parecido a los
antropomorfos vivientes.

Hace 17 millones de años los


hominoideos pasan de África a todo el
Viejo Mundo. En Europa vivió Dryopithecus,
Ourunapithecus y Ankarapithecus,
Sivapithecus en Pakistán, y Lufengpithecus
en China. Estos simios fósiles se
clasifican como homínidos de la
subfamilia en la que está clasificado el
orangután (Ponginae).

La diversidad de los ponginos en el


Mioceno se debió a que climas más
benignos permitieron que los bosques que
sustentaban a los grandes simios estaban
más extendidos en Eurasia por aquella
época.

Hace unos 13 millones de años (mediados


del Mioceno), vivió en la región de
Cataluña Pierolapithecus catalaunicus, una
especie extinta de primate hominoideo,
posible antecesor común con los grandes
simios (gorilas, chimpancés, bonobos y
orangutanes). La descripción del
descubrimiento se publicó por primera vez
en la edición del 19 de noviembre de 2004
de la revista Science. El nombre genérico
se tomó de la ubicación del
descubrimiento en el municipio catalán de
Els Hostalets de Pierola (Barcelona,
España). El conjunto de fósiles se
catalogaron como IPS 21350.[32]

Hace 9,5 millones de años vivió en la parte


central de Italia y Cerdeña, que por aquel
entonces eran parte de una isla, el simio
Oreopithecus bambolii quien presentaba
una locomoción bípeda, lo cual constituye
un caso de convergencia evolutiva con los
homininos.

Durante el Plioceno se extienden las


sabanas a expensas de los bosques. En
este período geológico aparecen los
homínidos bípedos Ardhipithecus y
Australopithecus. Finalizando este período
aparece el género Homo y Paranthropus.

Clasificación de los primates


vivientes
El tarsero filipino (Tarsius syrichta), antes considerado
un prosimio, de nuevo se considera un haplorrino.

La siguiente es una lista de las familias


dentro del orden:[1][16][33]

Orden Primates
Suborden Strepsirrhini
Infraorden Lemuriformes
Familia Cheirogaleidae
Familia Daubentoniidae
Familia Lemuridae
Familia Lepilemuridae
Familia Indriidae
Infraorden Lorisiformes
Familia Lorisidae
Familia Galagidae
Suborden Haplorrhini
Infraorden Tarsiiformes
Familia Tarsiidae
Infraorden Simiiformes
Parvorden Platyrrhini
Familia Callitrichidae
Familia Cebidae
Familia Aotidae
Familia Pitheciidae
Familia Atelidae
Parvorden Catarrhini
Superfamilia
Cercopithecoidea
Familia
Cercopithecidae
Superfamilia
Hominoidea
Familia
Hylobatidae
Familia
Hominidae

Cladograma
Existen dos clados principales de primates
actuales, el suborden Strepsirrhini (que
contiene los infraórdenes Lemuriformes,
Chiromyiformes y Lorisiformes) y el
suborden Haplorrhini (que contiene los
infraórdenes Tarsiiformes y Simiiformes).
Otra gran división existe dentro de los
Simiiformes, formado por los parvórdenes
Platyrrhini y los Catarrhini. El clado de
Hominoidea, contenido dentro de los
Catarrhini, posee las familias Hominidae e
Hylobatidae. Los hilobátidos son los
gibones o "simios menores". Los
hominídos, por su parte, se dividen en dos
subfamilias: Ponginae (orangutanes) y
Homininae. La subfamilia Homininae se
divide en el clado de los gorilas (tribu
Gorillini), y el de los humanos y
chimpancés (géneros Homo y Pan,
respectivamente).

Los análisis filogenéticos apoyan la


hipótesis que la dicotomía entre
haplorrinos y estrepsirrinos se dio en el
Eoceno temprano. Los análisis de la
función sugieren que los primeros
haplorrinos eran pequeños, nocturnos,
insectívoros o frugívoros con una
locomoción de trepador arbóreo. El
cambio de patrón de actividad nocturna a
diurna fue un cambio fundamental de
adaptación que ocurrió en la base del
clado de los haplorrinos.[cita requerida]
Primates Adapidae †

Lemuridae

Cheirogaleidae

Strepsirrhini Indriidae

Daubentoniidae

Lorisidae

Haplorrhini

Omomyidae

Tarsiidae

Anthropoidea

Hay muchas razones para asumir que las


diferencias entre las hipótesis
filogenéticas morfológicas y moleculares
resultan de la limitaciones de evidencia
morfológica. El consenso obtenido en los
cladogramas para los hominoideos
existentes está sustentado por numerosos
datos.
Características y tendencias
evolutivas
El grupo de los primates tienen
características anatómicas que se
encuentran en otros grupos de mamíferos,
por lo que se puede decir que no tienen
una característica que les sea exclusiva.
Sin embargo, poseen ciertos rasgos que
en su conjunto permiten identificarlos.
Como características de los primates se
pueden mencionar:[34]

