Relación Entre Química y Ecología
Relación Entre Química y Ecología
Relación Entre Química y Ecología
La química se usa en ecología porque todos los procesos metabólicos y fisiológicos de los seres
vivos dependen de reacciones químicas. También siempre hacen uso e interactúan con las
sustancias químicas que hay alrededor del medio ambiente en el que viven.
A un ecosistema lo componen organismos vivos y no vivos; todos esos no vivos son sustancias
químicas.
Cada organismo se compone por materia. De los 92 elementos naturales conocidos, 25 forman
parte de la materia viviente. El Carbono, el Oxígeno, el hidrógeno y el Nitrógeno se encuentran
en el 96% de las moléculas de la vida.
En la actualidad el medio ambiente se ve afectado por diferentes procesos contra los que
todos debemos luchar: la lluvia ácida, el efecto invernadero, la destrucción de la capa de
ozono, la contaminación de aguas y tierras y las emisiones radiactivas.
Ecología química
Antecedentes
Es una de las disciplinas más recientes cuyo enfoque dentro de la investigación científica, está
teniendo un gran impacto en las áreas de ciencias químicas y biológicas. Un trabajo de
referencia sobre éste nuevo enfoque científico fue el de Erlich y Raven (1965), [1] donde se
aborda la química de los metabolitos secundarios de las plantas y la interacción ecológica
entre especies de mariposas.
Semioquímicos
Los semioquímicos son sustancias químicas producidas por organismos que modifican el
comportamiento de otros seres vivos. El estudio del grupo de las feromonas sexuales (uno de
los grupos de los semioquímicos) ha abierto nuevas posibilidades para el manejo y control
de plagas con la disminución o hasta eliminación, de las aplicaciones de insecticidas,
disminuyendo el nivel de las intoxicaciones de los trabajadores rurales y la cantidad de
residuos químicos en los productos agrícolas y en los agro-ecosistemas.
Variedad de semioquímicos
Una extensa variedad de semioquímicos han sido identificados como productos exocrinos de
artrópodos y se ha destacado la versatilidad biosintética que poseen estos invertebrados para
producirlas.
En muchos organismos la defensa química está constituida por muy pocos compuestos activos,
pudiendo también existir una gran heterogeneidad de semioquímicos que equivalen a una
gran defensa química y todos, o la mayoría de éstos, son o han sido adaptativos.
densidades del huésped altas el efecto de la aplicación es menor por la presencia de productos
naturales)
Alelopatía
La agricultura biológica hace buen uso de todo esto para proteger los cultivos del ataque de
algunos insectos-plagas mediante la intercalación de plantas aromáticas dentro del cultivo. Por
ejemplo al intercalar ruda en los cultivos de papa. Estas relaciones se hacen especialmente
importantes a medida que las plantas adultas sintetizan esencias y aromas característicos:
El frijol verde y la fresa, por ejemplo, prosperan más cuando son cultivados juntos, que
cuando se cultivan separadamente.
La lechuga sembrada con espinacas se hace más jugosa cuando se siembra en una
proporción de 4 a 1.
Algunas plantas segregan unas sustancias tóxicas que no permiten ser cultivadas en
asociación, un ejemplo de éstas es el ajenjo cuyas raíces son tóxicas; sin embargo estas
mismas sustancias controlan pulgas y babosascuando se utilizan en forma de té; también
alejan los escarabajos y gorgojos de los granos almacenados.
El hinojo, el eneldo y el anís rechazan insectos del suelo.
Como los anteriores ejemplos, existen un sinnúmero de plantas de gran valor por sus
propiedades alelopáticas. A continuación ampliaremos algunos aspectos de importancia para
todos aquellos que tienen que ver con el sector agropecuario.
