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Revista de Investigación Educativa

Volumen 35, número 1 (enero), 2017

ASOCIACIÓN INTERUNIVERSITARIA DE INVESTIGACIÓN PEDAGÓGICA (AIDIPE)


MIEMBRO DE LA EUROPEAN EDUCATIONAL RESEARCH (EERA)

CONSEJO DE REDACCIÓN

EDITOR / DIRECTOR
Dr. Jesús Miguel Muñoz Cantero (Universidad de A Coruña- España)

EDITORA ADJUNTA /DIRECTORA AJUNTA


Dra. Pilar Martínez Clares (Universidad de Murcia- España)

EDITORES DE SECCIÓN
Dr. José Serrano Angulo (Universidad de Málaga- España)
Dra. Ana María Porto Castro (Universidad de Santiago de Compostela- España)
Dr. Samuel Fernández Fernández (Universidad de Oviedo- España)
Dra. Ángeles Rebollo Catalán (Universidad de Sevilla- España)
Dra. Mirian Martínez Juárez (Universidad de Murcia- España)
Dr. Honorio Salmerón Pérez (Universidad de Granada- España)

SECRETARIA
Dra. Eva María Espiñeira Bellón (Universidad de A Coruña- España)

CONTROL Y APOYO A LA EDICIÓN


Dr. Tomás Izquierdo Rus (Universidad de Murcia- España)

TRADUCCIÓN
Dra. María Bobadilla Pérez (Universidad de A Coruña- España)
Dra. Pilar Couto Cantero (Universidad de A Coruña- España)
Dra. Raquel Vázquez Ramil (Universidad de Vigo-España)
Dra. Fuensanta Monroy Hernández (Universidad de Murcia- España)
Michelle Christine Bishop (Estados Unidos)

RELACIONES INSTITUCIONALES, INTERNACIONALES E INDEXACIÓN


Dra. Nuria Rebollo Quintela (Universidad de A Coruña- España)
Cristina González Lorente (Universidad de Murcia- España)

COMITÉ TÉCNICO
Dra. Elisa Teresa Zamora Rodríguez (Universidad de Santiago de Compostela- España)
Dr. Emilio Berrocal de Luna (Universidad de Granada -España)
Dra. Encarnación Soriano Ayala (Universidad de Almería-España)
Dra. Esther Chiner Sanz (Universidad de Alicante- España)
Dr Eva María Olmedo Moreno (Universidad de Granada- España)
Dra. Felicidad Barreiro Fernández (Universidad de Santiago de Compostela- España)
Dr. Francisco Alberto García Sánchez (Universidad de Murcia- España)
2 Revista Investigación Educativa

Dr. Javier Rodríguez-Santero (Universidad de Sevilla- España)


Dr. Calixto Gutiérrez Braojos (Universidad de Granada- España)
Dr. José Ignacio Alonso Roque (Universidad de Murcia- España)
Luisa Vega-Caro (Universidad de Sevilla- España)
Dr. Manuel Rodríguez López (Universidad de Sevilla- España)
Dra. María José Méndez-Lois (Universidad de Santiago de Compostela- España)
Dra. Mª Jesús Perales Montolio (Universidad de Valencia- España)
Dra. Mª Josefa Mosteiro García (Universidad de Santiago de Compostela A Coruña-
España)
Dra. María Paz García Sanz (Universidad de Murcia- España)
Dra. María-Teresa Iglesias García (Universidad de Oviedo- España)
Dra. Micaela Sánchez Martín (Universidad de Murcia- España)
Dra. Rocío Jiménez-Cortés (Universidad de Sevilla-España)
Dr Sixto Cubo Delgado (Universidad de Extremadura- España)
Dra. Soledad de la Blanca de la Paz (Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia
(adscrita a la Universidad de Jaén- España)
Sonia Rodríguez Fernández (Universidad de Granada- España)

DIFUSIÓN Y COMUNICACIÓN
Dr. Francisco Javier Pérez Cusó (Universidad de Murcia- España)
Natalia González Morga (Universidad de Murcia- España)

REVISORES DE EDICIÓN. PRE-MAQUETACIÓN.


María Cristina Pérez Crego (Universidad de A Coruña- España)
Luisa Losada Puente (Universidad de A Coruña- España)

JUNTA DIRECTIVA DE AIDIPE

PRESIDENTE
Dr. Juan Carlos Tojar Hurtado (Universidad de Málaga)

SECRETARIO
Dr. José Miguel Arias Blanco (Universidad de Oviedo)

TESORERA
Dra. Mª Natividad Orellana Alonso (Universidad de Valencia)

REPRESENTANTE DE AIDIPE EN EERA


Dr. Eduardo García Jiménez (Universidad de Sevilla)
REPRESENTANTE RIE
Dr. Jesús Miguel Muñoz Cantero (Universidade da Coruña)

REPRESENTANTE RELIEVE
Dr. Francisco Aliaga Abad (Universidad de Valencia)

REPRESENTANTE ORGANIZADOR DEL XVIII CONGRESO DE AIDIPE


Dra. María José Rodríguez Conde (Universidad de Salamanca)

RIE, 2017, 35(1), 1-6


Revista Investigación Educativa 3

DELEGADO TERRITORIAL ANDALUCÍA


Dr. Daniel González González (Universidad de Granada)

DELEGADO TERRITORIAL CANARIAS


Dr. Benito Codina Casals (Universidad de La Laguna)

DELEGADA TERRITORIAL CATALUÑA


Dra. Assumpta Aneas Álvarez (Universidad de Barcelona)

DELEGADO TERRITORIAL GALICIA


Dr. Jesús Miguel Muñoz Cantero (Universidad de La Coruña)

DELEGADO TERRITORIAL MADRID


Dr. F. Javier Murillo Torrecilla (Universidad Autónoma de Madrid)

DELEGADA TERRITORIAL MURCIA


Dra. Pilar Martínez Clares (Universidad de Murcia)

DELEGADO TERRITORIAL PAÍS VASCO


Dr. J.F. Lukas Mújica (Universidad del País Vasco)

DELEGADO TERRITORIAL RUTA DE LA PLATA


Dr. José Miguel Arias Blanco (Universidad de Oviedo)

DELEGADA TERRITORIAL VALENCIA


Dra. Mª Natividad Orellana Alonso (Universidad de Valencia)

DELEGADA TERRITORIAL CHILE


Dra. Susan Valeria Sanhueza Henríquez (Universidad Católica de Maule)

Los miembros de la Junta Directiva de AIDIPE pasarán a formar parte del Consejo Asesor de la
revista RIE en el momento que cesen de sus cargos en dicha Junta y no formen parte del Consejo
de Redacción de la misma.

CONSEJO ASESOR NACIONAL


Dr. José Ignacio Aguaded Gómez (Universidad de Huelva – España)
Dr. José Miguel Arias Blanco (Universidad de Oviedo- España)
Dra. Margarita Bartolomé Pina (Universidad de Barcelona- España)
Dr. Rafael Bisquerra Alzina (Universidad de Barcelona- España)
Dra. Leonor Buendía Eisman (Universidad de Granada- España)
Dr. José Cajide Val (Universidad de Santiago de Compostela-España)
Dr. Jaume Del Campo Sorribas (Universidad de Barcelona- España)
Dra. Pilar Sara Colás Bravo (Universidad de Sevilla- España)
Dr. José Manuel Coronel Llamas (Universidad de Huelva- España)
Dra. Ana Delia Correa Piñero (Universidad de La Laguna- España)
Dra. Trinidad Donoso Vázquez (Universidad de Barcelona- España)
Dr. Andrés Escarbajal De Haro (Universidad de Murcia- España)

RIE, 2017, 35(1), 1-6


4 Revista Investigación Educativa

Dr. Tomás Escudero Escorza (Universidad de Zaragoza- España)


Dr. Antonio Fernández Cano (Universidad de Granada- España)
Dra. María José Fernández Díaz (Universidad Complutense de Madrid- España)
Dr. Samuel Fernández Fernández (Universidad de Oviedo- España)
Dra. Pilar Figuera Gazo (Universidad de Barcelona- España)
Dra. Rakel Del Frago Arbizu (Universidad del País Vasco UPV-EHU- España)
Dra. Mercedes García García (Universidad Complutense de Madrid-España)
Dr. Narciso García Nieto (Universidad Complutense de Madrid- España)
Dr. José Luis Gaviria Soto (Universidad Complutense de Madrid- España)
Dr. Javier Gil Flores (Universidad de Sevilla-España)
Dr. Juan Carlos González Faraco (Universidad de Huelva- España)
Dr. Daniel González González (Universidad de Granada- España)
Dr. Ignacio González López (Universidad de Córdoba)
Dr. José González Such (Universidad de Valencia)
Dra. Remedios Guzmán Rosquete (Universidad de La Laguna-España)
Dra. Jerónima Ipland García (Universidad de Huelva-España)
Dra. Carmen Jiménez Fernández (UNED-España)
Dr. Jesús Jornet Meliá (Universidad de Valencia-España)
Dr. Luis Lizasoain Hernández (Universidad del País Vasco- España)
Dr. José Francisco Lukas Mújica (Universidad del País Vasco- España)
Dra. Mª Ángeles Marín Gracia (Universidad de Barcelona- España)
Dr. Joan Mateo Andrés (Universidad de Barcelona-España)
Dr. Mario De Miguel Díaz (Universidad de Oviedo- España)
Dr. Ramón Mínguez Vallejos (Universidad de Murcia- España)
Dra. María Teresa Padilla Carmona (Universidad de Sevilla-España)
Dra. Nuria Pérez Escoda (Universidad de Barcelona-España)
Dra. María del Henar Pérez Herrero (Universidad de Oviedo- España)
Dra. María Teresa Pozo Llorente (Universidad de Granada- España)
Dr. Delio Del Rincón Igea (Universidad de León- España)
Dra. Mª José Rodríguez Conde (Universidad de Salamanca- España)
Dr. Gregorio Rodríguez Gómez (Universidad de Cádiz- España)
Dra. Mª Luisa Rodríguez Moreno (Universidad de Barcelona- España)
Dr. José María Román Sánchez (Universidad de Valladolid- España)
Dra. Soledad Romero Rodríguez (Universidad de Sevilla- España)
Dr. Honorio Salmerón Pérez (Universidad de Granada-España)
Dra. Mª Paz Sandín Esteban (Universidad de Barcelona- España)
Dr. Karlos Santiago Etxeberría (Universidad del País Vasco- España)
Dr. Luis Martín Sobrado Fernández (Universidade Santiago de Compostela-España)
Dr. Jesús Suárez Rodríguez (Universidad de Valencia- España)
Dr. Javier Tejedor Tejedor (Universidad de Salamanca- España)
Dr. Conrad Vilanou Torrano (Universidad de Barcelona- España)

CONSEJO ASESOR INTERNACIONAL


Dra. María del Carmen Aguilar Rivera (Pontificia Universidad Católica Argentina
-Argentina)
Dr. Horacio Jorge Alonso (Universidad Nacional de la Plata- Argentina)
Dr. Yin Cheong Cheng (Hong Kong Institute of Education- Hong Kong)

RIE, 2017, 35(1), 1-6


Revista Investigación Educativa 5

Dra. Ana Colmenares (Universidad Pedagógica Experimental Libertador- Venezuela)


Dr. Alfredo Cuéllar (Universidad del Fresno (California-Estados Unidos)
Dra. Fátima Cunha Ferreira Pinto (Fundación Cesgranrio – Río de Janeiro, Brasil)
Dr. Ion Dumitru (West University of Timisoara – Rumanía)
Dra. Ingrid Gogolin (Hamburg University- Alemania)
Dra. Diana Elvira Lago de Vergara (Universidad de Cartagena de Indias-Colombia)
Dr. Lejf Moos (DPU-Aarhus University- Dinamarca)
Dr. Rodrigo Ospina Duque (Universidad del Bosque- Colombia)
Dr. José Luis Ramos Ramírez (Escuela Nacional de Antropología e Historia ENAH- México)
Dr. Cristian A. Rojas Barahona (Pontificia Universidad Católica- Chile)
Dr. Néstor Daniel Roselli (CONICET, Universidad Católica Argentina-Argentina)
Dra. Christine Sleeter (California State University- Estados Unidos)
Dr. Frederik Smith (ITS - Radboud Universiteit Nijmegen- Países Bajos)
Dra. Diana Elvira Soto Arango (Universidad Pedagógica y Tecnológica- Colombia)
Dra. Carolina Sousa (Universidad del Algarve- Portugal)
Dr. Chris Trevitt (Oxford University- Australia)
Dr. Lois Weis (Universidad de Búfalo- Estados Unidos)
Dr. Marcos Fernando Ziemer (Universidad Luterana de Brasil - Brasil)

LA REVISTA DE INVESTIGACIÓN EDUCATIVA (RIE) APARECE EN LOS SIGUIENTES


MEDIOS DE DOCUMENTACIÓN BIBLIOGRÁFICA

BASES DE DATOS INTERNACIONALES


• Emerging Source Citation Index (ESCI)
• SCOPUS (Citation Research and Bibliometrics)
• EBSCO (EBSCOhost Online Research Databases)
• LATINDEX (Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de
América Latina, el Caribe, España y Portugal)
• REDALYC (Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal)
• ERIH (European Reference Index for the Humanities)
• ERIC (Education Resources Information Center)
• HEDBIB (UNESCO-Base de datos bibliográficas internacionales sobre Educación
Superior)
• CARHUS PLUS (Revistes científiques de l’àmbit de les Ciències Socials i
Humanitats)
• CLASE (Citas latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades)
• E-REVIST@S (Plataforma Open Access de Revistas Científicas Electrónicas
Españolas y Latinoamericanas)
• ISERIE (Índice de Revistas de Educación Superior e Investigación Educativa, México)
• JOURNALSEEK (A Searchable Database Online Scholarly Journals)
• SHERPA ROMEO (Publisher Copyright policies & self-archiving)

CATÁLOGOS INTERNACIONALES

• COPAC (National, Academic and Specialist Library Catalogue)


• OEI (Centros de Recursos Documentales e Informáticos de la Organización de
Estados Iberoamericanos)

RIE, 2017, 35(1), 1-6


6 Revista Investigación Educativa

BASES DE DATOS NACIONALES

• CIRC (Clasificación integrada de revistas científicas)


• DIALNET (Portal de Difusión de la producción científica hispana)
• DICE (Difusión y calidad editorial de las Revistas Españolas de Humanidades y
Ciencias Sociales y Jurídicas)
• GOOGLE SCHOLAR (Buscador de documentos de investigación)
• IN-RECS (Índice de Impacto de las Revistas Españolas de Ciencias Sociales)
• ISOC (Base de datos bibliográficas del CSIF)
• MIAR (Sistema de medición de las publicaciones periódicas en Ciencias sociales en
función de su presencia
CATÁLOGOS NACIONALESen distintos tipos de bases de datos)
• REDINET (Red de bases de datos de información educativa: investigación,
innovación, recursos y revistas de educación).
• BNE (Catálogo Colectivo de Publicaciones Periódicas en Bibliotecas Españolas)
• RESH (Revistas Españolas de Ciencias Sociales y Humanas)
• CSIF-ISOC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
• REBIUN (Red
CATÁLOGOS de Bibliotecas Universitarias)
NACIONALES
• CIDE (Centro de Investigación y Documentación Educativa)
• •BNE (Catálogo (Derechos
DULCINEA Colectivo de
de Publicaciones
copyright y lasPeriódicas en de
condiciones Bibliotecas Españolas)
auto-archivo de revistas científicas
• CSIF-ISOC
españolas)(Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
• REBIUN (Red de Bibliotecas Universitarias)
• REVISORES
CIDE (CentroDE deARTÍCULOS
Investigación y Documentación Educativa)
• DULCINEA (Derechos de copyright y las condiciones de auto-archivo de revistas
científicas españolas)
http://revistas.um.es/rie/pages/view/revisores
REVISORES DE ARTÍCULOS
TASA DE ACEPTACIÓN/RECHAZO DE ARTÍCULOS
http://revistas.um.es/rie/pages/view/revisores

TASA DE ACEPTACIÓN/RECHAZO DE ARTÍCULOS

90
90
80
80
70
70
Tasa ACEPTACIÓN (12,7%)
60
60
87,3% Tasa ACEPTACIÓN (12,7%)
Tasa RECHAZO (87,3%)
50
50
40 Tasa RECHAZO (87,3%)
40
30
30
20
20
10
10 0 12,7%

0
RIE 1er Semestre 2017
RIE 1er semestre 2017

RIE, 2017, 35(1), 1-6


Revista de Investigación Educativa

Volumen 35, número 1 (enero), 2017

Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Pilar Martínez Clares

Diversidad educativa ¿Un potencial desconocido? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15


Margarita Bartolomé Pina

Meta-Análisis sobre el efecto del Software Educativo en alumnos con Necesidades


Educativas Especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel
Calvo Álvarez

Planificación e Innovación de la Evaluación en Educación Superior: la Perspectiva


del Profesorado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáiz

Grupos Interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos


en una comunidad de aprendizaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

Metodología de enseñanza en centros eficaces de la Comunidad Autónoma del


País Vasco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde la perspectiva de


alumnos de Educación Primaria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos

Características del profesorado y desempeño docente en aulas con alumnado


de bajo nivel socioeconómico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Javier Gil Flores

Análisis de los Estereotipos de Género en alumnado de Formación Profesional:


Diferencias según sexo, edad y grado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
María Josefa Mosteiro García y Ana María Porto Castro

RIE, 2017, 35(1), 7-10


8 Revista Investigación Educativa

Teaching conceptions and approaches: do qualitative results support survey


data?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Fuensanta Monroy & José L. González-Geraldo

La cimentación social del concepto mujer en la red social Facebook. . . . . . . . . . . . 181


Alicia Arias Rodríguez & Ana Sánchez Bello

Las ciberagresiones en función del género. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197


Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños

Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las tic en la tutoría. . 215


Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo

Calidad editorial y científica en las revistas de educación. Tendencias y oportu-


nidades en el contexto 2.0 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
Alonso Diestro Fernández, Marta Ruiz-Corbella y Arturo Galán

La comunicación adolescente en el mundo virtual: una experiencia de investi-


gación educativa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
Sara Gabarda, Natividad Orellana Alonso y Amparo Pérez Carbonell

¿Es la vivencia emocional cuestión de género? Análisis de juegos motores de


oposición en universitarios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
Gemma Gea García, José Ignacio Alonso Roque, Juan Pedro Rodríguez Ribas y
María Fuensanta Caballero García

RIE, 2017, 35(1), 7-10


Revista de Investigación Educativa

Volume 35, number 1 (january), 2017

Editorial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Pilar Martínez Clares

Educational diversity. A hidden potential?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15


Margarita Bartolomé Pina

Meta-Analysis in the efect of Educative Software on stutends with Special


Educational Needs . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor & María Isabel
Calvo Álvarez

Design and Innovation of Assessment in Higher Education: Lecturers Perspective. . 53


Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez & María Soledad Ibarra Sáiz

Interactive groups as strategy to improve education: case study in a learning


community . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego &y Javier Rodríguez-Santero

Teaching methods in highly effective schools in the Autonomous Region of the


Basque Country . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea & Luis María Joaristi Olariaga

Project based learning (PBL): Assessment from the Perspective of Primary Level
Students. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso & Verónica Basilotta Gómez-Pablos

Teacher characteristics and teaching practices in classrooms with low socioeconomic


status students . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Javier Gil Flores

Analyses of Gender Stereotypes in Vocational Education students: Differences


according to sex, age and grade. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
María Josefa Mosteiro García & Ana María Porto Castro

RIE, 2016, 34(2), 289-290


10 Revista Investigación Educativa

Concepciones y enfoques de enseñanza: ¿Apoyan los resultados cualitativos a


los datos cuantitativos?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Fuensanta Monroy & José L. González-Geraldo

The social foundation of the concept woman in the social network Facebook . . . 181
Alicia Arias Rodríguez & Ana Sánchez Bello

Cyberviolence & gender-related indicators. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197


Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado & Ruth Vilà Baños

Effectiveness of an intervention program based on the use of ict in mentoring. 215


Eufrasio Amador Castellano Luque & Antonio Pantoja Vallejo

Scientific and editorial quality in educational journals. Trends and opportunities


in the 2.0 context. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
Alonso Diestro Fernández, Marta Ruiz-Corbella & Arturo Galán

Adolescent Communication in the virtual Word: An experience in educational


research. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
Sara Gabarda, Natividad Orellana Alonso & Amparo Pérez Carbonell

Is the emotional experience gender question? Analysis playing opposition


games in university students. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
Gemma Gea García, José Ignacio Alonso Roque, Juan Pedro Rodríguez Ribas &
María Fuensanta Caballero García

RIE, 2016, 34(2), 289-290


EDITORIAL
Revista Investigación Educativa 11

Iniciamos el año 2017 con un nuevo número de la Revista de Investigación Educa-


tiva que con la experiencia adquirida y conservando sus señas de identidad comparte
y facilita la difusión de la investigación actual y emergente del campo de la educación
en su sentido más amplio, a través de un espacio riguroso, libre y renovador.
Toda revista es un medio de expansión y transferencia que constituye un puente
a la vez que una ventana abierta para comunicar al exterior el desarrollo del conoci-
miento científico derivado de las investigaciones y del pensamiento, abriendo paso al
escenario de las ideas (pensamiento) y al debate o discusión (réplica) en el que todos
nos debemos sentir partícipes para contribuir al avance de la cultura científica.
Vivimos en tiempos revueltos para la educación, en nuestro país está cuestionada
y a todos nos inquieta y afecta. La educación no está en su mejor momento, como
advierte nuestra querida Margarita Bartolomé en el artículo que abre este número,
“existe el reconocimiento de que algo no marcha bien en educación y deberíamos abor-
dar nuevos enfoques que supongan un cambio efectivo no sólo en el sistema escolar
sino en la propia concepción de educación” (Bartolomé, 2017, p. 16).
Si bien la democracia ha consolidado la educación como uno de los derechos más
importantes y fundamentales de nuestra Constitución, aún hay que seguir caminando
hacia un sistema educativo cualitativamente mejor, en el que se eliminen las exclu-
siones, los fracasos y los abandonos inexorables, y en el que respetando la diversidad
cultural, inherente a todas las sociedades plurales y globales como la nuestra, se tran-
site hacia la consecución de una de las metas más trascendentes de la educación, la
igualdad de oportunidades.
Actualmente el sector educativo está agitado y necesita de una profunda reflexión
y consenso sobre aspectos nucleares como la calidad, la financiación, los deberes, el
bilingüismo, las reválidas, el carácter público o concertado, los horarios, las religiones
y otras cuestiones relevantes para una buena política y gestión educativa con la que
evidentemente, todos nos sintamos identificados.
Nuestros dirigentes y líderes políticos dicen estar de acuerdo en la necesidad de
reformar la educación, pero mientras nuestras aulas tienen cada día más conflictos
y menos respuestas, pocos son los espacios de deliberación para precisar el cómo y
para hacer propuestas conciliadoras. No somos capaces de crear entornos y comu-
nidades educativas eficaces donde se fomente la cultura de aprendizaje; quizá es el
momento de convertir las escuelas y los centros e instituciones educativas en verda-
deros proyectos educativos plurales y colectivos y dejar de ser únicamente unidades
administrativas. Para ello es imprescindible detenernos en la mejora de la formación

RIE, 2017, 35(1), 11-13


12 Revista Investigación Educativa

inicial del profesorado e impulsar paralelamente la formación continua y el desa-


rrollo de la carrera docente, porque hoy más que nunca, está frío el entusiasmo.
No parece fácil alcanzar un pacto o compromiso en educación y ciertamente todos
estamos ya algo cansados de tantas reformas siendo escasas las acciones constructivas
y proactivas, no obstante, entre el escepticismo de unos y las esperanzas de otros no
cabe duda que es loable y necesario, porque nunca la educación en España ha ido tan a
la deriva, ya sea por la escueta y ambigua respuesta institucional a los retos y desafíos
del futuro, ya por la excesiva burocracia exigida, o bien, por el ineludible dinamismo
de un contexto extraordinariamente cambiante, todo lo cual dibuja un escenario edu-
cativo desorientado y desencantado.
Lo innegable es que vivimos en un mundo complejo, incierto, cambiante, volátil,
líquido… mientras nuestro sistema educativo se conserva estático y sólido. Bauman
(2007) enfoca muy bien la cuestión y manifiesta que cuando el mundo se encuentra
en perpetuo cambio, la educación debería ser lo bastante rápida para sumarse a éste.
Estamos ante la educación líquida.
Esta inquietud no se puede definir mejor. De hecho, este concepto se integra en una
disertación mucho más amplia, la denominada “Modernidad líquida” que describe un
panorama actual repleto de realidades flexibles donde apenas hay espacio para verda-
des absolutas y conocimientos sólidos.
Este reconocido filósofo y sociólogo polaco entiende la educación como una “acción
continua de la vida” (Lifelong Learning) donde lo importante es formar ciudadanos
que recuperen el espacio público de diálogo y sus derechos democráticos, para así ser
capaces de controlar el futuro de su entorno y el suyo propio (Bauman, 2007).
En este sentido comparto la concepción sobre la cultura líquida de dicho autor, la
cual se consolida con el devenir del tiempo:
La cultura líquida moderna ya no siente que es una cultura de aprendizaje y acu-
mulación, como las culturas registradas en los informes de historiadores y etnógrafos.
A cambio, se nos aparece como una cultura del desapego, de la discontinuidad y del
olvido (Bauman, 2013, pp.45-46)
Desde este posicionamiento, el Príncipe de Asturias de Comunicación y Huma-
nidades en 2010, plantea tres grandes retos a tener en cuenta en la educación actual:
tratar con la ingente cantidad de información, convivir con la tiranía del momento y
finalmente armonizar la relación maestro - alumno. Es crucial transformar el sistema
educativo, aunque la tarea de construcción de otra educación requiere pensarla de
formas distintas:
… el cambio actual no es como los cambios del pasado. (…) aún debemos aprender
el arte de vivir en un mundo sobresaturado de información. Y también debemos
aprender el aún más difícil arte de preparar a las próximas generaciones para vivir en
semejante mundo (Bauman, 2013, p. 46).
Hay que creer en la posibilidad del cambio. Contra la crisis en educación tenemos
que abordar vías alternativas de acción colectiva y participativa para pensar, debatir
y construir nuevas formas de comunicación y diálogo entre ciudadanos y expertos e
impulsar la renovación e innovación de las formas tradicionales, creando nuevos desa-
fíos para la participación de la comunidad educativa en particular y de la ciudadanía
en general.

RIE, 2017, 35(1), 11-13


Revista Investigación Educativa 13

Indudablemente el siglo XXI va a tener que responder a la pregunta de cómo armo-


nizar el poder, conformando la capacidad de hacer las cosas y de decidir qué debe
hacerse, todo ello de forma abierta, consensuada y con una responsabilidad compar-
tida; la de asumir el compromiso del cambio y participar activamente.
En la dinámica y compleja realidad socioecológica en que vivimos existen múltiples
factores que tienen una influencia reconocible en la educación; su difusión en revistas
como la nuestra es necesaria para hallar puntos de encuentro y con nuestros saberes y
quehaceres, promover una educación para el desarrollo sostenible.
En la pertenencia a cualquier cultura existe una función honorable e indispensable:
continuar sin renunciar a la utopía, como declama Eduardo Galeano,
Ella está en el horizonte. (…) Yo me acerco dos pasos y ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo
camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar
(Galeano, 1993).

Caminemos…

Pilar Martínez Clares


Editora Adjunta de la Revista de Investigación Educativa

REFERENCIAS

Bartolomé Pina, M. (2017). Diversidad educativa ¿Un potencial desconocido? Revista de


Investigación Educativa, 35(1), pp. 15-33.
Bauman, Z. (2007). Los retos de la educación en la modernidad líquida. Barcelona: Gedisa.
Bauman, Z. (2013). Sobre la educación en un mundo líquido. Conversaciones con Ricardo
Mazzeo. Barcelona: Paidós Ibérica.
Galeano, E. (1993). Las palabras andantes. Madrid: Siglo XXI.

RIE, 2017, 35(1), 11-13


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Bartolomé Pina, M. (2017). Diversidad educativa ¿Un potencial desconocido? Revista de Investigación Educativa,
35(1), 15-33
DOI: http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.275031

Diversidad educativa ¿Un potencial desconocido?

Educational diversity. A hidden potential?

Margarita Bartolomé Pina


Dpto. de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación. Universidad de Barcelona.

Resumen

Este artículo aborda el aporte que puede hacerse a la urgencia de un cambio en la concepción
y práctica de la educación. Para ello, intenta focalizar la mirada en las diferencias educativas
y la posibilidad de un enfoque desde una perspectiva dinámica y positiva, susceptible de un
aprendizaje permanente. Se basa en las aportaciones emergentes de diferentes campos científicos
y tecnológicos (especialmente desde la neurociencia educativa, los estudios sobre las inteligencias
múltiples y su evolución, el aprendizaje adaptativo y la resiliencia) que están influenciando o
pueden influenciar prácticas educativas y que inciden en la concepción de la educación inclu-
siva. Se sugiere una investigación educativa que haga avanzar ese enfoque y se plantee desde
el reconocimiento positivo de la diversidad, contribuir al cambio educativo.
Palabras clave: diversidad educativa; neurociencia educativa; inteligencias múltiples; resi-
liencia; aprendizaje adaptativo; personalización educativa; investigación transformadora.

Abstract

This article deals with the contribution that can be made to the pressing need of a change in
the understanding and practice of education. To achieve this, it focuses on educational differences
and the possibility of approaching the issue from a dynamic, positive perspective, subject to
permanent learning. It is based on the emerging contributions from different scientific and
technological fields (especially those of educational neuroscience, studies on multiple intelligences
and their evolution, adaptive learning and resilience) which are influencing or may influence

Correspondencia: Margarita Bartolomé Pina, [email protected], Dpto. de Métodos de Investi-


gación y Diagnóstico en Educación. Universidad de Barcelona. Campus Mundet. Edifici de Llevant, segunda
planta, Passeig de la Vall d´Hebron, 171, Barcelona 08035, Despacho 264.

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educational practice and which affect the conception of inclusive education. The essay suggests
a line of educational research which may make that approach move forward, being raised from
the positive acknowledgment of diversity and thus, contributing to educational change.
Keywords: educational diversity; educational neuroscience; multiple intelligences;
resilience; adaptive learning; personalized learning; transformative research.

Introducción

Repensar la educación. ¿Desde dónde?

El objetivo de este artículo no es cuestionar la relevancia de los estudios acerca de la


diversidad en educación. Sus aportes son evidentes y la Revista de Investigación Edu-
cativa (RIE) ha mantenido constante esta línea de trabajo desde su inicio. La reflexión
que ofrezco brota más bien de una inquietud suscitada desde diversos frentes. Existe
el reconocimiento de que algo no marcha bien en educación y que deberíamos abordar
nuevos enfoques que supongan un cambio efectivo no sólo en el sistema escolar sino
en la propia concepción de educación. Y en esos posibles cambios, que deben ser ilu-
minados por las aportaciones actuales de la ciencia y la tecnología, ¿qué papel juega
el estudio de la diversidad educativa? Ya que los informes mundiales, como enseguida
veremos, reconocen la urgencia imperiosa de seguir avanzando hacia una educación
más inclusiva que no margine a grupos y personas que pueden quedar en las orillas del
sistema, ¿cómo podremos fortalecer su crecimiento personal y grupal, desde enfoques
que reconozcan sus potencialidades y sus aportes reales al conjunto de la humanidad?
¿Qué sugerencias podrían hacerse desde la investigación educativa?
Las declaraciones e informes de los organismos internacionales sobre la educación,
publicados en el 2015, dejan poco margen de duda hacia la necesidad de buscar nuevos
enfoques acerca de la misma. Uno de los más significativos, el informe de la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2015a),
Replantear la Educación, desde una concepción humanista, basada en el respeto per la
vida y la dignidad humanas, la igualdad de derechos, la justicia social, la diversidad
cultural, la solidaridad internacional y la responsabilidad compartida para un futuro
sostenible, analiza los cambios más importantes que se están produciendo en nuestra
sociedad y que plantean retos importantes a la educación. Propone considerarla como
un bien común, al que toda la humanidad tiene derecho a acceder y responsabilidad de
cuidar en un mundo complejo y concluye
La humanidad ha entrado en una nueva fase de su historia con la evolución cada
vez más rápida en ciencia y tecnología. Para que puedan beneficiarnos de manera
emancipatoria, justa y sostenible, es preciso comprender y gestionar las oportunidades
y los riesgos. Posibilitarlo debería ser el propósito fundamental de la educación y el
aprendizaje en el siglo XXI (UNESCO, 2015a, p. 93).
La declaración de Incheon para la Educación 2030, elaborada en el Foro Mundial
sobre la Educación, intenta incluir los cambios educativos en un marco más amplio,
la agenda del Desarrollo Sostenible 2030 (Organización de las Naciones Unidas [ONU],
2015), en lugar de llevarse a cabo paralelamente al marco global internacional de desa-
rrollo, como había sucedido con las declaraciones anteriores.

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Diversidad educativa ¿Un potencial desconocido? 17

La novedad de la Educación 2030 es que se centra en el afianzamiento y ampliación


del acceso, de la inclusión y la equidad, de la calidad y los resultados del aprendizaje
en todos los niveles, como parte de un enfoque de aprendizaje a lo largo de la vida
(UNESCO, 2015b, p. 5).
La justificación del cambio se centra en la existencia de grupos de población que
no han llegado a alcanzar los objetivos propuestos o no llegan a beneficiarse de los
sistemas educativos; el abandono de los estudios de muchos niños y jóvenes que pone
en cuestión si “el actual sistema educativo no sirve para vincular el contenido de la
enseñanza con el mundo real” (UNESCO 2015c, p. 4); los cambios sustanciales en los
procesos de aprendizaje proporcionados por las TICs y su espectacular desarrollo a
nivel global. (UNESCO 2015d). Por otra parte, los expertos en tecnologías de la infor-
mación y comunicación advierten de la necesidad de profundizar ampliamente en esos
cambios, desde análisis multidimensionales (Aliaga & Bartolomé, 2006).
Finalmente, la literatura sobre innovación educativa y escuelas innovadoras parece
animar a centrar la atención en la importancia de los aspectos prometedores de nuestros
alumnos y alumnas y no en sus limitaciones. Esto favorecería el que se trabajase a un
mayor nivel (Beaudoin 2013), aspecto que ya habían subrayado algunos de los especia-
listas en superdotación y talento (Coyle, 2009; Tourón, 2004). Sin embargo, reconocer
este potencial, que, según la investigación neurocientífica, puede desarrollarse, supone
cambios importantes en el desarrollo del aprendizaje en todas las edades, y desde
todas las capacidades y situaciones personales, que no siempre aparecen con claridad
en las escuelas reconocidas como innovadoras.
En síntesis: me he planteado estas cuestiones que me gustaría introducir, aunque
soy consciente de que la respuesta a cada una de ellas supera con mucho los límites
de un artículo y de una persona.

1. ¿Qué nos aportan los avances científicos y tecnológicos al reconocimiento y desa-


rrollo del potencial existente en la diversidad educativa?
2. ¿Cómo afectarían a las propuestas de educación inclusiva y a la práctica inclusiva
de nuestras instituciones?
3. ¿Qué sugerencias se nos brindan a la investigación educativa desde la óptica
transformadora?

Intentaré apuntar alguna sugerencia a la tercera cuestión al hilo de las dos primeras.
Responder a estos interrogantes exigiría el trabajo de equipos interdisciplinares y el
desarrollo de un grupos conformados por investigadores y personas pertenecientes
a diversos colectivos y edades, que nos ofrecieran sus experiencias educativas y sus
propios interrogantes. Avanzo una aproximación a la temática, fruto, tanto de la lectura
como de la propia experiencia docente e investigadora.

¿Nuevos enfoques para abordar la diversidad desde los avances científicos?

El repaso de libros y revistas anteriores a 2005, nos obliga a ser más cautos
cuando hablamos de novedad. La mayoría de los elementos que vamos a enume-
rar ya aparecen en esas publicaciones. Quizá sea más real advertir que se trata

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18 Margarita Bartolomé Pina

de caminos sobre los que se ha avanzado y que, al transitarlos más gente, arrojan
una luz nueva sobre aspectos que apenas estaban presentes en nuestro imaginario
colectivo. Se trata de descubrir cómo pueden ayudarnos a trabajar las diferencias
educativas desde una perspectiva dinámica, procesual, y positivo, en la búsqueda
de lo que puede construir a la persona y a la sociedad y hacernos avanzar hacia
planteamientos más inclusivos.

Neurociencia educativa: un apoyo imprescindible

La neurociencia está ofreciendo a la educación aportes muy interesantes. En 1999, el


Centro para la Investigación e Innovación Educativas (CERI) de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) puso en marcha una iniciativa
internacional materializada en el proyecto que lleva por título Ciencias del aprendizaje
e investigación sobre el cerebro. Su objetivo fundamental era aproximar al mundo de la
educación los avances que, ya entonces, se iban acumulando en al ámbito de la neu-
rociencia. Posteriormente, otros países han puesto en marcha programas similares.
Del cruce entre especialistas de diversos campos está emergiendo uno transdisciplinar
propio: el de la “neurociencia educativa” o “Neurociencia de la educación” (Ortiz,
2009, pp. 17-21). El mismo CERI ha creado una página web cuyo objetivo es favorecer
el desarrollo de experiencias docentes fundadas en la investigación neurocientífica, así
como ofrecer noticias y herramientas de estudio y trabajo a nivel global, asociadas al
aprendizaje desde estos aportes www.teach-the-brain.org
Veamos algunas de estas aportaciones que iluminan cómo se conforma y puede
enriquecerse el potencial de cada persona, en interacción, desde luego, con su herencia
genética.

– Aumentan los estudios sobre los periodos sensibles para el aprendizaje temprano,
que tienen como base el desarrollo neuronal. En esos periodos el cerebro solicita
aportaciones para crear o estabilizar estructuras de larga duración. En los prime-
ros años de vida, las neuronas realizan muchas más conexiones que en la edad
adulta. Cuanto más rico en estímulos sea el ambiente, mayor será el número de
interconexiones que se llevarán a cabo. En consecuencia, el aprendizaje se dará
con mayor rapidez y será más significativo (Sousa, 2014). El potencial de cada
sujeto se va así desarrollando, de acuerdo a los estímulos que se les brinden,
desde una educación temprana, a esas ventanas abiertas a la oportunidad, cuyo
cierre, en un cierto momento, no significa la imposibilidad absoluta de esos
aprendizajes, pero sí una mayor dificultad.
– La motivación constituye el motor más poderoso para desarrollar y mantener
un aprendizaje. Entendida como un estado de energía, excitación o intensidad
emocional, activa, dirige y mantiene una conducta hacia un objetivo concreto.
Para Coyle (2009), este proceso (que él denomina ignición) y la práctica intensa
trabajan juntos para producir la habilidad. En el caso del aprendizaje escolar,
el alumnado debe percibir que los contenidos a aprender son necesarios o
deseables. Su relevancia, el interés que suscitan, la posibilidad de elección y
el compromiso con la tarea son criterios cruciales para una motivación intrín-

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Diversidad educativa ¿Un potencial desconocido? 19

seca. Pero existen otros elementos que quizá sorprendan y, sin embargo, las
investigaciones coinciden con nuestra experiencia vital: la identificación con
un grupo o la experiencia de nuestra fragilidad en un momento determinado,
pueden ser poderosos resortes de motivación. La capacidad de conseguir algo
puede estar presente, pero la energía destinada a esa capacidad nos llega a
través de mecanismos, generalmente inconscientes, que se ponen en marcha en
un momento dado, a través de unas señales, no siempre evidentes. También,
tomar en consideración los intereses del alumnado contribuye a garantizar
que pueden aplicar el contenido de lo que están aprendiendo a la vida real
(Feinstein, 2004).
– Una aportación muy interesante al estudio de la diversidad educativa, dentro del
ámbito escolar, es la presentación las subcompetencias asociadas a los sistemas
operativos social y académico. Veamos, brevemente, los dos modelos presentados
por Jensen (2014, pp. 143-151).

Existen bastantes áreas del cerebro asociadas al sistema operativo social, pero el autor
se centra en seis sistemas primarios:

• Conciencia sensorial. Esta área se ocupa de la percepción y del procesamiento


riguroso de las señales sociales relevantes.
• Razonamiento social. Implica la capacidad para tomar decisiones pensando en
los demás, lograr la aceptación dentro de un grupo y enfrentarse a los efectos
de la presión de los compañeros.
• Teoría de la mente. Es la capacidad para ponerse en el lugar del otro, para pre-
decir cuáles podrían ser las acciones de otra persona y sentir empatía por ella.
• Afiliación y empatía. Estas competencias se definen por la vinculación confiable
y relacional con otra persona.
• Estados emocionales. Hacen referencia a la capacidad de manejar los propios
estados emocionales e influir intencionalmente en los de los demás.
• Evaluación de la compensación. Consiste en el uso adaptativo de la reciprocidad,
esto es, una sensibilidad apropiada para que ambas partes se beneficien de una
mutua relación.

El sistema operativo académico se ocupa de las actividades académicas. Existen solapa-


mientos con el social. Factores que interactúan, mitigan o sustentan el sistema operativo
son las relaciones, el proceso de socialización vivido y el estatus social. Cada una de éstas
juega un papel en la motivación, en la toma de decisiones y en la comprensión necesaria
para superar cada jornada. Los alumnos evolucionan. Su éxito depende de su sistema
operativo y éste puede mejorar. Existen programas específicos para el aumento de la
atención, o de la memoria de trabajo etc. Jensen (2014) considera elementos clave del
sistema operativo académico: una manera de pensar y plantearse las cosas que genera
confianza; el esfuerzo a largo plazo, lo que requiere gratificación diferida; atención;
memoria a largo y corto plazo; procesamiento de datos o acontecimientos; secuencia-
ción, como conjunto de competencias que nos permiten priorizar, identificar y poner
en orden un conjunto de acciones.

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20 Margarita Bartolomé Pina

Jensen (2014) ofrece para ambos sistemas operativos, el social y el académico, unas
estrategias específicas de aprendizaje, de acuerdo al planteamiento ya explicitado,
de desarrollo y enriquecimiento del cerebro, que los educadores pueden utilizar de
acuerdo a las características y necesidades de su alumnado.

De la inteligencia a la educación emocional

Muchos de los elementos que hemos ido señalando en los sistemas operativos
social y académico estaban contemplados en los elementos propuestos por Goleman
(1996) desde su concepción de la inteligencia emocional: conocer las propias emociones;
manejar las emociones; motivarse a sí mismo; reconocer las emociones de los demás
y establecer relaciones.
Bisquerra (2003), en un trabajo de síntesis, analiza la fundamentación de la educa-
ción emocional e indica a su vez un conjunto de competencias emocionales que le sirven
de base, muy similares a las propuestas por Goleman (1996): conciencia emocional;
regulación emocional; autonomía personal; inteligencia interpersonal y habilidades
para la vida y bienestar. En este artículo se explicitan las múltiples concomitancias e
interrelaciones de las teorías que fundamentan la educación emocional, muy trabajada
por el autor y su equipo, tanto a nivel de investigación como de orientación para el
trabajo en distintos contextos.

Tres décadas de “inteligencias múltiples”: el porqué de un éxito

Una de las aportaciones teóricas, que al igual que la de Goleman (1996), ha incidido
extraordinariamente en el mundo de la educación, es la conocida teoría de las inteli-
gencias múltiples de Gardner (1983). Este autor, al igual que otros psicólogos, (Guilford,
1967; Sternberg, 1985; Thurstone, 1939) intenta avanzarse al concepto tradicional de la
inteligencia humana, centrado fundamentalmente en el Coeficiente Intelectual (C.I.).
Desde una visión pluralista de la inteligencia, la teoría de las Inteligencias Múltiples “se
organiza a la luz de los orígenes biológicos de cada capacidad para resolver problemas.
Solo se tratan las capacidades que son universales a la especie humana” (Gardner,
1993/2005, 2005, p. 38). Sin embargo, el autor incluye otros criterios, y, en publicaciones
posteriores ha reconocido que los avances en la neurociencia, implican modificaciones
fundamentales en relación a los planteamientos iniciales biológicos de su teoría. Las
siete inteligencias propuestas en un principio (lingüística, lógico-matemática, espacial,
corporal-kinestésica, musical, interpersonal, intrapersonal) se han enriquecido con la
inclusión de la inteligencia naturalista, reconocida ya científicamente y otra posible, la
inteligencia existencial, la de las grandes preguntas, según él. También acepta la posi-
bilidad de que se descubran otras inteligencias. El autor concibe la inteligencia como
algo que cambia y se desarrolla en función de las experiencias que el individuo pueda
tener a lo largo de la vida.
Las inteligencias son potenciales o tendencias que se realizan o no se realizan,
dependiendo del contexto cultural en que se hallan. Las inteligencias son siempre una
interacción entre las tendencias biológicas y las oportunidades de aprendizaje que
existen en una cultura” (Gardner, 1993/2005, 2005, p. 289).

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Las críticas a la teoría de las inteligencias múltiples han sido múltiples, pero sí trae-
mos aquí su teoría es por su importante contribución al tema que nos ocupa. Gardner
(1983, 1993/2005) ha puesto de relieve la variabilidad interindividual en el aula. Aunque
muchos acepten las diferencias individuales, pocos las cuidan y desarrollan. El autor,
desde un principio, ha unido la reflexión teórica y la aplicación de la misma en el campo
educativo. La teoría de Gardner ha sabido conectar con el espíritu del tiempo educativo
que pasa por reconocer la presencia de un nuevo paradigma centrado en el alumno y en
su aprendizaje más que en la enseñanza y en el profesor y en sus derivaciones más
inmediatas como son el conocimiento situado, los estilos y enfoques de aprendizaje, los
programas de enseñar a pensar y el aprendizaje autorregulado, entre otras (Pérez Sánchez
y Beltrán, 2006) Como nos recuerda el mismo Gardner (1993/2005), “la mente de cada
persona es diferente a la de los demás. En última instancia, en algún futuro distante
pero todavía imaginable, debería ser posible desarrollar un entorno educativo óptimo
para cada estudiante en un momento histórico concreto.”(pp. 296-297). En ese futuro
incorpora el avance en una de sus tareas principales: el desarrollo de evaluaciones
que se ajusten mejor a las tareas que se realizan en la vida real, (evaluaciones auténticas
o evaluaciones en el contexto), que no aíslen al estudiante sino que éste se beneficie de
las aportaciones de otros y que incida en la comprensión de lo estudiado, de manera
significativa, de forma que pueda iluminar problemas nuevos o desconocidos y llevar
a cabo nuevos proyectos.
Sin duda, la aportación de Gardner (1993/2005) continúa viva en los enfoques
innovadores de algunas instituciones educativas de nuestro país. Posiblemente puede
deberse a la facilidad de lectura de sus obras, a su apertura a las cuestiones educativas
que más importan al profesorado que desea trabajar dentro del paradigma centrado
en el alumno y al talante autocrítico del autor, que le lleva a incorporar muchas de
las críticas y a repensar una y otra vez la práctica a que pueden conducir sus teorías.
En realidad, de acuerdo con su planteamiento de aprendizaje, la mejor aportación
que puede hacerse a Gardner es leerlo en profundidad, trabajar proyectos donde se
intenten poner en marcha sus teorías, y desde una crítica fundamentada, avanzar en
la búsqueda de nuevas formas de entender la inteligencia que nos permitan descubrir
y apoyar – a través de estrategias de aprendizaje- el potencial, tantas veces ignorado,
de niños, jóvenes y adultos.

Nuevas inteligencias. ¿Nuevos aprendizajes?

De alguna forma, eso es lo que intentan Lucas y Claxton (2014). Los autores, que
trabajan en el Centre for the Real-Word Learning, de la Universidad de Winchester,
presentan la inteligencia como un conjunto armónico y complejo de distintos com-
ponentes. Críticos con la aplicación sobre todo de la teoría de Gardner (1983) en
algunas escuelas, se inclinan más por la de Costa y Kallick (2008) que han dividido la
inteligencia en lo que ellos llaman hábitos de la mente: ser perseverantes; gestionar la
impulsividad; escuchar con comprensión y empatía; pensar de forma flexible; pensar
sobre el pensamiento (metacognición); esforzarse por ser preciso; aplicar conocimientos
anteriores a nuevas situaciones; pensar y comunicarse con precisión; recoger datos con
todos los sentidos; crear, imaginar e innovar; responder con admiración y asombro;

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22 Margarita Bartolomé Pina

asumir riesgos; aplicar el sentido del humor, pensar de manera independiente; estar
abierto al aprendizaje continuo. La obra de Costa y Kallick (2008) ofrecen numerosas
experiencias de cómo llevar la teoría al aula. El debate sigue abierto y se precisa más
investigación para descubrir la potencialidad de las teorías sobre la inteligencia, en
el diagnóstico y, sobre todo, en el desarrollo de la potencialidad individual de un
aprendizaje para la vida real. Los mismos Lucas y Claxton (2014) ofrecen, al final de
su obra el modelo 4,5,1. Lo presentan como un proceso abierto, con cuatro componentes
principales: investigar, experimentar, imaginar y razonar; cinco marcos de la mente que
se complementan y sostienen entre sí: curiosidad, determinación, empleo de recursos,
sociabilidad y reflexividad y un ingrediente clave central en el modelo que han deno-
minado presencia mental, concepto holístico que apenas han definido pero al que se
le concede una importancia fundamental en la organización del proceso inteligente.
Además de compleja, los autores señalan en la inteligencia, su dimensión práctica,
intuitiva, distributiva, social y estratégica (que incluye la metacognición, la auto-regu-
lación y la reflexión). Finalmente, reconocen una dimensión ética, en el desarrollo de
la inteligencia, ya que la conducta inteligente de cada uno, ha de hacerse compatible
con el bienestar de los que le rodean, hombres o mujeres.
De alguna forma, el ampliar tanto la concepción de inteligencia no tiene otro obje-
tivo que orientar la función educadora hacia el desarrollo de personas más inteligentes
en la vida real, por diversos caminos. De ahí el esfuerzo por incluir continuamente
estrategias de aprendizaje para ampliar y enriquecer las dimensiones propuestas. Se
entiende por tanto que este planteamiento de la inteligencia es un proceso abierto y
un proceso que se extiende a lo largo de toda nuestra vida.

Aprendizaje y evaluación adaptativos. ¿La solución final?

El auge de un nuevo paradigma centrado en el alumno ha provocado, como hemos


visto, avances importantes en el campo de la psicología de la educación y, en especial,
cuando se han querido aplicar las nuevas concepciones de la inteligencia al terreno de
la instrucción y el aprendizaje. Paralelamente, se ha ido desarrollando un poderoso
movimiento que tuvo sus orígenes en Skinner (1954) quien, desde un planteamiento
claramente conductista, desarrolló estrategias para conseguir la individualización del
aprendizaje, entre las que sobresale la enseñanza programada, especialmente de tipo
lineal, basada en una cuidadosa definición de los objetivos a conseguir, la división
del contenido de aprendizaje en fragmentos muy cortos, de forma que se asegurara
el éxito del aprendizaje y los refuerzos inmediatos a proporcionar, hasta conseguir
un aprendizaje satisfactorio. Posteriormente, se desarrollaron otras formas y tipos de
programación, entre las que destaca la programación ramificada de Crowder (1960),
que supone la existencia de más de una secuencia, a partir de la inclusión de pregun-
tas- diagnóstico para valorar aprendizaje que se va realizando y derivar después a
secuencias diversas1. Fernández Huerta introdujo ambos tipos de programación en el

1 Sobre el nacimiento de la enseñanza programada, tanto en Estados Unidos como en nuestro país
pueden verse los trabajos de Cruz (1985, 1988), cuando ya había pasado el auge de la enseñanza programada
y había ido derivado hacia la tecnología de la instrucción o tecnología educativa.

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Diversidad educativa ¿Un potencial desconocido? 23

Departamento de Didáctica de Barcelona y durante unos años las tesis de licenciatura


y doctorales se orientaron drástica y entusiásticamente en esa dirección (véase, a modo
de ejemplo, Bartolomé 1967; Borrell, 1967; Candau, 1969)2.
Paralelamente a la enseñanza programada aparece la educación adaptativa, mov-
imiento introducido por Cronbach en 1957, pero que tiene sus manifestaciones más
fuertes a partir de los años 70. En él se buscaba, desde los principios de igualdad de
oportunidades y de equidad educativa, eliminar las respuestas excluyentes en la escuela
y desarrollar intervenciones en ella que se adaptaran a las diferencias individuales de
los estudiantes y desarrollaran en éstos, los conocimientos y destrezas necesarios para
dominar el aprendizaje. En el trabajo de Mercedes García García (2004) hallamos una
síntesis de esta corriente cuyos principios pedagógicos podrían fundamentar, tanto el
aprendizaje adaptativo como la educación inclusiva.
Sin embargo, los avances en la búsqueda de un aprendizaje que permitiera la
adaptación del proceso educativo a las fortalezas y debilidades de cada estudiante, se
ha podido ofrecer de forma asequible, a partir de la existencia masificada de internet,
que ha posibilitado, de una parte, la minería de datos, proceso que intenta descubrir
patrones en grandes volúmenes de conjunto de datos, y analíticas de aprendizaje, que
contemplan un amplio espectro de datos producidos y recogidos de los estudiantes
para orientar su producción académica, predecir acciones futuras e identificar elemen-
tos problemáticos. El aprendizaje adaptativo tiene una aproximación no lineal a la
instrucción, retroalimentación y corrección, pues se ajusta de acuerdo a las interaccio-
nes del estudiante y al nivel de desempeño demostrado. Pretende por ello, adaptarse
y anticiparse al tipo de contenidos y recursos que aquel necesitará en un momento
específico para progresar en el curso. Requiere por tanto incorporar análisis de datos,
exámenes psicométricos, algoritmos, entre otras cosas, para lograr la adaptabilidad
de la instrucción, anticipándose al aprendizaje del alumno. En la amplia introducción
al Aprendizaje y evaluación adaptativos del Observatorio de Innovación educativa del
Tecnológico de Monterrey (1915), se brinda una información bastante entusiasta del
aprendizaje adaptativo, asegurando su carácter transformador en la educación superior
por su capacidad para llevar el aprendizaje de manera diferente a nuevos estudiantes,
lo que permitirá la recolección de grandes cantidades de datos que pueden ayudar a
mejorar el eco sistema de la educación.

Actualmente nos encontramos ante la esperada oportunidad: por primera


vez los educadores tienen acceso a la tecnología necesaria; a una sofisticada
analítica de datos y aprendizaje; así como a la investigación emergente de

2 Personalmente, también quise introducir durante el curso 1969-1970, en la docencia universitaria de


la estadística, el aprendizaje programado ramificado,.. sin máquinas. ¡Toda una proeza, para la organización
de ficheros y revisión del aprendizaje!. Y en los periodos de huelga, de los años 70, utilizábamos libros pro-
gramados de estadística aplicada a la educación para suplir parcialmente las clases. Recojo estas anécdotas
porque expresan la euforia vivida en aquel momento, no exento también de críticas y autocríticas fuertes, ya
que se daban en España, al mismo tiempo, corrientes alternativas como la educación personalizada siguiendo
la orientación de Pierre Faure (1977), que trabajé durante dos años en un aula de primer curso de Primaria
y de primer curso de Bachillerato (1964-66) así como en las clases de Pedagogía Diferencial a comienzos
de los 80, y los nuevos estudios sobre la creatividad y su aplicación al campo educativo, Ciertamente, los
enfoques y estrategias de la educación personalizada eran muy diversos.

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24 Margarita Bartolomé Pina

cómo aprenden las personas. La convergencia de esos tres elementos hará


posible construir sistemas inteligentes de aprendizaje adaptativo (Observatorio
de Innovación educativa del Tecnológico de Monterrey, 1915, p. 6).

Existen dos modelos generales aunque no mutuamente excluyentes:

– Impulsado por el contenido: Este modelo se basa en el seguimiento del desem-


peño, las interacciones y los metadatos que se generan de la interacción de los
estudiantes con el contenido. Esta información y su relación con los objetivos
de aprendizaje se concentra en un tablero que el profesor consulta para identi-
ficar qué es necesario ajustar, cambiar o modificar en la instrucción tanto en el
contenido como en los caminos de aprendizaje.
– Impulsado por la evaluación. Generalmente es el modelo con el que se asocia el
aprendizaje adaptativo. En ese enfoque, el sistema realiza, casi en tiempo real
y de manera dinámica, los ajustes en la instrucción, recursos de aprendizaje y
vías o caminos del curso, basándose en la evaluación continua del desempeño
y dominio del estudiante. Aquí no es necesaria la intervención del profesor. Las
pruebas para desarrollar la evaluación adaptativa, están basadas en la teoría
de respuesta al ítem, muy útil cuando se han vincular resultados de múltiples
formas de evaluación.

La integración del aprendizaje adaptativo en los MOOC (Cursos online masivos y


abiertos), constituirá una nueva modalidad de los mismos. Permite la medición de la
comprensión del alumnado en tiempo real y puede facilitar el aprendizaje, sobre todo,
de modelos de capacitación profesional específica y entrenamiento. Cabría preguntar,
con la variedad de culturas y estilos de aprendizaje que pueden aportar los miles de
alumnos y alumnas que se apuntan a estos cursos, así como sus necesidades reales,
si será posible conseguir grandes conjuntos de datos, estadísticamente válidos, que
permitan proporcionar consejos de aprendizaje personalizado a los estudiantes. Hay
que tener en cuenta la preparación que ello implica para los profesores o expertos
que desarrollarán tanto los contenidos como el diseño de instrucción correspondiente.
Por otra parte, el aprendizaje adaptativo, siendo un aporte interesante para el tra-
bajo educativo que desee tener en cuenta la diversidad individual en el aprendizaje,
se enfrenta a importantes desafíos, como el que acabamos de indicar. Habría también
que establecer la regulación legal de la privacidad de los estudiantes. Sobre todo nos
preguntamos sus evidentes limitaciones con temas menos estructurados, donde se
precise el pensamiento divergente, se invite a los estudiantes a usar sus propias ideas,
exija la toma de decisiones sobre problemas complejos, en los que el error ha de ser
contrastado con la realidad o con otras personas que pueden iluminarnos, lo que nos
permitiría alcanzar un mayor nivel de comprensión y mejores decisiones.
En cualquier caso, lo que se precisa es más investigación sobre este tema. Las
plataformas de aprendizaje adaptativo3 existentes en el mercado ofrecen documentación

3 Véase por ejemplo el material de la plataforma Knewton (2015), una de las más importantes, que
está en proceso de traducción al castellano por una conocida editorial.

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para dar a conocer su propia concepción de aprendizaje adaptativo, las teorías en


las que se basa, la justificación de su efectividad y cómo puede ofrecer información
a los profesores que les permita conocer mejor a sus estudiantes llevar a cabo otras
actividades de carácter grupal. Pero la investigación debe hacerse desde instituciones
independientes que abran la posibilidad de estudiar a fondo los procesos que se supone
están impulsando o favoreciendo esas plataformas. Un elemento muy importante es
el efecto que pueden producir en grupos determinados de población, a medio o largo
plazo. Las personas que trabajan con estos métodos, ¿cómo se integran en la sociedad
a nivel personal, profesional, cultural? ¿Qué tipo de ciudadanía se está formando para
saber dialogar, comprometerse con los problemas, o conducir sus vidas con un mayor
sentido? ¿Sabremos motivarnos y apasionarnos por compromisos a largo plazo?

Personas resilientes. ¿Escuelas y educadores resilientes?

El interés por la resiliencia ha experimentado diferentes perspectivas: la inicial, en


el ámbito anglosajón más centrada en la infancia en situaciones de riesgo y su posible
superación; la que enfatiza el proceso de superación de la adversidad por la persona
pues, tal y como señala Cyrulnik (2002)

el simple hecho de constatar que un cierto número de niños traumatizados


resisten a las pruebas que les toca vivir, haciéndoles incluso más humanos,
no puede explicarse en términos de superhombre o en términos de invul-
nerabilidad, sino asociando la adquisición de recursos internos afectivos y
de recursos de comportamiento durante los años difíciles con la efectiva
disposición de recursos sociales y culturales (p. 36).

La persona, por lo tanto tiene un papel más activo desde este marco, pero también
lo tiene el contexto y su modo de influir positiva o negativamente. Y es a través de
los propios relatos como pueden las personas obtener una acción terapeútica. Poco a
poco los autores trabajan en especial por la identificación de los factores protectores y
de riesgo, que cambian su nombre en función del modelo escogido. El modelo holístico
actual, según Forés y Grané (2012)

se concreta en dos aspectos fundamentales: la afirmación de la universalidad


de los procesos de resiliencia, presentes en todos y en todo. Por otro, en el
reconocimiento de que aun teniendo en cuenta la multiplicidad de factores
que intervienen en distintos planos y entornos para conformar los procesos
de resiliencia, ésta es mucho más que la suma de sus partes”. (p. 25).

Los autores, insatisfechos con la denominación de los factores. A los de protección


les denominan sencillamente de resiliencia mientras que señalan como de no resilien-
cia todo lo que inhibe, ralentiza o detiene el flujo natural de la resiliencia. Desde ese
enfoque, muy influenciado por la psicología positiva, la resiliencia sería “la habilidad
de saber construirse, en cada ocasión, un entorno afectivamente seguro desde el que
explorar el mundo” (Forés y Grané, 2012, p. 10)

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26 Margarita Bartolomé Pina

La obra de Henderson y Milstein (2003), La residencia en la escuela, ha incidido amplia-


mente en el mundo educativo. Las dimensiones de su modelo han podido replicarse en
otras investigaciones y descubrir su potencialidad. Estos autores proponen seis factores
que debe brindar la escuela. Los tres primeros promueven claramente la resiliencia:
afecto y apoyo, expectativas elevadas, oportunidades de participación significativas.
Los otros mitigan el riesgo de la no resiliencia: vínculos prosociales, límites claros y
firmes y habilidades para la vida.
En una investigación que he acompañado varios años, sobre el estudio de los pro-
cesos de resiliencia en niños y niñas procedentes de la migración exterior, y la posible
incidencia de la familia, la escuela, una asociación de mediación intercultural, se ha
podido comprobar, la importancia en el desarrollo de la resiliencia, de las relaciones
interpersonales y, en especial, la de adultos (algunos educadores, la figura del media-
dor cultural o la de algún familiar) que proporcionan afecto (Casasempere, 2013) Esto
coincide con numerosos investigadores. Es interesante haber constatado que el juego,
especialmente los juegos deportivos, son uno de los factores que promueven el desa-
rrollo del sentimiento de pertenencia a la escuela en el alumnado inmigrante en esa
etapa y, por consiguiente el inicio de una participación más efectiva en el centro. En
cambio, se ve necesario que las escuelas promuevan más la participación efectiva de
sus familias en el centro, clave para el desarrollo de los vínculos prosociales.
Quizá la preocupación por el éxito escolar, entendiéndolo en términos de rendimiento
académico, haya acaparado la atención, en la práctica escolar4. Hay, no obstante que incluir
dentro del éxito educativo, el desarrollo armónico e integral de la persona, que supone
siempre el ir afrontando cada vez más, con proactividad, los múltiples condicionantes de
la vida diaria. Esto puede acentuarse con niños y jóvenes que provienen de poblaciones
desfavorecidas o que han sufrido traumas en su proceso vital. La resiliencia precisamente
permite asegurar que hay alternativa donde otros hallan límites. Y que esa alternativa no
se circunscribe a unos pocos sino que ha de estar abierta a todos. Pero exigiría cambios
bastante profundos en el profesorado. Es lo que proponen Day y Gu (2015) al plantear
la necesidad de iniciar el trabajo por apoyar los procesos que promuevan la resiliencia
del profesorado. Aunque no existe mucha investigación sobre el tema de los procesos
de resiliencia en adultos, su obra aporta muchos datos de investigación y se basa en
que el concepto de resiliencia es de carácter dinámico y relacional. La dimensión social
de la resiliencia del profesor reconoce el impacto interactivo de los factores personales,
profesionales y situacionales, en el trabajo y la vida de los profesores y contextualiza sus
esfuerzos para sostener su compromiso profesional.

Vinculando el concepto de resiliencia con los contextos relacionales multi-


dimensionales del trabajo y la vida de los profesores , fuimos capaces de
explorar con mayor profundidad cómo el establecimiento de conexiones con
colegas y alumnos produce un capital colectivo intelectual y emocional para
la realización y compromiso con el empleo; e identificar el papel crítico de
4 Desde el Grup de Recerca en Educació Intercultural (GREDI) se han llevado a cabo investigaciones sobre
grupos de estudiantes que procedían de la migración exterior que no abandonaban los estudios a pesar de
que los informes locales, nacionales o internacionales insistían en el elevado número de abandonos en ese
grupo de población (Sandín, 2012; Bazoco, 2014).

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Diversidad educativa ¿Un potencial desconocido? 27

los equipos directivos para crear las condiciones para que crezcan las semillas
de la confianza, la apertura, el compañerismo y la responsabilidad colectiva
en la escuela. La resiliencia, en este sentido relacional, es la culminación de
esfuerzos colectivos y colaborativos” (Day & Gu, 2015, p. 36).

Igualdad versus diversidad. ¿La lucha inacabada?

No me es posible abordar en este artículo, la diversidad vivida como a la que rei-


teradamente hacen referencia los informes internacionales, quizá porque, a pesar de
tantas declaraciones siguen existiendo demasiados grupos humanos a quienes no llega
la deseada igualdad de oportunidades y permanecen con riesgo de exclusión5. Sí que
deseo referirme, aunque muy brevemente, a las objetivo nº 5 de la Agenda del Desa-
rrollo Sostenible 2030: “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las
mujeres y niñas”. Los datos recientes, sobre analfabetismo, niveles de pobreza, haber
sufrido violencia física y/o sexual de las mujeres a nivel mundial, dejan poco espacio
para el optimismo y justifican ese objetivo en la Agenda del Desarrollo sostenible6. Se
supone –y con razón– que una de las medidas mejores para conseguir la igualdad de
género es favorecer el nivel educativo de niñas y jóvenes. Pero esta medida, siendo
fundamental, resulta insuficiente, si no se trabaja al mismo tiempo aspectos importantes
que hacen referencia a capacidades, actitudes, dominio de estrategias para gestionar
situaciones familiares o comunitarias etc7. Como vemos, apostar por la igualdad de
género supone acciones formativas que lleven a las mujeres a una mayor autoestima,
autonomía y capacidad de autodeterminación a nivel individual, al tiempo que, como
grupo, sean capaces de influir en los cambios sociales a fin de lograr una sociedad
más justa e igualitaria. En relación con el empoderamiento de las mujeres que plantea
la agenda, partimos de una concepción de poder que, sin desdeñar la capacidad de
trabajar procesos en los que se potencie el poder de tomar decisiones, trabajar creati-
vamente, acceder a los medios de producción y su control, nos centremos en el trabajo
cooperativo y en la formación para el diálogo y el liderazgo distribuido, evitando el
protagonismo excesivo de quienes acceden a cualquier cargo, y sobre todo se cultive
el saber ser, que cultiva esa energía interior que nos permite ser libres y responsables
ante los retos de la realidad (Charlier y Caubergs, 2007). En nuestro grupo GREDI se
han llevado a cabo algunas investigaciones que permiten abordar el empoderamiento de
mujeres inmigrantes y autóctonas desde procesos participativos, con metodologías de
investigación-acción (Folgueiras, 2009). En la actualidad el GREDI mantiene una línea
de investigación GREDI DONA un grupo de investigadoras en el área de género que

5 Remito a un escrito mío: Igualdad versus equidad ¿Enfoques divergentes ante la diversidad educativa?, que
creo sigue teniendo vigencia en la actualidad (Bartolomé, 2008).
6 Recojo aquí algunas reflexiones de un reciente artículo que escribí con ocasión de la divulgación de
la agenda del Desarrollo Sostenible. Igualdad de género y empoderamiento de mujeres y niñas (Bartolomé, 2016).
7 Sobre este aspecto es significativa la aportación de Jiménez, Álvarez, Gil, Murga y Téllez (2005) en
una investigación sobre las diferencias halladas entre alumnos y alumnas con premio extraordinario de
Bachillerato: “Aparecen algunas diferencias significativas próximas a lo que se denomina personalidad,
intereses, expectativas, relaciones sociales. Y también apuntan a algunos comportamientos sexistas que
perviven o repuntan y que sugieren que el avance hacia la igualdad de las personas presenta obstáculos
para los dos géneros” (p. 414).

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28 Margarita Bartolomé Pina

apuestan por la transformación social. (http://gredidona.blogspot.com.es/). Desde hace


unos años está emergiendo con fuerza los trabajos orientados a fortalecer la igualdad
de género en la Educación Superior y en la investigación científica. Se intenta superar
el ya conocido enfoque de desigualdades por el de la búsqueda de una mayor calidad
de la Institución universitaria basada en la justicia social y la perspectiva de género
(Donoso, Montané y Pessoa, 2014). Los programas de empoderamiento que apoyan
organismos internacionales con poblaciones que viven en situación de discriminación y
pobreza extremas, desde hace varios años, se articulan con programas de alfabetización
y formación fundamental. En ocasiones se trabaja sólo con grupos de mujeres si han
de enfrentar dificultades muy serias o sólo con hombres. Se han encontrado buenos
resultados al incluir el apoyo de la comunidad más amplia para relacionar procesos
formativos con su propio contexto (Eldred, 2014).
En cuanto a las investigaciones que trabajan en educación la diversidad cultural,
remito a los trabajos ya realizados, que aportan síntesis significativas (Aguado, Buendía,
Marín, & Soriano, 2006). Querría solamente señalar algunas tendencias que pueden
ser importantes: la necesidad de trabajar dando voz a las personas protagonistas de
la investigación, procedentes de otras culturas. Es desde su experiencia y desde su
lenguaje como podemos sumergirnos en un mundo que no es el nuestro (Mertens,
2009). También desde sus tradiciones, creencias y –sobre todo– historia personal. De
ahí la necesidad de recurrir a metodologías cualitativas: entrevistas en profundidad,
y entrevistas informales, relatos biográficos, etc. (Bartolomé, del Campo, Massot, &
Vilà, 2009; Taveras, 2015). Ya hemos señalado también la oportunidad de trabajar
la integración del alumnado procedente de familias inmigrantes y, en especial, de
familias refugiadas, desde los enfoques resilientes. Otro camino prometedor es el que
intenta estudiar el capital social que poseen estos colectivos a través del análisis de
redes (Sandín, Sánchez, & Cano, 2016). En realidad, estas investigaciones nos hablan
de la importancia de las relaciones como soporte fundamental en la construcción de la
persona y también para afrontar cambios significativos a medio y largo plazo.

De la escuela inclusiva al sistema inclusivo

Esta breve incursión en el apartado anterior nos reafirma en la necesidad de seguir


trabajando desde esos parámetros la diversidad educativa si queremos que tanto la
escuela como la sociedad sean realmente inclusivas.
Sabemos que la escuela inclusiva nació como respuesta a los procesos de integración
escolar de los niños y jóvenes con necesidades educativas especiales. Esta denominación,
aunque incluía tanto a las personas que se catalogaban como discapacitadas, como a
las que se les suponía una superdotación o un talento especial, había puesto demasiado
el acento en la discapacidad. Recordemos que la Convención de las Naciones Unidas
sobre los derechos de las personas discapacitadas (ONU, 2006) aboga por la inclusión.
Se van sucediendo declaraciones y recomendaciones en las que se afirma la necesidad
de promover una educación no discriminatoria y sí de cualidad. Y en el 2011, la Agencia
Europea para el Desarrollo del Alumnado con Necesidades Educativas Especiales ha
actualizado sus recomendaciones señalando los principios básicos que deban presidir
ésta. Es cierto que observando los distintos encuentros internacionales llevados a cabo

RIE, 2017, 35(1), 15-33


Diversidad educativa ¿Un potencial desconocido? 29

por la agencia se comprueba la incidencia casi exclusiva de temas como la inclusión


de niños con necesidades educativas especiales en educación infantil; o la inclusión de
personas discapacitadas en la Educación Superior. Es normal la preocupación porque
la inclusión no se convierta, de hecho, en una declaración de principios, y no llegue a
universalizarse realmente, siendo la población más vulnerable, la que pague las con-
secuencias. Pero creo –y ésta es mi pequeña aportación al tema– que éste no avanzará
si no trabajamos la inclusión desde otros parámetros más amplios, tanto en la política
educativa (Generalitat de Catalunya, Departament d’Ensenyament, 2015), en la práctica
educativa (Moriña, 2008; O’Brian & Guieny, 2003; Pujolàs, 2003) o en la investigación
educativa (Parrilla, 2009).
Ciertamente este trabajo ha de estar supervisado por equipos multidisciplinares y no
es mi intención subrayar fórmulas para las que carezco de experiencia y competencia.
Quizá simplemente desearía sugerir que el cambio podría avanzar si se trabajan esos
tres niveles adecuadamente. Las declaraciones internacionales subrayan reiteradamente
este cambio. Los estudios e investigaciones sobre las diferencias humanas (de las que
este trabajo únicamente aporta una mínima parte) expresan las múltiples vías desde
las que podemos aprender y construirnos como personas y la necesidad de hacerlo
positivamente, desde un reconocimiento y apoyo mutuos, como base, y utilizando
críticamente los múltiples medios y estrategias que se han ido desarrollando en torno al
aprendizaje centrado en el alumno. Investigaciones comparadas sobre las posibilidades
del uso de las tecnologías con los grupos de población que hemos tradicionalmente
definido con necesidades educativas especiales, pueden ayudar a romper ciertos
prejuicios y a aprovechar las oportunidades (véase un ejemplo de este tipo de estudios
en Börjesson, Barendregt, Eriksson & Torgersson, 2015). Otro tipo de investigaciones,
ya lo hemos señalado, es el seguimiento de innovaciones que se sitúan en los rakings
de excelencia (por ejemplo, el éxito creciente de las Flipped Classroom o clase invertida,
aquellas que han incorporado la teoría de las inteligencias múltiples o del aprendizaje
cooperativo en sus planteamientos, que sobresalen por el desarrollo del aprendizaje
desde las innovaciones tecnológicas o se centran en ser especialmente escuelas inclu-
sivas asegurando la heterogeneidad en la aceptación del alumnado que transita en
sus aulas etc.) ¿Cómo se está asegurando el desarrollo armónico del potencial de cada
persona y su capacidad de comunicarse y relacionarse con otras, de saber conectar y
dar respuestas a los problemas de la vida real, siendo capaz de descubrir sus metas
y el sentido de sus vidas y llegar a ser un buen ciudadano o ciudadana en nuestra
sociedad? Investigaciones de este tipo pueden animar al conjunto de educadores, no
sólo al profesorado (padres, voluntarios y voluntarias de agencias de desarrollo social,
incluyéndonos todos en ese largo etc.) a desarrollar y avanzar hacia una educación
inclusiva a lo largo de la vida, que no margine a nadie.

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Fecha de recepción: 15 de noviembre de 2016


Fecha de revisión: 15 de noviembre de 2016
Fecha de aceptación: 09 de diciembre de 2016

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Meta-Análisis sobre el efecto del Software Educativo en


alumnos con Necesidades Educativas Especiales

Meta-Analysis in the efect of Educative Software on students with


Special Educational Needs

Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel Calvo Álvarez
*Universidad Nacional de Chimborazo
**Universidad de Salamanca
***Universidad de Salamanca

Resumen

El objetivo de este trabajo fue determinar el efecto que produce el uso del Software Educa-
tivo en alumnos de 6 a 12 años con Necesidades Educativas Especiales (NEE). Como meto-
dología se utilizó el Meta-análisis, que permitió integrar cuantitativamente los resultados de
las investigaciones primarias del problema planteado de forma objetiva y sistemática, para lo
cual se seleccionaron 10 estudios mediante criterios de inclusión y exclusión, los mismos que
produjeron un total de 14 tamaños de efecto independientes. Se obtuvo como resultados una
media del tamaño de efecto d+=1.22, y una estimación puntual del tamaño de efecto d.=.21,
siendo un valor significativo bajo de la incidencia del Software Educativo en apoyo a las NEE.
En conclusión, es importante resaltar la necesidad de continuar investigando sobre Tecnologías
de la Información y Comunicación enfocadas a solventar las dificultades del aprendizaje que se
producen en las aulas para garantizar una verdadera escuela inclusiva.
Palabras clave: software educativo; tecnologías de la información y comunicación
(TIC); necesidades educativas especiales; educación especial.

Correspondencia: Gustavo Homero Orozco Cazco, [email protected], Av. Eloy Alfaro s/n y 10 de
Agosto, 060104 Riobamba, Ecuador.

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36 Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel Calvo Álvarez

Abstract

The objective of this work was to determine the effect that the uses of the Educative software
produce in the students of 6 to 12 years old with Special Educational Needs (NEE). The
methodology applied was the Meta-analysis; it allows to integrate in a qualitative way the
results of the primary investigarions about the problem in an objective and systemic. For this
purpose, 10 study cases were selected trough inclusion and exclusion process, with a total of
14 independents effects. It got a result of a media of effect d+=1.22, a punctual estimation of
effect of d.=.21, being a significantly low value of the incidence of the educative Software in
support to the NEE. In conclusion, it is important to highlight the need of more investigation
about the Communicative and Informative Technologies focused on solving the difficulties of
the learning in the classroom to guarantee a truly inclusive school.
Keywords: educative software; informative and communicative technologies (ICT);
special educative needs; special education.

Introducción

La irrupción de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC)1 en la


sociedad actual, sin duda está modificando los procesos educativos en todos los
niveles, provocando una nueva revolución, la del conocimiento (Cebrián, 2011), que
obliga de algún modo a configurar de distinta manera los aspectos sociales, culturales
y económicos de las instituciones, con el objetivo de mejorar la interacción y comu-
nicación de los diferentes estamentos para crear un pensamiento colectivo (Cabero,
2008), siendo necesario para ello contar con materiales y recursos innovadores (en lo
posible diseñados y producidos por la persona que va a aplicar) que coadyuven a un
aprendizaje activo (Amar, 2013).
Dentro de las TIC, se encuentra un medio didáctico que se ha ido incorporando
paulatinamente en los centros educativos como es el Software Educativo2, que según
García-Valcárcel y Hernández (2013) crean entornos de aprendizaje flexibles e inte-
ractivos, contribuyendo con el desarrollo cognitivo y motivacional de los estudiantes.
Sin embargo, este recurso (Software Educativo) todavía es muy limitado en cuanto al
apoyo que requieren los estudiantes, sobre todo los alumnos con Necesidades Edu-
cativas Especiales (NEE), por cuanto la masificación es más lucrativa que realizar un
producto para un caso en concreto, siendo necesario recurrir a lo gratuito o libre para
realizar adaptaciones que cubran las dificultades del aprendizaje que se producen en
el aula (Hervás & Toledo, 2007).
Cabe mencionar que durante varias décadas se ha ido modificando y evolucionado
la terminología, clasificaciones y taxonomías sobre las personas con dificultades de

1 TIC es el conjunto de tecnologías (ordenadores, consolas de videojuegos, robótica, tabletas digitales,


smartphone, software educativo y demás), que permiten la adquisición, producción, almacenamiento, trata-
miento, comunicación y presentación de información en forma de voz, imágenes, y otros (García-Valcárcel,
2003, p. 42).
2 Software Educativo son programas para ordenador creados con la finalidad específica de ser uti-
lizados como medio didáctico, es decir para facilitar los procesos de enseñanza y de aprendizaje (Marqués,
1995, p. 20).