Manos y pies con cinco dedos (o


pentadáctilos), con muy pocas
excepciones en las especies vivas.
Pies plantígrados.
Pulgar oponible en manos y pies
(algunas especies, como el hombre, han
perdido la capacidad de oponer el
pulgar del pie, otras, como Ateles,
carecen de pulgar en las manos).
Dedos de la mano con capacidad de
flexión, divergencia y convergencia.
Huesos de la mano como el escafoides
(o navicular), semilunar (o lunado),
piramidal o triquetrum, central y
pisiforme siempre presentes y
discretos.
Clavículas presentes.
Dentición poco especializada, con
bunodoncia, con 2 incisivo, 1 caninos, 3
o 2 premolares y 3 molares en cada
mitad de la mandíbula en prosimios y
platirrinos, y con 2 incisivo, 1 caninos, 2
premolares y 3 molares en cada mitad
de la mandíbulaen catarrinos.
Uñas planas en lugar de garras (en la
gran mayoría de las especies).
Visión en color (en la gran mayoría de
las especies).
Articulaciones del hombro y del codo
bien desarrolladas.
Hemisferios cerebrales bien
desarrollados.
Visión binocular (en diferentes grados).
Órbitas oculares rodeadas de hueso.

Durante la evolución de los primates se


han dado ciertas tendencias en su
anatomía. Estas tendencias son:

Preservación de cinco dedos en las


extremidades.
Aumento de la motilidad libre de los
dedos, especialmente del pulgar.
Reemplazo de las garras por uñas
planas.
Disminución progresiva de la longitud
del hocico.
Menor dependencia del sentido del
olfato y mayor dependencia de la vista.
Preservación del patrón de cúspide
simple en los molares.
Desarrollo progresivo del cerebro,
especialmente de la corteza cerebral.
Desarrollo progresivo de la verticalidad
del tronco.
Prolongación de los períodos de vida
postnatal.
Desarrollo de los procesos
gestacionales relacionados con la
nutrición del feto.

Anatomía, fisiología y
morfología
Los ojos de los primates se ubican en la
parte frontal del cráneo apuntando en
dirección anterior, característica que les
confiere visión binocular, lo que les
permite calcular adecuadamente la
distancia.[35] Sobre las órbitas poseen un
arco superciliar; este promontorio refuerza
los huesos faciales más débiles puestos
bajo presión durante la masticación. Los
estrepsirrinos tienen una barra postorbital,
una estructura ósea que rodea la parte
externa de la órbita, al contrario de los
haplorrinos, cuyas órbitas se encuentran
cerradas por un septo postorbital.[36][37]
Cráneo de algunos primates indicando su masa
cerebral.

Los primates poseen un cráneo grande,


especialmente en los simiformes, el cual
se encarga de proteger su gran cerebro, un
rasgo característico de este grupo.[35] Su
capacidad craneal es tres veces mayor en
los humanos que en los primates
relacionados más grandes.[38] Este
volumen es en promedio de 1201
centímetros cúbicos en los humanos,
469 cm3 en los gorilas, 400 cm3 en los
chimpancés y 397 cm3 en los
orangutanes.[38] La principal tendencia
evolutiva de los primates se encaminó
hacia un cerebro elaborado,
principalmente en el neocortex (una parte
de la corteza cerebral), el cual interviene
en la percepción sensorial, generación de
movimientos, razonamiento espacial,
pensamiento consciente y, en los
humanos, el lenguaje.[3] Mientras otros
mamíferos dependen bastante de su
sentido del olfato, el estilo de vida
arborícola de los primates les ha permitido
alcanzar un sentido del tacto refinado una
vista bien desarrollada,[3] a expensas de la
disminución en el tamaño de la región
olfatoria e incremento en las áreas
responsables de un comportamiento
social complejo.[39]

Feto de mono.

Los primates generalmente tienen cinco


dedos en cada extremidad (pentadáctilos),
con uñas en el extremo de cada uno de
ellos. Los extremos de las manos y pies
tienen almohadillas táctiles en las
falanges distales de los dedos. La mayoría
tienen el pulgar oponible, un carácter
propio de los primates, pero no exclusivo
de ellos (por ejemplo, las zarigüeyas
también lo poseen).[35] Los pulgares
permiten a los primates el uso de
herramientas; además en combinación
con las uñas cortas y los dedos que
pueden flexionarse por completo hacia
adentro, constituyen un remanente de la
práctica ancestral de asirse de ramas, lo
cual en parte permitió a algunas especies
desarrollar braquiación como un medio
eficiente de trasporte. Los prosimios
tienen una uña similares a una garra en el
segundo dedo de cada pie, llamada garra
de aseo, la cual se usa para la limpieza
corporal.[35]

La clavícula de los primates se mantiene


como un elemento importante de la
cintura escapular; lo que le provee al
hombro una amplia movilidad.[40] Los
hominoideos tienen mayor movilidad de
los hombros debido a la posición dorsal
de la escápula, una caja torácica ancha
aplanada en el plano anteroposterior y una
columna vertebral más corta y menos
móvil al ser comparados con los
cercopitécidos (monos del viejo mundo).
La mayoría de los monos del viejo mundo
se diferencian de los hominoideos en que
la mayoría tienen cola. La única familia de
primates con colas prensiles son los
platirrinos atélidos, que incluye a los
monos aulladores, araña y lanudos.

