Separata Del Barroco Al Art Nouveau
Separata Del Barroco Al Art Nouveau
Separata Del Barroco Al Art Nouveau
El Naturalismo de
Caravaggio
1573
1610
La Buenaventura
La Buenaventura
(1594-5)
Los Discípulos de
Emaús (1596-1602)
Baco (1598)
Baco (1598)
Diego Velásquez
1599
1660
Las Meninas(1656-7)
La Rendición de Breda
( 1634-35)
Se sabe que Velásquez pintó otra obra con una mujer desnuda,
pero ésta es la única que se conserva. Existen opiniones
encontradas en cuanto a la fecha. Unos piensan que la hizo en
1644 y otros que hacia 1648 en Italia. El hecho es que aparece
en el inventario de la colección de don Gaspar Méndez de Haro,
Marqués de Eliche y de Carpio, sobrino del Conde-Duque de
Olivares, en 1651.La partida dice así:
Una pintura en lienzo de una mujer desnuda tendida sobre un paño
pintada de espaldas...mirándose en un espejo que tiene un niño de la mano
de Velásquez de dos barras y media de ancho y una y media de caída.
Dada la inclinación del Marqués por las mujeres, se piensa que
podría representar a su esposa o a una de sus amantes. Quizá
por eso el artista coloca el rostro del espejo difuminado para
así reflejar el cuerpo desnudo de la mujer que el marqués
amaba. Existen muchas referencias de la obra: La Venus de
Urbino de Tiziano (1538), La Venus Dormida de Giorgione e
incluso el propio Miguel Angel. La originalidad de Velásquez
radica en que coloca a una mujer de innegable hermosura, que
ya no debe ser vista sólo como la Diosa sino como imagen de
la belleza en sí misma, resaltando aún más sus rasgos físicos
gracias al cromatismo del paño azul y blanco y al cortinaje rojo
que dota de erotismo a la escena.
Cupido, su hijo, aparece con la mirada inocente sosteniendo el
espejo en el que se refleja el rostro de la diosa, pero al mismo
tiempo con las manos atadas, imposibilitado de hacer otra
cosa que contemplar a su madre.
Con este cuadro, Velásquez entra a su última etapa. El manejo
de la luz es especial, logrado en base a los contrastes de tonos.
El artista se acerca a un estilo en el que cada vez irá prescindiendo de los elementos innecesarios.
Autorretrato a la edad
de 63 años (1669)
Vermeer es sin duda uno de los grandes maestros del Barroco holandés. Más joven que sus contemporáneos Frans Hals
(¿1580?-1666) y Rembrandt Van Rijn (1606-1669), y de vida breve de la que se sabe muy poco, se distingue por la
originalidad para tratar temas cotidianos en su pintura.
Vermeer es el artista más destacado de los llamados interioristas holandeses. Con una minuciosidad formidable,
Vermeer se detiene en el instante preciso en que los personajes de sus cuadros parecen estar concentrados. A través del
retrato Vermeer parece no sólo explorar la acción sino desvelar el alma. Así distinguimos en sus personajes expresiones
de dolor, desconcierto, curiosidad, alegría.
Católico en un Delft protestante, su obra se reduce a pocos cuadros pues no hacía sino dos o tres por año,
perfeccionando diariamente los detalles que recrea.
Se le reconoce la autoría de unos 35 cuadros, aunque es probable que parte de su obra haya sido destruida.. Sólo se
conoce con certeza la fecha de su nacimiento en Delft y la de sus cuadros: La alcahueta (1656) El astrólogo (1668) y El
geógrafo .
Su obra cayó en el olvido durante casi doscientos años, hasta que fue redescubierta a finales del siglo XIX; en una época
en que la luz que nace del color, se convirtió en el objeto principal de la pintura impresionista. Para Renoir “la Encajera
de bolillos” de Vermeer era “el cuadro más bello del mundo”.
Autorretrato con
Isabella Brandt en el
Jardín del Amor (1609)
“Según la versión
más conocida las
Cárites eran hijas de
Eurinoma, hija del
Océano y de Tetis, y
de Zeus.