RIE, 2017, 35(1), 35-52


Meta-análisis sobre el efecto del software educativo en alumnos con necesidades educativas especiales 37

aprendizaje, con el propósito de comprender la problemática y así poder erradicar


la discriminación que se hace presente en las aulas, evitando etiquetaciones hacia los
alumnos de acuerdo a deficiencias o discapacidades (Marín, 2004).
La atención a las personas que presentaban limitaciones o retraso en el contexto
escolar derivadas de deficiencia o discapacidad ha pasado por distintas etapas y
denominaciones.
Por tanto, el concepto “Necesidades Educativas Especiales”, aparece en los años 60,
recogido por primera vez en el Informe Warnok de 1978, con la finalidad de transformar
el enfoque de la escuela tradicional, centrada en el déficit, a una escuela integradora,
centrada en las necesidades del alumno. El Informe recoge como las necesidades
educativas pueden ser temporales o permanentes durante su etapa escolar, dando
lugar a una diversidad de alumnado que requiere de una atención individualiza para
responder a sus necesidades, pero en un mismo ambiente social, el fin es la inclusión
del alumno en el contexto escolar y social (ARARTEKO, 2001; Calvo & Verdugo, 2012;
Marchesi, 2014; Parra, 2010; Sanz del Río, 1996).
Desde entonces, se han producido una infinidad de definiciones sobre el concepto
“Necesidades Educativas Especiales” por su complejidad y variedad de perspectivas
(médicas, psicológicas, pedagógicas, sociológicas y demás), como son las de Bautista
(2002), González (1996), Ricoy y Feliz (2002), citándose para este trabajo la que señala
el Boletín Oficial del Estado-España (2006, p. 52), “se entiende por alumnado con Nece-
sidades Educativas Especiales, aquel que requiera, por un período de su escolarización
o a lo largo de toda ella, determinados apoyos y atenciones educativas específicas
derivadas de discapacidad o trastornos graves de conducta”.
Como en el caso de las definiciones, también han surgido varias clasificaciones
sobre el alumnado con NEE, cada autor se ha centrado en un aspecto, como es el caso
de Cerdá (1990), Cortés (1999), entre otros, tomándose como referencia la clasificación
que propone López y Valenzuela (2015, p. 43): NEE Permanentes (discapacidad inte-
lectual, discapacidad sensorial, discapacidad motora,…) y NEE Transitorias (trastornos
emocionales, trastornos conductuales, trastornos específicos del lenguaje, trastorno de
déficit de atención e hiperactividad,…).
Entonces, hablar de alumno con NEE y de alumno con discapacidad conlleva enten-
der la educación como un derecho y pasar de una educación especial y segregada a una
educación inclusiva, lo que obliga una transformación de las escuelas del currículum,
de la formación del profesorado, de las metodologías y de las actitudes de todos los
implicados y por ello también de las políticas educativas; es dar respuesta a todos
independiente de sus necesidades y características individuales y/o sociales. Hablar
en el siglo XXI de alumnos con discapacidad y TIC, es hablar de inclusión educativa
es ofrecer al alumnado una educación de calidad, en la que todos se beneficien de una
educación que parte de sus necesidades, valora la diversidad y respeta las diferencias
individuales. “La Educación Inclusiva no es una cuestión marginal, sino que va a ser
crucial para lograr una educación de calidad de todo el alumnado y para el desarrollo
de sociedades más inclusivas” (Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura [UNESCO], 2008, p. 5).
Doval (2011), manifiesta que si no hay una adecuada implementación de las TIC
seguirá produciéndose la exclusión social y aumentando la brecha digital, por lo que

RIE, 2017, 35(1), 35-52


38 Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel Calvo Álvarez

sugiere la realización de una adecuada evaluación de la accesibilidad y la compe-


tencia digital del alumnado, un proceso de reflexión y toma de decisiones sobre la
idoneidad de las TIC, y su incorporación con las debidas adaptaciones del alumno, ya
que las ventajas de las TIC, según Cabero, Fernández y Córdoba (2007) son diversas
dependiendo del tipo de discapacidad (Ayudan a superar sus limitaciones, favorecen
la autonomía y comunicación, facilitan la construcción del aprendizaje, adaptación
a su ritmo de aprendizaje, evitan la marginación, entre otras).
Ante lo mencionado, es imperioso indicar, el rol que debe asumir el profesorado
en la incorporación de las TIC para facilitar la inclusión de alumnos con NEE, ya que
se requieren procesos de enseñanza-aprendizaje innovadores para alcanzar mejoras
sustanciales en la educación, con lo cual se pueda atender a la diversidad del alum-
nado (Marín & Latorre, 2007, p. 270). Sin embargo, las mismas autoras manifiestan
la necesidad de “reestructurar la cultura, las políticas y las prácticas de las escuelas”
para cumplir con una escuela para todos, coincidiendo en parte con lo que dicen
González y De Pablos (2015) sobre la importancia que tienen las instituciones para
implantar cambios pedagógicos con la combinación de las TIC.
Por esta razón, es pertinente citar las consideraciones que hacen Luque y Rodrí-
guez (2009, p. 6) para lograr la igualdad de oportunidades en alumnos con NEE y
poder tomarlas en cuenta para acciones futuras:

1) Integración de la tecnología en el aula para alumnos con discapacidad; 2)


Fomento de ayudas para la adquisición de equipamiento específico y ayudas
técnicas de acceso al ordenador por el Centro; 3) Formación del profesorado
en Software Educativo para alumnos con NEE; 4) Formación en criterios
de diseño universal, pautas de accesibilidad en el diseño de páginas web;
5) Investigación sobre la metodología y didáctica de la aplicación de las
TIC en el alumnado con discapacidad; 6) Colaboración entre profesionales
(profesorado, productores de software, directores de centros, etc.) a través
de redes regionales y nacionales, así como entre profesionales y padres de
estos alumnos; y 7) Sensibilización social sobre la importancia de la accesibi-
lidad para la educación de este grupo de personas (alumnos con NEE); y 8)
Fomento de la cultura del Diseño para Todos, así como de la investigación
de equipos adaptados y ayudas técnicas.

En la misma línea, Cabero y Córdoba (2009, p. 74) habla de tres aspectos para
favorecer la inclusión digital y atender la diversidad del alumnado en la escuela, los
cuales coinciden en parte con algunos puntos del apartado anterior (1. Facilitar la
presencia y acceso a las TIC; 2. Revisar sus características de adaptabilidad y acce-
sibilidad; y 3. Alfabetización digital).

Objetivos

En el presente trabajo se utilizó la metodología del Meta-análisis con el fin de


determinar el tamaño del efecto que se ha producido con la aplicación del Software

RIE, 2017, 35(1), 35-52


Meta-análisis sobre el efecto del software educativo en alumnos con necesidades educativas especiales 39

Educativo en alumnos con Necesidades Educativas Especiales, siendo relevante por


cuanto nos permitió realizar un análisis estadístico de los resultados de investigaciones
primarias relativamente homogéneas de forma rigurosa (Glass, 1976) para futuros
estudios en la misma línea de investigación.
Para ello, se plantearon algunas interrogantes que permitieron dilucidar la temática
planteada, las mismas que citan a continuación: ¿Cuáles son las NEE más apoyadas
por los investigadores mediante el Software Educativo?, ¿Cuál es el área o asignatura
que fue beneficiada con el uso del Software Educativo para superar las dificultades
del aprendizaje de los alumnos con NEE?, ¿Cuáles son las funciones del Software
Educativo aplicadas por los investigadores en el diseño del medio didáctico para
mejorar el proceso de enseñanza de los alumnos con NEE?, y por último ¿Cuál es el
tamaño del efecto estimado en el conjunto de resultados de los estudios primarios
encontrados?
De los cuestionamientos descritos anteriormente se formularon cuatro objetivos:
1) Identificar las investigaciones de Software Educativo aplicado a niños de entre 6 y
12 años de edad con NEE; 2) Integrar cuantitativamente los resultados obtenidos en
la investigaciones seleccionadas en cuanto al efecto del Software Educativo aplicado
a niños con NEE; 3) Establecer el nivel de heterogeneidad de los estudios localizados;
y 4) Determinar la incidencia del Software Educativo en niños de entre 6 y 12 años
con NEE en diferentes áreas del conocimiento.

Metodología

Como se indicó anteriormente, en este trabajo se aplicó una Revisión Meta-ana-


lítica, en la cual se deben cumplir con una serie de tareas para encontrar el tamaño
del efecto de un conjunto de estudios, las mismas que se describen a continuación:

Búsqueda de la literatura

La búsqueda de información se desarrolló con un alto grado de rigurosidad y


delicadeza como indica Botella y Gambara (2002), para evitar en gran medida el
sesgo que puede provocar el procedimiento elegido. En tal sentido, se plantearon
ciertos criterios de inclusión y exclusión que sugieren Durkay y Lipsey (1991), acorde
a las preguntas de investigación y de esta manera también delimitar la población de
estudios para su posterior evaluación.
Los criterios de inclusión que debieron cumplir los estudios fueron: 1) Que hayan
sido desarrollados en el período 2004 – 2014; 2) Haber utilizado como metodologías
de investigación la Cuasi-experimental, Pre-experimental y Estudio de Casos; 3) Los
estudios muestren evidencias de resultados que permitan determinar el tamaño del
efecto; 4) Los estudios deben tener una población o muestra con niños de entre 6 y
12 años de edad; y 5) El idioma a tomar en cuenta para seleccionar el estudio fueron
el español y el inglés. Y los de exclusión: 1) Los estudios que no incluyan la edad
cronológica y cognitiva de la población o muestra de los niños que se encuentren
en el rango de 6 a 12 años; y 2) Los estudios que no indiquen el tipo de aplicación

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40 Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel Calvo Álvarez

del Software Educativo en el apoyo de las NEE. Estos criterios al final permitieron
seleccionar 10 trabajos de investigación que dieron lugar a 14 estudios independientes,
además de un protocolo de evaluación.
En cuanto al procedimiento de búsqueda, se desarrolló en varios canales o fuentes
de información como menciona Cooper (1994) citado por Botella y Gambara (2002):
Canales Informales (Vía, en la cual se puede localizar una gran cantidad de infor-
mación): Google Académico; Canales Formales Primarios (Vía, en la cual se cual se
pueden localizar estudios que han sido revisados por comités científicos): Journal
of Computer Assisted Learning; y Canales Formales Secundarios (Vía, en la cual se
pueden localizar estudios primarios de forma indirecta): WOS, Scopus y Eric. Ade-
más, se utilizó varias combinaciones de palabras claves para alcanzar un nivel de
éxito aceptable en la exploración de resultados sobre investigaciones con referencia
al objeto de estudio como sugiere Hernández (2009): Software Educativo, Programas
informáticos Educativos, Programas de Enseñanza asistido por ordenador, Educa-
ción Especial, Necesidades Educativas Especiales, Niñ*, Child*, Educative Software,
Computer Assisted Instruction, Computer Assisted Learning, Special Education y
Need Education.
Además, es importante señalar que el proceso de búsqueda se realizó en el mes
de febrero de 2015, obteniéndose una cantidad considerable de resultados por la
variedad de combinaciones de palabras claves empleadas en cada una de las fuentes
de información (ver tabla 1). Para el primer filtrado, nos limitamos a la revisión del
título y en algunos casos en el resumen del trabajo de investigación, lo cual permitió
seleccionar 147 estudios.
Luego de haber reducido la cantidad de resultados, los estudios seleccionados
fueron sometidos a una valoración de acuerdo a los criterios de inclusión y exclusión
propuestos en este trabajo, provocando una disminución significativa a 38 estudios.
Por último, los 38 estudios seleccionados fueron repartidos entre los responsa-
bles del presente trabajo para su respectiva evaluación, porque la calidad de un
meta-análisis depende de los estudios elegidos. Para ello, se utilizó un protocolo de
evaluación que contenía 12 elementos (claridad y estructura del título, revisión de
la literatura, rigor metodológico, citas actualizadas,…), con una escala de valoración
de 0 a 5. Sin duda esta fue la etapa más laboriosa por su importancia, obteniéndose
de este proceso la selección de nueve artículos (Alcaraz, Ballesta & Lozano, 2011;
Atkins, Chakpitak, Sharp, Sureephong, & Wicha, 2012; Contreras & Contreras, 2011;
Cullen, Richards, & Lawless, 2008; Gómez & Ortega, 2006; Hetzroni & Tannous,
2004; Tan & Mei Lin, 2012; Sánchez & Elías, 2007; Simion & Folostina, 2013) y una
tesis doctoral (Ventura, 2012) (un artículo de los seleccionados constaba tanto en
WOS como en SCOPUS), estudios que finalmente son parte de este meta-análisis.
En este punto cabe indicar, que los trabajos eliminados durante el proceso descrito,
correspondían a estudios enfocados al diseño, desarrollo, implementación, uso, ejecu-
ción y aplicación de Software Educativo para el apoyo a niños, pero sin la información
necesaria que se requiere para codificar de acuerdo a las características definidas en
este tipo de trabajos.

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Meta-análisis sobre el efecto del software educativo en alumnos con necesidades educativas especiales 41

Tabla 1

Resultados de la búsqueda en los canales de información

Resultados de la Estudios Selecciona-


Búsqueda dos Fechas de
Canal de Información
Idioma Idioma Búsqueda
Español Inglés Español Inglés
Google Académico 644 1950 3 4 03/02/2015
Journal of Computer
0 61 0 1 16/02/2015
Assited Learning
WOS 0 67 0 1 18/02/2015
ERIC 0 66 0 1 23/02/2015
SCOPUS 1 127 0 1 26/02/2015

Codificación de los estudios

Las características seleccionadas para un meta-análisis no deben ser elegidas al azar,


por tal razón se siguió la estructura que propone Lipsey (1994) para conservar el rigor
que exige esta metodología, la misma que se divide en tres aspectos: 1) Sustantivos:
Lugar del estudio, Necesidades Educativas Especiales, Edad, Grado o Nivel Educa-
tivo, Asignatura, Duración de aplicación, Software utilizado y Función del Software;
2) Metodológicos: Tipo de Diseño, Muestra, Instrumento y Técnica de Análisis; y 3)
Factores Extrínsecos: Autor (s), Tipo de Documento, Año de Publicación, Fuente de
Publicación e Idioma.
Para garantizar la fiabilidad de la base de datos codificada de las características
detalladas en el párrafo anterior, se utilizó la Kappa de Cohen entre dos expertos, para
lo cual se plantearon dos hipótesis (H0=0 No existe acuerdo entre los expertos; y H1=1
Existe acuerdo entre los expertos) que validamos mediante el SPSS V.20.
En tal sentido, se evaluaron 34 categorías, de las cuales se registró un 100% de
casos válidos, es decir que todos los ítems puestos a consideración fueron observados
por los expertos. De ahí, nos permitió establecer el nivel de acuerdo entre los expertos
que evaluaron la codificación de los estudios, alcanzando un 76.5% de acuerdo y un
23.5% en desacuerdo, que según Landis y Koch (1977) citado por Botella y Gambara
(2002), es un Acuerdo Sustancial (Relativamente Satisfactorio) por estar dentro del rango
0,61-0,80, provocando una mínima modificación en la Base de Datos definitiva con la
supresión de tres categorías: Horas de Aplicación del Software Educativo, Disciplina
del Autor y Soporte o Medio Tecnológico.

Cálculo y análisis del tamaño del efecto

Para determinar el nivel de significancia o el tamaño del efecto de acuerdo a las


preguntas de investigación, se procedió en primer lugar a transformar todos los resul-
tados de los estudios primarios seleccionados a una medida común (métrica común),

RIE, 2017, 35(1), 35-52


42 Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel Calvo Álvarez

por la variedad de información que presentan los investigadores en los informes finales,
tal como indica Botella y Gambara (2002). En segunda instancia, se calculó el tamaño
del efecto utilizando el índice “diferencia de medias estandarizada” (d de Cohen), que
representa el grado de eficacia que ha tenido el Software Educativo en las distintas
Necesidades Educativas Especiales cubiertas en los niños de 6 a 12 años.
En las tablas 2 y 3 se describen los resultados obtenidos, debiéndose indicar que
los unos corresponden a los diseños intra-grupo (pre-test y post-test), definiéndose d
como la diferencia entre la media del pre-test y la media del post-test dividido por la
desviación típica intra-grupo conjunta; y los otros, a los diseños inter-grupos, donde
d se definió con d = dE – dC, siendo dE y dC, la diferencia de medias tipificadas entre el
pre-test y el pos-test de los grupos experimental y de control, respectivamente como
indican Sánchez, Olivares y Rosa (1998).

Tabla 2

Resultados obtenidos con los estudios intra-grupo

Desviación Diferencia Correlación


Varianza
Diseño Artículo Típica de medias de Pearson
S2
S d r
1 153.46 12.39 4.33 .91
2.1 4.80 2.19 2.69 .80
2.2 10.91 3.30 1.92 .69
3 .9 .95 2.03 .71
4 18.85 4.34 1.45 .59
Intra-grupo
7.1 9.34 3.06 -.41 .20
7.2 2.94 1.71 0.58 .28
9.1 3.45 1.86 .28 .14
9.2 2.83 1.68 1.11 .49
10 1.44 1.20 -.20 .10

Tabla 3

Resultados obtenidos con los estudios inter-grupo

Grupo Experimental Grupo Control


Diseño Artículo nE NC t dE nE NC t dC d r
5.1 90 90 7.88 .16 90 90 .67 .01 .15 .22
5.2 90 90 3.25 .07 90 90 .98 .02 .05 .03
Inter- 6 9 9 2.95 1.38 9 9 1.46 .68 .70 .33
grupo
8 9 8 5.81 2.85 9 8 .79 .39 2.46 .77

RIE, 2017, 35(1), 35-52


Meta-análisis sobre el efecto del software educativo en alumnos con necesidades educativas especiales 43

En los resultados obtenidos anteriormente se observa dos tamaños del efecto que
registran un dato negativo, y los doce restantes datos positivos, prediciendo de esta
manera que el cálculo de la estimación combinada será un valor distinto de cero.
Además es necesario indicar que la d de Cohen y la Correlación de Pearson (r), nos
permitió calcular mediante la técnica estadística Estimación Combinada del Efecto para
contestar a las preguntas que dirigen el análisis de datos de un meta-análisis ¿Cuál
es el tamaño del efecto que podemos estimar a partir de los resultados encontrados?
y ¿Los resultados encontrados en los estudios primarios son lo suficientemente hete-
rogéneos como para que esa dispersión necesite variabilidad? como indica Botella y
Gambara (2002).

Resultados

En este apartado se presenta un resumen del análisis descriptivo desarrollado con


los datos obtenidos de los estudios seleccionados con las variables o características
elegidas previamente.

Estudio descriptivo de las investigaciones

Los documentos seleccionados para el meta-análisis en un 90% se encontró en


forma de artículo revisados por pares y solo un 10% corresponde a una Tesis Docto-
ral. Sobre el año en el cual se publicaron los estudios se aprecia una baja producción
científica en el campo del Software Educativa orientado a cubrir las NEE en el período
elegido (2004-2014) con los criterios expuestos en la sección Metodología. En los años
2008 con un 20% y 2013 un 30%, se registra como los años de mayor publicaciones,
y en el resto del rango seleccionado acumulan un 50%. Sin embargo, en los últimos
años se ha abordado con algo de intensidad el tema de la Educación Inclusiva, pero
lastimosamente no hay resultados en una cantidad significativa sobre la utilización de
tecnología que cubra la problemática abordada y se pueda comparar su eficiencia en
el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Sobre el tipo de diseño empleado por los investigadores en los estudios se pudo
verificar que un 30% fue Pre-experimental, un 40% Cuasi-experimental y un 30% Estudio
de Caso; y en cuanto a las técnicas de análisis utilizadas se encontró un 20% Prueba
de Wilcoxon, 30% T-Student, 10% Análisis ANOVA y un 40% Análisis Descriptivo.
En las investigaciones seleccionadas se detectó una supremacía del idioma inglés
con un 70% sobre un 30% en español, relacionándose estos porcentajes con el origen
de los estudios, ya que el 80% corresponde a Europa, Asia y Norteamérica, y solo un
20% a Latinoamérica (ver figura 1).
La edad promedio de los alumnos que participaron en las investigaciones fue de
10 años, cuyo rango se encuentra ente 6 y 13 años. En cuanto al nivel académico hubo
cierta variedad, con un alto porcentaje (50%) que no correspondía a ningún nivel en
específico, es decir el Software Educativo se podía utilizar en varios niveles de la escuela;
un 10% estaba dirigido para Primer Grado; 20% para Quinto Grado y por último un
20% que no indicaban esta información, demostrando una falta de atención en el resto
de niveles de la educación primaria.

RIE, 2017, 35(1), 35-52


En las investigaciones seleccionadas se detectó una supremacía del idioma inglés
con un 70% sobre un 30% en español, relacionándose estos porcentajes con el origen
de los estudios, ya que el 80% corresponde a Europa, Asia y Norteamérica, y solo un
20% a Latinoamérica
44 (ver figura
Gustavo 1).Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel Calvo Álvarez
Homero

10%

Norteamérica
30%
20% La3noamérica

Europa

Asia
40%

Figura 1. Diagrama de sectores que representa


el origen geográfico de las investigaciones

Figura 1. Diagrama
También esde sectores que
importante representa
acotar, el origendegeográfico
que las muestras defueron
los estudios las investigaciones
pequeñas,
donde solo una investigación evidenció una muestra representativa que correspondió
La edada 90promedio
sujetos, el resto
de los estuvo en un que
alumnos rangoparticiparon
de 4 a 12. Estos endatos, puede deberse a lofue de
las investigaciones
complejo que resulta investigar con grupos grandes
10 años, cuyo rango se encuentra ente 6 y 13 años. En cuanto al nivel de niños con Necesidades
académicoEdu- hubo
cativas Especiales.
cierta variedad, con
El área un alto porcentaje
o asignatura más apoyada(50%) que
por los no correspondía
investigadores a ningún
para aplicar nivel en
el Software
específico,Educativo
es decirhaelsido Software
Lengua yEducativo
Escritura conse un
podía
30%, utilizar
seguida de enMatemáticas
varios nivelescon el de la
escuela; un20%,10%
y conestaba
el mismo dirigido para
porcentaje paraPrimer Grado;
la enseñanza de 20% paraExtranjero,
un Idioma Quinto GradoCienciasy por
último uncon20% el que
10%, no y por último unesta
indicaban 20%información,
correspondientedemostrando
al mejoramiento de falta
una la atención y
de atención
la interacción social de los niños como se puede ver en la figura 2. Concluyendo con
en el resto de niveles de la educación primaria.
esta información, una falta de interés en el resto de áreas del conocimiento, como la
También es importante
Geografía, acotar,asumiendo
Historia y demás, que las muestras
con esto quedelas los
tres estudios fueron pequeñas,
primeras asignaturas cita-
donde solo das con mayor porcentaje representan a las áreas con mayor dificultad al momento de que
una investigación evidenció una muestra representativa
correspondió a 90
enseñar sujetos,
a los alumnosel resto
con estuvoEducativas
Necesidades en un rango de 4por
Especiales a parte
12. Estos
de los datos,
docentes.puede
deberse a lo complejo que resulta investigar con grupos grandes deMotiva-
De las nueve funciones de Software Educativo (Informativa, Instructiva, niños con
dora, Evaluadora, Investigadora, Expresiva, Metalingüística, Lúdica e Innovadora),
Necesidades Educativas Especiales.
que citan tanto Marqués (1995) como García-Valcárcel y Hernández (2013), solo tres
El áreahan
o asignatura
sido utilizadas más apoyada
en los estudiospor los investigadores
seleccionados: con un mayor para aplicar(50%)
porcentaje el Software
la
Educativofunción
ha sido Lenguaseguida
instructiva, y Escritura con un
de la función 30%, seguida
evaluadora (40%) y tande solo
Matemáticas
con el 10% lacon el
20%, y con el mismo
función porcentaje
motivadora, como se para la enseñanza
aprecia en la figura 3,deevidenciado
un Idioma unaExtranjero,
línea ampliaCiencias
de
investigación para un futuro inmediato.
con el 10%, y por último un 20% correspondiente al mejoramiento de la atención y la
Por otro lado, en los estudios seleccionados se registraron cierta variedad en la
interacción socialdede
cantidad los niños
tiempo comolosseinvestigadores
que eligieron puede ver para en la figura
aplicar 2. Concluyendo
el Software Educativo, con
esta información, una falta de interés en el resto de áreas del conocimiento,
siendo el período con más preferencia el de cuatro a seis meses con un 40%, seguido como la
por el de uno a tres meses con el 20%, y con un 10% el de siete a diez meses. Esta
característica fue importante escoger en la codificación de variables, por cuanto puede
ser útil para futuras investigaciones en otros contextos utilizando el mismo programa
informático. RIE, 2017,35(1), #-#
RIE, 2017, 35(1), 35-52
de los docentes.

Meta-análisis sobre el efecto del software educativo en alumnos con necesidades educativas especiales 45

20% Lengua
30%
Matemáticas
10% Idioma Extranjero
Ciencias
20% 20% Otros
Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel Calvo Álvarez

Figura 2. Diagrama de sectores que representa el área o asignatura


que fue incluida en los estudios primarios.

Figura 2. Diagrama de sectores que representa el área o asignatura


que fue incluida en los estudios primarios.

40% Instruc.va
De las nueve funciones de Software Educativo (Informativa, Instructiva,
Motivadora, Evaluadora, Investigadora,50% Expresiva, Metalingüística,
Mo.vadora Lúdica e
Innovadora), que citan tanto Marqués (1995) como García-Valcárcel y Hernández
Evaluadora con un mayor
(2013), solo tres han sido utilizadas en los estudios seleccionados:
porcentaje (50%) la función instructiva, seguida de la función evaluadora (40%) y tan
10%
solo con el 10% la función motivadora, como se aprecia en la figura 3, evidenciado
una línea amplia de investigación para un futuro inmediato.
Figura 3. Diagrama de sectores que representa la función del
Software Educativo utilizado en la investigación

FiguraY3.por último, mencionamos


Diagrama de sectores quelas representa
NecesidadeslaEducativas Especiales
función del Softwareque han sido
Educativo
motivo de estudio por parte de los investigadores,
utilizado en la investigaciónmediante el apoyo del Software
Educativo, evidenciando una mínima atención. Solo cinco se han detectado de las
descritas por Paula (2003) (Alteraciones Físicas, Deficiencias intelectuales, Alteraciones
de lalado,
Por otro Personalidad,
en los Desajustes
estudios Sociales, Perturbaciones
seleccionados del lenguaje,
se registraron Perturbaciones
cierta variedad en la
psicomotrices y otras específicas escolares), con el 50% la Discapacidad Intelectual, 20%
cantidadel de tiempo que eligieron los investigadores para aplicar
Trastorno por Déficit de Atención (TDA), 20% la Discapacidad sensorial (auditiva
el Software
Educativo, siendo
y visual) y unel10%
período
para la con máscomo
Dislexia, preferencia
se observa el defigura
en la cuatro
4. Loa que
seisconlleva
mesesa con un
40%, seguido por elprofunda
una reflexión de uno pora tres meses
el resto conque
de NEE el requieren
20%, y con un 10%para
ser apoyadas el de siete a diez
superar
las Dificultades del Aprendizaje en las aulas escolares, y convertirlas en
meses. Esta característica fue importante escoger en la codificación de variables, por verdaderas
instituciones de educación inclusiva.
cuanto puede ser útil para futuras investigaciones en otros contextos utilizando el
mismo programa informático.
RIE,RIE,
2017, 35(1),
2017, 35(1),#-#
35-52
Y por último, mencionamos las Necesidades Educativas Especiales que han sido
motivo de estudio por parte de los investigadores, mediante el apoyo del Software
Educativo, evidenciando una mínima atención. Solo cinco se han detectado de las
Meta-Análisis sobre el efecto del Software Educativo en alumnos con Necesidades Educativas Especiales

46 Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel Calvo Álvarez

10%
Discapacidad
10% Intelectual

TDA

10% 50%
Discapacidad
Visual
20%
Discapacidad
Audi7va

Figura 4. Diagrama de sectores que representa el porcentaje de cada una de las


Necesidades Educativas atendidas en las investigaciones
Figura 4. Diagrama de sectores que representa el porcentaje de cada una de las
Necesidades Educativas atendidas en las investigaciones
Análisis descriptivo del tamaño del efecto medio

En este trabajo
3.2 Análisis como del
descriptivo se indicó
tamaño anteriormente
del efecto mediose transformó a una métrica común (d

de Cohen) todos los resultados de los estudios seleccionados, permitiéndonos obtener
En este trabajo
los estadísticos como se indicó
descriptivos básicos,anteriormente
los mismos que se transformó
representanaauna métrica
los 14 común
tamaños del
(d de Cohen) todos los resultados de los estudios seleccionados,
efecto independientes, de los cuales se obtuvo una media d+=1.22, con una variabilidad permitiéndonos
obtener
del 1.34. los estadísticos descriptivos básicos, los mismos que representan a los 14
tamaños
Para ladel efecto independientes,
unificación de los resultados deobtenidos
los cuales enselosobtuvo
estudiosuna media dse
primarios +=1.22,
aplicócon
la
una variabilidad del 1.34.
estimación combinada del tamaño de efecto con valores d, produciéndose unos valores
que Para la unificación
se muestran de los4,resultados
en la tabla y que nosobtenidos
permitieron en los estudios
hallar primarios
la Estimación se aplicó
puntal del
la estimación combinada del tamaño de efecto con valores d,
tamaño del efecto, siendo éste d. = 0.21, representando un valor algo significativo produciéndose unos
el
valoresdel
efecto que se muestran
Software Educativo en laentabla
apoyo4, ya que nos permitieron
los alumnos hallar la Educativas
con Necesidades Estimación
puntal del tamaño del efecto, siendo éste d. = 0.21, representando un valor algo
Especiales.
significativo
En cuanto al el intervalo
efecto del Software (IC
de confianza Educativo
del 95%),enen apoyo a encuentra
el cual se los alumnos con
el valor
Necesidades Educativas Especiales.
estimado del tamaño del efecto, resultó que está entre .02 y .4, pero el valor que mejor
representa es d. = .21, siendo éste un “tamaño de efecto bajo”, ya que Cohen (1988)
manifiesta que a partir de .80 se puede considerar un “tamaño de efecto alto”. Además,
se puede deducir que un contraste sobre la hipótesis nula (tamaño del efecto es nulo
d=0) basado en el conjunto de estudios seleccionados, con un nivel de significación de
a=.05, nos conduce a rechazar H0, dado que el intervalo descrito (.02 - .4) no incluye el
valor de 0. Por tanto, se concluye que existe una asociación entre las variables Software
Educativo y las Necesidades Educativas Especiales.
Sobre la dispersión de los resultados que mostraron los estudios primarios, se con-
cluyó que hay homogeneidad, es decir que la variabilidad del tamaño del efecto del
Software Educativo aplicado en las Necesidades Educativas de los estudios selecciona-
dos es estadísticamente igual, ya que mediante las fórmulas propuestas por Hedges y
Olkin (1985) tomadas de Botella y Gambara (2002) se obtuvo que Qt = 16.82 es menor
del valor tabular 0.95 2(k13) = 22.36, siendoRIE, 2017,estos
35(1),resultados
#-# concluyentes para rechazar
la hipótesis nula (H 0
).

RIE, 2017, 35(1), 35-52


Meta-análisis sobre el efecto del software educativo en alumnos con necesidades educativas especiales 47

Tabla 4

Integración de resultados

No. Estudio di Sd2 N1 N2 wi wi*di Wi*di2


1 4.33 153.47 12 - .007 .03 .13
2.1 2.69 4.80 9 - .21 .56 1.51
2.2 1.92 10.91 9 - .09 .17 .33
3 2.03 .9 7 - 1.11 2.25 4.57
4 1.45 18.85 7 - .05 .07 .11
5.1 .15 - 90 90 44.87 6.73 1.01
5.2 .05 - 90 90 44.99 2.25 .11
6 .70 - 9 9 4.24 2.97 2.07
7.1 -.41 9.34 4 - .11 -.05 .02
7.2 .58 2.94 4 - .34 .19 .11
8 2.46 - 9 8 2.41 5.92 14.58
9.1 .28 3.45 7 - .29 .08 .02
9.2 1.11 2.83 7 - .35 .39 .43
10 -.20 1.44 5 - .69 -.14 .03
Σ 99.76 21.42 25.03

Y, finalmente se calculó el Binomial Effect Size Display (Expresión Binomial del


Tamaño del Efecto), propuesto por Rosenthal y Rubin (1982) citado por Botella y
Gambara (2002), para comprender mejor los resultados obtenidos en el meta-análisis,
indicándonos que los alumnos del Grupo Experimental mejoraron un 72% al aplicar
el Software Educativo y los del Grupo de Control un 28%.

Discusión y conclusiones

El desarrollo del presente trabajo ha permitido valorar aún más la importancia que
tienen en la actualidad las Tecnologías de la Información y Comunicación en el proceso
de enseñanza-aprendizaje, y sobre todo cuando lo abordamos en el tema de superar
las dificultades de aprendizaje que se generan en el salón de clase. Por ello el objetivo
principal fue determinar el efecto que produce el Software Educativo en la atención
de las Necesidades Educativas Especiales en niños de 6 a 12 años correspondiente a
la Educación Primaria, para concienciar a todos los entes responsables de generar una
verdadera Escuela Inclusiva, sobre todo al profesorado, ya que hay gran cantidad de
recursos diseñados, esperando ser utilizados en la práctica educativa.
En cuanto a las Necesidades Educativas Especiales atendidas por los investigado-
res en los estudios primarios, la Discapacidad Intelectual fue la que más apopo tuvo
con un 50%, seguido del Trastorno por Déficit de Atención con el 20%, la Dislexia, la
Discapacidad Visual y Auditiva con un 10% cada una, lo que conlleva a una reflexión

RIE, 2017, 35(1), 35-52


48 Gustavo Homero Orozco Cazco, Francisco Javier Tejedor Tejedor y María Isabel Calvo Álvarez

sobre la falta de atención al resto de Necesidades existentes, coincidiendo en parte


estos resultados con lo que menciona Doval (2011) sobre las Tecnologías Adaptadas a
la Diversidad que más se utilizan en la atención a alumnos con NEE.
El área o asignatura que escogieron los investigadores para aplicar el Software
Educativo con un mayor porcentaje fue Lengua y Escritura con un 30%, seguido de
Matemáticas y Lengua Extranjera con un 20% cada una, Ciencias con el 10% y un
20% para actividades de motivación y atención, confirmándose con estos resultados
la atención en las dificultades que se presentan en enseñar los números y las letras, ya
que este tipo de material se ha ido masificando, pero lastimosamente no hay suficientes
investigaciones que garanticen su uso y efectividad. En este punto también hay que
añadir, el poco alcance que han tenido las investigaciones en cuanto a la aplicación del
Software Educativo en los diferentes niveles de la escuela, ya que solo el 10% estaba
dirigido a Primer Grado y un 20% para Quinto Grado, y el resto estuvo orientado a
todos los grados (niveles) o no especificaron.
Por esta razón, se justifica de alguna manera la elección de los investigadores en
cuanto a la Función del Software Educativo, ya que el 50% corresponde a la Instructiva,
seguido de la Función Evaluadora con un 40% y solo un 10% a la motivadora, dejando
un gran vacío en el resto de Funciones que se detallaron en el Marco Teórico.
Por otro lado, la estimación del tamaño del efecto conjunto (.21), tiene una significa-
ción baja con respecto al valor .80 que estableció Cohen (1988) como “tamaño de efecto
alto”, pero de alguna manera vale manifestar la eficacia que resulta utilizar el Software
Educativo como medio didáctico en apoyo a las NEE de los niños. Esta significación
se puede confirmar con la valoración que se realizó con el Binomial del tamaño del
Efecto, ya que al Grupo que se le facilitó el Software Educativo para su uso alcanzan
un mejoramiento del 72% frente a un 28% del Grupo que no lo utilizó.
Sobre la Hipótesis planteada para establecer el grado de Heterogeneidad de los
resultados de los estudios, se obtuvo en el estadístico Qt un valor de 16.82, el cual
resultó menor que el valor tabular 0.95c2(k13) = 22.36, que significó rechazar la Hipó-
tesis Nula. De esta manera se concluyó que hay homogeneidad, y no es necesario el
análisis inferencial.
Con relación a las limitaciones del presente Meta-análisis se manifiesta en el sesgo
de publicación de los estudios, ya que la muestra de investigaciones seleccionadas es
pequeña, con relación a las bases de datos ubicadas en el procedimiento de búsqueda,
lo cual refleja la falta de resultados en las investigaciones que diseñaron e implemen-
taron algún Software Educativo. Además, se puede manifestar que no se consiguió
realizar un análisis estadístico más exhaustivo por observar diferencias en las Técnicas
de Análisis, en los Software (programas informáticos) utilizados, la variedad de asig-
naturas atendidas, y por supuesto la diversidad de Necesidades Educativas Especiales
detectadas, por tal motivo se determinó de forma general el tamaño del efecto del
Software Educativo en apoyo a las Necesidades Educativas Especiales como variables
independiente y dependiente respectivamente.
Y por último, indicar que una meta de este trabajo era plantear nuevas líneas de
investigación sobre el tema de las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre
todo para subsanar en parte las NEE que tienen los alumnos, por ello para futuros
estudios se pueden plantear meta-análisis con respecto a las APP (Programas con

RIE, 2017, 35(1), 35-52


Meta-análisis sobre el efecto del software educativo en alumnos con necesidades educativas especiales 49

características especiales), sobre todo para recursos móviles. Existe la necesidad de


concienciar a los investigadores para continuar en la tarea de innovar recursos didác-
ticos específicos para las Necesidades Educativas Especiales y para cada área del
conocimiento, cumpliendo con la “Escuela para todos”, como señalan la UNESCO y
el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) (1994). Y, por qué no, pensar a corto o
mediano plazo el desarrollar recursos que cumplan los principios del diseño universal.

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Fecha de recepción: 23 de octubre de 2015


Fecha de revisión: 23 de octubre de 2015
Fecha de aceptación: 20 de mayo de 2016

RIE, 2017, 35(1), 35-52


Quesada Serra, V., Rodríguez Gómez, G. e Ibarra Sáiz, M.S. (2017). Planificación e innovación de la evaluación 53
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Planificación e Innovación
de la Evaluación en Educación Superior:
la Perspectiva del Profesorado

Design and Innovation of Assessment in Higher Education:


Lecturers Perspective

Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáiz
Universidad de Cádiz

Resumen

El presente estudio tiene como objetivo principal analizar la percepción del profesorado
universitario en relación a la planificación e innovación de la evaluación. Para ello se ha
utilizado un diseño de encuesta utilizando el cuestionario ActEval, 427 docentes han pun-
tuado el grado en el que consideran que las actuaciones relacionadas con la planificación e
innovación en evaluación son importantes, la medida en que se sienten competentes para
implementarlas y la frecuencia de aplicación. Los resultados muestran que el profesorado
considera las actuaciones como muy importantes y se sienten bastante competentes para
llevarlas a cabo aunque manifiestan implementarlas en menor medida. Las actuaciones con
menor competencia y uso percibido están relacionadas con los medios electrónicos en evalua-
ción, el diseño de instrumentos de evaluación, la coordinación del profesorado, la formación
en evaluación y el cambio y mejora de la evaluación. Existen diferencias significativas en
función de la experiencia y rama de conocimiento.
Palabras clave: educación superior; evaluación; planificación; innovación; profesorado.

Correspondencia: Victoria Quesada Serra, [email protected], Área de Métodos de Investigación y


Diagnóstico en Educación, Departamento de Didáctica, Universidad de Cádiz. Facultad de Ciencias de la
Educación, Campus Universitario Río San Pedro, Puerto Real, Cádiz.

RIE, 2017, 35(1), 53-70


54 Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáiz

Abstract

The objective of this paper is to analyse the perception of Lecturers about the planning and
innovation of assessment. To do so, a survey research was implemented using the ActEval
questionnaire. 427 lecturers have punctuated the degree in which considered that activities
related to planning and innovation in assessment are important, as they feel competent to
implement them and the frequency of application. Results show that lecturers considered the
tasks related to planning and design and innovations in assessment as very important, they
perceived themselves as competent to implement such practices, however, the implementation
occurred at a slightly lower pace. The assessment tasks that received the lowest ratings in the
importance and competence criterion were related with e-assessment, design of assessment
tools, coordination among lecturers, professional development and training in assessment and
continuous improvement of assessment. Significant differences were found depending on the
years of teaching experience and the field of knowledge.
Keywords: higher education; educational assessment; classroom design; innovation,
lecturers.

Introducción

La evaluación es un elemento educativo con un marcado carácter político (Murillo


& Hidalgo, 2015). Como tal, el proceso evaluativo puede abordarse desde perspectivas
diferentes, a partir de puntos más conservadores en las que el docente tiene el poder
a otras más progresistas en las que este poder se distribuye. No podemos olvidar que
la evaluación y la calificación repercuten en el presente y el futuro del alumnado, y
que sea, por tanto, no solamente uno de los elementos centrales en los que se centra
el alumnado, sino también uno de los aspectos que más inseguridad produce entre el
profesorado (Villardón, 2006).
Para llevar a cabo una evaluación que promueva el aprendizaje del alumnado es
necesario considerarla como un aspecto central en la planificación del proceso de
enseñanza-aprendizaje (Boud, 2010; Quesada, Rodríguez & Ibarra, 2013; Rodríguez-
Gómez, Quesada-Serra & Ibarra-Sáinz, 2016) siendo por tanto un aspecto a planificar y
sistematizar desde el inicio de la planificación docente (Ibarra, 2008; Rodríguez, 2009).
Asimismo, para la mejora de la evaluación se hace imprescindible analizar e introdu-
cir cambios e innovaciones en aras de un equilibrio entre sus dos grandes funciones:
promover el aprendizaje del alumnado y certificar el desarrollo de competencias.
El presente artículo tiene como objetivo analizar la percepción del profesorado
universitario en relación a la evaluación para el aprendizaje, más concretamente sobre
la importancia, competencia y uso percibido de una serie de actuaciones relacionadas
con la planificación de la evaluación y la innovación en evaluación.

La importancia de planificar la evaluación

La planificación de la evaluación puede entenderse como el diseño de un programa


de actuación para alcanzar unos objetivos prefijados. Implica una reflexión sobre aquellos
aspectos que se van a evaluar y la forma en la que se llevará a cabo el proceso evaluativo.

RIE, 2017, 35(1), 53-70


Planificación e innovación de la evaluación en educación superior: la perspectiva del profesorado 55

A través de la planificación de la evaluación se facilita la alineación de los diferentes


elementos, localizando y subsanando posibles incoherencias. También facilita la ges-
tión de la carga de trabajo –tanto del profesorado como del alumnado– a la vez que
favorece el seguimiento de todo el proceso, permitiendo, como indica Zabalza (2010)
una mayor coordinación global.
Si bien existen diferentes formas de diseñar y planificar la evaluación, una forma
sencilla de hacerlo es a través de los procedimientos de evaluación. Tal y como seña-
lan Rodríguez e Ibarra (2011) los procedimientos de evaluación recogen la lógica del
proceso a seguir, especificando las tareas a realizar para conocer y valorar el desarrollo
competencial del alumnado.
Si bien pueden darse diversos grados de complejidad a la hora de planificar la eva-
luación de un curso, una asignatura o un módulo, es imprescindible que ésta tenga un
carácter flexible, que sirva de apoyo durante todo el proceso de enseñanza-aprendizaje
y que como mínimo dé respuesta a las siguientes preguntas:

• ¿Qué evaluar?
• ¿Cómo evaluar?
• ¿Cuándo evaluar?

Especificando y detallando estas tres preguntas, en la Figura 1 se aprecian los elemen-


tos a considerar en la planificación de la evaluación: a) Las competencias a desarrollar;
b) Los resultados de aprendizaje; c) Las tareas de evaluación, su tipología –en función
del tipo de aprendizaje que queremos desarrollar– y su modalidad –grupal o individual
y si se llevará a cabo de forma virtual o analógica–; d) Los criterios e instrumentos
de evaluación que queremos utilizar; e) La modalidad de evaluación –participativa o
no participativa–, f) El contexto en el que se llevará a cabo –digital o analógico–, así
como g) La información que se ofrecerá durante y/o después de la evaluación, si se
brindará una calificación y/o retroalimentación, y en este caso valorar qué función va
a tener esta retroalimentación –retrospectiva o prospectiva (en la retroalimentación
prospectiva se ofrece información cuando el alumnado todavía puede actuar y mejorar
su desempeño)–.
La forma en la que decidamos llevar a cabo cada uno de los elementos a planificar
condicionará considerablemente el proceso, pues, por ejemplo si planificamos una
evaluación electrónica, se deberán considerar unos aspectos específicos que no estarán
presentes en una evaluación analógica. Del mismo modo, es importante recordar que
la elección de cada uno de los elementos afectará al resto, por tanto es esencial llevar
a cabo una planificación integrada y coherente, siendo fundamental la alineación entre
los diferentes elementos (Biggs, 1999; Quesada et al., 2013; Rodríguez-Gómez et al.,
2016) arriba mencionados. De hecho, de no existir una buena alineación entre ellos,
podrían producirse incoherencias en el proceso; el desarrollo de prácticas contrarias
a las deseadas (Biggs, 1999) e insatisfacción de los agentes implicados –profesorado
y alumnado–.

RIE, 2017, 35(1), 53-70


Rodríguez-Gómez et al., 2016) arriba mencionados. De hecho, de no existir una buena
alineación entre ellos, podrían producirse incoherencias en el proceso; el desarrollo
de prácticas contrarias a las deseadas (Biggs, 1999) e insatisfacción de los agentes
56implicados –profesorado Victoria
y alumnado–.
Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáiz

Figura
Figura1.1.Elementos
Elementosaaconsiderar
considerarenenlalaplanificación
planificacióndel
delproceso
procesodedeenseñanza-aprendizaje,
enseñanza-aprendizaje,
partiendo de la evaluación.
partiendo de la evaluación.

La innovación en evaluación
La innovación en evaluación
La innovación se entiende como la puesta en práctica y extensión de prácticas
La innovación se entiende como la puesta en práctica y extensión de prácticas
educativas mejoradas (Kezar, 2011).
educativas mejoradas (Kezar, 2011).
La innovación y el cambio en los sistemas educativos se ha convertido en una
necesidad, necesidadyque
La innovación el cambio en más
es todavía los sistemas
imperiosaeducativos se superior.
en educación ha convertido en una
Diferentes
necesidad,
autores necesidad
(Hanna, que es &
2002; Tomás todavía
Castro,más imperiosa
2011) defienden en educación superior. necesita
que la universidad Diferentes
autores (Hanna, 2002; Tomás & Castro, 2011) defienden que la universidad
cambiar en todos los niveles de la organización si pretende sobrevivir y prosperar necesita
en
el nuevo “mercado educativo”. En este sentido urge no solamente la necesidad de en
cambiar en todos los niveles de la organización si pretende sobrevivir y prosperar
el nuevo
cambio sino“mercado
sobre todoeducativo”.
una mayorEndifusión
este sentido
de losurge no solamente
cambios la necesidad
e innovaciones exitosas de
existentes y su comunicación a los agentes interesados.
Actualmente, la palabra innovación tiene gran presencia en todas las universi-
dades, tanto a nivel nacional como internacional; se realizan numerosos congresos
y publicaciones entorno a la innovación en educación superior (Véase Hanaue &
Baurele, 2012, Martín & Ruiz, 2005; RIE, 2017,35(1),
Tomas #-#
& Castro, 2011; Zhu & Engels, 2014).
Asimismo, en cuanto a la evaluación se refiere, podemos encontrar cuantiosas

RIE, 2017, 35(1), 53-70


Planificación e innovación de la evaluación en educación superior: la perspectiva del profesorado 57

experiencias innovadoras en diferentes ramas de conocimiento (Véase Grupo de


investigación EVALfor, 2011a; 2011b; 2011c; Mingorance & Calvo, 2013; Perrota, 2014).
Para que la implantación de prácticas educativas mejoradas o innovaciones tengan
efecto, es necesario que éstas sean sostenibles y continuas; las experiencias puntuales,
como circunstanciales que son, si bien pueden ser necesarias y relevantes, no producen
efectos positivos a largo plazo.
Análogamente, para el enriquecimiento y extensión de dichas prácticas es impor-
tante la comunicación, colaboración y coordinación entre el profesorado. Tal y como
indican López, Pérez-García y Rodríguez (2015) el escenario de convergencia europeo
en el que estamos “invita, inexcusablemente, al intercambio docente, al establecimiento
de compromisos conjuntos y al trabajo interdisciplinar en todo lo relativo al diseño,
desarrollo y evaluación curricular”(p.184), para que dicha colaboración se lleve a cabo
no obstante, es primario un cambio de la cultura (Hargreaves, 1997; Miller, 1998)
existente en nuestras universidades, es suficiente con revisar las prácticas dentro de
los propios departamentos para entender que, en cuanto a docencia y evaluación se
refiere, sigue predominando el individualismo (Quesada et al., 2013) frente a otras
opciones colaborativas más deseables.

Metodología

Objetivos y cuestiones de investigación

Las preguntas de investigación que guiaron nuestro estudio fueron:

1. ¿Cuál es la importancia que otorga el profesorado universitario a las actuaciones


relacionadas con la planificación e innovación en evaluación?
2. ¿Cuál es la competencia percibida en relación a las citadas tareas?
3. ¿En qué medida ponen en práctica estas actuaciones en la práctica docente?
4. ¿Existen diferencias en la importancia, competencia y uso percibido en función
de la rama de conocimiento y los años de experiencia como docentes?

Siguiendo estas preguntas de investigación, el objetivo que persigue este estudio


es conocer la percepción del profesorado universitario en relación a la importancia,
competencia y utilización de actuaciones relativas a la planificación e innovación de
la evaluación.

Diseño de investigación y muestra

Con el fin de alcanzar el objetivo arriba mencionado se ha realizado un estudio


descriptivo de encuesta a través de cuestionario en el que han participado 427 docentes
de 18 universidades españolas.
La muestra presenta un número similar de hombres (49.41%) y mujeres (50.59%).
Como se aprecia en la Tabla 1 han participado profesores de todas las ramas de

RIE, 2017, 35(1), 53-70


58 Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáiz

conocimiento, siendo la más numerosa la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas; en


relación a experiencia laboral es de destacar que más de la mitad de los participantes
tienen una experiencia docente superior a los 10 años.

Tabla 1

Distribución de la muestra

Años de experiencia laboral


Entre 1 y 5 Entre 6 y 10 > de 10 Total
Arte y Humanidades 19 7 39 65
Ciencias 5 2 49 56
Rama de
Ciencias de la Salud 16 10 39 65
conocimiento
Ciencias Sociales y Jurídicas 41 26 122 189
Ingeniería y arquitectura 7 8 37 52
Total 88 53 286 427

Instrumentación

El instrumento utilizado para la recogida de información fue ActEval ‘Autoinforme


para la actividad evaluadora del profesorado universitario’ (Quesada et al., 2013).
El auto-informe consta de 31 ítems, que pueden distribuirse en 4 dimensiones: a)
Planificación de la evaluación, b) Seguimiento del aprendizaje de los estudiantes, c)
Participación de los estudiantes en la evaluación y d) Cambio, mejora e innovación en
la evaluación. Estos ítems o actuaciones de evaluación están estrechamente ligadas con
el marco de la evaluación electrónica orientada al aprendizaje (Gómez, Rodríguez &
Ibarra, 2013; Rodríguez et al., 2009; Rodríguez-Gómez et al., 2016).
El cuestionario consta de una escala comprendida del 1 al 6, siendo 1 ninguna y 6
totalmente.
El instrumento elegido había sido sometido a una validez aparente y de contenido
(Quesada et al., 2013), así como a una validez empírica (Biencinto, Carpintero, Núñez
& García, 2013), presentando una consistencia interna (alfa de Cronbrach) superior a
0.93 en cada dimensión.

Procedimiento

El cuestionario se aplicó de forma electrónica utilizando la plataforma Survey


Monkey. Para ello se utilizaron dos formas de recoger información: a) por una parte,
se envió el enlace al cuestionario a los investigadores de las nueve universidades que
participaban en el proyecto, quienes contactaron con profesores de sus respectivas
universidades de forma aleatoria, teniendo como criterio de selección la variedad en
la rama de conocimiento y la diversidad en experiencia laboral, b) por otra parte, el

RIE, 2017, 35(1), 53-70


Planificación e innovación de la evaluación en educación superior: la perspectiva del profesorado 59

cuestionario se aplicó al profesorado universitario participante en un curso de “evalua-


ción para el aprendizaje en educación superior”, realizado en diversas universidades
españolas. En estos casos el cuestionario se aplicaba antes del inicio del curso.

Análisis de datos

Los datos recogidos se han analizado de forma descriptiva, presentándose la media,


desviación típica y frecuencia de los ítems; así como un análisis no paramétrico (Test de
Kruskal-Wallis) para analizar si existen diferencias significativas entre los participantes
en función de la rama de conocimiento y años de experiencia docente, y calculando el
tamaño del efecto (A de Delaney).

Resultados

En un primer momento se presentan los resultados descriptivos obtenidos en las


dimensiones ‘Planificación de la evaluación’ e ‘Innovación y mejora’. Finalmente se
muestran las diferencias obtenidas en función de la rama de conocimiento y experien-
cia docente.

Diseño y planificación del proceso de evaluación

A la luz de los resultados obtenidos se puede indicar que el profesorado consideró


muy importante los ítems relacionados con el “Diseño y planificación de la evalua-
ción”, las puntuaciones obtenidas en el criterio importancia se sitúan alrededor de
los 5 puntos en una escala del 1 al 6. La competencia y el uso percibido, no obstante,
recibe puntuaciones menores,Victoria Quesada
si bien Serra,
siguen Gregorio
siendo, Rodríguez
en general, Gómez y María
relativamente Soledad Ibarra Sáez
elevadas
(alrededor de los 4 puntos).

Figura 2. Media por criterio de la dimensión


Figura 2. Media por criterio de la dimensión “Diseño y planificación del proceso de evaluación”
“Diseño y planificación del proceso de evaluación”

RIE, 2017, 35(1), 53-70


Tabla 2

Media y desviación típica por ítem y criterio de la dimensión “Diseño y planificación de la evaluación”.
60 Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáiz

Tabla 2

Media y desviación típica por ítem y criterio de la dimensión “Diseño y planificación de la evaluación”.

Nº Ítem Importancia Competencia Utilización


M DT M DT M DT
1 Diseñar sistemas y procedimientos de 5.2 0.8 4 0.9 4.2 1.1
evaluación (determinar qué, cómo y cuándo
se evaluará, así como otras especificaciones
necesarias para llevar a cabo la evaluación:
criterios, actuaciones, instrumentos, etc.)
8 Utilizar procedimientos y técnicas de 5.1 0.8 3.9 1 3.9 1.2
evaluación coherentes con los diferentes
métodos y modalidades de enseñanza
universitaria
9 Definir y dar a conocer los objetivos, 5.4 0.8 4.6 1.1 4.7 1.2
estándares y criterios de la evaluación
15 Relacionar y adecuar el sistema de 5.3 0.8 4.1 1.1 4.2 1.2
evaluación con las competencias y objetivos
de la materia.
18 Construir instrumentos de evaluación 4.6 1.1 3.5 1.2 3.4 1.3
19 Adaptar la evaluación a contextos de 4.4 1.2 3.2 1.4 2.8 1.4
aprendizaje en los que se utilice medios
electrónicos (semi-presencial/ blended-
learning, no-presencial/e-learning)
20 Considerar la evaluación de forma integrada 5.2 0.8 4 1.1 4 1.3
en el proceso de enseñanza aprendizaje
25 Dar a conocer el procedimiento de 5.3 0.9 4.7 1.1 4.9 1.1
calificación
31 Utilizar las plataformas y herramientas 4.4 1.1 3.5 1.4 3.1 1.6
tecnológicas en el proceso de evaluación
(Como Moodle, LAMS, etc.)

Como puede apreciarse claramente en la Figura 2 y Tabla 2 los ítems que han
obtenido una mayor puntuación en los criterios importancia, competencia y uso son
aquellos referentes a la difusión y comunicación de los aspectos relativos al proceso de
evaluación: “Definir y dar a conocer los objetivos, estándares y criterios de evaluación”
(ítem 9) y “Dar a conocer el procedimiento de evaluación” (ítem 25). Un 60.9% del
profesorado manifestó que siempre o a menudo definen y dan a conocer los objetivos,
estándares y criterios de evaluación y un 67.9% declara que siempre o casi siempre
dan a conocer el procedimiento de calificación a sus estudiantes.
Es interesante destacar que la proporción de profesorado que declara implementar
estas dos tareas es más elevada que el porcentaje que expresa sentirse muy/totalmente
competente para implementarlas (Figura 3). Esto es fácilmente entendible debido a
la obligación de publicar y comunicar los objetivos de los módulos, los criterios de
evaluación, las tareas de evaluación, así como el procedimiento de calificación antes
del inicio del curso.

RIE, 2017, 35(1), 53-70


evaluación” (ítem 9) y “Dar a conocer el procedimiento de evaluación” (ítem 25). Un
60.9% del profesorado manifestó que siempre o a menudo definen y dan a conocer
los objetivos, estándares y criterios de evaluación y un 67.9% declara que siempre o
casi siempre
Planificación dan a conocer
e innovación el procedimiento
de la evaluación de lacalificación
en educación superior: perspectiva delaprofesorado
sus estudiantes. 61

Figura
Figura 3.
3. Frecuencia
Frecuencia por
por ítem
ítem yycriterio
criteriode
delalaDimensión
Dimensión1.1

En
Es elinteresante
lado opuesto,destacar
las actuaciones
que lade evaluación
proporcióncon deunaprofesorado
menor puntuación media
que declara
en importancia, competencia y uso percibidos son:
implementar estas dos tareas es más elevada que el porcentaje que expresa sentirse
muy/totalmente competente para implementarlas (Figura 3). Esto es fácilmente
• “Adaptar
entendible la evaluación
debido a contextos
a la obligación de aprendizaje
de publicar en los que
y comunicar losseobjetivos
utilicen medios
de los
electrónicos” (ítem 19)
módulos, los criterios de evaluación, las tareas de evaluación, así como el
• “Utilizar de
procedimiento plataformas
calificacióny herramientas tecnológicas
antes del inicio del curso. en el proceso de evaluación”
(ítem 31)
En el lado opuesto, las actuaciones de evaluación con una menor puntuación
• “Construir instrumentos de evaluación” (ítem 18)
media en importancia, competencia y uso percibidos son:
• “Adaptar la evaluación a contextos de aprendizaje en los que se utilicen
Si bien los ítems relativos al uso de tecnologías o entornos virtuales de aprendizaje-
medios electrónicos” (ítem 19)
ítem 19 y 31, a los que hemos hecho referencia, son los dos que reciben la menor pun-
• “Utilizar plataformas y herramientas tecnológicas en el proceso de evaluación”
tuación media por criterio en esta dimensión, se puede apreciar que las puntuaciones
(ítem 31)
obtenidas en el criterio importancia son relativamente elevadas (puntuación media en
• “Construir instrumentos de evaluación” (ítem 18)
torno a 4.5 puntos), siendo considerados importantes por la mayoría de los encues-
Si bien los ítems relativos al uso de tecnologías o entornos virtuales de
tados: más de la mitad del profesorado encuestado (51%) consideró muy importante
aprendizaje- ítem 19 y 31-, a los que hemos hecho referencia, son los dos que reciben
adaptar la evaluación a contextos de aprendizaje en los que se usen medios electrónicos
la menor puntuación media por criterio en esta dimensión, se puede apreciar que las
(ítem 19) y casi la mitad del profesorado (49.1%) otorgó mucha importancia al uso de
puntuaciones obtenidas en el criterio importancia son relativamente elevadas
plataformas tecnológicas, siendo una minoría, el 5.9% y el 5.4% respectivamente, el
(puntuación media en torno a 4.5 puntos), siendo considerados importantes por la
profesorado que consideró estos ítems como nada importantes.
Situación diferente es la que seRIE, registra en#-#
2017,35(1), la competencia percibida, en la que
tan solo un 19.9% de los encuestados manifestó sentirse capacitado para adaptar la
evaluación a contextos de aprendizaje en el que se usen medios electrónicos (ítem
19), expresando el 31% de encuestados no sentirse hábiles para implementar esta
tarea. Puntuaciones similares son registradas en el ítem 31; una cuarta parte de los
docentes encuestados (25.3%) declararon sentirse capacitados para usar plataformas
y herramientas tecnológicas en el proceso de evaluación, siendo un porcentaje similar
(20.35%) los que marcaron no sentirse capacitados para implementar esta actuación
evaluativa.

RIE, 2017, 35(1), 53-70


62 Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáiz

En línea con estos resultados, casi la mitad del profesorado participante (48.7%)
manifestó que nunca o en raras ocasiones adaptan la evaluación a contextos de apren-
dizaje en los que se utilizan medios electrónicos (ítem 19). Del mismo modo tampoco
parecen ser utilizadas con asiduidad herramientas electrónicas en la evaluación, un
37% declaró que nunca o casi nunca las utiliza, frente a un 21.6% que las utiliza a
menudo o siempre.
En cuanto al ítem 18 “Construir instrumentos de evaluación” como son las rúbricas
o las escalas de estimación, un 54% del profesorado lo consideró como muy importante,
siendo una minoría (3.5%) los que puntuaron como nada importante; alrededor de una
quinta parte (19.6%) manifestó sentirse capacitado para implementar esta tarea, mientras
que una proporción similar (23.3%) marcó no sentirse competente para implementar
este tipo de actuaciones evaluativas. Siendo su uso relativamente bajo -un 20.6% del
profesorado participante reveló que siempre o a menudo las utiliza, una proporción
mayor (26%) manifestó que nunca o raramente lo hace (el 53.4% restante puntuaron
3 o 4 en la escala de 1 a 6).

Innovación y mejora de la evaluación

Los ítems englobados en la dimensión “Mejora e innovación de la evaluación” reci-


ben puntuaciones homogéneas (Figura 4 y Tabla 3), puntuaciones relativamente altas
(entornoe aInnovación
Planificación los 4 puntos) aunque en
de la Evaluación ligeramente inferiores
Educación Superior: a las obtenidas
la perspectiva en “Planificación
del Profesorado
y diseño de la evaluación”.

Figuray 4.
Figura 4. Media por ítem Mediade
criterio por
laítem y criterio
dimensión de la dimensión
“Innovación y mejora de la evaluación”
“Innovación y mejora de la evaluación”

Tabla“Analizar
3 críticamente la información derivada de los procesos de evaluación”
(ítem 24) es el ítem más valorado en esta dimensión en los tres criterios, si bien existe
Media
unaynotable
desviación típica por entre
diferencia ítem y las
criterio de la dimensión
puntuaciones “Innovación
obtenidas entrey el
mejora de laimportancia
criterio evaluación”.
y los de competencia y utilización. La mayoría del profesorado (70%) lo consideró
muy importante, el 29% se consideró muy competente al respecto y el 33% de ellos
Nº Ítem Importancia Competencia Utilización
M 53-70 DT
RIE, 2017, 35(1), M DT M DT
Introducir mejoras en los procesos de
5 evaluación sobre la base del 4.8 0.9 3.7 1.1 3.6 1.2
seguimiento de los mismos
Planificación e innovación de la evaluación en educación superior: la perspectiva del profesorado 63

indicó que siempre o frecuentemente analizan críticamente la información derivada


de los procesos de evaluación. No obstante, debido a la importancia de la actuación
es inquietante que un 14.52% de los encuestados indicara que nunca analiza crítica-
mente la información derivada de los procesos de evaluación.

Tabla 3

Media y desviación típica por ítem y criterio de la dimensión “Innovación y mejora de la evaluación”.

Nº Ítem Importancia Competencia Utilización


M DT M DT M DT
Introducir mejoras en los procesos
5 de evaluación sobre la base del 4.8 0.9 3.7 1.1 3.6 1.2
seguimiento de los mismos
Introducir innovaciones en actividad
6 4.6 1.1 3.7 1.1 3.5 1.2
evaluadora
Actualizar los conocimientos sobre
7 4.7 1 3.5 1.1 3.3 1.2
evaluación del aprendizaje
Analizar críticamente la información
24 derivada de los procesos de 4.9 0.9 3.9 1.1 3.9 1.3
evaluación Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáez
Favorecer la colaboración y
30 coordinación entre el profesorado en 4.8 1.0 3.6 1.3 3.2 1.5
eslosinquietante
procesos deque un 14.52% de los encuestados indicara que nunca analiza
evaluación
críticamente la información derivada de los procesos de evaluación.

Figura 5. Frecuencia por5.


Figura ítem y criterio por
Frecuencia de laítem
dimensión “Innovación
y criterio y mejora de la evaluación.
de la dimensión
“Innovación y mejora de la evaluación.
Si bien introducir mejoras (ítem 5) e innovaciones (ítem 6) en la evaluación son
Siconsideradas
bien introducir
como mejoras (ítem 5) epor
muy importantes innovaciones (ítem 6) del
una alta proporción en la evaluación
profesorado
son consideradas como muy importantes por una alta proporción del profesorado
(67.45% y 56.21%), son pocos los que se consideran altamente capacitados para ello
(24.59% y 23.89%) y menos los que finalmente lo hacen a menudo (23.19% y 22.25%).
“Actualizar los conocimientos
RIE,sobre evaluación
2017, 35(1), 53-70 del aprendizaje” (ítem 7) es
también considerada muy importante por la mayor parte del profesorado,
obteniéndose puntuaciones medias en la competencia y uso. Una cuarta parte del
profesorado (23.42%) manifestó que nunca o pocas veces actualizan sus
conocimientos sobre evaluación del aprendizaje, expresando el 17.10% que lo hacen
64 Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáiz

(67.45% y 56.21%), son pocos los que se consideran altamente capacitados para ello
(24.59% y 23.89%) y menos los que finalmente lo hacen a menudo (23.19% y 22.25%).
“Actualizar los conocimientos sobre evaluación del aprendizaje” (ítem 7) es también
considerada muy importante por la mayor parte del profesorado, obteniéndose pun-
tuaciones medias en la competencia y uso. Una cuarta parte del profesorado (23.42%)
manifestó que nunca o pocas veces actualizan sus conocimientos sobre evaluación del
aprendizaje, expresando el 17.10% que lo hacen con frecuencia.
Por último, la gran mayoría del profesorado (67.68%) consideró de gran importan-
cia “Favorecer la colaboración y coordinación entre el profesorado en los procesos de
evaluación” (ítem 30), siendo menos (24.59%) los que marcaron sentirse capaces de
hacerlo y los que realmente indicaron que favorecen la colaboración y coordinación
con sus compañeros (20.84%); de hecho, algo más de un tercio de los encuestados
(36.63%) reveló no hacerlo nunca.

Diferencias en función de la Rama de Conocimiento y Experiencia Laboral

En la Tabla 4 se presentan las diferencias significativas obtenidas en la puntuación


media por ítem en función de la rama de conocimiento y experiencia laboral. En aquellos
casos en los que se ha detectado una diferencia significativa (p<.05) se ha calculado el
tamaño del efecto para valorar el tamaño de estas diferencias.

Tabla 4

Diferencias significativas (Test de Kruskal-wallis) y tamaño del efecto (A de Delaney) por ítem y criterio
[Importancia (I), Competencia (C) y Utilización (U)] en Rama de Conocimiento y experiencia laboral.

Rama de conocimiento Años de experiencia


Ítem
P A P A
Categoría 1. Diseño y planificación del proceso de evaluación
1 0.031 (I) 0.55(I) 0.000 (C) 0.59 (C)
8 - - - -
9 - - 0.013(I) 0.56(I)
15 0.011 (I) 0.55(I)
18 - - 0.013 (I) 0.56 (I)
20 - - 0.007 (C); 0.001(C) .57(C); 0.56(U)
25 - - 0.010(C) 0.58(C)
31 0.000(C); 0.029(U) 0.57(C); 0.55(U) - -
Categoría 4. Innovación y mejora de la evaluación
5 - - 0.000(C); 0.002(U) 0.59(C);0.57(U)
6 - - 0.002(C); 0.001(U) 0.57(C); 0.58(U)
7 - - - -
24 0.010(I) 0.55(I) 0.001(C); 0.046(U) 0.59(C); 0.55(U)
30 0.000(C) 0.57(C) 0.000(C); 0.007(U) 0.58(C); 0.56(U)

En cuanto a la rama de conocimiento, podemos ver que existen algunas diferencias


en ambas dimensiones. En la dimensión “Diseño y planificación de la evaluación”

RIE, 2017, 35(1), 53-70


Planificación e innovación de la evaluación en educación superior: la perspectiva del profesorado 65

existen diferencias significativas en la importancia del ítem 1 “Diseñar sistemas y pro-


cedimientos de evaluación” y 15 “Relacionar y adecuar el sistema de evaluación con las
competencias y objetivos de la materia”; en ambos casos el profesorado de Ingeniería
y Arquitectura otorgó puntuaciones más elevadas que el profesorado de otras ramas.
Del mismo modo existen diferencias en la competencia y uso percibido del ítem 31
“Utilizar las plataformas y herramientas tecnológicas en el proceso de evaluación”, el
profesorado de Ciencias Sociales y Jurídicas e Ingeniería y Arquitectura otorgó una
mayor puntuación en el criterio ‘competencia’ y ‘utilización’, en cambio el profesorado
de Arte y Humanidades, Ciencias y Ciencias de la salud fueron los que otorgaron una
menor puntuación.
La dimensión “Innovación y mejora de la evaluación” presenta diferencias sig-
nificativas en dos ítems: ítem 24 “Analizar críticamente la información derivada de
los procesos de evaluación”, otorgando mayor importancia el profesorado de Arte
y Humanidades e Ingeniería y arquitectura; y el ítem 30 “Favorecer la colaboración
y coordinación entre el profesorado en los procesos de evaluación”, en este caso, el
profesorado de Arte y Humanidades concedió puntuaciones menores en el criterio
competencia y uso, siendo, de nuevo, el profesorado de Ingeniería y Arquitectura,
y también el de Ciencias los que realizan un mayor uso percibido de esta actuación.
Existen también diferencias notables en las puntuaciones obtenidas en función de la
experiencia del profesorado encuestado (Tabla 4). En cuanto al “Diseño y planificación
de la evaluación” se encuentran diferencias significativas en cinco de los nueve ítems
de la dimensión: los ítems 1 “Diseñar sistemas y procedimientos de evaluación”, 9
“Definir y dar a conocer los objetivos, estándares y criterios de la evaluación” y 25 “Dar
a conocer el procedimiento de calificación” presentan una diferencia con un tamaño
del efecto medio en el criterio competencia; el ítem 18 “Construir instrumentos de eva-
luación” en la importancia y el ítem 20 “Considerar la evaluación de forma integrada
en el proceso de enseñanza aprendizaje” en competencia y utilización.
La experiencia de los docentes encuestados es una variable que afecta a la impor-
tancia, competencia y uso percibidos de la innovación y mejora de la evaluación, exis-
tiendo diferencias significativas con un tamaño del efecto mediano en los tres criterios
de cuatro de los cinco ítems (5, 6, 24, 30) que componen la dimensión.
En líneas generales el profesorado con menos años de experiencia, y por tanto,
presumiblemente más joven, otorgó puntuaciones mayores en el criterio importancia.
En cambio, el profesorado con mayor experiencia laboral se siente más competente y
manifestó utilizar en mayor medida las actuaciones descritas en los ítems.
Vargha y Delaney (2000, p.106) proponen tres niveles (pequeño, medio y grande)
para interpretar la magnitud o tamaño del efecto. En este estudio los valores obtenidos
al calcular la A de Delaney fueron de nivel medio (Tabla 4). En este sentido, Bono y
Arnau (1995, p.196) consideran que este nivel medio supone que son efectos que “el
observador cuidadoso puede observar directamente”

Discusión y conclusiones

Tras la exposición de los resultados obtenidos pretendemos aquí dar respuesta a


las cuestiones de investigación planteadas.

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66 Victoria Quesada Serra, Gregorio Rodríguez Gómez y María Soledad Ibarra Sáiz

El profesorado encuestado ha considerado muy importante los ítems incluidos en la


planificación y diseño de la evaluación, así como la innovación y mejora de la evaluación.
En relación a la competencia percibida del profesorado, ha quedado de manifiesto
que es similar en las dos dimensiones (planificación de la evaluación e innovación
en evaluación). El profesorado encuestado se ha sentido muy capacitado para dar a
conocer al alumnado información relativa a la evaluación, como son los objetivos de
la misma, los estándares, los criterios de evaluación y el procedimiento de califica-
ción, también han expresado sentirse capaces de diseñar sistemas y procedimientos
de evaluación. Por otra parte, se han detectado algunos puntos y áreas en las que el
profesorado indicó sentirse menos competente y que suponen puntos en los que se
debería trabajar, estos coinciden con aquellas actuaciones de evaluación menos utili-
zadas por el profesorado, y son:

– Diseño y construcción de instrumentos para la evaluación del aprendizaje, con


sus respectivos criterios e indicadores de evaluación, como son listas de control,
escala de valoración o rúbricas.
– Uso de herramientas y medios electrónicos para favorecer la evaluación. Si bien
nuestras universidades están altamente equipadas tecnológicamente, se sigue
llevando a cabo en su gran mayoría una evaluación analógica, el profesorado
encuestado no se siente capaz de llevar a cabo una evaluación electrónica o
digital o usar software o herramientas para facilitar la evaluación.
– Mejorar e innovar en la evaluación que se lleva a cabo sigue siendo una tarea
pendiente.
– Formarse en evaluación.
– Colaborar y coordinarse con el resto de profesorado. Aunque se trata de una
tarea muy importante –y el profesorado encuestado lo consideró como tal– es
todavía complicado para el profesorado coordinar y trabajar cooperativamente en
la universidad, siendo una actividad que puede hacerse todavía más complicada
con la actual carga docente.

Por último, destacar que se han detectado diferencias notables en las puntuaciones
obtenidas en función de los años de experiencia del profesorado encuestado, existiendo
también diferencias en determinados ítems en función de la rama de conocimiento.
Se ha podido apreciar que el profesorado con menor experiencia laboral otorga más
importancia a las actuaciones de evaluación, especialmente a aquellas relacionadas
con la innovación y mejora de la evaluación, por otra parte el profesorado con mayor
experiencia laboral se siente más competente.
A la luz de los resultados obtenidos parece esencial indagar y profundizar sobre
algunas cuestiones: ¿Por qué no utilizan los docentes la evaluación electrónica aun
considerándola importante? ¿Qué dificulta su uso? ¿Es cuestión de formación o hay
otros aspectos que influyen? De igual modo: ¿Qué se requiere para que el profesorado
innove en evaluación? ¿Cómo podemos fomentar la formación en evaluación? ¿Cómo
se puede favorecer la colaboración y cooperación entre el profesorado universitario?
A expensas de conocer las respuestas a estas preguntas consideramos esencial
establecer planes específicos para la formación del profesorado universitario en eva-

RIE, 2017, 35(1), 53-70


Planificación e innovación de la evaluación en educación superior: la perspectiva del profesorado 67

luación en la que se consideren las diferencias existentes entre ramas de conocimiento


y entre el profesorado novel y experimentado. Asimismo se hace necesario fomentar
la formación específica en evaluación electrónica, para ello, un primer paso podría
consistir en formar al profesorado en el uso y funcionalidades de algunas de las TIC
de las que disponen en sus respectivas universidades. Para concluir, como reflejan los
resultados de una investigación (Rodríguez-Gómez et al. 2016) consideramos preciso
crear y establecer espacios y tiempos para favorecer el trabajo compartido entre el
profesorado universitario, espacios que puedan servir para compartir experiencias,
resolver dudas y fomentar la coordinación.

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Fecha de recepción: 14 de octubre de 2015


Fecha de revisión: 14 de octubre de 2015
Fecha de aceptación: 08 de febrero de 2016

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Ordóñez-Sierra, R., Rodríguez-Gallego, M. y Rodríguez-Santero, J. (2017). Grupos interactivos como estrategia para71
la
mejora educativa: estudio de casos en una comunidad de aprendizaje. Revista de Investigación Educativa, 35(1), 71-91
DOI: http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.247061

Grupos Interactivos como estrategia


para la mejora educativa: estudio de casos en una
comunidad de aprendizaje

Interactive groups as strategy to improve education:


case study in a learning community

Rosario Ordóñez-Sierra*, Margarita Rodríguez-Gallego* y Javier Rodríguez-Santero**


*Dpto. de Didáctica y Organización Educativa, Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Sevilla (España).
**Dpto. MIDE, Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Sevilla (España).

Resumen

El propósito de esta investigación es analizar y valorar la planificación, ejecución e impacto


de los grupos interactivos como una estrategia para la mejora educativa, desde la propia pers-
pectiva del profesorado y personal voluntario que la emplea. Para ello, realizamos un estudio de
casos en una escuela constituida como comunidad de aprendizaje, cuya metodología se apoya en
el desarrollo de Grupos Interactivos, es decir, sobre la interacción dialógica y colaborativa que
implican las pequeñas agrupaciones heterogéneas de alumnos bajo la tutela-coordinación de una
persona adulta para resolver actividades de aprendizaje. La muestra ha estado constituida por
220 estudiantes, 10 profesores y 4 voluntarias que han colaborado como observadores y apoyo
en los G.I. y 2 investigadoras. Se ha efectuado observación directa de 40 sesiones de grupos
interactivos y 10 entrevistas al profesorado. Se realiza un análisis de contenido mediante un
proceso de codificación válido y fiable. Los resultados muestran planificaciones del profesorado
a corto plazo orientadas a la resolución de actividades de aprendizaje de corta duración. Se
observa que un elevado porcentaje de alumnado culmina satisfactoriamente las actividades en
el tiempo establecido, logrando además un aumento de la atención, la cooperación y la disci-

Correspondencia: Javier Rodríguez Santero, [email protected], Dpto. MIDE, Facultad de Ciencias de la Educación.
Universidad de Sevilla, Calle Pirotecnia, s/n, 41013, Sevilla.

RIE, 2017, 35(1), 71-91


72 Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

plina. Estos resultados son coincidentes con los de otras investigaciones internacionales que
apuntan la necesidad de incorporar estrategias didácticas basadas en la interacción, el diálogo
y la cooperación como vía para la mejora e inclusión educativa.
Palabras clave: comunidades de aprendizaje; estudio de casos; educación infantil;
educación primaria.

Abstract

This piece of research aims at discussing and reviewing interactive groups (IG) planning,
execution and impact as a means of improving education all the perspective of teachers and
volunteers. With that aim a case study was put together at a learning community, whose
methodology is predicated on building IGs, i.e. on dialogic and collaborative interaction
involving small heterogeneous cohorts of students monitored by an adult person assisting
in the solving of learning activities. The sample was made up of 220 students, 10 teachers,
four volunteers – making IG observation and support contributions –, and two researchers.
Direct observation of 40 sessions of IG and 10 teacher interviews were reported. A content
analysis was conducted through valid and reliable coding. The findings show teachers’
short-term planning geared towards solving short-term learning activities. A high proportion
of students was reported to have successfully completed activities within the allocated time,
achieving a higher degree of attention, cooperation and discipline. These findings are in line
with those of other international research outlining the need to integrate interaction-, dialogue-,
and cooperation-based teaching strategies as a means to enhance education.
Keywords: learning communities; case studies; early childhood education; elementary
education.

Introducción

El aprendizaje no se puede aislar del entorno sociocultural de los estudiantes, por


tanto, no debemos separar la educación que tiene lugar en la escuela de la producida en
el contexto social y cultural de los niños/as. En esta línea, la pedagogía y la psicología
han ampliado el estudio del aprendizaje y el desarrollo a una dimensión más social,
haciendo hincapié en elementos como la clase social, el género y diversidad cultural. En
todos los contextos educativos donde los niños/as se desarrollan en interacción comu-
nicativa con iguales, se produce una mejora del aprendizaje y una mayor cohesión del
grupo (Aubert, Flecha, García, Flecha & Racionero, 2008; Racionero, Ortega, García &
Flecha, 2012; Racionero & Padrós, 2010). Es la interacción dialógica entre las distintas
culturas del contexto educativo la que contribuye a esa mejora en el aprendizaje.
Los Grupos Interactivos (G.I. de aquí en adelante) forman parte del proyecto de
Comunidades de Aprendizaje (CdA), basado en las principales teorías en ciencias
sociales y educativas reconocidas por la comunidad científica internacional (Flecha,
2009). Desde una perspectiva interdisciplinar, recoge las contribuciones de los autores
más relevantes en psicología, como Vygotsky (1979) con su propuesta de transformar
el entorno para provocar el desarrollo cognitivo, y Bruner (1988, 2012) con su teoría
del andamiaje y aprendizaje mutuo. De la pedagogía, recoge las ideas de Dewey
sobre el instrumentalismo o aprender haciendo, y la dialogicidad de Freire (1997). En

RIE, 2017, 35(1), 71-91


Grupos interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos en una comunidad de aprendizaje 73

el ámbito de la sociología, bebe de las ideas sobre la competencia comunicativa de


Habermas (1987) y las habilidades innatas para aprender una lengua, analizadas por
Chomsky (1985).
Bruner (1996), acercándose a Freire, introdujo los postulados interaccionales como
base de la pedagogía intersubjetiva y empleó el término «subcomunidades de apren-
dices mutuos» para referirse a contextos de aprendizaje donde la interacción dialógica,
desarrollada entre estudiantes, familiares y demás agentes de la comunidad, genera
conocimiento. En este sentido, todas las personas son capaces de proporcionar argu-
mentos basados en su conocimiento, experiencia y recursos culturales, por tanto, la
participación de adultos, incluyendo miembros de la familia y voluntarios/as de la
comunidad, promueve en los escolares una mayor interacción comunicativa, una mejora
en el apoyo entre pares y un aumento en el aprendizaje mutuo.
Distintos estudios (Flecha, 2009; Flecha, García, Gómez & Latorre, 2009) recono-
cen los G.I. como una forma de inclusión muy efectiva. En este modelo, el aula se
organiza en grupos pequeños (cuatro o cinco grupos), lo más heterogéneos posible
(en lo referente a niveles de aprendizaje, género, cultura, lengua, etc.), que colaboran,
a través de interacción dialógica, con voluntarios externos al centro para resolver las
actividades de aprendizaje propuestas. Esta forma de agrupación de aula requiere
que, previamente, el equipo de profesores haya comunicado al personal voluntario las
cuatro o cinco tareas que van a llevarse a cabo en cada grupo (Muntaner, Pinya & De
la Iglesia, 2015). Cada voluntario se encarga de una actividad, lo que exige que haya
tantos adultos, en el aula, como grupos se hayan organizado. La duración puede rondar
entre los veinte minutos y la media hora. En ese tiempo, el alumnado va rotando por
las actividades que coordina cada voluntario/a, quien ha de promover la interacción
y la participación del alumnado, incitando a la ayuda mutua y la resolución conjunta.
El voluntariado no tiene que explicar los contenidos necesarios para realizar las acti-
vidades, pues estos han sido especificados por el profesorado en las horas que no hay
G.I. Al finalizar la actividad, esta es evaluada con los voluntarios y se consensuan los
cambios pertinentes para las próximas sesiones. Para Flecha (2009), las interacciones
que introducen los voluntarios no sólo aumentan los aprendizajes instrumentales de
todo el alumnado, sino que también mejoran la convivencia intercultural en el grupo
clase, la participación y la solidaridad. Con la entrada de personas de la comunidad,
con perfiles muy heterogéneos, se transforma el contexto social y cultural, reconociendo
el derecho de todo niño a ser diferente y, desde esa diferencia (cultural, lingüística,
religiosa, de género, familiar, etc.), tener las mismas posibilidades de acceder a los
máximos aprendizajes.
Los G.I. implican una propuesta para la resolución de tareas, que potencia la
perspectiva Vigotskiana del conocimiento, que incide en que se aprende con los
demás, y no sin ellos. Suponen una de las formas de organización del aula que está
obteniendo más éxito, en Europa, en la superación del fracaso escolar y los problemas
de convivencia. Como argumentan Oliver y Gatt (2010), una de las claves para el
éxito de los G.I. es la continua sustitución de actos comunicativos de poder, típicos
de las aulas tradicionales, por actos comunicativos dialógicos. De este modo, los
niños y niñas, mediante la interacción basada en el diálogo igualitario (Flecha, 2015;
INCLUD-ED Consortium, 2009, 2011), interiorizan que sí pueden aprender, y, sobre

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74 Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

todo, que pueden lograrlo ayudando a compañeros y recibiendo su ayuda. Esta ima-
gen de sí mismos, potenciada por los actos comunicativos dialógicos, fomenta que
escolares, que hasta el momento no se veían capaces de aprender y obtener buenas
calificaciones, comiencen a verlo posible.
Son numerosos los estudios dedicados a avalar la organización del aula en G.I.
como práctica solidaria y participativa que transforma las dinámicas, aumenta la
motivación, acelera el aprendizaje y disminuye los conflictos de aula y riesgos de
exclusión de determinados alumnos (Aubert, Duque, Fisas & Valls, 2004; Elboj &
Niemelä, 2010; Elboj, Puigdellívol, Soler & Valls, 2002; Flecha et al., 2009; Valls &
Kyriakides, 2013).
Por otra parte, este enfoque, como plantean Elboj y Niemelä (2010), elimina el
«tiempo muerto» que provoca que algunos estudiantes pierdan el interés, al completar
la actividad más rápidamente que sus compañeros de clase. En definitiva, a través de
las interacciones que se producen entre los alumnos y el voluntariado, se mejora el
aprendizaje instrumental y la solidaridad en el aula, convirtiéndose la diversidad de
los estudiantes en una oportunidad para todos/as.
Esta investigación, acreditada por el Vicerrectorado de docencia de la Universidad
de Sevilla, pretende mostrar los resultados de una actuación de éxito basada en el
aprendizaje dialógico (Flecha, 1997) e interaccionista que suponen los G.I. Gracias a él
se producen interacciones que aumentan el aprendizaje instrumental y favorecen la
creación de sentido personal, social y solidario (Aubert et al., 2008). Para ello, se han
tomado como referencia las impresiones, sobre la planificación, la ejecución y el impacto,
de las personas implicadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollado en un
centro de educación infantil y primaria constituido en CdA.