Los primates muestran una tendencia


evolutiva a tener un hocico corto.[40] Todos
los cercopitécidos se distinguen de los
platirrinos por la estructura de la nariz y de
los hominoideos por la disposición de la
dentadura.[39] En los platirrinos las narinas
apuntan hacia los lados, mientras en los
cercopitécidos lo hacen hacia abajo.[39]
existe una variedad de patrones dentales
entre los primates y no obstante algunos
han perdido la mayoría de sus incisivos,
todos tienen por los menos un incisivo
inferior.[39] En la mayoría de los
estrepsirrinos, los incisivos inferiores y los
caninos forman un peine dental, el cual
usan para acicalarse y en ocasiones para
el forrajeo;[41][39] el primer premolar inferior
asume la forma de canino.[41] Los
cercopitécidos tienen ocho premolares,
comparado con veinte en los
platirrinos.[39] Los catarrinos se subdividen
en cercopitécidos y hominoideos
dependiendo del número de cúspides
dentales sobre los molares; los primeros
tienen cuatro y los segundos cinco,[39] sin
embargo, los humanos pueden tener
cuatro o cinco.[42]

La evolución de la visión en color en los


primates es única entre la mayoría de
mamíferos euterios. Mientras los
ancestros vertebrados más antiguos de
los primates poseían visión de tres colores
(tricromatismo), los ancestros más
recientes de sangre caliente y hábitos
nocturnos, perdieron uno de los tres conos
de la retina durante el periodo Mesozoico.
Los peces, reptiles y aves son
tricromáticos o tetracromáticos, mientras
todos los mamíferos a excepción de
algunos primates y marsupiales,[43] son
dicromáticos o monocromáticos (ceguera
total a los colores).[41] Los primates
nocturnos, como los micos nocturnos y
los galágidos, son en su mayoría
monocromáticos. Los catarrinos
normalmente son tricromáticos debido a
la duplicación cromosómica del gen de
opsina rojo-verde poco después de su
aparición, hace entre 30 y 40 millones de
años.[41][44] Los platirrinos en cambio son
tricromáticos en la minoría de los
casos.[45] Específicamente, las hembras
pueden ser heterocigotas para dos alelos
del gen de la opsina (rojo y verde) ubicado
en el mismo locus del cromosoma X.[41]
Por ellos los machos pueden ser
solamente dicromáticos, mientras las
hembras pueden ser dicromáticas o
tricromáticas. La visión del color en los
estrepsirrinos no se comprende del todo;
sin embargo, las investigaciones indican
un rango en la visión del color similar a la
de los platirrinos.[41]

Como los catarrinos, los monos aulladores


(clasificados dentro de los platirrinos)
exhiben con frecuencia tricromatismo, lo
que se ha establecido como una
duplicación cromosómica reciente en
términos evolutivos.[46] Los aulladores son
unos de los platirrinos con una dieta más
especializada basada en hojas y las frutas
no constituyen una parte importante de su
dieta,[47] esto es posible debido a que el
tipo de hojas que consumen (tiernas,
nutritivas y digeribles) solo pueden
ubicarse por medio de la visión de tres
colores. Los estudios de campo para
estudiar las preferencias dietéticas de los
monos aulladores sugieren que la
tendencia al tricromatismo es una
selección mediada por el ambiente.[45]

Dimorfismo sexual
En el papión (Papio hamadryas) puede observarse

dimorfismo sexual entre el macho de color gris y la


hembra de color marrón.

En los simios es frecuente la presencia de


dimorfismo sexual, el cual es más notable
en los primates del Viejo Mundo que en
las especies del Nuevo Mundo. Los
primates poseen dimorfismo
especialmente en la masa corporal,[48][49]
la longitud de los caninos,[50][51] y el color
del pelaje y la piel.[52] El dimorfismo puede
atribuirse y variar de acuerdo a diferentes
factores, que incluyen el comportamiento
reproductivo,[53] el tamaño,[53] hábitat y
dieta.[54]

Locomoción
La manera de desplazarse de los primates
está relacionada con su forma de buscar
alimento. En este aspecto los primates
muestran una gran diversidad de tipos de
desplazamiento, que se clasifican en los
siguientes modos: salto, cuadrupedismo
arbóreo, cuadrupedismo terrestre,
comportamiento suspensor y bipedismo.

El salto está presente en especies


arborícolas que se desplazan entre apoyos
discontinuos. Son ejemplos de este tipo
de locomoción los sifakas (Propithecus
verreauxi), en los estrepsirrinos, quien
posee unas piernas largas y musculosas.
Los sifakas se desplazan saltando aún si
se encuentran en el suelo; los mono ardilla
(género Saimiri), en los haplorrinos, posee
muslos más cortos en relación con la
extremidad inferior de la pata, lo cual le
permite generar grandes saltos.
Exceptuando los grandes lémures como
los indris y los sifakas, el resto de las
especies saltadoras suelen ser más
livianas que aquellos primates que se
desplazan por cuadrupedismo arbóreo,
por ejemplo los monos ardilla tienen
pesos que oscilan entre 0,5 y 1,1 kg.

El cuadrupedismo arbóreo es más


apropiado para desplazarse entre una
maraña de ramas continuas, y es más
seguro para primates grandes. Como
ejemplo se puede citar a los monos
aulladores (género Alouatta) y los
mangabeyes de mejillas grises
(Lophocebus albigena) de 6,4 kg en
hembras y 9 kg en los machos.

El cuadrupedismo terrestre permite


moverse fácilmente en el suelo firme.
Algunos primates se desplazan haciendo
que toda la palma de sus manos entre en
contacto con el suelo como los papiones,
mandriles y driles, entre otros. Otros
primates se desplazan en tierra firme
apoyándose sobre la cara dorsal de las
falanges intermedias de los dedos
segundo a quinto, no sobre "los nudillos",
como suele decirse. Esto ocurre en los
parientes más cercanos de los humanos,
los chimpancés y gorilas.