Según Hesíodo eran
Eufrosine (gozosa),
Aglaya
(resplandeciente) y
Thalia (floreciente).”
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El Barroco en Francia
Los artistas holandeses se caracterizaron por su manejo del paisaje y adquirieron grandes destrezas en reproducirlos.
Sin embargo, los grandes cultivadores del paisaje son los franceses.
Entre los más consagrados habría que mencionar a Nicolas Poussin (1594-1606) y Claude Lorrain (1600-82).
Curiosamente, ambos vivieron en Roma y su obra se ve profundamente influenciada por el clasicismo italiano a pesar
de su esfuerzo por marcar la distancia en otros aspectos.
Poussin convirtió a Roma en su segundo hogar, estudiando los modelos clásicos con pasión porque quería que su
belleza lo ayudara a reproducir su visión de paisajes remotos, llenos de inocencia y dignidad.
La pintura francesa atravesaba una crisis debida al éxodo de sus artistas. La figura mas prominente de la escena política
era el poderoso cardenal Richelieu (1585-1642), abierto defensor del absolutismo monárquico. Su capacidad para
sofocar las rebeliones internas, en especial la de los hugonotes hace que Luis XIII lo nombre ministro de estado 1624.
Seria precisamente RIichelieu el encargado de convencer a Poussin de regresar a la corte francesa en 1640.
Los esfuerzos anteriores del rey por renovar y desarrollar la tradición pictórica francesa, la Escuela Francesa no se
concretan hasta la llegada de Poussin.
Heredero del legado de Carracci, Poussin regresa a Francia a pesar suyo, pues era en Roma donde se había convertido
en un gran maestro.
Profundamente influenciado por los maestros del Barroco italiano, en especial por Domenichino, Poussin busca
desarrollar un arte menos emotivo pero no por eso falto de la espiritualidad propia del siglo XVII.
Hasta cierto punto puede decirse que sus ideales de pintura tienen más en común con los postulados del Renacimiento.
El género bucólico había sido inventado por Teocrito de Siracusa en Sicilia y cultivado por Virgilio en Roma, recordado
por sus famosas Églogas. En un ambiente paradisíaco hombres cultos vestidos con el traje de pastor en pastores
lamentan sus penas de amor.
Para la gente culta del siglo XVII la Arcadia era el lugar asociado a esta tradición pastoral. En un paraíso, situado la
centro de Grecia conviven dioses, ninfas y mortales que viven al aire libre cuidando sus rebaños en el verano.
El cuadro de Poussin alude entonces a este paraíso de los pastores, la Arcadia. Sin embargo la frase que da título al
cuadro, (Yo, también estuve en Arcadia ) conlleva un significado negativo. Los personajes, vestidos a la usanza clásica
señalan la inscripción el ataúd. La Arcadia, pues tampoco esta libre de la muerte.
Gilles (1721)
En el siglo XVIII, llamado “de las luces”, sobresale triunfante a lo largo de varias décadas, el estilo “Rococó”.Criticado
por considerarse artificioso y superficial, en el Rococó emociones y sentimientos se imponen sobre la razón. La pintura
de esta escuela se desarrolla paralelamente en Inglaterra, Venecia y Francia. En este contexto, Jean Antoine Watteau
destaca entre los artistas franceses y en 1712 la Academia Real lo incorpora como pintor de “fiestas galantes,” género
creado por él mismo. Watteau podrá, a partir de ese momento dar rienda suelta a su fantasía poética inspirada en una
sensibilidad muy aguda.
-En un mundo melancólico el artista recrea escenas de carácter festivo al aire libre protagonizado por cortesanos
que, vestidos elegantemente de satín parecen formar parte de un paraíso privilegiado.
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-Desde este mundo parecen mirar al otro con estilizada indiferencia.
-Sin embargo, como en el caso de Gilles , detrás de la fastuosidad y distinción se ocultan sentimientos más
profundos.