El efecto alelopático de una planta sobre otro organismo no es total para bien o para mal, sino
que está regido por manifestaciones de mayor o menor grado según sean las características de
los organismos involucrados. Sin embargo, el potencial de productos naturales que pueden ser
usados por sus propiedades biológicas particulares como herbicidas, plaguicidas, antibióticos,
inhibidores o estimulantes de crecimiento, etc., es prácticamente inagotable
QUIMICA DE LA HIDROSFERA.
La hidrosfera es la capa de agua que rodea la Tierra. El agua circula continuamente de unos
lugares a otros, cambiando su estado físico, en una sucesión cíclica de procesos que
constituyen el denominado ciclo hidrológico, el cual es la causa fundamental de la constante
transformación de la superficie terrestre. La energía necesaria para que se puedan realizar
esos cambios de estado del agua y el ciclo hidrológico procede del Sol. En resumen es una
cubierta dinámica, con continuos movimientos y cambios de estado, que regula el clima,
participa en el modelado del relieve y hace posible la vida sobre la Tierra. La hidrosfera es
también responsable de riesgos geológicos externos como inundaciones, muchos
deslizamientos del terreno, algunas subsidencias del terreno…
La salinidad media de mares y océanos es de 35 gr/l (3,5%), las sales principales son el Cl y el
Na+, y en menor proporción SO4-, Mg2+ y otros iones, mientras que la salinidad de las aguas
continentales varía muchísimo dependiendo de las rocas por donde discurra el agua (si son
rocas muy solubles el agua se carga de sales superando la salinidad del mar), también puede
variar su composición química dependiendo de la naturaleza de los terrenos que atraviesan,
aunque en general, en las aguas continentales predominan los aniones CO3, HCO, SO4, Cl- y los
cationes Na+, K+, Ca2+y Mg2+
Temperatura: varía en los océanos con la profundidad y la latitud (latitudes bajas presentan
aguas cálidas mientras que latitudes altas aguas frías). En las latitudes medias y bajas es típica
la presencia de 3 capas en profundidad con diferentes características térmicas:
Capa superficial o epilimnion: afectada por la temperatura exterior y la radiación solar, tiene
una profundidad de unos 200 metros, la temperatura (de 12 a 30 ºC según latitud) suele ser
bastante uniforme gracias también a la mezcla que produce el oleaje.
Capa de transición o termoclina: situado debajo de la anterior capa cálida, aquí se produce un
descenso brusco de la temperatura con la profundidad, el límite es muy variable, según la
latitud y estación del año, pudiendo llegar a 1.000 metros de profundidad. Esta agua fría (más
densa) situada debajo de la cálida (menos densa) impide la mezcla del agua cálida con las
aguas profundas.
Capa profunda o hipolimnion: presenta temperaturas frías (0-5 ºC) y constantes (con poca o
nula variación térmica, aunque en algunos casos disminuye la temperatura muy lentamente
con la profundidad), ya que la termoclina impide la mezcla con las aguas cálidas superficiales,
por lo que también disminuye e incluso puede desaparecer el oxígeno disuelto. Esta
diferenciación térmica se aprecia durante todo el año en las zonas tropicales, en verano en las
zonas templadas (en invierno no hay termoclina) y no existe en las regiones frías (en latitudes
árticas y antárticas, la temperatura del agua superficial es cercana a los 0 ºC, con lo que varía
muy poco con la profundidad y así, no hay diferentes capas).
Densidad: la densidad del agua oceánica es algo mayor que la del agua pura, variando en
proporción directa con la salinidad (más sales más densidad) y en proporción inversa con la
temperatura (más temperatura menos densidad). De estos dos factores, tiene una mayor
incidencia la temperatura, por lo que el agua más densa es la de los mares polares. La distinta
densidad de las masas de agua provoca su desplazamiento tanto en horizontal como en la
vertical, de manera que las más densas se colocan por debajo de las más ligeras. Así las
variaciones de densidad constituyen un factor determinante en la dinámica oceánica
(responsable junto con la dinámica atmosférica de suavizar las diferencias de temperatura en
la Tierra).