El comportamiento suspensor le permite


al primate repartir el peso de su cuerpo
entre diferentes soportes pequeños
evitando la oscilación del cuerpo. Los
orangutanes (Pongo pygmaeus y Pongo
abelii) son ejemplo de ello. Algunos
primates han desarrollado la braquiación
como modo de desplazamiento principal
entre las ramas. Los gibones (familia
Hylobatidae) son hábiles en esta forma de
desplazamiento. En el Nuevo Mundo los
monos araña (género Ateles), el muriquí
(Brachyteles) y los monos lanudos o
churucos (género Lagothrix) utilizan su
cola prénsil como un quinto miembro
cuando están suspendidos.

El desplazamiento sobre las extremidades


posteriores, o bipedismo solo está
presente en una especie actual de
primates: Homo sapiens. Sin embargo,
entre hace 2,5 a 1,8 millones de años
varias especies bípedas compartieron el
planeta en África, tales como Homo
habilis, Homo rudolfensis, Homo ergaster y
Paranthropus boisei. Los descubrimientos
de esta coexistencia han dejado atrás la
idea que solo hubo una especie de
homínido bípedo habitando la Tierra
siendo reemplazado por otro en una
secuencia lineal. La locomoción bípeda
estaba ya presente hace más de 4
millones de años, siendo Ardipithecus
ramidus y los famosos Australopithecus ya
bípedos. Algunos científicos consideran
que esta forma de desplazamiento en el
linaje humano se puede remontar a 7
millones de años con Sahelanthropus. La
postura bípeda requiere un cambio en la
orientación del fémur sobre la tibia
modificando el ángulo. También la función
del músculo glúteo medio es diferente en
los bípedos y los cuadrúpedos. En las
especies bípedas, como el hombre, este
músculo actúa como abductor en lugar de
funcionar como extensor. El bipedismo
apareció en otro linaje de primates, esta
vez en regiones de la actual Italia que por
esa época eran islas pantanosas. Hace 8
millones de años Oreopithecus bambolii
presentaba un desplazamiento bípedo
aunque su arreglo anatómico de las
extremidades inferiores no es similar al de
los humanos.

Algunos primates como el bonobo (Pan


paniscus) y el násico (Nasalis larvatus) se
desplazan bípedamente cuando cruzan
zonas anegadas.

Dieta

El guereza abisinio, una especie de colobo.


Mientras busca alimento el macaco cangrejero lo
almacena en los abazones.

Los primates aprovechan fuentes


alimenticias variadas. Se ha propuesto
que muchas características de los
primates modernos, incluyendo los
humanos, se derivan de la práctica de sus
ancestros primitivos de obtener la mayor
parte del alimento del dosel del bosque
tropical.[55] La mayoría incluyen fruta en su
dieta para obtener carbohidratos
fácilmente digeribles y lípidos como
fuente de energía.[31] Sin embargo,
requieren otros alimentos, como hojas o
insectos, para obtener aminoácidos,
vitaminas y minerales. Los primates del
suborden Strepsirrhini son capaces de
sintetizar vitamina C, como los otros
mamíferos, mientras los del suborden
Haplorrhini carecen de esta capacidad y
requieren de esta vitamina en su dieta.[56]

Muchos primates poseen


especializaciones anatómicas que les
capacita para aprovechar fuentes
alimenticias en particular como frutas,
hojas, resinas o insectos.[31] Las especies
que se alimentan principalmente de hojas
(folívoros), como los monos aulladores,
colobos y los lepilemúridos, tienen el
tracto digestivo alargado, lo cual les
permite absorber nutrientes de hojas
difíciles de digerir.[31] Los titís, los cuales
incorporan goma natural en su dieta,
poseen incisivos fuertes, capacitándolos
para desprender la corteza de los árboles
y obtener el alimento, lo mismo uñas más
similares a garras para asirse a los árboles
mientras se alimentan.[31] Los aye-aye
combinan dientes similares a los de los
roedores, con un dedo medio alargado en
los miembros anteriores que le permite
alcanzar larvas de insectos en los
agujeros de los árboles.[57] Algunas
especies tiene especializaciones
adicionales; por ejemplo, el mangabey de
mejillas grises tiene esmalte dental grueso
que le confiere capacidad para acceder a
frutos de corteza dura y semillas.[31]

El gelada es la única especie de primate


que se alimenta principalmente de
hierba.[58] Los tarseros son los únicos
primates totalmente carnívoros, se
alimentan exclusivamente de insectos,
crustáceos, vertebrados pequeños y
serpientes (incluyendo especies
venenosas).[59] De otra parte, los monos
capuchinos pueden aprovechar una
variedad de alimentos que incluyen frutas,
hojas, flores, brotes, néctar, semillas,
insectos y otros invertebrados, y
vertebrados como aves, lagartos, ardillas y
murciélagos.[47] El chimpancé tiene una
dieta variada que incluye depredación
sobre otras especies de primate, como el
colobo rojo occidental.[60][61]

Sociedades de primates
Los primates usualmente son animales
que tienen una vida social activa. El
tamaño y composición de los grupos de
primates es uno de los aspectos más
estudiados por los primatólogos, el otro
aspecto es la ecología. Las especies de
primates nocturnas son solitarias, siendo
la excepción los monos de noche (género
Aotus), que evolucionaron de primates
diurnos. La mayoría de las especies
diurnas son gregarias.