-Entre 1703 y 1707 Watteau trabajó en el estudio de Claude Gillot, escenógrafo teatral, y comenzó a pintar,
como su maestro, personajes de teatro, fundamentalmente de la Comedia Italiana, que serían siempre uno de
sus temas predilectos.
-Resulta significativo que Watteau pintara este cuadro luego de haber vuelto de Londres a donde había viajado
para recibir atención médica. Dicho viaje, lejos de mejorar su ya quebrantada salud, acabó de minarla.
-Watteau moriría el mismo año en que realiza su famoso retrato de tamaño natural de este payaso, cuya mirada
impregnada de profunda tristeza no deja de impactar al espectador.
-Impotente ante la tuberculosis, es posible que Watteau haya querido expresar a través de Gilles, la nostalgia de
una vida plena a punto de extinguirse trágicamente a los treinta y siete años.
-La escena se desarrolla al aire libre, con un paisaje de frondosos árboles cuya variedad no deja de llamar la
atención: cedros, arbustos, pinos.
-Escondida tras los árboles se distingue una columna rígida con cabeza de fauno.
-Al centro destaca la figura de Gilles, con una expresión de nostalgia y profunda melancolía que no le permite
participar de la diversión de sus compañeros.
-Está de pie, vestido de Pierrot, con los brazos caídos, como símbolo de derrota.
-Se percibe una timidez insólita en un personaje que debería divertir y más bien irradia tristeza.
-Su mirada es lejana, distante, solitaria.
-Parece ajeno a la escena, incómodo en este clima de risas del que él ya no forma parte.
-Sus compañeros de la Commedia dell’Arte tienen una actitud alegre, divertida, de mutua complicidad y no
parecen interesarse en la tristeza del Pierrot.
-Sólo el burro, a través de su mirada con un solo ojo, parece compartir la nostalgia de Gilles.
-Bajo el traje de payaso, bajo la representación de la vida, que es la comedia, se esconden la tristeza y la verdad.
-Gilles podría parecer un fiel retrato de Garrick, aquel legendario payaso inglés, que agotado de hacer reír a los
demás, había olvidado de sonreír él mismo.
El Columpio (1767)
-Sin duda uno de los cuadros más célebres del artista que a través de este lienzo expresó, quizás mejor que
ninguno de sus contemporáneos el arte vital y l mismo tiempo frívolo del rococó.
-Se percibe la tendencia del artista de dejar de lado los temas heroicos para dedicarse a temas más triviales.
-En un frondoso jardín aparecen dos personajes.
-En el centro una muchacha que cogida con las dos manos de la cuerda del columpio que está colgado del árbol,
se balancea alegremente.
-Echado a sus pies, un caballero, vestido a la usanza de la época con la misma elegancia que ella, la observa
risueño, compartiendo el instante.
-Sobre el joven, se distingue una estatua de Eros, Cupido para los romanos, dios del amor, hijo de Afrodita y
Ares.
-El equilibrio, tema de este cuadro, se convirtió en símbolo de toda una época.
-El tema del cuadro parece ser el amor. Las miradas de los dos personajes se encuentran y comparten
momentos que están destinados a terminar, cuando se acerque el personaje mayor que se acerca desde la
oscuridad de los árboles.
-El paisaje está magníficamente bien logrado, detrás de la sombra se percibe la luz, que también ilumina al
personaje central dotándolo de sensualidad
-El tema de este cuadro ha sido tratado por distintos maestros de la pintura.
-La figura central es la joven, vestida de pastora, que lleva un sombrero y una venda cubriéndole los ojos, sin
embargo, no quedan del todo cubiertos, por lo que el personaje podrá ver parcialmente lo que ocurre.
-El juego apunta a la seducción amorosa, disfrazada de misterio.
-Del mismo modo el traje de pastora podría no ser más que un disfraz detrás del cual podría esconderse una
personalidad aristocrática.
-El paisaje evoca los cielos del artista italiano Tiepolo, de cuya obra Fragonard era un gran admirador.