Contenido en oxígeno: Los gases disueltos en el agua son los mismos que componen el aire
libre, pero en diferentes proporciones, condicionadas por la aportación atmosférica y diversos
factores. La temperatura y la salinidad influyen reduciendo la solubilidad de los gases cuando
cualquiera de esos dos parámetros aumenta. Otros factores son la actividad metabólica de los
seres vivos. El oxígeno (O2) abunda sobre todo en la superficie, donde predomina la
fotosíntesis sobre la respiración, y suele presentar su mínimo hacia los 400m de profundidad,
donde los efectos de la difusión desde el aire libre y de la fotosíntesis ya no alcanzan, pero
donde todavía es alta la densidad de organismos consumidores, que lo agotan. En resumen, las
aguas más agitadas, frías y con abundantes organismos fotosintéticos tendrán más oxígeno.
QUIMICA DE LA LITOSFERA
La litosfera es la capa externa de la Tierra y está formada por materiales sólidos, engloba la
corteza continental, de entre 20 y 70 Km. de espesor, y la corteza oceánica o parte superficial
del manto consolidado, de unos 10 Km. de espesor. Se presenta dividida en placas tectónicas
que se desplazan lentamente sobre la astenosfera, capa de material fluido que se encuentra
sobre el manto superior.
Las tierras emergidas son las que se hallan situadas sobre el nivel del mar y ocupan el 29% de
la superficie del planeta. Su distribución es muy irregular, concentrándose principalmente en el
Hemisferio Norte o continental, dominando los océanos en el Hemisferio Sur o marítimo.
La litosfera conforma la parte sólida de la corteza terrestre. Como hemos visto, los elementos
que en ella predominan son oxígeno (O), azufre (S), aluminio (Al), hierro (Fe), calcio (Ca), sodio
(Na), potasio (k) y magnesio (Mg), de ahí que los compuestos más comunes están formados en
primer lugar por oxígeno, como los óxidos. Además de este elemento, otros contienen silicio,
formando silicatos, y otros más incorporan también aluminio en los alumino-silicatos.
Una de las clasificaciones más útiles de los elementos los agrupa en tres grandes sistemas.
1. Elementos siderófilos. Se encuentran en forma metálica como el oro (Au), el platino (Pt) y la
plata (Ag).
2. Elementos calcófilos. Se encuentran en forma de sulfuros, como el hierro (Fe), el cobre (Cu),
el plomo (Pb) y el mercurio (Hg).
3. Elementos litófilos. Se encuentran formando silicatos, como el aluminio (Al), el calcio (Ca) y
el magnesio (Mg).
Esta clasificación indica la forma más común en la que se encuentran los elementos en la
Tierra
La naturaleza física del suelo está determinada por la proporción de partículas de varios
tamaños. Las partículas inorgánicas tienen tamaños que varían entre el de los trozos
distinguibles de piedra y grava hasta los de menos de 1/40.000 centímetros. Las grandes
partículas del suelo, como la arena y la grava, son en su mayor parte químicamente inactivas;
pero las pequeñas partículas inorgánicas, componentes principales de las arcillas finas, sirven
también como depósitos de los que las raíces de las plantas extraen nutrientes. El tamaño y la
naturaleza de estas partículas inorgánicas diminutas determinan en gran medida la capacidad
de un suelo para almacenar agua, vital para todos los procesos de crecimiento de las plantas.
La parte orgánica del suelo está formada por restos vegetales y restos animales, junto a
cantidades variables de materia orgánica amorfa llamada humus. La fracción orgánica
representa entre el 2 y el 5% del suelo superficial en las regiones húmedas, pero puede ser
menos del 0.5% en suelos áridos o más del 95% en suelos de turba.
El componente líquido de los suelos, denominado por los científicos solución del suelo, es
sobre todo agua con varias sustancias minerales en disolución, cantidades grandes de oxígeno
y dióxido de carbono disueltos. La solución del suelo es muy compleja y tiene importancia
primordial al ser el medio por el que los nutrientes son absorbidos por las raíces de las plantas.
