El Alquimista Parte I
El Alquimista Parte I
El Alquimista Parte I
Resumen
La historia comienza con el personaje principal, un pastor llamado Santiago, llegando a una iglesia abandonada
con un árbol de sicómoro en su interior, en la región española de Andalucía. Santiago decide pasar la noche en la
iglesia y encierra a sus ovejas adentro. Se queda dormido usando como almohada el libro que siempre carga con
él. Durante la noche tiene un sueño que ya ha tenido varias veces antes, y que nunca ha sido capaz de
comprender. Al despertar a sus ovejas, se da cuenta de tiene una fuerte conexión con ellas: comparten el mismo
horario y él las llama por su nombre, ya que está convencido de estas entienden las conversaciones que él
establece con ellas. Sin embargo, las ovejas son criaturas simples y solo buscan comida y agua.
Últimamente, todos los pensamientos de Santiago, así como sus conversaciones con sus ovejas, han girado
alrededor de una chica que conoció un año atrás en el pueblo hacia donde se dirigen próximamente. Esta chica es
a hija de un comerciante, y Santiago ha estado pensando en ella desde que se marchó el año pasado después de
conocerla. Al acordarse de su primer encuentro, Santiago piensa en cómo fue a la tienda del padre de la chica a
venderle un poco de lana. Mientras esperaba al comerciante, Santiago se sentó a leer un libro. Una voz detrás de
él le dijo: “No sabía que los pastores supieran leer”. La voz era la de la hija del comerciante, una hermosa joven de
Andalucía cuyos rasgos mostraban la influencia mora de la región. La chica y Santiago esperaron juntos dos horas
y, durante ese tiempo, charlaron sobre sus respectivas experiencias: la de ella en la ciudad y la de él en los
campos. La chica le preguntó porque él era un pastor si había ido a la escuela y aprendido a leer, pero Santiago
cambia de tema. Entonces sintió algo que nunca había sentido antes: el deseo de quedarse en un lugar para
siempre. Desafortunadamente, el comerciante aparece en ese momento y, después de comprar el equivalente de
lana a cuatro ovejas, le pide al joven Santiago que vuelva dentro de un año.
Saliendo de la iglesia por la mañana, Santiago se encuentra emocionado y también nervioso al pensar en volver a
ver a la chica. Puede que ella ya lo haya olvidado. En el camino, piensa en la vida de sus ovejas y en cómo ellas no
tienen que tomar ninguna decisión. Solo buscan agua y comida y, para eso, dependen de él. Santiago se
sorprende de su poco resentimiento hacia los animales y se da cuenta de que su sueño recurrente lo ha
inquietado. Se propone explicarle a la chica, al llegar al pueblo, cómo es que sabe leer, y contarle que asistió a un
seminario para llegar a ser cura, y que un día tuvo el coraje de decirle a su familia que el prefería viajar por el
mundo siendo pastor.
Al enterarnos de los recuerdos de Santiago, nos damos cuenta de que al principio su padre trató de convencerlo
de quedarse, diciéndole que muchos viajeros que han pasado por esas tierras expresan su deseo de poder
quedarse a vivir allí. Sin embargo, al final, su padre acepta la decisión de Santiago y le regala tres monedas de oro
antiguas para que pueda comprar su rebaño de ovejas. Santiago entonces se da cuenta de que su padre también
compartió alguna vez el mismo sueño de viajar por todo el mundo.
El trabajo de Santiago como pastor de ovejas también le ha brindado mucha libertad. Lo único que tiene que
hacer es dejar que sus ovejas dirijan el camino por un tiempo. La diferencia entre él y sus ovejas es que ellas
nunca se dan cuenta cuando se encuentran en un camino diferente. Una vez más, ellas solo piensan en la comida
y en el agua. Santiago se da cuenta de que soñar con aquellas cosas que uno no posee es lo que hace a la vida
interesante.
Análisis
La primera parte de la novela, en la que Santiago termina aceptando un trabajo en una tienda de cristales, incluye
la presentación del personaje principal, la aceptación de un desafío y un contratiempo inicial. Al lector también se
le presentan varios términos que aparecen a través de la novela, como “Leyenda Personal” o el “Alma del
Mundo.” Esta sección también introduce varios de los temas de la novela: el amor, en la forma del falso amor que
Santiago siente por la hija del comerciante; los sueños, en la forma del sueño que Santiago tiene sobre el tesoro;
el destino, en la forma en la que Melquisedec interviene en la vida de Santiago.
La historia de El Alquimista sigue una fórmula relativamente común. El héroe deja su hogar en busca de una
aventura, es puesto a prueba tres veces y, al tener éxito, vuelve a casa victorioso. Lo que distingue a El Alquimista
de cualquier otro libro es el hecho de que hay dos búsquedas, y no una sola, sucediendo en la historia. La primera
es una particularmente familiar, que tiene que ver con la búsqueda de un tesoro. Sin embargo, esta búsqueda de
Santiago es simplemente una metáfora de la otra, que tiene que ver con realizar su Leyenda Personal.
Lo fascinante de esta historia es también cómo explota la división geográfica entre España y África para mostrar la
dualidad de esta aventura. A pesar de que esta primera sección podría haber cerrado cuando Santiago parte de
Andalucía camino a África, concluye cuando parece haberse dado por vencido y decide juntar el dinero suficiente
para poder regresar a España. Esta división sugiere que el drama principal de esta historia no tiene que ver
simplemente con una aventura física, caracterizada por tierras exóticas, desafíos físicos o malvados enemigos,
sino también con un drama interior: el de Santiago dejando atrás sus miedos y encontrando el valor para poder
lograr su Leyenda Personal.
El libro que Santiago lleva consigo todo el tiempo tiene varios significados simbólicos. Primero, distingue a
Santiago de un simple pastor. La hija del comerciante sabe que Santiago es diferente ya que sabe leer. El libro es
una fuente de conocimiento y libertad que le aporta a Santiago un punto de vista diferente y más abierto del
mundo. Sin embargo, los libros también pueden propagar ciertas ideas engañosas, tal como lo dice Melquisedec
cuando clama que el libro de Santiago endorsa una de las mentiras más grandes del mundo. Más tarde, el inglés
no podrá descubrir las verdades de la alquimia porque está muy apegado a sus complicados libros. El destino es
muchas veces descrito metafóricamente como un libro que fue escrito por una sola mano. El “libro del destino” es
el único capaz de decir toda la verdad.
Esta sección también introduce a los moros, que aparecen a lo largo de toda la novela. La hija del comerciante,
con quien sueña Santiago, es descrita y recordada como una chica con rasgos moros. Este hecho presagia el amor
de Santiago por Fátima y el viaje que tomará a África, de donde provienen los moros.