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El Neoclasicisimo-
El “Retrato de los niños Graham” es un perfecto ejemplo de esas “escenas de conversación”. Se trata de la
representación de los hijos del doctor Graham, farmacéutico de un hospital londinense que había alcanzado una posición
social acomodada. Siguiendo la tradición, encargó como signo externo de su bienestar económico, un retrato de sus
cuatro hijos.
- Los niños se encuentran vestidos con ropas elegantes; signos evidentemente burgueses. Incluso las cortinas, las
flores y frutas y el mobiliario expresan dignidad. Así, Hogarth logra plasmar en su lienzo el bienestar económico de
los retratados.
- La composición es armoniosa, pues los niños tienen una disposición semi triangular, que recuerda a “Las Meninas”
de Velásquez.
- El color en los rostros de los niños, sus vestimentas luminosas y la ausencia de sombras simbolizan la alegría e
inocencia infantil.
- Sin embargo, la oscuridad del espacio podría ser interpretada como una amenaza latente, que podría dar fin a la
inocente felicidad.
- Además, el reloj a la izquierda simboliza el tiempo, y la velocidad con que la felicidad puede ser interrumpida. A la
derecha, el gato que acecha al pájaro encerrado representa la amenaza de la pérdida de la inocencia sexual.
- Así, en este lienzo, Hogarth ha incluido los peligros del mundo adulto.
Las grandes creaciones de los artistas ingleses del siglo XVIII habrían de polarizarse entre paisajes y retratos.
Gainsborough se caracterizó principalmente por su manejo de los paisajes. Sin embargo, en la Inglaterra del siglo XVIII
los retratos gozaban de más aceptación. Por lo tanto, el pintor comenzó a retratar personas – especialmente miembros
de la aristocracia inglesa – dentro de sus paisajes.
Este lienzo corresponde al primer encargo del pintor en el período denominado de Ipswich.
Coetáneo de Reynolds, la pincelada de Gainsborough, sin embargo, es más fluida.
- El paisaje, es decir las colinas y los árboles, no son creaciones ideales del pintor, sino representaciones de objetos
concretos.
- Robert Andrews y su esposa, propietarios de los campos, aparecen en un primer plano en una pose aparentemente
relajada. Sin embargo, es notoria la artificialidad de las figuras, que parecen elementos decorativos dentro del
paisaje.
- Es evidente que el método usado por Gainsborough es el mismo que anteriormente introdujo Francis Hayman, en el
cual antes de pintar el lienzo se hacía una maqueta.
- Además, el pintor, antes de realizar el lienzo, habría hecho bocetos del paisaje real.
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El Abrevadero (1777)
A pesar de que los retratos de Gainsborough no tuvieron sucesores, sus paisajes influenciaron decisivamente a las
generaciones posteriores. Así, el pintor se convirtió en uno de los precursores de la pintura al aire libre.
- En este lienzo, se evidencia el estudio de la luz natural y la preocupación del pintor por este fenómeno. El manejo de
luces y sombras es excelente, pues la parte en donde se encuentran los animales está iluminada por una luz intensa,
mientras que el resto del lienzo se ve oscurecido por las sombras de los árboles.
- Gainsborough se caracterizó por plasmar una serie de bocetos frente al paisaje real, que luego trabajó en su taller.
- Se trata de una composición bucólica, pues los dos personajes han sido retratados de cuerpo entero dentro de un
paisaje natural.
- En su lienzo, el pintor evoca a la sencillez, pues no pretende que los personajes aparezcan como héroes, sino más
bien, en momentos de relajo y tranquilidad.
- A pesar de una cierta rigidez en los personajes, la situación representada es encantadora, pues el pintor, con un libro
en la mano, parece dirigirse a su esposa, haciendo gestos con la mano, en una actitud coloquial. La naturaleza, llena
de luz, parece inspirar la conversación y alegrar a la pareja.