Cuando la solución del suelo carece de los elementos requeridos para el crecimiento de las
plantas, el suelo es estéril.
Rocas igneas
- Clasificación : Las rocas ígneas se clasifican según la cantidad de sílice que contienen.
También se pueden agrupar por el tamaño de los cristales. El tipo de magma, la forma en que
viaja hasta la superficie y la velocidad de enfriamiento determinan la composición y
características como el tamaño del grano, la forma de los cristales y el color. El tamaño del
grano indica si una roca ígnea es intrusiva (de grano grueso) o extrusiva (de grano fino). Las
primeras, como el gabro, tienen cristales de más de 5 mm de diámetro; las rocas de grano
medio, como la dolerita, tienen cristales de entre 0,5 y 5 mm de tamaño; por último, las de
grano fino, como el basalto, tienen cristales de menos de 0,5 mm. La forma de los cristales es
otro indicador del origen de la roca. Un enfriamiento lento permite que los minerales tengan
tiempo de desarrollar cristales bien formados (idiomórficos). Un enfriamiento rápido sólo
permite la aparición de cristales mal formados (alotriomórficos). El color puede ayudar a
establecer la composición química de una roca. Las ácidas de color claro contienen más del 65
por ciento de sílice. Las básicas son oscuras, tienen un bajo contenido en sílice y una mayor
proporción de minerales ferromagnesianos oscuros y densos como la augita. Las intermedias
se sitúan entre las dos anteriores en cuanto a composición y, por lo tanto, también en color.
Rocas sedimentarias
- Rocas sedimentarias detríticas : Las rocas sedimentarias detríticas están constituidas por
partículas de rocas más antiguas que pueden estar situadas a cientos de kilómetros. Las rocas
de origen se fragmentan debido a la lluvia, la nieve o el hielo, y las partículas resultantes son
arrastradas y depositadas como sedimentos en desiertos, en playas o en los lechos de océanos,
lagos y ríos. Las rocas detríticas se clasifican de acuerdo con el tamaño de las partículas que
contienen. La arenisca es un ejemplo de roca sedimentaria detrítica.
Rocas metamórficas
- Temperatura y presión : Cuanto mayor sea la profundidad a la que esté enterrada una
roca, más calor y mayor temperatura soportará. Con cada kilómetro de profundidad la
temperatura aumenta unos 25°C y la presión, unas 250 atmósferas. El aumento de la
temperatura y de la presión puede transformar las rocas en dos aspectos: pueden cambiar el
conjunto de los minerales presentes en la roca preexistente (la paragénesis) y formar un
conjunto nuevo, y también pueden cambiar el tamaño, la forma y la disposición de los cristales
en la roca. Ambos procesos pueden causar la destrucción de los cristales preexistentes y
generar cristales nuevos por recristalización. El metamorfismo tiene lugar con temperaturas de
250 a 800°C; con temperaturas superiores a 650°C, las rocas se pueden fundir para formar
magma y una roca "mixta" denominada migmatita.
- La clasificación de las rocas metamórficas : Las rocas metamórficas presentan una serie
de características comunes. El análisis de la estructura, el tamaño del grano y el contenido
mineral puede ayudar a clasificar estas rocas. El término textura hace referencia a cómo se
orientan los minerales en el seno de una roca metamórfica. La orientación de los cristales
indica si la roca se ha formado como consecuencia de un aumento de presión y de
temperatura, o bien, sólo por un incremento de esta última. En las rocas metamórficas de
contacto, los minerales suelen estar ordenados al azar. En las de metamorfismo regional, la
presión a la que se ha visto sometida la roca suele provocar que determinados minerales se
alineen. El tamaño de los cristales refleja el grado de calor y presión al que se ha expuesto la
roca. En general, cuanto más altas hayan sido la presión y la temperatura, mayores serán los
cristales. Por ejemplo, la pizarra, que se forma bajo poca presión, es de grano fino; el esquisto,
que se forma a temperaturas y presiones moderadas, es de grano medio; y el gneis, formado a
altas temperaturas y presiones, es de grano grueso. La presencia de determinados minerales
en las rocas metamórficas puede ayudar en el proceso de identificación. El granate y la cianita
se dan en el gneis y el esquisto, mientras que en la pizarra suelen encontrarse cristales de
pirita.