Los diferentes tipos de agrupaciones


presentes en los primates son: noyau,
grupo monogámico, grupo poliándrico,
grupos de un solo macho, grupos de solo
machos, grupos multimacho, sociedad de
fisión-fusión, y súper tropa.

La organización noyau se considera como


lo más parecida a los mamíferos
nocturnos, y se considera una forma de
organización ancestral. Esta consiste de la
hembra y su descendencia. Los machos y
las hembras no forman grupos
permanentes. Los machos tienen areales
amplios incluyen áreas de varias hembras
y sus crías. Los orangutanes exhiben este
tipo de organización social.

El grupo monogámico está formado por el


macho, la hembra y la descendencia de
ambos. En estos grupos el macho no
aporta cuidados a la cría, sino que se
piensa que su permanencia en el grupo se
da para evitar que machos rivales ingresen
al areal y maten a la cría con el fin que la
madre entre en celo y poder aparearse con
ella. Son ejemplo de este tipo de
organización los monos lechuza o monos
de noche (género Aotus).

Las sociedades poliándricas se


encuentran entre los tamarinos. En estos
grupos, formados por varias hembras y
varios machos, sólo una hembra es activa
sexualmente (se presenta supresión
reproductiva en otras hembras del grupo
mediante señales de feromonas a través
del olfato y/o agresión),[62] apareándose
con diversos machos durante el mismo
periodo fértil. En estos grupos los machos
transportan a las crías (siempre gemelos,
excepto en Callimico goeldii), lo que
supone una gran inversión parental.

Existen varios grupos matrilineales en los


cuales hay un solo macho junto a varias
hembras y su descendencia. En estos
grupos los machos al crecer deben
abandonar el grupo familiar. Esto ocurre
en los gorilas. En el langur común
(Semnopithecus entellus), los machos que
abandonan sus grupos pueden formar
grupos de solo machos. También hay
sociedades multimacho, como en los
colobos rojos (Procolobus pennantii).
Los chimpancés y los monos araña viven
en grupos sociales que cambian de
composición día a día. Tal organización se
denomina grupo de fisión-fusión,
separándose durante periodos de tiempo
más o menos prolongados con el objetivo
de localizar alimento, volviéndose a juntar
para fines sociales o alrededor de fuentes
de alimento abundantes.

En los grupos donde permanece solo


machos estos están emparentados entre
sí, y se ayudan para expulsar machos
foráneos. En los cercopitecinos, como el
mono patas (Erythrocebus patas) se
forman sociedades matrilineales en las
que las hembras permanecen y los
machos deben abandonar el grupo. Las
manadas del mono patas solo tienen un
macho.

Algunas especies pueden llegar a formar


súper tropas en el momento de
aprovechar la abundancia local de un fruto
o durante el descaso. Una súper tropa se
forma por la unión de varias tropas. Este
tipo de organización se puede encontrar
en los mandriles y los hamadrias (Papio
hamadryas).

Relaciones filogenéticas
Relación de los primates con el
resto de los mamíferos

El orden de los primates se relaciona


estrechamente con otros órdenes de
mamíferos, con los que forma el
superorden de los euarcontoglires
(Euarchontoglires) dentro de la subclase
de los euterios (Eutheria). Investigaciones
recientes sobre primates, lémures
voladores (Dermoptera) y las musarañas
arborícolas (Scandentia) han mostrado
que las dos especies de lémures
voladores están más estrechamente
relacionados con los primates que con
estas últimas (Scandentia), incluso si los
tres linajes se consideraran como
primates. Estos tres órdenes (Primates,
Dermoptera y Scandentia) forman el clado
Euarchonta. Este clado, unido con el de
Glires (formado por los órdenes de
roedores (Rodentia) y el de los conejos y
liebres (Lagomorpha)) vienen a formar el
clado de los euarcontoglires. Algunos
autores dan el rango de superorden a los
euarcontos, mientras que otros lo asignan
a los euarcontoglires. Algunos consideran
incluso a los lémures voladores como
primates, ubicándolos en un suborden
aparte, y denominando a los primates
como el suborden Euprimates. Este último
arreglo no es muy común en la literatura.
[cita requerida]
Cladograma de Euarchontoglires
Euarchontoglires Lagomo
(conejos
Glires
Rodentia
(roedore

Scandentia
(musarañas
arborícolas)

Dermopter
Euarchonta (lémurs vo

Plesiadap

Primates
Distribución
Véase también: Anexo:Primates por población

Distribución actual de los primates no humanos en el


mundo.

La distribución de los primates no


humanos en la actualidad es mucho más
reducida que la presentada por el grupo en
épocas anteriores. Hoy en día se pueden
hallar primates viviendo silvestremente en
todos los continentes exceptuando
Oceanía, Europa y la Antártida. Los
primates viven en su mayoría en selvas,
aunque hay muchas especies que se han
adaptado secundariamente a las grandes
sabanas.

La deriva continental ha jugado un papel


importante en la distribución actual de los
primates al igual que la precipitación y la
vegetación, factores que a su vez
dependen del clima.