En este lienzo, aparecen dentro de un paisaje natural, dos personajes retratados en cuerpo entero. Se trata de una
composición típica de Gainborough, que a pesar de haberse caracterizado por sus paisajes, introdujo dentro de éstos a
figuras aristocráticas, debido que los retratos tenían mayor aceptación en la Inglaterra del siglo XVIII.
- Los personajes elegantes, muestran una cierta tendencia a los anteriores retratos aristócratas de Van Dyck.
- Este lienzo se caracteriza, por el elegante movimiento en los personajes, diferente a la rigidez de los primeros
retratos del pintor.
- La atmósfera del cuadro está dada por el excelente manejo de la suave luz, aparentemente matinal. Ésta no se
encuentra únicamente en los personajes, sino más bien en los colores cálidos utilizados por el pintor.
- Debido a los colores y a las suaves pinceladas, todos los elementos parece estar hechos del mismo material. Tanto
el follaje de los árboles, como los cabellos y las ropas de los personajes, parecen ligeros y vaporosos.
- -El elegante sombrero de plumas, el tul que ella sujeta graciosamente, el peinado de él de acuerdo a los cánones de
la época, el perro que mira a su ama, el árbol que les da sombra, parecen integrarse, casi mimetizarse en un todo
orgánico.
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- Los personajes ya no se encuentran delante de un paisaje que sirve de fondo; más bien parecen inmersos dentro de
éste. A pesar de sus elegantes ropas, los aristócratas se encuentran en contacto directo con la naturaleza.
- Cabe mencionar que, a pesar del buen manejo de la naturaleza y del paisaje, el pintor ha dado prioridad a la pareja,
que ocupa gran parte del espacio. En sus primeros retratos, los personajes parecen adornos dentro del paisaje, en
este caso sucede lo contrario; el paisaje sirve únicamente de fondo.
La serie de retratos que sería el común denominador de la pintura inglesa del siglo XVIII, es iniciada por Sir Joshua
Reynolds. Este, desarrolla una actividad intensa en un gran taller y en 1779 es nombrado el primer director de la
Academia londinense.
Reynolds se caracterizó por sus habilidades para el retrato, que pasaron a la posteridad influenciado decisivamente a
una generación de retratistas.
El retrato de la Sra. Siddons evidencia la tendencia de Reynolds a crear “retratos históricos”, en donde un retrato era
construido haciendo alusión a algún hecho histórico o mitológico.
- En este caso, los historiadores consideran que la pose de la Sra. Siddons en el trono alude a los profetas pintados
por Miguel Angel en la Capilla Sixtina.
- El papel de musa acechada por demonios tiene una explicación, pues la Sra. Siddons era una actriz famosa de la
época; aclamada por sus papeles trágicos en los dramas de Shakespeare.
- La escena no es luminosa, sino más bien oscura. Los tonos marrones utilizados evidencian una gran influencia de
Rembrandt sobre Reynolds.
- La pose del actriz es elegante y desenfadada. Además, la impersonalidad del papel interpretado es compensada por
el carácter de la actriz, evidenciado en su rostro.
- La actriz no se llega a compenetrar con el papel que representa, pues sigue siendo una mujer sensible e individual.
El principal objetivo de Reynolds en esta obra, es el de resaltar la personalidad de la Sra. Siddons.
Reynolds se caracterizó siempre por el estudio de las técnicas y temas de pintores antiguos. En este retrato de Samuel
niño, es evidente la influencia de Reambrandt.
- Samuel – el último de los jueces y el primer profeta de Israel – es representado de niño, en tonos básicamente
marrones.
- La representación de Samuel que hace Reynolds es insólita y novedosa, pues la obediencia, sabiduría y severidad
que caracterizaron al hombre, parecen ir más allá de las posibilidades del pequeño niño, que parece más bien
inocente y delicado.
- Los tonos marrones y la iluminación en claroscuro típicos de Rembrandt, hacen que el lienzo refleje la profunda
piedad característica de las obras de este pintor. Así, los rasgos tomados del antiguo maestro contribuyen a elevar el
sentido de dignidad en el lienzo, y a hallar un término medio entre las exigencias del Viejo Testamento y el carácter
infantil del niño.