Relieve Continental
Las principales formas del relieve continental son:
1) Montañas: Son las formas más elevadas del relieve, es decir, son las más grandes
elevaciones del terreno. Lo común es que estén dispuestas en cadenas de gran longitud,
llamadas Cordilleras. En algunos casos de una cordillera principal se desprenden cordones que
se extienden en diversas direcciones.
Cuando las montañas de una región forman un conjunto poco definido en cuanto a su
dirección y disposición, constituyen un macizo. Los lugares elevados donde parecen converger
varias cadenas se llaman nudos.
Es muy raro que las cadenas montañosas ocupen el centro de los continentes. La mayoría se
distribuye en la periferia, casi siempre al borde del océano, y aunque forman una alineación
continuada nunca conservan una dirección recta.
3) Cerros o Colinas: Son pequeñas y suaves elevaciones de la Tierra, que pueden presentarse
aisladas o agrupadas.
4) Mesetas: Son llamadas también altiplanos, por ser relieves casi planos o planos y por
hallarse a cierta altura con respecto al nivel del mar (200-5000). En nuestro continente, existe
un enorme altiplano que se halla compartido entre Chile, Perú y Bolivia.
Las mesetas en algunos casos tienen una población densa, cuando sus condiciones climáticas
son favorables.
5) Llanuras: Corresponden a relieves que se hallan a poca altura sobre el nivel del mar, menos
de 200 metros, pero siguen recibiendo el mismo nombre aun cuando se eleven suavemente
hasta 300 metros o poco más, para ponerse en contacto con una zona montañosa y que
además son sectores planos, tienen un escaso desnivel y su pendiente es suave. Son muy
usadas para los distintos cultivos. En la región de la pampa argentina existen extensas llanuras
dedicadas a los cultivos.
Son superficies totalmente horizontales o levemente onduladas.
6) Valles: Son sectores planos rodeados de cerros o montañas por los cuales atraviesa un río
(nosotros vivimos en el Valle Central, el cual está rodeado por la Cordillera de Los Andes y por
la Cordillera de La Costa siendo atravesado por el río Mapocho).
Relieve Submarino
El fondo oceánico presenta iguales accidentes geográficos que el suelo de los continentes.
Innumerables exploraciones científicas han revelado la existencia de un relieve submarino con
rasgos característicos. En el relieve submarino, protegido por las aguas, no actúan los agentes
erosivos (de desgaste), por lo cual predominan las formas redondeadas, niveladas, de suaves
pendientes.
Si bien en el suelo submarino prevalecen las extensiones llanas, las últimas exploraciones
oceánicas han revelado la existencia de relieves montañosos, de carácter volcánico, muy
escarpados.
a) Plataforma Continental: Se considera desde la superficie del agua (nivel del mar en la línea
costera) hasta alcanzar los 200 metros de profundidad. Los continentes no terminan de golpe
en las orillas del mar, sino que continúan debajo del agua, formando un zócalo en suave o
rápido declive. La plataforma submarina guarda estrecho parecido con el relieve continental
cercano.
c) Región abisal: Se extiende desde los – 1.000 metros hasta los – 5.000. Esta región se llama
también zona pelágica; en este fondo oceánico predominan los depósitos de origen orgánico,
es decir, los formados con restos de animales o vegetales reducidos a finísimo polvo y
llamados fangos.
d) Fosas: Después de los – 5.000 metros se encuentran cavidades muy estrechas, pero de gran
extensión, llamadas fosas. Las mayores profundidades oceánicas se han medido en esas fosas,
que se encuentran en zonas fuertemente dislocadas o de grandes plegamientos. Abundan
especialmente en el océano Pacífico, en el borde exterior de las guirnaldas insulares que
enfrentan al continente asiático.