Método

La investigación presentada ha empleado una metodología cualitativa, propia


del paradigma interpretativo en el que se enmarca (Tójar, 2006). Concretamente, se
ha recurrido al estudio de casos (10 G.I., correspondientes a 7 clases de primaria y 3
de infantil, de una escuela constituida como CdA) como vía para conocer cuáles son
las características de los G.I. en cuanto a su planificación, ejecución, e impacto, en
un deseo, como argumentaría Stake (2005), de conocer en profundidad el fenómeno
investigado y contribuir, en la medida de lo posible, a su mejora (Gómez, Puigvert &
Flecha, 2011). Siguiendo las indicaciones de Yin (1994), se ha desarrollado el estudio
de casos de forma holística, tratando de comprender las características contextuales
que determinan la idiosincrasia de los G.I. estudiados.

Objetivos

El objetivo principal ha sido `Analizar la puesta en práctica de los G.I. en Educa-


ción Infantil y Primaria, desde la perspectiva de los docentes y el voluntariado´. Nos
hemos centrado en estudiar, en profundidad, las características de la planificación
y ejecución de esta metodología, así como el impacto que causa en las aulas y en el
centro en general.

RIE, 2017, 35(1), 71-91


Grupos interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos en una comunidad de aprendizaje 75

Población y muestra

La investigación se enmarca en un centro de la provincia de Sevilla que escolariza


a niñas y niños, desde Infantil hasta 2º de ESO, con un alto grado de asistencia irre-
gular. Empleamos este término y no el de absentismo escolar, porque muchas de las
faltas suelen justificarse con «asuntos familiares» y los protocolos no se inician si las
ausencias están justificadas. A lo largo del último decenio, el alumnado ha pasado
a ser, casi exclusivamente, de etnia gitana, después de varios incidentes en el barrio
que provocaron el éxodo de gran parte de la población no gitana. En los últimos años,
un nuevo equipo directivo y una plantilla renovada, han puesto en marcha diversos
proyectos con distintos objetivos específicos, pero con la finalidad común de mejorar
el rendimiento y disminuir los problemas de convivencia. En el año 2012, en colabo-
ración de la Universidad de Sevilla, comienzan a poner en práctica los G.I. y durante
el año 2013, es ya reconocido oficialmente, por la Consejería de Educación de la Junta
de Andalucía, como CdA.
El estudio de casos desarrollado ha analizado 10 G.I., correspondientes a 7 clases
de primaria y 3 de infantil, lo que supone una muestra de 220 alumnos, 10 docentes
(uno por cada grupo clase) y dos investigadoras. A esta habría que añadir 4 volunta-
rias de la Facultad de Ciencias de la Educación que han trabajado como apoyo y han
cumplimentado las fichas de observación de 40 sesiones de G.I., en 3 de las 10 clases.
Concretamente, desarrollaron su labor con 30 estudiantes, 13 de educación infantil (5
años) y 17 de educación primaria, de 5º y 6º curso, participantes en los G.I. de lecto-
escritura y matemáticas de esas tres clases.
La actividad de voluntariado, gestionada por la Facultad de Ciencias de la Edu-
cación, se desarrolla desde hace diez años, con una participación de 200 estudiantes
universitarios repartidos entre los 18 centros, de Sevilla y provincia, constituidos en
CdA. Esta actividad está respaldada por el Vicerrectorado de Ordenación Académica de
la Universidad de Sevilla, y queda recogida en el catálogo de actividades universitarias
susceptibles de reconocimiento académico en las titulaciones de Grado.

Instrumento

La recogida de información se ha realizado a través de fichas de observación y


entrevistas, con objeto de triangular los datos y dotar de una mayor validez a los
mismos. Para la elaboración de las fichas, tras la puesta en marcha de una técnica
Delphi (Hung, Altschuld & Lee, 2008) que contó con la participación de docentes (10),
voluntariado (18) e investigadoras de la Universidad Sevilla (2), se adaptó y validó,
en el curso 2013-2014, el protocolo desarrollado por el CEIP Andalucía de Sevilla, que
fue tomado como referente por su larga trayectoria en el trabajo con G.I. La ficha fue
cumplimentada, por las voluntarias, en cada una de las 40 sesiones de trabajo com-
prendidas desde diciembre de 2014 hasta mayo de 2015 y recaba información sobre lo
que aporta cada alumno al grupo, si interactúa de forma autónoma, si presta ayuda,
si acaba la tarea, si mejora las relaciones, etc. (véase anexo 1).

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76 Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

Las 10 entrevistas, realizadas al profesorado implicado, contaron con un guion


flexible de 21 preguntas (sobre el diseño, ejecución e impacto de los G.I), redactadas
en base a la experiencia de las investigadoras firmantes de este artículo, tras tres años
de colaboración en G.I.

Procedimiento de recogida y análisis de datos

Se ha desarrollado un análisis de contenido de las distintas observaciones y entre-


vistas realizadas. Como fruto de este proceso, se ha establecido un sistema de dimen-
siones (planificación, ejecución e impacto) objeto de estudio, categorías de respuesta y
códigos (véase anexo 2), en torno a los tres grandes focos de interés planteados en los
objetivos de nuestra investigación. Para estudiar el peso de las categorías se ha efec-
tuado un recuento de las frecuencias de cada código y se han establecido porcentajes.
Se ha realizado también un estudio de coocurrencia de las categorías más relevantes
(las que presentaban una mayor frecuencia y las que resultaban más importantes desde
el punto de vista de los objetivos propuestos), con objeto de establecer un patrón de
asociación entre los distintos constructos estudiados. Concretamente, lo que persegui-
mos es una exploración de las posibles relaciones que podrían tener lugar entre las
variables objeto de estudio.
Para asegurar la validez y fiabilidad de los resultados obtenidos, se practicó una
triangulación de codificadores, es decir, el análisis de contenido, en base al sistema
de dimensiones, categorías y códigos, ha sido aplicado por más de un investigador,
concretamente dos, y se ha calculado el nivel de concordancia entre ellos, a través del
índice Kappa Cohen.

Resultados

Pasamos a exponer los resultados de la investigación tomando como referencia el


sistema de categorías de respuesta y códigos (con sus respectivas frecuencias) esta-
blecido, tras el análisis de contenido, para cada una de las tres grandes dimensiones
objeto de estudio (planificación de los G.I, ejecución e impacto).

Planificación de los G.I.

En la puesta en práctica de la planificación de los G.I. como estrategia docente, la


totalidad del profesorado (100%) determina, tomando en consideración las caracterís-
ticas del contexto, que el número adecuado de estudiantes que deben componer los
G.I. (categoría: NAD) ha de ser 4 (categoría NAD1, frecuencia = 5) o 5 sujetos (NAD4,
3; NAD2, 2; NAD3, 2).

“…4 o 5 alumnos por grupo, sobre todo en este colegio, por las características del
alumnado y para que todos participen”. P2: (14:14).

Para los criterios de agrupamiento (AGR), la totalidad de los docentes (100%) han
tomado como criterio el nivel de rendimiento de los estudiantes, es decir, que en cada

RIE, 2017, 35(1), 71-91


Grupos interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos en una comunidad de aprendizaje 77

grupo haya alumnos con bajo, medio y alto nivel de rendimiento con la intención de
que sean lo más heterogéneos posible y entre todos se ayuden e intenten resolver la
actividad (AGR4, 10) y comportamiento del alumnado (AGR2, 10). Se han contemplado
también, aunque con menor frecuencia, otros criterios como la existencia de conflictos
interfamiliares (AGR1, 1), el nivel de discapacidad (AGR6, 2), el grado de extroversión
(AGR7, 2), o el sexo (AGR5, 1).

“…Pues empiezo repartiendo... En clase hay muchos discapacitados para que no


caigan todos en el mismo grupo, como tengo 5 que cada uno caiga en un grupo. Y,
luego también recoloco a los que tienen un nivel más alto y el nivel más normalizado
también los voy repartiendo. Los reparto por capacidades y también por carácter, por
un lado los más nerviosos con los más pacientes para que no se saquen de quicio
entre ellos”. P5: (11:11).

En la satisfacción con el diseño de las actividades (SAD) de los G.I., el 50% del
profesorado reconoce este hecho en sus manifestaciones (SAD1, 5) y opina que van
mejorando paulatinamente (SAD4, 5). Por el contrario, un 30% considera necesario
una mejora (SAD3, 3), sobre todo, en lo referente a la planificación, pues no siempre
logran el objetivo propuesto o el ajuste al tiempo establecido, incumpliendo los prin-
cipios de los G.I.

“…Es cierto que he mejorado muchísimo y después el paso de mayúsculas a minús-


culas en el caso de la escritura individualizada con los 19 niños al mismo tiempo es
imposible. Pero trabajándolo en G.I. es mucho más fácil, porque estás atendiendo a
las dudas de esos niños en concreto, 4 o 5. El hecho de cambiar de actividad cada 15
o 20 minutos y que no se aburra...es mucho mejor”. P3: (16:16).
“…Sí, voy mejorando, el año pasado cometí errores, que ahora no cometo, pero hay
veces que aunque lo tengas muy planificado me paso o no llego. Entonces si me las
hacen en un momento, yo siempre estoy rotando y si han acabado pronto les pongo
tarea aparte”. P6: (15:15).

En cuanto a la temporalización de la planificación (PLA), encontramos un pre-


dominio (66.67%) de programaciones a corto plazo. De los 9 docentes que tuvieron
a bien responder a esta pregunta, hay quiénes la diseñan semanalmente (PLA2, 3) o
para cada sesión (PLA1, 3), intentando adaptarse lo máximo posible a la idiosincrasia
del alumnado. El resto, lo hace quincenalmente (PLA3, 2) o por trimestre (PLA5, 1).

“…Planifico, por lo general, semanalmente o por sesiones, porque como también el


ritmo de ellos va variando...”. P5: (15:15).

Atendiendo a la adecuación de la duración de las tareas (DTA), la gran mayoría


de docentes que han respondido a esa cuestión (90%) procuran desarrollarlas en 15
(DTA1, 2) o 20 minutos (DTA2, 5; DTA3, 1), tan solo un profesor las alarga más de 20
minutos (DTA4, 1).

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78 Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

“…Para los niños un cuarto de hora y como mucho, mucho, veinte minutos. Pero
normalmente, la sesión de G.I. es de una hora y como tengo cuatro grupos, cada 15
minutos los roto”. P3: (20:20).

Ejecución de los G.I.

En la ejecución de G.I., buena parte de los docentes (50%) marcan los cambios de
actividad (CAC) poniendo música cada vez más alta (CAC1, 4; CAC2, 1). Con esa
señal, previamente acordada, los niños son conscientes que han de dar por finalizada
la tarea y cambiarse de grupo. Mayoritariamente, no suelen avisar a los grupos sobre
el tiempo que ha transcurrido o que les resta para concluir la actividad. En otros casos,
es el tutor quien se encarga de controlar el tiempo con el reloj (CAC4, 2) y anunciar,
a viva voz (CAC3, 3), el cambio.

“…Ponemos una música y ya ellos saben que se tienen que cambiar de grupo y
funciona muy bien”. P9: (19:19).

Con respecto a la duración real de las actividades en G.I. (DUT), de los 8 sujetos que
han respondido a esta pregunta, el 62.5% de los docentes han manifestado una duración
de entre 15 y 20 minutos (DUT2, 5), un 25%, que exactamente 15 minutos (DUT1, 2)
y, tan solo un 12.5%, entre 20 y 30´ (DUT3, 1). Por tanto, la duración adecuada de las
actividades ha de ser de 15 a 20 minutos, aunque en determinadas ocasiones pueda
sobrepasarse esa barrera.

“…15/20 minutos, el año pasado al tener cuatro grupos se me iba la hora, el año
pasado se me quedaba el tiempo corto. Yo iba muy acelerada... Este año mucho mejor,
y hacemos G.I. de hora y media y nos da tiempo de todo, mucho mejor”. P6: (19:19).

El análisis de las observaciones realizadas por las voluntarias en las sesiones de G.I.,
reflejan que las actividades planteadas han resultado adecuadas en cuanto al tiempo
de ejecución (el 83.9% del alumnado ha finalizado las tareas) y el nivel de los alumnos
(el 84.95% del alumnado las ha realizado correctamente). Manifiestan que tan solo el
10.7% del alumnado no suele terminar las tareas, lo que supone un elevado grado de
implicación de estos al trabajar en G.I.
La mayor parte del profesorado (80%) suele explicar las actividades al grupo-clase,
previamente a su realización (AGC1, 8), tan solo dos docentes manifiestan no hacerlo
habitualmente (AGC2, 2). También se les explican previamente a los voluntarios (EXV1,
9), para que planteen posibles dudas, solo un docente se las explica sobre la marcha,
cuando los alumnos ya han comenzado a trabajar (EXV3, 1).

“…Los alumnos tienen claro en qué consisten, a los voluntarios también se las
explico para que me puedan preguntar y elijan la que más les guste. Porque no sólo
se trata de que vengan a ayudar, sino que también disfruten un poco”. P3: (34:34).

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Grupos interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos en una comunidad de aprendizaje 79

Los docentes se involucran de diferentes maneras en los G.I. (INV1, 8), sólo dos
profesoras han manifestado mantenerse al margen durante el desarrollo de los G.I.
(INV2, 2). El 30% actúa únicamente como observador externo (INV4, 3), ayudando
solo si es necesario, pero el 50%, va rotando por las mesas (INV3, 5) prestando apoyo,
resolviendo dudas y controlando problemas de disciplina.

“…Si no hay ningún problema de disciplina voy rotando por las mesas. Normalmente
me siento en una y cuando acaba me siento en otra, aunque estemos las dos. Me
gusta ver qué están haciendo, porque estar ahí de pie sin hacer nada...”. P4: (29:29).

En relación a la corrección de las actividades en G.I. (COR), la mitad de los docentes


no las corrige (COR2, 5). En el 50% que sí lo hace (COR1, 5), nos encontramos, casi en la
misma medida, quien la efectúa contando con los alumnos (COR3, 2), quien la realiza
al margen de ellos (COR4, 2) y quien se basa en los juicios de los voluntarios (COR5, 1).

“…Las actividades no las corrijo. Ellos cuando acaban la ficha aunque yo esté en la
otra punta ellos vienen a enseñármela. Yo las pongo todas juntas, y las no termina-
das intento terminarlas, pero controlo. No pongo nota, pero controlo”. P6: (39:39).
“…Sí, las corrijo primero y luego las reparto a los niños y si no están terminadas
se acaba. O si veo algo muy serio se corrige”. P5: (35:35).

El 100% de las voluntarias consideran que los G.I. funcionan bastante bien y destacan
que buena parte del alumnado (69.75%) ha llegado a dominar el contenido trabajado.

Impacto de los G.I.

Atendiendo al impacto que causan los G.I. como estrategia educativa, el equipo
docente entrevistado manifiesta mayoritariamente altos beneficios en el grupo-clase
(BEN). Destacan, sobre todo, un aumento significativo en los niveles cohesión (BEN2,
5), cooperación (BEN3, 4), disciplina (BEN7, 4), atención individualizada (BEN8, 3) y
rendimiento (BEN10, 3). También señalan, aunque en menor medida, mayores grados
de motivación (BEN4, 2), concentración (BEN1, 2) y autonomía (BEN5, 2), así como
mejoras en la rentabilización del tiempo (BEN6, 2).

“…En todo, es una herramienta muy buena de trabajo. Beneficia sobre todo la auto-
nomía de los niños. En este centro los niños están acostumbrados a pedirles mucha
ayuda a los maestros, parece que el apañárselas entre ellos, no. Y, el tiempo que se
aprovecha mucho. Y, fortalece mucho las relaciones”. P5: (5:5).
“…Yo creo que bastante, fundamentalmente en la disciplina, la disciplina ha mejo-
rado mucho, pero lo fundamental la atención individualizada que yo le puedo dar.
Tanto yo como las voluntarias, no es lo mismo la clase magistral que en este colegio
es imposible a trabajar con cuatro-cinco niños y tienes a la voluntaria, al padre si
viniera... yo rotando o sentándome con el niño que más necesidades tiene y entonces
eso es... primordial. La interacción entre ellos, se ayudan…”. P6: (7:7).

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80 Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

En cuanto a las relaciones (REL), el 50% de los docentes señala una disminución
significativa de los problemas de convivencia (REL1, 5) gracias a la cooperación nece-
saria (REL4, 4) que exige el trabajo en G.I.

“…Mejora notablemente las relaciones entre ellos, se llevan muy bien. Además en
los G.I. hay menos peleas, menos discusiones que en una clase habitual”. P9: (7:7).

Sobre la satisfacción del alumnado con los G.I. (GUS), el 100% de los maestros y
maestras que respondieron a esta cuestión (8), coinciden al señalar un alto nivel agrado
(GUS1, 8), que, según ellos, resulta apreciable en los mayores niveles de implicación, en
las preguntas constantes sobre cuándo trabajarán en G.I., o en las repetidas muestras
de cariño hacia los voluntarios. Hay una docente que manifiesta que los estudiantes
se muestran algo reticentes solo al inicio (GUS3, 1) y otra, que, en ocasiones, les cuesta
pasar de la dinámica habitual a la de G.I. (GUS5, 1).

“…Sí, la verdad es que sí. Ellos se han adaptado muy bien a trabajar así y admiten
muy bien que vengan a trabajar con ellos las voluntarias”. P1: (25:25).

El profesorado considera que el alumnado aprende más trabajando en G.I. que con
el resto de estrategias didácticas empleadas (APR). A excepción de un maestro (APR3,
1), el resto de los docentes (90%) responden afirmativamente (APR1, 9) a esa cuestión.
Entre sus argumentos destacan la atención individualizada, el contenido personalizado
y adaptado a las necesidades específicas, la ayuda o cooperación mutua entre el alum-
nado, y la mejor rentabilización del tiempo.

“…Muchísimo más. Una tarea que han realizado cooperando en G.I. puedo tardar tres
días para hacerla yo individualmente, uno a uno... Sin embargo, en G.I. hago cuatro
actividades y yo sola tardaría con estos niños pequeños dos semanas”. P1: (27:27).

En cuanto a la aplicación de las directrices de G.I. al resto de las materias, cuando


ya no están los voluntarios (EXT), hay que destacar que sólo un docente declara
no hacerlo (EXT7, 1). La mayoría mantiene tutoría entre iguales (EXT5, 3) y trabaja
habitualmente por equipos (EXT2, 3), grupos cooperativos (EXT1, 3) o rincones
(EXT3, 2), y, en menor medida, por proyectos (EXT6, 1). Estos resultados están muy
acordes con el rol del profesor como dinamizador del que hablan Moliner, Moliner
y Sales (2012).

“…Sí, normalmente sí. Ellos se han acostumbrado mucho a trabajar así en grupo y
cómo puedes ver ellos solos se buscan, hacen su grupito y trabajan muy bien”. P7:
(28:28).

En lo que respecta a los cambios percibidos en el alumnado, considerado indi-


vidualmente (CAM5), tan solo el 50% del profesorado ha hecho mención de ello en
las entrevistas, aludiendo a un aumento en el nivel de conocimientos (CAM5.4, 2) y
a mejoras en la integración (CAM5.5, 1) y el comportamiento (CAM5.6, 2). Sobre los

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Grupos interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos en una comunidad de aprendizaje 81

cambios en el grupo-clase (CAM4) si han opinado el 100% de los entrevistados. Des-


tacan, sobre todo, los mayores niveles de aprendizaje (CAM4.3, 8) y la reducción del
número de conflictos (CAM4.4, 2), en comparación con alumnos de años anteriores
que no trabajaron en G.I.

“…A una alumna nueva que ha venido al centro en noviembre o diciembre, los G.I.
la han ayudado a relacionarse e integrarse en el grupo y de ese pequeño grupo ha
ido trabajando con otros grupos”. P5: (37:37-CAM5).
“…La mejora en el grupo-clase ha sido el aprendizaje, han aprendido muchísimo más.
Desde luego, yo tengo altas expectativas con el grupo y en conocimiento del medio yo
tengo grupos cooperativos con grupos reducidos y han aprendido una barbaridad”.
P10: (37:37-CAM4).

Desde la perspectiva de las voluntarias, se han conseguido los objetivos implícitos en


los G.I, pues señalan que el estudiantado ha interactuado de forma autónoma (67.65%
de los casos), ha tomado la iniciativa en la realización de la actividad, siempre (49.45%),
o habitualmente (18.8%), ha prestado de buen grado ayuda a sus compañeros (73.5%)
y ha mejorado sus relaciones con estos (79.15%). En definitiva, opinan que se ha pro-
ducido una adaptación favorable a la práctica en G.I., alcanzando cotas importantes
en cuanto al trabajo en equipo y la colaboración entre iguales.
Sobre la implicación de las familias (CAM3), el 70% del profesorado manifiesta
niveles bajos de participación (CAM3.3, 7), algo mayores en infantil que en prima-
ria. Resulta preocupante que al hablarnos de este fenómeno hayan reconocido un
descenso con respecto al curso anterior, debido según ellos, a una riña entre familias
del barrio, lo cual, por desgracia, no constituye un hecho aislado. Tan solo un 20%
considera adecuados (CAM3.2, 2) los niveles de participación familiar y un único
docente manifiesta haberse preocupado por concienciar a los padres de la impor-
tancia que implica su participación en el centro (CAM3.1, 1). Este docente asegura
que gracias a ello se acepta con mayor agrado la presencia de las voluntarias en las
aulas y se ha logrado mejorar las expectativas y formas de ver al profesorado, en
particular, y al centro, en general.

“…No participan mucho, pero si se están dando cambios, por ejemplo, los papás ya
no te piden una piscina o un quiosco en el recreo, ahora piden que su niño aprenda.
Tengo dos mamás que me cuentan que se portan mal en casa y me dicen que los cas-
tigue y eso lo veo bien porque ven en mí una autoridad y eso me sirve para trabajar.
Ayer hablé con una mamá y le dije que se estaba portando peor y me dijo que si lo
tenía que dejar sin excursión que lo dejara y ¡oye¡ para mí eso es normalizar y está
bien. ¡Ese logro debemos atribuírnoslo”. P6: (45:46).

Al preguntarles por los cambios entre el propio profesorado (CAM2), de los 8


profesores que tuvieron a bien hablar sobre ello, el 62.5% ha señalado una mayor coor-
dinación en la programación de actividades y proyectos (CAM2.2, 5) y el 37.5% una
mayor descarga de trabajo y mejora de relaciones, gracias a los voluntarios (CAM2.1,
3). A nivel de centro (CAM1), solo se han registrado tres manifestaciones, dos referen-

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82 Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

tes a una mayor apertura del centro a la comunidad (CAM1.1, 2) y la restante a que
en este curso ya no se expulsa a los alumnos de clase (CAM1.2, 1) al igual que en la
investigación realizada por Píriz (2011) en la que se promueve la inclusión educativa
al incorporar a todos los estudiantes G.I.

“…Los dos profes del mismo nivel programamos juntos, la especialista en audición y
lenguaje es la que coordina todos los G.I. y realiza las fichas y con la feria ha hecho
un proyecto y otro de animales marinos porque vamos a ir al acuario. La especialista
en audición y lenguaje me ayuda muchísimo con los dos hermanos sordos, yo sola
no podría, muy bien”. P6: (45:46).
“…¡Hombre¡, sí, por ejemplo este año no sacamos a nadie de la clase, yo que soy de
apoyo entro en la clase. El año pasado los sacábamos mucho, pero por ejemplo en
lugar de sacar a ´X` y no hacer la actividad, lo llevamos al G.I. de 2º y muy bien”.
P9: (44:44).

Análisis de coocurrencia, validez y fiabilidad

En lo que respecta al estudio de coocurrencias de las categorías más importantes,


parece existir un patrón de asociación entre el alto nivel de agrado con los G.I. y el
logro de mayores cotas de aprendizaje (ambos aspectos aparecen en el 60% de las
entrevistas), sobre todo, cuando se establecen comparaciones con otras metodologías
didácticas (coocurren en el 80% de los casos). Parece igualmente, que esos niveles
de agrado y aprendizaje están relacionados con la mayor cohesión y cooperación
(coocurrencia en el 40% de las entrevistas), el agrupamiento en función del rendi-
miento y el comportamiento (coocurrencia del 100%) y las programaciones con un
tiempo de ejecución de 15 (60% de coocurrencia) o 20 minutos (40% de coocurrencia),
administradas tras una explicación previa a los colaboradores voluntarios (70% de
coocurrencia).
La validez y fiabilidad de los resultados expuestos en este apartado queda garan-
tizada, al menos en parte, por el altísimo índice de concordancia obtenido entre los
codificadores (Altman, 1991). Como podemos observar en la Tabla 1, el valor redondeado
del índice Kappa asciende .99. La probabilidad de coincidencias entre las codificaciones,
debidas al azar, queda descartada (p = .000).

Tabla 1

Índice de concordancia entre codificadores (Kappa Cohen)

Estimated Kappa, Asymptotic Standard Error,


and Test of Null Hypothesis of 0 Population Value
Kappa ASE Z-Value P-Value

,98787580 ,06424844 15,3758715 ,000***


Nota: *p < .05 **p < .01 ***p < .001.

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Grupos interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos en una comunidad de aprendizaje 83

Discusión y conclusiones

La mayoría de las planificaciones sobre G.I. identificadas en los estudios de


caso españoles, coinciden con las registradas en las escuelas de éxito, con bajo nivel
socioeconómico y cultural, de Finlandia, Malta, Lituania y Reino Unido (Fernández-
Antón, 2014; Knopf & Swick, 2006). Esas características comunes sobre de planifi-
cación también han sido registradas por nuestro estudio y podrían resumirse en
diseños a corto plazo, por sesión o semanalmente (66.67% de los entrevistados), de
actividades para resolver, en no más de 15 o 20 minutos (85.7% de los entrevistados),
por grupos de 4 o 5 alumnos (100% de los entrevistados), organizados heterogénea-
mente en función de su capacidad y comportamiento (100% de los entrevistados). El
profesorado, por lo general, reconoce estar satisfecho con este tipo de planificaciones
y las va mejorando paulatinamente, sobre todo, para cumplir con los tiempos de
ejecución establecidos.
Al analizar la ejecución de los G.I., efectivamente nos hemos encontrado que los
docentes ponen especial énfasis en la composición de grupos reducidos y heterogé-
neos, atendiendo a rendimiento y comportamiento (Vieira & Puigdellívol, 2013) que
trabajaban durante 15 o 20 minutos, en ocasiones algo más, para resolver la actividad
propuesta, cambiando de tarea cuando son avisados mediante la música (Elboj & Nie-
melä, 2010; García-Carrión & Díez-Palomar, 2015). Un error generalizado ha sido la
participación del docente en los G.I., el 80% reconoce haber ido rotando por las mesas
prestando apoyo y resolviendo dudas. Por otro lado, solo el 50% corrige las activi-
dades, cuando resulta muy positivo que el alumnado reciba retroalimentación para
lograr mayores niveles de motivación. Por el contrario, sí explican convenientemente
las actividades, previamente a su realización, ya sea al inicio de la mañana o durante
la asamblea, lo cual resulta tremendamente conveniente para lograr la ejecución exitosa
de las tareas. Este hecho ha sido comentado positivamente por las voluntarias, pues
brinda la posibilidad de aclarar sus dudas y elegir la actividad en la que participar que
mejor concuerda con sus gustos. Este colectivo considera que los G.I. funcionan bastante
bien, pues las actividades, por lo general, no solo se han resuelto satisfactoriamente,
sino que además se han ajustado al tiempo programado. Destacan como el 90% de
los estudiantes ha concluido satisfactoriamente las tareas en el tiempo programado,
lo cual resulta tremendamente significativo si atendemos al bajo nivel socioeducativo
y cultural del centro. El alumnado, lejos de lo que un principio podría esperarse en
estas circunstancias, no ha mostrado grandes dificultades para comprender y manejar
el contenido de las distintas asignaturas.
En lo referente al impacto logrado con los G.I., coincidimos con otros estudios
precedentes (Foronda, 2015; Iturbe, 2012; Puigvert & Santacruz, 2006; Rodrígues de
Mello, 2011; Vieira, 2011) al destacar mayores niveles de logro en cuanto a la capa-
cidad de atención, la disciplina, el dominio del contenido, la calidad de los trabajos,
el aporte de ideas al grupo y la cooperación entre iguales. En cuanto a las relaciones,
en la misma línea que los resultados obtenidos por Álvarez y Puigdellívol (2014), se
han disminuido los problemas de convivencia y se ha fortalecido la cohesión entre
el alumnado; del mismo modo que plantean Ramírez y Muñoz (2012), el tratamiento
de la convivencia desde una perspectiva inclusiva es una forma idónea para corregir

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84 Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

los problemas que se derivan de la diversidad del alumnado. En lo que respecta a la


satisfacción, se ha logrado que sientan agrado con esta forma de trabajar y con los
logros propiciados por ella.
En el profesorado, también ha supuesto cambios positivos, se constatan, tal y como
advertían Knopf y Swick (2006), mejores niveles de colaboración, participación e inte-
racción entre los docentes, así como mayor descarga de trabajo gracias a las volunta-
rias. Es destacable el hecho de que el 90% haya mostrado un aprendizaje significativo,
al aplicar las directrices de los G.I al resto de las materias en las que no cuentan con
la ayuda de las voluntarias. Coinciden con estas al señalar que los estudiantes han
mejorado notablemente sus relaciones personales, contribuyendo a un clima de aula
más normalizado e inclusivo, del cual se ha hablado, por extenso, en investigaciones
precedentes (Álvarez & Puigdellívol, 2014; Bond & Castagnera, 2006; Knopf & Swick,
2006; Szente, 2007).
Los cambios en el ámbito de la participación familiar en la escuela, no han resul-
tado tan positivos como podría esperarse en un principio, pero se ha debido más a
desavenencias entre las familias que conviven en el contexto que a un déficit de la
propia metodología. En cualquier caso, al estar constituido el centro en Comunidad de
Aprendizaje, se realizan lecturas dialógicas, tertulias literarias y pedagógicas, contando
con una mayor apertura a la comunidad.
En conclusión, esta investigación aporta la novedad sobre cómo planificar y ejecutar
los G.I en aulas de Primaria. La mayoría de las investigaciones plantean las bondades
de trabajar con G.I., pero no analizan como implementarlos en la práctica. Además
muestra el acuerdo existente entre docentes y voluntarios, con respecto a los beneficios
que el uso de los G.I. tiene sobre el aprendizaje, las relaciones entre el alumnado y
la convivencia en el centro. Aunque los resultados son positivos, debe continuarse el
camino iniciado apostando por una reactivación de la implicación familiar en el centro.
Por otro lado, debido a las cantidades ingentes de esfuerzo que implica la puesta en
marcha de esta metodología (organizar los grupos, diseñar las actividades, llevarlas
a cabo…), se requiere, por un lado, una mejor formación y mayor incentivación para
el voluntariado, por otro, un aumento de la dedicación organizativa previa al trabajo
en el propio centro.

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Grupos Grupos
Interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos enen
una comunidad
comunidaddedeaprendizaje
interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos una aprendizaje 87

Anexo
Anexo 1: Ficha
1: Ficha de observación
de observación


RIE, 2017, 35(1), 71-91

RIE, 2017,35(1), #-#



88 Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

Anexo 2: Sistema de dimensiones, categorías y códigos

CÓDIGOS /
DIMENSIONES CATEGORÍAS
RECUENTOS
4 NAD1 (5)
NAD
5 NAD2 (2)
Número adecuado de estudiantes para 3-4 NAD3 (2)
el trabajo en G.I.
4-5 NAD4 (3)
Sí SAD1 (5)
SAD
NO SAD2 (0)
Satisfacción con el diseño y planifi- Necesita mejorar SAD3 (3)
cación de las tareas en G.I.
Va mejorando SAD4 (5)
Sesiones PLA1 (3)
PLA Semanalmente PLA2 (3)
Quincena PLA3 (2)
Planificación

Temporalización en la planificación de
las sesiones Unidades didácticas PLA4 (0)
Trimestre PLA5 (1)
15´ DTA1 (2)
DTA
20´ DTA2 (5)
Duración adecuada de las tareas en 15-20´ DTA3 (1)
G.I.
Más de 20´ DTA4 (1)
Conflictos familiares AGR1 (1)
Comportamiento AGR2 (10)
AGR Afinidad AGR3 (1)
Rendimiento AGR4 (10)
Criterios utilizados para agrupamien-
tos heterogéneos en G.I. Paridad AGR5 (1)
Discapacidad AGR6 (2)
Personalidad AGR7 (2)
Música CAC1 (4)
CAC
Alarma y música CAC2 (1)
Demarcación de los tiempos y los cam- Viva voz CAC3 (3)
Ejecución

bios de las actividades en G.I.


Reloj CAC4 (2)
DUT 15´ DUT1 (2)
15-20´ DUT2 (5)
Duración real de las actividades en
G.I. 20-30´ DUT3 (1)

RIE, 2017, 35(1), 71-91


Grupos interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos en una comunidad de aprendizaje 89

15´ DTA1 (6)


DTA
20´ DTA2 (4)
Ajuste de las actividades al tiempo 15-20´ DTA3 (1)
establecido
Más de 20´ DTA4 (1)
Sí AGC1 (8)
AGC
Inicio de la mañana AGC1.1 (1)
Explicación de las actividades al gru- Asamblea AGC1.2 (2)
po-clase previamente a su realización
No AGC2 (2)
EXV Sí EXV1 (9)
No EXV2 (0)
Explicación de las actividades al vol-
untariado previamente a su realización Sobre la marcha EXV3 (1)
Ejecución

Sí INV1 (8)
INV No INV2 (2)
Rota por las mesas INV3 (5)
Observador externo INV4 (3)
Rol docente durante el desarrollo de
los G.I. Si no hay voluntarios se invo-
INV5 (2)
lucra en los G.I.
Sí COR1 (4)
No COR2 (5)
COR Corrección actividades con los
COR3 (2)
alumnos
Corrección de las actividades realiza- Corrección de actividades sin
das en G.I COR4 (2)
los alumnos
Los voluntarios corrigen las
COR5 (1)
actividades
Concentración BEN1 (2)
Cohesión BEN2 (5)
Cooperación BEN3 (4)
Motivación BEN4 (2)
Autonomía BEN5 (2)
BEN
Impacto

Rentabilización del tiempo BEN6 (2)


Beneficios que aporta el trabajo en
Disciplina BEN7 (4)
Grupos Interactivos (G.I).
Atención individualizada BEN8 (3)
Disminución de la agresivi-
BEN9 (1)
dad
Rendimiento BEN10 (3)
Duda sobre beneficios BEN11 (1)

RIE, 2017, 35(1), 71-91


90 Rosario Ordóñez-Sierra, Margarita Rodríguez-Gallego y Javier Rodríguez-Santero

Convivencia REL1 (5)


Cohesión REL2 (2)
REL
Disciplina REL3 (0)
Tipos de relaciones que se establecen
entre los alumnos con el trabajo en G.I. Cooperación REL4 (4)

Si GUS1 (8)
No GUS2 (0)
GUS
Reticentes al inicio GUS3 (1)
Gusto por el trabajo en G.I. Cansados al finalizar el curso GUS4 (0)
Cuesta pasar de una dinámica
GUS5 (1)
de trabajo a G.I.
APR Sí APR1 (9)
No APR2 (0)
Percepción del aprendizaje en G.I. en
relación a otras materias No lo sé/tengo dudas APR3 (1)
Trabajo grupo cooperativo EXT1 (3)
Trabajo en equipo EXT2 (3)

EXT Trabajo por rincones EXT3 (2)


Solo algunas materias (Socia-
Aplicación de las directrices de G.I. al les, música y Conocimiento EXT4 (1)
Impacto

resto de las materias cuando no tiene del Medio)


voluntarios Tutoría entre iguales EXT5 (3)
Trabajo por proyectos EXT6 (1)
No EXT7 (1)
Sí CAM5.1 (5)
No CAM5.2 (1)
CAM5
No lo sé CAM5.3 (2)
Cambios desarrollados en los estudi- Mejora el aprendizaje CAM5.4 (2)
antes con el trabajo en G.I.
Mejora la integración CAM5.5 (1)
Mejora la disciplina CAM5.6 (2)
Sí CAM4.1 (10)
CAM4
No CAM4.2 (0)
Cambios desarrollados en el grupo Aprenden más CAM4.3 (8)
clase con el trabajo en G.I.
Menos conflictos CAM4.4 (2)
Descarga de trabajo gracias a
CAM2.1 (3)
CAM2 los voluntarios y las familias
Colaboración/cooperación
CAM2.2 (5)
Cambios desarrollados. en el profeso- entre el profesorado
rado con el trabajo en G.I Cambio de mentalidad en las
CAM2.3 (0)
familias sobre la educación

RIE, 2017, 35(1), 71-91


Grupos interactivos como estrategia para la mejora educativa: estudio de casos en una comunidad de aprendizaje 91

CAM1 Apertura del centro a la co-


CAM1.1 (2)
munidad
Cambios desarrollados en el centro
Impacto

con el trabajo en G.I No se expulsa a nadie de clase CAM1.2 (1)


CAM3 Concienciación CAM3.1 (1)
Alta implicación familias CAM3.2 (2)
Cambios desarrollados en la familia
con el trabajo en G.I Baja implicación CAM3.3 (7)

Fecha de recepción: 25 de diciembre de 2015


Fecha de revisión: 25 de diciembre de 2015
Fecha de aceptación: 23 de abril de 2016

RIE, 2017, 35(1), 71-91


93
Bartau Rojas, I., Azpillaga Larrea, V. y Joaristi Olariaga, L.M. (2017). Metodología de enseñanza en centros eficaces
de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Revista de Investigación Educativa, 35(1), 93-112
DOI:http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.225141

Metodología de enseñanza en centros eficaces de la


Comunidad Autónoma del País Vasco

Teaching methods in highly effective schools in the Autonomous


Region of the Basque Country

Isabel Bartau Rojas,Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga


Dpto. de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Facultad de F.I.C.E. Universidad del País Vasco.

Resumen

El objetivo de este trabajo es analizar la metodología de enseñanza en centros educativos


de alto nivel de eficacia de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Mediante procedimientos
estadísticos de regresión multinivel, se seleccionaron 32 centros que cumplían el los criterios
para considerarlos de “alto valor añadido”. En la segunda fase cualitativa se realizaron 90
entrevistas a profesorado de equipos directivos, de la Inspección y de los Centros de Apoyo a
la Formación e Innovación Educativa y se procedió a la identificación de las buenas prácticas
en éste área. Si bien la metodología de enseñanza se considera un factor clave de la eficacia
escolar, no se ha encontrado que destaque una metodología en particular en función de las
características de estos centros. Destacan innovaciones en diversas áreas (Lenguas, Matemáticas
y Transversales) y metodologías propias que llevan tiempo perfeccionando y adecuando a las
necesidades del alumnado y del centro (trabajo en grupos, el aprendizaje cooperativo, la meto-
dología basada en competencias o por proyectos, entre otras) y la mitad de los centros utilizan
las TICs como recurso didáctico.
Palabras clave: eficacia escolar; metodología de enseñanza; TICs; modelos multinivel.

Correspondencia: Isabel Bartau Rojas, [email protected], Dpto. MIDE, Facultad de F.I.C.E. Universidad
del País Vasco. Avenida Tolosa, 70. 20018, Donostia-San Sebastián.

RIE, 2017, 35(1), 93-112


94 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

Abstract

The aim of this paper is to analyze teaching methodologies and teaching resources for
schools of high level efficiency in the Basque Country. Following a quantitative methodology,
32 schools that met the criteria to be considered “high value” were selected. After 90 interviews
with faculty management teams, educational inspectors and advisors from the Training and
Innovation Support were made, the identification of good school practices proceeded. These cen-
ters use methodologies and resources of great diversity, though results are not attached to any
particular methodology. Methodological innovations in different areas (languages, mathematics
and transversal) and methodologies that take time perfecting and adjusting to the needs of the
students and of the educational center (group work, cooperative learning, competency-based
methodology or through projects among students) were highlighted; however, some centers still
use traditional methods and half utilize ICT as a teaching resource.
Keywords: effective school improvement; teaching methods; teaching materials; ICT;
multilevel models.

Introducción

La investigación sobre la eficacia en la educación trata de identificar evidencias


de buenas prácticas en los centros escolares que mejoran el rendimiento y desarrollo
sociopersonal del alumnado. El enfoque de la investigación sobre la mejora de la efi-
cacia escolar (Effective School Improvement) aúna las aportaciones de otros dos marcos
complementarios, el de la eficacia escolar y el de la mejora de la escuela y se basa
en la idea de que para incrementar el rendimiento del alumnado (llamado “criterio
de eficacia”) es necesario alcanzar una serie de objetivos o productos intermedios
(“criterios de mejora”) (Murillo, 2001, 2004). Las investigaciones sobre la mejora de
la eficacia escolar han aportado claras evidencias de estos “productos intermedios”
a diferentes niveles de análisis, a nivel de la reforma del centro y el sistema educa-
tivo (Hopkins, Stringfield, Harris, Stoll, & McKay, 2014), a nivel de centro educativo
(Reynolds, Sammons, De Fraine, Damme, Townsend, Teddlie & Stringfield, 2014) y
a nivel de aula (Muijs, Kyriakides, van der Werf, Creemers, Timperley & Earl, 2014)
que resultan esenciales para el logro de los resultados del alumnado.
Una de las principales conclusiones de décadas de investigación sobre la eficacia de
la educación es la importancia del aula como predictor de los resultados del alumnado
(Elmore, 2010; Hargreaves y Fullan, 2014; Hattie, 2009; Muijs, & Reynolds, 2011; Muijs
et. al, 2014; Murillo, 2004, 2005, 2007; Murillo, Martínez y Hernández, 2011).
El objeto de este trabajo es analizar uno de los factores de éxito identificado en
diversas investigaciones previas, las metodologías de enseñanza y los recursos que
utiliza el profesorado para favorecer los procesos de enseñanza-aprendizaje en los
centros de alto nivel de eficacia de la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV).
Se entiende por centros de alto nivel de eficacia “aquellos que consiguen un desarrollo
integral de todos y cada uno de sus estudiantes, más allá de lo que sería previsible
teniendo en cuenta su rendimiento previo y la situación socio-económica y cultural
de sus familias” (Murillo, 2005, p.30). Este estudio puede contribuir al diseño de

RIE, 2017, 35(1), 93-112


Metodología de enseñanza en centros eficaces de la Comunidad Autónoma del País Vasco 95

planes de formación y desarrollo profesional del profesorado y, en última instan-


cia, al desarrollo de los programas de mejora de los centros escolares de la CAPV.
Una revisión de investigaciones recientes en esta área (Muijs et. al, 2014) con-
cluye que los factores clave de la eficacia docente en el aula son los siguientes: 1)
cantidad de tiempo de la actividad académica, de la oportunidad para aprender,
organización y gestión del tiempo en el aula y ritmo ágil de la práctica docente; 2)
calidad de la instrucción y la interacción destacando la estructuración de la infor-
mación, el cuestionamiento, la retroalimentación efectiva y la combinación del tra-
bajo individual y en grupos pequeños; y 3) otros factores que mantienen relaciones
significativas pero pequeñas o moderadas con los resultados del alumnado, como el
clima del aula y las expectativas del profesorado relacionadas con las características
étnicas, de género y del origen sociocultural del alumnado. La modificación de las
bajas expectativas es un reto, pero estrategias tales como centrarse en los éxitos del
alumnado procedente de entornos desfavorecidos, la agrupación mixta por capaci-
dad, confiar en medidas objetivas de logro en vez de suposiciones, flexibilidad en
lugar de niveles fijos de capacidad y un énfasis en el papel del esfuerzo en lugar
del logro parecen ser efectivas.
Scheerens y Bosker (1997) en su meta-análisis concluyeron que el mayor impacto,
de moderado a fuerte, en los resultados del alumnado lo tenían las variables relacio-
nadas con el refuerzo de los contenidos y la retroalimentación al alumnado, mientras
que el aprendizaje cooperativo, la adaptación de la instrucción y el tiempo en la tarea
tuvieron efectos moderados. La enseñanza estructurada, la oportunidad de aprender
y el uso de los deberes escolares tuvieron efectos significativos pero débiles.
Kyriakides, Creemers, Antoniou y Demetriou (2010) encontraron que los factores
relacionados con la enseñanza mostraron relaciones significativas aunque sólo mode-
radas con los resultados del alumnado. Estos factores son los siguientes: comprensión
de los objetivos, estructuración, cuestionamiento, enseñanza y modelado, aplicaciones,
gestión del tiempo y papel del profesado en el aula facilitando un ambiente de apren-
dizaje, el aprendizaje cooperativo (Slavin, 2013) y la evaluación en el aula.
Hattie (2009) sintetizó 800 meta-análisis diferentes para llegar a su meta-análisis
global de intervenciones educativas y confirmó la influencia de factores tales como
la importancia de la retroalimentación, el comportamiento en clase, la claridad del
profesorado, las relaciones profesorado-alumnado, el aprendizaje cooperativo, la ins-
trucción directa, el dominio del aprendizaje, la gestión del aula, la tutoría entre iguales,
los ejemplos prácticos y los mapas conceptuales así como los métodos de educación
metacognitivos.
Según Murillo y otros (Murillo, 2004; Murillo et al. 2011) los factores de la enseñanza
eficaz, en síntesis, son 1os siguientes:

1) Implicación y compromiso del docente: actitud positiva, entusiasmo y sentido


de pertenencia.
2) Clima del aula: ambiente ordenado, orientado al trabajo y buenas relaciones
entre el profesorado-alumnado y entre el alumnado.
3) Altas expectativas y autoestima: transmisión de una actitud de aprecio y confianza
en sus capacidades, política de refuerzos, supervisión frecuente y alabanzas.

RIE, 2017, 35(1), 93-112


96 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

4) Lecciones estructuradas: La estructuración consiste en: 1) formular los objetivos


basándose en conocimientos previos, 2) dar información estructurada de los
contenidos, 3) explicar y aplicar con ejemplos claros, 4) formular cuestiones al
alumnado y proponer actividades de discusión, 5) consolidar los conocimientos
aprendidos, 6) revisar la enseñanza, verificar el aprendizaje del alumnado y sus
dificultades y 7) repasar lo aprendido.
5) Actividades variadas, participativas y activas: Fomentar la enseñanza interactiva,
el profesorado como facilitador del aprendizaje del alumnado. Importancia del
cuestionamiento, el “aprender haciendo”, aprender a pensar y evaluar la acción.
6) Atención a la diversidad: Una enseñanza basada en los conocimientos previos del
alumnado, que se adecua gradualmente a las diferencias individuales y propone
progresivamente tareas estimulantes para el desarrollo de sus capacidades.
7) Optimizar el tiempo de aprendizaje: Estimular las oportunidades para apren-
der gestionando eficazmente el tiempo dedicado a la enseñanza-aprendizaje, la
puntualidad, la motivación y la adecuación a las características del alumnado.
8) Organización y gestión del aula: En síntesis: 1) las clases y los grupos heterogé-
neos son más eficaces para el aprendizaje del alumnado que los agrupamientos
en función de su capacidad o habilidades; 2) la estrategia más eficaz es combinar
actividades para todo el grupo, trabajo en pequeños grupos y actividades indi-
viduales; 3) el establecimiento de reglas y rutinas, preferiblemente negociadas
con el propio alumnado y 4) gestión eficaz del aula.
9) Utilización de los recursos didácticos: La integración de las TIC en la didáctica
de las materias favorece el desarrollo de habilidades cognitivas del alumnado
y la adaptación a la diversidad del aula.
10) Evaluación, seguimiento y retroalimentación continuas: Utilización de variadas
técnicas de evaluación (observación, interrogatorio, tareas, pruebas) para iden-
tificar las necesidades del alumnado y evaluar la metodología de enseñanza
utilizada.

Algunos trabajos sobre la percepción y el uso de las nuevas tecnologías por parte
del profesorado concluyen (Gutiérrez, Palacios y Torrego, 2010; Trujillo, López y
Pérez, 2011; Cortina-Pérez, Gallardo-Vigil, Jiménez-Jiménez, Trujillo-Torres, 2014) que
a pesar de que tiene una visión positiva de su incorporación al aula, que reconoce sus
efectos positivos (motivación del alumnado, recurso innovador, mejora del proceso
de enseñanza-aprendizaje) y que existe apoyo institucional para ello, aunque no el
suficiente, su utilización ha supuesto pocos cambios metodológicos (Boza, Toscano y
Méndez, 2009).
No obstante, las cosas parecen estar cambiando ya que, como se señala en otros
trabajos (Santiago, Etxeberria, & Lukas, 2014), la mitad del profesorado señala que las
TIC están provocando innovaciones en su práctica docente, como son el desarrollo de
nuevos métodos y estrategias de enseñanza (metodología por proyectos, aprendizaje
cooperativo, proyectos inter-centros, etc.), el cambio en las formas de organizar a su
alumnado, así como los tiempos de la clase. Sin embargo, a pesar del uso abundante de
tecnología digital en las aulas, los medios didácticos tradicionales, como son los libros
de texto, siguen siendo los recursos más utilizados diariamente (Area, & Sanabria, 2014).

RIE, 2017, 35(1), 93-112


Metodología de enseñanza en centros eficaces de la Comunidad Autónoma del País Vasco 97

Las evidencias encontradas no aportan “recetas” sino factores interconectados


especialmente significativos que explican su eficacia, destacando la importancia de la
adaptación al contexto particular de cada centro (Caldwell, & Harris, 2008). Las escuelas
que consiguen buenos resultados de aprendizaje adoptan una perspectiva centrada
en aspectos pedagógicos y en la construcción de una organización cohesionada que
comparta una cultura escolar, basada en la revisión continua de las metodologías y
de los resultados obtenidos y que colabora en la mejora de los procesos de enseñanza-
aprendizaje (Elmore, 2010; Hargreaves, & Fullan, 2014).
La mayoría de los factores clave de la mejora y eficacia escolar se han identificado
en estudios realizados en el ámbito internacional por lo que resulta necesario com-
probar su influencia en las aulas y centros escolares en nuestro contexto más cercano.

Método

Se presenta un estudio descriptivo que combina metodología cuantitativa y cua-


litativa.

Objetivos

La finalidad de este trabajo es conocer las buenas prácticas de centros de alto nivel de
eficacia de la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV) con respecto a la metodolo-
gía de enseñanza utilizada y que, según los informantes, constituye un factor relevante
que explica los resultados obtenidos por el alumnado. Los objetivos son los siguientes:

1) Analizar qué tipo de metodología de enseñanza y recursos se consideran factores


clave de la eficacia escolar en estos centros.
2) Comprobar si hay diferencias en la metodología de enseñanza y recursos emplea-
dos en función de las características de estos centros.

Participantes

En la fase cuantitativa se analizaron los datos de las Evaluaciones Diagnósticas (ED)


realizadas por todo el alumnado de 4º de EP y 2º de ESO de 409 centros de EP y 324
de ESO realizadas en los años 2009 y 2010 en la Comunidad Autónoma del País Vasco
(CAPV); el número total de estudiantes fue 33.422 en el año 2009 y 36.413 en 2010.
En la segunda fase se realizaron 90 entrevistas a 81 informantes (algunos/as infor-
maron de más de un centro), profesorado de tres colectivos-clave, en concreto, 25 del
Servicio de Inspección del Gobierno Vasco, 26 asesores/as de los Centros de Apoyo a
la Formación e Innovación Educativa) y 30 equipos directivos de los centros de alto
nivel de eficacia de la CAPV.

Instrumento

Se emplearon como variables criterio los resultados obtenidos por el alumnado


en las Evaluaciones de Diagnóstico de los años 2009 y 2010. En concreto, las compe-

RIE, 2017, 35(1), 93-112


98 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

tencias evaluadas fueron las tres instrumentales básicas: Comunicación lingüística


en Euskara, Comunicación lingüística en Castellano y Competencia Matemática.
También se utilizó un cuestionario para recoger información contextual con respecto
a las familias (lengua de uso cotidiano en el hogar, indicadores del Índice Socioeco-
nómico y Cultural (ISEC) entre otros) y a los centros (a) red escolar a que pertenece
el centro, b) tasa de alumnado vascoparlante del centro, c) tasa de inmigrantes del
centro, d) índice socioeconómico y cultural (ISEC) medio del alumnado del centro,
d) tasa de alumnado repetidor del centro, e) modelo lingüístico, f) tamaño del centro
y g) etapa).
En la fase cualitativa, con el objeto de caracterizar las buenas prácticas de los centros
en diversas áreas, se desarrollaron diversos guiones para las entrevistas con los tres
tipos de informantes.

Procedimiento de recogida y análisis de datos

Fase cuantitativa

Con respecto al análisis de los datos para la selección de los centros de alto nivel de
eficacia se utilizaron procedimientos estadísticos de regresión multinivel, en concreto,
los modelos jerárquicos lineales (HLM) (Joaristi, Lizasoain, & Azpillaga, 2014; Murillo,
2005). En este caso fue necesario respetar la estructura de la variabilidad en cada uno
de los niveles de agregación definidos: las puntaciones en cada materia estaban ani-
dadas en el alumnado (nivel 1: alumnado), que estaba agrupado en distintos centros
educativos (nivel 2: centros educativos). No se realizó un análisis longitudinal porque
no se disponía de un identificador del alumnado que se mantuviera a lo largo de las
etapas y de sus ciclos.
Para el ajuste y validación de los modelos multinivel se decidió incorporar a los
mismos únicamente aquellas variables estrictamente contextuales en las que el centro
no puede intervenir. Se trata, por ejemplo, de variables como el Índice socioeconó-
mico y cultural de la familia (ISEC), la condición o no de inmigrante del alumnado,
el modelo lingüístico, la lengua familiar, la red, la tasa de idoneidad, el rendimiento
previo, etc.
En concreto, las covariables Xq del nivel 1 se refieren al alumnado y son: a)
modelo lingüístico en que estudia, b) sexo, c) idioma que más se utiliza en la familia
del alumno o alumna, d) si es inmigrante o no, e) índice socioeconómico y cultural
familiar (ISEC) e) si ha repetido curso o no, f) rendimiento en Euskara, Castellano,
Matemáticas y Ciencias obtenidos en el curso anterior, g) expectativas respecto
del nivel de estudios que espera alcanzar, h) si tiene o no deberes para realizar en
casa, i) número de horas que dedica a realizar los deberes, j) ayuda que recibe para
realizar los deberes, k) número de actividades extraescolares que realiza a lo largo
de la semana y l) puntuaciones factoriales en cuatro factores relacionados con el
clima escolar.
La ecuación lineal del modelo multinivel que corresponde a este nivel, que recoge
la variación de la puntuación en cada variable criterio dentro de cada centro, es:

RIE, 2017, 35(1), 93-112


Metodología de enseñanza en centros eficaces de la Comunidad Autónoma del País Vasco 99

Yij = b0j + ∑b qj
Xqij + rij con rij ~ N(0, s2) en la que:
q=1

Yij: puntuación obtenida en cada una de las cuatro competencias evaluadas por el
estudiante i de la escuela j.
b0j: es el rendimiento medio de cada centro,
bqj: refleja la influencia lineal de la covariable Xq del alumnado,
Xqij: es la puntuación del estudiante i de la escuela j en la covariable Xq
rij: es el residuo para el estudiante i de la escuela j, es decir, cuánto se separa cada
estudiante de lo esperado en su escuela.

Como covariables del nivel 2 (centros educativos) se obtuvieron las tasas y, en su


caso, los promedios correspondientes al alumnado de cada centro, diferenciando por
etapas y años. Se consideraron las siguientes covariables Ws: a) red escolar a que per-
tenece el centro, b) tasa de alumnado vascoparlante del centro, c) tasa de inmigrantes
del centro, d) índice socioeconómico y cultural (ISEC) medio del alumnado del centro,
d) tasa de alumnado repetidor del centro, e) promedio de los rendimientos obtenidos el
curso anterior por el alumnado del centro, e) tasa de alumnado del centro con deberes
para realizar en casa, f) promedio de horas que dedica el alumnado del centro a realizar
los deberes, g) promedio de la ayuda para realizar los deberes que recibe el alumnado
del centro, h) promedio del número de actividades extraescolares que realiza a lo largo
de la semana el alumnado del centro.
Se partió de que la influencia de las covariables del nivel 1 es análoga en todos los
centros; por lo tanto, el modelo estructural que corresponde a cada competencia y que
refleja la variación entre los centros es:
S

b0j = g00 + ∑g 0s
Wsj + u0j con la parte probabilística definida por u0j ~ N(0, t00), en que:
s=1

b0j: es el rendimiento medio de cada centro (j),


g00: representa el efecto común a todos los centros,
g0s: es el efecto lineal de la covariable Ws en el rendimiento medio de los centros,
Wsj: es el valor que toma la escuela j en la covariable de escuela Ws,
u0j: representa la variación residual entre escuelas una vez controlados todos los
factores individuales y de centro incluidos en el modelo.

Debido a que u0j es el residuo del centro j una vez controlados los efectos del estu-
diante y del centro, fue considerado como el valor en que cada centro se separaba de
lo esperado y en el que se basó la selección de los centros para los posteriores análisis
relacionados con las buenas prácticas.
En resumen, se plantearon modelos lineales de dos niveles, obteniéndose tantas
ecuaciones como competencias evaluadas y años. Una vez elaborados y validados los
diferentes modelos, se calcularon las puntuaciones esperadas para cada estudiante
y centro en función de los mismos. La diferencia entre la puntuación obtenida y la
esperada en cada centro escolar proporciona el residuo que se puede considerar como
un indicador de “valor añadido” del centro. Estas puntuaciones ajustadas –diferenciales

RIE, 2017, 35(1), 93-112


100 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

o residuales– permitieron reordenar para cada competencia y curso la relación de cen-


tros escolares, de forma que el primer lugar estuvo ocupado no por aquel centro que
había obtenido la puntuación directa media más alta, sino por el que tenía un residuo
mayor una vez detraído el efecto de las variables contextuales, es decir, mayor valor
añadido. Finalmente el procedimiento de selección consistió en retener aquellos centros
que en los dos años obtenían un alto residuo medio (superior al centil 80) en las tres
competencias básicas o en dos de ellas y en la media de las cuatro.
Es conveniente reseñar que todo este proceso se llevó a cabo sin conocer la identidad
de los centros, pues en los archivos de datos sólo constaba un número identificador
específico asignado por el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa
(ISEI-IVEI) para este proyecto.

Fase cualitativa

En la segunda fase, con objeto de identificar las buenas prácticas de estos centros, se
realizaron las entrevistas a los informantes internos y externos al centro. Se elaboró un
protocolo común para la realización y grabación de las entrevistas que duraron apro-
ximadamente una hora y media. Se realizó la transcripción selectiva de las secuencias
significativas y se asigno la información a sus categorías y subcategorías correspon-
dientes. Se procedió a la triangulación por contraste de los diferentes analistas y se
obtuvieron un total de 11 categorías de análisis de buenas prácticas. En este trabajo
se presentan los resultados de una de estas categorías de análisis, la de metodología
de enseñanza en la que se recoge la información sobre la práctica docente en el aula,
las estrategias y procedimientos utilizados en cada área curricular para favorecer el
proceso de enseñanza-aprendizaje, el uso de las TIC y de otros recursos, aspectos que
los informantes destacaron como puntos fuertes o claves de su eficacia.
Debido a que la presencia de cada categoría o subcategoría en un centro no siempre
tenía el mismo peso, se decidió darle un valor numérico: 0 si el centro no destacaba,
1 si destacaba algo y 2 si lo hacía excepcionalmente.

Resultados

Resultados del análisis estadístico: Centros seleccionados

En aplicación de este procedimiento, finalmente fueron 32 los centros seleccionados


aunque en realidad se trataba de 30 ya que dos de ellos impartían tanto en EP como
en ESO, pero desde el punto de vista del análisis estadístico fueron considerados como
unidades distintas. Con respecto a la caracterización de los centros seleccionados, los
resultados obtenidos apuntan a una conclusión clara: los 32 centros seleccionados son
de muy diferentes características, reflejando la diversidad existente en el sistema edu-
cativo vasco. Se distribuyen por mitades entre la red pública (16) y la concertada (16), y
también por etapas (Primaria (16) y Secundaria (16)). También hay centros de distintos
niveles socioeconómicos y culturales medios, nivel alto o muy alto (8), medio (17) y
bajo o muy bajo (7). También difieren en la proporción de estudiantes inmigrantes a
la que atienden, desde aquellos que carecen de este tipo de alumnado a centros con

RIE, 2017, 35(1), 93-112


Metodología de enseñanza en centros eficaces de la Comunidad Autónoma del País Vasco 101

tasas superiores al 70%. Con respecto a su ubicación, la mayoría son centros de núcleos
urbanos grandes o medianos aunque también los hay en zonas eminentemente rurales.

Resultados del análisis de las entrevistas

La mayoría de las personas informantes (81,11%) considera que las metodologías


didácticas y los recursos utilizados en el aula constituyen una dimensión relevante que,
junto con otras dimensiones, explicarían que el alumnado de estos centros educativos
obtengan unos resultados mejores de los esperados estadísticamente. Del análisis de la
información recogida sobre esta dimensión, se han obtenido tres categorías generales
de análisis que se describen a continuación:

1. Innovaciones en áreas específicas: La mayoría de las personas informantes relacionan


los resultados obtenidos por el alumnado con la incorporación en el aula de meto-
dologías innovadoras en los procesos de enseñanza-aprendizaje en áreas concretas,
en muchos casos de forma simultánea y cuya eficacia han ido comprobando desde
hace años a través de rigurosos procesos de evaluación. En particular mencionan las
innovaciones introducidas en las áreas en las que están consiguiendo mejoras en los
resultados del alumnado.
1.1. Metodología innovadora en Lenguas: En 20 centros han realizado diversas inno-
vaciones en las lenguas (Castellano, Inglés y Euskara) durante los últimos años. Los
objetivos prioritarios en las áreas de las Lenguas son el desarrollo de la competencia
lingüística, el plurilingüismo, los hábitos de lectura, la estimulación de la práctica del
lenguaje oral, el refuerzo de la comprensión y expresión oral y escrita en euskara y
castellano así como la velocidad lectora. Para conseguirlos destacan diversidad de
métodos por proyectos y competencias, tales como nuevos sistemas de lectura en el
aula y fuera de ella, planes y programación de tiempos de lectura, lectura dialógica,
lectura por parejas, tertulias literarias con las familias (padres, madres, tíos, personal
no docente), grupos interactivos, lectura en el hogar, grabaciones de textos orales,
maratones de poesía, representaciones de teatro, bibliotecas de aula e intercambio de
libros, cuentacuentos o visitas de autores al aula. Y también suelen utilizar variados
medios como la radio, la revista, el teatro, el cine, los talleres o los blogs sin libro.
Los proyectos lingüísticos de algunos de estos centros se basan en el Tratamiento
Integrado de Lenguas, centrado en desarrollar habilidades lingüísticas, no solo en la
gramática y en el Marco Educativo Trilingüe (MET). Por ejemplo, en un centro el alum-
nado en todos los niveles tenía que hacer una exposición oral ante el grupo en las 3
lenguas usando las nuevas tecnologías y relacionando diversas asignaturas (29986_DIR).
En algunos centros están especialmente centrados en la sensibilización y el refuerzo
del Inglés del Euskara, particularmente del alumnado del modelo lingüístico A (todas
las asignaturas se imparten en castellano, excepto el euskara que es una asignatura
más) y B (unas asignaturas o áreas se enseñan en euskara y otras en castellano). Para
el aprendizaje de los idiomas utilizan la metodología basada en proyectos, no en el
aprendizaje memorístico: “En lenguas se trabaja sobre una idea común: el aprendizaje de
las lenguas desarrolla competencias comunicativas (comprensión y expresión oral y escrita). Se
trabaja en equipo. El alumno debe tener aprendizajes activos y para ello la metodología se basa

RIE, 2017, 35(1), 93-112


102 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

en el desarrollo de tareas y trabajos. No hay libro de texto y se utilizan continuamente las TIC
(recursos de la web 2.0). Los alumnos escriben, leen hablan, exponen y escuchan” (35068_DIR).

Tabla 1

Características de los centros que destacan en metodología innovadora en Lenguas

tasainmi10 tasaeusk10 tasarepe10 modelo10 tamaño10 ISEC10DEC Red Etapa 3.1


35926 0 0,06 0,02 1,75 102 10 1 1 2
37532 0 0,30 0,05 3 56 9 1 2 2
27082 0,07 0,80 0,10 3 30 5 0 1 2
30976 0 0,10 0,10 2 20 1 1 1 2
35068 0 0,04 0,15 2 26 3 1 1y2 2
37950 0,10 0,03 0,20 3 60 2 0 1 2
28886 0,16 0,68 0,21 3 19 3 0 1 2
32846 0,01 0,17 0,21 3 131 7 0 2 2
37202 0,28 0,05 0,24 1,66 74 2 0 1 2
28798 0,65 0,06 0,29 1 17 1 0 1 2
29986 0,08 0,07 0,33 2,5 88 3 0 2 2
32252 0 0,81 0,01 3 79 8 1 1 1
33924 0,02 0,68 0,02 3 59 5 0 1 1
37884 0,03 0,10 0,03 1 29 9 1 2 1
37004 0,13 0,04 0,04 2 24 2 1 1 1
26510 0 0,18 0,06 3 17 3 0 1 1
37092 0,03 0,13 0,09 3 68 7 0 1 1
35662 0 0 0,15 1,52 60 7 1 2 1
30602 0,03 0 0,19 1 31 2 1 1y2 1
39204 0,33 0,01 0,55 1,38 73 2 0 2 1

Mencionan, por ejemplo, un proyecto pionero de Artes Escénicas para fomentar


que el alumnado utilice el euskara como lengua vehicular fuera del aula y parece que
con el teatro lo consiguen.
Como se presenta en la tabla 1, en esta categoría hay más centros de Primaria y
públicos que concertados, la mayoría son centros con una tasa alta de alumnado repe-
tidor y, en general, poco alumnado inmigrante. Los niveles de ISEC están repartidos,
aunque con ligera mayoría de centros de ISEC bajo o medio-bajo (13 de 20).
1.2. Metodología innovadora en Matemáticas: Los informantes de 12 centros relacionan
las mejoras que perciben en esta área con la incorporación de métodos específicos tales
como Pereda, Ostadar o Txanela (de la Federación de Ikastolas). También destacan la
importancia de la formación, el asesoramiento, la reflexión, el intercambio y la coordi-

RIE, 2017, 35(1), 93-112


Metodología de enseñanza en centros eficaces de la Comunidad Autónoma del País Vasco 103

nación del profesorado de Matemáticas para acordar criterios comunes, actualizar las
programaciones y después llevar a cabo las innovaciones y evaluarlas. Y consideran
que hay que sentar las bases en el primer ciclo.
La nueva metodología en Matemáticas es activa, de carácter práctico, ligada a acti-
vidades lúdicas y manipulativas y centrada en los procesos. Como señala un Director:
“Hay un cambio en el planteamiento del rol de profesor: el niño o la niña son activos; nos
interesa más el proceso que el resultado” (35068_DIR).
Se caracteriza por estar contextualizada en el ámbito real, basada en el razonamiento
y la resolución de problemas e incorporar métodos para realizar operaciones y facilitar
el cálculo. En palabras de un Director: “Los problemas intentamos que sean lo más contex-
tualizados posibles. No se resuelve X+2, si no un problema con un planteamiento. Una serie
de procesos para que vayan razonando y saquen del enunciado”( 35662_DIR).
Las experiencias son variadas. En un centro en el que el alumnado ya está obte-
niendo resultados excelentes, subrayan el trabajo en equipo realizado durante varios
cursos, utilizan la metodología del aprendizaje cooperativo, las TIC, las competencias,
la manipulación y un proyecto basado en el ajedrez. En otro mencionan que han incor-
porado las TIC y realizan pruebas de cuentas para alcanzar el “carnet de calculista” y
participan en las Jornadas de Matemáticas que organiza todos los años el Berritzegune.
Como se recoge en la tabla 2, los centros que son innovadores en Matemáticas
pueden ser de ISEC bajo o alto, aunque hay una ligera mayoría con ISEC bajo o medio-
bajo (7 de 12). Hay más centros concertados que públicos y, en general, apenas tienen
población inmigrante y un porcentaje bajo de alumnado vascohablante; la mayoría
son de Primaria.

Tabla 2

Características de los centros que destacan en metodología innovadora en Matemáticas

Centro tasainmi10 tasaeusk10 tasarepe10 modelo10 tamaño10 ISEC10DEC Red Etapa 3.2
35068 0 0,04 0,15 2 26 3 1 1y2 2
37004 0,13 0,04 0,04 2 24 2 1 1 2
35926 0 0,06 0,02 1,75 102 10 1 1 2
37092 0,03 0,13 0,09 3 68 7 0 1 2
27082 0,07 0,8 0,10 3 30 5 0 1 2
25718 0 0,69 0,14 3 42 9 1 2 2
37950 0,10 0,03 0,20 3 60 2 0 1 1
28798 0,65 0,06 0,29 1 17 1 0 1 1
30976 0 0,1 0,10 2 20 1 1 1 1
26576 0 0,13 0,06 2,27 97 9 1 1 1
33462 0,10 0 0,38 1 48 2 1 2 1
35662 0 0 0,15 1,52 60 7 1 2 1

RIE, 2017, 35(1), 93-112


104 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

1.3. Metodologías en Transversales: En 6 centros están llevando a cabo proyectos


para educar en valores al alumnado (esfuerzo, respeto, trabajo en equipo, solidaridad,
autoexigencia y responsabilidad, etc.) y están comprobando su eficacia en diversas
áreas (competencia social y ciudadana, disminución de conductas disruptivas en los
centros, etc.).
No obstante, los objetivos y las metodologías varían de unos centros a otros. En
un centro se utiliza el método Pentacidad para trabajar las competencias generales
(aprender a ser persona, aprender a comunicarse, aprender a sentir y controlar las
emociones, aprender a aprender y aprender a convivir). Otros se han centrado más
en fomentar la inteligencia emocional del alumnado de Primaria (autoconocimiento,
autocontrol etc.) o en desarrollar la competencia social y ciudadana utilizando
metodologías participativas como el proyecto de aprendizaje-servicio (ej: campaña
donaciones de sangre).
Otros centros planifican la educación en valores como una competencia transver-
sal. Por ejemplo, para fomentar el valor de la autoexigencia y la responsabilidad del
alumnado desarrollan el plan de convivencia en las tutorías. En otro centro al prin-
cipio de curso se proponen valores para trabajar a lo largo de todo el año, teniendo
en cuenta las encuestas realizadas a las familias y se coordinan para trabajarlos en el
aula. Mediante las tutorías cada clase propone las actividades a realizar en el centro y
en casa para practicar ese valor, se hace por etapas y se elige un valor por trimestre,
cambiando todos los años. Realizan una evaluación semanal en la que colabora el
alumnado y las familias.
Como se detalla en la tabla 3, cabe destacar que la mayoría de estos centros perte-
necen a la red concertada y tienen una tasa muy baja de inmigrantes.

Tabla 3

Características de los centros que destacan en metodologías innovadoras en transversales

Centro tasainmi10 tasaeusk10 tasarepe10 modelo10 tamaño10 ISEC10DEC Red Etapa 3.13
30602 0,03 0 0,19 1 31 2 1 2 2
33462 0,1 0 0,38 1 48 2 1 2 2
35068 0 0,04 0,15 2 26 3 1 1 2
35926 0 0,06 0,02 1,75 102 10 1 1 2
36124 0 0,74 0,03 2,66 58 9 1 1 2
35662 0 0 0,15 1,52 60 7 1 2 1

2. Metodologías propias: La mayoría de los centros señalan que uno de los factores
clave de los resultados obtenidos son las metodologías específicas que el profesorado
ha ido perfeccionando y adecuando a las necesidades del alumnado y de su centro, y
que va constatando “que les funciona”.
2.1. Metodología tradicional, libro de texto: Las personas informantes consideran
que en 13 centros emplean métodos clásicos, que no son innovadores y que se basan

RIE, 2017, 35(1), 93-112


Metodología de enseñanza en centros eficaces de la Comunidad Autónoma del País Vasco 105

en el uso casi exclusivo del libro de texto. Suelen utilizar la práctica metodológica
tradicional basada en la instrucción, refuerzo de contenidos memorísticos, elevada
exigencia académica, organización clásica del aula y en algunos reconocen que tie-
nen buenos recursos didácticos relacionados con las nuevas tecnologías pero no a
nivel metodológico ya que principalmente se dedican a reforzar las instrumentales
de modo tradicional.
No obstante, es importante destacar que la gran mayoría de estas referencias pro-
ceden de informantes de la Inspección y los Berritzegunes y sólo en cuatro de ellos
son las propias Direcciones las que reconocen utilizar metodología tradicional porque
en el resto de los centros mencionan también otras innovaciones, como el trabajo por
competencias, el trabajo en grupos cooperativos y la metodología de la Federación de
Ikastolas.
Como se recoge en la tabla 4 la metodología tradicional la utilizan más en centros
concertados religiosos de ESO. Siete de los 13 centros son de 60 alumnos/as o más. No
influye el modelo lingüístico pero sí parece que se trata de centros con más alumnado
repetidor e inmigrante (5 de 13 centros tienen 10% o más de alumnado inmigrante) y
pocos alumnado euskaldun.

Tabla 4

Características de los centros que destacan la metodología tradicional

Centro tasainmi10 tasaeusk10 tasarepe10 modelo10 tamaño10 ISEC10DEC Red Etapa 3.3
33924 0,02 0,68 0,02 3 59 5 0 1 1
37884 0,03 0,10 0,03 1 29 9 1 2 1
37004 0,13 0,04 0,04 2 24 2 1 1 1
37532 0 0,30 0,05 3 56 9 1 2 1
26576 0 0,13 0,06 2,27 97 9 1 1 1
35662 0 0 0,15 1,52 60 7 1 2 1
26180 0 0 0,20 2 45 7 1 2 1
37950 0,10 0,03 0,20 3 60 2 0 1 1
32846 0,01 0,17 0,21 3 131 7 0 2 1
37202 0,28 0,05 0,24 1,66 74 2 0 1 1
29986 0,08 0,07 0,33 2,5 88 3 0 2 1
33462 0,10 0 0,38 1 48 2 1 2 1
28952 0,42 0 0,66 1,26 62 2 0 2 1

2.2. Trabajo en grupos: Los informantes de 12 centros relacionan los resultados obteni-
dos con buenas prácticas de trabajo en grupo, y lo hacen de forma explícita, tales como
el trabajo por parejas, ayuda entre iguales, trabajo cooperativo, grupos interactivos,
grupos heterogéneos, grupos flexibles o comunidades de aprendizaje. De estos doce,

RIE, 2017, 35(1), 93-112


106 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

en cuatro de ellos lo hacen de forma excepcional, dos de ellos son centros pioneros en
el aprendizaje cooperativo y en la inclusividad. El alumnado se organiza en el aula
en grupos de aprendizaje cooperativo en todos los niveles en Matemáticas, Lengua y
Euskera. En un centro, por ejemplo, un día a la semana se trabaja el mismo tema en 3
niveles con 2 profesores en el aula (el titular y otro de apoyo). Así, se trabaja con cada
alumno o alumna según sus capacidades. Realizan dos tipos de exámenes, uno para
los mejores y otro para el resto. En otro centro destacan que trabajan por competencias,
utilizan ejercicios prácticos conectados a la realidad y mezclan al alumnado para que
se ayuden y aprendan mutuamente.
Un centro que aboga por la escuela inclusiva ha llevado a cabo experiencias con
grupos cooperativos en toda la ikastola. Todo el profesorado está implicado en estruc-
turas cooperativas y se intentan cosas nuevas, por ejemplo, trabajar por parejas. Su
Directora afirma que “una de las cosas en que nos ha ayudado el aprendizaje cooperativo es a
manejar la diversidad”(30602_DIR). Forman grupos interactivos en Lengua y Matemáti-
cas con personal del centro, con participación de las familias y antiguo alumnado. Las
profesoras de apoyo participan en el aula. Tienen grupos flexibles para lectura, con
grupos homogéneos variando el nivel de autonomía de los grupos.
Como se presenta en la tabla 5, los cuatro centros pioneros en el aprendizaje coo-
perativo son concertados. En estos centros la presencia de inmigrantes es nula y la de
alumnado de familias vascohablantes es más bien baja, más de modelo B que de D.

Tabla 5

Características de los centros que destacan en trabajo en grupos

centro tasainmi10 tasaeusk10 tasarepe10 modelo10 tamaño10 ISEC10 Red Etapa 3.10
30602 ,03 ,00 ,19 1,00 31 2 1 2 2
35068 ,00 ,04 ,15 2,00 26 3 1 1 2
35926 ,00 ,06 ,02 1,75 102 10 1 1 2
37532 ,00 ,30 ,05 3,00 56 9 1 2 2
28798 ,65 ,06 ,29 1,00 17 1 0 1 1
31746 ,20 ,55 ,63 2,00 65 1 0 2 1
32252 ,00 ,81 ,01 3,00 79 8 1 1 1
33462 ,10 ,00 ,38 1,00 48 2 1 2 1
36124 ,00 ,74 ,03 2,66 58 9 1 1 1
37004 ,13 ,04 ,04 2,00 24 2 1 1 1
37202 ,28 ,05 ,24 1,66 74 2 0 1 1
37950 ,10 ,03 ,20 3,00 60 2 0 1 1

2.3. Otras metodologías innovadoras: En 8 centros destacan la metodología basada en


competencias en alguna materia o en todas. Es una metodología dinámica, activa, conec-
tadada con la realidad, basada en la planificación y la evaluación de las competencias.
Todos estos centros son de primaria y, menos 2, todos concertados.

RIE, 2017, 35(1), 93-112


Metodología de enseñanza en centros eficaces de la Comunidad Autónoma del País Vasco 107

En seis 6 centros menciona la metodología y los materiales de la Federación de Ikastolas


(Txanela en primaria y Ostadar en secundaria), creen que están obteniendo buenos
resultados y reciben formación de la red de ikastolas (competencias, trilingüismo,
lectura dialógica, informática, etc..).
En 5 centros utilizan la metodología basada en proyectos, trabajan por txokos, una
metodología global y cierta flexibilidad en la organización de las materias y la gestión
del tiempo. Se mezcla el alumnado de diferentes cursos, no hay un tutor/a por aula
sino que todo el profesorado es el responsable de todo el alumnado, lo que exige alto
nivel de coordinación. Se trabaja por proyectos de interés y resulta muy motivador
para el alumnado. Hacen evaluación de mínimos con exámenes y en alguno están
tratando de aplicar la autoevaluación y co-evaluación. Estos 5 centros son de primaria
con pocos inmigrantes, pocos repetidores y entorno sociolingüístico mayoritariamente
vascohablante.
En 2 centros destacan el sistema Amara Berri que basa el aprendizaje en la simulación
de la vida cotidiana y la utilización del juego. Las características metodológicas son
las siguientes: 1) la programación se lleva a cabo por “grandes actividades vitales” (en
lugar de materias) con un enfoque multidisciplinar, 2) la fuente esencial de la infor-
mación es la mediateca, 2) programas de ciclos con mezcla de edades que favorece la
interacción social, 3) la crítica constructiva como factor de avance, 4) actividades con
un “para qué” explícito, 5) siempre está presente el método de trabajo, 6) la diferencia
se considera una cualidad y 7) varios profesores/as para cada grupo de alumnado.
2.4. Profesorado clave: Cuando se les pregunta por los factores clave asociados al éxito
en ésta área, en 10 centros destacan a determinado profesorado como responsable de
los resultados obtenidos en el proceso en general o en una materia en particular. Lo
atribuyen a características como la competencia, amplia experiencia y trayectoria en el
centro, actitud abierta al cambio, alta competencia profesional del claustro, profesorado
implicado en la formación, estabilidad laboral, buena actitud hacia la coordinación entre
el profesorado, la formación, la dedicación y la experiencia en algún área.
3. TICs y materiales de enseñanza: La mayoría de los centros también destaca el uso
de las TIC y la elaboración de materiales propios.