- Los tonos marrones, además, ennoblecen al lienzo, elevándolo al rango de las piezas de colección de la época.
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- El espinoso tema religioso se hace más cercano y menos patético al ser representado a través de un niño.
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Goya y la Rebelión contra la Academia
El Ángelus (1858-59)
En 1848, los pintores ingleses Rosetti, Holman Hunt y Millais decidieron formar una hermandad secreta en la que se
perseguía “la ingenua sinceridad” del Quattrocento. Es decir, se inspiraron en la pintura anterior al estilo de Rafael de
Sanzio, cuya arte manierista criticaron con insistencia.
Los Pre Rafaelitas defendieron la espiritualidad, veracidad y sinceridad del arte y contrapusieron sueños poéticos a un
mundo materialista. Su pintura no se fundamenta en la observación sino que se inspira en los temas religiosos e
históricos, como también un mundo encantado, como el de la Divina Comedia de Dante Alighieri.
Algunas consideran que el pintor romántico William Blake fue el precursor del prerrafaelismo, pues estuve interesado en
temas tomados de la antigua literatura y tragedia greco romana.
En el lenguaje pictórico del Pre Rafaelismo lo más importante era la armonía, la estética con la que se representaban las
ideas. El color y la forma tuvieron una expresión propia y el equilibrio de estos elementos se encontraba en un primer
plano. El estilo lineal y sosegado de estos pintores fue el pionero del arte de finales de siglo XIX, el modernismo y el
simbolismo.
Son frecuentes las ilustraciones de Blake: temas del Antiguo y Nuevo Testamento, de Milton, Blair y Dante Allighieri.
Por encargo de su protector, John Linnel, entre 1824 y 1826 realiza cien acuarelas sobre La Divina Comedia
-Del mismo modo que en su obra anterior, Blake adopta aquí una postura personal frente al texto.
En su primera obra, La Vita Nuova (1292-1293) Dante crea el tópico de la “mujer angelical” inspirado en la figura de su
amada, pura e inalcanzable, Beatriz.
El amor puro, por una mujer pura es el medio que conduce a Dios.
Blake no parece compartir la opinión del poeta florentino y ve en Beatriz a una imagen de perversa seducción.
Para Blake es la imaginación la que nos hace comprender la propia realidad mientras que la razón restringe y limita.
A través de los colores pastel de sus acuarelas da su propia interpretación de este pasaje del Canto XXX, Purgatorio, 31-
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Beatriz aparece como una Venus amenazada por el torbellino lleno de ojos.
La presencia del grifo, animal fabuloso de la mitología con alas y pico de águila, pero con cuerpo de león nos transporta
al país de los Hiperbóreos donde vivían protegiendo el tesoro del Dios Apolo.
Ofelia (1851) (Tate Gallery, Londres) Óleo sobre lienzo (76 x 112 cms.).
Personaje trágico y desesperanzado del Hamlet de Shakespeare fue un tema frecuente en la pintura del sigo XIX. El
rechazo de Hamlet, su prometido, producto de su desequilibrio emocional, el asesinato involuntario de su padre, son
causas que llevan a Ofelia a la angustia que culmina en un suicidio. Fiel a Shakespeare, Millais recrea a la Ofelia de
Hamlet en un río, sujetando aún con la mano las flores que había ido a buscar.
-La bella joven que posa para Millais, es Elizabeth Siddal que trabajaba en una sombrerería y pronto se convertiría en la
modelo predilecta de los artistas Pre Rafaelitas. Luego la joven se casó con Rossetti, y como cumpliendo el destino que
había representado en el cuadro de Millais, se suicidaría dos años más tarde.
Detalles:
-Representada como una náyade (ninfas griegas de las aguas) Ofelia yace flotando sobre las aguas.
-Sus ojos aún están abiertos, su expresión es distante, acercándola ya al otro mundo del que ha comenzado a formar
parte.
-El color de su vestido se mimetiza con la tierra de la orilla.