Los continentales no tiene plataformas submarina (es de escaso desarrollo) en aquellos de sus
litorales en que se elevan cadenas montañosas; en estos casos, el suelo submarino es un talud
brusco, que baja rápidamente hasta insondables profundidades.
QUIMICA DE LA ATMOSFERA
Antecedentes
Los antiguos griegos consideraban al aire como uno de los cuatro elementos, pero los primeros
estudios científicos de la composición atmosférica comenzaron en el siglo XVIII. Químicos
como Joseph Priestley, Antoine Lavoisier y Henry Cavendish hicieron las primeras medidas de
la composición de la atmósfera.
A finales del siglo XIX y comienzos del XX el interés se desplazó hacia los constituyentes que
aparecían en concentraciones muy pequeñas. Un hito particularmente importante para la
química atmosférica fue el descubrimiento delozono por Christian Friedrich Schoenbein
en1840.
En el siglo XX, la ciencia atmosférica pasó de estudiar la composición del aire a considerar
cómo habían cambiado con el tiempo las concentraciones de gases traza en la atmósfera y los
procesos químicos que crean y destruyen los componentes del aire. Dos ejemplos
especialmente importantes de esta cuestión fueron la explicación de cómo se crea y se
mantiene la capa de ozono, obra de los astrónomos Sydney Chapman y Gordon Dobson, y la
explicación de la niebla fotoquímica por Arie Jan Haagen-Smit. Estudios posteriores sobre la
cuestión del ozono condujeron a la obtención del premio Nobel de Química en 1995 a Paul
Crutzen, Mario Molina y Frank Sherwood Rowland.
Atmósfera
La atmósfera está formada por una mezcla de gases generalmente estables, pues éstos se
encuentran en una homogénea proporción, y más aún si hablamos de las proximidades a la
superficie de la Tierra. Dicha zona gaseosa del planeta, conforma la capa externa de la Tierra,
siendo además la capa más extensa y con menor densidad de la Tierra, concentrándose la
mayor parte de su masa ( en torno al 99%), en los primeros 30 kilómetros.
La atmósfera es esencial para la vida por lo que sus alteraciones tienen una gran repercusión
en el hombre y otros seres vivos y, en general, en todo el planeta. Es un medio
extraordinariamente complejo y la situación se hace todavía más complicada y difícil de
estudiar cuando se le añaden emisiones de origen humano en gran cantidad, como está
sucediendo en estos últimas décadas.
Esta composición está dada en la fracción molar que ocupa cada elemento.
Una atmósfera contaminada puede dañar la salud de las personas y afectar a la vida de las
plantas y los animales. Pero, además, los cambios que se producen en la composición química
de la atmósfera pueden cambiar el clima, producir lluvia ácida o destruir el ozono, fenómenos
todos ellos de una gran importancia global. Se entiende la urgencia de conocer bien estos
procesos y de tomar las medidas necesarias para que no se produzcan situaciones graves para
la vida de la humanidad y de toda la biosfera.
Nuestra actividad, incluso la más normal y cotidiana, origina contaminación. Cuando usamos
electricidad, medios de transporte, metales, plásticos o pinturas; cuando se consumen
alimentos, medicinas o productos de limpieza; cuando se enciende la calefacción o se calienta
la comida o el agua; etc. se producen, directa o indirectamente, sustancias contaminantes. En
un país industrializado la contaminación del aire procede, más o menos a partes iguales, de los
sistemas de transporte, los grandes focos de emisiones industriales y los pequeños focos de
emisiones de las ciudades o el campo; pero no debemos olvidar que siempre, al final, estas
fuentes de contaminación dependen de la demanda de productos, energía y servicios que
hacemos el conjunto de la sociedad.