Tabla 6

Características de los centros que destacan en TICs

centro tasainmi10 tasaeusk10 tasa-rep10 modelo10 tamaño10 ISEC10 Red Etapa 3.6
27082 ,07 ,80 ,10 3,00 30 5 0 1 2
29612 ,17 ,03 ,34 2,45 29 3 0 2 2
29986 ,08 ,07 ,33 2,50 88 3 0 2 2
35068 ,00 ,04 ,15 2,00 26 3 1 1 2
35926 ,00 ,06 ,02 1,75 102 10 1 1 2
37950 ,10 ,03 ,20 3,00 60 2 0 1 2
26180 ,00 ,00 ,20 2,00 45 7 1 2 1

RIE, 2017, 35(1), 93-112


108 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

26510 ,00 ,18 ,06 3,00 17 3 0 1 1


26576 ,00 ,13 ,06 2,27 97 9 1 1 1
28798 ,65 ,06 ,29 1,00 17 1 0 1 1
32846 ,01 ,17 ,21 3,00 131 7 0 2 1
33462 ,10 ,00 ,38 1,00 48 2 1 2 1
36124 ,00 ,74 ,03 2,66 58 9 1 1 1
37202 ,28 ,05 ,24 1,66 74 2 0 1 1
37532 ,00 ,30 ,05 3,00 56 9 1 2 1
37884 ,03 ,10 ,03 1,00 29 9 1 2 1
39204 ,33 ,01 ,55 1,38 73 2 0 2 1

3.1. Uso de TICs: En 17 centros reconocen explícitamente el uso destacado de las


nuevas tecnologías en el centro (blogs, pizarras digitales, eskola2.0, páginas web, escue-
las virtuales, ordenadores en las aulas, proyector y conexión a Internet). La mayoría
reconocen que cuentan con buen equipamiento y que la formación del profesorado en
TICs es buena. De ellos 6 destacan de forma sobresaliente, las TICs constituye una de
las áreas estratégicas prioritarias de estos centros y la excelente formación del profeso-
rado en éste área está permitiendo integrarlas como un recurso didáctico normalizado
y como un instrumento de comunicación interno y externo.
En otros centros, sin embargo, a pesar de tener la infraestructura informática nece-
saria su utilización depende de la pericia del profesorado (“el uso de las TICs va por
quintas”) y del tipo de asignatura; además perciben necesidad de formación en este área.
3.2. Materiales propios: En 14 centros destacan la elaboración de materiales educativos
propios y, en particular, en tres centros de manera excepcional, dos de ellos materiales
de Lengua y uno de Matemáticas.
Como se puede observar en la tabla 6 tampoco se han encontrado diferencias reseña-
bles entre estos centros en función de las características consideradas en la investigación.

Conclusiones

La primera conclusión de este trabajo es que se confirma, como se ha encontrado en


trabajos previos y realizados en otros contextos (Elmore, 2010; Hargreaves, & Fullan,
2014; Hattie, 2009; Muijs & Reynolds, 2011; Muijs et. al, 2014; Murillo, 2004, 2005, 2007;
Murillo et al., 2011), que la metodología de enseñanza y recursos utilizados en el aula
constituyen un factor clave de la eficacia de los centros escolares en la CAPV.
En segundo lugar, no se han encontrado diferencias en el tipo de metodología de
enseñanza empleada en función de las características de estos centros (red escolar, tasa
de alumnado vascoparlante del centro, tasa de inmigrantes, índice socioeconómico y
cultural (ISEC) medio del alumnado, tasa de alumnado repetidor, modelo lingüístico,
tamaño del centro y etapa).
Si bien la innovación metodológica en diversas áreas se considera un factor clave de
la eficacia escolar, no se ha encontrado que destaque una metodología en particular.
Los centros de alto nivel de eficacia en la CAPV utilizan metodologías y recursos de

RIE, 2017, 35(1), 93-112


Metodología de enseñanza en centros eficaces de la Comunidad Autónoma del País Vasco 109

una gran diversidad. Aproximadamente dos tercios de los centros analizados destacan
por llevar a cabo alguna metodología específica innovadora y por elaborar materiales
propios, frente al otro tercio restante en el que se percibe una metodología tradicional
y el recurso más usado es el libro de texto. Y la mitad de ellos dan mucha importancia
al uso de las nuevas tecnologías y reconocen utilizarlas muy frecuentemente como
recurso didáctico y como instrumento de comunicación interna y externa.
En la mayoría de los centros destacan innovaciones metodológicas en diversas
áreas, en primer lugar en las Lenguas, seguidas de las de Matemáticas y Transver-
sales. Y estas innovaciones metodológicas se plantean como herramientas para la
mejora. Comienzan identificando las dificultades encontradas en los procesos de
enseñanza-aprendizaje y proponen mejoras muchas veces combinando la puesta
en marcha de innovaciones en diversas áreas. Estos centros están inmersos en un
proceso continuo de evaluación, interna y externa, de la cual se deriva la necesidad
de introducir cambios o innovaciones en diversas áreas. Asimismo, no solo destacan
el tipo de innovaciones metodológicas que incorporan sino la importancia del factor
humano, del profesorado o personal del centro, destacando su implicación, trayectoria,
dedicación, formación o experiencia. Como afirman Hargreaves y Shirley (2012) el
éxito está en involucrar al profesorado en los cambios que se pretenden y fortalecer
el aprendizaje permanente y la mejora profesional, basados en la experiencia y en
la investigación.
En tercer lugar, en la mayoría de los centros de alto nivel de eficacia mencionan
metodologías propias que llevan tiempo perfeccionando y adecuando a las necesidades
del alumnado y del centro. Entre ellas destacan las basadas en el trabajo en grupos,
el aprendizaje cooperativo, la metodología basada en competencias, por proyectos,
la de la Federación de Ikastolas y la del sistema Amara-Berri. Como señala Elmore
(2010) las escuelas que responden más eficazmente a las iniciativas de mejora escolar
son aquellas que tienen un alto nivel de autonomía escolar, una cultura pedagógica
compartida que ha superado el individualismo docente, que se concreta en un proyecto
pedagógico propio, que desarrollan una “teoría de la acción” que es capaz de integrar
lo pretendido y lo realizado, las visiones amplias, las estrategias más específicas y las
actividades clave orientadas a mejorar el aprendizaje del alumnado y someten regu-
larmente su teoría a la refutación empírica y al consecuente reajuste para la mejora de
los aprendizajes escolares del alumnado.
Estos resultados confirman que si bien la metodología de enseñanza es un factor
clave de la mejora y eficacia escolar está íntimamente relacionado con las buenas
prácticas en otras áreas del funcionamiento de estos centros, como se ha apuntado en
otros trabajos, tales como la formación del profesorado (Lizasoain, Bereziartua y Bartau,
2016), la atención a la diversidad (Intxausti, Etxeberria y Bartau, 2016), el liderazgo
educativo (Intxausti, Joaristi y Lizasoain, 2016) o la implicación de las familias (Azpi-
llaga, Intxausti y Joaristi, 2014). Como sintetizan Hargreaves y Shirley (2012) la mejora
educativa se asienta en cuatro factores: 1) liderazgo sostenible y compartido, 2) redes
que permiten al profesorado aprender unos de otros, 3) evaluación y responsabilidad
de los resultados, 4) tratamiento de la diversidad y, además, la responsabilidad se
comparte con las familias y otros agentes sociales y con el propio alumnado que son
una parte activa del cambio.

RIE, 2017, 35(1), 93-112


110 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

Si bien los resultados de este trabajo apuntan buenas prácticas y tipos de metodología
de enseñanza utilizadas en los centros eficaces de la CAPV, la investigación sobre la
mejora y eficacia escolar debe atender al cómo de la mejora de la escuela, no sólo al qué
(Spillane, 2014). Por ello, convendría continuar su análisis en profundidad a través de
estudios de caso para llegar a comprender cómo los centros educativos, el profesorado,
el alumnado y la comunidad educativa en general responden más eficazmente a las
iniciativas de mejora escolar.

NOTA: Este trabajo forma parte del proyecto “Caracterización y buenas prácticas de
los centros escolares de alto valor añadido” dirigido por Luis Lizasoain Hernández y
financiado por la Dirección General de Investigación y Gestión del Plan Nacional de
I+D+i del Programa Nacional de Proyectos de Investigación Fundamental en el marco
del VI Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica,
con referencia EDU2011-24366 y cuenta con el apoyo del ISEI-IVEI como Ente Promotor
Observador (EPO).

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112 Isabel Bartau Rojas, Verónica Azpillaga Larrea y Luis María Joaristi Olariaga

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Fecha de recepción: 14 de abril de 2015


Fecha de revisión: 14 de abril de 2015
Fecha de aceptación: 25 de julio de 2016

RIE, 2017, 35(1), 93-112


García-Varcálcel Muñoz-Repiso, A. y Basilotta Gómez-Pablos, V. (2017). Aprendizaje basado en proyectos (ABP): 113
evaluación desde la perspectiva de alumnos de Educación Primaria. Revista de Investigación Educativa, 35(1), 113-131
DOI:http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.246811

Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde


la perspectiva de alumnos de Educación Primaria

Project based learning (PBL): Assessment from the Perspective of


Primary Level Students

Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos


Dpto. de Didáctica, Organización y Métodos de Investigación. Universidad de Salamanca.

Resumen

Dada la consolidación del aprendizaje basado en proyectos (ABP) y su utilización cada


vez más frecuente en la escuela como mecanismo para desarrollar competencias curriculares,
aumentar la motivación y la autoestima del alumnado, potenciar la investigación y la colabo-
ración (Railsback, 2002), se diseña una escala de evaluación de aprendizaje basado en proyectos
desde la perspectiva del alumnado, garantizando su validez y fiabilidad. La escala fue aplicada
a 364 estudiantes de Educación Primaria para analizar los resultados de diversos proyectos de
trabajo colaborativo, y conocer si existen diferencias en las valoraciones en función del sexo y el
tipo de proyecto. Entre los resultados principales destacamos que, en opinión de los estudiantes,
los proyectos planteados en las aulas han estado bien organizados, las tareas bien definidas, el
tamaño de los grupos adecuado, los docentes han prestado la ayuda necesaria para su desarrollo
y el feedback pertinente sobre los logros conseguidos, al tiempo que han estimulado la interacción
entre los alumnos y el aprendizaje colaborativo en el que se comparte y se fomenta un buen
clima de trabajo. Los análisis inferenciales, han puesto de manifiesto diferencias significativas
en función del tipo de proyecto pero no en función del sexo.
Palabras clave: aprendizaje basado en proyectos; educación primaria; evaluación
educativa; diferencial semántico.

Correspondencia: Verónica Basilotta Gómez-Pablos, [email protected], Dpto. de Didáctica, Organización


y Métodos de Investigación. Universidad de Salamanca. Facultad de Educación, Paseo de Canalejas, 169.
37008. Salamanca.

RIE, 2017, 35(1), 113-131


114 Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos

Abstract

Given the consolidation of project based learning (PBL) and its ever more frequent use in
schools as a mechanism to develop curricular competences, increase student motivation and self-
esteem, foster research and promote collaboration (Railsback, 2002), we designed an assessment
scale for project based learning from the perspective of the students, guaranteeing its validity
and reliability. The scale was administered to 364 students of Primary Education to analyze
the results of different collaborative learning projects and to see whether there were differences
in the assessments in terms of gender and type of project. Among the main results it can be
highlighted that in students’ opinion, the projects proposed in class were well-organized, the
tasks were well-defined, and the group size were adequate; moreover, the teachers provided
the necessary help and feedback regarding the students’ achievements while they stimulated
student interaction and collaborative learning in which a good working climate was shared and
fostered. Inferential analyses showed that there were significant differences in terms of project
type, but not as a function of gender.
Keywords: project based learning; primary education; educational assessment;
semantic differential.

Introducción

El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) puede definirse como una modalidad


de enseñanza y aprendizaje centrada en tareas, un proceso compartido de negociación
entre los participantes, siendo su objetivo principal la obtención de un producto final.
Este método promueve el aprendizaje individual y autónomo dentro de un plan de
trabajo definido por objetivos y procedimientos. Los alumnos se responsabilizan de su
propio aprendizaje, descubren sus preferencias y estrategias en el proceso. Así mismo
pueden participar en las decisiones relativas a los contenidos y a la evaluación del
aprendizaje (Thomas, 2000).
Bajo nuestro punto de vista, los proyectos son una forma diferente de trabajo en
el aula, que fomenta la indagación de los estudiantes, a partir de interrogantes que
se consideren útiles e importantes y que en algunos casos, hayan surgido de ellos
mismos. Durante el desarrollo de un proyecto, los estudiantes exploran y descubren
intereses, formulan preguntas, organizan su trabajo, buscan información en diversas
fuentes, ponen en común sus concepciones y las comparan con nueva información, las
enriquecen o transforman, comunican resultados, hacen propuestas, etc.
El ABP tiene una larga tradición, de hecho las primeras propuestas aparecen a prin-
cipios del siglo XX. Dewey (1933) había destacado la importancia de la experiencia en
el aprendizaje y apostaba por proyectos multidisciplinares, que permitieran al alum-
nado trabajar diferentes conceptos y áreas de conocimiento. Además, atribuía mucha
importancia al aprendizaje social, por lo que sus proyectos tenían un marcado carácter
colaborativo. Otro pedagogo impulsor de este planteamiento didáctico fue Kilpatrick
(1918), quien defendió que el ABP en la escuela era la mejor manera de utilizar el
potencial innato del alumnado, y de prepararlos para ser ciudadanos responsables y
motivados hacia el aprendizaje.

RIE, 2017, 35(1), 113-131


Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde la perspectiva de alumnos de Educación Primaria 115

El ABP está estrechamente relacionado con el aprendizaje basado en problemas,


sin embargo, no son idénticos. El primero pone el énfasis en el producto final y en las
habilidades adquiridas durante el proceso, mientras que el segundo tiene como obje-
tivo prioritario la búsqueda de soluciones a los problemas identificados. No obstante,
ambos están liderados por los siguientes principios constructivistas (Popescu, 2012):

• La comprensión es una construcción individual y proviene de nuestras interac-


ciones con el medio ambiente.
• El aprendizaje es impulsado por el conflicto cognitivo.
• El conocimiento evoluciona a través de la negociación social.

En diversos estudios se han identificado varios componentes que son críticos en el


éxito del aprendizaje basado en proyectos (Ertmer & Simons, 2005; Hung, 2008; Mer-
gendoller & Thomas, 2005): la motivación es un factor muy influyente en el desarrollo
de un proyecto. La motivación del alumnado aumenta cuando asume responsabilidades
en las tareas y adquiere mayor protagonismo (García-Valcárcel, Basilotta & López,
2014). Por ello, es necesario que el proyecto esté centrado en el estudiante, adaptado a
sus necesidades e intereses, despierte su curiosidad y genere motivación intrínseca. El
proyecto también requiere planificación y organización. El aprendizaje de contenidos y
competencias tiene que estar claramente definido, así como los grupos de trabajo con
diversos niveles de habilidad y roles interdependientes. Un tercer factor importante es
la interacción-colaboración con el docente y entre los alumnos. El proyecto tiene que
ofrecer suficientes oportunidades para colaborar y reflexionar sobre las experiencias
desarrolladas en el aula con otros compañeros, que fomenten la participación y el valor
social. Además es fundamental que el estudiante reciba retroalimentación por parte
del docente acerca del trabajo realizado. Por último, el proyecto tiene que generar
múltiples oportunidades de aprendizaje significativo a través de la investigación y la
búsqueda de respuestas a interrogantes (Thomas, 2000).
La evidencia empírica sugiere que el ABP tiene un efecto positivo en la adquisi-
ción de conocimientos por parte de los estudiantes, el desarrollo de habilidades como
la colaboración, el pensamiento crítico y la resolución de problemas (Mergendoller,
Maxwell, & Bellisimo, 2006). Además, los estudiantes que participan en actividades de
ABP adquieren un mayor compromiso por el aprendizaje. Sin embargo, Brush & Saye
(2008) afirman que el ABP es un verdadero reto para los docentes, pues necesitan apoyo
para planificar y difundir el ABP con eficacia, mientras que los estudiantes necesitan
ayuda para organizar su tiempo y poder completar las tareas, así como integrar la
tecnología en los proyectos de manera significativa.
En el momento actual, en plena expansión de las tecnologías digitales, las herra-
mientas tecnológicas pueden considerarse unos poderosos instrumentos al servicio
del ABP, debido a la facilidad y rapidez que presentan para acceder a información en
diferentes formatos, así como a las posibilidades de comunicación inmediata que per-
miten, compartir información online, etc., contribuyendo con ello a la optimización del
proceso de enseñanza y aprendizaje, siempre que el docente sea capaz de incorporarlos
en su práctica educativa del modo más idóneo. Krajcik & Blumenfeld (2006) y Oracle
Education Foundation (2009) señalan que el uso de la tecnología amplía la capacidad

RIE, 2017, 35(1), 113-131


116 Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos

de los estudiantes para investigar, analizar y colaborar. Por ejemplo, los estudiantes
pueden interactuar con otras escuelas, compartiendo información, recursos, ideas, etc.
(Shadiev, Hwang, & Huang, 2015).
En este contexto, se hace evidente el interés por evaluar estas estrategias didácticas,
en concreto, conocer la opinión que los estudiantes tienen acerca de estas prácticas
educativas en el ámbito escolar. Considerando que la opinión del alumnado puede
ser una información valiosa para la mejora de estas metodologías.

Objetivos

Este estudio centra su atención en conocer la opinión que el alumnado tiene del
trabajo por proyectos en los que ha participado en el contexto escolar siguiendo una
metodología ABP, ahondando en las percepciones y valoraciones que pueden ofrecer
en base a su experiencia. Los objetivos específicos planteados para ello son:
Diseñar una escala que mida de forma válida la utilidad del aprendizaje basado en
proyectos, desde la perspectiva del estudiante de Primaria.
Describir la valoración que hace el alumnado sobre los diversos proyectos colabo-
rativos llevados a cabo.
Conocer si existen diferencias en la opinión del alumnado en función de las siguien-
tes variables: sexo y tipo de proyecto.

Metodología

La metodología utilizada tiene un carácter fundamentalmente descriptivo, si bien


se realizarán comparaciones entre submuestras utilizando un cuestionario como ins-
trumento de recogida de información, por su adecuación al estudio de las opiniones
del colectivo estudiado.

Muestra

La muestra objeto del estudio está formada por 364 alumnos de Educación Primaria
que participan en diferentes proyectos de aprendizaje colaborativo (tabla 1), pertene-
cientes a cinco centros educativos de Castilla y León (Valladolid, Salamanca, Ávila,
Segovia y Palencia), seleccionados por llevar a cabo una metodología de aprendizaje
basado en proyectos, en los que se trabajan diversas áreas curriculares y competencias
digitales. Se decidió acotar la muestra a alumnos de los cursos 5º y 6º de Educación
Primaria, al ser estudiantes que por su edad son capaces de comprender los enunciados
de los ítems y de reflexionar sobre las tareas realizadas en el proyecto y su proceso
de aprendizaje. Se contactó con el equipo directivo de los centros educativos, quienes
fueron informados de los objetivos y del procedimiento del estudio, de su carácter
anónimo y del tratamiento confidencial de los datos. Todos dieron su consentimiento
y trasladaron la petición de colaboración al profesorado y al alumnado. El cuestionario
fue aplicado en presencia de los docentes responsables de la clase y contestado de forma
anónima por el alumnado sin limitaciones temporales y contando con instrucciones

RIE, 2017, 35(1), 113-131


Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde la perspectiva de alumnos de Educación Primaria 117

detalladas en la primera página del cuestionario (García, Álvarez, González, Álvarez,


& Segurola, 2014).
Los alumnos se distribuyen al 50% por sexo y presentan edades entre 10 y 13 años.

Tabla 1

Proyectos en los que ha participado la muestra encuestada.

Proyectos N Descripción
Se trata de un proyecto realizado por un profesor y sus
alumnos en un centro educativo de Valladolid. El objetivo
1. Flor roja con el tallo del mismo es elaborar un cuento de forma colaborativa,
24
verde grabarlo en vídeo y subirlo a Youtube tomando como
referencia el cuento “La flor roja con el tallo verde” de
Helen E. Bluckey.
Consiste en un proyecto realizado por un profesor y sus
alumnos en un centro educativo de Valladolid. El objetivo
del mismo es dibujar monstruos y describirlos, escanearlos
2. Monster Factory 69
y compartirlos en un blog común de toda la clase, para
fomentar la creatividad del alumno y la exploración de
emociones.
Se trata de un proyecto desarrollado por dos profesoras
y sus alumnos en un centro educativo de la provincia de
3. Aprendizaje sin Zamora. Su objetivo es prescindir de los libros de texto
46
libros en las asignaturas de Matemáticas y Lengua, y fomentar
el uso de cuadernos de clase del alumnado y materiales
digitales elaborados por las maestras.
Se trata de un proyecto realizado por tres profesoras de
inglés y sus alumnos en dos centros educativos de la
provincia de Salamanca. El objetivo de este proyecto es
4. Hermanamiento 50
desarrollar destrezas digitales en los alumnos, reforzar los
contenidos de la materia de inglés a través de actividades
motivadoras y conocer alumnos de otros centros.
Este proyecto ha sido impulsado y desarrollado por dos
profesores y sus alumnos en un centro educativo de la
5. Platero y nosotros 18 provincia de Ávila. El objetivo del mismo es crear una
versión ilustrada del libro “Platero y yo” y publicarla en
distintos soportes.
Se trata de una experiencia desarrollada por tres
profesores y sus alumnos en un centro educativo de la
provincia de Segovia. El objetivo de este proyecto es
6. Lenguatic 71 mejorar la competencia lingüística de los alumnos a través
de diferentes actividades, utilizando recursos de la Web
2.0 (creación de relatos con Storybird, crear reseñas con
códigos QR y cuentos con Zooburst).

RIE, 2017, 35(1), 113-131


118 Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos

Este proyecto ha sido desarrollado por tres profesores y


7. English Speaking sus alumnos en un centro educativo de la provincia de
33
Countries Palencia. El objetivo es crear una guía turística acerca de
un país de habla inglesa.
Se trata de una experiencia desarrollada por tres profesores
y alumnos de un centro educativo de la provincia de
Palencia. El objetivo es producir un guión de forma
8. Scary Short Films 38
autónoma basado en estructuras previamente trabajadas en
inglés y crear un corto de terror mediante la interpretación
de una obra creada por los propios alumnos.
En este proyecto han participado tres profesoras de un
centro educativo de la provincia de Salamanca y sus
9. Asociasanos 18
alumnos. El objetivo del mismo es crear asociaciones para
el fomento de hábitos saludables en los niños.

Instrumento de recogida de información

Para elaborar el cuestionario se llevó a cabo un proceso de reflexión sobre el tipo


de información que se deseaba obtener y, por consiguiente, sobre el tipo de preguntas
y el modo de plantearlas para que los alumnos las pudieran contestar sin dificultades
de interpretación (Rodríguez, Gil, & García, 1996). Y es que, como destacan dichos
autores “la planificación de un cuestionario implica diseñar un conjunto de cuestiones
que supongan concretar las ideas, creencias o supuestos del encuestador en relación
con el problema de estudio” (p. 187).
Se decidió elaborar una escala empleando la técnica del diferencial semántico, dadas
las edades de la muestra. Como es sabido, dicha técnica consiste en reunir una serie
de pares de adjetivos de significado contrario, y definir un continuo entre ellos dentro
del cual la persona tiene que especificar dónde se sitúa el concepto en cuestión. Esta
técnica ha sido ampliamente utilizada en campos como el actitudinal, la evaluación
psicológica y la investigación educativa.
Para la redacción de los ítems se siguieron las recomendaciones generales de algunos
autores como Morales, Urosa & Blanco (2003) y Rodríguez et al. (1996): ítems redacta-
dos con claridad, es decir, que expresen directamente el aspecto que se desea evaluar;
deben contener una única idea; todas las cuestiones estarán relacionadas con el tema
de estudio; los ítems se plantearán de manera sencilla, concisa, clara y sin ningún tipo
de ambigüedad; además tienen que ser fáciles de responder para los alumnos y no
debe suponer un gran esfuerzo para ellos.
En base a estas recomendaciones, se elaboró una primera versión experimental de
la escala de 35 ítems con 7 categorías de respuesta atendiendo a cuatro dimensiones,
identificadas a partir de las aportaciones teóricas de diferentes autores (Ertmer, &
Simons, 2005; Hung, 2008; Mergendoller, & Thomas, 2005): motivación, organización,
interacción-colaboración y aprendizaje. Se hizo la elección según su idoneidad, por
criterio racional y adaptado a las edades de la muestra. Las dimensiones se definen
como siguen:

RIE, 2017, 35(1), 113-131


Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde la perspectiva de alumnos de Educación Primaria 119

1. Motivación: grado en que el proyecto despierta el interés de los estudiantes.


2. Organización: percepción de los estudiantes sobre la organización de las tareas
en el proyecto.
3. Interacción-colaboración: grado de relación y colaboración entre estudiantes y
docentes durante el proyecto.
4. Aprendizaje: valoración del grado en el que el proyecto promueve aprendizajes
significativos.

En la presentación del cuestionario los ítems se distribuyeron alternando diferen-


tes dimensiones. Se ha tenido en cuenta el formato y el tipo de letra de manera que
contribuyan a la comprensión del texto.

Análisis de datos

Los análisis estadísticos fueron realizados con el paquete estadístico IBM SPSS 19.
En primer lugar, se halló una estadística descriptiva de cada uno de los ítems (media,
desviación típica) y de las dimensiones de la escala para la muestra total. Para ello, se
calculó una media global de las respuestas para cada dimensión.
Se testó la normalidad de la distribución en cada una de las dimensiones compro-
bándose que no se cumplía en ninguna de ellas (prueba de Kolmogorov-Smirnov <.05).
Debido a la falta de normalidad, en los análisis siguientes se emplearon pruebas no
paramétricas: Prueba de Kruskal Wallis para k muestras de medidas independientes y
la U de Mann-Whitney para los contrastes de medidas por pares, tomando cada una
de las dimensiones del cuestionario como variables dependientes y considerando las
variables estudiadas (sexo y tipo de proyecto) como variables de agrupación.

Resultados

Los resultados presentados a continuación se muestran siguiendo el orden de los


tres objetivos del estudio.

1) Estudio de la fiabilidad y la validez de contenido de la escala

Para evaluar la validez de contenido, en concordancia con lo que plantea el Método


Delphi en sus postulados teóricos (Calabuig, & Crespo, 2009), se conformaron dos
grupos humanos encargados de validar el instrumento diseñado, en este caso el grupo
coordinador y el grupo de expertos.
El grupo coordinador se conformó a partir de los miembros del Grupo de Investi-
gación que participan en este estudio y los cuales asumieron las siguientes funciones:
elaboración del instrumento de validación, estudiar y aprobar la lista de expertos cuya
aportación al estudio se considera valiosa, invitación a participar en el proceso a través
de email, seguimiento por correo electrónico de los expertos y análisis de las respuestas
e interpretación de los resultados (Blasco, López, & Mengual, 2010).
La selección del grupo de expertos se realizó tomando como criterio fundamental
de selección la competencia de los candidatos en la temática de la investigación. Se

RIE, 2017, 35(1), 113-131


120 Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos

seleccionaron 12 personas, entre ellos profesores universitarios e investigadores de


reconocido prestigio, así como profesores de Primaria con experiencia en la metodo-
logía de ABP. Se adoptó la decisión de seleccionar especialistas que presentaran, por
un lado, experiencias comunes necesarias para evaluar la adecuación del contenido
del instrumento, así como experiencias diversas cuya complementariedad favoreciera
la valoración desde perspectivas variadas. De esta manera, la formación académica de
cada experto y sus años de experiencia (todos con más de 10 años), fue un requisito
de importancia para su integración en el grupo evaluador, además del desarrollo y
difusión de trabajos en el área correspondiente, tanto académica, como profesional y
en el área de la investigación (García, & Cabero, 2011).
La primera versión del instrumento se sometió, en una primera ronda, al análisis y
discusión de los miembros del grupo coordinador, donde se realizaron determinadas
correcciones y ajustes a partir de los criterios cualitativos que obtuvieron mayor con-
senso. Una vez modificado el cuestionario a partir de las consideraciones obtenidas
de la primera ronda, se sometió el mismo a una segunda ronda de consulta al grupo
de expertos seleccionados, con la intención de recabar los criterios cuantitativos y
cualitativos más estables.
En base a la información aportada por los revisores se llevaron a cabo las modi-
ficaciones oportunas, que en general, atienden a la siguiente tipología: cambios orto-
gráficos y de puntuación, cambios sintácticos, eliminación de ítems e incorporación
de nuevos ítems.
De los 35 ítems que integraban el cuestionario, 25 de ellos no sufren modificación
alguna, ya que obtienen valores cercanos a 5 y los expertos no proponen otra versión.
Cinco ítems con valores en torno a 3 son eliminados y se añaden dos nuevos ítems
siguiendo las recomendaciones de los expertos; y los 5 restantes, con valores cercanos
a 4 son modificados de acuerdo a la opinión de dicho grupo y consensuada su formu-
lación final por el grupo coordinador.
Posteriormente se consideraron una serie de indicadores estadísticos, tales como
el índice de discriminación y los estadísticos descriptivos de cada uno de los ítems. El
proceso de reducción se ha basado en el análisis de estos indicadores seleccionando
los 20 ítems que mostraron mayor carga factorial en el análisis factorial exploratorio
(Mérida, Serrano, & Tabernero, 2015). De este modo se construye la escala definitiva
denominada ˝Escala de evaluación de ABP por los alumnos˝.
La fiabilidad se ha obtenido a través del coeficiente de Cronbach, en función del
cual la fiabilidad de la citada escala es de 0,912, que puede considerarse plenamente
satisfactoria.

2) Descripción de la valoración que hace el alumnado sobre los diversos proyectos


llevados a cabo con metodología ABP.

En la tabla 2 se presentan los estadísticos descriptivos (medias y desviaciones


típicas) de los diferentes ítems de la escala para el conjunto de proyectos valorados.
Los resultados muestran una valoración positiva de esta metodología de enseñanza-
aprendizaje por parte del alumnado, destacando que les ha encantado esta forma
de trabajar (6,24) y ha sido interesante (6,29). Como vemos, los proyectos garantizan

RIE, 2017, 35(1), 113-131


Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde la perspectiva de alumnos de Educación Primaria 121

algo fundamental como es la motivación del alumnado, ya que permiten organizar


las actividades en torno a un interés común definido por los propios estudiantes. Los
alumnos están más motivados cuando valoran lo que están aprendiendo, cuando se
implican en tareas personalmente significativas y cuando creen que el resultado del
aprendizaje está bajo su control.
Además los alumnos han destacado que ahora les resulta más fácil relacionarse con
sus compañeros (6,25) y compartir materiales entre ellos (6,28). Es evidente que estas
experiencias proporcionan a los alumnos la oportunidad de trabajar de forma colabo-
rativa, compartir ideas, expresar sus opiniones, y negociar soluciones. Esta dinámica
provoca que nadie por sí solo pueda alcanzar la meta si sus compañeros no lo hacen.
Este tipo de interacción implica actitudes facilitadoras de ayuda, de modo que los
estudiantes son estimulados por sus propios compañeros.
Por último, afirman haber comprendido la actividad o actividades que tenían que
realizar (6,26); el profesor les ha explicado lo que tenían que hacer (6,41); les ha indicado
si hacían bien las tareas (6,31) y les ha informado sobre el resultado del trabajo (6,39).
Estos datos evidencian que el apoyo del profesorado es determinante en el diseño de
este tipo de metodologías. El aprendizaje por proyectos resulta más productivo cuando
los docentes ofrecen al alumnado frecuentes orientaciones y evaluaciones a través de
pautas de referencia del proyecto y actividades de reflexión (Pozuelos, 2007). Gracias
a la evaluación continua, los docentes pueden adaptar las actividades del proyecto y
su apoyo a las necesidades de aprendizaje de los alumnos, orientándolos en el desa-
rrollo de su trabajo.

Tabla 2

Puntuaciones medias de valoración de los proyectos llevados a cabo

Desviación
Media*
estándar
1. Ha sido aburrido/Ha sido divertido 6,13 1,192
2. He perdido el tiempo/He aprovechado el tiempo 5,88 1,223
3. He aprendido menos cosas que otras veces/ He aprendido
5,94 1,323
más cosas que otras veces
4. He leído poco/He leído mucho 5,15 1,613
5. No ha sido interesante/Ha sido interesante 6,29 1,372
6. No he comprendido lo que hemos hecho/He comprendido la
6,26 1,128
actividad
7. Me he distraído/Me he concentrado 5,77 1,236
8. He copiado y pegado información/He creado y compartido
5,87 1,455
información
9. Ya no me interesa el tema/Quiero aprender más sobre el tema 6,04 1,298
10. Ha sido inútil/Ha sido útil 6,15 1,208
11. No me ha gustado nada esta forma de trabajar/Me ha
6,24 1,114
encantado esta forma de trabajar

RIE, 2017, 35(1), 113-131


122 Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos

12. El profesor no me ha ayudado/El profesor me ha ayudado 6,05 1,406


13. El profesor no nos ha dado instrucciones claras/El profesor
6,41 1,068
nos ha explicado claramente lo que tenemos que hacer
14. No hemos compartido materiales entre los compañeros/
6,28 1,428
Hemos compartido materiales entre los compañeros
15. Ahora me resulta más difícil relacionarme con mis
compañeros/Ahora me resulta más fácil relacionarme con mis 6,25 1,149
compañeros
16. Trabajando en grupo no hemos conseguido hacer bien la
tarea/Trabajando en grupo hemos conseguido hacer bien la 6,15 1,239
tarea
17. El tamaño del grupo no ha sido adecuado (éramos pocos o
bien demasiados para hacer la tarea)/El tamaño del grupo ha 5,93 1,434
sido adecuado
18. No he estado a gusto con mis compañeros/He estado a gusto
6,14 1,231
con mis compañeros
19. El profesor no ha hecho un seguimiento de nuestro trabajo/El
6,31 1,208
profesor nos ha indicado si hacíamos bien las tareas
20. El profesor no nos ha indicado la calidad del trabajo
presentado/El profesor nos ha dicho lo que estaba bien o mal 6,39 1,136
del trabajo
*Categorías de respuesta: de 1 a 7.

Como podemos observar en la tabla 3, la interacción-colaboración entre compañeros


y con el profesorado (6,15) junto con la motivación (6,12) son las dimensiones mejor
valoradas por el conjunto de la muestra.

Tabla 3

Estadísticos descriptivos por dimensiones de la escala

Dimensiones Items Media Desv. típ. N


1. Motivación 1, 5, 9, 11 6,12 1,002
2. Organización 2, 4, 13, 17, 19 5,93 ,898
3. Interacción_colaboración 12, 14, 15, 16, 18, 20 6,15 ,880 364
4. Aprendizaje 3, 6, 7, 8, 10 5,97 ,892
Puntuación global 6,05 ,784

3) Conocer si existen diferencias en la opinión del alumnado en función de las


variables: sexo y tipo de proyecto.

Tradicionalmente en la literatura científica del ámbito de la investigación educativa,


a la hora de realizar algún tipo de estudio comparativo, la primera variable que se suele
emplear como predictora es el sexo, predisposición que en la actualidad sigue siendo

RIE, 2017, 35(1), 113-131


Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde la perspectiva de alumnos de Educación Primaria 123

el eje principal de muchas investigaciones (Gargallo, Esteban, & Pérez, 2010; Iglesias,
Llorente & Dueñas, 2010) tanto a nivel nacional como internacional. Siguiendo esta
tendencia, los primeros estudios a realizar se basan en la búsqueda de diferencias sig-
nificativas en función del sexo del alumnado en las diferentes dimensiones del estudio.
En función de los datos reflejados en la tabla 4, lo primero que se observa es que
los descriptivos básicos se manifiestan de forma muy similar en los dos grupos en
cuestión. Si bien las niñas muestran medias ligeramente más altas que los niños en
todas las dimensiones.

Tabla 4

Diferencias por sexo en las dimensiones del estudio. Descriptivos y Prueba U de Mann-Whitney

Niño Niña
Dimensiones U Z p
Media DT Media DT
1. Motivación 6,03 1,031 6,21 ,96 14706 -1,87 ,064
2. Organización 5,87 ,946 5,99 ,84 15514,5 -1,04 ,297
3. Interacción/colaboración 6,09 ,932 6,21 ,82 15384 -1,18 ,231
4. Aprendizaje 5,89 ,942 6,05 ,83 14781 -1,78 ,076
Puntuación global 5,97 ,087 6,12 ,732 14678,5 -1,87 ,06
N= 182 N= 182

Aplicando la prueba de U de Mann-Whitney, a un nivel de significación α=.05 no


se encontró ningún tipo de diferencia significativa (tabla 4), por lo tanto, podemos
afirmar que la variable “sexo” no establece diferencias estadísticamente significativas
en la valoración que manifiesta el alumnado de la metodología por proyectos en fun-
ción de su experiencia.
Una segunda variable considerada de interés para el estudio de diferencias entre
submuestras es la referida al tipo de proyecto. Tras la aplicación de la prueba de Kruskal
Wallis, con un nivel de significación de α=.05, se detectan diferencias significativas en
la puntuación global y en todas las dimensiones (tabla 5).

Tabla 5

Diferencias por tipo de proyecto. Prueba de Kruskal-Wallis

Interacción/
Motivación Organización Aprendizaje Total escala
colaboración
Chi-cuadrado 32,046 65,816 37,422 51,137 60,873
gl 8 8 8 8 8
Sig. asintót. ,000 ,000 ,000 ,000 ,000

RIE, 2017, 35(1), 113-131


124 Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos

Una vez detectadas estas diferencias, se considera adecuado profundizar y realizar


algún tipo de comparación múltiple posterior para poder establecer en qué pares de
grupos se concretan las diferencias constatadas y facilitar, tanto la interpretación pos-
terior de los resultados, como el establecimiento de conclusiones.
Como expresan Hernández, Dolores & Amador (2011), en los contrastes múltiples
existe un inconveniente ligado con el nivel de significación, denominado problema
de las comparaciones múltiples. Para ello, empleando la aproximación de Bonferroni
se calcula el nuevo valor al que llamaremos α`. La fórmula para hacer este cálculo se
basa en que α` = α /T, donde T es el número de comparaciones o pruebas estadísticas
posibles a realizar a posteriori (Hernández et al. 2011).
Una vez establecido nuestro nivel de significación α` = 0,001 se procede a realizar
la prueba U de Mann-Whitney para cada par de grupos en que se divide la variable
“tipos de proyectos” en la puntuación global y en las dimensiones en que previamente
la prueba de Kruskal Wallis ha detectado diferencias significativas. En la tabla 6 se
muestran las puntuaciones medias globales de los diferentes proyectos y las diferencias
significativas (marcadas con una x). Podemos decir que la experiencia mejor valorada
es “Platero y nosotros”, seguida de “Asociasanos” y “Hermanamiento”.

Tabla 6

Diferencias por tipo de proyecto en la puntuación global

Puntuación Proyectos (diferencias significativas al ,001)


Proyectos media global
en la escala 1 2 3 4 5 6 7 8 9
1. Flor roja con el tallo verde 5,67 x
2. Monster Factory 5,90 x x x
3. Aprendizaje sin libros 5,94 x x
4. Hermanamiento 6,44 x x
5. Platero y nosotros 6,70 x x x x x
6. Lenguatic 5,83 x x x
7. English Speaking Countries 6,25
8. Scary Short Films 5,94 x x
9. Asociasanos 6,61 x x x x

El análisis de la significatividad de las diferencias entre proyectos por dimensiones


pone de manifiesto que el proyecto 4 (Hermanamiento) destaca en Interacción (mos-
trando diferencias significativas con los proyectos 2, 6 y 8) y en Motivación (diferencias
significativas con los proyectos 1, 2 y 6). Mientras que el proyecto 9 (Asociasanos)
sobresale en Organización junto con el proyecto 5 (Platero y nosotros), presentando
diferencias significativas con los proyectos 1, 2, 3, 6, 7 y 8. “Platero y nosotros” tam-
bién se diferencia positivamente de los demás proyectos en el Aprendizaje (diferencias
significativas con los proyectos 1, 2, 3, 6 y 8).

RIE, 2017, 35(1), 113-131


Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde la perspectiva de alumnos de Educación Primaria 125

En las figuras 1 a 4 se muestran los diagramas de caja de las puntuaciones por


proyecto en cada dimensión. Se puede apreciar que si bien la mediana no varía mucho
en las dimensiones de Motivación AnaeGarcía-Varcálcel
Interacción-colaboración,
Muñoz- Repiso ysí cambia
Verónica la variabilidad
Basilotta Gómez-Pablos
de las opiniones reflejadas en los Ana
valores de los cuartiles.
García-Varcálcel Los proyectos
Muñoz- Repiso son los
4, 5 y 9 Gómez-Pablos
y Verónica Basilotta
que consiguen un mayor acuerdo de los alumnos en todas las dimensiones.
7,00

7,00
6,00

6,00
5,00
Motivacion

5,00
4,00
Motivacion

4,00
3,00

3,00
2,00

2,00
1,00

1,00 1 2 3 4 5 6 7 8 9

1 2 3 4
Proyecto
5 6 7 8 9

Proyecto
Figura 1. Diferencias entre proyectos en la dimensión “Motivación”
Figura 1. Diferencias entre proyectos en la dimensión “Motivación”.
Figura 1. Diferencias entre proyectos en la dimensión “Motivación”.

7,00

7,00
6,00

6,00
Organizacion

5,00
Organizacion

5,00
4,00

4,00
3,00

3,00
2,00

2,00 1 2 3 4 5 6 7 8 9

Proyecto
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Figura 2. Diferencias entre proyectosProyecto
en la dimensión “Organización”
Figura 2. Diferencias entre proyectos en la dimensión “Organización”.
RIE, 2017, 35(1), 113-131
Figura 2. Diferencias entre proyectos en la dimensión “Organización”.
Aprendizaje Basado
Aprendizaje Basado en
en Proyectos
Proyectos(ABP):
(ABP):evaluación
evaluacióndesde
desdelalaperspectiva
perspectivadede
alumnos de de
alumnos Educación Primaria
Educación Primaria
126 Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos

7,00
7,00

6,00
6,00
Interaccion_colaboracion
Interaccion_colaboracion

5,00
5,00

4,00
4,00

3,00
3,00

2,00
2,00
1 2 3 4 5 6 7 8 9

1 2 3 4 Proyecto
5 6 7 8 9

Proyecto

Figura
Figura 3. Diferencias
3. Diferencias entreproyectos
entre proyectosen
en la
la dimensión
dimensión “Interacción-colaboración”
“Interacción-colaboración”.
Figura 3. Diferencias entre proyectos en la dimensión “Interacción-colaboración”.

7,00

7,00

6,00

6,00

5,00
Aprendizaje

5,00
Aprendizaje

4,00

4,00

3,00

3,00

2,00

2,00 1 2 3 4 5 6 7 8 9

Proyecto
1 2 3 4 5 6 7 8 9

Proyecto
Figura 4. Diferencias entre proyectos en la dimensión “Aprendizaje”
Figura 4. Diferencias entre proyectos en la dimensión “Aprendizaje”.
Con laFigura
intención de comparar
4. Diferencias lasproyectos
entre valoraciones dedimensión
en la los proyectos por sexo, se mues-
“Aprendizaje”.
tran los datos en la figura 5, donde se puede observar
Con la intención de comparar las valoraciones de los proyectos que en algunos casospor
los niños
sexo, se
y las
muestran niñas
los difieren
datos en en
la sus valoraciones.
figura 5, donde Tal
se es el
puede caso de los
observar proyectos
que en “Flor
algunosroja con los
casos
Con
el la verde”,
talle intención de comparar
“Lenguatic” y “Scary las valoraciones
short film”. de los proyectos por sexo, se
niños y las niñas difieren en sus valoraciones. Tal es el caso de los proyectos “Flor roja
muestran los datos en la figura 5, donde se puede observar que en algunos casos los
con el talle verde”, “Lenguatic” y “Scary short film”.
niños y las niñas difieren en sus valoraciones. Tal es el caso de los proyectos “Flor roja
RIE, 2017, 35(1), 113-131
con el talle verde”, “Lenguatic” y “Scary short film”.
Ana García-Varcálcel Muñoz- Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos
Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde la perspectiva de alumnos de Educación Primaria 127

Figura 5. Valoración de cada proyecto por sexo.


Figura 5. Valoración de cada proyecto por sexo

Discusión y conclusiones
Discusión y conclusiones
Los resultados obtenidos muestran, en general, una valoración muy positiva por
parteLos
deresultados
los alumnos obtenidos
sobre la muestran,
metodología en degeneral, una valoración
aprendizaje basado enmuy positiva
proyectos por
(ABP)
parte de los alumnos sobre la metodología de aprendizaje basado
en base a su experiencia escolar, sin encontrar diferencias significativas en función en proyectos (ABP)
en base
del sexo.aSin
su embargo,
experiencia escolar,
existen sin encontrar
diferencias en ladiferencias
valoración significativas
de los diferentesen función del
proyectos,
sexo. Sin embargo, existen diferencias en la valoración de los
siendo superior en el grupo de alumnos que han participado en el proyecto colaborativodiferentes proyectos,
siendo superior
“Platero y nosotros” en yelengrupo de alumnos
el proyecto que han
“Asociasanos” participado
Las variables en el proyecto
dependientes estu-
diadas (dimensiones de la escala) asocian valores más altos al grupo de Las
colaborativo “Platero y nosotros” y en el proyecto “Asociasanos” variables
alumnos que
dependientes
participan estudiadas
en dichos (dimensiones
proyectos, sobre todo de en
la escala)
cuanto asocian valores más
a la organización y elaltos al grupo
aprendizaje.
de Buscando
alumnos que participan
las claves en dichos
del éxito proyectos,
de estos proyectos sobre todo
mejor en cuanto
valorados pora la
losorganización
estudiantes
y el aprendizaje.
profundizamos en las características de los mismos y encontramos que ambos han estado
Buscando
apoyados las clavespor
y liderados del el
éxito de estos
equipo proyectos
directivo. Estomejor
hace valorados
que todo el por los estudiantes
centro asuma el
profundizamos en las características de los mismos y
proyecto como propio, impulsando un desarrollo del mismo más satisfactorio encontramos que ambos han
y redu-
estado apoyados y liderados por el equipo directivo. Esto hace
ciendo los posibles obstáculos que pudieran aparecer a lo largo del mismo (Palomo, que todo el centro
asuma
Ruiz, &el proyecto
Sánchez, comoTambién
2005). propio, ha
impulsando un desarrollo la
influido positivamente delbuena
mismo más satisfactorio
predisposición del
profesorado para participar en el proyecto de forma activa, y acompañar al del
y reduciendo los posibles obstáculos que pudieran aparecer a lo largo mismo
alumnado
(Palomo,el Ruiz,
durante & Sánchez,
desarrollo 2005). así
de su trabajo, También
como lahaorganización
influido positivamente
de las tareas; laaspectos
buena
predisposición del profesorado para participar
que han transmitido a los alumnos desde el comienzo del proyecto. en el proyecto de forma activa, y
acompañar al alumnado durante el desarrollo de su trabajo, así como
Por un lado, el proyecto “Platero y nosotros” se desarrolló de manera transversal, los la organización
de las tareas;
contenidos aspectos que
se trabajaron han las
en todas transmitido a los alumnos
unidades didácticas de lasdesde el comienzo
asignaturas del
de Lengua
proyecto.
Castellana y Literatura, y Educación Artística, durante dos meses del curso escolar.
Por un
A partir delado, el proyecto
la lectura “Platero
en soporte y nosotros”
digital se desarrolló
de una selección de manera
de capítulos transversal,
de Platero y yo,
se afrontó el reto de crear entre todos una versión ilustrada del libro y publicarla en

RIE,
RIE,2017, 35(1), #-#
2017,35(1), 113-131

128 Ana García-Varcálcel Muñoz-Repiso y Verónica Basilotta Gómez-Pablos

diferentes soportes. Se propuso como un trabajo en gran grupo que se fue nutriendo
de actividades en pequeño grupo (grabaciones, preparación de materiales y presenta-
ciones). La mayoría de las actividades se desarrollaron en el aula ordinaria del grupo,
pero también se empleó la biblioteca escolar. En cuanto a los recursos, se emplearon
dos tipos: a) equipamiento ordinario del aula (pizarra digital y portátil de la tutora),
y b) equipamiento específico para la experiencia (21 Kindle, 3 iPad, aula móvil con 16
portátiles y 4 miniportátiles). Con ayuda de los profesores, los alumnos publicaron el
libro en un blog de clase http://plateroynosotros-almanzor.blogspot.com.es/
Por otro lado, el proyecto “Asociasanos” se desarrolló durante seis meses del
curso escolar y se organizó en seis fases: 1) primero los alumnos leyeron un artículo
relacionado con la obesidad infantil para concienciarles de la necesidad de realizar
actividades para el fomento de hábitos saludables, 2) en segundo lugar, los alumnos
se organizaron en grupos de trabajo y crearon un documento en Google drive, como
diario del grupo, 3) en tercer lugar, cada grupo pensó en un nombre para su asociación,
creó un logotipo y abrió un blog a modo de portafolio de la asociación, 4) en cuarto
lugar, los grupos tuvieron que realizar encuestas sobre alimentación y actividad física,
5) en quinto lugar, cada grupo tuvo que organizar una semana saludable con diferentes
actividades, 6) y por último, los alumnos celebraron la semana saludable y realizaron
las actividades programadas (García-Valcárcel, 2015).
Las profesoras utilizaron la pizarra digital para explicarles a los alumnos las activi-
dades que tenían que realizar y los contenidos que iban a trabajar en cada sesión. Los
alumnos utilizaron iPads para acceder a información en Internet, compartir documentos,
enviar los informes a las profesoras y desarrollar las actividades.
Además las familias participaron en el proyecto ayudando a los alumnos a realizar
las encuestas sobre alimentación y actividad física. Para más información acerca del
proyecto, se puede visitar el blog de una de las profesoras implicadas en la experiencia:
http://proyectolinguisticodelceodelibes.blogspot.com.es/2014/06/proyecto-asociasanos.
html
La alta motivación de los estudiantes por aprender a través de la realización de pro-
yectos de forma colaborativa y haciendo uso de diversas herramientas tecnológicas va
de la mano de una autopercepción muy positiva del aprendizaje logrado. Los alumnos
se han divertido, al tiempo que han aprovechado el tiempo, consideran interesante lo
que han aprendido y les gustaría seguir aprendiendo sobre el tema. Cuestiones que, por
otra parte, han sido confirmadas por entrevistas a profesores/as que han participado
en el desarrollo de los proyectos lo que refuerza la validez del instrumento. La moti-
vación y el éxito académico se derivan del hecho de proponer actividades adaptadas
a los intereses de los estudiantes y que éstos asuman responsabilidades en las tareas,
sintiéndose protagonistas (Krajcik, & Blumenfeld, 2006).
Los estudiantes confirman un nivel elevado de compromiso, considerando que han
leído y se han concentrado bastante a lo largo de las actividades propuestas, así como
han creado y compartido información. En todos estos aspectos se ha encontrado cohe-
rencia entre la opinión de los estudiantes y de los docentes responsables del desarrollo
de los proyectos educativos.
Los resultados obtenidos reiteran, no sólo la importancia de la motivación de los
estudiantes para la consecución de aprendizajes significativos, sino también la necesidad

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Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): evaluación desde la perspectiva de alumnos de Educación Primaria 129

de la buena planificación y organización de las tareas en los proyectos (Thomas, 2000).


Las conclusiones de otros estudios indican que el diseño de proyectos requiere de un
esfuerzo de planificación y seguimiento ya que el hecho de crear un espacio común no
asegura ni la comunicación ni la colaboración. Por ello es importante plantearse muy
bien las formas de seguimiento y evaluación del proceso (Hernández, 2016).
Por su parte Kirschner (2002) identifica tres dimensiones relacionadas con la acti-
vidad que juegan un papel clave en el diseño de entornos de aprendizaje colaborativo
que podría aplicarse a cualquier situación de aprendizaje basado en proyectos : 1) Pro-
piedad de la tarea: se refiere a quién determina lo que cada uno de los participantes en
el entorno colaborativo debe hacer y quién se encarga de dirigir el proceso; 2) Carácter
de la tarea: tiene que ver con cómo se determina si una tarea es relevante o no para
los estudiantes, para el grupo. La autenticidad de las tareas es uno de los puntos más
difíciles de lograr; y 3)  Control de la tarea: se refiere al papel del docente y de los
alumnos durante el desarrollo de la tarea para determinar el grado de profundidad
con que trabajan los temas, el tiempo que dedican a cada cuestión, cómo se organizan
para ello, etc.
En la mayoría de los trabajos de investigación realizados sobre el tema (Brundiers,
& Wiek, 2013; David, 2008) se ha destacado el importante papel del docente para el
buen desarrollo del aprendizaje basado en proyectos, tanto para diseñar activida-
des relevantes, auténticas y motivadoras, dejando margen a la responsabilidad de
los estudiantes para hacer propuestas según el proceso va avanzando, como para
orientar en la realización de las tareas, marcar pautas y fases, ayudar a los alumnos
a hacerse conscientes del proceso a seguir y los resultados alcanzados (García, Gros,
& Noguera, 2010).
Para finalizar, esperamos que este trabajo contribuya a la consolidación del aprendi-
zaje basado en proyectos como alternativa a las estrategias tradicionales de enseñanza,
incidiendo en la necesidad de encontrar nuevas fórmulas de evaluación en estos contex-
tos metodológicos que permitan evaluar no sólo los resultados o productos generados
en el desarrollo del proyecto sino también los procesos, tanto externos como internos,
llevados a cabo por los grupos de trabajo. Para ello la observación participante por
parte de los maestros durante la actividad escolar puede tener una gran relevancia pero
también deben disponer de instrumentos válidos y fiables que les permitan conocer el
punto de vista de sus estudiantes de una forma rigurosa, para lo cual se ha aportado la
“Escala de evaluación de ABP por los alumnos” como un instrumento de gran utilidad
en el desempeño profesional de los maestros/as que incorporan en su práctica docente
metodologías de aprendizaje basado en proyectos.

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Fecha de recepción: 21 de diciembre de 2015


Fecha de revisión: 21 de diciembre de 2015
Fecha de aceptación: 21 de septiembre de 2016

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Gil Flores, J. (2017). Características del profesorado y desempeño docente en aulas con alumnado de bajo nivel
socioeconómico. Revista de Investigación Educativa, 35(1), 133-150
DOI:http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.246381

Características del profesorado


y desempeño docente en aulas con alumnado
de bajo nivel socioeconómico1

Teacher characteristics and teaching practices


in classrooms with low socioeconomic status students

Javier Gil Flores


Dpto. de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación. Universidad de Sevilla.

Resumen

La relación entre nivel socioeconómico del alumnado y rendimiento académico ha sido comprobada
a lo largo de décadas. Asumiendo que el profesor es un factor clave para compensar el efecto de los
déficits socioeconómicos del alumnado, en este trabajo analizamos las características y el desempeño
docente del profesorado de Educación Secundaria Obligatoria en aulas con presencia de alumnado
de bajo nivel socioeconómico. Utilizamos datos para 1073 docentes participantes en el Teaching
and Learning International Survey 2013. Se consideran variables relativas a características profe-
sionales del profesorado, sus actitudes y concepciones, y a las prácticas docentes que desarrollan.
Los resultados permiten caracterizar a este profesorado por su baja satisfacción laboral y su interés
por la formación en enfoques de aprendizaje individualizados. En su desempeño docente, dedican
más tiempo a mantener la disciplina y, con mayor frecuencia, encargan tareas individualizadas
y hacen un seguimiento del trabajo realizado por el alumnado. Finalmente, sugerimos líneas de
actuación para potenciar la mejora del aprendizaje en los estudiantes de bajo nivel socioeconómico.
Palabras clave: nivel socioeconómico; características del profesor; desempeño docente;
educación secundaria.

Correspondencia: Javier Gil Flores, [email protected], Dpto. de Métodos de Investigación y Diagnóstico en


Educación. Universidad de Sevilla. Facultad de Ciencias de la Educación, C/ Pirotecnia, s/n, 41013. Sevilla.
1 Este artículo se basa en el análisis secundario de los datos de TALIS 2013, realizado por el autor en
el contexto de los trabajos y estudios que diversos investigadores llevaron a cabo por encargo del Instituto
Nacional de Evaluación Educativa (INEE).

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134 Javier Gil Flores

Abstract

The relationship between student socioeconomic status and achievement has been stated
over decades. Teacher is one of the key factors that can help to offset the effect of socioeconomic
deficits on students. This work analyzed the characteristics and practices of teachers in classrooms
with low socioeconomic status students. We used data from 1,073 teachers participating
in the Teaching and Learning International Survey. We took variables relating to teacher
professionals characteristics, teacher attitudes and beliefs and teaching practices. The results
allow us to characterize teachers by low job satisfaction and interest in learning and teaching
individualized approaches. They spend more class time on keeping order in classroom, and
frequently give individualized work to students and monitor this work. Finally, we suggest
some guidelines from educational policy that could help to improve learning among students
of low socioeconomic status.
Keywords: socioeconomic status; teacher characteristics; teaching practices; secon-
dary education.

Introducción

El logro de las mayores cotas posibles de equidad constituye una de las principales
finalidades de las políticas educativas implementadas en los países desarrollados de
nuestro entorno. Se persigue que el alumnado atendido tenga la oportunidad de desa-
rrollar sus capacidades, sin que sus características personales, origen o procedencia
constituyan un obstáculo.
Entre los posibles factores que generan desigualdad ante la educación se encuentra
el estatus socioeconómico familiar. De hecho, la relación entre este factor y los resul-
tados de aprendizaje puede ser tomada como medida del nivel de equidad logrado
en un sistema educativo, de tal manera que cuanto menor sea la correlación entre
ambos, más equitativo es el reparto de las oportunidades educativas entre la población.
Entendida de este modo, la equidad educativa constituye aún un horizonte hacia el
que seguir avanzando. Centrándonos, por ejemplo, en la competencia matemática
evaluada en PISA 2012 (OECD, 2013a), en los países de la OCDE el 14,8% de las
diferencias de rendimiento registradas para los estudiantes de 15 años son explica-
das por su estatus socioeconómico. Con el 15,8% de la varianza explicada, la relación
entre rendimiento en matemáticas y nivel socioeconómico en España es ligeramente
superior a la media OCDE.
Resultados como los ofrecidos por la evaluación PISA no constituyen una novedad.
La evidencia empírica acumulada durante el último medio siglo ha venido confir-
mando al estatus socioeconómico como uno de los mejores predictores del rendimiento
educativo. En este sentido, podrían revisarse los sucesivos meta-análisis llevados a
cabo sobre la investigación realizada durante las últimas décadas (Sirin, 2005; Van
Ewijk & Sleegers, 2010; White, 1982). Los alumnos que proceden de hogares con nivel
socioeconómico bajo cuentan con menos estímulos, carecen a menudo de los recursos
necesarios, adquieren valores diferentes y tienen experiencias menos enriquecedoras
desde el punto de vista educativo. Los trabajos más recientes continúan hallando
una clara tendencia a que el alumnado de bajo nivel socioeconómico obtenga menor

RIE, 2017, 35(1), 133-150


Características del profesorado y desempeño docente en aulas con alumnado de bajo nivel socioeconómico 135

rendimiento (Caro, McDonald & Willms, 2009; Perry & McConney, 2010; Stull, 2013;
Tomul & Savasci, 2012; Tucker-Drob, 2013), logre una menor adaptación a la vida
escolar (Carvalho & Novo, 2012), abandone antes los estudios (Rumberger, 2004) y
cuente con menos probabilidades de continuar estudiando al terminar la educación
secundaria (Engberg & Wolniak, 2014; Palardy, 2013).
La relación entre nivel socioeconómico y resultados educativos cuenta por tanto con
un amplio respaldo empírico, aunque ello no descarta el papel que podría atribuirse
a otros factores. Los centros educativos constituyen uno de ellos. La acción educativa
desarrollada desde los centros escolares puede contribuir a compensar en el alumnado
las desigualdades de partida, poniendo en práctica medios y estrategias para paliar
sus efectos. Cuando se focaliza la atención sobre centros que atienden a alumnado de
bajo nivel socioeconómico, se constatan diferencias entre los logros de unos centros
y otros (Lim, Gemici & Karmel, 2014). Es decir, no todos los centros tienen el mismo
éxito al tratar de optimizar los resultados del alumnado al que atienden. Esto lleva a
considerar que determinados contextos escolares son especialmente adecuados para
potenciar el aprendizaje en el alumnado procedente de hogares desfavorecidos.
En el contexto escolar, el profesor constituye un elemento clave para propiciar una
enseñanza de calidad y lograr el aprendizaje del alumnado. Su formación, actitudes,
concepciones sobre la enseñanza y desempeño docente se encuentran vinculados al
rendimiento educativo (Hattie & Anderman, 2013). Al focalizar la atención sobre las
características del profesor, se ha comprobado que el profesorado con más experien-
cia mejora el aprendizaje del alumnado desfavorecido socioeconómicamente (Tajalli
& Opheim, 2005). Sin embargo, resulta difícil retener a los profesores en centros que
atienden a un volumen importante de este tipo de alumnado. En general, el profesorado
prefiere centros que no reciben estudiantes procedentes de hogares desfavorecidos,
y quienes imparten docencia en centros con alumnado de bajo nivel socioeconómico
están dispuestos a trasladarse a zonas de población más acomodada, o a centros de
su misma zona donde las familias poseen mayor estatus (Feng, 2009; Hanushek, Kain
& Rivkin, 2004).
Las políticas educativas se han centrado en identificar zonas o centros de especial
atención, propiciando la implementación de programas compensatorios, dirigidos al
alumnado que procede de un contexto familiar desfavorecido. Una base importante
de estos programas es el incremento de recursos económicos, materiales y personales
para los centros participantes. El incremento de recursos a nivel de centros se suma a
las políticas de becas dirigidas a sujetos individuales, la facilitación de libros y otros
materiales escolares o el acceso a actividades complementarias cuyo coste no puede
ser asumido por las familias de menores ingresos.
En el ámbito de los procesos de enseñanza y aprendizaje, las medidas más frecuen-
tes se han centrado en la elaboración de adaptaciones curriculares para el alumnado
que presenta bajo rendimiento como consecuencia de su desventaja socioeconómica
y cultural, adaptando la enseñanza a las necesidades de este tipo de alumnado y
proporcionando ayudas sistemáticas para evitar desfases en el aprendizaje. Siguiendo
recomendaciones de la OCDE, la enseñanza dirigida al alumnado que se encuentra en
situación de desventaja debe contemplar la adopción de estrategias docentes diver-
sificadas en el aula y la utilización de métodos de evaluación tanto sumativa como

RIE, 2017, 35(1), 133-150


136 Javier Gil Flores

formativa (OECD, 2012). Las medidas para reducir el absentismo, la mejora del clima
de convivencia, la intensificación de las actuaciones orientadoras, la participación de las
familias en el proceso educativo, ayudando a los padres menos favorecidos a apoyar
el aprendizaje de sus hijos, y la conexión con la comunidad han sido ejes centrales en
la intervención realizada desde los centros con el fin de compensar los déficits socioe-
conómicos y culturales que presenta el alumnado.
En este trabajo, analizamos el modo en que se atiende al alumnado procedente de
hogares desfavorecidos en los centros educativos españoles. Aunque son numerosos los
estudios en nuestro país sobre la relación entre nivel socioeconómico y resultados de
aprendizaje (por ejemplo, Córdoba et. al., 2011; De la Orden & González, 2005; Olmedo,
2007; Ruiz de Miguel, 2001), no hemos encontrado análisis acerca de la intervención
educativa sobre el alumnado con déficit. Concretamente, focalizamos la atención en el
profesor y su desempeño docente, en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Nuestro
objetivo es caracterizar al profesorado español que imparte docencia en aulas de la ESO
con presencia de alumnado de bajo nivel socioeconómico, contrastándolo con aquel
que desarrolla su labor docente en aulas sin este tipo de alumnado. Atendemos para
ello a la intervención educativa desarrollada y al perfil del profesorado encargado de
la misma, con el propósito último de que los resultados obtenidos contribuyan al diag-
nóstico de la situación y a la adopción de medidas en el ámbito de la política educativa.

Método

Diseño

Realizamos un análisis secundario de los datos obtenidos para el profesorado espa-


ñol participante en el estudio TALIS (Teaching and Learning International Survey),
promovido por la OCDE (OECD, 2013b). España está entre los 34 países participantes
en la edición de 2013. La finalidad de TALIS es obtener información acerca del profeso-
rado, la dirección y los centros, así como sobre los procesos educativos. En este análisis
adoptamos un diseño causal-comparativo, estableciendo una comparación de las carac-
terísticas y el desempeño docente del profesorado entre dos subgrupos diferenciados
por la presencia en sus clases de alumnado procedente de hogares desfavorecidos.

Población y muestra

En nuestro país, la población estudiada en TALIS es la constituida por el profesorado


que imparte ESO. Integran la muestra española en TALIS un total de 3422 docentes de
192 centros, elegidos mediante muestreo aleatorio estratificado por Comunidades Autó-
nomas. La selección de participantes en el presente estudio se basó en las respuestas a
un ítem del cuestionario completado por el profesorado, donde se les pedía seleccionar
aleatoriamente uno de sus grupos de clase. En el grupo seleccionado, debían estimar el
porcentaje de alumnado procedente de hogares desfavorecidos, entendiendo por tales
los que no tienen cubiertas necesidades básicas como vivienda, nutrición y cuidados
médicos adecuados. La escala de respuesta contemplaba cinco grados: ninguno, entre
el 1% y el 10%, entre el 11% y el 30%, entre el 31% y el 60%, y más del 60%. Partiendo

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Características del profesorado y desempeño docente en aulas con alumnado de bajo nivel socioeconómico 137

de las respuestas del profesorado, hemos seleccionado los grupos en los que no hay
ningún estudiante procedente de hogares desfavorecidos y aquellos donde se supera
el 30%. Así configuramos dos realidades escolares netamente diferenciadas en lo que
respecta al nivel socioeconómico del alumnado, identificando 718 grupos de clase sin
presencia de este tipo de alumnos y 355 grupos con notable presencia. Consecuente-
mente, un total de 1073 profesores de la muestra TALIS han sido seleccionados para el
presente estudio. La media de edad es 44.97 años (DT=8.59), y un 63.7% son profesoras.

Instrumento y variables

El instrumento utilizado en TALIS para obtener información del profesorado es un


cuestionario de 49 ítems, de los cuales derivan las variables consideradas. La variable
dependiente es la presencia de alumnado de bajo nivel socioeconómico en el grupo de
clase. Sus valores son 0, cuando no hay ningún alumnado de estas características, y 1
cuando supera el 30%. Estudios anteriores utilizan diversos planteamientos al medir
el nivel socioeconómico, basados en datos obtenidos del alumnado o sus familias
(Gil, 2013; Joaristi, Lizasoain & Gamboa, 2012). Aquí hemos contado con información
basada en la experiencia de los docentes, evitando los sesgos inherentes a los datos
facilitados por estudiantes y familias a través de cuestionarios, no siempre fieles a su
situación socioeconómica real.
Las variables independientes hacen referencia a rasgos profesionales del profesorado,
sus concepciones, actitudes y a las prácticas desarrolladas en el aula. Parte de estas
variables surgen directamente de preguntas formuladas a los encuestados:

– Número de años como profesor en el centro.


– Número total de años como profesor.
– Participación en actividades de desarrollo profesional durante los últimos 12
meses (número de días).
– Contenido de las actividades de desarrollo profesional. Ante diferentes temas,
el profesorado respondió si correspondían o no a actividades de formación
realizadas en los últimos 12 meses (No=0 y Sí=1).
– Porcentaje del tiempo de clase dedicado generalmente a tareas administrativas.
– Porcentaje del tiempo de clase dedicado generalmente a mantener el orden.
– Porcentaje del tiempo de clase dedicado generalmente a enseñanza y aprendizaje.
– Frecuencia de determinadas actividades de enseñanza-aprendizaje. En relación a
un repertorio de 8 actividades (ver ítems en Tabla 4), los encuestados indicaron
la frecuencia mediante cuatro valores que han sido reducidos a dos modalidades:
ocasionalmente o nunca (0) y frecuentemente o siempre (1).
– Frecuencia de determinados procedimientos de evaluación. Indica la frecuen-
cia de utilización de cada uno de los 6 procedimientos para la evaluación del
aprendizaje sugeridos (ver ítems en Tabla 5). Las modalidades son las mismas
que en la variable anterior.

Además, se utilizan otras variables que corresponden a índices elaborados en TALIS


a partir de las respuestas del profesorado a ítems del cuestionario, para los cuales se ha

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138 Javier Gil Flores

estimado su fiabilidad mediante el cálculo de α de Cronbach (ver índices, ítems y α en


Tabla 1). La construcción de cada índice se apoya en el análisis factorial confirmatorio.
Los resultados de estos análisis pueden ser consultados en OECD (2014, p.145-283).
Aquí utilizaremos las puntuaciones factoriales para cada índice, que son expresadas en
una escala continua con desviación típica 2, donde 10 es el punto medio de la escala
usada para responder a los ítems. En el índice sobre concepción constructivista y en
los índices de satisfacción, la escala para los ítems reflejaba cuatro grados de acuerdo
(total desacuerdo, desacuerdo, acuerdo y total acuerdo). Para los ítems implicados en
los índices de eficacia, la escala expresaba en qué medida (nada, hasta cierto punto,
bastante o mucho) los docentes pueden realizar las distintas actuaciones referidas.

Tabla 1

Índices derivados del cuestionario de profesores aplicado en TALIS e ítems usados para su cálculo, junto
con fiabialidad (α de Cronbach) y estadísticos descriptivos (media y desviación típica)

Índice
Ítems Media D.T.
(fiabilidad)
• Mi papel como profesor es ayudar al alumnado a realizar 3,18 ,66
sus propias investigaciones
• La mejor forma de aprender para los alumnos es que 3,07 ,70
ellos encuentren las soluciones a los problemas por sí
Concepción mismos
constructivista • Debe permitirse a los alumnos que traten de encontrar 3,08 ,69
(α =,74) soluciones a los problemas de carácter práctico por sí
mismos antes de que el profesor les enseñe la manera de
resolverlos
• Los procesos de pensamiento y razonamiento son más 3,14 ,70
importantes que el contenido específico del currículo.
• Controlar el mal comportamiento en el aula 3.16 ,73
• Dejar claras mis expectativas sobre el comportamiento de 3,32 ,68
Eficacia en la
los alumnos
gestión de la
• Conseguir que los alumnos cumplan las normas del aula 3,13 ,68
clase (α=,82)
• Lograr tranquilizar a un alumno que molesta o hace
ruido 2,97 ,74
• Plantear buenas preguntas a mis alumnos 3,14 ,64
• Utilizar diversos procedimientos de evaluación 3,21 ,64
Eficacia en la
• Proporcionar una explicación alternativa cuando, por 3,51 ,58
enseñanza
ejemplo, los alumnos no comprenden algo
(α=,75)
• Poner en práctica diferentes estrategias educativas en el 3,22 ,69
aula
• Conseguir que los alumnos se convenzan de que pueden 2,94 ,71
Eficacia en la ir bien en clase
implicación de • Ayudar a mis alumnos a valorar el aprendizaje 2,99 ,74
los estudiantes • Motivar a aquellos alumnos que muestran escaso interés 2,71 ,78
(α=,80) por el trabajo de clase
• Ayudar a los alumnos a pensar de un modo crítico 3,06 ,71

RIE, 2017, 35(1), 133-150


Características del profesorado y desempeño docente en aulas con alumnado de bajo nivel socioeconómico 139

Satisfacción • Me gustaría cambiar de centro si fuese posible 1,91 ,89


con el actual • Disfruto trabajando en este centro 3,23 ,69
entorno de • Recomendaría mi centro como un buen lugar para 3,15 ,74
trabajo trabajar
(α=,75) • En conjunto, estoy satisfecho con mi trabajo 3,33 ,60
• Las ventajas de la profesión docente superan claramente 3,07 ,76
las desventajas
Satisfacción con • Si pudiera decidir otra vez, seguiría eligiendo la 3,30 ,75
la profesión profesión docente
(α=,79) • Me arrepiento de haber decidido dedicarme a la 1,47 ,72
enseñanza
• Me pregunto si habría sido mejor elegir otra profesión 1,74 ,65

Análisis de datos

El análisis de los datos ha tenido en cuenta el diseño muestral adoptado en TALIS,


que supone una selección estratificada de centros dentro de los cuales se eligen pro-
fesores. Dado que las unidades muestrales no poseen igual probabilidad de ser selec-
cionadas, llevamos a cabo una ponderación de los individuos que permita realizar
estimaciones insesgadas. El cálculo de los errores típicos para algunos estadísticos
requiere la aplicación de métodos de remuestreo. En nuestro análisis, hemos utilizado
el programa IDB Analyzer (software libre creado por el Data Processing and Research
Center, de la International Association for the Evaluation of Educational Achievement). Este
programa genera macros ejecutables con SPSS, teniendo en cuenta los pesos mues-
trales y el procedimiento de remuestreo mediante replicación repetida y equilibrada.
Además, hemos empleado el módulo de muestras complejas (IBM, 2014), incluido en
el paquete estadístico SPSS.
La caracterización del profesorado y la actuación docente en grupos con elevada
presencia de alumnado procedente de hogares desfavorecidos se ha basado en la
comparación frente a los grupos en que este alumnado no está presente. Para variables
medidas a nivel nominal, se ha valorado su asociación con la presencia de alumnado
de bajo nivel socioeconómico mediante una prueba de independencia, basada en el
estadístico chi-cuadrado corregido de Rao-Scott de segundo orden y el grado de signi-
ficación p asociado. Además, se han calculado las odds ratios (OR) como medidas del
tamaño del efecto. Para variables a nivel de intervalo, se han contrastado las medias
alcanzadas para los grupos de clase con elevada presencia o sin alumnado socioeco-
nómicamente desfavorecido, calculando el estadístico t de Student y el tamaño del
efecto mediante d de Cohen. Los análisis bivariados han sido confirmados mediante
análisis discriminante, corroborando el papel de las características del profesorado y
de su actuación docente en la diferenciación de grupos.
Tras caracterizar los contextos en que se atiende al alumnado de bajo nivel socioe-
conómico, recurrimos a la regresión logística. Así, las relaciones entre las variables
en estudio y la presencia de alumnado de bajo nivel socioeconómico en los grupos,
confirmadas a partir de los análisis anteriores, pueden ser valoradas conjuntamente
en un mismo análisis.

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140 Javier Gil Flores

Resultados

Profesorado que atiende a alumnado de bajo nivel socioeconómico

La antigüedad en el centro es el único rasgo profesional que difiere significativa-


mente (T=-2.72; p<.05; d=-.226) cuando comparamos el profesorado de grupos con o
sin alumnado procedente de hogares desfavorecidos, situándose la media de años en
el centro en 7.51 y 9.26 respectivamente (Tabla 2). En cambio, la dedicación laboral o
años de experiencia docente reflejan situaciones parecidas en ambos casos.
No son significativas las diferencias en el número de días dedicados a actividades
de desarrollo profesional, aunque la media observada es algo mayor en el profesorado
de grupos con alumnado procedente de hogares desfavorecidos. En cambio, resulta
relevante la participación en actividades de desarrollo profesional que se centran sobre
determinados contenidos. Concretamente, en torno a un 30% del profesorado que
trabaja con alumnado de bajo nivel socioeconómico participó en los últimos 12 meses
en actividades de desarrollo profesional sobre enfoques de aprendizaje individuali-
zados y sobre enseñanza en un entorno multicultural o plurilingüe, mientras que los
porcentajes entre el profesorado que no atiende a ese alumnado descienden al 21.00%
y 24.60% respectivamente.

Tabla 2

Características del profesorado en función de la presencia de alumnado de bajo nivel socioeconómico en


los grupos de clase

>30% de
Sin alumnado
alumnado
de bajo nivel
de bajo nivel
socioeconómico
socioeconómico
d de
Media Media T
Cohen
Número de años como profesor en el centro 9.16 7.51 -2.72* -.266
Número total de años como profesor 17.64 17.81 .20 -
Participación en actividades de desarrollo
14.25 18.00 1.72 -
profesional (nº de días en los últimos 12 meses)
% del
% del profesorado P OR
profesorado
Contenidos de las actividades de desarrollo
profesional
Comportamiento de los alumnos y
27.97 34.75 .057 -
gestión del aula
Enfoques de aprendizaje
21.00 29.45 .023* 2.645
individualizados
Enseñanza a alumnos con necesidades
18.52 25.72 .052 -
educativas especiales

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Características del profesorado y desempeño docente en aulas con alumnado de bajo nivel socioeconómico 141

Enseñanza en un entorno multicultural


24.60 31.96 .040* 1.439
o plurilingüe
Enseñanza de destrezas transversales 36.00 42.14 .116 -
d de
Media Media t
Cohen
Concepción constructivista 12.36 12.63 1.54 -
Eficacia en la gestión de la clase 12.18 12.00 -1.08 -
Eficacia en la enseñanza 12.69 12.70 .08 -
Eficacia en la implicación de los estudiantes 11.23 11.22 -.07 -
Satisfacción con el actual entorno de trabajo 12.60 11.85 -4.24** -.632
Satisfacción con la profesión 12.75 12.54 -1.27 -
* p<.05; ** p<.01

Al comparar las concepciones sobre la enseñanza, la autoeficacia percibida y la


satisfacción del profesorado de grupos con o sin alumnado procedente de hogares
desfavorecidos, únicamente se encuentra diferencia significativa en la satisfacción con
el actual entorno de trabajo (t=-4.24; p<.01; d=.632): la satisfacción de quienes trabajan
con alumnado de bajo nivel socioeconómico (media 11.85) es inferior a la expresada
por el profesorado que no cuenta en su aula con este tipo de alumnado (media 12.60).
Para confirmar los resultados obtenidos en la diferenciación entre los grupos con
o sin alumnado desfavorecido, a partir de las características del profesorado, se ha
llevado a cabo un análisis discriminante. La función discriminante resulta significa-
tiva (lambda de Wilks .919; p=.000; porcentaje de sujetos correctamente clasificados
del 63.6%). Las variables con mayores coeficientes en la función discriminante son la
satisfacción con el actual entorno de trabajo (.788), los años como profesor en el centro
(.749) y la participación en actividades de desarrollo profesional sobre enfoques de
aprendizaje individualizados (.431).

Actuaciones del profesorado ante alumnado de bajo nivel socioeconómico

El modo en que se distribuye el tiempo de clase es significativamente distinto en los


grupos donde está presente un porcentaje importante de alumnado procedente de hogares
con déficit socioeconómico (ver Tabla 3). En presencia de este alumnado, el profesorado
dedica más tiempo a tareas administrativas, que suponen aquí un porcentaje medio de
8.10% frente al 6.59%. El tiempo dedicado a mantener el orden casi duplica al empleado
en grupos sin alumnado de nivel socioeconómico bajo (media de 20.64% frente a 11.92%).
Como consecuencia, el tiempo destinado a la enseñanza y aprendizaje (70.56%) es inferior
al disponible en grupos sin alumnado de estas características (80.63%).
Un 56.03% del profesorado que atiende a alumnado con déficit socioeconómico
encarga frecuentemente distintos trabajos a los alumnos con dificultades de aprendi-
zaje y a quienes avanzan más deprisa (ver Tabla 4). En cambio, entre el profesorado
de grupos que no cuentan con alumnado procedente de hogares desfavorecidos, el
porcentaje es solo el 29.62%. La relación entre esta práctica y la presencia de este
alumnado resulta significativa (p=.000; OR=3.147). También lo es en la comprobación

RIE, 2017, 35(1), 133-150


142 Javier Gil Flores

de cuadernos o deberes (p=.000), la referencia a problemas de la vida cotidiana para


demostrar la utilidad de adquirir nuevos conocimientos (p=.020; OR=1.724), y el empleo
de recursos TIC para realizar proyectos o hacer ejercicios en clase (p=.047; OR=1.574).
Estas tres prácticas docentes se dan con mayor frecuencia entre el profesorado que
atiende al alumnado de bajo nivel socioeconómico.

