Formula Observaciones A La Prueba (Ramos-S.s.)

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Formula observaciones a la prueba.

S. J. L. del 2do. Jdo. Civil de Rancagua.

VICTOR ENRIQUE EBERLE OLEA, por la parte


demandante en los autos caratulados “RAMOS CON SERVICIO DE
SALUD O´HIGGINS”, Rol No. 15.563-2017, a US. digo:

En tiempo y forma vengo en hacer presente a US. las siguientes


observaciones que a mi parte merece la prueba rendida en el mismo orden
en que fueron fijados por el tribunal los hechos pertinentes, substanciales y
controvertidos:

“I.- En cuanto a la excepción perentoria:

1º.- Legitimidad pasiva del Servicio de Salud O´Higgins.”

DOCUMENTAL : Este punto, cuyo peso de la prueba corresponde a la


demandante, ha quedado probado mediante copia de diversos fallos ya
ejecutoriados y no contradichos u objetados por la parte contraria, recaídos
en causas Rol No. 12.758-2014 del 1eer. Jdo. Civil de Puente Alto,
caratulados “Toro Muñoz con Servicio de Salud Metropolitano”; copia del
fallo recaído en causa Ingreso No. 38.020-2017 de la Excma. Corte
Suprema, en los cuales se ha establecido la legitimidad pasiva del Servicio
de Salud de la zona correspondiente al establecimiento hospitalario
afectado, por no tener éstos autonomía judicial como lo pretende la
contraria, sino únicamente en la administración financiera.

“II.- En cuanto a la demanda de indemnización de perjuicios por falta de


servicio”:

“1º. Hechos y circunstancias que configurarían la falta servicios


imputada a la demandada.”

La falta de servicio ha quedado configurada por la ausencia de un período


de observación del paciente Politraumatizado – como ocurre con don Hugo
Galdames –posterior a la atención de urgencia en el Hospital Regional de
Rancagua el día 10 de junio del 2016, como lo recomienda e instruyen los
documentos acompañados por mi parte el 29 de enero del 2018 ( v. gr.
recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud; Protocolos de
Atención de Urgencia; Protocolo de Caída de Pacientes del Hospital
Regional de Rancagua; Guía de Atención de Pacientes de Alto Riesgo en
Establecimientos Públicos, etc.).

Tal omisión queda comprobada:

-) Del Informe de Datos Atención de Urgencia ( DAU) No. 31.683 de fecha


10 de junio del 2016, presentado por la contraria en audiencia de fecha 1
de febrero del 2018, el cual consigna el tratamiento a base de calmantes (
60 mgs. de Kerotolaco), pero no de “observación” del paciente de alto
riesgo en el recinto hospitalario.

-) Con las declaraciones testimoniales de fecha 1 de febrero del 1018 por


la parte demandante, señores Hector Enrique Alegría Berrios y Jorge
Gumersindo Vivanco Valdebenito, quienes concuerdan que don Hugo
Galdames ingreso de Urgencia del HRR con fuertes dolores al tórax el día
10 de junio del 2016, a las 10,50 horas y fue dado de alta rededor de las
14,00 horas del mismo día, sin haber sido sometido a observación alguna
posterior a la atención.

-) Declaraciones de la doctora Daniela Victoria Russu Cisternas prestadas


el día 2 de febrero del 2018 como testigo de la demandada, quién señala: “
…por lo que no requería en ese momento ninguna monitorización especial
u observación acorde al motivo de consulta…”.

-) Informe de Autopsia practicada por el doctor señor Juan Sergio Alfonso


Villagran García el día 11 de junio del 2016, quién concluye que de
haberse observado al paciente en el centro asistencial por 24 horas como
mínimo, se podía haber evitado su muerte.

“ 2º. Efectividad que la demandante sufrió los perjuicios demandados


como consecuencia de la falta de servicio atribuible a la demandada.
Naturaleza y monto de los mismos.”