"Cualquier circunstancia que añadida o quitada de los normales constituyentes del aire, puede
llegar a alterar sus propiedades físicas o químicas lo suficiente para ser detectado por los
componentes del medio".
Lo habitual es considerar como contaminantes sólo aquellas substancias que han sido añadidas
en cantidades suficientes como para producir un efecto medible en las personas, animales,
vegetales o los materiales.
Resulta muy útil diferenciar los contaminantes en dos grandes grupos con el criterio de si han
sido emitidos desde fuentes conocidas o se han formado en la atmósfera. Así tenemos:
- Contaminantes secundarios:- Aquellos originados en el aire por interacción entre dos o más
contaminantes primarios, o por sus reacciones con los constituyentes normales de la
atmósfera.
Los procesos químicos que ocurren en la atmósfera, revisemos algunas de las propiedades
químicas importantes de sus dos componentes principales, N2 y O2. Sabemos que la molécula
de N2 tiene un enlace triple entre los átomos de nitrógeno. Esta unión es muy fuerte y es la
responsable de la baja radiactividad del N2, que sólo experimenta reacciones en condiciones
extremas. La energía de unión O -O en O2 es mucho menor que para el N2, y el O2 es, por
consiguiente, mucho más reactivo que el N2. El oxígeno reacciona con muchas sustancias para
formar óxidos. Los óxidos de los no metales -por ejemplo SO2 -suelen formar soluciones ácidas
cuando se disuelven en agua. Los óxidos de los metales activos y de otros metales en estado
de oxidación bajo, -por ejemplo- forman soluciones básicas cuando se disuelven en agua.
Foto disociación
El sol emite energía radiante dentro de límites muy amplios de longitudes de onda. Mientras
más corta es la longitud de onda, más alta es la energía de las radiaciones en la zona del
ultravioleta del espectro y tienen suficiente energía para ocasionar cambios químicos.
Sabemos que la radiación electromagnética se puede representar como un flujo de fotones. La
energía de cada fotón está dada por la relación E=hv, en donde h es la constante de Plank y v
es la frecuencia de la radiación. Para que ocurra un cambio químico cuando la radiación llega a
la atmósfera de la Tierra, se deben de satisfacer dos condiciones. Primero, debe haber fotones
con suficiente energía para llevar a cabo un proceso químico determinado. Segundo, las
moléculas deben absorber estos fotones. Este requisito significa que la energía de los fotones
se convierte en otra forma de energía dentro de la molécula.
La ruptura de un enlace químico que resulta de la absorción de un fotón por una molécula se
llama foto disociación. Uno de los procesos más importantes que ocurren en la atmósfera
superior, por arriba de los 120Km, es la fotodisociación de la molécula de oxígeno:
O2(g) + hv 2O(g)
La energía mínima requerida para causar este cambio está determinada por la energía de
disociación de O2 , 495kJ/mol.
La segunda condición que se debe satisfacer antes de que la disociación se lleve a cabo, es que
el fotón debe ser absorbido por O2. Afortunadamente para nosotros, el O2 absorbe gran parte
de la radiación de alta energía de longitud de onda corta, proveniente del espectro solar, antes
de que llegue a la atmósfera inferior. Al hacerlo se forma el oxígeno atómico, O. A grandes
altitudes, la disociación del O2 es muy importante. A 400 Km, solamente el 1% del oxígeno está
en forma de O2; el otro 99% está en forma de oxígeno atómico. A 130Km, O2 y O son
igualmente abundantes. Por debajo de esta altura, O2 es más abundante que O.
Debido a la energía de disociación del enlace de N2, que es muy elevada, solamente los
fotones de longitud de onda muy corta poseen suficiente energía para disociar está molécula.