Tabla 3

Distribución del tiempo de clase en función de la presencia de alumnado de bajo nivel socioeconómico

>30% de
Sin alumnado de
alumnado de
bajo nivel socio-
bajo nivel
económico
socioeconómico
d de
Media Media T
Cohen
Tiempo de clase en tareas administrativas (%) 6.59 8.1 3.80** .442
Tiempo de clase en mantener el orden (%) 11.92 20.64 6.96** .728
Tiempo de clase en enseñanza y aprendizaje (%) 80.63 70.56 -7.29** - .661
* p<.05; ** p<.01

Tabla 4

Actividades de enseñanza-aprendizaje realizadas en las aulas frecuentemente o siempre

>30% de
Sin alumnado
alumnado
de bajo nivel
de bajo nivel
socioeconómico
socioeconómico
% de prof. % de prof. p OR
– Presento un resumen de los últimos
72.24 77.38 .273 -
contenidos aprendidos
– Los alumnos trabajan en pequeños
grupos para hallar una solución 34.15 37.97 .346 -
conjunta a un problema o tarea
– Encargo un trabajo diferente a aquellos
alumnos que tienen dificultades de
29.62 56.03 .000** 3.147
aprendizaje y/o a los que avanzan más
deprisa
– Hago referencia a un problema de
la vida cotidiana o del trabajo para
76.14 83.98 .020* 1.724
demostrar por qué es útil adquirir
nuevos conocimientos

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Características del profesorado y desempeño docente en aulas con alumnado de bajo nivel socioeconómico 143

– Dejo que los alumnos practiquen tareas


similares hasta que sé que todos ellos 72.59 73.25 .845 -
han comprendido la materia
– Compruebo los cuadernos de ejercicios
75.82 88.27 .000** 2.533
o los deberes de mis alumnos
– Los alumnos realizan proyectos cuya
elaboración completa requiere al 25.59 26.90 .715 -
menos una semana
– Los alumnos emplean recursos
TIC para realizar proyectos o hacer 33.48 43.27 .047* 1.574
ejercicios en clase
* p<.05; ** p<.01

En cuanto a procedimientos de evaluación (Tabla 5), la presencia de alumnado con


bajo nivel socioeconómico se asocia a una más frecuente realización de observaciones
por escrito para acompañar las calificaciones asignadas a trabajos (p=.005; OR=1.673), y
también a conceder un mayor protagonismo al alumnado en la evaluación de su propio
aprendizaje (p=.027; OR=1.541). Ambos aspectos resultan clave para propiciar un uso
formativo de la evaluación.

Tabla 5

Procedimientos de evaluación del aprendizaje empleados frecuentemente o siempre en las aulas

>30% de
Sin alumnado de
alumnado
bajo nivel
de bajo nivel
socioeconómico
socioeconómico
% de prof. % de prof. p OR
– Les pongo un examen creado por mí 71.65 75.75 .263 -
– Les pongo un examen estandarizado 8.11 12.95 .066 -
– Hago que los alumnos respondan
individualmente preguntas delante de la 62.40 63.86 .718 -
clase
– Hago observaciones por escrito sobre
el trabajo de los alumnos además de 67.31 76.75 .005** 1.673
ponerles una nota
– Dejo que los alumnos evalúen su 20.57 27.67 .027* 1.541
progreso
– Observo a los alumnos cuando trabajan
en una tarea determinada y les hago 83.01 81.99 .787 -
comentarios en ese mismo momento
* p<.05; ** p<.01

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144 Javier Gil Flores

Tras realizar un análisis discriminante para corroborar los resultados anteriores,


la función discriminante extraída establece una diferenciación significativa entre los
grupos con o sin presencia de alumnado socioeconómicamente desfavorecido (lambda
de Wilks=.813; p<.000; 73.5% de sujetos correctamente clasificados). Los mayores coe-
ficientes estandarizados en la función han correspondido al porcentaje de tiempo de
clase dedicado a mantener el orden (.727), el encargo frecuente de distinto trabajo a
aquellos alumnos que tienen dificultades de aprendizaje y/o a los que avanzan más
deprisa (.470), la comprobación frecuente de cuadernos de ejercicios o deberes (.254)
y el porcentaje de tiempo dedicado a tareas administrativas (.209).

Análisis conjunto de variables del entorno escolar

La regresión logística binaria se ha utilizado para avanzar en el análisis de las asocia-


ciones hasta ahora descritas. Tomamos como variable dependiente binaria la presencia
de alumnado de bajo nivel socioeconómico, diferenciando dos categorías: grupos sin
presencia de este tipo de alumnado (0) y grupos con más del 30% de alumnado de
estas características (1). Hemos construido dos modelos de regresión incluyendo como
variables independientes las que en los análisis previos han resultado estar significati-
vamente relacionadas con la presencia de alumnado de bajo nivel socioeconómico. Cada
modelo considera por separado las características del profesorado y sus actuaciones
docentes. Determinamos las probabilidades de que en un grupo se registre elevada
presencia de alumnado de bajo nivel socioeconómico, identificando las variables rele-
vantes en esta predicción y que, por tanto, resultan características del profesorado y
la actuación docente ante este tipo de estudiantes.
La R cuadrado de Nagelkerke es .202 en el primer modelo y .403 en el segundo.
La potencia explicativa de ambos modelos, se valora a partir del porcentaje de casos
correctamente clasificados en las categorías de la variable dependiente, respectivamente
el 68.4% y 76.8%.
Los resultados del análisis se muestran en la Tabla 6. En el bloque de aspectos rela-
tivos al profesorado (Modelo I), permanecen vinculadas al nivel socioeconómico del
alumnado dos variables: la satisfacción con el actual entorno de trabajo (p<.001) y la
participación durante los últimos 12 meses en actividades de desarrollo profesional
sobre enfoques de aprendizaje individualizados (p<.05). En el Modelo II, centrado
en las actuaciones docentes, mantienen un efecto significativo (p<.001) el encargo de
actividades diferentes al alumnado con distintos ritmos de aprendizaje, junto con el
seguimiento del cuaderno de ejercicios o deberes de los alumnos. Aunque con un
menor nivel de significación (p<.05), se confirma también el efecto del tiempo dedicado
a mantener el orden en la clase.
Las odds ratios permiten cuantificar el valor de una variable en la diferenciación de
grupos con alumnado de bajo nivel socioeconómico. Indican cuánto más probable es la
presencia elevada de este alumnado cuando se observa una determinada característica
del profesorado o actuación docente, frente a la situación en que ésta no se da. En
variables continuas, las odds ratios representan el incremento en las probabilidades de
que un grupo contenga elevada presencia de alumnado de bajo nivel socioeconómico
cuando aumenta una unidad el valor de la media.

RIE, 2017, 35(1), 133-150


Características del profesorado y desempeño docente en aulas con alumnado de bajo nivel socioeconómico 145

Tabla 6

Coeficientes, odds ratios y F de Wald para el efecto de las variables en los modelos de regresión logística

Modelo I Odds F de
B p
Características del profesorado ratio Wald
– Número de años como profesor en el centro1 -.023 .978 3,690 ,056
– Participación en actividades de desarrollo profesional sobre
.450 1.569 4,859 ,029
enfoques de aprendizaje individualizados (Sí)2
– Participación en actividades de desarrollo profesional sobre
.250 1.283 1,778 ,184
enseñanza en un entorno multicultural o plurilingüe (Sí)2
– Satisfacción con el actual entorno de trabajo1 -.191 .827 17,862 ,000
Modelo II Odds F de
B p
Actuaciones docentes ratio Wald
– Tiempo de clase dedicado a tareas administrativas (%)1 .017 1.017 .399 .528
– Tiempo de clase dedicado a mantener el orden (%) 1
.042 1.043 6.317 .013
– Tiempo de clase dedicado a enseñanza y aprendizaje (%) 1
-.010 .990 .406 .525
– Encargo un trabajo diferente a aquellos alumnos que tienen
dificultades de aprendizaje y/o a los que avanzan más .833 2.299 20.165 .000
deprisa (frecuentemente o siempre)3
– Hago referencia a un problema de la vida cotidiana o del
trabajo para demostrar por qué es útil adquirir nuevos .257 1.293 1.069 .303
conocimientos (frecuentemente o siempre)3
– Compruebo los cuadernos de ejercicios o los deberes de mis
.828 2.290 11.894 .001
alumnos (frecuentemente o siempre)3
– Los alumnos emplean recursos TIC para realizar proyectos
.344 1.411 2.260 .134
o hacer ejercicios en clase (frecuentemente o siempre)3
– Hago observaciones por escrito sobre el trabajo de los
alumnos además de ponerles una nota (frecuentemente o .051 1.052 .074 .786
siempre)3
– Dejo que los alumnos evalúen su propio progreso
.156 1.169 .652 .420
(frecuentemente o siempre)3
1
Odds ratio asociada al incremento de una unidad en la variable independiente.
2
Categoría de referencia: no.
3
Categoría de referencia: ocasionalmente o nunca.

De acuerdo con el modelo I, la participación en actividades de desarrollo profesional


sobre enfoques de aprendizaje individualizados incrementa en un 56.9% la probabilidad
de que el profesor esté impartiendo docencia a un grupo con alumnado procedente
de hogares desfavorecidos (odds ratio 1.569). Por el contrario, al incrementarse unita-
riamente el índice de satisfacción con el actual entorno de trabajo, la probabilidad de

RIE, 2017, 35(1), 133-150


146 Javier Gil Flores

impartir docencia en un grupo con alumnado de bajo nivel socioeconómico desciende


un 17.3% respecto a la probabilidad de que se trate de un grupo sin presencia de este
alumnado (odds ratio .827).
Los resultados del modelo II permiten valorar el efecto de las prácticas educativas
desarrolladas en las aulas. El encargo de actividades diferentes al alumnado en fun-
ción de su ritmo de aprendizaje y la comprobación de cuadernos son prácticas más
del doble de probables en grupos con alumnado de bajo nivel socioeconómico que en
grupos sin este alumnado (odds ratios de 2.299 y 2.290 respectivamente). También se
obtienen efectos significativos para el tiempo dedicado en clase a mantener el orden. El
incremento de una unidad en el porcentaje de tiempo empleado en esta tarea supone
aumentar en un 4.3% la probabilidad de que en el grupo se cuente con una presencia
elevada de alumnado con déficit socioeconómico (odds ratio 1.043).

Discusión y conclusiones

El objetivo de este trabajo es analizar la atención educativa al alumnado con bajo


nivel socioeconómico en los centros de ESO, centrándonos en las características del
profesorado y en su actuación docente.
Un primer aspecto a destacar tiene que ver con la satisfacción laboral del profeso-
rado. Aunque TALIS ha mostrado que la satisfacción del profesorado español es en
general elevada, es preciso hacer alguna matización cuando valoramos la situación del
profesorado que imparte docencia a grupos con alumnado desfavorecido. Conforme a
nuestros resultados, uno de los principales rasgos distintivos del profesorado implicado
en la atención al alumnado procedente de hogares desfavorecidos es su menor nivel
de satisfacción con el entorno donde trabaja. Ello resulta compatible con resultados
de estudios anteriores, que constataron que el trabajo en centros educativos con alta
presencia de este alumnado resulta menos atractivo, y predispone en mayor medida a
cambiar de centro (Feng, 2009; Hanushek et al., 2004). De hecho, en la generalidad de
los sistemas educativos se encuentran dificultades para retener o atraer a este tipo de
centros al profesorado de mayor experiencia y cualificación (OECD, 2013a). Consecuen-
temente, los esfuerzos realizados desde la política educativa tendrían que ir dirigidos no
solo a incrementar los recursos docentes, sino a garantizar la calidad y continuidad del
profesorado asignado. Medidas tendentes a dar estabilidad a las plantillas, ofreciendo
incentivos y garantizando la permanente actualización, pueden ser un modo de afron-
tar esta situación. De acuerdo con las conclusiones obtenidas por Sass et al. (2012), al
estudiar un amplio número de escuelas que acogen alumnado desfavorecido, antes que
atraer profesorado de alta cualificación puede ser incluso más eficaz retener a los que
ya trabajan en este tipo de centros y han demostrado su competencia, al tiempo que
propiciar un entorno que favorezca la mejora constante de las habilidades docentes.
Mayor incidencia de los problemas de disciplina es otro elemento asociado a los
grupos con presencia elevada de alumnado desfavorecido. El profesorado en estas aulas
dedica a mantener el orden el doble de tiempo que el profesorado de grupos de clase
sin alumnado de bajo nivel socioeconómico. Parece obvio que aulas donde se producen
conductas disruptivas y las relaciones entre alumnos son problemáticas no constituyen
el mejor escenario para compensar los déficits de aprendizaje en el alumnado. Con el

RIE, 2017, 35(1), 133-150


Características del profesorado y desempeño docente en aulas con alumnado de bajo nivel socioeconómico 147

objetivo de lograr la equidad, el reto ha de fijarse en conseguir que todo el alumnado,


con independencia del nivel socioeconómico de sus familias, pueda aprender en un
clima disciplinario positivo. Teniendo en cuenta la vinculación entre un clima de clase
positivo y el aprendizaje (Freiberg, 2013; Gaskins, Herres & Kobak, 2012), la mejora de la
convivencia en los centros, y en particular de la disciplina de aula, es un requisito para
avanzar en el rendimiento y constituye, por tanto, un ámbito de intervención prioritario.
Aulas con elevada presencia de alumnado socioeconómicamente desfavorecido
configuran contextos donde las prácticas de atención a la diversidad constituyen un
elemento clave de la intervención educativa. La equidad se vería favorecida por prácticas
docentes que impliquen la adopción de diferentes formas de enseñanza para diferentes
estudiantes, atendiendo a sus necesidades específicas (Ainscow, Booth & Dyson, 2006;
Tomlinson, 2014). En esta dirección apunta la práctica docente del profesorado español
que trabaja con alumnado de bajo nivel socioeconómico, caracterizado por encargar
distintos trabajos al alumnado en función de sus ritmos de aprendizaje. El análisis
realizado destaca también la participación en actividades de desarrollo profesional
centradas en los enfoques de aprendizaje individualizados, reflejando la inquietud
del profesorado por desarrollar su competencia para responder adecuadamente a la
diversidad. Y otra práctica docente característica, frente a quienes imparten docencia
en otros contextos, ha resultado ser un mayor seguimiento del trabajo realizado dentro
o fuera de clase, a través de la revisión de cuadernos de ejercicios y deberes.
Sin embargo, la intervención educativa sobre el alumnado desfavorecido no basta
para amortiguar el efecto de los déficits socioeconómicos y culturales que afectan al
entorno familiar. Aquí hemos valorado diferentes medidas que podrían resultar útiles
en el intento de aminorar el impacto de tales déficits sobre la equidad de nuestro sistema
educativo, tales como la retención del profesorado en los centros, su actualización, la
mejora del clima disciplinario en las aulas o las prácticas de atención a la diversidad.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el logro de resultados de aprendizaje equita-
tivos en nuestro alumnado no será consecuencia directa de los rasgos del profesorado
o de su intervención docente. Desde una perspectiva más amplia, es necesario contar
con una serie de factores contextuales, que dibujan un escenario complejo de elementos
interrelacionados, entre los que se encuentran aspectos no solo escolares, sino también
familiares, de la política educativa, sanitaria, relativos al desarrollo económico o a las
tradiciones culturales.
Con este enfoque, hacemos referencia a una ecología de la equidad (Ainscow, Dyson,
Goldrick & West, 2012), concepto que subraya la necesidad de relativizar la capacidad
de las escuelas para eliminar las desigualdades con que el alumnado accede a la edu-
cación, y condicionarla a la colaboración con otras instituciones. La colaboración entre
distintos agentes ha de ser entendida como la mejor vía para reducir las carencias y
desventajas que afectan a una parte del alumnado. Es necesaria la intervención desde
enfoques integradores, que tengan en cuenta la realidad económica, social y cultural,
planteando una intervención global desde diferentes ámbitos de decisión escolar, política
y económica sobre los contextos desfavorecidos. Actuaciones de este tipo podrían lle-
varnos a conseguir resultados sostenidos en el tiempo. En definitiva, se trata de integrar
los esfuerzos de las escuelas con otras acciones dirigidas a reducir la desigualdad y con
las políticas locales, regionales y nacionales orientadas a lograr una sociedad más justa.

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148 Javier Gil Flores

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Fecha de recepción: 17 de diciembre de 2015


Fecha de revisión: 17 de diciembre de 2015
Fecha de aceptación: 21 de abril de 2016

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151
Mosteiro García, M.J. y Porto Castro, A.M. (2017). Análisis de los estereotipos de género en alumnado de formación
profesional: diferencias según sex, edad y grado. Revista de Investigación Educativa, 35(1), 151-165
DOI: http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.257191

Análisis de los Estereotipos de Género


en alumnado de Formación Profesional:
Diferencias según sexo, edad y grado

Analyses of Gender Stereotypes in Vocational Education students:


Differences according to sex, age and grade

María Josefa Mosteiro García y Ana María Porto Castro


Universidad de Santiago de Compostela, Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación,
Facultad de Ciencias de la Educación

Resumen

Los estereotipos de género, creencias culturales acerca de los rasgos que poseen hombres y
mujeres influyen en la forma de actuar de las personas y sus relaciones con los demás. Este
trabajo tiene como objetivo conocer la presencia de estereotipos de género en alumnado de For-
mación Profesional y comprobar si existen diferencias en función del sexo, la edad y el grado
que cursan. Para dar respuesta a estos objetivos se realizó un estudio descriptivo, utilizando
una escala para recoger la opinión de una muestra de 452 estudiantes que cursan primer año
de ciclos formativos de Grado Medio y Superior de la Comunidad Autónoma de Galicia. Los
resultados obtenidos, tras la aplicación de la prueba t y el análisis de varianza, muestran un
rechazo de las y los jóvenes hacia los estereotipos de género, encontrando diferencias por sexo y
ciclo formativo. De estos resultados se deduce que, a pesar de los cambios que se han producido
en los últimos años, es necesario seguir sensibilizando al alumnado en materia de igualdad para
poder lograr una sociedad más justa e igualitaria.
Palabras clave: género; estereotipos de género; formación profesional; educación en
igualdad

Correspondencia: Ana María Porto Castro, [email protected], Universidad de Santiago de Compostela,


Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Facultad de Ciencias de la Educa-
ción, Rúa Xosé María Suárez Núñez, s/n (Campus Vida), 15782, Santiago de Compostela.

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152 María Josefa Mosteiro García y Ana María Porto Castro

Abstract

Gender stereotypes, defined as beliefs on the different characteristics of women and men
in our society, play a key role in the ways of thinking, interpreting and acting subjects, and
how to relate to other people. In this paper we are interested in knowing the presence of gender
stereotypes in vocational education students and see if there are differences according to sex,
age and training course enrollment. To meet these objectives a descriptive study was made with
a sample of 452 students attending first year of Intermediate and Higher training cycles in
Galicia. The results, after application of the t-test and analysis of variance show a rejection of
young people and adolescents to gender stereotypes, finding differences by sex and training cycle.
From these results it follows that even though something is changing in society, it is necessary
to further sensitize the students equal to move towards a more just and egalitarian society.
Keywords: gender; gender stereotypes; vocational education; education for equality

Introducción

El estudio de las diferencias entre los sexos, cuestión de interés universal, se inicia
a principios del siglo XX, si bien, las primeras investigaciones se realizan a mediados
del XIX, a raíz de los cambios socio-económicos de la Revolución Industrial y a los
enormes progresos en el campo científico en general.
Estos estudios han ido evolucionando desde sus inicios y han centrado su interés
en distintos ámbitos, desde las diferencias estrictamente psicológicas entre hombres y
mujeres, hasta los patrones de conducta característicamente masculinos y femeninos.
En todos ellos subyace la idea de que el género es un organizador básico en cualquier
cultura y sociedad.
En función de las características sexuales externas y de las diferentes funciones
dentro del proceso reproductivo, hombres y mujeres ocupan roles diferenciados en el
hacer social. Esta diferenciación ha sido interpretada de forma jerárquica en nuestra
tradición cultural, entendiendo que las mujeres son inferiores a los hombres, y origi-
nando, de este modo, modelos de desigualdad entre ambos sexos.
Además, esta visión del género ha dado lugar a una diferenciación en la sociali-
zación de hombres y mujeres. Tal y como indican Colás y Villaciervos (2007, p. 38):

Las personas se convierten en hombres y mujeres en función del aprendizaje


de representaciones culturales de género que rigen, no sólo, su constitución
genérica, sino también el carácter de las relaciones que, unos y otras, man-
tienen en diferentes esferas sociales (en ámbitos como la familia, la escuela,
el grupo de iguales, etc.). Así, el género como sistema cultural, provee de
referentes culturales que son reconocidos y asumidos por las personas.

Mediante los procesos de socialización, los individuos van conformando una


identidad de género determinada y van aprendiendo las conductas, las normas, las
costumbres, los estereotipos y los roles a partir de los patrones que dicta la cultura,
según sean varones o mujeres.

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Análisis de los estereotipos de género en alumnado de formación profesional: diferencias según sexo, ... 153

En los últimos años se ha producido un cambio en los roles de género. Uno de los
hechos que ha contribuido de manera singular a este cambio ha sido el paulatino y
creciente nivel educativo alcanzado por las mujeres que poco a poco se ha ido equipa-
rando, e incluso en algunos casos, ha superado al logrado por los varones.
Es obvio que el incremento de la formación académica de las mujeres ha favorecido
su incorporación al mercado de trabajo y sus posibilidades de promoción y participa-
ción en la vida económica y social.
Ahora bien, este hecho que ha supuesto un cambio importante en la vida de las
mujeres no lleva consigo, necesariamente, la desaparición de los estereotipos de género.
Hoy en día todavía siguen vigentes creencias estereotipadas acerca del trabajo de muje-
res y hombres, consecuencia de los diferentes roles que uno y otro sexo desempeñan
en la sociedad.
El presente trabajo pretende conocer si en las y los jóvenes en formación persisten
ciertos estereotipos de género, y comprobar si la interiorización de los mismos difiere
en función del sexo, la edad y el grado de Formación Profesional cursado.

Los estereotipos de género

Para aproximarnos al concepto de estereotipos de género conviene, previamente,


hacer referencia a lo que se entiende por sexo y género. El sexo alude a las diferencias
estrictamente biológicas que existen entre mujeres y hombres mientras que el género
se refiere a las características consideradas socialmente apropiadas para uno y otro
sexo en cada sociedad determinada.
El género es, por tanto, una “representación cultural, que contiene ideas, prejuicios,
valores, interpretaciones, normas, deberes, mandatos y prohibiciones sobre la vida de
las mujeres y de los hombres (Colás & Villaciervos, 2007, p. 37).
Los estereotipos de género son creencias socialmente aceptadas acerca de los rasgos
y roles característicos de uno y otro sexo en la sociedad (de Lemus, Castillo, Moya,
Padilla, & Ryan, 2008).

Estas creencias llevan implícita la existencia de una dicotomía de rasgos


de personalidad, roles, características físicas y ocupaciones que se asocian
tradicionalmente a hombres y mujeres y tienen una gran influencia en el
individuo, en su percepción del mundo y de sí mismo y en su conducta
(Porto et al., 2012, p. 3).

Esto es, la interiorización de las diferencias de género influye en la forma de actuar


de las personas y sus relaciones con los demás.
Los estereotipos de género son fiel reflejo de una cultura y una historia y, como tal,
tienden a mantenerse porque responden a las necesidades de la sociedad de preservar
las normas sociales que mantienen el statu quo. En este sentido, se caracterizan por su
fuerte resistencia al cambio y por seguir vigentes en la sociedad hasta que se produzca
un cambio en los roles de mujeres y hombres.
Estas creencias estereotipadas se transmiten de una generación a otra a través de
un complejo sistema de interacciones en el que intervienen diversos agentes e institu-

RIE, 2017, 35(1), 151-165


154 María Josefa Mosteiro García y Ana María Porto Castro

ciones. Los agentes de socialización juegan un papel fundamental en la transmisión y


perpetuación de los estereotipos de género tradicionales (Vázquez-Cupeiro, 2015). La
familia y la escuela son los principales espacios de socialización en los que se aprenden
e interiorizan los roles masculinos y femeninos (Perry & Pauletti, 2011).
La manera de actuar de los/as progenitores con sus hijos/as incide en la adquisición
y consolidación de los estereotipos de género. El diferente trato que se da en la familia
a niños y niñas sirve como modelo en la interiorización de los roles que se consideran
propios de uno y otro sexo.
Según las teorías de la perspectiva cognitiva, desarrolladas dentro del marco general
de las teorías de los esquemas (Bem, 1981; Markus, Crane, Bernstein & Siladi, 1982), el
concepto de yo de género influye en el procesamiento de la información relacionada con
las categorías sexuales. De este modo, las niñas y los niños empiezan a adquirir los este-
reotipos de género casi al mismo tiempo que toman conciencia de su identidad de género.
Las pautas diferenciales de socialización que tienen lugar desde edades muy tem-
pranas en la vida del individuo, van a tener implicaciones en la etapa adulta y dan
respuesta a las diferencias en las conductas, motivaciones, valores y autoncepto entre
uno y otro sexo.
Por otro lado, la escuela a través del currículum oculto, refuerza los estereotipos de
género que se inician en el seno familiar, estereotipos que tienen una gran influencia
en el autoconcepto y logro académico (Igbo, Onu, & Obiyo, 2015).
De acuerdo con Elejabeitia y López Sáez (2003, p. 182) es importante señalar que

los estereotipos son la base de los prejuicios que afectan tanto a hombres como
a mujeres por el carácter que tienen no solo descriptivo sino prescriptivo.
Cada vez que la persona aprende que es ‘niño’ o que es ‘niña’, va aprendiendo
también cual es la conducta apropiada para esa autocategorización, siguiendo
las prescripciones culturales asociadas a su sexo.

Cuando los hombres o las mujeres no cumplen con lo socialmente esperable para
su sexo, sufren las consecuencias que impone la sociedad y sus actuaciones suelen ser
criticadas y rechazadas socialmente.
En los últimos años, diversos estudios (Alvariñas, Fernández Villarino, & López
Villar, 2009; Alvariñas & Novoa, 2016; Castillo-Mayén & Montes-Berges, 2014; Colás
& Villaciervos, 2007; Delpino & Eresta, 2013; Díaz-Aguado, Martínez Arias, & Martí-
nez Babarro, 2014; Heilman, 2015; Kurtz-Costes, Copping, Rowley, & Kinlaw, 2014;
Miller, Eagly, & Linn, 2015; Pastor & Marrrucci, 2015; Rodríguez San Julián & Megías,
2015; Ruiz Palomino, Ballester, Gil Larrio, Giménez García, & Salmerón 2010; Sánchez
García et al. 2011) han tratado de conocer la persistencia de estereotipos de género en
alumnado de distintas etapas educativas.
Así, Miller et al. (2015) constatan que chicos y chicas siguen teniendo una imagen
estereotipada de las profesiones y mantienen la creencia de que los hombres tienen
cualidades más apropiadas para desempeñar profesiones en el ámbito de la ciencia,
siendo la estereotipia más acusada en el caso del sexo masculino. Destacar que, pre-
cisamente el carácter prescriptivo de los estereotipos de género impide el desarrollo
profesional de las mujeres (Heilman, 2015).

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Análisis de los estereotipos de género en alumnado de formación profesional: diferencias según sexo, ... 155

En la misma línea, según Kurtz-Costes et al. (2014) las creencias estereotipadas de


los adultos sobre las diferentes capacidades académicas de niños y niñas condicionan
sus elecciones futuras.
Por su parte Colás y Villaciervos (2007) en su estudio realizado con alumnado de
secundaria verifican una elevada interiorización de conductas estereotipadas hacia el
otro sexo entre el alumnado. Asimismo, Alvariñas et al. (2009) evidencian la existencia
de estereotipos en el deporte, aunque también muestran cierta progresión respecto a
algunas cuestiones, lo que hace pensar que el pensamiento de las y los jóvenes está
evolucionando positivamente.
Sánchez García et al. (2011) señalan que a mayor edad y nivel educativo menor
presencia de estereotipos de género en las personas y viceversa, a menor edad y nivel
educativo mayor presencia de estereotipia de género. La flexibilidad de los estereoti-
pos de género con la edad también se pone de manifiesto en el estudio realizado por
Ruiz Palomino et al. (2010), quienes comprobaron que los y las adolescentes manifies-
tan actitudes discriminatorias en función del género, creencias que van cambiando a
medida que pasa el tiempo.
García Pérez et al. (2010) en una muestra de estudiantes de primaria y secundaria de
centros públicos y privados de la provincia de Sevilla, comprobaron que las alumnas están
más sensibilizadas en materia de igualdad que los alumnos. También constataron que el
alumnado muestra conductas más igualitarias hacia cuestiones relacionadas con activi-
dades profesionales y sociales que personales, sobre todo en lo que se refiere a la repro-
ducción y a las tareas de cuidado, actividades tradicionalmente asociadas al rol femenino.
En un trabajo realizado con estudiantes de educación secundaria de Italia y España
Pastor y Marrucci (2015) constataron que, en general, el alumnado español está más
sensibilizado en materia de igualdad que el italiano. Por otra parte, observaron que las
alumnas españolas están más sensibilizadas en materia de igualdad que los alumnos,
especialmente en las conductas que tienen que ver con el plano social y personal, puesto
que en estos ámbitos es donde existe una mayor desigualdad entre uno y otro sexo.
El aumento del rechazo del sexismo es constatado por Díaz-Aguado et al. (2015)
en estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Ciclos Formativos
de centros de distintas Comunidades Autónomas.
Según Delpino y Eresta (2013), todavía persisten en los adolescentes ciertos este-
reotipos tradicionales en el terreno de la sexualidad que inciden probablemente en las
formas en las que los/as adolescentes encaran las relaciones de pareja, que en ocasiones
incluyen ingredientes de violencia.
Para Rodríguez San Julián y Megías (2015), sigue existiendo una clara diferenciación
en las atribuciones que chicos y chicas conceden a uno y otro sexo. Así constatan en
su trabajo que los rasgos de sensibilidad, comprensión, inteligencia, responsabilidad
y prudencia son asociados al sexo femenino, mientras lo masculino se relaciona con
el dinamismo y la funcionalidad, la actuación y el protagonismo.
En la misma línea, pero en el ámbito universitario, las conclusiones obtenidas por
Castillo-Mayén y Montes-Berges (2014) subrayan que, si bien se observan importantes
cambios en los estereotipos de género, especialmente en los estereotipos femeninos,
todavía se mantienen ciertas conductas estereotipadas que perpetúan las desigualdades
entre uno y otro sexo.

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156 María Josefa Mosteiro García y Ana María Porto Castro

Por su parte, Alvariñas y Novoa (2016) confirman la resistencia al cambio del


estereotipo que afirma que unos deportes son más apropiados para hombres y otros
para mujeres, aunque sugieren un cierto avance en relación con los estereotipos
tradicionales.
A la vista de los resultados de estos estudios, todo parece indicar que siguen vigentes
los estereotipos de género entre las y los jóvenes y adolescentes. Debido al papel que
éstos juegan en las formas de pensar, de interpretar y de actuar de las personas y en
su relación con los demás así como su importancia educativa y personal, decidimos
realizar el presente estudio y presentar, a continuación, los resultados obtenidos al
analizar el grado de acuerdo o desacuerdo de una muestra de estudiantes de Formación
Profesional, ante una serie de afirmaciones estereotipadas.

Método

Objetivo

Nuestro objetivo es conocer la presencia de estereotipos de género en el alumnado


que cursa ciclos formativos de Grado Medio y Superior en la Comunidad Autónoma
de Galicia y comprobar si existen diferencias en función del sexo, la edad y si el ciclo
cursado es de grado medio o superior.

Población y Muestra

La población está constituida por alumnado de Formación Profesional de Grado


Medio y Superior que cursa sus estudios en centros educativos públicos, concertados
y privados de la Comunidad Autónoma Gallega.
La muestra, seleccionada al azar, está formada por un total de 452 estudiantes, 215
hombres (47.6%) y 237 mujeres (52.4%) de edades comprendidas mayoritariamente
entre los 16 y 20 años (62.3%), que estudian primer (92.9%) y segundo curso (7.1%) de
ciclos formativos de grado medio (53.3%) y superior (46.7%) en Institutos de Educación
Secundaria de las provincias de Pontevedra (50.4%) y A Coruña (49.6%).

Instrumento

Se diseñó una escala ad hoc tipo Likert –ver tabla 1– compuesta por un total de 13
ítems, con cinco opciones de respuesta (1: Muy en desacuerdo a 5: Muy de acuerdo)
para medir el grado de acuerdo del alumnado ante un conjunto de afirmaciones
estereotipadas. En el instrumento aparecen también recogidas las variables de identi-
ficación personal sexo (hombre, mujer), ciclo formativo (ciclo formativo grado medio
y superior), edad (16-20 años, 21-25 años, 26-30 años, 31-35 años, 36-45 años y más de
45 años) y curso (1º y 2º).
La escala se sometió al análisis y valoración de un grupo de expertos/as en género
del ámbito universitario. Como resultado de las contribuciones otorgadas por los/as
expertos/as se reformuló la redacción de varios de los ítems, quedando la escala defi-
nitiva configurada por el mismo número de ítems de la versión inicial.

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Análisis de los estereotipos de género en alumnado de formación profesional: diferencias según sexo, ... 157

El cálculo de la fiabilidad del instrumento de medida a través del coeficiente Alpha


de Cronbach proporciona un valor de .830 informando que posee una elevada con-
sistencia interna.

Tabla 1

Escala para evaluar los estereotipos de Género

Indica en qué medida estás de acuerdo con las siguientes afirmaciones (1) Muy en desacuer-
do; (2) En desacuerdo; (3) Indiferente; (4) De acuerdo; (5) Muy de acuerdo.

1. Las mujeres deben tener las mismas posibilidades de trabajo que los hombres
2. Contratar a las mujeres solo trae problemas a las empresas
3. Hay trabajos que son más apropiados para las mujeres que para los hombres
4. Hay trabajos que son más apropiados para los hombres que para las mujeres
5. Hay trabajos en los que los hombres deberían tener preferencia sobre las mujeres a la hora
de los ascensos y de la promoción
6. Las mujeres tienen más dificultades para encontrar un trabajo que tradicionalmente se
identifica como un trabajo de hombres
7. Los hombres tienen más dificultades para encontrar un trabajo que tradicionalmente se
identifica como un trabajo de mujeres
8. Las ocupaciones en las que trabajan sobre todo hombres tienen mayor reconocimiento
social que las ocupaciones en las que la presencia femenina es mayoritaria
9. Las ocupaciones en las que trabajan sobre todo mujeres poseen peores condiciones labora-
les que las ocupaciones en las que trabajan sobre todo hombres
10. Las profesiones en las que trabajan sobre todo mujeres están peor remuneradas que las
profesiones en las que trabajan sobre todo hombres
11. Hay trabajos en los que se necesita fuerza y otras cualidades/habilidades que las mujeres
no tienen
12. Hay algunos tipos de trabajos más apropiados para las mujeres y otros más apropiados
para los hombres
13. En nuestra sociedad las mujeres no sufren discriminación a la hora de incorporarse al
mercado laboral

Procedimiento de recogida y análisis de datos

El instrumento fue aplicado por los miembros del equipo de investigación, que
recibieron instrucciones generales a seguir en el momento de la administración de
la escala, con el fin de que las condiciones de aplicación fuesen lo más homogéneas
posibles, tratando de este modo de asegurar la validez del procedimiento.
Previa autorización, la escala fue aplicada, durante el mismo periodo de tiempo,
en el aula y en el horario académico habitual. Se informó brevemente a los sujetos que

RIE, 2017, 35(1), 151-165


158 María Josefa Mosteiro García y Ana María Porto Castro

voluntariamente decidieron participar en la investigación, de los objetivos del estudio,


al mismo tiempo que se le dieron las instrucciones específicas necesarias para responder
a las cuestiones planteadas.
El tratamiento de los datos se realizó mediante el paquete estadístico SPSS. Se llevó
a cabo un análisis descriptivo básico (media, desviación típica), se aplicó la prueba t
de Student para comprobar la existencia de diferencias estadísticamente significativas
en los estereotipos de género en función del sexo y si el ciclo formativo cursado es
de grado medio o superior y el análisis de la varianza para conocer la existencia de
diferencias en función de la edad.

Resultados

A continuación, presentamos los resultados obtenidos aludiendo en primer lugar,


a los estereotipos de género de la muestra total para, a continuación, mostrar los
alcanzados en función del sexo, la edad y ciclo formativo de grado medio y superior.

Estereotipos de género en la muestra total

Tal y como se puede comprobar en la tabla 2, el alumnado participante en el estudio


manifiesta muy claramente su grado de acuerdo ante la afirmación “Las mujeres deben
tener las mismas posibilidades de trabajo que los hombres”. Por otra parte, también
se muestra de acuerdo, aunque en menor medida, ante las afirmaciones “Las mujeres
tienen más dificultades para encontrar un trabajo que tradicionalmente se identifica
como un trabajo de hombres”, “Los hombres tienen más dificultades para encontrar
un trabajo que tradicionalmente se identifica como un trabajo de mujeres” y “Las
profesiones en las que trabajan sobre todo mujeres están peor remuneradas que las
profesiones en las que trabajan sobre todo hombres”.

Tabla 2

Estereotipos de género en la muestra total

Estereotipos de Género (X ) (S )
Las mujeres deben tener las mismas posibilidades de trabajo que los hombres. 4.66 1.022
Contratar a las mujeres solo trae problemas a las empresas. 1.27 0.852
Hay trabajos que son más apropiados para las mujeres que para los hombres. 2.53 1.367

Hay trabajos que son más apropiados para los hombres que para las mujeres. 2.67 1.436
Hay trabajos en los que los hombres deberían tener preferencia sobre las mu-
1.46 0.995
jeres a la hora de los ascensos y de la promoción.
Las mujeres tienen más dificultades para encontrar un trabajo que tradiciona-
3.86 1.261
lmente se identifica como un trabajo de hombres.

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Análisis de los estereotipos de género en alumnado de formación profesional: diferencias según sexo, ... 159

Los hombres tienen más dificultades para encontrar un trabajo que tradiciona-
3.31 1.348
lmente se identifica como un trabajo de mujeres.
Las ocupaciones en las que trabajan sobre todo hombres tienen mayor recono-
cimiento social que las ocupaciones en las que la presencia femenina es may- 2.94 1.360
oritaria.
Las ocupaciones en las que trabajan sobre todo mujeres poseen peores condi-
2.74 1.364
ciones laborales que las ocupaciones en las que trabajan sobre todo hombres.
Las profesiones en las que trabajan sobre todo mujeres están peor remunera-
3.17 1.354
das que las profesiones en las que trabajan sobre todo hombres.
Hay trabajos en los que se necesita fuerza y otras cualidades/habilidades que
2.97 1.435
las mujeres no tienen.
Hay algunos tipos de trabajos más apropiados para las mujeres y otros más
3.08 1.447
apropiados para los hombres.
En nuestra sociedad las mujeres no sufren discriminación a la hora de incor-
2.95 1.400
porarse al mercado laboral.

El alumnado encuestado muestra la persistencia de determinados estereotipos y no


se posiciona a favor ni en contra de afirmaciones como las siguientes: “Hay algunos
tipos de trabajos más apropiados para las mujeres y otros más apropiados para los
hombres”, “En nuestra sociedad las mujeres no sufren discriminación a la hora de
incorporarse al mercado laboral”, “Hay trabajos en los que se necesita fuerza y otras
cualidades/habilidades que las mujeres no tienen” y “ Las ocupaciones en las que
trabajan sobre todo hombres tienen mayor reconocimiento social que las ocupaciones
en las que la presencia femenina es mayoritaria”.
Las respuestas del alumnado a las afirmaciones “Contratar a las mujeres sólo trae
problemas a las empresas” y “Hay trabajos en los que los hombres deberían tener
preferencia sobre las mujeres a la hora de los ascensos y de la promoción” alcanzan
las medias más bajas, manifestando las y los participantes en el estudio menor grado
de acuerdo ante las mismas.

Diferencias por sexo en los estereotipos de género

Al analizar los datos obtenidos en función del sexo, los resultados derivados de la
prueba t de Student muestran la existencia de diferencias estadísticamente significativas
en todos los ítems de la escala entre uno y otro sexo.
Así, las chicas alcanzan puntuaciones medias superiores a las de los chicos, con
valores muy próximos al máximo de la escala, ante afirmaciones como las siguientes:
“Las mujeres deben tener las mismas posibilidades de trabajo que los hombres” y
“Las mujeres tienen más dificultades para encontrar un trabajo que tradicionalmente
se identifica como un trabajo de hombres”, lo que significa que están más de acuerdo
que sus compañeros en dichas afirmaciones.
Se sitúan también con puntuaciones medias superiores a las de sus compañeros,
aunque en menor medida, ante las afirmaciones: “Los hombres tienen más dificultades
para encontrar un trabajo que tradicionalmente se identifica como un trabajo de muje-

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160 María Josefa Mosteiro García y Ana María Porto Castro

res”, “Las ocupaciones en las que trabajan sobre todo hombres tienen mayor recono-
cimiento social que las ocupaciones en las que la presencia femenina es mayoritaria”,
“ Las ocupaciones en las que trabajan sobre todo mujeres poseen peores condiciones
laborales que en las que trabajan sobre todo hombres”, “Las profesiones en las que
trabajan sobre todo mujeres están peor remuneradas que las profesiones en las que
trabajan sobre todo hombres” y “En nuestra sociedad las mujeres no sufren discrimi-
nación a la hora de incorporarse al mercado laboral”.
Por el contrario, los chicos obtienen puntuaciones medias algo más elevadas que
las chicas en los ítems “Contratar a las mujeres solo trae problemas a las empresas” y
“Hay trabajos en los que los hombres deberían tener preferencia sobre las mujeres a
la hora de los ascensos y de la promoción”. Aunque se manifiestan en desacuerdo con
estas afirmaciones lo hacen en menor medida que sus compañeras que manifiestan un
mayor grado de desacuerdo.
La postura ante los estereotipos de género de los alumnos no parece tan clara, en
comparación con las alumnas, al situar sus respuestas en torno al punto medio de la
escala en las afirmaciones: “Hay trabajos que son más apropiados para las mujeres
que para los hombres” y viceversa “Hay trabajos que son más apropiados para los
hombres que para las mujeres”, “Hay trabajos en los que se necesita fuerza y otras
cualidades/habilidades que las mujeres no tienen” y “Hay algunos tipos de trabajos
más apropiados para las mujeres y otros más apropiados para los hombres”.

Tabla 3

Diferencias por sexo en los estereotipos de género

Mujeres Hombres
Estereotipos de Género t p
(X ) (S ) (X ) (S )
Las mujeres deben tener las mismas
4.86 0.655 4.44 1.283 0.4361 .000
posibilidades de trabajo que los hombres.
Contratar a las mujeres solo trae problemas a
1.10 0.519 1.46 1.082 -4.591 .000
las empresas.
Hay trabajos que son más apropiados para las
2.26 1.238 2.83 1.444 -4.514 .000
mujeres que para los hombres.
Hay trabajos que son más apropiados para
2.34 1.307 3.03 1.491 -5.207 .000
los hombres que para las mujeres.
Hay trabajos en los que los hombres deberían
tener preferencia sobre las mujeres a la hora 1.28 0.802 1.67 1.141 -4.280 .000
de los ascensos y de la promoción.
Las mujeres tienen más dificultades para
encontrar un trabajo que tradicionalmente se 4.20 0.906 3.49 1.478 6.235 .000
identifica como un trabajo de hombres.

RIE, 2017, 35(1), 151-165


Análisis de los estereotipos de género en alumnado de formación profesional: diferencias según sexo, ... 161

Los hombres tienen más dificultades para


encontrar un trabajo que tradicionalmente se 3.43 1.262 3.16 1.425 2.145 .032
identifica como un trabajo de mujeres.
Las ocupaciones en las que trabajan sobre
todo hombres tienen mayor reconocimiento
3.19 1.341 2.67 1.331 4.139 .000
social que las ocupaciones en las que la
presencia femenina es mayoritaria.
Las ocupaciones en las que trabajan sobre
todo mujeres poseen peores condiciones
2.99 1.361 2.45 1.316 4.227 .000
laborales que las ocupaciones en las que
trabajan sobre todo hombres.
Las profesiones en las que trabajan sobre
todo mujeres están peor remuneradas que
3.56 1.226 2.74 1.365 6.673 .000
las profesiones en las que trabajan sobre todo
hombres
Hay trabajos en los que se necesita fuerza y
otras cualidades/habilidades que las mujeres 2.76 1.321 3.20 1.523 -3.293 .001
no tienen.
Hay algunos tipos de trabajos más apropiados
para las mujeres y otros más apropiados para 2.87 1.388 3.32 1.477 -3.358 .001
los hombres.
En nuestra sociedad las mujeres no sufren
discriminación a la hora de incorporarse al 3.30 1.288 2.56 1.422 5.757 .000
mercado laboral.

Diferencias en los estereotipos de género según ciclo formativo de grado medio o


superior

Analizamos también si existían diferencias en función de si el ciclo formativo es de


grado medio o superior. Al respecto, los resultados derivados de la prueba t de Student
muestran la existencia de diferencias estadísticamente significativas en los ítems de la
escala “Hay trabajos que son más apropiados para los hombres que para las mujeres”,
“Hay trabajos en los que los hombres debería tener preferencia sobre las mujeres a la
hora de los ascensos y de la promoción”, “Los hombres tienen más dificultades para
encontrar un trabajo que tradicionalmente se identifica como un trabajo de mujeres”
y “Hay algunos tipos de trabajos más apropiados para las mujeres y otros más apro-
piados para los hombres”.
Estas diferencias son, en todos los casos, a favor del alumnado que cursa ciclos
formativos de grado medio, excepto en el ítem “Los hombres tienen más dificulta-
des para encontrar un trabajo que tradicionalmente se identifica como un trabajo de
mujeres”, en el cual los estudiantes que cursan ciclos formativos de grado superior
obtienen puntuaciones medias más altas, expresando un mayor grado de acuerdo con
esta afirmación (ver tabla 4).

RIE, 2017, 35(1), 151-165


162 María Josefa Mosteiro García y Ana María Porto Castro

Tabla 4

Diferencias en los estereotipos de género según ciclo formativo de grado medio o superior

Grado Grado
Medio Superior
Estereotipos de Género t p
(X ) (S ) (X ) (S )

Hay trabajos que son más apropiados para los hom-


2.88 1.454 2.48 1.397 2.981 .030
bres que para las mujeres.
Hay trabajos en los que los hombres deberían tener
preferencia sobre las mujeres a la hora de los ascen- 1.60 1.092 1.30 0.886 2.765 .006
sos y de la promoción.
Los hombres tienen más dificultades para encon-
trar un trabajo que tradicionalmente se identifica 3.18 1.418 3.42 1.276 -1.923 .055
como un trabajo de mujeres.
Hay algunos tipos de trabajos más apropiados para
3.27 1.477 2.91 1.401 2.672 .008
las mujeres y otros más apropiados para los hombres.

Diferencias por edad en los estereotipos de género

Si tenemos en cuenta la edad de los sujetos de la muestra, el análisis de varianza


realizado para cada uno de los ítems de nuestra escala, constata la no existencia de
diferencias estadísticamente significativas en los distintos grupos de edad, de manera
que no podemos confirmar con nuestros datos que los estereotipos de género se ate-
núen con la edad.

Discusión y conclusiones

Los resultados obtenidos en nuestro trabajo, al igual que en estudios similares, per-
miten afirmar que el alumnado muestra una mayor sensibilización hacia la igualdad
(Alvariñas & Novoa, 2016; García Pérez et al., 2010; Pastor & Marrucci, 2015). En nuestro
estudio esta realidad se vislumbra en el alumnado que cursa un ciclo formativo de
grado medio o superior cuyas actitudes hacia el trabajo son cada vez más igualitarias,
pues parecen haber interiorizado ciertas afirmaciones como, por ejemplo, que “Las
mujeres deben tener las mismas posibilidades de trabajo que los hombres”.
En nuestra opinión, estos hallazgos son congruentes con la situación actual de las mujeres
en el mercado laboral y su presencia cada vez mayor en los diferentes sectores de activi-
dad, siendo precisamente el ámbito laboral uno de los espacios donde se pueden observar
mayores logros en materia de igualdad en los últimos años (Cebrián & Moreno, 2008).
No obstante, cabe señalar la existencia de diferencias de género en los estereotipos.
De este modo, las chicas manifiestan una mayor sensibilización hacia la igualdad que
los chicos en aspectos relacionados con las condiciones laborales, el reconocimiento
social y las dificultades de acceso al mercado laboral, algo similar a lo encontrado
por García Pérez et al. (2010) y Pastor y Marrucci (2015) en sus respectivos estudios.

RIE, 2017, 35(1), 151-165


Análisis de los estereotipos de género en alumnado de formación profesional: diferencias según sexo, ... 163

Por el contrario, aunque se muestran a favor de la igualdad en el trabajo, los chicos


parece que han interiorizado más que las chicas ciertos estereotipos de género cuando
aluden a la idoneidad de una actividad laboral u otra dependiendo del sexo y cuando
se refieren a las competencias que es necesario dominar para realizar ciertas actividades
asociadas a un tipo de trabajo determinado.
Por otra parte, la edad no parece tener mayor repercusión en los estereotipos de
género. Nuestros resultados muestran, a diferencia de otros estudios (Ruiz Palomino
et al., 2010; Sánchez García et al., 2011), que los estereotipos no se modifican con la
edad, quizás debido a que la mayoría de los sujetos de la muestra tienen edades com-
prendidas entre los 16 y 20 años.
Es evidente que algo está cambiando en la sociedad actual, pero, a pesar de que
las relaciones intergrupales entre los géneros están evolucionando, todavía persisten
ciertos estereotipos de género que se resisten al cambio.
Entre los cambios que se están produciendo cabe señalar el respaldo legal e ins-
titucional facilitador de medidas favorecedoras de la no discriminación por sexo en
el mercado laboral, así como el incremento del número de mujeres que acceden a los
estudios universitarios y su mayor presencia en puestos de liderazgo.
Al respecto, López-Zafra, García-Retamero, Diekman y Eagly (2008) señalan que
el hecho de que mujeres y hombres asuman roles que no se ajustan a lo socialmente
esperado para su sexo, modifica la percepción que se tiene de los estereotipos de género.
No obstante, sigue siendo necesario profundizar en el estudio de los mecanismos
que subyacen a estos cambios para comprobar si son reales o son simplemente un
mero reflejo de lo deseable socialmente. Es necesario, en palabras de Martínez Labrín
y Bivort (2013, p.556) “trabajar con niñas y niños, incluir este trabajo en los currículos
en la formación inicial de docentes, trabajar en los componentes de la estructura edu-
cacional y reforzar a quienes participan de la educación informal”.

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Fecha de recepción: 22 de abril de 2016


Fecha de revisión: 22 de abril de 2016
Fecha de aceptación: 19 de mayo de 2016

RIE, 2017, 35(1), 151-165


167
Monroy, F. y González-Geraldo, J.L. (2017). Teaching conceptions and approaches: do qualitative results support
survey data? Revista de Investigación Educativa, 35(1), 167-180
DOI: http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.237621

Teaching conceptions and approaches:


do qualitative results support survey data?

Concepciones y enfoques de enseñanza:


¿Apoyan los resultados cualitativos
a los datos cuantitativos?

Fuensanta Monroy* & José L. González-Geraldo**


* Department of Research Methods in Education, University of Murcia (Spain)
** Department of Theory and History of Education, University of Castilla-La Mancha (Spain)

Abstract

Introduction: This study examined preservice teachers’ teaching conceptions and approaches
measured quantitatively and qualitatively in order to identify any convergence of findings.
Additionally, any changes in conceptions and approaches towards a student- or teacher-centred
orientation upon completion of a training course were compared. Method: Preservice teachers
completed a scale on approaches to teaching and answered open-ended questions on teaching
before and after an initial teacher training programme. Results and conclusions: Inconsisten-
cies in the results suggest that research on teaching and learning should use a combination
of techniques in order to ensure that phenomena are accurately examined so that appropriate
educational decisions are made.
Keywords: teaching; teaching styles; teacher education; qualitative research.

Correspondencia: Fuensanta Monroy, [email protected], Facultad de Educación, Universidad de


Murcia, 30100 Murcia (Spain).

RIE, 2017, 35(1), 167-180


168 Fuensanta Monroy & José L. González-Geraldo

Resumen

Introducción: Este estudio analiza las concepciones y enfoques de enseñanza de profesores de


secundaria en formación medidos cuantitativa y cualitativamente con el fin de constatar hasta
qué punto los resultados coinciden. Asimismo, se compararon los cambios en concepciones y
enfoques hacia una orientación centrada en el docente o en el estudiante al finalizar un pro-
grama de formación pedagógica. Método: 25 participantes rellenaron una escala sobre enfoques
de enseñanza y contestaron preguntas abiertas en cuanto a su concepción de la enseñanza al
inicio y final del programa. Resultados y conclusiones: Inconsistencias en los resultados sugieren
que la investigación sobre enseñanza y aprendizaje, particularmente aquella sobre concepciones
y enfoques, debe emplear una combinación de técnicas para asegurar que los fenómenos se
examinan con precisión.
Palabras clave: enseñanza; enfoques educativos; formación de docentes; investigación
cualitativa.

Introduction

Teaching conceptions and approaches

During the 1990s a number of studies (e.g., Prosser, Trigwell, & Taylor, 1994; Samu-
elowicz & Bain, 1992) focused on analysing teachers’ conceptions on teaching follow-
ing qualitative procedures. Most studies developed similar categorisations of teaching
orientations/conceptions, which Kember (1997) grouped into qualitatively different
categories: a teacher-centred/content-oriented category (further divided into A. Impart-
ing information; B. Transmitting structured knowledge); an intermediary category (C.
Student-Teacher interaction/Apprenticeship); and a student-centred/learning-oriented
category (divided into D. Facilitating understanding; D. Conceptualising change/Intel-
lectual development). There has been debate in the literature as to whether teaching
orientations are hierarchical sets of categories or separate, discrete entities (Kember,
1997). Some authors (e.g., Prosser et al., 1994) agreed on considering teaching concep-
tions within a hierarchy, where lower categories are present in upper ones. Other
studies (e.g., Samuelowicz & Bain, 1992), however, did not find evidence of such a
hierarchy and claimed that orientations are differentiated and independent categories.
Research inspired by the students’ approaches to learning (SAL) tradition initiated
some decades ago (Ramsden, 1992; Trigwell & Prosser, 1996) and still thoroughly
investigated in Spain (e.g., Olmedo, 2013; Romero et al., 2013) identified main two
teaching approaches: 1) a conceptual change and student-focused (CCSF) approach;
and 2) an information transmission and teacher-focused (ITTF) approach (Prosser &
Trigwell, 2014; Trigwell & Prosser, 1996).
There is evidence (Kember & Kwan, 2000; Trigwell & Prosser, 1996) of a link
between teaching conceptions and approaches. Those teachers who conceptualise
teaching as transmission of facts tend to adopt a teacher-focused approach to teaching.
Similarly, teachers who see teaching as a means to help their students grow are more
likely to adopt a student-centred approach (Trigwell & Prosser, 1996). For Kember
and Kwan (2000, p. 486), “it seems reasonable to assume a direction of causality in the

RIE, 2017, 35(1), 167-180


Teaching conceptions and approaches: do qualitative results support survey data? 169

relationship …, lecturers who perceive teaching primarily as a process of transmitting


bodies of knowledge tended to adopt a content-centred approach to teaching …”.
The study of teaching conceptions and approaches is of paramount importance, as
how teachers approach teaching is related to students’ approaches to learning (Gow
& Kember, 1993; Rosário et al., 2013; Trigwell, Prosser, & Waterhouse, 1999). Thus,
a student-focused approach to teaching is related to a non-surface (deep) approach
to learning, while a teacher-focused approach is associated with a surface approach.
This association may consequently influence the quality of learning results, as it has
been confirmed that students’ approaches to learning are related to learning outcomes
(Marton & Säljö, 1984; Prosser et al., 1994). Learning is thus the product of various
agents, as “both teacher and student are jointly responsible for the outcome” (Biggs,
Kember, & Leung, 2001, p. 137).

Quantitative and qualitative research

Educational research has traditionally focused on quantitative methods because of


their potential for collecting numeric data from large numbers of individuals using
instruments with preset questions and responses. Instruments, however, may be sus-
ceptible to two sources of error: response set (when participants select the same answer
for all items, or respond in a way that is socially acceptable or desirable), and faking
(when participants give inaccurate responses deliberately; McMillan, 2012).
Alternatively, a research problem may be addressed using qualitative research, in
which a phenomenon is explored, data for descriptions and topics are analysed, and
the meaning of findings is interpreted (Creswell, 2012).
Finally, mixed-method designs “provide more a thorough understanding of a
research problem because of the opportunity to examine multiple forms of data that
are more comprehensive than data that might be collected via either quantitative or
qualitative methods alone” (McMillan, 2012, p. 318). Different sources of information
can be combined to address the same questions, thus triangulation will occur.
The combination of quantitative and qualitative methods has been used in educa-
tional research, particularly in the study of the phenomenon of learning (e.g., Marton
& Säljö, 1984). Despite the fact that most studies on learning have a phenomeno-
graphical background, educational research on teaching has traditionally focused
on quantitative methods (Trigwell & Prosser, 2004) and there are few studies with a
mixed-method approach (see Postareff, Katajavuori, Lindblom-Ylänne, & Trigwell,
2008), which would help validate quantitative and qualitative results and shed light
on survey-based responses.
This study examined preservice teachers’ conceptions of and approaches to teaching
collected via quantitative and qualitative measures in order to find out whether results
converged. Moreover, teaching approaches and conceptions after the programme were
analysed to identify any positive changes which might be due to the intervention. This
study would show whether qualitative and quantitative data support each other, and
highlight the importance of introducing both types of research methodologies in order
to shed light on an educational phenomenon, and thus address a research problem
more accurately.

RIE, 2017, 35(1), 167-180


170 Fuensanta Monroy & José L. González-Geraldo

Method

Design

A convergent concurrent mixed-method design was implemented, as quantitative


and qualitative were simultaneously collected and compared in order to understand
a research problem (Creswell, 2012). For the analysis of the quantitative dataset a
pre-experimental pretest-posttest design was used. The dependent variable was par-
ticipants’ approaches to teaching measured by means of two scales (CCSF and ITTF).
As to qualitative analysis, an exploratory approach was used.

Participants

This study analysed the responses of 25 preservice teachers (16 females, 9 males;
mean age 27), who were chosen following convenience non-probability sampling (see
Procedure for details). There was no control group.

Data collection

Data were collected both at the beginning and end of an initial teacher training
programme. Participants completed a self-report inventory, S-ATI-20 (see Monroy,
González-Geraldo, & Hernández-Pina, 2015), which is a recent proposal for a Spanish
version of Trigwell and Prosser’s (2004) Approaches to Teaching Inventory. Both S-ATI-20
and original ATI measure participants’ student-centred approach to teaching (CCSF)
and teacher-centred approach (ITTF). This version is made up of 20 items, the half
of which measure respondents’ ITTF approach and the other half participants’ CCSF
approach. Items were rated on a five-point Likert scale (from “Strongly agree” to
“Strongly disagree”), and participants scored on both ITTF and CCSF. Scale reliability
of S-ATI-20 in this investigation was .747 (CCSF) and .601 (ITTF).
Additionally, and similar to previous studies (e.g., Virtanen & Lindblom-Ylänne,
2010), two open-ended questions were added at the beginning of inventory to elicit
participants’ opinions of what teaching was (In your opinion, what is teaching?) and how
they described good teaching (In your opinion, how would you describe “good teaching”?).
In this paper only the first question was analysed.

Procedure and data analysis

The data collection procedure varied slightly at pretest and posttest. After obtaining
permission from educational authorities, the authors took pretest measures from 291
students present in class at given scheduled teaching hours (academic year 2013-2014).
Administration time was 15 minutes. At posttest an online survey was set up and
emailed to all students enrolled in the programme (N=463), yet only 39 completed the
survey (response return rate was 8.4%). Of those 39 participants, 25 had completed the
survey also at pretest, and did not differ statistically from the remaining 265 in terms
of age, and ITTF and CCSF mean scores.

RIE, 2017, 35(1), 167-180


Teaching conceptions and approaches: do qualitative results support survey data? 171

Instructions on the aim of the study were verbally given (pretest) and displayed on
screen (posttest) before collecting data so as to inform participants and ensure anonym-
ity and confidentiality. Guidelines were also given so that participants completed the
survey in a contextualised manner, that is, they had to visualise themselves teaching
a course related to the field of study they were being trained for in the initial teacher
training programme. In order to avoid any influence of inventory items on the open-
ended questions, the latter were administered/displayed on screen before S-ATI-20.
The open-ended question specifically chosen for this study was analysed by the two
authors independently and deductively using Kember’s (1997) five-stage categorisa-
tion to ensure the same theoretical background and coding process were followed. A
preliminary trial was conducted so as to agree on how to classify participant under
this taxonomy. Then, each author separately read participants’ responses thoroughly
and sought to identify features of Kember’s conceptions. For instance, “Transmitting
new knowledge about something I have just learnt and sharing it with others” [Case 30-Pre]
was classified as conception B, whereas “Teaching occurs when students learn how to think
for themselves and act freely and thoughtfully” [77-Pst] was E. After coding responses
independently, the authors shared their categorisation results, reviewed each case
individually, and discussed discrepancies. In case of disagreement, the authors returned
to the theoretical framework. Cross-checking the classification of descriptors aimed to
ensure that the dataset was analysed effectively and aligned with the theory. Interrater
agreement was reached in 72% of the 25 cases, and Cohen’s (1988) kappa coefficients
were acceptable (k = .84 at pretest, k = .83 at posttest). Once participants had been
categorised, a descriptive analysis of frequencies of occurrence of the categories was
done. Recoding qualitative responses into quantifiable data enabled the comparison
of open-ended question data and inventory results.
When analysing the qualitative data and categorising participants under one or
another conception, the authors decided to take each participant’s response as a whole
and neglect the position or order of statements. Some authors (e.g., Harris, 2011) sug-
gested that the most significant elements are found in an answer’s beginning, yet in
this study the authors decided not to follow this, as many participants mentioned the
most complex ideas at their beginning of their discourse while others started with the
most basic conceptions. As teaching conceptions and approaches may be hierarchical
in nature, it was in the authors’ interest not to discard any valuable piece of informa-
tion. Future studies may wish to follow Harris’s (2011) suggestion about taking those
elements placed at the beginning of an answer.
Questionnaire data were analysed descriptively with statistical package SPSS 17. An
alpha level of .05 was used for all statistical analyses. Significant differences between
CCSF and ITTF approaches were examined using a paired-sample Wilcoxon signed-
rank test. Additionally, pretest-posttest changes in approaches and conceptions were
analysed. In the case of teaching conceptions (qualitative data), each case was examined
individually so that the authors could note down whether teaching conceptions had
“improved” from A to E, “got worse” (i.e. changed from E to A), or “remained the
same” (i.e. same conception at pretest and posttest). In order to discriminate between
participants who had experienced a small change or a more dramatic one, the authors
singled out participants whose conception had changed “more than one level” from

RIE, 2017, 35(1), 167-180


172 Fuensanta Monroy & José L. González-Geraldo

those who had changed “one level” or had not changed at all. Table 1 exemplifies the
criteria followed to determine the degree of change, which would later allow quan-
tifying how many participants had changed after the intervention, and comparing
quantitative and qualitative data.

Table 1

Changes in teaching conceptions

Types of change Examples


-- Worsening by more than 1 level C to A; D to B; D to A; etc.
- Worsening by only 1 level B to A; C to B; D to C; etc.
= No change Same conception at pretest and posttest
+ Improvement by only 1 level A to B; B to C; C to D; etc.
++ Improvement by more than 1 level A to C; A to D; A to E; etc.

A paired-sample Wilcoxon signed-rank test was used in order to identify any changes
in teaching approaches (quantitative data) after the intervention. Furthermore, the
authors adapted a procedure previously used by Lindblom-Ylänne, Trigwell, Nevgi,
and Ashwin (2006) and Monroy, Hernández Pina, and Martínez Clares (2014) that set
a change variable that would allow to determine the shift/change in approach scores for
individual participants when comparing pretest-posttest results. Five categories were
developed which show the magnitude and direction of change (Table 2). This proce-
dure allowed quantifying the number of participants who had turned more teacher- or
student-focused at posttest.

Table 2

Change variable category of questionnaire scales

Direction of Explanation Difference between same


change scale scores (posttest-
pretest)
- Strong negative CCSF posttest score clearly lower −1 or lower
- change than at pretest

ITTF posttest score clearly higher


than at pretest +1 or greater
- Negative change CCSF posttest score lower than at From −0.5 up to −1.0
pretest

ITTF posttest score higher than at


pretest From +0.5 up to +1.0

RIE, 2017, 35(1), 167-180


Teaching conceptions and approaches: do qualitative results support survey data? 173

= No change or mi- Pretest and posttest CCSF and Between −0.5 and +0.5
nor change ITTF scores are equal or similar
+ Positive change CCSF posttest score higher than at From +0.5 up to +1.0
pretest

ITTF posttest score lower than at


pretest From −0.5 up to −1.0
+ Strong positive CCSF posttest score clearly higher +1 or greater
+ change than at pretest

ITTF posttest score clearly lower


than at pretest −1 or lower

Finally, pretest-posttest changes in approaches and conceptions were compared in an


attempt to see if they supported one another. Additionally, the authors were interested
in analysing whether approaches and conceptions had become more student-centred,
which would support the literature that suggests that teacher training programmes
may improve teachers’ views on teaching.

Results

The qualitative and quantitative datasets were analysed separately and then com-
pared in order to see if they yielded similar of results. Furthermore, any posttest-pretest
changes in teaching conceptions and approaches were analysed. Findings are presented
following this order.

Qualitative data

The analysis of the qualitative data involved considering all components of partici-
pants’ responses regardless of their position. By doing so it was possible to evidence
the argument that less complex conceptions may be embedded in more complex ones,
exemplified by the following case where there are elements of a B and C conception:
“From my point of view teaching at a basic level would be transmission of facts to students.
However, in order for that transmission to be effective and successful, the teacher should strongly
motivate students […] and cater for students’ needs” [187-Pst].
The analysis of pretest results following the classification criteria in Table 2 showed
that 48% of participants claimed that to them teaching was “transmitting structured
knowledge” (conception B). Case 60-Pre illustrates this category: “Teaching is the process
by which a person transmits information, knowledge and values to another person”.
Conceptions C and D were identified by 20% and 24% of participants respectively:
Conception C: “Teaching is arousing an interest among students and making learning an
enjoyable experience for both the teacher and the student” [107-Pre]. Conception D: “Teaching
is transmitting what I know as well as arousing curiosity and questioning among my students
in order to foster debate and critical thinking” [187-Pre].

RIE, 2017, 35(1), 167-180


174 Fuensanta Monroy & José L. González-Geraldo

While there were no participants with an A conception, which may be considered


the “least desirable category”, only two participants (8%) showed the most “developed”
one (E): “Teaching is linked to educating. It is making people active and competent in their
field of knowledge and in their personal life” [119-Pre].
When analysing participants’ responses in detail, the words most often mentioned
were “to transmit” and “transmission”. Although in most cases “transmission”
referred to “contents” (information, concepts, knowledge [case 76-Pre, 212-Pre, and
283-Pre, respectively]), other examples revealed a desire to go beyond: “Transmit-
ting knowledge, and moral and personal values” [99-Pre]. Some participants linked the
word “transmission” to “practicality”, thus showing an interest in making the taught
content (i.e. transmitted content) useful to others: “Transmitting useful knowledge to
others” [283-Pre].
At posttest 48% of participants showed a C conception: “Teaching is when you transmit
facts so that other people may internalise them and use them as often as they need to” [210-Pst].
The “simplest” conceptions (A and B) were reported by 8% and 12% of participants
respectively, while 16% and 16% were described as having the two most “developed”
ones, namely conception D (“Teaching is not only transmitting literature contents, for
instance, but also getting students to learn to think critically, express themselves adequately…
In sum, making them individuals capable of coping with everyday problems.” [11-Pst]); and
conception E (“What is teaching? That’s a difficult question. Teaching is giving students
access to materials so that they are capable of learning autonomously; it is educating people;
it is guiding them towards a self-discovery of their own critical thinking; it is strengthening
a sense of curiosity for everything that surrounds us; it is encouraging students to question
everything they’ve learnt” [95-Pst]).

Quantitative data

The analysis of the pretest dataset collected with S-ATI-20 showed that CCSF scores
ranged from 3.2 to 4.7, while ITTF ranged from 2.0 to 3.8, and mean scores were 4.1
and 2.9 respectively. A Wilcoxon signed-rank test for related samples revealed a sta-
tistically significant difference between both approaches at pretest (z = -4.38, p < .001)
with a large effect size (r = .63) following Cohen’s (1988) guidelines.
Before implementation of the programme, 100% of participants scored higher on
CCSF than on ITTF, however, this gives us little information as participants may score
highly on both approaches yet with only a very small score difference. When looking
into individual cases, the differences between CCSF and ITTF mean scores ranged from
0.1 to 2.7. The case with the smallest CCSF-ITTF mean score difference (0.1) scored 3.2
on CCSF and 3.1 on ITTF and was qualitatively categorised as B conception [283-Pre],
while the one with the largest CCSF-ITTF mean score difference (2.7) scored 4.7 (CCSF)
and 2.0 (ITTF) and was qualitatively described as C conception [77-Pre].
The analysis of the posttest data showed that CCSF scores ranged from 3.3 to 5.0,
while ITTF from 2.3 to 3.8, and mean scores were 4.3 and 2.9 respectively. A Wilcoxon
signed-rank test for related samples showed that there were statistically significant
differences between both approaches and the effect size was large (z = -4.37, p < .001,
r = .63). Once again, 100% of participants scored higher on CCSF. When looking into

RIE, 2017, 35(1), 167-180


Teaching conceptions and approaches: do qualitative results support survey data? 175

individual cases, the differences between CCSF-ITTF mean score differences ranged
from 0.2 (case 9-Pst, qualitatively categorised as B) to 2.7 (case 60-Pst and 95-Pst, both
also qualitatively categorised as B).

Changes in teaching conceptions and approaches

When analysing pretest-posttest changes, a comparison of percentages of par-


ticipants under each qualitative category at both moments was not appropriate, as
figures did not reveal which participants had indeed become more student-focused
upon completion of the training course. That is, the statement that 52% of participants
had a teaching conception C or above at pretest while 80% had it at posttest (which
would be a positive change) may be misleading because some participants may have
in fact regressed to lower categories at posttest. The authors thus introduced some
criteria to keep track of changes in teaching conceptions (Table 1) and approaches
(Table 2). These criteria would later allow a comparison of results, yet without
neglecting that two related, but not equal, constructs (conceptions and approaches)
were under examination.
The analysis of changes in teaching conceptions (left column, Table 3) following the
classification criteria in Table 1 showed that in 40% of cases conceptions had “improved”
(i.e. turned more student-focused), while 32% had “got worse” (more teacher-focused).
Following the “change variable” procedure in Table 2, it was possible to identify the
number of participants whose approaches had become more or less student- or teacher-
focused after the programme (Table 3). Thus, 36% of participants scored higher on CCSF
and 32% scored lower on ITTF at posttest (i.e. approaches improved at posttest). In
contrast, 12% scored lower on CCSF and 36% scored higher on ITTF at posttest, that
is, their approaches had got worse.

Table 3

Cases in terms of type of analysis

Qualitative Quantitative CCSF Quantitative ITTF


f % Accum% f % Accum % f % Accum %
-- 3 12 0 0 3 12
32 12 36
- 5 20 3 12 6 24
= 7 28 13 52 8 32
+ 4 16 6 24 5 20
40 36 32
++ 6 24 3 12 3 12

Furthermore, a paired-sample Wilcoxon signed-rank test was used to compare


pretest-posttest differences in approaches. Despite an increase in CCSF mean scores
(from 4.1 at pretest to 4.3 at posttest), this difference was not statistically significant (z
= -1.23, p = .22), and the effect size was small (r = .18). As to ITTF mean scores, there
was a slight increase (from 2.93 at pretest to 2.94 at posttest), but it was not statistically
significant (z = -0.072, p = .943) and the effect size was small (r = 0.01).

RIE, 2017, 35(1), 167-180


176 Fuensanta Monroy & José L. González-Geraldo

Discussion

This study focused on the analysis of teaching conceptions and approaches measured
qualitative and quantitative respectively in order to identify convergence of results.
Moreover, any changes in conceptions and approaches towards a student-centred or
teacher-centred orientation upon completion of a training course were compared.
The quantitative analysis shows significantly higher CCSF mean values at pretest and
posttest. At first, these figures are positive indicators in that participants, who may soon
start a teaching career, would approach their teaching placing the student at the centre of
the teaching-learning process. These findings, however, contrast markedly with the high
percentage of participants who are identified reporting teacher-centred conceptions (A
and B). When focusing on individual cases, the inconsistency between participants’ scores
and qualitative responses is evident. For instance, Case 9-Pre scores 4.2 on CCSF and 2.4
on ITTF at pretest, which is clearly a student-focused orientation, yet is categorised as B.
Case 77-Pre also shows a student-focused approach (4.7 on CCSF, 2.0 on ITTF) at pretest,
but is classified as conception C. Other cases are more extreme, such as Case 22-Pst with
an A conception at posttest but a score of 4.0 on CCSF and 3.3 on ITTF.
The fact that the same individual may be classified under opposite categories
depending on the construct and measurement instrument should lead to reflection. One
possible explanation to such inconsistent results may lie in that participants effectively
identify or predict right/wrong items in a questionnaire and fake responses, or lose
interest when completing it, whereas they may control their responses to open-ended
questions less successfully and thus express their genuine opinion. On the other hand,
the validity and reliability of S-ATI-20 (see Data collection section) should ensure that
approaches to teaching are accurately measured, so the question remains: How is it
possible that an individual conveys such contradictory and opposing views on teach-
ing? Which set of responses should be given credit? Future research ought to focus on
fine-tuning instruments and procedures in order to accurately measure phenomena.
As to the pretest-posttest transformation of conceptions, at first glance there is shift
from B (transmission) to C (application of knowledge, student-teacher interaction) from
20% at pretest and 48% at posttest. This positive change may be due to the “profes-
sionalising nature” of the programme and the emphasis placed on the application of
practical knowledge. Very likely, most participants would apply for a teaching post after
completing the course, so the programme is clearly application-oriented. Furthermore,
more participants report an E conception at posttest (from 8% to 16%), which is a posi-
tive finding. In contrast, 8% seem to hold an A conception at posttest, while not a single
participant is categorised as such at pretest. This regression to lower categories should
be regarded as a worrying outcome, as it implies that after undertaking teacher training,
some individuals conceptualise teaching as simply imparting contents. Alternatively, a
reason for this finding may lie in that some participants use terminology interchangeably
(impart, transmit, convey, deliver) without knowing their true pedagogical meaning, or
simply that they recall their favorite teachers’ discourse without really grasping its core
meaning. Any programme aiming at improving some educational aspect in individu-
als, such as the teacher training programme under study, should focus on modifying
underlying beliefs or conceptions, not simply on teaching approaches (Kember, 1997).

RIE, 2017, 35(1), 167-180


Teaching conceptions and approaches: do qualitative results support survey data? 177

When contrasting percentages, these should be analysed with caution, as pointed


out earlier because this simple procedure neglects the fact that some participants appear
under one category when measured quantitatively and under another (often opposite)
when measured qualitatively, which in the end leads to a levelling out of figures. This is
why the authors introduced the criteria in Table 1 and 2 when comparing pretest-posttest
changes both in conceptions and approaches. The results point at an apparent improve-
ment in conceptions at posttest, as 40% of cases became more student-focused when data
are measured qualitatively, and 36% when measuring CCSF quantitatively (Table 3).
These results support previous studies (e.g., Postareff, Lindblom-Ylänne, & Nevgi, 2007)
that claim that teacher training fosters a student-centred approach among participants.
The fact that the conceptions of 40% of participants became more student-focused
by the end of the programme is a positive result, yet not so that almost one third
turned more teacher-focused and the other third did not modify their conceptions
(left column, Table 3). Some possible explanations may be: a) the insufficient length
of the intervention (one academic year) despite recommendations from some authors
such as Postareff et al. (2007); b) the fact that this particular training programme is
a prerequisite for all those who wish to become a secondary teacher in Spain; many
students enrol in this course in order to enhance their curriculum vitae in periods of
economic crisis (Monroy et al., 2014), which in fact contrasts sharply with the intrinsic
motivation of these would-be teachers found by Serrano and Pontes (2015); c) the fact
that after the programme participants are aware of their weaknesses and inexperience,
as well as the intrinsic difficulties in teaching, which may lead to a desire to keep some
aspects under control such as what contents they teach, how they teach them, how
they organise materials, etc. In sum, the findings from the qualitative analysis suggest
that the initial teacher training programme did not yield the expected positive effect
on participants, namely becoming more student-focused. Nevertheless, the nature of
this type of research is exploratory, thus no generalisation of results are feasible.
Conceptions and approaches are closely related (Kember & Kwan, 2000), and the
latter are strongly determined by the former, which are in turn quite stable and deeply
rooted, and are not easily changed (Kember, 1997). Kember and Kwan (2000) argued
that teaching approaches are more stable than learning approaches and are thus difficult
to change. In contrast, Trigwell and Prosser (1996) suggested than teaching approaches
are dynamic and relational, and Kember (1997, p. 270) claimed that “there will not
always be an automatic relationship between underlying beliefs and observable teach-
ing approaches. Those holding student-centred conceptions of teaching may at times
still have to employ approaches which appear inconsistent with that belief” if forced
by circumstances. In the case of our sample (preservice teachers), as they are not yet
practicing professionals no apparent factors would be influencing their approaches,
which should in principle reflect their underlying teaching conception. It may be
speculated that the pedagogical programme (or other factors) may have an impact
on participants’ approaches to teaching, yet it is less likely that their conceptions may
have been affected after such a short period of time.
The incongruence between quantitative and qualitative results at pretest and posttest
are also present when analysing any changes in conceptions and approaches after the
intervention. Such is the case of participant 198, who shows a quantitatively moderate

RIE, 2017, 35(1), 167-180


178 Fuensanta Monroy & José L. González-Geraldo

positive change (>0.5) both on CCSF (+0.6) and ITTF (-0.6), yet experiences a two-level
regression from E to C when analysed qualitatively. Similarly, case 77 shows a positive
tendency towards a student-centred conception (from C to E) at posttest, yet her CCSF
score decreases (0.7) and ITTF score markedly increases (1.1). In an attempt to make
sense of these contradictory results, the cases in which the change towards a teacher-
or student-centred view was consistent in both the quantitative and qualitative results
were identified. Only 8 out of the 25 participants showed convergent results, that is, the
quantitative results support the qualitative findings, while in the remaining 17 cases
conceptions change in one direction while at least one of the approach scales changes
in the opposite direction, which is an indication that a single method may not measure
conceptions/approaches reliably. Such disparate results reveal the discrepancy that may
result when examining a phenomenon such as teaching using different methodologies.
This study raised more questions than answers, such as how bad a high ITTF score
or a strong B conception may be. The fact that some participants display a teacher-
focused conception to teaching by the end of the programme may not necessarily be
a negative result. Although student-centred teaching may seem the ideal scenario,
transmission of knowledge ought not to be regarded as an ineffective approach or set
aside (González Geraldo, B. del Rincón Igea, & D.A. del Rincón Igea, 2011). Neverthe-
less, teacher with more developed viewpoint, and thus more sophisticated theories,
would be more adaptive to different contexts and circumstances.

Conclusions and limitations

In this study special care was taken when collecting and analysing data in order to
control or minimise possible sources of error. In order to reduce any effects of single
questionnaire items on the response to the open-ended questions, the latter were always
displayed first. Nevertheless, some limitations may have affected the results of this study.
For instance, the open-ended questions did not allow gathering as much qualitative data
as other instruments, so future studies should increase the qualitative dataset by con-
ducting interviews. Also, the combination of research designs implemented in this study
(exploratory and pre-experimental), as well as the small sample, do not allow generalising
results as to whether the programme had an impact on conceptions/approaches. Future
studies should aim at overcoming these limitations or analyse larger samples.
This study aimed at gaining an insight into participants’ teaching conceptions and
approaches. It highlights the importance of conducting both quantitative and qualitative
research to get a fuller picture of a phenomenon and address a research problem more
effectively. The results reveal that there may be inconsistency in the quantitative and
qualitative responses on teaching. If inventories are adequately validated, open-ended
questions should in principle lead to similar, compatible results. The incongruence
found suggests that: a) S-ATI-20 requires further revisions; b) researchers should not
rely solely on quantitative measures; c) a combination of methods is always desirable
when analysing educational phenomena. Researchers should not naturally assume that
a single instrument is capable of measuring teachers’ teaching approaches, or that an
instrument validated in one context should automatically work in another (Monroy et

RIE, 2017, 35(1), 167-180


Teaching conceptions and approaches: do qualitative results support survey data? 179

al., 2015). The use of mixed methods should provide a better understanding of teaching
as it combines the best of either method.

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Fecha de recepción: 23 de septiembre de 2015


Fecha de revisión: 23 de septiembre de 2015
Fecha de aceptación: 21 de enero de 2016

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in the social network Facebook

Alicia Arias Rodríguez* & Ana Sánchez Bello**


* Universidade da Coruña, Facultad de Ciencias de la Educación,
Departamento de Filosofía y Métodos de Investigación en Educación
** Universidade da Coruña, Facultad de Ciencias de la Educación, Departamento de Pedagogía y Didáctica

Resumen

Este artículo es fruto de una investigación centrada en el análisis de los cibermedios desde
la perspectiva de género. Se analiza la red social Facebook a través de dos temas que poseen
una gran influencia en la cimentación social del concepto mujer: la gordofobia (“La gordo-
fobia: esclavas de la belleza”) y la ruptura del concepto de mujer tradicional (“Ya no quiero
ser princesa”). En un principio se examinan los antecedentes que originaron el desarrollo del
movimiento cyborg, para posteriormente, estudiar el contexto en el que tuvieron lugar e indagar
sobre lo que representaron en su época desde el punto de vista de la igualdad de género, y, por
último, se creará una propuesta socioeducativa desde las redes sociales con el propósito de poner
en cuestión los estereotipos de género en torno a la belleza y el modelo tradicional femenino.
Palabras clave: educación social; desigualdad social; nuevas tecnologías; género.