De los dos grupos principales de primates


existentes, el Viejo Mundo contiene a
todos los estrepsirrinos actuales, siendo la
isla de Madagascar especialmente
biodiversa en este grupo, ya que la isla se
aisló aproximadamente hace 88 millones
de años de África, lo que generó que el
grupo evolucionara en aislamiento. En
estas circunstancias los lémures tuvieron
una diversidad nunca antes conocida,
generando incluso una especie de primate
herbívoro de gran tamaño, el lémur gigante
(Megaladapis edwardsi). Los estrepsirrinos
también se encuentran en Asía y África
continental.

Los haplorrinos se encuentran distribuidos


por África, Asía y América (hasta México
al norte); en Europa solo hay una
población silvestre de macacos en
Gibraltar (Macaca sylvanus), la cual fue
introducida por los ingleses en 1704, por
lo que no cuenta como distribución natural
de la especie. Los primates catarrinos se
encuentran restringidos al Viejo Mundo, a
excepción del ser humano, mientras que
los primates platirrinos están restringidos
a América, siendo las especies de mono
aullador negro (Alouatta pigra) el mono
aullador de manto (Alouatta palliata
mexicana) y el mono araña (Ateles
geoffroyi vellerosus), las más
septentrionales.

En Asía la distribución más suroriental es


determinada por la línea de Wallace, un
límite biogegráfico debido a una falla
submarina (la falla de Wallace) que evitó
que durante los períodos glaciares se
dispersaran elementos faunísticos al bajar
el nivel del mar y conectarsen islas. Este
límite biogeográfico explica porque no
llegaron gálagos y orangutanes a Nueva
Guinea y Australia.

Australia carece de primates ya que


cuando la placa australiana se separó de
la Antártida hace 40 millones de años
especies de este grupo aún no habían
llegado a estas tierras del sur.

Conservación
Véase también: Los 25 primates en mayor peligro del
mundo

Al igual que muchos otros grupos de


organismos, muchas especies de
primates se encuentran amenazadas de
extinción. El hombre ha llevado a la
extinción a varias especies desde que
empezó su dispersión en el globo.

Los principales factores que amenazan a


los primates son:

Destrucción de hábitat. Sin lugar a


dudas la destrucción del hábitat es la
principal causa que está contribuyendo
a la desaparición de las poblaciones
salvajes. El continuo crecimiento de la
población humana lleva a que cada día
se destruyan más bosques por la
expansión de las ciudades y en busca
de tierras cultivables y para extracción
de madera. Cerca del 90% de los
primates no humanos habitan en las
selvas húmedas de África, Asia, Centro y
Sudamérica y estos bosques se están
talando a una tasa de más de 10
hectáreas por año.
Cacería de primates para consumo de
su carne. En las selvas de Brasil,
primates como los monos aulladores
(Alouatta), los lanudos (Lagothrix) y los
capuchinos (Cebus) son regularmente
cazados por su carne. En África, los
monos y los simios son disparados y
vendidos en el mercado como "carne
exótica". Los cazadores suelen preferir
especies de mayor tamaño, por ejemplo
en África los cazadores prefieren cazar
especies de Colobus que de
Cercopithecus, pero a medida que el
número de individuos de especies
grandes disminuye pasan a otras más
pequeñas. Otras organizaciones
mencionan que esta práctica puede
poner en riesgo la salud humana ya que
la práctica de cacería y consumo puede
favorecer el paso a los humanos de
virus como el ébola y el Virus de
inmunodeficiencia en simios (VIS,
antepasado evolutivo del VIH).
Tráfico de primates como mascotas o
para obtener productos. Los primates
también son cazados para otros
propósitos, la carne del langur
(Trachypithecus johnii) y del macaco
cola de león (Macaca silenus) es
vendida por supuestas propiedades
afrodisíacas y medicinales. De igual
manera la sangre del langur de Phayre
(Trachypithecus phayrei) en Tailandia es
comercializada porque hay la creencia
que imparte vigor a quien la bebe. En
Sudamérica los monos lanudos
(Lagothrix) y los monos araña (Ateles)
son atrapados para ser utilizados como
cebo para capturar ocelotes y jaguares.
Suerte similar corren otras especies de
primates en Sri Lanka en donde se
capturan para ser usados como cebo en
la caza de cocodrilos.

El sileno (Macaca silenus) se caza para consumo


humano por la creencia de que tiene propiedades
afrodisiacas.

En muchos países los primates se venden


como mascotas, pero para esto deben ser
capturados siendo bebés y en el proceso
es necesario matar a sus madres. En otras
partes se da muerte a los primates por
considerarlos plagas para la agricultura;
es el caso de las especies de capuchinos
(Cebus), babuinos de sabana (Papio), y de
los macacos (Macaca) en América, África
y Asia respectivamente.[63]

Los primates también han sido capturados


para permitir la investigación médica. El
número más alto de capturas se alcanzó
en la década de 1950 y continuó en la de
1960, alcanzando los cientos de miles. De
India se exportaron una gran cantidad de
macacos rhesus (Macaca mulata), en los
esfuerzos que condujeron al desarrollo de
una vacuna contra la polio. De Sudamérica
se exportaron para la experimentación
monos ardilla (Saimiri). La aparición y
expansión del virus del VIH llevó a la
captura de cientos de chimpancés
comunes (Pan troglodytes) para buscar
una cura contra el sida.