Además, N2 no absorbe fácilmente los fotones, aun cuando éstos tengan suficiente energía. El
resultado general es que en la atmósfera superior se forma muy poco nitrógeno atómico
debido a la disociación de N2.
Fotoionización
En 1901, Guillermo Marconi llevó a cabo un experimento sensacional. Recibió en San Luis,
Newfoundland, una señal de radio transmitida desde Land's End, Inglaterra, a 2900Km de
distancia. Como se creía que las ondas de radio viajaban en línea recta, se supuso que la
comunicación por radio sobre la Tierra era imposible a grandes distancias. El exitoso
experimento de Marconi sugirió que en alguna la atmósfera terrestre afectaba
sustancialmente la propagación de las ondas de radio. Su descubrimiento dio lugar al estudio
de la atmósfera superior. Hacia 1924, mediante estudios experimentales se estableció la
existencia de electrones en la atmósfera superior.
Por cada electrón que existe en la atmósfera superior, hay un ion correspondiente con carga
positiva. Los electrones en la atmósfera superior se deben principalmente a la fotoionización
de moléculas, causada por la radiación solar. Para que se efectúe la fotoionización, un fotón
debe ser absorbido por una molécula, y este fotón debe tener energía suficiente para remover
al electrón de energía más elevada.
En contraste con el N2, el O2 y el O, que absorben fotones con longitudes de onda menores de
240nm, el ozono es la sustancia más importante que absorbe fotones con longitudes de onda
de 240 a 310nm. Consideremos cómo se forma el ozono en la atmósfera superior y cómo
absorbe los fotones.
A altitudes inferiores a los 90 Km, la mayor parte de la radiación de longitud de onda corta
capaz de producir fotoionización ha sido absorbida. La radiación capaz de disociar la molécula
de O2 es tan intensa, sin embargo, que provoca la disociación de O2, por debajo de los 30Km.
Los procesos químicos que ocurren después de la fotodisociación de O2 en la región por
debajo de 90Km, son muy diferentes de los procesos que ocurren a mayores altitudes. En la
mesósfera y la estratosfera, la concentración de O2 es mucho mayor que la de oxígeno
atómico. Por consiguiente, los átomos de O que se forman en la mesósfera y la estratosfera
sufren colisiones frecuentes con moléculas de O2. Estas colisiones llevan a la formación del
ozono, O3:
La molécula de ozono, una vez formada, no dura mucho. El ozono es capaz de absorber la
radiación solar, lo que resulta en su descomposición en O2 y O. Debido a que solamente se
requieren 105kJ/mol para este proceso, los fotones de longitud de onda menor de 1140nm
tienen suficiente energía para disociar el O3. Las absorciones más fuertes y más importantes,
sin embargo, son las de fotones de 200 a 310nm. Si no fuera por la capa de ozono en la
estratosfera, estos fotones de alta energía penetrarían a la superficie de la tiera. La vida
vegetal y animal como la conocemos no podía sobrevivir en presencia de esta radiación de
energía tan elevada. El "escudo ozono" es, por consiguiente, para nuestro bienestar. Se debe
notar, sin embargo, que las moléculas de ozono sé que forman este escudo indispensable
contra la radiación, representa solamente una fracción de los átomos de oxígeno que existen
en la estratosfera. Esto se debe a que las moléculas de ozono se destruyen continuamente a
medida que se forman.
La foto descomposición del ozono invierte la reacción que origina su formación. Tenemos así
un proceso cíclico de formación y descomposición de ozono, que resume como sigue:
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
https://es.wikipedia.org/wiki/Bi%C3%B3sfera
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Domènech, Xavier. Química Ambiental. El impacto ambiental de los residuos. Madrid:
Miraguano ediciones, 1997. Libro dirigido a un público amplio, interesado en la
problemática ambiental y que posea unas nociones básicas de química.
QUÍMICA 6º Edición. Raymond Chang. Ed. McGrawHill