Abstract

This article is the result of a research focused on the analysis of cybermedia from the perspective
of genre. The social network Facebook is analyzed on two topics that have a great influence on
the social foundation of the concept womanhood: the gordofobia (“Gordofobia: slaves of beauty”)

Correspondencia: Alicia Arias Rodríguez, [email protected], Facultad de Ciencias de la Educación, Univer-


sidade da Coruña, Campus de Elviña, s/n, 15071, A Coruña.

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and the break of the concept of the traditional woman (“I no longer want to be a princess”). First,
the precedents that originated the development of movement cyborg are examined. Secondly, we
study the context in which they took place and analyze what they represented in his time from
the point of view of gender equality and finally, we develop a socioeducative proposal from the
social networks with the intention of putting in question gender stereotypes.
Keywords: social education; social inequality; new technologies; gender.

Introducción

La Tecnología de la Información y la Comunicación se encuentran en un continuo


cambio, siguiendo el ritmo que le marcan los avances científicos y la globalización
económica y cultural. Todo esto origina la modificación de las estructuras económicas,
sociales y culturales; incluso cambia la forma de comunicarse y relacionarse, la manera
de percibir la realidad, de crear un nuevo modo de transmisión de valores (Almerich,
Suárez, Orellana & Díaz, 2010; Cabero, 2003; Jonassen, 1999; Sánchez, Prendes y Fer-
nández, 2013). Es innegable que la generalización e impacto de las nuevas tecnologías
supuso una ayuda en la configuración de una sociedad más democrática (Sánchez,
Silveira & Navarro, 2003). Este desarrollo democrático no se desarrolló totalmente
debido a que, para ello, es necesaria la existencia de una representación equitativa de
todos los miembros de la comunidad en condiciones de igualdad alejados de modelos
estereotipados. La desigualdad de género es un buen ejemplo de esta situación pues,
la equidad representativa en condiciones de igualdad de trato entre los sexos no se
cumple en los medios de comunicación. Los temas que se vinculan a las mujeres, en la
actualidad, poseen un tratamiento en los medios de comunicación no conocido en tan
alto grado, siendo cierto que las temáticas que atañen a las mujeres ocupan un lugar
minoritario y son tratados de forma estereotipada.
De todos los elementos que integran las Tecnología de la Información y la Comuni-
cación (TIC), sin duda el más poderoso y revolucionario es Internet, que nos abre las
puertas de una nueva era, la Era Internet, en la que se ubica la actual sociedad de la
información y comunicación. Pero la desigualdad en el acceso a dicha sociedad de la
información y comunicación es una realidad constatada, esto se debe principalmente
a dos factores: a) al lugar geográfico en el que se reside y b) a las posibilidades indivi-
duales para el uso de las TIC, mediatizadas principalmente por la cultura (Almerich
et al., 2010; Castells, 2002, 2010).
Estas desigualdades de acceso y usos dan lugar a las denominadas brechas digitales.
Las brechas digitales hacen referencia, en general, a la diferencia de posibilidades de
acceso al mundo digital y, en particular, al acceso a las nuevas tecnologías, así como al
uso. Uno de los puntos más destacados de las mismas es la diferencia de género, según
la cual se constata que la incorporación de las mujeres a la sociedad de la información
posee un menor impacto. En este sentido el proceso educativo es fundamental para
garantizar la igualdad, ya que socialmente los varones han sido educados para tener
una mayor cercanía a las tecnologías, con esto nos referimos a la “brecha digital de
género” (Causa, 2009; Castaño, Martín & Martínez, 2011; Serrano & Martínez, 2003).
El origen de esta brecha digital de género podríamos identificarla en las normas
culturales que funcionan como procesos de interiorización valorativa sobre las barreras

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sociales a diferentes grupos. Estas barreras están enmarcadas sobre estereotipos que
inducen a creer que la capacitación de la mujer con respecto a la tecnología es menor
que la del hombre. Desde el origen social -donde en las comunidades primitivas el
papel asignado socialmente a las mujeres ocupaba el mundo de las relaciones, y los
aspectos necesarios para la subsistencia y la recolección (Hernando, 2012; Observatorio
de igualdad de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), 2010; Selva, 2011)- hasta
la actualidad, grandes han sido los avances en la igualdad de género, sin embargo
los datos atestiguan que aún queda mucho para alcanzar en la equidad tanto en lo
concerniente al acceso como al uso de las tecnologías.
Las mujeres se ven enmarcadas sólo a un tipo de tecnología: la necesaria para el
hogar, para la elaboración de los alimentos y el cuidado de las personas dependien-
tes. Este concepto de sociedad sexista y patriarcal, es menos habitual en las nuevas
generaciones gracias a las aportaciones de los movimientos a favor de la igualdad
de género. Consideramos que uno de los mayores problemas en la actualidad es que
quedan residuos que siguen formando parte del subconsciente social; haciendo que
las personas actúen con unos valores internos e inconscientes que continúan despres-
tigiando a las mujeres, y vinculándolas a sucesos diarios que, de ningún modo, son
innatos a ellas (Amorós, 1977, 1990, 2005).

Las cibercomunidades como instrumento de igualdad

Las nuevas tecnologías son un gran instrumento para difundir el pensamiento de


la igualdad de género y conseguir transgredir la desigualdad, liberándonos de los
estereotipos sociales. Uno de los recursos más utilizados dentro de la TIC es Internet;
esta unión entre los movimientos sociales de igualdad de género y el ciberespacio que
se concreta en ciertas cibercomunidades preocupadas por esta realidad, utilizando los
nuevos recursos tecnológicos como un vehículo de información y transgresión social
(Sandoval, citado en Macho, Romero, Salcedo y Serrano, 2004; Varela, 2005).
Las dos exponentes teóricas más relevantes de este movimiento son Sadie Plant y
Sandy Stone. La primera autora, directora del Centre for Research o into Cybernetic
Culture de la Universidad de Warwick de Inglaterra, considera el ciberfeminismo como
una cooperación “entre mujer, máquina y nuevas tecnologías” (Aguilar, 2007, p. 3).
Su libro Ceros y unos, reflexiona a partir de la historia de Ada Lovelace -la primera
programadora de ordenadores del mundo, ayudante de Charles Babbage creador de
la primera máquina de cálculo diferencial- sobre cómo la historia ha invisibilizado el
trabajo científico de las mujeres. Demuestra, a partir de la imagen de la telefonista,
cómo las mujeres han estado siempre en los puntos centrales de las redes comunicativas.
La otra teórica fundamental es Sandy Stone que centra su trabajo en el estudio del
cuerpo y la construcción del deseo. Para ella, nuestro sistema binario cultural hombre/
mujer, etc., se constituye como base fundamental para seguir manteniendo un sistema
de diferencia e injusticia entre los géneros, mostrando cómo en el ciberespacio siguen
prevaleciendo los roles sexistas (Menéndez, 2001; Núñez, Fernández & Rubira, 2014).
Pero este movimiento se hizo más fuerte con la expansión de las TIC y con la
influencia de autoras como Haraway (1984), con su concepto de cyborg, donde expone
que hombres y mujeres no poseemos capacidades diferentes, y por ello podemos desa-

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rrollarnos ante las nuevas tecnologías como iguales. Esta autora es conocida por sus
relevantes aportaciones en campos como los estudios culturales o la teoría política. Su
concepto de cyborg se refiere a un “organismo cibernético, un híbrido de máquina y
organismo, una criatura de realidad social y, también, de ficción” (Haraway, 1984, p.
2). Su objetivo es una búsqueda de liberación de las mujeres así como la construcción
de la conciencia de la comprensión de la opresión para la búsqueda del cambio.
Las tecnologías del ciberespacio han evolucionado a lo largo de los años en espa-
cios de comunicación para grandes masas de gente, modificando así el modo de ver
las nuevas tecnologías y ampliando el grado de afección que estas provocan en los
individuos. En esta nueva realidad tecnológica, el concepto de cyborg se asemeja más
a lo que Haraway proponía: una nueva realidad ontológica que puede ayudar a des-
mantelar las viejas dicotomías planteadas y asumidas por el pensamiento occidental,
hombre/mujer, maquina/humano… (Haraway, 1984).
Posteriormente al concepto de cyborg, empleado por la feminista norteamericana,
surge el que fue denominado como el movimiento ciberfeminista. Cuatro artistas aus-
tralianas que formaron el grupo VNS Matrix y que escribieron el primer Manifiesto
Ciberfeminista son las primeras en autodenominarse ciberfeministas. Estas cuatro muje-
res tienen como objetivo descifrar la dominación y control androcéntrico que rodean
a las tecnologías. El Cibermanifiesto para el siglo XXI, fue su primera propuesta, un
homenaje a Haraway y a su concepto cyborg. Una de las primeras actuaciones de este
grupo progresista fue el diseño de un videojuego desde una perspectiva de género. Sus
propuestas consisten en utilizar la tecnología para desenmascarar, a través de la ironía,
los estereotipos culturales. Pretenden construir una identidad en el ciberespacio alejada
de los mitos y estereotipos masculinos y femeninos (Boix, 2002). Este movimiento se
consolidó en el Primer Encuentro Internacional desarrollado el 20 de septiembre de
1997, organizado por las OBN (Old Boys Network), colectivo liderado por la alemana
Cornelia Sollfrank, en Documenta X, una de las muestras internacionales de arte más
relevantes, celebrada en Alemania.
El ciberfeminismo es una forma de activismo social que persigue la abolición del
patriarcado en el medio digital. El lugar donde se produce este activismo social es el
ciberespacio. Y las mujeres, en este movimiento, son consideradas como ingeniosas,
irreverentes con lo políticamente correcto haciendo uso de la ironía. Sus características
son (Martínez, 2007; Núñez & Hernández, 2011):

• Uso de Internet para reivindicar la causa de la igualdad. Empleando los orde-


nadores e Internet para propagar la lucha feminista.
• Desenmascarar los presupuestos machistas y patriarcales que hay detrás de los
ordenadores y de la red, para conseguir un lugar más agradable y útil para las
mujeres dentro de la TIC.
• Crear comunidades y zonas temporalmente autónomas, denominadas ciberco-
munidades, en la que las mujeres puedan construirse a sí mismas y reconstruir
su identidad fuera de la influencia de la mentalidad patriarcal.

Dentro de este movimiento coexisten distintas posiciones cuyos planteamientos son


divergentes hacia un mismo objetivo, Así, podemos hablar de un planteamiento liberal

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que entiende el espacio virtual como un ideal liberador de la polaridad de género,


como una herramienta para una verdadera transgresión de género. En contraposición
al liberal, habría un planteamiento radical que considera que la cibercultura no sólo
no ha cambiado los estereotipos de género, sino que ha servido incluso para acentuar
la discriminación y la opresión de las mujeres. Denuncia la escasa representatividad
femenina en el ciberespacio, así como la escasez de modelos tecnológicos femeninos
en el mundo cibernético. Y, por último, el planteamiento social que consiste en la uti-
lización de Internet como forma de distribución de la información, para mantenernos
en contacto, debatir, coordinar estrategias de reflexión-acción, para visibilizarnos, para
dar nos a conocer y abolir malentendidos históricos maliciosos sobre el feminismo
(Causa, 2009).
Estos ciberactivismos generan lenguajes e imágenes renovadas que tratan de mejorar
la condición de las mujeres y desafiar la naturaleza de sujeto tecnofóbico. Además,
esta convergencia mujer-tecnología tiene, como uno de sus principales retos, conse-
guir un mayor acercamiento de las mujeres a Internet y promover su uso efectivo.
Sumándose, así, a la transformación tecnológica que vive la sociedad contemporánea,
tratando de impulsar la representación igualitaria en el entorno virtual. Con este fin se
buscan cauces de comunicación desconocidos en etapas pasadas, nuevos medios que
sirvan para trasladar la igualdad de género al escenario virtual. Es decir, un nuevo
contexto en el que las mujeres desarrollan espacios y sistemas de comunicación libre
e independiente que representan una coyuntura inmejorable para su participación
y organización. Así se pretende ofrecer a las mujeres la oportunidad de convertirse
en copartícipes, favoreciendo no sólo su fidelización e implicación en la causa de la
igualdad, sino también la propagación de contenidos de información elaborados con
perspectiva de género. Se fomenta, por tanto, el uso de los recursos tecnológicos exis-
tentes (correo electrónico, listas de distribución, grupos de noticias, foros, chat...) para
la promoción de pensamientos colectivos y acciones de concienciación o movilización
(Larrondo, 2005).

Método

La metodología utilizada es la cualitativa dado que nuestro objetivo es identificar


las peculiaridades y los procesos sexistas que se dan en las nuevas tecnologías, así
como las dificultades que pueden llegar a sufrir las mujeres al padecer estos sexismos.
Por las necesidades del estudio se realiza un enfoque del análisis de contenido al ser
un elemento de observación que nos ofrece datos acerca de quién emite el mensaje.
Este tipo de análisis cumple con una triple finalidad (Andreu, 2010; Bernete, 2013):
prescriptiva, analítica y metodológica.
Para la consecución de todo esto se establecieron los siguientes objetivos específicos:

• Identificar algunos indicadores de prácticas ciberfeministas, en páginas de


Facebook, de dos de los temas que más influyen en la construcción social del
concepto mujer.
• Construir una página de Facebook que sirva de soporte informativo sobre los
temas que más influyen en la construcción social del concepto de mujer.

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Unidades de análisis y tipo de muestreo

Este trabajo se centra en el análisis de un cibermedio desde ocho ejemplos (ver tabla
1), páginas de Facebook, en donde se presentan dos de los temas que más influyen
en la construcción social del concepto mujer: la gordofobia (“La gordofobia: esclavas
de la belleza”) y la ruptura con el concepto de mujer tradicional (“Ya no quiero ser
princesa”). Aunque realmente, nos centraremos en los módulos informativos referidos
a dichos temas. Puesto que no se analizan aspectos como: la publicidad, tipos de enla-
ces o los diferentes servicios. Para eso, se ha desarrollado un muestreo conglomerado
multietápico. Para la selección de las páginas de Facebook se siguieron las siguientes
etapas: en un primer momento, se utilizó palabras clave introducidas en el buscador;
en un segundo momento, se eligieron páginas que aparecen en primer lugar en el
buscador y, finalmente, se seleccionaron las páginas activas. Así, a lo largo de una
semana, se construye un período artificial de análisis. Partiendo de que un tamaño de
muestra de seis días es eficaz y efectivo para representar el contenido de los sitios de
Facebook analizados (Odriozola, 2012).

Tabla 1

Sitios de Web seleccionados para el análisis y estudio

Temas Nombre del sitio Dirección


Colectivo Anti – https://www.facebook.com/AntiGordofobia/
Gordofobia (CAG) info?ref=page_internal
Delgada y firme https://www.facebook.com/delgadayfirme
La gordofobia naturalmente (DF) naturalmente
https://www.facebook.com/stopgordofobia?
STOP gordofobia (SG)
ref=ts&fref=ts
Gorda na Praia (GP) https://www.facebook.com/gordanapraia?fref=ts

Mujeres y Hombres https://www.facebook.com/pages/Mujeres-y-


antipatriarcales (MHA) hombres-antipatriarcales/389253527848744?fref=nf

AHIGE-Jóvenes e https://www.facebook.com/pages/AHIGE-
Ruptura del igualdad de género J%C3%B3venes-e-Igualdad-de-G%C3%A9nero
concepto (AHIGE) /194008877306288
de mujer
Coleutivu Milenta
tradicional https://www.facebook.com/pages/Coleutivu-
Muyeres y Moces
Milenta-Muyeres-y-Moces/129394727047
(CMMM)
Mujeres libres, fuertes https://www.facebook.com/pages/Mujeres-Libres-
e inteligentes (MFI) Fuertes-e-Inteligentes/622747777766944
Nota: elaboración propia

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Categorización del análisis de contenido

La herramienta metodológica utilizada se compone de una serie de indicadores


contextuales: autoría; comunicación; público; objetivos; actualización de la información;
sumario; jerarquización de contenidos; recuperación de información; claridad y legi-
bilidad; recursos multimedia; velocidad de la página para abrir y descargar, y enlaces
o recursos externos. Estos indicadores permiten trazar una rápida descripción de las
páginas de Facebook ciberfeministas o no, además de profundizar en el estudio de los
indicadores. Teniendo en cuenta todo esto se elabora una ficha, tomando como punto de
origen de la misma el trabajo de Núñez y Hernández (2011), y se comienza con el análisis.
Aunque en este trabajo conviene matizar que sólo presentaremos el análisis de
cuatro indicadores, de los anteriormente mencionados, que consideramos importantes
para situar a las páginas dentro de la temática del planteamiento social. Estos son:

• Autoría para conocer la responsabilidad intelectual del recurso y del organismo


que lo crea y gestiona. La escala de Likert de “nada clara la responsabilidad (1)”
a “bastante clara la responsabilidad (5)”será la utilizada para poder analizar este
indicador.
• Público para saber a qué tipo de usuarios va destinada la página (concretamente,
ciberfeministas, promotoras de asociacionismo, sólo a mujeres, a hombres y
mujeres (sin distinción) y al público en general). Interesándonos, además, por
el perfil sociodemográfico de estas usuarias, el tipo de lenguaje que utilizan y
los intereses que persigan.
• Comunicación para conocer la posibilidad de enviar comunicaciones al autor/a
de la página u organismo. Además, nos interesa su accesibilidad, el tipo de
interactividad, si la participación es directa de los/as usuarios/as y si existe la
posibilidad de que la página sea un foro abierto de discusión. Cada uno de
estos interrogantes serán valorados según una escala de Likert de 1(“nada”) a
5(“bastante”).
• Objetivos para observar si los objetivos o finalidades de las páginas analizadas
tienen relación con lo siguiente: ciberfeminismos como activismo (político); ciber-
feminismos como generador de nuevas identidades; promover el uso de las
tecnologías por parte de las mujeres; participan distintos movimientos asociativos
vinculados al ciberfeminismo; potenciar la participación reivindicativa, y, por
último, y no menos interesante si se ocupa del tecnofeminismo ( “movimiento
que entiende la política como característica inherente de la red (…) desde la
perspectiva de la red” (Wajcman, 2004 citado en Gil, 2007, p. 3).

Resultados

Para identificar los elementos sobre la gordofobia (“La gordofobia: esclavas de la


belleza”) donde se trata del obsesivo culto al físico. Se analizan las siguientes pági-
nas de Facebook (ver tabla 1): Delgada y firma naturalmente (DF), STOP gordofobia
(SG) (páginas españolas), Colectivo Anti-Gordofobia (CAG) y Gorda na Praia (GP)
(páginas portuguesa aunque utiliza como idioma el español).

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Iniciaremos comentando los indicadores Autoría y Público. Tal como vemos en la


tabla 2, la única página que tiene clara la responsabilidad intelectual de la misma es
CAG, ya que corresponde a un grupo que surge de las redes sociales destinada a las
mujeres. Las otras páginas, que aparecen en la tabla 2, no está nada clara la respon-
sabilidad intelectual de las mismas incluso no se conoce que organismo configuraron
dichas páginas.

Tabla 2

Identificación de los indicadores “Autoría” y “Público” para ver elementos del tema “La gordofobia”

Páginas de Facebook Indicadores


Autoría
CAG Su valoración es un 5 (bastante clara la responsabilidad)

DF
SG Su valoración es un 1 (nada clara la responsabilidad)
GP
Público
Usuarios/as: feministas.
Perfil sociodemográfico: personas de edades entre los 18 y 24 años.
CAG
Lenguaje no sexista.
Intereses definido.
Usuarios/as: mujeres.
DF Perfil sociodemográfico no se conoce.
GP Lenguaje sexista.
Intereses definidos

Usuarias/os: feministas.
Perfil sociodemográfico no se conoce.
SG
Lenguaje no sexista.
Intereses muy personales.
Nota: elaboración propia

Con respecto al indicador Público (ver tabla 2) podemos señalar que solo hay una
página (SG) destinada a ciberfeministas (reflejado en el apartado información: “hacemos
un llamado a la rebelión de la persona gorda, la animamos a visibilizarse, a asociarse
y a participar en el proceso de construcción de un movimiento que pueda hacer frente
a uno de los más voraces brazos del capitalismo: la belleza”), con un tratamiento del
lenguaje muy cuidado marcando unos intereses muy personales. La página CAG está
destinada a feministas (al indicar “grupo que surge de las redes sociales, que aborda la
gordofobia y el activismo gorda dentro del feminismo”) y al grupo de edad de 18 a 24
años. El lenguaje de esta página no es sexista pero sus intereses están muy definidos.
Las otras páginas que aparecen en la tabla 2 (DF y GP) están claramente destinadas
únicamente a usuarias. Incluso, en ambas, no se conoce el perfil sociodemográfico de
las mujeres a las que va destinada. Con un lenguaje sexista e intereses definidos.

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hacemos un llamado a la rebelión de las personas gordas, las animamos a visi-


bilizarse, a asociarse y a participar en el proceso de construcción de un movimiento
que pueda hacer frente a uno de los más voraces brazos del capitalismo: la belleza.
hacemos un llamado a la rebelión de las personas gordas, las animamos a visibilizarse,
a asociarse y a participar en el proceso de construcción de un movimiento que pueda
hacer frente a uno de los más voraces brazos del capitalismo: la belleza.hacemos un
llamado a la rebelión de las personas gordas, las animamos a visibilizarse, a asociarse y
a participar en el proceso de construcción de un movimiento que pueda hacer frente a
uno de los más voraces brazos del capitalismo: la belleza.ro, estado serológico, religión,
etc.). Es un espacio de debate, de intercambio de opiniones, de saberes y experiencias,
un espacio de aprendizaje y, sobretodo, de empoderamiento personal y colectivoOtros
indicadores a comentar son la Comunicación y los Objetivos. Respecto al primero,
en la tabla 3, se observa que las cuatro páginas analizadas son accesibles y permiten a
los/as usuarios/as enviar documentación relacionada con el tema de la página (temas
como: alimentación, consejos para adelgazar y mantener el peso e imagen corporal).
Incluso dos de las mismas, CAG y SG, permiten enlazar con otras páginas o recursos
multimedia (principalmente, videos, fotos e, incluso, documentos relacionados con el
tema principal de la página). También, cabe mencionar, que solo la página SG permite
la participación directa de sus usuarios/as y favorece un foro abierto de discurso.
Elementos estos últimos que brillan por su ausencia en las otras páginas del análisis
(DF y GP).

Tabla 3

Identificación de los indicadores “Comunicación” y “Objetivos” para ver elementos del tema “La gordofobia”

Páginas
Indicadores
de Facebook
Comunicación
Enviar opiniones: valoración 5 bastante posibilidad de enviar documentación.
Accesibilidad: valoración 5 bastante alta.
CAG Enlaces: valoración 5 bastante alta.
Participación: valoración 2 algo de participación pero escasa.
Foro abierto de discurso: valoración 1 nada de foro abierto de discurso.

Enviar opiniones: valoración 5 existe mucha posibilidad de enviar docu-


mentación.
DF Accesibilidad: valoración 5 bastante alta.
GP Enlaces: valoración 1 no enlaza con otras páginas o documentos
Participación: valoración 2 algo de participación pero escasa.
Foro abierto de discurso: valoración 1 nada de foro abierto de discurso

La valoración de esta página es de 5 ya que permite enviar opiniones; es


SG muy accesible; establece enlaces con otras páginas; la participación es ple-
na y establece foros abiertos de discurso.

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Objetivos
CAG
Objetivos: promover el uso de las tecnologías por parte de las mujeres
DF
Objetivos: participación de distintos movimientos asociativos vinculados al
GP
ciberfeminismo.
SG Objetivos: el ciberfeminismo como generador de nuevas identidades
Nota: elaboración propia

En cuanto al indicador Objetivo, tal como vemos en la tabla 3, comentamos que SG


está relacionada con el ciberfeminismo como generador de nuevas identidades. La página
GP tiene relación con la participación de distintos movimientos asociativos vinculados
al ciberfeminismo, y las dos restantes páginas, que se hace referencia en esa tabla, están
relacionadas con promover el uso de las tecnologías por parte de las mujeres.
Cuando hacemos mención a una nueva mujer libre que rechaza el “ser mujer de”
para “ser mujer” estamos haciendo referencia al tema de ruptura del concepto de mujer
tradicional (“Ya no quiero ser princesa”). Por ello analizamos los indicadores: autoría,
público, comunicación y objetivos en las siguientes páginas de Facebook (ver tabla 1):
Coleutivu Milenta Muyeres y Moces (CMMM), AHIGE-Jóvenes e igualdad de género
(AHIGE), Mujeres y Hombres antipatriarcales (MHA) y Mujeres libres, fuertes e inte-
ligentes (MFI). El idioma de las páginas es el español.
En la tabla 4, observamos que solo en CMMM está muy claro quién es el responsable
intelectual de la misma. Concretamente, estamos hablando de una página realizada por
una organización de mujeres no gubernamental de Cataluña. En las otras tres páginas
analizadas no están nada claro quién es la responsable intelectual u organismo que
elaboró dichas páginas.

Tabla 4

Identificación de los indicadores “Autoría” y “Público” para ver elementos del tema “Ruptura del concepto
de mujer tradicional”

Páginas de
Indicadores
Facebook
Autoría
Su valoración es un 5 (bastante clase la responsabilidad)
CMMM
Elaborada por milenta.org
AHIGE
Su valoración es un 1 (nada clara la responsabilidad).
MHA
Elaboradas por las propias organizaciones
MFI
Público
Usuarios/as: público en general tanto hombres como mujeres. Perfil sociode-
MHA mográfico no se conoce.
MFI Lenguaje: sexista.
Intereses muy personales

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Usuarios/as: ciberfeministas.
CMMM Perfil sociodemográfico.
AHIGE Lenguaje: sexista.
Intereses muy personales
Nota: elaboración propia

En cuanto al indicador Público, tal como se refleja en la tabla 4, las dos páginas
MHA y MFI están destinadas tanto para hombres como mujeres. El lenguaje que uti-
lizan en muchos casos es sexista. En la primera aparece escrito “es un espacio donde
convergen opiniones, propuestas y divulgación de carácter informativo sobre género
y representaciones sociales”. La segunda página señala lo siguiente “ADVERTENCIA:
si es usted una persona que piense que hombres y mujeres deben mantener roles
diferentes para que no reine el caos todo debe quedarse tal y como ésta (…)”. Por el
contrario, CMMM y AHIGE están destinadas a ciberfeministas. Al utilizar expresiones
como “(…) un servicio de apoyo contra el machismo (…)” y “queremos emprender una
lucha contra todas las desigualdades, estereotipos y roles que nos oprimen, creando
un espacio de debate y actividad: nuestra asociación; y una actitud liberadora: la del
feminismo” (esta última expresión relacionada a CMMM). En todas las páginas su
lenguaje es no sexista; los intereses personales de las mismas están muy marcados y
el perfil sociodemográfico no se conoce.
Respecto al indicador Comunicación (ver tabla 5) tenemos que señalar que son
páginas accesibles para todos los públicos, además, en las mismas existe una posibili-
dad muy alta de enviar comunicaciones a las autoras de las páginas o a la institución
responsable de las mismas (tratando temas como: los derechos de las mujeres rurales,
informes sobre violencia de género, métodos anticonceptivos, sexualidad, coeducación
e inmigración femenina).
Lo negativo de las páginas MHA; AHIGE y MFI es que no tienen establecido un
foro abierto de discusión y ni siquiera permiten una participación directa ya que no
todos los comentarios aparecen reflejados en las mismas. Todo lo contrario ocurre con
la página CMMM ya que la participación de cualquier persona es total e incluso con
foros abiertos de discurso de diferentes temas.
Como vemos en la tabla 5, respecto al indicador Objetivo, señalamos que las
páginas MHA y AHIGE sus objetivos están enmarcados en el ciberfeminismo como
activismo (político). La página CMMM sus objetivos están relacionados con distintos
movimientos asociativos vinculados al ciberfeminismo. Y los objetivos y finalidades
de MFI están destinados al ciberfeminismo como generador de nuevas identidades.
Una vez analizados estos indicadores en estas diferentes páginas presentamos una
ficha sobre una propuesta socioeducativa elaborando una página de Facebook (ver tabla
6), con el título No se nace mujer, se llega a serlo en donde se intenta una ruptura de los
estereotipos sexistas convencionales, aparecen nuevos modelos de mujer seguras de
su cuerpo y de sus convicciones. Transgresoras y dispuestas a abolir la mentalidad del
régimen patriarcal establecido. La propuesta nace como un espacio de comunicación
entre diferentes hombres y mujeres por medio de la Red, donde intercambian opiniones
y se enriquecen con las mismas.

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Tabla 5

Identificación de los indicadores “Comunicación” y “Objetivos” para ver elementos del tema “Ruptura
del concepto de mujer tradicional”

Páginas de
Indicadores
Facebook
Comunicación

MHA Enviar opiniones: valoración 5 bastante posibilidad de enviar documentos.


AHIGE Accesibilidad: valoración 5 bastante alta.
MFI Enlaces, Participación y Foro abierto de discusión: valoración 1 (nula).

Enviar opiniones; Accesibilidad; Enlaces; Participación y Foros abiertos de


CMMM
discursos: valoración5.
Objetivos
MHA
Objetivos: ciberfeminismo como activismo (político).
AHIGE
Objetivos: participación de distintos movimientos asociativos vinculados al
CMMM
ciberfeminismo.
MFI Objetivos: ciberfeminismo como generador de nuevas identidades
Nota: elaboración propia

Tabla 6

Ficha de la propuesta socioeducativa

No se nace mujer, se llega a serlo


Autoría
La responsable de la página es un colectivo de mujeres feministas sin ánimo de lucro interesa-
das en promover una consciencia social que analice críticamente los estereotipos sexistas.
Público
El grupo de destinatarias serán personas de entre 18 y 50 años de cualquier parte del mundo.
La página se elaborará en lengua española, pero se permite la traducción de la página a varios idiomas
como inglés, francés y portugués. En esta propuesta consideramos la participación de los hombres como
algo positivo e importante en cuestión de género. Sin olvidar que los intereses de los/as usuarios/as de
esta página están centrados en dos temas: la gordofobia y la ruptura del concepto de mujer tradicional.
Comunicación
Todas las publicaciones se mantendrán en la página sin limitación de tiempo. Así se favorece
que distintas personas puedan subir cualquier opinión sobre cualquier tema. Para esto contará
con dos herramientas muy útiles, por un lado, un buzón de sugerencias en donde todo el que
quiera pueda enviar sus propuestas (teniendo presente los dos temas centrales de la página), y,
por otro lado, un buzón de cartas a las editoras en el que se facilita una comunicación fluida con
los responsables de la misma. Además, de estas dos herramientas, también, existen diversos
foros sobre distintos temas. El funcionamiento de todo esto es paralelo. Para finalizar, la página
facilitará distintos enlaces con cualquier medio de comunicación o nuevas tecnologías que haya
publicado cualquiera noticia sobre los temas a tratar.

RIE, 2017, 35(1), 181-195


La cimentación social del concepto mujer en la red social Facebook 193

Objetivos
Su finalidad es originar una consciencia social que analice críticamente los estereotipos sexistas
creados por el patriarcado social. Sus objetivos son: incorporar la participación de las mujeres
al ciberfeminismo; eliminar el lenguaje no inclusivo y sexista de las plataformas formativas,
Webs, etc. y eliminar el uso estereotipado y sexista de las imágenes online. Es decir, ciberfemi-
nismo como generador de nuevas identidades, con la participación de distintos movimientos
asociativos vinculados con el feminismo o ciberfeminismo.
Nota: elaboración propia

Conclusiones

El cambio hacia una imagen de mujer no sexista no es aún a día de hoy real. Esto no
significa que no exista una evolución. Está claro que el machismo explícito de las prime-
ras imágenes de cualquier medio de comunicación, no se encuentra patente, del mismo
modo que en las imágenes de ahora. Es decir, sigue prevaleciendo en formas más sutiles
y con mayor dificultad de identificación. Según Perris, Maganto y Kortabarria (2013)
la imagen de la mujer protagonista de los medios virtuales, es una mujer con un físico
espectacular y que utiliza el mismo como reclamo para la comercialización de productos.
Todo esto se ha trasladado al mundo virtual, así podemos identificar y combatir
la deshumanización de la mujer, por medio de las páginas Webs únicamente para
mujeres (Núñez & Hernández, 2011). Por ello necesitamos al movimiento feminista
como promotor de la erradicación de este tipo de sexismo. En la red este movimiento
obtuvo el nombre de ciberfeminismo, pero esta corriente de pensamiento y lucha
política, no consiguió la expansión y un reconocimiento propio como el que sí recibe
el feminismo. A pesar de ello, el ciberfeminismo es esencial para afrontar la ideología
patriarcal, además, de poseer una facilidad de expansión que prácticamente puede
alcanzar “cualquier lugar del mundo”.
El problema se da en aquellos lugares del mundo donde deja de ser accesible y,
no solo eso, donde su accesibilidad se reduce a un colectivo de gente principalmente
masculina, como hemos visto con la brecha digital de género. El ciberfeminismo se
enfrenta a estas discriminaciones buscando una igualdad real entre los sexos e inten-
tando transgredir el género. Esto no es visible debido a la censura que se produce en
muchas páginas reivindicativas, el feminismo sigue siendo un tema tabú en la sociedad
y declararse abiertamente feminista se considera como radical y extremista.
Estas ideas están plasmadas en las diversas páginas de Facebook analizadas en
este trabajo. Así la primera imagen de las páginas es “radical” y “extremista”, apare-
cen imágenes que provocan una ruptura con la imagen “delicada” y “femenina”. Si
se profundiza un poco dentro de cada una, se puede observar cómo están creadas y
seguidas, principalmente, por mujeres sin un perfil sociodemográfico establecido (de
las ocho páginas solo una establece la edad de 18 a 24 años, aunque, que queda en el
aire que pasa después de esa edad), pero que persiguen unos intereses personales muy
marcados. La figura del hombre no aparece y si lo hace es de una manera subliminal.
Muy pocos hombres participan en este tipo de páginas subiendo documentos o descar-
gándoselos. Debido a todo esto estas páginas mayoritariamente están pensadas dentro
del movimiento feminista, incluso una de ellas dentro del movimiento ciberfeminista.

RIE, 2017, 35(1), 181-195


194 Alicia Arias Rodríguez y Ana Sánchez Bello

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Fecha de recepción: 9 de septiembre de 2015


Fecha de revisión: 9 de septiembre de 2015
Fecha de aceptación: 21 de abril de 2016

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197
Donoso-Vázquez, T., Rubio Hurtado, M.J. y Vilà Baños, R. (2017). Las ciberagresiones en función del género. Revista
de Investigación Educativa, 35(1), 197-214
DOI: http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.249771

Las ciberagresiones en función del género1

Cyberviolence & gender-related indicators

Trinidad Donoso-Vázquez*, María José Rubio Hurtado* y Ruth Vilà Baños**


* Profesora titular Universidad. Universidad Barcelona.
** Profesora agregada interina. Universidad de Barcelona

Resumen

El estudio analiza las experiencias en violencias de género en los entornos virtuales de chicos
y chicas adolescentes e identifica factores asociados con el comportamiento ciberagresor en este
colectivo. Participaron 155 estudiantes de primero y cuarto de ESO escolarizados en Barcelona,
seleccionados mediante un muestreo por conveniencia. Se aplicó el Cuestionario de Violencias
de Género 2.0. En relación a las experiencias, los resultados indican que todos los jóvenes de
la muestra alguna vez han ejercido o han sido víctimas de agresiones, pero, sobre todo, han
observado agresiones en los entornos virtuales. Las experiencias de agresiones se dan sobre todo
en aspectos relacionados con los mitos del amor romántico, y con la homofobia.
En relación a los factores asociados al comportamiento ciberagresor, los resultados señalan
que las agresiones en función del género correlacionan con agresiones de ciberbullying y los
entornos virtuales más utilizados destacan como entornos de tipo más activo.
Palabras clave: ciberacoso; violencias de género; adolescencia; ciberagresores.

Abstract

The two main objectives of this study are: first, to get to know the experiences in adolescents
about gender violence in virtual environments and; two, to identify factors associated with

Correspondencia: Trinidad Donoso-Vázquez. Profesora titular Universidad. Universidad Barcelona. E-mail:


[email protected].
1 Se presentan algunos resultados parciales de la investigación “Violencias de género 2.0 – Convoca-
toria Fundación BBVA de Ayudas a proyectos de Investigación”.

RIE, 2017, 35(1), 197-214


198 Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños

cyber-attackers’ behaviour within the teenagers collective. 155 students of secondary education
level participated. They were selected by convenience sampling. The following questionnaire
was applied: Questionnaire Violences Gender 2.0. According to their experiences, results
indicate that all adolescents in the sample have exercised aggression at any time, and all
adolescents have been victims of aggression some time, but mainly they have observed
aggression in virtual environments. The attacks are mainly related to the myths of romantic
love, and to homophobia.
About the factors related to cyber-attackers’ behaviour, the results indicate that gender attacks
correlate with aggression in generating cyberviolence. Virtual environments are another factor
associated with ciberaggression, highlighting the active virtual environments, like Skype or asken.
Keywords: cyberbullying; gender violence; adolescence; cyber-attackers.

Introducción

La violencia en espacios virtuales reproduce, mediante nuevos sistemas de produc-


ción y mantenimiento, jerarquías establecidas, donde asombrosamente el “cuerpo” no
aparece de forma explícita, pero si el género. La identidad y roles de género predicen
ciertas conductas offline que están tan socializadas y expandidas que se traspasan al
espacio virtual (Estébanez & Vázquez, 2013).
Aunque no de una manera completamente generalizada, pero sí bastante aceptada,
el Cyberbullying se refiere al acoso en línea de los jóvenes y los adolescentes, sin que
se medien necesariamente relaciones íntimas o de naturaleza sexual (Li, 2007). Acoso
cibernético (Cyber Harassment) incluye actos tales como mensajes de acoso, amenazas,
manipulación de la foto, la publicación de información personal, y la suplantación
online. Para Calmaestra (2011) el término que comienza a utilizarse, por considerarse
más amplio, es ciberagresión.
Entre la juventud, la intimidación offline es más frecuente que la ciberagresión
(Defensor del Pueblo - UNICEF, 2006; Ortega, Calmaestra & Mora-Merchán, 2008). En
un estudio realizado en Córdoba (citado en Calmaestra, 2011) la cifra de prevalencia de
cyberbullying es un 15,1%, mientras que el de la intimidación offline es dos veces más
alta (32,7 %). Aunque esta tendencia sigue manteniéndose (García Fernández, Romera,
& Ortega Ruiz, 2015), comienzan a aparecer signos claros de una inversión (Modecki,
Minchin, Harbaugh, Guerra & Runions, 2014).
En cuanto a la proporción de agresiones y victimizaciones, Calmaestra (2011) en
el estudio realizado en Córdoba, encontró que la proporción de niños que participan
como agresores es mayor que la proporción de niñas que participan como víctimas.
Resultados similares se encontraron en la Comunidad Valenciana (Buelga & Pons,
2012), los chicos tienen puntuaciones estadísticamente más altas que las chicas en todas
las conductas de hostigamiento. Las diferencias de género en el estudio de Beckman,
Hagquist y Hellström (2013) eran mínimas, pero las chicas tenían más probabilidades
de ser víctimas cibernéticas cuando se utiliza como punto de corte el acoso online
ocasional.
Sin embargo, otros estudios se hacen eco de la simetría de las agresiones según
el sexo. En un estudio de Alexy, Burgess, Baker y Smoyak (2005), con una muestra
de universitarios y universitarias, los estudiantes tenían más probabilidad estadística

RIE, 2017, 35(1), 197-214


Las ciberagresiones en función del género 199

que las mujeres de ser ciberacosados. Burke, Wallen, Vail-Smith y Knox (2011) obtu-
vieron resultados similares también en una muestra de universitarios. El 50 % de los
estudiantes encuestados (tanto hombres como mujeres) eran o el iniciador o víctima
de esta conducta. Smith (2006) en una revisión de tres trabajos, encuentra diferencias
estadísticamente significativas en uno de los estudios, las chicas más agredidas online,
mientras que en otros dos estudios no se dan estas diferencias.
A tenor de todos los estudios revisados parece que no son concluyentes los resulta-
dos en cuanto a diferencias significativas por sexo en relación a agresiones y victimi-
zaciones (Muñoz-Rivas, Graña Gómez, O’Leary & González Lozano, 2007). A nuestro
entender lo que se debe considerar, dentro de un enfoque de género, son las posibles
consecuencias de las agresiones en hombres y en mujeres (Banyard & Cross, 2008).
Los resultados sobre la prevalencia de la ciberagresión en jóvenes son muy
variables. En la revisión de estudios realizada por Calvete, Orue, Estévez, Villardó
y Padilla, (2010) los datos oscilan de 1,7% a 35,7 %. Estas diferencias podrían expli-
carse por los instrumentos de medida. Por ejemplo, en algunos de estos estudios
el formato de los ítems es dicotómico, en otros una suma de incidencias y en otros
se establece diferencia entre frecuencia del acoso –severo, medio, ocasional– y en
otros no se establece esta diferencia. Los cuestionarios de medida más utilizados
(Donoso-Vázquez, Rubio, Vilà, Velasco y Aneas, 2014) son de tipo escalar, validados
en diferentes ocasiones y con diferentes muestras. Presentan una estructura factorial y
un índice de consistencia interna normalmente bueno en sus diferentes aplicaciones.
(Calvete et al., 2010; Hinduja & Paching, 2008; Ortega, Calmaestra & Mora-Merchán,
2008; Smith, 2006)
En cuanto a las teorías explicativas del fenómeno, los estudios realizados para la
medición de la prevalencia, incidencia, extensión y características del ciberacoso han
utilizado clasificaciones basadas en tipos de conductas exhibidas en la red o en las
diferentes herramientas online utilizadas para ejercerlo. Una de las clasificaciones más
utilizadas es la de Willard (citado en Calvete et al., 2010) que diferencia y analiza el
maltrato en función de ocho modalidades de respuesta. En la misma línea, Martinez
y Ortigosa (citado en Torres, 2013) confeccionan una lista de 13 tipos de prácticas de
ciberacoso. Calmaestra (2011) recoge una relación de aquellos marcos explicativos que
se han utilizado para interpretar las conductas de acoso, tanto offline como online.
Estas teorías, sean del marco sociocultural, psicológicas o sistémicas, no consiguen
ofrecer una visión específica e integral del acoso en función del género.
En este trabajo se adopta el marco heteronormativo patriarcal para analizar las
agresiones contra las mujeres y contra homosexuales y transexuales, así como contra
personas heterosexuales que se apartan de los cánones establecidos (Arisó & Mérida,
2010; Finn & Atkinson 2009; Southworth, Dawson, Fraser & Tucker, 2005; Spence-
Diehl, 2003). El patriarcado ejerce unas imposiciones sobre el género, establece cómo
deben actuar las personas, comportarse y pensar según el género al que pertenecen.
Cualquier cambio en estos patrones de comportamiento acarreará una presión social
para restablecer el sistema normativo establecido. Cuando hablamos de violencia de
género en internet nos referimos a la violencia que se ejerce contra las mujeres, por el
hecho de tener una situación subalterna en el orden social y a la violencia que se ejerce
contra otras personas por apartarse de los cánones establecidos para los géneros en

RIE, 2017, 35(1), 197-214


200 Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños

el sistema patriarcal. La mayoría de las investigaciones existentes acerca del acoso en


la red no analizan en profundidad la violencia de género que se da en ella. De igual
manera, en las investigaciones sobre violencias de género no se incluye el análisis de las
violencias que se pueden ejercer a través de la red. Existe, por lo general, una cantidad
discreta de estudios destinados a estudiar específicamente la violencia de género en
la red en comparación con la producción científica destinada a estudiar el acoso en
general (Dimond, Fiesler & Bruckman, 2011).
A esto hay que agregar la concepción restringida con que se aborda la violencia de
género en Internet, únicamente desde la óptica de las relaciones afectivas, ya sea por
parte de parejas actuales o por parte de exparejas cuando la relación ha terminado
(Torres, 2013).

Método

Objetivos

El estudio presentado tuvo por objetivo general analizar las violencias de género
2.0 (VG2.0) en una muestra de adolescentes de Educación Secundaria Obligatoria.
De forma más específica, los objetivos planteados fueron:

• Conocer las experiencias de los y las adolescentes en VG2.0 (como ciberagresor/a,


como cibervíctima y como ciberobservador/a).
• Identificar factores asociados con el comportamiento de ciberagresor/a de VG2.0
en el colectivo adolescente.

Instrumento

Se llevó a cabo un estudio por encuesta dirigido a adolescentes de Enseñanza


Secundaria Obligatoria (ESO) de la provincia de Barcelona usando como instrumento
de recogida de datos el cuestionario en modalidad on-line de Violencias de género 2.0
(Donoso-Vázquez, Rubio, Velasco & Vilà, 2014).
El cuestionario examina la percepción que tienen las y los jóvenes sobre la violencia
de género en los entornos virtuales, y recoge su perfil tecnológico y sus experiencias
como agresores, víctimas y observadores de dicha violencia. Estas experiencias se
han medido a través de tres escalas, cada una de las cuales considera y comparte 7
dimensiones relacionadas con la violencia derivada del sistema patriarcal: violencia por
apartarse de la normatividad sexual femenina, violencia por transgredir la heteronormatividad
sexual obligatoria, violencia debida a las imposiciones del canon de belleza heteronormativo,
violencia ligada a estereotipos, violencia sexual, violencia por manifestar posiciones antipatriar-
cales, violencia asociada a mitos del amor romántico (véase tabla 1). Se incluyen finalmente
algunos datos de caracterización sociodemográfica.
Las tres escalas del cuestionario muestran una fiabilidad alta con relación al índice
de Alpha de Cronbach (tabla 1), superando el 0,8 en todos los casos, lo que indica una
adecuada consistencia interna de sus ítems (Nunnally, 1978).

RIE, 2017, 35(1), 197-214


Las ciberagresiones en función del género 201

La validez de contenido se estableció en base al juicio de personas expertas, las


cuales fueron seleccionadas siguiendo los criterios de Skjong y Wentworht (2000), por
su formación académica, su experiencia y su reconocimiento en la comunidad científica.
Todos los ítems del instrumento obtuvieron al menos un 80% de acuerdo entre las 7
expertas con relación a su adecuación y validez para el objeto de estudio, un porcen-
taje considerado adecuado para que el ítem pertenezca al instrumento (Voutilainen &
Liukkonen, citado en Hyrkäs, Appelqvist-Schmidlechner, & Oksa, 2003).
La validez de criterio se estableció mediante la escala de Experiencias como agresor,
que correlaciona positivamente (r= 0,638, p=0,00) con la escala de Cyberbullying offen-
ding de Hinduja y Patchin (2010). Dicha escala está compuesta por 9 ítems orientados
a conocer la agresión a través de Internet y el móvil obteniendo índices de fiabilidad
buenos también, en torno al 0,8 de Alpha de Cronbach (Hinduja & Patchin, 2008, 2010).
Los ítems de esta escala son:
También se recogieron datos de esta escala en la muestra de participantes del estudio.

Muestra

En el estudio participaron 155 estudiantes de centros públicos de primero y cuarto


de ESO (49,7% y 50,3% respectivamente) escolarizados en Barcelona, seleccionados
mediante un muestreo por conveniencia. Las características relacionadas con el objeto
de estudio que definen la muestra son las siguientes:
Un 51,4% de chicas y un 48,6% de chicos; el 28,39% tiene una relación sentimental
o de pareja y el 43,23% considera que tiene alguna característica de vulnerabilidad
para padecer violencia, como por ejemplo: su físico, su rendimiento académico, origen
cultural, orientación sexual, etc.

Tabla 1

Estructura y fiabilidad del Cuestionario de violencias de género 2.0

Categorías de
Dimensiones Categorías de análisis
análisis

Datos sociodemográficos
Contextualización Percepción de tener características
personales de vulnerabilidad

Perfil de dominio y uso tecnológico


Perfil tecnológico y
Percepción de internet como entorno violento
percepciones sobre la red
Percepción de impunidad de la red

Escala de ciberagresión de VG2.0 0,887 (23 ítems)


Experiencias de Violencia
Escala de cibervíctima de VG2.0 0,913 (23 ítems)
de Género 2.0
Escala de ciberobservación de VG2.0 0,969 (23 ítems)
Elaboración propia

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202 Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños

Procedimiento de recogida y análisis de datos

El análisis de los resultados llevó a cabo mediante estadística descriptiva, aplicando


contrastes de medias (t de Student) y pruebas de Chi cuadrado. Se aplicó un análisis
de regresión lineal múltiple para identificar los factores asociados con las conductas
de ciberagresión de VG 2.0 en el colectivo adolescente. También se aplicaron pruebas
de colinealidad para garantizar la condición de no-colinealidad. Todos estos cálculos
se realizaron con el paquete estadístico SPSS, versión 18.

Resultados

A continuación se presentan los resultados siguiendo el orden de las dimensiones


que figuran en la tabla 1.

Perfil tecnológico y percepciones sobre la red

El perfil tecnológico se corresponde con un uso importante de la muestra en general


de WhatsApp, Facebook y YouTube (77%, 61% y 74% respectivamente). Diferenciando
por sexo destaca Instagram en chicas (75%) y Skype en chicos (72%) (p=0,002, y 0,008,
respectivamente). En menor medida usan Ask (23%), Twitter (13%) y Tuenti (3%).
Mayoritariamente consideran que hay más violencia en los espacios online que
offline, especialmente las chicas (86% respecto al 82% de los chicos). También perciben
que existe impunidad en la red (el 73% de las chicas y el 63% de los chicos piensa que
no se castiga a las personas que hacen algo malo en ella) y consideran que alguien
como la policía, algún organismo especializado o la familia debería intervenir en los
casos de violencia 2.0 (lo opina el 80% de las chicas y el 70% de los chicos).
Por último destaca que todos afirman poseer conocimientos relacionados con la
seguridad en los entornos virtuales (sin que existan diferencias por sexo); concreta-
mente saben bloquear a la gente que molesta (93%), saben modificar las condiciones
de privacidad en las redes sociales (89,5%), saben denunciar las fotografías indebidas
(88,2%), y tiene antivirus el 69,3%; en menor medida saben desactivar la geolocalización
del móvil (60,8%) y el 70% no abre correos de desconocidos.

Experiencias de violencias de género 2.0

Escala de ciberagresión

Las ciberagresiones que ejercen con mayor frecuencia las y los participantes hacen
referencia a conductas relacionadas con la violencia asociada a los mitos del amor
romántico (ver tabla 2): el 27% dice que a veces controla la pareja, y el 3% lo hace
muchas veces. El 14% dice que a veces inspecciona el móvil de la pareja, mientras que
el 3% lo hace muchas veces. En segundo lugar, también se ejerce violencia asociada a
las imposiciones de belleza heteronormativas: el 17% dice que a veces frecuenta páginas
de puntuaciones por el físico de chicas y el 14% dice que a veces insulta chicas por
tener un físico poco atractivo (el 3% dice que lo hacen muchas veces).

RIE, 2017, 35(1), 197-214


Las ciberagresiones en función del género 203

Tabla 2

Porcentajes de respuestas obtenidas en las escalas sobre experiencias en VG 2.0 (ciberagresión, cibervíctima
y ciberobservación) en cada una de sus dimensiones

Escala Escala Escala


ciberagresión cibervictimización ciberobservación

Muchas veces (2)

Muchas veces(2)

Muchas veces(2)
A veces (1)

A veces(1)

A veces(1)
Nunca (0)

Nunca(0)

Nunca(0)
Violencia por apartarse de la normatividad sexual femenina
Insultar por Internet a una chica
86,5% 13,5% ,0% 91,0% 6,5% 2,6% 38,7% 41,3% 20,0%
porque ha tenido diversas parejas
Acosar una chica porque es
provocativa, con el móvil o redes 85,8% 13,5% ,6% 93,5% 5,8% ,6% 51,6% 33,5% 14,8%
sociales
Meterse con una chica a través de
Internet porque no se interesa por 96,1% 3,2% ,6% 96,8% 3,2% ,0% 64,5% 26,5% 9,0%
los chicos
Insultar en Internet a una chica
por no haber tenido relaciones 96,8% 1,9% 1,3% 96,1% 1,9% 1,9% 61,9% 26,5% 11,6%
con chicos
Meterse con un chico por tener un
90,3% 7,7% 1,9% 94,2% 4,5% 1,3% 54,8% 31,6% 13,5%
físico poco masculino
Violencia por transgredir la heteronormatividad sexual obligatoria
Difundir en Internet la orientación
96,1% 3,9% ,0% 96,1% 3,2% ,6% 62,6% 29,7% 7,7%
sexual de alguien sin su permiso
Suplantar la identidad de alguien
haciéndose pasar por homosexual
91,0% 7,1% 1,9% 95,5% 3,9% ,6% 56,1% 33,5% 10,3%
o transexual y ridiculizarlo en
Internet o móvil
Insultar en la red a una
persona por ser o pensar que es 93,5% 5,8% ,6% 96,1% 2,6% 1,3% 62,6% 23,2% 14,2%
homosexual o transexual
Violencia debida a las imposiciones del canon de belleza heteronormativo
Insultar a una chica por tener un
83,2% 14,2% 2,6% 83,2% 14,2% 2,6% 46,5% 36,1% 17,4%
físico poco atractivo
Crear, participar o consultar una
página web que pone puntuación 81,9% 17,4% ,6% 89,7% 9,0% 1,3% 59,4% 25,2% 15,5%
al físico de las chicas
Mostrar la foto de una chica
simplemente como un objeto 93,5% 4,5% 1,9% 95,5% 3,9% ,6% 56,8% 31,0% 12,3%
sexual en redes sociales
Violencia basada en estereotipos
Por manifestar opiniones te han
85,8% 12,3% 1,9% 85,2% 12,3% 2,6% 58,7% 27,1% 14,2%
dicho “ves a fregar”, o “a la cocina”
Violencia sexual
Amenazar una chica para
96,1% 3,9% ,0% 91,6% 6,5% 1,9% 64,5% 25,2% 10,3%
mantener una relación de pareja

RIE, 2017, 35(1), 197-214


204 Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños

Llenar el correo de alguien con


94,8% 3,9% 1,3% 94,8% 4,5% ,6% 76,8% 17,4% 5,8%
contenido sexual
Conseguir fotos de una persona
para hacerle chantaje para 94,8% 3,9% 1,3% 94,2% 3,9% 1,9% 67,1% 25,2% 7,7%
aprovecharse sexualmente de ella
Difundir vídeos / fotos sexis
de una chica en Internet sin su 93,5% 5,2% 1,3% 96,8% 3,2% ,0% 56,1% 31,0% 12,9%
permiso
Violencia por manifestar posiciones antipatriarcales
Meterse con alguien en Internet
93,5% 5,2% 1,3% 94,8% 3,2% 1,9% 68,4% 24,5% 7,1%
por su ideología feminista
meterse con alguien porque está a
96,8% 2,6% ,6% 96,1% ,6% 3,2% 63,9% 25,2% 11,0%
favor del movimiento LGBTI
Violencia asociada a mitos amor romántico
Controlar la pareja en Facebook,
70,3% 26,5% 3,2% 82,6% 13,5% 3,9% 47,7% 34,2% 18,1%
Twitter...]
Conocer la contraseña de la pareja
en las redes sociales para bloquear 91,0% 7,7% 1,3% 87,7% 10,3% 1,9% 51,0% 36,8% 12,3%
amistades
Controlar la pareja por
93,5% 5,8% ,6% 92,9% 6,5% ,6% 66,5% 25,2% 8,4%
geolocalización
Coger el móvil de la pareja para
82,6% 14,2% 3,2% 82,6% 14,8% 2,6% 51,6% 36,1% 12,3%
ver llamadas e inspeccionar
Obligar a la pareja a quitar fotos
de amigos en FB o dejar de 92,3% 6,5% 1,3% 90,3% 7,7% 1,9% 58,1% 29,0% 12,9%
whatsapear con alguien

Escala de cibervictimización

Como cibervíctimas, las conductas manifestadas son algo más frecuentes: el 15%
dice que a veces la pareja le inspecciona el móvil (al 3% se lo hacen muchas veces); el
14% dice que está siendo a veces controlado por la pareja en las redes sociales (el 4%
dice que muchas veces); y al 14% le insultan a veces por tener un físico poco atractivo
(al 3% le ha sucedido muchas veces).

Escala de ciberobservación

Finalmente se constata que las conductas en violencia de género 2.0 son mucho
más observadas que protagonizadas e incluso se muestran tendencias diferentes a las
anteriores. El 41% dice haber observado a veces que se insulta a una chica por tener
varias parejas (el 20% ha observado esta conducta muchas veces). El 37% dice haber
visto como algunos conocen las contraseñas de sus parejas para bloquear amistades
(el 12% lo ha visto muchas veces); y el 36% ha observado cómo se inspeccionan móvi-
les de las parejas (12% muchas veces). El 36% también ha observado como a veces se
insultan chicas por tener un físico poco atractivo y el 17% lo ha visto muchas veces. Se
observan algo más las conductas de VG 2.0 entre sus iguales (media de 38 sobre 69), y
en menor medida se considera participar de ellas, como ciberagresores (media de 25
sobre 69) y como cibervíctimas (media de 26 sobre 69), como se aprecia en la tabla 3.

RIE, 2017, 35(1), 197-214


Las ciberagresiones en función del género 205

Contraste de las escalas por sexo

Si contrastamos las puntuaciones de las tres escalas por sexo, observamos que
existen diferencias en algunos aspectos:

• Las chicas observan más todas las conductas de VG 2.0 que los chicos (tabla 5),
siendo estadísticamente significativa esta diferencia, excepto en la dimensión
“transgredir la heteronormatividad sexual obligatoria (los actos de violencia
relacionados con esta dimensión son observados por igual por chicos y chicas).
Esta dimensión identifica las ciberagresiones a homosexuales, lesbianas y tran-
sexuales.
• En las dimensiones de la escala de experiencias en ciberagresión (tabla 3) puntúan
más alto los chicos, pero esta diferencia sólo es estadísticamente significativa en
las conductas asociadas a la “transgresión de la heteronormatividad sexual obli-
gatoria”, lo que significa que los chicos tienden a tener más conductas violentas
online contra gais, lesbianas, transexuales, etc.
• En la escala de Experiencias como cibervíctimas (tabla 4), puntúan más alto las
chicas, aunque la diferencia significativa se da en las conductas de violencia
asociadas a mitos del amor romántico, lo que indica que las chicas padecen en
mayor medida que los chicos este tipo de VG 2.0.

Tabla 3

Contraste por sexo en las puntuaciones de la escala ciberagresión en cada una de sus dimensiones

Mínima Máxim. Chicas Chicos t


Dimensiones de la escala
teórica teórica Mean (SD) Mean (SD) (p)

Apartarse de la normatividad
5 15 5,38 (,64) 5,66 (1,48) -1,40 (,163)
sexual femenina

Transgredir heteronormatividad
3 9 3,11 (,46) 3,34 (,73) -2,20 (,030)
sexual obligatoria

Imposiciones del canon de


3 9 3,45 (,84) 3,46 (,94) -0,80 (,937)
belleza heteronormativo

Estereotipos (rol familiar) 1 3 1,21 (,44) 1,13 (,42) 1,04 (,300)

Violencia sexual 4 12 4,15 (,55) 4,40 (1,14) -1,61 (,111)


Violencia por manifestar
2 6 2,06 (,29) 2,19 (,63) -1,62 (,107)
posiciones antipatriarcales
Violencia asociada a mitos amor
5 15 5,97 (1,4) 5,61 (1,54) 1,43 (,153)
romántico
TOTAL Escala Ciberagresión 23 69 25,34 (3,33) 25,81 (5,22) -6,31 (,529)

RIE, 2017, 35(1), 197-214


206 Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños

Tabla 4

Contraste por sexo en las puntuaciones de la escala cibervictimización en cada una de sus dimensiones

Mínima Máxim. Chicas Chicos t


Dimensiones de la escala
teórica teórica Mean (SD) Mean (SD) (p)
Apartarse de la normatividad
5 15 5,45 (,1,05) 5,30 (,97) 8,84(,37)
sexual femenina
Transgredir
heteronormatividad sexual 3 9 3,08 (,41) 3,25(,89) -1,44(,15)
obligatoria
Imposiciones del canon de
3 9 3,48(,55) 3,25(,68) 1,67(,09)
belleza heteronormativo
Estereotipos (rol familiar) 1 3 1,25(,47) 1,12(,44) 1,72(,09)
Violencia sexual 4 12 4,31(,87) 4,28(1,03) ,16(,87)
Violencia por manifestar
2 6 2,21(,79) 2,10(,43) ,97(,33)
posiciones antipatriarcales
Violencia asociada a mitos
5 15 6,07(1,94) 5,43(1,38) 2,23(,027)
amor romántico
TOTAL Escala
23 69 25,86(5,05) 24,75(4,48) 1,36(,17)
Cibervictimización

Tabla 5

Contraste por sexo en las puntuaciones de la escala ciberobservación en cada una de sus dimensiones

Mínima Máxim. Chicas Chicos t


Dimensiones de la escala
teórica teórica Mean (SD) Mean (SD) (p)
Apartarse de la normatividad
5 15 8,54(2,96) 7,27(2,53) 2,67(,008)
sexual femenina
Transgredir
heteronormatividad sexual 3 9 4,62(1,82) 4,33(1,71) ,97(,335)
obligatoria
Imposiciones del canon de
3 9 5,32(2,03) 4,27(1,62) 3,35(,001)
belleza heteronormativo
Estereotipos (rol familiar) 1 3 1,75(,77) 1,42(,68) 2,65(,009)
Violencia sexual 4 12 6,18(2,29) 5,28(2,04) 2,43(,016)
Violencia por manifestar
2 6 3,04(1,30) 2,63(1,06) 2,05(,042)
posiciones antipatriarcales
Violencia asociada a mitos
5 15 8,94(3,14) 6,91(2,73) 4,04(,000)
amor romántico
TOTAL Escala
23 69 38,39(12,53) 32,10(9,05) 3,12(,002)
Ciberobservación

RIE, 2017, 35(1), 197-214


Las ciberagresiones en función del género 207

Puntuaciones obtenidas en la Cyberbullying Offending Scale

La Cyberbullying offending scale (Hinduja & Patchin, 2010) consta de 9 items Likert
5 puntos (tabla 6). Los resultados obtenidos denotan que las y los jóvenes no mani-
fiestan participar en gran medida de las conductas de ciberbulling que se plantean en
la escala. En una escala del 1 al 5, las puntuaciones medias de las y los participantes
no llegan al 1.5.

Tabla 6

Descriptivos de la Cyberbullying Offending Scale

Ítems N Media DS

He acosado a otra persona por internet o móvil 155 1,40 ,971


He colgado en internet comentarios crueles o hirientes sobre alguien 155 1,41 ,835
He difundido rumores sobre alguien en internet 155 1,22 ,608
He amenazado con hacer daño a alguien en internet 155 1,30 ,734
He amenazado con hacer daño a alguien en un mensaje de móvil 155 1,23 ,625
Me he hecho pasar por alguien y he actuado de forma cruel o hiriente 155 1,23 ,590
He colgado una imagen cruel o hiriente de otra persona 155 1,15 ,498
He creado una página web cruel o hiriente sobre alguien 155 1,07 ,379
He colgado un vídeo cruel o hiriente de alguien 155 1,09 ,514

Podemos identificar que las conductas que menos han puntuado están relacionadas
con violencia mediante imagen, video o la creación de web. En cambio, obtienen unas
puntuaciones ligeramente superiores las conductas ciberviolentas relacionadas con el
acoso por móvil o internet, y realizar comentarios crueles por internet.

Factores asociados a la ciberagresión en VG 2.0

Los factores asociados con el comportamiento agresor se identificaron a partir de


un análisis descriptivo de las variables de los casos con puntuaciones más altas en la
escala de ciberagresión en VG 20. Y, en un segundo momento, mediante un análisis de
regresión lineal múltiple (con el total de la misma escala como variable dependiente).
Dado que el comportamiento agresor es manifestado en un bajo porcentaje por la
muestra del estudio, se procedió bajo el criterio empírico a seleccionar el percentil 70
de las puntuaciones del alumnado en la Escala de ciberagresión en VG2.0 (es decir
los y las chicas que puntúan más alto en esta escala). El análisis descriptivo se realizó
en base a todas las variables del cuestionario, resultando significativas las siguientes,
que estarían asociadas con el comportamiento agresor (tabla 7): utilizar Twiter y Ask.
fm de forma importante; puntuar más alto en la escala de Cyberbullying offending;
puntuar más alto en todas las dimensiones de la escala de experiencias como agressor;
ser de mayor edad y de cuarto curso; y tener pareja. No aparece significativo el sexo.

RIE, 2017, 35(1), 197-214


He acosado a otra persona por internet o móvil 155 1,40 ,971
He colgado en internet comentarios crueles o
He acosado a otra persona por internet o móvilhirientes sobre 155
155 1,41
1,40 ,835
,971
alguien
He colgado en internet comentarios crueles o hirientes sobre 155 1,41 ,835
He difundido rumores sobre alguien en internet
alguien 155 1,22 ,608
208He amenazado con hacer daño a alguien
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
en internet 155 1,30 ,734
He difundido rumores sobre alguien en internet 155 1,22 ,608
He amenazado con hacer daño a alguien en internet 155 1,30 ,734
Tabla 7Variables asociadas con el n Variables continuas
omportamiento
Variables asociadasagresor
con el n Variables continuas
Descriptivos de las variables
omportamiento agresor asociadas con la ciberagresión Media Desvia p
Media ción
Desvia p
Variables asociadas con el Variables continuas
ción
n
comportamiento
Twitter agresor 47 Media
Agresor Desviación
(1,65) ,78 p ,031
Twitter 108
47 No agressor
Agresor (1,65) ,64 ,031
,78
tecnología
Usos

108 (1,39)
No agressor ,64
tecnología
Usos

Ask.fm 47 Agresor (1,91)


(1,39) ,82 ,008
de de

Ask.fm 108
47 No agressor
Agresor (1,91) ,76
,82 ,008
108 (1,54)
No agressor ,76
Escala Cyberbulling Offending 47 Agresor (1,57)
(1,54) ,67 ,000
Escala Cyberbulling Offending 108
47 No agressor
Agresor (1,57) ,20
,67 ,000
108 (1,09)
No agressor ,20
Apartarse de la 47 Agresor (6,40)
(1,09) 1,58 ,000
normatividad
Apartarse de lasexual 108
47 No agressor
Agresor (6,40) ,34 ,000
1,58
femenina
normatividad sexual 108 (5,09)
No agressor ,34
Transgredir
femenina 47 Agresor (3,70)
(5,09) ,93 ,000
heteronormatividad
Transgredir sexual 47 108 No agressor
Agresor (3,70) ,09
,93 ,000
Escala

obligatoria
heteronormatividad sexual 108 (3,00)
No agressor ,09
Escala

Imposiciones
obligatoria del canon de 47 Agresor (4,17)
(3,00) 1,18 ,000
Experiencias

Imposiciones
belleza del canon de 47
heteronormativo 108 Agresor (4,17)
No agressor 1,18
,41 ,000
Experiencias

belleza heteronormativo 108 No agressor


(3,15) ,41
Estereotipos (rol familiar) 47 (3,15)
Agresor (1,48) ,62 ,000
Estereotipos (rol familiar) 47
108 Agresor (1,48)
No agressor ,62 ,000
,13
108 No agressor
(1,01) ,13
como

Violencia sexual 47 (1,01)


Agresor (4,80) 1,39 ,000
como

Violencia sexual 47
108 Agresor (4,80)
No agressor 1,39 ,000
,000
agresor/a

108 No agressor
(4,00) ,000
agresor/a

Violencia por manifestar 47 (4,00)


Agresor (2,34) ,78 ,000
Violencia antipatriarcales
posiciones por manifestar 47 108 Agresor (2,34)
No agressor ,78 ,000
,13
posiciones antipatriarcales 108 No agressor
(2,01) ,13
Violencia asociada a mitos 47 (2,01)
Agresor (7,25) 1,97 ,000
Violencia
amor asociada a mitos 47
romántico 108 Agresor (7,25)
No agressor 1,97
,44 ,000
amor romántico 108 No agressor
(5,16) ,44
Edad 47 (5,16)
Agresor (14,82) 1,68 ,017
Edad 47
108 Agresor (14,82)
No agressor 1,68 ,017
1,70
108 No agressor
(14,09) 1,70
(14,09)
Variables categóricas
n Variables
% categóricas p
Curso n
47 %
20,8% de primero y 39,7% p
,010
Curso 47
108 20,8% de primero y 39,7%
de cuarto ,010
Tener pareja 108
47 de cuarto
45,5% que tienen y 24,3% ,010
Tener pareja 47
108 45,5%
que noque tienen y 24,3% ,010
108 que no

RIE, múltiple
En el análisis de regresión lineal 2017, 35(1),mediante
197-214 el método de introducción, se consideró
En el análisis de regresión lineal múltiple mediante
dependiente la conducta ciberagresora (medida mediante el la
método
Escalade
deintroducción,
ciberagresiónse
enconsideró
VG2.0). C
dependiente la conducta ciberagresora (medida mediante la Escala de ciberagresión
independientes se consideraron en el análisis los usos de tecnologías, la competencia en VG2.0). C
digital
independientes se consideraron en el análisis los usos de tecnologías, la competencia digital
ciberagresores de Hinduja & Patchin (2010), el sexo, la edad, el tener pareja y la percepción de im
Las ciberagresiones en función del género 209

En el análisis de regresión lineal múltiple mediante el método de introducción, se


consideró como variable dependiente la conducta ciberagresora (medida mediante la
Escala de ciberagresión en VG2.0). Como variables independientes se consideraron
en el análisis los usos de tecnologías, la competencia digital, la escala de ciberagreso-
res de Hinduja & Patchin (2010), el sexo, la edad, el tener pareja y la percepción de
impunidad en la red.

Tabla 8

Análisis de regresión lineal múltiple en el comportamiento de ciberagresión en VG2.0

Coeficiente Colinealidad
Variable dependiente: conducta
Beta t Sig.
ciberagresora Tolerance VIF
estandarizado
(Constant) 13,675 ,000
¿Actualmente tienes pareja? ,101 1,551 ,123 ,892 1,121
¿Sabes denunciar las fotografías subidas
-,170 -2,616 ,010 ,896 1,116
a la red indebidamente?
¿Crees que se castiga a las personas
que hacen cosas malas o ilegales en los -,086 -1,360 ,176 ,958 1,043
entornos on-line?
Sexo ,086 1,252 ,213 ,808 1,238
De la siguiente lista, ¿qué recursos
-,190 -2,791 ,006 ,823 1,216
utilizas con mayor frecuencia? [Youtube]
De la siguiente lista, ¿qué recursos
,156 2,291 ,024 ,824 1,214
utilizas con mayor frecuencia? [Skype]
De la siguiente lista, ¿qué recursos
,168 2,578 ,011 ,893 1,120
utilizas con mayor frecuencia? [Ask.fm]
Escala Cyberbulling ,603 9,131 ,000 ,872 1,147

Los resultados evidencian un modelo de regresión válido con un 48% de predicción


(r2=0.478). Se asumen los supuestos de linealidad, normalidad, independencia, y homo-
cedasticidad. Las pruebas de colinealidad (incluidas en la tabla 8) identifican que no
existe relación lineal exacta entre ninguna de las variables independientes. El modelo
contempla las siguientes variables predictoras de la conducta cibreagresora en VG2.0:

• Puntuar más alto en la escala de ciberagresores (Hinduja & Patchin, 2010). Es la


variable predictora con mayor peso e indica que los jóvenes que puntúan más
alto en la escala de experiencia como agresores también puntúan alto en la escala
de ciberagresores.
• No saber denunciar fotografías indebidas. Es la segunda variable predictora e
indica que los jóvenes que puntúan más alto en la escala de experiencia como
agresores presentan menos competencia en esta categoría.

RIE, 2017, 35(1), 197-214


210 Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños

• No utilizar Youtube. Es la tercera variable predictora e indica que los jóvenes


que puntúan más alto en la escala de experiencia como agresores utilizan en
menor medida este entorno.
• Usar Ask.fm. Indica que los jóvenes que puntúan más alto en la escala de expe-
riencia como agresores usan de forma importante este entorno.
• Usar Skype. Indica que los jóvenes que puntúan más alto en la escala de expe-
riencia como agresores usan de forma importante este entorno.

Discusión y conclusiones

Discusión

El estudio ha dado respuesta a los dos objetivos planteados. Por un lado ha evi-
denciado las experiencias de las y los jóvenes con relación a la violencia de género 2.0.
Las puntuaciones indican que todos los jóvenes de la muestra alguna vez han tenido
experiencias de ciberagresión.
En la escala de ciberagresión los chicos puntúan más alto que las chicas, pero las
diferencias no son estadísticamente significativas, excepto en las conductas violentas
hacia gais, lesbianas y transexuales donde los chicos sobresalen. En consonancia
con estos resultados en el reciente estudio de Durán y Martínez-Pecino (2015) sobre
conductas de victimización y ciberacoso a través del teléfono móvil y de Internet en
las relaciones de noviazgo en universitarios, los resultados concluyeron, en contra
de lo esperado, que los chicos informaron de mayores niveles de victimización por
parte de sus parejas que las chicas, a través de los dos medios, en la misma direc-
ción de otros trabajos realizados con jóvenes en otros países (Burke et al., citado en
Durán & Martínez-Pecino, 2015). En lugar de estar eliminándose el nivel de conduc-
tas violentas perpetradas por los chicos, (García Fernández et al., 2015) las chicas
se están sumando a este tipo de comportamiento. Sin embargo, las consecuencias
de estos tipos de agresiones son más perjudiciales para las mujeres (Banyard &
Cross, 2008; Borrajo, Gámez-Guadix & Calvete, 2015; Estébanez & Vázquez, 2013;
Torres, 2013), entre otras razones por su posición de vulnerabilidad psicológica en
el entramado relacional y social. Deberían seguirse estudiando el papel del sexo en
las ciberagresiones (Borrajo et al., 2015) y analizar si son reactivas o proactivas y si
las chicas utilizan las agresiones online como mecanismo de defensa o respuestas
a agresiones anteriores.
Las diferencias estadísticas en conductas violentas hacia homosexuales por parte de
los chicos apoya la hipótesis de que el género que encontramos en la red es heteronor-
mativo, en el que mujeres y cualquier persona que se sitúe fuera de los márgenes de lo
“patriarcalmente” aceptable”, se convierte en un colectivo vulnerable de ser agredido
o acosado a través de la red.
En la escala de cibervictimización puntúan más alto chicas que chicos, pero las
diferencias estadísticas solo se dan en la dimensión mitos del amor romántico, donde
las chicas padecen más las ciberagresiones asociadas a esta dimensión. Las creencias
del amor romántico que asigna a las mujeres un lugar en las relaciones afectivas y los
mecanismos legitimados por el patriarcado en la relación amorosa como el control,

RIE, 2017, 35(1), 197-214


Las ciberagresiones en función del género 211

la posesión y los celos, (Esteban & Távora, 2008; Esteban, 2011; Ferrer & Bosch, 2013)
están en la base de este tipo de conductas abusivas. Conductas además ampliamente
normalizadas en la juventud (Borrajo et al., 2015). Este tipo de violencia aparece en un
período de inestabilidad personal, en que las jóvenes se encuentran en un proceso de
construcción identitaria. Los episodios violentos que sufren las chicas pueden afectar
de manera traumática la formación psíquica, cognitiva y relacional de la persona, en
un período de alta vulnerabilidad, en el que las relaciones amorosas constituyen un
elemento central para su desarrollo social y afectivo (Vézina, 2012).
La escala de ciberobservación es la que obtiene la puntuación más alta. Es incon-
gruente que hayan sido más observadores que agresores o víctimas, probablemente
cuesta reconocerse como persona víctima o como agresora, en cambio es más fácil
reconocerse como observador. En la investigación de Garmendia, Garitaonandia,
Martínez y Casado (2011), el porcentaje de jóvenes que habían sido víctimas de acoso
siempre estaba por encima de los que los habían acosado.
Hay diferencias significativas en la escala de ciberobservación entre chicos y chicas.
Posiblemente las chicas tienen más sensibilidad y conciencia a las violencias de género.
Con relación al segundo objetivo de la investigación, se han encontrado unos fac-
tores asociados al comportamiento ciberagresor, para cuya discusión nos centraremos
en el uso de los entornos tecnológicos y en la correlación alta que obtiene el perfil de
agresor en la escala de ciberagresores de Hinduja y Patchin, (2010).
Los entornos nos hacen cuestionarnos sobre la utilización de entornos activos como
ask y Skype, los más utilizados, y un entorno pasivo como youtube, el menos utilizado.
Ask es la red social que seduce a los jóvenes porque permite hacer preguntas de
forma anónima, ahí es donde reside la clave de su éxito. Skype por su parte es un
entorno de conversación, tanto con gente conocida como desconocida que también
permite la obtención de datos privados. A menudo se utiliza como entorno secundario
una vez se ha contactado primero por otros medios y es muy usado en los juegos on-
line. No es de extrañar que las características de estos entornos sean más valoradas por
las persones agresoras, pues les permiten dar más rienda suelta a sus actos.
El otro factor a considerar dentro del perfil de ciberagresión es la correlación con
las puntuaciones obtenidas en la escala de ciberagresores de Hinduja y Patchin, (2010).
Las agresiones en función del género correlacionan con agresiones de ciberbullyng en
general. Las actitudes agresoras marcan una pauta que es generalizable a cualquier
conducta.

Conclusiones

Esta investigación pone a disposición de la comunidad académica un instrumento


para analizar las agresiones que se producen en espacios virtuales motivadas por
discriminaciones en función del género. A nivel internacional no hemos encontrado
otro instrumento de estas características. Los estudios que contemplan la dimensión
género suelen ser cualitativos y estar centrados en agresiones producidas por parejas
o exparejas. No hay constancia de ningún instrumento que vaya más allá de las cibe-
ragresiones en relaciones afectivas-sexuales. Los índices de fiabilidad son altos y se ha
podido establecer la validez ligada al criterio.

RIE, 2017, 35(1), 197-214


212 Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños

Este trabajo ofrece además una clasificación de conductas exhibidas en la red para
estudiar el fenómeno de las agresiones en función del género. Se toma como marco
explicativo de la clasificación y las conductas el sistema patriarcal. Un sistema que nor-
mativiza las conductas y los roles y castiga a quienes se apartan de esta normatividad.
Los resultados marcan la tendencia, ya apuntada, del fenómeno de la ciberagre-
sión, cada vez con índices más altos y que debe preocupar a responsables políticos y
educativos.
El debate de la asimetría o simetría entre chicos y chicas en relación a la violencia
continúa, pero queremos remarcar la deportación de las chicas al comportamiento
masculino como una tendencia peligrosa y que plantea grandes interrogantes a la
acción educativa.
Queremos remarcar la importancia de programas preventivos sobre las relaciones
amorosas. Las creencias distorsionadas que tienen la juventud sobre el amor justifican
conductas abusivas de control, dominio y ejercicio de la violencia especialmente hacia
las chicas por parte de los chicos. Algo que ha quedado demostrado en nuestra muestra.
Finalmente apuntamos la limitación del trabajo con relación a la muestra que deberá
ampliarse en futuros estudios. Los resultados deben interpretarse, por tanto, en clave
de significatividad y no de generalización.
Igualmente deberá ampliarse el ámbito geográfico de la muestra y la edad estu-
diada. En cuando a la franja de edad estudiada, sería interesante ver cómo funciona
el instrumento con otras edades por encima o por debajo del rango que se presenta.

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Fecha de recepción: 6 de febrero de 2016


Fecha de revisión: 6 de febrero de 2016
Fecha de aceptación: 18 de octubre de 2016

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Castellano Luque, E.A. y Pantoja Vallejo, A. (2017). Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de215
las
TIC en la tutoría. Revista de Investigación Educativa, 35(1), 215-233
DOI:http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.248831

Eficacia de un programa de intervención


basado en el uso de las tic en la tutoría

Effectiveness of an intervention program based


on the use of ict in mentoring

Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo


*Delegación Territorial de Educación de Jaén (España)
**Departamento de Pedagogía. Facultad de Humanidades y CC. de la Educación. Universidad de Jaén (España)

Resumen

El uso de las tecnologías está cada vez más asentado en la sociedad actual, sin embargo
apenas existen experiencias contrastadas que evidencien si las mismas pueden promover desde
el trabajo del tutor, mejoras sustanciales en el aprendizaje del alumnado. Con tal fin, se lleva
a cabo una investigación para conocer la eficacia de un programa de intervención basado en
el uso de las TIC en la tutoría con alumnos de 5º y 6º de Educación Primaria. En el mismo
se pretende comprobar si se producen mejoras en los niveles de autoestima, motivación y ren-
dimiento académico. Se sigue el método cuasiexperimental con diseño de pretest-postest. La
muestra la forman 196 individuos de Primaria, divididos en grupo experimental/control al 50%.
Los resultados obtenidos señalan mejoras significativas en autoestima y eficacia lectora. Sin
embargo, el sexo no es factor determinante en la consecución de resultados, ni la edad, profesión
y nivel de estudios de los padres; tampoco el uso de las TIC y la conexión a Internet. Como
apuesta de futuro se plantea conceder más protagonismo a la figura del tutor y su relación con
el alumno y su familia mediante el uso de tecnologías en el apoyo del proceso de aprendizaje.
Palabras clave: Autoestima; motivación; rendimiento escolar; tutoría TIC.