Las especies de primates en peligro de


extinción son listadas por la Unión
Internacional para la Conservación de la
Naturaleza y los Recursos Naturales
(UICN). Esta entidad realiza la "lista roja"
de las especies amenazadas de extinción.
Es de notar que desde la publicación de la
primera "lista roja" la cantidad de especies
de primates amenazadas aumentó de 96 a
166 entre las 600 existentes en el planeta.
La cantidad de especies de primates en
peligro crítico subió de 13 a 19 desde
1996. El informe también documenta la
reciente extinción de una especie de
primate, el colobo rojo de la señorita
Waldron, un primate propio de las selvas
de Ghana y Costa de Marfil. La
destrucción de las selvas por la actividad
maderera y la construcción de caminos
crearon fragmentos de bosque o bolsones
aislados devastados por cazadores
dedicados al lucrativo negocio de la carne
silvestre.
Las creencias supersticiosas también han
tenido que ver con la eliminación del aye-
aye (Daubentonia madagascariensis). Este
primate es matado por los lugareños de
Madagascar porque lo consideran de "mal
agüero" debido a sus hábitos nocturnos y
apariencia particular.

Primates críticamente
amenazados

La UICN reserva en su Lista Roja[64] la


categoría "Críticamente amenazado"
(Critically endangered, en inglés) a aquellas
especies que tienen las siguientes
características: Su extensión es menor a
100 km² y su población se calcula en
menos de 250 individuos maduros, o si los
análisis cuantitativos indican la
probabilidad de extinción en la naturaleza
del 50% dentro de 10 años o en tres
generaciones.

Primates estrepsirrinos críticamente


amenazados

Nombre científico Nombre común

Hapalemur aureus Lémur dorado

Hapalemur simus Lémur grande del bambú

Propithecus tattersalli Sifaca de Tattersal o sifaca coronado

Primates platirrinos críticamente


amenazados
Nombre científico Nombre común

Ateles hybridus Mono araña del Magdalena o marimonda del Magdalena

Brachyteles hypoxanthus Muriquí del norte de Brasil

Callicebus barbarabrownae Mono tití del norte de Bahía

Callicebus coimbrai Mono tití de Coimbra

Cebus xanthosternos Mono capuchino copetudo

Leontopithecus caissara Tití león de cara negra

Leontopithecus chrysopygus Tití león negro

Oreonax flavicauda Mono choro cola amarilla

Saguinus bicolor Tamarino bicolor

El gibón plateado (Hylobates moloch) está


críticamente amenazado de extinción.

Primates catarrinos críticamente


amenazados
Nombre científico Nombre común

Hylobates moloch Gibón plateado

Macaca pagensis Macaco pagai

Nomascus nasutus Gibón de Hainan

Pongo abelii Orangután de Sumatra

Procolobus rufomitratus Colobo rojo del río Tana

Rhinopithecus avunculus Langur ñato Tonkin

Trachypithecus delacouri Langur de dorso negro

Trachypithecus poliocephalus Langur de cabeza dorada

Primates en peligro de
extinción

Una especie se considera en peligro de


extinción si la extensión en la que habita
es menor a 5000 km², si el número de su
población es inferior a 2.500 individuos o
si el análisis cuantitativo muestra la
probabilidad de extinción es del 20%
dentro de los próximos 20 años o en cinco
generaciones. Estos son los primates en
peligro de extinción, según la IUNC:[64]

La destrucción de la selva atlántica brasileña es una de


las principales causas que han llevado al tamarino
dorado (Leontopithecus rosalia) a estar amenazado de
extinción. Los primates ubicados en esta categoría
pueden llegan a desaparecer en los próximos 20 años,
si no se toman correctivos.
Primates estrepsirrinos amenazados de
extinción

Nombre científico Nombre común

Allocebus trichotis Lémur orejipeludo

Daubentonia madagascariensis Aye-aye

Galago rondoensis Gálago enano

Indri indri Indri

Loris tardigradus Loris fino

Microcebus myoxinus Lémur ratón pigmeo

Microcebus ravelobensis Lémur ratón rufo

Varecia variegata Lémur de gorguera

Primates platirrinos amenazados de


extinción
Nombre científico Nombre común

Alouatta pigra Araguato de Guatemala o Mono aullador negro

Brachyteles arachnoides Muriqui

Callithrix aurita Tití de orejas blancas

Callithrix flaviceps Tití de cabeza beige

Chiropotes satanas Sakí negro

Leontopithecus chrysomelas Tití león de cabeza dorada

Leontopithecus rosalia Tití león dorado

Saguinus oedipus Tamarino de cabeza algodonosa

Saimiri oerstedii Mono ardilla de Centroamérica

El macaco negro crestado (Macaca nigra) habita


únicamente la isla de Célebes, y otras próximas en
Indonesia. El endemismo es un factor que hace más
vulnerable a una especie a la extinción.
El langur de François (Trachypithecus francoisi) no
está en peligro de extinción, pero es vulnerable. En
esta categoría el riesgo de extinción puede
presentarse dentro de 100 años. Otros parientes
pertenecientes a este género están en una situación
más apremiente.