La efectividad de haberse provocado perjuicios a la actora por la falta de


servicio de la demandada, queda concluyentemente probada de las
declaraciones de los testigos Orellana y Vivanco vertidas con fecha 1 de
febrero del 2018, quienes son contestes y concordantes en señalar que la
Sra. Elsa ( demandante de autos ), quedo abatida y en un estado de grave
depresión a consecuencias de la muerte de su marido, único sostén
económico y compañero de vida; además de fuertes deudas por los
desembolsos no previstos de una suma cercana a los cuatro millones de
pesos por concepto de adquisición de una sepultura y gastos de sepultación
del Sr. Galdames, sin contar con el costo no presupuestado de tratamientos
psicológicos o siquiátricos de recuperación a que se encuentra sometida
actualmente.

Abona esta conclusión el Certificado del Médico – Siquiatra Dr. Rodrigo


Antonio Ávila Rebolledo de fecha 20 de enero del 2018 - no objetado de
contrario por la demandada - que diagnostica: “…duelo patológico
extendido…” de la actora, todo lo cual deja en evidencia la naturaleza de
los perjuicios tanto morales como económicos.

En cuanto al monto de los perjuicios, en lo que respecto al daño emergente


ellos quedan probados mediante las boletas No. 003430.- , de 11 de junio
del 2016 por la cantidad de $ 286.000.- por concepto de servicios
funerarios del Sr. Galdames; y del comprobante de adquisición de sepultura
para tales efectos en el cementerio No. 1 de Rancagua, por una cantidad
inicial de $ 2.692.347.-, tampoco objetados por la contraria.

“3º. Existencia de relación de causalidad entre la conducta u omisión de


la demandada y el daño provocado a la demandante.”

También queda probado por declaraciones de los testigos señores Orellana


y Vivanco, que tras la muerte de su cónyuge la actora quedó con una
depresión emocional severa y de las consecuencias económicas,
exclusivamente a consecuencias de ella.

Del Informe Forense del Dr. Villagran queda de manifiesto la causa de la


muerte ( Asfixia por vómitos ) como reacción pos-traumática del paciente,
y que ello se pudo evitar de habérsele “observado” con posterioridad a la
consulta, en caso de presentarse tales convulsiones por la ayuda de
respiración mecánica que el hospital habría podido y debido prestarle al
paciente en tales circunstancias..

De los documentos acompañados por mi parte con fecha 29 de enero del


2018, ( Protocolo de Atención Médica de Urgencia en Adultos Mayores )
queda demostrado que respecto de este tipo de personas consideradas de
“alto riesgo”, es imperativo que el paciente sea permanentemente vigilado
y asistido por personal calificado para ello, y no es concebible que se le
entregue a sus familiares para que desempeñen esta función como lo
declara la Dr. Daniela Russu, precisamente por ser predecible una reacción
convulsiva posterior como ocurrió en el presente caso.
“II.- En cuanto a la demanda subsidiaria:”

“1º.- Efectividad de que la demandada, cometió una acción u omisión,


culpable o dolosa. Aspectos y circunstancias que la constituyeron.”

a) En primer lugar había que señalar como acto de grave negligencia


por parte de la Administración del Hospital Regional de Rancagua, el
haber dejado a cargo del servicio de “Urgencia” para la atención
clínica de pacientes la “alto riesgo”, a una profesional médico como
la doctora Russu, quién a la fecha de los hechos contaba con una
experiencia no mayor de tres meses en la materia. Resultado de ello
es que la a falta de experiencia de la doctora Russu, la llevo a dar de
alta al occiso, sin una adecuado examen físico (palpación) que le
habría indicado la existencia de graves fracturas de las costillas
derechas ( en un número no inferior a ocho) o de la existencia de
hemorragia interna que acusaban los hematomas que el paciente
presentaba en su costado derecho.

b) En cuanto a el diagnóstico de la Dra. Russu, este fue realizado


también negligentemente como se ha dicho en el párrafo anterior,
pero también fue negligente en cuanto a la percepción e
interpretación de las radiografías que le hieran al paciente para ello,
pues las calificó como “fisuras”, en consecuencia que el informe
forense las describe como “fracturas” de la 6º a la 12ª. costillas
derecha, y de la 2da. costilla izquierda, lo que es bastante diferente y
serio.