Correspondencia: Antonio Pantoja Vallejo, [email protected]. Universidad de Jaén. Facultad de Humanidades


y Ciencias de la Educación (Edificio C-5-Despacho 236). Campus Las Lagunillas s/n, 23071 Jaén.

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216 Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo

Abstract

The use of technology is increasingly settled in today’s society, but there are few
contrasting experiences that demonstrate, whether they can promote from the work of the
mentor, substantial improvements in student learning. For this purpose, an investigation
is carried out to determine the effectiveness of an intervention program based on the use of
ICT’s in mentoring in students of grades 5 and 6 of primary school. This program has been
designed to perceive if any improvement occur in the levels of self-esteem, motivation and
academic performance. The quasi-experimental method is applied with a pretest-posttest design.
The sample involved 196 individuals of Primary school divided 50% into experimental and
control group. Results show significant improvements in self-esteem and reading efficiency.
However, gender is not a determining factor in achieving results, neither age, occupation
and educational level of parents; nor the use of ICT’s and the Internet. As a commitment for
the future to give more prominence to the mentor and his/her relationship with the student
and family through the use of technologies as a support for the teaching and learning process
is proposed.
Keywords: Self-esteem; motivation; academic performance; mentoring ICT.

Introducción

En las últimas décadas las Tecnologías de la Información y la Comunicación


(TIC) se han convertido en uno de los agentes principales y de los más influyentes
que han intervenido en los cambios sociales y sobre todo en el modo de acceder y
abordar la información. Ante esta situación cabe afirmar que la incidencia de las TIC
en la sociedad tiene su réplica en el modo de entender y organizar la educación que
reciben nuestros escolares. En este sentido, resultan premonitorias las palabras de
Pozo y Monereo (2001), cuando afirmaban que en la escuela se enseñan contenidos
del siglo XIX, con profesores del siglo XX, a alumnos del siglo XXI. En esta línea,
Pantoja (2013) afirma que las TIC constituyen una revolución más en la historia de
la humanidad, de parecido impacto al que tuvo en su día la revolución industrial
en la transformación social de la época. Con respeto a los cambios sufridos en la
educación, Adell y Castañeda (2012) exponen que han sido considerables, impulsa-
dos por las políticas educativas de los últimos treinta años, que han apostado por
extender y generalizar las TIC en los entornos escolares. También Barroso y Cabero
(2013) indican que ésta es una realidad que hoy en día no se cuestiona y el continuo
auge de las TIC ha supuesto un cambio en la visión de la educación en general y en
particular del desarrollo de los procesos de enseñanza y aprendizaje, lo que ha obli-
gado a redefinirlos en la escuela. En este sentido, Negro, Torrego y Zariquiey (2012)
afirman que hay que pensar en una nueva escuela diferente en principios y donde
los objetivos, las relaciones, el concepto del alumnado y el rol docente sea diferente
y acorde con las nuevas demandas que la sociedad actual pide. Tras lo expuesto se
deben tener en cuenta los estudios de Cabero, Llorente y Morales (2013), quienes
concretan las funciones y posibilidades que ofrecen las TIC:

– Ampliar de la oferta informativa.

RIE, 2017, 35(1), 215-233


Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las tic en la tutoría 217

– Crear entornos más flexibles para el aprendizaje.


– Eliminar las barreras espacio-temporales entre el profesor y los estudiantes.
– Incrementar las modalidades comunicativas.
– Potenciar los escenarios y entornos interactivos.
– Favorecer tanto el aprendizaje independiente y el autoaprendizaje como el cola-
borativo y en grupo.
– Romper los clásicos escenarios formativos, limitados a las instituciones escolares.
– Ofrecer nuevas posibilidades para la orientación y la tutorización de los estu-
diantes.
– Facilitar una formación permanente.

Otra línea de estudios se decantan por buscar si existen mejoras en las variables
rendimiento académico, autoconcepto y actitud de solidaridad, siguiendo un método
de tutoría recíproca entre iguales (Moliner, Moliner & Sales, 2012). En este caso, los
resultados desvelaron incidencia en todas las variables analizadas, además de la satis-
facción por el trabajo realizado.
También es preciso tener en cuenta el papel de la familia y sobre todo su inesti-
mable, y no bien valorada, labor en el apoyo educativo mediante el uso de las TIC.
En este sentido, Buckingham (2008) afirma que, aunque los padres y las madres son
conscientes de la importancia educativa de estas tecnologías, en el contexto familiar se
usan fundamentalmente como entretenimiento. De igual forma, Hernández, López y
Sánchez (2014) señalan la alta integración de las TIC en los hogares, aunque un escaso
uso de las mismas para comunicarse con sus progenitores, y una relación paterno-filial
hacia las TIC caracterizada por el establecimiento de normas con excesiva permisividad
hacia las mismas. Familia y escuela coinciden en el mismo objetivo: educar y socializar
a los niños y niñas. Esta tarea conjunta hace necesaria una adecuada colaboración entre
la familia y los maestros y maestras basada en la comunicación, la información y la
participación. En consecuencia, el uso de plataformas y demás recursos TIC, suponen
un nuevo hito en la organización y funcionamiento de las tutorías, que ya apunta el
artículo 90.2 k) del Decreto 328/2010 en el que se introduce una función nueva consis-
tente en la tutoría electrónica.
Así, el planteamiento de este trabajo de investigación persigue averiguar si el uso de
la TIC en las horas de tutoría repercute de un modo eficiente y eficaz en los procesos de
aprendizaje que se dan cada día en la escuela. La acción tutorial, como función docente,
no puede evadirse de esta necesidad, pues supondría perder el tren de la modernización
que está suponiendo en todos los sectores sociales la democratización de la información
y de las comunicaciones (Pantoja, 2009). También y al hilo de estas nuevas corrientes,
aparecen nuevos términos como e-escuel@, acuñado por este mismo autor, quien la define
como un entorno de aprendizaje en donde conviven acciones de la práctica docente y
orientadora procedentes de las redes digitales y de las herramientas asociadas a las
mismas. En este sentido y siguiendo a Monereo y Pozo (2005), la tutoría debe adaptar e
individualizar los procesos de enseñanza y aprendizaje en cada centro, al formar parte
esencial del desarrollo curricular.

RIE, 2017, 35(1), 215-233


218 Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo

Por todo ello y en consonancia con las premisas anteriormente descritas, se exponen
a continuación los resultados derivados de la aplicación en las horas de tutoría de un
programa de intervención con un grupo de alumnos de Educación Primaria de un
centro urbano de la provincia de Jaén.

Método

Objetivos

El objetivo general de este trabajo de investigación es diseñar, aplicar y evaluar


un programa de intervención en la acción tutorial basado en las TIC. En cuanto a los
objetivos específicos se concretan de la siguiente forma:

1. Conocer si existen diferencias significativas en cuanto a la autoestima, la moti-


vación, la eficacia lectora y en la inteligencia general del alumnado al que se le
aplica un programa de intervención, comparado con el grupo control.
2. Analizar si se han producido efectos mediante la aplicación del programa sobre
el rendimiento escolar, en relación con el género del alumnado, edad, profesión
y nivel de estudios de los padres.
3. Delimitar las causas que afectan al rendimiento escolar, en relación con la tasa
de conexión a internet y al manejo de las TIC del alumnado en su proceso de
aprendizaje.

Diseño de investigación e hipótesis

El presente estudio se ha encuadrado dentro del enfoque positivista o cuantitativo


que en el ámbito educativo tiene por aspiración básica descubrir las leyes por las que
se rigen los fenómenos educativos y elaborar las teorías científicas que proporcionen
modelos de problemas y soluciones a la comunidad científica. Dentro del mismo se ha
seguido el método cuasi-experimental con grupo control equivalente, entendiendo por
este último como el grupo en el cual no se produce intervención y permite discriminar
entre los efectos causados por el tratamiento experimental en estudio y los originados
por otros factores como la evolución natural, otros fenómenos y variables. Se justifica
el uso del método cuasi-experimental por cuanto se toman grupos que ya están inte-
grados, como pueden ser las aulas de un centro y en consecuencia no son asignados al
azar. Todo ello se realiza mediante un diseño de pretest-postest, aplicando un pretest
(O) a los dos grupos de sujetos, después el tratamiento (X) al grupo experimental, y
finalmente el postest (O) a ambos grupos.
Se toma como variable independiente el programa de intervención mediante TIC.
Como variables dependientes actúan el nivel de autoestima, el nivel de motivación y el
rendimiento académico, entendido como la puntuación obtenida en la eficacia lectora
y en la inteligencia general. De igual forma, se definen un grupo de variables inde-
pendientes complementarias, formado por centro, sexo, curso, edad, nivel de estudios
y profesión de los padres, así como la tasa de conexión a Internet y el manejo de las
TIC por parte del alumnado implicado en la investigación.

RIE, 2017, 35(1), 215-233


Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las tic en la tutoría 219

Igualmente, y en relación con las hipótesis, se plantea la existencia de diferencias


significativas en los alumnos sometidos al programa de intervención en acción tuto-
rial basado en las TIC, en los niveles de autoestima, motivación, eficacia lectora y a la
inteligencia general, con respecto al grupo control basado en la enseñanza tradicional.
Así se podría expresar las cuatro hipótesis de la siguiente manera:

– Hipótesis 1: Autoestima TIC ≠ Autoestima Método Tradicional


– Hipótesis 2: Motivación TIC ≠ Motivación Método Tradicional
– Hipótesis 3: Eficacia lectora TIC ≠ Eficacia lectora Método Tradicional
– Hipótesis 4: Inteligencia general TIC ≠ Inteligencia general Método Tradicional

Población y Muestra

Se ha tomado como población el alumnado de Educación Primaria de dos centros


educativos de Educación Primaria de la comarca de la Sierra Sur (municipio de Mar-
tos), de la provincia de Jaén (Andalucía). La muestra la constituyen grupos naturales
y tiene carácter intencional. En total son 194 alumnos, divididos en dos grupos de 97
alumnos. En la tabla 1 aparece su distribución por sexo y curso. Se puede observar
que existe una diferencia de cuatro alumnos más que alumnas.

Tabla 1

Muestra global

Grupo Grupo Total


experimental control muestra
Hombre 46 23.7% 53 27.3% 99 51.0%
Sexo
Mujer 51 26.3% 44 22.7% 95 49.0%
5º 49 25.3% 48 24.7% 97 50.0%
Curso
6º 49 25.3% 48 24.7% 97 50.0%

Instrumentos

Se han aplicado cuatro pruebas estandarizadas y validadas por sus respectivos autores:

1ª. Autoestima para Educación Primaria (A-EP) de Ramos, Giménez, Muñoz-Adell,


y Lapaz (2006). Se trata de una prueba de diecisiete elementos, que pretende
evaluar la autoestima en alumnos de 4º a 6º de Primaria. Es una prueba atrac-
tiva, porque incluye ilustraciones a todo color. Tiene un lenguaje claro para el
alumnado y una aplicación y corrección sencilla. Es una prueba adecuada para
la detección de alumnos con baja autoestima, tanto en aplicaciones individua-
les como colectivas. Su grado de consistencia interna lo facilitan los autores
expresando un coeficiente de fiabilidad alfa (α) de 0.76. Asimismo, el valor de
la Media () es de 50 y el de la Desviación típica (σ) es igual a 10.

RIE, 2017, 35(1), 215-233


220 Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo

2ª. Motivación. (AD- 4) que forma parte de la Batería psicopedagógica Evalúa 5 y 6


de García Vidal y González Manjón (2004). Incluye un índice global de adapta-
ción del alumnado, entendiendo por tal el resultado final de la combinación de
cuatro grandes aspectos: Actitud/motivación, autocontrol y autonomía, conductas
pro-sociales y autoconcepto. El coeficiente alfa es de (α) = 0.81. El valor de la
Media () es de 7,63 y el de la Desviación típica (σ) es igual a 3,51.
3ª. Eficacia Lectora (CL- 4, VL-4) que forma parte de la Batería psicopedagógica
Evalúa-5 y 6 de García Vidal y González Manjón (2004). En lo que se refiere a
la lectura se han empleado dos pruebas, dirigidas tanto a los aspectos compren-
sivos como a la eficacia lectora: comprensión lectora y la velocidad lectora. El
coeficiente alfa de fiabilidad es de (α) = 0.92 para la comprensión lectora y de
(α) = 0.91 para la velocidad lectora, el valor de la Media () es de 20,36 y el de
la Desviación típica (σ) es igual a 6,54.
4ª. Baterías psicopedagógicas TIDI-1, TIDI-2 de Yuste Hernanz y Franco Rodríguez
(2002). Estas baterías de test se componen de seis pruebas: razonamiento verbal,
razonamiento numérico, razonamiento con figuras, comprensión semántica,
problemas numéricos y giros espaciales. Una vez pasados los cuestionarios,
se cruzan los resultados de las dos pruebas verbales (razonamiento verbal y
comprensión semántica), las dos pruebas numéricas (razonamiento numérico y
problemas numéricos) y las dos pruebas espaciales (razonamiento con figuras
y giros Espaciales), así se obtiene la puntuación para Inteligencia General (IG),
que es la capacidad intelectual del niño, su aptitud para el trabajo intelectual y
facilidad para el estudio. En definitiva, viene a ser el equivalente a la medición
del aprendizaje o rendimiento escolar. Debido a la edad del alumnado, se han
utilizado las pruebas de TIDI-1 para los alumnos de 5º y las pruebas de TIDI-2
para los de 6º. El coeficiente alfa de fiabilidad para la Inteligencia General es de
(α) = 0.96 para TIDI-1, el valor de la media () es de 113,31 y el de la Desviación
típica (σ) es igual a 19,92. Para TIDI-2 el coeficiente de alfa de fiabilidad es de
(α) = 0.94, el valor de la Media () es de 96,26 y el de la Desviación típica (σ) es
igual a 24,96.
5ª. Cuestionario de jueces expertos. Se ha confeccionado una encuesta anónima como
instrumento de obtención de datos referentes a las variables independientes
complementarias. Ésta tiene preguntas de elección múltiple que son cerradas
y que, dentro de una escala, posibilitan construir una serie de alternativas
de respuestas internas y permiten contestar al entrevistado escogiendo una
respuesta de las presentadas junto con la pregunta. Para dar validez de conte-
nido y confiabilidad al cuestionario se ha pedido su validación a seis maestros
(tres hombres y tres mujeres), con el fin de juzgar de manera independiente,
la “bondad” de los ítems del instrumento de acuerdo al objeto de estudio,
verificando de manera especial la redacción y formulación de los mismos. En
esta validación han participado seis profesores (tres hombres y tres mujeres),
maestros en ejercicio, cuatro de ellos estudiantes de psicopedagogía y dos
licenciados en psicopedagogía.

RIE, 2017, 35(1), 215-233


Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las tic en la tutoría 221

Programa de intervención

Está basado en el uso de las TIC como complemento al método tradicional y


se fundamenta en el programa “Aprendo a pensar desarrollando mi inteligencia”
de Yuste Hernanz y Franco Rodríguez (2002). Se concreta en dos objetivos funda-
mentales: tratar de ampliar las concepciones del potencial intelectual de los niños
y proporcionar técnicas prácticas para evaluar ese potencial, para posteriormente
desarrollarlas desde una perspectiva curricular. Es decir, poner en práctica los cuatro
aprendizajes esenciales para el desarrollo integral de la persona (enseñar a pensar,
a convivir, a ser persona, y a tomar decisiones), que el informe Delors (1994) ya
ponía de manifiesto. De igual forma, se ha basado en las investigaciones de Piaget,
Vigotsky, Ausubel y Brunner.
El programa de intervención consta de cien sesiones en total, compuestas a su vez
por diez unidades que se aplican a razón de una hora diaria. Sigue una secuencia
metodológica con un primer momento en el que la guía del tutor es muy pautada,
controlando éste el proceso de toma de decisiones. A partir de esta primera fase
de presentación de la estrategia de aprendizaje, el docente va compartiendo la
responsabilidad con los alumnos a partir del diálogo y la negociación sobre qué
procedimientos utilizar, cómo y en qué otras condiciones. De este modo, iniciará
un proceso de práctica guiada, y en contextos variados, que posibiliten el apren-
dizaje más comprensivo. Se continua con la disminución progresiva de las ayudas
y pautas del docente, que irá cediendo el control de la actividad al alumnado, con
el fin de posibilitar el uso estratégico de los procedimientos de forma autónoma.
Para finalizar, se busca que la secuencia metodológica con la toma de decisiones,
recaigan por completo en el alumnado.
En las sesiones de trabajo, basadas siempre en el uso de TIC, se conjugan activi-
dades colaborativas e individuales, como cazas del tesoro, juegos interactivos, juegos
de tangram, matemáticas ABN, dictados interactivos, sudokus, crucigramas, sopas
de letras, resolución de problemas, mapas conceptuales, entrenamientos visuales,
etc. Por su parte, el grupo de control sigue un método tradicional y sin ninguna
intervención, con idénticos contenidos a los usados por el grupo experimental fuera
de su programa de intervención y que completan su formación en el resto de la
jornada escolar.

Procedimiento

En el mes de septiembre del curso 2013/2014 se mantienen reuniones con los


equipos directivos y tutores, en las que fueron suficientemente informados sobre
los contenidos del programa de intervención y el procedimiento de su puesta en
práctica. También se comunica, mediante carta con devolución de autorización, a
las familias del alumnado objeto de estudio de los dos centros. Obtenidos todos
los permisos, las pruebas son aplicadas durante la última semana de septiembre y
primera de octubre. En este periodo, se han pasado los cuatro cuestionarios (pretest)
y de forma colectiva a los dos grupos (control y experimental); asimismo se le hace
entrega una encuesta anónima a la familia para recabar los datos adicionales. La

RIE, 2017, 35(1), 215-233


222 Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo

intervención se planifica de forma que se inicia la aplicación al grupo experimental


en la segunda quincena de octubre y su desarrollo y temporalización durará hasta
el mes de mayo.

Recogida de datos

Terminado el proceso de intervención se vuelve a aplicar colectivamente a los grupos


los mismos cuestionarios (postest). Todos los datos obtenidos en la investigación, tanto
los del pretest como los del postest, han sido analizados, utilizando el programa SPSS
21.0 para Windows, a través de análisis estadísticos de la equivalencia de grupos, prue-
bas de normalidad de la muestra, resultados comparativos de la t de Student aplicados,
así como la eficacia del tratamiento con la d de cohen y la g de Hedges. Finalmente,
concluye el estudio con el análisis de la relación de las variables complementarias con
la eficacia de la intervención.

Resultados

Equivalencia entre grupos

Siguiendo a Escalante y Caro (2006), para comprobar que los grupos de control
y experimental son equivalentes en la condición pretest, se aplica una prueba t para
muestras independientes.

Tabla 2

Equivalencia inicial entre el grupo control y experimental

NIVELES EFICACIA INTELIGENCIA


AUTOESTIMA
ADAPTACIÓN LECTORA GENERAL
Se han asumido varianzas Se han Se han Se han
iguales asumido asumido asumido
varianzas varianzas varianzas
iguales iguales iguales
Prueba de

F 0.096 0.182 1.391 1.708


Levene

Sig. 0.758 0.67 0.24 0.193

t 0.178 0.979 1.125 1.404


igualdad de medias
Prueba t para

gl 192 192 192 192

Sig.
0.859 0.329 0.262 0.162
(bilateral)
Diferencia
0.32 1.907 2.227 3.505
de medias

RIE, 2017, 35(1), 215-233


Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las tic en la tutoría 223

Error típ. de
Prueba t para

1.796 1.949 1.979 2.497


igualdad de
medias la difer.
Inferior -3.223 -1.937 -1.676 -1.419
Superior 3.863 5.751 6.129 8.43

En los resultados obtenidos en la prueba de Levene, se observa que el valor


obtenido en p no es significativo en ningún caso, puesto que es mayor de 0.05 (5%)
y en consecuencia se asume la homogeneidad de varianzas. En cuanto a la t para
la igualdad, la significatividad (bilateral), en todos los casos es mayor de 0.05 (5%).
Por ello se acepta la hipótesis nula de igualdad de medias para ambos grupos expe-
rimental y control.

Normalidad de las muestras

En todas las pruebas y en ambas muestras se puede observar que la significación


es mayor que 0,05 (5%). Por tanto, se acepta la hipótesis nula y se puede afirmar que
existe bondad de ajuste de las dos distribuciones de probabilidad entre sí, y se concluye
afirmando que estas se ajustan a la normalidad.

Tabla 3

Pruebas de normalidad de las muestras

Pretest Postest
Z de Z de
Sig. asintót. Sig. asintót.
Kolmogorov- Kolmogorov-
(bilateral) (bilateral)
Smirnov Smirnov
Autoestima (A) .241 1.029 .201 1.071
Motivación (M) .166 1.115 .126 1.175
Eficacia Lectora (EL) .315 .960 .149 1.139
Inteligencia General (IG) .812 .637 .202 1.070

Diferencias entre pretest y postest

En las tablas siguientes, la prueba t muestra cómo existen diferencias entre los resul-
tados de pretest y postest. Para el grupo control (tabla 3) se ha obtenido un incremento
comprendido entre 8.2006 y 3.536 puntos (A: 8.206; M: 6.351; EL: 5.670; IG: 3.536),
mientras que para el grupo experimental (tabla 4) el incremento está comprendido entre
20.072 y 7.268 puntos (A: 20.072; M: 7.268; EL: 13.588; IG: 7.361). Se puede comprobar,
tanto en las tablas 3 y 4 como en las figuras 1, 2, 3 y 4, que las medias obtenidas en el

RIE, 2017, 35(1), 215-233


224 Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo

grupo experimental son mayores que en el control, en consecuencia, se puede afirmar el


éxito de la intervención. El intervalo de confianza para la diferencia de las dos pruebas
realizadas antes y después de la implementación del programa, a un nivel del 95%,
no contienen el 0, así se puede deducir que existen diferencias significativas entre las
medias de ambos grupos, lo que queda ratificado al observar que la significación en
todos los casos es menor que 0.05 (5%).

Tabla 4

Pruebas t de Student grupo control

Diferencias relacionadas

95% Intervalo de
Sig.
Grupo control confianza para la t gl
Desv. Error típ. (bil.)
Media diferencia
típica de la media
Inferior Superior

AUTOESTIMA_Postest
Par 1 8.206 6.069 .616 6.983 9.429 13.317 96 .000
AUTOESTIMA_Pretest

MOTIVACIÓN_Postest
Par 2 6.351 6.166 .626 5.108 7.593 10.143 96 .000
MOTIVACIÓN_Pretest

EFIC_LECTORA_Postest
Par 3 5.670 16.155 1.640 2.414 8.926 3.457 96 .001
EFIC_LECTORA_Pretest
Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las TIC en la tutoría
I_GENERAL_Postest I_
Par 4 3.536 7.096 .721 2.106 4.966 4.908 96 .000
GENERAL_Pretest

Figura 1. Resultados medias Autoestima


Figura 1. Resultados medias Autoestima. Figura 2. Resultados
RIE, 2017, 35(1), 215-233


ención basado en el uso de las TIC en la tutoría

Eficacia de un programa deEficacia de un


intervención programa
basado delas
en el uso de intervención basado
tic en la tutoría la tutoría
en el uso de las TIC en225

Figura 2. Resultados medias Motivación


Autoestima. Figura
Figura2.
1. Resultados mediasAutoestima.
Resultados medias Motivación. Figura 2. Resultado














Figura
Figura 3. Resultados medias
3. Resultados mediasEficacia
EficaciaLectora
Lectora. Figura 4. Resultados m

Eficacia Lectora. 4. Resultados


Figura medias
RIE, 2017, 35(1), Inteligencia
215-233 General.
Eficacia del tratamiento (d de Cohen)

o (d de Cohen)
Siguiendo las propuestas de Ledesma, Macbeth y Cortada
226 Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo
as Autoestima. Figura 2. Resultados medias Motivación.

as Eficacia Lectora. Figura Figura


4. Resultados medias
4. Resultados Inteligencia
medias General.
Inteligencia General

to (d de Cohen)
Tabla 5

Pruebas t de Student grupo experimental


uestas de Ledesma, Macbeth y Cortada de Kohan (2008) se ha
estandarizada de medias, obtenidas mediante la d de Cohen.
Diferencias relacionadas

95% Intervalo de
Sig.
Grupo control Error confianza para la t gl
Desv. (bil.)
Media típ. de la diferencia
típica
media
Inferior Superior

RIE,AUTOESTIMA_Postest
Par 1
2017,35(1), #-# 20.072 13.482 1.369 17.355 22.789 14.663 96 .000
AUTOESTIMA_Pretest

MOTIVACIÓN_Postest
Par 2 7.268 10.201 1.036 5.212 9.324 7.017 96 .000
MOTIVACIÓN_Pretest

EFIC_LECTORA_Postest
Par 3 13.588 11.163 1.133 11.338 15.838 11.988 96 .000
EFIC_LECTORA_Pretest

I_GENERAL_Postest
Par 4 7.361 8.273 .840 5.693 9.028 8.763 96 .000
I_GENERAL_Pretest

RIE, 2017, 35(1), 215-233


Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las tic en la tutoría 227

Eficacia del tratamiento (d de Cohen)

Siguiendo las propuestas de Ledesma, Macbeth y Cortada de Kohan (2008) se ha


calculado la diferencia estandarizada de medias, obtenidas mediante la d de Cohen.

Tabla 6

Pruebas d de Cohen

d de r Percentil % de
R2
  Cohen Correlación % Solapamiento

Autoestima (A) 0.6 0.287 0.083 73.00% 61.80%

Motivación (M) 0.3 0.148 0.022 62.00% 78.70%

Eficacia Lectora (EL) 0.8 0.371 0.138 79.00% 52.60%

Inteligencia General (IG) 0.4 0.196 0.0380 66.00% 72.60%

Los resultados obtenidos con la d de Cohen (tabla 5) suponen un tamaño del


efecto que oscila entre 0.3 y el 0.8 (A: 0.6; M: 0.3; EL: 0.8; IG: 0.4); por ello se afirma
que, dependiendo de la variable, la puntuación de la persona promedio en el grupo
experimental está 0.6 o 0.3 o 0.8 o 0.4 desviaciones estándar arriba sobre la persona
promedio en el grupo control.
Igualmente, en cuanto a los resultados de los percentiles, deben ser entendidos como
una ganancia de los sujetos situados en el grupo experimental con un incremento por
encima de la media (A: 23; M: 12; EL: 19; IG: 16) que se le supone al grupo control (50%).
En cuanto al solapamiento entre las distribuciones de los dos grupos hay que
significar que los sujetos del grupo experimental obtienen puntuaciones que no son
obtenidas por los del grupo control (A: 38.2%; M: 21.3%; EL: 47.4%; IG: 27.4%).

Eficacia del tratamiento (g de Hedges)

La prueba gajust contiene tres criterios favorables para comprobar la eficacia de


un tratamiento: (1) estimación precisa e insesgada; (2) simplicidad de cálculo; y (3)
fácil interpretación del resultado (Ledesma et al., 2008). Realmente lo que hace es
estimar la diferencia entre las medias de los grupos y la estandariza dividiéndola
entre la desviación típica unificada de los dos grupos, con lo que el procedimiento
aporta un parámetro tipificado (puntuación z), al que finalmente se le elimina el
sesgo derivado del tamaño muestral. Este valor resulta muy útil ya que permite
inferir mediante la tabla de la curva normal el porcentaje de casos que un grupo está
por debajo del promedio del otro (Tejero-González, Castro-Morera & Balsalobre-
Fernández, 2012).

RIE, 2017, 35(1), 215-233


228 de un programa de intervención basado en el uso de
Eficacia
Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo
las TIC en la tutoría
Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las TIC en la tutoría
Tabla 7
Tabla 7
Pruebas
Tabla 7 g de Hedges
Pruebas
g de Hedges
Pruebas g de Hedges
g hedges
  gl g hedges
g g hedges P(g) P(g-ajust)
ajustada P(g) P(g-ajust)
gl hedges
g ajustada
g hedges
AUTOESTIMA_experimental 192 1.97 1.96 0.98P(g) P(g-ajust)
0.98
AUTOESTIMA_experimental 192 hedges
1.97 ajustada
1.96 0.98 0.98
AUTOESTIMA_control 192 0.78 0.78 0.78 0.78
AUTOESTIMA_experimental
AUTOESTIMA_control 192
192 1.97
0.78 1.96
0.78 0.98
0.78 0.98
0.78
MOTIVACIÓN_experimental
AUTOESTIMA_control 192 0.62 0.61 0.73 0.73
MOTIVACIÓN_experimental 192
192 0.78
0.62 0.78
0.61 0.78
0.73 0.78
0.73
MOTIVACIÓN_control
MOTIVACIÓN_experimental 192 0.53 0.52 0.70 0.70
MOTIVACIÓN_control 192
192 0.62
0.53 0.61
0.52 0.73
0.70 0.73
0.70
EFICACIA_LECTORA_experimental
MOTIVACIÓN_control 192 1.10 1.10 0.87 0.86
EFICACIA_LECTORA_experimental 192
192 0.53
1.10 0.52
1.10 0.70
0.87 0.70
0.86
EFICACIA_LECTORA_control
EFICACIA_LECTORA_experimental 192 0.41 0.41 0.66 0.66
EFICACIA_LECTORA_control 192
192 1.10
0.41 1.10
0.41 0.87
0.66 0.86
0.66
INTELIG_GENERAL_experimental
EFICACIA_LECTORA_control
INTELIG_GENERAL_experimental 192 0.41 0.41 0.66 0.66
192
192 0.41
0.41 0.41
0.41 0.66
0.66 0.66
0.66
INTELIG_GENERAL_control
INTELIG_GENERAL_experimental
INTELIG_GENERAL_control 192 0.20 0.20 0.58 0.58
192
192 0.41
0.20 0.41
0.20 0.66
0.58 0.66
0.58
INTELIG_GENERAL_control 192 0.20 0.20 0.58 0.58
98%
100% 78% 74% 73%
98% 73%
100% 78% 74%
72%
73%
73% 70%
50% 71%
72%
70%
50% 71%
69%
70%
70%
0% 68%
69%
P(g-ajust) P(g-ajust)
0% 68%
P(g-ajust) P(g-ajust)
AUTOESTIMA_experimental MOTIVACIÓN_experimental
AUTOESTIMA_experimental MOTIVACIÓN_experimental
AUTOESTIMA_control MOTIVACIÓN_control
AUTOESTIMA_control MOTIVACIÓN_control

Figura5.5.Resultados
Figura Resultadosg g
dede Hedges
Hedges Autoestima
Autoestima. Figura 6. Resultados
Figura 6. Resultadosggde
deHedges
HedgesMotivación.
Motivación
Figura 5. Resultados g de Hedges Autoestima. Figura 6. Resultados g de Hedges Motivación.
86% 66%
100% 66% 70%
86% 65%
66% 58%
100%
50% 66% 70%
60%
65%
55% 58%
50%
0% 60%
50%
P(g-ajust) 55%
0% 50%
P(g-ajust)
P(g-ajust) P(g-ajust)
EFICACIA_LECTORA_experimental INTELIGENCIA_GENERAL_experimental
EFICACIA_LECTORA_experimental INTELIGENCIA_GENERAL_experimental
EFICACIA_LECTORA_control INTELIGENCIA_GENERAL_control
EFICACIA_LECTORA_control INTELIGENCIA_GENERAL_control

Figura
7. Resultados g de Hedges Eficacia Lectora. Figura 8. Resultados g de Hedges Intel. General.
Figura 7. Resultados g de Hedges Eficacia Lectora Figura 8. Resultados g de Hedges Intel. General
Figura 7. Resultados g de Hedges Eficacia Lectora. Figura 8. Resultados g de Hedges Intel. General.

RIE, 2017,35(1), #-#


RIE, 2017, 35(1), 215-233
RIE, 2017,35(1), #-#

Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las tic en la tutoría 229

Los resultados obtenidos con la g de Hedges (tabla 6 y figuras 5, 6, 7 y 8) suponen


un tamaño del efecto que oscila entre 20 y 3 puntos (A: 20; M: 3; EL: 20; IG: 8) en el
alumnado que ha obtenido resultados superiores en el grupo experimental frente al
alumnado del grupo control.

Relación de las variables complementarias con la eficacia de la intervención

Para realizar este estudio se han aplicado las pruebas de diferencias entre medias
(t de Student) para las variables independientes complementarias. En todos los casos
se comprueba que la significatividad en la prueba t arroja valores superiores a α = 0,05
y, en consecuencia, se acepta la H0, lo que implica que las variables complementarias
no afectan a la intervención. A modo de ejemplo, se recogen en las tablas 7, 8, 9 y
10 las variables sexo, curso, conexión a internet y manejo del ordenador en el grupo
experimental.

Tabla 8

Relación de Sexo con eficacia de la intervención

Mujer Hombre Prueba t

N M DT N M DT t (95) Sig. DME


Autoestima 46 87.52 8.92 51 85.16 8.53 1334 .185 2.365
Motivación 46 77.43 9.35 51 78.29 9.40 1.033 .304 2.302
Eficacia Lectora 46 83.11 12.59 51 81.88 11.18 -1.531 .129 -4.293
Inteligencia general 46 67.04 17.15 51 68.24 18.017 -.428 .669 -1.800

Tabla 9

Relación de Curso con eficacia de la intervención.

Quinto Sexto Prueba t

N M DT N M DT t (95) Sig. DME


Autoestima 49 85.84 9.503 48 86.73 11.321 -.500 .618 -0.892
Motivación 49 77.55 9.713 48 78.23 9.037 -.356 .723 -.678
Eficacia Lectora 49 81.22 10.831 48 83.73 12.759 -1.043 .300 -2.505
Inteligencia general 49 64.67 18.326 48 70.73 16.299 -1.718 .089 -6.056

RIE, 2017, 35(1), 215-233


230 Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo

Tabla 10

Relación de Conexión a Internet con eficacia de la intervención.

SI NO Prueba t
N M DT N M DT t (95) Sig. DME
Autoestima 93 86.60 8.545 4 78.75 11587 1.776 .079 7.852
Motivación 93 77.69 9.399 4 82.50 7.326 -1.009 .316 -4.812
Eficacia Lec-
tora 93 82.54 11.974 4 80.75 8.770 .295 .769 1.788
Inteligencia
general 93 67.35 17.628 4 75.00 15.100 -.853 .396 -7.645

Tabla 11

Relación de Manejo del ordenador con eficacia de la intervención.

Suficiente Insuficiente Prueba t


N M DT N M DT t (95) Sig. DME
Autoestima 70 85.49 8.500 27 88.33 9.228 -1.444 .152 -2.848
Motivación 70 77.84 9.295 27 78.00 9.640 -.074 .941 -.157
Eficacia Lec-
tora 70 82.63 12.728 27 82.04 9.300 .220 .827 .592
Inteligencia
general 70 69.87 16.969 27 61.96 17.984 2.023 .056 7.908

Discusión y conclusiones

En esta investigación se ha evaluado la efectividad de un programa de intervención


que utiliza las TIC, realizado en las horas de tutoría. Los resultados obtenidos dan
muestras de que esta intervención ha resultado eficaz. Se ha partido de la estructura
de elementos y programas que había en el mercado, y se han ido adaptando a los
recursos tecnológicos disponibles en el centro (plataforma Moodle, pizarra digital y
ordenador del alumnado). Es aprecian grandes ventajas en la puesta en práctica de las
TIC en el aula, por ello, se pueden tener en cuenta las opiniones de muchos autores
que tratan positivamente este tema. Entre otros, Marqués (2013) pone de manifiesto
que es imprescindible su uso, y que se debe apostar por el cambio que supone la
introducción de las TIC en el ámbito escolar. También en este sentido Salmerón, Rodrí-
guez y Gutiérrez (2010), aseguran que el uso de las tecnologías mejora el rendimiento
académico de los alumnos.
Se constatan en la literatura sobre la temática una escasez de investigaciones en
las que intervenga la tutoría y las TIC, si bien los estudios encontrados ahondan en

RIE, 2017, 35(1), 215-233


Eficacia de un programa de intervención basado en el uso de las tic en la tutoría 231

diversas variables incluidas en nuestro estudio. Así, las mejoras obtenidas en autoes-
tima y rendimiento concuerdan con las ya verificadas por Moliner et al. (2012), si bien
en estas se seguía un modelo tutorial entre iguales. Con respecto a la importancia de
la autoestima y la motivación, que han obtenido resultados relevantes en esta inves-
tigación, hay una coincidencia con Molero, Zagalaz y Cachón (2013), cuando afirman
que la importancia del estudio de la autoestima estriba en que se trata de una de las
variables más importantes para el bienestar personal. Igual pasa con López y García
(2010), que aseguran que los beneficios del empleo de las TIC en el ámbito educativo
son numerosos, constatando igualmente la influencia positiva de la realización de toda
una tipología de tareas en la motivación del alumnado en Primaria a partir del diseño
y desarrollo de proyectos educativos interactivos, típicos de los entornos de aprendi-
zaje digital. Asimismo, apuntan a que, a la hora de plantear las actividades, hay que
tener en cuenta, junto a las estrategias de aprendizaje, factores como la motivación, la
actitud, la atribución causal y el control de las emociones.
En cuanto a la eficacia lectora y el rendimiento académico (inteligencia general),
también con resultados significativos, se apoyan las aportaciones de Soria (2015),
quien afirma que el formato hipertextual de la información mejora su consolidación
y almacenamiento a corto y a largo plazo y también los resultados en el alumnado.
En esta misma línea Area y Sanabria (2014) afirman que los usos de las tecnologías
están influyendo positivamente en el aprendizaje de los estudiantes en términos de
rendimiento académico.
Por otro lado, las variables independientes complementarias incluidas en el estudio,
no han tenido ningún tipo de influencia en los resultados, lo que coincide con investiga-
ciones precedentes. Así, Alcaide y Pantoja (2013), llegan a la conclusión de que la variable
sexo no supone un factor determinante en la consecución de resultados; ni tampoco lo
hacen, según Hernández et al. (2014), las variables edad, profesión y nivel de estudios
de los padres. Igualmente, Colás, González y De Pablos (2013) demuestran que no tienen
efectos sobre el rendimiento académico la conexión a internet y el manejo de las TIC.
Finalmente, el programa puede considerarse como un instrumento valioso para la
acción tutorial, ya que la llena de contenido al adaptarse e individualizar los procesos
de enseñanza y aprendizaje del centro y entrar a formar parte esencial del desarrollo
curricular. El uso de las TIC en el aula supone un éxito asegurado, primero por la moti-
vación que aportan mediante su intervención; y segundo porque asegura la obtención
de resultados positivos. Sin embargo, cabe plantear una serie de limitaciones:

1. Por parte de los docentes:


– Que mantienen posturas escépticas y críticas relativas al uso de las TIC en
el aula.
– Que se obstinan en mantener el monopolio del conocimiento y en transmitirlo
de forma directa a los alumnos.
– Que tienen poca disponibilidad de tiempo o la nula pretensión de formación
técnica, didáctica y práctica.
2. Por parte del alumnado:
– Su dependencia en gran medida de las notas, limita su capacidad educativa de
aprendizaje conocimientos por descubrimiento y su capacidad crítica

RIE, 2017, 35(1), 215-233


232 Eufrasio Amador Castellano Luque y Antonio Pantoja Vallejo

3. Sobre los recursos:


– Las TIC no tienen efectos mágicos sobre el aprendizaje, ni generan automática-
mente innovación educativa, es el método o estrategia didáctica, junto con las
actividades planificadas, las que promueven un tipo u otro de aprendizaje en
el alumnado.
– Los actuales quedan obsoletos a un ritmo vertiginoso.

En este sentido habría que plantearse en futuras investigaciones, su implementación


en otros contextos y en otras etapas educativas de enseñanza obligatoria y postobliga-
toria, además de incluir, en la muestra los centros concertados. De igual forma, habría
que conceder más protagonismo a la figura del tutor y su relación con el alumno y su
familia, en aras a involucrar a esta última en un modelo de aprendizaje compartido
escuela-casa, capaz de avanzar en el desarrollo del concepto ya señalado de e-escuel@
(Pantoja, 2009).

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Fecha de recepción: 25 de enero de 2016


Fecha de revisión: 25 de enero de 2016
Fecha de aceptación: 30 de junio de 2016

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235
Diestro Fernández, A, Ruiz Corbella, M. y Galán, A. (2017). Calidad editorial y científica en las revistas de educación.
Tendencias y oportunidades en el contexto 2.0. Revista de Investigación Educativa, 35(1), 235-250
DOI: http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.244761

Calidad editorial y científica en las revistas de educación.


Tendencias y oportunidades en el contexto 2.0

Scientific and editorial quality in educational journals. Trends and


opportunities in the 2.0 context

Alonso Diestro Fernández*, Marta Ruiz-Corbella* y Arturo Galán**


*Departamento de Teoría de la Educación y Pedagogía Social. UNED
** Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico de la Educación. UNED

Resumen

Las revistas científicas han sufrido una fuerte revolución en la última década, impulsadas
por el logro del mayor nivel posible de visibilidad e impacto internacional. Se trata de un
proceso mediatizado por las oportunidades y los cambios que se derivan del nuevo contexto
de la Science 2.0 y el Open Access. Este trabajo analiza la necesidad de recurrir a una valo-
ración más global y amplia del impacto que la proporcionada por los rankings publicados
por las grandes editoriales basadas exclusivamente en las citas (JCR y SJR). El choque de
tendencias se hace evidente en este contexto de herramientas 2.0, en el que las posibilidades
de rastreo y medición bibliométrica, plagada de nuevas aplicaciones y herramientas, se mul-
tiplican exponencialmente en el entorno digital. El artículo evidencia las grandes diferencias
de oportunidades entre las revistas científicas de educación en el contexto iberoamericano y
el anglosajón, desigualdad que podría reducirse si se introducen otras métricas para medir
el factor de impacto de una publicación.
Palabras clave: revistas científicas; investigación en educación; gestión editorial;
métricas; calidad editorial.

Correspondencia: Alfonso Diestro Fernández, [email protected], UNED, Facultad de Educación, Depar-


tamento de Teoría de la Educación y Pedagogía Social, C/ Juan del Rosal, 14, 28040, Madrid.

RIE, 2017, 35(1), 235-250


236 Alonso Diestro Fernández, Marta Ruiz-Corbella y Arturo Galán

Abstract

Scientific journals have undergone a significant revolution in the last decade in the pursuit
of achieving the highest possible level of international exposure and influence. This process
is clearly determined by the changes and opportunities derived from the new context offered
by Science 2.0 and Open Access. This paper analyses the need for a more comprehensive and
broad assessment of impact that are provided by the published rankings by the big publishers
based exclusively on citations (JCR and SJR). An evident clash of trends takes place within
such context of 2.0 Tools in which the possibilities of bibliometric search and analysis, with
its countless means and applications, multiply exponentially in the digital environment. This
article shows the great differences of opportunities between the scientific education journals
of Iberian and Anglo-Saxon contexts, an inequality that could be reduced if other metrics are
introduced to measure the impact factor of a publication.
Keywords: scientific journals; education research; editorial management; metrics;
quality assurance.

Introducción

Las revistas científicas, como medio de difusión de los avances de la investigación,


son uno de los ámbitos de la comunicación que más han evolucionado en la última
década, especialmente en los aspectos formales, técnicos, económicos y evaluativos. El
foco de preocupación está pasando de la calidad científico-formal a la consecución del
mayor nivel posible de visibilidad e impacto internacional. Por ello, el objetivo principal
de este trabajo responde a tres aspectos: en primer lugar, describir y analizar las nuevas
formas de difusión de las revistas científicas de educación ante las oportunidades y los
cambios que se derivan del nuevo contexto de la Science 2.0 (Open Science) y el Open
Access (OA); acto seguido, valorar la pertinencia de la utilización del Factor de Impacto
(FI) para la consideración de las revistas iberoamericanas de ciencias sociales, frente a
las medidas emergentes basadas en otros indicadores. Y, por último, aportar evidencias
sobre la desigualdad de oportunidades entre el contexto anglosajón y el iberoamericano
a la hora de situar revistas en las bases de datos selectivas más relevantes.
En este estudio se analizarán los aspectos diferenciadores que determinan el valor
editorial y científico de las revistas de educación. Algunos de ellos son controvertidos
porque califican a las publicaciones científicas de diferente forma, tanto cuantitativa
como cualitativamente, principalmente a partir del FI –nº de citas / nº de artículos publi-
cados-. En las últimas décadas han proliferado todo tipo de indicadores bibliométricos
y cienciométricos, destacando el Índice h (Ih) –nº N de artículos con n citas– como
uno de los más recientes, que compite directamente en importancia con el FI, aunque
midan aspectos bibliométricos diferentes. Esto nos brinda la oportunidad de valorar
si la importancia otorgada al FI o al Ih a nivel global -propia de las ciencias puras y
biosanitarias- resulta equitativa con las revistas de educación, al provenir de áreas de
conocimiento con tradiciones editoriales, científicas y contextuales completamente
diferentes. De hecho, la investigación pedagógica abarca estudios empíricos, hermenéu-
ticos, históricos, revisiones bibliográficas, etc., que exigen tratamientos metodológicos
diferenciados. En consonancia con lo anterior, y a diferencia de otras ciencias, en el

RIE, 2017, 35(1), 235-250


Calidad editorial y científica en las revistas de educación. Tendencias y oportunidades en el contexto 2.0 237

campo de la educación (y sobre todo en las áreas no empíricas) se cuenta con una
financiación económica mucho menor, por lo que resulta aún más complicado plantear
grandes proyectos y conseguir financiación externa en convocatorias públicas compe-
titivas. Pese a todo, se obtienen resultados novedosos que hacen avanzar la ciencia.
En este contexto particular, en el que tratamos con un campo científico relativa-
mente nuevo y pequeño, sobre todo en comparación con las ciencias experimentales, es
importante analizar si existen formas alternativas (o complementarias) más adecuadas
para valorar el impacto de las ciencias sociales y, en particular, de la pedagogía, como,
por ejemplo, los altmetrics (Authors Level Metrics), que permitan evaluar otro tipo de
variables más allá del número de citas y que podrían ser más adecuadas (y equitati-
vas) a este campo científico. Dichas variables reflejan un impacto de otra naturaleza,
es decir, un impacto social basado también en valores de difusión (lecturas, descargas,
accesos, interacciones en RR. SS, etc.) pero que puede ser tan importante para las
ciencias sociales como el FI para las ciencias experimentales.
En definitiva, nuestro análisis se centra en demostrar la necesidad de recurrir en las
ciencias sociales a una valoración más global y amplia del impacto que el proporcionado
por los rankings publicados por las grandes empresas editoriales (el JCR de Thomson
Reuters y el SJR de Elsevier), basados principalmente en las citas contabilizadas en las
revistas indizadas en sus propios productos y catálogos. Además, la utilización exclu-
siva de tal medición del impacto se hace cuestionable en el contexto de la Open Science,
el Social Media y las herramientas 2.0, por sus mayores posibilidades de seguimiento
y medición bibliométrica en el contexto digital. Aparecen, a la vez, nuevos modelos
de comunicación y difusión basados en redes sociales (RRSS) como Facebook, Twitter,
blogs, etc., y portales específicos dirigidos a investigadores como ResearchGate, Acade-
mia.Edu, Mendeley o Google Scholar. Incluso algunos de ellos han desarrollado nuevas
métricas, variables e índices relativos de difusión, impacto y seguimiento, tanto de las
revistas como de los propios autores–investigadores (Ruíz-Corbella, Galán & Diestro,
2015); aunque aún deben ganar en fiabilidad y precisión, abren un nuevo abanico de
posibilidades.
Se vislumbra, pues, un nuevo horizonte editorial y científico en el que, si se quiere
competir con los mejores, se exigirá dominar estas herramientas a la par que se avanza
en instrumentos para medir la calidad y el impacto de las publicaciones con base en
nuevos indicadores más complejos que el FI.

Open Access y Science 2.0: implicaciones editoriales

El cambio de paradigma científico hacia la denominada Ciencia 2.0 es fruto de


una realidad que se apoya en los rápidos y dinámicos cambios provocados por la
consolidación de la revolución digital, la innovación tecnológica, el OA y la adopción
de una cultura 2.0. El nuevo modelo de ciencia persigue una mayor y más amplia
transferencia del conocimiento desde una perspectiva aperturista y globalizada. Reco-
noce la importancia de la responsabilidad y la rendición de cuentas, basadas en la
transparencia y el acceso a los datos, y de la innovación que supone la nueva manera
de hacer, comunicar, difundir y hacer sostenible su coste: “La Ciencia 2.0 no sólo

RIE, 2017, 35(1), 235-250


238 Alonso Diestro Fernández, Marta Ruiz-Corbella y Arturo Galán

tiene grandes implicaciones en la manera de hacer ciencia, sino que también podría
tener un importante impacto social y económico” (European Commission, 2014, p. 6).
Nunca hasta ahora se dispusieron de semejantes cotas de inmediatez, accesibilidad,
elaboración, interacción, re-producción y emisión de información y de contenidos, en
cualquier momento y lugar. Además, en la mayor parte de los casos, los servicios del
contexto 2.0 son gratuitos, masivos, funcionales y altamente accesibles para los usuarios.
Recordemos que Europa, en su reciente estrategia Science 2.0, identifica la tecnología
digital, el cambio de las prácticas de investigación y su impacto, como las claves de
este nuevo modo de “hacer ciencia” (European Commission, 2015).
A la vez, iniciativas internacionales, como DOAJ (Directory of Open Access Journals)
o Sherpa Romeo, velan por la promoción del OA y establecen diferentes niveles de
apertura de estas publicaciones, aumentando el impacto social y científico de los resul-
tados de la investigación mediante una mayor visibilidad. Todo este movimiento ha
generado varias declaraciones y convenios internacionales, que marcan las tendencias
hacia el aperturismo editorial y nuevas métricas de la evaluación científica como, por
ejemplo, la PLoS: Open letter to publishers (2001), las Declaraciones de Budapest (2002),
Bethesda (2003) y Berlín (2003), la reciente iniciativa de la Declaración de San Francisco
sobre Evaluación de la Investigación (DORA, 2012), la propia estrategia del Open Science
de la UE (2014) o la Declaración de Leiden sobre métricas de la investigación (2014).
El punto neurálgico en todo este proceso es la especial atención que se ha de pres-
tar a la convergencia entre el enorme potencial del OA, las nuevas implicaciones del
Science 2.0 y las políticas que se derivan de ello. Por ejemplo, la Agencia Digital para
Europa ha establecido una ambiciosa agenda relacionada con el OA y la financiación
de proyectos. Así, la UE, en su Programa Marco de 2014, obliga a que todas las publica-
ciones financiadas con sus fondos, generalmente artículos, se publiquen en revistas OA
mediante la ruta dorada (acceso inmediato para todos). Incluso sugieren a los Estados
miembros que adopten un planteamiento similar, con el objetivo de que el 60% de los
artículos de la investigación financiada con fondos públicos europeos pueda consul-
tarse libremente para 2016. España recoge esta indicación en la última convocatoria
del Plan Nacional de I+D+I (2015), que se deriva de la Ley 14/2011 de la Ciencia, la
Tecnología y la Innovación. No obstante, sin renunciar a todas las posibilidades que
proporciona el OA, la enorme visibilidad que facilitan sus tecnologías no es suficiente.
Las acciones coordinadas de la política de la ciencia en nuestras regiones será crucial
para respaldarlas e impulsarlas (Vessuri, Guédon & Cetto, 2013). Y esto sin entrar en
las “imposturas en el ecosistema de la publicación científica”, que está generando un
“mercado de artículos”, pervirtiendo el propio sentido de estas publicaciones y olvi-
dando “ahondar en los detalles que marcan la calidad de todo el proceso de selección
y publicación de artículos, independientemente del modelo de negocio de la revista y
de las fuentes que la recojan” (Giménez-Toledo, 2014, p. 14).
Ahora bien, Sánchez Perona (2015) destaca la peligrosa deriva que este cambio puede
provocar ¿Cómo es posible conjugar la presión y la necesidad por publicar en revistas
de alto impacto, mantener el sistema de suscripciones de las revistas y el imperativo
de la publicación de resultados financiados con fondos públicos en OA? Las políticas
públicas pueden provocar que el sistema de financiación por suscripciones de algu-
nas revistas pierda sentido por la obligatoriedad del OA. En consecuencia, empiezan

RIE, 2017, 35(1), 235-250


Calidad editorial y científica en las revistas de educación. Tendencias y oportunidades en el contexto 2.0 239

a aparecer nuevas y diversas fórmulas de gestión económica (nuevos modelos de


negocio), que garanticen la sostenibilidad, la adaptabilidad y la viabilidad económica
de estas revistas (Villarroya, Claudio, Abadal & Melero, 2012), entre las que se están
imponiendo tres tendencias:

• Todos los autores deben pagar por publicar. Normalmente se trata de una can-
tidad no demasiado elevada, en torno a 100€-300€, pero aún así es un coste que
puede provocar falta de equidad a nivel global.
• Los autores pueden realizar un pago opcional para que la publicación esté en
abierto desde el primer momento, incluso en la modalidad published online in
advance. Este pago contribuiría a cubrir los ingresos que la revista dejaría de
percibir por la venta de artículos a particulares o a bases de datos. En este caso,
las cantidades que solicitan las revistas son muy variadas, entre 200€ y 3.000€,
dependiendo del país y la empresa editorial. Este pago voluntario es más cohe-
rente con las políticas europeas de investigación y publicación en OA.
• La venta de números monográficos a grupos de investigación o a determinadas
entidades. Esta práctica es más controvertida, especialmente si el control de las
revisiones de los artículos se cede al “grupo comprador”.

El coste por publicar, como consecuencia del nuevo modelo de negocio de las revis-
tas científicas y del OA, está causando un gran interés en la literatura reciente, ya que
es difícil estimar el precio medio por artículo en cada área de conocimiento y en cada
región editorial. El Informe Finch (2012, p. 61) estima el coste de publicación de un
artículo científico en el Reino Unido, incluidos los cargos del proceso editorial (las tasas
article processing charges –APC-), entre 1500£-2000£. Nassi-Caló (2013) señala que los
costes de APC en conocidas revistas internacionales en OA oscila entre 100$-3000$, y
en algunas revistas híbridas entre 3000-5000$. En esta perspectiva, López-Torres (2015)
advierte que los precios llegan a fluctuar entre 500€ y 2.500€ por artículo, “corres-
pondiendo los más elevados a revistas de editoriales internacionales con alto factor
de impacto y siendo aún más elevados cuando se trata de revistas híbridas” (p. 180).
Una reciente investigación de Mañana-Rodríguez y Giménez-Toledo (2015) valoran
la relación entre el coste del artículo publicado y el valor añadido, en términos de
desempeño bibliométrico, de las revistas editadas por entidades con ánimo de lucro
y con un alto coste por artículo, el precio por cita, el índice compuesto de precio y el
índice relativo de precio de entre las revistas de educación en JCR, destacando que, la
relación entre ellas coste y valor añadido, es claramente cuestionable:

La publicación de artículos en revistas costosas no implica una mayor proba-


bilidad de contar con valor añadido a esa publicación específica, y se subraya
el papel de las revistas menos costosas en el proceso de comunicación cien-
tífica. Asimismo, también ponen en cuestión cuál es el valor añadido de las
revistas más costosas y los grupos editoriales que las publican, y por lo tanto
también pone en entredicho el equilibro en el mercado de revistas científicas
en Educación (p. 53).

RIE, 2017, 35(1), 235-250


240 Alonso Diestro Fernández, Marta Ruiz-Corbella y Arturo Galán

Todo ello nos lleva a confirmar que muchas publicaciones “menores” están en
desigualdad de condiciones frente a las revistas mejor situadas o a las grandes empre-
sas editoriales. En nuestro país, en el momento actual, la mayor parte de las revistas
no están en disposición de cobrar por publicar, no porque su actividad se ejerza sin
ánimo de lucro, sino porque no existe una cultura entre los autores de preocuparse
por los costes de la publicación. En consecuencia, una revista “media” que cobre por
publicar perdería muchos originales ante una alternativa en la que se pueda publicar
de forma gratuita.
A la vez, si nos comparamos con las revistas anglosajonas editadas por la grandes
empresas editoriales (Elsevier, Taylor & Francis, etc.), la primacía científica y lingüística
y su control del mundo editorial en todas las áreas de conocimiento les permiten dispo-
ner de un mayor número de revistas en catálogo (por suscripción o en OA), pudiendo
ampliar la estrategia empresarial basada en el aumento de la producción de nuevos
títulos en OA y relacionar su marketing con la reputación de algunas de sus revistas
más prestigiosas de pago por suscripción.

Criterios de evaluación de revistas y digitalización

Gracias a este cambio de paradigma hacia la ciencia 2.0, las revistas científicas se han
convertido en el canal de comunicación de la investigación más destacado, reconocido
y privilegiado, al actuar como instrumento fundamental en la organización, vertebra-
ción e institucionalización social de una disciplina (Delgado, Ruiz-Pérez & Jiménez-
Contreras, 2006). Este respaldo proviene, como destacan Galán (2014) y Giménez-Toledo
y Tejada-Artigas (2014), de los poderes públicos y las políticas de evaluación de la
productividad investigadora instauradas en los últimos 25 años, tanto a nivel nacio-
nal como internacional. Dichas políticas han primado la publicación de los resultados
en las revistas científicas de impacto (las incluidas en el JCR principalmente), con lo
que éstas adquirieron un notable peso en los procesos de acreditación, evaluación y
reconocimiento profesional. Sin embargo, la escasez de revistas españolas de ciencias
sociales, jurídicas y humanidades en dichos índices dio lugar a nuevas iniciativas para
dilucidar los criterios de calidad en estas áreas de conocimiento (Hernández Pina &
Maquilón, 2010). Aunque no ponemos en duda su buena intención, no siempre parten
de una adecuada y completa información ni se aplican correctamente. “Corremos el
riesgo de dañar el sistema con las mismas herramientas diseñadas para mejorarlo, si
la evaluación se lleva a cabo cada vez más por organizaciones sin un bagaje de buenas
prácticas o desconociendo cómo interpretarlas” (Hicks, Wouters, Waltman, De Rijke
& Rafols, 2015, p. 1).
Si analizamos las revistas científicas de educación en los últimos 15 años, observamos
una rápida transición de las publicaciones impresas al formato digital, favorecidas por
cuestiones de escasez u optimización económica y un incremento de nuevas revistas
en formato digital y en OA (nacidas ya atendiendo a los criterios internacionales de
calidad editorial). Al mismo tiempo, el número de publicaciones científicas publicadas
exclusivamente en formato impreso se ha reducido de forma drástica. Valga como
referencia que en 2014 se editaban 168 revistas en formato digital frente a 31 impresas
(Ruíz-Corbella, Galán & Diestro 2014). Esto demuestra que el salto hacia modelos de

RIE, 2017, 35(1), 235-250


Calidad editorial y científica en las revistas de educación. Tendencias y oportunidades en el contexto 2.0 241

edición digital fue rápidamente percibido como un canal especialmente atractivo para
difundir la ciencia. El crecimiento de proyectos editoriales basados en gestores y sis-
temas digitales como el OJS (Open Journal System) fue exponencial. D’Antonio (2014)
afirma que, de 2004 a 2014, el número de revistas vivas que utilizan este gestor pasó de
1930 a 7000, al facilitar sustancialmente su gestión, sostenibilidad y difusión. De esta
forma, la digitalización de las revistas científicas de educación ha generado numerosos
beneficios: una mayor área de influencia, inmediatez, almacenamiento, reducción de
costes, etc., lo que ha supuesto, en la última década, más que una tendencia, un cambio
de paradigma (Aliaga, 2014).
Torres-Salinas (2008) mantiene que, en lo relativo a esta visión 2.0, “se enmarcan
todas aquellas utilidades presentes en el portal de la revista o la participación de la
misma en comunidades y redes sociales” (p. 25). Entre dichas utilidades diferencia
los elementos 2.0 internos, relacionados con la edición (interoperabilidad, múltiples
formatos), de los externos, que se corresponden con la difusión y visibilidad (blogs,
RRSS, foros, chats, comunidades, etc.). Aunque las revistas en educación se han
digitalizado de manera considerable en la última década, todavía son pocas las que
cuentan con estos elementos y con una visión global de los procesos editoriales
y científicos de calidad en la perspectiva del 2.0. Si los equipos editoriales no se
modernizan en este sentido, se podría perder una nueva oportunidad de aumentar la
competitividad y visibilidad, a partir del momento en el que se comiencen a valorar
las nuevas métricas o nuevas variables –una vez ganen la fiabilidad y reputación
suficientes– basadas en estos datos.

La brecha entre las revistas iberoamericanas y las anglosajonas

Ya hemos comentado algunas razones de la gran brecha entre las revistas ibe-
roamericanas y las anglosajonas, como los recursos económicos, el idioma o el acceso
a las grandes bases de datos internacionales, aspectos tan básicos que casi cercenan
toda posibilidad de igualación. De hecho, gran parte de las revistas presentes en el
Social Sciences Citations Index (SSCI) ubicadas en el campo de Education & Educational
Research -prácticamente dos tercios del total- pertenecen a las grandes empresas y
multinacionales editoriales con intereses en el sector: Elsevier, Springer, Sage, Routledge,
Taylor & Francis, Wiley, Chicago Press, etc. Si ubicamos geográficamente a estas revis-
tas, encontramos una fuerte presencia anglosajona (Gran Bretaña, Estados Unidos,
Australia y Nueva Zelanda, con 182 de 224) en la figura 1. Además, la gran mayoría
de los títulos presentes en el catálogo emplean el inglés como lengua principal (y
exclusiva) de publicación, aunque no sea la lengua propia del país, como en el caso
de Holanda.
La Figura 2 incide en la escasa presencia de las revistas iberoamericanas en los dos
rankings más prestigiosos.
Ruíz-Pérez, Martín-Martín y Delgado López-Cózar (2015) ponen de manifiesto la
importancia de los cambios que han debido asumir en los últimos años todas las revis-
tas científicas españolas, para cumplir con la adaptación a los criterios determinados
por las agencias nacionales e internacionales de evaluación de la calidad de la ciencia.
Mendoza y Paravic (2006) se expresaban en términos parecidos en lo referido a las

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40
17
20 6 6 5 4 3 1 1 1 1 1 1 1 1 1
0
Figura 1. Distribución del número de revistas presentes en el SSCI-JCR por países del área
Education & Educational Research. Elaboración propia a partir del SSCI-JCR (2014).

La Figura
Figura 2 incide del
1. Distribución en número
la escasa
depresencia de las revistas
revistas presentes iberoamericanas
en el SSCI-JCR por países delen los dos
área
Figura 1. Distribución
Education
rankings más del número
& Educational
prestigiosos. de revistas
Research. presentes
Elaboración propiaena el SSCI-JCR
partir por países
del SSCI-JCR del área
(2014)
Education & Educational Research. Elaboración propia a partir del SSCI-JCR (2014).

La Figura
30 2 incide en la escasa presencia de las revistas iberoamericanas en los dos
24
rankings
25 más prestigiosos.
18
20
15
30
24
10
25 6
3 3 4 3
5 18 1 1 0 1 1 0
20 0 0 0
0
15
10 6
3 3 4 3
5 1 0 0 1 0 1 0 1 0
0
SCOPUS SSCI - JCR
Figura 2. Presencia de revistas científicas de educación en las bases de datos de SCOPUS y
SSCI2.–Presencia
Figura JCR, 2015.de
Elaboración propia ade
revistas científicas partir de SJR en
educación (2015), SSCI-JCR
las bases (2015)
de datos de ySCOPUS
WoS (2015)
y SSCI –
JCR, 2015. Elaboración propia aSCOPUS
partir de SJRSSCI - JCR
(2015), SSCI-JCR (2015) y WoS (2015).
publicaciones latinoamericanas. Sin embargo, de acuerdo con Abadal y Rius (2006),
Ruíz-Pérez,
todavía Martín-Martín
hay muchos aspectos y Delgado
que deberían López-Cózar
ser abordados (2015)
para ponen delamanifiesto
potenciar presencia la
Figura 2. Presencia
importancia de de revistas
los cambios científicas
que de educación
han debido en las bases
asumir en de datos
los de SCOPUS
últimos años y SSCIlas
todas –
en WoS y Scopus (los dos grandes referentes en los que la mayoría convergen, Gimé-
JCR,científicas
revistas 2015. Elaboración propia para
españolas, a partircumplir
de SJR (2015),
con SSCI-JCR (2015) y WoS (2015).
nez-Toledo, 2015), entre los que destacamos: mejorar laladigitalización
adaptación dea contenidos;
los criterios
determinados
perseguir la por las en
inclusión agencias nacionales
portales, e internacionales
repositorios, catálogos, de de
bases evaluación
datos y de la calidad
buscadores
Ruíz-Pérez, Martín-Martín y Delgado López-Cózar (2015) ponen de manifiesto la
importancia deprofundizar
especializados; los cambios enque
la difusión de los contenidos
han debido asumir en mediante el OA;
los últimos añosfomentar
todas las
el empleo de versiones multilingües de los artículos y mejorar la comunicación de las
revistas científicas españolas, para cumplir con la adaptación a los criterios
novedades, así como el seguimientoRIE, y la2017,35(1),
medición de las estadísticas de la audiencia.
#-#
determinados por las agencias nacionales e internacionales de evaluación de la calidad

RIE, 2017, 35(1), 235-250

RIE, 2017,35(1), #-#


Calidad editorial y científica en las revistas de educación. Tendencias y oportunidades en el contexto 2.0 243

Recientemente, las propias universidades, conscientes de la importancia de las revistas,


han concedido más apoyo documental e informático para su digitalización, implicando
a nuevos agentes de diversas disciplinas (informáticos, documentalistas, bibliotecarios,
etc.). Este paso significativo resulta aún escaso ante la ingente tarea que debe abordar
cada equipo editorial, especialmente cuando lo comparamos con los recursos humanos
y materiales de los grandes grupos editoriales anglosajones.
A pesar de la insistencia de las políticas científicas de primar las publicaciones
de WoS y Scopus, no olvidemos que Thomson Reuters y Elsevier son multinacionales
privadas que, con sus propios intereses económicos, están ejerciendo como lobbies del
sector editorial universitario y científico. Rozemblum, Unzurrunzaga, Banzato y Pucacco
(2015) llegan a afirmar que es dudosa la utilización de WoS para la evaluación de las
ciencias en general, pero que en el caso de las ciencias sociales es inaplicable.
Editores y autores iberoamericanos deben afrontar que la profesionalización de
las revistas supone enfrentarse a las propias particularidades contextuales. Hace ya
una década, Delgado et al. (2006) destacaban que las revistas españolas presentes en
la escena internacional están ahí por la ilusión y el tesón de un pequeño grupo de
investigadores, no por un diseño editorial profesional.
Esta falta de profesionalización es otra de las causas de la brecha entre el contexto
anglosajón y el iberoamericano. Prueba de ello es que de las 55 revistas españolas de
educación que cumplen con los 33 criterios LATINDEX, 45 de ellas (el 81,8%) están
ligadas a la universidad en cuanto a titularidad editorial (Ruíz-Corbella et al., 2014). En
esta misma línea, Rodríguez-Yunta y Giménez-Toledo (2013) analizan las debilidades
del sector editorial de humanidades y ciencias sociales, detectando un predominio
de las publicaciones de carácter institucional o generadas por un pequeño colectivo
(asociación, departamento, grupo de investigación) con una baja producción anual,
un escaso impacto y una gestión poco eficaz, que encuentra dificultades para superar
cierta imagen de endogamia. Ante estas carencias, y visto el elevado número de revistas
españolas de educación (más de un centenar, 133 según MIAR, o 137 en la clasificación
de la ANEP, según DICE), mientras que sólo 6 están en SSCI, parece necesario plantear
nuevos modelos de gestión y edición de esas publicaciones.

De la calidad editorial a la valoración de la calidad científica


y la visibilidad de las revistas

Lo que subyace en las diversas iniciativas de evaluación de la calidad de las revistas,


ya sea a nivel internacional –como es el caso de LATINDEX (1995) y RedALyC (2002)–
o nacional –IN-RECS, RESH, DICE (extintos), CIRC, MIAR o, más recientemente, el
Sello de Calidad de la FECYT (2006)–, es el logro de publicaciones competitivas y de
calidad externamente contrastada. A mediados de los noventa se establecieron todo
tipo de criterios e indicadores que pretendían valorar y categorizar a las revistas en
función de su calidad editorial y científica. En poco tiempo se pasó de los 36 criterios
agrupados en 4 categorías que ofrecía LATINDEX para revistas electrónicas, a los 53
criterios agrupados en 5 categorías que establecía FECYT. A diferencia de LATINDEX,
FECYT identifica no solo los aspectos formales, sino también otros como la calidad
informativa como medio de comunicación científica, la calidad del proceso editorial,

RIE, 2017, 35(1), 235-250


244 Alonso Diestro Fernández, Marta Ruiz-Corbella y Arturo Galán

la capacidad de atracción y calidad científica, la calidad de difusión, audiencia y visi-


bilidad y la calidad de repercusión (Hernández Pina y Maquilón, 2010). En el caso de
RedALyC son 60 los criterios empleados, pero, como indican Rozemblum et al. (2015),
el desgranamiento excesivo que propone RedALyC obliga a los diferentes editores a
ceñirse a una uniformidad que anula las particularidades de cada revista, sin ganar
en “calidad científica”, que es su objetivo principal.
En mayor o menor medida, existe un acuerdo internacional sobre los aspectos que
determinan la calidad editorial de las revistas científicas. Otra cosa bien distinta es
el valor o la ponderación que tengan cada uno de los indicadores según la base de
datos o el sistema de catalogación de referencia. Un reciente estudio realizado por
Chavarro (2013) compara los criterios de calidad editorial, de gestión y de contenido
de LATINDEX con los de RedALyC, SciELO, Scopus y WoS, y concluye que, en térmi-
nos de calidad editorial, todas son muy similares, independientemente del sistema de
indexación. No en vano, como destacan Ruíz-Corbella et al. (2014), una gran mayoría
de revistas aún no ha logrado todos los estándares de calidad editorial. Por ejemplo,
de las 137 revistas científicas españolas de educación reconocidas por la ANEP (Agen-
cia Nacional de Evaluación y Prospectiva), sólo 55 de ellas cumplían en 2012 con los 33
criterios de calidad editorial de LATINDEX para revistas impresas. A mayor abunda-
miento, aunque añadiendo criterios basados en citas, en 2015, únicamente 19 revistas
han obtenido el Sello de Calidad Científica de la FECYT y sólo 6 están presentes en el
JCR. No obstante, una buena noticia del trabajo sostenido que se está llevando a cabo
en este sector es que, en el nuevo producto de Thomson Reuters (aún en construcción)
denominado Emerging Sources Citation Index (ESCI), están ya incorporadas 29 revistas
españolas (Galán, 2016).
Los indicadores formales de calidad editorial son comunes a los distintos índices y
relativamente sencillos de conseguir pero, ¿implican realmente calidad científica? ¿O
deben prevalecer las citas como el indicador diferenciador de calidad? Rozemblum et
al. (2015, p. 76) definen la calidad científica como

aquella que a través de la evaluación por pares y la exigencia de originalidad


de los trabajos publicados es controlada por el colegio invisible; es decir, por
grupos de especialistas en una disciplina que evalúan la producción científica
y que, además, aportan contribuciones para el crecimiento y sostenimiento de
las revistas, que difunden los resultados de las investigaciones disciplinares.

Estos autores diferencian entre la calidad editorial, la calidad científica y el impacto


(visibilidad e internacionalización). El choque entre una concepción u otra se produce
en este último punto, ya que algunas agencias establecen una correlación directa entre
la calidad científica y el impacto obtenido por una revista, es decir, enfatizan la visi-
bilidad como elemento esencial de su calidad. Esta distinción resulta muy interesante
porque sabemos que todas las revistas reconocidas cumplen con los requisitos de
calidad editorial (formales) y también con los de calidad científica (avalada por ética
la revisión por pares de los trabajos publicados), pero muchas de las españolas, aun
así, no consiguen un mínimo impacto, pues entran en juego todos los factores a los
que nos estamos refiriendo.

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Calidad editorial y científica en las revistas de educación. Tendencias y oportunidades en el contexto 2.0 245

Incluso, cada vez más se empiezan a cuestionar aspectos como la revisión por pares,
ya que el notable aumento de trabajos recibidos por las revistas, debido a la creciente
presión por publicar, unido al aumento del número de revistas indexadas, implica
recurrir a un número mayor de revisores para cumplir con el requisito del doble
ciego, lo que dificulta conseguir a los mejores referees. Es paradójico que las revisiones
sean desinteresadas y gratuitas y que no estén reconocidas como trabajo académico,
mientras que, por el contrario, se acrecientan las situaciones de pagar por publicar o
por hacerlo en abierto –como indicábamos anteriormente–, debido al nuevo modelo
de negocio hacia el que se decantan algunas editoriales.
A la vez, las agencias nacionales de evaluación, por una lógica política de eficiencia
de recursos, están dando más importancia al continente (el impacto de la revista) que
al contenido (los artículos). Se supone así que el prestigio del continente avala la cali-
dad de su contenido bajo la premisa de que en las revistas con mayor FI es más difícil
publicar, al ser la revisión por pares necesariamente más selectiva. Esto ha generado
cierta controversia, pues lo que prevalece en los procesos de evaluación individual
del personal docente-investigador son los datos métricos de la revista como medida
indirecta de la calidad de su contenido, frente a la valoración de la calidad del propio
artículo (Post, 2014). Sin embargo, no se han planteado otras alternativas viables. La
tendencia seguida por algunas de estas agencias nacionales se centra prioritariamente
en el FI, en particular del JCR de Thomson Reuters y del SJR de Scopus, como ele-
mento determinante y diferenciador de la calidad científica. Se trata, explícitamente,
de publicaciones necesarias para obtener una evaluación positiva de la producción
investigadora de un profesor o investigador. Estas agencias contemplan otras clasifica-
ciones o rankings (DICE-CINDOC, ERIH, CIRC, FECYT, etc.), aunque en un segundo
nivel de importancia, o incluso como aportaciones complementarias, y no suficientes
para obtener una evaluación positiva. Quizás a las revistas nacionales presentes en
estos dos índices, las agencias las deberían clasificar como de excelencia científica,
pero también habría que reconocer la calidad de todas las buenas publicaciones que
forman parte de esa clase media de revistas que, sin haber podido acceder a WoS ni a
Scopus, están bien gestionadas y presentan también un FI medible en otras métricas,
como es Google, MIAR, o como lo fue IN-RECS (Rodríguez-Yunta & Tejada Artigas,
2013; Giménez-Toledo, 2015).
Si nos atenemos al sistema de evaluación nacional de revistas que ha logrado sobre-
vivir a la crisis económica (nos referimos al Sello de Calidad de la FECYT), muchas
revistas tampoco consiguen el Sello por no pasar el corte determinado por la media
de citas en relación con el área. Por tanto, tras la desaparición de IN-RECS, RESH y
DICE, o el no reconocimiento de otros sistemas de evaluación existentes, como es el
caso de MIAR, o el escaso valor que se da todavía al CIRC, ya no existen las catego-
rías intermedias de revistas: o están en WoS, Scopus (o, con un valor poco definido
para la ANECA, en FECYT), o no existen en términos de reconocimiento. Como des-
taca Alberts (2013), se está produciendo una notable distorsión del IF, que provoca lo
que Casadevall y Fang (2014) denominan ahora como impact factor manía (IFmanía).
Anteriormente, otros autores se refirieron a este mismo fenómeno como impactolatría
(Camí, 1997), o impactitis (Van Diest, Holzel, Burnett & Crocker, 2001). Es decir, el mal
uso del factor de impacto puede sesgar las revistas de determinados campos, ya que

RIE, 2017, 35(1), 235-250


246 Alonso Diestro Fernández, Marta Ruiz-Corbella y Arturo Galán

“existen diferencias sustanciales en la tasa general de cita entre diferentes disciplinas.


Las disciplinas con más capacidad de cita (incluyendo la auto-cita) son las ciencias,
después las ciencias sociales y por último las humanidades” (Universo Abierto, 2015,
p. 9), en una proporción de 8 a 3. En consecuencia, si se quiere apoyar a esa clase
media de revistas y la Administración mantiene una definición de calidad basada en
el IF de las revistas, o bien la ANECA reconoce explícitamente el Sello de FECYT y
esta establece una delimitación de tramos más flexibles para acceder a la mención de
calidad, o bien se crea de nuevo un sistema similar a un SSCI o SJR español, como,
por ejemplo, el extinto IN-RECS.
Nunca antes la bibliometría y la cienciometría habían tenido un peso tan grande, ni
una transversalidad tan profunda en el ámbito científico. Éste es el criterio diferenciador
que distingue a una élite de revistas científicas del resto, a pesar de que una amplia
mayoría (las clases medias) adquieran altas cotas de calidad editorial, científica e incluso
de visibilidad. El IF no sería tan determinante si no fuera por el extraordinario valor
que las agencias de evaluación están dando a que los investigadores publiquen en estas
revistas exclusivas y no en otras que también detentan una calidad contrastada, pero
sin presencia en los rankings reconocidos (Casadevall & Fang, 2014). Ello ha generado
el conocido dogma publish or perish, que identifica investigar sólo con publicar,

ya que puede suponer logro de notoriedad, prestigio, promoción y recono-


cimiento personal, aumento de los ingresos, obtención de recursos, etc. Así,
damos razón al axioma, publicar para seguir existiendo y prosperar. Además,
las instituciones presionan para publicar . . . . Por eso han proliferado revistas
científicas, algunas de las cuales se lucran con las necesidades de publicar
por parte de los docentes universitarios (García Aretio, 2015, p. 9).

En esencia, el problema no es la bibliometría, sino el mal uso que se puede hacer


-o se está haciendo- de ella, la falta de comprensión de agencias de evaluación, usua-
rios y editores de unos indicadores y guarismos tan complejos, e incluso la psicosis
que desde algunas instancias se está generando –incluida la propia universidad– para
publicar sólo en revistas con IF.

Conclusiones

Por suerte, existe vida más allá del JCR, ya que “no son pocas las revistas educativas
nacionales que atienden a diversos criterios de calidad y que dan difusión a trabajos
significativos para la investigación en determinadas áreas para las que algunas revistas,
pese a no estar en el JCR, son auténticos referentes” (Fuentes, Luque & López, 2012,
p. 214).
Si no cambian las políticas de evaluación de la producción científica basadas en el IF,
se llegará a un cierto darwinismo editorial, en el sentido de que numerosos proyectos se
verán obligados a optar por el cierre, la reinvención, la coalición, o continuar con una
edición menor o local. El peligro inmediato es que las revistas que hemos clasificado
como de clase media, que sobreviven con gran dificultad, desaparezcan si no consiguen
entrar en uno de los dos rankings del IF (sólo 6 revistas españolas de educación están

RIE, 2017, 35(1), 235-250


Calidad editorial y científica en las revistas de educación. Tendencias y oportunidades en el contexto 2.0 247

en JCR y 23 en SJR como hemos indicado anteriormente) o si no encuentran un nicho


atractivo por otras vías. La llegada a finales del 2015 de ESCI, nuevo producto de WoS,
ha hecho patente una mayor permeabilidad de Thomson Reuters a revistas españolas
(catálogo en el que aparecen 29 revistas españolas de educación y que podrían llegar
a 60 a finales de 2016 (Galán, 2016), pero la cuestión crucial es si nuestras agencias
de evaluación reaccionarán con rapidez y reconocerán a las revistas presentes en este
nuevo índice como revistas de calidad.
La falta de competitividad del mundo iberoamericano bajo los criterios de calidad
basados en el FI podría cambiar si se aceptan otras métricas o variables para medir este
impacto. Hasta el momento, la prevalencia de diversos criterios de calidad asimétricos,
entre los que destaca el inglés como principal lengua de comunicación científica, está
complicando mucho más la situación para la gran mayoría de revistas de ciencias
sociales. Valga como referente que la presencia en el SSCI de revistas no anglosajonas
que conservan su lengua nacional es de solo un 7,1 %, lo que muestra una clara des-
igualdad de oportunidades para competir, si analizamos los criterios para el cálculo
del FI (Ruíz-Corbella et al., 2015).
Parece necesario, en consecuencia, que los países iberoamericanos defiendan sus
propios sistemas de evaluación de revistas científicas, como CIRC, el Sello de Calidad
de FECYT, SCIELO o REDALyC, creando un FI iberoamericano complementario a JCR y
Scopus, que sea reconocido por sus universidades y sus propias agencias de evaluación.
Países como España, México, Brasil, Colombia y Chile tienen políticas de incentivos
que premian la publicación en determinadas revistas, pero en algunos de ellos como
España y México, los incentivos pensados inicialmente como complementos salariales
se han convertido con el tiempo en requisitos necesarios para la promoción profesional,
generando confusión y frustración (Acosta, 2014). De la flexibilidad de dichas políticas
y de su capacidad para considerar métricas alternativas al IF (como almetrics u otras
métricas nacionales o iberoamericanas de impacto tipo IN-RECS) en campos con una
fuerte presencia y vinculación social como es la educación, depende, en buena medida,
de que las revistas de clase media sobrevivan.
En consecuencia, hay que afrontar cómo difundir y afianzar la investigación a partir
de una comunicación compartida, en la que las revistas logren ser verdaderos canales
de desarrollo científico que incidan y lleguen a todos los sectores. La visibilidad que
favorecen el Social Media potencia también la participación de las redes científicas con
el objeto de consolidar reputación, prestigio, citas, etc. Un ejemplo en el área de las
ciencias es arXiv, plataforma en el que los propios expertos intercambian artículos
y no se llega a publicar hasta que no ha sido valorado por pares en este canal (Rey,
2015). Resulta lógico que cada área de conocimiento tenga su propia cultura, pero no
hay duda de que en las ciencias sociales y, en concreto, en educación, debemos dar
un salto cualitativo en el modo de trabajo.