Primates catarrinos amenazados de


extinción
Nombre científico Nombre común

Cercopithecus diana Cercopiteco diana

Cercopithecus erythrogaster Cercopiteco de vientre rojo

Cercopithecus preussi Cercopiteco de Preuss

Cercopithecus sclateri Cercopiteco de Sclater

Gorilla beringei Gorila de montaña

Gorilla gorilla Gorila occidental

Hoolock hoolock Gibón Hulok

Macaca maura Macaco moro

Macaca nigra Macaco crestado de las Célebes

Macaca silenus Macaco cola de león

Mandrillus leucophaeus Drill

Nasalis larvatus Mono narigudo

Nomascus concolor Gibón negro

Pan paniscus Bonobo o chimpancé pigmeo

Pan troglodytes Chimpancé común

Pongo pygmaeus Orangután de Borneo

Presbytis comata Langur gris

Procolobus badius Colobo herrumbroso oriental

Procolobus kirkii Colobo rojo de Zanzibar

Procolobus pennanti Colobo de Pennant

Pygathrix nemaeus Langur Duoc o mono pigatrix

Pygathrix nigripes Langur de patas negras

Rhinopithecus bieti Langur ñato negro

Rhinopithecus brelichi Langur ñato gris

Simias concolor Langur cola de cerdo

Trachypithecus auratus Langur javanés

Trachypithecus geei Langur dorado

Trachypithecus vetulus Langur de cara roja


Primates no humanos en la
cultura
Este artículo o sección necesita
referencias que aparezcan en una
publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 2 de abril de 2011.

Diferentes culturas humanas se han


interesado con la inteligencia, gracia y
gestos similares de los primates no
humanos que los han hecho parte de su
folclore, arte y religión, por lo que se
encuentran referencias de ellos en
muchas culturas.
Los primates han jugado un papel importante en las
culturas humanas. En la imagen, una representación
de Hánuman, un dios hindú.

Los hindúes tienen dentro de su panteón


de dioses a Hánuman, el dios mono. Este
dios es considerado muy poderoso, y se le
asigna un papel muy importante en la
lucha del dios Rama contra el demonio
Ravana.
En las culturas musulmanas los primates
no son cazados para ser consumidos
como alimento porque su carne se
considera inmunda, mientras que en la
India se cree que al estar relacionados con
el dios Hanuman no se les debe matar. En
Madagascar hay tabúes que evitan la
matanza de los indris.

En la mitología china, Sun Wukong, el Rey-


Mono viaja con Chu-Bajie y famoso monje
Hiuna-tsang a la India para conseguir las
fuentes originales del budismo, travesía
narrada en el cuento Jornada al Oeste.
Los chinos también elaboraron un zodiaco
en el que tienen al mono como uno de sus
signos. Los chinos asignaron ad-hoc las
características que observaron en los
monos a las personas que nacen en el año
del mono. Tales como ser juguetones,
inteligentes, detallistas, vanidosos, etc. El
último año del mono fue el 2016, y el
próximo será el 2028.

Dyehuty (en egipcio), Thot o Tot (en


griego), es el dios de la sabiduría, la
escritura, la música, y símbolo de la Luna,
en la mitología egipcia.
Los egipcios representaban al dios
Dyehuty (o Thot en griego) como un
babuino como un hombre con cabeza de
ibis. A este dios se le atribuye una gran
sabiduría y poder sobre los otros dioses.

Una leyenda de creación africana de los


pueblos de Mozambique narra la historia
de Mulukú, un dios que hizo brotar de la
tierra a la primera pareja de la que todos
descendemos. Mulukú era un experto
agrícola, por lo que enseñó a la primera
pareja los oficios de la siembra. Esta
primera pareja fue desobediente, echando
a perder los campos de cultivo. Mulukú los
castigó convirtiéndolos en monos. El mito
cuenta que Mulukú lleno de ira arrancó la
cola de los monos para ponérsela a la
especie humana. Al propio tiempo ordenó
a los monos que fueran humanos y a los
humanos que fueran monos; depositó en
éstos su confianza, mientras que se la
retiraba a los humanos. Y dijo a los
monos: "Sed humanos". Y a los humanos:
"Sed monos".

La cosmolología maya asume una serie de


mundos que se suceden unos a otros. La
mitología maya narra que después del
segundo mundo llegó a su fin después de
un gran huracán. El dios Kukulkan
transformó a los sobrevivientes de esta
catástrofe en monos.

En la cultura chimú los monos también


provienen de seres humanos previamente
creados. En este caso el dios Pachacámac
se encarga de la transformación tras
ganarle una batalla al dios Kon, creador de
la primera estirpe humana.

En la Edad Media, los conocimientos que


los europeos tenían sobre los primates no
humanos provenían de los marineros,
comerciantes y viajeros a tierras lejanas,
quienes trajeron una mezcla grotesca de
zoología y fábulas. De África se trajeron en
el siglo XVII historias sobre los "hombres
peludos de la selva" y "hombres salvajes"
que los intérpretes llamaron "gorilas"
(N’Guyala) o "pongo" (M’Pungu) según la
región. Ya en el siglo XVII los colonos
holandeses en Asia describieron los
orangutanes como "hombres salvajes" o
"sátiros índicos", de hecho, el anatomista
holandés Nicolaas Tulp clasificó a todos
los "hombres peludos" de las selvas
asiáticas como pueblos cazadores-
recolectores. El término Orang-Utan
significa "hombre de los bosques".

Véase también
Lista de primates

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Enlaces externos
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Primates.
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categoría multimedia sobre Primates.
En inglés
Página del Centro Nacional de
Investigación de Primates Yerkes
EUPRIM-Net: European Primate
Network
Monkey World Ape Rescue Center

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