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Los arbustos que la rodean , el follaje verde intenso contrastan con la blancura de su rostro.
-La premisa básica de la hermandad, basar su arte en la fidelidad a la naturaleza está muy bien lograda en su
tratamiento de la misma.
-La sensibilidad poética, la carga emocional que alejan al cuadro del arte académico lo convierten en un manifiesto del
Prerrafaelismo.
Su pintura estuvo dedicada a una belleza femenina idealizada, inspirada en Elizabeth Siddal, mujer que pintaría una y
otra vez y con quien se casó en 1860. Su obra refleja la misma ansiedad y zozobra que expresa en sus poemas y desde
joven pintó temas relacionados con las leyendas medievales y la mitología.
El Simbolismo temprano
En una época plagada de expresiones neo-impresionistas, surgió un grupo de pintores que se inclinó por un arte más
fantasioso y etéreo. La subjetividad exaltada y la intimidad sustituyeron la objetividad impresionista y así, el simbolismo
se orientó hacia el misticismo y al interior del individuo. Su principal objetivo fue era expresar la realidad de lo imaginario
y de la magia.
Este movimiento se presenta sobretodo en la obra de Redon, que “simboliza” emociones de un mundo onírico y en
menor grado en la pintura de Puvis de Chavanne, que tuvo una etapa de contenido alegórico, temas bíblicos y
espirituales. Sin embargo, el movimiento alcanzó su auge expresivo cuando derivó en “Art Nouveau” .
Realizaba sus obras en lienzos y luego las fijaba en muros, tratando de imitar los pálidos efectos del fresco. Se hizo
conocido por sus representaciones alegóricas de temas abstractos, sus temas bíblico y sus diversas versiones de “El
Pescador Pobre”.
Su éxito se consolida tardíamente y lo convierte en el muralista francès más destacado de la segunda mitad del siglo
XIX, llegando a decorar edificios públicos como el Panteón o la Sorbona.
El Pescador Pobre (1881) (Museo de Orsay) Óleo sobre lienzo (155 x 192, 5 cms.).
Puvis de Chavannes realizó varias versiones de este tema, en el que expresa una poesía sencilla y familiar. De todas la
más conocida es la que está en París en el Museo d’Orsay.
Una barca sencilla aparece amarrada a la orilla de un río. El color de éste se mimetiza con la franja de tierra gris verdosa
en la que crecen unos arbustos de flores de los mismos tonos.
La barca se refleja en un río tranquilo, que le permite al humilde pescador mantenerse de pie con las manos juntas,
rezando.
En la franja de tierra una mujer y un niño dormido sugieren el clima de paz y tranquilidad que despide toda la obra.
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Odilon Redon (1840 – 1916)
Contemporáneo de los impresionistas de la primera generación, Rédon se ubica al margen de esta corriente, como un
ser aislado y participó en la primera exposición de “Salon de Independientes”. Ese año se hizo famoso con la novela “A
rebours” de J.K. Huysman, pues el protagonista de este libro coleccionaba sus dibujo y esta mención vinculó a Redón
inmediatamente con el movimiento simbolista.
Después de una etapa en la que tuvo una imaginación fantasmagórica, casi pesadillesca, comenzó a pintar
composiciones florales y acuarelas muy coloridas. Éstas fueron muy elogiadas después de su muerte, especialmente por
Matisse y los Surrealistas, que consideran a Redon como uno de sus precursores.
Tres Jarrones Azules (hacia 1910) (Museo Von der Heydt, Wuppertal) Óleo sobre lienzo (73 x 54 cms.).
La muerte de su hijo lo sume en una profunda tristeza que refleja en el uso exclusivo de blanco y negro en su obra. Con
el nacimiento de otro hijo el color renace en su pintura. Parece ser que los antiguos demonios de sus visiones
simbolistas, han dado paso a una alegría serena. Los jarrones llenos de flores irradian una sentimiento placentero y esta
naturaleza muerta se asoman a un mundo de ensueño, con un colorido intenso en el que destacan los tonos malvas,
morados, rojos.