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Fecha de recepción: 28 de noviembre de 2015


Fecha de revisión: 28 de noviembre de 2015
Fecha de aceptación: 20 de mayo de 2016

RIE, 2017, 35(1), 235-250


Gabarda, S., Orellana Alonso, N. y Pérez Carbonell, A. (2017). La comunicación adolescente en el mundo virtual:251
una
experiencia de investigación educativa. Revista de Investigación Educativa, 35(1), 251-267
DOI: http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.251171

La comunicación adolescente en el mundo virtual:


Una experiencia de investigación educativa

Adolescent Communication in the virtual Word:


An experience in educational research

Sara Gabarda, Natividad Orellana Alonso y Amparo Pérez Carbonell


Universitat de Valéncia

Resumen

En este trabajo presentamos una experiencia de investigación educativa llevada a cabo en un


centro de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), cuya finalidad es conocer las problemáticas
derivadas de la comunicación entre el alumnado del primer ciclo de secundaria dentro del mundo
virtual, así como mejorar la calidad de vida de las personas involucradas en dicha problemática.
El diseño del proceso de investigación empleado es emergente y su metodología mixta. El
curso y necesidades de la investigación nos llevaron a comenzar un proceso de investigación-
acción participante, en la que el propio alumnado y sus familiares formaron parte del proceso
de cambio de las situaciones de riesgo a las que se enfrentan.
Los resultados obtenidos en esta investigación muestran que en este centro educativo requie-
ren de un proyecto de sensibilización del uso saludable de internet. En el cual la participación
activa de toda la comunidad educativa es un pilar fundamental.
Palabras clave: mundo virtual; comunicación; adolescencia y pensamiento crítico.

Correspondencia: Natividad Orellana, [email protected], Departamento de Métodos de Investigación


y Diagnóstico en Educación, Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, Av. Blasco Ibáñez, 30, 46010.
Universitat de València (Valencia).

RIE, 2017, 35(1), 251-267


252 Sara Gabarda, Natividad Orellana Alonso y Amparo Pérez Carbonell

Abstract

In this project, we present an educational research experience carried out in a compulsory


secondary education center (ESO), whose purpose is to understand the problems derived from
the communication among the first-year students of secondary education within the virtual
world, as well as to improve the quality of life of the people involved in said problem.
The design of the research process employed is emerging and the methodology is mixed.
The course and needs of the research led us to begin a process of participatory action research,
in which the students themselves and their families were part of the process of changing the
risk situations they face.
The obtained results in this research show that this educational center requires a project to
raise awareness of healthy internet usage where the active participation of the entire educational
community is essential.
Keywords: virtual world; communication; adolescent and critical thinking.

Introducción

Según Zygmunt Bauman (2008) vivimos en una modernidad que adjetiva como
líquida, en la que todo cambia y evoluciona constantemente, en la que difícilmente
podemos hacer planes a largo plazo y en la que algunos valores como el «compromiso»
han cambiado completamente su sentido. En esta modernidad cambiante, el impacto
de las tecnologías digitales es uno de los aceleradores clave en estas constantes modi-
ficaciones sociales. Por ello, las educadoras y educadores nos encontramos frente al
enorme reto de preparar a las próximas generaciones para un mundo nuevo, cambiante
y sobresaturado de información. Además, su abordaje debe comenzar por la aceptación
del proceso de «fusión» social que estamos viviendo y proseguir con el aprendizaje
de vivir y convivir saludablemente tanto en el mundo «online» como en el «offline».
Al tratar de conectar las características de esta era digitalizada, conectada y líquida
con la etapa vital que nos ocupa, la adolescencia, pueden surgirnos las siguientes pre-
guntas: ¿cómo afecta esto a las y los adolescentes?, ¿cómo repercute el cambio constante
en la configuración de su identidad? y ¿cómo afecta a su relación con los demás?

Identidad digital

Bauman (2007) señala que para las y los jóvenes de hoy en día no es tan importante
«la construcción de la identidad» como el hecho de tener la habilidad de reconstruirla
siempre que tengan necesidad de ello, es decir de reidentificarse. Por otro lado, Reig
(2013) también nos habla de la posibilidad que proporcionan las redes de reinventarnos
a través de la creación de nuevas identidades, matizando que esto puede ser positivo
si su resultado es la proyección de una imagen más compleja de nosotras y nosotros
mismos.
La imagen que las y los adolescentes transmiten en las redes sociales es una com-
binación de aquello que son y lo que les gustaría llegar a ser. Una integración de las
informaciones personales que comparten en diferentes contextos en el mundo no
virtual, como por ejemplo, pensamientos privados, imágenes propias, noticias o gru-

RIE, 2017, 35(1), 251-267


La comunicación adolescente en el mundo virtual: una experiencia de investigación educativa 253

pos por los que siente interés, relatos sobre su vida cotidiana… confeccionando todas
estas informaciones una identidad digital que forma parte de la identidad individual
y probablemente temporal de la o el adolescente. Algunos autores (Fairweather, 2010;
McKenn & Bargh, 2004; Valkengur & Peter, 2010) destacan ciertos beneficios que la
era digitalizada puede ofrecer tanto a la generación de la identidad como al proceso
socializador en la adolescencia:

• Ayuda a construir la identidad deseada porque evita ciertos prejuicios que se


producen en el contacto cara a cara.
• Genera un efecto positivo sobre determinadas competencias sociales de aquellas
personas que son más tímidas o retraídas.
• Permite expresarse a través de otros medios y de manera más creativa (por
ejemplo, a través de videos y fotografías) lo cual beneficia a aquellas personas
que tienen más facilidad para comunicarse a través de estos medios.
• Aumenta el respeto a la diversidad. En muchas ocasiones el rechazo hacia las
personas que son diferentes, proviene del miedo a lo desconocido. Las redes
sociales permiten estar en contacto e interactuar con gente de diferentes culturas,
capacidades, religiones, etc. y por tanto, rompe con ese desconocimiento.

Sin embargo, desde la literatura científica especializada también se está dando la


voz de alarma sobre diferentes problemáticas que se están produciendo en este nuevo
medio socializador, como es el caso del «ciberbullying». Un tipo de acoso que se ejerce
a través de internet y que se produce entre escolares (Smith et al., 2008) y también
puede darse en relaciones de noviazgo entre jóvenes (Durán & Martínez-Pecino, 2014).
Conectados con este fenómeno también se destacan otras problemáticas ejercidas bajo
un contexto erótico-sentimental, como son: el «grooming», acoso ejercido por un adulto
hacia un o una menor a través de internet (Pérez-San José et al, 2011); el «sexting»,
fenómeno referido a la difusión de contenidos de tipo sexual a través de internet (Mit-
chell, Finkelhor, Jones & Wolak, 2012); y el «sextorsion», chantaje realizado a partir de
la posesión de una imagen íntima de la víctima (Flores, 2010).
El engaño y falta de transparencia en la comunicación a través de internet, pueden
producirse debido a las características intrínsecas de este medio y consecuentemente,
fomentar las problemáticas mencionadas. No obstante, algunos autores como Back et
al. (2010) afirman que, lo más habitual es que la interacción con otras personas en el
mundo virtual dé lugar a vínculos de confianza y por tanto, esto genere una exigencia
y responsabilidad de transparencia y veracidad entre unas personas y otras. Por otro
lado, Stornaiuolo, Dizio y Hellmich (2012) en su estudio sobre las relaciones de los
adolescentes en comunidades virtuales también señalan que los jóvenes se comunican
con cautela en sus primeras interacciones con personas desconocidas e intentan con-
firmar la veracidad de las afirmaciones del otro. Si se encuentran en un entorno de
seguridad comparten más información real con los demás y tratan de vincularse a la
comunidad virtual de la que forman parte.
Como acabamos de exponer, la llegada de la Web 2.0 ha supuesto una revolución
en la forma de relacionarnos y comunicarnos entre la población juvenil, así como en
la manera de gestionar su privacidad e identidad.

RIE, 2017, 35(1), 251-267


254 Sara Gabarda, Natividad Orellana Alonso y Amparo Pérez Carbonell

El papel de la educación

Para que el intercambio social en la red tenga connotaciones positivas debe estar
acompañado y guiado de una educación y unos valores adecuados. Por ejemplo, es
importante que las y los adolescentes conozcan y reflexionen sobre: las características
intrínsecas de la red, las leyes de privacidad que aceptan al entrar en determinadas redes
sociales, cómo decidir con quién compartir su información personal y las repercusiones
que ello conlleva, normas de comportamiento en la comunidad virtual, la importancia
del respeto o la empatía hacia los demás a la hora de interactuar en la red, entre otros.
A la hora de activar procesos de prevención cabe tener presente que la educación
basada en el control y restricción carece de sentido en un mundo virtual en el que todo
cambia y evoluciona constantemente. Por este motivo, aprender a utilizar las tecnologías
de la información y comunicación (TIC) de forma responsable y crítica, potenciar los
beneficios que genera y amainar los riesgos, amenazas y efectos negativos asociados
a estas, resulta la opción más coherente en la educación de las y los menores a largo
plazo. Freire (1992-2002) pensaba que las personas no somos seres de «adaptación» sino
de «transformación» y por ello, concibió el proceso de alfabetización como un pode-
roso instrumento de empoderamiento y transformación social. En el trabajo realizado,
aplicamos esta misma idea al proceso de alfabetización digital, el cual, debe ir más allá
de la mera adquisición de habilidades de uso y servir como medio de desarrollo del
espíritu crítico y del empoderamiento al que Freire apelaba.
Para conseguir que este reto educativo sea posible es necesaria la suma de siner-
gias y la implicación de todos los agentes educativos: estudiantes, centros educativos,
familiares y el resto de la comunidad educativa.
En el capítulo 3, artículo 9 de la Ley 26/2015, de modificación del sistema de pro-
tección a la infancia y a la adolescencia se señala que:

A través del sistema educativo se implantará el conocimiento que los menores


deben tener de sus derechos y deberes como ciudadanos, incluyendo entre
los mismos aquellos que se generen como consecuencia de la utilización en
el entorno docente de las Tecnologías de la Información y Comunicación.

Para llevar esta tarea a cabo es necesario que los centros educativos complemen-
ten sus programas de convivencia con intervenciones dedicadas a las relaciones en el
mundo virtual. Así como también, es necesario acciones de sensibilización y formación
en el uso responsable de las redes sociales, implicando tanto a las familias como al
profesorado de los centros y promoviendo el protagonismo y la participación activa
de los y las jóvenes en estas acciones (Tejedor & Pulido, 2012).
Las tareas desarrolladas desde los centros educativos son fundamentales, pero
carecen de sentido si no se llevan a cabo con la colaboración de las familias, ya que
estas son un agente educativo y socializador fundamental. Los espacios tradicionales
de socialización en las familias se están ampliando y las personas que interactúan con
sus hijos e hijas a través del mundo virtual ejercen una fuerte influencia en el estable-
cimiento de normas de comportamiento en la comunidad y objetivos de aprendizaje.
Al mismo tiempo, las y los menores adquieren el rol de enseñar a sus familiares el

RIE, 2017, 35(1), 251-267


La comunicación adolescente en el mundo virtual: una experiencia de investigación educativa 255

manejo de estas TIC. Se produce así, una reducción de la brecha digital existente entre
las diferentes generaciones de la familia y se genera la posibilidad de que todas las
personas puedan participar juntos de un proceso de aprendizaje y empoderamiento
en el uso de estas nuevas herramientas comunicativas (Reig, 2013). Ejercer un control
parental restrictivo, carece de sentido, ya que este no previene el mal uso de las TIC,
al contrario, ya que en las familias con alta cohesión social y comunicación saludable
estos riesgos se reducen (Sasson & Mesch, 2014).
Además del personal docente y las familias, el resto de la comunidad educativa
también tenemos responsabilidades ciudadanas en la educación de las y los menores.
Como señala Muñoz (2012), es importante construir redes de convivencia que nos
permitan adquirir nuestra responsabilidad ciudadana para mejorar nuestras relaciones
cotidianas y evitar así cualquier tipo de violencia injustificada. Nuestro ejemplo –tanto
dentro como fuera de la red- es fundamental para que la población infantil y juvenil
tenga referencias de cómo relacionarse con los demás de manera sana. Por ello, cabría
preguntarnos si nosotras y nosotros mismos cumplimos las normas de convivencia
virtual que les estamos reclamando: ¿excluimos deliberadamente a personas de grupos
de conversación?, ¿pensamos dos veces antes de colgar determinados comentarios o
fotos en la red? o ¿toleramos o denunciamos los comentarios violentos que encontra-
mos en la red? La ciberconvivencia es una de nuestras tareas pendientes y la mejora
de esta, seguramente reduciría la conflictividad negativa y las situaciones de riesgo a
través de internet. Adaptando las palabras de Gandhi al tema que nos ocupa, seamos
el cambio que queremos ver en nuestras y nuestros adolescentes.

Método

Objetivo

Exponer la experiencia de investigación educativa seguida para dar respuesta a la


preocupación de toda una comunidad educativa en lo referente a las formas de relación
y comunicación a través del mundo virtual que el alumnado adolescente utiliza. Plan-
teamiento que hace visible la necesidad del reconocimiento de riesgos en los nuevos
espacios de intercambio social en la red para actuar de manera preventiva sobre ellos.

Población y Muestra

Dadas las características de este estudio y que su finalidad no es de carácter infe-


rencial, en este subapartado haremos referencia a los implicados en esta investigación-
acción participante.
Los participantes en este estudio son el alumnado de primer ciclo de la ESO (160
estudiantes) de un instituto público de ubicado en la Comunidad Valencia, diferentes
miembros de la comunidad educativa a la que pertenecen y distintos especialistas en
mediación y ciberconvivencia. Los miembros de la comunidad educativa involucrados
en este proyecto -realizado durante el año académico 2014- son: familiares del alum-
nado, el director, el jefe de estudios, 7 tutoras y un tutor de los grupos de 1º y 2º de
la ESO del centro. Y por último, los especialistas participantes en el proyecto son: un

RIE, 2017, 35(1), 251-267


mediación y ciberconvivencia. Los miembros de la comunidad educativa involucrados


en este proyecto -realizado durante el año académico 2014- son: familiares del
256
alumnado, Sara Gabarda,
el director, el jefe de estudios, Natividad
7 tutoras y unOrellana
tutor Alonso
de losy Amparo
gruposPérez
de Carbonell
1º y 2º
de la ESO del centro. Y por último, los especialistas participantes en el proyecto son: un
mediador y una mediadora escolar, un policía local responsable de la prevención de
mediador y una mediadora escolar, un policía local responsable de la prevención de
acoso escolar y dos formadores de formadores en el uso responsable de las TIC.
acoso escolar y dos formadores de formadores en el uso responsable de las TIC.
Instrumento
Instrumento
Tal y como podemos ver en la figura 1, los instrumentos empleados en la recogida
Tal y como podemos ver en la figura 1, los instrumentos empleados en la recogida
de datos fueron: diario de campo, cuestionarios, entrevistas consultivas y grupos
de datos fueron: diario de campo, cuestionarios, entrevistas consultivas y grupos debate.
debate.

TÉCNICA OBSERVACIÓN ENCUESTA TÉCNICAS DE GRUPO


INSTRUMENTO DIARIO DE CAMPO ENTREVISTAS CUESTIONARIOS GRUPOS DEBATE
CONSULTIVAS
MOMENTOS DE DURANTE TODO EL PRIMERAS FASES DE LA ÚLTIMA FASE DE LA
USO PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN. INVESTIGACIÓN.
INVESTIGACIÓN

Figura 1. Técnicas e instrumentos empleados


Figura 1.Técnicas e instrumentos empleados.

Procedimiento de recogida datos
Procedimiento de recogida datos
El diseño de la investigación es de tipo emergente, y comenzó con el planteamiento
de Eluna pregunta
diseño de laespecífica «¿el es
investigación alumnado del centro se
de tipo emergente, relacionacon
y comenzó de manera saludable
el planteamiento
a través del mundo virtual?» y a partir de esta, se fueron generando
de una pregunta específica «¿el alumnado del centro se relaciona de manera saludable nuevas preguntas
aque fueron
través guiandovirtual?»
del mundo todo el proceso
y a partirdedeinvestigación.
esta, se fueron generando nuevas preguntas
En su respuesta recurrimos
que fueron guiando todo el proceso a técnicas que fomentan el pensamiento divergente y
de investigación.
creativo, con el fin de evitar bloqueos, ampliar
En su respuesta recurrimos a técnicas que fomentan el abanicoelde posibilidades
pensamiento tanto en yel
divergente
proceso de indagación como en la propuestas de soluciones
creativo, con el fin de evitar bloqueos, ampliar el abanico de posibilidades tanto(¿qué personas pueden
en el
enriquecer la investigación?, ¿qué alternativas podemos seguir
proceso de indagación como en la propuestas de soluciones (¿qué personas pueden para obtener información
de difícil acceso?,
enriquecer ¿qué recursos pueden
la investigación?, despertar unpodemos
¿qué alternativas mayor interés parapara
seguir la comunidad
obtener
educativa?, ¿cómo podemos mejorar la realidad del alumnado del
información de difícil acceso?, ¿qué recursos pueden despertar un mayor interés para centro educativo?...).
Para
la ello, empleamos
comunidad educativa?,como referencia
¿cómo podemos la guía Design
mejorar Thinking
la realidad foralumnado
del Educators decentro
del IDEO
(2012), que junto con la observación sistemática y controlada
educativo?...). Para ello, empleamos como referencia la guía Design Thinking for fue una técnica crucial
en el proceso
Educators de recogida
de IDEO (2012),yquecontextualización de la información.
junto con la observación sistemática y controlada fue
Con el fin de clarificar el proceso seguido, a continuación presentamos
una técnica crucial en el proceso de recogida y contextualización la siguiente
de la información.
figura –ver figura 2–.
Con el fin de clarificar el proceso seguido, a continuación presentamos la siguiente
figura –ver figura 2-
1. Fase 1: relevancia
A través de esta fase se persiguió conocer y contrastar el interés y perspectiva de
diferentes agentes sobre el tema investigado, para poder confirmar así, la relevancia
de continuar con el proceso de indagación iniciado.
Para tal fin, recogimos información del equipo directivo y de profesionales expertos
externos a través de 4 entrevistas abiertas y con finalidad consultiva, a través de las
cuales se consultó acerca de sus conocimientos, experiencias profesionales y reflexiones
en relación con el tema investigado. Estos datos se complementaron con el pase de un
RIE, 2017,35(1), #-#
breve cuestionario a 43 familiares del alumnado del centro en el que se preguntó sobre
las redes sociales que utilizan habitualmente, las redes que emplean los y las menores

RIE, 2017, 35(1), 251-267


La comunicación adolescente en el mundo virtual: una experiencia de investigación educativa 257

Figura 2. Fases del proceso de investigación

a su cargo y su interés en ampliar su formación en la comunicación y problemas de


acoso en el mundo virtual adolescente. Tras contrastar esta información concluimos
que «sí» era relevante continuar con este proceso de investigación, lo que nos llevó a
profundizar en la consulta y revisión bibliográfica de literatura especializada en este
tema.

2. Fase 2: exploración
Con esta segunda fase buscamos conocer datos concretos sobre la realidad del alum-
nado del centro. Para ello, se pasó un cuestionario -creado para el presente estudio- a un
grupo de 160 alumnos y alumnas del primer ciclo de secundaria en los que se recogió
información acerca del uso de las redes sociales y las problemáticas derivadas del uso
de estas (redes sociales que utilizan, dispositivos tecnológicos que poseen, conflictividad
a través de la red, reacción ante casos de acoso entre compañeros/as, control parental
y personas a las que acudir ante los conflictos). La finalidad del mismo era conocer
la situación concreta de este alumnado con el que posteriormente se iba a intervenir.
Esta información se complementó con 2 entrevistas abiertas y de carácter consultivo
a 2 tutoras y a 3 profesionales en el ámbito de la mediación escolar. Al igual que en
las entrevistas realizadas previamente, se les consultó acerca de sus conocimientos,
experiencias profesionales y reflexiones en relación con el tema investigado.

3. Fase 3: orientación al cambio:


Puesto que pretendemos que las y los adolescentes y sus familiares sean partícipes
activos de este proceso de indagación educativa, a partir de esta fase apostamos por
emplear un diseño de investigación orientado al cambio, concretamente con el modelo
de investigación-acción participativa.

RIE, 2017, 35(1), 251-267


258 Sara Gabarda, Natividad Orellana Alonso y Amparo Pérez Carbonell

Kemmis y McTaggart (2005) señalan que este modelo se caracteriza por la propiedad
compartida de los proyectos de investigación, el análisis de problemas sociales basados en
la comunidad y una orientación hacia la acción comunitaria. Además, tienen un carácter
cíclico en forma de espiral con una serie de momentos sucesivos en cada uno de sus
ciclos: planificación, acción-observación y reflexión. Debido a las limitaciones espacio-
temporales del estudio, únicamente se llevó a la práctica un primer ciclo de este proceso.

a) Planificación: en este momento del ciclo, y a partir de los datos recogidos en


fases anteriores, planificamos qué contenidos se trabajarían en los talleres a los
que asistiría el alumnado y sus familias. Para ello, atendimos a las problemáticas
que con mayor frecuencia se reflejaban en la información que las audiencias
nos habían facilitado: ciberbullying, malentendidos en la red, ciberconflictos,
sexting, sextorsión y grooming. Y finalmente, confeccionamos diferentes listados
de recursos que invitaban a la reflexión e intercambio de opiniones durante el
desarrollo de las diferentes actividades, todos estos adaptados al contexto y
realidad de cada uno de los grupos.
b) Observación-Acción: la puesta en práctica de este momento del proceso se llevó a
cabo a través de dos talleres, en los que la participación fue de carácter voluntario:
• No te dejes Enredar: taller dirigido al alumnado, en el que participaron 16
alumnas y 9 alumnos en 3 sesiones diferentes.
A lo largo de estas sesiones se realizaron diferentes actividades generadoras
de debate grupal (video-fórum, role-playing y paneles de lluvia de ideas,
entre otras) a través de las cuales se trabajaron los siguientes temas: ventajas
y desventajas del uso de las TIC, recursos y análisis del lenguaje en las redes
sociales, conflictos en la red y conductas de acoso ejercidas a través de la red
(ciberbullying, grooming y sexting).
• Ciberconflictos en Educación Secundaria: taller dirigido a los familiares del
alumnado del centro, en el que participaron un total de 10 madres organizado
en 1 sesión.
A través de esta sesión se activó un debate grupal generado a partir de una
actividad de –verdadero o falso– basada en el artículo Cyberbullying mitos y
realidades de Sabella, Patchin y Hinduja (2013). Los temas tratados a través de
este recurso fueron: diferencias conceptuales entre ciberconflictos y situaciones
de acoso online, tipologías y ejemplos de ciberconflictos, control parental e
intervención preventiva.

Con el fin de preservar el respeto hacia y entre las personas participantes de
ambos talleres y de revisar la propia práctica educativa, se acordaron los siguien-
tes 3 principios:

• Respetar la libre expresión durante los debates, siempre y cuando estas


intervenciones no atentarán contra la integridad moral de otras personas.
• La recogida de datos, como parte del proceso de investigación siempre irá
supeditada al respeto, la dignidad y el derecho a la privacidad de las personas
participantes.

RIE, 2017, 35(1), 251-267


La comunicación adolescente en el mundo virtual: una experiencia de investigación educativa 259

• Dar opción y potenciar que todas las voces puedan participar en las inter-
venciones que se generen a través del diálogo igualitario.
c) Reflexión: tras finalizar los talleres se llevó a cabo un proceso de reflexión sobre
todos los temas tratados, seguido de propuestas de acción para cambiar todo
aquello que afecta negativamente a la ciberconvivencia de las personas miem-
bro de la comunidad educativa, especialmente a la del alumnado. Este último
momento del proceso de investigación-acción también sirvió para evaluar y
analizar la propia práctica educativa.

Análisis de datos

El análisis de los datos cuantitativos se realizó con el programa SPSS-22. Se emplea-


ron descriptivos y tablas cruzadas con la finalidad de tener una base para triangular
toda la información recopilada y en ningún caso con finalidad inferencial.
Para el análisis de los datos cualitativos se tomó como referencia la técnica analítica
que Glaser & Strauss (1967) denominaron como el “Método de Comparación Constante”.
Este método propicia la creación de un sistema de organización de los datos a través
de un proceso inductivo, generativo y constructivo y permite contrastar información
recogida desde diferentes instrumentos, lo cual se adecua a las características de este
proceso de investigación.
De este modo, se plantea un análisis caracterizado por la triangulación de infor-
mación, a través del cual se complementa la información obtenida de instrumentos
de recogida de información de vertiente metodológica cuantitativa y cualitativa. Para
posteriormente, contrastar todos estos datos con la literatura especializada y con las
conclusiones extraídas de los propios participantes en la fase de investigación-acción.

Resultados

A continuación presentamos los resultados de manera secuencial, tomando como


secuencia en su exposición las diferentes fases de nuestro proceso de indagación.

Entrevistas y registro de notas de campo

De las entrevistas y del registro de notas de campo realizadas a miembros del equipo
directivo, profesorado, expertos en mediación escolar y usos de las redes sociales se
recogieron las siguientes opiniones coincidentes:

• Se producen conflictos y agresiones entre el alumnado del centro educativo,


tanto de manera online como offline.
• La implicación de las familias en los proyectos educativos propuestos por el centro
es fundamental. No obstante, es muy complicado activar esta participación.
• El profesorado requiere de mayor información y formación en el uso responsable
de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
• Es necesario desarrollar protocolos de actuación de centro en el que se especifique
cómo intervenir ante situaciones de riesgo por parte del alumnado en la red.

RIE, 2017, 35(1), 251-267


260 Sara Gabarda, Natividad Orellana Alonso y Amparo Pérez Carbonell

Esta información fue la empleada para la planificación de los talleres, así como para
la confección de conclusiones y recomendaciones dadas al centro educativo.

Cuestionario

• Cuestionario (familiares) “Redes sociales y ciberbullying”:

Tal y como adelantábamos en el apartado anterior, la finalidad de este cuestionario


fue, principalmente, conocer la relevancia que suponía este tema para las familias
como parte de la comunidad educativa. De los resultados obtenidos, cabe resaltar
que el 81.4% de las personas encuestadas señaló que era usuaria de alguna red
social y el 74.4% nos facilitaron su contacto porque les gustaría tener más informa-
ción acerca de las características de la comunicación online en la adolescencia y las
posibles problemáticas que pueden producirse derivadas de su mal uso.

• Cuestionario (Alumnado) “La comunicación virtual y sus problemáticas”:

Del total del alumnado encuestado, el 91.9 % dispone de ordenador y/o de móvil
y el 98.7% se comunica a través de alguna red social virtual, siendo WhatsApp
(87.5%) la red social que más estudiantes utilizan, seguida de Facebook (56.2%),
Tuenti (42.5%), Twitter (40.6%) e Instagram (33.8%).
En cuanto a las situaciones conflictivas a través de Internet –ver figura 3–, más
de la mitad del alumnado (59.5%) afirma haber tenido conflictos a través de las
redes y el 41.6% de estos se han producido como consecuencia de un conflicto
ocurrido con anterioridad de manera offline. Por otro lado, más de la mitad de
las y los jóvenes (58.7%) ha sido testigo de una situación de hostigamiento hacía
otro menor y un 36.3% de estos indica que su reacción fue ofrecerle ayuda a ese
compañero o compañera. El 26.9% del alumnado atestiguó «haber sido moles-
tado» a través de internet, por otro igual, «a veces». Esta cifra se reduce al 5.0%
en los casos en los que el hostigamiento se ha producido «muchas veces». Estos
datos se complementan con el 19.4% del alumnado que afirma haber agredido o
molestado de manera online a otro menor, «a veces» y el 5.0% que señala haberlo
hecho en «muchas veces».

Fijándonos en la variable de género –ver figuras 4 y 5–, encontramos que las chicas
son las que más problemas tienen a través de las redes, ya que señalan «haber moles-
tado» «a veces» y «haber sido molestadas» tanto «a veces» como «muchas veces» en
mayor porcentaje que los chicos. En el caso de «haber molestado» «muchas veces» el
porcentaje de chicos y chicas es similar.
Por último, resaltar que el 50.1% del alumnado afirma que si se encontrara ante
una situación de riesgo en internet lo compartiría con una persona adulta –ver figura
6–, un 42.8% solo se lo contaría a otro menor y el 7.1% no se lo contaría a nadie. Este
último caso es el más preocupante, ya que dificulta realizar una detección precoz de
la situación en la que se encuentran.

RIE, 2017, 35(1), 251-267


igual, «a veces». Esta cifra se reduce al 5.0% en los casos en los que el hostigamiento se
ha producido «muchas veces». Estos datos se complementan con el 19.4% del
alumnado que afirma
La comunicación haber
adolescente agredido
en el mundo virtual: o
unamolestado de manera
experiencia de investigación online a otro menor,
educativa 261 «a
veces» y el 5.0% que señala haberlo hecho en «muchas veces».

Figura 3.
Figura 3.Sara
Conflictividad
Conflictividad enOrellana
Gabarda, Natividaden
lalared
red.
Alonso y Amparo Pérez Carbonell

Fijándonos en la variable de género –ver figuras 4 y 5-, encontramos que las chicas
son las que más problemas tienen a través de las redes, ya que señalan «haber
molestado» «a veces» y «haber sido molestadas» tanto «a veces» como «muchas veces»
en mayor porcentaje que los chicos. En el caso de «haber molestado» «muchas veces» el
porcentaje de chicos y chicas es similar.

Figuras 4 y45.
Figuras Porcentajes
y 5. Porcentajes de ChicosyyChicas
de Chicos Chicasqueque
«ha«ha molestado»
molestado» y quey«han
quesido
«han sido molestada»
molestada»
través dede
través lalared.
red.Escala: no,aaveces
Escala: no, veces(entre
(entre
1 y13 yveces),
3 veces), y muchas
y muchas vecesde(más
veces (más de 3 veces)
3 veces).

RIE, 2017, 35(1), 251-267


RIE,
Por último, resaltar que el 50.1% del2017,35(1),
alumnado#-#afirma que si se encontrara ante una
situación de riesgo en internet lo compartiría con una persona adulta –ver figura 6-, un
42.8% solo se lo contaría a otro menor y el 7.1% no se lo contaría a nadie. Este último
caso es el más preocupante, ya que dificulta realizar una detección precoz de la

Por último, resaltar que el 50.1% del alumnado afirma que si se encontrara ante una
situación de riesgo en internet lo compartiría con una persona adulta –ver figura 6-, un
42.8% solo se lo contaría a otro menor y el 7.1% no se lo contaría a nadie. Este último
262
caso es el más preocupante, ya Sara queGabarda, Natividad
dificulta Orellana
realizar unaAlonso
detey cción
Amparo pre
Pérezcoz
Carbonell
de la
situación en la que se encuentran.

Figura 6. Variable «Personas de apoyo: ¿con quién compartirías una situación de acoso?»
Figura 6. Variable «Personas de apoyo: ¿con quién compartirías una situación de acoso?»

Grupos
Grupos debate
debate

Los
Losgrupos
gruposdebate
debatesese realizaron con alumnado
realizaron con alumnadodel delprimer
primerciclo
ciclodede secundaria
secundaria y
y con
con madres del centro educativo, en los dos talleres que anteriormente explicados
madres del centro educativo, en los dos talleres que anteriormente explicados en la fase en
la fase 3.

• Taller no te dejes enredar:


A través de este taller el alumnadoRIE,
compartió
2017,35(1),experiencias
#-# y conocimientos sobre la
convivencia a través de internet y los peligros con los que pueden encontrarse deriva-
dos por su mal uso. Todo el alumnado demostró tener un claro dominio del lenguaje
propio de las redes sociales (tanto como emisores como receptores). La mayoría del
alumnado encuentra más aspectos positivos que negativos a la interacción a través del
mundo virtual. Siendo las ventajas más señaladas «ver las fotos y los videos de otras
personas» y «quedar con tus amigos y amigas» y la desventaja más destacada, «que
te hable un desconocido o alguien que no quieras».
Pese a estos resultados, el 100% afirmó haber tenido conflictos a través de las
redes sociales y atestiguaron conocer casos ciberbullying, grooming y sexting, que se
habían producido en su entorno próximo. Pese a que 5 participantes compartieron
experiencias positivas al compartir con sus familiares conflictos vividos en la red, otras
3 menores destacaron el miedo a que sus familiares las culpabilizaran, al encontrarse
en una situación en internet comprometida, y a que reaccionaran restringiéndoles su
uso. También resaltaron el miedo al reproche por parte de sus familiares y amistades.
«Te dije hace muchísimo tiempo que no lo hicieras y a ti te dio igual, te advertí que
no hablaras con gente que no conoces por Internet», es un ejemplo de cómo verbalizó
una menor esta sensación a través de una actividad de role-playing.
Entre las propuestas que hicieron para mejorar la comunicación y para evitar peli-
gros en la red, «crear una red social para ayudarse entre el alumnado del centro ante
situaciones de peligro o problemas de comunicación» fue la más resaltada.

RIE, 2017, 35(1), 251-267


La comunicación adolescente en el mundo virtual: una experiencia de investigación educativa 263

• Ciberconflictos en educación secundaria:


El 100% de las madres que formaron parte del taller son usuarias de Whatsapp y
el 70% de ellas también utilizan Facebook, coincidiendo estas con las más utilizadas
también entre el alumnado de primer ciclo de ESO. Las participantes afirmaron ser
conocedoras de algunos de los conflictos y problemáticas que se han producido en el
centro educativo a través del mundo virtual. En su totalidad piensan que el control
parental en el uso de internet es necesario, siendo el diálogo familiar el mejor medio
para llevarlo a cabo y que factores como la edad de los y las adolescentes y el desarrollo
de las TIC influyen en el tipo de medidas de control que los padres y madres utilizan.
También destacar que algunas madres reconocen que las personas adultas no siempre
hacemos un uso adecuado de las TIC y que por ello, también requerimos de formación.
En cuanto a la prevención de problemáticas en la red, opinan que es necesario ofrecer
un ambiente seguro y de confianza, así como estar atentas a los cambios anímicos de
sus hijos e hijas y estar informadas sobre todo lo que rodea al mundo de las tecnologías
digitales. En este tema también señalan que ante una situación de violencia escolar es
importante proteger tanto a la víctima como a la persona que ha errado, ya que ambos
necesitan apoyo para superar dicha situación.
Como propuestas para la prevención de problemáticas en la red, propusieron más
formación para el alumnado y sus familias desde el centro educativo. Aunque reconocen
los potenciales problemas que puede presentar el uso de internet, las participantes se
mostraron positivas frente al uso del mismo.

Discusión y conclusiones

La revolución tecnológica y la velocidad a la que se producen sus avances han


hecho que la forma de relacionarnos, comunicarnos y la manera de gestionar nuestra
privacidad e identidad cambien a gran velocidad y de manera constante. Que las y los
jóvenes se beneficien o no de este nuevo mundo virtual depende del uso que se le dé
a estas herramientas tecnológicas. Para conseguir este buen uso social de internet es
necesaria la educación, y para ello, es necesario conocer las potencialidades educativas
y sociales de las tecnologías digitales (Cabra & Marciales, 2012). El mundo virtual es
una realidad que cambia constantemente. Por tanto, la educación basada en el control
y restricción del uso de estas tecnologías carece de sentido y resulta más efectivo apos-
tar por una educación a largo plazo a través de la cual aprendan a utilizar las TIC de
forma responsable y crítica, potenciar los beneficios que generan y empoderarse frente
a las posibles amenazas que encuentren con el uso de estas.
A la vista de estos resultados, es necesario reparar en la forma en la que las y los
jóvenes se relacionan y comunican a través de internet y llevar a cabo acciones diri-
gidas a la prevención e intervención de problemáticas producidas en la misma. Sobre
todo, poniendo especial atención en las chicas, ya que en nuestro estudio se refleja que
son las que se ven más involucradas en situaciones conflictivas, tanto como agresoras
como víctimas –especialmente ejerciendo este último rol–. Contrastando este resultado
con literatura especializada en acoso escolar a través de internet, encontramos que no
existe un consenso claro sobre la influencia de la variable del género; mientras que
algunos trabajos señalan que las chicas asumen este rol predominantemente como

RIE, 2017, 35(1), 251-267


264 Sara Gabarda, Natividad Orellana Alonso y Amparo Pérez Carbonell

víctimas (Calmaestra, 2011 y Félix-Mateo, Soriano Ferrer, Godoy Mesas & Sancho
Vicente, 2010), otros no destacan diferencias significativas (Álvarez García et al., 2011
y García-Fernández, 2013). También resaltar que la mayoría de casos de conflictos
o situaciones violentas a través de internet se han producido dentro de un contexto
erótico-sentimental; pudiéndose incluso clasificar algunos casos como situaciones de
sexting y grooming. Por ello, también es necesario trabajar la prevención y sensibili-
zación de la violencia bajo este contexto, así como es necesario ampliar los estudios
de investigación acerca de esta variable.
El control parental abordado desde una relación de confianza entre el estudiantado
y sus familiares es muy importante dentro del trabajo de prevención y detección de
problemáticas en la red (Sasson & Mesch, 2014). Tal y como explicaron las madres
participantes en el taller, este control debe adecuarse a la edad y usos de las TIC de los
y las menores. Además, es muy importante evitar juzgarles o culpabilizarles cuando
están sufriendo cualquier tipo de agresión a través de internet (Save the Children,
2014), ya que tal y como expusieron algunas de las menores en el taller, este es uno
de los motivos por los que son reacias a compartir con otras personas este tipo de
problemática. En relación con la implicación familiar, también hay que destacar que
aunque el 81.4% de los padre y madres encuestados indicaron estar interesados en
aprender más sobre esta tema, únicamente asistieron 10 madres al taller orientado a
las familias. Por lo cual, sería interesante profundizar en los motivos que provocan
que la participación e implicación parental en los centros educativos de educación
secundaria sea tan escasa y que predominantemente sean las madres las que asumen
esta responsabilidad.
En cuanto al papel de los centros educativos, los diferentes miembros de la comu-
nidad educativa coinciden con la literatura científica especializada (Gómez-Ortíz, Del
Rey, Casas & Ortega-Ruiz, 2014) en que es necesaria la formación y sensibilización en
el uso responsable de las TIC. Así como también se requiere mejorar la organización
de los centros educativos, implementado acciones relacionadas con el uso saludable de
las TIC en su Plan de Convivencia de Centro y confeccionando protocolos de actuación
para situaciones de cualquier tipo de violencia entre el alumnado a través de Internet.
Ya que como señala Garaigordobil (2015) aunque en los últimos años ha aumentado
considerablemente la sensibilización sobre la importancia de trabajar la (ciber)convi-
vencia en los centros escolares, la aplicación sistemática de programas específicos sobre
esta temática sigue siendo una de nuestras asignaturas pendiente.
Tal y como indica Muñoz (2012), es necesario que toda la comunidad se implique
para construir redes de convivencia que fomenten la responsabilidad de la ciudadanía, y
poder así, resolver los conflictos generados en nuestras relaciones cotidianas. Para llevar
esto a cabo es importante que todas las personas aprendamos a respetarnos siguiendo
normas de convivencia tanto dentro como fuera de la red. Creando así, con nuestras
acciones un entorno seguro y respetuoso para todas las personas en el mundo online.

Limitaciones y perspectiva de futuro

En esta investigación, la participación de diferentes miembros de la comunidad


educativa ha sido clave para poder obtener una visión global y compleja de la reali-

RIE, 2017, 35(1), 251-267


La comunicación adolescente en el mundo virtual: una experiencia de investigación educativa 265

dad estudiada. No obstante, no conseguimos toda la representatividad y participación


deseada. El caso más significativo fue la escasa y sesgada participación en el taller
dirigido a familiares del alumnado. El calendario y horario académico del centro deli-
mitó las fases, los tiempos y la puesta en práctica del proceso de investigación-acción.
Otro factor a tener presente en esta investigación es la rapidez con la que avanzan y
cambian de las TIC, lo cual provoca que cualquier información recogida pueda quedar
obsoleta en un periodo de tiempo relativamente breve, como por ejemplo ocurre con
los medios o redes sociales que el estudiantado emplea para comunicarse. A pesar
de estas limitaciones, los resultados obtenidos y la evaluación del propio proceso de
investigación sí que han hecho posible detectar cuáles son las necesidades prioritarias
de esta comunidad educativa.
Con los resultados obtenidos esperamos contribuir a la construcción del cono-
cimiento colectivo sobre el uso de los nuevos espacios de comunicación social, sus
riesgos, potencialidades e incidir en la importancia de la investigación e intervención
preventiva desde el ámbito educativo en este campo.

Agradecimientos

Para finalizar, agradecer a todas las personas que participaron directa o indirecta-
mente en este proyecto cediéndonos su tiempo y en especial, al centro educativo en
el que se realizó este estudio.

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Fecha de recepción: 14 de febrero de 2016


Fecha de revisión: 14 de febrero de 2016
Fecha de aceptación: 7 de junio de 2016

RIE, 2017, 35(1), 251-267


269
Gea García, G., Alonso Roque, J.I., Rodríguez Ribas, J.P. y Caballero García, M.F. (2017). ¿Es la vivencia emocional
cuestión de género? Análisis de juegos motores de oposición en universitarios. Revista de Investigación Educativa,
35(1), 269-283
DOI:http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.249661

¿Es la vivencia emocional cuestión de género? Análisis de


juegos motores de oposición en universitarios

Is the emotional experience gender question? Analysis playing


opposition games in university students

Gemma Gea García, José Ignacio Alonso Roque,


Juan Pedro Rodríguez Ribas y María Fuensanta Caballero García
*Universidad Católica San Antonio de Murcia
**Universidad de Murcia
***Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad Gales (Reino Unido), EADE-Málaga
****Universidad de Murcia

Resumen

El conocimiento de la vivencia emocional en contextos educativos motrices es un aspecto


poco analizado por la literatura especializada. En cambio los docentes se enfrentan a situaciones
en las que las emociones y su gestión son claves para el desarrollo profesional. Dentro de la
Educación física, este conocimiento es todavía más relevante, teniendo en cuenta la naturaleza
motriz del contenido. El objetivo de este estudio fue identificar las intensidades emocionales
suscitadas durante la práctica de juegos deportivos de oposición con y sin competición en fun-
ción del género. Participaron 169 estudiantes los cuales cumplimentaron el cuestionario GES
al finalizar cada una de las actividades. Las ecuaciones de estimación generalizadas mostraron
diferencias significativas (p< .001) en las variables tipo de emoción, resultado y género. Las
emociones positivas fueron vivenciadas con mayor intensidad que el resto en todos los juegos. El
tipo de resultado arrojó diferencias de forma que compitiendo la intensidad emocional fue mayor
que para los juegos sin competición. El género fue determinante en las variaciones emocionales.
Las chicas experimentaron intensidades mayores con independencia del resultado obtenido.
Palabras clave: diferencias de género; juego tradicional; emoción; educación física.

Correspondencia: José Ignacio Alonso Roque, [email protected], Facultad de Educación. Departamento de


Expresión Plástica, Musical y Dinámica. Universidad de Murcia. Avenida Teniente Flomesta, 5, 30003, Murcia.

RIE, 2017, 35(1), 269-283


270 Gemma Gea García, José Ignacio Alonso Roque, Juan Pedro Rodríguez Ribas y María Fuensanta Caballero García

Abstract

The knowledge of the emotional experience in driving educational contexts is an aspect


rarely analyzed by specialized literature. However, teachers face situations where emotions and
their management are key to professional development. In physical education, this knowledge
is even more relevant given the driving nature of the content. The aim of this research was to
identify emotional intensities during competitive and non-competitive practice of opposition
sports games according to the participant’s gender. 169 students participated and completed
the GES questionnaire at the end of each activity. Generalized estimating equations showed
significant differences (p <.001) in the variable types of emotion, outcome and gender. Positive
emotions were experienced more intensely than the rest of emotions during games. The data
also showed that the emotional intensity in competitive games were higher than those without
competition. Gender was a determining factor in the emotional variations. Girls experienced
greater intensities regardless of the obtained result.
Keywords: gender; traditional sports; emotions; physical education.

Introducción

El ámbito educativo es un sistema complejo y variable, donde los procesos de


enseñanza aprendizaje se ven influenciados por elementos de tipo emocional, social,
personal, ambiental o económico (Järvenoja & Järvelä, 2005; Lavega, Filella, Lagardera,
Mateu & Ochoa, 2013a). Dentro de este sistema Pavón, Moreno, Gutiérrez y Sicilia
(2003) afirman que la práctica de la Educación física (EF) y del deporte se ha revalo-
rizado hacia una posición privilegiada y como escenario propicio para la formación
integral del alumnado.
Actualmente en el ámbito de la EF los estudios han variado su enfoque. Tradi-
cionalmente los aprendizajes se relacionaban con el desarrollo de conocimientos y
capacidades cognitivas (Molero, Ortega & Moreno, 2010), dejando de lado la faceta
de la afectividad (Alonso, Gea & Yuste, 2013). A día de hoy, existe la necesidad de
incorporar aspectos emocionales, sociales y culturales como pilares educativos del
proceso de enseñanza aprendizaje.
Las emociones se han instaurado como un agente prioritario para la adquisición de
las competencias marcadas en el currículo educativo, siendo determinantes para que el
alumnado aprenda a gestionar y regular su comportamiento (Sáez de Ocáriz, Lavega,
Mateu & Rovira, 2014). Tal y como afirman Lavega, Filella, Agulló, Soldevila y March
(2011), la EF presenta infinidad de actividades que activan en los estudiantes diferentes
emociones, lo que la hace adecuada para el estudio emocional. Sin embargo, en este
ámbito el papel de las emociones está por explorar (Bisquerra, 2000), centrándose la
mayoría de las investigaciones en el campo deportivo (Lazarus, 2000).

La importancia de las emociones en el contexto escolar para educación física

Bisquerra (2003) define las emociones como un estado complejo del organismo,
que se caracteriza por una excitación o perturbación ante un evento interno o externo
que predispone a una respuesta organizada y condicionada por aspectos de carác-

RIE, 2017, 35(1), 269-283


¿Es la vivencia emocional cuestión de género? Análisis de juegos motores de oposición en universitarios 271

ter fisiológico, comportamental, cognitivo y social (Frijda, 2008). Esto condiciona la


reacción de la persona de acuerdo con la valoración subjetiva de un acontecimiento,
que en nuestro caso sería un juego deportivo (Alonso, Lavega & Gea, 2013).
Lazarus (1991) a través de su Teoría Relacional-Cognitiva- Emocional establece
que estas respuestas emocionales son específicas y se relacionan con la manera de
evaluar el resultado de una situación. La persona evalúa la situación deportiva en
función de la atribución de significados que haga y del contexto deportivo (com-
pitiendo o no; recreándose, etc.) en el que juegue. Completando esta clasificación,
Bisquerra (2000) establece una categoría más para las emociones, lo que permite
diferenciar entre emociones positivas, negativas y ambiguas, según se cumplan
o no las expectativas. Este mismo autor afirma que su estudio permite conocer la
conducta y facilita el aprendizaje de habilidades sociales. Pérez-Escoda, Filella,
Alegre y Bisquerra (2012) o Pérez-Escoda, Fillela, Soldevila y Fondevila (2013),
señalan que educar en la adquisición de competencias emocionales permite explicar
la relación entre la persona y el ambiente, siendo esencial para el desarrollo integral
del alumnado. Esto facilita el conocimiento de los diferentes procesos de enseñanza
aprendizaje que tienen lugar dentro del aula de EF, dónde la capacidad de reconocer
y comprender el porqué de las emociones suscitadas ante las diferentes prácticas
motrices, es valioso en la formación (Pekrun, Goetz & Titz, 2002). La EF permite
promover aprendizajes a través de la acción motriz con un carácter vivencial e
interactivo, lo que le confiere un papel relevante a la emoción y afectividad dentro
del ámbito educativo (Parlebas, 2001).
Por lo tanto el docente es otra pieza clave dentro de la concienciación emocional del
alumno, para mejorar su intervención y provocar un reajuste de la realidad educativa
vivenciada en el aula (Calderón & Martínez de Ojeda, 2014). La mejora del sistema
educativo se basa en un colectivo con suficiente preparación, de carácter eminente
teórico-práctico (Sánchez Gómez & García-Varcárcel, 2002) y donde el aprendizaje
como alumno determina el papel del futuro docente.

El juego y la vivencia emocional en educación física

El juego motor se puede considerar una microsociedad con reglas, normas y formas
de relación que orientan la conducta y la relación surgida entre los sujetos participantes.
Es un fenómeno digno de estudio dentro de la EF por sus valores afectivos, cognitivos,
sociales y motrices (Alonso & Yuste, 2014).
Desde la perspectiva afectiva, el juego es un escenario privilegiado que favorece los
procesos de aprendizaje emocional. Su práctica genera una vivencia intensa de reaccio-
nes emocionales (Alonso et al., 2013a, b; Lavega, Aráujo & Jaqueira, 2013; Lavega et al.,
2013a). Es una manifestación motriz que favorece aprendizajes activos e interactivos,
que permiten la dosificación del esfuerzo físico, la toma de decisiones, expresar y
manejar emociones como proceso de alfabetización emocional en EF.
Desde lo social y cultural, el juego es una manifestación motriz tradicional. Permite
la transmisión de experiencias sociales e individuales, que orientan la conducta del
jugador (Lavega, March & Filella, 2013), y en muchas ocasiones como se verá más ade-

RIE, 2017, 35(1), 269-283


272 Gemma Gea García, José Ignacio Alonso Roque, Juan Pedro Rodríguez Ribas y María Fuensanta Caballero García

lante, lo condiciona. Comprender la relación que se establece entre los distintos juegos
deportivos y las emociones es el camino correcto para realizar un diseño, aplicación y
evaluación de los programas educativos.
Parlebas (2001) y Lagardera (1999) definen el juego deportivo como un laboratorio
de reacciones emocionales, lo que propicia para cada alumno una vivencia diferente y
personal de la sesión de EF. Lavega et al. (2013c) aluden como motivo de este cambio
conductual y emocional la distinción por tipo de juego deportivo de las diferentes
situaciones motrices a plantear. Esto permite conocer las implicaciones tanto físicas
como personales que determinan el comportamiento del alumnado.
Por ello, en este estudio se siguió la Teoría de la acción motriz (Parlebas, 2001), que
clasifica las situaciones motrices de aprendizaje a partir de la noción de dominio de
acción motriz. Este modelo muestra cuatro familias de juegos deportivos: (a) Juegos
Psicomotores o individuales, con ausencia de interacción con otros jugadores (p. ej.
lanzamientos en atletismo, juegos de bolos, juegos de comba individuales, etc.), (b)
Juegos Cooperativos, en los que existe una interacción de ayuda entre los participan-
tes (p. ej. natación sincronizada, juegos de comba cooperativa, gimnasia rítmica por
equipos, etc.), (c) Juegos de Oposición, donde la interacción motriz es antagónica ente
los participantes (p. ej. judo, juegos de pulso o de lucha, etc.) y (d) Juegos de Coope-
ración- Oposición, con una interacción motriz que establece relaciones de solidaridad
y colaboración, con el fin de superar a los adversarios (p.ej. Voleibol, baloncesto o
balón prisionero). Esta clasificación se erige como una herramienta de programación
de la enseñanza extraordinaria, ya que cada familia de juegos deportivos se asocia
al desencadenamiento de conductas motrices que se identifican con las variaciones
emocionales vivenciadas (Lavega et al. 2011).
Por otro lado, existe la posibilidad de clasificar cada uno de los cuatro dominios de
acción motriz en juegos con o sin victoria (Etxebeste, Del Barrio, Urdangarin, Usabiaga
& Oiarbide, 2014), donde se debe afrontar la posibilidad del éxito o del fracaso en el
desempeño motriz. Los juegos deportivos con victoria son aquellos que presentan un
marcador, o lo que es lo mismo, están caracterizados por la competición, lo que permite
clasificar a los jugadores en ganadores o perdedores. Los juegos deportivos sin victo-
ria son aquellos que carecen de marcador, y por tanto, su base no es la competición,
careciendo de memoria o final establecido.
Con respecto al dominio de acción motriz, Lavega et al. (2013a) encontraron que
los juegos de oposición mostraban niveles emocionales menores que para los juegos
de cooperación, mientras que al compararlos con los juegos de cooperación- oposición,
las intensidades emocionales fueron superiores. En los juegos de oposición, la atención
del jugador se centra exclusivamente en el rival. Mientras en el resto de situaciones
sociomotrices es necesario que el mismo jugador centre su atención en alcanzar los
objetivos compartidos con sus compañeros, o bien realice esto mismo a la vez que trata
de vencer al oponente. En las situaciones motrices de oposición, los jugadores deben
oponerse a uno o más rivales que muestran intereses opuestos para alcanzar el objetivo,
activando competencias motoras asociadas a la toma de decisiones, la anticipación de
movimientos, la percepción de las acciones rivales y el desafío del resto de jugadores,
lo que provoca variaciones emocionales intensas y específicas, condicionadas por la
respuesta y la experiencia motriz vivenciada (Arruza et al., 2011; Cantón & Checa, 2012).

RIE, 2017, 35(1), 269-283


¿Es la vivencia emocional cuestión de género? Análisis de juegos motores de oposición en universitarios 273

El género como factor en la vivencia emocional en el área de educación física

Dentro del ámbito educativo se ha considerado el estudio del género prioritario


(Alvariñas, Fernández Villarino & López Villar, 2009), ya que aporta evidencias sobre las
variaciones de comportamiento determinado no sólo por las diferencias biológicas sino
por concepciones estereotipadas (Bar-On, 2006; Feldman, Lane, Sechrest & Schwartz,
2000). Las creencias heredadas y asumidas por la sociedad y definidas como estereotipo
poseen un carácter prescriptivo, de construcción cultural que evidencia diferencias
por sexo basadas en la interiorización de roles sociales tradicionalistas. La EF puede
identificarse con modelos conductuales ya que contiene aprendizajes procedimentales
de gran capacidad relacional (Sáez de Ocáriz et al., 2014) condicionado por el tipo de
práctica deportiva.
La diferente experiencia motriz del alumnado según el género (González Pascual,
2005) parece mantenida en la EF, que ha respondido a un patrón hegemónico masculino
asociado a actividades de fuerza, contacto corporal, desplazamiento y competición y
femenino identificada flexibilidad, juegos que evitan el contacto corporal (Díaz-Aguado
& Marín, 2011; Knoppers & Elling, 2001; Pavón & Moreno-Murcia, 2008).
El juego deportivo no está exento de ésta hegemonía masculina (Lavega et al.,
2013b) con claras diferencias según el tipo de práctica. La práctica motriz se asocia
con una cultura lúdica y deportiva que no es neutra, sino que se transmite asociada
al género. Esto avoca a una separación por sexo, puesto que existen prácticas moto-
ras que culturalmente se identifican como más apropiadas según el sexo. No es de
extrañar que el comportamiento emocional esperado para unos y otros sea diferente
en cada situación motora de práctica (Alonso et al., 2013b; Lavega et al., 2013a, c;
Sáez de Ocáriz et al., 2014). El género es una categoría cultural determinante en las
valoraciones subjetivas realizadas por las personas (Jaqueira, Lavega, Lagardera,
Aráujo & Rodrigues, 2014), lo que puede provocar una variación de las respuestas
emocionales ante el juego deportivo justificando el interés de este estudio.
A partir de este marco teórico de referencia, el objetivo del presente artículo fue
analizar la vivencia emocional que suscita la práctica de situaciones motrices de opo-
sición con y sin competición en función del género.

Método

Participantes

Participaron 169 estudiantes del Grado de Educación Primaria, Mención Edu-


cación física, siendo chicos el 83.4% y el 16.57% chicas. El rango de edad osciló
entre los 18 a 37 años (M = 20.79, DT = 2.31). Se realizó a través de un muestreo no
probabilístico por facilidad de acceso e intencionalidad respetando la ecología en
la distribución de los participantes en cada grupo-clase conformando un total de 5
grupos de prácticas. Todos los estudiantes firmaron un consentimiento informado
de participación voluntaria. La investigación fue aprobada por el comité de ética de
la Universidad de Murcia.

RIE, 2017, 35(1), 269-283


274 Gemma Gea García, José Ignacio Alonso Roque, Juan Pedro Rodríguez Ribas y María Fuensanta Caballero García

Instrumentos

Se utilizó la Game and Emotions Scale (GES), desarrollada y validada por Lavega et
al. (2013c). La escala se compone 13 emociones divididas en tres tipos como: Emocio-
nes positivas (+) (alegría, amor, humor y felicidad), Emociones Negativas (-) (tristeza,
ansiedad, miedo, ira, rechazo y vergüenza), y Emociones Ambiguas (±) (compasión,
esperanza y sorpresa). Cada una de las emociones fue valorada a través de una escala
de Likert, compuesta por una puntuación que iba de 0 a 10, donde 0 es nada, no sin-
tiendo en absoluto la emoción y 10 muchísimo, sintiendo con la máxima intensidad
la emoción.
Por último, GES contenía datos de identificación y categorización de los participantes
en función del género, así como una identificación del tipo de práctica deportiva, que
permite identificar las prácticas con juegos deportivos con y sin competición.
Dentro de sus propiedades psicométricas la aceptabilidad fue estudiada mediante
las pruebas de asimetría (inferior a 2.0) y curtosis (inferior a 7.0). En cuanto al estudio
de la fiabilidad medido a través de la consistencia interna calculada mediante el alfa
de Cronbach, el cuestionario obtuvo valores genéricos (n=169) de α=.90, siendo los
resultados para las emociones positivas α= .92, emociones negativas α= .89 y emociones
ambiguas α= .91. El análisis factorial confirmatorio mostró los siguientes índices de
ajuste: CMIN/g.l= 3.91; NFI= .856; IFI= 949; CFI= .946; RMSEA= .047 (LO= .05- HI90= .066).

Procedimiento

Selección y Aplicación de Juegos. Se desarrollaron 4 sesiones de una hora y media de


duración cada una y un total de veintidós juegos deportivos del dominio de acción
motriz oposición. Las sesiones primera y tercera fueron juegos deportivos con victoria
(definidos como competitivos, donde la existencia de marcador permite la identificación
en función del resultado, de ganadores y perdedores); y las sesiones segunda y cuarta,
con los juegos deportivos sin victoria (no competitivos o sin ganador final).
Los juegos fueron dirigidos por el mismo docente en todos los grupos, garantizán-
dose las mismas condiciones de práctica por grupo al limitarse a explicar el juego, resol-
ver dudas y arbitrar, sin animar, exhortar o motivar al alumnado en ningún momento.

Análisis estadístico

Los datos fueron analizados mediante el paquete estadístico SPSS 21.0 para Win-
dows. La prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov mostró un comportamiento
en la distribución de los datos fuera de la normalidad, por lo que se realizaron pruebas
no paramétricas para la asimetría de las intensidades observadas.
Los datos fueron analizados según el modelo de ecuaciones de estimación genera-
lizadas (GEE), considerando la correspondencia entre las puntuaciones obtenidas por
el mismo sujeto y la distribución asimétrica y utilizándose distribuciones de la familia
Gausiana. Se realizaron comparaciones múltiples post hoc en todos los factores de más
de dos categorías y mediante el paquete STATA 10.

RIE, 2017, 35(1), 269-283


¿Es la vivencia emocional cuestión de género? Análisis de juegos motores de oposición en universitarios 275

El modelo consideró dos factores intra-sujeto que fueron: 1. Contabilización de


resultado (sin victoria o con victoria: ganador o perdedor) y 2. Tipo de emoción (posi-
tiva, negativa y ambigua). El factor inter sujeto considerado fue: 1. Género (masculino
o femenino).

Resultados

Teniendo en cuenta los resultados aportados por el modelo de GEE, así como las
interacciones posteriores entre las diferentes variables objeto de estudio, se pudieron
establecer los siguientes resultados.

Tabla 1

Contrastes de los efectos del modelo de ecuaciones de GEE para las emociones en función del género y el
resultado obtenido en el juego

      Tipo emociones Género      


      (+) (-) (±) Fem Masc Tipo III
M(DT) M(DT) M(DT) M(DT) M(DT) M(DT)
Origen   χ2 gl Sig.

(Intersección) 843.06 1 <.001

Tipo emoción 624.28 2 <.001

(+) 4.48(.15)
(-) .93(.07)
(±) 2.76(.12)
Género 2.40 1 .121

Masc 2.87(.17)
Fem 2.58(.07)
Tipo resultado 49.17 2 <.001
Sin
2.46(.09)
victoria
Ganar 2.88(.10)

Perder 2.84(.11)
Tipo emoción
9.20 2 .010
* Género
Fem 4.71(.28) .87(.12) 3.03(.22)
Masc 4.25(.10) 1(.07) 2.49(.11)
Tipo emoción
62.74 4 <.001
* Tipo resultado
Sin
victoria 4.18(.14) .78(.06) 2.42(.13)
Ganar 4.94(.16) .79(.08) 2.92(.14)

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276 Gemma Gea García, José Ignacio Alonso Roque, Juan Pedro Rodríguez Ribas y María Fuensanta Caballero García

Perder 4.34(.18) 1.23(.10) 2.94(.14)


Género
6.15 2 .046
*Tipo resultado
Sin
victoria 2.52(.16) 2.4(.08)

Ganar 3.05(.19) 2.72(.09)

  Perder   3.05(.21) 2.63(.09)      


Nota. M= media, DT= desviación típica, χ 2= valor para Chi- cuadrado de Wald, gl= grados de libertad, sig.=
significación, Fem=femenino, Masc= masculino.

Como se puede observar en la Tabla 1, se encontraron diferencias significativas


entre los tres tipos de emociones (χ2=624.28; p <.001). Los contrastes aplicados para la
interacción entre los juegos de oposición y tipo de emociones mostraron valores más
intensos para las emociones positivas (M = 4.48). Las emociones ambiguas registraron
valores significativamente inferiores a las positivas (M =2.76; p <.001).
Los contrastes aplicados para la interacción entre juegos de oposición y el resul-
tado obtenido, mostraron diferencias significativas en las valoraciones emocionales
expresadas (χ2=49.17; p <.001). Se obtuvieron diferencias significativas cuando se
comparaban las intensidades registradas para los juegos sin victoria (M = 2.46) y el
resultado tanto al ganar (M = 2.88), como al perder (M = 2.84; p < .001). Sin embargo,
al comparar las intensidades obtenidas para los juegos con victoria, no mostraron
diferencias significativas.
Para la intersección entre género y tipo de emoción (χ2=9.20; p = .010), se observó
un comportamiento significativamente distinto al general ya que para las emociones
positivas y negativas los resultados se mantienen para ambos sexos (figura 1). Para las
emociones ambiguas, las chicas mostraron valores significativamente más altos (M =
3.03), que los encontrados para los chicos (M = 2.49; p = .025).
Los contrastes aplicados al tipo de emoción y de resultado también mostraron
diferencias significativas (χ2=62.74; p <.001). Al comparar los juegos deportivos con
y sin victoria para las emociones positivas, se observaron diferencias significativas
con valores distintos a los registrados de forma global al estudiar estos factores.
Para el caso de los juegos sin victoria (M = 4.18), no se observaron diferencias
significativas al perder en los juegos con victoria (M = 4.34), mientras que al com-
pararlos con al ganar, las intensidades fueron significativamente superiores para
ésta (M = 4.94; p <.001).
Al comparar los juegos con victoria para las emociones ambiguas, no se observaron
diferencias cuando se ganaba o perdía. Sin embargo, para los juegos sin victoria las
intensidades registradas fueron inferiores a las anteriores (M = 2.42; p < .001).
Las emociones negativas fueron diferentes estadísticamente al ganar o perder, de
forma que perdiendo las intensidades fueron mayores (M = 1.23; p < .001). Por último,
para los juegos sin victoria, las emociones negativas mostraron intensidades menores
(M = .78) a cuando se competía y se perdía (M = 1.23; p = .000), pudiendo establecer
que perder activó intensidades negativas más elevadas que cuando se ganaba en el
juego, o no se competía.

RIE, 2017, 35(1), 269-283


¿Es la vivencia emocional cuestión de género? Análisis de juegos motores de oposición en universitarios 277

Los contrastes aplicados para la intersección entre el género y el tipo de resultado


obtenido, mostraron una significación moderada (χ2=6.15; p = .046). A nivel general, las
chicas mostraron intensidades superiores en todos los juegos con independencia de la
situación deportiva (figura 2). Las chicas indicaron una intensidad significativamente
inferiorGemma
cuando se realizaban juegos de oposición sin victoria (M = 2.52; p < .001) a la
Gea García, José Ignacio Alonso Roque, Juan Pedro Rodríguez Ribas y María Fuensanta Caballero
registrada para los juegos con victoria, con independencia de haber ganado Garcíao perdido,
con una media ambos de M = 3.05 (p < .001).

4,71
5
4,25

4
3,03
3 2,49

2
0,87 1
1

¿Es la 0vivencia emocional cuestión de género? Análisis de juegos motores de oposición en universitarios

Figura
Figura 1. Medias para 1. Medias
los contrastes para los
aplicados contrastes
para aplicados
la intersección tipo de emoción y
para la intersección tipo
género . de emoción y género

Los contrastes aplicados al tipo de emoción y de resultado también


mostraron diferencias significativas (χ2=62.74; p <.001). Al comparar los juegos
3,5
deportivos con y sin 3,05 victoria para las emociones positivas, se observaron
3,05
diferencias significativas con valores distintos a los registrados de forma
3 al estudiar estos factores. Para el caso de los juegos
global 2,72 sin victoria
2,63 (M =
2,52
4.18), no se observaron diferencias significativas 2,4 al perder en los juegos con
2,5
victoria (M = 4.34), mientras que al compararlos con al ganar, las intensidades
fueron significativamente superiores para ésta (M = 4.94; p <.001).
2Al comparar los juegos con victoria para las emociones ambiguas, no se
observaron diferencias cuando se ganaba o perdía. Sin embargo, para los
1,5
juegos sin victoria las intensidades registradas fueron inferiores a las
anteriores (M = 2.42; p < .001).
1Las emociones negativas fueron diferentes estadísticamente al ganar o
perder, de forma que perdiendo las intensidades fueron mayores (M = 1.23; p
< 0,5
.001). Por último, para los juegos sin victoria, las emociones negativas
mostraron intensidades menores (M = .78) a cuando se competía y se perdía
(M0 = 1.23; p = .000), pudiendo establecer que perder activó intensidades
negativas más elevadas que cuando para
se ganaba en el juego, o no se competía.
Figura 2. Medias Figura
Los contrastes para los
aplicados
2. contrastes
Medias
para la
los contrastes
aplicados
intersección para
entrela aplicados
intersección
el género tipo
y el de de
tipo
para la intersección tipo de resultado obtenido y género
resultado obtenido, mostraron resultadounaobtenido y género.
significación moderada (χ2=6.15; p = .046).
A nivel general, las chicas mostraron intensidades superiores en todos los
Lajuegos
tendencia
La tendenciaen elencaso de de
el caso
con independencia los chicos
de los
la chicos es es
situación similar,
similar,con
deportiva con lalasalvedad
(figura 2). Lasde
salvedad de una
una elevación
chicas
de las intensidades
elevación
indicaron deuna emocionales
las intensidad
intensidades para los juegos
emocionales
significativamente ganando
para inferior
los juegos (M = se
ganando
cuando 2.72),
(M =mientras
2.72),
realizaban que en
mientras
el caso de las
juegos que
de en ellacaso
chicas
oposición sindevictoria
tendencialas chicas
es(M la= tendencia
igual ganen
2.52; p <o espierdan.
.001)igual
a laganen o pierdan.
registrada para los
juegos con victoria, con independencia de haber ganado o perdido, con una
Discusión
media ambos de M = 3.05 (p < .001).
RIE, 2017, 35(1), 269-283
El objetivo del estudio fue analizar la relación entre los juegos de oposición
con y sin competición y el tipo de vivencia emocional suscitada en función del
RIE, 2017,35(1), #-#
género. Las vivencias se desarrollan dentro de unas condiciones de relación
278 Gemma Gea García, José Ignacio Alonso Roque, Juan Pedro Rodríguez Ribas y María Fuensanta Caballero García

Discusión

El objetivo del estudio fue analizar la relación entre los juegos de oposición con y
sin competición y el tipo de vivencia emocional suscitada en función del género. Las
vivencias se desarrollan dentro de unas condiciones de relación motriz y social espe-
cífica provocando fluctuaciones emocionales (Lavega et al., 2013c; Lazarus, 1991, 2000)
que a nivel general presentan alteraciones de las intensidades para los tres tipos de
emociones. Concretamente, se han encontrado niveles de activación más elevados para
las emociones positivas. Este hallazgo ratifica los estudios de Alonso et al. (2013a, b),
quienes afirman que los juegos deportivos de oposición son un medio adecuado para
facilitar la interacción de los estudiantes a través de vivencias motrices agradables.
A pesar de encontrarse en situaciones en las que un adversario va en contra de sus
objetivos motores, incluso pudiendo provocar la derrota propia, la aventura motriz se
valora de manera positiva. Los resultados nos llevan a pensar en que el adversario es
un elemento más del juego, que incluso puede llegar a suponer una vivencia positiva,
aunque implique que vaya contra nuestros intereses en el juego. Por otro lado, Lavega
et al. (2013a, b) al comparar diferentes tipos de situaciones motrices evidenciaron una
mayor excitación emocional para los juegos asociados a desafíos grupales de oposición.
Esto podría ser consecuencia de la descodificación de conductas motrices del adversa-
rio y a su vez, de la codificación de la propia. Jugar con personas, la sociomotricidad,
la aventura compartida parece el eje sobre el que se vertebran las vivencias positivas
encontradas. Pero no solo en cooperación. Tanto siendo adversarios, como compañeros
de fin común, la sociomotricidad se vivencia como generadora de bienestar.
Lazarus (2000) y Pekrun et al. (2002) afirman en sus investigaciones que ante emo-
ciones de tipo positivo se produce un aumento de la motivación. Por tanto, aumentará
el disfrute hacia el aprendizaje en cuestión (Pavón el at., 2003).
La combinación del tipo de emoción y el resultado obtenido en el juego permite
comprobar las variaciones de intensidad emocional al comparar juegos con compe-
tición versus sin competición. Los juegos con competición muestran una intensidad
más elevada de las emociones positivas. Alonso et al. (2013a, b) y Arruza et al. (2011)
obtuvieron resultados similares, pudiendo explicarse a consecuencia del perfil del
alumnado habituado a la práctica deportiva competitiva. Cantón y Checa (2012) explican
que la asociación entre emociones positivas y práctica competitiva está fundamentada
en el tipo de atribuciones hechas como elemento justificativo de la obtención del éxito
o fracaso. Ante la victoria si las causas justificativas son de tipo externo (p. ej. el nivel
era bajo), las emociones positivas experimentadas son menores, siendo ante agentes
de tipo interno más elevadas. Similar ocurre ante la derrota, si las causas justificativas
son de tipo externo (p. ej. el nivel era muy elevado), las emociones positivas experi-
mentadas son elevadas. En este sentido Etxebeste et al. (2014) y Lavega et al. (2013b)
afirman que ante situaciones con competición el resultado obtenido es determinante
en la explicación de la emoción. La obtención de la victoria desencadena emociones
relacionadas con la euforia vivida. Mientras ante una derrota la vivencia es distinta. Se
asocia con emociones negativas como la tristeza o rechazo, o con emociones ambiguas
como la sorpresa, consecuencia del resultado obtenido y no esperado.

RIE, 2017, 35(1), 269-283


¿Es la vivencia emocional cuestión de género? Análisis de juegos motores de oposición en universitarios 279

Al considerar el tipo de emociones en función del género, se han encontrado resulta-


dos diferentes a los expuestos de forma genérica. Para el género femenino las emociones
ambiguas presentan diferencias significativas con respecto al masculino. Este hallazgo
se corrobora en las diferencias tradicionalistas de estereotipos y el carácter cultural, tal
y como muestran otras investigaciones (Alvariñas et al., 2009; González Pascual, 2005;
Pavón & Moreno-Murcia, 2008; Bar-On, 2006). Los contenidos en EF están influenciados
por la transmisión de estereotipos con rasgos de identidad, dónde existe un refuerzo
de los roles tradicionales masculinos.
En las situaciones con adversarios, el género femenino presenta un patrón de com-
portamiento en el juego asociado a emociones relacionadas con la sorpresa, la esperanza
o la compasión. Las mujeres puntúan más en aspectos relacionados con la sociabilidad,
la atención a las necesidades de los demás, la sensibilidad o la empatía (Bar-On, 2006).
El género femenino parece poseer mayores habilidades interpersonales, lo que permite
explicar las diferencias experimentadas en la activación de las emociones ambiguas.
Sin embargo, esta interpretación debe hacerse con cautela. En las prácticas motrices
hay estudios que no encuentran esas diferencias en la intensidad emocional en función
del género (Mateu, Romero, Gelpi, Rovira & Lavega, 2013), lo que puede ser debido al
universo de la muestra, compuesto por estudiantes de Ciencias de la Actividad Física.
Las situaciones motrices con victoria muestran intensidades emocionales más ele-
vadas que las situaciones sin victoria. Este resultado fue encontrado en otros estudios
(Jaqueira et al., 2014; Lavega et al., 2013a). De igual manera, la obtención del éxito o
el fracaso en el desempeño motriz muestra un comportamiento diferente en función
del género, siendo más elevada la intensidad emocional en las chicas. Sin embargo, no
se encontraron diferencias en estas intensidades para el género femenino ante ganar o
perder. Al considerar los juegos que se orientan alrededor de los resultados competiti-
vos, las preferencias relacionales priman sobre la base de la consecución de un mayor
dominio de habilidad en el desempeño motriz (Bar-On, 2006), lo que puede explicar
las tendencias activadas en el juego con independencia de la obtención o no de la vic-
toria en el mismo para el género femenino. En este sentido, hay investigaciones que
asocian este tipo de variaciones emocionales a la percepción de competencia, siendo
una explicación tanto las experiencias previas atesoradas por el alumnado como el
juicio de valor que realice en función de su capacidad (Alvariñas et al., 2009). El género
femenino se asocia con la persistencia de una menor autonomía y competencia en el
desempeño motriz, siendo el resultado ha obtener indiferente. Mientras que para el
masculino se concede mayor relevancia al hecho de ganar.
Al hablar de competencia y habilidad, su percepción depende del tipo de práctica
motriz. De forma tradicionalista, las actividades motrices y deportes relacionados con
la resistencia o la fuerza se asocian a una mejor competencia para el género masculino,
mientras que las actividades motrices asociadas al desempeño de coordinación, flexi-
bilidad o ritmo se asocian a una mayor competencia por parte del género femenino.
Esta percepción diferenciada de la propia habilidad restringe las opciones de práctica
motriz del género femenino (Jaqueira et al., 2014). Esto podría explicar las variaciones
encontradas a nivel emocional, dónde el género femenino presenta un patrón más ele-
vado de activación, aun teniendo una peor percepción de competencia. Al presentar un
tipo de prácticas de oposición, alejada de una clara predominancia identificada con el

RIE, 2017, 35(1), 269-283


280 Gemma Gea García, José Ignacio Alonso Roque, Juan Pedro Rodríguez Ribas y María Fuensanta Caballero García

patrón masculino, puede haberse revertido el efecto que con posterioridad condicione
su comportamiento y su emoción. En relación entre competición, resultado obtenido
y autoeficacia percibida, Cantón y Checa (2012) afirman que es posible ver diferentes
patrones de activación emocional, que ante la victoria se pueden activar positiva como
negativamente. Todo ello depende de la capacidad para la obtención del rendimiento
percibido por el participante. Si esa capacidad es alta, las emociones son positivas. Si
es baja, las emociones son negativas, aun habiendo obtenido la victoria.
Sin embargo, existe cierta controversia ya que otras investigaciones referencian que
ante las situaciones competitivas el género masculino presenta variaciones emocionales
más intensas debido a la carga cultural tradicionalista (Mateu et al., 2013). Alvariñas
et al. (2009), afirman que para el género masculino prima el gusto por la competición
y la demostración de su capacidad o habilidad, lo que explicaría estas variaciones
emocionales de cara a la participación en juegos competitivos.
Lavega et al. (2013a), defienden en sus investigaciones que no solo es necesario
conocer el tipo de juego que se pretende enseñar sino otros aspectos externos asocia-
dos, como las preferencias por la práctica deportiva en cuestión. La unión de ambas
permitirá al docente obtener una información valiosa, que le ayude a conformar un
mapa de práctica motriz de sus alumnos y que facilite la consecución de los objetivos,
de acuerdo a las emociones suscitas en los procesos de práctica motriz, dotando al
docente de cierta habilidad que facilite una mayor implicación y motivación hacia la
práctica por parte del dicente (Pavón el at., 2003).

Conclusiones

Tal y como se puede apreciar por los resultados obtenidos, este estudio permite
descubrir la relación existente entre el planteamiento de las situaciones motrices de
oposición y el género de los participantes en este tipo de actividades. Los resultados
hallados posicionan los juegos y deportes de oposición adecuadamente a la hora de
elegir los contenidos de las intervenciones educativas. Son situaciones excelentes para
hacer aflorar emociones positivas y por tanto, con climas positivos y aumentos de la
motivación en las clases de EF.
Así mismo, la consideración del género presenta peculiaridades, que deben seguir
estudiándose para establecer un posicionamiento claro. El papel de las emociones en
las chicas a nivel social, se identifica con las posturas heredadas, sin embargo en este
estudio no puede asegurarse esa identificación sesgada. Las chicas son más emocio-
nales que el género masculino en las actividades motrices de oposición, pero apenas
difieren respecto a ellos en las emociones positivas, que son valoradas muy altas; o
en las emociones negativas, cuyos valores son muy bajos. Donde sí se diferencian es
en la expresión de las emociones ambiguas. Son emociones que tienen que ver con lo
social, lo sentimental, la empatía y no tanto con el reto. Aunque el alumnado puntúa
sus emociones más altas al competir, a las chicas les da lo mismo ganar o perder,
mientras que los chicos se sienten mejor cuando ganan el juego.
Los resultados obtenidos contribuyen a orientar las intervenciones de los profesio-
nales educativos dentro de las sesiones de EF. El desarrollo de la toma de conciencia
emocional suscitada tras la vivencia de los diferentes juegos deportivos de oposición,

RIE, 2017, 35(1), 269-283


¿Es la vivencia emocional cuestión de género? Análisis de juegos motores de oposición en universitarios 281

facilita la mejora formativa de los estudiantes universitarios y favorece la impartición de


una EF orientada a las necesidades educativas vigentes, que abogan por la evaluación
a través de la adquisición de competencias, favoreciendo la impartición de contenidos
a través de tareas contextualizadas en una práctica docente orientada al bienestar en
el contexto de enseñanza-aprendizaje del alumnado.

Agradecimientos

Este trabajo ha recibido financiación del Ministerio de Economía y Competitividad.


Proyectos I+D+i. DEP2010-21626-C03-03.

Referencias

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docentes de Educación física. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del
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Fecha de recepción: 4 de febrero de 2016


Fecha de revisión: 4 de febrero de 2016
Fecha de aceptación: 12 de abril de 2016

RIE, 2017, 35(1), 269-283


AIDIPE
Asociación Interuniversitaria de Investigación Pedagógica, creada en 1987

FINES DE LA ASOCIACIÓN

a) Fomentar, estimular e impulsar la investigación educativa de carácter empírico en to-


das sus vertientes y ámbitos de aplicación.
b) Difundir los resultados de esta investigación.
c) Agrupar a todos los que en España cultivan esta área de conocimiento, como docentes
o investigadores.
d) Colaborar con las autoridades educativas y de política científica en la elaboración de
instrumentos de medida, evaluación y de diseños de investigación tendentes a la me-
jora del sistema educativo y de desarrollo de los mismos.
e) Favorecer la formación y el perfeccionamiento especializado del personal investigador
y de todos aquellos profesionales que intervienen en la investigación educativa.
f) Velar por la calidad científica y profesional de las actividades relacionadas con la in-
vestigación educativa.
g) Velar por el respeto y cumplimiento de las normas deontológicas de la investigación
científica referida al campo psicopedagógico.

DERECHOS DE LOS SOCIOS

Los socios numerarios y fundadores tendrán los siguientes derechos:


a) Tomar parte en cuantas actividades organice o patrocine la Asociación en cumplimien-
to de sus fines.
b) Disfrutar de todas las ventajas y beneficios que la Asociación pueda obtener.
c) Participar en las Asambleas con voz y voto.
d) Ser electores y elegibles para los cargos directivos.
e) Recibir información sobre los acuerdos adoptados por los órganos directivos, sobre las
actividades técnicas y científicas que la Asociación desarrolle.
f) Hacer sugerencias a los miembros de la Junta Directiva de la Asociación.
g) Impugnar los acuerdos y actuaciones de la Asociación que sean contrarios a los Esta-
tutos, dentro del plazo de cuarenta días y en la forma prevista por las leyes.

SEMINARIOS

AIDIPE organiza cada 2 años un Seminario Nacional con un tema central en torno al cual
giran las ponencias, comunicaciones, mesas redondas. Los primeros Congresos han sido los
de Barcelona (1981), Sitges (1983), Gijón (1985), Santiago de Compostela (1988), Murcia (1990),
Madrid (1993), Valencia (1995), Sevilla (1997), Málaga (1999), La Coruña (2001), Granada
(2003), Tenerife (2005), Donosti, San Sebastián (2007), Huelva (2009), Madrid (2011), Alicante
(2013), Cádiz (2015).

PUBLICACIONES

AIDIPE publica las Actas de sus Seminarios, así como la Revista de Investigación Educa-
tiva (RIE) con carácter semestral.
AIDIPE es miembro fundador de la European Educational Research Association (EERA).

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