c) También hay negligencia profesional por parte de los profesionales


de la salud del Servicio de Urgencia del Hospital Regional de
Rancagua, cuando estando en posición y conocimiento del estado
clínico del paciente que mostraba claras muestras de su gravedad,
se le categorizó en la nomenclatura clínica como paciente c3-c4,
vale decir de mediana gravedad, en razón de sus antecedentes
clínicos anteriores que acusaban una afección pulmonar ( Epox ); por
su edad avanzada ( 76 años); y de la anamnesis próxima que acusaba
una caída a nivel de la ducha con impacto en su costado derecho,
además de los fuertes dolores que le aquejaban, y nada se hizo al
respecto, sino administrarle un colmate para los dolores y
despacharlo a su casa donde en definitiva muere sin posibilidades de
ayuda profesional calificada.
Conclusión de lo anterior, y no obtente a que se le practicaron radiografías
de tórax y cerviz, que en ese momento fueron interpretadas por los médicos
de turno de urgencia como solo de una “fisura”, razón por la cual se le
suministró un calmante ( ketorolaco) y se le dio de alta, cuando es llevado
a su domicilio por vecinos, el señor Galdames fallece a los diez minutos de
haber llegado, producto de la falta de reanimación y medios de
rehabilitación que impidieran una asfixia por vómitos ( como
posteriormente lo revela en protocolo de autopsia), lo cual es la
culminación de la negligencia de los profesionales de la salud de la
demandada.

“2º. Existencia de relación de causalidad entre la conducta de la


demandada y el daño provocado.”

A este respecto preciso es señalar que, el cúmulo de actos de negligencia de


los profesionales y de la administración del hospital ya indicado, son la
causa directa y vinculante entre ambos extremos. Es así que queda probado
de la siguiente forma:

DOCUMENTAL: Del Informe de Autopsia practicado por el Dr.


Alfonso Villagran García, como de las conclusiones del Informe de
Investigación criminal practicada por el Inspector de la PDI Sr. Matías
Abarca Lazo, contenidas en el proceso Ruc No. 1600556789-4-2017
acompañado por mi parte con fecha 29 de enero del 2018, y no objetados
por la contraria, se arriba la conclusión de que el deceso se produjo a
causa de una “ASFIXIA POR ASPIRADION DE VOMITOS”, producto
de las convulsiones sufrida por una estado concomitante, esto es,
“politraumatismo esquelético por caída desde altura e infartos antiguos al
miocardio”.

También agregan estos informes un comentario significativo cuando


indican que; “…Se pudo haber evitado la muerte de este señor, si hubiese
quedado en observación, como mínimo un día, teniendo en consideración
el traumatismo que había recibido y su avanzada edad…”, y que “…Si
esta cuadro de aspiración lo hubiera presentado en el Hospital, habría
recibido reanimación cardiopulmonar de manera inmediata,
posiblemente evitando su muerte…”.

De la “Guía del Politraumatizado Adulto” acompaña por mi parte también


con fecha 29 de febrero del 2018, junto al “Protocolo de Prevención de
Ciadas en Hospital Regional de Rancagua”, se concluye que, tratándose de
una persona adulto mayor como el señor Galdames, que además presentaba
un cuadro de politraumatismos por caída, y con antecedentes de
deficiencias respiratorias, era predecible una reacción posterior convulsiva
y vómitos - como lo reconoce en su declaración testimonial la doctora
tratante Daniela Russu Cisternas, razón por la cual necesario como parte
del tratamiento, haberlo dejado en OBSERVACION POR
VEINTICUATRO HORAS como lo recomiendan los tratados de la
Organización Mundial de la Salud, a fin de evitar “mortalidad precoz”.

“3.- Efectividad de que alguna de las conductas cometidas por la


demandada produjo daños a la demandante. Naturaleza y monto de los
mismos.”

En este punto sólo cabe reiterar las declaraciones de los testigo señores
Orellana y Vivanco para acreditar el daño moral de la actora; al igual que
tener por acreditados los daños patrimoniales en la cantidad de $
2.978.347.- mediante las boletas acompañadas en el punto I-3º. anterior, no
objetadas de contrario, por lo que las doy por expresamente reproducidas
en esta ocasión.

POR TANTO: en mérito de la prueba rendida y lo dispuesto por el


articulo 430 del Código de Procedimiento Civil,

A US. RUEGO, se sirva tenerlo presente al momento del fallo.

Victor Enrique Eberle Olea.


Abogado.

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